lineamientos generales de una propuesta alternativa

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LINEAMIENTOS GENERALES
DE UNA PROPUESTA
ALTERNATIVA PARA UNA
EDUCACIÓN ESCOLAR SIN
LUCRO, SELECCIÓN Y
COPAGO, QUE INCLUYE UN
NUEVO TRATO CON EL
PROFESORADO CHILENO, A
TRAVÉS DE LA
RECUPERACIÓN DE LA
SOBERANÍA SOBRE
RECURSOS NATURALES
ESTRATÉGICOS.
GASPAR RIVAS SÁNCHEZ
Diputado de la República de Chile
Lineamientos generales de una propuesta alternativa para una educación escolar sin lucro, selección y copago, que incluye un nuevo
trato con el profesorado chileno, a través de la recuperación de la soberanía sobre recursos naturales estratégicos.
INTRODUCCION:
(BREVE CRÓNICA DE UNA REFORMA MAL PLANTEADA)
Por muchos es conocida mi rebeldía frente a los controles que pretenden
imponer los partidos políticos sobre determinados temas. Precisamente ha sido
esa misma rebeldía la que me ha llevado a presentar, en general, una
propuesta alternativa a la presentada por el Gobierno en materia escolar, por
sobre todo, cansado de la inoperancia que han ostentado tanto los agentes
oficialistas como los de oposición para dar respuesta y solución a las legítimas
demandas de la ciudadanía y del profesorado chileno.
Soy de los que sueña con un Chile en el que la educación de mercado
instalada por Pinochet quede en el olvido, y aunque estoy seguro que ese es
también el deseo de la mayoría del país, soy testigo de los esfuerzos que
hacen a diario sectores políticos de derecha e izquierda, abiertos guardianes o
mimetizados cómplices del sistema instaurado en dictadura, para evitar su
desaparición.
Si bien tal oposición me tiene sin cuidado, no puedo sino mirar con
preocupación el hecho de que, cuando se intenta eliminarlo, sean los propios
docentes (mayoritariamente contrarios al sistema de Pinochet) y los
apoderados los que se sienten reticentes. Es allí cuando el observador sagaz se
percata de que, si bien la reforma que pretende el Gobierno se inspira en
nobles principios, adolece a la postre, de una concepción estructural que deja
muchísimo que desear. El problema no radica en el bien intencionado espíritu
de la reforma, sino en su pésimo diseño, a mi juicio errado desde su
concepción.
¿Por qué está mal diseñada la reforma educacional? Sencillamente
porque comienza poniendo en jaque el componente que desea hacer
desaparecer. Y éste ha demostrado no ser el mejor camino. En los pasillos del
Ministerio de Educación probablemente se pensó que la desarticulación de
dicho elemento, la educación particular subvencionada, tornaría más rápida la
consecución de los objetivos trazados: la erradicación del lucro, la selección y
el copago. Craso error aquel de creer que en política el camino más corto es
siempre el mejor. La experiencia nos demuestra que no necesariamente el
camino más corto es el más recomendable; muchas veces, es más adecuado
dar un rodeo más largo para llegar a destino. Se llegará en más tiempo, pero
al final, los desgastes que eventualmente se produzcan serán menos
cansadores que los producidos, como es en el caso de esta reforma, por la
acción de una legislación exprés.
La reforma educacional del Gobierno comenzó al revés, de forma
absolutamente ilógica. Su planteo es tan absurdo como el de un ingeniero que
Gaspar Rivas Sánchez – Chile, Noviembre de 2014
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Lineamientos generales de una propuesta alternativa para una educación escolar sin lucro, selección y copago, que incluye un nuevo
trato con el profesorado chileno, a través de la recuperación de la soberanía sobre recursos naturales estratégicos.
pretende edificar partiendo del último piso. Esta reforma parte poniendo en
jaque a los colegios particulares subvencionados (último piso), en vez de
comenzar por transformar la educación pública (primer piso). La oposición ha
planteado lo mismo, destacando que se debió comenzar por fortalecer a la
educación pública. No sé si ello se debe a un deseo de demorar los cambios
para proteger sus intereses o es producto de una sincera preocupación por el
problema; lo cierto es que no deja de llamar la atención que esta derecha, la
misma que gobernó con Piñera, diga tener tan claro el diagnóstico y las
soluciones respecto de la educación escolar, pero no las haya implementado
durante sus cuatro años de mandato.
