5. Barbarie. Dos siglos de barbarie. 5.3. El mundo en guerra. 1. Términos y conceptos. - Guerra de Movimientos. - Guerra de desgaste, de posiciones o de trincheras. - Economía de guerra. - Excomabiente. - Frente / Retaguardia. - Ultimátum. - Armisticio. 2. Acontecimientos, personajes, fechas, ... - Plan Schlieffen / Línea Maginot. - Batalla del Marne./ Batalla de Verdún. - Tratado de Brest-Litovsk. - Woolwrod Wilson. - Guillermo II (Kaiser de Alemania). - Lloyd George. - Tratado de Versalles. - Manifiesto de Zimmerwald. Otto Dix (1891-1969), Guerra (1931) 5.3.1. La Gran Guerra. 1. La primera “guerra total”. La Gran Guerra, como vino a conocerse al conflicto que enfrentó, como nunca hasta entonces, a países europeos y de otros continentes, ha supuesto uno de los principales acontecimientos de la historia universal. Jamás había ocurrido un enfrentamiento de semejantes dimensiones, en el que vinieran a participar tantos países de tan lejanos territorios; con una movilización tan numerosa de recursos humanos y materiales, que viniera a afectar tanto a la vanguardia como a la retaguardia y que implicara tal alcance de destrucción y de muertes. Las guerras, hasta entonces, habían sido limitadas, tanto en el espacio y en el tiempo como en el de pérdidas, sin que viniera a afectar gravemente ni a la economía ni a la dinámica política existentes. Pues bien, la I Guerra Mundial afectó intensamente a la dinámica económica, política, social y cultural de los países participantes, trastocando el mundo occidental de una manera decisiva, no sólo durante el conflicto (economía de guerra, movilización, nacionalismo exacerbado, incorporación de la mujer al mundo del trabajo, refuerzo del poder ejecutivo y retroceso democrático, paréntesis del obrerismo), sino también después de la guerra, derivando en la crisis económica de posguerra, condicionando el funcionamiento de los regímenes parlamentarios (cuestionamiento de las democracias, ascensos de los fascismos), provocando el estallido de la revolución proletaria en Rusia y, por emulación, movimientos revolucionarios por toda Europa y, en fin, dirigiendo al mundo occidental a una crisis que, muy pronto, desembocaría en un nuevo conflicto mundial, cuyas dimensiones y brutalidad aún vendrían a superar las del primer conflicto. Y es que la Gran Guerra resultó ser la primera conflagración a la que puede darse un carácter total, no sólo por el número y localización de los contendientes, sino por cómo vino a afectar al conjunto de elementos que conformaban las sociedades de los estados participantes. Toda guerra parece, después de ocurrida, inevitable. Lo cierto es que los intentos por evitar el conflicto resultaron minoritarios e inútiles, incluso los llevados a cabo por el movimiento obrero, que se vio antes movilizado por el sentimiento patriótico que por el de clase. Por otra parte, los mecanismos e instrumentos diplomáticos lejos de servir, como antes, para neutralizar las tensiones, como es el caso del sistema de alianzas, resultaron justo para lo contrario, conduciendo a unas potencias junto a otras a entrar en guerra contra las oponentes. La propia carrera de armamentos y el papel preponderante de los militares poco ayudaban para evitar un futuro conflicto. El sentimiento nacional imperante, inflamado por el revanchismo, el irredentismo y los choques coloniales servián como combustible ante la opinión pública, creando un estado de ánimo más propicio hacia un enfrentamiento que para el mantenimiento de la paz. El despertar del nacionalismo en amplios territorios de Europa central y de los Balcanes empujaban también a una situación difícil de resolver por la diplomacia, provocando una actitud recelosa y vigilante por parte de los imperios que ejercía su tutela y trataban de mantener su preponderancia. La propia situación económica, que derivaba en una voraz competencia en la búsqueda de mercados, que implicaba la adopción de políticas proteccionistas que limitaban las relaciones comerciales y ahondaban la crisis, mostraba una verdadera guerra económica, en la que se dilucidaba una hegemonía económica y comercial cada vez más disputada, en la que Inglaterra se veía obligada a ceder su dominio no sólo ante Alemania, sino también ante los Estados Unidos y Japón, llamadas a convertirse en las grandes potencias mundiales. De ahí que, a la altura de 1914, a muy pocos les extreñara el estallido de una guerra, si