UNIVERSIDAD VERACRUZANA

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UNIVERSIDAD VERACRUZANA
Facultad de Historia
“CONFLICTOS ARMADOS EN PAPANTLA 1810-1896”.
MONOGRAFÍA
QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE LICENCIADO EN HISTORIA
PRESENTA:
ABEL OLMEDO HERNÁNDEZ
DIRECTOR:
DR. ABEL JUÁREZ MARTÍNEZ
LINEA DE INVESTIGACIÓN:
HISTORIA REGIONAL
XALAPA, VERACRUZ
FEBRERO 2015
Agradecimientos
Quiero agradecer a mis padres, Belinda y Abel por su inigualable apoyo en todo
momento durante mi estancia en la facultad de historia, por sus consejos y
comprensión, de verdad muchas gracias.
A mis hermanos Ali y Melina que siempre me dieron palabras de aliento, a mis
abuelitos, Obdulia, Eutiquio y Raquel, a mis tíos y tías que siempre me brindaron sus
apoyo cuando lo necesité.
A Yolmar que ha estado en todo momento conmigo, acompañándome en mis
desvelos y ayudándome muchas veces a que este pequeño trabajo tomara forma, a tu
mami, a tu papá y tu hermano, por recibirme en su casa y por apoyarme siempre.
Estoy seguro que sin él apoyo del Dr. Abel Juárez Martínez quien en todo
momento me brindo su tiempo y su comprensión este trabajo no hubiera sido posible.
A mis amigos y compañeros, Rafa, Jesús, Yarin y Beto por su apoyo
incondicional y por facilitarme algunos textos para poder sacar adelante este trabajo.
A la Dra. Julieta Arcos, el Maestro Héctor Santamaría y el Dr. Jorge Rodríguez
que amablemente dieron lectura a este pequeño trabajo y con sus observaciones
pertinentes lograron contribuir a mejorarlo.
Y finalmente a mi pariente (Isaías) quien en toda ocasión me dio motivos para
sacar este trabajo, al final tuviste la razón, algún día nos volveremos a ver.
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN .............................................................................................................5
Capitulo1.-El contexto físico, social, geográfico, las formas de gobierno y la influencia
de la religión .....................................................................................................................8
1.1.- Contexto geográfico y físico. ............................................................................................ 10
1.2.- Flora y Fauna ....................................................................................................................... 12
1.3.- contexto social, cultural y político................................................................................... 15
1.4 La religión ................................................................................................................................ 17
1.5 Papantla en la colonia, el caso de las revueltas de 1760 a 1800 .............................. 18
1.5.1.- Papantla en la Independencia “Serafín Olarte” .............................................23
Capítulo 2.- conflictos armados después de la independencia y antes del Porfiriato en
Papantla .........................................................................................................................29
2.1 El Movimiento Olartista: La lucha continúa (1836-1838).............................................. 30
2.2 El Plan de Papantla............................................................................................................... 43
2.3.- El papel de Papantla en los diversos movimientos antes del Porfiriato 1838-1876
.......................................................................................................................................................... 51
Capítulo III: Problemas agrarios en Papantla durante el Porfiriato .................................61
3.1.- La importancia de Papantla en el Porfiriato .................................................................. 63
3.2.- Antonio Díaz Manfort: “Libertad, fueros y religión” 1886 ........................................... 68
3.3.- ¿Un nuevo reparto de tierras?, Agresión un Jueves de Corpus, ¿Venganza
política? 1891 ................................................................................................................................ 73
3.4.- Victoriano Huerta en Papantla, ¿Fin a los condueñazgos? ...................................... 75
3.5.- 1896 una sublevación alentada ....................................................................................... 79
CONCLUSIONES ...........................................................................................................84
ANEXOS ........................................................................................................................86
MAPAS…………………………………………………………………………………………102
BIBLIOGRAFÍA ............................................................................................................ 105
FUENTES ELECTRÓNICAS: ....................................................................................... 109
INTRODUCCIÓN
La presente monografía se centra específicamente en el estudio de los conflictos
que surgieron en Papantla entre 1810 y 1896 es precisamente en este periodo en que
se dan los mayores movimientos sociales con carácter militar y agrario pues antes se
puede observar un pequeño malestar que no causo mayor trascendencia y después de
1896 es muy poca la participación del pueblo de Papantla en los grandes movimientos
que movieron a la nación, se tiene como único fin dar a conocer un poco más de lo que
ya se sabe de la historia de esta ciudad.
La importancia que tiene el tema a desarrollarse para la Historia radica en que
México ha sido un país con problemas agrarios por muchos años, de hecho son
algunos de los factores de esta índole los que llevan a la primera gran revolución en el
siglo XX en el mundo, la ciudad de Papantla no fue la excepción, la población
mayormente indígena sufrió por muchos años los malos tratos y los timos de la “gente
preparada” quienes se aprovechaban de su falta de conocimiento para así poder
despojarlos de sus riquezas fruto de sus largas jornadas laborales.
En este sentido podemos afirmar en el presente trabajo que Papantla no solo es
Tajín y sus voladores, Papantla también es historia, al igual que las grandes historias de
otras localidades la de esta ciudad tiene como preámbulo a su pueblo, un pueblo que
ha sufrido durante muchos años y se ha resistido dignamente a los cambios impuestos
desde los gobiernos federales y estatales, la gente de Papantla ha dado la cara en
innumerables batallas la mayor parte de ellas encabezadas por gente de la raza
totonaca.
En el primer capítulo nos adentraremos en el contexto físico y geográfico, con las
interrogantes de ¿Dónde se encuentra Papantla? ¿Cómo es Papantla?, así mismo
podremos ver la fantástica flora y fauna oriunda de esta mágica ciudad.
Nos adentraremos en el contexto social, cultural y político, esta parte es muy
importante pues veremos cómo estaba conformada la sociedad de la época y como es
que con el paso del tiempo siguió conservando la esencia básica que los caracterizo
5
siempre, nos detendremos a analizar un poco la forma en la que estaban organizados
políticamente hablando, para después ver el papel que la religión jugo en la zona.
En los libros de historia de México, Papantla siempre ha resaltado por varias
cosas y algunas de ellas son las revueltas que se llevaron a cabo entre 1770 y 1800,
para pasar a ver el papel desempeñado por el caudillo1 totonaca Serafín Olarte y su
papel en la lucha por la independencia de México, sorprendente es saber que fue de los
pocos personajes que lucharon cuando las cosas estaban aparentemente perdidas y
que no se le reconozca como uno de los grandes héroes del estado y la nación.
En la segunda parte de este trabajo, tocaremos el tema de la revolución olartista
encabezada por el teniente coronel Mariano Olarte, hijo del caudillo Serafín Olarte,
lucha que tenía como objetivo defender el federalismo y evitar a toda costa el
centralismo, el papel que jugó Olarte fue muy importante pues en la zona se le llego a
conocer como el “padre de los Indios” y el tenía la facultad de mover masas y pueblos
enteros por terrenos que solo él conocía, ese fue un punto clave para que su lucha
durara mucho años en la zona del Totonacapan.
Analizaremos el plan de Papantla, dirigido a la nación mexicana en donde está
plasmado en varios puntos lo que Olarte considero para poder mantener la nación a
flote y evitar caer en el centralismo.
Veremos los conflictos que se dieron después de la “revolución Olartista” estos
en su mayoría fueron por tierras y medidas que afectaron la integridad de los indio,
antes del arribo del general Porfirio Díaz al poder.
En el tercer capítulo iniciaremos hablando de la importancia que tomo Papantla
en el Porfiriato gracias a la producción de vainilla, tabaco y hule, tan importante fue que
en algún momento llego a aportar el 6% del presupuesto total del estado de Veracruz,
se verá con detalle el paso de Antonio Díaz Manfort un curandero oriundo de Jalacingo
y su breve lucha por mantener a decir de él “Libertad, Fueros y Religión”, así también
abordaremos el papel que las autoridades desempeñaron para contrarrestar este
conflicto armado.
1
Hombre que dirige algún gremio, comunidad o cuerpo principalmente en las cuestiones militares.
6
Y en los últimos puntos se tocara el tema del reparto de tierras comunales, los
malestares que los indígenas pasaron, las agresiones debido a revanchismos políticos,
así como la llegada a su fin de los grandes condueñazgos 2.
Esta lucha por la tenencia de la tierra se dio en el transcurso de 1886 a 1896, a
pesar de las humillaciones de las que fueron parte los indígenas, siempre salían a flote
y buscaban la manera de seguir de pie contra los ricos de la villa y del ayuntamiento
mismo.
Hablaremos brevemente de la estancia de dos personajes con no muy buena
reputación en México, el primero al que nos referimos es Victoriano Huerta quien llego a
Papantla a realizar la labor de la división de tierras comunales y como es que para esos
tiempos los grandes lotes fueron fraccionados.
El otro caso es el del general Rosalino Martínez hombre de gran carácter y de
mucha utilidad para el gobierno en las cuestiones de guerra, siempre emprendiendo
batallas sangrientas contra la población indígena de México.
No es una historia detallada de Papantla, pero si se habla de grandes
acontecimientos que se dieron en los años anteriormente mencionados, vayamos pues
a conocer un poco más de los Olarte, de Simón Tiburcio, de la producción de vainilla y
de la división de las tierras comunales en este pequeño trabajo.
Los libros claves utilizados en esta monografía fueron Aquellos que vuelan de
Victoria Chenaut, la recopilación de obras de Papantla de Luis Salas García, de igual
manera se citó de manera efusiva La revolución de Olarte de Jorge Flores, Papantla de
Adriana Naveda, Un pueblo dividido de Emilio Kouri entre otros autores que se han
enfocado en la historia de Papantla.
2
Colonia integrada por copropietarios originarios del mismo pueblo, con derecho a una acción de tierra
que satisficiera las necesidades, la cual era conocida como “derecho primitivo” y representaba el dinero
aportado por cada socio, factor que en un momento determinado marcó diferencias en cuanto a la
superficie de tierra amparada por cada acción . José Velasco Toro y Luis Juventino García, Perfiles de la
desamortización civil en Veracruz, p. 54
7
1.-El contexto físico, social, geográfico, las formas de gobierno y la
influencia de la religión
El primer capítulo de este trabajo tratará de ubicar al lector en el espacio en
donde se desarrolla la trama de los conflictos armados y agrarios, así como también se
buscará conocer los aspectos geográficos y sociales de la entrada a la región del
Totonacapan, y narraremos un poco de su historia desde la colonia hasta 1900.
El objetivo principal de este capítulo es que el lector imagine las condiciones
tanto físicas como sociales en las que se desenvuelven los movimientos agrarios y
armados en la zona, a la par se trata de situar el espacio social, para poder explicar
¿Dónde se ubica Papantla?, ¿Cómo es Papantla?, ¿Cuál es la historia de Papantla?,
¿Por qué se dan estos eventos en esta región?, ¿Qué importancia tiene Papantla para
el estado y el país? Entre otras más para poder poner en contexto al lector.
Este capítulo está dividido en 5 secciones, en la primera de ellas abordaremos el
contexto geográfico y físico, es decir, vamos a ubicar el municipio en cuestión,
resaltando las condiciones en las que se encontraba en la época donde situamos la
investigación, así como también daremos pormenores de algunos viajeros que nos
describían a su manera la ciudad de Papantla.
En la segunda sección se dará cuenta de la flora y la fauna características de la
zona, esto producto del tipo de clima y suelo de la región, se describirá un poco la fauna
más significativa de la ciudad como el papan, y también tocaremos el punto de la flora
en donde entra algo muy emblemático de esta ciudad su vainilla.
La tercera sección, se refiere al contexto social y cultural de Papantla, aquí se
tratarán las cosas que en ese tiempo realizaba la población, así como su
comportamiento tanto social como cultural, abordaremos algunos sucesos que
marcaron pauta para levantamientos sociales en la ciudad.
En esta misma sección se dará cuenta de las formas en las que la población se
organizaba, y como se maneja el ayuntamiento por personas no ajenas a la zona pero
no nacidas ahí, también mencionaremos brevemente como administraban las finanzas
de la población.
8
La cuarta sección comprende la influencia ejercida por la religión católica entre la
población indígena y como es que gracias a una prohibición de este carácter Papantla
enfrentó un nuevo levantamiento social armado.
La quinta y última sección abordaran los problemas sociales originados en la
ciudad, esto debido a que la población indígena no se ponía de acuerdo con la clase
gobernante española llegada a la provincia totonaca, así como también la importancia
que Papantla jugó en la independencia de México en manos del caudillo totonaca
Serafín Olarte, esto como antecedente de los grandes movimientos que la región vivió
en casi todo el siglo XVIII y parte del siglo XIX.
En suma, con todos estos elementos como base se pretende facilitar el estudio al
lector sobre la región, ya que es de gran importancia el conocer el entorno geográfico,
social y cultural en toda investigación monográfica.
9
1.1.- Contexto geográfico y físico.
La ciudad de Papantla de Olarte se encuentra ubicada en la región del
Totonacapan, situada en la parte norte del estado de Veracruz, cabe resaltar que es el
único de los 212 municipios que conforman el estado de Veracruz que colinda con el
golfo de México y el estado vecino de Puebla, ya que se encuentra ubicado en la parte
más angosta del estado.
El municipio se encuentra ubicado sobre un conjunto montañoso de la sierra
madre oriental, la cual recibe localmente el nombre de la sierra de Papantla, tiene una
topografía irregular con cerros de poca altura y con predominación de valles.
Localización de la ciudad de Papantla de Olarte
Latitud norte
Longitud oeste Altitud
el
sobre Área en KM2 %
nivel
del del municipio
municipio
respecto
mar
del
al
estado
20° 27’
97° 19’
180 metros
1184.00 km2
1.6441 %
La ciudad que perfuma al mundo como es ampliamente conocida limita “al norte con los
municipios de Cazones de Herrera y Tihuatlán, al sur con el estado de Puebla y
Martínez de la Torre, y al Oeste con Poza Rica de Hidalgo, Coatzintla y Espinal” 3
3
INEGI. Anuario Estadístico de Veracruz. 1999. Tomo I
10
Mapa 1: Ubicación de Papantla en la actualidad
Tomado de: Luis Salas García, “Cachiquin” p. 6
A decir de varios estudiosos (entre estos, arqueólogos e historiadores) Papantla
pudo haberse fundado a finales del siglo XII o principios del siglo XIII, con población
que había abandonado posiblemente la capital tolteca, Tula, para refugiarse en la
región totonaca.
Numerosos cronistas en diferentes tiempos, tanto locales como nacionales e
incluso internacionales atinadamente describían las condiciones en las que se
encontraba la bella ciudad de Papantla, todos coincidían en su relieve un poco
quebrado, es decir, con grandes cerros que cuidaban a la población, tal es el caso que
en alguna ocasión un virrey mando a llamar a un funcionario local para describir el
terreno de dicha localidad, este funcionario contestó que era igual a una hoja de papel
estrujada, ahí nos damos cuenta de lo laborioso del lugar, de igual manera se hacía
alusión a la gran riqueza cultural, social y económica que abordaremos más adelante.
Luis Salas García ilustre personaje papanteco en sus apuntes nos describe las
características de Papantla para el año de 1519:
11
“…ques [sic] tierra muy caliente y muy humida [sic] y lo más del
año ay neblina y las aguas ordinarias son desde el mes de abril
hasta septiembre y llueve tanto que crecen en gran manera los
ríos y arroyos que se llevan los arboles e ciegan los pasos y
caminos, los vientos que corren de hordinario [sic] son norte y
sur”4
En otra parte de sus notas se nos hace referencia a la geografía y calidad de la tierra,
así como también nos aporta algunos datos interesantes:
“… questa [sic] este dicho pueblo entre unos cerros montuosos
porque los naturales se hallan mejor allí, ay muchos arroyos quen
[sic] sus riberas se cojen [sic] muchos frutos de la tierra en gran
cantidad que falta jente [sic] que las goze [sic] y coma y las comen
los pajaros [sic], cojese [sic] mucho maíz hay abundancia de
gallinas de castilla y de la tierra ay abundancia de pastos”5
1.2.- Flora y Fauna
En este pequeño apartado se abordarán los temas de la flora y la fauna,
hablaremos un poco de dos símbolos muy importantes de la ciudad, el Papan un ave
característica de la zona y la vainilla una planta que colocó los ojos del mundo en la
ciudad.
Su naturaleza está calificada como selva mediana subperennifolia, esta selva
varía de 15 a 30 metros de altura desarrollándose en climas cálido húmedo y
subhúmedos., de 25 a 50% de las especies que la constituyen pierden sus hojas en la
época seca del año, se presenta sobre terrenos de pendientes muy fuertes como se
mencionó con anterioridad, de naturaleza rocosa característica generalmente de un
drenaje rápido, este tipo de flora se distribuye tanto en las vertientes del golfo como en
las del pacifico y en extensas áreas de la península de Yucatán.
4
Luis Salas García, cachiquin… p. 4.
Ídem, p. 4.
5
12
Debido a su suelo fértil Papantla contaba y cuenta hasta la fecha con infinidad de
plantas y árboles entre los que destacan: el zapote, el cedro, el chicozapote, la caoba,
el palo de rosa, la ceiba, el frijolillo, el moral, la flor de mayo, el tulipán silvestre, la
limonaria, así como también la vainilla en sus dos formas, la fina y la silvestre. Es el
cultivo de la vainilla, el más importante de la región desde la época colonial, cuando en
1746 ingresaron los primeros mercaderes españoles en su búsqueda.