He manifestado en reiteradas oportunidades que comparto el espíritu de
la reforma de este Gobierno, esto es terminar con el lucro, la selección
arbitraria y el copago. Asimismo, he dicho en innumerables ocasiones que esta
reforma debió haber partido por la educación pública y por los profesores,
ambos los factores más importantes para alcanzar los objetivos que la
inspiran, asunto que el Gobierno ha tratado de evitar.
Paradójicamente, serán estas dos resistencias, la de derechas e
izquierdas, las que me ayudarán a explicar, para los efectos de esta propuesta,
que la solución al problema y entrampe de la reforma no se encuentra entre
los estrechos y poco permeables pensamientos ideológicos de estos grupos,
sino exclusivamente en la aplicación del más elemental sentido común y
esencial de los pragmatismos: hacer lo que reclama la derecha para conseguir
lo que reivindica la izquierda.
Gaspar Rivas Sánchez – Chile, Noviembre de 2014
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Lineamientos generales de una propuesta alternativa para una educación escolar sin lucro, selección y copago, que incluye un nuevo
trato con el profesorado chileno, a través de la recuperación de la soberanía sobre recursos naturales estratégicos.
CONTRADICCIÓN:
HACER LO QUE RECLAMA LA DERECHA PARA CONSEGUIR LO QUE
REIVINDICA LA IZQUIERDA
Estoy convencido de que la mejor manera de erradicar el lucro, la
selección arbitraria y el copago en la educación escolar chilena es ir
exactamente en contra del camino adoptado por el Gobierno de la Presidenta
Michelle Bachelet, interviniendo primero la estructura del sistema público y
generando un nuevo trato con el profesorado.
El Estado debe reconocer que el deterioro de la educación pública no es
responsabilidad de los colegios particulares subvencionados, sino su
despreocupación y sistemática delegación de roles en privados, dejando a la
red pública existente abandonada en una competencia bajo términos que no le
son propios. Ha sido la falta de inversión pública la principal causa de que
miles de padres y apoderados perdieran la confianza en la educación que da el
Estado, al ver cómo sus escuelas y liceos se caen a pedazos por falta de
recursos e interés real de las autoridades de fortalecerla. Ello sin contar los
negativos efectos que provoca el abandono de la profesión docente en esta
impresión.
Lo anterior queda de manifiesto al revisar objetivamente las acciones
que el Estado de Chile realizó y que gatillaron en que las cosas llegaran hasta
esta nefasta situación. El sistema de educación particular subvencionada
comenzó en 1980, cuando se inició la entrega de un aporte económico
(subvención) tanto a los colegios públicos como a los privados, lo que motivó
que en la década de los 90’s se crearan en el país 523 colegios particulares
subvencionados, sin que los gobiernos de Patricio Aylwin y Eduardo Frei
replicaran dichos “emprendimientos” en la red pública. Pero no fue hasta el
año 2000, desde la administración de Ricardo Lagos, que la brecha entre
colegios particulares subvencionados y los públicos se hiciera enorme. Desde el
año 2000 a la fecha se han creado unos 5.000 colegios particulares
subvencionados,
mientras
que
el
número
de
colegios
públicos,
lamentablemente, se ha mantenido casi sin variación.
Fuerte y claro: no fue por la competencia de los colegios particulares
subvencionados que la educación pública se haya vuelto mala. Fue la falta de
inversión y preocupación del Estado de Chile, gentileza de intereses
particulares de las autoridades políticas que así lo decidieron (utilizando y
mejorando para ese fin el modelo conceptual que Pinochet les legara) la que
permitió que el sistema público escolar se deteriorara, provocando el éxodo
masivo de alumnos a la particular subvencionada.
Gaspar Rivas Sánchez – Chile, Noviembre de 2014
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Lineamientos generales de una propuesta alternativa para una educación escolar sin lucro, selección y copago, que incluye un nuevo
trato con el profesorado chileno, a través de la recuperación de la soberanía sobre recursos naturales estratégicos.
Expuesta ya la relación de causa y efecto existente entre la baja de la
matrícula de la educación pública y el aumento de la misma en la particular
subvencionada, plantearé una fórmula para revertir este fenómeno indeseado.
