Stella Maris Vázquez Psicología y Cultura en la Educación 2 CIAFIC Ediciones Resumen: Se hace una propuesta de contenidos y desarrollo del espacio curricular Psicología y cultura en la educación, correspondiente al segundo año de los planes de estudio de los ISFD (Instituto Superior de Formación Docente) STELLA MARIS VÁZQUEZ Buenos Aires, 1943, Doctora en Filosofía, Profesora de Pedagogía y Bachiller en Teología. Miembro de la Carrera del Investigador Científico del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina (CONICET). Directora del Departamento de Filosofía de la Educación del Centro de Investigaciones en Antropología Filosófica y Cultural (CIAFIC). Autora entre otros de: Objetivos Educacionales (Buenos Aires, 1981); La Teoría del Curriculum en la Actualidad (Buenos Aires, 1994); Constructivismo, Realismo y Aprendizaje (Buenos Aires, 1996), La Filosofía de la Educación. Estado de la cuestión y líneas esenciales (Buenos Aires, 2001), así como artículos en Filosofía y Psicología de la Educación en revistas nacionales y del extranjero. Dra. Stella Maris Vázquez CIAFIC – CONICET Federico Lacroze 2100 (1426) Buenos Aires Psicología y Cultura en la Educación 2 © 2011 CIAFIC Ediciones Federico Lacroze 2100 - (1426) Buenos Aires Hecho el depósito de marca la ley 11.723 Impreso en Argentina Printed in Argentina Psicología y Cultura en la Educación 2 Aprendizaje y Motivación Módulo 1. Concepto y tipos de aprendizaje. Breve presentación de concepciones contemporáneas: Conductismo. Constructivismo. Cognitivismo Bibliografía (para el alumno) Difabio, H. y Villalba, M. (1995). Teorías contemporáneas del aprendizaje. Parte I: psicología Cognitiva. Año I, Núm. 8. CIAFIC Ediciones. Buenos Aires. Pérez Perdomo, T. y González Ramírez, Z. Paradigmas del aprendizaje. Consultado en www.mailxmail.com/cursoeducacion-esc. 11/2/2011 López, W. Antecedentes filosóficos del Conductismo de Skinner. Consultado on line www.abacolombia.org.co/bv/semskinner/antec. Coll, C. (1996). Constructivismo y Educación. Anuario de Psicología, 1-14. Dongo, A. (2008). La teoría del aprendizaje de Piaget. Revista IIPSI, 11 (1), 167-181. Módulo 2. El aprendizaje auto-regulado Concepto. Fases del proceso y su interacción. El lugar de las metas. Las estrategias cognitivas y meta-cognitivas. Bibliografía Eduardo Peñalosa Castro, Patricia Landa Durán y Cinthia Zaira Vega Valero (2006). Aprendizaje Autorregulado: Una Revisión. Conceptual. Revista Electrónica de Psicología Iztacala, vol. 9, No. 2, pp. 1-29 Barry J. Zimmerman, Anastasia Kitsantas, Magda Campillo (2005). Evaluación de la Autoeficacia Regulatoria: Una Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 1 Perspectiva Social Cognitiva. Evaluar. Nº 5 (octubre), pp. 1-21. Bernardo Gargallo López (1995). Estrategias de aprendizaje. Estado de la cuestión. Propuestas para la intervención educativa. Teor. educ. 7, pp. 53-75. Consultado en campus.usal.es/~revistas_trabajo/index.php/11303743/.../3094 Jesús Beltrán (2002). Procesos, estrategias y técnicas de aprendizaje (Cap. 1). Ed. Síntesis. Madrid. Leonardo González Galli y Andrea Revel Chion (2007). Estrategias de aprendizaje y autorregulación. Latinoam. Estud .educ. Manizales (Colombia), 3 (2): pp. 87 – 98. Augusto Salazar Bondy. Estrategias de aprendizaje. Consultado on line www.monografias.com › Educacion. 6/2/2011. Francisco Herrera Clavero, Inmaculada Ramírez Salguero. Aprendizaje autorregulado. Universidad de Granada. Instituto de Estudios Ceutíes. Consultado on line www.rieoei.org/investigacion/1098 Torrano Montalvo, F. y González Torres, M. C. (2004). El aprendizaje autorregulado. Presente y futuro de la investigación. Consultado on line www.investigacionpsicopedagogica.org/revista/.../ Monereo, C. Las estrategias de aprendizaje (1990). Infancia y aprendizaje. Vol. 50, pp. 3-25. Módulo 3. La motivación Secuencia del obrar. Teoría de las necesidades. Teorías de la motivación. Teoría relacional. Teoría del control de la acción. Líneas de educación afectivo-moral. Bibliografía Se consigna en el desarrollo del módulo. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 2 Indice Módulo 1 .....................................................................................5 1.1 Concepto de aprendizaje................................................. 5 1.2 El enfoque Conductista....................................................7 1.3 El enfoque del procesamiento de la información...........13 1.4 El enfoque cognitivo......................................................16 1.5 El enfoque del Constructivismo.....................................18 1.5.1 El conocimiento como construcción ..................21 1.5.2 Aprendizaje y Desarrollo ...................................25 1.5.3 Teoría del aprendizaje y teoría del conocimiento .....................................................29 1.5.4 Principios generales del constructivismo...........36 1.5.5 Un ejemplo de aprendizaje y sus principios; la conservación de cantidades continuas ...........37 1.5.6 Otro ejemplo sobre la conservación de la cantidad..............................................................42 1.5.7 Aprendizaje y factores del desarrollo.................46 1.5.8 Aprendizaje de estructuras lógicas.....................49 1.5.9 El modelo del aprendizaje constructivista .........60 1.5.10 Aspectos cuestionados al sistema de Piaget.......67 Módulo 2. El aprendizaje auto-regulado ...............................69 2.1 Concepto y Antecedentes...............................................69 2.2 Elementos y fases del aprendizaje autorregulado ..........71 2.2.1. Las metas............................................................76 Metas intermedias ..............................................78 El modelo tripartito de metas intermedias.........84 Metas de tercer nivel..........................................85 Rol de las metas intermedias en la autorregulación....................................................... 87 Atribuciones causales............................................... 96 Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 3 2.2.2 Estrategias ..........................................................98 Clasificación de las estrategias .......................100 Módulo 3. La motivación ......................................................104 3.1 La secuencia del obrar humano ...................................104 3.2. Teoría de las necesidades.............................................106 3.3. Teorías de la motivación..............................................111 3.3.1. Teoría de la motivación de logro .....................115 3.3.2. Teoría de la atribución .....................................119 3.4. Teoría relacional de la motivación...............................125 3.4.1 La fórmula de la acción motivada.......................127 3.4.2 El concepto de funcionamiento óptimo ..............129 3.4.3 Valores y “yo ideal” en el proceso de motivación ..........................................................130 3.5. El modelo de motivación de la teoría del control de la acción ..................................................................137 3.5.1. El modelo de Kuhl .............................................138 3.5.2. El modelo del Rubicón ......................................153 3.6. Líneas de educación afectivo-moral ............................161 3.6.1. Proposiciones sintéticas ...................................162 3.6.2. Consideración analítica ....................................167 Los dos polos de la educación afectivo-tendencial ...........................................169 Libertad y virtudes ...........................................174 Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 4 Módulo 1. Concepto y tipos de aprendizaje. Breve presentación de concepciones contemporáneas: Conductismo. Constructivismo. Cognitivismo 1.1 Concepto de aprendizaje El concepto más difundido de aprendizaje es el "un cambio más o menos permanente de conducta que se produce como resultado de la práctica" (Kimble, 1971), concepto que puede aplicarse tanto al animal como al hombre. En un sentido más restrictivo, preferimos definirlo como el proceso propiamente humano de adquisición de conocimientos, principios, valores y hábitos formales que implica un proceso de diferenciación, coordinación y subordinación de esquemas formales y de contenido, que se ordena a permitir que se gesten conceptos universales y luego su transferencia –o aplicación- a situaciones particulares. El proceso de aprendizaje es una actividad individual que se desarrolla en un contexto social y cultural. En este aprendizaje distinguimos un aspecto formal -que se refiere al aprendizaje de destrezas, habilidades o esquemas formales sin relación explícita con el contenido de actos y hábitos consecuentes- y un aspecto de contenido, que algunos llaman Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 5 aprendizaje de dominios específicos; referido a aquello que es adquirido. El aprendizaje de contenidos supone el aprendizaje formal, pues es preciso un proceso de reorganización de datos y de asimilación a esquemas previos, para poder comprender lo que se da a la experiencia. El aprendizaje de principios es "mixto" pues participa del formal la universalidad y del de contenido la riqueza. Se refiere a la posibilidad de hallar en la experiencia lo universal en concreto, los principios reales que permiten comprender lo concreto; aplicar en situaciones diferentes los conceptos universales. Es decir que aprender no solamente consiste en memorizar información, sino en analizar, comprender, sintetizar, valorar, aplicar. El aprendizaje de valores tiene un aspecto conceptual, que puede asimilarse al aprendizaje de principios, y un aspecto vivencial, referido a la resonancia emocional y espiritual de lo que se capta como valioso y a su encarnación vital. No se trata de tres tipos de aprendizaje sino en rigor de tres aspectos del aprendizaje, más o menos acentuados según la disciplina de que se trate. En el tratamiento actual del tema y en relación con el aprendizaje escolar, hay distintas teorías que, en su mayor parte, provienen de la Psicología. Mayer (1992) las ha sintetizado en forma metafórica: el aprendizaje como adquisición de Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 6 respuestas, el aprendizaje como adquisición de conocimiento y el aprendizaje como construcción de significado. Aprendizaje Enseñar Adquisición Dar feedback de respuestas Foco instruccional Conductas correctas Resultados Cuantitativos (Fuerza de las asociaciones) Adquisición Transmitir Información Cuantitativos de información apropiada (Cantidad de conocimiento información) Construcción Orientar el Centrado en el Cualitativos de procesamiento estudiante (Estructura del significado cognitivo (Procesamiento conocimiento) significativo) 1.2 El enfoque Conductista La metáfora del aprendizaje como adquisición de respuestas está ligada, sobre todo, a la teoría conductista, que dominó en la teoría del aprendizaje hasta los años cincuenta. La base teórica del Conductismo se remonta a los experimentos de Pavlov, quién a principios del siglo XX estudió la respuesta de salivación que daban los perros cuando se les mostraba alimentos, sin dárselos y a la vez se hacía sonar una campana –por ejemplo-. En un segundo momento, repitiendo el estímulo de la campana, los perros salivaban, como si estuvieran ante la presencia de la comida. De ese modo se producía un condicionamiento, asociando una respuesta del animal a otros Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 7 estímulos distintos que el que naturalmente produciría la respuesta. Esto se conoce como condicionamiento clásico, en el cual ciertos actos reflejos se convierten en respuestas ante estímulos condicionados que son distintos de los estímulos incondicionados que las producen en forma normal y que se asocian a estos. Este tipo de condicionamiento puede ser usado al enseñar vocabulario, por ejemplo, mostrando dibujos junto con los nombres impresos de las cosas dibujadas o mostrando palabras en un idioma, apareadas con sus equivalentes en otro idioma. En general, los principios del condicionamiento se usan para el adiestramiento de animales y también, en el caso de las conductas humanas, cuando se quiere montar un hábito con cierto grado de automatismo, como puede ser el manejar una máquina. Otro empleo frecuente del condicionamiento se da en las terapias psicológicas para tratar casos de adicciones o de conductas compulsivas, en los que es menos eficaz –o no es posible- recurrir a la conciencia y voluntad de las personas. Pavlov identificó tres procesos en el condicionamiento clásico: generalización, discriminación y extinción. Después de que los perros aprendieron a salivar en respuesta a un sonido particular, también salivaban al oír tonos similares, un poco más altos o más bajos. Este proceso se conoce como generalización porque la respuesta condicionada Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 8 de salivar se generalizó u ocurrió en la presencia de estímulos similares. Pavlov también podía enseñar a sus perros la discriminación de los estímulos – responder ante un tono pero no a otros que son parecidos –, dando el alimento sólo en el caso de un tipo de tono. Cuando un estímulo condicionado (un tono particular) se presenta en repetidas ocasiones pero no es seguido por el estímulo incondicionado (alimento), la respuesta condicionada (salivación) desaparece en forma gradual y por último, desaparece, se extingue. Entre los seguidores de Pavlov que aplicaron esos hallazgos al aprendizaje humano se encuentra E. Thorndike, cuya teoría se conoce como condicionamiento instrumental. Se ocupó de conductas que van más allá de los reflejos instintivos, por ejemplo la resolución de problemas o conductas que implicaban medios para lograr un objetivo. Así, por ejemplo, colocaba un animal hambriento en una jaula donde pudiera ver comida, pero no alcanzarla. El animal debía descubrir que para salir de la jaula tenía que lograr mover la cerradura; el animal, en principio, hacía varias pruebas, tales como moverse sobre la puerta, empujar; todo ello, obviamente, sin una captación global de la situación ni planificación alguna –lo que se conoce como Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 9 ensayo y error- pero cuando obtenía un resultado exitoso –abrir la puerta-, esa respuesta se fijaba y era repetida en una ocasión ulterior; lo que Thorndike explicaba como ley del efecto por contigüidad. Luego de varios ensayos el animal “aprendía” y lograba solucionar el problema cada vez más rápido. Entre tantos ejemplos que se pueden mencionar, podemos aplicar esta explicación a la conducta del niño que quiere algo y lo reclama de distintos modos, tales como pedir, llorar, pegar; si una de estas conductas tiene éxito, en una ocasión similar la repetirá. Con posterioridad, B. Skinner introduce el concepto de condicionamiento operante, aplicando los principios del condicionamiento a conductas que no son reflejas ni automáticas, sino que pueden ser voluntarias, y que se fijan en el sujeto (se “aprenden”) mediante el recurso de las recompensas y los castigos. Para lograr este tipo de aprendizaje en condiciones experimentales –y aplicado a la conducta animal- Skinner usaba un dispositivo –por ejemplo una caja- con un comando o palanca que el animal accionaba por sí mismo, para obtener el alimento, que es el refuerzo de la conducta de accionar-. Distingue diversos tipos de condicionamiento: Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 10 • Mecanismos de condicionamiento • Reforzamiento positivo o recompensa: Las respuestas que son recompensadas tienen probabilidad de ser repetidas (Por ej. recibir una buena calificación por participar en clase; la nota funciona como un refuerzo de la conducta). • Reforzamiento negativo: Las respuestas que permiten la evitación o escape de situaciones indeseadas tienen probabilidades de ser repetidas (Por ej. la promoción sin examen, levantamiento de un castigo por buena conducta, etc.). • Extinción o no reforzamiento: Las respuestas que no son reforzadas disminuyen al mínimo su probabilidad de ser repetidas (ignorar a los estudiantes que gritan las respuestas sin levantar la mano, extinguirá esta tendencia a gritar). • Castigo: Las respuestas que tienen consecuencias dolorosas o indeseables serán suprimidas (dejar sin recreo a los alumnos que no cumplen con las tareas). Sin embargo, el potencial conductual permanecerá, así que la respuesta puede reaparecer si cambian las contingencias del reforzamiento. A partir de la aplicación de estos principios al aprendizaje humano, Skinner introduce la propuesta de la Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 11 enseñanza programada, que tuvo amplia difusión en la segunda mitad del siglo XX. En general, el Conductismo explica el conocimiento como un registro mecánico de información que se almacena en la memoria. Bajo este supuesto, el papel destacado dentro del proceso de aprendizaje lo desempeñan los procedimientos instruccionales (enseñanza), que afectan directamente a la ejecución del estudiante a quien se le reserva el papel de receptor o recipiente en el que se almacenan los conocimientos previamente programados por una cuidadosa y uniformada planificación instruccional. En este sentido, lo más importante es presentar a todos los alumnos los mismos materiales y en condiciones adecuadas de recepción, dejando de lado los procesos de análisis, reelaboración o juicio crítico. Si la instrucción prima sobre el aprendizaje, y se traduce directamente en aprendizaje, el control de este importante proceso está, por una parte, en el profesor que es el que programa los materiales de cada sesión y, por otra, en el estímulo o entrada informativa que provoca directamente la respuesta, con lo que se reafirma una vez más el dominio del estímulo sobre la respuesta del sujeto. Se considera que el contenido del aprendizaje es un conjunto de respuestas, por lo Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 12 que al Conductismo se le ha hecho la crítica de producir una actitud pasiva en el alumno. En la concepción conductista, el aprendizaje depende del profesor, de la organización de los materiales y del programa de refuerzos que use. El olvido se interpretaría como una simple extinción de respuestas como consecuencia de la aplicación de programas ineficaces de refuerzo. El docente moldea conductas a través de refuerzos. El modelo de la conducta de estudio sería repetir y practicar y lo que se evalúa es la fidelidad y cantidad de respuestas, de acuerdo con el modelo dado, sin atender a los procesos que el alumno pone en juego. En la práctica, la primera metáfora de Mayer todavía tiene mucha vigencia. 1.3 El enfoque información del procesamiento de la La segunda metáfora corresponde a la concepción del aprendizaje como adquisición de información y corresponde al primer período de la corriente cognitiva, conocida como teoría del procesamiento de la información, que se ubica a partir de fines de la década del ´50. En la explicación que da del aprendizaje, se puede advertir la influencia de la informática y las teorías de la comunicación. No es una sola teoría, sino más Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 13 bien una síntesis que asume este nombre genérico: procesamiento de la información. Se centra en el estudio de los procesos mentales, es decir, en los mecanismos internos que subyacen a la conducta humana. En este período es clásica la metáfora mente-ordenador y el estudio y desarrollo de los almacenes de memoria (registro sensorial, memoria a corto plazo y memoria a largo plazo). El aprendizaje consiste en la adquisición y almacenamiento de información. El sujeto es más cognitivo, adquiere conocimientos y es un procesador de la información. El profesor es considerado como un transmisor de conocimientos. Los elementos estructurales que se mencionan son tres: Registro sensitivo de la información interna y externa; memoria a corto plazo, que consiste en el almacenamiento de la información seleccionada, mientras se está haciendo la tarea; y memoria a largo plazo, por la que se organiza y mantiene disponible la información por más tiempo. Las categorías del procesamiento son cuatro: • Atención: recibe, selecciona y asimila los estímulos. • Codificación: Simboliza los estímulos según estructuras mentales propias (físicas, semánticas, culturales). • Almacenamiento: retiene de forma organizada los símbolos codificados. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 14 • Recuperación: uso posterior de la información organizada y codificada. Como se advierte, se le da un lugar preferencial al estudio de la memoria como explicación básica de la elaboración de la información, y de la actividad humana; al punto que podemos decir que en esta teoría no se distingue entre inteligencia y memoria. Además, no se consideran en particular los aspectos afectivos y motivacionales que intervienen en el proceso de aprendizaje, como sí veremos que se tratan en la segunda etapa del cognitivismo. Es un enfoque cognitivo todavía cuantitativo, centrado en la cantidad de información que el alumno ha procesado. Por otra parte, si bien el estudiante llega a ser más activo, todavía no tiene control sobre el proceso del aprendizaje. La superación del conductismo está en que se atiende a los procesos cognitivos que se dan durante el desarrollo del aprendizaje, y no exclusivamente a los resultados, en términos de respuestas, como en el caso del Conductismo; pero no se estudia todavía el control consciente de esos procesos; tema que aparecerá en la segunda etapa del Cognitivismo propiamente dicho. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 15 1.4 El enfoque cognitivo Este enfoque corresponde a la metáfora del aprendizaje como construcción de significados y se desarrolla a partir de los años 80. Se incluyen bajo esta denominación concepciones con matices diversos, centradas en conceptos tales como aprendizaje significativo, constructivismo, enfoques de la modificabilidad cognitiva, aprendizaje por descubrimiento, etc.1. En todas estas líneas el alumno es considerado como un sujeto activo, autónomo, en el que hay que promover la advertencia y control de sus propios procesos cognitivos. El alumno ya no se limita a adquirir conocimientos, sino que los construye usando la experiencia previa para acceder a nuevos conocimientos. El profesor no suministra conocimientos, sino claves para que el propio sujeto lo construya. La clave de esta última metáfora es aprender a aprender. Esta corriente fue iniciada por varios teóricos, entre los que destacan los siguientes: Ausubel, con su aprendizaje significativo; Piaget, que concebía el conocimiento como un 1 Para un desarrollo de estas líneas teóricas, se remite a Difabio, H. y Villalba, M. (1995). Teorías Contemporáneas del aprendizaje. Parte I: Psicología cognitiva. CIAFIC Ediciones; Buenos Aires. En el texto se presentan los principios teóricos y ejercitación en algunas de las variables consideradas por estos enfoques: advertencia metacognitiva en la comprensión de lo que se lee, ejercitación sobre conectores y ejercicios de pensamiento crítico. El mismo puede ser usado para organizar actividades de taller. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 16 proceso de asimilación y acomodación a través de esquemas; Bruner, que introduce el concepto de aprendizaje por descubrimiento. Estas teorías se ubican dentro de la posición cognitivaconstructivista clásica, y dieron lugar a la aparición de propuestas como el aprendizaje autorregulado de Zimmerman2, Bonner y Kovach (1996), el aprendizaje situado de Brown, Collins y Duguid (1989) o el aprendizaje cooperativo iniciado en los años noventa por Slavin (1999). En cada uno de los casos se ofrecen propuestas pedagógico-didácticas. De acuerdo con esta metáfora, la instrucción está centrada en el estudiante; lo que se evalúa no es ya simplemente una respuesta adquirida o la cantidad de información almacenada, sino los logros referidos a la estructura y la calidad del conocimiento y los procesos que el estudiante utiliza para organizar en una totalidad con significado lo que ha aprendido. En el seno de esta metáfora se acuña la propuesta de aprender a aprender, que pone especial énfasis en las estrategias de aprendizaje, es decir en los procesos centrales de organización, interpretación o comprensión, reelaboración y análisis crítico del material informativo que ofrece el docente, ya que el aprendizaje no es una copia o registro mecánico del material, sino el 2 Se dedica un módulo al desarrollo de este enfoque. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 17 resultado de la interpretación o transformación de los materiales de conocimiento. 1.5 El enfoque del Constructivismo3 La denominación de constructivismo se aplica a distintas posiciones, aunque el uso más difundido refiere a la concepción piagetiana sobre el desarrollo de la inteligencia y a sus aplicaciones en la teoría del aprendizaje. El principio básico del Constructivismo es que el conocimiento es elaboración y modificación de esquemas mentales; conocer sería incorporar información a los esquemas, y a la vez modificar y reelaborar tales esquemas a la luz de las nuevas informaciones. Esta concepción del conocimiento como síntesis remite a Kant, quien desarrolló una teoría del esquematismo como aplicación de formas a priori al material que se recibe por los sentidos y que –se supone- no tiene orden ni forma propia. Sin embargo, puede hablarse del conocimiento como asimilación a esquemas, reconociendo que la realidad tiene unidad, orden propio, que la inteligencia intenta captar. En lo que sigue referiremos algunas ideas centrales de Piaget sobre esta cuestión. 3 El tema se desarrolla en forma analítica en Vázquez, Stella Maris (1996) Constructivismo, Realismo y Aprendizaje, CIAFIC Ediciones, Buenos Aires Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 18 Piaget se ha dedicado fundamentalmente a elaborar una teoría sobre el desarrollo de la inteligencia, que él define como una forma especial de adaptación, en continuidad con los procesos vitales. Es decir que, en el caso del hombre, la adaptación orgánica se prolonga en la actividad de la inteligencia. La adaptación tiene dos “caras”: asimilación y acomodación. La adaptación es el juego entre la asimilación y la acomodación, es el mecanismo o proceso general que explica la génesis de los estadios de la inteligencia y el pasaje de un estadio a otro “la inteligencia es en efecto, asimilación, ya que incorpora a su campo todo dato de la experiencia [...] en cualquier caso la adaptación intelectual lleva consigo un elemento de asimilación, o sea de estructuración por incorporación de la realidad exterior a formas debidas a la actividad del sujeto [...] La misma noción de objeto está lejos de ser innata y precisa una construcción a la vez asimiladora y acomodadora"4. Se puede observar que lo que se construye no es la realidad como tal, sino los esquemas que permiten captar lo que la experiencia presenta. "[...] toda información adquirida desde el exterior [...] lo es siempre en función de un marco o de un esquematismo 4 Piaget, J. (1948). La naissance de l'intelligence chez l'enfant, Neuchâtel, París, Delachaux et Niestlé, pp. 6-7. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 19 interno (sujeto) de aspecto más o menos estructurado o, sobre todo, funcional, según los casos [...]"5. La asimilación es considerada como el elemento fundamental del desarrollo psíquico, pues: 1) es un proceso común a la vida orgánica y a la actividad mental, en el sentido de que toda función necesita un alimento. A partir de este carácter intencional6 de las capacidades, Piaget afirma que "el universo se halla englobado en la actividad del sujeto"7. 2) toda conducta o experiencia tiende a repetirse, de donde se infiere que el funcionamiento tiene un valor en sí. 3) en esa repetición se coordina lo nuevo y lo antiguo, en esto consiste la asimilación. El punto de partida de Piaget es la experiencia, sometida a una progresiva organización y cada vez más penetrada por la actividad de la inteligencia. La experiencia es, en sí, lo dado, pero no de modo pasivo, sino que ella misma es el producto de una construcción en diversos planos de coordinación y subordinación, en el transcurso de 5 Piaget, J. Biología y Conocimiento (1969). Editorial Siglo XXI, Madrid, p. 23. 6 Se dice que las capacidades son intencionales porque su objeto está fuera de ellas, en la realidad, y las capacidades están dirigidas –tienden a- la búsqueda de ese objeto; es decir que las capacidades no se satisfacen simplemente con un puro ejercicio, sino que obtienen satisfacción cuando alcanzan la realidad. 7 Ob.cit. p. 34. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 20 los cuales se va gestando una doble totalidad: la del objeto que al principio era una serie de "cuadros" sin permanencia alguna y llega a ser "sustancia", en un universo ordenado; y la del sujeto, cuyas funciones se van integrando y en esa medida el sujeto se "segrega" del medio es decir se contra distingue de lo que se pone frente a la conciencia y a la vez hace pasar a esta el acto -diría el realismo-. En esto consiste, precisamente, lo que se llama intencionalidad, Tanto la vida biológica, cuanto el conocimiento suponen actividades del sujeto, de organización de lo dado, actividades que son expresión de la asimilación. Es decir que el sujeto no es pasivo frente al medio, no copia, sino que organiza. 1.5.1 El conocimiento como construcción Piaget distingue tres categorías de conocimientos: las inva- riantes innatas, la experiencia física exterior y entre ambas el conocimiento lógico-matemático, que es considerado como la forma superior del conocimiento. De aquí proviene su convicción de que el conocimiento es una actividad transformadora; porque en el campo lógico y en el matemático los objetos no son lo inmediatamente dado, sino que surgirían de reflexionar sobre las acciones que se ejercen sobre el mundo material (por ejemplo, de la acción física de agregar objetos de a uno, surgiría la operación Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 21 de sumar, a partir de la actividad reflexiva sobre el proceso y sobre su resultado)8. El conocimiento, según el autor, no parte ni del sujeto exclusivamente -como si fuera resultado de una introspección o una acción de inventiva, de crear los conceptos-, ni del objeto -en el sentido de un registro pasivo de datos- sino de interacciones cuya fuente son las actividades espontáneas del organismo y que responden, por una parte a la manifestación de la vida como autorregulación y por otra a la necesidad de adaptarse y de ampliar los intercambios con el medio. Entonces, el punto de partida del conocimiento no es el sujeto ni el objeto sino la interacción de ambos. Dice Piaget que: "El conocimiento no es una copia estática de la realidad. Conocer un objeto no es proveer una simpe copia del mismo: es actuar sobre él para transformarlo y aprehender, dentro de estas transformaciones, el mecanismo por el que se producen. Conocer, por lo tanto, es producir o reproducir el objeto en forma dinámica; pero para reproducirlo es necesario conocer cómo producir, y es por esto que el conocimiento proviene de la acción completa, no meramente de sus aspectos figurativos."9. 8 Cabe hacer una observación: Cuando el docente del nivel primario recurre a material real –desde los clásicos porotos, al ábaco, etc.- para introducir la operación de sumar, la cuestión decisiva es guiar a los alumnos para que tomen conciencia de las acciones –las sucesivas adiciones- y de su resultado –el conjunto con x número de elementos9 Piaget, J., The role of action in the development of knowledge, ed.cit., p 30. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 22 Al hablar de “aspectos figurativos” se refiere a las imágenes que se generan cuando algo es percibido por los sentidos. El conocimiento tiene dos direcciones: una se dirige hacia la conquista de objetos y la otra es "una toma de conciencia de las condiciones de las coordinaciones, lo cual conduce, por "reflexión" a las construcciones lógico-matemáticas"10. El conocimiento resulta así un modo de transformación cuya fuente es la acción, o, para decirlo con más precisión, las coordinaciones de la acción. Así, para seguir con el ejemplo de la suma, cuando se le pide a un niño que vaya poniendo objetos de a uno, en una hilera, por ejemplo, para que de esa acción surja la conciencia de la operación de sumar, el niño debe ser guiado a reflexionar, darse cuenta de qué es lo que hizo y cuál fue el resultado de la acción. Este paso es muy importante, porque el mero hecho de poner juntos varios porotos, por ejemplo, no genera el aprendizaje de la suma. Al tomar conciencia de las acciones y de las coordinaciones que éstas requieren, se desarrollan los esquemas de asimilación. "Se llama esquema de acción a lo que en una acción es de tal manera transferible, generalizable o diferenciable de una situación a la siguiente o dicho de otra manera, a lo que hay de común en las diversas repeticiones o 10 Ob.cit., p. 28. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 23 aplicaciones de la misma acción. Por ej. hablaremos de un 'esquema de reunión' en el caso de conductas como las de un bebé que amontona cubos, de un niño de mayor edad que reúne objetos tratando de clasificarlos y volveremos a encontrar este esquema en formas innumerables hasta llegar a operaciones lógicas tales como la reunión de dos clases [...] los esquemas de orden [...] Otros esquemas de acción son mucho menos generales y no desembocan en operaciones interiorizadas tan abstractas: por ej. los esquemas de balancear, tirar de un vehículo, apuntar a un objetivo, etc."11. Así se llega a la afirmación de que: "conocer un objeto implica incorporarlo a esquemas de acción [...] desde las conductas sensorio-motrices hasta las operaciones lógico-matemáticas superiores"12. Es decir que el constructivismo no sostiene la tesis de una construcción a priori del conocimiento sino que en su punto de partida afirma la construcción de esquemas de asimilación. En el proceso de conocimiento, la equilibración es el proceso central, tiene dos componentes básicos: la asimilación13, ya sea de algo exterior a esquemas o de los esquemas entre sí recíprocamente o jerárquicamente; y la acomodación a las particularidades de lo que se asimila. De ello se desprenden dos postulados para una teoría de la equilibración: 1) todo esquema de 11 Ibíd., p. 9. 12 Ibíd., p. 9. 13 En la asimilación, como su nombre lo indica, el sujeto hace suyo, parte de sí al objeto; en cambio en la acomodación el sujeto se “pliega” al objeto, cambia sus esquemas para adecuarse al objeto Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 24 asimilación tiende a alimentarse, 2) todo esquema de asimilación está obligado a acomodarse a los elementos que asimila. De estos dos componentes que se verifican en la experiencia, se desprenden los caracteres que adquiere la equilibración cognoscitiva: la exigencia de equilibrio entre la asimilación y la acomodación y la movilidad de ese proceso, puesto que la asimilación siempre se encuentra con obstáculos y a la vez siempre engendra novedades, no tanto por los contenidos extrínsecos cuanto por su propia naturaleza, pues la acomodación se subordina sin cesar a la asimilación; lo que se acomoda es el esquema de asimilación; por eso dice Piaget que la realidad “hace estallar los esquemas”, o sea que es el objeto el que hace progresar el proceso. 1.5.2 Aprendizaje y Desarrollo Desde su primera obra14 dedicada al tema, Piaget distingue: 1) aprendizaje en sentido estricto: Es la adquisición de estructuras de operación en situaciones específicas de tipo empírico, con intervención de constataciones fácticas, la modificación de conductas en relación con la introducción de un factor experimental. 14 Apprentissage et connaissance, P.U.F., París, E. E6 VII, 1957. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 25 2) aprendizaje en sentido amplio: "todas las adquisiciones no hereditarias, obtenidas en función de la experiencia y que se desarrollan en el tiempo"15, lo que comprende en su noción las leyes del desarrollo. El aprendizaje en sentido estricto se halla subordinado al segundo, es decir que el aprendizaje sigue las leyes del desarrollo, no se pueden saltar etapas, sino que las modificaciones del desarrollo debidas a aprendizaje, que se observan, consisten todas en aceleraciones o conflictos, que al principio son perturbadores y luego generadores de nuevas adquisiciones siempre conformes a las líneas de desarrollo. Por tanto el aprendizaje resultaría doblemente sometido a la evolución natural: en su dirección y en su punto de partida, puesto que las modificaciones quedan siempre ligadas, en su posibilidad, al nivel de partida, es decir que se dan esas modificaciones con la condición de una plataforma previa. Los estudios se han volcado sobre todo a investigar las condiciones de aprendizaje de las estructuras lógicas, a responder a la pregunta acerca de si se aprenden de igual modo que una secuencia empírica cualquiera. Las conclusiones se refieren principalmente a la lógica de los aprendizajes; más allá de la 15 Inhelder, B. y otros. Apprentissage et structures de la connaissance, P.U.F., 1974, p. 26. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 26 simple lectura de la experiencia y a que el éxito del aprendizaje está subordinado al nivel de desarrollo de los sujetos, depende de que se pongan en juego ciertos aspectos de los mecanismos en desarrollo. Se advierte que cuando se introducen factores experimentales se obtienen tres tipos de efectos: 1) efecto nulo, es decir que no hay ni perturbación de las conductas ni progreso de las mismas pues el sujeto es muy pequeño y aún no hay relación entre los esquemas de asimilación y el factor introducido. 2) efecto positivo: se aceleran las adquisiciones en relación al desarrollo espontáneo debido a que el factor introducido es potencialmente asimilable. 3) efecto negativo momentáneo: es decir fuente de conflictos, porque el factor constituye una perturbación y requiere una acomodación compensadora entre esquemas. Este tercer caso es especialmente atendido en la doctrina piagetiana, porque se considera que el conflicto es signo de posibilidad de nuevas construcciones en la medida en que mueve a diferenciar esquemas y por tanto a acomodaciones y asimilaciones constructivas. Debe aclararse que no se habla de conflictos socioafectivos sino de conflictos cognitivos, que suceden cuando se Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 27 advierte que la aplicación del esquema de que se dispone no resulta exitoso, que no se comprende lo que se está captando, sino que hay contradicción. Luego, el verdadero aprendizaje exige que el sujeto advierta esas contradicciones, para poder reorganizar y diferenciar sus esquemas16. De las investigaciones surge entonces que el aprendizaje puede ser considerado como una modificación del desarrollo conforme a las líneas de éste y si no se tiene en cuenta el factor desarrollo, las adquisiciones no son estables, las aceleraciones en el desarrollo pueden producir desviaciones y cerrar la creatividad en vez de ser punto de partida de nuevas construcciones. Son cuestiones que encuentran un eco en la experiencia del educador cuando se advierte que con mucha frecuencia parece conservarse un mínimo porcentaje de lo adquirido, desde un año al otro y sobre todo cuando ciertas prácticas escolares parecen mecanizar al sujeto, quitarle espontaneidad, capacidad de reacción 16 Por ejemplo, el niño pequeño, en la primera etapa del lenguaje conjuga todos los verbos según el paradigma regular, pero si dice “yo no cabo, en vez de no quepo, y eso trae una perturbación en la comunicación, se produce el conflicto que debe desembocar en la diferenciación del esquema de conjugación en al menos dos paradigmas: verbos regulares y verbos irregulares. De modo análogo, cuando ha aprendido el esquema de la regla de tres directa y pretende resolver un problema que implica una relación de proporción inversa, aplicando el único esquema que tiene, los resultados resultan contradictorios y eso mueve a la inteligencia a diferenciar el esquema. Podemos encontrar ejemplos similares en otros órdenes de la vida. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 28 inteligente frente a los problemas y reemplazarlas por la aplicación automática de una regla, fórmula, etc. Por ello, si bien no se puede reducir todo aprendizaje a la construcción de estructuras formales del pensamiento; sin duda que éstas son instrumento de primera importancia -condición necesaria, aunque no suficiente- para la adquisición real de cualquier contenido. 1.5.3 Teoría del aprendizaje y teoría del conocimiento Toda teoría del aprendizaje depende de una concepción acerca de la naturaleza del conocimiento; se puede decir que es su conclusión práctica Según B. Inhelder, la perspectiva piagetiana del conocimiento puede ser caracterizada por tres rasgos dominantes: a) la dimensión biológica b) la interacción (sujeto-medio) c) el constructivismo psicogenético a) El modelo explicativo piagetiano reconduce las conductas, en su raíz última, a las coordinaciones de la acción, propias del organismo vivo, el cual está dotado de estructuras que se manifiestan por su poder de asimilación y acomodación. De ello se desprende, como consecuencia, que el desarrollo mental no es Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 29 indefinidamente maleable y por tanto el aprendizaje, si quiere ser eficaz, debe seguir las líneas del desarrollo. Las primeras manifestaciones de actividad mental consisten en incorporar elementos nuevos a estructuras hereditarias -por ejemplo succión-. De estos esquemas y por vía de diferenciaciones, surgen los esquemas sensorio-motrices que, por asimilación recíproca y generalizaciones, dan lugar a conductas nuevas, no inscriptas en las estructuras hereditarias. La interpretación de la actividad cognoscitiva en términos de asimilación y acomodación complementaria es, en el pensamiento de Piaget, de inspiración biológica y difiere esencialmente del modelo explicativo en términos de asociación y estímulo-respuesta que presenta el Conductismo, porque allí las relaciones son impuestas desde fuera al organismo. La asimilación integra objetos nuevos a estructuras anteriores, y elabora estructuras nuevas actuando en interacción con el medio. En el período pre-operatorio esta actividad asimiladora es "deformante" pues los esquemas están parcialmente coordinados y llevan a contradicciones, como si el sujeto fuera "impermeable a la experiencia"; lo que muestra que el aprendizaje no es un simple registro de índices sino una real construcción. Otra prueba de la actividad organizadora del sujeto es la transformación de los esquemas de la memoria sin estimulación Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 30 exterior y por efecto de la evolución de estructuras lógicocognitivas, lo cual impide pensar el aprendizaje como ligado a una memoria mecánica. Se sostiene una analogía entre la asimilación biológica y la asimilación cognoscitiva: tanto el organismo biológico cuanto el sujeto cognoscente tienen una función básica de asimilación estructurante y se puede hablar de una continuidad entre los mecanismos biológicos y los que hacen posible la génesis cognoscitiva. Estas tesis se traducen en una teoría del aprendizaje, en la afirmación del rol fundamental de las competencias del punto de partida y de las líneas direccionales de la evolución; para cualquier modificación adquirida de las conductas la cual queda siempre ligada a aquellos dos presupuestos que Piaget juzga de raíz biológica. b) La continuidad entre la función biológica y la cognoscitiva no implica que se hable de estructuras pre-formadas. Por el contrario, se afirma una interacción que genera la construcción gradual de esquemas. El punto de vista interaccionista concibe el conocimiento y por tanto el aprendizaje- como una relación de interdependencia entre el sujeto y el objeto, siendo el objeto, en dicha relación, una especie de límite al cual el sujeto se aproxima por sucesivas Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 31 actividades que progresan desde la asimilación deformante hasta la descentración -equivalente funcional de la objetividad-. Estas construcciones son posibles en el sujeto porque éste cuenta con instrumentos que desde una base biológica -las acciones, la actividad asimiladora- superan sus orígenes pues le permiten construir sistemas de relaciones posibles y necesarias. El rol que se asigna a la experiencia resulta central en la doctrina de Piaget, para su concepción del aprendizaje. En efecto, si el conocimiento no es lectura pasiva de lo que se presenta, sino reconstrucción, a partir de la toma de conciencia de las acciones y de las transformaciones que éstas generan -el niño que agrupa genera un conjunto a partir de elementos que en principio estaban separados- el aprendizaje no puede ser nunca una asociación de estímulos con determinadas respuestas, sino que depende de esa toma de conciencia y saca su información de las coordinaciones de las acciones que el sujeto ejerce sobre el objeto; el cual es un soporte para dichas acciones y coordinaciones. c) El ángulo de visión del constructivismo genético tiene por hipótesis que ningún conocimiento se halla pre-formado en las estructuras del sujeto ni del objeto, sino que éste se va construyendo en una continuidad de funciones para dar lugar a los estadios, que implican: un orden constante, una estructura subyacente y una evolución integradora. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 32 Como las consecuencias del desarrollo están regladas por un mecanismo de equilibración de origen endógeno, pero no predeterminado ni en el contenido ni en la estructura, ello implica que el aprendizaje debe tener en cuenta la secuencia natural de evolución pero, a la vez, un necesario intercambio con el medio. El problema de una teoría del aprendizaje sería, entonces, hallar el modo de optimizar las condiciones de intercambio con el medio para favorecer -y aún acelerar en cierta medida- los procesos dinámicos subyacentes. Así, el aprendizaje en sentido estricto estaría subordinado a mecanismos más generales de equilibrio que aseguran la coherencia interna de la construcción operatoria y que junto con ésta constituiría el aprendizaje en sentido amplio17. Por lo tanto, el estudio de los mecanismos psicológicos necesarios y suficientes para llegar a una estructuración de procesos operatorios, sería el camino para llegar a enunciar las leyes del aprendizaje, en sentido amplio y por otra parte el único válido. 17 Ya en 1959, dice Piaget, que "el aprendizaje, puesto en relación con los niveles de desarrollo, aparece como no-dependiente sólo de los datos aportados por la experiencia externa, sino igualmente de un "recurso de las condiciones de organización interna". Esa organización interna es una lógica previa a toda aprendizaje; no en el sentido de categorías o estructuras innatas, sino como modos generales de coordinaciones, que son la condición para cualquier lectura de la experiencia" (Piaget, J., Matalon, B.; La logique des apprentissages, EEG X, P.U.F., París, 1959, pp. 162-165). Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 33 La epistemología genética ha inspirado una serie de investigaciones sobre el aprendizaje, cuya tesis central es el papel activo del sujeto en la construcción de estructuras de pensamiento y por tanto la primacía de los factores endógenos -génesis y equilibración- sobre los exógenos, ya sean éstos las influencias del medio, ya las adquisiciones por simple registro empírico. Por otra parte, dentro de la misma escuela ginebrina se ha tematizado el aprendizaje, siempre en su relación con el desarrollo y a propósito de la diferencia fundamental entre constructivismo y empirismo. Hay además un marco teórico general del que se desprenden tesis centrales para una teoría del aprendizaje, algunas de las cuales, las referidas a la génesis de los aprendizajes, son compartidas por una teoría realista del aprendizaje. El punto de divergencia fundamental se halla en la primacía que el constructivismo asigna a los aprendizajes formales, solidariamente con la tesis de la dirección de la génesis hacia formas disociadas del contenido. Desde el punto de vista del constructivismo se plantean problemas básicos, coincidentes con temáticas clásicas de las teorías del aprendizaje: 1) La evolución psicológica se da según grandes estadios, pero en el pasaje de uno a otro se dan sub-estadios y en su seno se Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 34 registran los desfasajes en las adquisiciones, la no sincronicidad en ciertos logros que, sin embargo reposan sobre las mismas estructuras operatorias. En cuanto al aprendizaje, esto plantea la relación entre la actividad estructurante del sujeto y lo que Piaget llama "las resistencias de lo real", es decir el rol de los diferentes contenidos de una misma estructura. 2) Las relaciones entre diversos tipos de estructuración. Hay estructuraciones de conocimiento lógico-matemático, espacio-temporal, físico, etc. Esas nociones no evolucionan en sistemas cerrados sino que actúan unas sobre otras. El constructivismo no habla, en este caso, de transferencia sino que prefiere hablar de "extensión de campo operatorio". 3) El análisis de las estructuras y de su sucesión informa sobre la dirección del desarrollo pero no sobre los procesos dinámicos, como puede hacerlo una investigación sobre el aprendizaje y sus modos, de modo que pueda verse si los procedimientos de aprendizaje aceleran el desarrollo de un subestadio a otro. 4) Los factores de desarrollo y su relación. Piaget se refiere a un factor fundamental del desarrollo, el del mecanismo de autorregulación o equilibración, el cual no se Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 35 agrega simplemente a la maduración, el aprendizaje en función del medio, la influencia del medio social y el lenguaje sino que da cuenta de la interdependencia de estos factores 1.5.4. Principios generales del constructivismo a) El conocimiento es interacción, por tanto una situación de aprendizaje es más fructuosa cuando el sujeto es activo -no meramente por la manipulación- y la situación le brinda ocasión de encuentro de sus esquemas con lo real. b) El progreso del conocimiento implica que toda nueva estructura se integra en los esquemas anteriores, que, por tanto no están destinados a ser cancelados o simplemente superados sino a su diferenciación e integración. El aprendizaje deberá promover estos mecanismos complementarios. c) En la génesis del conocimiento existen etapas y vías privilegiadas de construcción que los procedimientos de aprendizaje pueden optimizar, dentro de los límites de la evolución natural. En los procedimientos de aprendizaje se tratará de apelar a situaciones que soliciten diversos esquemas implicados en una noción, a fin de que la yuxtaposición de situaciones provoque la confrontación de esquemas y haga posible su coordinación. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 36 1.5.5. Un ejemplo de aprendizaje y sus principios; la conservación de cantidades continuas La noción de conservación en general supone un sistema operatorio reversible bajo la doble forma de la inversión (anulación) y la compensación de relaciones recíprocas. La noción no es pre-formada ni tampoco adquirida por pura lectura de la experiencia, sino por un proceso de elaboración del que Piaget da cuenta en términos de equilibración y autorregulación. Las experiencias de trasvasamiento de líquidos y de seccionamiento de plastilina, muestran que los sujetos pasan por tres etapas. 1) La primera es la de las conductas pre-conservatorias que se caracterizan por una centración en la propia acción o bien en la configuración estática que resulta de esa acción, aunque los sujetos no hacen referencia a esto último. 2) Las conductas intermediarias ponen en relación parcial los distintos aspectos relevantes en la situación, así, por ejemplo, reparan en que ha habido un cambio en la altura o en el ancho del recipiente, pero se trata aún de covariaciones sucesivas y no de coordinaciones en un sistema único: el niño dirá que se trata de la misma agua aunque la cantidad aumentó al aumentar el nivel y viceversa. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 37 3) n el nivel operatorio el sujeto afirma la conservación de las cantidades, justificando su afirmación, con argumentos de identidad operatoria -es la misma agua, nada se puso ni se sacó-, de reversibilidad por anulación (inversión) -si se vuelve al primer recipiente se ve que es lo mismo- y por compensación según relaciones recíprocas -el líquido está más alto pero el vaso es más angosto. Se habla de identidad operatoria no simplemente cuando el sujeto afirma que habrá el mismo líquido sino cuando apoya su argumento en razones necesarias, derivadas de concebir la transformación. Los procedimientos de aprendizaje siguen los pasos de esta evolución natural y tratan de provocar la activación y confrontación de esquemas, como se muestra en el ejemplo que sigue: Se dispone de una matriz de nueve vasos de alturas decrecientes y diámetros crecientes y se emplean sucesivamente tres procedimientos basados en el entrenamiento verbal -elegir un vaso más ancho y bajo o más delgado y alto-, la anticipación y ulterior constatación de resultados -primero según un solo criterio y luego haciendo entrar en juego los dos- y la provocación de conflicto. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 38 La observación más importante es que el nivel inicial de desarrollo del sujeto juega un rol más decisivo que cualquiera de los tres procedimientos; lo que sugiere que el crecimiento cognoscitivo resulta del encuentro entre los esquemas del sujeto y los aspectos observados en la situación del medio; el aprendizaje se da cuando se favorece ese encuentro. Por lo tanto la situación de aprendizaje debe presentar todos los aspectos pertinentes a la solución del problema y específicamente aquellos que el sujeto tiende a descuidar, organizados según el grado creciente de dificultad. En particular dichos procedimientos deben favorecer la toma de conciencia de los aspectos pertinentes y de las posibles contradicciones en los propios juicios acerca de la situación. En la experiencia que se presenta sobre trasvasamiento de líquidos se respetan estas condiciones pues el sujeto no es meramente espectador, sino que es el que provoca las transformaciones; se le pide que anticipe resultados y luego que los constate mediante las transformaciones que provoca su acción. La conservación de cantidades no es algo observable sino que la serie de anticipaciones y acciones provoca un proceso inferencial de establecimiento de relaciones; es este proceso el que tiene el rol principal en el aprendizaje y no la serie de constataciones. Se busca, a lo largo de la experiencia, favorecer la descentración Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 39 respecto del aspecto estático (el nivel alcanzado por los líquidos) y se acentúa la toma de conciencia acerca del proceso de vaciado y llenado sucesivo de los recipientes; subrayando el aspecto cinético -las transformaciones- que lleve a hacer comprender que los diferentes estados del proceso son reversibles. Durante la experiencia se advierte que ésta produce fenómenos imprevistos que suscitan curiosidad y nuevas interpretaciones. Los resultados permiten constatar que: • No se pasa de la no conservación a la adquisición de la misma sino desde un estadio intermedio, lo que confirma la hipótesis acerca de la relación entre el aprendizaje y desarrollo en el sentido de que aquél sólo es exitoso si sigue la línea de desarrollo y que por otra parte se requiere que haya esquemas en vías de gestación, pues de otro modo lo observado no sugiere nada, (se da el fenómeno de dos sujetos impermeables a la experiencia). Por ello ejercicios idénticos tienen resultados diversos según la etapa evolutiva. • Los procedimientos utilizados acentúan la toma de conciencia de los aspectos observables que son pertinentes a la resolución del problema. Sin embargo no se concluye de ello que los aspectos observados sean la fuente directa de los conocimientos sino que su función es obligar al sujeto a confrontar Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 40 sus juicios sucesivos -inmediatamente después de cada constatación- y de ese modo tomar conciencia de las contradicciones. Las conductas de sensibilidad a la contradicción se observan en el nivel intermedio y ellas son una importante fuente de progreso pues al suscitar conflicto llevan a un esfuerzo por resolverlo, superando así las contradicciones. La contradicción es la sensibilidad al obstáculo cognitivo que es propio de las fases intermedias del pensamiento, expresan el desequilibrio de éste e impulsan a la equilibración. Los sujetos del primer nivel, con sus conductas "impermeables a la experiencia" confirman la hipótesis de que "los datos observables, en cuanto tales, son insuficientes para provocar un progreso auténtico del pensamiento, en la medida en que no están insertos en sistemas de inferencias que permitan encadenar las etapas sucesivas de las observaciones provocadas por las diferentes fases de la experimentación [...]. La discordancia entre previsión y constatación crea en el niño una suerte de malestar, pero, a este nivel, las constataciones sucesivas no son organizables en un sistema coherente de esquemas y el niño parece, en consecuencia, insensible a la contradicción, incapaz de hacer inferencias anticipadoras"18. La inferencia no surge de la asimilación y coordinación de los aspectos observables, sino que más bien se anticipa a estas condiciones haciéndolas posibles, por eso el rol de lo observable 18 Inhelder, B., Apprentissage et structures de la connaissance, ed.cit. p.77. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 41 varía según el nivel de organización: los datos observables no son asimilables si el sujeto no los inserta en esquemas ya elaborados, de otro modo lo que se registra no se integra a mecanismos inferenciales y por tanto no se utiliza, queda como subjetivamente irrelevante. Las inferencias se preparan por una serie progresiva de retroacciones, es decir de correcciones retroactivas, y a la vez permiten nuevas anticipaciones. 1.5.6. Otro ejemplo sobre la conservación de la cantidad Otro procedimiento de aprendizaje consiste en la correspondencia término a término con el objeto de favorecer el desarrollo de la noción de conservación de la cantidad de materia. Observaciones reiteradas muestran que la conservación de cantidades discretas precede a la de cantidades continuas. Para graduar la dificultad del pasaje de una a otra, se utiliza un material que, progresivamente, va pasando de la forma discreta a la continua. Así, por ejemplo, se forman bolitas de plastilina y por un procedimiento iterativo –ir agregando repetidas veces- se llenan con la misma cantidad dos recipientes, al principio opacos e iguales y luego transparentes y de dimensiones -largo y ancho- diferentes. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 42 Los sujetos llegan a dos juicios contradictorios; uno que afirma la igualdad del contenido apoyado en el procedimiento iterativo y otro que afirma la desigualdad apoyado en el carácter espacial de la configuración (es decir en lo que ven: hay mayor cantidad. La toma de conciencia del carácter contradictorio de ambos juicios lleva en determinado momento a desencadenar procedimientos de pensamiento que permiten soluciones acertadas. Los sujetos del primer nivel en algunos casos muestran un ligero progreso, seguido de retroceso luego de algunas semanas, que parece deberse a una conducta de acomodación limitada, sin coordinaciones operatorias. Esto nos recuerda bastante muchos pseudo-aprendizajes escolares -de los que cualquier docente puede ser testigo- que inmediatamente parecen exitosos pero que se apoyan sobre una actividad que podríamos llamar "de imitación" pues el sujeto imita la serie de pasos que da el maestro, sin comprender en verdad la clave de la solución, motivo por el cual olvida rápidamente, salvo que memorice una regla, caso en el cual se va verificando una progresiva pérdida de creatividad e iniciativa que, en revancha, muestran aún ciertos sujetos que se suelen tener por alumnos mediocres: éstos "estudian" menos, memorizan menos y ante una situación nueva recurren a los esquemas espontáneos, produciendo una confrontación y diferenciación de dichos esquemas. Los otros sujetos, en cambio, siguen Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 43 respondiendo "por compartimientos estancos" que son cada uno de los modos de respuesta aprendidos mecánicamente. En los resultados logrados por Inhelder se observan dos modos de reacción: por el primero los sujetos resuelven correctamente, argumentando únicamente por la acción iterativa; el segundo modo consiste en manifestar duda, estado de conflicto en cuanto el procedimiento iterativo choca con la configuración resultante. En algunos casos se advierte coordinación de la actividad iterativa con esquemas de compensación; en otros las respuestas quedan fluctuantes. Hay progresos diferidos, es decir que se observan mejoras en las respuestas luego de pasado un tiempo de haber realizado la experiencia; lo que parece confirmar la tesis de la existencia de procesos de reorganización no observables. Subsiste la dificultad de aplicar los mismos argumentos a los casos de cantidad continua, lo que parece indicar que la filiación de ambas nociones no es simple y directa. Otro procedimiento de aprendizaje recurre al seccionamiento de una materia continua. En el punto de partida se tienen dos colecciones con igual número de "bombones" en plastilina, luego una de las colecciones es modificada -la otra permanece como "testigo"-; la consigna es reunir los elementos dos a dos, luego de cuatro en cuatro y Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 44 finalmente fusionar en un solo objeto cada uno de los grupos. El tercer paso consiste en transformar la colección en una salchicha más larga, igual y más corta, sucesivamente que la colección testigo. Finalmente con la salchicha se hace una bola. Es decir que se pasa de deformaciones mínimas hasta la forma final para sugerir que la bola está constituida por pequeños objetos agrupados, cuyo número se conserva y se puede reconstruir por descomposición del objeto final cuya cantidad se conserva. En el curso del procedimiento se incita a los sujetos a tomar conciencia de lo que implica ese objeto final y por ello de la posibilidad de su reconstrucción por descomposición. Se trata de lograr, más allá de la comprobación empírica, la gestación del concepto de reversibilidad en la cantidad de materia; es decir la advertencia de que la transformación es anulable por una acción inversa -mental o real-; hasta que ésta llegue a ser una acción interiorizada que no requiera procedimientos efectivos. Se observa como en los procedimientos anteriores: 1. La influencia del estadio del punto de partida. 2. La adquisición de un esquema se da por el paso de una acción efectiva a una acción interiorizada que primero es el calco de una acción específica y luego se torna reversible. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 45 3. Tienen importancia los esquemas basados sobre aspectos topológicos de la situación tales como el orden y la vecindad: hay gran dificultad en disociar la longitud de la colección, del número de elementos. 4. Existen progresos diferidos que testimonian una relación con mecanismos de regulación interna. 5. En los sujetos que no registran progreso, las respuestas que dan toman en cuenta un solo criterio, en los otros se observan varios criterios en la misma situación, con aparición de contradicciones y conflictos lo que muestra una vez más el rol del desequilibrio y la contradicción tal como señalamos más arriba. 1.5.7. Aprendizaje y factores del desarrollo Es también Inhelder quien emprende una serie de experiencias encaminadas a mostrar el posible rol del lenguaje y de las diferencias culturales en la adquisición de nociones operatorias. Una de ellas intenta dilucidar si la no-conservación puede deberse a la falta de comprensión de expresiones verbales adecuadas. Para ello se establecen grupos de palabras en relación con los conceptos de cantidad, número, dimensiones de largo, alto, etc. y se introducen también palabras comparativas (más, menos, igual, Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 46 demasiado, etc.). Se dan órdenes en que se emplean palabras y luego diversas situaciones que implican los conceptos nombrados. El resultado es que los términos en general son comprendidos desde el nivel pre-operatorio; las respuestas a diversas preguntas difieren en la expresión verbal según el nivel de los sujetos. La situación de igual aprendizaje verbal consiste en hacer repetir expresiones diversas y se advierte que los sujetos usan precozmente el "más" en sentido absoluto pero sólo tardíamente los comparativos tales como "más... que". Se concluye que la comprensión y el empleo preciso de expresiones no asegura de por sí el paso a la conservación. La adquisición del lenguaje y de las estructuras de operación son procesos paralelos. La adquisición de léxico tiene el efecto de orientar la atención hacia los aspectos pertinentes del problema. El entrenamiento verbal permite explicitaciones útiles cuando falta formulación clara, pero puede engañar acerca de las verdaderas adquisiciones19. 