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especial control biológico
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estrechamente relacionada a la dificultad
de monitoreo de la plaga, ya sea por estar
asociada a muchas estructuras de la planta o bien a la diversidad de enemigos
naturales que presente. La arañita roja
de los cítricos y la arañita del palto son
ejemplos de monitoreo de menor dificultad, ya que atacan casi exclusivamente
las hojas, y sus depredadores asociados
también se encuentran en esa estructura,
alimentándose de su presa. Por lo tanto,
el monitoreo puede considerar el registro
presencia/ausencia de la plaga y de sus
enemigos naturales simultáneamente.
El monitoreo de enemigos naturales
es más complejo cuando las plagas asociadas presentan hábitos crípticos, es
decir que tienden a ocultarse en lugares
oscuros, o atacan más de una estructura
de la planta, como ocurre con los chanchitos blancos. Ellos se refugian en frutos
(ombligo, roseta, pedúnculo), brotes, ramillas, hojas, corteza e incluso en el cuello
de la planta, lugares donde es posible
hallar parasitoides y depredadores que
requieren ser monitoreados. Para detectar
la presencia y diversidad de sus enemigos
naturales se ha propuesto el uso de cartón
corrugado amarrado en el tronco, sin embargo no es un método exacto para evaluar
la densidad de la plaga y la efectividad
del control biológico.
Frecuentemente, la densidad de algunos enemigos naturales es subestimada
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debido a la dificultad de: (1) identificar
los individuos que han sido parasitados
recientemente y aún no muestran los
signos; (2) distinguir la acción de depredadores que actuaron sin dejar evidencias
de su acción; (3) determinar la mortalidad
que se produce cuando un parasitoide
solamente se alimenta de su hospedero
(“host feeding” o “dudding”); (4) estimar
el efecto aditivo sobre la mortalidad en
una generación completa, producto de la
acción de los enemigos naturales que
actúan en los diferentes estados o estadios de una plaga, lo que se presenta en
especies con traslape de generaciones.
Existen algunas plagas que bajo ciertas condiciones son eficientemente controladas por los enemigos naturales asociados a ellas. Ejemplos son la conchuela
blanca acanalada, la conchuela blanda
de los cítricos y la mosquita blanca de los
cítricos. En estos casos, determinar la
presencia de los enemigos naturales es
aun más relevante, ya que puede evitarse
del todo el uso de agroquímicos.
La adecuada identificación de la acción de los enemigos naturales por medio
de técnicas de monitoreo permite asignarles el verdadero rol en la regulación de
las densidades de plagas y, por consecuencia, la necesidad de protegerlos mediante métodos racionales de manejo de
las plagas en el que los insecticidas desempeñan un papel importante.
Foto 4. Ninfas de mosquita blanca de los cítricos sanas y parasitadas (negras) por Amitus spiniferus.
noviembre-diciembre 2005
Qué es Control B
Hernán Norambuena M.
Ingeniero Agrónomo, Ph.D.
[email protected]
Sergio Escobar S.
Técnico Agrícola
INIA Carillanca
¿Qué son las malezas?
Las malezas son plantas consideradas
inútiles o que presentan más desventajas
que ventajas en un área o territorio. Llegan
a ser plagas dado que pueden causar
envenenamiento, alergias y heridas, o
interfieren con el uso de la tierra y el agua
al competir con plantas útiles para la
agricultura, producción forestal y turismo.
Ejemplos de malezas son el espinillo y la
zarzamora.
Las malezas exóticas más agresivas
y competidoras (también denominadas
malezas invasoras) tienen impactos devastadores en la biodiversidad y sustentabilidad de ecosistemas nativos y áreas
de conservación en todos los continentes.
Ecosistemas completos pueden ser destruidos por malezas invasoras. Chile no
ha escapado a esta realidad, como lo
revelan informes de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile.
Comparadas con otras plagas, tales
como insectos y enfermedades de plantas,
las malezas son el problema más importante. Por ejemplo, de todas las ventas
de agroquímicos en el planeta, los herbicidas o matamalezas constituyen el 47%.