La educación pública padece lo que he denominado como el “síndrome del
enfermo postrado”. Imaginemos a una persona postrada en cama,
absolutamente
debilitada
por
la
desnutrición
crónica,
que
trata
desesperadamente de recuperar peso y ponerse en pie nuevamente, pero sin
poder lograrlo, a pesar de los esfuerzos que hace. Pues bien, lo mismo ocurre
con la educación pública: el Estado, al menos en el discurso, trata y trata de
levantarla, pero no tiene éxito. Y a mi juicio ello se debe a la aplicación del
criterio de igualdad en la entrega de la subvención escolar entre colegios
públicos y particulares subvencionados. A pesar del hecho de que un alumno
resulta un 50 % más caro en el sistema público que en el particular
subvencionado, ambos tipos de colegios reciben exactamente lo mismo a título
de subvención.
Pero seamos claros, en materia de subvención pública, el criterio de
igualdad no sirve; debe aplicarse el de justicia. La igualdad implica dar a todos
por igual, sin importar sus necesidades. La justicia implica darle a todos, pero
a cada quien en medida de lo que necesita, de tal manera de que los recursos
públicos lleguen con más abundancia a quienes lo requieren. Y en este caso,
quienes menos tienen son, por las circunstancias ya dichas, los colegios
públicos. El criterio igualitarista en el reparto de la subvención sólo ha servido
para profundizar más la brecha entre la educación pública respecto de la
particular subvencionada. La subvención debe entregarse con justicia, no con
igualdad. Y ello no implica eliminarle la subvención a los colegios particulares
que la reciben; tan sólo involucra que, si el Estado ha de hacer una inyección
masiva de recursos frescos al sistema de educación escolar público, éstos
vayan sólo a dichos colegios y no a los particulares subvencionados. Volviendo
al ejemplo del enfermo postrado a causa de la desnutrición crónica, el criterio
de igualdad implica que cada vez que el médico (Estado) quiera inyectarle
suero a la vena a este paciente, aparezca un gordito rozagante y bien
alimentado (educación particular subvencionada) que exija para sí la mitad de
ese suero. ¿Es justo que el gordito bien alimentado le coma la mitad del suero
al enfermo desnutrido? ¿Cómo se puede pretender levantar a ese enfermo
postrado si no se lo alimenta como es debido? Insisto: lo que el Estado debe
hacer es reemplazar el criterio de igualdad en la repartición de la subvención
escolar por el de justicia y, haciendo uso de los sencillos conceptos de este
ejemplo, explicarle al gordito bien alimentado que nadie le va a quitar su
comida (subvenciones normales y preferenciales), pero que debe entender que
este suero a la vena (inyección masiva de recursos frescos) es sólo para el
enfermo postrado.
Obviamente que la derecha se opondrá terminantemente a esta
propuesta. Un cambio del criterio no les permitiría ganar más. La oposición
terminará, como lo hace siempre, escudada en el concepto de igualdad para
Gaspar Rivas Sánchez – Chile, Noviembre de 2014
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Lineamientos generales de una propuesta alternativa para una educación escolar sin lucro, selección y copago, que incluye un nuevo
trato con el profesorado chileno, a través de la recuperación de la soberanía sobre recursos naturales estratégicos.
defenderse, sin reparar por un segundo que la salud de este enfermo postrado
se impone a cualquier argumento que puedan dar si de verdad quisieran
mejorar la educación escolar pública. No es tan difícil de entender, ¿cierto? Por
lo tanto, la nueva consigna que deberían incorporar la izquierda y la derecha
es: igualdad a través de la justicia.
Dicho esto, aquí propongo una reforma educacional que comience con la
inyección de varios miles de millones de dólares en el sistema de educación
escolar público, a fin de levantar a este enfermo postrado a causa de la
desnutrición crónica, ello sin disminuir ni aumentar la subvención que reciben
los colegios particulares. Dichos recursos habrán de ser destinados a una
mejora sustancial de la infraestructura educacional ya existente, como así
mismo a la construcción de modernos colegios públicos nuevos. El objetivo es
que el Estado de Chile cuente en el más corto plazo con una red de colegios
públicos dotados de los más modernos implementos disponibles, gimnasios y
multicanchas, instalaciones de comedores y servicios higiénicos de primer
nivel, salas de estudio, bibliotecas físicas y virtuales, salas de computación con
acceso universal a internet, cómodos auditorios, salas de uso múltiple, salas de
clase con proyector y pizarra digitales, amigables tanto para el profesor como
para el alumno y, en fin, todo cuanto sea necesario para asegurarnos que la
educación que allí se imparte no sólo sea de la mejor calidad, sino que además
mejore la calidad de vida dentro del recinto educacional.