Para darnos una idea de la gran flora y de los recursos que provenían de esta en
el libro de Papantla de la colección Veracruz: imágenes de su historia, citamos lo
siguiente:
“…De las descripciones de Juan de Carrión, se desprende con
claridad la noción de que paulatinamente se ampliaba la rama de
productos naturales requeridos por los mercados interno y externo
: cera, miel, la pita floja (lechuguilla), chile, zarzaparrilla, pimienta,
copal, hule, frutas, hortalizas, vainilla fina y silvestre, se sumaban
al maíz, pescado y madera. También: “Sacaban de la leche que
destilan los arboles de chicos zapotes, una especie de recina [sic,
por
resina]
que
nombran
chicle
y
sirve
para
algunos
medicamentos.”6
No hablar de la vainilla sería no hablar de la identidad y de Papantla, ¿Por qué
se le llamó o se le llama la ciudad que perfuma al mundo?
La vainilla fruto con el que se ha identificado a Papantla a través de su historia es
una orquídea nativa de los bosques tropicales o selvas húmedas de México y
Centroamérica, los totonacos le dan el nombre de Xanath que quiere decir flor, la
vainilla es una orquídea posiblemente la única no apreciada como flor, pues el fruto de
dicha planta es utilizada por su dulce aroma, al madurar en una gran cantidad de cosas,
en la Antigüedad se utilizaba junto al copal y otras sustancias como perfume para
aromatizar espacios cerrados y posiblemente la usaban en rituales totonacos,
principalmente
elaboraban collares como amuletos de suerte y protección contra
algunas enfermedades, sin embargo, la función más importante de este fruto en el
6
Adriana Naveda Chávez Hita y José González Sierra, Papantla… pp. 14 y 15
13
pasado y presente es
la de saborizante natural en diferentes bebidas como el
chocolate.
Vainilla
Imagen
1.- Flor y fruto verde y seco de la vainilla
Tomada de la revista soy chef p. 30
Sin duda por la ubicación geográfica, el pueblo de Papantla se convirtió en uno
de los principales productores de vainilla del país, y es así que con el pasar del tiempo
al llegar a vivirse los últimos años de la época colonial y gran mestizaje de etnias, el
estado de Veracruz agrandó la producción de materias primas y se destaca que gran
parte de estos recursos provenían de la zona papanteca, y lo corroboramos en el
censo económico de 1807:
De los 222 mil kilos de zarzaparrilla, un millón 800 mil de pimienta,
110 mil de cera virgen y mil 500 millares de vainilla que registran
las cifras de la intendencia de Veracruz en 1807.7
A medida de que paso el tiempo las técnicas para su recolección, producción y
venta fueron cambiando, de la transportación en mulas y el secado artesanal pasaron a
la transportación en vehículos automotores y su secado en grandes hornos industriales.
7
Ídem, p. 15
14
Con la aparición de la vainilla sintética por ahí del año de 1876 y otros problemas
principalmente por la posesión de las tierras a finales del siglo XIX y principios del siglo
XX hicieron que la producción decayera en una enorme proporción, en la actualidad
existen pocos productores de vainilla en la zona y de aquella ciudad que alguna vez
llego a perfumar al mundo solo quedan recuerdos.
Dejando atrás el tema de la flora, nos centramos ahora en la fauna de la zona
que es una de las más extensas que puede haber en el estado de Veracruz, el clima
con el que se cuenta es idóneo para muchas especies como el armadillo, el jabalí, el
tejón, el coyote, el conejo, la ardilla, la tuza, el mapache, el zorro, el gato de monte, el
tigrillo, etc. En cuanto a las especies de ave se encuentran muchas otras como la
perdiz, el gavilán gris, la chachalaca, el pico canoa, el tucán collajero, el cucarachero, el
duraznero, el chayotero, el cubanito, el pichón y sin faltar el papan en sus dos tipos el
real y el común, así mismo encontramos una gama amplia de serpientes entre las que
destacan la víbora voladora, la nauyaca, la coralillo, la ranera, la coral falso etc.
Para darnos una idea de la cantidad de fauna que existía y existe en la zona un
testimonio importante es el que dejó el fray Alonso de la Mota y Escobar obispo de
Tlaxcala que estuvo de cacería en la región en 1610
Estuve aquí dos días y mate en ellos más de 70 conejos, 3
armadillos, un tejón y una grande y espantosa víbora de 10 cuartos
de largo.8
1.3.- contexto social, cultural y político
Una vez señalada la ubicación de la ciudad y las grandes riquezas naturales que
se ofrecen, hablaremos un poco del conjunto de circunstancias culturales y políticas
que rodean este bello espacio, empezando con el número de habitantes de Papantla.
8
Ídem, p.14.
15
Tomaremos como fecha de inicio el año de 1519, Luis Salas García en su libro
cachiquin nos dice que el distrito de Papantla contaba con aproximadamente 15 000 o
16 000 jefes de familia que integraban una población de 60 000 a 64 000 habitantes,
posteriormente para la época que comprenden los años de 1535 a 1551 Papantla junto
con sus estancias tenía 421 jefes de familia con 1685 habitantes aproximadamente,
podemos observar claramente una pequeña reducción de la población, en los años
posteriores este problema fue en ascenso, pues para el año de 1570 había solamente
150 jefes de familia y 600 habitantes, es decir, aproximadamente 1085 habitantes
menos que en el conteo anterior, esto debido a las luchas y enfermedades que trajeron
consigo los españoles, para el año de 1610 se ve un aumento y Salas García nos
indica que Papantla tiene ya 300 jefes de familia con 1200 habitantes.9
Como en otras partes del país podemos notar claramente que a la llegada de los
españoles las cosas cambiaron, pues en pocos años se da una baja en la población
principalmente en hombres, este problema trajo consigo la disminución de la población,
al no haber hombres había un índice de natalidad pequeña.
En el año de 1746 podemos observar que “Villaseñor y Sánchez en su Theatro
Americano,
afirma que hay 15 familias españolas, 535 familias indígenas y 200
mulatos, en esta época ya se contaba con dos compañías de milicia para proteger a la
población de ataques de piratas ingleses y holandeses, debemos de recordar que estos
se adentraban a las poblaciones cercanas a la costa a buscar agua y provisiones no sin
antes dejar destrucción y muerte a su paso.
Para el año de 1767 el pueblo tenía por lo menos ocho barrios indígenas con
3134 habitantes, y 117 familias entre españoles, mestizos y mulatos, en cuanto a las
casas que habitaban estaban hechas con techos de palma y la iglesia sin la torre del
campanario, en el año de 1830 existe registro de 5471 habitantes, para el año de 1834
hay un censo con una exactitud en cuanto a la población puesto que el jefe político del
cantón ordena elaborar un censo muy detallado con los siguientes resultados: la
cabecera tenía una población total de 4789 personas de las cuales 1916 son casados,
295 son viudos, 464 solteros y 2114 son niños, en los siguientes años se hacen más
9
Luis Salas García, Cachiquin… p. 8
16
censos demográficos de los cuales resaltaremos los de 1837 con una población total de
7108 habitantes, en 1868 hay 9908 pobladores, para el año de 1871 existen 14058
habitantes y en el año de 1873 ascienden a 14267 habitantes en estas fechas
comienzan las tramas y movimientos armados, a detalle se verán los censos más
adelante.
1.4 La religión
El papel que jugó en esos tiempos la religión ha sido objeto de mucho estudio,
para el año de 1570 Papantla pertenecía al obispado de Tlaxcala,
y Luis Salas
menciona en su libro Cachiquin que ese mismo año Juan Torres, un clérigo en lengua
mexicana visitaba el poblado de Papantla y Tuzapan enseñando la doctrina en esa
lengua, pues eran poblaciones bilingües.
En diversos escritos del Obispo de Tlaxcala Mota Y Escobar quien acudió a
Papantla el 11 de febrero de 1610, da referencia de que hacia finales del siglo XVI en
dicha localidad se encontraba comisionado el clérigo Antonio Santoyo, experimentado
en lengua totonaca quien se dio a la tarea de traducir el catecismo y el confesionario
a la lengua natural para así poder seguir con la encomienda
evangelizadora que
requería Nueva España.
Para eso años (1610-1612) Papantla debió de contar ya con su primera iglesia,
esto se entiende porque ya había un sacerdote comisionado y exclusivo para este
poblado, años atrás las misas las realizaban en pequeñas capillas e incluso en casas
de los más prominentes habitantes del pueblo, dichas misas eran celebradas por un
cura que era enviado por el obispado desde Mecatlán o Chicontepec.
Al igual que en muchas otras regiones apartadas, con la visita del Obispo Alonso
de la Mota y Escobar en 1610 a Papantla, los indios totonacos le darían la primera
queja de la que se tenga registro10.
Se entregaban por lo menos 3 gallinas cada domingo, 1 real cada que asistieran
a misa, y tres reales cuando no acudían, es decir, uno por el día de misa, otro por faltar
10
Ídem, p.14.
17
la misa anterior y el otro por multa, numerosos conflictos se suscitaron por esta
situación, que a decir de los obispos de Tlaxcala en un principio y posteriormente del
obispado de Puebla dichas cantidades eran exorbitantes.
Más adelante se abordarán a detalle las cuestiones de cómo la religión jugó un papel
importante en la vida social y política.
1.5 Papantla en la colonia, el caso de las revueltas de 1760 a 1800
A finales del siglo XVIII la corona española implementó un gran programa de
actualización colonial, es decir, de mejoramiento, el cual fue denominado como las
Reformas Borbónicas, de las cosas importantes de dichos cambios fueron un sin fin de
medidas que intentaban recaudar más fondos para la metrópoli y es así como se crean
impuestos al monopolio real del tabaco, la sal y los naipes el impuesto a la caña y al
aguardiente.
Las nuevas medidas también incluyeron una reorganización administrativa y
territorial al dejar a un lado el sistema de alcaldías mayores y crear las intendencias,
Veracruz no fue ajena a dichos cambios y se conformó lo que en la actualidad es una
entidad federativa, en este reordenamiento Papantla quedó como cabecera de distrito.
Las nuevas medidas coincidieron con el incremento en las protestas indígenas y
Michael T. Ducey en su ensayo Vivir sin ley ni rey: Rebeliones coloniales en Papantla,
1760-1790 afirma que en la jurisdicción de Papantla hubo por lo menos cinco revueltas
entre 1762 y 1787.
La revuelta de 1762 tuvo sus inicios durante la administración del alcalde mayor
Don Juan Manuel Mora y Horcasitas, este conflicto que terminó con el incendio de la
casa del alcalde se dio porque un importante comerciante de la zona de nombre Placido
Pérez pretendía quitarlo de su puesto y un grupo de indígenas liderados por Nicolás
Nava gobernador indígena, pretendían que se quedara y a su vez señalaron a Nicolás
de Olmos como el principal incitador a tan desagradable suceso, bien se puede
observar que desde tiempos remotos las alianzas entre gobernantes-gobernados fueron
18
de gran importancia, pues aquí el alcalde mayor fue defendido por la república de
indios, esto contra los intereses de la gente acaudalada de la cabecera distrital.
En 1764 tiene lugar otro hecho de gran magnitud debido a la imposición del
monopolio del tabaco, dicho proceso consistía en prohibir la siembra de tabaco en
Papantla y a su vez facultaba al alcalde mayor a solicitar a todos los indios de la región
a entregar a las casas reales (alcaldías) todo el tabaco que se había producido sin
recibir compensación alguna por su trabajo, la mayoría de los indígenas cumplió con
dicha orden sin embargo al ver que el alcalde mayor Manuel Chacón trató de quemar el
producto decomisado, estalló la protesta que terminó de la misma manera que el
acontecimiento que un par de años atrás se había suscitado con la quema de las casas
reales.
Otros apuntes señalan un desacuerdo electoral entre los sacerdotes y los
aldeanos como se apunta a continuación:
Los vecinos españoles mencionaron
la existencia
de un
desacuerdo entre los aldeanos y los sacerdotes José Ortíz y
Miguel Márquez. La política electoral vino a ser parte del conflicto
cuando el pueblo eligió como gobernador a Alonso Martín en
contra de los deseos de los sacerdotes. Dichos sacerdotes
culpaban a Martín por el desorden y pidieron a las autoridades
civiles que lo excluyeran tanto a él como a sus dos aliados, Manuel
González y Francisco Beatriz, “voz activa
pasiva en las
elecciones.” El alcalde mayor apoyó al candidato del sacerdote y
cuando se llevaron a cabo las nuevas elecciones, Lucas Méndez
ganó el puesto de gobernador y Cristóbal Ramírez el de alcalde
primero a pesar de las protestas de “aquellos partidarios de Alonso
Martín y Manuel González” no existe un informe detallado de esta
revuelta, pero parece que el gobierno tuvo que movilizar a la
milicia local para pacificar al pueblo y detener a Manuel González.
11
11
Michael T. Ducey, Viven sin ley ni rey: Rebeliones coloniales en Papantla, 1760-1790, en Victoria
Chenaut, Procesos rurales e Historia regional (sierra y costa totonacas de Veracruz), p. 31.
19
Para el año de 1867, se ocasiona un nuevo conflicto que tenía como actores
principales de nuevo a un cura y miembros de la población, claro que este nuevo
momento de tensión tenía muchos intereses de por medio, esto en relación a los
impuestos comunitarios que se les cobraban a los indios, en más de una ocasión
Nicolás de Olmos, un indio reconocido, llamó al desorden en la iglesia del pueblo
después de las misas.
Las cosas se salieron de control pues en una ocasión el cura al tomar asistencia
de los indígenas reprimió fuertemente a uno por faltar a una de las homilías anteriores,
a decir del alcalde mayor de ese tiempo el señor cura se dirigió con mucha modestia y
mesura al reclamar la falta que había cometido el indio, sin embargo otras voces
señalarían lo contrario:
Dicen que Olmos interrumpió al cura mientras estaba recogiendo
el real de comunidad, un impuesto de la Republica de Indios que
consistía en recoger un real por cada habitante para el fondo de la
comunidad…En esta versión, Olmos exigía saber “que se hacía de
aquel real de comunidad además de que no aparecía tanto dinero
[en la caja de comunidad] como se había juntado y que no hacían
sino quitarles reales de comunidad que [después] no aparecían…12
De nueva cuenta es el alcalde mayor y sus hombres quienes llegan a tratar de
detener al revoltoso, quien junto a sus seguidores huye y se refugian en los montes
cercanos a la población defendiéndose en todo momento con piedras y palos.
Podemos apreciar claramente que la población papanteca estaba cansada por el
frente que se le viera, la religión y la forma de hacer política era algo que no se les
podía imponer a estos personajes de carácter fuerte, siempre estuvieron atentos a no
dejar de valer sus derechos.
Esta vez sólo un par de años duró la calma que se vivía en Papantla, pues a
mediados del mes de julio se produce una nueva protesta, esto debido a las “injusticias”
del vicario de la parroquia Mariano Díaz, es así que el señor alcalde mayor al informar
12
Ídem, pp. 31 y 32.
20
de este suceso, menciona que le llamaba la atención con la debida “mesura” por haber
faltado a misa, sin embargo, un filósofo criollo español señala que el vicario ordenó
azotarlo como castigo por la falta cometida, la revuelta inicia por que la esposa del indio
da aviso a Nicolás Olmos defensor de los indios, es así que acude a liberar a su
esposo, la turba de indios toma al señor vicario y lo golpean hasta que la guardia de la
alcaldía mayor llega en su rescate, como en las turbias anteriores el movimiento
indígena al mando de Olmos se repliega y se esconden en montes cercanos, no sin
antes dejar algunos guardias heridos, pues los indígenas eran mayoría y golpearon con
piedras y palos a los anteriormente mencionados.
El problema surge el 17 de Octubre de ese mismo año pues tras el arresto de
Nicolás de Olmos por parte del alcalde mayor y a saber que lo trasladarían a México la
revuelta estalló, pues muchos de los defensores de Olmos pensaron que se lo llevaban
a la capital para venderlo, otros incluso afirmaban que acabarían con su vida en su
largo trayecto, por la mañana a la hora en que salía de la cárcel para ser trasladado por
el batallón, la turba lo esperaba listo para liberarlo, el alcalde mayor afirmaba que
Olmos había planeado un motín desde las celdas y al salir les indicaría el momento
preciso para atacar, la esposa de Olmos dio aviso de inmediato a los jerarcas indígenas
pues estaba desesperada al no ver claramente el destino de su marido, sin proceso
alguno que fue intencional por parte de Vergara para que de esa manera pudiera
denostar el movimiento indígena y empezar con una venganza.
La revuelta se desarrolló bajo la dirección de los jefes José Juárez, Andrés Olarte
y la familia Díaz:
Ellos organizaron con rapidez una expedición de indios para
perseguir a los milicianos que ya habían salido de Papantla con su
reo Olmos. Estos indígenas, armados con garrotes, alcanzaron al
pelotón cerca de El Espinal y liberaron a Olmos después de
castigar a los soldados. Al mismo tiempo, en el pueblo, los
indígenas empezaron a buscar al alcalde mayor. Cuando alguien
tocó las campanas de la iglesia, una multitud de hombres y
21
mujeres se congregó en la plaza frente a la casa del alcalde mayor
gritando, “vengan, vengan, que ya huye el alcalde mayor.13
El alcalde mayor tuvo que resguardarse en la casa de un viejo amigo, al saber de
esto los indígenas se congregaron frente a esta y exigieron en más de una ocasión el
que se abriera la puerta y se permitiera el ingreso para saber si ahí estaba el sujeto en
disputa, De la Varga se ocultó entre dos petates para no ser agarrado, de lo contrario,
el tumulto lo habría matado.
Una comisión llegó de México tiempo después para hacerse cargo del problema,
sin embargo, estos abusando de su cargo amedrentaron a los jefes indígenas y les
quitaron sus títulos y sus bastones de mando, con esto la comisión daba por hecho que
los indígenas aceptaban sus culpas y excusaban al alcalde mayor, cuando las cosas se
pacificaron el alcalde mayor mandó presos a más de una treintena de indios a Perote
como muestra de que las cosas debían de hacerse apegadas a la ley y que él era la
máxima autoridad para hacer valer este derecho.
