Capítulo - SchoolRack

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F
Capítulo
ApnructóN
DEL
PENSAM I ENTO SOCIALISTA
l,.e
.
I.os principios y declaraciones políticas de la economía política clásica atrajeron las
críticas de d-iversos grupos de pensadores. De los capítulos 9 al ll se abordan las
ideas de esos grupos. Este capítulo proporciona una perspectiva del socialismo y
examina los puntos de vista de varios de los primeros críticos socialistas del capitalismo. En el capítulo l0 se analizala "ley del movimiento" de la sociedad capitalista
de Marx. En el capítulo ll se estudia la reacción de la escuela histórica alemana a las
ideas de la escuela clásica.
PERSPECTIVA DEL SOCIALISMO
Antecedentes históricos del socialismo
Con el advenimiento de las grandes fibricas, la Revolución Industrial acabó con la
seguridad de la antigua economía de agricultura, aldeas y artesanías. Alrededor de
esas ñbricas surgieron barrios pobres atestadas, en donde el vicio, el crimen,la enfermedad, el hambre y la miseria eran una forma de vida. Los accidentes industriales les
ofrecían muy poca o ninguna compensación a las familias de los lisiados o muertos.
I-os derechos de quienes ganaban un salario eran inexistentes y los sindicatos, ilegales. Cada mala racha que reducía la producción y el empleo agravaba la miseria de
los trabajadores y cada nuevo triunfo de la industrialización, aun cuando a la larga
creaba más nuevos trabajos de los que destruía,lanzaba a los cientos de miles de trabajadores artesanos al mercado laboral. I-a pobreza de las masas parecía cada vez más
opresiva a medida que se multiplicaban las grandes fortunas. Como escribió George
Crabbe en The Wlla.ge en 1783:
Cuando la abundancia sonríe, ¡ay!, les sonríe a muy pocos.
Y aquellos que no la saborean) pero que contemplan su acumulaciónSon como los esclavos que excavan el mineral de oro.
La riqueza a su alrededor los hace doblemente pobres.
un siglo después del inicio de la Revolución Industrial
en Inglaterra, |ohn Stuart Mill creyera que "hasta ahora es discutible que todas las
No
es de sorprender que
invenciones mecánicas que han tenido lugar hayan aligerado el diario y pesado trabajo de cualquier ser humano. Por el contrario, han permitido que una población
más numerosa viva la misma vida de trabajo fatigoso y encarcelamiento y que un
creciente núrnero de fabricantes y otros hagan una fortuna".
Con este telón de fondo surgieron los llamados para una reforma económica.
Pero la mayoría de los propietarios de capital, a menudo citando las declaraciones
de Smith y de los otros clásicos, se aferraban obstinados al concepto de que el mejor
gobierno es el que interfiere menos en la economía. Algunos historiadores concluyen que [a aparición del socialismo marxista cobró más fuerza con el fracaso de los
:
ii
:
t
-l
150
Capítulo 9
Ap¡ruclóN
DEL eENSAMIENTo
soclAllsrA
primeros socialistas, más moderados, en persuadir a los industriales de que se urueran
a los movimientos humanitarios.
Quienes defendían al socialismo a menudo estaban en vehemente desacuerdo acerca
del tipo de socialismo que se debería buscar. Por consiguiente) es imperativo delinear
los varios tipos de socialismo antes de abordar la tarea más dificil de clasificar las ideas
comunes. Los principales tipos de socialismo incluyen los siguientes:
Socialismo utópico. Data de al¡ededor de 1800, con F{enri Comte de Saint-Simon,
Charles Fourier y Robert Owen como las figuras clave. Ellos desarrollaron sus ideas en
una época en que los rabajadores industriales todavía eran débiles y estaban desorganizados, desmoralizados por los rápidos cambios de la Revolución Industrial, privados
de la inmunidad y todavía no conscientes de su poder latente. Los socialistas utópicos
consideraban a la competitiva economía de mercado como injusta e irracional. En
respuesta a ello desarrollaban arreglos sociales perfectos y después recurrían a todo el
mundo para que los adoptaran. Predicaban la soüdaridad universal más que la lucha de
clases y buscaban a los capitalistas para que cooperaran con sus proyectos e incluso los
financiaran. Proyectaban comunidades cooperativas modelo y realmente intentaron
llevar a la práctica algunas, por lo común sin ningún éxito.
Socialismo de Estado. Aq*í el gobierno tiene la propiedad y operación de todos o
algunos sectores específicos de la economía, con el propósito de lograr objetivos
sociales generales más allá de una utilidad. La antigua Unión Soüética es un ejemplo
de una nación en donde, hasta una época muy reciente, todos los sectores más importantes eran propiedad del Bstado y estaban operados por é1. Pero el socialismo estatal
también puede ocurrir dentro de un sistema capitalista. Algunos ejemplos dentro
de Estados Unidos son el sistema federal de seguridad social, la Tennessee Valley
Authority y el servicio postal. Históricamente, el Estado socialista se consideraba
como un poder imparcial sobre el cual se podía influir para favorecer a la clase trabajadora si el voto se extendiera y se educara y orgarizara a los trabajadores. Entonces el
Estado se hacía cargo de las empresas y se convertía en el patrono; o podía fomentar
y subsidiar cooperativas (en donde los trabajadores o los consumidores son los propietarios). I-ouis Blanc fue el principal defensor del Estado socialista.
Socialismo cristiano. Esta versión del socialismo se desarrolló en Inglaterra y Alemania
después de 1848, y Charles Kingsley fue su principal defensor en Inglaterra. Surgió
después de la derrota de los movimientos radicales en ambos países. Esta versión del
socialismo ofrecía a los trabajadores el consuelo de la religión para mitigar su dolor y
proporcionarles una esperanza. La Biblia constituiría el manual del líder del gobierno,
del patrono y del uabajador; el orden de Dios era el amory el compañerismo muntos.
La propiedad en manos de los ricos se retendría en fideicomiso para beneficio de
todos. Este movimiento, que repudiaba la violencia y la lucha de clases, abogaba por
la reforma saniraria, la educación, la legislación en las fábricas y las cooperativas.
Anarquismo. Con Pierre-Joseph Proudhon (1809-f8ó5) como uno de sus primeros
defensores, el anarquismo afirmaba que todas las formas de gobierno son coercitivas
y se deben abolir. Según Proudhon:
Capítulo 9
Apnnlc¡ÓN DEL PENSAMIENTo soclAllsrA
por mucho
De hecho la experiencia muestra que el gobierno en todas partes y siempre ,
la
de clase más
que haya podido ser para el pueblo en sus orígenes, se ha puesto del lado
poco se ha melto
rica y ed.r."da en contra de la clase más numerosa y más pobre; poco a
entre todos,
más intolerante y exclusivo; y, en vez de mantener la libertad y la igUaidad
natural hacia
trabaja en forma persistente para destruirlas, en ürtud de su inclinación
puede ser
no
el privilegio... Podemos concluir sin temor que la fórmula revolucionaria
ui gobierno d.irecto, ri tn gobierno sim.plificad.o lsíno que más bien] es ningan gobierno'
dánel
Gobernar a las personas siempre será engañar a las personas- Siempre es hombre
dole órdenes al hombre, la ficción que convierte en un fin a la libertad'l
más bien
Los anarquistas no apoyaban la idea de que la sociedad tiene un orden, sino
esfuerzo
un
que el oáen de la sociedad se origina de grupos autónomos mediante
álunturio o asociado. Argumentaban que la naturaleza humana es esencialmente
privada
buena si no la han corrompido el Estado y sus instituciones. La propiedad
manos de grupos de
se debería reemplazar por la propiedad colectiva del capital en
producción
cooperación. los anarquistasie imaginaban comunidades dedicadas a la
controlay io-.r.iar con o*u, .o-.,nidades' con asociaciones de productores que
que
"
esperaba
Se
y
t"rr l" producción agrícola, industrial e incluso intelectual artística.
la salud, los
las asoiiaciones de cónsumidores coordinaran la vivienda, la iluminación,
y
la absoluta
mufi'ras
alimentos y la higiene pública. La comprensión y la cooperación
libertad caracterrzarían a la sociedad anarquista. Se fomentaría la iniciativa individual
y se controlaría de forma efecriva cada tendencia a la uniformidad y a la autoridad
lentralizada. Aun cuando los métodos para lograr sus metas diferían, la comunidad
ideal de los anarquistas se parecía a la de los socialistas utópicos.
Socialismo marxistd. Como descubrirá en el capítulo I0, el socialismo marxista
o "socialismo científico" se basa en una teoría del valor Uabajo y una teoría de [a
explotación de parte de los capitalistas hacia quienes ganan un salario. Aun cuando
Mar* y Engels iespreciaban con pasión al capitalismo, le rendían uibuto al mayor
incremento en la piod,uctividad y a la producción que desataban. Pero el capitalismo
a su inevise enfrentaba a las luchas de clases y a las contradicciones que conduciian
oprime
capitalista
Estado
El
table derrocamiento y a que lo remplazara el socialismo.
su
a los uabajadores. La clase trabajadora, al derrocar al Estado burgués, establecerá
propia diciadura del proletariado para destruir a la clase burguesa. En el socialismo
i.r.tlt"nt., está permiúda la propiedad privada en bienes para el consumidor' pero el
capital y la tierri son propiedad pública en manos del gobierno central. La producción, lo mismo que el índ.ice de inversión, se planifican y la utilidad y el libre mercado
dejan de ser las fuerzas que guían a la economía.
Comunismo. Según Marx, el comunismo es la etapa de la sociedad que con el tiempo
sustituye al socialismo. En el socialismo el lema es: "De cada uno conforme a su capacidad, a cada uno conforme a su trabajo." En el comunismo el lema se convierte en:
"De cada uno conforme a su capacidad, a cada uno conforme a su necesidad." Esto
presupone una superabundancia de bienes en relación con los deseos' la eliminación
d.l p"g" en dineio por el trabajo desempeñado y una devoción a la sociedad, tan
desinteresada como la lealtad de una persona hacia su familia. El Estado languidecerá
I
pierre-¡oseph proudhon, General Iden of the Reyolution of the Nineteenth Centurl, uaducción de John B. Robinson,
l-ondres, Fieedom press, 1923, pp. I08 y l2ó. IPublicado originalmente en 185I.]