En segundo lugar, y en paralelo, examinaremos junto a los profesores la
llamada agenda corta, que recoja sus peticiones que, a mi juicio, constituyen
un requisito sine qua non para sentarse a conversar sobre aquellos asuntos de
largo plazo que expresen qué personas queremos formar para Chile. Para esto,
propongo un nuevo trato con el profesorado chileno que incluya el pago íntegro
de la deuda histórica; el traspaso a planta de todos los docentes actualmente a
contrata; el pago de diversos incentivos (por ejemplo, el de trabajo en zonas
extremas); incentivos al retiro; cuadruplicar su actual salario mensual,
pasando de los 500 mil pesos promedio a 2 millones; 50 % de horas fuera de
aula para preparación de clases, capacitación y perfeccionamiento en Chile y el
extranjero. Lo anterior no sólo implica responder de una buena vez a las
legítimas y razonables reivindicaciones laborales del profesorado, que ya se
arrastran durante décadas, sino que trae aparejado un efecto de enorme
importancia: satisfechas las principales demandas del cuerpo docente, éste se
sentirá con nuevos bríos para trabajar en pos de la educación de los niños y
niñas de nuestro país. Pregunto, ¿necesita parar sus actividades y marchar un
profesor que se siente valorado y respetado por su país? No me cabe ninguna
duda que los profesores sabrán apreciar y responder a esta muestra de
confianza y respeto. Por su parte, tampoco tengo dudas de que padres y
apoderados de clase media volverán a confiar y matricularán a sus hijos en
establecimientos públicos, ya que las circunstancias que motivaron su huida a
la particular subvencionada ya no existirán.
Gaspar Rivas Sánchez – Chile, Noviembre de 2014
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Lineamientos generales de una propuesta alternativa para una educación escolar sin lucro, selección y copago, que incluye un nuevo
trato con el profesorado chileno, a través de la recuperación de la soberanía sobre recursos naturales estratégicos.
Como contraprestación a todo lo anterior debemos dotar al Estatuto
Docente de procedimientos y reglas claras que permitan contar sólo con
profesores comprometidos, reconociendo que aquel docente que por su propia
desidia no se capacite, perfeccione o esfuerce por ser cada día un mejor
maestro, debe salir del sistema. Estas reglas y procedimientos deben ser
consensuadas con los docentes, en un proceso participativo en el que todos
ellos tengan derecho a expresar sus puntos. Debe ser un sistema que les dé
las más amplias garantías de que nunca un profesor será alejado de su puesto
por rencillas de índole política o personal con la superioridad jerárquica. Un
sistema que le brinde certeza a todo profesor de que, si es separado de la
educación pública, ello no tiene lugar más que por su propia responsabilidad.
Que si se va es porque le está haciendo mal a sus alumnos.
Como elemento complementario, aunque no por eso menos importante,
propongo la total desmunicipalización de la educación escolar en el país,
considerando para ello un proceso de emancipación que denomino como
“desmunicipalización inteligente”. Ésta se basa en ganarlo todo sin perder
nada. Es decir, se gana todo lo que la vuelta al Ministerio de Educación implica,
sin perder nada de lo que la descentralización de la ejecución municipal
implicó. Una desmunicipalización realizada de forma inteligente conlleva no
caer en una espiral de burocracia centralizada en manos del Ministerio de
Educación. Así pues, debemos desechar sólo aquello que resultó nefasto de la
experiencia municipal, rescatando lo que en materia de autonomía e
independencia administrativa haya demostrado ser positivo.
Estos son los pasos que propongo. Una reforma educacional alternativa
que, como he dicho, consiste básicamente (y paradójicamente) en acceder
hacer lo que reclama la derecha para conseguir lo que reivindica la izquierda.
