Villa de GRIÑÓN

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JOSÉ GOLDEROS VICARIO
CRONISTA OFICIAL DE GRIÑÓN
Villa de GRIÑÓN
NUEVOS DATOS PARA SU HISTORIA:
LA VILLA EN PODER DE LA CORONA
Y DE LOS SEÑORÍOS
(Siglos XIV AL XIX)
2013
1
"Ni un individuo, ni un pueblo, viven sin una historia o una leyenda de
lo que fue en el pasado, de lo que es en el presente y lo que será en el
porvenir."
Benedetto Croce
2
UNAS BREVES PALABRAS
Después de publicar tres libros y más de un centenar de artículos del
pasado de la villa de Griñón, de la cual tengo el honor de ser su
“cronista oficial”, presento ahora este nuevo trabajo, fruto de nuevas
investigaciones y haciendo constar lo más nuevo a incluir en su
historia. La publicación primera apareció en el año de 2002 en un
volumen de 223 apretadas páginas, que vio la luz gracias a la
iniciativa del Excmo. Ayuntamiento de esta villa. Así presentamos
ahora una nueva publicación con más datos posteriores al primer
volumen mencionado. Este nuevo libro llega con el propósito de
complementar a los anteriores de los editados. El volumen que tienes
en tus manos, es por decirlo de otro modo, un complemento de
aquellos primeros dedicados a la historia de esta villa. En efecto,
publiqué otro pequeño volumen monográfico dedicado al patrón de la
villa, el Santísimo Cristo Aparecido.
En el V Congreso de Instituto de Estudios Históricos del sur de
Madrid “F. Jiménez de Gregorio”, celebrado en abril de 2007, cambié
impresiones con mi colega, el historiador y arqueólogo Rodríguez
Morales, acerca de mi interés por el topónimo de Griñón. Se
remonta—según su opinión—al de un poseedor romano, en este caso
un personaje llamado Grannius, (Grañón). Parece que hace muchos
años, fueron hallados unos restos arqueológicos romanos, en el mismo
lugar que han llevado a cabo excavaciones en el año 2006-2007 (junto
al parque forestal de El Carraperal) que confirman aquellos hallazgos
antiguos. El Carraperal se halla situado cercano a viejos caminos
romanos, con lo cual la presencia de esos restos estaría plenamente
justificada, dando lugar a que, con las debidas precauciones, otorgar
crédito a la fundación de esta villa en el periodo más brillante de
Roma en Hispania, en forma de granja o conjunto de asentamientos de
3
ese origen. Los arqueólogos señalan la aparición de señales de
habitación, pertenecientes a los siglos VI, VII y VIII d. C., del periodo
romano-visigodo.
No existe constancia documental ni arqueológica local que cite por su
nombre a la villa de Griñón, hasta principios de la Reconquista por el
rey Alfonso VI, y en las descripciones de límites jurisdiccionales
desde 1208. Por similitud con los restos arqueológicos de los pueblos
que circundan las villas, como Batres, Carranque, Illescas, Perales del
Río y Griñón, existirían ya en la época romana. Por el año 1372 la
villa pasa a depender de Juan Ramírez de Guzmán por decisión del rey
Enrique II, para poco después, en 1374, retornar al Concejo de Madrid
y de la Corona. A comienzos del siglo XV los actuales municipios se
transforman en villas de realengo por concesión de Enrique III, con
ello gozaba de la protección real frente abusos y arbitrariedades, pero
permaneciendo unidos en lo administrativo, fiscal y señorial. Desde
entonces hasta 1813 se suceden los señoríos de Griñón, es decir, los
Mendoza y Toledo, Dávila y Zúñiga, Pimentel…etcétera. Así, fue
Griñón durante un largo periodo de tiempo gobierno señorial.
El autor.
4
PRIMERA PARTE
El municipio de Griñón pertenece a la Comunidad de Madrid, y
estuvo cercano al Camino real entre las ciudades de Toledo y Madrid.
Sabemos de su nacimiento en los siglos X-XI. No obstante, sabemos
ya habitado desde el siglo VI cerca del sitio del actual Carraperal.
Si Madrid esgrimía sus derechos frente a Segovia, en razón de los
privilegios otorgados por Alfonso VII en 1150 y Alfonso VIII en
1176; Segovia lo hacía sobre la base de tres documentos otorgados por
el propio Alfonso VIII, conocidos como “Alcalde Minaya”, el de “La
Bolsilla” y “El Pecuario”. En el documento de La Bolsilla, aparece
por vez primera la aldea o lugar de Grinnon (año 1208). Con la
creación de las órdenes militares, y en concreto la de Santiago en
1170, pronto su presencia se hizo efectiva en el territorio madrileño.
En un proceso iniciado en 1177, año de la concesión de estas tierras
por parte de Alfonso VIII, dio lugar a enfrentamientos en la zona
desempeñados por Segovia y el Arzobispado de Toledo. El resultado
fue la creación de numerosas encomiendas y la cesión que D. Juan I
5
efectuó el 14 de octubre de 1383 en la persona de su mayordomo
Pedro González de Mendoza, señor de Hita y de Buitrago desde 1366.
El señorío jurisdiccional, marcará la consolidación nobiliaria en la
Baja Edad Media, que actuará de elemento del poder económico y
social de la nobleza.
Los Mendoza consiguieron provecho de su proximidad a la figura del
monarca, como del atributo de realengo de aquella zona, en la que
cualquier poblamiento desde el siglo XII era considerado ilegal. La
ascensión de la familia Mendoza culminó en 1442 cuando D. Juan II
creó los títulos de marqués de Santillana y conde del Real de
Manzanares, concedidos a Iñigo López de Mendoza.1
Las concesiones de señoríos fueron profusas en el territorio madrileño,
donde los extensos dominios del conde de Puñonrrostro se
remontaban en la zona del actual sur de la Comunidad madrileña hasta
el año de 1332, que es cuando Alfonso XI cedió Torrejón de Velasco a
1
El apellido Mendoza es muy antiguo y procede de la zona vasca, derivada de los antiguos
señores de Llodio, descendientes, a su vez, de los señores soberanos de Vizcaya.
Posteriormente el apellido se extendió por otras zonas de la Península Ibérica.
Etimológicamente el apellido queda descrito en la obra de Josep Mª Albaigès "El gran libro
de los Apellidos", donde se dice que es el nombre de un municipio alavés. La historia del
apellido Mendoza cabe remontarla en los lejanos tiempos de la Reconquista donde los
ejércitos cristianos ocupaban las tierras que durante siglos habían sido dominadas por los
musulmanes. En aquella época la repoblación de las tierras ocupadas eran otorgadas a los
caballeros que ayudaban a los reyes en las conquistas. Personajes llamados Mendoza
recibieron solares y tierras, estableciéndose el linaje en aquellos lugares. Los Mendoza,
descendientes de los Señores de Vizcaya, estuvieron en la batalla de las navas de Tolosa. El
primer título fue otorgado por los Reyes Católicos a don Juan Hurtado de Mendoza al crearlo
Marqués de Cañete. El linaje Mendoza cuenta con los títulos: Grandeza de España, Condado
del Cid, etcétera. El apellido estuvo presente en la conquista y posterior colonización de
América, donde personajes llamados Mendoza participaron en grandes hazañas.
Posteriormente, el apellido se extendió por otras zonas de la Península Ibérica. Las armas
principales del apellido, son diversas: en campo de gules, una banda de sinople, perfilada de
oro y unas cadenas de oro. Estas armas se encuentran relacionadas en el "Diccionario
heráldico y nobiliario de los reinos de España", en la página 642. Otros en Aragón: En
sinople, una banda de oro. Escudo partido: 1º, en plata, un menguante jaquelado de oro y
sable, 2º, jaquelado de oro y sable. Los descendientes de don Pedro Mendoza afincado en
Aragón a principios del siglo XV, en sinople, una banda de oro remplida de gules. Los
señores de Sangarrén y condes de Robres usan: En sinople, una banda de oro remplida de
gules, con la leyenda AVE MARIA GRATIA PLENA, y como orla, una cadena de oro.
Otros: En oro, un losanje, de plata. Otros: Cuartelado en aspa. 1º y 3º: En sinople, una banda,
de gules, perfilada de oro; 2º: En oro, Gratia plena y 4º:en oro, Ave María. (sic.) También
usan: Cuartelado en aspa. 1º y 3º: En sinople, una banda de gules, perfilada de oro y 2º y 4º:
En gules, cinco panelas, de plata, puestas en aspa. Algunas de estas armas se representan en el
escudo heráldico de Griñón.
6
Sebastián Domingo. En 1374 o posiblemente antes, la Villa de
Madrid compró Griñón y Cubas al conde de Puñonrostro, por una
fuerte suma de dinero. Pero un proceso de enajenación señorial de los
dominios de Madrid a favor de la corona aconteció en 1383. Entre
1400 y 1405, Madrid vio progresar sus reclamaciones sobre GriñónCubas, pero no fue hasta 1447 cuando el rey brindaba a Madrid la
autorización de dos ferias de quince días de duración a cambio de la
cesión de Griñón-Cubas a la corona, que el Concejo de Madrid no
aceptó, por lo que Juan II anuló las ferias, dejar ver así la creciente
fuerza de la Villa de Madrid en su firmeza contra las medidas
feudales.
Hacia 1470 la Tierra de Madrid se articulaba administrativamente en
cuatro sexmos: el del propio Madrid, Aravaca, Vallecas y Villaverde.
Es curiosísima una referencia que hallamos de la aljama islámica
madrileña de uso exclusivo de los moros de la comunidad, y de unas
fraguas de aquí tras la orden en contra de los moros de confinarse en
su aljama en 1482. El alcalde Diego Díaz mandó “al maestre Hamad
de Cubas y al maestre de Griñón, herreros, por cuanto “se quexaban
los labradores desta villa (Madrid) que non les querían adobar ni
aguzar sus rejas en sus fraguas o tiendas…”(sic).
Con las tierras conquistadas por Alfonso VI, habían caído también las
fortalezas de Madrid, Calatalifa y todo el Sur. El hecho se completa
con la toma de la significativa ciudad de Toledo en 1085. El problema
con que se enfrenta el rey, es el de la repoblación de tan amplios
territorios ocupados, porque le faltan labriegos que al mismo tiempo
que cultivaban las nuevas tierras, estuvieran defendidas de ataques
hostiles. Las fuentes cristianas no citan otras poblaciones ocupadas
aparte de Calatalifa y Madrid. No obstante, el enemigo no se
encontraba vencido. En efecto, los almorávides en su maniobra contra
la ciudad de Toledo, atacaban Madrid destrozando parte de sus
murallas.
El rey hace uso por doquier de concesiones territoriales, entre las que
destacan las que concede a la Iglesia de Toledo, en las que se incluyen
las de Madrid. Así pues, la repoblación del Sur se lleva a cabo con el
apoyo de la Villa de Madrid, que estaba siendo repoblado desde su
reciente ocupación cristiana.
7
Juan de Mendoza, señor de Beleña por derecho propio y de GriñónCubas por su mujer, hijo del I duque del Infantado, casado con una
hija de Pedro Núñez de Toledo en su primer matrimonio, fue sucedido
por su hijo Bernardino de Mendoza, regidor de la Villa de Madrid. A
fines del siglo XIV, en 1372, Griñón-Cubas son aldeas o lugares del
señorío de don Juan Ramírez de Guzmán. Ya conocemos que fueron
de fundación árabe y reconquistadas en 1085 por Alfonso VI en su
marcha hacia Toledo.
Los Reyes Católicos habían fijado los límites de Madrid en El Pardo y
las Rozas hasta el Guadarrama por el oeste; más abajo, el dominio
segoviano traspasaba este río, llegando en Madrid a las inmediaciones
de Villaviciosa y Móstoles; luego avanzaba hasta los aproximados
límites de la futura provincia, comprendiendo Parla, Griñón,
Torrejones, etcétera. Aquí partía lindes con el segoviano sexmo de
Valdemoro.
En 1442, Juan II da Griñón y Cubas a su trinchador, “oficial” Luis de
la Cerda. Este de la Cerda, vendió en 1450 ambos lugares a Alonso
Álvarez de Toledo, III señor de Villoria, señor de Castrillo, Ventosilla,
Valtablado del Río, Griñón-Cubas, y alcalde Mayor de Toledo y juez
mayor, alcaide y señor de Escalona y del Consejo de Juan II, nieto del
primogénito del infante Juan Alfonso de la Cerda y de María Álvarez
de Albornoz. Fallece en 1469. A la muerte en 1503 de Pedro Núñez de
Toledo, “señor de horca y cuchillo del rey”, su hijo Luís Núñez de
Toledo hereda el señorío de Griñón. Diecinueve años después Luís
hace trueque con su sobrino don Bernardino de Mendoza y Toledo,
hijo de su hermanastra Beatriz, pasando a ser este último el nuevo
señor de Griñón. Fue mayordomo mayor de su pariente el infante
Fernando de Antequera, hijo de D. Juan I de Castilla y futuro
Fernando I de Aragón.
Se casó María Álvarez de Albornoz, señora de Villoria en Cuenca;
hija de Alvar García de Albornoz, señor de Albornoz, y mayordomo
mayor del Enrique II de Trastámara, y de Teresa Rodríguez. De este
matrimonio nacieron tres hijos: Luis de La Cerda, Juan de La Cerda y
Antonio de La Cerda. Luis de la Cerda, II señor de Villoria, capitán de
Lanzas de Fernando I de Aragón casó con Isabel de Rojas, hija de
Fernán García de Herrera, Señor de Ampudia, Mariscal de Castilla, y
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de Inés de Rojas. Padres de Luis de la Cerda y Rojas, III señor de
Villoria, señor de Castrillo, Ventosilla, Valtablado del Río, GriñónCubas, alcaide y alcalde Mayor de Toledo, y juez mayor alcaide y
señor de Escalona, del Consejo de Juan II; fallecido en 1469. Casó con
Francisca de Castañeda, señora de La Palma y Peñalba. En 1447,
como sabemos, Juan II ofrece a Madrid dos ferias francas a cambio de
Griñón. El Concejo madrileño lo rechaza.
Por segunda vez casa Pedro Núñez de Toledo con Leonor Arias
Dávila, miembro de la también poderosa familia de los Arias Dávila,
como los eran los Toledo de Cuenca. Con Leonor Arias tuvo Pedro a
su heredero Luís Núñez de Toledo, señor de Villafranca del Castillo y
de Griñón, señorío que pasa a su sobrino Bernardino, cuyo biznieto
Alonso de Toledo, es el primer marqués de Villamagna.
Diego Hurtado de Mendoza, segundo hijo de Bernardino de Mendoza,
señor de Griñón en sucesión de su tío, y de María de Toledo, hija de
Alonso Gutiérrez de Toledo, contador mayor de Carlos V, casa con
Bernardina Ponce de Luna, hija de Antonio de Luna, señor de Cedillo.
En algunas referencias a Pedro Núñez de Toledo no se le reconoce
este segundo matrimonio y se habla de Luis Núñez de Toledo como de
hijo bastardo. Diego Hurtado de Mendoza y Bernardina Ponce de
Luna sólo tiene una hija llamada María de Mendoza que casa con su
primo hermano por la Casa de Toledo Pedro de Mendoza y
Vozmediano. Ambos eran también terceros nietos de los I duques del
Infantado por la Casa de Mendoza. En Pedro de Mendoza y
Vozmediano continúa el señorío de Griñón (y de Cubas) como hijo de
Iñigo Hurtado de Mendoza que es titular del señorío de un todo, que
es Griñón-Cubas, en sucesión de sus hermanos mayores que son
Alonso y Diego Hurtado de Mendoza, al no tener sucesión Alonso y al
tenerla solo femenina Diego casa precisamente con la hija de Diego,
su primo hermano, el hijo de Iñigo que casa con Isabel de Villafuerte
y Vozmediano hija de Pedro de Vozmediano y de María de Villafuerte
y Sotomayor. Pedro de Mendoza y Vozmediano vende el señorío de
Griñón (y Cubas) a un primo de su primo el I marqués de Villmagna
en 1627 al I marqués de Povar, capitán de la guardia de Felipe IV.
Cuando uno de los descendientes de Pedro Núñez de Toledo vende el
señorío de Griñón, otro descendiente y primo del señor de Griñón, es
nombrado I marqués de Villamagna. Es el I marqués de Povar,
Enrique Dávila y Guzmán, nieto materno de los IV condes de Alba de
9
Liste en Zamora, parientes de los señores de Bolaños de Campos en
Valladolid, Casa a la que pertenece la I marquesa de Villamagna.
Bernardino de Mendoza, señor de Griñón en sucesión de su tío, casa
con María de Toledo, hija de Alonso Gutiérrez de Toledo, contador
mayor de Carlos V, padres de Diego Hurtado de Mendoza que casa
con Bernardina Ponce de Luna, hija de Antonio de Luna, señor de
Cedillo. Una sobrina de Bernardina Ponce de Luna, de la Casa de los
señores y condes de Cedillo y de los señores de Bolaños, casa con el I
marqués de Villamagna que es primo tercero de los hijos de
Bernardina como bisnieto el Villamagna de Luís Núñez de Toledo y
los hijos de Bernardina serlo de su hermanastra Beatriz de Zúñiga y
Toledo.
El señorío de Griñón continúa en los Povar, también marqueses de
Mirabel, luego Malpica. La I marquesa consorte de Povar es hija de
los II marqueses de Malpica-Toledo, y luego duques de Medina de
Río Seco y marqueses de Mancera y después duques de Arión.
Griñón-Cubas, tras la
Desaparición de los señoríos, se convierten en marquesado a mediados
del siglo XIX. El marquesado de Griñón, es un título nobiliario
español, creado el 25 de febrero de 1862, por la reina Isabel II, para
doña María Cristina Fernández de Córdoba y Álvarez de las Asturias.
De la misma fecha es el marquesado de Cubas. 2
FECHAS HISTÓRICAS DE GRIÑÓN
1110: Los almorávides, en sus incursiones guerreras para recuperar
Toledo, asolaban la aun reducida población de la amplia comarca de la
Sagra toledana. En un documento vemos cómo, en 1118, representan
a Madrid dieciocho personas, de las que cuatro eran mozárabes. Cinco
años más tarde el máximo representante de Magerit (Madrid) era un
tal Menendo Bofín, mozárabe. En otro documento de Alfonso VII,
de 1143 se dice de Magerit o Magerito “está en el camino que se
dirige a Toledo”. Con la palabra, “alfoz” se cita al distrito de
Magerito, y dentro de él a las aldeas del dicho espacio del Sur:
Fregacedos en 1137, Getafe en 1259, Covanubles y Griñón en 1208,
2
Nos dice Jesús Gómez López, sacerdote que fue capellán de Santa Juana, hasta 2008, en
Cubas de la Sagra.
10
no obstante, en los inicios del siglo XIII ya vemos como aparece
“Grinnon” en un documento de deslinde de tierras.
1118: Se cita la población y fortaleza de Calatalifa, que 18 años más
tarde Alfonso VII da a la Iglesia de Toledo con todo su término. Este
mismo rey entrega Batres a la iglesia de Segovia, que luego cederá a
la de Toledo, junto a las tierras de Torrejón de Velasco, para que las
pueble. En estas fechas no aparece aún ninguna alusión a Griñón.
1152: El alfoz de Madrid es ampliado por Alfonso VII, al ser tierra de
realengo. Alfonso VIII concede a la Iglesia de Segovia la cuarta parte
de las rentas madrileñas.
1208: Las aldeas de Humanes, Griñón, Parla, Torrejón de Velasco,
etcétera, se hallan ya integradas en la “Tierra de Madrid”, y aparecen
citadas en diversos documentos. Entre ellos encontramos un privilegio
otorgado por el rey Alfonso VIII el 13 de diciembre de 1208 a la
ciudad de Segovia, luego confirmado por sus sucesores, sobre los
mojones que señalan los límites de las tierras de los concejos
segovianos y madrileños, documento que nosotros extractamos así:
“…dividii Serraniellos terminum cum Cubas et Grinnon (Griñón), et
sicut Moraleja de Petrofierro, et Moraleja del Gordo, Moraleja de
Lobofierro dividum terminum cum Humanes et Fregecedos, et sicut
dividit aldea de Abat, terminum con Fregecedos, et Mostotes…” Este
documento es el llamado “Privilegio de la Bolsilla”.
1374: Griñón pertenecía a Juan Ramírez de Guzmán, hasta que en este
mismo año, y a consecuencia de las deudas que tenía con la Hacienda
Real, las enajenó el rey Enrique II, siendo logrado por el Concejo de
Madrid por 8.000 doblas de oro, y así quedaba incorporado de hecho
al alfoz madrileño. Finalizando este siglo, la escasez de cosechas, las
epidemias que asolaban el país, y en especial la peste bubónica,
mermó considerablemente los escasos vecinos de Griñón. Durante una
parte del siglo XIV, Griñón-Cubas, (lugares, que ni aldeas podían
considerarse, eran un todo entonces) perteneciente al alfoz del término
de Villas y Aldeas unidas a Madrid formando una sola jurisdicción. 3
Pero desde luego eran de realengo, es decir, propiedad del rey. D. Juan
3
Desde este pie de página, dejamos de utilizar Griñón-Cubas para designar solamente
Griñón.
11
Ramírez de Guzmán, participaba codo con codo con muchos judíos en
Toledo dedicados al cobro de los impuestos a lo largo y ancho de la
Corona de Castilla, en virtud de su solvencia y acreditada seriedad y
eficacia, eran recaudadores al servicio del rey. Así acontecía que era
D. Mayr Abendaño, hebreo encargado de la recaudación de diferentes
impuestos en Castilla (1372). En estas operaciones el toledano
presentó como fiador ante el Tesorero Mayor de Castilla a D. Juan
Ramírez, que estampó su firma en Griñón en septiembre de dicho año.
4
A partir de ese día sus bienes, especialmente Griñón quedaban como
garantía para la Hacienda Real.
Así pues, en las arcas reales debían depositar antes del día de 15
agosto de 1374 el dinero recaudado que ascendía a más de
ochocientos mil maravedís. Pero el judío Abendaño que transitaba por
tierras de Burgos con los caudales al hombro, ya se dirigía hacia la
Corona de Aragón, donde se acogería a diversas leyes quedándose con
lo recaudado. Y de esta manera, dejó desamparado de sus bienes a
Don Juan, su fiador, que quedó atrapapado por una enorme deuda con
el rey Enrique lI. La Hacienda real fue presta en ponerse a confiscar
sus bienes. De esta manera, el tesorero real, Pedro González de
Villegas, ordenó subastar Griñón (y Cubas) y que se pregonara la
subasta en Toledo, Segovia y Madrid. Cuando en el Concejo
madrileño conocieron la noticia, estuvieron dispuestos a recuperar sus
antiguos lugares, comisionando a sus procuradores, un tal Alfonso
García y Aparicio Sánchez, para desplazarse a la corte toledana, donde
iban a celebrar la subasta, esperando alcanzar la mayor cuantía de
dinero.
La enajenación se remató en ocho mil doblas de oro castellanas
(280.000 maravedís) adjudicado al Concejo de Madrid. A partir de ese
día Griñón, con el otro lugar de Cubas, quedaban de nuevo, como
antaño, es decir, dentro del alfoz madrileño y bajo las siguientes
condiciones jurisdiccionales: " ...nos el sobredicho Rey Don Enrique,
visto todo esto que dicho es, e porquel dicho conceio nos pidía rrazón
e derecho, otorgamos e conoscernos que auemos por firme e por
valedero el dicho rremate de los dichos lugares quel dicho nuestro
Thesorero por nuestro poder y mandado [fizo al dicho] conceio de
4
(Millares Carlo “Documentos del Archivo de la Villa de Madrid” Madrid 1932. Pag. 105
Vol. I)
12
Madrit e a los dichos sus procuradores, en su nombre. E vendemos al
dicho Conceio de Matrit, de villa e de aldeas, los dichos lugares
Griñón e Cubas, e vendémosgelos todos entegramente, con todos sus
términos e terretorios, e con todas sus entradas e sus salidas e con
todos sus derechos e vsos e pertenencias que de derecho an e deuen
auer, en cualquier manera e por cualquier rrazón que sea, con toda la
[justicia, así cevil] commo criminal de los dichos lugares, e de cada
vno dellos, e con el mero misto inperio, e con todos los otros pechos e
derechos e tributos que nos e el dicho Johan Ramírez y allí auíamos e
nos pertenescian e pertenescer deuen en cualquier manera, vendida
buena, sana, firme, leal e verdadera, para siempre jamás, por las
dichas ocho milI doblas de oro castellanas por que fueron rrematadas
...” 5
Así señala el privilegio de Enrique Il, por el que vende Griñón al
Concejo de Madrid. Dado en Madrid, a 20 de diciembre de 1374. Por
aquella época la iglesia parroquial de Griñón poseía una renta de
1.658 maravedís.
1384: Ahora don Juan Ramírez de Guzmán, el antiguo señor del lugar,
estaba inmerso en una causa judicial contra la villa de Madrid. No se
resigna a perder todo y reclama la martiniega, impuesto que debían
satisfacer los vecinos del término de Griñón por el día de San Martín.
1391: Las Cortes reunidas en Madrid bajo el reinado de Enrique III,
consiguen para los madrileños la revocación del señorío de Griñón. La
resistencia de la villa madrileña al proceso feudal de los Trastámaras
al inicio del siglo XV, logra progresar en sus reclamaciones sobre
Griñón.
