LEYENDAS llISTORICAS .. ------. -- BOVES, MORILLO, LATORRE I'(JU CONSTANClO FRANCO Y., AUTOR D~; UNA IlISTomA INDEI'ENDENQU bOllar: DE COLO)!lJL\"; L.l. " ¡;nmRA y DE ¡,Ab" DE LA IHOGUAl"ÍAS lJE LUS 1'¡:¡)t.:EI¡¡':~." E~THEGA l'HL\IEIL\ BOGOTÁ 11lpnENTA DE VAJ'Oll DI'; Z.l.LAMEA lIEnMANOB. ~885 Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia LEYENDAS HISTÓRICAS. ---~~~~-~ ..••..•....~--~ Josf~ TOMÁS ROVES. 1 Ya que hemos hecho los Rasgos Bíog1yífic08 de muchos de los más nobles y levantauos caracteres de aquella magnífica generación de héroes y pensadores que consagraron su vida entera. á la Independencia. de la América meridional, nos imponemos ahora la tarea de enseñar á la juventud estudiosa á los más célebres Capitanes, que, opuestos CIl sentimientos y en ideas tí. nuestros próceres y mG.rtires, lucharon con mano fuerte en favor de la tiranía. Forzoso es conocer la cantidad de heroísmo, de esfuerzos y de constancia, empleados por los realistas para conservar un despotismo de tres siglos, ú fin de poder apreciar debidamente la tarea de los libertadorcs que funda. ron la. Patria libre, haciendo sacrificios dignos de la historia y de la inmortalidad! . Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia JosÉ TOMÁS nOVES. Además, el mejor método conocido para hacer didácticaOlc:lnte estudios históricos, es el biográfic<l. La biografía da á conocer 0.1 hombre, que es el autor de los acontecimientos que forman la parto narrativa de la historia; quien representa así el bien como el mal; todo lo que es noble y ruin; le, que es elevado y, por consiguiente, sublime j 10 que, es bajo y; en consecuencia, infame y execrable. Sucede también que, ya por el genio, el heroís. mo 6 por especiales circunstancias, uno ó pocos hombres representan toda la historia de una época dada, apareciendo como la encarnación viva. de los sucesos que son dignos de la narración. Así se ve que cada pueblo tiene un héroe 6 sabio á quien nom. bra con profundo respeto, atribuyéndole el mérito de las instituciones más alabadas y de los más fecundos progresos, y tiene también, por contraposición, otro \Í otros caudillos deshonrados por haber cometido todas las maldades posibles. Conocer por la biografía estos tipos, grandes por la bondad 6 maldad de sus 'hechos, es aprender no solamente la historia sino su filosof~a, porque bay particularidades cuya trascendencia sirve al espíritu para deducir consecuencias generales que sirven de medida para poder comprender y apreciar lo que ha sido un pueblo en un tiempo dado, y lo que puede ser en el porvenir según las leyes inflexibles del mundo moral. A la luz de los conceptos anotados, para cono. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia JosÉ TOMÁS naVES. 5 cer la historia. de la revolución de la Independencia de Colombia, bastaría inquirir á fondo la vida de Bolívar, de Suere, de Páez, de Santander, de Nari. ño y de otros héroes republicanos como éstos, aun. que de distinto modo característicos, y saber asimis. mo en sus detalles la de BaYES, Morilla, Latorre, Monteverde, Antoñanzas, Zuazola, 'roIrá, Enrile, Sámano, Canterac, Aimerich y otros caudillos del despotismo, que dejaron honda huella en esa. viacrucis por la. cual pas6 la libertad en veinte años de devastadora contienda.. II Por qué al hacer la~ biografías de los realistas que lucharon en la magna guerra á que nos hemos referido, damos comienzo á nueBtra tarea con BOYES 1 Hé aquí las razones que para ello tenemos: Porque Ha VES fué uno de los primeros que salien. do á la arena revolucipnaria, sirvió á su causa con un heroísmo tal que parecía tocar los límites de la. demencia; Porque este caudillo era, por inclinación natu. ral, el tipo de la maldad, habiendo sido quien, en menos tiempo, derramara é hiciera derramar más sangre americana; Porque dotado de pertinaz, astuto y osado in. genio, fué el que dió más tormento ti la. República naciente j y í Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 6 JosÉ TOMÁS BOVES. Por último, porque aquel insigne malvado era el más popular entre los bataUadores de su época, habiendo llegado su fama á tal punto que, aun hoy día, nadie quien lo nombre deja de aplicarle el cali. ficativo de fiero, de infame 6 de sanguinario! nI era natural de Gij6n en Asturias, una de las grandes regiones en que estaba dividida la pri. mitiva España. Nació en el siglo pasado, hacia el año de 1770. Los asturianos descendientes de los antiguos li. gures y amalgamados después con los celtas, here. daron de éstos sus costumbres, sus hábitos y su ma. nera de vivir frugal y sencilla, hasta tanto que Augusto los oblig6 por la conquista á recibir la. cultura romana. Antes de Augusto, encerrado aquel pueblo por una áspera y elevada cadena de montañas casi ina.c. cesibles al Sur; y las embravecidas olas del mar Cantábrico al Norte: al favor de sus encumbradas corranías, selvas intransitables y caudalosos ríos, apeo nas era. conocido de las naciones extranjeras; pero tan luégo como fué presa de la avara Roma y los stLtra. pas lo obligaron á descender de sus riscos para fijar. se en los llanos, empezó uua existencia ruidosa, ha. ciéndose en breve célebre por la. pasi6n que contrajo á las a.rmas. BOVES Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia JosÉ TOMÁS BOVES. 7 Invadido el país más luégo por los árabes, se libraron los asturianos de su yugo en una. guerra larga y desastrada dirigida por Pelayo, haciendo inmortales su nombre y su heroísmo en la. jornada de Covadonga. Siendo este país un Reino desde en. tonces hasta el siglo X, en que Alfonso HI, apelli. dado el Grande, lo redujo á provincia. Con el tiempo, los asturianos, á la influencia be. néfica.de una nueva. civilizaci6n, hubieron de abano donar sus belicosas costumbres y se hicieron sufridos, aunque conservaron la firmeza de su carácter; trabajadores y honrados hasta. hacer proverbial su virtud. Fué de esta raza, la más noble de España, de la que descendi6 BOVES, el cual no hered6 de las mu. chas cualidades de sus ma.yores sino el valor, pues que, por lo demás, todas las manifestaciones de su instinto iban marca.das con el sello de la perversi6n. Aquel hombre no era, como se ha creído, un ignorante. Verdad es que tampoco tenía mayor ilustración, pero es evidente que había apren. dido en su niñez ti leer, escribir y contar; bastándo. le estos conocimientos para ejercer la profesi6n y hacer la cll.rrera.á que lo impulsaban sus inclinaciones. Sábese de él que hasta la edad de veinte años ejerci6 en Gij6n el oficio de comerciante, que era el de su padre, y que á esta.edad, dando rienda suelta á su ingenio, abandon6 la casa paterna y se dedicó á. la vida de pilotín. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 8 JOSÉ' TmrÁS naVES. Buscando aventuras comerciales y guerreras, estu. vo en esta profesión, no se sabe si honradamente 6 n6, por mucho tiempo; mas es lo cierto que apenas aprendi6 el arte de navegar y tomó conocimiento de los mares, el mal instinto recobr6 en su ánimo ~I poder de un imperio irresistible, y de pilotín pasó ú pirata. De todos los hombres que han brillado en la escena del vandalismo, los que más han lIamadc. la atención son los que trabajan en el mar. Coloca. dos en medio de dos infinitos, el agua y el cielo; teniendo por asiento las olas embravecidas y por único concierto los huracanes y la tempestad, la di. versidad y grandeza de las facultades naturales y artificiales que es preciso adquirir para ejercer el crimen en presencia de Dios que está visible en lo alto, sujetando al mismo tiempo la suprema fuerza del elemento que está debajo, asombran y fascinan, obligaudo á In. imaginación á poner esta especie de bandidos por encima de los que trabajan en tierra. Para desafiar en suelo firme In. ignominia y la muerte, sólo se necesita. de ese heroísmo que tiene en poco el honor y la vida; mas para desafiadas en el Océano, además del valor que raya. en temerario, son menester ciertas condiciones de inteligencia y de carácter que ponen al hombre en aptitud de reírse, no solamente del juicio de sus semejantes, sino de las iras de la naturaleza y de las leyes di. vinas. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia JosÉ TmL\S BOVES. 9 En 1803 BOVES, que era. segundo de una cuadri. lla de piratas que al mando de José Hubeny hacía sus presas en el mar de las Antillas, asaltó y sostuvo rudo combate con la tripulación de un buque mero cante que venía con (lestino á 1n. isla de Curazao. Preso el buque, después de haber sido trasladado su cargamento 6.la embarcación aventurera, fué incendiado y degollados los tripulantes que no habían perecido en la refriega. A poco de este suceso, BOYES fué cogido y juzgado por las autoridades españolas por el hecho que queda. referido y otros de no poca importancia, ron. den6.ndosele al suplicio de la horca! No se sabe por qué esta pena le fué conmutada. por la de ocho años de prisión en las mazmorras de Puerto-Cabello; mas sí se tiene conocimiento de que algunos meses después de que el pirata asturia. no estuvo cumpliendo su condena, ocurrió tÍ. unos comerciantes españoles, apellidados los Joves, qne trabajaban en la Guaira, y ií. quienes habÍ<l. servido con lealtad en un tiempo, y que merced al influjo de éstos en el Gobierno de Venozuela, dirigido por Vasconcelos, salió do la prisión y fué confinado á Calabozo. En Calabozo, parece que por de pronto se operó en la conciencia de aquel mal vado uu:\ tro.llsforma. ci6n completa. Acord¡\ucloscprobablemente del ejem. plo de su padre, que había sido un honrado trabaja.. dor, llamado Antinoo Roclríguez, la luz moral hizo Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 10 JosÉ TOMÁS BOVES. presi6n en el espíritu, y rompiendo con su pasado de una manera brusca y violenta, dió de mano tí sus hábitos próximamente cumplidos, y, como en su pri. mera juventud, se dedicó á la profesi6n de mereero. Tal debió ser su arrepentimiento, que por verg-iien. za de sus hechos recientes renegó hasta del apellido que le babía dado su padre, y se puso el de HOVES que ba conservado en la historia. IV Traficando se hallaba RavEs en cosas menudas y de poca valía, pero no por esto con mala ó contrari.l. suerte, cuando empez6 ú dejarse sentir el rumor do la ola revolucionaria qlle más tarde había de sucum. bir con el Gobierno de la. Metrópoli en las Colonias amencanas. Aquilatado el entusiasmo de IOR patriotas en favor de la libertad, en 1810 procedioron iÍ. quitar del mando de la Capitanía general de Y (mezuela á don Vicente Emparán. BavEs, que se hallaba por cualquier circunstancia en Caracas el día de la caída de este Magistrado, 19 de Abril, formó entre la plebe de los conjuradOR, y hay constancÍa en los archivos de aquella ciudad, de que cuando el pueblo rodeó la casa del Ayuutamiento en donde los vocales iuaa á. deponer al más alto de los Gobernantes de la Capitanía, apenas el Canónigo Cortés .Mndarriaga inform6 ú la multitud de que Emparán quedaba sin el mano Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia JosÉ TmrÁS nOVES. 11 do, BOVES, lanzando su sombrero al aire, aplaudi6 la libertad naciente. Sábese también que poco después, habiéndose puesto en armas algunos pueblos de Venezuela en favor de la causa del Rey, BOVES entró de soldado en el Ejército que se puso á las órdenes del bene.· mérito patriota :Marqués de Toro, y que al lado de éste peleó briosamente en las jornadas de Coro y Sabaleta, ocurridas el 28 y 30 de Noviembre del año citado; acompnfíando luego en su calidad de Oficial á otros Jefes repuhlicanos hasta fines de 1811 en que volvió ti Calabozo trayendo sobre sus hom. bros las presillas de Capitán. A principios de 1812, arrepentido de baber ser. vido á la causa de la Independencia, volvió con el frenesí propio de un renegado 6. tomar el puesto que le correspondía en las filas realistas. i Cuál fué el motivo ostensible que lo lanzara en el camino de la deserción 1 Hélo aquí: Habiendo sido nombrado Jefe civil y militar de la plaza de Calabozo el Comandante Antonio Escalo. no., con facultades omnímodas como era usanz:l. en aquellos tiempos tempestuosos, cometi6 la injusticia de llamar á BQVES al servicio militar en calidad de soldado; éste, que tenía su grado de Capitún, bien ganado en los campos de batalla, sinti6 humillado su orgullo y rehusó entrar en la fuerza confundido con la baja ralea. Escalona, hombre de mal genio, Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 12 JosÉ TOMÁS nOVES. lo redujo entollces á. prisi6n, le cometi6 n,lgunos ultrajes personales y le confiscó parte de 1m pocos bienes que tenía. Indignado el asturiano con estas ofensas, encen. dió en su pecho el fuego del odio y jur6 veU,jarse de los patriotas, haciendo extensiva á. todos ellos su ira irreconciliable. Así fué que, habiendo recobrado su libertad en Junio del año aludido, abrazó con toda decisión la carrera militar y se puso al scrv.\cio de los realistas. v Forzoso es que antes de dar á conocer los hechos guerreros de este hombre, convertido en el tipo del furor; aborraciendo á todo el género hu. mano y vengándose perpetuamente de él, como SI todo él lo hubiera ofendido, enseñemos su fisonomía material y moral, puesto que hay caudillos que exal. tando la imaginación desean ser conocidos en todos sus detalles. BavEs era de regular estatura, huesoso, blanco encarnado; de espesa barba que sentaba muy bien á su fisonomía; muñecas gruesas semejantes al puño del tigre, y de grandes ojos chispeantes. Tenía modales brnscos é imperativos; una voz fuerte y bronca; hablaba poco y no se sonreía sino en presencia de una gran catástrofe, de un gran peligro 6 de una suprema desgracia. Acostumbrado á la vida de marino, gozaba de Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 13 JOS}; TmrÁS nOVES. una agilidad muscular porten tORO.:estirándose, cogiénuose 6 doblúndose con sorprendente en. facilidad según las circunstancias. Respecto de su persona moral, era sanguinario por instinto; mas desde el día en que fué ultrajado se volvió cruel por sistema, espiando siempre el momento de lavar COIl sangre Hua iujuria recibida. Su crueldad, que no reconocía límites, ni se paraba ante ninguna consideración, bizo escuela entre los españoles americanos, contando entre sus más afamados discípulos zola, Morales, Cerveriz ti Antoñanzas, Yáñez, Zua. y Puyo Obedeciendo ú. sus naturales inclinaciones y creo yendo, por otra parte, que en aquella aciaga y cala. mitosa época, matar, incendiar y saquear era una necesidad política, iba como un torrente á la destruc. ci6n de todo cuanto se le oponía 6 creía inconve. niente á sus fines. Empero, conservando por lo común en medio de aquellos vértigos horribles su carácter indolente de marino, pasaba adelante sin detenerse ti gozar con ]0. expiación de sus víctimas, ni menos, ti pesar de las costumbres de su juventud, á enri. quecerse con sus despojos, los cuales abandonaba sus parciales, pues que no gustaba de merodear los surcos sembrados á en de cadáveres. Fundador en Venezuela de la verdadera tiranía, tuvo Tenientes que se pusieron á su nivel, y á los cuales, por esa especie de hermandad que el crimen Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 14 JosÉ TOMÁS BOVES. establece, tributaba las más sinceras simpatías y prodigaba los más altos encomios. A Zuazola, que era un mercenario vil, hubo de elevarlo á una gran categoría militar y hasta :b.a. cerle tributar veneración, por el hecho que vamos en seguida á referir: en Marzo de 1813, después de un triunfo que obtuvo este feroz vizcaino en el sitio de Magueyes sobre un pequeño destacamento de republicanos, ocup6 la villa de Aragna, poblada de pacíficas gentes, y en el acto, sin distinción alguna, hombres y mujeres, ancianos y niños, fueron víeti. mas de los más atroces suplicios. A quiénes hacía quitar la cutis de los pies para que anduvieran sobre cascos de vidrio; á quiénes hacía cortar de raíz la nariz para mofarse luégo de su fealdad; á quiénes hacía coser espalda con espalda; á quiénes manda. ba. arrancar las orejas, variando y combinando los suplicioil de mil maneras! ! En seguida de estas espantosas escenas sin segundo en la historia de la barbarie, envi6 como trofeos de su valor y celo en favor de la. causa reali,ta, cajones de orejas y narices á varios de sus conm.ili. tODes,y en especial á BavEs, quien agradeciendo y encomiando la habilidad de ZuazoIa, puso en los sombreros lIe sus soldados aquellas narices y aquellas orejas chorreando sangre, haciéndoselas usar á seme. janza de escarapelas! BOVES era capaz de trepar en la escala del cri. men hasta esas cimas horribles en que una espl~cie Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 15 Josí; TOMÁS nOVES. de demencia cínica, se apodera de los grandes malvados para enseñados como el prototipo de la perversión. Hombre atento ú. todo y penetrante, silencioso, medio sociable ó asaz uraño según las circunstancias; siempre ue gran perspicacia, astutu en grado super. lativo, era en cierto modo extraordinario. Representación fiel de un bellaco de espíritu templado, de esos que ni siquiera se cuidan do poner ba.jo la máscara de la hipocresía ni sus instintos ni sus obras. Infatigable, su conducta guerrera causaba asom_ bro á sus copartidarios y admiración tí sus enemigos. Inteligente, combinaba con acierto y ejecutaba de continuo evoluciones, día su celebridad. que aumentaban Decidido por la carrera con el poeta: militar, de día en podía exclamar " Mis arreos son las armas, Mi descanso es el pelear." Aquel caudillo en quien había algo de grande y mucho de pequeño; algo de gigante y mucho de enano, siempre violento, no tan sólo con los hombres sino con la Providencia, qne no lo había hecho Hércules para hundir ue un golpe de mano á la huma. nidad, audaz y soez, jugaba en los acontecimientos relativos á la guerra de la Independencia de un modo sorprendente, de tal manera que, á pesar de Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 16 JosÉ TOMÁS ROVES. no poderse, tal vez, dar cuenta, del por qué de lo que á sus pies pasaba, de por qué obraba de este ó de aquel modo, ni de la. significación verdadera de aquella lucha titánica qne había de variar la forma. do la civilización en todo un continente, hubo mo. mentos en que tuvo atada. á su propio destino la suerte de millones do hombres! Si BOYES hubiera sido virtuoso y tenido nó la idea, que no le faltaha, sino la luz de la ciencia que da vigor á la. idea, haciendo vivos y penetrantes los esplenuores del genio, empresa. mucho más dificil hubiera. sido pa.ra los patriotas de la. antigua Colombia la. de ver lucir sobre sus cabezas el sol de la lil)erta.d. VI Unido BOVES 6. Antoñanzas ú. los pOCORdía:¡ de su evasión de la cárcel de Calabozo, siguió con éste para la provincia de Cumaná, de donde volvió en seguida á Barcelona con el fin de servir á las órd,anes del Mariscal de Campo don Juan Manuel Cajigal, que defendía por esas tierras la causa del Rey, por orden del entonces Capitán general de Venezuela, don Domingo de Monteverde. Perdidos Antoñallzas y Cajigal por consecuen. cia del arrojo de ese grupo de valientes jóvenes; que al mando del General Santiago Mariño se prouun. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia JosÉ TOllÁS llOVES. 17 ciaron contra la tiranía en el islote de Chacacha. care, ROVES, con una pcr¡\lefía fuerz:]. montada, convencido de que por sí misll'lo podía hacer la guerra, pues que su instinto lo decía ser superior ú todos los otros Jefes realistas, se internó á mediados de 1813 por los llanos de Caracas, resuelto á Ha obe. decer otro dictamen qU3 el de su voluntad. Desde este momento empi€7.u b ulo'l'ia para aquél lidiador formidable, que, por fortuna. para la libertad, pas6 pronto como pasa el rayo, dejando In. huella de sus estragos! Jinete intrépido y ú8il gún teatro más tí. propósito raciones que el piélago de gente mús al colmo del empresas, Y lancero poueroso, nin. para dar cima ú. sus aspi_ las llanuras; ni ninguna. deseo pan¡, SllS atrevidas que los salvajes, sufricJos y valerosos habi- tantes de los desiertos. Atraer á los llaneros á su partido con toda especie de halagos y de promesas, fué el plan meditado de BOVES. Resultado que DO em <lifícil, pues que no siendo militar este cauJilIo, en la acepción genuina de la palabra, ni gllstando del oruen en la organiza. ción, poco esfuerzo tenía que emplear para. hacerse seguir por aquellos hombres ú. quienes no iba tí. obli. gar el régimen duro uo la disciplina ue los cuerpos reglauos, ni ponía límites en el desorden y el pillaje. De manera qna, ú principios de Septiembre, BOVES recorrb}af> llanuras uel Apure con un cuerpo considerable de soldados ue caballería, armados to. 2 Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 18 JOSB TOMÁ.S nOVES. dos de lanzas y llevando algunos trabuco y e8:~ada, vistiendo un corto calzón que apenas les pasaba ¿.e las rodillas, una camisa ancha y holgada que les cubría medio muslo y un sombrero redondo de gr~.ndes alas. Apenar, se sinti6 fuerte, pretenllió obrar sobre la provincia de Caracas, con el fin de inquietar i; Bolíva.r, que por entonces creía salvada la República, y embarazarlo en los planes de campaña que tenía para la completa pacificación del paíR. En efecto, hallándose el Coronel Carlos Padr6n con setecientos infantes de línea en el caño de Santa Catalina, BOVES le cayó el 27 del mes citado con mil jinete.'l, é hizo terrible mortandad en los patric,tas ; avanzando inmediatamente después sobre b villa. de Cura, cuya.población fué desapiadadamente :puesta á saco. De Cura pasó sin demora á Calabozo COIl el ánimo de permanecer allí algunos días y levantar un grande Ejército; pero el Libertador, que empezaba yá á sospechar de todo cuanto podía ser ea,paz aquél aventurero si lo dejaba. organizarse cOllvenientemente, mandó con mil quinientos jineteó al Coronel español Campo Elías, que era un hombre tan activo y valeroso como BOVES, para que, unién_ dose á mil infantes que mandaba el Comandante Miguel Uztáriz, fuera sin pérdida de tiempo en Sll persecución. BOVES, que como por encanto, había elevado su Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia , , JOSB TOllAS nOVBd. Ejército 19 ú. dos mil hombre~ (le á caballo y quinientos infantes, esperó ú. pie firme á Cu.mpo Elb.s el 14 de Octubre en el ¡;itio de l\Iosquitero. Rcñida fué la lucha, siendo al principio favomble á los realistas; mas, hallándose en la ¡íltima extremidad el Jefe patriota, ordenó un ataque vigoroso, simultá.neo y general sobre tod~" b.~ filn.~enemigas, yen dos horas de horrible batalla <.le cuerpo ú cuerpo, en que fueron muertos miÍs de dos mil combatieutes, HOVES se retiró del campo con sólo treinta jinetes quo le quedaban libres, dirigi~ndose al pueblo del Guayabal sobre la orilla iu¡uierda del Apure. Empero, más tardó esto insigno guerrerro en lier destruído que en volver á. rehaccrse eu sus guaridas, allegándose nuevos sohlados y recursos. Imposibilitados los patriotas para perseguirlo por de pronto, ú consecuencia de tener otras atenciones preferentes é indeclinables, el déspota asturiano, clebido i sus esfuerzos é ingenio, y merced á una circular que diú ú todos los vientos, en la cual prometía el pillaje de todas las poblaciones patriotas á los iudividuos que se lo unieran, reunió prontamente cuatro mil jinetes, y cayó el 8 do Diciembre sobre el Coronel Al. dao que, con mil quinientos infantes, resguardaba el paso de San :Marcos del río Guárico, pereciendo todos estos servitlores del derecho heróicamente, y ocupando BavEs en seguida y de nuevo ti Calabozo. A partir de este triste y funesto suceso que puso término á los desastres de la guerra de Venezuela. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 20 JosÉ l'OMÁ.S nOVES. en el año de 13, Bolívar adquirió el pleno convenci. miento de que BOVl!;s em un lidiador temible, a~í por el prestigio que recobraba sobre las masas, quo por miedo á. su feracidad 6 por admiración á SU3 hazafías llegn.ron :1 trilJlltarle culto, como por su in. trepidez y actividad. Así, se penetró de quo ell ade. lante era preciso é inuispensablo, en cuanto lo pero mitieran los movimientos generales de la campaña, prestarle la debida atencióu, no fuera que por des. cuido diera muerte á la revolución enseñoreálldosl~ de la República naciente. VII Para fines de Enero de 1814, habiendo reunido BaYES en Calabo;-;o una fuer;-;a de siete mil hombres de todas armas, emprelluió marclw. hacia la villa de Cura con la osada pretensiún de tomar G. sangre :Y fuego la herúica cimlad de Caracas, y dechrarse allí, como lo babía hecho :llonteverde, Jefe Supremo del Gobierno del país. Sabedor Campo Elías de este movimiento de les realistas, les ,<¡alióal encuentro con cuatro mil horr .• bres, tomando el 2 de 1<'e1>roroposiciones ventajosns en el sitio de In. Puerta. El 3 por 1;). madrugada, BaYES acometió con singular arrojo tí. los republicD .• nos, quienes COII extremada impavidez resistieron las impetuosas cargas de sus enemigos; IDas á eso de ks cuatro de la tarde todo Labía terminado, quedando la Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia .rOS}; TmIÁS nOVEEl 21 victoria á favor <le los tirD.nos. La persecuci6n que se hizo á los vencidos que no murieron en In batalla fuú horrenda; ceren. de mil fueron alanceados bárbaramente; desJlOll1'alldo BOVES en esta ocasi6n, más que en otras, Sll triunfo y su heroísmo, pues que el verdadero valor que por lo común es generoso aún cuando se halle en pechos incultos, se compadece siempre del infortunio, mirúndolo al través de las leyes que consngran los sentimientos humanitarios. El vencedor, eu vcz de reposar en la. Puerta de la rudn. faena porque acababa de pasar, mandando da.r muerte á los heridos de su ejército que no podían seguirlo, "á f111tIe evitarse el estorbo que podían causarle," impetuoso se lauz(í en el acto sobre la Victoria, plaza fuerte resguardada por el invicto General José :Félix Ri vas. Llegado que hubo á ln.s inmediaciones de esta ci1ltlud, el 12 del mes citado, 1:1atacó á las ocho de la maunna cen dascsi;Ctc.clo ":);0.'. Cnlcntn. fué esta lucha par:t anbos c~H:b[lt¡cn~cs, pnc::; que la sangre ue inundó todas la" ca:Jcs la. p01Jbeilín; puuieudo haber triuufado los reuli~tas, ¡: pc~a ¡' del denuedo y resignaci6n de SllS contrarios, quicnes estaban resueltos ií (lorenJor la plaza lJUsta b extremidad del sacrificio, si á las onco de la. maihua del día siguiente fuerzas do repuesto no upn.recen á la retaguardia <le los acc:ucteuorcs, lOS ¡;l\~!es, en atenci6n á esta nueva, se rctiraron en buen orden hacia Cura, dejando mil muertos en el campo de batalla. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 22 JosÉ TmIÁS nOVES. En Cura hizo BovF.s cita ti todos los Jefes realis. tas que tenía. cercanos, con el propósito de formar una gran masa de fuerza que arrojar sobre el I.i. bertador, quien había tenido que retirarse del sit\o de Puerto-Cabello, temeroso de lo que pasaba en el centro de la provincia de Caracas, para establecE'r su cuartel general en San Ma.teo, á donde llegó d 29 de Febrero COl! mil novecientos infantes y seis. cientos jinetes. BOVES, á quien los descalabros irritaban en ve2; de inmutar flU valor, habiendo aumentado sus tropas tom6 camino de San :Mateo con siete mil quinientos hombres, en su mayor parte de caballería. El 25 del mes en referencia llegó al pequeño pueblo de Cágua, poniéndose á tiro de fusil de los republicanos, y al rayar el alba del 28, después de baber estudiado el campo enemigo y tenido con las avanzadas de éste algunos combates parciales, arrojó gran parte de su Ejército sobre la línea principal de los libres, que comandaba el Libertador en persona. Violento y desastroso fué el cboque, el cual, tomando á cada instante un aspecto ,más aterrador y trágico, se hizo general á eso ue las tres de la. tarde en todas las líneas de batalla; alJD.ndonandoel caro po al acercar. se la noche la fuerza rea)i~ta para situarse en las alturas que al Occidente dominan la explanada de San Mateo. i Quién gan6 la batalla? En este particular ha habido opiniones encontradas, pero es lo cierto que Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia JosÉ TOMÁS BOVES. 23 el realismo no la perdi6. Bolívar mismo, ocupándose de este suceso en un documento oficial, dice: "Tan resueltas y constantes fueron las cargas que recibie. ron nuestros cuerpos, y de tal manera se les agitó y desangró, que si el enemigo no se retira, probable. mente nos hubiéramos perdido." RaVES jamás había estado tan espléndido como en aquella lucha: llevaba cogidas de los dientes las riendas de su brioso corcel y peleaba con una lanza en cada mano; pero dió tres caballos que montaba y puso término á la. acción de aquel día, por consecuencia de haber recio bido una grave herida de lanza hacia el lado izquierdo del pecho, que lo oblig6 á retirarse á Cura. en busca de curación, después de haber alojado bien sus tropas, con orden de que se mantuvieran firmes en las posiciones que les fueron señaladas. Uepuesto un tanto de SUb dolencias, volvi6 al lado de los suyos el ID de Marzo siguiente, y al otro día, no pudiendo contener la impaciencia que lo atormentaba, empezó de nuevo sus cargas formida. bles saliéndole siempre mal sus intentos. Desesperado por la resistencia y escaso yá de municiones, dispuso que en la madrugada del 25 una fuerte columna de tropas con él á la cabeza, rompiendo á cualquier costo \lna línea de batalla, penetrara en el campo de los patriotas y tomara el ingenio de San :Mateo en donde estaba el parque 1 Esta arriesgada operaci6n fué ejecutada con tánta pericia como audacia, y en el ánimo de los soldados Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 24 JOSB TO~ÁS nOVES. libres hubo un momento de incertidumbre respecto del éxito favorable de la contiend3.; mas cuando Bo. VES creía cercano el t~rmino de su empresa y estaha para. cosechar la victoria, se oyó una terrible deto. nación que puso fin iÍ. aquel duelo glorioso! Ri. caurte había puesto fuego al parque, y dando su nombre á la inmortalidad, subía envuelto en luz al cielo de los héroes predestinados, habiendo sfl·).vado en aquel momento supremo la República. !! ! ROVES, si nó aterrado, porque su espíritu era inaccesible á esta especie de conmoción, 6.lo menos sorprendido de aquel acto heróico que hizo grande estrago en sus tropas, mandó tocar retirada. á las doce de la. mañana y desfiló en buen orden hacia su cam· pamento. Este acontecimiento y la circunstancia. de.haller. tenido fidedigna noticia de que se aproximaba á paso redoblado el Ejército de Occidente, comandado por el ínclito GeneralllIariuo, lo obligaron á levan. tar el 30 el sitio de San Mateo; no yá para volver la espalda al enemigo sino pa.ra dirigirse sobre aquella nueva fuerza con cuatro mil hombres que aún le quedaban. Mariño, que tenía poco más ó menos el mismo número de soldados, tomó posiciones ventajosas en el sitio de Bocachico, y con la altiva conciencia de un lidiador sereno, esperó á su implacable adversa. rio. El 31, á las nueve de la mañana, acometió el frente y el ala derecha del enemigo, encontrando en Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 25 JOSB .T01f,\S nOVES. a.mbas partes una resistencia asaz heróica, y á eso de las doce hizo extensiva la batalla al ala. izquenla que dirigía. Mariño, haciendo en aquella. línea estra. gas horribles con su caballería. A las cinco de la tarde, á semejanza del Cid Campen.dor, se batía el atleta asturiano con un denuedo ¡¡¡in segundo, vién. dose obligado, mal de su grado, de la. noche, por carecer {¡, retirarse absolutamente á las seis de municio- nes, deja.ndo tendi{los en el campo tres mil muertos! BOVES con mil doscientos jinetes que Ralvara, se encaminó á V ll.lencia, plaza sitiada ií. Ejército de Ceballos; pero 111. sll.z6n por el al dla. siguiente ,le su retirada. de Bocachico, el General Mariano Mantilla, destacado de San Mateo por orden de Bolívar, le picó la retaguardia, molestúndolo de tal suerte, que logr6 hacerle mús de doscientos muertos y trescien. tos prisioneros. El 3de Abril, después de mil contratiempos que por cierto no llegaron á abatir la grandeza de su ánimo, consigui6 unirse á Ceballos, que tenía. yá en la última extremidad al afortunado y benemérito General Rafael Uruaneta, que cro. quien defendía á Valencia; mas, apenas se combinaban aquellos dos déspotas para dar un asalto 6. la plaza y tomarla á cualquier dor venía prudente la fuerza donde se costo, tuvieron noticia de que el Libertaen defensa ue los sitiados, y les pareció abandonar el campo; tomando BOVES con que le pertenecía la vía de Calabozo, en rehizo con admirable prontitud, pues que Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 26 JosÉ TOMÁS nOVES. este hombre, ya por el prestigio que había adquirido, y ya porque no se paraba en medios, reparaba fácil. mente sus pérdidas y hacía la guerra {¡ la libertad con una actividad que sus contrarios 00 podían evitar ni rivalizar. Al promediar de J uoio, se movió de Calabozo con cinco mil jinetes y tres mil infantes en busca de Mariño, que comandaba ('1 Ejército libre mlÍs cercano y mejor organizado. Avisado éste de tal movimiento, avanzó sobre el glorioso sitio de La Puerta, á donde á su llegada se le unió Bolívar, y haciendo ambos una fuerza de seis mil hombres, esperaron i su implacable enemigo. El 15, escar. mentado el Jefe español COI:. los descalábros que el Libertador le había dado en San Mateo y aleccio. nado yiÍ en la escuela de la experiencia, dispuso mi. litarmente sus cuerpos para la batalla, y:í las diez del día atacó á los republicanoR con tal furia é im. pulso, que tí las seis de In. tarde, después de haber hecho tina gran mortandad, superior en mucho á la de 'cualquier otro hecho de armas de aquella guerra á muerte, obtuvo la más espléndida victoria de que caudillo alguno se vanagloriara jamás; salvándose el Libertador, Mariño y otroR Jefes de caer en poder del enemigo, merced i la oSéuridud de la noche. Mil trescientos prisioneros de aquella jornada desgraciada fueron pasados por las armas, y á más oe trescientos filas realistas, beridos baldados, pertenecicntes tí las se les acabó de matar, "por un acto Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia JOSB T01tl.ÁS nOVES. 27 de piedad, dijo BOVES, y para que no fueran obs. táculo tí los rápidos movimientos del Ejército ~!" En acto continuo el insigne guerrero marchó en dirección tí la Victoria, población que ocupó e117. destacando de allí una división con destino á la heróica ciudad de Caracas; luégo de lo cual continuó su mar. cha con el grueso de su fuerza sobre Valencia, ocupa. da por aquel entonces por el valeroso Coronel Juan Escalona. El 20 se puso al freute de la ciudad, (í inmediatamente propuso uno. capitulación á los de. fensores de la plaza, In.que habiendo sido rechazada, dió lugar tí un sitio rigoroso, en que eran así de terribles como ee frecuentes las acometidas de los sitadores. El 9 de Julio, habiendo perdido yá Escalona las dos terceras partes de su fuerza, y falto de víveres para atender tí la manutención de los f;oldados que le quedaban, resolvió capitular, celebrándose al efecto un Convenio en el cual se comprometía naVES tí respetar la vida y las propiedades de todos cuantos individuos estuvieran en la plaza. Dos días después del Tratado, siendo usanza en los caudillos realistas no cumplir jamás sus prome. sas á. los patriotas, BavEs, volviendo la espalda al compromiso contraído, ase;;inó á casi todos los ven. cidos é infinidad de patriotas respetables de Valen. cia, poniendo á saco la ciudad y permitiendo que sus Tenientes y brutal soldadesca ejecutaran actos de pillaje tales, que ni aun siquiera mereci6 respeto Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 28 JosÉ TOMÁS ROVES. el honor de las mujeres; las cuales, en defensa de su honra, se acogían á los templos, creyén<losl~ res. guardadas en b casa de Dios, en donde eran 'riola. das al pie de los altares, cuyas nra¡; fueron salpica. das de sangre! ! Nublado el cielo de la Patria por los descalabros últimamente referidos y por algunas otras victorias cosechadas por los déspotas, BOVES, tí pesar de ser Cajigal el Capitán general de Venezuela por aquella época, se declaró Jefe ab;;olnto, civil y militar, de las provincias que habían conquistado SllS arm;.l,S, y empl;lz6 {¡ echar los cimientos de la más espantosa tiranía que pueblo alguno haya sufriJo; ordenando á sus conmilitones para que sin conmiseración algu_ na dieran muerte ú. todo patriota que cayera en sus manos y le confiscaran sus bienes, "en defens¡~ y por amor á la causa de su l\Iajestad el sercnísim{l Rey su señor, don Fernando VII." Gozaudo se hallalm de SlIS victorias, cuaudo 1:mpo que el1l1alogrado é intrépido Gelleral ;\Iallllel Piar había obtenido algunos triullfos en jnri~dícción do la provincia de Barcelona, merced ti los cuales lo. grara poner una fuerza do dos mil hombres, é inmediatamente se lanzó sobre él con pasmosa celeridad, y lo venció el 16 de Octubre en h\ SaOanadel Sala. do, pereciendo casi todos los soldados republicanos, acuchillados por sus enemigos. En el acto, sin dar respiro á su gente, se vino sobre Maturín. en donde los Generales Rivas y Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia JOS}] TOMÁS llaVES. 29 Francisco Bermúdez ha.ulan hecho, dehido mús que ú otra cosa, (L las per:ieCllcioncs r ferocidad del des. potismo, uu acopio de cuatro mil homhres armados, resucltos á morir en b contienda lidiando como buenos, ó á salva" la liLertad. Noticiosos los Generales l1atriolus dclmovilllieuto de BOVES, salieron ú su encuentro y lo esper::trou cn el valle de U rica. El [) de Diciembre al amanecer, llegó (¡ este sitio el feroz tirano y formó su Ejército constante de ~iÍete mil hombres, en dos línea •• paralelas é iguales de infantes, con la cahallería ti los costados. Al ver los Jefes patriotas esta!; disposiciones, y convencidos de la superioridad de las fuerzas que iban á comba. tir, comprendieron que era indispensable compensar las ventajas del enemigo con un grande arrojo de su parte, ofreciendo un grado á cada Oficial y una. recompensa pecuniaria. :.í cada soldado si la batalla se ganaba. BOVE8, inmóvil, aguardó el ataquc, y apenas principió ésto á las ollce de la mañana, hizo obrar f'imult{¡nearnente todas sus tropas, convirtién. dose de acometido en acometedor; pero halló tal denuedo en los soldados libre ••, que á la una de la. tarde e••taban perdidosos los realistas. Fué entonces, al ver volver grupa tí. un cuerpo do su caballería, cuando después de haber hecho los mayores esfuer. zos para contener ú. sus jinetes aterrados, viendo un pelotón de gente encima que abaleabll y lanceaba á diestra y siniestra, !iintió encabritarse su caballo, haciéndose indúcil á la. voz y al freno, siendo éste el Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 30 JosÉ TO:MÁS BOVES. instante preciso en que un oscuro soldado republi. cano le atravesó el pecho de un lanzazo, derribán. dole en el acto al suelo. A poco muri(, lanzando al cielo horrorosas blasfemias. VIII Por lo que se ha visto, BOVES,militar incorrecto, toda vez que ignoraba por completo los principio:, de la táctica y la estrategia, luchó contra los mú¡¡ hábiles, intrépidos y aleccionados Jefes republicanos, venciéndoles en lid leal y franca gloriosamente. Derrot6 á Bolívar, el vencedor en Boyac6.,Cara. bobo y. J unín ; derrotó {i, Mariño, el héroe de Cu. maná y Guayana; derrotó á Piar, el coronado por la victoria en el J uncaly San lfélix ; derrotó á Rivas, á Bermúdez y á muchos otros militares más, de alta nombrl1día por sus hazañas admirables, su saber y su valor indomable; debiendo tenerse presente que en sus triunfos sobre estos preciaras lidiadores nunca. us6 de la encrucijada, del asalto traidor, ui de nin. gún otro medio infame. BOVESno ocultaba sus movimientos al enemigo, ni trataba nunca de sorprenderlo ; antes por el cou. trario, frecuentemente le daba la. ventaja de tomar posiciones, atrincherarse, formarse á su acomodo para. la batalla, y luégo le caía como una centella por el frente, por los flancos, por la espalda, hacien. do estragos espantosos. Vencedor, no daba cuartel; vencido, no lo pedía! Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 31 Jas}; 'rollÁ.S naVES. Lo. República naciente tuvo temor de aquél Sa.. tanás, y (Í fe que tCllÍD. r:1í1ún; pues que apenas se incorporó al realismo, su nombre fué el centro vivo de la insurrecci6n contra la libertad, produciendo por todas partes el efecto do un reguero de pólvora. De modiados de 1813 á Diciembre de 1814, hizo prodigios como guerrero, yendo de victoria en vic. toria hasta adquirir una justa fama, que lo ha hecho pasar tÍ la historia patria, ue la cllal no será posible arrancar su nombre. "Casualidad, dice Baralt, que semejante enorme patán y feroz bandolero baya podido tocar la gloria 1" Nó; nosotros creemos que para trepar á ciertas cimas, yá se tome por el ca· mino del bien, yá por el del mal, no basta Her es. túpido, sino que se necesito. tener genio. Napoleún grande, Washington grande, grande, esto no ofrece ninguna dificultad Bolívar para el espíritu; pero cuando se trata de Ner6n, de Atila, de Sila, de BavEs, el criterio se ofusca y les niega la Huperioridad, lo que es una injusticia. Bolívar era un héroe coloso; BaVES un héroe monstruo. Así, toda la diferencia entre estos dos guerreros gigantes, estriba en que el primero fué más correcto que el segundo, y en quo la gloria para el segundo es sombría, pertenece á las tinie. bIas; en tanto que la gloria. del primero es brillante, corresponde á la 1uzo BavEs era tan espléndido cruel en la victoria. Perdido, en la derrota, se retiraba como del campo Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 32 JosÉ TOMÁS llOVES. de batalla á paso corto y con ánimo firme, á la som. bra de un reguero de metralla q uo lo persElguía; y como Anteo, después ue una caída, volvía á le. vantarse en el acto, rehaciéndose como por encanto. Victorioso, acuchillaua sin pieuad al vencido y hacía que sus bárbaras legiones trituraran con las patas de sus caballos :i los muertos y ií los heridos, hasta convertirlos en masa informe: Incapaz, n6 de amor, pero ni de mero car:.ño en favor de sus semejantes, jam:is llegó á enternecerlo mas en presencia de las grandes catás. trofes, soltaba cierta especie de carcajada que lo hacía horrible! la desgracia; N o obstante esto, cuentan las crónicas de aq ue. 110s tiempos tormentosos, que en una ocasión ::lUbla. ron las lágrimas sus expresivos y grandes ojos. Hé aquí la causa de este Úngular enternecimiento: BOVES amaba su caballo, una bestia negra de;. color de su alma, :i la que llamaba Antinoo, en renuerdo á la memoria de su padre. En este caballo, intrépido como su amo, eu que libraua todas sus batallas, se hallaba montado el 28 de :Febrero en la lucha de San Mateo, y allí fué muerto de un balazo el brjoso animal que tántas escenl\S sangrientas había presen- ciado. Siendo esta la causa de las únicas lágrimas que en Sll vida derramara aquel famoso adalid de la guerra de nuestra Independencia, á cuyo reeuerdo van unidas, como merecido castigo, las maldi.ciones de la posteridad y la reprobación de la historia. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia PABLO MOIULLO. J Dignos del noble orgullo patrio son todos los acontecimiento;; que compoucn la magua guerra de la Independencia de Colomuia. Parece que Dios que, como á. los ilCmhrcs, SClillla tÍ las naciones el rumbo que deben seguir en su marclm hacia el por. venir, templó la salia implacable ue los mandatarios peninsulares en el vivo fuego de la tiranía, y <lió al mismo tiempo á los siervos de aqnellos hombres mi. mados por la fortuna, el RD.CrOsllnto sentimiento del deber, para que puestos en intransigente anta. gonismo, se sucediera. esa lucha colosal y por demús sangrienta, que ha llenado al mundo con su fama, y que figurará como uno de los principales episodios hist6ricos en las evoluciones por que ha pasaJo la humanidad. En quince años de devastadora y pertinaz CODo tienda, de 1810 tÍ 1825, quú variedad y granJeza de sucesos, dignos todos de eterna recordaci6n! La li. bertad y la virtud en liti abierta con el despotismo, producen dos especies de hombres: los héroes y los verdugos, que se chocan perpetuamente con intre' piJe:6 inauJita, dejando para la historia páginas de gran valor, monstruosas Uilas y otras esplén. didas. 3 Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 34 PABLO MORILLO. Después de trescientos años de ominosa servi. dumbre, cuando aún las Colonias vivían en plena oscuridad de los principios que consagran In digni. dad y el derecho del hombre, ver levantarse unos pocos adalides que, amantes de la justicia, arrojan á la cara de sus tiranos el guante de la insurrección; de una guerra á muerte 11la que ha de sobrevivir 6 la raza de los libres 6 la raza de los déspotas, es, sin duda, provocar un duelo magnífico, cuya sublimi. dad merece perpetua apoteósis. y lo que más asombro inspira es que aquel gru. po de invictos lidiadores y probos ciudadanos, al incitar el colosal conflicto que había de variar por completo los destinos de los pueblos de América, no contaban con más recurso que aquel qua da á los hombres de valeroso corazón y levantado espíritu, la confia.nza en el porvenir y esa profunda fe qU·3 producen las grandes y generosas ideas. Fué al impulso, pues, de un filantrópico senti" miento, como nuestros ilustres progenitores con una abnegación sin ejemplo y aceptando de antemano la muerte, único premio que había de coronar sus po.. tri6ticos esfuerzos, asumieron la respoosabilidad de esa .guerra. titánica, cuyo conjunto es maravilloso y cuyos incidentes, yá horribles y yá magníficos, me· recen alaba.n:¡a. Empero, como los acontecimientos no se verifi. ca.n por sí solos, toda vez que nada se mueve sin una fuerza 6 voluntad superior que determine el movi. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia PABLO ¡\lORILLO. 35 miento, forzoso es, al considerar esas tremendas evo. luciones sociales en las que la filosofía reconoce con entera certidumbre In. a¡;ciún uirecLa de la Providencia, conocer la parte Cj'10 en los sucesos corresponde ú ciertos hombres predestinados, y estudiar indivi. dualmente el carácter de éstos, representado on su vida activa, á fin do dar el respectivo relieve al cua. dro general de la historia; en cuyo estudio adquiere la experiencia las más fecundas ensefiamms. Obedeciendo ú este concepto, nos proponemos bacer la reseña biográfica de uon PABLO MORILLa, desde luégo que este cauuillo representa un papel de altísima importancia en la guerra ue nuestra. Independencia nacional, aharcn.nuo un periodo ue seis afios, acaso el m(LS notable de aquella herúica lucha á muerte, en que tállta sangre gellerOSu. se vertió con una abnegación uiglla ue la causa ue la libertad y del honor de la Patria. Il Don PABLO MORILLO,Conde de Cartagena, y Lugar-Teniente General de los Ejércitos cspafioles, condecorado con la Cruíl de honor de Isabel la Ca. t6lica, vino al mundo en la Fuente de l\Iulva de la Provincia de 'l'oro en España, en la noche del 27 de Octuure de 1777. N ació de un matrimonio de paisanos, ó lo que es lo mismo, de padres de humilde sangre según las Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 36 P ATILO 1.1ORILLO. preocupaciones aristocráticas de su época. Ro.zó.J.por la cual no trajo al mundo otra posición que la muy oscura de su familia, la cual se ocupaba en el cultivo de una. pequeña heredad que era todo su patrimonio. En su niñez aprendió á leer y escribir; gé. nero de ilustración, bastante reducida por derto, que constituía las aspiraciones intelectuales del vulgo de su tiempo. Hasta. 1795, siguiendo las prácticas é indicaciones del poder paterno, y sin otro horizonte que el bien limitado de su condición, ojerció el oficio de pastor, llevando una vida inocente y sencilla, propia de los humildes quehaceres á que estaba sometido. En 1796, debido á las influencias de un amigo de su padre, fué enviado 14 Salamanca con el fin de hacer algunos estudios literarios que lo prepararan para entra.r en la carrera eclesiástica; mas. cuan. do su inteligencia empezaba á adquirir el desarrollo natural que proporciona la enseñanza, hubo de cansarse de las letras, y separándose de los claustros tom6 servicio en las tropas de la marina rl~al en calidad de soldado. MORILLO, al dar este paso, obedecía tan sólo tí sus propios deseos. Faltándole vocaci6n para el sacerdocio, ministerio que requiere tántas y tan st.blimes condiciones de espíritu y de carácter, no se sinti6 con fuerzas bastantes para ser misionero de esas Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia P ATILO MORILLO. 37 grandes y generoEas ideas que purifican nuestra alma elevtíndola por .encima de las miserias y vani. dades del mundo; y dando corriente tí sus inspira. ciones se lanzó en la carrera militar, en la cual cre. y6 encontrar mejores horizontes para sus instintos. Llega en breve la primer guerra de España con la Francia; guerra á que diólugar la ciega y torpe política de Carlos IV, y la ambici6n del astuto Ministro de este Monarca, don Manuel Godoy, Príncipe de La Paz, y MORILLa, dotado de esa.inmensa cualidad del valor, que ha trasformado tántas nulidades en hombres de Estado, se bati6 briosamente en varios encuentros, adquiriendo en esta campaña el grado de Sargento. Poco después, hallándose al servicio de la escua. dra eHpañola que entr6 á Tol6n, cuando esta plaza fué entregada por torpes combinaciones diplomáticas á los ingleses, se le ascendi6 á. Capitán de fragata, en atención á su inteligente y heróica actividad en varias operaciones militares, en las que 1a fortuna, esquiva para uuos hasta la crueldad y generosa para otros hasta el cinismo, hubo de mostrársele pr6spera. Desde entonces empieza para esto hombre rllla vida enteramente nueva: vida de peripecias, de triunfos y honores, sin que la mirada más perspicaz pueda darse cuenta, ni siquiera suponerse, hasta dónde aquel humilde pastor, metamorfoseado de repente y por una casualidad en escolar y de es. colar en guerrero, pueda escalar para su nombre Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 38 PABLO 1I1ORILLO. una. posici6n que lo ha hecho trágicamente cIne. bre, dándole un puesto en la historia. III Sucede con frecuencia que el amor propio de nao cionalidad imprime cierto carácter al escritor, que le hace en ocasiones perder la imparcialidad, compa. fiera inseparable de lu. historia, y en especial de aquella parte que se refiere á retratar á los hom. bres que han sido autores distinguidos en los acon. tecimientos. Ante el juicio de una crítica justiciera, dice .Mr. de Lamartine: "Para la posteridad no debe ha. ber ni compatriotas ni extranjeros, ni amigo!! ni enemigos, ni vencedores ni vencidos, no debe ha. ber más que obras y hazaíías," toda vez que, no rc. conociendo la fama fronteras, de la conducta de los elegidos para desempeíIar ciertos po.peles en el e:;ce. nario de la ciencia, de la inteligencia 6 del heroís. mo, es que se forman las glorias de la humanidad, á las cuales la especie, por respeto Ú sí misma, debe homenaje y en ocasiones hasta culto. Hay también el error de creer que no se puede ser grande sino cuando tomando por un determi. nado camino, se trepa tí cierta cima. Para nosotros hay la grandeza que da la virtud, como la que dan la capacidad científica, el genio y el heroísmo; y Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia PABLO MORILLO. 39 hay también, aunque tristemente célebre, la gran. deza del crimen. Sería una insensatez negar el dictado de grande al piadoso Vicente de Paúl, como al sabio Newton, al intrépido Bayardo 6 al sombrío Torquemada, porque teniendo determinadas condiciones carecían de otras, más 6 menos apreciables, según los juicios de los hombres. En España se hizo de la palabra grande un nuevo título de nobleza desde el tiempo del denodado Carlos V ; título que se aplicaba especialmente lÍ. los guerreros afortunados, á los cuales les era permitido el honor de cubrirse en presencia del Rey y de re. cibir un tratamiento especial. Costumbre que llegó hasta el tiempo de Fernando VII, quien dividi6 á los grandes de la N ación en tres clases, tocando en suerte ú. MomT"T,o el pertenecer ú la segunda, que era la de aquellos que tenían puesto en las ceremoniaH reales y Fodbn cubrirse debnte del Monarca después de hallade lw,bbclo. Ahora. hilj!l, tenieuuo el mérito SllS escalas, pues que las cualidades humanas no estáu sujetas á la misma medid;1, don P AnrD MORILLa, por más que el criterio público se empeñe tan sólo en considerarlo como un miserable, torpe y Jesvergonzado tiranuelo, ávido de dinero y am.uicioso de mando, para los que conozcan su vida será tenido, á. pesar de su mala conducta, como un hombre notable, no solamente por Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 40 PABLO MORILLO. el valor que lo distinguía, lento y la audacia. sino también por el ta_ Vulgo en su niñez, lleg6 á adquirir en su patria una posici6n respetable, entrando en la nobleza que lo distingui6 por una larga vida de servicios á la Monarquía é instituciones de su país, á favor de las cuales jug6 de continuo su existencia con admirable abnegaci6n. Habiendo pasado su ju ventud en la ignorancia, llegó á convencerse de que para obtener un puesto de alguna importancia en la escala de las distincio. nes sociales, le era preciso cultivar su inteligencia, 'J' á poco de haber sentado plaza de soldado, á pesar de los continuos quehaceres de su profesi6n, se dedicó al estudio y logró adquirir bastantes conocimielltOH científicos en la carrera militar, llegando á ser ade. más un escritor de redacción fácil y castiza. Verdad es que en la guerra de América cometi6 grandes faltas y crímenes horrorosos, llevando en Venezuela y Nueva Granada mucha gente al ea .. dalso y al destierro, y empobreciendo las poblacio. nes con cuantiosos donativos superiores en mucho al estado de su riqueza; pero estos hechos injustos, cometidos casi siempre con inaudita crueldad, si bien le quitan la gloria de aparecer como bondadoso gue. rrero y probo ~fagistrado, no oscurecen el brillo d'3 sus hazañas, ni borran los inmensos esfuerzos qU'3 prestó á la causa de sus convicciones. Muerto á fines de 1814 José Tomás Boves, horn- Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia P ARLO MORILLO. 