bien la que se esperaba no era del grado ni del calado de la que vino a desarrollarse. La que vino a convertirse en la primera “guerra total”, se inició sin que ninguno de los contendientes pudiera concebir semejante alcance. A pesar de disponer de ciertos indicios sobre las características militares y armamentísticas de los enfrentamientos (desde la guerra franco-prusiana a los conflictos en los Balcanes, pasando por la guerra ruso-japonesa), no s tuvo conciencia de lo que podría significar el que los estados industrializados más avanzados del planeta pudieran ponerse en guerra entre ellos. El desarrollo de los transportes, con su capacidad de ampliar e involucrar territorios y espacios en una conflagración, además de la rapidez de los movimientos y el volumen capaz de movilizarse. La capacidad de intervención de los estados, que llevó a orientar la dinámica económica y productiva hacia las necesidades de la guerra (economía de guerra), logrando la movilización masiva de los ciudadanos, tanto para el frente como para las fábricas. Una militarización de la economía y de la sociedad que iba a provocar, además del descenso productivo de estos países y por tanto la crisis y hasta el desabastecimiento, el incremento espectacular de sus déficits y deudas públicas, cuyo peso se hará sentir en los años de la posguerra. El refuerzo de los poderes ejecutivos, mermando las capacidades y funciones de los parlamentos, permitiendo a gobiernos y jefes de estado el disponer del poder suficiente para actuar libremente en esa coyuntura, altamente influidos y condicionados por el propio aparato militar y los altos oficiales de sus ejércitos, limitando los derechos y libertades, que quedaron en suspenso durante la contienda, incluyendo al movimiento obrero y a sus organizaciones, que permanecieron aletargadas y sin capacidad de acción y lucha. En un contexto social favorable al naconalismo y al patriotismo, tuvieron también su papel y efecto los instrumentos y mecanismos de propaganda de masas, que ayudaron al encuadramiento y control de la ciudadanía. Las nuevas tecnologías aplicadas a la industria militar, con una capacidad de destrucción masiva espeluznante: armas de repetición, tanques, granadas, obuses, armas químicas, aviación y un amplio abanico de instrumentos diseñados para matar más y mejor abrieron un nuevo mundo en el arte de la guerra. Esto condujo a una cierta paradoja, ya que, en un principio, se mantuvieron las estrategias militares antiguas, planteadas en grandes choques y campañas, manteniéndose el cuerpo a cuerpo definido en el típico enfrentamiento de caballería primero y a bayoneta después, con unas armas en las que hombres y caballos resultaban demasiado vulnerables. Si a eso le sumamos el que la guerra no se limitase al campo de batalla, sino que afectase igualmente a la retaguardia, convirtiéndose la población civil también en objetivo de guerra, por medio de los asedios, los bombardeos y destrucciones, podemos imaginar el alto grado de crueldad y de muertes que resultaron. De ahí la escalofriante cifra de muertes, tanto militares como civiles, causados por la contienda, difíciles de cuantificar, pero que pueden ir desde los 10 a los 31 millones. Si a esto sumamos los heridos y mutilados, que pueden alcanzar el número de más de veinte millones, y la destrucción física de infraestructuras, edificios, fábricas y ciudades, tendremos una imagen cercana al grado de horror y sufrimiento que se pudo vivir en esos años de guerra. Cuando a comienzos de agosto de 1914 estalló «la Gran Guerra», Europa no había conocido ningún conflicto general desde el fin de las guerras napoleónicas. ¿Por qué después de un siglo todas las grandes potencias se vieron de nuevo envueltas en una lucha «total»? Las circunstancias de una crisis diplomática —la de julio de 1914— no bastan para explicarla. Ante todo, es necesario tener en cuenta el estado de las relaciones internacionales en el curso de los diez años precedentes. Entre 1904 y 1914, en cuatro ocasiones, Europa había visto surgir la amenaza de una guerra general: en 1905-1906, con ocasión de las iniciativas tomadas por Alemania para dificultar la expansión francesa en Marruecos; en febrero-marzo de 1909, a consecuencia de la anexión de Bosnia-Herzegovina por Austria-Hungría; en julio-agosto de 1911, con ocasión de la nueva crisis marroquí provocada por la política alemana; y en 1912-13, durante