LA SISEXUALIDAD COMO UNA FORMA DE NEUROSIS mínima del YO, 4) disatisfacción personal, 5) mantenimiento de buen contacto con la realidad, y 6) la ansiedad como síntoma claveo esencialdel problema. Por el Doctor LINO A. ROMERO Prof. de la Cátedra de Psiquiatr(a y Psicolog(a Médica, UASD RESUMEN En este trabajo, el autor considera la bisexualidad como una forma de neurosis y no como una aberración sexual propiamente dicha. Utilizando como marco de referencia los conceptos psicoanah'ticosfreudianos, e integrándolos con material obtenido a través de la experiencia cIínica, se define la bisexualidad como la relación sexual en que una persona alterna su comportamiento sexual entre homosexualidad y heterosexualidad. Esto ocurre bajo la presión de una "fuerza incontenible" o "impulso incontrolable", con la finalidad de aliviarun estado de ansiedad insoportable que sufre el individuo en el momento en que se precipita a la búsqueda de la relación homosexual. La bisexualidad se clasifica en: 1) Bisexuales Predominantemente Heterosexuales;2) Bisexuales Predominantemel'lteHomosexuales;3) Bisexuales Oportunos; 4) BisexualesTeóricos. La neurosis es definida como un trastorno de la personalidad, resultante de un conflicto intrapsíquico y caracterizado por: 1) inicio generalmente agudo, 2) tendencia a la cronicidad, 3) afección La implicación del contenido de estas definiciones es evidente en lo que se refiere a la sintomatología, ya que en ambas condiciones la ansiedad es el síntoma fundamental. La psicodinámica de ambos conflictos también presenta una similaridad entre los dos problemas, ya que la conflictiva de ambos es el resultado de una deficiencia en las defensas psicológicas del YO. Una diferencia en cuanto a la sintomatología consiste en que el síntoma neurótico siempre produce sufrimiento, mientras que el síntoma aberrante sexual produce placer (descarga sexual), y el individuo no sufre -por lo menos- durante la ejecución del acto homosexual. En la discusión del problema se consideran además: las influencias que en esta patología tienen: 1) el medio en que se desenvuelve el individuo, 2) la familia del bisexual, 3) la importancia de la identificación sexual durante la adolescencia, resaltando específicamente el dato de que en los tres casos reportados la actividad bisexual comenzó durante este período de su vida. Por razones de espacio no se discute el tratamiento, que consistió en sesiones de psicoterapia profunda, con muy buenos resultados en dos de los casos. El tercero, tratado únicamente durante seis meses, fue un bisexual teórico, quien carecía de la motivación necesaria para efectuar el tratamiento. Y como señaló él durante la entrevista inicial, sólo vino a la consulta en pos de resolver la "presión que sentía su hija hacerle". La hija sin saberlo estaba casada con el compañero sexual de su padre, y en una ocasión sostuvo una acalorada discusión con el padre, en la que hizo señalamientos que inquietaron al viejo. REVISTAMEDICADOMINICANAI Volumen42, No. 31 Julio-Septiembre, 1982/237 INTRODUCCION l comportamiento humano como fenómeno psicológico no puede comprenderse sino en relación a otros fenómenos biológicos, sociológicosy culturales. Nada puede ser más verdadero cuando el comportamiento que se estudia es la conducta sexual, quizás el comportamiento más común, y el más natural e imprescindible para la preservación de la especie humana. Definitivamente esta forma del proceder humano es la más compleja, y sin embargo es al mismo tiempo la que ha despertado menos interés en la mente de los grandes investigadores y científicos. Uno de los pocos cient(ficos que dedicó gran parte de su vida a la investigación de la problemática sexual fue Sigmund Freud, quien con su teon'a psicoanal(tica14estudió el desarrollo sexual del individuo, los procesos sexuales normales y los procesos sexuales patológicos. También introdujo el concepto de instinto sexual y el desarrollo psicosexual del niño.17 El concepto del instinto sexual es básico en el pensamiento psicoanal(tico. En éste se considera la "1Ibido" como la fuerza que representa el instinto sexual en la mente del individuo. Más espec(ficamente, la IIbido representa todas las manifestaciones mentales del instinto sexual. Freud conceb(a el instinto sexual como un complejo proceso de múltiples manifestaciones y con su teor(a libidinal investigaba esas manifestaciones a través del proceso de crecimiento del individuo y de su desarrollo psicosexual.22 Este se inicia en la infancia con la "fase oral" (0-1 año), donde predomina la boca como órgano de placer y satisfacción; siguecon la "fase anal" (1-3 años), donde el ano es la región prominente en el desarrollo psicosexual con sus funciones de eliminación y retención; continúa con la "fase fálica" (3-5 años), donde el órgano principal es el pene en el varón y el cl(toris en la hembra. Esta es la fase de la curiosidad sexual y en la que los niños conocen la diferencia existente entre los sexos. A esta fase sigue un pen'odo donde disminuye el interés sexual e impera el interés social. Es la "fase latente" (6-11 años). En ella casi todas las actividades del niño están dominadas por la escolaridad y el juego. El desarrollo psicosexual continúa con el resurgimiento del interés sexual, "fase genital" (12 años en adelante). Es el periodo donde se inicia la adolescencia y la identificación definitiva del individuo. E Los órganos o zonas (boca, ano, pene, el(toris) y otras partes del cuerpo como la piel, los ojos, las orejas, etc., se llaman zonas erógenas porque tienen carga sexual, y son particularmente sensitivos a ciertas estimulaciones, respondiendo a ellas con sensaciones sexuales. La madurez sexual sólo se alcanza cuando todos los componentes instintivos han sido integrados y sometidos a una primacla genital. Aunque las zonas erógenas continúan jugando un papel sexual en la adultez, su función se relega a un plano secundario de actividad sexual preliminaria a la realización del coito. En caso de que uno de los mencionados componentes instintivos predomine como la fuente de gratificación sexual, nos encontramos frente a una aberración sexual.41 El desarrollo psicosexual y sus posibles anomal las son muy importantes en el criterio psicoanalltico,18 ya que Freud relacionaba todos los trastornos sexuales con impulsos anacron(sticos infantiles, y conceb(a los impulsos perversos sexuales como expresiones o "duplicados" de s(ntomas neur6ticos.22 Para él, algunos individuos expresaban sus conflictos intraps(quicos con sintomatolog(a neurótica, mientras que otros los expresaban con hechos antisociales, frutos de impulsos perversos.21En todo caso, la sintomatolog(a depend (a siempre de las defensas psicológicascon que contara el YO del individuo.23 La persona normal, a diferencia de la persona enferma, controla sus impulsos perversos sexuales por medio de mecanismos psicológicos tales como represi6n, sublimación, compensación, etc., de modo que el comportamiento sexual perverso no aparece, ya que los impulsos perversos no se convierten en slntomas neuróticos.40 Para comprender la complejidad del problema, por lo menos como se enfoca aqu(, es preciso tener una idea de los conceptos teóricos del instinto sexual y sus componentes. En el análisis del instinto sexual se consideran los siguientes componentes: 1) la fuente u origen, 2) la mira o propósito, 3) su fuerza o (mpetu, y 4) el objeto, o sea, la persona, animal o cosa a que "va dirigido" el instinto. En las relaciones sexuales normales, por ejemplo, el origen del instinto lo constituye el tener que satisfacer una necesidad biológica. El objeto en estos casos normales es una persona del sexo opuesto (psicosexualmente madura). La mira o proposito implica la satisfacción o placer sexual, y la fuerza o (mpetu se refiere al esfuerzo desplegado para lograr la satisfacci6n del instinto.15 En las aberraciones sexuales ocurre todo lo contrario: el individuo tiene dificultades, y gener:1l'11ente éstas se encuentran en dos áreas fundamentales del instinto sexual que son: el objeto y la mira o propósito. El homosexual es un ejemplo de trastorno sexual del objeto instintivo. También lo son la pedofilia, donde el objeto es un niño; la necrofilia, donde es un cadáver; la bestialidad, donde es un animal; y el fetichismo, donde es una parte del cuerpo, una prenda de vestir o algo que simbólicamente represente el objeto instintivo. Entre los trastornos del propósito se citan: el masoquismo, donde el placer sexual no viene de la relación sexual, sino del dolor f(sico a que es sometido el individuo 238/ REVISTAMEDICADOMINICANA/ Volumen42, No.3 / Julio-Septiembre,1982 durante el acto sexual;37 el sadismo, donde el placer lo produce el dolor que se propina al compañero sexual~ el voyerismo, donde el placer se obtiene observando a otros en "situaciones eróticas".4 En la bisexualidad, que es el tema que nos ocupa, el trastorno radica en en objeto instintivo, y se caracteriza por la ambivalenciadel individuo hacia el objeto, pudiendo ser éste del mismo sexo o del sexo opuesto.39 La bisexualidad como forma de neurosis se define para fines de este trabajo: como la relación sexualen que una persona alterna su comportamiento sexual entre homosexualidad y heterosexualidad, bajo la presión de una "fuerza incontenible" o "impulso incontrolable", cuya finalidad es aliviar un estado de ansiedad insoportable que sufre el individuoen el momentoen que se precipitaa la búsqueda de la relación homosexual. La neurosis es definida como un trastorno de la personalidad resultante de un conflicto intrapslquico y caracterizado por: 1) inicio generalmente agudo, 2) tendencia a la cronicidad, 3) afección mInima o moderada del YO, 4) disatisfacción personal, 5) ligera o moderada maladaptación social, 5) relativamente buen contacto con la realidad, y 6) la ansiedad como s(ntoma clave o esencial del problema. Estas definiciones indican claramente que la ansiedad es el sintoma principal en el núcleo de ambas condiciones, y que se presenta en ambos casos como resllltado de un fallo de las defensas psicológicasdel YO. Ese fallo ocasiona una distorsión en muchos de los aspectos de las relaciones del YO con su mundo exterior. La diferencia entre estas dos condiciones estriba en que el neurótico sufre su s(ntoma y lo considera como un impedimento a su adaptación social, a su felicidad y, además, el s(ntoma neurótico no produce descarga sexual. Al contrario, el s(ntoma aberrante sexual no es considerado como un verdadero impedimento y provee un medio de descarga sexual, a pesar de que ésta no es tan satisfactoria como la descarga normal. El material cl(nico utilizado en la ilustración de este trabajo es un extracto del material obtenido durante varios años de tratamiento de dos de los pacientes mencionados, y de seismesesde tratamientode un tercero. A pesarde que los pacientesfueron tratados en Estados Unidos,ninguno era norteamericano. Antes de proseguir con el material cI (nico me parececonvenientehacer algunasconsideraciones generalescon relación a la bisexualidad. HISTORIA La historia de la bisexualidad es la historia de la hamo- sexualidad,3 ya que esta última es la que caracteriza la patolog(a de la primera. Históricamente en esta anomal(a sexual, como en todas las otras aberraciones sexuales, las actitudes de las gentes han variado entre una cultura y otra. Por ejemplo, los antiguos griegos crelan que las mujeres eran seres sin almas y por consiguiente inferiores a los hombres. Por eso aceptaban las relaciones homosexuales como naturales, sobre todo cuando se efectuaban entre hombres adultos y muchachos jóvenes; y las elogiaban en poemas y escrituras filosóficas.24 Este tipo particular de relaciones sexuales se consideraba en esa cultura muy superior a las relaciones entre hombres y mujeres, las que eUos cre(an esencialmente necesarias para la reproducción.29 En contradicción con la cultura griega,7 las culturas jud(a y cristiana conceb(an la procreación como la única forma legitima de la relación sexual, y condenaban todas las formas de interacción sexual que no persegu(an este fin. Las leyes mosaicas son muy expl (citas en la prohibición de la homosexualidad y las relaciones sexuales con animales; y castigaban estas ofensas con la pena de muerte. As( lo describe el Viejo Testamento en sus libros Leviticus20: 15, 16 y 23; y Exodus 19 y 22.3 Igualmente el Corán, el libro sagrado de los árabes, condenaba la homosexualidad, aunque ésta se practicaba frecuentemente en algunos paises árabes. La homosexualidad también exist(a en tribus primitivas,40,33donde formaba parte de la iniciación de ritos y ceremonias religiosas. En era precristiana la homosexualidadse practicaba extensamente en rastribus teutónicas de Alemania.3 Esta práctica continuó durante el periodo de dominación de la Iglesia, llegando a ser muy prominente en la orden religioso-militar de los CaballerosTemplarios. Posteriormente, en el siglo diez y nueve, los poetas alemaneselogiaronla homosexualidad, tal como lo hicieron los antiguos griegos. En Francia, a diferencia de Alemania, la homosexualidad era considerada como un acto violatorio de la ley, y se castigaba severamente. No fue hasta principios del siglo XIX que esta concepción legal desapareció con la abolición (por el Código Napoleónico)36 de las penas para los actos homosexuales entre adultos, siempre que fueran en privado y sin violencia. Desde el punto de vista psiquiátrico,42 es el año 1870 cuando la homosexualidad recibe atención de un profesional de esta especialidad, con la publicación (en Alemania) de un art(culo escrito por C.W. Westphal, titulado "Sentimientos sexuales contrarios". REVISTAMEDICADOMINICANA/ Volumen42, No.3 / Julio-Septiembre, 1982/239 FAMILIA DEL BISEXUAL La familia del bisexual se describe en la literatura psiquiátrica25 como idéntica a la familia del homosexual absoluto. Es decir, una familia caracterizada por la presencia de un padre débil, pasivo y hostil hacia su hijo. En esta situación, el hijo es constantemente minimizado y humillado por el padre, incapaz de establecer una relación positiva con él. La madre se describe como una mujer dominante, sobreprotectora, posesiva y arrogante, quien frecuentemente trata de formar con sus hijos una alianza contra el padre.6 La relación de hostilidad y desconfianza que prima entre los padres contribuye a dificultar la identidad de los hijos, puesto que ninguno de los dos provee un buen modelo para su identificación. De modo que los hijos, no teniendo otra alternativa, se identifican "parcialmente" con las cualidades de los padres que ellos consideran deseables, descartando las caracterlsticas indeseables, y sin reconocer a cabalidad los estragos que esta distorsión familiar les ocasiona. En nuestracasuIstica,la constelaciónfamiliarno corresponde a la descrita en la literatura. En ella los padres son activos, enérgicos y dominantes. Pero tlpicamente carecen de afectividad y no muestran el menor interés personal en establecer una buena relación padre-hijo. Las madres, sumisas en apariencia, pero de carácter pasivo-agresivo, sobreprotegen a sus hijos y, según las describen ellos, podn'a decirse que son la "representación viviente de la mártir sacrificada por sus hijos y crucificada por el marido". ADOLESCENCIA DEL BISEXUAL Como hablamos dicho anteriormente, durante la exposición del desarrollo psicosexual el adolescente alcanza su madurez sexual en este periodo. Pero, además de esta tarea, el adolescente tiene que realizar otras imprescindiblestareas si quiere llegar a la adultez como una persona saludable psicológica y emocionalmente. As( pues, el joven tiene que obtener su identidad personal, adquirir su autonom (a, establecer una escala de valores socio-culturales que le permitan adaptarse sin mucho conflicto a su sociedad,12y finalmente tiene que elegir una ocupación o profesión que le permita sostenerse sin depender para su modus vivendi de otras personaso instituciones.12En todas y cada una de estas tareas, la familia del adolescente desempeña un papel importante asistiendo al muchacho en su lucha por alcanzar estas metas. Cuando las familiasson como las que se describen en este art(culo, el adolescente no bien integrado corre 240/ REVISTAMEDICADOMINICANA/ Volumen42, No.3/ el riesgo de manifestar un tipo de conducta inapropiada, que lo puede llevar a la delincuencia, drogadicción, aberración sexual o al desarrollo de algún trastorno mental de considerable severidad. En los tres casos presentados en este trabajo, todos y cada uno de ellos tuvieron problemas en el área de identificación personal, y todos comenzaron sus actividades bisexuales durante este pen'odo de su vida.1 FACTORES SOCIALES La influencia de los factores sociales y culturales en la bisexualidad es de vital importancia. En comparación con la homosexualidad, podr(a decirseque los bisexuales sufren más socialmente, o, mejor dicho, personalmente sufren más en su sociedad que los homosexuales absolutos. La experiencia el(nica indica que los homosexuales absolutos, una vez que aceptan su problema como algo inevitable, reducen a un m(nimo sus conflictos intraps(quicos, y por ende a un nivel fácilmentetolerable. De este modo el individuose reconcilia con su estado homosexual y simplemente trata de adaptarse al mismo de la mejor manera posible. En el bisexual,el asunto es algo diferente. El reconoceque su heterosexualidad es socialmente aceptada, mientras que lo contrario sucede con su homosexualidad, por lo menos en una sociedad como la nuestra, o en la sociedad norteamericana, donde fueron tratados los casos aqu(discutidos. Esta realidad presiona al bisexual y complica aún más su conflicto.36 En casode que el bisexualsea por inclinaciónpredominantemente homosexual, él hará todo lo posible por mantener su heterosexualidad por razones sociales. Si el predominio de su actividad sexual es en la heterosexualidad (como sucede en dos de nuestros casos), el paciente experimentará severos problemas cuando el conflicto se intensifique a causa de las ocasionales remisiones homosexuales.24 CLASIFICACION La bisexualidad se clasifica en: 1) Bisexuales Predominantemente Heterosexuales, 2) Bisexuales Predominantemente Homosexuales, 3) Bisexuales Oportunos, y 4) BisexualesTeóricos. Los primeros son aquellos que mantienen preferentemente relaciones heterosexuales, pero que ocasionalmente se ven impulsados a buscar relaciones homosexuales. Ellos no pueden controlar voluntariamente esos impulsos, ya que las ra(ces de los mismos yacen en el inconscien- Julio-Septiembre, 1982 te, y se deben a profundos conflictos intraps(quicos, con dinámica de dif(cil elucidación y cuya resolución requiere un largo tratamiento. Los bisexuales predominantemente homosexuales, comúnmente llamados bisexualescon homosexualidad por inclinación, son los que disfrutan ambos tipos de relaciones pero prefieren las relaciones homosexuales. Aunque no frecuentemente, muchos de ellos casan y procrean hijos, y en algunas ocasiones son considerados "buenos padres". Los bisexuales oportunos son los que vulgarmente llamamos "redondos". Son aquellos bisexuales que aceptan tanto su homosexualidad como su heterosexualidad, considerando una y otra actividad como un medio de gratificación sexual. En ellos la elección del compañero7 sexual depende de la oportunidad que se le presente y no de una elección espedfica. Este tipo de bisexual es generalmente activo en sus relaciones homosexuales, debido al énfasis que ponen en la actuación sexual y no en la posible gratificación emocional o psicológica que puedan derivar de esas experiencias. Por último, el bisexual (curiosamente) llamado teórico es un homosexual que durante una época de su vida ha sostenido relaciones heterosexuales, quizás una vez, quizás varias veces, o tal vez por un largo periodo de tiempo; pero terminando por convertirse siempre en un homosexual absoluto. El calificativo de "teórico" se lo han dado algunos investigadores, considerando las experiencias heterosexuales que estos individuos han sostenido, a diferencia del homosexual absoluto, que jamás ha disfrutado tales exp'eriencias. El bisexual teórico ha dejado de cultivar su heterosexualidad y se ha entregado completamente a la homosexualidad. Desde el punto de vista práctico, él no es más que un homosexual, con un pasado bisexual. PSICODINAMICA En la bisexualidad, como en las otras aberraciones sexuales, existe un trastorno en el desarrollo psicosexualdel individuo. Esto generalmente ocurre en el periodo fálico (3-5 años),16.19que es el periodo más vulnerable y conflictivo de todos los estados del desarrollo infantil. Esto es aSI,porque en esos años crfticos el niño tiene que identificarse con el padre del mismo sexo y al mismo tiempo resolverel conflicto ed(pico. La no resolución de este conflicto trastorna la primac(a sexual e impide el logro de la madurez sexual del individuo. La tarea fundamental para el establecimiento de una identificación saludable con el padre del mismo sexo exige al niño renunciar al "apego sexual infantil" con el padre del sexo opuesto, y evitar asf la ansiedadque la continuación de esa situación le ocasionarfa (ansiedad de castración), contribuyendo indudablemente al tiesarrollo de una patolog(a sexual. Sólo de esta manera puede el niño sentar las bases definitivas para la adquisición de su futura y saludable sexualidad adulta. El paciente bisexual no puede obtener la identificación saludable, ya que carece de los patrones necesarios para la realización de esta tarea. En su hogar paterno prima la relación hostil y destructiva entre los padres, y ellos sólo proveen -en el mejor de los casos- "cualidades parciales" para la identificación de sus hijos. De ese modo, los hijos son condicionadosnegativamentey sólo obtienen una "fragmentada identificación". En estas circunstancias el niño percibee internalizalos conflictospaternos,crece y llega a adulto sintiéndose vfctima de una contradicción que no entiende y que lo confunde entrañablemente. El bisexual29 posee una personalidad caracterizada por un YO debilitado y con deficientes e inadecuadas defensas psicológicas. Por esta razón, el paciente tiende a confundir los sentimientos agresivos y sexuales que se entremezclan en la inter-relación de su debilitado YO y los impulsos homosexuales (que yacen en su inconsciente), de donde emergen impelidos por las frustraciones interpersonales.35 El YO débilcedeante el impulsehomosexualy después de la gratificación sufre la penaliza~ión (culpabilidad) de la conciencia moral o censor de la personalidad. Esta situación de culpabilidad es la que trae. el paciente a la consulta psiquiátrica, y ayuda además a establecer el diagnóstico diferencial entre estas condiciones y aquellas que singularizan a las conductas sociopáticas.36 La problemática es muy compleja para el paciente, quien frustrado no comprende la agonfa psicológica que esencialmente producen su inmadurez sexual, su deficiente identificación y mucho menos la debilidad de su YO. Inconscientemente el paciente busca la resolución de su conflicto a través de la patolog(a sexual. Y (como ocurre en el primero de los casos descritos en nuestra casu(stica) puede identificarse con su madre y tratar de obtener satisfacción sexual del mismo modo que ella la obten (a. En este caso el ano sirve de sustituto a la vaginamaterna y el ser penetrado por un hombre representa la unión simbólica con el padre.20,13 As( cree el paciente aliviar en su confusión los sentimientos agresivos que tiene contra su padre. La situación inversa también puede presentarse en el bisexual. En este caso -\ también inconscientementc- identificándose con el padrl" REVISTAMEDICADOMINICANA/ Volumen42, No.3 / Julio-Septiembre,1982/241 posee a un hombre, a quien atribuye por su pasividad durante el acto sexual cualidades femeninas. El segundo caso que discutimos aqu (es un ejemplo clásico de lo expuesto en el párrafo anterior. Cuantas veces el paciente se sintió rechazado, agredido o abandonado por su esposa, la identificaba con las cualidades agresivas de su madre castrante y "automáticamente" senHa la necesidad de una relación homosexual, con participación activa. Por su YO narcisista, no pod (a buscar una mujer para tal relación, porque eso implicaba correr el riesgo de un nuevo rechazo, una nueva e intolerable injuria que su "inseguridad visceral" (palabras textuales del paciente) no le permitra. Es decir, toda relación con una mujer resultaba amenazante por su ansiedad de castración, mientras que con un hombre esto se obviaba y hab(a seguridad, ya que el hombre ten (a pene, y "mientras más grande fuera el pene" mayor era la seguridad del paciente en el acto homosexual. Por supuesto, después de consumado el acto, lo embargaba el sentimiento de culpabilidad. Finalmente, en los pacientes bisexuales la cuestión de actividad y pasividad puede ser muy particular en el contexto de su sexualidad. Para ellos la actividad es sinónimo de agresividad y la identifican con la actitud del varón en la relación heterosexual. Pasividad significa sumisión, una actividad comparada a la de la mujer en la relación heterosexual. A fin de cuentas, actividad y pasividad esencialmente representan actitudes emocionales y mentales que siempre van acompañadas de un correspondiente comportamiento f(sico. Reconociendo que hab(an factores psicológicos refirió al paciente a la consulta psiquiátrica. La historia ocurrió revela que su primer durante Bisexual predominantemente heterosexual, comerciante de 26 años de edad, al inicio del tratamiento. Con matrimonio de cuatro años de duración, dos hijos de 3 y 1 año respectivamente. Referido por su internista ~on que parec(a un cuadro trpico de neurosis de ansiedad. Este cuadro hab(a sido tratado con ansiol(ticos, pero sin obtener ninguna mejor(a. En la nota de referimiento el médico sospechaba como parte del programa "la culpabilidad que por infidelidad a su esposasufrl'a el paciente. El médico nunca supo que la referida infidelidad era de tipo homosexual, ya que al oír la palabra infidelidad la asoció inmediatamente con infidelidad heterosexual. Durante varias semanas trató el médico internista a su paciente con ansiol(ticos de diferentes clases y con los que esperaba amainar los s(ntomas somáticos (concomitantes fisiológicos de la ansiedad). homosexual la adolescencia, con un familiar, mientras visitaban un país europeo. No recuerda el paciente su estado afectivo durante este hecho, pero sI' recuerda que otro pariente quiso hacer lo mismo con él y él se negó. Hubo un par de ocasiones más durante la adolescencia, pero ah( terminó su actividad homosexual, hasta algunos d(as después de su primer aniversario de bodas, cuando su esposa fue llevada al hospital a dar a luz su primer hijo. El paciente se sintió abandonado, triste y deprimido, y ese sentimiento fue creando en él un estado de ansiedad terrible, y sin "darme cuenta sal( en el carro y un poco más tarde recog(a a un hombre y me lo llevé a un motel". Durante la entrevista recordó el paciente otras experiencias de ansiedad que lo impulsaron a buscar la relación homosexual. Todas estas ocasiones fueron posteriores al primer parto de su esposa, y en cada una de ellas dice haber sentido la misma ansiedad, y el sentimiento de abandono, depresión y rechazo siempre lo embargaba. Su actividad homosexual variaba entre activa y pasiva. Durante la abstinencia post-partum, siempre sentía la necesidad imperiosa de tener relaciones homosexuales. Dice que sentía seguridad, alegr(a y euforia durante el acto homosexual. A este pen'odo de bienestar segu(a uno de culpabilidad, acompañado del temor de ser chantajeado por alguno de sus compañeros sexuales, aunque se cuidaba de no repetir el acto con el mismo individuo. También lo buscaba de una clase inferior tos sociales. Primer caso. contacto profundos, a la suya evitando as( los posibl~s contac- Durante el tratamiento expresó temor a tratarse con un psiquiatra, pues tem(a que se le dijera que era "un homosexual consumado". También durante el tratamiento se puso en evidencia que la figura de su padre --a quien consideraba un déspota brutal- jugaba un papel muy importante en su conflicto neurótico. El padre era un hombre fr(o y sin sentimientos para sus hijos. Un parrandero y mujeriego sin escrúpulos, quien hab(a procreado siete hijos con su madre y once con otras nueve mujeres. El paciente reconoc(a como buenas cualidades en su padre: la capacidad para el trabajo, su excelente salud y su gran sociabilidad. Por estas cualidades el paciente admiraba a su padre, pero el sentimiento que predominaba en el área era de odio, repulsión y aborrecimiento. A pesar de que el paciente albergaba estos sentimientos negativos contra el padre, durante la terapia se hizo evidente la tremenda nece- 242/ REVISTAMEDICADOMINICANA/ Volumen42, No.3/ Julio-Septiembre, 1982 sidadque ten(a él de que su papá lo reconociera,de que lo amara y le diera mérito por ser un buen hijo y un estudiante meritorio. Este reconocimiento nunca lo recibió. Esa conflictiva le parecía al paciente una contradicción, y por mucho tiempo (varios meses) le produjo largas noches de insomnio. Poco a poco el paciente fue reconociendo con la ayuda del terapista que las relaciones homosexualessimbolizaban una unión entre él y su padre a través del contacto sexual. Esto se aclaró más cuando el paciente expresó: "Vo siempre busco un hombre de mayor edad que yo; ahora sé por qué lo hago. También comprendo ahora por qué me siento mejor con un hombre de pene grande. Siempre pensé que mi padre debía ser muy viril y tener un pene muy grande para poseer tantas mujeres y tener tantos hijos". En algunas ocasiones durante el acto homosexual, el paciente tuvo la impresión de que se identificaba con su madre, recibiendo simbólicamente a su padre, a través del recto. Cuando el paciente expresó la identificación con su madre, se sonrojó sobremanera, y dijo: "Vo pensé que usted me echaría por decir algo ase, pero tenía que correr ese riesgoy decírselo" (expresión de su transferencia). A esto respondí "Vo lo comprendo, debe ser muy diHcil para ti, pero veo que tienes coraje, eres honesto yeso te ayudará mucho". Paciente, ya más calmado: "Así lo espero". Segundo caso. Bisexual predominante heterosexual, comerciante de 25 años de edad cuando inició su tratamiento. Tres años de casado, un hijo de dos años. Las relaciones con su esposa eran muy problemáticas, ya que la esposa, quien le llevaba unos 9 años, rehusaba tener más hijos, debido a su edad. Esto constitu ía un rechazo insoportable para el paciente, y uno de los factores que lo empujaban a la búsqueda de la relación homosexual. En esta situación el paciente com ía mucho, ingería sin intoxicarse, lo que él consideraba grandes cantidades de bebidas alcohólicas (uno o dos litros en seis o siete horas), y bajo el efecto del alcohol, pero muy consciente de lo que estaba haciendo: buscaba la relación homosexual. ¿Por qué buscar una relación homosexual y no una relación heterosexual? La respuesta la da la psicodinámica del conflicto. El paciente casa con una mujer nueve años mayor que él, y como puso en evidencia la terapia, en ella buscaba él cualidades que hab(a encontrado en su madre. Ella lo sobreproteg(a de un padre duro y hostil. Pero ahora la supuesta protectora lo rechazaba y ante el rechazo él se sent(a inseguro, ansioso e incapaz de buscar otra mujer, la que muy probablemente (as( lo cre(a él) también lo rechazada. Inconscientemente este paciente, tal como lo hac(a el anterior, trataba de unirse con su padre a través del acto homosexual. La relación con otro hombre no la percib(a como amenazante, como era el caso en sus relaciones con la mujer. El hombre anatómicamente era su igual, tenía un pene y no una "vagina dentata", como lo hab(a soñado en varias de sus pesadillas (las que no discutimos aqu ( por falta de espacio). Dicho de otra manera, la conflictiva sexual reflejaba la gran ansiedad de castración de nuestro paciente. Esto explica su comportamiento homosexual, activo unas veces, pasivo en otras. Su tratamiento se caracterizó por una resistencia tremenda a cambiar. V repetidamente me dec(a "Vo quiero cambiar, pero ¿qué pasaría si con el cambio empeoro? Usted no me garantiza que seré un hombre normal. ¿Qué sucedería si me convierto sólo en homosexual? Ser(a peor el asunto", y yo le contesté: -No veo por qué tengas que preocuparte ahora por algo que no ha ocurrido aún y probablemente nunca llegue a suceder. El paciente nuevamente: "Es cierto, pero a veces cuando me siento ansioso temo lo peor". V yo respondí: -Siempre es así cuando la ansiedad no puede tolerarse. El paciente respondió: "Saber eso me anima, también me anima que veo que usted tiene más confianza en me;a vecescreo que usted tiene más confianza en me que yo mismo". A esto le dije: -Tengo confianza en ti porque creo que honestamente quiere mejorar, y reconozco y aprecio el esfuerzo que haces en venir aqu(y tratar de lograrlo (este trozo fue parte de su décimo-cuarta cita, y desde esa.vezsu resistenciacomenzó a disminuir). También con la mejor(a apareció la mutabilidad del proceso neurótico. En vez de calmar la ansiedad con contactos homosexuales, la calmaba con masturbación compulsiva, viajes y fiestas improvisados (los que su esposa disfrutaba plenamente). En las peores situaciones, sólo ven(an a su mente pensamientos homosexuales, pero sin que produjeran la excitación sexual que antes produci'an. Con la ayuda del ginecólogo el paciente y su esposa comenzaron un programa de relaciones sexuales utilizando el método del ritmo, ya que los otros métodos resultaban problemáticos. También la esposa se refirió a otro psiquiatra para su tratamiento individual. Tercer caso. Bisexual teórico, profesional de 49 años de edad, con 28 años de matrimonio, quien se convirtió en homosexual absoluto. Padre de dos hijos, un varón de 25 años casado (con dos hijitos) y una hembra de 20 años, casada con el REVISTAMEDICADOMINICANA/ Volumen42, No.3/ Julio-Septiembre, 1982/243 compañero sexual del paciente. De los tres pacientes citados, éste es el único con muy poca ansiedad y con un compañero sexual fijo. Este hecho generalmente empeora el pronóstico del problema, y en este caso en particular el asunto es muy grave, puesto que el paciente eligió como compañero sexual nada menos que a su propio yerno. Según indica la historia, el paciente seleccionó el mejor de "sus amantes" para casar su hija con él. De esa manera, el pacier)te racionalizaba que no habría posibilidad alguna de chantaje, y el asunto quedaba entre familia. Cuando le pregunté qué esperaba él de mí como psiquiatra, me contestó sin vacilar: "Vine donde usted porque me sentí nervioso cuando mi hija se quejó recientemente de que no veía a su esposo, y que yo lo reten ía constantemente". Dos Mas antes de la consulta ella, durante una acalorada discusión, les dijo a ambos la siguiente frase: "Ni que fueran pájaros pasarían tanto tiempo juntos, porque según tengo entendido los pájaros se pelean muchísimo entre ellos". Esta frase, de acuerdo con la versión del paciente, fue la que determinó que buscara ayuda psiquiátrica. Después de algunos meses de tratamiento, y sin progreso alguno, el paciente decidió marcharse a otro país con su esposa, con la que prácticamente no cohabitaba desde el nacimiento de su hija (20 años). Además, pensaba poner un negocio en su nueva localidad, para que su yerno pudiera visitarlo regularmente sin levantar sospechas y continuar así sus relaciones homosexuales, pero "sin interferir" con las relaciones entre hija y yerno. Indudablemente que éste es el peor de los tres casos. Con un pronóstico malísimo por la edad del paciente, la longevidad del problema (que como en los otros casoscomenzó en la adolescencia), y por la patología familiar en que se encontraba el paciente envuelto. Habiendo aceptado su homosexualidad como forma de vida corriente, lo único que tenía que evitar era que su hija averiguara quiénes eran verdaderamente su padre y su marido. El paciente siempre pasivo en sus relaciones homosexuales hace pensar que su yerno era un bisexual oportuno, "un redondo por los cuatro costados". 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