41 bre de gran prestigio guerrero, de voluntad indomable, de heroísmo sin límites, activo hasta el prodigio, y cruel como pocos de cuantos pisaran las Colonias americanas en aquellos tiempos aciagos y tempestuosos en que la muerte hacía tí. cada paso abundantes cosechas, apareció MORITJLO en 1815, militar de las mismas aptitudes de aquél é igualmente sanguinario, pero más correcto en todo, supuesto que se h~bía dado una mejor educación. Gran trabajo costó á los patriotas vencer á Boves, y su caída, que f\lé un derrumbamiento para la causa realista, se sucedió con su muerte, acaecida el 5 de Diciembre del año anotado, en la memorable batalla de Urica. Del mismo modo, para triunfar de MORILLO, poniéndolo en la necesidad de regresar tí España admirado del heróico comportamiento de sus contrarios, tuvieron éstos que hacerle una. larga campaña, aceptando toda especie de contratiempos y resignados 6. todo sacrificio. Haber venci. do á aquel renombrado y célehre caudillo, es precisamente una de las glorias de Bolívar y de cnantos á ello contribuyeron; pues que tal hombre, cuyo odio á la libertad era irreconciliable, era tan denodado y pertinaz en la. guerra COIllO astuto en su conducta política. IV La historia militar de don P ADW MORILLO em. pieza tí acentuarse visiblemente desde el 21 de Octu- Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 42 PARLa MORILLa. bre de 1805, día en que las Escuadras combina. das de Francia y España, pretendieron humillar el honor inglés en el cabo de Trafalgar. El eminente marino Horacio Nelson, que era quien debía salvar la dignidad británica, en presencia del enemigo, arengó á sus soldados con una sencillez elocuente, recordándoles estas tres palabras que conducen á los valientes á la cima del heroísmo: la pat1'ia, el deber y la confianza en la victo1'ia; y al instante mismo mandó al Comandante Hardy, su Capitán de pabellón, forzar velas, cayendo éste como un huracán sobre la línea francesa que ocupaba la vanguardia. Rota esta línea, los acometedores se lau zaron sobre la fuerza de retaguardia española; teniendo en. tonces lugar una lucha terrible en la que los navíos se cruzaban unos á otros, causándose extraordi. narios el;tragos, como jamás habían tenido lugar sobre la superficie de las aguas! A las ocho horas de batalla, cuando la victoria parecía fluctuar, ya en favor de la Inglaterra y ya en favor do las fuerzas coaligadas, ¿ las que comandaba el valiente Almirante Villeneuve, que fué por ~lgún tiempo juguete de las olas y blanco de la metralla enemiga, el triunfo hubo de proteger á NelsoD, coronando COIl su vida el hecho más sigo nificativo para su nombre de cuantos guerrero alguno haya obtenido jamás. MORILLa peleaba en aquel día á bordo del navío Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia PABLO MORILLa. 43 Plutón, mandado por el intrépido Capitán Cosmao, de quien era segundo, y cuando esta embarcaci6n, cuyos mástiles destrozados por la metralla no podía. sostener yá sus velas, permaneciendo como un tronco desmembrado juguete de mortíferos fuegos, se botó á nado y pasó lÍo mandar un bajel amigo, cuyo Jefo habra muerto; salvando al grito de Viva la }JspafLa, la bandera. de este navío que una hala acababa de echar al [''jua, é iz{¡,ndoIu. de nuevo en el lugar que le corrc"pondía en medio de un vivo fuego. Debido á increíbles golpes de audacia, MORILLa evitó el ser prisionero en Trafalgar, y pudo regresar con muchos de sus compañeros á España lleno de laureles; recomendándosele como el más brioso soldado de cuantos compu;;ieran la Escuadra que asistió á aquel duelo formidable. Poco después, indignado con Carloa IV por ha. ber cedido á Napoleón la Lui3iana, en pago del tí. tulo de l~eina para su hija y de altos honores para el Ministro Godo)'. ·;1.D que tan humillantes sacrifi. cios impidieran 18, invasión del territorio español por las tropas francesas, fué de los insurrcccionados en Aranjuez con el Conde de Montejo en 1808; insurrecci6n que proclamG Rey :í Fernando VII, Prín. cipe entonces de las Asturias. En el año anotado, habiénuose instituído la Junta suprema de Sevilla, con el fin de salvar la dignidad y soberanía de la Naci6n tie la invasi6n extranjera, fué nombrado Jefe de un Regimiento que Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 44 P ADLO nORILLO. se form6 en Agamonte, y allí colect6 mucho~: recursos de víveres y dinero, levantando al mismo tiempo dos Divisiones de á tres mil hombres, quo puso á 6rdenes del General Galuzo, que era quien comandaba las fuerzas que iban á hacer la defen_ sa de España. Galuzo hizo á MORILLa S:l Ayudante de campo COIl el título de Comandante, y le confió el m~ndo de una columna de tropas ligeras, destinadas tí espiar los movimientos de los franceses y ti obrar so. bre ellos en distintos radios. Comisión que desem_ peñó con sorprendente tino y arrojo, ha.ciendo ti 108 invasores en varios atrevidos encuentros un gran número de prisioneros que llevó ti Sevilla, J' á los cuales trató, ú pesar de las leyes á que la guerra somete al enemigo extranjero, con marcada. benig_ nidad, como fué reconocido por el Coronel Bra. monte que cayó en sus manos. En virtud del comportamiento á que se aC8,ba de hacer referencia, y tcniéndoscle ciega confiam;a, se le envió á Galicia con seis mil hombres en per"ecuci6n del General Ney, m{LStarde Príncipe de Moskowa; haciendo en esta vez una campaña tan rápida y feliz que le mereció grandes encomios y el título de Coronel efectivo. MORILLO dió ú. las tropas del gran Marisc.1I francés la heróica batalla de Vigo, que aun cuando de escasos combatientes por no haber peleado en ella más de diez mil hombres de una y otra parte ; Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia PABLO MORILLO. 45 fué famosa por los hechos de valor que en ella se cometieron y los propicios resultados para la causa española; entre los cuales se encuentran la toma de esta plaza, que era de suma importancia, y la ocupación del puente de San Paya, magnífica posición militar. Viénuose Ney oblirauo, en vista de estos contratiempos, 6.abandonar la Galicia. Fué en esta época, 1810, cuando el valeroso soldado á que nos estamos refiriendo, organizó el B.egimiento de infantería llamado de La Unión, que tánto se distinguió en la guerra de la Península, peleando en más de cuarenta accioIies. Batallón que en América, bajo el nombre de Valencey, hizo ruda y larga faena, siendo el único cuyos restos se salvaran en 1821 ee In. batalla de C:J.rabobo y volvieran, en parte, tí. España, tí dar testimonio del dcnuedo de los libres americanos. Después de la campaña de Galicia, }IORILLO continuó sirviendo con distinción á su patria: primero en Extremadura á la cabeza de algunos cuerpos de guerrilleros, á quienes hacía ejecutar sorprendentes evoluciones, pues que era extremada su pericia para la guerra de partidas; después, al lado del intrépido General Ballesteros en la provincia de Barcelona; y luégo á órdenes del Marqués de 10. Romana y de su sucesor Mendizabal, en la peligrosa campaña sobre el Portugal contra el intrépido Mariscal Massena. Cuando Mendizabal fué derrotado, 19 de Febrero de lRll, en las alturas de Santa Engracia, el Regi. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 46 P ATILO 1IIOR1LLO. miento de La Unión, comandado por MORILLO, fué el sólo á quien cnpo en suerte librarse de caer en poder del enemigo. Formado en cuadro, sostuvo en retirada, por cuatro días consecutivos, diez y siete cargas de caballería, y después de haber hecho €,s. tragos en las filas de sus perseguidores, logró reJ,¡o rarse á Elvas, cuarenta leguas distante del campo de batalla, sin haber perdido más de una sexta parte de las plazas que lo componían; logrando su Je:fe en aquel poblado, reUlÚr los di~persos restos del Ejército español y levantar de ligero nuevas tropa3, que fueron entregadas al General Castaños. Castaños envi6 á MOlULLO, ascendido yá á Bri. gadier, sobre la provincia de Córdoba, con tres m:ll hombres destinados (¡ entretener ií los franceses; pero habiendo sido tomada la ciudad de Valencia por el benemúrito General Suchet y además un:\ gran parte del territorio de b citada provincia, tuvo que replegarse sobre Ex:tremadura; hallándose ell seguida en la batalla del Arroyo de .Molinos, en donde el General Girard fué batido por Castaños, dejando en el campo siete mil muertos y tres mil prisioneros, entre ellos al Duque de Aremberg. De prinoipios de 1812 en adelante, :MORILLO tuvo el honor de 5ervir á. la vanguardia de las fuerzas españolas incorporadas al Ejército de Lord Wolling .. ton, y frecuentemente mereci(í los elogios de este hombre eminente, por su pericia, inteligencia mili. tar, sumisión é intrepidez. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia PABLO :HOlULLO. 47 Acompauando ti \Vellington en su famosa marcha hacia las frontera'! frn.nccF~s, por la que todos los hombres peritos en p,Sl1utm Je gucrra lo han consi. derado como uno da los primeros tácticos de su tiempo, se halló en la formidable y gloriosa batalla de la Vittoria que puso fin {¡ lu. dominación francosa en España; recibiendo en este duelo espantoso una herida de metralla en el muslo de la pierna derecha al rendir una llne[l.de cauones cuyos mortíferos fuegos diezmaban 6.sus compatriotas; por cuya hecho mereció que se le otorgara sobre el campo de batalla el título de Mariscal. Victoriosa y pacificada la Península, en todo lo cual MORILLa había desempeñado un papel que hará siempre honra ti su genio militar y {¡ su valor, fué uno de los primeros que reconoció tÍ :Fernando VII, vuelto all'rono de sus mayores, como Soberano absoluto de ESPUUll é Indias, jurando como leal vasallo las banderas de este Monarca, tan infeliz y débil en sus combinaciones políticas como apasionado en sus juicios. v Por lo expuesto se vé que no hay hasta aquí en la vida de don PAllW MORILLO nada que pueda merecer recriminaciones, ni siquiera ligera censura. No se cuenta que en sus campañas en defensa del honor de su patria, nubiera cometido acto algu. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 48 PABLO YORILLO. no que pueda hacerlo aparecer como un hombre perverso ó malvado; antes por el contrario, hasta 1814, época en que fué nombrado Jefe del Ejército expedicionario sobre Venezuela y Nueva Granada, la historia lo elogia por mil títulos que le dieron renombre, y en especial por haberse formado á sí mismo debido ú. con~tantes esfuerzos. i Cómo vino ef:.tecaudillo tí. América á comprometer su buen nombre, violando de COL tinuo el deber y la virtud y cometiendo los más horribles atentados contra el derecho de sus semejantes? Fácil es comprenderlo. En las guerras de la Independencia, los eriollos americanos no eran para los monarquistas españoles séres racionales pertenecientes á la raza humana. Gobernadas por tres siglos las Colonias al rigor del látigo y del más duro despotismo civil, los realistas creían que debían manejar á los rebeldes contra las instituciones de la madre Patria, como á bestia.s feroces; lo mismo que habían tratado á los indígenas los conquistadores, que merecieron por esta conducta del noble padre Las Casas, Obispo de Chiapa, los má.~terribles anatemas. Acostumbrada la España á ser obedecida sin réplica, el hecho de iu¡;¡urreccionarse contra ella (Ira ti sus ojos la ingratitud más horrorosa, el delito más inicuo de cuantos pudieran cometer los americano~: j crimen sobre el cual debían venir terribles castigos, yen especial el de la muerte, que según las antigug.,s Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia PABLO :lIIORILLO. 49 preocupaciones de la nobleza, em un derecho del señor sobre el súbdito, del vencedor sobre el vencido. Hase también, por otra parte, observado, que los sentimientos humanitarios no caben en hombres que por determinada educación se creen superiores 6.los demás y aUIl de distinta raza ó sangre, pues como muy bien lo ha dicho un célebre historiador, y de esto hay infinitos testimonio~, "b conmisera. ción y ]1) piedad sólo tienen valor y se ejercen entre iguales." Verdad es que los criollos de América des. cendían de los españoles; i pero es que éstos recono. cieron alguna vez, hasta tanto que ]a victoria los obligó á ello, tal descendencia? Don PABLO MORILLO, que estimaba como una honra el hecho de haherse levantado de humilde cuna; llevando en sus venas pura sangre española. 110 llegó jamás á pensar, á pesar de su nacimiento, que los habitantes del Nuevo Mundo fueran otra coaa que parias, cuyo único destino era sufrir y obe. decer, sin tener siquiera ni el derecho de exhalar la más humilde queja! En infinidad de documentos oficiales dirigidos al Gobierno de su paíl', vése con frecuencia que aquél hombre daba ñ. los americanos los más duros califi. cativos; apellidándolos constantemente de" cuadrilla de estúpidos malvados," de " infame canalla, á quien es necesario esterminar, pues que no sirve para nada, ni siquiera merece el aire que respira." El desdén más profundo del Gobierno peDin. 4 Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 50 P ARLO MORILLO. sular para con sus Colonias, á las que no conside. raba en el fondo sino como simples factorías, que habían de suministrar á la Corona parte de lo que necesitaba para sus cuautiosos gastos, atrajo sin duda el desprecio individual de los españoles para eon los americanos. De manera que, este menosprecio y el odio que levantó en el alma de los caudillos €xtranjeros In. insurrección que proclamaba la Injependencia, pueden ser un huen indicativo del modo como fueron tratados los rebeldes, baja canalla,," por ¡; otra parte, en el concepto poco piadoso tiguos señores. de sus an- No había, pues, que exigir de 1\1olULLO, caudillo enteramente militar, clemencia para con los crio_ llos, á quienes venía á sujetar á su antigua y larga obediencia; una piedad, decimos, que no contribuía á formar parte del espíritu nacioIi.al de su pa,ís. Así es que, él llegó á América con opiniones de antema. no prejuzgadas, y crey6 que debía tratar á los coloDOS con el mismo látigo con que de continuo se les había manejado en la paz, y con tanto mayor ruzón, "cuanto que se exhibín.n ingratos para con la madre de quien merecían todo, desde la vida hast:~ el estado civil." Si las grandes faltas, como el crimen pn,medita. do, merecen en alguna ocasión, no el ser justificadas, porque para hacer el mal jamás hay derecno, sino algún viso de disculpa, una buena educación, es cuando por canmcia la conducta 8e determina de bajo Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia l' AllLO nIORILLO. 51 preocupaciones radicales que constituyen vicios de inteligencia, tanto más imperiosos cuanto que es imposible sustraerse ú ellos ¡;in crecr que se comete una gran traiciún iÍ h conciencia. En el concepto de MORILLa, In.benevolencia para con los rebeldes) lo repetimos, era un crimen; y su. frienuo el engaño do todos cuantoR ea olvido de los sentimientos humanitarios se echan por el camino siempre oscuro do In. tiranía, creYlí que era cortando cabezas corno vol vía tí los pueblos insurrecciona_ dos al regimen de la olJedicGcia. Este error, sin duda lamentable, por los estragos que fueron su canse. cuencia, le quitú definitivamente ii la España 01 dominio sobro sus Colonias. Hagamos un ligero retrato moral de aquél hOlll_ bre, antes de verIo obrar cum pliclldo su cometido en la Capitanía general de Velleliuela y el Nuevo Reino de Granada. VI ~abemos ya cuales fneron su nacimiento y el oficio que ejerció en su niñez. Conocemos asimismo la educación que recibiera en su juventud, fuera de la sociedad de buen tono y de los claustros. El trato continuo con las personas de su clase y la soldaJeoca, dió á sus modales cierta especie de brusquedad que lo exhibía. con frecuencia soez; En ocaSIOnes en el 1Jol'te y de continuo en el lenguaJe. Duro por naturaleza, se dejaLa arrastrar por fI::: , ~;8l,'....~ fhA. -,;r \, f(f. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 52 PABLO HORILLO. movimientos repentinos de cólera; y cuando estaba dominado por la rabia era capaz de las más bajas y criminales acciones. Dotado de talento natural y de alguna imagina- ción, obraba en ocasiones, cuando no se dejaba llevar por el odio, con cierta cordura, y fie expres:lba con facilidad. Estando de buen humor, 10 que no le era frecuente, se manifestaba Tenía una franqueza jovial. cínica que muy se hermanaba con su brusquedad, pues á cada cual decía 10 que de él pensaba sin ambajes ni reticencias. Amigo de estudiar los tácticos y formado en los campamentos, era severo sostenedor de la disciplina y el orden en todos los ramos; gozando de cierta dulzura estudiada para con sus soldados ú fin de que le prodigaran Hombre movilidad, su estimaci6n. de organización y de increíble no tenía miedo ni de los climas, ni de las estaciones, ni de las distancias. Valeroso como el que más, perioridad fuerte nunca en el enemi~o, ni juzgaba que pudiera reconocía suen su vanidad ser vencido por nadie. No carecía de cieucia para no tenía el juicio plan de campaña, y de la audacia la guerra, y si ')ien suficiente para dictar todo UD gozaba de la malicia del caso y el criterio suficientes, para dirigir los movimientos vistos en el campo de determinados batalla. é impre- Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia PABLO MORILLO. 53 En su país no había sido ni pedante, ni cruel, ni ambicioso, pero apenas pisó la América se engri6 tanto, se volvió tan inclemente y le devoró tal codi. cia por el dinero, que se cree ver en él á uno de los primitivos conquistadores ó colonizadores, semejan. tes á los hermanos Pinzones 6 los Almagros. Tenía un aire marcial acentuado, yero. un mili. tar distinguido: bravo, activo, perseverante, calma. doen el peligro, pronto á tomar un partido en los su. premos momentos, fértil en recursos; infame ó recto para emplear la violencia 6 la seducción según conVlDlera. Por 10general, á excepci6n de don Pascual En. rile, su consejero, no razonaba nunca con nadie, ni consigo mismo, pues que encerrado en sus ideas se creía absoluto y bastaba que algo pensara para que lo llevara á cabo sin réplica. Magi3trado tiránico y de no muy alta visi6n políti. ea, cabalgaba como un chalán sobre la autoridad que tenía entre manos, creyéndose correcto en el Gobier. no aun cuando sus decisiones llevaran impreso el sello del absurdo. Experimentaba de continuo, insistamos en ello, c6leras horrendas, iras lúgubres, arrebatos de pasi6n que 10 hacían temible, y cuando por consecuencia de estos trasportes ascendía de déspota ó monstruo, no se conformaba tan s6lo con atropellar la ley y la viro tud, sino que iba en su delirio hasta gloriarse de sus depravados procedimientos. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 54 P AULO MORILLa. Cuando enviaba. al ca.dalso á un gran ciudadano, "de esos hombres il~stres con cuya muerte siente con mayor claridad nuestro espíritu los fecuudos y celestes destinos de la inteligencia humana," t.enía la singular osadía de ir á presenciar el suplicio y hubo una. ocasión en que lleg6 á insultar á la víctima que tenía por delante. Su alma, al menos mientras estuvo en AmÚica, no resonó jamás al choque de ninguna idea gene. rosa, de Dingún pensamiento benévolo, y llegó á tal punto su fatuidad, que habiéndolo reconvenido en una ocasión el digno Mariscal don Miguel de La ;orre, á fin de evitarle que cometiera una horrenda iujus. ticia, concluyó diciéndole satisfecho de sí mismo: "No de otro modo procedía César." MORILLa llegó al través de mil aventura:; y de innumerables dificultades, á la po:¡esión de lo que él creía su genio, al conocimiento de Sil fuerza y de su destino; y tan pronto como fué asediado por el amor propio, que es un mal consejero, se dió á obrar según sus lúgubres pensamientos, en completo olvido de los principios morales que trazan á los hombres la senda por donde se llega ti esa cima que constituye la verdadera celebridad. Su conducta en América, si, como hemos dicho anteriormente, tiene la causa atenuante de las antiguas preocupaciones de raza y del derecho que ~enía la España sobre sus Colonias, DO podrá jamás ser absuelta. Por su crueldad, que era más med:,tada y 1 Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia PABLO i\IORILLO. 55 horrenda que la de Boves, hubiera sido expulsado de Grecia en tiempo del dominio de los siete tiranos. Se dirá que no es justo pedir al hombre lo que la naturaleza no le bi~o y condenarlo por no baber tenido las cualidades propias de un cargo que la neo cesidad ó la Providencia quiso cometer le; pero á pesar de todo, forzoso es confesar que en narlie existe el derecho al esterminio y que los verdugos son siempre dignos de execración, y con más veras aquellos que no siendo estúpidos, como el animal que destro7.a por instinto, tienen la conciencia de sus actos. Por lo demás, la personalidad guerrera de Moera, como dicen los geúmetras, "un término medio ú un meuio proporcional," entre el vulgo y los béroes ; entre lo rea.l y lo ideal. Jefe parecido á tantos otros que enseña la historia de la¡l gnerras, que el vulgo comprende por hallarlos en cierto modo semejantes á él, capaces de hacerse auoptar por las distintas especies que comprende la variedad humana; y de mandar al pueblo, por cD.sualidau, en nombre de los héroes verdaderos; y 1\ los héroes verdaderos, por un hallazgo, en nombre del pueblo. RlLLO VII La expedici6n encarga.da á don PABLO MORILLO con el glorioso título de Pacificador, se di6 á la vela en el puerto de Cádiz el 24 de Enero de 1815, Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 56 PABLO lIfORILLO. y arribó á Puerto Santo en las bellísimas costas de Cumaná el 3 de Abril de dicho año. Componías e dicha expedición de diez mil hombros de desembarco, pertenecientes á las divisiones y Regi. mientos más aguerridos y meritorios de cuantos habían luchado contra los franceses en las guerra.s promovidas por Napoleón I. Venía la fuerza expedicionaria en el navío San Pedro de Alcúntara, de sesenta y cuatro cañones j tres fragatas j veintisiete buques menores de á diez y ocho, y veinticinco navíos de armada. Apenas hubo arribado el Pacificado,' á la Cm•• ta-firme, Francisco Tomás Morales, segundo que había sido del sanguinario Boves, prestó al Jefe ex. pedicionario ciega obediencia j poniendo á sus 6rde. Des cinco mil hombres disciplinados y aguerridos y veinte buques armados en guerra. Impuesto MORILLO por Morales, de que era la isla. de Margarita la línica provincia de Venezueln que aún persistía en no reconocer el Gobierno real, aceptado ti la sazón en toda la Capitanía á conse.. cuencia de los funestos contratiempos ocurridos~. los libres en el año de 1814, resolvi6 dirigirse á aquella isla, pasando al pueblo de Pampatar el 9 del mes citado. Los patriotas margariteños, ti pesar del valor que los distinguía, que por entonces era yá proverbial, no contando con más de cuatrocientos hombres en aro mas, resolvieron no presentar resistencia ti la. enor- Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia PABLO MORILLO. 57 me fuerza que iba tí acometerlos; y confiados, por otra parte, en una Proclama de MORILLa en la que les ofrecía el "perdón y el olvido por su participación en la revuelta," hubieron de sometérsele sin la menor resi¡,tencia. El Pacificador, después de mandar jurar obe. diencia á Fernando VII en toda la isla, y de arreo glar á su acomodo la administración pública, nombró á don Antonio Erraiz Gobernador de la pro. vincia, y marchó luego con su Ejército en dirección á Cumaná, dejando á Erraiz las siguientes instruc. ciones : " Que sacara á los margariteños que habían sido desafectos á la causa del Rey, un empréstito en metálico de ochenta mil pesos por ]0 menos; "Que no permitiera salir de la isla, bajo ningún pretexto, tí los emigrados que hubieran tomado parte en la revolución, ni á sus mujeres, ni á sus hijos; " Que si ocurría un nuevo alzamiento en alguna de las provincias de Veuezue]a, se apoderara y re· dujera á prisión tí. todos los que habían sido insur. gentes, y lÍo cuantos juzgara sospechosos; y "Que formara un Consejo de guerra, para juzga.r sumariamente á los que de pal~bra ó por obras, manifestaran un espíritu poco adepto al Go. bierno de su Majestad." Con este progra.ma., que fuf cumplido a.l pie de letra por Erraiz, empezaba el Pacificador á echar los cimientos de la más dura tiranía que ha.ya pesa. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 58 PABLO 1lroRILLO. do sobre los homures. Despotismo que, á pes:u de los males quo acarreaba á su cáusa, no desmintió un s610 día durante su permanencia en las Colonias cuya. pacificación se le había encomendado. En Cumaná procedió lo mismo que en Margarita, y tan lllégo como hubo dictado por aquellos lados las medidas que juzgó convenientes á la como pleta subyugación de las provincias orientales de Venezuela, para lo cual dejó á sus Tenientes las instrucciones y el Ejército del caso, se dirigió á la Guaira, embarcando en su EscuaJra á Morales, á quien recobró por su odio á los libres un gran cari. fio, y cuatro mil soldados de la fuerza expedicionana. De la Guaira, después de haber dejado otra. parte de sus fuerzas en Puerto-Cabello, se dirigió á Caracas, en donde sus pobladores, creyendo en la magnanimidad del Jefe realista, lo esperaban,'¡ 116 con entusiasmo, porque esto era imposible en los hijos de aquella libre y heróica ciudad, al menos resignados con la suerte que la Providencia les había depa. rado por de pronto. VIII Al pisar MORII~LO á Caracas, se hizo carg;o del empleo de Capitán General de Venezuela, que desempeñaba por entonces don Juan Manuel Caji. gal ; y como Fernando VII lo había autorizado pIe. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia PABLO MORILLO. 59 namente "para obrar como lo juzgara más.conve. niente á b. pacificación de sus amados señoríos," empez6 á gobernar discrecionalmente Y de acuerdo con el odio que profesaba {¡, los rebeldes americanos. Habiéndose perdido la Caja de guerra del Ejército peninsular con el incendio del navío San Pedro, ocurrido el 21 de Abril en la isla de Coche, lo primero en que pensó fué en hacer¡;e 6.recursos pecuniarios, exigiendo tle los patriotas caraqUl'ños, en 19 de Mayo siguiente, una Contribuci6n de guerra de trescientos cincuenta mil pesos en dinero. Era esta una enorme ¡;urna en aquellos aciagos tiempos. Caracas, capi.tal de la Capitanía, había suministrado en cinco años consecutivos de lucha, cerca de seis millones en numerario para hacer freno te tí la revolución; i cómo pretender que sus hijos, y ni siquiera todos, sino los que formaban en las filas independientes, sacaran, en tan enorme cantidad, moneda acuñada de donde no la. había? ..... Todavía mús: i era posible que en un plazo de cinco días, como lo pretendía el Pacificador, se pu. sieran á su disposición trescientos cincuenta mil pesos? Se ofrecieron alhajas de plata y oro, y otros bienes de esos en que las familias ponen su carifio, ya por venir de sus abolengos 6 ya por alguna otra circunstancia, pero nada de esto fué aceptado. El fin era conseguir dinero y se consigui6 á fuerza de arbi. trariedad por una parte y de sacrificios por otra j la tiranía produce sus milagros l Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 60 PABLO MORILLa. Mas como esta Contribución no alcanzaba ni si. quiera para llenar las exigencias del Ejército realista, en quince días, MORILLO, dando de mano á toda humana consideración, creó una Junta llamada de Secues. tros, que se instaló inmediatamente; por objeto tomar y vender los bienes: " Primero: la revolución; de todos "Segundo: contra el Rey; de los que hubieran la cual teníl' los caudillos ó fautores "Tercero: de los que trajado de obra, á algún causa realista; dEl llevado arma:~ hubieran asesinado ó ul. individuo amigo de ll¡ "Cuarto: de los que hubieran promovido dl3 algún modo la rebelión contra S1I Majestad y lal) instituciones de la Patria; " Quinto: de los que, por cualquier medio, dan. do recursos ó consejos, bubieran ayudado á la causa de los independientes; y "Sexto: de los que hubieran emigrado del terri. torio de la Capitanía, por miedo á las tropas reales." Semejante criminal y estúpida providencia, quo se llevó á cabo con un rigor superior al que usaban los antiguos Emperadores romanos para castigar la:) faltas de sus esclavos, llenó de lágrimas y de miseria á las familias m{lS respetables de Venezuela; pere. ciendo muchas de ellas de desesperación y de ham.. bre, al furor implacable de la codicia realista. Agrégllese á esta medida, que no era otra cosa Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia PABLO MORILLO. 61 que un saqueo hecho á. mano armada bajo el patro. cinio de la autoridad, la crear.ión de Consejos pero manentes de guerra, compuestos de Oficiales expedi. cionarios; los cuales Consejos tenían por mira juzgar cualesquiera delitos de rebe1i6n, sin que en los proce. sos pudiera tomar parte la Real Audiencia, insti. tución antiquísima que MORILLO suprimió de un puntapié por ser inútil á sus propósitos y estar por demás en el nuevo mecanismo administrativo que peD'Sabafundar, y se caerá en la cuenta de cómo los venezolanos, á quienes tampoco se permitía apelar á los Tribunales ordinarios, eran víctimas del más horrendo despotismo militar. Una vez que el Pacificador creyó arreglado el Gobierno de Venezuela, para lo cual no hizo otra cosa. que dictar medidas como las que hemos apun. tado, nombró á don José Ceballos por Teniente General del Rey en Caracas, y encargó al Briga. dier don Salvador Moxo, hombre ruin, atrabiliario y cruel, de la dirección de las fuerzas que queda. ban en el territorio de la Capitanía. La que juzg6, si n6 pacificada en absoluto, al menos en impotencia para tornar nuevamente á la guerra; razón por la cual hubo de despedirse de sus parciales como para no volver más á aquella tierru, que dejaba sumida en tan honda de,;gracia, pre"a de rapaces tira. nuelos; en la esperanza de que seguiría humi. llando á su arbitrio las demás Colonias, haciéndose soberano de medio Continente. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 62 PABLO MORILLa. Pretendiendo llevar á cabo sus propósitos, volvió la punta de su espada en dirección al Nuevo Reino de Granada, y el 3 de Julio partió de Caracas para Puerto-Cabello, de donde se dió á la vela ellO para Santa. Marta, con una expedición que debía obrar en las costas de la Nueva Granada, compuesta de nueve mil hombres: cuatro mil venezolanos escogi. dos lÍ órdenes <leMorales, y cinco mil europeos bajo la inmediata inspección del Mariscal Latorre. Apenas hubo pisado el territorio patrio, dirigió una proclama lÍ los granadinos en la cual les decía. : " Apresurúos 6.arrojar de eutre vosotros á los auto. res de vuestros males, tí aquellos qno viven y se go. zan de la desgracia universal. Desaparezcan estes miserables ú la vista de unas tropas qne no vienen 6.verter la sangre de sus hermanos, ni aun la de los malvados, si se puede evitar. Ellas protegerán al débil y sepultarán á los sediciosos." Arreglado en Santa Marta el plan de campaña sobre Cartagena, que era la plaza más fuerte de la América del Sur, el Jefe expedicionario mandó por tierra la vanguardia compuesta del Ejército vene. zolano, dando órdenes á Morales, á quien había cobrado mucho cariño y apelli<laba "El tC1"ror fk l08 malvados," para que tomara determinadas po. siciones y se diera á esperar á los soldados extran. jeros que debían seguirlo. Sabedortls los patriotas de la marcha del enemi. go sob;re Cartagenat se prepararon para defender la Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia P AfiLO MORILLO. 63 plaza, y merced á un alistamiento general que se hizo, se reunieron tres mil doscientos libres j quienes poseÍ,los de la elevaua y cruenta misión que iban á llenar en breve, hicieron la resolución de morir como huenos y leales, antes de poner el cuello ti la cuchilla de la tiranía. El 14 do Agosto, cuando ~IORILLO juzgó á 110- rales próximo tí. la Ciudad heróica en las posiciones convenidas, so embarcó haciendo rumbo bacia ella, llevando por Sll segundo ti don Pascual En. rile, Brigadier de la :Marina real. Amigo de proclamar y de hacerse sentir en todas ocasiones, dirigió tí. los cartageneros des do las playas de Sabanilla una enfática y amenazante Proclama, en la cual se encuentra el siguiente acápite: "Miserables: si os hacéis sordos á lo que os digo; si os atrevéis á volver vuestras armas contra las de su Majestad, el Rey nuestro Señor, el país será en breve convertido en un vasto desierto." El 18 del mes citado las fuerzas realistas se pre. sentaron á la vista de Cartagena y empezaron, con. tra la. manifiesta. voluntad de Latorre, á estrechar la plaza por mar y tierra; cometiendo el Pacificador actos de increíble crueldad, como el asesinato del benemérito Coronel venezolano Pedro Villapol, del comerciante José ?lIaría Portocarrero, y de otros patriotas no menos distinguidos que cayeron inadvertidamente en sus manos, á varios de los cuales les mandú dar muerte clavándoles puntillas de Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 64 P ARLO MORILLa. hierro en el cráneo. Género de su plicio hasta entonces desconocido y que mataba. de dolor ti las víctimas! Después de dos meses de un bloqueo rigoroso en el que los patriotas sufrieron toda especie decala. midades, y entre ellas la cialmente en los ancianos que obligó á los pobladores carne de caballo, de burro, de res secos y en ocasiones peste que se ceb6 espe. y los niños, y el hambre de Cartagena tí. comer de rata y hasta cueros podridos, MORILLO em. pezó el 25 de Octubre, con violencia inauditf~, el bombardeo de la plaza; cometiéndose en el asecho, por una y otra parte, proezas de incomparable he. roísmo. El 4 de Dicieulbre, habiéndose agotado lÍ. los sitiados todos los víveres y municiones de boca, em. pezaron las gentes ti morirse de necesidad; habiendo día en que perecieron hasta trescientas personas! a, El día justamente á los ciento ocho días de principiado el asedio, el Jefe español, de!lpués de haber perdido tres mil hombres de sus tropas, pudo entrar á Cart<'lgena: debido á que los pa. triotas, reducidos tí. una cuarta parte y escasos en absoluto de comestibles, evacuaron la ciudad en dirección {I J amaictl. y tí. los Cayos de San Luis. Cartagena perdió en el sitio algo má3 de seis mil personas de su población pasiva, que murieron á los rigores de la peste y por falta de recursos ali. menticios, y cuando el Ejército vencedor la. ocupó, Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia PABLO )[oRlLLO. 65 no cncontró por las calles !;ino esqueletos ambulan. te¡; que tlctual.l<lalx\.Jlcompasiún. No es do esto lligar el ocup:uoos de los inciden. tcs de aquellaln.rga. contienda, en la que el heroísmo y 01 hallar recorrieron tOllaS sus escalas dejando para la. historia un mOllll1nento CllYO~;Jetalles y conjunto forman la. página más hrillo.utc de unestros anales patrios: dejamos solamente consignado el hecho de aquel gmn duelo que fué In. primer resistencia que el patriotismo naciente hizo 6. MORiLLO en sus cam- pañas de América. Al día siguiente de la victoria, el Pacificad07' envió 6. Morales ú. tomar posesión de los custillos de Bocachica, y unn. ve? verificado esto, aquel feroz malvado hizo PlluIícar un lxwdo ofreciendo perdón y amnistia 6.todos los puisullos que se presentaran dentro de tercero día ; los cnale¡; confiando en la pro. mesa de scmcjante monstruo, que había llenado á Venezuela de asombro por SU¡; crímcncs, se hicie. ron visibles, y, reduciélllloseles á pri¡;ión inmediata. mente, fueron uegollaJos en llllmero uc cuatrocientos á. orillas del mar. A pesar del mal estauo económico y social en que ha.bían quedado lo¡; hauiw.ntes de Cartagena, que por un favor de la Providencia ;>obrevivierou ií la. fu. nesta catástrofe del ¡;itio y OCl! pación de la ciudad, MORIJ.JLO se apoderó de toda lu. mercancía que exis. tía en la plaza; reparti6 é hizo efectivo, con sobra de dureza, y usando del sistema del terror, un emprés. ó Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 66 PABLO MORILLO. tito en dinero de doscientos cincuenta mil pe¡;os ; levantó de nuevo el extinguido Tribunal de la In. quisición; é instituyó, como en Caracas, el Consejo permanente de guerra, para conocer de lo.scausas por delitos de rebelión. Corporación que dirigida por el Pacificador en persona, llenó las cárceles de patriotas y llevó al patíbulo á muchos distinguidos ciudadanos, y entre ellos al General Manuel Casti. 110; al distinguido ingeniero don Manuel Anguiano, español europeo que había seguido la causa de la Independencia; á los doctores abogados Martín Amador, Pantaleón Ribón, Antonio José Ayos, José María García de Toledo y Miguel Granados; y al gallardo ciudadano inglés Santiago Stuard : ha. biéndoseles confiscado sus bienes íi las familias de las ilustres víctimas. A los dos meses de la ocupación de Cartagena, MORILLO hubo de abandonada, dejando en la plaza mil quinientos hombres de línea para que la custo. diaran y vigilaran sobre las costas; dividiendo el resto del Ejército en cuatro Columnas para atacar ti la vez las provincias internas de la Nueva Granada. Al benemérito Generl\l Latorre, hombre distinguido por su benignidad, cultos modales, pericia. militar, inteligencia y valor, lo envió de vanguardia en di. rección ti Ocafia, punto en donde debía reunirse con don Sebastián de la Calzada, que acababa de llegar de Venezuela con algunas tropas; y él, con su Esta. do Mayor y una fuerza de mil hombres, tom6 Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia PABLO MORILLO. 6 poco después la misma vía de Latorre en marcha para Bogotá. El Pacificador, en su saña implacable contra los libres, opinaba que para subyugar las Colonias volviéndolas al régimen de su pasada servidumbre ••era preciso obrar á sangre y fuego, sin considera. ción alguna," y en este concepto, iÍ semejanza de Sila, hacía rodar cabezas sin término, escogiendo las más simpáticas é interesantes al porvenir de Co. lombia. Lo cierto es que en la naciente República no había habido un realista tan terrible, ni tan temido, y sobre todo, tan sanguinaríoy despiadado. En su viaje de Cartagena 6. Ocaña, entre infinidad de hechos que cometió, dignos todos de un bárbaro de los primitivos tiempos, di6 muerte á más de veinte ciudadanos, haciendo descuartizar en lIompox al célebre Jefe republicano Fernando Carabaño, después de haberle mandado extraer los ojos; y en Ocaña, al hermano de aquel desventurado, á. quien se le aplicaron antes del suplicio infinidad de tormentos. El 6 de Mayo de 1816 Latorre y Calzada ocu. paron sin resistencia alguna tí Bogotá, pues que los patriotas en armas, impotentes para defenderse, se habían dividido, tomando unos la vía del Sur en compañía del Presidente de la Uniún, doctor José J!'ernández Madrid, y otros, la de los llanos de Ca. sanare, á órdenes del General Manuel Serviez. Latorre, al ocupar la capital, convencido de que Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 68 P AULO MORILLO. no era. el terror el medio condncente para afianzar la paz, sino la clemencia qne desarma todas las iras y aplaca todos los odios, expidió un decreto de in. dulto para todos los comprometidos en la revolución; pro1?etiéndoles el olvido de lo pasado si se hacbu partidarios del régimen español ó al menos no vol. vían ti hostilizar el Gobierno real. MORILLa, sabedor de (.sta conducta de Latorrll, que lo hizo con justa razón bastante simpático tí. lo.> independientes, hubo de improbárseb. desde Zipa. quirá, dándole en el acto las órdenes más enérgicas para que sin pérdida de tiempo "aprehendiera y asegurara en estrechas prisiones á cuantos hubieran tenido parto ó figurado de algún modo en los tras. tornos ocurridos j" mandato que aguel militar honra. do no quiso llevar á cabo, pero al que diú fiel cum. plimiento Calzada, reduciendo á prisión el 22 del mes citado á más de trescientas personas notables. MORILLa entró tí. Bogotá el 26, víspera del día en que se le esperaba con regocijos públicos; dando á comprender á los habitantes de la capital con esta conducta sobrado despreciativa, que no debían esperar de él ningún rasgo de benevolencia. A lo que en verdad no debían atenerse, pues que sobre ser la piedad para con los americanos impropia de su carácter, se hallaba aguijoneado en sus rencores por don Pascual Eu rile, de quien diromos dos palabras de paso, por ser este sujeto el principal instigador de los infames procedimientos del Jefe español. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia P ATILO :MORILLO. 69 IX Era este Enrile natural de la Habana, é hijo de padres distinguidos que goz&.ban de títulos de nobleza. En su juventud se dedicó al estudio de la litera. tura y de las ciencias naturaleR; y luégo al de la jurisprudencia, alcanzando el grado de Bachiller. Por los años de 1700 á 02 entró en la carrera militar, que era por entonces oficio de nobles, y comenzó á servir en claRa de Guarda. marino j hallúndose después en la Escuadra que tomó á Tolón, en donde hizo relaciones con 1rORIf,LO. De Tolón vino más tarde {¡, Santo Domingo con el General Aristizahal, portándose en esta expedición con energía y arrojo j y luégo regres6 tí la Península, en donde continuó sirviendo en la Escuadra que manualHl.el General l\Taza.rredo,siempre con' la reputación de experto y buen Oflcia1. En la guerra tIe ESF,fía con los franceses hizo parte del Ejército espafiol, y acabó de sentar su fama de valoroso y diligente, obteniendo grados superiores en la milicia. Al volver los Borboues al trono, merced en gran parte á. los eRfuerzos del Coude de Wol1ing. ton, Fernando VII lo nombró segullllo de In.expe. dici6n enviada :í lo. Costa-firme y Comandante Ge. neral de la Escuadra que 10 condujo. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 70 P ARLO MORILLO. Ningún compañero mejor para MORILLO que Enrile: astuto y solapado, no había empresa. por vil y cruel que fuera que no le pareciese en el orden do lo natural; y cuando arrojaba la. piedra con qUEI había. de herir á alguien, escondía. la mano y seña. laba otro culpable. Tenía. un aire sombrío y la penetración propia de un hombre que á la inteligencia cultivada, agre. ga la malicia que da el conocimiento de la vida. Gustaba de la adulación, yen especial de que se le tuviese por un talento superior y se le consi. derara consumado jurista. La única cosa que amaba verdaderamente en el mundo era el dinero, y no miraba los cargos públi. cos como honores tributados {¡ la fortuna ó al méri. to, sino como obligaciones necesarias para conseguir rIquezas. Odiaba {¡ la humanidad y especialmente á aquellos de sus miembros que sobresalían por el genio 6 el carácter, á todos los cuales hubiera querido coro tar la cabeza de un solo golpe como lo deseaba el Emperador Calígula del pueblo romano. El día en que iba á ser ejecutado el eminente Francisco José de Caldas, se le excit6 para que hi. ciera suspender la ejecuci6n por unos pocos oías, hasta tanto que el sabio terminaba unos trabajos que estaba para concluír, útiles {¡ la ciencia, y tí. tan justa. petici6n dió la siguiente respuesta: "Que se cumpla sin demora la ser.tencia. La España no ne. cesita. de sabios." Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia PABLO MORILLa. 71 Sanguinario por excelencia y más leído é inte. ligente que MORILLa, tenía sobre éste una poderosa influencia, de la que usaba y abusaba. á su arbitrio según convenía á sus miras. Un mal instinto es temible, pero se ha observado que cuando está abandonado á sí mismo, puede ser susceptible de rasgos de generosidad. Dos malos ins. tintos reunidos, complementándose el uno al otro, hacen un monstruo siempre en acci6n é incapaz de nada noble. MORILLO y Enrile eran estos dos malos instintos, unidos por las mismas ambiciones y el lazo del odio hacia los demás. De aquí la raz6n por la cual, haciendo tánto mal y cometiendo tánto error, dejaran mares de sangre y de lágrimas á su paso por la. América, sin que nunca hubieran sentido el más insignificante enternecimiento en presencia del in. fortunio. x Una vez MORILLa en Bogotá, reprendi6 dura. mente ú. Latorre por In benevolencia con que había tratado á los republicanos, y aun á la poblaci6n en. tera que le había dado culta acogida, é inmediata. mente lo mand6 sobre los llanos de Casan are en persecuci6n de Serviez. El Pacificador deseaba á todo trance deshacerse de Latorre ; hombre que por su firme y humanitario Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 72 PABLO :MORILLO. carácter se oponía siempre, con viril entereza, á las medidas violentas y sobre todo al pillaje; por creer, además, que semejantes procedimientos emn irleon. ducentes y aun perniciosos para el fiel cumplimiento de la ardua misión que en parte se le había con. fiado. Bajo la. suprema inspección de MORILLa las prisiones se multiplicaron, así en la capital como en todas las provincias del Reino, poniéndose entre cadenas á hombres eminentes tí quienes se trataba con excesiva dureza; y apellidando ?'ebeldes, lo Clue constituía un crimen sin igual para los déspot,'1S, ti cuantos los realistas tenían á bien denunciar por la. menor expresión, escrito particular ó documen;o público, que se hallara. en los Archivos del Gobierno General y del de CUl1dinn.marca, que por un descuido culpable dejaron en bs Oficinas los .Tefes iude .. pendientes. El Jefe espafiol se creía desde luégo en país con. quistado, y encerranJo el derecho de conquista en aquella célebre frase de los Galos: Ay de l08 vencí. cW8! juzgaba como los antiguos que, la muerte del enemigo era un derecho ud vencedor sobre el venci. do, al cual podía. dejársclo la viJa á beneplácito de su dueño, por un benefICio especial, pero jamás la. libertad ni los bienes. Si en vez de este torpe critorio que lo condujo á extremidades horrorosas, haciéndolo pasar á la his. tOrillocomo un Eróstrato digno de perpetua ignomi. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 73 PABLO :MORII.LO. nía, se contenta con ejercer la Soberanía, y conser. va n. los hombres que creía conquistados la vida, la libertad y la propiedad, In. gratitud pública lo hubiera colmllllo proLaulemente de simpatías y dCLdole elementos pn.rn. que llenara su misión; pero violan. do á todo trance la justicia, tropezó al fin con lo que menos esperaba, esa oposición sistemática, diligente y heróica que el patriotismo supo oponerle y ú que tuvo que ceder, perdiendo su fama y sacrificando su gloria y su causa. Como en Caracas y Cartngena, :MORILLO est&bleció en Bogotá un Consejo permanente guerra para jm~gar á los patriotas, presidillo por el Gobernador de la cinJad, don Antonio Casano, de inmor. tal memoria, y compuesto como de costumbre de Oficiales del Ejl:rcito espauol. En el modo de en. juiciar breve y sumariamente {Í. los rebeldes, no era 10 más singular qne l:'US Jneces, dependientes Jel déspota que los subyugaba, fneran parciales de los supuestos reos, sino que no se permitiese á éstos levantar pruebas en Sll jusÚflca.cióu, ni siquiera defenderse por escrito ó de palalm.L; pnuiendo contar todo el que era llevado ante aquella especie de infa. me pretorio, con que su flll cm. rellllir la vida en el ue patíbulo. Instituyó tamhién el tiraDO otro Tribunal mili. tar, llamado Consejo de purificación, aute el cual tenían que presentarso los que ueHcaban obtener indulto, por haber toma.uo directa ó indirectamente Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 74 PABLOMORILLO. la más leve participaci6n en la guerra; á l(,s cuales, antes de amnistiarlos, se les castigaba con multas, trabajos en los caminos públicos y hasta con la pena de azotes, según la gravedad de sus co mpromisos en la revoluci6n. La tercera invenci6n de MORILLO en BoCtotá fué el establecimiento, como 10 había hecho en '" Ve. nezuela, de la Junta de secuestros, que tenía por fin arrebatar ti los patriotas los bienes de fortuna que tuviesen, poniendo á sus familias en el más completo desamparo. A los que imploraban su compasi6n para que les dejara siquiera una peque. fía parte de sus haberes para atender á la subsis. tencia, les decía con sobra de arrogancia: "V ues. tros padres, vuestros hijos, hermanos y esposos ha.n sido traidores al Rey, y por lo tanto deben perder sus bienes y sus vidas." El memorable Consejo de guerra empez6 sus asesinatos el 8 de Junio del año últimamente cita. do, con el fusilamiento del General de brigada don Antonio Villavicencio, y continu6 causándole las mayores pérdidas á la Patria, .matándole sus más virtuosos, inteligentes y precIaras hijos. Entre las víctimas de este Tribunal, 6 mejor dicho, de MORILLOy Enríle, que alcanzan á más de mil setecientas, figuran los eminentes patricios Francisco José de Caldas, Camilo Tarros, Joaquín Carnacho, José Gregario Gutiérrez, Miguel Pamba, Crisanto Valenzuela, Frutos Gutiérrez, Jorge Lo- Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia PABLO MORILLO. 75 zano, Francisco A. Ulloa, José María Dávila, José María Cabal, Antonio Baraya, Custodio Rovira, Liborio Mejía, y muchos mú'sde alta talla. moral, dignos del reconocimiento de los pueblos agradecidos y de la posteridad. A las viudas é hijas de las víctimas, reducidas tÍ la más lamentable miseria, se las confinaba á luga. res lejanos de Bogotá, y el Gobernador Casan o las recomendaba tÍ los Jueces y Curas párrocos de los lugares del confinamiento, como impías, irrelígiosas y de malas costumbres, para que fueran víctimas de los continuos ultrajes del fanatismo religioso y de la permanente fiscalizaci6n do las autoridades civiles. Otro de los medios de que se valió MORILLO para desolar y afligir ti la Nueva Granada, fué la apertura de caminos públicos. Deseando darlas de progresista, á fin de conseguir nuevos honores apa. rentando méritos para ante el Gobierno español, em. prendió á In. vez trece extensas vías: "la de Girón al Ped ral, sobre el río Sogamoso i la de Zapato ea al Magdalena i una de Vélez al Carare i dos en la pro. vinda de Tunja, que debían conducir á. los llanos de Casanare, y otra de Cáqueza ti los de San Martín i la de Sonsón á Margarita i la de San Luis á Cáceres, sobre el río Cauca i la de Urrao al Atrato i la de Ibagué á Cartago, atravesando el Quindío i la. de An. chicayá ú. Buenaventura; la de Pamplona. iÍ l'unja, y la de Bogotá ú Honda." Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 76 PABLO MORILLO. Los granadinos que habían sido afectos á la causa de la libertad, estaban obligados tí trabajar en estas vías; y hase calculado que debido á deletéreas in. fluencias c1imntéricns, á la mala alimoll tacitÍn y á lo duro de los trabajos, m urieroI1 en poco tiempo más de tres mil operarios! Esto sin utilidad para el país, pues que algunos de los tales caminos, siendo como es de pronta y vigorosa la vegetación de los climas ardientes de 108 trópicos, en menos de un año estu. vieron cerrados é intrnnsitables; y otros no pu:lieron conservars<J porque empobrecidos los pueblo:, COIl enormes exacciones fiscalefl, el comercio dism¡nuy6 sobremanera y el poco movimiento de tráfico, que aun permitía la tiranía, continuó haciéndose por las antiguas rutas. Deseando, por último, el Pacijicado?' y En:~i1e, "de"truír de raíz los heréticos principioR que proclamaba In. Independencia," mandaron en 20 de Septiembre, im,talar con gran aparato, así en la ~omo en las provincias, el T?'ibunal del 8cmto Ofic-io; previniendo qle en un día dado los padres de familia concurriesen con Sl¡S hijos, bajo las más severas penas si no lo hacían, ií las respectivas iglesil\s parroquiales á jurar nueva protestación de fe, "que los hiciera para en ade. lante buenos y obediente", como en su amor lo deseaba su Majestnd el Rey." capital del Reino La. crueldad de MORILLO y Enrile tenía fieles irnitndores en todas las provincias de la Nueva Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia PAllLO NOlULLO. 77 Granada. Sus Tenientes, representantes de b. autoridad en Tunja, Socorro, l\In.riquita y Neiva, no dejaron nada que pedir (¡ la tiranía en aquellas ju. risdicciones políticas; pero la barbario llegó á su apogeo en el Sur de In.Hepública, eu donde se distin. guieron :Fraucisco \VarteIa, Carlos 'ro]rú, Ruperto Delgado y Joaquín Valdés, quienes DO tan sólo se conformaban con robar, confinar, apalear y asesinar á los libres, sino que en el exceso del crimen, iban hasta disponer por la. fuerza del honor de las mujeres. Procedimiento propio de las antiguas hordas de bárbaros que invadieron la.Italia, y extraño entre gentes que se preciaban de civilizadas; pues que siempre el candor y 10. inocencia merecieror. respeto. Es de Dotarse que el Pacificado',', ti pesar de titu. larse hijo de Cristo, y de mostrarse ardoroso defen. sor de la religión, no tuvo clemencia ui miramien. to alguno par:1. con los ministros del culto, á quie. nes injuriaha de continuo, quitaba por antojo sus prebendas, arrancaba de sus curatos y mandaba al destierro; habientlo en una ocasión ueportado para España por Vene~uela, noventa y cinco sacerdotes, muchos de eUos ancianos respetables, que habían obtenido por el camino regulnr las más altas dig. nidades de la Iglesia granadina ! Sabedor Fernando VII de la conducta observada. por MORILLO, hubo de condecorarlo con la Gran cruz de Isabel la Católica; nueva orden instituída en España para premiar (,los Jefes que más se dis. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 78 PABLO MORILLO. tinguieran por su celo y actividad en la pacificación de las Américas. XI "Cuando Dios quiere perder á los Reyes y sal. var á las Naciones, ha.dicho un célebre político, apu. ra la.desgracia. en aquéllas haciendo á éstos tiranos." Esta verdad confirmada por la historia de los pueblos de Europa, se prueba plenamente en las guerras de la Independencia de América. Si la España gobierna sus posiciones ultramar.i.. nas bajo la regla de los principios humanitarios J civilizadores, concediendo á sus habitantes los dere. chos imprescriptibles del hombre, dentro de la li. bertad é igualdad racionales, probablemente hubiern. sido eterno su dominio en América, ya por el hecho de la conquista que le daba cierto derecbo para ello, ya porqne una buena. administración hubiera aho. gado siempre toda tendencia revolucionaria, y ya, en fiu, por los poderosos recursos de que gozaba la madre Patria para subyugar sus Colonias. Pero, cómo pretender el dominio de países uncidos al yugo de la más durl\ y vil servidumbre ?. ..Ni cómo con. tener una revolución como la de la Independencia, si los que se creían vencedores, en vez de tratar con benignidad á los vencidos, para ver de pacificarlos, no pensaban en otra cosa que en arrebatarles sus bienes y cavades ignominiosa tumba 1 Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 79 PABLO MORILLa. Cómo calmar á padres y á esposos que veían vio. ladas sus hijas y sus mujeres 1... Cómo á hijos que miraban continuamente en jaulas y aun en escar. pias, en los caminos y las plazas públicas, las cabezas y los miembros mutilados de sus padres? Poseyendo el déspota la voluntad y la fuerza, puede toJo 10 que quiere. Su palabra es una ley que ordena y un poder que obliga á la obediencia ¡ pero precisamente el hecho de que un hombre asuma la Soberanía absoluta para gobernar á los demás según su capricbo, hace que el despotismo no sea una. forma estable de Gobierno, porque si los hombres gustan de obedecer por deber y en ocasiones por amor, desean á todo trance un sistema 6 ley fija á que deban regular sus actos, y esto no lo encuentran en un ti. rano que no tiene otra norma de conducta que sus deseos, siempre propicios á su interés, y contrarios á la felicidad de los pueblos á quienes se goza en humillar. Sujetos los americanos tí. un abominable despo. tismo, cada vez más duro, y puestos por consi' siguiente en el forzoso dilema de la muerte ignominiosa ó la gloriosa muerte, persistieron en su obra redentora, y merced á la crueldad de sus ene. migas, hicieron con su her6ica pertinacia la Patria libre. XII MORILLO, después de haber gobernado seis me· Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 80 PABLO MORILLO. ses en Nueva Granada con u na crueldad sin ejem. plo, mil veces peor q\le In. Jd tllltiguo Sultún (.Ie Constantinopla, partilí pam Venezueln. el 16 de Noviembre del cita(lo año de 16, dejúndose por sucesor en el GobieJ'llo {¡ don Juan S¡¡mano, eaudi. 110 irritaule, bárharo y soez, que aeostumbraua eseu·. pir en la cara á las personas q ne lo contrariaban (; que de alguna manera le eran antipáticas. El Pac'¡ficado?' tomó la vía de los llanos do Casanare y Barinas, resohíéndose á dejar á Bogotá. en donde se acomodaba, sabedor de que,.'Í. consecuen. cia de la política de csterminio y rapiña de sus Tenientes en Venezueb, entre los cuale;; figuraba en primer término el infame Moxo, lr\ guerra se había encendido de nuevo en la. Isla de ~fargarita y en las vastas llanuras regadas por el Orinoco yel Apure; teniendo además noticia de que Bolívar, infatigable en sus prop\ísitos, preparaba en Haití una nueva expedición que en breve dehía arribar á la Costa-firme. En cuanto á Enríle, pocos días después de la partida de MOlULLO se clírigí{í tí Cartagena y de allí á España, cargado con medío millón de pesos en oro, que le habíau reportado sus latrocinios, y llevándo. se preciosos objetos del Museo y muchos documentos de gran precio de los Archivos y de la Biblioteca; entre ellos, varios trabajos sobre ciencias naturales de su víctima, el eminente Caldas, y un Prono tuario de Legislación del jurisconsulto ']'orres. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia l'Al3LO j)IORILLO. Rl Cuando el pacificado?' pisó á Venezuela, tÍ. mediauosde Enero do 1817, estaCa.pitanía no era, ¡;eglín sus propias palabras, "la misma que había dejado con fuerilas suficientes para mantener su integridad." Margarita, al poder de sus armas, había expelido de su seno ii los realistas; las provincias de Curnanú y Barcelona, y en gran parte las llanuras de Caracas, estaban perdidas para los españoles; entre el Arauea y el Apure obraba con buen éxito el benemérito General José Antonio Púeíl ; y cn Guayalla se encontraba. el ínclito Manuel Piar con una considerable Columna de tropas. Debido, como qucda dicho, ú.la conducta torpe, cínica y cruel que cm pleaba )foxo y algunos otros espa. ñoles europeos que habían quetlatlo con el mantlo de la CapitanÍl\ uurallte la permanellcia del Pacificad(J1' en la. Nueva Granaua, la guerra, de civil que había sido hasta entonces, se tornó en nacional, y los PLleblos se levantaron en armas para refrellar la ti. ranÍa que sin treglUt los saquenua y asesinaba; no tan sólo por hacer recaer sobre los patriotas el peso de una tremenda venganza, sino en ocasiones hasta por mero eJerclClO. El 28 del mes próximamente citado, MORILLO se incorporó á Latorre en un lugar del Apure, denominado Paso del frío, con precisión al día siguiente ue haber sido éste rechazauo por Páez en el glorioso y sangriento encuentro de l\1ucuritas. Recio combate que dió ú. conocer ú los españoles la mag_ 6 Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 82 PABLO )[oRILLO. nitud de los esfuerzos que tenían que hacer en adEI. lante para vencer 6.los libres venezolanos. En Paso del frío el Pacificador, uo muy bien informado del estado en que se Imllab:m los p:~. triotas, dictó su plan de campaña; del cual resu 1tú que él debía dirigirse sobre la. plaza de San Fer. nando, con el fin de barrer tí. los insurgentes de las llanuras de Caracas y de Calabozo, y que Laton'e, bajando por el Apure y el Orinoco, debía caer sobre Guayana y apoderarse sin demora de Piar y de la provincia, que era fértil en recursos y una buena. posición militar. Desgraciadamente para el realismo, Latorre fué derrotado por Piar apenas hubo pisado la Guayan!\, en la cruenta cuanto espléndida jornada de San :3'é. líx, y MORILLa, al saber tal nueva, que le era inesperada, se encaminó á Chaparro, desistiendo de las operaciones que tenía entre manos, con el objeto de reunirse á Aldama ; lo cual verificó el 13 de M(~yo haciendo ambos una fuerza de seis miL hombres. En esta situación varios partidos podía tomar el Jefe español, útiles á su causa, pero dando rienda suelo ta. á sus rencores contra los margariteños, prefirió aceptar el menos conveniente. Es el caso que d:.vi. diendo su fuerza en dos partes, envió tres mil hom. bres sobre Barcelona, y con los tres mil restante:l se di6 á obrar sobre Margarita, en la esperanza de vencer á los bravos isleUos," en menos tiempo, decía, del que necesito para pensado." Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia l' ADLO ;\romLLO. 83 El 17 de Julio dcsemhHCú sin oposici6n alguna en el Puerto de Varates con SI:;; vetcra.ua~ tropas conducidas en veinte huques, en ocasión en que no contaban los independientes sino mil doscientos sol. dados mal firmados, :i órdenes del Gobernador de la isla, 01 ciudadano Fmncisco Esteban G6me;l,. G6mez destacó de esta fuerza sobre l\IOnILLO, cuatrocientos infantes y cincuenta jinetes, y estos briosos patriotas al Jefe español, disputal'OIl con sin igual valentía palmo ú palmo, el terreno en las alturas denominadas Inicas; oLligándolo ú. pero manecer por dos días en las playas del puerto. Primera vez em ésta que peteaba el Pacificador en Venezuela, y desde cntOllces se hizo cargo, como experimentado militar, de las poderosas dificu ltades que tenía que vencer para llenar su cometido, si era que no sucumbía al titánico esfuerzo de los que con túnta razón luchaban por su libertad. Pensaba ser fácil vencer y humillar á Margarita, yal primer encuentro nada miÍs, se convenció de que em ardua tarea y de que tellía que proceder como táctico para llegar á uu buen resultado. Merced, pues, ú. los muchos elementos de campaña de que podía disponer, tom6 rumbo hacia el Sur de la isla y empez6 ú. encerrarla en un círculo ue hierro, pretendiendo apoderarse de In. plaza de la Asunción, capital de la provincia. Eu conocimiento los libres de este propósito del enemigo, se dirigieron hacia la citada plaza. Siendo Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 84 PABLO MORILLa. atacados allí el 31 del mes indicado; empezando el encuentro desde el alto de l\fatasiete, media. legua hacia el Oeste de la población. de su guerrera energía y del arrojo y pericia de sus tropas, no pudo toma:: en este hecho de armas la Asunción, y después de once MORILLa, ti pesar horas de sangriento combate, habiendo chos muertos y heridos, se vió obligado tenido mu. ú. retirarse al pueblo de Pampatar; variando allí su plan de ataque, persuadido de que no era por el lado que lo había pretendido que podía apoderarse de la plaza en referencia. Así fué que, el 6 de Agosto, tomando otra di.rec- ción, march6 sobre el puerto de Juan Griego ocupó el 8 en combinación con una Escuadrilla. y lo rea. lista que había llegado á sus cercanías, no sin que hubiera quedado, como en Matasiete, bien puesto el honor de las armas republicanas, pues qU(1 los patriotas se mostraron en este nuevo encuentro más heróicos y dignos de su fama que nunca; pereciendo de cuatrocientos que resguardaban el puerto, doscientos setenta y cinco en el campo de batalla y setenta que fueron arcabuceados prisioneros \ Pronto, sin duda, iba á caer la Asunción, no sin que tuviera lugar otra cruenta y memorable jornada, en poder de los déspotas, más apenas se prt~pa. raba MORILLa para tomarla tí. sangre y fuego, tuvo fidedigna noticia de que Bolívar había entrado á Guayana con algunas tropas; debido á lo cual se Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia r ABLO retiró ellO 85 MORILLO. de tI uan Griego á Pampatar, desocupan. do la isla el17 para no volver jamás á ella. MORILLa, según era usanza en los caudillos españoles en todo tiempo, pero en especial cuando encontraban resistencia á sus miras, al retirarse de Margarita hizo, en desquite de su desgraciada cama paña, unos tantos fusilamientos, y permitió que sus soldados cometieran toda serie de depredaciones, dejando en los isleños perpetuo recuerdo do aquellas escenas de horror que la historia refiere para eterno bald6n de la tiranía. XIII. De .Margarita se dirigió el Pacificador' á Caracas, y habiendo oido hablar de la actividad, denuedo é inteligencia militar del Libertador, empez6 á levan. tar más fuerzas de las qne tenía y tí enviarle divisiones ti los puntos que juzgaba convenientes, quilarlo en primera oportunidad. Desgraciadamente dencia, deseaba ferencia cuentes mando, de alta para ani- para. la. causa de la Indepen. Bolívar no pudo obrar con la premura que sobre las provincias meridionales y con pre. sobre Caracas, 6. consecuencia de los fre. disgustos que por rivaliclades de gloria y de tenían lugar entre algunos Jefes patriotas graduación y no poca importancia, y en es- pecial por la conducta observada por el indomable Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 86 P .ATILO MORILLO. cuanto desgraciado General Piar, quien creyéndose soberano absoluto de la naciente ReplíblicJ1, no gns_ taba de obedecer á nadie. Y estos contratiempos que entraba ron la acci6n del Ejército libre de Oua. yana, dieron lugar tí MORILLO para bacer gran aco_ pio de tropas y elementos de guerra en vario$! pu n. tos, y entre ellos en las llanuras de Calabozo. Dictando por aquellos lados un plan general de campaña, " bien acertado y científico," según el con. cepto del Libertador, por el cual se mandaba obrar casi simultáneamente sobre todos los revolucionarios que militaban en el territorio venezolano. Llega entre tanto el año de 1818, y á fin'~s de Enero, Bolívar, libre yá de rencillas domé:,ticas, pudo unirse á Páez en la plaza de San Fernando con dos mil hombres de excelentes tropas org:miza_ das en Guayana, hacicndo su Ejército y el del caudillo de Apuro un total de mil quinientos hombres entre infantes y jinetes; con los cuales, sin pérdida de tiempo, se ejecLlt6 un rápido movimiento sobre Calabozo, á tiempo en que el Pacificador no tenía consigo más de dos mil soldados, á consecuencia de las operaciones que se había visto forzado {~practicar en desarrollo de su plan de campaña. La. fuerza de Páez, compuesta toda do aguerri. dos jinetes, atac6 y destruy6 el 12 de Febrerc en el sitio denominado }'lisi6n de Abajo, una legua hacia el Sur de Calabozo, al Hegimiento realista Húsares de Fernando VII, y MORILLO, á quien Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia PABLO MORILLO. 87 cau¡;6 gran sorpresa esta pérdida, se retir6 á la población de Calabozo, reconociendo la superioridad de la caballería enemiga sobre sus infantes si se expo. nía. á una batalla en la llanura. Bolívar y Púez juzgaban que la pérdida. del Jefe español era inevitable, bien permaneciera encerrado en la ciudad ó bien se moviese en cualquier dirección, pero ésto que era, como bemos dicho, hombre de ingenio y de lances audaces en los momentos apurados, burlando la vigilancia de sus contrarios, que . lo querían atraer á campo llano, hizo un movimien. to instantáneo á fin de tomar la serranía que hacia el poniente dominaba la llanura de Calabozo; con. seguido lo cual nada tenía que temer de los jinetes enemigos, puuiendo hacer obrar con buen éxito su infantería, que era de la de la expedición y por consiguiente superior á la patriota por ser más vete. rana y aguerrida. Empero, :í pesar do la actividad en la m:ucba de la. fuerza realista, los republicanos le dieron al. cance en la noche del U en el sitio de Uriosa; em. peñándose allí un her6ico combato de repliegue en el que los realista,;, merced á hábiles movimientos, logro.ron al cabo tomar la serranía y ocupar el pue_ blo del Sombrero, en donde rechazaron el 15 á los libres ea uslÍndoles grandes pérdidas. MORILLa, según los historiadores venezolanos, en eminente peligro en esta ocasi6n, estuvo más espléndido que nunca: "Conservando una asombrosa Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 88 PABLO lllORILLO. serenidad de ánimo, dice el Libertador en un docu. mento oficial, sangre fría á toda prueba, y h:\cieodo ejecutar sorprendentes evoluciones de retirar.a (\ sus tropas, á cuya cabeza se le veía soberbio, se burló de nuestros designios y logró salvarse, continu:mdo su repliegue sobro Valencia, en donde se le unieron dos descansadas divisiones, quedando con tropa;; y pero trechos suficientes para una batalla formal." Desde los acontecimientos referidos se penetró m{LS y más el Pacificado?' de la necesidad en que estaba de acabar cuanto antes con Bolívar, y sin. tiéndose fuerte con los auxilios que había recibido en Valencia, con virtiéndoso de acometido eu acome. tedor, se vino en persecución del Ejército indepen_ diente y lo batió por completo el 14, 16 y 17 de Mayo en la Cabrera, villa de Cura y la cuebráda de Semen, respectivamente. En esta última jornada, MORILLa se rortó con el sorprendente denuedo que lo acompañé en Tm. fa.lgar; dirigió la batalla como un gran táctico; perdió de sus tropas cerca de mil quinientos hom. bres que quedaron sin vida en el campo, y recibió una herida de bala en el pecho que puso e:J peligro su existencia. lierida que preocupó mucho ú los suyos, quienes inmutados con la penosa situación de su Jefe y entregados ú socorrerle, dieron tiempo ú que se salvaran Bolívar, Páez, otros J'3fes y los pocos Baldados libres ba talla. que habían sobrev:.vido á la Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 89 l' ABLO :MORILLa. Mas no porque el Pacificador hubiera salido personalmente mal librado en la acción de Semen, dejó por esto de COlltinuar en sus operaciones militares. Hombre de inquebrn.ntable voluntad, haciéndose trasladar en guando de poblado en poblado, según lo exigían las necesidades de la guerra, continuó obrando con sus Tenientes sobre los patriotas, y en especial COIl Latorre y Morales, en quienes tenía puesta toda su confianza; peleando el primero de éstos con Páez el G de Mayo en Cojedes con éxito desgraciado para los inclependiclltes, y derrotando el segundo el 20 al intrépido General Manuel Cede. ño en la Laguna de los Patos. Con estas pérdidas y otras de no poca significa. ci6n, en que MORIT,LO no tuvo parto directa, se cierra la campaña de 1818 en Venezuela, quedando el déspota español dueño del campo, casi de todo el país, pues que el Libertador se había vi~to precisado á. regresar á Angostura con unos pocos brillantes Ofi. ciales, de lo mejor entre los defensores de la Patria, y Páez al alto Apure en busca do nuevOS soldados y recursos. víctima de su mala salud, pasó Caracas los últimos meses del afío, ocupado en rarse; en fusilar 6. los patriotas qne caían en manos y en hacer nllevos aprestos por si la lucha MORILLa, guía, pues que serenísimo Rey, la "creía terminada. HU sellar," según lo expresó en cusus se- en fa.vor del en el Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 90 PABLO MORILLa. mes de Noviembre en un habitantes de América. Manifiesto dirigido lí los Iluso! restablecidos en breve los patriotas, y entre ellos Páez, que yá tenía fuerzas relativamllnte considerables, y Bolíva.r, que bajaba al Orinoco con un ejército superior, en dirección á las llanuraf; de Apure, iba á recomenzar la guerra, que el P,1.ci. ficador juzgaba concluida, y á la cual hubiera podido, tal vez, poner término, si como hemos dieho, emplea la clemencia y hace una mejor adminís·;ra. cí6n en el Gobierno del país. XIV El16 de Enero de 1819, Bolívar y Páez se unie. ron en San Juan de Payara y formaron una fuerza de cuatro mil hombres, mitad de caballería y mitad de infantería, que el primero puso :i disposici6n del segundo con las instrucciones del caso para la cam:Ja. fía. Luégo de esto, regresó el Libertador á Angostura en donde tenía otras preferentes atenciones, y en pu. ticular la reunión del Congreso de la República, que había convocado para el 15 de Febrero, con el fin de poner orden en el Gobierno liberal del pa,ís, sujetando la revolución á principios definitivos. No bien tuvo MORILLO noticia de la uni6n del Ejército de Angostura con el do Apure, voló á in. corporarse á Latorre que se hallaba cerca de Sln Fernando, y haciendo las fuerzas de estos Jefes un Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia PABLO MORILLO. 91 total de seis mil hombrefl, marcharon por insistencia del Pac'ijicaclol', en los primeros días de Febrero, sobre Púez; retirándose éste sobre el Arauca, al paso del Cuajaral en la llanura. Frente en Cuo.jarallos realistas de los libres, el Jefe patriota continuó, poco á poco y presentando con su intrépida caballería continuas escaramuzas al enemigo, su retirada hacia el Orinoco, á donde lo siguieron sus contrarios desesperados de no po. derlo obligar á combatir formalmente. Era el objeto de Páez, al practicar estos movimientos, can. sar á los realistas en correrías por tierras despobladas y enfermizas, en las cuales tenían que con. sumirse sin utilidad alguna para su causa. Por último, ií. lilcuiudos ue Marzo, después de más de cuarenta días de marcbas y contramarchas estériles, el Pacificador, habiendo tenido en su Ejército bajas considerables, regresó á Achaguas é hizo allí su cuartel general; poniéndose i poco bastante desconfiado y mohíno n1 saller la reunión del Con. greso do Angostura; b llegada de algunos cuerpos reglados extranjeros {Í la isla de Margarita; y la nueva incorporación del Libertador al Ejército ea. mandado por Páez. Debido ú las bajas qne había tenido en sus fuero zas, MORILLO, afortunado guerrero en su patria, que sufrió en las soIcdade~ de Apure grandes reveses y burlas para su orgullo, y merced, por otra parte, á los nuevos refuerzos traídos por Bolívar, se igua.- Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 92 PABLO MORILLO. laron los Ejército!; beligerantes, en términos de hacer desear ti los patriotas una batalla formal y decisiva. Llevando á cabo los libres esto pensamiento, se dirigieron á Achaguas, en cuyas cercanías, debido tí la habilidad de MORILLa, tuvieron sus tropas de avanzada algunos encuel1tros felices, que obligaron á los patriotas á repasar el Arauea ti donde los si. guieron sus contrarios; confiados más que todo en la disciplina de ciertos cuerpos veteranos que habían ve. nido de España, y que el Pacificador tenía si.empre á su lado. Fué por aquellos lados en donde tuvo lugar el 2 de Abril, el hecho sin segundo de las Queseras del medio, en el que los españoles perdieron muchos elementos de guerra y más de quinientos hombres hechos prisioneros sobre las aguas; viéndosfl obligados á pregonar las glorias de Páez, y más que todo, á vol ver la espalda al enemigo para dirigirse ~¡ Cala. bozo. Este movimiento di6 lugar á Bolívar á 'llevar á cabo su pensamiento de libertar la Nueva Granada; en cuyo propósito se movió para este país con una divisi6n de briosos soldados, quedando el IJe6n de Apure, como se llamaba al héroe de las Queseras, en Venezuela, al frente de los realistas, con instfllcciones para entretenerIos hasta tanto que la fuerza inva. sora llenaba la patriótica misión que se había im. puesto. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia PABLO 1ll0RILLO. 93 'l'arde supo !l10RlLLO la. marcha del Libertador al Nuevo Reillo, é inmediatamente que tuvo conocimiento de ella, dando {¡ esta empresa la importancia merecida, dispuso que se moviera Latorre sobre CtÍcuta, y envió fuerzas hacia el :Oriellte, dirigiéndose él á.Tocuyo para atender desde allí á Mérida y Trujillo por un lado, 6.Barinas y Apure por el otro. Temía que saliendo bien Bolívar de su nueva aventurada expedición, invadiese en la. hora menos peno sada las dos primeras de aquellas provincias, y que Páez cargase con sus temibles jinetes sobre las llalluras de las segundas. Y así fué en efecto: el prodi. gioso caudillo de Apure siguiendo sus pasos al Pacificador, lo inquiet6 sériamente por mucho tiempo, mortificando de continuo su amor propio con atrevidos golpes de audacia y no dejiíndolo obmr como le convenía i en tanto que el Libertador, dando mayor gloria á sus armas, reconquistaba. la Nueva. Granada el 7 de Agosto en Boyac:1, y enviaba re· fuerzos tí. su Patria nativa para acabar de combatir al realismo. Apenas fué informado :MORILLO de que Latorre, en su marcha hacia Cúcuta, había sido derrotado en las Cruces; de que en Boyacá había perdido el Virrey Sámano, su sucesor, 10 mejor del Ejército realista de Nueva Granada i y sobre todo, de que la Convención de Angostura, tí. In.que apellidaba" Ga. villa de necios," había constituido un Gobierno que iba á tener el pláceme de los pueblos y hacía solio Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 94 P ATILO :llORILLO. daria la Independencia en las americanas Colonias, comprendió que su poder estaba minado por entero y que tenía en adelante que bacer grandes esfuerzos para llenar su misión; en cuyo cometido había perdido en el año que estaba para terminar, gran parte d,~las conquistas que babía lograuo, debido nó á su falta de actividad y pericia, sino á la porfiada y enúr,5ica entereza de los republicanos, quienes estaban resueltos á arrancar á la tiranía los derechos que ésta se empeñaba en negarles. Para 1820, el Pacifwado?', cercado en Venezuela por infinidad de divisiones de libros comalldadas por espléndidos Jefes, se propuso conservar una actitud defensiva, espectador inerme de los acontecimientos 'que se sucedían en aquel país y en el vecino. Para tal hombre, voluntarioso y engreíuo de su fortuna gue. rrera, qué de tormento estar encerrado por numero. sas legiones en un círculo determinado, del cu[.l no podía evadirse por de pronto sin gra.n peligro; "ien. do que á tiempo que sus armas "e debilitaban las de sus contrarios iban en progreso continuo, pare. ciendo acelerar el final griento rica ~ que tánto hacía desenlace venía del drama san_ desolando á la Amé- Penetrado al fin de que la Nueva Granada estaba salvada del feroz despotismo que le había impuesto en 1815, y convencido de que yá n:>en. contraba en Venezueh partidarios para su causa, pues que los pueblos antes sumisos á la servidum. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia PAllLO MORILLO. 95 bre empezaban á abrir los ojos y deseando variar de destino so afiliauan ti sm libertaclores, se dió á esperar nuevos refuerzos que ueuÍlln vOllirle de la Península para continuar lo.campaña. Pero sucedi6 á la sazón, que habiéndose puesto en antagonismo las Cortes y el Rey de EspuJlo.y levanttíclose el pueblo contra su Soberano y en apoyo del Cuerpo Legisla. tivo, éste viéndose sosteniclo por la opini6n, resolvi6 que la pacificación de las Américas se sucediese por medios suaves en vez de emplear la fuerza, yen 11 de Abril recibió MORILLOen lug&.rde tropas, armas y dinero, 6rdenes terminantes para restablecer la paz en Venezuela y Nueva Granada por medio de una reconciliación general; jurando y publicando en estas Colonias la liberal Constitución de 1812, que Fernando VII babía en mala hora desconocido. El Pacificador so sintió con esta llueva, más mortificado que nunca, yá porque para él quedaba perdiaa toda esperanza de triunfo, y yi porque no juzgaba con las Cortes, que la revolución de América concluía con la concesión á sus babitantes de instituciones menos ofensivas para sus derechos que las que habían tenido hasta. entonces. No obsta.nte esto, mal de su agrado, se encamin6 de Tocuyo á Caracas, y 01 7 de Julio proclamó con bastanto BOlemnidad el C6digo político de la Mona.rquía española. Dado este paso, se dirigió oficialmente á los caudillos patriotas que tenía más cercanos y que lo Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 96 l' AI3LO MORILLa. amenazaban de continuo, proponiéndoles un armis. ticio ó suspensión de llOstilidades, mientras enviaba comisionados al Congreso y al Libertador, manifes. tándoles su desoo de acabar con la guerra por medio de un Tratado que asegurase la paz, bajo la egida de una reconciliación general. En esta virtud, el Congreso, cuyas sesiones se habían suspendido poco há, fué convocado extraor. dinariamente para considerar el oficio en que MoRILLO le anullciaba el envío de SllS comisionados, y el 7 de Agosto contestó por medio de su Presidente: " Que deseoso de establecer la paz, vería con gusto todas las proposiciones que so lo lJicierun de parte del Gobierno español, siempre que tuvierar por base el reconocimiento de la Soberanía é Ind.epen. dencia de Colombia." En cuanto á Bolívar, que tenía su cuart·)l en San Crist6bal, apenas supo que hacia allí Sf dirigían, á tiempo que tenía proyectado un viaje para el Magdalena, los comisionados del Pacificado/', en. comend6 á dos de sus Jefes para que se entendieran con los emisa.rios realistas; rechazando éstos el 20 del mes citado, como inadmisible, la propuesta que se les hizo de sometimiento constitucional de la nación á España. Era yú. tiem po de dar tí. la .América vida independiente y libre, y con el reconocimiento de un poder extranjero, cualquiera que él fuese, siempre quedaba el amo y sub.;istían las mismas cadenas. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia PABLO MORILLa. 97 Por las respuestas anotadas, vió MORILI.Q que la guerra iba á continuar, y como yú. reconocía las ven. tajas del Ejército patriota sobre las fuerzas que él comandaba, y presenciaba. además los progresos de la opinión en favor de le Independencia, compren. di6, como experto que era, que debía envainar la espada y echarse por el camino de la diplomacia. Unico recurso que lo quedaba para salvar su nombre de una derrota que le hubiera sido ignominiesa, y aun su cabeza del cadalso. Ello es que á fuerr.a do maña se dió trazas de entendorse con el Libertador, reconociéndole todos sus títulos, lo mismo que :í. los dem{¡sMagistrados re. publicanos del orden militar y civil j y en el mes de Septiembre, habiendo regresado aquel grande hom. bre de su viaje al Magdalena, convino en entrar en el armisticio que anteriormonte se le ho.bía propuesto, "siempre que se dieran á los ciudadanos de Colombia, gran nacionalidad creada por el Congreso de Angostura, las garantías y seguridades que tenían derecho de exigir." Después do largas y multiplicadas conferencias entre los respectivos comisionados de Bolívar y de M.oRILLa, se firmó en l'rujillo en la noche del 25 de Noviembre un Tratado, en el cual se convenía en suspender las hostilidades por seis meses, "prorrogables por el tiempo quo se creyera nocesario, siempre que espirado el término prescrito, uo se hubiesen con. 'l Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 98 PABLO MORILLO. cluido las negociaciones que debían establecersEIpara asegurar definitivamente la paz." Terminado este arreglo, el Jefe español envió tÍ manifestar al Libertador, el deseo ardiente que lo animaba de tener con él una entrevista, lÍo lo que éste accedió gustoso, dirigiéndose el 27 al pue'Jlo de Santa Ana, en donde los dos caudillos se encorMaron y trataron con marcada benevolencia; recibiendo Bolívar grandes pruebas de estimaci6n de MORILLO, quien quiso se levantara un monumento en el punto preciso en donde se habían estrechado las manos, "que perpetuara la memoria del fausto día en que terminaba la guerra, <5al menos se regularhaba su. jetándola á los principios que rigen las relaciones de los pueblos civilizados." El Pacificado?', con el desencanto dems frus. tradas esperanzas, habiéndose hecho el irrevocable prop6sito de regresar (\ su patria desde el mismo momento en que las Cortes españolas deseab:m la paz de la América por el camino de una reconciliación en vez de la guerra, abandonó á Venezuela el 17 do Diciembre de 1820, con menos gloria de la. que había traído tí las Colonias, pero con mayor experiencia, superiores ambiciones y más dinero. xv N o se dirigi6 MORILLO á la Península, c·)mo era de su deber, á dar cuenta de su conducta en el cometido Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia PABLO j\[QRILLO. 99 que se le había confiado: se encaminó directamente tí Francia y estacionó en París, en donde se puso á hacer, asf Cil los salones como en los diario'!, mucho alo.rde ue su campafia de América, asegurando al mundo europeo la sujeción de hs Colonias al despó. tico poder de la Mctrópoli; por cuya arrogancia y cinismo mereció en varin.s ocasiones ue los republi. canos fmnceses, ya en público y ya en privado, rudos ataques, ;'Í. los cuales supo oponer esa gran presencia de ánimo que lo ¡;alvn.ra en difíciles circunstancias, y que maestramente sabía emplear on los lances supremos. Además, por aquel tiempo hn.bía llegado 6. su apojeo el malestar político de España, ú. consecuen. cia de querer el Rey Fernando, á pesar de sus jura. mentas, ejercer el pouer absoluto, en contra de las Cortes que venían trabajando por sujetarlo al régimen constitucional j y 6.JUORILLO, que variaba de opinio. ne:. según las circunstancias, no le parecía bien ir á su país sin estudiar antes de cerca las cuestiones que lo agitaban, para decidir de su conducta política de la manera más conveniente á sus propios intereses, que era lo que más podía preocuparlo. Durante su permanencia en la capital de Fran. cia, fué sondeado por los enemigos del régimen legal, que eran los partidarios del Rey, sobre sus disposi. ciones respecto al asunto que mantenía en perpetua exaltación los ánimos, y parece que se le contaba entre los adversarios de las Cortes; porque i c6mo Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 100 PABLO MORILLa. suponerse que viniendo de hacer la guerra ti los americanos, que combatían por su Independencia y la República, fuera defe¡;.sor de los constitlCÍonales de España, que lucbaban contra. las prerrogativas reales y deseabau en el Gobierno un sistl3ma más liberal 1 Su conducta al principio llena de astucia y de reticencias y luégo clara y terminante, no dejó al fin duda respecto de sus verdaderos sentirLÍentos; mostrándose acérrimo enemigo de la libertad constitucional que amenazaba, si n6 destruir la :\:Ionarquía, al menos minarla en sus cimientos y hacerla imposible para lo futuro como institución de d\~recbo divino. Resuelto, pues, á tomar partido en contra de las Cortes, se dirigió al fin á Madrid, y no bien hubo llegado allí, Fernando VII, que le profesaba S1.:: estimaci6n y le tenía gran confianza, lo nombró Oonde de Cartagena, y primer Jefe de sus fuerzas dEl de. fensa ; contribuyendo ti formarIa una posici6n mIcho más ventajosa de la que tenía, haciéndolo su Conse. jero y dándole validez en la Corte. Fué entonces cuando se operó en el carácter de MORILLO una transformaci6n radical. Nacido l·ara los campamentos y habiendo alcanzado una bu'~na posici6n militar, juzg6 que el soldado debía echarse decididamente por el camino de la diplomacia y la política, así como el pastor se había lanzado con buena suerte en brazos de la milicia; y creyéndc;'1l6 Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia PABLO ~roRILLO. 101 competente para la Magistratura. civil aspir6, no sin ocurrir 6.la intriga, 6. que el Rey lo nombrara. Ministro de Gobierno, pretendiendo dirigir los nego. cios de la Corona. Fortuna que no obtuvo, porque por aquel entonces el poder del Monarca espafiol estaba limitado por la Constituci6n en vigencia, y las Cortes no le permitían al Soberado de la Naci6n extralimitar sus atribuciones, procediendo conforme á los dictados de su voluntad. No era tampoco MORILLO capaz para asumir con acierto la direcci6n del Gobierno. Verdad es que tenía talentos naturales, pero carecía de la inteli. gencia del caso para el objeto, y ni era hábil, ni versado, ni práctico en los negocios 6 asuntos de Estado; faltándole, además, la instrucci6n necesaria en materias de política. Su Magistratura en Nueva Granada. y Ve. nezuela había sido desgraciadísima, pues que no comprendi6 que se pudiera mandar 6. los habi. tantes de estos países, sino tratúndolos como á esclavos, por el camino del terror; negándoles el derecho hasta á la luz que los alumbraba y al aire que respiraban. i C6mo pretender ser Ministro de Gobierno en España, careciendo de determinadas cualidades y condiciones indispensables, y especialmente on tiempo de crisis política en que se necesi. taba para arreglar las cuestiones palpitantes que amenazaban desencadenar la guerra civil, más de científicos achaques de diplomacia, que de la fuerza bruta? Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 102 PABLO MORILLO. El 29 de Agosto de 1821, habiendo hecho al;ro- pellar bárbaramente al pueblo que !'¡eagrupaba pacífico delante del Palacio del Rey, en la Gran. ja, demandando de su Soberano algunas medida~ de interés público, fué acusado por las Cortes de este abuso injustificable, que costó más de cien vidas de ciudadanos útiles, y en el acto hizo dimisión del empleo que se le hr;\bíaconfiado, de primer Jefe de las tropas reales; declarando que no volvería á tomar servicio mientras su conducta no fuera examinada por un Tribunal competente y se le declarara inocente. En efecto, habiendo tenido lugar la informaeión y proceso del caso, con el objeto de averiguar la parte de culpabilidad que MORILLO tuviera en el hecho escandaloso y criminal de que se trata, ú pesar de que babía sido él el autor de semejante aten_ tado, encontró cómplices que lo justificaran y Magistrados venales que lo declararan víctima (,e la envidia, tratándolo de poner por encima de toda sospecha. M(LS tarde, en la célebre jornada ocurri<.h en Madrid el 17 de Julio de 1822, entre las fuerzas constitucionales y las tropas reales, en extremo hábil para el disimulo, representó un papel hipó'Jrita y ambiguo, conduciéndose de manera de quedar bieu con ambos partidos mientras podía convencerse de qué lado venía la victoria. Convencido al fin de que Fernando VII, si bien Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 103 PABLO MORIlJLO. lleno de ambición y de odio tí. la legalidad, no tenía la firmeza de alma suficiente para sostener SUB pretensiones por In. fuerza, le hizo traición y se pasó al partido de las Cortes, convirtiéndose en verdugo de sus amigos y copartidarios de la víspera. Haciendo entonces vivas manifestaciones de adhesión 6. los constitucionales, logró que se le nom. brara á principios de 1823, por el nuevo Gobierno provisional de b. revolución, Comandante general de Galicia y las Asturias, y Jefe del cuarto Ejército de operaciones que debía obrar sobre la invasión francesa que enviaba tí. España Luis XVIII, con la mira de volver ú Fernando de Barbón al goce del poder absoluto. En el desempeño de este último cargo, MORILLO cometi6 grandes y graves faltas. Habiendo traicionado á su Rey, nada más natural que tí. su turno traicionara también al nuevo partido á que se había. afiliado, y en vez de proceder con la actividad y el valor que acostumbraba, del territorio para rechazn.r ú los franceses de Galicia de que se habían apoderado, paralizó los esfuerzos de las tropas que comandaba destituyó á los Jefes republicanos que estaban á sus órdenes, y no ensayó ni siquiera oponer resistencia á los enemigos Decidido extranjeros. á abandonar la causa de las Cortes, prest6 solapada mente sus servicios al Conde de Amarante, quien habiendo tratado de cambiar el ré. gimen constitucional y proclamar el Gobierno abso- Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 104 PABLO MORILLO. luto, acababa de refujiarse en España huyendo de los constitucionales portugueses que lo habían derrotado y venían persiguiéndolo; d:índole á la vez tiempo para que se reuniera con el Ejército franc¡;s. Inutilizó igualmente las fuerzas que levantó Sir Robert Wilson, destinadas á poner en estado de defensa la Galicia y las Asturias, obligándolas á PEro derse en Coruña, á donde hubo de mandarIas en de. sempeño de una comisión en la que él sabía habían de sucumbir; y cuando supo que las Cortos habían %8pendido definitivamente á :Fernando VII del ejerci_ cio de sus funciones, hizo gala de sus recientes opiniones políticas, manifestando claramente su impro. bación á este acto en las proclamas que dirigió al Ejército que comandaba . .Acosado por un insensato deseo de mando, pHr. seguía. ú todo trance la victoria, en cuyas alas jl:IZgaba llegar á la cima del poder que era su más ardiente aspiración. Hombre, aunque astuto, de no muy clara visión política, sin fe en las grandes y generosas ideas y víc_ tima de la más exagerada vanidad, creyó que volvien_ do la espalda al partido constitucional, que sin mere. cerIo lo había colmado de atenciones, conservaría bl.stante imperio sobre las facciones y bastante crédito en el Gobierno francés para ser el árbitro de la Espaja, sojuzgando á. su patria é imponiéndola la voluntad del soldado, que es la tiranía más oprobiosa de cuan. tas se pueden ejercer sobre los hombres. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 105 PABLO MORILLO. Empero, víctima al fin de la <;anci6n moral, siem. pre implacable y severa, no tard6 en desengafíarse, viendo burladas todas sus esperanzas. Así fué que, apenas hubo el Rey Fernando oC1Ipado de nuevo el Trono, merced al auxilio extranjero, destituy6 á MORILLO de todos los cargos que tenía; obligado, en Junio de 1824-, á buscar Francia, huyendo viéndose éste un asilo en del desprecio, de las maldiciones y de las venganzas de sus conciudadanos. Yendo de nuevo á París, se propuso llevar una vida regalada, lejos de las lucbas do la política, y entregado á los goces qlle le proporcionaba la gran fortuna que adquiri6 on América: y que supo acrecentar en España con los bienes de las iglesias, que pusieron en subasta las Cortes duranto el corto período del Gobierdo provisional. De 1826 á 1830, escribi6 en varios diarios, y di6 á luz dos obras que no dejaron do llamar la atención pública: S'v.s '1'11e?1w1,ias 80U1'C la campaña de .Á'l'lufrica, en las que hace justicia ú. los talentos y carácter del Liborta<lor, ú quien juzga un homhre de primera importancia como poJítico y guerrero; y una Táctica militar fundada sobre los principios de Montecucu1i, en la quo demuestra, según los conocedores, gran erudición en asuntos de .guerra. De MORILLa, ql:C murilí en ParÍ:; el 17 de :Marzo de 1837, tendrá que decir la historia, que si por una parte merece elogios por haLerse formado á sí mismo á fuerza de perseverancia y de sacrificios, y más Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 106 PABLO MORILLa. aún, por el valor que lo distingui6 siempre, es digo no, por otra parte, del anatema y execraci6n de la posteridad, por haber sido un militar sanguinario, un Magistrado voluntarioso y, en el último tercio de su vida, un mal ciudadano. Hé aquí los rasgos característicos de la vida de aquel hombre que, por inescrutables desif:nios de la. Providencia, logr6 remontarse á una altura, des. de la cual, obrando el bien, ha podido dejar para su nombre una fama honrosa é imperecedera, seme. jante á la de aquellos afortunados varon,~s que, merced ti los favores de la suerte, han sabido lu. char por la justicia y los derechos de la humanidad; pero que entregado ti la embriaguez de sus propias pasiones, en las cuales predominaba el principio del mal, no supo comprender que la ley de la conciencia es el honor, y que el espíritu humano en defini. tiva, "s610 tiene verdadera admiración para la. Viro tud," que á pesar de los errores y extravíos oe los hombres, siempre regirá los destinos del mundo, "porque nada hay debajo de los vastos cielm:, qua no obedezca á una sobera.na ley de equilibrio, que permite la vida á cuanto existe, fundando la uni. versal armonía." Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 1 En las primitivas sociedades la idea del Destino, base de la teogonía de los griegos, era superior tÍ todas las ideas morales y religiosas inventadas por los filósofos y los poetas, para dar más amplios hori. zontes á la inteligencia humana. El hombre á pesar de ser un sér rr.cional, inteligente y libre, si bien tenía conforme al principio pagano, racionalidad y entendimiento para pensar en el fuero interno lo que m:'Ís conviniera á su propio bien y felicidad, no era UD sér que podía, en virtud de la misma libero tad que se le había concedido, elegir entre el bien y el mal, labrando con sus propias determinaciones la suerte tí. que debía someterse. El Destino inflexible, como á la. humanidad, enseñaba tí cada individuo su lecho de rosas 6 de espinas, el rumbo que debía seguir en su peregrinación por la tierra; sin que nada ni nadie pudiera variur el encadenumiento de los sucesos tí. cuyo influjo estabu irremisiblemente sujeto el hombre. Antes, pues, de venir al mundo, según las creencias paganas, cada cual tenía y6. mar. cada su fortuna, y ni la virtud, ni lu moral, ni la ciencia, ni el genio, podían apartar de su cabeza los bienes 6 males que habían de favorecerle 6 de su· Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 108 MIGUEL DE LATORRE. cumbirlo, toda vez que nada dependía de la volun. tad humana, desde luégo que el Destino, E:uperior ti todas las deidades inventadas por la religi6n, deter. minaba en su excelsa sabiduría no tan sólo el por. venir de los mortales, sino también la sUHte de los dioses. El Cristianismo, elevado é ideal en todas sus ma. nifeetaciones, sustituyó á esta creencia infl.exible, la consoladora de la Providencia y del libre albedrío, en razón de la cual cada uno es según sus obras; mereciendo, de acuerdo con el mérito y demérito de su conducta, la recompensa ó el castigo; quedando así vencido con esta nueva y trascendental doctrina el fatalif>mo de los antiguos. Mas no obstante el ideal cristiano, que sin duda ha civilizado al hombre obligándolo á proceder den. tro de las leyes de la moralidad, con cuyc. cumpli. miento adquiere la perfección que le e~ debida, sucede con frecuencia que la pena y la recom. pensa rara vez están en relación con nuestras faltas y nuestras virtudes, pues que de continuo miramos despreciado y envilecido el buen proceder, yenaltecidas las malas acciones y en ocaciones el crimen mismo. Diráse que esto depende de una mala direcci6n del elemento illtelectu:'\l de la humanidad; mas sea de ello lo que fuere, prescindiendo de la, vida de ultra-tumba, en la que la suprema justicia otorgará á cada uno lo que le corresponda según sus obras, Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia MIGUEL DE LA.TORRE. 109 tentado está el pensador ú. creer que ante el juicio siempre apasionado de los hombres, el fatalismo griego tenía. su razón de ser, y con tanto mayor certidumbre, cuanto que nadie puede prever lo que será de él una hora después de la. presente, y que en las misteriosas evoluciones de la vida, ningu. no sabe dó está ni para dónde va ; tropezando siem. pre con un porvcuir contrario ú. aquel que le forjaran sus esperanzas. En el Mariscal don MIGUEL DE LA.TORRE encontramos la corroboración de este aserto. Nadie tan recto de coraz6n y de espíritu, ni con tántas condiciones naturales para ser feliz, ni en nadie se ceb6 tanto la injusticia como en este hombre, digno de la posteridad. Nació rico, y los acontecimientos no le permitie. ron disfrutar de su fortuna; Fué benévolo, y la socieda.d tuvo en poco su clemencia; Era sumiso al cumplimiento del deber, y la leal. tad contribuy6 á labrarle su pérdida; Am6 á su patria y la sirvi6 oon decisión, y el Gobierno de su patria permitió que se lo oalumniara ; lo deoepcion6 de la vida y puso sobre sus hombros la oruz del sufrimiento ; Era digno por su carácter, sn actividaa, sus he. chos, su talento y su ciencia, do un puesto en la Historia, y la Historia, si bien ha recogido su nombre, Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 110 MIGUEL DE LATORRE. no tiene las merecidas para sus hazañas. alabanzas pa.ra su mérito nI Esto quiere decir que vino al mundo como se dice conmunmente, "con mala ó contraria estrella," y que el Destino implacable merecía, una víctima. hizo do él, que tanto II Don MIGUEL DE LATORRE nació en Teruel, poblaci6n de España, en el mes de Octubre de 1780. Era hijo de dOD 'l'omás de la Cruz Latorre, hombre de precIara alcurnia y de honrosísimos preGe. dentes, que sirvió por muchos años al movimiento intelectual de su patria en el profesorado de medio cina de la Universidad de Valladolid. Su madre, heredera Montañeres, pertenEcía de los antiguos Condes do asimismo ti la nobleza, y aport6 á su matrimonio muchos y valiosos bienE's de fortuna, que le proporcionaban una renta mlÍs que suficiente para atender á los cuantiosos gast03 que exigía la posici6n de una familia aristocrática, relacionada con lo más distinguido de su tiempo. A los diez y seis años de edad, desgracia do que el educaci6n Instituto entre la. sociedad I.ATORRE tuvo llll de perder á su padre, y su madre, desean .. joven continuara recibiendo la esmerada en que se le había iniciado, lo mandó al universitario de Za.ragoza, que era por Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia MIGUEL DE LATORRE. 111 entonces el mejor plantel de enseñanza científica superior que existía en España; de moda en la Península para los hijos de los nobles, COUlO lo fueron más tarde los de Madrid y Salamanca. Durante los años de 1796 á 1804, por ocho años consecutivos, LATORRE estudió, con éxito poco común, Ciencias políticas, Filosofía y IJiteratura, formándose Ulla ventajosa posición intelectual, que unida á su fortuna material y á los títulos de nobleza. de los autores de sus días, le presagiaban nn puesto respetable entre la primera sociedad, y un porvenir feliz. Cuando en 1804 puso su grado de doctor en Filosofía, por sus conocimientos en la historia de la ciencia, sus elevadas y trascendentales ideas y un manuscrito que presentó, intitulauo Disertaciones 80bre los libros de ilristóteles, el Consejo univer. sitario de Zaragoza hubo de otorgarle la jfedalla de lwnor y 9loria, que el Rey Carlos III, amante de las letras, había instituído con el fin de premiar á los cursantes de los Institutos científicos que más se distinguieran por su aprovechamiento y talentos. Deseando complementar su educación con las lecciones objetivas que proporcionan los viajes por el mundo culto, de principios de 1805 á fines de 1806, visitó la. Italia, la. Prusia y la Francia, repor. tando de estos viajes grandes ventajas; pues que sobre ser versado en lenguas tenía un espíritu suspicaz y observador. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 112 MIGUEL DE LATORRE. De regreso á España, pensando dedicarse á la carrera litera.ria, para lo cual con taba con ciencia y con genio, tradujo del latín, en magníficos versos, y di6 á la estampa. Las He1'oidas de Ovúlio, obra que le mereció el aplauso de escritores sobresalientes, como poco después obtuvo entusiasta acogida su libro, El pode?' rnorisco, en el cual rinde su tributo de justicia á los progenitores de su raza y verdade. ros benefactores de la nación española. LATORRE hubiera alcanzado por el camino de las letras triunfos de no poca importancia para su nombre, dándose una posición en la historia entre los verdaderos servidores de la humanidad; entre esos hombres bienaventurados que, formando la magnHica legión de los pensadores, contribuyen á ilustrar los siglos y á bacer el honor de la especie; pero desgraciadamente un acontecimiento político que minaba el porvenir de su patria presagiándola la pérdida de su so~eranía é independencia, lo hizo variar de carrera, señalándole un puesto entre los defensores del derecho, el cual no podía eludir sin ver humillado su nombre con la humillación que se trataba de imponer á, su país. III Entre los grandes y poderosos sentimientos que dominan el corazón del hombre, ninguno más domi. nante que aquel que nos despierta el suelo en donde Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia MIGUElJ DE LATORRE. 113 hemos nacido, en el que hemos formado nuestra sangre, uuestra educación y nuestros hábitos. Este 'ciltimiento que !la so localiza procisamente al determinado lugar en uonde venimos á la vida, sino qt:c se cxticn.> ';asta los límites de la nación á que pertenecemos, cs lo que se llama amor patrio; afecto vivo y puro de nuestra alma, que nos obliga, con una abnegación sublime, ¡í los más grandes sacrificios: renunciando de todo, hasta de la familia y de la propia existencia, en beneficio de In.nacionali. dad á que nos han atado el nacimiento y la ley civil. Grande ó pequeña la patria, y bien seamos feli. ces 6 desgraciados en ella, siempre la seguimos con ardiente entusiasmo, haciendo nuéstros sus progresos, sus errores, sus faltas y hasta sus crímenes; pues que considerándola como nuestra madre común, la juzgamos parte de nuestra naturaleza física, in. telectual y moral, creyéndonos, por tanto, obligados á tributarle los homenajes que la gratitud rinde á quien ha contribuido ú desarrollar nuestro sér y foro mado nuestro carácter. De aquí la razón por la cual el patriotismo, seno timiento innato de acendrado y eterno cariño, que llevan en su pecho los buenos patricios, los leales patriotas, haya hecho ejecutar á los hombres de todos los tiempos y de todos los pueblos tan nobles y levantadas acciones; poniendo á los humildes de corazón y de espíritu 6. la altura de los héroes, y 8 Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 114 MIGUEL DE LATORRE. dando á éstos proporciones tales, que más que séres reales parecen ilusiones forjadas por nuestra. unaginación entusiasta. Y, co~a singular, cuando el patriotismo toma en nosotros mayores dimensiones, es cuando la patria se vé ultrajada por la supeditación de un poder extraño, en sus ideas, en sus glorias, en sus tradiciones, en su historia (~ en su orf;u. lIo; entonces al tratarse do defender el suelo en donde están todas nuestras afecciones y recuerdos, cada cual, elevado ú la. indignación, invoca como los antiguos espartanos á los dioses guerreros para qee le presten su valor indomable, y lucha contr1\ el enemigo exterior hasta el sacrificio, abandonándolo todo: riquezas, sosiego, hogar, esperanzas para lo futuro, viva.s y fecundas simpatías del alma y pla. ceres presentes. Tal fué lo que aconteció á LA.TORRB. Napoleón, ese gran tirano de las naciones, que en sus desmedida ambici6n pretendía la Monarquía. universal, después del Tratado de Tilsit, á que dió lugar la victoria que obtuvo en JeDa sobre la Prusia, y la deFriedland sobre los rusos, deseando sujetar el mun. do á su voluntad, dirigió sus miraclas tí. la Península ibérica, y ocupando el Portugal con un numeroso Ejército, sentó en el trono de San Fernando á su hermano José Bonaparte, al mismo tiempo en que, lanzando sobre toda la España cien mil franceses á 6rdenes del intrépido Murat, con el título de Ge. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia MIGUEL DE LATORRE. 