1 Presentación En el mundo actual, el concepto de seguridad

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Presentación
En el mundo actual, el concepto de seguridad abarca fenómenos que
desbordan los límites de lo estrictamente militar tales como la justicia, el desarrollo
económico, la protección del medio ambiente, los derechos humanos y la capacidad de
las sociedades para reproducir sus medios de lenguaje y asociación. Esta invasión a
terrenos excluidos de la reflexión tradicional, sobre uno de los temas más complejos de
las relaciones internacionales, ha llevado a plantear la importancia de la seguridad
cooperativa y de las condiciones para una acción solidaria y de grupo que permita
prevenir y contrarrestar amenazas comunes de nuevo cuño que caracterizan a la
sociedad global.
El reto planteado es más importante en cuanto que es un hecho conocido que
los mecanismos asociados a la seguridad regional o hemisférica vigentes, como el
Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca, la Comisión de Seguridad Hemisférica
y el Tratado de Soluciones Pacíficas o Pacto de Bogotá, no han sido las instancias más
apropiadas para remediar las situaciones de crisis que han afectado a América del Sur en
los últimos sesenta años. Las tensiones entre Chile y Argentina en 1978, el conflicto de
las Malvinas entre Argentina y Gran Bretaña en 1982, el conflicto de la cordillera del
Cóndor entre Perú y Ecuador y la expansión del fenómeno del narcotráfico desde
Colombia constituyen claros ejemplos de cómo los mecanismos antes mencionados
fueron sobrepasados por los acontecimientos. En la actualidad, a las falencias de los
recursos existentes para prevenir o solucionar los conflictos en el área se suma la
configuración de un nuevo escenario en el que se destacan amenazas como los
desequilibrios económicos, el incremento de movimientos migratorios, y el terrorismo
que afectan la realidad estratégica y las consecuentes necesidades de seguridad y
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defensa del continente. Por lo tanto, ante la obsolescencia del Sistema de Seguridad
Hemisférica, la posibilidad de conflictos vecinales ha tomado cuerpo pero también se
han desarrollado formas de cooperación tendientes a preservar la seguridad y la paz en
el hemisferio.
En Suramérica, como en Centroamérica, se han perfilado claras tendencias a la
cooperación en materia de políticas de seguridad, como, por ejemplo, entre Argentina,
Brasil y Chile, pero, también, aunque remotas, entre los países de la Comunidad
Andina, lo que daría pie para pensar que se está operando un cambio fundamental en el
manejo de la seguridad en el hemisferio. El cambio de paradigma requiere, empero, un
conocimiento compartido de la situación y de los perfiles de seguridad de cada uno de
los países latinoamericanos, así como la adopción de reglas comunes como resultado de
patrones de socialización que promuevan la comprensión entre diferentes Estados (y
grupos humanos) y la articulación de intereses nacionales al amparo de un sentido de
comunidad más allá de las fronteras. En este tipo de reflexión se apoyó Karl Deutsch
cuando, a fines de los años cincuenta, se refirió a una comunidad de seguridad como un
espacio en el que sus miembros, en lugar de enfrentarse físicamente, resuelven sus
disputas a través de medios pacíficos1.
En las actuales circunstancias, se puede percibir que existe un interés común
por trabajar, en estrecha colaboración, en un nuevo modelo de seguridad regional. No
obstante, el interés no es suficiente para dar cuerpo a nuevas realidades. La
participación en un esquema de seguridad cooperativa es consecuencia de una actitud
solidaria y de apoyo mutuo con medidas preventivas que tienen en la mira a la
estabilidad como puente hacia la realización de las aspiraciones de la sociedad, de su
crecimiento económico y de su prosperidad. A este respecto, es indudable que uno de
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Karl W. Deutsch, et al., Political Community and the North Atlantic Area. International Organization in
the Light of Historical Experience, Princeton, 1957, p. 5.
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los problemas que más afecta la implementación de un nuevo proyecto de seguridad
hemisférica se relaciona con las discrepancias entre los Estados Unidos y América
Latina por los asuntos que marcan sus respectivas áreas de interés; a él se suman el
temor que despierta, en algunos países vecinos, la delicada situación que vive Colombia
y una realidad económica, política, cultural, étnica e idiomática segmentada que
dificulta la comunicación y la comprensión.