La respuesta de la audiencia real de México fue el inmediato envío de un juez
para investigar el caso y ahí se dio cuenta que el alcalde mayor tenía un sin fin de
negocios e intereses, no sólo políticos:
El comisionado, Domingo Basaráz, un oidor de la Audiencia Real
de
México, descubrió, profundas divisiones dentro
de
la
comunidad. Notó que De la Varga tenía intereses comerciales muy
activos y hacia uso extenso de las ventas forzadas, repartían telas,
mulas, azúcar, jabón, velas, sombreros y otros bienes a los
campesinos indígenas. También compraba todo tipo de productos
agrícolas, como vainilla, cera, aguardiente, chicle y maíz a precios
fijos. No solamente busco participar en el mercado, sino que
dispuso de su autoridad para fijar el precio de los productos y
excluir a los comerciantes competidores de su jurisdicción.14
13
14
Ídem, p. 33.
Ídem, p. 34.
22
Como bien lo señalé con anterioridad, no sólo el alcalde buscó hacer valer su
poder político sino que ahora lo estaba haciendo en la cuestión económica, y todo esto
con el apoyo de dos de tres curas que existían en la localidad, así como también el de
algunos ex alcaldes y jefes indígenas.
En 1789 otro nuevo suceso menor fue el del amotinamiento de un grupo de
indios para quemar la bodega donde se tenía guardado el tabaco incautado por
órdenes de la corona española, no se llegó a mayores consecuencias por lo que los
indios y Papantla volvieron a la normalidad.
1.5.1.- Papantla en la Independencia “Serafín Olarte”
El pueblo de Papantla al igual que otras regiones del país se sumó a la lucha por
la independencia de México de 1810 a 1820, en esta zona José María Bauza nos relata
la atroz desgracia, “He aquí trabada una lucha obstinada y sangrienta por diez años,
lucha que dio por resultado desastroso, la desolación, el horror y la muerte.
Sin plan, sin coherencia y divididos todos los que figuraban
como jefes en los campos de Coyuxquihui, Palo Blanco y Palo
Gordo; perseguidos atrozmente por las huestes virreinales, la
pluma se resiste a describir los asesinatos, latrocinios y
desordenes que tuvieron lugar en perjuicio de los inocentes. Se
entronizó el más inaudito despotismo real y él acabó de consumar
la ruina de un pueblo admirado por sus riquezas naturales 15
Hay un gran número de personas que demostraron tenacidad y amor por su
patria, sin embargo, hoy en día han sido olvidados, este es el caso de Serafín Olarte,
indígena de raza totonaca del que hablaremos a continuación debido a su valiosa
intervención en la lucha por la soberanía nacional.
15
Luis Salas García, Cachiquin, pp. 12 y 13.
23
Numerosos fueron los levantamientos en el país secundando su apoyo al cura
Miguel Hidalgo en su lucha por derrotar al mal gobierno que en esos años manejaba la
Nueva España, en el caso de Veracruz fueron numerosos los pronunciamientos
principalmente en los núcleos rurales, los cuales se dieron gracias a la expansión del
movimiento de José María Morelos en la zona de Orizaba.
En la serranía de Papantla se une a este movimiento el caudillo Serafín Olarte,
del Indio Serafín poco se puede decir respecto a su vida, Luis Salas García en su libro
Juu Papantlan, menciona que Don Serafín Olarte fue originario de Cuyuxquihui, indio
totonaca de raza pura, que debió haber nacido en el año de 1767, puesto que en la hoja
de servicios de su hijo Mariano fechada en 1828, este dice tener 42 años, de modo que
hay fundamento para asegurar que Mariano nació en 1786 y su padre Serafín, para
esta fecha, tener más o menos la edad 19 años, lo cual da sustento a la teoría de que
Serafín Olarte nació en 1767 (hay que considerar que los indígenas tienen la costumbre
de casarse jóvenes). Se desconoce quiénes fueron sus padres 16
Coinciden varios autores que desde el año de 1813 Don Serafín Olarte comenzó
su lucha por la independencia de México, esto después de que los aires de insurgencia
llegaron a la huasteca, corriendo hasta sus oídos el rumor del agobio de los
campesinos ante el maltrato de los grandes hacendados, así como también la doctrina
de Morelos que dictaba libertad para los esclavos y derecho para los americanos.
Serafín Olarte no dudó en unirse bajo estos ideales al movimiento insurgente, y
así solicitó a Ignacio López Rayón su apoyo en cuestión de que este último le entregara
armas y municiones a cambio de ponerse bajo sus órdenes, Olarte tuvo grandes
victorias sobre los realistas que mandaban a combatirlo, la operación de los insurgentes
totonacos tuvo lugar en la comunidad de donde Olarte era originario, Coyuxquihui que
se encuentra situado a 35 kilómetros al Noroeste de la ciudad de Papantla muy cerca
de la Ex Hacienda de San Miguel Del Rincón, a las faldas del llamado cerro blanco,
este lugar es casi inaccesible incluso en la actualidad pues la vegetación abundante y la
falta de caminos empeoran la situación y más en la época de lluvias, en esta zona
Serafín Olarte se refugió con sus más de 4000 mil hombres, para dar una pequeña idea
16
Luis Salas García, Juu Papantlan, p. 69.
24
de cómo la zona era impenetrable, Margarita Olivo Lara en su libro Biografías de
veracruzanos distinguidos nos dice que, el ingeniero don Manuel Rivera Cambas en su
Historia antigua y moderna de Xalapa y de las revoluciones del estado de Veracruz
hacen mención de que…“sin que pudieran penetrar allí ni los fusiles ni la astucia de
Calleja, sin ser derrotados” 17
La posición estratégica del Cerro Blanco permitió que Olarte resistiera a los
embates de los cuales era objeto su movimiento, así mismo, los confines del
monumental cerro eran semejantes a una fortaleza en la cual se vigilaban los caminos
para que en el momento indicado se molestara a los grupos oponentes al movimiento.
El levantamiento a diferencia de otros que se suscitaron en distintos puntos del
país puedo mantenerse activo ya que la región en la que se ubicaban era abundante
en recursos naturales, durante los momentos en los que no llegaban compañías
hostiles a este recóndito lugar los soldados de Olarte ocupaban extensiones de tierra
habilitadas para la siembra de insumos de primera necesidad como maíz y frijol.
El movimiento Olartista se mantuvo vigente por lo menos 10 años, auspiciados
por Ignacio López Rayón, tras la muerte de este ultimó la llegada de provisiones
principalmente de armas se vio mermada así que los contingentes campesinos fueron a
la guerra con armamento elaborado por su propia mano como lanzas, flechas y arcos e
incluso portaban instrumentos de trabajo, con lo que lograron en más de una ocasión
poner en peligro a los realistas.
Es de resaltar que el movimiento encabezado por Serafín Olarte de acuerdo a
Margarita Olivo Lara para el año de 1815 junto con el de Vicente Guerrero en el sur del
país se mantenía en pie de lucha.
Más de siete expediciones intentaron poner fin a la revuelta insurgente, sin
embargo, no les fue posible derrotar al guerrillero totonaca, fue en la última expedición
que estuvo dividida en dos partes, es decir, en un primer término estaba al mando del
coronel Barradas quien al tener a su cargo 700 hombres se sintió invencible, pero no
fue así pues dos días después de haberse internado en Coyuxquihui tuvo que salir con
17
Margarita Olivo Lara, Biografías de veracruzanos distinguidos, p. 87.
25
la tropa derrotada y dispersa, empero el cerco de la batalla se fue reduciendo y con
esto el movimiento se delimito a la región de Coyuxquihui, lo cual quedó asentado en la
Gaceta de México del día sábado 6 de enero de 1821 en donde se dice lo siguiente:
Un terreno montañoso abundante en bosques, de clima húmedo y
cálido, su extensión de oriente a poniente estimada en 20 leguas y
su latitud de ocho a nueve. Limita por el oriente con el Golfo de
México, y por el poniente con Mextitlán y la Huasteca. Rodeado
de oriente a poniente por dos ríos, el de San Pedro y San Pablo,
(hoy conocido como Tecolutla) al norte y el de Nautla al sur, los
cuales en sus desembocaduras forman dos puertos para goletas y
otros buques que hacen el comercio costanero. Su terreno está
ocupado por tres o cuatro mil indios, y algunas casas con pocos
blancos. 18
Para el año de 1820 la segunda parte de la expedición rindió al fin frutos, ahora
al mando del coronel Rincón quien organizo y dirigió una lucha de 5 meses en las que
hubo por lo menos tres aguerridas batallas, algunos adeptos de Olarte aceptaron el
indulto como medida desesperada al verse cercados por los realistas, es para
mediados de ese mismo año en que las tropas del coronel Rincón son relevadas por las
tropas bajo el mando del Coronel Barradas que tras una excelente táctica logra apresar
a Olarte y a saber de su indomable carácter ordena hacerle lo mismo que a los curas
Hidalgo y Morelos, decapitarlo, fue la única forma en que se pudo detener a este
hombre a escasos meses de los tratados de Córdoba, su cabeza fue expuesta en una
estaca a la salida hacia Gutiérrez Zamora, en un paraje conocido como la Cruz chiquita
pretendiendo con esto calmar los ánimos de la raza totonaca que luchaba por su
libertad.
La lucha que el insurgente totonaco gestó en la zona de Coyuxquihui no fue en
vano, meses más adelante la nación mexicana obtuvo lo que tanto anheló.
18
Filiberta Gómez Cruz, Serafín Olarte (1767?-1821), en Abel Juárez Martínez, veracruzanos en la
independencia y la revolución, p. 130.
26
Los conflictos en Papantla siguieron más adelante y de la mano de Mariano
Olarte hijo de Serafín. Como una pequeña muestra de agradecimiento el pueblo de
Papantla rinde homenaje al insurgente totonaco con el cambio del nombre del
municipio, el cual pasó de Papantla de Hidalgo a Papantla de Olarte el 20 de diciembre
de 1935 mediante el decreto núm. 168 del congreso del estado de Veracruz.
Imagen 2.- Estatua de Serafín Olarte
Tomada del H. Ayuntamiento de Papantla en su página web
En conclusión podemos determinar que en este primer capítulo se llevará al
lector a conocer más a fondo al pueblo de Papantla, conocer sus situaciones físicas,
culturales, sociales y así también entender el porqué se dio un gran auge y una gran
importancia a estas tierras situadas en el norte del estado de Veracruz.
27
Se aprecia con gran medida que como en otros lugares la religión jugó un papel
muy importante en cuestiones de pacificación y enseñanza, revueltas y abusos, en
muchas ocasiones los vicarios jugaron el papel de juez y parte en los conflictos de
interés social de los indios.
Los movimientos sociales surgidos por las numeras violaciones y arbitrariedades
que desde siempre causaron malestar a los indios fueron por cuestiones meramente
políticas y agrarias, lo único que la gente quería era que se respetaran sus derechos y
se les tratara como iguales antes la población originaria, así mismo la lucha por el
saber quien debía de gobernarlos y de representar sus intereses.
Al igual que muchos pueblos Papantla fue un gran activo al momento de la
independencia pues el Indio Serafín Olarte al mando de 3000 o 4000 valientes hombres
se unió a la sangrienta lucha, el resultado de dicho movimiento se puede apreciar en
paginas anteriores, y en paginas posteriores, se verá otro movimiento encabezado por
su hijo Mariano Olarte.
Con esto queda comprobada la grandeza histórica de la ciudad que en ese
momento jugó un papel crucial he importante en el país.
28
Capítulo 2.- conflictos armados después de la independencia y antes
del Porfiriato en Papantla
En este segundo capítulo expondré algunos levantamientos sociales que se dan
después de 1821 y hasta el año de 1876 en la que el General Porfirio Díaz ocupa por
primera vez la presidencia de México.
El primer punto a tratar será el movimiento Olartista encabezado por Mariano
Olarte, hijo del caudillo insurgente Serafín Olarte, este evento ha sido investigado muy
poco y es Jorge Flores quien nos empapará en gran medida sobre el mismo.
Analizaremos el Plan de Papantla con 26 artículos, así como otros documentos
que nos revelarán el porqué del movimiento y la publicación de dicho plan, así como las
medidas que fueron tomadas por los “guerrilleros”19 para hacer valer gran parte de sus
derechos, que a decir de varios de los lideres eran vulnerados en sin fin de ocasiones
exponiendo tres causas; la primera era porque los grandes terratenientes habían
invadido de ganado los terrenos de las comunidades indígenas ocasionando con esto la
perdida de grandes campos de labor, la segunda por la acusación del administrador de
aduanas quien afirmaba que diversos campesinos habían hecho contrabando de armas
por la barra de Tecolutla y la tercera la cual abordaremos en el capítulo siguiente la
prohibición por parte del obispo de Puebla Don Francisco Pablo Vázquez, a cuya
diócesis pertenecía Papantla, había prohibido las celebraciones indígenas en la
semana santa; así como también apoyar la causa por la república federal pues estos
querían que los estados mantuvieran la soberanía en su gobierno interior.
Hablaremos en gran medida también de los conflictos comunales que se
suscitaron en los años posteriores al movimiento Olartista y hasta antes del primer
periodo del General Porfirio Díaz de 1821 a 1876. Para esto estaremos apoyándonos
de Victoria Chenaut en su libro procesos rurales e historia regional (sierra y costa
totonacas de Veracruz).
19
Persona que forma parte de una guerrilla
29
2.1 El Movimiento Olartista: La lucha continúa (1836-1838)
Tras la muerte del insurgente totonaca Serafín Olarte muchos pensaron que la
paz a la zona de Papantla regresaría, sin embargo al pasar no más de 10 años del
último altercado entre la población, la revuelta volvió en manos de otro Olarte, esta
ocasión fue el hijo de Serafín, Mariano quien encabezaría un nuevo movimiento ahora
defendiendo la integridad de los indios, así como también apoyar la instauración de la
república federal en lugar de la centralista propuesta
Para conocer un poco más sobre este nuevo movimiento en gran parte de la
región denominada totonaca hablaremos un poco sobre su líder, Mariano Olarte:
Don Mariano Olarte debe haber nacido por el año de 1786, según
la nota que aparece en una hoja de servicios fechada en 1828, en
la que dice tener 42 años de edad: viudo, de salud achacosa; de
valor reconocido, pero sin ninguna capacidad ni instrumentación
en matemáticas y ordenanza. 20
Don Mariano había participado en la lucha por la independencia junto a su padre
Don Serafín, Olarte hijo inicio su carrera militar con el grado de Alférez21 participó en el
ataque y la toma de Nautla, así como también en la defensa de Boquilla de Piedra, a
decir del historiador Jorge Flores este último era un punto muy esencial para tener
comunicación directa con Nueva Orleans. Su participación en una lucha enérgica y
despiadada dura desde 1813 hasta finales de 1820 año en que su padre muere fusilado
a manos del jefe de la plaza militar Don José María Luvian.
A la muerte de su padre, Don Mariano se hace cargo de las tropas que aún
quedan en la lucha por la independencia y es en noviembre de 1820 (meses antes de la
proclamación del Plan de Iguala) en que Olarte y sus huestes atacarían la zona de
Papantla, siendo esta una de sus últimas resistencias, para que posteriormente el 11 de
20
Jorge Flores D., La Revolución de Olarte en Papantla 1836-1838, p. 11.
Oficial que llevaba la bandera en la infantería, o el estandarte en la caballería, con un rango
inmediatamente inferior al teniente.
21
30
Diciembre a través del cura don José María Aguilar, Olarte aceptara una oferta de Paz
enviada por el virrey Don Juan Ruiz de Apodaca que dice lo siguiente:
Por cuanto atendiendo a las buenas circunstancias de don Mariano
Olarte y haberse acogido con su gente al gobierno de S.M., sus
leyes y constitución, he venido en conferirle el empleo de Capitán
de Fieles Rurales del Distrito de Coyuxquihui.22
Debemos de recordar que para el año de 1817-1818 el Virrey Ruiz Apodaca
había ofrecido indultos a los insurrectos de los cuales la mayoría habían aceptado,
salvo Vicente Guerrero, Nicolás Bravo y Guadalupe Victoria quienes mantuvieron sus
actos de rebeldía hacia la corona.
A pesar de el cargo concedido por el último virrey de la Nueva España, Don
Mariano Olarte al saber de la promulgación del Plan de Iguala por Agustín de Iturbide y
Vicente Guerrero no dudó en unirse de nuevo a los insurgentes, y basándose en dicho
plan despoja de sus armas a los pobladores de Teziutlán, argumentando la indiferencia
que los pobladores presentaban para secundar a Iturbide, gracias a esto logra armar a
sus antiguos soldados y marchan hacia Papantla con destino hacia el puerto de
Tecolutla el cual toma con la ayuda del capitán insurgente Bullosa que tenía situado el
puerto de Nautla.
Para Junio Don Mariano Olarte recibió el grado de capitán de infantería
permanente, en octubre ubicamos al capitán Olarte al asedio de la plaza del puerto de
Veracruz del cual se marcha el 30 de diciembre de 1821, poco se sabrá de sus
movimientos y es hasta 1823 cuando se le ve afiliado al Plan de Casa Mata luchando
ahora contra el imperio de Iturbide.
Para 1825 Mariano Olarte le escribió al general Guadalupe Victoria en demanda
de su grado de Coronel, reconociéndole sus méritos, bien es sabido que el General
Victoria conocía muy bien los mismos del Capitán Olarte pues había luchado este último
bajo las órdenes del primer presidente de México, así que el Presidente se dispuso a
22
Jorge Flores D., La Revolución de Olarte en Papantla 1836-1838, p. 12.