15',I
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Apna¡cróN DEL eENsAMTENTo socrAltsrA
cuando desaparezcan las clases antagonistas y el gobierno sobre las personas será
reemplazado por la administración sobre las cosas, como los grandes sistemas de
ferrocarriles y los complejos de carbón, hierro y maquinaria.
Hoy en día los países comunistas en realidad han establecido un socialismo de
Estado, o están en proceso de establecerlo. En la época actual, el comunismo no eúste
en ninguna Parte, excepto en las pequeñas comunidades cooperativas, por lo común
motivado por un fervor religioso u otras causas comunes. Allí las personas trabajan
juntas, reúnen sus ganancias y retiran del fondo común las cosas que necesitan.
Revisionismo. En Alemania, Eduard Bernstein defendió al reüsionismo (1850L932). En Inglaterra, los socialistas ñbianos, guiados por Sydney y Beatrice Webb
(f859-f947; 1858-1943) eran revisionistas, pero a diferencia del movimiento alemán
de ala izquierda, nunca se adhirieron al marxismo en un grado significativo. Los
revisionistas repudiaban a la lucha de clases; negaban que el Estado necesaria.mente
sea un instrumento de la clase acaudalada; y apuntalaban sus esperanzas en la educación, las campañas electorales y en lograr el control del gobierno mediante el voto.
El gobierno regularía los monopolios, controlaría las condiciones de trabajo en las
fibricas, se haría cargo de algunos servicios públicos y gradualmente extendería su
propiedad de capital. Debido a que los revisionistas, en especial la rama fabiana, estaban a favor de la propiedad municipal de los serücios públicos, en ocasiones a esta
corriente se le ha llamado "socialismo de gas y agua".
Sindicalismo. Georges Sorel (1847-L922) promovió y popularizó estaforma de socialismo en los círculos laborales de los países latinos de Europa. Los sindicalistas estaban
en contra del parlamento y del militarismo. Creían que el socialismo se descompone en
creencias burguesas cuando se dedica a una actiüdad política y parlamentaria. Si estuviera representado en el parlamento, el movimiento degeneraría en un oportunismo
para adquirir influencia política. I-o que requieren los trabajadores es un gran sindicato
que no particrpe del juego burgués de buscar la reforma social y el mejoramiento de las
condiciones. El sindicato no se debe ocupar de huelgas y fondos de seguro, contratos
sindicales, tesorerías sindicales o reformas graduales. I-as huelgas se deben fomentar
para despertar la conciencia revolucionaria y la miütancia de los trabajadores; el sabotaje
se debe utilizar con frecuencia como un arma en la lucha de clases. A la larga,la huelga
general del único gran sindicato derrocará al capitalismo; entonces cada industria estará
organizada como una unidad autónoma administrada por los trabajadores y esas unidades estarán combinadas en una federación que se convertirá en el centro administrativo. Los sindicalistas esperaban que desapareciera el gobierno coercitivo.
El sindicalismo difería del anarquismo en que el primero confiaba exclusivamenre
en el sindicalismo revolucion*io y en la huelga general para derrocar al gobierno.
Pero ambos estaban a favor de la abolición de la propiedad privada y la extinción del
gobierno político. El Industrial Workers of the World (Sindicato de los Trabajadores
Industriales del Mundo, apodados "los Wobblief'),establecido en Estados lJnidos en
1905, fue un sindicato que abanderó esre programa.
Socialismo de gremios. G. D. H. Cole (18S9-f959), un profesor de economía en
la {Jniversidad de Oxford, fue el principal defensor de este tipo de socialismo. Fue
un movimiento británico de gradualismo y reforma y llegó a su cenit alrededor de la
época de la Primera Guerra Mundial. Los socialistas de gremios aceptaban al Estado
como una institución necesaria para la expresión de los intereses generales de los
ciudadanos como consumidores. La administración real de las industrias se confiaría
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Ap¡rucróN
DEL eENsAMTENTo soctAt:srA
a los empleados (los productores), organizados en sus gremios industriales y no al
gobierno. Pero el gobierno debería desarrollar una política económica general para
toda la comunidad, no sólo para los trabajadores. Cada trabajador sería un socio
en la empresa para la cual laboraba; ésa era la esencia de la "democracia industrial"
que ñvorecían los socialistas de gremios. I-a nación ya no estaría dividida en carnpos
opuestos de capital y trabajo; en vez de ello, estaría dividida en productores y consumidores, cada grupo con su asociación nacional, el gremio y el gobierno. Por consiguiente, los productores y los consumidores formarían una sociedad de iguales.
Características comunes del socialismo
I-as diFerentes rarnas del socialismo tenían varias características en común. En primer
lugar, todas repudiaban la noción clásica de la armonía de intereses. Consideraban que
en vez de eso la sociedad se componía de distintas clases cuyos intereses a menudo se
oponían unos a otros. En segrrndo, y derivado del primero, todos los socialistas se oponían al concepto del laissez-faire. Con excepción de los anarquistas, los socialistas consideraban que el gobierno era un representante potencial y progresivo de los intereses de
la clase trabajadora. En tercero, rechazaban la Ly de los mercados de Say y afirmaban
que en vez de ello el capitalismo es propenso ya sea a crisis periódicas, o bien a un estancamiento general. En cuarto, los socialistas negaban el concepto de humanidad sobre
el cual se erigió el pensamiento clásico; envez de eso creían en la perfectibilidad de las
personas. El capitalismo producía una conducta egoísta con su énfasis en la obtención
de utilidades y acumulación de riquezas; con el entorno apropiado, surgirían las virtudes
humanas más nobles, tales como compartir con otros. En quinto lugar, cada una de las
varias ideologías socialistas abogaba por la acción pública y la propiedad colectiva de
la empresa, con el fin de mejorar las condiciones de las masas. El gobierno central, los
gobiernos locales, o las empresas cooperativas podían tomar a su cargo esa propiedad.
¿A quiénes beneficiaba o trataba de beneficiar el socialismo?
Los grupos más moderados (socialistas utópicos, cristianos y de gremios) se afirmaban como los representantes de los intereses de todos, en especial de las necesidades
y los intereses de los trabajadores. Estaban para servir a los trabajadores, despertar
la conciencia de la sociedad e inspirar a los reformadores de la clase media para promover la reforma de la legislación, pero llegaban al grado de que, al apartar a los
trabajadores de la orgarización de sindicatos y partidos políticos para que pudieran
promover sus propios intereses, también servían a los patronos y terratenientes. El
socialismo cristiano surgió en una época en la cual las doctrinas socialistas ganaban
terreno entre los trabajadores. Sus partidarios pensaban que el movimiento radical se
debería cristianizar, o de lo contrario la cristiandad perdería su atractivo.
Ios grupos socialistas más extremos (marxistas, anarquistas y sind"icalistas) proclamaban la guerra de clases contra los ricos. Su única meta era promover los intereses
de la clase trabajadora. Por medio de una actividad de varios sindicatos de obreros, de
presiones parlamentarias o de la amentza de revueltas, su actividad de agitar y organizN ayudó a obtener concesiones de los capitalistas.
¿En qué formas el socialismo era válido,
útil o correcto en su época?
Los trabajadores tenían legítimos motivos de queja en contra del capitalismo del laisezfaire a medida que se desarrollaba durante sus primeras décadas. A principios de 1800,
el socialismo utópico expresó la conciencia perturbada de la humanidad. El socialismo
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ApnruclóN DEL eENSAMIENTo soclAllsrA
marxista por su parte) ofrecía una compleja disección teórica de la sociedad contemporánea, que exponía y exageraba sus supuestos males. Pero lo mismo que otras críticas
socialistas, tuvo cierta validez en su época. Quienes hablaban a favor del gatws quo no se
habían enfrentado cara a cara a los dos problemas de la pobrezay las depresiones recurrentes de la economía, y los socialistas prestaban un servicio al concentrar su enfoque
en esos problemas sin resolver. El papel histórico que desempeñó el socialismo fue útil
al promover las actas de ñbricas, la reforma sanitaria, las asociaciones cooperativas, las
leyes de compensación de los trabajadores, los sindicatos, las pensiones, etcétera.
éQué principios del socialismo se convirtieron
en contribuciones perdurables?
_
Muchos de los principios del socialismo no han resistido la prueba del tiempo. Por
ejemplo, en la evaluación de Marx (capítulo l0) descubrirá que su principal pronóstico, el empobrecimiento de la clase trabajadora, no ha ocurrido. Y la reorganización
de la sociedad conforme a lineamientos socialistas, tarnpoco ha producido el nuevo
florecimiento de la libertad, la creciente actividad colectiva para el bien común, mejores estándares de moralidad y justicia, una mayor seguridad para el indiüduo y el
subsiguiente renacimiento cultural.
I-os principios socialistas han mostrado formidables problemas para su implementación. ¿Cómo crea una sociedad una distribución más igual del ingreso sin menoscabar
los incentivos que conducen a la producción (y pot consiguiente al ingreso mismo)l
Si el pago de los ingresos se vuelve arbitrario, ¡qué le impide al gobierno utilizarlos
para recompensar a sus partidarios y castigar a las personas que tienen ideas diferentesf
¿Cómo es posible planeary coordinar la asignación de recursos productivos en una economía industrializada importantel ¿Cuánto se debe dedicar a los bienes de consumo;
cuánto a los bienes de capital? ¿Qué bienes de consumo se deben producir y cuántos
de cada unol ¡Cuáles son las alternativas si el único proveedor de cierto bien ofrece
artículos de mala calidadf ¡De qué modo los consumidores les pueden hacer saber
sus deseos a los planificadores del nivel superior del gobierno, quienes toman decisiones que afectan ütalmente al indiúduo más humilde en el rincón más remoto de la
Tierra! ¡Puede existir la libertad política en ausencia de la libertad económical; por
ejemplo, ¿puede existir una prensa libre cuando el gobierno es el propietario de las
imprentasl Si los objetivos de la producción en el plan se expresan en términos de cantid.ad., ¿c6mo se puede asegurar la calid.ad.del productof ¿Qué fuerzas estimularán la búsqueda de una nueva tecnología y de nuevos productos en ausencia de empresariosl
La validez y la utilidad de las teorías económicas se deben juzgar, en última
instancia, no por el grado de pasión que generan, sino a partir de un cuidadoso
escrutinio intelectual de una evidencia acumulada. Ni el escrutinio intelectual ni la
evidencia acumulada han sido benévolos, en particular con el marxismo totalitario.
