La Celestina Fernando de Rojas Introducción Libro al parecer divi

Anuncio
La Celestina
Fernando de Rojas
Introducción
Libro al parecer divisi encubriera más lo humaCERVANTES.
El año 1499 imprimiose en Burgos una obrita dramática en diez y seis autos, intitulada
Comedia de Calisto y Melibea, que ha reimpreso Foulché-Delbosc: en 1902 del único ejemplar
que, hasta poco ha, tampoco conocía nadie. Su presente dueño, el benemérito hispanista
Huntington, acaba de reproducirla con el esmero que suele.
Describió minuciosamente este preciosísimo ejemplar el sabio hispanófilo, Director de la
Revue Hispanique, en el tomo IX (año 1902, Págs. 185-190), añadiendo unas advertencias
críticas de subido valor, las cuales, con otras del tomo VII, ha de leer antes que nada el que
quiera enterarse de La Celestina, porque edición y notas vuelcan de todo punto el problema o el
[VIII] montón de problemas, que acerca de tan famoso drama se han despertado y todavía no
han tenido cumplida solución. Hay que leer después el magnífico trabajo sobre La Celestina
escrito por Menéndez y Pelayo, en el tomo III de los Orígenes de la Novela (1910), y el muy
discreto y más ceñido del agudo y erudito Adolfo Bonilla, en sus Anales de la Literatura
española (1904).
Por ahora, la edición de Burgos de 1499 ha de tenerse por primera o princeps, aunque hubo
de haber otra anterior, ya que en ella se lee: Con los argumentos nuevamente añadidos.
En su primer estado, la obra no tenía otro título que el que sirvió de incipit a la edición de
Sevilla de 1501 y se ha conservado en las posteriores: «Síguese la comedia de Calisto y
Melibea, compuesta en reprehensión de los locos enamorados, que, vencidos en su
desordenado apetito, a sus amigas llaman e dizen ser su dios. Assí mesmo fecha en aviso de
los engaños de las alcahuetas e malos e lisongeros sirvientes.» Acaso al fin iba un explicit con
la fecha y lugar de la impresión. No se conoce ejemplar alguno de esta edición, y aun hay quien
supone no la hubo.
Vengamos al segundo estado de la obra, que es el que presenta el ejemplar llamado Heber,
[IX] por el nombre de quien antes lo poseyó, y es el reproducido por Foulché-Delbosc y
Huntington, esto es, la edición de Burgos de 1499. Su título dice: «Comedia de Calisto y
Melibea. Con sus argumentos nuevamente añadidos; la qual contiene demás de su agradable y
dulce estilo muchas sentencias filosofales e avisos muy necessarios para mancebos,
mostrandoles los engaños que están encerrados en sirvientes y alcahuetas.» En este segundo
estado, la obra lleva, además del dicho título, el incipit, que reproduce el título del primer
estado, el «argumento» general y un «argumento» delante de cada uno de los 16 autos.
En su tercer estado la obra lleva el mismo título que en el segundo; pero, además, una Carta
de El autor a un su amigo, unos versos acrósticos, el incipit, el argumento general y argumento
de cada auto, y al fin lleva seis octavas del editor Alonso de Proaza. Tenemos un ejemplar
completo de una edición que ofrece este tercer estado, hecha en Sevilla en 1501, naturalmente
por dicho Alonso de Proaza, y reeditada por Foulché-Delbosc en 1900, el cual cree se hizo esta
Comentario [SC1]: Esta obra
la baje de la biblioteca virtual
Miguel de Cervantes y mi aporte
se reduce a ponerla en formato
WORD. Los comentarios son de
Julio Cejador, aunque en ellos
aparezca mi nombre; no sea que se
me considere una actitud como la
de Proaza y por ende se encuentre
un mi Cejador propio. Una vez
hecha la aclaración
correspondiente, disfruta de la
exquisitez de esta perla de la
literatura universal. Algunos
comentarios son largos y la
configuración de mi aplicación no
permite incluirlos en un único
comentario, por lo que me ví
obligado a dividirlos en partes,
para lo que entre paréntesis pongo
la nota indicando las palabras o
sílabas donde se contiene el
comentario. Por ejemplo el
comentario al Prólogo se contiene
en las sílabas “Pró” y “logo”, y de
igual manera en comentarios
largos que se encuentran a lo largo
de la obra.
edición de 1501 sobre la de Burgos del año 1499. Acerca de Proaza véase la Biblioteca de
Gallardo, I, núm. 457 y el trabajo citado de Menéndez y Pelayo.
Hasta aquí la obra se llamó Comedia y tuvo 16 autos; pero otro cuarto estado nos ofrece la
edición de 1502, de Sevilla, con el nuevo título de Tragicomedia de Calisto y Melibea, y que,
además de todo lo del tercer estado, contiene hasta 21 actos, un Prólogo nuevo y tres nuevas
octavas añadidas a las del final («Concluye el autor»).
El quinto estado de la obra lleva el título y todo lo del anterior y 22 actos: el añadido es el de
Traso, que no trae la edición de Valencia de 1514. Cito esta última edición por ser hoy la mejor
tal como se halla reproducida por Eugenio Krapf, Vigo 1900: «La Celestina por Fernando de
Rojas, conforme a la edición de Valencia de 1514, reproducción de la de Salamanca de 1500.
Con una Introducción del Doctor D. M. Menéndez y Pelayo.» [X]
Nuestra presente edición es reproducción de esta de Vigo de 1900 y de Valencia de 1514;
pero como la princeps de 1499, publicada por Foulché-Delbosc dos años después, el 1902,
ofrece el estado más autorizado de la obra, quisimos que aquí se reprodujese con toda
fidelidad, y así, hemos logrado juntar entrambas ediciones, poniendo en tipo común la edición
dicha de Burgos de 1499, corregidas las erratas manifiestas y descorregidas algunas pocas que
[XI] no debió corregir el hispanista francés, y en cursiva todo lo demás que se halla en la de
Vigo y Valencia, añadido a aquella edición de Burgos de 1499, la más antigua que conocemos.
¿A quién se deben todas esas sucesivas añadiduras, que hemos visto hallarse en los diversos
estados de la obra? ¿Son del autor del primitivo estado o son de otros editores y correctores?
Lo primero que se ve añadido en el segundo estado son los argumentos que, por
consiguiente, no son del autor.
En la Carta a un su amigo en el tercer estado, en que aparece por primera vez, no se nombra
a Mena ni a Cota, que sólo son nombrados en las ediciones de 21 autos, en las cuales la carta
está retocada. En la de Sevilla de 1501 dícese nada más: «Vi que no tenia su firma del auctor, y
era la causa que estava por acabar; pero quienquiera que fuesse...» Tampoco se hallan estos
nombres en los acrósticos de la edición de Sevilla de 1501, y sí en las de 21 autos. Dícese en
aquélla:
«Si fin diera en esta su propia escriptura
carta: un gran hombre y de mucho valer.»
En vez de:
Cota e Mena con su gran saber.
Dícese en la Carta que él (el que se da por autor [XII] de ella y de los acrósticos y Prólogo)
halló en Salamanca el primer auto y que él continuó y acabó la comedia, añadiéndole otros
quince, que compuso en quince días de vacaciones. Bonilla, con otros pocos, cree esto al pie
de la letra y supone que la primitiva Comedia tuvo dos autores: uno del primer auto, otro de los
quince restantes. Por el contrario, Lorenzo Palmireno, Moratín, Blanco White, Gallardo,
Germond de Lavigne, Wolf, Ticknor, Menéndez y Pelayo, Carolina Michaelis de Vasconcellos,
opinan que esto que allí se dice es un artificio del único autor, el cual lo es de los diez y seis
autos. Foulché-Delbosc es de parecer que la Carta no es del auto de la Comedia, sino de algún
editor que ha inventado ese artificio, no menos que lo de haber compuesto en quince días los
quince autos restantes. Para mí, único es el autor de los diez y seis autos de la primitiva
Comedia, y la razón está en la unidad del plan, tan maravillosamente entablado en el primer
auto, y en la unidad de caracteres, de estilo y lenguaje, que en los diez y seis son iguales. Ni
vale lo que dice Bonilla que, no habiendo razón en contra, debemos dar crédito a lo que el autor
dice en la Carta. Porque la Carta no parece ser del autor de la Comedia, por lo menos está
amañada, como dice Menéndez y Pelayo. De hecho la Carta y los demás [XIII] preliminares
están llenos de contradicciones, muestran particular afición a Juan de Mena, tomándole versos
y palabras, lo cual no se halla en la Comedia primitiva, y no están escritos con la gallardía que
ella, ni mucho menos con el ingenio que en toda ella campea. Diríase que el autor, que supo
escribir obra tan portentosa como la primitiva Celestina y los quince autos en quince días (!), no
se supo dar maña para escribir una Carta ni un Prólogo, que está tomado del Petrarca e
infantilmente acomodado a su propósito, por no decir de una manera desapropositada y fuera
de sazón. No puede, pues, darse crédito a cuanto en estos preliminares se dice ni puede
contrarrestar ese dicho al hecho manifiesto de la unidad de plan, caracteres, estilo e ingenio,
que se manifiesta en los diez y seis autos.
Dice el autor de la Carta que «quiso celar y encobrir su nombre», y con todo eso lo pone luego
en los versos acrósticos: «El bachiller Fernando de Rojas acabó la comedia de Calysto y
Melybea y fue nascido en la puebla de Montalbán.»
Y en la penúltima octava de Proaza, «corrector de la impresión», se declara el enigma de los
acrósticos: [XIV]
Por ende juntemos de cada renglón
de sus onze coplas la letra primera,
las quales descubren por sabia manera
su nombre, su tierra, su clara nación.
Así en la primera edición en que aparece por primera vez la Carta. ¿Pudo el autor caer en
tamaña contradicción, escribiendo la Carta y consintiendo se declarase lo que en ella decía no
querer declarar? Carta y versos parecen, pues, ser de Proaza; por lo menos no son, para mí,
del autor de la Comedia.
Carta, versos acrósticos y octavas finales aparecen por primera vez en la misma edición de
Sevilla de 1501. Las octavas finales son de Alonso de Proaza, que se da por corrector de la
edición. El mismo corrector añadió en la edición del año siguiente de 1502 otras tres octavas. A
él, pues, han de achacarse los cambios que en la misma edición de 1502 hizo en la Carta y en
los acrósticos, introduciendo a Cota y Mena. Y así como fue autor de los versos finales y los
aumentó, así debió de serlo de la Carta y de los acrósticos, mudando en una y otros lo que le
pareció, como en cosa propia. Tanto en la Carta, como en los acrósticos, como en los versos
finales hay sentencias y palabras de Juan de Mena, al cual se muestra muy aficionado Alonso
de Proaza, mientras que no [XV] hay apenas recuerdo de tal poeta en los 16 autos de la
primitiva Celestina.
La edición de Sevilla de 1502 fue preparada por el mismo Proaza, y en ella fue donde añadió
octavas finales y retocó Carta y acrósticos. Ahora bien: en esta edición es donde por primera
vez se ve mudado el título de Comedia en el de Tragicomedia y se añaden autos enteros, hasta
llegar a 21 los primeros 16 y se ingieren trozos en los mismos 16 primitivos, y además aparece
un Prólogo, que alude a ese alargamiento de la primitiva Comedia. ¿Quién no ve que el que
todo esto hizo fue el mismo Proaza? ¿Enviole el autor de la Comedia todas esas añadiduras o
son de Proaza mismo? Realmente el que hizo el Prólogo fue el que alargó la obra, pues en él
se da razón del alargarla.
El Prólogo es una mala acomodación del que puso el Petrarca al libro segundo de su obra De
Remediis utriusque fortunae. La gran verdad filosófica, raíz de las mudanzas de la fortuna, de
que el Petrarca trata en su obra, proviene de que «lucha es la vida del hombre sobre la tierra»,
como dijo Job, y que lucha es el vivir y el ser de toda la naturaleza. Por eso el Petrarca
desenvuelve en su Prólogo maravillosamente esta raíz de la fortuna. El Prólogo añadido a La
Celestina trae todo esto como grave [XVI] parto de los montes bramadores para parir el ridículo
ratón, de que no es extraño haya habido diversidad de opiniones acerca de La Celestina. ¿Es
esto propio del excelso ingenio que escribió la Comedia? Por su cargo y aficiones literarias
conocía Proaza el Tratado de Petrarca, y, hallando citas de él en la Comedia, endilgó el Prólogo
con otro del poeta italiano para disimular la superchería; pero el plagio es tan fiero, la
acomodación tan desmañada, el estilo tan otro del de la Comedia, que mentira parece se le
desmintiera a Menéndez y Pelayo, a quien siguen otros críticos españoles. Pero el sello de
Proaza se halla indeleble en medio del Prólogo. Como veremos, al llegar a cierta especie,
acuérdase de que la toca Juan de Mena, y dejando allí a Petrarca, nos planta la cita que halló
en la Glosa que hizo Hernán Núñez a su poeta predilecto.
¿De quién son los autos añadidos juntamente con el Prólogo, en el cual alude a ellos y por
ellos se escribió? Todos los críticos españoles, siguiendo a Menéndez y Pelayo, opinan que son
del mismo autor que compuso la primitiva Comedia. Lo dicho creo que bastaba para sospechar
que fuesen del mismo Proaza. Y, efectivamente, el estudio de los actos añadidos y su cotejo
con los 16 primitivos lo confirman de [XVII] tal manera, que redondamente digo no ser lo
añadido del primitivo autor y ser probablemente obra de Alonso de Proaza.
«La forma en 16 actos es indiscutiblemente de mérito superior a la forma en 21. No se
necesita mucho sentido crítico para comprenderlo. Pero este argumento no puede servir para
probar que el autor de las adiciones no es el autor de la obra, sino todo lo más que las
adiciones echaron a perder el texto Primitivo.» Así discurre, y muy bien el Sr. Bonilla (Anal.,
pág. 19); pero el caso es juzgar en qué medida lo echaron a perder. Porque bien añade que
Tamayo y otros fueron menos felices al retocar sus obras de cuando por vez primera las
escribieron. Pero ¿es este el caso? Es cuestión de pura estética y, además, de estilo y de
erudición. Hasta dónde llegó a echarse a perder la Comedia con las adiciones, lo verá el lector,
y básteme decir que no podrá el Sr. Bonilla traer ejemplo semejante al que hallamos en el auto
14, donde el despeño del drama y conversión súbita de una comedia en tragedia, que el autor
puso por portentoso golpe de ingenio artístico y fue preparando con tanta destreza hasta aquel
punto, desaparece en la segunda redacción con alargar la obra por varios actos inútiles,
episódicos, que nada tienen que ver con la acción principal y [XVIII] sólo sirven para destruir el
efecto más trágico del drama, quebrándolo en el punto más culminante. Eso no es añadir ni
corregir; es destruir, es partir por el eje toda la obra, es borrar y rechazar el mayor golpe de
ingenio el mismo autor que lo creó y lo fue paso a paso preparando por todo el drama.
Hay escritores que no saben divertirse nunca del propósito, y el buen dramaturgo ha de ser de
esta laya. El autor de La Celestina lo es como el que más, hasta el punto de que Menéndez y
Pelayo dice no darse en la primitiva redacción ni un solo trozo episódico, ni largo ni corto, sino
que todo va siempre derecho al intento. Vienen las adiciones, y en cinco actos añadidos
comprende lo episódico..., pues los cinco actos enteros. Todos forman un episodio, desatado
de la acción, y no sólo desatado, sino que, por encajarse en medio de ella y en el mismo trance
del nudo, destruye todo su efecto y la unidad de la obra. Alárgase por todo un mortal mes lo que
había de soltarse en unas horas. ¿Qué cambio fue ese del autor en su manera de proceder? Si
tal hubo, el autor enloqueció, perdió todo su ingenio y es verdaderamente digno de lástima, tan
grande creador primero corno desatinado corrector después.
Al autor le gustaba la erudición humanística; [XIX] pero era la corriente y tomada de Petrarca.
El corrector no se contenta con seguir esta moda del Renacimiento, sino que busca erudiciones
exquisitas y raras y las amontona donde peor pegan y enfrían el movimiento de la acción, que,
sin duda, no sintió en lo hondo de su alma como lo había sentido el autor.
Los pensamientos del autor siempre son propios de un pensador elevado, de un ingenio sutil,
de un muy maduro juicio, y entallan tan al justo a la acción como el vestido más lindamente
cortado; los del corrector se despegan de ella y no pocas veces son livianos y aun frisan en
verdaderas patochadas.
A la delicadeza y propiedad de caracteres y sentimientos del autor sobrepone el corrector
pinceladas groseras y exageradas de pintor de brocha gorda, que avillanan los sentimientos y
malean los caracteres de la primitiva Comedia.
Trae puntualmente el autor los refranes y con comedida parsimonia; el corrector los ensarta
juntos por medias docenas, sin ton ni son, y casi nunca los cita con puntualidad.
Tan a mentido trae el autor hondas y galanas sentencias de Petrarca como citas de Mena trae
el corrector.
En el estilo, alguna vez le imita; pero las [XX] más veces es muy otro. Y gracias que ya no
tiene que terciar Celestina, porque no hubiera podido hacerla decir el corrector ni una sola
cláusula a derechas.
Acerca de las fuentes de la obra ha tratado largamente Menéndez y Pelayo en el tomo III de
los Orígenes de la Novela; pero creo sinceramente que su inmensa erudición bibliográfica le
hace ver relaciones, que de hecho no hay entre muchas obras y La Celestina. Cuanto haya de
cierto o probable se dirá en las notas.
Las fuentes ciertas de la primitiva Comedia son el Libro de Buen Amor, de HITA, de quien
tomó toda la traza y el principal personaje, esto es, la vieja Celestina, cambiando la viuda Doña
Endrina, más a propósito para los amoríos clericales, en doncella, que a su intento venía mejor;
ensanchando la acción con la secundaria de los criados y mujeres de la vida, y convirtiéndola al
fin en tragedia, con la imitación de la novela griega de Hero y Leandro. De HITA toma el autor
otras varias cosas, y, sobre todo, tiene siempre los ojos en él para beberle el espíritu realista y
popular y la manera sentenciosa.
La segunda fuente es el Corvacho, que imita en varios pasajes de estilo enteramente vulgar y
castizo. [XXI]
La tercera es el PETRARCA, sobre todo en su libro De los Remedios contra próspera y
adversa fortuna, que se tradujo y se leyó mucho en todo el siglo XV, y tornolo a traducir
galanamente Francisco de Madrid, Arcediano de Alcor, y fue impreso el año de 1510 en
Valladolid. El eruditísimo y benemérito hispanista italiano A. FARINELLI ha tratado Sulla fortuna
del Petrarca in Ispagna en el Giornale storico della letteratura ital. (t. 44, pág. 297), recordando
cómo el Prólogo de La Celestina comenzaba con la misma sentencia que el del segundo libro
del De Remediis, y notando tres lugares de la Comedia que a esta obra parecen aludir, bien
que sin citar los pasajes de la del Petrarca. Yo he hallado otras muchas referencias, que se
verán en las notas con la traducción de Francisco de Madrid, edición de Sevilla de 1524, Juan
Varela, de Salamanca, la cual he estudiado minuciosamente, así como el texto original De
Remediis utriusque fortunae en la edición de Basilea, 1554 (Francisci Petrarchae Florentini,
Philosophi, Oratoris et Poetae clarissimi... Opera quae extant omnia).
El corrector conoció esta devoción del autor con las obras del Petrarca, y pudiera haberle
imitado en no pocas de sus añadiduras; pero sólo le tomó lo que toca a las riquezas, en el auto
IV, [XXII] y alguna otra cosa que puntualizaremos, y le plagió desmañadamente en el Prólogo.
En cambio sacó cuanto pudo, erudición y frases enteras de Juan de Mena, de quien el autor
apenas para nada se acuerda.
Hay que señalar en la primitiva Comedia una referencia al Diálogo entre el Amor y un viejo, de
Rodrigo de Cota; otra a la Cárcel de Amor, otra al Tostado.
¿Quién fue autor de la primitiva y verdadera Comedia de Calisto y Melibea? En Mena ni en
Cota no hay que pensar. ¿Lo fue Francisco de Rojas? Si no hubiera más que el testimonio de
Proaza y los acrósticos, sería para puesto en duda, porque un embuste o broma de más entre
tantas otras, bien poco montaría. Las pruebas, si lo son, las ha aportado el eruditísimo Serrano
y Sanz, uno de los trabajadores más sesudos, modestos, poco sonados y que más debieran
serlo de nuestros eruditos. El meritísimo Catedrático de la Universidad de Zaragoza halló y
estudió dos procesos de la Inquisición de Toledo que probaban vivía en 1518 y en 1525 un
bachiller Fernando de Rojas, que parece ser el mismo puesto en los acrósticos (Rev. Arch.,
1902). El primer proceso es de 1517 y 1518, contra uno que vivía en Talavera, y donde se
presenta como testigo el dicho [XXIII] bachiller; el otro, de 1525 y 1526, contra Álvaro de
Montalván, «vezino de la puebla de Montalván», acusado de judaísmo y de edad de setenta
años. El 7 de junio de 1525 declara el acusado tener cuatro hijos, entre ellos «Leonor Alvares,
muger del bachiller Rojas que conpuso a Melibea, veçino de Talavera», y añade: «aora XXXV
años», y «que nombrava por su letrado al bachiller Fernando de Rojas, su yerno, veçino de
Talavera, que es converso». El Inquisidor «le dixo que no ay lugar, e que nombre persona syn
sospecha; e asy nombro al liçençiado del Bonillo, e por procurador a Antonio Lopez». Si el
padre de Rojas era judío, lo probable es que lo fuera su madre, y tal lo cree hoy el mismo
Serrano y Sanz, aunque en su estudio opinó lo contrario. El año 1525 tenía la mujer de Rojas
treinta y cinco años, y su marido cree Serrano y Sanz tendría unos cincuenta, de modo que
hubo de escribir la Comedia a los veinticuatro años. Unos treinta y cinco años antes del 1521
dice el documento que la escribió, esto es, el año 1490, aunque veremos que probablemente
fue después de 1492.
Foulché-Delbosc concluye: «Tant qu'un témoignage indiscutable ne l'attestera pas, nous nous
refuserons à reconnaître Rojas comme l'auteur de la Comedia. Si les vers acrostiches [XXIV] en
1501, et son beau-père en 1525, lui attribuent cette paternité, c'est probablement que lui-même
s'en targuait: nous venons d'exposer les raisons pour lesquelles cette prétention nous semble
inadmisible. Loin de voir un insigne literato en Fernando de Rojas, nous estimons qu'il se donna
comme l'auteur d'un chef-d'oeuvre qu'un autre avait écrit.» (Rev. Hisp., 1902, pág. 185.)
En mi opinión, el autor de la Comedia, en su primer estado, si no con certeza, es muy
probablemente el Fernando de Rojas que aparece en los acrósticos y en los citados
documentos. No hay pruebas hasta ahora para no admitir el testimonio de estos últimos, y
aunque sin ellos los acrósticos no merecieran crédito, los documentos se lo prestan a los
acrósticos y los acrósticos corroboran el dicho de los documentos.
Por declaración del mismo Rojas y por testimonio de su suegro sabemos que era abogado.
Naturalizose en Talavera, pues ya aparece como vecino de aquella ciudad en 1517, y a ella se
refiere cuanto de él se sabe hasta el 1538. Ejerció aquel año en Talavera, desde el 15 de
Febrero al 21 de Marzo, el cargo de Alcalde mayor, sustituyéndole el Dr. Núñez de Durango,
según noticias comunicadas al Sr. Serrano por D. Luis Jiménez de la Llave y tomadas del
Archivo municipal. [XXV]
El autor del León Prodigioso (1636), el Licenciado Cosme Gómez Tejada de los Reyes, dice
en la Historia de Talavera, que escribió y se conserva manuscrita en la Biblioteca Nacional (Ms.
2039): «Fernando de Rojas, autor de la Celestina, fábula de Calixto y Melibea, nació en la
Puebla de Montalbán, como él lo dize al principio de su libro en unos versos de arte mayor
acrósticos; pero hizo asiento en Talavera: aquí vivió y murió y está enterrado en la iglesia del
convento de monjas de la Madre de Dios. Fue abogado docto, y aun hizo algunos años en
Talavera oficio de Alcalde mayor. Naturalizose en esta villa y dejó hijos en ella. Bien muestra la
agudeza de su ingenio en aquella breve obra llena de donaires y graves sentencias, espejo en
que se pueden mejor mirar los ciegos amantes, que en los christalinos adonde tantas horas
gastan riçando sus femeniles guedejas... y lo que admira es que, siendo el primer auto de otro
autor (entiéndese que Juan de Mena o Rodrigo de Cota) no solo parece que formó todos los
actos un ingenio, sino que es individuo (indivisible).» Como se ve, a carga cerrada admite este
historiador cuanto en el Prólogo y acrósticos se dice; pero las noticias acerca de Rojas no dejan
de tener su peso y gravedad, cual la del historiador que nos las comunica. [XXVI]
El testamento de su cuñada Constanza Núñez, descubierto por Pérez Pastor en el Archivo de
Protocolos de Madrid, nos ha permitido conocer el nombre de la hija de Rojas, que se llamó
Catalina Rojas, casada con su primo Luis Hurtado, hijo de Pedro de Montalbán.
En el archivo de la Parroquia del Salvador, de Talavera, hállanse las partidas de bautismo de
1544, 1550 y 1552, referentes a varios hijos de Álvaro de Rojas y de Francisco de Rojas,
casado el último con Catalina Álvarez, patronímico que llevaba también la mujer de Rojas. De
su familia fueron, pues, Álvaro y Francisco, si ya no eran sus propios hijos.
En las Relaciones geográficas, que los pueblos de Castilla dieron a Felipe II desde 1574 en
adelante, y se hallan en El Escorial, contestando a la pregunta de que se especificasen «las
personas señaladas en letras, armas y en otras cosas que haya en el dicho pueblo, o que
hayan nacido o salido de él», el bachiller Ramírez Orejón, clérigo, que fue, en compañía de
Juan Martínez, ponente, como hoy diríamos, de esta Relación, contesta que «de la dicha villa
(de la Puebla de Montalbán) fue natural el bachiller Rojas, que compuso a Celestina».
Hablemos ya de la obra, quiero decir de la Comedia de Calisto y Melibea, tal como la leemos
[XXVII] en la edición más antigua de Burgos de 1499, pues de lo añadido por el corrector harto
se dirá en las notas y ya hemos dado antes el juicio que nos merece.
«Los amantes desapoderadamente apasionados, que nos pintan los novelistas, son como los
aparecidos de que se atemorizan las viejas: todo el mundo habla de ellos y nadie los ha visto.»
Bonita frase de La Rochefoucauld; pero tan falsa como bonita. No pasa mes sin que leamos en
los periódicos tragedias amorosas, amantes que se matan a sí mismos o que matan a sus
amantes. Al día siguiente sólo se acuerdan de ellas los jueces y abogados que entienden en los
tribunales. «Parece cosa de novela», solemos decir al leerlas; «parece cosa de realidad»,
deberíamos decir al leer tales amores y sus tristes fenecimientos en una buena novela. Porque
los tribunales de justicia henchidos están de sus causas judiciales y los manicomios más llenos
todavía de sus tristes víctimas.
¿Y hay casa, hay por ventura pecho donde el amor no esté desenvolviendo su eterna
tragedia? ¿No trae enlazados en sus doradas redes y distraídos a los mozos, revueltos y
alterados a los hombres, desasosegados a los mismos viejos? ¿Quién se librará de sus dulces
asechanzas? Como se cobija en la ligera cabeza de la [XXVIII] mozuela, así, y sin otros
miramientos, se cuela en la grave sesera del senador, del magistrado, del filósofo. Él mancilla y
empaña las almas virginales, encizaña las familias, trueca las condiciones, quebranta las
amistades, desvela a los más tranquilos, convierte en homicidas a los mismos amantes,
alborota los espíritus, levanta guerras, asuela ciudades, revuelve el mundo. ¿Acaso hay nada
en él que no se haga por el amor?
No es una niñería, un lujo, un pasatiempo de desocupado; la vida de la humanidad cuelga de
él. Demás estarían las ciudades, sobrarían los ejércitos, holgarían las tierras, si hombres no
hubiese; pero si hay hombres es porque hay amor. Para tan grave cargo, como le encomendó
la naturaleza, hubo de dotarle de poderes no pensados: el amor es fuerte, furioso, loco. Que la
vida de los hombres cuesta mucho y es menester el colmo de la locura para escotarla. Sin esa
«titillatio, concomitante idea causae externae», como paradisíacamente definió Espinosa el
amor, el mundo se acababa, y es harto grave cosa el mundo.
Por muchas que sean, las víctimas del amor, por aciagos que sean los acaecimientos que
ocasiona, por muertes, desolaciones, ruinas, que amontone sobre la haz de la tierra, más
necesita, [XXIX] más se merece, más se le debe, más demanda, con nada de eso se paga: a
cambio de desastres, guerras, tragedias sin cuento, da lo que con nada de eso es comparable,
la vida de los hombres sobre la tierra. Y no es ello de tan menguado precio, que no haya
permitido Dios, según la doctrina católica, hasta que el pecado entrase en el mundo y le
señorease, y con él la muerte, y tras la muerte y el pecado, que la misma Divinidad encarnase y
fuese blanco de estos dos tiranos del mundo.
El amar es luchar, sufrir y morir, no menos, antes mucho más es vivir, de donde nace que vivir
es morir, sufrir y luchar. El demonio del amor es el demonio de la muerte, pero eso por ser el
demonio de la vida.
Esta es la no sé si llamarla tragedia o comedia del mundo y del vivir de los hombres. Sabíalo,
por lo menos, muy bien sabido el que compuso la Tragicomedia de Calisto y Melibea, cuando
cifró toda esta filosofía del amor, de la vida y del mundo en el último auto, donde exclama el
viejo Pleberio, que de viejos es exprimir todo el sustancioso jugo de la vida: «¡O vida de
congoxas llena, de miserias acompañada! ¡O mundo, mundo! Muchos de ti dixeron, muchos en
tus qualidades metieron la mano. A diversas cosas por oydas te compararon; yo [XXX] por triste
esperiencia lo contaré, como a quien las ventas y compras de tu engañosa feria no
prósperamente sucedieron... ¡O amor, amor!, que no pensé que tenías fuerça ni poder de matar
a tu subjetos!... ¿Quien te dio tanto poder? ¿Quién te puso nombre que no te conviene? Si
amor fuesses, amarías a tus sirvientes; si los amases, no les darías pena; si alegres viviesen,
no se matarían, como agora mi amada hija... Alegra tu sonido, entristece tu trato.
¡Bienaventurados los que no conociste o de los que no te curaste!»
He aquí la conclusión de la Tragicomedia, y he aquí la raíz de la filosofía schopenhaueriana,
del pesimismo de la vida y del amor. El cual en La Celestina es lo que el Ananke o fatalidad en
la tragedia griega, lo que levanta el drama, o, mejor diré, lo hunde en la sima del espanto y
terror con que atrae a los lectores o espectadores, les hiela el corazón y juntamente les
encadena halagüeñamente el gusto, les enhechiza y ciega y, quieras que no, los arrastra y
despeña consigo en sus honduras lóbregas e inapeables. Y venturoso de aquel, que por este
poder del arte trágico, hundido y ensimismado en las lobregueces de sí mismo, llegue a
comprender lo que es el amor, el mundo y la vida en sus más soterradas y filosóficas raíces,
amargas, sí; pero, [XXXI] por lo mismo, empapadas en el sustancioso jugo de la más alta
sabiduría.
Ahora vendrán y se nos echarán encima todos los moralistas, pasados y presentes, y también
los que aún no son nacidos, y condenarán La Celestina como libro que «es afrenta hasta el
nombrarlo, y que debería mandarse por justicia que no se imprimiese ni menos se vendiese,
porque su doctrina incita la sensualidad a pecar y relaja el espíritu a bienvivir.»
¡Sapientísimo señor Obispo de Mondoñedo, Fr. Antonio de Guevara, discretísimo maestro
Luis Vives y cuantos les hacéis coro y se lo hicisteis desde que La Celestina se leyó! Guardaos
esos vuestros discretísimos consejos para quienes no se compuso La Celestina, quiero decir
para monjitas y colegialas; que los que quieran conocer el mundo, el hombre, el vivir y su
amarga y agridulce raíz, el amor, en que consiste toda la sabiduría, y por cuyo conocimiento
fuisteis vosotros mismos sapientísimos varones y maestros de la filosofía española, leerán la
Tragicomedia y aprenderán y... no se escandalizarán...
Esto cuanto al intento y espíritu de la obra; los medios de ejecución atañen al literato. Pero de
ellos, que pueden reducirse a los caracteres, la invención y composición de la fábula y,
finalmente, al estilo y lenguaje, se ha dicho tanto y [XXXII] con tanto acierto, que duelo da el
escoger, habiendo de dejar lo más, y aun lo mejor escogido no cabría en esta Introducción.
Menéndez y Pelayo llenará las medidas del curioso que desee enterarse (Orígenes de la
Novela, t. III).
Libro en mi entender diviSi encubriera más lo huma-.
dijo Cervantes cuan breve y galanamente pudiera decirse. No volveré a lo del encubrir lo
humano, que el propio Cervantes se sabía muy bien no fuera hacedero sin deshacer lo divino,
que el libro encierra: que fuera hacer una sortija de oro sin oro.
«¿Quales personas os parecen que están mejor exprimidas?», pregunta Martio en el Diálogo
de las lenguas. Y responde su autor, Juan de Valdés: «La Celestina está, a mi ver, perfetísima
en todo quanto pertenece a una fina alcahueta.» Tan es así, que el pueblo español, con certera
crítica, hizo de Celestina un nombre apelativo, no a modo de sustantivo, como de otros famosos
personajes, por manera que decimos: Fulano es un Quijote, es un Sancho Panza, es un
Tenorio; sino que celestina llamamos a toda trotaconventos, tercerona o alcahueta, sin más
cortapisas y como adjetivo corriente. Y que no tiene semejante. Porque no es la alcahueta
común, [XXXIII] sino la de diabólico poder y satánica grandeza. «Porque Celestina -dice
Menéndez y Pelayo- es el genio del mal encarnado en una criatura baja y plebeya, pero
inteligentísima y astuta, que muestra en una intriga vulgar tan redomada y sutil filatería, tanto
caudal de experiencia moderna, tan perversa y ejecutiva y dominante voluntad, que parece
nacida para corromper el mundo y arrastrarle encadenado y sumiso por la senda lúbrica y
tortuosa del placer.» «A las duras peñas promoverá e provocará a luxuria, si quiere», dice
Sempronio.
Hay en Celestina un positivo satanismo, es una hechicera y no una embaucadora. Es el
sublime de mala voluntad, que su creador supo pintar como mujer odiosa, sin que llegase a ser
nunca repugnante; es un abismo de perversidad, pero algo humano queda en el fondo, y en
esto lleva gran ventaja al Yago de Shakespeare, no menos que en otras cosas.
Elicia y Areusa son figuras perfectamente dibujadas, discípulas de Celestina, no prostitutas de
mancebía o mozas del partido, sino «mujeres enamoradas», como las llamaban, que viven en
sus casas, sin el sentimentalismo de las de Terencio ni el ansia y sed de ganancia de las de
Plauto, más verisímiles que las primeras y menos abyectas que las segundas. Los criados
[XXXIV] de Calisto son todavía menos romanos y más españoles; no esclavos, sino consejeros
y confidentes, que le ayudan y acompañan, aunque avariciosos y cobardes.
Calisto y Melibea han sido siempre comparados con Romeo y Julieta en lo infantiles,
apasionados y candorosos. «Mucho de Romeo y Julieta se halla en esta obra -dice Gervinus
(Histor. de la poes. alem.)-, y el espíritu según el cual está concebida y expresada la pasión es
el mismo.» Y Menéndez y Pelayo, a quien seguimos: «Nunca antes de la época romántica
fueron adivinadas de un modo tan hondo las crisis de la pasión impetuosa y aguda, los súbitos
encendimientos y desmayos, la lucha del pudor con el deseo, la misteriosa llama que prende en
el pecho de la incauta virgen, el lánguido abandono de las caricias matadoras, la brava
arrogancia con que el alma enamorada se pone sola en medio del tumulto de la vida y reduce a
su amor el universo y sucumbe gozosa, herida por las flechas del omnipotente Eros. Toda la
psicología del más universal de los sentimientos humanos puede extraerse de la tragicomedia.
Por mucho que apreciemos el idealismo cortesano y caballeresco de D. Pedro Alarcón, ¡qué
fríos y qué artificiosos y amanerados parecen los galanes y damas de sus comedias al lado
[XXXV] del sencillo Calisto y de la ingenua Melibea, que tienen el vicio de la pedantería escolar,
pero que nunca falsifican el sentimiento!»
Cuanto al arte de la composición dramática, la traza es sencillísima, clara y elegante, y más
de maravillar por la época en que se compuso, antes de nacer el teatro moderno, puesto que es
la primera madre de él La Celestina. Calisto, de noble linaje, entra, siguiendo a un halcón, en la
huerta donde halla a Melibea. Enamorado de ella y desdeñado, acude a Celestina, que con sus
arterías y hechizos prende el mismo fuego en el pecho de la virginal doncella, y con sus mañas
y mujeres se atrae la voluntad de los criados de Calisto. Pero la codicia la hace a ella no querer
partir con ellos el collar que le había regalado el galán tan bien servido, y a ellos que maten a la
vieja, quedando medio descalabrados al saltar por la ventana, huyendo de la justicia, y
ahorcados por ésta en la plaza. Sólo al través de la puerta se habían hablado los amantes, y,
según lo concertado, va de noche Calisto a la huerta de Melibea; pero después de lograr tan
apetecida dicha, al salir y saltar de la tapia, cae muerto el amante. Ella, al saberlo, como
heroína del amor, hace que su padre la oiga al pie de la torre, en cuya azotea ella sola le cuenta
su desgracia y luego se deja caer muerta a sus [XXXVI] pies. El triste anciano endecha tan
horrible desventura y las miserias del mundo, de la vida y del amor.
«El genio gusta de la sencillez, el ingenio gusta de las complicaciones -dice Lessing en su
Dramaturgia... -El genio no puede interesarse más que por aventuras, que tienen su
fundamento unas en otras, que se encadenan como causas y efectos.» Hasta la muerte de
Celestina todo era comedia, la comedia del amor y de la vida; desde aquel punto se convierte la
acción en tragedia. Mueren ambos criados. Torna lo agradable con la escena de la huerta. Pero
cuanto más agradable, más triste y terrible siéntese la desgracia inesperada de Calisto y la
trágica muerte de Melibea. Este cambio repentino es de efecto maravilloso. El despeño de la
acción así preparado y ejecutado es lo más admirable de la obra.
Del estilo y lenguaje de La Celestina la mayor alabanza que le cabe es haber casado en ella
su autor el período y sintaxis, que venía fraguándose por influjo humanista del Renacimiento y
en que sobresalieron el Arcipreste de Talavera, Hernando de Pulgar, Fernán Pérez de Guzmán,
Diego de San Pedro y Mosén Diego de Valera, con la frase y modismos, [XXXVII] refranes y
voces del uso popular, que nadie hasta él había empleado. El autor de La Celestina llevó el
habla popular a la prosa, como el Arcipreste de Hita la llevó al verso.
De aquí las dos corrientes de estilo y lenguaje, que cualquiera echa de ver en La Celestina. El
habla ampulosa del Renacimiento erudito la pone en los personajes aristocráticos, y a veces en
los mismos criados, que remedan a su señor; el habla popular campea en la gente baja, sobre
todo en Celestina; a veces, y siempre más o menos, se mezclan y hacen un todo rimbombante,
prosopopeico y abultado para nosotros, pero muy propio de la época aquella. «El Renacimiento
-dice Menéndez y Pelayo- no fue un período de sobriedad académica, sino una fermentación
tumultuosa, una fiesta pródiga y despilfarrada de la inteligencia y de los sentidos. Ninguno de
los grandes escritores de aquella edad es sobrio ni podía serlo.» Estamos todavía lejos de
aquel maravilloso prosista de los tiempos de Carlos V, Juan de Valdés, cuyo principio estilístico
será eternamente el único verdadero: «Que digáis lo que queráis con las menos palabras que
pudiéredes, de tal manera que, esplicando bien el conceto de vuestro ánimo y dando a
entender lo que queréis dezir, de las palabras, que pusiéredes en una cláusula o razón,
[XXXVIII] no se pueda quitar ninguna sin ofender o a la sentencia della o al encarecimiento o a
la elegancia.»
«¿Qué os parece del estilo?», le pregunta Torres, hablando de La Celestina. «En el estilo, a la
verdad, va bien acomodado a las personas que hablan. Es verdad que pecan en dos cosas, las
cuales fácilmente se podrían remediar...: la una es el amontonar de vocablos algunas veces tan
fuera de propósito, como magnificat a maytines; la otra es en que pone algunos vocablos tan
latinos, que no se entienden en el castellano y en partes adonde podría poner propios
castellanos, que los hay. Corregidas estas dos cosas en Celestina, soy de opinión que ningún
libro hay escrito en castellano adonde la lengua esté más natural, más propia ni más elegante.»
Tiene razón. Las voces latinas son pocas en comparación con las que usaron Juan de Mena,
Juan de Lucena, para no hablar de otros renacentistas que habían perdido los pulsos, casi tanto
como algunos mozos escritores de hoy, que creen escribir elegante castellano, y dar a entender
que saben latín y hasta griego empedrando su estilo de voces bárbaras, pues bárbaras para el
castellano son las griegas y latinas. Pero Valdés no podía ver estas barbaridades y hace bien
en tachar las pocas de La Celestina. [XXXIX]
Pero es el primer libro donde se ve el habla popular y no mal casada con la erudita, y, aunque
con alguna afectación, hermosamente arreada a la latina cuanto a la construcción del período
prosaico. Por eso era el libro más natural y elegante escrito hasta entonces, y en él y en las
Epístolas de Guevara y el Lazarillo, que vinieron más tarde, fue donde españoles y extranjeros
aprendían nuestro idioma.
El Renacimiento español puede decirse que nace con La Celestina, y con ella nace nuestro
teatro, pero tan maduro y acabado, tan humano y recio, tan reflexivo y artístico, y a la vez tan
natural, que ningún otro drama de los posteriores se le puede comparar.
Es La Celestina para leída, más bien que para representada, cabalmente por carecer de
convencionalismos teatrales y no estar atada a otros fueros que a los de la libertad y de la vida,
que la vida y la libertad no pueden encorralarse entre bastidores. Pero el alma es dramática,
dramáticos los personajes, los lances, el desenvolvimiento interno y el lenguaje dialogado, tan
diferente del lenguaje de Cervantes, como el drama lo es de la novela. No es novela dramática,
porque toda novela es narración; ni poema dramático, porque no menos es narración todo [XL]
poema; es puro drama, y no representable por tan puro drama como es y pura vida.
El naturalismo o realismo, o como quiera llamarse al mirar derechamente a la naturaleza, a los
hombres, y quintaesenciar una y otros por el arte, es tan fuerte aquí como en la obra del
Arcipreste de Hita; aunque ya lo postizo del remedo humanista altere los personajes señoriles
de Calisto y Melibea con la folla, que hasta en la vida real afectaban en el habla las personas
cultas.
Tal es, en mi opinión, La Celestina primitiva, quiero decir la Comedia de Calisto y Melibea, que
se imprimió en Burgos el año de 1499.
Ediciones a que se refieren algunas variantes:
B. Burgos, 1499.
S. Sevilla, 1502, reproducida en la de Venecia, 1534 según dicen.
R. Roma, 1506, traducción italiana.
Z. Zaragoza, 1507, edición Gorchs, Barcelona, 1842.
A. Madrid, 1822, editada por León Amarita.
O. Rouen, 1633, editada en casa de Carlos Osmont, con el texto castellano y traducción
francesa al lado.
V. Valencia, 1514, reeditada por Krapf, Vigo, 1900.
JULIO CEJADOR. [3]
El autor a vn su amigo
Suelen los que de sus tierras absentes se hallan considerar de qué cosa aquel lugar donde [4]
parten mayor inopia o falta padezca, para con la tal seruir a los conterráneos, de quien en algún
tiempo beneficio recebido tienen e, viendo que legítima obligación a inuestigar lo semejante me
compelia para pagar las muchas mercedes de vuestra libre liberalidad recebidas, assaz vezes
retraydo en mi cámara, acostado sobre mi propia mano, echando mis sentidos por ventores e
mi juyzio a bolar, me venia a la memoria, no sólo la necessidad que nuestra común patria tiene
de la presente obra, por la muchedumbre de galanes e enamorados mancebos que possee,
pero aun en particular vuestra misma persona, cuya juventud de amor ser presa se me
representa auer visto y dél cruelmente lastimada, a causa de le faltar defensivas armas para
resistir sus fuegos, las quales hallé esculpidas en estos papeles; no fabricadas en las grandes
herrerías de Milán, mas en los claros ingenios de doctos varones castellanos formadas. [5] E
como mirasse su primor, sotil artificio, su fuerte e claro metal, su modo e manera de lauor, su
estilo elegante, jamás en nuestra castellana lengua visto ni oydo, leylo tres o quatro vezes. E
tantas quantas más lo leya, tanta más necessidad me ponía de releerlo, e tanto más me
agradaua, y en su processo nueuas sentencias sentía. Vi, no sólo ser dulce en su principal
hystoria, o fición toda junta; pero avn de algunas sus particularidades salían deleytables
fontezicas de filosofía, de otros agradables donayres, de otros auisos e consejos contra
lisonjeros e malos siruientes, e falsas mugeres hechiceras. Vi que no tenía su firma del auctor,
el qual, según algunos dizen, fue Juan de Mena, e según otros, [6]Rodrigo Cota; pero quien
quier que fuesse, es digno de recordable memoria por la sotil inuención, por la gran copia de
sentencias entrexeridas, que so color de donayres tiene. ¡Gran filósofo era! E pues él con temor
de detractores e nocibles lenguas, más aparejadas a reprehender que a saber inuentar, quiso
celar e encubrir su nombre, no me culpeys, si en el fin baxo que lo pongo, no espressare el mío.
Comentario [SC2]: Recuérdes
e que no es del autor.
Suponiéndola de Proaza, editor y
corrector, queda aclarada la carta.
En ella se ve tambalear el
pensamiento entre lo que Proaza
sentía de la obra como editor y lo
que hacía decir al supuesto autor.
Trasparéntase este doble
pensamiento: el propio y el fingido
que el autor cuelga, y de ahí la
vaguedad de toda ella.
Comentario [SC3]: Absentes.
Cualquiera diría que Rojas vivió
con Proaza en Valencia y que,
habiéndose ausentado, quiere
servir a los valencianos con el
primer auto hallado de La
Celestina. Nada hay, sin embargo,
... [1]
Comentario [SC4]: Donde, de
+ onde, de donde. HERR., Agr., 5,
5: Al corcho de la colmena, donde
salen. Cid, 353: En el costado...dont
[2]
Comentario [SC5]: Inopia,
latinismo.
Comentario [SC6]: Ventres,
perros que ventean la caza.
Comentario [SC7]: Ser presa,
participio, no sustantivo.
Comentario [SC8]: Hallé
esculpidas, en el primer auto, que
luego dice ser el hallado, no hay
tales armas, sino el comienzo...
que
[3]
Comentario [SC9]: Milán.
Preciosas eran las armas que en
aquella ciudad se fabricaban; pero
aquí comienza el corrector a ... [4]
Comentario [SC10]: De
doctos varones. ¿Cuántos
concurrieron a hacer un solo auto?
Pues de él se trata en esta carta.
... [5]
Comentario [SC11]: Sentencia
s. ¡Bien pocas son las del primer
auto!
Comentario [SC12]: Principal
hystoria. ¡En el primer auto no hay
historias secundarias ni siquiera
principal llevada al cabo!
Comentario [SC13]: Consejos
contra lisonjeros, etc., no los hay
en el primer auto.
Comentario [SC14]: Mena...
Cota, nombres que se añadieron
aquí en la segunda redacción de la
Carta. Sólo Proaza era capaz...
de [6]
Comentario [SC15]: Nocibles,
de nocir, dañar, de nocere.
Comentario [SC16]: En el fin
baxo que lo pongo; aquí baxo no
puede ser más que adjetivo por
abyecto, despreciable, pues, como
... [7]
Mayormente que, siendo jurista yo, avnque obra discreta, es agena de mi facultad e quien lo
supiesse diría que no por recreación de mi principal estudio, del qual [7] yo más me precio,
como es la verdad, lo hiziesse, antes distraydo de los derechos, en esta nueua labor me
entremetiesse. Pero avnque no acierten, sería pago de mi osadía. Assimesmo pensarían que
no quinze días de vnas vacaciones, mientra mis socios en sus tierras, en acabarlo me
detuuiesse, como es lo cierto; pero avn más tiempo e menos acepto. Para desculpa de lo qual
todo, no solo a vos, pero a quantos lo leyeren, offrezco los siguientes metros. E porque
conozcays dónde comiençan mis maldoladas razones, acordé que todo lo del antiguo auctor
fuesse sin diuisión en vn aucto o cena incluso, [8] hasta el segundo aucto, donde dize:
«Hermanos míos, etc.». Vale. [9]
El autor
Escusándose de su yerro en esta obra que escrivió, contra sí arguye e compara
El silencio escuda e suele encubrir
La falta de ingenio e torpeza de lenguas;
Blasón que es contrario, publica sus menguas
A quien mucho habla sin mucho sentir.
Como hormiga que dexa de yr,
Holgando por tierra, con la prouisión:
Jactose con alas de su perdición:
Lleuáronla en alto, no sabe dónde yr.
Prosigue.
El ayre gozando ageno y estraño,
Rapina es ya hecha de aues que buelan
Fuertes más que ella, por ceuo la llieuan:
En las nueuas alas estaua su daño. [10]
Razón es que aplique a mi pluma este engaño,
No despreciando a los que me arguyen
Assí, que a mí mismo mis alas destruyen,
Nublosas e flacas, nascidas de ogaño.
Prosigue.
Donde esta gozar pensaua bolando
O yo de screuir cobrar mas honor
Del vno y del otro nasció disfauor:
Ella es comida e a mí están cortando
Reproches, reuistas e tachas. Callando
Obstara, e los daños de inuidia e murmuros
Insisto remando, e los puertos seguros
Atrás quedan todos ya quanto más ando.
Comentario [SC17]: Obra
discreta. Si lo es, ¿cómo con ella
pone al autor en un fin baxo, esto
es, ruin, despreciable?
Comentario [SC18]: A la
cuenta de las boberías hay que
poner también la razón que aquí da
de que siendo jurista escribiera
obra tan discreta. Nada añado de
lo retorcido del estilo.
Comentario [SC19]: Quinze
días. «Credat Iudaeus Apella; non
ego.» Aunque, a tantos embelecos,
añadir uno más, no es cosa de
maravillar. ¡Buena manera de
realzar el mérito del autor, que es
lo que Proaza pretende!
Comentario [SC20]: Mientra,
de donde mientras. C. VILLAL.,
Schol., I, p. 58: Extremada locura
es pensar ninguno que mientra
vive ha de satisfacer. Cal. Dimna,
7: Et de mientra que el león se fue.
Socios, latinismo.
Comentario [SC21]: Acepto,
latinismo.
Comentario [SC22]: Maldolad
as, latinismo, y son ya hartos para
una carta. A ellos aludía Juan de
Valdés, sin duda. Dolare es
debastar.
Comentario [SC23]: Confund
e aucto con cena, lo cual
dificultosamente puede atribuirse
al autor. Aucto dice siempre el
corrector; auto siempre en la
redacción primitiva. ¿Envió Rojas
esta Carta y los acrósticos a
Proaza para que los insertase en la
edición de Sevilla de 1501? Creálo
el que no vea el montón de
contradicciones, las boberías de un
discípulo de Mena y lo avieso de la
prosa. Dejado de la mano de Dios
había de estar el autor de los 16
autos para caer en tan disparatado
consejo.
Comentario [SC24]: Sigue la
comezón por imitar a Juan de
Mena en el metro y manera de
escribir. Bien propio es todo esto
de un maestro de retórica, como lo
fue Proaza, no menos que el hacer
acrósticos, y el pensamiento de
falsa modestia que aquí tan
diluidamente va exponiendo.
Comentario [SC25]: ¡Ya
tardaba Juan de Mena en asomar la
cabeza! «Deve los puertos seguros
tomar» (Laberinto, c. 133)
Prosigue.
Si bien quereys ver mi limpio motiuo,
A quál se endereça de aquestos estremos,
Con quál participa, quién rige sus remos,
Apollo, Diana o Cupido altiuo,
Buscad bien el fin de aquesto que escriuo,
O del principio leed su argumento:
Leeldo, vereys que, avnque dulce cuento,
Amantes, que os muestra salir de catiuo. [11]
Comparación.
Como el doliente que píldora amarga
O la recela, o no puede tragar,
Métela dentro del dulce manjar;
Engáñase el gusto, la salud se alarga:
Desta manera mi pluma se embarga,
Imponiendo dichos lasciuos, rientes,
Atrae los oydos de penadas gentes:
De grado escarmientan e arrojan su carga.
Buelve a su propósito.
Estando cercado de dubdas e antojos,
Compuse tal fin que el principio desata;
Acordé dorar con oro de lata
Lo más fino tibar que vi con mis ojos
Y encima de rosas sembrar mill abrojos.
Suplico, pues, suplan discretos mi falta.
Teman grosseros y en obra tan alta
O vean e callen o no den enojos. [12]
Comentario [SC26]: Que,
repetido en el verso siguiente y sin
necesidad, aunque a veces se
permitía por la claridad.
Comentario [SC27]: De
cativo, de mal.
Comentario [SC28]: Algunos
creen ver aquí una imitación de
Lucrecio (l. 4, v. 11); pero por
maravilla habrá místico español
que, sin acordarse de Lucrecio,
haya dejado de menudear esta
metáfora, que empleamos todos.
Ni siquiera habla aquí de los niños,
como Lucrecio: pueris.
Comentario [SC29]: Se
embarga, aquí verbo impropio,
pues esos dichos atraen y no
embargan o embarazan el intento.
Comentario [SC30]: Penadas,
por el amor.
Comentario [SC31]: Oro de
lata, sigue la humildad o falsa
modestia de retórico.
Comentario [SC32]: Lo fino
tibar, mal dicho por el más fino
tibar, pues el oro de Tíbar o el
Tíbar es masculino y así se decía.
Prosigue dando razones por que se mouio a acabar esta obra.
Yo vi en Salamanca la obra presente:
Mouime acabarla por estas razones:
Es la primera, que estó en vacaciones,
La otra imitar la persona prudente;
Y es la final, ver la más gente
Buelta e mezclada en vicios de amor.
Estos amantes les pornán temor
A fiar de alcahueta, ni falso siruiente.
Comentario [SC33]: En
Salamanca. Es la ficción de los
quince días de unas vacaciones,
que puso en la Carta.
Comentario [SC34]: Imitar,
así en Z, A; en V y S inventar. La
persona prudente, al autor del
primer auto.
Comentario [SC35]: Dos mill,
bien pocas hay en el primer auto,
que es el que aquí se pretende
alabar; sino que en su deseo está el
alabar los 16 autos.
E assí que esta obra en el proceder
Fue tanto breue, quanto muy sotil,
Vi que portaua sentencias dos mill
En forro de gracias, labor de plazer.
No hizo Dédalo cierto a mi ver
Alguna más prima entretalladura,
Si fin diera en esta su propia escriptura
Cota o Mena con su gran saber. [13]
Comentario [SC36]: Vuelve
Juan de Mena con su Dédalo y
entretalladura a sorberle el seso a
su discípulo. (Laber., 142 y 144)
Jamás yo no vide en lengua romana,
Después que me acuerdo, ni nadie la vido,
Obra de estilo tan alto e sobido
En tusca, ni griega, ni en castellana.
No trae sentencia, de donde no mana
Loable a su auctor y eterna memoria,
Al qual Jesucristo resciba en su gloria
Por su passión santa, que a todos nos sana.
Amonesta a los que aman que siruan a Dios y dexen las malas cogitacion(e)s e vicios de amor.
Uos, los que amays, tomad este enxemplo,
Este fino arnés con que os defendays:
Bolued ya las riendas, porque no os perdays;
Load siempre a Dios visitando su templo.
Andad sobre auiso; no seays d'exemplo
De muertos e biuos y propios culpados:
Estando en el mundo yazeys sepultados.
Muy gran dolor siento quando esto contemplo.
Fin.
O damas, matronas, mancebos, casados,
Notad bien la vida que aquestos hizieron,
Tened por espejo su fin qual ouieron: [14]
A otro que amores dad vuestros cuydados,
Limpiad ya los ojos, los ciegos errados,
Virtudes sembrando con casto biuir,
A todo correr deueys de huyr,
No os lance Cupido sus tiros dorados. [15]
Prólogo
Comentario [SC37]: Cota o
Mena. Esto lo puso en la edición
de Sevilla de 1502, de 21 autos; en
la del año anterior, de 1501, de la
misma ciudad, había puesto: «Si
fin diera en esta su propia
escriptura, | Corta: un gran
hombre y de mucho valer.»
Proaza, editor de entrambas
ediciones, quita y pone como en
hacienda propia y no se olvida de
Mena un momento.
Comentario [SC38]: Después
que me acuerdo, modo impropio
de decir y pensar.
Comentario [SC39]: Y dale
con Juan de Mena, que escribió:
«A otro que amores dad vuestro
cuidados» (Laber., 107). El
Laberinto se imprimió en 1496 y
se escribió en 1444, corriendo
mucho los manuscritos entre sus
aficionados.
Comentario [SC40]: ¿Quién
es el autor de este Prólogo?
Aparece por primera vez en la
edición de Sevilla de 1502. Ahora
bien, en ella Proaza añadió otra
copia al fin: «Penados amantes...»,
para justificar el nuevo título de
Tragicomedia, que también
aparece por vez primera en esta
edición: «Toca cómo se devía la
obra llamar tragicomedia e no
comedia», como dice el mismo
Proaza con la copla que añade.
Suyo es, pues, este título. Suyas
son las tres nuevas octavas que da
como del autor al fin de la obra y
también salen por primera vez en
esta edición («Concluye el autor»),
de las cuales la primera es la
última de las once coplas
preliminares de la edición del año
anterior de 1501, con ciertas
variantes, como dice Bonilla.
Suyas, pues, fueron las once
coplas. Ahora bien, el Prólogo
... [8]
Comentario [SC41]: Continua
ción... Dígase si hay proporción
entre la tesis de la lucha universal
y el discutir sobre una comedia, y
se verá si tal prólogo es digno del
ingenio que la comedia escribió.
Además, propio es del corrector y
añadidor de autos el tomar cosas
de Juan de Mena. Pues bien, en
... [9]
Todas las cosas ser criadas a manera de contienda o batalla, dize aquel gran sabio Eráclito
[16] en este modo: «Omnia secundum litem fiunt.» Sentencia a mi ver digna de perpetua y
recordable memoria. E como sea cierto que toda palabra del hombre sciente está preñada,
desta se puede dezir que de muy hinchada y llena quiere [17] rebentar, echando de sí tan
crescidos ramos y hojas, que del menor pimpollo se sacaría harto fruto entre personas
discretas. Pero como mi pobre saber no baste a mas de roer sus secas cortezas de los dichos
de aquellos, que por claror de sus ingenios merescieron ser aprouados, con lo poco que de allí
alcançare, satisfaré al propósito deste perbreue prólogo. Hallé esta sentencia corroborada por
aquel gran orador e poeta laureado, Francisco Petrarcha, diziendo: «Sine lite atque offensione
nihil genuit natura parens»: Sin lid e offensión ninguna cosa engendró la natura, madre de todo.
Dize más adelante: «Sic est enim, et sic propemodum universa testantur: rapido stellæ obviant
firmamento; contraria inuicem elementa confligunt; terræ tremunt; maria fluctuant; aer quatitur;
crepant flammæ; bellum immortale venti gerunt; tempora temporibus concertant; secum singula
nobiscum omnia». Que quiere dezir: «En verdad assí es, e assí todas las cosas desto dan
testimonio: las estrellas se encuentran en el arrebatado firmamento del cielo; los aduersos
elementos vnos con otros rompen pelea, tremen las tierras, ondean los mares, el ayre se
sacude, suenan las llamas, los vientos entre si traen perpetua guerra, los tiempos con tiempos
contienden e litigan entre si, vno a vno e todos contra nosotros.» El [18] verano vemos que nos
aquexa con calor demasiado, el inuierno con frío y aspereza: assí que esto nos paresce
reuolución temporal, esto con que nos sostenemos, esto con que nos criamos e biuimos, si
comiença a ensoberuecerse más de lo acostumbrado, no es sino guerra. E quanto se ha de
temer, manifiéstase por los grandes terromotos e toruellinos, por los naufragios y encendios,
assí celestiales como terrenales; por la fuerça de los aguaduchos, por aquel bramar de truenos,
por aquel temeroso ímpetu de rayos, aquellos cursos e recursos de las nuues, de cuyos
abiertos mouimientos, para saber la secreta causa de que proceden, no es menor la dissension
de los [19] filósofos en las escuelas, que de las ondas en la mar.
Pues entre los animales ningún género carece de guerra: pesces, fieras, aues, serpientes, de
lo qual todo, vna especie a otra persigue. El león al lobo, el lobo la cabra, el perro la liebre e, si
no paresciesse conseja de tras el fuego, yo llegaría más al cabo esta cuenta. El elefante, animal
tan poderoso e fuerte, se espanta e huye de la vista de vn suziuelo ratón, e avn de solo oyrle
toma gran temor. Entre las serpientes el basilisco crió la natura tan ponçoñoso e conquistador
de todas las otras, que con su siluo las asombra e con su venida las ahuyenta e disparze, con
su vista las mata. La bíuora, reptilia o serpiente [20] enconada, al tiempo del concebir, por la
boca de la hembra metida la cabeça del macho y ella con el gran dulçor apriétale tanto que le
mata e, quedando preñada, el primer hijo rompe las yjares de la madre, por do todos salen y
ella muerta queda y él quasi como vengador de la paterna muerte. ¿Que mayor lid, que mayor
conquista ni guerra que engendrar en su cuerpo quien coma sus entrañas?
Pues no menos dissensiones naturales creemos auer en los pescados; pues es cosa cierta
gozar la mar de tantas formas de pesces, quantas la tierra y el ayre cría de aues e animalias e
muchas más. Aristótiles e Plinio cuentan marauillas de un pequeño pece llamado Echeneis,
quanto sea apta su propriedad para diuersos géneros de lides. Especialmente tiene vna, que si
[21] llega a vna nao o carraca, la detiene, que no se puede menear, avnque vaya muy rezio por
las aguas; de lo qual haze Lucano mención, diziendo:
Non puppim retinens, Euro tendente rudentes,
In mediis Echeneis aquis.
Comentario [SC42]: Sigue
traduciendo al Petrarca: «Ver
humidum, aestas arida, mollis
autumnus, hyems hispida et quae
vicissitudo dicitur pugna et...»
Francisco Madrid vierte: ·El
verano húmido, el estío seco,
mojado el otoño y el invierno
erizado e lo que llaman
sucessiones en la verdad
contienda, e las mismas cosas que
nos crían e por quien bivimos, que
con tantos halagos nos regalan, si
se comienzan a enseñar quan
espantables sean, muestranlo los
terremotos, los arrebatados
torvellinos, los naufragios y los
fuegos crueles del cielo y de la
tierra. Qué sobresalto el granizo,
qué fuerça de las lluvias, qué
temor el del tronido, qué ímpetu el
del rayo, qué ravia la de las
tempestades, qué hervor, qué
bramido el del mar, qué ruydo el
de los arroyos... ay en las escuelas
tanta discordia entre los
philosophos como en el mar entre
las ondas. Pues qué diré, que
ningún animal caresce de guerra,
los peces, las fieras, las aves,
...las
[10]
Comentario [SC43]: Aguaduc
hos, avenidas de aguas (véase mi
edic. de Hita.)
Comentario [SC44]: Conseja
de las que dicen las viejas tras el
fuego, como dijo Santillana de los
refranes que recogió en los
hilanderos o veladas.
Comentario [SC45]: «De
todos cuantos animales hay al que
más aborrecen es al ratón y, si
sienten que la comida que les
echan en el pesebre ha sido tocada
de alguno, no la quieren» (Plin. en
HUERTA, 8, 10)
Comentario [SC46]: Del
basilisco véase HUERTA, Plin., 8,
21. De la víbora diremos después.
Sigue la traducción del Petrarca:
«El basilisco a todas las otras
sierpes espanta con el siflo,
destierra con la presencia y mata
con la vista... Pues si creemos lo
que de la natura de la bívora
escriven grandes hombres quanta
contrariedad de cosas y qué ... [11]
Comentario [SC47]: En el
Petrarca: «Echineis semipedalis
piscicuius navim, quamvis
immensam,ventis, undis remis,
velis actam, retinet.» Pero aquí se
acordó de Juan de Mena el
corrector y, dejando al Petrarca, se
fue a la «Glosa sobre las trezientas
del famoso poeta Juan de Mena,
compuesto por Hernand Nuñez de
Toledo, Comendador de la orden
... [12]
«No falta allí el pece dicho Echeneis, que detiene las fustas, quando el viento Euro estiende
las cuerdas en medio de la mar». ¡O natural contienda, digna de admiración; poder más vn
pequeño pece que vn gran nauío con toda su fuerça de los vientos!
Pues si discurrimos por las aues e por sus menudas enemistades, bien affirmaremos ser
todas las cosas criadas a manera de contienda. Las mas biuen de rapina, como halcones e
águilas e gauilanes. Hasta los grosseros milanos insultan dentro en nuestras moradas los
domésticos [22] pollos e debaxo las alas de sus madres los vienen a caçar. De vna aue llamada
rocho, que nace en el índico mar de Oriente, se dize ser de grandeza jamás oyda e que lleva
sobre su pico fasta las nuues, no solo vn hombre o diez, pero vn nauío cargado de todas sus
xarcias e gente. E como los míseros navegantes estén assí suspensos en el ayre, con el meneo
de su buelo caen e reciben crueles muertes.
¿Pues qué diremos entre los hombres a quien todo lo sobredicho es subjeto? ¿Quién
explanará sus guerras, sus enemistades, sus embidias, sus aceleramientos e mouimientos e
descontentamientos? ¿Aquel mudar de trajes, aquel derribar e renouar edificios, e otros
muchos affectos diuersos e variedades que desta nuestra flaca humanidad nos prouienen?
E pues es antigua querella e uisitada de largos [23] tiempos, no quiero marauillarme si esta
presente obra ha seydo instrumento de lid o contienda a sus lectores para ponerlos en
differencias, dando cada vno sentencia sobre ella a sabor de su voluntad. Unos dezían que era
prolixa, otros breue, otros agradable, otros escura; de manera que cortarla a medida de tantas e
tan differentes condiciones a solo Dios pertenesce. Mayormente pues ella con todas las otras
cosas que al mundo son, van debaxo de la vandera desta notable sentencia: «que avn la
mesma vida de los hombres, si bien lo miramos, desde la primera edad hasta que blanquean
las canas, es batalla.» Los niños con los juegos, los moços con las letras, los mancebos con los
deleytes, los viejos con mill especies de enfermedades pelean y estos papeles con todas las
edades. La primera los borra e rompe, la segunda no los sabe bien leer, la tercera, que es la
alegre juventud y mancebía, [24] discorda. Vnos les roen los huessos que no tienen virtud, que
es la hystoria toda junta, no aprouechándose de las particularidades, haziéndola cuenta de
camino; otros pican los donayres y refranes comunes, loándolos con toda atención, dexando
passar por alto lo que haze más al caso e vtilidad suya. Pero aquellos para cuyo verdadero
plazer es todo, desechan el cuento de la hystoria para contar, coligen la suma para su
prouecho, ríen lo donoso, las sentencias e dichos de philosophos guardan en su memoria para
trasponer en lugares conuenibles a sus autos e propósitos. Assí que quando diez personas se
juntaren a oyr esta comedia, en quien quepa esta differencia de condiciones, como [25] suele
acaescer, ¿quién negará que aya contienda en cosa que de tantas maneras se entienda? Que
avn los impressores han dado sus punturas, poniendo rúbricas o sumarios al principio de cada
aucto, narrando en breue lo que dentro contenía: vna cosa bien escusada según lo que los
antiguos scriptores vsaron. Otros han litigado sobre el nombre, diziendo que no se auía de
llamar comedia, pues acabaua en tristeza, sino que se llamase tragedia. El primer auctor quiso
darle denominación del principio, que fue plazer, e llamóla comedia. Yo viendo estas discordias,
entre estos extremos partí agora por medio la porfía, e llaméla tragicomedia. Assí [26] que
viendo estas contiendas, estos dissonos e varios juyzios, miré a donde la mayor parte acostaua,
e hallé que querían que se alargasse en el processo de su deleyte destos amantes, sobre lo
qual fuy muy importunado; de manera que acordé, avnque contra mi voluntad, meter segunda
vez la pluma en tan estraña lauor e tan agena de mi facultad, hurtando algunos ratos a mi
Comentario [SC48]: En el
Petrarca: «Esse circa mare
Indicum inauditae magnitudinis
avem quandam, quam Rochum
nostri vocant...» Traduce Francisco
Madrid: «Que diz que ay cerca del
mar Indico una ave de grandeza
nunca oyda, que los nuestros
llaman Rocho, que no solamente
un hombre, mas todo un navío
entero se lleva hasta las nuves
colgado del pico. E de allí
dexandole caer mata los tristes
navegantes...» «Homo ipse
terrestrium dux et rector
animalium...» «El mesmo hombre
señor de todas las cosas terrenales
e gobernador de todas las cosas
... [13]
Comentario [SC49]: Todo
este descarado plagio sobre la
lucha del universo, para venir
no
... a[14]
Comentario [SC50]: Differenc
ias, no es galicismo. MAR., H. E.,
I, II: Entre sus sobrinos habían
... [15]
Comentario [SC51]: Que aun
la misma vida. El Petrarca: «La
conclusión pues sea que todas
... las
[16]
Comentario [SC52]: Les roen
los huesos a estos papeles, gustan
tanto de ellos, que hasta los ...
huesos
[17]
Comentario [SC53]: Cuenta,
acaso cuento.
Comentario [SC54]: Pican,
dícese del comer un poquillo,
gustando varias costillas en ...
la [18]
Comentario [SC55]: Traspone
r, usar en otras ocasiones, metáfora
del trasplantar. HERR., Agr.,
5,
...3,[19]
Comentario [SC56]: Autos,
actos, hechos.
Comentario [SC57]: Quando
diez personas. Para oírla leer, que
para eso se escribió, y confírmanlo
... [20]
Comentario [SC58]: Rúbricas
o sumarios llama el autor de este
Prólogo, esto es, Proaza, a los
... [21]
Comentario [SC59]: El primer
auctor, el del primer acto. Bien se
ve no escribir esto el autor de
...los
[22]
Comentario [SC60]: Tragicom
edia. Plauto, en el prólogo del
Anfitrión: «Voy a exponeros...el[23]
Comentario [SC61]: Dissonos
, voz latino-bárbara.
Comentario [SC62]: Acostava
, se inclinaba. FUENM., S. Pío V.
f. 34: Dejada la amistad de España,
... [24]
Comentario [SC63]: Meter,
añadir autos hasta 21 a los 16
primitivos y otras cosas en los
... [25]
principal estudio, con otras horas destinadas para recreación, puesto que no han de faltar
nueuos detractores a la nueua adición. [27]
SÍGUESE
La comedia o tragicomedia de Calisto y Melibea, compuesta en reprehensión de los locos
enamorados, que, vencidos en su desordenado apetito, a sus amigas llaman e dizen ser su
Dios. Assí mesmo fecha en auiso de los engaños de las alcahuetas e malos e lisonjeros
siruientes.
Argumento de toda la obra
Calisto fue de noble linaje, de claro ingenio, de gentil disposición, de linda criança, dotado de
muchas gracias, [28] de estado mediano. Fue preso en el amor de Melibea, muger moça, muy
generosa, de alta y sereníssima sangre, sublimada en próspero estado, vna sola heredera a su
padre Pleberio, y de su madre Alisa muy amada. Por solicitud del pungido Calisto, vencido el
casto propósito della (entreueniendo Celestina, mala y astuta muger, con dos seruientes del
vencido Calisto, engañados e por esta tornados desleales, presa su fidelidad con anzuelo de
codicia y de deleyte), vinieron los amantes e los que les ministraron, en amargo y desastrado
fin. Para comienço de lo cual dispuso el aduersa fortuna lugar oportuno, donde a la presencia
de Calisto se presentó la desseada Melibea. [29]
Introdúcense en esta tragi-comedia las personas siguientes
CALISTO
MELIBEA
PLEBERIO
ALISA
CELESTINA
PÁRMENO
SEMPRONIO
TRISTÁN
SOSIA
CRITO
LUCRECIA
ELICIA
AREUSA
CENTURIO
Mancebo enamorado.
Hija de Pleberio.
Padre de Melibea.
Madre de Melibea.
Alcahueta.
Criado de Calisto.
Criado de Calisto.
Criado de Calisto.
Criado de Calisto.
Putañero.
Criada de Pleberio.
Ramera.
Ramera.
Rofián.
[31]
Aucto primero
ARGUMENTO DEL PRIMER AUTO DESTA COMEDIA
Comentario [SC64]: Menénde
z y Pelayo, que en todo muestra su
gran erudición bibliográfica, dice
(Oríg. Nov., III, LXIX) que se
parece este título al de la comedia
humanística Paulus, de Pedro
Pablo Vergerio, escrita en el siglo
XIV: Paulus comoedia ad iuvenum
mores coercendos, y cuyo
propósito fue mostrar cómo los
malos siervos y las mujeres
perdidas estragan los más ricos
patrimonios, ad diluendas opes.
Paulus es estudiante y se vale de
criados y de una tercerona. Pero
aquí y en estos rasgos generales
acaba la semejanza. La cual, por lo
visto, es harto mayor con la obra
del Arcipreste de Hita y su glosa
del Pamphilus, no sólo en el
asunto, que es el mismo, sino en el
propósito e intento moral. Lo de
dizen ser su Dios es de HITA (c.
661): «Amovos mas que a Dios.»
Comentario [SC65]: Esta lista
de personas falta en la edición de
Valencia, 1514 y en todas
ediciones anteriores a la de 1553,
impresa en Venecia en casa de
Gabriel Giolito de Ferrari, adonde,
según parece, fue añadida e
impresa por primera vez.
Entrando Calisto en una huerta empós de un falcón suyo, halló y a Melibea, de cuyo amor
preso, començole de hablar. De la qual rigorosamente despedido, fue para su casa muy
sangustiado. Habló con vn criado suyo llamado Sempronio, el qual, después de muchas
razones, le endereçó a vna vieja llamada Celestina, en cuya casa tenía el mesmo criado vna
enamorada llamada Elicia. La qual, viniendo Sempronio a casa de Celestina con el negocio de
su amo, tenía a otro consigo, llamado Crito, al qual escondieron. Entretanto que Sempronio está
negociando con Celestina, Calisto está razonando con otro criado suyo, por nombre Pármeno.
El qual razonamiento dura hasta que llega Sempronio y Celestina a casa de Calisto. Pármeno
fue conoscido de Celestina, la qual mucho le dize de los fechos e conoscimiento de su madre,
induziéndole a amor e concordia de Sempronio.
PÁRMENO, CALISTO, MELIBEA, SEMPRONIO, CELESTINA, ELICIA, CRITO.
CALISTO.- En esto veo, Melibea, la grandeza de Dios. [32]
MELIBEA.- ¿En qué, Calisto?
CALISTO.- En dar poder a natura que de tan perfeta hermosura te dotasse e facer a mí
inmérito tanta merced que verte alcançasse e en tan conueniente lugar, que mi secreto dolor
manifestarte pudiesse. Sin dubda encomparablemente es mayor tal galardón, que el seruicio,
sacrificio, deuoción e obras pías, que por este lugar alcançar tengo yo a Dios offrescido, ni otro
poder mi voluntad humana puede conplir. ¿Quién vido en esta vida cuerpo glorificado de ningún
hombre, [33] como agora el mío? Por cierto los gloriosos sanctos, que se deleytan en la visión
diuina, no gozan mas que yo agora en el acatamiento tuyo. Más ¡o triste!, que en esto diferimos:
que ellos puramente se glorifican sin temor de caer de tal bienauenturança e yo misto me alegro
con recelo del esquiuo tormento, que tu absencia me ha de causar.
MELIBEA.- ¿Por grand premio tienes esto, Calisto?
CALISTO.- Téngolo por tanto en verdad que, si Dios me diese en el cielo la silla sobre sus
sanctos, no lo ternía por tanta felicidad.
MELIBEA.- Pues avn más ygual galardón te daré yo, si perseueras.
CALISTO.- ¡O bienauenturadas orejas mías, que indignamente tan gran palabra haueys oydo!
MELIBEA.- Mas desauenturadas de que me acabes de oyr Porque la paga será tan fiera, qual
meresce tu loco atreuimiento. E el intento de [34] tus palabras, Calisto, ha seydo de ingenio de
tal hombre como tú, hauer de salir para se perder en la virtud de tal muger como yo.¡Vete!,
¡vete de ay, torpe! Que no puede mi paciencia tollerar que aya subido en coraçón humano
comigo el ylícito amor comunicar su deleyte.
CALISTO.- Yré como aquel contra quien solamente la aduersa fortuna pone su estudio con
odio cruel.
CALISTO.- ¡Sempronio, Sempronio, Sempronio! ¿Dónde está este maldito?
SEMPRONIO.- Aquí soy, señor, curando destos cauallos. [35]
CALISTO.- Pues, ¿cómo sales de la sala?
SEMPRONIO.- Abatiose el girifalte e vínele a endereçar en el alcándara.
Comentario [SC66]: Sangusti
ado, angustiado, por
ensangustiado, quitada la
preposición en-, y con la s de en-salzar, en-s-angostar, etc.
Comentario [SC67]: Calisto,
el griego [kállistos], hermosísimo,
el protagonista de la tragicomedia.
Melibea, la protagonista de la
misma, y tomó Rojas este nombre
... [26]
Comentario [SC68]: Natura,
usábase este latinismo sin artículo.
Comentario [SC69]: Inmérito,
latinismo, que no lo merezco.
Comentario [SC70]: Encompa
rablemente. Foulché-Delbosc
corrigió incomparablemente,
...así
[27]
Comentario [SC71]: Ni otro
poder mi voluntad humana puede
complir: todo esto falta en V.
...Vido,
[28]
Comentario [SC72]: Misto,
mezclado de cuerpo y espíritu, a
diferencia de los glosarios Santos
... [29]
Comentario [SC73]: Esquivo,
malo, terrible. Trat. Argel, I: Que
como el cuerpo está en prisión
... [30]
Comentario [SC74]: Orejas,
oídos, común entonces; hoy
tiénese por vulgar.
Comentario [SC75]: Desavent
uradas. OVIEDO, H. Ind., 47, 6:
La desaventurada muerte del...hijo.
[31]
Comentario [SC76]: Seydo, de
seer, se(d)er(e).
Comentario [SC77]: Ingenio,
índole nativa, nacida con el
individuo, que es lo que suena
en
... [32]
Comentario [SC78]: Subir en
coraçón humano la idea de
comunicar comigo su delyte...
el [33]
Comentario [SC79]: Estudio,
empeño, otro latinismo de
humanista.
Comentario [SC80]: Nombre
de uno de los criados de Calisto,
«eterno compañero de Ticio,...no[34]
Comentario [SC81]: Curando,
otro latinismo, aunque bastante
generalizado. Soy, por estoy,...se[35]
Comentario [SC82]: Cómo,
por qué, castellano corriente aún
hoy.
Comentario [SC83]: Abatirse
decíase propiamente de las aves de
altanería como el gerifalte. Quij.,
... [36]
Comentario [SC84]: Alcándar
a, percha donde suelen estar el
halcón y demás aves de altanería.
... [37]
CALISTO.- ¡Assí los diablos te ganen! ¡Assí por infortunio arrebatado perezcas o perpetuo
intollerable tormento consigas, el qual en grado incomparablemente a la penosa e desastrada
muerte, que espero, traspassa. ¡Anda, anda, maluado! Abre la cámara e endereça la cama.
SEMPRONIO.- Señor, luego hecho es.
CALISTO.- Cierra la ventana e dexa la tiniebla acompañar al triste y al desdichado la
ceguedad. Mis pensamientos tristes no son dignos de luz. ¡O bienauenturada muerte aquella,
que desseada a los afligidos viene! ¡O si viniéssedes agora, [36]Hipócrates e Galeno, médicos,
¿sentiríades mi mal? ¡O piedad de silencio, inspira en el Plebérico coraçón, porque sin
esperança de salud no embíe el espíritu perdido con el desastrado Píramo e de la desdichada
Tisbe! [37]
SEMPRONIO.- ¿Qué cosa es?
CALISTO.- ¡Vete de ay! No me fables; sino, quiçá ante del tiempo de mi rabiosa muerte, mis
manos causarán tu arrebatado fin.
SEMPRONIO.- Yré, pues solo quieres padecer tu mal.
CALISTO.- ¡Ve con el diablo!
SEMPRONIO.- No creo, según pienso, yr comigo el que contigo queda. ¡O desuentura! ¡O
súbito mal! ¿Quál fue tan contrario acontescimiento, que assí tan presto robó el alegría deste
hombre e, lo que peor es, junto con ella el seso? ¿Dexarle he solo o entraré alla? Si le dexo,
matarse ha; si entro alla, matarme ha. Quédese; no me curo. Más vale que muera aquel, a
quien es enojosa la vida, que no yo, que huelgo con ella. Avnque por al no desseasse viuir, sino
por ver mi Elicia, me deuría guardar de peligros. Pero, si se mata sin otro testigo, yo quedo
obligado [38] a dar cuenta de su vida. Quiero entrar. Mas, puesto que entre, no quiere
consolación ni consejo. Asaz es señal mortal no querer sanar. Con todo, quiérole dexar vn poco
desbraue, madure: que oydo he dezir que es peligro abrir o apremiar las postemas duras,
porque mas se enconan. Esté vn poco. Dexemos llorar al que dolor tiene. Que las lágrimas e
sospiros mucho desenconan el coraçón dolorido. E avn, si delante me tiene, más comigo se
encenderá. Que el sol más arde donde puede reuerberar. La vista, a quien objeto no se
antepone, cansa. E quando aquel es cerca, agúzase. Por esso quiérome sofrir vn poco. Si
entretanto se matare, muera. Quiçá con algo me quedaré que otro no lo sabe, con que mude el
pelo malo. Avnque [39] malo es esperar salud en muerte agena. E quiçá me engaña el diablo. E
si muere, matarme han e yrán allá la soga e el calderón. Por otra parte dizen los sabios que es
grande descanso a los affligidos tener con quien puedan sus cuytas llorar e que la llaga interior
más empece. Pues en estos estremos, en que estoy perplexo, lo más sano es entrar e sofrirle e
consolarle. Porque, si possible es sanar sin arte ni aparejo, mas ligero es guarescer por arte e
por cura.
CALISTO.- Sempronio.
SEMPRONIO.- Señor.
CALISTO.- Dame acá el laúd.
SEMPRONIO.- Señor, vesle aquí.
CALISTO.¿Qual dolor puede ser tal
que se yguale con mi mal?
SEMPRONIO.- Destemplado está esse laúd.
Comentario [SC85]: Te
ganen, se apoderen de ti,
propísimo valor de este verbo, que
consiste en echarse sobre algo,
como veremos en el Tesoro (G).
Assí optativo, ojalá, Entret.,...
2: [38]
Por
Comentario [SC86]: Hecho
es, por el futuro, a causa de la
certidumbre y presteza con que
... [39]
Comentario [SC87]: Hipócrat
es e Galeno, así corrijo. En B Eras
e Crato, en V Crato e Galieno,
en
... [40]
Comentario [SC88]: Silencio,
así en B, Celeuco en V, celestial en
S, Z, A.
Comentario [SC89]: Plebérico
, en Z, A pleberio. La racha
humanística va creciendo hasta
... [41]
Comentario [SC90]: Píramo y
Tisbe, los desgraciados amantes de
que habla Higinio (Fab., 242)
... y[42]
Comentario [SC91]: Ante.
GRAN., Mem., I, I, 3: Aquella
grande hambre de los siete años
de
... [43]
Comentario [SC92]: Con el
diablo, manera de despedir
malamente.
Comentario [SC93]: Comigo,
así se halla siempre en la primitiva
Comedia, mientras que el corrector
... [44]
Comentario [SC94]: Por al,
por otra cosa. Ya apunta aquí en
enamoramiento del mozo, segunda
... [45]
Comentario [SC95]: Refrán
en CORREAS, p. 54.
Comentario [SC96]: Desbrave
, se desahogue. F. AGUADO,
Crist., 14, 3: Sepa el que ha...
de [46]
Comentario [SC97]: Apremiar
, poner premia o apremio antes de
que por sí maduren.
Comentario [SC98]: CORR.,
195: Lágrimas y suspiros mucho
desenconan el corazón dolorido.
... [47]
Comentario [SC99]: Mudar el
pelo malo, mejorar de estado, y
díjose de las bestias, lucias y...de[48]
Comentario [SC100]: CORR.,
136: Esperar salud en muerte
ajena, se condena.
Comentario [SC101]: Ir allá
la soga tras el caldero o calderón,
como aquí dice: perdido lo ... [49]
Comentario [SC102]: Por
cura, procura en V.
Comentario [SC103]: Cantarc
illo que inventa o troba Calisto,
que lo sabía hacer y bien ... [50]
CALISTO.- ¿Cómo templará el destemplado? ¿Cómo sentirá el armonía aquel, que consigo
está tan discorde? ¿Aquel en quien la voluntad [40] a la razón no obedece? ¿Quien tiene dentro
del pecho aguijones, paz, guerra, tregua, amor, enemistad, injurias, pecados, sospechas, todo a
vna causa? Pero tañe e canta la más triste canción, que sepas.
SEMPRONIO.Mira Nero de Tarpeya
a Roma cómo se ardía:
gritos dan niños e viejos
e el de nada se dolía.
CALISTO.- Mayor es mi fuego e menor la piedad de quien agora digo.
SEMPRONIO.- No me engaño yo, que loco está este mi amo.
CALISTO.- ¿Qué estás murmurando, Sempronio?
SEMPRONIO.- No digo nada.
CALISTO.- Di lo que dizes, no temas.
SEMPRONIO.- Digo que ¿cómo puede ser mayor el fuego, que atormenta vn viuo, que el que
quemó tal cibdad e tanta multitud de gente?
CALISTO.- ¿Cómo? Yo te lo diré. Mayor es la llama que dura ochenta años, que la que en vn
día passa, y mayor la que mata vn ánima, que la que quema cient mill cuerpos. Como de la
aparencia [41] a la existencia, como de lo viuo a lo pintado, como de la sombra a lo real, tanta
diferencia ay del fuego, que dizes, al que me quema. Por cierto, si el del purgatorio es tal, mas
querría que mi spíritu fuesse con los de los brutos animales, que por medio de aquel yr a la
gloria de los sanctos.
SEMPRONIO.- ¡Algo es lo que digo! ¡A más ha de yr este hecho! No basta loco, sino ereje.
CALISTO.- ¿No te digo que fables alto, quando fablares? ¿Qué dizes?
SEMPRONIO.- Digo que nunca Dios quiera tal; que es especie de heregía lo que agora
dixiste.
CALISTO.- ¿Por qué?
SEMPRONIO.- Porque lo que dizes contradize la cristiana religión.
CALISTO.- ¿Qué a mí?
SEMPRONIO.- ¿Tú no eres cristiano?
CALISTO.- ¿Yo? Melibeo so e a Melibea adoro e en Melibea creo e a Melibea amo.
SEMPRONIO.- Tú te lo dirás. Como Melibea es grande, no cabe en el coraçón de mi amo,
que por la boca le sale a
borbollones. No es más [42] menester. Bien sé de qué pie coxqueas. Yo te sanaré.
CALISTO.- Increyble cosa prometes.
SEMPRONIO.- Antes fácil. Que el comienço de la salud es conoscer hombre la dolencia del
enfermo.
CALISTO.- ¿Quál consejo puede regir lo que en sí no tiene orden ni consejo?
SEMPRONIO.- ¡Ha!, ¡ha!, ¡ha! ¿Esto es el fuego de Calisto? ¿Estas son sus congoxas?
¡Como si solamente el amor contra él asestara sus tiros! ¡O soberano Dios, quán altos son tus
misterios! ¡Quánta premia pusiste en el amor, que es necessaria turbación en el amante! Su
Comentario [SC104]: Todo
por una causa: por el amor.
Comentario [SC105]: Canció
n, que también trae el Quijote (I,
14), y es del Romancero. Véase
CLEMENCÍN, I, 301; V, 399; VI,
101. Sempronio no sabe más que
los cantares populares, como éste
lo era.
Comentario [SC106]: Como
de lo vivo a lo pintado, frase
hecha, común.
Comentario [SC107]: ¡Ya
decía yo!, con razón le dije loco;
pero es todavía más: es hereje.
Comentario [SC108]: No me
toca a mí eso de contradecirla,
pues no lo he hecho.
Comentario [SC109]: Melibe
o, todo de Melibea. So por soy,
antiguo.
Comentario [SC110]: Coxque
ar o cojear de tal pie, dícese del
flaco o falta de que uno adolece.
CORR., 95: Conocer de qué pie
cojea (Qué tratos y mañas tiene).
A. PÉREZ, Mierc. dom. I cuar., f.
182: Los que mas cosquean deste
pié son aquellos que menos
levantan del suelo.
Comentario [SC111]: Asestar
a, en V assestasse.
Comentario [SC112]: Premia,
apremio. A. VENEG., Agon., 4, 9:
Los que están en el cielo no tienen
esta premia.
límite posiste por marauilla. Paresce al amante que atrás queda. Todos passan, todos rompen,
pungidos e esgarrochados como ligeros toros. Sin freno saltan por las barreras. Mandaste al
hombre por la muger dexar el padre e la madre; [43] agora no solo aquello, mas a ti e a tu ley
desamparan, como agora Calisto. Del qual no me marauillo, pues los sabios, los santos, los
profetas por él te oluidaron.
CALISTO.- Sempronio.
SEMPRONIO.- Señor.
CALISTO.- No me dexes.
SEMPRONIO.- De otro temple está esta gayta.
CALISTO.- ¿Qué te paresce de mi mal?
SEMPRONIO.- Que amas a Melibea.
CALISTO.- ¿E no otra cosa?
SEMPRONIO.- Harto mal es tener la voluntad en vn solo lugar catiua.
CALISTO.- Poco sabes de firmeza.
SEMPRONIO.- La perseuerancia en el mal no es constancia; mas dureza o pertinacia la
llaman en mi tierra. Vosotros los filósofos de Cupido llamalda como quisiérdes.
CALISTO.- Torpe cosa es mentir el que enseña a otro, pues que tú te precias de loar a tu
amiga Elicia.
SEMPRONIO.- Haz tú lo que bien digo e no lo que mal hago. [44]
CALISTO.- ¿Qué me reprobas?
SEMPRONIO.- Que sometes la dignidad del hombre a la imperfección de la flaca muger.
CALISTO.- ¿Muger? ¡O grossero! ¡Dios, Dios!
SEMPRONIO.- ¿E assí lo crees? ¿O burlas?
CALISTO.- ¿Que burlo? Por Dios la creo, por Dios la confiesso e no creo que ay otro
soberano en el cielo; avnque entre nosotros mora.
SEMPRONIO.- ¡Ha!, ¡ah!, ¡ah! ¿Oystes qué blasfemia? ¿Vistes qué ceguedad?
CALISTO.- ¿De qué te ríes?
SEMPRONIO.- Ríome, que no pensaua que hauía peor inuención de pecado que en Sodoma.
CALISTO.- ¿Cómo?
SEMPRONIO.- Porque aquellos procuraron abominable vso con los ángeles no conocidos e tú
con el que confiessas ser Dios. [45]
CALISTO.- ¡Maldito seas!, que fecho me has reyr, lo que no pensé ogaño.
SEMPRONIO.- ¿Pues qué?, ¿toda tu vida auías de llorar?
CALISTO.- Sí.
SEMPRONIO.- ¿Por qué?
CALISTO.- Porque amo a aquella, ante quien tan indigno me hallo, que no la espero alcançar.
SEMPRONIO.- ¡O pusilánimo! ¡O fideputa! ¡Qué Nembrot, qué magno Alexandre, los quales
no solo del señorío del mundo, mas del cielo se juzgaron ser dignos!
CALISTO.- No te oy bien esso que dixiste. Torna, dilo, no procedas.
Comentario [SC113]: Pungid
os, latinismo por el antiguo puñir,
como en barbiponiente, de
pungere, punzar. Esgarrochados,
poner garrochas al toro, especie de
largas banderillas o cortas picas,
que pueden verse en el Guadarnés
real.
Comentario [SC114]: En el
Génesis, 2, 24. Alude a Dios, a
quien habla.
Comentario [SC115]: Por él,
por el amor; por ellas en V, Z, A;
por las mujeres.
Comentario [SC116]: Templa
r gaitas es quitar el mal humor de
otro o tratar con él de manera que
no salte.
Comentario [SC117]: De
Cupido, dios del amor, del cual
léase D. LÓPEZ, Alciato embl.,
112.
Comentario [SC118]: En V
repruevas.
Comentario [SC119]: ¡Dios!
es Melibea; no mujer.
Comentario [SC120]: Burlar,
hablar en broma. VALB. Bern., 4:
En las leyes de amor quien no
temiere, / burla, si dice que de
veras quiere. Con esto se confirma
que el Incipit, donde se dice
«llaman e dizen ser su dios», es del
autor, pues alude a eto varias
veces.
Comentario [SC121]: Mora,
alude a su amada, a quien endiosa.
Comentario [SC122]: Pecado
de Sodoma, paederastia (Génes.,
19, 4): «Ubi sunt viri, qui
introierunt ad te nocte? Educ illos
huc ut cognoscamus eos»; son los
ángeles, de que habla luego, que
habían ido revestidos de hombres,
y los de Sodoma, tras el banquete,
los querían para su nefando
crimen. Pero, según Sempronio,
Calisto iba más allá, pues no ya
con ángeles, sino con el mismo
Dios quería pecar, teniendo por tal
a Melibea. Salida bien ingeniosa y
que le hace reír.
Comentario [SC123]: Fideput
a, Quij., I, 29; I, 30; I, 52, etc.
Comentario [SC124]: Génes.,
10, 7: «Y Cush engredró Nimrod:
éste comenzó a ser poderoso en la
tierra.»
SEMPRONIO.- Dixe que tú, que tienes mas coraçón que Nembrot ni Alexandre, desesperas
de alcançar vna muger, muchas de las quales en grandes estados constituydas se sometieron a
los pechos e resollos de viles azemileros e otras a brutos animales. ¿No has leydo de Pasife
con el toro, de Minerua con el can? [46]
CALISTO.- No lo creo; hablillas son.
SEMPRONIO.- Lo de tu abuela con el ximio, ¿hablilla fue? Testigo es el cuchillo de tu abuelo.
CALISTO.- ¡Maldito sea este necio! ¡E qué porradas dize! [47]
SEMPRONIO.- ¿Escociote? Lee los ystoriales, estudia los filósofos, mira los poetas. Llenos
están los libros de sus viles e malos exemplos e de las caydas que leuaron los que en algo,
como tú, las reputaron. Oye a Salomón do dize que las mugeres e el vino hazen a los hombres
renegar. Conséjate con Séneca e verás en qué las tiene. Escucha al Aristóteles, mira a
Bernardo. Gentiles, judíos, cristianos e moros, todos en esta concordia están. Pero lo dicho e lo
que dellas [48] dixere no te contezca error de tomarlo en común. Que muchas houo e ay
sanctas e virtuosas e notables, cuya resplandesciente corona quita el general vituperio.
Perodestas otras, ¿quién te contaría sus mentiras, sus tráfagos, sus cambios, su liuiandad, sus
lagrimillas, sus alteraciones, sus osadías? Que todo lo que piensan, osan sin deliberar. ¿Sus
disimulaciones, su [49] lengua, su engaño, su oluido, su desamor, su ingratitud, su inconstancia,
su testimoniar, su negar, su reboluer, su presunción, su vanagloria, su abatimiento, su locura,
su desdén, su soberuia, su subjeción, su parlería, su golosina, su luxuria e suziedad, su miedo,
su atreuemiento, sus hechizerías, sus embaymientos, sus escarnios, su deslenguamiento, su
desvergüença, su alcahuetería? Considera, ¡qué sesito está debaxo de aquellas grandes e
delgadas tocas! ¡Qué pensamientos so aquellas gorgueras, so aquel fausto, so aquellas largas
e autorizantes ropas! ¡Qué imperfición, qué aluañares debaxo de templos pintados! Por ellas es
dicho: arma del diablo, [50] cabeça de pecado, destruyción de parayso. ¿No has rezado en la
festiuidad de Sant Juan, do dize: Las mugeres e el vino hazen los hombres renegar; do dize:
Esta es la muger, antigua malicia que a Adán echó de los deleytes de parayso; esta el linaje
humano metió en el infierno; a esta menospreció Helías propheta &c.?
CALISTO.- Di pues, esse Adán, esse Salomón, esse Dauid, esse Aristóteles, esse Vergilio,
essos que [51] dizes, ¿cómo se sometieron a ellas? ¿Soy mas que ellos?
SEMPRONIO.- A los que las vencieron querría que remedasses, que no a los que dellas
fueron vencidos. Huye de sus engaños. ¿Sabes que facen? Cosa, que es difícil entenderlas. No
tienen modo, no razón, no intención. Por rigor comiençan el ofrescimiento, que de sí quieren
hazer. A los que meten por los agujeros denuestan en la calle. Combidan, despiden, llaman,
niegan, señalan amor, pronuncian enemiga, ensáñanse presto, apacíguanse luego. Quieren
que adeuinen lo que quieren. ¡O qué plaga! ¡O qué enojo! ¡O qué fastío es conferir con ellas,
más de aquel breue tiempo, que son aparejadas a deleyte!
CALISTO.- ¡Ve! Mientra más me dizes e más inconuenientes me pones, más la quiero. No sé
qué s' es.
SEMPRONIO.- No es este juyzio para moços, según [52] veo, que no se saben a razón
someter, no se saben administrar. Miserable cosa es pensar ser maestro el que nunca fue
discípulo.
CALISTO.- ¿E tú qué sabes? ¿quién te mostró esto?
SEMPRONIO.- ¿Quién? Ellas. Que, desque se descubren, assí pierden la vergüença, que
todo esto e avn más a los hombres manifiestan. Ponte pues en la medida de honrra, piensa ser
Comentario [SC125]: Resollo
o resuello, de resollar, alentar, resufflare.
Comentario [SC126]: En V
Pasifae. J. PIN., Agr., 22, 23:
«Aun me quedan no sé qué
relieves con que os hacer otro par
de platos, sino que por os tener por
de delicados estómagos no quiero
que veáis tan mal manjar como el
de la mascula libidine in feminis: y
por tanto debreis acudir a la
Priapeya y a Luciano de Megila
Lesbia y a Marcial de Bassa y de
Philenis y a Sapho en su epístola
de sí mesma con Amithona
Telesipa, Megala, Athis Cydna,
Girina, Anactoria, Andromeda y
Polianatida; y si tocardes en
Maximo Tyrio, no saldréis, ayunos
desto. También se debe decir
callando quod ad coitum ... [51]
Comentario [SC127]: Ximio:
«Aquellas horribles palabras...de[52]
Comentario [SC128]: Porrad
as, necedades del que es un ...
porro.
[53]
Comentario [SC129]: ¿Escoci
ote?, ¿te dio que sentir?, metáfora
... [54]
Comentario [SC130]: Las
caydas, alude al libro de ... [55]
Comentario [SC131]: Levaro
n, llevaron, del antiguo levar,
... de
[56]
Comentario [SC132]: Eclesia
sticus, 19, 2: «Vinum et mulieres
... [57]
Comentario [SC133]: Ancho
campo para el comentador. Los
... [58]
Comentario [SC134]: No te
contezca. Cancionero s. XV,...264:
[59]
Comentario [SC135]: Imitado
del Corvacho, I, 18: «La muger
... [60]
Comentario [SC136]: Gorgue
ra, lienzo plegado y alechugado
... [61]
Comentario [SC137]: «La
mujer es puerta del diablo, ... [62]
Comentario [SC138]: Continu
ación del comentario... Hállanse
... [63]
Comentario [SC139]: Las
mugeres e el vino hazen los ... [64]
Comentario [SC140]: Prosigu
e, no ya imitando, sino tomando
... [65]
Comentario [SC141]: Se
acuerda el autor de HITA (c....631[66]
Comentario [SC142]: HITA,
427: «Quesyste ser maestro ...
ante
[67]
Comentario [SC143]: Te
mostró, te enseñó. HITA, 429:
En
... [68]
Comentario [SC144]: Del de
HITA, a quien no menos tiene
el
... [69]
más digno de lo que te reputas. Que cierto, peor estremo es dexarse hombre caer de su
merescimiento, que ponerse en más alto lugar que deue.
CALISTO.- Pues, ¿quién yo para esso?
SEMPRONIO.- ¿Quién? Lo primero eres hombre e de claro ingenio. E mas, a quien la natura
dotó de los mejores bienes que tuuo, conuiene a saber, fermosura, gracia, grandeza de
miembros, fuerça, ligereza. E allende desto, fortuna medianamente partió contigo lo suyo en tal
quantidad, que los bienes, que tienes de dentro, con [53] los de fuera resplandescen. Porque
sin los bienes de fuera, de los quales la fortuna es señora, a ninguno acaece en esta vida ser
bienauenturado. E mas, a constelación de todos eres amado.
CALISTO.- Pero no de Melibea. E en todo lo que me as gloriado, Sempronio, sin proporción ni
comparación se auentaja Melibea. Mira la nobleza e antigüedad de su linaje, el grandíssimo
patrimonio, el excelentíssimo ingenio, las resplandescientes virtudes, la altitud e enefable
gracia, la soberana hermosura, de la qual te ruego me dexes hablar vn poco, porque aya algún
refrigerio. E lo que te dixere será de lo descubierto; que, si de lo occulto yo hablarte supiera, no
nos fuera necessario altercar tan miserablemente estas razones.
SEMPRONIO.- ¡Qué mentiras e qué locuras dirá agora este cautiuo de mi amo!
CALISTO.- ¿Cómo es eso?
SEMPRONIO.- Dixe que digas, que muy gran plazer hauré de lo oyr. ¡Assí te medre Dios,
como me será agradable esse sermón!
CALISTO.- ¿Qué? [54]
SEMPRONIO.- Que ¡assí me medre Dios, como me será gracioso de oyr!
CALISTO.- Pues porque ayas plazer, yo lo figuraré por partes mucho por estenso.
SEMPRONIO.- ¡Duelos tenemos! Esto es tras lo que yo andaua. De passarse haurá ya esta
importunidad.
CALISTO.- Comienço por los cabellos. ¿Vees tú las madexas del oro delgado, que hilan en
Arabia? Más lindos son e no resplandescen menos. Su longura hasta el postrero assiento de
sus pies; después crinados e atados con la delgada cuerda, como ella se los pone, no ha más
menester para conuertir los hombres en piedras.
SEMPRONIO.- ¡Mas en asnos!
CALISTO.- ¿Qué dizes?
SEMPRONIO.- Dixe que essos tales no serían cerdas de asno. [55]
CALISTO.- ¡Veed qué torpe e qué comparación!
SEMPRONIO.- ¿Tú cuerdo?
CALISTO.- Los ojos verdes, rasgados; las pestañas luengas; las cejas delgadas e alçadas; la
nariz mediana; la boca pequeña; los dientes menudos e blancos; los labrios colorados e
grosezuelos; el torno del rostro poco más luengo que redondo; el pecho alto; la redondez e
forma de las pequeñas tetas, ¿quién te la podría figurar? ¡Que se despereza el hombre quando
las mira! La tez lisa, lustrosa; el cuero suyo escurece la nieue; la color mezclada, qual ella la
escogió para sí.
SEMPRONIO.- ¡En sus treze está este necio! [56]
CALISTO.- Las manos pequeñas en mediana manera, de dulce carne acompañadas; los
dedos luengos; las vñas en ellos largas e coloradas, que parescen rubíes entre perlas. Aquella
Comentario [SC145]: ¿Quién
soy yo para esso? Así en A y O.
Comentario [SC146]: Allende
de, además de.
Comentario [SC147]: Fortun
a, se usaba a menudo sin artículo.
Comentario [SC148]: A
constelación, por sino, por las
estrellas, recuerdo de Hita.
Comentario [SC149]: Gloriar
, glorificar, alabar.
Comentario [SC150]: Sigue
acordándose de Hita.
Comentario [SC151]: Cativo,
miserable, vil, malo. Gran Conq.
Ultr., I, 128: E llamarse mezquina
e cativa, e que en fuerte punto
fuera nascida. Quij., I, 21:
Defiéndete, cautiva criatura.
Comentario [SC152]: Mucho
por muy, común entonces y ahora.
Comentario [SC153]: El oro
de Arabia, que también lo recuerda
el Quijote (I, 16 y I, 18), se cita en
el salmo 71, y a él aluden nuestros
clásicos, confundiendo a veces las
especies con el recuerdo de Tibar,
río africano, que desemboca en el
Atlántico.
Comentario [SC154]: Crinad
os es latinismo, con el -ado
castellano el crinitus, traducción a
su vez del [kometés] griego,
comatus, de mucha cabellera:
«Puella male crinita.» (OVID.,
Ars. Am., 3, 243). Le reteñía a Roja
este epíteto latino y lo ensartó sin
venir a cuento, porque cabellos
crinados no significa nada.
Comentario [SC155]: En
piedras, de admiración, como
arritu en vascuence, que vale
hacerse piedra y admirarse, de
donde Cervantes dijo arriz hecha
piedra, por espantado.
Comentario [SC156]: Los
ojos verdes, rasgados. Cotéjese
con la pintura de Lucrecia en
...la[70]
Comentario [SC157]: Labrios
. Selvag., 7: O los que tocaron sus
labrios en el río Lecteo.
Comentario [SC158]: El
torno, la vuelta y contorno o corte
del rostro.
Comentario [SC159]: Estar
en sus trece, firme, porfiado y
terco, y acaso alude al aragonés
... [71]
Comentario [SC160]: Con
alheña se las pintan las moras para
que parezcan rubíes.
proporción, que veer yo no pude, no sin duda por el bulto de fuera juzgo incomparablemente ser
mejor, que la que Paris juzgó entre las tres Deesas.
SEMPRONIO.- ¿Has dicho?
CALISTO.- Quan breuemente pude.
SEMPRONIO.- Puesto que sea todo esso verdad, por ser tú hombre eres más digno.
CALISTO.- ¿En qué?
SEMPRONIO.- En que ella es imperfecta, por el qual [57] defeto desea e apetece a ti e a otro
menor que tú. ¿No as leydo el filósofo, do dize: Assí como la materia apetece a la forma, así la
muger al varón?
CALISTO.- ¡O triste, e quando veré yo esso entre mí e Melibea!
SEMPRONIO.- Possible es. E avnque la aborrezcas, cuanto agora la amas, podrá ser
alcançándola e viéndola con otros ojos, libres del engaño en que agora estás.
CALISTO.- ¿Con qué ojos?
SEMPRONIO. Con ojos claros.
CALISTO.- E agora, ¿con qué la veo?
SEMPRONIO.- Con ojos de alinde, con que lo poco parece mucho e lo pequeño grande. E
porque no te desesperes, yo quiero tomar esta empresa de complir tu desseo.
CALISTO.- ¡O! ¡Dios te dé lo que desseas! ¡Qué [58] glorioso me es oyrte; avnque no espero
que lo has de hazer!
SEMPRONIO.- Antes lo haré cierto.
CALISTO.- Dios te consuele. El jubón de brocado, que ayer vestí, Sempronio, vistétele tú.
SEMPRONIO.- Prospérete Dios por este e por muchos más, que me darás. De la burla yo me
lleuo lo mejor. Con todo, si destos aguijones me da, traérgela he hasta la cama. ¡Bueno ando!
Házelo esto, que me dio mi amo; que, sin merced, impossible es obrarse bien ninguna cosa.
CALISTO.- No seas agora negligente.
SEMPRONIO.- No lo seas tú, que impossible es fazer sieruo diligente el amo perezoso.
CALISTO.- ¿Cómo has pensado de fazer esta piedad?
SEMPRONIO.- Yo te lo diré. Días ha grandes que conosco en fin desta vezindad vna vieja
barbuda, que se dize Celestina, hechicera, astuta, sagaz [59] en quantas maldades ay.
Entiendo que passan de cinco mill virgos los que se han hecho e deshecho por su autoridad en
esta cibdad. A las duras peñas promouerá e prouocará a luxuria, si quiere.
CALISTO.- ¿Podríala yo fablar?
SEMPRONIO.- Yo te la traeré hasta acá. Por esso, aparéjate, seyle gracioso, seyle franco.
Estudia, mientra vo yo, de le dezir tu pena tan bien como ella te dará el remedio.
CALISTO.- ¿Y tardas?
SEMPRONIO.- Ya voy. Quede Dios contigo.
CALISTO.- E contigo vaya. ¡O todopoderoso, perdurable Dios! Tú, que guías los perdidos e
los reyes orientales por el estrella precedente a Belén truxiste e en su patria los reduxiste,
humilmente te ruego que guíes a mi Sempronio, en manera que conuierta mi pena e tristeza en
gozo e yo indigno merezca venir en el deseado fin. [60]
Comentario [SC161]: Paris
fue árbitro entre las tres gracias
para decidir quién fuese la más
hermosa: Juno, Minerva o Venus
(HITA, mi edic., n. 223). De las
tres gracias trató Alciato en el
emblema 161 (trad. D. LÓPEZ, f.
374).
Comentario [SC162]: Deesas,
diosas, como en fr. deesse, ital.
deessa, con el sufijo -essa, para dar
al latín dea una terminación más
sonora. MEN., Coron., 7: El qual
monte era consagrado a Diana,
deesa de la castidad e de la caza.
Comentario [SC163]: El P.
Juan Mir (Hispanismo, 2, p. 54)
reprueba el He dicho al fin del
discurso, prefiriendo el Dije. He
aquí que Rojas prefiere el «He
dicho quan brevemente pude»,
repuesta al ¿Has dicho?
Comentario [SC164]: Animal
imperfecto decían nuestros clásicos
que era la mujer, lo cual, así como
la que aquí se dice es consecuencia
de la doctrina de Aristóteles acerca
de la mujer comparada con el
varón, según la cual el varón en la
generación es acto, idea y forma;
la mujer, potencia y materia, y al
formarse el nuevo ser, sale hembra
cuando no alcanza a la debida
proporción para que se forme
varón (Generac. d. l. animales,
l. I,
... [72]
Comentario [SC165]: Ojos de
alinde, ojos de aumento. Decíase
espejo de alinde el de aumento que
usaban las damas para alindarse el
rostro, del cual verbo es postverbal
derivado. Corvacho, 2, 3: El espejo
de alinde para apurar el rostro,
la
... [73]
Comentario [SC166]: Traerge
la he, se la traeré; ge de lie, le
(CEJADOR, Leng. Cerv., I, 157)
Comentario [SC167]: Celesti
na nombre sugerido acaso por el
Libro del esforzado caballero D.