las dos guerras balcánicas, las cuales habían enfrentado peligrosamente los intereses de Rusia y de Austria-Hungría. Salvo en 1907 y en 1910, la paz había estado vacilando constantemente. ¿Cuáles eran las causas profundas de esta precariedad? Por una parte, las vigorosas manifestaciones del sentimiento nacional, bajo la forma de los movimientos protestatarios de las «minorías nacionales», o bien de los nacionalismos expansionistas de los grandes estados; por otra, la rivalidad de los intereses económicos y financieros. Estas corrientes del sentimiento nacional y estos intereses materiales habían contribuido, al mismo tiempo que las crisis políticas, a formar las mentalidades. Mentalidad de los jefes de Estado o de gobierno: pensaban que esta guerra general, cuatro veces amenazadora, no tardaría en estallar. Unos la creían probable y otros necesaria (Guillermo II empleó esta palabra en una entrevista con el rey de Bélgica en noviembre de 1913). Tenían tendencia a razonar y a obrar como si la corriente fuera invencible. La mayor preocupación de cada uno era, pues, reforzar sus alianzas en interés de su seguridad. Mentalidad de los estados mayores: tenían el deber de poner su ejército y su flota en posición de afrontar esta guerra; por lo tanto, querían aumentar los recursos en material y acrecentar los efectivos del tiempo de paz para reducir el plazo necesario a la movilización. La carrera de armamento terrestre entre Alemania, Francia y Rusia, y de armamento naval entre Alemania y Gran Bretaña, había sido la consecuencia de la tensión diplomática, pero también había contribuido a agravarla, pues los gobiernos, para hacer aceptar los nuevos impuestos militares, habían sido inducidos a hacer vibrar la «cuerda» nacionalista. En esta carrera de armamentos, el que poseía una superioridad y que sabía que esta ventaja sería tan sólo momentánea, estaba tentado de aprovecharla. Este era el estado de ánimo del estado mayor general alemán en 1913. Mentalidad de los pueblos: prestaban más atención a la propaganda nacionalista que a los llamamientos pacifistas; después de estas alarmas repetidas, iban a experimentar una resignación fatalista ante la perspectiva de la guerra; ciertos medios pensaban incluso que, para escapar de la tensión nerviosa, sería mejor «ponerle fin». Después de un largo período de paz —aunque una paz un tanto inquieta—, estos pueblos no se daban cuenta de lo que iba a significar la llamada a las armas. Pierre Renouvin, “La I Guerra Mundial”, 1979. 1. A partir del texto de Renouvin, plantea y explica cuáles fueron las “causas profundas” que provocaron el estallido de la guerra. 2. Renouvin presta especial atención al análisis de las “mentalidades” para explicar el porqué del conflicto. ¿Por qué crees que resulta importante conocer este aspecto de la historia? ¿Cómo condicionaron las distintas mentalidades el discurrir de los acontecimientos y, finalmente, el estallido de la guerra? Francia no está aún preparada para el combate. Inglaterra se enfrenta con dificultades interiores y coloniales. Rusia rechaza la guerra, porque teme la revolución interior. ¿Vamos a esperar a que nuestros adversarios estén preparados o debemos aprovecharnos del momento favorable para provocar la decisión? Esta es la grave cuestión que hay que zanjar. El ejército austriaco es aún fiel y útil. Italia está todavía firmemente ligada a la Triple Alianza e incluso si prefiere (...) mantener la paz para restañar las heridas de la última guerra, sabe (...) que si Alemania es derrotada, quedará sin remedio a merced de la violencia de Francia e Inglaterra y perderá su posición independiente en el Mediterráneo (...) Podemos igualmente contar llegado el caso con Turquía y Rumania (...) Podríamos tener la dirección de la política europea mediante una ofensiva resuelta, y podríamos asegurar nuestro porvenir. Esto no quiere decir que debamos provocar la guerra; pero allá donde se manifieste un conflicto de intereses (...) no debemos retroceder, sino solucionarlo mediante la guerra y comenzarla con una ofensiva resuelta, poco importa el pretexto, porque no se trata de ese conflicto, sino de nuestro porvenir, lo que está en juego. Extracto de un artículo del diario alemán “Die Post”, 24 de febrero de 1914. La historia de estos últimos años, y especialmente los acontecimientos del 28 de junio, han demostrado la existencia en Serbia de un movimiento subversivo cuyo fin es separar de la monarquía austro-húngara algunas partes de su territorio (...), El gobierno real serbio debe comprometerse a: 1, Suprimir toda publicación que excite al odio y al menosprecio de la monarquía (...). 