115 neralísimo, hacía abdicar la corona 3.1 pusilánime Carlos IV, "homhrc que no supo fier buen Hey, ni buen esposo, ni buen padre, iJi siquiera buen ciuda. dano," en favor de su hijo el Príncipe de las As. turias. El puehlo español, inui~natlo por semejantes atentados, esperabu. ,:c sus Souci'anos y de los validos de éstos, actos de vitalidad que salvaran el honor de la naci6n; pero tales m::mdllt¡¡rios, tristes juguetes del héroe glorioso de las Pirámitles, pasando el tiempo en desgraciadas combinaciones, se vieron al fin sujetos á rudo cautiverio en Valencey y Compiegne, después de haber rcnunciado el derecho que tenían al Gobierno del país. Al pueblo no le quedó entonces otro recurso que ponerse en armas, para ver de salvar su Indepeudeneia, estallando el 2 de Marzo de 1808, entre otros pronunciamientos, el heróico y temerario de Madrid, en donde los amotinados fueron dura. mente tratados por las fuerzas de Murat, que mataron bárbaramente en las calles y las casas á más de mil doscientos ciudadanos, víctimas de su amor patrio y de su derecho. No obstante el desgraciado resultado de este acontecimiento, él agitó taJa la Península, de Norte á Mediodía y de Oriente á Poniente, con la rapidez y la fuerza de una conmoción eléctrica. Así fué que, en todas las provincias estalló la iusurrecci6n ; reuniéndose por doquiera soldados para resL'ltir & los Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 116 MIGUEL DE LATORRE. invasores, y Juntas patri6ticas para ver de dar un acertado movimiento á la revoluci6n. Audaz parecía la empresa que el patriotismo iba. á acometer, desde luégo que aqúellos soldados que venían tí conquistar la España, habían domado el orgullo y humillado la independencia de las no.. ciones que más consideración gozaban en Europa por su poder y organización militar; y la Península, por su parte, no había estado jamás tan enervada y tan poco preparada para un gran esfuerzo como el que tenía que obrar para salvarse de la domina. ci6n en que iba pronto á caer. Sin embargo, el en. tusiasmo popular, sin pararse á medir las dificulta. des, quiso recibir con el hierro en la mano á. los conquistadores, y probó al mundo que la constancia del corazón, sostenida por la idea y la justicia, es superior al fin de la fuerza. LATORRE se encontraba el 2 de Marzo en Madrid, y conocedor de los desastrosos acontecimien. tos de aquel día, sintió humillada su dignidad y resolvió entregarse sin reserva alguna á su patria.. Los hechos que antes se habían cumplido venían despertando su patriotismo, y sólo esperaba un nuevo atentado para aaItllr tí la arena revolucionaria, dan. do á la causa de la nación sus esfuerzos, su fortuna y su sangre. El suceso que hemos referido era. el nuevo golpe que necesitaba, y al tener lugar, sintió sed de ven. ganza, y trasformado en un nuevo Viriato, capaz Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia MIGUEL DE LATORRE. 117 de toda empresa por difícil y arriesgada que fuese, se lanz6 en la guerra resuelto á triunfar 6 á mOrIr. IV Dispuesto, pues, á. servir á la Independencia. y libertad de su país, pens6 en el teatro que debía elegir para ponerse en actividad, y acordándose proba. blemente de que era en Zaragoza donde había culti. vado su espíritu y en donde podía encontrar amigos de la infancia, que, patriotas como él, lo acompañaran al sacrificio, se dirigi6 á aquella he. r6ica ciudad y di6 comienzo á BU tarea por formar el entusiasmo de los zaragozanos; quienes estuvie. ron en breve dispuestos á no permitir que los fran. ceses ocuparan la poblaci6n. El 2 de Junio del año anotado, sali6 de Pamplo. na una división invasora. con el objeto de penetrar en Zaragoza, y sus habitantes, yá organizados en legiones y decididos á cumplir su deber, dirigidos entre otros caudillos por Palafox: y LA'fORRI<J, ca. balleros fuertes y valerosos pero ignorantes hasta entonces en asuntos de guerra, salieron al encuen. tro de sus enemigos, pensando en que les era fácil arrollar en campo raso á las veteranas tropas que en cien batallas habían demostrado su pericia y denue. do; siendo rechazados en Tudela e114, después de una acci6n larga y sangrienta y obligados ti replegarse á la ciudad. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 118 MIGUEL DE LA.TORRE. El General Lefévre se presentó al siguiente día, 15, frente de Zaragoza, jurando quo entraría en ella "tÍ pesar de los quince mil idiotas que se le opon. drían. " Los zaragozanos, sin obras de fortificaci6n, sin gruesa artillería y sin ninguno do los poderosos medios de. ataque y de defensa que la ciencia de la guerra ponía en manos de sus adversarios, resistioron her6icos los incesantes asaltos, que con su acro· ditado valor, y dirigidos por Jefes de conocido desempeño, intentaron contra la ciudad las tropas sitiadoras. El día 4 de Agosto, después de haber arrojado el cañón francés la destrucción y la muerte por la desolada población en el espacio de cuarenta días, los franceses lanzaron sobre ella sus columnas de ataque, decididos á perecer ó tí. penetrar en el recinto de la plaza. No decayó por esto el valor de los defensores, quienes perdieron en un furibundo y horrible ata. qne de siete horas, varios edificiofi importantes y entre ellos el Convento del Carmen, en donde LA.TORRE, que se portó con admirable denuedo, tuvo su primer bautizo de sangre, recibiendo en el cuello una herida de sable, y quedando en poder del enemigo. El día 9 del mismo mes, desesperados los franceses de no poder vencer á los sitiados, Lefévre propuso á Palafox que era el primer Jefe de la defensa, Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 119 MIGUEL DE LATORRE. varias capitulaciones que fueron rechazadas tí. pesar de ser ventajosas para los españoles, y el 12 el GeDeral francés manifostó sériamente á LATORRE, dice el historiador Toreno, quo sería fusilado en compañía de los demús prisioneros importantes que tenía. en su poder, si no hacía esfuerzos con sus demás como pañeros en el sentido de que la ciudad se rindiese, ú lo que éste hubo de contestarle: "Zaragoza no se rendirá hasta que no muera el último do sus soldados. Entre mi vida y el honor de la patria, sálvese siquiera el honor de la patria y que yo perezca." Lefévre, admirado del valor de L.iTO.llRE, y más que todo, de la energía y elevaci6n do su carácter, le dió la libortad en el acto: volviendo aquel pala- dín á doude estaban los suyos lÍ. continuar la obra empezada, tí pesar de su maIn. situación física. Eu la noche del 13 0.114, se retiró el Ejército si. °tiador quedando los zaragozanos dueños del campo, si bien convertidos en ruina los más importantes y hermosos etlilicios (~e 1:1 ciudatl. Poco dl":ó en p~:~ í~a.;:agozn.. Pln.za codiciada por los franceses, vohiú iIser acomctid:t el 21 de Diciembre por el General .Honcey, con diez y seis mil infantes y dos mil jinetes; estando la dofensa, por se. gunda vez, ií. cargo de LATORRF.y de Palafox. lHoncey juzgó que un ataque Lrusco lo haría dueño de la ciudad, y al efecto dividió sus tropas en siete Columnas quo hizo precipitar á paso de carga. sobre las baterías enemigas; viéndose los acome- Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 120 MIGUEL DE LATORRE. tedores rechazados con gravísimas pérdidas después de haber llegado ti las bocas de los cañones. El ningún éxito de los asaltos á viva fuerza en. señ6 en esta vez á los franceses, como en otro tiem. po á los romanos ante N umancia, que si habían de rendir á Zaragoza no sería seguramente con la bayoneta sino con el zapapico y el mortero, y en este convencimiento empezaron á prepararse convenien. temente, haciendo trincheras de metralla. para poder dar cargas EllO de Enero de 1809 empezaron las baterías á lanzar bombas y granadas sobre la ciudad, diri. giéndose el ataque por el Mariscal Lannes, militar tan sabio como valiente y uno de los predilectos de Napoleón; mas á los sitiados no los intimaba ni la metralla, á pesar de los estragos que les causaba, ni las minas enemigas; sosteniendo intrépidos rosos ataques que se les dirigían. los vigo- LATORRE, intrépido como Bayardo, verificando salidas arrollaba al enemigo con impetuosas cargas que lo hicieron célebre, considerándosele como el más esforzado atleta de aquellas jornadas horrendas y en extremo trágicas, en las que los españoles probaron gran altivez y el ser dignos de llevar en sus venas la sangre de los romanos, sus primitivos con. quistadores. El hombre es primeramente espíritu, y como es. píritu, sólo tiene un soberano, la raz6n; s610 un juez, la conciencia; sólo un C6digo, la moral. De Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia MIGUELDELA.TORRE. 121 manera que al tratar de imponérsele lo. ignominia de la servidumbre, se levanta audaz sobre el potro de sus tormentos, reclamando su derecho, que es una ley tan real y tan armoniosa como la ley que sos. tiene con su atracción los orbes. Es del seno de estas campañas en las que se lucha por una idea, de donde nacen los héroes que hacen la gloria de los pueblos; y en donde los pueblos, á costa de inmensos sacrifi. cio'3,se educan para la libertad, que no es otra cosa que el imperio de la raz6n en la conciencia humana. Lannes, conmovido del espectáculo qne presenta. ba Zaragoza, diezmada por la metralla y la peste, envi6 un parlamentario tí Palafox y 6. LATORRE, proponiéndoles que se rindieran, bajo bases honorí. ficas y humanitarias, y al oír aqnellos dos Jefes las propuestas del emisario francés, LATORREtom6 una hoja. de papel y escribi6 la siguiente respuesta: " Enero 24 do 180D. Al gran "Mariscal Lannes . ••Zaragoza su deber. Ha se rindo; luchará hasta morir, es " PALAIWX-LA'l'ORRK" El 26, después de un terrible bombardeo, se lanzaron al asalto catorce mil soldados que quedaban vivos. Al incendio causado por los proyectiles, se unieron las expIaciones de las Ininas! Las casas se hundían bajo los pies de los defensores; las humeantes ruinas eran tomadas y perdidas alternativam ente, y en medio de tántos indescriptibles ho- Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 122 MIGUEL DE LATORRE. rrores, a.umentados por el hambre y la epidemia, el valor de los sitiados no se daba por vencido; rindien. do los sitiadores extranjeros un tributo de admira. ci6n á aquellos hombres estenuados y cadavéricos que, sostenidos por sus creencias y su patriotismo, sabían morir sin aceptar capitulaci6n. El 28, habiendo caído gravemente enfermo Pa. lafox, hallándose heridos y muertos casi todos los Je. fes españoles, y teniendo la ciudad cerca de nueve mil cadáveres insepultos, Lannos ocup6 tí Zaragoza; retirándose LA'l'ORRE de la plaza con unos pocos como pañeros antes que rendirse al enemigo. De Zaragoza se dirigió aquel formidable cam. peón á Gerona; población que como todas las principales de España, se había puesto en armas con viril entusiasmo, en defensa de la patria. Era Go. bernador de la ciudad don Mariano Alvarez de Castro, abogado distinguido y hombre de resuelto y valeroso corazón. Alofrecerle LATORRE á Alvarez de Castro sus servicios, tu va lugar entre los dos, según el historiador, don Juan de la Cortada, el siguiente diálogo: -Con quién hablo? -Con MIGUElJ DE LATORRE. -De dónde? -De Teruel. -Ha sido usted militar? -No señor. -Ha combatido usted alguna vez? Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 123 MIGUEL DE LATORRE. -Sí señor. -Cuándo 1 -AlIado -De -En y como segundo de Palafox. Palafox!! 1 los dos sitios que el Ejército francés puso á Zaragoza. -Basta. Queda usted nombrado General de las fuerzas de Garona. El 6 de Mayo 5e presentó á la vista un formidable Ejército francés, de Gerona al mando del Ge" neral en Jefe Saint-Cir; quien después de haber formalizado el sitio de la ciudad, dirigió principalmente sus ataques contm el castillo de Mant-juch, que era la posición más fuerte de los sitiados. Combatido 01 castillo por el fuego continuo veinte baterías, se sostuvo, sin embargo, merced de á la pericia é intrepidez de LATORRE, hasta el 20 de Agosto siguiente, en que la guarnición que sobre. vivía á una mortandad do un;), de las dos terceras partes, so retiró ú In. plaza, dejaudo al enemigo los escombros del edificio. Tomado el castillo, creyeron los invasores que bastaba otro esfuerzo para hacerse dueños de toda. la ciudad, pero á pesar de continuos y resueltos ataques, en los que los franceses perdieron cinco mil hombres, ésta no fué tomada hasta el ] 1 de Diciembre, merced á haberla evacuado sus defensores, quienes, reducidos á una cuarta parto, tuvieron que abandonarla por escasez de elementos. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 124 MIGUEL DE LATORRE. Como en Zaragoza, e115 de Octubre, propuso el Jefe francés rendición á. los de Gerona por medio de un parlamentario, á lo cual contestaron Alvarez de Castro y LATORRE: "Decid ti vuestro Jefe, que no queriendo no. sotros tener trato ni comunicación con los enemigos de la patria, recibiremos en adelante sus emisarios á balazos. " Después de Gerona, LATORRE,no pudiendo re. sistir en rasa campaña á las legiones francesas, con. tinuó su oposición tí. la dominación extranjera, haciendo la guerra. como guerrillero, hasta el 24 de Septiembre de 1810, en que dejó la espada para ocupar una curul en las Cortes que se reunieron en la isla. de León. En aquella. Asamblea que tenía por objeto dar unidad á la revolución, convirtiendo en un sólo respetable Cuerpo las muchas Juntas populares que so habían levantado para la uefensa de la nación, después de la. vergonzosa abdicación de Carlos IV y de Fernando VII, aun cuando LATOllREcontribuyó tí. declarar nula, como era lo natural, la cesión que el último de estos dos Monarcas había hecho de la coro. na á Napoleón, no quiso proclamarlo ni jurado, en virtud de su débil conducta, como legítimo· Rey de la. Península; votando al mismo tiempo el principio de la soberanía nacional, quo daba una nueva foro mil.á la política que se alzó tras la caída del Trono, echando una nueva base al sistema de reformas y Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia MIGUEL DE LATORRE. 125 mudanzas que desde entonces ha mantenido en agio taci6n á la España. v Terminadas las primeras sesiones de las Cortes , las cuales declararon á LATQRltE,eutre otros caudi. 1I0s,Benenu;r'do de ia Patria, por su hcróico comportamiento en Zamgoza y Gerona; se incorporó en 'rorres- Veclm¡;,por orden del General UaBtaños, Duque de Bailén, en el Ejército de Lord Welling. ton j peleando con heroísmo incomparable en aquel lugar, en los días 12 y 15 de Marzo de 1811, contra las fuerzas del Mariscal N ey. Retirado Ney de Torres-Vedras, le cupo el honor de ser elegido por Welliugton para picar la retaguardia al Ejército francés hasta llegar á Al. meida, poniendo sitio lÍo esta plaza, que hacía un año estaba en poder de Massena, á quien obligó después de varios reñidos encuentros á abandonar la ciudad. El 17 de Julio de 1812, mandaba la derecha del Ejército aliado en la famosa y cruenta batalla de Salamanca, que di6 por resultado la retirada del Duque Raguza hacia las orillas del Duero, y en esta jornada. en que recibió otra herida. de sable en la cabeza, fué considerado en la Orden general del día como uno de los más expertos, intrépidos y sufridos entre los Jefes vencedores j concedióndosele el título de Mariscal. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 126 MIGUEL DE LATORRE. Perseguido Raguza, tuvo lugar entre SUB tropua y las contrarias, una serio de opern.ciones de marcha~: y contramarchas que concluyeron con la batalla de Arapiles, en la que LA.TORRE hizo honor más que nunca á sus presillas y ti sus títulos; dando á We. llington una. victoria fecunda en buenas consecuen. cias para la Independencia de España, que le vali6 al,Jefe inglés el título de Marqués y un regalo nacional de cien mil libras esterlinas. Sirviendo siempre al lado de aquel notable hom. bre, que lo distinguía entre los Jefes españoles, por sus hazañas, inteligencia, subordinación y valor cada vez más heróico, lo acompañó en 1813 hacia las fronteras francesas, encontrándose en la gran batalla de la Vittoria, que, como hemos dicho en otra parte, puso fin á la dominaci6n francesa en España. Fué en esta memorable jornada en la que Morillo, como testigo ocular, so dió cuenta del genio guerreo ro, intrepidez é hidalguía de LA.'l'ORRE, á. quien desde entonces, probablemente, por esa especie de ri. validad, siempre insensata, que los talentos comunes tienen á los talentos superiores, hubo de tributarle aborrecimiento. Zaragoza, Gerona, Torres- Vedras, Almeida, Sa.. lamanca, Arapiles y la Vittoria, ocho grandes bata. llas y seis años consecutivos de operaciones militares, dieron ti LATORRE una posición en la milicia, tal vez superior á, la. que tenía como hompre intelec. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia MIGUEL DE LáTORRE. 127 tu al y pensador en el mundo de las letras; posici6n que supo conservar siempre, pues que :i pesar de su desgraciada. campaña de América, jamás desminti6 su valor indomable, ni otras condiciones que lo dis. tinguieron como guerrero. VI Libre España del enemigo extranjero y vuelto al Trono Fernando VII, fué su primer pensamiento, como se sabe, la pacificación de las Colonias. Nombrado .Morillo Supremo Director de esta difícil cuanto arriesgada. empresa, forzoso era designar quien lo sostituyera en caso de muerte, y al mismo tiempo quien lo ayudara en los penosos y multiplicados trabajos que h8 bÍlJ. de exigirle su posición. El Rey y la Corte tenÍ<J.n,sin duda, muy alta idea del carácter de este hombre y de sus talentos mi. litares, pero por más ventajoso que fuera el concepto con que lo favorecieran, no era posible creer que lo considerasen capaz pam dirigir por 8Í s610 la políti. ca con la misma. habilidad que lo podía hacer con la guerra, y con tanto mayor razón, cuanto que había pasado toda su vida en los campamentos, si bien consagrado ti estudios concernientes 6.su profe. si6n, sin pensar nunca en el modo como podía constituirse un Estado, cualquiera que fuerasu Gobierno, Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 128 :MIGUEL DE LATORRE. ni en los principios tutelares que consagran la so.. ciedad civil. Adem{LS,en España. no se sabía el positivo esta. do de las Colonias después de una guerra á muerte de cinco años j teniéndose en poco á los Jefes que las gobernaban, desde luégo que no habían podido en tanto tiempo acabar con una revoluci6n cuyos autores, suponían las pasiones políticas, faltas siem. pre de un criterio recto y de cordura, eran un puñado de bochittcheros sin valimiento alguno; juzgándose, por otro parte, que el principal trabajo que debía acometerse en los pueblos de América, no era tanto el de sujetar á los rebeldes á la obediencia, "lo cual se conseguiría como en los tiempos de la conquista, á la simple vista de las tropas reales," sino el concerniente á la reorg¡mización administra. tiva de las Colonias, mal dirigidas y peor gobernadas. Por si la insurrección seguía, venía, pues, Morillo, ti quien se confiaba la dirección de la. guerra; por si había que reconstituir fundamentalmente los dominios americanos de la Península, se mandaba á LATORRE, que era la idea y la ciencia. Este al principio rehusó aceptar el puesto que se le asignaba en la expedición, como había rehusado poco antes el nombramiento de Virrey del Perú; pero fueron tántas y tales las instancias que se le hicieron, y especialmente por Wellington, para que acompañase ti Morillo. que al fin tuvo la debilidad Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia lIlIGUEL DE LA.TORRE. 129 de aceptar una misión que, encargada á él exclusi. vamente, hubiera desempeñado con. acierto, pero que acompañado uel titulado Pac'ificaLlor y del pérfido Enrile, había de reportarle continuos y grandes sinsabores. Verdad es que por entonces aquellos dos hom. bres gozaban de huena fama por SlI conducta pú. hlica y los servicios bien acentllauos que habían prestado tí. la causa de la Independencia de su patria; pero LATOlmE, superior en todo á ambos, meritorio bajo infinidad de conceptos y de mejor ca. rácter, no ha debido consentir jamás en ser compa. ñero de semejantes personajes: ambiciosos, ensimis. m&.dos,avarOf:l,crueles é ingobernables; y mucho menos si como hombre de genio se penetrara de que la hora de la libertad, que como todas nuestras facul. tades se de¡;,envuelve con los progresos de la hu. manidad, se acercaba por designios de la Providen. cia, que se manifiesta con más brillantez en las revoluciones que cambian la faz del mundo, para los pueblos de América. Creer, por otra parte, que la revoluciún de la Independencia. no era otra. cosa que un bochinche sin otros resultados para los patriotas que el de acabar de apretarse las cadenas que los 5ubyugaban, era. un mal cálculo. Cuando Dios lanza al mundo hombres como Bolívar, es para trazar á los pueblos el camino que deben seguir, marcando con el sello de su genio una nueva éra, para realizar en pocos años 9 Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 130 MIGUEL DE LATORRE. el trabajo de varios siglos. Felices las naciones qne los comprenden y los siguen! iAy de los hombres que los desconocen y los combaten, porque no sabon la impotencia de sus esfuerzos en tratar de suspen. der el triunfo definitivo del bien, y no hacen mis que retrasar por algún tiempo el progreso, dificul. tando su inmediata y fecunda aplicación! Insistimos en ello, L.iTORRE, hombre de senti. mientos liberales, no ha debido prestarse á Sllr instrumento de los déspotas; los cuales tendría,n demasiadas ventajas sobre la verdad, si no se les juzgara, como se hizo con el denodado y arrepentido Carlos V, más que por el ruido de su nombre 6 el deslumbramiento de su gloria; y menos, lo repeti. mos, ha debido aquel gran ciudadano hombreame con un caudillo que, como Morillo, era tan sólo I~l representante de la fuerza bruta. que humilla y esclaviza. y ya que hemos hecho el retrato moral del Pac'i. jicador, bueno es que, siguiendo nuestro propósito, demos el del héroe que nos ocupa. VII Era L.A.TORRE de alta estatura y proporcionado en sus formas. Tenía la cabeza pequeña; el pelo castaño y rizo; los ojos rasgados, vivísimos y muy móviles; la frente espaciosa; la nariz recta y bien hecha; t31 Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 131 ~IIGUF,L DE LA'l'ORRE. color blanco y algo encarnado, en señal de salud; y usaba un espeso bigote retorcido, que sentaba di. vinamente tí. su fisonomía aristocráticn.. Ensefiaba dos honrosas cicatrices: una en el cuello hacia alIado derecho, que, como se sabe, había recibido en el primer sitio de Zaragoza; y otra en la cabeza al mismo lado de la anterior, que lo interesaba el cartílago superior de In. oreja, la cual cubría con un rizo de sus cabellos. Su porte era. gallardo; su andar tranquilo y firme, y toda su persona revelaba algo so y de atlético. de podero- Gozaba de modales en extremo cultos, y se pagaba mucho de la etiqueta, cuyas reglas ohservaba en todas sus relaciones y en todt\s circunstancias. Vestía siempre con estudiado esmero; mas s610 usaba el traje militar de su grado, cuando hallándose al frente del enemigo iba á entrar en combate. Hidalgo, ~in pasar á ser quijotesco, se exhibía siempre generoso, noble, humanitario, pundonoro50, ue lleno delicaúez.1l y de buenos sentimientos, por consiguiente, incapaz de rencor. siendo, Repudiaba absolutamente la adulación y la bao jeza; apreciando mús la dignidad, lo que no es común, que la 'lltorioud. N o era propio l.:na las aventuras políticas; "pues si estaba siempre pror.to tÍ.arriesgar su vida, jamás lo estaba para tmcrífic.\r Sll~ ideas ni su obra':' De firme carúDtel'; '::ndo daba su palabra la Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 132 MIGUEL DE LATORRE. cumplía, sin que nada, ni nadie, pudiera. hacerlo volver atrás en un compromiso adquirido. Estaba dotado de la observación, "pero le falta ba la previsión de los grandes acontecimientos." Hombre ilustrado, inteligente y pensador, tenía principios i una convicción mor;).l y política, á 1a cual sujetaba, á no ser por un error de entendimien. to, todos sus procedimientos i sabiendo cuantos le trataban y tenían que hacer con él á qll{ atenerse respecto de su conducta y determinacioneH. Era. enemigo del cadalso y de todas las penas que tienen por objeto amenguar la dignidad del hombre. Aborrecía la rapiña; no alternaba nunca con los rateros, ni contemporizaba jamás con el crimen, cosa que lo impacientaba y ponía colérico. Tenía desarrollado el sentimiento dol derecho, r era, en consecuencia, fiel al deber. Su alma de poeta y de fil6sofo sentía profundos enternecimientos en presencia de la ajena desgracia. El distintivo especial de su carácter era la su. prema. benevolencia i hallándose siempre dispuesto á hacer el bien y á repeler cuanto pudiera perjudicar á 108 demás. Tranquilo y fuerte y de elocuente y seductora palabra, se hacía tributar admiración y respeto. A pesar de su nacimiento, de su posici6n, de su talento y de su riqueza, no estaban en su espíritu Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia MIGUEL DE LATORRE. 133 esas enfermedades propias de la nobleza, llamadas orgullo, altanería, vanidad, &c., mostrándose siempre humilde, y especialmente para con sus inferiores. Amante del ;?rogreso, se mostraba pa.rtidario del acrecentamiento de luz; y hubiera querido ha. cer en América lo que Col6n con la brújula, en vez de lo que Morillo ejecut6 con la. espada. Como militar, á pesar de no haber tenido otra escuela que la de la experiencia en los ca.mpamen. tos, era correcto, minucioso, vigilante, sagaz é infa. tigable; "reuniendo en sí todas las formas de la intrepidez personal." Sereno y entendido, no precipitaba jamás BUB operaciones, y observaba fielmente las ordenan. zas, pues creía, como lo dijo en una oeasi6n, "que la ley se hacía para ser obedecida en toda circunstan. cia, y que su violación, que era una gran fa.lta, aparejaba tromendas responsabilidades." Si á LATORR.E como primer Jefe se le encarga la pacificación de l¿s Colonias, da.da la triste situa. ci6n en que estaban los patriotas en el año de 15, desangrados, aterrados, .míseros y proscritos, y en. contl'ándose los pueblos en completa vacilaci6n en cuanto á ideas políticas, por medio de la benigni. dad y de la clemencia., calma probablemente todas las iras, produce el sosiego practicando la justicia y hace de la. revoluci6n de la Independencia, otorgan. do su derecho á los americanos, una revuelta, por de pronto, sin resultado alguno para los fines que se Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 134. MIGUEL DE LA.TORRE. proponían sus principales homhres: el hacer de las Colonias naciones libres é independientes, sin suje_ ci6n alguna á la corona de España. Tan eminente y bueno era aquel caudillo, y, debemos decirlo con franqueza, desempeñ6 su puesto en América con tánto honor y justicia, que no hay ningún historiador americano qua no le E.la. be y rinda su tributo de estimación: Restrepo, Baralt, Yanez, Austria, prontos están siempl'e á encomiado, declarando que no hay en su vida uingún escándalo que pueda hacer vacilar el buen concepto que se tiene de sus hechos y de su memoria. Dadas en LA TORRE las cualidades y condiciones que hemos anotado, se comprenderá la malquerencia que Morillo y Enrile habían de profesarle, J' los esfuerzos de todo género que harían para perderlo; tanto más, cuanto que comprendían que atado indio solublemente tí. su deber, se mantendría siempre firme en sus convicciones. VIII Vino LATORRE á América, nombrado Auditor general de Guerra y Fiscal de Audiencias; COIl des. tino ú ser Capitán General de Venezuela ó Virrey de Nueva Granada, según su voluntad. Hasta tanto que la. expedici6n lleg6 á la Costa firme, conserv6 con Morillo sinceras relacioMs de mutuo aprecio, y éste, aspirando á tener el) sus Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia MIGUEL DE LATORRE. 135 manos el sumo poder militar y civil de las Colonias, se propuso inspirade ciega confianza, hasta tanto que dando al Ejército pacificador una organizaci6n diferente á la que traía de España, lo ponía. en la condici6n de una pasiva obediencia. Sabía. Morilla que al dar este golpe, L ATORRE que venía á América á prestar un servicio y n6 á hacer fortuna ni tí. buscar fama, pues que de ésta yá gozaba, y en cuanto á lo demás tenía. capital suficiente para una viJa regalada, se sentiría herido en su delicadeza y tomaría uno de dos partidos: 6 volvería para la Península, y en este caso se que. daríl\ s610 el Pacificador en posesión de la auto. ridad suproma, que era lo que deseaba, 6 lo obligaría á aceptar un cargo militar subalterno, en el cual le sería útil, pudiendo gobernarlo en su calidad de Jefe de operaciones, como más le conviniera. Para este efecto, dumnte el viaje de Cádiz á. las costas de Oumaná, de 2:1 do Enero á 30 de Abril de 1815, Morilla hizo un estuJio tan serio como le fué posible del que juzgaba su rival, y pudo como prender, sin duda, con el auxilio del astuto Enrite, sujeto siempre dispuesto á secundar todo lo malo, que LATORRE tenía como militar y como ciudadano, la virtud de ser sumiso á la autoridad superior, y que en sus aspiraciones estaba exento de toda amo bici6n de mando. " Apenas pisamos la Costa-firme, dice LATORRE en una. carta al Conde Toreno, Morillo vari6 comple- Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 136 MIGUEL DE LATORRE. tamente de conducta para conmigo; su trato dE.ama. ble y a.tencioso que era, se tornó de repente er, desdeñoso y altivo. Evitaba de continuo el verme, Ú la vez que no se apartaba de don Pascual Enrile, á quien consideraba en mucho; y en sus determina. ciones, por rareza inquiría mi opinión. En e1 pue. blo de Pampatar de la isla de Margarita tllvimos el primer serio desagrado, y hubimos ambos de echar mano de la espada, pero hubo quien nos pu. siera en acuerdo y todo terminó " LATORRE, después de Margarita, acompañó á Morillo á Cumaná, de Cumaná á Puerto-Cabello y de Puerto-Cabello á Caracas, en donde el .Pacifi. cador, bien convencido del buen éxito, pensa.ba dar ti su adversario el golpe decisivo que con tánta mafia había premeditado. Poco se dejó esperar éste, y poco tard6 Morillo, por consiguiente, en ver coronados los fines que se proponía. Desempefiaba don JuanManuel Cajigal, según hemos dicho en otra parte, el empleo de Ca. pitán general de Venezuela, cuaudo á los das días de haber llegado el PacificadO'r á Caracas, ,in por qué ni para qué, hubo de deponerlo de la Magistra. tura, asumiendo él la autoridad que por real de. creto correspondía á Cajigal ó á LATORR:~, Ri lo quería. Este protestó contra tal atentado, q'le sobre ser injusticia, causaba el desafecto en un buen ser. vidor de la causa y en cuantos le fueran adeptos por la amistad, la gratitud y las afinidades l>oIíticas, Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia MIGUEL DE LATORRE. 137 y á tal protesta contest6 Morillo remontado en c6lera, enseñando las Instrucciones, hasta. enton. ces ignoradas, que tenía del Rey; en las cuales se le facultaba ámpliamente para proceder en la suje. ci6n de las Colonias insurreccionadas, como á bien lo tuviese, "haciendo y deshaciendo sin otro conse. jero que su voluntad." En conocimiento LATORRE tales Instruccio. nes, comprendió que, h¡¡.bía sido engañado por el Rey y la Corte; que su venida á América, bajo tan tristes auspicios, había sido una debilidad de su parte; y que en presencia de los poderes omnímodos de que había sido revestido Morilla, no le quedaban, como éste se lo había supuesto, más que dos deter. minaciones que tomar: obedecer ó regresar á España. Si optaba por la primera, tenía que aceptar la. responsabilidau que anto su propia delicada concien. cia, anto el mundo y ante la historia, le aparejaran los actos y conducta de aquel hombre voluntarioso, que por lo visto no respetaría nada, ni su propia honra, ligándose, por otra parte, á un destino de oprobio y de vergiienza. Si por la segunda, se diría en su patria que su regreso no era otra cosa que un acto de despecho; una muestra palpable de indo. lencia por los asuntos relativos al bien de la nación: cosas ambas que no hacían honra á b honorabilidad de un carácter. En semejante alternativa resolvi6 quedarse y ue Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 138 MIGEEL DE LATORRE. guardar obediencia; reservándose sí el derecho de protestar contra. todo aquello que de alguna manera deshonrara su nombre y su causa, y fuera contrario á sus ideas. Aflí fué que LATORRE, fiel á sus propósitos, se opuso en Caracas á la fundación de los Consejos de Guerra, y especialmente al modo de enjuiciar; al establecimiento de la Junta de Secuestros; á la su. presión de la Audiencia, que contaba en América. más de tres siglos de vida y era el único TriburLal salvador de los derechos de los colonos; y á muct.as otras providencias de Morillo, que tenían por ob. jeto establecer el terror y fundar la. más oprobiCtsa. é injustificable tiranía. Penetrado el Pacificador de la resolución de quedarse que había tomado LOTORRE, reorgani ••• ó, como lo había pensado, en 15 de Junio del año á que nos estamos refiriendo, las tropa~ aliadas de Es. paña y Venezuela, é hizo á su rival Jefe de la ¡:rí. mera división de las cinco en que dividió la fuena, y, en atenci6n al grado que tenía, Comandante ge. neral del real Ejército. Arreglado, sobre nuevas bases, el Gobierno civil y militar de Venezuela, LATORRE. siguió á Mori.lIo en su invasión sobre las costas de la Nueva GraBa.. da, y cuando se trató de atacar á la heróica Carta. gana, se opuso decididamente á esta medida que juzgaba. á todas luces inconveniente: ya porque conocedor, por propia experiencia, de las dificultades Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia MIGUEL DE LATORRE. 139 que presentaba la pretensi6n de tomar una plaza fuerte por el rigor de las armas, quería economizar el inútil derramamiento de sangre española y ame. ricana.; ya porque juzgaba que á la. vista de las tro. pas realistas, que podían encerrar la ciudad como en un círculo de hierro, con un poco de paciencia. y usando de benignidad, los patriotas se sujetarían tÍ una. ca.pitulación que daría término ú. la guerra en el Reino de Granada; y ya, en fin, porque creía que era por medio de la paz como se debía volver á los ame. ricanos al régimen de la obediencia. No obstante estas convicciones, LATORRE que era sumiso, una. vez resuelto el bloqueo de la. ciudad, pele6 por mar los ciento ocho días que dur6 el asedio, portándose como lo había becho en Zara. goza y Gerona, con un heroísmo sin límites; diri. giendo sus fuerzas que eran cinco mil hombres, de los cuales perdió cerca. do dos mil, con el acierto de un militar entendido é inteligente, y distinguién. dose sobre todos sus compañeros el 25 de Octubre en el bombardeo de la plaza; por cuya intrepidez mereci6 más tarde, del héroe inmortal del fuerte de la Popa, General Judas Tadeo Piñango, los más significativos encO!;livs. Ocupada Cartagena, á la que Morilla en su saña implacable pretendió reducir á cenizas en los pri. meros momentos de su febril exaltación, evitó que se cometieran este y otros crímenes horribles que el Pacificador tenía proyectados; dió lugar á. que se Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 140 salvaran, MIGUEL DE LA.TORRE. por agua, muchos patriotas que estaban sentenciados á muerte; y prestó oportunos servidos ti la población pacífica de la ciudad. Cuando supo que el sanguinario Morales había. deshonrado la victoria, degollando bárbaramente á. orillas del mar á los paisanos de Bocachica, se diri. gió á donde éste cruel aventurero, y á pesar do su clase y á costa de incomodarse sériamente con Mo. rillo, pretendió fusil arlo, le dió de golpes con la. es. pada, y pidió que se le separara del Ejército. No gustando el Pacificador de la clemente con. ducta de LA'fORRE, lo envi6 á poco sobre Ocaña. en dirección ti Bogotá, en el propósito de quedarse s610 para poder obrar de acuerdo con los consejos que le inspiraba su odio á los americanos; á los cuales trataba bajo el influjo de Enrile, cual si los huhiera. vencido en guerra larga y desastrada, ganara la tierra palmo á palmo. en la que LATORRE, satisfecho de salir del lado de aquel in. humano caudillo, á. quien por su cruoldad profesaba una cierta reservada compasión y profundo despre. cio, tomó el itinerario que se le había desig'lado, dando garantías á los libres por donde quiera que pa. saba; con lo cual se ganó las simpatías de los puoblos, y especialmente el cariño de los patriotas de Bogo. tá, á quienes ofreció seguridades y concedió amplio indulto al ocupar la ciudad, 6 de Agosto de 1816. El Pacificador, enemigo de estas medidas, á las que llamaba "contemporizaciones indebidas, hijas de Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia MiGUEL DE LATORRE. 141 b. más refinada bobería," deseando á todo trance des. hacerse de LATORRE,á. fm de poner en juego, como siempre y con entera libertad, sus siniestras pasio. nes, á su llegada á la capital del Reino, 26 del mes anotado, habiendo improbado el indulto á que se ha. hecho referencia, hizo de las suyas, y envió inme. diatamente á LATOlUU]sobre Casan::tre en persecu' ción del Genoral Servíe?; quien huyenuo de los realistas se había internado por aquellos lados con unos pocos ardientes y decididos republicanos, re. suelto á continuar la campaña. Sabidos son los actos de pillaje é inaudita crueldad cometidos por Morilla y sus Tenientes en 108 seis meses que duró su Gobierno en la Nueva Granada; hechos en los cuales no tuvo parte alguna LATORRE,y que le valieron al Pacíficad01' y á En. rile, en vez do la improbación del Monarca español, los plácemes reales y una condecoración honorífica; sirviendo la crueldad de que hacían gala para dar un nuevo y fecundo impulso al entusiasmo patrio, por entonces casi extinguido, abriendo una nueva éra re. volucionaria en que la Providencia, que vela por la. justicia y los fueros de la humanidad, señaló á los libres oprimidos el camino que los condujo á la. victoria. IX La guerra en Venezuela, debido á. las tropelías cometidas en aquel país por los realistas, se había Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 142 lIUGUEL DE LA'l'ORRE. encendido nuevamente, presagiando funestas ci~tás. trofes. Sabedor ue esto Morillo, pa rti6 el ] 6 de No. viembre hacia aquellas desgraciadas tierras, en el convencimiento de que bastaba su presencia en cualquier parte del territorio de la Capitanía, para que los patriotas depusieran las armas y se sujeta. ran á su voluntad como humildes esclavos LATORRE, que presidía en su m~rcha al Pacifi. cador y que había tomado la vía da Apure, en cuyas llanuras se encontraba Páez, se unió á. Cal. zada en Guasdualito á principios de Enero de lE 17. Cuatro mil soldados de todas armas pusieron e:3tos dos Jefes, y el primero, sobrado pundonoroso y om. prendedor, se di6 en el intento de perseguir á Pitez, quien se hallaba en el sitio denominado El Man. tecal, con mil doscientos lanceros, sufridos y há. biles como su Jefe para la guerra de partidas. El 28 se avistaron patriotas y realistas en las llanuras de Mucuritas y tuvieron un choque te,~ri. ble, tan desventajoso para LATORRE como honoríllco para Páez; pues que éste, mediante ciertas manio. bras hábilmente practicadas, no pudiendo hal~er frente á los veteranos infantes enemigos, logr6 sepa. rar la caballería realista, constante de mil setecitm. tos jinetes, y cuando estuvo á larga distancia de la infantería, la carg6 y destruyó eu menos de tres horas, salvándose apenas unos pocos hásares europeos. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia MIGUEL DE LATORRE. 143 En seguida volvió el Jefe republicano sobre la. tropa de á pie, y tí fuerza de estrategia, 10gr6 llevarla al centro de unos pajonales que quedaban en un extremo de la llanura, á los cuales hizo poner fuego, pereciendo quemados mi'isue doscientos hombres y sa.lvándose el resto por Ílaber llegado en columna cerrada, resistiendo las intrGpidas cargas de los lanceros pa.triotas, hasta meterse en un pantano en donde se detu va el incendio. LATORRE, sorprendido de semejante hazaña de sus contrarios, llegada la noche emprendi6 una honrosa retirada, perseguido siempre por el enemigo que continu6 dándole cargas violentas; adquiriendo el convencimiento de que con tales hombres, que peleaban casi desnudos y hacían rápidos y ágiles movimientos sobre sus briosos y ligeros caballos, no se podía entrar en combate sin grandes ventajas. Al día siguiente, Morilla se incorpor6 á LATORRE en el punto denominado Paso del Frío, y continuaron ambos su marcha hacia San Fernando, atormentados de continuo por los jinetes de Páez. De San Fernando mand6 el Pacificador á LATORRE, bajando el Apure y el caudaloso Orinoco, en direcci6n á Guayana. Tenía por fin este movi. miento el perseguir á Piar, caudillo tan audaz como temido y valeroso, que corriendo mil peligros, había logrado apoderarse de las Misiones de Caroní ; abundantes en recursos de todo género, y almac¿n de provisiones de Angostura. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 144 MIGUEL DE LATOARE. El 11 de Abril Piar, después de haber ejecutado ciertos importantes y atrevidos movimientos, esper6 ú los realistas á la falda de una pequeña altura, entre los pueblos de San Miguel y San Félix; cu. briendo la izquierda <.le sus soldados con una barranca profunda é inaccesible, y la derecha con la. elevada. serranía que queua al Poniente del primero de aquellos poblados. Eran los libres dos mil d03cientos: quinier.tos armados de fusil, otros tantos de palos, ochocien. tos de lanza y cuatrocientos de caballería, que tenían por toda defensa agudas macanas. LATORRE llevaba mil novecientos infantes y doscientos jine. tes, tropa toda escogida y experimentada. Serían las dos de la tarde próximamente, cuando libres y realistas se pusieron á tiro de fusil comlln, y apenas se alineaban los segundos dando frente al enemigo, el Coronel José María Landaeta, por orden de Piar, dió á los republicanos la voz de Fuego, y El choque fué carguen á la bayoneta y á garrote! violento; las fuerzas de una y otra parte, á poco do una viva carga de fusilería, encontrándose de cuerpo á cuerpo, se asesinaban bárbaramente! Piar en los momentos supremos de la lucha, c8oy6 sobre el enemigo con sus jinetes, "y en br!l'le, dice Baralt, no había combate, sino horroroso degUello de realistas y en seguida una lúgubre calma !" LATORRE, que tenía por costumbre retirarse el último del camilO de batalla, pudo salva.rse á. eso de Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 145 MIGUEL DE LATORRE. las nueve de la noche con unos diez y siete compañeros de su Estado ~[ayor, con los cnales se dirigió hacia el puerto de las 'l'ablas en donde rocibió á poco nuevos auxilios do tropas y elementos de guerra. Tan sorprendido quedó el Jefe espafíol de esta :lcción, como de la de lIIucuritas. "No son hombres, dice á Morilla, aquellos enomigos. Su valor es ex. cepcional. A nuestras balas contestaban dándonos de palos, y como fieras mataban ú. nuestros soldados, sin que su denuedo y pericia. pudieran evitar este horrendo sacrificio. ,. Del puerto de las Tablas regresó LATORRE á Angostura resuelto ti apoderarse de las Guayanas; lo que no pudo llevar á cabo á pesar de las bri-, llantes y audaces operaciones que practicó para ello, por razón á ser hostilizado de continuo por fuerzas mucho mayores en número. Desesperanzado al fin por no recibir nuevos auxilios ni socorros de ninguna especie, se vi6 obli., gado 6. evacuar 6. Angostura; siempre y por largo tiempo perseguido, y siempre experto y atento ti todo para no caer en poder de los libres, quienes hicieron enormes esfuerzos por vencedo. , Esta campaña de LATORRE sobre Guayana, d~ alta importancia militar en la historia de las guerras de Venezuela, á pesar de no haber tenido lugar ninguna gran batalla sino encuentros parciales que poco 6 nada contribuyeron al resultado general de la revoluci6n de la Independencia, es la págin~ 10'- Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 146 MIGUEL DE LATORRE. más brillante de la historia guerrera de aquel célebre palad~n, tan caballeroso como simpático. Durante seis meses ejecutó movimientos de estrategia y de táctica, unas veces fuera de la vista del enemigo y otras á. su vista, tan dignos de la ciencia de un gran General, que, en pequeño, se cree ver en él á Aní. bal en su campaña sobre Cartago ó á Napole6n en la suya sobre el Austria. Qué de marchas forzadas y de ligeras contm. marchas 1 Qué de repliegues hábilmente sostenidos, ti pesar del empuje vigoroso de sus adversario:, 1 Qué de movimientos preparatorios para. un gmn combate que no se hab~a de dar! Qué de pequeños encuentros tan bien dirigidos! Todo en esta faeDa. de ciento ochenta días, es admirable en aquel lidia.. dar espléndido, que si bien no pudo conseguir BU objeto, es porque el hombre, cualquiera que sea la. faz de su actividad, y menos en la guerra, que como decía Francisco 1 es un juego de azar," alcanza taras veces lo que con más anhelo persigue. En el mes de Noviembre se unió LATORRE á Morillo en Calabozo; punto en donde el Pacifit:a. dor tenía varias operaciones de primera. importan. cia que practicar, y entre ellas, la de combatir á Páez en el Apure, y la de atacar al denodado Gene. ral Pedro Zaraza que mandaba la vanguardia de las fuerzas de Guayana, compuesta de mil cien jin(ltes y mil soldados de infantería, que intrépidamente habia. a.vanzado hasta las llanuras de Caracas. 11 Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia MIGUEL DE LATORRE, 147 Para este último efecto mand6 á LATORRE sobre Zaraza con mil doscientos veteranos de lo mlis selecto del Ejército expedicionario j encontrándose estos dos temibles guerreros el L° ue Diciembre á las ocho de la mañana eu el sitio de Hogaza, A las nueve, después de haberse alineado convenientemente los contendores, el General español di6 principio á la batalla, en la. que patriotas y realistas se disputarou con recomendable decisión y energía el triunfo; obteniendo los segundos la victoria después de quedar en el campo cerca de mil seiscientos muertos. L.A.TORRE recibi6 en esta jornada una pequeña herida de lanza en un brazo, y otra de bala hacia el lado izquierdo del est6mago que le causó, aunque sin inutilizarlo para la campaña, grandes sufri. mientos; mereciendo de Zaraza que lo llamara en el parte que sobre tal desgraciado suceso dió al Li. bertador "el valiente entre los valientes y el magná. nimo entre los magnánimos," pues así como de sereno é intrépido, estuvo de generoso para con los prisioneros, ú quienes de Sargento para abajo puso en libertad inmediatamente. En Marzo de 1818, LATORRE, que por resultas de la herida que recibiera Morilla en lu batalla de la. Quebrada de Semen, había subrogado ú éste en el mando del Ejército, se movió de Caracas, en donde se encontraba, con mil quinientos infantes y unos pocos jinetes, en dirección á la plaza de Ca.la.bozo, Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 148 MIGUELDE LATORRE. que había sido ocupada por Bolívar. El Libertador, que tenía dos mil lanceros al mando de Páez y ochocientos soldados de infantería., en vez de aguarda-r un ataque en poblado abandonó la ciudad y se di() á esperar al enemigo en las llanuras. Empero, comprendiendo el Jefe espafiol la superioridad de BU adversario si se prestaba n una batalla formal en campo plano y abierto, en donde los jinetes do Páez podían, como de costumbre, maniobrar con ha. bilidad ventajosa y sorprendente, emprendi6 á suvista una retirada gloriosa, militarmente dirigidat hasta el sitio del Rastro, en el cual tuvo lugar un combate indeciso de cinco horas, continuando LATO.. RRE su repliegue hacia la villa de Cura y Valencia, á donde los republicanos no juzgaron prudente seguirlo. Separados luégo al punto el Libertador y Páez, LATORRE salió de Valencia sobre este último, que había ocupado á San Carlos con mil hombres de caballería y cuatrocientos de infantería, con los cuales iba á habérselas con el Jefe español que lo buscaba con doscientos jinetes y mil ochocientos infantes. Páez, astuto en grado superlativo, abandon6 á. San Carlos á fin de que pudieran obrar convenientemente sus lanceros; teniendo lugar el 2 de Mayo una acci6n en extremo reñida, en la que ambos partidos se atribuyeron el triunfo, el cual fué, por sus resultados, más favorable á los realistas que á los Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia MIGUEL DE LATORRE. 149 republicanos, pues que si los últimos alancearon horrorosa J completamente la caballería y parte de la infantería de los primeros, éstos á su vez, con el grueso de sus desmontados soldados, formados en muros impenetrables, destruyeron, sin dejar uno s610,los infantes patriotas. Para 1819 volvi6 Morillo á tomar el mando en Jefe del Ejército realista y se uni6 á LATORRE, quien en el mes de Enero, en la tentaci6n de vencer á Páez que era. el más peligroso de los lidiadores libres, se había dirigido sobre San Fernando en donde se hallaba el glorioso caudillo de Apure. Era el plan de LATORRE atacar primero á este héroe singular é invencible, y en seguida volver con un grueso Ejército sobre Bolívar que venía. hacia Sl\n Fernando j pero el Pacificador, en exceso testarudo y amigo de hacer su voluntad, se opuso á esta. bien pensada operaci6n, dando lugar á que se unieran las magníficr..s fuerzas que venían de An. gostura con las que comandaba Páez. En San Fernando, habiendo evacuado los li. bres la plaza, Morilla y LA'l'OR3.E la ocuparon, y pasando revista al Ejército real que estaba ú sus inmediatas órdenes, hallaron que éste se componía de seis mil quinientos hombres de excelentes condiciones, con los cuales se movieron en los primeros días de Febrero sobre los patriotas que se habían retirado, como queda dicho en otra parte, al otro lado del Arauca á dilatadas llanuras. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 150 MIGUELDELATORRE. LATORRE,que desde la acci6n de Mucuritas conocía.de cuánto era capaz el formidable Páez, yla superioridad de sus jinotes cuando peleaban en sus guaridas en campo abierto, y sabedor además de lodeletéreo y malo del clima de las tierras sobre que se iba á militar, se opuso á esta desgraciada campaña; pero como Morillo se creía el pr~mero en la guerra, así como se juzgaba el único en la paz, persisti6 en sus miras, perdiendo, como ya se sabe, cerca de mes y medio en marchas y contramarchas estériles para su causa y sacrificando su gente en pequeños combates y al rigor del clima, hasta tanto que la necesidad lo oblig6 ti regresar á Achaguas y más luégo á Calabo. ZO, en donde se di6 á pensar, colocado ya en una difícil y peligrosa situaci6n y rodeado de enemigos, el partido que debiera tomar en semejante traba.josa extremidad. Fu6 durante este tiempo cuando el Libertador hizo su marcha hacia la N lleva Granada on busca. do la libertad de este país j enviando el Pacijieador, apenas supo que el Ejército patriota remontaba la cordillera andina, al benemérito LATORREen direcci6n á los valles do Cúcuta i siondo derrotado por 01 General Carlos Soubletto, el 27 de Septiembre, en el Alto de las Cruces. A consecuencia de esta derrota, LATORREse vi6 obligado á retirarse á la Grita con unos pocos sol. dados extenuados por la fatiga y el cansancio, y en seguida á Mérida, en donde permaneci6 haciendcl Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia MIGUEL DE LATORRE. 151 gran presencia de ánimo hasta principios de 1820psin recibir auxilio alguno de lliorillo, quien, inmóvil en Tocuyo, no podía hacer otra cosa que estar en es. pectativa de Páez y de otros afortunados caudillos que no le permitían un 8610 día de tranquilidad. Para el mes de Mayo del año anotado, ha. biéndose propuesto el Pacificad07' hacer el Tratado de armisticio que se firmó en Trujillo, orden6 á LATORRE que se moviera sobre Calabozo, interesándolo en tal arreglo, en el cual observ6 este Jefe una conducta recta, digna y en extremo diplomática, que agrad6 mucho al Libertador, como hubo de mani. festársolo personal y cordialmente en la entrevista dol pueblo de Santana. Concluída la negociaci6n de armisticio, la cual, lo repetimos una vez más, facilitó á Morilla un medio honroso de abandonar la tierra que había empobrecido y en la.que había becho derramar tánta y tan precios3. sangre, se dirigió con JJATORRE tí. Ca. racas, y en 14 de Diciembre le entregó el mando supremo de que estaba revestido, alejándose para siempre de América. En el Convenio :í que aludimos, se estipula. ron, como era lo natural, las posiciones que debían ocupar las tropas componentes de uno y otro Ejér. cito, mientras so hacía. el Tratado que asegurara de. finitivamente la paz. Y como LATORRE había opio nado desde su llegada. á la Costa-firme 11 que la gue. rra. debía hacerse más con política que con armas, :J!.<t; ~".J Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia i52 MIGUEL DE LATORRE. y que lo que había faltado al Pacificado,. era, pre. éisamente, la política," empezó á obrar con h ma. yor cordura posible, poniendo en libertad 6.mllChos prisioneros libres que aur. estaban retenidos .30 las cárceles, y oruenando á sus tropas, concentradas en Calabozo, Barquisimeto, Tocuyo, San Carlos :v Ca. racas, y en los puertos de Cumaná, Marac:aibo, Puerto-Cabello y la Guaira, un comportamiento elecente y respetuoso al derecho de los patriota;3. Mas, ti pesar de lo pactado en Trujillo, y de la conducta moderada y 6.todas luces honrosa de LA. TORRE, el 28 de Enero de 1821 se pronunció la ciudad de Maracaibo en favor de la Independencia, apoyada por las tropas que comandaba el General Rafael Urdaueta, con violación flagrante del armis. iicio, que tenía por base la suspensi6n de las hosti. lidades por seis meses. El Jefe español, deseando se cumpliera el Tratado que él había observado con religiosa exactitud, se dirigió cortesmente á Urdaneta reclamándol'3 el cumplimiento de un deber, y e:x:igiéndole permitiera que la fuerza. realista. que estaba de guarnición en la citada plaza y que se había retirado de ella al acercarse las tropas republicanas, volviera tí. oCt::par su puesto, "atajando, por otra parte, la insurrección de Maracaibo, cuyo ejemplo podía ser fUMsto en todo el país." Urdaneta nada contestó tí. esta. exigencia, y .:< el , Libertador, sin darse por entendido de ella, escribi6 Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia :MIGUEL DE LATORRE. 