Tristán de Leonis, como notó
BONILLA en el t. I p. 410, de su
Colección de Libros de
caballerías. En el c. 52 del Don
... [74]
Comentario [SC168]: Virgos.
CORR., 20: A virgo perdido nunca
le falta marido. Ídem, 359: Como
el virgo de Justilla, que se perdió
entre las pajas. Con sirgo o seda
solían coserlo cuando se deshacía.
Comentario [SC169]: Venir
en, alcanzar, del venir a parar.
GUEV., Ep., 34: Ha venido la cosa
en que las cecinas que para los
reyes en otro tiempo se buscaban,
con ella agora los rústicos se
ahítan.
CELESTINA.- ¡Albricias!, ¡albricias! Elicia. ¡Sempronio! ¡Sempronio!
ELICIA.- ¡Ce!, ¡ce!, ¡ce!
CELESTINA.- ¿Por qué?
ELICIA.- Porque está aquí Crito.
CELESTINA.- ¡Mételo en la camarilla de las escobas! ¡Presto! Dile que viene tu primo e mi
familiar.
ELICIA.- Crito, retráete ay. Mi primo viene. ¡Perdida soy!
CRITO.- Plázeme. No te congoxes.
SEMPRONIO.- ¡Madre bendita! ¡Qué desseo traygo! ¡Gracias a Dios, que te me dexó ver!
CELESTINA.- ¡Fijo mío!, ¡rey mío!, turbado me has. [61] No te puedo fablar. Torna e dame
otro abraço. ¿E tres días podiste estar sin vernos? ¡Elicia! ¡Elicia! ¡Cátale aquí!
ELICIA.- ¿A quién, madre?
CELESTINA.- A Sempronio.
ELICIA.- ¡Ay triste! ¡Qué saltos me da el coraçón! ¿Es qué es dél?
CELESTINA.- Vesle aquí, vesle. Yo me le abraçaré; que no tú.
ELICIA.- ¡Ay! ¡Maldito seas, traydor! Postema e landre te mate e a manos de tus enemigos
mueras e por crímines dignos de cruel muerte en poder de rigurosa justicia te veas. ¡Ay, ay!
SEMPRONIO.- ¡Hy!, ¡hy!, ¡hy! ¿Qué has, mi Elicia? ¿De qué te congoxas?
ELICIA.- Tres días ha que no me ves. ¡Nunca Dios te vea, nunca Dios te consuele ni visite!
¡Guay de la triste, que en ti tiene su esperança e el fin de todo su bien!
SEMPRONIO.- ¡Calla, señora mía! ¿Tú piensas que la distancia del lugar es poderosa de
apartar el entrañable amor, el fuego, que está en mi coraçón? Do yo vó, comigo vas, comigo
estás. No [62] te aflijas ni me atormentes más de lo que yo he padecido. Mas di, ¿qué passos
suenan arriba?
ELICIA.- ¿Quién? Vn mi enamorado.
SEMPRONIO.- Pues créolo.
ELICIA.- ¡Alahé!, verdad es. Sube allá e verle has.
SEMPRONIO.- Voy.
CELESTINA.- ¡Anda acá! Dexa essa loca, que ella es liuiana e, turbada de tu absencia,
sácasla agora de seso. Dirá mill locuras. Ven e fablemos. No dexemos passar el tiempo en
balde.
SEMPRONIO.- Pues, ¿quién está arriba?
CELESTINA.- ¿Quiéreslo saber?
SEMPRONIO.- Quiero.
CELESTINA.- Vna moça, que me encomendó vn frayle.
SEMPRONIO.- ¿Qué frayle?
CELESTINA.- No lo procures.
SEMPRONIO.- Por mi vida, madre, ¿qué frayle?
CELESTINA.- ¿Porfías? El ministro el gordo.
SEMPRONIO.- ¡O desaventurada e qué carga espera!
Comentario [SC170]: Pídele
albricias porque llega su amante.
Habla eclíptica y viva, que pinta de
una pincelada el carácter de la
vieja.
Comentario [SC171]: Ce,
para llamar a otro ce-ceándole;
pero hase de pronunciar con la c
antigua, siseada (CEJADOR,
Tesor. Silbant., 51). Aquí sirve
para indicarle a Celestina que no
grite, no la oiga Crito, y por eso
manda ella a Elicia que le meta en
la camarilla y le diga que el que
viene es el primo de la moza, por
que no se soliviante. El silbido lo
mismo sirve para llamar como para
hacer callar y para desechar, pues
propiamente indica llamarle la
atención a uno.
Comentario [SC172]: Crito,
nombre en el Andria,
Heautontimorumenos y Phormio,
de Terencio.
Comentario [SC173]: Nótese
el habla pura, viva y expresiva de
esta gente, sobre todo de la vieja.
Ese es el verdadero castellano,
que, por no levar liga alguna
humanística, es tan clásico en
España, como lo era en Grecia el
habla de los autores del siglo IV, la
misma habla del pueblo ateniense.
Comentario [SC174]: Me le
abraçaré. Este me es de cariño
(CEJADOR, Leng. Cerv., I, 153)
Comentario [SC175]: ¡Hy!,
expresión de risa aguda.
Comentario [SC176]: ¡Guay!,
como ¡ay! Tener muchos guayes,
muchos achaques o desdichas.
Comentario [SC177]: Para
encelarle la muy bruja.
Comentario [SC178]: Alahé,
de a la fe, aseverando por su fe y
palabra. Quij., 2,17: A la fe, señor,
a lo que Dios me da a entender. L.
RUED., Camil.: No, a la he,
porque no lo he de costumbre.
CELESTINA.- Todo lo leuamos. Pocas mataduras as tú visto en la barriga. [63]
SEMPRONIO.- Mataduras no; mas petreras sí.
CELESTINA.- ¡Ay burlador!
SEMPRONIO.- Dexa, si soy burlador; muéstramela.
ELICIA.- ¡Ha don maluado! ¿Verla quieres? ¡Los ojos se te salten!, que no basta a ti vna ni
otra. ¡Anda!, véela e dexa a mí para siempre.
SEMPRONIO.- ¡Calla, Dios mío! ¿E enójaste? Que ni la quiero ver a ella ni a muger nascida.
A mi madre quiero fablar e quédate adiós.
ELICIA.- ¡Anda, anda!, ¡vete, desconoscido!, e está otros tres años, que no me bueluas a ver!
SEMPRONIO.- Madre mía, bien ternás confiança e creerás que no te burlo. Torna el manto e
vamos, que por el camino sabrás lo que, si aquí me tardasse en dezirte, impediría tu prouecho
e el mío. [64]
CELESTINA.- Vamos. Elicia, quédate adiós, cierra la puerta. ¡Adiós paredes!
SEMPRONIO.- ¡O madre mía! Todas cosas dexadas aparte, solamente sey atenta e ymagina
en lo que te dixere e no derrames tu pensamiento en muchas partes. Que quien junto en
diuersos lugares le pone, en ninguno le tiene; si no por caso determina lo cierto. E quiero que
sepas de mí lo que no has oydo e es que jamás pude, después que mi fe contigo puse, desear
bien de que no te cupiesse parte.
CELESTINA.- Parta Dios, hijo, de lo suyo contigo, que no sin causa lo hará, siquiera porque
has piedad desta pecadora de vieja. Pero di, no te detengas. Que la amistad, que entre ti e mí
se affirma, no ha menester preámbulos ni correlarios ni aparejos para ganar voluntad. Abreuia
[65] e ven al fecho, que vanamente se dize por muchas palabras lo que por pocas se puede
entender.
SEMPRONIO.- Assí es. Calisto arde en amores de Melibea. De ti e de mí tiene necessidad.
Pues juntos nos ha menester, juntos nos aprouechemos. Que conoscer el tiempo e vsar el
hombre de la oportunidad hace los hombres prósperos.
CELESTINA.- Bien has dicho, al cabo estoy. Basta para mí mescer el ojo. Digo que me alegro
destas nuevas, como los cirujanos de los descalabrados. E como aquellos dañan en los
principios las llagas e encarecen el prometimiento de la salud, assí entiendo yo facer a Calisto.
Alargarle he la certenidad del remedio, porque, [66] como dizen, el esperança luenga aflige el
coraçón e, quanto él la perdiere, tanto gela promete. ¡Bien me entiendes!
SEMPRONIO.- Callemos, que a la puerta estamos e, como dizen, las paredes han oydos.
CELESTINA.- Llama.
SEMPRONIO.- Tha, tha, tha.
CALISTO.- Pármeno.
PÁRMENO.- Señor.
CALISTO.- ¿No oyes, maldito sordo?
PÁRMENO.- ¿Qué es, señor?
CALISTO.- A la puerta llaman; corre. [67]
PÁRMENO.- ¿Quién es?
Comentario [SC179]: Petrera
s, pedradas, riña a pedradas (Dicc.
Autor.): pero dudo sea eso aquí.
Más bien señal o escoriación en la
barriga de las bestias del petral o
pretal, pues juega del vocablo, por
ser las mataduras por las costillas y
en lo alto de las bestias. Por eso le
llama burlador.
Comentario [SC180]: Don
malvado. El Don usado
socarronamente con epítetos... [75]
Comentario [SC181]: Nascid
a, ninguna, como nadi-e salí del
nati, ningunos. Nótese el ingenio
... [76]
Comentario [SC182]: Madre
es en estas casas la vieja, como
padre el que manda en ella.
Comentario [SC183]: Quédat
e, en B quedaré.
Comentario [SC184]: Ternás,
antiguo, por tendrás, por metátesis
de ten(e)r-as, y la otra forma...con
d
[77]
Comentario [SC185]: CORR.,
9: A Dios, paredes, que me voy a
ser Santo; e iba a ser ventero.
... [78]
Comentario [SC186]: Pecado
ra de vieja, pecadora vieja. La
preposición de entre el adjetivo
y
... [79]
Comentario [SC187]: Entre ti
e mí. Acerca de entre con
personales, véase Lengua de... [80]
Comentario [SC188]: Correla
rios, uno de tantos vocablos
eruditos que las gentes del pueblo
... [81]
Comentario [SC189]: El
hombre, indefinido, como on en
francés. Comed. Eufros., 2: ... [82]
Comentario [SC190]: Al cabo
estoy. CORR., 540: Ya estoy al
cabo. (Cuando uno entiende...el [83]
Comentario [SC191]: Mercer,
mecer, menear, de miscere,
mezclar meneando. HERR.,...
Agr.,
[84]
Comentario [SC192]: Certeni
dad, certidumbre, y se usa todavía
en Andalucía y Murcia. Can.
...S.[85]
Comentario [SC193]: El
esperanza, acerca de el por la, con
cualquier voz que comienza...
por[86]
Comentario [SC194]: CORR.,
193: Las paredes han oídos y los
montes ojos, o las paredes tienen
... [87]
Comentario [SC195]: Tha, es
ta, articulación de golpear la
lengua contra el paladar, y así
... [88]
Comentario [SC196]: Pármen
o, que así debe pronunciarse,
según el soneto de Bart. León.
... [89]
SEMPRONIO.- Abre a mí e a esta dueña.
PÁRMENO.- Señor, Sempronio e vna puta vieja alcoholada dauan aquellas porradas.
CALISTO.- Calla, calla, maluado, que es mi tía. Corre, corre, abre. Siempre lo vi, que por huyr
hombre de vn peligro, cae en otro mayor. Por encubrir yo este fecho de Pármeno, a quien amor
o fidelidad o temor pusieran freno, cay en indignación desta, que no tiene menor poderío en mi
vida que Dios.
PÁRMENO.- ¿Por qué, señor, te matas? ¿Por qué, señor, te congoxas? ¿E tú piensas que es
vituperio en las orejas desta el nombre que la llamé? No lo creas; que assí se glorifica en le oyr,
como tú, quando dizen: ¡diestro cauallero [68] es Calisto! E demás desto, es nombrada e por tal
título conocida. Si entre cient mugeres va e alguno dize: ¡puta vieja!, sin ningún empacho luego
buelue la cabeça e responde con alegre cara. En los conbites, en las fiestas, en las bodas, en
las cofadrías, en los mortuorios, en todos los ayuntamientos de gentes, con ella passan tiempo.
Si passa por los perros, aquello suena su ladrido; si está cerca las aues, otra cosa no cantan; si
cerca los ganados, balando lo pregonan; si cerca las bestias, rebuznando dizen: ¡puta vieja! Las
ranas de los charcos otra cosa no suelen mentar. Si va entre los herreros, aquello dizen sus
martillos. Carpinteros e armeros, herradores, caldereros, arcadores, todo oficio de instrumento
forma en el ayre su nombre. Cántanla los carpinteros, péynanla los peynadores, texedores.
Labradores en las huertas, [69] en las aradas, en las viñas, en las segadas con ella passan el
afán cotidiano. Al perder en los tableros, luego suenan sus loores. Todas cosas, que son hazen,
a do quiera que ella está, el tal nombre representan. ¡O qué comedor de hueuos asados era su
marido! ¿Qué quieres más, sino, si vna piedra toca con otra, luego suena ¡puta vieja!?
CALISTO.- E tú ¿cómo lo sabes y la conosces?
PÁRMENO.- Saberlo has. Días grandes son passados que mi madre, muger pobre, moraua
en su vezindad, la qual rogada por esta Celestina, me dio a ella por siruiente; avnque ella no me
conoçe, por lo poco que la seruí e por la mudança, que la edad ha hecho.
CALISTO.- ¿De qué la seruías?
PÁRMENO.- Señor, yua a la plaça e trayale de comer e acompañáuala; suplía en aquellos
menesteres, que mi tierna fuerça bastaua. Pero de [70] aquel poco tiempo que la seruí, recogía
la nueua memoria lo que la vejez no ha podido quitar. Tiene esta buena dueña al cabo de la
ciudad, allá cerca de las tenerías, en la cuesta del río, vna casa apartada, medio cayda, poco
compuesta e menos abastada. Ella tenía seys oficios, conuiene saber: labrandera, perfumera,
maestra de fazer afeytes e de fazer virgos, alcahueta e vn poquito hechizera. Era el primer
oficio cobertura de los otros, so color del qual muchas moças destas siruientes entrauan en su
casa a labrarse e a labrar camisas e gorgueras e otras muchas cosas. Ninguna venía sin
torrezno, trigo, harina o jarro de vino e de las otras prouisiones, que podían a sus amas furtar. E
avn otros furtillos de más qualidad allí se encubrían. [71] Asaz era amiga de estudiantes e
despenseros e moços de abades. A estos vendía ella aquella sangre innocente de las
cuytadillas, la qual ligeramente auenturauan en esfuerço de la restitucion, que ella les prometía.
Subió su fecho a más: que por medio de aquellas comunicaua con las más encerradas, hasta
traer a execución su propósito. E aquestas en tiempo onesto, como estaciones, processiones
de noche, missas del gallo, missas del alua e otras secretas deuociones. Muchas encubiertas vi
entrar en su casa. Tras ellas hombres descalços, contritos e reboçados, desatacados, que
entrauan allí a llorar sus pecados. ¡Qué tráfagos, si piensas, traya! Hazíase física de niños,
tomaua estambre de vnas casas, dáualo a filar en otras, por achaque de entrar en todas. Las
vnas: ¡madre acá!; las otras: ¡madre acullá!; ¡cata la vieja!; ¡ya viene el ama!: de todos muy
Comentario [SC197]: Alcohol
ada, afeitada, alcoholarse, teñirse
el pelo, las pestañas, etc., con
stibio, y en los ojos, para
agrandarlos, como lo hacen las
mujeres y niños de Damasco y
Siria, que stibio es lo que significa
alcohl en árabe. LAGUNA, Diosc.,
P. 533: «El stibio es aquella
especie de mineral que llamamos
alcohol en Castilla, con la cual las
mujeres suelen teñirse las cejas y
alcoholarse los ojos. Porque ya por
nuestros pecados la gran
corrupción y adulterio de toda
buena costumbre convertió en
disfrace y afeite lo que fue ... [90]
Comentario [SC198]: Cofadrí
a, de cofadre, metátesis vulgar de
cofrade.
Comentario [SC199]: Mortuo
rios, entierros, voz vulgar, como
casorio y velorio.
Comentario [SC200]: Cerca
de la aves, como preposición.
AVELLANED., Quij., 17: Cerca
... [91]
Comentario [SC201]: Arcado
res y arqueador, en los obrajes de
paños, y aun fuera de ellos, ...
el que
[92]
Comentario [SC202]: Aradas,
tierras labrantías. J. PIN., Agr. 6,
29: Al gañan del arada damos
... 30
[93]
Comentario [SC203]: Segada,
acción y efecto de segar. LEÓN,
Job. 5, 5: Cuya segada, esto...
es,[94]
sus
Comentario [SC204]: Afán es
el trabajo. Trag. Polic., 21: Yo ha
que vivo del afán de estas manos.
Comentario [SC205]: Tablero
, el juego, de donde poner al
tablero, aventurar. Siete versos
... [95]
Comentario [SC206]: Vejez,
en V vieja.
Comentario [SC207]: Tenería
s, fábricas de curtidos. De aquí
sacan algunos que la acción...
pasa
[96]
Comentario [SC208]: Labran
dera, costurera. Quij., 2, 48: Como
yo tuviese fama de gran
... [97]
Comentario [SC209]: Fazer
virgos, coser los desechos con
sirgo o seda.
Comentario [SC210]: Abades,
clérigos, cura, como todavía en
Galicia.
Comentario [SC211]: Desata
cados, sueltas la agujetas o
cordones con que se atacaba...el[98]
Comentario [SC212]: Física,
médica.
Comentario [SC213]: Imitaci
... [99]
Comentario [SC214]:...
Aleluya
[100]
Comentario [SC215]:...
Fazia
[101]
Comentario [SC216]:...
Estoraq
[102]
conocida. Con todos esos afanes, nunca passaua sin missa ni bísperas ni dexaua monesterios
de frayles ni de monjas. Esto porque allí fazía ella sus aleluyas e conciertos. [72] E en su casa
fazía perfumes, falsauaestoraques, menjuy, animes, ámbar, algalia, [73] poluillos, almizcles,
mosquetes. Tenía vna cámara llena de alambiques, de redomillas, de barrilejos [74] de barro,
de vidrio, de arambre, de estaño, hechos de mill faziones. Hazía solimán, [75] afeyte cozido,
argentadas, bujelladas, cerillas, llanillas, vnturillas, lustres, luzentores, clarimientes, alualinos e
otras aguas de rostro, de rasuras de gamones, de cortezas de spantalobos, de taraguntia, de
hieles, de agraz, de mosto, [76] destiladas e açucaradas. Adelgazaua los cueros con çumos de
limones, con turuino, con tuétano de corço e de garça, e otras confaciones. Sacaua agua para
oler, de rosas, de azahar, de jasmín, de trébol, de madreselua e clauellinas, mosquetas e
almizcladas, poluorizadas, con vino. Hazía lexías para enrubiar, de sarmientos, de carrasca, de
centeno, de marrubios, con salitre, con alumbre e millifolia e otras diuersas cosas. E los vntos
[77] e mantecas, que tenía, es hastío de dezir: de vaca, de osso, de cauallos e de camellos, de
culebra e de conejo, de vallena, de garça e de alcarauán e de gamo e de gato montés e de
texón, [78] de harda, de herizo, de nutria. Aparejos para baños, esto es vna marauilla, de las
yeruas e rayzes, que tenía en el techo de su casa colgadas: mançanilla e romero, maluauiscos,
culantrillo, coronillas, flor de sauco e de mostaza, espliego e laurel blanco, tortarosa e
gramonilla, flor saluaje e higueruela, pico de oro e hoja tinta. Los [79] azeytes que sacaua para
el rostro no es cosa de creer: de estoraque e de jazmín, de limón, de pepitas, de violetas, de
menjuy, de alfócigos, de piñones, de granillo, de açofeyfas, de neguilla, de altramuzes, de
aruejas e de carillas e de yerua paxarera. E vn poquillo de bálsamo tenía ella en vna redomilla,
que guardaua para aquel rascuño, que tiene por las narizes. Esto de los virgos, vnos facía de
bexiga e otros curaua de punto. Tenía en vn tabladillo, en vna caxuela pintada, vnas agujas
delgadas de pellejeros e hilos de seda encerados e colgadas allí rayzes de hojaplasma e fuste
sanguino,cebolla albarrana e cepacauallo. [80] Hazía con esto marauillas: que, quando vino por
aquí el embaxador francés, tres vezes vendió por virgen vna criada, que tenía.
CALISTO.- ¡Así pudiera ciento!
PÁRMENO.- ¡Sí, santo Dios! E remediaua por caridad muchas huérfanas e cerradas, que se
encomendauan a ella. E en otro apartado tenía para remediar amores e para se querer bien.
Tenía huessos de coraçón de cieruo, [81] lengua de bíuora, cabeças de codornizes, sesos de
asno, tela de cauallo, mantillo de niño, haua morisca, guija marina, soga de ahorcado, [82] flor
de yedra, espina de erizo, pie de texó, [83] granos de helecho, la piedra del nido del águila [84]
e otras mill cosas. Venían a ella muchos hombres [85] e mugeres e a vnos demandaua el pan
do mordían; [86] a otros, de su ropa; a otros, de sus cabellos; a otros, pintaua en la palma letras
con açafrán; a otros, con bermellón; a otros, daua vnos coraçones de cera, llenos de agujas
quebradas e otras cosas en barro e en plomo hechas, muy espantables al ver. Pintaua figuras,
dezía palabras en tierra. ¿Quién te podrá dezir lo que esta vieja fazía? E todo era burla e
mentira.
CALISTO.- Bien está, Pármeno. Déxalo para más oportunidad. Asaz soy de ti auisado.
Téngotelo [87] en gracia. No nos detengamos, que la necessidad desecha la tardança. Oye.
Aquella viene rogada. Espera más que deue. Vamos, no se indigne. Yo temo e el temor reduze
la memoria e a la prouidencia despierta. ¡Sus! Vamos, proueamos. Pero ruégote, Pármeno, la
embidia de Sempronio, que en esto me sirue e complaze no ponga impedimiento en el remedio
de mi vida. Que, si para él houo jubón, para ti no faltará sayo. Ni pienses que tengo en menos
tu consejo e auiso, que su trabajo e obra: como lo espiritual sepa yo que precede a lo corporal e
que, puesto que las bestias corporalmente trabajen más que los hombres, por esso son
Comentario [SC217]:...
Continu
[103]
Comentario [SC218]:...
Arambr
[104]
Comentario [SC219]:...
Solimá
[105]
Comentario [SC220]:...
Argenta
[106]
Comentario [SC221]:...
Llanilla
[107]
Comentario [SC222]:...
Alvalin
[108]
Comentario [SC223]:...
Rasura
[109]
Comentario [SC224]:...
Espant
[110]
Comentario [SC225]:...
Taragu
[111]
Comentario [SC226]:...
Agraz
[112]
Comentario [SC227]:...
Turvino
[113]
Comentario [SC228]:...
Tuétan
[114]
Comentario [SC229]:...
Confaci
[115]
Comentario [SC230]:...
Por
[116]
Comentario [SC231]:...
Polvori
[117]
Comentario [SC232]:...
Enrubi
[118]
Comentario [SC233]:...
Millifol
[119]
Comentario [SC234]:...
Acerca
[120]
Comentario [SC235]:...
De[121]
Comentario [SC236]:...
La[122]
Comentario [SC237]:...
De[123]
Comentario [SC238]:...
De[124]
gato
Comentario [SC239]:...
De[125]
Comentario [SC240]:...
De[126]
Comentario [SC241]:...
Mança
[127]
Comentario [SC242]:...
Romero
[128]
Comentario [SC243]:...
Del
[129]
Comentario [SC244]:...
No[130]
Comentario [SC245]:...
Higuer
[131]
Comentario [SC246]:...
Estoraq
[132]
Comentario [SC247]:...
Neguill
[133]
Comentario [SC248]:...
Yerva
[134]
Comentario [SC249]:...
De[135]
Comentario [SC250]:...
Hojapl
[136]
Comentario [SC251]:...
Cebolla
[137]
Comentario [SC252]:...
El[138]
Comentario [SC253]:...
Huesso
[139]
Comentario [SC254]:...
Lengua
[140]
Comentario [SC255]:...
«La
[141]
Comentario [SC256]:...
Mantill
[142]
Comentario [SC257]:...
Hava
[143]
Comentario [SC258]:...
Guija
[144]
Comentario [SC259]:...
Flor
de
[145]
Comentario [SC260]:...
Espina
[146]
Comentario [SC261]:...
Pie[147]
de
Comentario [SC262]:...
Granos
[148]
Comentario [SC263]:...
Continu
[149]
Comentario [SC264]:...
La[150]
... [151]
... [152]
... [153]
... [154]
... [155]
pensadas e curadas; pero no amigas dellos. En la tal diferencia serás comigo, en respeto de
Sempronio. E so secreto sello, pospuesto el dominio, por tal amigo a ti me concedo.
PÁRMENO.- Quéxome, señor, de la dubda de mi fidelidad e seruicio, por los prometimientos e
amonestaciones tuyas. ¿Quándo me viste, señor, embidiar o por ningún interesse ni resabio tu
prouecho estorcer? [88]
CALISTO.- No te escandalizes. Que sin dubda tus costumbres e gentil criança en mis ojos
ante todos los que me siruen están. Mas como en caso tan árduo, do todo mi bien e vida pende,
es necessario proueer, proueo a los contescimientos. Como quiera que creo que tus buenas
costumbres sobre buen natural florescen, como el buen natural sea principio del artificio. E no
más; sino vamos a ver la salud.
CELESTINA.- Pasos oygo. Acá descienden. Haz, Sempronio, que no lo oyes. Escucha e
déxame hablar lo que a ti e a mí me conuiene.
SEMPRONIO.- Habla.
CELESTINA.- No me congoxes ni me importunes, que sobrecargar el cuydado es aguijar al
animal congoxoso. Assí sientes la pena de tu amo Calisto, que parece que tú eres él e él tú e
que los tormentos son en vn mismo subjecto. Pues cree que yo no vine acá por dexar este
pleyto indeciso o morir en la demanda.
CALISTO.- Pármeno, detente. ¡Ce! Escucha qué hablan estos. Veamos en qué viuimos. ¡O
notable muger! ¡O bienes mundanos, indignos de ser poseydos de tan alto coraçón! ¡O fiel e
verdadero Sempronio! ¿Has visto, mi Pármeno? [89] ¿Oyste? ¿Tengo razón? ¿Qué me dizes,
rincón de mi secreto e consejo e alma mía?
PÁRMENO.- Protestando mi innocencia en la primera sospecha e cumpliendo con la fidelidad,
porque te me concediste, hablaré. Oyeme e el afecto no te ensorde ni la esperança del deleyte
te ciegue. Tiémplate e no te apresures: que muchos con codicia de dar en el fiel, yerran el
blanco. Avnque soy moço, cosas he visto asaz e el seso e la vista de las muchas cosas
demuestran la experiencia. De verte o de oyrte descender por la escalera, parlan lo que estos
fingidamente han dicho, en cuyas falsas palabras pones el fin de tu deseo.
SEMPRONIO.- Celestina, ruynmente suena lo que Pármeno dize.
CELESTINA.- Calla, que para la mi santiguada do vino el asno verná el albarda. Déxame tú a
Pármeno, que yo te le haré vno de nos, e de lo que houiéremos, démosle parte: que los bienes,
si no son conmunicados, no son bienes. Ganemos todos, partamos todos, holguemos todos.
[90] Yo te le traeré manso e benigno a picar el pan en el puño e seremos dos a dos e, como
dizen, tres al mohíno.
CALISTO.- Sempronio.
SEMPRONIO.- Señor.
CALISTO.- ¿Qué hazes, llaue de mi vida? Abre. ¡O Pármeno!, ya la veo:¡sano soy, viuo so!
¿Miras qué reuerenda persona, qué acatamiento? [91] Por la mayor parte, por la philosomía es
conocida la virtud interior. ¡O vejez virtuosa! ¡O virtud enuejecida!. ¡O gloriosa esperança de mi
desseado fin! ¡O fin de mi deleytosa esperança! ¡O salud de mi passión, reparo de mi tormento,
regeneración mía, viuificación de mi vida, resurreción de mi muerte! Deseo llegar a ti, cobdicio
besar essas manos llenas de remedio. La indignidad de mi persona lo embarga. Dende aquí
adoro la tierra que huellas e en lo reuerencia tuya beso.
Comentario [SC270]: Pensad
as, de pensar o dar pienso. Quij.,
2, 20: Los límites de tus deseos no
se estienden a más que a pensar tu
jumento, que el de tu persona
sobre mis hombros le tienes
puesto.
Comentario [SC271]: Interess
e, en su forma latina, y así se
decía.
Comentario [SC272]: Estorce
r, desviar, impedir, de torcer.
Véase mi edición de HITA, 136,
793.
Comentario [SC273]: No te
ensorde, L. RUEDA, I, 320:
Pienso que ensordé.
Comentario [SC274]: Para mí
santiguada, por esta cruz que hago
santiguándome.
Comentario [SC275]: Do
vino..., refrán que no traen los
refraneros conocidos. Do= d'o, d o,
o donde, u(bi), HITA, 29 (mi
edición).
Comentario [SC276]: A picar
el pan en el puño; así CORREAS,
392; es metáfora de las ovejas, que
vienen a tomarlo, y de otros
animales amansados.
Comentario [SC277]: Seremo
s dos a dos. CORR., 293: «Dos a
dos y tres al mohíno.» Juntáronse
aquí dos frases en una. La primera,
dos a dos, es jugar cuatro, dos
contra dos, o reñir con padrinos, y
dícese del ser parejos sin ventaja
de la parte contraria. Pero la
segunda añade bastante más, como
se verá por CORREAS, 6, 12: Tres
al mohíno. (Los que molestan a
uno.) Ídem, 567: Ser tres al
mohíno, tres contra uno. (Por
sobra de ventaja.) Ídem, 427: Tres
al mohíno. (Mohíno por el asno,
que de ordinario son mohínos y
pardillos, como bayo por el caballo
en el refrán, «uno piensa el bayo»,
y tres al mohíno, es subir tres en él,
con que irá muy cargado con
trabajo. De aquí se traslada mohíno
a significar el enfadado y
disgustado. Si no vino de mofa y la
frase cuando se aúnan muchos
contra uno: «son tres al mohíno»; y
sucede en juegos y otras cosas y en
burlas.) Hasta aquí Correas, cuya
última significación es la
verdadera, pues moh-ino y mof-ino
es todo uno, el que pone hocico
... [156]
Comentario [SC278]: Philoso
mía, fisonomía o aspecto del
rostro, voz erudita estragada por el
pueblo, que la confunde con los
filos, como filosofía.
CELESTINA.- Sempronio, ¡de aquellas viuo yo! ¡Los huessos, que yo soy, piensa este necio
de tu amo de darme a comer! Pues ál le sueño. Al freyr lo verá. Dile que cierre la boca e
comience [92] abrir la bolsa: que de las obras dudo, quanto más de las palabras. Xo que te
estriego, asna coxa. Más hauías de madrugar.
PÁRMENO.- ¡Guay de orejas, que tal oyen! Perdido es quien tras perdido anda. ¡O Calisto
desauenturado, abatido, ciego! ¡E en tierra está adorando a la más antigua e puta tierra, que
fregaron sus espaldas en todos los burdeles! Deshecho es, vencido, es, caydo es: no es capaz
de ninguna redención ni consejo ni esfuerço. [93]
CALISTO.- ¿Qué dezía la madre? Parésceme que pensaua que le ofrescía palabras por
escusar galardón.
SEMPRONIO.- Assí lo sentí.
CALISTO. Pues ven comigo: trae las llaues, que yo sanaré su duda.
SEMPRONIO.- Bien farás e luego vamos. Que no se deue dexar crescer la yerua entre los
panes ni la sospecha en los coraçones de los amigos; sino alimpiarla luego con el escardilla de
las buenas obras.
CALISTO.- Astuto hablas. Vamos e no tardemos.
CELESTINA.- Plázeme, Pármeno, que hauemos auido oportunidad para que conozcas el
amor mío contigo e la parte que en mi immérito tienes. E digo immérito, por lo que te he oydo
dezir, de que no hago caso. Porque virtud nos amonesta sufrir las tentaciones e no dar mal por
mal; e especial, quando somos tentados por moços e no bien instrutos en lo mundano, en que
con necia lealtad pierdan a sí e a sus amos, como agora tú a Calisto. Bien te oy e no pienses
que [94] el oyr con los otros exteriores sesos mi vejez aya perdido. Que no solo lo que veo, oyo
e conozco; mas avn lo intrínsico con los intellectuales ojos penetro. Has de saber, Pármeno,
que Calisto anda de amor quexoso. E no lo juzgues por eso por flaco, que el amor imperuio
todas las cosas vence. E sabe, si no sabes, que dos conclusiones son verdaderas. La primera,
que es forçoso el hombre amar a la muger e la muger [95] al hombre. La segunda, que el que
verdaderamente ama es necessario que se turbe con la dulçura del soberano deleyte, que por
el hazedor de las cosas fue puesto, porque el linaje de los hombres perpetuase, sin lo qual
perescería. E no solo en la humana especie; mas en los pesces, en las bestias, en las aues, en
las reptilias y en lo vegetatiuo, algunas plantas han este respeto, si sin interposición de otra
cosa en poca distancia de tierra están puestas, en que ay so determinación de heruolarios e
agricultores, ser machos e hembras. ¿Qué dirás a esto, Pármeno? ¡Neciuelo, loquito, angelico,
perlica, simplezico! ¿Lobitos en tal gestico? Llegate acá, putico, que no sabes nada del mundo
ni de sus deleytes. ¡Mas rauia mala me mate, si te llego a mí, avnque vieja! Que la voz tienes
ronca, las barbas te apuntan. Mal sosegadilla deues tener la punta de la barriga. [96]
PÁRMENO.- ¡Como cola de alacrán!
CELESTINA.- E avn peor: que la otra muerde sin hinchar e la tuya hincha por nueue meses.
PÁRMENO.- ¡Hy!, ¡hy!, ¡hy!
CELESTINA.- ¿Ríeste, landrezilla, fijo?
PÁRMENO.- Calla, madre, no me culpes ni me tengas, avnque moço, por insipiente. Amo a
Calisto, porque le deuo fidelidad, por criança, por beneficios, por ser dél honrrado e bientratado,
que es la mayor cadena, que el amor del seruidor al seruicio del señor prende, quanto lo
contrario aparta. Véole perdido e no ay cosa peor que yr tras desseo sin esperança de buen fin
e especial, pensando remediar su hecho tan árduo e difícil con vanos consejos e necias
Comentario [SC279]: De mis
manos y trabajo vivo. Piensa este
necio que me contentará con lo que
yo ya desecho: esto es, riome yo de
esos besos de mis huellas y de
semejantes alabanzas. Otra cosa
pienso yo y sueño que me dé,
como lo verá al fin de la obra,
... [157]
Comentario [SC280]: Soñar
es pensar y recordar mucho.
NISENO, Juev. 3 cuar.: Que
os
... [158]
Comentario [SC281]: CORR.,
34: Al freír lo verán. (Varíase: Al
freír lo veréis y aplicase a ...
muchas
[159]
Comentario [SC282]: De las
obras. CORR., 291: Donde las
obras tras ellas no van, / en...balde
[160]
Comentario [SC283]: CORR.,
p. 273; Quij., 2, 10, y
SANTILLANA: «Jo (o xo)...que
te
[161]
Comentario [SC284]: Fregar
on, apalearon, de aquí refriega,
contienda, lucha.
Comentario [SC285]: Lo
sentí, lo oí y lo juzgué.
Comentario [SC286]: Immérit
o, inmerecidamente, porque bien te
he oído hablar contra mí, en
...la[162]
Comentario [SC287]: De que,
de lo cual.
Comentario [SC288]: Especia
l, adverbio, tal se decía. Quij. I, 4,
f. 10.
Comentario [SC289]: Instruto
s, instruídos, latinismo.
Comentario [SC290]: Impervi
o, otro latinajo, y eso en boca de la
vieja. ¡Y así lo emplea la muy
... [163]
Comentario [SC291]: Dos
conclusiones son verdaderas.
Tomado del tratado del amor
de
... [164]
Comentario [SC292]: Neciuel
o. Toda esta filosofía le dice la
vieja, como si hubiera cursado
las
... [165]
Comentario [SC293]: Lobitos,
enemiguito, como quien dice, en
tal gestico tan furiosico.
Comentario [SC294]: Putico
para ella es una flor, y ya se dijo
antes.
Comentario [SC295]: Más, es
comparativo, sin término de
comparación, y muy bien dicho
... [166]
Comentario [SC296]: Landre
zilla, landre, voz usada en las
maldiciones. ¡Mala landre ...
te dé!
[167]
Comentario [SC297]: Insipien
te, latinismo.
razones de aquel bruto Sempronio, que es pensar sacar aradores a pala e açadón. No lo puedo
sufrir. ¡Dígolo e lloro!
CELESTINA.- ¿Pármeno, tú no vees que es necedad o simpleza llorar por lo que con llorar no
se puede remediar? [97]
PÁRMENO.- Por esso lloro. Que, si con llorar fuesse possible traer a mi amo el remedio, tan
grande sería el plazer de la tal esperança, que de gozo no podría llorar; pero assí, perdida ya
toda la esperança, pierdo el alegría e lloro.
CELESTINA.- Llorarás sin prouecho por lo que llorando estoruar no podrás ni sanarlo
presumas. ¿A otros no ha contecido esto, Pármeno?
PÁRMENO.- Sí; pero a mi amo no le querría doliente.
CELESTINA.- No lo es; mas avnque fuesse doliente, podría sanar.
PÁRMENO.- No curo de lo que dizes, porque en los bienes mejor es el acto que la potencia e
en los males mejor la potencia que el acto. Assí que mejor es ser sano, que poderlo ser e mejor
es poder ser doliente que ser enfermo por acto e, por tanto, es mejor tener la potencia en el mal
que el acto.
CELESTINA.- ¡O maluado! ¡Cómo, que no se te entiende! ¿Tú no sientes su enfermedad?
¿Qué has dicho hasta agora? ¿De qué te quexas? Pues burla o di por verdad lo falso e cree lo
[98] que quisieres: que él es enfermo por acto e el poder ser sano es en mano desta flaca vieja
PÁRMENO.- ¡Mas, desta flaca puta vieja!
CELESTINA.- ¡Putos días biuas, vellaquillo!, e ¡cómo te atreues...!
PÁRMENO.- ¡Como te conozco...!
CELESTINA.- ¿Quién eres tú?
PÁRMENO.- ¿Quién? Pármeno, hijo de Alberto tu compadre, que estuue contigo vn mes, que
te me dio mi madre, quando morauas a la cuesta del río, cerca de las tenerías.
CELESTINA.- ¡Jesú, Jesú, Jesú! ¿E tú eres Pármeno, hijo de la Claudina?
PÁRMENO.- ¡Alahé, yo!
CELESTINA.- ¡Pues fuego malo te queme, que tan puta vieja era tu madre como yo! ¿Por qué
me persigues, Pármeno? ¡Él es, él es, por los sanctos de Dios! Allégate a mí, ven acá, que mill
açotes e puñadas te di en este mundo e otros tantos besos. Acuérdaste, quando dormías a mis
pies, loquito? [99]
PÁRMENO.- Sí, en buena fe. E algunas vezes, avnque era niño, me subías a la cabeçera e
me apretauas contigo e, porque olías a vieja, me fuya de ti.
CELESTINA.- ¡Mala landre te mate! ¡E cómo lo dize el desuergonçado! Dexadas burlas e
pasatiempos, oye agora, mi fijo, e escucha. Que, avnque a vn fin soy llamada, a otro so venida
e maguera que contigo me aya fecho de nueuas, tú eres la causa. Hijo, bien sabes cómo tu
madre, que Dios aya, te me dio viuiendo tu padre. El qual, como de mí te fueste, con otra ansia
no murió, sino con la incertedumbre de tu vida e persona. Por la qual absencia algunos años de
su vejez sufrió angustiosa e cuydosa vida. E al tiempo que della passó, embió por mí e en su
secreto te me encargó e me dixo sin otro testigo, sino aquel, que es testigo de todas las obras e
pensamientos e los coraçones e entrañas escudriña, al qual puso entre él e mí, que te
buscasse e allegasse e abrigasse e, quando de complida edad fueses, tal que en tu viuir [100]
supieses tener manera e forma, te descubriesse adonde dexó encerrada tal copia de oro e
plata, que basta más que la renta de tu amo Calisto. E porque gelo prometí e con mi promessa
Comentario [SC298]: CORR.,
247: Sacar el arador con pala y
azadón; no se saca arador con
palo de azadón. Arador, gusanillo
imperceptible de las manos,
subcutáneo.
Comentario [SC299]: Acto,
potencia. Escolastiquerías
aristotélicas. Mejor es tener que
poder tener bienes; mejor es poder
o ser capaz de males que tenerlos.
Comentario [SC300]: Burla,
habla en broma.
Comentario [SC301]: La vieja
también se contagia de
escolasticismo y hace de
contrincante que propone
objeciones.
Comentario [SC302]: Mas
bien dirías.
Comentario [SC303]: Esto de
repetir el tema del otro en el
dialogado, en maldiciones,
exclamaciones, etc., como putos
días, por el puta vieja que el otro
dijo, es muy popular. Quij., I, 35:
Estos cueros que aquí están
horadados y el vino tinto que nada
en este aposento, que nadando vea
yo el alma en los infiernos, de
quien los horadó.
Comentario [SC304]: Un
mes, en V un poco tiempo.
Comentario [SC305]: Fuego,
del infierno.
Comentario [SC306]: Maguer
a, aunque, como maguer, y la u no
suena. Véase en mi edición de
HITA, c. 832, 1034.
Comentario [SC307]: Como,
cuando, después que. Quij., 2, 10:
Como don Quijote le vio, le dijo.
Ídem, I, 24: Como acabó de comer
les hizo señas que le siguiesen.
Comentario [SC308]: Cuydad
osa. Selvag., 212: El que firme se
tuviere / en su fatiga cuidadosa.
Comentario [SC309]: Puso,
por testigo, que ante dice, interponer.
Comentario [SC310]: Basta,
ser mucho, abundar.
lleuó descanso e la fe es de guardar, más que a los viuos, a los muertos, que no pueden hazer
por sí, en pesquisa e seguimiento tuyo yo he gastado asaz tiempo e quantías, hasta agora, que
ha plazido aquel, que todos los cuydados tiene e remedia las justas peticiones e las piadosas
obras endereça, que te hallase aquí, donde solos ha tres días que sé que moras. Sin duda dolor
he sentido, porque has por tantas partes vagado, e peregrinado, que ni has hauido prouecho ni
ganado debdo ni amistad. Que, como Séneca nos dize, los peregrinos tienen muchas posadas
e pocas amistades, porque en breue [101] tiempo con ninguno no pueden firmar amistad. E el
que está en muchos cabos, está en ninguno. Ni puede aprouechar el manjar a los cuerpos, que
en comiendo se lança, ni ay cosa que más la sanidad impida, que la diuersidad e mudança e
variación de los manjares. E nunca la llaga viene a cicatrizar, en la qual muchas melezinas se
tientan. Ni conualesce la planta, que muchas veces es traspuesta. Ni ay cosa tan prouechosa,
que en llegando aproueche. Por tanto, mi hijo, dexa los ímpetus de la juuentud e tórnate con la
doctrina de tus mayores a la razón. Reposa en alguna parte. ¿E dónde mejor, que en mi
voluntad, en mi ánimo, en mi consejo, a quien tus padres te remetieron? E yo, assí como
verdadera madre tuya, te digo, so las malediciones, que tus padres te pusieron, si me fuesses
inobediente, que por el presente sufras e siruas a este tu amo, que procuraste, hasta en ello
hauer otro consejo mio. Pero no con necia lealtad, proponiendo firmeza sobre lo mouible, como
son estos señores deste tiempo. E tú gana amigos, que es cosa durable. Ten con ellos
constancia. No viuas en flores. Dexa los vanos prometimientos de los [102] señores, los cuales
deshechan la substancia de sus siruientes con huecos e vanos prometimientos. Como la
sanguijuela saca la sangre, desagradescen, injurian, oluidan seruicios, niegan galardón.
¡Guay de quien en palacio enuejece! Como se escriue de la probática piscina, que de ciento
que entrauan, sanaua vno. Estos señores deste tiempo más aman a sí, que a los suyos. E no
yerran. Los suyos ygualmente lo deuen hazer. Perdidas son las mercedes, las magnificencias,
los actos nobles. Cada vno destos catiua e mezquinamente procuran su interesse con los
suyos. Pues aquellos no deuen menos hazer, como sean en facultades menores, sino viuir a su
ley. Dígolo, fijo Pármeno, porque este tu amo, como dizen, me parece rompenecios: de todos
se quiere seruir sin merced. Mira bien, créeme. En su casa cobra amigos, que es el mayor [103]
precio mundano. Que con él no pienses tener amistad, como por la diferencia de los estados o
condiciones pocas vezes contezca. Caso es ofrecido, como sabes, en que todos medremos e tú
por el presente te remedies. Que lo al, que te he dicho, guardado te está a su tiempo. E mucho
te aprouecharás siendo amigo de Sempronio.
PÁRMENO.- Celestina, todo tremo en oyrte. No sé qué haga, perplexo estó. Por vna parte
téngote por madre; por otra a Calisto por amo. Riqueza desseo; pero quien torpemente sube a
lo alto, más ayna cae que subió. No quería bienes malganados.
CELESTINA.- Yo sí. A tuerto o a derecho, nuestra casa hasta el techo.
PÁRMENO.- Pues yo con ellos no viuiría contento e tengo por onesta cosa la pobreza alegre.
E avn mas te digo, que no los que poco tienen son pobres; mas los que mucho dessean. E por
esto, avnque más digas, no te creo en esta parte. Querría passar la vida sin embidia, los
yermos [104] e aspereza sin temor, el sueño, sin sobresalto, las injurias con respuesta, las
fuerças sin denuesto, las premias con resistencia.
CELESTINA.- ¡O hijo!, bien dizen que la prudencia s no puede ser sino en los viejos e tú
mucho eres moço.
PÁRMENO.- Mucho segura es la mansa pobreza.
Comentario [SC311]: Quantí
as, caudales, cantidades. J. PIN.,
Agr., 3, 20: El diamante deste
tamaño dejamos probado que no
vale más de la mitad desta cuantía.
Comentario [SC312]: Como
Séneca dice, ni Menénd. Pelayo, ni
Gaspar Barth (Animadversiones a
la trad. de Celest., p. 351) ni yo
hemos dado con este texto de
Séneca. BARTH añade: «Loca
Senecae non pauca memini
vituperantia peregrinationem
propter animi motus institutam, et
laudantia Socraticum illud: Quid
iuvat te mutare loca, cum te ubi
ibis circumferas? Hoc tamen
dictum non occurrit; puto
sententiolam aliquam esse Publii,
aut alterius poetae, quales ...
olim
[168]
Comentario [SC313]: En
flores, en cosas sin sustancia.
Quij., I, 10: Los demás días se les
pasaban en flores (casi sin ...
comer).
[169]
Comentario [SC314]: Quien
en palacio envejece, en hospital
muere. Comed. Eufros., 5.
Comentario [SC315]: Cativamente, malamente.
Comentario [SC316]: Como
sean, porque, causal. Pues no
deben hacerlo menos los criados,
ya que tienen menos bienes...y[170]
Comentario [SC317]: Vivir a
su ley, conforme a su gusto e
interés.
Comentario [SC318]: Rompe
necios. CORR., 622: Rompenecios.
(El que sirve sin pagarle.) Véase
en el Tesoro del año 1671.
Comentario [SC319]: Cobra
amigos, dícelo por Sempronio, que
se lo haga amigo, que es su
parigual.
Comentario [SC320]: CORR.,
342: Quien torpemente subió, más
presto cae que subió o más
torpemente cayó.
Comentario [SC321]: CORR.,
20: A tuerto o a derecho, nuestra
casa hasta el techo. (Reprenden
estos tres refranes a los que... [171]
Comentario [SC322]: Sentenc
ia de Séneca en su libro de La
Pobreza.
Comentario [SC323]: Premia,
apremio, apuro. HITA, 205, en mi
edición.
Comentario [SC324]: Mucho
segura.... parece tomado del
Laberinto, de J. DE MENA: «O
vida segura, la mansa pobreza,
|
... [172]
CELESTINA.- Mas di, como mayor, que la fortuna ayuda a los osados. E demás desto, ¿quién
es, que tenga bienes en la república, que escoja viuir sin amigos? Pues, loado Dios, bienes
tienes. ¿E no sabes que has menester amigos para los conseruar? E no pienses que tu
priuança con este señor te haze seguro; que quanto mayor es la fortuna, tanto es menos
segura. E [105] por tanto, en los infortunios el remedio es a los amigos. ¿E a donde puedes
ganar mejor este debdo, que donde las tres maneras de amistad concurren, conuiene a saber,
por bien e prouecho e deleyte? Por bien: mira la voluntad de Sempronio conforme a la tuya e la
gran similitud, que tú y él en la virtud teneys. Por prouecho: en la mano está, si soys concordes.
Por deleyte: semejable es, como seays en edad dispuestos para todo linaje de plazer, en que
más los moços que los viejos se juntan, assí como para jugar, para vestir, para burlar, para
comer e beuer, para negociar amores, juntos de compañía. ¡O si quisiesses, Pármeno, qué vida
gozaríamos! Sempronio ama a Elicia, prima de Areusa.
PÁRMENO.- ¿De Areusa?
CELESTINA.- De Areusa.
PÁRMENO.- ¿De Areusa, hija de Eliso?
CELESTINA.- De Areusa, hija de Eliso.
PÁRMENO.- ¿Cierto?
CELESTINA.- Cierto.
PÁRMENO.- Marauíllosa cosa es.
CELESTINA.- ¿Pero bien te paresce?
PÁRMENO.- No cosa mejor. [106]
CELESTINA.- Pues tu buena dicha quiere, aquí está quién te la dará.
PÁRMENO.- Mi fe, madre, no creo a nadie.
CELESTINA.- Estremo es creer a todos e yerro no creer a niguno.
PÁRMENO.- Digo que te creo; pero no me atreuo: déxame.
CELESTINA.- ¡O mezquino! De enfermo coraçón es no poder sufrir el bien. Da Dios hauas a
quien no tiene quixadas. ¡O simple! Dirás que a donde ay mayor entendimiento ay menor
fortuna e donde más discreción allí es menor la fortuna! Dichos son.
PÁRMENO.- ¡O Celestina! Oydo he a mis mayores que vn exemplo de luxuría o auaricia
mucho malhaze e que con aquellos deue hombre conuersar, que le fagan mejor e aquellos
dexar, a quien él mejores piensa hazer. E Sempronio, en su enxemplo, no me hará mejor ni yo
a él sanaré su vicio. E puesto que yo a lo que dizes me incline, solo yo querría saberlo: porque
a lo menos por el exemplo fuese oculto el pecado. E, [107] si hombre vencido del deleyte va
contra la virtud, no se atreua a la honestad.
CELESTINA.- Sin prudencia hablas, que de ninguna cosa es alegre possessión sin compañía.
No te retrayas ni amargues, que la natura huye lo triste e apetece lo delectable. El deleyte es
con los amigos en las cosas sensuales e especial en recontar las cosas de amores e
comunicarlas: esto hize, esto otro me dixo, tal donayre passamos, de tal manera la tomé, assí la
besé, assí me mordió, assí la abracé, assí se allegó. ¡O qué fabla!, ¡o qué gracia!, ¡o qué
juegos!, ¡o qué besos! Vamos allá, boluamos acá, ande la música, pintemos los motes,
cantemos canciones, inuenciones, justemos, qué cimera sacaremos o qué letra. Ya va a la
missa, mañana saldrá, rondemos su calle, mira su carta, vamos de noche, tenme el escala,
aguarda a la puerta. ¿Cómo te fue? Cata el cornudo: sola la dexa. Dale otra [108] buelta,
Comentario [SC325]: Como
mayor, de edad, aludiendo al tu
mucho moço eres de antes. El
refrán es conocido: Audaces
fortuna iuvat. Quij., I, pról.: A
osados favorece la fortuna. B.
GARAY, 299: A los osados ayuda
la fortuna.
Comentario [SC326]: CORR.,
374: Cuanto es mayor la fortuna,
tanto es menos segura. Ídem:
Cuanto mayor es la fortuna, es
menos segura.
Comentario [SC327]: En la
mano está, es fácil de lograr.
Comentario [SC328]: Semeja
ble, es parecido a ti el tal
Sempronio, pues (como)...
Comentario [SC329]: CORR.,
139: Extremo es creer a todos y
yerro no creer a ninguno.
Comentario [SC330]: CORR.,
276: Da Dios habas a quien no
tiene quijadas, o hadas. (Dicen
esto contra los que no saben usar
de la hacienda y poder.)
Comentario [SC331]: Dichos
son, son hablillas, esto es, que no
siempre es verdad.
Comentario [SC332]: No se
atreva contra lo honesto, no
denueste la virtud, ya que haya
sido vencido del deleite.
Comentario [SC333]: Tomad
o en sustancia del Corvacho (I,
18): «Tu feziste esto, yo fize esto,
tu amas tres, yo amo quatro...
acompáñame a la mía,
acompañarte he a la tuya, que para
bienamar se requieren dos amigos
de compañía: sy se ensañare el uno
con la otra, quel otro faga la paz, o
si se mostrare ser sañudo o sañuda,
que son desgaires a las vezes de
amor, el terçero lo adobe e
henmiende.»
Comentario [SC334]: Las
empresas y versos en justas, etc.,
que sacaba cada caballero.
Comentario [SC335]: Cata el
cornudo de su marido, que la deja
sola a su mujer.
tornemos allá. E para esto, Pármeno, ¿ay deleyte sin compañía? Alahé, alahé: la que las sabe
las tañe. Este es el deleyte; que lo al, mejor lo fazen los asnos en el prado.
PÁRMENO.- No querría, madre, me combidasses a consejo con amonestación de deleyte,
como hizieron los que, caresciendo de razonable fundamiento, opinando hizieron sectas
embueltas en dulce veneno para captar e tomar las voluntades de los flacos e con poluos de
sabroso afeto cegaron los ojos de la razón.
CELESTINA.- ¿Qué es razón, loco?, ¿qué es afeto, asnillo? La discreción, que no tienes, lo
determina e de la discreción mayor es la prudencia e la prudencia no puede ser sin
esperimiento e la esperiencia no puede ser mas que en los viejos e los ancianos somos
llamados padres e los buenos padres bien aconsejan a sus hijos e especial yo a ti, cuya vida e
honrra más que la mía deseo. ¿E quando me pagarás tú esto? Nunca, [109] pues a los padres
e a los maestros no puede ser hecho seruicio ygualmente.
PÁRMENO.- Todo me recelo, madre, de recebir dudoso consejo.
CELESTINA.- ¿No quieres? Pues dezirte he lo que dize el sabio: Al varón, que con dura
ceruiz al que le castiga menosprecia, arrebatado quebrantamiento le verná e sanidad ninguna le
consiguirá. E assí, Pármeno, me despido de ti e deste negocio.
PÁRMENO.- (Aparte). Ensañada está mi madre: duda tengo en su consejo. Yerro es no creer
e culpa creerlo todo. Mas humano es confiar, mayormente en ésta que interesse promete, ado
prouecho nos puede allende de amor conseguir. Oydo he que deue hombre a sus mayores
creer. Esta ¿qué me aconseja? Paz con Sempronio. La paz no se deue negar: que
bienauenturados [110] son los pacíficos, que fijos de Dios serán llamados. Amor no se deue
rehuyr. Caridad a los hermanos, interesse pocos le apartan. Pues quiérola complazer e oyr.
Madre, no se deue ensañar el maestro de la ignorancia del discípulo, sino raras vezes por la
sciencia, que es de su natural comunicable e en pocos lugares se podría infundir. Por eso
perdóname, háblame, que no solo quiero oyrte e creerte; mas en singular merced recibir tu
consejo. E no me lo agradescas, pues el loor e las gracias de la ación, más al dante, que no al
recibiente se deuen dar. Por esso, manda, que a tu mandado mi consentimiento se humilia.
CELESTINA.- De los hombres es errar e bestial es la porfía. Por ende gózome, Pármeno, que
ayas limpiado las turbias telas de tus ojos e respondido al reconoscimiento, discreción e
engenio sotil de tu padre, cuya persona, agora representada en mi memoria, enternece los ojos
piadosos, por do tan abundantes lágrimas vees derramar. Algunas vezes duros propósitos,
como tú, defendía; pero luego tornaua a lo cierto. En Dios e en mi ánima, que en veer agora lo
que has porfiado e cómo a la verdad eres reduzido, no paresce sino que viuo le tengo delante.
[111] ¡O qué persona! ¡O qué hartura! ¡O qué cara tan venerable! Pero callemos, que se acerca
Calisto e tu nueuo amigo Sempronio con quien tu conformidad para mas oportunidad dexo. Que
dos en vn coraçón viuiendo son mas poderosos de hazer e de entender.
CALISTO.- Dubda traygo, madre, según mis infortunios, de hallarte viua. Pero más es
marauilla, según el deseo, de cómo llego viuo. Recibe la dádiua pobre de aquel, que con ella la
vida te ofrece.
CELESTINA.- Como en el oro muy fino labrado por la mano del sotil artífice la obra sobrepuja
a la materia, así se auentaja a tu magnífico dar la gracia e forma de tu dulce liberalidad. E sin
duda la presta dádiua su efeto ha doblado, por que la que tarda, el prometimiento muestra
negar e arrepentirse del don prometido.
PÁRMENO.- ¿Qué le dio, Sempronio?
Comentario [SC336]: La que
las sabe, CORR., 92: El que las
sabe, las atañe; el que no, sílbalas
y vase. Ídem, 92: El que las sabe,
las tañe; que los otros
revuélvenlas. Quien las sabe, las
tañe, y era una bocina. Ídem, 92:
El que las sabe, las tañe, y eran
campanas. Quij., 2, 59, y CACER.,
ps. 88: Quien la sabe, las tañe.
Quiere aquí decir que ella (la que),
bien experimentada, podía bien
asegurar que el gusto de los
amores estaba en esos floreos y
comunicaciones, no en lo bestial
(lo al, lo otro).
Comentario [SC337]: ¿Qué es
razón? ¿Qué razón ni que niño
muerto? ¡No hay tal cegar los ojos
de la razón! Síguese un sorites o
argumento encadenado muy salado
y muy escolástico.
Comentario [SC338]: Ygualm
ente, no hay servicio que iguale al
que ellos hicieron a sus hijos y
discípulos.
Comentario [SC339]: Libro
de los Proverbios, 29, I. Castiga,
corrige (véase mi edic. de HITA);
consiguirá, le vendrá. «Viro, qui
corripientem dura cervice
contemnit, repentinus ei
superveniet interitus, et eum
sanitas non sequetur.»
Comentario [SC340]: Ensaña
da, así en B, S, Z, A, O, R; en
Krapf: «no obstante enseñada
parece la verdadera lección.» A mí
no me lo parece, sino ensañada,
pues por eso duda de su consejo,
como apasionado; que del
enseñada o avisada no se seguiría
el dudar, sino el quedar
persuadido, y además véase abajo
cómo le dice que no deve
ensañarse el maestro.
Comentario [SC341]: MATE
O, 5, 9: «Beati pacifici, quoniam
filii Dei vocabuntur»
Comentario [SC342]: Interés
pocos hay que no tengan en las
cosas, que no lo echen de sí, por
tanto, no es razón bastante.
Comentario [SC343]: CORR.,
338:Quien presto da, dos veces da.
(Encarece que vale por dos veces.)
SEMPRONIO.- Cient monedas en oro.
PÁRMENO.- ¡Hy!, ¡hy!, ¡hy!
SEMPRONIO.- ¿Habló contigo la madre?
PÁRMENO.- Calla, que sí.
SEMPRONIO.- ¿Pues cómo estamos? [112]
PÁRMENO.- Como quisieres; avnque estoy espantado.
SEMPRONIO.- Pues calla, que yo te haré espantar dos tanto.
PÁRMENO.- ¡O Dios! No ay pestilencia más eficaz, que'l enemigo de casa para empecer.
CALISTO.- Ve agora, madre, e consuela tu casa e después ven e consuela la mía, e luego.
CELESTINA.- Quede Dios contigo.
CALISTO.- Y él te me guarde.
Comentario [SC344]: Dos
tanto, doble, doblemente. HITA,
1473 (mi edic.).
Comentario [SC345]: E
luego, y hazlo presto, y ven luego.
[113]
El segundo aucto
ARGUMENTO DEL SEGUNDO AUTO
Partida Celestina de Calisto para su casa, queda Calisto hablando con Sempronio, criado
suyo; al qual, como quien en alguna esperança puesto está, todo aguijar le parece tardança.
Embía de sí a Sempronio a solicitar a Celestina para el concebido negocio. Quedan entretanto
Calisto e Pármeno juntos razonando.
CALISTO, PÁRMENO, SEMPRONIO.
CALISTO.- Hermanos míos, cient monedas di a la madre. ¿Fize bien?
SEMPRONIO.- ¡Hay!, ¡si fiziste bien! Allende de remediar tu vida, ganaste muy gran honrra.
¿E para qué es la fortuna fauorable e prospera, sino para seruir a la honrra, que es el mayor de
los mundanos bienes? Que esto es premio e galardón de la virtud. E por esso la damos a Dios,
porque no tenemos mayor cosa que le dar. La mayor parte de la qual consiste en la liberalidad
[114] e franqueza. A esta los duros tesoros comunicables la escurecen e pierden e la
magnificencia e liberalidad la ganan e subliman. ¿Qué aprouecha tener lo que se niega
aprouechar? Sin dubda te digo que mejor es el vso de las riquezas, que la possesión dellas. ¡O
qué glorioso es el dar! ¡O qué miserable es el recebir! Quanto es mejor el acto que la
posessión, tanto es mas noble el dante qu' el recibiente. Entre los elementos, el fuego, por ser
mas actiuo, es mas noble e en las esperas puesto en mas noble lugar. E dizen algunos que la
nobleza es vna alabanza, que prouiene de los merecimientos e antigüedad de los padres; yo
digo que la agena luz nunca te hará claro, si la propia no tienes. E por tanto, no te estimes en la
claridad de tu padre, que tan magnifico fue; sino en la tuya. E assí se gana la honrra, que es el
mayor bien de los que son fuera de hombre. De lo qual no el malo, mas el bueno, como tú, es
digno que tenga perfeta virtud. E avn te digo que la virtud perfeta no pone que sea fecha con
digno honor. Por ende goza de hauer seydo assí magnifico e liberal. E de mi consejo, tórnate a
la cámara e reposa, pues que tu negocio en tales manos está [115] depositado. De donde ten
Comentario [SC346]: De la
qual, de la honra.
Comentario [SC347]: A esta,
a la honra.
Comentario [SC348]: Esperas
, esferas, según la antigua
astronomía.
Comentario [SC349]: Fuera
de hombre, fuera de uno, hombre,
indefinido: de las cosas que le caen
fuera, que no están dentro de uno.
por cierto, pues el comienço lleuó bueno, el fin será muy mejor. E vamos luego, porque sobre
este negocio quiero hablar contigo mas largo.
CALISTO.- Sempronio, no me parece buen consejo quedar yo acompañado e que vaya sola
aquella, que busca el remedio de mi mal; mejor será que vayas con ella e la aquexes, pues
sabes que de su diligencia pende mi salud, de su tardança mi pena, de su oluido mi
desesperança. Sabido eres, fiel te siento, por buen criado te tengo. Faz de manera, que en solo
verte ella a ti, juzgue la pena, que a mí queda e fuego, que me atormenta. Cuyo ardor me causó
no poder mostrarle la tercia parte desta mi secreta enfermedad, según tiene mi lengua e sentido
ocupados e consumidos. Tú, como hombre libre de tal passión, hablarla has a rienda suelta.
SEMPRONIO.- Señor, querría yr por complir tu mandado; querría quedar por aliuiar tu
cuydado. Tu temor me aquexa; tu soledad me detiene. Quiero tomar consejo con la obediencia,
que es yr e dar priessa a la vieja. ¿Mas como [116] yré? Que, en viéndote solo, dizes desuaríos
de hombre sin seso, sospirando, gimiendo, maltrobando, holgando con lo escuro, deseando
soledad, buscando nueuos modos de pensatiuo tormento. Donde, si perseueras, o de muerto o
loco no podrás escapar, si siempre no te acompaña quien te allegue plazeres, diga donayres,
tanga cançiones alegres, cante romances, cuente ystorias, pinte motes, finja cuentos, juegue a
naypes, arme mates, finalmente que sepa buscar todo género de dulce passatiempo para no
dexar trasponer tu pensamiento en aquellos crueles desuíos, que rescebiste de aquella señora
en el primer trance de tus amores.
CALISTO.- ¿Como?, simple. ¿No sabes que aliuia la pena llorar la causa? ¿Quanto es dulce
a los tristes quexar su passión? ¿Quanto descanso traen consigo los quebrantados sospiros?
¿Quanto relieuan e disminuyen los lagrimosos [117] gemidos el dolor? Quantos escriuieron
consuelos no dizen otra cosa.
SEMPRONIO.- Lee mas adelante, buelue la hoja: fallarás que dizen que fiar en lo temporal e
buscar materia de tristeza, que es ygual género de locura. E aquel Macías, ydolo de los
amantes, [118] del oluido porque le oluidaua, se quexava. En el contemplar está la pena de
amor, en el oluidar el descanso. Huye de tirar cozes al aguijón. Finge alegría e consuelo e serlo
ha. Que muchas vezes la opinión trae las cosas donde quiere, no para que mude la verdad;
pero [119] para moderar nuestro sentido e regir nuestro juyzio.
CALISTO.- Sempronio amigo, pues tanto sientes mi soledad, llama a Pármeno e quedará
comigo e de aquí adelante sey, como sueles, leal, que en el seruicio del criado está el galardón
del señor.
PÁRMENO.- Aquí estoy señor.
CALISTO.- Yo no, pues no te veya. No te partas della, Sempronio, ni me oluides a mí e ve con
Dios.
CALISTO.- Tú, Pármeno, ¿qué te parece de lo que oy ha pasado? Mi pena es grande,
Melibea alta, Celestina sabia e buena maestra destos negocios. No podemos errar. Tú me la
has aprouado con toda tu enemistad. Yo te creo. Que tanta es la fuerça de la verdad, que las
lenguas de los enemigos trae a sí. Assí que, pues ella es tal, mas quiero dar a ésta cient
monedas, que a otra cinco. [120]
PÁRMENO.- ¿Ya lloras? ¡Duelos tenemos! ¡En ella se haurán de ayunar estas franquezas!
Comentario [SC350]: La
aquexes, la aguijes, metáfora de la
caza. CORR., 61: Aquejar hasta la
mata. Bañ. Arg., I: Mucho este
perro me aqueja. Véase en La
Celestina, 6: La que los monteses
puercos contra los sabuesos, que
mucho los aquexan.
Comentario [SC351]: Según
tiene, ella, la enfermedad.
Comentario [SC352]: Passión
, decíase por todo afecto fuerte,
pasión del ánimo.
Comentario [SC353]: Maltrobar, trobando o cantando cosas
tristes.
Comentario [SC354]: Arme
mates, alude al juego del ajedrez,
en que embebecido se olvide de
todo. Así en B y Z; en S, V y A
motes.
Comentario [SC355]: Traspo
ner tu Pensamiento en, J. PIN.,
Agr., 21, 7: En el cual había
traspuesto sus potencias el santo
profeta.
Comentario [SC356]: Simple,
de tal le trata a Sempronio.
Comentario [SC357]: Relieva
n, remediar aliviando.
NAVARRET., Cons., 19: Algunos
dicen que este donativo, que
Castilla hace para seguridad y para
relevar necesidades reales, se
convertirá en diferentes efectos.
Comentario [SC358]: Que,
pleonasmo común.
Comentario [SC359]: Macías.
Véase lo que dice CORREAS, p.
130: «Es más enamorado que
Macías.» (Varíase esta
comparación de otras maneras):
«Es otro Macías», «Es un Macías»,
«Está hecho un Macías». Quién
fuese este Macías no hay cosa
cierta. Juan de Mena hace mención
de uno en la copla CV de sus
trescientas: | «Tanto anduvimos
el
... [173]
Comentario [SC360]: Continu
ación... Yo tengo por más cierto mi
discurso, sacado de las frases y
maneras de hablar castellanas;
y es
... [174]
Comentario [SC361]: Continu
ación... Así se formó «La de
Mazagatos», «Al buen callar
llaman Sancho», y otras que
... se
[175]
Comentario [SC362]: Trae a
sí, en V trae a su mandar.
Comentario [SC363]: Ayunar
estas franquezas, en casa las
pagaremos y escotaremos esas
liberalidades con la vieja. Quiere
... [176]
CALISTO.- Pues pido tu parecer, seyme agradable, Pármeno. No abaxes la cabeça al
responder. Mas como la embidia es triste, la tristeza sin lengua, puede más contigo su voluntad,
que mi temor. ¿Qué dixiste, enojoso?
PÁRMENO.- Digo, señor, que yrían mejor empleadas tus franquezas en presentes e seruicios
a Melibea, que no dar dineros aquella, que yo me conozco e, lo que peor es, fazerte su catiuo.
CALISTO.- ¿Cómo, loco, su catiuo?
PÁRMENO.- Porque a quien dizes el secreto, das tu libertad.
CALISTO.- Algo dize el necio; pero quiero que sepas que, quando ay mucha distancia del que
ruega al rogado o por grauedad de obediencia o por señorío de estado o esquiuidad de género,
como entre ésta mi señora e mí, es necessario intercessor o medianero, que suba de mano en
mano mi mensaje hasta los oydos de aquella a quien yo segunda vez hablar tengo por
impossible. E pues que así es, dime si lo fecho aprueuas. [121]
PÁRMENO.- ¡Apruéuelo el diablo!
CALISTO.- ¿Qué dizes?
PÁRMENO.- Digo, señor, que nunca yerro vino desacompañado e que vn inconueniente es
causa e puerta de muchos.
CALISTO.- El dicho yo le aprueuo; el propósito no entiendo.
PÁRMENO.- Señor, porque perderse el otro día el neblí fue causa de tu entrada en la huerta
de Melibea a le buscar, la entrada causa de la ver e hablar, la habla engendró amor, el amor
parió tu pena, la pena causará perder tu cuerpo e alma e hazienda. E lo que más dello siento es
venir a manos de aquella trotaconuentos, después de tres vezes emplumada.
CALISTO.- ¡Assí, Pármeno, di más deso, que me agrada! Pues mejor me parece, quanto más
la desalabas. Cumpla comigo e emplúmenla la quarta. Desentido eres, sin pena hablas: no te
duele donde a mí, Pármeno. [122]
PÁRMENO.- Señor, más quiero que ayrado me reprehendas, porque te dó enojo, que
arrepentido me condenes, porque no te di consejo, pues perdiste el nombre de libre, quando
cautiuaste tu voluntad.
CALISTO.- ¡Palos querrá este vellaco! Di, malcriado, ¿por qué dizes mal de lo que yo adoro?
E tú ¿qué sabes de honrra? Dime ¿qué es amor? ¿En qué consiste buena criança, qué te me
vendes por discreto? ¿No sabes que el primer escalón de locura es creerse ser sciente? Si tú
sintiesses mi dolor, con otra agua rociarías aquella ardiente llaga, que la cruel frecha de Cupido
me ha causado. Quanto remedio Sempronio acarrea con sus pies, tanto apartas tú con tu
lengua, con tus vanas palabras. Fingiéndote fiel, eres un terrón de lisonja, bote de malicias, el
mismo mesón e aposentamiento de la embidia. Que por disfamar la vieja, a tuerto o a derecho,
pones en mis amores desconfiança. Pues sabe que esta mi pena e flutuoso dolor no se rige por
razón, no quiere auisos, carece de consejo e, si alguno se le diere, tal que no aparte ni
[123]desgozne lo que sin las entrañas no podrá despegarse. Sempronio temió su yda e tu
quedada. Yo quíselo todo e assí me padezco su absencia e tu presencia. Valiera más solo, que
malacompañado.
PÁRMENO.- Señor, flaca es la fidelidad, que temor de pena la conuierte en lisonja,
mayormente con señor, a quien dolor o afición priua e tiene ageno de su natural juyzio. Quitarse
ha el velo de la ceguedad, passarán estos momentáneos fuegos: conoscerás mis agras palabra
sser mejores para matar este fuerte cancre, que las blandas de Sempronio, que lo ceuan, atizan
Comentario [SC364]: CORR.,
16: A quien dices tu secreto, das tu
libertad y estás sujeto.
Comentario [SC365]: Nebli es
especie de halcón para caza de
altanería.
Comentario [SC366]: Trotaco
nventos. Acaso esta voz, que no
hallo usada en aquel tiempo,
muestra cuán leído tenía el Libro
de Buen Amor, de Hita, el autor de
La Celestina.
Comentario [SC367]: Emplu
mada. Untaba el verdugo,
desnudándole de medio cuerpo
arriba, con miel al alcahuete y le
cubría de pluma menuda,
sacándole así a la afrenta pública.
QUEV., Mus., 5, letr. 2: Las viejas
son emplumadas / por darnos con
que volemos.
Comentario [SC368]: La
quarta vez.
Comentario [SC369]: Desenti
do, insensible. G. Alf., 2, I, 6:
Vuestra señoría siempre se haga
desentido en todo y no se le dé un
cuatrín por nada. Úsase en Chile y
lo trajo Oudín.
Comentario [SC370]: Sciente,
latinismo, sabio.
Comentario [SC371]: Frecha,
antiguo, por flecha. Tebaida,
15:Esas son tus frechas.
Comentario [SC372]: Flutuos
o, latinismo, de fluctus, ola,
tormentoso.
Comentario [SC373]: Desgoz
ne o desgonzar. Úsase en
Extremadura. Para que ningún
atrevido desgonzare a una
doncella. QUEV., Baile, 2:
Desgoznáronse las arcas.
Comentario [SC374]: Padezc
o su absencia, en V padezco el
trabajo de su absencia.
Comentario [SC375]: Más
vale solo que mal acompañado, en
CORR., 452, y CÁCERES, ps. 72.
Comentario [SC376]: Agras
es vulgar y fue clásico.
Comentario [SC377]: Cancre
o cancro, voz de médicos, por
cáncer. OROZCO, Epíst. I, f. 5: La
muerte se come nuestra vida y es
cancro de pocos entendido.
tu fuego, abiuan tu amor, encienden tu llama, añaden astillas, que tenga que gastar fasta
ponerte en la sepultura.
CALISTO.- ¡Calla, calla, perdido! Estó yo penado e tú filosofando. No te espero mas. Saquen
vn cauallo. Límpienle mucho. Aprieten bien la cincha. [124] ¡Por si passare por casa de mi
señora e mi Dios!
PÁRMENO.- ¡Moços! ¿No ay moço en casa? Yo me lo hauré de hazer, que a peor vernemos
desta vez que ser moços d' espuelas. ¡Andar!, ¡passe! Mal me quieren mis comadres, etc.
¿Rehinchays, don cauallo? ¿No basta vn celoso en casa?... ¿O barruntás a Melibea?
CALISTO.- ¿Viene esse cauallo? ¿Qué hazes, Pármeno?
PÁRMENO.- Señor, vesle aquí, que no está Sosia en casa.
CALISTO.- Pues ten esse estribo, abre más essa [125] puerta. E si vinere Sempronio con
aquella señora, di que esperen, que presto será mi buelta.
PÁRMENO.- ¡Más, nunca sea! ¡Allá yrás con el diablo! A estos locos dezildes lo que les
cumple; no os podrán ver. Por mi ánima, que si agora le diessen una lançada en el calcañar,
que saliessen más sesos que de la cabeça! Pues anda, que a mi cargo ¡que Celestina e
Sempronio te espulguen! ¡O desdichado de mí! Por ser leal padezco mal. Otros se ganan por
malos; yo me pierdo por bueno. ¡El mundo es tal! Quiero yrme al hilo de la gente, pues a los
traydores llaman discretos, a los fieles nescios. Si creyera [126] a Celestina con sus seys
dozenas de años acuestas, no me maltratara Calisto. Mas esto me porná escarmiento d' aquí
adelante con él. Que si dixiere comamos, yo también; si quisiere derrocar la casa, aprouarlo; si
quemar su hazienda, yr por fuego. ¡Destruya, rompa, quiebre, dañe, dé a alcahuetas lo suyo,
que mi parte me cabrá, pues dizen: a río buelto ganancia de pescadores. ¡Nunca mas perro a
molino! [127]
El tercer aucto
ARGUMENTO DEL TERCER AUTO
Sempronio vase a casa de Celestina, a la qual reprende por la tardança. Pónense a buscar
qué manera tomen en el negocio de Calisto con Melibea. En fin sobreuiene Elicia. Vase
Celestina a casa de Pleberio. Queda Sempronio y Elicia en casa.
SEMPRONIO, CELESTINA, ELICIA.
SEMPRONIO.- ¡Qué espacio lleua la barvuda! ¡Menos sosiego trayan sus pies a la venida! A
dineros pagados, braços quebrados. ¡Ce!, señora Celestina: poco as aguijado.
CELESTINA.- ¿A qué vienes, hijo?
SEMPRONIO.- Este nuestro enfermo, no sabe que [128] pedir. De sus manos no se contenta.
No se le cueze el pan. Teme tu negligencia. Maldize su auaricia e cortedad, porque te dio tan
poco dinero.
CELESTINA.- No es cosa mas propia del que ama que la impaciencia. Toda tardança les es
tormento. Niguna dilación les agrada. En vn momento querrían poner en efeto sus cogitaciones.
Comentario [SC378]: Por si;
corrijo el texto, que dice porque si.
Comentario [SC379]: ¡Andar!
, ¡passe! ¡Menos mal que no sea
todo más que tener que andar, ir y
venir! Temiéndose los demás
afanes que le aguardan con estos
amores. ¡Andar!, ¡pase! Es... [177]
Comentario [SC380]: Mal me
quieren mis comadres porque las
digo las verdades; bien me...quieren
[178]
Comentario [SC381]: Rehinc
hays, en V relinchays, buena y
castiza forma la primera, pues
se
... [179]
Comentario [SC382]: Barrunt
ás, por barruntáis, está bien en B,
V, etc.
Comentario [SC383]: Sosia,
nombre de criado, tomado del
Andria, de Terencio, y del ... [180]
Comentario [SC384]: ¡Más...,
¡más bien!, ¡antes...!, ¡ojalá por el
contrario...! Muy clásico en
... [181]
Comentario [SC385]: Por mi
ánima, no está en la edición de
Burgos hasta ¡O desdichado de mí!
Comentario [SC386]: CORR.,
519: El seso al carcañal; el seso
en el carcañal. (Dícese de ...
uno[182]
que
Comentario [SC387]: A mi
cargo ( queda) que te pelen y
saquen el dinero sin dejarte...un[183]
Comentario [SC388]: Al hilo
de la gente, adonde van todos,
como a la hila y en reata. CORR.,
... [184]
Comentario [SC389]: Con
sus... acuestas. L. GRAC., Crit., 2,
I: ¿Qué mayor encanto, que
...treinta
[185]
Comentario [SC390]: CORR.,
22: «A río vuelto, ganancia de
pescadores. (A río vuelto, ...
es frase
[186]
Comentario [SC391]: CORR.,
241: «Nunca más perro al molino.
(Dicen esto las gentes
... [187]
Comentario [SC392]: A
dineros pagados, etc. Así en
CORREAS, p. 9, o dados, ...
p. 9,
o
[188]
Comentario [SC393]: Aguijar
, correr, darse priesa. Quij., I, 34:
Acaba, corre, aguija, camina.
Comentario [SC394]: De sus
manos no se contenta, no queda
satisfecho con los medios que
ha
... [189]
Comentario [SC395]: No
cocérsele el pan, estar impaciente,
tomado del que aguardaba...
mucho
[190]
Comentario [SC396]: Cogitac
iones, latinismo.
Antes las querrían ver concluydas, que empeçadas. Mayormente estos nouicios amantes, que
contra cualquiera señuelo buelan sin deliberación, sin pensar el daño, que el ceuo de su desseo
trae mezclado en su exercicio e negociación para sus personas e siruientes.
SEMPRONIO.- ¿Qué dizes de siruientes? ¿Paresce por tu razón que nos puede venir a
nosotros daño deste negocio e quemarnos con las centellas que resultan deste fuego de
Calisto? ¡Avn al diablo daría yo sus amores! Al primer desconcierto, [129] que vea en este
negocio, no como más su pan. Más vale perder lo seruido, que la vida por cobrallo. El tiempo
me dirá que faga. Que primero, que cayga del todo, dará señal, como casa, que se acuesta. Si
te pareçe, madre, guardemos nuestras personas de peligro. Fágase lo que se hiziere. Si la
ouiere ogaño; si no, a otro; si no, nunca. Que no ay cosa tan dificile de çofrir en sus principios,
que el tiempo no la ablande e faga comportable. Ninguna llaga tanto se sintió, que por luengo
tiempo no afloxase su tormento ni plazer tan alegre fue, que no le amengüe su antigüedad. El
mal e el bien, la prosperidad e aduersidad, la gloria e pena, todo pierde con el tiempo la fuerça
de su acelerado principio. Pues los casos de admiración e venidos con gran desseo, tan presto
como passados, oluidados. Cada día vemos nouedades e las oymos e las passarnos e
dexamos atrás. Diminúyelas el tiempo, házelas contingibles. ¿Qué tanto te marauillarías, si
dixesen: la tierra tembló o otra semejante cosa, que no oluidases luego? Assí como: elado está
el río, el ciego vee ya, [130] muerto es tu padre, vn rayo cayó, ganada es Granada, el Rey entra
oy, el turco es vencido, eclipse ay mañana, la puente es lleuada, aquél [131] es ya obispo, a
Pedro robaron, Ynés se ahorcó. ¿Qué me dirás, sino que a tres días passados o a la segunda
vista, no ay quien dello se marauille? [132] Todo es assí, todo passa desta manera, todo se
oluida, todo queda atrás. Pues assí será este amor de mi amo: quanto más fuere andando,
tanto más disminuyendo. Que la costumbre luenga amansa los dolores, afloxa e deshaze los
deleytes, desmengua las marauillas. Procuremos prouecho, mientra pendiere la contienda. E si
a pie enxuto le pudiéremos remediar, lo mejor, mejor es; e sino, poco a poco le soldaremos el
reproche o menosprecio de Melibea contra él. Donde no, más vale que pene el amo, que no
que peligre el moço.
CELESTINA.- Bien as dicho. Contigo estoy, agradado me has. No podemos errar. Pero
todavía, hijo, es necessario que el buen procurador ponga de su casa algún trabajo, algunas
fingidas razones, algunos sofísticos actos: yr e venir a juyzio, avnque reciba malas palabras del
juez. Siquiera por los presentes, que lo vieren; no digan que se gana holgando el salario. E assí
verná cada vno a él con su pleyto e a Celestina con sus amores. [133]
SEMPRONIO.- Haz a tu voluntad, que no será éste el primer negocio, que has tomado a
cargo.
CELESTINA.- ¿El primero, hijo?, Pocas vírgines, a Dios gracias, has tú visto en esta cibdad,
que hayan abierto tienda a vender, de quien yo no aya sido corredora de su primer hilado. En
nasciendo la mochacha, la hago escriuir en mi registro, e esto para saber quantas se me salen
de la red. ¿Qué pensauas, Sempronio? ¿Auíame de mantener del viento? ¿Heredé otra
herencia? ¿Tengo otra casa o viña? ¿Conócesme otra hazienda, más deste oficio? ¿De qué
como e beuo? ¿De qué visto e calço? En esta cibdad nascida, en ella criada, manteniendo
honrra, como todo el mundo sabe ¿conoscida pues, no soy? Quien no supíere mi nombre e mi
casa tenle por estranjero.
SEMPRONIO.- Dime, madre, ¿qué passaste con mi compañero Pármeno, quando subí con
Calisto por el dinero?
Comentario [SC397]: Señuelo
, reclamo o ave que atrae a otras
para cogerlas el cazador,
diminutivo de seña.
Comentario [SC398]: Dar al
diablo, abandonar, echar a mal,
como también se decía, como
decimos: ¡Vete al diablo!
Comentario [SC399]: Comer
el pan de uno, ser su criado.
GUEV., Ep., 60: Si conociste en
nosotros clemencia, cuando
derramabas nuestra sangre,
¿piensas que te faltará, cuando
comieredes nuestro pan?
Comentario [SC400]: Casa
que se acuesta, que se desploma e
inclina.
Comentario [SC401]: Conting
ibles, latinismo.
Comentario [SC402]: Qué
tanto, cuanto, muy clásico.
Comentario [SC403]: Ganada
es Granada. Esto indica para
Foulché-Delbosc que la Comedia
se escribió antes del 1492, en que
Granada se ganó y después de
1482, en que comenzó la guerra y
aun poco después, acaso el 1483 o
1484, cuando no parecían todavía
esperanzas de rendirse la ciudad.
Confírmase, según él mismo, con
lo del turco es vencido, que lo
refiere al sitio de Rodas en 1480;
lo de la puente es llevada, que
supone es el hundimiento de
... uno
[191]
Comentario [SC404]: Continu
ación... Pero lo que pende en el
texto de Assi como, ¿pende
igualmente del te maravillarías,
o,
... [192]
Comentario [SC405]: Continu
ación... Estoy en un todo conforme
con Bonilla en que a los veinte
años no puede escribir nadie
... La
[193]
Comentario [SC406]: Mientra
s pendiere, estuviere pendiente o
colgada, como el peso en la
balanza.
Comentario [SC407]: A pie
enxuto, sin peligro, del vadear un
río. Quij., 2, 5: Si Dios quisiera
darme de comer a pie enjuto
mi
... en
[194]
Comentario [SC408]: Donde
no, en caso contrario. Quij., I. 4:
Donde no, conmigo sois en batalla.
Comentario [SC409]: Para
saber, en V e esto para que yo
sepa.
Comentario [SC410]: ¿Qué
passaste con. Quij., I, 7: Pasó (Don
Quijote) graciosísimos cuentos con
sus dos compadres. Ídem, ...
I, 31:
[195]
CELESTINA.- Díxele el sueño e la soltura, e cómo [134] ganaría más con nuestra compañía,
que con las lisonjas que dize a su amo; cómo viuiría siempre pobre e baldonado, sino mudaua
el consejo; que no se hiziesse sancto a tal perra vieja como yo; acordele quien era su madre,
porque no menospreciase mi oficio; porque queriendo de mí dezir mal, tropeçasse primero en
ella.
SEMPRONIO.- ¿Tantos días ha que le conosces, madre?
CELESTINA.- Aquí está Celestina, que le vido nascer e le ayudó a criar. Su madre e yo, vña e
carne. Della aprendí todo lo mejor, que sé de mi oficio. Juntas comíamos, juntas dormíamos,
juntas auíamos nuestros solazes, nuestros plazeres, nuestros consejos e conciertos. En casa e
fuera, como dos hermanas. Nunca blanca gané en que no touiesse su meytad. Pero no viuía yo
[135] engañada, si mi fortuna quisiera que ella me durara. ¡O muerte, muerte! ¡A quantos priuas
de agradable compañía! ¡A quantos desconsuela tu enojosa visitación! Por vno, que comes con
tiempo, cortas mil en agraz. Que siendo ella viua, no fueran estos mis passos
desacompañados. ¡Buen siglo aya, que leal amiga e buena compañera me fue! Que jamás me
dexó hazer cosa en mi cabo, estando ella presente. Si yo traya el pan, ella la carne. Si yo ponía
la mesa, ella los manteles. No loca, no fantástica ni presumptuosa, como las de agora. En mi
ánima, descubierta se yua hasta el cabo de la ciudad con su jarro en la mano, que en todo el
camino no oya peor de: Señora Claudina. E aosadas que otra conoscía peor el vino e qualquier
mercaduría. Quando, pensaua que no era llegada, era de buelta. Allá la combidauan, según el
amor todos le tenían. Que jamas boluía sin ocho o diez [136]gostaduras, vn açumbre en el jarro
e otro en el cuerpo. Ansí le fiauan dos o tres arrobas en vezes, como sobre vna taça de plata.
Su palabra era prenda de oro en quantos bodegones auía. Si yuamos por la calle, donde quiera
que ouiessemos sed, entráuamos en la primera tauerna y luego mandaua echar medio açumbre
para mojar la boca. Mas a mi cargo que no te quitaron la toca por ello, sino quanto la rayauan
en su taja, e andar adelante. Si tal fuesse agora su hijo, a mi cargo que tu amo quedasse sin
pluma e nosotros sin quexa. Pero yo lo haré de mi fierro, si viuo; yo le contaré en el número de
los míos.
SEMPRONIO.- ¿Cómo has pensado hazerlo, que es un traydor?
CELESTINA.- A esse tal dos aleuosos. Harele auer a [137] Areusa. Será de los nuestros.
Darnos ha lugar a tender las redes sin embaraço, por aquellas doblas de Calisto.
SEMPRONIO.- ¿Pues crees que podrás alcançar algo de Melibea? ¿Ay algún buen ramo?
CELESTINA.- No ay çurujano, que a la primera cura juzgue la herida. Lo que yo al presente
veo te diré. Melibea es hermosa, Calisto loco e franco. Ni a él penará gastar ni a mí andar.
¡Bulla moneda e dure el pleyto lo que durare! Todo lo puede el dinero: las peñas quebranta, los
ríos passa en seco. No ay lugar tan alto, que vn asno cargado de oro no le suba. Su desatino e
ardor basta para perder a sí e ganar a nosotros. Esto he sentido, esto he calado, esto sé dél e
della, esto es lo que nos ha de aprouechar. A casa voy de Pleberio. Quédate adiós. Que,
avnque esté braua Melibea, no es ésta, si a Dios ha plazido, la primera a quien yo he hecho
perder [138] el cacarear. Coxquillosicas son todas; mas, después que vna vez consienten la
silla en el enués del lomo, nunca querrían folgar. Por ellas queda el campo. Muertas sí;
cansadas no. Si de noche caminan, nunca querrían que amaneciesse: maldizen los gallos
porque anuncian el día e el relox porque da tan apriessa. Requieren las cabrillas e el norte,
haziéndose estrelleras. Ya quando veen salir el luzero del alua, quiéreseles salir el alma: su
claridad les escuresce el coraçón. Camino es, hijo, que nunca me harté de andar. Nunca me vi
cansada. E avn assí, vieja como soy, sabe Dios mi buen desseo. ¡Quanto más estas que
Comentario [SC411]: Decir el
sueño y la soltura, decírselo todo,
aun lo que moleste, tomado del
adivinarle a uno el sueño y
declarárselo, como hizo Daniel al
rey de Babilonia. Esto es,
reprenderle del error en que estaba
como dormido. Tebaida, 13: No
les habló como las otras veces,
antes se quejó mucho de ellos y les
dijo a osadas bien el sueño y la
soltura.
Comentario [SC412]: Baldon
ado, denostado. J. PIN., Agr., 4, 4:
Por verse baldonar della por
traidor. T. RAM., Dom. 15 Trin.,
3: Baldonar al uno, no perdonar al
otro.
Comentario [SC413]: A tal
perra vieja, que no quisiese le
tomase yo por bueno, que ...
se las
[196]
Comentario [SC414]: Ser uña
y carne, muy amigos y juntos.
... [197]
Comentario [SC415]: En V
comiemos, dormiemos, aviemos,
... [198]
Comentario [SC416]: Su
meytad, en V su amistad, de
... [199]
Comentario [SC417]: Desde
Que jamás... hasta Si tal fuesse
su
... [200]
Comentario [SC418]: En mi
cabo, aparte, sola, sin
... [201]
Comentario [SC419]: Aosada
s, ciertamente. CABR., p. 242:
... [202]
Comentario [SC420]: Era de
buelta de la gran diligencia...y [203]
del
Comentario [SC421]: Según
el amor, sin el que se usaba... [204]
Comentario [SC422]: En
veces, en varias ocasiones.... [205]
Comentario [SC423]: A mi
cargo que, yo aseguro que,...a [206]
fe
Comentario [SC424]: E andar
adelante, e irse sin más.
Comentario [SC425]: Sin
pluma, desplumarle, sacarle
...todos
[207]
Comentario [SC426]: CORR.,
2: A un traidor dos alevosos.
Ídem
... [208]
Comentario [SC427]: ¿Ay
algún buen ramo?, seña, barrunto,
... [209]
Comentario [SC428]: CORR.,
85: El dinero todo lo puede...y [210]
Comentario [SC429]: Un
asno cargado de oro, sube...
ligero
[211]
Comentario [SC430]: Añadid
o a lo de la edición de B, es...desde
[212]
Comentario [SC431]: Mi
buen desseo. Imita al Arcipreste
de
... [213]
hieruen sin fuego! Catiuanse del primer abraço, ruegan a quien rogó, penan por el penado,
házense sieruas de quien eran señoras, dexan el mando e son mandadas, rompen paredes,
abren ventanas, fingen enfermedades, a los cherriadores quicios de las puertas hazen con
azeytes vsar su oficio sin ruydo. No te sabré dezir lo mucho que obra en ellas aquel dulçor, que
les queda de los primeros besos de quien [139] aman. Son enemigas del medio; contino están
posadas en los estremos.
SEMPRONIO.- No te entiendo essos términos, madre.
CELESTINA.- Digo que la muger o ama mucho aquel de quien es requerida o le tiene grande
odio. Assí que, si al querer, despiden, no pueden tener las riendas al desamor. E con esto, que
sé cierto, voy más consolada a casa de Melibea, que si en la mano la touiesse. Porque sé que,
avnque al presente la ruegue, al fin me ha de rogar; avnque al principio me amenaze, al cabo
me ha de halagar. Aquí lleuo vn poco de hilado en esta mi faltriquera, con otros aparejos, que
comigo siempre traygo, para tener causa de entrar, donde mucho no soy conocida, la primera
vez: assí como gorgueras, garuines, franjas, rodeos, tenazuelas, alcohol, aluayalde e solimán,
hasta agujas e alfileres. Que tal ay, que tal quiere. Porque donde me tomare la boz, me halle
[140] apercebida para les echar ceuo o requerir de la primera vista.
SEMPRONIO.- Madre, mira bien lo que hazes. Porque, cuando el principio se yerra, no puede
seguirse buen fin. Piensa en su padre, que es noble e esforçado, su madre celosa e braua, tú la
misma sospecha. Melibea es vnica a ellos: faltándoles ella, fáltales todo el bien. En pensallo
tiemblo, no vayas por lana e vengas sin pluma.
CELESTINA.- ¿Sin pluma, fijo?
SEMPRONIO.- O emplumada, madre, que es peor.
CELESTINA.- ¡Alahé, en malora a ti he yo menester para compañero! ¡Avn si quisieses auisar
a Celestina en su oficio! Pues quando tú naciste ya comía yo pan con corteza. ¡Para adalid eres
tú bueno, cargado de agüeros e recelo! [141]
SEMPRONIO.- No te marauilles, madre, de mi temor, pues es común condición humana que
lo que mucho se dessea jamás se piensa ver concluydo. Mayormente que en este caso temo tu
pena e mía. Desseo prouecho: querría que este negocio houiesse buen fin. No porque saliesse
mi amo de pena, mas por salir yo de lazería. E assí miro más inconuenientes con mi poca
esperiencia, que no tú como maestra vieja.
ELICIA.- ¡Santiguarme quiero, Sempronio! ¡Quiero hazer vna raya en el agua! ¿Qué nouedad
es esta, venir oy acá dos vezes?
CELESTINA.- Calla, boua, déxale, que otro pensamiento traemos en que más nos va. Dime,
¿está [142]desocupada la casa? ¿Fuese la moça, que esperaua al ministro?
ELICIA.- E avn después vino otra e se fue.
CELESTINA.- Sí, ¿que no embalde?
ELICIA.- No, en buena fe, ni Dios lo quiera. Que avnque vino tarde, más vale a quien Dios
ayuda, etc.
CELESTINA.- Pues sube presto al sobrado alto de la solana e baxa acá el bote del azeyte
serpentino, [143] que hallarás colgado del pedaço de la soga, que traxe del campo la otra
noche, quando llovía e hazía escuro. E abre el arca de los lizos e házia la mano derecha
hallarás vn papel escrito con [144] sangre de morciégalo, debaxo de aquel ala de drago, a que
sacamos ayer las vñas. [145] Mira, no derrames el agua de Mayo, que me traxeron a
confecionar.
Comentario [SC432]: Hilado,
el conjunto de lo que se hiló.
LAG., Diosc., 3, 101: De suerte
que al cabo del año cuestan más
los instrumentos de lo que importa
el hilado.
Comentario [SC433]: Garvin
es, cofias hechas de red. LEÓN,
Pimp.: En aquel día quitará al
redropelo el señor a las hijas de
Sión el chapín que cruje en los pies
y los garbines de la cabeza.
Comentario [SC434]: Rodeos,
ruedos como franjas.
Comentario [SC435]: Tenazu
elas o tenacillas para enrizarse el
pelo; alcohol para alcoholarse;
alvayalde o blanquete para
blanquearse la cara.
Comentario [SC436]: Me
tomare la boz, donde me llamaren,
como a buhonera que anda...por
la
[214]
Comentario [SC437]: CORR.,
149: «Ir por lana y volver ... [215]
Comentario [SC438]: En
malora, no hay que pensar...
en[216]
ello;
Comentario [SC439]: Comer
pan con corteza, ser ya maduro
y
... [217]
Comentario [SC440]: Lazería
, miseria.
Comentario [SC441]: Santigu
arme, de espantada y maravillada,
... [218]
Comentario [SC442]: Raya en
el agua. CORR., 492 y 402:
... [219]
Comentario [SC443]: Desocu
pada de gentes que se citan.
Comentario [SC444]: ¡No
vendrá en balde tampoco la... [220]
Comentario [SC445]: Vino
tarde, el ministro. CORR.,...
450:
[221]
Comentario [SC446]: Sobrad
o es piso encima de otro, y...
así[222]
se
Comentario [SC447]: Son los
aparejos para el conjuro que
a
... va
[223]
Comentario [SC448]: Continu
ación... Ahora se comprenderá
... [224]
Comentario [SC449]: Arca de
los lizos, donde tenía lizos...
con[225]
Comentario [SC450]: Murcié
galo, de mur-cieg-o y -al, todavía
... [226]
Comentario [SC451]: Debaxo
de aquel ala de drago. «Higinio
... [227]
Comentario [SC452]: Continu
ación... Alciato explica un ... [228]
Comentario [SC453]: El
agualluvia de Mayo, por ser
a
...tan
[229]
ELICIA.- Madre, no está donde dizes; jamás te acuerdas cosa que guardas. [146]
CELESTINA.- No me castigues, por Dios, a mi vejez; no me maltrates, Elicia. No infinjas,
porque está aquí Sempronio, ni te ensoberuezcas, que más me quiere a mí por consejera, que
a ti por amiga, avnque tú le ames mucho. Entra en la cámara de los vngüentos e en la pelleja
del gato negro, donde te mandé meter los ojos de la loba, le fallarás. E baxa la sangre del
cabrón [147] e vnas poquitas de las baruas, que tú le cortaste.
ELICIA.- Toma, madre, veslo aquí; yo me subo e Sempronio arriba. [148]
CELESTINA.- Conjúrote, triste Plutón, señor de la profundidad infernal, emperador de la Corte
dañada, capitán soberuio de los condenados ángeles, señor de los sulfúreos fuegos, que los
[149] heruientes étnicos montes manan, gouernador e veedor de los tormentos e
atormentadores de las pecadoras ánimas, regidor de las tres furias, Tesífone, Megera e Aleto,
administrador de todas [150] las cosas negras del reyno de Stigie e Dite, con todas sus lagunas
e sombras infernales, e litigioso caos, mantenedor de las bolantes harpías, con toda la otra
compañía de espantables e pauorosas ydras; yo, Celestina, tu más conocida cliéntula, te
conjuro por la virtud e fuerça destas vermejas letras; por la sangre de aquella noturna aue con
que están escriptas; por la grauedad de aquestos nombres e signos, que en este [151] papel se
contienen; por la áspera ponçoña de las bíuoras, de que este azeyte fue hecho, con el qual vnto
este hilado: vengas sin tardança a obedescer mi voluntad e en ello te embueluas e con ello
estés sin vn momento te partir, hasta que Melibea con aparejada oportunidad que aya, lo
compre e con ello de tal manera quede enredada que, quanto más lo mirare, tanto más su
coraçón se ablande a conceder mi petición, e se le abras e lastimes de crudo e fuerte amor de
Calisto, tanto que, despedida toda honestidad, se descubra a mí e me galardone mis passos e
mensaje. Y esto hecho, pide e demanda de mí a tu voluntad. Si no lo hazes con presto
mouimiento, ternásme por capital enemiga; heriré con luz tus cárceles tristes e escuras;
acusaré cruelmente tus continuas mentiras; [152] apremiaré con mis ásperas palabras tu
horrible nombre. E otra e otra vez te conjuro. E assí confiando en mi mucho poder, me parto
para allá con mi hilado, donde creo te lleuo ya embuelto.
Comentario [SC454]: CORR.,
214: Ni vieja castigues ni pellejo
espulgues.
Comentario [SC455]: No
infinjas, en V enfinjas, de enfeñir,
enfengir, infingere, hacer ademán.
J. ENC., 104: Enfinges de
esforcejudo / a donde no es
menester. L. FERN., 74: Mucho
enfenjis de agudo. Quiere decir la
vieja que no se engría y haga
ademanes y muestras de valer más
que ella.
Comentario [SC456]: Gato
era bolsa para guardar dinero, etc.,
y todavía se usa por tierras de
Segovia, en que lo llevan, cuando
van a feria o de viaje. Para guardar
hechizos tenía Celestina la pelleja
de un gato, naturalmente negro.
Comentario [SC457]: Los
ojos de la loba. HUERTA, Plin., 8,
22, anot.: «Tiene este animal
muy
... [230]
Comentario [SC458]: La
sangre del cabrón. HUERTA,
... [231]
Comentario [SC459]: Yo me
subo e Sempronio arriba, en
yo
... V:
[232]
Comentario [SC460]: Cree
Foulché-Delbosc que este ...
conjuro
[233]
Comentario [SC461]: Continu
ación... Plutón, hijo de Opi...y [234]
Comentario [SC462]: Regidor
de las tres furias. Tres eran...las
[235]
Comentario [SC463]: Stigie e
Dite. Estigia es laguna del ...
infierno,
[236]
Comentario [SC464]: Caos es
la materia primitiva y confusa
de
... [237]
[153]
El aucto quarto
ARGUMENTO DEL QUARTO AUTO
Celestina, andando por el camino, habla consigo misma fasta llegar a la puerta de Pleberio,
onde halló a Lucrecia, criada de Pleberio. Pónese con ella en razones. Sentidas por Alisa,
madre de Melibea e sabido que es Celestina, fázela entrar en casa. Viene vn mensajero a
llamar a Alisa. Vase. Queda Celestina en casa con Melibea e le descubre la causa de su
venida.
LUCRECIA, CELESTINA, ALISA, MELIBEA.
Comentario [SC465]: Las
bolantes harpías ya hemos...dicho
[238]
Comentario [SC466]: Las
ydras son serpientes de agua,
y
... [239]
Comentario [SC467]: Cliéntul
a, cliente en diminutivo, ... [240]
Comentario [SC468]: Las
letras vermejas del papel escrito
... [241]
Comentario [SC469]: Y esto
hecho. Bien se ve ser pacto,
...pues
[242]
Comentario [SC470]: Le
amenaza, lo cual es propio...
de[243]
la
Comentario [SC471]: Con
luz. Bien sintió Plutón no entrara
la
... [244]
Comentario [SC472]: Hasta el
demonio quiere que no aparezcan
... [245]
Comentario [SC473]: Onde,
donde, de unde. HERR., Agr.
... [246]
Comentario [SC474]: Sabido,
en S, Z y A sabiendo, en R...
saputo,
[247]
CELESTINA.- Agora, que voy sola, quiero mirar bien lo que Sempronio ha temido deste mi
camino. Porque aquellas cosas, que bien no son pensadas, avnque algunas vezes ayan buen
fin, comúnmente crían desuariados efetos. Assí que [154] la mucha especulación nunca carece
de buen fruto. Que, avnque yo he dissimulado con él, podría ser que, si me sintiessen en estos
passos de parte de Melibea, que no pagasse con pena, que menor fuesse que la vida, o muy
amenguada quedasse, quando matar no me quisiessen, manteándome o açotándome
cruelmente. Pues amargas cient monedas serían estas. ¡Ay cuytada de mí! ¡En qué lazo me he
metido! Que por me mostrar solícita e esforçada pongo mi persona al tablero! ¿Qué faré,
cuytada, mezquina de mí, que ni el salir afuera es prouechoso ni la perseuerancia carece de
peligro? ¿Pues yré o tornarme he? ¡O dubdosa a dura perplexidad! ¡No sé qual escoja por más
sano! ¡En el osar, manifiesto peligro; en la couardía, denostada, perdida! ¿A donde yrá el buey
que no are? Cada camino descubre sus dañosos e hondos barrancos. Si con el furto soy
[155]tomada, nunca de muerta o encoroçada falto, a bien librar. Si no voy, ¿qué dirá
Sempronio? Que todas estas eran mis fuerças, saber e esfuerço, ardid e ofrecimiento, astucia e
solicitud. E su amo Calisto ¿qué dirá?, ¿qué hará?, ¿qué pensará; sino que ay nueuo engaño
en mis pisadas e que yo he descubierto la celada, por hauer más prouecho desta otra parte,
como sofística preuaricadora? O si no se le ofrece pensamiento tan odioso, dará bozes como
loco. Dirame en mi cara denuestos rabiosos. Proporná mill inconuenientes, que mi deliberación
presta le puso, diziendo: Tú, puta vieja, ¿por qué acrescentaste mis pasiones con tus
promessas? Alcahueta falsa, para todo el mundo tienes pies, para mí lengua; para todos obra,
para mí palabra; para todos remedio, para mí pena; para todos esfuerço, para mí te faltó; para
todos luz, para mí tiniebla. Pues, vieja traydora, ¿por qué te me ofreciste? Que tu ofrecimiento
me puso esperança; la esperança dilató mi muerte, sostuuo mi viuir, púsome título de hombre
alegre. Pues no hauiendo efeto, ni tu carecerás de pena ni yo de triste desesperación. ¡Pues
triste yo! ¡Mal acá, mal acullá: pena en ambas [156] partes! Quando a los estremos falta el
medio, arrimarse el hombre al más sano, es discreción. Mas quiero offender a Pleberio, que
enojar a Calisto. Yr quiero. Que mayor es la vergüença de quedar por couarde, que la pena,
cumpliendo como osada lo que prometí, pus jamás al esfuerço desayudó la fortuna. Ya veo su
puerta. En mayores afrentas me he visto. ¡Esfuerça, esfuerça, Celestina! ¡No desmayes! Que
nunca faltan rogadores para mitigar las penas. Todos los agüeros se adereçan fauorables o yo
no sé nada desta arte. Quatro hombres, que he topado, a los tres llaman Juanes e los dos son
cornudos. La primera palabra, [157] que oy por la calle, fue de achaque de amores. Nunca he
tropeçado como otras vezes. Las [158] piedras parece que se apartan e me fazen lugar que
passe. Ni me estoruan las haldas ni siento cansancio en andar. Todos me saludan. Ni perro me
ha ladrado ni aue negra he visto, tordo ni cueruo ni otras noturnas. E lo mejor de todo es que
veo a Lucrecia a la puerta de Melibea. Prima es de Elicia: no me será contraria.
LUCRECIA.- ¿Quién es esta vieja, que viene haldeando?
CELESTINA.- Paz sea en esta casa. [159]
LUCRECIA.- Celestina, madre, seas bienvenida. ¿Qual Dios te traxo por estos barrios no
acostumbrados?
CELESTINA.- Hija, mi amor, desseo de todos vosotros, traerte encomiendas de Elicia e avn
ver a tus señoras, vieja e moça. Que después, que me mudé al otro barrio, no han sido de mi
visitadas.
LUCRECIA.- ¿A eso solo saliste de tu casa? Marauíllome de ti, que no es essa tu costumbre
ni sueles dar passo sin prouecho.
Comentario [SC475]: Mantea
r, nos tiene bien enseñado Sancho
lo que es, bien a costa de sus
costillas.
Comentario [SC476]: Poner
al tablero, en peligro y aventura;
díjose del tablero de jugar. T.
RAM., Dom. 12, 5: Que esté
expuesto el cristiano a poner la
vida por Dios al tablero.
Comentario [SC477]: CORR.,
9: ¿A do irá el buey que no are? A
la carnicería. Ídem: ¿A do irá el
buey que no are, pues que arar
sabe?
Comentario [SC478]: Quij.,
2, 13: No hay camino tan llano,
que no tenga algún tropiezo o
barranco.
Comentario [SC479]: Tomar
con el hurto (en las manos). J.
PIN., Agr., 12, 28: Sófocles hasta
de los muy hablados dice tornarse
... [248]
Comentario [SC480]: Encoroz-ar, poner coroza o gorro en
punta, castigo de alcahuetas. Lis.
Rosel., I, 3. Maguera que poco
ha
... [249]
Comentario [SC481]: Pus,
pues, y dícese casi en toda España,
de post.
Comentario [SC482]: Porque
A los osados ayuda la fortuna o
favorece la fortuna (CORR., 7), y
Buen esfuerzo quebranta mala
... [250]
Comentario [SC483]: CORR.,
240 y 563: Nunca faltan rogadores
para eso y cosas peores.
Comentario [SC484]: Síguens
e los hechos que ve ser buenos
agüeros para ella. Juan en
castellano es el buenazo y ...
el bobo,
[251]
Comentario [SC485]: El
tropezar era mal agüero, y al revés,
hasta entre los romanos. El cuervo,
tordo y las aves nocturnas ...
y negras
[252]
Comentario [SC486]: Continu
ación... Esto y su color, que lo hizo
ser emblema del mal y del diablo,
fueron las causas de tenerle...por
[253]
Comentario [SC487]: Del
ladrar los perros como augurio, en
Virgilio (Georg., I, al fin):
«Obscoenique canes,
... [254]
Comentario [SC488]: Lucreci
a, parece inspirado este nombre,
más que por el de las matronas
romanas, «por la reciente lectura
... [255]
Comentario [SC489]: Haldea
ndo. CERV., Viaj. Parn., 7:
Haldeando venía y trasudando / el
autor de la Pícara Justina.
CELESTINA.- ¿Más prouecho quieres, boua, que complir hombre sus desseos? E también,
como a las viejas nunca nos fallecen necessidades, mayormente a mí, que tengo de mantener
hijas agenas, ando a vender vn poco de hilado.