19 A este respecto he hecho algunas experiencias (Cfr. "El pensamiento por analogía", Anthropos, II, Bs.As. 1978), en grupos de diverso nivel cultural y se observa en los grupos más bajos ausencia de adecuada verbalización con creación de palabras para expresar logros nocionales, en cambio en los grupos Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 47 Otra experiencia20 tiene como hipótesis que la estructura del lenguaje se halla más ligada que el léxico a la estructura operatoria. La técnica se desarrolla a propósito de la conservación de la cantidad. Se usan dos parejas de palabras para dos dimensiones: largo-corto, grueso-delgado. Se advierte que los sujetos del nivel pre-operatorio tienen el léxico correspondiente pero no la estructura que compone ambas dimensiones -ej.: corto y grueso, largo y fino- y en el caso de que no tengan suficiente léxico es fácil enseñarles a usar las palabras en sentido absoluto; pero no la estructura combinada. De modo análogo sucede en la seriación: ante una serie A > B > C los sujetos usan "grande" y "chico" en sentido absoluto pero son incapaces de expresar que B es más chico que A y a la vez más grande que C, lo que revela que los obstáculos son semejantes para la adquisición de la estructura operatoria y la estructura del lenguaje. En cuanto a los estudios sobre las diferentes culturas en el aprendizaje cognitivo21 indican que hay diferencias aparentes pero de nivel más alto se observó un exceso de léxico con carencia, en algunos, de respaldo nocional. 20 Inhelder, B., Développement et apprentissage, Rev.Suisse de psychologie Pure et appliquée, N11, 1967, p. 1-23. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 48 una misma línea de evolución; los retardos son globales, dentro de la misma línea. 1.5.8. Aprendizaje de estructuras lógicas El tema del aprendizaje fue abordado por Piaget en la década del '5022, allí ya se preguntaba si existe un aprendizaje de estructuras lógicas y, en general, si el aprendizaje consiste en agregar nuevos conocimientos obtenidos desde la experiencia o si es la puesta en acto de instrumentos lógicos. Sin duda, a través de los trabajos dedicados al tema, se ve que Piaget privilegia el aprendizaje operatorio, que consiste en una construcción de nuevas coordinaciones a través de la diferenciación de coordinaciones precedentes. Es decir que para aprender una estructura lógica debe recurrirse siempre a otra, que conduzca a aquella o la implique. El aprendizaje tiene una lógica inherente, que no es aprendida, sino que deriva de procesos de equilibración. Vinh Bang define el aprendizaje operatorio como una actividad estructurante, interna a los esquemas, un aprendizaje de 21 Inhelder, B., Etude interculturelle portant sur quelques notions de conservation (en "Apprentissage et structures de la connaissance", ed.cit., pp.. 49-161). 22 Cfr. Greco, P., Piaget, J. (1957). Apprentissage et connaissance. P.U.F., París, E.E6 VII y Coustard, M., Greco, P., Matalon, B. y Piaget, J.; La logique des apprentissages, P.U.F., París, 1959. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 49 estructuras, de formas y no de contenidos23. Es lo que llamamos un aprendizaje formal o instrumental, cuyo rol es hacer posible la transferencia formal, es decir la resolución de problemas de diversos contenidos pero en los cuales subyace la misma estructura lógica. El aprendizaje operatorio implica el pasaje del saber hacer –resolver- a la conceptualización -comprender- a través de la toma de conciencia de los procesos que se realizan para lograr resolver. Para ilustrar este tipo de aprendizaje, que es, como ya se señaló, el que privilegia Piaget, se presentan a continuación algunas experiencias de aprendizaje de estructuras lógicas realizadas por A. Morf y V. Bang24. El primero de ellos estudia la posibilidad de aprendizaje de la inclusión de clases concretas en sujetos con conductas prelógicas25, con la hipótesis de que esta estructura surge de las coordinaciones de la acción y que por tanto el medio es sólo una condición material en la cual las acciones del sujeto pueden realizarse. Se llevan a cabo tres tipos de experiencias. La primera de ellas responde a la tesis empirista del aprendizaje y se basa por 23 Cfr. Vinh Bang, Qu'entend-on par apprentissage opératoire? Archives de Psychologie, 1986, 54, pp. 27-37. 24 L'apprentissage des structures logiques, (EEG IX) P.U.F., París, 1959. 25 Es decir en la etapa pre-operatoria, que se situaría antes de los 6 o 7 años. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 50 tanto en la lectura empírica, en la percepción de la situación. Se facilitan en la situación un máximum de datos experimentales donde el sujeto pueda constatar la superioridad cuantitativa de la clase B respecto de la sub-clase A, puesto que las reacciones espontáneas consideran a A > B, como se describe inmediatamente. La segunda experiencia se basa en la actividad espontánea del sujeto y la tercera consiste en un aprendizaje centrado en la ejercitación operatoria, que busca comparar las clases con subclases. En la primera experiencia, si se sostiene que las estructuras lógicas son producto de la experiencia individual y social -tesis empirista- la constatación empírica, es decir el hecho de ver la superioridad cuantitativa de B (contando los elementos) tendrá el efecto de hacer progresar la estructura. Se eligen tres aspectos para esta constatación: a) la cuantificación de cada una de las dos clases a comparar, b) la comparación misma, c) la generalización de los juicios empíricos de comparación (ya que no es posible la comparación perceptiva de clase y sub-clase se toma siempre una clase testigo que queda invariante). El procedimiento utiliza como material seis colecciones de objetos familiares que se dividen en sub-clases. Así, por ejemplo Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 51 la primera colección se compone de cubiletes de plástico (clase B) y comprende seis amarillos (subclase A) y tres verdes (A'). Hay una colección de tazas que constituye una clase complementaria (B'): objetos que sirven para beber; lo que permite hacer una jerarquización por inclusiones sucesivas: B' > B > A > A'. La cuantificación de la clase se hace por diferentes métodos, desde la simple enumeración hasta la alineación de los elementos para destacar el espacio que ocupan. La comparación se favorece por las preguntas clásicas de si hay más cubiletes que cubiletes amarillos o bien si hay más amarillos o más de plástico (todos son de plástico). La generalización se induce haciendo cada vez menos directas las constataciones empíricas hasta pedir al sujeto que anticipe la respuesta y luego constate (por ejemplo hacer una fila con los vasos de plástico y otra con los amarillos y preguntarse cuál llegará más lejos). En los resultados se observa que conviven dos tipos de conductas: juzgar que la clase B es más numerosa que la clase A y juzgar, a la vez, que "hay más en A que en B". La experiencia de aprendizaje comprende tres momentos: 1) Se plantea la pregunta clave: ¿Hay más de B o más de A? 2) Se procede a la verificación (de diferentes modos) empírica de las respuestas del sujeto, por los medios indicados. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 52 3) Se retorna a la pregunta inicial. Se usan varios modos de presentación del material y se presentan las seis colecciones una tras otra, con las tres fases indicadas, al pasar de una a otra colección. La pregunta se hace en presencia del material, ya en desorden, ya alineado. La constatación tiene formas variadas, ya sea la enumeración; por lectura de la extensión espacial, por evaluación de un contenido, por ej.: quién tomará más agua: el que tome la de los vasos verdes o el que tome la de los vasos de plástico? Se advierte que el modo de presentación influye más que la naturaleza del material: el alineamiento es más favorable, lo que es acorde con el predominio de las disposiciones espaciales y de los aspectos perceptivos en la fase pre-operatoria. La presencia de la clase complementaria no influye, pensamos que porque para el sujeto no es relevante, es como si no existiese, si no maneja la operación de inclusión, no tiene ningún esquema para relacionarlas. En cuanto a la comparación, se pedía que comparasen B con A o bien A+A' con A; la extensión numérica se pide por separado; la extensión espacial se hace de ambas a la vez. Las constataciones se ordenan en un orden creciente desde la lectura directa hasta la posible deducción anticipadora del Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 53 resultado. Se advierte que los sujetos transfieren los resultados de las sucesivas comparaciones, pero los logros son limitados en cuanto a su alcance real respecto de lo que se busca –el aprendizaje de la estructura de inclusión- porque los sujetos operan siempre por "suma"; así por ejemplo responden que "son más los verdes y amarillos", no llegan en ningún caso a justificar por el argumento de todo y parte. De acuerdo con mis propias experiencias creo que esto se debe a que el todo (B) es virtual, por eso no puede aparecer nunca en el nivel pre-operatorio en que lo único real es lo dado: las subclases A y A'; pero su consideración "sumativa" no equivale a descubrir la inclusión porque en cada caso se trata de una comprobación de hecho que no llega a la afirmación universal, con el carácter necesario que se deriva del captar la razón: A+A' > A porque A es parte de. Por eso los sujetos permanecen en una construcción aditiva. La conclusión es que hay aprendizaje en cuanto a la constatación, pues en el pasaje sucesivo del material los sujetos llegan a prever la relación de "mayor que", los mecanismos de lectura devienen más económicos, pero no se logra la estructura de inclusión. Los sujetos operan siempre por constataciones perceptivas, aún cuando sean capaces de anticipar, se apoyan en una imagen Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 54 interior; pero jamás desde la lectura empírica podrán reconstituir el todo que no está presente -aunque esté la colección testigo, psicológicamente no existe-. La operación implica concebir un todo virtual, ir más allá de lo percibido para considerar y confrontar todo y parte cuando lo que se percibe son partes y en cuanto se perciben anulan el todo y viceversa. Por eso, todos los aprendizajes se refieren a la lectura empírica y no a la inclusión. Se concluye que: "El aprendizaje por constataciones repetidas y dirigidas no es suficiente para constituir una estructura operatoria"26. Por ello se pasa a la segunda estrategia, basada en manipulaciones libres y se advierte que los sujetos alternan las colecciones figurales con los conjuntos y sub-conjuntos. Este tipo de conductas, que también he advertido en diversos sujetos, creo que tiene una significación evolutiva. En efecto, señalan una actividad coordinadora interior, aún muy inestable -por eso se alterna con las colecciones figurales- pero que lleva al descubrimiento de criterios de clasificación, que es un logro básico para la adquisición de la inclusión. A. Morf anota que en la manipulación libre la solución A+A > A aparece más rápidamente que en la estrategia anterior y 26 A. Morf y V. Bang, L'apprentissage des structures logiques, ed.cit., p. 49. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 55 anota también la aparición de significativas conductas de "yo no sé", que manifiestan conflicto, toma de conciencia de la dificultad, ante la pregunta de B > A. Se concluye que si bien el método libre no asegura un aprendizaje de estructuras lógicas, lleva a los mismos resultados que el anterior en menos ensayos y parece testimoniar que en los casos de ciertos sujetos "liminares", esta actividad espontánea es un terreno favorable para el acabamiento de esquemas esbozados. La estrategia de ejercicios operatorios se basa en la hipótesis de que la estructura de inclusión reposa sobre operaciones de encajamiento –meter un objeto dentro de otro-, por tanto se hace una ejercitación sobre esquemas concretos de encajamiento. Para ello, a las colecciones anteriores se le agrega la complementaria B' -por ejemplo tazas para los cubiletes- y se define C = B + B', siendo C "el conjunto de cosas para beber". Luego se rodea la clase C por una frontera -por ejemplo un hilo- y se hace lo mismo con B. Se pide al sujeto que él haga lo mismo con las sub-clases y sobre esa base se van haciendo preguntas que llevan a la comparación cuantitativa. Una técnica alternativa es presentar otras jerarquías de clases: rosas rojas/rosas blancas -rosas-flores-plantas-. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 56 Con la primera técnica no se logra ninguna comparación de B > A. Con la segunda sólo tres sujetos llegan a advertir la jerarquía y organizan otras colecciones. Se encuentran expresiones tales como "los cubiletes verdes van dentro de los cubiletes". Por último se ensaya una técnica llamada de "aprendizaje sobre situaciones multiplicativas", que comprende tres tipos de situaciones: a) intersección de clases. b) doble característica de objetos únicos. c) doble característica de clases, en intersección y en encaje. Para las situaciones de intersección de clases se presenta una colección de diferentes objetos haciendo una enumeración verbal de los mismos y se suceden los siguientes pasos: 1. Se propone ordenarlos en dos cajas, si esto no se da espontáneamente, se sugieren criterios. 2. Ya que en la colección hay objetos "ambiguos" si el sujeto manifiesta conciencia del problema, por lo tanto conflicto, se reemplazan las dos cajas por dos rectángulos que se entrecortan, sugiriendo la intersección. Este ejercicio se realiza en varias situaciones análogas. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 57 Para las situaciones de "doble característica de objetos" se hacen juzgar distintos objetos aislados en cuanto a su pertenencia a distintas clases, siendo posibles distintas atribuciones simultáneas (por ejemplo: un gran pañuelo rojo pertenece a la clase de cosas rojas, cosas útiles, cosas grandes). En la tercera situación a partir de una colección desordenada, 1) se hace que el sujeto elija algunas clases, por ejemplo: animales, objetos rojos, vajilla; 2) se toma una de esas clases y se le pide que piense dentro de qué otra clase podría ir, sugiriendo que la vajilla por ejemplo contiene objetos de menaje y objetos frágiles o los animales son seres vivos y seres que no piensan; 3) se hace lo mismo con clases ya constituidas; 4) se repite 2 y 3 insistiendo en el encaje, es decir haciendo que los sujetos circunscriban clases a partir de las cuales distingan subclases o clases subordinadas. El resultado es que siete sujetos sobre treinta justifican que B > A por el argumento de inclusión lo que parece confirmar la hipótesis de que los esquemas de encaje favorecen el descubrimiento de la inclusión. Dice Morf: "los únicos casos en que un aprendizaje experimental ha podido entrañar una solución correcta a la comparación cuantitativa de clases en inclusión son aquellos en los que Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 58 se ha ejercitado la comprehensión de la multiplicación lógica"27. En los casos en que los sujetos fallan, se puede advertir que falta la organización de los datos según un sistema de relaciones, podemos agregar que ello se debe a que falta la movilidad para dejar de considerar absolutamente los objetos y las clases. Falta la relación de todo a parte porque falta el dominio de lo posible: aunque el todo esté presente, cuando se consideran las partes éste desaparece. La inclusión descansa en esquemas de encajamiento y clasificación, se trata pues de hacerlos móviles y generalizados. En los casos estudiados el sujeto puede ver las relaciones numéricas -A+A' > A- pero desecha los encajes y si se ocupa de poner los objetos dentro de su clase, desecha la evaluación cuantitativa: La estructuración va a surgir no de una constatación empírica de la extensión de las clases sino de la articulación de esquemas previos. Se llega así a una solución deductiva, universal. Esto nos indica la necesidad de ejercitar al sujeto en el descubrimiento de criterios de clasificación28, en la penetración y 27 Ob.cit., p. 75. 28 Estos criterios tienen como base las dos propiedades de los conceptos: su comprehensión –o sea las notas características que permiten definir algo- y la extensión. Se puede promover su desarrollo a través de juegos, tales como el Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 59 distinción de aspectos en la realidad, que es un procedimiento de punto de partida para una metodología realista de aprendizaje. Morf concluye que: 1. La formación de una estructura operatoria no puede explicarse por la acumulación de constataciones relativas a situaciones particulares, sino a partir de esquemas pre-operatorios que permiten interpretar las situaciones particulares. El mecanismo de formación de los esquemas operatorios es la diferenciación de los esquemas para hacerlos más móviles y más estables y coordinarlos en un sistema permanente e indefinidamente generalizable29. 1.5.9. El modelo del aprendizaje constructivista Inhelder y Bovet señalan que el progreso del conocimiento resulta de un proceso dinámico que requiere un modelo de regulación, esta hipótesis guía las investigaciones sobre aprendizaje y lleva la atención sobre: a) la confrontación de de las definiciones (Un equipo dice una palabra y los chicos del otro equipo deben definirla y, a la inversa, se da una definición y hay que descubrir el concepto). 29 También Inhelder y Bovet, en un trabajo dedicado a la cuantificación de la inclusión -Apprentissage et structures operatoires, ed.cit., p. 236 ss.- coinciden en las conclusiones con Morf. Señalan que los ejercicios operatorios pueden implicar una estructuración activa, es decir que la experiencia activaría la estructuración, que sería predominantemente endógena. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 60 esquemas, b) los conflictos emergentes de esta confrontación y c) los modos en que éstos se resuelven. Las confrontaciones pueden ser de dos tipos: entre subsistemas o entre los esquemas y los datos observables en las situaciones experimentales. En ambos casos tiene un rol central la actividad estructurante del sujeto, que suscita la diferenciación y coordinación de esquemas. En todas las experiencias desarrolladas se advierte que el aprendizaje -el progreso de las conductas en función de la experiencia- depende del nivel inicial de desarrollo del sujeto y sigue la línea de la evolución natural: los aprendizajes se insertan en los mecanismos generales de desarrollo. Un punto central en la doctrina piagetiana es el rol de los conflictos: éstos no son inherentes al pensamiento sino que son expresión de desequilibrio, pero son fecundos en cuanto llevan a la equilibración por medio de la interacción de esquemas y su asimilación recíproca. Un ejemplo de ello es el conflicto de la respuesta centrada en la correspondencia término a término con la respuesta centrada en la correspondencia topológica (es decir la que el sujeto hace atendiendo a la distribución de los elementos en el espacio): la toma de conciencia de la contradicción en los resultados lleva a soluciones de compromiso en primera instancia Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 61 y luego a la compensación completa y estructuración de la situación. Los datos observables, lo que se presenta a la experiencia inmediata, no son relevantes en sí mismos, sino que se tornan relevantes, revelan su pertinencia en la solución de un determinado problema, en cuanto se integran a mecanismos inferenciales; lo que equivale a decir, desde una perspectiva realista, que la "lectura de la experiencia" la hace el intelecto, que no existe la experiencia bruta. En el proceso de aprendizaje el camino que en sentido realista llamamos de universalización -y que sigue a la lectura de la experiencia- se verifica para Piaget como sucesivas reconstrucciones en nuevos planos. Entre los procesos de aprendizaje juegan un rol dinámico las coordinaciones progresivas entre sub-sistemas. Esas coordinaciones son las que llevan a veces de modo momentáneo a desequilibrio bajo la forma de conflicto o contradicción, pero finalmente desembocan en sistemas de compensación operatoria. Esta regulación es el aspecto de la continuidad funcional entre los niveles de la construcción cognitiva, que se da siempre por etapas. Así, por ejemplo, en el caso de la coordinación de esquemas de adición y de sustracción en la inclusión lógica, dado el problema de saber si hay más elementos en B (clase) que en A Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 62 (sub-clase), cuando se pide al sujeto que componga una colección de frutas que tenga la misma cantidad de B (frutas) pero más A (manzanas) que una colección testigo compuesta de seis B de las cuales dos son A; allí el sujeto debe comprender que la adición lógica es siempre solidaria de la sustracción (B - A' = A), por tanto para mantener constante B variando A y A' es necesario comprender la compensación recíproca de las adiciones y sustracciones en las sub-clases. En la primera etapa, el sujeto sólo reproduce la colección testigo, afirmando que para aumentar A es preciso variar B. En el segundo momento el sujeto aumenta A sin substraer de A', con lo que aumenta B. La tercera etapa es de transición: el sujeto compensa por anulación, vaciando A', de tal modo que B queda compuesta sólo de A (es decir que hace una sub-clase toda de manzanas), pero no se trata de verdadera compensación, pues los juicios siguen siendo contradictorios (las dos tienen más, una tiene más manzanas -A- y la otra más duraznos -A'-). Se advierte la preponderancia de los esquemas de adición. Finalmente el sujeto arriba a todas las compensaciones posibles, comprende que para dejar constante B, cada vez que varía A debe variar A' en sentido contrario. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 63 Permanece constante la secuencia desde la no comprensión a la yuxtaposición de esquemas, el intento de composición y finalmente la compensación completa. El aprendizaje se va dando por correcciones mutuas entre esquemas y entre éstos y los datos observables empíricamente en la situación de aprendizaje lo que viene a reafirmar el modelo de la equilibración de Piaget. [Piaget] "parte de la suposición que la acción adaptativa está siempre orientada, que el sujeto no busca de ningún modo la incoherencia y tiende siempre hacia ciertas formas de equilibrio, pero sin alcanzarlas jamás sino, a veces, a título provisorio"30. La fuente del progreso está en los desequilibrios que incitan al sujeto a superar su estado actual para buscar soluciones nuevas. Los procedimientos de aprendizaje esclarecen el modo de las regulaciones sucesivas, tal como se vio a lo largo de las cuatro etapas señaladas. Los mecanismos que producen mejoramientos, en primer lugar producen una extensión de los esquemas a diversas situaciones, en una generalización que en ocasiones encuentra resistencias y lleva a resultados contradictorios de modo que el sujeto es movido -por la búsqueda de coherencia- a un arreglo o limitación del campo de cada uno de los esquemas que ha puesto 30 B. Inhelder y otros, Apprentissage et structures de la connaissance, ed.cit., p. 320. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 64 en juego por medio de diferenciaciones con sus correspondientes complementariedades. Por eso, las situaciones que optimizan las posibilidades de progreso son las que permiten confrontar esquemas de naturaleza y complejidad diversas y no aquellas situaciones en que -al modo del conductismo, por ejemplo en la metodología de enseñanza programada o en ciertas metodologías escolares tradicionales de "aplicación de fórmulas"- se aísla artificialmente un esquema para ejercitarlo y de ese modo se elimina la dinámica de la confrontación. Los procedimientos de aprendizaje producen una aceleración de la construcción de esquemas, lo que muestra que por ejercicios adecuados es posible disminuir los intervalos en los niveles de desarrollo, siempre a condición de seguir las líneas de este desarrollo. Es decir que el aprendizaje no puede reducirse a un proceso de maduración ni es, en el otro extremo, una lectura empírica cuya fuente de progreso fueran, exclusiva o principalmente, los estímulos externos. Los procedimientos de aprendizaje activan el funcionamiento porque ofrecen posibilidad de combinar esquemas existentes. La interacción con el medio tiene dos efectos fundamentales: 1) por una parte despierta la curiosidad ante las Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 65 situaciones nuevas; 2) por otra produce contradicciones entre las predicciones y juicios del sujeto y la constatación de los datos observables. "[...] jamás las secuencias de datos observables son impresas, en cuanto tales, en el conocimiento del sujeto; siempre hay procesos de asimilación"31. Es la primera conclusión respecto del aprendizaje. La segunda viene a reafirmar ésta, en el sentido de que los aprendizajes siguen siempre las mismas etapas, sin saltar ninguna, lo que confirma que el proceso responde a mecanismos reguladores internos. En tercer lugar cabe recordar que los resultados del aprendizaje, en la mayoría de los casos, están directamente ligados al nivel del punto de partida. Los sujetos más avanzados aprovechan más los ejercicios y las informaciones propias del procedimiento de aprendizaje. Los que manifiestan más logros son los que se hallan en el nivel intermedio respecto de la solución operatoria. Estos resultados hacen dejar de lado la hipótesis de que el aprendizaje resulta de los estímulos o de la práctica socio-cultural y afirman más bien la tesis constructivista de una interacción 31 Ob.cit., pp. 324-325. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 66 guiada "desde dentro", es decir por regulaciones cognoscitivas análogas a las biológicas. 1.5.10. Aspectos cuestionados al sistema de Piaget Desde diversos ámbitos de han hecho dos tipos de crítica a este enfoque. La primera se refiere al tema de la enseñanza de los contenidos específicos de dominio. Se le critica a la teoría piagetiana haberse ocupado de las estructuras mentales sin atender la cuestión de los contenidos específicos; sustentándose dicho argumento en el interés de Piaget por identificar y explicar principios y procesos generales de funcionamiento cognitivo y su incidencia en la construcción de las categorías lógicas del pensamiento racional (tiempo, espacio, causa, lógica de las clases, etc), razón por la cual, los contenidos concretos a los que se aplicaban estos procesos no constituían en sí, para Piaget, un objeto de estudio. El presupuesto básico sería, que el dominio de las estructuras permitiría después, la comprensión de los contenidos La segunda categoría de críticas se refiere al hecho de que para Piaget el proceso de construcción del conocimiento es un proceso personal, interno e individual (basado en la equilibración), que el medio puede favorecer o dificultar. La mayoría de las veces se trata de un proceso de descubrimiento Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 67 relativamente autónomo. Por tanto, el segundo aspecto más discutido es el tema de la mediación social y el rol de la intervención docente, los que se consideran desde esta perspectiva, como aspectos de menor consideración, ya que el rol del docente debe preferentemente limitarse al papel de facilitador de experiencias que ayuden al proceso de construcción individual. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 68 Módulo 2. El aprendizaje auto-regulado Concepto. Fases del proceso y su interacción. El lugar de las metas. Las estrategias cognitivas y meta-cognitivas. 2.1. Concepto y Antecedentes El concepto de aprendizaje auto-regulado aparece en el ámbito de la Psicología Cognitiva, en el curso de las dos últimas décadas del siglo XX. El término de auto-regulación proviene de la Biología, aludiendo a la propiedad de los sistemas vivos de buscar la homeostasis, es decir la recuperación del estado de equilibrio. Cuando este concepto se aplica a las acciones que se desarrollan para aprender, hay que tener en cuenta que el concepto no se toma exactamente como en el campo de la Biología; porque el hombre es un ser dotado de conciencia y de libertad, que pueden ser usadas en diferentes grados, pero que existen siempre como capacidades específicas. De allí que la principal diferencia que debemos establecer se refiere a que el sujeto que aprende lo hace con una finalidad, que debe hacerse cada vez más consciente y asumida de modo personal. Se señala que “Los investigadores social cognitivos (Zimmerman & Schunk, 1989; 2001) entienden preferentemente la autorregulación (self-regulation), no como una aptitud o una habilidad, sino como un proceso auto directivo Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 69 mediante el cual los estudiantes transforman sus habilidades mentales en actividades y destrezas necesarias para funcionar en diversas áreas. Desde esta perspectiva, el aprendizaje autorregulado es una actividad que los estudiantes realizan para sí mismos de un modo proactivo, más que un acontecimiento pasivo que ocurre cuando reaccionan a las experiencias de enseñanza. Las características claves que definen un aprendizaje como autorregulado son la iniciativa personal, la perseverancia y la habilidad para adaptarse La autorregulación es definida conceptualmente como acciones, sentimientos y pensamientos autogenerados para alcanzar metas de aprendizaje” (Zimmerman, 2000, 2005, p. 2). En general, hay acuerdo en afirmar que los estudiantes autorregulados dirigen su aprendizaje a través del uso de una serie de estrategias cognitivas, metacognitivas, motivacionales y de apoyo que les permiten regular y controlar de forma intencional todo el proceso —conocen sus habilidades, los conocimientos que poseen, saben qué deben hacer para aprender, han aprendido a monitorear sus conductas de estudio, advierten qué exigencias tienen las tareas que se proponen en la escuela. Por otra parte, son sujetos que tienen motivación para aprender y son capaces de regular esa motivación; tienen iniciativa, son capaces de mantener el esfuerzo, de controlar los factores internos y externos que pueden debilitar el esfuerzo, tales como los distintos elementos distractores, las actividades que pueden solicitar su atención fuera del estudio (diversiones, Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 70 descanso, etc.). Este tipo de alumnos desarrolla cierto nivel de conciencia acerca de las causas del éxito en el estudio. La autorregulación puede enseñarse, y no se adquiere de una vez para siempre sino que pasa por distintas etapas. El aprendizaje autorregulado exige del alumno la toma de conciencia de las dificultades que pueden impedir el aprendizaje, la utilización deliberada de procedimientos (estrategias) encaminada a alcanzar sus metas, y el control detallado de las variables afectivas y cognitivas, que se detallan más adelante. 2.2. Elementos y fases del aprendizaje autorregulado Hay distintos modelos que se han formulado para presentar los autorregulado, elementos con y algunas las etapas diferencias, del aprendizaje aunque hay coincidencias en lo esencial. Así, respecto de las fases, algunos (Markus y Wurf, 1987) enumeran la formulación de metas, planificación, observación, evaluación y reacción. Kuhl (1992) distingue tres subsistemas: preferencias cognitivas (intenciones); preferencias motivacionales y preferencias de procedimientos (hábitos y esquemas de actuación dominantes). Según Karoly (1993) en la autorregulación se distinguen cinco fases que se dan de modo cíclico: conocimiento y selección de metas, mantenimiento del esfuerzo con una determinada orientación, cambio de dirección o reordenamiento de metas y consecución Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 71 de las metas. Ertmer y Newby (1996) enumeran tres procesos: planificación, observación y evaluación. Desde diversas posiciones teóricas e investigaciones recientes se ha enfatizado la importancia de atender no sólo a los componentes cognitivos implicados en el aprendizaje, sino también a los componentes afectivos o motivacionales. En distintos estudios se reconoce el interjuego de afecto y cognición en el proceso de aprendizaje (Lama Rojas, 2008). Paul Pintrich define el AAR como un proceso activoconstructivo por el que el alumno fija sus propias metas de aprendizaje, monitorea, regula y controla su adquisición de conocimientos, motivación y conductas, guiado por las metas y los rasgos contextuales del entorno (Pintrich 2000;Pintrich, Zusho 2002, Schunk 2005). Lo considera como un proceso cíclico y abierto, con tres fases (Zimmerman 2002), tal como se ilustra en el gráfico: Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 72 Fases Fasesyy subprocesos subprocesos Fase Fasedesempeño desempeño Autocontrol Autocontrol Imaginería Imaginería Auto-instrucción Auto-instrucción Focalizar atención Focalizar atención Fase previa Auto-observación Fase de reflexión Fase previa Auto-observación Fase de reflexión Análisis de tareas Juicio Análisis de tareas Auto-registros Auto-registros Juicio Fijar metas Auto-experimentación Auto-evaluación Fijar metas Auto-experimentación Auto-evaluación Planificar estrategias Atribuciones causales Planificar estrategias Atribuciones causales Activ.conocim.previo Activ.conocim.previo Cíclico y Creencias Motiv. Cíclico y Reacción Creencias Motiv. abierto Reacción Autoeficacia abierto Satisfacción/afecto Autoeficacia Satisfacción/afecto Expect. de resultados adaptativa/defensiva Expect. de resultados adaptativa/defensiva Valor intrínseco Valor intrínseco Orientac a metas acad. Orientac a metas acad. 1) Fase previa, en la que se establecen las metas y se planifica el curso de acción, de acuerdo con creencias, orientaciones motivacionales y expectativas específicas de resultados. 