153 al General español en 19 de Febrero, declarando que después del movimiento espontúneo del pueblo de Maracaibo, no devolvería la paz j" por razones que él ámpliamente expuso y que, á la verdad, no justifican el hecho de violar un compromiso faltando al respeto que se merece la fe prometida j á no ser que se tenga en cuenta la impaciencia que los patriotas tenían por acelerar el advenimiento de la libertad, por la cual habían hecho tántos y tan largos sacrificios y derramado mares de sangre. LATORREcontestó al Libertador con la energía y respeto del caso, "pidiéndole respueRta de su ofi. cio dirigido á Urdaneta; pero cuaudo menos lo pensaba, recibi6 de Bolívar una iutimaci6n paT3.renovar las hostilidades en el término de cuarenta días." Convencido entonces el J~fe español, de que el plan de los libres era. el buscar su independencia 6.todo trance, aprovechando para ello toda coyuntura y cuanto los fuera. propicio, no crcyó <.lacorosopara su dignidad insistir en mantener una trogua equívoca, más fatal parn. él que la misma guerra, y aceptó el reto que so le hacía seualalldo el 28 de Abril para la apertura de la. campaña. La situación de los realistas em, sin dnlla, tan conflictiva, como ventajosa la de los independientes. LAToRRE,hom1re de juicio recto y tranquilo, comprendi6 el peligro en que estaba su causa, la cual no contaba yá con el apoyo de los pueblos, ni siquiera. con el entusiasmo de los Jefes y Oficiales europeos, Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 154 MIGUEL DE LA.TOBRE. quienes lamentaban el no haber abandonado el pa.h con Morillo ; pero para él la continuaci6n de l~ lu. cha era, tí. pesar de todo, una cuesti6n de honor: 1::1, salvaci6n de su reputaci6n y de la justa gloria mi. litar de que gozaba, y a.ntes de entregarse haciend,) caer sobre su nombre la ignominia consiguiente á se. mejante debilidad, juzg6 16gico hacer un último extraordinario esfuerzo y perecer como leal. Las nuevas hostilidades le iban tí. ser desespera. das, así por la brillante situaci6n de sus enemigos, como porque varios de los Jefes del Ejército real, y entre ellos el vizcaino Morales, 10 más perverso é intrigante entre los nacidos, deReando vengarse de LA.TORREpor el justo castigo que le hiciera en Bocachica en 1815, "y furioso de que hubiese sido preferido por la Corte para ocupar un puesto á que aspiraba su ambici6n," no perdonaba intrigas ILi malas artes para perderlo en la opini6n de los puoblos y de las tropas. N o obstante todo esto, sin COD.tar para ello con la fortuna, pues que tenía bastante inteligencia para verse abandonado de la suerto, abri6 operaciones con los once mil hombres que eH. taban á sus 6rdenes; proclamando antes á sus soldados, para que" en virtud de lo pactado sobre rllgularizaci6n de la guerra, y en honra tí. su causa y á los principios humanitarios, fueran respetuosos de la ajena propiedad, beFlévolos para con el enemigo y clementes para con todos." Desencadenada de nuevo la tempestad, se hioie. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia MIGUEL DE LATORRE. 155 ron por una y otra parte increíbles y her6icos es. fuerzos en busca de la victoria, obteniendo los pa. triotas favorables resultados en varios atrevidos encuentros. LATORRE, que veía perder sus fuerzas en combates parciales, resolvi6 al fin traer á su lado el mayor número de tropas, y ocupando á principios de Junio las llanuras de Carabobo, le pareci6 que debía jugar en este campo, en una sola jornada, la suerte de su causa. Así fué que, tomando magníficas posICIOnes, colocó su Ejército constante de cinco mil quinientos hombres en puntos militarmente estudiados, y espe. r6 ti Bolívar y tí. Páez que, con seis mil guerreros de lo más notable de América, iban en su busca. El 24 del mes indicado, ti eso de la una del día, se di6 principio á la batalla, peleando realistas y patriotas con un arrojo que no pinoda de criaturas racionales, y especialmente parte del antiguo bata. 116n V alencey y los jinetes de Páez. :Mas, suce· di6 que en el momento preciso en que la victoria fluctua.ba, cuando la caballería realista debía cargar ti los lanceros de Apure, que apoyados por la divisi6n Tiradores de Bolívar, hacían estragos en la bizarra infanterÍ:1 española, Morales, que era quien mandaba tlicha caballería y que preparaba con la caída de LATORRE su propia elevación y poderío, consumando una vergonzasa traición, huy6 del campo arrastrando on su huida batallones ente- Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 156 MIGUEL DE LATORRE. ros, que cayeron en breve en poder de sus contrarios. El Jefe español, que se había portado con la intrepidez y sangre fría de siempre, poniéndo~,e en semejante peligroso trance á la cabeza de una parte del Valencey, que había quedado de reserva., se retiró del campo por la vía que de Carabobo condu_ ce á San Carlos y Valencia, recbazando con admira_ ble intrepidez y mediante maestras evoluci:ones militares, las terribles cargas de los jinetes republicanos, conducidos por sus mejores Jefes. A las diez de la nocbe llegó al pie de la cordille. ra de Puerto-Caballo, é bizo allí frente, espera.ndo los dispersos del famoso Ejército expedicionario, reducido á su más mínima expresión. Retirado en seguida á Puerto-Cabello y bloquea. do en aquel punto, esper6, como hombre geneNso é hidalgo, el resultado de la campaña en que aun estaban comprometidos algullos de sus copartidarios, ,í varios do los cuales envió, á pesar de su desesperada situación, auxilios de hombres y de pertrecbos, Al fin, el 12 de Diciembre, abandonó la plaza con mil doscientos hombres que había logrado reunir, y desembarcando en los Teques se unió al realista Carrera, venciendo á los libres en dos reñidos encuentros cuyos resultados le proporcionaron la ocupación de Coro, en donde dejó á aquel Jefe algunos batallones, ya que se obstinaba en continuar una guerra desespe. rada que él creía definitivamente concluída. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia :MIGUEL DE LATORRE. 157 A principios de Marzo de 1822 volvió á Puerto Cabello, en donde permaneció hasta el 4 de Agosto, día en que entregó el mando á. :llorales, nombrado por el Gobierno español Capitán general de Venezuela. : empleo por que intrigaba de mucho tiempo atrás aql~el mal hombre, y que le fué con. cedido en recompensa do su conducta atrabiliaria, cruel y últimamente traidora. x Tal fué la campaña de LATORRE en América, desgraciada por cierto, pero hábilmente dirigida; pura de toda mancha y digna de su carácter y de la elevación de sus ideas. Bolívar y muchos de SUli compafíeros de armas, enemigos políticos de aquel guerrero eminente, le reconocieron su acrisolada probidad, su talento militar y otras dotes personales que lo distinguían y que lo hicieron profundamente simpático á los libres. No hay que acusarlo, ni por qué recriminar su memoria, por el sólo hecho de haberse prestado, lo que personalmente no le convenía, á venir á la guerra de América. Procedió él en esto en virtud de una convicci6n sincera, tanto más respetable cuanto honrada. No se ha visto que ninguna nación se desprenda de los beneficios que le reportan sus Colonias, ti las Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 158 MIGUEL DE LATORRE. que considera como parte integrante de Sll propio territorio, bien las maneje por medio de los prinDi. pios que aconsejan In. justicia y el respeto que se merecen los hombres, cualesquiera que sean su es';a. do moral, su cultura intelecctual y su físico desarro. 110,bien trate ti los pueblos como esclavos, sujetoll á un poder tan ignominioso cuanto despótico. La España, al conquistar y colonizar la Améri. ea, consumió no poca parte de su población y de su riqueza. La conquista, que empieza con el descu. brimiento en 14D2, y acaba en 154D con la fundaci6n de la Audiencia, que fué el primer paso dado por la madre Patria para el establecimiento del Gobierno civil en sus posesiones ultramarinas, le cost6 grandes esfuerzos, ingentes recursos pecunia. rios y muchas vidas. En la colonización, que se extiende propiamente desde la Audiencia hasta 17¡;1, en que tuvo lugar la insurrección de los comuneros del Nuevo Reino de Granada, no dejó tampoco de hacer grandes trabajos, en el sentido de dar' á los a.mericanos, 6. quienes había sujetado por el fuego yel hierro, leyes y costumbres que cambiaran su condición sal. vaje. Verdad es que hubo dureza y barbarie en la con. quista, así como en la colonización una pésima oro ganizacición administrativa, crueldad refinada pIna con los criollos, y mucha avaricia de dinero por parte de los gobernantes. Pero, qué otra. CtlS80 Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia MIGUEL DE LATORRE. 159 han hecho siempre las nacionos con sus Colonias, sino manejar1as por el rigor y sujetadas á su insaciable codicia? Eu los tiempos actuales en que el filantrópico criterio de la caridad domina, podemos decirlo, todas las conciencias del orbe civilizado, no es ésta la conducta que observa la Inglaterra, uno de 108 pueblos má~ serios del mundo, en sus posesiones de la India? Lógico y justo era que cuando las Colonias por su civilizaci6n, por sus recursos propios, por poder vivir con vida independiente, hubieron llegado á su madurez, la Metrópoli hubiera abierto la mano y trocado el imperio por el protectorado, la suje. ci6n legal por la influencia moral, los deberes de los hijos menores por la respetuosa deferencia de los mayores emancipados, pero esto no aconteci6, como tampoco que los Códigos de Indias, que son una legislación inteligente y benéfica, monumento levantado en honor de los Reyes que la formaron, llegara á tener debido cumplimiento en América: no sucediéndose estas cosas, lo repetimos, porque jamás el vencedor se extiende en su generosidad para con el vencido á límites tan amplios que perjudiquen sus propios intereses. Las naciones, como entidades políticas, juzgan que Dios y la sociedad otorgan el derecho á aque. llos á quienes dan la fuerza; y en esto concepto la España, feudal desde su primitiva organización, si no daba amplitud en la libertad á sus propios hi~ Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 160 MIGUEL DE LATORRE. jos, menos podía permitir que fueran libres aque. llos á quienes había conquistn.do. ~lás poderosa que todas sus Colonias, opinaba sinceramente que 1enía. derecho á ellas; un derecbo completo y perfecto, y en esta. virtud los Reyes de lo. Península, desde el tiempo de Fernando el Católico hasta Fernando VII, tuvieron siempre la creencia de que para ser rectos en el conjunto de SllS empresas, en cuanto ellas se referían al Gobierno de sus dominios de allende los mares, les era. permitido faltar á la justicia en los detalles. Teniendo, por otra parte, todo el que gobierna, la. convicción de que la utilidad lo legitima todo, los Monarcas españoles iban derecho ti sus flneH, esto es, á sacar de sus Colonias el mayor provecho posible en beneficio de la Metr6poli; y para obtener este resultado no se paraban en medios, empleand.o las medidas más violentas y depresivas al carácter de los americanos. La América española, como su propio nombre lo indica, era, pues, de España. Tal idea tenían desde el primero hasta el último de los peninsulares, y de aquí la razón por la cual no hay por qué cenmrar á los que vinieron á sucumbir la rebeli6u de las Colo. nias, por este s610hecho, y mucho menos á ¡¡,quellos que, como LAToRRE,procedieron en su cometido dentro de la. clemencia. que demandan los fueros de la humanidad. Que Morillo merezca las recriminacionEis de la. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia MIGUEL DE LATORRE. 161 justicia y de la historia, esto no puede revocarse á duda, no por haber aceptado la misión que se le confió de sucumbir con la insurrección de que n08 ocupamos, sino porque desde el momento en que lleg6 á. América, irrespetó la propiedad, vejó la dignidad de todos cuantos creía enemigos de la causa que defendía, llenó las cárceles de víctimas é hizo del cadalso y del destierro sus principales agentes de mando. Durante su dominación en Venezuela y Nueva Granada, hombres puros, ciudadanos íntegros, pa. triotas irreprochables, que habían servido á la libertad, fueron perseguidos, al mismo tiempo que otros calumniados de criminales, confundiendo así la ven. ganza y la iniquidad sus golpes. "No contento con atacar las cosas y los hechos, llegó una época en la que, dando mayor impulso á su fanatismo político, se puso á hacer la guerra á las palabras, afanoso por destruir, no sólo todo lo que era la revoluci6n, sino cuanto podía servir para recordarla. "En su criminal delirio, si por casualidad un ciudadano, después de haber sido acusado sin motivo, era puesto en libertad, se remontaba en ira y ponía el grito de su indignación en el cielo. Contra el pe. ligro de acabar con el terror, se armaba del crimen, suscitando recuerdos y depurando cuanta hiel podían contener estos recuerdos, á fin de servirse de los muertos para matar á los vivos. 11 Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 162 "El poeta : MIGUEL DE LA.TORRE. ParJificador era impaciente, como dice el " De Ia.var en sangre sus manos ensangrentadas." Los horrendos atentados de Mario, de Sila. y de Tiberio, fueron igualado!; por las proscripcicnes y asesinatos de aquel héroe, que hizo por su conducta que la venganza divina se mostrara frente á frente, como una terrible acusaci6n, contra el despotismo militar y político y los odios que engendran las preo. cupaciones. Digno de estigma es, pues, Morillo, por su i.nfame proceder, pero á LATORRE que era. su antípoda, y que no acept6 jamás esos hechos horribles que hacen es. tremecer á las almas honradas y piadosas, la historia imparcial debe sus homenajes, y los homl,res de recto criterio sus simpatías. XI LA.TORRE al dejar la Costa-firme iba no:nbrado por la. Corte de Madrid Capitán general de la isla de Puerto Rico. Este nombramiento, á lo que parece, había sido una intriga de Morillo, n6 porque semejante hombre deseara favorecer el nombrado sacándolo de la peligrosa aituaci6n en que maliciosa. mente lo había puesto; toda vez que le profesaba sincera enemistad, sino por mantenerlo fuera de la. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia MIGUEL DE LATORRE. 163 Península, á. fin de no tener en la Corte, de que era por entonces valido, un testigo ocular, digno de en. tero crédito, de sus hechos en Nueva Granada y Venezuela. Además, Morales á quien Morilla profesaba vivo cariño, como Boves lo había tenido á Zuazola, por su crueldad, su genio atrabiliario é irritable '1 su perverso carácter, deseaba la elevaci6n de aquel inclemente caudillo á la primera Magistratura civil y militar de la Capitanía venezolana, y hubo de satisfacer esta aspiraci6n, que acab6 de consumar la Independenoia de aquella tierra her6ica y desangrada. LATORRE, n6 por súplica del Rey, sino por orden del Rey, iba á desempeñar un Gobierno pacífico, apartándose de la escena de la guerra de Colombia. La isla de Puerto Rico estaba regida á la saz6n por la misma Constítuct6n de la Península yero. man. dada por un alto funcionario, llamado Gobernador superior civil, que presidía los Tribunales superiores de justicia. La organizaci6n militar tenía por Jefe á un Ca. pitán general, que era el mismo Gobernador de la isla, quien tenía á sus 6rdenes Comandantes resi. dentes en la capital de cada Departamento en que es. taba dividida la Colonia. Entraba, pues, LATORRE en Puerto Rico, en el ejercicio de un poder omnímodo, casi absoluto, el cual desempeñ6 científica y hábil. mente, á contentamiento de todo el país, durante dos años: haciendo menos triste la condici6n de 108 Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 164 MIGUEL DE LATORRE. esclavos, ó. quienes, contra el querer de sus sefíores, otorg6 ciertos derechos que hacían menos pesada BU condici6n, asemej:indolos á los hombres libres; oro ganizando la hacienda pública. de manera que los impuestos fiscales produjeran más rendimientos 8.l Gobierno interior y á la Corona, con menos vejámenes para los ciudadanos y para 19. industria; y sobre todo, acabando con el despotismo militar, que había hecho de la administraci6n oficial de la isla su patrimonio, en perjuicio de los intereses comunes. "El mando del Mariscal don MIGUEL:DE LATORRE en Puerto Rico, dice el escritor habanero José Neira de Soto, fué de gran juicio y seso; muy propio para la isla y de mucho progreso, tino y clemencia." XII A fines de 1824 volvió LATORRE á. Espafía, re. suelto á abandonar In carrera pública y la azarosa trida de los campamentos, para entregarse á los es. tudios como en su juveutud, disfrutando con tran. quilidad de la fortuna que aun le quedaba, pues que había perdido gran parte de su haber á conse. cuencia de las continuas guerras porque había pasado la naci6n y el abandono que había hecho de sus in. tereses. De América nada llevaba, fuera de la exce. lente reputaci6n que le habían conquistado su he. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia MIGUEL DE LATORRE. 165 roismo, sus benévolos procederes y la cultura, siempre firme, de sus modales. Parece que al llegar á. Madrid no fué bien reci. bido en la Corte. Morillo, que pes6 eternamente so. bre aquel ciudadano como una maldici6n de Dios, y que se gozaba en odiarlo, porque siempre la. per. versi6n y la envidia han de andar en rencores con el mérito modesto y la virtud, lo había puesto mal en España y en especial en la opinión del Gobierno j haciendo creer que habiéndolo dejado triunfante en Venezuela, había perdido esta Colonia por su conducta poco activa, contemporizadora y torpe j contribuyendo asimismo á quitar ú la Metrópoli BUS dominios de Nueva Granada, por falta de habilidad y pericia, cuando á fines de 1819, enviado á. cortar el paso al Libertador en su viaje hacia este pais, fué derrotado en las Cruces por el General Sou. blette, dando lugar á Bolívar ú llevar á buen término su expedición. Estas miserables acusaciones y calumnias que al cabo llegaron á tomar serias proporciones con la instrucci6n de un proceso contra L.A.TORRE, ú quien se llegó hasta acusar de traidor, mortifiCt\Ddoasí de. sapiadadamente su orgullo y delicadez~, llevaron la indignaci6n á su coraz6n, n6 contra sus detractores, porque dotado do nobles y generosos sentimientos, era incapaz de aborrecer ú. nadie, sino contra la in. gratitud y la misma injusticia, que se gozan de continuo en destruir reputaciones dignamente ad. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 166 MIGUEL DE LATORRE. quiridas por el tra.bajo asiduo é inteligente y la:3con. vicciones honradas. Al principio cuando empez6 á deprimírsele, viendo que la calumnia era el s610premio ¿:e SUB esfuerzos, sacrificios y peligros, y convencido de que el tiempo, juez incorruptible y severo, al fin le haría la debida justicia, mir6 con desprecio ti sus Cletraotores; pero tan luégo como vi6 que tenía qU'i3como parecer ante los Tribunales, DO pudo ser indiferente á la trama que se le preparaba, sin desertar de un puesto de bonor bien adquirido que hacía su gloria. y á pesar de que no sabía adaptarse á la!! bajas maniobras y adulaciones de la Corte, qui.so que nadie tomara su defensa y se present6 él mismo á. sincerar su conducta con la serenidad de espíritu de quien nunca. había faltado al cumplimiento de BU deber. Como á Co16n á quien después de haber dado á la Espafía. un mundo, se le arruin6 y encadenó ha. ciéndolo morir de desesperación y de misoria, se pretendían con LATORRE idénticos resultadoH, en re. compensa de los servicios que babía hecho á su patria en las guerras de la Independenci:J., y en América. en defensa .de la causa espafíola. Era lo cierto que LATORRE no bahía. queIido pro. clamar ni jurar, en 1810, en las Cortes de Le6n, por legítimo Rey de España á Fernando VII, Monarca que había puesto su corona á los pies de Napoleén, y que mientras los espafíoles derramaban su sangre para Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia :MIGUELDE LATORRE. 167 conquistar el Trono que había miserablemente abandonado, "él se humillaba ante el poderoso con. quistador, á quien llamaba su augusto Soberano, y le pedía yá un mando en BUS ejércitos, yú una. Princesa de su familia por esposa, yá el glorioso título de hijo suyo adoptivo y Príncipe francés ; " y seme. jante acto de lealtad de aquel eminente ciudadano á sus convicciones y (¡ la dignidad do la nación, era una ofensa que este Rey, tan ingrato cuanto vani. doso é inepto, no podía perdoMr. Al fin LATORREque no había vendido jamás ni su espada, ni su conciencia, ni su inteligencia y que tenía una posici6n bien cimentada, fué absuelto; llevando, no obstante, en su alma, ese horrible desen. canto que se apodera del hombre de bien, cuando se penetra de que á su paso por el mundo tiene que emplear toda su vida en combatir y salvarse de la injusticia, que siempre encuentra en la conducta de 10B hombres de mérito, expedientes para mortificarIos si n6 para perderlos. Libre de toda infamia y de toda ruindad, lo que más puede admirarse en aquel caudillo honorable, es esa piedad afectuosa que tuvo hacia sus seme. jantes, no entibiada nunca por ninguna circunstancia, ni siquiera por su posici6n de guerrero. Los tiempos de perturbaci6n social engendran ordinariamente las pasiones sombrías, las acciones bajas y violentas y las crueles venganzas, y no es el menor de los delitos de las guerras, el deprava.r los Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 168 MIGUEL DE LATORRE. corazones con el odio y el desprecio de los hombres; siendo privilegio de las almas grandes el conservar en medio del vértigo que causan las revoluciones, esa clemencia que sirve para ser honrado y para evitar el mal en los demás. Habiendo agotado LATORRE su salud por las largas fatigas que había tenido durante diez y seis años, de 1808 á 1824, Y habiéndose, ndemás, apoderado de su espíritu la ansiedad y la desilusi6n,á fines de 1825 se retir6 de Madrid á Teruel, y á pesar de que allí se propuso llevar una existencia tranquila, entregado á la meditaci6n como lo había pensado, dejó do existir en Febrero de 1826, encontrando su tumba al lado de su cuna. FIN DE LA ENTREGA PRIMERA. BM!Cr .•' lllLio¡.t;..... Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia -- ... -- MONTEVERDE - - -- MOR A l.E~ pon CONSTANClO -\1 Ill~i.nE l·~~.\ HISTOHT.\ ;\11f<1''';~f)E''('~,\ }J:: FRANCO ~OHln: ('(lT.O)IUT:\"; IJ~' J,nH 1.\ y .1 ll¡'; V. ,;l·Lli.i' \ ¡¡:. I ..'.~~,. Í!ll.l,;\ T.\. ",!,"; \ J·J:'fí('E[{r-~!'. FCJGCTÁ 1887 Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia EL AUTOR DEDICA EL PRESENTE TRABAJO AL SEÑOR CENERAL ALBERTO DIRECTOR DEL "PAPEL URDANETA, PERIODICO ILUSTRADO," Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia LEYEN DAS HISTÓRICAS. (CONTINUACIÓll) • ••• DOMINGO DE MONTEVERDE. 1 Todo hombre no sirve para todo, ha dicho con gran propiedad un proverbio árabe. La vocación, que es esa inspiración sublime con que Dios dota. el alma humana, pone 6.cada individuo de la especie en vía directa para. seguir un derrotero que le está trazado por la Providencia. De la elecci6n de carrera, estado 6 profesi6n, depende, pues, nuestra fortuna sobre la tierra, su. puesto que mientras más nos aproximemos 6 aleje. mas de aquello para que tenemos dotes naturales, más 6 menos nulu. ó espléndida es In. acción de nues. tra vida, y por consiguiente, más ó menos llenamos la misión que tenemos impuesta. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 6 DOMINGO DE MONTEVERDE. Desde luégo que las dotes naturales nece,itan de cultivo, pnes que ellas por sí solas no bastan para conducirnos á un resultado determinado. Ni Pascal ni Napoleón que siguieron tan distintas carreras, á pesar de haher sido dotados de un gran corazón y un gran talento, dos cosas que no siempre van juntas, hubieran alcanzado el apojeo de la gloria, obteniendo el aplauso de sus coetáneos V la admira. ción de la posteridad, si su espíritu,· profundamemte bien organizado, no hubiera sido sostenido en alas de la meditación y del estudio de los hombres y cle la.'lcosas. Ayúdate que 'lj0 te ayudaré. Hé aquí una máxi. ma que explica nuestro pensamiento. " Yo te he dado la inteligencia, dice la naturaleza al hombre, ahora tú préstala impulso, fecúndala, y sin contra. riar mis leyes, toma el camino que te está.señalado., así avanzarás en vez de retroceder y llegarás tí. la cima que te está reservada." En efecto, reflexionando un poco todos compreude. mos que podemos salir adelante como el Gil Blaa de Le Sage, mediante el estudio de nuestras inclinacio. Des y una dosis de reflexión cotidiana. Gil Blas es un hombre de nacimiento humilde, y hasta cierta eJad de la vida se muestra cándido, crédulo, atolondrado y superficial. Es víctima, como lo somos todos, de sus defectos, y en algunas ocasiones hasta de sus mismas cualidades, pagando frecuentemente el noviciadc en todos sentidos; pero tiene el buen talento de no a:o.ti. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia DOMINGO 7 DE MONTEVERDE. ciparse á la experiencia, de ponerse á estudiar para qué sirve y de ayudarse con vivo entusiasmo, dando vuelo á todas sus aptitudes por medio del trabajo y de una educación conveniente; resultando en breve un tipo que ha de servir de ejemplo para todo el que sea medianamente previsor, y no quiora de. jar correr su vida, á tontas ó locas, ya al irn pulso de la excitación febril dtl las pasiones momentáneas, ya ti la fuerza que hacen en los eRpíritus irreflexivos extrañas tÍ interesadas sujestiones. Cuántos hombres superiores, por cualidades de todo género, por esa falta de advertencia se pierden otra parte, en diariamente que ha de enseñarles lo que son y para qué sirven! Cuántos de simples medianías, atendiendo y vigo. rizamlo sus inclinaciones, suhen como la espuma y escalan elevadas posiciones, en las cuales, si no se agitan en la luz como el genio, al menos concluyen por ser útiles! y cuántos que habiendo subido al impulso de sus instintos al pináculo de la gloria, tántas veces soñada y siempre ambicionada, en vez Je ennoblecerse en ella con sus actos, para hacerse dignos de su fortuna y conservar lo que C011 tánto esfuerzo y heroísmo han alcanzado, caen por la tontería de su cond ucta entre el desprecio y las maldiciones del público! Dmlnwo ])F, MONTEVERDE es do estos últimos. Tenía inclinaciones á la carrera militar y Ir. Rigni6 con bastante buen éxito; ambicionaba el paJel' y lo Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 8 DOMINGO DE :\IO~TEVERDE. obtuvo. Sólo que en aquella cima en la cual ha po. dido hacer mucho bien, prorrogando su gloria y perpetuando su memoria, sufrió ulJa especie de horroro. so alucinamiento y se creyó, alma audaz, apto para. todo y superior á todo, yendo en el vértigo de su des. medida ambición hasta convertirse en autor de grao ves faltas y en cómplice de horrorosos crímenes que lo hundieron en el infortunio, quemándose como Íearo las alas para desaparecer en el abismo! Aquel caudillo, tí que va por una de esas casualidades de la suerte, atado el destino de un grande hombre, y la primera etapa del renacimiento de, un gr-all puehlo, meret:e ser estudiado, porque de él deriva nuestra historia enseñanzas que no son para olvida. das y que arrojan bastánte luz sobre hechos de no poca importancia. Ir Nació MO~TEVEHDE en Palmas, Gran Canaria, en el año de 1788. población de la Esta Gran Canaria perteneciente tí las Canarias, que hacen un grupo de islas que son un Archipiélago del Océano Atlántico, es Hna regi6n pintoresca, en donde según las exploraciones ue HUlUboldt, la Flo. ra y la Fauna son ricas y variadas y el clima en ex. tremo delicioso. Fue visitada siglo XIV por primera por aventureros vez bacia mediados del franceses á cuya. cabeza Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 9 DOMINGO DE i\IOXTEVEIWE. estaba el gentiLhombre gnscóu Juan de RetLencourt, señor de Grainville, pero no pndieron aquellos conquistadores cou~ervar el dOlLlinio de la isla, debiJo al valor y pertinacia que desplegaron los aborígenes del país, los cuales lucharon largo tiempo por su libero tad é independencia. Setenta y ll'leve años después de la expedición de Betbencourt, la isla fue subyugada por el adelantado don Alfonso FerniÍnuez de Lugo, habiendo sido desde entonces Colonia de la España como todfl.s las otras que componen el Archipiélago. La madre Po.tria impuso, pues, iÍ las Canarias su lengua, sus costumbres, su religión y su política, y civilizando ti sus J¡a1italltes c.:ruz.ú con el tiempo la raza y les dió hC,L>itoscomerciales y gnerreros. Eutre las islas Canurias, In. Gr:m Canaria era, por su situación tO:J0gnífica, las riqllc:ws del suelo y el clirnn, la mils p'opicia parn. el progreso, llegando tí ser le. reilllt y SéUorn. entre sus hermam.s. Siendo los climas 1111ltfUlluiúll de la temperatura y del poder poder te (le estado !ii;;rOluétrico ue1 aire, uastl1 conocer el de estos felltÍlllellos físiuos en la economía, para ueuuci r la iI,{iucncia de est:J. [leuión modificl\n_ los climas en la parto físiuit y lDom1 del hom. bre. Sauida es la euergía caruuterístiea y brillante imaginacil)ll de los habit.antes ue las regiones dIidas, así como la tcnaeiuad que en sus empresas demues. tran generalmente los de los países fríos. Los hijos de Canaria, merceu ;j la temperatura de Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 10 DO)fINGO DE MONTEVERDE. que gozaba.n, eran altivos y valerosos, ricos en inteli. gencia tÍ insubordinados. Trabajo le costó {¡ la. España someter definitiva. mente esta Colonia y asimilárselll, y para hace:rlo tuvo que invertir grandes sumas y manejada por mu. cho tiempo con mano de hierro. Al fin la hizo su hu. milde tributaría, la educ6 especialmente, según bemas dicho, para el comercio, y la infundió gusto por las armas, en la esperanza de formar soldados que la sirvieran para sus empresas, 6 que al menos supieran defender la Colonia de la ambición de las otras naciones conquistadoras que andaban buscando al través de los mares pueblos ó tribus á quienes im. poner su dominio y convertir en feudos. !II .M:ONTBVERDE era hijo único de un honrado y rico labrador, quien á pesar de no ser hombre de letra~, amaua todo lo que manifestara algún esfuerzo de b inteligencia hacia el progreso. Interesado aquel buen hombre en que el solo sér que constituía el amor de su vida, cnltivara su enten. dimiento, lo mandó á la Península ú. que siguiera una carrera científica; estudiando en la Universidad do Almagro desde 1804 basta 1809 inclusive, alguno~: ramos de literatura y matemiÍticas. 'ruvo MONTEVERDE en Almagro condiscípulos des. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 11 DO:IIINGO DE MONTEVERDE. tinados á ser más tarde honra y gloria de la Naci6n y árbitros de los destinos tIcl país, y entre ellos al céle. bre General tIon Baldomero Espartero, Duque tIe la Victoria y de Morella, Conde de Luchana, Príncipe de Vergara y ex-regente de España. Según Espartero, á quien debemos algunafl noti. cias biográficas del héroe que nos ocupa, "MONTE. fue un estudiante aplicado, profuso en pala. bras, generoso hasta el desprendimiento, amigo de buscar ruidos, y de revueltas, intrépido y amante de VERDE llamar la atenci6n ll'l.cia su persona." Era el prop6sito de MONTEVERDE, en obediencia 6. su padre, el estudiar ciencias políticas y, por úl. timo, para coronar su carrera, hacer los respectivos cursos de Derecho; pero la mala situación política de España desde 1808, situací6n que presagiaba revol. verlo todo, atropellando, como sucedi6 en seguida, instituciones, hombre" é intereses, lo hizo variar ue prop6sito, y resolvió no sin un gran pesar para su corazón, abandonar la Península para regresar tí Sil pak A principios de 1810 l\IONTgVERDE se hallaha en la Gran Canaria allatIo tle t;U padre. "No soy feliz, escribía entonces tí. un amigo suyo, pues no he nacido paru. cultivar la tierra, ni menos para dedicu.rrne ú. los trabajos, siempre iguales, del comercio. BURCO unn. vida activa en la qne pneda ejercitar mi e¡;píritu, y para cumplir mis deseaR pieuso en sulir pronto de esta isla, en donde no hay osperu.uza pura mil; aspiraciones. " Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 12 DOMINGO DE MONTEVERDE. Muy pronto debía ver nuestro héroe cumplido lo que tánto anhelaba. Llegaha precisamE'nte á. su país en uu momento en que la ola. revobcionaria. crecía. con incomparable vigor en casi todú,s las Co. lonias españolas de lu.América del Sur. La Capita. nía general de Venezuela y el Vírreinato do Nueva. Granada, eran especialmente por aquella épooa el centro de una tremenda insurrecci6n contra el des. potismo peninsular, habiendo los libres arrojado del mando en Granada á don Antonio Amar y Borb6n y en Venezuela á don Vicente Emparan j haciendo una guerra no rnt>nosentusiasta en la Presidencia de Quito al sanguinario Ruiz de CastilIa. Mandadas bloquear, á poco de tales sucesos, por el Gobie?'no de le, Regencia establecido en Cádiz, estas tres Colonias, don .Antonio Cortabarría, hombnl que había sido miembro del Supremo Consejo de Indias y que fue destinado á dirigir el bloqueo de Vene. zuela, hall(í en Puerto-Rico á MO~TEVERDE y tl"at6 de comprometerlo en la por entonces temeraria em. presa que se le habín. confiado. Este, que estaba, al corriente de los triunfos obtenidos por las armas republicanas en aq llella regi¡ín, rehusó tomar servicio y se puso n. la espera hasta conocer más á fono do los resultallos y progresos de la naciente revolu • ., Clon. Todo el año de 1811 lo pasó 1l0NTEVERDE, ya en Puerto-Rico, ya en su tierra natal, aguardando á que se desarrollaran los acontecimientos que lo mantenían Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia DOmNGO DE JlroNTEVERDE. 13 en febril impaciencia, y una coyunhlm que le sirviera de pretexto para lanzn.rHcen esa viJa agitada á que sus inclinacior.es lo arrastrahan. Veamos ahora riÍpidamente lo que pasaba en Ve. nezuela en el año últimamente citado, una vez que fue aquella tierra heróica el teatro donde el singular caudillo de que tratamob, uesarrolló su acti vidad é hizo célebre su nombre en las brillal1tes púgiuas de nuestros hist6ricos anales. IV Caído Emparan en Caracas el ID de Abril de 1810, Jueves Santo, 108 patriotas, sin pérdida de tiempo, procedieron al establecimiento de un Gobier. no propio que ejerciese la wberanÍa del país en nom. bre del Rey de España. Providencia que comunica. ron por medio de comisionados especiales á todas las provincias en que estaba dividida la Capitanía: Coro, Barinas, Maracaibo, Barcelona, Margarita, Cumaná y Guayana. Todas estas provincias, á excepción de las de Ma. racaibo y Coro, que declararon como fieles súbditas seguir la suerte de su :Monarcasometiéndose al Consejo de la Regencia, que sustituía en el mando 1'1 :Fernando VII, prestaron su asentimiento al movim¡ento revo. lucionario de Caracas y prometieron su apoyo ú la. causa de la Patria libre. Quedando mohínos los rea. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 14 listas DOMINGO DE MONTEVERDE. ante la audacia de sus adversarios, y mús aún al penetrarse de que el nuevo partido que se levantaba reivindicando la Libertad por tres centurias humillada, estaba resuelto á luchar hasta la muerte en favor de las nuevas ideas. A excepción de algunos pronunciamientos realis_ tas ocurridos en los últimos meses del año, y que fue. ron sofocndos pronto.mente por las armas republica_ nas, á pesar de la poca habilidad de los Jefes milita_ res que las comandaban, poco digno de contarse OCllrrió en la Costa Firme basta el 2 de Marzo de 1811 ; día en que se reunió el primer Congreso de Venezuela, compuesto de lo más florido de la sociedad del país, de ciudadanos ricos en dotes de alma, en extremo re. sueltos y decididos á ofrendar sus vidas por 13. Li. bertad. Esta Corporación, que debía dar al país institt:cio_ Des francas y decisivas que fijasen el verdadero s€nti. do de la revolución y sirviesen de estela luminosa al porvenir risueño de la naciente República, procediendo como los jacobinos de Fro.ncia, no paró m::en. tes en consideración alguna respecto del pasado, y deseando romper de un solo golpe y decididamente con la madre España, expidió un acto legislativo, el Acta de su Indepelldencia, en la cual declaraba que rompía solemnemente sus vínculos do vasallaje de la Metr6poli y se constituía independiente. Desde este momento en Nación soberana, todo lo que en libre é la revoluci6n, Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia DOMINGO DE :MONTEVERDE. 15 asi como en los hombres, medio adeptos ó medio enemigos de ella, habia sido equi vaca, tomó un carácter franco y so formaron dos partidos, intitulados el uno Realista y el otro Independiente, qne lucharon á porfia con heroísmo incomparable hasta el completo aniquilamiento de aquel que, defensor de las antiguas tradiciones y atado al victorioso carro de la conquista, juzgaba que era un crimen de lesa_majestad, unrt. infame traición contra todo principio, el hecho de que un país tratara de ser gobernado por sus propios hijos, sin sujeción alguna á poderes extraños. Hase criticado al Congreso de Venezuela el hecho de esta ruptura brusca y atrevida con la España, en momentos en que, siendo una de sus Colonias del continente menos rica y poblada, el Gobierno carecía de los recursos necesarios para hacer frente á la gue. rra que había de desencadenarse inmediatamente, arrastrando, por otra parte, la opinión de que gozabaell el pueblo, enemigo por lo general de toda innovación, al partido realista; pero, á la verdad, los hombres de aquella Asamblea, convertida ya en poder público, no podían hacer otra cosa ni obrar de otra manera sin faltar á sus deberes y á sus ideas. Dado el primer paso bacia la rebelión, preciso era seguir adelante á costa d. perecer con ignominia al impulso de los primeros arranques <.lelenemigo ofendido, del amo á. quien se había tratado de poner {i. un lado con prescindencia de sus opiniones. Además, para los partidos políticos en acción, toda situación equívoca es Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 16 DQ)IlNGO más bien funesta DE :MONTEVERDE. que útil. La conciencia pública no se engaña fácil mente ni por mucho tiem po, ni es po. sible formar partidarios ardieutes y leales sino procediendo con franqueza y resolucióu. Cuando se u.efienden la verdau y la justicia, las reservas mentales, como la falta de energía en la acc:ón, más comprometen la cUU¡;Udefendida que la favorecen. Despues del Acta de l¡t Iu\lepellllencia, el Congreso procedió á expedir la Constitución, que acabó de echar la línea divisoria entre la., idcas lllle,as y las ideas viejas, y de tildar los dos partidos q uo habían de comprometerse en la lucha cou furor implacable. "Ningún código político, autiguo ui mod'3f!l0, se aventaja al venezolano de 1811 en la filantropía de sus principios, en el respeto consagrado á l:>s derechos individuales y populares, en las precauciones to. madas contra el despotismo." Pero jamás nación al. guna adoptó una Ley constitucional menos 8,propiada 6. sus circunstancias, intereses de actualidad, más en contradicción menos revolucionaria, con sus en fin. El Poder Ejecutivo, á semejanza del primer Con. sulado francés, se confió á tres individuos, en mamen. tos en que era preciso entregar toda la suma posible de autoridad, ií un solo hombre para buscar la uni. dad y prontitud en la acción y poder contener'al ene. miga en los límites de lo jU¡;to. Se tomó por base del Gobierno, imitando d ejem. plo de los Estados federal, Unidos, el sistema en circunstancias difíciles represEmtativo en que la Naci6n Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia DmnXGO DE l\IOXTE'\ERDR. 17 ha uebido aparecer como 11 n to,lo com pacto, atenta al mandato de un solo Gobierno, :í. fin cle evitarse rivali. dades mezquinas de soberanía y de poder di&poner en un momento dado, !iin polémicas estériles ni contra. dicciones, de todos sus rccu rsos. Y, por último, para no cansar tanto con el estu. dio de aquella Ley funJamental, se Jió tal latituu al derecho individual, que ,L fuer;r,u Je querer hacer ti los hombres demasiado liures de un solo golpe, después de ulla servidumbre Je tres ¡;iglos, las gran_ des mayorías se asustaron de los derechos concedidos á los ciudaJanos, y fiuspiraron por la vuelta de sus opresores, creyendO que se las arrastraba quía y al pillaje. á la anar. El benemérito General Francisco Miranda, que había de ser á poco la víctima expiatoria de semejan. tes desaciertos, si se quiere suuliwes por su grandeza y filantrópicos propósitos, y por la nobleza y lealtad de sus autores en sacrificurse por ellos, firm6 como Vice. presidente del Congreso la COlJstitución, persuadido de su ineficacia. y COIl reparos acerca de varios puntos, que muy pronto hicieron y á fill previsión. honra á su tino político A IlO dudarlo, aun cuando el Congreso de Vene. zuela no hubiera. expedido el Acta de Independencia. y la Constitución á que aluJiwos, siempre la España ha. bría tratado de sujetar la Colonia nI régimen á que la tenía sometida. Pero es evidente q lI0 con u ti poco más de cordura al constituír el país, so hubiera. evitado el 2 Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 18 DOMINGO DE MON'rEVERDE. hecho de que se formara en el seno mismo de la Nación, ese partido que por tánto tiempo luch6 contra la República, y que sirvió siempre de núcleo al enemigo extranjero para una guerra tan desastrada y tan larga. Apenas 6e tuvo conocimiento de las nuevas in:;ti. tuciones, fueron los canarios residentes en las pro. vincias de Venezuela, á pesar del íntimo converLCÍmiento que tenían de que esta Colonia era como las otras de la América española, una factoría. mal administrada, sujeta {( todas la restricciones posibles, los primeros que encendieron la hoguera clevas. tadora de la guerra; recibiendo el 11 de Julio en la llanura denominada de loe; Teques un buen escar. miento por las tropas libres. A los canarios sucedieron en la insurrección 1.os paisanos de la provincia de Valencia; quienes desconocieron la autoridad del Congreso para dar insti. tuciones al país; proclamaron la soberanía de Fernn,ndo VII y se armaron para sostener al Gobierno de la Regencia. 'l'rabajo, y no poco, costó al nuevo Gobierno VEtncer este alzamiento, pero al fin de largas faenas el General Miranda logró rendir tÍ. Valencia en donde se había concentrado el enemigo, después de dos días de sitio y á costa de más de novecientos muertos de ambas partes! Este nuevo triunfo del Gobierno, en vez de delialentar á los desafectos les <lió mayor energía, y continuaron la insurrección en distintos puntos del territo. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 10 Do:i\fINGO DE 1.IONTEVERDE. rio y con especialidad en bs provincias de Occidente, sobre las cuales Cortabarrí!l, en cumplimiento de su cometido, enviaba desde Puerto-Rico remesas de hom. bres y de elementos de guerra. Por aquellos lados empezó MONT~~VERDE su carre. ra militar, hacia principios del mes de Febrero de 1812, á las 6rdenes del Brigadier don Juan Manuel de Cajigal. Conveniente es que antes de entrar á relatar 108 hechos guerreros de aquel caudillo intrépido, á quien la fortuna se manifestó por algún tiempo propicia, demos á conocer su persona física y tracemos algunos rasgos, los mús característicos, acerca de su modo de ser moral. v Así como el clima tiene una influencia no poco significativa en la parte física y moral del hombre, la fisonomía del individuo ejerce un papel no menos im. portante en las simpatías y antipatías ajenas. Y es porque desde que los hombres viven en sociedad y la. destreza. y la astucia reemplazan en eUos á la violencia, han tenido necesidad de descubrir por el estudio de su físico los indicios de su carácter moral 6 interior. Tal es la importancia y dignidad del rostro humano, que reúne en sí solo los órganos de todos 108 sentides, poniendo cada cual de relieve á laR ojos de los demás I~s emociones ue que es susceptible. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 20 DOMINGODE ::1l0XTEVERDE, MON1'EVERDE tenía un rostro varonil con todas sus facciones simpáticas; distinguiélldose aq uella fi:,o. nomía. en tres cosas: la nari'l que era aguileña 6 real, como dice Plutarco quo la tellÍlt Ciro; los ojos muy negros y grandes, vivos y penetrantes, y la frente ·as. paclOsa. Su talla. era delgada y alta; sus movimientos COl'. porales vivos, in<.licatÍvo <.leun temperamento exci:a. ble y nervioso; el tono de su voz grave, y su color algo moreno, muy igual y delicado. Tenía abundantes caheIlos rizos; muy poca. barba, pues apenas cllseñaua un poblado aunque co/'to bigote que no le alcn llzaua á cubrir el labio su periar, y que por Sll negrura hacía contraste con el ma rfil de sus dientes cuando sonreía. Todo su porte cra gallar<.lo, y en su exterioridad no había nada de desagradal>le, aun á. b. mirada más exigente. Habiendo vivido en España con recurS08 sufi. cientes para ahrir¡;e lus puertas de la sociedad de buen tono, adquirió con el roce de las gentes cultas excelentes maneras, " y en los salones, especialme:lte cuando estaba en compañía del bello sexo, dice J. Bussi, daba encanto ver aquel hombre que tenía atraco ciones y frases para todos, y una delicadeza de moda. les cual UD príncipe de lo. sangre educado con esmero en una sociedad regia." Moralmente, al partir de sus becbos, MONTEVEltDE Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia DOl\fINGO 21 DE :MONTEVERDE. gozaba de grandes cualidades, así como era víctima de graves defectos. Para su edad, pues que apenas contaba veinticua. tro años cuando llegó á las costas occidentales nezuela, era bastante la instrucción pues sabía varios idiomas, aIganos de Ve. de que gozaba: ramos de las ma. temáticas y era versa(lo en la literatura castellana. Como escritor, han qUtda(lo do él algunas piezas que si bien carecen de importancia que se refieren, por el asunto demuestra n q uo no lo faltaba ginación. Poseía una ingenuidad á ima. no exonta do malicia; y se mo~traba en ocasiones sensible, sin afectar tristeza. Joven, se exhibí:. en In. f¡-C:;CIl m de sus pasiones franco y amlall, sin temor de nada ni de nadie, pues que la mañana de la '.'icla no tu va en él hipocresías; esos achaques propio,> de las alllla~; que declinan, bien por cierto grado de exc:epticisll1o r¡ \le trae vejez, ó bien por 01 conocimiento consigo la rllrc se adquiere del muudo real, que IIlub todas las e"peranzas arran. cando una á lina las ilusiol1e~ del corazón. Aquel homhre no era de malos ó depravarlos instin. tos, y si al través de un cortísimo período de su vicia lJe. g6 á cometer errores de no poca importancia y graves faltas; débese esto más que ti su voluntad ií crimina. les consejeros que lo rodoaron y de qne él, como to. dos los gobernantes que so dejan r.edllcir por el de. monio <.lela adulación, no tuvo 01 valor de libertarse. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 22 DOMINGO DE 1>fONTEVERDE. En campaña era demasiado activo é intrépido, y tenía golpes de vista decisivos. Sabía retirar sus tropas del teatro ue las opera. ciones en un momento dado, cuanuo así lo eKigía la situación; y conocía cuándo y cómo debía arrojarlas 6 un determinado punto, para resolver la suerte de las armas comprometida. Su táctica militar era una intuición de SlI genio; desde luégo que no había estudiado la teoría del arte de la guerra, ni sido jamás experimentado en 108 campos de batalla. Sus soldados lo estimaban porque en\ con ellos amable y generoso, atendienuo siempre con gran so.. licitud á sus necesidades. Alma de niño, frívola y superficial en casi toda serie de asuntoil, gustaba mucho de los galones; creo yendo que era al brillo de los dorados que hacía más viso y atraía la atención hacia su individua. lidad. No codiciaba el dinero, y si ambicionaba. el mano do, era mús bien por el honor de adquirir una posi. ción que le diera un nombre, que por la triste idea de asaltar las arcas públicas y llenarse de oro los bolsillos. Aun cuando le tenía horror á la sangre, como lo mar.ifestó prácticamente en varias ocasiones, permi. tió contra su educación y sus instintos, qlJe' ella se derramara por viles asesinos. Luégo veremos quiénes son los verdaderos responsables de esos negros Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia DOMINGO DE MONTEVERDE. 23 hechos, que empequeñecen tanto más su memoria, cuanto mús infames fueron y menos necesidad tuvieron de cometerse. Por supuesto que al disculparle en cierto modo, nosotros no pretendemos borrar la acusaci6n que la historia. le ba hecho por ciertos actos de su vida. pú. blica, nó ; lo que nos proponemos al pretender ate. nuar los cargos que se le hacen, es juzgarlo con es. tricta justicia, distribuyendo los actos crirninosos de que aparece autor, entre él y los hombres que lo acompafíaroD, según la parte que á cada cual corres. ponde. Conociendo que todo hombre dotado de algunas facultades, y nacido en un tiempo en que éstas pueden tener aplicación, dehe (~ la sociedad un es. fuerzo que esté en relaci()n con las necesidades y exigencias de la época. si MON'l'EVERDlfl se decidió á to. mar partido en la causa realista que. sio duda algu. na, no era justa, !.lO es como dice Baralt" por odio á los americanos que reclamaban su independencia y sus derechos"; ni como afirma Urquinaona " por un mal instinto que le ponía de manifiesto el éxito ;" porque aquel caudillo ni tetiía esos rencores que hacen proceder sin reflexión, al impulso brutal de las pasiones; ni era de esos espíritus que sólo se deciden cuando alcanzan á ver próximas sus propi:\s conve· niencias. Hizo la guerra á la República. porque en aquellos tiempos calamitosos, la República no era en la. América meridional un sistema, sino una idea Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 24 no.MI.NGO DE l\IO~TEVERDE. aventurada; cuya sublimidad zación, no era racionalmente y posibilidad comprendida de reali. sino por unas pocas almas que subitmdo IÍ la cima del ap()~to. la.do, qnerÍan romper abiertamente con el pa:;ado en beneficio común de los pueblos. El hecho de que MONTEVERDE haya sido reaLsta, nada prueba contra sus buenas cualidades ni Stl carácter, ni amengua en lo más mínimo sus méril;os; porque lo que empequeñece al hombre son sus lOa. los procederes, y en ninguna manera. la circunstan. cia. de pensar de é~te ó aquel modo, siempre que t,)da convicción sincera, por errada qne tí. nllestro juicio parezca, tiene su grandeza y dehe ser respetada. En resumen, MOX'l'EVElWE tenía méritos que le dieron una posición respetable: entre ellos clara ín. teligencia, valor á toda prucb'l.. gran acti vídad é i)s. trucción regular, en cuanto á su eda(l em posible. Fue vanidoso, complaciente, débil para COIl StlS ami. gas y copartidarios, y gustaba de la adulación, de. fectos que lo llevaron al descrédito y acclemroll Sil ruina; pero, it¡uién pnede tirar la primera piedra jactándose de perfecto I VI Cuando Cajiga! y lIIONTEVERDE, Capitán entoncl3S sin haber militado, arrib:nou á Coro, h:~cía la guerra. á los libres por aquellos lauo¡; don José Ceballos: hombre buello, sencillo, timorato y de pocos alcances'j Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia DOmNGO 25 DE ~[ONTEVERDE. incapaz de ningún acto intrépido, aun cuando no ca: recía de valor, y cuyo Hi~tem~ era el de ponerse siempre á bdefensivD.; " que si bieu conveuiente, como decía Napoleóu, cuundo se lucha contra un ene. miga avisado, superior en fuerr.:J,s y recursos, es pé. sima y proporciona grandes ventajas alll.d versario, cuando se está con laR elementos del caso para tomar la ofensiva." Cajigal, más que disgu::;trulo, irritado con Ceba. lIos por la lentitud con que procedtil., lo qne le hacía perder un tiempo precioso, desde Illégo que la celeri. dad en los movimientos dispone en gran parte del éxito de la campañfl, envi() ú. i\r(J~,(,¡';\'EltIJ¡.; al campamento de aquel Jefe, á fin de qlle le iuflllldiera muyor áni. mo y lo obligara ií ponerse en actividad, lanzándose sobre las provincias internas de Vcne7.neb. Bmpresa que en <'.quel ticlnpo uo era terner.tria ni arriesgada, dada In. sitnaci(íll au:irquica CIl q\\e ~e }¡allahan los libres, debitlo ú b ineficaci,t de las illstitllciooes que se habían da(lo, (¡ ri validados de ma lJ(lo entre los .T efes, y al desharaju>;te que reinalJ:l. en el Gobierno. MO~1'EVEn DE, ta n acti va como petu !ante, amigo de la ostentaci6n y n.ficiouadbimo al manuo, empezó ti sugestionar sobre el carácter pacato tle Ceballos ; pero éste, firme en su inacción, y cadn. ver. más apegado á Sil sistema dcfemivo, coutra un enemigo que ni siquiera estaba cercano ni daha trazas de perseguirlo, no tenía en naua ni daba valor algnno á. las indica- -ciones q.uo so le hacían. "El Capitán 1\IONTEVERDE, Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 26 DOMINGO DE MONTEVERDE. escribía tí Cajigal, no ahorra medio por meterme en aventuras, que yo no acepto, porque no tenemos para qué comprometer nuestra brillante situación." Dos ó tres días después de conferencias inútiles, en las cuale!;, al cabo no fueron raros 1011 ultrajes de palabra que por una y otra parte se dirigieron aque. llos dos .liscutidores tan opuestos en carácter é ideas, el canario, juzgando, en lo que no se equivocaba, que le era llegada la ocasi6n de mandar y hacer viso, di6 principio á su carrera bélica formándose un plan que debía llevar á cabo inmediatamente. Consistía éste en obligar á. Ceballos á protejnr un pronunciamiento que á favor de la causa de Espa. fia pretendían hacer los vecinos del pueblo de Síqu:i. síque, cercano del campamento realista como á digo tancia de una jornada de tropa. Protección qua consistiría, como en efecto aconteci6, en enviar lí aquel poblado al mismo MONTEVERDEcon ciento cincuenta hombres reglados y algunos fusiles qUE! debía poner en mano. Vamos á ver en seguida lo que se proponía el audaz isleño al comprometer á su inmediato Jefe con este paso que, antes de tener algo de aventurado, era muy propio y común en las consiguientes evoluciones de la campaña que proyectaba. MONTEVERDE lleg6 á Siquisique el17 de Marzo, y con gran satisfacción suya, encontró que desde el 15 se babían acuartelado cerca de dO!;cientos hombres que, aunque bizoños en asuntos de guerra, hacían Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 27 DOMINGO DE MONTEVERDE. ga.la de un poderoso entusiasmo, y parecían tos á morir por su amado Rey, proscrito trono de la Península. Aprovechando la. coyuntura oportuno para sus pretensiones, resuelaún del de un auxilio tan organizó sin demora aquella gente, la armó cuanto mejor pudo y se hizo proclamar su Jefe; saltando de un solo brinco de Ca. pit!m á General; títlllo que se hizo dar de sus parcia. les sin embarazo ni rubor alguuo. En extremo engreído y contando con que la es. trella que guiaba su buena fortuna no le negaría aUII resplandores, se hizo la resolución de ohrar por su propia cuenta y riesgo, con prescindencia absoluta de Oajigal y de Caballos; y para que así se supiera dirigió á este último la siguiente carta: "Señor Brigadier don J086 Ccball08 : Compat1'iota : " El pronunciamiento jor de lo e'lperado. de Siquisique ha salido me- Mucha gente se ha puesto á mis órdene3, toda decídilla y al parecer valerosa. Con esta fuerza, que está resuelta tí pelear, y la columua. que usted puso ú. mis órdenes, pienso hacer sin de. mora una excursión sohre las tierras de Ca.rora; en donde espero hallar nuevos recursos y obtener algu. na'l victorias que disciplinarán la trop:\ que comando, preparándola para entrar en campaña formal. " Muy funesta es, mi querido Brigadier, la inac. ci6n en la guerra. Usted debe levantar cuanto antes Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 28 DOMINGO DE MONTEVERDE. BU campamento y seguirme á cortas jornadas, guaro dando mi espnlda y protegiendo, ya mi lado dere. cho, ya mi izquierdo, del enemigo. "Confíe según el ca~o y las operaciones usted en que saldré bien en todo, al me. nos así lo espero, y no olvide tí. su afectísimo, " DOMINGO DE MON1'EVERDE. "Campo de Siquisique, á 19 de Mct1'zo de 1812." Ré aquí convertido en veinticuatro horas, al que había sido sim pIe servidor, en señor, al humilde su. balterno, en Jefe. Y no siqniera en un Jefe pasivo, de esos que á pesar de seutirse con aptitudes para ser algo más del papel que desempeñan, viven bajo el peso de su boLonomía dentro de cierto radio, cie. gas instrumentos de otros que, sin mayores méritos ni cualidades, se les impouen; sino en un Jefe altivo, que rnuuda, que se hace obedecer, que se impone, en .fin, sin temer ningnua especie de responsabilidad. Forzoso es confesar <¡ne para proceder de tal manera, es necesario ser algo más que una me. dianía. Semejaute especie de atrevimientos, á que un notable escritor del siglo califica de sublimes, son .propios de los grandes corazones ; d~ esas alma!