LUCRECIA.- ¡Algo es lo que yo digo! En mi seso estoy, que nunca metes aguja sin sacar reja.
Pero mi señora la vieja vrdió vna tela: tiene necessidad dello e tu de venderlo. Entra e espera
aquí, que no os desauenirés.
ALISA.- ¿Con quien hablas, Lucrecia? [160]
LUCRECIA.- Señora, con aquella vieja de la cuchillada, que solía viuir en las tenerías, a la
cuesta del río.
ALISA.- Agora la conozco menos. Si tú me das entender lo incógnito por lo menos conocido,
es coger agua en cesto.
LUCRECIA.- ¡Jesú, señora!, más conoscida es esta vieja que la ruda. No sé como no tienes
memoria de la que empicotaron por hechizera, que vendía las moças a los abades e descasaua
mill casados.
ALISA.- ¿Qué oficio tiene?, quiça por aquí la conoceré mejor.
LUCRECIA.- Señora, perfuma tocas, haze solimán e otros treynta officios. Conoce mucho en
yeruas, cura niños e avn algunos la llaman la vieja lapidaria. [161]
ALISA.- Todo esso dicho no me la da a conocer; dime su nombre, si le sabes.
LUCRECIA.- ¿Si le sé, señora? No ay niño ni viejo en toda la cibdad, que no le sepa: ¿hauíale
yo de ignorar?
ALISA.- ¿Pues por qué no le dizes?
LUCRECIA.- ¡He vergüença!
ALISA.- Anda, boua, dile. No me indignes con tu tardança.
LUCRECIA.- Celestina, hablando con reuerencia, es su nombre.
ALISA.- ¡Hy!, ¡hy!, ¡hy! ¡Mala landre te mate, si de risa puedo estar, viendo el desamor que
deues de tener a essa vieja, que su nombre has vergüença nombrar! Ya me voy recordando
della. ¡Vna buena pieça! No me digas más. Algo me verná a pedir. Di que suba.
LUCRECIA.- Sube, tía.
CELESTINA.- Señora buena, la gracia de Dios sea contigo e con la noble hija. Mis passiones
e enfermedades han impedido mi visitar tu casa, como era razón; mas Dios conoce mis limpias
[162] entrañas, mi verdadero amor, que la distancia de las moradas no despega el querer de los
coraçones. Assí que lo que mucho desseé, la necessidad me lo ha hecho complir. Con mis
fortunas aduersas otras, me sobreuino mengua de dinero. No supe mejor remedio que vender
vn poco de hilado, que para vnas toquillas tenía allegado. Supe de tu criada que tenías dello
necessidad. Avnque pobre e no de la merced de Dios, veslo aquí, si dello e de mí te quieres
seruir.
ALISA.- Vezina honrrada, tu razón e ofrecimiento me mueuen a compassión e tanto, que
quisiera cierto mas hallarme en tiempo de poder complir tu falta, que menguar tu tela. Lo dicho
te agradezco. Si el hilado es tal, serte ha bien pagado.
CELESTINA.- ¿Tal, señora? Tal sea mi vida e mi vejez e la de quien parte quisiere de mi jura.
Delgado como el polo de la cabeça, ygual, rezio como cuerdas de vihuela, blanco como el copo
de la nieue, hilado todo por estos pulgares, aspado e adreçado. Veslo aquí en madexitas. Tres
monedas me dauan ayer por la onça, assí goze desta alma pecadora. [163]
Comentario [SC490]: CORR.,
462: Meter aguja y sacar reja.
(Cuando se da poco para sacar
mucho.) Ídem, 277: Dar aguja
para sacar reja. (Antes que el otro
queda declarado del todo: dar
aguja, por los que dan poco,
porque les den mucho.)
Comentario [SC491]: Alisa,
«nos trae a la memoria cierta
fábula de la ninfa Cardiama,
convertida en fuente por amores
del gentil Aliso, que trae Juan
Rodríguez del Padrón en el Triunfo
de las donas» (MENÉND.
PELAYO, Oríg. Nov., III, XLVII).
Comentario [SC492]: Cuchill
ada. Los demoniógrafos dicen que
el diablo imprime una señal de
reconocimiento en los que van al
aquelarre: una media luna o un
cuerno. Se habla de ello en los
procesos de la Inquisición. Rojas
quiso que su Celestina no careciese
de este sello, y tenía un chirlo.
Comentario [SC493]: Incógni
to, latinismo.
Comentario [SC494]: CORR.,
597: Como coger agua en cesto.
(A trabajo perdido.) G. Alf., 2, I, 6:
Que había sido mi amor como
niño, agua en cesto.
Comentario [SC495]: Empicot-aron, pusieron en la picota o
lugar público, a la vergüenza.
COVARR.: La horca hecha de
piedra. Quij., 2, 49: Colgándoos yo
de una picota o a lo menos el
verdugo por mi mandado.
Comentario [SC496]: Lapidar
io, que labra piedras o que conoce
sus virtudes. (FIGUER., Plaza,
49). Sabido es que cada piedra rara
y costosa creíase tener virtud para
curar y alcanzar cosas dificultosas.
Ni aun este saber faltaba a
Celestina.
Comentario [SC497]: Hablan
do con reverencia. Salva, al decir
alguna palabra malsonante. ¡Qué
tal sonaría el nombre de la vieja!
Este modo de encarecer es el de
Homero, que tras mucho ponderar
los hechos de los capitanes
troyanos, sale Aquiles, y con
sólo
... [256]
Comentario [SC498]: Falta en
V.
Comentario [SC499]: El
querer, en V el amor.
Comentario [SC500]: Jura,
juramento, postverbal de jurar.
TORR., Filos. mor., 3, 14: Y vase
en pos del demonio contra la jura y
palabra que le tiene dada en
...el[257]
ALISA.- Hija Melibea, quédese esta muger honrrada contigo, que ya me parece que es tarde
para yr a visitar a mi hermana, su muger de Cremes, que desde ayer no la he visto, e también
que viene su paje a llamarme, que se les arrezió desde vn rato acá el mal.
CELESTINA. (Aparte).- Por aquí anda el diablo aparejando oportunidad, arreziando el mal a
la otra. ¡Ea!, buen amigo, ¡tener rezio! Agora es mi tiempo o nunca. No la dexes, lléuamela de
aquí a quien digo.
ALISA.- ¿Qué dizes, amiga?
CELESTINA.- Señora, que maldito sea el diablo e mi pecado, porque en tal tiempo houo de
crescer el mal de tu hermana, que no haurá para nuestro negocio oportunidad. ¿E qué mal es el
suyo?
ALISA.- Dolor de costado e tal que, según del moço supe que quedaua, temo no sea mortal.
Ruega tú, vezina, por amor mío, en tus deuociones por su salud a Dios. [164]
CELESTINA.- Yo te prometo, señora, en yendo de aquí, me vaya por essos monesterios,
donde tengo frayles deuotos míos, e les dé el mismo cargo, que tú me das. E demás desto,
ante que me desayune, dé quatro bueltas a mis cuentas.
ALISA.- Pues, Melibea, contenta a la vezina en todo lo que razón fuere darle por el hilado. E
tú, madre, perdóname, que otro día se verná en que más nos veamos.
CELESTINA.- Señora, el perdón sobraría donde el yerro falta. De Dios seas perdonada, que
buena compañía me queda. Dios la dexe gozar su noble juuentud e florida mocedad, que es el
tiempo en que más plazeres e mayores deleytes se alcançarán. Que, a la mi fe, la vejez no es
sino mesón de enfermedades, posada de pensamientos, amiga de renzillas, congoxa continua,
llaga incurable, manzilla de lo passado, pena de lo presente, cuydado triste de lo por venir,
vezina de la muerte, choça sin rama, que [165] se llueue por cada parte, cayado de mimbre,
que con poca carga se doblega.
MELIBEA.- ¿Por qué dizes, madre, tanto mal de lo que todo el mundo con tanta eficacia gozar
e ver dessean?
CELESTINA.- Dessean harto mal para sí, dessean harto trabajo. Dessean llegar allá, porque
llegando viuen e el viuir es dulce e viuiendo enuejescen. Assí que el niño dessea ser moço e el
moço viejo e el viejo, más; avnque con dolor. Todo por viuir. Porque como dizen, biua la gallina
con su pepita. Pero ¿quién te podría contar señora, sus daños, sus inconvenientes, sus fatigas,
sus cuydados, sus enfermedades, su frío, su calor, su descontentamiento, su renzilla, [166] su
pesadumbre, aquel arrugar de cara, aquel mudar de cabellos su primera e fresca color, aquel
poco oyr, aquel debilitado ver, puestos los ojos a la sombra, aquel hundimiento de boca, aquel
caer de dientes, aquel carecer de fuerça, aquel flaco andar, aquel espacioso comer? Pues ¡ay,
ay, señora!, si lo dicho viene acompañado de pobreza, allí verás callar todos los otros trabajos,
quando sobra la gana e falta la prouisión; ¡que jamás sentí peor ahíto, que de hambre!
MELIBEA.- Bien conozco que dize cada uno de la feria, segund le va en ella: assí que otra
canción cantarán los ricos.
CELESTINA.- Señora, hija, a cada cabo ay tres leguas de mal quebranto. A los ricos se les va
[167] la bienaventurança, la gloria e descanso por otros alvañares de asechanças, que no se
parescen, ladrillados por encima con lisonjas. Aquel es rico que está bien con Dios. Más segura
[168] cosa es ser menospreciado que temido. Mejor sueño duerme el pobre, que no el que tiene
de guardar con solicitud lo que con trabajo ganó e con dolor ha de dexar. Mi amigo no será
simulado e el del rico sí. Yo soy querida por mi persona; el rico por su hazienda. Nunca oye
Comentario [SC501]: Cremes
, el Chremes, nombre de viejos en
el Andria, Heautontimorumenos y
Phormio, y de mocito en el
Eunuchus, de Terencio. Su muger
de Cremes, la mujer de Cremes,
su... de por pleonasmo, y aun por
claridad. Quij., I, 30: No llega a su
zapato de la que está delante.
Comentario [SC502]: Desde
un rato acá, desde hace poco.
Comentario [SC503]: Ea...
Falta en B. Dícelo al diablo, a
quien conjuró; pero es exagerado y
falso, porque la vieja sabía que no
es así como se conjura al diablo.
Nótese el infinitivo por imperativo,
muy castizo.
Comentario [SC504]: Mesón
de enfermedades. En ARANDA,
Lugares comunes, 1613, fol. 145,
se cita como de SÉNECA, Epist.,
109, este trozo, en que sólo varía la
primera frase: «La vejez es retrato
de enfermedades, posada de
pensamientos...», con lo demás a la
letra, como en el texto, hasta «se
doblega». No lo hallo ni en esa
epístola ni en las demás de Séneca.
Tradujo las Epístolas de Séneca
(75 nada más) Fernán Pérez de
Guzmán y se imprimieron ...
en [258]
Comentario [SC505]: Dessea
n, por ser colectivo mundo.
Comentario [SC506]: Estilo
tomado del Petrarca (De
Remediis). Por ejemplo (l. I, dial.
46): «Tengo muy hermosa mujer. Tienes un suntuoso y trabajoso
... [259]
Comentario [SC507]: Así en
CORREAS, p. 310, y: Viva la
gallina y viva con su pepita (ibid.).
Pepita es un tumorcillo que le sale
debajo de la lengua y no la...deja
[260]
Comentario [SC508]: Véase
Petrarca, De Remediis, I, 2:
«Quando se pierda essa proporción
del rostro y se mude esse color,
quando dexare de ser ruvia...e [261]
Comentario [SC509]: CORR.,
327: Cada uno dice de la feria
como le va en ella. Dize cada uno,
en V hablas de la. Cantaran, en V
dirán.
Comentario [SC510]: CORR.,
56: Adondequiera hay una legua
de mal camino. Ídem, 292:
Dondequiera hay una mala legua.
Ídem, 398: Por dondequiera
... hay
[262]
Comentario [SC511]: Aquel...
. falta en B hasta Cada rico... El
corrector tomó todo esto del
Petrarca, así como había tomado el
Prólogo. «Anceps et onerosa
... [263]
verdad, todos le hablan lisonjas a sabor de su paladar, todos le han embidia. Apenas hallarás
vn rico, que no confiese que le sería mejor estar en mediano estado o en honesta pobreza. Las
riquezas no hazen rico, mas ocupado; no hazen señor, mas mayordomo. Mas son los
posseydos de las riquezas que no los que las posseen. A muchos traxo la muerte, a todos quita
el plazer e a las buenas costumbres ninguna cosa es más contraria. ¿No oyste dezir: dormieron
su sueño los varones de las riquezas e ninguna cosa hallaron en sus manos? Cada rico tiene
vna dozena de hijos e nietos, que no rezan otra oración, no otra petición; sino rogar a Dios que
le saque d'en medio dellos; no veen la hora que tener a él so la tierra e lo suyo entre sus manos
e darle a poca costa su morada para siempre.
MELIBEA.- Madre, pues que assí es, gran pena [169] ternás por la edad que perdiste.
¿Querrías boluer a la primera?
CELESTINA.- Loco es, señora, el caminante que, enojado del trabajo del día, quisiesse boluer
de comienço la jornada para tornar otra vez aquel lugar. Que todas aquellas cosas, cuya
possessión no es agradable, más vale poseellas, que esperallas. Porque más cerca está el fin
d'ellas, quanto más andado del comienço. No ay cosa más dulce ni graciosa al muy cansado
que el mesón. Assí que, avnque la moçedad sea alegre; el verdadero viejo no la dessea.
Porque [170] el que de razón e seso carece, quasi otra cosa no ama, sino lo que perdió.
MELIBEA.- Siquiera por viuir más, es bueno dessear lo que digo.
CELESTINA.- Tan presto, señora, se va el cordero como el carnero. Niguno es tan viejo, que
no pueda viuir vn año ni tan moço, que oy no pudiesse morir. Assí que en esto poca avantaja
nos leuays.
MELIBEA.- Espantada me tienes con lo que has hablado. Indicio me dan tus razones que te
aya visto otro tiempo. Dime, madre, ¿eres tú Celestina, la que solía morar a las tenerías, cabe
el río?
CELESTINA.- Hasta que Dios quiera.
MELIBEA.- Vieja te has parado. Bien dizen que los días no se van en balde. Assí goze de mí,
no te conociera, sino por essa señaleja de la cara. Figúraseme que eras hermosa. Otra
pareces, muy mudada estás.
LUCRECIA.- ¡Hy!, ¡hy!, ¡hy! ¡Mudada está el [171] diablo! ¡Hermosa era con aquel su Dios os
salue, que trauiessa la media cara!
MELIBEA.- ¿Qué hablas, loca? ¿Qué es lo que dizes? ¿De qué te ríes?
LUCRECIA.- De cómo no conoscías a la madre en tan poco tiempo en la filosomía de la cara.
MELIBEA.- No es tan poco tiempo dos años; e más que la tiene arrugada.
CELESTINA.- Señora, ten tú el tiempo que no ande; terné yo mi forma, que no se mude. ¿No
has leydo que dizen: verná el día que en el espejo no te conozcas? Pero también yo encanecí
temprano [172] e parezco de doblada edad. Que assí goze desta alma pecadora e tu desse
cuerpo gracioso, que de quatro hijas, que parió mi madre, yo fue la menor. Mira cómo no soy
vieja, como me juzgan.
MELIBEA.- Celestina, amiga, yo he holgado mucho en verte e conocerte. También hasme
dado plazer con tus razones. Toma tu dinero e vete con Dios, que me paresce que no deues
hauer comido.
CELESTINA.- ¡O angélica ymagen! ¡O perla preciosa, e como te lo dizes! Gozo me toma en
verte fablar. ¿E no sabes que por la diuina boca fue dicho contra aquel infernal tentador, que no
de solo pan viuiremos? Pues assí es, que no el solo comer mantiene. Mayormente a mí, que
Comentario [SC512]: «Dormi
erunt somnum suum et nihil
invenerunt omnes viri divitiarum
in manibus suis» (Salmo 75, 6).
Comentario [SC513]: Cada
rico... Esto está tomado del
Arcipreste de Hita (c. 1537-1540).
Comentario [SC514]: Pues
que assí es, falta en V.
Comentario [SC515]: Loco
es... Del Petrarca, Remed., 2, 83:
«Loco es el caminante que
acabado el trabajo del camino
querría otra vez tornar al principio,
porque no ay cosa más agradable a
los cansados que la posada... el
verdadero viejo no puede dessear
la mocedad, porque es un muy
niñeril desseo... ¡Cómo!... ¿Ya has
olvidado la sentencia que en este
caso dio subitamente uno de los
deste tiempo muy familiarmente de
ti conocido? La qual sentencia no
se puede llamar deste tiempo; más
muy semejantes a las antiguas.
Este que digo, diziendole un amigo
suyo: Con passión he de ti, porque
me parece que te hazes viejo;
... [264]
Comentario [SC516]: Quijote,
2, 7, y CORREAS, 411.
Comentario [SC517]: CORR.,
217: No hay ninguno tan viejo, que
no piense vivir un año.
Comentario [SC518]: Avantaj
a. Úsase en Aragón. VILLENA,
Cisor., 4: Esta singularidad entre
las otras tienen los omes, de
...las
[265]
Comentario [SC519]: Nos
levais, del levar antiguo, de donde
llevar.
Comentario [SC520]: CORR.,
202: Los años no se van de balde.
Ídem, 228: No se van los años en
balde. Ídem, 228: No se van
... los
[266]
Comentario [SC521]: Un
Dios os salve, es una cicatriz en la
cara, y se usa vulgarmente. Dicen:
Le dio una puñalada que no
dejó
...le[267]
Comentario [SC522]: Travies
sa, atraviesa. G. Alf., I, I, 8: Si por
ella pudieran travesar, había como
distancia.
Comentario [SC523]: En V
falta desde en tan poco hasta
CELESTINA. Señora, ten tu.
Comentario [SC524]: Verná
el día... De Horacio (Id., 4, carm.,
10, v. 6): «¡Dices heu!, quoties te
in speculo videris alterum»;
...pero
[268]
Comentario [SC525]: «Non in
solo pane vivit homo»(MATEO, 4,
4).
me suelo estar vno e dos días negociando encomiendas agenas ayuna, saluo hazer por los
buenos, morir por ellos. Esto tuue siempre, querer más trabajar siruiendo a otros, que holgar
contentando a mí. Pues, si tú me das licencia, direte la necessitada causa de mi venida, que es
otra que la que fasta agora as oydo e tal, que todos perderíamos en me tornar en balde sin que
la sepas.
MELIBEA.- Di, madre, todas tus necessidades, que, si yo las pudiere remediar, de muy buen
[173] grado lo haré por el passado conoscimiento e vezindad, que pone obligación a los
buenos.
CELESTINA.- ¿Mías, señora? Antes agenas, como tengo dicho; que las mías de mi puerta
adentro me las passo, sin que las sienta la tierra, comiendo quando puedo, beuiendo quando lo
tengo. Que con mi pobreza jamás me faltó, a Dios gracias, vna blanca para pan e vn quarto
para vino, después que embiudé; que antes no tenía yo cuydado de lo buscar, que sobrado
estaua vn cuero en mi casa e vno lleno e otro vazío. Jamás me acosté sin comer vna tostada en
vino e dos dozenas de soruos, por amor de la madre, tras cada sopa. Agora, como todo cuelga
de mí, en vn jarrillo malpegado me lo traen, que [174] no cabe dos açumbres. Seys vezes al día
tengo de salir por mi pecado, con mis canas acuestas, a le henchir a la tauerna. Mas no muera
yo muerte, hasta que me vea con vn cuero o tinagica de mis puertas adentro. Que en mi ánima
no ay otra prouisión, que como dizen: pan e vino anda camino, que no moço garrido. Assí que
donde no ay varón, todo bien fallesce: con mal está el huso, quando la barua no anda de suso.
Ha venido esto, señora, por lo que dezía de las agenas necessidades e no mías.
MELIBEA.- Pide lo que querrás, sea para quien fuere.
CELESTINA.- ¡Donzella graciosa e de alto linaje!, tu suaue fabla e alegre gesto, junto con el
aparejo de liberalidad, que muestras con esta pobre vieja, me dan osadía a te lo dezir. Yo dexo
[175] vn enfermo a la muerte, que con sola una palabra de tu noble boca salida, que le lleue
metida en mi seno, tiene por fe que sanará, según la mucha deuoción tiene en tu gentileza.
MELIBEA.- Vieja honrrada, no te entiendo, si mas no declaras tu demanda. Por vna parte me
alteras e prouocas a enojo; por otra me mueues a compasión. No te sabría boluer respuesta
conueniente, según lo poco, que he sentido de tu habla. Que yo soy dichosa, si de mi palabra
ay necessidad para salud de algún cristiano. Porque hazer beneficio es semejar a Dios, e el que
le da le recibe, quando a persona digna dél le haze. E demás desto, dizen que el que puede
sanar al que padece, no lo faziendo, le mata. Assí que no cesses tu petición por empacho ni
temor.
CELESTINA.- El temor perdí mirando, señora, tu beldad. Que no puedo creer que en balde
pintasse Dios vnos gestos más perfetos que otros, más dotados de gracias, más hermosas
faciones; sino para fazerlos almazén de virtudes, de misericordia, de compassión, ministros de
sus mercedes e dádiuas, como a ti. E pues como todos seamos humanos, nascidos para morir,
sea cierto que no se puede dezir nacido el que [176] para sí solo nasció. Porque sería
semejante a los brutos animales, en los quales avn ay algunos piadosos, como se dize del
vnicornio, que se humilla a qualquiera donzella. El perro con todo su ímpetu e braueza, quando
viene a morder, si se echan en el suelo, no haze mal: esto de piedad. ¿Pues las aues? Ninguna
cosa el gallo come, que no participe e llame las gallinas a comer dello. El pelicano rompe el
pecho por dar a sus hijos a comer de sus entrañas. Las cigüeñas mantienen otro tanto tiempo a
[177] sus padres viejos en el nido, quanto ellos les dieron ceuo siendo pollitos. Pues tal
conoscimiento dio la natura a los animales e aues, ¿por qué los hombres hauemos de ser mas
crueles? ¿Por qué no daremos parte de nuestras gracias e personas a los próximos,
Comentario [SC526]: Tebaid
a, 10: Mira que no lo ha de sentir
la tierra.
Comentario [SC527]: En esto
del beber se parece a todas las
semejantes comadres. La Dipsas o
hechicera y tercerona de Ovidio se
llamaba así por lo sedienta,
[dipsás], y no de agua (Amorum, I,
8): «Ex re nomen habet. Nigri non
illa parentem | memnonis...
in [269]
Comentario [SC528]: Por
amor de, por causa, es vulgar, o
por mor de. Entrem. s. XVII, p, 75:
Me ha llamado para que le...
bendiga
[270]
Comentario [SC529]: Malpeg
ado, en V mal pecado. Quiere decir
mal empegado el jarrillo.
Comentario [SC530]: Seys
vezes..., falta en B hasta Assí que.
Añadidura exagerada y no
necesaria del corrector. ¿Cómo
... [271]
Comentario [SC531]: Morir
de muerte o morir muerte, vivir
vida, son maneras castizas y
populares de decir, que tienen
más
... [272]
Comentario [SC532]: CORR.,
332: Pan y vino andan camino,
que no mozo ardido o garrido. J.
PIN., Agr., 14, 15. SORAPAN,
... [273]
Comentario [SC533]: CORR.,
354: Que la mujer necesita de la
sombra del varón. O Guay del
huso, que la barba no anda...de[274]
Comentario [SC534]: Pide lo
que querrás, así se usaba con el
futuro, como en francés; hoy
quisieres o quieras.
Comentario [SC535]: «Scis,
hera, te, mea lux, iuveni placuisse
beato.» (OVID., Amor, I, 8); pero
Celestina tiene que andar con
más
... [275]
Comentario [SC536]: En V,
después de Dios, dice: e más que el
que haze beneficio le rescibe
quando es a persona que le...merece
[276]
Comentario [SC537]: Unicor
nio. HUERTA, Plinio, 8, 21, anot.:
«Dícese que el unicornio respeta y
ama tanto a las doncellas ... [277]
Comentario [SC538]: El
perro..., falta en B hasta ¿Pues las
aves?
Comentario [SC539]: El
pelicano, falta en B hasta Por qué
los hombres. VALDECEBRO,
Aves, 7, 36: «Descubre pelado
el
... [278]
Comentario [SC540]: VALD
ECEBRO, Aves, 3, 22: «Con vida
tan larga pierden las fuerzas de
volar las cigüeñas y se les ...
caen
las
[279]
mayormente, quando están embueltos en secretas enfermedades e tales que, donde está la
melezina, salió la causa de la enfermedad?
MELIBEA.- Por Dios, sin más dilatar, me digas quién es esse doliente, que de mal tan
perplexo se siente, que su passión e remedio salen de vna misma fuente.
CELESTINA.- Bien ternás, señora, noticia en esta cibdad de vn cauallero mancebo,
gentilhombre de clara sangre, que llaman Calisto.
MELIBEA.- ¡Ya, ya, ya! Buena vieja, no me digas más, no pases adelante. ¿Esse es el
doliente por quien has fecho tantas premissas en tu demanda? ¿Por quien has venido a buscar
la muerte para ti? ¿Por quien has dado tan dañosos passos, desuergonçada barvuda? ¿Qué
siente esse perdido, que con tanta passión vienes? De locura será su mal. ¿Qué te parece? ¡Si
me fallaras [178] sin sospecha desse loco, con qué palabras me entrauas! No se dize en vano
que el más empezible miembro del mal hombre o muger es la lengua. ¡Quemada seas,
alcahueta falsa, hechizera, enemiga de onestad, causadora de secretos yerros! ¡Jesú, Jesú!
¡Quítamela, Lucrecia, de delante, que me fino, que no me ha dexado gota de sangre en el
cuerpo! Bien se lo mereçe esto e más, quien a estas tales da oydos. Por cierto, si no mirasse a
mi honestidad e por no publicar su osadía desse atreuido, yo te fiziera, maluada, que tu razón e
vida acabaran en vn tiempo.
CELESTINA. (Aparte).- ¡En hora mala acá vine, si me falta mi conjuro! ¡Ea pues!: bien sé a
quien digo. ¡Ce, hermano, que se va todo a perder!
MELIBEA.- ¿Avn hablas entre dientes delante mí, para acrecentar mi enojo e doblar tu pena?
¿Querrías condenar mi onestidad por dar vida a vn loco? ¿Dexar a mí triste por alegrar a él e
lleuar tú el prouecho de mi perdición, el [179] galardón de mí yerro? ¿Perderé destruyr la casa e
la honrra de mi padre por ganar la de vna vieja maldita como tú? ¿Piensas que no tengo
sentidas tus pisadas e entendido tu dañado mensaje? Pues yo te certifico que las albricias, que
de aquí saques, no sean sino estoruarte de más ofender a Dios, dando fin a tus días.
Respóndeme, traydora, ¿cómo osaste tanto fazer?
CELESTINA.- Tu temor, señora, tiene ocupada mi desculpa. Mi inocencia me da osadía, tu
presencia me turba en verla yrada e lo que más siento e me pena es recibir enojo sin razón
ninguna. Por Dios, señora, que me dexes concluyr mi dicho, que ni él quedará culpado ni yo
condenada. E verás cómo es todo más seruicio de Dios, que passos deshonestos; más para
dar salud al enfermo, que para dañar la fama al médico. Si pensara, señora, que tan de ligero
hauías de conjecturar de lo passado nocibles sospechas, no bastara tu licencia para me dar
osadía a hablar en cosa, que a Calisto ni a otro hombre tocasse.
MELIBEA.- ¡Jesú! No oyga yo mentar más esse loco, saltaparedes, fantasma de noche,
luengo [180] como cigüeña, figura de paramento malpintado; si no, aquí me caeré muerta. ¡Este
es el que el otro día me vido, e començó a desuariar comigo en razones, haziendo mucho del
galán! Dirasle, buena vieja, que, si pensó que ya era todo suyo e quedaua por él el campo,
porque holgué más de consentir sus necedades, que castigar su yerro, quise más dexarle por
loco, que publicar su grande atreuimiento. Pues auísale que se aparte deste propósito e serle
ha sano; sino, podrá ser que no aya comprado tan cara, habla en su vida. Pues sabe que no es
vencido, sino el que se cree serlo, e yo quedé bien segura e él vfano. De los locos es estimar a
todos los otros de su calidad. E tú tórnate con su mesma razón; que respuesta de mí otra no
haurás ni la esperes. Que por demás es ruego a quien no puede hauer misericordia. E da
gracias a Dios, pues tan libre vas desta feria. Bien me hauían dicho quien tu eras e auisado de
tus propriedades, avnque agora no te conocía. [181]
Comentario [SC541]: Si me
fallaras, hubieras hallado,
conforme al valor del
pluscuamperfecto latino, de donde
salió. ¡Gracias que ya sospechaba
de él! Así dice ella por no
descubrirle que se lo sabía harto
bien.
Comentario [SC542]: Que me
fino, me muero. GALLO, Job, 34,
15: Parece que ya se finan y
arranca el alma.
Comentario [SC543]: Falta en
B la frase ¡Ce, hermano..., con que
al mismo diablo llama, y quitando
la gracia al brevísimo y callado
bien sé a quien digo.
Comentario [SC544]: Delante
mí, como preposición.
FIGUEROA, Egl. Tirsi.: Huye
delante mí, malvada Clori.
Comentario [SC545]: Saltapa
redes, como saltabardales, de las
mujeres y mozos. CORR., 565:
Saltabardales. (La mujerota
inquieta y marimacho.) Lis. Rosel,
2, I: Trotaconventos, saltabardales.
OUDIN: «Putain, coureuse
d'esguillette, qui saute par dessus
les murailles pour se faire baiser.»
Comentario [SC546]: Figura
de paramento, por lo larguirucho y
raro. Quij., 2, 5: No, sino estaos
siempre en un ser, sin crecer ni
menguar, corno figura de
paramento.
Comentario [SC547]: E serle
ha sano, en amenazas, le vendrá
bien y le ahorrará de mal. CERV.,
Alcald. Dag.: Orbe diga / el
discreto Panduro, y serle ha sano.
Comentario [SC548]: Piensa
el ladrón que todos son de su
condición. Piensa el fraile que
todos son de su aire. Es un loco
quien su mal echa a otro.
Comentario [SC549]: CORR.,
397: Por demás es el ruego a
quien no puedo haber misericordia
ni mover el duelo.
CELESTINA. (Aparte).- ¡Más fuerte estaua Troya e avn otras más brauas he yo amansado!
Ninguna tempestad mucho dura.
MELIBEA.- ¿Qué dizes, enemiga? Fabla, que te pueda oyr. ¿Tienes desculpa alguna para
satisfazer mi enojo e escusar tu yerro e osadía?
CELESTINA.- Mientras viuiere tu yra, más dañará mi descargo. Que estás muy rigurosa e no
me marauillo: que la sangre nueua poca calor ha menester para heruir.
MELIBEA.- ¿Poca calor? ¿Poco lo puedes llamar, pues quedaste tú viua e yo quexosa sobre
tan gran atreuimiento? ¿Qué palabra podías tú querer para esse tal hombre, que a mí bien me
estuuiesse? Responde, pues dizes que no has concluydo: ¡quiça pagarás lo passado!
CELESTINA.- Vna oración, señora, que le dixeron que sabías de sancta Polonia para el dolor
de las muelas. Assí mismo tu cordón, que es fama que ha tocado todas las reliquias, que ay en
Roma e Jerusalem. Aquel cauallero, que dixe, pena e muere dellas. Esta fue mi venida. Pero,
pues en mi dicha estaua tu ayrada respuesta, padézcase él su dolor, en pago de buscar tan
desdichada mensajera. Que, pues en tu mucha [182] virtud me faltó piedad, también me faltará
agua, si a la mar me embiara. Pero ya sabes que el deleyte de la vengança dura vn momento y
el de la misericordia para siempre.
MELIBEA.- Si esso querías, ¿por qué luego no me lo espresaste? ¿Por qué me lo dixiste en
tan pocas palabras?
CELESTINA.- Señora, porque mi limpio motiuo me hizo creer que, avnque en menos lo
propusiera, no se hauía de sospechar mal. Que, si faltó el deuido preámbulo, fue porque la
verdad no es necessario abundar de muchas colores. Compassión de su dolor, confiança de tu
magnificencia ahogaron en mi boca al principio la espresión de la causa. E pues conosces,
señora, que el dolor turba, la turbación desmanda e altera la lengua, la qual hauía de estar
siempre atada con el seso, ¡por Dios!, que no me culpes. E si el otro yerro ha fecho, no redunde
en mi daño, pues no tengo otra culpa, sino ser mensajera [183] del culpado. No quiebre la soga
por lo más delgado. No seas la telaraña, que no muestra su fuerça sino contra los flacos
animales. No paguen justos por peccadores. Imita la diuina justicia, que dixo: El ánima que
pecare, aquella misma muera; a la humana, que jamás condena al padre por el delicto del hijo
ni al hijo por el del padre. Ni es, señora, razón que su atreuimiento acarree mi perdición.
Avnque, según su merecimiento, no ternía en mucho que fuese él el delinquente e yo la
condemnada. Que no es otro mi oficio, sino seruir a los semejantes: desto biuo e desto me
arreo. Nunca fue mi voluntad enojar a vnos por agradar a otros, avnque ayan dicho a tu merced
en mí absencia otra cosa. Al fin, señora, a la firme verdad el viento del vulgo, no la empece.
Vna sola soy en este limpio trato. En toda la ciudad [184] pocos tengo descontentos. Con todos
cumplo, los que algo me mandan, como si touiesse veynte pies e otras tantas manos.
MELIBEA.- No me marauillo, que vn solo maestro de vicios dizen que basta para corromper
vn gran pueblo. Por cierto, tantos e tales loores me han dicho de tus falsas mañas, que no sé si
crea que pedías oración.
CELESTINA.- Nunca yo la reze e si la rezare no sea oyda, si otra cosa de mí se saque,
avnque mill tormentos me diessen.
MELIBEA.- Mi passada alteración me impide a reyr de tu desculpa. Que bien sé que ni
juramento ni tormento te torcerá a dezir verdad, que no es en tu mano.
CELESTINA.- Eres mi señora. Téngote de callar, hete yo de seruir, hasme tú de mandar. Tu
mala palabra será víspera de vna saya.
Comentario [SC550]: Oración
a Santa Apolonia para el dolor de
muelas, corre la siguiente: «Santa
Apolonia, que estás asentada en la
piedra ¿qué haces? -He venido por
el dolor de muelas: si es un
gusano, se irá; si es mal de gota,
pasará.»
Comentario [SC551]: Esto,
añadido por el corrector, amengua
el halago y piropo con que se está
atrayendo a Melibea.
Comentario [SC552]: En tan
pocas; en V por tales.
Comentario [SC553]: En
menos, en V en otras qualesquier.
Comentario [SC554]: La
verdad no es necesario abundar,
oración de infinitivo a la latina,
que abunde.
Comentario [SC555]: «Mensa
jero sois, amigo, no mereceis culpa
non.» Del romance viejo de
Bernardo del Carpio. Véase en el
Quijote, 2, 10, y otros casos en
Lengua de Cervantes (II,
Mensajero).
Comentario [SC556]: CORR.,
348: Quiebra la soga por lo más
delgado. Ídem, 262: Siempre
quiebra la soga por lo más
delgado. (Sin decir soga es muy
usado decir: «siempre quiebra por
lo más delgado»; por el que menos
puede.)
Comentario [SC557]: No
seas, en V: No semejes la telaraña,
con complemento. Quij., I, 19:
Que propiamente semejábades
cosa mala y del otro mundo (véase
CEJADOR, Tesoro de la leng.
cast. Silbantes, 233).
Comentario [SC558]: CORR.,
385: Pagar justos por pecadores.
Comentario [SC559]: «Ecce
omnes animae meae sunt: ut anima
patris, ita et anima filii mea est;
anima quae peccaverit, ipsa
morietur (EZEQUIEL, 18, 4).
Comentario [SC560]: Me
arreo, de esto me visto y como.
Comentario [SC561]: Una
sola, falta en B hasta Por cierto.
Comentario [SC562]: No ser
en su mano, no serle posible.
MELIBEA.- Bien la has merescido.
CELESTINA.- Si no la he ganado con la lengua, no la he perdido con la intención.
MELIBEA.- Tanto afirmas tu ignorancia, que me hazes creer lo que puede ser. Quiero pues en
tu dubdosa desculpa tener la sentencia en [185]peso e no disponer de tu demanda al sabor de
ligera interpretación. No tengas en mucho ni te marauilles de mi passado sentimiento, porque
concurrieron dos cosas en tu habla, que qualquiera dellas era bastante para me sacar de seso:
nombrarme esse tu cauallero, que comigo se atreuió a hablar, e también pedirme palabra sin
más causa, que no se podía sospechar sino daño para mi honrra. Pero pues todo viene de
buena parte, de lo passado aya perdón. Que en alguna manera es aliuiado mi coraçón, viendo
que es obra pía e santa sanar los passionados e enfermos.
CELESTINA.- ¡E tal enfermo, señora! Por Dios, si bien le conosciesses, no le juzgasses por el
que has dicho e mostrado con tu yra. En Dios e en mi alma, no tiene hiel; gracias, dos mill: en
franqueza, Alexandre; en esfuerço, Etor; gesto, de vn rey; gracioso, alegre; jamás reyna en él
tristeza. De noble sangre, como sabes. [186] Gran justador, pues verlo armado, vn sant George.
Fuerça e esfuerço, no tuuo Ercules tanta. La presencia e faciones, dispusición, desemboltura,
otra lengua hauía menester para las contar. Todo junto semeja ángel del cielo. Por fe tengo que
no era tan hermoso aquel gentil Narciso, que se enamoró de su propia figura, quando se vido
en las aguas de la fuente. Agora, señora, tiénele derribado vna sola muela, que jamás cessa de
quexar.
MELIBEA.- ¿E qué tanto tiempo ha?
CELESTINA.- Podrá ser, señora, de veynte e tres años: que aquí está Celestina, que le vido
nascer e le tomó a los pies de su madre. [187]
MELIBEA.- Ni te pregunto esso ni tengo necessidad de saber su edad; sino qué tanto ha que
tiene el mal.
CELESTINA.- Señora, ocho días. Que parece que ha vn año en su flaqueza. E el mayor
remedio que tiene es tomar vna vihuela e tañe tantas canciones e tan lastimeras, que no creo
que fueron otras las que compuso aquel Emperador e gran músico Adriano, de la partida del
ánima, por sofrir sin desmayo la ya vezina muerte. Que avnque yo sé poco de música, parece
que faze aquella vihuela fablar. Pues, si acaso canta, de mejor gana se paran las aues a le oyr,
que no aquel antico, de quien se dize que mouía los árboles e piedras con su canto. Siendo
este nascido no alabaran a Orfeo. Mirá, señora, si vna [188] pobre vieja, como yo, si se fallará
dichosa en dar la vida a quien tales gracias tiene. Ninguna muger le vee, que no alabe a Dios,
que assí le pintó. Pues, si le habla acaso, no es más señora de sí, de lo que él ordena. E pues
tanta razón tengo, juzgá, señora, por bueno mi propósito, mis passos saludables e vazíos de
sospecha.
MELIBEA.- ¡O quanto me pesa con la falta de mi paciencia! Porque siendo él ignorante e tu
ynocente, haués padescido las alteraciones de [189] mi ayrada lengua. Pero la mucha razón me
relieua de culpa, la qual tu habla sospechosa causó. En pago de tu buen sofrimiento, quiero
complir tu demanda e darte luego mi cordón. E porque para escriuir la oración no haurá tiempo
sin que venga mi madre, si esto no bastare, ven mañana por ella muy secretamente.
LUCRECIA. (Aparte).- ¡Ya, ya, perdida es mí ama! ¿Secretamente quiere que venga
Celestina? ¡Fraude ay! ¡Más le querrá dar, que lo dicho!
MELIBEA.- ¿Qué dizes, Lucrecia?
LUCRECIA.- Señora, que baste lo dicho; que es tarde.
Comentario [SC563]: Tener
la sentencia en peso, tener el juicio
en balanza, no juzgar
decididamente. Y en un peso.
TAM. VARG,, Garc. Pared., f. 32:
Tenían con iguales fuerzas en un
peso la batalla. Y traer en peso. A.
ALV. Silv. Prol.: Traelle en peso
entretenido todo el día (sin cesar,
sin decidir).
Comentario [SC564]: Passion
ados, o como trae V apassionados,
los que tienen pasión, congoja,
afición grande o enfermedad.
Comentario [SC565]: La
consabida loa, como en HITA (c.
730): Mançebillo en la villa atal
non se fallará.» (c. 738): «¿Quién
es, fija señora? / Es aparado bueno,
que Dios vos traxo agora...» Y en
Ovidio: «Scis, hera, te, mea lux,
iuveni placuisse beato... / Est etiam
facies, quae se tibi comparet, illi»
(Amor., I, 8).
Comentario [SC566]: Alejand
ro, Héctor, Hércules y Aquiles,
entre los no cristianos, y entre
éstos San Jorge, eran los héroes de
la Edad Media, y se hallan en
medallones a cada paso.
Comentario [SC567]: Narciso
. Recuérdense las coplas de Fernán
Pérez de Guzmán: «El gentil niño
Narciso / en una fuente gayado, /
de sí mismo enamorado, / muy
esquiva muerte priso.» Ovidio
cuenta (Metam., 3) que el río
Cefiso y la ninfa Liriopea le
engendraron, de tal hermosura, que
robaba los corazones; pero con la
soberbia, que suele acompañar a la
hermosura, menospreciaba a los
demás, hasta a Eco, convertida en
peñasco por su no correspondido
amor. La cual pidió a los dioses le
diese en pago que muriese...
el [280]
Comentario [SC568]: Bien
sabe la vieja que el amor entra en
las tiernas doncellas por la puerta
de la compasión.
Comentario [SC569]: Adrian
o. «Como Nerón, fue un letrado,
un artista sobre el trono. Su
facilidad para la pintura, la
escultura y la arquitectura era
admirable y hacía además bonitos
versos; pero su gusto no era puro.
Tenía sus autores favoritos...y [281]
Comentario [SC570]: Orfeo,
aquel antico o antiguo, que antes
dice, perdida Eurídice para
siempre, se recogió a lo alto del
monte Rodope, donde lloró tres
años su cuita. Y como la llanada
era rasa y sin regalo de alguna
sombra, desque tornó a su ...
música,
[282]
MELIBEA.- Pues, madre, no le des parte de lo que passó a esse cauallero, porque no me
tenga por cruel o arrebatada o deshonesta.
LUCRECIA. (Aparte).- No miento yo, que ¡mal va este fecho!
CELESTINA.- Mucho me marauillo, señora Melibea, de la dubda que tienes de mi secreto. No
temas, que todo lo sé sofrir e encubrir. Que bien veo que tu mucha sospecha echó, como suele,
mis razones a la más triste parte. Yo voy con tu cordón tan alegre, que se me figura que está
[190] diziéndole allá su coraçón la merced, que nos hiziste e que lo tengo de hallar aliuiado.
MELIBEA.- Más haré por tu doliente, si menester fuere, en pago de lo sofrido.
CELESTINA.- Más será menester e más harás e avnque no se te agradezca.
MELIBEA.- ¿Qué dizes, madre, de agradescer?
CELESTINA.- Digo, señora, que todos lo agradescemos e seruiremos e todos quedamos
obligados. Que la paga más cierta es, quando más la tienen de complir.
LUCRECIA.- ¡Trastrócame essas palabras!
CELESTINA.- ¡Hija Lucrecia! ¡Ce! Yrás a casa e darte he vna lexía, con que pares essos
cavellos más que el oro. No lo digas a tu señora. E avn darte he vnos poluos para quitarte esse
olor de la boca, que te huele vn poco, que en el reyno no lo sabe fazer otra sino yo e no ay cosa
que peor en la muger parezca.
LUCRECIA.- ¡O! Dios te dé buena vejez, que mas necessidad tenía de todo esso que de
comer.
CELESTINA.- ¿Pues, porque murmuras contra mí, [191] loquilla? Calla, que no sabes si me
aurás menester en cosa de más importancia. No prouoques a yra a tu señora, más de lo que
ella ha estado. Déxame yr en paz.
MELIBEA.- ¿Qué le dizes, madre?
CELESTINA.- Señora, acá nos entendemos.
MELIBEA.- Dímelo, que me enojo, quando yo presente se habla cosa de que no aya parte.
CELESTINA.- Señora, que te acuerde la oración, para que la mandes escriuir e que aprenda
de mí a tener mesura en el tiempo de tu yra, en la qual yo vsé lo que se dize: que del ayrado es
de apartar por poco tiempo, del enemigo por mucho. Pues tú, señora, tenías yra con lo que
sospechaste de mis palabras, no enemistad. Porque, avnque fueranlas que tú pensauas, en sí
no eran malas: que cada día ay hombres penados por mugeres e mugeres por hombres e esto
obra la natura e la natura ordenola Dios e Dios no hizo [192] cosa mala. E assí quedaua mi
demanda, como quiera que fuesse, en sí loable, pues de tal tronco procede, e yo libre de pena.
Más razones destas te diría, si no porque la prolixidad es enojosa al que oye e dañosa al que
habla.
MELIBEA.- En todo has tenido buen tiento, assí en el poco hablar en mi enojo, como con el
mucho sofrir.
CELESTINA.- Señora, sofrite con temor, porque te ayraste con razón. Porque con la yra
morando, poder, no es sino rayo. E por esto passé tu rigurosa habla hasta que tu almazén
houiesse gastado.
MELIBEA.- En cargo te es esse cauallero.
CELESTINA.- Señora, más merece. E si algo con mi ruego para él he alcançado, con la
tardança lo he dañado. Yo me parto para él, si licencia me das.
Comentario [SC571]: Echar a
buena, mala, peor parte, tomar lo
que se dice en bueno o mal
sentido, contrario o favorable. En
los Proverbios de Séneca, Sevilla,
1495, f. 3, se glosa éste: «La
mucha sospecha siempre echa las
cosas a la más triste parte.»
Comentario [SC572]: Cuando
la han cumplido, da a entender
Lucrecia.
Comentario [SC573]: La vieja
quiere engatusar y coger a la moza
para asegurar la pesca del ama.
Parar o poner como el oro, como
un oro, como los chorros o los
rollos del oro, como mil oros.
FERRER, Dom. 2 adv.: Que le
nació un nieto como un oro.
ZAMORA, Monarquía mist., 2, 3,
12:, Una cosa muy perfecta
decimos que es como mil oros.
Comentario [SC574]: Falta en
B hasta ¿Qué le dices, madre?
Comentario [SC575]: Que te
acuerde, que te recuerde. CERV.,
Galat., 5: No dejaré de acordaros a
su tiempo la obligación en que os
tiene puestos.
Comentario [SC576]: «Del
ayrado apartate por poco tiempo,
del enemigo por largo. Segund
dize Séneca en el primero libro que
compuso de yra, la yra esta presta
a se tornar en locura e queriendo
fazer peligro non teme peligro,
assy que el yrado con la yra sale de
seso en tal manera que aquella yra
esta presta a se tornar en locura, e
como no mora mucho la yra en el
yrado da por consejo Séneca, que
del yrado te apartes por poco
tiempo fasta que se aparte del la
yra. La enemistança dura fasta que
el enemigo se vengue. E por esso
dize que del enemigo te apartes por
largo tiempo.» (Proverb. de
Séneca, Sevilla, 1495, fol. 39.)
Comentario [SC577]: Serle en
cargo, estarle obligado. Selvag.,
216: Sin duda que le soy en mucho
cargo. Ídem, 78: Te será en más
cargo que a la madre que me parió.
MELIBEA.- Mientra más ayna la houieras pedido, más de grado la houieras recabdado. Ve
con Dios, que ni tu mensaje me ha traydo prouecho ni de tu yda me puede venir daño.
[194]
El aucto quinto
ARGUMENTO DEL QUINTO AUTO
Despedida Celestina de Melibea, va por la calle hablando consigo misma entre dientes.
Llegada a su casa, halló a Sempronio, que la aguardaua. Ambos van hablando hasta llegar a su
casa de Calisto e, vistos por Pármeno, cuéntalo a Calisto su amo, el qual le mandó abrir la
puerta.
CALISTO, PÁRMENO, SEMPRONIO, CELESTINA.
CELESTINA.- ¡O rigurosos trances! ¡O cruda osadía! ¡O gran sofrimiento! ¡E qué tan cercana
estuue de la muerte, si mi mucha astucia no rigera con el tiempo las velas de la petición! ¡O
amenazas de donzella braua! ¡O ayrada donzella! ¡O diablo a quien yo conjuré! ¿Cómo
compliste tu palabra en todo lo que te pedí? En cargo te soy. Assí amansaste la cruel hembra
con tu poder e diste tan oportuno lugar a mi habla quanto quise, con la absencia de su madre.
¡O vieja Celestina! ¿Vas alegre? Sábete [194] que la meytad está hecha, quando tienen buen
principio las cosas. ¡O serpentino azeyte! ¡O blanco filado! ¡Cómo os aparejastes todos en mi
fauor! ¡O!, ¡yo rompiera todos mis atamientos hechos e por fazer ni creyera en yeruas ni piedras
ni en palabras! Pues alégrate, vieja, que más sacarás deste pleyto, que de quinze virgos, que
renouaras, ¡O malditas haldas, prolixas e largas, cómo me estoruays de llegar adonde han de
reposar mis nueuas! ¡O buena fortuna, cómo ayudas a los osados, e a los tímidos eres
contraria! Nunca huyendo huye la muerte al couarde. ¡O quantas erraran en lo que yo he
acertado! ¿Qué fizieran en tan fuerte estrecho estas nueuas maestras de mi oficio, sino
responder algo a Melibea, por donde se perdiera quanto yo con buen callar he ganado? Por
esto dizen quien las sabe las tañe e que es más cierto [195] médico el esperimentado que el
letrado e la esperiencia e escarmiento haze los hombres arteros e la vieja, como yo, que alce
sus haldas al passar del vado, como maestra. ¡Ay cordón, cordón! Yo te faré traer por fuerça, si
viuo, a la que no quiso darme su buena habla de grado.
SEMPRONIO.- O yo no veo bien o aquella es Celestina. ¡Válala el diablo, haldear que trae!
Parlando viene entre dientes.
CELESTINA.- ¿De qué te santiguas, Sempronio? Creo que en verme.
SEMPRONIO.- Yo te lo diré. La raleza de las cosas es madre de la admiración; la admiración
concebida en los ojos deciende al ánimo por ellos; el ánimo es forjado descubrillo por estas
esteriores señales. ¿Quién jamás te vido por la calle, abaxada la cabeça, puestos los ojos en el
suelo, e no mirar a ninguno como agora? ¿Quién te vido hablar entre dientes por las calles e
venir aguijando, como quien va a ganar beneficio? [196] Cata que todo esto nouedad es para se
marauillar quien te conoce. Pero esto dexado, dime, por Dios, con qué vienes. Dime si tenemos
hijo o hija. Que desde que dio la vna te espero aquí e no he sentido mejor señal que tu
tardança.
Comentario [SC578]: Meytad,
o meetad, vulgar metá, de
me(d)ietat(em).
Comentario [SC579]: Atar o
ligar, hacer impotente a uno con
algún maleficio y hechicería. Es
creencia vulgar de que las
hechiceras pueden hacerlo.
Comentario [SC580]: Pleyto,
trato, de placitum (véase mi edic.
de HITA).
Comentario [SC581]: Audace
s fortuna iuvat, variante del verso
de Virgilio: «Audentes fortuna
iuvat.»
Comentario [SC582]: Huyend
o el cobarde, nunca huyó de él la
muerte.
Comentario [SC583]: Estrech
o. GALLO, Job, 36, 16: Sin duda
te libraré del estrecho angosto en
que estás con hartura de mil
bienes.
Comentario [SC584]: Quij.,
2, 59; CACER., ps. 88. El que las
sabe las tañe, que los otros
revuélvenlas. Quien las sabe las
tañe y eran campanas (CORR.,
92). El que las sabe las tañe y era
una bocina. (CORR., 92). El
segundo refrán no lo traen Correas
ni los demás Refraneros.
Comentario [SC585]: Haldas.
CORR., 436: Vieja escarmentada,
arregazada pasa el agua. Ídem,
436: Vieja escarmentada, pasa el
vado arregazada, el río
arremangada.
Comentario [SC586]: Santigu
arse, dícese del diablo y de lo
malo. Lazar., 2, 31: Y
santiguándose de mí, como si yo
estuviera endemoniada.
Comentario [SC587]: Torna
el autor a los sorites escolásticos,
como en el primer acto. ¡Y nos
vendrá el del Prólogo con que son
diferentes los autores de éste y de
aquél! Raleza, calidad de lo ralo,
que entonces era lo mismo que
raro, como de él derivado.
Comentario [SC588]: CORR.,
415: ¿Tenemos hijo o hija? (Por
bien o mal; véase en ¿Qué
tenemos?) Ídem, 335: ¿Qué
tenemos, hijo o hija? (Es como
decir sí o no, bien o mal.)
CELESTINA.- Hijo, essa regla de bouos no es siempre cierta, que otra hora me pudiera más
tardar e dexar allá las narizes; e otras dos narizes e lengua: e assí que, mientra más tardasse,
más caro me costasse.
SEMPRONIO.- Por amor mío, madre, no passes de aquí sin me lo contar.
CELESTINA.- Sempronio amigo, ni yo me podría parar ni el lugar es aparejado. Vente comigo.
Delante Calisto oyrás marauillas. Que será desflorar mi embaxada comunicándola con muchos.
De mi boca quiero que sepa lo que se ha hecho. Que, avnque ayas de hauer alguna partizilla
del prouecho, quiero yo todas las gracias del trabajo.
SEMPRONIO.- ¿Partezilla, Celestina? Mal me parece eso que dizes. [197]
CELESTINA.- Calla, loquillo, que parte o partezilla, quanto tú quisieres te daré. Todo lo mío es
tuyo. Gozémonos e aprouechémonos, que sobre el partir nunca reñiremos. E también sabes tú
quanta más necessidad tienen los viejos que los moços, mayormente tú que vas a mesa
puesta.
SEMPRONIO.- Otras cosas he menester más de comer.
CELESTINA.- ¿Qué, hijo? ¡Una dozena de agujetas e vn torce para el bonete e vn arco para
andarte de casa en casa tirando a páxaros e aojando páxaras a las ventanas! Mochachas digo,
bouo, de las que no saben bolar, que bien me entiendes. Que no ay mejor alcahuete para ellas
que vn arco, que se puede entrar cada vno hecho moxtrenco, como dizen: en achaque de trama
[198] etc. ¡Mas ay, Sempronio, de quien tiene de mantener honrra e se va haziendo vieja como
yo!
SEMPRONIO. (Aparte).- ¡O lisonjera vieja! ¡O vieja llena de mal! ¡O cobdiciosa e auarienta
garganta! También quiere a mí engañar como a mi amo, por ser rica. ¡Pues mala medra tiene!
¡No le arriendo la ganancia! Que quien con modo torpe sube en lo alto, más presto cae, que
sube. ¡O que mala cosa es de conocer el hombre! Bien dizen que ninguna mercaduría ni animal
es tan difícil! ¡Mala vieja, falsa, es ésta! ¡El diablo me metió con ella! Más seguro me fuera huyr
desta venenosa bíuora, que tomalla. Mía fue la culpa. Pero gane harto, que por bien o mal no
negará la promessa.
CELESTINA.- ¿Qué dizes, Sempronio? ¿Con quien hablas? ¿Viénesme royendo las haldas?
¿Por qué no aguijas?
SEMPRONIO.- Lo que vengo diziendo, madre mía, es que no me marauillo que seas
mudable, que [199] sigues el camino de las muchas. Dicho me auías que diferirías este
negocio. Agora vas sin seso por dezir a Calisto quanto passa. ¿No sabes que aquello es en
algo tenido, que es por tiempo desseado, e que cada día que él penasse era doblarnos el
prouecho?
CELESTINA.- El propósito muda el sabio; el nescio perseuera. A nueuo negocio, nueuo
consejo se requiere. No pensé yo, hijo Sempronio, que assí me respondiera mi buena fortuna.
De los discretos mensajeros es hazer lo que el tiempo quiere. Assí que la qualidad de lo fecho
no puede encubrir tiempo dissimulado. E más que yo sé que tu amo, según lo que dél sentí, es
liberal e algo antojadizo. Más dará en vn día de buenas nueuas, que en ciento, que ande
penado e yo yendo e viniendo. Que los acelerados e súpitos plazeres crían alteración, la mucha
alteración estorua el deliberar. Pues ¿en qué podrá parar el bien, sino en bien e el alto mensaje,
sino en luengas albricias? Calla, bouo, dexa fazer a tu vieja. [200]
SEMPRONIO.- Pues dime lo que passó con aquella gentil donzella. Dime alguna palabra de
su boca. Que, por Dios, assí peno por sabella, como mi amo penaría.
Comentario [SC589]: Mientra
, de donde mientra-s, como
entonce-s de en-tonce. C.
VILLAL., Scholast., I, p. 58:
Estremada locura es pensar
ninguno que mientra vive ha de
satisfacer.
Comentario [SC590]: Desflor
ar. J. PIN., Agr., 2, 29: Con todos
los autores que desflora, y no por
eso se autoriza más.
Comentario [SC591]: A mesa
puesta, sin trabajo, sin afanarlo.
CORR., 567: Sentarse a mesa
puesta. (El que no pone cuidado y
nada le cuesta.)
Comentario [SC592]: Cosas
galanas para galantear. Agujeta,
tira o correa con herrete para atacar
los calzones, jubones, etc. QUEV.,
Tac., 13: Comprele del huésped
tres agujetas y atacose. Torce,
vuelta a eslabón de cadena o collar
y el mismo collar. HERN., Eneid.,
5, f. 109: Les pende atados por el
pecho abajo / una cadena de
en
... oro
[283]
Comentario [SC593]: Aojand
o, echando el ojo, mirando, pero
como encantando, generalmente en
mala parte. J. PIN., Agr., 7,...I:[284]
Ni
Comentario [SC594]: Páxara
s, las mozas o mochachas.
Comentario [SC595]: Hecho
moxtrenco, sin pedir permiso,
como las reses mostrencas, esto es,
sin dueño, que andan descarriadas
... [285]
Comentario [SC596]: CORR.,
350: Con achaque de trama ¿está
acá nuestra ama, o estaca nuestra
ama? Ídem, 100: En achaque
de
... [286]
Comentario [SC597]: CORR.,
225: No le arriendo la ganancia.
(Al que se cree que tendrá daño.)
Comentario [SC598]: Madre
mía, en V madre Celestina.
Comentario [SC599]: Las
mujeres suelen ser ligeras de
cascos y precipitadas.
Comentario [SC600]: «Sapien
tis est mutare consilium» (CIC.).
El consejo muda el viejo y porfía
el necio. (CORR., 95).
Comentario [SC601]: Gran
doctrina de embajadores y
diplomáticos.
Comentario [SC602]: Súpito
es vulgar. Entrem. s. XVII, 128:
¿Qué es la causa de tan súpita
mudanza? F. SILVA, Celest.,
26:
... [287]
Comentario [SC603]: Mensaj
e, en V linaje.
CELESTINA.- ¡Calla, loco! Altérasete la complesión. Ya lo veo en ti, que querrías más estar al
sabor, que al olor deste negocio. Andemos presto, que estará loco tu amo con mi mucha
tardança.
SEMPRONIO.- E avn sin ella se lo está.
PÁRMENO.- ¡Señor, señor!
CALISTO.- ¿Qué quieres, loco?
PÁRMENO.- A Sempronio e a Celestina veo venir cerca de casa, haziendo paradillas de rato
en rato e, quando están quedos, hazen rayas en el suelo con el espada. No sé que sea.
CALISTO.- ¡O desuariado, negligente! Veslos venir: ¿no puedes decir corriendo a abrir la
puerta? ¡O alto Dios! ¡O soberana deydad! ¿Con qué vienen? ¿Qué nueuas traen? Qué tan
grande ha sido su tardança, que ya más esperaua su venida, que el fin de mi remedio. ¡O mis
tristes oydos! Aparejaos a lo que os viniere, que en su boca de Celestina está agora
aposentado [201] el aliuio o pena de mi coraçón. ¡O!, ¡si en sueño se pasasse este poco
tiempo, hasta ver el principio e fin de su habla! Agora tengo por cierto que es más penoso al
delinquente esperar la cruda e capital sentencia, que el acto de la ya sabida muerte. ¡O
espacioso Pármeno, manos de muerto! Quita ya essa enojosa aldaua: entrará essa honrrada
dueña, en cuya lengua está mi vida.
CELESTINA.- ¿Oyes, Sempronio? De otro temple anda nuestro amo. Bien difieren estas
razones a las que oymos a Pármeno e a él la primera venida. De mal en bien me parece que
va. No ay palabra de las que dize, que no vale a la vieja Celestina más que vna saya.
SEMPRONIO.- Pues mira que entrando hagas que no ves a Calisto e hables algo bueno.
CELESTINA.- Calla, Sempronio, que avnque aya auenturado mi vida, más merece Calisto e
su ruego e tuyo e más mercedes espero yo dél.
[203]
El aucto sesto
ARGUMENTO DEL SESTO AUTO
Entrada Celestina en casa de Calisto, con grande afición e desseo Calisto le pregunta de lo
que le ha acontescido con Melibea. Mientra ellos están hablando, Pármeno, oyendo fablar a
Celestina, de su parte contra Sempronio a cada razón le pone vn mote, reprehendiéndolo
Sempronio. En fin, la vieja Celestina le descubre todo lo negociado e vn cordón de Melibea. E,
despedida de Calisto, vase para su casa e con ella Pármeno.
CALISTO, CELESTINA, PÁRMENO, SEMPRONIO.
CALISTO.- ¿Qué dizes, señora e madre mía?
CELESTINA.- ¡O mi señor Calisto! ¿E aquí estás? ¡O mi nueuo amador de la muy hermosa
Melibea e con mucha razón! ¿Con qué pagarás a la vieja, que oy ha puesto su vida al tablero
por tu seruicio? ¿Qual muger jamás se vido en tan estrecha afrenta como yo, que en tornallo a
Comentario [SC604]: CORR.,
33: Al sabor y no al olor. (Dice
esto quien guele buenas viandas,
escogiendo más hallarse a
comellas que a olellas.) Comed.
Eufros., I: Soy mas amigo de estar
a sabor que a olor.
Comentario [SC605]: Decir,
en V baxar, de deci(d)er(e), véase
mi edición de HITA.
Comentario [SC606]: Espacio
so, que anda despacio, úsase en
Extremadura. FONS., Vid. Cr., I,
3, 3: Mientras en esto anduvieredes
tibios y espaciosos.
Comentario [SC607]: Vale,
indicativo por subjuntivo, es
clásico de aquel tiempo.
pensar se me menguan e vazían todas las venas de mi cuerpo, de sangre? Mi vida diera [204]
por menor precio, que agora daría este manto raydo e viejo.
PÁRMENO.- Tú dirás lo tuyo: entre col e col lechuga. Sobido has vn escalón; más adelante te
espero a la saya. Todo para ti e no nada de que puedas dar parte. Pelechar quiere la vieja. Tú
me sacarás a mí verdadero e a mi amo loco. No le pierdas palabra, Sempronio, e verás cómo
no quiere pedir dinero, porque es diuisible.
SEMPRONIO.- Calla, hombre desesperado, que te matará Calisto si te oye.
CALISTO.- Madre mía, abreuia tu razón o toma esta espada e mátame.
PÁRMENO.- Temblando está el diablo como azogado: no se puede tener en sus pies, su
lengua le querría prestar para que fablasse presto, no es mucha su vida, luto hauremos de
medrar destos amores.
CELESTINA.- ¿Espada, señor, o qué? ¡Espada mala mate a tus enemigos e a quien mal te
quiere!, que yo la vida te quiero dar con buena esperança, que traygo de aquella, que tú mas
amas. [205]
CALISTO.- ¿Buena esperança, señora?
CELESTINA.- Buena se puede dezir, pues queda abierta puerta para mi tornada e antes me
recibirá a mí con esta saya rota, que a otro con seda e brocado.
PÁRMENO.- Sempronio, cóseme esta boca, que no lo puedo sofrir. ¡Encaxado ha la saya!
SEMPRONIO.- ¿Callarás, por Dios, o te echaré dende con el diablo? Que si anda rodeando
su vestido, haze bien, pues tiene dello necessidad. Que el abad de dó canta de allí viste.
PÁRMENO.- E avn viste como canta. E esta puta vieja querría en vn día por tres pasos
desechar todo el pelo malo, quanto en cincuenta años no ha podido medrar.
SEMPRONIO.- ¿Todo esso es lo que te castigó e el conoscimiento que os teníades e lo que
te crió? [206]
PÁRMENO.- Bien sofriré mas que pida e pele; pero no todo para su prouecho.
SEMPRONIO.- No tiene otra tacha sino ser cobdiciosa; pero déxala, varde sus paredes, que
después vardará las nuestras o en mal punto nos conoció.
CALISTO.- Dime, por Dios, señora, ¿qué fazía? ¿Cómo entraste? ¿Qué tenía vestido? ¿A
qué parte de casa estaua? ¿Qué cara te mostró al principio?
CELESTINA.- Aquella cara, señor, que suelen los brauos toros mostrar contra los que lançan
las agudas frechas en el coso, la que los monteses puercos contra los sabuesos, que mucho
los aquexan.
CALISTO.- ¿E a essas llamas señales de salud? Pues ¿quáles serán mortales? No por cierto
la misma muerte: que aquella aliuio sería en tal caso deste mi tormento, que es mayor e duele
más.
SEMPRONIO.- ¿Estos son los fuegos pasados de mi [207] amo? ¿Qué es esto? ¿No ternía
este hombre sofrimiento para oyr lo que siempre ha deseado?
PÁRMENO.- ¡E que calle yo, Sempronio! Pues, si nuestro amo te oye, tan bien te castigará a
ti como a mí.
SEMPRONIO.- ¡O mal fuego te abrase! Que tú fablas en daño de todos e yo a ninguno
ofendo. ¡O! ¡Intolerable pestilencia e mortal te consuma, rixoso, embidioso, maldito! ¿Toda esta
es la amistad, que con Celestina e comigo hauías concertado? ¡Vete de aquí a la mala ventura!
Comentario [SC608]: CORR.,
127: Entre col y col, lechuga; ansi
plantan los hortelanos. (Dícese
cuando entre el trabajo se toma
algún alivio o se mezclan cosas
diversas.) Esto es, el mote o dicho,
que dice el Argumento (HITA, mi
edición).
Comentario [SC609]: Pelecha
r, echar el primer pelo malo o
pluma, de donde medrar. Comed.
Florin., I: Y aun eso es lo más
seguro para pelechar.
Comentario [SC610]: Dende,
de ahí. L. FERN., 179: Yerguete
dende, mosquilon. Ídem, 191:
¿N'os quereis dende quitar?
Rodeando su vestido, buscando o
pretendiendo con maña que se lo
dé. ZABAL., Error, 34: Piensa el
poderoso que con sustentar sus
hijos y criados cumplidamente
rodeó muy como debía su
obligación. S. TER., Fund., 12:
Tenía tan presente aquel Señor, por
quien padecía, que todo lo mas que
ella podía rojeaba, porque no
entendiesen lo mucho que padecía.
Comentario [SC611]: CORR.,
76: El abad de do canta, de allí
yanta.
Comentario [SC612]: Desech
ar o echar el pelo malo, salir de
miseria, como la bestia flaca, que
echa de sí el malo y se le luce el
pelo, o se le pone lucio en
comiendo bien. Selvag., 84: Que
desta vez yo salga de laceria y a
pesar de gallegos deseche el pelo
malo por entero.
Comentario [SC613]: Te
castigó, te enseñó. Véase mi
edición de HITA.
Comentario [SC614]: Pelar
es sacarle a uno los cuartos,
dejándole casi sin nada. T. RAM.,
Dom. 17 Trin., 2: Mientras hay que
pelar muestra que ama. LEÓN,
Cas., 12: Su primer y principal
cuidado es el sacarles algo...
y el
[288]
Comentario [SC615]: Bardar
es poner bardas sobre la pared para
abrigarlas o cercar con ellas un
terreno. ABREU, Himno, v. 23:
Destas zarzas y cambrones
espinosas bardan los vallados
de
... [289]
Comentario [SC616]: Frecha,
ant., por flecha.
Comentario [SC617]: Rixoso,
apasionado, furioso. J. PIN., Agr.,
22, 4: Mas si se alteran, levantan
las furias de sus ondas rijosas
sobre las más altas rocas de las
cabezas de sus maridos.
CALISTO.- Si no quieres, reyna e señora mía, que desespere e vaya mi ánima condenada a
perpetua pena, oyendo essas cosas, certifícame breuemente si houo buen fin tu demanda
gloriosa e la cruda e rigurosa muestra de aquel gesto angélico e matador; pues todo esso más
es señal de odio, que de amor.
CELESTINA.- La mayor gloria, que al secreto oficio de la abeja se da, a la qual los discretos
deuen imitar, es que todas las cosas por ella tocadas conuierte en mejor de lo que son. Desta
manera me he hauido con las çahareñas razones e esquiuas de Melibea. Todo su rigor traygo
conuertido en miel, su yra en mansedumbre, su aceleramiento [208] en sosiego. ¿Pues, a qué
piensas que yua allá la vieja Celestina, a quien tú, demás de su merecimiento, magníficamente
galardonaste, sino ablandar su saña, sofrir su acidente, a ser escudo de tu absencia, a recebir
en mi manto los golpes, los desuíos, los menosprecios, desdenes, que muestran aquellas en
los principios de sus requerimientos de amor, para que sea después en mas tenida su dádiua?
Que a quien más quieren, peor hablan. E si assí no fuesse, ninguna diferencia hauría entre las
públicas, que aman, a las escondidas donzellas, si todas dixesen sí a la entrada de su primer
requerimiento, en viendo que de alguno eran amadas. Las quales, avnque están abrasadas e
encendidas de viuos fuegos de amor, por su honestidad muestran vn frío esterior, vn sosegado
vulto, vn aplazible desuío, vn constante ánimo e casto propósito, vnas palabras agras, que la
propia lengua se marauilla del gran sofrimiento suyo, que la fazen forçosamente confessar el
contrario de lo que sienten. Assí que para [209] que tú descanses e tengas reposo, mientra te
contare por estenso el processo de mi habla e la causa que tuue para entrar, sabe que el fin de
su razón e habla fue muy bueno
CALISTO.- Agora, señora, que me has dado seguro, para que ose esperar todos los rigores
de la respuesta, di quanto mandares e como quisieres; que yo estaré atento. Ya me reposa el
coraçón, ya descansa mi pensamiento, ya reciben las venas e recobran su perdida sangre, ya
he perdido temor, ya tengo alegría. Subamos, si mandas, arriba. En mi cámara me dirás por
estenso lo que aquí he sabido en suma.
CELESTINA.- Subamos, señor.
PÁRMENO.- ¡O sancta María! ¡Y qué rodeos busca este loco por huyr de nosotros, para
poder llorar a su plazer con Celestina de gozo y por descubrirle mill secretos de su liuiano e
desuariado apetito, por preguntar y responder seys vezes cada cosa, sin que esté presente
quien le pueda dezir que es prolixo! Pues mándote yo, desatinado, que tras ti vamos.
CALISTO.- Mirá, señora, qué fablar trae Pármeno, cómo se viene santiguando de oyr lo que
has hecho con tu gran diligencia. Espantado está, por mi fe, señora Celestina. Otra vez se
santigua. [210] Sube, sube, sube y asiéntate, señora, que de rodillas quiero escuchar tu suaue
respuesta. Dime luego la causa de tu entrada, qué fue.
CELESTINA.- Vender vn poco de hilado, con que tengo caçadas más de treynta de su estado,
si a Dios ha plazido, en este mundo e algunas mayores.
CALISTO.- Esso será de cuerpo, madre; pero no de gentileza, no de estado, no de gracia e
discreción, no de linaje, no de presunción con merecimiento, no en virtud, no en habla.
PÁRMENO.- Ya escurre eslauones el perdido. Ya se desconciertan sus badajadas. Nunca da
menos de doze; siempre está hecho relox de mediodía. Cuenta, cuenta, Sempronio, que estás
desbauando oyéndole a él locuras e a ella mentiras.
SEMPRONIO.- ¡Maldeziente venenoso! ¿Por qué cierras las orejas a lo que todos los del
mundo las aguzan, hecho serpiente, que huye la boz del encantador? Que solo por ser de
amores estas razones, avnque mentiras, las hauías de escuchar con gana. [211]
Comentario [SC618]: Abland
ar, sofrir, sin a, por tenerla ya
embebida el infinitivo, y así se
usaba todavía; otras ediciones
ponen a con sofrir, en V falta con
ablandar.
Comentario [SC619]: Aplazib
le, en V apazible, de placibilis.
GUEV., Alej. Severo, 5: Dentro de
su palazio hizo dos muy aplacibles
y graciosos edificios.
Comentario [SC620]: Agro
fue clásico, etimológico, de agre,
de acre(m) y es vulgar. CABR., p.
61: Una punta de agro en la
comida la adoba.
Comentario [SC621]: Mándot
e, como te prometo, del hacer
mandas, por te aseguro, te espera,
en amenazas y mandas irónicas
contra el gusto.
Comentario [SC622]: Escurre
eslavones, como desconcertarse
sus badajadas, es salir de seso,
necear, como borracho en la
comida bien bebido, que a esto
alude lo de las doce badajadas o
golpes de campana a mediodía, y a
la vez como porrada, dichos
necios. Entrem., s. XVII, 282: Me
embiste con nueve badajadas.
L.FERN., 72: ¡O qué gentil
badajada!
Comentario [SC623]: Desbau
ando, propio del embaucado, que
por oír mejor y tragar cuanto oye,
deja bien abierta la boca y se le cae
la baba.
CELESTINA.- Oye, señor Calisto, e verás tu dicha e mi solicitud qué obraron. Que en
començando yo a vender e poner en precio mi hilado, fue su madre de Melibea llamada para
que fuesse a visitar vna hermana suya enferma. E como le fuesse necessario absentarse, dexó
en su lugar a Melibea.
CALISTO.- ¡O gozo sin par! ¡O singular oportunidad! ¡O oportuno tiempo! ¡O quien estuuiera
allí debaxo de tu manto, escuchando qué hablaría sola aquella en quien Dios tan estremadas
gracias puso!
CELESTINA.- ¿Debaxo de mi manto, dizes? ¡Ay mezquina! Que fueras visto por treynta
agujeros que tiene, si Dios no le mejora.
PÁRMENO.- Sálgome fuera, Sempronio. Ya no digo nada; escúchatelo tú todo. Si este
perdido de mi amo no midiesse con el pensamiento quantos pasos ay de aquí a casa de
Melibea e contemplasse en su gesto e considerasse cómo estaría haviniendo el hilado, todo el
sentido puesto e ocupado en ella, él vería que mis consejos [212] le eran más saludables, que
estos engaños de Celestina.
CALISTO.- ¿Qué es esto, moços? Estó yo esenchando atento, que me va la vida; ¿vosotros
susurrays, como soleys, por fazerme mala obra e enojo? Por mi amor, que calleys: morirés de
plazer con esta señora, según su buena diligencia. Di, señora, ¿qué fiziste, quando te viste
sola?
CELESTINA.- Recebí, señor, tanta alteración de plazer, que qualquiera que me viera, me lo
conociera en el rostro.
CALISTO.- Agora la rescibo yo: quanto más quien ante sí contemplaua tal ymagen.
Enmudecerías con la nouedad incogitada.
CELESTINA.- Antes me dio más osadía a hablar lo que quise verme sola con ella. Abrí mis
entrañas. Díxele mi embaxada: cómo penauas tanto por vna palabra, de su boca salida en fauor
tuyo, para sanar un gran dolor. E como ella estuniesse suspensa, mirándome, espantada del
nueuo mensaje, escuchando fasta ver quién podía ser el que assí por necessidad de su palabra
penaua o a quién pudiesse sanar su lengua, en nombrando tu nombre, atajó mis palabras,
diose en la frente vna grand palmada, como quien cosa de grande espanto houiesse oydo,
diziendo [213] que cessasse mi habla e me quitasse delante, si no quería hazer a sus
seruidores verdugos de mi postremería, agrauando mi osadía, llamándome hechizera,
alcahueta, vieja falsa, barbuda, malhechora e otros muchos inominiosos nombres, con cuyos
títulos asombran a los niños de cuna. E empós desto mill amortescimientos e desmayos, mill
milagros e espantos, turbado el sentido, bulliendo fuertemente los miembros [214] todos a vna
parte e a otra, herida de aquella dorada frecha, que del sonido de tu nombre le tocó, retorciendo
el cuerpo, las manos enclauijadas, como quien se despereza, que parecía que las
despedaçaua, mirando con los ojos a todas partes, acoceando con los pies el suelo duro. E yo
a todo esto arrinconada, encogida, callando, muy gozosa con su ferocidad. Mientra más
vasqueaua, más yo me alegraua, porque más cerca estaua el rendirse e su cayda. Pero entre
tanto que gastaua aquel espumajoso almazén su yra, yo no dexaua mis pensamientos estar
vagos ni ociosos, de manera que toue tiempo para saluar lo dicho.
CALISTO.- Esso me di, señora madre. Que yo he rebuelto en mi juyzio, mientra te escucho e
no he fallado desculpa que buena fuesse ni conuiniente, con que lo dicho se cubriesse ni
colorasse, sin quedar terrible sospecha de tu demanda. Porque conozca tu mucho saber, que
en todo me pareces más que muger: que como su respuesta tú pronosticaste, proueyste con
tiempo tu réplica. ¿Qué más hazía aquella Tusca Adeleta, [215] cuya fama, siendo tú viua, se
Comentario [SC624]: ¡Cómo
aprovecha toda coyuntura para
pedir!
Comentario [SC625]: Havinie
ndo el hilado, concertando su
compra con la vieja; aviniendo en
S, Z y A, viniendo en V; de avenir
en el sentido de avenirse o
concertarse, avenencia. Como
intransitivo, por lograrse, en las
Partidas, 2, 3, 3: Porque la guarda
aviene por sesso e la ganancia por
aventura. Del avenir, por acaecer.
Comentario [SC626]: Morirés
, con -és por -eis, como otros
muchos presentes y futuros en la
misma Tragicomedia.
Comentario [SC627]: Véase
el texto primitivo después de
postremería: «Yo, que en este
tiempo no dexava mis
pensamientos vagos ni ociosos,
viendo quanto almazén gastava su
yra, agravando mi osadia,
llamándome hechizera, alcahueta,
vieja falsa e otros muchos
inominiosos nombres, con cuyos
títulos asombran a los niños, tuve
lugar de salvar lo dicho.» De este
período el corrector del primitivo
texto añadió al período anterior el
tronco, y con la cabeza y los pies
hizo otro período, el que dice Pero
entre tanto que gastava,
exagerándolo, así como había
exagerado y abultado feamente con
aspavientos exorbitantes las
muestras de enojo de Melibea. El
corrector vese claramente ser otro
que el autor, pues todas esas
exageraciones son de pésimo
gusto, caricaturescas, y hasta afean
la persona de Melibea y no menos
la de la vieja. Baste ver convertida
la frase: viendo quanto almazén
gastava su yra en la otra de entre
tanto que gastava aquel
espumajoso almazén su yra. Lo de
espumajoso ni es del primer autor
ni deja bien parada a la virginal
Melibea, ni a la vieja, que tal se la
pinta a su amante, el cual, si tal
hubiera oído, desnuca por
descomedida a Celestina y todos la
tendríamos por poco discreta.
... [290]
Comentario [SC628]: Qué
mas hazía aquella Tusca Adeleta.
Matías Gast dice en la edic. de
Salamanca de 1570: «Atrevime
con consejo de algunos doctos (el
BROCENSE acaso) a mudar
algunas palabras que algunos
indoctos correctores pervirtieron...
En el acto sexto corregí Adelecta.
Fue esta Adelecta (como cuenta
Petrarca) una noble mujer toscana,
grandísima astróloga y mágica.
Dijo muchas cosas a su marido
e
... [291]
perdiera? La qual tres días ante de su fin prenunció la muerte de su viejo marido e de dos fijos
que tenía. Ya creo lo que dizes, que el género flaco de las hembras es más apto para las
prestas cautelas, que el de los varones.
CELESTINA.-¿Qué, señor? Dixe que tu pena era mal de muelas e que la palabra, que della
quería, era vna oración, que ella sabía, muy deuota, para ellas.
CALISTO.- ¡O marauillosa astucia! ¡O singular muger en su oficio! ¡O cautelosa hembra! ¡O
melezina presta! ¡O discreta en mensajes! ¿Qual humano seso bastara a pensar tan alta
manera de remedio? De cierto creo, si nuestra edad [216] alcançara aquellos passados Eneas
e Dido, no trabajara tanto Venus para atraer a su fijo el amor de Elisa, haziendo tomar a Cupido
Ascánica forma, para la engañar; antes por euitar prolixidad, pusiera a ti por medianera. Agora
doy por bienempleada mi muerte, puesta en tales manos, e creeré que, sí mi desseo no houiere
efeto, qual querría, que no se pudo obrar más, según natura, en mi salud. ¿Qué os parece,
moços?¿Qué mas se pudiera pensar? ¿Ay tal muger nascida en el mundo?
CELESTINA.- Señor, no atajes mis razones; déxame dezir, que se va haziendo noche. Ya
sabes que quien malhaze aborrece la claridad e, yendo a mi casa, podré hauer algún
malencuentro.
CALISTO.- ¿Qué, qué? Sí, que hachas e pajes ay, que te acompañen.
PÁRMENO.- ¡Sí, sí, porque no fuercen a la niña! [217] Tú yrás con ella, Sempronio, que ha
temor de los grillos, que cantan con lo escuro.
CALISTO.- ¿Dizes algo, hijo Pármeno?
PÁRMENO.- Señor, que yo e Sempronio será bueno que la acompañemos hasta su casa, que
haze mucho escuro.
CALISTO.- Bien dicho es. Después será. Procede en tu habla e dime qué mas passaste.
¿Qué respondió a la demanda de la oración?
CELESTINA.- Que la daría de su grado.
CALISTO.- ¿De su grado? ¡O Dios mío, qué alto don!
CELESTINA.- Pues más le pedí.
CALISTO.- ¿Qué, mi vieja honrrada?
CELESTINA.- Vn cordón, que ella trae contino ceñido, diziendo que era prouechoso para tu
mal, porque hauía tocado muchas reliquias.
CALISTO.- ¿Pues qué dixo?
CELESTINA.- ¡Dame albricias! Decírtelo he.
CALISTO.- ¡O!, por Dios, toma toda esta casa e quanto en ella ay e dímelo o pide lo que
querrás.
CELESTINA.- Por vn manto, que tu des a la vieja, te dará en tus manos el mesmo, que en su
cuerpo ella traya.
CALISTO.- ¿Qué dizes de manto? E saya e quanto yo tengo.
CELESTINA.- Manto he menester e éste terné yo en harto. No te alargues más. No pongas
sospechosa [218] duda en mi pedir. Que dizen que ofrescer mucho al que poco pide es especie
de negar.
CALISTO.-¡Corre! Pármeno, llama a mi sastre e corte luego vn manto e vna saya de aquel
contray, que se sacó para frisado.
Comentario [SC629]: Conoci
da es la treta de Venus al fin del
primer libro (v. 656) de la Eneida,
de VIRGILIO, no en el libro IV,
como dice Menéndez y Pelayo.
«Ad Cytherea novas artes, nova
pectore versat | consilia, ut faciem
mutatus et ora Cupido | pro dulci
Ascanio veniat, donisque furentem
| incendat reginam atque ossibus
implicet ignem.» Hace que, en
lugar de Ascanio, venga Cupido o
el Amor, revestido con el exterior
de Ascanio, para que encienda en
el pecho de Dido o Elisa el fuego
amoroso y se enamore de Eneas.
Comentario [SC630]: Qui
male agit, odit lucem (S. JUAN, 3,
20).
Comentario [SC631]: Contra
y, paño fino fabricado en Contray,
de Flandes. Romancero Cid, 18:
Lleva un manto de contray. En la
Germanía significaba paño fino.
Frisar, levantar y retorcer los
pelitos de algunos tejidos de lana
por el envés.
PÁRMENO.- ¡Assí, assí! A la vieja todo, porque venga cargada de mentiras como abeja e a
mí que me arrastren. Tras esto anda ella oy todo el día con sus rodeos.
CALISTO.- ¡De qué gana va el diablo! No ay cierto tan malseruido hombre como yo,
manteniendo moços adeuinos, reçongadores, enemigos de mi bien. ¿Qué vas, vellaco,
rezando? Embidioso, ¿qué dizes, que no te entiendo? Ve donde te mando presto e no me
enojes, que harto basta mi pena para acabar: que también haurá para ti sayo en aquella pieça.
PÁRMENO.- No digo, señor, otra cosa, sino que es tarde para que venga el sastre.
CALISTO.- ¿No digo yo que adeuinas? Pues quédese para mañana. E tu, señora, por amor
mío te sufras, que no se pierde lo que se dilata. E [219] mándame mostrar aquel sancto cordón,
que tales miembros fue digno de ceñir. ¡Gozarán mis ojos con todos los otros sentidos, pues
juntos han sido apassionados! ¡Gozará mi lastimado coraçón, aquel que nunca recibió momento
de plazer, después que aquella señora conoció! Todos los sentidos le llegaron, todos acorrieron
a él con sus esportillas de trabajo. Cada vno le lastimó quanto más pudo: los ojos en vella, los
oydos en oylla, las manos en tocalla.
CELESTINA.- ¿Que la has tocado dizes? Mucho me espantas.
CALISTO.- Entre sueños, digo.
CELESTINA.- ¿En sueños?
CALISTO.- En sueños la veo tantas noches, que temo me acontezca como a Alcibíades o a
Sócrates, [220] que el uno soñó que se veya embuelto en el manto de su amiga e otro día
matáronle, e no houo quien le alçasse de la calle ni cubriesse, sino ella con su manto; el otro via
que le llamavan por nombre e murió dende a tres días; pero en vida o en muerte, alegre me
sería vestir su vestidura.
CELESTINA.- Asaz tienes pena, pues, quando los otros reposan en sus camas, preparas tú el
trabajo para sofrir otro día. Esfuerçate, señor, que no hizo Dios a quien desamparasse. Da
espacio a tu desseo. Toma este cordón, que, si yo no me muero, yo te daré a su ama.
CALISTO.- ¡O nueuo huésped! ¡O bienauenturado cordón, que tanto poder e merescimiento
touiste de ceñir aquel cuerpo, que yo no soy digno de seruir! ¡O ñudos de mi pasión, vosotros
enlazastes mis desseos! ¡Dezime si os hallastes presentes en la desconsolada respuesta de
aquella a quien vosotros seruís e yo adoro e, por más que trabajo noches e días, no me vale ni
aprouecha!
CELESTINA.- Refrán viejo es: quien menos procura, [221] alcança más bien. Pero yo te haré
procurando conseguir lo que siendo negligente no haurías. Consuélate, señor, que en vna hora
no se ganó Çamora; pero no por esso desconfiaron los combatientes.
CALISTO.- ¡O desdichado! Que las cibdades están con piedras cercadas e a piedras, piedras
las vencen; pero esta mi señora tiene el coraçón de azero. No ay metal, que con él pueda; no
ay tiro, que le melle. Pues poned escalas en su muro: vnos ojos tiene con que echa saetas, vna
lengua de reproches e desuíos, el asiento tiene en parte, que media legua no le pueden poner
cerco.
CELESTINA.- ¡Callá, señor!, que el buen atreuimiento de vn solo hombre ganó a Troya. No
desconfíes, que vna muger puede ganar otra. Poco has tratado mi casa: no sabes bien lo que
yo puedo. [222]
CALISTO.- Quanto, dixeres, señora, te quiero creer, pues tal joya como esta me truxiste. ¡O
mi gloria e ceñidero de aquella angélica cintura! Yo te veo e no lo creo. ¡O cordón, cordón!
¿Fuisteme tú enemigo? Dilo cierto. Si lo fuiste, yo te perdono, que de los buenos es propio las
Comentario [SC632]: CORR.,
73: Adivinar que azotan. De lo
imposible o muy dificultoso que es
prevenir los futuros contingentes y
lo que ha de suceder. Repréndele
de que se nieta a conjeturar sobre
lo que no puede.
Comentario [SC633]: Alcibía
des. Anécdota tomada del Petrarca
en el lugar citado (Rerum
Memorand. Petrarchae Opera,
Basilea, t. I, p. 532): «Alcibiades
paulo prius quam e rebus humanis
repelleretur, se amicae suae veste
contectum somniaverat, alias
fortassis sperare licuit illecebras
amanti, sed enim brevi post
occisus, et nullo miserante
insepultus iacens, amicae
obvolutus amiculo est.» En V se
quitó o a Sócrates y lo que le
atañe: el otro via que..., y el uno
antes de soñó. Pareciole sin duda
al corrector que no venía a cuento
más que lo del manto, que
correspondía al cordón y vestidura,
siendo así que lo que pretendía el
autor era lo del ser pronosticada la
muerte por medio de los sueños.
Véase lo de Sócrates, que en el
Petrarca sigue a continuación:
«Socrates dum carcere clauderetur,
Erichthoni familiari suo narravit,
excellentis formae mulierem ad se
in somniis accessisse et nomine
appellantem versum Homericum
... [292]
Comentario [SC634]: Falta en
V: el otro via hasta pero.
Comentario [SC635]: Refr.
glos.: Quien menos procura
alcanza más bien. CORR., 346:
Quien menos la procura, a veces
ha más ventura. Quien menos la
procura alcanza a veces más buena
ventura.
Comentario [SC636]: CORR.,
227: No se ganó Zamora en una
hora ni Sevilla en un día. (Mas por
eso no desconfiaron los
combatientes. Contra los que
aceleran las cosas y ejemplo de
constancia). Ídem: No se ganó
Zamora en una hora ni Roma se
fundó luego toda.
Comentario [SC637]: Callá, y
demás imperativos, perdida la -d,
como todavía en América.
Comentario [SC638]: Por
haber dado crédito los troyanos a
la relación falsa del pérfido Sinon
sobre la huida de los griegos y
fábrica del famoso caballo, donde
estaban metidos sus más valerosos
capitanes y soldados: «Talibus
insidiis periurique arte Sinonis /
credita res» (Eneida, 2).
culpas perdonar. No lo creo: que, si fueras contrario, no vinieras tan presto a mi poder, saluo si
vienes a desculparte. Conjúrote me respondas, por la virtud del gran poder, que aquella señora
sobre mí tiene.
CELESTINA.- Cessa ya, señor, esse deuanear, que a mí tienes cansada de escucharte e al
cordón, roto de tratarlo.
CALISTO.- ¡O mezquino de mí! Que asaz bien me fuera del cielo otorgado, que de mis braços
fueras fecho e texido, no de seda como eres, porque ellos gozaran cada día de rodear e ceñir
con deuida reuerencia aquellos miembros, que tú, sin sentir ni gozar de la gloria, siempre tienes
abraçados. ¡O qué secretos haurás visto de aquella excelente ymagen!
CELESTINA.- Más verás tú e con más sentido, si no lo pierdes fablando lo que fablas.
CALISTO.- Calla y señora, que él e yo nos entendemos. ¡O mis ojos! Acordaos cómo fuistes
causa e puerta, por donde fue mi coraçón llagado, e que aquel es visto fazer daño, que da la
causa. Acordaos que soys debdores de la [223] salud. Remirá la medezina, que os viene hasta
casa.
SEMPRONIO.- Señor, por holgar con el cordón, no querrás gozar de Melibea.
CALISTO.- ¡Qué loco, desuariado, atajasolazes! ¿Cómo es esso?
SEMPRONIO.- Que mucho fablando matas a ti e a los que te oyen. E assí que perderás la
vida o el seso. Qualquiera que falte, basta para quedarte ascuras. Abreuia tus razones: darás
lugar a las de Celestina.
CALISTO.- ¿Enójote, madre, con mi luenga razón o está borracho este moço?
CELESTINA.- Avnque no lo esté, deues, señor, cessar tu razón, dar fin a tus luengas
querellas, tratar al cordón como cordón, porque sepas fazer diferencia de fabla, quando con
Melibea te veas: no haga tu lengua yguales la persona e el vestido.
CALISTO.- ¡O mi señora, mi madre, mi consoladora! Déjame gozar con este mensajero de mi
gloria. ¡O lengua mía!, ¿por qué te impides en otras razones, dexando de adorar presente la
excellencia de quien por ventura jamás verás en tu poder? ¡O mis manos!, con qué
atreuimiento, con quán poco acatamiento teneys y [224] tratays la triaca de mi llaga! Ya no
podrán empecer las yeruas, que aquel crudo caxquillo traya embueltas en su aguda punta.
Seguro soy, pues quien dio la herida la cura. ¡O tú, señora, alegría de las viejas mugeres, gozo
de las moças, descanso de los fatigados como yo! No me fagas más penado con tu temor, que
faze mi vergüença. Suelta la rienda a mi contemplación, déxame salir por las calles con esta
joya, porque los que me vieren, sepan que no ay más bienandante hombre que yo.
SEMPRONIO.- No afistoles tu llaga cargándola de más desseo. No es, señor, el solo cordón
del que pende tu remedio.
CALISTO.- Bien lo conozco; pero no tengo sofrimiento para me abstener de adorar tan alta
empresa. [225]
CELESTINA.- ¿Empresa? Aquella es empresa, que de grado es dada; pero ya sabes que lo
hizo por amor de Dios, para guarecer tus muelas, no por el tuyo, para cerrar tus llagas. Pero si
yo viuo, ella boluerá la hoja.
CALISTO.- ¿E la oración?
CELESTINA.- No se me dio por agora.
CALISTO.- ¿Qué fue la causa?
Comentario [SC639]: Atajaso
laces, que los interrumpe y corta.
Comentario [SC640]: Ascuras
, era contracción común por a
escuras.
Comentario [SC641]: Triaca
es contraveneno, de theriaca,
[theriaké], cosa de [thér] o fiera,
por entrar en su composición los
trociscos de víbora. CABR., p. 35:
Triaca contra todas las
ponzoñosas.
Comentario [SC642]: Caxquil
lo, el hierro que iba en la punta de
la saeta. TORR., Filos. mor., 8, 8:
Para que la saeta vuele y vaya
derecha le ponen plumas y para
que hiera la caza lleva un casquillo
de acero.
Comentario [SC643]: Bienan
dante y bienandanza valen feliz y
felicidad (véase mi edición de
HITA). De aquí tomó Cervantes el
pintar a Sancho con su sarta al
cuello saliendo de casa y saltando
de contento.
Comentario [SC644]: Empres
a, símbolo o figura enigmática con
un mote breve y conciso,
enderezado a manifestar lo que el
ánimo quiere o pretende, como la
cruz del emperador Constantino
con su mote: In hoc signo vinces.
Quij., I, 31: Bordando alguna
empresa con oro de cañutillo para
este su cautivo caballero.
Saavedra, Alciato y Núñez
escribieron libros famosos en
empresas.
Comentario [SC645]: Guarec
er, curar, sanar, o guarir. Selvag.,
10: Si las grandes y mortales
llagas... del todo siendo
guarecidas. J. ENC., 190: Si quies
guarecer, / muestres la causa de tu
padecer.
Comentario [SC646]: Volver
la hoja, mudar parecer, tomado del
hojear del libro. CORR., 587. D.
VEGA, Fer. 5 dom., 5: Pero,
cuando, vuelvo la hoja y
contemplo que también hay de
todo en esta Iglesia. A. PÉREZ, f.
354: Que tratasen de volver la hoja
y enmendar la vida.
CELESTINA.- La breuedad del tiempo; pero quedó, que si tu pena no afloxase, que tornasse
mañana por ella.
CALISTO.- ¿Afloxar? Entonce afloxará mi pena, quando su crueldad.
CELESTINA.- Asaz, señor, basta lo dicho e fecho. Obligada queda, segund lo que mostró, a
todo lo que para esta enfermedad yo quisiere pedir, según su poder. Mirá, señor, si esto basta
para la primera vista. Yo me voy. Cumple, señor, que si salieres mañana, lleues reboçado vn
paño, porque si della fueres visto, no acuse de falsa mi petición. [226]
CALISTO.- E avn cuatro por tu seruicio. Pero dime, pardios, ¿passó más? Que muero por oyr
palabras de aquella dulce boca. ¿Cómo fueste tan osada, que, sin la conocer, te mostraste tan
familiar en tu entrada e demanda?
CELESTINA.- ¿Sin la conoscer? Quatro años fueron mis vezinas. Tractaua con ellas, hablaua
e reya de día e de noche. Mejor me conosce su madre, que a sus mismas manos; avnque
Melibea se ha fecho grande, muger discreta, gentil.
PÁRMENO.- Ea, mira, Sempronio, que te digo al oydo.
SEMPRONIO.- Dime, ¿qué dizes?
PÁRMENO.- Aquel atento escuchar de Celestina da materia de alargar en su razón a nuestro
amo. Llégate a ella, dale del pie, hagámosle de señas que no espere más; sino que se vaya.
Que no hay tan loco hombre nacido, que solo mucho hable.
CALISTO.- ¿Gentil dizes, señora, que es Melibea? Paresce que lo dizes burlando. ¿Ay
nascida su par en el mundo? ¿Crió Dios otro mejor cuerpo? ¿Puédense pintar tales faciones,
dechado de hermosura? Si oy fuera viua Elena, por [227] quien tanta muerte houo de griegos e
troyanos, o la hermosa Pulicena, todas obedescerían a esta señora por quien yo peno. Si ella
se hallara presente en aquel debate de la mançana con las tres diosas, nunca sobrenombre de
discordia le pusieran. Porque sin contrariar ninguna, todas concedieran e vivieran conformes en
que la lleuara Melibea. Assí que se llamara mançana de concordia. Pues quantas oy son
nascidas, que della tengan noticia, se maldizen, querellan a Dios, porque no se acordó dellas,
quando a esta mi señora hizo. Consumen sus vidas, comen sus carnes con embidia, danles
siempre crudos martirios, pensando con artificio ygualar con la perfición, que sin trabajo dotó a
ella natura. Dellas, pelan sus cejas con tenazicas e pegones e a cordelejos; dellas, buscan las
doradas yeruas, rayzes, ramas e flores para hazer lexías, con que sus cabellos semejassen a
los della, las caras martillando, enuistiéndolas en diuersos matizes con vngüentos e vnturas,
aguas fuertes, posturas blancas e coloradas, que por evitar prolixidad no las cuento. Pues la
[228] que todo esto falló fecho, mirá si merece de vn triste hombre como yo ser seruida.
CELESTINA.- Bien te entiendo, Sempronio. Déxale, que él caerá de su asno. Ya acaba.
CALISTO.- En la que toda la natura se remiró por la fazer perfeta. Que las gracias, que en
todas repartió, las juntó en ella. Allí hizieron alarde quanto más acabadas pudieron allegarse,
porque conociessen los que la viessen, quanta era la grandeza de su pintor. Solo vn poco de
agua clara con vn ebúrneo peyne basta para exceder a las nacidas en gentileza. Estas son sus
armas. Con estas mata e vence, con estas me catiuó, con estas me tiene ligado e puesto en
dura cadena.
CELESTINA.- Calla e no te fatigues. Que más aguda es la lima, que yo tengo, que fuerte essa
cadena, que te atormenta. Yo la cortaré con ella, porque tú quedes suelto. Por ende, dáme
licencia, que es muy tarde, e déxame lleuar el cordón, porque tengo del necessidad.
Comentario [SC647]: Elena,
famosa princesa por su hermosura,
que fue causa de la guerra de
Troya, hija de Júpiter y de Leda,
esposa de Tíndaro y hermana de
Clitemnestra, de Cástor y Polux.
¡No es de maravillar, se decían los
viejos troyanos al verla como una
diosa pasearse por las almenas, que
por ella se haya encendido tan gran
guerra y mueran tantas gentes!
Comentario [SC648]: Polixen
a, hija de Príamo, y de quien se
enamoró Aquiles habiéndola visto
durante una tregua. Según
Eurípides y Ovidio (Metam., l. 13)
fue sacrificada por los griegos
sobre el sepulcro de Aquiles. De la
manzana de la discordia véase auto
I.
Comentario [SC649]: Postura
, afeite. LEÓN, Casad., 12: Y con
la postura y afeites esconde el
rostro.
Comentario [SC650]: Caer de
su asno es convencerse, entender
lo que no se calaba, ceder a
razones, salir del error
propiamente, tomado éste como
asno ignorante y tozudo.
GALINDO, 655.
CALISTO.- ¡O desconsolado de mí! La fortuna aduersa me sigue junta. Que contigo o con el
cordón o con entramos quisiera yo estar acompañado esta noche luenga e escura. Pero, pues
[229] no ay bien complido en esta penosa vida, venga entera la soledad. ¡Moços!, ¡moços!
PÁRMENO.- Señor.
CALISTO.- Acompaña a esta señora hasta su casa e vaya con ella tanto plazer e alegría,
quanta comigo queda tristeza e soledad.
CELESTINA.- Quede, señor, Dios contigo. Mañana será mi buelta, donde mi manto e la
respuesta vernán a vn punto; pues oy no huvo tiempo. E súfrete, señor, e piensa en otras
cosas.
CALISTO.- Esso no, que es eregía oluidar aquella por quien la vida me aplaze.
[231]
El sétimo aucto
ARGUMENTO DEL SÉTIMO AUTO
Celestina habla con Pármeno, induziéndole a concordia e amistad de Sempronio. Tráele
Pármeno a memoria la promessa, que le hiziera, de le fazer auer a Areusa, qu' él mucho
amaua. Vanse a casa de Areusa. Queda ay la noche Pármeno. Celestina va para su casa.
Llama a la puerta. Elicia le viene a abrir, increpándole su tardança.
PÁRMENO, CELESTINA, AREUSA, ELICIA.
CELESTINA.- Pármeno hijo, después de las passadas razones, no he hauido oportuno tiempo
para te dezir e mostrar el mucho amor, que te tengo e asimismo cómo de mi hoca todo el
mundo ha oydo hasta agora en absencia bien de ti. La razón no es menester repetirla, porque
yo te tenía por hijo, a lo menos quasi adotiuo, e assí que imitavas a natural; e tú dasme el pago
en mi presencia, paresciéndote mal quanto digo, susurrando e murmurando contra mí en
presencia de Calisto. Bien pensaua yo que, después [232] que concediste en mi buen consejo,
que no hauías de tornarte atrás. Todavía me parece que te quedan reliquias vanas, hablando
por antojo, más que por razón. Desechas el prouecho por contentar la lengua. Óyeme, si no me
has oydo, e mira que soy vieja e el buen consejo mora en los viejos e de los mancebos es
propio el deleyte. Bien creo que de tu yerro sola la edad tiene culpa. Espero en Dios que serás
mejor para mí de aquí adelante, e mudarás el ruyn propósito con la tierna edad. Que, como
disen, múdanse costumbres con la mudança del cabello e variación; digo, hijo, cresciendo e
viendo cosas nueuas cada día. Porque la mocedad en solo lo presente se impide e ocupa a
mirar; mas la madura edad no dexa presente ni passado ni por venir. Si tú touieras memoria,
hijo Pármeno, del pasado amor, que te tuue, la primera posada, que tomaste venido
nueuamente en esta cibdad, auía de ser la mía. Pero los moços curays poco de los viejos.
Regísvos a sabor de paladar. Nunca pensays que teneys ni haueys de tener necessidad dellos.
Nunca pensays en enfermedades. Nunca pensays que os puede faltar esta florezilla de
juuentud. Pues mira, amigo, que para tales necessidades, como [233] estas, buen acorro es
vna vieja conoscida, amiga, madre e más que madre, buen mesón para descansar sano, buen
Comentario [SC651]: Falta en
V: que variaran tus costumbres,
variando el cabello, y en cambio el
corrector añadió lo que va en
cursiva.
Comentario [SC652]: Acorro,
postverbal de acorrer, ayuda y
amparo.
hospital para sanar enfermo, buena bolsa para necessidad, buena arca para guardar dinero en
prosperidad, buen fuego de inuierno rodeado de asadores, buena sombra de verano, buena
tauerna para comer e beuer. ¿Qué dirás, loquillo, a todo esto? Bien sé que estás confuso por lo
que oy has hablado. Pues no quiero más de ti. Que Dios no pide más del pecador, de
arrepentirse e emendarse. Mira a Sempronio. Yo le fize hombre, de Dios en ayuso. Querría que
fuesedes como hermanos, porque, estando bien con él, con tu amo e con todo el mundo lo
estarías. Mira que es bienquisto, diligente, palanciano, buen seruidor, gracioso. Quiere tu
amistad. Crecería vuestro prouecho, dandoos el vno al otro la mano ni aun havría más privados
con vuestro amo, que vosotros. E pues sabe que es menester que ames, si quieres ser amado,
que no se tornan truchas, [234] etc., ni te lo deue Sempronio de fuero, simpleza es no querer
amar e esperar de ser amado, locura es pagar el amistad con odio.
PÁRMENO.- Madre, para contigo digo que mi segundo yerro te confiesso e, con perdón de lo
passado, quiero que ordenes lo por venir. Pero con Sempronio me paresce que es impossible
sostenerse mi amistad. El es desuariado, yo malsufrido: conciértame essos amigos.
CELESTINA.- Pues no era essa tu condición.
PÁRMENO.- A la mi fe, mientra más fue creciendo, mas la primera paciencia me oluidaua. No
soy el que solía e assímismo Sempronio no ay ni tiene en que me aproueche.
CELESTINA.- El cierto amigo en la cosa incierta se [235] conosce, en las aduersidades se
prueua. Entonces se allega e con más desseo visita la casa, que la fortuna próspera
desamparó. ¿Qué te diré, fijo, de las virtudes del buen amigo? No ay cosa más amada ni más
rara. Ninguna carga rehusa. Vosotros soys yguales. La paridad de las costumbres e la
semejança de los coraçones es la que más la sostiene. Cata, hijo, que, si algo tienes, guardado
se te está. Sabe tú ganar más, que aquello ganado lo fallaste. Buen siglo aya aquel padre, que
lo trabajó. No se te puede dar hasta que viuas más reposado e vengas en edad complida.
PÁRMENO.- ¿A qué llamas reposado, tía?
CELESTINA.- Hijo, a viuir por ti, a no andar por casas agenas, lo qual siempre andarás,
mientra no te supieres aprouechar de tu seruicio. Que de lástima, que houe de verte roto, pedí
oy manto, como viste, a Calisto. No por mi manto; pero porque, estando el sastre en casa e tú
delante sin sayo, te le diesse. Assí que, no por mi prouecho, como yo sentí que dixiste; más por
el tuyo. Que si esperas al ordinario galardón destos galanes, es tal, que lo que en diez años
sacarás atarás en la manga. Goza tu [236] mocedad, el buen día, la buena noche, el buen
comer o beuer. Quando pudieres hauerlo, no lo dexes. Piérdase lo que se perdiere. No llores tú
la fazienda, que tu amo heredó, que esto te lleuarás deste mundo, pues no le tenemos más de
por nuestra vida. ¡O hijo mío Pármeno! Que bien te puedo dezir fijo, pues tanto tiempo te crié.
Toma mi consejo, pues sale con limpio deseo de verte en alguna honrra. ¡O quan dichosa me
hallaría en que tú e Sempronio estuuiesedes muy conformes, muy amigos, hermanos en todo,
viéndoos venir a mi pobre casa a holgar, a verme e avn a desenojaros con sendas mochachas!
PÁRMENO.- ¿Mochachas, madre mía?
CELESTINA.- ¡Alahé! Mochachas digo; que viejas, harto me soy yo. Qual se la tiene
Sempronio e avn sin hauer tanta razón ni tenerle tanta afición como a ti. Que de las entrañas
me sale quanto te digo.
PÁRMENO.- Señora, ¿no viues engañada?
CELESTINA.- E avnque lo viua, no me pena mucho, que también lo hago por amor de Dios e
por verte solo en tierra agena e más por aquellos huessos de quien te me encomendó. Que tú
Comentario [SC653]: De
Dios en ayuso, además de la
Providencia.
Comentario [SC654]: Palanci
ano, cortes, de palacio. GRAC.,
Mor., f. 145: Y se daba una vida
alegre y palanciana. Bibl. Gallard.,
4. 46: Préciase de gran dotora, / de
hablar muy palanciano.
Comentario [SC655]: Despué
s de la mano falta en V: ni aun
havría más privados con vuestro
amo que vosotros.
Comentario [SC656]: CORR.,
228: No se toman truchas a bragas
enjutas. Ídem, 343: Quien truchas
ha de minchar, las bragas se ha de
bañar.
Comentario [SC657]: Despué
s de Madre, falta en V: para
contigo digo que.
Comentario [SC658]: Como
conciértame o adóbame esos
candiles, de cosas disparatadas
entre sí.
Comentario [SC659]: CORR.,
257: Si quieres de tu amigo probar
la voluntad, finge necesidad. Ídem,
202: Los amigos ciertos son los
probados en hechos. Pero tómalo
del Petrarca, De Remed., I, 19:
«Estonce entenderás aquello de
Oracio. Huyen los amigos, quando
han bevido los jarros hasta las
hezes. Destos amigos cierto habla;
que los verdaderos en las
adversidades se hallan mas cerca e
aquellas casas vesitan ellos de
mejor gana que la próspera fortuna
ha desamparado.» Y en otro lugar
(I, 50): «Tengo amistades ciertas. Luego cierta es tu adversidad, que
también es verdadero aquel otro
dicho que el amigo cierto en la
adversidad se conoce.» Y en su
Opera.(I, 61) copia lo de Enio:
... [293]
Comentario [SC660]: PETRA
RCA (ibid.): «Tengo un amigo. Mucho has dicho, que como no ay
cosa más amada que el amigo, assí
ninguna ay que menos vezes se
halle.»
Comentario [SC661]: Manga,
dícese de un maletín pequeño de
mano. CORR., Cint., I: Bien
quisiera desbalijar esta manga; mas
pareciome poca fidelidad. Da a
entender que será tan poca...
cosa
[294]
Comentario [SC662]: Y
aunque lo viva, empleo del lo, muy
castizo, por toda la frase vivir
engañada, como poco antes: No
andar por casas ajenas, LO
QUAL siempre andarás.
serás [237] hombre e vernás en buen conocimiento e verdadero e dirás: la vieja Celestina bien
me consejaua.
PÁRMENO.- E avn agora lo siento; avnque soy moço. Que, avnque oy veyas que aquello
dezía, no era porque me paresciesse mal lo que tú fazías; pero porque veya que le consejaua
yo lo cierto e me daua malas gracias. Pero de aquí adelante demos tras él. Faz de las tuyas,
que yo callaré. Que ya tropecé en no te creer cerca deste negocio con él.
CELESTINA.- Cerca deste e de otros tropeçarás e caerás, mientra no tomares mis consejos,
que son de amiga verdadera.
PÁRMENO.- Agora doy por bienempleado el tiempo, que siendo niño te seruí, pues tanto fruto
trae para la mayor edad. E rogaré a Dios por el anima de mi padre, que tal tutriz me dexó e de
mi madre, que a tal muger me encomendó.
