PRO-ACCIÓN Ocho consejos para animarse a invertir Comprenda los principios básicos para invertir en el Mercado de Valores Poner los ahorros a trabajar en el mercado de capitales no es sólo para elegidos. A pesar de la fama de riesgoso que tiene, el mercado no ha sufrido corralitos ni pesificaciones como sí lo han sufrido los ahorros bancarios. Es sólo cuestión de ir paso a paso, saber en qué se invierte y hacer un plan. La ayuda de profesionales que diseñan carteras administradas es una excelente forma de empezar. La inversión en bonos, acciones y otros vehículos es un juego de pocos en nuestro mercado. Ganancias de hasta el 220% en pesos en un año, la posibilidad de comprar dólares sin límite de monto y a un precio más bajo que el del mercado ilegal o alternativas para guardar a seguro, y hacerle alguna diferencia, a una suma ociosa que espera algunas semanas para concretar un pago son entonces posibilidades desconocidas para la mayor parte de los argentinos. Una famosa encuesta del ente regulador del mercado de capitales argentino, la Comisión Nacional de Valores (CNV), había arrojado como resultado allá por 2005 que el 77% de los argentinos que ahorran parte de sus ingresos no conocen los instrumentos de inversión que ofrecen la Bolsa Porteña y, del resto, sólo una porción utiliza esas vías de inversión. La encuesta lamentablemente nunca se repitió, pero un estudio de la Fundación Mercado de tres años más tarde arrojó que el 31% de los argentinos guarda sus ahorros fuera del sistema, “en el colchón”, el 60% ahorra en bancos y sólo el 20% restante pone su dinero a trabajar. Las inversiones en el mercado de capitales son propiedad exclusiva de su titular, no son depósitos sujetos a corralitos o confiscaciones. Los rendimientos –aunque no estén garantizados- pueden superar varias veces lo que ofrecen activos como el plazo fijo, las divisas o el ladrillo, con lo cual perder un año frente a un plazo fijo por el mal rendimiento de una inversión es perfectamente factible, pero en períodos más largos de tiempo esas pérdidas momentáneas se compensan con creces y superan ampliamente cualquier inversión conservadora sin necesidad de grandes conocimientos. Y, por último, los activos invertidos no pueden ser robados de una billetera. A pesar de todo esto, cierto mito de que el mercado es sólo para elegidos sigue manteniendo fuera a la mayoría. Pero, ¿quién quiere ser parte de la mayoría? En las próximas líneas desarrollamos algunos consejos para demostrar lo sencillo que es ser uno de esos elegidos. PAG 1/9 CONSEJO Nº 1: PRIMERO, EL AHORRO No por obvio es menos importante. Da lo mismo que alguien trabaje en relación de dependencia o sea dueño de su propio negocio, para complementar el esfuerzo cotidiano de trabajar es necesario generar un capital que logre trabajar a la par de uno y reportar beneficios. Para ello es necesario generar un excedente como resultado de la actividad diaria. Un estudio del sitio de empleos Bumeran.com le realizó a sus usuarios la siguiente pregunta “Si fueras despedido sin indemnización, ¿cuánto tiempo te alcanzarían tus ahorros para afrontar tus gastos?”. La mitad de los consultados respondió que podría sostenerse un mes, mientras que el 30% calculó que duraría una semana. Los especialistas en finanzas personales suelen recomendar contar con el equivalente al ingreso de tres meses en efectivo, como para tener la posibilidad de reaccionar ante imprevistos o problemas laborales serios. PRO-ACCIÓN Claro que no todos los especialistas viven en la Argentina donde los precios avanzan casi 40% al año, con lo que la recomendación se transforma en tener ese dinero invertido en activos líquidos –es decir, muy fáciles y rápidos de transformar en efectivo- para no perder frente a los precios. De esta manera el ahorrista se evita que, ante una emergencia, se desarme la cartera con quebranto para el bolsillo. “Los especialistas en finanzas personales suelen recomendar contar con el equivalente al ingreso de tres meses en efectivo o activos muy líquidos” A partir de ahí, una