2) Fase de desempeño, en la que el sujeto se observa y controla mediante diferentes estrategias meta-cognitivas (autoinstrucciones, focalización de la atención, creación de imágenes referidas al material de estudio, etc.) y volitivas (autorecompensas, diferir la gratificación, evocar las metas cuando surge una dificultad para continuar en la tarea, etc.). Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 73 3) Fase de reflexión, en la que el sujeto evalúa los resultados obtenidos, juzga acerca de las causas de éstos (atribuciones causales) y se suscitan en él las respuestas afectivas que condicionan las conductas ulteriores, dando lugar a que el ciclo se reinicie ratificando o rectificando metas, planes de acción y creencias motivacionales. Algunos de estos procesos de autorregulación habían sido estudiados en áreas como la salud mental, la salud física y los deportes. Entre ellos, se menciona la planificación y formulación de metas, la auto supervisión y registro del propio rendimiento y de los registros, las auto recompensas y auto castigos (Si termino de estudiar, puedo ir a bailar, si no termino, no salgo, etc.). También se aludía a procesos de imaginería (procesos de visualización) o auto instrucción verbal (repetir en voz alta los pasos para ejecutar o resolver un problema). Zimmerman (2000) explicita que en la perspectiva sociocognitiva el SRL se considera un proceso interactivo que entraña no sólo habilidades de conducta para manejar las contingencias ambientales, sino también el conocimiento y un sentido de autoeficacia (personal agency) para activar esas habilidades en contextos relevantes. La auto-regulación refiere a pensamientos, sentimientos y acciones auto-generadas que se planifican y adaptan para el logro de metas personales. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 74 Boekaerts y Corno (2005) distinguen dos tipos de autoregulación: a) top-down, que se inicia en los intereses, valores y metas del sujeto y b) bottom-up, en la que el sujeto se regula por criterios o guías externas que él asume, pero cuyo punto de partida está en ciertos rasgos del ambiente. Las autoras presentan un modelo de auto-regulación llamado de doble proceso en el que interactúan las metas de aprender y lograr bienestar (Maes, Karohy 2005). El modelo de las autoras pone énfasis en los aspectos volitivos de la auto-regulación, inspirándose en la teoría del control de la acción (Kuhl 1984, 1985; Heckhausen 1991) y en particular en el modelo Rubicón (Gollwitzer 1990). En estas concepciones, la auto-regulación se desarrolla a partir del compromiso intencional del aprendiz con los contenidos, la aceptación de tareas desafiantes y la asunción de metas de dominio. En general, hay acuerdo en que el SRL implica que el alumno tenga in mente ciertas metas y contraste sus logros con éstas, lo que permite generar un feed-back interno. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 75 2.2.1. Las metas La mayoría de los modelos de AAR asumen que hay algún tipo de criterio o estándar, también llamado meta, con el cual se inicia el proceso y que son el criterio para evaluar si éste debe seguir o detenerse. En general, hay acuerdo en que el SRL implica que el alumno tenga in mente ciertas metas y contraste sus logros con éstas, lo que permite generar un feed-back interno. Nicol (2006) enumera siete principios que el docente debe tener en cuenta para promover ese tipo de feed-back: 1) Clarificar en qué consiste un buen desempeño, 2) Facilitar la auto-evaluación (reflexión sobre el propio aprendizaje, 3)Dar información de alta calidad acerca del desempeño, 4) Promover el diálogo con docentes y pares acerca del aprendizaje, 5) promover la motivación positiva y auto-estima, 6) dar oportunidad para achicar la brecha entre el desempeño actual y el óptimo y 7) Usar el feed-back para mejorar el propio proceso de enseñanza. Es evidente la primacía conceptual y aún temporal del elemento metas en el AAR, pues un proceso de auto-dirección es un proceso que, por su esencia, está orientado a fines. Los fines o metas no sólo están al final del mismo, sino que son los criterios con que, a cada paso, se juzga si se está en el buen camino y también son el sostén de la acción, pues ésta tiene Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 76 sentido sólo si la meta sigue presente y si conserva su valor, Las metas son el núcleo de la motivación. Obsérvese que esto, dicho de manera sintética y que además parece obvio, se constituye en una clave pedagógica para el docente que quiere promover el AAR; de allí que merezca cierto desarrollo. El concepto de meta u objetivo es tan antiguo como el pensamiento humano reflexivo. Desde Aristóteles, el obrar del hombre es interpretado a partir del fin o los fines que cada uno adopta; con una distinción fundamental entre el fin objetivo y el fin subjetivo. El primero es llamado fin de la obra (finis operis) y coincide con el objeto del actuar, en tanto que el segundo es el propósito o intención puesto por el que actúa. Ambos pueden o no coincidir, pero son dos aspectos claramente distinguibles. Así, por ejemplo, en un contexto de aula, decimos que un alumno lee para comprender, retener, poder evocar y disponer activamente de la información del texto; esto es el fin objetivo de la lectura. Pero podemos seguir preguntándonos por qué el sujeto quiere llegar a obtener esa secuencia de logros, y allí se ubican los propósitos subjetivos. Esta visión teleológica o propositiva de la conducta, que había sido desalojada de la Psicología, por obra del Psicoanálisis y del Conductismo, recobra su lugar con la Psicología humanista Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 77 y cognitiva, que operativiza de diversos modos el concepto de finalidad, entendida principalmente como fin subjetivo del obrar. Llegados a este punto, debemos considerar por lo menos tres niveles de metas: las específicas de cada tarea, las metas intermedias –llamadas también orientaciones- que son supraordenadas respecto de las primeras y a su vez son las razones por las que un sujeto asume una meta específica o próxima, como por ejemplo terminar una tarea escolar, prepararse para un examen, etc. Esas razones son los criterios próximos para regular la marcha de la tarea y evaluar su resultado. Señalan Núñez, Solano y otros (2006)32 que hay evidencia de mejores resultados escolares en los alumnos que se fijan objetivos próximos para las tareas, tales como subdividir los contenidos a estudiar en un determinado tiempo. Metas intermedias Las metas intermedias han sido tratadas en el contexto de la llamada teoría de metas académicas, que se origina a partir de la teoría de la motivación de logro de Atkinson (1964), quién había explicado la motivación como una función del valor que se percibe en la meta (o tarea) por la expectativa de tener éxito en la misma. Dicho de otro modo, alguien se motiva, en primer 32 Núñez, J.; Solano, P.; J González-Pienda, J. y Rosário, P. (2006). El aprendizaje autorregulado como medio y meta de la educación. Papeles del psicólogo, 27, 3. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 78 lugar, si la meta que se le presenta es vista como valiosa, es decir como importante en sí misma, útil para alcanzar otras metas e interesante; ya sea con una de estas dimensiones o con las tres simultáneamente o con una combinación de ellas. Pero también, en segundo lugar, se requiere que el sujeto piense, crea que puede alcanzarla, que las acciones que están en su poder, su habilidad, sus fuerzas, son suficientes para darle ciertas garantías de que si emprende la acción, logrará la meta. Distintas combinaciones del valor de estos dos componentes permitirían dar cuenta del estado motivacional de las personas. La conducta de logro había sido definida por Mc Clelland y Atkinson (1953) como un intento racional de alcanzar metas evaluadas en términos de excelencia, metas con cierto valor objetivo, intrínseco, por encima de la media. También se habla, a veces de conducta motivada por el éxito. En cambio, para J. Nicholls (1984, 1986) que es uno de los primeros teóricos de la teoría de metas que estamos exponiendo, la meta es ganar competencia, crecer en habilidad. Aquí la cuestión central es saber qué entiende cada uno por habilidad, cuál es su concepción de ser competente. El autor distingue tres tipos de orientaciones que implican distintas concepciones de competencia o habilidad: Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 79 1) para algunos sujetos la meta es desarrollar habilidad como incremento en el dominio de tareas y ése es su indicador de competencia. En este caso la meta es mejorar, la tarea se presenta como un fin en sí mismo, la evaluación de mejora se hace por referencia al propio desempeño pasado. En íntima relación con este concepto de habilidad, que podríamos tomar como sinónimo de auto-superación, y también de motivación intrínseca, está la convicción de que las tareas que no exigen esfuerzo no son valiosas, no motivan. Por lo tanto, estos sujetos buscan tareas cuya dificultad resulte un desafío y, en este caso, se comprometen, invierten tiempo y esfuerzo. Juzgan su nivel de habilidad o de competencia, por la comprensión o dominio de la tarea y juzgan que una tarea es difícil si requiere un esfuerzo extra y si el éxito no está asegurado sino que, más bien, es posible fracasar. Por eso se habla aquí de sujetos intrínsecamente motivados. 2) Otros sujetos tienen como meta demostrar alta habilidad o evitar demostrar baja habilidad. Esta bifurcación en la segunda orientación, que ha cobrado relevancia en la bibliografía más actual sobre el tema, da lugar a perfiles diferenciales, con tipos específicos de criterios de autoevaluación, de atribuciones causales, de emociones ante el éxito o fracaso y de tipos de estrategias que se seleccionan (temas que se desarrollan más adelante. En este segundo tipo de orientación, Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 80 el criterio de evaluación viene desde afuera, es la comparación con los otros, es un criterio normativo-social, según el cual no es suficiente aprender o dominar una tarea, para tener autopercepción de competencia, sino que es preciso obtener un resultado que esté sobre la media del grupo. Se juzga como tarea difícil la que supera el nivel de desempeño de la mayoría. El juicio auto-evaluativo de competencia se deteriora si el logro requiere inversión de tiempo y esfuerzo extra. En esta orientación lo que motiva no es el valor en sí de la tarea, ésta es vista como un medio para obtener la meta de demostrar habilidad; los sujetos se motivan cuando la tarea se presenta como medida de habilidad y cuando no hay seguridad de éxito, el gasto de esfuerzo socava el auto-concepto de habilidad. La primera orientación fue llamada por Nicholls de implicación en la tarea y la segunda de ego-implicación. El mismo autor introdujo la variable ambiente, señalando que los ambientes competitivos favorecen el desarrollo de metas de ego-implicación. En estos ambientes se pone el acento en la evaluación, que tiene una modalidad comparativa y se presenta como indicador o medida de habilidad, con relativa independencia del esfuerzo. Se pone a algunos sujetos como ejemplo para los demás, se hacen públicos los juicios comparativos sobre los que el docente basa su evaluación. Por Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 81 otra parte, por ejemplo en el caso del aula, esta evaluación suele presentarse como el horizonte que da sentido a la tarea: “estudien, lean, hagan esta tarea porque eso les va a permitir aprobar, pasar la prueba”, etc. En cambio, los docentes cuyo estilo de conducción pedagógica se orienta a favorecer el aprendizaje, tienden a crear ambientes en que los estudiantes advierten el valor intrínseco de las tareas, se sienten exitosos cuando aprenden algo nuevo, mejoran sus propios niveles de logro, asumen tareas que los desafían, invierten esfuerzo (Andermann, 2001; Roeser, Eccles, 1998). Nicholls fue también el primero en distinguir un doble aspecto en la ego-implicación: orientación al desempeño y orientación a la evitación del desempeño; esta última se da cuando el sujeto no se siente competente y entonces despliega una serie de conductas y estrategias cuyo fin es evitar ser considerado por los otros como carente de habilidad, tales como no preguntar cuando no entiende, no buscar ayuda académica, seleccionar tareas fáciles o bien muy difíciles, para poder atribuir el fracaso al nivel de dificultad y no a su falta de habilidad. Los estudios posteriores usaron, en principio, el modelo bipartito, aplicando distintas denominaciones, conceptualmente equivalentes, a las dos orientaciones básicas descriptas: Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 82 orientación a la tarea vs ego-orientación (Maehr, Nicholls, 1980), orientación al aprendizaje vs orientación al desempeño (Dweck 1986, Dweck, Legget 1988) orientación al dominio vs desempeño (Ames, Archer, 1987), orientación a la tarea vs al desempeño (Anderman, Midgley 1997; Anderman y otros 1998) etc. Estas orientaciones representan distintas concepciones del éxito, distintas razones para comprometerse en las actividades, distintos modos de pensar sobre sí mismo, sobre el valor de las tareas y de sus resultados (Ames 1992), distintas concepciones sobre la habilidad: en el caso de los sujetos centrados en el aprendizaje, la habilidad es conceptuada como incremental, es decir como modificable a través del esfuerzo; en cambio los sujetos ego-orientados ven la habilidad como un rasgo fijo, no modificable. Estas diferentes concepciones implican una constelación de emociones y atribuciones frente al éxito y al fracaso, así como diferentes estilos de aprendizaje y adopción de distintos tipos de estrategias, todo lo cual condiciona, positiva o negativamente, las posibilidades de desarrollar un estilo de aprendizaje autorregulado, al punto que la orientación a metas ha sido definida como un programa de procesos cognitivos, afectivo-emocionales y de conducta (Elliot, Dweck, 1988). Estos aspectos merecen ser desarrollados con más detalle, tal como lo hacemos más adelante. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 83 El modelo tripartito de metas intermedias La distinción hecha por Nicholls entre orientación al desempeño y evitación del desempeño es retomada por Elliot (Elliot 1997, Elliot, Harackiewicz, 1996), quién observó que los sujetos con orientación al desempeño y percepción de habilidad alta eligen tareas de dificultad moderada, sacrificando las ocasiones de aprendizaje, si éstas implican riesgo de errores; mientras que los sujetos con la misma orientación, pero con percepción de baja habilidad, eligen tareas fáciles, para protegerse de demostrar falta de competencia. En ambos casos los sujetos con esta orientación, ante una situación de aprendizaje, están preocupados por el modo en que son percibidos por los otros, pero en un caso buscan aparecer como los mejores, demostrar superioridad y, en el otro caso, la meta es evitar aparecer como poco capaces, evitar los juicios negativos de los demás. Estas orientaciones han sido llamadas egoofensivas (o auto-mejoradoras) y ego-defensivas (o autodestructivas), respectivamente (Skaalvik, 1997). Este modelo tripartito es ampliado por otros autores, que agregan la orientación a la evitación de tarea (Meece, Miller, 2001), caracterizada por el deseo de hacer la tarea con el menor esfuerzo posible, e incluso no hacerla. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 84 Metas de tercer nivel Hay, por último, un tipo de metas al que se subordinan los dos niveles anteriores, las que podemos llamar metas vitales o de sentido de la propia vida, las que cada uno fija para sí mismo como horizonte de autorrealización y que son los fundamentos de sus motivaciones específicas. Así, por ejemplo, un alumno se propone buscar información que amplíe la de su libro de texto, acerca del tema que el profesor desarrollará al día siguiente. Esta es su meta específica; la razón de esta decisión puede ser que el tema le interesa, lo considera como significativo en sí mismo –orientación a la tarea-, o que quiere intervenir en la clase, destacándose entre los demás alumnos, o mostrar al profesor su nivel de competencia, etc –meta de ego implicación-. Este sería el nivel de orientación a metas académicas, las que, a su vez, se insertan en un sistema de metas vitales, valores que configuran su proyecto existencial, de modo más o menos explícito, tales como lograr un buen nivel material, auto-realizarse como persona virtuosa, llegar a ser un profesional destacado, lograr una formación que le permita ayudar a otros, etc. En el contexto de la psicología cognitiva humanista, J. Nuttin (1980) considera que la conducta es regulada por una representación cognitiva de una situación que se quiere alcanzar, en la base de la cual se hallan las necesidades propias de la Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 85 naturaleza humana, que cada uno elabora en la forma de un sistema motivacional y conductual personalizados, resultado de experiencias previas, elaboraciones cognitivas, afectos y opciones libres. Aquí se ubican las metas de tercer nivel, que Nuttin clasifica de acuerdo con las grandes orientaciones dinámicas de la conducta humana, de orden biológico, psicosocial y psico-espiritual y que dan lugar a las categorías de objetos que son el contenido de la motivación: 1) El yo (self) en sus dimensiones físicas, psicológicas, caracterológico-morales y la autorrealización. 2) Los otros, la relación social, en un continuo que va desde el contacto social con fines egoístas, al contacto simétrico, la búsqueda de relaciones personales íntimas, hasta las diversas formas de relación social altruista. 3) los objetos materiales, que dan lugar a interacciones con motivaciones de tipo utilitario, posesivo o de placer sensible. 4) Las realidades de orden espiritual, que comprenden valores de sentido, religiosos, de conocimiento teórico, concepciones políticas, sociales, etc. Las diferentes formas de interacciones con esas regiones de objetos, sus relaciones, su ordenamiento jerárquico, es lo que constituye la personalidad de cada uno. De este modo, en la concepción nuttiniana, la fuente última de la motivación es la propia personalidad, como sistema de valores y de fines. La Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 86 conducta del sujeto se regula, en última instancia, con los fines que se da a sí mismo, fines que son el criterio para juzgar un resultado como éxito o como fracaso y son a la vez los auto-reforzadores últimos de la conducta: la forma de reforzamiento más importante que existe es el hecho de alcanzar los fines auto-impuestos, cumplir los propios proyectos (Nuttin 1980, p. 167). Esta concepción permite establecer un fundamento antropológico para la relación entre AAR y metas y sugiere una consecuencia pedagógica obvia: en gran medida, la tarea docente debe centrarse en promover el discernimiento de fines valiosos de la vida que, cuando son elegidos libremente, se constituyen en la clave de cualquier conducta autorregulada, incluyendo la conducta académica. No hemos encontrado estudios que relacionen los procesos de autorregulación del aprendizaje con el tipo de metas del tercer nivel, en cambio sí con el nivel de metas intermedias. Rol de las metas intermedias en la autorregulación En general, los autores coinciden en el carácter beneficioso de la orientación a metas de tarea, en cambio no hay coincidencia en cuanto a la orientación a las metas de desempeño, pues mientras algunos consideran que esta orientación es perjudicial para el aprendizaje , pues implicaría menor compromiso con la tarea y uso de estrategias Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 87 superficiales (Graham y Golan, 1991; Meece y otros 1988) otros hablan de los beneficios de que se conjuguen ambas metas (Harackiewicz y otros 1998, 2000, 2003) Los desacuerdos provienen también de la falta de distinción entre orientación positiva al desempeño y evitación del desempeño, (Elliot1999), según la cual sólo esta última orientación tendría efectos negativos. Los sujetos orientados a la tarea tienen promedio más alto en los juicios de auto-eficacia, es decir en su convicción de que pueden enfrentar con éxito las tareas escolares, son más proclives a atribuir tanto éxitos como fracasos al esfuerzo –falta de éste- (Ames, Archer 1988) y hacen menos atribuciones del fracaso a la baja habilidad, ante el éxito tienen respuestas afectivas positivas, de satisfacción y orgullo, tienen actitudes positivas ante el estudio(Archer 1994) y ante el fracaso se desaniman menos, son más perseverantes.(Pintrich 1993)Usan más estrategias metacognitivas de supervisión de sus propios procesos (Middleton, Midgley 1997; Pintrich, de Groot 1990) y estrategias cognitivas profundas de elaboración y organización (Wolters 1996, Kaplan y Midgley 1997, Archer 1994). En cuanto a las estrategias motivacionales, son capaces de regular y mantener el interés (Wolters 1998), son menos proclives a revisar y bajar las metas cuando reciben evaluaciones negativas; buscan ayuda ante las dificultades (Newmann 1998). La Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 88 orientación a metas de tarea es buena predictora de que el sujeto mantendrá el interés y el compromiso a través del tiempo. La premisa general que subyace en todos estos rasgos es que, a causa de que los sujetos orientados a la tarea creen más en la eficacia del esfuerzo, trabajan más intensamente y experimentan más resultados positivos. Se ha observado también que este tipo de metas tiende a decaer con el paso del tiempo; en efecto los alumnos del nivel primario tienen más motivación por el aprendizaje que los adolescentes y en esto parece tener un peso decisivo la organización del ambiente escolar, pues en el nivel medio los docentes ponen más énfasis en la evaluación, crean ambientes más competitivos. También debe reconocerse que el adolescente es más consciente de sí y más orientado a la auto-observación que el niño, lo que puede incidir para que asuma metas de egoimplicación. Hay diferencias de género en el tipo de metas, pues las mujeres tienen mayor implicación en la tarea, en tanto que en los varones predominan las metas de desempeño, especialmente de evitación del desempeño y también de evitación de tarea. El origen de estas diferencias radica, en parte, en características psicológicas naturales y, en gran parte, en estereotipos sociales. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 89 Los sujetos con orientación al desempeño son proclives al uso de estrategias superficiales (Meece y otros, 1988), probablemente porque con éstas logran las calificaciones, que son su meta, y no están dispuestos a comprometerse en el uso de estrategias profundas que demandan más tiempo y esfuerzo, dos aspectos que serían considerados como indicadores de menor habilidad. Tienen menos sentido de auto-eficacia y tienden a regularse por factores externos, como las recompensas, las comparaciones, el juicio del docente o de sus pares. Esta orientación correlaciona positiva y significativamente con la atribución del éxito a la propia habilidad y del fracaso a la falta de esfuerzo y también a factores externos, como la predisposición del docente, la dificultad de la tarea o la suerte, así como también al uso de una estrategia que los autores llaman de “retirar el esfuerzo”; todas éstas serían formas no adaptativas, defensivas, de evitar el juicio de falta de habilidad. Estos sujetos tienen más respuestas afectivas negativas, como la ansiedad ante las pruebas, el enojo ante el fracaso (Elliot, Dweck 1988); se inclinan con más facilidad a bajar las metas que se han fijado, si tienen algún resultado negativo, porque el móvil fundamental es demostrar habilidad o evitar el juicio de incompetencia. Sin embargo todas estas características negativas están más acentuadas en los que están orientados a la evitación del Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 90 desempeño, en cambio no se dan cuando coexiste la orientación al desempeño con la orientación al aprendizaje (Archer 1994). La orientación al desempeño, sobre todo en su forma positiva, es buena predictora del rendimiento, tal como es medido por las calificaciones, lo que entra dentro de la lógica social competitiva de estos sujetos y que, por otra parte, con frecuencia es reforzada por las prácticas escolares. La orientación a la evitación de tarea correlaciona positivamente con las atribuciones externas, con el uso de estrategias superficiales y con bajos niveles de auto-eficacia. Los varones muestran esta orientación con más frecuencia que las mujeres (Meece, Miller, 2001) Con respecto a las estrategias de control de la acción, los sujetos orientados a la tarea son más proclives a actualizar el valor de la meta cuando su logro es amenazado por alguna dificultad, manejan mejor las emociones negativas, ejerce atención selectiva, tiene mayor facilidad para dejar la actividad cuando la meta deja de ser relevante, puede evitar los estados “rumiantes”, tales como el excesivo análisis acerca del propio desempeño y la atención a las expectativas sociales; no caen en la hiper-motivación –compromiso simultáneo con diversas metas- que genera una disminución en el nivel de calidad de la ejecución. En cambio los sujetos ego-implicados están más Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 91 centrados en sus propios estados, tienen dificultad para desactivar una intención que no ha sido llevada a cabo por completo, son menos flexibles en la adopción de estrategias cognitivas y pueden caer en la indefensión aprendida (Peterson, Seligman 1993; Dweck 1986), que tiene lugar cuando el sujeto atribuye sus fracasos a la falta de habilidad. En cuanto a la relación entre estos tipos de orientaciones, las investigaciones son discordantes en cuanto a referir hallazgos de correlación positiva, negativa o independencia entre orientación a la tarea y orientación positiva al desempeño. En cambio la evitación del desempeño y la evitación de tarea, en general correlacionan negativamente con la orientación al aprendizaje. Una discusión central es la relación entre las distintas orientaciones descriptas y los patrones de aprendizaje más adaptativos, o benéficos. El grupo de teóricos en este tema, de la Universidad de Michigan (Midgley, Middleton, Kaplan, 2001), hace una revisión de esta relación en el caso de la orientación al desempeño, distinguiendo el caso de los sujetos con percepción de alta habilidad, para los que estas metas tendrían efectos positivos y el caso de los sujetos con baja percepción de habilidad, para los cuales las metas de desempeño tendrían efectos nocivos. Habría también una interacción con la variable Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 92 sexo -las mujeres con esta orientación adoptarían menos estrategias de autorregulación (Urdan 1997)-, con la variable edad –los sujetos de menos edad se beneficiarían menos con esta orientación- y con el tipo de ambientes escolares –si el ambiente es competitivo, esta orientación es más exitosa-. Por otra parte ese carácter positivo se verificaría si se da una conjunción de la orientación al desempeño con la orientación a metas de tarea y en relación con un estilo de evaluación que no se relaciona con la promoción del pensamiento crítico, la comprensión ni la creatividad, sino con la obtención de calificaciones. De allí que los autores planteen la necesidad de impulsar la orientación a metas de aprendizaje, frente al hecho de que la declinación de estas metas está asociado con un patrón de cambios negativos en la autorregulación, el juicio de auto-eficacia y el afecto positivo hacia la escuela, lo que se verificaría en el paso de la escuela de nivel primario a la escuela de nivel medio. Según M. Covington (1984), el sentido de auto-valía, en las sociedades occidentales industrializadas estaría ligado a un concepto normativo social de habilidad, que caracteriza la orientación al desempeño. En cambio, en la orientación a la tarea el foco de atribución se desplaza desde la habilidad al esfuerzo. Esta podría ser una razón que justificaría el carácter benéfico de la orientación al desempeño: habría una adecuación entre lo que la sociedad valoriza e impulsa y las metas que los Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 93 sujetos adoptan: éstas tendrían una función de adaptación. Una interpretación semejante hace Harackiewicz (Harackiewicz y otros, 1997), al preguntarse acerca de los procesos motivacionales que subyacen a los efectos positivos que producen las metas de desempeño en relación con las calificaciones: los estudiantes que adoptan metas de desempeño procesan el material de estudio de modo más superficial, memorizan hechos y definiciones, en vez de procesar la información a un nivel más alto. Un enfoque superficial del aprendizaje podría ser más efectivo para preparar exámenes de opción múltiple. Si los exámenes no evalúan el procesamiento profundo, la síntesis comprehensiva y la integración, entonces los estudiantes orientados a metas de desempeño serían los que tendrían más posibilidades de obtener buenas notas (p 1293) En definitiva, para evaluar el carácter beneficioso de los distintos tipos de metas, es preciso trascender los enfoques meramente empíricos y mirar la cuestión desde una perspectiva más comprehensiva que tenga en cuenta los fines últimos de la educación, desde el horizonte de lo que es bueno para el logro de la plenitud humana. El hombre, en su natural tendencia al desarrollo constructivo de la personalidad, requiere siempre, pero especialmente en las etapas tempranas de desarrollo, que sus Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 94 conductas y logros sean confirmados por el entorno social, pero, a la vez, la madurez personal implica un creciente grado de autonomía, de auto-consistencia personal (Nuttin 1972) que se va gestando en la medida en que el sujeto hace suyos las valoraciones y juicios del entorno, los discierne y asume, o no, críticamente. Desde esta perspectiva, el criterio normativo-social de habilidad estaría en relación con la necesidad de confirmación social. También podría considerarse su relación con la necesidad natural de competencia (Elliot, Mc Gregor, Trash, 2002), en el sentido de que el juicio de los otros sería una fuente de información de la competencia propia (Elliot, Moller, 2003, p.344). Sin embargo, si se absolutiza ese criterio y no se desarrolla, complementariamente, un sentido de adecuación a la naturaleza de las tareas, los sujetos pueden desarrollar hábitos de rivalidad, una concepción en la cual el éxito propio implica la derrota de otros, la auto-afirmación supone la negación del otro. De allí la necesidad de plantearse el horizonte de metas existenciales dentro de las cuáles se va a impulsar un tipo u otro de metas académicas, su integración o subordinación. Las metas de tercer nivel, que son el contenido axiológico de la educación, son el criterio último de autorregulación, no sólo de la conducta académica, sino del actuar humano en su totalidad. Por eso, para dirimir el carácter beneficioso de las orientaciones descriptas, no basta con Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 95 preguntarse cuáles predicen mejor el rendimiento o las notas, sino que es preciso retroceder a un planteo de educación moral personal y social y orientar a los alumnos para que, en primer lugar, se planteen la cuestión del sentido último de la vida y dentro de éste, qué lugar ocupa su formación académica, cómo deben encararse las relaciones sociales, en qué consiste el bien común y cómo se articula éste con el bien particular en cada caso concreto. Atribuciones causales En el esquema presentado señalamos que en la fase previa del ciclo de AAR influyen los juicios de atribución. La teoría de las atribuciones causales ha dominado durante más de tres décadas en las investigaciones acerca de la motivación. Weiner (1985, 1986, 1992, 2000) analiza la conducta humana a través de la metáfora de la persona como científico que ante un resultado de su conducta se pregunta por las causas. Tanto el éxito como el fracaso dan lugar a ese proceso de búsqueda de una explicación causal, que la teoría ha sintetizado en cuatro categorías: la propia habilidad, el esfuerzo, otras personas o la suerte. Las atribuciones tienen dimensiones: el lugar de causalidad (interno o externo) la estabilidad (estable o cambiante) y la controlabilidad (posible o no de ser controlado por el sujeto), cuyas combinaciones dan lugar a ocho tipos de Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 96 juicios de atribución. Las atribuciones suscitan respuestas afectivas que, a su vez, influyen en las conductas futuras; es por esta vía que se convierten en factor motivacional. Weiner (2000) explica que el proceso se inicia con un resultado negativo, inesperado y/o importante, ante el cual se suscitarán diversas respuestas afectivas (vergüenza, culpa, orgullo, etc.) y la pregunta por su causa. La respuesta está influida por la historia personal de éxitos y fracasos, por las normas sociales, la comparación con el desempeño de otras personas y por características personales. Una vez que se ha hecho la atribución, por ejemplo a la falta de habilidades personales, a la suerte o la falta de esfuerzo, etc., lo definitorio es la dimensión de esa causa, es decir si se la considera controlable y susceptible de ser cambiada o no. Todo esto genera expectativas respecto de futuros resultados, las cuales, junto con los estados afectivos, originan las conductas subsecuentes. Por ejemplo, un fracaso no esperado, en una situación importante para el sujeto, atribuido a la falta de habilidad, genera baja auto-estima y baja expectativa de éxitos futuros, ante lo cual es probable que el sujeto disminuya el esfuerzo o incluso abandone la tarea. Las atribuciones se generan a partir de los resultados de una conducta, pero son también creencias acerca de las causas del éxito o fracaso, previas y condicionantes del inicio de una tarea y de la selección de metas (Bandura, 1993). Se considera Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 97 (Elliot, Dweck 1988) que las atribuciones se seguirían del tipo de metas, las cuales serían determinantes críticos de los patrones de logro. 