A principios de la década de los años 1990, esta forma de socialismo se colapsó en
forma impresionante en Europa oriental y en la antigua Unión Soviética. Los regímenes marxistas restantes están acosados por tremendos problemas que arnenazan la
continuación de su existencia.
Lo dicho no pretende sugerir que los primeros socialistas no hicieron aportaciones
perdurables al desarrollo del pensamiento económico. De hecho, contribuyeron en
varias formas importantes. En primer lugar, esos pensadores desarrollaron las bases del
pensamiento económico socialista contemporáneo, que hace hincapié en la propiedad
del Estado de los medios de producción, junto con la planeación y coordinación
si
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AptnlctÓN
DEL PENSAMIENTo SoclALlsrA
guían por aspiraciones
nacional. Muchas naciones, como la India y Suecia, todavía se
de votos socialistas aún existen
socialistas democráticas. Además, los grandes bloques
y Francia. Desde esta perspecen algunos medios no socialistas, incluso ]apón, Italia
!s obvio que las ideas socialistas han tenido una influencia perdurabletiva,'n"
segundó término, varias de las recomendaciones de poiíticas hechas por los
dentro de naciones capitalistas.
socialistas se han institucionalizado en la actualidad
de seguridad social,
Muchos de los progralnas sociales actuales, por ejemplo las leyes
salario mínimo y
por
desempleo,
.o*p".tr".ión áe l,cs trabajadores, comPensación
Íireron
p"go po, tiempo extra, y las leyes de la salud y la seguridad ocupacionales
quienes
de
la
mayoría
que
i.F."¿i¿"t en alguna forma por los socialistas, mientras
a estas reformas' Por una
apoyaban a la economía clásica se oponían con vehemencia
de los socialistas
u"¡é¿u¿ de razones, la sociedad ha incorporado propuestas políticas
que los trabay, al hacerlo, limó algunos bordes ásperos del capitalismo- A medida
que
decidieron
capital
de
propietarios
;"ao..t se fortalecían como grupo, muchos
.ra -.¡o, darles un poco) .iu." de que ellos se apropiaran de mucho' Además, el
dio un
crecimiento económico) con gran sorpresa para la mayoría de los socialistas,
los
esencia'
En
incremenro significativo a los salarios recibidos por los trabajadores.
trabajador., ,é hun permitido el lujo de cambiar parte de su pago directo de salario
por servicios sin s"lurio en el trabajo (horas más cortas, pensiones' seguro de salud)
^proporcionados
por sus patronos. También es el caso del pago de impuestos con
io, q,-r" el gobieino financia parcialmente la seguridad social, programas de nueva
que
capaiitacióñ en el uabajo, .t.ét.r". Además, los reformadores de la clase media,
con
éxito
defendieron
y
Say,
esi"b"r, más del lado de Iohn Stuart Mill que de Smith
las
el mejoramiento de las condiciones injustas, aunque al mismo tiempo rechazaban
demandas de los socialistas de eliminar la propiedad privada.
IJna tercera contribución importante de los socialistas fue su énfasis en el anfisis
del crecimiento del poder del monopolio, del problema de la distribución del ingreso
y de la realidad de l,cs ciclos de negocios. Este énfasis y análisis obligaron a una reevaluación de las suposiciones básicas y de las teorías aceptadas dentro de la profesión
de la economía.
Con estos puntos en mente) se examina la obra de cinco de los primeros socialistas importantes: Saint-Simon, Fourier, Owen, Blanc y Kingsley' Estos individuos,
lo mismo que sus contrafiguras ortodoxas, trataron de responder a las tres preguntas
fund.amentales de la economía: ¿Qué se debe producir? ¡Cómo se debe producirf
son decididamente diferentes de las clási¿para quién? ¡Las respuesras que ofrecieron
cas! Alií está el vaior de sondear un poco más de cerca en su pensamiento.
HENRI COMTE DE SAINT-SIMON
Henri Comte de Saint-Simon (1760-1825) provenía de una familia empobrecida
de
la nobleza francesa. En la revolución estadounidense luchó del lado colonial como un
oficial regular y se distinguió en la batalla de Yorktown. Durante las primeras etapas
de la Revolución Francesa renunció a su título. En el apogeo de la Revolución se convirtió en un importanre especulador con la nacionalización de las tierras de la Iglesia
y de los ernigrid.os,.o-pró a crédito y después pagó en assignats, que se depreciaban
,ápid"-.rrte. Saint-Simán cumplió una condena en la cárcel, pero más adelante fue
liberado después de la caída de Robespierre.
Más adelante, abandonó el papel dé financiero para convertirse en filósofo y profeta.
Con una remeraria exrravagancia, agasajaba y subsidiaba a jóvenes científicos, artistas
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Ap¡nlclÓN
DEL PENSAMIENTo soclALlsrA
y eruditos prometedores, pero su prodigalidad muy pronto lo dejó sin un centavo y
vivió durante varios a¡os en el hogar de un antiguo sirviente. A la muerte de su madre,
Saint-Simon renunció a sgs derechos de herencia a cambio de una pequeña pensión de
su familia. En 1823, debido a una desesperada posición financiera, se disparó siete balas
de pistola en la cabeza, pero milagrosamente sobreüvió y sólo perdió un ojo'
Saint-Simon, un socialista utopista, elaboró sus ideas antes de que en Francia hubiera
cobrado forma el movimiento político de la clase trabajadora. Por consiguiente, no hizo
ningpn llamado a los trabajadores para que lucharan en contra de sus Patronos- Dado
que consideraba al ocio como un pecado, lnízo una religión del trabajo y la industria.
Slaint-Simon alarmaba a los ricos, porque hacía de la producción, no de la propiedad, la
base de su sociedad propuesta. La línea que trazó separaba a los productores de los no
productores.
Un parlamento industrial, escribió, se debe componer de tres cámaras: invención,
revisión-y ejecución. La primera cámara, compuesta de artistas e ingenieros, diseñaría
las obras púbticas. La segunda, dirigida por científicos) exarninaría los proyectos y
controlaría la educación. La tercera cámara, compuesta de los líderes de la industria'
llevaría a cabo los proyectos y controlaría el presupu.tto. Étta fue una de las primeras
propuestas para la planeación central a cafgo de una élite educada.
Saint-Simon reihazaba la suposición fundamental de los economistas clásicos de
que los intereses de la industria coinciden con el interés general. Insistía en que se
r^equería .rna nueva ética para refrenar el egoísmo antisocial de los ricos e impedir
un levantamiento anárquico de los pobres. La preocupación humanitaria Por la clase
trabajadora fue un tema dominante en sus últimos escritosEl ataque de Saint-Simon contra los holgazanes llevó a sus seguidores a oPonerse
a las leyesáe la herencia y a instar por la posesión colectiva de la propiedad. Después
de su muerte, sus discípulos organizaron una escuela que se convirtió casi en una
religión. El entusiasmo de Saint-Simon por la industria en gran escala ayudó a inspirar los grandes bancos, los ferrocarriles, las carreteras) el Canal de Suez y grandes
empresas industriales.
Algunor fragmentos de las obras de Saint-Simon ilustrarán sus ideas:
única meta de nuestros pensamientos y de nuestros esfuerzos debe ser la clase de organización más favorable para la industria, una industria entendida en su sentido más amplio,
que incluya toda clase de actividad útil; teórica así como práctica, intelectual así como
manual. Nuestro deseo es que los hombres en lo sucesivo hagan conscientemente y con
I¡
una mejor dirección y un esfuerzo más útil lo que hasta ahora han hecho en una forma
inconsciente, lenta, indecisa y demasiado inefectivaSupongamos que Francia perdiera de pronto a cincuenta de sus mejores médicos,
ffsicos, químicos, fisiólogos, matemáticos) poetas, pintores,... ingenieros'... banqueros''..
hombres de negocios,. .. agricultores,. . . mineros, metalúrgicos...; que constituyen en total
a los tres mil científicos, artistas y artesafios principales en Francia.
Esos hombres son los franceses, quienes son los productores más esenciales, aquellos que hacen los productos más importantes, aquellos que dirigen las empresas más
útiles para la nación, aquellos que contribuven a sus logros en las ciencias, las bellas
artes y las profesiones. Son, en el sentido más real, la flor de la sociedad francesa; por
encima de todo, son franceses, los más útiles para su país, los que contribuyen más a
su gloria, incrementan su civilización y su prosperidad. La nación se convertiría en un
cuerpo sin vida tan pronto como los perdiera. Se requeriría por lo menos una genera-
ción para que Francia reparara este infortunio.
Capítulo
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Ap¡n¡clÓN DEL PENSAMIENTo soclALlsrA
Vamos a pasar a otra suposición. Supongamos que Francia preserva a todos los hombres de genio que posee en las ciencias, las bellas artes y las profesiones, pero que tiene
la desgracia de perder el mismo día a monseñor, el hermano del rey [y a otros miembros
de la familia real]. Supongamos que Francia pierde al mismo tiempo a todos los grandes
funcionarios del Estado, a todos los ministros (con o sin cartera), a todos los consejeros del Estado, a todos los principales magisuados, mariscales, cardenales, arzobispos,
obispos, ücarios generales y canónigos, a todos los prefectos y subprefectos, a todos los
servidores civiles y jueces y, además, a diez mil de los propietarios más ricos que viven al
estilo de los nobles.