CELESTINA.- No me la nombres, fijo, por Dios, que se me hinchen los ojos de agua. ¿E tuue
yo en este mundo otra tal amiga? ¿Otra tal compañera? ¿Tal aliuiadora de mis trabajos e
fatigas? ¿Quién suplía mis faltas? ¿Quién sabía [238] mis secretos? ¿A quién descubría mi
coraçón? ¿Quién era todo mi bien e descanso, sino tu madre, más que mi hermana e comadre?
¡O qué graciosa era! ¡O qué desembuelta, limpia, varonil! Tan sin pena ni temor se andaua a
media noche de cimenterio en cimenterio, buscando aparejos para nuestro oficio, como de día.
Ni dexava christianos ni moros ni judíos, cuyos enterramientos no visitaua. De día los
acechaua, de noche los desterraua. Assí se holgaua cola la noche escura, como tú con el día
claro; dezía que aquella era capa de pecadores. ¿Pues [239] maña no tenía con todas las otras
gracias? Una cosa te diré, porque veas qué madre perdiste; avnque era para callar. Pero
contigo todo passa. Siete dientes quitó a vn ahorcado con vnas tenazicas de pelacejas, mientra
yo le descalcé los çapatos. Pues entrava en vn cerco mejor que [240] yo e con más esfuerço;
avnque yo tenía farto buena fama, más que agora, que por mis pecados todo se oluidó con su
muerte. ¿Qué más quieres, sino que los mesmos diablos la hauían miedo? Atemorizados e
espantados los tenía con las crudas bozes, que les daua. Assí era ella dellos conoscida, como
tú en tu casa. Tumbando venían vnos sobre otros a su llamado. No le osauan dezir mentira,
según la fuerça con que los apremiaua. Después que la perdí, jamás les oy verdad.
PÁRMENO.- No la medre Dios más a esta vieja, que ella me da plazer con estos loores de
sus palabras.
CELESTINA.- ¿Qué dizes, mi honrrado Pármeno mi hijo e más que hijo?
PÁRMENO.- Digo que ¿cómo tenía esa ventaja mi madre, pues las palabras que ella e tú
dezíades eran todas vnas?
CELESTINA.- ¿Cómo? ¿E deso te marauillas? ¿No sabes que dize el refrán que mucho va de
Pedro [241] a Pedro? Aquella gracia de mi comadre no la alcançáuamos todas. ¿No as visto en
los oficios vnos buenos e otros mejores? Assí era tu madre, que Dios aya, la prima de nuestro
oficio e por tal era de todo el mundo conocida e querida, assí de caualleros como clérigos,
casados, viejos, moços e niños. ¿Pues moças e donzellas? Assí rogauan a Dios por su vida,
como de sus mismos padres. Con todos tenía quehazer, con todos fablaua. Si salíamos por la
calle, quantos topauamos eran sus ahijados. Que fue su principal oficio partera diez e seys
años. Así que, avnque tú no sabías sus secretos, por la tierna edad que auías, agora es razón
que los sepas, pues ella es finada e tú hombre.
PÁRMENO.- Dime, señora, quando la justicia te mandó prender, estando yo en tu casa,
¿teníades mucho conocimiento?
Comentario [SC663]: Sentir,
juzgar. Quij., I, 33: Pues si esto
sintió un gentil de la amistad
¿cuánto mejor es que lo sienta el
cristiano?
Comentario [SC664]: Tutriz,
latinismo. De los pocos en triz, del
-trix latino, que ya iban
introduciéndose, se quejaba Lope
un siglo después.
Comentario [SC665]: De
cimenterio en. Era nigromántica,
como las Canidias y Saganas de
Horacio y Apuleyo; de [nekromántis], adivinador por los
muertos. ¡Buena pieza! Si tal era
Celestina, ¿qué sería esta su
maestra, cuya preciosa descripción
va a hacer? Los que hurtan los
huesos de los condenados al fuego
o los cuerpos de niños ilegítimos
para confeccionar medicinas son
mirados con tal horror en China,
que se dice que, cuando vuelvan a
nacer, nacerán sin orejas u ojos o
con las manos, pies, boca, ...
labios
o
[295]
Comentario [SC666]: GALIN
DO, C, 312: La noche es capa de
pecadores. CORR., 330: Capa de
pecadores, el verano con sus
... [296]
Comentario [SC667]: Dientes
de ahorcado, servían para hechizos
y cosas de magia, como dijimos de
la soga de ahorcado. En el ...
Norte
[297]
Comentario [SC668]: Pelacej
as, tenacillas para este menester.
Comentario [SC669]: Cerco
mágico. Cuando se invoca al
diablo hay que ponerse en el centro
del cerco mágico, porque el
...primer
[298]
Comentario [SC670]: Las
hechiceras así tratan a los diablos,
a voces, apremiándoles con los
objetos mágicos, que tienen
...más
[299]
Comentario [SC671]: Tumba
ndo, dando tumbos, intransitivo.
Comentario [SC672]: Hacer
que los demonios no mientan es
cuanto puede encarecerse el miedo
que les ponía, pues son padres
de
... [300]
Comentario [SC673]: PINCI
ANO Filos., 11, 3: Gran diferencia
hay de Pedro a Pedro. CORR.,
475, y Lis. Rosel., 2, 2: Mucho
va
... [301]
Comentario [SC674]: La
prima, el, la o lo más excelente. A.
PÉREZ, Juev. I cuar., f. 36: En
tanta manera que las dos primas
... [302]
Comentario [SC675]: Partera
se hacía la trotaconventos, y es la
mejor entrada para con las
familias.
CELESTINA.- ¿Si teníamos me dizes? ¡Cómo por burla! Juntas lo hizimos, juntas nos
sintieron, [242] juntas nos prendieron e acusaron, juntas nos dieron la pena essa vez, que creo
que fue la primera. Pero muy pequeño eras tú. Yo me espanto cómo te acuerdas, que es la
cosa, que más oluidada está en la cibdad. Cosas son que pasan por el mundo. Cada día verás
quien peque e pague, si sales a esse mercado.
PÁRMENO.- Verdad es; pero del pecado lo peor es la perseuerancia. Que assí como el
primer mouimiento no es en mano del hombre, assí el primer yerro; donde dizen que quien
yerra e se emienda etc.
CELESTINA.- Lastimásteme, don loquillo. A las verdades nos andamos. Pues espera, que yo
te tocaré donde te duela.
PÁRMENO.- ¿Qué dizes, madre?
CELESTINA.- Hijo, digo que, sin aquella, prendieron quatro veces a tu madre, que Dios aya,
sola. [243] E avn la vna le leuantaron que era bruxa, porque la hallaron de noche con vnas
candelillas, cogiendo tierra de vna encruzijada, e la touieron medio día en vna escalera en la
plaça, puesto vno como rocadero pintado en la cabeça. Pero cosas son que passan. Algo han
de sofrir los hombres en este triste mundo para sustentar sus vidas e honrras. E mira en qué
poco lo tuuo con su buen seso, que ni por esso dexó dende en adelante de vsar mejor su oficio.
Esto ha venido por lo que dezías del perseuerar en lo que vna vez se yerra. En todo tenía
gracia. Que en Dios e en mi conciencia, avn en aquella escalera estaua e parecía que a todos
los debaxo no tenía en vna blanca, según su meneo e presencia. Assí que los que algo son
como ella e saben e valen, son los que más presto yerran. Verás quien fue Virgilio e qué tanto
supo; mas [244] ya haurás oydo cómo estouo en vn cesto colgado de vna torre, mirándole toda
Roma. Pero por eso no dejó de ser honrrado ni perdió el nombre de Virgilio.
PÁRMENO.- Verdad es lo que dizes; pero esso no fue por justicia.
CELESTINA.- ¡Calla, bouo! Poco sabes de achaque de yglesia e quánto es mejor por mano
de justicia, que de otra manera. Sabíalo mejor el cura, que Dios aya, que, viniéndole a consolar,
dixo que la sancta Escriptura tenía que bienauenturados eran los que padescían persecución
por la justicia, que aquellos posseerían el reyno de los cielos. Mira si es mucho passar algo en
este mundo por gozar de la gloria del otro. E mas que, según todos dezían, a tuerto e sin razón
e [245] con falsos testigos e rezios tormentos la hizieron aquella vez confessar lo que no era.
Pero con su buen esfuerço. E como el coraçón abezado a sofrir haze las cosas más leues de lo
que son, todo lo tuuo en nada. Que mill vezes le oya dezir: si me quebré el pie, fue por mi bien,
porque soy más conoscida que antes. Assí que todo esto pasó tu buena madre acá, deuemos
creer que le dará Dios buen pago allá, si es verdad lo que nuestro cura nos dixo e con esto me
consuelo. Pues seme tú, como ella, amigo verdadero e trabaja por ser bueno, pues tienes a
quien parezcas. Que lo que tu padre te dexó a buen seguro lo tienes.
PÁRMENO.- Bien lo creo, madre; pero querría saber qué tanto es.
CELESTINA.- No puede ser agora; verná tiempo, como te dixe, para que lo sepas e lo oyas.
PÁRMENO.- Agora dexemos los muertos e las herencias; que si poco me dexaron, poco
hallaré; hablemos en los presentes negocios, que nos va más que en traer los passados a la
memoria. Bien se te acordará, no ha mucho que me prometiste que me harías hauer a Areusa
[246] quando en mi casa te dixe cómo moría por sus amores.
CELESTINA.- Si te lo prometí, no lo he oluidado ni creas que he perdido con los años la
memoria. Que más de tres xaques he rescebido de mí sobre ello en tu absencia. Ya creo que
Comentario [SC676]: ¡Como
por burla!, ¡no era nada!, manera
irónica de decir que mucho.
Comentario [SC677]: Quien
peque e pague, alude a pagar
justos por pecadores, que otros
tienen la culpa y ellas, las
honradas, pagaban el pato. ¡Esas
son las cosas que pasan por el
mundo!
Comentario [SC678]: El
primer movimiento..., frase de
teólogos, de los movimientos
primo primi ante toda reflexión,
que, por no intervenir la razón, no
son actos humanos, y, por tanto, ni
malos ni buenos.
Comentario [SC679]: Donde,
por de donde, según la etimología
de onde. Selvag., 22: Dejándole a
él allá, donde no ha vuelto. Quien
yerra y se enmienda a Dios se
encomienda. Quijote, 2, 18; en H.
NÚÑEZ, Dios lo ayudará.
Comentario [SC680]: Andars
e a las verdades, decirlas, que son
amargas. Pícase la vieja y carga la
mano en las fechorías de la...madre
[303]
Comentario [SC681]: Tierra
de sepulturas o debajo de la horca:
véase BLACK, loc. Cit.
Comentario [SC682]: Rocade
ro, cucurucho o mitra de
ajusticiado o condenado a la
vergüenza pública. Lis. Ros.,
2, I:
... [304]
Comentario [SC683]: Cosas
son que pasan, en V: no fue nada.
Comentario [SC684]: Tomad
o del Corvacho, I, 17: «¿Quien
vido Vergilyo, un ombre de tanta
acucia e çiençia, qual nunca
...de
[305]
Comentario [SC685]: CORR.,
403: Poco sabéis de achaque de
Igreja, de Iglesia.
Comentario [SC686]: Así
suelen traer el agua a su molino y
los textos del Evangelio algunos
ignorantes y no pocos que ...
se [306]
dicen
Comentario [SC687]: CORR.,
256: Si caí y me quebré el pie,
mejor me fue. En B. GARAY:
quizá fue por mi bien.
Comentario [SC688]: Falta en
V lo que dicen Pármeno y
Celestina: Bien lo creo..., No
puede ser...
Comentario [SC689]: Hablar
en, era la manera ordinaria, mejor
que hablar de.
Comentario [SC690]: Darle
jaque y darle mate, de ajedrez.
estará bien madura. Vamos de camino por casa, que no se podrá escapar de mate. Que esto
es lo menos, que yo por ti tengo de hazer.
PÁRMENO.- Yo ya desconfiaua de la poder alcançar, porque jamás podía acabar con ella que
me esperasse a poderle dezir vna palabra. E como dizen, mala señal es de amor huyr e boluer
la cara. Sentía en mí gran desfuzia desto.
CELESTINA.- No tengo en mucho tu desconfiança, no me conosciendo ni sabiendo, como
agora, que tienes tan de tu mano la maestra destas labores. Pues agora verás quánto por mi
causa vales, quánto con las tales puedo, quánto sé en casos de amor. Anda passo. ¿Ves aquí
su puerta? Entremos quedo, no nos sientan sus [247] vezinas. Atiende e espera debaxo desta
escalera. Sobiré yo a uer qué se podrá fazer sobre lo hablado e por ventura haremos más que
tú ni yo traemos pensado.
AREUSA.- ¿Quién anda ay? ¿Quién sube a tal hora en mi cámara?
CELESTINA.- Quien no te quiere mal, cierto; quien nunca da passo, que no piense en tu
prouecho; quien tiene más memoria de ti, que de sí mesma: vna enamorada tuya, avnque vieja.
AREUSA.- ¡Válala el diablo a esta vieja, con qué viene como huestantigua a tal hora! Tía,
señora, ¿qué buena venida es esta tan tarde? Ya me desnudaua para acostar.
CELESTINA.- ¿Con las gallinas, hija? Así se hará la hazienda. ¡Andar!, ¡passe! Otro es el que
ha [248] de llorar las necessidades, que no tú. Yerua pasce quien lo cumple. Tal vida
quienquiera se la quería.
AREUSA.- ¡Jesú! Quiérome tornar a vestir, que he frío.
CELESTINA.- No harás, por mi vida; si no éntrate en la cama, que desde allí hablaremos.
AREUSA.- Assí goze de mí, pues que lo he bien menester, que me siento mala oy todo el día.
Assí que necessidad, más que vicio, me fizo tomar con tiempo las sáuanas por faldetas.
CELESTINA.- Pues no estés asentada; acuéstate e métete debaxo de la ropa, que paresces
serena.
AREUSA.- Bien me dizes, señora tía.
CELESTINA.- ¡Ay como huele toda la ropa en bulléndote! ¡A osadas, que está todo a punto!
Siempre me pagué de tus cosas e hechos, de tu limpieza e atauío. ¡Fresca que estás!
¡Bendígate [249] Dios! ¡Qué sáuanas e colcha! ¡Qué almohadas! ¡E qué blancura! Tal sea mi
vejez, quál todo me parece perla de oro. Verás si te quiere bien quien te visita a tales horas.
Déxame mirarte toda, a mi voluntad, que me huelgo.
AREUSA.- ¡Passo, madre, no llegues a mí, que me fazes coxquillas e prouócasme a reyr e la
risa acreciéntame el dolor.
CELESTINA.- ¿Qué dolor, mis amores? ¿Búrlaste, por mi vida, comigo?
AREUSA.- Mal gozo vea de mí, si burlo; sino que ha quatro horas, que muero de la madre,
que la tengo sobida en los pechos, que me quiere sacar deste mundo. Que no soy tan vieja
como piensas.
CELESTINA.- Pues dame lugar, tentaré. Que avn algo sé yo deste mal por mi pecado, que
cada vna se tiene o ha tenido su madre e sus çoçobras della.
AREUSA.- Más arriba la siento, sobre el estómago.
CELESTINA.- ¡Bendígate Dios e señor Sant Miguel, ángel! ¡E qué gorda e fresca que estás!
¡Qué [250] pechos e qué gentileza! Por hermosa te tenía hasta agora, viendo lo que todos
podían ver; pero agora te digo que no ay en la cibdad tres cuerpos tales como el tuyo, en
Comentario [SC691]: Desfuci
a, desconfianza, falta de fucia o
confianza, o fiucia, de
fi(d)ucia(m). J. ENC., 67: Hucia en
Dios que no se irá.
VALDERRAMA, Teatr. Dif., 3:
Miradme mortales y no hagáis
fucia en otra cosa humana, porque
todo se acaba.
Comentario [SC692]: Passo,
adv. y adj., despacio, como
contando los pasos y sin ruido.
Comed. Florin., 32: Salid todos
paso. FONS., Vid. Cr., I, 3, 3:
Tiene Dios unos pasos tan pasos y
tan sutiles.
Comentario [SC693]: Huesta
ntigua, o en V estantigua. MEND.,
G. Gran., 4: «Estantiguas llama el
vulgo español a semejantes
apariencias o fantasmas, que el
vaho de la tierra, cuando el sol sale
o se pone forma en el aire bajo,
como se ven en el alto las nubes
formadas en varias figuras y
semejanzas.» Creíase que se
tragaba a las personas y que huía a
la señal de la cruz. ESPIN., Flor.,
p. 56: Que huyes de los poetas /
cual de la cruz la estantigua.
... Aut.
[307]
Comentario [SC694]: ¡Andar!
, exclamación que era popular, hoy
¡anda!
Comentario [SC695]: Yerva,
por no decirle asno, que lleva la
carga de la otra, trabajando para
mantenerla.
Comentario [SC696]: Faldeta
s, saya corta, hasta la corva. Lis.
Ros., 2, 3: Con un disimulado
descuido en faldetas como estas.
CORR., 117: En faldetas nuestra
... [308]
Comentario [SC697]: Serena,
sirena, mujer de medio cuerpo
arriba, lo demás pez, metido en el
agua, aquí en las sábanas. En V
falta: AREUSA. Bien me dizes,
... [309]
Comentario [SC698]: Fresca
que estás, construcción muy
castellana, echar por delante la
palabra principal y detrás el verbo,
como en oración relativa, o...el[310]
que
Comentario [SC699]: No hay
perlas de oro, pero oro significa lo
muy excelente en castellano. El
diablo de la vieja atiza así los
apetitos de Areusa y del otro,
que
... [311]
Comentario [SC700]: Falta en
V: o ha tenido... sus.
Comentario [SC701]: VÉLEZ
ARCINIEGA, Animales, I, 5: A las
mugeres que aflige la enfermedad
de la madre, que la hacen volver,
recibiendola por la boca, a...
su [312]
quanto yo conozco. No paresce que hayas quinze años. ¡O quién fuera hombre e tanta parte
alcançara de ti para gozar tal vista! Por Dios, pecado ganas en no dar parte destas gracias a
todos los que bien te quieren. Que no te las dio Dios para que pasasen en balde por la frescor
de tu juuentud debaxo de seys dobles de paño e lienço. Cata que no seas auarienta de lo que
poco te costó. No atesores tu gentileza. Pues es de su natura tan comunicable como el dinero.
No seas el perro del ortolano. E pues tú no puedes de ti propia gozar, goze quien puede. Que
no creas que en balde fueste criada. Que, cuando nasce [251] ella, nasce él e, quando él, ella.
Ninguna cosa ay criada al mundo superflua ni que con acordada razón no proueyesse della
natura. Mira que es pecado fatigar e dar pena a los hombres, podiéndolos remediar.
AREUSA.- Alábame agora, madre, e no me quiere ninguno. Dame algún remedio para mi mal
e no estés burlando de mí.
CELESTINA.- Deste tan común dolor todas somos, ¡mal pecado!, maestras. Lo que he visto a
muchas fazer e lo que a mí siempre aprouecha, te diré. Porque como las calidades de las
personas son diuersas, assí las melezinas hazen diuersas sus operaciones e diferentes. Todo
olor fuerte es bueno, assí como poleo, ruda, axiensos, humo de plumas de perdiz, de romero,
de moxquete, de encienso. Recebido con mucha diligencia, aprouecha e afloxa el dolor e
buelue poco a poco la madre a su lugar. Pero otra cosa hallaua yo siempre mejor que todas e
ésta no te quiero dezir, pues tan santa te me hazes. [252]
AREUSA.- ¿Qué, por mi vida, madre? Vesme penada ¿e encúbresme la salud?
CELESTINA.- ¡Anda, que bien me entiendes, no te hagas boua!
AREUSA.- ¡Ya!, ¡ya! Mala landre me mate, si te entendía. ¿Pero qué quieres que haga?
Sabes que se partió ayer aquel mi amigo con su capitán a la guerra. ¿Hauía de fazerle
ruyndad?
CELESTINA.- ¡Verás e qué daño e qué gran ruyndad!
AREUSA.- Por cierto, sí sería. Que me da todo lo que he menester, tiéneme honrrada,
fauoréceme e trátame como si fuesse su señora.
CELESTINA.- Pero avnque todo esso sea, mientra no parieres, nunca te faltará este mal e
dolor que agora, de lo qual él deue ser causa. E si no crees en dolor, cree en color, e verás lo
que viene de su sola compañía.
AREUSA.- No es sino mi mala dicha. Maldición mala, que mis padres me echaron. ¿Qué, no
está ya por prouar todo esso? Pero dexemos esso, que es tarde e dime a qué fue tu buena
venida.
CELESTINA.- Ya sabes lo que de Pármeno te oue dicho. [253] Quéxasseme que avn verle no
le quieres. No sé porqué, sino porque sabes que le quiero yo bien e le tengo por hijo. Pues por
cierto, de otra manera miro yo tus cosas, que hasta tus vezinas me parescen bien e se me
alegra el coraçón cada vez que las veo, porque se que hablan contigo.
AREUSA.- ¿No viues, tía señora, engañada?
CELESTINA.- No lo sé. A las obras creo; que las palabras, de balde las venden dondequiera.
Pero el amor nunca se paga sino con puro amor e a las obras con obras. Ya sabes el debdo,
que ay entre ti e Elicia, la qual tiene Sempronio en mi casa. Pármeno e él son compañeros,
siruen a este señor, que tú conoces e por quien tanto fauor podrás tener. No niegues lo que tan
poco fazer te cuesta. Vosotras, parientas; ellos, compañeros: mira cómo viene mejor medido,
que lo queremos. Aquí viene comigo. Verás si quieres que suba.
AREUSA.- ¡Amarga de mí, si nos ha oydo!
Comentario [SC702]: Pecado
ganas en no dar parte...
Compárese con Ovidio, Ars
amatoria (3, 59 y 79): «Venturae
memores iam nunc estote senectae:
| Sic nullum vobis tempus abibit
iners. | dum licet et veros etiam
nunc editis annos, | ludite: eunt
anni more fluentis aquae. |
.................................. | Nostra
sine auxilio fugiunt bona. Carpite
florem; | Qui nisi carptus erit,
turpiter ipse cadet.»
Comentario [SC703]: La
frescor, femenino, como lo eran
los demás nombres en -or.
Comentario [SC704]: CORR.,
98: El perro del hortelano ni
quiere las manzanas para sí ni
para su amo; o las berzas. Ídem,
98: El perro del hortelano, que ni
come las berzas ni las deja comer
al extraño. Ortolano se decía, de
huert-o, después hortelano.
Comentario [SC705]: Alábam
e, en V alahé.
Comentario [SC706]: Así
dice ARCINIEGA, Animales, I,
31: Las boñigas del macho (del
buey) peculiarmente administradas
en sahumerio reprimen a su lugar
la madre salida afuera. Ídem, I, 35:
La algalia... aprovecha a la
sofocación de la madre, puesta
sobre el ombligo. Véase además, I.
4, c. 8.
Comentario [SC707]: ARCIN
IEGA, Animales, 3, 7: Sus plumas
sirven para dar humo a narices a
las mujeres, cuando se les sube la
madre y las ahoga y para esto
aprovechan mucho las gomas
hidiondas, como la asafétida y el
opopanaco.
Comentario [SC708]: Nótese
esto, porque luego el corrector
desfigura a Areusa.
Comentario [SC709]: E dolor
que, falta en V, donde, en cambio,
dice de.
Comentario [SC710]: Cree en
color. Porrada de a cuarta parece
esta añadidura del corrector. Alude
a la palidez del coeuntis.
CELESTINA.- No, que abaxo queda. Quiérole hazer subir. Resciba tanta gracia, que le
conozcas e hables e muestres buena cara. E si tal te paresciere, goze él de ti e tú dél. Que,
avnque él gane mucho, tú no pierdes nada.
AREUSA.- Bien tengo, señora, conoscimiento cómo todas tus razones, estas e las passadas,
se endereçan en mi prouecho; pero, ¿cómo quieres [254] que haga tal cosa, que tengo a quien
dar cuenta, como has oydo e, si soy sentida, matarme ha? Tengo vezinas embidiosas. Luego lo
dirán. Assí que, avnque no aya más mal de perderle, será más que ganaré en agradar al que
me mandas.
CELESTINA.- Esso, que temes, yo lo provey primero, que muy passo entramos.
AREUSA.- No lo digo por esta noche, sino por otras muchas.
CELESTINA.- ¿Cómo? ¿E dessas eres? ¿Dessa manera te tratas? Nunca tú harás casa con
sobrado. Absente le has miedo; ¿qué harías, si estouiesse en la cibdad? En dicha me cabe,
que jamás cesso de dar consejo a bouos e todavía ay quien yerre; pero no me marauillo, que es
grande el mundo e pocos los esperimentados. ¡Ay!, ¡ay!, hija, si viesses el saber de tu prima e
qué tanto le ha aprouechado mi criança e consejos e qué gran maestra está. E avn ¡que no se
halla ella mal con mis castigos! Que vno en la cama e otro en la puerta e otro, que sospira por
ella en su casa, se precia de tener. E con todos cumple e a todos muestra buena cara e todos
piensan [255] que son muy queridos e cada vno piensa que no ay otro e que él solo es priuado
e él solo es el que le da lo que ha menester. ¿E tú piensas que con dos, que tengas, que las
tablas de la cama lo han de descobrir? ¿De vna sola gotera te mantienes? ¡No te sobrarán
muchos manjares! ¡No quiero arrendar tus excamochos! Nunca vno me agradó, nunca en vno
puse toda mi afición. Más pueden dos e más quatro e más dan e más tienen e más ay en qué
escoger. No ay cosa más perdida, hija, que el mur, que no sabe sino vn horado. Si aquel le
tapan, no haurá donde se esconda del gato. Quien no tiene sino vn ojo, ¡mira a quanto peligro
anda! Vna alma sola ni canta ni llora; vn [256] solo acto no haze hábito; vn frayle solo pocas
vezes lo encontrarás por la calle; vna perdiz sola por marauilla buela mayormente en verano; vn
manjar solo continuo presto pone hastío; vna golondrina no haze verano; vn testigo solo no es
entera fe; quien sola vna ropa tiene, presto la enuegece. ¿Qué quieres, hija, deste número de
vno? Más inconuenientes te diré dél, que años tengo acuestas. Ten siquiera dos, que es
compañía loable e tal qual es éste: como tienes dos orejas, dos pies e dos manos, dos sáuanas
en la cama; como dos camisas para remudar. E si más quisieres, mejor te yrá, que mientra más
moros, más ganancia; que honrra sin prouecho, no es sino como anillo en el dedo. E pues
entrambos no caben en vn saco, acoge la ganancia.- Sube, hijo Pármeno. [257]
AREUSA.- ¡No suba! ¡Landre me mate!, que me fino de empacho, que no le conozco.
Siempre houe vergüença dél.
CELESTINA.- Aquí estoy yo que te la quitaré e cobriré e hablaré por entramos: que otro tan
empachado es él.
PÁRMENO.- Señora, Dios salue tu graciosa presencia.
AREUSA.- Gentilhombre, buena sea tu venida.
CELESTINA.- Llégate acá, asno. ¿Adónde te vas allá assentar al rincón? No seas
empachado, que al hombre vergonçoso el diablo le traxo a palacio. Oydme entrambos lo que
digo. Ya sabes tú, Pármeno amigo, lo que te prometí, e tú, hija mía, lo que te tengo rogado.
Dexada aparte la dificultad con que me lo has concedido, pocas razones son necessarias,
porque el tiempo no lo padece. Él ha siempre viuido penado por ti. Pues. viendo su pena, sé
Comentario [SC711]: Castigo
s, enseñanzas. Véase mi edición de
HITA. CORR., 164: Uno en casa y
otro a la puerta.
Comentario [SC712]: Piensas
, en V temes.
Comentario [SC713]: No
arrendarle los escamochos, modo
de decir que no tiene cosa que
valga, ni siquiera los desperdicios
y lo que se escamocha. F. SILVA,
Celest., 22: No me estés contando
las veces, pues yo no te arriendo
los escamochos.
Comentario [SC714]: Nunca
uno me agradó, nunca en uno puse
toda mi afición. Idea común de las
tales que se halla en la Mostellaria
de Plauto (v. 188): «Matronae,
non meretriciunst, unum inservire
amantem.»
Y en otro lugar: «At hoc unum
facito cogites, si illum inservibis
solum, | dum tibi nunc hace
aetatula est, in senecta male
quaerere.»
Comentario [SC715]: CORR.,
106: El mur que no sabe más de un
horado, presto le toma el gato. Sin
duda se acuerda el autor de HITA
(1370).
Comentario [SC716]: CORR.,
163: Un alma sola, ni canta ni
llora; o un anima sola, o una
persona sola.
Comentario [SC717]: CORR.,
161: Un solo acto no hace hábito.
(Refrán de teólogos y filósofos.)
Comentario [SC718]: Mayor
mente en verano, falta en V, donde,
en cambio, se ponen otros refranes
que ya nada añaden. CORR.,
163:
... [313]
Comentario [SC719]: E tal
qual es éste, falta en V, donde en
cambio, allá va la retahíla en
alabanza del dos y de la compañía,
... [314]
Comentario [SC720]: A más
moros, así en CORR., 21, o más
despojos. CORR., 21.
Comentario [SC721]: CORR.,
156: Honra sin provecho, anillo en
el dedo, en VALDÉS, Dial. leng.,
sortija en el dedo.
Comentario [SC722]: CORR.,
156: Honra y provecho no caben
en un saco, techo, y en cesto.
Comentario [SC723]: Lo de
la landre, en las maldiciones era
común.
Comentario [SC724]: Al
hombre..., refrán comentado por
Tirso en El vergonzoso en palacio.
que no le querrás matar e avn conozco que él te paresce tal, que no será malo para quedarse
acá esta noche en casa.
AREUSA.- Por mi vida, madre, que tal no se haga; ¡Jesú!, no me lo mandes.
PÁRMENO.- Madre mía, por amor de Dios, que no salga yo de aquí sin buen concierto. Que
me ha muerto de amores su vista. Ofréscele [258] quanto mi padre te dexó para mí. Dile que le
daré quanto tengo. ¡Ea!, díselo, que me parece que no me quiere mirar.
AREUSA.- ¿Qué te dize esse señor a la oreja? ¿Piensa que tengo de fazer nada de lo que
pides?
CELESTINA.- No dize, hija, sino que se huelga mucho con tu amistad, porque eres persona
tan honrrada e en quien qualquier beneficio cabrá bien. E assimismo que, pues que esto por mi
intercessión se hace, que el me promete d'aquí adelante ser muy amigo de Sempronio e venir
en todo lo que quisiere contra su amo en un negocio, que traemos entre manos. ¿Es verdad,
Pármeno? ¿Prometeslo assí como digo?
PÁRMENO.- Sí prometo, sin dubda.
CELESTINA.- ¡Ha, don ruyn!, palabra te tengo, a buen tiempo te así. Llégate acá, negligente,
vergonçoso, que quiero ver para quánto eres, ante que me vaya. Retóçala en esta cama.
AREUSA.- No será él tan descortés, que entre en lo vedado sin licencia.
CELESTINA.- ¿En cortesías e licencias estás? No espero más aquí yo, fiadora que tú
amanezcas sin dolor e él sin color. Mas como es vn putillo, gallillo, barbiponiente, entiendo que
en tres noches [259] no se le demude la cresta. Destos me mandauan a mí comer en mi tiempo
los médicos de mi tierra, quando tenía mejores dientes.
AREUSA.- Ay, señor mío, no me trates de tal manera; ten mesura por cortesía; mira las canas
de aquella vieja honrrada, que están presentes; quítate allá, que no soy de aquellas que
piensas; no soy de las que públicamente están a vender sus cuerpos por dinero. Assí goze de
mí, de casa me salga, si fasta que Celestina mi tía sea yda a mi ropa tocas.
CELESTINA.- ¿Qué es eso, Areusa? ¿Qué son estas estrañezas y esquiuedad, estas
nouedades e retraymiento? Paresce, hija, que no sé yo qué cosa es esto, que nunca vi estar mi
hombre con vna muger juntos e que jamás passé por ello ni gozé de lo que gozas e que no sé
lo que passan e lo que dizen e hazen. ¡Guay de quien tal oye como yo! Pues auísote, de tanto,
que fuy errada como tú e tuue amigos; pero nunca el viejo ni la vieja echaua de mi lado ni su
consejo en público ni en mis secretos. Para la muerte que a Dios deuo, más quisiera vna gran
bofetada en mitad de mi cara. Paresce que ayer nascí, según tu encubrimiento. Por hazerte a ti
honesta, me hazes a mí necia e vergonçosa e de poco secreto [260] e sin esperiencia o me
amenguas en mi officio por alçar a ti en el tuyo. Pues de cossario a cossario no se pierden sino
los barriles. Más te alabo yo detrás, que tú te estimas delante.
AREUSA.- Madre, si erré aya perdón e llégate mas acá y él haga lo que quisiere. Que más
quiero tener a ti contenta, que no a mí; antes me quebraré vn ojo que enojarte.
CELESTINA.- No tengo ya enojo; pero dígotelo para adelante. Quedaos adiós, que voyme
solo porque me hazés dentera con vuestro besar e retojar. Que avn el sabor en las enzías me
quedó: no le perdí con las muelas.
AREUSA.- Dios vaya contigo.
PÁRMENO.- Madre,¿mandas que te acompañe?
Comentario [SC725]: Falta en
V desde E assimismo..., hasta
Llégate acá.
Comentario [SC726]: Gallillo
, lascivo, como gallo.
Comentario [SC727]: Ya son
demasiados fingimientos de la
vergonzosita desvergonzada éstos
que añade el corrector, y los
argumentos de la vieja, otro que
tal.
Comentario [SC728]: CORR.,
558: No se pierden sino los
barriles. (Cuando barajan dos
iguales.) Cuando no se quedan
debiendo nada los que riñen. S.
BALLESTA.
CELESTINA.- Sería quitar a vn sancto para poner en otro. Acompáñeos Dios; que yo vieja
soy, que no he temor que me fuercen en la calle.
ELICIA.- El perro ladra. ¿Si viene este diablo de vieja?
CELESTINA.- Tha, tha, tha.
ELICIA.- ¿Quién es? ¿Quién llama?
CELESTINA.- Báxame abrir, fija. [261]
ELICIA.- ¿Estas son tus venidas? Andar de noche es tu plazer. ¿Por qué lo hazes? ¿Qué
larga estada fue ésta, madre? Nunca sales para boluer a casa. Por costumbre lo tienes.
Cumpliendo con vno, dexas ciento descontertos. Que has sido oy buscada del padre de la
desposada, que leuaste el día de pasqua al racionero; que la quiere casar d'aquí a tres días e
es menester que la remedies, pues que se lo prometiste, para que no sienta su marido la falta
de la virginidad.
CELESTINA.- No me acuerdo, hija, por quien dizes.
ELICIA.- ¿Cómo no te acuerdas? Desacordada eres, cierto. ¡O como caduca la memoria!
Pues, por cierto, tú me dixiste, quando la leuauas, que la auías renouado siete vezes.
CELESTINA.- No te marauilles, hija, que quien en muchas partes derrama su memoria, en
ninguna la puede tener. Pero, dime si tornará.
ELICIA.- ¡Mirá si tornará! Tiénete dada vna manilla de oro en prendas de tu trabajo ¿e no
hauía de venir?
CELESTINA.- ¿La de la manilla es? Ya sé por quien dizes. ¿Por qué tú no tomauas el
aparejo, e començauas a hazer algo? Pues en aquellas tales te hauías de abezar e prouar, de
quantas vezes me lo as visto fazer. Si no, ay te estarás toda [262] tu vida, fecha bestia sin oficio
ni renta. E quando seas de mi edad, llorarás la folgura de agora. Que la mocedad ociosa
acarrea la vejez arrepentida e trabajosa. Hazíalo yo mejor, quando tu abuela, que Dios aya, me
mostraua este oficio: que a cabo de vn año, sabía más que ella.
ELICIA.- No me marauillo, que muchas vezes, como dizen, al maestro sobrepuja el buen
discípulo. E no va esto, sino en la gana con que se aprende. Ninguna sciencia es bienempleada
en el que no le tiene afición. Yo le tengo a este oficio odio; tú mueres tras ello.
CELESTINA.- Tú te lo dirás todo. Pobre vejez quieres. ¿Piensas que nunca has de salir de mi
lado?
ELICIA.- Por Dios, dexemos enojo e al tiempo el consejo. Ayamos mucho plazer. Mientra oy
touiéremos de comer, no pensemos en mañana. También se muere el que mucho allega como
el que pobremente viue e el doctor como el pastor e el papa como el sacristán e el señor como
el sieruo e el de alto linaje como el baxo e tú con oficio como yo sin ninguno. No hauemos de
viuir para siempre. Gozemos e holguemos, que la vejez pocos la veen e de los que la veen
ninguno murió de hambre. No quiero en este mundo, [263] sino día e victo e parte en parayso.
Avnque los ricos tienen mejor aparejo para ganar la gloria, que quien poco tiene. No ay ninguno
contento, no ay quien diga: harto tengo; no ay ninguno, que no trocasse mi plazer por sus
dineros. Dexemos cuydados agenos e acostémonos, que es hora. Que más me engordará vn
buen sueño sin temor, que quanto thesoro ay en Venecia.
[7]
Comentario [SC729]: CORR.,
348: Quitar de un Santo para
darlo a otro Santo. Ídem: Quitar
de un Santo para poner en otro.
Suple las velas, etc.
Comentario [SC730]: Racion
ero. Siempre pullas clericales que
hablan en favor de ser Rojas, el
converso, autor de la obra.
Comentario [SC731]: CORR.,
470: Mocedad ociosa, vejez
trabajosa. Ídem, 186: La mocedad
holgada trae la vejez trabajada o
arrastrada.
Comentario [SC732]: CORR.,
39: Al tiempo el consejo. (Se dé o
se deje.)
Comentario [SC733]: Día o
victo. CORR., 282: Día y vito y
sartén para eso. (Día y vito es el
sustento de cada día justamente
cuando llega y no sobra y añaden
esta piedad: «denos Dios día y vito
y parte en paraíso»; «no tiene
fulano más de día y vito» y
acontece por muchos.) H.
SANTIAGO, Cuar., pl. 51:
Bastante lo es para en esta vida un
día y victo, una ración segura, que
se come con descanso. De victus,
vitualla, alimentación.
Comentario [SC734]: CORR.,
205: Los tesoros de Venecia. (Por
decir tesoros grandes.)
El octauo aucto
ARGUMENTO DEL OCTAUO AUTO
La mañana viene. Despierta Pármeno. Despedido de Areusa, va para casa de Calisto su
señor. Falla a la puerta a Sempronio. Conciertan su amistad. Van juntos a la cámara de Calisto.
Hállanle hablando consigo mismo. Leuantado, va a la yglesia.
SEMPRONIO, PÁRMENO, AREUSA, CALISTO.
PÁRMENO.- ¿Amanesce o qué es esto, que tanta claridad está en esta cámara?
AREUSA.- ¿Qué amanecer? Duerme, señor, que avn agora nos acostamos. No he yo pegado
bien los ojos, ¿ya hauía de ser de día? Abre, por Dios, essa ventana de tu cabecera e verlo
has.
PÁRMENO.- En mi seso estó yo, señora, que es de día claro, en ver entrar luz entre las
puertas. ¡O traydor de mí! ¡En qué gran falta he caydo con mi amo! De mucha pena soy digno.
¡O qué tarde que es!
AREUSA.- ¿Tarde? [8]
PÁRMENO.- E muy tarde.
AREUSA.- Pues así goze de mi alma, no se me ha quitado el mal de la madre. No sé cómo
pueda ser.
PÁRMENO.- ¿Pues qué quieres, mi vida?
AREUSA.- Que hablemos en mi mal.
PÁRMENO.- Señora mía, si lo hablado no basta, lo que más es necessario me perdona,
porque es ya mediodía. Si voy más tarde, no seré bien recebido de mi amo. Yo verné mañana e
quantas vezes después mandares. Que por esso hizo Dios vn día tras otro, porque lo que el
vno no bastasse, se cumpliesse en otro. E avn porque más nos veamos, reciba de ti esta
gracia, que te vayas oy a las doze del día a comer con nosotros a su casa de Celestina.
AREUSA.- Que me plaze, de buen grado. Ve con Dios, junta tras ti la puerta.
PÁRMENO.- Adiós te quedes.
PÁRMENO.- ¡O plazer singular! ¡O singular alegría! ¿Quál hombre es ni ha sido más
bienauenturado que yo? ¿Quál más dichoso e bienandante? ¡Qué vn tan excelente don sea por
mí posseído e quan presto pedido tan presto alcançado! Por cierto, si las trayciones desta vieja
con mi [9] coraçón yo pudiesse sofrir, de rodillas hauía de andar a la complazer. ¿Con qué
pagaré yo esto? ¡O alto Dios! ¿A quién contaría yo este gozo? ¿A quién descubriría tan gran
secreto? ¿A quién daré parte de mi gloria? Bien me dezía la vieja que de ninguna prosperidad
es buena la posesión sin compañía. El plazer no comunicado no es plazer. ¿Quién sentiría esta
mi dicha, como yo la siento? A Sempronio veo a la puerta de casa. Mucho ha madrugado.
Trabajo tengo con mi amo, si es salido fuera. No será, que no es acostumbrado; pero, como
agora no anda en su seso, no me marauillo que aya peruertido su costumbre.
Comentario [SC735]: Que me
plaze, fórmula para asentir.
CERV., Retabl. marav. GRAN.,
Mem., 6.
Comentario [SC736]: SÉNEC
A, Ep., 6: No hay posesión ni bien
alguno agradable, si no hay un
compañero bueno.
SEMPRONIO.- Pármeno hermano, si yo supiesse aquella tierra, donde se gana el sueldo
dormiendo, mucho haría por yr allá, que no daría ventaja a ninguno: tanto ganaría como otro
qualquiera. ¿E cómo, holgazán, descuydado, fueste para no tornar? No sé qué crea de tu
tardança, sino que te quedaste a escallentar [10] la vieja esta noche o a rascarle los pies, como
quando chiquito.
PÁRMENO.- ¡O Sempronio, amigo e más que hermano! Por Dios, no corrompas mi plazer, no
mezcles tu yra con mi sofrimiento, no rebueluas tu descontentamiento con mi descanso, no
agües con tan turbia agua el claro liquor del pensamiento, que traygo, no enturuies con tus
embidiosos castigos e odiosas reprehensiones mi plazer. Recíbeme con alegría e contarte he
marauillas de mi buena andança passada.
SEMPRONIO.- Dilo, dilo. ¿Es algo de Melibea? ¿Hasla visto?
PÁRMENO.- ¿Qué de Melibea? Es de otra, que yo más quiero e avn tal que, si no estoy
engañado, puede viuir con ella en gracia e hermosura. Sí, que no se encerró el mundo e todas
sus gracias en ella.
SEMPRONIO.- ¿Qué es esto, desuariado? Reyrme quería, sino que no puedo. ¿Ya todos
amamos? El mundo se va a perder. Calisto a Melibea, yo a Elicia, tú de embidia has buscado
con quien perder esse poco de seso, que tienes.
PÁRMENO.- ¿Luego locura es amar e yo soy loco [11] e sin seso? Pues si la locura fuesse
dolores, en cada casa auría bozes.
SEMPRONIO.- Según tu opinión, sí es. Que yo te he oydo dar consejos vanos a Calisto e
contradezir a Celestina en quanto habla e, por impedir mi prouecho e el suyo, huelgas de no
gozar tu parte. Pues a las manos me has venido, donde te podré dañar e lo haré.
PÁRMENO.- No es, Sempronio, verdadera fuerça ni poderío dañar e empecer; mas
aprouechar e guarecer e muy mayor, quererlo hazer. Yo siempre te tuue por hermano. No se
cumpla, por Dios, en ti lo que se dize, que pequeña causa desparte conformes amigos. Muy mal
me tratas. No sé donde nazca este rencor. No me indignes, Sempronio, con tan lastimeras
razones. Cata que es muy rara la paciencia, que agudo baldón no penetre e traspasse.
SEMPRONIO.- No digo mal en esto; si no que se eche otra sardina para el moço de cauallos,
pues tú tienes amiga.
PÁRMENO.- Estás enojado. Quiérote sofrir, avnque [12] más mal me trates, pues dizen que
ninguna humana passión es perpetua ni durable.
SEMPRONIO.- Más maltratas tu a Calisto, aconsejando a él lo que para ti huyes, diziendo que
se aparte de amar a Melibea, hecho tablilla de mesón, que para sí no tiene abrigo e dale a
todos. ¡O Pármeno! Agora podrás ver quán facile cosa es reprehender vida agena e quán duro
guardar cada qual la suya. No digas más, pues tú eres testigo. E d'aquí adelante veremos cómo
te has, pues ya tienes tu escudilla como cada qual. Si tú mi amigo fueras, en la necessidad, que
de ti tuue, me hauías de fauorecer e ayudar a Celestina en mi prouecho; que no fincar vn clauo
de malicia a cada palabra. Sabe que, como la hez de la tauerna despide a los borrachos, [13]
así la aduersidad o necessidad al fingido amigo: luego se descubre el falso metal, dorado por
encima.
PÁRMENO.- Oydo lo hauía dezir e por esperiencia lo veo, nunca venir plazer sin contraria
çoçobra en esta triste vida. A los alegres, serenos e claros soles, nublados escuros e pluuias
vemos suceder; a los solazes e plazeres, dolores e muertes los ocupan; a las risas e deleytes,
llantos e lloros e passiones mortales los siguen; finalmente, a mucho descanso e sosiego,
Comentario [SC737]: No
darle ventaja, no dejarse adelantar
por él; darle ventaja, quedarse
atrás. ZAMORA, Monarq., 3, 86,
I: Los serafines más excelentes
todos le quitan la gorra, le
reconocen y le dan ventaja.
Comentario [SC738]: Escallentar o escalentar. HERR.,
Agr., 5, 40:En escalentando el
tiempo.
Comentario [SC739]: Rascan
los pies a los viejos, los cuales lo
apetecen y yo he conocido no
pocos de éstos.
Comentario [SC740]: Contar
maravillas o decirlas. CERV.,
Gitan.: A quien contaron
maravillas de la gitanilla.
Comentario [SC741]: Sí que,
alude a estas exageraciones dichas
antes por su amo.
Comentario [SC742]: Así en
CORREAS, 252, y Bibl. Gallardo,
I, 561.
Comentario [SC743]: Donde,
de donde, de + onde.
Comentario [SC744]: Razone
s frías del corrector e indignas del
autor.
Comentario [SC745]: Echar
otra sardina dícese cuando alguien
viene y es para molestia de los del
corro; díjose de las meriendas o
cenas en que hay que repartir con
él. CORR., 140: Echa otra
sardina, que otro ruin viene.
... [315]
Comentario [SC746]: Sentenc
ia fría y sosa, y no la puso el que
puso la contestación: Más
maltratas tu, que se enhebra
el
... con
[316]
Comentario [SC747]: Tablilla
de mesón, que se ponía a la puerta.
CORR., 413: Tablilla de mesón,
que a los otros aloja y ella...
se[317]
Comentario [SC748]: CORR.,
145: Ya tienes tu escudilla. Era la
taza en que a cada uno se
escudillaba el caldo, sopa, ...
etc.,
por
[318]
Comentario [SC749]: Clavo
es cosa que acongoja. FONS., Vid.
Cr., I, I, 7; Este es el clavo que
más atravesado trae en las ...
entrañas
[319]
Comentario [SC750]: Como
la hez. Del Petrarca (I, 50):
«Universalmente todo estado tenga
necessidad de amigos...; mas
agora
... [320]
Comentario [SC751]: En
Petrarca, De Remed., I, 17: ¿Por
ventura no vees que las cosas
humanas se rebuelven como
... un
[321]
mucho pesar e tristeza. ¿Quién pudiera tan alegre venir, como yo agora? ¿Quién tan triste
recebimiento padescer? ¿Quién verse, como yo me vi, con tanta gloria, alcançada con mi
querida Areusa? ¿Quién caer della, siendo tan maltratado [14] tan presto, como yo de ti? Que
no me has dado lugar a poderte dezir quánto soy tuyo, quánto te he de fauorecer en todo,
quánto soy arepiso de lo passado, quántos consejos e castigos buenos he recebido de
Celestina en tu fauor e prouecho e de todos. Como, pues, este juego de nuestro amo e Melibea
está entre las manos, podemos agora medrar o nunca.
SEMPRONIO.- Bien me agradan tus palabras, si tales touiesses las obras, a las quales
espero para auerte de creer. Pero, por Dios, me digas qué es esso, que dixiste de Areusa.
¡Paresce que conozcas tú a Areusa, su prima de Elicia!
PÁRMENO.- ¿Pues qué es todo el plazer que traygo, sino hauerla alcançado?
SEMPRONIO.- ¡Cómo se lo dice el bouo! ¡De risa no puede hablar! ¿A qué llamas hauerla
alcançado? ¿Estaua a alguna ventana o qué es esso?
PÁRMENO.- A ponerla en duda si queda preñada o no.
SEMPRONIO.- Espantado me tienes. Mucho puede el continuo trabajo: vna continua gotera
horaca vna piedra.
PÁRMENO.- Verás qué tan continuo, que ayer lo pensé: ya la tengo por mía.
SEMPRONIO.- ¡La vieja anda por ay! [15]
PÁRMENO.- ¿En qué lo vees?
SEMPRONIO.- Que ella me hauía dicho que te quería mucho e que te la haría hauer. Dichoso
fuiste: no hiziste sino llegar e recabdar. Por esto dizen: más vale a quien Dios ayuda, que quien
mucho madruga. Pero tal padrino touiste.
PÁRMENO.- Di madrina, que es más cierto. Así que, quien a buen árbol se arrima... Tarde
fuy; pero temprano recabdé. ¡O hermano!, ¿qué te contaría de sus gracias de aquella muger, de
su habla e hermosura de cuerpo? Pero quede para más oportunidad.
SEMPRONIO.- ¿Puede ser sino prima de Elicia? No me dirás tanto, quanto estotra no tenga
más. Todo te creo. Pero ¿qué te cuesta? ¿Hasle dado algo?
PÁRMENO.- No, cierto. Mas, avnque houiera, era bienempleado: de todo bien es capaz. En
tanto son las tales tenidas, quanto caras son compradas; tanto valen, quanto cuestan. Nunca
[16] mucho costó poco, sino a mí esta señora. A comer la combidé para casa de Celestina e, si
te plaze, vamos todos allá.
SEMPRONIO.- ¿Quién, hermano?
PÁRMENO.- Tú e ella e allá está la vieja e Elicia. Aueremos plazer.
SEMPRONIO.- ¡O Dios!, e cómo me has alegrado. Franco eres, nunca te faltaré. Como te
tengo por hombre, como creo que Dios te ha de hazer bien, todo el enojo, que de tus passadas
fablas tenía, se me ha tornado en amor. No dudo ya tu confederación con nosotros ser la que
deue. Abraçarte quiero. Seamos como hermanos, ¡vaya el diablo para ruyn! Sea lo passado
questión de Sant Juan e assí paz para todo el año. Que las yras de los amigos siempre suelen
ser reintegración del amor. Comamos e holguemos, que nuestro amo ayunará por todos.
PÁRMENO.- ¿E qué haze el desesperado? [17]
SEMPRONIO.- Allí está tendido en el estrado cabo la cama, donde le dexaste anoche. Que ni
ha dormido ni está despierto. Si allá entro, ronca; si me salgo, canta o deuanea. No le tomo
tiento, si con aquello pena o descansa.
Comentario [SC752]: Arepiso
, arrepentido (HITA, mi edic.).
Comentario [SC753]: CORR.,
355: Continua gotera horada la
piedra. Horac-ar, de horaco,
huraco, foraco (todos en ROSAL),
furaco, buraco (Salam., Astur.,
León), agujero. ARMESTO,
Muertos vivos: Ay, que el arca del
pan quiere horacarme. Q.
BENAV., I, 315: Debe de estar
horacado / el suelo de la bacía.
Ídem: ¿Qué bacía ni qué horaco?
Comentario [SC754]: CORR.,
221: No hay más de llegar y
recadar, o y besar (221), esto es, el
Santo, del ir a hacerlo a la iglesia
con mucha gente.
Comentario [SC755]: CORR.,
449: Más puede Dios ayudar, que
velar ni madrugar. Ídem, 450: Más
vale a quien Dios ayuda que al que
mucho madruga.
Comentario [SC756]: Quien a
buen árbol se arrima, buena
sombra le cobija. Quijote, I,
prelim.
Comentario [SC757]: CORR.,
241: Nunca mucho costó poco.
Comentario [SC758]: CORR.,
614: Váyase el diablo para puto.
(Dando paz). Por creerse que de él
viene toda enemistad y cizaña.
Ídem, 431: Váyase el diablo para
ruin y quédese en casa Martín.
Comentario [SC759]: CORR.,
194: Las riñas de por San Juan
son paz para todo el año. Tuvo
origen de las casas que se alquilan
y de los mozos que se escogen y
entran con amos por San Juan.
Quiere decir que al principio de los
conciertos se averigüe todo bien y
entonces se riña y porfíe lo que ha
de ser, y resultará paz para todo el
año, como se prueba con el otro;
Quien destaja no baraja.
(CEJAD., Tesoro, R, 117.)
Comentario [SC760]: Las
yras de los amigos, de
TERENCIO, Andria, v. 556:
«Amantium irae, amoris integratio
est.» Pero lo tomó del Petrarca,
Epist. familiar, l. V, 8.
Comentario [SC761]: Cabo,
como cabe, preposición, al lado de,
junto a. Aut. S. XVI, 3, 307: Y
aunque os podéis asentar / cabo el
pan, que habéis masado.
PÁRMENO.- ¿Qué dizes? ¿E nunca me ha llamado ni ha tenido memoria de mí?
SEMPRONIO.- No se acuerda de sí, ¿acordarse ha de ti?
PÁRMENO.- Avn hasta en esto me ha corrido buen tiempo. Pues assí es, mientra recuerda,
quiero embiar la comida, que la adrecen.
SEMPRONIO.- ¿Qué has pensado embiar, para que aquellas loquillas te tengan por hombre
complido, biencriado e franco?
PÁRMENO.- En casa llena presto se adereça cena. De lo que ay en la despensa basta para
no caer en falta. Pan blanco, vino de Monuiedro, vn pernil de toçino. E más seys pares de
pollos, que traxeron estotro día los renteros de nuestro amo. Que si los pidiere, harele creer [18]
que los ha comido. E las tórtolas, que mandó para oy guardar, diré que hedían. Tú serás
testigo. Ternemos manera cómo a él no haga mal lo que dellas comiere e nuestra mesa esté
como es razón. E allá hablaremos largamente en su daño e nuestro prouecho con la vieja cerca
destos amores.
SEMPRONIO.- ¡Más, dolores! Que por fe tengo que de muerto o loco no escapa desta vez.
Pues que assí es, despacha, subamos a ver qué faze.
CALISTO.En gran peligro me veo:
En mi muerte no ay tardança,
Pues que me pide el deseo
Lo que me niega esperança.
PÁRMENO.- Escucha, escucha, Sempronio. Trobando está nuestro amo.
SEMPRONIO.- ¡O hideputa, el trobador! El gran Antipater Sidonio, el gran poeta Ouidio, los
[19] quales de improuiso se les venían las razones metrificadas a la boca. ¡Sí, sí, desos es!
¡Trobará el diablo! Está deuaneando entre sueños.
CALISTO.Coraçón, bien se te emplea
Que penes e viuas triste,
Pues tan presto te venciste
Del amor de Melibea.
PÁRMENO.- ¿No digo yo que troba?
CALISTO.- ¿Quién fabla en la sala? ¡Moços!
PÁRMENO.- Señor.
CALISTO.- ¿Es muy noche? ¿Es hora de acostar?
PÁRMENO.- ¡Mas ya es, señor, tarde para leuantar!
CALISTO.- ¿Qué dizes loco? ¿Toda la noche es passada?
PÁRMENO.- E avn harta parte del día.
CALISTO.- Di, Sempronio, ¿miente este desuariado, que me haze creer que es de día?
SEMPRONIO.- Oluida, señor, vn poco a Melibea e verás la claridad. Que con la mucha, que
en su gesto contemplas, no puedes ver de encandelado, como perdiz con la calderuela.
CALISTO.- Agora lo creo, que tañen a missa. Daca mis ropas, yré a la Madalena. Rogaré a
[20] Dios aderece e Celestina e ponga en coraçón a Melibea mi remedio o dé fin en breue a mis
tristes días.
Comentario [SC762]: Recuer
da, despierta, vuelve en su
acuerdo. Lis. Ros., 4, I:
Recordando Lisandro de un sueño
profundo. A. ALV., Silv. Mand., 7
c.: Como con el sueño pasado,
cuando recuerda.
Comentario [SC763]: Adrece
n, aderecen, contracción todavía
vulgar.
Comentario [SC764]: CORR.,
114: En la casa llena, presto se
guisa la cena; y en la vacía, más
aína. En Galindo, C, 436, se
adereza.
Comentario [SC765]: ¡Más,
dolores!, mejor o más bien dijeras
dolores.
Comentario [SC766]: Hideput
a, expresión de extrañeza, que era
muy común, así en el Quijote y
passim.; hi, hijo.
Comentario [SC767]: Antipat
ro de Sidón, filósofo y poeta
griego, discípulo de Diógenes, de
Babilonia, y maestro de Posidonio,
floreció el siglo segundo antes de
Jesucristo, hacia el 136. De Ovidio
es cosa más sabida, poeta latino
elegantísimo y fecundísimo, nació
el año 711 de Roma, en tiempo de
Augusto. Reprendido de su padre
por darse a hacer versos, cosa que
ningún provecho traía, decía él, le
respondió en verso: «Iuro, iuro,
pater, nunquam componere
versus.» Porque, aun sin querer,
como él escribió, cuanto hablaba
versus erant, eran versos.
Comentario [SC768]: Encand
elar, como encandilar, tomado del
cazar con luz debajo de una
calderuela. OVALLE, H. Chile, I,
19: Luces de noche para
encandelar los pájaros.
Comentario [SC769]: Daca,
da acá, trae, úsase en Castilla la
Vieja todavía.
Comentario [SC770]: La
Madalena, iglesia en Toledo y
Salamanca, de modo que no se
puede sacar de aquí sino que tenía
el autor en la cabeza entrambas
ciudades, como lugar donde ponía
su tragicomedia.
SEMPRONIO.- No te fatigues tanto, no lo quieras todo en vna hora. Que no es de discretos
desear con grande eficacia lo que se puede tristemente acabar. Si tú pides que se concluya en
vn día lo que en vn año sería harto, no es mucha tu vida.
CALISTO.- ¿Quieres dezir que soy como el moço del escudero gallego?
SEMPRONIO.- No mande Dios que tal cosa yo diga, que eres mi señor. E demás desto, sé
que, como me galardonas el buen consejo, me castigarías lo malhablado. Verdad es que nunca
es ygual la alabança del seruicio o buena habla, que la reprehensión e pena de lo malhecho o
hablado.
CALISTO.- No sé quién te abezó tanta filosofía, Sempronio.
SEMPRONIO.- Señor, no es todo blanco aquello, que de negro no tiene semejança ni es todo
oro [21] quanto amarillo reluze. Tus acelerados deseos, no medidos por razón, hazen parecer
claros mis consejos. Quisieras tú ayer que te traxeran a la primera habla amanojada e embuelta
en su cordón a Melibea, como si houieras embiado por otra qualquiera mercaduría a la plaça,
en que no houiera más trabajo de llegar e pagalla. Da, señor, aliuio al coraçón, que en poco
espacio de tiempo no cabe gran bienauenturança. Vn solo golpe no derriba vn roble. Apercíbete
con sofrimiento, porque la providencia es cosa loable e el apercibimiento resiste el fuerte
combate.
CALISTO.- Bien has dicho, si la qualidad de mi mal lo consintiesse.
SEMPRONIO.- ¿Para qué, señor, es el seso, si la voluntad priua a la razón?
CALISTO.- ¡O loco, loco! Dize el sano al doliente: Dios te dé salud. No quiero consejo ni
esperarte más razones, que más aviuas e enciendes las flamas, que me consumen. Yo me voy
solo a missa e no tornaré a casa fasta que me llameys, pidiéndome las albricias de mi gozo con
la buena venida de Celestina. Ni comeré hasta [22]entonce; avnque primero sean los cauallos
de Febo apacentados en aquellos verdes prados, que suelen, quando han dado fin a su
jornada.
SEMPRONIO.- Dexa, señor, essos rodeos, dexa essas poesías, que no es habla conueniente
la que a todos no es común, la que todos no participan, la que pocos entienden. Di: avnque se
ponga el sol, e sabrán todos lo que dizes. E come alguna conserua, con que tanto espacio de
tiempo te sostengas.
CALISTO.- Sempronio, mi fiel criado, mi buen consejero, mi leal seruidor, sea como a ti te
paresce. Porque cierto tengo, según tu limpieça de seruicio, quieres tanto mi vida como la tuya.
SEMPRONIO.- ¿Créeslo tú, Pármeno? Bien sé que no lo jurarías. Acuérdate, si fueres por
conserua, apañes vn bote para aquella gentezilla, [23] que nos va más e a buen entendedor...
En la bragueta cabrá.
CALISTO.- ¿Qué dizes, Sempronio?
SEMPRONIO.- Dixe, señor, a Pármeno que fuesse por vna tajada de diacitrón.
PÁRMENO.- Héla aquí, señor.
CALISTO.- Daca.
SEMPRONIO.- Verás qué engullir haze el diablo. Entero lo quería tragar por más apriesa
hazer.
CALISTO.- El alma me ha tornado. Quedaos con Dios, hijos. Esperad la vieja e yd por buenas
albricias.
Comentario [SC771]: CORR.,
105: El mozo del escudero gallego,
que andaba todo el año descalzo y
por un día quería matar al
zapatero. Porque no le acababa
aquel día los zapatos.
Comentario [SC772]: Castiga
r, corregir, enseñar (edic. HITA).
Comentario [SC773]: Avezar,
enseñar. Bosc., Cortes., 230: Le
traía un bachiller para avezar
gramática a sus hijos.
Comentario [SC774]: No es
todo oro lo que reluce, véanse
autoridades y sus variantes en
CEJADOR, Tesoro, Silbantes,
339.
Comentario [SC775]: Amanoj
ar, coger como en un manojo.
Comentario [SC776]: CORR.,
161: Un solo golpe no derriba un
roble.
Comentario [SC777]: Dice el
sano..., así en la Comedia
Eufrosina, 2, 7. y en CICERÓN,
Senectute.
Comentario [SC778]: Flamas,
latinismo, por llamas.
Comentario [SC779]: Entonc
e, de estonce, de ex-tuncce, de él
salió entonce-s.
Comentario [SC780]: Los
caballos de Febo, del sol, que es
Febo en la mitología griega. El
autor habla con esta retórica y
énfasis de los cultos de entonces,
picados del renacimiento que
bullía a la sazón como nuevo
mosto; pero su apego a la realidad
y habla castiza le hace ver que
había en ello afectación, lo cual le
disculpa en parte de la que gastan a
veces sus personajes.
Comentario [SC781]: Apañar,
coger. HOROZCO, Canc., p. 158:
O de la casta bellaca, / si te apaño.
LASO OROP., Lucano, p. 9: Y
apañan los escudos medio
deshechos... y sus dardos... y las
espadas.
Comentario [SC782]: A buen
entendedor pocas palabras
(bastan), intelligenti pauca.
Comentario [SC783]: Diacitr
ón, la corteza de la cidra confitada
y cubierta, de citrus, cidra.
PÁRMENO.- ¡Allá yrás con el diablo, tú e malos años!, ¡e en tal hora comiesses el diacitrón,
como Apuleyo el veneno, que le conuertió en asno!
[25]
El aucto noueno
ARGUMENTO DEL NOUENO AUTO
Sempronio e Pármeno van a casa de Celestina, entre sí hablando. Llegados allá, hallan a
Elicia e Areusa. Pónense a comer. Entre comer riñe Elicia con Sempronio. Leuántase de la
mesa. Tórnanla apaciguar. Estando ellos todos entre sí razonando, viene Lucrecia, criada de
Melibea, llaman a Celestina, que vaya a estar con Melibea.
SEMPRONIO, PÁRMENO, ELICIA, CELESTINA, AREUSA, LUCRECIA.
SEMPRONIO.- Baxa, Pármeno, nuestras capas e espadas, si te parece que es hora que
vamos a comer.
PÁRMENO.- Vamos presto. Ya creo que se quexarán de nuestra tardança. No por essa calle,
sino por estotra, porque nos entremos por la yglesia e veremos si ouiere acabado Celestina sus
deuociones: lleuarla hemos de camino. [26]
SEMPRONIO.- A donosa hora ha de estar rezando.
PÁRMENO.- No se puede dezir sin tiempo fecho lo que en todo tiempo se puede fazer.
SEMPRONIO.- Verdad es; pero mal conoces a Celestina. Quando ella tiene que hazer, no se
acuerda de Dios ni cura de santidades. Quando ay que roer en casa, sanos están los santos;
quando va a la yglesia con sus cuentas en la mano, no sobra el comer en casa. Avnque ella te
crió, mejor conozco yo sus propriedades que tú. Lo que en sus cuentas reza es los virgos, que
tiene a cargo e quántos enamorados ay en la cibdad e quántas moças tiene encomendadas e
qué despenseros le dan ración e qual lo mejor e como les llaman por nombre, porque quando
los encontrare no hable como estraña e qué canónigo es más moro e franco. Quando menea
los labios es fengir mentiras, ordenar cautelas para hauer dinero: por aquí le entraré, esto me
responderá, estotro replicaré. Assí viue esta, que nosotros mucho honrramos. [27]
PÁRMENO.- Mas que esso sé yo; sino, porque te enojaste estotro día, no quiero hablar;
quando lo dixe a Calisto.
SEMPRONIO.- Avnque lo sepamos para nuestro prouecho, no lo publiquemos para nuestro
daño. Saberlo nuestro amo es echalla por quien es e no curar della. Dexándola, verná forçado
otra, de cuyo trabajo no esperemos parte, como desta, que de grado o por fuerça nos dará de lo
que le diere.
PÁRMENO.- Bien has dicho. Calla, que está abierta la puerta. En casa está. Llama antes que
entres, que por ventura están embueltas e no querrán ser assí vistas.
SEMPRONIO.- Entra, no cures, que todos somos de casa. Ya ponen la mesa.
CELESTINA.- ¡O mis enamorados, mis perlas de oro! ¡Tal me venga el año, qual me parece
vuestra venida!
Comentario [SC784]: L.
APULEII, Madaurensis, Platonici,
Methamorphoseos sive Lusus
asini, l. 3. Deseando convertirse en
pájaro, por imprudencia de Fotis,
se untó con otro unguento y se vio
convertido en asno: «haurito
plusculo uncto, corporis mei
membra perfricui. Iamque alternis
conatibus libratis brachiis, in avem
similem gestiebam. Nec ullae
plumulae, nec usquam pinnulae;
sed plane pili mei crassantur in
setas et cutis tenella duratur in
corium et in extimis palmulis
perdito numero, toti digiti coguntar
in singulas ungulas et de spinae
meae termino grandis cauda
procedit. Iam facies enormis et os
prolixum et nares hiantes et labia
pendula... non avem me, sed
asinum video.»
Comentario [SC785]: Las
devociones de estas gentes
honradas, por extrañas que
parezcan, fueron siempre
verdaderas y sinceras, como fruto
de la ignorancia. Hoy mismo
sabemos suelen tenerlas mucha
gente perdida, ladrones y rufianes,
terceronas y rameras. Así dice el
refrán: No hay puta ni ladrón sin
alguna devoción. Recuérdese el
corral de Monipodio.
Comentario [SC786]: Roer,
alude al comerse y roer los santos,
o ser muy amigo de visitar iglesias.
J. TOLOSA, Disc., I, 3: Estaba
todo el día royendo santos, que
dicen, por aquellos claustros.
Comentario [SC787]: Esta
sátira clerical es terrible, y
adviértase que la Inquisición no la
tocó; sólo sí cuando estaba en
manos de aquellos que en el siglo
XVIII tenían tanto de celosos
católicos como el moro Muza.
Comentario [SC788]: Forçad
o, o necesariamente, por fuerza,
adverbio. S. TER., Fund., 9: Por
ser lugar tan pequeño, que forzado
había de tener renta.
Comentario [SC789]: Embuel
tas, obscene, sin duda. Corvacho,
2, 13: Envolverse con otro más
hazino e cuytado e mezquino, e
desonra asy e a su marido.
PÁRMENO.- ¡Qué palabras tiene la noble! Bien ves, hermano, estos halagos fengidos.
SEMPRONIO.- Déxala, que deso viue. Que no sé quién diablos le mostró tanta ruyndad. [28]
PÁRMENO.- La necessidad e pobreza, la hambre. Que no ay mejor maestra en el mundo, no
ay mejor despertadora e aviuadora de ingenios. ¿Quién mostró a las picaças e papagayos
ymitar nuestra propia habla con sus harpadas lenguas, nuestro órgano e boz, sino ésta?
CELESTINA.- ¡Mochachas!, ¡mochachas!, ¡bouas! Andad acá baxo, presto, que están aquí
dos hombres, que me quieren forçar.
ELICIA.- ¡Mas nunca acá vinieran! ¡E mucho combidar con tiempo! Que ha tres horas que
está aquí mi prima. Este perezoso de Sempronio haurá sido causa de la tardança, que no ha
ojos por do verme.
SEMPRONIO.- Calla, mi señora, mi vida, mis amores. Que quien a otro sirue, no es libre. Assí
que sujeción me relieua de culpa. No ayamos enojo, assentémonos a comer. [29]
ELICIA.- ¡Assí! ¡Para assentar a comer, muy diligente! ¡A mesa puesta con tus manos lauadas
e poca vergüença!
SEMPRONIO.- Después reñiremos; comamos agora. Assiéntate, madre Celestina, tú primero.
CELESTINA.- Assentaos vosotros, mis hijos, que harto lugar ay para todos, a Dios gracias:
tanto nos diessen del parayso, quando allá vamos. Poneos en orden, cada vno cabe la suya;
yo, que estoy sola, porné cabo mí este jarro e taça, que no es más mi vida de quanto con ello
hablo. Después que me fuy faziendo vieja, no sé mejor oficio a la mesa, que escanciar. Porque
quien la miel trata, siempre se le pega dello. Pues de noche en inuierno no ay tal escallentador
de cama. Que con dos jarrillos destos, que beua, quando me quiero acostar, no siento frío en
toda la noche. Desto aforro todos mis vestidos, quando viene la nauidad; esto me callenta la
sangre; esto me sostiene continuo en vn ser; esto me faze andar siempre alegre; esto me para
fresca; desto vea yo sobrado en casa, que nunca [30] temeré el mal año. Que vn cortezón de
pan ratonado me basta para tres días. Esto quita la tristeza del coraçón, más que el oro ni el
coral; esto da esfuerço al moço e al viejo fuerça, pone color al descolorido, coraje al couarde, al
floxo diligencia, conforta los celebros, saca el frío del estómago, quita el hedor del anélito, haze
potentes los fríos, haze suffrir los afanes de las labranças, a los cansados segadores haze
sudar toda agua mala, sana el romadizo e las muelas, sostiénese sin heder en la mar, lo qual
no haze el agua. Más propriedades te diría dello, que todos teneys cabellos. Assí que no sé
quien no se goze en mentarlo. No tiene sino vna tacha, que lo bueno vale caro e lo malo haze
daño. Assí que con lo que sana el hígado enferma la [31] bolsa. Pero todavía con mi fatiga
busco lo mejor, para esso poco que beuo. Vna sola dozena de vezes a cada comida. No me
harán passar de allí, saluo si no soy combidada como agora.
PÁRMENO.- Madre, pues tres vezes dizen que es bueno e honesto todos los que escriuieron.
CELESTINA.- Hijos, estará corrupta la letra, por treze tres. [32]
SEMPRONIO.- Tía señora, a todos nos sabe bien. ¡Comiendo e hablando! Porque después
no haurá tiempo para entender en los amores deste perdido de nuestro amo e de aquella
graciosa e gentil Melibea.
ELICIA.- ¡Apártateme allá, dessabrido, enojoso! ¡Mal prouecho te haga lo que comes!, tal
comida me has dado. Por mi alma, reuesar quiero quanto tengo en el cuerpo, de asco de oyrte
llamar aquella gentil. ¡Mirad quién gentil! ¡Jesú, Jesú!, ¡e qué hastío e enojo es ver tu poca
vergüença! ¿A quién, gentil? ¡Mal me haga Dios, si ella lo es ni tiene parte dello: sino que ay
ojos, que de lagaña se agradan. Santiguarme quiero de tu necedad e poco conocimiento. ¡O
Comentario [SC790]: La
necesidad e pobreza. De PERSIO
(Sat., I, V. 8): «Quis expedivit
psittaco suum [chaîre] | picasque
docuit verba nostra conari? |
Magister artis ingenique largitor |
venter, negatas artifex sequi
voces.»
Comentario [SC791]: Harpad
as lenguas, que trae igualmente el
Quijote, es frase que muchos no
han entendido y se declara por
arpar la voz, que es quebrarla,
... [322]
Comentario [SC792]: Quien
sirve no es libre, en GALINDO,
C., 1343.
Comentario [SC793]: CORR.,
54: Asentaisos a mesa puesta con
vuestras manos lavadas y poca
verguenza.
Comentario [SC794]: Vamos
por vayamos se usaba, como se ve
por el Quijote.
Comentario [SC795]: Escanci
ar es verbo usadísimo en Burgos y
otras partes; los letrados vivimos
en Babia, teniendo ciertas ...
palabras
[323]
Comentario [SC796]: Este
ditirambo al vino, exagerado por el
corrector hasta la saciedad,
recuerda el del Curculio (I,...2):[324]
Comentario [SC797]: Suffrir,
así el corrector; pero el autor
menudea siempre el sofrir y
sofrimiento, etc., con o y una
sola
... [325]
Comentario [SC798]: CORR.,
352: Con lo que sana el hígado,
enferma el bazo. (Porque se varía
en palabras, se repite, queda
L:
... en
[326]
Comentario [SC799]: Del
beber tres o tres por tres, o sea
nueve veces, se dijo beber los
kiries, aunque acaso de los...
tres
[327]
Comentario [SC800]: Treze
tres, sacado de tres y aludiendo al
trece de insistir, estar en sus trece.
Comentario [SC801]: Nos
sabe bien, el pan ratonado, que
decía el autor; sino que el corrector
metió, sin darse cuenta de ...
esto,
[328]
Comentario [SC802]: ¡En
malhora alabó Sempronio a
Melibea! Acuérdase aquí el autor
de Hita (c. 559, 560): «Ante
... ella
[329]
Comentario [SC803]: Revesar
, volver la comida, de revés. G.
PÉREZ, Odis., 5: En fin salió,
aunque tarde y revesaba / mucha
... [330]
Comentario [SC804]: CORR.,
157: Ojos hay que de lagañas se
enamoran, de lagañas se pagan.
quién estouiesse de gana para disputar contigo su hermosura e gentileza! ¿Gentil es Melibea?
Entonce lo es, entonce acertarán, quando [33] andan a pares los diez mandamientos. Aquella
hermosura por vna moneda se compra de la tienda. Por cierto, que conozco yo en la calle
donde ella viue quatro donzellas, en quien Dios más repartió su gracia, que no en Melibea. Que
si algo tiene de hermosura, es por buenos atauíos, que trae. Poneldos a vn palo, también direys
que es gentil. Por mi vida, que no lo digo por alabarme; mas creo que soy tan hermosa como
vuestra Melibea.
AREUSA.- Pues no la has tu visto como yo, hermana mía. Dios me lo demande, si en ayunas
la topasses, si aquel día pudieses comer de asco. Todo el año se está encerrada con mudas de
mill suziedades. Por vna vez que aya de salir donde pueda ser vista, enuiste su cara con hiel e
miel, con vnas tostadas e higos passados e con otras cosas, que por reuerencia de la mesa [34]
dexo de dezir. Las riquezas las hazen a estas hermosas e ser alabadas; que no las gracias de
su cuerpo. Que assí goze de mí, vnas tetas tiene, para ser donzella, como si tres vezes
houiesse parido: no parecen sino dos grandes calabaças. El vientre no se le he visto; pero,
juzgando por lo otro, creo que le tiene tan floxo, como vieja de cincuenta años. No sé qué se ha
visto Calisto, porque dexa de amar otras, que más ligeramente podría hauer e con quien más él
holgasse; sino que el gusto dañado muchas vezes juzga por dulce lo amargo.
SEMPRONIO.- Hermana, paréceme aquí que cada bohonero alaba sus agujas, que el
contrario desso se suena por la cibdad. [35]
AREUSA.- Ninguna cosa es más lexos de verdad que la vulgar opinión. Nunca alegre viuirás,
si por voluntad de muchos te riges. Porque estas son conclusiones verdaderas, que qualquier
cosa, que el vulgo piensa, es vanidad; lo que fabla, falsedad; lo que reprueua es bondad; lo que
aprueua, maldad. E pues este es su más cierto vso e costumbre, no juzgues la bondad e
hermosura de Melibea por esso ser la que afirmas.
SEMPRONIO.- Señora, el vulgo parlero no perdona las tachas de sus señores e así yo creo
que, si alguna touiesse Melibea, ya sería descubierta de los que con ella más que con nosotros
tratan. E avnque lo que dizes concediesse. Calisto es cauallero, Melibea fijadalgo: assí que los
nacidos por linaje escogido búscanse vnos a otros. Por ende no es de marauillar que ame antes
a ésta que a otra.
AREUSA.- Ruyn sea quien por ruyn se tiene. [36] Las obras hazen linaje, que al fin todos
somos hijos de Adán e Eua. Procure de ser cada vno bueno por sí e no vaya buscar en la
nobleza de sus passados la virtud.
CELESTINA.- Hijos, por mi vida que cessen essas razones de enojo. E tú, Elicia, que te
tornes a la mesa e dexes essos enojos.
ELICIA.- Con tal que mala pro me hiziesse, con tal que rebentasse en comiéndolo. ¿Hauía yo
de comer con esse maluado, que en mi cara me ha porfiado que es más gentil su andrajo de
Melibea, que yo?
SEMPRONIO.- Calla, mi vida, que tú la comparaste. Toda comparación es odiosa: tú tienes la
culpa e no yo.
AREUSA.- Ven, hermana, a comer. No hagas agora, esse plazer a estos locos porfiados; si
no, leuantarme he yo de la mesa.
ELICIA.- Necessidad de complazerte me haze contentar a esse enemigo mío e vsar de virtud
con todos. [37]
SEMPRONIO.- ¡He!, ¡he!, ¡he!
Comentario [SC805]: A
pares, muchos. CERV., Gall. esp.,
I: Y denme moros / a las manos, a
pares y a millares. CORR., 506.
Los diez mandamientos son los
diez dedos, y para expresar
abundancia, se menean los dedos
de las dos manos puestas las
palmas hacia arriba y se dice: ¡Hay
así de...» Aquí Elicia hizo este
gesto al decir: quando...
Comentario [SC806]: Cuatro
por algunos. Quij., I, 25: Que no
salga deste error en más de cuatro
días.
Comentario [SC807]: CORR.,
57: Afeita un cepo y parecerá
mancebo. (Cepo es tronco y palo
basto.)
Comentario [SC808]: Mudas
son afeites para mudar y
hermosear el rostro.
Comentario [SC809]: Envesti
r, enmascarar, embadurnándose la
cara con potingues.
Comentario [SC810]: Con
unas e con otras cosas, de ellas
sucias, efecto cómico que deshizo
el corrector con poner tostadas e
higos passados. Cuenta Galeno
(Exortac. A buen. artes,
PLUTARCO, De clar. mulierib.)
de la hermosa Frine que en un
juego, que con muchas mujeres
jugaba delante de muchos, en el
cual era reina cada una su vez y
mandaba hacer lo que le daba
gusto, ella, cuando llegó a mandar
como reina, mandó meter agua con
que se lavó las manos y luego
la
... [331]
Comentario [SC811]: CORR.,
87: El gusto dañado, muchas veces
juzga lo dulce por agrio, o lo
bueno juzga por malo (íd. 87), o
juzga lo dulce por amargo (íd. 87).
Comentario [SC812]: Así en
CORREAS, 328.
Comentario [SC813]: Ningun
a cosa... Tomado del Petrarca
(Remed., I, 11): «Por ningún
camino se va más ayna al error y al
despeñadero que por las pisadas
... [332]
Comentario [SC814]: CORR.,
482: Ruin sea quien por ruin se
tiene y lo va a decir a la plaza.
Comentario [SC815]: CORR.,
192: Las obras hacen linaje.
También aquí se acuerda del
Petrarca (Remed., I, 16): «Recebir
gloria de lo ageno es una donosa
... [333]
Comentario [SC816]: CORR.,
419: Toda comparación es odiosa.
(La que alza a uno y baja a otro.)
ELICIA.- ¿De qué te ríes? ¡De mal cancre sea comida essa boca desgraciada, enojosa!
CELESTINA.- No le respondas, hijo; si no, nunca acabaremos. Entendamos en lo que faze a
nuestro caso. Dezidme, ¿cómo quedó Calisto? ¿Como lo dexastes? ¿Cómo os pudistes
entramos descabullir dél?
PÁRMENO.- Allá fue a la maldición, echando fuego, desesperado, perdido, medio loco, a
missa a la Magdalena, a rogar a Dios que te dé gracia, que puedas bien roer los huessos
destos pollos e protestando no boluer a casa hasta oyr que eres venida con Melibea en tu
arremango. Tu saya e manto e avn mi sayo, cierto está: lo otro vaya e venga. El quándo lo dará
no lo sé.
CELESTINA.- Sea quando fuere. Buenas son mangas passada la pasqua. Todo aquello
alegra, que con poco trabajo se gana, mayormente viniendo [38] de parte donde tan poca mella
haze, de hombre tan rico, que con los saluados de su casa podría yo salir de lazería, según lo
mucho le sobra. No les duele a los tales lo que gastan e según la causa por que lo dan; no
sienten con el embeuecimiento del amor, no les pena, no veen, no oyen. Lo qual yo juzgo por
otros, que he conocido menos apassionados e metidos en este fuego de amor, que a Calisto
veo. Que ni comen ni beuen, ni ríen ni lloran, ni duermen ni velan, ni hablan ni callan, ni penan
ni descansan, ni están contentos ni se quexan, según la perplexidad de aquella dulce e fiera
llaga de sus coraçones. E si alguna cosa destas la natural necessidad les fuerça a hazer, están
en el acto tan oluidados, que comiendo se oluida la mano de lleuar la vianda a la boca. Pues si
con ellos hablan, jamás conueniente respuesta bueluen. Allí tienen [39] los cuerpos; con sus
amigas los coraçones e sentidos. Mucha fuerça tiene el amor: no solo la tierra, más avn las
mares traspassa, según su poder. Ygual mando tiene en todo género de hombres. Todas las
dificultades quiebra. Ansiosa cosa es, temerosa e solícita. Todas las cosas mira en derredor.
Assí que, si vosotros buenos enamorados haués sido, juzgarés yo dezir verdad.
SEMPRONIO.- Señora, en todo concedo con tu razón, que aquí está quien me causó algún
tiempo andar fecho otro Calisto, perdido el sentido, cansado el cuerpo, la cabeça vana, los días
mal dormiendo, las noches todas velando, dando alboradas, haziendo momos, saltando
paredes, poniendo cada día la vida al tablero, esperando toros, corriendo cauallos, tirando
barra, echando [40] lança, cansando amigos, quebrando espadas, haziendo escalas, vistiendo
armas e otros mill actos de enamorado, haziendo coplas, pintando motes, sacando inuenciones.
Pero todo lo doy por bienempleado, pues tal joya gané.
ELICIA.- ¡Mucho piensas que me tienes ganada! Pues hágote cierto que no has tu buelto la
cabeça, quando está en casa otro que más quiero, más gracioso que tú e avn que no anda
buscando cómo me dar enojo. A cabo de vn año, que me vienes a uer, tarde e con mal.
CELESTINA.- Hijo, déxala dezir, que deuanea. Mientra más desso la oyeres, más se confirma
en su amor. Todo es porque haués aquí alabado a Melibea. No sabe en otra cosa, que os lo
pagar, sino en dezir esso e creo que no vee la hora de hauer comido para lo que yo me sé.
Pues esotra su prima yo me la conozco. Gozá vuestras frescas mocedades, que quien tiempo
tiene [41] e mejor le espera, tiempo viene, que se arrepiente. Como yo hago agora por algunas
horas, que dexé perder, quando moça, quando me preciauan, quando me querían. Que ya, ¡mal
pecado!, caducado he, nadie no me quiere. ¡Que sabe Dios mi buen desseo! Besaos e
abraçaos, que a mí no me queda otra cosa sino gozarme de vello. Mientra a la mesa estays, de
la cinta arriba todo se perdona. Quando seays aparte, no quiero poner tassa, pues que el rey no
la pone. Que yo sé por las mochachas, que nunca de importunos os acusen e la vieja Celestina
mascará de dentera con sus botas enzías las migajas de los manteles. Bendígaos Dios, ¡cómo
Comentario [SC817]: Desgra
ciado, sin gracia.
Comentario [SC818]: Arrema
ngo, el regazo de la saya en que las
mujerucas, alzándola y
arremangándola, recogen y llevan
cosas. Como si en él le hubiese de
llevar a Melibea, como llevaba la
fruta comprada o las cosas
pordioseadas o socaliñadas.
Comentario [SC819]: CORR.,
316: Buenas son mangas, después
de Pascua. En todo tiempo viene
bien lo que aprovecha, aunque sea
a destiempo y pasada la ocasión.
Comentario [SC820]: CORR.,
42: Alegra lo que sin trabajo se
gana y sin trabajo se aumenta.
Comentario [SC821]: «Ardor
del alma muerta en su cuerpo y
viva en el ajeno» llamó PLATÓN
al amor. Y lo mismo suspiraba el
otro Alcesimarco de PLAUTO
(Cistel.), que no estaba donde
estaba y que donde no estaba,
estaba su alma. Lenguaje que de
otra manera sonaba por la boca
suavísima de SAN AGUSTÍN
(Confes.): «que su peso era su
amor y que el amor le llevaba para
donde quiera que él tenía lo
...que
[334]
Comentario [SC822]: CORR.,
77: El amor todo lo puede; o todo
lo vence. Ídem, 378: Para el amor
y muerte, no hay cosa ni casa.
Comentario [SC823]: Prover
bios de Séneca con la glosa,
Sevilla, 1500, f. 7: «Causa de
ocioso cuydado es el amor.»
Comentario [SC824]: Hacer
momos, visajes, momear. S.
BADAJ., 2, p. 35: Los juegos y
personajes, / los momos y ...
los[335]
Comentario [SC825]: Despué
s de enfurecerse celosa, le atrae
dándole celos: son las mañas y
artimañas mujeriles.
Comentario [SC826]: CORR.,
163: Una en el año y esa con daño;
o una en un año y esa con daño.
Ídem, 164: Una vez en el año
y esa
... [336]
Comentario [SC827]: CORR.,
342: Quien tiempo tiene y tiempo
atiende, tiempo viene y se
arrepiente. Ídem, 342: Quien
... [337]
Comentario [SC828]: CORR.,
444: ¡Mal pecado! (Dícese
ordinariamente por vía de consuelo
y preámbulo.)
Comentario [SC829]: Al rey
me atengo, dice el que le conviene
atenerse a alguna ley o disposición.
lo reys e holgays, putillos, loquillos, trauiessos! ¡En esto auía de parar el nublado de las
questioncillas, que aués tenido! ¡Mirá no derribés la mesa!
ELICIA.- Madre, a la puerta llaman. ¡El solaz es derramado!
CELESTINA.- Mira, hija, quién es: por ventura será quien lo acreciente e allegue. [42]
ELICIA.- O la boz me engaña o es mi prima Lucrecia.
CELESTINA.- Ábrela e entre ella e buenos años. Que avn a ella algo se le entiende desto que
aquí hablamos; avnque su mucho encerramiento le impide el gozo de su mocedad.
AREUSA.- Assí goze de mí, que es verdad, que estas, que siruen a señoras, ni gozan deleyte
ni conocen los dulces premios de amor. Nunca tratan con parientes, con yguales a quien
pueden hablar tú por tú, con quien digan: ¿qué cenaste?, ¿estás preñada?, ¿quántas gallinas
crías?, llévame a merendar a tu casa; muéstrame tu enamorado; ¿quánto ha que no te vido?,
¿cómo te va con él?, ¿quién son tus vezinas?, e otras cosas de ygualdad semejantes. ¡O tía, y
qué duro nombre e qué graue e soberuio es señora contino en la boca! Por esto me viuo sobre
mí, [43] desde que me sé conocer. Que jamás me precié de llamarme de otrie; sino mía.
Mayormente destas señoras, que agora se vsan. Gástase con ellas lo mejor del tiempo e con
vna saya rota de las que ellas desechan pagan seruicio de diez años. Denostadas, maltratadas
las traen, contino sojuzgadas, que hablar delante dellas no osan. E quando veen cerca el
tiempo de la obligación de casallas, leuántanles vn caramillo, que se echan con el moço o con
el hijo o pídenles celos del marido o que meten hombres en casa o que hurtó la taça o perdió el
anillo; danles vn ciento de açotes e échanlas la puerta fuera, las haldas en la cabeça, diziendo:
allá yrás, ladrona, puta, no destruyrás mi casa e honrra. Assí que esperan galardón, sacan
baldón; esperan salir casadas, salen amenguadas, esperan vestidos e joyas de boda, salen
desnudas e denostadas. Estos son sus premios, estos son sus beneficios e pagos.
Oblíganseles a dar marido, quítanles el vestido. La mejor honrra, que en sus casas tienen, es
andar hechas callejeras, de dueña en dueña, con sus mensajes acuestas. Nunca oyen su
nombre propio de la boca dellas; sino puta acá, puta acullá. ¿A dó vas tiñosa? [44] ¿Qué
heziste, vellaca? ¿Por qué comiste esto, golosa? ¿Cómo fregaste la sartén, puerca? ¿Por qué
no limpiaste el manto, suzia? ¿Cómo dixiste esto, necia? ¿Quién perdió el plato, desaliñada?
¿Cómo faltó el paño de manos, ladrona? A tu rufián lo aurás dado. Ven acá, mala muger, la
gallina hauada no paresce: pues búscala presto; si no, en la primera blanca de tu soldada la
contaré. E tras esto mill chapinazos e pellizcos, palos e açotes. No ay quien las sepa contentar,
no quien pueda sofrillas. Su plazer es dar bozes, su gloria es reñir. De lo mejor fecho menos
contentamiento muestran. Por esto, madre, he quesido más viuir en mi pequeña casa, esenta e
señora, que no en sus ricos palacios sojuzgada e catiua.
CELESTINA.- En tu seso has estado, bien sabes lo que hazes. Que los sabios dizen: que vale
más [45] vna migaja de pan con paz, que toda la casa llena de viandas con renzilla. Mas agora
cesse esta razón, que entra Lucrecia.
LUCRECIA.- Buena pro os haga, tía e la compañía. Dios bendiga tanta gente e tan honrrada.
CELESTINA.- ¿Tanta, hija? ¿Por mucha has esta? Bien parece que no me conosciste en mi
prosperidad, oy ha veynte años. ¡Ay, quien me vido e quien me vee agora, no sé cómo no
quiebra su coraçón de dolor! Yo vi, mi amor a esta mesa, donde agora están tus primas
assentadas, nueue moças de tus días, que la mayor no passaua de deziocho años e ninguna
hauía menor de quatorze. Mundo es, passe, ande su rueda, rodee sus alcaduzes, vnos llenos,
otros vazíos. La ley es de fortuna que ninguna cosa en vn ser mucho tiempo permanesce: su
orden es mudanças. No puedo dezir sin lágrimas la mucha honrra, que entonces tenía; avnque
Comentario [SC830]: Esto se
llama pintar sin pincel, dando a
entender lo que no se expresa.
Comentario [SC831]: Derram
asolaces es el que así lo derrama.
Comentario [SC832]: Buenos
años, el buen año, que así se
añadía a todo buen deseo, es el de
buen fruto.
Comentario [SC833]: Muy
buen trozo imitado de otros del
autor, como éste los imitó del
Corvacho.
Comentario [SC834]: Imitaci
ón preciosa del Arcipreste de
Talavera es toda esta sátira contra
los señores, llena de realismo y
brío. Esta es la manera
castizamente castellana, la que
usan las gentes del pueblo en
España, y más las tías, lo más
subido del arte descriptivo, que el
Arcipreste de Talavera supo tornar
del pueblo y remedar
garbosamente; de él lo aprendió
Rojas, y de Rojas, Cervantes. Toda
alabanza queda corta para ...
este[338]
Comentario [SC835]: Otrie,
otri y otre se usaron y se usan
vulgarmente por otro. (Tesor. L.,
103.)
Comentario [SC836]: CORR.,
550: Los caramillos que levanta y
mete. (Quien alborota, y más
mujeres.) Ídem, 509: Armar
... [339]
Comentario [SC837]: Havada
, vulgar, por avahada, de avahar,
echar vaho, como cuando con él se
calientan las manos frías o...
con
el
[340]
Comentario [SC838]: Quesid
o, por querido, varias veces en el
texto, vulgar, sacado del pretérito
quise, como anduviendo de...anduvo
[341]
Comentario [SC839]: Vale
más... Más vale pan con amor, que
gallina con dolor. CORR., 454:
Más vale pan solo con paz,...que
[342]
Comentario [SC840]: Y la
compañía, así suele decirse por los
demás presentes al saludar a uno.
Comentario [SC841]: Quij.,
2, 11: Quien la vido y la ve ahora,
cuál es el corazón que no llora.
CORR., 340: Quien te vido...y [343]
te ve
Comentario [SC842]: Alude a
las nueve Gracias y a los
convidados, que dijimos habían de
ser nueve.
Comentario [SC843]: GALIN
DO, 509: Ande la rueda, de la
fortuna y sus mudanzas y de la
noria con sus arcaduces o ... [344]
por mis pecados e mala dicha poco a poco ha venido en [46] diminución. Como declinauan mis
días, assí se diminuya e menguaua mi prouecho. Prouerbio es antiguo, que quanto al mundo es
o crece o descrece. Todo tiene sus límites, todo tiene sus grados. Mi honrra llegó a la cumbre,
según quien yo era: de necessidad es que desmengüe e abaxe. Cerca ando de mi fin. En esto
veo que me queda poca vida. Pero bien sé que sobí para decender, florescí para secarme,
gozé para entristecerme, nascí para biuir, biuí para crecer, crecí para enuejecer, enuejecí para
morirme. E pues esto antes de agora me consta, sofriré con menos pena mi mal; avnque del
todo no pueda despedir el sentimiento, como sea de carne sentible formada.
LUCRECIA.- Trabajo tenías, madre, con tantas moças, que es ganado muy trabajoso de
guardar.
CELESTINA.- ¿Trabajo, mi amor? Antes descanso e aliuio. Todas me obesdecían, todas me
honrrauan, de todas era acatada, ninguna salía de mi querer, lo que yo dezía era lo bueno, a
cada qual daua su cobro. No escogían más de lo que yo les mandaua: coxo o tuerto o manco,
aquel hauían por sano, que más dinero me daua. Mío era el prouecho, suyo el afán. Pues
seruidores, [47] ¿no tenía por su causa dellas? Caualleros viejos e moços, abades de todas
dignidades, desde obispos hasta sacristanes. En entrando por la yglesia, vía derrocar bonetes
en mi honor, como si yo fuera vna duquesa. El que menos auía que negociar comigo, por más
ruyn se tenía De media legua que me viessen, dexauan las Horas. Vno a vno, dos a dos,
venían a donde yo estaua, a uer si mandaua algo, a preguntarme cada vno por la suya. Que
hombre havía, que estando diziendo missa, en viéndome entrar, se turbaua, que no fazía ni
dezía cosa a derechas. Vnos me llamauan señora, otros tía, otros enamorada, otros vieja
honrrada. Allí se concertauan sus venidas a mi casa, allí las ydas a la suya, allí se me ofrecían
dineros, allí promesas, allí otras dádiuas, besando el cabo de mi manto e avn algunos en la
cara, por me tener más contenta. Agora hame traydo la fortuna a tal estado, que me digas:
buena pro hagan las çapatas.
SEMPRONIO.- Espantados nos tienes con tales cosas como nos cuentas de essa religiosa
gente e benditas coronas. ¡Sí, que no serían todos! [48]
CELESTINA.- No, hijo, ni Dios lo mande que yo tal cosa leuante. Que muchos viejos deuotos
hauía con quien yo poco medraua e avn que no me podían ver; pero creo que de embidia de los
otros que me hablauan. Como la clerezía era grande, hauía de todos: vnos muy castos, otros
que tenían cargo de mantener a las de mi oficio. E avn todavía creo que no faltan. E embiauan
sus escuderos e moços a que me acompañassen e, apenas era llegada a mi casa, quando
entrauan por mi puerta muchos pollos e gallinas, ansarones, anadones, perdizes, tórtolas,
perniles de tocino, tortas de trigo, lechones. Cada qual, como lo recebía de aquellos diezmos de
Dios, assí lo venían luego a registrar, para que comiese yo e aquellas sus deuotas. ¿Pues,
vino? ¿No me sobraua de lo mejor que se beuía en la ciudad, venido de diuersas partes, de
Monuiedro, de Luque, de Toro, de Madrigal, de Sant Martín e de otros muchos lugares, e tantos
que, avnque tengo la diferencia de los gustos e sabor en la boca, no tengo la diuersidad de sus
tierras en la memoria. Que harto es que vna vieja, como yo, en oliendo qualquiera vino, diga de
donde es. Pues otros curas sin renta, no era [49] ofrecido el bodigo, quando, en besando el
filigrés la estola, era del primero boleo en mi casa. Espessos, como piedras a tablado, entrauan
mochachos cargados de prouisiones por mi puerta. No sé cómo puedo viuir, cayendo de tal
estado.
AREUSA.- Por Dios, pues somos venidas a hauer plazer, no llores, madre, ni te fatigues: que
Dios lo remediará todo. [50]
Comentario [SC844]: CORR.,
106: El mundo es a manera de
escala, que uno sube y otro baja.
Comentario [SC845]: Desmen
guar, como menguar, así el des -en
otros verbos vulgares.
Comentario [SC846]: Esta
terrible sátira clerical fue respetada
por la Inquisición. Recuérdese que
el autor era converso, si lo fue
Rojas, y esto lo comprueba.
Comentario [SC847]: CORR.,
588: Buena pro haga. (Dícese
cuando comen o beben.) Ídem,
316: Buena pro hagan los zapatos
y la barba puta. Los zapatos al
corredor, las zapatas a la
corredora, que les aproveche su
corretaje y el gastar calzado.
Comentario [SC848]: Diezmo
s, sangrienta pincelada.
Comentario [SC849]: Pues
otros, que eran curas sin renta, que
sólo vivían del pie de altar, me
traían los bodigos o panes votivos
que ofrecen por los difuntos los
feligreses. De un voleo, seguido,
corriendo, volando o en volandas.
LAG., Diosc., 4. 70: Después de
haber dormido de un voleo seis
horas. F. SILVA, Celest., 37:
Mejor será del primer voleo ir al
bodegón.
Comentario [SC850]: CORR
EAS, 362: «Como piedras a
tablado. (Usa ésta la Celestina
diciendo que iban bodigos a su
casa espesos como piedras a
tablado, y porque muchos no
entienden aquella comparación es
bien declararla. Solían los
caballeros levantar un tablado para
ejercitarse en él en tirar bohordos,
como se refiere en muchos
romances viejos, y en aquellos de
los siete Infantes de Lara, y otros
del Rey D. Fernando de León; el
tablado era un madero alto,
derecho como un huso, hincado en
el suelo, y en la punta alta puesto
un tablamento cuadrado u
ochavado como castillejo casi
como el que se pone en Salamanca
sobre la picota en las fiestas de
toros; a imitación de esto también
levantaban otros tablados los
labradores en regocijos suyos de a
pie, y en el castillejo metían un
cántaro, y dentro del cántaro un
gallo vivo, y su fiesta era que
elegían un rey, y sus duques, y
condes, y reina, y duquesas, y
condesas, de las honradas del lugar
y mozas; que con esta llaneza se
trataron los pasados. El día
postrero de los que duraba...
el [345]
CELESTINA.- Harto tengo, hija, que llorar, acordándome de tan alegre tiempo e tal vida como
yo tenía, e quan seruida era de todo el mundo. Que jamás houo fruta nueua, de que yo primero
no gozasse, que otros supiessen si era nascida. En mi casa se hauía de hallar, si para alguna
preñada se buscasse.
SEMPRONIO.- Madre, ningund prouecho trae la memoria del buen tiempo, si cobrar no se
puede; antes tristeza. Como a ti agora, que nos has sacado el plazer d'entre las manos. Álcese
la mesa. Yrnos hemos a holgar e tú darás respuesta a essa donzella, que aquí es venida.
CELESTINA.- Hija Lucrecia, dexadas estas razones, querría que me dixiesses a qué fue
agora tu buena venida.
LUCRECIA.- Por cierto, ya se me hauía oluidado mi principal demanda e mensaje con la
memoria de esse tan alegre tiempo como has contado e assí me estuuiera vn año sin comer,
escuchándote e pensando en aquella vida buena, que aquellas moças gozarían, que me parece
e semeja que estó yo agora en ella. Mi venida, señora, es lo que tú sabrás: pedirte el ceñidero
e, demás desto, te ruega mi señora sea de ti visitada e muy presto, porque se siente muy
fatigada de desmayos e de dolor del coraçón. [51]
CELESTINA.- Hija, destos dolorcillos tales, más es el ruydo que las nuezes. Marauillada estoy
sentirse del coraçón muger tan moça.
LUCRECIA.- ¡Assí te arrastren, traydora! ¿Tú no sabes qué es? Haze la vieja falsa sus
hechizos e vasse; después házese de nueuas.
CELESTINA.- ¿Qué dizes, hija?
LUCRECIA.- Madre, que vamos presto e me des el cordón.
CELESTINA.- Vamos, que yo le lleuo.
[53]
El décimo aucto
ARGUMENTO DEL DÉCIMO AUTO
Mientra andan Celestina e Lucrecia por el camino, está hablando Melibea consigo misma,
Llegan a la puerta. Entra Lucrecia primero. Haze entrar a Celestina. Melibea, después de
muchas razones, descubre a Celestina arder en amor de Calisto. Veen venir a Alisa, madre de
Melibea. Despídense d' en vno. Pregunta Alisa a Melibea de los negocios de Celestina,
defendiéndole su mucha conuersación.
MELIBEA, CELESTINA, LUCRECIA, ALISA.
MELIBEA.- ¡O lastimada de mí! ¡O malproueyda donzella! ¿E no me fuera mejor conceder su
petición e demanda ayer a Celestina, quando de parte de aquel señor, cuya vista me catiuó, me
fue rogado, e contentarle a él e sanar a mí, que no venir por fuerça a descobrir mi llaga, quando
no me sea agradecido, quando ya, desconfiando de mi buena respuesta, aya puesto sus ojos
en amor de otra? ¡Quanta más ventaja touiera mi prometimiento rogado, que mi [54]
ofrecimiento forçoso! ¡O mi fiel criada Lucrecia! ¿Qué dirás de mí?, ¿qué pensarás de mi seso,
Comentario [SC851]: CORR.,
421: Todo tiempo pasado fue
mejor.
Comentario [SC852]: CORR.,
447: Más es el ruido que las
nueces; cagajones descabeces.
Comentario [SC853]: Arrastr
ar, antiguo castigo, de donde
arrastro, vida arrastrada.
quando me veas publicar lo que a ti jamás he quesido descobrir? ¡Cómo te espantarás del
rompimiento de mi honestidad e vergüença, que siempre como encerrada donzella acostumbré
tener! No sé si aurás barruntado de dónde proceda mi dolor. ¡O, si ya veniesses con aquella
medianera de mi salud! ¡O soberano Dios! A ti, que todos los atribulados llaman, los
apassionados piden remedio, los llagados medicina; a ti que los cielos, mar e tierra con los
infernales centros obedecen; a ti, el qual todas las cosas a los hombres sojuzgaste, humilmente
suplico des a mi herido coraçón sofrimiento e paciencia, con que mi terrible passión pueda
dissimular. No se desdore aquella hoja de castidad, que tengo assentada sobre este amoroso
desseo, publicando ser otro mi dolor, que no el que me atormenta. Pero, ¿cómo lo podré hazer,
lastimándome tan cruelmente el ponçoñoso bocado, que la vista de su presencia de aquel
cauallero me dio? ¡O género femíneo, encogido e frágile! ¿Por qué no fue también a las
hembras concedido poder descobrir su congoxoso e ardiente amor, como a los varones? Que ni
Calisto biuiera quexoso ni yo penada.
LUCRECIA.- Tía, detente vn poquito cabo esta [55] puerta. Entraré a uer con quien está
hablando mi señora. Entra, entra, que consigo lo ha.
MELIBEA.- Lucrecia, echa essa antepuerta. ¡O vieja sabia e honrrada, tú seas bienvenida!
¿Qué te parece, cómo ha querido mi dicha e la fortuna ha rodeado que yo tuuiesse de tu saber
necessidad, para que tan presto me houiesses de pagar en la misma moneda el beneficio, que
por ti me fue demandado para esse gentilhombre, que curauas con la virtud de mi cordón?
CELESTINA.- ¿Qué es, señora, tu mal, que assí muestra las señas de su tormento en las
coloradas colores de tu gesto?
MELIBEA.- Madre mía, que comen este coraçón serpientes dentro de mi cuerpo.
CELESTINA.- Bien está. Assí lo quería yo. Tú me pagarás, doña loca, la sobra de tu yra.
MELIBEA.- ¿Qué dizes? ¿Has sentido en verme alguna causa, donde mi mal proceda?
CELESTINA.- No me as, señora, declarado la calidad del mal. ¿Quieres que adeuine la
causa? [56] Lo que yo digo es que rescibo mucha pena de ver triste tu graciosa presencia.
MELIBEA.- Vieja honrrada, alégramela tú, que grandes nueuas me han dado de tu saber.
CELESTINA.- Señora, el sabidor solo es Dios; pero, como para salud e remedio de las
enfermedades fueron repartidas las gracias en las gentes de hallar las melezinas, dellas por
esperiencia, dellas por arte, dellas por natural instinto, alguna partezica alcançó a esta pobre
vieja, de la qual al presente podrás ser seruida.
MELIBEA.- ¡O qué gracioso e agradable me es oyrte! Saludable es al enfermo la alegre cara
del que le visita. Parésceme que veo mi coraçón entre tus manos fecho pedaços. El qual, si tú
quisiesses, con muy poco trabajo juntarías con la virtud de tu lengua: no de otra manera que,
quando vio en sueños aquel grande Alexandre, rey de Macedonia, en la boca del dragón la
saludable rayz con que sanó a su criado Tolomeo del bocado de la bíuora. Pues, por amor de
Dios, te despojes para muy diligente entender en mi mal e me des algún remedio.
CELESTINA.- Gran parte de la salud es dessearla, por lo qual creo menos peligroso ser tu
dolor. [57] Pero para yo dar, mediante Dios, congrua e saludable melezina, es necessario saber
de ti tres cosas. La primera, a qué parte de tu cuerpo más declina e aquexa el sentimiento.
Otra, si es nueuamente por ti sentido, porque más presto se curan las tiernas enfermedades en
sus principios, que quando han hecho curso en la perseueración de su oficio; mejor se doman
los animales en su primera edad, que quando ya es su cuero endurecido, para venir mansos a
la melena; mejor crescen las plantas, que tiernas e nueuas se trasponen, que las que
Comentario [SC854]: Es
digna de toda alabanza la manera
con que trata el autor en este auto
los delicadísimos rodeos de una
alma virginal enamorada, que
lucha entre la pasión y el empacho
por darse a partido, y no menos la
ingeniosa traza que la vieja toma y
el tiento con que procede para
ayudarla en tan dificultoso parto.
Es un estudio psicológico y
análisis del alma femenina, de
subido valor. Antepuerta, cortina,
o paño o cancel delante de la
puerta, que hoy llaman feamente
portier, que acá es el portero.
Comentario [SC855]: Alejand
ro, a quien curó así, fue a Cratero:
«Como en sueños viese enfermo a
Cratero, ordenó hacer sacrificios
por su salud e hízolos él mismo y
escribiendo a su médico Pausanias
le mandó le cuidase y le curase con
heléboro ([elleborísai]).» Así
PLUTARCO en la Vida de
Alejandro.
Comentario [SC856]: Venir a
la melena, ser dócil y manso.
CORR., 615: Venir a la melena.
(Sujetarse.)
frutificando ya se mudan; muy mejor se despide el nueuo pecado, que aquel que por costumbre
antigua cometemos cada día. La tercera, si procede de algún cruel pensamiento, que asentó en
aquel lugar. E esto sabido, verás obrar mi cura. Por ende cumple que al médico como al
confessor se hable toda verdad abiertamente.
MELIBEA.- Amiga Celestina, muger bien sabia e maestra grande, mucho has abierto el
camino, por donde mi mal te pueda especificar. Por cierto, tú lo pides como muger bien esperta
en curar tales enfermedades. Mi mal es de coraçón, la ysquierda teta es su aposentamiento,
tiende sus rayos a todas partes. Lo segundo, es nueuamente nacido en mi cuerpo. Que no
pensé [58] jamás que podía dolor priuar el seso, como este haze. Túrbame la cara, quítame el
comer, no puedo dormir, ningún género de risa querría ver. La causa o pensamiento, que es la
final cosa por ti preguntada de mi mal, ésta no sabré dezir. Porque ni muerte de debdo ni
pérdida de temporales bienes ni sobresalto de visión ni sueño desuariado ni otra cosa puedo
sentir, que fuesse, saluo la alteración, que tú me causaste con la demanda, que sospeché de
parte de aquel cauallero Calisto, quando me pediste la oración.
CELESTINA.- ¿Cómo, señora, tan mal hombre es aquel? ¿Tan mal nombre es el suyo, que
en solo ser nombrado trae consigo ponçoña su sonido? No creas que sea essa la causa de tu
sentimiento, antes otra que yo barrunto. E pues que assí es, si tú licencia me das, yo, señora, te
la diré.
MELIBEA.- ¿Cómo Celestina? ¿Qué es esse nueuo salario, que pides? ¿De licencia tienes tú
necessidad para me dar la salud? ¿Quál físico jamás pidió tal seguro para curar al paciente? Di,
di, que siempre la tienes de mí, tal que mi honrra no dañes con tus palabras.