En Chile, las importaciones de herbicidas
son del orden de 21,8 millones de dólares
anuales. A este valor se deben agregar
los costos de comercialización y aplicación,
y los efectos ecológicos colaterales de su
uso. Por muchos años, productores y científicos han investigado estrategias para
reducir los daños de malezas. No obstante
los avances logrados, continúan ocasionando severas pérdidas económicas y
ambientales e invadiendo territorios. Los
TierraAdentro
noviembre-diciembre 2005
especial control biológico
iológico de Malezas
Insectos, ácaros y hongos son los controladores biológicos
más utilizados para combatir las malezas. Chile cuenta con
agentes biológicos de malezas, pero no los está utilizando
a plena capacidad.
métodos para combatirlas son el preventivo, físico, cultural, químico y el control
biológico de malezas (CBM).
¿Es lo mismo CBM que
control biológico de otras
plagas?
El CBM es el uso deliberado de agentes biológicos, tales como insectos, ácaros
y hongos, para disminuir la dispersión y
abundancia de la planta maleza a niveles
económicos y ambientales tolerables. El
CBM no es lo mismo que el control biológico de otras plagas. En el caso del CBM
los agentes biológicos se caracterizan por
ser herbívoros (consumen vegetales) y de
gran especificidad respecto de la maleza
que se intenta controlar. En el control
biológico de otras plagas se utilizan organismos carnívoros, los cuales no poseen
gran especificidad de hospederos (por
ejemplo, las chinitas, que consumen varias
especies de pulgones; ver página 18).
El principal temor de las personas es
que los agentes biológicos ataquen plantas útiles además de alimentarse de la
maleza, o que el controlador la extermine
y luego continúe con las plantas útiles.
La seguridad es el aspecto de mayor importancia en los programas de CBM. Por
lo tanto, en una primera etapa, son considerados agentes con potencial de uso
aquellos organismos más especializados
en consumir la maleza. Estos han evolucionado junto con ella durante mucho
tiempo, desarrollando adaptaciones para
encontrarla y utilizarla. En consecuencia
la probabilidad de que cambien de hospedero resulta muy baja. No obstante lo
anterior, cada organismo potencial es
sujeto a rigurosas pruebas de especificidad antes de su liberación en el campo
(ver recuadro en página 14).
Por otra parte, no es factible que los
agentes biológicos, aun los más exitosos
en establecerse en un nuevo territorio,
destruyan todas las plantas de maleza y
se queden sin alimento. Su rol no es erradicar, sino disminuir la abundancia y dispersión de las poblaciones de maleza, lo
que a su vez resulta en la disminución
gradual del agente biológico, produciéndose un nuevo equilibrio entre las poblaciones de ambos.
Cuáles son los tipos de
CBM
Los dos tipos principales de control biológico de malezas son el clásico y el aumentativo. El método clásico es, lejos, el más
utilizado hasta ahora en Australia, Canadá,
Nueva Zelanda, Sudáfrica y EE.UU., donde,
al igual que en Chile, muchas malezas
invasoras son de origen europeo.
Control biológico de malezas clásico:
se aplica preferentemente a plantas exóticas (no nativas) que llegan a ser malezas
invasoras debido a las condiciones de
suelo, clima y competencia más favorables
que encuentran en los territorios de introducción y a la ausencia de los herbívoros
que las consumen en sus zonas de origen,
los que por lo común no son introducidos
junto con las malezas. Por consiguiente,
la estrategia para implementar el método
consiste en buscar e importar los herbívoros específicos que causan más daño a
la maleza en su área de origen, a fin de
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Foto 1. Gorgojo del espinillo (arriba).
Abajo, a la izquierda, semilla de vainas
de la maleza sin control; a la derecha,
con control.
disminuir la población y dispersión en el
territorio donde ha sido introducida. Una
vez liberado el agente biológico en el
campo, éste puede establecerse o no. Si
logra establecerse, el agente se reproducirá por sí solo todos los años y el control
de la maleza quedará sujeto a su adaptación gradual a las condiciones ambientales, sin perjuicio de maximizar su impacto
mediante la realización de liberaciones
adicionales en áreas en las que no ha
sido plenamente utilizado.