Este infortunio ciertamente angustiaría a los franceses, debido a que tienen buen
corazón y no podrían ver con indiferencia la repentina desaparición de un número tan
grande de sus compatriotas. Pero esta pérdida de treinta mil individuos, considerada
como la más importante en el Estado, sólo los apesadumbraría por razones purarnente
sentimentales y no resultaría en ningún mal político para el Estado.
En primer lugar, sería ftcil llenar las vacantes que estarían disponibles. F{ay muchos
fianceses que podrían desempeñar las funciones del hermano del rey tan bien como
monseñor. I-as antecámaras del palacio están llenas de cortesanos dispuestos a ocupar el
lugar de los grandes funcionarios de la casa real. En cuanto a los diez mil terratenientes
aristócratas, sus herederos no necesitarían ningún aprendizaje para hacer los honores de
su salón tan bien como ellos.
La prosperidad de Francia sólo puede existir mediante los efectos del progreso de las
ciencias, las bellas artes y las profesiones. Los príncipes, los grandes fi¡ncionarios de la casa
real, los obispos, los mariscales de Francia, los prefectos y los ociosos terratenientes no contribuyen directamente con nada al progreso de las ciencias, las bellas artes y las profesiones.
Por el contrario, sólo lo obstaculizan) puesto que se esfuerzan en prolongar la supremacía
existente hasta este día de las ideas conjeturales sobre la ciencia positiva. Ineütablemente
danan la prosperidad de la nación al privar, como lo hacen, a los científicos, artistas y
artesanos del alto grado de estimación al que tienen derecho. Son nocivos porque gastan
su riqueza en una forma que no tiene ninguna uso directo para las ciencias, las bellas
artes y las profesiones; son nocivos porque son una carga para el sistema tributario de la
nación, hasta por una srüna de trescientos o cuatrocientos millones, bajo el encabezado
de nombramientos, pensiones, obsequios, compensaciones para el mantenimiento de sus
actividades que son inútiles para la nación... I-a sociedad es un mundo que está de cabeza.
I-a nación tiene como un principio fundamental que el pobre debe ser generoso con e[ rico
y gue, por consiguiente, las clases más pobres se deben privar diariamente de los artículos
de primera necesidad con el fin de incrementar el lujo superfluo de los ricos.2
En 1819, Saint-Simon fue arrestado y |uzgado por herejía a partir de la expresión de
estas ideas polémicas, pero lo absolvieron. De hecho, las ideas de Saint-Simon tenían
implicaciones revolucionarias. Manifestó:
I-os hombres más ricos y más poderosos tienen un interés en el crecimiento de la igualdad,
debido a que los medios de satisfacer sus deseos se incrementan en la misma proporción
que la igualación de los indiüduos que componen a la comunidad... I-os científicos, artesanos y los dirigentes de las empresas industriales son los hombres que poseen la capacidad
eminente, variada y más positivamente útil para guiar las mentes de los hombres en la
época actual. Son los hombres a quienes se debe confiar el poder administrativo.
'
F. M. H. Markham, editor, Ilenri Comte
Reimpreso con autorización del editor.
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Saint-Simon, Selected Writings, Oxford, Basil Blackwell,1952, pp.7O-74.
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158
Capítulo
9
ApnruclÓN DEL PENSAMIENTo soclAllsrA
se ha cornparado a la comunidad con una pirámide. Reconozco que la
nación debe estar compuesra como una pirámide; estoy profundamente convencido de
que la pirámide nacional debe estar coronada por la monarquía, pero afumo que desde la
base de la pirámide hasta su cima, las capas se deben componer de materiales cada vez más
preciosos. Si consideramos la pirámide actual, parece que su base está hecha de granito,
que hasta cierta altura l'as capas se componen de materiales valiosos, pero que la parte
superior, que sostiene a un magnífico diamante, sólo se compone de yeso y oropel.
A menudo
I-a base de la pirámide nacional actual se compone de trabajadores en sus ocupaciones rutinarias; las primeras capas arriba de esta base son los líderes de las empresas industriales, los científicos que mejoran los métodos de fabricación y amplían su apücación, los
artistas que le rlan el sello del buen gusto a todos sus productos. Las capas superiores,
que yo afirmo que sólo se componen de yeso, que es frcilmente reconocible a pesar
del oropel, son los cortesanos, la masa de nobles de creación ya sea antigua o reciente,
los ricos ociosos, la clase gobernante desde el primer ministro hasta el empleado más
humilde. La monarquía es el magnífico diamante que corona la pirámide."
A pesar de estas declaraciones extremas, Saint-Simon no extendió su socialismo a un
aspecto: no defendía la apropiación de la propiedad privada, aun cuando algunos de
sus discípulos sí lo hicieron.
CHARLES FOURIER
Charles Fourier (1772-1837) ñrc un excéntrico socialista utópico que poco a Poco
formó un ntuneroso gnrpo de devotos seguidores durante los últimos años de su üda
y aun póstumamente. De ninguna manera era un revolucionario, Y sus llamados por lo
común se dirigían a los ricos o al rey. Füjo de r¡na familia de comerciantes de la clase
media que perdió la mayoría de sus posesiones durante la Revolución Francesa, fue
empleado en varias tiendas de telas y otros negocios. Pobre trabajador durante toda
su üda, se üo obligado a adquirir su educación en los momentos libres en las salas de
lectura de las bibliotecas. I-os títulos de sus libros transmiten la naturaleza inusual de su
pensamiento: Theory of the Fowr Mo',)ewrents ñ.nd tbe General Destinin (f 808), The Tlteory
of (Jniversat Unity (f 829) y The Nsw Ind.wsrrial and' Social World (1829).
Fourier fue un crítico del capitalismo. A diferencia de Saint-Simon, le desagradaban la producción en gran escala, la mecanización y la centralizacíón. La competencia'
pensaba, multiplica el desperdicio en la venta y los hombres de negocios deben reten.r o desuuir los bienes que aumentan los precios. Para é1, el comercio era pernicioso
y corrupro, y puso al desnudo la pobreza moral del mundo burgués. Denunció a una
sociedad que "le otorga su mayor protección a los agentes del hambre y la peste". Y
criticaba el "progreso del financiamiento) los sistemas de extorsión, la quiebra indirecta, las expictativas de ingresos [y] .l arte de devorar el futuro", todo 1o cual él
veía denro del capitalismo. En su terminología, el "progreso del espíritu mercantil"
incluía "la consideración según el saqueo y el fraude comerciales. La especulación
en la bolsa elevada a un poder que se burla de la le¡ invade a todos los frutos de la
industria, participa en la autoridad de los gobiernos y se ProPaga por todas Partes con
el frenesí de las apuestas en los fondos públicos".'
I-a solución cle Fourier para los problemas sociales era eliminar las barreras artificiales para la interacción armoniosa de las doce pasiones (cinco sentidos, cuatro grupos de
"
a
Ibídetn, pp. 77-80.
fulia Franktin, rraducrora, Selectionsfrow the
Worhs of
Fourier,l,ondres, Swan Sonnenshein, 1901, pp.93-94
Capítulo 9
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ApnrucróN DEL pENSAMIENTo soctALtsrA
pasiones famistad, arnor) sentimiento familiar y ambición] y tres pasiones distributivas
fplaneación, cambio y unidad]). Esto se podía lograr con la orgatización de comunidades cooperativas,, llamadas falansterios, o falanges. Su amor por el orden, la simetría y
la precisión lo llevó a trazar elaborados planes para esas comunidades, hasta los detalles
mas insignificantes. Cada asociación combinaría a 300 familias, o 1800 personas, en
nueve millas cuadradas de tierra. Todos üvirían en una vivienda semejante a un palacio,
de tres pisos de altura, que él describía detalladamente. Predominarían la agricultura y la
producción de artesanías, y la producción de la riqueza se incrementaría diez veces más
por encima de la caótica industria privada. Sería más económico construir, y más fácil
de proteger contra el fuego, un granero grande que 300 pequeños. Las personas que
vivían juntas con honor y comodidad eliminarían el robo y el gasto de protegerse contra
é1. El trabajo colectivo mejoraría las condiciones climáticas y se requeriría menos ropa.
Las economías de una cocina común y de apartamentos en vez de viüendas separadas
estaban cuidadosamente calculadas.Lafalange resolvería el problema principal, que no
era la desigualdad de la riqueza, sino más bien su insuficiencia.
¿Quién se encargaría del "trabajo sucio" en esa colonia utópicaf ¡Los niños! Ellos
aman la suciedad y les fascina organtzarse en pandillas. En vez de frustrar esas tendencias naturales) se deberían dirigir a funciones sociales útiles, tales como desempeñar
el trabajo más desagradable. Mientras tanto, los niños aprenderían una variedad de
oficios, de manera que como adultos no se especializaran en exceso y se limitaran a
una sola tarea.
Fourier abogaba por la completa igualdad entre los sexos. Afirmaba que el hecho
de confinar a las mujeres a las labores del hogar interfiere con el desarrollo apropiado
de los talentos naturales.
Después de proporcionarle a cada miembro de Ia falange lo mínimo para su subsistencia, sin importar cuál fuera su contribución a la empresa, el excedente se dividiría
como sigue: snz altrabajo,aAz al capital y 3Az al talento y la capacidad. Por consiguiente,
se podía hacer un llamado a los capitalistas para que financiaran dicho proyecto, sobre
la base de ganar un rendimiento satisfactorio sobre su inversión. De hecho, Fourier le
anunció al mundo que estaría en casa todos los días a mediodía para esperar al capitalista
que se suscribiera a una asociación. Durante el resto de su vida esperó en vano, aun
cuando sus seguidores iniciaron muchas falanges en todo el mundo.