31
darle a Olarte una constancia para hacerla valer en la junta de premios instituida para
recompensar los servicios de los antiguos insurgentes, es por ello que los integrantes
de dicha junta conceden con fecha de 16 de mayo de 1825 su retiro del ejército con
grado de capitán y no como coronel en servicio activo como él quería, sin embargo,
“Mas el humano y bondadoso Presidente Victoria no titubeo [sic] en escribir al calce del
dictamen: “Concedido el empleo de teniente coronel efectivo”, rubricado con una firma
que no admitía replica” 23
Lastimosamente la orden presidencial no se cumplió algo que para esas fechas
no era inusual, los ministros de guerra en turno le negaron tajantemente al pobre
campesino totonaca el grado que se le había concedido, le exigían un sin número de
papeles, sellos, firmas y contraseñas que eran imposibles de reunir, Olarte desesperado
por las jugarretas con las que se le impedía un derecho que él consideraba justo, para
conseguir su objetivo, el capitán Olarte movió algunos viejos contactos y obtuvo lo que
los insurgentes le negaban de un realista, el general Don Manuel del Rincón que le dio
su aval plenamente certificando los servicios de su antiguo enemigo, Rincón desde su
estancia en la ciudad de Querétaro por el año de 1826 le enviaba lo acordado con
Olarte al ministro de Guerra. La nota enarbolaba el excelente servicio y patriotismo
dado por el capitán hacia el país en la lucha por la independencia.
Debo de manifestar a V.E. que Olarte ha sido uno de los que
prestaron
los
mejores
servicios
para
conseguirla
(la
independencia) en ambas épocas, y que ciertamente es
recomendable por su moderación y circunstancias, pues lo
caracteriza un verdadero patriotismo y acaso esto y su sencillez no
le han hecho advertir la necesidad de adjuntar los documentos que
le he recomendado. V.E. y no dudo del Exmo. Señor Presidente,
tengan en consideración los servicios que ha prestado, pues no le
pueden ser ocultos.24
En vano fue su exhausta búsqueda por apoyo de gente conocida para que le
hicieran valer el grado que le había dado el General Guadalupe Victoria y no hubo más
23
24
Ídem, p.14.
Nota enviada por el General Manuel Rincón en La Revolución de Olarte en Papantla 1836-1838
32
que regresar a la ciudad y puerto de Tuxpan a servir de nuevo al ejercito con el grado
de capitán.
Fue el día 11 de julio de 1829 que el presidente en turno Vicente Guerrero ratificó
su puesto de teniente coronel, esto gracias a que días anteriores Olarte y un puñado de
hombres habían apresado cerca de cabo rojo a un grupo numeroso de españoles que
planeaban reunirse en Tampico con otro contingente de expedicionarios que tratarían
de reconquistar la nación, posteriormente, se encarga de la gente que se encontraba en
Tampico, llevando el mando de la compañía activa de caballería de Tuxpan25.
Tres años después Don Mariano Olarte es uno de los personajes que combaten
al gobierno en turno encabezado por el General Anastasio Bustamante, es el General
Antonio López de Santa Anna quien al encontrarse en Orizaba Veracruz, le hace llegar
de nuevo la patente de teniente coronel, de ahí en adelante el teniente coronel Don
Mariano Olarte se convertiría en jefe supremo de una amplia región al norte del estado
de Veracruz y algunos estados colindantes.
Desde el Coyuxquihui hasta Tantoyuca, desde las playas del Golfo
hasta las serranías de Huahuchinango y Huejutla, su autoridad
crece, se impone. Su poder patriarcal se emplea en proteger a los
indígenas de los abusos y exacciones de las autoridades civiles y
militares. Por el año de 1836 ya reclama abiertamente el nombre
de “Padre de Papantla.26
Para adentrarnos más en el tema del Movimiento que Don Mariano Olarte
encabezó en la zona de Papantla principalmente tenemos que analizar un poco el
ámbito nacional, es decir, ver que acontecía en esos años (1835-1838).
El 25 de Octubre de 1835 se publican las Bases Constitucionales que
establecerían el sistema central del gobierno y transformaban a los estados en
departamentos cuyas autoridades quedarían sujetas al ejecutivo de la nación, con estas
25
Ídem, pp. 14 y 15.
Ídem, pp. 15 y 16.
26
33
nuevas medidas centralistas los grupos federalistas intentaron encender la antorcha de
la rebelión en diferentes estados, por citar algunos, el Estado de México, Michoacán,
Oaxaca, Chiapas y las Huastecas. La falta de organización entre los grupos más
importantes ocasionó que pronto grupo por grupo fueran reprimidos a excepción de las
Huastecas donde algunos líderes fueron capturados y algunos otros continuaron libres
resguardándose en la zona de Coyuxquihui, aquí encontramos a Don Mariano Olarte,
debemos recordar que algunos autores nombran a la vasta zona norte de Veracruz
como la huasteca y la dividen en la huasteca y la huasteca totonaca, las autoridades
iniciaron el debido proceso contra las huestes federalistas, empero no pudieron con
todos pues los que quedaron libres continuaron con este nuevo movimiento que
cimbraría al país.
En el ámbito local podemos encontrar por aquel tiempo que los moradores de
Papantla eran presas de un vivo desasosiego. Sorda agitación medraba en todos los
ánimos; el odio y la venganza se sumaban a los agravios acumulados; y lo que antes
daba apariencia de una Arcadia, a la sazón no era sino un lugar sombrío, sin alegría
para nadie. 27
Bien podemos apreciar que la ciudad de Papantla se encontraba inmersa en la
desdicha pues había sido un lugar importante de gran número de batallas, incluso
desde antes de la independencia ya se habían suscitado, en pocas palabras la villa de
Papantla no conocía la Paz desde hacía décadas.
La guerra civil de 1832 había dejado surcos profundos en la zona, se sabe que
en ese tiempo los gritones (Personas que pregonaban noticias en voz alta por las
calles)28 influían mucho en la población, y por ellos era sabido que se habían
introducido un gran cantidad de armas de contrabando algo que no era ajeno para el
administrador de la aduana, fue así como se les denuncio y se les apresó, fueron
atados y enviados a la ciudad de Xalapa como unos peligrosos criminales, al llegar a la
ciudad capital sin explicación alguna se les desató y se les dejó en libertad, el enojo del
27
28
Ídem, p. 16.
Adriana Naveda Chávez Hita y José González Sierra, Papantla, p. 32
34
grupo de campesinos no se hizo esperar y al trasladarse a la villa de Papantla se
levantaron en armas.
El papel jugado por los curas hasta ahora sin duda fue el de conciliadores y
enlaces entre la población inconforme y el gobierno estatal más que nada porque se
suponía representaban una figura respetable en la localidad y sobre todo neutra, así el
cura Joaquín Espinosa de los Monteros llama al diálogo a los inconformes pero sobre
todo a deponer las armas y prometiéndoles pronta justicia, así con estas promesas
lograba el objetivo y los rijosos deponían sus armas, la justicia llegó pronto pero fue
sólo para volveros a apresar y en esta ocasión si mandarlos a prisión.
El descontento social aumentaba día con día, más que nada en la población
indígena que sufría un sinfín de bajezas y las autoridades solo los ignoraban, uno de
esos hechos lamentables en donde no fueron escuchados por las autoridades
competentes fue en la de la invasión de sus grandes campos de siembra por el ganado
principalmente vacuno de los habitantes más ricos de la villa, las vacas causaban en su
mayoría una pérdida total pues al entrar a los campos agrícolas arrasaban con la
producción, dejando a muchos de sus propietarios principalmente indígenas en la ruina,
los españoles eran sin duda otro factor importante de división entre los naturales del
pueblo pues la mayoría de estos tenían preferencia por sobre todas las cosas. En la
villa ya no se podía vivir tranquilo ni respirar aires de paz, por las noches un grupo de
malvivientes se dedicaban a masacrar a ciudadanos pacíficos, el descontento seguía
en aumento sin que las autoridades hicieran algo de provecho por salvaguardar la
integridad social.29
Empero, la gota que derramo el vaso a decir de algunos historiadores como
Jorge D. Flores, llegó el día en que el señor obispo de Puebla, Don Francisco Pablo
Vázquez dictara la prohibición para que se siguieran celebrando las tradicionales
procesiones de semana santa en la villa de Papantla argumentando que solo quería
aplicar el reglamento aprobado por sus antecesores en los que la iglesia católica se
negaba categóricamente a dichas fiestas pues estaban llenas de colores, danzas
meramente prehispánicas y la peor de todas la embriaguez por todos lados, esto caló
29
Ídem, p. 33.
35
muy hondo en la cultura fanática de la población indígena. Tal caso se puede
corroboran con una carta que el mismo Obispo de Puebla envío al ministro de guerra en
funciones José María Tornel:
Que las procesiones que se hacían en los pueblos por la noche
eran
ocasión
de
muchísimos y muy graves desórdenes;
desórdenes que el celo de los ilustrísimos señores obispos Fuera y
Campillo, mis respetables predecesores, se vio precisado a
impedir quitándoles la raíz la ocasión, y que vueltos a renacer en el
tiempo de mi gobierno me obligaron a renovar las prohibiciones
que por sus Edictos hicieron los referidos prelados.30
La embriaguez a que tales ocasiones recurren ciertas gentes como
arbitrio oportuno para soportar el desabrigo y destemplada
temperatura por la noche, y la libre y confusa reunión de los dos
sexos, siempre peligrosa en las tinieblas; pero mucho más con el
preparativo de la bebida, son abusos que aún por sí solos, y sin la
deformidad que les pudiera dar otras circunstancias no debe
tolerarlo ninguna autoridad; más aun cuando acompañados de las
muy notables de verificarse en los días que la religión tiene por
más sagrados, y con motivos de un acto y ceremonia piadosísima
y de las más edificantes y patéticas, como son las procesiones, en
las cuales se sensibilizan y honran públicamente los Ministerios de
la Redención; y cuando para colmo de la profanación muchas
gentes del concurso después de pasadas algunas horas de la
noche en libertades, vienen del regreso de las procesiones a
guarecerse a la Iglesia para entregarse allí, o bien al sopor de la
embriaguez si ha sido excesiva, o bien si no lo fue tanto, a otros
más torpes pasatiempos, y esto a la presencia del adorable
Sacramento, en la noche sacratísima del jueves santo, destinada
al recuerdo de su institución; no pueden en lo absoluto mirarse con
indiferencia,
30
ni
mucho
menos
tolerarse
por
un
Obispo,
Jorge Flores D., La revolución de Olarte en Papantla 1836-1838, p. 16.
36
principalmente cuando su celo se ve excitado por las quejas de los
párrocos.
Tales han sido los poderosos motivos que, representados de
nuevo por algunos Curas, dieron lugar a que yo dictase aquella
providencia general, o más bien a que renovase las que desde
tiempo anterior se tenían dictadas como del todo necesarias.
Estos, ruego a vuestra excelencia, se sirva exponerlos al
excelentísimo señor Presidente para que en vista de ellos, su
religiosidad y delicada conciencia, juzgue si convendrá prestarse a
la referida solicitud, que sobre ser, en mi concepto, ridícula y
pueril, al acceder a ella sería origen de muchas y gravísimas
ofensas contra Dios no sólo en Papantla, si no en toda la Diócesis,
pues este ejemplar desvirtuaría la prohibición de mi Edicto y
renacerían unos excesos que tanto ultrajan la santidad y pureza de
nuestra religión y ocasionarían muchos más pecados que en la
época de mis dignos antecesores, en que la corrupción de
costumbres no era tanta ni tan libre como en la desgracia que
vivimos”31
Las cosas estaban más que listas para ponerse difíciles y eso lo sabía muy bien
el gobernador del estado Don Joaquín Muñoz y Muñoz que había solicitado al cura
interviniera y llamara a la cordura a la población indígena pues el no dudaría ni un
segundo en poner en orden a toda la gente rijosa de la villa, pero el gobernador Muñoz
y Muñoz al no obtener resultados por parte del sacerdote decide relevarlo del encargo
por no estar de acuerdo en las medidas en las que Espinosa de los Monteros aplicaría,
y es así que lo inevitable llegaba Mariano Olarte en cuestión de horas se convertiría en
la esperanza de los reprimidos anhelos populares y desde las selvas cercanas bajo a la
villa a iniciar el ultimo y trágico capítulo de su vida.
31
Carta del obispo de Puebla Francisco Vázquez al ministro de guerra José María Tornel, 29 de
diciembre de 1836, en “Los factores étnicos de la rebelión de Olarte en Papantla (1836-1838)”, en
Cuicuilco, 14-15 ENAH, 1984, pp. 26 y 28, tomadas en Victoria Chenaut, “Aquellos que vuelan los
totonacos en el siglo XIX”, pp. 82 y 83
37
Meses antes, el jefe político interino de Papantla había advertido en vano al
gobernador Muñoz la descripción del autonombrado “padre de los Indios”
“Olarte es jefe de [la] revolución desde el año diez; ha sido cruel y sanguinario,
hijo de estos montes y criado en ellos los sabe a palmos: como indio es el oráculo de
los de su clase: es el hombre del prestigio para ellos; se halla pregonado por traidor
cuyo delito lo conduciría al patíbulo: esto no debe ignorarlo él pues hasta ahora no se
ha presentado ni debe estar lejos de estos montes, pues tiene hijos y muchos pariente”
32
A las causas anteriores mencionadas que fueron tres, no hubo otra más que
hacer estallar la rebelión el 5 de noviembre de 1836 cuando el Teniente Coronel Don
Mariano Olarte mandaba una advertencia al señor alcalde de la villa de Papantla.
“S. Alcalde 1° de Papantla.-Entrada de quisintla,[sic] Nov. 5 de 1836.-digollo el
teniente coronel D. Mariano Olarte al yllustre [sic] ayuntamiento [sic] que determine lo
que mejor hallare para conveniente si rendir las armas o romper la guerra. Mándeme
avisar para tomar mis providencias y entrar varonilmente [sic] y arruinar a Papantla
hasta su total.-Dios y Libertad.-Mariano Olarte.”33
Con semejante advertencia no se hizo esperar mucho para que la plaza de
Papantla incluyendo el cuartel de soldados fueran evacuados, los resultados un
incendio que acabó con media villa, cuatro muertos y algunos heridos, ese mismo día el
Teniente Coronel Olarte escribe lo siguiente:
El día 5 del presente—escribe Olarte—tube [sic] el honor de ver
resplandeciente el ermoso [sic] laurel de nuestra libertad. Yegó
[sic] el día en que el pueblo Papanteco sacudió para siempre en su
suelo la pesada carga de la Tiranía y tubo el placer de fijar el
hermoso Pabeyón de Constitución y Lelles. Federación o muerte
32
33
Victoria Chenaut, Aquellos que vuelan, los totonacos en el siglo XIX, México, p. 100.
Jorge Flores D., La Revolución de Olarte en Papantla 1836-1838, p. 24.
38
es el berdadero [sic] camino que debe llevar por norte todo buen
mejicano 34
No hay mejor explicación que la que nos da el historiador Jorge Flores:
¡Día resplandeciente, hermoso laurel! El viejo insurgente ha
recogido un haz de agravios: odioso atropello a los denunciantes
del contrabando; destrucción de las sementeras; odio al español
intrigante; alevoso terrorismo; prohibición de las procesiones; y de
todo ha hecho un firme argumento ¡Federación o muerte! El
campesino sigue siendo federalista. Su convicción es inmutable;
todo el espíritu de su raza ésta en esa decisión. Y la sostendrá
hasta morir, después de haber oído a los que saben y entienden
de estas cosas.35
Era evidentemente que el Teniente Coronel Don Mariano Olarte había planeado
acertadamente la toma de la villa, y supo poner en sus manifiestos la lucha por la
federación, la cual defendería férreamente hasta el final de sus días.
El ayuntamiento en pleno, envió una misiva al gobierno central desde una
hacienda cercana a la zona en la que explicaban a detalle como tuvieron que
abandonar Papantla para así poder evitar una masacre total, y solicitaban al gobierno
su apoyo inmediato debido a la delicada situación y advirtiendo que las cosas podían
empeorar en los días venideros.
El parte fue el siguiente:
E.S—El regidor decano del Ilustre Ayuntamiento encargado del
Juzgado 1° y 2° y el cuarto regidor, tenemos el sentimiento de
comunicar a V.E. la desagradable noticia de haberse posesionado
del pueblo de Papantla el traidor Mariano Olarte, con su gavilla
hasta ahora de indios, y unos cuantos de razón, proclamando en
su plan federación o muerte… A la consideración de V.E. está el
calcular cual será el desorden que reina en un pueblo mandado
34
Ídem. , P. 27.
Ídem., P. 27.
35
39
por bandidos: sin autoridad y si mas ley que el capricho y la
inmoralidad: debe entender V.E. que las filas de ellos se han
aumentado con los presos que se hallaban en la cárcel, y más
particularmente los pertenecientes a la asonada del 24 de Octubre
del año ppdo [sic]…. Mas hasta ahora permanecemos en este
punto, pero siempre a la disposición de nuestro gobierno como
súbditos más obedientes a nuestras leyes nacionales, sirviéndose
V.E. participar esta ocurrencia al E.S. Ministro Superior de Justicia
del Departamento, manifestándoles que no se logró por más que
se hizo el salvar el archivo, el cual es muy regular sufra el extravío
consiguiente a tal desorden. Con tal motivo tenemos el honor de
protestar a V.E. la más distinguida consideración y sumiso
respeto.-Dios y Libertad.-Ayotezco, a las seis de la tarde… Pedro
P. Muñoz.—Pedro Ramírez.—Cayetano García.—Manuel Danini.36
Bien podemos observar en esta nota enviada por el ayuntamiento en funciones
desde la hacienda de Ayotezco en Puebla, solicitaba la presencia inmediata de apoyo
para tratar de recuperar la villa de Papantla y señalaba con toda saña al caudillo
totonaca Don Mariano Olarte y sus huestes, de la misma manera podemos notar que
siempre se dirigieron con mucho respeto hacia las autoridades competentes, claro eran
palabras pomposas y siempre tratando de hacer valer su defensa del porque no se
quedaron a defender la villa.