2.2.2. Estrategias El tema ha sido objeto de múltiple tratamiento en las investigaciones de los últimos 30 años y la bibliografía disponible es amplísima. Por otra parte, cada vez se insiste más en la necesidad de enseñar las estrategias dentro del contexto de cada disciplina o por lo menos de cada área, porque es evidente que el modo de acceso a los contenidos depende, en primer lugar, de la naturaleza de éstos: cada ciencia tiene su modo propio de tratamiento, determinado por su objeto. Dicho de modo más simple, para enseñar estrategias, lo primero es dominar el contenido. Sin embargo, es posible presentar algunas clasificaciones de estrategias que constituyen modos generales de operar. En general, las estrategias de aprendizaje se entienden como secuencias de procedimientos que se utilizan para aprender, para manejar, dirigir y controlar el propio aprendizaje en diferentes contextos; son competencias o procesos que facilitan la adquisición, el almacenamiento y la recuperación de la información Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 98 Lo que define las estrategias y las distingue de otras secuencias de operaciones mentales, es que se trata de un particular modo de actuar, que se traduce en una utilización óptima de una serie de acciones que conducen a la consecución de una meta, gracias a una toma de decisiones en condiciones específicas, que implican un determinado nivel de representación mental. En consecuencia, una estrategia se caracteriza, no sólo por la representación detallada de una secuencia de acciones a realizar, sino también por la realización de dichas acciones, las que si bien son ordenadas, también deben tener un carácter más o menos flexible, para asumir el carácter de “comportamiento estratégico” (que involucra la autorregulación, adaptando las acciones a las condiciones que presenta cada tarea, en cada momento del proceso de ejecución). Toda estrategia posee tres características esenciales: a) serialidad, b) interactividad y c) funcionalidad. Monereo (1997). En primer lugar, la estrategia cognitiva está indisolublemente asociada al terreno de lo procedimental y, por lo tanto, se caracteriza por su naturaleza serial y secuencial. En segundo lugar, el carácter interactivo implica una toma de decisiones en condiciones específicas. Con condiciones específicas se enfatiza el carácter de “condicionalidad” de la Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 99 estrategia, ya que si solo se tiene en cuenta la serialidad, ella bien podría realizarse de forma estereotipada, mientras que la calidad de estrategia requiere de un sentido interactivo y recursivo que no puede desligarse de su naturaleza procedimental, en tanto que posibilita una planificación por parte del sujeto de las objetivos, así como del modo de alcanzarlos en función de factores internos y externos a la propia tarea. Por último, las estrategias tienen una función de mediación y regulación de los procesos cognitivos. Clasificación de las estrategias En el ámbito del aprendizaje, se distinguen tres clases de estrategias: cognitivas, metacognitivas y de motivación. • Las estrategias cognitivas, cuyo objeto es procesar información. Se suele clasificarlas en tres tipos.: a) Básicas: lectura, memorización, repetición, análisis (el alumno subraya, se hace lista de palabras-clave, repite para sí o con otros). b) De procesamiento profundo: relacionar los sub-temas uno con otro, relacionar lo nuevo con el conocimiento previo, reestructurar el contenido a partir de lo que se capta como el significado o cuestión principal (puede tomar la forma de un gráfico, un mapa conceptual, un Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 100 resumen no literal, un esquema de contenido, etc.), identificar y cuestionar los argumentos que da el texto. c) De concretar: el alumno busca ejemplos, trata de aplicar en otro contexto lo aprendido. • Las estrategias meta-cognitivas: Son procedimientos de reflexión, de toma de conciencia acerca de los procesos. Incluyen la planificación, control y evaluación del propio conocimiento: el alumno reflexiona sobre sus capacidades y limitaciones cognitivas; sobre las características y requerimientos de la tarea (qué se pide, con qué profundidad, cuál es su finalidad, qué nivel de dificultad tiene para él, etc.) y sobre los procesos, estrategias más convenientes para aplicar en esa situación en concreto. Es decir: conocimiento de qué, cómo, cuándo aplicar una estrategia determinada. El control y evaluación refiere a actividades como hacerse preguntas antes de empezar a leer y a medida que avanza en el texto, formular hipótesis que luego probará o rechazará (actividades de pre-lectura, si se trata de estudiar desde un texto), observar si está entendiendo, darse cuenta de las dificultades que tiene, hacer algo ante esas situaciones (por ej. Volver atrás en el texto, repasar un tema anterior, anotarse qué preguntar, pedir una ayuda específica). Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 101 La evaluación también puede ser de resultados: qué errores cometí, por qué, qué estrategias fallaron en el momento de estudiar, cuáles fueron las más exitosas. Obsérvese que todos estos procesos deben ser objeto de la acción del docente de cada una de las materias, en una secuencia que incluye: • Presentación de la estrategia (enseñanza directa, a propósito de un tema curricular). • Modelado: El docente o tutor la aplica, reflexionando en voz alta, es decir que “representa” el rol del aprendiz. • Práctica guiada • Práctica independiente. El campo de las estrategias incluye también actividades de control del ambiente, tales como buscar el lugar y tiempo apropiados para el estudio, tener un orden en los materiales de estudio, saber qué tiene y qué le falta (por ej. un apunte, un texto, una guía de estudio), llevar un cronograma de tareas, consultarlo y actualizarlo, saber qué hacer cuando le cuesta continuar con la tarea (por ej. volver a considerar por qué está haciendo eso, ponerse recompensas o castigos, eludir fuentes de distracción). Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 102 Se remite a los siguientes textos para el desarrollo del tema estrategias: Gargallo López, B. (1995). Estrategias de aprendizaje. Estado de la cuestión. propuestas para la intervención educativa. Teoría educativa 7, 1995, pp. 53-75 Salazar Bondy, A. Estrategias de aprendizaje. Consultado on line. www.monografias.com › Educacion. 6/2/2011 Andrea Revel Chion, Leonardo González Gal (2007). Estrategias de aprendizaje y autorregulación. Latinoam.estud.educ. Manizales (Colombia), 3 (2): 87 – 98 Monereo, C. (1990). Las estrategias de aprendizaje en la educación formal: enseñar a pensar y sobre el pensar. Infancia y Aprendizaje, 50, 3-25 Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 103 Módulo 3. La motivación Secuencia del obrar. Teoría de las necesidades. Teorías de la motivación. Teoría relacional. Teoría del control de la acción. Líneas de educación afectivo-moral. La motivación es el componente de la conducta al que se atribuye su energía y dirección. Para comprender estas dos notas características es necesario hacer referencia a cuestiones que corresponden al ámbito de la Antropología y de la Psicología general 3.1. La secuencia del obrar humano En la concepción antropológica clásica, desde Aristóteles hasta la modernidad, en el obrar humano se distinguen dos grandes funciones: el conocimiento y la función afectivotendencial. La primera de las funciones psíquicas es el conocer, la captación que puede ser sensible o intelectual. Ante lo que se conoce el sujeto no es neutro, siempre es afectado, de modo positivo o negativo y de acuerdo con esto se genera una tendencia y de allí una acción de alcanzar o de evitar eso conocido que suscitó el afecto. Si el conocimiento es principalmente sensorial, la respuesta afectiva y la tendencia también lo son (sentir el olor de una comida puede causar placer Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 104 o asco, seguidos del deseo de comer o del rechazo), si el conocimiento es intelectual, la respuesta afectiva y la tendencia irán más allá de lo sensible. Es decir que el conocimiento es la “plataforma” que permite sentir y tender de uno u otro modo. La motivación pertenece, en primera instancia, al momento afectivo, en el cual se vivencia el valor de lo que ha sido conocido, la relación que tienen las cosas que se conocen con la propia subjetividad. Vale decir que la respuesta afectiva humana da origen a la tendencia, la cual, a su vez se concretará en una intención, una decisión y un determinado plan de acción, que es sostenido por la decisión y contiene el valor de la meta, convertido en propósito de acción. Ese propósito es el núcleo del aspecto dinámico de la conducta. Por lo tanto, motivar no es simplemente atraer el interés: Toda motivación está precedida de una adecuada preparación cognoscitiva y si el educador pretende ampliar el horizonte tanto temporal como cualitativo- motivacional de los alumnos, debe preocuparse ante todo de facilitar el conocimiento de todas las dimensiones valiosas de lo real. Por otra parte, si la motivación se genera a partir de la tendencia, es necesario definir la tendencia como una inclinación, un dinamismo que impulsa a los seres vivos a buscar fuera de sí lo que necesita para satisfacerse. La tendencia expresa, entonces, Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 105 el aspecto dinámico de la necesidad, de allí que habrá tantos tipos de motivaciones como tipos de necesidades podamos reconocer en cada especie de seres vivientes. 3.2. Teoría de las necesidades Las necesidades no son simplemente carencias –especie de “agujeros”, de algo que nos falta- sino que son dinamismos en búsqueda de lo que el viviente necesita para desarrollarse. Por eso hay distintos tipos de necesidades, según la especie. Algunas teorías –como el Conductismo o el Psicoanálisis- han reducido las necesidades exclusivamente al plano biológico, lo que puede ser aplicado al animal, pero no al hombre, que no es un ser puramente material. Una concepción integral de la necesidad es presentada por J. Nuttin33, quien define la necesidad como una interacción requerida entre el sujeto y el medio, para su funcionamiento óptimo; es decir que no se trata de una dimensión que podemos considerar sólo como interna al psiquismo, sino como relacional. La interacción es esencial para el viviente, que es limitado en su ser y que requiere del medio físico, del mundo social y de las realidades que trascienden al medio y al mundo, 33 Investigador en el área de la Psicología Experimental, en la Universidad de Lovaina –muere en 1988-, especialmente en los temas del aprendizaje, la motivación y la perspectiva de futuro. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 106 para poder lograr su desarrollo pleno, en sentido constructivo, es decir, en las direcciones en que lo requiere su naturaleza. La necesidad es una especie de vector, de “flecha”, que tiene energía y dirección, mejor dicho direcciones, que brotan de cada una de las dimensiones que constituyen la naturaleza de cada ser viviente y que buscan interactuar con categorías de objetos específicos, no cualquier clase de objetos sino los que corresponden para el desarrollo adecuado de las dimensiones (Nuttin habla de un “desarrollo constructivo”). Es decir que la necesidad es “selectiva”, no se satisface con cualquier objeto. La necesidad básica del viviente es la de auto realización, que tiene dos “caras”: la conservación y el auto desarrollo. Esa necesidad da lugar a tres tipos de necesidades fundamentales: 1) Necesidades de orden biológico, dirigidas a conservar, proteger y reproducir la vida. Estas necesidades se satisfacen con procesos que pueden ser no conscientes, como en el caso del desequilibrio producido por el calor excesivo, ante el que el organismo transpira; pero también se debe reconocer que con frecuencia dichas necesidades dan lugar a tipos de conductas en las que participan todos los niveles del viviente y no sólo su dimensión biológica, como, por ejemplo, en el caso citado, decidir mojarse el cuerpo, encender el ventilador, etc. Es decir Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 107 que las necesidades no están clausuradas en una sola dimensión, sino que se interrelacionan en la conducta humana34. 2) Necesidades psico-sociales, por las que el sujeto busca interactuar con los otros, para recibir protección, reconocimiento y para darlo. La autorrealización requiere de modo esencial ser alguien “para otro”, “ante otro”, “entre otros”, ser reconocido, amado, acogido. En la interacción social el hombre se expande, perfila su identidad, adquiere confianza en sí mismo y si esa interacción es deficitaria, causa un sinnúmero de trastornos. La necesidad de participación e integración psicosocial es comparada por Nuttin a la necesidad de la planta de recibir nutrientes del medio35; si le falta no sólo no se nutre, tampoco despliega sus potencialidades. Pone el ejemplo del niño, que en el contacto familiar, especialmente materno, al saberse amado se siente “alguien”, adquiere consistencia su self, se expande y sólo así puede abrirse a los demás, amar, dar y darse. En este contexto, el autor hace una observación que tiene gran riqueza pedagógica, al señalar que las formas negativas de contacto social, como la agresión, no son conductas originarias, 34 Nuttin analiza el caso de la necesidad sexual, como impulso al contacto con el cuerpo de otros individuos de la misma especie, cuya satisfacción implica respuestas de interacción social, afectivas, morales y de sentido de la propia vida. 35 Nuttin, J. (1955). Psicoanálisis y concepción espiritualista del hombre. Eudeba: Buenos Aires. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 108 sino que se forman como reacción, cuando se ve impedido el desarrollo normal: “El odio y la agresión no son fuerzas primarias e independientes; parecen ser, más bien formaciones secundarias, a partir de las necesidades frustradas de afecto y de afirmación” (Nuttin, 1955, 203). Esto nos sugiere la necesidad de repensar la educación social, propiciando todas las formas de contacto y expansión social, aún como modo de “pedagogía preventiva”. No menos importante es la observación de que en la construcción psicosocial de la personalidad, el hombre se conserva y se expande tanto más cuanto menos se concentre en sí mismo y se abra más en el darse a los demás y, a la inversa, cuanto más se concentra en sí mismo, menos logra su desarrollo normal. Pone como ley del desarrollo personal el darse a sí mismo a lo que vale objetivamente y al don altruista de sí. Es una ley que vale en el orden biológico, psicosocial y moral. 1) Necesidades espirituales, por las que el hombre se dirige al mundo para conocer y para realizar un sentido de la vida. Se expresan tanto en la actividad de conocimiento como en la vivencia y realización de valores que trascienden el horizonte material, tales como el bien, la belleza, la realidad de Dios, etc. Nuttin califica estas necesidades como “de conservación existencial e integración universal”, que se expresa como Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 109 búsqueda del conocimiento, del desarrollo cultural, moral y de la apertura religiosa, que permiten el logro de un sentido de la propia vida. La insatisfacción de estas necesidades es una fuente de trastornos psicológicos (angustia, depresión, vacío existencial), en lo que juega un papel importante la educación. Las necesidades fundamentales, en el hombre, no se limitan al autodesarrollo fisiológico ni siquiera se agotan en la afirmación de sí en el contacto social, sino que incluyen las llamadas "necesidades superiores", a partir de la modalidad específica que tiene en el hombre la actividad cognoscitiva que lo lleva a buscar una comprensión integral de la realidad y del sentido de su existencia, a: "interesarse por el valor de realidad y de verdad de sus concepciones [...] a evaluar sus actos y los de otros en función de determinados valores objetivos [...] y a comprender en forma crítica el alcance de lo que hace y sabe, el sentido de su existencia, el lugar que ocupa en el espacio y en el tiempo, etc." (Nuttin, 1982, p.125). Estas necesidades son la base de la motivación, al convertirse en motivos de cada acción concreta, en un proceso que explicamos más adelante, al tratar la teoría relacional de la motivación. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 110 3.3. Teorías de la motivación A lo largo de la Historia de la Psicología se han ido sucediendo distintas concepciones de lo que es la motivación, que, en gran parte, dependen de la idea que se tiene de lo que es el hombre. Aquí vamos a referirnos brevemente a algunas de esas teorías que en el último siglo han influido en los planteos pedagógicos, señalando, en primer lugar, que vamos a dividirlas en dos grandes tipos: a) teorías homeostáticas y b) teorías teleológicas36. El primer tipo considera a la motivación como resultado de un dinamismo, una fuerza que busca conservar el equilibrio y el segundo tipo acentúa la finalidad, el objeto buscado. Las teorías homeostáticas, en general, conciben que el motor de la conducta son las necesidades fisiológicas y los estados de desequilibrio que se producen por la carencia orgánica. El organismo lo percibiría como un malestar y un impulso que busca descargarse. De este modo explicaría, por ejemplo el psicoanálisis, que una sola fuerza, la libido, de carácter sexual, daría cuenta de las acciones, una fuerza no consciente que pugna por descargar su energía. 36 El término de homeostasis proviene de la Biología y se refiere a la conservación de las condiciones del medio interno que el organismo intenta restablecer cuando algún estímulo externo lo altera. El segundo término alude a una palabra griega –télos- que significa finalidad. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 111 La mayoría de las exposiciones actuales coinciden en considerar tres grandes direcciones teóricas en el tema de la motivación: la biologista, la conductista y la más actual, cognitivista. En la primera de ellas tiene gran peso la influencia del evolucionismo, que da lugar a las teorías clásicas de la motivación como función de los instintos, entre ellas la de McDougall y la de Freud. McDougall detallaba una larga lista de instintos, concebidos como tendencias innatas que luego se diversifican, de acuerdo con las percepciones selectivas de estímulos y la intervención del aprendizaje; Freud, en cambio, considera que el punto de partida de la acción es la pulsión. Pero en ambos casos se trata de una energía que produce una tensión, que el organismo intenta reducir, descargando esa energía. Dicha energía no tiene un objeto propio, sino que lo que se busca es restablecer el equilibrio existente antes del estado de tensión. Por eso se llama a estos modelos explicativos de la motivación y de la conducta, teorías homeostáticas. La homeostasis -mantenimiento de las condiciones del medio interno- es un concepto que tiene un valor explicativo en el plano de las necesidades biológicas, pero que resulta reductivo si se usa como categoría explicativa de toda la conducta humana. Como señala J. Nuttin: Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 112 "el proceso motivacional presenta una fase que a menudo se descuida [...] Se trata del hecho de que el hombre intenta romper el equilibrio a partir del momento en que obtiene un objetivo que anteriormente se había propuesto [...] mediante la elaboración de nuevos proyectos busca comprometerse en vías cada vez más difíciles; asume nuevas responsabilidades y [...] no puede soportar una situación en la que no le es posible realizar ninguna tarea importante" (Nuttin, J., 1973 p.87). También pertenece a la tradición biologista la identificación de las necesidades fundamentales con las necesidades de base fisiológica y la explicación de las necesidades superiores (o específicamente humanas) ya sea por el recurso al aprendizaje social, ya por la sublimación de la pulsión básica de la libido (Freud). En cambio, las necesidades de interacción social y espiritual son tan primarias como las fisiológicas. El modelo conductista pone el origen dinámico de las conductas en asociaciones o conexiones aprendidas. El punto de partida de la conducta es el estímulo, que se asocia a una reacción, la que a su vez termina en otro estímulo que refuerza la primera asociación. El primer estímulo puede ser un estado interno de necesidad biológica, pero el segundo es un elemento externo. En las diversas formulaciones conductistas, se evita siempre recurrir a estados motivacionales internos así como se elimina también toda explicación en términos de mediadores Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 113 cognitivos. El elemento fundamental para explicar la ocurrencia de una conducta es la conexión que se fija por efecto del refuerzo. El enfoque cognitivista de la conducta y de la motivación surge del seno mismo del conductismo, al que cuestiona el modelo de enlace mecanicista entre estímulo y respuesta. El cognitivismo pone en un lugar central el rol mediador de los procesos de conocimiento, tanto de la percepción cuanto de los llamados procesos superiores, considerando que el primer estadio en la cadena de eventos que se inicia con una situación de estímulo y culmina en una conducta es la construcción de una representación cognitiva del entorno, que suscita motivos y emociones y guía la conducta hacia su objetivo o meta. Es decir que el primer paso es una elaboración cognitiva del estímulo, a partir de la que se seguirá la conducta. De allí la importancia que se le da a los procesos de selección, elaboración, conservación y recuperación de la información. Las teorías cognitivistas de la motivación tienden a reducir o subordinar excesivamente el momento afectivotendencial a los procesos de conocimiento, dándole a éste una función de origen de la conducta. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 114 En particular, las disposiciones cognitivas participan en dos aspectos del proceso motivacional, según J. Huertas37 (1997, pp. 48-49): a) interpretan las demandas de la situación en que ocurre la acción y el resultado o consecuencias de dicha acción y) van gestando las creencias y valores que permiten valorar determinadas acciones y metas. Estos dos aspectos son desarrollados a lo largo de las diversas contribuciones que la psicología cognitiva hace al tema de la motivación, de las cuales las más relevantes son la teoría de la motivación de logro y la teoría de la atribución. 3.3.1. Teoría de la motivación de logro La teoría de la motivación de logro es la más difundida de las teorías cognitivas de la motivación, cuyo modelo básico es el de expectativa de éxito por valor de incentivo. Este modelo explica la conducta motivada como una función de dos variables fundamentales: la expectativa que un sujeto tiene de obtener un resultado exitoso a través de su acción y el valor que le asigna a dicho resultado, que es la meta de su acción. Kurt Lewin es el primero en proponer este modelo, en su teoría de campo de la conducta motivada, que él explica como 37 Huertas, J.A. Motivación: querer aprender. Argentina: Editorial AIQUE, 1997 Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 115 una función de la persona y el ambiente38. Un estado de necesidad en la persona, genera una tensión, que se grafica como una fuerza con un punto de aplicación, intensidad y dirección; en virtud de lo cual un objeto adquiere una valencia -o valor de incentivo- y genera un campo de fuerzas dentro del cual se desarrolla la conducta, orientada al objeto-meta. Así, el sujeto se mueve tanto por la fuerza interna de la necesidad cuanto por la fuerza de atracción de la meta; con lo que el modelo de Lewin participa de las teorías de la motivación como impulso y búsqueda de equilibrio y de las teorías de la motivación como atracción. Corresponde a J. Atkinson el desarrollo más difundido del modelo cognitivo de expectativa de éxito por valor de incentivo. Su teoría parte de la necesidad de logro, concebida como: "un deseo de realizar algo difícil, dominar, manipular u organizar objetos físicos, personas o ideas. Hacer todo esto tan rápida e independientemente como sea posible. Superar obstáculos y alcanzar altos niveles; sobresalir, rivalizar y superar a otros e incrementar la consideración de sí mismo por el ejercicio exitoso de su talento" (Murray, H.A., 1938, p.164). Esos deseos, a su vez, se acompañan de acciones tales como esforzarse, trabajar por una meta lejana, tratar de hacer todo bien, sobreponerse a la fatiga, competir, etc. 38 Cfr. Lewin, K. (1969) Dinámica de la personalidad, en particular el cap.III (Madrid, Ed. Morata). Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 116 A partir de este concepto J. Atkinson formula su teoría de la motivación de logro, a fines de la década del '50. En ella explica la conducta orientada al logro -o rendimiento- como resultante de un conflicto entre tendencias de aproximación al éxito y de evitación del fracaso. Explicita en una fórmula la tendencia al logro de una meta (Ts) como el producto de tres factores: necesidad de logro o motivo de éxito (Ms), probabilidad de éxito en la tarea (Ps) y el valor de incentivo de ese éxito (Is)39. Dicho de otro modo, alguien se motiva, intenta conseguir una meta, si esa meta tiene algún valor para él, si es un incentivo y si, además, considera que tiene alguna posibilidad de alcanzarla, Si falta alguna de esas dos condiciones, no hay motivación, ya sea porque no se le da valor a esa meta, ya sea porque se la considera fuera de las posibilidades del sujeto. El motivo de éxito se considera como un rasgo de personalidad, relativamente estable (en algunos está más acentuado, en otras personas es menos notable) La probabilidad subjetiva de tener éxito en la acción es una expectativa o creencia de que se alcanzará la meta; esa expectativa aumenta a medida que se obtienen ciertas recompensas, es decir a medida que la meta se ve más cercana. El valor final de un objeto-meta depende a la vez de ciertas cualidades de la persona (como su capacidad de esfuerzo) 39 En todos los casos la s se refiere al sujeto. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 117 y de ciertas propiedades de la meta (como, por ejemplo, la dificultad de la tarea, que es una de las notas más tenidas en cuenta en los diversos trabajos sobre motivación). Cuando una meta se presenta como difícil de alcanzar, suele crecer su valor y por eso lleva a incrementar esfuerzos, por lo menos dentro de ciertos límites, compatibles con las expectativas del sujeto acerca de sus propias posibilidades. Como esas expectativas se generan por experiencias previas, es importante graduar las dificultades, dando al sujeto oportunidad de experiencias de éxito, pues éstas, a la vez que le permiten el autoconocimiento de sus habilidades, generan sentimientos positivos y aumentan el estado motivacional. Ante los repetidos fracasos el sujeto se desmotiva y retira el esfuerzo, lo que parece una observación obvia pero no siempre se tiene en cuenta en el quehacer pedagógico. La relación entre el valor que se da a una meta y la creencia en la probabilidad de éxito puede ser también afectada por motivaciones extrínsecas. Así, por ejemplo, cuando un alumno se esfuerza en un logro escolar, movido por el deseo de agradar a sus padres o de evitar un castigo, puede ocurrir que persevere en la acción aunque no tenga el éxito esperado, y en estos casos suele suceder también que los resultados de su acción Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 118 no le sirvan al sujeto como fuente de información acerca de sus habilidades ni de corrección de sus estrategias. En el caso de que prevalezca la motivación de logro, el desempeño exitoso influye sobre el nivel de aspiraciones, elevándolo. Así, los sujetos con alta motivación de logro eligen cada vez tareas más difíciles; pero si los sujetos no logran las metas, no tienen tanta información acerca de sus habilidades y van teniendo cada vez más dificultades para elaborar planes realistas. Es decir que habría una especie de círculo: Si se sabe planificar una tarea, es más probable el éxito y si se tiene éxito, eso es un indicador de las propias capacidades, que permite planificar cada vez mejor. A la inversa, si el alumno no tiene logros, no se auto conoce y no sabe qué hacer para mejorar. Los trabajos experimentales acerca de este aspecto señalan que las tareas fáciles o difíciles dan información acerca del mundo externo, en tanto que las tareas de dificultad intermedia en las cuales hay igual probabilidad de éxito o de fracasoproveen, a través del desempeño y de su logro, información acerca del propio esfuerzo y habilidades. 3.3.2. Teoría de la atribución Son varios los autores que han contribuido al desarrollo de esta teoría cuyo tema central es la percepción y el juicio que un Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 119 sujeto tiene acerca de las causas de una acción y de sus resultados y la influencia motivacional que tiene dicha atribución causal. Se considera como el iniciador de esta teoría a F. Heider40, quien distingue dos factores fundamentales de los que depende la conducta humana: personales -o internos- y ambientales. Esos factores son las causas percibidas o a las cuales alguien atribuye los resultados de su acción. Los factores personales son la habilidad y el esfuerzo y los externos incluyen aspectos que pueden generalizarse bajo los rótulos de facilidad o dificultad de la tarea. El juicio de atribución de causalidad que alguien hace con respecto a los resultados de su acción, influye en su modo de desarrollar dicha acción, en sus expectativas futuras y en sus estados afectivos; de allí que se considere a estos juicios como elementos motivacionales. Heider analiza con detalle las diversas combinaciones en estas atribuciones y muestra la incidencia motivacional positiva de la atribución interna. Es decir que una persona que considera que los resultados de su acción dependen de su habilidad o esfuerzo, se sentirá más responsable de esos resultados y más comprometido en la acción. 40 Franz Heider es un psicólogo austriaco que desde los años 20 estuvo en contacto con los gestaltistas y en particular con K. Lewin. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 120 Sobre la base de los aportes de citados, B. Weiner desarrolla su teoría atribucional de la motivación: "Esta teoría adhiere al marco de trabajo expectativavalor, adoptada por Lewin, Atkinson y Rotter, y subraya los efectos de la atribución sobre la expectativa de logro del objetivo, sobre las respuestas afectivas y la evaluación interpersonal" (Weiner, B., 1980, p.327)41. La teoría analiza los tipos de causas a las que las personas atribuyen los resultados de su conducta, ya sea del éxito, ya del fracaso. Esas inferencias causales tienen diversas fuentes de información, algunas de ellas remiten a la experiencia pasada, es decir al desempeño previo y a sus resultados, otras remiten a las características de la situación actual, como por ejemplo a la dificultad de la tarea, a la intervención de otras personas o a rasgos ambientales. Weiner propone una taxonomía tridimensional de las causas percibidas de éxito o fracaso en los resultados del propio desempeño estableciendo como dimensiones de causalidad: lugar, estabilidad y controlabilidad. La primera dimensión remite al locus de control42, ya señalado por Heider y también analizado por J.Rotter. El "lugar de causalidad" puede ser interno o externo, según que el sujeto 41 Weiner, B. (1980). Human motivation, New York: Holt, Rinehart and Winston. 