CELESTINA.- Véote, señora, por vna parte quexar el dolor, por otra temer la melezina. Tu
temor me pone miedo, el miedo silencio, el silencio tregua entre tu llaga e mi melezina. Assí que
será causa, que ni tu dolor cesse ni mi venida aproueche. [59]
MELIBEA.- Quanto más dilatas la cura, tanto más me acrecientas e multiplicas la pena e
passión. O tus melezinas son de poluos de infamia e licor de corrupción, conficionados con otro
más crudo dolor, que el que de parte del paciente se siente, o no es ninguno tu saber. Porque si
lo vno o lo otro no abastasse, qualquiera remedio otro darías sin temor, pues te pido le
muestres, quedando libre mi honrra.
CELESTINA.- Señora, no tengas por nueuo ser más fuerte de sofrir al herido la ardiente
trementina e los ásperos puntos, que lastiman lo llagado e doblan la passión, que no la primera
lisión, que dio sobre sano. Pues si tú quieres ser sana e que te descubra la punta de mi sotil
aguja sin temor, haz para tus manos e pies vna ligadura de sosiego, para tus ojos vna cobertura
de piedad, para tu lengua vn freno de silencio, para tus oydos vnos algodones de sofrimiento e
paciencia, e verás obrar a la antigua maestra destas llagas.
MELIBEA.- ¡O como me muero con tu dilatar! Di, por Dios, lo que quisieres, haz lo que
supieres, que no podrá ser tu remedio tan áspero, que yguale con mi pena e tormento. Agora
toque en mi honrra, agora dañe mi fama, agora lastime mi cuerpo, avnque sea romper mis
carnes [60] para sacar mi dolorido coraçón, te doy mi fe ser segura e, si siento afluio, bien
galardonada.
LUCRECIA.- El seso tiene perdido mi señora. Gran mal es este. Catiuádola ha esta hechizera.
CELESTINA.- Nunca me ha de faltar vn diablo acá e acullá: escapóme Dios de Pármeno,
tópome con Lucrecia.
MELIBEA.- ¿Qué dizes, amada maestra? ¿Que te fablaua essa moça?
Comentario [SC857]: No
abastasse, en V: no te impidiesse.
CELESTINA.- No le oy nada. Pero diga lo que dixere, sabe que no ay cosa más contraria en
las grandes curas delante los animosos çurujanos, que los flacos coraçones, los quales con su
gran lástima, con sus doloriosas hablas, con sus sentibles meneos, ponen temor al enfermo,
fazen que desconfíe de la salud e al médico enojan e turban e la turbación altera la mano, rige
sin orden la aguja. Por donde se puede conocer claro, que es muy necessario para tu salud que
no esté persona delante e assí que la deues mandar salir. E tú, hija Lucrecia, perdona.
MELIBEA.- Salte fuera presto.
LUCRECIA.- ¡Ya!, ¡ya! ¡Todo es perdido! Ya me salgo señora. [61]
CELESTINA.- También me da osadía tu gran pena, como ver que con tu sospecha has ya
tragado alguna parte de mi cura; pero todavía es necessario traer más clara melezina e más
saludable descanso de casa de aquel cauallero Calisto.
MELIBEA.- Calla, por Dios, madre. No traygan de su casa cosa para mi prouecho ni le
nombres aquí.
CELESTINA.- Sufre, señora, con paciencia, que es el primer punto e principal. No se quiebre;
si no, todo nuestro trabajo es perdido. Tu llaga es grande, tiene necessidad de áspera cura. E lo
duro con duro se ablanda más eficacemente. E dizen los sabios que la cura del lastimero
médico, dexa mayor señal e que nunca peligro sin peligro se vence. Ten paciencia, que pocas
vezes lo molesto sin molestia se cura. E vn clavo con otro se espele e vn dolor con otro. No
concibas odio ni desamor ni consientas a tu lengua dezir mal de persona tan virtuosa como
Calisto, que si conocido fuesse...
MELIBEA.- ¡O por Dios, que me matas! ¿E no te tengo dicho que no me alabes esse hombre
ni me le nombres en bueno ni en malo?
CELESTINA.- Señora, este es otro e segundo punto, [62] el qual si tú con tu mal sofrimiento
no consientes, poco aprouechará mi venida e, si, como prometiste, lo sufres, tú quedarás sana
e sin debda e Calisto sin quexa e pagado. Primero te auisé de mi cura e desta inuisible aguja,
que sin llegar a ti, sientes en solo mentarla en mi boca.
MELIBEA.- Tantas vezes me nombrarás esse tu cauallero, que ni mi promessa baste ni la fe,
que te di, a sofrir tus dichos. ¿De qué ha de quedar pagado? ¿Qué le deuo yo a él? ¿Qué le
soy a cargo? ¿Qué ha hecho por mí? ¿Qué necessario es él aquí para el propósito de mi mal?
Más agradable me sería que rasgases mis carnes e sacasses mi coraçón, que no traer essas
palabras aquí.
CELESTINA.- Sin te romper las vestiduras se lançó en tu pecho el amor: no rasgare yo tus
carnes para le curar.
MELIBEA.- ¿Cómo dizes que llaman a este mi dolor, que assí se ha enseñoreado en lo mejor
de mi cuerpo?
CELESTINA.- Amor dulce.
MELIBEA.- Esso me declara qué es, que en solo oyrlo me alegro.
CELESTINA.- Es vn fuego escondido, vna agradable [63] llaga, vn sabroso veneno, vna dulce
amargura, vna delectable dolencia, vn alegre tormento, vna dulce e fiera herida, vna blanda
muerte.
MELIBEA.- ¡Ay mezquina de mí! Que si verdad es tu relación, dubdosa será mi salud. Porque,
según la contrariedad que essos nombres entre sí muestran, lo que al vno fuere prouechoso
acarreará al otro más passión.
Comentario [SC858]: Que es
muy necessario, en B delante de
esta frase hay: Lo que digo es; lo
añadido por el corrector es agua de
cerrajas.
Comentario [SC859]: CORR.,
162: Un clavo saca a otro o un
clavo arranca a otro. Ídem, 161:
Un amor saca a otro. (Como: Un
clavo saca otro clavo.)
Comentario [SC860]: Es un
fuego escondido. Del Petrarca, De
Remed., I, 69 (trad. FERNAND.):
«El amor es un ascondido fuego,
una agradable llaga, un sabroso
rejalgar, una dulce amargura, una
delectable enfermedad, un alegre
tormento e una blanda muerte.»
CELESTINA.- No desconfíe, señora, tu noble juuentud de salud. Que, quando el alto Dios da
la llaga, tras ella embía el remedio. Mayormente que sé yo al mundo nascida vna flor, que de
todo esto te dé libre.
MELIBEA.- ¿Cómo se llama?
CELESTINA.- No te lo oso dezir.
MELIBEA.- Di, no temas.
CELESTINA.- ¡Calisto! ¡O por Dios, señora Melibea!, ¿qué poco esfuerço es este? ¿Qué
descaescimiento? ¡O mezquina yo! ¡Alça la cabeça! ¡O malauenturada vieja! ¡En esto han de
parar mis passos! Si muere, matarme han; avnque biua, seré sentida, que ya no podrá sofrirse
de no publicar su mal e mi cura. Señora mía Melibea, ángel mío, ¿qué has sentido? ¿Qué es de
tu habla graciosa? ¿Qué es de tu color alegre? Abre tus claros ojos. ¡Lucrecia! ¡Lucrecia!, ¡entra
presto acá!, verás amortescida a tu señora [64] entre mis manos. Baxa presto por vn jarro de
agua.
MELIBEA.- Passo, passo, que yo me esforçaré. No escandalizes la casa.
CELESTINA.- ¡O cuytada de mí! No te descaezcas, señora, háblame como sueles.
MELIBEA.- E muy mejor. Calla, no me fatigues.
CELESTINA.- ¿Pues qué me mandas que faga, perla graciosa? ¿Qué ha sido este tu
sentimiento? Creo que se van quebrando mis puntos.
MELIBEA.- Quebróse mi honestidad, quebróse mi empacho, afloxó mi mucha vergüença, e
como muy naturales, como muy domésticos, no pudieron tan liuianamente despedirse de mi
cara, que no lleuassen consigo su color por algún poco de espacio, mi fuerça, mi lengua e gran
parte de mi sentido. ¡O!, pues ya, mi buena maestra, mi fiel secretaria, lo que tú tan
abiertamente conoces, en vano trabajo por te lo encubrir. Muchos e muchos días son passados
que esse noble cauallero me habló en amor. Tanto me fue entonces su habla enojosa, quanto,
después que tú me le tornaste a nombrar, alegre. Cerrado han tus puntos mi llaga, venida soy
en tu querer. En mi cordón le lleuaste embuelta la posesión de mi libertad. Su dolor de muelas
era mi mayor tormento, su pena era la mayor mía. Alabo e loo tu buen sofrimiento, tu [65]
cuerda osadía, tu liberal trabajo, tus solícitos e fieles passos, tu agradable habla, tu buen saber,
tu demasiada solicitud, tu prouechosa importunidad. Mucho te deue esse señor e más yo, que
jamás pudieron mis reproches aflacar tu esfuerço e perseverar, confiando en tu mucha astucia.
Antes, como fiel seruidora, quando más denostada, más diligente; quando más disfauor, más
esfuerço; quando peor respuesta, mejor cara; quando yo más ayrada, tú más humilde.
Pospuesto todo temor, has sacado de mi pecho lo que jamás a ti ni a otro pensé descobrir.
CELESTINA.- Amiga e señora mía, no te marauilles, porque estos fines con efecto me dan
osadía a sofrir los ásperos e escrupulosos desuíos de las encerradas donzellas como tú.
Verdad es que ante que me determinasse, assí por el camino, como en tu casa, estuue en
grandes dubdas, si te descobriría mi petición. Visto el gran poder de tu padre, temía; mirando la
gentileza de Calisto, osaua; vista tu discreción, me recelaua; mirando tu virtud e humanidad, me
esforçaua. En lo vno fablaua el miedo e en lo otro la seguridad. E pues assí, señora, has
quesido descubrir la gran merced, que nos has hecho, declara tu voluntad, echa tus secretos en
[66] mi regaço, pon en mis manos el concierto deste concierto. Yo daré forma cómo tu desseo e
el de Calisto sean en breue complidos.
Comentario [SC861]: Prover
bios de Séneca con glosa, Sevilla,
1500, f. 7: «Essa mesma cosa que
la llaga del amor fazela sana.»
Comentario [SC862]: A-flacar, en-flaqu-ecer.
MELIBEA.- ¡O mi Calisto e mi señor! ¡Mi dulce e suaue alegría! Si tu coraçón siente lo que
agora el mío, marauillada estoy cómo la absencia te consiente viuir. ¡O mi madre e mi señora!,
haz de manera cómo luego le pueda ver, si mi vida quieres.
CELESTINA.- Ver e hablar.
MELIBEA.- ¿Hablar? Es impossible.
CELESTINA.- Ninguna cosa a los hombres, que quieren hazerla, es impossible.
MELIBEA.- Dime cómo.
CELESTINA.- Yo lo tengo pensado, yo te lo diré: por entre las puertas de tu casa.
MELIBEA.- ¿Quándo?
CELESTINA.- Esta noche.
MELIBEA.- Gloriosa me serás, si lo ordenas. Di a qué hora.
CELESTINA.- A las doze.
MELIBEA.- Pues ve, mi señora, mi leal amiga, e fabla con aquel señor e que venga muy paso
e d'allí se dará concierto, según su voluntad, a la hora que has ordenado.
CELESTINA.- Adiós, que viene hazia acá tu madre.
MELIBEA.- Amiga Lucrecia e mi leal criada e [67] fiel secretaria, ya has visto cómo no ha sido
más en mi mano. Catiuóme el amor de aquel cauallero. Ruégote, por Dios, se cubra con
secreto sello, porque yo goze de tan suaue amor. Tú serás de mi tenida en aquel lugar, que
merece tu fiel seruicio.
LUCRECIA.- Señora, mucho antes de agora tengo sentida tu llaga e calado tu desseo. Hame
fuertemente dolido tu perdición. Quanto más tú me querías encobrir y celar el fuego, que te
quemaua, tanto más sus llamas se manifestauan en la color de tu cara, en el poco sossiego del
coraçón, en el meneo de tus miembros, en comer sin gana, en el no dormir. Assí que contino te
se cayan, como de entre las manos, señales muy claras de pena. Pero como en los tiempos
que la voluntad reyna en los señores o desmedido apetito, cumple a los seruidores obedecer
con diligencia corporal e no con artificiales consejos de lengua, sufría con pena, callaua con
temor, encobría con fieldad; de manera que fuera mejor el áspero consejo, que la blanda
lisonja. Pero, pues ya no tiene tu merced otro medio, sino morir o amar, mucha razón es que se
escoja por mejor aquello que en sí lo es. [68]
ALISA.- ¿En qué andas acá, vezina, cada día?
CELESTINA.- Señora, faltó ayer vn poco de hilado al peso e vínelo a cumplir, porque di mi
palabra e, traydo, voyme. Quede Dios contigo.
ALISA.- E contigo vaya.
ALISA.- Hija Melibea, ¿qué quería la vieja?
MELIBEA.- Venderme vn poquito de solimán.
ALISA.- Esso creo yo más, que lo que la vieja ruyn dixo. Pensó que recibiría yo pena dello e
mintiome. Guarte, hija, della, que es gran traydora. Que el sotil ladrón siempre rodea las ricas
moradas. Sabe esta con sus trayciones, con sus falsas mercadurías, mudar los propósitos
castos. Daña la fama. A tres vezes, que entra en vna casa, engendra sospecha.
LUCRECIA. (Aparte).- Tarde acuerda nuestra ama.
Comentario [SC863]: CELES
TINA. Ver e hablar. Falta en V.
Comentario [SC864]: En vez
de esta parrafada de Lucrecia hay
en B: Antes de agora lo he sentido
e me ha pesado. Antes y más que
Lucrecia lo hubieran notado sus
padres. La mujer es muy cauta,
algo más de lo que se figuraba el
corrector.
ALISA.- Por amor mío, hija, que si acá tornare sin verla yo, que no ayas por bien su venida ni
la recibas con plazer. Halle en ti onestidad en tu respuesta e jamás boluerá. Que la verdadera
virtud más se teme, que espada.
MELIBEA.- ¿Dessas es? ¡Nunca más! Bien huelgo, señora, de ser auisada, por saber de
quien me tengo de guardar.
[69]
El aucto onzeno
ARGUMENTO DEL ONZENO AUTO
Despedida Celestina de Melibea, va por la calle sola hablando. Vee a Sempronio e a Pármeno
que van a la Magdalena por su señor. Sempronio habla con Calisto, Sobreuiene Celestina. Van
a casa de Calisto. Declárale Celestina su mensaje e negocio recaudado con Melibea. Mientra
ellos en estas razones están, Pármeno e Sempronio entre sí hablan. Despídese Celestina de
Calisto, va para su casa, llama a la puerta. Elicia le viene a abrir. Cenan e vanse a dormir.
CALISTO, CELESTINA, PÁRMENO, SEMPRONIO, ELICIA.
CELESTINA.- ¡Ay Dios, si llegasse a mi casa con mi mucha alegría acuestas! A Pármeno e a
Sempronio veo yr a la Magdalena. Tras ellos me voy e, si ay no estouiere Calisto, passaremos
a su casa a pedirle las albricias de su gran gozo.
SEMPRONIO.- Señor, mira que tu estada es dar a todo el mundo que dezir. Por Dios, que
huygas de ser traydo en lenguas, que al muy deuoto llaman ypócrita. ¿Qué dirán sino que
andas royendo [70] los sanctos? Si passión tienes, súfrela en tu casa; no te sienta la tierra. No
descubras tu pena a los estraños, pues está en manos el pandero que lo sabrá bien tañer.
CALISTO.- ¿En qué manos?
SEMPRONIO.- De Celestina.
CELESTINA.- ¿Qué nombrays a Celestina? ¿Qué dezís desta esclaua de Calisto? Toda la
calle del Arcidiano vengo a más andar tras vosotros por alcançaros e jamás he podido con mis
luengas haldas.
CALISTO.- ¡O joya del mundo, acorro de mis passiones, espejo de mi vista! El coraçón se me
alegra en ver essa honrrada presencia, essa noble senetud. Dime, ¿con qué vienes? ¿Qué
nueuas traes, que te veo alegre e no sé en qué está mi vida?
CELESTINA.- En mi lengua.
CALISTO.- ¿Qué dizes, gloria e descanso mío? Declárame más lo dicho.
CELESTINA.- Salgamos, señor, de la yglesia e de aquí a casa te contaré algo con que te
alegres de verdad.
PÁRMENO.- Buena viene la vieja, hermano: recabdado deue hauer.
SEMPRONIO.- Escúchala. [71]
CELESTINA.- Todo este día, señor, he trabajado en tu negocio e he dexado perder otros en
que harto me yua. Muchos tengo quexosos por tenerte a ti contento. Más he dexado de ganar
Comentario [SC865]: Así en
el Quijote, 2, 22.
que piensas. Pero todo vaya en buena hora, pues tan buen recabdo traygo, que te traygo
muchas buenas palabras de Melibea e la dexo a tu servicio.
CALISTO.- ¿Qué es esto que oygo?
CELESTINA.- Que es más tuya, que de sí misma; más está a tu mandato e querer, que de su
padre Pleberio.
CALISTO.- Habla cortés, madre, no digas tal cosa, que dirán estos moços que estás loca.
Melibea es mi señora, Melibea es mi Dios, Melibea es mi vida; yo su catiuo, yo su sieruo.
SEMPRONIO.- Con tu desconfiança, señor, con tu poco preciarte, con tenerte en poco, hablas
essas cosas con que atajas su razón. A todo el mundo turbas diziendo desconciertos. ¿De qué
te santiguas? Dale algo por su trabajo: harás mejor, que esso esperan essas palabras.
CALISTO.- Bien has dicho. Madre mía, yo sé cierto que jamás ygualará tu trabajo e mi liuiano
gualardón. En lugar de manto e saya, porque [72] no se dé parte a oficiales, toma esta
cadenilla, ponla al cuello e procede en tu razón e mi alegría.
PÁRMENO.- ¿Cadenilla la llama? ¿No lo oyes, Sempronio? No estima el gasto. Pues yo te
certifico no diesse mi parte por medio marco de oro, por mal que la vieja lo reparta.
SEMPRONIO.- Oyrte ha nuestro amo, ternemos en él que amansar y en ti que sanar, según
está inchado de tu mucho murmurar. Por mi amor, hermano, que oygas e calles, que por esso
te dio Dios dos oydos e vna lengua sola.
PÁRMENO.- ¡Oyrá el diablo! Está colgado de la boca de la vieja, sordo e mudo e ciego, hecho
personaje sin son, que, avnque le diésemos higas, diría que alçauamos las manos a Dios,
rogando por buen fin de sus amores. [73]
SEMPRONIO.- Calla, oye, escucha bien a Celestina. En mi alma, todo lo merece e más que le
diese. Mucho dize.
CELESTINA.- Señor Calisto, para tan flaca vieja como yo, de mucha franqueza vsaste. Pero,
como todo don o dádiua se juzgue grande o chica respecto del que lo da, no quiero traer a
consequencia mi poca merecer; ante quien sobra en qualidad e en quantidad. Mas medirse ha
con tu magnificencia, ante quien no es nada. En pago de la qual te restituyo tu salud, que yua
perdida; tu coraçón, que te faltaua; tu seso, que se alteraua. Melibea pena por ti más que tú por
ella, Melibea te ama e dessea ver, Melibea piensa más horas en tu persona que en la suya,
Melibea se llama tuya e esto tiene por título de libertad e con esto amansa el fuego, que más
que a ti la quema.
CALISTO.- ¿Moços, estó yo aquí? ¿Moços, oygo yo esto? Moços, mirá si estoy despierto.
¿Es de día o de noche? ¡O señor Dios, padre celestial! ¡Ruégote que esto no sea sueño!
¡Despierto, pues, estoy! Si burlas, señora, de mí por me pagar en palabras, no temas, di
verdad, que para lo que tú de mí has recebido, más merecen tus passos. [74]
CELESTINA.- Nunca el coraçón lastimado de deseo toma la buena nueua por cierta ni la mala
por dudosa; pero, si burlo o si no, verlo has yendo esta noche, según el concierto dexo con ella,
a su casa, en dando el relox doze, a la hablar por entre las puertas. De cuya boca sabrás más
por entero mi solicitud e su desseo e el amor que te tiene e quién lo ha causado.
CALISTO.- Ya, ya, ¿tal cosa espero? ¿Tal cosa es possible hauer de passar por mí? Muerto
soy de aquí allá, no soy capaz de tanta gloria, no merecedor de tan gran merced, no digno de
fablar con tal señora de su voluntad e grado.
CELESTINA.- Siempre lo oy dezir, que es más difícile de sofrir la próspera fortuna, que la
aduersa: que la vna no tiene sosiego e la otra tiene consuelo. ¿Cómo, señor Calisto, e no
Comentario [SC866]: En vez
de que te traygo... servicio, hay en
V: E óyeme, que en pocas palabras
te lo diré, que soy corta de razón:
a Melibea dexo a tu servicio.
Comentario [SC867]: Marco,
peso que era la mitad de una libra.
Habíalo en oro y en plata: el de oro
se dividía en 50 castellanos; cada
castellano, en ocho tomines; cada
tomín, en doce granos; el de plata,
en ocho onzas; cada onza, en ocho
ochavas, y cada ochava, en 75
granos. Recop., l. 5, t. 22, l. 4.
Comentario [SC868]: Inchad
o, enojado. J. ENC., 8: Juan el
sacristán, que anda hinchado de
mí. De aquí hincha enojo. La razón
y origen en CEJADOR (Tesoro, L,
28).
Comentario [SC869]: ¡Qué ha
de oír! Del diablo se dijo El
pecado sea sordo, porque diablo y
pecado es todo uno (HITA, mi
edic.).
Comentario [SC870]: CORR.,
576: Dar higa. (Por desdén: higa
es hecha del dedo pulgar, metido
entre los dos siguientes, y el de
enseñar el mayor, cerrado el puño.)
Acerca de su obsceno significado,
antiquísimo origen y ejemplos, en
CEJADOR (Tesoro Silbant., 87).
Comentario [SC871]: Pagar,
contentar (HITA, mi edición).
Comentario [SC872]: Alude
al Prólogo del l. I De Remediis, del
Petrarca, donde traduce Francisco
Madrid: «Dos contiendas tenemos
con la fortuna y en entramas en
alguna manera ygual peligro. De
las quales aquella sola conosce la
vulgar gente que se llama
adversidad. Los philosophos,
aunque las conocen ambas, esta
tienen por más difícil. Muestralo
bien Aristóteles alegando de su
derecho en la éthica donde dice:
Más diffícil es suffrir las cosas
adversas, que abstenerse de las
prósperas. Al qual siguiendo
Seneca escrive a Lucillo: Mayor
cosa es sostener las cosas tristes,
que moderar las alegres.»
mirarías quién tú eres? ¿No mirarías el tiempo, que has gastado en su seruicio? ¿No mirarías a
quien [75] has puesto entremedias? ¿E asimismo que hasta agora siempre as estado dudoso
de la alcançar e tenías sofrimiento? Agora que te certifico el fin de tu penar ¿quieres poner fin a
tu vida? Mira, mira que está Celestina de tu parte e que, avnque todo te faltasse lo que en vn
enamorado se requiere, te vendería por el más acabado galán del mundo, que te haría llanas
las peñas para andar, que te faría las más crescidas aguas corrientes pasar sin mojarte. Mal
conoces a quien das tu dinero.
CALISTO.- ¡Cata, señora! ¿Qué me dizes? ¿Que verná de su grado?
CELESTINA.- E avn de rodillas.
SEMPRONIO.- No sea ruydo hechizo, que nos quieran tomar a manos a todos. Cata, madre,
que assí se suelen dar las çaraças en pan embueltas, porque no las sienta el gusto.
PÁRMENO.- Nunca te oy dezir mejor cosa. Mucha sospecha me pone el presto conceder de
aquella señora e venir tan ayna en todo su querer de Celestina, engañando nuestra voluntad
[76] con sus palabras dulces e prestas por hurtar por otra parte, como hazen los de Egypto,
quando el signo nos catan en la mano. Pues alahé, madre, con dulces palabras están muchas
injurias vengadas. El manso boyzuelo con su blando cencerrar trae las perdizes a la red; el
canto de la serena engaña los simples marineros con su dulçor. Assí esta con su mansedumbre
e concessión presta querrá tomar vna manada de nosotros a su saluo; purgará su innocencia
con la honrra de Calisto e con nuestra muerte. Assí como corderica mansa que mama su madre
la ajena, ella con su segurar tomará la vengança de Calisto en todos nosotros, de manera, que,
con la mucha gente que tiene, podrá caçar a padres e hijos en vna nidada e tú estarte has
rascando a tu fuego, diziendo: a saluo está el que repica.
CALISTO.- ¡Callad, locos, vellacos, sospechosos! Parece que days a entender que los
ángeles sepan hazer mal. Sí, que Melibea ángel dissimulado es, que viue entre nosotros. [77]
SEMPRONIO.- ¿Todauía te buelues a tus eregías? Escúchale, Pármeno. No te pene nada,
que, si fuere trato doble, él lo pagará, que nosotros buenos pies tenemos.
CELESTINA.- Señor, tú estás en lo cierto; vosotros cargados de sospechas vanas. Yo he
hecho todo lo que a mí era a cargo. Alegre te dexo. Dios te libre e aderece. Pártome muy
contenta. Si fuere menester para esto o para más, allí estoy muy aparejada a tu seruicio.
PÁRMENO.- ¡Hi!, ¡hi!, ¡hi!
SEMPRONIO.- ¿De qué te ríes, por tu vida, Pármeno?
PÁRMENO.- De la priessa, que la vieja tiene por yrse. No vee la hora que hauer despegado la
cadena de casa. No puede creer que la tenga en su poder ni que se la han dado de verdad. No
se halla digna de tal don, tan poco como Calisto de Melibea.
SEMPRONIO.- ¿Qué quieres que haga vna puta alcahueta, que sabe e entiende lo que
nosotros nos callamos e suele hazer siete virgos por dos monedas, después de verse cargada
de oro, sino ponerse en saluo con la possessión, con temor no se la tornen a tomar, después
que ha complido [78] de su parte aquello para que era menester? ¡Pues guárdese del diablo,
que sobre el partir no le saquemos el alma!
CALISTO.- Dios vaya contigo, madre. Yo quiero dormir e reposar vn rato para satisfazer a las
passadas noches e complir con la por venir.
CELESTINA.- Tha, tha.
ELICIA.- ¿Quién llama?
Comentario [SC873]: Entrem
edias, vulgar todavía, en medio,
por tercera que te sirva de
intermediaria. Pero Niño, 2, I: Con
un poco de sobre entremedias.
Comentario [SC874]: Sofrimi
ento, paciencia, sufrir, padecer
llevando en paciencia, por padecer
lo usan malamente hoy.
Comentario [SC875]: CORR.,
483: Ruido hechizo; fue ruido
hechizo. (El fingido para algún
engaño.) Tomarle a manos, echarle
mano, cogerle.
Comentario [SC876]: Los de
Egypto, los gitanos, así llamados, o
egipcianos, por creerse vinieron de
Egipto, y que echan la
buenaventura mirando a la mano o
tomándosela.
Comentario [SC877]: CORR.,
177: La cordera mansa mama a su
madre y a toda la piara. Ídem, 95:
El cordero manso mama a su
madre y a cualquiera; y el bravo
ni a la suya ni a la ajena. Ídem,
349: Corderilla mega mama a su
madre y a la ajena.
Comentario [SC878]: Tranqui
lo. A salvo... Quij., 2, 31.
Comentario [SC879]: Pármen
o, falta en V.
Comentario [SC880]: Despeg
ado, sacádola vendiéndola; que, así
en V y B, etc.
CELESTINA.- Abre, hija Elicia.
ELICIA.- ¿Cómo vienes tan tarde? No lo deues hazer, que eres vieja: tropeçaras donde
caygas e mueras.
CELESTINA.- No temo esso, que de día me auiso por donde venga de noche. Que jamás me
subo por poyo ni calçada; sino por medio de la calle. Porque como dizen: no da passo seguro
quien corre por el muro e que aquel va más sano que anda por llano. Más quiero ensuziar mis
zapatos con el lodo, que ensangrentar las tocas e los cantos. Pero no te duele a ti en esse
lugar.
ELICIA.- ¿Pues qué me ha de doler? [79]
CELESTINA.- Que se fue la compañía, que te dexé, e quedaste sola.
ELICIA.- Son passadas quatro horas después ¿e hauíaseme de acordar desso?
CELESTINA.- Quanto más presto te dexaron, más con razón lo sentiste. Pero dexemos, su
yda e mi tardança. Entendamos en cenar e dormir.
Comentario [SC881]: Me
aviso, tomo aviso y consejo. J.
PIN., Agr., 10. 16: Por el castigo el
necio se avisa y anda remirado en
lo que debe hacer.
Comentario [SC882]: CORR.,
230: No da paso seguro quien
corre por el muro. (Aquel va más
sano, que va por lo llano.) Para
endilgar estos refranes puso el
corrector semejantes frialdades
como las que siguen.
[81]
El aucto dozeno
ARGUMENTO DEL DOZENO AUTO
Llegando la media noche, Calisto, Sempronio e Pármeno armados van para casa de Melibea.
Lucrecia e Melibea están cabe la puerta, aguardando a Calisto. Viene Calisto. Háblale primero
Lucrecia. Llama a Melibea. Apártase Lucrecia. Háblanse por entre las puertas Melibea e
Calisto. Pármeno e Sempronio de su cabo departen. Oyen gentes por la calle. Apercíbense
para huyr. Despídese Calisto de Melibea, dexando concertada la tornada para la noche
siguiente. Pleberio, al son del ruydo, que hauía en la calle, despierta, llama a su muger Alisa.
Preguntan a Melibea quién da patadas en su cámara. Responde Melibea a su padre Pleberio
fingendo que tenía sed. Calisto con sus criados va para su casa hablando. Echase a dormir.
Pármeno e Sempronio van a casa de Celestina. Demandan su parte de la ganancia. Dissimula
Celestina. Vienen a reñir. Echanle mano a Celestina, mátanla. Da vozes Elicia. Viene la justicia
e prendelos amos.
CALISTO, LUCRECIA, MELIBEA, SEMPRONIO, PÁRMENO, PLEBERIO, ALISA,
CELESTINA, ELICIA.
CALISTO.- ¿Moços, qué hora da el relox?
SEMPRONIO.- Las diez. [82]
CALISTO.- ¡O cómo me descontenta el oluido en los moços! De mi mucho acuerdo en esta
noche e tu descuydar e oluido se haría vna razonable memoria e cuydado. ¿Cómo, desatinado,
sabiendo quánto me va, Sempronio, en ser diez o onze, me respondías a tiento lo que más
ayna se te vino a la boca? ¡O cuytado de mí! Si por caso me houiera dormido e colgara mi
pregunta de la respuesta de Sempronio para hazerme de onze diez e assí de doze onze, saliera
Comentario [SC883]: Acuerd
o, estar despierto, como acordar
por despertar.
Melibea, yo no fuera ydo, tornárase: ¡de manera, que ni mi mal ouiera fin ni mi desseo
execución! No se dize em balde que mal ageno de pelo cuelga.
SEMPRONIO.- Tanto yerro, señor, me parece, sabiendo preguntar, como ignorando
responder. Mas este mi amo tiene gana de reñir e no sabe cómo.
PÁRMENO.- Mejor sería, señor, que se gastasse esta hora, que queda, en adereçar armas,
que en buscar questiones.
CALISTO.- Bien me dize este necio. No quiero en tal tiempo recebir enojo. No quiero pensar
en lo que pudiera venir, sino en lo que fue; no en [83] el daño, que resultara de su negligencia,
sino en el prouecho que verná de mi solicitud. Quiero dar espacio a la yra, que o se me quitará
o se me ablandará. Descuelga, Pármeno, mis coraças e armaos vosotros e assí yremos a buen
recaudo, porque como dizen: el hombre apercebido, medio combatido.
PÁRMENO.- Hélas aquí, señor.
CALISTO.- Ayúdame aquí a vestirlas. Mira tú, Sempronio, si parece alguno por la calle.
SEMPRONIO.- Señor, ninguna gente parece e, avnque la houiesse, la mucha escuridad
priuaría el viso e conoscimiento a los que nos encontrasen.
CALISTO.- Pues andemos por esta calle, avnque se rodee alguna cosa, porque más
encubiertos vamos. Las doze da ya: buena hora es.
PÁRMENO.- Cerca estamos.
CALISTO.- A buen tiempo llegamos. Párate tú, Pármeno, a uer si es venida aquella señora
por entre las puertas.
PÁRMENO.- ¿Yo, señor? Nunca Dios mande que sea en dañar lo que no concerté; mejor
será que tu presencia sea su primer encuentro, porque viéndome a mí no se turbe de ver que
de [84] tantos es sabido lo que tan ocultamente quería hazer e con tanto temor faze o porque
quiçá pensará que la burlaste.
CALISTO.- ¡O qué bien has dicho! La vida me has dado con tu sotil auiso, pues no era más
menester para me lleuar muerto a casa, que boluerse ella por mi mala prouidencia. Yo me llego
allá; quedaos vosotros en esse lugar.
PÁRMENO.- ¿Qué te paresce, Sempronio, cómo el necio de nuestro amo pensaua tomarme
por broquel, para el encuentro del primer peligro? ¿Qué sé yo quién está tras las puertas
cerradas? ¿Qué sé yo si ay alguna trayción? ¿Qué sé yo si Melibea anda porque le pague
nuestro amo su mucho atreuimiento desta manera? E más, avn no somos muy ciertos dezir
verdad la vieja. No sepas fablar, Pármeno: ¡sacarte han el alma, sin saber quién! No seas
lisonjero, como tu amo quiere e jamás llorarás duelos agenos. No tomes en lo que te cumple el
consejo de Celestina e hallarte as ascuras. Andate ay con tus consejos e amonestaciones
fieles: ¡darte han de palos! No bueluas la hoja e quedarte has a [85] buenas noches. Quiero
hazer cuenta que hoy me nascí, pues de tal peligro me escapé.
SEMPRONIO.- Passo, passo, Pármeno. No saltes ni hagas esse bollicio de plazer, que darás
causa que seas sentido.
PÁRMENO.- Calla, hermano, que no me hallo de alegría. ¡Cómo le hize creer que por lo que a
él cumplía dexaua de yr e era por mi seguridad! ¿Quién supiera assí rodear su prouecho, como
yo? Muchas cosas me verás hazer, si estás d' aquí adelante atento, que no las sientan todas
personas, assí con Calisto como con quantos en este negocio suyo se entremetieren. Porque
soy cierto que esta donzella ha de ser para él ceuo de anzuelo o carne de buytrera, que suelen
pagar bien el escote los que a comerla vienen.
Comentario [SC884]: CORR.,
443: Mal ajeno, culpa de pelo. Que
nos hace poca mella.
Comentario [SC885]: Falta en
V: Mas este... cómo. PÁRMENO.
Comentario [SC886]: En B:
Ve, señor, bien apercebido, serás
medio combatido. Refrán.
Comentario [SC887]: El viso,
la vista. BERC., Mil., 14:Omne
que hi morasse, nunqua perdrie el
viso.
Comentario [SC888]: Ascuras
decíase por a ascuras, a escuras.
Comentario [SC889]: Quedar
se a buenas noches, díjose del
quedarse abandonado,
despidiéndose todos. Il. fregona:
No quiso él quedarse a buenas
noches (sin oficio). Mirones:
Quedeme hasta hoy a buenas
noches (ciego).
Comentario [SC890]: No
hallarse de alegría, estar muy
contento, no hallarse, no estarlo en
tal lugar. CORR., 632, y es común.
Comentario [SC891]: Lis.
Rosel., I, I: No seamos tus
servientes cebo de anzuelo o carne
de buitrera. FONS., Am. Dios, 3:
De manera que te deje hecho una
buitrera en este valle a los buitres y
a los grajos. Es lugar donde los
cazadores tienen armado el cebo
con carne al buitre.
SEMPRONIO.- Anda, no te penen a ti essas sospechas, avnque salgan verdaderas.
Apercíbete: a la primera boz que oyeres, tomar calças de Villadiego. [86]
PÁRMENO.- Leydo has donde yo: en vn coraçón estamos. Calças traygo e avn borzeguíes de
essos ligeros que tú dizes, para mejor huyr que otro. Plázeme que me has, hermano, auisado
de lo que yo no hiziera de vergüença de ti. Que nuestro amo, si es sentido, no temo que se
escapará de manos desta gente de Pleberio, para podernos después demandar cómo lo
hezimos e incusarnos el huyr. [87]
SEMPRONIO.- ¡O Pármeno amigo! ¡Quán alegre e prouechosa es la conformidad en los
compañeros! Avnque por otra cosa no nos fuera buena Celestina, era harta la vtilidad, que por
su causa nos ha venido.
PÁRMENO.- Ninguno podrá negar lo que por sí se muestra. Manifiesto es que con vergüença
el vno del otro, por no ser odiosamente acusado de couarde, esperáramos aquí la muerte con
nuestro amo, no siendo más de él merecedor della.
SEMPRONIO.- Salido deue auer Melibea. Escucha, que hablan quedito.
PÁRMENO.- ¡O cómo temo que no sea ella, sino alguno que finja su voz!
SEMPRONIO.- Dios nos libre de traydores, no nos ayan tomado la calle por do tenemos de
huyr; que de otra cosa no tengo temor.
CALISTO.- Este bullicio más de vna persona lo haze. Quiero hablar, sea quien fuere. ¡Ce,
señora mía!
LUCRECIA.- La voz de Calisto es ésta. Quiero llegar. ¿Quién habla? ¿Quién está fuera?
CALISTO.- Aquel que viene a cumplir tu mandado. [88]
LUCRECIA.- ¿Por qué no llegas, señora? Llega sin temor acá, que aquel cauallero está aquí.
MELIBEA.- ¡Loca, habla passo! Mira bien si es él.
LUCRECIA.- Allégate, señora, que sí es, que yo le conozco en la voz.
CALISTO.- Cierto soy burlado: no era Melibea la que me habló. ¡Bullicio oygo, perdido soy!
Pues viua o muera, que no he de yr de aquí.
MELIBEA.- Vete, Lucrecia, acostar vn poco. ¡Ce, señor! ¿Cómo es tu nombre? ¿Quién es el
que te mandó ay venir?
CALISTO.- Es la que tiene merecimiento de mandar a todo el mundo, la que dignamente
seruir yo no merezco. No tema tu merced de se descobrir a este catiuo de tu gentileza: que el
dulce sonido de tu habla, que jamás de mis oydos se cae, me certifica ser tú mi señora Melibea.
Yo soy tu sieruo Calisto.
MELIBEA.- La sobrada osadía de tus mensajes me ha forçado a hauerte de hablar, señor
Calisto. Que hauiendo hauido de mí la passada respuesta a tus razones, no sé qué piensas
más sacar de mi amor, de lo que entonces te mostré. Desuía estos vanos e locos pensamientos
de ti, porque mi honrra e persona estén sin detrimento de mala sospecha seguras. A esto fue
aquí mi venida, a dar concierto en tu despedida [89] e mi reposo. No quieras poner mi fama en
la balança de las lenguas maldezientes.
CALISTO.- A los coraçones aparejados con apercibimiento rezio contra las aduersidades
ninguna puede venir, que passe de claro en claro la fuerça de su muro. Pero el triste que,
desarmado e sin proueer los engaños e celadas, se vino a meter por las puertas de tu
seguridad, qualquiera cosa, que en contrario vea, es razón que me atormente e passe
rompiendo todos los almazenes en que la dulze nueua estaua aposentada. ¡O malauenturado
Comentario [SC892]: CORR.,
423: Tomar calzas de Villadiego.
Ídem, 424: Tomó calzas de
Villadiego. (Por huir, acogerse.)
No satisfacen los cuentos que se
traen para declarar esta frase. Por
donde hay que tirar es por donde
se explican sus parejas. Así
Villafranca de Montes Doca, alta
de camas y baja de ropa (CORR.,
438), indica mucha ostentación y
poca franqueza o liberalidad.
Villavieja, en la Píc. Just., 2, 2, 2:
Ojos que ven no envejecen, si no
son los del águila, que cuanto más
pico ven, van más a villavieja
(envejecen). Villaviudas, en J.
PIN., Agr., 28, 8: Tales hazañas
hacen y tales honras merecen tales
viudas: mas no las que se van a
gastar su viudez a Villaviudas. En
Villacerrada viven las jóvenes
muy encerradas y que no quieren
cuentos: En Villacerrada no hay
ninguna forzada (CORR., 122).
Villadiego alude a Diego: si éste es
Santiago, que corre con su caballo
blanco u otro Diego corredor, no
se sabe. Las calzas mejores para
correr son, sin duda, el caballo.
Pero Diego en España es el ladino
y socarrón, que, afectando
sencillez, procede con malicia. Así
Yo me llamo Diego, ni pago ni
niego, del ladino y socarrón.
Donde digo digo, no digo digo,
sino que digo Diego. Diego Gil,
del muy astuto, Diego Moreno, el
consentidor, marido de tomo y
lomo, porque tomaba y engordaba
de lo que ganaba su mujer, en La
Visita de los Chistes, de Quevedo.
Tomar las calzas de Villadiego y
después simplemente las de
Villadiego (CORR., 423 y 611) es
irse adonde van y viven los ladinos
y que hurtan el cuerpo al peligro,
escaparse como ellos. Las calzas,
como por el contrario, verse en
calzas bermejas, en apuro y
aprieto: calzas propias para correr,
como dice Pármeno luego.
Comentario [SC893]: Incusar
, acusar, latinismo.
Comentario [SC894]: «Quam
bonum et quam iucundum,
habitare fratres in unum» (Salmo,
132, I).
Comentario [SC895]: A los
coraçones aparejados con
apercibimiento. Del PETRARCA,
según FARINELLI, aunque no
señala cita determinada.
Comentario [SC896]: Pasar
de claro en claro la noche se dijo
de esta acepción física del texto,
como con un clavo, etc., que se vea
la otra parte por el agujero hecho.
Calisto! ¡O quan burlado has sido de tus siruientes! ¡O engañosa muger Celestina! ¡Dejárasme
acabar de morir e no tornaras a viuificar mi esperança, para que tuuiese más que gastar el
fuego que ya me aquexa! ¿Por qué falsaste la palabra desta mi señora? ¿Por qué has assí
dado con tu lengua causa a mi desesperación? ¿A qué me mandaste aquí venir, para que me
fuese mostrado el disfauor, el entredicho, la desconfiança, el odio, por la mesma boca desta
que tiene las llaues de mi perdición e gloria? ¡O enemiga! ¿E tú [90] no me dixiste que esta mi
señora me era fauorable? ¿No me dixiste que de su grado mandaua venir este su catiuo al
presente lugar, no para me desterrar nueuamente de su presencia, pero para alçar el destierro,
ya por otro su mandamiento puesto ante de agora? ¿En quién fallaré yo fe? ¿Adónde ay
verdad? ¿Quién carece de engaño? ¿Adónde no moran falsarios? ¿Quién es claro enemigo?
¿Quién es verdadero amigo? ¿Dónde no se fabrican trayciones? ¿Quién osó darme tan cruda
esperança de perdición?
MELIBEA.- Cesen, señor mío, tus verdaderas querellas: que ni mi coraçón basta para lo sofrir
ni mis ojos para lo dissimular. Tú lloras de tristeza, juzgándome cruel; yo lloro de plazer,
viéndote tan fiel. ¡O mi señor e mi bien todo! ¡Quánto más alegre me fuera poder ver tu haz, que
oyr tu voz! Pero, pues no se puede al presente más fazer, toma la firma e sello de las razones,
que te embié escritas en la lengua de aquella solícita mensajera. Todo lo que te dixo confirmo,
todo lo he por bueno. Limpia, señor, tus ojos, ordena de mí a tu voluntad.
CALISTO.- ¡O señora mía, esperança de mi gloria, descanso e aliuio de mi pena, alegría de
mi coraçón! ¿Qué lengua será bastante para te dar yguales gracias a la sobrada e
incomparable [91] merced, que en este punto, de tanta congoxa para mí, me has quesido hazer
en querer que vn tan flaco e indigno hombre pueda gozar de tu suauíssimo amor? Del qual,
avnque muy desseoso, siempre me juzgaua indigno, mirando tu grandeza, considerando tu
estado, remirando tu perfeción, contemplando tu gentileza, acatando mi poco merescer e tu alto
merescimiento, tus estremadas gracias, tus loadas e manifiestas virtudes. Pues, ¡o alto Dios!,
¿cómo te podré ser ingrato, que tan milagrosamente has obrado comigo tus singulares
marauillas? ¡O quántos días antes de agora passados me fue venido este pensamiento a mi
coraçón e por impossible le rechaçaua de mi memoria, hasta que ya los rayos ylustrantes de tu
muy claro gesto dieron luz en mis ojos, encendieron mi coraçón, despertaron mi lengua,
estendieron mi merecer, acortaron mi couardía, destorcieron mi encogimiento, doblaron mis
fuerças, desadormescieron mis pies e manos, finalmente, me dieron tal osadía, que me han
traydo con su mucho poder a este sublimado estado en que agora me veo, oyendo de grado tu
suaue voz. La qual, si ante de agora no conociese e no sintiesse tus saludables olores, no
podría creer que careciessen de engaño tus palabras. Pero, como soy cierto de tu limpieza de
sangre e fechos, [92] me estoy remirando si soy yo Calisto, a quien tanto bien se le haze.
MELIBEA.- Señor Calisto, tu mucho merecer, tus estremadas gracias, tu alto nascimiento han
obrado que, después que de ti houe entera noticia, ningún momento de mi coraçón te
partiesses. E avnque muchos días he pugnado por lo dissimular, no he podido tanto, que, en
tornándome aquella muger tu dulce nombre a la memoria, no descubriesse mi desseo e
viniesse a este lugar e tiempo, donde te suplico ordenes e dispongas de mi persona segund
querrás. Las puertas impiden nuestro gozo, las quales yo maldigo e sus fuertes cerrojos e mis
flacas fuerças, que ni tú estarías quexoso ni yo descontenta.
CALISTO.- ¿Cómo, señora mía, e mandas que consienta a vn palo impedir nuestro gozo?
Nunca yo pensé que demás de tu voluntad lo pudiera cosa estoruar. ¡O molestas e enojosas
puertas! Ruego a Dios que tal huego os abrase, como a mí da guerra: que con la tercia parte
Comentario [SC897]: Huego
o fuego sonaba juego, con j suave
andaluza.
seríades en vn punto quemadas. Pues, por Dios, señora mía, permite que llame a mis criados
para que las quiebren.
PÁRMENO.- ¿No oyes, no oyes, Sempronio? A [93] buscarnos quiere venir para que nos den
mal año. No me agrada cosa esta venida. ¡En mal punto creo que se empeçaron estos amores!
Yo no espero más aquí.
SEMPRONIO.- Calla, calla, escucha, que ella no consiente que vamos allá.
MELIBEA.- ¿Quieres, amor mío, perderme a mí e dañar mi fama? No sueltes las riendas a la
voluntad. La esperança es cierta, el tiempo breue, quanto tú ordenares. E pues tú sientes tu
pena senzilla e yo la de entramos, tu solo dolor, yo el tuyo e el mío, conténtate con venir
mañana a esta hora por las paredes de mi huerto. Que si agora quebrasses las crueles puertas,
avnque al presente no fuessemos sentidos, amanescería en casa de mi padre terrible sospecha
de mi yerro. E pues sabes que tanto mayor es el yerro, quanto mayor es el que yerra, en vn
punto será por la cibdad publicado.
SEMPRONIO.- ¡Enoramala acá esta noche venimos! Aquí nos ha de amanescer, según el
espacio, que nuestro amo lo toma. Que, avnque más la dicha nos ayude, nos han en tanto
tiempo de sentir de su casa o vezinos. [94]
PÁRMENO.- Ya ha dos horas, que te requiero que nos vamos, que no faltará vn achaque.
CALISTO.- ¡O mi señora e mi bien todo! ¿Por qué llamas yerro aquello, que por los sanctos
de Dios me fue concedido? Rezando oy ante el altar de la Madalena, me vino con tu mensaje
alegre aquella solícita muger.
PÁRMENO.- ¡Desuariar, Calisto, desuariar! Por fe tengo, hermano, que no es cristiano. Lo
que la vieja traydora con sus pestíferos hechizos ha rodeado e fecho dize que los sanctos de
Dios se lo han concedido e impetrado. E con esta confiança quiere quebrar las puertas. E no
haurá dado el primer golpe, quando sea sentido e tomada por los criados de su padre, que
duermen cerca.
SEMPRONIO.- Ya no temas, Pármeno, que harto desuiados estamos. En sintiendo bullicio, el
buen huyr nos ha de valer. Déxale hazer, que si mal hiziere, él lo pagará.
PÁRMENO.- Bien hablas, en mi coraçón estás. Assí se haga. Huygamos la muerte, que
somos moços. Que no querer morir ni matar no es couardía, sino buen natural. Estos escuderos
de Pleberio son locos: no desean tanto comer ni dormir, como questiones e ruydos. Pues más
locura sería esperar pelea con enemigo, que no ama tanto la vitoria e vencimiento, como la
continua [95] guerra e contienda. ¡O si me viesses, hermano, como estó, plazer haurías! A
medio lado, abiertas las piernas, el pie ysquierdo adelante puesto en huyda, las faldas en la
cinta, la adarga arrollada e so el sobaco, porque no me empache. ¡Que, por Dios, que creo
corriesse como vn gamo, según el temor tengo d' estar aquí.
SEMPRONIO.- Mejor estó yo, que tengo liado el broquel e el espada con las correas, porque
no se me caygan al correr, e el caxquete en la capilla.
PÁRMENO.- ¿E las piedras, que trayas en ella?
SEMPRONIO.- Todas las vertí por yr más liuiano. Que harto tengo que lleuar en estas
coraças, que me hiziste vestir por importunidad; que bien las rehusaua de traer, porque me
parescían para huyr muy pesadas. ¡Escucha, escucha! ¿Oyes, Pármeno? ¡A malas andan!
¡Muertos somos! Bota presto, echa hazia casa de Celestina, no nos atajen por nuestra casa.
PÁRMENO.- Huye, huye, que corres poco. ¡O pecador de mí!, si nos han de alcançar, dexa
broquel e todo. [96]
Comentario [SC898]: CORR.,
443: Mal año. (Dícese negando y a
veces a todos propósitos, y buen
año se le contrapone y con ironía
por lo menos.) Díjose de la
cosecha.
Comentario [SC899]: Empac
har, embarazar. OVIEDO, H. Ind.,
42, 5: Y de allí salía un humo
continuo e no enojoso a la vista, ni
la empachaba ni excusaba de verse
toda la parte e circuito de.
Comentario [SC900]: Capilla,
pieza a la espalda de la capa.
Comentario [SC901]: Botar,
por salir con ímpetu, fue clásico y
es vulgar en toda América y en
Castilla. VALDERR., Teatr. Dif.,
6: Cuando dan priesa los
alguaciles: bote el carro... pase
apriesa, que el tiempo es corto.
SEMPRONIO.- ¿Si han muerto ya a nuestro amo?
PÁRMENO.- No sé, no me digas nada; corre e calla, que el menor cuydado mio es esse.
SEMPRONIO.- ¡Ce!, ¡ce! ¡Pármeno! Torna, torna callando, que no es sino la gente del
aguazil, que passaua haziendo estruendo por la otra calle.
PÁRMENO.- Míralo bien. No te fíes en los ojos, que se antoja muchas veces vno por otro. No
me auían dexado gota de sangre. Tragada tenía ya la muerte, que me parescía que me yuan
dando en estas espaldas golpes. En mi vida me acuerdo hauer tan gran temor ni verme en tal
afrenta, avnque he andado por casas agenas harto tiempo e en lugares de harto trabajo. Que
nueue años seruí a los frayles de Guadalupe, que mill vezes nos apuñeauamos yo e otros. Pero
nunca como esta vez houe miedo de morir.
SEMPRONIO.- ¿E yo no seruí al cura de Sant Miguel e al mesonero de la plaça e a Mollejar,
el ortelano? E también yo tenía mis questiones con los que tirauan piedras a los páxaros, que
assentauan en vn álamo grande que tenía, porque dañauan la ortaliza. Pero guárdete Dios de
verte con armas, que aquel es el verdadero temor. No en balde dizen: cargado de hierro e
cargado [97] de miedo. Buelue, buelue, que el aguazil es, cierto.
MELIBEA.- Señor Calisto, ¿qué es esso que en la calle suena? Parescen vozes de gente, que
van en huyda. Por Dios, mírate, que estás a peligro.
CALISTO.- Señora, no temas, que a buen seguro vengo. Los míos deuen de ser, que son
unos locos e desarman a quantos passan e huyríales alguno.
MELIBEA.- ¿Son muchos los que traes?
CALISTO.- No, sino dos; pero, avnque sean seys sus contrarios, no recebirán mucha pena
para les quitar las armas e hazerlos huyr, según su esfuerço. Escogidos son, señora, que no
vengo a lumbre de pajas. Si no fuesse por lo que a tu honrra toca, pedaços harían estas
puertas. E si sentidos fuessemos, a ti e a mí librarían de toda la gente de tu padre.
MELIBEA.- ¡O por Dios, no se cometa tal cosa! Pero mucho plazer tengo que de tan fiel gente
andas acompañado. Bienempleado es el pan, que tan esforçados siruientes comen. Por mi
amor, señor, pues tal gracia la natura les quiso dar, sean de ti bientratados e galardonados,
porque en todo te guarden secreto. E quando sus osadías e atreuimientos les corregieres, a
bueltas del castigo mezcla fauor. Porque los [98] ánimos esforçados no sean con encogimiento
diminutos e yrritados en el osar a sus tiempos.
PÁRMENO.- ¡Ce!, ¡ce!, señor, quítate presto dende, que viene mucha gente con hachas e
serás visto e conoscido, que no hay donde te metas.
CALISTO.- ¡O mezquino yo e como es forçado, señora, partirme de ti! ¡Por cierto, temor de la
muerte no obrara tanto, como el de tu honrra! Pues que assí es, los ángeles queden con tu
presencia. Mi venida será, como ordenaste, por el huerto.
MELIBEA.- Assí sea e vaya Dios contigo.
PLEBERIO.- Señora muger, ¿duermes?
ALISA.- Señor, no.
PLEBERIO.- ¿No oyes bullicio en el retraimiento de tu hija?
ALISA.- Sí oyo. ¡Melibea! ¡Melibea!
PLEBERIO.- No te oye; yo la llamaré más rezio. ¡Hija mía Melibea!
MELIBEA.- ¡Señor!
Comentario [SC902]: CORR.,
322: Cargado de hierro, cargado
de miedo. (Por los que se cargan de
armas para salir de noche.)
Comentario [SC903]: Diminu
tos, latinismo.
PLEBERIO.- ¿Quién da patadas e haze bullicio en tu cámara?
MELIBEA.- Señor, Lucrecia es, que salió por vn jarro de agua para mí, que hauía gran sed.
PLEBERIO.- Duerme, hija, que pensé que era otra cosa. [99]
LUCRECIA.- Poco estruendo los despertó. Con gran pauor hablauan.
MELIBEA.- No ay tan manso animal, que con amor o temor de sus hijos no asperece. Pues
¿qué harían, si mi cierta salida supiessen?
CALISTO.- Cerrad essa puerta, hijos. E tú, Pármeno, sube vna vela arriba.
SEMPRONIO.- Deues, señor, reposar e dormir esto que queda d' aquí al día.
CALISTO.- Plázeme, que bien lo he menester. ¿Qué te parece, Pármeno, de la vieja, que tú
me desalabauas? ¿Qué obra ha
salido de sus manos? ¿Qué fuera hecha sin ella?
PÁRMENO.- Ni yo sentía tu gran pena ni conoscía la gentileza e merescimiento de Melibea e
assí no tengo culpa. Conoscía a Celestina e sus mañas. Auisáuate como a señor; pero ya me
parece que es otra. Todas las ha mudado.
CALISTO.- ¿E cómo mudado?
PÁRMENO.- Tanto que, si no lo ouiesse visto, no lo creería; mas assí viuas tú como es
verdad.
CALISTO.- ¿Pues aués oydo lo que con aquella mi señora he passado? ¿Qué hazíades?
¿Teníades temor?
SEMPRONIO.- ¿Temor, señor, o qué? Por cierto, [100] todo el mundo no nos le hiziera tener.
¡Fallado auías los temerosos! Allí estouimos esperándote muy aparejados e nuestras armas
muy a mano.
CALISTO.- ¿Aués dormido algún rato?
SEMPRONIO.- ¿Dormir, señor? ¡Dormilones son los moços! Nunca me assenté ni avn junté
por Dios los pies, mirando a todas partes para, en sintiendo porqué, saltar presto e hazer todo
lo que mis fuerças me ayudaran. Pues Pármeno, que te parecía que no te seruía hasta aquí de
buena gana, assí se holgó, quando vido los de las hachas, como lobo, quando siente poluo de
ganado, pensando poder quitárleslas, hasta que vido que eran muchos.
CALISTO.- No te marauilles, que procede de su natural ser osado e, avnque no fuesse por mí,
hazíalo porque no pueden los tales venir contra su vso, que avnque muda el pelo la raposa, su
natural no despoja. Por cierto yo dixe a mi señora Melibea lo que en vosotros ay e quán
seguras tenía mis espaldas con vuestra ayuda e guarda. Fijos, en mucho cargo vos soy. Rogad
[101] a Dios por salud, que yo os galardonaré más conplidamente vuestro buen seruicio. Yd con
Dios a reposar.
PÁRMENO.- ¿Adonde yremos, Sempronio? ¿A la cama a dormir o a la cozina a almorzar?
SEMPRONIO.- Ve tú donde quisieres; que, antes que venga el día, quiero yo yr a Celestina a
cobrar mi parte de la cadena. Que es vna puta vieja. No le quiero dar tienpo en que fabrique
alguna ruyndad con que nos escluya.
PÁRMENO.- Bien dizes. Oluidado lo auía. Vamos entramos e, si en esso se pone,
espantémosla de manera que le pese. Que sobre dinero no ay amistad.
SEMPRONIO.- ¡Ce!, ¡ce! Calla, que duerme cabo esta ventanilla. Tha, tha, señora Celestina,
ábrenos.
Comentario [SC904]: Asperec
erse, hacerse áspero y bravo.
Comentario [SC905]: ¡Fallad
o avías los temerosos!,
irónicamente, no era fácil hallarnos
perezosos. Quij., 2, 17: ¡Hallado le
habéis el atrevido! Ídem, 2, 30:
¡Hallado os le habéis el encajador!
SANTILL.: ¡Hallado habéis la
gritadera! VALD., Diál. Leng.:
¡Hallado os le habéis la gente que
se anda a hurtar vocablos!
Comentario [SC906]: CORR.,
29: Aunque muda el pelo la
raposa, su natural no despoja.
Comentario [SC907]: CORR.,
265: Sobre dinero no hay
compañero.
Comentario [SC908]: Cabo o
cabe, preposición. Cid, 56: Cabo
essa villa en la glera posaua.
CELESTINA.- ¿Quién llama?
SEMPRONIO.- Abre, que son tus hijos.
CELESTINA.- No tengo yo hijos, que anden a tal hora.
SEMPRONIO.- Ábrenos a Pármeno e Sempronio, que nos venimos acá almorzar contigo.
CELESTINA.- ¡O locos trauiesos! Entrad, entrad. [102] ¿Cómo venís a tal hora, que ya
amanesce? ¿Qué haués hecho? ¿Qué os ha passado? ¿Despidiose la esperança de Calisto o
viue todavía con ella o cómo queda?
SEMPRONIO.- ¿Cómo, madre? Si por nosotros no fuera, ya andouiera su alma buscando
posada para siempre. Que, si estimarse pudiesse a lo que de allí nos queda obligado, no sería
su hazienda bastante a complir la debda, si verdad es lo que dizen, que la vida e persona es
más digna e de más valor que otra cosa ninguna.
CELESTINA.- ¡Jesú! ¿Que en tanta afrenta os haués visto? Cuéntamelo, por Dios.
SEMPRONIO.- Mira qué tanta, que por mi vida la sangre me hierue en el cuerpo en tornarlo a
pensar.
CELESTINA.- Reposa, por Dios, e dímelo.
PÁRMENO.- Cosa larga le pides, según venimos alterados e cansados del enojo, que
hauemos hauido. Farías mejor aparejarnos a él e a mí de almorzar: quiçá nos amansaría algo la
alteración que traemos. Que cierto te digo que no quería ya topar hombre, que paz quisiesse.
Mi gloria sería agora hallar en quien vengar la yra, que no pude en los que nos la causaron, por
su mucho huyr. [103]
CELESTINA.- ¡Landre me mate, si no me espanto en verte tan fiero! Creo que burlas. Dímelo
agora, Sempronio, tú, por mi vida: ¿qué os ha passado?
SEMPRONIO.- Por Dios, sin seso vengo, desesperado; avnque para contigo por demás es no
templar la yra e todo enojo e mostrar otro semblante, que con los hombres. Jamás me mostré
poder mucho con los que poco pueden. Traygo, señora, todas las armas despedaçadas, el
broquel sin aro, la espada como sierra, el caxquete abollado en la capilla. Que no tengo con
que salir vn passo con mi amo, quando menester me aya. Que quedó concertado de yr esta
noche, que viene, a uerse por el huerto. ¿Pues comprarlo de nueuo? No mando vn marauedí en
que caya muerto.
CELESTINA.- Pídelo, hijo, a tu amo, pues en su seruicio se gastó e quebró. Pues sabes que
es persona, que luego lo complirá. Que no es de los que dizen: Viue comigo e busca quien te
mantenga. Él es tan franco, que te dará para esso e para más.
SEMPRONIO.- ¡Ha! Trae también Pármeno perdidas las suyas. A este cuento en armas se le
yrá [104] su hazienda. ¿Cómo quieres que le sea tan importuno en pedirle más de lo que él de
su propio grado haze, pues es arto? No digan por mí que dando vn palmo pido quatro. Dionos
las cient monedas, dionos después la cadena. A tres tales aguijones no terná cera en el oydo.
Caro le costaría este negocio. Contentémonos con lo razonable, no lo perdamos todo por
querer más de la razón, que quien mucho abarca, poco suele apretar.
CELESTINA.- ¡Gracioso es el asno! Por mi vejez que, si sobre comer fuera, que dixera que
hauíamos todos cargado demasiado. ¿Estás en tu seso, Sempronio? ¿Qué tiene que hazer tu
galardón con mi salario, tu soldada con mis mercedes? ¿Só yo obligada a soldar vuestras
armas, a complir vuestras faltas? A osadas, que me maten, si no te has asido a vna palabrilla,
que te dixe el otro día, viniendo por la calle, que quanto yo tenía era tuyo e que, en quanto
pudiesse con mis pocas fuerças, jamás te faltaría, e que, si Dios me diesse buena manderecha
Comentario [SC909]: Qué
tanta, cuanta, común entre los
clásicos.
Comentario [SC910]: Quería,
así solía escribirse a veces por
querría.
Comentario [SC911]: Mandar
es ofrecer en Castilla. No tener
donde caerse muerto, no tener
nada ni la tierra que se pisa.
Comentario [SC912]: CORR.,
311: Vive conmigo y busca quien
te mantenga, o nómbrate mío.
Comentario [SC913]: CORR.,
555: No le ha quedado cera en el
oído. Ídem, 225: No le quedó cera
en el oído. (Dice de uno que quedó
muy pobre.)
Comentario [SC914]: CORR.,
346: Quien mucho abarca, poco
aprieta.
con tu amo, que tú no perderías nada. Pues ya sabes, Sempronio, que estos ofrescimientos,
estas palabras [105] de buen amor no obligan. No ha de ser oro quanto reluze; si no más barato
valdría. ¿Dime, estoy en tu coraçón, Sempronio? Verás si, avnque soy vieja, si acierto lo que tú
puedes pensar. Tengo, hijo, en buena fe, más pesar, que se me quiere salir esta alma de enojo.
Di a esta loca de Elicia, como vine de tu casa, la cadenilla, que traxe para que se holgasse con
ella e no se puede acordar donde la puso. Que en toda esta noche ella ni yo no auemos
dormido sueño de pesar. No por su valor de la cadena, que no era mucho; pero por su mal
cobro della e de mi mala dicha. Entraron vnos conoscidos e familiares míos en aquella sazón
aquí: temo no la ayan leuado, diziendo: si te vi, burleme etc. Assí que, hijos, agora que quiero
hablar con entramos, si algo vuestro amo a mí me dio, deués mirar que es mío; que de tu jubón
de brocado no te pedí yo parte ni la quiero. Siruamos todos, que a todos dará, según viere que
lo merescen. Que si me ha dado algo, dos vezes he puesto por [106] él mi vida al tablero. Más
herramienta se me ha embotado en su seruicio, que a vosotros, más materiales he gastado.
Pues aués de pensar, hijos, que todo me cuesta dinero e avn mi saber, que no lo he alcançado
holgando. De lo qual fuera buen testigo su madre de Pármeno. Dios aya su alma. Esto trabajé
yo; a vosotros se os deue essotro. Esto tengo yo por oficio e trabajo; vosotros por recreación e
deleyte. Pues assí, no aués vosotros de auer ygual galardón de holgar, que yo de penar. Pero
avn con todo lo que he dicho, no os despidays, si mi cadena parece, de sendos pares de calças
de grana, que es el ábito que mejor en los mancebos paresce. E si no, recebid la voluntad, que
yo me callaré con mi pérdida. E todo esto, de buen amor, porque holgastes que houiesse yo
antes el prouecho destos passos, que no otra. E si no os contentardes, de vuestro daño farés.
SEMPRONIO.- No es esta la primera vez que yo he dicho quánto en los viejos reyna este
vicio de cobdicia. Quando pobre, franca; quando rica, auarienta. Assí que aquiriendo cresce la
cobdicia e la pobreza cobdiciando e ninguna cosa haze pobre al auariento, sino la riqueza. ¡O
Dios, e cómo cresce la necessidad con la abundancia! [107] ¡Quién la oyó esta vieja dezir que
me lleuasse yo todo el prouecho, si quisiesse, deste negocio, pensando que sería poco! Agora,
que lo vee crescido, no quiere dar nada, por complir el refrán de los niños, que dizen: de lo
poco, poco; de lo mucho, nada.
PÁRMENO.- Déte lo que prometió o tomémosselo todo. Harto te dezía yo quién era esta vieja,
si tú me creyeras.
CELESTINA.- Si mucho enojo traés con vosotros o con vuestro amo o armas, no lo quebreys
en mí. Que bien sé donde nasce esto, bien sé e barrunto de qué pie coxqueays. No cierto de la
necessidad, que teneys de lo que pedís, ni avn por la mucha cobdicia, que lo teneys; sino
pensando que os he de tener toda vuestra vida atados e catiuos con Elicia e Areusa, sin
quereros buscar otras, moueysme estas amenazas de dinero, poneysme estos temores de la
partición. Pues callá, que quien estas os supo acarrear, os dará otras diez agora, que ay más
conoscimiento e más razón e más merecido de vuestra parte. E si sé complir lo que prometo en
este caso, dígalo Pármeno. Dilo, dilo, no ayas empacho de contar cómo nos passó, quando a la
otra dolía la madre. [108]
SEMPRONIO.- Yo dígole que se vaya y abáxasse las bragas: no ando por lo que piensas. No
entremetas burlas a nuestra demanda, que con esse galgo no tomarás, si yo puedo, más
liebres. Déxate comigo de razones. A perro viejo no cuz cuz. Danos las dos partes por cuenta
de quanto de Calisto has recebido, no quieras que se descubra quién tú eres. A los otros, a los
otros, con essos halagos, vieja.
CELESTINA.- ¿Quién só yo, Sempronio? ¿Quitásteme de la putería? Calla tu lengua, no
amengües mis canas, que soy vna vieja qual Dios me hizo, no peor que todas. Viuo de mi
Comentario [SC915]: Cobro,
seguridad, resguardo y lugar donde
se guarda algo. Poem. Alf. XI, 487:
Castellanos muy gran cobro,
ovieron por ssu venida. J. PIN.,
Agr., 15, 5: Embraveado contra sí
por el mal cobro que había dado de
su mujer.
Comentario [SC916]: CORR.,
260 y 568: Si te vi, no me acuerdo.
Ídem, 260: Si te vi, no me
miembro de ti. Ídem, 260: Si te vi
no te conozco. Ídem, 261: Si me
viste, burleme; si no me viste,
calléme. Ídem, 261: Si me viste,
alcéosla; si no me viste, llevéosla.
Comentario [SC917]: Calças,
como pantalones de hoy, aunque
hasta las rodillas, o sean calzones.
Comentario [SC918]: De lo
poco..., refrán. Del que en mediana
fortuna parece liberal y
enriquecido se hace miserable.
Comentario [SC919]: CORR.,
288: Dígole que se vaya, y él
descálzase las bragas; o dígole
que se vaya, y él quitase las
bragas; o y él quitábase las
bragas, o desátase las bragas.
Ídem, 556: No andamos tras eso;
no ando yo tras eso. Ídem, 351:
Con ese galgo no mataréis más
liebres. (Que con aquel embuste y
traza no le engañará otra vez ni le
podrá valer nada.) Es repetir lo que
el autor dirá ahora mismo.
Comentario [SC920]: CORR.,
18: A perro viejo, no tus tus, o no
cuz, cuz, o nunca cuz, cuz. (Que no
se deja engañar, como el nuevo,
con halagos y pan.)
oficio, como cada qual oficial del suyo, muy limpiamente. A quien no me quiere no le busco. De
mi casa me vienen a sacar, en mi casa me ruegan. Si bien o mal viuo, Dios es el testigo de mi
coraçón. E no pienses con tu yra maltratarme, que justicia ay para todos: a todos es ygual. Tan
bien seré oyda, avnque muger, como vosotros, muy peynados. Déxame en mi casa con mi
fortuna. [109] E tú, Pármeno, no pienses que soy tu catiua por saber mis secretos e mi passada
vida e los casos, que nos acaescieron a mí e a la desdichada de tu madre. E avn assí me
trataua ella, quando Dios quería.
PÁRMENO.- No me hinches las narizes con essas memorias; si no, embiart'e con nueuas a
ella, donde mejor te puedas quexar.
CELESTINA.- ¡Elicia! ¡Elicia! Leuántate dessa cama, daca mi manto presto, que por los
sanctos de Dios para aquella justicia me vaya bramando como vna loca. ¿Qué es esto? ¿Qué
quieren dezir tales amenazas en mi casa? ¿Con una oueja mansa tenés vosotros manos e
braueza? ¿Con vna gallina atada? ¿Con una vieja de sesenta años? ¡Allá, allá, con los
hombres como vosotros, contra los que ciñen espada, mostrá vuestras yras; no contra mi flaca
rueca! Señal es de gran couardía acometer a los menores e a los que poco pueden. Las suzias
moxcas nunca pican sino los bueyes magros e flacos, los guzques ladradores a los pobres
peregrinos aquexan con [110] mayor ímpetu. Si aquella, que allí está en aquella cama, me
ouiesse a mi creydo, jamás quedaría esta casa de noche sin varón ni dormiríemos a lumbre de
pajas; pero por aguardarte, por serte fiel, padescemos esta soledad. E como nos veys mugeres,
hablays e pedís demasías. Lo qual, si hombre sintiessedes en la posada, no haríades. Que
como dizen: el duro aduersario entibia las yras e sañas.
SEMPRONIO.- ¡O vieja auarienta, garganta muerta de sed por dinero!, ¿no serás contenta
con la tercia parte de lo ganado?
CELESTINA.- ¿Qué tercia parte? Vete con Dios de mi casa tú. E essotro no dé vozes, no
allegue la vezindad. No me hagays salir de seso. No querays que salgan a plaza las cosas de
Calisto e vuestras.
SEMPRONIO.- Da bozes o gritos, que tú complirás lo que prometiste o complirán oy tus días.
ELICIA.- Mete, por Dios, el espada. Tenle, Pármeno, tenle, no la mate esse desuariado.
CELESTINA.- ¡Justicia!, ¡justicia!, ¡señores vezinos! ¡Justicia!, ¡que me matan en mi casa
estos rufianes!
SEMPRONIO.- ¿Rufianes o qué? Esperá, doña, hechizera, [111] que yo te haré yr al infierno
con cartas.
CELESTINA.- ¡Ay, que me ha muerto! ¡Ay, ay! ¡Confessión, confessión!
PÁRMENO.- Dále, dále, acábala, pues començaste. ¡Que nos sentirán! ¡Muera!, ¡muera! De
los enemigos los menos.
CELESTINA.- ¡Confessión!
ELICIA.- ¡O crueles enemigos! ¡En mal poder os veays! ¡E para quién touistes manos! Muerta
es mi madre e mi bien todo.
SEMPRONIO.- ¡Huye!, ¡huye! Pármeno, que carga mucha gente. ¡Guarte!, ¡guarte!, que viene
el alguazil.
PÁRMENO.- ¡O pecador de mí!, que no ay por dó nos vamos, que está tomada la puerta.
SEMPRONIO.- Saltemos destas ventanas. No muramos en poder de justicia.
PÁRMENO.- Salta, que tras ti voy.
Comentario [SC921]: Quando
Dios quería. CORR., 370: Cuando
Dios quería, allende la barba
escupía; ahora que no puedo,
escúpome aquí luego. (Cuando
Dios quería se dice acordándose y
haciendo mención de mejor tiempo
y fortuna.)
Comentario [SC922]: Hincha
rle las narices, enojarle, LEÓN,
Job, 32, 2: Ansí dicen en aquella
lengua, cuando uno se enoja, como
en la nuestra decimos que se
hinchan las narices cuando
queremos hablar de la ira.
Comentario [SC923]: CORR.,
86: El duro adversario amansa las
furias del contrario. Ídem: El
fuerte adversario aplaca las iras
del más flaco.
Comentario [SC924]: Refrán
común.
[113]
Aucto trezeno
ARGUMENTO DEL TREZENO AUTO
Despertando Calisto de dormir está hablando consigo mismo. Dende vn poco está llamando a
Tristán e a otros sus criados. Torna a dormir Calisto. Pónese Tristán a la puerta. Viene Sosia
llorando. Preguntado de Tristán, Sosia cuéntale la muerte de Sempronio e Pármeno. Van a
dezir las nueuas a Calisto, el qual sabiendo la verdad faze grande lamentación.
CALISTO, TRISTÁN, SOSIA.
CALISTO.- ¡O cómo he dormido tan a mi plazer, después de aquel açucarado rato, después
de aquel angélico razonamiento! Gran reposo he tenido. El sossiego e descanso ¿proceden de
mi alegría o causó el trabajo corporal mi mucho dormir o la gloria e plazer del ánimo? E no me
marauillo que lo vno e lo otro se juntassen a cerrar los candados de mis ojos, pues trabajé con
el cuerpo e persona e holgué con el espíritu [114] e sentido la passada noche. Muy cierto es
que la tristeza acarrea pensamiento e el mucho pensar impide el sueño, como a mí estos días
es acaescido con la desconfiança, que tenía, de la mayor gloria, que ya poseo. ¡O señora e
amor mío, Melibea! ¿Qué piensas agora? ¿Si duermes o estás despierta? ¿Si piensas en mí o
en otro? ¿Si estás leuantada o acostada? ¡O dichoso e bienandante Calisto, si verdad es que
no ha sido sueño lo pasado! ¿Soñelo o no? ¿Fue fantaseado o passó en verdad? Pues no
estuue solo; mis criados me acompañaron. Dos eran. Si ellos dizen que passó en verdad,
creerlo he segund derecho. Quiero mandarlos llamar para más firmar mi gozo. ¡Tristanico!,
¡moços!, ¡Tristanico! Leuantate de ay.
TRISTÁN.- Señor, leuantado estoy.
CALISTO.- Corre, llámame a Sempronio e a Pármeno.
TRISTÁN.- Ya voy, señor.
CALISTO.Duerme e descansa, penado,
desde agora:
pues te ama tu señora
de tu grado. [115]
Vençe plazer al cuydado
e no le vea,
pueste ha fecho su priuado
Melibea.
TRISTÁN.- Señor, no ay ningún moço en casa.
CALISTO.- Pues abre essas ventanas, verás qué hora es.
TRISTÁN.- Señor, bien de día.
CALISTO.- Pues tórnalas a cerrar e déxame dormir hasta que sea hora de comer.
Comentario [SC925]: Bienan
dante, dichoso, véase HITA, mi
edic.
Comentario [SC926]: Segund
derecho, han de ser dos los
testigos. CORR., 293: Dos testigos
matan a un hombre.
Comentario [SC927]: Tristán,
nombre tomado de la leyenda
conocida del ciclo bretón.
TRISTÁN.- Quiero baxarme a la puerta, porque duerma mi amo sin que ninguno le inpida e a
quantos le buscaren se le negaré. ¡O qué grita suena en el mercado! ¿Qué es esto? Alguna
justicia se haze o madrugaron a correr toros. No sé qué me diga de tan grandes vozes como se
dan. De allá viene Sosia, el moço d' espuelas. Él me dirá qué es esto. Desgreñado viene el
vellaco. En alguna tauerna se deue hauer rebolcado. E si mi amo le cae en el rastro, mandarle
ha dar dos mil palos. Que, aynque es algo loco, la pena le hará cuerdo. Parece que viene
llorando. ¿Qué es esto, Sosia? ¿Por qué lloras? ¿De dó vienes?
SOSIA.- ¡O malauenturado yo e qué pérdida [116] tan grande! ¡O desonrra de la casa de mi
amo! ¡O qué mal día amanesció éste! ¡O desdichados mancebos!
TRISTÁN.- ¿Qué es? ¿Qué has? ¿Por qué te matas? ¿Qué mal es éste?
SOSIA.- Sempronio e Pármeno...
TRISTÁN.- ¿Qué dizes, Sempronio e Pármeno? ¿Qué es esto, loco? Aclárate más, que me
turbas.
SOSIA.- Nuestros compañeros, nuestros hermanos...
TRISTÁN.- O tú estás borracho o has perdido el seso o traes alguna mala nueua. ¿No me
dirás qué es esto, que dizes, destos moços?
SOSIA.- Que quedan degollados en la plaça.
TRISTÁN.- ¡O mala fortuna la nuestra, si es verdad! ¿Vístelos cierto o habláronte?
SOSIA.- Ya sin sentido yuan; pero el uno con harta difficultad, como me sintió que con lloro le
miraua, hincó los ojos en mí, alçando las manos al cielo, quasi dando gracias a Dios e como
preguntándome qué sentía de su morir. Y en señal de triste despedida abaxó su cabeça con
lágrimas en los ojos, dando bien a entender que no me auía de ver más hasta el día del gran
juyzio.
TRISTÁN.- No sentiste bien; que sería preguntarte si estaua presente Calisto. E pues tan
claras [117] señas traes deste cruel dolor, vamos presto con las tristes nueuas a nuestro amo.
SOSIA.- ¡Señor!, ¡señor!
CALISTO.- ¿Qué es esso, locos? ¿No os mandé que no me recordásedes?
SOSIA.- Recuerda e leuanta, que si tú no buelues por los tuyos, de cayda vamos. Sempronio
e Pármeno quedan descabeçados en la plaça, como públicos malhechores, con pregones que
manifestauan su delito.
CALISTO.- ¡O válasme Dios! ¿E qué es esto que me dizes? No sé si te crea tan acelerada e
triste nueua. ¿Vístelos tú?
SOSIA.- Yo los vi.
CALISTO.- Cata, mira qué dizes, que esta noche han estado comigo.
SOSIA.- Pues madrugaron a morir.
CALISTO.- ¡O mis leales criados! ¡O mis grandes seruidores! ¡O mis fieles secretarios e
consejeros! ¿Puede ser tal cosa verdad? ¡O amenguado Calisto! Desonrrado quedas para toda
tu vida. ¿Qué será de ti, muertos tal par de criados? Dime, por Dios, Sosia, ¿qué fue la [118]
causa? ¿Qué dezía el pregón? ¿Donde los tomaron? ¿Qué justicia lo hizo?
SOSIA.- Señor, la causa de su muerte publicaua el cruel verdugo a vozes, diziendo: Manda la
justicia que mueran los violentos matadores.
Comentario [SC928]: Sosia,
nombre de esclavo en los cómicos
latinos.
Comentario [SC929]: CORR.,
81: El loco por la pena es cuerdo.
Comentario [SC930]: Record
ar, despertar. A. ALV., Silv.
Mand., 7 c.: Como con el sueño
pasado, cuando recuerda. Ídem:
Como que hoy recordara del
sueño.
CALISTO.- ¿A quién mataron tan presto? ¿Qué puede ser esto? No ha quatro horas que de
mí se despidieron. ¿Cómo se llamaua el muerto?
SOSIA.- Señor, vna muger, que se llamaua Celestina.
CALISTO.- ¿Qué me dizes?
SOSIA.- Esto que oyes.
CALISTO.- Pues si esso es verdad, mátame tú a mí, yo te perdono: que más mal ay, que viste
ni puedes pensar, si Celestina, la de la cuchillada, es la muerta.
SOSIA.- Ella mesma es. De más de treynta estocadas la vi llagada, tendida en su casa,
llorándola vna su criada.
CALISTO.- ¡O tristes moços! ¿Cómo yuan? ¿Viéronte? ¿Habláronte?
SOSIA.- ¡O señor!, que, si los vieras, quebraras el coraçón de dolor. El vno lleuaua todos los
sesos de la cabeça de fuera, sin ningún sentido; el otro quebrados entramos braços e la cara
[119] magullada. Todos llenos de sangre. Que saltaron de vnas ventanas muy altas por huyr del
aguazil. E assí casi muertos les cortaron las cabeças, que creo que ya no sintieron nada.
CALISTO.- Pues yo bien siento mi honrra. Pluguiera a Dios que fuera yo ellos e perdiera la
vida e no la honrra, e no la esperança de conseguir mi començado propósito, que es lo que más
en este caso desastrado siento. ¡O mi triste nombre e fama, cómo andas al tablero de boca en
boca! ¡O mis secretos más secretos, quán públicos andarés por las plaças e mercados! ¿Qué
será de mí? ¿Adonde yré? ¿Que salga allá?: a los muertos no puedo ya remediar. ¿Que me
esté aquí?: parescerá couardía. ¿Qué consejo tomaré? Dime, Sosia, ¿qué era la causa porque
la mataron?
SOSIA.- Señor, aquella su criada, dando vozes, llorando su muerte, la publicaua a quantos la
querían oyr, diziendo que porque no quiso partir con ellos vna cadena de oro, que tú le diste.
CALISTO.- ¡O día de congoxa! ¡O fuerte tribulación! ¡E en qué anda mi hazienda de mano en
[120] mano e mi nombre de lengua en lengua! Todo será público quanto con ella e con ellos
hablaua, quanto de mí sabían, el negocio en que andauan. No osaré salir ante gentes. ¡O
pecadores de mancebos, padecer por tan súpito desastre! ¡O mi gozo, cómo te vas
diminuiendo! Prouerbio es antigo, que de muy alto grandes caydas se dan. Mucho hauía
anoche alcançado; mucho tengo oy perdido. Rara es la bonança en el piélago. Yo estaua en
título de alegre, si mi ventura quisiera tener quedos los ondosos vientos de mi perdición. ¡O
fortuna, quánto e por quántas partes me has combatido! Pues, por más que sigas mi morada e
seas contraria a mi persona, las aduersidades con ygual ánimo se han de sofrir e en ellas se
prueua el coraçón rezio o flaco. No ay mejor toque para conoscer qué quilates [121] de virtud o
esfuerço tiene el hombre. Pues por más mal e daño que me venga, no dexaré de complir el
mandado de aquella por quien todo esto se ha causado. Que más me va en conseguir la
ganancia de la gloria que espero, que en la pérdida de morir los que murieron. Ellos eran
sobrados e esforzados: agora o en otro tiempo de pagar hauían. La vieja era mala e falsa,
según parece que hazía trato con ellos e assí que riñieron sobre la capa del justo. Permissión
fue diuina que assí acabasse en pago de muchos adulterios, que por su intercessión o causa
son cometidos. Quiero hazer adereçar a Sosia e a Tristanico. Yrán comigo este tan esperado
camino. Lleuarán escalas, que son muy altas las paredes. Mañana haré que vengo de fuera, si
pudiere vengar estas muertes; si no, pagaré mi inocencia con mi fingida absencia o me fingiré
loco, por mejor gozar deste sabroso deleyte de mis amores, como hizo aquel gran capitán
Ulixes por euitar la batalla troyana e holgar con Penélope su muger.
Comentario [SC931]: La de
la cuchillada o chirlo en la cara.
Comentario [SC932]: No
concuerda con esto del autor del no
sentir nada lo que puso el corrector
antes de haberle mirado, y que
abaxó la cabeça con lagrimas en
los ojos, etc.
Comentario [SC933]: Andar
al tablero, en peligro, metáfora del
juego, como poner al tablero,
aventurar.
Comentario [SC934]: Súpito
es vulgar. Entrem. s. XVII, 128:
¿Qué es la causa de tan súpita
mudanza?
Comentario [SC935]: Prover
bio. A gran subida, gran caída, o
Cuanto mayor es la subida, mayor
es la descendida. En Petrarca, De
Remed., traduc. de Francisco
Madrid, I, 17: «Agora te diré que
de lo alto son las grandes caydas y
en el alto mar pocas vezes se halla
reposo. De lo baxo no temas la
cayda ni en seco ahogarte... Por
ventura no vees que las cosas
humanas se rebuelven como un
remolino o que al sosegado mar se
sigue turbia tempestad.»
Comentario [SC936]: O
fortuna quanto e. Del Petrarca,
como cree FARINELLI, acaso de
aquel lugar De Remed., trad.
Francisco Madrid, I, 17: «Cierto
no impropriamente los marineros
llaman a la tempestad fortuna, que
la gran fortuna gran tempestad es.»
Comentario [SC937]: Sobrad
o, arrojado de valiente, de sobrar,
vencer (HITA, mi edic.).
Comentario [SC938]: CORR.,
265: Sobre la capa del justo.
(Cuando hay contienda sobre lo
ajeno.)
Comentario [SC939]: Lo del
corrector es una salida de pie de
banco.
[123]
Aucto quatorzeno
ARGUMENTO DEL QUATORZENO AUTO
Está Melibea muy afligida hablando con Lucrecia sobre la tardança de Calisto, el qual le auía
hecho voto de venir en aquella noche a visitalla, lo qual cumplió, e con él vinieron Sosia e
Tristán. E después que cumplió su voluntad boluieron todos a la posada ¿Calisto se retrae en
su palacio e quéxase por auer estado tan poca quantidad de tiempo con Melibea e ruega a
Febo que cierre sus rayos, para hauer de restaurar su desseo.
MELIBEA, LUCRECIA, SOSIA, TRISTÁN, CALISTO.
MELIBEA.- Mucho se tarda aquel cauallero que esperamos. ¿Qué crees tú o sospechas de su
estada, Lucrecia? [124]
LUCRECIA.- Señora, que tiene justo impedimiento e que no es en su mano venir más presto.
MELIBEA.- Los ángeles sean en su guarda, su persona esté sin peligro, que su tardanza no
me es pena. Mas, cuytada, pienso muchas cosas, que desde su casa acá le podrían acaecer.
¿Quién sabe, si él, con voluntad de venir al prometido plazo en la forma que los tales mancebos
a las tales horas suelen andar, fue topado de los alguaziles noturnos e sin le conocer le han
acometido, el qual por se defender los offendió o es dellos offendido? ¿O si por caso los
ladradores perros con sus crueles dientes, que ninguna differencia saben hazer ni acatamiento
de personas, le ayan mordido? ¿O si ha caydo en alguna callada o hoyo, donde algún daño le
viniesse? ¡Mas, o mezquina de mí! ¿Qué son estos inconuenientes, que el concebido amor me
pone delante e los atribulados ymaginamientos [125] me acarrean? No plega a Dios que
ninguna destas cosas sea, antes esté quanto le plazerá sin verme. Mas escucha, que passos
suenan en la calle e avn parece que hablan destotra parte del huerto.
SOSIA.- Arrima essa escalera, Tristán, que este es el mejor lugar, avnque alto.
TRISTÁN.- Sube, señor. Yo yré contigo, porque no sábemos quién está dentro. Hablando
están.
CALISTO.- Quedaos, locos, que yo entraré solo, que a mi señora oygo.
MELIBEA.- Es tu sierua, es tu catiua, es la que más tu vida que la suya estima. ¡O mi señor!,
no saltes de tan alto, que me moriré en verlo; baxa, baxa poco a poco por el escala; no vengas
con tanta pressura.
CALISTO.- ¡O angélica ymagen! ¡O preciosa perla, ante quien el mundo es feo! ¡O mi señora
e mi gloria! En mis braços te tengo e no lo creo. Mora en mi persona tanta turbación de [126]
plazer, que me haze no sentir todo el gozo, que poseo.
MELIBEA.- Señor mío, pues me fié en tus manos, pues quise complir tu voluntad, no sea de
peor condición por ser piadosa, que si fuera esquiua e sin misericordia; no quieras perderme
por tan breue deleyte e en tan poco espacio. Que las malfechas cosas, después de cometidas,
más presto se pueden reprehender que emendar. Goza de lo que yo gozo, que es ver e llegar a
Comentario [SC940]: En B:
«Esperando Melibea la venida de
Calisto en la huerta, habla con
Lucrecia. Viene Calisto con dos
criados suyos Tristán y Sosia:
ponenle el escalera, sube por ella y
métese en la huerta onde halla a
Melibea. Apartase Lucrecia;
quedan los dos solos. Acabado su
negocio, quiere salir Calisto, el
qual por la escuridad de la noche
erró la escala: cae e muere.
Melibea por las vozes e lamientos
de sus criados sabe la desastrada
muerte de su amado: amortesce;
Lucrecia la consuela.»
Verdaderamente que, muertos
Celestina y los dos mozos,
instrumentos de los amores, ellos
deben llegar presto a su fin, y
comenzada con estas tres muertes
la tragedia, debe acabarse presto
sin interrumpirse lo trágico. Pero al
corrector le pareció mejor lo
contrario, tan sólo por el intento de
alargar la obra, y la alarga por más
de un mes, sin que se apriete más
el nudo, antes aflojándolo con un
episodio extraño y desvirtuando
todo el afecto trágico, que iba
creciendo. Los dramaturgos y
novelistas dirán si esto es ingenio o
necedad de marca.
Comentario [SC941]: Todo
esto es un tópico de maestro de
retórica.
Comentario [SC942]: Escuch
a, en V: oye, oye.
Comentario [SC943]: Aunque
alto. Es preparación para que no
extrañe luego el lector la caída y
que se le pasó por alto al corrector.
Comentario [SC944]: Pressur
a, como priesa, del mismo
prensus, -a, -ura.
tu persona; no pidas ni tomes aquello que, tomado, no será en tu mano boluer. Guarte, señor,
de dañar lo que con todos tesoros del mundo no se restaura.
CALISTO.- Señora, pues por conseguir esta merced toda mi vida he gastado, ¿qué sería,
quando me la diessen, desechalla? Ni tú, señora, me lo mandarás ni yo podría acabarlo
comigo. No me pidas tal couardía. No es fazer tal cosa de ninguno, que hombre sea,
mayormente amando como yo. Nadando por este fuego de tu desseo toda mi vida, ¿no quieres
que me arrime al dulce puerto a descansar de mis passados trabajos?
MELIBEA.- Por mi vida, que avnque hable tu lengua quanto quisiere, no obren las manos
quanto pueden. Está quedo, señor mío. Bástete, pues ya soy tuya, gozar de lo esterior, desto
[127] que es propio fruto de amadores; no me quieras robar el mayor don, que la natura me ha
dado. Cata que del buen pastor es propio tresquillar sus ouejas e ganado; pero no destruyrlo y
estragarlo.
CALISTO.- ¿Para qué, señora? ¿Para que no esté queda mi passión? ¿Para penar de
nueuo? ¿Para tornar el juego de comienço? Perdona, señora, a mis desuergonçadas manos,
que jamás pensaron de tocar tu ropa con su indignidad e poco merecer; agora gozan de llegar a
tu gentil cuerpo e lindas e delicadas carnes.
MELIBEA.- Apártate allá, Lucrecia.
CALISTO.- ¿Por qué, mi señora? Bien me huelgo que estén semejantes testigos de mi gloria.
MELIBEA.- Yo no los quiero de mi yerro. Si pensara que tan desmesuradamente te auías de
hauer comigo, no fiara mi persona de tu cruel conuersación.
SOSIA.- Tristán, bien oyes lo que passa. ¡En qué términos anda el negocio!
TRISTÁN.- Oygo tanto, que juzgo a mi amo por el más bienauenturado hombre que nasció. E
[128] por mi vida que, avnque soy mochacho, que diesse tan buena cuenta como mi amo.
SOSIA.- Para con tal joya quienquiera se ternía manos; pero con su pan se la coma, que bien
caro le cuesta: dos moços entraron en la salsa destos amores.
TRISTÁN.- Ya los tiene oluidados. ¡Dexaos morir siruiendo a ruynes, hazed locuras en
confiança de su defensión! Viuiendo con el Conde, que no matase al hombre, me daua mi
madre por consejo. Veslos a ellos alegres e abraçados e sus seruidores con harta mengua
degollados.
MELIBEA.- ¡O mi vida e mi señor! ¿Cómo has quisido que pierda el nombre e corona de
virgen por tan breue deleyte? ¡O pecadora de mi madre, si de tal cosa fueses sabidora, cómo
tomarías de grado tu muerte e me la darías a mí por fuerça! ¡Cómo serías cruel verdugo de tu
propia sangre! ¡Cómo sería yo fin quexosa de tus días! ¡O mi padre honrrado, cómo he dañado
tu fama e dado causa e lugar a quebrantar tu casa! ¡O traydora de mí, cómo no miré [129]
primero el gran yerro que seguía de tu entrada, el gran peligro que esperaua!
SOSIA.- ¡Ante quisiera yo oyrte esos miraglos! Todas sabes essa oración, después que no
puede dexar de ser hecho. ¡E el bouo de Calisto, que se lo escucha!
CALISTO.- Ya quiere amanecer. ¿Qué es esto? No me paresce que ha vna hora, que
estamos aquí, e da el relox las tres.
MELIBEA.- Señor, por Dios, pues ya todo queda por ti, pues ya soy tu dueña, pues ya no
puedes negar mi amor, no me niegues tu vista de día, passando por mi puerta; de noche donde
tú ordenares. Sea tu venida por este secreto lugar a la mesma ora, porque siempre te espere
apercebida del gozo con que quedo, esperando las venideras noches. E por el presente te ve
Comentario [SC945]: Esto se
enhebra, no con lo del corrector,
sino con lo del autor: Esta quedo...
¿Para que no esté queda mi
passión?
Comentario [SC946]: Con su
pan se la coma. Allá ellos. CORR.,
352.
Comentario [SC947]: CORR.,
124: En hoto del conde no mates al
hombre, que morirá el conde y
pagarás el hombre, o y pedirte han
el hombre.
Comentario [SC948]: Miragl
os, de miraclu(m), luego, por
metátesis, milagro.
Comentario [SC949]: Quiere
amanecer, va a, está para. Cid,
235: Apriessa cantan los gallos e
quieren quebrar albores. HERR.,
Agr., 3, 27: Cuando la higuera
quiere comenzar a brotar.
Comentario [SC950]: De
día... donde tu, en V: y las más
noches que. Por el modesto y
vergonzoso ordenares pone el
corrector la desenvoltura con que
después pintará ya a Melibea, la
cual no conoció en ella el autor.
con Dios, que no serás visto, que haze muy [130] escuro, ni yo en casa sentida, que avn no
amanesce.
CALISTO.- Moços, poné el escala.
SOSIA.- Señor, vesla aquí. Baxa.
MELIBEA.- Lucrecia, vente acá, que estoy sola. Aquel señor mío es ydo. Comigo dexa su
coraçón, consigo lleua el mío. ¿Asnos oydo?
LUCRECIA.- No, señora, dormiendo he estado. [131]
SOSIA.- Tristán, deuemos yr muy callando, porque suelen leuantarse a esta hora los ricos, los
cobdiciosos de temporales bienes, los deuotos de templos, monesterios e yglesias, los
enamorados como nuestro amo, los trabajadores de los campos e labranças, e los pastores que
en este tiempo traen las ouejas a estos apriscos a ordeñar, e podría ser que cogiessen de
pasada alguna razón, por do toda su honrra e la de Melibea se turbasse.
TRISTÁN.- ¡O simple rascacauallos! ¡Dizes que callemos e nombras su nombre della! Bueno
eres para adalid o para regir gente en tierra de moros de noche. Assí que, prohibiendo,
permites; encubriendo, descubres; assegurando, offendes; callando, bozeas e pregonas;
preguntando, respondes. Pues tan sotil e discreto eres, ¿no me dirás en qué mes cae Santa
María de Agosto, Porque sepamos si ay harta paja en casa que comas ogaño?
CALISTO.- Mis cuydados e los de vosotros no son todos vnos. Entrad callando, no nos
sientan en casa. Cerrad essa puerta e vamos a reposar, que yo me quiero sobir solo a mi
camara. Yo me desarmaré. Id vosotros a vuestras camas. [132]
CALISTO.- ¡O mezquino yo!, quanto me es agradable de mi natural la solicitud e silencio e
escuridad. No sé si lo causa que me vino a la memoria la trayción, que fize en me despartir de
aquella señora, que tanto amo, hasta que más fuera de día, o el dolor de mi deshonrra. ¡Ay, ay!,
que esto es. Esta herida es la que siento agora, que se ha resfriado. Agora que está elada la
sangre, que ayer heruía; agora que veo la mengua de mi casa, la falta de mi seruicio, la
perdición de mi patrimonio, la infamia que tiene mi persona de la muerte, que de mis criados se
ha seguido. ¿Qué hize? ¿En qué me detuue? ¿Cómo me puedo soffrir, que no me mostré luego
presente, como hombre injuriado, vengador, [133] soberuio e acelerado de la manifiesta
injusticia que me fue hecha? ¡O mísera suauidad desta breuíssima vida! ¿Quién es de ti tan
cobdicioso que no quiera más morir luego, que gozar vn año de vida denostado e prorogarle
con deshonrra, corrompiendo la buena fama de los passados? Mayormente que no ay hora
cierta ni limitada ni avn vn solo momento. Deudores somos sin tiempo, contino estamos
obligados a pagar luego. ¿Por qué no salí a inquirir siquiera la verdad de la secreta causa de mi
manifiesta perdición? ¡O breue deleyte mundano! ¡Cómo duran poco e cuestan mucho tus
dulçores! No se compra tan caro el arrepentir. ¡O triste yo! ¿Quando se restaurará tan grande
pérdida? ¿Qué haré? ¿Qué consejo tomaré? ¿A quién descobriré mi mengua? ¿Por qué lo celo
a los otros mis seruidores e parientes? Tresquílanme en concejo e no lo saben en mi casa. Salir
quiero; pero, si salgo para dezir que he estado presente, es tarde; si absente, es temprano. E
para proueer amigos e criados antiguos, parientes e allegados, es menester tiempo e para
buscar armas e otros aparejos de vengança. ¡O cruel juez!, ¡e qué mal pago me has dado del
pan, que [134] de mi padre comiste! Yo pensaua que pudiera con tu fauor matar mill hombres
sin temor de castigo, iniquo falsario, perseguidor de verdad, hombre de baxo suelo. Bien dirán
de ti que te hizo alcalde mengua de hombres buenos. Mirarás que tú e los que mataste, en
seruir a mis passados e a mí, érades compañeros; mas, quando el vil está rico, no tiene
Comentario [SC951]: Aquí
venía en la Comedia, tras la gran
dicha de los amantes, la repentina
mudanza de la fortuna y el trágico
fin de entrambos (auto 19):
¡Escucha, escucha!, ¡gran mal es
este! Este gran efecto trágico, nudo
de toda la obra, en que el autor
puso todo su empeño, y que hace
la unidad de toda ella y su
grandiosidad dramática, lo
destruye el corrector rompiéndolo
de un hachazo, con ingerir todos
esos autos, descosidos de la acción
verdadera que, no sólo no
contribuyen a ella, sino que la
degüellan lastimosamente. El
autor, que con tan sutil agudeza
prepara toda la acción y con tan
soberano ingenio iba a levantarla
aquí a lo más trágico, haciendo se
despeñase de un golpe la felicidad
de los amantes, no es posible
perdiera de tal manera los estribos
que se olvidara de todo y se
olvidara tan neciamente de...sí.[346]
¿Fue
Comentario [SC952]: Adviert
a el discreto lector cuán otro es el
que aquí comienza a escribir. ¡Qué
flema de mozos, qué predicaciones
trasnochadas!
Comentario [SC953]: En
lugar de gozarse con lo alcanzado,
el Calisto del corrector se divierte
en llorar la deshonra causada con
la muerte de sus criados. Y luego
se embarca en consideraciones
sobre la brevedad de la vida. No es
este el Calisto del autor. Más
parece primero caballero vengativo
... [347]
Comentario [SC954]: Veo la
mengua de mi casa, la perdición de
mi patrimonio. Véase a Lucrecio
(l. 4, v. 1113): «Adde quod
absumunt vires pereuntque labore.
| Adde quod alterius sub nutu
degitur aetas | labitur interea res,
et vadimonia fiunt; | languent
officia atque aegratat fama... [348]
Comentario [SC955]: CORR.,
429: Tresquílanme en concejo, y
no lo saben en mi casa. Consejo
dice el texto.
Comentario [SC956]: Ahora
la emprende con el juez, que
parece comió el pan de su padre,
esto es, que le sirvió. Esta
invectiva feroz contra los jueces va
contra la manera de proceder del
autor de la primitiva Celestina, el
cual nunca se entremete a sátiras
que no tengan que ver con...
el [349]
Comentario [SC957]: CORR.,
10: A falta de hombres buenos,
hicieron a mi padre alcalde, o sois
alcalde, padre.
pariente ni amigo. ¿Quién pensara que tú me auías de destruyr? No ay, cierto, cosa más
empecible, qu' el incogitado enemigo. ¿Por qué quesiste que dixessen: del monte sale con que
se arde e que crié cueruo que me sacasse el ojo? Tú eres público delinquente e mataste a los
que son priuados. E pues sabe que menor delito es el priuado que el público, menor su vtilidad,
según las leyes de Atenas [135] disponen. Las quales no son escritas con sangre; antes
muestran que es menor yerro no condenar los malhechores, que punir los innocentes. ¡O quan
peligroso es seguir justa causa delante injusto juez! Quánto más este excesso de mis criados,
que no carescía de culpa. Pues mira, si mal has hecho, que ay sindicado en el cielo y en la
tierra: assí que a Dios e al rey serás reo e a mí capital enemigo. ¿Qué peccó el vno por lo que
hizo el otro, que por solo ser su compañero los mataste a entrambos? ¿Pero qué digo? ¿Con
quién hablo? ¿Estoy en mi seso? ¿Qué es esto, Calisto? ¿Soñauas, duermes o velas? ¿Estás
en pie o acostado? Cata que estás en tu cámara. ¿No vees que el offendedor no está
presente? ¿Con quién lo has? Torna en ti. Mira que nunca los absentes se hallaron justos. Oye
entrambas partes para sentenciar. ¿No vees que por executar la justicia no auía de mirar
amistad ni deudo ni criança? ¿No miras que la ley tiene de ser ygual a todos? Mira que Rómulo,
el primer cimentador de Roma, mató a su propio hermano, porque la ordenada ley traspassó.
[136] Mira a Torcato romano, cómo mató a su hijo, porque excedió la tribunicia constitución.
Otros muchos hizieron lo mesmo. Considera que, si aquí presente él estouiese, respondería
que hazientes e consintientes merecen ygual pena; avnque a entrambos matasse por lo que el
vno pecó. E que, si aceleró en su muerte, que era crimen notorio e no eran necessarias muchas
prueuas e que fueron tomados en el acto del matar: que ya estaua el vno muerto de la cayda
que dio. E también se deue creer que aquella lloradera moça, que Celestina tenía en su casa, le
dio rezia priessa con su triste llanto e él, por no hazer bullicio, por no me disfamar, por no
esperar a que la gente se leuantasse e oyessen el pregón, del qual gran infamia se me siguía,
los mandó justiciar tan de mañana, pues era forçoso el verdugo y bozeador para la execución e
su descargo. Lo qual todo, assí como creo es hecho, antes le quedo deudor e obligado para
quanto biua, no como a criado de mi padre, pero como a verdadero hermano. E puesto caso
que assí no fuesse, puesto caso que no [137] echasse lo passado a la mejor parte, acuérdate,
Calisto, del gran gozo passado. Acuérdate de tu señora e tu bien todo. E pues tu vida no tienes
en nada por su seruicio, no has de tener las muertes de otros, pues ningún dolor ygualará con
el rescebido plazer.
¡O mi señora e mi vida! Que jamás pensé en absencia offenderte. Que paresce que tengo en
poca estima la merced, que me has hecho. No quiero pensar en enojo, no quiero tener ya con
la tristeza amistad. ¡O bien sin comparación! ¡O insaciable contentamiento! ¿E quándo pidiera
yo más a Dios por premio de mis méritos, si algunos son en esta vida, de lo que alcançado
tengo? ¿Por qué no estoy contento? Pues no es razón ser ingrato a quien tanto bien me ha
dado. ¡Quiérolo conocer, no quiero con enojo perder mi seso, porque perdido no cayga de tan
alta possessión! No quiero otra honrra; ni otra gloria, no otras riquezas, no otro padre ni madre,
no otros deudos no parientes. De día estaré en mi cámara, de noche en aquel parayso dulce,
en aquel alegre vergel, entre aquellas suaues plantas [138] e fresca verdura. ¡O noche de mi
descanso, si fuesses ya tornada! ¡O luziente Febo, date priessa a tu acostumbrado camino! ¡O
deleytosas estrellas, apareceos ante de la continua orden! ¡O espacioso relox, avn te vea yo
arder en biuo fuego de amor! Que si tú esperasses lo que yo, quando des doze, jamás estarías
arrendado a la voluntad del maestro, que te compuso. Pues ¡vosotros, inuernales meses, que
agora estays escondidos!: ¡viniessedes con vuestras muy complidas noches a trocarlas por
estos prolixos días! Ya me paresce hauer vn año, que no he visto aquel suaue descanso, aquel
Comentario [SC958]: CORR.,
366: Cuando el vil enriquece, no
conoce hermano ni pariente.
Comentario [SC959]: Del
monte sale quien el monte quema,
dice el refrán; el del texto no está
en Correas.
Comentario [SC960]: CORR.,
376: Cría el cuervo y sacarte ha el
ojo. (Solía decirse el corvo, para
guardar consonancia: «cría el
corvo y sacarte ha el ojo».)
Comentario [SC961]: De
Atenas, y de todas partes.
Comentario [SC962]: ¿Estoy
en mi seso? Realmente no lo
estaba en el suyo el autor, si tal
escribió. Pero todavía no ha
acabado este desventurado de
Calisto de parlar de todo menos de
lo que debiera tener en el corazón.
Rómulo y Torcuato le aguardan.
Comentario [SC963]: Torcato
. Del Laberinto (c. 216): «Estaba
Torquato de digna memoria, /
siendo del hijo cruel matador, /
maguera lo vido venir vencedor, /
porque pasara la ley ya notoria.»
(Véase LIVIO, l. 8.)
Comentario [SC964]: Acuérd
ate, ¡oh corrector!, de que ya es
hora de que piense en su señora y
no en Torcuatos ni Rómulos, que
jamás el autor fue tan
desmemoriado ni tan posma.
Además, el autor, en vez de Juan
de Mena, hubiera leído y traído
cosas del Petrarca, De Remed., 2,
46, donde trata en estas cosas.
deleytoso refrigerio de mis trabajos. ¿Pero qué es lo que demando? ¿Qué pido, loco, sin
sufrimiento? Lo que jamás fue ni puede ser. No aprenden los cursos naturales a rodearse sin
orden, que a todos es vn ygual curso, a todos vn mesmo espacio para muerte y vida, un
limitado término a los secretos mouimientos del alto firmamento celestial de los planetas y
norte, de los crescimientos e mengua de la menstrua luna. Todo se rige con vn freno ygual,
todo se mueue con igual espuela: cielo, tierra, mar, fuego, viento, calor, frío ¿Qué me
aprouecha a mí que dé doze [139]horas el relox de hierro, si no las ha dado el del cielo? Pues,
por mucho que madrugue, no amanesce más ayna.
Pero tú, dulce ymaginacion, tú que puedes, me acorre. Trae a mi fantasía la presencia
angélica de aquella ymagen luziente, buelue a mis oydos el suaue son de sus palabras,
aquellos desuíos sin gana, aquel apártate allá, señor, no llegues a mí, aquel no seas descortés,
que con sus rubicundos labrios vía sonar, aquel no quieras mi perdición, que de rato en rato
proponía, aquellos amorosos abraços entre palabra e palabra, aquel soltarme e prenderme,
aquel huyr e llegarse, aquellos açucarados besos, aquella final salutación con que se me
despidió. ¡Con quanta pena salió por su boca! ¡Con quantos desperezos! ¡Con quantas
lágrimas, que parescían granos de aljofar, que sin sentir se le cayan de aquellos claros e
resplandecientes ojos!
SOSIA.- Tristán, ¿qué te paresce de Calisto, qué dormir ha hecho? Que son ya las quatro de
la tarde e no nos ha llamado ni ha comido.
TRISTÁN.- Calla, que el dormir no quiere priessa. [140] Demás desto, aquéxale por vna parte
la tristeza de aquellos moços, por otra le alegra el muy gran plazer de lo que con su Melibea ha
alcançado. Assí que, dos tan rezios contrarios verás qué tal pararán vn flaco subjecto, donde
estuuieren aposentados.
SOSIA.- ¿Piénsaste tú que le penan a él mucho los muertos? Si no le penasse más a aquella,
que desde esta ventana veo yo yr por la calle, no lleuaría las tocas de tal color.
TRISTÁN.- ¿Quién es, hermano?
SOSIA.- Llégate acá e verla has antes que trasponga. Mira aquella lutosa, que se limpia agora
las lágrimas de los ojos. Aquella es Elicia, criada de Celestina e amiga de Sempronio. Vna muy
bonita moça; avnque queda agora perdida la pecadora, porque tenía a Celestina por madre e a
Sempronio por el principal de sus amigos. E aquella casa, donde entra, allí mora vna hermosa
muger, muy graciosa e fresca, enamorada, medio ramera; pero no se tiene por poco dichoso
quien la alcança tener por amiga sin grande escote e llámase Areusa. Por la cual sé yo que ouo
el triste de Pármeno más de tres noches malas e avn que no le plaze a ella con su muerte.
[141]
Aucto dézimoquinto
ARGUMENTO DEL DÉCIMOQUINTO AUCTO
Areusa dize palabras injuriosas a vn rufián, llamado Centurio, el qual se despide della por la
venida de Elicia, la qual cuenta a Areusa las muertes que sobre los amores de Calisto e
Melibea se auían ordenado, e conciertan Areusa y Elicia que Centurio aya de vengar las
muertes de los tres en los dos enamorados. En fin, despídese Elicia de Areusa, no consintiendo
en lo que le ruega, por no perder el buen tiempo que se daua, estando en su asueta casa.