2. Eliminar inmediatamente la sociedad llamada “Narodna Odbrana” y confiscar todos sus medios de propaganda (...). 3. Eliminar sin demora la instrucción pública en Serbia (...), todo lo que sirva o pueda servir para fomentar la propaganda contra Austria-Hungría. 4. Separar del servicio militar y de la administración a todos los oficiales y funcionarios culpables de la propaganda contra la monarquía austro-húngara, de los cuales el gobierno imperial y real se reserva el comunicar los hechos y los nombres al gobierno real (...). 6. Abrir una encuesta judicial contra los participantes en el complot del 28 de junio que se encuentran en territorio serbio (...). 8. Impedir el concurso de las autoridades serbias en el tráfico ilegal de armas y explosivos a través de la frontera. El gobierno imperial y real espera la respuesta del gobierno real lo más tarde hasta el sábado 25 de este mes, a las cinco de la tarde. Ultimátum de Austria-Hungría a Serbia, 24-7-1914. Nadie niega hoy, como nadie dudó entonces, que el ultimátum austríaco introdujo no sólo la posibilidad de guerra, sino de guerra general, Los estadistas de Viena conocían este riesgo, así como los estadistas alemanes lo habían advertido en las conversaciones de Berlín a principios de julio. Rusia, que se consideraba a sí misma como protectora de los europeos eslavos de los Balcanes, no habría permitido que Serbia fuera aplastada ni que se transformase, de un reino independiente, en una especie de protectorado de la Doble Monarquía (Austria-Hungría). El ultimátum era un reto a Rusia. Toda Europa se dio cuenta de que la iniciativa, cargada de amenazas, había venido de Austria y que no habría sido tomada sin la promesa de apoyo dada en Berlín. Raymond Aron. Un siglo de guerra total. 1. ¿Cuáles son las condiciones favorables que podía aprovechar Alemania para participar en una guerra? 2. ¿Por qué resultaba a Alemania conveniente el que estallase un conflicto en Europa? ¿Qué es lo que llevaba a Alemania a desear una guerra? 3. Y al resto de los países contendientes, ¿les interesaba también una guerra? 4. ¿Cuáles fueron los verdaderos motivos del ultimátum del imperio austríaco a Serbia? ¿Por qué Rusia apoyó a Serbia ante las amenazas austríacas? 5. ¿Qué hizo que, a partir de este conflicto diplomático, los estados europeos pasaran a declararse unos a otros la guerra? ¿Cuáles fueron los dos grandes bandos que se formaron y qué países tomaron parte? En el pasado, prácticamente ninguna de las guerras no revolucionarias y no ideológicas se había librado como una lucha a muerte o hasta el agotamiento total. En 1914, no era la ideología lo que dividía a los beligerantes (...) ¿Por qué, pues, las principales potencias de ambos bandos consideraron la Primera Guerra Mundial como un conflicto en que solo se podía contemplar la victoria o la derrota total? La razón es que, a diferencia de otras guerras anteriores, impulsadas por motivos limitados y concretos, la Primera Guerra Mundial perseguía objetivos ilimitados. En la era imperialista se había producido la fusión de la política y la economía. La rivalidad política internacional se establecía en función del crecimiento y la competitividad de la economía pero el rasgo característico era precisamente que no tenía límites. (...) De manera más concreta, para las dos beligerantes principales, Alemania y Gran Bretaña, el límite tenía que ser el cielo, pues Alemania aspiraba a alcanzar una posición política y marítima mundial como la que ostentaba Gran Bretaña, lo cual automáticamente relegaría a un plano inferior a una Gran Bretaña que ya había iniciado el declive. Era el todo o nada. (...) Era un objetivo absurdo y destructivo que arruinó tanto a los vencedores como a los vencidos. Precipitó a los países derrotados en la revolución y a los vencedores en la bancarrota y en el agotamiento material. Eric J. Hobsbawm. Historia del siglo XX. 1914-1991. Tanto en Francia como en Alemania se esperaba que las batallas serían luchadas y ganadas en unas pocas semanas. Se pensaba que las reservas de equipo y municiones de tiempo de paz bastarían para las necesidades estratégicas que llevarían a la victoria. El resultado en Francia de este notable