El control biológico de malezas
aumentativo: consiste en incrementar
el daño del agente biológico sobre la
maleza mediante su liberación periódica
y masiva. Tanto el organismo herbívoro
como la maleza que se intenta controlar,
pueden ser nativos o introducidos. Este
tipo de control requiere multiplicar el
agente biológico en grandes cantidades
para aplicarlo, una o más veces, en épocas
en que la maleza es más susceptible al
ataque. El organismo usado aumentativa-
especial control biológico
mente no se reproduce por si sólo a través
del tiempo; debe ser reaplicado cada vez
que sea necesario. También se necesita
investigar dosis óptimas de aplicación del
organismo que dañe la maleza. El manejo
aumentativo ha sido practicado más frecuentemente con hongos (denominados
bioherbicidas o micoherbicidas), aunque
también existen experiencias con insectos.
A pesar de la existencia de numerosos
organismos con potencial, se han producido
pocos bioherbicidas y su comercialización
ha sido limitada debido a problemas en la
multiplicación masiva, formulación y costos.
CÓMO SE INVESTIGA LA
ESPECIFICIDAD DE LOS ORGANISMOS
CON POTENCIAL
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Las pruebas de especificidad requeridas para introducir un controlador biológico se realizan preferentemente en su
país de origen y en cuarentenas en la
nación en que se pretende utilizar. Pueden
durar 2 ó 3 años, según la biología del
organismo y de la maleza. Es imposible
probar todas las especies de plantas existentes en el país de introducción, por lo
que se han desarrollado protocolos aceptados internacionalmente, que permiten
seleccionar cuáles plantas se ha de ofrecer
al organismo a fin de determinar el rango
potencial de hospederos, y cuáles especies
de plantas podrían tener riesgo de ataque
en el campo.
Se realizan pruebas de no-elección:
se ofrece al organismo, separadamente,
especies de plantas alternativas a la maleza, de modo que éste tiene la opción de
alimentarse o morir. También se efectúan
pruebas de elección: se ofrece al organismo, en forma simultánea, una o más especies de plantas alternativas a la maleza,
de modo que aquel tiene varias opciones
de selección o preferencia. Si en las pruebas un organismo causa daños inaceptables a plantas distintas a la maleza, es
rechazado como agente biológico.
Las pruebas de especificidad no garantizan en forma absoluta que el organismo nunca atacará otras plantas en el
campo, pero proveen la información requerida para evaluar riesgos y tomar decisiones. En Australia y EE.UU son instituciones sanitarias federales y estatales
las que, basadas en toda la evidencia
disponible, deciden si se liberan o no los
agentes biológicos. En Chile el Ministerio
de Agricultura, a través del Servicio Agrícola y Ganadero, es la institución evaluadora y reguladora.
noviembre-diciembre 2005
TierraAdentro
Países desarrollados
invierten en CBM
El interés en control biológico de
malezas como una alternativa práctica se
Hongo
Foto 2. Hongo atacando
hojas de zarzamora
ha incrementado en las últimas décadas
debido al éxito de varios proyectos de tipo
clásico, a la preocupación por la toxicidad
de los herbicidas, a la creciente resistencia
de las malezas ante los agroquímicos, y a
los mayores costos de productos selectivos
y biodegradables más compatibles con la
agricultura sostenible. Además, los métodos
químicos y físicos son de alto costo energético, de utilización limitada o simplemente
de uso impracticable en terrenos con difícil
acceso o en áreas de conservación.
En países desarrollados hay razones
culturales y de conciencia social sobre
las malezas y sus daños, por lo que los
sectores público, privado y político solicitan a los investigadores e instituciones
del agro la aplicación de alternativas
biológicas. Se estima que el método de
CBM es seguro, permanente, ecológicamente deseable, y tiene beneficios económicos que alcanzan hasta 30 dólares
por cada dólar invertido en investigación,
desarrollo y aplicación. En comparación,
sólo de 3 a 5 dólares retornan como beneficio en el caso de controlar las malezas
con herbicidas.
Pero el CBM también tiene limitaciones. Generalmente es lento, ya que se
requiere de 5 a 10 años y la introducción
de cinco o más bioagentes antes de reducir
una maleza invasora a un nivel aceptable.
Aun así, las malezas son y serán parte de
sistemas productivos y recreativos, hecho
Cuadro 1
Control biológico de malezas en Chile. Período 1952–2005
*Nombre científico y nombre común.
**Recuperado en el campo, pero en densidades bajas.
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asociado en forma irreversible al mayor
intercambio comercial y turístico. En este
escenario el CBM continúa siendo un
método promisorio, el cual deberá ser
ampliamente aplicado en las estrategias
de manejo de las malezas.