El gobierno central se valió nuevamente del cura Espinosa de los Monteros quien
era muy reconocido en la comunidad y había intervenido en numerosos conflictos
anteriores, el citado cura trató de negociar en vano con los guerrilleros comandados por
Olarte, negociación que fracasó a pesar de los llamados a la paz y a desistir de la lucha
armada. De igual manera el gobierno central giró órdenes a los comandantes de las
zonas aledañas a la villa de Papantla para que apagaran o por lo menos neutralizaran
el movimiento, estas (Comandancias de Puebla, Tuxpan, Veracruz y Zacapoaxtla)
contestaron negativamente argumentando que estaban imposibilitadas para correr en
36
Ídem., p. 28.
40
apoyo de Papantla principalmente por falta de armas, municiones y sobre todo
hombres.
A la ocupación de la villa de Papantla por el Teniente Olarte este pretendió que
se le unieran algunos sectores políticos que él conocía y sabia dispuestos, por lo que se
da a la tarea de enviar al alcalde de Tuxpan su plan para que este se manifestara a
favor obteniendo un duro revés dado que José Victoriano Estopian se negó
rotundamente argumentando que la paz y la justicia eran más importantes para él.
Nuevamente el párroco hace un intento para llegar a un acuerdo para que la paz
por fin llegara a la villa antes mencionada y obtiene respuesta favorable pues en una
minuta que es enviada por el mismo párroco al jefe de la plaza de Tuxpan Coronel
Lucio López se puede observar lo siguiente:
He hablado con Olarte y he procurado valerme de toda la
persuasión de qe.[sic] soy capaz pa.[sic] convencerle a fin de
qe.[sic] desista de sus pretensiones, manifestándole todos los
males que resultarían de su obstinación, y en contestación me dijo,
q. bien lejos de procurar los males a sus compatriotas, ha
propuesto un plan cuyos artículos todos tienden al bien general de
la República, de cuyo plan me dice ha mandado a V. copia y lo ha
hecho al Gob°[sic] del Departamento y al Gral. Y qe.[sic] espera
ambas contestaciones; que entretanto las recibe ofrece no
separarse de este punto ni molestar a nadie, con tal de que a él y a
su fuerza no se les moleste por las tropas del gob° pa. [sic] cuyo
fin espera V. influirá en todo lo posible si se quieren evitar las
desgracias consiguientes a la guerra; que ésta resuelto a dejar las
armas de la mano hasta qe. [sic] el Supr. Gob° tome en
consideración su plan, y qe.[sic] conseguido esto se retira a su
casa y familia, sin pretender honores ni distinciones.37
A esta nueva intervención se unió también la del alcalde de Teziutlán Don
Francisco Ávila quien era viejo conocido de Olarte, el alcalde Ávila era un reconocido
37
Ídem., p. 29.
41
comerciante de la sierra norte de Puebla y era muy probable que tuviera una grata
relación con el coronel
desde tiempo atrás pues ambos pertenecían a la clase
comerciante y era bien sabido el repudio que ambos compartían por la población
española principalmente los comerciantes. El gobierno poblano autorizó entonces al
alcalde Ávila al saber los antecedentes de la relación que había, fue así que obtiene
respuesta favorable al diálogo y es el mismo Olarte quien le envía lo siguiente,
Comandancia Militar. —Deseoso de obsequiar el encargo que Supremo Gobierno se ha
servido conferir a V. por el cual ha tenido la bondad de invitarnos con la paz, la
aceptamos gustosos y daremos la prueba de sumisión al mismo Supremo Gobierno, si
éste usando de la benevolencia que se le caracteriza accede a las preposiciones que le
haré por conducto de V. las que le remitiré al lugar que V. me designe. Esta demora la
ocasiona la ausencia de un oficial de graduación que será el que debe de extender
dichas proposiciones, y actualmente se halla fuera y lo espero de un momento a otro.
Con este motivo tengo la satisfacción de repetir las consideraciones de mi aprecio. —
Dios y Libertad. Papantla, 2 de Diciembre de 1836. —Mariano Olarte. —Sr.
Comisionado D. Francisco Ávila.” 38
Olarte deseaba la paz en la región y de igual manera quería darles a los
campesinos la solución a todos sus problemas es por ello que hace algunas
proposiciones, para esto se reúne una junta de guerra el día 6 de diciembre de 1836 y
en esa misma junta se aprueban las bases que podrían llevar a un acuerdo con el
gobierno general que constaba de varios puntos, ningún documento tenía detalles
políticos, ni refutaba el sistema establecido, estos acuerdos se limitaron a las peticiones
campesinas de carácter urgente, el documento constaba de 13 artículos (anexo 1) los
cuales fueron aceptados por el ministro de guerra y marina el general José María Tornel
y cumplidos en su mayoría por el gobierno central que no quería más problemas en la
zona, así pues, se concretó la pacificación de la región en cuestión, se concedió el
retiro de Olarte como se había solicitado en el documento enviado que constaba de 13
puntos, se le ordenó al gobernador de Veracruz impartiera justicia a las víctimas de la
denuncia de contrabando, se aceptó realizar nuevas elecciones apegadas a la ley, así
38
Ídem., p. 30.
42
como el pago de un precio justo por la armas de propiedad particular, salvo el punto
número 7 que dice:
7° Que el Supremo Gobierno interponga sus respetos para que el
Ilustrísimo señor obispo de Puebla, conceda sus antiguas
procesiones a los hijos de este pueblo, que por un edicto de dicho
señor obispo se han suspendido.39
No se había podido resolver con una repuesta favorable pues el señor obispo
negó categóricamente la negociación argumentando que las cosas religiosas no se
resolverían como las terrenales, la comunicación que el Coronel Olarte mantenía con el
General Tornel supuso que Papantla saldría pronto de esa tensión y olor a guerra que
por muchos años permeó en la villa, sin embargo las autoridades locales desconocían
este acuerdo entre el gobierno central y los rijosos en cuestión, y fue el día 18 de
diciembre de 1838 cuando las tropas del gobierno del estado entraron a la villa en son
de guerra y con esa amenaza Olarte dio por terminada la tregua y se refugió en la zona
de Coyuxquihui para un par de días después regresar y lanzar el “Plan de Papantla”
40
que se abordará detalladamente en el siguiente punto.
2.2 El Plan de Papantla
A lo largo de la vida política independiente en México ha habido un sin número
de Planes que diversos actores tanto políticos y militares han presentado a decir de
ellos por el bien de la nación, este es el caso del Plan de Papantla un documento de 26
artículos, presentado por el Coronel federalista Mariano Olarte que como bien hemos
visto fue un caudillo totonaca autonombrado por sí mismo como el padre de los indios.
Tras una serie de descontentos sociales aunados al gobierno centralista por el
que México atravesaba, Mariano Olarte decidió tras un rompimiento por parte del
Estado con las negociaciones políticas para llevar la paz a la villa de Papantla,
presentar su plan bajo el lema ¡Federación o Muerte! Exaltando a todos los mexicanos
a tomar las armas en defensa de sus derechos y así mismo “para la salvación de la
39
40
Leticia Reina, Las rebeliones campesinas en México (1819-1906), p. 337.
Josefina Zoraida Vázquez, Planes en la Nación Mexicana, pp. 96 y 98
43
republica”, con este nuevo plan los ideales agrarios se esfumaron y fueron sustituidos
por aspiraciones políticas en las que se hablaba ya de una nueva república.
¿Pero que había obligado al Coronel Olarte a tomar una medida tan drástica si
ya se había llegado a un acuerdo político entre el gobierno central y los rijosos en
cuestión? Bien sabemos que el 18 de diciembre un grupo del ejercito sitió la villa de
Papantla ignorando con esto los acuerdos entre el secretario de guerra y marina y el
coronel Olarte, este grupo militar estaba comandado por el general Juan Vicente
Arreola quien había avanzado desde Teziutlán bajo las órdenes del comandante
general de Puebla con la firme intención de tomar Papantla, desde ahí podemos
apreciar la idea de que en Puebla no se quería negociar con los rebeldes Olartistas, las
ordenes de la milicia se cumplieron tal y cual debían, estos (militares) llevaron una
política de tierra arrasada, es decir, población que era ocupada era quemada y su
población reubicada en puntos estratégicos de fácil control que a un largo plazo
permitía ubicar las bases de los rebeldes.
El argumento militarista fue que Olarte rompió la tregua por que iba
a estallar una “revolución a favor del sistema federalista en Santa
Anna de Tamaulipas [Tampico]”, a la cual se iba a unir Olarte,
según Arreola, el plan rebelde, publicado posteriormente a la toma
de Papantla, mostraba que las negociaciones eran una “farsa”.41
Tras la publicación del Plan en la que los artículos más notorios resaltaban la
conformación de un gobierno federal, la modificación de la constitución de 1824, la
realización de una nueva división del territorio nacional, además de garantizar la
existencia del ejército y la abolición de las alcabalas y de las obvenciones parroquiales,
se puede hacer notorio que las peticiones habían girado drásticamente y ya en ningún
punto hablaban sobre los atropellos de los que sufrían los campesinos, Antonio Escobar
Ohmstede coincide en cierto punto con el General Arreola al decir que existe una
posibilidad muy importante para que Olarte sólo utilizara a los campesinos y en un
principio solicitara grandes apoyos para ellos, para que así los indígenas se vieran
41
Antonio Escobar Ohmstede, El movimiento olartista, origen y desarrollo, 1836-1838. Una revisión
histórica. en Victoria Chenaut (coord.) procesos rurales e historia regional (sierra y costa totonacas de
Veracruz) p. 62
44
obligados a apoyar en todo momento su movimiento federalista. Para finales del año de
1836 el gobierno central recibía la notificación de que en la villa de Papantla el general
Arreola se encontraba rodeado por guerrillas rebeldes, de la misma manera daba parte
a la autoridades de que la aldea se encontraba vacía pues lo “indios” habían huido a
selvas cercanas y los de “razón” huyeron a otros pueblos ante el temor de las barbaries
que se cometían.
Mientras esto pasaba en Papantla, el jefe del movimiento Mariano Olarte
avanzaba al puerto de Tuxpan con su primera división sostenedora del sistema federal
con el fin de extender su plan y agregar adeptos, la rebelión se extendió en los estados
de Puebla, Veracruz y el Estado de México, así como en los pueblos de Temapache,
Tihuatlán, Coatzintla y el Estero. La gente adherida a la guerrilla se dio a la tarea de
invadir distritos y cantones de Zacapoaxtla, Zacatlán, Huauchinango, Altotonga,
Tuxpan,
Jalacingo,
Chicontepec, Tantoyuca, Misantla,
Huejutla, Tulancingo
y
Zacualtipán, debido a la respuesta rápida de la población para reconocer al plan
federalista, el gobierno central dio órdenes con calidad de urgentes con anterioridad
para que se prepararan a los comandantes de las zonas de Puebla, Veracruz y
Tamaulipas para que unieran sus tropas y defendieran las zonas que Olarte había
atacado, las respuestas no fueron como el gobierno central esperaba, pues de Puebla
salieron fuerzas al mando del Coronel José Antonio Saldaña con la intención de atacar
a Olarte por la costa, cosa que no sucedió pues en determinado momento las tropas
poblanas llegaron a necesitar de un cirujano debido a batallas que habían dado antes
de llegar a su destino, donde era por lo menos necesario contar con materiales básicos
de curación, Don José de las Piedras comandante general de los estados de
Tamaulipas y Nuevo León hizo un gran sacrificio y sólo pudo mandar cien hombres al
puerto de Tuxpan de los cuales únicamente llegaron noventa, debido a que los diez
restantes habían contraído diversas enfermedades en el trayecto a Veracruz la noticias
fueron peores, el coronel Antonio de Castro se dio a la tarea de enviar al supremo
gobierno la siguiente nota:
Comandancia General del Departamento de Veracruz. —Mesa
1ª—Exmo. Sor. —A pesar de q. estoy impuesto de que mi
antecesor se le ha manifestado a V.E. para conocimiento del E.S.
45
Presidente interino, cual es el estado de miseria en q. se halla aquí
esta guarnición como la de todo el Departamento; creo de mi
deber renovar el mismo recuerdo; agregando q. los caudales
dedicados a
cubrir las atenciones de
la guarnición
son
absolutamente insuficientes y por. La misma razón, la causa
inmediata del entorpecimiento de muchas determinaciones q.
tienen la más íntima conección [sic] con el servicio militar ordinario.
“Y si estos inconvenientes concurren al querer expeditar el servicio
en el orden común; a la consideración de V.E. dejo el inferir cuales
sean los embarazos que se pulsan al querer obsequiar una orden
como la q. ahora se presenta con motivo de la sublevación de
Olarte.
“Pero para qué encarecer el estado aflictivo en q. se encuentra
esta guarnición, cuando estoy persuadido q. a V.E. no se le oculta
y por lo mismo solo añadiré en conclusión q. si no se consigna
para las urgencias indicadas, el producido de otro ramo más
capaz, las dificultades se hacen de día en día más insuperables.
—Dios y Libertad. —Veracruz, Noviembre 14 de 1836. —Antonio
de Castro.42
Con esta carta a simple vista podemos apreciar que México no estaba en
condiciones para enfrentarse a un movimiento de esa magnitud, debido a que a
principios de 1836 se había organizado un ejército de 6000 hombres comandados por
el general Antonio López de Santa Anna que se habían perdido en Texas, otra de las
grandes muestras de declive de la nación en esas fechas llegó a tal grado cuando se le
ordenó al comandante don José Arango encargado de la fortaleza de San Carlos en
Perote, mandara pólvora y pertrechos43 a las tropas que combatían a la guerrilla
federalista, este contestó solicitando instrucciones terminantes, pues en caso de
obedecer órdenes superiores la fortaleza se quedaría sin municiones para alguna
eventual contingencia.
42
Jorge Flores D., La revolución de Olarte en Papantla 1836-1838, p. 39.
43
Municiones, armas y demás instrumentos necesarios para los soldados y las defensas de
fortificaciones.
46
Ante la falta de dinero, armas, pólvora y otras cosas básicas, la milicia se vio
obligada a solicitar créditos entre los comerciantes de Puebla y aun así no pudieron
cubrir todas las necesidades, de nuevo se verían obligadas ahora a las cajas de las
administraciones de rentas, esta vez con calidad de préstamos forzosos, de las cuales
juntaron 854 pesos y 6 reales para equipar a 800 hombres que se encontraban en
Puebla.
La sección operativa que se había reunido en Teziutlán estaba al mando del
general Juan Vicente Arreola, soldado nacido en San Andrés Chalchicomula a finales
del siglo XVIII, éste astutamente se hizo de la villa de Papantla informando que los que
ahí estaban había dejado las armas y huido a los montes cercanos, confiado de tal cosa
pernoctó en el centro de la villa, y al amanecer siguiente cerca de cinco mil indígenas
de los cuales 800 contaban con armas de fuego rodeaban ferozmente la villa antes
citada listos para acatar órdenes del comandante Olarte:
Como no había víveres para los soldados, ni forraje para los caballos, el general
Arreola, con 100 soldados, rompió el “sitio a fuerza de balas”. Pudo llegar a la ranchería
llamada el Cepillo en la cual encontraron algunos refuerzos. Los campesino, por su
parte, que en este momento ya eran 5 000 –en su mayoría de Coyuxquihui y rancherías
circunvecinas--, tenían 800 armas de fuego y lograron ampliar el cerco de Papantla.
Dicho cerco se extendió a la ranchería de San José Quisintla, así como a los cerros del
Campanario y del Calvario.44
En los primeros días del mes de enero de 1837 las cosas para el general Arreola
y sus soldados se habían tornado algo difíciles, la estancia en la villa le transformaron el
carácter de aquel soldado arrogante que no escuchaba y que no quería negociar ya
poco quedaba, ahora clamaba por alguien que hiciera ver en los corazones de los
totonacas para desertar de la guerra, pensó entonces en el cura Don Joaquín Espinosa
conocido y querido por la comunidad por sus anteriores intervenciones ante el Estado
por la necesidades campesinas, así como también solicitaba la presencia del general
Don Guadalupe Victoria primer presidente de México y viejo conocido de Olarte, Victoria
se encontraba en su hacienda del Jobo en Veracruz, o del general Don José Rincón de
44
Leticia Reina, Las rebeliones campesinas en México (1819-1906), pp. 328 y 329
47
igual manera conocido por la población de Papantla, la desesperación era tal que así lo
podemos constatar en la carta dirigida al jefe político de Zacapoaxtla:
Sr. Teniente Coronel Don Domingo Salgado. —Papantla, 2 de
enero de 1837. —Mí querido amigo: Contesto a su papelito de V.
diciendo que al Sr. Coronel Torres ya le ordeno lo que debe de
hacer; y V. podrá decir al Exmo. Sr. Gobernador de ese
Departamento que se sirva escribir a Méjico por extraordinario
violento procurando la venida del Exmo. Sr. General Don
Guadalupe Victoria, la del Sr. Cura de este mismo punto, o la del
Sr. Gral. Don José Rincón; pues solo así o por uno de los medios
que Dios Nuestro Señor dispone (Y los hombres no alcanzamos)
podrá concluir la revolución pronto, con ahorro de dinero, de
tiempo y de sangre. S.E. el General Victoria tiene poderes sobre
los corazones de estos indígenas; los tiene asimismo el Sr. Cura
Párroco de este pueblo que fue a Méjico en comisión; y el Sr.
Rincón hizo la guerra en tiempo de la revolución pasada en estos
rumbos: conoce el terreno como yo nó,[sic] y podrá hacer que esto
termine bien y pronto. Esto podrá V. manifestar al Exmo. Sr.