1405: La Villa de Madrid aprovechó la circunstancia de su buen
entendimiento con el rey Don Juan II para reclamar entre 1400 y 1405
varios de los lugares y aldeas que le habían sido usurpados. Tuvo
5
El mero imperio era la plena jurisdicción para delitos criminales y el mixto imperio otorgaba
extraordinarias facultades jurisdiccionales, que llegaban a abarcar la imposición de la pena de
muerte limitando al mínimo la suprema justicia del monarca.
GARCIA DE CORTAZAR, J.A., La época medieval. Madrid, 1981, pág. 436."Pechos" eran
los impuestos pagados a la Corona. Quienes lo pagaban eran los "pecheros".
MILLARES CARLO, A., Documentos del Archivo General de la Villa de Madrid. Madrid,
1932, VoL 1, pág. 105. y 116-117.
13
éxito en lo referente a Griñón, Cubas y Pinto, pero no así con Torrejón
de Sebastián Domingo y Parla.
En un documento de 1405, el rey Enrique III manda a uno de los
oidores de su Audiencia vea las reclamaciones presentadas por el
concejo de Madrid en las que se queja de las intromisiones y
usurpaciones efectuadas por personas poderosas "las cuales han
cogido todos los frutos e rentas e esquilmos dellos e usado de la
justicia) despojando a la dicha villa de todo". No sabemos en qué se
estancó la cosa pero durante los reinados de Juan II, y de Enrique IV,
época de revueltas de los nobles y poderosos, de debilidad de la
monarquía y; por tanto, de inseguridad, las quejas de los territorios de
realengo serían poco tenidas en cuenta. Desde finales del siglo XIII se
había iniciado una época de inestabilidad, sólo rota esporádicamente
en el reinado de Alfonso Xl, en la que los abusos de los nobles y
poderosos unidos a épocas de hambrunas y; a partir de 1348, a la
llegada de la peste negra, había originado la despoblación de
numerosos lugares, sobre todo del realengo, tales como Humanejos,
Loranca, Fregacedos, Palomero, Pozuela, Torrejón de la Calzada,
Griñón y otros muchos en el alfoz de Madrid. Esa mengua brusca de
la población la aprovechan los señores para forzar la despoblación de
los lugares de realengo y poder así utilizar su terrazgo. Hay que
esperar a la época de los Reyes Católicos para ver una permuta en las
tensiones en los señoríos, sobre todo tras la batalla de Toro, cuando
los Reyes, ya comienzan a dictar disposiciones a favor de la
repoblación de los despoblados de los concejos de realengo. En ese
sentido se ve en la Real Provisión, dada en Toledo el día 13 de mayo
de 1480, otorgando protección a favor de los vecinos de los lugares de
señorío que fijaran su residencia en Madrid y su tierra.6
Se intentaba así promover el traslado de población de los lugares de
señorío a los de realengo para volver a repoblar las aldeas
despobladas. A finales de octubre del mismo año, Los Reyes Católicos
tienen necesidad de volver a insistir en la defensa de los
avecindamientos y desde dan una Pragmática Sanción, prohibiendo a
los concejos, oficiales y hombres buenos de sus reinos poner
impedimento a los vecinos que pretendieran trasladarse a otros sitios,
salvo que concurriese impedimento legal. A partir de ese año se
6
A.V.M., A.S.A. 3-178-7.
14
observa en los libros de actas del concejo de Madrid una fuerte
actividad en torno a la licencia de vecindad. Así pues, los lugares
despoblados inician una tímida repoblación a partir de ese año que
apenas se afianzará. La mayoría de esas aldeas, renacidas en ese
proceso, arrastrarán una penosa existencia hasta su total despoblación.
Pero lo que se ve es la reincidencia en la actuación de los Reyes
emitiendo normativa, es la fuerte oposición de los señores de las villas
limítrofes a esa repoblación, no sólo por lo que suponía de pérdida de
sus propios vasallos que se trasladaban desde sus villas a los lugares
de realengo, sino también porque perdían unas tierras de pasto que
habían estado utilizando los últimos cien años como si fuesen suyas a
pesar de las quejas de los concejos de realengo. Los documentos en
los que se habla de las contrariedades soportadas por los nuevos
avecindados del realengo son incontables. Tanto el señor de Torrejón
de Velasco, Humanes, Polvoranca y de Griñón, se constatan noticias
de los atropellos que cometieron con los indefensos campesinos.
Sabemos que los señores, sometían a los nuevos vecinos a constantes
agresiones y vejaciones para evitar su avecindamiento y la
repoblación del lugar. En Humanejos hay un primer intento
repoblador en 1481, año en el que el concejo de Madrid concede diez
vecindades, que no fructifica por que la atención de los Reyes estaba
concentrada en la conquista del reino de Granada.7
1442: El rey D. Juan II da las villas de Griñón a su trinchador, “oficial
de cuchillo”, Luis de la Cerda y Rojas, primo del duque de Medinaceli
“por los muchos e buenos e leales servicios”. El de la Cerda vendió
pronto (1450) ambos lugares a Alfonso Álvarez de Toledo, que era III
señor de Villoria, y entre otros lugares, señor de Castrillo, Ventosilla,
Griñón, y alcalde Mayor de Toledo y juez Mayor de sus Alzadas,
alcaide y señor de Escalona, etcétera. Muere en 1469. El Concejo de
Madrid protestó enérgicamente ante Don Juan. Alfonso Álvarez de
Toledo compra a don Luis de la Cerda el señorío de Griñón por el
importe de 300.000 maravedís. El dicho señorío se lo había donado
Don Juan II, estando en el castillo de Escalona en septiembre de 1445.
1449: Poco dura la merced, que es revocada en 20 de junio de 1449
ante la inflexibilidad del concejo de Madrid que no consiente en modo
7
José A. Mateos Carretero.-“ALGUNAS NOTICIAS SOBRE EL SEÑORÍO Y SEÑORES
DE PARLA: LOS BARROSO”. Ayto. de Parla- Imp. Comagraf, S. Coop.)
15
alguno nuevas amputaciones a su territorio. De hecho en 1470,
Enrique IV amenazaba con enajenar más dominios del Concejo de
Madrid. La respuesta del concejo fue tajante, se opuso en pleno a
cualquier enajenación. Desde el reinado de Juan II hasta el de Enrique
IV no se produce un detrimento de los dominios de Madrid, sometidos
a su jurisdicción. La presión nobiliaria sobre los dominios de Madrid
convirtió en un continuo pleitear del concejo a lo largo de los siglos
XIV y XV en valiente defensa de su patrimonio. De ahí el interés de la
Villa por implantar con la mayor claridad posible sus límites, como
vemos en las ordenanzas aprobadas en 1380, donde el concejo
convino las normas de explotación de sus dominios, dada la tendencia
a invadir las tierras concejiles, razones que recogen las ordenanzas de
manera minuciosa en el tema de la roturación de sus tierras, el corte de
leña, etcétera, dentro de su demarcación o alfoz. Gracias a los dichos
pleitos ha quedado constancia de la vida, problemas y aspiraciones de
Griñón y un sinfín de pleitos hasta finales del siglo XVIII.
1457: Hereda el señorío de Griñón, Pedro Núñez de Toledo, al que se
le había agregado el heredamiento de Alcorcón.
1534: Desde este año figuran en el Archivo General de Indias, y en los
catálogos de Pasajeros a Indias. 13 vecinos de Griñón que marchan a
la reciéntemente descubiertas tierras de América. El último de ellos lo
hace en el año de 1628, se trata de Pedro del Pozo. Entre esos años
viajan al Nuevo Mundo Pedro de Griñón, Alonso Bolante Bartolomé
de Olmedo, Benito Gil, Cristobal Ortiz, Fray Juan Gómez, Gabriel
López, Juan de Arnalte Jusepe de Villalobos, Lucas Jiménez y Pedro
del Pozo.8
1499: La ambición de Pedro Núñez se enfrenta con la decisión de los
RR. CC. de frenar y poner coto al poderío de la nobleza. En efecto, los
reyes ordenan a los titulares de los señoríos del entorno de Madrid,
derribar rollos, picotas y horcas, atributos de autoridad del señorío
feudal. Don Pedro hizo caso omiso de tal orden y colocó su horca
entre Griñón y Cubas, para hacer notar a sus vasallos su autoridad en
medio de los dos lugares; entonces la justicia del rey representada por
el corregidor de Madrid mandó quitar la horca, que derribó un alguacil
8
Archivo General de Indias (catálogo de pasajeros) Casa de Contratación.
Diversos expedientes.
16
madrileño. 9 No obstante, Pedro Núñez recurrió a la Chancillería de
Valladolid, que resolvió a su favor.
9
Para aplicar ciertos castigos corporales a los malhechores, era muy útil algún poste o
sustento; y ora se utilizaba para ello un árbol, o un tronco seco, o un madero preparado
convenientemente, o un pilar de piedra sito dentro o fuera de poblado, tales medios fueron los
directos antecesores de la picota. Ésta, en pleno siglo XIII, ya tenía en Castilla existencia.
Refiriéndose a la partida 7.ª en la ley 4.ª del título XXXI a las siete maneras de penas con que
los jueces habían de castigar a los delincuentes, dice: "La setena es quando condepnan a
alguno que sea azotado o ferido por yerro que fizo, o lo ponen por deshonra dél en la picota,
ol desnudan faciendol estar al sol untando de miel porque lo coman las moscas alguna hora
del día".
Hablando de la justicia que hacían los señores feudales, con la horca o patíbulo, levantado en
medio del campo, y la picota, en la que tenían lugar los castigos corpóreos, excepto la
ejecución capital. "La picota era un signo uniforme y común a todos los señores que podían
administrar alta justicia. Consistían unas en un poste colocado en una encrucijada o plaza
pública, en el caso presente, entre los límites de Griñón y Cubas. parte alta se veían las armas
del señor, y debajo de ellas había una argolla de hierro. Otras tenían la forma de una escalera
y un madero en lo alto, con un agujero, por donde pudiera pasar la cabeza del sentenciado"
"La picota y la argolla producían un efecto análogo al de la horca, y solía llevarse a la primera
a los que habían hecho bancarrota fraudulenta, y a la segunda a los culpables de delitos más
leves, como hurto de uvas y otras raterías, y también a los sirvientes que se habían insolentado
con sus amos".
Además, al menos en España, la exposición en la picota no era cosa tan sólo reservada a los
quebrados de mala fe, a los rateros o a los sirvientes desmandados. A ella acostumbraba
enviarse a los convictos de deshonrosos delitos de cualquier género, según se desprende de las
Partidas, y en ella solía exponerse a la pública vergüenza a las alcahuetas. En su obra Las
Quinquagenas de la Nobleza de España, Gonzalo Fernández de Oviedo hace mención "de los
tres materiales que la justicia da a las alcahuetas en Castilla, que son: miel, pluma, e coroca, y
el quarto el asiento más alto en la picota" En ella, clavada allí una mano, era costumbre
exponer, durante cierto espacio, a los perpetradores de delitos de sangre; de las argollas y
garfios de que las picotas estaban provistas solían colgarse para público y terrible escarmiento
los descuartizados restos de los malhechores; y, en fin, en ellas se dió garrote a muchos
condenados a esta pena, que prevaleció a partir de cierta Real cédula dictada por Fernando
VII, apenas hace tres siglos.
Vista, pues, tan variada gama de aplicaciones, no es de extrañar que se considerase a la picota
como un verdadero símbolo, cuya presencia hacían andar más derechos que la misma picota a
ciudadanos, villanos y lugareños. El rollo como institución jurídica y como monumento, es
mucho más moderno. Bernardo de Quirós, en su interesante estudio antes citado, después de
una larga información, señala la existencia de rollos en ambas Castillas, en León,
Extremadura y Andalucía con algún caso aislado.
Pedro de Alcocer, en su “Relación de algunas cosas que pasaron en estos Reynos desde que
murió la Reyna Católica doña Isabel hasta que se acabaron las Comunidades en la ciudad de
Toledo”. En nuestros concejos y villas castellanas de realengo, de abadengo y de señorío, fue
practica y uso propio. El primitivo madero o poste, después convertido en picota, había
dejado paso franco al rollo, el cual absorbió las funciones de aquélla; y como consecuencia,
los conceptos y significados de rollo y de picota se confundieron no sólo para el vulgo, sino
también para los tratadistas de materia jurídica, presta al desconcierto, aunque en este caso
concreto, fundidas las funciones del rollo y de la picota en el rollo, prevaleció más bien el
nombre de picota como más enérgico y expresivo que el de aquél. Rollo y picota, fueron
símbolos de jurisdicción y de vergüenza, sitio de instrumento de ejecución y exposición en
17
1500: También resuelven a favor de D. Pedro Núñez de Toledo, un
pleito largo que mantenía con los marqueses de Moya, señores de
Serranillos y Moraleja, que hostigaban e impedían a los vecinos de
Griñón cultivar unas tierras próximas a las suyas en este concejo.
1532: El presente año, en el Archivo Historico Nacional, sección
Inquisición de Toledo, vemos a Juan Ortíz en un proceso de fe. En
efecto, los problemas judaicos habían llegado hasta Griñón. También
vemos procesos contra Francisco León, Juan de Rojas, Juan López y
Leonor de Rojas, por denuncias como judaizantes. Los procesos se
llevan a cabo en 1552, 1553, 1554 y 1667. (Existen los respectivos
expedientes).
1534: D. Bernardino de Mendoza se enfrenta a toda la villa de Griñón,
que harto de su tiranía, decide levantar un nuevo poblado “al otro lado
de la iglesia” en el sitio llamado “Pago de las Mimbreras”. Dos años
después la Real Chancillería de Valladolid falló en contra de los
vecinos, que fueron obligados a derribar lo ya construido, además de
sancionarles con 10.000 maravedís de multa.
1615: Pruebas para la concesión del título de Caballero de la Orden de
Calatrava a Diego Hurtado de Mendoza, natural de Griñón
1619: En este año ya era señor de Griñón D. Enrique Dávila y
Guzmán, marqués de Pobar (1612). Estaba casado con una hija del
marqués de Malpica gentilhombre de Cámara de Felipe II y Felipe III,
que consigue de este último un privilegio por el que sus villas quedan
libres de la jurisdicción que desde antiguo venía ejerciendo sobre
ellas los alcaldes de Casa y Corte de la villa de Madrid. A lo largo del
siglo XVII el señorío pertenece a la casa de Povar, asociada por
matrimonio con la de Malpica o Valdepusa. Así, durante el siglo
XVIII Griñón continúa bajo el señorío de los marqueses de Povar y
sus tres formas: con argollas (horca, colgamiento); con garfios (descuartizamiento) y,
(garrote, noble o vil)".
(Extracto de la conferencia pronunciada en el Ateneo de Madrid el 22 de Marzo de 1917.
CONDE DE CEDILLO, de la Real Academia de la Historia, y cronista de Toledo y su
provincia. “Rollos y Picotas”. Fototipia de Hauser y Menet. C/Ballesta, 30 Madrid)
18
Malpica. El municipio permanecerá en esta situación hasta la
abolición de los señoríos (año 1813).
19
SEGUNDA PARTE
TÍTULOS DE LOS SEÑORÍOS DE GRIÑÓN
Ya conocemos que en 1274 Griñón era aldea de Don Juan Ramírez de
Guzmán, pertenecientes ambas a la jurisdicción del Concejo de
Madrid. En época de Felipe II, Griñón correspondía al Servicio de
Don Alfonso de Mendoza y Toledo de la Casa de Mendoza. Tanto
Lorenzana como la Geografía Histórica de Thomás López (1788) la
describen como villa al Servicio del marqués de Malpica y Pobar, que
alrededor de 1615 había sido de Don Enrique de Guzmán.
No fue Alonso Álvarez de Toledo, aunque lo pueda parecer por su
apellido, de la Casa de los señores de Valdecorneja, condes y luego
duques de Alba de Tormes en Ávila. Hay genealogistas del siglo XVII
creadores de falsas genealogías que mezclan datos ciertos con otros
inventados para evitar el prejuicio anticonverso. Son los Álvarez de
Toledo de Valdecorneja así como los Álvarez de Toledo del Contador
de ascendencia judía, y tanto unos como otros avecindados en la
ciudad de Toledo. Alonso Álvarez de Toledo, contador de Juan II,
hace un segundo mayorazgo en su hijo Pedro Núñez de Toledo,
primogénito de su segundo matrimonio. Fue Pedro Núñez de Toledo
regidor de Madrid y como su padre contador mayor de Castilla y del
consejo de Enrique IV desde 1450 a 1477. Sabemos de una Real
Cédula, dada en Toro el 15 de julio de 1465 por el cual Enrique IV,
ordena al concejo de Madrid que guardase el Alcázar y la Puerta de
Guadalajara, manteniendo bien cerrados los restantes accesos.
Forma parte este documento del fondo del Archivo de la villa de
Madrid. Pedro Núñez de Toledo participa con algunos de los vecinos
de su señorío de Griñón en 1489 en la reconquista de Granada, como
luego veremos. Quita de sus apellidos el Álvarez de su padre Pedro
Núñez de Toledo y es Núñez por su madre, Catalina Núñez, y después
solo Toledo por su padre, Alonso Álvarez de Toledo. Pedro Núñez de
Toledo tiene un destacado apoyo en el año 1476 al duque del
Infantado en la toma de Madrid al servicio de la princesa Isabel.
Estaba Madrid ocupada por los leales a la princesa Juana en la guerra
20
civil que mantenían seguidores de la princesa Isabel, hermanastra de
Enrique IV, contra la princesa Juana, hija del rey Enrique, por la
sucesión en la corona de Castilla. La relación política que une a Pedro
Núñez de Toledo con Mendoza se refuerza con alianzas matrimoniales
entre sus Casas.
Muere Pedro Núñez de Toledo en 1503 y es enterrado en el convento
de Santa Clara de Madrid, fundación de su madre en las casas que el
Contador tenía junto a la iglesia de Santiago. Incluye el mayorazgo de
Pedro Núñez de Toledo el castillo de Aulencia en Villafranca del
Castillo, junto a Villanueva de la Cañada y la localidad de Griñón.
Fue la aldea de Fuentes Claras conocida después por Cubas, que fue
fundación árabe, como Griñón, reconquistado por Alfonso VI en su
marcha hacia Toledo. En 1372 Griñón florecía existiendo como aldea
de señorío, concedido por Enrique II. Enrique III “el Doliente” les da
la condición de villa entre (1390-1407).
Ya sabemos, que el concejo de Madrid se oponía al señorío de la
Cerda sobre estas villas de su territorio. En 1447, para obtener su
aprobación del señorío D. Juan II ofrece a la que es por derecho Villa
de Madrid dos ferias anuales libres de alcabalas y pechos de quince
días de permanencia cada una. Recupera así Madrid las desaparecidas
ferias del siglo XIII. "... en hermienda e satisfación de los lugares de
grinnon e cubas que heran de la dicha villa, de que yo fize merced
dellos a Luys de la cerda mi criado e mi oficial, e porque la dicha
villa sea …ennoblescida e mejor poblada (...), mi merced e voluntad
es que agora e de aquí adelante para sienpre jamás sean francas dos
ferias que de mí tenedes en cada vn anno de quinze días cada vna
dellas, en tal manera que todas e quales quier personas vezinos e
moradores dela dicha villa e de otras quales quier partes (...) non
paguen alcauala de todas las cosas que en la dicha villa conpraren e
vendieren e trocaren (...), saluo delas rentas del pan en grano". El
Fuero madrileño de 1202 recoge la existencia en la villa de dos
ferias. Pero el concejo de Madrid defendiendo la integridad de su
territorio no dejo de oponerse a la concesión del señorío sobre
Griñón y Juan II en 1449 deroga la concesión de la Merced Real de
las dos ferias. "(... la qual dicha yo les fecho porque ellos diesen su
consentimiento a la merced que yo fize a Luis de la cerda (...), et
porque commo quier que la dicha villa ha gozado fasta aquí de la
21
dicha merced (...) delas dichas ferias con la dicha franqueza, (y)
nunca ha dado (...) el dicho consentimiento a la dicha merced que fize
(...) al dicho Luis de la cerda (...), es mi merced de rrevocar e por la
presente rrevoco e do por ninguna (...) la dicha merced (...) delas
dichas ferias (...), e mando que agora nin de aquí adelante non aya
feria nin ferias algunas en la dicha villa nin franqueza (...). E (...) que
ningunos nin algunos de mis súbditos e naturales non vayan nin
enbíen a las dichas ferias con mercadurías nin cosas algunas, pues mi
merced es que non aya las dichas ferias en la dicha villa…". Estas
ferias deberían celebrarse una por San Miguel, el 8 de mayo, y la otra
por San Mateo, el 21 de septiembre, que se extendería hasta el día de
San Francisco el 4 de octubre.
A la muerte en 1503 de Pedro Núñez de Toledo, “señor de horca y
cuchillo del rey”, su hijo Luis Núñez de Toledo hereda el señorío de la
villa, pero diecinueve años después, Luis lo entrega a su sobrino
Bernardino de Mendoza y Toledo, hijo de su hermanastra Beatriz,
pasando a ser este el nuevo señor de Griñón.
Retorna Bernardino de Mendoza y Toledo, hijo de Beatriz y Juan, en
1522, a su tío Luis Núñez de Toledo, los señoríos de Griñón. El
castillo de Aulencia y Villafranca del Castillo continúan en el señorío
de Luis Núñez de Toledo. Bernardino de Mendoza y Toledo, regidor
de Madrid, casa con María Gutiérrez Pisa, hija de Alonso Gutiérrez,
contador mayor y tesorero del consejo Real de Carlos V, y de María
de Pisa de familia judía de Almagro en La Mancha. El tesorero y su
mujer son dueños en Madrid de la casa donde más tarde se levantará
el monasterio de las Descalzadas Reales.
En el Archivo de la Villa de Madrid se encuentra testimonio de una
sentencia dada en el año de 1527, por el juez de términos Durango, de
esta villa en el pleito que Madrid seguía contra Bernandino de
Mendoza, Regidor de ella y señor de Griñón y ciertos vecinos sobre
haber quebrado la vara de justicia del alcalde del lugar de
Casarrubuelos en el camino que va al convento de Santa Juana de la
Cruz y sobre haber puesto horca entre las Villas de Griñón y Cubas.
La dicha sentencia fue favorable al alcalde de Casarrubuelos.
A comienzos del siglo XVII existía un complejo lazo de parentescos
entre algunas de las principales familias de la villa de Madrid como
22
son los Toledo y los Mendoza titulares de múltiples señoríos en torno
a la villa de Madrid, entre ellos el de Griñón. Según conocemos e
informa Paloma Torrijos Medina.
GRIÑÓN: COMIENZOS DEL SIGLO XIV
Antes de comenzar con la exposición de la histórica sucesión del
famoso pleito o pleitos expuestos a los lectores, es obligado por
nuestra parte la justificación, de que tanto la villa de Griñón como
Cubas, desde los tiempos del conde de Puñonrostro, habían coexistido
unidas en un sólo concejo, como hemos visto en documentos y
escritos anteriores. Aquel pleito se dirime en la Audiencia de
Valladolid—Tribunal Supremo de Justicia de entonces—, tras el cual
no cabía nueva apelación. Por esta razón el rey decidió que entretanto
se sentenciaba, Madrid seguiría recaudando los 2.200 reales anuales
que pagaba Griñón. La sentencia, no obstante, no debió ser favorable a
Madrid, pues hasta mediados del siguiente siglo, Alfonso Ramírez de
Guzmán, hijo de Don Juan Ramírez de Guzmán, recibió los 4.400
maravedís del derecho correspondiente a Griñón10.
SURGE EN EL CONCEJO UN VIEJO PLEITO
En el año de 1560 el proceso se reanudó, cuando el Ayuntamiento
madrileño hizo surgir en el Cabildo el antiguo pleito por la posesión
de Griñón. Los problemas con las dos aldeas se arrastraban desde la
época de Alfonso XI, prolongándose con los Trastamara con su
estrategia de enajenaciones señoriales de la Tierra de Madrid, que
sufrió graves sustracciones en su jurisdicción, iniciando un extenso
litigio desde los inicios del siglo XIV, actitud acentuada en las
siguientes épocas. Así, pues, numerosas aldeas habían sido ya
enajenadas, pero Madrid consiguió recuperarlas durante el reinado de
Enrique III.
EL PRIMITIVO ARCHIVO DE SANTO DOMINGO EL REAL
10
MUELA FERNANDEZ… Historia de Cubas.
23
En el siglo XVI, y antes de 1575, se trasladó al viejo Ayuntamiento de
la Villa de Madrid el archivo que permanecía en el monasterio de
Santo Domingo el Real, donde se custodiaban papeles “del pleito que
esta Villa trae con Griñón”. Se buscaron las escrituras, y, una vez
halladas junto a otros papeles de interés, fueron enviados para el pleito
en la Chancillería de Valladolid. Fue entonces cuando se presentó en
la dicha Chancillería los privilegios de la Villa de Madrid. Este litigio
indujo a un intensivo traslado documental desde Madrid. Por entonces
Valladolid, solicitaba el envío de todos los escritos del litigio de
Griñón. El Concejo de la Villa madrileña, consideró como uno de sus
más importantes litigantes a la familia de los Mendoza.
SURGE EN EL CONCEJO EL VIEJO PLEITO
En el año de 1560 el proceso se restableció, cuando el Ayuntamiento
madrileño hizo surgir en el Cabildo el antiguo pleito por la posesión
de Griñón. Los problemas con las dos aldeas se arrastraban desde los
tiempos de Alfonso XI, prolongándose con los Trastámara con las
enajenaciones señoriales de la Tierra de Madrid, que sufrió graves
sisas en su jurisdicción, iniciando un extenso litigio desde los inicios
del siglo XIV. Así pues, numerosas aldeas habían sido ya enajenadas,
pero Madrid logró rescatarlas durante el reinado de Enrique III.