Experiencias de CBM en
Chile
El control biológico de malezas en
Chile data de 1952, cuando el Ministerio
de Agricultura introdujo dos insectos específicos de la hierba de San Juan, maleza
tóxica para el ganado (cuadro 1). En la
década de los 70, la Universidad Austral
de Chile (UACH) introdujo desde Europa
dos hongos contra la zarzamora y la galega, y un insecto específico del espinillo
desde Nueva Zelanda. A fines de los 90,
el INIA introdujo el ácaro y la larva defoliadora (polilla) del espinillo desde Europa
y Hawai, y la mosca del orobanque desde
Marruecos. Todos estos agentes biológicos alcanzaron la etapa de liberación en
el territorio nacional y han llegado a colonizar
o establecerse en su maleza hospedera,
excepto la mosca del orobanque, cuyo establecimiento no ha sido confirmado.
Los agentes biológicos del espinillo
han mostrado impactos notables. El gorgojo consumidor de semillas está adaptado en Chile (foto 1, página 13), y el ácaro
del espinillo continúa dañando gradualmente a la maleza, especialmente en
áreas de las regiones de Bío Bío y la
Araucanía, donde se liberó más intensamente. La alimentación del ácaro sobre
el espinillo, la cual ocurre principalmente
durante el verano y el otoño, se manifiesta
noviembre-diciembre 2005
especial control biológico
CÓMO SE IMPLEMENTA UN PROGRAMA DE CBM
El método biológico de control de malezas implica llevar a cabo,
en secuencia, etapas de búsqueda, selección, importación, pruebas
de especificidad, multiplicación y distribución para cada organismo.
Ello demanda tiempo y financiamiento de mediano a largo plazo, y
hace necesario que los programas sean implementados mediante
alianzas estratégicas entre instituciones de investigación, gobiernos
nacionales y regionales, comunidades agrícolas y empresas forestales.
Por ejemplo, la utilización en Chile del ácaro del espinillo (foto 4)
resultó de la alianza entre INIA, FONDECYT y el FNDR de la Región
de la Araucanía. La transferencia de la tecnología biológica incluyó
la distribución del ácaro entre Concepción y La Unión por la gente
del campo (sectores de agricultura campesina y mapuche) y de
empresas forestales. El ácaro se estableció en numerosas áreas en
las que cada año ataca visiblemente a la maleza invasora. Estos
resultados sugieren que se debe promover liberaciones del ácaro
en áreas donde no se lo ha utilizado cabalmente (por ejemplo, la
Isla de Chiloé). Los costos adicionales debieran ser mínimos dado
que, al haberse completado las etapas de mayor costo, bastaría con
invertir en propagar y distribuir el agente biológico.
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Foto 4. Arriba, colonias del ácaro del espinillo. Abajo,
tela y daño por clorosis a la maleza, producidos por
el ataque.
Foto 3. Huevos (izquierda) y larvas
(derecha) de la polilla defoliadora
del espinillo, exportación no tradicional a Australia.
en clorosis y necrosis de ramas y plántulas,
y reduce el crecimiento, desarrollo y floración de la maleza. La larva defoliadora
del espinillo (foto 3) destruyó hasta el
85% de las ramas nuevas de la maleza
en experimentos realizados en Temuco.
Estos resultados promovieron que Australia solicitara a Chile colonias del agente
para completar los protocolos de seguridad
con miras a su liberación en el campo.
Desde el año 2003 el INIA ha enviado tres
de estas “exportaciones no tradicionales”
a los australianos. Paradójicamente, en
Chile el mismo agente biológico no se
está utilizando cabalmente para combatir
la maleza, aunque está disponible para
multiplicación (cuadro 1).
Dichas experiencias acreditan que
Chile está activo en control biológico de
malezas y lidera las actividades en Latinoamérica, pero han sido más bien producto
de iniciativas uni o bipersonales. El desarrollo y potenciación del CBM necesita de
un incremento en la “masa crítica”, al igual
como ha ocurrido con la investigación y
desarrollo del control químico o, incluso,
en control biológico de insectos y ácaros,
que es realizado por numerosos especialistas tanto del sector público como privado,
en distintas regiones del país.
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