Comentario [SC965]: Ahora
el leguleyo se mete a astrólogo,
porque ya ha cumplido con la
obligación de pensar en Melibea.
Y se acuerda de Mena (Laber., 7 y
8).
Comentario [SC966]: CORR.,
400: Por mucho madrugar, no
amanece más aína. El corrector lo
toma bien de vagar, efectivamente.
Comentario [SC967]: Labrio,
de labro, contaminado con labio.
Selvag., 7: O los que tocaron sus
labrios en el río Lecteo.
AREUSA, CENTURIO, ELICIA.
ELICIA.- ¿Qué bozear es este de mi prima? Si ha sabido las tristes nueuas que yo le traygo,
no auré yo las albricias de dolor, que por tal mensaje se ganan. Llore, llore, vierta lágrimas,
pues no se hallan tales hombres a cada rincón. Plázeme que assí lo siente. Messe aquellos
cabellos como yo triste he fecho, sepa que es perder buena vida más trabajo que la misma
muerte. ¡O [142] quanto más la quiero que hasta aquí, por el gran sentimiento que muestra!
AREUSA.- Vete de mi casa, rufián, vellaco, mentiroso, burlador, que me traes engañada,
boua, con tus offertas vanas. Con tus ronces e halagos hasme robado quanto tengo. Yo te di,
vellaco, sayo e capa, espada e broquel, camisas de dos en dos a las mill marauillas labradas,
yo te di armas e cauallo, púsete con señor que no le merescías descalçar; agora vna cosa que
te pido que por mí fagas pónesme mill achaques.
CENTURIO.- Hermana mía, mándame tú matar [143] con diez hombres por tu seruicio e no
que ande vna legua de camino a pie.
AREUSA.- ¿Por qué jugaste tú el cauallo, tahúr vellaco? Que si por mí no ouiesse sido,
estarías tú ya ahorcado. Tres vezes te he librado de la justicia, quatro vezes desempeñado en
los tableros. ¿Por qué lo hago? ¿Por qué soy loca? ¿Por qué tengo fe con este couarde? ¿Por
qué creo sus mentiras? ¿Por qué le consiento entrar por mis puertas? ¿Qué tiene bueno? Los
cabellos crespos, la cara acuchillada, dos vezes açotado, [144] manco de la mano del espada,
treynta mugeres en la putería. Salte luego de ay. No te vea yo más, no me hables ni digas que
me conoces; si no, por los huesos del padre que me hizo e de la madre que me parió, yo te
haga dar mill palos en essas espaldas de molinero. Que ya sabes que tengo quien lo sepa
hazer y, hecho, salirse con ello.
CENTURIO.- ¡Loquear, bouilla! Pues si yo me ensaño, alguna llorará. Mas quiero yrme e
çofrirte, que no sé quien entra, no nos oyan.
ELICIA.- Quiero entrar, que no es son de buen llanto donde ay amenazas e denuestos.
AREUSA.- ¡Ay triste yo! ¿Eres tú, mi Elicia? ¡Jesú, Jesú!, no lo puedo creer. ¿Qué es esto?
¿Quién te me cubrió de dolor? ¿Qué manto de tristeza es este? Cata, que me espantas,
hermana mía. Dime presto qué cosa es, que estoy sin tiento, ninguna gota de sangre has
dexado en mi cuerpo.
ELICIA.- ¡Gran dolor, gran pérdida! Poco es lo que muestro con lo que siento y encubro; más
[145] negro traygo el coraçón que el manto, las entrañas, que las tocas. ¡Ay hermana, hermana,
que no puedo fablar! No puedo de ronca sacar la boz del pecho.
AREUSA.- ¡Ay triste! ¿Qué me tienes suspensa? Dímelo, no te messes, no te rascuñes ni
maltrates. ¿Es común de entrambas este mal? ¿Tócame a mí?
ELICIA.- ¡Ay prima mía e mi amor! Sempronio e Pármeno ya no biuen, ya no son en el mundo.
Sus ánimas ya están purgando su yerro. Ya son libres desta triste vida.
AREUSA.- ¿Qué me cuentas? No me lo digas. Calla por Dios, que me caeré muerta.
ELICIA.- Pues más mal ay que suena. Oye a la triste, que te contará más quexas. Celestina,
aquella que tú bien conosciste, aquella que yo tenía por madre, aquella que me regalaua,
aquella que me encubría, aquella con quien yo me honrraua entre mis yguales, aquella por
quien yo era conoscida en toda la ciudad e arrabales, ya está dando cuenta de sus obras. Mill
cuchilladas [146] le vi dar a mis ojos: en mi regaço me la mataron.
Comentario [SC968]: Areusa.
No es ciertamente la del autor, en
el auto VII, pues la convierte el
corrector en una mujerota
deslenguada y cerril y más
fanfarrona que el mismo fanfarrón
Centurio.
Comentario [SC969]: Ronces,
halagos. Hállase en el Tesoro de
1671, y es postverbal de ronzar y
roncear. GUEV., Ep., pte. 2, 15:
Ruega y aun roncea a su moza le
peine un rato. J. PIN., Agr., 20, 19:
Tiene necesidad de pedir a otros, y
para impetrar ha menester
roncearlas y hacerlas arengas. FR.
IÑIGO LOP. MEND.: Que su
ronce, más que lanza, / sin
dubdanza, / fuerza al rey por
manera / que consienta cuanto
quiera. (CEJADOR, Tesor., N, 46.)
Comentario [SC970]: Centuri
o, acaso le ocurrió al corrector este
nombre de rufián pensando en el
miles gloriosus del teatro latino.
En el Eunuco, de Terencio (v.
775), se dice: «Ubi centurio est
Sanga, manipulus furum?» Los
rufianes de Plauto y Terencio
fueron modelos del Centurio, así
como el Capadocio del Curculio,
el Labrax del Rudens, el Dórdalo
de El Persa, el Samión de los
Adelfos. Igualmente los milites
gloriosi, como Therapontigono
en
... [350]
Comentario [SC971]: Cotéjes
e esta pintura del Centurio y lo que
dice Areusa que ha hecho por él
con lo que en el auto VII dice la
misma de aquel mi amigo, que se
partió ayer con su capitán a la
guerra. Este Centurio ni es soldado
ni se partió, pues aquí le tenemos,
ni es más que un cobarde. Me da
todo lo que he menester; tiéneme
honrada, favoréceme y trátame
... [351]
Comentario [SC972]: Todo el
mundo sabía el caso de Celestina y
el de los dos mozos; sola la amante
de uno de ellos, y discípula de la
vieja no lo sabe, ni aun Centurio,
que acaba de estar con ella y anda
todo el día callejeando. Además al
final del auto 14 dijo el corrector
que lo sabía: e aun que no le plaze
a ella con su muerte.
Comentario [SC973]: CORR.,
110: En el aldigüela, más mal hay
que suena. (Refrán es muy
antiguo, no tan moderno como el
autor de una comedia dice, que
hizo de un Duque de Alba y un
hijo valeroso, entendiendo ser la
Aldigüela lugar que está entre El
Barco y Piedrahita, llamado la
Aldigüela; toda aquella tierra es
del Duque de Alba.)
AREUSA.- ¡O fuerte tribulación! ¡O dolorosas nueuas, dignas de mortal lloro! ¡O acelerados
desastres! ¡O pérdida incurable! ¿Cómo ha rodeado atan presto la fortuna su rueda? ¿Quién los
mató? ¿Cómo murieron? Que estoy enuelesada, sin tiento, como quien cosa impossible oye.
No ha ocho días que los vide biuos e ya podemos dezir: perdónelos Dios. Cuéntame, amiga
mía, cómo es acaescido tan cruel e desastrado caso.
ELICIA.- Tú lo sabrás. Ya oyste dezir, hermana, los amores de Calisto e la loca de Melibea.
Bien verías cómo Celestina auía tomado el cargo, por intercessión de Sempronio, de ser
medianera, pagándole su trabajo. La qual puso tanta diligencia e solicitud, que a la segunda
açadonada sacó agua. Pues, como Calisto tan presto vido buen concierto en cosa que jamás lo
esperaua, a bueltas de otras cosas dio a la desdichada de mi tía vna cadena de oro. E como
sea de tal calidad aquel metal, que mientra más beuemos dello más sed nos pone, con
sacrílega [147] hambre, quando se vido tan rica, alçose con su ganancia e no quiso dar parte a
Sempronio ni a Pármeno dello, lo qual auía quedado entre ellos que partiessen lo que Calisto
diesse. Pues, como ellos viniessen cansados vna mañana de acompañar a su amo toda la
noche, muy ayrados de no sé qué questiones que dizen que auían auido, pidieron su parte a
Celestina de la cadena para remediarse. Ella púsose en negarles la conuención e promesa e
dezir que todo era suyo lo ganado e avn descubriendo otras cosillas de secretos, que como
dizen: riñen las comadres etc. Assí que ellos muy enojados, por vna parte los aquexaua la
necessidad, que priua todo amor; por otra, el enojo grande e cansancio que trayan, que acarrea
alteración; por otra, auían la fe quebrada de su mayor esperança. No sabían qué hazer.
Estuuieron gran rato en palabras. Al fin, viéndola tan cobdiciosa, perseuerando en [148] su
negar, echaron mano a sus espadas e diéronle mill cuchilladas.
AREUSA.- ¡O desdichada de muger! ¡Y en esto auía su vejez de fenescer! ¿E dellos, qué me
dizes? ¿En qué pararon?
ELICIA.- Ellos, como ouieron hecho el delicto, por huyr de la justicia, que acaso passaua por
allí, saltaron de las ventanas e quasi muertos los prendieron e sin más dilación los degollaron.
AREUSA.- ¡O mi Pármeno e mi amor! ¡Y quanto dolor me pone su muerte! Pésame del
grande amor que con él tan poco tiempo auía puesto, pues no me auía más de durar. Pero
pues ya este mal recabdo es hecho, pues ya esta desdicha es acaescida, pues ya no se
pueden por lágrimas comprar ni restaurar sus vidas, no te fatigues tú tanto, que cegarás
llorando. Que creo que poca ventaja me lleuas en sentimiento y verás con quanta paciencia lo
çuffro y passo.
ELICIA.- ¡Ay que rauio! ¡Ay mezquina, que salgo de seso! ¡Ay, que no hallo quien lo sienta
como yo! No hay quien pierda lo que yo pierdo. ¡O quánto mejores y más honestas fueran mis
[149] lágrimas en passión ajena, que en la propia mía! ¿A donde yré, que pierdo madre, manto
y abrigo; pierdo amigo y tal que nunca faltaua de mi marido? ¡O Celestina sabia, honrrada y
autorizada, quántas faltas me encobrías con tu buen saber! Tú trabajauas, yo holgaua; tú salías
fuera, yo estaua encerrada; tú rota, yo vestida; tú entrauas contino como abeja por casa, yo
destruya, que otra cosa no sabía hazer. ¡O bien y gozo mundano, que mientra eres posseydo
eres menospreciado y jamás te consientes conocer hasta que te perdemos! ¡O Calisto y
Melibea, causadores de tantas muertes! ¡Mal fin ayan vuestros amores, en mal sabor se
conuiertan vuestros dulces plazeres! Tórnese lloro vuestra gloria, trabajo vuestro descanso. Las
yeruas deleytosas, donde tomays los hurtados solazes, se conuiertan en culebras, los cantares
se os tornen lloro, los sombrosos árboles del huerto se sequen con vuestra vista, sus flores
olorosas se tornen de negra color. [150]
Comentario [SC974]: Todo
esto está fuera de quicio. Como si
Areusa no supiera lo de Calisto y
Melibea.
Comentario [SC975]: CORR.,
4: A la primera azadonada queréis
sacar agua.
Comentario [SC976]: Alçose,
no hubiera dicho tal la Elicia del
autor, pues era una misma cosa
con Celestina y entraba tan a la
parte como ella. Sentimientos son
de los mozos asesinos y del
corrector, que de ellos los traspasa
desmañadamente a Elicia.
Comentario [SC977]: CORR.,
481: Riñen las comadres y dícense
las verdades. Aquí Elicia hace un
alegato por los asesinos, no siendo
ese su papel en la primitiva
Comedia, sino todo lo contrario,
pues decía ella al fin del auto XII:
«¡O crueles enemigos! ¡En mal
poder os veays! ¡E para quien
tovistes manos! Muerta es mi
madre e mi bien todo.» Dígase
ahora si el que escribió estas
palabras pudo escribir las que
siguen en el texto.
Comentario [SC978]: Floja,
muy floja está Areusa en sentir lo
de Celestina y Pármeno, tan floja
que es cosa de reir, y fuera de
llorar si un tan gran ingenio como
el del autor de la Comedia, hubiera
dado tamaño baque.
Comentario [SC979]: ¡Ay que
ravio! Después de dar casi la razón
a los asesinos, todo este plañir a la
asesinada es cómico, y sin
pretenderlo el corrector, que es lo
bueno.
Comentario [SC980]: ¡O
bien... ¡Ahora se mete a filosofar
esta mocita de la casa llana! Su
filosofía y experiencia y
desengaños le presta el corrector.
El cual era más cristiano rancio
que el autor de la Comedia, como
lo muestra acordándose del
infierno cadaque recuerda la
muerte de Celestina y de los
mozos, como se habrá notado. No
lo tenía tan en el alma Rojas, que
sólo les hace pedir confesión en el
momento de morir, por ser cosa de
ene, aunque acaso él no lo sintiera.
AREUSA.- Calla, por Dios, hermana, pon silencio a tus quexas, ataja tus lágrimas, limpia tus
ojos, torna sobre tu vida. Que quando vna puerta se cierra, otra suele abrir la fortuna y este mal,
avnque duro, se soldará. E muchas cosas se pueden vengar que es impossible remediar y esta
tiene el remedio dudoso e la vengança en la mano.
ELICIA.- ¿De quién se ha de auer enmienda, que la muerta y los matadores me han
acarreado esta cuyta? No menos me fatiga la punición de los delinquentes, que el yerro
cometido. ¿Qué mandas que haga, que todo carga sobre mí? Pluguiera a Dios que fuera yo con
ellos e no quedara para llorar a todos. Y de lo que más dolor siento es ver que por esso no dexa
aquel vil de poco sentimiento de ver y visitar festejando cada noche a su estiércol de Melibea y
ella muy vfana en ver sangre vertida por su seruicio.
AREUSA.- Si esso es verdad ¿de quién mejor se puede tomar vengança? De manera que
quien lo comió, aquel lo escote. Déxame tú, que si [151] yo les caygo en el rastro, quándo se
veen e cómo, por dónde e a qué hora, no me ayas tú por hija de la pastellera vieja, que bien
conosciste, si no hago que les amarguen los amores. E si pongo en ello a aquel con quien me
viste que reñía quando entrauas, si no sea él peor verdugo para Calisto, que Sempronio de
Celestina. Pues, ¡qué gozo auría agora él en que le pusiesse yo en algo por mi seruicio, que se
fue muy triste de verme que le traté mal! E vería él los cielos abiertos en tornalle yo a hablar e
mandar. Por ende, hermana, dime tú de quien pueda yo saber el negocio cómo passa, que yo
le haré armar vn lazo con que Melibea llore quanto agora goza.
ELICIA.- Yo conozco, amiga, otro compañero de Pármeno, moço de cauallos, que se llama
Sosia, que le acompaña cada noche. Quiero trabajar de se lo sacar todo el secreto e este será
buen camino para lo que dizes.
AREUSA.- Mas hazme este plazer, que me embíes [152] acá esse Sosia. Yo le halagaré e
diré mill lisonjas e offrescimientos hasta que no le dexe en el cuerpo de lo hecho e por hazer.
Después a él e a su amo haré reuessar el plazer comido. E tú, Elicia, alma mía, no recibas
pena. Passa a mi casa tu ropa e alhajas e vente a mi compañía, que estarás muy sola e la
tristeza es amiga de la soledad. Con nueuo amor oluidarás los viejos. Vn hijo que nasce
restaura la falta de tres finados: con nueuo sucessor se pierde la alegre memoria e plazeres
perdidos del passado. De vn pan, que yo tenga, ternás tú la meytad. Más lástima tengo de tu
fatiga, que de los que te la ponen. Verdad sea, que cierto duele más la pérdida de lo que
hombre tiene, que da plazer la esperança de otro tal, avnque sea cierta. Pero ya lo hecho es sin
remedio e los muertos irrecuperables. E como dizen: mueran e biuamos. A los biuos me dexa a
cargo, que yo te les daré tan amargo xarope a beuer, qual ellos a ti han dado. ¡Ay prima, prima,
como sé yo, quando me ensaño, reboluer estas tramas, avnque [153] soy moça! E de ál me
vengue Dios, que de Calisto Centurio me vengará.
ELICIA.- Cata que creo que, avnque llame el que mandas, no aurá effecto lo que quieres,
porque la pena de los que murieron por descobrir el secreto porná silencio al biuo para
guardarle. Lo que me dizes de mi venida a tu casa te agradesco mucho. E Dios te ampare e
alegre en tus necessidades, que bien muestras el parentesco e hermandad no seruir de viento,
antes en las aduersidades aprouechar. Pero, avnque lo quiera hazer, por gozar de tu dulce
compañía, no podrá ser por el daño que me vernía. La causa no es necessario dezir, pites
hablo con quien me entiende. Que allí, hermana, soy conoscida, allí estoy aparrochada. Jamás
perderá aquella casa el nombre de Celestina, que Dios aya. Siempre acuden allí moças
conoscidas e allegadas, medio parientas de las que ella crió. Allí hazen sus conciertos, de
donde se me seguirá algún prouecho. E también essos pocos amigos, que me quedan, no me
saben otra morada. Pues ya sabes quán duro es dexar lo vsado e [154] que mudar costumbre
Comentario [SC981]: Cuando
una puerta se cierra, otra se abre.
Selv., 259; Comed. Eufros., 6. Y
nótese que el corrector no suele
citar los refranes con la
puntualidad que el autor los citaba
antes. Por más que le quiera imitar
en encajarlos, no la vienen a la
cabeza las fórmulas tradicionales.
Comentario [SC982]: Punició
n, latinismo.
Comentario [SC983]: ¡Como
si no conociera Areusa para lo que
vale la gallina del Centurio para
encomendarle tales embajadas!
Todo esto es preparar lo que al fin
y a la postre se reduce a agua de
cerrajas: es alargar la obra por
alargarla.
Comentario [SC984]: Cada
noche. Una le acompañó, y si más,
esta escena pasó bastantes días
después de la muerte de los tres
desdichados, con lo que se hace
todavía más increíble el que
Areusa no tuviese de ella noticia.
Comentario [SC985]: Revesar
, gormar, volver. GUEV., Ep., 22:
¿Qué aprovecha tener buena
comida, si de solo verla poner en la
mesa da arcadas (el enfermo) y
reviesa?
Comentario [SC986]: No está
en Correas ni conozco este refrán;
sí el otro: El muerto iba a la huesa
y el vivo a la mesa (CORR., 106),
o El muerto a la fosada y el vivo a
la hogaza (ídem, 106), o El muerto
a la mortaja (ídem, 106).
Comentario [SC987]: Aparro
chada, así S, en V aperrochada, en
Z aparroquiada. Corrijo y se
confirma con Lisandro y Roselía, l,
3, que repite este texto: Allí estoy
aparrochada, jamás perderá aquella
casa el nombre de Celestina, que
Dios haya...
es a par de muerte e piedra mouediza que nunca moho la cobija. Allí quiero estar, siquiera
porque el alquile de la casa, que está pagado por ogaño, no se vaya em balde. Assí que,
avnque cada cosa no abastasse por sí, juntas aprouechan e ayudan. Ya me paresce que es
hora de yrme. De lo dicho me lleuo el cargo. Dios quede contigo, que me voy.
[155]
Aucto décimo sesto
Comentario [SC988]: CORR.,
474: Mudar costumbre es a par de
muerte.
Comentario [SC989]: S.
BALLESTA: Piedra movediza no
la cubre moho. Ídem en Refr. glos.
CORR., 391: Piedra movediza,
nunca moho la cobija, o nunca la
cubre moho.
Comentario [SC990]: Alquile,
alquiler. TAFUR., 51: E a de dar
por el alquile dos ducados.
ARGUMENTO DEL DECIMOSESTO AUCTO
Pensando Pleberio e Alisa tener su hija Melibea el don de la virginidad conseruado, lo qual,
según ha parescido, está en contrario, y están razonando sobre el casamiento de Melibea; e en
tan gran quantidad le dan pena las palabras, que de sus padres oye, que embía a Lucrecia para
que sea causa de su silencio en aquel propósito.
PLEBERIO, ALISA, LUCRECIA, MELIBEA.
PLEBERIO.- Alisa, amiga, el tiempo, según me parece, se nos va, como dizen, entre las
manos. Corren los días como agua de río. No hay cosa tan ligera para huyr como la vida. La
muerte nos sigue e rodea, de la qual somos vezinos e hazia su vandera nos acostamos, según
natura. [156] Esto vemos muy claro, si miramos nuestros yguales, nuestros hermanos e
parientes en derredor. Todos los come ya la tierra, todos están en sus perpetuas moradas. E
pues somos inciertos quándo auemos de ser llamados, viendo tan ciertas señales, deuemos
echar nuestras baruas en remojo e aparejar nuestros fardeles para andar este forçoso camino;
no nos tome improuisos ni de salto aquella cruel boz de la muerte. Ordenemos nuestras ánimas
con tiempo, que más vale preuenir que ser preuenidos. Demos nuestra hazienda a dulce
sucessor, acompañemos nuestra vnica hija con marido, qual nuestro estado requiere, porque
vamos descansados e sin dolor deste mundo. Lo qual con mucha diligencia deuemos poner
desde agora por obra e lo que otras vezes auemos principiado en este caso, agora aya
execución. No quede por nuestra negligencia nuestra hija en manos [157] de tutores, pues
parescerá ya mejor en su propia casa que en la nuestra. Quitarla hemos de lenguas de vulgo,
porque ninguna virtut ay tan perfecta, que no tenga vituperadores e maldizientes. No ay cosa
con que mejor se conserue la limpia fama en las vírgines, que con temprano casamiento.
¿Quién rehuyría nuestro parentesco en toda la ciudad? ¿Quién no se hallará gozoso de tomar
tal joya en su compañía? ¿En quien caben las quatro principales cosas que en los casamientos
se demandan, conuiene a saber: lo primero discrición, honestidad e virginidad: segundo,
hermosura; lo terçero el alto origen e parientes; lo final, riqueza? De todo esto la dotó natura.
Qualquiera cosa que nos pidan hallarán bien complida.
ALISA.- Dios la conserue, mi señor Pleberio, porque nuestros desseos veamos complidos en
nuestra vida. Que antes pienso que faltará ygual a nuestra hija, según tu virtut e tu noble
sangre, que no sobrarán muchos que la merezcan. Pero como esto sea officio de los padres e
muy ageno a las mugeres, como tú lo ordenares, seré yo alegre, e nuestra hija obedecerá,
según su casto biuir e honesta, vida y humildad.
Comentario [SC991]: Véanse
las Coplas de Jorge Manrique,
escritas el año 1476: «Nuestros
días son los ríos, / que van a dar en
la mar, / que es el morir.»
Comentario [SC992]: Vander
a, banda, lado. Nos acostamos.
GRAN., Adic. mem., I, I, 7:
Síguese que adonde se acostare el
amor, allí se acostará la voluntad y
eso abrazará todo el hombre.
Comentario [SC993]: CORR.,
367: Cuando la barba de tu vecino
vieres pelar, echa la tuya a
remojar, o echa la tuya en remojo.
Comentario [SC994]: Fardele
s. FONS., Am. Dios, 28: Al primer
mercado cada uno hizo su fardel de
los trabajos y pesadumbres de
casa.
Comentario [SC995]: De
salto. A. ALV., Silv. Dom. 3 cuar.
5 c.: Que viniera al mundo de salto
y de improviso.
Comentario [SC996]: Del
Laberinto, de Mena, 132: «Más val
prevenir, que ser prevenidos.»
Nótese que el corrector es cristiano
rancio; al autor, que no lo era, no
le ocurrían estos pensamientos.
Comentario [SC997]: Vamos,
por vayamos, era común, así en el
Quijote, passim.
LUCRECIA.- ¡Avn si bien lo supiesses, rebentarías! ¡Ya!, ¡ya! ¡Perdido es lo mejor! ¡Mal año
[158] se os apareja a la vejez! Lo mejor Calisto lo lleua. No ay quien ponga virgos, que ya es
muerta Celestina. Tarde acordays y más auíades de madrugar. ¡Escucha!, ¡escucha! señora
Melibea.
MELIBEA.- ¿Qué hazes ay escondida, loca?
LUCRECIA.- Llégate aquí, señora, oyrás a tus padres la priessa que traen por te casar.
MELIBEA.- Calla, por Dios, que te oyrán. Déxalos parlar, déxalos deuaneen. Vn mes há que
otra cosa no hazen ni en otra cosa entienden. No parece sino que les dize el coraçón el gran
amor que a Calisto tengo e todo lo que con él vn mes há he passado. No sé si me han sentido,
no sé qué se seaaquexarles más agora este cuydado que nunca. Pues mándoles yo trabajar en
vano. Por demás es la cítola en el molino. ¿Quién es el que me ha de quitar mi gloria? ¿Quién
apartarme mis plazeres? Calisto es mi [159] ánima, mi vida, mi señor, en quien yo tengo toda mi
sperança. Conozco dél que no biuo engañada. Pues él me ama, ¿con qué otra cosa le puedo
pagar? Todas las debdas del mundo resciben compensación en diuerso género; el amor no
admite sino solo amor por paga. En pensar en él me alegro, en verlo me gozo, en oyrlo me
glorifico. Haga e ordene de mí a su voluntad. Si passar quisiere la mar, con él yré; si rodear el
mundo, lléueme consigo; si venderme en tierra de enemigos, no rehuyré su querer. Déxenme
mis padres gozar d'él, si ellos quieren gozar de mí. No piensen en estas vanidades ni en estos
casamientos: que más vale ser buena amiga que mala casada. Déxenme gozar mi mocedad
alegre, si quieren gozar su vejez cansada; si no, presto podrán aparejar mi perdición e su
sepultura. No tengo otra lástima, sino por el tiempo que perdí de no gozarlo, de no conoscerlo,
después que a mí me sé conoscer. No quiero marido, no quiero ensuziar los ñudos [160] del
matrimonio ni las maritales pisadas de ageno hombre repisar, como muchas hallo en los
antiguos libros que ley o que hizieron más discretas que yo, más subidas en estado e linaje. Las
quales algunas eran de la gentilidad tenidas por diosas, assí como Venus, madre de Eneas e
de Cupido, el dios del amor, que siendo casada corrompió la prometida fe marital. E avn otras,
de mayores fuegos encendidas, cometieron [161] nefarios e incestuosos yerros, como Mirra con
su padre, Semíramis con su hijo, Canasce con su hermano e avn aquella forjada Thamar, hija
del rey Dauid. Otras avn más cruelmente traspassaron las leyes de natura, como Pasiphe,
muger del rey Minos, con el toro. Pues reynas eran e grandes señoras, debaxo de cuyas culpas
la razonable mía podrá passar sin denuesto. Mi amor fue con justa causa. Requerida e rogada,
catiuada de su merescimiento, aquexada por tan astuta maestra como Celestina, seruida de
muy peligrosas visitaciones, antes que concediesse por entero en su amor. Y después vn mes
há, como has visto, que jamás noche ha faltado sin ser nuestro huerto escalado como fortaleza
e muchas auer venido [162] em balde e por esso no me mostrar más pena ni trabajo. Muertos
por mí sus seruidores, perdiéndose su hazienda, fingiendo absencia con todos los de la ciudad,
todos los días encerrado en casa con esperança de verme a la noche. ¡Afuera, afuera la
ingratitud, afuera las lisonjas e el engaño con tan verdadero amador, que ni quiero marido ni
quiero padre ni parientes! Faltándome Calisto, me falte la vida, la qual, porque él de mí goze,
me aplaze.
LUCRECIA.- Calla, señora, escucha, que todavía perseueran.
PLEBERIO.- Pues, ¿qué te parece, señora muger? ¿Deuemos hablarlo a nuestra hija,
deuemos darle parte de tantos como me la piden, para que de su voluntad venga, para que diga
quál le agrada? Pues en esto las leyes dan libertad a los hombres e mugeres, avnque estén so
el paterno poder, para elegir.
Comentario [SC998]: Passad
o, así en S, Z, A, O; en V passada.
Hace un mes que trata con Calisto,
y un mes, por consiguiente, menos
uno o dos días, hace que murió
Celestina, y en un mes no se había
enterado Areusa.
Comentario [SC999]: Mándol
es, del dejar en manda, prometer,
certificar. Quij., 2, 10: Vive Dios
que, si os huele, que os mando
mala ventura.
Comentario [SC1000]: COR
R., 397: Por demás es la cítola en
el molino, cuando el molinero es
sordo; o por demás es la tarabilla,
si el molinero es sordo. Otra es
también aquí Melibea de la del
autor, tan dócil y humilde, tan
cariñosa y sumisa con sus padres.
Tan desenfadadamente habla de
sus padres a la criada como ésta
habla de ellos. ¿Y lo de mis
placeres?
Comentario [SC1001]: Si
passar. Véase S. PABLO, Rom., 8,
y FONS., Am. Dios, 9: son
pensamiento y rodeo bíblico.
Comentario [SC1002]: Más
vale. Esto ya suena a lo de: Que no
quiero ser casada, sino libre y
enamorada (CORR., 334). No es
este dicho de barragana propio de
la Melibea que nos pintó el autor.
Comentario [SC1003]: De no
gozarlo... ¡Bonita niña nos ha
endilgado el corrector!
Comentario [SC1004]: Ni las
maritales pisadas. De MENA, Los
siete pec. mortal.: | «Muchos
lechos maritales | de ajenas
pisadas huellas | y siembras
grandes querellas | en deudas tan
principales.»
Comentario [SC1005]: ¿Pien
sas que sabe ella qué cosas sean
hombres?, dice luego de Melibea
su madre. Y con todo eso sabe y ha
leído todo esto que trae aquí a
cuento de la majadera sentencia
“Más vale ser buena amiga, que
mala casada”. Aun entre personas
gravísimas, y tratando de ciencia,
pídese salva para decir lo que
aquí
... [352]
Comentario [SC1006]: Conti
nuación... Algún lector me
reprochará el que me haya
detenido a comentar toda esta
podre. Tiene harta razón, y con la
misma podrá juzgar si le es...más
[353]
Comentario [SC1007]: Ni
quiero marido ni... El colmo de la
mujer perdida, que no cabe en la
virginal hija de Pleberio.
ALISA.- ¿Qué dizes? ¿En qué gastas tiempo? ¿Quién ha de yrle con tan grande nouedad a
nuestra Melibea, que no la espante? ¡Cómo! [163] ¿E piensas que sabe ella qué cosa sean
hombres? ¿Si se casan o qué es casar? ¿O que del ayuntamiento de marido e muger se
procreen los hijos? ¿Piensas que su virginidad simple le acarrea torpe desseo de lo que no
conosce ni ha entendido jamás? ¿Piensas que sabe errar avn con el pensamiento? No lo creas,
señor Pleberio, que si alto o baxo de sangre o feo o gentil de gesto le mandaremos tomar,
aquello será su plazer, aquello aurá por bueno. Que yo sé bien lo que tengo criado en mi
guardada hija.
MELIBEA.- Lucrecia, Lucrecia, corre presto, entra por el postigo en la sala y estóruales su
hablar, interrúmpeles sus alabanças con algún fingido mensaje, si no quieres que vaya yo
dando bozes como loca, según estoy enojada del concepto engañoso, que tienen de mi
ignorancia.
LUCRECIA.- Ya voy, señora.
[165]
Aucto décimo séptimo
ARGUMENTO DEL DÉCIMO SÉPTIMO AUCTO
Elicia, caresciendo de la castimonia de Penélope, determina de despedir el pesar e luto que
por causa de los muertos trae, alabando el consejo de Areusa en este propósito; la qual va a
casa de Areusa, adonde viene Sosia, al qual Areusa con palabras fictas saca todo el secreto
que está entre Calisto e Melibea.
ELICIA, AREUSA, SOSIA.
ELICIA.- Mal me va con este luto. Poco se visita mi casa, poco se passea mi calle. Ya no veo
las músicas de la aluorada, ya no las canciones de mis amigos, ya no las cuchilladas ni ruydos
de noche por mi causa e, lo que peor siento, que ni blanca ni presente veo entrar por mi puerta.
[166] De todo esto me tengo yo la culpa, que si tomara el consejo de aquella que bien me
quiere, de aquella verdadera hermana, quando el otro día le lleué las nueuas deste triste
negocio, que esta mi mengua ha acarreado, no me viera agora entre dos paredes sola, que de
asco ya no ay quien me vea. El diablo me da tener dolor por quien no sé si, yo muerta, lo
tuuiera. A osadas, que me dixo ella a mí lo cierto: nunca, hermana, traygas ni muestres más
pena por el mal ni muerte de otro, que él hiziera por ti. Sempronio holgara, yo muerta; pues
¿por qué, loca, me peno yo por él degollado? ¿E qué sé si me matara a mí, conio era acelerado
e loco, como hizo a aquella vieja, que tenía yo por madre? Quiero en todo seguir su consejo de
Areusa, que sabe más del mundo que yo e verla muchas vezes e traer materia cómo biua. ¡O
qué participación tan suaue, qué conuersación tan gozosa e dulce! No en balde se dize: que
vale más vn día del [167] hombre discreto, que toda la vida del nescio e simple. Quiero pues
deponer el luto, dexar tristeza, despedir las lágrimas, que tan aparejadas han estado a salir.
Pero como sea el primer officio, que en nasciendo hazemos, llorar, no me marauilla ser más
ligero de començar e de dexar más duro. Mas para esto es el buen seso, viendo la pérdida al
ojo, viendo que los atauíos hazen la muger hermosa, avnque no lo sea, tornan de vieja moça e
Comentario [SC1008]: Esto
ya es pintar boba de remate a la
madre, impropio, no ya del excelso
ingenio del autor de la Comedia,
pero aun del más novato y ramplón
de los escritores.
Comentario [SC1009]: Mené
ndez y Pelayo no halla en todo lo
añadido a la primitiva Comedia
otro trozo mejor que éste con que
persuadirse ser lo añadido fruta del
mismo peral que los diez y seis
actos primitivos. Tal como el
corrector pintó de desvergonzada a
Melibea y de reteboba a su madre,
es consecuencia natural esta
exclamación, y no creo se quebrara
mucho la cabeza el corrector para
dar en ella ni que sea hondísima
inventiva de un ingenio de primer
orden. Tan natural y a la mano es
la consecuencia, como
antinaturales, desapropositadas y
contra la primitiva pintura de los
personajes, son las dos premisas.
Comentario [SC1010]: Poco
se visita mi casa. Lo contrario dijo
en el auto XV: «Siempre acuden
allí moças conoscidas e
allegadas...» Y cierto, donde hay
cebo no faltarán palomas, digo,
donde hay tales palomas, palomos
no faltarán. Sino que aquí le
conviene al corrector lo contario
que allá, y no es hombre que
repare en pelillos.
Comentario [SC1011]: Que
sabe. En efecto, en lo añadido por
el corrector Areusa es mujer ducha
y de rompe y rasga, y Elicia es una
bobica. En la primitiva Comedia
era todo al revés: Areusa era
novicia y Elicia verdadera
discípula de Celestina, y tal como
la interpretó el autor de la
Tragicomedia de Lisandro y
Roselía, llamada Elicia. Pero el
corrector no lo entendió o no supo
seguir la traza del autor, o
necesitaba una hembra de esas
agallas para introducir su Centurio.
Comentario [SC1012]: COR
R., 451: Más vale un día del
discreto, que toda la vida del
necio.
a la moça más. No es otra cosa la color e aluayalde, sino pegajosa liga en que se trauan los
hombres. Ande pues mi espejo e alcohol, que tengo dañados estos ojos; anden mis tocas
blancas, mis gorgueras labradas, mis ropas de plazer. Quiero adereçar lexía para estos
cabellos, que perdían ya la ruuia color y, esto hecho, contaré mis gallinas, haré mi cama,
porque la limpieza alegra el coraçón, barreré mi puerta e regaré la calle, porque los que
passaren vean que es ya desterrado el dolor. Mas primero quiero yr a visitar mi prima, por
preguntarle si ha ydo allá Sosia e lo que con él ha passado, que no lo he visto después que le
dixe cómo le querría hablar Areusa. Quiera Dios que la halle sola, que jamás está
desacompañada de galanes, como buena tauerna de borrachos. [168]
ELICIA.- Cerrada está la puerta. No deue estar allá hombre. Quiero llamar. Tha, tha.
AREUSA.- ¿Quién es?
ELICIA.- Abre, amiga; Elicia soy.
AREUSA.- Entra, hermana mía. Véate Dios, que tanto plazer me hazes en venir como vienes,
mudado el hábito de tristeza. Agora nos gozaremos juntas, agora te visitaré, vernos hemos en
mi casa y en la tuya. Quiçá por bien fue para entrambas la muerte de Celestina, que yo ya
siento la mejoría más que antes. Por esto se dize que los muertos abren los ojos de los que
biuen, a vnos con haziendas, a otros con libertad, como a ti.
ELICIA.- A tu puerta llaman. Poco espacio nos dan para hablar, que te querría preguntar si
auía venido acá Sosia.
AREUSA.- No ha venido; después hablaremos. ¡Qué porradas que dan! Quiero yr abrir, que o
es loco o priuado. [169] ¿Quién llama?
SOSIA.- Abreme, señora. Sosia soy, criado de Calisto.
AREUSA.- Por los santos de Dios, el lobo es en la conseja. Escóndete, hermana, tras esse
paramento e verás quál te lo paro lleno de viento de lisonjas, que piense, quando se parta de
mí, que es él e otro no. E sacarle he lo suyo e lo ageno del buche con halagos, como él saca el
poluo con la almohaça a los cauallos.
AREUSA.- ¿Es mi Sosia, mi secreto amigo? ¿El que yo me quiero bien sin que él lo sepa? ¿El
que desseo conoscer por su buena fama? ¿El fiel a su amo? ¿El buen amigo de sus
compañeros? Abraçarte quiero, amor, que agora, que te veo, creo que ay más virtudes en ti,
que todos me dezían. Andacá, entremos a assentarnos, que me gozo en mirarte, que me
representas la figura del desdichado de Pármeno. Con [170] esto haze oy tan claro día que
auías tú de venir a uerme. Dime, señor, ¿conoscíasme antes de agora?
SOSIA.- Señora, la fama de tu gentileza, de tus gracias e saber buela tan alto por esta ciudad,
que no deues tener en mucho ser de más conoscida que conosciente, porque ninguno habla en
loor de hermosas, que primero no se acuerde de ti, que de quantas son.
ELICIA.- (Aparte. Escondida.) ¡O hideputa el pelón e cómo se desasna! ¡Quién le ve yr al
agua con sus cauallos en cerro e sus piernas de fuera, en sayo, e agora en verse medrado con
calças e capa, sálenle alas e lengua!
AREUSA.- Ya me correría con tu razón, si alguno estuuiesse delante, en oyrte tanta burla
como de mí hazes; pero, como todos los hombres traygays proueydas essas razones, essas
engañosas alabanças, tan comunes para todas, hechas de molde, no me quiero de ti espantar.
Pero hágote cierto, Sosia, que no tienes dellas necessidad; sin que me alabes te amo y sin que
[171] me ganes de nueuo me tienes ganada. Para lo que te embié a rogar que me vieses, son
Comentario [SC1013]: Homb
re, nadie; véase mi edición de
HITA.
Comentario [SC1014]: COR
R., 205: Los muertos abren los
ojos a los vivos. (Con el ejemplo
de que murieron y lo mismo será
de nos. El otro dice: «Los que dan
consejos algo ciertos a los vivos,
son los muertos.») Ídem, 205: Los
muertos abren los ojos a los que
vivan. (Entiéndese con la hacienda
con que medran los herederos.) A
este segundo alude el texto.
Comentario [SC1015]: COR
R., 151: O es loco o privado, quien
llama apresurado.
Comentario [SC1016]: COR
R., 81: El lobo en la conseja. Del
advertir, estar presente o llegar
aquel de quien se habla y
murmura, para que se callen todos.
Comentario [SC1017]: Para
mento, paño con que se cubre
alguna cosa.
Comentario [SC1018]: Sacarl
e del buche, hacerle desembuchar
y decir lo secreto.
Comentario [SC1019]: Amigo
, en S, Z, A, O; falta en V.
Comentario [SC1020]: Andac
á, J. ENC., 31: No te cures,
andacá. Obreg., 7: Hijo, andad acá
y mostrandole.
Comentario [SC1021]: Pelón,
el pobrete que está pelado, sin
dinero. Quij., 2,24: Más quiero
tener por amo y por señor al rey y
servirle en la guerra, que no a un
pelón en la Corte. Desasnarse,
afinarse, mostrarse culto. TIRSO,
Amor y celos, 2, 9: Desasnóse
nuestro necio. Vulgar es la frase ya
se desasna, esto es: ya saca los
pies de las aguaderas.
Comentario [SC1022]: En
cerro, sin montura alguna, en pelo.
G. Alf., I, I, I: Si lo dejan en cerro
y desenjaezado.
dos cosas, las quales, si más lisonja o engaño en ti conozco, te dexaré de dezir, avnque sean
de tu prouecho.
SOSIA.- Señora mía, no quiera Dios que yo te haga cautela. Muy seguro venía de la gran
merced, que me piensas hazer e hazes. No me sentía digno para descalçarte. Guía tú mi
lengua, responde por mí a tus razones, que todo lo avré por rato e firme.
AREUSA.- Amor mío, ya sabes quánto quise a Pármeno, e como dizen: quien bien quiere a
Beltrán a todas sus cosas ama. Todos sus amigos me agradauan, el buen seruicio de su amo,
como a él mismo, me plazía. Donde vía su daño de Calisto, le apartaua. Pues como esto assí
sea, acordé dezirte, lo vno, que conozcas el amor que te tengo e quánto contigo e con tu
visitación siempre me alegrarás e que en esto no perderás nada, si yo pudiere, antes te verná
prouecho. Lo otro e segundo, que pues yo pongo mis ojos en ti, e mi amor e querer, auisarte
que te guardes de peligros e más de descobrir tu secreto a ninguno, pues ves quanto daño vino
a Pármeno e a Sempronio de lo que supo Celestina, [172] porque no querría verte morir
mallogrado como a tu compañero. Harto me basta auer llorado al vno. Porque has de saber que
vino a mí vna persona e me dixo que le auías tú descubierto los amores de Calisto e Melibea e
cómo la auía alcançado e cómo yuas cada noche a le acompañar e otras muchas cosas, que
no sabría relatar. Cata, amigo, que no guardar secreto es propio de las mugeres. No de todas;
sino de las baxas e de los niños. Cata que te puede venir gran daño. Que para esto te dio Dios
dos oydos e dos ojos e no más de vna lengua, porque sea doblado lo que vieres e oyeres, que
no el hablar. Cata no confíes que tu amigo te ha de tener secreto de lo que le dixeres, pues tú
no le sabes a ti mismo tener. Quando ouieres de yr con tu amo Calisto a casa de aquella
señora, no hagas bullicio, no te sienta la tierra, que otros me dixeron que yuas cada noche
dando bozes como loco de plazer.
SOSIA.- ¡O cómo son sin tiento e personas desacordadas las que tales nueuas, señora, te
acarrean! Quien te dixo que de mi boca lo hauía oydo, no dize verdad. Los otros de verme yr
con la luna de noche a dar agua a mis cauallos, holgando e auiendo plazer, diziendo cantares
[173] por oluidar el trabajo e desechar enojo y esto antes de las diez, sospechan mal y de la
sospecha hazen certidumbre, affirman lo que barruntan. Sí, que no estaua Calisto loco, que a
tal hora auía de yr a negocio de tanta affrenta, sin esperar que repose la gente, que descansen
todos en el dulçor del primer sueño. Ni menos auía de yr cada noche, que aquel officio no çufre
cotidiana visitación. Y si más clara quieres, señora, ver su falsedad, como dizen, que toman
antes al mentiroso que al que coxquea, en vn mes no auemos ydo ocho vezes y dizen los
falsarios reboluedores que cada noche.
AREUSA.- Pues por mi vida, amor mío, porque yo los acuse y tome en el lazo del falso
testimonio me dexes en la memoria los días que aueys concertado de salir e, si yerran, estaré
segura de tu secreto y cierta de su leuantar. Porque no siendo su mensaje verdadero, será tu
persona segura de peligro e yo sin sobresalto de tu vida. Pues tengo esperança de gozarme
contigo largo tiempo.
SOSIA.- Señora, no alarguemos los testigos. Para esta noche en dando el relox las doze está
hecho el concierto de su visitación por el huerto. Mañana preguntarás lo que han sabido, de lo
[174] qual, si alguno te diere señas, que me tresquilen a mí a cruzes.
AREUSA.- ¿E por qué parte, alma mía, porque mejor los pueda contradezir, si anduuieren
errados vacilando?
SOSIA.- Por la calle del vicario gordo, a las espaldas de su casa.
Comentario [SC1023]: Quien
quiere a Beltrán, quiere a su can.
Comentario [SC1024]: Te
acarrean, te traen.
Comentario [SC1025]: COR
R., 447: Más aína toman al
mentiroso, que al cojo.
Comentario [SC1026]: Tresq
uilar a cruces, sin orden,
cruzándose las tijeradas, como se
hacía con los blasfemos y judíos,
turpiter decalvari (Fuero Juzgo,
12, 3, 2, etc.). Quij., 2, 32: Que me
trasquilen a cruces.
ELICIA.- (Aparte. Escondida.) ¡Tiénente, don handrajoso! ¡No es más menester! ¡Maldito sea
el que en manos de tal azemilero se confía! ¡Qué desgoznarse haze el badajo!
AREUSA.- Hermano Sosia, esto hablado, basta para que tome cargo de saber tu innocencia e
la maldad de tus aduersarios. Vete con Dios, que estoy ocupada en otro negocio y me he
detenido mucho contigo.
ELICIA.- (Aparte.) ¡O sabia muger! ¡O despidiente propio, qual le merece el asno que ha
vaziado su secreto tan de ligero!
SOSIA.- Graciosa e suaue señora, perdóname si te he enojado con mi tardança. Mientra
holgares con mi seruicio, jamás hallarás quien tan de grado auenture en él su vida. E queden
los ángeles contigo. [175]
AREUSA.- Dios te guíe. ¡Allá yras, azemilero! ¡Muy vfano vas por tu vida! Pues toma para tu
ojo, vellaco, e perdona, que te la doy de espaldas. ¿A quién digo? Hermana, sal acá. ¿Qué te
parece, quál le embío? Assí sé yo tratar los tales, assí salen de mis manos los asnos,
apaleados como este e los locos corridos e los discretos espantados e los deuotos alterados e
los castos encendidos. Pues, prima, aprende, que otra arte es esta que la de Celestina; avnque
ella me tenía por boua, porque me quería yo serlo. E pues ya tenemos deste hecho sabido
quanto desseáuamos, deuemos yr a casa de aquellotro cara de ahorcado, que el jueues eché
delante de ti baldonado de mi casa e haz tú como que nos quieres fazer amigos e que rogaste
que fuesse a verlo.
Comentario [SC1027]: Tiéne
nte, ya estás cogido.
Comentario [SC1028]: Dema
siado descaro y brutalidad es la
que pinta aquí en esta mujer el
corrector, que hasta él mismo vio
excederse cuando recuerda que
Celestina la tenía por boba. Debía
de haber supuesto que Celestina
calaba harto más que él.
[177]
Aucto décimo octauo
ARGUMENTO DEL DÉCIMO OCTAUO AUCTO
Elicia determina de fazer las amistades entre Areusa e Centurio por precepto de Areusa e
vanse a casa de Centurio, onde ellas le ruegan que aya de vengar las muertes en Calisto e
Melibea; el qual lo prometió delante dellas. E como sea natural a estos no hazer lo que
prometen, escúsase como en el proceso paresce.
CENTURIO, ELICIA, AREUSA.
ELICIA.- ¿Quién está en su casa?
CENTURIO.- Mochacho, corre, verás quién osa entrar sin llamar a la puerta. Torna, torna acá,
que ya he visto quién es. No te cubras con el manto, señora: ya no te puedes esconder, que,
quando vi adelante entrar a Elicia, vi que no podía traer consigo mala compañía ni nueuas que
me pesassen, sino que me auían de dar plazer.
AREUSA.- No entremos, por mi vida, más adentro, [178] que se estiende ya el vellaco,
pensando que le vengo a rogar. Que más holgara con la vista de otras como él, que con la
nuestra. Boluamos, por Dios, que me fino en ver tan mal gesto. ¿Paréscete, hermana, que me
traes por buenas estaciones e que es cosa justa venir de bísperas y entrarnos a uer vn
desuellacaras que ay está?
ELICIA.- Torna por mi amor, no te vayas; si no, en mis manos dexarás el medio manto.
Comentario [SC1029]: Me
fino, me muero. Lazar., I: Muchas
veces me finara de hambre.
Comentario [SC1030]: Descu
ellacaras. ZAMORA, Mon., 7. S.
Felipe: Un descuellacaras, que no
se la han hecho cuando se venga
un fantástico, que no ha oído la
mala palabra, cuando cruza la cara
a quien se la dijo. GALLO, Job,
16, 5: Si llega un desuellacaras con
más pecados que un salteador.
CENTURIO.- Tenla, por Dios, señora, tenla no se te suelte.
ELICIA.- Marauillada estoy, prima, de tu buen seso. ¿Quál hombre ay tan loco e fuera de
razón, que no huelgue de ser visitado, mayormente de mugeres? Llégate acá, señor Centurio,
que en cargo de mi alma por fuerça haga que te abrace, que yo pagaré la fruta.
AREUSA.- Mejor lo vea yo en poder de justicia e morir a manos de sus enemigos, que yo tal
gozo le dé. ¡Ya, ya hecho ha conmigo para quanto biua! ¿E por quál carga de agua le tengo
[179] de abraçar ni ver a esse enemigo? Porque le rogué estotro día que fuesse vna jornada de
aquí, en que me yua la vida e dixo de no.
CENTURIO.- Mándame tú, señora, cosa que yo sepa hazer, cosa que sea de mi officio. Vn
desafío con tres juntos e si más vinieren: que no huya por tu amor. Matar vn hombre, cortar vna
pierna o braço, harpar el gesto de alguna que se aya ygualado contigo: estas tales cosas, antes
serán hechas, que encomendadas. No me pidas que ande camino ni que te dé dinero, que bien
sabes que no dura conmigo, que tres saltos daré sin que me se cayga blanca. Ninguno da lo
que no tiene. En vna casa biuo qual vees, que rodará el majadero por toda ella sin que tropiece.
Las alhajas que tengo es el axuar de la frontera, vn jarro desbocado, vn assador sin punta. La
cama en que me acuesto está armada sobre aros de broqueles, vn rimero de malla rota por
[180] colchones, vna talega de dados por almohada. Que, avnque quiero dar collación, no tengo
qué empeñar, sino esta capa harpada, que traygo acuestas.
ELICIA.- Assí goze, que sus razones me contentan a marauilla. Como vn santo está
obediente, como ángel te habla, a toda razón se allega; ¿qué más le pides? Por mi vida que le
hables e pierdas enojo, pues tan de grado se te offresce con su persona.
CENTURIO.- ¿Offrescer dizes, señora? Yo te juro por el sancto martilogio de pe a pa, el braço
me tiembla de lo que por ella entiendo hazer, que contino pienso cómo la tenga contenta e
jamás acierto. La noche passada soñaua que hazía armas en vn desafío por su seruicio con
quatro hombres, que ella bien conosce, e maté al vno. E de los otros que huyeron el que más
sano se libró me dexó a los pies vn braço yzquierdo. Pues muy mejor lo haré despierto de día,
quando alguno tocare en su chapín.
AREUSA.- Pues aquí te tengo, a tiempo somos. Yo te perdono, con condición que me
vengues [181] de vn cauallero, que se llama Calisto, que nos ha enojado a mí e a mi prima.
CENTURIO.- ¡O!, reñiego de la condición. Dime luego si está confessado.
AREUSA.- No seas tú cura de su ánima.
CENTURIO.- Pues sea assí. Embiémosle a comer al infierno sin confessión.
AREUSA.- Escucha, no atajes mi razón. Esta noche lo tomarás.
CENTURIO.- No me digas más, al cabo estoy. Todo el negocio de sus amores sé e los que
por su causa ay muertos e lo que os tocaua a vosotras, por donde va e a qué hora e con quién
es. Pero dime, ¿quántos son los que le acompañan?
AREUSA.- Dos moços.
CENTURIO.- Pequeña presa es essa, poco ceuo tiene ay mi espada. Mejor ceuara ella en
otra parte esta noche, que estaua concertada.
AREUSA.- Por escusarte lo hazes. A otro perro con esse huesso. No es para mí essa dilación.
Aquí quiero ver si dezir e hazer si comen juntos a tu mesa.
CENTURIO.- Si mi espada dixesse lo que haze, tiempo le faltaría para hablar. ¿Quién sino
ella [182] puebla los más cimenterios? ¿Quién haze ricos los cirujanos desta tierra? ¿Quién da
Comentario [SC1031]: Mánd
ame... Esta pintura de Centurio
sobrepuja en muchos codos al
Miles gloriosus, de Plauto; pero,
como veremos, es más exagerado e
inverosímil el personaje.
Comentario [SC1032]: Harpa
r es rajar, y dícese en tierra de
Segovia de la vajilla o vidrio que,
sin romperse del todo, queda
rajado; aquí del hacer chirlos en la
cara. Lazar., I: Me avía
descalabrado y arpado la cara. Lis.
Ros., I, 5: Mira mi capa arpada.
Comentario [SC1033]: Majad
ero, la mano del almirez. J. ENC.
(Bibl. Gallardo, 2, 903): E mas dos
morteros / con sus najaderos.
Comentario [SC1034]: COR
R., 76: El ajuar de la frontera: dos
estacas y una estera. (Por el poco
ajuar de los presidios de soldados
de frontera); o dos terrazas y una
estera (ídem).
Comentario [SC1035]: Martil
ogio, por todos los Santos del
martirologio. De pe a pa. CORR.,
578: De pe a pa. (Decir las cosas
claras.) Es deletrear la sílaba pa:
pe + a = pa, la cual consiste en
abrir bien la boca para afirmar y
decir sí, que es lo que ba, pa
significa en vascuence.
Comentario [SC1036]: Soñav
a, el chiste es gracioso, y todo esto
del Centurio está escrito
donosamente.
Comentario [SC1037]: Reñie
go de la condición, las viejas lo
dicen hoy así. Las bravatas de
Centurio son tan exageradas como
las que más.
Comentario [SC1038]: Cebar
, intransitivo, es usado.
Comentario [SC1039]: S.
BALLESTA: A otro perro con ese
hueso, indicando que no nos
engañará. Quij., I, 32. Selvag., 164.
Comentario [SC1040]: Todo
esto es bufo a fuerza de exagerado.
contino quehazer a los armeros? ¿Quién destroça la malla muy fina? ¿Quién haze riça de los
broqueles de Barcelona? ¿Quién reuana los capacetes de Calatayud, sino ella? Que los
caxquetes de Almazén assí los corta, como si fuessen hechos de melón. Veynte años há que
me da de comer. Por ella soy temido de hombres e querido de mugeres; sino de ti. Por ella me
dieron Centurio por nombre a mi abuelo e Centurio se llamó mi padre e Centurio me llamo yo.
ELICIA.- Pues ¿qué hizo el espada por que ganó tu abuelo esse nombre? Dime, ¿por ventura
fue por ella capitán de cient hombres?
CENTURIO.- No; pero fue rufián de cient mugeres.
AREUSA.- No curemos de linaje ni hazañas viejas. Si has de hazer lo que te digo, sin dilación
determina, porque nos queremos yr.
CENTURIO.- Más desseo ya la noche por tenerte contenta, que tú por verte vengada. E
porque más se haga todo a tu voluntad, escoge qué muerte quieres que le dé. Allí te mostraré
vn [183]reportorio en que ay sietecientas e setenta species de muertes: verás quál más te
agradare.
ELICIA.- Areusa, por mi amor, que no se ponga este fecho en manos de tan fiero hombre.
Más vale que se quede por hazer, que no escandalizar la ciudad, por donde nos venga más
daño de lo passado.
AREUSA.- Calla, hermana, díganos alguna, que no sea de mucho bullicio.
CENTURIO.- Las que agora estos días yo vso e más traygo entre manos son espaldarazos
sin sangre o porradas de pomo de espada o reués mañoso; a otros agujero como harnero a
puñaladas, tajo largo, estocada temerosa, tiro mortal. Algún día doy palos por dexar holgar mi
espada.
ELICIA.- No passe, por Dios, adelante; déle palos, porque quede castigado e no muerto.
CENTURIO.- Juro por el cuerpo santo de la letanía, no es más en mi braço derecho dar palos
sin matar, que en el sol dexar de dar bueltas al cielo.
AREUSA.- Hermana, no seamos nosotras lastimeras; haga lo que quisiere, mátele como se le
antojare. Llore Melibea como tú has hecho. Dexémosle. Centurio, da buena cuenta de lo [184]
encomendado. De qualquier muerte holgarémos. Mira que no se escape sin alguna paga de su
yerro.
CENTURIO.- Perdónele Dios, si por pies no se me va. Muy alegre quedo, señora mía, que se
ha ofrecido caso, avnque pequeño, en que conozcas lo que yo sé hazer por tu amor.
AREUSA.- Pues Dios te dé buena manderecha e a él te encomiendo, que nos vamos.
CENTURIO.- Él te guíe e te dé más paciencia con los tuyos.
CENTURIO.- Allá yrán estas putas atestadas de razones. Agora quiero pensar cómo me
escusaré de lo prometido, de manera que piensen que puse diligencia con ánimo de executar lo
dicho e no negligencia, por no me poner en peligro. Quiérome hazer doliente; pero, ¿qué
aprouecha? Que no se apartarán de la demanda, quando sane. Pues si digo que fui allá e que
les hize huyr, pedirme han señas de quién eran e quántos yuan y en qué lugar los tomé e qué
vestidos lleuauan; yo no las sabré dar. ¡Helo todo perdido! Pues ¿qué consejo tomaré, que
cumpla con mi seguridad e su demanda? Quiero embiar [185] a llamar a Traso, el coxo, e a sus
dos compañeros e dezirles que, porque yo estoy occupado esta noche en otro negocio, vaya a
dar vn repiquete de broquel a manera de leuada, para oxear [186] vnos garçones, que me fue
Comentario [SC1041]: Sino
de ti, excepto o menos de ti.
Comentario [SC1042]: No es
malo el chiste, sino muy irónico y
precioso; aunque no debiera
ponerlo el corrector en boca de él,
pues hace y convierte en burlas
todas sus bravosías.
Comentario [SC1043]: Repor
torio se decía. SAAV., Rep., pl.
89: Los que hacían reportorios a
los libros.
Comentario [SC1044]: Mand
erecha. Corr., 588: Buena
manderecha os dé Dios.
Comentario [SC1045]: Traso
es el soldado fanfarrón, rival del
joven Fedria, en el Eunuco, de
Terencio, y el fanfarrón de
Luciano en los Diálogos de
meretrices. Vale fuerte, esforzado,
[thrasús]. Así como de Elicia salió
otra tragicomedia, así de Traso
hubo quien escribió un acto y lo
metió en La Celestina. De igual
manera que el corrector embutió
todos estos actos del Centurio. Así
pasó con los poemas cíclicos,
atribuídos a Homero y compuestos
sobre algunos de los personajes de
La Ilíada. Véase la comedia de
Plauto, intitulada Milite glorioso,
traducida en lengua castellana,
Anvers M.D.L.V. [, sin acento, en
el original (N. del E.)]
Comentario [SC1046]: Repiq
uete de broquel. Trag. Polic., 7: Al
primer repiquete de broquel no me
hallarás en toda la ciudad. J. PIN.,
Agr., 20, 36: Cuya inteligencia se
funda en «amigo de amigos y
enemigo de enemigos y vivan los
míos»; que era el repiquete de
broquel del griego Temístocles,
dechado de la finísima y
descomunal ambición. -Era meter
ruido, repicando los broqueles con
los pomos de las espadas o con las
hojas.
Comentario [SC1047]: Levad
a es acción de hurtar. Píc. Just., 2,
2, 4, 2: El muchacho era obediente
e inclinado a estas levadas. Es
además lance que, de una vez y sin
intermisión, juegan los dos que
esgrimen. Ruf. dich.: Platiquemos /
una levada buena. Y acción de
levantar airosamente la espada o
lanza, dando en el aire, y este
parece ser el sentido del texto,
esto
... [354]
Comentario [SC1048]: Oxear
, ahuyentar con el ¡ox! SANDOV.,
H. Carl. V, I, 37: Las galeras
oxeaban a cañonazos los moros
para desviarlos de la lengua del
agua.
encomendado, que todo esto es passos seguros e donde no consiguirán ningún daño, más de
fazerlos huyr e boluerse a dormir.
[187]
Aucto décimonono
ARGUMENTO DEL DÉCIMONONO AUCTO
Yendo Calisto con Sosia e Tristán al huerto de Pleberio a visitar a Melibea, que lo estaua
esperando e con ella Lucrecia, cuenta Sosia lo que le aconteció con Areusa. Estando Calisto
dentro del huerto con Melibea, viene Traso e otros por mandado de Centurio a complir lo que
auía prometido a Areusa e a Elicia, a los quales sale Sosia; e oyendo Calisto desde el huerto,
onde estaua con Melibea, el ruydo que trayan, quiso salir fuera, la qual salida fue causa que sus
días peresciessen, porque los tales este don resciben por galardón e por esto han de saber
desamar los amadores.
SOSIA, TRISTÁN, CALISTO, MELIBEA, LUCRECIA.
SOSIA.- Muy quedo, para que no seamos sentidos. Desde aquí al huerto de Pleberio te
contaré, hermano Tristán, lo que con Areusa me ha passado oy, que estoy el más alegre
hombre del mundo. Sabrás que ella por las buenas nueuas, que de mí auía oydo, estaua presa
de mi amor y embiome a Elicia, rogándome que la visitasse. E dexando aparte otras razones de
[188] buen consejo que passamos, mostró al presente ser tanto mía, quanto algún tiempo fue
de Pármeno. Rogome que la visitasse siempre, que ella pensaua gozar de mi amor por tiempo.
Pero yo te juro por el peligroso camino en que vamos, hermano, e assí goze de mí, que estuue
dos o tres vezes por me arremeter a ella, sino que me empachaua la vergüença de verla tan
hermosa e arreada e a mí con vna capa vieja ratonada. Echaua de sí en bulliendo vn olor de
almizque; yo hedía al estiercol, que lleuaua dentro de los çapatos. Tenía vnas manos como la
nieue, que, quando las sacaua de rato en rato de un guante, parecía que se derramaua azahar
por casa. Assí por esto, como porque tenía vn poco ella quehacer, se quedó mi atreuer para
otro día. E avn porque a la primera vista todas las cosas no son bien tratables e quanto más se
comunican mejor se entienden en su participación.
TRISTÁN.- Sosia amigo, otro seso más maduro y esperimentado, que no el mío, era
necessario para darte consejo en este negocio; pero lo que con mi tierna edad e mediano
natural alcanço al presente te diré. Esta muger es marcada ramera, según tú me dixiste: quanto
con ella te passó has de creer que no caresce de engaño. [189] Sus offrecimientos fueron
falsos e no sé yo a qué fin. Porque amarte por gentilhombre ¿quántos más terná ella
desechados? Si por rico, bien sabe que no tienes más del poluo, que se te pega del almohaça.
Si por hombre de linaje, ya sabrá que te llaman Sosia e a tu padre llamaron Sosia, nascido e
criado en vna aldea, quebrando terrones con vn arado, para lo qual eres tú más dispuesto, que
para enamorado. Mira, Sosia, e acuérdate bien si te quería sacar algún punto del secreto deste
camino, que agora vamos, para con que lo supiesse reboluer a Calisto e Pleberio, de embidia
del plazer de Melibea. Cata que la embidia es vna incurable enfermedad donde assienta,
huésped que fatiga la posada: en lugar de galardón, siempre goza del mal ageno. Pues si esto
Comentario [SC1049]: Marc
ada, de todos conocida y señalada
por tal, de marca, metáfora de las
mercancías.
Comentario [SC1050]: Sosia,
por ser de esclavo este nombre
entre los romanos; anacronismo
que no tiene perdón de Dios.
es assí, ¡o cómo te quiere aquella maluada hembra engañar con su alto nombre, del qual todas
se arrean! Con su vicio ponçoñoso quería condenar el ánima por complir su apetito, reboluer
tales casas para contentar su dañada voluntad. ¡O arufianada muger, e con qué blanco pan te
daua çaraças: Quería vender su cuerpo a trueco de contienda. Óyeme e, si assí presumes que
sea, ármale trato [190] doble, qual yo te diré: que quién engaña al engañador... ya me
entiendes. E si sabe mucho la raposa, más el que la toma. Contramínale sus malos
pensamientos, escala sus ruyndades, quando más segura la tengas, e cantarás después en tu
establo: vno piensa el vayo e otro el que lo ensilla.
SOSIA.- ¡O Tristán, discreto mancebo! Mucho más me has dicho, que tu edad demanda.
Astuta sospecha has remontado e creo que verdadera. Pero, porque ya llegamos al huerto e
nuestro amo se nos acerca, dexemos este cuento, que es muy largo, para otro día.
CALISTO.- Poned, moços, la escala e callad, que me paresce que está hablando mi señora
de dentro. [191] Sobiré encima de la pared y en ella estaré escuchando, por ver si oyré alguna
buena señal de mi amor en absencia.
MELIBEA.- Canta más, por mi vida, Lucrecia, que me huelgo en oyrte, mientra viene aquel
señor, e muy passo entre estas verduricas, que no nos oyrán los que passaren.
LUCRECIA.¡O quién fuesse la ortelana
de aquestas viciosas flores,
por prender cada mañana
al partir a tus amores!
Vístanse nueuas collores
los lirios y el açucena;
derramen frescos olores,
quando entre por estrena. [192]
MELIBEA.- ¡O quan dulce me es oyrte! De gozo me deshago. No cesses, por mi amor.
LUCRECIA.Alegre es la fuente clara
a quien con gran sed la vea;
mas muy más dulce es la cara
de Calisto a Melibea.
Pues, avnque más noche sea,
con su vista gozará.
¡O quando saltar le vea,
qué de abraços te dará!
Saltos de gozo infinitos
da el lobo viendo ganado;
con las tetas los cabritos,
Melibea con su amado.
Comentario [SC1051]: Çaraç
as, pan con agujas dentro para
matar perros.
Comentario [SC1052]: Trato
doble, CORR, 631: Hacer trato
doble. (Por engaño y traición.)
Comentario [SC1053]: Este
refrán no lo hallo en ningún
refranero y parece ser el otro,
acomodado mal que bien: Quien
hurta al ladrón, cien días gana de
perdón (CORR., 348).
Comentario [SC1054]: Lis.
Rosel., 3, 3: Mucho sabe la raposa,
pero más el que la toma.
Comentario [SC1055]: Uno
piensa..., refrán conocido.
Comentario [SC1056]: Remo
ntarse, alzarse, huirse al monte, o
el ave en el aire; remontar,
ahuyentar, alzar. J. PIN., Agr., 9, I:
Tomaron las armas, que hallaron a
mano en casa, y remontándose a
una isla... les acudieron muchos
perdidos. LEÓN, Brazo: Que
ingenioso en remontar dificultades
sobre lo que Dios ordena.
Comentario [SC1057]: Despu
és de un mes entero de idas y
venidas al jardín de Pleberio, ni
éste ni su mujer saben nada de los
amores de su hija ni de la muerte
de Celestina y de los dos mozos y
su causa, que son los mismos
amores. Todo el pueblo lo tiene ya
olvidado y Pleberio no lo sabe. Por
toda esta descabellada enormidad
pasa el corrector. Por eso el autor,
tras la muerte de aquéllos, pone el
desenlace final, no sólo porque,
muerta Celestina y logrado y
gozado el amor, todo está
concluido, sino porque la acción
tenía que despeñarse en la realidad
y en el arte, sí éste había de seguir
a aquélla. Así que esta visita es ya
fría y fuera de propósito. Como
que es la última que puso el autor,
interrumpida neciamente por el
corrector con los actos pasados.
Comentario [SC1058]: Esto
de cantar Lucrecia y Melibea para
que se enteren sus padres, tiene
mucha gracia. Lindísimos son los
versos; pero non erat hic locus,
«no había lugar para tales cosas
ahora», diría Horacio al corrector.
Además, que no es la noche para
alabar a las flores y a las aves.
Nunca fue más desseado
amado de su amiga,
ni huerto más visitado,
ni noche más sin fatiga.
MELIBEA.- Quanto dizes, amiga Lucrecia, se me representa delante, todo me parece que lo
veo con mis ojos. Procede, que a muy buen son lo dizes e ayudarte he yo. [193]
LUCRECIA, MELIBEA.
Dulces árboles sombrosos,
humilláos quando veays
aquellos ojos graciosos
del que tanto desseays.
Estrellas que relumbrays,
norte e luzero del día,
¿por qué no le despertays,
si duerme mi alegría?
MELIBEA.- Óyeme, tú, por mi vida, que yo quiero cantar sola.
Papagayos, ruyseñores,
que cantays al aluorada,
lleuad nueua a mis amores,
como espero aquí asentada.
La media noche es passada,
e no viene.
sabedme si ay otra amada
que lo detiene.
CALISTO.- Vencido me tiene el dulçor de tu suaue canto; no puedo más suffrir tu penado
esperar. ¡O mi señora e mi bien todo! ¿Quál muger podía [194] auer nascida, que despriuasse
tu gran merecimiento? ¡O salteada melodía! ¡O gozoso rato! ¡O coraçón mío! ¿E cómo no
podiste más tiempo sufrir sin interrumper tu gozo e complir el desseo de entrambos?
MELIBEA.- ¡O sabrosa trayción! ¡O dulce sobresalto! ¿Es mi señor de mi alma? ¿Es él? No lo
puedo creer. ¿Dónde estauas, luziente sol? ¿Donde me tenías tu claridad escondida? ¿Auía
rato que escuchauas? ¿Por qué me dexauas echar palabras sin seso al ayre, con mi ronca boz
de cisne? Todo se goza este huerto con tu venida. Mira la luna quán clara se nos muestra, mira
las nuues cómo huyen. Oye la corriente agua desta fontezica., ¡quánto más suaue murmurio su
río lleua por entre las frescas yeruas! Escucha los altos cipreses, ¡cómo se dan paz unos ramos
con otros por intercessión de vn templadico viento que los menea! Mira sus quietas sombras,
¡quán escuras están e aparejadas para encobrir nuestro deleyte! Lucrecia, ¿qué sientes,
amiga? ¿Tórnaste loca de plazer? Déxale, [195] no me le despedaces, no le trabajes sus
miembros con tus pesados abraços. Déxame gozar lo que es mío, no me ocupes mi plazer.
Comentario [SC1059]: Despr
ivasse, hiciese que sea más privado
y primero. LAG., Diosc., 4, 27:
Desprivan y dejan muchas millas
atrás los criados viejos. Loz. and.,
62: Mas Rampin despriva a
muchos buenos, que querían ser en
su lugar.
Comentario [SC1060]: Herm
osos sentimientos acerca de la
naturaleza, que parecen modernos.
Comentario [SC1061]: Nuest
ro deleyte. Esto, y más lo que
sigue, es un borrón en la pintura
que el autor había hecho de
Melibea. Lo de que la moza abrace
a Calisto y Melibea tenga que decir
semejantes frases es indigno de un
dramaturgo.
CALISTO.- Pues, señora e gloria mía, si mi vida quieres, no cesse tu suaue canto. No sea de
peor condición mi presencia, con que te alegras, que mi absencia, que te fatiga.
MELIBEA.- ¿Qué quieres que cante, amor mío? ¿Cómo cantaré, que tu desseo era el que
regía mi son e hazía sonar mi canto? Pues conseguida tu venida, desapareciose el desseo,
destemplose el tono de mi boz. Y pues tú, señor, eres el dechado de cortesía e buena criança,
¿cómo mandas a mi lengua hablar e no a tus manos que estén quedas? ¿Por qué no oluidas
estas mañas? Mándalas estar sossegadas e dexar su enojoso vso e conuersación
incomportable. Cata, ángel mío, que assí como me es agradable tu vista sossegada, me es
enojoso tu riguroso trato; tus honestas burlas me dan plazer, tus deshonestas manos me
fatigan, quando passan de la razón. Dexa estar mis ropas en su [196] lugar e, si quieres ver si
es el hábito de encima de seda o de paño, ¿para qué me tocas en la camisa? Pues cierto es de
lienço. Holguemos e burlemos de otros mill modos, que yo te mostraré, no me destroces ni
maltrates como sueles. ¿Qué prouecho te trae dañar mis vestiduras?
CALISTO.- Señora, el que quiere comer el aue, quita primero las plumas.
LUCRECIA.- (Aparte.) Mala landre me mate, si más los escucho. ¿Vida es esta? ¡Que me
esté yo deshaziendo de dentera y ella esquiuándose porque la rueguen! Ya, ya apaziguado es
el ruydo: no ouieron menester despartidores. Pero también me lo haría yo, si estos necios de
sus criados me fablassen entre día; pero esperan que los tengo de yr a buscar.
MELIBEA.- ¿Señor mío, quieres que mande a Lucrecia traer alguna colación?
CALISTO.- No ay otra colación para mí, sino tener tu cuerpo e belleza en mi poder. Comer e
beuer, donde quiera se da por dinero, en cada tiempo se puede auer e qualquiera lo puede
alcançar; pero lo no vendible, lo que en toda la tierra no ay ygual que en este huerto, ¿cómo
mandas que se me passe ningún momento que no goze?
LUCRECIA.- (Aparte.) Ya me duele a mí la cabeça [197] d' escuchar e no a ellos de hablar ni
los braços de retoçar ni las bocas de besar. ¡Andar!, ya callan: a tres me parece que va la
vencida.
CALISTO.- Jamás querría, señora, que amaneciesse, según la gloria e descanso que mi
sentido recibe de la noble conuersación de tus delicados miembros.
MELIBEA.- Señor, yo soy la que gozo, yo la que gano; tú, señor, el que me hazes con tu
visitación incomparable merced.
SOSIA.- ¿Assí, vellacos, rufianes, veníades a asombrar a los que no os temen? Pues yo juro
que si esperárades, que yo os hiziera yr como merecíades.
CALISTO.- Señora, Sosia es aquel que da bozes. Déxame yr a valerle, no le maten, que no
está sino vn pajezico con él. Dame presto mi capa, que está debaxo de ti.
MELIBEA.- ¡O triste de mi ventura! No vayas allá sin tus coraças; tórnate a armar. [198]
CALISTO.- Señora, lo que no haze espada e capa e coraçón, no lo fazen coraças e capaçete
e couardía.
SOSIA.- ¿Avn tornays? Esperadme. Quiçá venís por lana.
CALISTO.- Déxame, por Dios, señora, que puesta está el escala.
MELIBEA.- ¡O desdichada yo!, e como vas tan rezio e con tanta priessa e desarmado a
meterte entre quién no conosces? Lucrecia, ven presto acá, que es ydo Calisto a vn ruydo.
Echémosle sus coraças por la pared, que se quedan acá.
Comentario [SC1062]: Esto
ya no es poesía, es glosar feamente
algunas frases del autor en el auto
XIV. Además que, después de un
mes, está tan fuera de su lugar
como lo estaba bien la primera vez
de tratarse para mostrar los
virginales sentimientos de
Melibea.
Comentario [SC1063]: A la
tercera va la vencida, frase común,
o, como trae CORREAS, 181:La
tercera buena y valedera. (En tiros
y caídas de luchas.) Quiere decir
que valga y sea vencimiento de
tercera caída.
Comentario [SC1064]: Ya no
es esta la amable Melibea.
Comentario [SC1065]: Ir por
lana y volver trasquilado (CORR.,
149).
TRISTÁN.- Tente, señor, no baxes, que ydos son; que no era sino Traso el coxo e otros
vellacos, que passauan bozeando. Que ya se torna Sosia. Tente, tente, señor, con las manos al
escala.
CALISTO.- ¡O!, ¡válame Santa María! ¡Muerto soy! ¡Confessión!
TRISTÁN.- Llégate presto, Sosia, que el triste de nuestro amo es caydo del escala e no habla
ni se bulle. [199]
SOSIA.- ¡Señor, señor! ¡A essotra puerta! ¡Tan muerto es como mi abuelo! ¡O gran
desuentura!
LUCRECIA.- ¡Escucha, escucha!, ¡gran mal es este!
MELIBEA.- ¿Qué es esto? ¿Qué oygo?, ¡amarga de mí!
TRISTÁN.- ¡O mi señor e mi bien muerto! ¡O mi señor despeñado! ¡O triste muerte sin
confessión! Coge, Sosia, essos sesos de essos cantos, júntalos con la cabeça del desdichado
amo nuestro. ¡O día de aziago! ¡O arrebatado fin!
MELIBEA.- ¡O desconsolada de mí! ¿Qué es esto? ¿Qué puede ser tan áspero
acontecimiento como oygo? Ayúdame a sobir, Lucrecia, por estas paredes, veré mi dolor; si no,
hundiré con alaridos la casa de mi padre. ¡Mi bien e plazer, [200] todo es ydo en humo! ¡Mi
alegría es perdida! ¡Consumiose mi gloria!
LUCRECIA.- Tristán, ¿qué dizes, mi amor?, ¿qué es esso, que lloras tan sin mesura?
TRISTÁN.- ¡Lloro mi gran mal, lloro mis muchos dolores! Cayó mi señor Calisto del escala e
es muerto. Su cabeça está en tres partes. Sin confessión pereció. Díselo a la triste e nueua
amiga, que no espere más su penado amador. Toma tú, Sosia, dessos pies. Lleuemos el
cuerpo de nuestro querido amo donde no padezca su honrra detrimento, avnque sea muerto en
este lugar. Vaya con nosotros llanto, acompáñenos soledad, síganos desconsuelo, visítenos
tristeza, cúbranos luto e dolorosa xerga.
MELIBEA.- ¡O la más de las tristes triste! ¡Tan [201] tarde alcançado el plazer, tan presto
venido el dolor!
LUCRECIA.- Señora, no rasgues tu cara ni meses tus cabellos. ¡Agora en plazer, agora en
tristeza! ¿Qué planeta houo, que tan presto contrarió su operación? ¡Qué poco coraçón es este!
Leuanta, por Dios, no seas hallada de tu padre en tan sospechoso lugar, que serás sentida.
Señora, señora, ¿no me oyes? No te amortezcas, por Dios. Ten esfuerço para sofrir la pena,
pues touiste osadía para el plazer.
MELIBEA.- ¿Oyes lo que aquellos moços van hablando? ¿Oyes sus tristes cantares?
¡Rezando lleuan con responso mi bien todo! ¡Muerta lleuan mi alegría! ¡No es tiempo de yo
biuir! ¿Cómo no gozé más del gozo? ¿Cómo tuue en tan poco la gloria, que entre mis manos
toue? ¡O ingratos mortales! ¡Jamás conocés vuestros bienes, sino quando dellos caresceys!
[202]
LUCRECIA.- Abíuate, abiua, que mayor mengua será hallarte en el huerto, que plazer sentiste
con la venida ni pena con ver que es muerto. Entremos en la cámara, acostarte as. Llamaré a tu
padre e fingiremos otro mal, pues este no es para poderse encobrir.
[203]
El veynteno aucto
Comentario [SC1066]: COR
R., I: A esotra puerta, que ésta no
se abre. (Cuando no responde un
sordo u otros.)
Comentario [SC1067]: Graci
as a Dios, volvemos a la primitiva
Comedia, y el lector debe leer esto
enhebrándolo con el auto XIV,
donde lo dejó el autor.
Comentario [SC1068]: Día
de aziago, día de ave mala, que es
lo que aciago vale, auce mala.
BERC., Sig., 26: Que por su abçe
mala vendió a su sennor. Alex.,
545: Aluctas en este comedio
buscaron abce mala.
Comentario [SC1069]: A.
PÉREZ: Ceniza, f. 18: Para que no
se nos vaya en humo el fuego de
nuestras virtudes.
Comentario [SC1070]: Note
el lector lo sentido y delicado que
es todo esto y cuán de otro que lo
pasado.
Comentario [SC1071]: Nueva
amiga, y lo era para el autor, no
para el corrector.
Comentario [SC1072]: ¡Dos
frases maravillosas! ¡Y cuán
dificultoso, era hacer romper a
hablar a la desdichada amante! El
autor sentía como Jorge Manrique,
y su elegía le reteñía en el corazón:
«Quan presto se va el plazer, |
como después de acordado, | da
dolor.»
Comentario [SC1073]: En el
romance de Leandro y Ero (M.
PELAYO, Antol., 9, p. 217): «¡Oh
dioses!, ¿y qué es aquesto? / ¿Por
qué robáis mi alegría?... / No
quiero vivir sin ti, / que el vivir
muerte sería.»
Comentario [SC1074]: Este
último epifonema es el quejido que
brota de lo más hondo del alma
humana, por muchos expresado,
pero por nadie tan ceñidamente y
en más cruel coyuntura. Es la
filosofía del placer de
Schopenhauer. En Remed., 2, 83:
«No sé yo quales me llamas tu
alegres días. Los quales, quando
estavan presentes eran tristes y
llenos de lloros; agora yo no veo
otra causa para que te parezcan
alegres, sino averse passado e
porque no han de bolver
acrecientan en sí la estimación y en
ti el desseo, aviendo llevado tras sí
muchas cosas, que por ventura
eran de ti cordialmente amadas.
Assí que es la verdad que el loco
ninguna cosa ama tanto como lo
que pierde.» En Los Cautivos
I, de
... [355]
ARGUMENTO DEL VEYNTENO AUTO
Comentario [SC1075]: En B
este argumento es del Quinzeno
auto.
Lucrecia llama a la puerta de la cámara de Pleberio. Pregúntale Pleberio lo que quiere.
Lucrecia le da priessa que vaya a uer a su hija Melibea. Leuantado Pleberio, va a la cámara de
Melibea. Consuélala, preguntando qué mal tiene. Finge Melibea dolor de coraçón. Embía
Melibea a su padre por algunos instrumentos músicos. Sube ella e Lucrecia en vna torre. Embía
de sí a Lucrecia. Cierra tras ella la puerta. Llégase su padre al pie de la torre. Descúbrele
Melibea todo el negocio, que hauía passado. En fin, déxase caer de la torre abaxo.
PLEBERIO, LUCRECIA, MELIBEA.
PLEBERIO.- ¿Qué quieres, Lucrecia? ¿Qué quieres tan presurosa? ¿Qué pides con tanta
importunidad e poco sosiego? ¿Qué es lo que mi hija ha sentido? ¿Qué mal tan arrebatado
puede ser, que no aya yo tiempo de me vestir ni me des avn espacio a me leuantar?
LUCRECIA.- Señor, apresúrate mucho, si la quieres [204] ver viua, que ni su mal conozco de
fuerte ni a ella ya de desfigurada.
PLEBERIO.- Vamos presto, anda allá, entra adelante, alça essa antepuerta e abre bien essa
ventana, porque le pueda ver el gesto con claridad. ¿Qué es esto, hija mía? ¿Qué dolor e
sentimiento es el tuyo? ¿Qué nouedad es esta? ¿Qué poco esfuerço es este? Mírame, que soy
tu padre. Fabla comigo, cuéntame la causa de tu arrebatada pena. ¿Qué has? ¿Qué sientes?
¿Qué quieres? Hablame, mírame, dime la razón de tu dolor, porque presto sea remediado. No
quieras embiarme con triste postrimería al sepulcro. Ya sabes que no tengo otro bien, sino a ti.
Abre essos alegres ojos e mírame.
MELIBEA.- ¡Ay dolor!
PLEBERIO.- ¿Qué dolor puede ser, que yguale con ver yo el tuyo? Tu madre está sin seso en
oyr tu mal. No pudo venir a verte de turbada. Esfuerça tu fuerça, abiua tu coraçón, arréziate de
manera que puedas tú comigo yr a visitar a ella. Dime, ánima mía, la causa de tu sentimiento.
MELIBEA.- ¡Pereció mi remedio! [205]
PLEBERIO.- Hija, mi bienamada e querida del viejo padre, por Dios, no te ponga
desesperación el cruel tormento desta tu enfermedad e passión, que a los flacos coraçones el
dolor los arguye. Si tú me cuentas tu mal, luego será remediado. Que ni faltarán medicinas ni
médicos ni siruientes para buscar tu salud, agora consista en yeruas o en piedras o en palabras
o esté secreta en cuerpos de animales. Pues no me fatigues más, no me atormentes, no me
hagas salir de mi seso e dime ¿qué sientes?
MELIBEA.- Vna mortal llaga en medio del coraçón, que no me consiente hablar. No es ygual a
los otros males; menester es sacarle para ser curada, que está en lo más secreto dél.
PLEBERIO.- Temprano cobraste los sentimientos de la vegez. La moçedad toda suele ser
plazer e alegría, enemiga de enojo. Levántate de ay. Vamos a uer los frescos ayres de la ribera:
alegrarte has con tu madre, descansará tu pena. Cata, si huyes de plazer, no ay cosa más
contraria a tu mal.
MELIBEA.- Vamos donde mandares. Subamos, [206] señor, al açotea alta, porque desde allí
goze de la deleytosa vista de los nauíos: por ventura afloxará algo mi congoxa.
Comentario [SC1076]: Este
pegote del corrector es una
impertinencia, que corta la viva
expresión de sentimiento, que el
drama viene amontonando.
Comentario [SC1077]: Nótes
e lo poco y lo muy a propósito que
habla Melibea.
Comentario [SC1078]: A los
flacos, de Virgilio (Aeneid., 4, 13):
«Degeneres animos timor arguit.»
Comentario [SC1079]: Alude
a las medicinas, a las virtudes de
las piedras y a los ensalmos, esto
es: a todos los medios de médicos
y curanderas.
Comentario [SC1080]: Melib
ea ha tomado su determinación.
Sus pocas palabras son de una
desesperación fría y terrible,
agoreras de triste desenlace. Lo de
los navíos, que ha dado que
discurrir sobre si la escena pasase
en Sevilla, no es para mí otra cosa
sino que el autor tenía en su
fantasía la leyenda de Hero y
Leandro, cuyas ediciones de
Venecia y Florencia, de 1494 y
1495, pudo leer, y cuyo modo de
suicidarse despeñándose desde la
torre al mar va a imitar: «Desde
los pechos rasga el rico manto, | y
al mar se lanza desde la alta torre.
| Así murió por su difunto esposo
| y hasta en la misma muerte se
gozaron.»(CONDE, Poes. Safo,
Meleagro, etc., 1797, p.133.)
PLEBERIO.- Subamos e Lucrecia con nosotros.
MELIBEA.- Mas, si a ti plazerá, padre mío, mandar traer algún instrumento de cuerdas con
que se sufra mi dolor o tañiendo o cantando, de manera que, avnque aquexe por vna parte la
fuerça de su acidente, mitigarlo han por otra los dulces sones e alegre armonía.
PLEBERIO.- Esso, hija mía, luego es hecho. Yo lo voy a mandar aparejar.
MELIBEA.- Lucrecia, amiga mía, muy alto es esto. Ya me pesa por dexar la compañía de mi
padre. Baxa a él e dile que se pare al pie desta torre, que le quiero dezir vna palabra, que se
me oluidó que fablasse a mi madre.
LUCRECIA.- Ya voy, señora. [207]
MELIBEA.- De todos soy dexada. Bien se ha adereçado la manera de mi morir. Algún aliuio
siento en ver que tan presto seremos juntos yo e aquel mi querido amado Calisto. Quiero cerrar
la puerta, porque ninguno suba a me estoruar mi muerte. No me impidan la partida, no me
atajen el camino, por el qual en breue tiempo podré visitar en este día al que me visitó la
passada noche. Todo se ha hecho a mi voluntad. Buen tiempo terné para contar a Pleberio mi
señor la causa de mi ya acordado fin. Gran sinrazón hago a sus canas, gran ofensa a su vegez.
Gran fatiga le acarreo con mi falta. En gran soledad le dexo. Y caso que por mi morir a mis
[208] queridos padres sus días se diminuyessen, ¿quién dubda que no aya auido otros más
crueles contra sus padres? Bursia, rey de Bitinia, sin ninguna razón, no aquexándole pena
como a mí, mató su propio padre. Tolomeo, rey de Egypto, a su padre e madre e hermanos e
muger, [209] por gozar de vna manceba. Orestes a su madre Clistenestra. El cruel emperador
Nero a su madre Agripina por solo su plazer hizo matar. Estos son dignos de culpa, estos son
verdaderos parricidas, que no yo; que con mi pena, con mi muerte purgo la culpa, que de su
dolor se me puede poner. Otros muchos crueles ouo, que mataron hijos e hermanos, debaxo de
cuyos yerros el mío no parescerá grande. Philipo, rey de Macedonia; Herodes, rey de Judea;
Constantino, emperador de Roma; Laodice, reyna de Capadocia, e Medea, la nigromantesa.
Todos estos mataron hijos queridos e amados, sin ninguna razón, quedando sus personas a
saluo. Finalmente, me ocurre aquella gran crueldad de Phrates, rey de los Parthos, que, porque
no quedasse sucessor después dél, mató a Orode, su viejo padre e a su vnico hijo e treynta
hermanos suyos. Estos fueron delictos dignos de culpable culpa, que, guardando sus personas
de peligro, matauan sus mayores e descendientes e hermanos. Verdad es que, avnque todo
esto assí sea, no auía de remedarlos en lo que malhizieron; pero no es más en mi mano. Tú,
Señor, que de mi habla eres testigo, ves mi poco poder, ves quán catiua tengo mi libertad, quán
presos mis sentidos de tan poderoso amor del muerto [210] cauallero, que priua al que tengo
con los viuos padres.
PLEBERIO.- Hija mía Melibea, ¿qué hazes sola? ¿Qué es tu voluntad dezirme? ¿Quieres que
suba allá?
MELIBEA.- Padre mío, no pugnes ni trabajes por venir adonde yo estó, que estoruaras la
presente habla, que te quiero fazer. Lastimado, serás breuemente con la muerte de tu vnica fija.
Mi fin es llegado, llegado es mi descanso e tu passión, llegado es mi aliuio e tu pena, llegada es
mi acompañada hora e tu tiempo de soledad. No haurás, honrrado padre, menester
instrumentos para aplacar mi dolor, sino campanas para sepultar mi cuerpo. Si me escuchas sin
lágrimas, oyrás la causa desesperada de mi forçada e alegre partida. No la interrumpas con
lloro ni palabras; si no, quedarás más quexoso en no saber por qué me mato, que doloroso por
verme muerta. Ninguna cosa me preguntes ni respondas, más de lo que de mi grado dezirte
quisiere. Porque, quando el coraçón está embargado de passión, están cerrados los oydos al
Comentario [SC1081]: Y
caso que. El mismo procedimiento
de hacerse reflexiones históricas
que hemos visto añadir al corrector
en otros lugares. Pero aquí la
inoportunidad sube de punto. Lo
estrambótico de poner en labios de
una doncella tan hondas
erudiciones, es nada en
comparación con el efecto artístico
que aquí hace contando los
sinceros y trágicos sentimientos
del momento más agudo del
drama. La que sabía de Mirra,
Canace y Pasiphe (auto XVI) bien
podía saber de Bursia, del Rey de
Macedonia y de la Reina de
Capadocia. Erudición tenía el
autor, pero se la comunicaba a
Calisto y nunca a destiempo. Esto
no es erudición, que el corrector
comunique a una doncella
momentos antes de suicidarse; es
una invención de algún famoso
médico, para evitar el suicidio al
desesperado, pero que no habrá
hombre de sano juicio que se la
atribuya al autor de la primitiva
Comedia. Hay cosas que rebosan
[«robosan» en el original] los
linderos de lo verisímil y hay
principios estéticos para juzgar de
autores y escritos que no han
menester más testimonios. Este
pegote se basta para dar por
... [356]
Comentario [SC1082]: Conti
nuación... El pasaje es de Petrarca
De Remed., trad. FERNÁNDEZ, I,
5, 3: «Amados digo que son los
padres; mas dime, ¿Júpiter no echó
del reyno a su padre Saturno? ¿Y
Nicomedes no mató a su padre
Prusia, rey de Bithinia porque
tratava de matarle, y Ptolomeo que
por esto se llamó Philopater, no
rijo assí el reyno de Egypto por
consejo de sus concubinas después
que ovo muerto a su padre, madre
y hermano e a la postre a su muger
Eurídice, que ninguna cosa le
quedó propria en él sino el nombre
desnudo de rey, e por ventura
Horestes no mató a Clitemnestra
su madre y Nerón a Agripina y
Antipatro a Thesalonice. Amados
son también los fijos, mas Theseo
no mató a Hipólito su castíssimo
hijo, y Philippo, rey de Macedonia,
no mandó matar a su buen hijo
Demetrio y el otro: Ptolomeo,
contrario a toda piedad e religión,
suzio rey también de Egypto, no
mató dos hijos suyos, y Herodes,
rey de Judea uno y Constancio
emperador de Romanos no mató
también a su hijo Crisipo, e Malco,
duque de los Cartaginenses no
crucificó a su hijo Cartalon? Pues
si digo de las madres, cuyo...amor
[357]
consejo e en tal tiempo las frutuosas palabras, en lugar de amansar, acrecientan la saña. Oye,
padre mío, mis vltimas palabras e, si como yo espero las recibes, no culparás mi yerro. Bien
[211] vees e oyes este triste e doloroso sentimiento, que toda la ciudad haze. Bien vees este
clamor de campanas, este alarido de gentes, este aullido de canes, este grande estrépito de
armas. De todo esto fuy yo la causa. Yo cobrí de luto e xergas en este día quasi la mayor parte
de la cibdadana cauallería, yo dexé, oy muchos siruientes descubiertos de señor, yo quité
muchas raciones e limosnas a pobres e enuergonçantes, yo fuy ocasión que los muertos
touiessen compañía del más acabado hombre, que en gracia nasció, yo quité a los viuos el
dechado de gentileza, de inuenciones galanas, de atauíos e brodaduras, de habla, de andar, de
cortesía, de virtud, yo fuy causa que la tierra goze sin tiempo el más noble cuerpo e más fresca
juuentud, que al mundo era en nuestra edad criada. E porque estarás espantado con el son de
mis no acostumbrados delitos, te quiero más aclarar el hecho. Muchos días son passados,
padre mío, que penaua por amor vn cauallero, que se llamaua Calisto, el qual tú bien
conosciste. Conosciste assimismo [212] sus padres e claro linaje: sus virtudes e bondad a todos
eran manifiestas. Era tanta su pena de amor e tan poco el lugar para hablarme, que descubrió
su passión a vna astuta e sagaz muger, que llamauan Celestina. La qual, de su parte venida a
mí, sacó mi secreto amor de mi pecho. Descubría a ella lo que a mi querida madre encobría.
Touo manera cómo ganó mi querer, ordenó cómo su desseo e el mío houiessen efeto. Si él
mucho me amaua, no viuía engañado. Concertó el triste concierto de la dulce e desdichada
execución de su voluntad. Vencida de su amor, dile entrada en tu casa. Quebrantó con escalas
las paredes de tu huerto, quebrantó mi propósito. Perdí mi virginidad. Del qual deleytoso yerro
de amor gozamos quasi vn mes. E como esta passada noche viniesse, según era
acostumbrado, a la buelta de su venida, como de la fortuna mudable estouiesse dispuesto e
ordenado, según su desordenada costumbre, como las paredes eran altas, la noche escura, la
escala delgada, los siruientes que traya no diestros en aquel género de seruicio e él baxaua
pressuroso a uer vn ruydo, que con sus criados sonaua en la calle, con el gran ímpetu que
leuaua, no vido bien los passos, puso el pie en vazío e cayó. De la triste cayda sus más
escondidos sesos quedaron [213] repartidos por las piedras e paredes. Cortaron las hadas sus
hilos, cortáronle sin confessión su vida, cortaron mi esperança, cortaron mi gloria, cortaron mi
compañía. Pues ¿qué crueldad sería, padre mío, muriendo él despeñado, que viuiese yo
penada? Su muerte combida a la mía, combídame e fuerça que sea presto, sin dilación,
muéstrame que ha de ser despeñada por seguille en todo. No digan por mí: a muertos e a
ydos... E assí contentarle he en la muerte, pues no tuue tiempo en la vida. ¡O mi amor e señor
Calisto! Espérame, ya voy; detente, si me esperas; no me incuses la tardança que hago, dando
esta vltima cuenta a mi viejo padre, pues le deuo mucho más.» ¡O padre mío muy amado!
Ruégote, si amor en esta passada e penosa vida me has tenido, que sean juntas nuestras
sepulturas: juntas nos hagan nuestras obsequias. Algunas consolatorias palabras te diría antes
de mi agradable fin, coligidas e sacadas de aquellos antigos libros, que tú por más aclarar mi
ingenio me mandauas leer; sino que ya la dañada memoria con la grand turbación me las ha
perdido e avn porque veo tus lágrimas malsofridas [214]decir por tu arrugada haz. Salúdame a
mi cara e amada madre: sepa de ti largamente la triste razón porque muero. ¡Gran plazer lleuo
de no la ver presente! Toma, padre viejo, los dones de tu vegez. Que en largos días largas se
sufren tristezas. Rescibe las arras de tu senectud antigua, rescibe allá tu amada hija. Gran dolor
lleuo de mí, mayor de ti, muy mayor de mi vieja madre. Dios quede contigo e con ella. A él
ofrezco mi ánima. Pon tú en cobro este cuerpo, que allá baxa.
Comentario [SC1083]: Clam
ar dícese todavía y clamorear al
doblar de las campanas por un
difunto.
Comentario [SC1084]: Enuer
gonçantes, corno vergonzantes,
pobres que no se atreven a pedir en
público. QUEV., rom. 76: Mujer
moza es mucho gasto / para
envergonzante lindo. Píc. Just., 2,
2, 4, 3: La ramera envergonzante.
Comentario [SC1085]: Broda
duras, metátesis vulgar por
bordaduras.
Comentario [SC1086]: COR
R., 22: A muertos y a idos, pocos
amigos.
Comentario [SC1087]: De
OVIDIO, Metam..4, 55-165:
«Ut quos certus amor, quos hora
novissima iunxit
componi tumulo non invideatis
eodem.»
Comentario [SC1088]: Obseq
uias se decía por exequias.
Comentario [SC1089]: Decir,
bajar, de deci(d)er(e) (HITA, mi
edic.).
Comentario [SC1090]: Este
desenlace, imitación de Hero y
Leandro, es extraño en la literatura
castellana, tan llena de las
creencias cristianas, y no basta
para explicarlo la lectura que
tuviese de la gentilidad el autor de
la Comedia. Pero queda uno
satisfecho al saber que el autor era
judío converso. En efecto, es tan
honda la diferencia entre los
sentimientos judaicos y cristianos,
que por maravilla será buen
cristiano el que se crió judío. Lo
poco fervoroso de cristiandad del
autor se rezuma en toda la
primitiva Celestina. El lector
hecho a leer literatura castellana
cree leer una obra gentílica. El
desenlace no podía, a la verdad, ser
otro para ser trágico y apasionado;
pero un cristiano rancio de la
antigua España dudo que ni
siquiera le hubiera ocurrido tal fin.
[215]
Veynte e vn aucto
ARGUMENTO DEL VEYNTE E VN AUTO
Pleberio, tornado a su cámara con grandíssimo llanto, preguntale Alisa su muger la causa de
tan súpito mal. Cuéntale la muerte de su hija Melibea, mostrándole el cuerpo della todo hecho
pedaços e haziendo su planto concluye.
PLEBERIO, ALISA.
ALISA.- ¿Qué es esto, señor Pleberio? ¿Por qué son tus fuertes alaridos? Sin seso estaua
adormida del pesar que oue, quando oy dezir que sentía dolor nuestra hija; agora oyendo tus
gemidos, tus vozes tan altas, tus quexas no acostumbradas, tu llanto e congoxa de tanto
sentimiento, en tal manera penetraron mis entrañas, en tal manera traspasaron mi coraçón, assí
abiuaron mis turbados sentidos, que el ya rescibido pesar alançé de mí. Vn dolor sacó otro, vn
sentimiento [216] otro. Dime la causa de tus quexas. ¿Por qué maldizes tu honrrada vegez?
¿Por qué pides la muerte? ¿Por qué arrancas tus blancos cabellos? ¿Por qué hieres tu
honrrada cara? ¿Es algún mal de Melibea? Por Dios, que me lo digas, porque si ella pena, no
quiero yo viuir.
PLEBERIO.- ¡Ay, ay, noble muger! Nuestro gozo en el pozo. Nuestro bien todo es perdido.
¡No queramos más biuir! E porque el incogitado dolor te dé más pena, todo junto sin pensarle,
porque más presto vayas al sepulcro, porque no llore yo solo la pérdida dolorida de entramos,
ves allí a la que tú pariste e yo engendré, hecha pedaços. La causa supe della; más la he
sabido por estenso desta su triste siruienta. Ayúdame a llorar nuestra llagada postremería. ¡O
gentes, que venís a mi dolor! ¡O amigos e señores, ayudáme a sentir mi pena! ¡O mi hija e mi
bien todo! Crueldad sería que viua yo sobre ti. Más dignos eran mis sesenta años, de la
sepultura, [217] que tus veynte. Turbose la orden del morir con la tristeza, que te aquexaua. ¡O
mis canas, salidas para auer pesar! Mejor gozara de vosotras la tierra, que de aquellos ruuios
cabellos, que presentes veo. Fuertes días me sobran para viuir; ¿quexarme he de la muerte?
¿Incusarle he su dilación? Quanto tiempo me dexare solo después de ti, fálteme la vida, pues
me faltó tu agradable compañía. ¡O muger mía! Leuántate de sobre ella e, si alguna vida te
queda, gástala comigo en tristes gemidos, en quebrantamiento e sospirar. E si por caso tu
espíritu reposa con el suyo, si ya has dexado esta vida de dolor, ¿por qué quesiste que lo passe
yo todo? En esto tenés ventaja las hembras a los varones, que puede vn gran dolor sacaros del
mundo sin lo sentir o a lo menos perdeys el sentido, que es parte de descanso. ¡O duro coraçón
de padre! ¿Cómo no te quiebras de dolor, que ya quedas sin tu amada heredera? ¿Para quien
edifiqué torres? [218] ¿Para quien adquirí honrras? ¿Para quien planté árboles? ¿Para quien
fabriqué nauíos? ¡O tierra dura!, ¿cómo me sostienes? ¿Adonde hallará abrigo mi
desconsolada vegez? ¡O fortuna variable, ministra e mayordoma de los temporales bienes!,
¿por qué no executaste tu cruel yra, tus mudables ondas, en aquello que a ti es subjeto? ¿Por
qué no destruyste mi patrimonio? ¿Por qué no quemaste mi morada? ¿Por qué no asolaste mis
grandes heredamientos? Dexárasme aquella florida planta, en quien tú poder no tenías;
diérasme, fortuna flutuosa, triste la mocedad con vegez alegre, no peruertieras la orden. Mejor
Comentario [SC1091]: Un
dolor. CORR., 161: Un amor saca
a otro. (Como un clavo saca otro
clavo.)
Comentario [SC1092]: COR
R., 239: Nuestro gozo en el pozo;
varíase: mi gozo en el pozo, su
gozo en el pozo. Ídem, 464: Mi
gozo en pozo; nuestro gozo en
pozo. (Cuando no sale bien alguna
traza o queda burlada la esperanza;
puédese variar más.)
Comentario [SC1093]: Incogi
tado, latinismo, no pensado.
Comentario [SC1094]: El
autor se acuerda aquí de la
lamentación de la madre de
Leriano al final de la Cárcel de
Amor: «¡O muerte, cruel enemiga,
que ni perdonas los culpados ni
asuelves los inocentes... Más razón
avía para que conservases los
veynte años del hijo moço, que
para que deseases los sesenta de la
vieja madre. ¿Por qué volviste el
derecho al revés? Yo estava harta
de estar viva y él en edad de
bevir.» Publicose el 1492 y fue
escrita después del 1465 por Diego
de San Pedro. Pero allí el estilo es
más cortesano, rebuscado y
repulido; aquí hay más brío, mayor
naturalidad con algo de la manera
vehemente y ampulosa de la
Fiammetta de Boccaccio (Opere
Vulgari di Giovanni Boccaccio,
Florencia, 1829, t. 6, p. 181).
Comentario [SC1095]: Imitad
o de Petrarca, De Remed., I, 90,
aunque más brevemente por no ser
prolijo.
sufriera persecuciones de tus engaños en la rezia e robusta edad, que no en la flaca
postremería.
¡O vida de congoxas llena, de miserias acompañada! ¡O mundo, mundo! Muchos mucho de ti
dixeron, muchos en tus qualidades metieron la mano, a diuersas cosas por oydas te
compararon; yo por triste esperiencia lo contaré, como a quien las ventas e compras de tu
engañosa feria no prósperamente sucedieron, como aquel, que mucho ha fasta agora callado
tus falsas propiedades, por no encender con odio tu yra, porque no me secasses sin tiempo
esta flor, que este [219] día echaste de tu poder. Pues agora sin temor, como quien no tiene
qué perder, como aquel a quien tu compañía es ya enojosa, como caminante pobre, que sin
temor de los crueles salteadores va cantando en alta boz. Yo pensaua en mi más tierna edad
que eras y eran tus hechos regidos por alguna orden; agora visto el pro e la contra de tus
bienandanças, me pareces vn laberinto de errores, vn desierto espantable, vna morada de
fieras, juego de hombres que andan en corro, laguna llena de cieno, región llena de espinas,
monte alto, campo pedregoso, prado [220] lleno de serpientes, huerto florido e sin fruto, fuente
de cuydados, río de lágrimas, mar de miserias, trabajo sin prouecho, dulce ponçoña, vana
esperança, falsa alegría, verdadero dolor. Céuasnos, mundo falso, con el manjar de tus
deleytes; al mejor sabor nos descubres el anzuelo: no lo podemos huyr, que nos tiene ya
caçadas las voluntades. Prometes mucho, nada no cumples; échasnos de ti, porque no te
podamos pedir que mantengas tus vanos prometimientos. Corremos por los prados de tus
viciosos vicios, muy descuydados, a rienda suelta; descúbresnos la celada, quando ya no ay
lugar de boluer. Muchos te dexaron con temor de tu arrebatado dexar: bienauenturados se
llamarán, quando vean el galardón, que a este triste viejo as dado en pago de tan largo seruicio.
Quiébrasnos el ojo e vntasnos [221] con consuelos el caxco. Hazes mal a todos, porque ningún
triste se halle solo en ninguna aduersidad, diziendo que es aliuio a los míseros, como yo, tener
compañeros en la pena. Pues desconsolado viejo, ¡qué solo estoy!
Yo fui lastimado sin hauer ygual compañero de semejante dolor; avnque más en mi fatigada
memoria rebueluo presentes e passados. Que si aquella seueridad e paciencia de Paulo Emilio
[222] me viniere a consolar con pérdida de dos hijos muertos en siete días, diziendo que su
animosidad obró que consolasse él al pueblo romano e no el pueblo a él, no me satisfaze, que
otros dos le quedauan dados en adobción. ¿Qué compañía me ternán en mi dolor aquel
Pericles, capitán ateniense, ni el fuerte Xenofón, pues sus pérdidas fueron de hijos absentes de
sus tierras? Ni fue mucho no mudar su frente e tenerla serena e el otro responder al mensajero,
que las tristes albricias de la muerte de su hijo le venía a pedir, que no recibiesse él pena, que
él no sentía pesar. Que todo esto bien diferente es a mi mal.
Pues menos podrás dezir, mundo lleno de males, que fuimos semejantes en pérdida aquel
Anaxágoras e yo, que seamos yguales en sentir e que responda yo, muerta mi amada hija, lo
que el su vnico hijo, que dijo: como yo fuesse mortal, sabía que hauía de morir el que yo
engendraua. Porque mi Melibea mató a sí misma [223] de su voluntad a mis ojos con la gran
fatiga de amor, que la aquexaba; el otro matáronle en muy lícita batalla. ¡O incomparable
pérdida! ¡O lastimado viejo! Que quanto más busco consuelos, menos razón fallo para me
consolar. Que, si el profeta e rey Dauid al hijo, que enfermo lloraua, muerto no quiso llorar,
diziendo que era quasi locura llorar lo irrecuperable, quedáuanle otros muchos con que soldase
su llaga; e yo no lloro triste a ella muerta, pero la causa desastrada de su morir. Agora perderé
contigo, mi desdichada hija, los miedos e temores, que cada día me espauorecían: sola tu
muerte es la que a mí me haze seguro de sospecha.
Comentario [SC1096]: COR
R., 327: Cada uno dice de la feria,
como le va en ella.
Comentario [SC1097]: Como
caminante pobre, de Juvenal
(SATIR,. 10, 22): «Cantabit
vacuus coram latrone viator.»
Remed., 2, 9: «Assí serás más
humilde, más desembaraçado e
más libre que solía. Los que
caminan por fragoso camino
siempre procuran de yr vazíos.»
Comentario [SC1098]: La
frase está tomada del Petrarca
(Remed., 2, 48), del mismo
diálogo, del cual va luego a tomar
los ejemplos de Paulo Emilio,
Pericles, etc. «Ciertamente como
quiera que en muchas cosas de la
vida de los hombres sea sin orden,
mucho menos la ay en la muerte.»
También la puso el mismo Petrarca
en el libro I, Contra Medicum
quemdam invectivarum. Si...
el [358]
Comentario [SC1099]: Me
pareces un laberinto de errores.
Tomado de las Cartas familiares
del Petrarca (8, 8): «Videtur mihi
vita haec dura quaedam arca
laborum, palaestra discriminum,
scoena faliaciarum, labyrinthus
... [359]
Comentario [SC1100]: Cévas
nos. Aquí y en lo que luego viene
de corremos por los prados parece
tenía presente el autor lo del
Petrarca, De Remed., I, 90, trad.
Francisco Madrid: «Entre la liga y
las redes buela el ave segura
... e[360]
Comentario [SC1101]: Quiéb
rasnos. En R. COTA, Dial., dice el
viejo al Amor: Robador fiero sin
asco, / ladrón de dulce despojo, /
bien sabes quebrar el ojo / y
después untar el casco.
