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ARTÍCULOS
CRÍTICA AL ESTADO MEXICANO
Critic to the Mexican State
Recepción: 22 de febrero de 2011.
Aceptación: 19 de marzo de 2011.
Teresa Magnolia Preciado Rodríguez
Abogada y Maestra en Gestión y Políticas de la Educación Superior
por la Universidad de Guadalajara.
Coordinadora académica del Instituto Prisciliano Sánchez
[email protected]
María del Consuelo Márquez Gándara
Abogada y Maestra en Derecho por la
Universidad de Guadalajara.
[email protected]
Palabras clave
Estado, política, poder, ciudadanos, paz social, gobierno, oportunidades
Key Words
State, politics, power, citizens, social peace, government, opportunities
Pp. 73-80
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Crítica al estado mexicano
Resumen
Hablar del Estado Mexicano en nuestros días, es trasladarnos a eventos desagradables, a malas experiencias, desconfianza, corrupción, etcétera, es raro
que el ciudadano tenga una visión positiva sobre el Estado. Este artículo, intenta dar una visión de las políticas del estado, su papel paternalista ante la
problemática social y política que vivimos así como la falta de oportunidades
para los ciudadanos.
Abstrac
To speak of the Mexican State in our days, is to transfer ourselves to unpleasant
events, bad experiences, mistrust, corruption, etcetera, it is rare that the citizens
have a positive view of the State. This article tries to give an overview of State politics, the role of the paternalistic state to the social and political problems which
we live and the lack of opportunities for citizens.
L
os griegos, tenían como ideal el que la vida humana fuera en concordancia con
las leyes de la naturaleza y los principios de la razón. Pensaban el hombre había
sido dotado de inteligencia, no sólo debía vivir honestamente, su vida dentro de la
polís debía ir aparejada a sus ideales más altos; por tanto era necesario para el desarrollo de
estos ideales, es decir, el Estado es como el hombre mismo un producto de la naturaleza
y no requiere por ello ninguna justificación. Esta concepción griega de la polis (Estado)
como entidad compuesta por los ciudadanos exigía una participación activa de todos y
cada uno en la vida política, con el fin de obtener el bienestar general12.
Para el logro de dicho fin, en nuestro país se ha venido asignando al Estado una serie
de atribuciones, las cuales a la fecha se agrupan, a decir de Gabino Fraga (1992), en las
siguientes categorías: 1) atribuciones de mando, correspondiente a las acciones a implementarse para asegurar la paz, la salubridad y el orden público; 2) atribuciones para regular la actividad económica; 3) atribuciones para crear servicios públicos, y 5) atribuciones
de gestión económica, cultural y de asistencia13.
Así, para el cumplimiento de sus objetivos y desarrollo de sus atribuciones, el Estado ha
elaborado una serie de políticas14, determinantes de las estrategias y acciones a desarrollar.
Sin embargo, pareciera las decisiones tomadas por el Estado actual, han dejado de observar como fin el bienestar general, con el paso de los años y la implementación de nuevas
políticas públicas no se ha llegado al bien común, mucho menos al bienestar individual,
12. Bobbio Norberto, 2007, La teoría de las formas de gobierno en la historia del pensamiento político, México, Fondo de Cultura
Económica, pp. 33-43.
13. Fraga Gabino, 1992, Derecho Administrativo, Porrúa, México, p. 15.
14. Por Política se entiende “la decisión de una autoridad legítima, adoptada dentro de su campo legítimo de jurisdicción y
conforme a procedimientos legalmente establecidos, vinculante para todos los ciudadanos de la asociación, y que se expresa
en varias formas: leyes, sentencias, actos administrativos”. Aguilar Villanueva, Luis F. (Coord), 2003, La hechura de las políticas,
Porrúa, México, p. 22.
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así se advierte una conciliación de la garantía de ciertas libertades básicas con un tipo de
redistribución de riqueza, la cual trata de aminorar las desigualdades económicas, políticas y sociales tan abrumantes en nuestra sociedad.
Cada gobierno, según se entiende, llega al poder, determinando para su periodo una serie
de políticas públicas, las cuales habrán de convertirse en programas a favor del país, sin
embargo, a decir de Eugenio Lahera Parada (2002), “La determinación del programa y las
políticas públicas es un modo efectivo para no darle a mucha gente lo querido”15. Así, se
observa una toma de decisiones a favor de los grupos menos favorecidos y la protección
de ciertos sectores (tal es el caso de algunos Sindicatos), lo cual ha evitado que las fuerzas
de la paz social y del progreso funcionen correctamente, disminuyendo por consecuencia
el incentivo a la sociedad para trabajar o para hacerlo productivamente.