GRIÑÓN EN LA JURISDICCIÓN DE VILLA Y TIERRA DE
MADRID
Entre los privilegios con que la Villa de Madrid fue favorecida por los
soberanos que ocuparon el trono, uno de los más antiguos es el de la
jurisdicción de sus sucesivos alcaldes de Casa y Corte, dentro de las
cinco leguas de distancia11. En general, los alcaldes contaban con
11
Alfoz o Tierra de la Comunidad de Madrid (La Tierra de Madrid), es el territorio
jurisdiccional o territorio concejil, que aparece siempre en las Cartas Fundacionales y Fueros
como un definitorio de los concejos comuneros. La delimitación del término concejil, implica
la fijación expresa de linderos a través de hitos o mojones muy definidos geográficamente, y,
por tanto, de muy fácil identificación. La configuración del Concejo de Madrid y su actividad
repobladora de la Tierra, quedó, ya desde el principio, condicionada y limitada por la gran
expansión de la Comunidad de Segovia a este lado de los puertos del Guadarrama, la
importancia de la Comunidad de Alcalá en la ribera del Henares, la proximidad hacia el sur de
Toledo, capital del reino de su nombre. Partiendo del sur, y en dirección este, la Tierra de
24
jurisdicción total sobre todos los pleitos y causas tanto civiles como
criminales dentro de las famosas cinco leguas de distancia de Madrid,
a esto se unía cierto comercio de productos necesarios para el
consumo diario de los vecinos de la corte. En efecto, estos lugares o
aldeas estaban obligados a abastecerla. En una relación del año 1625
advertimos las aldeas del entorno de la Corte obligadas a este
menester, entre la que se encuentra Griñón, lugar o aldea de la
jurisdicción de Madrid "donde se saca agua somera en cualquier
parte ... " añade como coletilla el dicho documento.
Javier Guillamón Alvarez, nos señala la relación de los lugares que se
hallaban oficialmente a cinco leguas en el entorno de Madrid, que es
remitida por el corregidor de la Villa, señalando lo que sigue:
Alameda.
Alcobendas.
Alcorcón.
Ambroz.
Aravaca.
Arroyomolinos.
Barajas.
Boadilla del Monte.
Brunete.
Canillas.
Canillejas.
Carabanchel Alto.
Carabanchel Bajo.
Chamartin.
Coslada.
Cubas.
Fuencarral.
Fuenlabrada.
Fuente el Fresno.
Getafe.
Madrid abarca históricamente un círculo máximo compuesto por las aldeas siguientes:
Casarrubuelos (en los límites con la provincia actual de Toledo), Torrejón de Velasco
(llamado antes Torrejón de Sebastián Domingo), Griñón y Cubas, Pinto, Getafe, Vaciamadrid,
San Fernando de Henares, Barajas, Cobeña, San Sebastián de los Reyes, Viñuelas, El Pardo,
Las Rozas, Majadahonda, Boadilla del Monte, Alcorcón, Fuenlabrada, Humanes, Griñón y
Cubas. (Documento algo confuso no obstante)
25
Griñón.
Hortaleza.
Humanejos: despoblado.
Humera.
Leganés.
Majadahonda.
Mejorada.
Moraleja de en medio.
Moraleja la mayor.
Paría.
Perales del Río.
Polvoranca.
Pozuelo de Alarcón.
Rejas.
Ribas.
Romalinos: término redondo.
Rozas.
Sacedón de Canales.
San Sebastián de los Reyes.
Serranillos.
Torrejón de Velasco.
Torrejón de la Calzada.
Vaciamadrid.
Vallecas.
Velilla de San Antonio.
Vicálvaro.
Villafranca del Castillo.
Villaverde.
Villaviciosa.
(sic)
Llegamos a 1560 y el nuevo titular del señorío es don Alfonso de
Mendoza y Toledo. Bajo la propiedad y señorío de este noble
toledano, ocurre un extraordinario suceso en la villa, el día 17 de junio
de 1569, dicen las crónicas y señala la leyenda, que Pedro Gómez,
vecino de Griñón, encontró un Cristo crucificado, pero sin cruz, en el
sitio conocido por “Los Estragales” que despedía “tan gran resplandor
que le cegó por unos instantes”. En el término y jurisdicción de la villa
26
de Griñón, en el arzobispado de Toledo, que dista cinco leguas cortas
de la villa y corte de Madrid, en un dato que por tradición
conservamos, un vecino del lugar llamado Pedro Gómez- y aquí no
encontramos con el dilema si su segundo apellido era Rebollo o
Contreras (porque así lo constatamos en diversos documentos) Tras el
revuelo producido por el hecho, los de la gobernación de la Iglesia de
Toledo, mandaron se pusiese dicho crucifijo tras una reja dorada.
Desde ese mismo día 17 de junio se acordó guardar el voto de los
vecinos "...e ir en procesión al humilladero, que se levantó en el sitio
que fue hallado..." El hecho tan extraordinario para aquellas buenas
gentes de esta villa, eran ya recogidas diez años más tarde a través de
las respuestas a las "Relaciones de Felipe 11", comenzadas el 9 de
diciembre de 1579, obedeciendo las órdenes dictadas a D. Alonso
Mendoza y Toledo, señor de todas estas tierras. Los realizadores de
las consiguientes respuestas fueron los vecinos de Griñón, Rodrigo
Prado Vivar y Tomé de Coca, "que son personas expertas y de buen
juicio y entendimiento ..."
Hasta 1619 no aparece como nuevo señor de Griñón don Enrique
Dávila y Guzmán, marqués de Povar, (que había logrado la posesión
de Griñón en 1615), y que fallece en Madrid en 1630. Hasta 123 años
después no vemos al frente de Griñón (1753) a don Joaquín Mª
Pimentel, marqués de Malpica.
Sabemos que, en el año 1526 al nuevo señor de la villa, D. Bernardino
de Mendoza, le había entablado un pleito el corregidor de Madrid,
acusándolo de haber levantado una horca entre Griñón para impartir
“su justicia”. Dicho señor con su poder, manejaba a su antojo la vida
municipal, revelándose su alcalde (de Griñón) Pedro de Tordesillas,
con el intento de alzar una nueva villa paralela a Griñón Se
denominaría por el nombre de “Villa Real del Rey”, pero el poder de
los Mendoza le hizo fracasar
GRIÑÓN EN LAS “RELACIONES” DE FELIPE II
Cuando Felipe II decide confeccionar un catálogo de los pueblos de
España, encarga a Juan Páez de Castro—cronista de la corte—la
elaboración de un interrogatorio, con el objeto de enviar a los pueblos
27
de todo el reino. Pero Páez no concluyó el interrogatorio, pues muere
en 1570. El rey, por motivos que ignoramos, no quedó satisfecho de lo
realizado por el cronista. De ese interrogatorio extraemos algunas
notas sobre Griñón, y después, a finales del siglo XVIII el geógrafo de
Su M. Tomás López, publicó sus famosas “Descripciones”. El
arzobispo de Toledo Antonio de Lorenzana, también dio a conocer las
suyas, similares a las de Felipe II, las tres Relaciones, por suerte para
nosotros, incluyen la villa de Griñón, que respondió a lo solicitado por
S. M. Felipe II, en diciembre de 1579, a través de Pedro López,
alcalde ordinario de este lugar, acompañado por el muy ilustre señor
don Alonso de Mendoza y Toledo, señor de dicha villa, diciendo:
“...Que esta villa se llama Griñón, y siempre se ha llamado así, y la
causa por la que tiene este nombre no se sabe, y las justicias de esta
villa la ponen de ordinario los señores poseedores del señorío. En
esta villa la iglesia parroquial de ella, es templo bien acabado y de la
advocación de Nuestra Señora de la Asunción, y en el altar colateral
del lado del Evangelio, está un crucifijo de mucha devoción, tan
pequeño como el largo de un dedo de una mano mediana, no se sabe
de qué metal se trata, fue hallado por un labrador vecino de esta villa
en su término, que se llama Pedro Gómez, en el año pasado de mil
quinientos sesenta y nueve, por medio del cual Nuestro Señor fue
servido de dar salud a muchas personas de las que han concurrido en
romería al dicho crucifijo...”
Las grandes epidemias del siglo XIV habían originado una
considerable mortandad. Efectivamente, mediado el dicho siglo
sobreviene una importante epidemia de peste. Se trata de la peste
negra, que afectó a la Península Ibérica, y la consiguiente devoción a
los santos estuvo tan presente en la vida familiar y religiosa, que las
imágenes y reliquias fueron convertidas en objetos de fe. En muchos
de los pueblos que componen hoy la Comunidad de Madrid, y durante
varios siglos, fueron de culto popular santos relacionados con la peste,
la sequía, la langosta y otras calamidades, siendo creadas infinidad de
cofradías, cuyo objeto era la asistencia material o espiritual a los
cofrades y a sus familias.
LA IGLESIA PARROQUIAL
28
La iglesia está dedicada a la advocación de Nuestra Señora de la
Asunción, y fue construida hacia mediados del s. XVI levantada sobre
una antigua ermita del XIV. El retablo de la capilla del “Santísimo
Cristo Aparecido”, que antiguamente se ensambló donde se encuentra
la sacristía actual, lo mandó construir doña Isabel Antonia Murcia y
Contreras. Doña Isabel nació en Griñón y fue bautizada en la
parroquia en 2 de noviembre de 1643.. Al morir el 7 de julio de 1680,
su cuerpo fue enterrado en la cripta, en el lado del Evangelio de
nuestra parroquia. Esta señora en su testamento había dejado ordenado
la compra de una capilla en nuestra parroquia para instalar en ella el
Santo Cristo aparecido y para ello fundó una Capellanía, con la
obligación de dedicar misas todos los días festivos, y para los gastos
dotó un juro por valor de 84.426 maravedís. Tenemos un dato
curioso: el rebisabuelo de doña Isabel, fue Pedro Gómez el
protagonista de la aparición del Cristo el 17 de junio de 1569.
CURIOSA HISTORIA DE ESTA CAPILLA
Nos vamos a detener en esta segunda capilla que cuenta con tan
interesante retablo, que mandó construir doña Isabel Antonia Murcia
y Contreras, nacida en esta villa de Griñón el de 2 de noviembre de
1643 12 Luego casó doña Isabel con don Diego Ramírez y Arellano.
Falleciendo el 7 de julio de 1680, y su cuerpo enterrado en la capilla
mayor de la parroquial de Griñón, en el lado del Evangelio. 13 Había
otorgado poder para testar, a favor de su esposo, el 3 de enero de
1679. El matrimonio tuvieron por hija única a doña Josefa Ramírez
de Arellano.
En su testamento había ordenado, que se comprara una capilla en la
iglesia parroquial de la villa de Griñón, para el traslado a ella el Santo
Cristo aparecido. Con este motivo, se funda una capellanía y memoria
de misas con la obligación que el capellán oficie misas en su capilla
los días festivos cada un año. Para cumplir las últimas voluntades de
doña Isabel, su marido, don Diego Ramírez de Arellano, solicita a la
parroquia, le ceda la capilla de San Andrés, situada al lado del
Evangelio, que fue en tiempos propia de don Gonzalo Pacheco y
Navarrete, Caballero de Santiago, vecino de Madrid, con el fin de
colocar allí el Santo Cristo aparecido. Para los gastos que todo ello
12
13
A.D.G. Libro 6º de Bautismo de Griñón (1635-1692).
A.D.G. Libro 2/5 de Capellanías –Griñón. Folio m310
29
origine, la dota con un privilegio de Juro, sobre las alcabalas de la
villa de Huete de 84.426 maravedíes.
El cardenal Portocarrero, arzobispo Primado de Toledo, autoriza la
cesión de la citada capilla de la parroquial de Griñón, debiendo
satisfacer cien ducados para la fábrica
de la iglesia como
compensación. D. Diego se posesiona de la capilla el 30 de mayo de
1680, y un año después y ante el escribano de Griñón José García, se
funda la Capellanía.
En la visita del 17 de junio de 1684, se dice que D. Diego Ramírez de
Arellano se comprometió a dotar a la capilla con un retablo, reja y
ornamentos, tal como quiso su mujer, ” y no ha cumplido con esta
obligación…” 14La reja estaba colocada y el retablo también, pero sin
armar ni dorar. Se le pregunta por este incumplimiento a D. Diego,
afirmando este que quien debe cumplir la obligación es D. Francisco
Martínez de Velasco como marido de doña Josefa Ramírez de
Arellano, única hija y heredera de su mujer. No obstante, el cabildo
recuerda a don Diego, que fue él quien se comprometió a hacer el
citado retablo estofado y dorado, un transparente y dotar a la capilla
de ornamentos que permitieran decir misa en la misma.
Gracias a los libros de Capellanías, y a consecuencia de las visitas
pastorales, tenemos noticias de la lentísima evolución de la capilla.
Sabemos que a finales de 1686, el retablo seguía sin dorarse y faltaban
aun los ornamentos del altar. En la visita pastoral efectuada el 5 de
marzo de 1689 el retablo sigue inacabado, y en la siguiente de mayo
de 1693 aparece ya dorado, anotando la visita “que se haga poner en
el altar del Santo Cristo un frontal, una sábana y dosw candelabros y
el marco dorado… y componga la vidriera del transparente de dicha
capilla para que se pueda trasladar el Santo Cristo…”
En la correspondiente visita de junio de 25 de mayo de 1698 se habla
tan solo, de efectuar reparos en la capilla, que al parecer estaba casi
terminada. Pero aun en la visita del 7 de mayo de 1705, las
reclamaciones se dirigen a D. Julián Lopéz de León como segundo
marido de doña Josefa Ramírez de Arellano… y por fin el 7 de mayo
14
A.D.G. Libros de Capellanías 2//5 . Griñón.
30
de 1710 a falta de unos pequeños retoque y los ornamentos, se da por
terminada la capilla. Habían pasado casi treinta años desde que
quedara formalizada, ante notario la fundación de esta Capellanía.
El retablo lo podemos contemplar hoy, pero en la segunda capilla
lateral de la nave de la parroquia, ya que el lugar original fue la
primera capilla, junto al evangelio, capilla hoy dedicada a sacristía, en
la podemos contemplar la bóveda de crucería que conserva una
metopa, con las posibles armas de los Pacheco, que no es posible
detallar por sus numerosos repintes.15
El retablo consta de un cuerpo, tres calles y un ático, habiendo perdido
las calles sus lienzos, ocupando estos tres imágenes modernas, el ático
conserva su estado original, ocupando el centro, una pintura borrosa y
oscurecida, que representa la milagrosa aparición del Cristo a Pedro
Gómez Contreras. Los flancos se adornan con las pinturas de las
armas de doña Isabel Antonia la fundadora, a la derecha, y las armas
de su marido don Diego Ramírez de Arellano a la izquierda.
Curiosamente, este escudo de armas es totalmente diferente al que
figura en el expediente para su ingreso en la Orden de Calatrava.
Numerosas personas de esta familia, cuyo uno de los principales
personajes fue doña Isabel Antonia Murcia y Contreras, la que con
ferviente deseo quiso levantar un retablo para mayor gloria del Santo
Cristo aparecido de Griñón, fue mandada sepultar en la cripta que
mandó construir en el subsuelo de su capilla dedicada a la pequeña
imagen del Cristo. Sabemos que en esta dicha cripta, fueron
enterrados otros varios miembros de su familia. Algunos de ellos se
sepultaron directamente aquí, y otros fueron traslados de otros
cementerios de la Corte.
Conocemos la fecha del último enterramiento en el interior de esta
cripta parroquial de Griñón. Fue el día 29 de agosto de 1893, y luego
clausurada el 7 de mayo de 1895 por autorización del arzobispo de
Madrid-Alcalá. El último entierro en la cripta correspondió al cadáver
de doña María Cristina Dusmet y Navarro, señora que estuvo muy
vinculada con esta villa, y el motivo de la clausura se debió a la
profanación y robo en la cripta, buscando objetos valiosos entre los
15
Parte de esta relación se debe F. A. Merry del Val
31
cadáveres. 16 Desconocemos si esta persona era familiar de los
primitivos titulares de la cripta-panteón o fue posteriormente heredado
o adquirido, pues constan sepultados, algunos ascendientes de doña
Cristina Dusmet.
Al fallecimiento de Pedro Núñez de Toledo en 1503, “señor de horca
y cuchillo del rey”, su hijo Luís Núñez de Toledo obtiene el señorío de
Griñón, que diecinueve años más tarde hace trueque con su sobrino
don Bernardino de Mendoza y Toledo, pasando a ser así el nuevo
señor de Griñón. D. Juan II otorga derechos para celebrar dos ferias en
Madrid a cambio de que el Concejo de Madrid acepte que el monarca
ceda Griñón, que es de la jurisdicción de Madrid a su oficial de
cuchillo. Al oponerse el Concejo madrileño, tal como hemos apuntado
más arriba, Juan II retiraba los privilegios de las ferias a Madrid.
Por segunda vez se casa Pedro Núñez de Toledo con Leonor Arias
Dávila, de condición judía conversa de Segovia, como los eran los
Toledo. Con Leonor Arias tuvo Pedro a su heredero Luís Núñez de
Toledo, señor de Villafranca del Castillo y de Griñón, cuyo señorío
pasa a su sobrino Bernardino cuyo bisnieto, Alonso de Toledo, es el
primer marqués de Villamagna. Diego Hurtado de Mendoza, segundo
hijo de Bernardino de Mendoza, es señor de Griñón y (como ya se ha
dicho también de Cubas). En algunas reseñas de Pedro Núñez de
Toledo no se le reconoce un segundo matrimonio y se habla de Luis
Núñez de Toledo como hijo bastardo.
En Pedro de Mendoza y Vozmediano continúa el señorío de Griñón
como hijo de Iñigo Hurtado de Mendoza que es titular del señorío
Griñón. Pedro de Mendoza y Vozmediano vende el señorío de Griñón
a un primo de su primo el marqués de Villmagna en 1627, es decir al
primer marqués de Pobar (o Povar), capitán de la guardia de Felipe
IV. Luego, Pedro Núñez de Toledo vende el señorío de Griñón a un
descendiente suyo y primo del señor de Griñón.
Es el primer marqués de Pobar, Enrique Dávila y Guzmán. Bernardino
de Mendoza, señor de Griñón en sucesión de su tío, casa con María de
16
Algunos enterramientos figuran en los correspondientes libros de la parroquia de
Griñón, custodiados en A.D.G. Nos constan la desaparición de algunos libros
parroquiales destruidos por la humedad.
32
Toledo, hija de Alonso Gutiérrez de Toledo, contador mayor de Carlos
V, padres de Diego Hurtado de Mendoza. El señorío de Griñón
continua en los Pobar también marqueses de Mirabel, luego también
Malpica. La primera marquesa consorte de Povar es hija de los II
marqueses de Malpica-Toledo. 17
GRIÑÓN ESTRECHAMENTE LIGADO A MADRID
Después del siglo XII Madrid es una reducida aldea, sujeta a una
doble tensión. De una parte, el territorio madrileño actúa a modo de
línea divisoria entre el empuje repoblador de la ciudad de Segovia por
el norte, y la pujanza del Arzobispado de Toledo, cabecera religiosa
de Castilla y, por ende, de un inmenso territorio sometido a su
jurisdicción que llegaba hasta prácticamente a las cercanías de la villa.
De otra parte, el fenómeno anterior constriñe y compromete la
expansión del alfoz madrileño, reforzando las tendencias de sus
pobladores por garantizar su independencia frente al acoso de dos
entidades más fuertes. En este aspecto, el ser una villa de nuevo cuño,
marcada por su reciente pasado fronterizo, por tanto con una escasa
población, y la proximidad de dos viejas ciudades castellanas con más
tradición y atractivos económicos, se trata de Segovia, y la antigua
ciudad imperial de Toledo, cuya primacía de varios siglos atrás
determinaron su crecimiento y su limitada capacidad repobladora.
17
El Marquesado de Cubas es un título nobiliario concedido el 25 de febrero de 1862 por la S.
M. la reina Isabel II de España a María de la Blanca Fernández de Córdoba y Álvarez de las
Asturias Bohórquez, hija del VI duque de Arión, que casó con Andrés Plácido Lasso de la
Vega, VIII conde de Casa Galindo. Sin descendientes. Le sucedió su sobrino bisnieto, Joaquín
Fernández de Córdoba y Osma (1870-1957), II marqués de Cubas, VIII duque de Arión, II
duque de Cánovas del Castillo, XI marqués de Mancera, XV marqués de Povar, IV marqués
de Griñón, XII marqués de Malpica, X marqués de Valero, II marqués de la Puente, V
marqués de la Puente y Sotomayor, II marqués de Alboloduy y X conde de Berantevilla y II
conde de Santa Isabel. Casó con María de la Luz Mariátegui y Pérez de Barradas, IV
marquesa de Bay. Le sucedió su hija, Hilda Fernández de Córdoba y Mariátegui, marquesa de
Mirabel y III condesa de Santa Isabel, y de su esposo, Manuel Falcó y Escadón IX duque de
Montellano. Sigue su nieto como III marqués y actual Fernando Falcó y Fernández de
Córdoba. Casó en primeras nupcias con Marta Chávarri de Figueroa. En segundas con María
Esther Koplowitz Romeru de Jeseú, marquesa de Casa Peñalver, quien ostenta en la
actualidad esta dignidad.
33
Madrid, pues, a la altura del siglo XIV era una pequeña ciudad cuyo
dominio no se extendía más allá de un reducido alfoz, y que, sin
embargo, conseguirá saldar con éxito su tenaz oposición al proceso
refeudalizador registrado en época de los Trastámaras.
La ciudad de Madrid salía a la palestra de la Historia bajo la forma de
un pequeño núcleo amurallado de corte militar, denominado Mayrit.
En efecto, Mayrit nació como un ribat; es decir, una comunidad a la
vez religiosa y militar, donde pequeños grupos de musulmanes se
preparaban para la yihad (guerra santa). En las zonas fronterizas
cristianas, vendría a ser el ideal guerrero-cristiano de los reinos del
Norte, sobre el que se forjó la ideología de la Reconquista. y que
posteriormente se materializó en la formación de las órdenes
religiosas de Calatrava, Santiago, Montesa…
Ese ribat llamado Mayrit se convirtió en el enclave musulmán del
territorio, incluso llegó a contar con gobernador. En el emplazamiento
que ocupa actualmente el Palacio Real se erigió en época del emir
Muhammad I (852-886) una fortaleza con su recinto amurallado.
Mayrit se convirtió como importante punto ofensivo en la conquista
de Toledo. Al menos durante un siglo el territorio madrileño continuó
siendo tierra de frontera, sufriendo varias razzias, sobre todo en época
almorávide 18 Es en esta etapa cuando el área de influencia de
Magerit, es decir su alfoz, queda configurado. Hasta aquí la
colonización del territorio ha estado determinada por la lógica de la
Reconquista, por tanto, se ha limitado a las poblaciones-fortaleza. Esta
acción repobladora, no es ya el enfrentamiento con el musulmán el
que lo determina, sino la pugna entre las distintas villas castellanas,
Madrid y Segovia fundamentalmente, y los enfrentamientos entre
ciudades y señores feudales, sobre todo en época de los Trastámaras.
Las disputas por el dominio de los territorios.
En 1118 se otorgó el Fuero de Toledo a cuatro localidades situadas en
territorio madrileño: Magerit, Alamin, Calatalifa y Talamanca. La
debilidad de los concejos hará que sólo Magerit conserve su
personalidad jurídica. De hecho en el reinado de Alfonso VIII, fue
18
A partir del estudio verificado por J. González podemos constituir una secuencia
encadenada bastante precisa de la repoblación castellana en todo el conjunto provincial entre
1079 y 1118.
34
redactado y otorgado el Fuero viejo a Madrid, que se mantendrá en
vigor hasta la promulgación del Fuero Real por Alfonso X en 1262,
siendo ratificado con posterioridad por Alfonso XI en 1339. Por el
contrario, tanto Alamin como Calatalifa y Talamanca no tardaron en
ver diluida su personalidad. Durante la Baja Edad Media sólo Madrid
logra mantener una personalidad jurídica propia, articulada en torno al
Fuero Viejo y ulteriormente al Fuero Real, constituyéndose en el
núcleo de la organización del territorio denominado Tierra de Madrid.
Esgrimía Madrid sus derechos en razón de los privilegios otorgados
por Alfonso VII en 1150, y Alfonso VIII en 1176; Segovia lo hacía
sobre la base de tres documentos otorgados en 1208 por el propio
Alfonso VIII, conocidos como Alcalde Minaya, el de la Bolsilla y el
Pecuario, y, sobre todo, por la vía de los hechos consumados,
poblando el norte de la actual provincia de Madrid. En 1275 Alfonso
X deslinda de manera definitiva los términos del Real de Manzanares
y la Tierra de Madrid, estableciendo que sobre el primero tanto
Segovia como Madrid disfrutaran de los derechos de explotación
económica. Segovia siguió repoblando, por lo que las tensiones se
mantuvieron entre la Segovia ganadera y el Madrid agrícola. De
nuevo en 1345 el conflicto llega a la Corona, cuando el Concejo de la
Mesta, creado en 1273, expone ante Alfonso XI que los vecinos de
Madrid han cerrado varias cañadas impidiendo el libre paso del
ganado, el rey falla a favor de Madrid y lo mismo vuelve a ocurrir en
1357 y 1378.
No tardaría en llegar, a través de la concesión por Juan I en 1383 de su
jurisdicción a su mayordomo Pedro González de Mendoza, quien en
1385 instituye un mayorazgo que cede a su hijo Diego de Mendoza,
almirante de Castilla. El 2 de agosto de 1445, Juan II crea los títulos
de marqués de Santillana y conde del Real de Manzanares,
otorgándolos a Iñigo López de Mendoza.