Veremos que con la aplicación de esta propuesta, la desaparición del modelo
mercantil de educación escolar de Pinochet, reivindicación discursiva de la
izquierda política, se da no por la acción antojadiza del Gobierno, sino que tan
sólo como el efecto natural y lógico de la aplicación de las medidas expuestas
en los párrafos anteriores. En efecto, entregándole recursos en la cantidad
necesaria a la educación pública (bajo un criterio de justicia y no de igualdad),
con una gestión eficiente y eficaz de los mismos y dando solución a las
demandas legítimas y justas del profesorado (permitiendo sacar del sistema a
aquellos que no aportan) la calidad de la educación pública alcanzará y
superará en pocos años a la de la particular subvencionada. La mejor forma de
solucionar un problema es erradicando los factores que lo produce. Es
entonces, pues, lo lógico y menos traumático para todos, el partir por
fortalecer la educación pública a fin de obtener, como efecto deseado, la
consecuencial desaparición de la educación particular subvencionada. Al
desaparecer la causa que motivó a las familias preferir la educación particular
subvencionada por sobre la pública, se dará de forma natural un fenómeno de
éxodo inverso. Será la propia gente, al ver que la educación pública es de igual
y superior calidad que la subvencionada, la que recobrará la confianza e irá
Gaspar Rivas Sánchez – Chile, Noviembre de 2014
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Lineamientos generales de una propuesta alternativa para una educación escolar sin lucro, selección y copago, que incluye un nuevo
trato con el profesorado chileno, a través de la recuperación de la soberanía sobre recursos naturales estratégicos.
matriculando de vuelta a sus hijos en la educación pública. Así llegará
inexorablemente un momento en que la educación particular subvencionada
desaparecerá definitivamente, porque ya no será necesaria.
Este es uno de los motivos de por qué critico que el Gobierno partiera su
reforma por el último piso. Y es que si implementaran lo que aquí propongo, no
sería necesario estresar al país planteando eliminar casi por decreto la
educación particular subvencionada; mejorando la educación pública, la
educación particular subvencionada desaparece sola, de una forma
absolutamente natural y, todavía mejor, no traumática. Partir al revés (como
es hoy), sólo provocará un desastre al forzar a los niños a estudiar en una
educación pública aún sin recursos ni preparada para hacerse cargo de ellos
como corresponde.
Esta propuesta plantea eliminar el lucro, la selección y el copago en la
educación escolar de una forma inteligente, no ideológica, llevando a cabo los
procesos de cambio de forma de que no se generen resistencias sociales. Gran
parte de las dificultades que ha enfrentado la reforma escolar planteada por el
Gobierno vienen de la resistencia social que provoca la imposición ideológica.
Con esta propuesta alternativa, que planteo bajo la paradoja de “hacer lo que
reclama la derecha para conseguir lo que reivindica la izquierda”, las
expectativas de todos los actores del proceso de reforma quedan satisfechas.
La izquierda hace desaparecer el lucro, el copago y la selección y la derecha no
ve amenazada por meras motivaciones ideológicas la existencia de sus colegios
particulares subvencionados, debiendo únicamente competir ante un cambio
en la conducta de la demanda, derivada de la inversión pública. En suma, los
políticos quedan contentos. Y cuando los políticos quedan contentos y dejan de
pelearse, normalmente el resto de los chilenos disfrutan de paz. Paz que en
este caso particular se reflejaría en el poder gozar de un sistema escolar
gratuito y de calidad.
Por su parte, los apoderados tampoco habrán de resistirse, pues el
proceso de cambio de una educación particular subvencionada a una pública
de calidad no será contra su voluntad, sino que por su propia voluntad. A su
vez, en este modelo alternativo que se propone los profesores encuentran
satisfacción a todas sus legítimas aspiraciones postergadas durante décadas.
Incluso los sostenedores de colegios particulares subvencionados no podrán
negarse a esta propuesta que no los hace desaparecer por decreto como la del
gobierno, sino que les da la oportunidad de competir de igual a igual con la
educación pública. Ahora bien, si en esa competencia, como se espera que sea,
los colegios particulares subvencionados pierden la batalla, los sostenedores
tienen que tener claro que, cuando uno se embarca en un negocio, puede
ganar o puede perder.