vez armado el colchón de seguridad, todo el dinero extra que se ahorre se puede pasar al siguiente nivel. PAG 2/9 CONSEJO Nº 2: CONOZCA LOS VEHÍCULOS DE INVERSIÓN Existen muchos activos de inversión, pero en la Argentina son unos pocos los que concentran la mayor parte de la actividad. Con los bonos o títulos de deuda, las acciones de empresas privadas, las cauciones bursátiles y los cheques de pago diferido conocemos ya los más utilizados. Los bonos de deuda, también conocidos como vehículos de “renta fija” porque pagan intereses que están preestablecidos, pueden ser públicos y privados. Entre los públicos, además, pueden ser soberanos – deuda de la Nación-, provinciales o municipales. Si son de empresas privadas tenemos las obligaciones negociables, los valores de corto plazo y los fideicomisos financieros. Para principiantes, lo mejor es quedarse con los bonos soberanos que son los más líquidos. Una emisión de deuda es un instrumento de deuda emitido por un estado para conseguir fondos del mercado. Los bonos tienen un plazo de vencimiento, un valor nominal y, generalmente, un cupón, que es el premio o tasa de interés que ofrece a quienes lo suscriben. A lo largo de su vida, por ejemplo un bono a 10 años, el bono paga intereses que corresponden a ese cupón (lo más común es que haga pagos semestrales, aunque varía según la emisión) y amortiza el capital, es decir devuelve el monto prestado originalmente, generalmente al final de la emisión. Los bonos son considerados mucho más seguros que las acciones y otros vehículos, aunque en la Argentina han sufrido incumplimientos. Se trata de activos de largo plazo, salvo que se PRO-ACCIÓN especule con subas y bajas. Las acciones son las partes iguales en las que se divide el capital de una empresa. Quien compra una acción pasa a ser dueño de una parte de una sociedad anónima y se beneficia con las subas que tenga el valor de mercado de esa empresa, además de las distribuciones anuales de dividendos, en caso de que la firma obtenga ganancias. Como estos rendimientos no son conocidos de antemano, se considera a las acciones activos de “renta variable” y son consideradas algo más riesgosas, con lo cual también potencialmente mucho más beneficiosas, que los activos de renta fija. Se trata de activos de largo plazo, salvo que se especule con subas o bajas de corto plazo. Las cauciones bursátiles son una colocación similar a un plazo fijo con duraciones de menos de 30 días. Son excelentes maneras de manejar pesos excedentes que están a la espera de un pago y, por una semana o quince días por ejemplo y están ociosos sin generar rendimientos. El colocador de la caución cede el dinero a un plazo y a una tasa, mientras que el tomador de ese dinero entrega títulos valores en garantía para usar esa liquidez durante el plazo acordado para otras inversiones. Las cauciones, así, son muy seguras porque los títulos que las garantizan hacen que no tengan eventos de impago en toda su historia. Los cheques de pago diferido, por último, son un activo muy particular del mercado argentino que permite financiar a pequeñas y medianas empresas, por el cual, inversores descuentan esos documentos a esas empresas a cambio de una tasa. PAG 3/9 CONSEJO Nº 3: ACERCATE A UNA SOCIEDAD DE BOLSA Más allá de los conocimientos propios, para poder invertir en la Argentina es necesario hacerlo a través de una sociedad de Bolsa. Para empezar es necesario abrir una cuenta similar a la que se abre en un banco para depositar los ahorros. La diferencia entre la cuenta bancaria y la de una sociedad de Bolsa es que esta no administra los valores de sus clientes, como hace el banco con un plazo fijo por ejemplo. Así, ese dinero no es utilizado para préstamos y está a salvo de corridas: por ejemplo, durante el corralito de 2001, los ahorros guardados en acciones o bonos no fueron tocados por el Gobierno. Los inversores pudieron usar sus pesos o dólares sin inconvenientes. PRO-ACCIÓN “Es necesario abrir una cuenta en una Sociedad de Bolsa, un trámite similar a hacerlo en un banco. La