En Estados Unidos, Albert Brisbane, F{orace Greeley, George Ripley y otros popularizaron el movimiento antes de la Guerra Civil. De las cuarenta faianges fourieristas
organizadas en Estados Unidos, todas las cuales fracasaron, las más conocidas eran la
NorthAmerican Phalarx, ubicada cerca de Red Bank, Nueva Jersey, y Brook Farm, que
se organizó en l84l cerca de Boston. Entre los miembros y los visitantes interesados en
Brook Farm estaban Charles A. Dana, Nathaniel Hawthorne, Ralph Waldo Emerson,
Amos Bronson Alcott, Margaret Fuller, Theodore Parker, Orestes Bronson y William
Henry Channing. En 1846, un desastroso incendio acabó con el experimento.
Fourier dio muestras de una gran originalidad y sus ideas aún tiene influencia,
pese a que rara vez se le acredita el hecho de haber explorado un terreno nuevo e
inexplorado. La vida cooperativa fue algo decisivo en su pensamiento: era la forma
de cambiar el entorno con el fin de generar un tipo de persona nuevo y totalmente
noble. Las falanges proporcionarían seguridad social desde la cuna hasta la tumba,
o desde el vientre hasta la tumba. Para las primeras etapas de su sociedad ideal,
Fourier apoyaba el "of'recimiento de garantías", es decir, la seguridad de que a cada
persona se le daría un mínimo de subsistencia, seguridad y comodidad. Por otra
159
160
Capítulo 9
AparuclóN DEL pENsAMtENTo soctAltsrA
parte, Fourier objetaba a la excesiva especialización, y advertía que el trabajo rutinario en la línea de ensamble desvía y frustra al individuo) aun cuando incrementa
considerablemente la producción. Las falanges fourieristas) aun cuando finalmente
fracasaron, influyeron en el movimiento laboral de la época e inspiraron muchos
pensamientos sobre la forma de eliminar los desperdicios de la empresa privada y
promover un mejor sistema económico. El movimiento cooperativo es en parte un
monumento viviente a Fourier.
S'MONDE DE SISMOND'
Simonde de Sismonü (1773-1842) frrc un economista e historiador suizo de ascendencia francesa. Él y r,r fami-lia se refugiaron en Inglaterra durante los disnrrbios
revolucionarios de L793-1794. A su regreso a Suiza, vend.ieron la mayor parte de sus
propiedades y compraron una pequeña granja en Italia, que trabajaban ellos mismos.
Más adelante Sismondi regresó a Ginebra, en donde escribió muchas obras eruditas,
entre ellas Ilioory of the Italian Repwblic of the Mid.dle ,49a, de dieciséis tomos, e
Ilistory of the Frencb., de veintinueve tomos.
Sismondi se encontraba entre los primeros en lanzarle un ataque directo a la economía clásica, aun cuando había sido un fervoroso seguidor de Adam Smith durante
sus primeros años. Nunca fue un socialista en el sentido moderno, pero ayudó a
pavimentar el camino para el pensamiento socialista. En 1819, luego de ver las terribles condiciones en Inglaterra después de su ausencia de veinte años, publicó Nuepos
principios de la econornía política. En su libro manifestó que la empresa capitalista
sin restricciones, lejos de producir los resultados que esperaban de ella Smith y Say,
estaba destinada a conducir a una miseria y un desempleo muy difundidos. La crítica
de la ley de mercados de Say y su negación de que una economía de empresas libres
tiende hacia un empleo total, se expuso en forma objetiva a principios de la aparición
de la moderna sociedad industrial: "Debemos estar en guardia contra esta peligrosa
teoría del equilibrio, que se supone que se establece automáticamente. Es verdad,
cierta clase de eqrili$¡is se reestablece a largo pbzo, pero sólo después de una terrible
cantidad de sufrimiento."s Cabe recordar que |ohn Stuart Mill, medio siglo después,
seguía proclamando la imposibilidad de las sobrecargas generales.
Sismondi, al plantear la posibilidad de la sobreproducción y las crisis, fue uno
de los primeros que contribuyó a la teoría del ciclo de negocios. Creía que cuando
los salarios están en el nivel de subsistencia, hay disponibles fondos de capital para
invertirlos en máquinas. Los banqueros, al extender créditos, contribuyen al auge
de las inversiones. Por consiguiente) se incrementa la producción de bienes fabricados, mientras que la demanda para el consumo es limitada. Las consecuencias son
la sobreproducción y las crisis periódicas, estas ultimas necesarias para liquidar la
excesiva inversión de capital en las industrias en gran escala. Por supuesto, la difusión
del desempleo acompaña a estas crisis. Además, la creciente acumulación de riqueza
ocasionada por las quiebras reduce cada vez más el mercado doméstico. Por tanto,
la industria se ve cada vez más obligada a abrir mercados extranjeros, lo que necesariamente resulta en guerras nacionalistas. De manera que Sismondi fue una de las
primeras personas en formular explícitamente la ahora familiar acusación marxista de
que el imperialismo económico es inherente al capitalismo.
s Simonde de Sismondi, New Principles of Politícat Economy, tomo
l, L8l9,pp.2O-2L.
Capítulo 9
AptruclóN
DEL pENsAMtENTo soctAusrA
Sólo la intervención del Estado le aseguraría al trabajador un salario suficiente para
vivir y una seguridad social mínima. Sismondi negaba que la producción toral más
grande que sea posible coincida necesariamente con la mayor felicidad de las personas. IJna pequeña producción, bien distribuida, sería preferible para el interés general. Por consiguiente) en bien del interés general, el Estado debería promulgar leyes
que regularan la distribución. Las granjas familiares en pequeña escala, en oposición
a la producción agrícola en manos de arrendatarios, promovería una distribución
más equitativa del ingreso. También aconsejaba la producción en pequeña escala
en las poblaciones, para evitar que se produjera más de lo que se podía vender.
La agricultura se debería promover a costa de la urbanización. Estaba a favor de
los impuestos sobre herencias; de frenar los nuevos inventos descontinuando los
derechos de patente, de manera que "se enfriara el fervor por los descubrimientos";
de instar a los patronos a proporcionarle seguridad a los trabajadores en su vejez
y durante las enfermedades y el desempleo; de la cooperación y solidaridad entre
uabajadores y patronos; y de compartir las utilidades.
Sismondi declaró que cada fiierza individual no tiene una fortalezaigtal y que el
propio interés del individuo no necesariamente coincide con el interés social. Creía
que los campesinos trataban de incrementar su producto bruto, mientras que los
grandes terratenientes sólo se interesaban en el ingreso neto. "Supongamos, decía,
que trn pedazo de tierra bien cultivada da una producción total de I OO0 chelines, de
los cuales 100 van al propietario en forma de renta. Si la tierra se dejara como terreno
de pastura, digamos que produciría II0 chelines de renta. Por consiguiente, el propietario despediría a los arrendatarios con el fin de ganar l0 chelines más, mientras
que la nación perdería una producción con un valor de 890 chelines (1000 - ll0)".
Por supuesto, el economista contemporáneo rechazana este razonarniento. Si la tierra
gana más renta como terreno de pastura, su contribución al bienestar de la sociedad
es mayor en esra utilización que en las otras.ó
Sismondi fue el primero en aplicar el término proletario para referirse al trabajador
asalariado. En sus orígenes en la República romana, el término se había referido a los
hombres que no tenían nada, que no pagaban impuestos y que sólo podían contribuir
al país con su progenie, la prole .
Sismondi ofreció una prescripción relativamente moderna para curar una sobrecarga en una industria particular:
De hecho, el gobierno debería acudir en a¡rda de los hombres y no de la industria;
debería salvar a sus ciudadanos y no sus negocios. Lejos de hacerle anticipos al fabricante experto, de alentarlo a fabricar con una pérdida, debería contribuir en gran parte
con fondos para refirar a los operarios de un empleo que incrementa la vergüenza
de todos sus conciudadanos. Los debería emplear en aquellas obras públicas cuyos
productos no están relacionados con los mercados y no incrementan la sobrecarga
general. Los edificios públicos, los ay.untamientos, los mercados,las alamedas públicas
son una riqueza nativa, aun cuando no de la clase que se pueda comprar y vender.
Pero al ayudar a los trabajadores en cualquier empresa industrial en depresión por
medio de obras públicas, el gobierno se debe apegar sobre todo a las siguientes reglas:
no competir con un negocio existente y de esa manera llevar nuevos disturbios al mercado; no hacer aquellas obras que ordena y por las cuales paga, una ocupación permanente, y a las cuales se unirá una nueva clase de trabajadores diurnos, los proletarios,
ó Esto
..rpo.r. que hay mercados competitivos y que no hay externalidades.
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Capítulo
9
ApnnlclÓN DEL PENSAMIENTo soclAllsrA
sin enterarlos cle cuánto tiempo clurará y cuándo terminará, de manera que no puedan
contraer matrimonio e n esc precario estado'
Por cualquier lado por donde lo veamos, la misma lección nos recibe en todas Partes:
pr¡teger a los pobres [a clase trabajadora], y eso debeía ser el estudio más importante de
los legisladores y del gobierno... Proteger a los pobres, de manera que puedan... tener
aquella parte del ingreso de la comunidad que su trabajo les debería procura-r; proteger
a los pobres, ya que necesitan apoyo, de manera que puedan tener algunos ratos de ocio
y cierto desarrollo intelectual, con el fin de que progresen en la virnrd; proteger a los
pobres, ya que el mayor peligro para la ley, para la paz y la estabilidad públicas' es la
creencia de los pobres de que están oprimidos y su odio hacia el gobierno; Proteger a
los pobres, si ustedes quieren que la industria florezca, ya que los pobres son los consumidores nrás imPortantes.'