42 El “locus de control” es el lugar desde donde se cree que cada uno regula su conducta Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 121 juzgue que las causas de su éxito o fracaso son propias o son exteriores a él. Son causas internas o personales la habilidad y el esfuerzo (éstas son las principales, aunque también se citan el humor, la fatiga, la enfermedad, etc.) y son externas la suerte, el nivel de dificultad de la tarea, la influencia de otras personas, las circunstancias ambientales. Las causas estables son las percibidas como no modificables, como por ejemplo las propias habilidades y las características de la tarea. La controlabilidad es una dimensión que agrega Weiner. La principal causa controlable es el propio esfuerzo, en tanto que la habilidad, la suerte, las características de la tarea, son incontrolables, no están bajo el poder o voluntad del sujeto que actúa. Cada sujeto tiene un esquema atribucional, una estructura más o menos permanente que implica sus creencias acerca de la relación entre su conducta y los resultados de ésta. En una teoría de la motivación tienen particular importancia las consecuencias de este esquema de atribución sobre las expectativas subjetivas de éxito o fracaso. En general, las teorías que asumen el modelo de expectativas por valor de incentivo consideran que los únicos factores que pueden producir un cambio en las expectativas son el éxito que aumentaría las expectativas en acciones futuras- y el fracaso que haría descender las expectativas futuras-. Sin embargo, Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 122 Weiner señala que las causas en el cambio de las expectativas son más complejas y tienen que ver con las ya señaladas dimensiones de causalidad, tal como son percibidas por el sujeto. "Así, por ejemplo, el fracaso que se atribuye a la poca habilidad o a la dificultad de la tarea, disminuye las expectativas de éxito en el futuro, más que el fracaso atribuido a mala suerte o a falta de esfuerzo [...] Más generalmente, los cambios en las expectativas después de un éxito o fracaso dependen de la estabilidad percibida de la causa del resultado anterior: la atribución de un resultado a factores estables (tales como habilidad y dificultad de la tarea) produce mayores cambios en las expectativas de lo que lo hacen las causas inestables" (Weiner, B., 1980, p.351). De la consideración conjunta de las dimensiones señaladas, se siguen consecuencias, tales como por ejemplo, en el caso de un sujeto con alto auto concepto respecto de sus habilidades, si cree que tendrá éxito, entonces es más probable que atribuya un eventual fracaso a la mala suerte. Por otra parte, de los juicios de atribución causal se siguen respuestas afectivas: respuestas positivas de autoconfianza se siguen de atribuir el éxito a las propias habilidades y esfuerzo ante tareas difíciles; en tanto que cuando el fracaso se atribuye a las mismas causas, se siguen sentimientos de culpa. La atribución del éxito a causas externas no manejables no recompensa tanto al sujeto ni la atribución del fracaso a dichas causas afecta tanto su confianza. Las respuestas de desánimo y apatía son propias de la Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 123 atribución de fracaso a causas personales estables. Cuando el éxito se atribuye al esfuerzo produce satisfacción, cuando se atribuye a las propias habilidades, autoestima, sentimiento del propio valor y optimismo ante el futuro. Al hacer las consideraciones pedagógicas cabrá referirse a la necesidad de promover el cambio de los juicios de atribución a partir del autoconocimiento objetivo y de la recta valoración de las metas y del propio yo. Otro aspecto de particular importancia en una teoría de la motivación es la relación entre las atribuciones causales y la intensidad y perseverancia de la conducta. Weiner señala que para comprender esta relación debe tenerse en cuenta que: - La conducta es mediada por las expectativas de éxito y por las respuestas afectivas anticipadas ante los resultados - Las expectativas están influidas negativamente por las atribuciones a factores causales estables. Las atribuciones a causas inestables aumentan la intensidad y persistencia de la conducta. Las respuestas afectivas también son mediadas por la causalidad percibida. En general, atribuir el fracaso a la propia falta de habilidad es especialmente nocivo para el futuro desempeño. La atribución del éxito al propio esfuerzo o del fracaso a la falta de éste es lo Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 124 que influye de modo más positivo en la intensidad y perseverancia de la acción, por la relación advertida entre resultados y control volitivo. En sentido inverso, cuando el sujeto tiene experiencias repetidas de que no hay relación entre los resultados de su conducta y su propio desempeño, desarrolla una actitud que los psicólogos cognitivos han llamado "desamparo aprendido", que se caracteriza por baja expectativa generalizada y está asociada con cuadros depresivos (“Haga lo que haga, no tendré éxito”). En perspectiva pedagógica, es importante advertir la influencia de la mediación docente, tanto en el origen de esta actitud (por ejemplo, cuando no se evalúa en consonancia con lo enseñado y con la metodología usada para enseñar), cuanto en la posibilidad de revertirla (por ejemplo, guiando el proceso de toma de conciencia en las diversas fases del aprendizaje). 3.4. Teoría relacional de la motivación Esta teoría, propuesta por Nuttin, puede ser considerada como una de las formulaciones más comprehensivas de la verdadera naturaleza de la motivación. Por una parte, asume las contribuciones más valiosas de la psicología cognitiva contemporánea, pero a su vez las inscribe en un marco más amplio, dentro de una concepción humanista de la conducta humana, cuya nota esencial es la propositividad, es decir el estar orientada a fines, que son resultado de la elaboración cognitiva de Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 125 las necesidades. El fenómeno motivacional básico es "la orientación activa, persistente y selectiva que caracteriza la conducta"43. Lo que principalmente define la motivación no es sólo la movilización tendencial sino la orientación y con ésta la intervención de la función cognitiva, porque la meta debe estar presente en forma anticipada, debe existir cognitiva y volitivamente como intención. Es decir que las necesidades dan cuenta de la activación, pero el conocimiento da orientación específica a la necesidad; el proceso de formación de la meta es clave en la motivación, como lo es el conocimiento de los resultados de la acción, para plantear una nueva meta. Para Nuttin ocupan un lugar central en el estudio de la motivación los procesos mediante los cuales las necesidades se transforman en fines y proyectos de acción Para comprender el lugar de estos procesos, hay que tener claro que la conducta es un fenómeno global integrado por todos los procesos y funciones psíquicas en su relación con el mundo, que implica no sólo lo motriz y manifiesto -como en la concepción conductista- sino un continuo, en el que cada acto está 43 J. Nuttin (1973) La motivación (en P. Fraisse, J. Piaget, Motivación, emoción y personalidad, ed.cit.), p.13. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 126 dentro de un proyecto o plan de acción, del cual toma, precisamente su significado. En la conducta motivada se distinguen tres fases: 1) la situación percibida, 2) la situación a alcanzar: el fin y 3) la acción que media entre la primera y la segunda fase. De allí que la motivación no sea vista principalmente como descarga de energía sino como proyecto y estructura medio-fin. 3.4.1. La fórmula de la acción motivada Nuttin desarrolla una formulación de la acción motivada: a= (I-A)s Ap > → Ac ⊃ Ap2/Ac, donde a representa a la acción motivada; el primer elemento que compone esta fórmula es la interacción individuo (I) – ambiente (A). El sujeto ejerce la acción sobre una situación percibida (Ap) y se dirige luego hacia situación concebida (Ac), es decir la situación a la que quiere llegar, que existe en su mente, pero todavía no tiene existencia real. Los elementos (I-A)s representan la acción ejercida por el sujeto sobre la situación actual percibida (Ap). El proceso intencional está representado por: →, que indica la dirección de la acción ejercida, el sujeto tiende a transformar la situación percibida, actual, en la situación concebida, ideal, que es su meta. El efecto de su acción se representa con el símbolo: ⊃. El elemento Ap2 es el resultado alcanzado, la nueva situación que el sujeto percibe al finalizar la acción. A partir de allí, el sujeto Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 127 hace un balance entre el efecto logrado Ap2 y el resultado esperado (Ac). Según el grado de coincidencia o de discordancia que haya entre ambos, el efecto de la acción será percibido como un refuerzo negativo o positivo. La primera fase –la situación tal como la percibe el sujetoimplica una construcción, porque la situación no es un mero dato físico, sino que contiene la elaboración cognitiva de una necesidad, es decir el significado de ésta dentro de una situación que contiene al sujeto con sus experiencias previas, de donde toma su valor concreto la motivación, al hacer que la necesidad se convierta en motivo44. La segunda fase es la nuclear. En ella se concibe el fin o proyecto, mediante procesos representativos y conceptuales, específicos del hombre y que le permiten trascender el ahora y aquí propio de la percepción. La fase de ejecución está toda ella regulada por el fin (objeto-meta) que le da a la acción su dirección concreta, y su rasgo esencial de ser propositiva. Cada acto es instrumental, en relación con el fin, y no puede ser comprendido acabadamente sin referencia a éste. Dice Nuttin que 44 Por ejemplo, la necesidad de comer, que es básicamente la misma para todo ser humano, tendrá un significado “agregado” en diversas situaciones vitales, tales como la falta de recursos, la circunstancia de que el sujeto se ha propuesto hacer una dieta, o limitarse en la comida para ofrecerlo como sacrificio, si es un creyente, etc. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 128 “El punto de partida [de la acción motivada] no es un estímulo ni un estado de cosas, sino un sujeto en situación [...] en un ambiente percibido y concebido por él" El sujeto ejerce una acción sobre la situación actual, para convertirla en la situación concebida, guiado, precisamente, "por el proceso intencional o motivacional, que da su dirección a la acción ejercida" […] El efecto o resultado del acto, en cuanto corresponda -o no- al fin concebido, será refuerzo positivo o negativo y constituirá un nuevo punto de partida” (Nuttin, 1982, p.48 y ss.). 3.4.2. El concepto de funcionamiento óptimo Como ya se explicó, la necesidad, base de la motivación, es concebida como una relación requerida con ciertos objetos, para el funcionamiento óptimo del individuo. El concepto de “funcionamiento óptimo” incluye dos tipos de criterios: los innatos y los construidos por el sujeto. Los primeros son, precisamente, las orientaciones naturales del hombre, que son comunes para todos los individuos de su especie, no son aprendidos, sino innatos Sobre la base de esas orientaciones fundamentales, cada persona irá desarrollando su propio sistema de motivaciones a partir de sus experiencias, de sus fines personales y de su contexto social. Ese desarrollo se hace por un proceso de elaboración Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 129 cognitiva de la necesidad, de la que surgen los motivos concretos de conducta de cada sujeto45. La motivación consiste, precisamente, "en esta configuración concreta de las orientaciones dinámicas permanentes" (Nuttin, J., 1982, p. 79). Tiene una función directriz, reguladora, de coordinación y de unidad de significación de los distintos "tramos" de la conducta. Esa función la tiene por la influencia que tiene sobre la conducta el objeto-meta, o sea el fin. Es decir que es el fin, tal como es conocido y valorado por el sujeto, el que da a la conducta orientación y significado. Así según Nuttin, "el aspecto direccional de la motivación es su característica esencial, y aun los aspectos de activación e intensidad son concebidos en relación con la naturaleza del objeto. En otras palabras, la motivación no es una cantidad de energía cualitativamente neutra; es, en primer término, una tendencia específica hacia determinada categoría de objetos y su intensidad se halla en función de la naturaleza del objeto y de su relación con el sujeto" (Nuttin, J., 1982, p.82). 3.4.3. Valores y “yo ideal” en el proceso de motivación Como se dijo, las necesidades fundamentales, elaboradas cognitivamente, son las grandes formas de la motivación. 45 Por ejemplo, todo hombre tiene necesidad de alimentarse, pero cada uno tiene sus preferencias, que dependen de su constitución física particular, de su historia personal, contexto social, familiar, hábitos, etc. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 130 A su vez, la necesidad, con su estructura bipolar (individuo-ambiente) se bifurca en dos direcciones fundamentales: la que acentúa el polo del sujeto da lugar a la actividad de autodesarrollo, conservación, realización de sí mismo; la otra dirección determina el objeto de la motivación (la relación social, el alimento, el conocimiento, etc.). Ambas direcciones son complementarias, pues al ser las capacidades del sujeto esencialmente intencionales, el dinamismo que orienta al autodesarrollo, orienta simultáneamente al contacto con las diversas categorías de objetos. Así, por ejemplo, en el aspecto social, la imitación, la identificación con el otro, es la primera fase de la gestación de la identidad personal, que se complementará con la tendencia a la autonomía. Todo este proceso es la fuente específica de la motivación humana que, a partir de la función cognitiva, construye un sistema referencial -una jerarquía de valores- que "interviene en la regulación y evaluación normativa de la conducta y que es una especie de "vértice" de unificación de los fines y proyectos de acción, en concordancia con la imagen ideal que cada sujeto elabora de sí mismo. La jerarquía objetiva de valores y el yo ideal son la doble fuente del "patrón" o criterio para evaluar los resultados de la propia conducta y configurar las expectativas subjetivas de éxito Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 131 o fracaso en relación con un nivel de aspiraciones que resulta así ni puramente subjetivo-psicológico ni sólo originado en las influencias sociales. Vale decir que un mismo resultado puede parecer un logro para una persona y un fracaso para otra, de acuerdo con sus valores y con la concepción que tiene del fin último de su vida y del yo ideal que se ha formado. El yo ideal es una imagen cognitiva de sí mismo, que contiene el proyecto vital, lo que el sujeto quiere llegar a ser. Sin embargo, no hay que pensarla como algo estático; es una imagen que va cambiando a lo largo de la vida y que no siempre es nítida ni tiene el mismo grado de presencia ante la consciencia. De allí la importancia de abordar esta cuestión en el trabajo pedagógico. Las grandes orientaciones de las necesidades son, como se dijo, la raíz del proceso motivacional, pero en este proceso las necesidades se concretizan en motivos, por vía de la canalización, que consiste, precisamente, crear una forma de conducta concreta, por medio del aprendizaje46. Así se desarrollan las motivaciones y pueden incluso ir cambiando los motivos concretos, en la medida en que objetos-meta que en un momento de la vida son fuente de 46 Se usa el término “canalización” porque el dinamismo de las necesidades podría ser comparado con el curso de un caudal de agua de un río, que va trazando su propio cauce a medida que corre. De modo semejante, cada persona va eligiendo determinados modos de satisfacer una necesidad y eso crea un hábito. El análisis de esos modos de canalizar debe ser también tarea del que educa. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 132 satisfacción, dejan de serlo, sea porque ya no responden a la imagen de sí que el sujeto ha ido elaborando, sea porque constituyen metas superadas y por eso es el mismo sujeto el que cambia su nivel de aspiración o criterio de logro. Nuttin llama a este proceso fase ascendente de la motivación, porque en ella es el mismo sujeto el que, una vez alcanzado un resultado buscado, no descansa en ese estado de equilibrio, sino que se crea nuevas tensiones, buscando responsabilidades crecientes. "En concreto -dice Nuttin- en nuestra concepción de la motivación humana, son los procesos de formación de fines y de proyectos los que representan esta línea ascendente del desarrollo [...] y esta tendencia a sobrepasar el resultado alcanzado, que orienta la acción humana en el sentido del progreso [...] y que se identifica con el dinamismo central hacia el autodesarrollo" (Nuttin, 1982, p.143). El modelo de formación de fines El proceso de formación de fines es presentado por Nuttin bajo la forma de un modelo -ETODT- que reformula el modelo cognitivista -TOTE según el cual toda conducta se inicia con un test (T) o estimación de la discrepancia que hay entre un estado actual y un estándar o imagen del estado a alcanzar. Si hay discrepancia, comienza la operación (O), el proceso sigue con otra medición (T), hasta que, con la desaparición del desnivel, termina la acción (E= exit). Este modelo cognitivista se inspira en Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 133 el funcionamiento de un termostato, cuyo funcionamiento responde al criterio que se le ha introducido en el punto de partida. La cuestión clave, para Nuttin, es el origen de ese criterio o estándar, que, a su juicio, corresponde a una meta elaborada por el propio sujeto, un fin que es el verdadero punto de partida motivacional de la acción, que regula todo su desarrollo y su finalización. Sobre una base de estándares innatos -que corresponden a las exigencias de la propia naturaleza y se manifiestan en la direccionalidad de las capacidades hacia sus objetos propios- se construyen los estándares personales, expresión operativa del propio proyecto existencial. Es una tesis central de la teoría de Nuttin que el proceso motivacional se inicia con la elaboración cognitiva de las necesidades, de la que resulta un objeto-fin y un proyecto de acción para llegar a ese fin. Dicho fin tiene entonces un primer nivel de existencia ideal (a nivel de representación o de concepto idea-valor) que requiere a la vez de la capacidad creativa del sujeto y de un ajuste realista a las propias posibilidades y a las del medio. Por lo tanto, la discrepancia no es meramente advertida – como sucede, por ejemplo, con el termostato-, sino creada por el mismo sujeto. A ella le sigue un proyecto de acción y una fase de ejecución, en la cual lo que mueve a obrar es el agente, es decir el Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 134 sujeto motivado, en razón de su tendencia al autodesarrollo, concretada en el fin elaborado cognitivamente y asumido como valor. En síntesis, contrariamente al ordenador, el individuo que se conduce es motivado, sea por exigencias innatas, sea por fines construidos y esto origina la discrepancia, a la vez que mueve a actuar. De allí la nueva fórmula: el sujeto motivado construye el estándar (E); el test (T) o evaluación de la discrepancia y el test del resultado que se sigue de la operación, son todos dirigidos por la orientación dinámica hacia el fin, el cual determina también el fin de la operación47. La intensidad de la motivación depende también del fin y en particular del carácter realista de éste. Si "la distancia temporal objetiva del fin último permanece constante, la realidad de ese fin aumenta en función de toda condición que disminuya la distancia percibida (subjetiva)" (Nuttin, 1982, p.159). Personalización de los fines La elaboración cognitiva de la necesidad implica a la vez su personalización. En palabras del autor, "al transformarse en fin y proyecto, la necesidad se convierte en un 'asunto personal'. El fin formado es 'mi' fin y la conducta que lo sigue es 'mi' acto", de tal modo que el sujeto se estructura como personalidad en cuanto asume un fin, cuya concepción depende tanto del concepto de sí 47 La fórmula E.T.O.D.T es: estandard - test - operación - test - detención. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 135 cuanto de la concepción del mundo. Ese fin así asumido da lugar a la autorregulación de la conducta. Nuttin dice que "la conducta del sujeto se regula, en último análisis, sobre los fines que se da a sí mismo; fines que constituyen y concretan su concepción de sí" (Nuttin, J., 1982, p.165). Aquí, sin duda, cabe hablar del rol de la libertad, por la cual el hombre se auto conduce a partir de los fines elegidos. Ese mismo fin personal es el criterio para evaluar como éxito o fracaso los resultados de la conducta; es decir que es autoreforzador. El concepto de auto-refuerzo, dentro de la psicología humanista, supone un sujeto que se conoce, se valora, es y se sabe causa de sus actos. De donde "La personalidad es fuente de motivación en cuanto el dinamismo de autodesarrollo reviste en ella su forma consciente como concepción de sí [...] Desarrollarse, en el hombre es, en parte, transformarse en lo que se propone ser" (Nuttin, J., 1982, p.167). Entre la concepción realista de sí y la imagen ideal se genera la tensión constructiva que moviliza la acción. Esa tensión que es la forma concreta de la tendencia al auto-desarrollo, en la medida en que el sujeto la hace suya, la asume, se convierte en fuente de acción voluntaria. Una primera consecuencia de esto es que el nivel de perseverancia que cada uno tenga, depende de la presencia que tengan los fines propuestos, de su claridad e importancia objetiva, Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 136 por lo cual en la tarea pedagógica no se puede pretender que los alumnos sean aprendices auto regulados, si no integran la tarea escolar dentro de sus metas vitales, de su proyecto de vida, de la imagen de sí mismos tal como la proyectan hacia el futuro. La concepción nuttiniana de la motivación recoge, así, los mejores aportes del cognitivismo, integrándolos, a la vez, en una visión superadora, centrada en la tendencia ilimitada del hombre a la autoconfiguración personal, obra del ejercicio de la voluntad libre frente a los fines últimos, que supone necesariamente el ejercicio de las funciones superiores de conocimiento específicamente humano. 3.5. El modelo de motivación de la teoría del control de la acción48 En la década de los ochenta se elaboran modelos motivacionales que destacan el rol de la voluntad. Los dos más representativos son la teoría del control de la acción de Kuhl (1985, 1986) y la del Rubicón de las fases de la acción desarrollada por Heckhausen (1987). Los autores pertenecen al movimiento que en Alemania actualizó los estudios de Psicología de la voluntad, considerándola sobre todo como una fuerza de ejecución; por lo cual distinguen la acción voluntaria 48 Este punto se desarrolla en Vázquez, Stella M. (2007). La Filosofía de la educación. Estado de la cuestión y líneas esenciales. CIAFIC Ediciones, Buenos Aires, pp. 161-175. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 137 del momento de la motivación, que, en sus teorías, sería de orden afectivo. 3.5.1. El modelo de Kuhl Entre 1983 y 1987 Kuhl presenta su teoría, en la que distingue en una acción el aspecto motivacional y el aspecto volitivo, que designa como motivación de elección y motivación ejecutiva, respectivamente. Kuhl puntualiza49 que su modelo teórico intenta: a) integrar un número mayor de procesos mediadores en el control de la acción, de lo que hacían los modelos precedentes b) especificar la relación entre control de la acción, control del desempeño y motivación. Los principales referentes para comprender tanto el modelo de Kuhl como el de Heckhausen, son los modelos interpretativos de la motivación, en particular el de motivación de logro, de Atkinson50, que se expusieron más arriba. 49 J. Kuhl, (1984) Volitional aspects of achievement motivation and learned helplessness: toward a comprehensive theory of action control (en Progress in experimental personality research, Vol. 13, Academic Press, Inc., Orlando, 1984, pp. 99-171). 50 J.W. Atkinson (1974) Motivation and achievement, New York, Holt. En el punto 3.3.1 de este trabajo se exponen los conceptos esenciales de la teoría de la motivación de logro. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 138 Kuhl considera que los modelos motivacionales de expectativa de éxito por valor de incentivo no son suficientes para explicar la perseverancia o declinación en el curso de la acción, pues dejan de lado el problema del control de la acción. "Parece haber un consenso implícito entre los investigadores acerca de que una fuerte motivación es suficiente para una alta persistencia en la tarea. Esta visión ignora el problema del control de la acción"51. Por eso Kuhl distingue cuidadosamente entre la motivación y la acción y se centra en el estudio de los procesos que permiten controlar a esta última, con la hipótesis de que "un déficit en la persistencia y desempeño es atribuible a un déficit en el control de la acción más que a un déficit motivacional"52. En efecto, la persistencia en la acción que lleva a la consecución de una meta, puede variar en distintas situaciones. Kuhl tipifica por lo menos tres: a) la situación en que la tendencia motivacional se mantiene con una fuerza constante, como la tendencia más fuerte b) la situación en que aparece una tendencia motivacional divergente y c) la situación en que aparecen elementos distractores en el medio ambiente. 51 J. Kuhl, (1984) Toward a comprehensive theory of action control, Ed. cit. p.108. 52 Ibíd., p. 109. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 139 En los dos últimos casos se hace más evidente la diferencia entre motivación y acción, pues se hace necesario que entren en juego los procesos mediadores cuya finalidad es proteger el logro final. Kuhl aclara que un cambio en la motivación puede ser una condición suficiente para desentenderse de la meta, pero no es una condición necesaria, ya que una persona puede seguir motivada, pero, sin embargo, no saber emprender acciones que la conduzcan al éxito. Sin negar el valor de las hipótesis de Kuhl, cabría señalar que resulta demasiado tajante la separación entre motivación y acción volitiva, porque la misma motivación es un acto o momento de la conducta en el cual está presente la voluntad en cuanto ésta tiene por objeto el bien aprehendido e intentado como fin y por lo tanto la primera "protección de la acción" es la valoración de la meta, y la relación de esta valoración con el contenido objetivo de valor de esa meta, que es lo primero que puede sustentar el curso de una acción. Como se verá, algo de esto se halla implícito en la descripción de los procesos mediadores, tal como Kuhl los presenta, aunque sería preciso introducir una jerarquización en dichos procesos, distinguiendo los que hacen a lo formal u operativo y los que hacen al contenido de valor. La referencia al contenido valioso de la motivación es lo que permite relacionar Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 140 la motivación con la acción: Si la meta vale, importa, tiene fuerza para dirigir y sostener la acción, porque genera motivación intrínseca. Cabe aclarar que el contenido de valor objetivo de la meta, por una parte es extrínseco, lo que no significa una calificación peyorativa ni comprometida con los modelos conductistas, puesto que, siendo las capacidades del sujeto precisamente potenciales, requieren ser actualizadas por algo en acto, exterior a su propio acto y a la vez adecuado a sus exigencias intrínsecas de desarrollo perfectivo. Por otra parte, ese contenido objetivo debe ser concebido y valorado en su valor en sí y para el sujeto, condición necesaria para convertirse en motivador y dar así lugar a la determinación de un objetivo de acción. Este sería -o debería ser- el momento de la libertad como compromiso, punto sobre el que habrá que volver. Kuhl, en cambio, asigna a la voluntad sólo el proceso post-decisional que consiste en "energizar el mantenimiento y realización de las acciones planeadas"53. Por eso Kuhl se centra, fundamentalmente, en el proceso de planificación y control de la acción, tomando como punto de partida el caso en que coexisten diferentes tendencias a la acción -lo que otros autores designan como conflicto-. En ese caso, una vez que se ha decidido por 53 J. Kuhl, J. Beckman, (1985) Action control: From cognition to behavior, New York, Springer-Verlag, p. 90. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 141 una de ellas, pueden darse interferencias que debiliten el curso de acción, pues "la fuerte intención de resolver un problema no es condición suficiente de éxito, aun si se dispone de las habilidades cognitivas y estrategias para hallar la solución"54, sino que se requiere un continuo control de la acción orientada a la meta, para neutralizar las tendencias que se oponen al logro de ésta y que pueden llevar al sujeto a iniciar actividades que son irrelevantes para la meta. Kuhl presenta un modelo de la interacción entre motivación (elección) control de la acción y control del desempeño (ejecución)55: Se llama motivación de elección a la motivación que lleva a elegir una de entre las varias alternativas de acción. Una vez que el sujeto ha decidido por una de ellas, se inicia la motivación de control, que tiende a crecer cuando aumenta la dificultad de la tarea. El último enunciado expresa la célebre ley de la dificultad, que es asumida, en general, por los teóricos de la psicología de la voluntad y que establece que crece el esfuerzo cuando crece la dificultad de la tarea, porque las tareas difíciles tienen 54 J. Kuhl, (1984) Toward a comprehensive theory of action control, ed. cit., p. 557. 55 J. Kuhl (1984). Toward a comprehensive theory of action control, ed. cit., p. 120. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 142 mayor valor de incentivo, es decir que el sujeto tiende a estimar como más valiosas las metas que cuesta más alcanzar. Esta relación no crece indefinidamente, por eso se asume, en general, que el punto óptimo de motivación se alcanza con tareas de dificultad intermedia y si el sujeto estima que tiene probabilidad subjetiva de éxito, es decir habilidades para lograr la meta. Otros autores llaman a esto expectativa de logro. Vale decir que si la tarea no es demasiado fácil ni en extremo difícil y el sujeto se considera hábil para llevarla a cabo, entonces crece el esfuerzo, el sujeto persevera en lo decidido. El modelo que Kuhl propone introduce en la relación antedicha una serie de procesos mediadores. En el esquema presentado, el primer momento es motivacional; en él se forman las intenciones, se elaboran las razones para hacer algo, se selecciona una alternativa, en razón de la probabilidad de éxito del sujeto (Ps) y del valor de incentivo (I) de la meta. Kuhl enfatiza, en este punto, el aspecto temporal en el proceso decisional, señalando que en contextos reales hay un Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 143 tiempo limitado para la decisión, cuya duración está principalmente bajo el control de la voluntad56. Como resultado de ese proceso, una tendencia motivacional se convierte en una intención, para lo cual debe satisfacer ciertas reglas de admisión, que podríamos conceptuar a partir de los ejemplos que da Kuhl, como "principios de valor" más generales, que subyacen a los valores de incentivo específicos de las metas particulares, o también como fines que el sujeto ha asumido en su vida y que lo caracterizan existencialmente, fines que son, precisamente punto de partida del proceso deliberativo y criterio de cada elección. Dicho en otros términos, una meta específica tiene un valor superior de incentivo, que le es participado por el fin o proyecto existencial de cada sujeto; esto no implica negar los valores objetivos de determinadas metas; sino reconocer que, de acuerdo con la estructura personal, las mismas metas mueven de modo diverso a cada persona. 56 Lo que Kuhl señala desde la psicología lo ha tratado Santo Tomás desde la antropología filosófica, al analizar la deliberación como un proceso de evaluación de un curso probable de acción que tiene su comienzo en la estimación de un fin como valioso y que termina en un juicio práctico como inmediato antecedente de la elección, proceso que es iniciado, sostenido y llevado a fin por la voluntad, en razón de ser ésta la potencia a la que corresponde el fin de cada acción y el fin último de la vida humana. (Cfr. entre otros textos, Santo Tomás, Suma Teol. I-II, q.1, a.5; I-II, q.1, a.7; II Sent., d.25, q.1, a.1; I, q.5, a.4 ad 3, etc.). Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 144 Kuhl plantea en términos psicológicos la situación en la cual se convierte en intención una tendencia a la acción no dominante, situación que no tiene explicación en el modelo motivacional de expectativa por valor de incentivo y que Kuhl tipifica como conducta no hedonista57. En el caso de una acción que tiene un fin poco atractivo para el sujeto –como podría ser ponerse a hacer una tarea escolar- el estado motivacional inicial se caracteriza por un conflicto entre dos tendencias, de las cuales la no-hedónica (no placentera) puede no tener tanta energía disponible, sobre todo al principio, por lo cual se requiere que sea reforzada por procesos volitivos. Este planteo asume, de modo implícito, presupuestos kantianos que reducen la voluntad a un control en el que no deben entrar contenidos de valor, los que serían propios del momento que Kuhl llama motivacional. La distinción propuesta entre motivación y acción volitiva, presupone que la motivación es sólo afectiva y eso puede tener el riesgo de considerar que la voluntad debe actuar sólo por el deber (voluntarismo formalista). 57 Se llama conducta hedonista a la que se desarrolla para lograr un fin placentero. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 145 Según Kuhl la situación de conflicto se enfrenta con procesos mediadores de control de la acción, que pueden alterar una jerarquía tendencial inicial, en el curso de una acción, de modo que ésta conduzca a la realización de una tendencia no dominante en principio. Los procesos mencionados se inician sólo si el sujeto percibe alguna dificultad en la acción, que puede ser generada por tendencias alternativas (por ejemplo, salir con amigos, ver TV) o por presiones externas (alguien trata de convencerlo de dejar la tarea). Se distinguen seis tipos de procesos: 1. Atención selectiva: El sujeto dirige su atención a los aspectos de la acción que son relevantes para la intención en curso; este proceso es llamado función protectora de la volición (concentrarse en la importancia de hacer la tarea, por ejemplo, para aprobar la materia). 2. Control de la codificación: Se codifican los rasgos de los estímulos que están rela- cionados con la intención en curso, se usan estrategias de elaboración de la información para mejorar la ejecución (observar qué tipo de actividad se requiere para resolver con éxito la tarea). Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 146 3. Control de las emociones: Este proceso enlaza la fase de ejecución con la fase previa motivacional, tratando de impedir las emociones negativas y de enfatizar las que facilitan la eficacia de la acción. El sujeto trata de tomar conciencia de las propias respuestas afectivas y de su incidencia en el desempeño (por ejemplo: el rechazo de la tarea o la ansiedad aumentan la dificultad). En general todas las emociones negativas (ansiedad, temor, tristeza, disgusto, etc.) tienden a bloquear la acción, entre otras causas por su incidencia sobre la percepción de la autoeficacia, tanto como sobre el valor de incentivo de la meta: Esos estados afectivos hacen más desagradable la tarea, la hacen ver como poco valiosa y generan un sentimiento de que el sujeto no podrá hacerla con éxito. 4. Control de la motivación: Este es uno de los procesos más significativos y, como el anterior, relaciona la ejecución con la fase previa. Es un proceso por el cual se fortalece la base motivacional de la intención en curso. Se trata, fundamentalmente, de una reconsideración y revaloración de los motivos de la acción, del valor de la meta y de las expectativas positivas respecto del logro de la misma. Aquí es más evidente que en el resto de los procesos la necesidad de considerar que no se puede separar del acto de la Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 147 voluntad el aspecto de la afectividad y valoración, es decir que cuando la voluntad decide y quiere algo, debe ser porque lo valora y lo ama, de otro modo no es posible que se mantenga la intensidad de la acción, es decir que haya perseverancia. Por eso más arriba dijimos que la concepción de Kuhl puede resultar voluntarista. Es evidente que una educación que no logre suscitar el amor por las metas está destinada al fracaso, o a proponer una formación rigorista. A esto se referirá más adelante de modo más analítico, al desarrollar el tema de la educación afectivo-moral, señalando que los hábitos formales de la voluntad no pueden desarrollarse con independencia del contenido valioso -en sí y para el sujetode los fines intentados. 5. Control del ambiente: Este proceso es, en realidad, una instancia de los dos anteriores, que pueden ser puestos en juego mediante alguna manipulación del ambiente. Como ejemplo pueden citarse las conductas que quitan del ambiente los estímulos que distraen, que refuerzan tendencias adversas a la meta (el que quiere hacer dieta saca de su alcance los elementos que pueden debilitar su intención, el chico que se pone a estudiar elimina los factores de distracción, etc.). Pueden incluirse también manifestaciones positivas, como imágenes de aspectos positivos de la meta. Kuhl Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 148 incluye aquí lo que él llama "compromisos sociales", tal por ejemplo, el caso del que quiere dejar de fumar y lo promete a alguien que para él es relevante. En la aplicación de las estrategias que implica este proceso es importante tomar conciencia acerca del efecto motivacional o perturbador de objetos u aspectos del ambiente, que, por lo tanto, debe ser desarrollada si se quiere proteger la eficacia de las acciones orientadas al logro de metas. 6. Procesamiento "parsimonioso" de la información: Kuhl llama así a un modo de conducir el proceso de deli- beración, que lleva a la decisión, evitando el detenerse excesivamente en la consideración de los motivos, lo que caracteriza a un tipo de sujeto "rumiante", indeciso que debe aprender a poner un cierre al proceso de generar información acerca de las diversas alternativas de acción. Para ello, debe usar informaciones de experiencias previas que le indican las condiciones bajo las cuales la prolongación de un proceso conspira contra la acción que lleva efectivamente a la meta. Cabría aquí hacer una consideración más esencial acerca de la naturaleza de la deliberación y de su relación con los fines últimos de la persona y con la decisión que cierra el proceso Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 149 deliberativo. Pero todos estos elementos van más allá del componente cognitivo, que si bien es condición necesaria para la decisión, no es suficiente, sino que se requiere considerar la meta en relación con el ejercicio de la libertad frente al proyecto último existencial de cada sujeto, que es el criterio para determinar metas y sostener cualquier curso de acción. De un modo operativo, tiene cierta relación con lo antedicho la condición puesta por Kuhl pone como condición que facilita el uso de estas estrategias volitivas enunciadas, que "la representación cognitiva de la intención en curso incluya alguna referencia al yo (self) como agente causal de la acción intentada"58; en otras palabras, es preciso tener presente la relación entre la meta, convertida en propósito y la propia acción libre, lo que la teoría de la atribución designa como locus de control interno, en virtud de lo cual el sujeto sabe que la acción y sus resultados dependen de él, se le atribuyen, y por eso tiene sentido que ponga en juego procesos de control que le den cierta garantía de eficacia. El control de la acción interactúa con el control del desempeño, es decir que el sujeto somete a prueba el grado de congruencia que hay entre el resultado de una acción y un criterio o patrón de evaluación y si hay discrepancias introduce 58 J. Kuhl, Ob. cit., p.127. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 150 acciones correctivas para satisfacer el criterio (en el modelo esto se designa como TOTE59: test-operación-test-exit, o sea fin del ciclo de control). Todas las fases del modelo de Kuhl describen la ejecución de un plan de acción orientado a lograr determinados objetivos. En su aspecto operativo permite derivaciones muy concretas en la tarea pedagógica, en lo que se refiere a la enseñanza de estrategias volitivas; aunque es preciso complementar el modelo con la consideración de los actos de discernimiento de los valores que encierra la meta y de los aspectos referidos a las disposiciones habituales subjetivas que le permitan al actor disponer libremente de sí. Es decir que la educación volitiva debe poner como eje la configuración virtuosa del sujeto, para la cual los procesos descriptos por Kuhl en su teoría del control de la acción pueden constituir medios útiles, siempre que se los inserte en un adecuado horizonte de fines de la vida humana y de su concreción en un proyecto existencial. En este aspecto, la teoría de Nuttin es ampliamente 59 Más adelante, al exponer la teoría de la motivación de J. Nuttin, se presenta la corrección que este autor hace al modelo TOTE, que consiste, fundamentalmente, en poner el criterio como punto de partida de todo el proceso; criterio que consiste, justamente en los fines o principios de valor que cada sujeto discierne o elige para sí. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 151 superadora de los límites que señalamos en el modelo motivacional de Kuhl. En uno de sus últimos trabajos60 Kuhl amplía el contexto teórico del control de la acción, presentando una teoría de la interacción de sistemas cognitivos y afectivo-volitivos en la personalidad, cuyo núcleo reside precisamente en la voluntad, definida como la capacidad de implementar intenciones y sostenerlas en un curso de acción. No cambia la concepción de la voluntad como fuerza y actividad, pero hay dos principios básicos de su teoría que avanzan hacia una concepción holístico-humanista de la personalidad y de la acción motivada. El primer principio sostiene que la respuesta afectiva positiva facilita el proceso volitivo y el segundo condiciona el desempeño continuado a la fijación de metas realistas y al nivel de identificación con ellas. Una meta es calificada de realista cuando es compatible con el núcleo personal -self- de necesidades, valores y experiencias previas, lo cual permite que el sujeto considere las dificultades para el logro de la meta y las enfrente con éxito. Kuhl habla de nivel de integración personal como una condición última de la interacción de procesos cognitivos y 60 J. Kuhl (2000), The volitional basis of personality systems interaction theory: application in learning and treatment contexts, International Journal of Eduactional Research, Vol.33, Nº7-8, pp. 665-703. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 152 conativos, que permite el mantenimiento de una acción motivada; lo que puede considerarse como un equivalente funcional de lo que llamamos proyecto existencial. 3.5.2. El modelo del Rubicón61 Este modelo de la acción motivada es propuesto por H. Heckhausen, a partir de sus trabajos en colaboración con J. Kuhl y de la revisión de los modelos motivacionales de expectativas de logro por incentivo. El modelo considera cuatro fases en la acción, subdivididas en dos grandes etapas cuyo límite común es la decisión, que recibe, justamente, la denominación metafórica de Rubicón, antecedida por la etapa pre-decisional o motivacional y seguida por la etapa post-decisional o volitiva. La diferenciación entre procesos motivacionales y procesos volitivos representa el núcleo del modelo que el autor esquematiza como sigue62: 61 El Rubicón es el rio que servía de frontera entre Italia y la provincia de la Galia Cisalpina, que César cruzó luego de haber conquistado las Galias, desafiando así a Pompeyo, que le negaba el derecho de volver con sus tropas a Roma. Cruzar el Rubicón es una metáfora que expresa el acto de atravesar un límite decisivo, que entraña riesgos. 62 . H. Heckhausen (1991) Motivation and Action, Springer-Verlag, Berlín, p. 183. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 153 Formación de la intención Iniciación de la intención Implementación de la intención Desactivación de la intención Motivación (predecisional) R Volición u Pre-accional b i c o n Fase preaccionales Elección Volición Accional Acción Motivación Post-accional Evaluación 1. En la fase pre-decisional, de la motivación, se consideran los objetivos posibles para la acción. Es una fase deliberativa que culmina con la formación de una intención, e implica un proceso de control volitivo que Heckhausen llama "tendencia a acabar la deliberación". A propósito de esta fase Heckhausen expone un modelo expandido de la motivación, que discrimina las variables del modelo más clásico de expectativas subjetivas de éxito por valor de incentivo de la meta (Atkinson); distinguiendo tipos de expectativas: Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 154 • La expectativa del resultado de la situación, o sea la estimación del resultado probable de la situación en curso, de no mediar una acción del sujeto (por ej.: ante la proximidad de un examen, qué espera el sujeto que resultará si no emprende alguna acción). • La expectativa del resultado de una acción ante la situación (lo que pasará si se prepara para el examen). • La expectativa acerca de las consecuencias del resultado (por ejemplo: los beneficios de aprobar el examen) Son estas expectativas acerca de las consecuencias, precisamente, las que tienen valor de incentivo (las motivadoras) y las que, juntamente con la probabilidad de éxito, generan el estado motivacional. Entre las consecuencias que puede traer el resultado de una acción, se mencionan: la autoevaluación (a partir del resultado de su acción el sujeto se evaluará positiva o negativamente), el progreso hacia otros objetivos supraordenados (vale decir: los resultados son instrumentales, en el sentido de que permiten ir accediendo a una secuencia de metas ordenadas entre sí como medios a fines), la evaluación externa (como consecuencia de los resultados de su acción, el sujeto será ubicado, por ejemplo, en una determinada escala social, profesional, escolar, etc.). Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 155 En general, se observa que el valor de incentivo de la autoevaluación es inversamente proporcional a la expectativa del resultado de la acción; vale decir que, por ejemplo, cuanto menos se espera un determinado resultado, su logro incide más en la autoevaluación positiva y viceversa, cuanto menos se espera un fracaso, más influye éste en el deterioro de la auto estima. El modelo motivacional expandido de Heckhausen, presenta una secuencia de preguntas y respuestas que se hallan en la base de la decisión de actuar. Por ejemplo, en el caso antes mencionado, el sujeto se preguntará en primer lugar si la situación en curso parece tener ya un resultado predeterminado (por ejemplo si el alumno piensa que el profesor no aprobará a nadie o que él no podrá entender un tema aunque le dedique su tiempo); si la respuesta es afirmativa, ello llevará a decidir no emprender ninguna acción; en cambio si la respuesta es negativa, generará una pregunta ulterior acerca de la probabilidad de lograr algún resultado con la propia acción; si el sujeto estima que esa probabilidad es mayor que cero, se preguntará si las consecuencias posibles de ese resultado son de suficiente importancia (en nuestro ejemplo, en qué medida es importante para el alumno aprobar ese trabajo). Éste es el momento en que se determina el valor de incentivo. Si se considera que esos resultados y sus consecuencias son Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 156 importantes, entonces se preguntará si los resultados de la acción conducirán a las consecuencias deseadas (es decir si poniéndose a estudiar logrará aprender y aprobar), en cuyo caso esta fase se cerrará con la decisión de hacer algo, es decir con la formación de la intención. Esas cuatro preguntas -que no necesariamente se plantean de modo consciente en un proceso motivacionalmuestran de modo operativo los factores que permiten predecir si el sujeto finalmente decidirá comprometer su esfuerzo en un curso de acción dirigido a lograr la meta. Cabe hacer notar la importancia pedagógica de promover en los alumnos atribuciones causales realistas respecto de estas variables, como condición de desarrollo de procesos de educación autónomos. 2. Fase volitiva pre-accional Esta es la fase en que se inicia la acción, a partir de que una intención de objetivo se convierte en una intención de conducta, porque logra imponerse por encima de otras intenciones o tendencias que compiten con ella. 3. Fase volitiva accional En esta fase el desarrollo de la acción es guiada por una representación mental de la intención referida a la meta, que no Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 157 es necesariamente consciente durante todo el curso de acción, pero que se activa cuando el curso de acción se ve obstaculizado por la interferencia de otras tendencias o por factores externos. Heckhausen sostiene que "la intensidad y perseverancia de la acción está determinada por la fuerza volitiva de la intención referida al objetivo. La fuerza volitiva es una variable cuyo valor tope está determinado por la tendencia motivacional"63. A su vez el monto de la actual fuerza volitiva -o esfuerzo disponible- depende de la dificultad que debe ser vencida; esto significa que el nivel de esfuerzo no se relaciona tanto con las aspectos de la etapa motivacional sino más bien con las demandas que surgen en el curso de acción. El autor puntualiza que el control del esfuerzo es uno de los procesos claves en el control de la acción: los sujetos más exitosos son aquellos que son capaces de modular el esfuerzo para mantener la eficacia. Esto puede parecernos algo obvio y aceptable sin discusión, pero cabe recordar que la voluntad no es sólo capacidad de esforzarse, sino, ante todo, capacidad de ser dueño de sí mismo por amor al fin elegido y desde aquí bien podríamos decir que la capacidad de esfuerzo depende de la intensidad del amor. 63 H. Heckhausen, ob.cit., p.185. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 158 Aquí se introduce una variable de estilo personal en el control de la acción: hay sujetos que se centran sobre todo en la tarea, en cambio otros se centran en los estados (subjetivos) que genera el curso de acción; son los sujetos llamados “rumiantes”. Estos últimos están sujetos a más interferencias emocionales en su desempeño y con frecuencia manifiestan en su conducta el fenómeno de la "sobre-motivación", es decir de la insistencia en las acciones, pero sin flexibilidad para cambiar las estrategias ni para revisar la meta, que quizás no es tan conveniente como se estimó en un principio. Se habla de “sobre motivación” porque el sujeto sufre una suerte de “fijación” sobre la tarea, que ya no es simplemente esfuerzo, sino rigidez. En esta fase se ponen en juego los procesos mediadores analizados por J. Kuhl, que se expusieron en el punto referido a la teoría del control de la acción. 4. Fase motivacional post-activa Una vez que la acción ha terminado, porque se ha llegado al objetivo, se suscita una fase de evaluación del resultado de la acción, en la cual, entre otras cosas, se sacan conclusiones para acciones futuras. Esta fase tiende un puente entre el pasado y el futuro, permite que el sujeto capitalice la experiencia para planificar y conducir mejor futuras acciones. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 159 Aquí, nuevamente, inciden los estilos personales: el sujeto centrado en sus propios estados tiene dificultad para desactivar una intención que no ha sido llevada a cabo por completo, le cuesta flexibilizar la acción para responder a los nuevos requerimientos de la situación, puede caer en conductas de perseveración o en el cuadro llamado de indefensión aprendida, que tiene lugar cuando se fijan los fracasos bajo la forma de atribuciones negativas en cuanto a la auto-eficacia, que determinan ulteriores cursos de acción no exitosos. En este caso es conveniente prevenir las conductas "rumiantes" proponiendo al alumno nuevas tareas que, a la vez, permitan extender la perspectiva de futuro. El estilo de control volitivo centrado en la acción incide de modo positivo en el uso de estrategias y procesos mediadores y caracteriza a los sujetos más "auto-regulados". En efecto, es propio de los sujetos con este estilo: a) Ejercer atención selectiva sobre la información que es relevante para el logro de la meta b) Tener mayor facilidad para dejar la actividad cuando la meta no es relevante c) Evitar la hiper motivación -es decir el compromiso simultáneo con diversas metas- con su consecuencia de deficiencia en la ejecución Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 160 d) Evitar estados "rumiantes", como el sobre-análisis acerca de la propia actuación, la atención excesiva a las expectativas sociales acerca del desempeño propio, etc. Es bastante evidente que estas características pueden expresarse desde la perspectiva de la educación afectivo-moral, como exigencias de promoción de virtudes específicas, tales como: esfuerzo de objetividad, valoración de los fines objetivos por encima de la propia imagen social o de la valoración del yo, perseverancia y evitación de la veleidad, desarrollo de respuestas afectivas acordes con un orden objetivo de valores, fortaleza, capacidad de renuncia respecto de todo lo que interfiere con el logro de los fines valorados y libremente elegidos. 3.6. Líneas de educación afectivo-moral Desde la perspectiva de una educación integral, no sería adecuado reducir la exposición a las teorías psicológicas de la motivación. Se ha señalado ya que la motivación tiene que ver con la dimensión afectiva y volitiva y que el sostén de la acción motivada son los fines vitales asumidos y el ideal personal; de allí que educar la motivación pueda ser considerado como parte esencial de la educación moral. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 161 3.6.1. Proposiciones sintéticas a) El análisis de la secuencia del obrar humano ha mostrado la ubicación previa y el carácter fundante de la función cognoscitiva con respecto a la función afectivo-tendencial, de donde se sigue que la educabilidad de esta última dimensión se funda en la capacidad de conocer, en la actualización de ésta con sus objetos propios, en la apertura cognoscitiva que el educador favorezca, presentando las dimensiones valiosas de lo real, es decir presentando cada realidad en su ser y en su valor, en su contenido de bien, como término de la tendencia y antes como objeto digno de la respuesta afectiva de amor. Este es el contenido real de la motivación. En esta relación entre el conocer, el ser afectado y el tender tiene también su lugar el autoconocimiento del educando como sujeto espiritual y libre, que el docente debe guiar, porque esta es la condición subjetiva para el encuentro con el valor y la consecuente auto-constitución psicológico-moral64. b) El carácter intencional de los actos afectivo-tendenciales, que se ha hecho evidente a partir de la experiencia y cuyo fundamento está en la intrínseca relación con las funciones cognoscitivas, se opone a la interpretación inmanentista de esta 64 Hemos desarrollado este concepto al referirnos al fin inmanente de la educación. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 162 dimensión65 que en Psicología se traduce como psicologismo, o sea, la afirmación de la autonomía de lo que se siente y, en consecuencia, la imposibilidad de un juicio objetivo acerca del mundo interior afectivo. Esta imposibilidad, a su vez, cierra el camino al "ordo amoris"66, porque separa el plano psicológico del moral y convierte la vida afectiva en un reino de caprichos. Es manifiesta la vigencia teórica y práctica del psicologismo, en el ámbito de las propuestas actuales de educación moral y en la vida vivida del hombre contemporáneo, de allí la importancia de ocuparse de esta cuestión en la educación. c) La relación entre el conocimiento, la motivación y la pluridimensionalidad vectorial de las tendencias67, señala, para la acción pedagógica, la necesidad de propiciar lo que Nuttin 65 Se entiende por inmanentismo la posición filosófica que reduce el ser real a ser de conciencia. Las principales filosofías de la inmanencia clásicas son: el racionalismo cartesiano, el empirismo de Berkeley -"ser es ser percibido"- la gnoseología crítico-trascendental de Kant, sus continuadores idealistas desde Fichte a Hegel, el Existencialismo de Sartre. Estas han dado lugar a múltiples líneas contemporáneas, tanto neo-críticas cuanto post-modernas. 66 Esta expresión clásica significa orden del amor y se debe entender como el orden afectivo, la capacidad de amar según el orden de valor que tienen los objetos amados, de dar a cada uno de ellos el lugar que les corresponde, en el propio corazón, ya que, como diría Pascal, el corazón también tiene sus razones. 67 Con esta expresión se alude a que la persona humana tiene distintas tendencias, tanto en el plano sensible como en el espiritual, que ellas pueden ser causa de conflicto y que una meta de la formación de la personalidad es lograr la unidad y armonía en el mundo afectivo-tendencial. Esa unidad es la garantía de la fuerza y coherencia en la conducta y, en definitiva, de la madurez personal Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 163 llama la elaboración cognitiva de la necesidad y que implica, por una parte, la toma de conciencia de dicha necesidad y, por otra, el discernimiento de los diversos modos posibles de su canalización por medio del reconocimiento de los respectivos objetos propios de esas necesidades y de su relación con la dirección constructiva de la personalidad. Esta relación, a su vez, señala el paso del conocimiento al acto libre, puesto que cada necesidad se canalizará orientándose hacia un objeto concreto, cuya determinación depende de una elección y ese acto electivo tiene relación con la autoconfiguración personal, pues, sin duda es su principio eficiente y formal, pero, a la vez, la imagen ideal que cada uno tiene de sí y la progresiva realización de esta imagen van dando una dirección determinada a la voluntad libre. Es decir que cada acto libre contribuye a la configuración psicológico-moral del sujeto y esta configuración, a su vez, condiciona los sucesivos actos de elección en la medida en que constituye una "plataforma" de connaturalidad con objetos que son portadores de ciertos valores. d) En cuanto la tendencia es precedida por el conocimiento, éste determina el tipo y condiciona la apertura del dinamismo tendencial: el conocimiento sensible da lugar a la respuesta afectivo-tendencial sensible, el conocimiento intelectual hace posible la respuesta afectivo-tendencial espiritual, es decir el acto de la voluntad libre. Es preciso que la acción Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 164 docente guíe el proceso de conocimiento de modo que lo universal se vea como realizado en cada realidad singular68. e) Los bienes sensibles son siempre bienes particulares, satisfacen parcialmente, pues se refieren a una dimensión de la persona. En cambio el bien que presenta el intelecto es el bien de toda la persona, que la filosofía llama "bien integral". Estas distinciones permiten hacer algunas consideraciones de máxima importancia para la educación: 1) El bien total del hombre, del cual depende el logro de la plenitud personal, no se define en el plano afectivo-tendencial sensible. Es obvio que esta dimensión, en cuanto pertenece a la propia naturaleza, tiene sus propias exigencias de realización, pero ni siquiera en su propio ámbito son logradas, si no se las integra como parte del bien total. 2) El bien sensible es juzgado como bien con un juicio de conveniencia, también llamado de connaturalidad, pues el 68 Este es el proceso del "retorno a la imagen", último paso del conocimiento intelectual verdadero y completo (Cfr. Santo Tomás, Suma Teol., I, q.84, a.7) en el que debe culminar el proceso de aprendizaje, cuya razón última, respecto de la naturaleza del sujeto, se halla en la unión substancial cuerpoalma y que se expresa en el operar conjunto de intelecto y cogitativa, el más alto de los sentidos internos, cuya función cognoscitiva es, precisamente, la preparación de la imagen para que, en ella, el intelecto pueda "leer" el significado esencial, realizado en lo concreto. Este proceso permite lo que en términos pedagógicos se llama transferencia. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 165 que juzga algo como bueno, en este plano, lo hace en cuanto ese bien conviene, es "compatible", podríamos decir, con su estructura subjetiva, una estructura adquirida, que cada hombre se da a sí mismo a través del actuar, que va creando modos habituales de sentir, valorar y, en última instancia, de pensar, es decir, de ver el mundo y de situarse en el mismo. A esto nos referimos antes, al hablar de la dialéctica que se establece a propósito de la canalización de las necesidades. Aquí cabe agregar que este proceso de canalización puede y debe ser dirigido por la acción docente. 3) Sólo el intelecto puede discernir el bien íntegro -el bien moral- y presentarlo a la voluntad. Y ésta, a su vez, por su cualidad de libre, puede abrazarlo como un fin, o puede rechazarlo. Esta elección es la que se comunica a la dimensión afectivo-tendencial sensible y va configurando así la estructura psicológico-moral antes mencionada, de la cual surge el juicio de conveniencia. 4) De aquí se desprende la necesidad de que el docente vaya presentando, a través de los distintos contenidos escolares, una recta jerarquía de bienes y a la vez guíe al alumno en el discernimiento intelectual, que es la condición de posibilidad del recto ejercicio de la voluntad libre. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 166 3.6.2. Consideración analítica En una consideración más analítica, cabe justificar por qué nos referimos a la educación afectivo-moral y no sólo a la educación moral o incluso a la educación de la voluntad. A partir de esta justificación intentaré recoger los aportes contemporáneos a partir de lo ya expuesto, tratando de reconducirlos hacia una formalidad pedagógica que considere desde sus fundamentos antropológico-éticos dichos aportes. Se ha señalado que bajo la dimensión afectivo-tendencial en el hombre, se considera tanto la afección sensible mixta (sensible-espiritual) cuanto el movimiento tendencial propiamente humano que, considerado en concreto, es también siempre sensible-espiritual, con mayor o menor acentuación de uno u otro aspecto. De allí que no hablemos de educación de la voluntad, sino de formación afectivo-moral, tanto más cuanto la misma voluntad, que por naturaleza es potencia espiritual, no es sólo tendencia a la acción, dinamismo ejecutivo, sino, en primer lugar es receptiva del aspecto de bien que le presenta la inteligencia y, como tal, su primer acto es el amor. Y en razón de ser el hombre una naturaleza corpóreo-espiritual, su voluntad libre se va a definir siempre frente al bien que se le presenta encarnado. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 167 En la educación de esta dimensión debe considerarse todo lo que en psicología se llama aspecto dinámico de la conducta, la cual es siempre manifestación del hombre en su totalidad y en su relación con el mundo69, con sus múltiples valencias significativas, expresivas de una jerarquía de bienes, que se refieren constitutivamente a las dimensiones también múltiples de la naturaleza humana, como sus objetos propios, actualizadores de esas dimensiones que se expresan a través de principios operativos específicos: las potencias. En razón de esta característica de la conducta humana, la educación afectivo-tendencial no puede considerarse separadamente de la educación intelectual, que constituye su prerequisito esencial, en cuanto el conocimiento permite la 69 J. Nuttin define la conducta: "No hacemos distinción alguna entre los términos 'comportamiento' y 'conducta'; los dos significan, para nosotros, la respuesta 'significativa' que un ser psíquico (in casu: el hombre) da a una 'situación' que tiene a su vez un 'sentido'. Así, el comportamiento, en el sentido amplio de esta palabra, reúne en sí 'toda la vida psíquica del hombre'. Todas las funciones de nuestra vida psíquica intervienen en grados diferentes, en la construcción de un 'mundo' y de una 'situación'. La percepción, la imaginación, la memoria, la inteligencia, la afectividad y las necesidades, todas ellas intervienen en el hecho de que el hombre se encuentre en ese momento en dicha situación; todas intervienen también en el hecho de que, en cada situación, el hombre 'responda' a esa situación mediante esta o la otra 'manera de obrar'. Ese modo de actuar, en una situación dada, puede consistir en quedar perplejo, en reflexionar, en aguardar, etc. Es siempre un 'comportamiento' del hombre total que contiene un 'aspecto exterior' y una 'significación o una actividad interior'. Así, toda la vida psíquica consiste en comportarse dentro del mundo y se pueden distinguir en ella dos fases o aspectos: la construcción de la 'situación' y la 'respuesta' propiamente dicha". (J. Nuttin (1972) El psicoanálisis y la concepción espiritualista del hombre, EUDEBA, Bs.As., p.126, nota 2). Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 168 especificación y apertura de las potencias afectivo-tendenciales, al ofrecerles su objeto propio, bajo la razón de verdadero bien. Así el conocimiento hace posible el acto libre de la voluntad como su condición necesaria, aunque no suficiente. El momento decisivo de la libertad, y por tanto de la educación moral, pertenece a la voluntad que es la potencia que mueve al resto de las capacidades, unifica y cualifica moralmente el operar humano, configurando así la estructura de la personalidad, porque es la capacidad a la que pertenece la elección del fin último existencial y la conducción hacia el mismo. Los dos polos de la educación afectivo-tendencial Si la voluntad es capacidad de ser afectada y tender por elección y decisión libre a valores de todo orden, en cuanto éstos tienen relación con la realización de un proyecto existencial personal, es preciso considerar esos dos "extremos", el del sujeto y el del objeto o meta ideal, el sujeto en sus condiciones actuales y en su proyección al futuro y la meta en su valor objetivo, intrínseco, y en su relación con el sujeto. A la vez, entre los dos extremos debe considerarse el desarrollo de la acción conducente al logro de propósitos y configuradora de la persona. Hemos visto ya, al hablar de la concepción relacional de la motivación, cómo presenta Nuttin estos aspectos desde una fenomenología psicológica. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 169 Respecto del polo objetivo, la tarea fundamental de la educación será mostrar fines valiosos, que puedan convertirse en fines existenciales, en motivos. Con respecto al polo objetivo señalado, diversas investigaciones contemporáneas señalan el efecto positivo que tienen sobre el desempeño las metas próximas, claras y realistas. Si las metas no son realistas, los sujetos más capaces de autorregulación desarrollan otras metas o sub-metas más apropiadas, en cambio los sujetos más centrados en sus propios estados tienen dificultad para desprenderse de metas no funcionales70. En el polo subjetivo, el núcleo de la educación afectivovolitivo-moral consiste en colaborar a disponer bien al mismo sujeto en su voluntad libre que es afectada por un orden objetivo de valores, al que adhiere, por eso elige y así compromete al resto de las capacidades en su realización efectiva. De esa realización resultará "ad intra" la personalidad psicológicomoral y ad extra, el mundo socio-cultural. En cambio, el conceptuar la voluntad sólo como actividad, al desvincularla del objeto propio, deja sin lugar al planteo de virtudes. La educación moral queda, en su contenido, reducida a "valores" contextuales, relativos, que se presentan en 70 Cfr. L. Corno (1993) The best laid plans. Modern conceptions of volition and educational research, Educational Researcher, Vol.22, nº2, pp. 14-22. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 170 general fundados en fines circunstanciales de la interacción social. Quitado el contenido queda como propuesta de educación moral, en algunos casos, el desarrollo de hábitos formales de la voluntad, tales como la perseverancia en la acción. Ese formalismo debe ser superado por la consideración de todas las virtudes estructuradas orgánicamente como personalidad psicológico-moral, es decir configuración virtuosa unitaria y jerárquica de los dinamismos operativos, configuración que depende del fin último de la propia vida asumido como valor (es el tema del "estándar" tal como lo plantea Nuttin). En este contexto cabe asumir los aportes de la psicología contemporánea desde una formalidad antropológicoética, a cuya luz, por ejemplo, el objetivo de la autorregulación se reconceptúa como autoconducción consciente y libre, de un yo que se auto conoce como sujeto personal, que se abre cognoscitiva y valorativamente a un horizonte mundano -e incluso supra mundano- en el que descubre los objetos propios que actualizan su capacidades y los convierte en objetos-meta en cuanto los integra en su propio proyecto existencial. Aquí hallan un horizonte de sentido más allá de la pura dimensión psicológica los aportes de las teorías de la motivación, ya tratadas. Así, por ejemplo, la motivación de logro puede Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 171 y debe ser educada desde el doble polo de la motivación: en lo objetivo, desarrollar aspiraciones a logros valiosos en sí; en lo subjetivo estimar el éxito o fracaso a partir de una recta ubicación del yo, en sus potencialidades y limitaciones y fundamentalmente en el contexto de la propia misión personal. De modo análogo, la teoría de la atribución y los programas de cambio de atribuciones deben reconceptualizarse desde una perspectiva psico-moral, en el sentido de que no basta que el sujeto cambie sus juicios acerca de las causas del resultado de su conducta, hacia causas controlables (es decir, internas y modificables) sino que es preciso desarrollar en el sujeto su capacidad de advertir las verdaderas causas de esos resultados sean de éxito o de fracaso- y de juzgarlas a la luz de principios morales, a fin de que pueda asumir consciente y libremente el curso de su actuar. Es decir, se trata de que pueda ir advirtiendo la verdad acerca de sí mismo, para asumir con realismo esas potencialidades y límites, lo que, a su vez, lo conducirá a gestar virtudes de recta ubicación del yo -humildad-, de responsabilidad y de motivaciones rectas en cuanto a su actuar y a las expectativas acerca de los resultados de ese actuar. Las verdaderas causas de los resultados de los actos podrán ser a veces internas, a veces externas, o con más frecuencia, una combinación de causas, pero lo que importa es Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 172 que pueda distinguirlas, tomar posición valorativa frente a ellas, advertir que si bien las causas estables internas pertenecen a lo dado y frente a ellas cabe la aceptación realista; el ámbito de lo moral es siempre "interno y modificable", es decir que está en poder de su libertad. En cuanto al llamado "valor de incentivo" de las metas, cabe al docente guiar para que el alumno advierta que el valor de la meta depende del grado en que ésta se relaciona con un ideal objetivo de plenitud humana; de modo que la tendencia a esforzarse por lograr éxito debe estar cada vez más relacionada con valores objetivos. Con estas condiciones, es válido el planteo que hace Kuhl acerca de las estrategias para proteger el curso de acción ordenado al logro de los fines propuestos. En particular, cobra un valor relevante la estrategia de revaloración de la meta, cuando su logro se ve amenazado por factores externos o internos, pues esto significa, en clave antropológicomoral, poner en el centro de la acción motivada el valor objetivo y subjetivo -en sentido existencial- de los fines libremente elegidos, como fundamento último de toda motivación. Desde ya que esto requiere una tarea previa de discernimiento intelectual del valor de esos fines, es decir de formación de una conciencia moral ilustrada y recta, como plataforma para el ejercicio responsable de la libertad. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 173 Estos elementos para la formación ética del proceso motivacional aparecen de modo más claro en la teoría motivacional de J. Nuttin, que hemos presentado como la teoría que, a nuestro juicio, responde mejor a las exigencias propias de ambos polos de la motivación: la naturaleza humana con sus fines connaturales perfectivos y el horizonte objetivo de valores mundanos y supra-mundanos que se corresponden con el logro de esos fines, y con las dimensiones del fin de la educación, tal como lo hemos expuesto en el apartado dedicado al tema. Libertad y virtudes De lo expuesto se desprende que el centro de la educación afectivo-moral está en disponer bien para el acto de libre elección frente a fines rectos personalizados, es decir integrados en el propio proyecto existencial, al cual esos fines cualifican objetivamente. Como señala R. Zavalloni: "El problema psicológico de la educación se reduce a enseñar la subjetivación, o mejor dicho la personalización de los motivos de acción, según una escala real, objetiva, de valores"71. Esta personalización a la que también se refiere Nuttin, tiene un pre-requisito en la educación intelectual que permite ver los fines valiosos y discernir los medios, formar la conciencia 71 R. Zavalloni (1959) La libertad personal, Ed. Razón y Fe, Madrid, p. 303. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 174 moral que implica, a la vez, conocimiento práctico y autoconocimiento, conocimiento de la ley moral, del orden moral normativo, como horizonte de la realización personal, y libertad psicológica, orden interior que permite al sujeto disponer de sí, autodeterminarse frente a los fines asumidos como motivos del obrar propio. El momento cognoscitivo prepara para el centro de la educación afectivo-moral, que es la formación del organismo de virtudes morales que le permiten al sujeto disponer de sí en forma estable para ordenarse con facilidad hacia los fines discernidos y elegidos. La virtud que opera como "gozne" entre el plano cognoscitivo y el moral es la prudencia, definida como "recta razón en el obrar"72, por la que se aplica a cada acto singular el orden moral conocido. La prudencia es la inclinación permanente a elegir los medios más adecuados al fin; por ella se pasa, en el orden moral, del plano universal de los principios al plano de la acción singular, que resulta así iluminada por y articulada con el fin último. Por su carácter de nexo entre lo universal y lo singular, entre el saber y el obrar, resulta imprescindible que el pedagogo tenga claridad respecto de su naturaleza y de su gestación. En este aspecto de la gestación importa considerar 72 Santo Tomás, Suma Teol., I-II, q.57, a.4. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 175 que la prudencia es una virtud compleja, formada por otras virtudes, tales como el hábito de la deliberación, el buen juicio, la previsión, precaución , docilidad, uso recto de la experiencia; cada uno de los cuales, como se advierte, implica una íntima unión de lo psicológico y lo moral. Es en el ejercicio de la prudencia, por su carácter sintético, donde se advierte quizás con más fuerza una situación existencial que conspira contra esta virtud. Advertimos, en efecto, en el educando, un obrar disociado del conocer, que comienza por la no advertencia y sigue por la ausencia de deliberación adecuada. Al faltar estos dos momentos esenciales, no se produce un recto juicio acerca de lo singular y falta así la verdadera decisión. En su lugar la acción es movida por factores externos al núcleo más íntimo de la persona. De allí la necesidad de enseñar a deliberar, es decir a "pesar" el valor relativo de los diversos medios, a considerar éstos en tantos tales, por su capacidad de conducir al fin y en síntesis, orientar el juicio práctico que es primera condición de un actuar propiamente humano. Respecto de la voluntad, se señaló ya que ella constituye el núcleo de la personalidad moral, fin inmanente de la educación. Es ella el sujeto propio de los hábitos morales, y aquí se Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 176 debe hacer también la doble consideración -material y formaldel hábito. Lo más frecuente en el campo pedagógico es que se hable sólo o predominantemente de los hábitos formales de la voluntad, en parte por la influencia del racionalismo que culmina en voluntarismo y en parte por el funcionalismo posterior, que agota el estudio de lo psicológico en puros procesos y distingue en la persona lo estructural cognoscitivo y lo energético tendencial, ubicando en este último rubro la voluntad, que resulta así una especie de fuerza ciega, de la cual se deja en la sombra su naturaleza y objeto propio, reduciéndola a actividad y, en consecuencia reduciendo la educación volitiva a estrategias de control de la acción. Sin embargo, es la intencionalidad de la voluntad, su dirección hacia un algo real, lo que realmente la configura y condiciona su modo de ejercicio. Aquí cabe hacer referencia a la consideración que Lersch73 hace acerca de la decisión, racionalidad y perseverancia de la voluntad, y de las posibles causas de que se dé defecto en estos hábitos. Respecto de la voluntad, Lersch señala que ésta, junto con el pensamiento, constituye el núcleo activo del yo, al cual corresponde el gobierno de la persona. Hace allí una tipología, 73 Cfr. Ob. cit., p. 464 y ss. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 177 que tomo con algunas modificaciones, clasificando según tres criterios formales, a los que agrego el criterio real, verdadero formalizador de la voluntad. a) La voluntad puede ser, en cuanto a la decisión, decidida o indecisa. La decisión es el momento clave de la voluntad, porque allí se manifiesta como libre, mientras que el momento de la deliberación corresponde al intelecto y la realización del acto, posterior a la decisión, puede no darse, por motivos ajenos al sujeto, y sin embargo el acto como tal ya está dado. El sujeto se define, se cualifica por la decisión. La indecisión es, por eso, un obstáculo radical y cuando Lersch busca sus raíces, señala que pueden ser básicamente de tres tipos: a) disarmonía tendencial, allí el sujeto no se decide porque diversas fuerzas lo solicitan en sentidos opuestos; b) aversión a la responsabilidad, cuando la no decisión implica un temor a asumir las consecuencias del acto; c) ánimo vital depresivo, cuando falta al sujeto la fuerza, la energía para poner el acto. Como se ve, la capacidad de decisión es un hábito que implica en su raíz una determinada posición frente a valores y una unidad de la persona; lo que resulta lógico, puesto que la capacidad no puede ejercerse en el vacío y lo único que puede Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 178 mover la voluntad es el bien captado como valor. Se desprende de aquí la necesidad de educar la voluntad a partir de la presentación de una recta jerarquía de valores. Lersch indica otros dos criterios, en su tipología de la voluntad: b) Por la autonomía de fines, la voluntad puede ser autónoma o heterónoma. c) Si se atiende a su fuerza, puede ser: fuerte, débil u obstinada. La autonomía puede ser considerada también como racionalidad, en cuanto se debe interpretar que la voluntad es autónoma cuando sigue en su movimiento lo que el intelecto muestra; no se trata pues de la autonomía kantiana, sino de una dependencia de aquello visto como valioso. La heteronomía se da, en cambio, cuando la decisión se hace por presión indebida de otras capacidades sobre la tendencia. En cuanto a la fuerza para continuar el camino hacia el logro del fin propuesto, debe distinguirse la perseverancia de la obstinación; ésta última es en realidad falta de fuerza, es insistencia no por un motivo valioso sino contra algo, se caracteriza por la irracionalidad.. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 179 En definitiva el criterio último en la consideración de la voluntad viene por la adhesión al Bien. Es un criterio material, por el objeto, y según dicha adhesión se distingue en: a) Voluntad recta; b) Voluntad no recta .En la caracterización existencial del modo de obrar de la voluntad, podemos advertir como el obstáculo más frecuente la falta de decisión o bien la decisión precipitada (que no es verdadera decisión porque allí los motivos no han sido considerados) que afecta inmediatamente la perseverancia. Ello impide al sujeto el dominio de sí, el ser verdaderamente dueño de sus actos. En este campo toca al educador formar en el sentido de responsabilidad, de renuncia, de adhesión vital a los valores. Es decir que la educación de la voluntad no puede orientarse en primer lugar hacia el aspecto formal, la pura “fuerza de voluntad”. Esto es consecuencia de la advertencia de un fin valioso, y de la decisión respecto del mismo. Si bien la voluntad es el núcleo de la personalidad moral, en cuanto su acto configura y dirige la persona, lo es por su integración con el acto del intelecto y la afectividad. Cuando se da esa integración se puede hablar de un sí mismo personal porque hay una dimensión de interioridad, entendiendo por tal la profundidad en su acto y presencia de todas las capacidades y sus actos y motivos ante el foco consciente y libre. Si no hay interioridad, así concebida, no hay responsabilidad. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 180 Por eso no se puede hablar de un sí mismo, de un núcleo personal, cuando se niega alguno de esos elementos, o su posibilidad. Bien es cierto que debe reconocerse con frecuencia una situación de exterioridad, de vuelco hacia afuera que aliena al sujeto y lo lleva a veces a disociaciones patológicas, pero la tarea del educador debe ser, en primer lugar advertir que ese hecho no responde al deber ser y luego orientar al educando a la captación y juicio de sí, como un camino para el ejercicio de la libertad. En última instancia, la voluntad se cualifica por su adhesión al bien, vivenciado como valor y de acuerdo con ello hablamos de una voluntad recta o no recta. Así la rectitud, por amor al bien, resulta el hábito material74 fundamental que a la vez estabiliza la potencia dándole verdadera capacidad de decisión y por eso constancia. Cabe al educador, entonces, educar la voluntad ante todo en este aspecto, dando la posibilidad de que el sujeto se ponga frente a valores concretos, capaces de mover, a través de la voluntad, la persona entera; capaces de ir orientando la persona hacia el autogobierno, con un sentido de responsabilidad frente a la decisión tomada, renuncia respecto de lo no compatible con 74 Material porque se refiere a la posición de la voluntad frente a su objeto, el bien, los bienes particulares y a través de éstos al Bien total, fin último del hombre. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 181 ese fin, docilidad frente a ese mismo fin elegido libremente. Estos son hábitos que el educador deberá intentar, a propósito de las acciones cotidianas de los alumnos. Y como ya se señaló que la voluntad en el hombre es, sí, una capacidad espiritual, pero que opera en una naturaleza encarnada, su acto está íntimamente relacionado con la afectividad. En el hombre el orden afectivo es resultado de la operación conjunta del plano sensible y el espiritual y consiste en la capacidad de apertura y recepción, ante todo respecto de otros seres materio-espirituales. Esa capacidad se funda en definitiva en el espíritu, no queda por ello limitada al nivel puramente material, trasciende la inmutación producida por la necesidad orgánica y su satisfacción y no es tampoco un orden que se identifique con lo irracional, por el contrario, es de la esencia de la afectividad, por su naturaleza mixta, poder y deber ser regulada por el conocimiento. Afectividad y voluntad son, por así decir, las dos caras del apetito racional: voluntad en cuanto activo, afecto en cuanto receptivo. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 182 Ph. Lersch, hace una fenomenología y sistemática de este plano que él llama fondo endotímico75, destacando, frente a los distintos reduccionismos, la pluralidad y diversidad específica de las manifestaciones afectivo-tendenciales. Al hablar de las tendencias señala tres rasgos constitutivos esenciales: 1) estado de necesidad, 2) proyección hacia el futuro, 3) dirección temática hacia un fin, un valor que debe ser realizado76. Es precisamente este tercer rasgo el que con frecuencia se deja en la sombra y a la vez el que permite una clasificación, según los diversos fines concretos. Lersch combina este criterio con el llamado "punto de vista antropológico", que se desprende de su consideración de la tectónica de la persona. Resultan así tres grandes grupos: a) las vivencias pulsionales de la vitalidad -y las emociones y sentimientos que le corresponden-cuyo objeto son los valores vitales, b) vivencias del yo individual -porque al hombre la vida le es dada como ser singular- dirigidas a los valores de significación, c) vivencias transitivas ordenadas a los valores de sentido, por los cuales el individuo va más allá de su ser singular. 75 Lo define como "una capa inferior portadora de la vida anímica, una esfera de vivencias que proceden de una profundidad del ser anímico que se halla por debajo de nuestro Yo consciente (del griego vδov: dentro, interior; θυµός: en el sentido amplio sensación, sentimiento, humor)" en Ph. Lersch (1962) La estructura de la personalidad, Barcelona, Ed. Scientia, p. 81. 76 Ph. Lersch, Ob. cit., p. 100. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 183 Esto le permite distinguir y relacionar las diversas manifestaciones de la vida afectiva y su significación en el marco del desarrollo de la existencia humana. No cabe aquí reproducir el análisis de Lersch, aunque sí remitimos a él, sobre todo en cuanto sus agudas observaciones pueden ser útiles al educador, ayudarle a distinguir aspectos, matices, diferencias caracterológicas en el modo de darse el orden afectivo-tendencial; elementos que a su vez deben ser instrumentalizados para guiar el recto desarrollo de esa dimensión, teniendo siempre en cuenta que el plano psicológico y el moral están íntimamente unidos, son distinguibles teóricamente pero inseparables en el plano existencial. Señalamos simplemente como sugerencia algunos hábitos ligados a esas dimensiones. Así, por ejemplo, el yo individual incluye las temáticas básicas de la conservación; el egoísmo, con la vivencia del ego y el "querer para sí" y su exageración en la egolatría. Aquí entra ya el papel del educador, que debe ayudar a distinguir y orientar para que se vaya gestando una adecuada ubicación del yo, en relación a los demás yoes y en definitiva en relación al Ser Absoluto. De aquí que si tuviéramos que sintetizar, podríamos decir que la virtud fundamental en el ámbito del yo individual es la humildad, por la cual tanto el egoísmo, cuanto el deseo de poder (o afirmación del yo), la autoestima, van a encontrar su punto de equilibrio, como Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 184 dimensiones naturales del orden afectivo-tendencial, pero cuyo desorden, "absolutización", impediría la realización personal, el paso a las temáticas de la transitividad. Manifestaciones afectivas como la envidia, los celos, la vanidad, susceptibilidad, codicia, arbitrariedad, desconsideración, capricho, avasallamiento de los derechos de otro, exagerada estima de la comodidad, búsqueda de aprobación, etc., van ligadas a la no orientación recta del yo individual y el educador debe estar atento a dichas manifestaciones, teniendo en cuenta también que hay aquí una evolución psico-moral que podríamos expresar "descentración", dando con a el éste concepto un piagetiano mayor alcance de en comprehensión y extensión. Piaget lo aplica primeramente a la inteligencia, para expresar la cualidad por la cual el sujeto es capaz de coordinar estados y posiciones diversas en las acciones y operaciones. Es un resultado de la reversibilidad lógica que incide luego en el plano social, donde el sujeto que ha logrado la descentración del pensamiento, es capaz de relativizar su punto de vista, coordinarlo con el de otros y pasar así de la asimilación deformante a un estado de equilibrio lógico. Según la doctrina de Piaget, esta descentración intelectual -que, en parte, podríamos acercar a la objetividad, aunque él no hablaría en estos términos- es la condición de un nuevo modo de ubicarse en Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 185 el plano social y afectivo, superando el egocentrismo propio de las etapas de desequilibrio o de equilibrio imperfecto. Sin dejar de lado este concepto piagetiano, entendemos que las temáticas del yo individual tienen un contenido más amplio, en cuanto el orden afectivo tiene su autonomía (si bien no independencia) respecto del intelecto, del cual él, a su vez, considera sólo la dimensión lógica. Así, la desviación de esta dirección afectivo-tendencial puede presentarse también, como señala Lersch, bajo la forma de una ausencia de capacidad de sacrificio, de aceptación del deber, de falsa humildad, que busca ante todo no arriesgar el yo. Y cuando "el egoísmo pasa a segundo término en la temática tendencial de un individuo, queda espacio libre dentro de él, para los actos de entrega que designamos con los [...] conceptos de: responsabilidad, conciencia de obligación, sentimiento del deber, capacidad de entusiasmo, disposición a la comprensión y al sacrificio, amor, camaradería, bondad, amistad, simpatía. Todos ellos se refieren a actitudes desinteresadas"77. También la necesidad de estimación pertenece al yo individual; en ella el individuo va más allá de lo biológico-corporal. Es una dirección que pertenece a la naturaleza, cuya mala orientación se traduce bajo las formas de ansia de notoriedad, 77 Ibíd., pp. 129-130. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 186 obstinación, rigidez, susceptibilidad, "parcialidad frente al ser y valer objetivos"78 en cuanto el sujeto se halla todo entero volcado sólo a cuidar su propia imagen. La configuración recta de todas estas direcciones puede resumirse en el hábito de humildad que, a su vez Santo Tomás coloca como parte potencial de la virtud cardinal de la templanza79. Más allá de la temática del yo individual se halla el plano que Lersch llama de la transitividad, en el que el sujeto se siente atraído por una realidad superior a él, y que asume las tres formas básicas del: - ser con otro - ser para otro - tendencia a valores supra-humanos Las dos primeras se manifiestan positivamente a través del amor de amistad, la capacidad de buscar el bien de otro, la ayuda y colaboración, la gratitud (horizontal, hacia el prójimo y vertical, hacia Dios), la capacidad de captar afectivamente al prójimo (empatía), la delicadeza, fidelidad, ternura, expresividad, profundidad afectiva (proporcionada a la jerarquía de hechos u objetos), la capacidad de alegría por el bien ajeno y 78 Ibíd., p. 139. 79 Cfr. Suma Teol., I-II, q.143; q.145 a.4. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 187 de tristeza por su mal, la compasión, misericordia, capacidad de perdonar. Todas estas son formas básicas del ser con otro y para otro que se ponen como configuraciones habituales de la afectividad, y por ello como fines inmediatos del proceso educativo. En la dirección a valores supra-humanos se incluye el amor a la verdad, la alegría de conocer y crear, el amor al deber, la justicia, la estima de la belleza y, como una configuración sintética de esta dimensión, la respuesta afectivo-tendencial frente al conocimiento de un Absoluto personal, que podemos caracterizar como un sentido intelecto-volitivo-afectivo de religiosidad. Incluye la religación, dependencia, sentido del misterio, adoración y confianza filial. Tiene su base en el plano natural, en cuanto el sujeto advierte y valora adecuadamente su condición de ser finito, pero adquiere su forma plena más allá de este ámbito natural, que el estado existencial del hombre reclama. En relación con la afectividad distingue Lersch los temples permanentes, estados que impregnan con cierta estabilidad toda la vida anímica y que por su profundidad dan una cualidad característica al modo de encarar cada uno la existencia. Entre ellos cabe citar: el ánimo alegre, triste o amargo, los temples de depresión o euforia, angustia o esperanza, Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 188 contento o descontento, optimismo o pesimismo. De ellos hay algunos que tienen en el hombre de hoy más relevancia. En general, puede observarse que son con frecuencia cambiantes, aunque totalizadores y generados a menudo a partir de la sensibilidad periférica. En el niño suelen ser más espontáneos y a la vez dependientes del ambiente familiar; en el adolescente resultan de la confluencia de situaciones ambientales externas (físicas, familiares, sociales en general) y de la vivencia de su propia subjetividad, muy lábil e impresionable. En el adulto pueden ser más estables y objetivos. Su reconocimiento es de particular importancia, porque los temples resumen, en cierto modo la afectividad del sujeto y condicionan, como señalamos, su manera particular de encarar la existencia. Cabe al educador orientar para que sean cultivados en relación con la valoración de lo que se va conociendo y con la recta ubicación del propio yo en la realidad natural, social y trascendente. Las variadas formas en que puede ir configurándose la sensibilidad, en relación integrada con la esfera espiritual, pueden todas considerarse incluidas en las virtudes cardinales de justicia, templanza y fortaleza. En ellas están, como partes integrales o potenciales, los hábitos y disposiciones ya mencionados. Son las formas estables por las que el hombre Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 189 configura sus capacidades afectivo-tendenciales frente al bien íntegro, al que se subordinan el bien deleitable y el arduo. Lo expuesto hasta aquí constituye, a mi juicio, el núcleo de la educación afectivo-moral y a la vez el "telón de fondo" sobre el cual proyectar los aportes, ciertamente valiosos, de lo que en psicología cognitiva se ha desarrollado respecto de las llamadas estrategias afectivo-volitivas, en particular las que se desprenden de la teoría del control de la acción, tal como se ha expuesto antes. En lo que sigue puntualizo algunas aplicaciones pedagógicas de esas estrategias y señalo algunas relaciones con los núcleos sustantivos establecidos para la educación afectivomoral. J. Kuhl distingue dos tipos de estrategias volitivas: las de control de la motivación y las de control emocional80. Entre las primeras enuncia: - Establecer consecuencias para el propio desempeño (por ejemplo, darse una pena o una recompensa) - Representarse mentalmente el valor de la meta - Visualizar el cumplimiento exitoso de la tarea 80 Cfr. J. Kuhl, J. Beckman, (1985) Action control: from cognition to behavior, Berlin, Springer-Verlag. Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 190 - Analizar falencias para reintentar la tarea - Tener una visión constructiva de la propia habilidad, sentimiento de eficacia, confianza Entre las estrategias de control emocional enuncia: - Rechazar sentimientos negativos - Contar hasta 10 - Generar diversiones útiles - Recordar sus puntos fuertes y sus recursos disponibles - Remover sentimientos negativos acerca de experiencias pasadas Ya hemos señalado antes que si se quiere considerar estas estrategias desde la perspectiva del fin de la educación afectivo-moral, que es el logro de la personalidad como organismo de hábitos buenos -virtudes-, causa y a la vez consecuencia de la definición personal frente a un fin último libremente asumido, las estrategias que deben promoverse en el alumno tienen dos ejes: la meta y la disposición subjetiva del sujeto. Las metas deben presentarse como fines valiosos, como objetivos que conducen al logro del proyecto existencial, entonces la representación mental del valor de la meta puede ser enunciada como exigencia de revalorar los fines valiosos, tenerlos presentes durante la realización de las tareas em- Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 191 prendidas, ubicarse anticipadamente en la meta, considerar la plenitud a alcanzar y el gozo que de ella se sigue. En cuanto al polo subjetivo, debe promoverse en el alumno la capacidad de auto-juzgarse, de juzgar el propio obrar, aplicando como medida o patrón de ese juicio el orden normativo al que se ha adherido; así como también la disposición a reconocer las propias falencias, debilidades, que pueden ser de orden cognitivo, técnico y aun moral, en cuanto puede haber falta de rectitud en el modo de adherir efectivamente a la meta que traduce operativamente los fines discernidos como buenos. La "visión constructiva" de sí debería traducirse como visión realista de las propias capacidades y límites que engendre un autoconocimiento crítico y confianza en sí como consecuencia de haber puesto los medios de que dispone para el logro de la meta. El control emocional debería ser formalizado como desarrollo de las respuestas afectivas acordes con un orden objetivo de valores, que permitan al sujeto la recta ubicación del yo, en relación con las demás personas y en su carácter de ser finito, dependiente metafísicamente, con una consistencia personal que es efecto de la subsistencia óntica de su ser de persona. Otro aspecto importante del llamado control emocional se relaciona con el desarrollo de la capacidad de demorar la Psicología y Cultura en la Educación 2. Stella Maris Vázquez 192 recompensa81, lo que depende, por una aparte, de la valoración de la meta y, por otra, de la posesión de las virtudes de la templanza y de la fortaleza, es decir de la fuerza psicológicomoral ante el bien arduo y de la capacidad de moderar la esfera apetitiva frente a la búsqueda del deleite inmediato. En síntesis, la pedagogía de las estrategias analizadas a propósito del tratamiento de los procesos mediadores entre la elección de la meta y su logro, exige que éstas sean encaradas como aspectos operativos de los hábitos que constituyen el núcleo de la formación afectivo-moral. Bibliografía Nuttin, J. (1985). Teoría de la motivación humana. Paidós: Buenos Aires. Caps. II y V. Nuttin, J. (1972) El psicoanálisis y la concepción espiritualista del hombre, EUDEBA, Bs.As. Cap. V García Bacete, F. y Doménech Betoret, F. (1997). Motivación, aprendizaje y rendimiento escolar. Vol. 1. 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