Gobernador y Comandante General de Puebla para su inteligencia
y disposiciones superiores, asegurándole de mi parte que lo que
yo haga por terminar pronto la revolución, como que son éstos
unos montes tan tupidos, y las cordilleras de la sierra tan largas;
así como que el enemigo no espera, sino que cuando se le hace
una carga, huyen como vencidos y a los pocos momentos que la
tropa se retira, vuelven a aparecer; no es tan fácil que se consiga
pronto, sino a la larga; para lo cual se necesitan más fuerzas y
recursos. Queda de V. su afectísimo que I.b.s.m.—Juan Vicente
Arreola.45
La idea de contar con Don Guadalupe Victoria no era mala, ni mucho menos una
ocurrencia del general Arreola, a decir no solo de él si no de muchos estudiosos del
tema el primer presidente de México contaba con toda la experiencia y autoridad moral
45
Jorge Flores D., La revolución de Olarte en Papantla 1836-1838, p. 50.
48
para negociar con las fuerzas guerrilleras de Olarte, conocía perfectamente la zona y
había convivido con el insurgente totonaco Serafín Olarte y era más que supuesta la
relación que tenía con Mariano, hijo del indio Serafín.
El general Guadalupe Victoria aceptó con gusto la idea del gobierno central para
que fuera intermediario y así tratar de resolver la situación de la mejor manera posible,
Victoria llego a Papantla a pedirle a Olarte un arreglo pacífico esperando se concretara
una reunión la cual fue acepta más nunca cumplida por Olarte, al no haber respuesta
favorable giro instrucciones al general Arreola para que se continuara con las acciones
bélicas comprendidas contra la guerrilla federalista, un mes después de este suceso
Guadalupe Victoria fija una segunda cita y es el día dos de febrero en la
desembocadura del rio Tecolutla cuando el ex presidente de México trata de
desprestigiar el movimiento Olartista frente a los jefes más visibles de las guerrillas,
esto nuevamente con un saldo negativo, al contrario cada día que pasaba el
movimiento federalista ganaba más simpatizantes, ante esta medida el General
Guadalupe Victoria decide instalarse en Papantla y desde este lugar busca por todos
los medios posibles la atención de los jefes guerrilleros, el día esperado llegó el 13 de
febrero, Victoria se reunió con algunos líderes del movimiento entre estos José García
segundo de Olarte y acordaron firmar un pacto dejando excluido a Mariano Olarte, los
jefes guerrilleros habían aceptado este plan pues contenía en su mayoría las
necesidades e inquietudes que Olarte había dejado en un segundo término con el Plan
de Papantla, salvo el que regresaran las procesiones en la semana mayor todo era
garantizado, miles de campesinos desertaron de las filas del movimiento olartista y
volvieron a sus lugares de origen a trabajar sus tierras más tranquilos por haber
conseguido su objetivo gracias a la “astucia” de líderes consientes de las necesidades
más vitales.
Gracias a la peripecia del general Guadalupe Victoria la villa de Papantla quedó
librada del cerco que la rodeaba, lo que permitió que el general Arreola primeramente
surtir de todo tipo de cosas a su ejército y en segundo lugar ir tras el coronel Mariano
Olarte jefe del movimiento federalista, después de esta maravillosa táctica el gobierno
central nombró a Guadalupe Victoria jefe de la División de Operaciones y a Arreola
49
como segundo al mando, ambos aceptando el cargo, para marzo de 1837 para ser más
exactos el día 7 el general Guadalupe Victoria consideraba que la paz estaba ya segura
en toda la región que meses antes había apoyado el movimiento olartista, para estas
fechas el ex presidente de México consideraba ya innecesaria su estancia por lo que
solicitó al gobierno central se le concediera su retiro para poder descansar pues
consideraba que su salud se estaba deteriorando en la zona y necesitaba estar en un
lugar confortable como su hacienda.
Mientras todo esto pasaba en el estado de Veracruz, en la capital del país era
electo Anastasio Bustamante como presidente de México este recién llegado de su
exilio, días antes de su toma de posesión los federalistas de diferentes partes del país
se reunirían en San Luis Potosí para anexarse al movimiento olartista, ahí se pronunció
un plan del cual se enviaron copias a Zacatecas, a Mariano Olarte en Veracruz, a
Cristóbal Mejía en Querétaro y los federalistas de la ciudad de México como Gómez
Pedroza y Manuel Crescencio Rejón, el plan fue pronunciado en San Luis Potosí el 14
de abril de 1837 bajo el lema “Federación o Muerte” dicho plan repudiaba el sistema
central que imperaba en la nación pues consideraba que en vano se había conseguido
la independencia al retomar de nuevo este sistema que consideraban imperial.
En la zona del Totonacapan la resistencia armada continuaba, el día glorioso
para el general Arreola llegó y dio alcance al coronel Mariano Olarte y sus no más de
200 escuderos, una batalla feroz tuvo lugar en Coatzintla, cercano a Coyuxquihui, al ver
perdida la pelea el Coronel y sus huestes deciden refugiarse en los montes cercanos
que conocían a perfección y desde ahí Mariano Olarte solicitará apoyo al general
federalista Esteban Moctezuma que operaba en San Luis Potosí sin saber que este ya
había fallecido, apoyo que nunca llegó por evidentes razones.
Olarte tomó la decisión de atacar diversas poblaciones en la Huasteca
veracruzana estableciendo su cuartel en Tantima población enclavada en la sierra de
Otontepec en donde varias veces persuadió al cura de la localidad para que este
incitara a la rebelión, el movimiento fue adquiriendo de nuevo fuerza y los
enfrentamientos continuaron hasta que el día 12 de mayo de 1838 el general Martín
50
Perfecto Cos jefe de las fuerzas militares informó que un capitán había dado muerte a
Olarte y algunos seguidores:
En la sorpresa que la valiente 2ª sección de Tuxpam, al mando del
muy recomendable y bien conocido Capitán del Batallón Activo de
Tres Villas, Don José Mariano Fernández, dio a los sublevados la
madrugada de antes de ayer, murieron los cabecillas Olarte y
Moreno, con Rosalino Vicencio, Manuel Pilulla y otros dos
desconocidos; quedaron dos hombres prisioneros, quince armas
de fuego y algunas municiones, habiendo sido conducido a esta
Villa el cadáver de Olarte para darle sepultura…. Estoy dictando
las órdenes conducentes para aprovecharme de la confusión y
desorden
que
debe
producir
entre
los
sublevados
este
acontecimiento.—Tuxpam, 14 de Mayo de 1838.46
Grandes luchas continuaron a la muerte del Coronel Mariano Olarte y poco a
poco las fuerzas centralistas lograron sofocarlas, hasta no quedar de ellas más que los
grandes recuerdos de las hazañas y maniobras heroicas de aquellos que habían
defendido a su país al grito de ¡Federación o Muerte!
2.3.- El papel de Papantla en los diversos movimientos antes del
Porfiriato 1838-1876
Después de los conflictos en los que se vio envuelto el pueblo de Papantla que
encabezaron el Coronel Serafín Olarte en su lucha por la independencia y su hijo el
Teniente Mariano Olarte en su búsqueda por la restauración del federalismo, la villa
vivió un periodo largo de paz aunque nunca bajó la guardia debido a la tensión que se
vivía en el estado de Veracruz.
Para finales de 1846 en el puerto de Tecolutla a escasos 45 kilómetros de la villa
antes mencionada, anclaron cuatro fragatas y una corbeta del gobierno de Estados
46
Ídem., p. 66.
51
Unidos para que sus tripulantes bajaran a comprar víveres, las reacciones en pueblos
vecinos al puerto de Tecolutla no se hicieron esperar y en vísperas de una invasión a
México por parte del gobierno norteamericano, una agitación generalizada dominó la
zona, a Papantla fueron enviados 200 fusiles y 8 cajones de parque, sin saber que
meses más adelante ya en el año de 1847 anclaría en el puerto de Tecolutla la fragata
norteamericana llamada “La Germanten” adueñándose del humilde caserío que en ese
entonces existía, el pueblo de Tecolutla sucumbió ante atroz ataque, y es bajo mentiras
y presiones que obliga a la autoridad del puerto a firmar un documento en el cual
reconocían el gobierno estadunidense como único capaz para mandar sobre ellos, así
mismo sin necesidad de atacar la villa de Papantla el comandante de las fuerzas
norteamericanas envío a la autoridad papanteca un comunicado exigiendo la rendición
total en los términos en los cuales la población de Tecolutla se había rendido,
reconociendo solo al gobierno norteamericano.
Hilarión Pérez y Olazo jefe político de Papantla rechazó tajantemente la
propuesta enviada por parte de los invasores y con patriotismo y valentía don Hilarión
contesto lo siguiente:
Las
autoridades
y
el
pueblo
de
Papantla
desconocen
absolutamente al gobierno de los Estados Unidos del Norte,
reconociendo más que nunca a México cuya suerte compartirán
por siempre y ofrecen perecer en su defensa sacrificando sus
fortunas, sus familias, y cuanto les es más sagrado, como víctimas
de su patriotismo, y sobre sus cadáveres pasaran los enemigos de
su nacionalidad e independencia a ocupar las ruinas y escombros
que dejarán a su retaguardia, sólo de este modo sucumbirán. 47
La valentía y lealtad con la que el jefe del cantón y el pueblo habían actuado dio
frutos pues a los pocos días pues se armaron 400 guardias nacionales con fusiles y 300
zapadores48 con machetes, poblaciones enteras como fue el caso de Espinal se
sumaron a las acciones de la defensa, en Tuxpan y Teziutlán se colaboró con la
defensa, sin embargo los planes de las tropas norteamericanas no tenían en
47
48
Cristina Garza Rivera, Nadie me verá llorar, p. 56.
Soldados que trabajan en obras de excavación
52
contemplación el ocupar Papantla, pues sus rutas trazadas hacia la capital mexicana
eran por el centro del estado. Sin embargo no por eso no se debe de reconocer el papel
que los habitantes de esta villa totonaca tuvieron en la invasión norteamericana de 1847
demostrando su amor y fervor por la patria. El desenlace de la invasión norteamericana
de 1847 ya lo sabemos y no entraremos en más detalles.
A principios de la década de los cincuenta los problemas agrarios y la agitación
indígena que se vivía en la zona volvieron a manifestarse, y no había nada que no
hubiera pasado antes, el alza de impuestos, la gran molestia hacia las propiedades
comunales y la imposición de las autoridades por un lado, y por el otro la temida leva
que obligaba a la población principalmente indígena a ocultarse en el monte en
cañadas casi inaccesibles, Adriana Naveda hace mención de que la población indígena
de la zona de Papantla se dedicaba gran parte del año a tomar, por lo que la cantinas y
la venta de alcohol clandestina floreció muy rápido, año tras año con la llegada de
nuevas autoridades se pretendía poner en marcha importantes planes para sacar a la
población de la cruel situación en la que se encontraban, sin embargo, el progreso no
podía llegar, aunado a esto los indígenas no querían dejar a un lado sus costumbres.
Varios intentos organizados de resistencia indígena surgieron en la zona norte de
Veracruz para defender a la patria de la invasión norteamericana, o para pelear por las
restituciones de tierra, tales casos como los planes de Amatlán en 1847, de Tantoyuca
en 1848, y el nuevo plan de Tantoyuca por ahí de 1856, fueron sin duda movimientos
que en la actualidad muestran como la población principalmente indígena buscaba
expresarse organizadamente, para pelear por sus derechos.
El cantón de Papantla estaba compuesto principalmente por población indígena,
para el año de 1850 habitaban aproximadamente 25 35049 personas en la jurisdicción
del mismo, con nuevos conflictos en puerta como la ley del sorteo de 1853 que fue
mucho más agresiva que la leva que se aplicaba con anterioridad, la organización
social indígena se vio afectada, y para el año de 1854 de acuerdo a un censo realizado
por el gobierno del estado en el cantón habitaban 28 350 personas, los años en
49
ESCOBAR, Ohmstede, Antonio, La rebelión de Olarte en Papantla, en Victoria Chenaut, procesos
rurales e historia regional (sierra y costa totonacas de Veracruz), p. 59.
53
Papantla corrían y una epidemia de cólera azotó la región en 1857 con estos sucesos
lamentables la desorganización social creció con mayor rapidez, y no fue sino hasta
finales de la década que nuevos aires rodearon a la población, la llegada de colonos
principalmente Italianos al puerto de Tecolutla trajo consigo pequeñas inversiones que
con anterioridad se le habían pedido al gobierno en turno, lamentablemente el clima
hostil de Papantla hizo que la mayoría de los habitantes italianos optaran por buscar un
mejor lugar para vivir y es así como se trasladaron de Papantla a un lugar denominado
cabezas del Carmen hoy conocido como Gutiérrez Zamora. Para darnos un pequeño
ejemplo de en qué condiciones se encontraban los italianos asentados en Agua Dulce
pequeña comunidad perteneciente a Papantla de acuerdo a la vieja tradición oral
citaremos lo siguiente:
Estaban muriéndose de hambre y vino un italiano a pedir auxilio al
cura, entonces fueron familias de la villa y les llevaron comida y
medicina, entre otras cosas curiosas encontraron que un italiano
estaba cocinando un zopilote. Cuando un papanteco le dijo que
eso no se comía, él respondió: Tutte ave che vola a la tavola [sic]
Un problema que tenían (los italianos) eran las niguas porque
todos estaban llenos y no sabían qué era eso hablaban y no se
entendían pero había uno que entendía el español y les dijo que
eso se los iban a sacar. Ya todos acarrearon espinas de naranja y
cal y empezaron a sacar las bolsitas de niguas y a llenarlas de cal
y así les sacaron todo.50
Después de radicar en cabeza de Carmen los Italianos regresaron a Papantla
pues el clima era mucho más agradable y no había enfermedades típicas de las costas
como el paludismo y la gran cantidad de reptiles que los asechaban.
La villa de Papantla creció debido a que los inmigrantes rápidamente invirtieron e
hicieron de la zona un excelente centro comercial, pronto se dedicaron al cultivo de la
vainilla, del tabaco y las maderas preciosas, se tienen registros que un par de colonias
de gente de Estados Unidos llegó tras huir de la guerra civil sin embargo estas no
50
Cristina Garza Rivera, Nadie me verá llorar, pp. 56 y 57.
54
prosperaron debido a las fuertes inundaciones de 1863 pues sus construcciones
estaban muy próximas al río. Los planes “colonizadores” que el gobierno del estado
tenía para el cantón de Papantla eran argumentados pues decían que la villa tenía solo
una quinta parte de la población de Xalapa con casi el doble de su territorio.
Encontramos que para el año de 1857 en el que la guerra de reforma o de los
tres años comenzó en el cantón de Papantla se mantenían alrededor de 900 hombres
armados y divididos en dos batallones, Adriana Naveda concluye que la guardia se
encontraba debido al temor de nuevos levantamientos indígenas, se debe de recordar
que esta zona siempre estuvo en conflicto por motivos meramente agrícolas que tenían
que ver con la propiedad comunal, un tema que abordaremos posteriormente.
Papantla tuvo un papel activo políticamente hablando en la guerra de los tres
años, pues el 11 de marzo de 1858 mientras el General Miguel María de Echegaray jefe
conservador de Veracruz festejaba la reciente toma de la capital recibió una notificación
de apoyo por parte del partido de la villa totonaca, en el cual se aseguraba que pueblo y
gobierno de Papantla acogían el Plan de Tacubaya, y al frente del contingente
papanteco estaban Juan M. Vidal y el jefe político José Danini, aunque su alineamiento
fue para con el bando perdedor los habitantes obtuvieron un triunfo al concedérseles la
categoría de cabecera de cantón poniendo fin a años de pertenecer al cantón de
Jalacingo, esto claro después de años de pelear políticamente hablando por esto, así
mismo se les concedió abrir el puerto de Tecolutla al comercio de altura.
La guerra de los tres años dividió a la población a tal grado que familias enteras
se dividieron y desgarraron sus vestiduras a favor de la clase conservadora y la clase
liberal, destaca entre los papantecos distinguidos en esta lucha el General Lázaro
Muñoz, Miguel Herrera Leal y José Samarti entre las figuras que apoyaron al ala liberal,
esta significativa disputa entre ambos bandos trajo luto a Papantla y las regiones
aledañas que a decir de José Sierra solo se comparan con los años de la guerra de
independencia, gran parte de los pobladores se acogieron en las huestes imperiales
55
claro está que era en búsqueda de nuevas suertes en momentos duros para la
republica 51
No podemos dejar de lado el papel hábil y oportunista que los franceses
manejaron en la zona al ofrecer al pueblo la proclama del respeto a la propiedad
comunal así como también ofrecer abundante armamento para que los indígenas
lucharan a su favor, de igual manera con la derrota de los soldados del viejo mundo,
represalias y venganzas en contra de los “traidores” no se hicieron esperar, en 1865 los
franceses fueron dominando poco a poco la zona norte, y derrotaron al ejército nacional
en Agua Dulce y Tlahuanapa, a principios de 1866 los franceses tomaron Papantla, sin
embargo, es ahí donde se da una lucha fuerte entre los nacionales por defender a su
patria, de nueva cuenta vemos al pueblo unido como en momentos anteriores cuando
se trata de luchar contra países invasores por el bienestar de todos.
En esta lucha contra los franceses encontramos a Rosalindo Fajardo y al joven
Simón Tiburcio de tan solo 22 años de edad que en Juu Papantlan de Luis Salas García
encontramos una narración de la odisea que tuvo que pasar para poder iniciar una
lucha con solo 60 elementos, de igual forma vemos claramente como se hizo del gran
apoyo de los indios para la compra de pólvora entre otras cosas:
Tuve que valerme de varias familias indígenas para que en
distintas tiendas y por medios y reales a fin de no despertar
sospechas, compraran pólvora, municiones y postas, logrando
reunir por este procedimiento, una arroba de la primera y media de
la segunda […] Mientras se trabaja en el sentido que llevo
expuesto, alistándose los pertrechos indispensables para principiar
la campaña, procuraba yo reunir mayor número de partidarios
entre los indios totonacos, para lo cual, valiéndome de su idioma o
dialecto le manifestaba, que sólo las mujeres o los cobardes
carentes de patriotismo y dignidad podían dejarse gobernar por
extranjeros
de
distintas
costumbres
y
raza,
pues
estos
mandatarios intrusos acabarían por quitarnos nuestros terrenos,
teniéndonos en la condición de esclavos sujetos a su voluntad o
51
Adriana Naveda Chávez Hita y José González Sierra, Papantla, p. 27.