ROBERT OWEN
Robert Owen (L77L-1858) fue el más espectacular y más famoso de los socialistas utópicos. Hijo de un quincallero y talabartero galés, sólo asistió a la escuela durante unos
cuantos años. A los nueve años de edad empe zó a trabajar en una tienda del vecindario
como ayrrdante; más adelante estuvo empleado en tiendas de mercancías generales en
I-ondres. A los dieciocho anos pidió prestadas 100 libras y se asoció con un mecánico
que podía construir la recién inventada maquinaria textil. Cuando su socio lo abandonó, el mismo Owen se dedicó al negocio, utilizando las máquinas que tenía a la
mano. Aun cuando tuvo éxito, surgió en su camino una nueva oportunidad. Cuando
todavía no cumplía veintiún años, Owen se convirtió en administrador de una de las
fá.bricas de hilados más grandes y mejor equipadas de Lancashire. Esa ñbrica empleaba
a 500 trabajadores. Owen fue el primer hilandero en Gran Bretaña en utilizar el algodón de las Islas del Mar Americano. Su empleador le ofreció que se asociara con é1., pero
envez de ello inició una nueva compañía para ñbricar hilo. Después de tener un gran
éxito una vez más, a los veintiocho años le compró la New Lanark Mills en Escocia a
Dave Dale, con cuya hija contrajo matrimonio poco tiempo después. Las fibricas de
hilados de Owen se convirtieron en las más grandes y mejor equipadas de Escocia.
Al examinar la idea de Owen, es posible ver qué lo llevó a convertirse en reformador de ffibricas, socialista pionero, defensor de las cooperativas,líder sindical, ñurdador
de comunidades utópicas y teórico en el terreno de la educación. Su tesis fundamental
era que el entorno moldea a la naturaleza humana para bien o para mal. I-os seres
humanos no pueden formar sus propios caracteres; sus caracteres, sin excepción'
los forman a ellos. Debido a que el carácter está hecho por las circunstancias, las personas no son verdaderamente responsables de sus acciones y es necesario moldearlas
hacia el bien, en vez de castigarlas por ser malas. Todas las teorías, los sueños y programas de Owen, lo mismo que los de Fourier, se basaban en la creencia de que proPorcionar mejores condiciones de trabajo produciría mejores personas. Todos deberían de
tratar de servir a la comunidad y de esa manera lograr la propia felicidad más grande.
Este concepto era contrario a la economía clásica y al pensamiento benthamita, que
afumaban que el interés propio serviría a la sociedad.
En un ensayo publicado en 1813, Owen escribió:
Es posible darle a cualquier comunidad, incluso al mundo en general, cualquier carácter
general, desde el mejor hasta el peor, desde el más ignorante hasta el más esclarecido,
7 Simonde de Sism<¡n{i, Political Economy and the Philosopby of Gortern*nent,I-ondres: Chapman, 1847 , pp.
223. [Publicado originalmcntc cn I826-1837.]
22O ,
22I,
Capítulo
9
ApenlcróN
DEL pENsAMtENTo socrAltsrA
mediante la aplicación de los medios apropiados; esos medios están en un alto grado
al alcance y bajo el control de aquellos que tienen influencia en los asuntos de los
hombres.
I-a felicidad propia, claramente comprendida y practicada de manera uniforme, sólo
se puede lograr mediante una conducta que promueva la felicidad de la comunidad.
Esos planes se deben idear para capacitar a los niños desde su primera infancia en los
buenos hábitos de cada descripción (que por supuesto les impedirán adqürir aquellos
de la falsedad y el engaño). Después es necesario educarlos racionalmente y dirigir su
trabajo en forma útil. Esos hábitos y la educación imprimirán en ellos un deseo ardiente
y activo de promover la felicidad de cada individuo y eso sin la sombra de la excepción
debida a sectas) partidos, país o clima. También asegurarán, con las mínimas excepciones
posibles' la salud, la fortaleza y el vigor del cuerpo, ya que la felicidad del hombre sólo
se puede erigir sobre los cimientos de la salud del cuerpo y de la paz mental.8
;.
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i::
Owen procedió a convertir a la New Lanark Mills en una comunidad modelo, en una
atracción que inspeccionaban distinguidos visitantes procedentes de todo el mundo.
A su llegada allí, Owen encontró a 500 niños pobres, de entre siete y nueve años,
que vivían en la pensión de una fábrica y servían en trabajos de aprenüzaje. Habían
empezado a trabajar a la edad de seis años y su día de trabajo, d.rr"nt. el verano
y el inüerno) era de doce horas seis días a la semana. También había una aldea en
la fábrica para albergar a las familias de los trabajadores, que vivían en medio de la
pobreza, el crimen, la deuda, la enfermedad y la miseria. Sin embargo David Dale, el
antiguo propietario, era mucho más humanitario que la mayoría de los patronos.
Owen introdujo sus reformas en New Lanark para demortt"r q.r. era posible
remodelar el carácter para el bien. Dejó de emplear niños pobres. Pero permití" qrr.
los jovencitos trabajaran a los diez años de edad, amq.r.1os alentaba para que iniciaran hasta los doce años. Ofrecía educación escolar gratuita para todas las edades.
Para los niños en edad preescolar, fundó el Institute for the Formation of Character,
la primera escuela o guardería para infantes británica. Quería que los niños crecieran
felices, en un entorno saludable. Se construyeron casas córnodas para las familias
que trabajaban en New Lanark. Los alimentos, el combustible y la iopa se vendían
al costo a los trabajadores. El día de trabajo se redujo a lOYz horas y los salarios
eran relativamente altos. Pagaba a sus empleados durante las épocas de inactiüdad y
durante las enfermedades, les ofrecía seguro para la vejez y les proporcionaba instalaciones recreativas. Abolió las multas y los castigos) tan característicos de la época,
aun cuando sí despedía a los trabajadores por un trabajo deficiente .
Los empleados trabajaban arduarnente y Owen obtenía buenas utilidades. En
retrospectiva, New Lanark Mills fue un primer experimento con salarios de eficiencia:
una paga por encima del mercado, cuyo propósito era mejorar la productividad y
reducir la rotación del personal. Aun cuando Smirh desarrolló la idea seminal, Owen
fue el primero en ponerla en práctica. A pesar de que New Lanark Mills era un negocio rentable, sus socios objetaron la extravagancia de Owen. En dos ocasiones se üo
obligado a comprarles su parte a los socios y a encontrar otros nuevos. Su tercera y
ulúma sociedad, constituida en 1814, incluía a Jeremy Bentham. I-os socios convinieron en limitar sus dividendos al cinco por ciento sobre el capital invertido y en
utilizar todo el ingreso excedente en intereses de los empleados. O*.n se retiró de
su negocio en 1829 debido a las fricciones con algunos de sus socios.
8
Rob.,tOwen,,4 NewViewofSocietyandOtherWritings,I-ondres,
Reimpre.so con autorización de
l)ent a¡cl Everr,rnan's Librarv.
Dent,1927,pp. 16, 12,20. [Escritoen
lgl3,lg2l.]
163
164
Capítulo
9
ApnruclóN DEL pENsAMtENTo socrALtsrA
Este gran fabricante textil escandalizó al mundo cuando denunció a todas las reügiones establecidas porque enseñaban que las personas eran responsables de sus malos
hábitos, envez de atribuirle el mal a un entorno pobre. Predicaba la reforma social,
más que la moral. Incluso él mismo se consideraba un simple producto de fuerzas
sobre las cuales no tenía ningún control:
Ciertas causas, sobre las cuales no tengo ningún control, me quitaron en mis primeros
días la venda que cubría mi discernimiento mental. Si se me ha permitido descubrir esta
ceguera que aflige a mis semejantes) seguir sus vagabundeos desde la senda que estaban
más ansiosos por enconuar y al mismo tiempo percibir que no era posible proporciona¡les aliüo mediante cualquier divulgación prematura de su estado de infelicidao, no es
por ningún mérito de mi parte; y tampoco puedo eúgir ninguna consideración personal
de esos objetos tan lamentables a mi alrededor ni al presenciar el dolor que experimentan a cada hora por caer en los peligros y males que , en esas sendas, los rodean por todos
lados. ¡Podía yo seguir siendo un espectador inactivo?
¡No! I-as causas que me moldearon en el vientre, las circunstancias por las cuales
me vi rodeado desde mi nacimiento y sobre las cuaies no tuve ninguna influencia cualquiera, me formaron con otras facultades, hábitos y sentimientos. Ellos me dieron una
mente que no se podía quedar satisfecha sin intentar todo medio posible para aliviar a
mis semejantes de su miserable situación, y la formaron de tal textura que los obs¡áculos
de la natu¡aleza más formidables sólo sirvieron para incrementar mi pasión y fijar en mi
interior una firme determinación de vencerlos, o bien morir en el intento.9
Owen hacía las cosas por las personas, más que alentar a las personas a utilizar su
propia iniciativa para lograr que se hicieran las cosas. I-es suplicaba a sus camaradas
fabricantes que siguieran su ejemplo. Preguntaba: ¿Por qué no cuidar de sus máquinas
vivientes tan bien como cuidan de las inanimadas| Si ustedes ayudan a los trabajadores, decía, incrementarán su propia felicidad y su disfrute intelectual. I.,e suplicaba al
gobierno que promulgara una legislación fabril, y fue el principal responsable del Acta
de Fábricas de 1819, aun cuando denunció que era mucho más débil de lo que él
deseaba. Durante el desplome repentino que siguió a las guerras napoleónicas, Owen
instó al gobierno a que empleara a los pobres en "aldeas de cooperación", modeladas conforme a su propio establecimiento en New Lanark. Al no lograr persuadir ni
a los capitalistas ni al gobierno para que siguieran su ejemplo, él mismo promovió
una comunidad cooperativa modelo para mostrar el camino. En 1825 estableció en
30000 acres la colonia New Flarmony en Indiana. k compró la propiedad a los
Rappites, una secta que no tenía mucho futuro, debido a que sus seguidores practicaban el celibato. Owen pensaba que su tipo de orgarización acabaría con el capitalismo
y con el sistema competitivo. Mientras que Fourier había permitido la utilidad sobre
el capital invertido en las colonias utopistas, Owen sólo estaba a favor de una tasa de
interés fija, hasta que los propietarios de capital renunciaran a ella voluntariamente,
como creía que lo harían. Tres años después la colonia fracasó y Owen había perdido
las cuatro quintas partes de su forruna de $250000. Otras aldeas de cooperación,
establecidas posteriormente en Gran Bretaña, también fracasaron.