optimismo fue que, el 15 de septiembre, después de 30 días de operaciones, los stocks estaban medio vacíos y los arsenales disponían sólo de 120.000 proyectiles para cañones de 75 mm. Si en octubre las reservas de tiempo de paz no se hubieran agotado virtualmente al mismo tiempo en ambos lados, la carencia de municionamiento hubiera dado a uno o a otro la decisión vanamente buscada en el campo de batalla. Durante los dos primeros años, los cañones de un calibre fueron abastecidos únicamente a expensas de los de distinto calibre. Hasta 1917 no pudo la producción atender más o menos eficientemente a la demanda del campo de batalla. En lugar de 50.000 empleados, se tomaron 1.600.000 en las fábricas destinadas a la defensa y, a estos obreros, hay que añadir los que en Estados Unidos trabajaban directa o indirectamente en apoyo de los aliados. Los ministros y sus consejeros militares creían que estaban llevando a cabo una guerra «como otra cualquiera», esperando que su desenlace se determinara en unas pocas batallas de aniquilamiento. En realidad, había entregado a los pueblos de sus naciones a un largo proceso de desgaste. Raymond Aron. Un siglo de guerra total. 1. Leyendo el primer texto de Hobsbawm, ¿que es lo que hizo de este conflicto el que se convirtiera en una “guerra total”? ¿Podía haberse solucionado el conflicto sin vencedores ni vencidos? ¿Cómo influyó esto en la duración y extensión de la guerra? 2. ¿Cómo se preveía, en un principio, el desarrollo de la guerra? ¿Cuál fue la estrategia militar inicial? Busca información relativa a la “Guerra de movimientos”, al Plan Schileffen y la “Línea Maginot”. 3. ¿Qué es lo que hizo que el conflicto no se resolviera en una guerra rápida y pasara a ser una guerra de desgaste? ¿Dónde se situaron los principales frentes de batalla? Busca información acerca de la “Guerra de posiciones”. 4. ¿Qué nuevas estrategias planteó el nuevo rumbo de la guerra? El concebir una guerra de larga duración, ¿que exigió a los estados contendientes? ¿Cómo alteró esto la realidad política, económica y social de los paises en guerra? De vez en cuando, sus generales intentaban poner fin a esa situación de parálisis. Durante días, o incluso semanas, la artillería realizaba un bombardeo incesante (...) para "ablandar" al enemigo y obligarle a protegerse en los refugios subterráneos hasta que en el momento oportuno oleadas de soldados saltaban por encima del parapeto, protegido por alambre de espino, hacia la "tierra de nadie", un caos de cráteres de obuses anegados, troncos de árboles caídos, barro y cadáveres abandonados, para lanzarse contra las ametralladoras que, como ya sabían, iban a segar sus vidas. En 1916 (febrero-julio) los alemanes intentaron sin éxito romper la línea defensiva en Verdún, en una batalla en la que se enfrentaron dos millones de soldados y en la que hubo un millón de bajas. La ofensiva británica en el Somme (...) costó a Gran Bretaña 420.000 muertos (60.000 sólo el primer día de la batalla). No es sorprendente que para los británicos y los franceses (...) aquella fuera la "gran guerra", más terrible y traumática que la segunda guerra mundial. Eric Hobsbawn; Historia del Siglo XX; 1995. Muchos veteranos de esta guerra han hablado de lo que recuerdan de los heridos. Pero lo que causó una impresión tan profunda como ésta, fue otro aspecto del conflicto, menos frecuente: la presencia constante de los muertos. En otras guerras anteriores, el conflicto había durado unos pocos días, como máximo. Había tenido un comienzo y un fin, tras el cual se habían enterrado los cadáveres de ambos contendientes. Pero esta guerra era diferente: los combates duraban meses; el fuego de la artillería descuartizaba a los hombres en un instante; y la línea del frente apenas se movía. Por lo tanto, en la línea de trincheras que se extendía desde Suiza hasta el canal de la Mancha estaban esparcidos los restos de tal vez un millón de hombres. Los soldados comían junto a ellos, bromeaban a su costa y les despojaban de todo lo que tenían. (...) Los soldados tenían que seguir adelante en presencia de innumerables cadáveres, algunos conocidos, la mayoría anónimos. Los que eran enterrados a menudo volvían a aparecer durante los bombardeos y, a veces, se les volvía a sepultar para defender, literalmente, las trincheras en las que ellos mismos habían combatido. Muchos recuerdan el hedor de la descomposición y las moscas volando sobre los cadáveres en grandes cantidades, sobre todo durante los meses de verano. Todo el mundo aborrecía las ratas. Resulta difícil imaginar cómo debía de ser un lugar tan espantoso. Todavía hoy se pueden encontrar huesos humanos en los alrededores de Verdún. J. M. Winter. La Primera Guerra Mundial. 