Comentario [SC1102]: Que si
aquella severidad... Tomado de las
Epístolas familiares del Petrarca
(Florentiae, 1859, l. 2, ep. I): «Et
tamen, ut intelligas quorum ego te
numeris adscribo... Aemilius
Paulus, vir amplissimus et...
suae
[361]
Comentario [SC1103]: Conti
nuación... Los mismos ejemplos
trae el Petrarca consolando de la
pérdida de los hijos, y además el
de David, que aquí viene luego, en
De Remediis, 2, 48. Véasela la
traducción de FRANCISCO
... [362]
Comentario [SC1104]: Agora
... Tomado del mismo Diálogo del
Petrarca (2, 48): «Perdiste también
con él (hijo) muchos temores e
infinitas causas de congoxas e
cuydados, e para carescer destos
era necessario que tu o él ... [363]
¿Qué haré, quando entre en tu cámara e retraymiento e la halle sola? ¿Qué haré de que no
me respondas, si te llamo? ¿Quién me podrá cobrir la gran falta, que tú me hazes? Ninguno
perdió lo que yo el día de oy, avnque algo conforme parescía la fuerte animosidad de Lambas
[224] de Auria, duque de los ginoveses, que a su hijo herido con sus braços desde la nao echó
en la mar. Porque todas estas son muertes que, si roban la vida, es forçado de complir con la
fama. Pero ¿quién forjó a mi hija a morir, sino la fuerte fuerça de amor? Pues, mundo,
halaguero, ¿qué remedio das a mi fatigada vegez? ¿Cómo me mandas quedar en ti,
conosciendo tus falacias, tus lazos, tus cadenas e redes, con que pescas nuestras flacas
voluntades? ¿A dó me pones mi hija? ¿Quién acompañará mi desacompañada morada?
¿Quién terná en regalos mis años, que caducan?
¡O amor, amor! ¡Que no pensé que tenías
[225] fuerça ni poder de matar a tus subjectos! Herida fue de ti mi juuentud, por medio de tus
brasas passé: ¿cómo me soltaste, para me dar la paga de la huyda en mi vegez? Bien pensé
que de tus lazos me auía librado, quando los quarenta años toqué, quando fui contento con mi
conjugal compañera, quando me vi con el fruto, que me cortaste el día de oy. No pensé que
tomauas en los hijos la vengança de los padres. Ni sé si hieres con hierro ni si quemas con
fuego. Sana dexas la ropa; lastimas el coraçón. Hazes que feo amen e hermoso les parezca.
¿Quién te dio tanto poder? ¿Quién te puso nombre, que no te conuiene? Si amor fuesses,
amarías a tus siruientes. Si los amasses, no les darías pena. Si alegres viuiessen, no se
matarían, como agora mi amada hija. ¿En [226] qué pararon tus siruientes e sus ministros? La
falsa alcahueta Celestina murió a manos de los más fieles compañeros, que ella para su
seruicio enponçoñado, jamás halló. Ellos murieron degollados. Calisto, despeñado. Mi triste hija
quiso tomar la misma muerte por seguirle. Esto todo causas. Dulce nombre te dieron; amargos
hechos hazes. No das yguales galardones. Iniqua es la ley, que a todos ygual no es. Alegra tu
sonido; entristece tu trato. Bienauenturados los que no conociste o de los que no te curaste.
Dios te llamaron otros, no sé con qué error de su sentido traydos. Cata que Dios mata los que
crió; tú matas los que te siguen. Enemigo de toda razón, a los que menos te siruen das
mayores dones, hasta tenerlos metidos en tu congoxosa dança. Enemigo de amigos, amigo de
enemigos, ¿por qué te riges sin orden ni concierto? Ciego te pintan, pobre e moço. Pónente vn
arco en la mano, con que tiras a tiento; más ciegos son tus ministros, que jamás sienten ni veen
el desabrido galardón, que saca de tu seruicio. Tu fuego es de ardiente rayo, que jamás haze
señal dó llega. La leña, que gasta tu [227] llama, son almas e vidas de humanas criaturas. Las
quales son tantas, que de quien començar pueda, apenas me ocurre. No solo de christianos;
mas de gentiles e judíos e todo en pago de buenos seruicios. ¿Qué me dirás de aquel Macías
de nuestro tiempo, cómo acabó amando, cuyo triste fin tú fuiste la causa? ¿Qué hizo por ti
Paris? ¿Qué Elena? ¿Qué hizo Ypermestra? ¿Qué Egisto? Todo el mundo lo sabe. Pues a
Sapho, Ariadna, Leandro, ¿qué pago les diste? Hasta Dauid e Salomón no quisiste dexar sin
pena. Por tu amistad Sansón pagó lo que mereció, por creerse de quien tú le forçaste a darle fe.
Otros muchos, que callo, porque tengo harto que contar en mi mal.
Del mundo me quexo, porque en sí me crió, porque no me dando vida, no engendrara en él a
Melibea, no nascida no amara, no amando cessara mi quexosa e desconsolada postrimería. ¡O
mi compañera buena! ¡O mi hija despedaçada! ¿Por qué no quesiste que estoruasse tu
muerte? ¿Por qué no houiste lástima de tu querida e amada madre? ¿Por qué te mostraste tan
cruel con tu viejo padre? ¿Por qué me dexaste, quando yo te havía de dexar? ¿Por qué me
dexaste penado? ¿Por qué me dexaste triste e solo in hac lachrymarum valle? [229]
Concluye el autor
Comentario [SC1105]: Lamb
as de Auria, duque de los
genoveses. Así en Z, A, O, en V y
B athenienses, pero hay errata,
como se verá por el texto de donde
tomó esto el autor, que fue de las
Epístolas familiares del Petrarca
(Florentiae, 1859, t. I. p. 81, 82 y
85): «Unum de multis exemplum
illustre non sileo. Lambas de
Auria, vir acerrimus atque
fortissimus, dux Ianuensium fuisse
narratur eo maritimo praelio quod
primum cum Venetis habuerunt,
omnium memorabili, quae patrum
nostrorum temporibus gesta sunt...
Cumque in eo congressu filius illi
unicus... corruisset, ac circa
iacentem luctus horrendus sublatus
esset, accurrit pater, et: Non
gemendi, inquit, sed pugnandi
tempus est. Deinde versus ad
filium, postquam in eo nullam
vitae spem videt: Tu vero, inquit,
fili, nunquam tam pulchram
habuisses sepulturam, si defunctus
esses in patria. Haec dicens,
armatus armatum tepentemque
complexus proiecit in medios
fluctus, ipsa, ut mihi videtur,
calamitate felicissimus.»
Comentario [SC1106]: Aquí
y en la idea general de la Comedia
tuvo presente el autor al Petrarca
en el diálogo «de los agradables
amores» (Remed., I, 49): «Que
fuerça te parece la deste mal (del
amor), pues con blando encuentro
derriba duros coraçones e tan
rezios cuerpos e con flaca atadura
ata tan ligeros pies y tan fuertes
braços... e también que Leandro se
ahogasse en la mar... a la luxuria
... [364]
Comentario [SC1107]: Esta
doctrina es judía y nada cristiana.
En cambio en toda esta trágica
lamentación final Pleberio no se
acuerda para nada de Dios ni de
los consuelos de nuestra Religión.
El autor que la escribió no llevaba
en el hondo del alma la fe religiosa
del cristiano, que brota, quieras
... [365]
Comentario [SC1108]: Haces
que feo amen. Véase HITA, 402404. El autor tenía en la memoria
los denuestos contra el Amor que
en éstas y en las coplas siguientes
(415-420) trae el Arcipreste.
Comentario [SC1109]: Véase
la última cita del Petrarca.
Comentario [SC1110]: HITA
(185): Al que mejor te syrve, a él
fieres, quando tiras.
Comentario [SC1111]: HITA
, 372: Eres mal enemigo a todos
quantos plazes.
Aplicando la obra al propósito por que la acabó
Pues aquí vemos quan mal fenescieron
aquestos amantes, huygamos su dança,
amemos a aquel, que espinas y lança,
açotes y clauos su sangre vertieron.
Los falsos judíos su haz escupieron,
vinagre con hiel fue su potación;
porque nos lleue con el buen ladrón,
de dos que a sus santos lados pusieron.
Comentario [SC1112]: Estas
tres estrofas aparecen por primera
vez en la edición de Sevilla
de1502. «La primera de ellas -dice
Bonilla -es la última de las once
coplas preliminares de la etapa
precedente, con ciertas variantes»
(la de Sevilla de 1501). Proaza fue
el que añadió otra octava final:
«Penados amantes...» en esta
edición y el que la dispuso. A él
han de atribuirse estas coplas a
nombre del autor y a él los autos
añadidos en esta misma edición.
No dudes ni ayas verguença, lector, [230]
narrar lo lasciuo, que aquí se te muestra:
que siendo discreto verás qu' es la muestra
por donde se vende la honesta lauor.
De nuestra vil massa con tal lamedor
consiente coxquillas de alto consejo
con motes e trufas del tiempo más viejo:
escriptas a bueltas le ponen sabor.
Y assí no me juzgues por esso liuiano;
más antes zeloso de limpio biuir,
zeloso de amar, temer y seruir
al alto Señor y Dios soberano.
Por ende, si vieres turuada mi mano,
turuias con claras mezclando razones,
dexa las burlas, qu' es paja e grançones,
sacando muy limpio d' entr' ellas el grano.
FIN
[231]
Alonso de Proaza corrector de la impresión.
Al lector
La harpa de Orpheo e dulce armonía
forçaua las piedras venir a su són,
abríe los palacios del triste Plutón,
las rápidas aguas parar las hazía.
Comentario [SC1113]: Del
Laberinto (c. 120): «y dulce
armonía, / mostrose la harpa que
Orfeo tañía.»
Comentario [SC1114]: Triste
Plutón le llama Mena en el
Laberinto (c. 251).
Ni aue bolaua mi bruto pascía,
ella assentaua en los muros troyanos
las piedras e froga sin fuerça de manos,
según la dulçura con que se tañía. [232]
Prosigue e aplica.
Comentario [SC1115]: Froga
, obra de albañilería, de piedras
irregulares y guijas con argamasa,
postverbal de frogar o fraguar.
Ord. Sev., 242. SANT., Escor., f.
68. (Véase CEJADOR, Tesoro de
la leng. cast. Silbant., 181.)
Pues mucho más puede tu lengua hazer,
lector, con la obra que aquí te refiero,
que a vn coraçón más duro que azero
bien la leyenda harás liquescer:
harás al que ama amar no querer,
harás no ser triste al triste penado,
al que sin auiso, harás auisado:
assí que no es tanto las piedras mouer.
Prosigue.
No debuxó la comica mano
de Neuio ni Plauto, varones prudentes,
Tan bien los engaños de falsos siruientes
Y malas mugeres en metro romano,
Cratino y Menandro y Magnes anciano
Esta materia supieron apenas
Pintar en estilo primero de Athenas,
Como este poeta en su castellano. [233]
Dize el modo que se ha de tener leyendo esta tragicomedia.
Si amas y quieres a mucha atención
leyendo a Calisto mouer los oyentes,
cumple que sepas hablar entre dientes,
a vezes con gozo, esperança y passión,
a vezes ayrado con gran turbación.
Finge leyendo mil artes y modos,
pregunta y responde por boca de todos,
llorando y riyendo en tiempo y sazón.
Comentario [SC1116]: De
Nevio ni Plauto...«Meros nombres
para Rojas y su panegirista»
(MENÉND. PELAYO, Oríg. Nov.,
III, XLVI). Pero para mí nada de
esto es de Rojas, sino del corrector.
Comentario [SC1117]: Cratin
o...,poetas de la comedia griega.
Declara vn secreto que el autor encubrió en los metros que puso al principio del libro.
No quiere mi pluma ni manda razón
que quede la fama de aqueste gran hombre
ni su digna fama ni su claro nombre
cubierto de oluido por nuestra ocasión.
Por ende juntemos de cada renglón
de sus onze coplas la letra primera,
las quales descubren por sabia manera
su nombre, su tierra, su clara nación.
Toca como se deuía la obra llamar, tragicomedia e no comedia.
Penados amantes jamás conseguieron
d' empressa tan alta tan prompta victoria, [234]
como estos de quien recuenta la hystoria,
ni sus grandes penas tan bien succedieron.
Mas, como firmeza nunca touieron
los gozos de aqueste mundo traydor,
supplico que llores, discreto lector,
el trágico fin que todos ouieron.
Descriue el tiempo y lugar en que la obra primeramente se imprimió acabada.
El carro Phebeo después de auer dado
mill e quinientas bueltas en rueda,
ambos entonces los hijos de Leda [235]
a Phebo en su casa teníen possentado,
quando este muy dulce y breue tratado,
después de reuisto e bien corregido,
con gran vigilancia puntado e leydo,
fue en Salamanca impresso acabado. [237]
TRAGICOMEDIA DE CALISTO E MELIBEA. AGORA NUEUAMENTE REUISTA E
CORREGIDA CON LOS ARGUMENTOS DE CADA AUTO EN PRINCIPIO ACABASSE CON
DILIGENCIA STUDIO IMPRESSA EN LA INSIGNA CIUDAD DE VALÉNCIA POR JUAN
JOFFRE A XXI DE FEBRERO DE M y. D. y. XIIII ANOS.
Comentario [SC1118]: El
carro Phebeo, del sol. «La
reproducción de estos versos en la
edición valenciana de 1514 no
implica, en concepto de Haebler ni
en el mío, que ésta sea copia de la
salmantina de 1500, ni nos autoriza
para creer que llevase el título de
Tragicomedia, ni que contuviese
los veintiún actos y el prólogo.
Pudo tomarse el texto de otro
ejemplar posterior, que acaso
estaría incompleto, y añadirle los
versos de Salamanca» (MENÉND.
PELAYO, Oríg. Nov., III, VIII).
No se ha descubierto tal edición de
1500 de Salamanca (véase
FOULCHÉ-DELBOSC, Rev,
Hisp., t. 7 y 9). Donde aparecen las
seis octavas (la de Toca como... es
de la de Valencia de 1514) es en la
de Sevilla de 1501. En S y A: «mill
e quinientas dos bueltas»; en Z:
«Mill quinientas siete vueltas»; en
R: «Nel mille cinque cento
cinque.» Cada edición pone el año
en que se imprimió. En V mill e
quinientas; lo mismo en la de
Sevilla de 1501, por haberlo así
puesto Proaza, esperando
publicarla en 1500, aunque no
salió hasta el año siguiente, o por
haberse publicado en 1500 otra
edición que no conocemos.
Página 12: [1] Comentario [SC3]
Sergio Cortez
Absentes. Cualquiera diría que Rojas vivió con Proaza en Valencia y que, habiéndose ausentado, quiere servir a los valencianos con el primer auto hallado de La Celestina.
Nada hay, sin embargo, de todo esto. El ausente de Valencia, donde solía vivir, es Proaza. El servicio se refiere a toda la Comedia de 16 autos, pues sólo el primero era bien
poca cosa, y en él no se ve el provecho que dice cierra la obra para galanes y enamorados, y con todo, en boca del autor había de referirse sólo al primer auto ajeno, por las
alabanzas que de la obra hace y por lo demás que dice. Antes se coge al mentiroso que al cojo, y basta leer el primer trozo de esta carta para ver que no es del autor, sino de
Proaza. El pensamiento es, además, vulgar, desleída la manera de exponerlo y el estilo flojo, afectado e indigno del autor de los 16 primeros autos.
Página 12: [2] Comentario [SC4]
Sergio Cortez
Donde, de + onde, de donde. HERR., Agr., 5, 5: Al corcho de la colmena, donde salen. Cid, 353: En el costado dont yxio la sangre.
Página 12: [3] Comentario [SC8]
Sergio Cortez
Hallé esculpidas, en el primer auto, que luego dice ser el hallado, no hay tales armas, sino el comienzo que entabla muy bien la Comedia.
Página 12: [4] Comentario [SC9]
Sergio Cortez
Milán. Preciosas eran las armas que en aquella ciudad se fabricaban; pero aquí comienza el corrector a acordarse de Juan de Mena, que dice en el Laberinto (c. 150): «O las
ferrerías de los Milaneses.»
Página 12: [5] Comentario [SC10]
Sergio Cortez
De doctos varones. ¿Cuántos concurrieron a hacer un solo auto? Pues de él se trata en esta carta. ¡Sino que se le va el santo al cielo, olvidando Proaza que es Rojas el que se
supone escribiría, y en su pensamiento tiene toda la obra!
Página 12: [6] Comentario [SC14]
Sergio Cortez
Mena... Cota, nombres que se añadieron aquí en la segunda redacción de la Carta. Sólo Proaza era capaz de atribuir la obra a Mena. De la Glosa que hizo éste a su Coronación
decía el Brocense que «allende de ser muy prolija, tiene malísimo romance y no pocas boberías (que ansí se han de llamar): mas valdría que nunca pareciesen en el mundo,
porque parece imposible que tan buenas coplas fuesen hechas por tan avieso entendimientos» (Epistolario españ., Bibl. Rivad., II, p. 33). Rojas distinguía harto de bueno y mal
romance para atribuir la obra a Mena, en quien, en cambio, idolatraba Proaza, que es el que, al hacer la segunda edición sevillana, nos salió con semejante embajada, creyendo
con este nombre ensalzar la prosa de La Celestina. De Cota conocemos los versos del Diálogo entre el amor y un viejo, pero nada sabemos de su prosa.
Página 12: [7] Comentario [SC16]
Sergio Cortez
En el fin baxo que lo pongo; aquí baxo no puede ser más que adjetivo por abyecto, despreciable, pues, como adverbio, es barbarismo, hoy muy usado, que no conocieron los
clásicos. Quiere decir que pone en mal lugar al autor publicando su obra del primer auto, por lo menos para con esas detractoras lenguas, y por eso tampoco quiere poner su
nombre como continuador. ¡Y con todo eso lo pone en los acrósticos! ¡Y luego en los versos del final Proaza declara cómo en ellos ha de leerse el nombre del autor, que el
mismo autor dice aquí no querer expresar! Todo ello, Carta, acrósticos y versos finales salieron por vez primera en la edición de Sevilla de 1501, hecha por Proaza. Dándose él
por autor de los versos finales, a él han de atribuirse los acrósticos, la Carta y este enredo de no querer expresar lo que luego expresa.
Página 15: [8] Comentario [SC40]
Sergio Cortez
¿Quién es el autor de este Prólogo? Aparece por primera vez en la edición de Sevilla de 1502. Ahora bien, en ella Proaza añadió otra copia al fin: «Penados amantes...», para
justificar el nuevo título de Tragicomedia, que también aparece por vez primera en esta edición: «Toca cómo se devía la obra llamar tragicomedia e no comedia», como dice el
mismo Proaza con la copla que añade. Suyo es, pues, este título. Suyas son las tres nuevas octavas que da como del autor al fin de la obra y también salen por primera vez en
esta edición («Concluye el autor»), de las cuales la primera es la última de las once coplas preliminares de la edición del año anterior de 1501, con ciertas variantes, como dice
Bonilla. Suyas, pues, fueron las once coplas. Ahora bien, el Prólogo habla al fin del cambio de título en tragicomedia y aparece por primera vez en la edición de 1502, donde
Proaza añadió y retocó todas esas cosas. Suyo es, por consiguiente, el Prólogo. Y suyos los autos añadidos y las correcciones hechas, que en esta misma edición convierten la
Comedia de 16 autos en Tragicomedia de 21 autos. Así se comprende lo despropositado de todo el Prólogo, que es un plagio, del que puso Petrarca al «Segundo libro de los
remedios contra adversa fortuna», «De Remediis utriusque fortunae» (Francisci Petrarchae Florentini, Philosophi, Oratoris et Poetae clarissimi... Opera quae extant omnia.
Basilea, 1554). El prólogo del poeta italiano es magnífico y expresa cómo todas las cosas del mundo son lucha, lo cual hacía muy a su propósito de pintar la fortuna; pero aquí
viene todo ello a cuento de que la presente obra ha sido causa de contienda entre sus lectores. El ingenio consiste en la proporción entre los medios y el fin y la locura entre su
desproporción. (NOTA: Com. en “Pró” y “logo”;).
Página 15: [9] Comentario [SC41]
Sergio Cortez
Continuación... Dígase si hay proporción entre la tesis de la lucha universal y el discutir sobre una comedia, y se verá si tal prólogo es digno del ingenio que la comedia escribió.
Además, propio es del corrector y añadidor de autos el tomar cosas de Juan de Mena. Pues bien, en este Prólogo, al llegar al pez rémora, deja al Petrarca e ingiere lo que de él
trae el poeta cordobés. En cambio, no toma otras muchas preciosidades del prólogo del Petrarca. La obra de éste fue traducida e impresa en castellano por Francisco de Madrid,
Arcediano de Alcor, Valladolid, 1510; pero antes corrió en manuscritos y se leyó en otra traducción durante el siglo XV. (Véase A. FARINELLI, Giornale storico della letterat.
ital., t. 44, p. 297). En el Petrarca: «Ex omnibus quae mihi lecta placuerint vel audita, nihil pene vel insedit altius, vel tenacius inhaesit, vel crebius ad memoriam redit, quam
illud Heracliti: Omnia secundum litem fieri, et sic esse propemodum universa testantur...» Sabido es que no se conservan de Heráclito más que citas traídas por otros autores.
Esta la tomó el Petrarca de Orígenes, Contra Celsum, VII, p. 663, como puede verse en Didot, Fragm. philos., I, p. 319:
[eîth' héxes... phesì theîón tina pólemon ainíttesthai toùs palaioùs, herákleiton mèn légonta hôde: eidénai chrè tòn pólemon eónta xynòn kaì díke érin, kaì ginómena pánta kat'
érin kaì phtheirómena]
«También dice luego que los antiguos entendían una cierta guerra divina, y así dice Heráclito: Es de saber que hay guerra común y discordia en lugar de la justicia, y que todo
nace y muere por discordia y lucha.»
Página 16: [10] Comentario [SC42]
Sergio Cortez
Sigue traduciendo al Petrarca: «Ver humidum, aestas arida, mollis autumnus, hyems hispida et quae vicissitudo dicitur pugna et...» Francisco Madrid vierte: ·El verano húmido,
el estío seco, mojado el otoño y el invierno erizado e lo que llaman sucessiones en la verdad contienda, e las mismas cosas que nos crían e por quien bivimos, que con tantos
halagos nos regalan, si se comienzan a enseñar quan espantables sean, muestranlo los terremotos, los arrebatados torvellinos, los naufragios y los fuegos crueles del cielo y de la
tierra. Qué sobresalto el granizo, qué fuerça de las lluvias, qué temor el del tronido, qué ímpetu el del rayo, qué ravia la de las tempestades, qué hervor, qué bramido el del mar,
qué ruydo el de los arroyos... ay en las escuelas tanta discordia entre los philosophos como en el mar entre las ondas. Pues qué diré, que ningún animal caresce de guerra, los
peces, las fieras, las aves, las sierpes ni los hombres. Un linage offende a otro e ninguno entre todos tiene reposo. El león al lobo, el lobo al can y el can persigue a la libre...»
Página 16: [11] Comentario [SC46]
Sergio Cortez
Del basilisco véase HUERTA, Plin., 8, 21. De la víbora diremos después. Sigue la traducción del Petrarca: «El basilisco a todas las otras sierpes espanta con el siflo, destierra
con la presencia y mata con la vista... Pues si creemos lo que de la natura de la bívora escriven grandes hombres quanta contrariedad de cosas y qué discordia ay en ella, que con
desenfrenada dulçura, aunque natural, mete el macho la cabeza en la boca de la hembra y ella con arrebatado hervor de luxuria se la corta e quedando buida y preñada, quando
viene el tiempo de parir, agravada de la multitud de los hijos, como si cada uno procurase la venganza de la muerte de su padre, tanto trabaja por ser el primero a salir que hazen
rebentar a la madre...»
Página 16: [12] Comentario [SC47]
Sergio Cortez
En el Petrarca: «Echineis semipedalis piscicuius navim, quamvis immensam,ventis, undis remis, velis actam, retinet.» Pero aquí se acordó de Juan de Mena el corrector y,
dejando al Petrarca, se fue a la «Glosa sobre las trezientas del famoso poeta Juan de Mena, compuesto por Hernand Nuñez de Toledo, Comendador de la orden de Santiago», de
cuya edición de 1490 tomó otras erudiciones, o de la misma edición de Sevilla de 1499, que tengo a la vista. Mena dice en el Laberinto (c. 242): «Allí es mezclada grand parte
de Echino, / el cual aunque sea muy pequeño pez, / muchas vegadas, y no una vez, / detiene las fustas que van su camino.» La Glosa del Comendador dice: «Allí es mezclada
gran parte de echino. Lucano (Non puppim retinens euro tendente rudentes in mediis echeneis, aquis), que quiere decir no falta allí el pez dicho echeneis, que detiene las fustas
en mitad del mar, cuando el viento euro extiende las cuerdas. Deste pez dice Plinio... Aristóteles escribe que... El error de Juan de Mena en poner echino por echeneis, siendo
dos peces de tan diversa natura, procedió de estar depravados los libros de Lucano, del cual él tomó esto. Porque leyese en Lucano desta manera: «Non puppim retinens euro
tendente rudentes in mediis echinus aquis.» Por decir «in mediis aquis». «Asy mismo estava esta diction depravada en Plinio en el nono libro de la historia natural.» Bien se ve
cómo Proaza tomó este trozo de la Glosa de H. NÚÑEZ, con las citas de Lucano (6, 674), Plinio y Aristóteles y la corrección del texto. El Laberinto así glosado era, pues, el
libro que Proaza manejaba. Véase HUERTA, Plinio, 9, 25. Adviértase que en la edición de la Glosa, de Salamanca, 1505, han quitado los versos de Lucano.
Página 17: [13] Comentario [SC48]
Sergio Cortez
En el Petrarca: «Esse circa mare Indicum inauditae magnitudinis avem quandam, quam Rochum nostri vocant...» Traduce Francisco Madrid: «Que diz que ay cerca del mar
Indico una ave de grandeza nunca oyda, que los nuestros llaman Rocho, que no solamente un hombre, mas todo un navío entero se lleva hasta las nuves colgado del pico. E de
allí dexandole caer mata los tristes navegantes...» «Homo ipse terrestrium dux et rector animalium...» «El mesmo hombre señor de todas las cosas terrenales e gobernador de
todas las cosas que tienen anima.» Sigue el Petrarca particularizando lo que aquí se cifra en pocas palabras.
Página 17: [14] Comentario [SC49]
Sergio Cortez
Todo este descarado plagio sobre la lucha del universo, para venir a no maravillarse si esta obra ha seydo instrumento de lid o contienda a sus lectores! ¡No valía la pena!
Página 17: [15] Comentario [SC50]
Sergio Cortez
Differencias, no es galicismo. MAR., H. E., I, II: Entre sus sobrinos habían resucitado debates y diferencias, las cuales pretendía apaciguar.
Página 17: [16] Comentario [SC51]
Sergio Cortez
Que aun la misma vida. El Petrarca: «La conclusión pues sea que todas las cosas y especialmente la vida de los hombres no es otras cosa sino una contienda». Y poco más
arriba: «Qué guerra tienen los niños con las caydas, y qué contienda los mochachos con las letras... qué pleyto los mancebos con los deleytes... qué pena passan los viejos con la
edad y enfermedades vezinas a la muerte».
Página 17: [17] Comentario [SC52]
Sergio Cortez
Les roen los huesos a estos papeles, gustan tanto de ellos, que hasta los huesos les roen. Así en Guevara, Men. Corte, 15: No contento de roer los huesos (gustar del mundo).
Además, murmurar, valor que juntamente tiene aquí, pues (dicen) que no tienen virtud (los huesos). Este valor en GALINDO, H, 467, como roerle los zancajos.
Página 17: [18] Comentario [SC54]
Sergio Cortez
Pican, dícese del comer un poquillo, gustando varias costillas en la mesa, como los pájaros. ZABALETA, Dia, f. I, 4: Mientras el pájaro niño pica torpe el granillo en el suelo.
Página 17: [19] Comentario [SC55]
Sergio Cortez
Trasponer, usar en otras ocasiones, metáfora del trasplantar. HERR., Agr., 3, 5, 7: En el riñón del invierno poner o trasponer árboles.
Página 17: [20] Comentario [SC57]
Sergio Cortez
Quando diez personas. Para oírla leer, que para eso se escribió, y confírmanlo los versos finales de Proaza (4.ª estrofa): como que él es el que escribió este Prólogo, y aquí repite
lo de allí.
Página 17: [21] Comentario [SC58]
Sergio Cortez
Rúbricas o sumarios llama el autor de este Prólogo, esto es, Proaza, a los «argumentos nuevamente añadidos», como dice la edición más antigua de 1499. No son, pues, del
autor. Y de hecho, si son cosa bien escusada, el autor los hubiera suprimido; pero no fue él, sino Proaza, el que escribió este Prólogo.
Página 17: [22] Comentario [SC59]
Sergio Cortez
El primer auctor, el del primer acto. Bien se ve no escribir esto el autor de los quince restantes, sino Proaza, pues el autor verdadero la llamó Comedia, y así se llama en la
edición de 1499, y no menos en la de Sevilla de 1501, en que ya metió la mano Proaza, y sólo en la del año siguiente de 1502 la llamó Proaza Tragicomedia, añadió actos y este
Prólogo.
Página 17: [23] Comentario [SC60]
Sergio Cortez
Tragicomedia. Plauto, en el prólogo del Anfitrión: «Voy a exponeros el argumento de esta tragedia. ¿Por qué arrugáis el frente? ¿Porque os dije que iba a ser tragedia? Soy un
dios y puedo, si queréis, transformarla en comedia sin cambiar ninguno de los versos. ¿Queréis que los haga así o no? ¡Pero, necio de mí, que siendo un dios no puedo menos de
saber lo que pensáis sobre esta materia! Haré, pues, que sea una cosa mixta, a la cual llamaré trágico-comedia, porque no me parece bien calificar siempre de comedia aquella
en que intervienen reyes y dioses, ni de tragedia a la que admite personajes de siervo. Será, pues, como os he dicho, una trágico-comedia.» MENÉNDEZ Y PELAYO (Oríg.
Nov., III, XLVIII) opina que Rojas tomó este nombre de Plauto y de Verardo de Cesena, que lo tomó de Plauto para su Fernandus Servatus, que dice debió de leer Rojas. Pero
ni el autor la llamó Tragicomedia, sino Trágico-comedia; ni el corrector que la llamó Tragicomedia da para ello la razón de Plauto, sino la de ser mezcla de tristeza y placer.
Creo, pues, que el corrector, al llamarla Tragicomedia, formó este nombre sin saber de Plauto o sin acordarse de él, sólo por las opiniones varias que corrían y conforme al
criterio de tristeza y placer, bien diferentes del que Plauto y los romanos tenían de estos dos géneros dramáticos. Como está bien acomodado este título y así se ha hecho
corriente, creo debemos conservarlo.
Página 17: [24] Comentario [SC62]
Sergio Cortez
Acostava, se inclinaba. FUENM., S. Pío V. f. 34: Dejada la amistad de España, a quien padre y hermano habían servido, por promesas del cardenal, acostó a la parte de Francia.
Página 17: [25] Comentario [SC63]
Sergio Cortez
Meter, añadir autos hasta 21 a los 16 primitivos y otras cosas en los mismos primitivos 16 autos.
Página 19: [26] Comentario [SC67]
Sergio Cortez
Calisto, el griego [kállistos], hermosísimo, el protagonista de la tragicomedia. Melibea, la protagonista de la misma, y tomó Rojas este nombre del Melibeo de la Églogas de
Virgilio. En griego [melí-boia], Meliboea, población de Tesalia (Ilíada, 2, 717), que significa la de la voz melosa, dulce, que es lo que Virgilio y Rojas pretendían encerrar en
este nombre.
Página 19: [27] Comentario [SC70]
Sergio Cortez
Encomparablemente. Foulché-Delbosc corrigió incomparablemente, así como otros varios vocablos con en- los corrigió poniendo in-, pero con en- se decían a la española, hasta
que venció el in- latino.
Página 19: [28] Comentario [SC71]
Sergio Cortez
Ni otro poder mi voluntad humana puede complir: todo esto falta en V. Vido, vio, muy usado hasta el siglo XVIII, de vidi(t), como recuerdo de los romances antiguos.
Adviértase el estilo, propio del comienzo del Renacimiento clásico, enfático, rimbombante, lleno de trasposiciones y voces latinas que el autor pone siempre en labios de
Calisto, como personaje señoril y culto, que los tales solían usar en ocasiones graves. Conociendo tan maravillosamente el autor el habla popular que pone en boca de la gente
baja, bien se ve no emplear ese estilo a humo de pajas, sino por remedar el que usaba la gente de cuenta. Nos parece afectado, porque de hecho lo era, pero debemos agradecer al
autor el que nos lo haya tan bien remedado del natural afectado de aquellos caballeros.
Página 19: [29] Comentario [SC72]
Sergio Cortez
Misto, mezclado de cuerpo y espíritu, a diferencia de los glosarios Santos que están sin cuerpo en el cielo.
Página 19: [30] Comentario [SC73]
Sergio Cortez
Esquivo, malo, terrible. Trat. Argel, I: Que como el cuerpo está en prisión esquiva.
Página 19: [31] Comentario [SC75]
Sergio Cortez
Desaventuradas. OVIEDO, H. Ind., 47, 6: La desaventurada muerte del hijo. CAST., Canc., I, p. 197: La triste desaventura / es vecina de tu gloria.
Página 19: [32] Comentario [SC77]
Sergio Cortez
Ingenio, índole nativa, nacida con el individuo, que es lo que suena en latín.
Página 19: [33] Comentario [SC78]
Sergio Cortez
Subir en coraçón humano la idea de comunicar comigo su delyte el ylícito amor. Valor latino, y no castellano, de subire, deslizarse ocultamente. El hipérbaton y la construcción
latina revuelta con la castellana del infinitivo comunicar, hace dificultosísima la frase. Esta escena era necesaria para zanjar la razón de no haber pedido Calisto a los padres de
Melibea su hija en casamiento, puesto que ella le desechó, y, por consiguiente, el acudir a Celestina para que con sus artes la trajese a su amor. Es el fundamento de la Comedia.
Página 19: [34] Comentario [SC80]
Sergio Cortez
Nombre de uno de los criados de Calisto, «eterno compañero de Ticio, no puede ser más natural en un bachiller legista» (MENÉD. PELAYO, Oríg. Nov., III, XLVII).
Página 19: [35] Comentario [SC81]
Sergio Cortez
Curando, otro latinismo, aunque bastante generalizado. Soy, por estoy, se decía así en aquel tiempo.
Página 19: [36] Comentario [SC83]
Sergio Cortez
Abatirse decíase propiamente de las aves de altanería como el gerifalte. Quij., 2, 22: Como a señuelo gustoso se le abaten las águilas reales y los pájaros altaneros.
Página 19: [37] Comentario [SC84]
Sergio Cortez
Alcándara, percha donde suelen estar el halcón y demás aves de altanería. SALAZAR, Obr. post., f. 86: Mas el grifanio halcón el viento escala / y alcándara formando de una
nube. Por aquí se ve que Calisto era de casa rica, donde sólo se criaban estas costosísimas aves y se ejercitaba este deporte real.
Página 20: [38] Comentario [SC85]
Sergio Cortez
Te ganen, se apoderen de ti, propísimo valor de este verbo, que consiste en echarse sobre algo, como veremos en el Tesoro (G). Assí optativo, ojalá, Entret., 2: Por verte con
gusto, voy / alegre, así Dios me salve. Nótese el prurito de amontonar epítetos a la latina y el dejar el verbo para el fin.
Página 20: [39] Comentario [SC86]
Sergio Cortez
Hecho es, por el futuro, a causa de la certidumbre y presteza con que espera hacerlo.
Página 20: [40] Comentario [SC87]
Sergio Cortez
Hipócrates e Galeno, así corrijo. En B Eras e Crato, en V Crato e Galieno, en S, Z, A ídem Crato, en R Creato e Galieno, en la edición de Gast, de 1570, Erasistrato y Galieno,
en Mabbe Hypocrates and Galen. No hubo tales médicos Eras, Crato, Creato ni Erasistrato. Hipócrates, de la isla de Coo, padre de la medicina, nacido el año primero de la
Olimpiada 80, y muerto de ochenta y cinco años. Galieno o Cl. Galenus, médico después de Hipócrates el más nombrado, nacido en Pérgamo el año 131, hijo de Nicon el
arquitecto.
Página 20: [41] Comentario [SC89]
Sergio Cortez
Plebérico, en Z, A pleberio. La racha humanística va creciendo hasta espumarajear. En el corazón de Melibea, hija de Pleberio, que, a la latina, llama Rojas corazón Plebérico.
Página 20: [42] Comentario [SC90]
Sergio Cortez
Píramo y Tisbe, los desgraciados amantes de que habla Higinio (Fab., 242) y Ovidio en sus Metamórfosis (l. 4): Criáronse él y ella en Babilonia y eran vecinos. Enamorados, se
hablaban por la hendidura de una pared y se concertaron salir de noche junto al sepulcro de Nino, debajo de un moral, y donde manaba una fuente muy fría. Llegada primero
Tisbe bien rebozada, y estando aguardando sentada, vio acercarse a la fuente una leona a beber, bañada en la sangre de una vaca que se había comido. Huyó a una cueva,
dejándose allí el manto, que luego desgarró y ensangrentó el león. Llega Píramo, ve estos despojos, cree que el león ha acabado con su enamorada, y, pidiendo al cielo, a la
tierra y a las bestias que le vengasen, se mató con su espada. Saltó de la herida una espadañada de sangre que tiñó las moras del moral, antes blancas. Sale luego Tisbe,
desconoce el moral viendo negra su fruta, echa de ver a su amante que estaba en el filo de la muerte conjura al moral encubra a entrambos y lleve siempre fruto negro de luto y
se atravesó la misma espada, cayendo muerta sobre Píramo, que acababa de abrir los ojos, de reconocerla y de morir.
Página 20: [43] Comentario [SC91]
Sergio Cortez
Ante. GRAN., Mem., I, I, 3: Aquella grande hambre de los siete años de Egipto, ante la cual dice la escritura que...
Página 20: [44] Comentario [SC93]
Sergio Cortez
Comigo, así se halla siempre en la primitiva Comedia, mientras que el corrector corregía siempre conmigo, y conmigo escribe en los trozos añadidos de su cosecha. Sólo esta
voz, tan repetida, comprueba ser diferente el corrector del autor.
Página 20: [45] Comentario [SC94]
Sergio Cortez
Por al, por otra cosa. Ya apunta aquí en enamoramiento del mozo, segunda pareja de la tragicomedia, que así es la vida: ricos y pobres se enzarzan en el amor que les devana el
seso y la vida.
Página 20: [46] Comentario [SC96]
Sergio Cortez
Desbrave, se desahogue. F. AGUADO, Crist., 14, 3: Sepa el que ha de corregir dar cuerda al culpado y dele lugar que desbrave. Es metáfora del quitar la braveza al caballo
bravo y cerril, y así desbravar potros es domarlos y desbravador en Andalucía el domador.
Página 20: [47] Comentario [SC98]
Sergio Cortez
CORR., 195: Lágrimas y suspiros mucho desenconan el corazón dolorido. Desenconar, propiamente de la herida o postema enconada.
Página 20: [48] Comentario [SC99]
Sergio Cortez
Mudar el pelo malo, mejorar de estado, y díjose de las bestias, lucias y de buen pelo, cuando están gordas, y de mal pelaje, cuando flacas. De aquí muchas frases al tanto.
CORR., p. 29: Aunque muda el pelo la raposa, su natural no despoja. ESTEB., I: Cuando había huéspedes de buen pelo. QUEV., Zah.: Chiquito, rubio y de mal pelo. Selvag.,
84: Que desta vez yo salga de laceria y a pesar de gallegos deseche el pelo malo por entero. F. SILVA, Celest., 13: Que mudemos el pelo malo.
Página 20: [49] Comentario [SC101]
Sergio Cortez
Ir allá la soga tras el caldero o calderón, como aquí dice: perdido lo principal, piérdase lo secundario; avíos para sacar agua del pozo. CORR., 70: Allá irá la soga tras el
calderón. Ídem, 289: Do va la soga, vaya el caldero.
Página 20: [50] Comentario [SC103]
Sergio Cortez
Cantarcillo que inventa o troba Calisto, que lo sabía hacer y bien acomodados al caso.
Página 23: [51] Comentario [SC126]
Sergio Cortez
En V Pasifae. J. PIN., Agr., 22, 23: «Aun me quedan no sé qué relieves con que os hacer otro par de platos, sino que por os tener por de delicados estómagos no quiero que veáis
tan mal manjar como el de la mascula libidine in feminis: y por tanto debreis acudir a la Priapeya y a Luciano de Megila Lesbia y a Marcial de Bassa y de Philenis y a Sapho en
su epístola de sí mesma con Amithona Telesipa, Megala, Athis Cydna, Girina, Anactoria, Andromeda y Polianatida; y si tocardes en Maximo Tyrio, no saldréis, ayunos desto.
También se debe decir callando quod ad coitum iumentorum concernit, y del toro de Pasipha madre del Minotauro escriben Virgilio, Propercio y Ovidio, y del caballo
Semíramis Plinio y Higinio, y del perro de la mozuela etrusca Volaterrano en su Philologia libro 32, y del de la otra tañedorcilla Glauca Eliano, y del elefante de Alcipe Plinio y
de los cabrones de las mujeres Mendesias Herodoto y Estrabon. En las santas Escrituras se manda matar la mujer que cum iumentis rem veneream exercuerit y en los Cánones
se toca en esto. «De Pasifae en Natal. Comit., l. 6, e. 5: «Fabulati sunt Venerem, post indicatum suum a Sole adulterium cum Marte, in universam Solis stirpem saevisse: quare
et Ariadna a Sole oriunda ingratum et durissimum Theseum experta est: et Pasiphae huius mater ingenti tauri amore capta fuit, ita ut Daedali opera se illi subiecerit: de qua natus
est Minotaurus, cuius altera pars homo erat, taurus altera.» En Ovidio: «Nec tua mactasset nodoso stipite Theseu, / dextera parte virum, dextera parte bovem.» Virgilio trata esto
en el l. 6 de La Eneida: «Hic credulis amor tauri, suppostaque furto / Pasiphae, mistumque genus, prolesque biformis / Minotaurus inest, Veneris monumenta nefandae.»
Página 23: [52] Comentario [SC127]
Sergio Cortez
Ximio: «Aquellas horribles palabras de Sempronio, ocultan probablemente alguna monstruosa y nefanda historia en que no conviene insistir más. Acaso la venganza del judío
converso se cebó en la difamación de la limpia sangre de algún mancebo de claro linaje, parecido a Calisto.» (MEN. PELAYO, Oríg. Nov., III, XXXIX.)
Página 23: [53] Comentario [SC128]
Sergio Cortez
Porradas, necedades del que es un porro. Quij., 2, 5: Estar obedientes a sus maridos, aunque sean unos porros. COVARR.: Decimos al necio por no ser nada agudo, sino
grosero como el cabo de la porra. CORR., 14: A cada necio agrada su porra y su porrada. VILLALOB., Probl.: ¿No sabes tu que una loca que desvaría, si la quieres
contradecir, que de loca la harás muy loca y arrojará mas porradas?
Página 23: [54] Comentario [SC129]
Sergio Cortez
¿Escociote?, ¿te dio que sentir?, metáfora común.
Página 23: [55] Comentario [SC130]
Sergio Cortez
Las caydas, alude al libro de Boccaccio, De casibus Principum, muy leído en el siglo XV, y al Valerio Maximo.
Página 23: [56] Comentario [SC131]
Levaron, llevaron, del antiguo levar, de levar(e).
Sergio Cortez
Página 23: [57] Comentario [SC132]
Sergio Cortez
Eclesiasticus, 19, 2: «Vinum et mulieres apostatare faciunt sapientes.» Renegar, apostatar.
Página 23: [58] Comentario [SC133]
Sergio Cortez
Ancho campo para el comentador. Los que contra ellas dijeron y escribieron son infinitos e infinito lo que dijo y escribió cada uno. Si hubieran escrito ellas de los hombres,
llegaran con la pluma adonde diciendo llegan con la lengua. Pero me pongo de su parte, porque el hombre, por más inteligente, es más culpable, y así, sólo recomiendo el
Ginaecepuenos o alabanza de las mujeres, por Juan de Espinosa (SBARBI, Refranero, t. 2.), donde se dan cita un sinfín de autores para alabarlas: ¡los mismos que en otros
Corvachos se la dan para denostarlas! Séneca, en sus tragedias, con otros muchos, encarece cómo vestido Hércules y afeitado como mujer delicada, y sentado entre las doncellas
de Omfala, reina de Lidia, con quien se abarraganó, trataba la rueca y el huso con aquellas robustas manos con que había domado a cuantos tiranos crueles y bestias bravas
había en la tierra.
Página 23: [59] Comentario [SC134]
Sergio Cortez
No te contezca. Cancionero s. XV, 264: Y conteceles, comigo / como a los que van por lana.
Página 23: [60] Comentario [SC135]
Sergio Cortez
Imitado del Corvacho, I, 18: «La muger que malusa e mala es, non solamente avariçiosa es fallada, mas aun envidiosa, maldiziente, ladrona, golosa, en sus dichos non
constante, cuchillo de dos tajos, ynobediente, contraria de lo que le mandan e viedan, superviosa, vanagloriosa, mentirosa, amadora de vino la que lo una vez gosta, parlera, de
secretos descobridera, luxuriosa, rayz de todo mal e a todos males fazer mucho aparejada, contra el varón firme amor non teniente...» Y de HITA (c. 469): «Talante de mugeres,
¿quien lo puede entender, / sus malas maestrías e su mucho malsaber?» Hállase, sin embargo, este trozo en JUAN DE ARANDA, Lugar. com., p. 109, Madrid, 1613, como
dicho de Marco Aurelio: «Hablando Marco Aurelio contra las mujeres, dize: ¿quién contará sus mentiras, sus tráfagos y cambios?, ¿su liviandad y lágrimas?, ¿sus alteraciones y
osadías?, ¿sus engaños y olvido?, ¿su ingratitud y desamor?, ¿su inconstancia y testimonios?, ¿su negar y rebolver?, ¿su presumpción y vanagloria?, ¿su abatimiento y locura?,
¿su desden y soberbia?, ¿su parlería y sujeción?, ¿su golosina y luxuria?, ¿su miedo y atrevimiento?, ¿su embaymiento y escarnio?, ¿su deslenguamiento y desverguença, y al fin
su alcagueteria: y sobre todo, todo lo que piensan, osan.» No hallo este trozo en Los doce libros del emperador Marco Aurelio, ni siquiera en el Marco Aurelio de Guevara.
¿Acaso lo tomó Aranda de La Celestina, colgándoselo a Marco Aurelio? No hay traducción castellana o libro atribuido a este emperador en el siglo XV, ni aun en el XVI, de
donde pudieran haberlo sacado Aranda y Rojas.
Página 23: [61] Comentario [SC136]
Sergio Cortez
Gorguera, lienzo plegado y alechugado que se ponía al cuello. ESPIN., Ballest., 3, 35: Al derredor del cual parece que tienen una gorguera.
Página 23: [62] Comentario [SC137]
Sergio Cortez
«La mujer es puerta del diablo, descubridora del árbol vedado, desamparadora de la ley de Dios, persuasora del hombre, a quien el diablo no osó tentar.» (TERTUL., De habitu
muliebri.) «Cabeza del pecado, arma del diablo, expulsión del paraíso, madre del pecado, corruptela de la ley.» (ORIGEN., In Math., c. 15; In Job, tract. 2.) «Enemiga del
amistad, pena que no se puede huir, mal necesario, tentación natural, calamidad deseada, peligro doméstico, detrimento deleitable, naturaleza del mal y pintada con el color del
bien.» (CRISOST., Homil., 32, c. 19 in Math., y Homil., 26, ibid.) «Naufragio del varón, tempestad de la casa, impedimento de holganza, cautiverio de la vida, daño cotidiano,
rija voluntaria, batalla suntuosa, fiera combidada, solicitud de asiento, leona que os abraza, peligro adornado, animal malicioso y mal necesario.» (MAXIMUS Martir, c. 39,
Locorum comunium, tomado del filósofo SEGUNDO.) Agamenón decía que no había cosa peor que la mujer (Odis., 11): Eurípides pregonaba por cosa fácil hallar una mala
mujer y por muy difícil hallarla buena (Ifigen. en Aulida); Luciano sentencia por castigado a Prometeo, con razón, por haber hecho tan mala sabandija como la mujer
(Amatorium); Eunomia la de Plauto (Aulular. y Curcul.) a ninguna concedía ser buena, más concedía que una es peor que otra y que dos son peores que una; Menandro afirmaba
no haber cosa peor que la mujer, por buena que sea, y que una no discrepa de otra, y Plutarco (Tranquil. animi) concluye que por buena que sea la mujer, al fin es mujer, que es
lo que dice el trágico Carcino, que para significar cosa mala basta decir hembra. (NOTA: Recurro nuevamente a la forma utilizada en el comentario del “prólogo”)
Página 23: [63] Comentario [SC138]
Sergio Cortez
Continuación del comentario... Hállanse las palabras del texto en JUAN DE ARANDA, Lugares comun., p. 109, como sentencia del jurisconsulto: «La muger es arma del
diablo, cabeza de pecado y destruyción del Parayso.» ¿Acaso lo tomó Aranda de la misma Celestina, pues este y el otro trozo anterior se hallan casi juntos en La Celestina y en
Aranda? Básteme levantar la liebre y que los eruditos se devanen los sesos.
Página 23: [64] Comentario [SC139]
Sergio Cortez
Las mugeres e el vino hazen los hombres renegar; do dice. Quitose en V, sin duda porque ya antes lo había puesto en boca de Salomón.
Página 23: [65] Comentario [SC140]
Sergio Cortez
Prosigue, no ya imitando, sino tomando del Corvacho, I, 5: «E non pienses en este paso fallaras tu mas fermeza que los sabios antyguos fallaron ecspertos en tal sçiençia o
locura mejor dicho. Lee bien como fue Adan, Sanson, Dauyd, Golyas, Salamon, Virgilio, Aristotiles e otros dignos de memoria en saber e natural juyzio, e ynfinidos otros
mançebos pasados desta presente vida e aun hoy bivientes. Por ende esperar firmeza en amor de muger es querer agotar río cabdal con cesta o espuerta o con muy ralo farnero.»
Véase FARINELLI, Note sulla fortuna del «Corbaccio» nella Spagna Medievale, en la Miscelanea Mussafia, Halle, 1905, p. 43: «Non dipende invece, a mio giudizio, del
Corbaccio (italiano) la tirata contro le donne che Sempronio regala a Calisto nella Celestina (1.º atto) per guarire la sua struggente passione d' amare. E suggerita della
Reprobacion dell Arciprete (de Talavera), come intendo dimostrare altrove trattando delle fonti della Celestina.» Todo lo que se sigue está bebido, cuanto al lenguaje, del
elocuentísimo raudal del Arcipreste talaverano.
Página 23: [66] Comentario [SC141]
Sergio Cortez
Se acuerda el autor de HITA (c. 631-634)
Página 23: [67] Comentario [SC142]
Sergio Cortez
HITA, 427: «Quesyste ser maestro ante que discípulo ser.»
Página 23: [68] Comentario [SC143]
Sergio Cortez
Te mostró, te enseñó. HITA, 429: En el fallaras fablas que le ove yo mostrado.
Página 23: [69] Comentario [SC144]
Sergio Cortez
Del de HITA, a quien no menos tiene el autor en su pensamiento que al de Talavera: «Desque una vez pierde venguença la muger, / Mas diabluras faze de quantas ome quier» (c
468).
Página 24: [70] Comentario [SC156]
Sergio Cortez
Los ojos verdes, rasgados. Cotéjese con la pintura de Lucrecia en la Historia duorum amantium, de Eneas Silvio, y puede leerse en Men. Pelayo (Oríg. Nov., III, LXXVII), y
con la de la reina Iseo en Tristán de Leonís (MEN. PELAYO, ibid., y BONILLA, Libr. Caball., t. I, p. 456). Pero harto mayor parecido tiene este retrato con el de HITA (c.
432), cuya memoria no se le apartaba un punto en todo este paso. «De luengas pestañas.» «Las çejas apartadas, luengas, altas en peña.» «La naryz afylada.» «Su boquilla
pequeña, asy de buena guisa.» «Los dientes menudillos, eguales e bien blancos, un poco apretadillos.» «Los labros de su boca bermejos, angostillos.» «La su faz sea blanca, syn
pelos, clara e lysa.» «Los pechos chycos» (c. 444). «Sy ha la mano chyca». (c. 448).
Página 24: [71] Comentario [SC159]
Sergio Cortez
Estar en sus trece, firme, porfiado y terco, y acaso alude al aragonés Luna, terco en su nombre de Benedicto XIII, que tomó al ser hecho papa. QUEV., Mus., 6, r. 14: Una niña
de lo caro, / que en pedir está en sus trece / y en vivir en sus catorce, / que unos busca y otros tiene. Quij., 2, 39: Como la infanta se estaba siempre en sus trece.
Página 25: [72] Comentario [SC164]
Sergio Cortez
Animal imperfecto decían nuestros clásicos que era la mujer, lo cual, así como la que aquí se dice es consecuencia de la doctrina de Aristóteles acerca de la mujer comparada
con el varón, según la cual el varón en la generación es acto, idea y forma; la mujer, potencia y materia, y al formarse el nuevo ser, sale hembra cuando no alcanza a la debida
proporción para que se forme varón (Generac. d. l. animales, l. I, c. 2 y 14; l. 4, c. I y 2; Metafís., I, 6).
Página 25: [73] Comentario [SC165]
Sergio Cortez
Ojos de alinde, ojos de aumento. Decíase espejo de alinde el de aumento que usaban las damas para alindarse el rostro, del cual verbo es postverbal derivado. Corvacho, 2, 3:
El espejo de alinde para apurar el rostro, la saliva ayuna con el paño para alindar. De aquí ojos alindados en Lisandro y Roselia, 14, por hermosos, y en J. PIN., Agr., 4, 15:
Adonis tan alindado. LEÓN, Cant., 4, 15: Graciosa, amable y alindada.
Página 25: [74] Comentario [SC167]
Sergio Cortez
Celestina nombre sugerido acaso por el Libro del esforzado caballero D. Tristán de Leonis, como notó BONILLA en el t. I p. 410, de su Colección de Libros de caballerías. En
el c. 52 del Don Tristán: «Dize la historia que quando Lançarote fue partido de la doncella, ella se aparejó con mucha gente y fuese con ella su tía Celestina.» COVARRUBIAS
(Tesor., 1674, p. 184) dice que se dijo «quasi scelestina a scelere, por ser malvada, alcahueta embustidora». Lenas, como ella, se hallan en el teatro de Plauto: Cleereta en la
Asinaria, Seafa en la Mostellaria y otra en la Cistellaria (I, 1). La Celestina es hija de la Trotaconventos de Juan Ruiz. Probablemente Rojas no conoció el Pamphilus. De Hita
tomó también el de Talavera su alcahueta (2, 13). El vocablo trotaconventos hállase en las tres obras, y el de paviota, como calificativo suyo en Hita, pasó al Corvacho, el cual
se imprimió en 1495 y se escribió en 1438.
Página 27: [75] Comentario [SC180]
Sergio Cortez
Don malvado. El Don usado socarronamente con epítetos injuriosos, en bromas o en veras, refuérzalos mucho, pues los levanta a calificativos de gente granada.
Página 27: [76] Comentario [SC181]
Sergio Cortez
Nascida, ninguna, como nadi-e salí del nati, ningunos. Nótese el ingenio mujerir de Elicia para salirse con la suya, que no vea al escondido.
Página 27: [77] Comentario [SC184]
Sergio Cortez
Ternás, antiguo, por tendrás, por metátesis de ten(e)r-as, y la otra forma con d parásita, como en el antiguo ondra de onra, y en vendrás por ven(i)ras.
Página 27: [78] Comentario [SC185]
Sergio Cortez
CORR., 9: A Dios, paredes, que me voy a ser Santo; e iba a ser ventero. Ídem: A Dios paredes; a Dios paredes; hasta la vuelta.
Página 27: [79] Comentario [SC186]
Sergio Cortez
Pecadora de vieja, pecadora vieja. La preposición de entre el adjetivo y el nombre da mayor ahínco y sirve para los afectos. Es hispanismo, no menos que con verbo y adverbio
(Leng. Cerv., I, 167, 8). Quij., I, 1: Al traidor de Galalón... Si yo, por malos de mis pecados. Ídem, 2, 13: Con este mentecato de mi amo.
Página 27: [80] Comentario [SC187]
Sergio Cortez
Entre ti e mí. Acerca de entre con personales, véase Lengua de Cervantes (I, 170). Cal. Dimna: E non veo carrera por do haya amor entre mí e ti. GRAN., Memor., 5, 6: Puesto
entre ti y mí.
Página 27: [81] Comentario [SC188]
Sergio Cortez
Correlarios, uno de tantos vocablos eruditos que las gentes del pueblo oyen a los cultos y los emplean estropeándolos en la fonética y en la significación. Probablemente de
corolario, allegándolo a corr-er. Está muy bien puesto en boca de Celestina, pues estas viejas son las que suelen fabricar tales voquibles.
Página 27: [82] Comentario [SC189]
Sergio Cortez
El hombre, indefinido, como on en francés. Comed. Eufros., 2: Comprar hombre barato es gran riqueza, comprar caro no es franqueza. S. ABRIL, Adelf.: Que pues hombre ha
tomado esta ganancia... De quienquiera se huelga hombre de recibir una buena obra.
Página 27: [83] Comentario [SC190]
Sergio Cortez
Al cabo estoy. CORR., 540: Ya estoy al cabo. (Cuando uno entiende el negocio de que le hablan.)
Página 27: [84] Comentario [SC191]
Sergio Cortez
Mercer, mecer, menear, de miscere, mezclar meneando. HERR., Agr., 2, 23: Asimismo, cuando mecieren (el vino), quiten todas las cascas.
Página 27: [85] Comentario [SC192]
Sergio Cortez
Certenidad, certidumbre, y se usa todavía en Andalucía y Murcia. Can. S. XV, p. 278: Syn saber çertenidad.
Página 27: [86] Comentario [SC193]
Sergio Cortez
El esperanza, acerca de el por la, con cualquier voz que comienza por vocal, como artículo femenino, véase Leng. De Cerv., I
Página 27: [87] Comentario [SC194]
Sergio Cortez
CORR., 193: Las paredes han oídos y los montes ojos, o las paredes tienen orejas y oídos.
Página 27: [88] Comentario [SC195]
Sergio Cortez
Tha, es ta, articulación de golpear la lengua contra el paladar, y así expresa el golpear en la puerta con la aldaba.
Página 27: [89] Comentario [SC196]
Sergio Cortez
Pármeno, que así debe pronunciarse, según el soneto de Bart. León. Argensola contra Pacheco de Narváez: «Cuando los aires, Pármeno, divides | Con el estoque negro, no te
acuso...» Significa este nombre, de origen erudito, por lo que se tomó del nominativo, y no del acusativo latino, manens et aditans domino, o fidelis servus (DONATO in
Adelphos), y hállase en el Eunuco, los Adelfos y en la Hecyra de Terencio. El Pármeno del Eunuco es siervo o criado, como el de La Celestina, así como Libanio en la Asinaria,
Toxilo y Sagaristion en El Persa, el Pseudolo en la comedia así llamada, etc., siervos todos que intervienen en los amores de sus amos, y que tuvo presentes Rojas.
Página 28: [90] Comentario [SC197]
Sergio Cortez
Alcoholada, afeitada, alcoholarse, teñirse el pelo, las pestañas, etc., con stibio, y en los ojos, para agrandarlos, como lo hacen las mujeres y niños de Damasco y Siria, que stibio
es lo que significa alcohl en árabe. LAGUNA, Diosc., P. 533: «El stibio es aquella especie de mineral que llamamos alcohol en Castilla, con la cual las mujeres suelen teñirse
las cejas y alcoholarse los ojos. Porque ya por nuestros pecados la gran corrupción y adulterio de toda buena costumbre convertió en disfrace y afeite lo que fue producto y
hallado para salud y beneficio del cuerpo humano.» Es el que hoy llaman antimonio. LEÓN, CAS., 12: Ni te alcoholes con negro los ojos ni te colores las mejillas, que la
naturaleza no fue escasa con las mujeres. TORR., Fil. Mor., 20, 5: Nos quiso alcoholar los ojos con este colirio.
Página 28: [91] Comentario [SC200]
Sergio Cortez
Cerca de la aves, como preposición. AVELLANED., Quij., 17: Cerca de los muros de una ciudad de las buenas de España hay un monasterio. R. COTA (RIVAD., 2,226): Por
aquellos troncos secos, / carcomidos, todos huecos, / que parescen cerca mi.
Página 28: [92] Comentario [SC201]
Sergio Cortez
Arcadores y arqueador, en los obrajes de paños, y aun fuera de ellos, el que limpia, sacude y esponja la lana, o sea que la arquea. Recopil., l. 7, t. 14, l. 3: Donde por falta de
arcadores en algunas partes se carduzan o emborrizan los paños. Ítem, l. 7, t. 13, l. 9: Mando, que los arqueadores arqueen bien las lanas que les fueren dadas a arquear.
Página 28: [93] Comentario [SC202]
Sergio Cortez
Aradas, tierras labrantías. J. PIN., Agr. 6, 29: Al gañan del arada damos 30 ducados por cada año.
Página 28: [94] Comentario [SC203]
Sergio Cortez
Segada, acción y efecto de segar. LEÓN, Job. 5, 5: Cuya segada, esto es, sus panes y labranzas el hambriento las comerá. Bibl. Amsterd. Gen., 30, 14: Y anduvo Reuben en días
de segadas de trigo: tempore messis triticeae.
Página 28: [95] Comentario [SC205]
Sergio Cortez
Tablero, el juego, de donde poner al tablero, aventurar. Siete versos seguidos octosílabos se le escapan aquí a Rojas; pero nótese que no de la cuaderna vía, como a Proaza le
gustaban.
Página 28: [96] Comentario [SC207]
Sergio Cortez
Tenerías, fábricas de curtidos. De aquí sacan algunos que la acción pasa en Toledo; pero las tenerías solían estar junto al río en todas las ciudades, Salamanca, Palencia, Sevilla,
Valladolid, etc. Véase en Menéndez y Pelayo (Oríg. Nov., III, XXXIX) lo que hay acerca de la tradición, que señala en Salamanca la casa donde vivió Celestina y la de Melibea.
«¿No pudo crear, como suelen hacer los novelistas, una ciudad ideal, con reminiscencias de las que tenía más presentes, es decir, Salamanca y Toledo?» (Ibid., XLII.) Esta es,
para mí, la solución más acertada.
Página 28: [97] Comentario [SC208]
Sergio Cortez
Labrandera, costurera. Quij., 2, 48: Como yo tuviese fama de gran labrandera. CORR., 4: A la mala labrandera le estorba la febra. (A la mala costurera). Ídem, 195: Labrandera
buena, la hebra pequeña.
Página 28: [98] Comentario [SC211]
Sergio Cortez
Desatacados, sueltas la agujetas o cordones con que se atacaba el calzón. Quij., 2, 60: Y así desatácate por tu voluntad. BARBAD., Coron., plat. 4. F. 126: Ni por desacatadas ni
desatacadas.
Página 29: [99] Comentario [SC213]
Sergio Cortez
Imitación del castizo estilo del Corvacho.
Página 29: [100] Comentario [SC214]
Sergio Cortez
Aleluyas, cosas de contento.
Página 29: [101] Comentario [SC215]
Sergio Cortez
Fazia perfumes... Es imitación del Corvacho (pte. 2, c. 3). Otra hechicera, con sus aparejos, puede verse en Apuleyo (c. 3): «Tenia yerbas aromáticas, planchas de bronce con
letras grabadas de letras desconocidas, pedazos de hierro de barcos naufragados, miembros de náufragos, huesos y pedazos de cadáveres desenterrados, narices y dedos, clavos
todavía con pedazos de carne de ahorcado, vasijas llenas de sangre de degollados, calaveras de hombres medio devorados por las fieras y arrebatados de entre sus dientes...»
Como después se han de aclarar con ello otras frases del texto, bueno será aquí recordar que Demócrito dice servir la calavera de ahorcado para medicina; que Artemon daba a
beber miel en ella contra la caducidad; que Anteo confeccionaba brebajes, que daba a beber en ella contra las mordeduras de perro rabioso; que Apolonio aseguraba que contra
el dolor de muelas era bueno frotarlas y las encías con el diente de un ahorcado. Las raeduras de uñas valían, según muchos, contra las tercianas, cuartanas y fiebres comunes.
Las hechicerías y aparejos de las famosas hechiceras de Tesalia se describen en el libro 6 de la Farsalia, de LUCANO (v. 435-505). Falsava, alterar, falsificar, porque las
sustancias puras son caras. Con el pachuli se falsifican hoy todos los perfumes. G. Alf., I, 3, 7: Sin falsar llaves. PÉREZ GUZM., Gener., I: Ca si por falsar un contrato de
pequeña quantia de moneda merece el escribano gran pena.
Página 29: [102] Comentario [SC216]
Sergio Cortez
Estoraque, goma del árbol así llamado, y que se cuaja y endurece como la resina. ACOSTA, H. Ind., 4, 29. El copal y el suchicopal, que es otro genero como de estoraque y
encienso. Menjuy o benjuy. Anime, lágrima, goma o resina de un árbol de América y de Oriente, parecida al incienso; su perfume, oloroso y suave, fortalece al cerebro y la
cabeza. Llámase en Castilla ánime copal; en Méjico, copali. ACOSTA, H. Ind., 4, 29: Tienen copia de diversas materias para perfumes y para medicinas, como es el anime, que
viene en gran cantidad. LAG., Dios. I, 23: «El cancamo es lágrima de un árbol arábigo semejante a la mirra, que deja grande hediondez en el gusto, aunque usan della en los
sahumerios. Sirve a perfumar los vestidos, mezclado con estoraque y con mirra... El cancamo de Dioscorides, la lacca de Serapion y de los otros árabes y aquel perfume vulgar
que llamamos anime en Castilla, son una mesma cosa; no obstante que algunos varones ejercitados en la historia medicinal tienen a nuestro anime por una suerte de electro,
viendo que echado en perfume da de sí el mesmo olor que el electro, y fregado tiene fuerza de atraer a sí las plumas y pajas... las cuales razones a mi cierto no me convencen...»
LAGUNA, Diosc., I, 20: «El almizcle, al cual llaman los latinos y algunos griegos modernos moscho, se engendra en el ombligo de un animal semejante al corzo, que tiene un
solo cuerno en la frente: el cual, cuando anda en celos se enciende y se torna muy furibundo. (NOTA: Com. En “mos” y “quetes”)
Página 29: [103] Comentario [SC217]
Sergio Cortez
Continuación... Entonces, pues, se le hincha y apostema el ombligo y le da tan inclemente dolor que ni come ni bebe hasta que, siendo ya maduro, se rompe, ayudándole
también a ello el mesmo animal, con fregarse a los troncos y a las agudas piedras que topa; adonde después con algunos pelillos rojos, que la color del animal muestran, se halla
toda la materia esprimida. La cual en habiendo sido curada al sol, cobra un olor muy suave y subido... Adultéranle los falsarios mezclando con él hígado cocido y sangre
quemada... Es confortativo del corazón, aplicado por de fuera y bebido, clarifica la vista, encubre la sobaquina y el pestilente olor de boca, para lo cual se saben aprovechar bien
dellas cortesanas de Roma. Metido en la natura de la mujer, trae la madre abajo y purga el menstruo... El algalia, que los toscanos llaman zibetto... es una suciedad que se
engendra junto a los compañones de cierta especie de gato semejante a la foena, cuando le hacen sudar, la cual vehemencia y gracia de olor no debe nada al almizcle... El ambar
pardillo... nace como betún en ciertas balsas que están cerca de Selequito, ilustre ciudad de las Indias, aunque algunos creen que sea esperma de la ballena... Fortifica el celebro
y el corazón, con su olor suavísimo conforta los miembros debilitados, despierta y aviva el sentido... desopila la madre, sana con su perfume el espasmo, la perlesía y la gota
coral, corrige el aire pestífero y, lo que importa mucho al bien público, es proprio para perfumar guantes... Sofistícase el ámbar mezclando con él tuétanos de ternera y polvos de
la raíz de la Iris.» Mosquete, el musco, musc francés, muscus, [móschos], ital. muscato, de donde nuez moscada. Musco es el almizcle. Boc. Oro, c. 15: «E emprestole cien mil
libras de plata... e cien panes de ambar, e peso de dos mil dramas de musco.» Todos son perfumes que la hacendosa vieja preparaba y vendia a las damas.
Página 29: [104] Comentario [SC218]
Sergio Cortez
Arambre, todavía vulgar, de donde alambre, de aerame(m). J. POLO, Humor.: Unas veces de arambre, otras de estaño.
Página 29: [105] Comentario [SC219]
Sergio Cortez
Solimán. LAG., Diosc., 5, 69: «Hacese también del mesmo (azogue) por vía de sublimación aquel pernicioso veneno, que se dice solimán en Castilla... Del solimán se prepara
una muy famosa suerte de afeite, llamada solimán adobado. El cual tiene tanta excelencia, que las mujeres que a menudo con él se afeitan, aunque sean de pocos años, presto se
tornan viejas, con unos gestillos de monas arrugados y consumidos; y antes que les cargue la edad, tiemblan las cuitadillas como azogadas, porque sin duda lo son, visto que el
solimán solamente del azogue difiere en esto, que es mas corrosivo y mordaz. Por donde aplicado al rostro extirpa las señales y manchas dél; empero juntamente deseca y
consume la carne subdita, de modo que es necesario que el pobre cuero se encoja, como dicen que a fuerza de ser bruñido por tomar lustre se arrugaba y encogía el pantufo muy
famoso de cierto escudero anciano llamado Pero Zapata. El cual daño, aunque grande, se podría disimular fácilmente, si con él no se juntasen otros muchos mayores, cuales son
la grande hidiondez de boca y la corrupción y negrura de los dientes, que el solimán las engendra... si quedando en las que con él se afeitan, no pasasen mas adelante, quiero
decir, a sus decendientes. Mas corno esta infamia se semeje al original pecado y vaya de generación en generaciones, a gran pena sabe ya andar el niño (lo cual mueve a gran
compasión), cuando se le caen uno a uno de corrutos y podridos los dientes, y esto no por su culpa, sino por el vicio de su madre afeitada: la cual, si no quiere oír estas cosas, no
haga esotras.»
Página 29: [106] Comentario [SC220]
Sergio Cortez
Argentada parece se dijo del argen o plata, bufellada de las bujetas o pomos en que iban, cerillas de cera.
Página 29: [107] Comentario [SC221]
Sergio Cortez
Llanillas para allanar asperezas del rostro, lucentores para enlucir, clarimiente de claro.
Página 29: [108] Comentario [SC222]
Sergio Cortez
Alvalino de albo, blanco o blanquete para la cara. Aquí tomó el autor lo de COTA, Dial. am. y un viejo: «Yo hallo las argentadas, / yo las mudas y cerillas, / luzentoras,
unturillas, / y las aguas destiladas. / Yo la líquida estoraque, / y el licor de las rasuras; yo también como se saque / la pequilla, que no taque / las lindas acataduras. / Yo mostré
retir en plata / la raquil y alacrán / y hacer el solimán, / que en el fuego se desata... / Yo las aguas y lexias / para los cabellos roxos.»
Página 29: [109] Comentario [SC223]
Sergio Cortez
Rasuras de gamones, raeduras de gamones o asphodelus. FRAG., Cirug. trat. simpl.: Del gamón la raíz aprovecha solamente, como dice Galeno, porque limpia y resuelve.
Dioscórides dice los provechos que trae para los ojos, oídos, el menstruo, las muelas, el pelo, sabañones, albarazos (LAGUNA, Diosc., 2, 159).
Página 29: [110] Comentario [SC224]
Sergio Cortez
Espantalobos, cuyas hojas son semejantes a las de la sena y produce vainillas. LAG., Diosc., 3, 79: Llámase la colutea en Castilla espantalobos por el grande ruido que hacen
sus hollejos, cuando movidos del viento se tocan unos con otros.
Página 29: [111] Comentario [SC225]
Sergio Cortez
Taraguntia, en Laguna taragontia, de [drakóntion], latín dracunculus, o sea la dragontea o serpentaria. LAG., Diosc., 2, 156: Su raíz tiene admirable virtud en adelgazar los
humores viscosos y gruesos y en desecar las malignas llagas del cuero. Según el Dr. LAGUNA, Diosc., 2, 70. la hiel de la ardea, del lucio, de la perdiz y del gallo, la empleaban
ellas como ungüento incitativo.
Página 29: [112] Comentario [SC226]
Sergio Cortez
Agraz es la uva agria y verde. «Es bueno para las mujeres preñadas.» (Regimiento de sanidad, SAVONAROLA, traduc. FERNÁN FLORES.)
Página 29: [113] Comentario [SC227]
Sergio Cortez
Turvino, el polvo de la raíz llamada turbit de levante, o ella misma preparada. Es el turpetum, gr. [álypon], voz que significa quitapesares. Laguna (Diosc., 4, 180) dice: «planta
la cual de poco acá se ha descubierto en Italia» (escribía en 1555 la dedicatoria en Amberes y la obra antes en Italia). Dioscórides (ibid.) dice que «la raíz delgada como aquella
de las acelgas y preñada de cierto licor muy agudo».[, sin espíritu ni acento, en el original (N. del E.)]
Página 29: [114] Comentario [SC228]
Sergio Cortez
Tuétano de corço. H. Núñez sobre Las 300, c. 241: «Y no faltó allí la medulla o tuetano del ciervo, que se apacienta de culebras. Ovidio en el libro VII del metamorfoseos
(Vivacisque jecur cervi). No faltó el hígado del ciervo que vive mucho.»
Página 29: [115] Comentario [SC229]
Sergio Cortez
Confaciones se decía de confectio, confección, vocablo de boticarios, que hoy, como monos de imitación, han traído de Francia los sastres.
Página 29: [116] Comentario [SC230]
Sergio Cortez
Por mosquetas de B traen V, S, Z mosquetadas, y R «incorporate con mosco». Así como con almizcle o almizcladas.
Página 29: [117] Comentario [SC231]
Sergio Cortez
Polvorizadas. CABR., Dom. 3 adv. serm. 2, c. 5: Aquí verás sus heroicas virtudes heroicas polvorizadas con ser tan grandes, que hacían viso delante de Dios... Ahora puesto
delante del Señor veréis esa grandeza molida y hecha polvos tan menudos que no los ve, si no es Cristo.
Página 29: [118] Comentario [SC232]
Sergio Cortez
Enrubiar. ZAMORA, Mon. 3, Concep.: Ya los dora, ya los enrubia, ya los encrespa, ya los compone, ya los jabona, ya los lava, que les hace agua para enrubiarlos.
Página 29: [119] Comentario [SC233]
Sergio Cortez
Millifolia, el milefolio o mil en rama de Laguna (Diosc., 4, 37, y 4, 104, y 4, 116).
Página 29: [120] Comentario [SC234]
Sergio Cortez
Acerca de la diferencia entre sebo, grasa y enjundia, de las cualidades de las de cada animal y su preparación, véase LAGUNA, Diosc., 2, 68.
Página 29: [121] Comentario [SC235]
Sergio Cortez
De vaca. «El sebo deste animal se aventaja en calor y sequedad al del puerco y mucho mas al del toro y es poco inferior en fuerzas al del león, y así se mezcla útilmente con los
medicamentos que se aplican contra los scirros y para resolver o madurar los flemones. Las medulas de las vacas ablandan las durezas del vientre.» (HUERTA, Plin., 8, 46.) De
oso. «Poniendo la sangre o unto del oso en un vaso debajo de la cama, vienen a ello todos los mosquitos y se mueren; y el mesmo unto dice Aristóteles que crece en las vasijas
en el tiempo que los osos están en sus cuevas.» (Ídem, 8, 36). De cavallos. «El unto de los caballos es provechoso para quitar el dolor de las junturas y desencoger los nervios y
la medula de sus huesos quita las señales del rostro.» (Ídem, 8, 42.)
Página 29: [122] Comentario [SC236]
Sergio Cortez
La sangre de camello, según algunos ocultistas, da la locura al que la bebe, si fue sacada en una noche estrellada. De culebra, debe aludir a lo que dice Huerta (Plin., 8, 23):
«Tiene la culebra tres nervios que van por todo el largo del cuerpo; de los cuales suelen hacer cuerdas para vihuelas y dicen que tañidas tienen fuerza para hacer amar; pero esta
opinión, aunque recebida del vulgo, es cierto ser fabulosa. La carne de la culebra es provechosa para los que padecen lepra.»
Página 29: [123] Comentario [SC237]
Sergio Cortez
De conejo. «El unto de los conejos mitiga el dolor de los oídos.» De vallena. «Llaman también ambar a lo que suelen llamar sperma de ballena... en Sajonia dicen que es tan
ordinario el usarla, que en pocas enfermedades se deja de gastar.» (HUERT., Plin., 9, 4.)
Página 29: [124] Comentario [SC238]
Sergio Cortez
De gato montés. «Su hiel y unto es caliente y húmedo y resuelve y ablanda con grande eficacia: usan dello en el mal de gota.» (HUERTA, Plin., 8, 57.)
Página 29: [125] Comentario [SC239]
Sergio Cortez
De texón. «Dícese que untando con enjundia de tejón y miel cruda alguna parte de un caballo, le sale allí el pelo blanco, quitandole primero con una navaja el que tenía antes...
Su gordura o unto ablanda y resuelve con eficacia cualquier tumor o apostema, aprovecha contra las calenturas, quita el dolor de riñones y de cualquiera juntura y desencoje los
nervios.» (HUERT., Plin., 8, 38)
Página 29: [126] Comentario [SC240]
Sergio Cortez
De erizo. Véase ibid., 8, 37. Harda o ardilla. J. HUERTA, Plin., 8, 38, anot.: La harda es llamada de los griegos scyuro, por la grande cola que tiene, con la cual volviendola
sobre la cabeza se cubre todo el cuerpo para no mojarse ni recibir sol.
Página 29: [127] Comentario [SC241]
Sergio Cortez
Mançanilla. Véanse sus tres clases en LAGUNA, Diosc., 3, 148.
Página 29: [128] Comentario [SC242]
Sergio Cortez
Romero: LAG., Diosc., 3, 83. Malvavisco, ibid., 3, 100, y 3, 157. Del culantro, ibid., 3, 67; 6, 9; y del culantrillo de pozo, ibid., 4, 138: «Llamose también Polytrico y Callitrico,
por la notable virtud que tiene de restituir y acrecentar los cabellos perdidos y de darlos tintura muy agraciada.» Coronilla parece ser la corona de Rey de Laguna Diosc., 3, 44)
o meliloto: «Su flor cocida con harina de habas y con vinagre deshace luego las durezas de las tetas y de los compañones.»
Página 29: [129] Comentario [SC243]
Sergio Cortez
Del sauco o yezgos de Castilla, en Laguna, Diosc., 4, 175; de la mostaça, ibid., 2, 143; del espliego, ibid., I, 6; del laurel, ibid., I, 86. De la grama dice Laguna (Diosc., 4, 34):
«Su cocimiento es remedio admirable contra todas las dificultades de orina y principalmente contra aquellas que proceden de llagas de la vejiga.»
Página 29: [130] Comentario [SC244]
Sergio Cortez
No hallo en Laguna ni en Colmeiro la tortarosa, gramonilla y flor salvaje.
Página 29: [131] Comentario [SC245]
Sergio Cortez
Higueruela. Psoralea bituminosa L. et P. hispánica Lag. (Leguminosas). Medicinal (COLMEIRO). En Jerez se llama higueruela; en Granada, angelote; en otras partes, hierba
cabruna o cabrera, trébol hediondo, o de Sodoma, o agudo o de mal olor. El pico de oro y hoja tinta no se mientan tampoco en los citados autores.
Página 29: [132] Comentario [SC246]
Sergio Cortez
Estoraque. «Es singular el estoraque líquido contra infinitas enfermedades frías y principalmente sirve para facilitar el parto, metiendose con aceite de azucenas por las partes
secretas.» (LAG., Diosc., I, 58); véase además l. I, c. 64. Jazmín: «quita las manchas del rostro» (LAG., Diosc.. I, 67), el cual trata del menjui o benjui en el l. 3, c. 88.
Página 29: [133] Comentario [SC247]
Sergio Cortez
Neguilla. LAG., Diosc., 3, 87: La que se dice en latín nigela es aquella mesma que llamamos en Castilla ajenuz y neguilla. Esto dice Laguna, y en el mismo lugar Dioscórides:
«Aplicandose con vinagre estirpa las pecas y las asperezas, las hinchazones antiguas y las durezas del cuero. Aplicada con orina de muchos días arranca las muy arraigadas
verrugas, siendo primero sarjadas en derredor.»
Página 29: [134] Comentario [SC248]
Sergio Cortez
Yerva paxarera o Stellaria media Sm., cariofilea, según Colmeiro, y que en algunas partes llaman yedra pamplina, pamplina, yerba de canarios, Mariquita de invierno.
Página 29: [135] Comentario [SC249]
De punto, cosiéndolo.
Sergio Cortez
Página 29: [136] Comentario [SC250]
Sergio Cortez
Hojaplasma, no hallo lo que sea en ninguna parte.
Página 29: [137] Comentario [SC251]
Sergio Cortez
Cebolla albarrana, véase en LAGUNA, Diosc., 2, 162 y 163. Cepacavallo debe ser el equisetum o cola de caballo, del cual dice Laguna (Diosc. 4, 47) que «toda la yerva tiene
virtud estiptica, por donde su zumo restaña la sangre de las heridas... Las hojas majadas y aplicadas en forma de emplastro sueldan las heridas sangrientas... Dícese que sus hojas
bebidas con agua sueldan las heridas penetrantes al vientre y a la vejiga y juntamente las quebraduras».
Página 29: [138] Comentario [SC252]
Sergio Cortez
El embaxador francés. «También tiene visos de cosa no inventada (y sobre este pasaje me llamó la atención el Sr. Foulché-Delbosc)» (MEN. PELAYO, Oríg. Nov., III, 39).
Página 29: [139] Comentario [SC253]
Sergio Cortez
Huessos de coraçón. J. HUERTA, Plinio, pte. I, l. 8, c. 32, anot., f. 248: «Son los ciervos de grandísimo provecho en el uso de medicina. Dícese que cuando las ciervas se
sienten preñadas, tragan cierta piedrecilla, que las libra del muebdo, aunque más corran, y así hallando esta en su vientre se guarda para las mujeres, porque trayendola atada al
brazo, no malparen: y lo mesmo afirman del hueso que se halla en su corazón. Este dicen ser de grande provecho para los desmayos, según escribe Aretuario. Pero, aunque
comúnmente le llaman hueso, realmente no se puede llamar así, pues no es sino un nervio, o una membrana nervosa, que se endurece con la edad del ciervo. Aunque Conrado
Gesnero afirma con experiencia que después de muerto adquiere la dureza que tiene: porque abriendo el corazón de un ciervo acabado de matar, halló que no tenía sino un
nervio o membrana nervosa muy blanda y abriendo después otro de seis días muerto, la halló mas dura. Pero cierto él se engañó con esta experiencia, porque sería el uno nuevo
y el otro viejo... yo he hecho algunas veces experiencia dello y cualquiera que la hiciere hallará que el endurecerse consiste en la edad y no en la muerte.» En algunas partes,
como en Inglaterra, el hueso del corazón del ciervo, engarzado en un broche formado de un remache de un barco que se haya ido a pique, es un amuleto contra las mordeduras
de culebra (BLACK, Medic. popul.). «Medula de ciervo, que tanto envejece, / que traga culebra por rejuvenir», dice a este propósito Mena en el Laberinto (c. 241).
Página 29: [140] Comentario [SC254]
Sergio Cortez
Lengua de bíuora. Por qué sirva para se querer bien se sacará de lo que dice HUERTA (Plin., 8, 39, anot.): «Han dicho algunos que (las víboras) se ayuntan por la boca,
metiendo el macho la cabeza en la boca de la hembra; la cual o con la demasiada delectación de su acceso o por venganza de su venidero peligro, dicen que en concluyendo su
cópula, aprieta los dientes y corta la cabeza al marido y así le deja sin vida; pero en creciendo en su vientre los hijos, no pudiendo sufrir la tardanza del parto, royéndola las
entrañas, se las abren para salir fuera y con su muerte vengan antes de nacer la del padre. Pero esta opinión está muy averiguado ser falsa...» Las cabezas de codornices y los
sesos de asno servían para atraer enamorados como a bobos, por lo necias que son las codornices, que al llegar a África dicen ocultan la cabeza en la arena al ver a los
cazadores, creyéndose ya seguras, y por la torpeza proverbial del asno.
Página 29: [141] Comentario [SC255]
Sergio Cortez
«La medula de sus huesos quita las señales del rostro. En las corvas de los caballos y cerca de sus uñas se hacen unos callos duros, llamados de los griegos lichenes; cortados
estos y hechos polvos y bebidos en vinagre dicen ser grande remedio contra la alferecía y algunos los mandan dar contra cualquiera mordedura venenosa.» (HUERTA, Plin., 8,
42, anot.)
Página 29: [142] Comentario [SC256]
Sergio Cortez
Mantillo de niño, mantecas o redaños. A la cuenta, Celestina era también curandera sacamantecas.
Página 29: [143] Comentario [SC257]
Sergio Cortez
Hava morisca, las alubias o judías, como las judihuelas y habichuelas se dijeron de haba: así alubia es voz morisca o arábiga. De las habas comunes dice LAGUNA (Diosc., 2,
96):«Las habas comidas engendran muchas ventosidades y restriñen el vientre y ansí necesariamente irritan la sensualidad de la carne, estimulando a lujuria... y a esta causa
debajo de muy gran pena eran a los pitagóricos entredichas las habas, conviene a saber porque no solamente perturban gravemente los cuerpos, empero también alteran los
ánimos.» Una supersticiosa manera de quitar las verrugas consiste en Inglaterra en enterrar una cáscara de haba secretamente debajo de un fresno, diciendo estas palabras
mágicas: «Tan pronto como esta cáscara de haba se pudra, tan pronto consúmase mi verruga.» (BLACK, Medic. pop., p. 78.)
Página 29: [144] Comentario [SC258]
Sergio Cortez
Guija marina debe de ser la piedra calamita o piedra imán, con la cual, cebada la aguja de marear, no se cansa de andar alrededor, por siempre mirar al Norte, «tanta es la
dependencia que aquella piedra tiene con aquella parte del cielo» (J. PIN., Agr., I, 3o). De ella LAGUNA en Dioscórides (5, 105). Viene aquí la piedra imán al mismo propósito
que la Soga del ahorcado. La soga con que se ha ahorcado a uno se mira hoy en Inglaterra como un remedio contra el dolor de cabeza, si se ata alrededor de ésta (BLACK,
Medicina pop., p. 135). Era de gran uso para filtros y hechicerías, como se ve por las frases Soga de ahorcado, de lo que se malvende, por creerse era cosa muy preciosa la tal
soga; tener soga de ahorcado, ponderando la fortuna de alguno. CORREAS, 425: Trae soga de ahorcado. (Dícese de los que atraen a sí las voluntades, como con piedra imán, y
que traen piedra imán.) COVARR.: «Las hechiceras dicen que para la bienquerencia se aprovechan de estas sogas.» Su origen sencillamente en que la soga arrastra y trae, y lo
del ahorcado, como de cualquier muerto en sanidad, que su vigor y calidades fisiológicas creíanse trasladarse al vivo. He oído a un cegato, viendo un cadáver, exclamar: ¡Qué
hermosos ojos! ¡Bien pudieran cambiárseme los míos por ellos!
Página 29: [145] Comentario [SC259]
Sergio Cortez
Flor de yedra. LAG., Diosc., 2, 170: «Llamase la yedra Cissos, Cittos y Dionysia en griego, los cuales tres nombres antiguamente significaban a Baco, excelente coronel de las
botas. Y pienso haberse la yedra llamado ansí porque bebido su zumo y olido perturba la razón ni más ni menos que el vino; por el cual respecto, a mi parecer, se coronaban con
ella los sacerdotes de Baco; de do también ha venido a colgarse por las tabernas.» Y DIOSCÓRIDES (ibid.): «Bebido de sus flores con vino dos veces al día, cuanto se puede
tomar con dos dedos es útil contra la disentería y aplicada con cerato en forma de emplastro sana las quemaduras del fuego.» De la yedra y Baco en NATALIS COMIT.,
Mytholog., l. V, p. 486, 478, y D. LÓPEZ en Alciato, Embl., 203: «El árbol de la yedra nunca se seca; antes siempre está verde, los cuales dones dicen que dio Baco al
muchacho Cisso. Este fue muy querido de Baco y andando haciendo sus fiestas en su presencia cayó en un grande hoyo, el cual se había abierto en la tierra y murió. Entonces la
tierra por adular a Baco produjo una flor muy hermosa, la cual se llama Cisso (= la de la yedra), como el muchacho que amaba Baco, a quien había dado la yedra, de la cual
usaban en los sacrificios de Baco. Tiendese por muchas partes, es pedigueña, hermosa con los racimos dorados, es verde por de fuera, el amarillez tiene las demás cosas.» Allí
sigue diciendo por qué se coronaba de yedra a los poetas.
Página 29: [146] Comentario [SC260]
Sergio Cortez
Espina de erizo. Marcelo Donato atestigua que Hipólito Lanzano se resolvía en sudor de ver solo un erizo (NIEREMB., Oc. filos., I, 6). Las espinas o púas del erizo servían a las
hechiceras para clavarlas en la imagen de cera de la persona a quien así pretendían atormentar. «Del erizo saca Rasis una medicina para los que están ligados, que degollado y
tomada su sangre embuelta con otro tanto azeyte y untando con ella el cuerpo y las otras partes de la generación, será desligado y podrá tener acceso con qualquier muger.»
(Regimiento de sanidad de M. SAVONAROLA, traduce. FERNÁN FLORES, 1512).
Página 29: [147] Comentario [SC261]
Sergio Cortez
Pie de texo. HUERTA, Plin., 8, 38, anot.: «Tiénese por cosa cierta que huyen del los lobos y otros animales feroces y por esto ponen a los caballos y mulas y a los jumentos
collares o copetes de su pelo, para que no los hagan daño; aunque algunos se los ponen por entender que libra del mal de ojo, y por la mesma causa ponen a los niños pequeños
una mano de este animal.»
Página 29: [148] Comentario [SC262]
Sergio Cortez
Granos de helecho. Dice DIOSCÓRIDES (Lag., 4, 186): «Las mujeres que las bebieren (las raíces del helecho hembra con vino) quedaran estériles y las preñadas malpariran si
las tomaren.» Añade LAGUNA: «No puedo disimular la vana superstición, abuso y grande maldad (no quiero decir herejía) de algunas vejezuelas endemoniadas, las cuales
tienen ya persuadido a los populares que la víspera de S. Juan en punto a la media noche florece y grana el helecho, y que si el hombre allí no se halla en aquel momento se cae
su simiente y se pierde, la cual alaban para infinitas hechicerías. Yo digo a Dios mi culpa, que para verla coger una vez acompañé a cierta vieja lapidaria y barbuda, tras la cual
iban otros muchos mancebos y cinco o seis doncelluelas malavisadas, de las cuales algunas volvieron dueñas a casa. Del resto no puedo testificar otra cosa sino que aquella
madre reverenda y honrada pasando por el helecho las manos, lo cual no nos era a nosotros licito, nos daba descaradamente a entender que cogía cierta simiente como, aquella
de la mostaza, la cual, a mi parecer, se había llevado ella mesma en la bolsa: dado que ya pudo ser que realmente se desgranase el helecho entonces, pues por todo el mes de
junio y de Julio están aquellos fluecos en su fuerza y vigor. (NOTA: Com. en “granos de” y “helecho”)
Página 29: [149] Comentario [SC263]
Sergio Cortez
Continuación... No se debe dar por ninguna vía ni la hembra ni el helecho macho a las hembras, por cuanto dada cualquiera de estas especies a las preñadas, las hace malparir
luego y a las otras quita la potencia de jamas empreñarse.» En éusquera ira es helecho y veneno, pena honda, consumación y ahilamiento y el filtro amatorio o bebedizo, que
desde muy antiguo hubo de componerse de helechos. Tomó este nombre la planta en esta lengua por haber sido propia de hechiceros y brujas, no sólo en España, sino entre los
antiguos germanos y eslavos. El nombre del duende es iratcho, que significa el del bebedizo o el del helecho, y de aquí, en Álava, Navarra y Aragón llaman iras-co al chivo.
Véase sobre esto CEJADOR, Tesoro, R, 105.
Página 29: [150] Comentario [SC264]
Sergio Cortez
La piedra del nido miéntala el Laberinto (c. 241). Escribe VALDECEBRO, Gobiern. d. l. aves (I, 9): «La piedra que llaman del águila, que aunque muchos están persuadidos a
que es fábula lo que se refiere y escribe de ella, no lo es, sino verdad que se toca, ve y experimenta cada día. Dijeron algunos que para asegurar su nido del encuentro y violenta
opresión de los aires, le fortalecía con un pedazo de periasco, que desgajado hallaba entre los riscos. Así la pintaron los egipcios por empresa de la firmeza y estabilidad y esta:
Statua firmiter sedes; y su gran Comentador Pierio prosigue en este sentimiento y consecuencia: Lapidem quempiam exquirit, quem in nido pro libramento collocet (PIER.
VALERIAN, f. 182). No es la piedra de el águila esa, sino la que S. Isidoro, Plinio y S. Alberto Magno y otros llaman Aetites, que es muy pequeña; empero de virtudes muy
grandes, especialmente que facilita el parto en las que peligran en el puesto. Y no permite abortar, si las preñadas la traen consigo. Templa y aun quita el furor del delirio en
quien lo padece. Estas son virtudes, que las ha hecho patentes la experiencia; y aunque es verdad que hay muchas piedras del aguila (y suelen traerlas algunos peregrinos a
España y ciertas peregrinas, porque son de color leonadas, listadas con vetas negras y venillas blancas, están como preñadas, por que cada piedra tiene dentro otra piedra, que
suena meneandola), la verdadera y que tiene estas y otras muchas virtudes es la que en el nido mismo de las águilas se coge, la trae el águila de una mina, que está entre Chios y
Sanadrin en la India oriental... Cuando empolla los huevos, la tiene puesta en el nido, descubriendo por ella las virtudes que pensó dejar depositadas y en silencio la naturaleza, y
que de haberla visto y hallado en su nido los hombres hayan descubierto lo precioso de su estimación por sus propiedades.» (“piedra del” y “nido del águila”)
Página 29: [151] Comentario [SC265]
Sergio Cortez
Continuación... DIOSCÓRIDES dice (Lag., 6, 118): «La piedra del águila ([aetítes]) suena en meneándose, por estar como preñada de otra piedra, que tiene dentro de sí. Atada
al brazo siniestro, retiene el parto, cuando por la gran lubricidad de la madre hay peligro de malparir. Empero, cuando fuere llegada la hora del parto, desatándola del brazo, la
atarás al muslo y ansí parirá la mujer sin dolor. Descubre también ladrones aquesta piedra: porque si amasada en el pan se la diéramos a comer, nunca podrá tragar bocado el
ladrón. Así mesmo se dice que ningún ladrón podrá tragar alguna de aquellas cosas, que con ella fueren cocidas.» Añade LAGUNA de su parte: «Aetos en griego quiere decir
águila, de do vino a llamarse aetites aquesta piedra, porque ordinariamente tienen dos dellas, conviene a saber, macho y hembra, en sus nidos las águilas; sin las cuales no les es
posible parir, y a causa de las cuales ponen dos huevos tan solamente... En suma, la piedra del águila naturalmente atrae las pares y la madre hacia sí, ni más ni menos que la
piedra imán el acero.» En LUCANO: «Quaeque sonant foeta tepefacta sub alite saxa.» [, sin espíritu y con acento cambiado en el original (N. del E.)]
Página 29: [152] Comentario [SC266]
Sergio Cortez
Coraçones de cera..., operación mágica que consiste en creer que se hace en otro lo que se quiere haciéndolo en su imagen o en algo perteneciente a su persona. Clavando
agujas en un corazón de cera, que representa el de fulano, el tal fulano se siente penado y como clavado el corazón. Lo mismo da a entender con las figuras en barro o en plomo,
espantables, porque para dañar a las personas en ellas figuradas, haría en esas figurillas las mutilaciones y barbaridades que le pidiesen sus parroquianos, con sus ensalmos y
demás ceremonias usadas.
Página 29: [153] Comentario [SC267]
Sergio Cortez
Son las palabras de los ensalmos, como todavía los dicen y los dan impresos las viejas deste jaez, por ejemplo, la famosa oración de San Benito, que yo recogí poco ha en
Segovia, y corre por Castilla y Andalucía en latín estropeado y revuelto con otras palabras, y procede de la que antiguamente daban los frailes benitos para sanar.
Página 29: [154] Comentario [SC268]
Sergio Cortez
Burla e mentira, superstición. Cicerón (Pro domo sua y Divinat, l. I) llama muchas veces a la superstición pasión de vejezuelas bobas, y Servio gramático (Aeneid., l. 8) dice
llamarse aquel vicio de viejas, porque con la mucha edad caducan y se tornan bobas, y de aquí les viene dar en hechiceras y magas, y de tales las condena Lucio Apuleyo (Asin.,
l. 9).
Página 29: [155] Comentario [SC269]
Sergio Cortez
Tengotelo en gracia, agradézcotelo, propiamente verlo de buena gracia y con gusto. Quij., 2, 12: Con la cual quiero Sancho que estés bien, teniéndola en tu gracia.
Página 30: [156] Comentario [SC277]
Sergio Cortez
Seremos dos a dos. CORR., 293: «Dos a dos y tres al mohíno.» Juntáronse aquí dos frases en una. La primera, dos a dos, es jugar cuatro, dos contra dos, o reñir con padrinos, y
dícese del ser parejos sin ventaja de la parte contraria. Pero la segunda añade bastante más, como se verá por CORREAS, 6, 12: Tres al mohíno. (Los que molestan a uno.)
Ídem, 567: Ser tres al mohíno, tres contra uno. (Por sobra de ventaja.) Ídem, 427: Tres al mohíno. (Mohíno por el asno, que de ordinario son mohínos y pardillos, como bayo
por el caballo en el refrán, «uno piensa el bayo», y tres al mohíno, es subir tres en él, con que irá muy cargado con trabajo. De aquí se traslada mohíno a significar el enfadado y
disgustado. Si no vino de mofa y la frase cuando se aúnan muchos contra uno: «son tres al mohíno»; y sucede en juegos y otras cosas y en burlas.) Hasta aquí Correas, cuya
última significación es la verdadera, pues moh-ino y mof-ino es todo uno, el que pone hocico por enfadado (mofar), que le traen tres, o dos, como también se dijo, porque tres a
uno le meten la paja..., etc. BARAHONA, p. 733: Saben hurtarse el cuerpo a las pasiones / y juegan con el mal tres al mohíno. TIRSO, Quien calla, 3, 7: Somos tres al mohíno /
y nos revuelve Brianda. Tebaida, 8: Dos a dos y tres al mohíno. P. Esp., Perr. Cal.: Dos al mohíno.
Página 31: [157] Comentario [SC279]
Sergio Cortez
De mis manos y trabajo vivo. Piensa este necio que me contentará con lo que yo ya desecho: esto es, riome yo de esos besos de mis huellas y de semejantes alabanzas. Otra cosa
pienso yo y sueño que me dé, como lo verá al fin de la obra, cuando le pida la cuenta. ¡A buena parte viene a parar! ¡Soy harto ducha y he madrugado bastante más que él! ¡Ya
estoy de vuelta! Admirable lenguaje de la vieja por lo castizo y elíptico, y admirable por lo elíptico y brioso del lenguaje castellano entre la gente popular, de donde lo toma
Rojas cuando se olvida de las ñoñeces estudiantiles y de los remedos clásicos.
Página 31: [158] Comentario [SC280]
Sergio Cortez
Soñar es pensar y recordar mucho. NISENO, Juev. 3 cuar.: Que os soñaré día y noche. La frase está en CORREAS, p. 38: Al te sueño, (Es como decir de otra manera te sueño,
otra cosa deseo.)
Página 31: [159] Comentario [SC281]
Sergio Cortez
CORR., 34: Al freír lo verán. (Varíase: Al freír lo veréis y aplicase a muchas cosas. Dicen que un carbonero, vaciando el carbón en una casa, se llevaba hurtada la sartén
escondida, y preguntándole si era bueno el carbón, encareciéndolo por tal, dijo: «Al freír lo verán.») Al freír de las huevos lo verá, es otra manera (Quij., I, 37). Al freír de los
huevos es cuando se ve lo que son, en la ocasión se conocen las cosas. Los huevos pasados por agua o estrellados pueden pasar por buenos; no así los fritos, pues la yema tiene
que parecer entera. Los demás son cuentos inventados a posteriori. CORR., 270: Cerrar la boca y abrir la bolsa.
Página 31: [160] Comentario [SC282]
Sergio Cortez
De las obras. CORR., 291: Donde las obras tras ellas no van, / en balde de haré palabras se dan; / mas cuando el hacer al decir se sigue, / puede la boca decir lo que el corazón
concibe.
Página 31: [161] Comentario [SC283]
Sergio Cortez
CORR., p. 273; Quij., 2, 10, y SANTILLANA: «Jo (o xo) que te estrego, burra de mi suegro.» Estregar aquí y en el texto por halagar, como atusar por las alabanzas que le ha
dado; suegro por persona a quien no se quiere, en el texto asna coxa, mala, que no anda bien. Dícese como en el texto, desechando algo, como las alabanzas no merecidas, que
algo más pretende con ellas el que las dice. Tráelo así F. SILVA, Celest., 18: Oxte, mi asno, xo que te estrego, asna coja. Ídem, 39: Como pensaba el asno necio de meter pieza
y sacar pieza. Xo que te estrego, asna coja.
Página 31: [162] Comentario [SC286]
Sergio Cortez
Immérito, inmerecidamente, porque bien te he oído hablar contra mí, en la pasada escena; de lo cual no hago caso y lo tomo por tentación o molestia, que me manda sufrir la
profesión de virtud que hago.
Página 31: [163] Comentario [SC290]
Sergio Cortez
Impervio, otro latinajo, y eso en boca de la vieja. ¡Y así lo emplea la muy sabida! Im-per-vius dícese de lo sin camino. El amor salta por todo, sin caminos, él se los hace y llega
al fin.
Página 31: [164] Comentario [SC291]
Sergio Cortez
Dos conclusiones son verdaderas. Tomado del tratado del amor de Alfonso Tostado de Madrigal (Biblióf. españ., Opúsc. liter.), donde están ambas conclusiones. Primera: «ser
necessario los omes amar a las mujeres.» Segunda: «que es necesario al que ama que alguna vez se turbe...» «E ciertamente para sustentacion del humanal linaje, este amor es
necessario por esto que dire. Cierto es que el mundo peresceria si ayuntamiento entre el ome y la muger no oviese, e pues este ayuntamiento non puede aver efecto sin amor de
amos, siguese que necesario es que amen.» La segunda conclusión pintola de perlas Safo en la Oda que trae Longino y tradujo Catulo: «Ille mi par esse Deo videtur, | ille, si
fas est, superare divos, | qui sedens adversus identidem te | spectat et audit | dulce ridentem: misero quod omnes | eripit sensus mihi, nam simul te | Cypria aspexi, nihil est
super mi | quod loquar amens. | Lingua sed torpet, tenues sub artus | flamma demanat, sonitu suopte | tinniunt aures, gemina et teguntur | lumina nocte.»
Página 31: [165] Comentario [SC292]
Sergio Cortez
Neciuelo. Toda esta filosofía le dice la vieja, como si hubiera cursado las aulas salmantinas, metida en el bolsillo del estudiante Rojas, para traérselo manso e benigno a picar el
pan en el puño. Y a lo mismo tira tanto diminutivo mimoso.
Página 31: [166] Comentario [SC295]
Sergio Cortez
Más, es comparativo, sin término de comparación, y muy bien dicho por elipsis, por antes bien, ojalá. Lo de la voz, barbas y.... dando a entender que está de muda y haciéndose
hombre.
Página 31: [167] Comentario [SC296]
Sergio Cortez
Landrezilla, landre, voz usada en las maldiciones. ¡Mala landre te dé! Pero estas gentes de burdel las menudean tanto, que las convierten en cariños, quiero decir que al decir
cariños les ocurren las mismísimas voces de las maldiciones, y así, de malas las hacen buenas.
Página 33: [168] Comentario [SC312]
Sergio Cortez
Como Séneca dice, ni Menénd. Pelayo, ni Gaspar Barth (Animadversiones a la trad. de Celest., p. 351) ni yo hemos dado con este texto de Séneca. BARTH añade: «Loca
Senecae non pauca memini vituperantia peregrinationem propter animi motus institutam, et laudantia Socraticum illud: Quid iuvat te mutare loca, cum te ubi ibis circumferas?
Hoc tamen dictum non occurrit; puto sententiolam aliquam esse Publii, aut alterius poetae, quales olim plurimae Senecae titulo commendatae fuerunt.» «Qui multo
peregrinantur, raro sanctificantur», decían los ascetas, y los picarescos solían usar del retruécano de romeras, rameras.
Página 33: [169] Comentario [SC313]
Sergio Cortez
En flores, en cosas sin sustancia. Quij., I, 10: Los demás días se les pasaban en flores (casi sin comer). PANT. RIB., Obr., 1634, f. 82: Solo me aflige del amor el rayo / y la
mejor edad (sin ser fullero) / en flores se me pasa, como a Mayo.
Página 33: [170] Comentario [SC316]
Sergio Cortez
Como sean, porque, causal. Pues no deben hacerlo menos los criados, ya que tienen menos bienes y poder.
Página 33: [171] Comentario [SC321]
Sergio Cortez
CORR., 20: A tuerto o a derecho, nuestra casa hasta el techo. (Reprenden estos tres refranes a los que quieren más su interés que la justicia y lo justo.) Lo que hace al caso es
por fas o por nefas allegar y henchir de bienes nuestra casa.
Página 33: [172] Comentario [SC324]
Sergio Cortez
Mucho segura.... parece tomado del Laberinto, de J. DE MENA: «O vida segura, la mansa pobreza, | dádiva santa desagradescida: | rica se llama, no pobre la vida, | del que
se contenta bivir sin riqueza. | La tremula casa humil en baxeza | de Amiclas el pobre muy poco temía | la mano de Cesar, qu' el mundo regia, | maguer lo llamasse con gran
fortaleza.» El cual lo tomó de Lucano.
Página 37: [173] Comentario [SC359]
Sergio Cortez
Macías. Véase lo que dice CORREAS, p. 130: «Es más enamorado que Macías.» (Varíase esta comparación de otras maneras): «Es otro Macías», «Es un Macías», «Está hecho
un Macías». Quién fuese este Macías no hay cosa cierta. Juan de Mena hace mención de uno en la copla CV de sus trescientas: | «Tanto anduvimos el cerco mirando | a que
nos hallamos con nuestro Macías, | y vimos que estaba llorando los días | en que de su vida torné fin amando.» «El Comendador, en el comento de esta copla, dice, muy
dudosamente, que Macías fue un gentil hombre, criado de un Maestre de Calatrava, y que se enamoró de una doncella del Maestre y por ella penó asaz tiempo, sin alcanzar de
ella nada. Desposola el Maestre con otro, y Macías no dejó de servirla; quejése el esposo al Maestre, el cual reprendió mucho a Macías, y muchas vegadas, y nada bastó con él
para que dejase su amor. Finalmente, importunado el Maestre por el esposo, metió en prisión a Macías (dicen en Arjonilla); concertose el marido con el carcelero que le tenía en
guarda, que le dejase abrir un agujero por el tejado de la cárcel o casa, que debía ser a teja vana, y por allí tiró una lanza a Macías y lo atravesó, y que fue sepultado allí en
Arjonilla, cinco leguas de Jaén. De él hace larga mención Argote de Molina, y que el Maestre fue D. Enrique de Villena, el gran astrólogo en tiempo del rey D. Juan el segundo.
Y, últimamente, trae todos sus cuentos el Teatro de los Dioses. (NOTA: Com. en “aquel”, “Ma” y “cías”)
Página 37: [174] Comentario [SC360]
Sergio Cortez
Continuación... Yo tengo por más cierto mi discurso, sacado de las frases y maneras de hablar castellanas; y es que este nombre, Macías, por muy enamorado, le derivó el vulgo
de Mazo, por alusión a las cosas hechas a mazo y escoplo, significando muy enamorado como si le labraran y apretaran a mazo, macizo y firme en amor, como las cosas que
encarecemos por bien hechas, que decimos que están hechas a machamartillo y a mazo y escoplo; y del oro se dice que es oro de martillo lo que es labrado a golpe de martillo,
por bueno y puro; y de un muy enamorado, o enamoradizo, decimos que es un terrón de amor, como cuajado y condensado en amor, de lo muy salado se dice que es un terrón
de sal. De los oficios en que se labra con mazo, como en carpintería, cubas y carretas, y apretar los arcos y cuñas a fuerza de mazo, salió esta frase «Está hecho un Macías», y
aquel insigne refrán: «A Dios rogando y con el mazo dando». Así que decir es un Macías, es decir que está macizo y muy batido, embutido, recalcado y macizado en amor, y así
la frase viene de más antiguo. Dejo aparte que hay nombre propio Macías o Matías, que aludiendo a él se hizo este otro más disimulado; de éste, poco a poco, se fue perdiendo
la noticia de su principio por paronomasia; como hay pocos que consideran las maneras de hablar de su lenguaje, buscaron historia a Macías, y como hay tantas desastradas de
esta materia, se le aplicó la dicha arriba, y si no la apruebo en el primero, pudo ser propia en el otro; en este otro desgraciado y el tal gentil hombre, pudo ser que no se llamase
Macías de su nombre, sino que se le darían por muy enamorado, y se le pudieran dar de Narciso por lo mismo.
Página 37: [175] Comentario [SC361]
Sergio Cortez
Continuación... Así se formó «La de Mazagatos», «Al buen callar llaman Sancho», y otras que se dirán en el discurso de los refranes, por no alargarme en apoyar estos modos
de hablar por símiles y alegorías de la lengua castellana. Dejo otros ejemplos para otras ocasiones, que hay muchas en los refranes, y en ellos y en «La de Mazagatos» se verá
buena copia.» Esta explicación de Correas lo es de muchísimos nombres que andan en refranes, y que han dado tanto en qué entender a los eruditos, pegándoseles leyendas o
fantasías que no vienen a cuento o que algunos inventaron para explicarlos. Los versos de Macías pueden verse en Menéndez y Pelayo (Líric. cast., t, 4, p. LIX), donde añade
otras versiones de la leyenda y del influjo en nuestra literatura de ete tipo de poeta mártir del amor adúltero, como él le llama.
Página 37: [176] Comentario [SC363]
Sergio Cortez
Ayunar estas franquezas, en casa las pagaremos y escotaremos esas liberalidades con la vieja. Quiere decir que se sentirá la falta del dinero dado en la comida de casa. J. PIN.,
Agr., I, 12: Ni le quise más costoso (el convite) por no lo haber de ayunar después por un mes.