Después Owen se encontró al frente de un creciente ejército de discípulos de
la clase trabajadora. I-a modificación de las leyes antisindicales inglesas en 1825 fue
seguida por un considerable crecimiento del sindicalismo. I-os trabajadores también
e
lbídr*,p.
108.
Capítulo 9
ApnelclóN
DEL pENsAMtENTo socrAltsrA
promovieron cooperativas como las precursoras "aldeas de cooperación" de Owen. El
mismo Owen se puso a la cabeza de ambos movimientos. En f 832 fundó la National
Equitable Labour Exchange como un mercado en donde los productos se pudieran
intercambiar sobre la base de pagarés que representaban el tiempo de trabajo. Su
esperanza era eliminar los males sociales del dinero y la utilidad, poner a productores
y consumidores en contacto directo unos con otros. Aun cuando su experimento
fracasó en dos años, sus seguidores fundaron la Rochdale Pioneers' Cooperative
Society en 1844. Ése fue el inicio del movimiento cooperativista de los consumidores
(empresas propiedad del consumidor), altamente exitoso en Gran Bretaña e inspirado
por Owen, pero algo muy diFerente de las cooperativas de productores (empresas
propiedad del trabajador) que él esperaba que reemplazarart al capitalismo.
La decepción con la Iry de Reforma de 1832, gue dejó a los trabajadores sin
voto, condujo a un ascenso r,ápido del sindicalismo y más adelante al moümiento
cartista. Owen se sumergió en la actividad sindical en 1833 y promovió el Grand
National Consolidated Trades lJnion, que muy pronto había reclutado a 500000
miembros. A ello siguieron las huelgas precipitadas y los amargos cierres forzosos.
Había una disensión interna y Owen se oponía a la acción milirante, el conflicto y
las huelgas. De pronto ordenó que el sindicato se disolviera en 1843, después de
que dieciséis trabajadores agrícolas fueron sentenciados a la deportación a Australia
durante siete años, porque habían hecho juramentos secretos al organizar a los trabajadores agrícolas en su distrito. Pero muchos de los otros constituyentes del Grand
National se reorganiz ron como sociedades separadas, que continuaron hasta convertirse en el núcleo del movimiento sindical inglés moderno.
Owen produjo un impacto significativo en el socialismo, así como sobre las cooperativas y el sindicalismo. La palabra socinlisrno, en el sentido moderno, se empleó
por primeravez en la oweniana Co-operatite-Magazine en 1827, para designar a los
seguidores de las doctrinas cooperativistas de Owen. Se formó de la palabra social
en oposición a ind.ipidunl, aplicada a la propiedad del capital. Su aguda crítica del
capitalismo y su sueño de la acción colectiva para organizar comunidades cooperativas
basadas en una industria en gran escala inspiró a toda una generación de socialistas.
Conservó su devoción a la reforma social hasta el final de su vida, en cuya época
también se volvió hacia el espiritualismo, que utilizaba como un arma adicional para
impulsar a sus muchas causas.
LOU'S BLANC
Louis Blanc (l8f f -f882), considerado un fundador del socialismo de Estado, fue
un reformador, periodista e historiador francés que provenía de una famiüa monárquica. Su abuelo, un próspero comerciante, fue guillotinado durante la Revolución
Francesa y la familia empobreció después de la caída de Napoleón. L,apublicación de
su Organisation d'w Trapailen 1839 le proporcionó fama y una posición de liderazgo
en el movimiento socialista. En la revolución de 1848 se le eligió para el gobierno
proüsional que había derrocado a la monarquía, y fue el primer socialista reconocido
en ser elegido para un cargo público en cualquier parte. Respecto del problema del
derecho al empleo, el gobierno, bajo la presión de Blanc y sus seguidores, orgarizó
talleres nacionales para dar trabajo a los desempleados. Este programa de crear trabajo, que se componía sobre todo del empleo en obras públicas, fue deliberadamenre
mal administrado por los enemigos políticos de Blanc. Para dispersar los talleres
165
166
Capítulo 9
Ap¡ntclÓN
DEL PENSAMIENTo
soclAllsrA
nacionales, el gobierno ofreció a los empleados en ellos la alternativa de ingresar al
ejército o de salir de París para irse a las provincias. Los trabajadores de París erigi.ron barricadas en señal dé rebelión, pero el ejército las demolió con su artillería.
É.r..."*o días de lucha a finales de junio de 1848, había Ió000 personas muertas
en ambos lados. Blanc se vio obtigado a huir a Inglaterra' Pero regresó a Francia en
f820. Fue elegido miembro de la Asamblea Nacional, en donde terminó sus días
como un apacible reformador social.
Según ia opinión de Blanc, el sufragio universal transformaría al Estado en un
instrumento dé progreso y bienestar. Intransigente en sus ataques al capitalismo y la
competencia, que para él arruinarían tanto a la clase trabajadora como a la burguesía,
al sindise oio.ría sin embargo a la doctrina de la guerra de clases. Condenaba incluso
no
preparada.
calismo, debido q.r. veía en las huelgas lo vano de una acción aislada
"
I-a. solidaridad de toda la comunidad promovería la planeación económica del Estado
para el pleno empleo, el desarrollo de servicios de bienestar, el capital del gobierno Para
iniciar talleres nacionales y las cooperativas de trabajadores financiadas y promovidas por
el gobierno. El Estado se debería convertir en el "banquero de los pobres" y convenía
un banco de propiedad pública para distribuir el crédito entre las cooperati"ráb1..",
vas. I-os capitalistas t. pádtí".r unir a las asociaciones y recibi¡ían una tasa de interés fija
sobre su capital, garantizada por el Estado. Creía que las asociaciones de productores
a los mejores trabajadores y sacarían del negocio a los
ayrdadas pár el Estado
^t
".rírr.
capitalistai por medio de una eficiencia competitiva superior. El capitalismo simplemente
se desvanecería.
Blanc expresó brevemente su actitud hacia el Estado como sigue:
p. ¿Cómo vamos a pasar del orden presente de las cosas a lo que usted contemplal
R Mediante la intervención del gobierno.
P. ¿Qué es el gobierno o el Estadof
R Es un organismo de hombres rectos y distinguidos, elegidos por sus iguales para
guiarnos a todos en nuestro camino hacia la libertad'
P. ¿La palabra gobierno o Estado no implica una idea de tiraníal
R Sí; dondequiera el poder es algo distinto de las pt"o""''10
En su Organization of Work, Blanc escribió:
bajo el reinado de la libre competencia
¿euién estaría lo bastante ciego para no ver que
la continua disminución de los salarios necesariamente se convierte en una ley general,
sin ninguna excepción? La población se incrementa firmemente; les ordena a las madres
de los pobres que sean estériles y blasfemen de Dios, que las hizo fecundas, ya que si
usted no lo ordena, el espacio será demasiado pequeño para todos los luchadores- {.Jna
máquina se inventa; ¡exíiale que se descomponga y que lance un anatema contra toda
la ciencia! Porque si usted no lo hace, mil trabajadores a quienes desplaza Ia nueva
máquina llamarán a la puerta siguiente y obligarán a reducir los salarios de sus compañeros de trabajo. Una baja sistemática de los salarios resultante en la eliminación de cierto
número de trabajadores es el efecto inevitable de la libre competencia'
y
Se debería consitlerar al gobierno como el supremo regulador de la producción
dotarlo para esta obligación con un gran poder. Esta tarea consistiría en combatir la competencia y finalmente vencerla. El gobierno debería poner en circulación un préstamo del
cual debería erigir talleres sociales en las ramas más importantes de la industria nacional'
l0 Lo.rir Blanc,
á
Catechisw of Socialisn
(1849)
Capítulo
9
ApnructóN DEL PENSAMIENTo soclAllsrA
IJ¡tltzana la competencia como un arma, no para destruir a la industria privada sin consideraciones, lo que en su propio interés debería evitar, sino para guiarla imperceptiblemenre hacia el nuevo sisrema. Muy pronto, de hecho, los trabajadores y los capitalistas
atestarían cada esfera industrial en donde se abran talleres, a cuenta de los privilegios
que les ofiecen a sus miembros. Todos, sin importar su posición, rango o fortuna, están
interesados en la creación del nuevo orden social.II
CHARIES KINGSLEY
Charles Kingsley (f 8f9-f875) fue un clérigo) poeta) novelista y reformador. Fue
capellán en Queen Victoria, profesor de historia moderna en Cambridg" y canónigo
de Westminster. A principios de su carrera) él y otros socialistas cristianos trataron de
..socializar a los cristianos y de cristianizar a los socialistas". Kingsley se dejó llevar
por el movimiento cartista cuando fue a Londres durante los tiempos turbulentos
áe 1848. Escandalizó y encolenzí a los aristócratas cuando anunció en una reunión
púbüca "¡Soy cartista!" mientras los trabajadores aplaudían.
,,.,,
' :.
:
poderososf Los cartistas tenían seis peticiones: distritos electorales iguales, sufragio universal tanto para hombres como para mujeres) voto secreto) parlamentos
elegidos anualmente) no calificaciones de propiedad para servir en la Cámara de
los Comunes y pago a los miembros del parlamento. Para L829, esas peticiones,
excepto la de los parlamentos anuales, se habían aprobado y promulgado como
leyes. Entoncesr ¡por qué toda la excitación en 1848f
En primer lugar, las reformas son peligrosas cuando se obtienen por medio de
la agitación y la acción de las masas; son mucho más seguras cuando se aprueban
desde arriba. Es improbable que los moümientos revolucionarios se detengan con
la aplicación de las reformas que solicitan en principio, además de que las pequeñas
victorias los estimulan. En segundo, numerosos cartistas se declaraban en huelga y
organizaban disturbios, participaban en una capacitación militar preparándose para
una posible insurrección. En tercero, los cartistas amenazaban con elegir un parlamenro del pueblo, que se reuniría en Birmingharn) con medio millón de rabajadores
para proregerlo. En este ambiente no es de sorprender que la declaración de Kingsley
fuera ofensiva para muchos.