Alguien podrá, con justicia, argumentar que existe la posibilidad de que,
a pesar de un sustancial aumento en la calidad de la enseñanza de la
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Lineamientos generales de una propuesta alternativa para una educación escolar sin lucro, selección y copago, que incluye un nuevo
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educación pública, los apoderados que hoy confían a sus hijos a la educación
particular subvencionada podrían no estar dispuestos a confiárselos a la
pública. Respeto dichas creencias, mas no las comparto. Y no las comparto,
pues conozco demasiado bien a los apoderados chilenos. Cuando ellos marchan
junto a los sostenedores y a los políticos de derecha en contra de la reforma
educacional del gobierno, cada marchante lo hace en defensa de su propio
interés. El sostenedor marcha por el interés de su billetera, que se verá
afectada si su negocio se acaba. El político de derecha marcha por su interés
en que se mantenga a como dé lugar el modelo de educación de mercado
(basado en el lucro) en el que estructural e ideológicamente cree a pie
juntillas. Pero cuando llegamos al apoderado, nos damos cuenta de que su
motivo por salir a marchar es totalmente distinto. Al apoderado le importan un
bledo la billetera del sostenedor y el modelo de educación de mercado de la
derecha. El apoderado marcha exclusivamente porque siente que la reforma
del gobierno amenaza el colegio que él cree que le permitirá a su hijo entrar a
la universidad, ser profesional y tener una mejor calidad de vida que la que él
tiene. El apoderado que marcha no lo hace motivado por cálculos económicos
mezquinos ni lastres ideológicos, sino que lo hace motivado sólo por su
pragmatismo: hoy ese colegio particular subvencionado le da una oportunidad
a su hijo y eso es suficiente para salir a defenderlo.
Por lo anterior es que sé que los apoderados chilenos responderán como
se espera ante un escenario de mejoramiento sustantivo en la calidad de la
educación escolar pública. Su pragmatismo los llevará a percatarse de que el
colegio público ya no constituye una amenaza, sino que es un camino igual de
bueno que el que ofrece el particular subvencionado para lograr que su hijo
sea más que él en la vida. Así pues, si el colegio público ahora entrega lo
mismo que el particular subvencionado y de forma totalmente gratuita,
entonces, ¿para qué seguir pagándole al sostenedor? Satisfecho el interés
pragmático de los apoderados, desaparecerá en estos la necesidad de salir a
marchar junto a los políticos de derecha y los sostenedores y éstos se darán
cuenta, con horror, de que ahora marchan solos.
No olvidemos que la educación de mercado lleva tan sólo 35 años con
nosotros. Los apoderados de hoy saben que antes de eso, cuando nadie
invertía un peso en el “negocio” de la educación, fueron los liceos con número
los que construyeron nuestro país. Los padres y los abuelos de los apoderados
que hoy marchan estudiaron en esos liceos con número, en la época de oro de
la educación pública chilena, aquella lejana época de los profesores normalistas
o de Estado. En resumen, esta propuesta no busca asesinar la educación
particular subvencionada, como lo busca este Gobierno; lo que pretende es
que muera de causas naturales, abandonada por la gente y que su respaldo se
vea reducido a tan sólo un grupo de sostenedores que lloran por sus billeteras
y otro de políticos que suspiran con nostalgia por un sistema basado en la
ganancia de unos pocos en base a la explotación comercial de las necesidades
básicas de muchos.
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Lineamientos generales de una propuesta alternativa para una educación escolar sin lucro, selección y copago, que incluye un nuevo
trato con el profesorado chileno, a través de la recuperación de la soberanía sobre recursos naturales estratégicos.
FINANCIAMIENTO:
ESTA PROPUESTA SE FINANCIA RENACIONALIZANDO LA GRAN
MINERÍA DEL COBRE
Cuando llegaron los conquistadores españoles en el siglo XVI, Chile era
un país productor de materias primas. Tres siglos después, en la época de la
Independencia, Chile todavía era un país productor de materias primas. Hoy,
doscientos años después de nuestra emancipación, tristemente Chile sigue
siendo un país productor de materias primas. Después de 500 años, nuestra
nación no ha logrado dar el salto evolutivo necesario que la lleve a convertirse,
de una economía extractiva, a una economía eminentemente productiva. Es,
pues, en nuestros recursos naturales, que es lo único de lo que disponemos,
en donde yace la llave de nuestro progreso futuro. Desgraciadamente esas
materias primas están en manos de mega empresas internacionales que
diariamente las depredan en su exclusivo beneficio. Resulta penoso que en
Chile haya pocas cosas de valor que sean de los chilenos. Todo le pertenece a
los extranjeros. Agua, energía eléctrica, cobre. Gracias a los esfuerzos
combinados de Pinochet, la derecha y la Concertación, hoy todo está en manos
foráneas.
