Artículo especial Reflexiones sobre la cesárea Carles M.ª Foradada Doctor en Medicina, Ginecólogo. Asesor de Salud Materno-Infantil de la DGPA del Departament de Salut. Generalitat de Catalunya. Profesor asociado. Universidad de Barcelona contribuido a una incuestionable, y meritoria, disminución de la morbimortalidad materna y perinatal. Sin embargo, la tendencia incrementalista parece, en ocasiones, ilimitada, pese a que se carece de argumentos que permitan garantizar que el aumento progresivo de la tasa de cesáreas actual no pueda poner en riesgo la seguridad materna y neonatal alcanzada. El propósito de este artículo es aportar algunos argumentos y reflexiones, basados en la revisión de la bibliografía médica disponible, relacionados con la práctica de la cesárea. En él se analiza la variabilidad de la tasa actual de las cesáreas y los motivos de su incremento, haciendo especial hincapié en las causas no médicas que influyen en éste, todo ello con el ánimo de inducir al lector a una reflexión sobre una manera de nacer que sustituye un proceso fisiológico por un procedimiento de cirugía mayor. RESUMEN En este artículo se analiza la variabilidad de la tasa actual de las cesáreas y los motivos de su incremento, haciendo especial hincapié en las causas no médicas que influyen en el mismo, todo ello con el ánimo de inducir al lector a una reflexión sobre una manera de nacer que sustituye un proceso fisiológico por un procedimiento de cirugía mayor. El propósito de este artículo es aportar algunos argumentos y reflexiones, basados en la revisión de la bibliografía disponible, relacionados con la práctica de la cesárea. Palabras clave: Cesárea, morbilidad, mortalidad, tendencias. ABSTRACT Title: Reflections on cesarean section This article analyzes the changes in the current cesarean section rate and the causes for its increase, with special emphasis on the nonmedical reasons involved, in the attempt to induce the reader to reflect on a mode of delivery that substitutes a physiological process with a major surgical procedure. The purpose of the article is to provide certain arguments and reflections, based on a review of the available medical literature, concerning the performance of cesarean section. Keywords: cesarean section, morbidity, mortality, trends Foradada C. Reflexiones sobre la cesárea. Matronas Profesión 2006; 7(1): 5-13 INTRODUCCIÓN Gracias a la gran disminución del riesgo materno y fetal inherente a la práctica de la cesárea, la intervención se ha ido generalizando en los últimos 30 años, lo que ha DEFINICIÓN La cesárea es una intervención quirúrgica mayor mediante la cual se extrae un feto viable a través de una incisión en la pared abdominal (laparotomía) y otra en la pared uterina (histerotomía). INDICACIONES Clásicamente, se agrupan en indicaciones maternas, fetales y mixtas, según quien sea el supuesto beneficiado de la intervención. También, según el momento de su indicación se clasifican en electivas, sin intentar el trabajo de parto, e intraparto (o de recurso) si se indican una vez iniciado el trabajo del parto. Según el estado clínico de la madre y/o el feto se clasifican en emergentes, urgentes o programadas. Para simplificar, optamos por dividirlas en indicaciones absolutas, aquellas cuyos beneficios son incuestionables según la información disponible –sufrimiento fetal agudo, placenta previa oclusiva, situación transversal, prolapso de cordón, abruptio placentae, etc.– y relativas, aquellas cuya práctica es objeto de controversia –presentación podálica, cesárea anterior, distocia dinámica…–. Existen otras indicaciones, mucho más controvertidas, cuyo nexo común es la supuesta «prevención» o «profilaxis» de una prueba de parto potencialmente perjudicial para la madre, el feto o ambos –prevención de la disfunción del suelo pélvico, gestaciones obtenidas mediante técnicas de reproducción asistida, embarazo gemelar y múltiple, etc.–, difíciles de aceptar revisando la bibliografía basada en la evidencia científica. Por último, y como fenómeno emergente, aparece la denominada cesárea a demanda, es decir, aquella que se practica a petición de la propia gestante, supuestamente informada de manera correcta. Matronas Prof. 2006; 7(1): 5-13 5 Figura 1. Tasas de cesáreas en Europa en los años 1998 y 2000. Fuente: WHO/Europe. European HFA Database, junio de 2005 hospitales públicos, mientras que, en el sector privado, alcanza o supera con frecuencia el 70%6. En Méjico, la tasa nacional es del 30%7. El porcentaje de partos asistidos mediante cesárea es En Europa, la variabilidad es también muy alta. Como objeto de controversia permanente. Algunos autores puede observarse en la figura 1, publicada en la página opinan que la tasa actual en los países civilizados es reas los por 1.000 nacimientos vivos Ces el reasaumento por 1.000 nacimientosweb vivos de la OMS8, en 1998 Italia y PortugalCeseran inadmisible, mientras que otros creen que países europeos con mayores tasas, seguidos de de ésta es un indicador del progreso médico y social de España y Alemania. En el año 2000, Italia seguía una comunidad. liderando el porcentaje de cesáreas, seguida de Esta controversia se nutre, principalmente, de nuestra Portugal. España, por su parte, era alcanzada por la ignorancia sobre cuál debería ser la tasa adecuada de mayoría de los países centroeuropeos, con tasas iguales cesáreas. Parecería obvio que las poblaciones o inferiores al 21,6%. Sorprendentemente, la situación obstétricas con mayor porcentaje de partos de riesgo en nuestro país es «desconocida» por ser muy variable, elevado fueran las que aportaran las mayores tasas, dependiendo de la fuente consultada, ya que, hasta pero eso no es así en muchos casos. Además, incluso donde llega nuestro conocimiento, no existen datos entre centros con similares porcentajes de partos de † 360 † 288 tasa de cesáreas en España. fiables sobre la verdadera riesgo elevado, se aprecia una variabilidad en la tasa † 216 la Sociedad Española de Los datos de que dispone difícil de interpretar. Por ello, la práctica1998 de la cesáreaEuropa se 2000 Europa † 144 Ginecología y Obstetricia ha convertido en paradigma de la variabilidad en la 157,48 172,84 † 72 (SEGO), a partir de la Encuesta Nacional para la BaseSinde Datos Perinatales de los años práctica médica, es decir, de la capacidad de utilizar un datos 2000 y 20029, se nutren procedimiento u otro para resolver idéntica situación Min= 0de encuestas voluntarias remitidas a todos los centros hospitalarios de España, clínica. pero su cobertura sólo alcanza al 36,46% del total de La situación en los países desarrollados es heterogénea. nacimientos acontecidos en España. El porcentaje de En los EE.UU., fracasó la estrategia del Departamento de cesáreas fue del 19,05 y 20,32% en los años 2000 y Salud que estableció como objetivo para el año 2000 2002, respectivamente, en la mencionada Base de lograr una tasa inferior al 15%1, al obtener una tasa del Datos Perinatales. 22,9%2. En Inglaterra, en el año 2000, la tasa fue del En la tabla 1 se muestra la evolución de la tasa de 19,4%, en Gales del 24,2% y en Irlanda del Norte del cesáreas en las comunidades autónomas españolas 23,9%3. En el mismo año 2000, en Hong Kong se entre los años 1997 y 2000 según datos del Ministerio alcanzó el 27,4%, con un 16,5% en los centros públicos de Salud10. En ella se puede apreciar como la única y un 45,1% en los privados4. Por su parte, en América Latina, un estudio publicado en 1999 presentó las tasas comunidad autónoma cuya tasa ha decrecido es la nacionales de 19 países; de éstos, en siete la tasa fue vasca. Cataluña y Navarra prácticamente la mantienen inferior al 15%, y en los 12 restantes se presentó una mientras el resto presenta crecimientos superiores al oscilación del 16,8 al 40%5, encontrándose una 1%. Destaca que en Valencia y la Rioja más de uno de significativa correlación positiva entre el producto cada cuatro partos se resuelve por cesárea. nacional bruto per cápita y la tasa de cesáreas. En En la figura 2 se muestra la evolución de la tasa en Brasil, el Ministerio de Salud ha impuesto un límite Cataluña, según datos del Programa de Salud máximo de la tasa de cesáreas del 35% en los Maternoinfantil de la Dirección General de Salud TASA DE CESÁREAS 6 Tabla 1. Evolución del porcentaje de cesáreas en los hospitales de España en los años 1997 y 2000 Comunidades autónomas 1997 2000 Incremento (%) (%) (%) Andalucía Aragón Asturias Baleares Canarias Cantabria Castilla y León Castilla-La Mancha Cataluña Comunidad Valenciana Extremadura Galicia Madrid Murcia Navarra País Vasco La Rioja Ceuta y Melilla Media 18,1 16,4 17,7 16,9 16,5 21,4 19,6 18,8 22,1 22,5 21,6 21,3 21,1 18,7 16,3 17,9 20,6 18,7 19,2 20,3 18,9 20,9 19,6 18,5 24,2 22,7 20,9 22,4 25,4 23,9 24,3 23,0 21,4 17,0 14,6 25,1 22,7 21,7 2,2 2,5 3,1 2,7 1,9 2,8 3,1 2,1 0,3 2,9 2,3 3,0 1,9 2,8 0,7 -3,3 4,5 3,9 1,9 Figura 2. Evolución de la tasa de cesáreas en Cataluña. Fuente: Dirección General de Salud Pública. Departamento de Salud de la Generalitat de Cataluña. Datos del año 2003 y 2004 no publicados. A lo largo del siglo XX, la introducción y perfeccionamiento de algunas técnicas –antibioticoterapia, anestesia y transfusiones sanguíneas– ha permitido que la cesárea se contemple, hoy en día, como un procedimiento quirúrgico razonablemente seguro tanto para la madre como para el feto. Desde esta óptica de aumento de la seguridad del proceso, se ha producido el incremento de la tasa de las cesáreas. Morbilidad fetal La cesárea per se es un potente factor de riesgo de padecer distrés respiratorio en niños prematuros y de otras formas de éste en fetos maduros17. Otro riesgo comúnmente aceptado en la bibliografía es la precipitación en la práctica de la cesárea con un aumento de prematuridad, siendo ambos, prematuridad y distrés respiratorio, causas mayores de morbimortalidad neonatal18. 7 19 94 19 95 19 96 19 97 19 98 19 99 20 00 20 Fuente: Ministerio de Sanidad y Consumo. Instituto de Información Sanitaria. Estadística de Establecimientos Sanitarios con Régimen de Internado, año 2000. % Ces reas MORBIMORTALIDAD DE LA CESÁREA Cada vez es mayor el número de profesionales que consideran la cesárea una práctica igual de segura que el parto vaginal. Es conocida la encuesta realizada en Londres a los obstetras sobre las preferencias del tipo 45 de parto. En ella, el 31% de las mujeres obstetras 40 en el prefería que se les practicara cesárea electiva supuesto de gestación normal a término en 35 presentación cefálica y sin factores de riesgo, aduciendo 30 en el 82% de los casos el temor a sufrir lesión perineal25en el parto vaginal con ulterior disfunción del suelo pélvico, 20 12 incontinencia urinaria y lesión del esfínter anal . En una encuesta similar efectuada en EE.UU. casi la15mitad, 10 por 46,2%, de los obstetras encuestados optarían cesárea electiva13. Sin embargo, en los países5 desarrollados con menor tasa de cesáreas estos 0 resultados no se han podido reproducir. Así, en Noruega, con una tasa estable del 12-14% de cesáreas, sólo el 2% de los encuestados escogió cesárea14; en Holanda15 la eligió sólo el 1,4% de los obstetras, con una tasa de Media cesáreas del 9%, y en Australia y Nueva Zelanda, la opción de cesárea electiva sin indicación médica fue elegida por el 11% de los obstetras16. Independientemente de la actitud de los profesionales, lo que no se debe olvidar es que la cesárea per se es causa de morbimortalidad tanto materna como fetal, aunque ésta sea también una cuestión controvertida en la bibliografía. Pública11. En ella se puede observar cómo la tasa de cesáreas asciende tanto en el ejercicio privado como en el público, si bien en el primero la tendencia incrementalista es más marcada, ya que el ascenso en la última década ha sido de 9,5 puntos por cien, mientras que en el ejercicio público fue del 3,5. Matronas Prof. 2006; 7(1): 5-13 A os Privada Tabla 2. Morbilidad materna asociada a la práctica de la cesárea Tabla 3. Principales indicaciones de las cesáreas en España Complicaciones intraoperatorias Indicación 2000 (%) 2002 (%) Distocia Sospecha de riesgo de pérdida del bienestar fetal Cesárea anterior Presentación podálica Otras 39,55 46,08 20,50 15,52 15,74 8,69 27,42 10,70 14,62 1,12 Hemorrágicas • Desgarros uterinos • Desgarros vaginales • Lesión de vasos uterinos • Atonía uterina • Anomalías de placentación Lesiones viscerales • Tracto urinario • Intestino Complicaciones postoperatorias Infecciosas • Endometritis • Cicatriz y pared abdominal • Tracto urinario Enfermedad tromboembólica • Íleo 8 Mortalidad materna En 1987, en los EE.UU. se estimó que se habían realizado, aproximadamente, 475.000 cesáreas innecesarias, que tuvieron como consecuencia entre 25 y 100 muertes maternas evitables y cerca de 25.000 infecciones maternas graves19. En relación con el parto vaginal, la mortalidad materna tras cesárea es seis veces superior, y en casos de cesárea electiva, tres veces mayor20. Morbilidad materna La cesárea es un procedimiento razonablemente seguro tanto para la madre como para el feto, pero ni es inocuo ni sus complicaciones son siempre previsibles y/o evitables. La incidencia de morbilidad obstétrica materna grave oscila entre el 0,05 y el 1,09% según las series. Las principales causas de morbilidad materna por cesárea se enumeran en la tabla 2. Morbilidad a largo plazo Pese a estar mal documentado en la bibliografía científica el impacto de la cesárea en la salud de la paciente, su práctica se asocia con un aumento del riesgo en sucesivas gestaciones de rotura uterina, placenta previa, placenta accreta, abruptio placentae y embarazo ectópico21. Además, dos de cada 10 muertes atribuibles directamente al parto por cesárea suceden en el embarazo subsiguiente22. Fuente: Encuesta Nacional para la Base de Datos Perinatales. Años 2000 y 2002. ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE LA PRÁCTICA DE LAS CESÁREAS No hay respuesta a la pregunta de cuál es la tasa adecuada de cesáreas. Para intentar una aproximación al cálculo de la tasa ideal, se debe recordar que, además de los factores clínicos, existen una serie de factores no clínicos que influyen poderosamente en la tasa. Factores clínicos Las indicaciones más frecuentes de la cesárea en nuestro país se describen en la tabla 3, basada en la ya mencionada Encuesta Nacional para la Base de Datos Perinatales de los años 2000 y 20029. Para evaluar la tasa óptima de cesáreas habría que considerar selectivamente el análisis de estas cuatro indicaciones, ya que fueron las responsables del 7590% del aumento de la tasa de cesáreas en los años setenta, siendo estos diagnósticos los que aportan, a menudo, un beneficio menos evidente23. Para una ampliación sobre la influencia de los factores clínicos sobre la tasa de cesáreas, se remite al lector a revisiones efectuadas previamente20,24. Factores no clínicos De las múltiples causas no clínicas o paramédicas que han contribuido al incremento de la tasa destacan: • Edad materna: Es constante en la bibliografía la observación de que la tasa de cesáreas aumenta a medida que avanza la edad materna. Dichas diferencias se incrementan considerablemente si las pacientes mayores de 40 años son provenientes de infertilidad, ya que la tasa alcanza, en algunas series, el 71,4%, mientras que en las que concibieron espontáneamente la tasa es del 41,3%25. • Volumen asistencial: En un estudio de cohortes, en 149 maternidades francesas se observó que, en los centros con un volumen de partos superior a 2.000, las posibilidades de cesárea son menores (OR: 0,7) Tabla 4. Indicaciones de cesárea más fácilmente evitables Riesgo fetal aumentado Distocia Factores adversos interdependientes Factores paramédicos maternos Factores paramédicos de los profesionales Factores académicos <34 semanas Retraso del crecimiento intrauterino Sufrimiento fetal biofísico No comprobada o yatrogénica Edad elevada Baja estatura Macrosomía fetal Parto lento Parto prolongado Intolerancia al dolor Programación del parto Temor a discapacidad de causa obstétrica Conflicto de horarios (dualidad asistencia privada/pública) Inducciones y estimulaciones no pertinentes. Tiempos de las fases del parto inadecuados Medicina defensiva Percepción del parto como riesgo Mayor experiencia en cesárea Factores socioeconómicos Fuente: Vergara F, Abel F, Álvarez A, et al. Consideraciones éticas sobre la cesárea. Comisión de bioética de la SEGO. Prog Obstet Ginecol. 2001; 44: 46-55. que en los centros con menor volumen anual26. En un análisis efectuado por el Departamento de Salud de la Generalitat de Cataluña –datos no publicados–, se ha constatado que en los hospitales de baja natalidad (<500 partos al año) la tasa de cesáreas es significativamente mayor que la tasa media de Cataluña. • Características de los profesionales: En un artículo en el que se analizan las características de los obstetras de un hospital de los EE.UU. que redujo la tasa de cesáreas –del 20,5 al 15,5%–, se divide a los profesionales en dos grupos según tasa promedio (grupo I: 12,2% frente a grupo II: 20,8%). Se encontró que los obstetras del grupo I, además de ser más jóvenes, realizaban más partos vaginales en pacientes con cesárea anterior, utilizaban más epidural y más vacuums27. En un trabajo, referido a las presentaciones podálicas, se menciona que, debido a la menor experiencia adquirida durante los años de formación, los residentes de Florida practicarían, a lo largo de su ejercicio profesional, preferentemente cesárea en vez de ayuda manual en los casos de presentación podálica28. Similares resultados se obtuvieron en una encuesta realizada a los residentes senior de Cataluña29, ya que el 86% de éstos opinó que, en el futuro, atenderían por vía abdominal los partos en presentación podálica. • Aspectos económicos: Desde una óptica de eficiencia social, la generalización de la cesárea supone un incremento presupuestario para el sistema público que implica dejar de atender otros problemas de salud. A modo de aproximación, y partiendo de la metodología empleada por Cernuda en las I Jornadas sobre Gestión Clínica en los Servicios de Obstetricia30, se ha efectuado un cálculo que muestra que una reducción del 2% en la tasa implicaría en España un ahorro de más de 2,84 millones de euros anuales. Otros autores, utilizando distinta metodología, encuentran que la reducción a nivel nacional del 1% supondría un ahorro de 5,41 millones de euros31. • Aspectos bioéticos: El Comité para los Aspectos Éticos en Reproducción Humana y la Salud de las Mujeres de la FIGO dictaminó en un informe de 1999: «realizar cesáreas por razones no médicas no se justifica éticamente»32. En la tabla 4 se enumeran las indicaciones de cesárea más fácilmente evitables a juicio de un comité de expertos en Bioética de la SEGO33. A continuación, se citan literalmente las recomendaciones de dicho comité: 1) información a la mujer sobre la conveniencia de no retrasar la gestación; 2) publicación periódica de los datos contrastados de salud de los recién nacidos, tanto por cesárea como por vía vaginal; 3) exigencia de control de calidad en los hospitales públicos y privados e investigación de aquellos cuya incidencia sea exagerada; 4) elaboración de programas y protocolos consensuados por obstetras en ejercicio tanto público como privado; Matronas Prof. 2006; 7(1): 5-13 9 10 5) apelar a la ética de los profesionales, convenciéndoles de la autoexigencia de evaluar riesgos y beneficios al realizar una cesárea, y 6) colaboración con medicina legal e institutos medicoforenses, proporcionando asesoramiento a los jueces para evitar que se siga considerando mala praxis la omisión de una cesárea ante cualquier resultado adverso e impredecible del parto, ya que «la medicina es una ciencia de probabilidades y no de certezas»33. Como queda dicho, los argumentos para justificar la tasa actual se alimentan de la creencia de que la cesárea es un procedimiento igual de seguro que el parto vaginal y que, además, previene de algunos riesgos inherentes a éste. También es más cómoda por su planificación, en opinión de algunos colectivos tanto de profesionales como de usuarios, y está en plena consonancia con la irrupción de dos fenómenos emergentes: el derecho a la libre elección de los pacientes y la creciente presión judicial ejercida sobre los profesionales. • La cesárea como práctica muy segura: Que la cesárea se haya convertido en un procedimiento razonablemente seguro no justifica ignorar el incremento del riesgo de morbilidad neonatal y materna que se deriva de su práctica. Es más, pese a los argumentos de que los adelantos tecnológicos explican por qué «el parto se ha convertido en muy seguro»34, no existe relación causal demostrable entre los adelantos tecnológicos y su utilización con la tasa creciente de cesáreas. Así, en los países desarrollados, no se ha evidenciado, en los 20 últimos años, mejoría significativa en la incidencia de parálisis cerebral, bajo peso al nacer, mortalidad materna o del componente fetal de la mortalidad perinatal18. • Medicina defensiva: En EE.UU., desde una óptica de medicina defensiva, los obstetras deben pagar más de 100.000 dólares anuales a las compañías aseguradoras para hacer frente a las posibles demandas por mala práctica6. Entre 1990 y 1998, en Irlanda se observó un incremento del 450% en las demandas por negligencia médica, en casi la mitad de los casos por causas obstétricas y ginecológicas; en un estudio reciente, se observó que, en dicho país el 82% de los médicos con tasas altas de cesárea reconoció efectuarlas para evitar demandas por negligencia35. • Ejercicio privado: Estudios realizados en los EE.UU. muestran que las mujeres con mayor probabilidad de que se les practique una cesárea son blancas, casadas, con póliza privada de cobertura sanitaria y parto en hospitales privados17. Curiosamente, este colectivo de gestantes es el que menor riesgo tiene de que sea necesaria una cesárea, pero es un hecho mencionado, prácticamente de manera universal, en la bibliografía que en el ejercicio privado se practica mayor número de cesáreas1,4-6,11,20,24,33,36. Con frecuencia, los profesionales que ejercen en ámbitos privados deben compatibilizar sus horarios con el ejercicio público, lo que determina una mayor frecuencia de las inducciones por conveniencia37. Dicha práctica está ampliamente difundida, de manera especial en Europa y sostenida con argumentos como mutua conveniencia entre la paciente y médico, utilización eficiente de recursos hospitalarios y elección del momento óptimo del parto38. Como se ha indicado, el incremento en la tasa de inducciones implica, entre otras consecuencias, un aumento de la tasa global de cesáreas. • Actitud de los profesionales: Estudios efectuados en el Reino Unido y EE.UU. muestran que los nacimientos ocurren mucho más a menudo de lunes a viernes, durante horas con luz diurna, y, además, sorprendentemente, lo mismo ocurre con las cesáreas emergentes17. La cesárea requiere 20-30 minutos, mientras que en el parto vaginal la matrona y el médico, o están de guardia o deben permanecer durante 12 o más horas en el hospital. En sistemas como EE.UU., Canadá y Brasil, donde los obstetras efectúan el control primario maternal, incluyendo pruebas antenatales y asistencia al parto normal, la práctica de cesáreas es capital para poder compatibilizar ambas exigencias profesionales18. • Agenda: Otro argumento frecuentemente esgrimido es la ventaja que supone para la gestante una cesárea programada, porque le permite programar sus actividades, evitar complicaciones obstétricas inesperadas y porque existe la percepción de la ventaja de la anticipación y control de una intervención programada39. SITUACIONES ESPECIALES • Cesárea a demanda: Cada vez es más frecuente que el motivo por el cual se realiza una cesárea sea la solicitud de la propia paciente. Sin embargo, la morbimortalidad que se deriva de su práctica y, en ausencia de otras evidencias (por ejemplo, ensayos clínicos aleatorios controlados sobre diferentes tipos de parto), parece inoportuno e imprudente cuestionar cuál es el modo de parto más seguro. Cualquier decisión que incremente la cirugía mayor debe ser muy seriamente evaluado por todos los agentes involucrados40. Por ello, es esencial saber cuál es el punto de vista de los profesionales de la obstetricia ante este supuesto. En una encuesta remitida a una muestra de obstetras de Gales e Inglaterra, en 1998, se solicitaba: «si estarían de acuerdo en practicar una cesárea a demanda sin indicación médica» y, si la respuesta fuese afirmativa, si «la práctica obstétrica del encuestado, en relación con el tema, había variado últimamente». El 69% de los especialistas aceptó que «sí efectuarían la cesárea a petición materna» y, de ellos, un 60% reconocía que su postura se había modificado en los últimos años (un 89% por presión de las propias pacientes y un 35% por litigios)41. Una mujer que consienta cualquier procedimiento médico debe disponer de información plena e imparcial sobre las posibilidades de que el procedimiento escogido influya positiva o negativamente sobre los resultados. Sin embargo, los médicos, que son los agentes encargados de informar de esta relación riesgo-beneficio, no siempre disponen de información adecuada, por falta de evidencias científicas o por discrepancias con éstas42. Frente a la mujer que considera el parto hospitalario como una «alienación» más de su género, se contrapone la que prefiere una cesárea programada porque en su información tienen mayor peso específico las incomodidades y sufrimientos del parto vaginal que las improbables complicaciones43, o porque perciben como una ventaja la anticipación y control de una intervención programada, por el supuesto beneficio fetal de la disminución del riesgo. A la pregunta: ¿tiene una mujer el derecho inalienable de escoger una cesárea?, responde Wagner, en un artículo citado con profusión, que legalmente una persona puede negarse a un tratamiento médico pero, sin embargo, no es cierta la aseveración contraria de que un individuo pueda exigir un tratamiento no indicado. En este caso, los derechos del facultativo, si está en contra del procedimiento, prevalecen sobre los de la paciente. Es más, si un médico está convencido de que el procedimiento solicitado puede ser innecesariamente peligroso para la madre o el feto más que el derecho, quizá tenga el deber de rehusar dicho procedimiento18. Existe pues un conflicto ético entre el derecho de las pacientes a decidir por sí mismas y el derecho –y el deber– de los médicos de actuar de acuerdo a la práctica médica aceptada. En un reciente editorial con el gráfico título: Quo vadis cesarean delivery?, se comenta que «no deja de ser una rara paradoja que una mujer pueda decidir si se quiere quedar embarazada e interrumpir o no su embarazo, pero que se le niegue la opción de opinar, previa información, sobre el tipo de parto»39. A su vez, el presidente del American College of Obstetricians and Gynecologists escribe: «el derecho de las mujeres a participar en la decisión y en la elección de la cesárea para el nacimiento de su hijo debe respetarse»44. • Cesárea profiláctica: Muchos profesionales están convencidos de que la práctica de la cesárea puede prevenir la disfunción del suelo pélvico. Por ello, cada vez son menos infrecuentes en la bibliografía médica comentarios del tipo «la cesárea profiláctica ya no puede ser considerada clínicamente injustificable y, en la actualidad, es parte integrante de las prácticas medicas abiertamente aceptadas»45. En América Latina, con frecuencia, en libros populares se «promete» que mediante la práctica de cesárea se mantendrá «el tono vaginal de una adolescente»18. Dicha aseveración quizá sea cierta, pero debe tenerse en cuenta que gran parte de la lesión producida en el parto vaginal es causada por acelerar un expulsivo normal, con el uso innecesario de fórceps o ventosa y por la práctica de episiotomías innecesarias46. El debate se restringe, pues, a que el supuesto beneficio de la cesárea «profiláctica» no está, ni mucho menos, clarificado. Sobre la integridad funcional y anatómica del suelo pélvico que se pretende preservar mediante cesárea electiva, evitando el parto vaginal, no existen evidencias concluyentes que demuestren si esta práctica es o no eficaz. En la población general, la prevalencia de incontinencia urinaria, fecal y el prolapso uterino son significativamente más frecuentes, igual que la incontinencia de orina y fecal en el posparto inmediato, en pacientes que han parido por vía vaginal, espontánea o instrumentalmente, en relación con las que se les ha practicado cesárea47. Este papel «protector» de la cesárea sobre la disfunción del suelo pélvico persiste, aunque en menor cuantía, en la cesárea intraparto frente a la electiva48. Por tanto, parece evidente que si el único objetivo de salud asociado al embarazo y al parto fuese mantener la integridad funcional y anatómica del suelo pelviano, se debería ofrecer sistemáticamente cesárea electiva. Sin embargo, el importante incremento de la morbimortalidad materna y fetal inherente a dicha intervención hace inadmisible, desde cualquier punto de vista, dicha práctica49. Por tanto, y de momento con la información disponible, el autor piensa que pronunciarse sobre la conveniencia de la práctica de cesárea profiláctica es, de momento, imprudente. Son precisos estudios de incidencia en nuestra población y profundizar en el análisis de los factores de riesgo de incontinencia relacionados con el embarazo y el parto. Una vez se disponga de dicha información, quizá se pueda establecer una política de prevención de las disfunciones del suelo pelviano en el embarazo y parto como parte integrante de los cuidados pre y posnatales49. En tanto no se disponga de dicha información, se debe informar con rigor y honestidad de la falta de evidencias que soporten el beneficio de la cesárea profiláctica. CONCLUSIÓN En ausencia de datos concluyentes que corroboren la inocuidad de la práctica de la cesárea, por respeto a la fisiología, para potenciar al máximo la transferencia afectiva en el binomio madre-recién nacido, por eficiencia social y para defender al máximo nuestra Matronas Prof. 2006; 7(1): 5-13 11 © Marcos Paternoster 12 capacitación profesional, estamos firmemente convencidos de que, en ausencia de otras indicaciones, debemos asistir los partos vaginales sin precipitación ni excesos intervencionistas, procurando evitar, en la medida de lo posible, todas aquellas prácticas que no hayan sido refrendadas en la bibliografía como seguras para la madre y el recién nacido, y aportando, en la medida de lo posible, el máximo esfuerzo para conseguir la íntegra humanización del proceso del nacimiento. BIBLIOGRAFÍA 1. US Department of Health and Human Services, Public Health Service. Healthy People 2000: national health promotion and disease prevention objectives. 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