En 1848, los socialistas cristianos publicaron un diario semanal llamado Politicsfor
the People. Kingsley escribió una serie de "Correspondencia a los cartistas" bajo la firma
del "Párroco l-ot". Su segunda carta incluía una apasionada defensa de los pobres:
Amigos míos, si fui severo con algunos de ustedes en mi última carta, créanme, no es
porque no sienta nada por ustedes. Hay grandes concesiones que es necesario hacer
para la mayoría de ustedes. Si han seguido una "guía del reformador" muy diferente de
la mía, la culpa es sobre todo de nosotros los párrocos: nunca les hemos dicho que la
verdadera guía del reforrnwd.or, el verdadero libro del hombre pobre , la verdadera "toz
de Dios contra los tiranos,los holgazanary los irnpostoref' es la Biblia. Ah, tal vez ustedes
se burlen, pero así es; es nuestra culpa, nuestra gran culpa, que ustedes se burlen. Que se
burlen de las nuevas, mismas que deberían ser su gloria y su fortaleza. Es culpa nuestra.
Hemos utilizado a la Biblia como si fuera el simple manual especial de un alguacil, una
Il Lo.ri5 Blanc, Organization of Worh.,tradwccíón María P. Dickoré, Cincinnati, OH,
t9Il, pp. fó,51'53,59. fPublicado originalmente en 1839.]
Universiry of Cincinnati Press,
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Capítulo 9
Ap¡ructóN
DEL eENSAMIENTo
soclAllsrA
dosis de opio para mantener pacientes a las bestias de carga mientras las sobrecargan, un
simple libro para mantener el orden entre los pobres. Irs hemos dicho que los poderes
fueron prescritos por Dios, sin decirles quién prescribió las impotencias y las imbecüdades que ¡ay de mí! existen a veces. ks hemos dicho que la Biblia predica la paciencia,
mientras que no les hemos dicho que les prometió la libertad. ks hemos dicho que la
Biblia predicaba los derechos de propiedad y las obligaciones del trabajo, cuando (¡Dios
lo sabe !) por una vez que lo hace, predica diez veces más las obligaciones d'e l.a propiedad'
y los derecbos d.el trabajo. Hemos encontrado muchos textos para censurar los pecados de
los ricos. IJstedes dicen que no les hemos predicado a ustedes; en realidad yo pienso que
les hemos predicado mucho más de lo que les correspondía. Ya que por una calificación
favorable que les hemos dados a los ricos, les hemos dado mil a ustedes. He sido tan
malo como cualquiera, pero estoy harto de.ro.I2
En su tercera carta Kingsley se moderó como un socialista cristiano más típico.
Escribió:
Amigos míos, y cuando digo arnigos hablo con honestidad y desde el fondo de mi corazón,ya que creo que ustedes y yo, después de todo, estarnos anhelando lo mismo, zer
qae en Inglaterru se a.rTa,sa, con tod.as la.t iwpostura.s, la bofuazanería y la injusticia; s6lo
creo que ustedes están siguiendo, si no el camino equivocado, ciertamente no el camino
más corto, el más seguro o el más prudente para llegar al buen fin.
Arnigos rníos, debo decirles que en la Biblia encontrarán lo que anhelan, prometido
con más justicia de lo que cualquier hombre en estos tiempos se los haya prometido; que
en ese libro encontrarán lo que quieren, que digan por ustedes; encontrarán mucho de
lo que ustedes quieren que se haga. Permítanme intentarlo, si no puedo demostrar mis
palabras de alguna manera.
¿Cuáles son las cosas que ustedes piden con más ahíncol ¿No es una de ellas que
ningun hombre disfrute de un sala¡io sin desempeñar su trabajol
I-a Biblia dice, al instante, qae *aquel qwe no trabaje, ta'rnpoco comerá"; y como la
Biblia les habla tanto a los ricos como a los pobres, es así como esas palabras son tanto
para los ricos ociosos como para los pobres ociosos.
Irs suplico, les imploro, que confien en la Biblia, que conffen en mis muestras de
ello y que la lean con honestid.ad para sí mismos y que vean si no es la verdaderaguía
radical del reformndor, el testimonio perdurable de Dios contra la opresión y la crueldad y el ocio.13
En otras partes, Kingsley escribió: "Dios sólo reformará a la sociedad a condición
de que nos reformemos a nosotros mismos, mientras que el demonio está muy
dispuesto a ayudarnos a enmendar las leyes y el parlamento, la tierra y el cielo, sin
iniciar nunca esa petición tan impertinente y 'personal'."
Kingsley repudiaba las juntas de masas, la violencia ffsica, las huelgas sindicales
y el odio de los pobres hacia los ricos. I-os ricos son ignorantes, no hostiles. Las
doctrinas de Kingsley incluían el amor, la religión, las asociaciones cooperativas,
las reformas sanitarias y la educación. Después de algunos años, abandonó sus intensas actiüdades en
pro del socialismo cristiano, con excepción de su continuo interés
en el movimiento sanitario.
12
Ch".l"r Kingsleg citado
1899, pp. l18-120.
rz
lbídt*,
pp.
l2l-123.
en Charles W. Srubbs, Cbarles Kingsley and. the Cbristian Social Mowrnezl, Chicago, Stone,
Capítulo
9
Ap¡ntclóN
DEL pENsAMtENTo soc¡ALrsrA
estudio v análisis
l.
'f.,
É;,
;'
Identifique y exprese brevemente la importancia de cada uno de los siguientes
concePtos y autores para la historia del pensamiento económico: socialismo
utópico, socialismo de Estado, socialismo cristiano, anarquía, Proudhon, revisionismo, sindicalismo, socialismo de gremios, Saint-Simon, Fourier, falanges,
cooperativas de productores) cooperativas de consumidores, Sismondi, proletario, owen, New Lanark Mills, Blanc, Kingsley y el movimiento cartisra.
2. Discuta si las contribuciones de los primeros socialistas al análisis económico
son cuando mucho mínimas y es cuestionable que esos autores tengan la suficiente importancia como para merecer una mención en un libro de texto sobre
la historia del pensamiento económico.
3. Saint-Simon resumió su nueva filosofia como sigue: "Todo por la industria;
todo para la industria." iA qué cree usted qu€ se refería?
4. ¿Cuáles son los contrastes entre sindicalismo y anarquismof ¿Entre socialismo
cristiano y socialismo marxistaf
5. ¿Por qué, según Sismondi, las crisis económicas y el imperialismo son inherentes al capitalismof ¿Qué papel desempeñan los banquerosf
ó. Suponga una competencia perfecta en el mercado de productos de hilo y en
el mercado de recursos del cual se contrata a los trabajadores textiles productivos, igualmente homogéneos (no hay salarios de eficiencia). Después proyecte
una compañía del tipo que sería dirigida por Robert Owen y explique por qué
dicha empresa no sobreviviría a largo plazo. Explique en qué forma los salarios
de eficiencia podrían alterar el resultado. ¡Por qué tendría éxito el gobierno al
lograr lo que Owen deseaba, aun cuando Owen no lo pudo lograrl
7. Contraste el punto de vista de Blanc acerca del papel apropiado del Estado,
con el punto de vista de Adam Smith. ¿Con cuál de los dos punros de üsta
coincidiría Proudhon, si es que lo hicieraf
Lecturas selectas
Libros
Beer, Max A. A llistory of British Socialisrn. Segunda edición.
Allen and
IJnwin, L94O.
Blanc, Louis. Organization of Worh. Traducido por Maria P. Dickoré. Cincinnati,
OH: University of Cincinnati Press, I99I- (Publicado originalmente en f 839.)
Blaug, Mark, editor. Dissenters: Charles Fowrier, Ifenri d.e Sirnon, Pierre-Joseph
Proud.hon, John A. IIobson. Brookfield, VT: Edward Elgar, L992.
Cole, G. D. H. The Case for Indwstrial Partnership. I-ondres: Macmillan, L957.
Fourier, Charles. Selections from tbe Works of Chorles Fowrier. Traducido por Julia
Franklin. Londres: Swan Sonnenschein, 1901.
Hardach, Gerd y Dieter Karras. A Short ITistory of Socialist Economic Thought.
Traducido por ]ames Wickham. Nueva York: St. Martin's, L978.
|ohnson, Oakley C. Robert Owen in the United States. Nueva York: F{umanities
Press. L970.
Kingsley, Charles. Worhs. Editado por la esposa de Charles Kingsley. Tomo 7 . Letters
and. Memories.
Morris. 1899.
Lichtheim, George. The origins of Socialisrn Nueva York: Praeger, L969.
169
170
Capítulo 9
Ap¡ructóN
DEL eENSAMIENTo
soclAltsrA
Owen, Robert. A New View of Society and Other Writings. I-ondres: Dent, L927.
(Escrito en l813-I82f .)
Proudhon, Pierre-/oseph. General ldea of the Repolwtion in the Nineteenth Centwry.
Traducido por |ohn B. Robinson. Londres: Freedom Press, 1928. (Publicado
originalmente en f 85f .)
Wat Is Property? Traducido por Benjamin R. Tucker. Londres: Reeves, sin
fecha. (Publicado originalmente en 1840.)
Raven, Charles E. Christinn Socialism, 1848-1854. l,ondres: Macmillan,1920.
Riasanovsky, Nicholas Y. The Teachings of Charles Fowrier. Berkele¡ CA: University
of California Press, 1969.
Saint-Simon, F{enri. Selected. Writings. Editado por F. M. H. Markham. Oxford:
Blackwell, L952.
Sismondi, Simonde de. Political Econowy and. Philosophy of Gouernruent. Londres:
Chapman, 1847. (Publicado originalmente en 1826-L837.)
Artículos en revistas
Flansen, Niles. "Saint Simon's Industrial Society in Modern Perspective ." Sowtbwestern
Social Science Qrarterly 47 (üciembre de 1966), pp. 253-262.
Sowell, Thomas. "sismondi: A Neglected Pioneer." I{istory of Political Econowy 4
(primavera de L972), pp. 62-88.
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