Lo expuesto permite concluir que existe en el hemisferio americano un alto
grado de coincidencia respecto de los factores que amenazan las relaciones cordiales del
continente pero que persisten barreras que dificultan el desarrollo de una estrategia
única para enfrentar dichas amenazas. En buena medida, esta situación se debe a una
mutua ignorancia de la situación de Estados cuya vecindad y cercanía no permite
asegurar, empero, que las relaciones entre los países que comparten fronteras comunes
den lugar a un conocimiento cabal de la realidad del otro. Por ello puede asegurase que
la seguridad es hoy en el continente un proyecto en construcción y, particularmente
aquellos aspectos relacionados con la creación de comunidades y de complejos de
seguridad.
Este libro colectivo, que es el resultado de dos años de reflexión en el seno del
Grupo de Investigación sobre Seguridad2 (GIS) de las Facultades de Relaciones
Internacionales y Ciencia Política y Gobierno de la Universidad del Rosario, es una
primera aproximación a la seguridad de los Estados y de las sociedades que componen
el círculo de Colombia. Tres tomos adicionales seguirán, dedicados a la seguridad de los
países del Cono Sur, de Centro América y del Caribe y, finalmente, de Colombia con
una perspectiva comparativa.
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Grupo de trabajo temático del Centro de Estudios Políticos e Internacionales (CEPI), encargado del
desarrollo de la línea de investigación dedicada a los temas de seguridad regional e internacional. El
CEPI es grupo de investigación reconocido por Colciencias, desde 2004.
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Los diferentes capítulos de este primer tomo dieron lugar a varios debates
internos y reflejan la percepción de analistas que se aproximan a los perfiles de
seguridad de los países latinoamericanos desde la realidad misma de estos países y con
base en un trabajo de campo. En ese sentido, el libro es el resultado de una labor de
equipo. Pero, como en todo equipo, se asignaron tareas cuyo peso y responsabilidad
recayeron sobre distintos hombros. Es así como, después de muchas discusiones y
seminarios grupales semanales, la coordinación y la redacción del capítulo sobre Brasil
fueron encomendadas a Rubén Sánchez David y Federmán Rodríguez Morales; Juan
Carlos Ruiz Vásquez y Rocío Pachón Pinzón se hicieron cargo del capítulo sobre
Ecuador; Rocío Pachón, Federmán Rodríguez e Ivonne Duarte Peña estructuraron y
redactaron el artículo de Panamá; Stéphanie Lavaux, Manuel José Bonett Locarno,
Rubén Machuca Padilla y Carlos Suárez Isaacs asumieron la responsabilidad de plasmar
en el papel lo atinente a la seguridad peruana; y, finalmente, Francesca Ramos
Pismataro y Andrés Felipe Otálvaro Henao desarrollaron el capítulo dedicado a
Venezuela.
Aunque cada equipo quedó en plena libertad para enfocar los aspectos que, a
su juicio, fueran los más relevantes tanto desde el punto de vista teórico como del
práctico, todos los capítulos se ajustan a un esquema básico previamente acordado por
la totalidad de los autores. En efecto, al establecerse como objetivo principal de esta
colección la definición de un marco metodológico-conceptual idóneo para poder
analizar los perfiles de seguridad de los países latinoamericanos, se logró identificar seis
variables clave que se relacionan con factores históricos, geopolíticos, militares,
exógenos y de seguridad ampliada. Así, en la medida en que cada contexto lo permitió,
se rastrearon los seis elementos del marco metodológico en cuestión, a saber, el papel
que han desempeñado los Estados Unidos en la construcción del perfil y de la práctica
de la seguridad de cada país; las posibles amenazas derivadas del conflicto colombiano;
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el estado de las relaciones cívico-militares al interior de cada país; la forma como se ha
expresado la seguridad en la práctica; y la manera como se concreta el concepto de
seguridad en función de la geopolítica del país, de su geoeconomía y de la visión de
nación que se tiene. Es así como el resultado alcanzado no solamente gira alrededor de
una primera definición del perfil de seguridad de cada uno de los países del círculo de
Colombia, sino, también, propone un marco de referencia para acercarse a la
complejidad de la seguridad de los Estados y de las sociedades latinoamericanas.