35
TERCERA PARTE
LOS AVANCES DEL FEUDALISMO EN EL TERRITORIO
MADRILEÑO
A la altura de 1369, momento de la entronización de la dinastía
Trastámara, el territorio madrileño estaba fraccionado en cuatro
grandes jurisdicciones: Madrid, Segovia, Toledo y la Orden de
Santiago. Este nuevo empuje feudal fue puesto en marcha desde
finales del siglo XIV por los Trastámaras. En esta evolución la
institucionalización del mayorazgo, en 1505, desempeñó un papel de
primer orden. En el caso que nos ocupa la cesión del señorío
jurisdiccional en 1383 desembocó en la formación de un amplio
patrimonio territorial, bajo la forma de propiedad amayorazgada, a
partir de 1385. Los Mendoza sacaron provecho tanto de su proximidad
a la figura del monarca como de la calidad de realengo de aquella
zona, en la que cualquier poblamiento llevado a cabo desde el siglo
XII era considerado ilegal; de ahí, la ausencia de resistencias a esa
ampliación patrimonial. La ascensión de la familia Mendoza culminó
en agosto de 1442 cuando Juan II creó los títulos de marqués de
Santillana y conde el Real de Manzanares, concedidos a Iñigo López
de Mendoza. Las exenciones tributarias y el cultivo de la vid atrajeron
a numerosos colonos. El traspaso del señorío a la casa de los Mendoza
36
fue fruto de la caída en desgracia de don Alvaro de Luna, ejecutado el
2 de junio de 1453 en Valladolid.
Consecuencia de la debilidad de la dinastía Trastamara y a los
permanentes enfrentamientos entre distintas banderías encabezadas
por la nobleza, las concesiones de señoríos fueron numerosas en el
territorio madrileño, además de los ejemplos reseñados datan de la
misma época los extensos dominios del conde de Puñonrostro, cuyos
antecedentes se remontan en la zona a 1332, cuando Alfonso XI cedió
Torrejón de Velasco a Sebastián Domingo, y que abarcaban las
localidades de Casarrubuelos, Cubas, Griñón, Batres, parte de
Moraleja de Enmedio, El Alamo y Villamanta. En 1480 Isabel de
Castilla segregó el Sexmo de Valdemoro de Segovia, cediendo el
señorío a Andrés Cabrera; el 1 de mayo de 1520 fue creado el título de
conde de Chinchón por Carlos V, en la persona de Fernando de
Cabrera.
CALATALIFA Y LA REPOBLACIÓN SEGOVIANA
A la hora de hacer valer los derechos sobre su territorio, el llamado
por los segovianos Privilegio de la Bolsilla siempre acompañaba a los
amojonadores.19
Durante la monarquía visigoda el término de Toledo, la capital del
reino, debía de seguir siendo enorme. A principios del XIII su antiguo
término estaba ya en parte repartido entre las aldeas que ya habían
sido repobladas, como prueba la mención a los términos propios de
Serranillos, Las Moralejas y Móstoles en 1208, y Calatalifa tendría
también su propio alfoz reducido (que conocemos por el documento
de 1302, del que luego hablaremos), Así que, en 1136 el límite
oriental del territorio de Calatalifa, siguiendo los términos antiguos de
época de Alfonso VI y aún antes los de época musulmana, era la
carrera de Olmos a Madrid, que, en el s. IX, unió las dos ciudades
musulmanas recién fundadas. Este camino debió de utilizar en gran
parte una vía preexistente, que es muy posible que sea de época
19
JESUS RODRIGUEZ MORALES. Por ejemplo, en un documento de 16 de Mayo de 1443,
Archivo Municipal de Segovia, LP, 33-1, “Deslinde, partición y amojonamiento que se hizo
entre esta ciudad (Segovia) y su tierra y la de Toledo”, se dice que el licenciado Pero Sánchez
llevaba en la mano “un previlegio scripto en latin, rodado...e llegaron a un otero el qual los
dichos testigos dixeron que alli era la cabeça carrascosa la qual se dize morgada lo qual el
dicho previlegio dezia segun quel dicho licenciado tornaba de latin en romance.”
37
romana, el actual llamado Cordel de la Carrera. El desvío del camino
en dirección a Madrid se producía en la localidad de Freguecedos, en
la actual urbanización Loranca de Fuenlabrada. El nombre propio
antiguo y actual de la vía pecuaria que la ocupa, La Carrera, indica
que era la carretera más importante de la zona en el momento en que
se la nombró así. Sin embargo, y para complicar el asunto, 16 años
después, en 1152, Alfonso VII cedió al Concejo de Madrid toda la
cuenca de los ríos que bajan de la Sierra hacia Madrid, desde el Puerto
del Berrueco al de Lozoya.20 La Carrera es un nombre propio, como
ha dicho F. González Couto, “Caminos del Sexmo de Casarrubios en
tres documentos medievales”, El Miliario Extravagante, González
Couto hace en su artículo, un exhaustivo estudio de tres documentos
medievales que se refieren a caminos de la zona.
“Berroco, que dividit terminum Abulae et Segoviae usque ad
Portum de Lozoya, cum omnibus intermediis montibus et serris et
vallibus; ita quod sicut aqua descendit de decurrit versus villam
vestram a summitate ipsorum montes eos usque ad Madrit, ab ac die
usque ad perpetuum”
Este documento, además de ser impreciso, era irreal, pues dejaba en
manos madrileñas las cabeceras del Guadarrama, Manzanares e
incluso la del Lozoya, que sin duda era territorio de Segovia y
Buitrago. El espacio delimitado incluía desde el puerto del Berrueco,
junto al actual Alto del León hasta el de Lozoya, en el valle del mismo
nombre, desde lo alto de la Sierra de Guadarrama, incluyendo las
presierras y siguiendo el curso de las aguas hasta Madrid; pero ni el
Guadarrama ni el Lozoya vienen a Madrid, sólo el Manzanares, cuya
cuenca es lógicamente la que se debía de dar a Madrid.
“...dono itaque uobis et concedo omnes illos moiones de
uestro termino prout illos partitis cum Toleto et cum Madrid, cum
Olmos , cum Canales, cum Alfamin et cum allis uillis que sunt
frontaire de uestro termino allent serram.......et sicut diuidit
20
J. RODRÍGUEZ MORALES. “Una nueva vía romana de Santa Olalla a Torrejón de
Velasco”, El Miliario Extravagante, Septiembre 1999, pp. 2- 8 y “Los caminos de Toledo a
Segovia”, El Miliario Extravagante, 77, Junio de 2001, pp. 7- 16
38
Serraniellos terminum cum Cubas et Grinnon, et sicut Moraleia de
Petrofierro et Moraleia del Gordo, Moraleia de Lobofierro diuidunt
terminum cum Humanes et Fregecedos, et sicut diuidit aldea de Abat
terminum cum Fregecedos et Mostoles, et sicut diuidit Torreioncellum
terminum cum Mostoles, et uadit per ecclesiam de Ribota, et per
moionem gordum de Valle de Odon, et quomodo transit la carrera in
aqua que dicitur Sagriella in Salcedon, deinde per summum del lomo
et remanet Bobadella in parte de Madrid; et deinde ad lomam de ipsa
cannada de Alcorcon, et deinde ad illas aquas de Butarec, et deinde
ad illas aquas de Meac quomodo uadit super Pozolum, et Pozolos
remanet de parte de Madrid..”
“Os doy los montes y las sierras que nombro uno por uno,
desde el Puerto del Berrueco, que divide el término de Ávila del de
Segovia, hasta el Puerto de Lozoya, con todos los montes, sierras y
valles intermedios; así como desciende y discurre el río hacia vuestra
villa, desde lo alto de los dichos montes hasta Madrid, desde este día
y para siempre.”18 Marzo de 1161, Segovia, Alfonso VIII. L. M.
Villar García, Documentación medieval de la Catedral de Segovia,
Salamanca, Universidad, 1990, doc. 29, pp. 75- 76.
“Yo, Alfonso, por la gracia de Dios rey de Castilla, de Toledo
y Extremadura, doy a la Iglesia de Santa María de Segovia, y a ti, don
Guillermo, Obispo de la misma iglesia y a tus sucesores, la cuarta
parte de todas las rentas de la ciudad de Segovia, dentro y fuera,
tanto de las herencias como todas aquellas que tenga o pueda tener,
por Dios y por el alma de mis padres, y las cambio por Calatalifa, la
cual doy al Concejo de Segovia…” 21
“…Por tanto os doy y concedo todos los mojones de vuestro término
que lo separan de Toledo, Madrid, Olmos, Canales, Alamín y otras
villas que son fronteras de vuestro término al otro lado de la
Sierra....y sigue por la divisoria del término de Serranillos con Cubas
y Griñón; y sigue por la divisoria …22
En este documento llamado normalmente Privilegio de la Bolsilla, se
sigue para establecer la frontera oriental segoviana, el trazado del
21
J. GONZÁLEZ, El Reino de Castilla en la época de Alfonso VIII, tomo 3, p. 454, líneas 2537
22
TEO ROJO. “Notas sobre el denominado „Privilegio de la Bolsilla‟ ”, Anales del Instituto
de Estudios Históricos del Sur de Madrid „Jiménez de Gregorio‟, 3, 2002, pp. 177- 1991.
39
Cordel de la Carrera, la vía por las cuerdas altas de la que ya hemos
hablado, que sigue el interfluvio entre Guatén y Manzanares y
Guadarrama, en el tramo que había sido el límite entre Calatalifa y
Madrid, y ahora lo es entre Segovia, de quien era Calatalifa, y la villa
del Manzanares: Este antiguo límite entre Segovia y Madrid se puede
seguir actualmente de la siguiente manera: El Cordel de la Carrera,
límite entre los municipios de la tierra de Madrid y la de Segovia,
antes del reparto, en 1864, de Las Reyertas y Moraleja la Mayor entre
Serranillos, Griñón y Moraleja de Enmedio, según un esquema sacado
de un mapa provincial de mediados del s. XIX
Entra en la Comunidad de Madrid por la divisoria entre los términos
municipales de Serranillos con Cubas de la Sagra y Griñón. A
continuación por la de las tres Moralejas (de Petrofierro o Mayor, del
Gordo o de Enmedio y de Lobofierro o de Los Buyeros) con Humanes
y Freguecedos. Los términos de las tres Moralejas forman el término
actual de Moraleja del Enmedio. En los mapas de mediados del s.
XIX, antes del reparto del término llamado de Las Reyertas, que se
dividió entre Serranillos, Humanes y Griñón, el límite iba muy
adherido al casco urbano de esta última localidad, por el Cordel de la
Carrera o Vereda Toledana.
CONTRIBUCION DE GRIÑON A LA GUERRA DE
GRANADA, POR PERTENECER A LA TIERRA DE MADRID
En el inicio del siglo XIII (1208) la aldea de Griñón pertenecía ya a la
jurisdicción de la Tierra de Madrid. Por esta circunstancia aparece
citado en diversos documentos de la historia de la villa de Madrid. "
Este diploma real es el llamado tradicionalmente “de la Bolsilla”, por
el hecho de reconocer que se hallaba a buen recaudo en el interior de
una bolsa de cuero desde el siglo XIII.
Así en diversos documentos y crónicas pertenecientes a la historia de
la Villa de Madrid, posteriores al siglo XIII, tenemos noticias referidas
a Griñón, Ya conocemos por la historia, que la aldea, después villa,
por privilegio de Enrique III, estuvo integrada en ocasiones, dentro en
la jurisdicción de Madrid, una de ellas por compra. En efecto, por el
año de 1482'se ordena a la Villa de Madrid y su Tierra, Griñón
incluido, que se haga repartimientos de peones y bestias para
abastecer al sitio de Alhama de Granada, que ya había sido
conquistada. Por esa época la villa de Griñón debía contribuir, unido a
40
Cubas siempre, como si constituyeran ambas un sólo concejo,
debiendo auxiliar por esta vez con tres peones y numerosas bestias,
más otros dos peones con azadón, pala y hacha ... los cuales recibían
cebada para el alimento de los animales y 13 maravedíes a cargo del
concejo. Un año después Griñón auxiliaba nuevamente a los Reyes
Católicos, pero esta vez con 450 maravedíes, siete bestias y dos
peones destinados a Córdoba, lugar de agrupamiento de tropas.
Sabemos que si eludían dicha contribución se les sancionaba con
multa de 5.000 maravedíes por cada uno de los peones o bestias. Tales
peones y bestias de los concejos eran destinados a la tala de la vega de
Granada. Las dos villas de nuevo enviaban en 1486 cinco lanceros y
cerca de 12.000 maravedíes, como paga a éstos por 80 días de
campaña. En 1488 se repite igual cantidad de lanceros y paga,
agregando además tres ballesteros un lancero y un palero.
Debido al recrudecimiento de la guerra de Granada, se les exige a
ambos concejos más contribución, tanto económica como humana, lo
que suponía un imposible ya de soportar, dado sus escasos recursos.
En marzo de 1489, es decir siete años más tarde de fa primera
contribución la guerra había llegado a tal punto que los reyes dictan
órdenes a los caballeros de la región, para acudir con sus vasallos a
Úbeda y Baeza bajo penas de fuertes sanciones y pérdida de libertad.
Poco tiempo después, Griñón debía contribuir nuevamente con
hombres y dinero. Así Griñón sufragó en numerosas ocasiones la
guerra de Granada, como el resto de los territorios de la Tierra de
Madrid.
1579 es el año que se ordena redactar y enviar las “Relaciones” de
Griñón por expreso deseo de Felipe II. En las dichas Relaciones
alegan los vecinos de entonces, que no hay ríos, minas, fortalezas ni
edificios antiguos, o hechos señalados de importancia histórica, ni
personajes de letras o armas, ni enterramientos notables en la iglesia
parroquial.
En el año 1599 el señorío seguía perteneciendo a Alonso de Mendoza
y Toledo. En las Respuestas generales del Catastro de Ensenada, en el
año 1750 y en 22 localidades de la Tierra de Madrid que superan cada
uno el centenar de habitantes, vemos a Griñón con 114 almas
dedicados a la agricultura y ganadería, lo que supone el 87 % de la
41
población, contándose 6 que se dedican a la artesanía (4,5 %) y a
servicios 11 (8,3 %). En el Censo de Aranda (1768-1769), manuscrito
censal compuesto de dos grandes volúmenes, se cita ya a Griñón,
señalando bien claro que “se trata de una villa” con 439 almas, cura,
tres sacerdotes, un epistolario, otro ordenado de menores, sacristán y
dos monaguillos y un convento de religiosas franciscanas, con 19
profesas.
En 1575 la finca más importante del término de Alcorcón era la de
don Alonso de Mendoza, señor de Griñón, personaje propietario “de
unas casas grandes… y ciertas viñas que tiene dadas a censo”.
Contaba Griñón, siendo una aldea sin apenas relevancia en el s. XVI,
con las famosas “Relaciones” que es de manera especialmente
interesante, un documento para informar de la villa de entonces. Y no
olvidaremos, que por Griñón transitaba un importante ramal del
camino de Madrid a Toledo… y la Cañada Toledana, y muy cercanos
dos antiguos caminos romanos.
La aldea que hizo villa Enrique III, en una fecha a caballo entre los s.
XIV o XV, apenas influyó en su futuro, pero si lo haría en cambio en
beneficio de los señoríos. No obstante, dos siglos más tarde alguien
nos sorprendió con el monumental retablo de su iglesia parroquial,
posiblemente de Churriguerra o Ratés o de sus respectivas escuelas.
No menos importante es el Convento de las franciscanas clarisas, con
su magnífico retablo renacentista, con obra pictórica del consumado
artista Juan Correa de Vivar.
JUAN CORREA DE VIVAR.
En plena Sagra madrileña, se encuentra el municipio madrileño de
Griñón. Aquí surge en los primeros años del s. XVI, un convento de
franciscanas de la Tercera Orden Regular. En efecto, en 1525 el
clérigo Rodrigo de Vivar, párroco del lugar, disponiendo de
cuantiosos bienes decidió dedicarlos a levantar un monasterio, en el
solar de sus casas. El monasterio, bajo la advocación de Nuestra
Señora de la Anunciación, posee un extraordinario y hermoso retablo
renacentista, con decoración plateresca y policromada, de tres calles y
tres pisos, que se rematan por unos óvalos y la central por un calvario.
En ellas aparecen pintadas ocho figuras de santas a modo de
42
esculturas. La obra pictórica del retablo se debe al artista toledano
Juan Correa de Vivar, sobrino del fundador de este monasterio, y se
cree fue acabado hacia 1529-1530. Se observa una dependencia en el
estilo de Juan de Borgoña. No obstante, pesará sobre Vivar la
influencia de los artistas Perusino y Rafael.
Hay un dato interesante y curioso, llegado a mis manos a última hora,
cuando cerraba este trabajo, que trata de lo siguiente: en el altar del
Perdón de la catedral de San Cristóbal de las Casas, población del
actual Estado de Chiapas (México), y hasta mediado el siglo XIX,
población llamada Ciudad Real, existía un retablo con pinturas de
Correa de Vivar. A buen seguro que aún existe tal retablo en tan
buenas condiciones como las de Griñón.
Sabemos datos acerca de la familia Correa de Vivar, y su relación con
la villa de Griñón. En efecto, una tía suya hermana de su madre,
contrae matrimonio y vivía en Griñón. Un Prado de Vivar, vecino de
esta villa, es citado en el codicilo otorgado por el pintor el 4 de marzo
de 1566, poco antes de su fallecimiento. 23 Correa era un artista
estrechamente ligado a la catedral de Toledo.
Podemos afirmar plenamente que Correa de Vivar, pintor de la
escuela toledana del siglo XVI, y discípulo de Juan de Borgoña,
denota en las postrimerías de su vida las claras influencias aprendidas
de otros pintores españoles que estuvieron en la península itálica. El
retablo de Griñón marca los tipos de composición—nos señala Mateo
Gómez—que con la evolución de las formas renacentistas, va a influir
en los siguientes retablos de Vivar hasta la década de los cuarenta del
s. XVI inclusive. Es de señalar, que el retablo de la iglesia monacal de
Griñón, las escenas aparecen inspiradas en uno de los retablos más
tardíos de Juan de Borgoña, realizado dos años antes a las pinturas del
retablo de Griñón.
LA GUERRA DE SUCESIÓN EN LA VILLA DE GRIÑÓN
23
En el Archivo Histórico Provincial, de Toledo, sección Protocolos Notariales del escribano
Pedro de Uceda. Legajo 1.842. fol. 267, vemos un poder notarial de Juan Correa de Vivar y
de Juan Tovar para cobrar los maravedíes que restan de otro famoso retablo mayor del
monasterio de Santo Domingo de Almagro, muy posterior al de Griñón. Lleva fecha a 12 de
de junio de 1557.
43
El estudio de documentos y actas capitulares, depositados en el
Archivo Municipal de la villa de Griñón, contiene datos curiosos,
derivados de esa guerra y sufrido en sus `propias carnes por los
griñoneses. Los documentos investigados sobre la Guerra de Sucesión
en el municipio, nos permite tomar idea del impacto que en el día a
día provocó el largo conflicto armado, pues fueron continuas las
quejas del consistorio y pueblo, debido principalmente a las penurias
económicas que sufrían ambos. A la villa de Griñón llegó un
destacamento alemán en busca de granos, llevándose 30 costales del
convento de franciscas y algunas partidas de cebada que quitaron a los
vecinos. Descubrimos un interesante documento manuscrito (23 de
septiembre de 1703) dirigido al Concejo de Griñón que dice: “S M.
(que Dios guarde), por su Real Decreto manda, que las justicias de
esa villa y lugares de estos contornos, detengan y prendan a los
soldados desertores del Regimiento de Dragones y de los demás
Regimientos que encuentren...”
.
A finales del año 1706, el municipio confeccionaba relación vecinal
de los daños recibidos por el paso de las tropas. En dicha relación
aparecen 118 vecinos (casi la totalidad del vecindario) señalando la
cuantía de lo sustraído o destruido por los militares. Ante nosotros
surgen numerosos documentos de cierto interés, desafortunadamente
sin datar, también una circular dirigida al Ayuntamiento de Griñón,
propia del rey Felipe, notificando un Decreto por el cual dice haber
entrado en Navarra un crecido número de tropas, “... que vienen a
Castilla, embiadas por el Rey Christianísimo mi Señor y mi abuelo,
para conseguir el exterminio y escarmiento de la arrogancia con que
los enemigos llegaron a Madrid... “Y siendo preciso que para el
pagamento y subsistencia de la gente, haya y corran las monedas de
Francia... se reciban y valgan los Luises de oro, como los Doblones
de a dos Escudos de oro y los Reales de a ocho de plata doble y los
medios Escudos y cuartos de Escudos... a cuyo fin lo hareis de
publicar por voz de Pregonero”. El Decreto del Borbón, se hace
pregonar “a las puertas de la Casa Ayuntamiento de Griñón” a tres
días del mes de septiembre de 1706.
44
En la caja nº 2, signatura 2/707 del A.M.G. vemos copia de otro
decreto de S.M., de fecha nueve de julio de1707, que dice:
“Aviendo entendido, que así en esta villa, como en las demás
ciudades, villas y lugares del reino, las Justicias y Regidores no
executan los repartimientos por menor entre sus vecinos, de lo que les
toca por la contribución del servicio de Milicias pecunarias de que se
sigue los atrasos tan considerables que se experimentan, pues
acumulándose tres o quatro años, se haze intolerable... faltando esta
cantidad para urgencias preferentes de la Guerra; He resuelto... se
cobre de las Justicias y Regidores, pasando a venderles sus bienes por
la omisión. Tendase entendido en el Consejo de Guerra, y para su
cumplimiento se expedirán las órdenes convenientes...” En efecto, el
Ayuntamiento griñones recibía peticiones y presiones de las
autoridades militares y civiles solicitando un permanente esfuerzo,
que al pequeño municipio le era imposible cumplir, endeudándose
cada día más. Así, un fatídico día del mes de octubre de 1710
“llegaron a esta villa de Griñón, unas compañías de soldados de a
caballo portuguesas, que se repartieron por las casas de los vecinos,
quebrantando las puertas que hallaban cerradas sin que las justicias ni
otras personas la pudieran remediar. Aunque se les ofrecía todo
cuando solicitaban de forrajes y comida, prontamente entraron en
todas las casas y las saquearon, llevándose todo el grano de trigo,
cebada, centeno, algarroba, harina, pan cocido, galleta, ropa blanca,
tocino, etcétera... después pasaron a la casa del cura de esta villa,
donde estaban los granos de Ventas Decimales y todo se lo llevaron.
Hasta después de las dos de la tarde no se fueron, dejando a todos los
vecinos sin efectos de ropas ni dinero para poder sembrar sus tierras y
pagar las contribuciones...” Esto sucedió el 16 de octubre de 1710.
Hasta “Las Respuestas Generales del Catastro de Ensenada, (1750),
no vemos a Griñón con 114 almas dedicadas a la agricultura y
ganadería, lo que suponía e1 87 % de la población, contándose 6
vecinos que se dedican a la artesanía (4,5 %) y a servicios 11 (8,3 %).
En el siguiente Censo de Aranda (1768-1769) se dice de Griñón, que
"se trata de una villa" perteneciente ahora al Corregimiento de
Illescas, ya con 439 almas, cura, tres sacerdotes, un epistolario, otro
ordenado de menores, sacristán, dos monaguillos, y un convento de
religiosas franciscanas con 19 profesas. En su término se halla un
importante ramal o hijuela comunicado con el cercano Camino Real
45
de Madrid a Toledo. Junto a la villa cruza la importante Cañada Real
Toledana. Pero el pequeño municipio prosigue con sus problemas, es
decir, con un Ayuntamiento de escaso recurso económico obligado a
contribuir al sufragio de guerras. El conflicto de la Guerra de
Sucesión, causó al pueblo de Griñón un importante quebranto en la
economía de sus humildes y escasos moradores, que debieron afrontar
la situación tal como lo venían haciendo siglos atrás.
46
CUARTA PARTE
EL ESCUDO DE ARMAS DE LA VILLA
A principios del año 1983, nuestro Ayuntamiento encargó a un
acreditado cronista Rey de Armas, la elaboración del estudio del
futuro Escudo Municipal de la Villa de Griñón. En efecto, en
cumplimiento de las disposiciones dictadas por el Ministerio de la
Gobernación en diferentes épocas, en especial desde 1846, luego en
1876, y después en aquella fecha de 1983, se disponía a llevar a cabo
definitivamente el dicho Escudo que representara a Griñón, para
distinguirlo de los demás Ayuntamientos de nuestro país. A la busca
de antecedentes con que sustentar la representación del dicho Escudo
de Armas, se consultó, como es evidente, en el Archivo Histórico
Nacional de Madrid, en la secciones de Sigilografía (Sellos Originales
e Improntas, y Heráldica Municipal, etcétera, y en las diversas
secciones del Archivo General de Simancas, Palacio Real, Academia
de la Historia y en el Archivo de la Chancillería de Valladolid.
En todos estos archivos y en otros, no se custodian documentos
relativos a nuestro municipio (según se pudo comprobar). No
obstante, en la Sección de Sigilografía y de Escudos en Tinta
Municipales del A.H.N.(Archivo Histórico Nacional) se conserva una
impronta del sello usado en el siglo XIX (hacia 1876) en el
Ayuntamiento de Griñón, pero en dicho sello oficial sólo figura las
armas reales de España.