Para los fines de esta propuesta, bastaría que el Estado de Chile se
pudiese hacerse cargo de las reservas de cobre existentes en manos de
empresas inglesas, norteamericanas, canadienses, australianas y japonesas
para que éste pudiese llevar a cabo un sinnúmero de proyectos nacionales,
entre ellos esta reforma educacional alternativa y el nuevo trato con el
profesorado chileno. ¿Sabe la opinión pública que, a un precio estimativo de 4
dólares la libra de cobre, los 330 millones de toneladas métricas de dicho
mineral que actualmente están en manos de empresas extranjeras tendrían, a
lo largo del tiempo, un valor aproximado de 3 millones de millones de dólares,
lo que equivale a lo recaudado por 375 reformas tributarias como la que se
aprobó este año, es decir, 375 paquetitos de 8 mil millones de dólares cada
uno? ¿Se dará cuenta la opinión pública de todo lo que podría hacer el Estado
de Chile en materia de salud, educación, previsión social, seguridad ciudadana
y muchas otras cosas más con esa cantidad de dinero? La cifra es tan
gigantesca que muy pocos son capaces de dimensionar lo que podría hacer
nuestro país en beneficio de todos los chilenos con esos recursos.
Sin necesidad de subirle los impuestos a las personas, los recursos
económicos que genera la gran minería del cobre en Chile permitiría sin ningún
apuro financiar una educación pública de primer nivel, como dije, dotada de
modernos salas de clases, gimnasios, multicanchas, comedores, servicios
higiénicos, salas de estudio, bibliotecas físicas y virtuales, salas de
computación con acceso universal a internet, auditorios, salas multiuso,
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Lineamientos generales de una propuesta alternativa para una educación escolar sin lucro, selección y copago, que incluye un nuevo
trato con el profesorado chileno, a través de la recuperación de la soberanía sobre recursos naturales estratégicos.
pagarles la deuda histórica a los profesores, cuadruplicar sus sueldos,
otorgarles bonos de desempeño, cursos de capacitación y perfeccionamiento e
incentivos al retiro realmente dignos. Se podría hacer todo lo anterior y todavía
así seguirían sobrando cantidades incalculables de dinero.
Estoy perfectamente consciente de que ciertos sectores políticos, tanto
de la derecha neoliberal como de la izquierda capitalista se opondrán (como lo
han hecho desde hace mucho) a esta medida, alegando que el Estado de Chile
no tiene el dinero suficiente para pagar la indemnización que se les tendría que
otorgar a las empresas extranjeras por la pérdida de su derecho adquirido. En
efecto, según la Constitución, estas empresas son dueñas de su concesión
minera, razón por la cual el Estado de Chile, si desea expropiarles dicho
derecho, debe pagarles por el cobre que todavía no han sacado, pero que
potencialmente podrían extraer. Lo anterior, sin embargo, adolece de un vicio,
que por cierto expondré a continuación.
La Constitución establece que el Estado de Chile tiene el dominio
absoluto, exclusivo, inalienable (es decir, no susceptible de ser enajenado) e
imprescriptible de todas las minas del territorio nacional, entre ellas, las de
cobre. Por ende, si el Estado ya es dueño del cobre, ¿por qué tendría que
pagarle a las empresas extranjeras por algo que ya es de su propiedad?
Quienes argumentan que, de intentarse una renacionalización la Gran Minería
del Cobre, el Estado debe indemnizar a las empresas extranjeras por el cobre
que todavía está bajo tierra y que potencialmente tendrían derecho a sacar,
están contradiciendo la voluntad constitucional expresa. Decir que se le debe
pagar a las empresas extranjeras por el cobre bajo tierra equivaldría a
reconocer que este mineral es de dichas empresas y no del Estado de Chile, lo
cual viola flagrantemente el texto expreso de la Constitución. ¿Se puede
imaginar una situación más ilógica que la del dueño de algo teniendo que
pagar por su propia propiedad? Si todavía no logra dimensionar lo absurdo que
sería el pretender indemnizar a estas empresas, le pondré un didáctico y
sencillo ejemplo: imagínese que usted le presta su auto a un amigo. Pasado un
tiempo, usted se lo pide de vuelta y su amigo le contesta que, para devolverle
el auto, usted debe pagarle antes el valor del mismo. ¡Ese amigo es un
verdadero fresco! Pues bien, lo mismo ocurre en el caso del cobre. Siguiendo el
mismo ejemplo, usted es el Estado de Chile, su amigo es la empresa
extranjera y el automóvil es el cobre. ¿Se da cuenta de lo irrisorio de la
argumentación de que el Estado debe pagarle a las empresas extranjeras por
el cobre que todavía no han sacado de debajo de la tierra? Quienes pretenden
el pago de dicha indemnización le piden al Estado de Chile que viole la
Constitución, haciendo un pago indemnizatorio evidentemente inconstitucional.