En este sentido, la política mexicana, ha resultado un tanto ineficiente, represiva y con un
entendimiento falso de la realidad socio-política, dejando de lado los derechos del ciudadano, tal es el caso de la violación a los derechos fundamentales en aras de rescatar el bien
público. Cualquier política adoptada por el gobierno, la cual no respete la voluntad del
pueblo, transgrede innegablemente los derechos citados.
Lo anterior, nos lleva a resaltar lo señalado por Octavio Paz en el Ogro filantrópico:
…Los liberales creían que gracias al desarrollo de la libre empresa, florecería la sociedad civil y simultáneamente, la función del Estado se reduciría a la de simple supervisor
de la evolución espontánea de la humanidad. Los marxistas, con mayor optimismo,
pensaban que el siglo de la aparición del socialismo sería también el de la desaparición
del Estado. Esperanzas y profecías evaporadas: el Estado del siglo XX se ha revelado
como una fuerza más poderosa que la de los antiguos imperios y como un amo más
terrible que los viejos tiranos y déspotas. Un amo sin rostro, desalmado y que obra no
como un demonio sino como máquina…16.
En pleno siglo XXI y con la llamada “globalización”17, se está presenciando el surgir de
nuevos –y resurgir de viejos– sentimientos nacionales en un proceso aparentemente incomprensible de naciones, las cuales se convierten o luchan para convertirse en Estados,
para a su vez, sumarse a procesos de integración económica, social, cultural y política
supranacionales. Tal es el caso de las naciones, al constituir en la actualidad la Unión
Europea, pues efectivamente: por un lado se observan algunos problemas en específico
(medioambientales, de derechos humanos, de delincuencia organizada, etc.), los cuales
escapan de la dimensión del Estado, llevando a éstos a asociarse a nivel “supra” –en el caso
15. Lahera Parada, Eugenio, (2002), Introducción a las políticas públicas, Fondo de Cultura Económica, México – Chile; p. 71.
16. Paz, Octavio, 1992, El ogro filantrópico, Barcelona, Seix Barral, p. 85.
17. Este fenómeno se ha desarrollado a partir de los años 80’s y se da por la conjunción y el entrelazamiento de un nuevo orden
internacional de alta concentración del poder a escala mundial, una tercera revolución científico – tecnológica e industrial; la
transnacionalización; la división mundial del trabajo y un nuevo proyecto político que se corresponde en lo interno como un
nuevo modelo neocapitalista. Instituto de Investigaciones Jurídicas, 2002, UNAM, pp. 232-233.
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de México si bien no ha llegado a unirse con Estados Unidos de Norteamérica, sí realiza
acciones en conjunto con dicho país–, pero por otro lado, la necesidad de identidad, y la
atención de los problemas ciudadanos por parte del gobierno, si bien no han quedado en
el olvido, ello no implica sean la mayor preocupación del Estado18.
Así, la solución a la crisis vivida a nivel mundial, producto del decaimiento del Estado
mismo, es pretender evolucionar hacia formas más maleables de organización nacional,
las cuales establecen alianzas entre diversos niveles de poder, sin embargo, dicha transformación ha puesto indefectiblemente en peligro los logros del propio Estado, por ejemplo
en México los servicios de educación, donde se advierte cómo el sistema educativo nacional no ha logrado responder a las aspiraciones y demandas de los ciudadanos; todavía
existe un rezago en la alfabetización de la población, la transformación del sistema educativo por competencias no ha logrado hacerlo más participativo, eficiente, de mejor calidad, suficiente, equitativo y flexible, así como tampoco ha logrado responder a las nuevas
circunstancias de la población.
En este rubro, existen programas cuyas estrategias son consolidar y mejorar los servicios
existentes tales como el Programa Nacional de Lectura o el Programa Nacional de Becas, ambos a cargo de la Secretaría de Educación, también no menos cierto es que no se
han generado nuevos modelos, áreas y servicios de atención para la alfabetización de los
ciudadanos. Contradictorio resulta cómo en algunas comunidades indígenas, totalmente
marginadas, a la llegada del “cuarto poder”19, son dotadas de computadoras para estar a
la vanguardia de la tecnología; sin embargo, carecen de la infraestructura necesaria para
poner en marcha los aparatos electrónicos otorgados, no se diga para difundir temas educativos y culturales.
La última de las políticas surgidas en educación es el decreto dado a conocer por el Presidente Felipe Calderón el pasado 14 de febrero del año en curso, relativo a la exención
de impuestos en colegiaturas, medida tanto vanagloriada como criticada por diversos sectores, pero sin duda, refleja otro claro ejemplo del diseño de políticas públicas a favor de
pequeños grupos, pues con dicha disposición se promueve a todas luces la privatización
de la educación.
