Errores en los Libros de E.G.W

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1. Sostuvo que en Júpiter y Saturno hay vida inteligente
En un visión de 1846, producto de su epilepsia de lóbulo temporal, la señora White
afirmó haber sido transportada a Júpiter y Saturno. Afirmó que logro ver en ellos seres
"altos y majestusos" y que en tales planetas no había entrado el pecado.
La siguiente nota fue escrita por J. N. Loughborough
"Pronto notamos que ella era insensible a las cosas terrenales....Después de contar en
voz alta las lunas de Júpiter, y poco después las de Saturno, hizo una hermosa
descripción de los anillos de éste último. Luego dijo: "Los habitantes son personas
altas, majestuosas, bien diferentes de los habitantes de la tierra. El pecado nunca ha
entrado allí." J. N. Loughborough, Rise and Progress of the Seventh-day Adventists
(Battle Creek, Michigan: General Conference Association of Seventh-day Adventists,
1892) Pág 167.
En Primeros Escritos (páginas 39 y 40), Elena también informa sobre su visión
planetaria, en la cual vio a Enoc entre los habitantes de uno de los planetas.
En 1977 los Estados Unidos enviaron dos sondas a los planetas exteriores del Sistema
Solar (Júpiter, Saturno, Urano y Néptuno). Las naves fueron la Voyager I y la Voyager
II mostraron que estos gigantes gaseosos no tienen vida inteligente, y que sus
condiciones ambientales hace imposible ser habitados por seres humanos. Las sondas
Voyager dieron a conocer las tormentas increibles que hay en Júpiter y que son
responsables de la Gran Mancha Roja el cual es un ciclón gigantesco de 40.000
kilómetros de largo.
Otros aspecto relacionado con la astronomía fue una situación que desembocó en la
aceptación de la señora Elena G. de White como profeta por el respetado e integro
pastor José Bates, uno de los pioneros adventistas y aficionado a la astronomía. El
pastor Bates se convenció del don profético de la señora White en una visión en la que
mencionó detalles de sus "viajes" a otros mundos. El pionero Loughborough narra en la
página 258 del libro The Great Second Advent Movement" (El Gran Movimiento de la
Segunda Venida):
"Una noche, durante la conferencia mencionada arriba [Topsham, Maine, 1846], en la
casa del Sr. Curtis, y en presencia del pastor Bates, que todavía estaba indeciso en
relación con estas manifestaciones, la Sra. White, estando en visión, comenzó a hablar
acerca de las estrellas, dando una entusiasta descripción de las franjas de tinte rosáceo
que veía a través de la superficie de algún planeta, y añadió: 'Veo cuatro lunas.' 'Oh,'
dice el pastor Bates, 'ella está mirando a Júpiter.' Luego, habiendo hecho unos
movimientos como si viajara por el espacio, ella comenzó a describir franjas y anillos
en su siempre cambiante belleza, y dijo: "Veo ocho lunas.' 'Ella está describiendo a
Saturno.' Luego vino una descripción de Urano con sus seis lunas, y después una
maravillosa descripción de los 'cielos abiertos.'"
Bates se convenció muy fácil. Le hizo falta más escepticismo. Pero qué diría Bates si se
enterara que hoy sabemos que Júpiter tiene 63 satélites. Muchos más de los que se
conocía en su época. ¿Aceptaría a la señora White como profeta? ¿Deberíamos
aceptarla nosotros?
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