Así pues, se llegó a la conclusión que el municipio de Griñón careció
de escudo propio y que jamás lo poseyó. El escudo actual que, todos
conocemos, nacería en base a los antecedentes históricos de Griñón, a
criterio de los expertos heraldistas. Digno de tenerse en cuenta fueron
los señoríos de los que disfrutó o más bien sufrió la villa, por ejemplo,
los Álvarez de Toledo y los Mendoza (tal como figuran en actual
insignia municipal). Griñón perteneció al Reino y Arzobispado de
Toledo y la jurisdicción de la Chancillería de Valladolid. Tras pasar
por numerosos señoríos, concluyó con el señorío de los marqueses de
Malpica y Pobar, en los inicios del siglo XIX. En documentos, que
47
jamás hemos visto, se dice que en nuestro municipio residió a
temporadas la Real Chancillería, antes de su definitiva instalación en
Valladolid, asunto al que me resisto a dar crédito. Con todos estos
poco consistentes datos, se intentó disponer de un escudo armero para
Griñón, que es el actual.
El escudo es partido. Primero: Cuartelado en aspa a su vez: 1º y 3º de
gules (rojo) una banda de sinople (verde) perfilada en oro; 2º y 4º de
oro con el texto de salutación angélica: “Ave María-Gracia
Plena”.(integrado en el escudo armero de los Mendoza)
Segundo: Jaquelado de 15 piezas de azur (azul) y plata. (armas de la
casa de los Toledo).
El todo, es decir. La zona centro del escudo, aparece cargado de un
escusón de gules (rojo), con dos espadas de plata, encabadas de oro,
puestas en aspa.
Al timbre: Una corona real de España.
NOMENCLATURA DE ALGUNAS CALLES DE GRIÑÓN
Es evidente que la nomenclatura de las vías de la villa de Griñón,
obedecen, en especial las consideradas más antiguas, a nombres dados
popularmente, en consideración por la cercanía de algún lugar
significativo, memorable por su orografía relevante, o incluso por
morar en esa calle algún personaje conocido Al nacer el siglo XVIII,
en la inmensa mayoría de las villas, pueblos o ciudades de nuestro
país, nadie se preocupaba de asignar nombres a las vías urbanas, sino
que era el pueblo el que por instinto las bautizaba para distinguirlas
de alguna manera. Como ejemplo citaremos algunas de las que
aparecen en su nomenclatura actual: calle del Palo, de la Susana,
camino del Chopo, Los Manantiales, La Plazoleta etcétera. La
numeración de tales calles llegará mucho después. Todavía en 1900,
las calles de Griñón no pasaban de 5 o 6. Hoy sobrepasan de las 220.
En lo que fue la gran finca de “El Plantio” se hallan las calles de
Miguel de Cervantes, Lópe de Vega, Quevedo, César Manrique,
Espronceda, Calderón de la Barca, Antonio Machado, Federico García
Lorca, Rosalia de Castro, Miguel Hernández y Paseo de la Ermita,
camino que antiguamente se dirigía directamente a la ermita del Cristo
Aparecido, que por los años sesenta de pasado siglo XX fue derribada
48
para levantar una de nueva traza, por amenazar ruina. El Paseo de la
Cárcava, junto a estas calles, nace popularmente con este nombre, por
constituir una hoya grande hecha en la tierra, por las avenidas de las
aguas del arroyo Peñuela. En efecto, aun a principios del siglo XX
discurría por aquí el dicho arroyo, que cruzando junto a donde hoy se
levanta la fuente-monumento dedicado a la coliflor, proseguía
lamiendo la fachada de la iglesia parroquial, salvando la subida a la
misma un puente, para continuar por el mismo cauce aproximado que
transcurre hoy las aguas del Paseo de la Senda.
Donde finaliza el Paseo de la Cárcava cruza hoy la avenida de El
Plantio, y luego por acuerdo municipal (1975) Teniente Hernández
Barrero, hijo de Griñón, que con el grado de teniente de Regulares de
Larache prestó sus servicios a España en la Guerra de África,
muriendo en combate el día 20 de septiembre de 1924. Desde ese
momento la Avenida del Porvenir se llamó con la denominación de
este héroe griñonense. La Vereda Toledana, Avenida Cañada
Toledana y Camino Antiguo de Toledo, trata evidentemente de vías
históricas que influyeron de forma notoria en la vida caminera de
Griñón desde siglos pasados. El Camino del Carraperal y el propio
terreno forestal del mismo nombre, nace el año 1948, cuando se
efectúa la primera plantación de pinos, que luego una crónica señala el
punto de hallazgo de un pequeño yacimiento arqueológico romano de
cierta importancia en el lugar, pero que la desidia hizo ignorarse. Casi
sesenta años más tarde, los arqueólogos sacaban a la luz y confirman
aquellos hallazgos, encontrando restos de asentamientos hispanosromanos de los siglos VI, VII y VIII en abundancia, lo cual señala que
los primeros moradores de Griñón proceden de esos tempranos
tiempos, sin excluir otros anteriores.
La calle Hermano Andrés Hibernón está dedicada a un miembro de
las Escuelas Cristianas de La Salle, de los primitivos en llegar a
Griñón en 1916. Este hermano fue sepultado, al fallecer. con otros
hermanos tras el ábside de la capilla del colegio.
La actual Fuentesanta, muy modificada respecto a su original trazado,
le fue agregado hace años un sarcófago encontrado cerca del arroyo
Peñuela, que perteneció a una sepultura de ignorado origen.
Fuentesanta, Fuente de la Salud, etcétera trata de los abundantes
49
manantiales de agua, muy ricas en diversas cualidades de las mismas,
incluso en el aspecto de las propiedades medicinales. A este respecto,
descubrimos en la calle Juan Carlos I, número 38, un pequeño y viejo
azulejo, bien conservado, insertado en la pared de dicha finca con la
inscripción “Travesía de la Fuente” lo que nos hace pensar, que parte
de esta calle fue una estrecha senda que comunicaba al campo abierto,
a la iglesia parroquial, y al manantial don hacían la colada, cuyo
nombre venía influenciado por la fuente de la Salud o quizás haciendo
alusión al camino que se dirigía a la Fuente Santa.
La calle Grama, trata de una planta muy olorosa, que forma parte de la
leyenda del Cristo Aparecido. “…El pequeño Cristo se hallaba
recostado sobre unas gramas, que despedían un fuerte y agradable
olor…”
La Tierra de Madrid, desde el sur, comprende históricamente algunas
de las aldeas siguientes: Casarrubuelos, Torrejón de Velasco (en un
principio llamado Torrejón de Sebastián Domingo), Pinto, Getafe,
Alcorcón, Fuenlabrada, Humanes, Griñón y Cubas, etcétera,
municipios actuales de interés para este trabajo. Determinar las aldeas
que después van a formar parte de la Tierra de Madrid es difícil, y
que existían ya en el momento de la Reconquista, y cuales deben su
nacimiento a la actividad repobladora de los castellanos. El Concejo o
Comunidad de Villa y Tierra mantiene propiedad comunal las que se
consideran fuentes básicas de la economía: bosques, pastos, dehesas,
aguas, minas, etc; y reparte pequeñas heredades para el laboreo
vecinal permanente o para el disfrute temporal. La apropiación vecinal
de tierras comunes se inicia en régimen de colonización libre y es la
que llevan a cabo los pecheros pobres que viven en el campo, que
deciden abandonar su morada urbana para trasladarse a vivir a algún
punto del alfoz o tierra concejil madrileña.
Especialmente de muy alto interés, es lo que se refiere al tema de las
cédulas y provisiones reales y los impuestos con que la Villa y Tierra
de Madrid y su relación de lo que aportaron. Por otro lado es evidente
el dato del Concejo de la Villa de Madrid con las Aljamas de judíos y
moros y también de los concejos de su Tierra: Villaverde,
Fuenlabrada, Carabanchel de Suso, Xetafe, Carabanchel de Yuso,
Fuencarral y Alcorcón, etcétera. A estas aldeas hemos de añadir, como
50
en el pasado, integrantes de la Tierra de Madrid y desgajadas de la
misma. En efecto, las villas eximidas eran Alcobendas, Barajas,
Cobeña, Pinto, Torrejón de Velasco, Polvoranca, Griñón, Cubas y
Parla, y los ya despoblados de Palomero, Espartina, Cobanubles, Aven
Crespín, y otras. Posteriormente, se impondrá en el Concejo de
Madrid la distribución de la Tierra en “sexmos”, terminología que
consagra el Fuero. Las colaciones son, pues, en este caso, verdaderos
distritos urbano-rústicos. Posteriormente, hay un desdoblamiento entre
la villa y el campo y mientras en la villa se siguió hablando de
colaciones o parroquias, en las aldeas se generaliza la división
territorial en sexmos. Las primeras referencias a los sexmeros, las
encontramos en los privilegios dados a Madrid por Fernando el Santo,
en 1222 y en provisión de Alfonso X el Sabio, ganada por los
pecheros de Madrid, en la cual se determinaba la forma de pagar los
diezmos y tercias reales.
El oficio de sexmero pervive hasta la destrucción de las comunidades
y disolución, por ley de las mismas en el siglo XIX, al crearse las
provincias. No obstante, en el caso de la Villa de Madrid, los
sexmeros desaparecen en los inicios del siglo XVIII. Los documentos
que se custodian en el Archivo Municipal madrileño, referentes a
elecciones y nombramiento de los mismos no pasan del año 1719.
Señalaremos finalmente, que el término jurisdiccional del Concejo de
Madrid, es decir su Tierra o Alfóz, se dividía históricamente en tres
sexmos, siendo éstos sus nombres y aldeas: Sexmo de Vallecas:
Canillas, Canillejas, Coslada, San Fernando de Henares, Chamartín,
Rivas, Alcobendas, San Sebastián de los Reyes, Vaciamadrid,
Valle-cas, Velilla y Vicálvaro. Y los despoblados de Ambrós o
Ambróz, Biveros, San Cristóbal, Fuente el Fresno, Villanueva,
Burrillo, Dos Casas, Huertamojones, Mesones, Fuentidueña,
Galápagos, Rejas, Torrepedrosa, Torredelcampo. Sexmo de Aravaca:
Alcorcón, Aravaca, Boadilla del Monte, Carabanchel de arriba y de
abajo, Humera, Leganés, Majadahonda, Pozuelo de Aravaca o de
Alcorcón, Las Rozas y los despoblados de Torrebermeja, Ribota,
Romanillos, Somosaguas, Zarzuela. Sexmo de Villaverde:
Casarrubuelos, Griñón, Cubas, Fuenlabrada, Getafe, Parla Humanes,
Pinto, Perales del Río, Torrejón de la Calzada, Torrejón de Velasco y
Villaverde de Madrid y los despoblados de Azedinos, Fregacedos,
51
Polvoranca, Torre de Aven Crespín, Alluden, Espartina, Gozques,
Cobanubles o Cabamueblos y Humanejos.
LAS AUDIENCIAS EN LA CORONA DE CASTILLA
La Chancillería adquiere entonces el significado de tribunal que
imparte personalmente justicia y es debido a las circunstancias que
exigen una solución rápida. Además de esto, al principio de actuar la
Audiencia separada del rey está previsto que se reúna en un lugar
distinto de la Chancillería. Así, en las Cortes de Toro se vela de que la
Audiencia tenga un alto nivel de cualificación, por esta razón se
incluyen prelados entre sus miembros; también se establecen
incompatibilidades entre el oidor y el alcalde de la Corte; los oidores
son miembros del Consejo Real. Se hace necesaria la proximidad
física de ésta y de la Chancillería que, cada vez más pesada, tiende a
estabilizarse en un lugar fijo mientras se crea una nueva chancillería,
es decir, la «Chancillería de la Prioridad», para que acompañe al rey
en sus desplazamientos. En 1371 se dispone que la Audiencia se reúna
en el palacio del rey; y en su defecto, donde se encuentre el Chanciller
Mayor o la Chancillería. Y, al final de ese siglo, la Audiencia y
Chancillería las dos están juntas. Las Cortes de Briviesca de 1387 ( y
aquí conocemos lo más sorprendente) establecen que permanezcan
seis meses al norte de la sierra (en Medina y Olmedo) y seis meses al
sur de la sierra de Madrid y Alcalá. Las Cortes de Segovia de 1390
fijan su residencia en Segovia; las de Palenzuela, en 1425, deciden
que se encuentren seis meses en Turégano y seis meses en Griñón o en
Cubas: Finalmente las Cortes de Valladolid de 1442 disponen que se
establezcan en Valladolid, donde se quedarán de manera ya
prácticamente definitiva. Para poner remedio a este defecto de
cercanía, los Reyes Católicos deciden proceder al desdoblamiento de
la Audiencia y Chancillería de Valladolid, y crean en 1494, en Ciudad
Real, una réplica de ésta, todo ello en agradecimiento a los
ciudarrealeños. En 1505 es trasladada definitivamente a Granada.
La historia del establecimiento de la Audiencia, es compleja, porque
sobrellevó muchos cambios que tienden a enredar al estudioso. Pero
este tribunal de la Corte o jueces reales existía una jerarquía y una
diversificación de competencias que cambiaron varias veces, juzgaban
52
individualmente y conforme a trámites procesales; y acaban, a finales
del siglo XIII, ejerciendo sus funciones en lugar separado del rey junto
a la Chancillería que, por razones prácticas, ya no puede acompañar al
rey. Por ello, Algunos vecinos mudéjares se dirigieron a la justicia real
quejándose de que algunos moros con oficio de herreros y caldereros
eran propietarios de fraguas y asientos fuera del recinto de la morería
de la Villa de Madrid, donde incluso a veces vivían y dormían.
Advertían que este hecho redundaba en gran perjuicio de los otros
moros que ejercían los mismos oficios y residían dentro de la morería,
ya que los vecinos de la villa y los que llegaban desde fuera de ella en
busca de oficiales herreros y caldereros se dirigían siempre a los que
residían fuera de la morería. La solicitud obligaba a los de fuera a
dejar las fraguas y asientos y demás cosas necesarias para tal oficio
fuera de la morería, o se permitiera a los de dentro poseerlas también
fuera. El resultado del pleito se reflejó en el cumplimiento de las leyes
de 1480, que autorizaban a los herreros y caldereros de fuera continuar
con su trabajo, con la excepción de que no pernoctaran ni vivieran allí.
Hacia 1482, piden a las autoridades cristianas aduciendo que antes
tenían sus fraguas en la villa y sus arrabales, y que por lo dispuesto se
niegan a trabajar por falta de sitio para ello. A esto se sumaron los
reclamos de los labradores de la villa, entorpecidos de reparar sus
herramientas para el trabajo diario. La respuesta que nace del alcalde
madrileño Diego Díaz, quien ordenó a los maestros—como ya
anunciamos antes—Hamed de Cubas y Hamas de Griñón y al resto de
los mudéjares que, a lo largo del día siguiente al del mandato,
instalasen las fraguas en sus casas, situadas en los barrios apartados,
so pena y multa de diez mil maravedíes, destinados al puente toledano
por los daños que a las partes que con ellos solían adobar sus rejas e
azadas y otras cosas. Sobresalen entre quienes presentaron la petición
los moros notables o bien los que monopolizaban algún oficio
importante en la ciudad. En el presente caso, el reclamo provenía de
los moros herreros, grupo que, como se ha mencionado, era
característico en la mayoría de las urbes castellanas. Por otra parte,
estos artesanos de la metalurgia son los encargados de entablar
contactos con las autoridades cristianas; esto indica una jerarquización
hacia el interior de las propias aljamas, ya que sólo se percibe la
53
palabra o reclamo de un puñado de éstos y escasa o nula voz de los
otros mudéjares que también habitaban en las ciudades castellanas.24
LA VILLA DE GRIÑÓN AYER
Nos consta que Griñón ya existía en los siglos XII y XIII, como
hemos anunciado antes, aunque es posible que fuese incluso muy
anterior a estas fechas. Lo más probable es, que la fundación se
debiera a los árabes o durante la época del imperio romano, aunque en
este caso se trataría de una alquería. Pero desde luego un lugar de
apenas importancia. No debemos de olvidar, que tanto Griñón como
Cubas, comienzan a aparecer unidas por siempre en documentos
medievales y así permanecerán hasta la extinción de los señoríos en
1813. Tenemos y conocemos el documento último de compra-venta de
nuestra villa, en el año de 1790.
Traslado de cédula la venta de Griñón y Cubas, que fueron adquiridas
por Iñigo López de Mendoza en 1615.
Gregorio Agenjo, procurador síndico de la villa de Griñón: Ante
V.D., como más haya lugar Digo que en el oficio del presente
escribano del número como sucesor de Santiago Fernández existe
protocolado desde el folio 1934 al 2010 la siguiente cédula expedida
el 7 de abril de 1615, dando comisión al licenciado Chabes de
Barreda, […] correos, que fue en esta Villa para que diese al Sr.
Marqués de Pobar la posesión de las Villas de Cubas y Griñón, con
lo de ellas anexo, que las compró D. Iñigo López de Mendoza y
Toledo, que poseía el mayorazgo que fundaron Alonso Álvarez de
Toledo y Doña Catalina Nuñez su mujer, con facultad Real, que
con los vienes de él etaban las villas Cubas y Griñón, y respecto de
la ventas del dicho mayorazgo era poca por que no pasaba de
setecientos ducados en cada un año y la mayor parte de ello
consistía consistía en tierras de labor que en muchos años se
dejaban de arredar… por que no consistían en más que rentas
jurisdiccionales, y un fuero de una gallina y otras cosas que
pagaban cada vecino de la villa de Griñón, y una huerta que
rentaba veinte y dos ducados; un juro en cincuenta mil maravedís de
24
MILLARES CARLO, A.- ARTILES RODRÍGUEZ, J., Libros de Acuerdos del Concejo
Madrileño 1464- 1600, Tomo I 1464-1485, Madrid, 1970, p. 176
54
rente que estab situado sobre las alcabalas de las dichas villas…la
villa de Griñón era de don Iñigo, y la de Cubas del Concejo de ella,
y que por la pobreza con que los poseedores del dicho mayorazgo
habían vivido y vivian el dicho D. Iñigo no se habían ni podido ni
podían sustentar y…que querían vender las dichas villas con sus
vasallos, renta y jurisdicción y con sus producto comprar y subrogar
en el dicho mayorazgo, juros o censos de a veinte mil ducados con
mil de renta pudieran el dicho D. Iñigo y sus sucesores sustentarse a
la calidad de sus personas… conforme con los autos y diligencias
practicado en su virtud ante el citado Santiago Fernández escribano
que fue de este número y conviniendo a mi común para varios fines
se le de testimonio sucinta relación de lo expuesto e inserción del
apeo practicado lo correspondiente a la villa de Griñón, para que se
verifique=…
Dicho documento aparece firmado por Gregorio Agenjo.
En otro apartado sigue;…Y después…el dicho señor juez con el
dicho señor conde en nombre del dicho señor marqués llegaron a la
dicha villa de Griñón y entrando en ella el dicho señor juez mandó
se notifique a los señores alcaldes aordinarios hagan llamar a
Concejo y se lo notifique y hacen tañer la campana para reunir al
concejo y llegaron el dicho Pedro… y otros muchos vecinos… La
Real Cédula de comisión, autos, amojonamientos y demás
diligencias de posesión aquí insertas, concuerdan a la letra con sus
originales y lo relacionado corresponde asi mismo, con lo que va
echa mención , y todo queda en el referido protocolo… dn mi poder
y oficio a que me remito; para que conste donde convengaen
cumplimiento del pedimento y auto que van por principio de este
termino. Lo signo y firmo en Madrid a cinco de febrero de mill
Setecientos y noventa… En testimonio de verdad.
Manuel González Saez
Sirvió de testigo el Sr. Conde de Santisteban en nombre de Señor
marqués de Pobar, el cual dijo que está de ir con du merced a la
dicha villa de Griñón, y lo firma en fe de ello=Santiago Fernández.
Luego, este día el dicho Señor juez con sus oficiales, y con el dicho
señor conde salió de la villa de Cubas, y fue a la de Griñón…
entrando en el campo y entre las dichas dos villas, y presentes los
oficiales del Concejo de la villa de Cubas y otros de la villa de
55
Griñón y algunos vecinos de entrambas Villas, el dicho señor juez
dijo que daba y dio posesión al Señorío de los campos y términos de
entrambas villas y jurisdicción Civil y Criminal de ellos al dicho
señor Conde en el mdicho nombre y su señoría dijo que la
aprehendía pacíficamente, y se paseo por el campo… acompañado
de numerosos vecinos de esta villa, entre ellos un tal Lucas
Vibar…25
Dos décadas posteriores a esta misma fecha son declarados nulos los
señoríos en España. Hay otro documento que señala fue levantada,
unos siglos anteriores una horca para impartir justicia a los vasallos de
Griñón y su vecina Cubas, situada en el límite de ambas
jurisdicciones. Asunto que dio enormes quebraderos de cabeza a la
corona, ordenando ésta que se quitase. Sabemos que Griñón,
pertenecía en 1374 al término jurisdiccional de la Villa de Madrid,
disponiendo de una justicia más fiable, pues desde entonces son
vasallos directos del rey sin señores intermediarios, poseyendo una
clara libertad de movimiento. Enrique II prometió entonces mantener
estos lugares dentro del alfoz madrileño y defenderlos. Este rey
mantuvo su promesa, pero su viznieto Juan II, en un momento de
abuso de autoridad, volvió a sacarlos de la propiedad del Concejo de
Madrid. Desde mediados del s. XIV al XVII, los "señores" de Griñón
fueron los siguientes: Juan Ramírez de Guzmán, Luis de la Cerda,
Alonso Álvarez de Toledo Pedro Núñez de Toledo, Bernardino de
Mendoza y Toledo, Alonso de Mendoza y Toledo, Iñigo López de
Mendoza ... Sin descartar los que escapan por la brevedad de su
señorío, sin olvidar a otros que los historiadores ignoran, tal fue el
conde de Puñonrostro poseedor de todas estas tierras. Más tarde las
gozó el marqués de Mancera y Malpica y finalmente los Malpica y
Pobar, hasta la abolición de los señoríos en los principios del s. XIX.,
tal como apuntamos anteriormente. Según mis estudios sobre nuestra
villa, añadiré que principalmente la agricultura, los cereales, la huerta,
25
El documento de venta de Griñón data de 1790, que será el último, ya que unos
años más tarde, en 1813, el Estado ordena abolir los señorios en España. Es
totalmente cierto, que la villa, casi desde su nacimiento fue siempre objeto de
compra y venta. En dos ocasiones fue propiedad del Concejo de Madrid, adquirida
por compra a la Corona, que en numerosas ocasiones se la arrebató, lo que le llevó a
luchar en los tribunales para recuperarlo
56
algo de ganado e incluso la elaboración de muy reconocidos vinos
tintos, fueron las principales fuentes de recursos de los griñonenses de
todas las épocas.
Tomás López, junto con Madoz (1847), señalan la existencia en ésta
villa de muchas casas solariegas. Un personaje relevante de ésta
pequeña población, fue Doña Mafalda de La Cerda y Álvarez Pereira
(s. XIV), emparentada con la Casa Real de Castilla, al ser
descendiente directo de los Infantes de La Cerda, primogénitos y
herederos del rey de Castilla Alfonso X "El Sabio", la cual residió en
ésta villa al casar con Don Fernán Gutiérrez de Valverde (1368-1380)
, IX Señor de Castellano, de Alburquerque y de Trujillo, que también
era Señor de La Torre y de la Dehesa de Castellanos, el cual poseía
numerosas fincas en Griñón y en Cubas de la Sagra. Doña Mafalda de
La Cerda, era pariente de Don Luis de La Cerda, a quien el rey Juan II
de Castilla, había hecho donación en 1445, de la villa de Griñón. A
finales del siglo XIV, hacia el año 1500, poseía grandes fincas en éste
territorio Don Pedro López de Ayala, conde de Fuensalida, que
posteriormente se integraron con las que poseía en Humanes de
Madrid, en el mayorazgo de la marquesa de Villa Sierra. Doña
Mafalda de La Cerda y su esposo Don Fernán Gutiérrez de Valverde,
tuvieron una única hija, Doña Maria Gutiérrez de Valverde y de La
Cerda, residente en Griñón, que casó con Don Gonzalo de Zúñiga y
Medina. Al suprimirse en España los Señorios en 1813, la villa de
Griñón quedaba libre, convirtiéndose en un municipio independiente,
lo cual propició la separación definitiva de Cubas de la Sagra. Su
último señor feudal fue el marqués de Malpica y Povar.
La presencia en Griñón de los condes de Campo-Alange, daría lugar
en 1915, a que la entonces condesa, Doña. Mª del Carmen de Xifré y
Chacón (1854-1956), 6ª condesa de Campo-Alange, y 3ª marquesa de
Isasi, casada con Don Francisco de Carvajal y Hurtado de Mendoza,
4º conde de Fontanar, ofreciera su finca, de 8 hectáreas, a la
Congregación de los Hermanos de La Salle, con la finalidad de que en
ella se creara un centro de formación religiosa. La señora condesa
pasaba el otoño y la primavera aquí, donde se ubicó el primitivo
asentamiento del Centro de Formación y Noviciado, con casa anexa
del señor capellán, cuadras y otras dependencias, éstas últimas
derribadas en la segunda década del siglo XX. El Colegio de los
57
Hermanos de la Dosctrina Cristiana La Salle, fue durante la guerra
civil española (1936-1939), Hospital de Sangre, donde fueron
atendidos varios miles de heridos de la contienda. Posteriormente se
ha dedicado principalmente a la enseñanza, siendo un referente
notorio en la educación de los jóvenes de Griñón y pueblos del
entorno.
LA VIEJA LINEA DEL FF.CC.
