Tríptico para examen de conciencia

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Parábola del Padre bueno (Lc 15,11-32)
La CONFESION
de los pecados
Seguro que te has visto reflejado en muchos de estos puntos. No temas: Dios te espera para perdonarte. Pide a Dios que te inspire un verdadero arrepentimiento y una sincera confesión de tus pecados.
Acércate al sacerdote, quien te acoge y perdona en
el nombre del Señor.
• Comienzas haciendo la señal de la cruz: En el
nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Saludas a María: Ave maría, purísima.
•Dices el tiempo transcurrido desde la última
confesión.
•A continuación dices aquello en lo que has
faltado en el amor a Dios y al prójimo.
• Habla con libertad, sin excusarte ni agobiarte.
• Si lo necesitas, pide al sacerdote que te aclare tus posibles dudas y te indique los medios
para superar tus pecados.
ACTO DE CONTRICIÓN
Jesús, mi Señor y Redentor, yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy, y me
pesa de todo corazón porque con ellos he ofendido a un Dios tan bueno. Propongo firmemente no
volver a pecar y confío en que por tu infinita misericordia me has de conceder el perdón de mis pecados, y me has de llevar a la vida eterna.
Dijo Jesús: «Un hombre tenía dos hijos; y el menor de ellos dijo
al padre: “Padre, dame la parte de la hacienda que me corresponde.” Y él les repartió la hacienda. Pocos días después el hijo
menor lo reunió todo y se marchó a un país lejano donde malgastó su hacienda viviendo como un libertino. «Cuando hubo
gastado todo, sobrevino un hambre extrema en aquel país, y
comenzó a pasar necesidad. Entonces, fue y se ajustó con uno
de los ciudadanos de aquel país, que le envió a sus fincas a apacentar puercos. Y deseaba llenar su vientre con las algarrobas
que comían los puercos, pero nadie se las daba. Y entrando en
sí mismo, dijo: “¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen pan en
abundancia, mientras que yo aquí me muero de hambre! Me
levantaré, iré a mi padre y le diré: Padre, pequé contra el cielo
y ante ti. Ya no merezco ser llamado hijo tuyo, trátame como a
uno de tus jornaleros.” Y, levantándose, partió hacia su padre.
«Estando él todavía lejos, le vio su padre y, conmovido, corrió,
se echó a su cuello y le besó efusivamente. El hijo le dijo: “Padre, pequé contra el cielo y ante ti; ya no merezco ser llamado
hijo tuyo.” Pero el padre dijo a sus siervos: “Traed aprisa el
mejor vestido y vestidle, ponedle un anillo en su mano y unas
sandalias en los pies. Traed el novillo cebado, matadlo, y comamos y celebremos una fiesta, porque este hijo mío estaba
muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y ha sido hallado.”
Y comenzaron la fiesta. .«Su hijo mayor estaba en el campo y, al
volver, cuando se acercó a la casa, oyó la música y las danzas; y
llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello. . El
le dijo: “Ha vuelto tu hermano y tu padre ha matado el novillo
cebado, porque le ha recobrado sano.” El se irritó y no quería
entrar. Salió su padre, y le suplicaba. Pero él replicó a su padre:
“Hace tantos años que te sirvo, y jamás dejé de cumplir una
orden tuya, pero nunca me has dado un cabrito para tener una
fiesta con mis amigos; y ¡ahora que ha venido ese hijo tuyo, que
ha devorado tu hacienda con prostitutas, has matado para él el
novillo cebado!” «Pero él le dijo: “Hijo, tú siempre estás conmigo, y todo lo mío es tuyo; pero convenía celebrar una fiesta y
alegrarse, porque este hermano tuyo estaba muerto, y ha vuelto
a la vida; estaba perdido, y ha sido hallado.”»
Da gracias al Señor
porque es bueno,
porque es eterna su misericordia
Descubre
el GOZO del
perdOn de
DIOS
Todos somos conscientes de nuestra propia
fragilidad, esa que San Pablo resume así:
“Conociendo el bien que quiero hacer, no lo
hago; el mal que no quiero hacer, eso es lo
que hago” (Rom 7,19). Gracias al Amor misericordioso de Dios podemos encontrar la salvación
y la paz. En Jesucristo, el Padre nos ha salido
al encuentro para concedernos el perdón de
nuestros pecados, y nos ha devuelto la dignidad de hijos de Dios.