Ahora bien, no es novedad el hecho de que se tenga una visión acerca del Estado. Generalmente lo conceptualizamos como “Estado paternalista”. Nuestra historia está llena
de ejemplos de políticas “paternalistas”, las cuales han buscado limitar la libertad de sus
ciudadanos, aunque también debemos reconocer a un país como el nuestro con tantas
desigualdades, necesariamente se implementan políticas consideradas necesarias y son
el resultado de una mínima justicia social, política y por supuesto distributiva. Basta con
mirar hacia el pasado y advertir cómo se obtuvo nuestra constitución -a través de una Re18. Porrúa Pérez, Francisco, 2003, Teoría del Estado, México, Porrúa, pp. 68-81.
19. Coloquialmente nos referimos a la industria de la televisión.
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volución- donde en algunos casos las protecciones y garantías consagradas en la misma,
no son concesiones realizadas por el Estado, por el bien propio de los ciudadanos, sino
son logros obtenidos por algunos sectores de la sociedad, de igual forma podemos decir,
varias leyes protectoras de los campesinos y los trabajadores se obtuvieron de esa forma.
Por ello, para que una política responda a un Estado, debe enfrentar diversos problemas
de diseño: la comunicación entre sus formuladores, justificar sus declaraciones y proyectar acciones, entre otros; de este modo, el gobierno puede ejercer mejor su función al
“liberar recursos para concentrarlos en sus tareas principales”20. En este sentido, el Estado
debe asegurar la educación, salud, y seguridad, así como garantizar las capacidades de
los ciudadanos para adquirir bienes básicos, en el entendido de prever cierto ingreso y
bienestar para satisfacer las necesidades y los intereses de las personas. Es decir, como
mínimo debe otorgar algunas facilidades para sus gobernados, quienes puedan desarrollar las capacidades necesarias que le permitan adquirir dichos satisfactores y, realmente
cumpla así con el fin primario.
De acuerdo a lo anterior, la responsabilidad del Estado estriba en ofrecer seguridad y
oportunidades para una vida digna y productiva a todos: el pacto social21 que une a la
nación que así lo exige. La cohesión social, depende no sólo de la continuidad y eficacia
de los programas sociales, también depende de la exitosa aplicabilidad de los mismos. Las
acciones públicas deben ser tales que sus variadas capacidades políticas y administrativas
garanticen con toda claridad el compromiso con los valores fundamentales consagrados
en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, los cuales deben dar de su
vocación democrática y demostrar su persistente trabajo a favor de la justicia social, las
libertades y el Estado de derecho siempre deben prevalecer.
Otro caso de paternalismo nacional en México, radica en el sistema agrícola existente,
resultado de una de múltiples reformas vividas en materia agraria, y donde se otorga al
campesino una parcela de tierra, con lo cual se evita la formación de latifundios; esto ha
traído como consecuencia la casi inexistente inversión de capitales en la agricultura, razón
por la cual México hasta nuestros días sigue importando trigo y maíz, esto es inaceptable y
contradictorio, al ser conocida la vanagloriada riqueza natural de nuestro país.
Ahora bien, el inconveniente de México no es exclusivamente padecer de un Estado
paternalista, pues no se pueden olvidar los problemas derivados de la cercanía con los
Estados Unidos, tales como la dependencia económica y, hasta cierto punto la cultural.
20. Lahera Parada, Eugenio, (2003), Introducción a las Políticas Públicas, Fondo de Cultura Económica, México, p. 21.
21. También conocido como Contrato Social, de Jean Jaques Rousseau, cuya teoría principal es la organización social contemporánea, donde se busca eliminar las desigualdades sociales y lograr la unidad de los hombres. El hombre se somete a las leyes que
fueron acordadas por la voluntad de la comunidad. Corona Nakamura, Luis Antonio, (2009), La Justicia electoral, en el sistema
constitucional mexicano, Universidad de Guadalajara – Tribunal Electoral del Poder Judicial del Estado de Jalisco, México, p. 25.
Por su parte, Hobbes también desarrolló su propia teoría del Pacto Social, concibiéndolo como método mediante el cual el
hombre garantiza su seguridad. Señala que mediante este pacto el hombre llegaría al Estado Político y Civil, donde el soberano
velaría por los intereses de sus súbditos. Ibídem, p. 30.
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Sin embargo, en nuestro país, al existir una pluriculturalidad increíble, así como un autoritarismo innegable, donde el gobierno solo a algunos sectores de la sociedad castiga,
mediante la implementación de políticas paliativas, buscando disminuir en apariencia las
clases sociales, pues no resuelven los problemas de la sociedad capitalista y neo-liberalista
hoy vivida.