56
capricho. Excitábales [sic] por este medio su patriotismo, gozando
la satisfacción de que ninguno de los que me escuchaban intentara
separarse de nuestro partido.52
Todo esto sin el apoyo de los personajes reconocidos como el General Lázaro
Muñoz. La toma de Papantla fue sin duda el inicio de su gran carrera militar siempre
exaltando el fervor que guardaba con para la patria.
Las batallas del teniente coronel Simón Tiburcio53 se situaron en la sierra norte
de Puebla, en Querétaro y finalmente en la toma de la capital con el triunfo definitivo
del gobierno juarista.
Apreciamos claramente y sin dudarlo que Papantla siempre fue un activo
importante de héroes anónimos que sin pensarlo luchaban por las causas que
consideraban nobles, el pueblo fue creciendo poco a poco en todos los sentidos, sin
embargo, las cuestiones agrícolas seguirían por muchos años más siendo un dolor de
cabeza para los gobiernos estatales en turno, pues a la mayoría les preocupaba una
sola cosa; privatizar la tierra de los indígenas, con lo que el gobierno estatal no contaba
es que los totonacas siempre unidos afrontaban esos problemas, y muchos de ellos
enviaban solicitudes al congreso local para mantener sin cambios sus propiedades,
años pasaron para que el congreso les respondiera “todos los pueblos de este cantón
tienen terrenos comunales y deseosos de seguirlos poseyendo en estado proindiviso.”
54
con esto lograrían por un tiempo mantener sus privilegios sobre sus tierras, los cuales
fueron cancelados posteriormente para proceder a aplicar las leyes de división.
Al inicio de 1870 el cantón se había recuperado notoriamente y de acuerdo a los
censos de la época la población era de aproximadamente 20 272 habitantes, de los
cuales 50 eran de origen extranjero, principalmente de origen español, aunque
52
Victoria Chenaut Aquellos que vuelan, los totonacos en el siglo XIX, p. 210.
Teniente coronel Simón Tiburcio, Ilustre personaje Papanteco nacido el 24 de agosto de 1818 en la
congregación de Poza Larga, municipio de Papantla, defendió a la patria en diferentes ocasiones durante
la guerra de reforma, la segunda independencia contra la intervención francesa y abrazo el plan de
Tuxtepec, murió en la ciudad de Teziutlán el 14 de septiembre de 1915.
54
Adriana Naveda Chávez Hita y José González Sierra, Papantla, México, p. 31.
53
57
encontrábamos también italianos, norteamericanos, alemanes incluso franceses y
austriacos que se dedicaban al comercio, de acuerdo a Carmen Blázquez la cabecera
del cantón contaba con 8 regidores, 2 síndicos, 1 juez de primera instancia y 3 jueces
de paz, en los censos económicos podemos apreciar que se encontraban 84
comerciantes, 18 cigarreros, 24 carpinteros, 1 farmacéutico y 2 escultores, en cuanto a
la educación funcionaban 3 escuelas con igual número de maestros, las cuestiones
religiosas no pueden dejarse a un lado en el pueblo habitaban 4 curas para protección
de las almas que se dirigían en 3 diferentes templos, es para estas fechas cuando se
construye la torre para albergar el campanario del templo.
La cuestión del campo repuntó y por la cuenca del Tecolutla se embarcaban con
dirección al extranjero productos como el zapote, jabón, estopa, cuero de venado, hule,
pimienta, tabaco, maíz y el producto principal la vainilla, los ingresos eran de
aproximadamente 166 mil 577 pesos para 187355 de los cuales la mayor parte
correspondían a la vainilla, las cantidades de producción de la vaina fueron en aumento
de casi el 50% con un crecimiento bárbaro, “…Mientras que, a finales del siglo XVIII y
principios del XIX la cuenca del río Tecolutla proveía sólo un décimo de las
exportaciones de vainilla de México, hacia 1860 su porción era ya de 50%, y continuaba
en aumento. En términos absolutos representaba un incremento –en promedios
anuales—de alrededor de 200 kilogramos, a tanto como 6 000 kilogramos por año. La
economía de la vainilla de Papantla alcanzaba finalmente la mayoría de edad.”56
Gran parte de la vainilla producida en Papantla era exportada a países de
Europa, principalmente a Francia, tan solo en 1873 se habían embarcado 6 690
kilogramos de vainas57 ya no se podía hablar de que en Papantla se robaba la vainilla
de campos cercanos pues ahora no había la mínima necesidad, el negocio estaba en
sus mejores momentos.
Si en la época de Humboldt, Misantla rendía casi siete veces más
que Papantla, 70 años después esta relación se había invertido
generando la región que nos ocupa tres veces más. En efecto, de
55
Ídem., p. 31
Emilio Kouri, Un pueblo dividido. Comercio, propiedad y comunidad en Papantla, México, p. 140.
57
Ídem., p. 406.
56
58
la cantidad total registrada en 1873, Jalacingo producía 50
millares, Tuxpan 60, Xalapa 10, Misantla 1 010 y Papantla 3 mil
200. El valor de la industria papanteca de acuerdo a estos datos,
ascendía a la cantidad de 256 mil pesos de la época.58
Papantla no solo fue reconocida por sus riquezas culturales (El Tajin) y agrícolas
(La vainilla), desde 1870 se mencionaba con insistencia de las nuevas riquezas que
manaban del seno de la tierra, un producto que siempre había estado ahí, pero que
ahora empezaba a tener una valoración sorprendente en los países más desarrollados,
fue así como el Doctor Adolfo Autrey, un norteamericano autoexiliado que buscaba
encontrar en las hierbas de la región cura para diferentes males, dio con tan preciado
producto y para suerte encontró material abandonado en la zona donde se encontraba
el chapopote y es así que decide empezar con la explotación de este, llamando a su
compañía exploradora y explotadora “la constancia”, para 1871 el gobernador en turno
Francisco Hernández y Hernández en su informe de labores daría a conocer los
criaderos y manantiales de petróleo que se habían encontrado en la región, así mismo
hablaba de numerosas minas de asfalto y de yacimientos subterráneos que en un futuro
no muy lejano se comenzarían a explotar modificando el equilibrio natural por completo.
58
Adriana Naveda Chávez Hita y José González Sierra, Papantla, p. 31.
59
En conclusión podemos apreciar que la tranquilidad del pueblo de Papantla no se
había podido recuperar del todo, tras la muerte de Serafín Olarte el movimiento
guerrillero siguió al mando de otros, hasta que en un nuevo intento para no permitir de
nuevo atropellos e injusticias se desata la revuelta de Mariano Olarte.
Mariano Olarte desafío al gobierno central por amor a su gente, siempre luchó
para que se le reconocieran sus meritos militares y sociales, y ante la negativa del
estado por no permitir realizar sus celebraciones religiosas-tradicionales se vio en la
necesidad de lanzar un Plan que llevó el nombre de la tierra que lo vio nacer, el poco
conocido Plan de Papantla que intentó implementar sin mayor éxito,
que el de
recuperar sus grados militares y algunos beneficios para los indígenas que lo
acompañaban.
Vemos que el pueblo de Papantla no era ajeno al acontecer nacional y estatal,
que su economía al igual que la de muchos lugares se volvió importante no solo para el
estado si no que para la nación.
Demostrado está que los indígenas de Papantla fueron luchadores incansables
por hacer valer lo que ellos consideraban como sus derechos fundamentales, y que
muy pocos pueblos le dieron serios problemas al gobierno federal como este, por sus
innumerables problemas que fueron desde la división de tierras hasta las cuestiones de
imposiciones tanto políticas como sociales y religiosas.
60
Capítulo III: Problemas agrarios en Papantla durante el Porfiriato
En este tercer capítulo hablaremos de los problemas agrarios que surgieron en la
región del Totonacapan algo que para el periodo de 1876 a 1911 vivió su mayor auge,
los despojos de tierras de los cuales los indígenas eran los más afectados, trajeron
nuevas inconformidades, la aplicación de leyes que hasta el momento se desconocían,
así también las mañas de los ayuntamientos para dotar de tierras a gentes que no
conservaban un título se volvió algo común.
Como era de esperarse la reacción de los despojados no fue pacífica, por lo que
en más de una ocasión abrazaron las armas como la única manera de solucionar sus
problemas, la iglesia jugó un papel poco decoroso pues al igual que el gobierno
abusaba de la “inocencia” de la población indígena.
En el primer punto hablaremos de la importancia que representó Papantla en las
cuestiones principalmente económicas durante el periodo conocido como el Porfiriato,
trataremos de explicar cómo el cantón llegó a aportar gran cantidad de recursos
monetarios al estado de Veracruz, los cuales provenían principalmente del cultivo de
vainilla y el petróleo que comenzaba a tener importancia mundial.
En el segundo apartado daremos a conocer el movimiento iniciado por Antonio
Díaz Manfort, revisando a detalles su proclama y
cómo es que en el cantón de
Papantla se le combatió.
En la tercer parte del tercer capítulo, abordaremos uno de los tantos malestares
indígenas que hubo en Papantla ante ¿Un nuevo reparto de tierras?. En 1891, en este
suceso fueron despojados varios indígenas por parte del gobierno municipal de sus
tierras para beneficiar a gente de dinero del pueblo.
La cuarta sección tratará de hablar de las agresiones que indígenas papantecos
sufrieron el jueves de corpus, esto en el año de 1891, el descontento de las autoridades
locales ante los levantamientos por parte del pueblo, aunado a la desobediencia que los
61
pobladores habían hecho para no festejar en grande su fiesta patronal obligó a tropas
de la milicia a atacar para imponer orden social.
En los tres temas siguientes analizaremos el fin de los condueñazgos y el reparto
de tierras que en más de una ocasión se realizaron hasta que el gobierno del estado
designó a Victoriano Huerta para que se encargara de dividir las propiedades y así
poder repartirse entre los “legítimos” dueños, veremos la sublevación alentada de 1896
un antecedente de lo que vendría para los años posteriores no solo en el estado si no
en el país y la forma en que el gobierno actuó.
62
3.1.- La importancia de Papantla en el Porfiriato
Con la llegada del General Porfirio Díaz al poder, la situación económica del
país a decir de varios expertos en la materia empezó a mejorar, y en cuestiones locales
como lo fue el caso del cantón de Papantla no fue la excepción a pesar de que en 1878
las epidemias se dejaron sentir en el pueblo, entre septiembre y noviembre la fiebre
amarilla se instaló entre la población, el pueblo no estaba preparado para una
pandemia de esta magnitud pues el hospital con el que Papantla contaba está cerrado
desde 1875 debido a la falta de recursos y sobre todo de material para su
funcionamiento adecuado, de esta manera la población se vio obligada a organizarse
de una manera diferente y es así como los médicos Alfredo Higareda, un profesor de
medicina comisionado por el municipio y Adolfo Autrey médico americano con negocios
importantes en la zona, fueron quienes colaboraron en todo momento para sacar la
fiebre amarilla de la región, al lograr su cometido fueron declarados bienhechores de la
humanidad por el gobierno del estado.59
Sin embargo no todo en Papantla fue tragedia, al dejar atrás la pandemia que
afectó al pueblo, las cosas empezaron a mejorar en la cuestión urbana principalmente
en el centro de la ciudad, se logró terminar el nivelamiento del parque y se continúo
con la remodelación del palacio municipal, se terminó la construcción de la calle
Humboldt hoy en día conocida como la calle José María Pino Suarez, así como también
se dio inicio al remozamiento de calles aledañas al parque y la construcción de diversos
puentes.60
En la cuestión educativa se reportaron por parte del jefe del cantón más de 60
escuelas públicas con un total de 1 700 alumnos que eran atendidos por 60 profesores
de estas escuelas, la mitad se encontraban en la cabecera, podemos apreciar
claramente como el pueblo de Papantla empezaba a crecer en la mayoría de las
cuestiones, no mucha información más que la mencionada se puede apreciar en
cuestión académica, pues en ocasiones a decir del gobernador los jefes de cantón no
59
60
Adriana Naveda Chávez Hita y José González Sierra, Papantla, p. 30
Luis Salas García, Cachiquin, p. 16.
63
reportaban en su totalidad los datos requeridos para los informes anuales presentados
por los últimos mencionados.
Una de las cuestiones más notables en las que Papantla sobresalió en los años
que comprenden el Porfiriato fue el comercio de la vainilla que se exportaba a
diferentes partes del mundo, mientras que a finales de la década de 1870 se habrían
embarcado entre 15 000 y 16 000 kilogramos de vainilla de la cual la gran parte salió de
los cultivos de Papantla, para 1880 la producción de dicha vaina alcanzó la cifra de 50
000 kilogramos en una sola cosecha61 de igual manera el aumento de la producción se
dio gracias a las nuevas técnicas62 aplicadas en Papantla, para finales de 1890 el
cantón paso de ser el aportador de un 50% a un 66 % es decir un 16% más de
producción, de igual forma ahora Papantla tenía el mayor centro de beneficio de vainilla
superando a San Rafael que estaba controlado principalmente por productores
franceses, incluso los productores de vainilla de Misantla ahora le vendían a los
beneficios de Papantla su producción.
El corte de la preciada vaina se hacía entre el día de la virgen de Guadalupe y el
día de la Candelaria, es decir, del 12 de Diciembre al 02 de febrero y de acuerdo por ley
así tenía que ser, esto según decían los productores era para fomentar la libre
competencia, lamentablemente muchos indígenas no respetaban la ley, no por carecer
de conocimientos si no porque si esperaban los tiempos de cortes la gran parte de su
producción era robada por las noches e incluso por los días, llegando a causar la
muerte ya de más de un indígena que al defender sus productos era privado de la vida.
Con el paso del tiempo y como anteriormente comentamos Francia dejó de
adquirir en gran medida el producto mexicano en ciertos periodos, en cambio los
Estados Unidos pasaron a ser los principales compradores del aromatizante totonaco,
debes de dejar muy claro que la mayor producción que salía hacía el extranjero era de
calidad netamente papanteca como lo demuestra la siguiente gráfica.
61
Emilio Kouri, Un pueblo dividido. Comercio, propiedad y comunidad en Papantla, México, p. 170.
62
La polinización manual que se había puesto en práctica en 1836por un herborista belga, rendía sus
primeros frutos en Papantla en 1880, esta nueva forma de acelerar el procedimiento natural trajo grandes
beneficios, dicha práctica la realizaban principalmente las mujeres debido a su delicadeza para con la
planta, la polinización manual fue traída y enseñada por los franceses.
64
Exportación de Vainilla mexicana, 1890-1910
Año fiscal
EUA (kg)
Francia (kg)
Otros (kg)
Total (kg)
1889-1890
66 748
5 333
18
72 099
1890-1891
36 648
9 834
500
49 982
1891-1893
94 633
2 665
1 142
98 440
1892-1893
87 984
3 445
1 148
92 577
1893-1894
64 657
3 328
2 056
70 041
1894-1895
24 605
1 100
0
25 705
1895-1896
80 857
1896-1897
33 984
721
5
34 710
1897-1898
11 319
7 552
16
18 887
1898-1899
42 798
1 279
43
44 120
1899-1900
43 748
2 050
0
45 798
81 504
1900-1901
25 588
1901-1902
36 644
1902-1903
58 945
6 782
537
66 264
1903-1904
97 103
1 168
63
98 334
1904-1905
117 406
2 762
486
120 654
1905-1906
220 387
3 947
376
224 710
1906-1907
156 929
5 667
1 148
163 744
1907-1908
95 581
12 168
322
108 071
1908-1909
132 669
8 650
212
141 531
1909-1910
136 644
12 902
1 837
151 383
Fuente:
XIX, p.
p.
Fuente:Emilio
EmilioKouri:
Kouri:La
Lavainilla
vainillade
dePapantla,
Papantla,agricultura,
agricultura, comercio
comercio yy sociedad
sociedad rural
rural en
en el
el siglo
siglo XIX,
129.
129.
Como anteriormente mencionamos, Papantla no solo brindó recursos por la
cuestión de la vainilla, también aportó los primeros yacimientos de petróleo en las
costas del golfo, y fue precisamente en Papantla y la región donde se reportaron los
primeros manantiales de crudo tal y como lo reportó el Gobernador Francisco
Hernández y Hernández.
El médico bienhechor de la humanidad Adolfo Autrey fue de los primeros si no
es que el primero a quien se le concedió un yacimiento para poder ser explotado, así
65
también en Papantla se instaló la primera refinería que fue de su propiedad, a decir del
periodista Aurelio Regalado en su columna nuevos horizontes citando al estudioso José
Domingo Lavín en cuanto a las cualidades del terreno reclamado por Autrey eran las
siguientes:
En la superficie medida se hallan un pozo principal que es del que
está haciendo uso el doctor Autrey, que tiene seis varas de
profundidad, el líquido que contiene y que es asfalto tan líquido
que tendrá a lo más el espesor del aceite de linaza cocido, de este
pozo que está arriba se filtra la materia dicha a otro tanque que
está a setenta y siete varas abajo, cuyo tanque tiene cosa de seis
varas de circunferencia por tres de profundidad el líquido y de aquí
se filtra aún y recorre veinte varas un arroyuelo de petróleo bruto
que corre lentamente para descargar en una pequeña zanja.
(Existe) otro pozo con vestigios de haber tenido antiguamente
brocal de piedra de la misma de que son las ruinas encontradas en
el tránsito (se refiere a 'unas ruinas toltecas') y la citada en la
posesión. Mide este pozo una profundidad de cinco varas, no tan
rico como el anterior por tener agua además de petróleo.