Descubre ahora ese perdón y vive la experiencia gozosa de la misericordia en el sacramento de la Penitencia. Acércate al sacerdote
y escucha, a través de él, las palabras salidas
de los labios de Jesús: “Vete en paz. Tus pecados quedan perdonados” (Mc, 2,5)
DIÓCESIS
DE BURGOS
El examen de conciencia,
un examen de
¿ ¿
cOmo
¿
CONFESARSE
El amor y el perdón de Jesús
Quizás no sepas muy bien de qué has de confesarte. En
resumen, se trata de ver en qué has fallado en el único
mandamiento que Jesús nos enseñó: El amor a Dios y el amor
al prójimo, que se concreta en los DIEZ MANDAMIENTOS:
1
El amor a Dios
o
AMARÁS A DIOS SOBRE TODAS LAS COSAS
Pero yo me olvido de Dios, Mis días pasan sin rezar,
sin pensar en él. Tengo ídolos que ocupan su lugar: el
abuso de la TV, de los video-juegos, del cuidado de mi
físico, de los juegos de azar; incluso acudo a la magia
o al espiritismo.
Me esfuerzo muy poco por conocer el Evangelio y la
enseñanza de la Iglesia. También descuido la educación
religiosa de mis hijos…
2
NO TOMARÁS EL NOMBRE DE DIOS EN VANO
Pero yo hablo de Dios sin respeto y cuando escucho
a otros blasfemar, me falta valor par mostrarme
cristiano. Cuando las cosas no salen como quiero, o
sufro, o estoy enfermo, o muere alguien, echo las
culpas a Dios.
El perdón es siempre personal. Jesús vino a
buscar a cada pecador en sus circunstancias
concretas: Zaqueo, María Magdalena, el “Buen
ladrón”.
Hoy también quiere perdonarte a ti de todo
aquello que te hace sufrir y te dice: “Venid a
Mí los cansados y agobiados, y yo os aliviaré!”
El amor al projimo
Antes de pensar en tus pecados
piensa en el amor que Dios te tiene.
Dios es tu Padre; Cristo ha dado la vida por ti;
vas a recibir su Espíritu, que te guiará por la
senda del bien.
3
También puedo llegar a destruir mi propia vida y la de
otros por el consumo del tabaco, el alcohol, la droga o
la conducción irresponsable,…
6 9
o
NO COMETERÁS ACTOS IMPUROS
Y
o
NO CONSENTIRÁS PENSAMIENTOS NI DESEOS
IMPUROS
Pero yo no guardo siempre la castidad y la pureza.
Busco en películas, revistas o internet imágenes que
me desvíen del verdadero sentido de la sexualidad.
Contribuyo al terrible negocio del sexo. Tampoco soy
siempre fiel a mis compromisos matrimoniales.
7
o
o
4
SANTIFICARÁS LAS FIESTAS
Pero yo falto a misa cuando quiero. Cuando voy, a
veces lo hago sólo por cumplir, sin convicción: llego
tarde, me distraigo y no agradezco los dones recibidos.
8
HONRARÁS A TU PADRE Y A TU MADRE
Pero a mí me cuesta amar a mi familia. En casa me falta
paciencia, siempre quiero tener la razón e imponerme
a los demás. Cuando me enfado, me cuesta perdonar.
Utilizo a las personas según mi conveniencia. Soy
perezoso a la hora de colaborar en el hogar. No actúo
siempre con misericordia con los que me rodean.
¡NO ROBARÁS!
Pero yo no soy honesto en mi trabajo o en el estudio.
Pierdo el tiempo y me dejo llevar por la pereza; me
apropio de bienes ajenos, no pago con rectitud
mis impuestos, ni ayudo a las personas pobres o
necesitadas. Me cuesta dar limosnas…
o
o
¡NO MATARÁS!
Pero yo soy rencoroso y vengativo; me burlo de los
demás y puedo llegar a matar de tantas formas:
justificar o incluso practicar el aborto, la eutanasia y
otras formas de violencia.
o
se dirige siempre a cada persona.
(Mt, 11,28)
5
o
AMOR
NO DARÁS FALSO TESTIMONIO NI MENTIRÁS
Pero yo miento con facilidad. Con frecuencia, mis juicios
son precipitados o falsos y puedo arruinar la vida de
los demás contando cualquier historia. También hago
trampas y llevo una máscara, tras la que oculto mi falta
de verdad y de lealtad.
10
o
NO CODICIARÁS LOS BIENES AJENOS
Pero yo soy envidioso. No me alegro del bien ajeno;
deseo sus bienes e incluso he llegado a destruirlos
por mero placer o por venganza.
En resumen, no he amado a Dios sobre todas las cosas, me he apartado de Él y
no trato a los demás como quisiera ser tratado por ellos. Mi egoísmo me impide amar.
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