1. Uno de los aspectos más destacables de la I Guerra Mundial fue el elevado número de muertos en conflicto. ¿A qué se debió semejante cantidad de víctimas en la guerra? 2. ¿Cómo era la vida en los frentes de batalla? ¿En qué consistía la guerra de trincheras? 3. Busca información relativa a la guerra área y a la guerra submarina en la I Guerra Mundial, indicando los motivos y consecuencias de estas nuevas “artes” de la guerra. 4. La figura del excombatiente es típica de toda guerra, pero fue especialmente importante tras la I Guerra Mundial, tanto por la importancia de su número como por la experiencia sufrida. Trata de hacer un semblante de su situación y condición tras vivir las penalidades de la guerra y, a su regreso, vivir la realidad de una crisis económica. A través de las calles de Europa aparecía cada pueblo con su pequeña antorcha, y ahora ahí está el incendio (...) La política colonial de Francia, la política hipócrita de Rusia y la brutal voluntad de Austria han contribuido a crear la situación terrible en la que nos encontramos. Europa se debate en una gran pesadilla (...) Ciudadanos, a pesar de todo, y os digo esto como una especie de desesperación, no hay más que una posibilidad de mantener la paz y de salvar la civilización, desde el momento en que estamos amenazados de muerte y salvajismo, la de que el proletario reúna todas sus fuerzas, y que todos los proletarios, franceses, ingleses, alemanes, italianos, rusos, pidamos a esos millones de hombres que se junten para que el latido unánime de sus corazones aleje la horrible pesadilla. Jean Jaurès: Discurso en Lyon, 23 de julio de 1914 El proletariado socialista ha luchado durante largos años contra el militarismo. Pero los partidos socialistas y las organizaciones obreras de algunos países, pese a haber contribuido a la elaboración de estas decisiones, se han desentendido, desde el comienzo de la guerra, de las obligaciones que aquellas implicaban. ¡Proletarios! Desde el desencadenamiento de la guerra habéis puesto todas vuestras fuerzas, todo vuestro valor y vuestra resistencia al servicio de las clases poseedoras para mataros los unos a los otros. Es necesario que hoy volváis al campo de la lucha de clases y actuéis por vuestra propia causa, por el sagrado objetivo del socialismo, por la emancipación de los pueblos oprimidos y de las clases sometidas. Manifiesto de Zimmerwald. 7 de septiembre de 1915. 1. ¿Qué llevó a las masas populares de los estados contendientes a apoyar la guerra y participar como combatientes? ¿Qué papel jugaron los medios de comunicación? 2. ¿Qué papel confería Jaurés al proletariado para la solución de la guerra? 2. Durante el conflicto, el movimiento obrero y la acción de las organizaciones socialistas sufrieron un franco retroceso, tanto por la participación de los trabajadores en la guerra como por las medidas represivas adoptados por los estados. ¿Cuál fue la posición adoptada por la Internacional ante la guerra? 2. ¿Una paz duradera? Fue a partir de 1917, con el desarrollo de la revolución rusa y, principalmente, con la entrada en guerra de los Estados Unidos, cuando el conflicto acabó por definirse. Más allá de la asimetría numérica entre uno y otro bando, lo cierto es que el conflicto había entrado en una situación estacionaria, sin que ninguno de los contendientes fuera capaz de decidir la guerra. Hubo que esperar a la entrada en liza de Japón y Estados Unidos para decantar la guerra a favor de los aliados, sin que el armisticio firmado por Rusia sirviera de alivio en el frente oriental para las tropas de la Alianza. A esto hay que añadir los propios conflictos internos vividos en Alemania, que en previsión de la derrota tomaban posiciones ante el probable giro de los acontecimientos y el fin de un régimen incapaz de resistir por más tiempo. Llegado a ese punto, era necesario sentar las bases para definir el nuevo orden internacional, aleccionados por las enormes destrucciones de la guerra, provocada, al fin y al cabo, por unas relaciones comerciales, políticas y coloniales consideradas caducas y equivocadas. Además, la guerra había puesto