> que creyendo en el destino, tienen, como decía Rume, •• una visi(ín más 6 menos completa del porvenir, y veu seguir delauto de ellos In. estrella -espíritus su perio ros." que guía. á los ..~.. Como MON1'EVERDE se lo anunció á Caballos en.la Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 29 DO)IINGO DE ~IOl\TEYElmB. carta trascrita, se puso en el acto en cn.mpaña Robre laR tierras de Curara; colocálldose al frente de b plaza de este nombre el día 2-~ del citado mes de Marzo al amanecer. Carora estaua defendida por seiscientos hombres, tropa toda colecticia, que dirigía el Comandante Pe. dro Gil; quien sin esperar á ser atacado, se fue tí. ban. deras desplegadas sobre los realistas, r¡lIe ocupaban una pequeña cminencia mamente al ocaso uel poblado. Pr<íxi. serían las diez del día, cllanclo so rompie. ron los fuegos simultáneamente haciéndose muy vivo el combate hora en que los bisoños por iÍ umbas partes; eso de las doce, soldados de Siquisique desfi. laba.n del campo á trote largo, para ir ú refugiarse en la serranía que al occidente domina el pueblo de Carora. lIONTEVERDE, que babfa hecho basta entonces poderosa fatiga, comprendió que tenía perdida la acción, y que para restablecerla y salir cou honra, era. preciso un golpe lle audacia sin pérdida de momento. Así fue que, aceptullJo una po~trera resolución y dando mayor impulso tí. su brío, reunirí en un solo grupo los ciento cincuenta homhres que babía recio bido de Ceballos y cargó á la bayoneta sobre los pa. triotas, los cuales se pusieron á poco en derrota yendo á guarecerse en la misma colina á donde se habían dirigido los de Siquisique. Allí, derrotados de una y otra parte, fueron hechos prisioneros en las primeras horas de la tarde, y puestos en fila en medio de los Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 30 DOMINGO DE ~[()~TEVERDE. soldados vencedores, entraron iuntos á Carora dando vivas ti MON'l'EVERDE. Respecto del Comandante Gil y de los Oficiales patriotas que habían sobrevivido al combate, que costó más de ochenta muertos de ambas partes, el Jefe realista no quiso tomar venganza alguna; antes por el contrario, (landa recomendables muestras de su benevolencia, incorporó en sus filas, con el mismo rango militar que tenían, á dos ó tres Capitanes que quisieron seguirlo, lo mismo que á los soldados libres, y á los demá" los puso en libertad y les di6 di. nero para que se dirigieran á doude á bien lo tu. viesen. Este primer triunfo de MONTEVERDE, que era á la vez su cxtreno en los campos de batalla, lo hizo crear, como era natural, una mayor confianza en su propio genio y buena fortuna, y al partir de seme. jante venturoso día, se crey6 invencible y cap'\z de las más temerarias empresas guerreras. Diligente, al tercer día de aquel en que tuvo 1'1gsr la acción de que acabamos de dar cuenta, había. ya organizado un ejército de mil hombres, allegán. dose suficientes recursos para continuar la campaña, que pensaba dirigir sobre la provincia de Caracas, ~ pesar de la buena situación en que se encoIltraban allí los independientes; quienes temerosos ya de la nueva tempestad que se desencadenaba, amagando de muerte la República que acababa de nacer, entraban en mayor juicio y se tra.taban de organizar mejor, Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia DOMI~CO DE MONTEVERDE. 31 para defender lo que llamaban" SIlS imprescriptibles derechos, y las tutelares instituciones que se habían dado." En este estado las cosas, no fueron solamente los hombres los que conspiraron contra la Lihertt\d y re. generación de Venezuela., lo fue también la natura. leza que-iracunda di<Íel 26 del mes en referencia un golpe terrible á la Patria naciente, difundiendo por todas partes el pavor, el estrago y la muerte. Queremos hacer alusión al terremoto que tuvo lugar este día, que sepultó bajo sus ruinas un considerable número de personas pacíficas, convirtió las principa. les ciudades de la República en pavesas, y hundió bajo sus escombros las mejores tropas que los patrio. tas tenían en Carr.cas, la Guaira, San Felipe y Bar. quisimeto j sirviendo al fanatismo para debilitar la opinión, ciego en probar que aquel ~acudimiento de la tierra no había sido un fenómeno natural, Rino un palpable y manifiesto castigo del cielo contra 108 patriotas, por haberse sustraído á la obediencia de su católico Monarca. ; para cuyo efecto hicieron notar la circunstancia de haber sucedido aquella. horrible ea. tástrofe en Jueves Santo, día precisamente eu que habían fido depuestas en 1810 las autoridades y Ma. gistrados espafioles. Movida por estas malas mañas la religiosa. credu. lidad é ignorancia. de los pueblos, f{¡cil es presumir el partido que del terremoto sacaran los realistas, á Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 32 DO;-\I~GO DE :JION'l'EVERDE qlle de hombres y al'. más de las pérdidas positivas mas tuvieron lor-;patriotas! MON'l'EVEIWE, que !lO em homure dalla á despre. ciar nada que pudiera fa~orecerlo, aprovechando la coyuntura que le hauíi\ pn;'cntado la cnsl\ali.lad, se movió de C¡tfom sobro B:m.Juisimeto, y ocupó esta (Jiudnd el 7 de Abril; deselltermlJ(lo do debajo de 1:\s ruinas de los cuartele~, chos y armamento, una gran cunti,lad con lo cual equipar bien su ejército, que plaza á dos mil hombres. hiw acabó de pertr'3- de armar subir y en aquella En seguida. continuó su marcha en dirección 6, San Carlos, en busca del Coronel Diego Jalón que estaba estacionado en aquella ciudad con mil infan_ tes y trescientos jinetea; tropa toda, Como era lo natural en aquellos tiempos lle Rervilismo y profuuda ignorancia, r-;inmayor organización ni llisciplina. El 25 por la mañana fue atacado JaU;n con recomen'ln.ble vehemencia, y ti las cinco horas de como bate, después de her,)icos esfuer7.os por u oa y otra. parte, la victoria estaba lle p;nte lle los libres; mas cuando é,ta iba tÍ decidirse, la cahallerÍa patriota hubo de cometer una. gran traición pasá.nllose al ene. miga, y tal hecho, que costó muchas pérdidas á los defensores de la Libertad, dió un triunfo completo á los realistas. Esta victol'Ía que termina la primera campaña de MON1'EVERDE, además de Í<lvorecerlo con mayo. res recursos, hizo que muchos pueblos de Occidente Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia DOMINGO DE lIIONTEVEHDE 33 se declararan por la causa del Rey, y que In. guerra adquiriorn. una faz distinta de la que había tenido hasta entonces. VII Apenas tuvo noticia el Gobierno republica. no, creado por la Constituci6n <.le 1811, de esto últi. mo triunfo sobre el benem~rito Jalún, empezó ú. tomar medidas en~rgicas para contcnor In. invasi6n que sobre Carucu5 intentaba el engreíJo canario. Fue la primera de é~tas, acauar con el Ejecutivo plural, toda vez que el Gobierno del triunvirato poco provecho había reportado ú la causa; y la segunda, declarar la Dictc¿dura. Cargo que so confi6 al ciudadano Miranda; entregándolo además el mando supremo del ejército, con el título do Genemlisimo. Digamos algo acorca de esto héroe, para que se vea con quién iba á entenderse pr6ximamente el vencedor en C~Hora y San Carlos. Miranda era de Oaracas. Nació de una familia rica y de influjo hacia mediados do 1750. Inclinado desdo su juventud á la carrera de las armas, fue tí la Península ú seguir los e5tudios corres. pondientes; y cuando la España y la Francia. deter. minaron tomar parto en la guerra do la Gran Bre. taña con sus Oolonias, Miranda formó parte del ejército espafiol que fue destinado á la América del Norte. Allí hizo la campaña con resignación y reco. mendable valentía, y en aquella tierra clásica de la. 3 Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 34 DmfINGO DE MONTEVERDE. Libertad, en donde adquirió el grado de Coronel de milicias, aprendió á amar' bs instituciones republi_ canas, que desde entonces lítico de Sll inteligencia. Terminada la guerra constituyeron de América, á servir en la Isb. de Cuba, á órdenes general, don Juan Manuel de Cajigal; tinguió con su amistad de campo. el ideal po. fue destinado del Capitán quien lo dis. sincera y lo hizo su Ayudante Después do alguuos años de residencia y dándose á viajar, visitó resolvió conocer la Europa; sucesivamente la Inglaterra, tria, la Italia y la Turquía; des utilidades para su espíritu, un talento paciente de primer observador los hombres. De Turquía en Cuba, la Prusia, de lo cual orden, el AWl. reportó gran.. pues que sobre tener era de los hechos, regresó á Francia, muy estudioso :Y de las cosas y de y de allí pasó otro}, vez á Inglaterra, en donde fue presentado al famas!) Mr. Pitt, á quien propuso un plan, como lo había. hecho en Rusia á la Reina Catalina n, tendente á I;L emancipación política de las Colonias españolas de la América del Sur. En 1791 volvió á Francia atraído por la gran re. volución que aquel pueblo eminente hacía contra la:l instituciones monárquicas en favor de la Libertad uni.. versal, y una vez en París, fue invitado por el Minis .. tro de Guerra Servan, ejército de la República; para que tomase servicio en e1 lo que hizo con el grado dEl Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia DmrrXGO Mariscal, (Í tiempo precisamente francés era invadido 35 DE ~IO~TEVERDE. en que el torritorio por oxtranjeruo fucrzD.s. En 1792 y 93 tuvo el honor de rcchu;r,ar alIado de los mús notables Generales de Francia, los ejér. citas imperiales prusianos, y el de conquistar la B~lgica ; ganúndo¡;e por Sll valor y pericia. milita!' el grado de Teniento General. Mas luégo, el mal élCito del bloq !leo de Maes. tricht y la pérdida de In. batalla de N emiuJe, en la que mandaba el ala i7.quierda del ejército, lo perdie_ ron en la opinión; teniéndosele como cómplice en la. traición ejecutada por Dnmouriez. Llevado ante el abominable Tribt~nal ~'evolucio. na?'Ío de París, su causa fue discutida en once se. siones consecutivas, y desvaneciendo con incompa_ rable altivez y digna energía todos los cargos que se le hicieron, salvó su cabeza del cadal~o y fue lleva. do en triunfo 6. su habitaci6n por el pueblo entu. siasta . .Miranda concret6 desde entonces todo su pensa. mien~oyactividad, á buscar los medios de independi. zar 6.su Patria; sus conferencias así es que, renovando on 1797 y 98 en Londres con Pitt sobre el particu- lar, tuvieron buena acogido. sus proposiciones j pues que en aquella época entraba en la política del Gabinete inglés) el plan de hostilizar á la España en sus posiciones ultramarinas. El proyecto concertado por Pitt pudo llevarse á cabo por consecuencia y Miranda no de los cambios Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 36 DmIINGO DE lIfONTEVERDE. constantes que por este tiempo sufría la poHtica europea. ; pero en 1801 volvió á revivirlo nuestro hé. roe ba.jo la. administración de lord Seymonth; fracasando también en esta ocasión, por la circunstancia de haberse firmado los preliminares dell'ratado de la. paz de Amiens. Varias otras diligencias practicó 1Iiranda acerca de algunas Cortes europeas para obtener recur:;os con qué llevar adelante su empresa, hasta que cansado de luchar en ualde en aquel Continente, vino á los Estados Unidos á mediados de 1805, y allí form6 la famosa expedición que, dirigiéndose hacia la Costa.Firme, fracasó en las Costas de Ocumare el 25 de Marzo de 1806, bajo el Gobierno de Vasconcelos. De vuelto. entonces ti Europa, permaneció una.s veces en :Francia y otras en Ingbterra, hasta 1810, en que algunos compatriotas suyos le instaron para que viniese á Caracas á tomar parte en la revolución quo se había iniciado, contra el tiránico poder de la Me. trópoli. Era de este hombre, de tina erudición poco común\ práctico y demasiado entendido en asuntos de gue. ra i enérgico, decidido, talentoso y de un va.lor á to' da prueba, de quien el Gobierno constitucional de Venezuela echaba mano pHa contener los progresos de MONTEVERDE, entregándole sin reserva alguna la. suerte de las armas y los destinos del país. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 37 DOMINGO DE MONTEVERDE. VIII Apenas se encarg6 á reunir y organizar racterística, Miranda del mando, con la actividad que le era ca. y que su edad le permitía, cientes para hacer frente á la amenazante que se proyectaba sobre Caracas. Era la plaza de Valencia, larse, el punto objetivo \le las go; porque de su ocupación, gran conquista, dependían en dos movimientos que le eran empez6 tropas sufi- invasi6n pronta siempre tÍ rebe. operaciones del enemi. que significaba una gran parte determina. en extremo favorables. El Generalísimo, comprendiendo las ventajas de con. servar aquella población, encargó Sil Jefensa al brioso Coronol Miguel Uztariz. Hombre éste do honor y experto' militar, se ha. lIaba resuelto ti sostener In. plazfl hasta la última extremidad, pero á su pesar tres poderosas circuns. tancias lo obligaron fÍ. abandonarla: fue la primera, el hecho tie que para el cumplido de su cometido no se le habían dado sino mil 110mlJres, bizoños casi todos, al paso que MONTEVX;RDE contaha ya con cua. tro mil; la segunda, que los habitantes de la cilldad estaban, por lo general, afiliados (Í la caur-;a del Rey, y aunque desarmados, no dejaban ue hostilizar á los patriotas por cuantos medios les eran posibles; y la tercera y principal, que siendo Valencia una ciudad escueta, necesitaba para ser defendida por algún Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 38 DOMINGO DE MONTEVERDE. tiempo de artillería, y él carecía. de esta arma; ha. llándose su salud, por otra parte, en un estado deplorable. MONTEVERDE, siempre animoso y emprendedor, tomó sus disposiciones para una gran batalla sobre la codiciada. Valencia, y dirigiéndose tí. ella so PUHO á su frente tí. una legua de distancia, el día 2 de Mayo al cerrarse la noche. Uztariz entonces se retir6 de la ciudad en buen orden y en presencia del enemigo; quien no se atrevió á seguirIo juzgando que este movimiento era más bien un acto estratégico que una retirada; mas al día siguiente por la mafíana convencido de lo contrario, pues que los patriotas continuaban su marcha hacia la Cabrera, tomó posesión de la plaza y senuí sus reales en ella; dá.n. dose á estudiar mús seriamente el Jefe canario h !'li. tuación en que su buena suerte lo habí¡\ colocado y el modo como debía aprovecharla mejor. Mucho contrarió ú ~'liranda la retirada de Uztariz, y para enmendar este error, envió al Coronel Manuel de las Casas ú. decirle que volviera 6.recupe. rar dicha ciudad; lo que aquel intrépido Jefe trató de hacer, experimentando un revés, de no poca im. portancia, el 4 de Mayo en el sitio del Morro. Mar. chó entonces el Gencralísímo precipitadamente al sitio denominado Maracay, en donde el peligro rocIa. maba su presencia, y una vez allí, tomó disposicbnes dignas de su pericia y genio guerrero, y dictó el plan general de campaña que creyó conveniente. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 39 DOMINCO DE MONTEVERDE. Era el punto principal zas por distintos de este plan, enviar fuero mdios sobre Valencia, con el fin de cubrir el flanco principal de la plaza de Puerto Cabello, defendida por Bolívar; quitade los recursos á. 108 realistas; evitar que los pueblos comarcanOR se pronunciamn ú su fuvol; y, por último, estre. charlas en aquel lugar hasta ponerles sitio, batirlos y rendirlos como lo había hecho el 27 de Julio de 1811. El Generalísimo tenía Ull triste concepto de MONTEVERDE y de sus tropas: "pronto cogeremos á ese bandolerito de 1o.snarices," solía d~cir {i menudo; y esta opinión que no em aconsejad:Á por la pru. dencia, que manda estimar en lo justo conocido, y al enemigo dcsconociJo en al enemigo miÍ¡; de lo que vale, fue, sin dud:1, el primero de 8U" desaciertos. MONTEVERDE, babiendo establecido un activo inteligellte espionaje, al tener conocimiento vimientos de S11S adversarios, resolvió, sin por esto tí Valencia, di vidi r su ejército y encuentro, poniéndose él en espectati va sobre aquel presencia. frustrado, punto donde Con esto, el el peligro plan reclamara de }IiranJa pues que varios de los cuerpos cito, sin poderse D.uxiliar unos con otros, é Je los moauundonar salides al pam caer su quedó do su ejér_ sufrieron reveses continuados, ya debidos {L !as rápi(las marchas de los realistas, ya al desaliento q uo cundió entre algunos patriotas al ver que no era fácil vencer al enemigo al primer esfuerzo, corno se les babía anun. ciado, y ya. por ciertas rivalidades de mando que re. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 40 DOMINGO DE M:ONTEVERDE. viTieron de nuevo á pesar del peligro; rivalidades difíciles de aplacar, y que mantenían en perpE,tua. contradicci6n á los Jefes patriotas. Miranda, al ver desvirtuado su plan, así por los acontecimientos, como por sus mismos conmilito:aes, resolvió, de acometedor que había sido, ponerse ,í la defensiva; siguiendo las indicacione!> de algunos de sus amigos que dieron en llevar á su espíritu la CODo vicción de que este sistema era m(ls acertado. No perjudican menos á un ejército consejos que la calidad de los Jefes. Al mo se le había confia(lo la dirección por consideración á Sll antigua los mt.loB GeneraU8i. de la campaña, celebridad y por res. peto ti la majestad de S\1 persona; y él ha debido por encima de toda consideración, puesto que iba ti sel' el único responsable del éxito de la causa que se ha~)ía confiado {¡, su valor y discernimiento, organizar me. jor sus fuerzas, hacer respetar su posición y establecer el orden y la disciplina entre sus subalternos. Desgraciadameu te hay reputaciones tinadas ií. veces ú. ecbar tí. pique establecidas, aquello d'3S_ que se les encomienda; porque, en efecto, no es posible dejar de confiarles el mando, y una vez conferido éste, el público que descuure la insuficiencia bajo la auréola de la gloria, en vez de subsanar lo hecho, 10 deja sub. sistir y se poneú' hizo necesaria. censurar la misma elección que él Esto fue lo que sucedió, como lo vamos á ver E'n breve, con el General Miranda. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 41 DOMINGO DE lIONTEVERDE. El hecho de no haber podido estrechar á Valencia y coger allí á MONTIWERDE ; la circunstancia de haber. se retirado del frente del enemigo para ponerse á la defensiva, y la falta de energía para hacer cesar la rivalidad entre los suyos, hizo que sus tropas le perdieran la confianza, que en lo sucesivo todos sus pro. yectos fueran tímidos, que pereciera la República. apena!! había sido alumbrada por los primeros rayos del sol de la Libertad, y que aquel varón egregio fuera tí morir de desesperación y de miseria en el aro senal de Carraca con una cadena al cuello! Concentrado nuevamente el ejército patriota en Maracay, cerca de cuatro mil hombres, :Miranda, en la seguridad de que sus adversarios irían {¡, buscarlo, se preparó para una defensa vigorosa, convencido de que obtendría la victoria. :Mas al tercero ó cuarto día, viellllo que el enemigo no amagaba el atacarlo, Coronel despachó una de sus divisiones al mando del Antouio Flórez,ú practicar un reconocimien. to á los alrededores derrotada ue Valeucia; división que fue por MO~TEV:¡';ltDE el 8 de Mayo en el pue- blo de los Guayos, á. consecuencia de haberse pasado á. los realistas, en lo recio de la lucha, uno de 108 bata. llones patriotas. Al tener el Generalís'imo noticia de est.a nueva, que le cost6 más de doscientos hombres muertos y otros tantos heridos y prisioneros, juzgó que el ejército republicano no estaba del todo bien colocado en Maracay, y emprendió su retirada. con una parte Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 42 DOMINGO DE MONTEVEBDE. de él hasta el estrecho de la Cabrera, pretendiendo extender su línea de defensa; con lo cual quedaba el Jefe isleño en posesión de las ventajas que brinda, según el arte de la guerra, la ofensiva discrecional. mente combinada; una vez¡ que deja libre la espon. tánea elecci6n de los momentos y puntos de ataque, y permito aprovechar todas las circunstancias favorecen aquella actitud en una campafía. que MONTEVERDE intentó en seguida diversiones sobre las fuerzas que quedaban estacionadas en Maracay, y algunas de sus columnas fueron rechazadas por tres veces; lo que le di6 ~ comprender que no era tiempo de comprometerse en un ataque formal por aquel lado. Entonces resolvió que don Eusebio Antoñanzas, cé. lebre en los fastos de nuestra historia, por su singu. lar crueldad y muchas malas mañas, hiciera u.na entrada, burlando la vigilancia del enemigo, en las llanuras de Caracas; lo que efectu6 con éxito feliz, ocupando el día 20 á Calabozo, y el 23 á San J U'l.n de los Morros. Con este contratiempo, que los independientes supieron evitar, asaz angustiosa y desesperada no ora la posición del GenemUsimo; tánto mIl!>critica, CUEln. to que la opinión que se había creado en favor de la Independencia en tiempos más felices para la Patria, continuaba debilitándose á consecuencia de los reveses sufridos; cosa que no es de extrañar;3o, siempre que los pueblos acostumbrados á vivir bajo el influjo de determinadas instituciones, no cambian Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia DOMINGO DE MONTEVEBDE. 43 de rumbo basta ta.nto que el triunfo definitivo de una causa. contrario. no los obliga á ello, bajo el imperio de leyes convenientes y la práctica. de la. justicia; que es lo que más levanta el espíritu de 108 hombres y lo único que bonra á las naciones. Promediaba el mes de Junio y ningún suceso fa. vorable protegía las armas republicanas. MONTEVER. DE, adueñado do toda la provincia de Valencia y de algunos pueblos importantes de la de Caracas, acrecía sus tropas, la..'!organizaba de una manera más militar, debido á las lecciones que la experiencia de la cam. paña le babía suministrado, y se preparaba para continuar su marcha ofensiva. Al fin se movi6 ue Valencia sobre el sitio del Magdalena, con tres mil hombres escogidos de todas armas, atac6 las fuerzas de avanzada que los patriotas habían puesto en aquel punto, y rochazándolas, continuó su movimiento sobre Maracay, ocupando sin mayor esfuerzo sus alturas; lo que decidió á Miranda á nmnir todas sus tropas, y emprender con ellas, en la noche del 17, una retirada hacia el pueblo de la Victoria; en donde pensaba presentar batalla formal y por consiguiente decisiva. El Jefe realista siguió este movimiento de sus contr:l.rios que, aunque estratégico, tcuía todas las apariencias de la fuga; haciélldolo cometer su en. tusiasmo la temeridad do avanzar con unos mil hom. bres de su ejército hacia San :NIateoy de allí á la Victoria; en donde después de un largo y reñido como Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia « DOMINGO DE MONTEVERDE. bate, que hace honor á su nombre, fue rechazado hasta el punto de Cerro. grande; ~itio á donde se rEltir6 en buen orden, con menos de la mitad de sus datlos. 501_ Reforzado allí con las tropas que había dejado de retaguardia, y viendo que no se le perseguia, volvi6 el 29 sobre los republicanos, y encontrándolos á las afueras de la Victoria en el sitio de Pautanero, lEIS present6 una reñida acci6n en la cual perdi6 cerc~ de quinientos hombres; viéndose obligado, por SElgunda vez, á volver tí sus posiciones de, lo que gre fría. hizo con intrepidez de Cerro-gran_ é inalterable san. Si Miranda, aprovechando la ventaja obtenida, persigue sin demora á los realistas, probablemente los vence en un segundo encuentro, y salva con la victoria la Rep(íblica, ó al menos vuelve á hacer revivir el amortiguado entusiasmo de los independienteH, aHegándose nuevos recursos para continuar la campa. ña; pero fi rme en su plan defensivo, para y ensanchar reorgnnizarse fuerzas que mandaba Antoñanzas, habían quedado en Valencia. A 108 les dió tiemp() su ejército con 1~.1I y parte de las qu.e seis días de la acción de Pantanero, supo Ell que en las inmediaciones de Caracns Generalísimo había tenido lugar una insurrección en favor de la cau- sa real, y de otra en Puerto Cabello, que había triuIl_ fado de Bolívar j perdiendo los patriotas que allí tenían y una. plaza. de primera el parque illlportanch~. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia DOMINGO DE MONTEVERDE. 45 Con este último suceso, especialmente, tanto cuan. to los realistas cobraron brío, decayeron de ánimo los independientes, cundiendo la deserción en el ejército de Miranda; el cual, disgustado con la conducta de varios de sus conmilitones, que calificaban de traición sus operaciones, irrespetaban su persona y lo abandonaban, propuso el ]2 de Julio á MONTEVERDE una suspensión de hostilidades. El Jefe canario ofreci6 acceder tí una capitulaci6n, sin perjucio de que sus tropas, á quienes dos días antes había puesto en movimiento, continuaran las operaciones que se les habían ordenado .•• Tan dura, desusada é insolente pretensión, dice Baralt, fue tolerada, porque á todo trance se deseaba capitu. lar, y así envi6 el Generalísimo comisionados al envanecido isleño para que arreglasen lo,>términos del ajuste." El ~4 recibió Miranda los términos de la capitulación celebrada por sus comisionados y MONTEVERDE; la cual fue firmada por ambas partes después de algunas réplicas y contra réplicas y de varias enmien. das. En dicho convenio se comprometía el GeneraUsimo á entregar al Jefe realista ••todas las pro. vincias de Venezuela que aun permanecieran sujetas al Gobierno republicano, así como el armamento, pertrechos de guerra y cualquiera. otro artículo de pertenencia nacional; obligándose el canario por BU parte, á respetar la libertad, seguridad y propiedad Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 46 DOMINGO DE ]lWNTEVERDE. de las personas, cualquiera que hubiesen sido sus opio niones y conducta. en la rev'oluciún." Hizo también consignar MONTEVEltDE en el ajus. te, que la entrega de la ciudad de Caracas se le haría. á él personalmente, y que la ejecución y cumplimiento de todo lo pactado le pertenecía de derecho. Esto con el objeto de burlar y minar el poder de los Jefes es. pañoles que le eran superiores en mando, como Caji_ gal, Cortabarría y Ceballos; cuyas órdenes desde ql.e salió de Coro, so pretexto de proteger la insurrecciún de Siquisique, había desobedecido abiertamente. IX. Hase atribuído á Miranda, exclusivamente, el be. cho de haberse perdido la. República de V enezue la en 1812 ; calificando unos su conducta en la campa. fin como una traición; y tildándolo otros de débil. é insuficiente para el mando. Por lo que á nosotros toca, creemos que es una injusticia execrable el lanzar sobre la memoria de este hombre, que tántas pruebas fidedignas dió de su amor á la Libertad, el anatema de traidor. El hombre no procede jam{\S sin móviles que de. terminen su conducta, y menos cuando por la expe. riencia y la educación, tiene una razón ilustrada C[ue le enseña lo que le conviene y perjudica, ya en este 6 aquel otro sentido. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 47 DOMINGO DE MONTE\TERDE. Qué podía perseguir Miranda. al pn.sa.rse á la causa de España 1 Si glorias, aquella naci6n no podía. darle más de las que había conquistado en una larga. •.ida, perseverante en esfuerzos y sacrificios. Si ri. quezas, él no era pobre y ademá!'l había bajo este punto de vista un desinterés pre honra á su distinguida memoria. ofreci6 grandes sumas porque demostrado que hará siem. Oatalina II le viviese en su Oorte con el esplendor del caso, fijando su residencia en San Petersburgo, y apenas se prestó ú aceptarle un uniforme de Ooronel de la milicia rusa. Dant6n, el célebre jacobino, siendo Procurador del Ayuntamien. to de París, ponía á sus órdenes elevadas posiciones y no pocas riquezas, porque lo acompafiara en una. em. presa que él creía indigna de su nombre, y lo rehus6 todo, hasta la amistad, con varonil entereza. Nada, patriota solamente pues, podía tí cometer mover una lo empequefiecía tan 6. aquel grave falta, ante su propia acrisolado qne no concien. cia, sino también ante el juicio imparcial de la posteridad; y es tanto más de creerse su lealtad á la República, cuanto que es imposible para pechos humanos colegir, que aquellos que sacaban tamafía utilidad de la traición supuesta, se manejaran con tan negra crueldad puesto bierno tad de apenas é ingratitud con el que había en sus manos la victoria. Sahido es que el Go. de Espafia haciéndose c6mplice de la desleal. MONTEVERDE, mantuvo encarcelado tí Miranda le fue entregado por los mismos que el día Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 48 DONINGO DE MONTEVERDE antes habían sido sus amigos y copartidarios, y que la ilustre víctima. fue en las cadenas hasta su muerte, como toda.;; las almas elevadas, más grande por su conducta. y amor á la Libertád, que jamás lo había sido. Forzoso es, pues, inclinarse ante aquella figura, que es una ue las glorias más insignes de la América meridional; absolviendo su memoria de toda sospecha, y teniendo en cuenta que, ni al pasa.do ni á las nacio. nes se les honra, sino honrando á sus grandes hombres. Por tanto, hay que atribuír la pérdida de la cam. paña de Venezuela á otros motivos, que á la verdad no carecen de fundamento. Miranda, siendo un gran militar, "no sabía pelear, como decía. :M:ontecuculy de Turena, con pequeños ejércitos." En la guerra de la 1 udependen. cia de los Estados Unidos, donde como se recordará, adquiri6 por su comportamiento el grado de Coro. nel, siempre combati6 con grandes masas de hombres; y en las campañas á que se comprometió alIado de la Fra.ncia revolucionaria, nunca tuvo á su disposi. ci6n menos de treinta y cinco mil soldados! Con bastantes fuerzas, tenía aciertos dignos de todo elogio y practicaba cas tropas, y sobre que él no estaba ciencia militar abundan acostumbrado se convertía Este fen6meno guerras operaciones espléndillas. Con po. todo, con tropa.s indisciplinadas, á manejar, toda su en letra muerta. no es raro. En la historia ejemplos de militares de las de alta DOro. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia DmIINGO DE MON'rEVERDE. 49 bradía por sus conocimientos que, con mucha gente á BUS 6rdenes, ejecutan prodigios por superior que sea. la fuerza numérica del enemigo; y con poca, yerran todas sus operaciones aunque su adversario sea infe. rior en número y calidad. Napolcón, siguiendo el ejemplo <le Francisco 1, se cuiualJa mucho de poner ti las 6rdenes de sus Mariscales, ni más ni mellaS que la.fuerza que pudieran poner en acción, sin dificultad y con acierto. Miranda nunca tuvo en Venezuela más de cinco mil hombres, tropa por lo general colecticia j y aun cuando á su lado se hallaban Jefes de un valor que rayaba en temerario, no dejaban de ser un poco insubordinados, creyendo, por el excesivo amor que profesaban ti la Libertad, que á cada cual correspondía la salvaci6n de la República. Era pues imposible que un hombre acostumbrado á la disciplina y al orden, pudiera sacar avante una causa que necesitaba en los que la defendían, mucho juicio y ejemplar 8ubordinaci6n. Hay más, cuando Miranda llegó ú Venezuela, ea. recía ya del vigor de la juventud, que lo hace todo fácil 6 posible. Con sesenta y dos años de edad, y ha. biéndose deteriorado un tanto su salud por las continuas fatigas que había tenido por más de cuarenta, lógico era que los achaques de la vejez, y la falta de actividad moral y material que ella trae consigo, 10 hicieran cometer desaciertos, que en ninguna manera pueden ser imputables ti su voluntad. En resumen, Miranda. anduvo débil al aceptar un 4 Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 50 DOMINGO DE MO!l.""rEVERDE. cargo que, dadas multitud de otras circunstancias que no tenemos por qué anotar aquí, le era de difícil de. sempeño; pero de esta debilidad nadie es culpable: no él, porque si tomó el mando, fue por complacer 6.sus copartidarios que juzgaron que su paso por el poder era necesario; no sus amigos, porque lo iluRtre del nombre de la víctima y sus glorias pasadas, abonaban al Generalísimo para el Gobierno y la dirección de la guerra suficientemente. Culpemos tí. las circunstancias, y tí. aquellos difíciles tiempos, de semejante desastre, que retardó nuestra Independencia; y creamos que entonces no se triunfó, no por faltas deliberadas de éste ó aquél hombre, sino porque en los grandes designios de la Providencia, que dirige los destinos de los pueblos, no estaba aun decretada la victoria. de la Libertad en la América meridional. x. Firmada la capituluci6n, l\fONTEVERDE se dirigió tí. Caracas y oculJó la ciudad el 2 de Agosto. Allí, desconociendo la autoridad de l\fiYll.rés, que había sido nombrado Capitán General de Venezuela. en sus. titución de Cortabarría ; realizando su sueño dorado, se declaró Jefe supremo civil y militar del país j nombramiento que le otorg6 al punto el Gobierno es. pañol, concediéndole además el título de Pacificador. Tratábase de dar cumplimiento á lo pactado con Miranda, y probablemente el nuevo Jefe del Gobier., Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 51 DOMINCODE :MONTEVERDE. no hubiera cumplido con su deber y respetado su palabra, dando seguridad en SllS pen;onas y bienes al partido vencido, pues quo hasta entonces no 1mbía sido cruel, ni ejecutado acto alguJ10 opro\Jioso; pero las sugestiones de algunos malos sujetos que lo acampa. ñaban, y entre ellos, del pérfido Antofianza~; de Zuazola, Puy y Cerveriz; del t t'U.iLlo e J- Lmil Nepomuceno Quero, que había oiLlo Gobernador de la provincia de Caracas en tiempo del Gobierno repu. blicano, y de algunos isleños de CUllar:,as q \lO habían tomado parte activa en la revolución, lo hicieron abusar de su fortuna y mancillar su propio honor, en olvido de sus promesas; sembrando con su conducta en los corazones americanos, que dió lugar en Venezuela esa saña implacable á la guerra de extermi. nio y horrores que principi6 en 1813; escándalo de la civilización cristiana. y de la hisiorill.. Obligado MONTEVERDE por sus amigos tÍ trillar el resbaladizo camino del terrorismo, los duuadanos pa- triotas más notables del país fueron encarcelados unos, desterrados otros, y sus propiedades confiscadas en beneficio del Gobierno, y <.le aqnellos que tenían á bien medrar con la riqueza \le las víctimas. " En el país de los eafres, dijo en aquel entonces un Magis. trado español de la Audiencia, no podían ser trata. dos los hombres con más desprecio y vilipendio." A la. verdad, los satélites del canario no se con. tentaban tan s610 con proscribir, aprisionar y sa. quear, sino que iban en el frenesí de sus pasiones Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 52 DOMINGO DE MONTEVERDE. hasta cometer otros crímenes que su Jefe dejaba per., petrar, por complacencia para con sus conmilitoneó' é inexperiencia de la vida. En esta calamitosa situación pronta estuvo á hun .. dirse la Libertad cn la noche negra de los pasadofl tiempos. Es el caso que Bolívar había. caído en poder de SllS enemigos, quienes conociendo su importancia. y previendo de lo qnc cra capaz en el porvenir, SEl interesaban en sacrificarlo. Afírmase que Quero em el más empeñado en salir de aquel caudillo, y que en sus prop6sitos tramó varios proyectos secretos ten. dentes ti su objeto. Mas dió la casualidad de que tan infames designios llegaran á conocimiento de MON. TEVERDE, quien instado por el español don Francis. co !turbe, amigo del Libertador, puso una esquela al Jefe de la plaza de Caracas concebida en estos tér. minos : le Señor Gobcrnador-Prcscnte. " Procederá ustcd tÍ. poner en libertad, inmediata. mente al titulado Coronel Simón Bolívar, y le expE:. dirá pasaporte para Curazao. Tengo noticia de que se trama contra la vida de este señor, y aun cuando ha sido un pertinaz insurgente, un homicidio comE'. tido en su persona, deshonraría nuestras armas, em.. pequeñeciendo al mismo tiempo nuestra causa. " Queda la seguridad de Bolívar, hoy más que antes y mientras resida en esta plaza, bajo la resparl· sabilidad de usted. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia DOMINGO DE MONTEVERDE. 53 Espero que se cumplan mis órdenes inmediata. mente. CC 11 Señor Gobernador, Dios guarde á usted. " DO:\TINGO DE !tfONTEVERDE. CC Oaracas, 2 de Septiembre de 1812." " Así, dice Baralt, por uno de aquclIo~ juegos cap prichosos de la. fortuna, que confunden con frecuen. cia el saber humano, dos realistas dieron Libertad al héroe que debía destruir el poder español en la AmtÍrica del Sur." MO~TEVERDE, insistimos en ello, no era cruel, ni menos avaro de bienes materiales. Es verdad que durante el corto ti.empo que uuró su Gobiemo, la proscripción ins6nsata no dejeí !lada que pedir 6.la venganza realista; que 1:1 prisi6n ¡.;ocOllvirtió en sistema; que el derecho de propiedad, por lo que se refiere ií. los patriotas, quedó borrado de la legislación civil, cometiéncloileen las provincias horribles y escandalosos asesiD:1tos; pero de estos hechoil, que no admiten justificación unte el criterio desapasionado de las Runns i(leas, aquel hombre no flle el autor principal, fue solamente el cómplice (L quieu la debi. lidad y las exageraciones de In..época inmolaron, colocándolo en la cumbre de un despotismo horrible, que otros dirigían y que él tuvo qne acoptar. Envanecido con sus triunfos é impulsado por sus pocos años y su carácter, ú la vid:),distraída y agrada. ble del mundo galante, vivía de convite en convite, Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 54 DOMINGO DE MONTEVERDE. feliz con los aplausos que le tributaban la turba de mercenarios que le seguían; Rin hacer mayor caso de los deberes y funciones que le imponía el Gobierno. Aficionadísimo por el amor, las damaR le quitaban gran parte de su tiempo, y no sabía sustraerse á sus influencias, perniciosas casi siempre, pues quo si las mujeres tienen el dún de amar, no por esto saben aconsejar. CuiÍntas veces UDasonrisa á tiempo, obten. dría del envanecido isleño, como obtenían de ¡,uis XV sus cortesanas con una leve caricia, órdenes de arresto, cuya trascendencia ignoraba el disoluto Hey, como el vanidoso y afeminado joven, ebrio de ho. nores y de petulancia. Así, mientras MO);"TEVERDE trillaba la senda de los placeres, hombres degradados por el crimefi y ma. los por las pasiones, gohernaban á Venezuela; como prometiendo con su proterva conducta el honor, digo nidad y reputación de su Jefe, y la suerte del partido á que pretendían Rervir. No era, por otra. parte, el fatuo canario apto :para el desempeño de la administraciún pública: nada versado en negocios de Estado; ignorante en las ciencias políticas j nulo en conocimientos respecto de las tradiciones, cORtumbresy legislación del país que gobernaba; falto de juicio político y de ese sensa. to y calmado criterio que se necesita para dirigir á los hombres, fácil es concebir que el Gobierno en sus manos no podía ser sino un sofisma, y que, su tren gubernativo no podría. dura.r mucho tiempo, Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia DOMINGO DE MONTEVERDE. 55 desde luégo que un partido vencido y castigado con oprobio, no se acaba, antes por el contrario, adquiere fuerza y prosélitos para renacer vigoroso y her6ico. Llega entre tanto el año de 1813, y la reacción se presenta imponente. Habiendo sido más que en otra parte, horrorosa la persecución de los patriotas en la provincia de Guayana, algunos independientes que lograron es. capar de la. saña realista, comanuauos por los en. tonces Coroneles Santiago Mariño y Manllel Piar, abrieron ruda y desesperada campaña al despotismo, resueltos á vencer 6 á morir. Activos, diligentes y, más que todo, audaces en sus operaciones, obtuvieron en lo~ dos primeros meses del año algunos triunfo~ en las Guayanas ; acreciendo sus fuerzas con los despojos tomados tÍ los vencidos. Piar, aprovecJlando su buena situación, demasia- do emprendeuor y atrevido, se separó de Mariño, con el fin de invadir la provincia de Bn.rcelona, de que era Gobernador don Lorenzo de la Hoz, hombre de valor y experimentado militar. El Jefe patriota, resuelto á pelear, atac6 una fuerza de la Hoz el 20 de Marzo en las inmediacio· Des de MaturílJ, y la dió una derrott1 completa. Picado entonces el Gobernador, se vino en persecllcióu de Pia.r, y éste lo esper6 ti pie firme cerca del puuto á. donde babía luchado anteriormente, y el 11 de Abril, después de un sangriento combate de ocho ho- Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 56 DOMINGO DE MONTEVERDE. ras, obtuvieron los libres otra espléndida aunque coso tosísima victoria. Furioso MONTEVERDE por los desastres sufridos, y atribuyendo los triunfos obtenidos sobre sus par. ciales á ineptitud y flojera do los Jefes que los (;0. malldaban, resolvió abandonar la regalada vida que llevara en Caracas y salir en persona al teatro de la guerra, en la. íntima confianza do que sin mayor es. fuerzo debelarÍa la nueva rebelión. De tal manera confiaba en su buena. suerte, que habiendo llegado l\ Barcelona el 6 de Marzo, publicó una enfática. pro· clama, en la cual dijo: "Con la misma facilidad con que se disipa el humo al impulso del viento, así desaparecerán los facciosos de Maturín por el valor y fortaleza de los soldados del Rey, que tengo el honor de conducir á la victoria." En esta confianza se presentó el 25 del mes cits,do con dos mil soldados frente del enemigo, y envió á decir tí Piar que" si en el término de dos horas no se entregaba y reconocía con los suyos á su legítimo Soberano, serían abandonados al furor irresistible de sus soldados;" tí. lo cual contestó el Jefe repuhli· cano" que tanto él, como los demás Jefes, los solda_ dos de Sil ejército y el pueblo de MaLllrín, estaban resueltos á perecer defendiendo su libertad." Piar tenía á sus órdenes mil cuatrocientos hom· bres, entre ellos cincuenta artilleros hábiles en el manejo del cañón, y trescientos de caballería, bien Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia DOMINGO DE :MONTEVERDE. 57 montados, amaestrados en las maniobras de la lanza é intrépidos. La. batalla dió principio á las siete de la mañana. del 26, peleándose con firme energía por ambas partes hasta eso de las tres de la tarde, en que la fuerza realist!loconociendo que no podía tomar la ciudad, defendida hábilmente por las fuerzas de la artillería, intentó un repliegue en buen orden sobre las llanu. ras del poniente de la. poblaci6n. Aprovechando esta oportunidad, Piar que era. listo á todo, hizo obrar su caballería, y lanzándola sobre el enemigo, se trab6 una lucha á muerto, en la que tanto realistas como libres pelearon con incomparable heroísmo hasta el anochecer, en que quedó el campo por los segundos después de una mortandad horrible. Los realistas tuvieron en esta batalla quinientos ochenta muertos, y dejaron en poder de sus adversa. rios mil prisioneros, sus brigadas, la Caja de guerra con seis mil pesos, etc. De la persecución que fue activa y bien dirigida, s610se salvaron MONTEVERDE y unos tres oficiales, debido á haber encontrado un prúctico que les sirvió de guía. Derrotado el isleño en Maturín, se dirigió á Caracas á marchas esforzadas é hizo allí, con actividad y energía, los esfuerzos del caso para rehabilitarse; po. niéndose en seguida. en camino para. Valencia, en la esperanza de alIegar nuevos recursos con que poder dominar (¡ los independientes y seguir imponiéndose al país. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 58 DOMINGO DE MONTEVERDE. En este estado tuvo conocimiento de la llElgada de Bolívar á. Venezuela, con los auxilios que :haMa puesio en sus manos el Gobierno de Nueva Gral]ada, en el prop6sito de contribuír á. libertar aquel pueblo ber6ico que, merced á la altivez de sus hijos, empe. zaba á recobrar nueva vida. Grande fue el asombro de MONTEVERDE al Eaber que el Libertador había cosechado triunfos esplén_ didos sobre su mejores Tenientes, en las pro_ vincias de TrujilIo y Barinas ; quedándose mohino al tener noticia de la. esplénqida victoriA. obtenida el 31 de Julio en la sabana de Pegones sobre el Gene. ral Izquierdo, uno de los Jefes más valerosos y pero tinaces del realismo. Este triunfo de Pegones, que le hizo perder todo un ejército; las ventajas obtenidas por Marifio en Occidente y las aceleradas marchas de Bolívar, 10 obligaron (¡ dojar á Valencia, retirándose á PuertoCabello con mil quien tos hombres que tenía t¡ la mano. Hase juzgado esta retirada. como un acto de co. bardía, en vez de un movimiento aconsejado por la necesidad. Nó, MONTEVERDE, y esto puede compro_ barse con las mismas opiniones de sus detractores, nada tenía de pusilánime, antes por el contrario, gozaba del valor de los héroes. Oolocado en t.na situaci6n difícil y azarosa, proveniente del mal Go. bierno que le habían hecho hacer la mayor pa.rte de sus copartidarios, se había rodeado de enemig4)sj Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 59 DOMINGO DE MONTEVERDE. y la esperanza de rehacer su causa, lo mismo que la suprema ley de la salvación personal, lo ponían en el ineludible extremo de buscarse, por de pronto, una retirada honrosa. Dos días después de haberse marchado el Jefe cana. rio de Valencia, 1.0 de Agosto, ocup6 esta ciudad el Libertador, ó inmediatamente continu6 su viaje hacia Puerto-Cabello en persecución de los realistas. Colocado al frente de la plaza, su primer cuidado fue enviar á MON'rEVERDE un parlamentario, propo. niéndole un tratado de paz tan honroso como justo, en el cual la base principal era el cumplimiento de la capitulación hecha con Miranda; esto con el fin de salvar la vida á muchos prisioneros del realismo, condenados de hecho á perecer, en virtud del decre. to de 'l'rujilIo, sobre guerra 6. muerte. El caudi. 110 isleño, siempre petulante, contestó á las proposiciones hechas, "que jamás consentiría, cualquiera que fuese el resultado, ú. unas cláusulas impropias del carácter y espíritu de la grande y poderosa N a. ción á que tenía el honor de representar." Irritado Bolívar por semejante respuesta, y sabiendo más que otro alguno que la plaza de PuertoCabello tenía suma importancia en la guerra, pues que era la llave del país, dispuso que fuese bloqueada inmediatamente, y él en persona, acompañando al ejército sitiador, comandado por el inmortal Girardot, se dispuso á dirigir las operaciones. Cerrada la. plaza por los repu blicanos el 28 de J Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 60 DONINGO DE MONTEVERDE Agosto intentaron los realistas una salida, poniendo en juego toda la artillería que tenían en los baluar. tes; mas ti pesar de los grandes esfuerzos de 'ralor hechos por MONTEVERDE y los suyos, fueron rl~cha. zados y vueltos á sus posiciones después de mt:chas pérdidas. El día 31, repuestos de la reñida batalla del 28, volvieron con poderosa energía sobre los patriotas, y después de ocho horas de lucha que les costó mu. chas vidas, recibieron un nuevo escarmiento. No obstante eotas ventajas obtenidas por los E:itia. dores, la toma de Puerto-Cabello presentaba no po. ca's dificultades, ya porque la ciudad era un fuerte, defensable aun con pocos soldados, ya porque Bolívar no tenía ni los elementos, ni el ejército necesario para apoderarse de aquella inexpugnable fortaleza. El 16 de Septiembre, MONTEVERDE fue refor~jado con una expedición que se le envi6 de la Penín. sula, al mando del Coronel Salomón, compuesta. de varios buques de guerra y otros de trasporte, con mil doscientos hombres de desembarco, que componía:3 el famoso Regimiento de Granada; cuyos soldados, ex. perimentados en mil combates, eran capaces de las más temerarias maniobras. Esta circunstancia hizo que el Libertador, que tan s6lo contaba cou o(:ho. cientos hombres, con los cuales no podía mantenerse frente á frente de un enemigo cuádruplo en número, levantara su campo en la mañana del 17 en retiTl\da ha.cia Valencia; esperanzado en que MONTEVEE~DE Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia DOMINGO DE 1lIONTEVERDE 61 saliera en su persecución, en cuyo caso la fuerza pa. triota, á pesar de su inferioridad numérica, podía. obrar en campo raso con alguna ventaja. Las previsiones de Bolívar se realizaron. Los realistas, en número de mil doscientos, salieron de sus trincheras el 24, si no en persecución directa del Li. bertador, al menos tentando suerte á fin de conocer su verdadera situación, y se acamparon en las alturas del Bárbula. El 30, en extremo animados los libres, volvieron sobre sus aclversarios, yempezaron desde por la mafíana un ataque vigoroso en que cada soldado pareció trasformarse en oficial, y cada oficial tornar las proporciones de esos séres fabulosos que peleaban contra los dioses de JÚpiter. Girardot y D' Elhuyar, cruzando por debajo de una lluvia de balas que diezmaban á sus soldados, tenían la intrepidez y sangre fría de Ney, cuando escalaba los muros de San Juan de Acre; siendo su prop6sito poner la ban_ dera de la República sobre la. cumbre del Bárbula. Muy vivo y bien dirigido estuvo el ataque, así como formidable fue la resistencia; empero, después de algunas horas, ante la marcha vencedora de los patriotas y sus certeros fuegos, cedieron los realistas, á tiempo en que Girardot caía muerto de un balazo, después de haber clavado su bandera. en la cima del monte. Se ba creído, así como se juzgó su salida. de Valencia, que la retirada de MONTE VERDE del Bárbula fue un acto de pusilanimidad, lo que al decir verdad Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 62 DOMINGO DE MONTEVERDE. es un juicio errado, que ofende también á los vence. dores. Aquel Jefe pele6 siete horas consecutiv,lS con un denuedo digno de elogio, lo mismo que lucharon con gran valor sus tropas; y si cedió el campo, consis. tió en que jamás homLre alguno se había visto al frente de adversarios más resueltos y abnegado:; para hacer el sacrificio de la vida en favor de su caWia. Si la retir!l.da de los realistas hubiera sido efecto del pánico, de seguro que los patriotas, á pe,3ar de la'i muchas y sensibles pérdidas que tuvieron, los hu. bieran perseguido sin demora; pero necesitab:m reponerse del desastre, y el enemigo abandonaLa el campo en buen orden, resuelto tí continuar la lucha si se le perseguía. MONTE VERDE hizo alto y frente del Bárbula, á poca dis'~ancia en el sitio de las Trincheras, y com.o allí . se le reunieran trescientos hombres de la fuer:~a ve. terana del Coronel Salomón, resolvió esperar á sus contrarios, que de seguro lo perseguirían. Estos, y en especial el Libertador y otros Jefes granadinos del ejército, indignados por la muerte de Girardot" de. seando vengar tan preciosa sangre para la Re;~úbli. ea, marcharon sobre los realistas y se les pusieron á tiro de fusil el día 2 de Octubre á la media noche. El 3 á la madrugada, MONTEVERDE que había. dispuesto bien su tropa para la lucha, hizo r(imper los fuegos sobre el ala derecha enemiga, empeñándo. se á. poco los lidiadores en un combate de cuerpo á cuerpo, en el cual hizo la muerte buena cosecha. Ha. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia DOMINGO DE MONTEVERDE. 63 biéndose hecho la acci6n general á eso de las nueve, las compañías do ambos ejércitos se lanzaron impetuosas unas sobre otras, disputándose la victoria; la cual fluctu6 por algún tiempo, quedando al fin el campo en poder de los libres. Bolívar di6 á conocer en esta jornada gloriosa, mús que en cualquier otra de las en que se había encontrado, su juicio militar; determinando movimien. tos dignos de un Capitán <leprimer orden. Por su parte MONTEVERDE, que eligi6 con acier. to el campo y dirigi6 bien las operaciones, pele6 con heroísmo digno de encomio, y si dej6 el triunfo á los independientes, retirándose á Puerto-Cabello, en don_ de hubo de encerrarse de nuevo, fue porque había sido herido gravemente de un balazo en la cara; por. que los patriotas que habían hecho la promesa de vencer 6 morir, lucharon con un arrojo implacable; y, en fin, porque ningún caudillo, por más alta que Beasu talla militar y el amor que profese á la causa que defiende con las armas, está obliga.do á triunfar en todas ocasiones; desde luégo que la victoria, á quien los antiguos pintaban ciega.como la fortuna, no hace pacto con ningún mortal, asegurándole perpetuamente SUB favores. XI Los hombres como las Naciones tienen BUS perio. dos de engranJecimiento y 10B tienen asimismo de Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 64 DOMINGO DEMONTEVERDE. decadencia. Cuando los peninsulares del tiempo dt31 arrepentido Carlos V, envanecidos con sus conq uistas, decían "que nunca se pondría el sol en los dominios de España," no reparaban en que aquellas paLl.bras eran el primer preludio de declinación de 'la gran Monarquía fundada por los Reyes católicos. De la misma manera, cuando MoxTEvERDE,al marchM sobre los republicanos reunidos en Maturín, juzgaba que esos patriotas "desaparecerían á la vista de sus tropas como el humo al impulso del viento," no pensaba que había llegado para él el período de la deca. dencia. Joven, infatuado con los triunfos que había cosechado, y sobre todo, con el poder, se imaginaba que una creciente prosperidad le acompañaría de continuo, y que los acontecimientos se sucederían tal como los deseara. Este ensimismamiento, que lo asemejaba en ciorto modo ti la antigua crédula pitonisa, que 3ugura,ba el porvenir á la chusma cabizbaja entre flores é in. cienRos, no era efecto de torpeza; porque yá. lo he. mos dicho, no eran en aquel hombre nulas las dotes del entendimiento; tenía su razón de ser en causas al pa.recer naturales y que justifican su vanidad, si es que la vanidad puede ser justificable. Sintiéndose desde nifío con .inclinaciones á la ca.rrera militar, apenas tuvo oportunicl¡\d para desarro. llar esta actividad de su naturaleza, lo hizo; y I~on un pufi3do de hombres que le sirvieron de base de un ejército, recorri6 á Venezuela desde Coro hSlsta Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia DOMIXCO Caracas, 65 DE l\fON'l'lWERDE. y co~echó por doqllicrn el triunfo, derro. tando á lo.; princirmles homures Je la Repúbliea.! Aml¡icionó el paJar, y llegó :í Capitán General del país :1 que habían humillndo SllS armas vencedoras, haciewlo que fue::;o consagrada su autoridad por el Gobierno de Espafía ! . A los veinticuatro años, aquel caudillo, bien auxiliado por la Providencia, ó bien por iuspiraciones de su propio. genio, tenía pues d¡;recho á creerse un sér superior; y ú. juzgar que su engrandecimiento, con mayor experiencia de los hombros y de la vida, sería estable é iría crecioll<lo con el tiempo, como la planta á que favorecen el clima y las estaciones. H:ise observauo que para las almas ensimismadas, toda seria contradicci6n en su carrera, marca cierta especie de entorpecimiento qne las cOl1tienc en su mar. cha hacia adelante y las hace vol ver hacia atrás, co. locállllolas en ese período Hombría que se llama de de. cadencia. Para MONTIi:V]o;¡WE, la pérdiua ue la bata. lla de nIaturín fue un contratiempo extraordinario. Verso vencillo desp\l~s de estar acostuIllbrado (¡ ven. cer ; humillauo cn vex do 11ll111ilbr, era para. tal espíritu una tl'elllelld~, desgracia! Mas, ti pesar de todo, continuó eilla lucha, desean. do poner en saho liU honra militar y su posición de gobernante. De aquí los esfuerzo~ de Rárbula y las Trincheras; acto~ ]¡erúicos quo lo flleron fatales, y por cuyos rcsult,\llos acabó Lle eomprenuer que la fortuna le ab::muonuLaj a.sí como lo abandonaban los 5 Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 66 DOMINGO DE MONTEVERDE. hombres que adeptos, por lo general, al éxito feliz, son implacables contra aquel que una hora antes aplaudieran, si la. desgracia viene á contenerIo en su carrera bacia la. prosperidad y la gloria. Encerrado de nuevo en Puerto-Cabello, volvió el Libertador á poner sitio á la ciudad; el cual hubiera tenido pronto feliz término, si libre el Jefe republi. cano de otras atenciones, no hubiera tenido que enviar parte del ejército que comandaba {¡ las provincia.;; de Occidente, con el fin de hacer frente á Boves, que apa.recía temible en el escenario de la guerra, y á Ya. frez, Antoñanzas y otros rea.listas de prestigio que, con actividad prodigiosa, hacían la campaña á los inde. pendientes, en la seguridad servidumbre. de volverlos á su pasada Ya por este tiempo se había apoderado de MON. un profundo abatimiento. Tardío en obra.r, indeciso en sus ideas é imprevisor, pudiendo con los TEVERDE recursos que tenía. inmedia.tamente á sus órdenes ejecutar algunafl operacione,q, que al menos embara. zaran los movill1ientofl de sus contrarios, colocando á los suyos en mejor todo go y siva; Jefe preciicarnento, se puso, como militar que reconoce la superioridad del enemi. que 110 espera vellcer, entera.mellte á la defen. hasta tanto que el Gvneral Santiago Mariño, de las regiones oriflotales de Venezuela, envió al bizarro Piar, con 11 19t1nos buques, sitio y bloqtleo de la plaza. En semejante crítica situación, á ayudar l\l hizo el canario SI~ Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia DQ;\UNGO DE ~[QKTEVERDE. 67 lir de la ciudad, el 4 do Diciembre, novecientos hombres que aun le quedaban del famoso Regimiento de Granada, dá.ndoles un itinerario tan desacertado que, habiéndolo seguido sin cOlltrauiccilín, so vieron á poco cortados, teniendo que tornar el camino de Coro para salvarse de un desastre; quedándoso, por tanto, sin el poderoso auxilio de ostos vetern.nos tan aguerridos como intrépidos. Tal desacierto y la. inacción en qne cayó el Jefe isleño por el mal estado de su saluu, proveniente de la berida que recibiera en el combate de las Trincbe. ras, cansaron al fin la pacicncia de los defensores de Puerto-Cabel.1o, y en 28 Jel mes anotado lo depusieron del mando con gran alborozo; declarándolo en el acta que bicieron justificando la insurrección" indigno de ser el Jefe de la causa tÍ cuya cabeza lo habían colocado las circunstancias." Consternado MONTEVEJWB con semejante acto de ingratitud, por el cual se le uesconocían por sus mismos copartidiuios los importantes servicios que babía prestado al realismo, partió para Curazao el 18 de Enero de 1814, y allí murió en Abril de dicho año, por consecuencia de un(l. afección orgánica del corazón; que uesarrollaron activamente las pesadum- bres de que fue víctima en los últimos días de su existencia. Así puso la Providencia término á la vida de aquel joven, que si como el Gil Bla8 de Le Sage, no se adelanta á la experiencia, esperándoso á recibir una Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 68 DOMINGO DE !llONTEVERDE. mej~r educación para salir al teatro del mundo, cuyo escenario e~ tan complicado, hubiera sido, dadas las facultades que lo distinguían, un hombre eminente, digno de la posteridad; pues que la his. toria, en vez de empequeñecer, hubiera exaltado 1m memoria, siempre que, como dijo un poeta, •• por ci. ma de las revoluciones queJan la verdad y la justicil\, como el cielo tades .•• estrellado por cima de las tempes- Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia FRANCISCO 'l'OJIÁS MORALES. 1 No todos los hombres son buenos, ni todos malos. El Bien y el ?llal, que llenau humana, primero la. conciencia tienen cada cual SllS elegidos; sólo que el cuenta uu núrnero mucho mayor de adep- tos que el seguudo. Si así no fuera, qué sería de la familia, base de la sociedad, y qué de In. sociedad misma? Cómo suponerse que entronizando el J\InI ,\1 fllnosto imperio en la mayoría de los hombro!';, pudieran existir ,in la lihertad, In. uloral, la religión, la justici3. y el orden, ya el grupo uomÚ¡tico, ya In.comunidad social 6 públiea? La noción del Bien e!';inherente al bomure, por escasa que sea !';u facultad pensadora y limitadoR sus conocimientos. N o porque éste sepa en ausoluto en qué consiste lliclm idea, pues q\1C aun 1n.s mejores inteligencias la COlJoccn de unn. manera imperfecta, sino porque estií. al meno!'; penetrado de que existe una cosa superior ií. él, á la cllal se refiere su destino; teniendo que arreglar su comluctft á cierto orden de hechos, que lo conducen :í un estallo m(\s ú menos relativo lle perfección. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 70 FRANCISCO TOMÁS MORALES. « Empero, basta qne el hombre tenga un conoci. miento del Bien, para que aparezca en su espíritu, como afirma el célebre Platón, una idea, aun cuando sea confusu. del ~ral j" porque á pesar de ser evidente, agrega Clark, "que el primero puede existir sin '31 segundo, la existencia del Mal, que es una fatalida.d en la condición humana, sirve á la inteligencia para determinar la naturaleza del Bien y sus principales propiedades. " Es, pues, el Bien una ley de nuestro destino. El Mal, un accidente en la humanidad. Accidente que se empeña en destruír la civilización, corrigiendo llls pasiones ó inclinaciones que le sirven de fundamen. to y las causas que lo producen. Estas inclinaciones ó instintos que sirven de PULto de partida al Mal, tienen, por apoyo, una fuente de dando nace cuanto tiende á degradar la dignidad humana: la ignorancia. Sí, en la ignorancia encuentran la corrupción y el crimen, á los hombres inventores de maléficos proyectos, que trabajan bien por cuenta propia 6 bien por la ajena, en ese sombrío y gran escenari() que empieza desde la simple ratería hasta el crimen cínico y horroroso! i Se acabará alguna vez esa fatal inconsciencil' que la oscuridad trae consigo y que deja por doquie. ra la huella de sus estragos 1.. .... Mejor dicho, ne. podrán la religión, la filosofía, la política, la cien .. cia, en fin, destruir el Mal que es, lo repetimos, un Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia FRANCISCO T01tfÁS MORALES. 71 accidente y nó una ley de la naturaleza humana 1 Problema es este que no corresponde resolver, probablemente, á la humana inteligenda; pero que ella, interesada en el triunfo del Bien, plantea con firme resolución, y trata. de explicar señalando el valor de toJas sus cifras y el modo de llegar á una solución, si no definitiva, al menos favorable. Para salvar al individuo aisladu, el grupo doméstico y la construcción social, preciso es, ha dicho la filosofía, que la religión y la moral comuatan en el hombre los primeros gérmenes tIel mal instinto, que elltregado á sí mismo, llega (L convertirse ell pa. sión indomable; y que la ciencia, po r Sll parte, se em. peñe en arrojar luz por todas p:ntes, (L fin de llevar ti las almas ese grado de claridad hombre al término <.leSll qlle condllce al de>stino provillencinl, que es la virtud. Quien trahaje en el scntiJo Je la moralidad inJi. vidual y colectiva, favorecienJo todo aquello que pueda contribuir á desarrolLtr la dignitIad humana, no solamente mereeerá aplausos, sino galardóu ; por. que hay servicios cuyo valor es iucoll1parable, desde luégo que S\lS provechos Re prolongan indefiniJa. meute, siendo fuente <.le bienes para la sociedad en general. Entiéndase que cnando atribuirnoR á la ignoran. cia, toLla la culpa y criminalidad de que los hombres son capaces, no por eRto opinamus que el Mal Sel\ pa. trimonio excluRivo de la estupide7., Ó que la perver. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 72 FRANCISCO Tmr,\S MORALES. sión tenga orígcn únicamclltc en 1:1 falta de ]uce~: nó ; creemos como Leibnitz: " los vicios yel crimen, en todas RUShorrorosas mnnifestacione;<, t.ienen su principio en n ¡¡cstras pasiones, y cuando los llamados á corregirlos, y nosotros misl11os, !la ncs em peña mas en repe]erlos trntanuo de formar nuestro earacter é im. poniendo leyes tí ]a conciencia, uIJa vez que llegan á pominarnos, difícil eR libramos de ellos, por más fe. cundos que sean los medios de que podamos diHpo. ner para alejar el espíritu de su poderosa y exigente influencia. " El mundo, esto que llamamos sociedad, ha e.sta. do más ó menos, según los grados de civilización, minado por todas purtes por el Mal. Así como ha. habido el bandido que trabaja de]a montaña y del camino, en la oscu rida¡l de ]a noche ledad ; ha existido la Corte, que hace paciencia de los ilustres, azotes de y en la so. también el bandido del salón y de su oficio en pleno db á ciencia y espectadores. ¡ CntintoR malvados In. moral y del género humano, no vemos pasar por la historia cutre claplauso y ¡as consideraciones de aqnellos q1le, domiuados por 'ln extraviado criterio, no aprecian el vp,lor intrínseco de los hombres, iiino bajo el punto de vista del éxito' Las muchedumbres, sohre todo, escasa~ de raz6n por la oscuridad en que viven, tienen una tendenc::a marcada tí tributar homenajes á cuantos, suficiento. mento audaces para aLofetear la virtud, coronan SlIS Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia FR..i.'\CISCO 'rm[AS )fOll..iLES. 73 proditorias empresas, trcpamlo t:ÍlJicos por la peno diente del crimen. No oustante, forzoso es confe;:~r que jamás la perversión se cllseiíore:í tanto llo las geutes illlstradas como de las inCl11tas; ni q 1\(' en ar¡uéllas fue nu nca másempcuornicb y escallclalosa quc en éstas. El :i\Ial Rostcuiclo por la ignOffitlcia, qué cosa más tremenda! Fu riow, ciego, c;rllel hasta la saciec!a.d, el malvado estlípido ticne cierta Icígica tanto má. temible, cuanto que cerrad;~ S\l inteligencia tí. todas las claridades, así las qllC nos vienen llel cielo, como las que nos da la. tierra, v;~ á In. dcstrllcci,)n y c"Iter.ninio de todo cuanto codicia su ve;lgallil;~, Sll deseo, su envidia y su odio, sin parar mieutes en la. intensi. dad de la desdicha que siembra. Ahora bien, al conoeer ciertos homhres, admira, si se prescinde de su astil pidcil, C;ÓlllOha podido amontonar en ellos la fatalidad t(¡llta somora, tal suma de maldad, que apare(;en aptos para toda especie do acciolles que tiendan (L vulnerar la. piedad, la justic:ia y el derecho dc R\lS semejantes! Pero es lo cierto (\UC hay sé re>" "engenuros, como dice Dante, de ilJftlrIl;t!es potel\ciu~, que por su ignorancia, SOJl la rcpre"entaci()n fiel del Mal, y en cuya vida no hay UIl sólo ub que no tenga HU grande escándalo 6 al lllenos su uafíaua intenciiín." Entrando en el dominio de 1:1 vcrll:ul, que es el de la histori:l, vemos qne el IJlllIU]O wal, tal como él se comprell(le bajo el punto de vista del progreso Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 74 FRANCISCO TOMÁS MORALES. moral, es imposihle, lejos del ideal científico y del dominio en las almas del sentimiento verdaderamente cristiano. La ciencia eleva el espíritu y da á la COIl. ciencia la raz6n que compromete al Bien; la idea cristiana, que es la más fecunda y mejor enseñanza para las almas, obliga á todos los hombres á amarsa mutuamente, y por consiguiente á respetarse en todos sus derechos; desde los que les vienen de la natura. leza, hasta los que les otorga la ley civil en virtud la organización social. de Abogan, además, la ciencia y el cristianismo, por la paz, que contribuye al triunfo del Bien; y comba. ten, por lo tanto, la guerra; teatro en donde las malaH pasiones, en vez de contenerse por temor á la sanci6n y al castigo, se desarrollan dando lugar á que se foro men esos malvados fantasmas, terror de todo lo que es justo y bal dún de la humanidad. Vamos á conocer á uno de estos hombres, á quien la ignorancia, por una parte, y el mal instinto, por otra, hicieron cometer los más altos prodigios en el camino del delito; y á. quien la guerra de nuestra in. dependencia sirvió de teatro para desarrollar sus negras pasiones de una manera tan colosal y horrible, que aun hoy día, la benevolencia se resiste á creer los hechos de aquel Satanás, que conmovi6 pro. fundamente á nuestros mayores, y que nos sirve á no. sotros de meditaci6n, enseñáudonos á conocer hasta dónde puede llegar un mal instinto entregado á sus propios impulsos. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia FRANCISCOTOMÁSMORALES. 75 Nos ocupamos en este estudio de FRANCISCOTo. MORALES. llÁs II Medía este hombre seis pies de estatura, y tenía pecho saliente y ancha espalda. Sus brazos y piernas eran fornidos 6 membru. dos; presentando su aspecto las proporciones que laR reglamentos de Amadis de Gaula requerían para que un hombre fuese admitido en la caballería anJunte, en los tiempos primitivos de aquella célebre orden. En efecto, el torso de aquel bellaco, sobre sus dos piernas que parecían dos pilares de acero, era seme. jante 11.1 de llO coloso j complementándose su atlético talante con un cráneo abultado que exhibía un cabe. 110negro, abundante y corto, el cual armonizaba con la barba, cuyos pelos parecían cerdas de jabalí. La frente era deprimida. Los ojos saltados y de un color gris. La nariz encorvada, gruesa y puntia. guda. La boca grande con labios abultados. El color moreno y encarnado, demostrando que aquella cons. titución estaba dominada por el temperamento san. guíneo. Tenía el atleta apagada la mirad~, á pesar de lo saliente de los ojos, por unas cejas espesas, del medio de las cuales se destacaban, fuera de toda proporción con los dem(LS,algunos pelos rectos y tiesos, y una gran arruga, que demostraba ser hombre en cuyo espíritu tronaba de continuo la cólera. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 76 FRANCISCO To~d.s MORALES. Lavater, estudiando detenidamente aquella fi. sonomía, la hulJiera hallauo gran semejanza con una caLeza de buitre. Lo que sobre todo (laminaba en el rostro de Mo- RALES, era que detriÍs de una ferocidaLi vulgar, la del animal, como ellseñalm cierta especie de disposiciÓn natural alodio, y se dejaba entrever la pasión de la envidia, que frecuentemente lo exaltaba, enseñando toda la ferocidad de su carácter. Agréguese á lo (Iicho que aquel hombre tenía la voz gruesa, Rin lliugllna melodía en el acento; y una respiraci\ln de caverna, y se comprenderá que la nao turaleza lo haLín hecho, físicamente, un sl:r horroroso. Si en lo físico aparecía era lúgubre. Inclinado repugnante, en lo moral á to(los los furores, su alma que no se parecía á ninguna ferocidad épica. otra allha humana, tenía la Cuando se ponía rabioso, la sangre se le agolpa. ba á las mejillas; le chi,:peaba la mirada; manote'!.ba y pateaha como Ulla bestia bravía, y presentaba. un aspecto siniestro. Era iudomable {¡ la razÓn, tí la piedad, á la caddad y al estímulo; y !la cedía sino á lo. fuerza, úni'~a sanción que reconocía y úllico dios tí que tributaba. culto. En extremo sensual, ó mejor dicho, implídi,~o y libidinoso, se deja\!:1 llevar sin resi~te!lcia alguna de los apetitos carnales; exhibiéndose de tal manera. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia FRA~CISCO 'fO:ILÁ.S :liTORALES. 77 lujl1rioso, que para él no reconocilí I1I111Cavalladar alguno el hallar, la dignidad y la virtud del sexo con. tra rio. Todos los homhres por perversos que sean, tienen, en presencia de los grandes infort unios ajeno!!, ras. gas de benevolencia, aun cuundo éstos no sean efecto de la sinceridad, sino de MORALES, llO gustando ni pravación, jamú¡; se mostró No tenía idea de nada. una refinada hipocresía; siquiera de ocultar su depio pam cou la desgracia. El Bien le era tan pro' fundamente desconocido, que no se cuidaba la satisfacción ú de b. saciedad illdividval, cual lo atropellaba todo. Su crueldad no era á In. manera sino de ante la Je In. del tirano, sino á la manera de la de la hiena. Tres cosas le llamaban ti cllal más la ater:ciún: la sangre, la plata y las mujeres; no pudiendo comprender que la actividad de la viJa pudiera tener otro objetivo qlle el asesinato, la molicie de la rique. za y la satisfacción de los apetitos carnn.les. Como militar, era soldado valeroso y activo, mas fuera de una diligencia é intrepidcz realmente admirables, tenía una cabeza pourÍsimu en todo gé. nero de asuntoE concernientes ti J¡¡, ciencia de In. gue' rra. Y, cosa singular, el batallador qne en el como bate iba á parar al heroísmo, en la victoria descendía al asesinato y al rouo ! Aquel sér excepcional, interior, alcanzaba á pesar de su oscuridad á discernir que la bondad de la Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 78 FRANCISCO TOMÁS MORALES. guerra. no se podía juzgar sino por la cantidad dI) mal que producía. Así, triunfante, se dementizaba con el pillaje y apuñaleaba sin piedad al prisionero y al vencido, desba.lijando después ti la muerte cuanto la muerto llevaba en los bolsillos! De esta manera se pagaba el monstruo de sus servicios! La vista de un moribundo conmueve ordinaria. mente por más de una consideración, y por el hilo sutil del pensamiento conduce rectamente á Dios. N uestro héroe daba de patadas á la agonía, y se seno tía dichoso de su bajeza delante de aquel tremendo símbolo de la eternidad. Era, á no dudarlo, malo entre lo más malo, y es. túpido entre lo más estúpido. En la batalla de la Puerta, ocurrida. el 15 de J u· Dio de 1814, se dió el gusto de andar con espuelas al taMn sobre los cadáveres; de pisar á los heridos sus llagas; de patearleg sus piernas y sus brazos rotos, hasta ponerlos furiosos y hacerse morder los za. patos! En Aragua, arrancó del seno de su madre á un ni. ño de diez meses, lo bot6 con furia á lo alto, y al descender lo esperó en la punt~ de su puñal, atravesándolo por el estómago! El miserable no se detuvo ni ante ese no sé qué de inefable qne tiene la infancia, y que la hace adorable con todo el amor del alma. Eo las cercanías de Maturín hizo atar de un Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 79 FRANCISCO TOMÁS MORALES. árbol, en 1817, una pobre mujer, á quien tomó espía, y la mandó acribillar á balazos. La vista de aquel calofríos! ! miserable bacía por experimentar Nacido en Francia, al principiar su carrera nada más, hubiera ido á parar ií. la Bastilla; en In_ glaterra, á la 'rorre de Londres; en Alemania, á Spielberg ; en Moscou, ti Kremlim ; y en Roma, á los más negros calabozos de San Angelo. Puede decirse que durante trece afíos, de 1810 á 1823, estuvo en plena actividad en el teatro de la guerra de nuestra independencia nacional, y jamás desmintió su ferocidad, ni aprendió como militar otra cosa que aquello que hubo de ensefíarle una larga experiencia, á pesar de haber tenido altas grao duaciones y del roce con gentes competentes. Sin la guerra, dados sus malos instintos, hubiera muerto en la horca. La guerra lo libró de la ignominia de la cuerda, y le dió una posici6n que, aunque horrorosamente célebre, ha ]1echo inmortal su memoria. Háse comparado á MORALES con Boves; la verdad es una injusticia, que amengua del último de estos dos caudillos. lo que á el carácter Boves, á no dudarlo, era crHel, poro no ratero. Mataba por venganza. y muchas veces por precaución, mas nunca por placer. MORALES asesinaba por ins. tinto, porque le agradaba; y era además un merodeador infame. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 80 FRANCISCO TOMÁS :MORALES. Antoñanzas, Cerveriz, Rosete, Puy, Zuazola y tantos otros facineroso~ de nuestra guerra magna, tenían negrísimas entrañas, pero almenas en ellos se encuentran momentos ue piedad; :MOltALES fue siem. pre igual en su cOlldLlCta,811 Lía Y bajaba perpetua. mente de la base á la cima del delito, con imperturbable serenidad. Ahora bien: para que se conozca la diferencia que existe entre MORALES y Bove~, á quien se ha juzgauo el más malvauo entre los nacidos, nos permitiremos, para terminar este perfil, trascribir aquí el paralelo que de estos uos hombres hace el historiador Baralt. "Nada puede verse, dice, más desemejante que el caracter de estos dos caudillos, ú. pesar de algunos bechos aislados que parecían confundirlos. Boves era sanguinario, feroz MORALES. El primero pagaba muerte con muerte; ejercía Ulla represalia autorizada. por el funesto decreto ue Trujillo ; una necesidad política; el hábito que embota la sensibilidad j y acaso una disposiciúll natural, sill el cual e!:iehábito raras veces se adquiere; mas mataba y pasaba sin dete. nerse tÍ. ver cómo espiraball las víctimas, ni menos se apropiaba los despojos del vencido. MORALES era de. sapiadado por l)lacer, cruel por instinto. Además villano, unía á sus entrañas de fiera las de avaro, y en ocasiones solamente por despojar destruía. Valiente, impetuoso y terrible, era siempre corno Bo. ves e1"primero en el peligro. Su coraje se asemejaba Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia FRANCISCO 81 TOMÁS MORALES. al del tigre, q l:O asechn su presa y so abalanza. sobro ella y la devora. A~tllto en sumo graJo, activo é infatigable, debió úuieameute al valor, la rápi(h tre los suyos"; ayudado é inmereciJa mientras y á e~:i.as cualidades fortuua c¡ ue el atleta que tuvo en. asturiano fue además por el genio. III MORALES era oriundo isla llamada de Canarias. Nació en la Lanzn.rote, !lacio..el año de 1778. Nada se sabe de sus padres; pero es de colegirse que fueran gentes humildes, poures é ignorantes. De lo.. primera juventud del hombre que nos ocupa, tampoco sc tiene conocimiento alguno: pro. bable es, casi seguro, que sus primeros años se deslio zarau en meuio del ocio y de la miseria. Vino :MORALES á Venezl1cJa (¡, los años, es decir, en 1802. Hombre treinto.. y cuatro Sil posiciún, sin re- cursos y siu luces, l)\lCS que apenas sabía leer y escribir, se dirigi6 á nquclln. tierra, tal vez pr6fugo de lo..suyo.; tal vez juzgando que la. 008taFirme le serb más propicia po..ra ejercer honradamente algum~ industria, ó poder entregarse con mejor ventura. á lo..triste ban ¡¡UB inclinaciones. Su vida mi~ióu en VenezucIn. tÍ está olvido, desde que pisó las costas que lo impulsa. envuelta. en el de la Oolonia has. 6 Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 82 FRANCISCO TOMÁS MORALES. ta. mediados de 1806, en que fue procesado en Barce. lona por varios !lechos criminosos; que demuestran no haber sido su pasado <.ligno <.le consideraci¿n. Absuelto de este juicio, no se sabe por qué artes empeñadas en ello, aparece ú. principios de 1807 en. tre la servidumbre del Teniente-Coronel, dou G~.s· par de C~jigal, en calidad de simple sirviente. Aleccionado probablemente con 10 que le acabaha de pasar, observó .MORALES al lado de Cajigal, hom. bre instruído y probo, uuena conducta; captándose sin duda, su aprecio y buena voluntad, pues que á mlldiados de 1809, libre de la tristísima condicióu de paje, aparece de oficial en las tropas que comandaba. el citado Coronel en Guayana. El 19 de Abril de 1810, día en que, como se sabe, fue arrojado del mando, en Caracas, el Capitán general de Venezuela, don Vicente Emparan, MORALES, volviendo la espalda ií su protector, y en ninguna manera {¡ sus convicciones políticas, porque no es dEl suponerse que tuviera ningnnas, formó, junto con Boves, entre los patriotas revolved ores ; llegando en su audacia hasta penetrar en la casa del Ayunta. miento en donde los vocales depusieron á SllS anti. guos señores; aplaudiendo la revolución con vivo en. tusiasmo, y lanzando amenazas contra el Magistrado que acababa de caer y SllS parciales. Hé aq uí la primera traición ejecutada por el ca. nario. Traición tí que lo arrastró, seguramente, su ín. dole perversa; el deseo, puede decirse innato, en Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia FRA.NCISCO To:JIÁS 83 MORALES. los espfritus de la lJUjn. ralea, que forman cse grupo sombrío del mecanismo social, Je r¡\le exi!;ta el de. sorden para poder mcdrar con él ; saciar las vengan. zas que les produce la cIlvidia del Lien 'ljeno, y dar pábulo tí. todos los furores que les concitan sns malos instintos y su ignorancia. Escasos los patriotas, por aquella época, de vete. ranas, y Iw.lliÍndose en la precisión lle levantar tropas para defender b cnw;Q de 1:1 Libertad q\\e con tanto heroísmo hdJÍ¡m procb.mado, elevaroll {¡, 1110. RALES á Teniente de milicias urbanas. Sirviendo este hombre á la República durante dos años con energfa é interés, hasta tanto que se le presentó ocasión de ejecutar una nueva traición, Jando la de mano á la confianza que en él se babía depositado. Corría el mes de J'unio de 1812, y el Gral. Miran. da, Jefe militar de los libres y civil del Gobierno de Vene1;\\clu, se ence utrabn. yo, :í. consecuencia de los progresos obtenidos por la invasión do l\IOXTEVERDE, en la última extrcmidad lle Sil poder y de su gloria. O btenidlls grumle:, \'cntajas por el realismo, y sabe. dores de ellas los cspañoles residente:; cn Barcelona, empezaron á tramar unll revolución, en el propósito de restablecer el Gobierno del Hey; logra udo, al fin, hacer un alzamiento el 4 ue Julio, no poco conside. rabie; el que creyeron deber debelar los patriotas de la provincia de Cuml1.ná, poco al corriente de la apurada situaci6n de Miranda. En efecto, llevando 6. cabo su idea con firme reso. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 84 FRANCISCO TmL{S :\10RALES. luci6n, dispusieron una división de mil hombres y diez y ocho buques armados en guerra, para someter mas apenas hubo desembarcado esta á Barcelona; escuadra en el pueblo de Píritu, res tuvieron conocimiento ciaci6n de paz iniciada cuaudo del principio por ~Iiranda los invaso_ de la nego· tí :Nlo~TE_ VERDE. Un Consejo de guerra dispuso entonces que la fuerza cumanense regresara 6. la ca pital de la. provincia, en donde se daría á esperar el resultado do· finitivo de la negociación que se ajustaba. Mas apenas estaba efectuándose el reembarco, MORAL:~S y unos treinta de sus peones, desaparecieron de las fi. las patriotas, y uniéndose á una fuerza realista que se hallaba cercana, cayeron sobro una compañía de libres, constante de setenta y cinco hom bres, que aun quedaba en tierra, y la hicieron pri~iollera ; pasando el feroz canario al día siguiente á filo de cuchillo, á. cuarenta y dos de estos desgraciados! Tal fue el extreno de este malvado en la causa real; y tal el modo como demostró á sus nuevos copartidal'Íos " la simpleza, decía, de haber servido tí. los independientes." Se recordará que cuando Boves abandon6 el partido republicano para formar al lado de los defenso_ res del despot.ismo, fue por vengarse de ofensas re'; cibidas, deseando lavar con sangre una injuria q°:le DO podía llevar en paciencia un carácter violen~o como el suyo. MORALES, para esta negra traici6.o, Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia FRA.NCISCO TOMÁS MORA "LES. 85 no tuvo pretexto alguno, ni razón justificativa. Los libres se habían manejado bien con él, hasta el ex. tremo de recompensar sus servicios con el grado de Oapitán efectivo, que era á todo lo que tenía dere. cho. Pero los principios de la escuela política que la Independencia proclamaba, no podían ser los de aquel hombre, porque ya que no en su espíritu, en la práctica, veía que no podían convenir:í sus detesta.. bles inclinaciones; necesitando un campo en el que, á la sombra de la impunidad de aquellos tiempos sin Dios ni ley, pudiera poner en acción sus naturales rencores, y satisfacer 6. mnnsalva todos sus horribles deseos. Celebrada definitivamente la capitulación á que nos hemos referido, y desarmados poI' de pronto, en virtud de su contenido, todas las fuerzas patriotas que existían en el territorio venezolano, MONTEVERDE, Capitán general de la Colonia, nombró al Coronel don Erneterio Urueña, realista de índole bondadosa y afable y de coraíl6n humanitario, Gober" nadar do la provincia de Cumaná, hacia cuya capital se dirigieron parte de los realistas alzados en Barce. lona, llevando consigo (¡ MORALES; á quien por lo duro de Sll carácter y el odio Je que bacía gala con" tra los libres, le hahían cobrado Ull gran cariño i consiJerándolo, á pesar de SlI reciente traición, como uno de los só.bditos más fieles y esforzados de su amado Monarca, dOll Fernando VII. Urueña, probo y justiciero, respetando su propia. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 86 FRANCISCO TO~ÁS MORALES. honra, y legalidad Gobierno e:dstián j irritados, convencido de que es bajo el imperio de la que los pueblos se pacifican, empez6 su declarando vigentes las leyes que aún calmando con actos de justicia los ánimos y dando garantías á los patriotas, que era. por entonces los que más necesitaban, en su condi. ción de vencidos, de la defema enérgica de SU5 de. rechos, por parte de la autoridad. Mas algunos realis_ tas, y entre ellos MORALE~, que empezaba á darse todas las ínfulas do un gran personaje, dejándose llevar por el odio quo profesaban ti SLlS adversarios, á los cuales creían que no debían dejar sin castigo, empezaron á molestarlos cruelmente; hasta que lo. granda, en 15 de Diciembre, que Urueña fuera de. puesto del mando, cayeron por sorpresa sohre 105 patriotas indefensos, llevando iÍ látigo á los cuarteles y á las prisiones á cuantos tiranicida rencor. señale) la venganza y el IV A principios de 1813, MORALES quedó á disposi. ci6n de Antoñanzas, que reemplazó á Urueña en el Gobierno deCuman<Í; acabando el canario de amaes. trarse en la escuela de aquel mal hombre; sobrepuj6 luégo al punto en el pillaje audaz vergonzado. Poco tiempo después, puesto Antoñanzas caso de abandonar su puesto por consecuencia al que y des. en el de las Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia FRA~CISCO TOMÁS MORALES. 81 exigencias de la campaña, el airado isleño vino á hacer parte del ejército que comandaba don Juan Manuel de Cajiga!. Hallándose con éste en varios encuentros que acreditaron su valor y actividad, y en los cuales, siempre que el realismo qued6 vence. dar, no dej6 de dar oficio á fiU pufial, sacrificando tí 101;1 vencidos que quedaban fuera de la vigilancia. del Jefe de las operaciones; á quien, debemos decido de paso, causaban gran disgusto estos asesinat{)s inútiles. Al fin, viéndose obligado Cajigal á retirarBe de la provincia de Barcelona, en donde hacía la guerra, á la de Guayana, Boves que bacía parte de su fuerza y que comandaba un Regimiento de caballería, se negó 6.acompafiu.r1o, y entrándose por los llanos de Caracas con los jinetes que comandaba, se llev6 consigo á~loR.iLES; quien á ;;u turno desert6 con cien hombres (le infantería. Era 1n verdad que estos dos homhres, hez de la especie humana, no RebaIla. ban bien al lac1.ode un Jefe de honorable conducta, incapaz del latro~illio, 111 otros criminosos desmanes, y amigo de la disciplina y el orden. Repetimos con Baralt: "Boves y }IORALEB aun cuando tenían sus puntos de contacto, eran dos caracteres o.esemejantes." En efecto, el primero cruel por sistema, tenía cierta especie de desprecio por el segundo, que era asesino por placer; y el segundo, que gustaba de matar por inclinaci6n y saquear por interés personal, veía que el primero Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 88 FRANCISCO TOMÁS MORALES. era, según su opinión, un hornb?'etirnorato, incapaz por su buen corazón de servir como se debía á una causa cuyos parciales necesitaban de hacer grandes escarmientos sobre los rebeldes, "para evitar que la sociedad presente y futura ~igaiera el ejemplo revo. lucionario de los primeros patriotas, y lograr mau., tener á los pueblos ataJos al antiguo régimen." " i C6mo cree usteu, preguntaba en una ocasilín Boves á MORALES, que se puede escarmentar á los insurgentes? " Y éste contestó prontamente: -" Matando á los 9abecillas, quitándoles sus bienes y desterrando ¡¡ tierra extraña á sus descendientes." No obstante las diferencias de carácter entre aquellos dos perversos, la una fiera complementaba á la otra . .Así, Boves no concebía RALES, ni éste se resolvía {¡ plan alguno sin Mo. nada sin Boves. El mal. viviente, hecho dos carnes, no respiraba sino por UD solo conducto. Empero, como alguno de los dos caudillos tenía que ser el Jefe de operaciones en la gue. rra que por su cuenta y riesgo, y sin sujeci6n {¡ no.. die, iban ti hacer unidos á la República, forzoso era que alguno de los dos se resignara {¡ ser segundo ue aquel á quien la suerte colocara en primer término. Esta dificultad debía ser prontamente zanjada. En efecto, corría el mes de Septiembre, y habiendo ya engrosado ambos lidiadores sus respectivas fuerzas con peones de las llanuras de Apure y sus inmedia. ciones, pensaron en acordar un plan de campaña Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 89 FRANCISCO TO:llÁS MORALES. sobre la provincia de Caracas, en la esperanza de en. torpecer los planes de Bo1ívar, que por aquella época tenía en un pie brillante la causa de la revo. lución. Convenido cste plan en el sitio denominado La J;1i1ita, se abordó en el acto la cuesti{Jn principal, tÍ sa. ber: quién debía ser el Jefc Dircctor de la guerra 1 Para resolver tau i{rave asunto, so convocó un Con. sejo de Oficiales; optando unos por Boves para el puesto, y otros por MORALES. Disolviéndose al fin el tal Consejo ti pUñetazos entre sus miembros, sin ba. ber hecho la elección. Discutido luégo el asunto entre los dos caudillos, cada cual por entonces con igual graduación militar, expusieron \lila y otro los sacrificios que habían he. cho en favor de la C:\1\S:1, .Y los títulos que tenían para legitimar su aspi r;lci(Jn, hasta trrnto que cansa. dos de oponer razones tí rnzones, sin que ninguna de aquellaRcaup-zns <le hierro desistiera de RUpretenRión, bu bieron ue di~r;llstarse. naves, remontado en ira y m:'Ís ]¡~hil y astuto, comprr.u<lió qlle e!';~ lIegaJa la ocasión de i¡¡¡ponerse por la fllerz'~ al que pretendía ser Sil rival ; a~,í flle que, echando mano del sable que llevara ti la cintura, amenazó :'Í :\TOR.\LE~, promctiendo cortarlo el pescuezo de 1111 solo tajo. Este, que no cono~ía ellllicuo, lIO mCllos irritado, sacó también su cuchillo con auemán alllen:l;t,ante, y ya iban ti aga. rrarse aquellos dos atletas en luc.:ha ti n1\lerte, cnando un pelotón de la fuerza de Boves cntró en escena, y Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 90 FRANCISCO TOMÁS 1WRALES. á una voz de su Jefe, se apoder6 de MORALES; el cual, viéndose preso y desarmado, daba grandes gritos re. montado en furia; exhibiéndose indomable fiera entre la trampa que la aprisiona. como la Al día siguiente se seguía á MORALES un Conse. jo de Guerra" por insurgente." Siendo sus Jueces Oficiales lIaneros, sin instrucción alguna, que tenían gran respeto y adoracilín por Boves; los cuales pre. tendían condenar al canario á sufrir la pena capital, porque tal era la opinión del descorazonado do asturiano. MORALES, conociendo y atrevi. su posici6n y viendo que tropas lo abandonaban, dió en calmarse, y cedió al fin en sus pretensiones; cortándoae el juicio me. diante el siguiente convenio: BUS "Boves quedaría do primer Jefe de la fuerza y Director de las operaciones de la guerra; mandando en batalla la cab'l.lIerío. MORALES sería su segundo con el título de General, y dirigiría la infantería en el combate. "De todo botín que se hiciera, MORALES tendría la mitad, y la otra se di vid iría por partes iguales entre la Oficialidad y la tropa que constituían el ejército. "Dada la muerte de Boves, MORALES lo sustituiría. en el mando; comprometiéndose {¡ seguir su misma conducta hasta la completa pacificación del país y exterminio total de los rebeldes." Firmado el convenio, todo quedó en calma, " ver. dad sabida y buena fe guardada," y el ejército de Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 91 FRANCISCO TOMÁS MORALES. Apure se puso inmediatamente desarrollo del plan de campaña en movimiento, en que se había com- binado. v Boves tomó la. vanguardia. con mil jinetes y se dirigi6 al calla ue Ranta. Cu.talina, rmguardado por seiscientos hombres que comandaim el valeroso Coro· nel Carlos Padrón.. El 27 del último mes citado, Padrón fue atacl\lIo, y tí. pesar de su heroica resistencia, destruido ¡ uniénllose MOltALES, qne llevaba la van. guardia, el 28, con el vencedor, y continuando el ejército su marcha CaJauozo. En este lugar nn. noticia de que en dirección ú. Cura y de allí á tuvieron los realistas fidedigel urioso Coronel Campo Elía8 iba á su encuentro con dos mil quini.entos soldados de todas armas, y como estabail resueltos Ú combatir I salieron 6. esperarlo al sitio denominndo Mosquitero. El ]·1 (le Octubre, (i eso de In. u na de la tarde, déspo" tas é inclcpclluientcs se pmieroll de frcnte unos de otros, dando principio iLun rciíiuo y desastroso como bate, en 4\1e la mucrte segaba ú. cada. paso las cabezas de los lidiadores, como In. cortante hoz; Jel labrador las espigas del cam po l :MORALES que comandaba la infautcrlu, constante de quiuientos peoucs, peleó uenoJadaOlente¡ pero diendo todos sus soldados al empuje vigoroso é inteU- Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 92 FRANCISCO TOMÁS MORALES. gente de los jinetes enemigos, y por raz6n á los pésimos movimientos que hubo de hacerles ejecutar. En cambio, el valor que desplegó, culpa ti su torpeza é ignorancia, pues sirvió de disque si la. ac' ci6n tuvo mal éxito por su culpa, trató de ha<:erse matar; perdiendo tres caballos bajo sus piernas y recibiendo una herida de gravedad en el cuello. Derrotados los realii:;t:~K, Roves y MORALES se retiraron á las seis de la lloche en dirección al pueblo del Guayabal, sobre la banda. izquierda del Apure; y allí, al cebo del latrocinio, empezaron á rehacerse prontamente. Empero, faltándoles pertrechos con que empezar de nuevo las operaciones, MORALES, aun. que sufriendo mucho de su heríd1\, dotado como lo era, de una constitución de hierro, insensible ti las esta. ciones, ti los climas, y aun al dolor físico, marchó aceleradamente ú Glloyana; trayendo luégo al Apure algunos oficiale~, cicn infantes veteranos, ochocientos fusiles, nn cañón de grueso calibre y gran cantidad de municiones. Para fines de noviembre tenían ya el asturiano y el infatigable canario, cuatro mil jinetes y una columna no poco numerosa de infantes, con los cua. les se movieren sobre el Coronel Aldo.o, que con mil quinientos hombres se encontraba en el río Guárico, en el paso de San Marcos. El 8 de Diciembre cayeron los realistas como una tempestad sobre sus enemigos, y a.un cuando éstos hi. cieron á pie firme intrépida resistencia, que pudiéra. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 93 FRA:KCISCO 'l'mrÁs ~roRALr;S. mos llamar criminal, toda vez que no es virtuol'lo, y menos de parte de los Jefes, ningún saerifleio temerario que entregue ála muerte SllS ~old:;dol'l,perdieron la acción; á lu. cual siguió por parte de :\lOltA.LES y con el asentimiento de Boves, un asesinato tan ho_ rrible y escandoloso, que ti ninguuo de los veneidos que había sobrevivido tÍ. In. lucha, y caído en poJer de los vencedores, le fue perdonada la vida ! ~ Esta hazaña de jIOHALES le valió entre los suyos el renombre de Fuerte é Invencible. Corriendo su fama y gloria, de boca en boca y de campamento campamento, alabado con entusiasmo en por todos aque. llos que, no teniendo mús lógica política, ni otra re. gla revolucionaria que el odio á los republicanos y su consiguiente exterminio, trasformaban en semi- dioses á los mús insignes malvados. Desgraciadas épocas aquellas en que, faltos los espíritus de sentimientos humanitarios, norma y prez de la conducta humana, bay hombres con dominio en la sociedad, que juzgan que esta no es otra cosa que un rebaflo de carneros, á quienes hay derecbo de degollar impunemente Pobres de nuestros padres, que habiendo tenido que cruzar por la vía sangrienta que abrió á sus pies una de las más colosales revoluciones de los tiempos mo. dernos, se entregaron generosamente á la muerte por legarnos una Patria libre! Afortunadamente el amor ti la paz, que es uno de los c::.racteres de la civilización moderna, domina hoy Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 94 FRANCISCO TOMÁS MORALES. día nuestras almas, merced al triunfo de la justicia y de la Libertad. Pues es fuera de duda que, {i pesar de las transiciones revolucionarias de que aíín somos víctimas, nuestros gustos, nuestros intereses son pacíficos, y nuestros Hentimiellto.3 repugnan la efusi6n de sangre humana, bastil el extremo de CaIlS1J,f. nos horror el permitir que la justicia derrame la de los culpables. La idea de la paz, penetrando en ln. conciencia, bajo la. poderosa influencia del sentimiento cristiaro, hará ya imposible esos a.3esinatos colectivos que, semejantes 6.las antiguas hecatombes romanas, son un insulto 6.Dios, y un anatema para los pueblos. En adelante, la filosofía se apoderará del Dere. cho y le comunicará notables desenvolvimientos, llegando ú realizarf.e la sublime idea de Platón; quien declaraba que el m¡Lyor bien de un Esta:io era la paz, y que al organizar la. Repíiblica, para ser buen político y sabio legislador, era preciso tratar de hacer imposible la guerra, y dirigir las leyes á la realización de aquel supremo bien, que constituye la felicidad de los homhres, haciendo imposibles los verdugos y toda especie de crueldades. Continuemos. Al día siguiente del combate de Guárico, los vencedores tomaron el camino de Calabozo, con el fin de situarse mejor para sus posteriores operaciones guerreras, reunir más soldados y darIes U:la organización más militar y conveniente. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 95 FRANCISCO TOMÁS MORALES. VI Al terminarse Enero de 1811, Dovefi y MORALES tenía.n un ejército de siete mil ]¡ arnu re:;, cinco mil de caballería y dos mil tIc infantería, con los cuales se pusieron en movimiento por el camino de Cura, en la. pretensión de tomar á Caracas. Informado Campo Elías ue esta. marcha, encuentro de los tiranos el 2 ue Febrero ¡:,alió a.l al sitio de La Puerta. El 3 al romper el <lía, MORALES, á la. cabeza de sus infantes, di6 principio :í. la batalla, atacando el flanco derecho enemigo. Habiendo sido rechazado, 6. pesar del denuedo de sus soldados, fue sostenido por Boves, quien cay6 con sus caballos sobre todas las filas enemigas, cual un Atila sobre los muros de Ravena, alanceando por todas partes á. sus contrarios, basta eso de las cuatro de la tarde en que quedó victorioso. con su crueldad, "l\IORALES, consecuente mató con su propia mano un núme. ro no poco considerahle de pri:;ioncros, y tuvo la triste celebridad de ejecutar por mandato del pri. mer Jefe, á ciento sesenta heridos del realismo que queda.ron baldados en la lucha; justificando este in. fame homicidio con aquella triste fraso que sali6 de labios, el que no sí1'Ve estorba, que sirvió luégo al pertinaz Cerveri~ para cometer asesina.toll IlUS va de semejante naturaleza. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 96 FRANCISCO TOMÁS MORALES. Avidos de s'logre y de exterminio, uespués de La Puerta, marcharon aquellos dos caníbales, de quienes decía Antoñanzas que e)'(ln la e8}Jwla de Dios i!OU'i'C los malvados, en direccilJn á la V¡dorÍa; plaza. res. guardada por el ínclito General Jo<;é Félix Ribas. Ribas, aunqne con dos terceras partes menos de ejército que el de sus contrarios, esper6 el ataque, que empez6 el12 á las ocho de la mañana, tía. singular; habiendo con Vl~len. podido obtener el triunfo los rea.listas, si al día siguiente fuerza::; descansadas y veteranas, que venían á socorrer ií los acometido~, no se presentan tí retaguardia de lo::;aco'uetedores, obli. gándolos á retirarse sobre la villa de Cllfa. "Jamás, dice el Jefe patriota, ví pelear ií los ti. ranos con más denuedo que en este día. El fiero Mo. RALES hizo {¡ la cabeza de su infantería, bravas c¡;:an. to temerarias acometidas. Varias veces q ued6 en. vuelto en el polvo que levantaban la,; balas de nuestros certeros cañones, y hubo una ocasión en la que tuvo la. audacia de arrojarse basta mis puntos avan. zados y apuñalear ú mis soldados en sus puestos." Grande, en verdad, ha debido ser ell¡eroísmo del ca. nario, cuando sus mismos enemigos le reconocieron aquella intrepidez y sangre fría, en tiempos por de. más tormentosos y brillantes, en que el valor era tan común en todos los hombres que pisahan la arena re. volucionaria. En Cura rehicieron los déspotas las pérdidas, poco considerables, que su ejército babía sufrido no en Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia la \¡at~:b 'IC;<1 "?ic!.on,l, tW.rOIl lOcbrG Hol;v:~n, que / .::;) :l~:~O l:(InL!H10 :;0 bC }¡:¡uía si6n do fij~.r su C'.1artel general LES qLle, como constante In. CIl V;citO lan. precio cn SUIl11atco . .MORA. de GOlOtnmbre, llevaba lel. vanguardia, en esta VC~, tle mil soluado$ de infantería, rompió sus fuegos d 28 sobre las avanzadas patrio- tas, ~iendo tÍ. :roce :nn:iliaclo, por !'in ¡lerce1w y su izo quienb, por do:; Lh,; Jc :;o.ballcn::, ',,:e 1YanZ:UOll uo con los in r:mtc~ .:;obre b h,ea ;::nillCL,;:d lo:; libres, á tiempo en qua ;.:o"c!'¡ ,'comot;;: co,' II ~c';tc cio sus jinetes lo:; plmtoE nccesorios de1. C::\·CL1DO. Violento fl1:c el at,\C1','C, 1." uacer:"ii.\ 00\)1' ¡UO he. róica, luchr.n(~ose cú.5i :~L!E>:?O {: c:'~rl)O h".r;l,'~ :;.•s ~"cis de la tarde; bOfe: .. C~l q"lC lr..~1 p!·~L:lcr::.~; ~OLl~L·J.·j c.le la noche pusieroD t¡~rmiIlO {¡ r:.quel L'lCiG 'lOfrOrJSO. Validos los realistas da la oscmidu.d, bueD ordev. hasta si',nurse ~¡C ret~ral'on en en 1::\';:>1+nfD.s qnc :\1 occi. dente dominan r.'. ;)cque.10 ].llano:le 13:1'1 1í~,tco. Si Bovcs e!J ~st;\ ];¡c:u, cs'.\lVO ~s.1Iú·ldi.tl') ;.rOF,,~LE8 se mostró nlflflO, U.coé';S' o';:]. ,. ·,~..cú 'i!ttC~; (,E~~ t;C ',C,':' .('.' :'.:"·<í ..; ,~~~.(~(J;í ( :;'~D pl'iínl en . r; ·~·.::.::d;""'., (le3car .. gaba sn~) CCfi/~.;.~0~(.c:" ~iC~; :""(iU; 2':' '; !lLC:C>lC~ 0D cste y aeuel pocto, :l::'i.¡',:t.:.c.o Gil .; "(,;c¡¡r;í(u de b vic. toria .. El 20 do :'L;'zc 'vo:v:urol1 ios,"c •.•iisL:1S Ú intentar un segundo atar¡ uo; q uedaIldo en e~ta ve:.:, como en la anterior, indeciso el triunfo. Desespera.dos a.l fin con la resi¡;ten.cia¡ combinaron un pluil de batalla, tan audaz y militar, cuan.to era posible en la cabeza de 7 Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 98 FRA.KClSCO TOMÁS MORALES. aquelIofl Jefes así de valerosos como de salvajes, yel25 al amanecer el día, lo empezaron á poner en ejecuci6n con infernal coraje; peleando desesperadamente, hasta tanto que el invicto Ricaurte puso término á la lucha con el hecho extraordinario que llenó de gloria su nombre, haciéndolo acreedor {i la admira. ci6n universal. Este prodigioso acontecimiento y la circunstan. cia de baber sabido los realistas la aproximación á San Mateo del ejército de Occidente, comandado por el General Mariño, los obligó á levar.tar su cam. po de frente del de Bolívar, para ir á n.tacar ti aq !lel nuevo enemigo; tí. quien encontmron parapetado en el sitio de Bocachico. Apenas avistados el 31 realistas y libres, se dió principio á la acción, que fue una de las· mús sangrientas de la guerra de lluestra ir.dependencia. Distinguiéndose MORALES por la intrepidez de sus CLr. gas, pues que en este apurado trance, en que la fortuna flle aoversll á su partido, jU¡;Ó la vida con su. blime desprendimiento. El 3 de Abril Boves y cl cu,uario, con mil sold'!.dOil, que era toda la fuerza que les quedaba despu,~s de los descalabros ue San Mateo y BOC':lchico, !'>euni,~. ron á Ceballos qne sitia\¡a á Valenciá, defenuiJa peor el General Rafael Urdaneta. ~Ias quiso la suerte que apenas se prepamban pará drlr un postrer y decisivo asalto á la. plaza, cuyos defensores estaball yá en h última extremidad, se aproximara el Libertador ,í Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia ,'HAN'CISCO 99 'i'O~L(S ~iU]ULES. ue su intento, re· tirándose Dovc~ y )'l.lH,\í,¡;S cou la tropa quo pertenecía e!.l Jirccción (. C,\blJozo, les ella; razón )101" " eua[ dc·;ii,ieron En aquella tierra volvieron !Í. rehocerse con tal prontitud, que al promediar de Junio, habían levantado cinco mil jinetes y tres mil infante~, COlJ los cuales marcharon sobre :Jlarifío 4ue, unido ti Bolívar, les sali6 al cncucutro al rnemomble sitio do L:1 Puerta, con sois mil cornb~Ltielltes. Boves, el'.perime'l taJo YJ po f los descalabros recientemente su[ ridosj Ú pesar tic tener la conciencia de poder destrui r tI S\lSall versa rio~; nI i m pu Iso hercú. leo de sus masas, tomó 1Jl!enas y j lliciosas disposicio. nes para la lllcJla. Convencido de la dificultad que tellí;¡.n ~us .JiUC'.e:i p'11"[1 'lcueer h~ fOl'l.llilhbles ea' lumnas cerrau<l" de i";:t;¡tes 11l!C~e les opondrían, entró el Lí Cll ~WGlÚ!lCOU ]o~ plloue~ ue (¡, pio: al mauuo de :MO!