En este orden de ideas, el capítulo 1, “Brasil: en busca de un perfil de
seguridad”, explora los rasgos del perfil de seguridad de Brasil que han permanecido
constantes y aquéllos que han mutado con el tiempo. Entre las características que
perduran desde la conformación de Brasil como república se destacan la proyección del
país como potencia regional y la defensa de su identidad. Asimismo, la secuencia de
momentos en los que se acentúa uno u otro aspecto de la seguridad, trátese del militar,
el político, el económico o el societal, apunta a una compleja valoración de los intereses
y a una identificación de las amenazas referida no sólo a la seguridad militar sino
también a otras formas como la seguridad económica.
En el capítulo 2, “La seguridad en Ecuador: paradojas, ambivalencias y
disyuntivas”, se asegura que la concepción de seguridad y defensa del Ecuador ha dado
un viraje desde mediados de los años noventa cuando se desestimó el conflicto con Perú
para concentrarse en las amenazas que encierra el conflicto interno colombiano. No
obstante, se identifican factores que revelan un alto grado de ambigüedad e
incertidumbre y se plantea que en el ámbito interno es posible identificar algunas
paradojas de naturaleza socio-militar y económico-política que traducen fuertes
contradicciones en la noción de seguridad ecuatoriana, fruto de la inestabilidad política.
Esta inestabilidad se constituye en la principal amenaza a la seguridad del Ecuador.
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En el capítulo 3, “Geopolítica y vulnerabilidades de la seguridad en Panamá”, se
muestra cómo el perfil de la seguridad del istmo ha estado fuertemente determinado por
su condición de puente interoceánico e intercontinental, situación que lo expone a la
permanente injerencia por parte de los Estados Unidos que conserva el control de la
seguridad del Canal. Un segundo factor explicativo de la seguridad del país está
constituido por la inexistencia de unas fuerzas militares, resultado de los hechos
acaecidos durante los periodos de dictadura de los generales Torrijos y Noriega, lo que
pone al país en una situación muy vulnerable frente a un posible desbordamiento del
conflicto colombiano.
En el capítulo 4, “Actores, dinámicas y determinantes de la seguridad en Perú”,
se revela cómo la seguridad del país ha estado determinada histórica y principalmente
por un proceso de consolidación estatal inconcluso, así como, de manera más
tangencial, por unas fuertes disparidades regionales y una apertura económica que ha
creado grandes vulnerabilidades. El contexto regional y fronterizo puede considerarse
como un factor permanente de inseguridad para el país, pero también para sus vecinos
debido, en su momento, al pensamiento geopolítico, a las veleidades “imperialistas” del
Estado peruano así como a la contestación de territorios limítrofes. Además, es de
resaltar la aparición, más reciente, de nuevas amenazas a la seguridad de naturaleza notradicional, tales como la alianza entre narcotráfico, terrorismo y tráfico de armas, las
cuales se enmarcan dentro de las dinámicas regionales de seguridad e inseguridad,
especialmente con respecto al conflicto en Colombia y a la injerencia de los Estados
Unidos en la región.
En el capítulo 5, “La revolución chavista: antecedentes, principios y
dispositivos de la nueva concepción bolivariana de seguridad y defensa”, se plantea que
la concepción de seguridad y defensa en Venezuela se ha erigido sobre arraigadas
convicciones geopolíticas y geoeconómicas gestadas a lo largo de los siglos XIX y XX,
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y sobre los principios de la Doctrina de Seguridad Nacional, lo que permite detectar en
las percepciones de militares y políticos venezolanos, a lo largo de los últimos cincuenta
años, el estatus preponderante de conceptos tales como territorialidad, soberanía,
enemigo externo y desarrollo de la nación. Sin embargo, se analiza cómo el gobierno
del presidente Chávez ha puesto en práctica una variada gama de mecanismos que
modifican, sustancialmente, la concepción de seguridad, sin romper definitivamente con
los enfoques del pasado.
Con esta publicación, y las que vendrán, se espera contribuir al avance de la
investigación sistemática sobre la seguridad en América Latina, a sabiendas de que ésta
es una tarea en la que queda mucho por hacer.
Bogotá, febrero de 2005
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