diferencia es que el dinero invertido a través de una sociedad no sufre corridas bancarias ni está afectado por corralitos como el de 2001. Tampoco paga Ganancias o Bienes Personales” Otra ventaja es que los fondos invertidos en acciones o bonos no pagan Ganancias ni Bienes Personales. Además, todas las inversiones se pueden desarmar y transformar en efectivo en no menos de 72 horas. Las sociedades de Bolsa suelen cobrar comisiones por cada operación. Cada compra o cada venta de un activo cuesta algo menos del 1% y es necesario averiguar montos mínimos que maneja cada una. PAG 4/9 CONSEJO Nº 4: ACEPTA ASESORAMIENTO, EMPEZÁ CON UN PERFIL CONSERVADOR Nadie es el Lobo de Wall Street en su primer intento. Para empezar, conviene aceptar los consejos de expertos. Para aquellos que están dando sus primeros pasos o para los que no disponen del tiempo para analizar todas las opciones disponibles en los diferentes mercados, muchas sociedades de Bolsa recomiendan “carteras administradas” que son una canasta de bonos, acciones y otros activos recomendados para sus clientes según el perfil su inversor (Conservador, Moderado o Agresivo). Así, un profesional especializado (Portfolio manager) distribuye unos $ 500.000 –lo mínimo recomendable para una cartera diversificada- en una veintena de activos diferentes. El inversor da la orden a la sociedad de Bolsa para realizar esos movimientos. PRO-ACCIÓN A diferencia de un fondo común, el inversor aquí solo delega la administración de la cartera a un portfolio manager (éste no puede disponer de los fondos). El portfolio manager gerencia la cartera en función de la orden que el cliente le ha dado (Cartera Conservadora, Moderada y/o Agresiva) de esta manera el inversor mantiene la disponibilidad permanentemente como si hiciera las inversiones por sí mismo. Estas carteras se ofrecen para los 3 tipos de perfiles de inversores que hay, los Conservadores –que prefieren no perder dinero antes que aspirar a ganar mucho-, los Moderados –que se atienen a algún riesgo para generar mejor renta- y los Agresivos, quienes están dispuestos a tomar pérdidas con tal de hacer diferencias suculentas. El perfil conservador es una buena manera de empezar para perderle el miedo al mercado. PAG 5/9 CONSEJO Nº 5: INVERTÍ SOLO EN VEHÍCULOS QUE ENTIENDAS Lo bueno del mercado de capitales es que se es responsable por uno mismo. No hay nadie a quién culpar. Invertir es declarar nuestra independencia de los bancos y los limitados rendimientos que ofrecen.Ello implica, más que nada, conocer las decisiones que se toma. En 2008 en los Estados Unidos cientos de miles de inversores que se habían volcado felizmente a invertir en muy rendidores “vehículos estructurados de inversión” se encontraron con que, de un día para el otro, sus ahorros no valían nada. ¿Qué pasó? Nadie se preguntó de qué se trataban esos activos: acumulaban PRO-ACCIÓN deudas hipotecarias de individuos, mezclando perfiles de deudores de riesgo con otros con buenas historias financieras, de manera tal que se promedie esa exposición a posibles impagos. Esas “hipotecas subprime” dejaron de ser pagadas en masa y los vehículos estructurados explotaron. No hay activos buenos o malos, pero hay momentos y formas de utilizarlos. Lo importante es asesorarse bien, conocer en detalle en qué se está invirtiendo, cuáles son las potenciales ganancias y cuáles las potenciales pérdidas. PAG 6/9 CONSEJO Nº 6: PLANIFICÁ LA INVERSIÓN La planificación lo es todo. Muchos de los que nunca se animaron al mercado de capitales lo ven como una montaña rusa de precios que suben y bajan, fortunas que se hacen y deshacen en segundos. Nada más lejos de la verdad. El mercado, en realidad, tiene la virtud de informar minuto a minuto el valor de los activos. ¿Se imagina cómo sería su humor si pudiera ver minuto a minuto como sube o baja el valor de mercado de su casa, de su auto o de su empresa? Sería toda una aventura para los nervios, pero todo seguirá igual: sólo contaría con más y mejor información. Por eso, para transitar las subas y bajas del