Es importante no perder de vista la conformación del Estado por fenómenos complejos,
aspectos jurídicos, políticos, sociales, culturales e históricos, por lo cual la explicación de
su naturaleza, fines y propósitos no puede entenderse en el presente trabajo con solo desarrollar un aspecto instrumental, es decir, no se puede abarcar un todo en pocas palabras.
La política del Estado es sin duda de gran relevancia; sin embargo dicha concepción es
actualmente confundida con ser político o bien, como se le identifica “grilla”22, no alcanzando a percibir la diferencia entre dichas acciones. El diseño de políticas como instrumentos de apoyo para el desarrollo democrático de un país, ha venido a confundirse con
las personas contendientes a un puesto público, mediante la presentación de sus plataformas, aquellos individuos que utilizando la retórica prometen al electorado cambios en el
país durante sus campañas, para luego olvidarlas durante su gestión.
Pero entonces, ¿cuál es el papel del político? “En primer lugar, intentar establecer y mantener un orden social aceptable”23, lamentablemente, para realizar dicha función, es muchas
veces necesario otorgar concesiones ante las minorías disconformes.
Así, la vocación de un político, se debe regir por el deseo de servir con honradez y bajo
principios éticos, los cuales avalen su ejercicio en la función pública, sin embargo, pareciera que ser político hoy en día y en este país es una moda, no falta quien abruptamente
llegue a escaños de poder y despoje a otros. Las elecciones del 2000 iniciaron un cambio
en la percepción de los habitantes del país, siendo cada vez más evidente que quienes se
creen dueños de candidaturas, se han inmolado, ello entre gritos desaforados, errores de
táctica electoral y un mensaje cada vez más fuerte: el candidato rabioso pierde paso casi
siempre víctima de su propia turbulencia, la falta de sinceridad y la estridencia no tienen
cabida en el perfil de un político, y aún así, se observa como obtienen una posición en el
Gobierno que si bien no es la anhelada, si una de consolación, y con base en ello absurdamente gobiernan.
Innegablemente, el Estado requiere de gobernantes, dotados de características personales
como la ética, el carisma y la honorabilidad, expertos en el ámbito público y político, con
relaciones sociales, y con una amplia cultura, una admirable historia de éxito personal y
un don de palabra irresistible, permitiéndole dar la imagen certera para la cual fue electo.
22. Concepto vulgar utilizado para referirnos a la política.
23. Fraga, Manuel, (s/a), Ser político en el mundo actual, Resumen de la Conferencia ofrecida en el Seminario Federal de la Escuela
de Estudios Políticos de Moscú. Documento extraído de internet el 19 de marzo de 2011, en: http://www.cuentayrazon.org/
revista/pdf/125/Num125_003.pdf.
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Al margen de lo anterior, sólo una visión compleja del Estado, de la política y sus políticos
puede arrojar conclusiones aceptables sobre lo que debería o no ser; de cómo se debería
o no de actuar. Si es una realidad, la solución a nuestros problemas está en el futuro –pero
siempre conociendo y aprendiendo del pasado-, en la participación ciudadana, en la lealtad de los principios de innovación en las prácticas y/o acciones políticas, pues sólo con
el apoyo activo mayoritario se contará con la fuerza ciudadana y política para movilizar
nuestros recursos y cumplir con las tareas nacionales24.
La actividad del Estado no puede ni debe ser entregada a organizaciones distintas a él.
Las funciones y atribuciones reservadas por la Carta Magna para éste no pueden dejarse
en manos de particulares; sin embargo, no podemos pasar por alto, las manifiestas inconformidades de los habitantes sobre la forma en la cual algunos hombres ejercen el poder
público y, la inocultable incapacidad de los órganos estatales para hacer que la mayoría de
los habitantes satisfagan, al menos sus necesidades primarias.
Finalmente, es claro falta mucho por indagar sobre el Estado, sus atribuciones, los actores
que en él emergen, el diseño de sus políticas públicas y la evaluación de sus funciones,
entre otras. Al margen de la dinámica planteada, ya sea en el debate filosófico o político,
es evidente dicho tema demanda un estudio a fondo, el Estado actual, es y seguirá siendo
materia no exenta de discusiones que forcejea por una redefinición, una nueva delimitación y redistribuciones de sus fines y atribuciones, permitiéndole cumplir cabalmente
con sus objetivos, uno de ellos el bienestar social.
BIBLIOGRAFÍA Y FUENTES DE INFORMACIÓN
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24. Fix-Zamudio, Héctor, 1983, Introducción a la justicia Administrativa en el ordenamiento mexicano, México, El Colegio Nacional, pp. 134-140.
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Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, Porrúa, México, 2008.
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