en evidencia la superioridad de nuevas potencias emergentes, con Estados Unidos a la cabeza, lo que implicaba su papel hegemónico a nivel mundial. Por otra parte, el triunfo de la revolución en Rusia planteaba nuevas incertidumbres y preocupaciones, lo que llevaba a cerrar filas a los estados occidentales ante el temor de una oeada revolucionaria, lo que vendría a suceder en breve. De ahí la necesidad de ahondar la senda de la parlamentarización y democratización de los regímenes liberales, al objeto de incorporar a los trabajadores en el seno de los estados y reducir su carácter revolucionario. Asimismo, era necesario neutralizar el fermento nacionalista latente en Europa, que tanta participación había tenido en el conflicto, introduciéndose en el derecho internacional el principio de autodeterminación y la naturalización de los nuevos estados surgidos de la descomposición de los antiguos imperios. Para todo ello era necesario establecer un nuevo marco en las relaciones internacionales que tratara de evitar, en el futuro, el peligro de una nueva conflagración como la ocurrida, tratando de evitar en los estados vencidos toda tentación de desquite o revancha, imponiendo restricciones al desarrollo de la carrera de armamentos, que tan fatales resultados había provocado años atrás. 1. Prohibición de la diplomacia secreta en el futuro. 2. Absoluta libertad de navegación en la paz y en la guerra fuera de las aguas jurisdiccionales. 3. Desaparición de las barreras económicas. 4. Garantía de la reducción de los armamentos nacionales. 5. Reajuste, absolutamente imparcial, de las reclamaciones coloniales (...). 6. Evacuación de todo el territorio ruso, dándose a Rusia la oportunidad para su desarrollo. 7. Restauración de Bélgica en su completa y libre soberanía. 8. Liberación de todo el territorio francés y reparación de los perjuicios causados por Prusia en 1871. 9. Reajuste de las fronteras italianas de acuerdo con el principio de nacionalidad. 10. Desarrollo autónomo de los pueblos de Austria-Hungría. 11. Evacuación de Rumania, Serbia y Montenegro, concesión de un acceso al mar a Serbia y arreglo de las relaciones entre los Estados balcánicos de acuerdo con sus sentimientos y el principio de la nacionalidad. 12. Seguridad de desarrollo autónomo de las nacionalidades no turcas del Imperio Otomano. 13. Polonia, estado independiente, con acceso al mar. 14. Asociación general de naciones, a constituir mediante pactos específicos con el propósito de garantizar mutuamente la independencia política y la integración territorial, tanto de los estados grandes como e los pequeños. La propuesta del presidente Wilson. 1918. Los Estados Unidos de América, imperio británico, Francia, Italia, Japón, potencias designadas por el presente tratado como las principales potencias aliadas y asociadas, de una parte (...) y Alemania, por otra, han convenido las siguientes disposiciones (...): Art. 42. Se prohíbe a Alemania mantener o construir fortificaciones, sea sobre el lado izquierdo del Rin, sea sobre su lado derecho. Art. 43. Se prohíbe igualmente en la zona definida en el art. 42, el mantenimiento y la concentración de fuerzas armadas (...). Art. 45. En compensación de la destrucción de las minas de carbón en el norte de Francia (...) Alemania cede a Francia la propiedad entera y absoluta de las minas de carbón situadas en el Sarre. Art. 119. Alemania renuncia, en favor de las principales potencias aliadas y asociadas, a todos sus derechos y títulos sobre sus posesiones en ultramar. Art. 160. El ejército alemán será destinado exclusivamente al mantenimiento del orden sobre el territorio y a la policía de fronteras. Art. 231. Los gobiernos aliados y asociados declaran y Alemania reconoce que Alemania y sus aliados son responsables, por haberlos causado, de todas las pérdidas y todos los daños sufridos por los gobiernos aliados y sus naciones como consecuencia de la guerra, que les ha sido impuesta por la agresión de Alemania y sus aliados. Art. 232. Los gobiernos aliados y asociados exigen y Alemania adquiere el compromiso de que sean reparados todos los daños causados a la población civil de las potencias aliadas y asociadas, y a sus bienes. Tratado de Versalles. 