{,\L';~: d~:;Jllcgil[]o ocsb fllcrza cuan. to el terreno 10 i'crru'.Í:1, y apoyallllo sus alas y re. taguardia por lo~: cal.x');().,;, HeÓa fllr. ;:l ucomt;~;~~'. y \'el'el~le!¡te b resisten. cia: Los p:,l'-:C.";" :'~::~; '0'. ;:~:l c~ ':.'-rojc de los treseie:Jtos n;r' "to."C)';;,; pero (lcspué,; ~J li;;::, l;: ,j':)~" elllloute Oeta ; '.UVi~lOII que ceder, l.: U!.l ,';:-:)!'('~;[1, dejalluo en )lo,:cr del cT'c¡aip;u ~.l<tollo; Sll~~oldados. llil tresue,¡' o~ l,ri·:iollcro:, ,:c aquella jornada espantosa fueron ahlneeados, y 1I.0RAM;S, que en la batalla se había disti nguido por su valor, perdiendo ell ella uos caballos qlle montaba, i3eexllibi<:í más que Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 100 FRANCISCO To)lÁS :lIIORALES. nunca cruel; matando por su propia mano, como lo había hocho en otra ocasión ClI este mismo sitio, mús de ciento cincuenta rendidos, y h:lCiendo ejecutar biírbaramente, usando de la más negra ingratitud y perfidia, cerca <:le trescientos heri- dos del realismo que quedahan inutilizados para continuar la campaña! Al otro día del triunfo, se (Iirigieron los venCí)dores con parte de sus fuerzas á V [delicia, en perse. cución del Coronel Juan Escalona, homl>re de ulla resolución y brío á toda prueba. El 20 pusieron lo. ciudad ell rigoroso sitio, peleando tanto los acome- tedores como los acometidos con heroísmo singula!; 'distinguiéndose, espeeialmente, los últimos, que mJrlan impasibles en SllS puestos, COIl la resignaci('1l con que recibe este supremo sacrificio el varón fuerte que cumple un deber sagrado. El 9 de Julio, Jespl\l:s de veinte días cle COll';tante batallar, perdido E~calona por falta de municiones, y :í. eonsecuencia de ]a mortandad que hab':a tenido en SlIS tropas, reducioas yá f... una tercera parte, aceptó una suspensi()n de hostilidacles, que dió lugar ú la. celebración de un convenio, en virttl(l del cual la plaza de Valencia sería entregada tí. los sitiadores, con la garantín de la vida para los sitiados y el respeto por sus Lienes. El modo como cumplieran este ajuste los rea. listas, es Lien conoe;iJo: al día siguiente de celebrado, los patriotas r¡ue moraban en la plaza fue- Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia FRANCISCO Tmr.~S )!OHA U:S, 101 ron asesinad m; unOR y encarcelados otroR; las tropas mataban en los hospitales 1Í. los heridos y ú los enfer. mas, y cometían por laR ealIeR mil depredaciones en el indefenso vecitl\lario; las caRas de los libres fueron saqueadaR, apotleránr1o~e MORALES ue más de cincuenta mil pesos en n.lhajas y otros objetos de va. lar; y lo quc es más criminal aúu, el honor de las mujeres no moreció respeto, pues que fueron muchas de ellas tratadas como lo fueron por laR romanos del tiempo de R(ímulo las mujeres sallinas ~ Todavía más: i'orzado el afligido bello sexo de Valencia {¡ concurrir á un gran lmile que al quinto db de la ocupaci(ín de la ciudad preparó la oficiali. dad realista en obsequio (le sus .I des, mientras duraha tan irritante { intl'oral fllnción, en In. que las damas m{ts notables y llelicadas tenían que danzar <'Oll los m(ls kutak" é irnplídicos sol(iados, "Mo. RALES, con tina compañía que éllJamaba Los Venga. dores, se dirigi6 n. las casas de las respetables señoras Urloas, en JonJe esta han detenidos algunos oficiales patriotas, y entre ellos el Tenicnte--Uoronel grana. dina J. París, y tí taJos los pasó tÍ cuchillo;" volvien. do en seguilb al baile {¡ hacer gala Jc esta acción, con loe¡ miembros palpitantes y ensangrenta.dos de las víctimas! ! ! Habiéndose d~chmdo Bovcs por aqnel tiempo, en desprecio d;:; (;uji¡;r.l, que hal,;a "ido llomurado Capitán generi.ll L10 Venezuela, .Jefe supremo del país, ordenó que :'IIoRALEs COlJ una fuerte división Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia ] 02 persiguiese La Puerta FRANCISCO TOMÁS MORALES. Bolívar, quien después de ln. derrota había. vuelto pre-"l¡roso :í Caracr.s, (¡ de en donde levantaLa nlleva~ tropas, rc:ir,índose en vis. ta de los posteriores acolltccimielJtos, al pueLlo de Aragua de Barcelona. Allí, au¡(¡liado por lIa::iño con mil hombres, elev!) su tropa :í dos mil, COIl cuya fuerza Re resolvió, en el exce;.'o de la desesperación, á hacer frente á su implacahle enemigo. Preparando estaba algunas auras de fortiíicaci,íll para resistir con mejor éxito, cllallllo el 18 de Agosto se present() el canario á su freute con ocbo mil 110111bres.La lucha fue sangrienh y larga, y la victoria estuvo indecisa, pues que entre la pericia militar del Libertador y su juicio guerrero, y las aptitudes del isleilo, no podía establecerse comparación ulg'lUa. E[;lpero, qué ven. taja podían obtener los patriotas, escasos de muni. ciones, sobre las enormes masas enemigas? All'in, procediendo con cordura, tuvieron que retirarse del campo, después de haber matado en gloriosa lid má¡:; de mil realistas y herido cerca de dos mil! " Tomado Aragua, dice Baralt, MORALES pasS (, cuchillo no solamente á los prisioneros que había hecho, sino una gran parte de In. vecindad, sin respetar ni edad ni sexo; haciendo, como lo acostumbraba Roseto, su matanza, hasta en el recinto mismo de la iglesia; raz6n por In. cual alcanzaron 10-; muertos en este aciago día á cuatro mil ¡;etecientos ! " ... De Aragua volvió MORALES busca de los Generales Francisco sobre Yaturín,an Bermúdez y Rivas, Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 1<'RANCISCO T01L~S :'rfORALES. 103 que se encontraban u\1í con mil jinetes, de lo más escogido entre los liJiadorcs vcnezolanos, y doscientos cincuenta illbntes aguerridos. El 7 de Septiemhre se present\j el sanguinario ~eniente de Rovos cerca tic la plaza, é inmediatamllnte intim() su reudici(ín :í. los que lo. defendían. Hal>iéndolc l:ontestauo Bernllídez " que su gente y el pueblo de 1\laturín, preferían el exterminio á la igno_ minia de la esclavituu," el cau<lillo realista desple. gó el 8 sus huestes en guerrillv,s, (¡ fin de hostilizar la ciudad y ver si podía traer f llora de su recinto á los patriotas. Estos que loaliciaron las intenciones de MORAT.ES, sin abaudonar sus puestos principales, sacaron grupos de lauceros, comandados por SlIS me_ jores Jefes, y Ú. ~\l turno hostilizahan (¡ SlIS contra. rios, causú'mloles considerables pérdidas. Al cauo, desp\l(;s ue clIatro días de esta brega, tÍ impulsados por un valor que rayaba en el delirio, salieron 0112 eu formación regular caron de frente á illoRALES. de batalla, y ata- El choque fue espanto. mas tí la~;cinco horas de cOll1b:1.te¡í muerte, cia. ron los realistas tÍ pesar del denueuo y energía de su Jefe para contener!o¡;; outeniendo los libres la más singular y e¡;pléndid¡L victorin. qlle la Libertad hubo 80; alcanzado en aquellos tiempos herúicos : pocos soldados que pudo salvar, huy6 por el camiuo de Barcelona ha8ta Urica; en donde se detuvo aguardando á Boves que debía. MORAL¡::S, con iU>i reunírsele. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 104 ~'RA.NCISCO TOMÁS MORALES. A poco se verific6 esta uni6n, y el f) de Diciem. bre al amanecer, salieron lo, dos tiranos con siete mil soldados :11 voJlc ue aquel lJomore, con el ohjeto de esperar lilos V3t'crdo,"e,; en ¡'Iuiulín qua ÍLjf\n con cuatro milli·::iadorcs L.mosoo; :i S1\ encucntro. Dispuesto,; los rc~ll¡stas p:ua la hatalla, agllarc.lnron impasible:, el ataque de los libres, qne cmpez(í pr6ximamentc á las once de la mañana. En saguida, variando ue Iormaci(Jn, de acometidos q1\e bal,ían sido se convirtieron cn r.cometeuores, y carganuo simultáneamente, Boves con el grucso dfl la ca')allería, y MORALES con In infautería., cllvolvieron las filas pa' triotas, creycnuo olltcllcr la victoria con l:U solo sooerano impulso; mas fné tal la serenidad de los republic.'1no~, qu'} H:B¡sticroll ~jll cch:n pie atrás el furibundo empuje de los jinetes enemigos; caro gándolos en seguid¡¡, COIl tal furia q1\e los pusieron en desconcierto; e1 qnc llegó CL tomar c~~i ln.s propor. ciones de u no. derrota con 1.\ In uorte ,:0 Boves. Lo. acción, ha"ta. en este momento solemne, e~' taba ganada por la Patria.; mas MOl~ALES que como prendi6 lo peligroso de la situación, re~tableció la lucha, practicando operaciones que hasta entonces babía sido illcilpaz de \::jectuar ; merced á lo cllal ob. tuvo el triunfo. Victorioso, y vcngado con la sangre de los pri. sioneros, reunió sin demora un Consejo de Onciale,>, para hacerse reconocer como sucesor de Boves en el gobierno civil y militar de las provincias que habírl.ll Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia FIL\~CISCO TmL~S ~IORALES. 105 estipulado en 01 qlle ronsiguió sin mayor Tesis~ell~::! ; '11'11](1:111(\0 as',' ,¡llar dÍ<\s después á tres de sus'J'c ..1it:!~te", r;nc, t:1J1len,::os, Opil1HrOn en el Consejo, que c;-~ Ú. C5;..j¡r;~1 (q\li"n ccrmipondía el reconquistado f;UR armas, según ingenioso CCTJ.veulo de ln PiJitu.Lo mando Por )0 que ::J ~e llsurpaha CO 1\ 1,1;1. tor\o dereeho. que se rcf~cre III formi,:a!,]e cn.lldillo asturia- )0 no MOn.AT_},~ poco 6 nada sinticí SLl muerte. Dado Sil c'Hácter, p" cel1'~s envidioso, probable eil que se alegrn.rn. del desp:treclI,]i,entc eJe SL illIuediato Jefe, :í. quien ioa 6, S'.,'c(!Uer en c~ maudo, )' al que no po_ db ¡'i\1~1iznr :T' -':l~;t. ~;ie"'\c10 C·,i(¡ t:u,to m~s de cole. girsa, c~w j'~,O ':1' 3, cn y:st.\ de la :;í 1,.IIHCi,íll de Vene. perdida por C'lt.O'1CeS el flD.rtido lndependiento, abriga;]i" ci ~;'_~::.ric t~J e~ip8rc.i\.~n J.~ Pc~~ar (l ~er Sefo íll1eb, a 1)so!nto ~:~8'....C;:C7.11C":C. En cu;;;tc !.I'; Cfll:~,V2f de no :()~,,;\1 sncesor, hnciéndolo e;l va ~v(:r ell U:ln. Lumilclc mnl!tu., mandó que lIJl escaso cort().l0 fllL1e1.Jre lo trasbJam:i Urica, y rd Ií, en tierra ingrata, se le botó en u n hoyo de cna. tro pies, sh m(¡,s ni m(\s, como r.. los restos de cual. quier misernole, ql1e sufre con los de sn ralea la promisc\liJft(l de lr.s celli:~as! .Tefe N,O~L.L¡:C:; del ejército y euol'gnllccido con la. victoria, cmpr3lldióT'archa hacia :\In.turín, llegando al frente del '¡colado ellO Jel mes cit:l(!o. Esta plaza. e::;tabr. reS¿;-ll' <¡.{!;-,,. :~or tl'e:..;(:i2:'.~O-~ i!' f<'d~Les é ~gual número de jinetes, que escap:Hon (le Urica; )08 cuales habían constl'uído t:·cs t·erra plcues y tcnbn Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 106 FRANCISCO TOMÁS MORALES. dos baterías que miraban tí. las principales avenidas. El mencionado día por la noche intentaron los realistas un asalto con mil quinientos hombres, y fueron rechazados luégo de haber tenido no pocos muertos y heridos. A las siete de la mañana del siguiente, ordenó M.ORALES un acometimiento general sobre. todos los puntos, y después de una lucha encarniza. da y extraordinaria, en la. que Rivas y Bermúdez hicieron mn.yor honra. ¡í su valor tan celebrado, tuvieron los libres que ceder, ya. llar falta de municio_ nes, ya porque eran pocos los que quedaban "Apoderados, refiere Austri[l" los enemigos vivos. de los terraplenes y baterías, con una pérdida de mil hom. bres, ocuparon á sangre y fuego el recinto de b ciudad; degollando sin distinción de edades ni de pero sanas." A los pocos día;; de ocupado M[I,turín, MORALES siguió tí. Carillco, y de ulIl tí. Carúpano y río Caribe, reduciendo á paveslls el pueblo de Sorondo, luégo de haber sido saqueados sus habitantes. En seguida. tomó á sangre y fuego á Giiiria, llevando por todas partes, cual un devastador vengativo, la desolación y la muerte! VII. Entrado el año, no menos fatal, de 1815, sabedor el isleño de que había arribado {¡ la Costa-Firme la Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia FRANCISCO 'l'O;¡rÁs ;\[QRALES. 107 expe(lici6n que al manrlo del titnl¡l/lo Pac'ificador, don Pablo MUfl lu, hal)ín enviado el Gouicf!lo de España para Sli,il.ltar:l h~ oued;e,lci,l su:; pogesiones ultramarinas, sc rCUnil) á [¡lW~ LB Feurero con el caudillo español; ¡lOllier,uo (\ SIIS l:rdenes cinco mil hOlllhre~ e~(;c:;id(,s <t ue 1:eva 1m (;OIl~;gO, Informado ~lo¡-illo por el atroíl canario, de que era la hla Je ;'brgarita el plinto general de reunión de los patrioHls y la tierra. ill¡ís rel>elde al poder peninsular, comliuarou los dos J efc~ las operaciones mili. tares que dcbífl'l pr;¡cticarse f'oure ia hln, y llevando tres mil hOTllbres de SIIS tr3)las, en veilltiulí~ ~e dirigieron ii c'lla, arrilJando al pueblo de MORALES velas, Pampatar el U del mes de Mayo, N o pudiendo re~i~lir los ll1argarit.eños en armas á las tropas realc~, uno,~ se sometieron al Pacifica- do?', y otros, m(¡~ avisados, desconfiando de la benevolencia de sus implacables enemigos, marcharon á las A ntillas. En cuanto á quince patriotas r¡lle, atenidos á las promesas Je Morilla, se pusieron b;\jo la salva. guarJia de MORALES, en bU afán tie regresar á bs tierras de Bar¡;clonfl. dc donde eran, tudo~ fueron á poco asesinados u(Lru:J.rarnente, De Margalit1. rn;.sarOll lo; li~spotn.s (~Cllmau{L, de Cumaná. á la o-l(<.:i1';',~'de ilquí': ;J8.ral.:.I~, de Jonde el PaC'ijicad07', Je'i[lul~:; áe hdJCr u.1'reglado á su acomodo el Gobicmo <le Vene:mob, partió el :) de J lllio para Puerto-Cabello; <lindase á la vela ellO para Santa Marta con una expedición de nueve mil hom- Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 108 FRANCISCO TOMÁS llroRALES. bres: cuatro mil vonezolanos ti órdenes de MORALES, y cinco mil europeos al mando del generoso y denodado :Mariscal don )¡Iiguel de Latorre. Ocupada esta población, el Jefe español confec. cionó allí su plan de campaña sobre Cartagena, que era el punto objetivo de sus operaciones; luégo delo cl~al envió á ciudad; con instrucciones para OC'l. puntos, y darse en ellos á la espo. par determinados ra, mientras por mar. por tierra con la vanguardia MORALES hacia la citada se acercaban las tropas que debían ir i Por qué el Pacificador confiaba al canario una comisión tan importante y peligro::>a 1 Debemos de. cirIo: Morilla era hombre de talento y en extremo vivo y sagaz. Acostumbrado á tratar {¡ los homhres, si en ocasiones se dejaba engañar por la hipocresía y la astucin, tenía el dón de apreciar, ble tí. su inteligencia, en cuanto era posi. los méritos y defectos ajenos, y daba á ca,Ia cual el puesto que merecía según sus títu. los y las circunstancias. El sabía que MORA.LES era un corazón degradado, un alma depravada, en donde ejercían imperio todas las malas pasiones puede ser susceptible la naturaleza humana, de que pero co- nocía que en 'aquel hombre hahía un Hércules, capaz de sobrellevar toda fntiga; un bandido lleno de reno cores, desde ]03 que produce la enviJin hasta. los que engendra el i:iClltlmi3uto de In. venganza convertiuo en sistema; y penetm(lo udemús, de que para el i¡¡. leño no existíun el peligro, ni el miedo, pues que Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia FRANCISCO lO!) TOMÁS ~(oRA.L¡;;S. era capaz, como el ángel caído del D:mtc, de desn.fiar con ln. rnif;rnlL energía ]a i usti~~a de Dios que todos los rigores del humano inconveniente en confiar más temerarias empresas. coraje; no tenía á semej8 nte sujeto Desde las le conoció, que presentándose á su vista avaro, delator, chismoso, lleno de odios y sanguinario, si bicJI le recobró un gran desprecio, lo juzgó neces:\rioj y apellidiíuuolo El Terror de los malvados, lo tuvo como un iUlStru. mento ciego, vengador ue las ofensas que lo:; rebeldes hubÍan hecho al trono de sus mayorcfI, los católicos Reyes de España. El18 de Agos~o, unidos Morillo y ~IOR.o\.LES, empezaron ií. estrechar á CartagciliJ. }lar lilar y por tierra, durando el¡.;itio ciento ocheut.t uía:;, hasta el 6 de Diciembre siguiente; día en que los patriotas que aun sobrevivían al hambre, ti la peste y al rigor do las balas enemigas, evacuaron h ciLluad, entrando en ella 10il sitiadores. que perdió de SLl hI8\'<la mil sete. cientos hombres cutre muertos y llcritlos, "::;0 roa .. MORALES, nej6 durante de encomio; dad, el sitio, dice lilorillo, C011 valor digno p0rtánuose con r(lcomerdnlJlu heroici. especialmente, en el bombardeo de la plaza, ocurrido con todo rigor, desde el 25 do Octubre hasta el 15 de Noviembre," Al día siguiente de la toma de Cartagena, el PaMORALES para que ocupara cificador recomendó á los Castillos de Bocachica, y una vez verificado esto, Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 110 "hizo FRAXCISCO el malvado To~rÁs publicar ~IORALES. un bando ofreciendo perdón y amnistía tÍ todos los p[1.isallos que se presentaran dentro <.letercero <.lía; los cuales confhndo en la promesa de semejante monstruo, que acostum. braba celebrar sus triunfos con suplicios, se hicieron visibles, y, reduciéndose les ti prisión inmediatamente, fueron degollados en número de cuatrocientos á orillas del mar!" Esto horroroso crimen que Morilla miró con pérfida indiferencia, pero que el Mariscal Latorre no pudo llevar en paciencia, le costó al ca. nario, por parto de este honrado caudillo, sendos gol. pes de espada; que el asesino, á pesar de sus iras, tuvo que tolerar, en vista del alto carácter, probidad y resolución del Jefe que le aplicaba tan merecido castigo .. Pacificada la Costa de la Nueva Granada, Mori. llo, en vía para In. capital del Virreinato, envió de Ocaña á :MORALES con ¡.;oiscientos hombres sobre Yenezuela; sabedor ue algullos prolll1nci~¡mientos que habían tenido lugar en el paí~ uuraute su ausencia. El canario lIeg,í á Valencia sin i:Jconvenientti al. guno á fines de Junio de 181G, é iumediatamente marchó en busca <.lelGcnern.1 Soublctte, que habien. do tomado el camino de OC!lllulre, se situó en la cumbre de los Aguacates, en uonue se le reunió Bo- lívar con algunas tropas. Incorporando MOR.iLES á su fuerza trescientos infantes que comandaba el 'l'eniente Coronel espa. ñol, don Manuel Bauzá, se fue soLre el enemigo; y Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 111 FRANCISCO TO:\IÁS ~IOl{ALES. aun cuando las posiciones de éste eran al parecer inexpugnables, no vaciló un instante cn utucarlo. Re_ ñida fue la defensa q ne se hicieron las fuerzas libres, pero al fin la acción se perdió y los patriotas tuvie. ron que retirarse, después de haher tenido doscien. tos cincuenta muertos; salvándose alguna merced á la noche y ú. la poca importancia vencedor dió al triunfo. tropa, que el Ea Aguacates, forzoso es confesarlo, tan inconveniente fue, á pesar de las ventajas del campo, la direcci6n que se di6 á las fuerzas republicauas, como hábiles los movimientos de los realistas. MORALES que, halilta su unión con ¡¡lorill o, no había sido otra cosa que un soldadote atrevido, que hacía estribar todo el arte de la campaña en dar cargas sangrien. tas, exponiendo su vida á cada pa~o y la de sus peo. nes, luégo de haber estado {¡ las órdenes del cador, que era un militar aventajado, malicioso, práctico y perito, Pacifi- organizador, se dió (, pellsar que la guerra era algo más que un juego de az;ar, en el que con frecuencia los buenos rcsulta(lo~; Jependen del atrevimiento y la fortuIta, cOllclll)'Clldo por conven. cerse, en cuanto ora Jaule {¡ .~u estoiidcz é ignoran_ cia, de que para merecer el dictado lO 1>\10n Jefc, no solamente era preciso el v:.dor que sirve para impo_ nerse al adversdl.rio, sino infinidad de otras cualida. des, y entre ellas: del sentimiento y amor al orden, que sirve para conservar la disciplina en las tropas; de la paciencia, que no deja precipitar las operacio. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 112 dU~CISCU TO:IlÁS "¡OlLlLES. nes, cuando <.leello no hay necesidad; y de 1:1 vigi. lancia, que da tí conocer los movimientos <.lelenemIgo. La escuela de Morilla fue, pues, algo útil al ruuo canario. Así es que, en adelante lo veremos, si no menos cruel, porque el Jefe espn.ñol no era ;\docuado para in¡:pirar sentimientos de benevoleLcia, siempre que nadie pue(b dar aqnello do que carece, si más hábil en b Jireccióll de la cam paña, y IUE:nOS impetuoso en la pelea, cuaudo de ello no tenía 03ce. sidad. que había recibido instrucciones de para apoderarse tí todo trance de Bolí-rar, MORALES, Morilla á quien el Pacificaclol' cOlltaba como el alma d'3 la revolución, lo siguió siIl descauso después de Aguacates hasta el puerto de Ocumare, y poco faltó para que lo hubiera hecho su pri':iiollero; recogiendo en la. playa de aquel punto alguIlos elementos <.le guerra que los patriotas CIl su precipitad;). retimua habían tenido q ne dejar abrllldollauo..;, ElltretelliJo se ~¡alla 1.);\ el J ere i~lei'jo en persecu. ciones iIlútilc~, cU:1u(lo' S\¡PO que al·.jullo;:; indopen- dientes, y entre ellos el invicto Mauuel Piar, habÍ<m obtenido triunfos de no poca importallcia en las provincias de Guayanay Curnaná ; ocupando COllun ejér. cito bastante considerD hle para su desesperada situa_ ci6n, las tierras de Barcelona. Alarma.do con semejante noticia., se puso en ca. milla eOil una fuerte división, y tornó el pueblo :lel Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 113 J'RANCIBCO TOlIÁS MORALES. Pilar, distante seis leguas de Barcelona, el 25 de Septiembre i precisamente en momentos en que los patriotas, avisados de los movimientos del enemigo, se retiraba.n hacia la llanura del Juncal. Al día. siguiente por la tarde, avanzando MORA. sobre los libres, se situ6 en el extremo sur de esta llanura, casi á la misma hora en que Piar tomaba posiciones, muy cerca por cierto, de los reales españoles. El 27, antes de la salida del sol, los inde. pendientes, en número de dos mil, dieron el toque de alarma, empezando sus tropas de infantería. el combate. La. formaci6n del ejército de MORALES, constan. te de tres mil veteranos, era. á la verdad singular; con. sistía en ~n triángulo de tres fuertes columnas de infantes, hallándose resguardada la línea que daba la cara. al enemigo por dos 6 tres piezas de artillería. LES La lucha que había dado principio cerca de las seis de la mañana, duraba ya. más de seis horas sin que ocurriese nada decisivo, cuando Piar, cuyo genio guerrero era incomparable, protegiendo su infante. da, que no había podido romper las filas realistas, atac6 á un tiempo con su caballería los tres lados enemigos, en momentos en que los cargaba á la bayo. neta con sus fusileros. Nada puede compararse, según testigos presenciales, al arrojo de los jinet~s de Piar: " legi6n de centauros, atropellaban con los pechos de sus caballos á. los adversarios, y luégo que les hu. bieron hecho perder su formaci6n, cayeron cual una 8 Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 114 FRANOISCO TOMÁS MORA.LES. tempestad de centellas sobre todos los cuerpos, po. niéndolos á poco en retirada." MORALES,haciendo un esfuerzo supremo, contu. va algunas de sus tropas, y luch6 como una media hora más con furia titánica. Mas el Jefe republicano las carg6 al fin con todos sus jinetes, cayendo sobre ellas ti semejanza de un cíclope, y las puso en ver. gonzosa fuga. El canario tom6 la vía de Uriche, y luégo se ~i. rigi6 á la desembocadura del Tuy, en cuyas, coma...li-~ cas se entretuvo por algún tiempo cometiendo actW· \ de inaudita crueldad; hasta tanto que por orden de Mox6, Capitán general de Venezuela, nombrado por Morilla, se trasladó á Orituco para reunir allí, un nuevo cuerpo de infantes. Para fines de Febrero de 1817 tenía yá, en como pañía del Coronel español don José Aldamn, tres mil quinientos hombres; que por resolución del Gobior. no fueron puestos á disposici6n del Brigadier don Pascual Real, quien debía moverse con esta fuerz:a en persecución de los libres, que continuaban la gue. rra en la provincia de Barcelona. Practicado el movimiento y rehusándose Real á atacar la ciudad de aquel nombre, pretextando fal. tarle artillería para ello; MORALES, hecho y6.Briga. dier, por una parte; y Aldama, por otra, empezaron ti intrigar contra Real; queriendo apoderarse cada cual del mando del ejército. Esta intriga, en la CUfl! los chismes y denuncios no escasearon, dió por resul. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia FRANCISCOTOMÁS MORALES. ;i'. 115 tado la prisi6n del canario. Al que hizo trasladar Mox6 á Caracas, con gran satisfacci6n de amigos y enemigos, siguiéndosele allí un proceso criminal. La. secuela de este juicio dur6 desde Abril del afio últimamente anotado, hasta el mes de Septiembre si. guiente, en que Morillo, habiendo ocupado nueva. mente ti Caracas, hizo sobreseer en la causa; poniendo en libertad al reo, con restituci6n de todos sus cargos y empleos! Todo el que haya seguido el curso de esta narraci6n, puede colegir ~a especie de motivos que dieran lugar ti la prisi6n y enjuiciamiento de MORALES. Moxó, tan malo como era, cansado de tolerarlo, re. solvió al fin, satisfaciendo el clamor general, ponerlo tÍ disposición de la justicia, por el hecho que vamos, en seguida á relatar ligeramente; el cual puso Alda.· ma en desarrollo de SU!!! intrigas, en conocimiento de la autoridad. Prendado MORALESen Orituco de una dama no. ble, ¡¡edió ti galanteada con el entusiasmo de aman. te rendido, hasta tanto que viéndose desdefiado, no pudiendo contenter su pasión, y picado en su amor propio, resolvió alzarse con ella por la fuerza. Como binado su plan, en la noche del 15 de Marzo llevó á efecto el rapto, trasladando á la víctima á una casa de campo no lejos del poblado. Buscada la infeliz por sus allegados, al tercer día la encontraron muerta, atravesado el pecho por una bala. Quién la mató'l iFue el villano raptor después de Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 116 FRANCISCOTOMÁSMORALES. haber saciado su brutal apetito, 6 fue ella misma quien se di6 la muerte, defendiendo su honor, como la hermana de Lido ellacedemonio L.... Cabeza del proceso este horroroso delito, á 61 se agregaron infinidad de denuncios robos y ma. por tanzas; ascendiendo los muertos hechos por mano de MORALES á una cifra no poco considerable! Era á este miserable, vil como nadie, á quien el Pacificador sustraía de la sanci6n penal, para vol. verIo, armado caballero, al seno de esa misma socie. dad á que había llenado de duelo y horror; poniéndolo otra vez á la cabeza. de una causa que tenía. tildada de oprobio y de verguenza ! Exclamaremos aquí con Luis Blane: "No es la política, pasto por lo común de los intrigantes y ma. los, y menos la política revolucionaria, arena donde los hombres de bien y de elevado y recto criteri:o, obtengan consideraciones y aplausos." VIII Para 1818, viéndose Morillo obligado ti atacar á Bolívar en la Quebrada de Semen, di6 á MORALES la vanguardia del ejército, y éste, en el afán de pro. bar tí. su benefactor que era. digno de toda confianza y demasiado útil á la causa que defendía, se lanzó por su cuenta. y riesgo el 16 de Marzo sobre las t,o. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia FRANCISCO TOMÁS MORALES. 117 pas libres, presentándolas una de las acciones más reñidas y encarnizadas de cuantas tuvieran lugar en aquel año. Acci6n que, á pesar de la pericia y valor qne desplegó el canario, hubiera perdido el realismo, si el Pacificador no se presenta en el campo con fuerzas de repuesto, empeña de nuevo el combate y obliga á los patriotas á retirarse, al cabo de muchos desastres. Pocos dias después de este desgraciado Buceso,en. vi6 Morillo á MORALES á Calabozo, con el fin de batir al infatigable Manuel Cedeño, que guerreaba heróicamente por aquellos lados; lo que, en efecto, logró el canario el 20 do M&.yoen la Laguna de los Patos, luégo de un encuentro largo y por demás glorioso para las armas republicanas. Degollando doscientos cincuenta infantes que comandaba el valeroso Coronel Pedro Le6n Torres, que cayeron en sus manos por no haberlos podido sa.lvar ni este Jefe, ni el valiente Cedeño, ú pesar de los esfuerzos que para ello empeñaron. La derrota de Cedeño, funesta en sumo grado para los patriotas, no tomó todas lal; proporciones que el enemigo esperaba, debido á que el General PiÍez sorprendió á MORALES el 28 del mismo mes on el pueblo del Guayabal; le mató, en herúica riña, cerca de trescientos hombres; le cogi6 muchos prisio. neros, armas y bagajes; y lo oblig6, finalmente, á abandonar las llanuras de Calabozo, para reincor~ porarse de nuevo en el ejército del Pacificador, Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 118 FRANCISCO T01t!ÁS MORALES. Morillo, llegado ya el año de 19, molesto por no haber podido vencer completamente á los libres, y sabedor de que Bolívar y Páez habían reunido en San J uao de Payara un ejército de cuatro mil hombres, mitad jinetes y mitad infantes, que el Libertador puso á órdenes del célebre caudillo de Apure; marchó sobre esta región con seis mil veteranos, juzgando, en su orgullo, que podía destruír á los Íudependientes en un primer encuentro. Páez, que por entonces no tenía intenciones de presentar batalla formal á su adversario, se retiró sobre el Arauca, al paso del Cuajaral en la llanura. Era su propósito cansar á los realistas, con vuelta:; y revueltas, en aquellos sitios escasos de recurso¡; y malsanos; diezmándolos por los rigores del clima. y de la peste, tan frecuente en los llanos. La 'fanguardia del Pacificador, en número de tres mil hombres, iba al mando de MORALES: ya por que él lo había pedido, deseando, como siempre, ser el primero en el combate, y ya porque entre los Jefes del ejército, era el más conocedor de aquellas tierras incultas y solitarias. Púez, que con sus brío~os y ágiles jinetes no perdía de vista al isleño, le cayó el11 de Febrero en el sitio de Cañafístolo, en momentos en que una parte de su tropa se hallaba entretenida á larga distancia en recoger ganados, y otra estl\ba tendida en el campo en desorden. L!\ carga de los libres fue de tal manera furibunda, que Jograr,?ll hacer grandes destrQ2JQsen sus adversarios; Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia J'RANClSCO TOMÁS MORALES. 119 loa:cualcs, probablemente, hubieran perecido en su totalidad, sin la singular intrepidez, sangre fría y viveza que demostró en este apurado trance MORALES, Y el hecho de haberse aproximado al campo de la lucha, como sucedió en el combate de Semen, las fuerzas de retaguardia. En retirada Páez, Morilla contiuuó siguiéndolo, hasta que después de mús de cuarenta días de mar· chas y contramarchas, en las que perdió mucha gente al rigor del clima y merced {Í, las continuas sorpresas que le daban los llaneros montados, resolvió regresar á Achaguas, á mediados de Marzo, en la creencia de que alli iría á buscarlo el enemigo. Posteriores movimientos ejecut6 el Pacificrulor al cabo de algunos días en solicitud de Páez; los cno.leRdieron lugar ú varios cncnentros parciales, en los que MORALEStuvo poca parte; razón para que no nos ocupemos de ellos en este lugar. En el año de 1820, m:\l puesto Morilla, y dado á ciertos arreglos de paz. que había iniciado, que terminaron el 25 de Noviembre con el Tratado de 'rrujillo, rcnunció la misión que tenía en América, que tan mal había desempeñado como político, reti. rándose á Europa y dejando en su lugar al Mariscal de Latorre. Este, en virtud de lo dispuesto en el Tratado, en el que se estipu16 una suspcnsi6n de hos. tilidades por seis meses, "mientras se arreglaba la paz definitivamente con el Gobierno es~il.ol.," díspu:, Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 120 FRANCISCO TOMÁ.S MORALES. 80 que las tropas real e$!se colocaran en los puntos señalados en el Convenio. A MORALES se le destinó á Calabozo con dos mil hombres, y allí permaneci6 hasta que volvieron tí romporse las hostilidades, ocupado en socavar el po. der de Latorre, en venganza del merecido castigo que éste le había hecho por el asesinato de Bocachico; y también porque creyéndose el más meritorio entre los Jefes realistas que habían batallado en Ve. nezuela, DO podía en su vanidad conformarse con que aquel meritorio caudilo hubiera sido el preferido para el mando del país y del ejército. El 14 de Mayo de 1821, abierta de nuevo la ca.m.. paña, MORALES, por orden de Latorre, se movió con ochocientos hombres sobre los valles de Aragua, en persecución de Bermúdez. Avisado éste de que se le buscaba, esperó á su enemigo en las alturas denomi. nadas del Limón, en donde fue atacado el 24; lu. chando con gran bizarría desde las primeras horas de la mañana hasta las siete de la noche, en que falto de municiones, emprendió una gloriosa retirada hacia los llanos de Barlovento. Cerca de estos campos, recibió orden el isleño de entregar la fuerza que tenía consigo al Corenel Pe. raira ; lo que hizo el 26, dirigiéndose á Valencia para reunirse á Latorre ; quien pensando en dar una gran bata.lla, deseaba. hacer partícipe de ella á aquel mal hombre, juzgándolo, tí pesar de sus antecedentes, Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia FRANCISCO 121 TOMÁS MORAIJES. leal á la causa y demasiado celoso de su gloria mi. litar. El 24 de Junio, elegido el campo de Carabobo, por indicación de MORALES, par~ el duelo proyectado, realistas é independientes se dieron las caras; convencidos los primeros de que, obtenida por ellos la victoria, Venezuela volvería al antiguo régimen fiados los segundos en que, si la Providencia j y conles daba el triunfo, sellarían para siempre la tan suspirada independencia y Libertad de la Patria. Resueltos ambos partidos á bregar implacablemente, á la una del día se dió principio á la batalla con incomparable de. nuedo j " mas sucedió que después de algún tiempo, en el momento preciso en que la victoria fluctuaba, cuando la caballería realista debía cargar {¡ los formidabl{1s lanceros de Apure, que apoyados por la División tiradores de Bolívar, hacían estragos en la bizarra infantería española; MORAU:S, que era quien mandaba dicha caballería, y que pérfido preparaba con la caída de Latorre Sll propia elevactón y pode. río, huyó del campo, arrastrando en su huido. bata. llones enteros, que cayeron en breve en poder del adversario; consumándose á poco la más completa derrota. " Picado el Jefe español en Sll honor militar, se dirigió 14 Puerto Cabello, en la confianza de poder continuar la guerra; y MORALES, complacido de su mala acción, de la. que esperaba un buen resultado, tomó de largo el camino que conduce á la provincia Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 122 r.aANcISCO TOMÁS MORALES. de Cumaná ; en donde por algún tiempo hizo vida militar de guerrillero, hasta tanto que habiendo podido conseguir una fuerza de setecientos hombres, vohió á ser llamado al servicio por Latorre, en Febrero de ]822. Destinado á defender á Coro, allí aumentó su gente; y siempre emprendedor y atrevido, se dirigió el 11 de Abril hacia los puertos de AItagracia, pon. ttando en dar á Maracaibo un golpe de mano. En desarrollo de este proyecto, dirigió dos colum. nas de sus tropas, una á barlovento y otra á sotavento, sobre la citada ciudad. Pero sucedió que estando para coronar su empresa, tuvo noticia de que el General Judas Tadeo Piñango, á quien conocía de nombre por su arrojo en el sitio de Cartagena, había ocupado á Cumarebo ; lo que lo precisó á desistir de su intento para hacer frente á la tropa que comandaba aquel deno. dado Jefe; quien, por circunstancias desgraciadas, tuvo que retirarse á las comarcas de Coro, volvienc~o MORALES á AItagracia. De aquí se dirigió á J uriti va, sabedor de que el benemérito Soublette, reunido á Piñango, estaba en su persecución; y al cabo de infinidad de movimieIl_ tos, on que tanto realistas como patriotas demostra. ron tenerse respeto, se encontraron cerca de Daba. juaro el 7 de Junio. El choque fue duro y la defeIl. sa que se hizo el canario en extremo bizarra; vién. dose los republicanos obligados á ceder, dejando en manos del enemigo algunos prisioneros, y entre ellos Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia FRANCISCO TOMAS MORALES. 12;) al Capitán inglés Trainer, que fué fusilado, y en se. guida descuartizado; " para escarmiento de los extranjeros," dijo MORALES. A poco de esta acci6n, partió el Jefe isleño para Puerto Cabello, llamado por Latorre, para. un asunto importante. Era éste el entregarle el mando, en ca. lidad de Capitán general de la Costa Firme, nom. brado por el Gobierno español. El cual G01ierno, precisado á aceptar. al Mariscal la dimisión <leun cargo que éste repugnaba, no encontró probable. mente entre los Jefes realist.as de Venezuela, ninguno que por su graduación y largos servicios en los cam. pos de batalla, pudiera ocupar el puesto; viéndoso, por tanto, precisado á recompensar las intriga~ é infamias del canario con tan elevada posición! : MORALES extren6 su nueva autoridad con tma empresa atrevida, que su fortuna y loe;errores de sus enemigos pudieron llevar á término dicboso. lfuú el caso que el 11 de Agosto salió de Puerto Cabello con mil ochocientos hombres, bajando al día siguien. te á la llanura de Naguanagua, sin encontrar resistencia alguna. El 13, ase<liado por las fuerzas de Páez, ocupó las alturas que al occidente dominaban el llano, y á pesar de ser provocado de mil manera" no quiso descender de tan ventajosas posiciones; cierto de que ellas eran inexpugnables por hombres montados. Todos estos movimientos fueron estratégicos, pues el 20, habiendo reunido Páez todas las tropas libreo; Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 124 FRANCISCO TOMÁS MORALES. que rodeaban á Puerto Cabello, en la esperanza de cercar al enemigo; MORALES,dejando en las posiciones que ocupaba unos cien hombres, que distrajeran la atención de los patriotas, regresó con el res. to de SllS soldados ti la. plaza; y burbndo la vigilan. cia de los libres, se embarcó en rumbo á la península Goajira, con el fin de buscar otro teatro en que poder continuar la guerra con mejor éxito. De la Goajira se dirigió al Puerto del Mono, en donde estaba el Teniente-Coronel Carlos Castelli ; á quien, después de baber arrostrado mil penalidades, atacó y rechazó el 4 de Septiembre, quedando en posibilidad de apoderarse de Maracaibo. El General Lino Clemente que mandaba en esta plaza, desconfiando del buen éxito de su defensl:4, hizo sacar de ella el parque y otros elementos de guerra, y se dirigió con setecientos hombres al encuentro de MORALES,situándose en Salina Ricr~. Allí lo encontró el canario el 6, y al cabo de cuatro horas de reñido combate, lo venció por completo, ocupando el 7 á l\Iaracaibo sin la menor oposición. Dueño de la plaza, infringiendo escandalosamon. te el Tratado de Trujillo, "que obligaba á los bell.. gerantes :1hacer la guerra según las prescripciones del Derecho de gentes, y de acuerdo con la máximas y principios observados por los pueblos civilizados .'f cristianos," despiadado y soberbio como siempr€" expidió un decreto imponiendo pena de muerte J' Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia FRA~CISCO TOMÁS MORALES. 125 confiscaci6n á los extranjeros que encontrase con las armas en la mano. Apenas tuvo conocimiento el General Mariano Mantilla, Gobernador de la provincia de Cartagena, de la ocupaci6n de Maracaibo, se trasladó á Riohacha j y allí, previas 6rdenes dal Gobierno Ejecutivo del Departamento de Nueva Granada, alistó mil hombres de caballería é infantería, que puso á 6rdenes del General José Sardá, para que acercándose á aquella importante ciudad, pero sin traspasar ciertos límites, vigilara los movimientos del enemigo, hasta tanto que llegara el momento de atncarlo. Sardá, despreciando las instrucciones recibidas, atravesó el istmo de la Goajim, se apoderó de Simaiea, y dispuso tí pasar el río Socuy, en busca de .MORA. LES. Sabedor el isleño de estos movimientos, se fue sobre los independientes, y el 12 de Noviembre los derrot6 en las llanuras de CarnuuIla, del sitio do Simaica, haciéndoles más de trescientos muertos y quinientos prisioneros. Engreído con este triunfo, y esperanzado en dar á la guerra UD aspecto brillante, como en los tiempos más prósperos para la causa realista, se encamin6, luégo de haber practicado oportunas operaciones para llamar la atenci6n del enemigo sol)re distintos puntos, ú 13. provincia de Coro, y ocupó el (j de Diciembre la capital de este nombre; pasando en seguida al puerto de Moroporo en solicitud de Clemente que militaba por aquellos ludos. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 126 FRANCISCO TOMÁS MORALES. Este, que tenía poca fuerza, se retiró ti Trujillo y luégo á Caraché, inquietado siempre por los realis' tas que lo siguieron de cerca; hasta tanto que MoRALES resolvi6 variar de direcci6n, y tomó el ca. mino de Mérida en busca de Urdaneta; quien también se dió á buir del canario, por la circunstancia de tener muy poca gente, mal equipada y sin muni" ciones suficientes. Cansado MORALES, después de más de dos mese:1 d~ correrías inútiles, y conociendo que era Mara. caibo un punto importantísimo, de donde podía lIe. var la guerra á diferentes provincias, volvió ti aque' lla plaza en Uarzo de 1823, y se puso tí tomar providencias tendentes á sus fines. Para mediados de Junio, era muy apurada Sil situación, pues que tenía potentes enemigos que lo rodeaban: al brioso General José Padilla, que me. diante ciertas maniobras espléndidas, se había. apode. rado de la entrada del lago de Maracaibo j al Coronel Reyes González, que estaba en Coro con una fuerte columna de tropas; al infatigable Coronel Manuel Manrique, que ocupaba con mil veteranos á Gi.. braltar j y al General Montilla, con su ejército dEII :Magdalenll.. Combinado entre PadilIa, Manrique y el benEI. mérito patriota Francisco Esteban G6mez, un plan de acción.naval y un golpe sobre Maracaibo, la Escuadra Oowrnbiana, que debía atacar al mando del primero do estos Jefes, se compuso, según el historiador Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia lo'RANCISCO TOZlI.AS MORALES. 127 Montenegro, "de ochenta y cinco piezas de tí diez y ocho, con ochocientos hombres de dotación en tres bergantines y siete goletas; más una fuerza sutil respetable, ésta, con trece piezas de diferentes calibres y trescientos treinta hombres de dotación. La de Mo. RALES, al mando del Almirante don Angel Laborde, de trece bergantines, doce goletas y diez y seis embar. caciones menores, teniendo sesenta y siete piezas, entre ellas diez y ocho de 6.cuatro, mil novecientos veinticinco hombres de tropa embarcados y cuatro. cientos noventa marineros." Habiendo tenido los patriotas vionto favorable, tí las dos de la tarde del 24 de Julio dieron la vela sobre sus contrarios, y á poco de una lucha encarni. zada, dueños de moverse como les pluguicra, y pu. diendo elegir el punto de ataque, dió Padilla la señal de abordaje. "Recibiéronlo los realistas, dice Baralt, impávidamente, con un fllego bien sostenido de cañ6n y de fusilería, que no fue contestado por los independientes hasta que, hallándose á toca pe. noles, comenzaron tí. hacer uso de ambas armas." Como los Jefes de los dos ejércitos habían puesto sus mejores tropas tí bordo de las embarcaciones, el cho. que fue por demás sangriento. Arrojáronse unos sobre otros los combatientes con la saña del odio y el furor de la desesperación, y en breve se vieron las aguas del lago tintas en sangre, llenas de cadá. veres que se balanceaban sobre las olD.s y de vivos q ne luchahan con la muerte! N uncn más ciego fu. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 128 FRANCISCO TOMÁS MORALES. ror, más ira, más esfuerzos, fueron desplegados por realistas y libres, que en aquella batalla memomble. Por algún tiempo estuvo la victoria indecisa, pero a.l fin se declar6 por los oprimidos contra los opreso_ res, quedando los patriotas dueños del lago, y, por consiguiente, en capacidad para. tomar con un pe. quefío esfuerzo á Maracaibo. MORALESsin salida, habiendo perdido sus mejores Jefes y Oficiales y gran número de soldados, debía rendirse. Empero, ;.Qquella alma tenebrosa y empedernida, que más se irritaba con los contra. tiempos, persistía aún en seguir luchando, á pesar del espantoso desastre de que acababan de ser yícti. mas sus fuerzas. Sin víveres para el poco ejército que le quedaba; bloqueadas estrechamente las em' barcaciones que se habían salvado de la catástrofe; pe. reciendo de hambre los desgraciados habitante,~ de Maracaibo, el canario no se movía á compasi6n; Ilues repugnaba á su serono y sobervio espíritu, confl~sar la impotencia á que había llegado, con el hecho de entregarse. Generosos y humanitarios Padilla y Manrique, excitaron á ~u contendor á una capitulaci6n, que siendo honrosa á. ambas partes, pusiera término ú loa horrores de la guerra. El Jefe isleño, mal de su grado, pero obedeciendo al fin á su conflictiva si. tuaci6n, y tí las constantes exigencias de los suyos, ;),d. miti6 la idea de sus contrarios, y envi6 comisiona' dos ú la isla de Burros, cercana á la ciudad, para que Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia FRA.NCISCO TmIÁS MOBA.LES. 129 tratasen delasunto. ~las cuallllo estallan discutiéndose los términos tlel ,\juste, Fa(lilla, impr\llleutemente, intimó relldici6n Ú \as reliq uias de la Escuadra realista; lo que hubo de irritar de tal manera á :MORA.LES, que en el acto retir6 sus comisionados, y prohibió que s() le volviese ú tratar clel asullto. No obstante, su segundo en el maude del ejér. cito, el Coronel venezolano don Narciso López, que estaba decidido por la cesasicín de las hostilidades, dió en aplacar cl ánimo de aquel hombre terco y embravecido, y cuando lo puso cn términos de ceder, inst6 á 1lfanriquc para que lo invitara {Í reanudar las interrumpidas conferencias. Este, en extremo goneroso, y no dosea.ndo que se derramara más sangre amoricana, acceuió ú la Slíplica ue Lópe;.¡, y de Agosto convino MORA.LES en q\le so abrieran nuevo las negociaciones 01 2 de en Maraca.ibo. Así sucedió en efecto, y dcspués dc dos días de sesiones harto acalorada~, en las cuales el canario, que tánto l.\auía desangrado á venezolanos y grano.. dinos, declaró arrogante "arias voces, que se tenía por bien hecho cuanto había ejecutado durante los trece años que había estado en campaña; se ajust6 y ratific6 una capitulaci6n en la que MOltALES, previa la entrega de la p!a;'¡[1de jHaracaibo, del Castillo de San Carlos, que aun conservaba en su poder, y de la Escuadra, en el estado desgraciadísimo en que estaba, obtuvo las siguientes ventajas: 9 Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 130 FRA~CISCO TmrÁs )lORALES. Que fueran indultados los soldados españoles que habían luchndo por la can_a del Rey; Que se les conservaran SIlSequipajes des tí los Jefes, Oficiales y empleados ejército roal; y y propiedaciviles dol Que tanto éstos como los soldados peninsulares y los americanos que lo solicitaran, fueran conducidos á un puerto de la Isla de Cuba, con la debida seguridad y garantías, y á costa del tesoro de Colombi,l. El 20 del mes en referencia, en cumplimiento d.e estas estipulacione;;, MORALES, en compafiía de seto. cientos espafiol es eu ropeos'y algunos americanos, !;e dieron á la vela para Cuba; si bien satisfechos de SllS hazañas, tristes por haber perdiJo para siempre la. presa que tánto anhelaba su codicia. IX Sábese qlle MORALES babía elegido á Cuba por punto de su residencia, por ser allí donde había he. cho trasladar las sumas, producto en la Costa-Firme. de sus latrocinios Eu aquelia Isla, el canario permaneció dos años colocado en una posición militar. que si bien ele. vada, no satisfacía, por otra parte, sus aspiracio_ nes de mando; pues que más engreído cios que fatuo é ignorante tulos eminentes, má." que de sus servi- era, juzgaba que tenía tínecesarios, para ser Jefe Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia FRAl\CISCO TOMÁS ~JORALES. 131 civil de alguna Colonia de laR que aún permanecían sometidas al Gobierno de la Metrópoli. Mas como en \;1 mundo no hay acto alguno de la vida. de los hombres que pueda permanecer oClllto eter. namente ú la conciencia ajeml ; y ]u justicia de Dios se hace sentir tarde ó temprano, para satisfacción Ile los buenos y expiacilín de los malos, no [Jasó 1ll\I\;ho tiempo sin que MORALI~S fllera acusado aute la vin_ dicta. ptÍbli<:a de III Am~rica, po r los horrorosos críme. nes de que había sido autor en Vellehuela. Tratallllo de probar sus adversarios, en lo cual 1\0 dejó de tOllHLr parte Morilla, C¡lln la España había per,lioo I~sla Colollia, por la cOllllllcta atrúlI y sallglliual'ia de aqllul Jefe imemato. Al principio, pretenuiú el canario aplacar por medio uel desprecio las iUCI¡]pl.¡;iúlle~ ljllC ~t' le hlL. clan, mas vienuo IlJégo qlle éstas tUllIalJaI\ \111 carál:. ter sobrado serio, que ponía sil nOlllbre b:ljo el <lilatema de la sancióll ulliversal, impotente GOIIIO era para disculparse, puso Sil uefellsll;í merced de la plu. ma del escritor español, resitleute en Cuba, ¡Jon P¡L- blo de Yépezj quien 110pudiendo ni siquiera atenuar los cargos hechos (¡ su defenlliJo, trató de salvar Sil reputación del oprobio, historiando sus hazañas en los campos de batalla, y exaltamlo 1)\ eltilllio valor con q ne lo dotara la Jlatll mIeha. Cansado el isleño Cal! los di~gllstos que frecllelltemellte le causaban la prensa cubuuu y la espaílola, resolvió retirarse {l fines de 1825 Íl Clmarias, en don- Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 132 de el espíritu FRANCISCO público TOMÁS :MORALES. era por aquellos tiempos me. nos tempestuoso; y allí, parece que obtuvo la tran. quilidad que vehementemente deseaba, y algllllos em. pleos que, probidad. dicen sus conciudanos, desempeñó con i Se habría compadecido Dios de aq\lella alma y enviádole el arrepentimiento? En medio del silen. cio y del recogimiento, lejos del escenario de los d'3. saRtres, un pensamiento doloroso y terrible, exal. tado, no por ~emor IÍ. la justicia ultrajadtt ó al caso tigo que amenaza, sino :í la vista de tánta sallgre cruelmente derramada, de t(¡nla víctima pidiendo la venganza del cielo; \In pensamiento profundo, de. cimas, se apoderaría del espíritu bre lleviíndolo al arrepent.imiento ? de aquel hom. Probable es esto; probable talnbiéll, casi segu_ ro, que el malvado, conservando S\lS rencores, y satisfecho de sus procederes, so muuife;;tara arropcc. tido por hipocresía, sus crímenes. con el fin do ha(;orse pordolH~r Pero es lo cierto que do ya en la vejez y viendo conmueve á los corazones templados, dió en llevar rando sus actos y fervor. MORALES, tocau_ corcano el sepulcro, que más enérgicos y mejor vida de santurrón; religioso, ('OlilO exagesucede á todos aquellos que, en olvido por algún tiempo de las consoladoras y sublimes leyes que gobiernan el mundo moral, concluyen por desechar el Mal y aco .. gerse al Bien, que es la ley .sllprenHI de la conducta humana. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia l!'RANCISCO TOMAS MORALES. 133 Si hubo, pues, una transformaci6n súbita en aquella conciencia, antes tan execrable, que merezca por parle de los hombres la piedad del perdón, sMo puede saberlo Aquél que, por secretos designios, gobierna todas las cosas de este mundo, y penetra en las más íntimas profundidades de nuestra alma. Por lo que ú. nosotros toca, débiles criaturas, incapaces de comprender los misterios de la vida, apenas acostumbramosjuzgar de los hombres, de sus intenciones, por BUS actos externos; que pueden ó nó ser la sincera manifestación de su conciencia. il En cuanto á la sana filosofía y á la recta justicia, poco creen en los arrepentimientos forzados, que se haccD, bien porque la cercana visión de la tumba, que atormenta al culpable día. y noche, lo arrastre ti la sima del terror, bien porque perdida la ocasi6n de obrar el Mal, se vea precisado el criminal á poner uu dique ú. sus maléficas pasiones. En Carlos V, en. cerrándose vivo en la celda de un convento; en Al. fredo el Soberbio, murienJo de pesar en la cumbre de una montaña; en Alí-Kiske, retirado al desierto fuera de todo contacto humano; en el gran Ludovico, haciendo patentes sus faltas y reconociendo los daños causados, puede 'caber el arrepentimiento; porque todos estos homhres, en.el apogeo del poder y de la gloria, renuDciando Ú. la vanidad yal orgullo, y dominando sus pasiones cuando el mundo se creía dichoso de poseerlos, dieron de mano á su grandeqa Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 184 FRANCISCO TOMÁS MORALES. para entregarse misericordia. Respecto sus últimos á la expiaci6n, en busca de la eterna de MORALES, la santurronería días, de q1le hacía ostentaci6n, de no prueba su remordimiento. Espíritus hay cuya ig. norancia es tan granrie, y tan profunda la bajeza, que engañando á los demás hombres, pretenden talO. bién, no solamente engañarse asimismos, sino ú Dios. Si el canario,que jamás obró por convicción, por~ue nunca dió trazas de tener ideas, hubiera seguido e•• al.teatro de la guerra después de su forzada salida de Maracaibo, seguros estamos de que habría con_ tinuado trillando el mal camino; porque era talla fuerza de su salvaje in~tinto; tenía tan alto despre_ cio por la especie humana j y le gustaba de tal modo el crimen, que dada la ocasión de ejecutarIo, es de creerse que no lo hubiera evitado. Siendo este aser. to tanto más evidente, cuanto que, á pesar de la gas. mofíerÍa de sus últimos tiempos, ni quiso dejar las va. nidades del muudo, ui ahandonó esa vida de placeres que proporciona la riqueza, ni se sabe que cometie. ra acto alguno digno de alabanza. Disculpe, pues, sus maldades el que quiera, en vista dI! la máxima que obliiu Ú perdonar al que se muestra a'rrepelltido. Respecto de la historia que, como dijo Tácito, "es el libro de la justicia, en don. de cada cual. para ell8eñullza de las generaciones, dehe ser conceptuado según sus obras," dirá siempre que MORALES, que murió hacia mediados de 1838, Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia FRANCISCO TOilIÁS :MORALES. 135 fue la encarnación del Mal; un Satanás, oprobio de la humanidad, cuya memoria merece la execra. ción perpetua. Fin de la entrega segunda. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia