NOMBRES: CODIGOS: MARIA CLARA HUTTER M. 26092005 TANIA ROBAYO. 26051261 MATERIA: FUNDAMENTOS DE INVESTIGACIÓN PROFESORA: MARTHA MAHECHA ENSAYO LA EDUCACIÓN, UN HECHO Y UN ACTO POLÍTICO MARIO PERESSON Para poder comprender, en primera medida, lo que quiere transmitir el titulo del texto de Peresson, hay que saber que la educación no sólo es un hecho pedagógico sino social, por ende, establece sus objetivos y deberes de acuerdo a las prioridades de la sociedad en la cual se encuentre inscrita. Por eso, Peresson nos lleva a una idea concreta de realidad sociedad que se distingue por ser una estructura, o sea, un sistema comprendido por varias partes ligadas y dependientes entre sí. Y, que dicha relación mutua les permite tener su propia racionalidad sin ser autónoma debido a la actividad de la otra parte, la economía. Existen distintas imágenes metafóricas de lo anterior; ellas muestran de cualquier forma una representación de la estructura de toda sociedad. La base económica, como eje fundamental, influyente y modificador política e ideológicamente en una sociedad. Pero a su vez, cada factor político e ideológico (familia, entorno escolar, iglesia, medios de comunicación) posee su propia racionalidad pero no autonomía absoluta puesto que el factor económico es determinante. Peresson se refiere al problema de lucha entre clases sociales y a la explotación entre ellas dentro del sistema capitalista dependiente en el que nos movemos, y del que hacemos parte como agentes dinamizadores en cuanto a las relaciones sociales que llevamos para que no seamos una sociedad mecánica ni estática –en términos del autor- sino una sociedad dinámica y orgánica. Igualmente, el autor es enfático en la relación entre educación y sociedad, pero, al mismo tiempo demuestra cómo se éstas encuentran sujetas a cualquier cambio o acción que la infraestructura económica genere. Los principales antecedentes que generan conflicto son, principalmente, el abuso de la clase alta sobre la clase baja (proletariado, campesinado y sectores empobrecidos); la desigualdad social que se genera en cualquier medio. Y, la educación que se encuentra determinada por los hechos: político y económico. Para nosotros, la educación es parte esencial en el proceso de aprendizaje, por lo mismo, no todos aprendemos lo mismo y mucho menos de la misma manera. Tampoco es lo mismo tratar en una clase social baja que en una media o en una alta. Hay diferentes necesidades que deben catalogarse en orden prioritario, según los requerimientos sociales, aunque, contradictoriamente somos seres humanos que “inventamos” nuestras necesidades individuales, usualmente, bienes materiales. Esto no está del todo mal cuando las demás necesidades verdaderas se han suplido satisfactoriamente, que por lo general no es así. Sin embargo, aquellos bienes materiales nos dan satisfacción de deseo a causa de que si adquirimos, por ejemplo, el carro último modelo, encontraremos la felicidad y estaremos “in” (dentro de la última generación). Obviamente, este tipo de hechos que usualmente son generados por el aparato ideológico mueven la base económica. Una de las metáforas representaciones, es la un edificio (la sociedad) en donde todos sus pisos se articulan mutuamente gracias a la presencia de la infraestructura (base económica) que se dicta como fundamental para la constitución de la superestructura la cual cuenta con dos factores: el jurídico-político (el Estado) y el ideológico (medios de comunicación, iglesia, familia, entorno escolar...). Asimismo, existe la figura de un árbol para representar a la sociedad, en donde, en este caso, la infraestructura es la raíz; el nivel jurídico-político, su tronco, y las ramas, el ideológico. Es así, como éstas representaciones sugieren que los elementos superiores, bien sean pisos o tronco y ramas, no podrían mantenerse por si solos sin la presencia de una base que los permita articularse mientras reposan sobre ella. Esto quiere decir que, aunque la infraestructura no ejerza una determinación absoluta sobre la superestructura, y que cada nivel tenga su propia constancia o capacidad, la base económica poseerá, por lo general, una determinación final en la estructura social por simple producto o reflejo mecánico. Para continuar, somos como sociedad, una realidad orgánica y dinámica, debido a la interacción que se presenta entre partes, la relación dialéctica, que le permite a cada nivel de la superestructura tener consistencia propia y racionalidad especifica. Es el caso del nivel político o del ideológico cuando desempeñan un papel dominante para el mantenimiento y reproducción de la sociedad con sus actos, pero, sin embargo el papel determinante ante la sociedad lo seguirá ejerciendo la base económica, pues es ella la unidad de las fuerzas productivas y de las relaciones sociales de producción. No somos una sociedad mecánica ni estática. Somos un conjunto vivo, dinámico en progreso y evolución. Si bien la superestructura posee una autonomía relativa respecto a la infraestructura (base); y además, una llamada acción réplica, de reacción sobre la acción de la base económica, recordemos que ante todo somos un cuerpo vivo en constante transformación y que el factor económico infraestructural adquiere su poder social dentro del conjunto de relaciones sociales que tenemos en la producción para fortalecerla. De la misma manera, el poder que individualmente ejerce cada nivel, político e ideológico, son también originados por las relaciones sociales entre los hombres. Por otro lado, la dinámica social también se muestra en el modo de producción, el capitalista, que abarca los países latinoamericanos, especialmente. Este basa su modo de producción en la explotación de una clase por otra, usualmente, más alta. Hechos como éste tienden a generar un conflicto o disputa de origen económico entre las clases sociales y entre los niveles del “edificio” del cual somos elementos dinamizadores. Por otro lado, es importante echar un vistazo a lo que el autor menciona en uno de sus párrafos al afirmar que toda educación es clasista -“En una sociedad capitalista dependiente del imperialismo como es el caso de la mayoría de los países latinoamericanos, no existe ni puede existir una educación inocente, neutral, como una realidad genérica y univoca, sino que siempre, implícita o explícitamente, consciente o inconscientemente se inscribe dentro de la lucha de clases, expresa unos intereses de clase, se subordina a diferentes estrategias de clase y se ubica dentro de la lucha por la hegemonía; es decir, por lograr la aceptación y desarrollo de proyectos históricos de clase antagónicos”-; ésta es una insistencia que él realiza al referirse a nuestra sociedad real, que por ser una sociedad clasista, la educación será clasista pues se acopla a lo que es la estructura actual. Por lo cual, se manifiesta una contradicción abierta entre educación antipopular y la educación popular liberadora que demuestra la contradicción más grande de la realidad social, ésta es entre la burguesía y el imperialismo, y las clases populares. Teniendo en cuenta que, la educación está sujeta a los requerimientos que exija su sociedad, y que ésta debe inmiscuirse en las necesidades de aquella sociedad, para luego, hallar soluciones acordes. Los objetivos de ambas se relacionarán. En conclusión, la educación no sólo se da en el aula de clases, ésta se debe impartir desde la casa. Claro está que, el papel del maestro no debe confundirse con el de los padres. Recordemos que el maestro es un gran apoyo fundamental en el desarrollo intelectual, moral, cognitivo y humanista de lo que el discente ya conoce pero no sabe. Por otro lado, a pesar de estar enfrentados a una influencia económica, política e ideológica, podemos empezar a tomar partido desde lo individual o personal para lograr un cambio significativo, empezando desde detalles pequeños. Y, esta solución no está en comprarnos el ultimo carro que salió la semana pasada, sino mirar más allá de lo que necesitaremos a largo plazo y que realmente supla las necesidades, iniciando por las básicas. En nuestra opinión, el anterior texto nos permitió reconocer la forma de esta sociedad. Somos piezas clave para que no sólo la base económica se mueva sino lo político y lo ideológico. Por último, recomendamos que todos debemos ser agentes catalizadores de progreso y transformación social, desde cualquier ámbito (humanista, moral, intelectual, etc).