Página 39: [177] Comentario [SC379]
Sergio Cortez
¡Andar!, ¡passe! ¡Menos mal que no sea todo más que tener que andar, ir y venir! Temiéndose los demás afanes que le aguardan con estos amores. ¡Andar!, ¡pase! Es
interjección de aprobación que se repite en La Celestina. LEÓN, Obr., I, pl. 429: Pues si va primero, andar. Igualmente ¡andares! MORETO, Parec. corte 3, 9: Vamos, pues. Ya yo te sigo. / -Bien haya mi suerte. -¡Andares! / Eso sí: marido a gusto, / aunque sea pobre.
Página 39: [178] Comentario [SC380]
Sergio Cortez
Mal me quieren mis comadres porque las digo las verdades; bien me quieren mis vecinas, porque las digo las mentiras. CORREAS, 444.
Página 39: [179] Comentario [SC381]
Sergio Cortez
Rehinchays, en V relinchays, buena y castiza forma la primera, pues se dijo rehinchar y rinchar, y esto segundo en portugués y gallego (véase Tesoro, N., 113.)
Página 39: [180] Comentario [SC383]
Sergio Cortez
Sosia, nombre de criado, tomado del Andria, de Terencio, y del Anfitrión, de Plauto.
Página 39: [181] Comentario [SC384]
Sergio Cortez
¡Más..., ¡más bien!, ¡antes...!, ¡ojalá por el contrario...! Muy clásico en oraciones optativas. Quij., I, 4: ¿Irme yo con él?, dijo el muchacho. ¡Más, mal año! No, señor, ni por
pienso.
Página 39: [182] Comentario [SC386]
Sergio Cortez
CORR., 519: El seso al carcañal; el seso en el carcañal. (Dícese de uno que es cascabel: cascos lucios, vano y ligero, que se le ha ido y bajado el seso al carcañal, y se tiene el
seso en el carcañal.)
Página 39: [183] Comentario [SC387]
Sergio Cortez
A mi cargo ( queda) que te pelen y saquen el dinero sin dejarte un ochavo. Gitanilla: Hizo señal de querer darle algo y habiéndola espulgado (la faldriquera) y sacudido y
rascado muchas veces.
Página 39: [184] Comentario [SC388]
Sergio Cortez
Al hilo de la gente, adonde van todos, como a la hila y en reata. CORR., 148: «Irse al hilo de la gente. (Irse tras los demás; sucede a forasteros, por no preguntar.)» T. RAM.,
Dom., 14, 6: Si el rey viste blanda y suavemente... a ese hilo van los demás de la Corte.
Página 39: [185] Comentario [SC389]
Sergio Cortez
Con sus... acuestas. L. GRAC., Crit., 2, I: ¿Qué mayor encanto, que treinta años a cuestas?
Página 39: [186] Comentario [SC390]
Sergio Cortez
CORR., 22: «A río vuelto, ganancia de pescadores. (A río vuelto, es frase muy usada.)» Hoy, revuelto, y así en la Pícara Justina, I, 3, 52, si no está corregido.
Página 39: [187] Comentario [SC391]
Sergio Cortez
CORR., 241: «Nunca más perro al molino. (Dicen esto las gentes escarmentadas de lo que mal les sucedió; semejanza de un perro que fue a lamer al molino, y le apalearon.)» J.
ENC., 234; Selvag., 237; Tebaida, 10; CÁCER., ps. 17; Lis. Ros., 2, 4; B. GARAY.
Página 39: [188] Comentario [SC392]
Sergio Cortez
A dineros pagados, etc. Así en CORREAS, p. 9, o dados, p. 9, o brazos cansados, p. 9. Que recibida la paga se trabaja con menos brío que antes, cuando se espera.
Página 39: [189] Comentario [SC394]
Sergio Cortez
De sus manos no se contenta, no queda satisfecho con los medios que ha puesto.
Página 39: [190] Comentario [SC395]
Sergio Cortez
No cocérsele el pan, estar impaciente, tomado del que aguardaba mucho al horno cuando llevaba cada cual su pan a cocer. CÁCER., ps. 118: No se me cuece el pan hasta que lo
veo todo cumplido. Ídem, ps. 105: No se le coció el pan, dice el español; quisieron ellos que cochite hervite los metiera luego Dios en la tierra que.
Página 40: [191] Comentario [SC403]
Sergio Cortez
Ganada es Granada. Esto indica para Foulché-Delbosc que la Comedia se escribió antes del 1492, en que Granada se ganó y después de 1482, en que comenzó la guerra y aun
poco después, acaso el 1483 o 1484, cuando no parecían todavía esperanzas de rendirse la ciudad. Confírmase, según él mismo, con lo del turco es vencido, que lo refiere al sitio
de Rodas en 1480; lo de la puente es llevada, que supone es el hundimiento de uno de los arcos del de Alcántara, en Toledo, reparado en 1484; lo del eclipse de sol, que pudiera
ser el del 17 de Mayo de 1482; lo de aquel es ya obispo, que cree aludir a D. Pedro González de Mendoza, que comenzó a serlo de Toledo el 1482. Realmente a estos hechos
parece aludirse, por lo menos, a algunos; pero si todos eran pasados, ¿por qué sólo la toma de Granada no lo era? Por eso Bonilla saca de aquí que se escribía esto después de
1492, y Menéndez y Pelayo dice que nada prueban, ya que unos son pasados y otros por venir. El te maravillarías dice tiempo por venir, y esto sin duda alguna, pues nunca esta
forma sirve para lo pasado absoluto, como que es el tiempo potencial incompleto, y todo potencial pertenece a lo futuro (CEJADOR, Lengua de Cervantes, I, 110). (NOTA:
Com. en “ganada”, “es” y “Granada”)
Página 40: [192] Comentario [SC404]
Sergio Cortez
Continuación... Pero lo que pende en el texto de Assi como, ¿pende igualmente del te maravillarías, o, por el contrario, es una adversativa con sentido de Así como te
maravillaste, pero no duró mucho tu maravilla cuando se heló el río, se ganó Granada, etc.? Yo creo más probable esto segundo; si no, hubiera puesto todos esos hechos
seguidamente tras la tierra tembló. La siguiente observación de Bonilla (Anal. liter. españ.) tiene la fuerza que se conceda a la opinión sobre el autor de la Comedia. «Leonor
Álvarez, mujer del bachiller Rojas, tenía treinta y cinco años en el de 1525 -dice Bonilla-. Suponiendo que se hubiese casado siendo de doble edad que su mujer, y que el
matrimonio se hubiese verificado en 1506, cuando Leonor Álvarez contaba diez y seis años, tendremos que Rojas era entonces de unos treinta y dos, habiendo nacido, por
consiguiente, hacia 1474. ¿Cómo había de escribir La Celestina antes de 1492, es decir, antes de haber cumplido los diez y nueve años? Todavía nos parece que Rojas debió ser
de más edad que de treinta y dos años en 1506. La Celestina supone tal experiencia de la vida, una madurez de juicio tan extremada, que no se pueden imaginar en un joven de
veinte a veinticinco años, como da a entender el Sr. Serrano y Sanz. Es racionalmente imposible que Rojas escribiese La Celestina a los veinte años. Por eso creemos que hacía
1500, en que Leonor Álvarez había cumplido los diez, Rojas tendría ya cumplidos los treinta.»
Página 40: [193] Comentario [SC405]
Sergio Cortez
Continuación... Estoy en un todo conforme con Bonilla en que a los veinte años no puede escribir nadie La Celestina, aunque sea un ingenio extraordinario, al cual se lo
concede Menéndez y Pelayo. Hay cosas que no vienen del ingenio, sino de la experiencia, y no porque a los veinte años no conociese Rojas hechos como los que narra, sino que
una cosa es conocer y otra sufrir y pasar por cosas semejantes, para que del pozo de la experimentación salgan los sentimientos, que sólo con la edad salen, cuales son los de La
Celestina. O Rojas el del proceso no es autor de la Comedia, o tuvo que escribirla después de 1492. Tal es mi opinión, sacada de lo dicho en esta nota, pues no puedo creer que
la escribiese antes de tener diez y nueve años. Componer La Celestina en quince días de vacaciones un estudiante es cosa que se dice en el Prólogo, y que alguno creerá; a mí no
me lo persuadirán frailes descalzos, y que ese estudiante tuviera menos de diez y nueve años, ni descalzos ni por calzar. Eso no lo puede creer hombre que haya pasado de los
cuarenta y cinco, que sabe lo que es la vida. Bonilla mide lo escrito por líneas, para deducir que hay actos que se pudieron escribir en tres o cuatro horas. ¡A máquina y a pluma,
quien lo duda! Pero será copiando, no inventando. «Harto más difícil es componer en veinticuatro horas una de las buenas comedias de Lope.» Pero ¿cree Bonilla que Lope
alude a sus buenas comedias y que alguna de esas buenas la hizo en veinticuatro horas? Serían las rellenas de paja, y aun las veinticuatro horas acaso sean andaluzas.
Página 40: [194] Comentario [SC407]
Sergio Cortez
A pie enxuto, sin peligro, del vadear un río. Quij., 2, 5: Si Dios quisiera darme de comer a pie enjuto en mi casa.
Página 40: [195] Comentario [SC410]
Sergio Cortez
¿Qué passaste con. Quij., I, 7: Pasó (Don Quijote) graciosísimos cuentos con sus dos compadres. Ídem, I, 31: ¿Qué coloquios pasó contigo?
Página 41: [196] Comentario [SC413]
Sergio Cortez
A tal perra vieja, que no quisiese le tomase yo por bueno, que se las entiendo, soy perra vieja y ducha, astuta. A perro viejo no hay tus tus, no hay engañarle con halagos. Ser
perro viejo, ser astuto.
Página 41: [197] Comentario [SC414]
Sergio Cortez
Ser uña y carne, muy amigos y juntos. QUEV., C de c.: Y que era uña y carne. P. VEGA, ps. 5, v. 4, d. 3: Para encarecer la amistad estrecha de dos solemos decir que son uña y
carne, por estar unidos y trabados.
Página 41: [198] Comentario [SC415]
Sergio Cortez
En V comiemos, dormiemos, aviemos, con e, a la antigua.
Página 41: [199] Comentario [SC416]
Sergio Cortez
Su meytad, en V su amistad, de me(d)ietat(em); meetad también se decía, y metá dice el pueblo.
Página 41: [200] Comentario [SC417]
Sergio Cortez
Desde Que jamás... hasta Si tal fuesse su hijo, es añadidura en las ediciones posteriores a la de Burgos.
Página 41: [201] Comentario [SC418]
Sergio Cortez
En mi cabo, aparte, sola, sin acompañarme en ello.
Página 41: [202] Comentario [SC419]
Sergio Cortez
Aosadas, ciertamente. CABR., p. 242: Aosadas que por mucho que vos madruguéis, no le podáis coger en la cama.
Página 41: [203] Comentario [SC420]
Sergio Cortez
Era de buelta de la gran diligencia y del estar al cabo de todo de una persona. Ya estoy de vuelta, dice uno, dando a entender que sabe más que el otro en aquello, esto es, que
cuando el otro va a enterarse, ya está de vuelta.
Página 41: [204] Comentario [SC421]
Sergio Cortez
Según el amor, sin el que se usaba elegantemente. F. SILVA, Celest., 12: Harto me dieron ellos para ello, según el huir llevaban. Ídem, 9, 112: De hombre tan rico, que con los
salvados de su casa podía yo salir de laceria, según lo mucho le sobra.
Página 41: [205] Comentario [SC422]
Sergio Cortez
En veces, en varias ocasiones. OVIEDO, H. Ind., 39, 2; Notorio es que en veces más de 90 ó 100 mil pesos de oro dio e le tomaron diversos capitanes. La comparación sobre
una taza de plata era común.
Página 41: [206] Comentario [SC423]
Sergio Cortez
A mi cargo que, yo aseguro que, a fe que no tenía necesidad de pagarlo al punto ni dejar en prenda la toca, sino que tenía su tarja, o taja, o palo, donde por cada medida hacen
una raya, para conocer el gasto después al pagar, cuando se da al fiado. Costumbre que todavía dura por Castilla.
Página 41: [207] Comentario [SC425]
Sergio Cortez
Sin pluma, desplumarle, sacarle todos los cuartos en el juego, hurtado, o como aquí, con servicios de terceras. Tomado de las aves.
Página 41: [208] Comentario [SC426]
Sergio Cortez
CORR., 2: A un traidor dos alevosos. Ídem en SANTILLANA; VALDÉS, Diál. leng.; F. SILVA, Celest., 9. Esto es, seríamos dos contra él, que nos la pagaría. Le engatusaré
con Areusa, se la entregaré, será nuestro y nos servirá de pesarle a Calisto sus doblas y dinero.
Página 41: [209] Comentario [SC427]
Sergio Cortez
¿Ay algún buen ramo?, seña, barrunto, tomado del que se pone en las tabernas y casas de cosecheros en señal de venderse vino. CORR., 347: Quien ramo pone, su vino quiere
vender.
Página 41: [210] Comentario [SC428]
Sergio Cortez
CORR., 85: El dinero todo lo puede y vence; todo lo puede el dinero; el dinero lo puede todo; el dinero lo acaba todo; todo lo acaba el dinero.
Página 41: [211] Comentario [SC429]
Sergio Cortez
Un asno cargado de oro, sube ligero por una montaña, dice el común refrán.
Página 41: [212] Comentario [SC430]
Sergio Cortez
Añadido a lo de la edición de B, es desde Requieren hasta coraçón, y ¡bien se ve! Son exageraciones afectadas y frías. Estrellero es astrólogo (HITA, en mi edición). Con estas
tonterías, el corrector corta el pensamiento de la vieja, que se va calentando con sólo pensar en ello, en los caminos, que anduvo.
Página 41: [213] Comentario [SC431]
Sergio Cortez
Mi buen desseo. Imita al Arcipreste de Talavera.
Página 42: [214] Comentario [SC436]
Sergio Cortez
Me tomare la boz, donde me llamaren, como a buhonera que anda por la calle vendiendo.
Página 42: [215] Comentario [SC437]
Sergio Cortez
CORR., 149: «Ir por lana y volver trasquilado. (Cuando fue a ofender y volvió ofendido; y acomódase a cosas semejantes, cuando salen al revés de lo intentado.)» Díjose del
trasquilar a cruces, «turpiter decalvare» (Conc. IV Toled.), o esquilar laidamientre (F. Juzgo) el cabello de la cabeza por pena civil del delincuente, e inhabilitaba para las
dignidades entre los visigodos. Aquí puso sin pluma para preparar el chiste que viene luego de emplumada, como alcahueta.
Página 42: [216] Comentario [SC438]
Sergio Cortez
En malora, no hay que pensar en ello; ni te necesito a ti para nada. ¡No faltaba más que pretendieras aconsejarme a mí, siendo un mocosuelo! Tal fuerza tiene ¡aun si... Avisar,
hacer avisado. Galatea, 4, p. 61: Al caído levanta, al simple avisa y al avisado perfecciona.
Página 42: [217] Comentario [SC439]
Sergio Cortez
Comer pan con corteza, ser ya maduro y ducho, no novicio y de tiernos dientes, que no puede más que con la molla o miga. CORR., 596: «Comer el pan con corteza. (A los que
ya son grandes y saben de trabajos; símil de los niños que comen pan.)» A. PÉREZ, Viern. I cuar. , f. 53: En la ley de gracia, como ya era tiempo de hombres, que comían pan
con corteza, se pusieron más rigurosas (leyes).
Página 42: [218] Comentario [SC441]
Sergio Cortez
Santiguarme, de espantada y maravillada, como del diablo, a quien se atribuía todo lo maravilloso. A. PÉREZ, Mierc. dom. 2 cuar., f. 413: Santiguaros della y santiguarla a ella
para siempre jamás, porque si le dais entrada. CACER., ps. 87: Santiguabanse, cuando me veían, como de una cosa mala. L. GRAC., Crit., 2, 11: Estando diciendo esto estaba
actualmente santiguandose: ¡que éste no advierta que tiene él por qué callar!
Página 42: [219] Comentario [SC442]
Sergio Cortez
Raya en el agua. CORR., 492 y 402: «Hacer una raya en el agua, para que no se deshaga. (A cosa rara.)» Ídem: Hacer raya en el agua. Ídem, 629: «Hacer una raya en el
agua. (Maravillarse de que uno hizo lo que no solía.)» Ídem, 605. Da a entender el dicho que no durará mucho la cosa, por ser rarísima y no acostumbrada.
Página 42: [220] Comentario [SC444]
Sergio Cortez
¡No vendrá en balde tampoco la segunda, que con buenos cuartos nos acudiría por ella el ministro?
Página 42: [221] Comentario [SC445]
Sergio Cortez
Vino tarde, el ministro. CORR., 450: Más vale a quien Dios ayuda, que al que mucho madruga. Ídem, 449: Más puede Dios ayudar, que velar mi madrugar. Ídem, 345: Quien
madruga, Dios le ayuda.
Página 42: [222] Comentario [SC446]
Sergio Cortez
Sobrado es piso encima de otro, y así se entiende en varias partes de España. TAFUR., 12: Las casas son torres de cuatro o cinco sobrados o más. D. VEGA, Fer. 3, dom., I:
Tenía una casa con dos altos o dos sobrados.
Página 42: [223] Comentario [SC447]
Sergio Cortez
Son los aparejos para el conjuro que va a hacer. La soga, que había de traerse de noche, lloviendo y haciendo oscuro, es la de ahorcado, de tanto valor para hechicerías, «La
muerte prematura tiene la virtud especial de comunicar a los objetos inanimados un cierto poder vivificador. Según Dalyel, parece que este principio envuelve cierta noción
indistinta de la absorción de la vida por el instrumento de muerte. Plinio menciona que en los casos difíciles de parto se esperaba el alivio del acto de disparar contra la casa de
la paciente una piedra o arma arrojadiza que hubiese sido ya fatal para alguien o una jabalina arrancada de un cuerpo que no hubiese tocado al suelo (H. N., 28, c. 6, 12). Así en
China se considera como un eficacísimo amuleto el cuchillo que ha servido para dar muerte a una persona. La soga, con que se ha ahorcado a uno, se mira hoy en Inglaterra
como un remedio contra el dolor de cabeza, si se ata alrededor de ésta, y las astillas de una horca puestas en un saco llevado al cuello fueron reputadas útiles para curar la fiebre.
La tierra tomada del sitio en que un hombre ha sido muerto, se ha prescrito en Escocia para las úlceras o heridas. Los pañuelos mojados en la sangre del rey Carlos fueron tan
eficaces para curar las escrófulas como el contacto del vivo. Así en China, después de una ejecución, gruesas bolas de médula se empapaban en la sangre del criminal y se
vendían al pueblo como un remedio contra la consunción, con el nombre de pan de sangre.» (Véase BLACK, Medic. pop., p. 135). (NOTA: Com. en “es” y “curo”)
Página 42: [224] Comentario [SC448]
Sergio Cortez
Continuación... Ahora se comprenderá cómo la soga que quitó la vida prematuramente al ahorcado tomó en sí virtud de vida para los hechiceros. Cuanto al azeyte serpentino,
véase lo que dice HUERTA (Plin., 8, 21) sobre el basilisco, con el cual se confundían las sierpes todas venenosas. «Los magos alaban mucho la sangre del basilisco, la cual se
cuaja a manera de pez y dicen que mezclada con el color del cinabaris (que es, según escribe Plinio, la sangre que sale del dragón, cuando revienta, cayendo el elefante sobre él)
toma más claro y precioso color.» Ahora bien: el azeyte serpentino estaba confeccionado con ponzoña de víboras, como después se da a entender en el conjuro: por la áspera
ponçoña de las bívoras, de que este azeyte fue hecho, con el qual unto este hilado. La víbora era tenida por serpiente (HUERTA, Plin., 8, 39, anot.), y el basilisco es una suerte
de víbora o serpiente. Con la sangre de víboras o del basilisco se hacía, pues, ese aceite, tan alabado de los magos, y del cual tenía Celestina un buen bote.
Página 42: [225] Comentario [SC449]
Sergio Cortez
Arca de los lizos, donde tenía lizos con otras mil cosas. En los desvanes de los pueblos segovianos es común ver arcas y lizos y otros aparejos de los antiguos tejedores, hoy
arrumbados.
Página 42: [226] Comentario [SC450]
Sergio Cortez
Murciégalo, de mur-cieg-o y -al, todavía lo dice el pueblo de Castilla. En el Rig-Veda un himno ruega que no chupen la sangre los vampiros o murciélagos monstruosos de la
India. El murciélago común figura al diablo y a la muerte entre los populares. De aquí la costumbre de viejas y niños de creer conjurados sus maleficios cuando le cogen, por lo
que le atormentan y le echan al fuego o le crucifican, y los muchachos le hacen entonces fumar un pitillo. Creen los muchachos que blasfema cuando chilla al atormentarle.
Cuenta una conseja que sobre apuesta quién haría un pájaro más hermoso, hizo Dios la golondrina y el diablo no supo hacer más que el murciélago, al cual Moisés puso entre
los animales impuros; los griegos fantasearon con él sus harpías, y la Edad Media puso sus alas al diablo. La virtud e fuerça destas bermejas letras, que dice luego en el conjuro,
alude a la de la sangre de morciégalo, que significaba la sangre del diablo. Las bolantes harpías del mismo conjuro eran los murciélagos poetizados por los griegos, llamadas
demonios rapantes y soterraños por Suidas, aves de rapiña por Favorino, y se dijeron de harpazo, arrebatar. De ellas trató Virgilio (Eneid., l. 3), Hesíodo, y puede verse en
conjunto en NATALIS COMITIS, Mythologia (7, 6).
Página 42: [227] Comentario [SC451]
Sergio Cortez
Debaxo de aquel ala de drago. «Higinio variando del padre de las hermanas que guardaron a Erichthonio, dice que fue Erechteo y añade que los famosos juegos Panatheneos de
los Atenienses fueron inventados por Erichthonio en honra de Minerva, como lo significa el nombre que tienen, agradeciéndole el haberle criado; y que el dragón que fue
hallado con él se acogió a la estatua de la mesma Minerva, y que allí fue criado y amparado; en lo cual se significa la gran guarda que deben tener las doncellas para que no se
pierdan, porque por el dragón, bestia de poco sueño y de acutísima vista, se significa la vigilantísima guarda de las cosas, y como Minerva siempre haya guardado su virginidad
con gran sabiduría, se le aplica el dragón por inseparable compañero: y aun hasta en el Evangelio Santo dijo nuestro Redentor ser significada la prudencia por las serpientes.» (J.
PIN., Agr., 20, 40.) En las cosmogonías y mitos, el dragón guarda el árbol del Paraíso y de las Hespérides y los tesoros, como la serpiente estaba aguardando a Eva (Véase sobre
esto J. PINEDA, Agr., 8, 7), y su nombre significa el que ve mucho. (NOTA: Com. en “ala de” y “drago”)
Página 42: [228] Comentario [SC452]
Sergio Cortez
Continuación... Alciato explica un emblema de custodiendas virgines, que es el 22, y tiene a Minerva con su dragón al pie (D. LÓPEZ, Alc.), y lo tomó de la figura que hizo
Fidias. En RODR. REINOSA (Bibl. Gallard.): «Cera de cirio pascual / y trébol de cuatro hojas, / et simiente de granojas / et pié de gato negral, / agua de fuen perenal / con la
sangre del cabron / y el ala del dragon / pergamino virginal», son aparejos de hechiceras. En el Laberinto (c. 243): «Y huesos de alas de dragos que vuelan.» Donde glosa H.
NÚÑEZ: «Lucano (Non arabum volucer serpens.) No faltó allí la serpiente de arabia que buela. Significa un género de serpiente, que se llama iaculus, el qual tiene alas y subese
encima de los arboles para saltear de improviso las animalías qualesquier que la dicha les ofrece.» En el Tratado de los niños e regimiento de la ama, del maestro Bernardo de
Gordonio (2.a ed., Toledo 1513), se dice (c. I): «Despues que sea tajado (el ombligo) sea esparzido de suso polvo de mirra e de almastica e de sangre de drago.»
Página 42: [229] Comentario [SC453]
Sergio Cortez
El agualluvia de Mayo, por ser tan a propósito para el campo, es muy deseada, y así CORREAS, 58: Agua de Mayo, pan para todo el año y Agua de Mayo quita la sarna de
todo el año. Las niñas aplican el refrán a su cabellera, y dicen cuando en Mayo se mojan: Agua de Mayo, que crece el pelo. En el conjuro de la Numancia, de Cervantes, se dice:
«Este hierro, bañado en agua clara, | que al suelo no tocó en el mes de Mayo, | herirá en esta piedra y hará clara | y patente la fuerza de este ensayo.» Pero como filtro
miéntala el Laberinto de Mena (c. 110): «Ni el agua primera / de Mayo bebida con vaso de yedra.»
Página 43: [230] Comentario [SC457]
Sergio Cortez
Los ojos de la loba. HUERTA, Plin., 8, 22, anot.: «Tiene este animal muy aguda vista, principalmente de noche, y aunque no haya luna, la luz de sus ojos le alumbran y así a
esta vista llaman licofos, que significa vista de lobo... Los animales quadrupedes domésticos, según escribe Rasis, si ven un ojo de lobo solo arrancado, temen del y huyen.»
Para alguna hechicería sobre la vista o el ver querría Celestina aquel ojo de loba. En Mena (c. 241): «Y ojos de lobo después que encanece.» Lo que glosa H. NÚÑEZ: «El lobo
es animal asaz conocido principalmente a los pastores y al ganado, que guardan la vista dellos en la provincia Italia. Es enpecible, quitan la habla al hombre, sy le veen primero
que ellos sean vistos.» Abunda Plinio en este parecer, diciendo que si el lobo ve al hombre antes que éste le vea, queda ronco el hombre. En España corre que las brujas van a
caballo en un lobo al aquelarre y que corren así cien leguas por hora.
Página 43: [231] Comentario [SC458]
Sergio Cortez
La sangre del cabrón. HUERTA, Plin., 8, So, anot., «Los cabrones son entre todos los animales los más lujuriosos y incontinentes; y por esta causa fueron hieroglífico de la
lujuria; y queriendo los egipcios notar a uno de deshonesto y carnal, pintaban un cabrón, porque aunque hay otros animales muy salaces y activos para la venus, empiezan a
ejercitarla más tarde. Pero el cabrón (según escribe Eliano) empieza solos siete días después de haber salido del vientre, aunque no es suficiente para la generación hasta tener un
año ni para ser padre hasta que pasa de dos, porque entonces es muy poderoso y fecundo, tanto que algunos de los ciegos gentiles, por esta fecundidad le contaban entre sus
dioses, como a los Panes y Sátiros; y por la mesma causa pintaban a Venus caballera sobre un cabrón... También son éstos símbolo del demonio y de la mala mujer por la
mesma causa y porque así como este animal con su boca y aliento destruye los árboles y los hace estériles y infructíferos, así también el demonio y la mujer deshonesta quitan el
fruto de las almas y destruyen la hacienda del cuerpo... Era también este animal entre los antiguos símbolo del hombre que consentía adulterio: porque dicen que habiendo
llegado el cabrón a una cabra, consiente que en su presencia llegue cualquiera otro; aunque de otra suerte vemos que lo entendió Eliano, el cual afirma ser éstos celosísimos y
pugnaces, y trae aquel ejemplo del pastor Grates, a quien mató un cabrón de una testarada que le dio en la cabeza estando dormido sobre unas piedras, por haberle visto llegar
bestialmente a una cabra de su compañía.» Las brujas diz que tratan con el demonio en figura de cabrón lujurioso y que le andan alrededor bailándole. Cuanto a las barbas
sabido es que son las que autorizan a todo macho, y Guay del huso, cuando la barba no anda de suso, y el mismo cabrón, desbarbado, se avergüenza.
Página 43: [232] Comentario [SC459]
Sergio Cortez
Yo me subo e Sempronio arriba, en V: yo me boy, Sempronio, arriba.
Página 43: [233] Comentario [SC460]
Sergio Cortez
Cree Foulché-Delbosc que este conjuro se parece al del Laberinto de Juan de Mena (c. 247), pues el “Heriré con luz tus carceres tristes y escuras” dice que es el «E con mis
palabras tus hondas cavernas | de luz subitánea te las heriré» (c. 251). Cierto que uno y otro están tomados de Lucano; pero no creo que el autor de la Comedia tuviera el
pensamiento en Mena, pues no puso hondas cavernas, sino carceres tristes y escuras, ni de luz subitánea, sino con luz; el heriré está en Lucano, que dice (l. 6, 695 y 730): «Iam
vos ego nomine vero / Eliciam, Stygiasque canes in luce superna / Destituam... immittam ruptis Titana cavernis, / Et subito feriere die...» Vese, además, porque Mena (c. 247)
dice: «Conjuro / a ti, Plutón triste, y a ti Proserpina»; mientras que Rojas sólo conjura a Plutón. Ni mienta, como Mena, el can Cerbero ni a Hécate. (Véase la Glosa de H.
Núñez, c. 250.) Mena y Rojas tenían aquí presente tan sólo a Lucano. Este hacer que vuelva a la vida un cadáver con hechizos, conjuros y encantos, lo imitó maravillosamente
Cervantes en la Numancia (jorn. 2), del mismo poeta latino: «¡O gran Plutón, a quien por suerte dada / le fue la habitación del reino oscuro / y el mando en la infernal triste
morada!» Y luego, increpando a los ministros infernales, dice con acento shakesperiano: «Ea, pues, vil canalla mentirosa, | aparejaos a duro sentimiento, | pues sabéis que mi
voz es poderosa | de doblaros la rabia y el tormento. | Dime, traidor esposo de la esposa, | que seis meses del año a su contento | está sin ti, haciéndote cornudo, | ¿por qué
a mis peticiones estás mudo?...» (NOTA: Com. En “triste” y “Plutón”)
Página 43: [234] Comentario [SC461]
Sergio Cortez
Continuación... Plutón, hijo de Opi y Saturno, peleó contra los gigantes juntamente con Júpiter, el cual obtuvo el imperio del cielo, él el de la tierra y Neptuno el del agua,
cuando victoriosos se repartieron el universo. Su atributo eran las llaves, como el cetro el de Jove y el tridente el de Neptuno, como se dice en el himno órfico: «Plutón, que
gobiernas las llaves y reinos de la tierra.» Fue dios de los difuntos (EURÍPIDES, Phoenis.) y era llevado en carroza arrastrada por caballos negros (OVID., Metam., 5), en la
cual, por no haber mujer que le quisiera, se fue a Sicilia, y arrebatando a la hermosa Proserpina, hija de Ceres, que andaba cogiendo flores por unos valles, llevósela por el río
Quemaro a sus regiones soterrañas, como describe Claudiano en su elegante poema. Por eso acude a él Celestina, como tan hecho a robar doncellas; pero, además, porque le
confunde con el demonio, con el cual se sobrentiende tener hecho pacto. Por eso le llama emperador de la corte dañada o de los dañados, o condenados, hombres y ángeles o
diablos. Señor de los montes ethnicos o Etna de Sicilia, respiradero del infierno.
Página 43: [235] Comentario [SC462]
Sergio Cortez
Regidor de las tres furias. Tres eran las greñiculebrunas Furias, como las Hadas, y hácelas Higinio hijas del cielo y de la tierra y con Orfeo (HIMN., Eumenid.; VIRGIL.,
Eneid., 6, 12) las llama como pone el texto, añadiendo estar al servicio de Plutón, porque como sean cosa tan mala como la furia, la rabia y enajenamiento de la razón, al dios
infernal habían de servir. Son vírgenes incorruptibles por dones para poder castigar a los pecadores. Según Servio, llámanse Diras en el cielo, esto es, crueles; en la tierra,
Furias, y en el infierno, Euménides o benévolas por ironía; Hesíodo y Aristófanes las llaman Erinies, que significa guerra del alma. Fulgencio (Mytholog., l. I) declara con
Suidas el nombre de Alecto, la que no cesa ni hace pausa; Tisiphone, la venganza mortal, y Megera, la gran contienda. Tienen por compañeras, según Ovidio, al miedo, al
espanto y a la locura, y Claudiano y Estacio (Tebaida) añaden otras. Tales son, con los difuntos, las cosas negras que administra Plutón, según el corrector. Juan de Mena trata
de ellas en la Coronación (c. 10) y las nombran sus Comentadores. Crotalon, 14: También dicen que este barquero Aqueron hubo tres hijas en su mujer la noche oscura y ciega,
las cuales se llaman Aletho, que significa inquietud, y Thesifone, que significa vengadora de muerte, y Megera, que significa odio cruel.
Página 43: [236] Comentario [SC463]
Sergio Cortez
Stigie e Dite. Estigia es laguna del infierno, por la que juran los dioses, como lo hizo el Sol cuando su hijo Faetón le hizo la barrabasada aquella de desgobernarle su carroza, que
casi prendió fuego al mundo. Dite es, en latín, lo que [ploúton] en griego, esto es, rico, por ser dios de las minas, siéndolo de la tierra. Está también tomado del Laberinto (c.
251).
Página 43: [237] Comentario [SC464]
Sergio Cortez
Caos es la materia primitiva y confusa de donde salieron las cosas, y etimológicamente suena vacío y nada, de la cual nada creó Dios el mundo. Hesíodo dice que el Caos
engendró a Erebo o tinieblas y a la Noche. Litigioso le llama Celestina por lo confuso.
Página 43: [238] Comentario [SC465]
Sergio Cortez
Las bolantes harpías ya hemos dicho ser de suyo los murciélagos poetizados.
Página 43: [239] Comentario [SC466]
Sergio Cortez
Las ydras son serpientes de agua, y según Plinio (l. 29, c. 4), son las de más hermoso parecer y más ponzoñosas, como la hidra lernea que mató Hércules en la laguna llamada
Lerna, cerca de Argos, con nueve cabezas, según Higinio y Apolodoro, o ciento, según Diodoro.
Página 43: [240] Comentario [SC467]
Sergio Cortez
Cliéntula, cliente en diminutivo, parroquiana de Plutón o del demonio. Conjúrale por las cosas que mandó bajar a Elicia.
Página 43: [241] Comentario [SC468]
Sergio Cortez
Las letras vermejas del papel escrito con sangre de morciégalo, por la ponçoña de las bívoras, del azeyte serpentino.
Página 43: [242] Comentario [SC469]
Sergio Cortez
Y esto hecho. Bien se ve ser pacto, pues en cambio de lo que al demonio pide le ofrece cuanto le pida.
Página 43: [243] Comentario [SC470]
Sergio Cortez
Le amenaza, lo cual es propio de la magia y hechicería, en la cual se supone tener poder sobre los dioses, quedando encadenados al hechizo.
Página 43: [244] Comentario [SC471]
Sergio Cortez
Con luz. Bien sintió Plutón no entrara la luz a sus regiones por el Etna, y por eso se dio por allí una vuelta, y tan para él dichosa, que tuvo la ventura de atrapar a la linda
Proserpina. El demonio se goza en las tinieblas, como los murciélagos; la luz les hiere y la aborrecen.
Página 43: [245] Comentario [SC472]
Sergio Cortez
Hasta el demonio quiere que no aparezcan como tales sus embustes y mentiras, tal es el valor de la verdad. Hechicera de cuerpo entero se muestra Celestina, verdadera
descendiente de aquella primera que dice Diodoro (l. 5) hubo en Oriente, llamada Hécate, hija de Perses, el hijo del Sol y rey de Colcos, tan cruel mujer que, por su pasatiempo,
asaeteaba a los hombres, y pareciéndole poco matar con hierro, se dio al conocimiento de las hierbas ponzoñosas y a hacer hechizos mortales, cuya muerte dicen los Derechos
Imperiales (C. de maleficio) ser peor que la de hierro. Ella fue la que halló el acónito o rejalgar y hierba de ballesteros, la hierba más presta para matar (PLIN., l. 27, c. 2), y la
probó matando a su padre. Casada con su tío Eta, rey de Colcos por muerte de su hermano, parió a Circe y a Medea, las mayores hechiceras y malas hembras que se conocen.
Descubiertas fueron en Roma muchas hechiceras que mataron a sus maridos, y por el soplo de una mozuela presas y muertas ciento setenta (LIVIO, l. 8; VALERIO, l. 2, c. I).
Acerca de las encantaciones para atraer al amor, véase Luciano, Diálogos de meretrices. Eran famosas las viejas tésalas y los encantamientos tésalos. Allí se describe el filtro
que confeccionaba la vieja, y cómo necesita algo del que ha de ser hechizado, un vestido, zapatos, algunos cabellos, etc., y las palabras extrañas y terribles que pronuncia:
[barbarikà kaì phrikóde onómata]. Véase en Macbetk (4, I) lo que echaron las brujas en su caldera para otro hechizo: «De víbora astuta echemos la piel: | que hierva en el
cazo, cociéndose en él. | Ahí va de nocturno murciélago lana, | lengua de sabueso, dardo de escorpión, | ojo de lagarto, músculo de rana, | ala de lechuza, de áspid aguijón...
| Colmillo de lobo y momia de hada, | escama brillante de fiero dragón...»
Página 43: [246] Comentario [SC473]
Sergio Cortez
Onde, donde, de unde. HERR., Agr. prol.: De onde siempre males y escandalo suelen resultar. Ídem, 3, 32: No se puede decir perfecto jardín onde no hay.
Página 43: [247] Comentario [SC474]
Sergio Cortez
Sabido, en S, Z y A sabiendo, en R saputo, en V sabido. Acerca de este participio libre véase CEJADOR, Leng. Cerv., I, 246. S. TER., Vid., 25: Dejado la gran sequedad, que
queda, es una inquietud en el alma, COLOMA, G. Fl., 8: Baliñí, sabido la poca gente con que el Conde se acercaba.
Página 44: [248] Comentario [SC479]
Sergio Cortez
Tomar con el hurto (en las manos). J. PIN., Agr., 12, 28: Sófocles hasta de los muy hablados dice tornarse mudos, si los toman con el hurto en las manos.
Página 44: [249] Comentario [SC480]
Sergio Cortez
En-coroz-ar, poner coroza o gorro en punta, castigo de alcahuetas. Lis. Rosel., I, 3. Maguera que poco ha la encorozaron. QUEV., rom. 35: Agudo es el capirote que tu cholla
encorozó. Falto, quedo falta.
Página 44: [250] Comentario [SC482]
Sergio Cortez
Porque A los osados ayuda la fortuna o favorece la fortuna (CORR., 7), y Buen esfuerzo quebranta mala ventura (SANTILL.). CORR., 32: Al hombre osado, la fortuna le da la
mano.
Página 44: [251] Comentario [SC484]
Sergio Cortez
Síguense los hechos que ve ser buenos agüeros para ella. Juan en castellano es el buenazo y el bobo, que a nada pone embarazo y aun sufre todo bondadosamente. Buen agüero,
pues, para Celestina (son cornudos). Lena, 4, 2: Los juegos de pasa pasa, que suelen las que tienen algunos Juanes por maridos. Ahí están, que no me dejarán mentir: Juan el
tonto, Juan Lanas, Juan de buen alma, Juan Parejo, Juan Zoquete, Juan Paulín, Juan Zane o Zanana, Juan de la Torre, a quien la baba le corre; El tío Juan Díaz, que ni iba ni
venía; Juan Flor, que se curaba para estar mejor; El pobre tío Juan, a quien se lo comen a cucharadas; Juan de Espíritus, que andaba a la carnicería por verdolagas; Juan de
la Valmuza, que no tiene capa ni caperuza; Juan Topete, que se metía a luchar con siete; El buen Juan, que se contenta con lo que le dan, etcétera, etc. CORR., 526: Es un
buen Juan. Ídem, 293: Dos juanes y un Pedro hacen un asno entero. Ídem, 256: Si bien, Juan es; si no, Pedro, como antes. Y las frases hacer el Juan, fingirse y obrar como
sencillo; a lo Juan, sencillamente; Casa de Juan, donde entran muchos sin reparo y hacen lo que se les antoja; juanearse, bromearse y burlarse como de Juan Lanas o del bobo
(Arag.).
Página 44: [252] Comentario [SC485]
Sergio Cortez
El tropezar era mal agüero, y al revés, hasta entre los romanos. El cuervo, tordo y las aves nocturnas y negras eran de mal agüero. Prometeo dicen que fue el que inventó los
agüeros o auspicios, aunque otros se lo atribuyen a Cara, rey de Caria. Así del primero dice Esquilo: «Deslindó las aves derecheras y las siniestras.» Cuentan de Demócrito que
no sólo entendía todos los agüeros, sino que conocía ciertas aves, de cuya sangre, mezclada, nacía una culebra, de la cual, el que comiese, entendía el idioma de las aves, como
dicen lo entendía Apolonio de Tiana. Pueden verse en las Vidas de Plutarco infinitos augurios. En las de Demóstenes y Cicerón cuenta cómo los cuervos, graznando
estruendosamente, se posaron en las antenas de la nave en que llegaba Cicerón, al aportar a tierra, y se pusieron a picotear la jarcia, «lo cual todos tuvieron por mal agüero».
Entrado Cicerón en su quinta, fuéronse los cuervos a su ventana, y hasta se metió uno dentro, llegose a la cama y quitó a Cicerón del rostro el velo con que se había cubierto.
Entre tanto venían en su busca los que le habían de asesinar. El mismo Plutarco, en sus Quaestiones Romanae (78), trata del por qué las aves indican felicidad o desgracia,
según se presenten a la derecha o a la izquierda. De esto y de los agüeros he tratado en el Tesoro de la lengua castellana (t. A, 138) y fue institución antiquísima. «Canta, ¡o
pájaro!, al salir derecho de casa, para traernos la dicha y bendiciones», dice el Rigveda (2, 42). Y en el Hiranyakeçin (G, I, 17, I, 3): «Vuela en torno del lugar de izquierda a
derecha trayendo la dicha, o búho.» El cuervo, como animal profético, aparece con la paloma como mensajero de Noé para enterarse de si las aguas del Diluvio, habían bajado.
No volvió, de donde se dice La vuelta del cuervo. Dicen que se abatió sobre los cadáveres. (NOTA: “Nunca he tropezado” y “como otras vezes”)
Página 44: [253] Comentario [SC486]
Sergio Cortez
Continuación... Esto y su color, que lo hizo ser emblema del mal y del diablo, fueron las causas de tenerle por mal agüero. Eliano dice (De animalib., l. I, c. 48):
[kóraka órnin phasìn hieròn apóllonos kaì akólouthon, kaì mantikês symbólois agathón]
En cambio: «Cornices et corvi, si exercitui circuinvolitassent, mala omina credebantur. Alexandri Babylonem subeuntis et Ciceronis ab Antonii facie fugientis, mors corvorum
crocitatione praedicta traditur.» (JOAN. POTTERI, Archaeologia graeca, l. 2, c. 15.) Véase el agüero en este ensalmo para el dolor de cabeza. (L. RUEDA, Armelina, I): «En el
nombre sea de Dios, que no empezca el humo ni el zumo, ni el redrojo ni el mal ojo, torobisco ni lentisco ni ñublo, que traiga pedrisco. Los bueyes se apacentaban y los ánsares
cantaban. Por ahí pasó el cuervo prieto por tu casa, de cabeza rasa, y dijo: no tengas más mal, que tiene la cabeza en su nidal. Así se aplaque este dolor, como aquesto fue
hallado en banco de tundidor.»
Página 44: [254] Comentario [SC487]
Sergio Cortez
Del ladrar los perros como augurio, en Virgilio (Georg., I, al fin): «Obscoenique canes, importunaeque volucres / signa dabant.»
Página 44: [255] Comentario [SC488]
Sergio Cortez
Lucrecia, parece inspirado este nombre, más que por el de las matronas romanas, «por la reciente lectura del libro de Eneas Silvio» (MENÉND. PELAYO, Oríg. Nov., III,
XLVII).
Página 45: [256] Comentario [SC497]
Sergio Cortez
Hablando con reverencia. Salva, al decir alguna palabra malsonante. ¡Qué tal sonaría el nombre de la vieja! Este modo de encarecer es el de Homero, que tras mucho ponderar
los hechos de los capitanes troyanos, sale Aquiles, y con sólo verle, echan a correr los enemigos.
Página 45: [257] Comentario [SC500]
Sergio Cortez
Jura, juramento, postverbal de jurar. TORR., Filos. mor., 3, 14: Y vase en pos del demonio contra la jura y palabra que le tiene dada en el desposorio del bautismo.
Página 46: [258] Comentario [SC504]
Sergio Cortez
Mesón de enfermedades. En ARANDA, Lugares comunes, 1613, fol. 145, se cita como de SÉNECA, Epist., 109, este trozo, en que sólo varía la primera frase: «La vejez es
retrato de enfermedades, posada de pensamientos...», con lo demás a la letra, como en el texto, hasta «se doblega». No lo hallo ni en esa epístola ni en las demás de Séneca.
Tradujo las Epístolas de Séneca (75 nada más) Fernán Pérez de Guzmán y se imprimieron en Zaragoza, 1496; Toledo, 1510. Tampoco se halla el trozo ni en esta traducción ni
en los Proverbios de Séneca con la glosa, por el Dr. Pedro Díaz de Toledo, obra publicada en Zaragoza, 1491; Sevilla, 1495 y 1500; Medina, 1552.
Página 46: [259] Comentario [SC506]
Sergio Cortez
Estilo tomado del Petrarca (De Remediis). Por ejemplo (l. I, dial. 46): «Tengo muy hermosa mujer. -Tienes un suntuoso y trabajoso ydolo... Tengo muger hermosa. -Tienes
dulce ponçoña y doradas prisiones e resplandeciente servidumbre.» En el l. I, dial. 49: «Gozo de alegres amores. -Eres fatigado de alegres assechanças.» En el l. I, dial. 100:
«Guardé thesoro para la guerra. -Guardaste cosa mala para muy peor uso...-He hallado gran tesoro. -Congregaste para ti cuydados e invidias, espuelas para tus enemigos e
diligencia para los ladrones.» En el l. I, c. 12: «Espero salud. -Esperas olvidar que eres mortal. -Espero luenga vida. -Y luenga carcer... Gran potencia espero. -Invidiada miseria,
riqueza pobre y temerosa soberbia...- Espero honra del pueblo. -Polvo y ruydo.»
Página 46: [260] Comentario [SC507]
Sergio Cortez
Así en CORREAS, p. 310, y: Viva la gallina y viva con su pepita (ibid.). Pepita es un tumorcillo que le sale debajo de la lengua y no la deja comer y se muere.
Página 46: [261] Comentario [SC508]
Sergio Cortez
Véase Petrarca, De Remediis, I, 2: «Quando se pierda essa proporción del rostro y se mude esse color, quando dexare de ser ruvia e tornare blanca la barva e cabello, quando en
las tiernas mexillas e serena frente ovieren hecho sulcos las hondas arrugas, quando los resplandecientes ojos e su alegre vista fueren con triste nuve cubiertos, quando el blanco
marfil de los dientes fuere de negra tova cercado, e no solo perdiere el color, mas el tenor, quando la cerviz derecha e ligeros hombros se corcobaren, quando el cuello liso
tornare rugoso, quando de las secas manos y entortijados pies tengas sospecha que no son tuyos.»
Página 46: [262] Comentario [SC510]
Sergio Cortez
CORR., 56: Adondequiera hay una legua de mal camino. Ídem, 292: Dondequiera hay una mala legua. Ídem, 398: Por dondequiera hay tres leguas de mal camino, o una
legua, varíase: por cada parte o por todas partes hay. Que en todo hay sus quiebras, lo mismo en la riqueza que en la pobreza. CORR., 14: A cada cabo hay tres leguas de
quebranto. (De mal camino.) Ídem, 119: En cada cabo hay dos leguas de mal quebranto. Ídem: En cada cabo hay un rato de mal quebranto.
Página 46: [263] Comentario [SC511]
Sergio Cortez
Aquel.... falta en B hasta Cada rico... El corrector tomó todo esto del Petrarca, así como había tomado el Prólogo. «Anceps et onerosa foelicitas et quae plus invidiae est
habitura, quam gaudii... Habes rem quaesitu difficilem, custoditu anxiam, amissu flebilem... Sparsae si fuerint decrescent; servatae non te divitem sed occupatum; non dominum
facient, sed custodem... Vide ne potius habeare, hoc est ne non divitiae tuae sint, sed tu illarum, neque illae tibi serviant, sed tu ipsis: nam si nescis, plures multo sunt qui
habentur, quani qui habent multoque crebriores, quos propheticus sermo notat: Viri divitiarum, quam divitiae virorum.» Así el Petrarca (Opera, Basilea, ps. 64-65, De Remed.).
Véase la traducción de Francisco Madrid (I, 53): «Dudosa y pesada propiedad, y que trae consigo más embidia que plazer... No tendrás por eso sobrado reposo ni sobrada
alegría. Apenas hallarás rico que no te confiesse que le fuera mejor un mediano estado e aun una honesta pobreza... Hasete disminuydo la seguridad, el plazer y el reposo...
Tienes cosa difícil de ganar, congoxosa de guardar e triste de perder... Si las gastas, acabarse han e, si las guardas, no serás rico, mas ocupado, no señor dellas, mas su guarda. Tengo grandes riquezas. -Mira que no te tengan ellas a ti, quiero decir que pares mientes que sean tuyas las riquezas y no tu suyo y que no sirvas tu a ellas, más ellas a ti, porque
quiero que sepas que son muchos más los que ellas tienen, que los que las tienen e más los que el profeta condena llamándolos varones de riquezas, que no riqueza de varones,
que tal es vuestra codicia e poquedad de animo, que de señores os haze siervos.»
Página 47: [264] Comentario [SC515]
Sergio Cortez
Loco es... Del Petrarca, Remed., 2, 83: «Loco es el caminante que acabado el trabajo del camino querría otra vez tornar al principio, porque no ay cosa más agradable a los
cansados que la posada... el verdadero viejo no puede dessear la mocedad, porque es un muy niñeril desseo... ¡Cómo!... ¿Ya has olvidado la sentencia que en este caso dio
subitamente uno de los deste tiempo muy familiarmente de ti conocido? La qual sentencia no se puede llamar deste tiempo; más muy semejantes a las antiguas. Este que digo,
diziendole un amigo suyo: Con passión he de ti, porque me parece que te hazes viejo; pluguiera a Dios que fueras agora como quando yo primero te conoscí, luego de presto le
respondió... ¡Cómo! Y poco loco te paresco sin que aun mayor locura me dessees? Yo te ruego que no me ayas manzilla porque soy viejo; más duelete de mí porque fuy
mancebo...»- «Hizeme viejo e ya me es la muerte vezina. La muerte a todos ygualmente es vezina: e muchas vezes allí está más cerca donde se piensa que esta más lexos. No ay
ninguno tan moço, que no pueda morir oy; ni tan viejo, que no pueda bivir un año.» La última sentencia es de Cicerón, o un día, como dice Séneca, y lo recuerda Petrarca
«(ibid., 2, 123), y es lo que luego pone el autor en boca de Celestina.
Página 47: [265] Comentario [SC518]
Sergio Cortez
Avantaja. Úsase en Aragón. VILLENA, Cisor., 4: Esta singularidad entre las otras tienen los omes, de las bestias en avantaja.
Página 47: [266] Comentario [SC520]
Sergio Cortez
CORR., 202: Los años no se van de balde. Ídem, 228: No se van los años en balde. Ídem, 228: No se van los días en balde.
Página 47: [267] Comentario [SC521]
Sergio Cortez
Un Dios os salve, es una cicatriz en la cara, y se usa vulgarmente. Dicen: Le dio una puñalada que no le dejó decir ni ¡Dios te salve! Esto es, que el que se la dio no, tuvo tiempo
de decírselo, tan repentina y brutalmente se la dio. Dios os salve era el saludo común (CORR., p. 283).
Página 47: [268] Comentario [SC524]
Sergio Cortez
Verná el día... De Horacio (Id., 4, carm., 10, v. 6): «¡Dices heu!, quoties te in speculo videris alterum»; pero el autor tomólo del Petrarca (De Remed., I, 2), donde traduce
Francisco Madrid: «Es firme mi hermosura. -Poco tiempo lo será... ¿Y para qué tantas palabras? Verná día que tu mismo en el espejo no te conozcas. E porque con el espanto de
tan espantosas cosas no digas no me lo dixo, desde agora te aviso que esto que piensas que esta muy lexos, si bives, muy más presto que se ha dicho lo verás sobre ti.» Como se
ve, todas estas filosofías de Celestina las tomó Rojas, sustancialmente, del Petrarca, y es tan manifiesta la fuente que, viéndola Proaza, tomó de la misma el trozo de las riquezas,
que hemos visto, aunque harto más servilmente, como hizo con el Prólogo.
Página 48: [269] Comentario [SC527]
Sergio Cortez
En esto del beber se parece a todas las semejantes comadres. La Dipsas o hechicera y tercerona de Ovidio se llamaba así por lo sedienta, [dipsás], y no de agua (Amorum, I, 8):
«Ex re nomen habet. Nigri non illa parentem | memnonis in roseis sobria vidit equis.» Y no menos la lena de la Cistellaria: «Et multiloqua et multibiba est anus» (I, 3). Y la
del Curculio, por apodos Multibiba y Merobiba, que bebe mucho y lo bebe puro: «Quasi tu lagenam dicas, ubi vinum solet | chium esse» (I, I).
Página 48: [270] Comentario [SC528]
Sergio Cortez
Por amor de, por causa, es vulgar, o por mor de. Entrem. s. XVII, p, 75: Me ha llamado para que le bendiga la casa por amor del duende. Madre, la matriz.
Página 48: [271] Comentario [SC530]
Sergio Cortez
Seys vezes..., falta en B hasta Assí que. Añadidura exagerada y no necesaria del corrector. ¿Cómo había de beberse cerca de doce azumbres?
Página 48: [272] Comentario [SC531]
Sergio Cortez
Morir de muerte o morir muerte, vivir vida, son maneras castizas y populares de decir, que tienen más fuerza con el objeto interno, que llaman los gramáticos.
Página 48: [273] Comentario [SC532]
Sergio Cortez
CORR., 332: Pan y vino andan camino, que no mozo ardido o garrido. J. PIN., Agr., 14, 15. SORAPAN, Medic., 36.
Página 48: [274] Comentario [SC533]
Sergio Cortez
CORR., 354: Que la mujer necesita de la sombra del varón. O Guay del huso, que la barba no anda de suso. CORR., 300, y Lis. Rosel., I, 4.
Página 48: [275] Comentario [SC535]
Sergio Cortez
«Scis, hera, te, mea lux, iuveni placuisse beato.» (OVID., Amor, I, 8); pero Celestina tiene que andar con más tiento, y esto la hace más sagaz e ingeniosa.
Página 48: [276] Comentario [SC536]
Sergio Cortez
En V, después de Dios, dice: e más que el que haze beneficio le rescibe quando es a persona que le merece y el que puede sanar.
Página 48: [277] Comentario [SC537]
Sergio Cortez
Unicornio. HUERTA, Plinio, 8, 21, anot.: «Dícese que el unicornio respeta y ama tanto a las doncellas hermosas, que en viéndolas pierde la ferocidad y se amansa, y viniéndose
a ellas se echa junto a sus faldas y se duerme y allí fácilmente le cogen y le atan. Y así dice Isidoro que suelen los cazadores vestir a un muchacho de buen rostro, en hábito de
doncella muy galana y con muchos olores, para que el unicornio oliéndolos, venga a ellos, y dejándole solo se esconden, y en viniendo el unicornio, se echa en sus faldas y le
limpia el rostro y con paños olorosos le halaga y, cuando le ve dormido, le cubre los ojos y le ata las manos, y luego, haciendo seña, vienen los cazadores y, cortándole el
cuerno, no se les da cosa alguna de dejarle con libertad, porque no comen su carne.»
Página 48: [278] Comentario [SC539]
Sergio Cortez
El pelicano, falta en B hasta Por qué los hombres. VALDECEBRO, Aves, 7, 36: «Descubre pelado el pecho y en él se manifiesta la llaga, que ella misma se hace para sustentar
sus hijos o para darles vida muertos o para darles alimento vivos.»
Página 48: [279] Comentario [SC540]
Sergio Cortez
VALDECEBRO, Aves, 3, 22: «Con vida tan larga pierden las fuerzas de volar las cigüeñas y se les caen las plumas, con que no pueden buscar la comida; pero tienen sus hijos
tanto cuidado, que no sólo les traen de comer abastecidamente, pero las plumas viejas se las desmontan de las demás, que están fuertes y flamantes, con sus picos, las limpian y
acarician con las mismas señas de amor que cuando sus padres los criaban. Añaden a esto el cargarles sobre sus alas y sacarlos del nido, para que se diviertan por el campo, y
luego los trasladan segunda vez al nido con bondad y benevolencia extraña.»
Página 51: [280] Comentario [SC567]
Sergio Cortez
Narciso. Recuérdense las coplas de Fernán Pérez de Guzmán: «El gentil niño Narciso / en una fuente gayado, / de sí mismo enamorado, / muy esquiva muerte priso.» Ovidio
cuenta (Metam., 3) que el río Cefiso y la ninfa Liriopea le engendraron, de tal hermosura, que robaba los corazones; pero con la soberbia, que suele acompañar a la hermosura,
menospreciaba a los demás, hasta a Eco, convertida en peñasco por su no correspondido amor. La cual pidió a los dioses le diese en pago que muriese el desamorado por cosa
que gozar no pudiese. Narciso, que caluroso de la caza se halló cabe una fuente clara y fría, quísose refrescar en ella, y como se acostase para beber y viese en el agua su
peregrina hermosura, fue tan grande el amor que le nació por gozar de ella, que, fatigado de quejarse de sí mismo por ser tal que por sí moría y su riqueza le empobrecía,
comenzose a consumir con el fuego del amor hasta que cayó muerto. Si no que, porque tanta beldad no se perdiese del todo, los dioses convirtieron su cuerpo en la flor que tiene
su nombre, y el alma, en el infierno, se ocupa en mirarse en las aguas de la laguna Estigia, durándole allá los deseos de acá.
Página 51: [281] Comentario [SC569]
Sergio Cortez
Adriano. «Como Nerón, fue un letrado, un artista sobre el trono. Su facilidad para la pintura, la escultura y la arquitectura era admirable y hacía además bonitos versos; pero su
gusto no era puro. Tenía sus autores favoritos y preferencias singulares. En suma, un pequeño literato y un arquitecto teatral. No adopta ninguna religión ni filosofía; pero
tampoco niega nada. Su espíritu superior gira siempre, como una veleta, a todos los vientos. El elegante adiós a la vida, que murmura algunos momentos antes de su muerte:
«Animula, vagula, blandula...» da la medida de su inteligencia» (RENAN, Orig. crist., pte. 6, c. I). A estos versos alude el texto.
Página 51: [282] Comentario [SC570]
Sergio Cortez
Orfeo, aquel antico o antiguo, que antes dice, perdida Eurídice para siempre, se recogió a lo alto del monte Rodope, donde lloró tres años su cuita. Y como la llanada era rasa y
sin regalo de alguna sombra, desque tornó a su música, luego vierais todos los linajes de árboles del contorno del monte moverse de sus lugares y ponérsele en rededor,
haciéndole como morada deleitosa. Y allí reparaban los crueles tigres y toda suerte de bestias y de aves, embeleñadas con la suavidad de su música. En la fiesta de Baco
quisieron vengarse de él las mujeres, por haberla descasado de sus maridos (OVID., Metam., 2). Arremetieron contra él a pedradas; pero las piedras caían en tierra detenidas del
son de la música. Sólo a fuerza de gritar invocando a Baco, llegaron a ensordecerla, y entonces lograron matarle a pedradas y palos. Daban dolorosos quejidos las aves, bestias y
serpientes al verle muerto; los árboles, enlutándose, dejaron caer sus hojas; las flores se alaciaron y los ríos lloraron tanto, que salieron de madre. Sólo las bacantes tuvieron
valor para despedazarle y echar su cabeza al río Hebro, juntamente con su vihuela. Pero allí resonaron las quejas de su lengua y la melodía del instrumento, con lo que las peñas
de las riberas respondieron el ay lamentable, y, si no se fueron tras el son, como solían, fue por ser música sin espíritu. Río abajo llegaron cabeza y vihuela al mar, junto a
Lesbos, donde en el templo de Apolo fue colgada la vihuela, que después Júpiter la subió al cielo, y su cuerpo enterrado por las Musas. De aquella isla salieron los grandes
líricos y músicos griegos.
Página 54: [283] Comentario [SC592]
Sergio Cortez
Cosas galanas para galantear. Agujeta, tira o correa con herrete para atacar los calzones, jubones, etc. QUEV., Tac., 13: Comprele del huésped tres agujetas y atacose. Torce,
vuelta a eslabón de cadena o collar y el mismo collar. HERN., Eneid., 5, f. 109: Les pende atados por el pecho abajo / una cadena de oro en torces vuelto.
Página 54: [284] Comentario [SC593]
Sergio Cortez
Aojando, echando el ojo, mirando, pero como encantando, generalmente en mala parte. J. PIN., Agr., 7, I: Ni quiere que me toque la helada ni me vea el sol, cuanto más que me
aoje la luna.
Página 54: [285] Comentario [SC595]
Sergio Cortez
Hecho moxtrenco, sin pedir permiso, como las reses mostrencas, esto es, sin dueño, que andan descarriadas y se meten por cualquier parte.
Página 54: [286] Comentario [SC596]
Sergio Cortez
CORR., 350: Con achaque de trama ¿está acá nuestra ama, o estaca nuestra ama? Ídem, 100: En achaque de trama ¿viste acá a nuestra ama? Que con achaque de pedir trama
para la labor la hilandera o labrandera, se mete por las habitaciones, y si halla a alguno pregunta por su ama. Así tú puedes meterte a buscar mochachas. En B falta desde
Mochachas hasta ¡Mas ay...
Página 54: [287] Comentario [SC602]
Sergio Cortez
Súpito es vulgar. Entrem. s. XVII, 128: ¿Qué es la causa de tan súpita mudanza? F. SILVA, Celest., 26: Cata, señora, que no seas tan súpita.
Página 56: [288] Comentario [SC614]
Sergio Cortez
Pelar es sacarle a uno los cuartos, dejándole casi sin nada. T. RAM., Dom. 17 Trin., 2: Mientras hay que pelar muestra que ama. LEÓN, Cas., 12: Su primer y principal cuidado
es el sacarles algo y el pelar a los tristes mezquinos.
Página 56: [289] Comentario [SC615]
Sergio Cortez
Bardar es poner bardas sobre la pared para abrigarlas o cercar con ellas un terreno. ABREU, Himno, v. 23: Destas zarzas y cambrones espinosas bardan los vallados de las viñas
y de los huertos.
Página 58: [290] Comentario [SC627]
Sergio Cortez
Véase el texto primitivo después de postremería: «Yo, que en este tiempo no dexava mis pensamientos vagos ni ociosos, viendo quanto almazén gastava su yra, agravando mi
osadia, llamándome hechizera, alcahueta, vieja falsa e otros muchos inominiosos nombres, con cuyos títulos asombran a los niños, tuve lugar de salvar lo dicho.» De este
período el corrector del primitivo texto añadió al período anterior el tronco, y con la cabeza y los pies hizo otro período, el que dice Pero entre tanto que gastava, exagerándolo,
así como había exagerado y abultado feamente con aspavientos exorbitantes las muestras de enojo de Melibea. El corrector vese claramente ser otro que el autor, pues todas esas
exageraciones son de pésimo gusto, caricaturescas, y hasta afean la persona de Melibea y no menos la de la vieja. Baste ver convertida la frase: viendo quanto almazén gastava
su yra en la otra de entre tanto que gastava aquel espumajoso almazén su yra. Lo de espumajoso ni es del primer autor ni deja bien parada a la virginal Melibea, ni a la vieja,
que tal se la pinta a su amante, el cual, si tal hubiera oído, desnuca por descomedida a Celestina y todos la tendríamos por poco discreta. Como no lo es bajo la pluma del
corrector con esas pasmarotadas con que nos pinta a la doncella, cual bacante, energúmena y borracha. El añadidor es de diferente estilo y pluma que el autor primitivo. Eso de
bullir los miembros, de retorcer el cuerpo, de desperezarse y de acocear no es del autor, que pintó hermosísima a la joven y discretísima a la vieja.
Página 58: [291] Comentario [SC628]
Sergio Cortez
Qué mas hazía aquella Tusca Adeleta. Matías Gast dice en la edic. de Salamanca de 1570: «Atrevime con consejo de algunos doctos (el BROCENSE acaso) a mudar algunas
palabras que algunos indoctos correctores pervirtieron... En el acto sexto corregí Adelecta. Fue esta Adelecta (como cuenta Petrarca) una noble mujer toscana, grandísima
astróloga y mágica. Dijo muchas cosas a su marido e hijos, Eternio (Ezzelino) y Albricio. Pero principalmente estando a la muerte, en tres versículos, anunció a sus hijos lo que
les había de acaecer, especialmente a Eternio, que se guardase de Cassano, lugar de Padua. Siendo al fin de sesenta años vino a Milán, adonde por sus obras era muy aborrecido
de los longobardos: fue de ellos cercado. y pasando un puente con gran fatiga, supo que aquel lugar se nombraba Cassano. Luego da espuelas al caballo y lánzase en el río
diciendo a grandes voces: ¡Oh hado inevitable! ¡O maternales presagios! ¡Oh secreto Cassano! Al fin salió a tierra; mas los enemigos que la puente y entrambas riberas tenían
tomadas, allí le acabaron.» Menéndez y Pelayo (Oríg. Nov., III, LXXXIII) dio con la cita del Petrarca en el libro 4.º, t. I, Rerum Memorandarum, C. 5, De Vaticiniis. La fatídica
de Hetruria es la tusca Adeleta. Petrarchae Opera, Basilea, t. I, p. 536: «Fama est et quidam scriptores asserunt Ezzelinum de Romano et Albricum fratres...»
Página 60: [292] Comentario [SC633]
Sergio Cortez
Alcibíades. Anécdota tomada del Petrarca en el lugar citado (Rerum Memorand. Petrarchae Opera, Basilea, t. I, p. 532): «Alcibiades paulo prius quam e rebus humanis
repelleretur, se amicae suae veste contectum somniaverat, alias fortassis sperare licuit illecebras amanti, sed enim brevi post occisus, et nullo miserante insepultus iacens, amicae
obvolutus amiculo est.» En V se quitó o a Sócrates y lo que le atañe: el otro via que..., y el uno antes de soñó. Pareciole sin duda al corrector que no venía a cuento más que lo
del manto, que correspondía al cordón y vestidura, siendo así que lo que pretendía el autor era lo del ser pronosticada la muerte por medio de los sueños. Véase lo de Sócrates,
que en el Petrarca sigue a continuación: «Socrates dum carcere clauderetur, Erichthoni familiari suo narravit, excellentis formae mulierem ad se in somniis accessisse et nomine
appellantem versum Homericum ex quo tertia sibi luce moriendum illa conficeret recitavit; atque ita accidit. Satis locupletes testes rerum etiam graviorum, huius enim somnii
Platonem auctorem affert Cicero, sequentis Aristotelem.» (PETRARCHAE, Opera, Basilea, t. I, p. 532).
Página 64: [293] Comentario [SC659]
Sergio Cortez
CORR., 257: Si quieres de tu amigo probar la voluntad, finge necesidad. Ídem, 202: Los amigos ciertos son los probados en hechos. Pero tómalo del Petrarca, De Remed., I, 19:
«Estonce entenderás aquello de Oracio. Huyen los amigos, quando han bevido los jarros hasta las hezes. Destos amigos cierto habla; que los verdaderos en las adversidades se
hallan mas cerca e aquellas casas vesitan ellos de mejor gana que la próspera fortuna ha desamparado.» Y en otro lugar (I, 50): «Tengo amistades ciertas. -Luego cierta es tu
adversidad, que también es verdadero aquel otro dicho que el amigo cierto en la adversidad se conoce.» Y en su Opera.(I, 61) copia lo de Enio: «Amicus certus in re incerta
cernitur.» CORR., 114: En la necesidad se prueba los amigos. Ídem: En la necesidad se ve la amistad.
Página 64: [294] Comentario [SC661]
Sergio Cortez
Manga, dícese de un maletín pequeño de mano. CORR., Cint., I: Bien quisiera desbalijar esta manga; mas pareciome poca fidelidad. Da a entender que será tan poca cosa que
consigo podrá llevarla.
Página 65: [295] Comentario [SC665]
Sergio Cortez
De cimenterio en. Era nigromántica, como las Canidias y Saganas de Horacio y Apuleyo; de [nekro-mántis], adivinador por los muertos. ¡Buena pieza! Si tal era Celestina, ¿qué
sería esta su maestra, cuya preciosa descripción va a hacer? Los que hurtan los huesos de los condenados al fuego o los cuerpos de niños ilegítimos para confeccionar medicinas
son mirados con tal horror en China, que se dice que, cuando vuelvan a nacer, nacerán sin orejas u ojos o con las manos, pies, boca, labios o nariz mutilados. En la caldera de las
brujas del gran dramático había (Macbeth, 4, I): «El dedo de un niño, que en foso secreto, | Dio a luz madre infame, ahogándolo al parir.» El polvo de huesos de un hombre
quemado, y más del cráneo desenterrado, servía en Escocia contra la epilepsia. Dicen que los huesos del hombre curan a la mujer y los de la mujer al hombre. Véanse creencias
y casos en BLACK, Medicina popular (c. 6). Celestina era curandera y acaso sacamantecas, pues en el primer auto vimos que tenía mantillo de niño, esto es, manteca y redaño.
Página 65: [296] Comentario [SC666]
Sergio Cortez
GALINDO, C, 312: La noche es capa de pecadores. CORR., 330: Capa de pecadores, el verano con sus flores. Esto es, excusa del mal labrador. Capa es excusa, y en
Germanía la noche, la cual en vascuence se dice gaba.
Página 65: [297] Comentario [SC667]
Sergio Cortez
Dientes de ahorcado, servían para hechizos y cosas de magia, como dijimos de la soga de ahorcado. En el Norte de Hants un diente de ahorcado o de un cadáver se envuelve tres
veces en un saquito y se lleva al cuello para preservar del dolor de muelas. En el Nordeste de Escocia se requiere que el enfermo arranque con sus propios dientes un diente de la
calavera. Nació esta superstición del creer que la vida que cesa en el muerto pasa al vivo por medio de alguna cosa suya, y así la sanidad de los dientes viene por los dientes del
muerto, que contienen la vida que perdió. Igualmente una de las brujas de Macbeth tiene «el dedo de un marino / que de un viaje naufragó al volver».
Página 65: [298] Comentario [SC669]
Sergio Cortez
Cerco mágico. Cuando se invoca al diablo hay que ponerse en el centro del cerco mágico, porque el primer movimiento del demonio es el de echarse contra el que le invoca. Ha
de hacerse con carbón y rociarse con agua bendita. No se puede entrar con metales impuros, sino con monedas de oro o plata, que se le echan en apareciéndose en un papel
blanco, y cuando se baja para cogerlas se dicen las palabras del conjuro. Véase este trozo del Fausto: «Te pido por él lo mejor que tienes en tu cocina. Vamos, pues, traza tu
círculo, pronuncia tus palabras y dale una taza llena. (La bruja traza un círculo haciendo gestos extraños y coloca luego en él mil cosas extravagantes, mientras que los vasos y
las ollas empiezan a chocar entre sí, formando una rara música. Por fin trae un gran libro, coloca los animales en el círculo para que le sirvan de pupitre y le tengan los
candelabros...) (Obliga a Fausto a entrar en el círculo. La hechicera se pone a leer en el libro y a declamar con énfasis.)... ¿Es posible que unido como estás con el diablo, te
asuste tanto la llama?» Tal es el cerco dentro del cual se junta con el diablo. Puede verse pintado el cerco mágico en las Cántigas del Rey Sabio (t. I, cánt. 125).
Página 65: [299] Comentario [SC670]
Sergio Cortez
Las hechiceras así tratan a los diablos, a voces, apremiándoles con los objetos mágicos, que tienen más poder que ellos. Recuérdese el conjuro de Celestina.
Página 65: [300] Comentario [SC672]
Sergio Cortez
Hacer que los demonios no mientan es cuanto puede encarecerse el miedo que les ponía, pues son padres de la mentira.
Página 65: [301] Comentario [SC673]
Sergio Cortez
PINCIANO Filos., 11, 3: Gran diferencia hay de Pedro a Pedro. CORR., 475, y Lis. Rosel., 2, 2: Mucho va de Pedro a Pedro. Pedro, por hombre, indefinidamente, por lo
común que es, como Mari por mujer.
Página 65: [302] Comentario [SC674]
Sergio Cortez
La prima, el, la o lo más excelente. A. PÉREZ, Juev. I cuar., f. 36: En tanta manera que las dos primas del mundo en materia de conmiseración y ternura ambos fueron
soldados. BAÑUELOS, Jineta, p. 48: Quien fue la prima del torear con la lanza fue D. Pedro Ponce de León.
Página 66: [303] Comentario [SC680]
Sergio Cortez
Andarse a las verdades, decirlas, que son amargas. Pícase la vieja y carga la mano en las fechorías de la madre de Pármeno.
Página 66: [304] Comentario [SC682]
Sergio Cortez
Rocadero, cucurucho o mitra de ajusticiado o condenado a la vergüenza pública. Lis. Ros., 2, I: Y las cabezas con mitras y rocaderos.
Página 66: [305] Comentario [SC684]
Sergio Cortez
Tomado del Corvacho, I, 17: «¿Quien vido Vergilyo, un ombre de tanta acucia e çiençia, qual nunca de mágica arte nin çiençia otro qualquier tal se sopo nin se vido nin se falló,
segund por sus fechos podrás leer, oyr e veer, que estuvo en Roma colgado de una torre a una ventana, a vista de todo el pueblo romano, solo por dezir e porfiar que su saber era
tan grande que muger en el mundo non le podría engañar?» Ya traté de esta leyenda en mi edición de HITA (c. 261).
Página 66: [306] Comentario [SC686]
Sergio Cortez
Así suelen traer el agua a su molino y los textos del Evangelio algunos ignorantes y no pocos que se dicen sabios, sino que no han leído ni estudiado los textos que aducen, o
con mala fe los tergiversan. «Beati qui persecutioneni patiuntur propter iustitiam, quoniam ipsorum est regnum coelorum» (MATEO, 5, 10). Esta preferencia de Celestina por la
justicia ordinaria y encubierta enemiga contra los procedimientos inquisitoriales, dicen bien con la persona de Rojas, judío converso, que nunca los tales pudieron echar de sí
ciertas ideas judaicas ni abrazar amorosamente las católicas, ni menos ver con buenos ojos el Tribunal del Santo Oficio. Cuando el suegro de Rojas le designó como abogado en
su causa, los inquisidores dijeron que no había lugar y que nombrase persona sin sospecha, y él nombró al licenciado del Bonillo.
Página 67: [307] Comentario [SC693]
Sergio Cortez
Huestantigua, o en V estantigua. MEND., G. Gran., 4: «Estantiguas llama el vulgo español a semejantes apariencias o fantasmas, que el vaho de la tierra, cuando el sol sale o se
pone forma en el aire bajo, como se ven en el alto las nubes formadas en varias figuras y semejanzas.» Creíase que se tragaba a las personas y que huía a la señal de la cruz.
ESPIN., Flor., p. 56: Que huyes de los poetas / cual de la cruz la estantigua. Aut. S. XVI, 2, 320: Pensé que cualque estantigua me avie tragado. Viene de hueste, antigua, y
hueste de hostis, enemigo, era el diablo. L. RUEDA, Despos.: Ahora ofrezco a la mala güeste tan endiabrada muchacha. Ídem, Auto Naval: A tiempo que se haga hacienda, ansi
lo lleve la güeste. En Oviedo, huestic, es procesión nocturna de muertos, Santa Compañía.
Página 67: [308] Comentario [SC696]
Sergio Cortez
Faldetas, saya corta, hasta la corva. Lis. Ros., 2, 3: Con un disimulado descuido en faldetas como estas. CORR., 117: En faldetas nuestra ama y en delgada.
Página 67: [309] Comentario [SC697]
Sergio Cortez
Serena, sirena, mujer de medio cuerpo arriba, lo demás pez, metido en el agua, aquí en las sábanas. En V falta: AREUSA. Bien me dizes, señora tía. CELESTINA.
Página 67: [310] Comentario [SC698]
Sergio Cortez
Fresca que estás, construcción muy castellana, echar por delante la palabra principal y detrás el verbo, como en oración relativa, o el que conjuncional. Quij., 2, 16: Los hijos...
se han de querer, o buenos o malos, que sean. Ídem, 2, 14: La verdad, que diga. Ídem, I, 2: Comilón, que tu eres. (CEJADOR, Leng. Cervant., I, 235 y 236.)
Página 67: [311] Comentario [SC699]
Sergio Cortez
No hay perlas de oro, pero oro significa lo muy excelente en castellano. El diablo de la vieja atiza así los apetitos de Areusa y del otro, que está al paño.
Página 67: [312] Comentario [SC701]
Sergio Cortez
VÉLEZ ARCINIEGA, Animales, I, 5: A las mugeres que aflige la enfermedad de la madre, que la hacen volver, recibiendola por la boca, a su lugar.
Página 69: [313] Comentario [SC718]
Sergio Cortez
Mayormente en verano, falta en V, donde, en cambio, se ponen otros refranes que ya nada añaden. CORR., 163: Un manjar de contino, quita el apetito. Ídem, 163: Una
golondrina no hace verano ni una sola virtud, bienaventurado.
Página 69: [314] Comentario [SC719]
Sergio Cortez
E tal qual es éste, falta en V, donde en cambio, allá va la retahíla en alabanza del dos y de la compañía, con que remeda fuera ya de propósito el corrector al autor.
Página 73: [315] Comentario [SC745]
Sergio Cortez
Echar otra sardina dícese cuando alguien viene y es para molestia de los del corro; díjose de las meriendas o cenas en que hay que repartir con él. CORR., 140: Echa otra
sardina, que otro ruin viene. SANTILLANA.
Página 73: [316] Comentario [SC746]
Sergio Cortez
Sentencia fría y sosa, y no la puso el que puso la contestación: Más maltratas tu, que se enhebra con el aunque más me maltrates.
Página 73: [317] Comentario [SC747]
Sergio Cortez
Tablilla de mesón, que se ponía a la puerta. CORR., 413: Tablilla de mesón, que a los otros aloja y ella se queda al sereno sola. Ídem, 414: que a todos alberga y ella quédase a
la puerta. Ídem, 413: y ella se queda fuera. Ídem, 362: Como tablilla de mesón, que a todos da su amparo y a sí non.
Página 73: [318] Comentario [SC748]
Sergio Cortez
CORR., 145: Ya tienes tu escudilla. Era la taza en que a cada uno se escudillaba el caldo, sopa, etc., por no usarse cucharas.
Página 73: [319] Comentario [SC749]
Sergio Cortez
Clavo es cosa que acongoja. FONS., Vid. Cr., I, I, 7; Este es el clavo que más atravesado trae en las entrañas el hombre y el pensamiento con que más agoniza mientras vive.
Página 73: [320] Comentario [SC750]
Sergio Cortez
Como la hez. Del Petrarca (I, 50): «Universalmente todo estado tenga necessidad de amigos...; mas agora la necessidad venga de nuevo, agora crezca, luego descrecerán o se
perderán, o más verdaderamente se descubrirán las amistades. Quales fueron sus amigos y quales los de tu fortuna quando ella se partiere lo verás, que a ti seguirán los tuyos y a
ella los suyos. La tuya será mejor; mas la suya sera muy mayor compaña. E no ay cosa de que te maravilles: que siendo ya vazío el vaso se partan aquellos que no buscaban otra
cosa sino la dulçura que en él estava. La adversidad oxea al fingido amigo, como la hez al buen bevedor.»
Página 73: [321] Comentario [SC751]
Sergio Cortez
En Petrarca, De Remed., I, 17: ¿Por ventura no vees que las cosas humanas se rebuelven como un remolino e que al sosegado mar se sigue turbia tempestad e a la clara mañana,
nublada tarde, e cómo el llano e suave camino e fragoso se acaba, assí la sobervia de la prosperidad con una no pensada miseria, e la carrera de la alegre vida con triste muerte
se cierra, e muchas vezes el fin es muy dissimil del principio.» Véase el Eclesiastés, cap. 3.
Página 78: [322] Comentario [SC791]
Sergio Cortez
Harpadas lenguas, que trae igualmente el Quijote, es frase que muchos no han entendido y se declara por arpar la voz, que es quebrarla, modularla, cortarla cantando. J. PIN.,
Agr., 4, 5: Con el arpar de su voz la filomela. Ídem: Ya silba, ya gorjea, ya arpa, ya reclama. De arpar, arañar, rasgar, véanse ejemplos en CEJADOR, Tesoro, A, 48.
Página 78: [323] Comentario [SC795]
Sergio Cortez
Escanciar es verbo usadísimo en Burgos y otras partes; los letrados vivimos en Babia, teniendo ciertas palabras por anticuadas, por haberse divorciado los escritores del habla
popular desde fines del siglo XVII. CORR., 343: Quien trata en miel, siempre se le pega dél. (Dijo dél, por della, por la consonancia, que la miel es hembra.)
Página 78: [324] Comentario [SC796]
Sergio Cortez
Este ditirambo al vino, exagerado por el corrector hasta la saciedad, recuerda el del Curculio (I, 2): «Salve anime mi, | liberi lepos: ut veteris vetusti cupida sum! | Nam
omnium unguentum odor prae tuo nausea'st. | Tu mihi stacte, tu cinamomum, tu rosa, | tu crocinum et casia es, tu bdellium: nam ubi | tu profusus, ibi ego me pervelim
sepultam.»
Página 78: [325] Comentario [SC797]
Sergio Cortez
Suffrir, así el corrector; pero el autor menudea siempre el sofrir y sofrimiento, etc., con o y una sola f.
Página 78: [326] Comentario [SC798]
Sergio Cortez
CORR., 352: Con lo que sana el hígado, enferma el bazo. (Porque se varía en palabras, se repite, queda en L: «Lo que es bueno para...») Ídem, 198, y Refr. glosados. Celestina
pone bolsa por bazo, por ser caro el vino. No es que en España haya sido nunca caro el vino hasta el punto de que lo llamen caro: «de lo caro» que dice Baltasar de Alcázar,
sino que se les hace caro a los borrachos, que tanto beben.
Página 78: [327] Comentario [SC799]
Sergio Cortez
Del beber tres o tres por tres, o sea nueve veces, se dijo beber los kiries, aunque acaso de los tres kiries pasaron los amigos del vino al brindar por los Santos y al mucho beber
dijeron brindar por todos los de la Letanía, donde al fin se repiten los kiries. Nueve veces era lo que más se bebía. «Ter bibe vel toties ternos» o reduplicado por tres ternos
(OVIDIO o AUSONIO en el Gripho, y HORACIO, Od., 3, 19): «Tribus aut novem / miscentur cyathis pocula commodis. / Qui Musas amat impares / ternos ter cyathos
attonitus petet / vates. Tres prohibet supra / rixarum metuens tangere Gratia, / nudis iuncta sororibus.» Esto es tres veces por las tres Gracias y nueve por las nueve Musas. Bebe
los kiries es decir que bebe nueve veces por ternos, como los kiries van ordenados, y bebe a la devoción y advocación de ellos, como los gentiles a las Gracias y Musas, a dioses
y personas de estima. De aquí: «Beber los quirios de Elena. (Por beber mucho.)» CORREAS, 586. «Bebe los kirios de Elena. (Encarece que uno bebe mucho: nueve veces.)»
Ídem, 307. Aulo Gelio y Macrobio y Varron dicen que los convidados no han de ser menos de tres por las tres Gracias, ni más de nueve por las nueve Musas. Y del brindarse
por unas y otras debió nacer el beber tres y nueve veces; los cristianos lo cristianizaron brindando por los tres y nueve kiries, y aun los beberreadores por todos los Santos de la
Letanía. A esta cuestión de sobremesa alude el texto.
Página 78: [328] Comentario [SC801]
Sergio Cortez
Nos sabe bien, el pan ratonado, que decía el autor; sino que el corrector metió, sin darse cuenta de esto, esos ensanches en el ditirambo al vino.
Página 78: [329] Comentario [SC802]
Sergio Cortez
¡En malhora alabó Sempronio a Melibea! Acuérdase aquí el autor de Hita (c. 559, 560): «Ante ella non alabes otra de parescer»; y juntamente del Corvacho (2, 2 y 4), donde el
de Talavera puso en práctica por manera maravillosa el precepto del Arcipreste de Hita.
Página 78: [330] Comentario [SC803]
Sergio Cortez
Revesar, volver la comida, de revés. G. PÉREZ, Odis., 5: En fin salió, aunque tarde y revesaba / mucha agua amarga, que del mar bebiera.
Página 79: [331] Comentario [SC810]
Sergio Cortez
Con unas e con otras cosas, de ellas sucias, efecto cómico que deshizo el corrector con poner tostadas e higos passados. Cuenta Galeno (Exortac. A buen. artes, PLUTARCO,
De clar. mulierib.) de la hermosa Frine que en un juego, que con muchas mujeres jugaba delante de muchos, en el cual era reina cada una su vez y mandaba hacer lo que le daba
gusto, ella, cuando llegó a mandar como reina, mandó meter agua con que se lavó las manos y luego la cara y se la limpió con un paño y quedó más hermosa que antes. Y como
por su mandado hiciesen las otras otro tanto muy contra su voluntad, quedaron las más de ellas echas carátulas, llenas de manchas y de malparecer y muy corridas. De los afeites
trata maravillosamente LEÓN en la Perf. Casada, 12: «Se coloran con las freces del cocodrilo y se untan con la espuma de la hediondez y que para las abéñolas hacen hollín y
albayalde para embarnizar las mejillas.»
Página 79: [332] Comentario [SC813]
Sergio Cortez
Ninguna cosa... Tomado del Petrarca (Remed., I, 11): «Por ningún camino se va más ayna al error y al despeñadero que por las pisadas del vulgo. Por la mayor parte qualquier
cosa que el vulgo alaba es digna de vituperio... Todo lo que el vulgo piensa es vano, todo lo que habla es falso, todo lo que condena es bueno, todo lo que aprueva malo, todo lo
que alaba infame y finalmente todo lo que haze es locura. Agora ve tu e de las palabrillas de los locos recibe gran gloria.»
Página 79: [333] Comentario [SC815]
Sergio Cortez
CORR., 192: Las obras hacen linaje. También aquí se acuerda del Petrarca (Remed., I, 16): «Recebir gloria de lo ageno es una donosa vanagloria. Los merecimientos de los
avuelos cardenales son e los nietos que de aquella bondad desvían, e ninguna cosa pública más las manzillas de los modernos que el resplandor e gloria de los antiguos. Muchas
vezes amenguó a uno la virtud de otro. El verdadero loor, si de tus propias cosas no le has, de las a genas no le esperes.»
Página 80: [334] Comentario [SC821]
Sergio Cortez
«Ardor del alma muerta en su cuerpo y viva en el ajeno» llamó PLATÓN al amor. Y lo mismo suspiraba el otro Alcesimarco de PLAUTO (Cistel.), que no estaba donde estaba
y que donde no estaba, estaba su alma. Lenguaje que de otra manera sonaba por la boca suavísima de SAN AGUSTÍN (Confes.): «que su peso era su amor y que el amor le
llevaba para donde quiera que él tenía lo que amaba.» Y SAN PABLO (Galat., 2): «que ya él vivía, mas no él, sino Cristo en él.» Y es que quien ama está más en el amado, que
en sí mismo, pues en él tiene su alma empleada y no se ocupa sino en contemplarle, hasta olvidarse de sí. Y en el punto que comenzare a ser amado de su amado, comienza a
recobrar a sí mismo, restituido del que de él había sido amado y le tenía consigo. Y porque quien ama quiere ser amado, ese querer ser amado es querer cobrarse a sí mismo,
dado con el que le diere su amor en pago del amor que le tiene. De donde dijo MARSILIO que «nadie se daba amando, sino por sí mismo», que es decir que no amaba sino a
quien le amase. De este modo, el que amando se da, cóbrase a sí y al amado y sale ganancioso, quedando consigo y con otro por uno que había dado.
Página 80: [335] Comentario [SC824]
Sergio Cortez
Hacer momos, visajes, momear. S. BADAJ., 2, p. 35: Los juegos y personajes, / los momos y los visajes, / los respingos a montones. J. PIN., Agr., 10, 28: En España no hay
malos veduños... y bastan a hacer momear a muchos.
Página 80: [336] Comentario [SC826]
Sergio Cortez
CORR., 163: Una en el año y esa con daño; o una en un año y esa con daño. Ídem, 164: Una vez en el año y esa con daño.
Página 80: [337] Comentario [SC827]
Sergio Cortez
CORR., 342: Quien tiempo tiene y tiempo atiende, tiempo viene y se arrepiente. Ídem, 342: Quien tiempo tiene y tiempo espera, tiempo viene que desespera, o tiempo viene que
el diablo le lleva. El autor mezcló entrambos refranes, y así salió desasonantado. Aquí y al principio del auto VII aconseja como la otra vieja del romance de Melisenda (MEN.
PELAYO, Antol., 9, p. 167): «Agora es tiempo, señora, / de los placeres tomar, / que, si esperáis a vejez, / non vos querrá un rapaz.»
Página 81: [338] Comentario [SC834]
Sergio Cortez
Imitación preciosa del Arcipreste de Talavera es toda esta sátira contra los señores, llena de realismo y brío. Esta es la manera castizamente castellana, la que usan las gentes del
pueblo en España, y más las tías, lo más subido del arte descriptivo, que el Arcipreste de Talavera supo tornar del pueblo y remedar garbosamente; de él lo aprendió Rojas, y de
Rojas, Cervantes. Toda alabanza queda corta para este realismo vigoroso, que no tiene parecido en ninguna otra literatura, fuera de algunos toques que se hallan en la literatura
griega.
Página 81: [339] Comentario [SC836]
Sergio Cortez
CORR., 550: Los caramillos que levanta y mete. (Quien alborota, y más mujeres.) Ídem, 509: Armar caramillos. (Poner achaques y hacer invenciones y rodeos.)
Página 81: [340] Comentario [SC837]
Sergio Cortez
Havada, vulgar, por avahada, de avahar, echar vaho, como cuando con él se calientan las manos frías o con el vaho se recalientan las sopas (avahadas) u otros guisos, puestos
sobre la olla de agua hirviendo. G. CASAS, Seda. 3, 2: Abaharlo con mantas. G. Alf., 2, 3, 4: Sopitas avahadas.
Página 81: [341] Comentario [SC838]
Sergio Cortez
Quesido, por querido, varias veces en el texto, vulgar, sacado del pretérito quise, como anduviendo de anduvo y andó de andar, tuvido de tuvo, etc., confundidos los temas de
presente y pretérito. Hizo mal Foulché-Delbosc en corregir estos vulgarismos. Gest. D. Jaime, p. 25: Et rentaua lo porque no lo avie quesido creyer (véase auto X).
Página 81: [342] Comentario [SC839]
Sergio Cortez
Vale más... Más vale pan con amor, que gallina con dolor. CORR., 454: Más vale pan solo con paz, que pollos en agraz.
Página 81: [343] Comentario [SC841]
Sergio Cortez
Quij., 2, 11: Quien la vido y la ve ahora, cuál es el corazón que no llora. CORR., 340: Quien te vido y te ve agora ¿cuál es el corazón que no llora? Ídem, 346: Quien me vido
algún tiempo y me ve agora, ¿cuál es el corazón que no llora?; varia personas: quien te vido, quien le vido.
Página 81: [344] Comentario [SC843]
Sergio Cortez
GALINDO, 509: Ande la rueda, de la fortuna y sus mudanzas y de la noria con sus arcaduces o canjilones.
Página 82: [345] Comentario [SC850]
Sergio Cortez
CORREAS, 362: «Como piedras a tablado. (Usa ésta la Celestina diciendo que iban bodigos a su casa espesos como piedras a tablado, y porque muchos no entienden aquella
comparación es bien declararla. Solían los caballeros levantar un tablado para ejercitarse en él en tirar bohordos, como se refiere en muchos romances viejos, y en aquellos de
los siete Infantes de Lara, y otros del Rey D. Fernando de León; el tablado era un madero alto, derecho como un huso, hincado en el suelo, y en la punta alta puesto un
tablamento cuadrado u ochavado como castillejo casi como el que se pone en Salamanca sobre la picota en las fiestas de toros; a imitación de esto también levantaban otros
tablados los labradores en regocijos suyos de a pie, y en el castillejo metían un cántaro, y dentro del cántaro un gallo vivo, y su fiesta era que elegían un rey, y sus duques, y
condes, y reina, y duquesas, y condesas, de las honradas del lugar y mozas; que con esta llaneza se trataron los pasados. El día postrero de los que duraba el reinado salían a la
plaza o campo, donde estaba levantado el tablado, y el rey tiraba a él el primero una naranja, luego sus príncipes, después todo el pueblo con piedras, procurando cada uno
derribar el tablado, y quebrar el cántaro, y el gallo era del que le quebraba; por esto tiraban muchas hasta derribarle, y a este uso fue dicha la comparación, y se usa hoy día a la
banda de Ciudad Rodrigo y León.)»
Página 107: [346] Comentario [SC951]
Sergio Cortez
Aquí venía en la Comedia, tras la gran dicha de los amantes, la repentina mudanza de la fortuna y el trágico fin de entrambos (auto 19): ¡Escucha, escucha!, ¡gran mal es este!
Este gran efecto trágico, nudo de toda la obra, en que el autor puso todo su empeño, y que hace la unidad de toda ella y su grandiosidad dramática, lo destruye el corrector
rompiéndolo de un hachazo, con ingerir todos esos autos, descosidos de la acción verdadera que, no sólo no contribuyen a ella, sino que la degüellan lastimosamente. El autor,
que con tan sutil agudeza prepara toda la acción y con tan soberano ingenio iba a levantarla aquí a lo más trágico, haciendo se despeñase de un golpe la felicidad de los amantes,
no es posible perdiera de tal manera los estribos que se olvidara de todo y se olvidara tan neciamente de sí. ¿Fue Rojas el que escribió hasta aquí? Pues si Rojas añadió lo que
sigue, perdió con ello la gloria que hasta este punto había alcanzado. Lo que sigue es tan indigno de un dramaturgo como el hacer desaparecer el momento trágico que tan
admirablemente venía preparado. Y no se diga que es episódico, porque, demás de ser éste demasiado largo, los episodios, aunque distraen, no dañan a la acción principal, y así
son admitidos en la épica, bien que no en la dramática. Lo aquí añadido no es episodio, pues parte por el eje la acción principal, destruye el nudo y el efecto trágico del punto
central de la obra.
Página 107: [347] Comentario [SC953]
Sergio Cortez
En lugar de gozarse con lo alcanzado, el Calisto del corrector se divierte en llorar la deshonra causada con la muerte de sus criados. Y luego se embarca en consideraciones
sobre la brevedad de la vida. No es este el Calisto del autor. Más parece primero caballero vengativo y luego fraile franciscano. Melibea se le fue de la cabeza, como si jamás la
hubiera conocido.
Página 107: [348] Comentario [SC954]
Sergio Cortez
Veo la mengua de mi casa, la perdición de mi patrimonio. Véase a Lucrecio (l. 4, v. 1113): «Adde quod absumunt vires pereuntque labore. | Adde quod alterius sub nutu
degitur aetas | labitur interea res, et vadimonia fiunt; | languent officia atque aegratat fama vacillans. | ............................................. | Nequidquam; quoniam medio de fonte
leporum | surgit amari aliquid, quod in ipsis floribus angat; | aut cum conscius ipse animus se forte remordet, | desidiose agere aetatem, lustrisque perire.»
Página 107: [349] Comentario [SC956]
Sergio Cortez
Ahora la emprende con el juez, que parece comió el pan de su padre, esto es, que le sirvió. Esta invectiva feroz contra los jueces va contra la manera de proceder del autor de la
primitiva Celestina, el cual nunca se entremete a sátiras que no tengan que ver con el intento de la Comedia, ni mucho menos las lleva tan por la tremenda y sin rodeos ni velos
artísticos, como lo hace el corrector. No es este el estilo y manera del autor primitivo, y en este trozo aparece con toda claridad otra mano y otra cabeza.
Página 110: [350] Comentario [SC970]
Sergio Cortez
Centurio, acaso le ocurrió al corrector este nombre de rufián pensando en el miles gloriosus del teatro latino. En el Eunuco, de Terencio (v. 775), se dice: «Ubi centurio est
Sanga, manipulus furum?» Los rufianes de Plauto y Terencio fueron modelos del Centurio, así como el Capadocio del Curculio, el Labrax del Rudens, el Dórdalo de El Persa,
el Samión de los Adelfos. Igualmente los milites gloriosi, como Therapontigono en el Curculio, Pyrgopolinices en el Miles, Arasophanes en el Truculentus. Este personaje es lo
único de bueno que al corrector le ocurrió, pues el valentón es el primer personaje español. A la verdad, no tuvo que devanarse mucho los sesos, pues se halla tras cada esquina
y todos los continuadores dramáticos de esta obra le sacaron a plaza. Pero es tan exagerado como el miles gloriosus latino y griego, desde [períallos] de Epicarmo, que
Casaubon interpreta «qui caeteris praestat aut vult videri praestare», el Thrason, de Menandro, de cuya comedia Eunuco pasó a la del mismo nombre de Terencio, y el Polemon
o guerrero y el Leontichus de Luciano, tan hazañero, que espanta a la querida con sólo contarle sus fazañas (Diál. meretric.).
Página 110: [351] Comentario [SC971]
Sergio Cortez
Cotéjese esta pintura del Centurio y lo que dice Areusa que ha hecho por él con lo que en el auto VII dice la misma de aquel mi amigo, que se partió ayer con su capitán a la
guerra. Este Centurio ni es soldado ni se partió, pues aquí le tenemos, ni es más que un cobarde. Me da todo lo que he menester; tiéneme honrada, favoréceme y trátame como
si fuesse su señora. Que no tenía otro amante bien lo dicen ella y Celestina. ¿De dónde ha salido, pues, por escotillón este rufianazo cobardón y tan mal fachado y peor
calificado en lo moral, con quien Areusa anda envuelta hace tanto tiempo? Pues de la cabeza del corrector. Realmente los nombres de Areusa y Elicia son los mismos que en la
Comedia Celestina; pero la comedia presente es otra y otros los personajes.
Página 114: [352] Comentario [SC1005]
Sergio Cortez
¿Piensas que sabe ella qué cosas sean hombres?, dice luego de Melibea su madre. Y con todo eso sabe y ha leído todo esto que trae aquí a cuento de la majadera sentencia
“Más vale ser buena amiga, que mala casada”. Aun entre personas gravísimas, y tratando de ciencia, pídese salva para decir lo que aquí desparpajea esta linda hembra.
«Vomitad ya esa ponzoña -dice uno de los Diálogos de Juan de Pineda (22, 22) -que ya estamos medicinados con la incredulidad, porque no nos infeccione vuestro sabroso
maldecir... O Mirra, que ungiste el sacratísimo cuerpo del Redentor, no pongas atención al incesto que la hija de Cinira, de tu nombre, aunque no de tu casta, cometió con su
padre, no la conociendo de noche o habiéndole primero embriagado (como muchos lo escriben y estos señores disimulan).» Véanse OVIDIO, Metamórf., 10, y Ars. am., I, e In
Ibim; PLUTARCO, Paralel., c. 22; STOBEUS, Ser., 64. Véanse estas y otras historias en Pineda (loc. cit.). De Tamar, en el segundo de los Reyes 13. (NOTA: Com. En
“algunas eran de la gentilidad” y “tenidas por diosas”)
Página 114: [353] Comentario [SC1006]
Sergio Cortez
Continuación... Algún lector me reprochará el que me haya detenido a comentar toda esta podre. Tiene harta razón, y con la misma podrá juzgar si le es más lícito y propio a una
doncella como Melibea sacarla, nada más que por prurito de mostrar erudición, a propósito de la fea sentencia, que ni siquiera tiene con ella nada que ver toda esta porquería
más que lo del borracho: ¡A propósito, fray Jarro! Ganas del corrector de despintar a la modesta e inocente Melibea que el autor nos había hecho amar, para que con estos
brochazos de burdel viéramos claramente ser él muy otro que el autor de la Comedia y su Melibea lo opuesto de la Melibea que conocíamos. Pero que todo esto sea del corrector
nos lo dice la costumbre que tiene de tomar cosas de Mena. Efectivamente, de él tomó estas noticias. Lo de Mirra está en la copla 102 del Laberinto; lo de Canace, en la 103; lo
de Pasiphe, en la 104. Si este lugar hubiera tocado el verdadero autor de la Comedia, hubiera tomado ejemplos de adulterio del Petrarca (De Remed., 2, 21).
Página 120: [354] Comentario [SC1047]
Sergio Cortez
Levada es acción de hurtar. Píc. Just., 2, 2, 4, 2: El muchacho era obediente e inclinado a estas levadas. Es además lance que, de una vez y sin intermisión, juegan los dos que
esgrimen. Ruf. dich.: Platiquemos / una levada buena. Y acción de levantar airosamente la espada o lanza, dando en el aire, y este parece ser el sentido del texto, esto es, jugar de
la espada para meter miedo. A. ALV., Silv. dom. 3 cuar, 8 c.: Esos aun con espadas en las manos que fuesen versátiles y haciendo levadas a todas partes (los serafines puestos en
el paraíso para ojear a Adán y Eva).
Página 125: [355] Comentario [SC1074]
Sergio Cortez
Este último epifonema es el quejido que brota de lo más hondo del alma humana, por muchos expresado, pero por nadie tan ceñidamente y en más cruel coyuntura. Es la
filosofía del placer de Schopenhauer. En Remed., 2, 83: «No sé yo quales me llamas tu alegres días. Los quales, quando estavan presentes eran tristes y llenos de lloros; agora yo
no veo otra causa para que te parezcan alegres, sino averse passado e porque no han de bolver acrecientan en sí la estimación y en ti el desseo, aviendo llevado tras sí muchas
cosas, que por ventura eran de ti cordialmente amadas. Assí que es la verdad que el loco ninguna cosa ama tanto como lo que pierde.» En Los Cautivos I, de PLAUTO: «Tum
denique homines nostra intellegimus bona, / Quom quae in potestate habuimus, ea amisimus.»
Página 127: [356] Comentario [SC1081]
Sergio Cortez
Y caso que. El mismo procedimiento de hacerse reflexiones históricas que hemos visto añadir al corrector en otros lugares. Pero aquí la inoportunidad sube de punto. Lo
estrambótico de poner en labios de una doncella tan hondas erudiciones, es nada en comparación con el efecto artístico que aquí hace contando los sinceros y trágicos
sentimientos del momento más agudo del drama. La que sabía de Mirra, Canace y Pasiphe (auto XVI) bien podía saber de Bursia, del Rey de Macedonia y de la Reina de
Capadocia. Erudición tenía el autor, pero se la comunicaba a Calisto y nunca a destiempo. Esto no es erudición, que el corrector comunique a una doncella momentos antes de
suicidarse; es una invención de algún famoso médico, para evitar el suicidio al desesperado, pero que no habrá hombre de sano juicio que se la atribuya al autor de la primitiva
Comedia. Hay cosas que rebosan [«robosan» en el original] los linderos de lo verisímil y hay principios estéticos para juzgar de autores y escritos que no han menester más
testimonios. Este pegote se basta para dar por apócrifo todo lo añadido a la primitiva Comedia. (NOTA: Com. en “Y caso” y “que”)
Página 127: [357] Comentario [SC1082]
Sergio Cortez
Continuación... El pasaje es de Petrarca De Remed., trad. FERNÁNDEZ, I, 5, 3: «Amados digo que son los padres; mas dime, ¿Júpiter no echó del reyno a su padre Saturno? ¿Y
Nicomedes no mató a su padre Prusia, rey de Bithinia porque tratava de matarle, y Ptolomeo que por esto se llamó Philopater, no rijo assí el reyno de Egypto por consejo de sus
concubinas después que ovo muerto a su padre, madre y hermano e a la postre a su muger Eurídice, que ninguna cosa le quedó propria en él sino el nombre desnudo de rey, e
por ventura Horestes no mató a Clitemnestra su madre y Nerón a Agripina y Antipatro a Thesalonice. Amados son también los fijos, mas Theseo no mató a Hipólito su
castíssimo hijo, y Philippo, rey de Macedonia, no mandó matar a su buen hijo Demetrio y el otro: Ptolomeo, contrario a toda piedad e religión, suzio rey también de Egypto, no
mató dos hijos suyos, y Herodes, rey de Judea uno y Constancio emperador de Romanos no mató también a su hijo Crisipo, e Malco, duque de los Cartaginenses no crucificó a
su hijo Cartalon? Pues si digo de las madres, cuyo amor es más entrañable y de natura más piadosas, ¿quántas fueron crueles a sus hijos? Conocida es de todos Medea. Pues
¿qué diré de Leodice, reyna de Capadocia, que por codicia de reynar mató a cinco hijos suyos? Digo que son amados los padres e los hijos e los hermanos e tornolo a repetir;
mas porque en un exemplo encierre toda la crueldad oye. Phraates, rey de los Parthos, el más perverso de todos los reyes y el más endiablado, no con codicia, mas con ravia de
reynar, mató a Orodes, su viejo e afligido padre e juntamente con él treynta hermanos suyos, hijos de aqueste mismo, e porque ninguno quedasse sino él, que pudiesse reynar en
Parthia, mató también a su mismo hijo.»
Página 130: [358] Comentario [SC1098]
Sergio Cortez
La frase está tomada del Petrarca (Remed., 2, 48), del mismo diálogo, del cual va luego a tomar los ejemplos de Paulo Emilio, Pericles, etc. «Ciertamente como quiera que en
muchas cosas de la vida de los hombres sea sin orden, mucho menos la ay en la muerte.» También la puso el mismo Petrarca en el libro I, Contra Medicum quemdam
invectivarum. Si el corrector fuera el autor, de seguro hubiera puesto aquí ideas y aun frases de las coplas del Laberinto contra la Fortuna (c. 7 y sig.), que le venían muy a
cuento, ya que el corrector tanto tomó de Mena.
Página 130: [359] Comentario [SC1099]
Sergio Cortez
Me pareces un laberinto de errores. Tomado de las Cartas familiares del Petrarca (8, 8): «Videtur mihi vita haec dura quaedam arca laborum, palaestra discriminum, scoena
faliaciarum, labyrinthus errorum, circulatorum ludus, desertum horribile, limosa palus, senticulosa regio, vallis hispida, mons praeruptus, caligantes speluncae, habitatio
ferarum, terra infoelix, campus lapidosus, vepricosum nemus, pratum herbidum, plenumque serpentibus, florens hortus ac sterilis, fons curarum, fluvius lachrymarum, mare
miseriarum, quies anxia, labor inefficax, conatus irritus, grata phrenesis, pondus infaustum, dulce virus, degener metus, inconsulta securitas, vana spes, ficta fabulosa, falsa
laetitia, verus dolor...» Y prosigue todavía más largamente el Petrarca.
Página 130: [360] Comentario [SC1100]
Sergio Cortez
Cévasnos. Aquí y en lo que luego viene de corremos por los prados parece tenía presente el autor lo del Petrarca, De Remed., I, 90, trad. Francisco Madrid: «Entre la liga y las
redes buela el ave segura e burla el pez entre los anzuelos y entre los ballesteros la fiera. Muchas vezes donde ay más peligro ay menos miedo. Maña es de la fortuna quitar el
miedo para herir más a su voluntad.»
Página 130: [361] Comentario [SC1102]
Sergio Cortez
Que si aquella severidad... Tomado de las Epístolas familiares del Petrarca (Florentiae, 1859, l. 2, ep. I): «Et tamen, ut intelligas quorum ego te numeris adscribo... Aemilius
Paulus, vir amplissimus et suae aetatis ac patriae summum decus, ex quatuor filiis praeclarissimae indolis, duos extra familiam in adoptionem aliis dando, ipse sibi abstulit:
duos reliquos intra septem dierum spatium mors rapuit.» (Aquí Rojas le dio otro sentido a su propósito, pues lo que el Petrarca propiamente dice no es que a Paulo Emilio le
quedasen dos hijos dados en adopción, sino al contrario, que los perdió para su familia por habérselos dado en adopción a extraños.) «Ipse tamen orbitatem suam tan excelso
animo pertulit, ut prodiret in publicum, ubi, audiente populo Romano, casum suum tam magnifice consolatus est, ut magis metuere ne quem dolor ille fregisset, quam ipse
fractus esse videretur... Pericles, Atheniensium dux, inter quatuor dies duobus filiis orbatus non solum. non ingemuit, sed nec priorem frontis habitum mutavit... Xenophon, filii
morte nuntiata, sacrificium cui tunc intererat, non omisit... Anaxagoras mortem filii nuntianti: Nihil, inquit, novum aut inaxpectatum audio: ego enim, cum sim mortalis,
sciebam ex me genitum esse mortalem.» Está tomado de Laercio. (NOTA: Com. en “Que si” y “aquella severidad”)
Página 130: [362] Comentario [SC1103]
Sergio Cortez
Continuación... Los mismos ejemplos trae el Petrarca consolando de la pérdida de los hijos, y además el de David, que aquí viene luego, en De Remediis, 2, 48. Véasela la
traducción de FRANCISCO MADRID: «Sabes también qué coraçones tuvieron Paulo Emilio y el mesmo Catón, Pericles y Xenophon aquel compañero y émulo de Platón y
otros innumerables en las muertes de sus hijos ni se te encubre tampoco como aquel sancto rey e propheta al hijo que enfermo llorava no lloró después de muerto, pensando que
llorar por lo que no puede cobrarse más procede de locura demasiada que de piedad.» Nótense las últimas palabras acerca de David, que son las mismas del texto. En el mismo
diálogo dice luego: «Por ventura no oyste lo que dixo Anaxagoras o has olvidado que era mortal el que engendraste.»
Página 130: [363] Comentario [SC1104]
Sergio Cortez
Agora... Tomado del mismo Diálogo del Petrarca (2, 48): «Perdiste también con él (hijo) muchos temores e infinitas causas de congoxas e cuydados, e para carescer destos era
necessario que tu o él muriessedes, porque al padre ninguna otra cosa sino la muerte le faze seguro.»
Página 131: [364] Comentario [SC1106]
Sergio Cortez
Aquí y en la idea general de la Comedia tuvo presente el autor al Petrarca en el diálogo «de los agradables amores» (Remed., I, 49): «Que fuerça te parece la deste mal (del
amor), pues con blando encuentro derriba duros coraçones e tan rezios cuerpos e con flaca atadura ata tan ligeros pies y tan fuertes braços... e también que Leandro se ahogasse
en la mar... a la luxuria llamays amor, a este honrays y a este con desenfrenada manera de hablar hazeys dios porque escuse y cobije vuestros yerros, que apenas el cielo los
puede cobrir. Pues si fuesse dios no haría cosa que fuesse mala...»
Página 131: [365] Comentario [SC1107]
Sergio Cortez
Esta doctrina es judía y nada cristiana. En cambio en toda esta trágica lamentación final Pleberio no se acuerda para nada de Dios ni de los consuelos de nuestra Religión. El
autor que la escribió no llevaba en el hondo del alma la fe religiosa del cristiano, que brota, quieras que no, en los percances angustiosos y en los momentos de gran dolor. Lo
cual confirma ser Fernando de Rojas.
Descargar