mercado sin dañarse el estómago no es necesario ser valiente, sino planificar la inversión. Por ejemplo, si usted cree que una empresa es valiosa y quiere ser dueño de una parte de ella a largo plazo para beneficiarse con sus dividendos el precio del día a día de una acción no tiene mayor relevancia. Ahora, si esa misma acción se compra con el objetivo de que su precio suba para luego revenderla, la estrategia es otra. PRO-ACCIÓN “Muchos ven al mercado de capitales como una montaña rusa de subas y bajas, pero nada está más lejos de la verdad. El precio de su propiedad o de su empresa también varía permanentemente, es sólo que esa información no está disponible” Lo mismo pasa con un bono. Quien compra una emisión de deuda para cobrar los intereses semestrales y el capital al final de su vida útil no se preocupa mucho por el precio de reventa. Acá, lo único que importa es si el emisor pagará o no los vencimientos. Lo importante, primero, es establecer el plazo de una inversión. A pocas semanas, la caución bursátil es lo lógico. A muchos años, los bonos y acciones tienen más sentido. Si se ahorra para comprarse un auto no es lo mismo que si se lo hace para comprar una casa: los horizontes temporales son distintos. Así, establecido el plazo, corresponde estimar ganancias potenciales y también cuántas pérdidas estamos dispuestos a tolerar. PAG 7/9 CONSEJO Nº 7: SEGUÍ EL PLAN Cuando una inversión está planificada no hay forma de que salga mal o, mejor dicho, no hay forma de que salga peor que lo planificado. La clave del arte de invertir está en el riesgo: medir, calcular y decidir qué grado de riesgo se está dispuesto a aceptar. A mayor riesgo, mayor es la posibilidad de ganancias y, viceversa, a menor riesgo más modestos son los rendimientos esperables. Pero así como al estimar el riesgo se puede estimar una ganancia potencial, también se puede hacer lo contrario y atajar las pérdidas. La estrategia más común se llama, en la jerga de los inversores, “stop loss”. Se trata de una orden que da el inversor a su sociedad de Bolsa de vender automáticamente un activo que tiene una caída predeterminada. PRO-ACCIÓN El stop loss más común se ubica en caídas del 25%, aunque depende de la orden que quiera dar cada uno. Así, con una cartera diversificada en la que todos los activos tienen ese tope a la sangría, la suba de unos bienes permite compensar las caída de otros. “La planificación es todo. Al conocer el plazo de una inversión y las utilidades que se espera obtener por ella, las variaciones diarias en el precio se vuelven irrelevantes” Cuanto más largo el plazo, por ejemplo, es casi imposible no ganarle a los rendimientos de un plazo fijo. Hay casos en los que en doce meses los ahorros bancarios rinden más que una Bolsa muy bajista, pero plazos de cinco años en los que los depósitos paguen más que el mercado son prácticamente imposibles de encontrar. Entonces no conviene contagiarse de pánicos, usar stop loss y atenerse a los planes. PAG 8/9 CONSEJO Nº 8: DIVERSIFICA TUS INVERSIONES Como se desprende de lo anterior, no es conveniente poner todos los huevos en la misma canasta. Para invertir es necesario hacerlo en cartera, es decir, en distintos activos. Pero no alcanza con que sean diferentes papeles, también tienen que responder a distintos racionales. Por ejemplo, dos acciones de empresas energéticas diferentes pueden tener suertes diversas en base a su administración, pero se caen de la misma manera ante una baja en el precio del crudo. PRO-ACCIÓN “Las carteras administradas por profesionales son una excelente estrategia de diversificación para inversores principiantes” Para diversificar en serio hay que elegir papeles que respondan a distintos fenómenos. Acciones de distintos sectores, bonos de diferentes plazos y emisiones, monedas diferentes, etc. Para principiantes, las carteras administradas por profesionales son una excelente estrategia de diversificación, para que ningún derrumbe afecte a todo el edificio y las pérdidas de algunos papeles se compensen con bajas de otros. PAG 9/9