A modo de refuerzo, hago presente que el artículo 1816 del Código Civil
dispone que la compra de cosa propia no vale y que quien compra algo que ya
es suyo tendrá derecho a que quien se la vendió le restituya el precio pagado.
En palabras simples, significa que si alguien, por algún error, compra y paga
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Lineamientos generales de una propuesta alternativa para una educación escolar sin lucro, selección y copago, que incluye un nuevo
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por algo que ya es suyo, tiene derecho a que quien se la vendió le devuelva lo
que pagó por dicha cosa. Suena absolutamente lógico, ¿cierto? Pues bien,
aquello tan lógico constituye un principio rector básico del derecho chileno,
según el cual el dueño de algo no tiene porque pagar por hacerse propietario
de aquello que ya es suyo. Se paga un precio cuando se adquiere algo que es
de otro, pero no cuando la cosa en cuestión ya es propia, como ocurre en el
caso del cobre, respecto del cual la Constitución establece desde 1980 que es
propiedad absoluta, exclusiva, imprescriptible e inalienable del Estado. ¿Existe
alguna razón por la cual este sensato principio rector del derecho chileno, que
data de 1857, no deba aplicarse en el caso del cobre? Según la derecha
neoliberal y la izquierda capitalista, que defienden la teoría de la
indemnización, en Chile toda compra de cosa propia no tiene valor alguno,
excepto cuando se trata de que el Estado le compre su propio cobre a las
empresas extrajeras que lo explotan, caso en el cual, como por arte de magia,
se vuelve válido lo que para cualquier otro caso es absolutamente inválido.
Es, por todo lo anterior, injusto, ilegal, inconstitucional y, por lo mismo,
absolutamente innecesario que el Estado de Chile indemnice, de renacionalizar
la gran minería del Cobre, a las empresas extranjeras por el cobre que todavía
no han extraído. Por cierto que se les deberá indemnizar a dichas empresas la
eventual pérdida de los bienes de capital en los cuales éstas hayan realizado
inversiones, como por ejemplo maquinarias, instalaciones y vehículos. Ello, por
supuesto, después de descontar del monto de dicha indemnización la
devaluación de tales bienes, como así también después de realizarse una
compensación en favor del Estado por las ganancias obtenidas por las
empresas en cuestión durante todos estos años.
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Lineamientos generales de una propuesta alternativa para una educación escolar sin lucro, selección y copago, que incluye un nuevo
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BREVÍSIMA (Y TAUTOLÓGICA) CONCLUSIÓN
Creo haber demostrado que la eliminación del lucro, el copago y la
selección arbitraria en la educación escolar chilena perfectamente puede
llevarse a cabo sin necesidad de generar traumas en el tejido social, con tan
sólo partir por el principio y no por el final. El resultado, a la postre, será el
mismo que se desea hoy y en el proceso, Chile se ahorrará los desagradables
desgastes sociales que se evidencian como producto de una bien inspirada,
pero pésimamente mal planteada reforma educacional.
He demostrado, asimismo, que los recursos necesarios para
implementar este plan alternativo ya existen (y, como también hemos visto, a
un costo cercano a cero). Irónicamente, lo que todavía no existe es la voluntad
y el coraje político para decidirse a llevar a cabo la renacionalización del cobre,
nuestra gran materia prima estratégica y punto de partida para la ejecución de
esta propuesta y cualquier otra de envergadura que el Estado se proponga.
Chilenos, chilenas, señores políticos de derecha y señores políticos de
izquierda, queridos profesores y apoderados, la decisión está hoy en sus
manos. Hemos llegado a aquel punto del camino en donde muchas veces se
hace necesario tomar una decisión antes de continuar avanzando: o seguimos
haciendo las cosas exactamente de la forma en que no deben hacerse o nos
decidimos, de una vez por todas, a hacer lo que se tiene que hacer. En 1750
los chilenos creían imposible el independizarse de España, sin embargo se
pudo. En 1900 las chilenas creían que era imposible que algún día pudiesen
votar, sin embargo hoy votan. La historia está llena de ejemplos que
diariamente nos enseñan que lo imposible sólo existe en nuestra mente.
Gaspar Rivas Sánchez – Chile, Noviembre de 2014
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