El tren ya existia en Griñón antes de finalizar el siglo XIX. En efecto,
en 1896 el tren desde Madrid a Griñón invertía 75 minutos en el
recorrido. 26 Fue Griñón una de esas minúsculas poblaciones, que
obtuvieron el enorme privilegio de contar con estación de ferrocarril
no mucho después de implantarse este medio de transporte en España.
Luego algunos acontecimientos locales tuvieron como escenario las
instalaciones ferroviarias de la villa. Citaremos algunos: en el año
1923, el rey Alfonso XIII pasaba por Griñón, saliendo los hermanos
de La Salle y autoridades municipales a cumplimentarle durante el
tiempo que le detuvo aquí. El 27 de julio de 1936, el alcalde ordena la
salida de la Villa de las monjas franciscanas y de numerosos hermanos
de La Salle, dirigiéndolos a la estación para tomar el tren a Madrid
para evitar males mayores. Otro capítulo importante fue la decisión de
tender un ramal ferroviario desde la propia estación del ferrocarril,
para penetrar en las instalaciones de La Salle (unos 200 metros), y
desviar los convoyes militares repletos de heridos procedentes de los
frentes, y alojarlos en los grandes pabellones habilitados para hospital
de sangre, durante la pasada Guerra Civil. Muchos griñonenses, se
sirvieron del tren para bajar a la capital, Fuenlabrada o Leganés,
etcétera, durante muchos años. Luego este medio de transporte fue
suprimido. Dicha supresión afectó de lleno a la línea Madrid-Lisboa,
que sigue atravesando Griñón sin detenerse, y así quedó suprimido el
servicio de viajeros.
26
Nos contaba D. Antonio Sánchez Barrios, párroco de la iglesia de los Jerónimos de Madrid
y asiduo veraneante en Griñón. El tren era el medio más importante para llegar a Griñón,
especialmente cuando las fiestas del Cristo Aparecido. En la mañana anterior al día de fiesta,
la gente llenaba la estación férrea, en espera del tren procedente de Madrid, y tras el silbido de
la locomotora y los gritos de los viajeros" aquello era la mar que corre por la vía y carretera,
hasta llegar a la plaza".
58
QUINTA PARTE
UN PERSONAJE CASI OLVIDADO
En el III Congreso del Instituto de Estudios Históricos del Sur de
Madrid, celebrada en el marco incomparable del Hospital Mayor de
Mendoza (el Hospitalillo) de Getafe, presenté la ponencia "La Milicia
Nacional y su implantación en Griñón (1823). Este acontecimiento me
obligó a realizar un paseo por el interior de este incomparable edificio
del siglo XVI, que nos traslada a principios de 1507. Pera se
preguntarán, ¿qué relación guarda este antiguo hospital con Griñón?
Pues bien, esa historia acopia, que fue don Alonso de Mendoza quien
fundó el Hospital de San José, así llamado en otros tiempos. Sin
embargo, ciertos datos descubiertos permiten dudar que fuera el tal
Mendoza su fundador. Sin querer restar méritos a este personaje,
sabemos, al menos, que él lo restauró. Así tenemos razones suficientes
para creer que el verdadero fundador fue don Radrigo de Vivar, que
era natural de Casarrubios del Monte, pero que desempeñó de primer
párroco de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Griñón, en
las inicios del siglo XVI. Sabemos que nuestro personaje fue
hijodalgo y miembro del consejo de fray Francisco Ximénez, provisor
del obispado de Zamora. Clérigo y poseedor de grandes rentas, lo
gastó todo en los pobres, manteniendo en nuestra Villa un estudio de
gramática y una casa de doncellas recogidas. También dotó y levantó,
en terrenos de su propiedad, el monasterio de monjas franciscas
(clarisas) de Griñón (1523-1525). De entre los muchos documentos
del archivo del Hospital de San José, hay uno de mucho interés, que
nos dice: “Una güerta can su noria en el dicha lugar de Xetafe,
vendida al reverendísimo don Alonso de Vivar ... en 23 de enero de
1523 (que es el misma año de la escritura del convento de Griñón.”
Sabemos también, a través de los documentos, que Alonso Rodrigo de
Vivar, en 1523, seguía siendo el tenedor de los bienes del hospital. No
obstante, en la historia del hospital, habrá de remontarse a la época del
doctor Rodrigo de Vivar, y debió ser, como mínimo, en 1485, pues las
59
relaciones de Felipe 11 así la hacen constar en las declaraciones del
pueblo de Casarrubios del Monte. Dos grandes figuras de aquella
época, Rodrigo de Vivar y Alonso de Mendoza, se nos descubren
como dos hombres de gran bondad, hasta tal punto tan meticulosos,
que dictan, uno y otro, no alcanzamos a saber cual de ellos, coma
habían de ser las camas, jergones, mantas y sábanas que se habían de
usar en el hospitalillo. Y hasta se impuso la curiosa condición, de que
el hospital solo se acogería un máximo de trece camas, y que los
primeros en admitirse habrían de ser indigentes y enfermos naturales
de Griñón, Pinto y Getafe.
¿Por qué la elección de Alonso de Mendoza y por Rodrigo de Vivar
de estos lugares del sur de Madrid? Deducimos que fue a causa de ser
Getafe el lugar elegido para levantar el hospital o enfermería de
pobres transeúntes). De Pinto, respecto a Mendoza, parece era el lugar
de nacimiento de su padre, y de Griñón, porque sabemos que aquí
nació su madre Leonor Núñez de Prado. Insisto, según se desprende
de la opinión de algunos autores, aquí existió un hospital, unas veces
bien dotado y otras menos, que debió ser fundado por dan Rodrigo de
Vivar y al que Mendoza, posiblemente aconsejado por el mismo
Vivar, se la compraría, dando después una mejor estructura al edificio.
Todo parece indicar, que el fundador del citado "hospitalillo" de
Getafe, fue Rodrigo de Vivar, primer párroco que tuvo la villa de
Griñón y que luego fundó el convento de monjas franciscas.:" en unas
casas de su propiedad ", ingresando en el citado monasterio algunas
sobrinas suyas. Juan Correa de Vivar, sobrino también, fue el que doro
y pintó las tablas del retablo renacentista del dicho monasterio. 27 Un
personaje de notable transcendencia para Griñón, fue D. Rodrigo
Vivar Prado, que levantó el monasterio de la Anunciación, casi al
mismo tiempo (1523-1525) que el Hospital de San José de Getafe
(1529). Alonso de Mendoza describe su plan de edificación,
detallando hasta los materiales a emplear. No se levantó este edificio
de modo continuado," ni fue el resultado de un plan arquitectónico
seriamente estudiado. No hay, pues, unidad armónica, ni siquiera
artística. Cada época fue cubriendo las necesidades más perentorias
para atender sus exigencias o para salvar alguna situación social o
económica y, aún esto tampoco se hizo con igual criterio o pareja
fortuna. Según se desprende de cuanto hemos establecido
27
Existe un soberbio trabajo de M. Donado y V. M. Muñoz dedicado a este hospital.
60
anteriormente, ya aquí debió existir un hospital, más o menos amplio
y mejor o peor dotado que debió ser fundado por don Rodrigo de
Vivar, Provisor del Obispado de Zamora, como aparece en las
"Relaciones de los pueblos de España". El acierto de Mendoza fue
precisamente el de saber aprovechar aquel, posiblemente aconsejado
por el mismo doctor Vivar, a quien seguramente se lo adquiriría,
agregándole otras posesiones suyas, incorporando la enfermería y con
la generosa aportación de su fortuna, darle una mejor estructura,
distribución y medios, así como lograr una unidad más armónica,
encauzada y dirigida por unos estatutos y con una orientación clara y
definida de la que antes carecía. Con todo ello, recibió un impulso y
pujanza de los que había estado necesitado con anterioridad . Esta
institución se halla dentro de la línea de fundaciones que tanto eco
hallaron en España desde los Reyes Católicos y de una forma muy
especial durante su reinado. Son, normalmente, obras medio
hospitalarias, medio pías, que se mantenían principalmente de las
donaciones, herencias y limosnas de los más pudientes. En ese
hospital se establece, desde sus inicios, la condición de alojar
preferentemente a los naturales de Griñón, Getafe y Pinto, no sabemos
por qué motivo. No obstante sospechar, que la madre de don Rodrigo
fue natural de éste primer lugar mencionado, y su padre de Pinto.
MÁS SOBRE JUAN CORREA DE VIVAR.
Sabemos datos acerca de la familia Correa de Vivar, y su relación con
la villa de Griñón. En efecto, una tía suya hermana de su madre,
contrae matrimonio y vive en Griñón, y un Prado de Vivar, vecino de
esta villa, es citado en el codicilo otorgado por el pintor el 4 de marzo
de 1566, poco antes de su fallecimiento. 28
A la vista de las innumerables obras del pintor toledano, éste retablo
de Griñón constituiría uno de sus trabajos más tempranos, ya que el de
28
En el Archivo Histórico Provincial, de Toledo, Sección Protocolos Notariales del escribano
Pedro de Uceda. Legajo 1.842. fol. 267, vemos un poder notarial de Juan Correa de Vivar y
de Juan Tovar para cobrar los maravedíes que restan del soberbio retablo mayor del
monasterio de Santo Domingo de Almagro. Lleva fecha a 12 de junio de 1557.
61
Meco ha sido fechado hacia 1537 por Cruz Valdovinos. Correa era un
artista estrechamente ligado a la catedral de Toledo.
LA CRIPTA DE LA IGLESIAPARROQUIAL
En mi libro ''Apuntes para la historia de la Villa de Griñón..."
insertaba unas líneas sobre el caso de la clausurada cripta de nuestra
iglesia parroquial. En los subterráneos de la antigua capilla del Stmo.
Cristo Aparecido (hoy sacristía), que estuvo en uso hasta su cierre
definitivo a finales del siglo XIX. Después de la edición de dicho
libro, conseguí nueva documentación acerca de este enterramiento de
privilegio donde encontré nuevas aportaciones, que considero de
interés para los lectores de la Revista Informativa Municipal de
nuestra villa. En efecto, el cadáver de doña María Cristina Dusmet y
Navarro fue depositado en su interior, el día 29 de agosto de 1893.Y
luego clausurada definitivamente. Un documento depositado en el
Archivo Diocesano del Obispado de Getafe (A.H.D.O.G.) dice
literalmente: que mi hermana doña María Cristina Dusmet ya difunta
... viuda del señor don Manuel Fernández Romero y Campoy, y única
heredera de todos sus bienes y derechos, fue depositada en la bóveda
de la capilla del Santísimo Cristo, de la parroquia de la villa de Griñón
de este obispado el 29 de agosto de 1893. Al verificar el sepelio,
observaron que las cajas o ataúdes de sus antecesores estaban abiertas,
por lo que se ha proyectado cubrirlas con tierra y también la entrada
de la bóveda que da al cementerio de la población. Los derechos de
enterramiento que poseía esta familia, se extinguieron con doña María
Cristina Dusmet. El documento que autorizaba el cierre definitivo de
la cripta, está fechado en Madrid a 7 de mayo de 1895 y dirigido al
Ilustrísimo señor Arzobispo de Madrid-Alcalá. No obstante, un año
antes había fallecido D. Fernando de la Vera e Isla Fernández, que
también aparece (según documento) casado con doña María Cristina
Dusmet, que así mismo recibió sepultura en el panteón familiar de este
Camposanto, e11º de agosto de 1892. Había sido trasladado desde
Madrid, y era hijo de Juan de la Vera y Campos y de doña Felipa IslaFernández. El cura párroco de Griñón era entonces D. Miguel Roca.
Doña María Cristina Dusmet; tuvo una estrecha relación con nuestra
villa: era titular de un caserón, popularmente llamado "Casa Grande"
al que se le agregó otro llamado "Casa Chica" en la calle antigua del
62
Convento, hoy de Los Alcázares. Al parecer, en este caserón
convenientemente acondicionado, acogió esta ilustre dama , o sus
ascendientes, a grupos de niñas o jovencitas procedentes de la Inclusa
de Madrid en época veraniega a las que proporcionaba alimento y
educación. Se dice también, que esta dama, o algún familiar muy
directo, fue camarera de Doña María Cristina.
El clérigo D. Rodrigo de Vivar—que fundó y dotó el monasterio de
monjas de la Villa de Griñón—en 1525, se cree fundó en este lugar
una casa de similares características, bajo el título de doncellas
honradas recogidas. Cuando los herederos de Doña Mª Cristina
Dusmet, procedían a la venta de este caserón constataron se hallaba
gravado con un censo de 3.333 reales con 14 maravedíes de capital y
100 reales de renta en cada un año "a favor del culto del Santísimo
Cristo Aparecido que se venera en la Parroquia de la Villa de Griñón y
capilla de los herederos de Doña Josefa Ramírez de Arellano, cuyos
réditos se pagaban al tesorero de la Congregación de Hermanos de
dicha Imagen ... ". Así consta en escritura de compra-venta ante el
notario de Madrid D. Zacarías Alonso y Caballero, firmada el 18 de
noviembre de 1895. El comprador de este inmueble, fue el vecino de
Griñón D. Santiago Barrero y Beltrán, que precisamente había
contraído anteriormente matrimonio con una jovencita de las acogidas
en la casa de Griñón, bajo el patrocinio de Doña Mª Cristina Dusmet.
Al día de hoy desconocemos la fecha de construcción de la cripta bajo
la sacristía actual de nuestra parroquia. Pero sabemos que en 1859, la
propiedad y derechos de enterramiento estaba en manos de Dona
Antonia Basilia Martínez de Velasco y Valenciano de Madrid, que
depositó en ella los restos de su antepasada Doña Josefa Ramírez de
Arellano al construirse la bóveda" (Libro de Difuntos de Griñón, en
A.H.D.O.G.). Los enterramientos en la capilla antigua del Cristo
Aparecido se trasladaron a la bóveda subterránea construida después.
En otro documento de la mismo procedencia, vemos como el 3 de
octubre de1866, el cura párroco D. Manuel Asensio y Santa María,
recibe los restos mortales de D. Manuel Martínez de Velasco, de su
señora esposa Gertrudis Valenciano y de su hija Antonia Basilia
Martínez de Velasco de Campoy. Los tres habían sido trasladados
desde el cementerio de San Ginés y San Luis, los dos primeros y del
General de Madrid la tercera, que reciben sepultura definitiva en la
bóveda de la capilla, que en esta iglesia parroquial posee esta
63
distinguida familia". EI 8 de julio del año 1875 fueron depositados en
la dicha cripta los restos mortales de otros señores D. Manuel
Fernández Campoy y D. Manuel …….. procedentes de los nichos del
cementerio General de la Puerta de Toledo de Madrid, según anotaba
en 'el Libro de Defunciones, del cura de la parroquia D. Isidoro Ortega
(Documento en A.H.D.O.G.). Nosotros .hemos contabilizado en la
cripta hasta ocho enterramientos. Pues bien, pocos griñonenses
conocen la existencia de este lugar de enterramiento clausurado y
sellado hace 108 años, sito en los subterráneos de la Parroquia Nuestra
Señora de la Asunción de Griñón, donde existe un acceso directo (no
obstante, sin uso) en la sacristía. Todas las personas citadas,
fundadores de la cripta, procedían de distinguidísimas familias de la
corte madrileña.
DOS POSITOS EN GRIÑÓN
Los pósitos reales o los eclesiásticos, aparecen en el siglo XVI, se
crearon especialmente para ayudar a los agricultores más necesitados
con objeto de facilitarles semillas en épocas de carestías. Respecto a
Griñón, investigamos para descubrir que aquí existieron dos de ellos,
uno real o municipal y otro eclesiástico. En un oficio del año 1699, la
Casa Real da traslado de una Pragmática Real, de los precios del
grano y demás cereales, lo cual comunica al municipio de Griñón,
especialmente a “Las Justicias de la Villa…”por el que manda se
pongan precio a los granos, tal como se ha publicado en la Corte..”.
En un memorial de cobranza de 1741 leemos lo siguiente:
Distribución del caudal del pósito del Cura que fue de esta villa,
juntos de este presente año de 1741 (9 de noviembre), los señores Juan
de Vivar y José Axenxo García, de esta, alcaldes ordinarios de esta
dicha villa y por sus personas del pósito que fundó el Bachiller
Esteban López de Arellano en 1583, cura que fue de “la Parrochial
de esta Villa, para remedio de labradores de ella que no tengan trigo
para sembrar sus barbechos… hacían de la forma siguiente…”
En Griñón, y en un documento del año (1740), hay una relación de
labradores obligados a pagar al referido pósito las porciones de trigo
que sacaron del caudal para “el día de Santiago de julio” del año
próximo que viene de 1741, según costumbre, con tres cuartillos de
creces por cada fanega de dicho trigo “que todo sea bueno, limpio, y
64
las personas que las deben son las siguientes (70 nombres de vecinos
griñonenses, tales como Axenxo, Navarro, Vivar, Olmedo, Medina,
Castellano, Gamboa, etcétera). Dice “que se sacó este memorial de
obligación a favor del pósito hecho para su cobranza con destino a la
dicha caja…” Creemos con toda seguridad que el Pósito del Cura,
fue creado en el citado año de 1583
En unas cuentas del dicho pósito del s. XVI, de la villa de Griñón,
vemos un interesante documento que hace alusión al marqués de
Pobar y al nombre de Alonso López de Batres, que es el encargado de
recoger y entregar el trigo del pósito de la siembra del presente año en
la villa de Griñón .
En el año 1730, la administración del caudal del dicho pósito se
hallaba a cargo de Joseph Navarro, desde julio de ese año “en la forma
acostumbrada”… Dos años antes, se anuncia “que los préstamos
oscilan entre 2 y 3 celemines”.
El Decreto de 17 de marzo de 1751, establece la figura del
Superintendente general de todos los Pósitos, Arcas de Misericordia,
Alhóndigas, Alfolíes, Cambras, Montes de Piedad, etcétera, de las
ciudades, villas y lugares realengos de señorío, abadengos y de
behetría, con inhibición de los consejos, tribunales y de los
corregidores y justicias, a D. Alonso Muñiz Caso y Osorio, marqués
del Campo del Villar, Secretario de Estado y del Despacho Universal
de Gracia y Justicia y eclesiástico. El citado Decreto recoge, que en
lo sucesivo tengan el gobierno y administración de los Pósitos el
corregidor o alcalde mayor, si lo hubiere, y en donde no, el alcalde de
cada pueblo; y habiendo dos el que elija el Ayuntamiento, un
procurador sindico, un diputado y un depositario, que desde este año y
los venideros ha de nombrar el Ayuntamiento… el nombramiento se
ha practicar el día de san Julián o san Pedro por el tiempo en que los
pósitos se hallan con menos grano y con mayor facilidad y a menos
coste se podrá practicar la medición… que además de las dos llaves
con que regularmente se custodia el trigo en los pósitos, se ponga otra,
y todas tres se entreguen y estén en poder de las personas expresadas
El año 1757, se aprueban los asientos de los dos pósitos de Griñón, el
llamado del Cura y el Real. Los pósitos (precursores de los Montes de
65
Piedad), comienzan a aparecer en España a finales del s. XVI,
teniendo un notorio impulso en los siglos XVII y XVIII. Su cometido
principal era el acopio de grano en épocas de escasez, con la finalidad
de prestárselos a los labradores, con réditos moderados. Con los años
se fue convirtiendo en un estamento vital para el desenvolvimiento
del pueblo, desarrollando su actividad en favor de la agricultura.
No es extraño que junto a la creación del llamado Pósito Real, en
cualquiera de las poblaciones, pequeñas o de grandes proporciones,
naciera otro pósito, bien de carácter particular auspiciado por laguna
piadosa señora o señor, o bien eclesiástico, siendo como fue una
institución sin ánimo de lucro y enteramente al servicio de los vecinos,
pero fiscalizada y organizada por el alcalde y el párroco del pueblo,
además del concurso de otros vecinos.
Resulta interesante comprobar la enorme cantidad de documentos
generado por estos dos pósitos o alhóndigas de Griñón, convertidos
ambos seguramente en el eje económico-social del lugar. Fue
relevante y esencial su importancia en tiempos de sequía, malas
cosechas, invasión de langosta, etcétera, de ahí que su administración
fuera rigurosa y esencial para el sustento cotidiano. Las ganancias
sobre la semilla para la sementera contribuyó al reparó de caminos,
puentes, abrevaderos y fuentes, pago de impuestos o atención a la
parroquia.
Los pósitos de Griñón se consideraron de cierta importancia. En 1776,
vemos un memorial de los señores Antonio Ruiz de Agustín y
Antonio Beltrán, alcaldes ordinarios de esta villa, que fundó D.
Esteban Ramírez de Arellano, por el cual deben al pósito del Cura más
de medio celemín de creces.
Las cuentas se toman a Clemente González, depositario que ha sido
del pósito de la obra pía del Cura, por frutos del año 1761, en la villa
de Griñón “a seis días del mes de agosto” los señores Antonio
Campó y Melgarejo y Casimiro Beltrán, alcaldes ordinarios en ella y
patronos por sus empleos en el pósito de trigo, que creó el bachiller
de Arellano. En el citado pósito existen hoy 183 fanegas de trigo. El
15 de agosto de 1763, se le piden cuentas a la viuda de Pedrazas, que
era depositaria del pósito, en 1762.
66
En 1768 el Pósito del Cura presenta las cuentas tomada a Roque
Serrano, depositario que era de él “por frutos del año de 1768”, y se
efectúa el nombramiento del nuevo depositario, y memorial de
cobranza del mismo. Le sigue la relación de labradores beneficiados
del Pósito, y las entregas de grano que se llevaron a cabo en año
anterior. Los alcaldes ordinarios, el 10 de agosto de 1769, Casimiro
Beltrán y Francisco Axenxo, patronos del pósito “dijeron, que
mediante haber estado la administración del caudal del nominado
pósito a cargo de Roque Serrano, desde el día 29 de agosto de año
próximo pasado de seiscientos sesenta y ocho, era preciso nombrar
nuevo depositario y así se ha nombrado para el nuevo empleo a Juan
Fernández el Mozo, vecino de esta villa, llevando la debida cuenta y
razón de lo que percibiese y cobrase y a quedado percibido, cobrando
enteramente todo el caudal del referido pósito con más de medio
celemín por fanega de réditos, con arreglo al memorial que se le
entregará. Importan las partidas que se compone el cargo, ciento
noventa y una fanega, cinco celemines y dos cuartillos, y siendo la
data la misma cantidad no resulta Alcance alguno contra el citado
Roque Serrano, ni a favor del pósito”.
El año 1775, D. Diego Sastre Navas, en nombre de D. Pablo Antonio
de Ondarza, del Consejo de S. M., Subdelegado de los Pósitos, viene a
notificar y hacer saber a los alcaldes, regidores, diputados y
procurador síndico de la villa de Griñón “ Que siendo punto de
atención la conservación , aumento y reintegración de todos los
Pósitos y fundaciones de granos que hay en el reino, como está
prevenido por repetidas Pragmáticas, Leyes, nueva Instrucción y otras
órdenes, para que sirvan sus fondos en escasez de cosechas para la
sementera y panadeo, con lo que se hace más tolerable la falta de
granos, ordeno a V. despache aviso por vereda a todos los pueblos de
esa subdelegación que tienen Pósito y los de fundación particular,
para que procedan mancomunadamente al reintegro del trigo que están
debiendo… el caudal de maravedís que haya producido el trigo que se
haya panadeado de cuenta del público por venta de dinero a algún
vecino, para que lo amase en su casa, se pondrá en el arca de tres
llaves que ha de haber en el Pósito o paraje donde esté más seguro…”
67
LAS CAMPANAS DE LA VILLA
Precisamente, y a título de ejemplo, el templo parroquial de Griñón y
su torre, dedicado a la Asunción de María, fue empezado a construir
hacia mediados del siglo XVI, pues vemos algunos documentos de
cofradías que hacen referencia a ello. De los años 1540 al 1580, según
todos los indicios, la iglesia fue edificada aprovechando una ermita
primitiva a la cual pertenecía el primer cuerpo de la torre. También era
una ermita primitiva la que subsistió levantada hasta los años sesenta
del pasado siglo XX, junto al antiguo camino de Toledo (distante
kilómetro y medio del centro urbano), en memoria del Santísimo
Cristo Aparecido. La dicha ermita fue demolida por ruinosa,
levantándose otra en el lugar, con espadaña y una campana. El nuevo
señor del lugar, convocaba el 14 de abril de 1615 “a campana tañida”
a los cargos oficiales y vecinos de la villa, para comunicarles el
traspaso del señorío. Una vez más, vemos el poder de convocatoria de
las campanas de la iglesia, tanto para asuntos profanos como de índole
religiosa.
Conocemos a través de los documentos, que en 1624, aparece el
abono a los maestros que “enjugaron las campanas” (sic) y de la
madera para su arreglo, por un importe de 320 y 240 maravedís
respectivamente. Unos años más tarde (1639), el párroco de la villa
gastó una considerable suma de dinero “en trasladar a la corte de
Madrid dos campanas pequeñas y traer después dichas campanas a
Griñón, y pagar unos adornos que hicieron en ellas”. En la década
siguiente (1649), gastaron 1.248 maravedís “por aderezar las
campanas”.
En el Libro de Fábrica de 1768, vemos un pago de 223 maravedís,
importe de “varias cosas de cerrajería y una abrazadera para la cabeza
de una campana”. Una de las campanas fue mandada fundir por rotura
en 1781, causando el consiguiente gasto de 840 rs. Ese año se hizo “el
hoyo para la campana “ . El cura propio de la iglesia parroquial era
entonces D. Francisco Dégano Belinchón y Alonso.