1919. Si lo que nos proponemos es que, por lo menos durante una generación Alemania no pueda adquirir siquiera una mediana prosperidad; si creemos que todos nuestros recientes aliados son ángeles puros y todos nuestros recientes enemigos, alemanes, austriacos, húngaros y los demás son hijos de del demonio; si deseamos que, año tras año, Alemania sea empobrecida y sus hijos se mueran de hambre y enfermen, y que esté rodeada de enemigos (...) Si tal modo de estimar a las naciones y las relaciones de unas con otras fuera adoptado por las democracias de la Europa occidental, entonces, ¡que el Cielo nos salve a todos!. Si nosotros aspiramos deliberadamente al empobrecimiento de la Europa central, la venganza, no dudo en predecirlo, no tardará. J. M. Keynes. Las consecuencias económicas de la paz, 1919. 1. ¿Que pretendía Wilson con sus 14 puntos? ¿Cuáles eran los problemas que pretendia resolver? Detállalos uno a uno. 2. ¿Cómo crees que eran las condiciones impuestas a Alemania? ¿Resultaban justas? ¿Eran las más apropiadas para el establecimiento de una paz duradera? ¿Por qué? 3. ¿Era el juicio de Keynes afortunado al prever el surgimiento del revanchismo en Alemania? ¿Por qué? ¿Cuáles crees que iban a ser los motivos del descontento alemán? 4. Busca información acerca de la Sociedad de Naciones. 3. Cronología. 1914 Abril-diciembre: desastres aliados en los Hungría en la guerra contra Italia y vence en Declaraciones de guerra: Dardanelos frente a los turcos. Caporetto. 28 de junio Asesinato del Archiduque Fran- 23 de mayo: Italia declara la guerra a Aus- Noviembre Rusia: Revolución de Octubre cisco Fernando y su esposa en Sarajevo tria. 28 de julio Austria–Hungría declara la gue- 11 de Octubre: Bulgaria se une a los impe1918 rra a Serbia. rios centrales. Finalización de la guerra: 1-3 de agosto Alemania declara la guerra a Octubre: Desembarco aliado en Salónica. 8 de enero: Los 14 puntos de Wilson. Rusia y Francia Noviembre: Serbia es derrotada sin paliati- 3 de marzo: Tratado ruso-alemán de Brest 7 de agosto: Austria declara la guerra a vos en la llanura de Kosovo Polje. Serbia y Litovsk. Rusia. Montenegro son conquistadas por los ejérci- Mayo: Ofensiva alemana en Francia. Agosto: contraofensiva francesa de Foch. 12 de agosto: Francia y Gran Bretaña decla- tos centrales. septiembre: retirada alemana a la Línea Sigran la guerra Austria. 1916 frido. Guerra de movimientos: 14 de agosto Alemania invade Bélgica, país 21 de Febrero: Ofensiva alemana en Ver29 de septiembre: Armisticio aliado con Bulneutral. garia. dún. 23-25 de agosto: Japón declara la guerra a 31 de mayo: Batalla naval de Jutlandia. Octubre: independencia de húngaros, cheAlemania y Austria. cos y yugoslavos. Junio: Rusia ocupa Bucovina y la parte Agosto: Ofensiva germana contra Bélgica Oriental de Galitzia, pero sufre enormes 30 de octubre: capitulación de Turquía. (Ofensiva Joffre). Ofensiva rusa contra Pru- bajas (2 millones de hombres) en la prolon- 3 de Noviembre. capitulación de Austria. sia Oriental, derrota de los rusos en Tannen- gada ofensiva. 9 de noviembre. Abdicación de Guillermo II. bery. Julio: Franceses y Británicos inician la ofen- 11 de noviembre: capitulación alemana. Septiembre El ejército francés, mandado 29 de noviembre: Armisticio de Bulgaria. siva del Somme. por Joffre, detiene en el Marne el avance 27 de Agosto: Rumania se une a los aliados alemán, al tiempo que el frente occidental 23-24 de noviembre: Grecia declara la gue1919. se estanca. rra Bulgaria y Alemania. Tratados de paz. Inicio de la guerra de posiciones. Abril: creación de la Sociedad de Naciones. 26-30 de agosto: Derrota rusa en Tannen1917 Junio: Tratado de Versalles con Alemania. berg. Definición de la guerra: entrada en el Octubre: Tratado de Saint-Germain con 5-13 septiembre: Victoria de Joffre en el conflicto de Estados Unidos y RevoluAustria. ción rusa. Marne. 6-15 septiembre: Derrota rusa en los lagos 31 de enero: Alemania inicia la “guerra sub- Junio: Tratado de Trianon con Hungría. Agosto: Tratado de Sévres con Turquía. marina total” contra barcos mercantes. Masurianos. Noviembre: Tratado de Neuilly con Bulgaria. Marzo: Comienza la Revolución Rusa 29 octubre Turquía se une a los imperios centrales. 1915 Febrero: Ofensiva aliada infructuosa 26 de abril: Italia firma el tratado de Londres. 6 abril: Los Estados Unidos declaran la guerra a Alemania. 26 de junio: Llegan las primeras tropas norteamericanas a Europa. Julio: Ofensiva aliada en Flandes. 24 de Octubre: Alemania ayuda a Austria- 1919 1918 1917 1916 1915 1914 30/06 30/06 30/06 30/06 30/06 30/06 1920 1919 1918 1917 1916 1915