La campana grande del lado oeste fue instalada en el campanario
siendo también mayordomo el citado cura, según aparece grabado en
relieve sobre el cuerpo de la campana. Los textos que hemos podido
identificar dicen: “...SE HIZO SIENDO CURA PROPIO Y
MAYORDOMO DE ESTA IGLESIA FCO. DÉGANO
68
BELINCHÓN...” Y en el Libro de Fábrica del dicho año de 1781
(A.D.O.G.), registra el mayordomo 218 rs. pagados por diferentes
obras a un maestro carretero, “por arreglos en las cabezas de las
campanas”. Observamos la atención permanente, por los sucesivos
párrocos de Griñón, en conservar en buen uso las campanas
parroquiales.
Poseemos un dato más del año 1795, quizás relacionado con la
solicitud del párroco de la villa: un campanero de Fuensalida
(Toledo), Francisco Mazorra de Pradillo, fundió una campana para
esta parroquia “por 810 rs. importe de 19 libras de cobre, que tiene de
aumento, y 83 rs. importe de 10 libras de estaño...”
Sobre el cuerpo de la campana del lado sur. (de dimensión similar a la
del oeste.), sólo podemos identificar el texto: “... FERMÍN DE... ME
HICIERON A EXPENSAS DE LA VILLA... 1850...” Cada una de
las cuatro campanas descritas, acreditan una cierta antigüedad,
aunque fueron refundidas de otras anteriores. Los yugos de madera
aparecen actualmente muy afectados por la paso del tiempo.
Efectivamente, en el A.M.G. vemos un documento que señala la
existencia en esta iglesia parroquial de cuatro campanas, dos de las
cuales se hallaban rotas (3 de septiembre de 1893). Sin embargo, un
documento mucho más explícito sobre este asunto lo hallamos en
A.D.O.G.
El párroco de la villa, dirigiéndose al Gobernador
Eclesiástico de la Diócesis de Madrid-Alcalá, informa y solicita: “Que
existiendo en esta iglesia parroquial cuatro campanas, de las que dos
se encuentran inutilizadas por rotura, con un peso de catorce arrobas
las dos, y deseando este vecindario que se fundan las dos en una sola,
por ser sumamente pequeñas y no oírse en el pueblo, por hallarse la
iglesia fuera de él, por lo cual este vecindario del municipio
contribuiría con la cantidad necesaria para realizar la fundición… y
bendición de la referida campana...” (Griñón, 13 de septiembre de
1893). Un documento datado unos días después, autorizaba la dicha
refundición. (A.D.O.G.)
Casi cuatro siglos anteriores a esta última fecha, en el año de 1525, se
fundó en Griñón el convento de Religiosas Franciscas de la
Salutación, por deseo del clérigo Rodrigo Vivar. Conserva el viejo
edificio en la actualidad su airosa espadaña o campanil, soportando
tres hermosas y pequeñas campanas, la mayor de ellas de unos setenta
69
cms. de altura con inscripciones. De implantación más moderna en la
villa, es el actual Colegio de los HH. de las Escuelas Cristianas de La
Salle. En efecto, a principios del siglo XX (1915), tiene lugar la
presencia en Griñón de los Hermanos de San Juan Bautista de La
Salle, sobre unos terrenos y edificios adquiridos a la marquesa de
Campo-Alange. Hasta mayo de 1930, no se finalizaba y bendecía su
bella capilla, en sustitución de la primitiva mucho más modesta,
colocándose las dos campanas de la comunidad, una sobre un gracioso
campanil de hierro, en el tejado del pabellón del noviciado, y la otra
en el muro de la iglesia. La segunda lleva grabado el nombre: “la voz
de Dios”. En la parte posterior del frontis del templo, pero ocultas a la
vista desde el frente se hallan instaladas las tres campanas del reloj.
El uso de las campanas de los templos dependía únicamente de la
autoridad eclesiástica, y en numerosas ocasiones fueron empleadas
para usos profanos: incendios, reuniones del concejo, calamidades,
etcétera. A pesar de ello, las campanas benditas no podían emplearse
en toques distintos a los religiosos.
Por los aspectos ya señalados sobre las campanas de las iglesias,
vemos un
curioso documento del alcalde de Griñón, el cual
solicitaba del de Parla, información sobre un arbítrio municipal en esa
villa, que grababa, al parecer, el toque de las campanas de las iglesias.
No consta respuesta y ni siquiera que hubiera existido el aludido
impuesto municipal.
En el transcurso de las últimas grandes obras llevadas a cabo en la
iglesia de Griñón, salieron a la luz seis ventanas mudéjares por debajo
del nivel de las campanas, que quizás, eran la parte final de las
paredes de la torre primitiva anterior al s. XVI. En efecto, en las obras
finalizadas en 1995, fueron abiertas las parejas de arcos originales
(cegadas en 1631), al añadir el último cuerpo del campanario actual.
Por las señales que se aprecian, las campanas estaban en dichos arcos
pendiendo de sus correspondientes alcándaras.
Debido a las sucesivas reformas de la torre, exteriormente aparece
prácticamente sin apreciarse su estilo netamente mudéjar, sin embargo
al visitarla el interior de la misma conserva la traza y construcción de
una auténtica construcción mudéjar, digna de ser visitada.
70
1619: GRIÑÓN LIBRE DE LA JURISDICCIÓN DE LA VILLA
DE MADRID
Durante el señorío del marqués de Pobar, se obtuvo el tan ansiado
privilegio para su villa de Griñón. El privilegio fue otorgado por
Felipe IlI el 2 de junio de 1619. En efecto, el rey concedía a ambas
villas de Griñón (Cubas incluido) quedar libres de la jurisdicción de
los Alcaldes de Casa y Corte de la villa de Madrid, que venían
históricamente ejerciendo desde tiempos muy anteriores. Numerosos
pleitos había sostenido el anterior titular del señorío don Bernardino
de Mendoza y Toledo contra el corregidor de Madrid por este motivo.
Con el documento, Griñón captaba autonomía judicial dentro de su
término. Felipe III reconocía por primera vez en la historia, que
Griñón "estaba fuera de las cinco leguas 29 de nuestra corte", es decir,
fuera de la órbita de la jurisdicción de la villa de Madrid, a efectos
judiciales. En este sentido, jugaron un buen papel las influencias en la
corte y su cercanía al monarca, para que facilitara ese privilegio
“como recompensa a los muchos, buenos y agradables servicios que
nos habéis hecho y continuamente hacéis cerca de Nuestra Real
Persona, con entera satisfacción mía”. Por ello se expresó así el rey:
“… y por la presente, de nuestro Propio motuo y cierta ciencia y
Poderío Real absoluto de que en esta parte queremos usar y usamos
como Rey y Señor natural… sacamos, libramos y exsimimos a las
dichas villas de Cuvas y Griñón… de la jurisdizión que los alcaldes de
la nuestra cassa y corte tienen dentro de las cinco leguas della, para
que agora y de aquí adelante, perpetuamente por siempre, no la
puedan exercer ni exercan en las dichas villas y sus términos y
vezinos dellas. Y queremos y es nuestra voluntad de que así para la
jurisdizion de dichos alcaldes de corte como para todas las demas
cossas que dellos dependen, se tengan y reputen las dichas villas…
perpetuamente como dicho es".
29
La legua castellana se fijó originalmente en 5.000 varas castellanas, es decir, 4,19 km o
unas 2,6 millas romanas, y variaba de modo notable según los distintos reinos españoles, e
incluso según distintas provincias, quedando establecida en el siglo XVI como 20.000 pies
castellanos; es decir, entre 5.573 y 5.914 metros. Siguió utilizándose de forma profusa mucho
después de ser oficialmente abolida por Felipe II en 1568. Las leguas, divididas en veinte mil
pies, que equivalen a 5.572,7 metros, eran las utilizadas para medir los caminos de España,
antes de adoptarse los kilómetros del sistema métrico decimal. En 1769 una norma establecía
marcar los caminos con los "leguarios", que señalaban las distancias. El punto cero se
estableció en Madrid y se encuentra todavía en la Puerta del Sol.
71
Desde entonces todas aquellas causas y pleitos tanto civiles como
criminales, pendientes ante los alcaldes madrileños y afectaba a los
vecinos de Griñón, se despacharían a los alcaldes ordinarios de
Griñón. El marqués de Pobar falleció en Madrid once años más tarde,
el 1 de noviembre de 1630.
REPRESENTACIONES DE COMEDIAS EN EL SIGLO XVII.
Tenemos noticias de representaciones de comedias en Griñón,
Humanes, Fuenlabrada, Getafe, Parla, Pinto, etcétera, por el siglo
XVII. Esta actividad, por lugares tan perdidos en la comarca de la
Sagra nos parece en verdad milagroso. No obstante, según los datos
recopilados era difícil no encontrar alguna representación de aquel
modesto arte escénico en las localidades antes citadas. Así pues, a la
hora de interpretar los datos obtenidos de Griñón, es útil e interesante
conocer lo que pasaba en otras partes. Este fenómeno queda reflejado
en un contrato de 1624 para la fiesta de agosto en Torrejón de
Velasco, donde se estipula que las comedias que se hagan “no se han
de haber hecho en Parla ni Getafe” (sin duda por que los vecinos de
Torrejón solían ir a ver representaciones de comedias en las fiestas de
estas últimas localidades)
Todas las representaciones eran realizadas en el marco de una fiesta y
bajo los auspicios de una cofradía, especialmente para las festividades
de Nuestra Señora de Agosto, es decir, la Asunción de la Virgen, y
también para Pascua de Navidad. Era costumbre habitual representar
en casas particulares y en conventos. Tampoco se trataba siempre de
actores profesionales; había también comedias caseras representadas
por aficionados.
El adorno del escenario era una manta estirada con dos cordeles de
una parte a otra. Los músicos mientras tanto interpretaban algunas
piezas musicales de la época, y la representación solían emplazarse y
escenificarse en un corral de la casa o patio y también en un mesón,
donde se situaban sobre un tablado alto, quizá de un metro. Como era
habitual los mayordomos de los pueblos donde se representaba
costeaban el transporte de los grupos de comediantes. Lo normal era
que la localidad correspondiente pagase el viaje desde el pueblo
72
anterior hasta el suyo. Así, en el año 1641, la compañía de Bartolomé
Romero, celebraban representaciones por los pueblos de nuestro
entorno, que son quienes pagan los desplazamientos de un lugar a
otro. En 1647, la compañía de Antonio Rueda, es transportada desde
Pinto a costa de Parla, y de este último lugar a Griñón a costa los
propios griñonenses. Los grupos o compañías solían marcharse por la
tarde, llegando ya de noche al siguiente pueblo pernoctando allí.
En Griñón, como en otros lugares, les ofrecían lumbre y leña para
guisar sus comidas, cama o posada, más unos unos reales por cada
función. Por lo común se representaban dos comedias con sus bailes y
entremeses al día y cuando se representaban autos sacramentales
solían coincidir para las fiestas de Corpus Chisti, muy celebrada en
nuestra villa. Con las dichas funciones y acompañando en la misma
procesión del Corpus contrataban danzantes y chirimías, es decir,
instrumentos de viento, muy agradables al oído.
En el A.H.P.M. leg. 5.586, figura para la fiesta de Ntra. Sra. de
Agosto, (y el día de la fiesta de San Roque) de 1647, la Compañía de
actores de Antonio de Rueda, parece representó en Parla unas
comedias, “con bailes y entremeses” y “buen lucimiento de
vestidos…” Pero lo más interesante, para nosotros, es que dice el
mismo documento, “…que después la compañía irá en varios carros,
algunos de ellos cubiertos (con toldos), de Parla a Griñón, donde
representarán el domingo 18 de agosto, a costa de la “Cofradía de
Griñón”, donde sin duda se celebrarían las dos anunciadas
representaciones ante los griñonenses de mediados del s. XVII, lo cual
prueba que ya disfrutaban en Griñón de representaciones de comedias
itinerantes.
Anterior a 1673 la jurisdicción de esta Corte había variado de una
manera notoria, al desaparecer ciertos lugares incorporándose otros.
Hay una relación de un "libro de Gobierno" de 1673, de lugares
eximidos de la obligación de las cinco leguas; la exención era
conseguida abonando ciertas cantidades a la Hacienda real o en
ayudas para la guerra, entregadas a las arcas de Felipe III, dejando a
cambio en manos del titular del señorío correspondiente toda la
jurisdicción del término. Todos sabemos, que la villa de Madrid se
constituyó en concejo abierto en 1118 y Griñón quedó incorporado a
73
su Comunidad de Villa y Tierra. En dos ocasiones Griñón estuvo
integrado, como hemos comprobado, en el término jurisdiccional de la
villa madrileña, pagando Madrid 8.000 doblas de oro castellanas, al
titular del señorío de Griñón. Ya cvonocemos como Enrique III, entre
1390 y 1407, le otorgaba el título de Villa, categoría que ya no perderá
jamás, seguramente adquirida durante la autoridad ejercida por el
señorío de Johan Ramírez o sus descendientes. Sin embargo, se cita en
fecha anterior a 1283, en el libro de J. González, incorporando Griñón
al "sexmo de Villaverde". Es curiosos comprobar, como Griñón se
hallaba dentro de las cinco leguas o no, cuando convenía a ciertos
intereses.
EL ORGANO DE LA IGLESIA PARROQUIAL, OBRA DE
ANTONIO DÍAZ
Existía un magnífico órgano en la iglesia parroquial, fabricado por
Francisco Antonio Díaz, del que sabemos que ya se hallaba instalado
y funcionando en el año 1775. Poseemos un dato de sumo interés
acerca de este maestro de órganos : En 1743, la parroquia de San
Cipriano de Toledo, pagó 6.524 reales a Francisco Antonio Díaz, por
un órgano nuevo, dándole además el viejo. El mismo maestro hizo en
1756, por 70.445 maravedíes un órgano nuevo para la parroquia de
San Ginés de la Corte y, como en la anterior, le dieron el viejo
El hallazgo del valioso documento del contrato de construcción de
este órgano, que en mi opinión debió ser de considerable tamaño,
pues fue preciso utilizar “tres grandes carros para el transporte de
todas las piezas del mismo desde la Imperial Ciudad”. El documento
fue afortunadamente hallado por nosotros.
74
SEXTA PARTE
LA VIDA EN GRIÑÓN DESDE EL SIGLO XIX
Evidentemente era tranquila y sosegada. En especial organizaban la
vida alrededor de su cotidiano trabajo, y en verano ciertos señores
influyentes de Madrid, lograban hacer algo más agradable y
entretenidos los meses de estío en aquel tranquilo Griñón. Entre estos
señores debemos recordar a D. Antonio Sánchez Barrios, párroco de
los Jerónimos de Madrid y presidente de la colonia de forasteros en
Griñón, también a D. Joaquín L. Puigcerver, diputado a Cortes, D,
Félix Martín Berganza, exdiputado a Cortes, etcétera. Hacia 1896 la
prensa de Madrid se hacía eco de las famosas aguas de Griñón, por su
poder higiénico y medicinal, que se llegó hasta el punto del intento de
comercializarlas.
Algunas tradiciones, en particular las de origen religioso, son muy
interesantes, desde luego todas ellas ya desaparecidas. Pero también
existían otras de origen profano como es el caso de los festejos con
novillos. Poseemos un documento de 1830, por el cual vemos una
autorización concedida al Ayuntamiento de Griñón, dirigida a la
Justicia de dicho concejo, para autorizar y celebrar un festejo taurino
en la fecha indicada que dice:
75
“…He venido en concederle la licencia que solicitan para
celebrar una función de Novillos en día 18 b del mismo, pero con la
condición de que han de ser embolados, ni ha de haber ningún toro ni
vaca de muerte ni enmaromado por las calles.
Lo que aviso a V. para su inteligencia y a fin de que tomen todas las
providencias y disposiciones
convenientes para evitar toda
ocurrencia desagradable sobre lo que les hago responsables…”
Dios guarde a V. m. Madrid 16 de junio de 1830.
Todos conocemos el arraigo de los espectáculos taurinos en esta villa
Como detalle anecdótico añadimos, que en las Relaciones mandadas
hacer por Felipe II en 1580, y en varias de sus respuestas dice: “Esta
villa no tiene río en su término… tiene fuentes de muy buen agua, y la
principal (fuente) es edificio de moros…tiene muchas huertas, criase
en ellas muy buena hortaliza, y en especial berzas, y hay razonable
fruta, y dichas huertas se riegan con norias, que en cualquier parte se
halla agua somera y muy buena de beber…” Entresacamos de una
crónica que trata del cultivo predominante en Griñón por los años de
1896, que nos informa y dice: “en los alrededores de la población hay
frondosas huertas, cuyos regadíos se practican elevando el agua por
medio de norias; algunas modernas y de hierro…se crían fácilmente
legumbres, patatas, alcachofas, coles, pimientos, tomates, pepinos,
melones, sandías, y árboles frutales. Las higueras forman la arboleda
más productiva, y las moreras hasta de dos o más metros de
circunferencia, dominando la morera blanca, adecuada para la cría de
gusanos de seda…
Todavía no hemos podido descifrar o encontrar documento alguno
acerca del nombre de Griñón, no obstante, hemos repetido hasta la
saciedad que este nombre hace referencia a una especie de pequeño
melocotón de color rojo. Otra acepción a este topónimo señala a un
velo de monja o beata. No encontramos relación de nuestra localidad
con dichas acepciones, a pesar de que en él existe, desde el s. XVI, un
monasterio de monjas y que este terreno de Griñón fue abundante en
frutales, pero la existencia de nuestra villa es evidentemente muy
anterior al convento.
76
En el V Congreso de Instituto de Estudios Históricos del sur de
Madrid, celebrado en abril de 2007, cambié impresiones con mi
compañero el historiador y experto arqueólogo Rodríguez Morales,
acerca del topónimo Griñón, el cual hace referencia al llamado
Camino de Griñón de Moraleja de Enmedio, cree que se remonta al
de un poseedor romano, en este caso un Grannius, que normalmente
da Grañón. En este caso la -i- de Griñón es producto del superestrato
árabe, con la llamada imela. Parece que hace muchos años, fueron
hallados unos restos romanos en el mismo lugar que hoy (año 2007) se
realizan excavaciones (junto al parque forstal del Carraperal) que
confirma esos hallazgos antiguos. El Carraperal se halla situado en la
confluencia de dos caminos romanos, no calzadas, con lo cual la
presencia de esos hallazgos estarían plenamente justificado, dando
lugar a que con las debidas precauciones, justificar la fundación de
nuestra villa en el periodo del imperio romano en forma de aldea,
granja o conjunto de asentamientos de ese origen. Los expertos
señalan la aparición de señales de habitación, fondos de cabañas,
pertenecientes a los siglos VI, VII y VIII, pertenecientes al periodo
romano-visigodo.
También en un magnífico volumen dedicado al origen de los
topónimos de todos los pueblos de España, señala al hacer referencia a
Griñón “,,,que su nombre puede proceder de “greña”, (cosa
enredada), por el antiguo bosque que aquí existía…” Por otro lado,
citaremos la pertenencia de Griñón en dos ocasiones integrado en la
jurisdicción de la Villa y Tierra de Madrid, siendo enajenada por la
corona a favor de un noble, causa de un largo pleito de la Villa de
Madrid con dicho señor. Nos consta que Griñón ya existía en los
siglos XII y XIII como he dicho antes, aunque es posible que fuese
incluso muy anterior a estas fechas. Lo más probable es que la
fundación se debiera a los árabes o incluso al periodo romanovisigodo, como queda dicho, aunque en este caso se trataría de una
granja. Pero desde luego un lugar de exigua importancia.
LA SALLE CONVERTIDO EN HOSPITAL DE SANGRE
Ya sabemos, que los altos mandos militares fijan su atención en la
casa de los Hermanos de la Doctrina Cristiana, para desempeñar las
77
funciones de hospital y acoger los heridos de los distintos frentes de
Madrid. 30
El acto de entrega del edificio a sus propietarios, fue llevado a efecto a
las doce horas del día 3 de agosto de 1939, de manos del coronel
inspector de Sanidad Militar de la Región, al amparo del documento
nº 6.936 y en presencia del capitán médico del establecimiento
hospitalario Mariano Fernández Zumel. Lo recibió el director de las
escuelas Cristianas de Griñón, hermano Tomás Bengoa Larrinaga, que
declaraba encontrarlo en perfectas condiciones para poder continuar la
enseñanza, a la cual estaba dedicado antes de comenzar la guerra. El
histórico documento, con tres firmas y dos sellos oficiales, uno de
Sanidad Militar y el otro de la Comandancia de Griñón, aparece hoy
en lugar destacado en el Museo del Colegio actual de La Salle, junto a
centenares de objetos y recuerdos de esta casa, desde su presencia en
la villa, en 1916, y en especial en la época que fue Hospital de Sangre.
CURIOSIDADES DE LA TORRE PARROQUIAL DE
GRIÑÓN
En el Concilio de Trento se anunciaron unas normas para la
construcción de templos, que comenzaron a dictarse desde la sede
Prima da de Toledo, señalando unas "advertencias" en el
Documento IX" dedicado a la "torre de las Campanas" "Hágase –
decía donde tenga más fácil uso y donde sea de menos
impedimento. La altura (de la torre) ha de ser proporcionada a la
fábrica del templo y la escalera no será de caracol, como
ordinariamente se hace, por ser subida muy penosa, sino de
tramos con descansos. En lo alto de la torre han de estar las
campanas ... " Precisamente, y a título de ejemplo, el templo
parroquial de Griñón dedicado a Nuestra Señora de la Asunción,
fue reconstruido hacia mediados del siglo XVI, pues existen
documentos de cofradías que hacen referencia a ello en los años
1540 al 1560. La iglesia fue reedificada aprovechando una ermita
primitiva a la cual pertenecía el primer cuerpo de la torre.
Creemos, y así lo consideran algunos autores, que la iglesia o
ermita se levantó de estilo mudéjar. Casi todo resto de aquella
30
El historial de este edificio, cuando fue utilizado como Hospital de Sangre, figuran en otras
publicaciones locales de Griñón.
78
primitiva edificación ha desaparecido de nuestra parroquia,
excepto nuestra torre,a la que le fue añadido mucho tiempo
después, el cuerpo superior actual. El interior de la torre se
encuentra tal y como fue construida en su origen, y está dotada de
una escalinata casi imposible de subir o bajar, por la enorme
altura de cada tramo de escalón.
La zona del ábside fue levantado más tarde, mucho más elevada,
respecto a su primera fábrica, ya que la altura de la torre no se
correspondía con la de dicho ábside y a causa de ello fue
necesario añadir elsegundo cuerpo. Posteriormente se abrieron las
tres parejas de dobles ventanales de los cuatro lados de la torre,
que estaban cegados desde 1631. Nuestra torre está totalmente
adosada en uno de sus lados a la nave de la iglesia. Así pues, sólo
aparecen las tres parejas de ventanas. El segundo cuerpo conserva
sus cuatro huecos o ventanales donde se alojan las campanas.
Mudéjar, es la doble ventanita en la parte superior de la puerta de
los pies del templo.
La importancia de los toques de las campanas, además de los usos
religiosos, disponía de un servicio necesario a la comunidad. En
efecto, en el antiguo Griñón, el toque de "mediodía" señalaba la
hora de la comida. El toque a "quema" con un toque vivo y
rápido, ponía en alerta a los vecinos cuando se declaraba un
incendio, reclamando la colaboración de cuantos se encontraban
en el campo, he incluso en los pueblos vecinos. Existía también,
uno de enorme importancia: era el toque "a perdidos", que se
hacía sonar al anochecer, en los días de niebla o nieve, dirigido a
los arrieros que se hallaban desorientados en el campo, para
dirigirlos a nuestro pueblo para pasar la noche. Poseemos datos de
otros usos de las campanas; el nuevo "señor" de la villa,
convocaba en Griñón, el 14 de abril de 1615 "a campanatañida" el
nuevo traspaso del señorio. Evidentemente, los gastos en
reparación de campanas constituían un gasto importante. Otros
numerosos gastos respecto a las campanas de nuestra parroquia,
les vemos(en el Archivo diocesano de Getafe) que refieren a las
fechas de 1639, 1649, 1768, 1781, 1795, 1800, 1850. En algunas
parroquias del sur de Madrid se acudía a una campana "nimbum
fugo" para ahuyentar las tormentas con el toque llamado
"tentenublao" al menos hasta el siglo XVIII, con el tañido
acompasado muy rápido y con el inicio de un toque de tres golpes
79
en una campana de sonido grave. No obstante, estos toques tenían
la rara virtud de deshacer las malas nubes. Sin embargo, en los
inicios del siglo XX se prohibió por las autoridades, el toque de
las campanas durante las tormentas.
EL ENIGMA DE LA ANTIGUA ERMITA HOY
Contaba el párroco, que aquella mañana del 17 de junio del año
1569 el labrador Pedro Gómez, vecino de esta villa, se le iluminó
el rostro por los rayos resplandecientes de una figura
extremadamente pequeña que se le apareció o halló, según
declaró en su exposición de los hechos, añadiendo; que al instante
vió en el cielo "una cruz de color pardo del tamaño de una “pica”
(pica-antigua medida equivalente a 3,89 m). Dicha declaración
coincide con la realizada por Pedro Lázaro y la niña Francisca
Ruiz vecinos de Humanes, que observaron el prodigio de una cruz
en el cielo aquel mediodía, cuando marchaban sobre un corn
dentro del término del citado pueblo. Circulaban por el camino
que venía de Griñón, y luego declaró Lázaro "que la cruz estaba
entre dos nubes, y que la vio por espacio de una hora". La cruz
observada debía de desarrollar una medida de aproximadamente
cuatro metros de altura, (correspondiente a una "pica" descrita
anteriormente). No obstante, dicha medida creemos muy difícil de
precisar a esa supuesta altura. También narraba que el matorral de
grama, en el cual se apoyaba la pequeña imagen del crucificado,
figura de unos 13 centímetros de altura apareció sin cruz,
detallando Pedro Górnez "... que desprendía “un fuerte y
agradable aroma".
GRIÑÓN EN LA JURISDICCIÓN DE VILLA Y TIERRA
DE MADRID
Entre los muchos privilegios con que la villa de Madrid fue
favorecida por los soberanos españoles que ocuparon el trono,
uno de los más antiguos es el de la jurisdicción de sus sucesivos
alcaldes de Casa y Corte, dentro de las cinco leguas de distancia.
En líneas generales, digamos que dichos alcaldes contaban con
jurisdicción total y única, sobre todos los pleitos y causas tanto
80
civiles como criminales dentro de esas cinco leguas de distancia
de Madrid, naturalmente a esto se unía el control de cierto
comercio de determinados productos necesarios para el consumo
de los vecinos de la Corte. En efecto, estos lugares o aldeas
estaban obligados a abastecerla, con la prohibición de
comerciarlos libremente a terceros. En una relación del año 1625,
vemos unas veinticinco aldeas del entorno de la Corte, obligadas
a este menester, entre ellas "Grinnon" (Griñón), lugar o aldea que
denomina de la jurisdicción de Madrid "donde se saca agua
somera en cualquier parte ... " Luego, anterior a 1673, la
jurisdicción de esta Corte había variado de una manera notoria,
pues habían desaparecido algunos lugares e incorporados otros,
no apareciendo nuestra villa de Griñón (pero seguramente por
olvido del informante), apareciendo por vez primera Serranillos.
(Alcalde Casa y Corte, folios 83 y 84. A.H.N.) Hay una relación
de un "libro de Gobierno" ya de 1673, de lugares eximidos de la
obligación de cinco leguas. La exención era conseguida con
ciertas cantidades abonadas a la Hacienda real o en ayudas para la
guerra entregadas a las arcas de Felipe III, dejando en manos del
titular del señorío correspondiente toda la jurisdicción del
término.
Todos sabemos que la villa de Madrid se constituyó en concejo
abierto en 1118 y Griñón quedó incorporado a la Comunidad de
Villa y Tierra de Madrid. En dos ocasiones estuvo integrado en el
término jurisdiccional de la villa madrileña, la última en 1374,
pagando Madrid 8.000 doblas de oro castellanas, al señor de
Griñón. Tras estos hechos Enrique III, entre 1390 y 1407, le
otorga el título de Villa, categoría que ya no perderá jamás,
seguramente adquirida durante la autoridad señorial ejercida por
el señor Johan Ramírez o sus descendientes Sin embargo, se cita
en fecha anterior a 1283, en el libro de J. González, incorporado
Griñón al "sexmo de Villaverde". y en el libro de Antonio
Alvarez "Compendio histórico de las grandezas de la coronada
villa de Madrid" de 1786 vemos la referencia al "alfoz" de
Madrid, sin que aparezcan Griñón y Cubas dentro de él. En el
"Censo de Aranda" (1768-1769), manuscrito censal compuesto de
dos grandes volúmenes, se constata a Griñón, señalando bien
claro que "se trata de una villa ", perteneciendo al Corregimiento
de Illescas con 439 almas, cura, 3 sacerdotes, un epistolario, otro
81
ordenado de menores, sacristán y dos monaguillos, convento de
religiosas franciscascanas, con 19 profesas, un vicario, sacristán,
hortelano, un demandadero y 3 hermanos de órdenes regulares
(20 de abril de 1769)" (sic)
LA MILICIA NACIONAL ACTIVA Y LOCAL EN GRIÑÓN
Con fecha de 26 de septiembre de 1820, el rey Fernando VII había
firmado el decreto de formación, de la Milicia Nacional. Se trataba de
cuerpos sedentarios de organización militar, compuestos de individuos
de orden civil e instituidos en España durante las luchas políticas del
s. XIX, para defensa del sistema constitucional. También las milicias
provinciales y la urbana. Así, pues, fue un cuerpo armado organizado
con voluntarios de ideas liberales para preservar y sostener el régimen
constitucional de 1820
No obstante, estaban exceptuados los que por impedimento físico,
visible o notorio se hallaren imposibilitados para el manejo de las
armas; los ordenados in sacris; los funcionarios públicos, civiles y
militares; los médicos, cirujanos, boticarios y albeitares; los maestros
de primeras letras con escuela pública; los preceptores de latinidad y
los catedráticos de los establecimientos literarios, los simples
jornaleros y los marineros, etcétera. Se detallan hasta 82 artículos en
la Milicia Nacional, que regirán desde esta fecha la nueva fuerza.
En el capítulo II de la novedosa ordenanza se observan numerosos
artículos, tales como: “será obligación de esta Milicia defender los
hogares y términos de sus pueblos de los enemigos interiores y
exteriores. Se permitirá desempeñar por sustituto que merezca la
aprobación del jefe, a otro distinto miliciano costeado por el individuo
a quien corresponda el servicio. El artículo 70 nos informa y dice: el
miliciano nacional no está obligado a usar uniforme; pero el servicio
que a cada uno corresponda deberá hacerlo con el distintivo de la
escarapela, fornituras y armamento.
El archivo municipal de Griñón 31custodia los reglamentos de la
Milicia Nacional activa, de fecha 22 de febrero de 1822, firmada por
31
El Archivo Municipal de Griñón, ejemplo de archivo de una localidad pequeña de la
Comunidad de Madrid, posee un registro bien dotado de interesante documentación. La
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el jefe político superior de la provincia de Madrid, José Martínez San
Martín, y dirigido al Señor Presidente y Ayuntamiento Constitucional
de Griñón. Se trata de la circular sobre el modo de realizar la
organización de la Milicia Nacional Activa, conforme al decreto
orgánico aprobado por las Cortes extraordinarias en 18 de noviembre
de 1821. Consta de 123 artículos y 10 apartados adicionales.
Otro interesante documento en el archivo griñonense, son las
instrucciones para el sorteo de mozos de la Milicia Nacional Activa.
Aparecen en el documento todos los pueblos de la provincia de
Madrid con el número de hombres que componen y los pueblos donde
deben concurrir a jugar las décimas (adjuntamos una de las páginas
para una mejor comprensión del llamado “juego”. Observamos que
Griñón debe concurrir, junto a Perales de Tajuña, al pueblo de
Ciempozuelos, donde se ha de celebrar el sorteo. Sin embargo
comienzan a surgir las primeras reclamaciones.
NUEVO ASPECTO DEL RETABLO MAYOR Y DE LOS
DOS RETABLILLOS DE LA IGLESIA PARROQUIAL
La descripción que hace el Inventario-Artístico de la Provincia de
Madrid (1970) del retablo mayor de la Asunción de Griñón, es
que fue ensamblado en el presbiterio, y es un retablo-hornacina de
madera en su color. Se apoya sobre zócalo, tiene banco, un cuerpo
con tres calles y ático en forma de cascarón que se adapta s la
cubierta de la bóveda. Las calles se separan con cuatro columnas;
las dos exteriores son salomónicas del orden coriniio con fuste
decorado con motivos vegetales, y las dos interiores, también del
orden corintio, con fuste acanalado con guirnaldas de flores en la
parte superior y la zona inferior lisa con decoración vegetal. Las
columnas se apoyan sobre ménsulas en el banco. Sostienen trozos
fundación de Griñón, posiblemente sea un asentamiento del proceso repoblador llevado a
cabo por el concejo de Segovia. Durante la mayor parte de su historia fue villa de Señorío.
Durante el Antiguo Régimen su Archivo estuvo bajo la custodia del alcalde mayor, el
escribano y un regidor del concejo. Desde la ley de 1856, fue el secretario del ayuntamiento el
encargado de la custodia de los documentos históricos. Durante la Guerra Civil, apenas sufrió
deterioro alguno. Pero en la inmediata postguerra sufrió importante merma en su contenido a
casusa sacas incontroladas de su documentación histórica. El archivo tiene actualmente una
persona encargada de su gestión.
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de entablamento con modillones, y en el ático los gajos se
decoran con profusa ornamentación vegetal y de hojarasca, se
cierra en el centro con motivo decorativo de nubes y rayos. Sobre
los trozos de entablamento se dispone de cuatro grandes ménsulas
en las que aparecen esculturas de bulto redondo en las calles
laterales y una pintura (moderna) en la central. En la parte inferior
vemos un tabernáculo en madera dorada, con ocho columnas
salomónicas del orden corintio que sostienen una cúpula coronada
con cruz. Ha perdido toda su decoración original, conservándose
sólo los ángeles decorativos. No es infrecuente, pero no
deja de ser curioso e interesante el poder observar hoy la
estructura de un retablo mayor en su imagen primaria, en su
apariencia neta y desnuda, sin los efectos del oro y la policromía.
Así podemos admirar el proceso arquitectónico del retablo en
todo su valor material, pues el artífice por causas que
desconocemos, pero que pudieron ser de carácter económico
posiblemente, a la espera de un nuevo presupuesto. No obstante,
debemos considerar que cuando ha de ensamblarse el retablo,
toda la región se encuentra inmersa en la guerra de Sucesión. Otra
cuestión es, quién gastó la considerable cantidad de dinero
importe de la obra del retablo. Solamente podía hacerlo el
arzobispado de Toledo o el titular del señorío de Griñón, entonces
D. Bernardino de Mendoza y Toledo. Los dos retablos del crucero
son de la misma época que el retablo mayor, sólo unos pocos años
posteriores. Esperamos con gran interés, el hallazgo de la
necesaria documentación para poder atribuir un autor al retablo, y
datar la fecha de su ensamble en el crucero de la iglesia parroquial
de nuestra villa.
HALLAZGOS ARQUEOLÓGICOS EN EL CARRAPERAL
(2006-2007)
Los romanos buscaron establecerse, al menos en Hispania, sobre
asentamientos prexistentes, utilizando el reparto de fincas ya ocupadas
y no la creación de nuevas. No obstante, en cualquier caso las
haciendas rurales dedicadas a la agricultura y ganadería suelen
aparecer cerca del trazado de diferentes vías, como es el caso de los
asentamientos que han aparecido junto a “El Carraperal. Los muchos
yacimientos arqueológicos que se conservan en nuestra Comunidad de
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Madrid dibujan unos parajes con asentamientos principalmente en las
vegas de los ríos y arroyos. Viene esta aclaración como consecuencia
de las prospecciones arqueológicas de urgencia, llevadas a cabo en la
actualidad (2006-2007) al N. del parque forestal de “El Carraperal),
por encargo de la Comunidad de Madrid a la empresa TEA, que los
promotores de las viviendas sociales o particulares que allí se han de
levantar, sufragan por otro lado de obligado cumplimiento. La
directora de las excavaciones es Amparo Urbano y encargado
Francisco (Frank), sobre las unidades de ejecución SAU-10 y SAU9). En estas excavaciones, hasta ahora han sido hallados más de una
docena de fondos de cabaña con sus respectivas señales de
enclavamientos de postes para cubrir y sustentar los tejado,
seguramente con brezo y teja curva (tejas que luego los árabes
tomaron como propia). Algunos fondos tienen hogares en sus
interiores, silos, basureros, pozos de agua, alguno de gran
profundidad. La mayor parte de estos silos están asociados con las
cabañas.
Estas aldeas generalmente estarían ocupadas por “siervos, “fiscalinis”,
“privatis”, etcétera, pertenecientes a “obispados” siempre asociados a
telares de mujeres y también ganados. Fue hallado un horno de cocer
cerámica en muy buen estado, se cree pertenecen a los siglos VI o VII
d. C.
El presente yacimiento es de enorme extensión, llegando hasta los
chalés adosados alrededor de la Fuentesanta y a la izquierda del
antiguo camino de Parla, donde se cree actuarán después. Se ha
trabajado y trabaja sobre más de una docena de tumbas con restos
humanos. Y unos pozos de los que suministraban agua potable a las
aldeas. La tumba de un infante ha aparecido sin losa por recubrir, y
otra ha sido saqueada ahora, para extraer de su interior un molino de
mano. En otro orden de cosas, Incluso de algunas de las llamadas
“fresqueras” y algún “doliam” especie de botellas de boca estrecha
para meter grano en ellas. Han aparecido fragmentos de cerámica
paleo cristiana (S. VI), tejas, piedras, tejas curvas, y otros con un peso
total de entre 500 y 700 kilos, y dos monedas, una al parecer del siglo
III d. C. Es posible que esta o estas aldeas fuesen el principio de
Griñón, que incluso entonces no tuviese ni nombre al tratarse de un
“fundo” episcopal. No obstante, los arqueólogos de la Comunidad
catalogan la excavación entre los siglos VI y VII y VIII d.C. Pero
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advierten en que, independientemente de las piezas de interés que
aparezcan, toda la zona de prospección no se conservará, al no tener
interés, una vez se estudie y cataloguen las piezas halladas para su
posterior entrega al correspondiente museo, como pueden ser las
monedas y otros objetos. A pesar de ello el área descubierto y por
descubrir son de grandes proporciones.
POSIBLE ORIGEN DEL TOPÓNIMO DE GRIÑÓN Y OTRAS
HISTORIAS
Hasta el momento no hemos podido descifrar en documento alguno,
como se originó el nombre de Griñón. No obstante, hemos reiterado
que, curiosamente, este nombre descubre y detalla que se trata de una
especie de melocotón de color sonrosado y sabroso. Otra acepción del
dicho topónimo señala a velo de monja o beata. Sin embargo, no
encontramos relación de nuestra localidad con dichas acepciones, a
pesar de que en él existe desde el s. XVI, un monasterio de monjas
franciscanas clarisas. Por otro lado, si es cierto que “briñón” podemos
traducir por “griñón”, melocotón, toca, durazno, y este último por
fruto, árbol, etcétera. Es evidente que Griñón fue abundante en
frutales y huertas, acompañado todo ello con zona boscosa. Así pues,
ahora hemos hallado un nuevo topónimo para reconocer que “griñón”
refiere también a “enramada” o “cosa enredada”, por un antiguo y
espeso bosque cercano de cuya existencia ya sabemos, según apunta la
Enciclopedia de Topónimos españoles, de forma clara y precisa.
Alfonso VI tomo estas tierras después de la conquista de Toledo en el
siglo XI (1088).
LA VIDA EN LA VILLA A PRINCIPIOS DEL SIGLO XX
Evidentemente era eminentemente tranquila y sosegada. En especial
organizaban la vida alrededor de sus cotidianos trabajos, y en verano
ciertos señores influyentes de Madrid, pero con residencia de verano
aquí, conseguían hacer algo más agradable y entretenidos los meses de
estío en aquel tranquilo Griñón. Entre estos señores debemos recordar
a D. Antonio Sánchez Barrios, párroco por entonces de los Jerónimos
de Madrid y presidente de la colonia de forasteros en Griñón, también
a D. Joaquín L. Puigcerver, diputado a Cortes, y D, Félix Martín
Berganza, exdiputado a Cortes, etcétera. Hacia 1896 la prensa de la
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capital se hacía eco de las famosas aguas de Griñón, por su poder
higiénico y medicinal que se llegó a intentar comercializar.
Recuerdo ver documentado cómo unos periodistas de diversos diarios
de Madrid trataron del tema de las aguas. Por entonces, las religiosas
claras franciscanas, fabricaban un finísimo licor con el que se les
obsequió. Algunas tradiciones, en particular las de origen religioso
son muy interesantes, desde luego todas ellas casi ya desaparecidas,
pero son tan numerosas que sería muy problemático incluirlas en este
espacio del que disponemos.
Me complace especialmente, que Griñón cuente, siendo una aldea sin
apenas importancia en el s. XVI, con las famosas “Relaciones”
mandadas hacer por Felipe II, que son especialmente interesantes, y
que no todos los pueblos pueden presumir de poseerlas. Y no
olvidaremos, que por Griñón pasaba un importante ramal del camino
de Madrid a Toledo… y también la Cañada Toledana y muy cerca dos
calzadas romanas.
El hecho de hacerla villa Enrique III, influyó escasamente en el futuro
de la villa, pero si lo haría beneficiando a los señoríos. Más tarde, no
obstante, en los inicios del siglo XVIII, quedó ensamblado en la
iglesia parroquial un monumental retablo, posiblemente de
Churriguerra o de su escuela, que hoy es la admiración de propios y
extraños. Los investigadores aun no están de acuerdo en la autoría de
este soberbio conjunto, aunque evidentemente todo apunta a José
Benito de Churriguera. Virginia Tovar apunta que D. José Caveda
citaba como responsable de todos aquellos principios aertísticos de J.
B. Churriguera, de la “propia y acalorada fantasía” de aquel siglo, y
especifica diciendo del artista que fue “un infatigable diseñador de
retablos”. Influyó en gran parte la modelística construida en
parroquias, conventos o capillas del ámbito madrileño. Sus recursos
formales aparecen en el retablo mayor de la parroquia de Griñón (sea
él o no el autor) a pesar de ser obra inacabada, pues carece de dorado.
No prescindió este genial artista de sus arrebolados detalles vegetales,
sus sartas florales y colgantes de frutos, que están presentes en el
retablo de Griñón, aunque este no fuera su autor. Lo mismo ocurre con
los dos maravillosos retablillos al pie del altar mayor.
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Todo esto lo enmarco en el capítulo de actividades turísticas, pues
tanto el convento de clarisas, con su extraordinario retablo
Renacentista, cuyo autor de las numerosas pinturas que contiene fue
Correa de Vivar, como la iglesia parroquial no deben desistirse de
visitar, así como la Casa del Instituto secular de Formación “Alianza
de Jesús por María” con la capilla donde reposan los restos mortales
de su fundador el P. Amundarain, a punto de beatificación por el
Vaticano. Un objeto por demás curioso, conserva aun hoy en el
interior de esta casa de Formación. Se trata de una gran figura
ornamental; una magnífica bañera de mármol blanco de una sola
pieza, propiedad de los antiguos caseros, que la tradición popular en
Griñón aseguraba eran distinguidos amigos de Manuel Godoy,
todopoderoso personaje dueño de los destinos de España en los años
finales del s. XVIII-XIX y favorito del rey Carlos IV y de su esposa
María Luisa de Parma. Parece que este personaje de Godoy, disponía
de dicha bañera cuando visitaba esta mansión de Griñón, según quedó
trasmitido de padres a hijos. El edificio actual conserva el dormitorio,
despacho y recuerdos personales del fundador de las Aliadas,
sacerdote de origen vasco. Es pues una realidad, que los restos
mortales de D. Antonio, un futuro santo, se veneran en esta villa de
Griñón.
La villa de Griñón, posee desde 1937 uno de los pocos cementerios
musulmanes que existían en España. Fue levantado por las nacionales,
para dar sepultura según el rito islamista, a los soldados muertos en
campaña de origen marroquí. En su interior existe una mezquita con
su minarete. Hoy es utilizado como cementerio civil musulmán.
LA GUARDIA CIVIL EN GRIÑON DESDE 1862-1864
Tan sólo 18 años después de la creación del Instituto armado de la
Guardia Civil, de carácter militar (1844),como cuerpo nacional, se
obtuvo el compromiso de la presencia de la Guardia Civil en Griñón,
siendo alcalde del municipio Galo Díaz, al considerar nuestro
Ayuntamiento de entonces, conveniente su establecimiento en la
localidad para una mejor seguridad pública. Dos años después de la
autorización, del Ayuntamiento habilitó la primera casa-cuartel en la
entonces calle Torrejón, 8. Años más tarde pasaría la casa-cuartel a
establecerse en la conocida "Plazoleta", hasta ubicarse de forma
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definitiva, en la década de 1930 en la actual calle Villar, donde el
Consistorio cedió los terrenos y construyó un edificio, siendo Alcalde
Julio Agenjo Barrero. El 12 de julio de 1931, el puesto de Griñón se
cambió definitivamente a su actual ubicación de la forma que luego
veremos. Hemos realizado un seguimiento de los más interesantes
documentos respecto al cuartel, que aparecen en el Archivo del
Ayuntamiento de Griñón, integrado en la sig. DM 52/7. Con data del
año 1861vemos un pliego dirigido al Alcalde Constitucional de la
Villa de Griñón, con fecha de 18 de junio de 1862,que dirige la
Dirección de la Guardia Civil que dice: "Accediendo a los deseos de
V. y considerándolo conveniente al servicio público, he acordado la
creación de un Puesto de Guardia Civil en ese pueblo, a cuyo fin doy
con esta fecha las ordenes necesarias al Comandante de la misma,
advirtiéndole que según V. ha ofrecido se le proveerá de casa Cuartel
que deberá ocupar. Lo digo a V. para su inteligencia y efecto
consiguientes... (sic). Se trata pues del primer escrito autorizando el
puesto en Griñón. En 1864,y una vez localizado el inmueble destinado
a cuartel de la Benemérita, hallamos otro documento, aceptando los
propietarios el importe del alquiler, por parte de su representante, que
por cierto, se trataba del convento de las Descalzas Reales de Madrid,
legítimas poseedoras de los derechos de la citada capellanía, que
señala: administrador que soy de las memorias fundadas en esta Villa
de Griñón, por el licenciado "'TL~López, arriendo al Ayuntamiento de
esta Villa, la casa número 8 de la calle denominada de Torrejón propia
de la capellanía, que aquel indicado señor dejó fundada en esta iglesia,
en la cantidad de trescientos reales anuales ... y para que conste lo
firmamos en Griñón a veinte de enero de 1864" (sic). Hay dos firmas
ilegibles, y una nota que dice: "Recibí del Ayuntamiento de esta Villa,
el alquiler del año 1863,alegando haber recibido también la del año
1864".No obstante, sin duda debido a los malos tiempos en lo
económico y en lo político que corrían por Griñón, encontramos un
comunicado de fecha 23 de junio de 1864 donde el párroco de nuestra
villa reclama y solicita la liquidación del débito de alquiler o
alquileres de la casa cuartel, para remitir al convento de las Descalzas
Reales de Madrid, legítimas poseedoras de los derechos de la citada
capellanía.
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2013: II CENTENARIO DE LA ABOLICIÓN DE LOS
SEÑORÍOS EN ESPAÑA (LIBERACIÓN DE LA VILLA DEL
GRIÑÓN (FEUDAL)
Los feudos en los reinos de España fueron otorgados tanto a los
señores laicos como eclesiásticos, y los más importantes de ellos
consiguieron una inmunidad más o menos amplia, y que podía abarcar
diversos privilegios, desde el estar exento de impuestos, hasta una
cierta autonomía del poder real, sustituido por el del señor, que ejercía
la jurisdicción sobre una población al margen del control del Estado.
Estaba prohibida la entrada en estos feudos, llamados señoríos
inmunes, incluso a los agentes reales, lo que supuso una debilitación
del poder real al no ejercer el dominio de amplios territorios y
poblaciones del reino y un fortalecimiento del poder nobiliario.
La organización del trabajo en el feudo estaba fijado a la estructura de
la propiedad de la tierra, que presentaba dos formas principales: el
alodio, o tierra exenta de cargas, cuyo propietario podía venderla,
legarla o transmitirla a sus herederos libremente, y el señorío, o
territorio sujeto al dominio de un señor, pero en el que se dan tres
formas de posesión y explotación:
Este fragmento del cartulario de Saint Vicent de Mâçón especifica lo
que deben pagar al señor: “al llegar la Pascua, un cordero; el segar el
heno, seis piezas de moneda; al segar el trigo, una comida y una
medida de avena; al vendimiar, doce denarios, tres panes y vino; al
llegar la Cuaresma, un capón; a media Cuaresma, seis monedas...”;
Las prestaciones personales o corveas (trabajo en la reserva del señor:
labrar, sembrar, segar, acarrear, leñar, etc.); las banalidades o derechos
del ban, consistentes en la prioridad que el señor tenía sobre los
campesinos para vender o comprar algo, así como los monopolios
señoriales, que obligaban a los campesinos a usar el horno, el molino,
etc. del señor junto con el pago de una cantidad por las mercancías
que atreviesen puentes (pontazgo), caminos (peaje) o puertas de
ciudades (portazgo); obligación de dar cobijo y comida en
determinadas fechas al señor y sus acompañantes; la talla, permitir al
señor quedarse con la ganancia del campesino cuando tuviese
necesidad suponía el mayor abuso; finalmente el cobro de las rentas
de altar (bodas, bautizos, diezmos, etc.) de las iglesias construidas por
el señor
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La ciudad también estuvo, durante un cierto tiempo, vinculada al
señorío feudal. Los señores eran patronos de la ciudad, cobraban
ciertos tributos y garantizaban la ordenación del mercado. La ciudad
proporcionaba incluso rentas en metálico superiores al campo, por lo
que los señores favorecían la prosperidad de los burgos para aumentar
sus rentas y poder adquirir los productos ofrecidos por el comercio.
Será entonces cuando se produce un aumento de las cargas y
prestaciones que da lugar a las revueltas campesinas, denominadas
jacqueries en Francia, algunas de las cuales triunfan, como las
remensas catalanas, en menoscabo del poder señorial, mientras otras
son reprimidas cruelmente, como los movimientos hermandiños en
Galicia; en esta época, la monarquía se refuerza y comienza a apoyar a
los burgos para contrarrestar el poder de los nobles.
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FONDOS DOCUMENTALES
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Archivo Diocesano de Getafe (Fondo parroquial de la villa de Griñón)
Archivo General de Simancas, RGS, VII-1488, fol. 303.
Archivo Municipal del Exmo. Ayto. de Griñón.
Archivo Regional de Madrid.
Archivo Histórico Nacional
Biblioteca Nacional.
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93
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