(Hay) otro manantial de esta sustancia con agua al pie de un higo
silvestre y de unas tres varas de profundidad. Un pequeño
volcancito, si es admisible la expresión, situado en un lugar plano
de la falda del cerro mismo, que en su base tiene una
circunferencia de dos pies, por medio de alto, y del pequeño cráter
que presenta, se ven desprender vapores que bajo una bombita de
la materia indicada, asoma el cráter y reventando ésta se
desprende una pequeña cantidad de humo. Desde la base hasta la
cima
este
volcancito
es
puro
asfalto.
Hay otros criaderos de petróleo más de buenas condiciones que
también van a descargar a la zanja del pozo principal. En varios
puntos de la superficie medida hay lugares planos en que parado
un hombre inmediatamente siente que se hunde como dos líneas
por minuto. Y probando con el machete, con muy poca fuerza se
66
introduce éste hasta el puño. Cortada una pequeña parte de esta
tierra se extrajo y se encontró que en su mayor parte es puro
asfalto y agua. 63
Con esto podemos comprobar claramente la riqueza que había en Papantla en
cuanto al oro negro se refiere. Así pues, Papantla adquiriría fama los siguientes años
debido a la gran demanda del producto que los países primer mundistas empezaban a
solicitar.
No podríamos dejar este tema de la importancia de Papantla en el Porfiriato sin
hacer mención también a otro producto de suma importancia que el cantón aportó a la
nación, hacemos referencia a un recurso natural muy preciado incluso en la actualidad:
las maderas preciosas y el tabaco en los cuales Papantla se encontraba bien
posicionada, en las maderas preciosas principalmente el cedro se encontraba en primer
lugar en el Estado, el cultivo del tabaco se encontraba en el quinto lugar a decir del gran
productor que era San Andrés Tuxtla.
Con estos datos podemos afirmar con seguridad que el cantón de Papantla
perteneciente al distrito de Tuxpan fue en esta época uno de los cantones más estables
económicamente hablando, de los ingresos totales con los que el Estado contaba, por
lo menos un siete por ciento eran aportados por este cantón, socialmente me atrevería
a decir que fue uno de los que más conflictos generó debido a los movimientos
indígenas por el sin número de veces en los que se repartieron sus tierras, así como
también por las cancelaciones de sus festividades de índole religioso en los que
mezclaban lo “pagano” que no eran más que sus danzas-rituales con las cuestiones
netamente religiosas, una vez que conocemos a perfección el entorno procederemos
pues a seguir indagando sobre los movimientos por los repartos agrícolas, sin dejar de
ver los movimientos totalmente religiosos.
63
Aurelio Regalado , “El pozo petrolero de Adolfo Autrey (I)” [En línea], [fecha de consulta: 17 de
diciembre de 2014]. Disponible en http://www.oem.com.mx/esto/notas/n1242056.htm
67
3.2.- Antonio Díaz Manfort: “Libertad, fueros y religión” 1886
Uno de los problemas más comunes en Papantla fueron los religiosos, que
aunados a los agrícolas pusieron a más de un campesino indígena a la espera de que
surgiera un líder para que los guiara en sus luchas por las injusticias cometidas por las
autoridades tanto civiles como religiosas, si desde el año de 1836 se habían prohibido
ciertas costumbres tradicionales religiosas y de igual manera se dio un aumento a las
contribuciones civiles, por parte del clero y los ayuntamientos, para el año de 1874 se
expidió una ley de carácter regulador emitida por el señor obispo de Puebla en donde
prohibía a decir de él,
por ortodoxia religiosa las fiestas de la semana santa
argumentando libertinaje total por parte de los participantes que se embriagaban y al
suceder esto el “diablo se desataba” y se cometían infinidad de pecados.
Si ya la inconformidad del pueblo se dejaba sentir por las prohibiciones del
obispado de Puebla, para el año de 1885 por disposiciones del gobierno del estado se
prohibieron las peregrinaciones callejeras, con esto fue solo cuestión de tiempo para
que una voz surgiera desde el espacio regional para dirigir las manifestaciones contra el
Estado y el clero. Apreciamos con claridad que a pesar de la relación que el gobierno
debía de llevar con la iglesia desde las leyes de reforma de 1857 esto no era así en las
comunidades más alejadas de la capital aquí en vez de que el pueblo y la iglesia fueran
de la mano, era el gobierno y la iglesia contra el pueblo.
El 30 diciembre de 1885 en la comunidad de Arroyo del Potrero perteneciente al
municipio de Martínez de la Torre se realizó un levantamiento encabezado por Antonio
Díaz Manfort bajo la proclama “Libertad, Fueros y Religión”, este movimiento tenía
como único fin el de representar las voces inconformes principalmente de los indígenas
por el nuevo proceso de deslinde de tierras comunales, que innumerables veces habían
repetido el mismo proceso en los cantones de Papantla, Jalacingo y Misantla, muchos
propietarios perdieron sus tierras, la realidad era que ningún indígena se había
beneficiado con tanta división agraria, de igual manera buscaba con su movimiento
desconocer el gobierno del General Porfirio Díaz y cuestionaba seriamente las grandes
cuotas que debían de pagarse por los casamientos y las ceremonias eclesiásticas, así
68
también los impuestos a los pequeños comerciantes64, reconocía como única la religión
católica y mostraba su rechazo a los extranjeros pues decía que estos acaparaban las
mejores tierras, manejaban el comercio y fijaban a su antojo y beneficio el precio de la
vainilla.
¿Pero quién era Antonio Díaz Manfort?
Antonio Díaz Manfort era un curandero religioso, un hombre
conocido en toda la tierra caliente de la antigua Totonacapan como
el Médico Santo.65
Conviene decir que Díaz Manfort era originario del Cantón de
Jalacingo, y que posiblemente era un curandero o que pertenecía
a los habitantes de prestigio dentro de la región, y es que el
Gobernador Enríquez en sus memorias lo describe como un
Medico Santo o Santo Tuerto, al tiempo que, describía a sus
seguidores como fanáticos religiosos, los cuales debido a la
religión los orilla a cometer los crímenes más atroces.66
Otra de la referencia que tenemos de Manfort proviene del Gobernador Juan de
la Luz Enríquez en uno de sus informes:
Manfort era un individuo apellidado el Médico Santo, de gran
prestigio entre las masas que pueblan los campos de Jalacingo,
Misantla y Papantla. Como Mora, proclamó a levantarse en armas
religión y fueros, y como él dio á los pueblos una proclama67
64
65
Ver en anexos el documento 3
Emilio Kouri, Un pueblo dividido. Comercio, propiedad y comunidad en Papantla, México, p. 257.
66
Roberto Reyes Landa, La revuelta de Antonio Díaz Manfort en el municipio de Misantla, ver, 18851886, pp. 96 y 97.
67
Carme Blázquez, Estado de Veracruz: Informes de sus gobernadores 1826-1986, p. 2288.
69
Como se mencionó con anterioridad la revuelta iniciada en Martínez de la Torre
llegó a Papantla a donde hicieron un llamado para dar paso a una nueva era donde se
prometía restauración social y moral, en sus proclamas a las afueras de la cabecera del
cantón decía contar con por lo menos 7 000 hombres dispuestos a dar su vida para el
bienestar de la población indígena, pero solo se trataba de mera estrategia para tratar
de intimidar a las autoridades locales, pues lo que realmente buscaba eran hombres
armados a los que les ofrecía un salario de aproximadamente 4 reales diarios si
decidían acompañarlo en esta lucha.68
El ayuntamiento de Papantla encabezado por el español Agapito Fontecilla y
Vidal temiendo un ataque en contra del pueblo de Papantla ordenó a la guardia
nacional local que estaba al mando de Pablo Hernández Olmedo69que persigan al
agitador, al respecto el gobierno del estado sobre este suceso menciona lo siguiente:
Al frente de la Jefatura de Papantla por ministerio de la ley el C.
Agapito Fontecilla y Vidal, apenas supo que los sediciosos de
Manfort se acercaban, levantó tal número de vecinos, que solo
puede comprenderse el fenómeno por la fé[sic] que tiene el pueblo
en sus autoridades constituidas y la repulsión que le inspiran esos
corifeos, que solo buscan en las revueltas su medro personal y el
de sus secuaces. 70
Para finales del mes de abril de 1886 los hombres al mando de Olmedo lograron
capturar a 15 rebeldes, persiguiendo y ahuyentando al resto, entre los detenidos
figuraba Francisco Pérez, vecino de las mesillas y uno de los condueños del gran lote
número 15 ubicado en la localidad antes mencionada, para estas fechas Antonio Díaz
Manfort había abandonado ya el cantón y se dirigía al de Misantla en donde intento sin
mayor éxito organizar a sus tropas, por lo que decidió avanzar a diferentes puntos de la
zona centro del estado en donde incursionó sin éxito alguno, para el día dos de mayo la
milicia que lo seguía logró dar con el líder santo y en un enfrentamiento este cayó
68
Ídem, p. 2288
Pablo Hernández Olmedo, nació en Papantla a mediados de 1840, en 1866 se le encuentra peleando
contra los austriaco, para el año de 1876 pelea por las causas del General Porfirio Díaz bajo las órdenes
del Coronel Simón Tiburcio
70
Carmen Blázquez, Estado de Veracruz: Informes de sus gobernadores 1826-1986, p. 2288
69
70
muerto para que en los días posteriores a su muerte sus seguidores que se
encontraban en Misantla fueran arrestados y con esto la breve rebelión fue suprimida.
A pesar de la aparente facilidad en la que el movimiento fue sofocado, la
tranquilidad en Papantla ya no sería la misma, pues a raíz del levantamiento de Manfort
se vivió en los siguientes años una inestabilidad intensa marcada por los
enfrentamientos agrarios debido al nuevo reparto de tierras.
71
Mapa 2.- Desplazamiento del ejercito de Antonio Díaz Manfort de Diciembre de 1885 a
Mayo de 1886
Tomado en: Renné González de la Lama, Los papeles de Díaz Manfort: una revuelta popular en
Misantla (Veracruz), 1885-1886, p. 481
72
3.3.- ¿Un nuevo reparto de tierras?, Agresión un Jueves de Corpus,
¿Venganza política? 1891
Desde el año de 1889 se había comenzado a repartir individualmente diferentes
condueñazgos en Papantla, es decir, las grandes extensiones de tierra se
transformarían en propiedades privadas hoy conocidas como ejidos71, esto a pesar del
malestar que más de un indígena manifestó, a decir de Ramón Ramírez se constituyó
una comisión para la división de los grandes lotes que representara a la parte del
pueblo, dicha comisión estaba constituida por el militar Simón Tiburcio quien tenía
conocimiento pleno de los males que aquejaban a la región en cuanto a la división de
tierras pues él había actuado como intermediario ante el gobierno del Presidente Juárez
para que se pudieran dotar de tierras a los campesinos, lo que llegó a conocerse con el
tiempo como condueñazgos, la comisión también la integraban Pablo Hernández
soldado al servicio de Tiburcio y Antonio Jiménez y por parte del gobierno participo una
brigada al mando del ingeniero Víctor M. Assenato.
Sin embargo la población inconforme no obtuvo respuesta favorable frente a la
comisión enviada por el gobierno, por lo que una comisión de indígenas totonacos
decidió trasladarse a la ciudad de México para entrevistarse con
fomento agrario,
manifestándole sus inconformidades,
el secretario de
y es así como este último
decide enviar una nueva comisión mediadora, sin embargo, meses después vendría
otro lamentable suceso que marcaría por mucho tiempo a los papantecos.
Debido al atrevimiento de los indígenas papantecos que decidieron no seguir
negociando con el ayuntamiento el alcalde en turno Marcelino Sánchez emitió un
comunicado al gobernador Juan de la Luz Enríquez en donde se quejaba de las
dificultades que se tenían para repartir los lotes que existían.
71
Sistema de distribución y posesión de la tierra que se institucionalizó después de la Revolución
mexicana y que consiste en otorgar un terreno a un grupo de personas para su explotación.
73
Astucia y mala intención de los explotadores (refiere a los
agitadores) que llega hasta azuzar a los indígenas para que a
mano armada se opongan al fraccionamiento individual.72
Bajo estos argumentos el jefe político del cantón ordena atacar a los indígenas
quienes un jueves de corpus se encontraban reunidos en la plaza principal poniéndose
de acuerdo sobre qué pasos seguir para evitar las injusticias de las que eran parte.
Marcelino Sánchez dijo en su informe que había actuado con apego a la ley, ya
que estos “naturales” iban a dar su apoyo armado a las propias personas locales que
procederían con el deslinde de los lotes. El ataque por parte de las guarniciones
federales locales fue certero causando la baja de un indígena e hiriendo de gravedad a
por lo menos seis de los cuales 2 eran hombres, 3 niños el mayor de los heridos
contaba con 8 años de edad, y una mujer.
A las autoridades locales les había molestado que el gobierno federal a través de
la secretaria de fomento capacitara a los indígenas para que fueran ellos mismos en
comisiones los que llevaran a cabo el reparto de los lotes.
La gente que sufría los múltiples abusos de las camarillas del poder, citaban que
tenían que pagar impuestos personales, así como de leña, educación, y sacar permisos
especiales para producir café, tabaco y caña, además los cobros por diferentes
servicios en el registro civil eran sumamente exorbitantes, cobraban por registrar a un
niño la cantidad de $3.00 pesos y por niña $1.50 pesos, por casamiento cobraban $7.00
pesos, y por el derecho de sepultura se cobraban $3.00 pesos más.73
Como vimos el auge económico de la vainilla floreció durante el periodo del
Porfiriato, sin embargo en lugar de ver esos beneficios económicos los pobladores cada
día sufrían por la baja del producto, los productores denunciaban que la vainilla en
tiempos pasados se vendía entre quince y veinte pesos el ciento dependiendo la
calidad de la misma, pero ahora la compraban en cinco pesos, y el jefe político del
72
73
José Velasco Toro y Luis J. García Ruiz, Perfiles de la desamortización civil en Veracruz, p. 63.
Adriana Naveda Chávez Hita y José González Sierra, Papantla, p. 33
74
cantón Marcelino Sánchez giró instrucciones para que se les comprara en dos
cincuenta y si era de buena calidad lograban venderla en tres pesos.
Adriana Naveda menciona que incluso se divulgó entre la población indígena un
nuevo impuesto que obligaba a los hombres a usar pantalón y las mujeres enaguas y
sacos de pergal, persona que no acatara las nuevas reglas era multada por primera vez
con $3.00 pesos, la segunda multa si no respetaban lo mandado por la autoridad era de
$5.00 pesos y la tercera vez que se cometiera la infracción la multa llegaba a los $10.00
pesos. 74
En los anexos podremos ver las causas justas a decir de los nativos por las
cuales estos se habían reunido en la plaza principal del pueblo y fueron víctimas del
ataque ordenado desde el gobierno municipal.
Sin embargo, la situación no para con la agresión del jueves de corpus, pues el
gobierno del estado en apoyo del jefe político del cantón de Papantla ordenó el
desembarque por el puerto de Tecolutla de poco más de 400 hombres, quienes al
mando del general Rosalino Martínez procedentes del puerto de Veracruz se ingresaron
al cantón y fusilaban a cuanto sospechoso se encontraban, lo único que hicieron los
pobladores para salvaguardar su integridad y las de sus familias fue la de adentrarse en
los montes cercanos a Martínez de la Torre.
3.4.- Victoriano Huerta en Papantla, ¿Fin a los condueñazgos?
Corría el año de 1892 y en Papantla continuaban los repartos de los
condueñazgos que ahora pasaban a convertirse en tierras individuales, sin embargo la
inconformidad seguía presente dado a que el gobierno municipal empezaba a acaparar
a través de particulares los lotes que se declaraban como baldíos, sin embargo, estos
lotes “baldíos” tenían dueños.
74
Ídem, p. 34
75
El jefe político del cantón mediante engaños había convencido a más de un
propietario de los grandes lotes de que entregaran sus títulos para que el ayuntamiento
se encargara de ingresarlos al registro nacional, sin embargo, al quedarse sin títulos,
los particulares que en su mayoría eran prestanombres del alcalde en turno solicitaban
al gobierno del Estado que los declarara baldíos y así podían disputarlos. Lo que la
gente estafada no sabía era que el gobierno municipal no estaba en condiciones de
entregar título alguno pues era exclusiva del gobierno federal la dotación de tierras.
Entre febrero y marzo de 1892 el gobierno federal al enterarse de los atropellos,
ordenó a una comisión al mando del Ingeniero Victoriano Huerta deslindar los
condueñazgos en Papantla75, dejando sin efecto las divisiones realizadas por el
teniente Simón Tiburcio, a pesar de que con la imagen de un soldado enviado de la
capital se pudieron contener las revueltas, no se logró reducir la cuestión social pues la
mayoría de la población que era accionista de los condueñazgos y había resultado
“beneficiada” con la nueva división de los lotes se manifestaba inconforme.
Teodoro Dehesa en su informe presentado a la legislatura local en el año de
1896 hace referencia al informe del ingeniero y Diputado Ignacio Muñoz a quien se le
había encomendado la tarea de dar a conocer los avances de los repartos de
condueñazgos en Papantla y este menciona ciertos abusos que se cometían por parte
de las autoridades municipales, “…maliciosamente se ha hecho creer á los
descontentos, que los títulos de propiedad expedidos por el Ayuntamiento, no tienen
valor alguno, porque sólo el Gobierno Federal puede concederlos, induciendo á los
agraciados á denunciar los terrenos como si fuesen baldíos…”76
El mismo diputado encargado de hacer los reportes menciona que “Los
ingenieros militares serían, en mi concepto, los más propios para hacer la medida y
reparto de los lotes, no solamente por el hábito de obediencia que han contraído en el
servicio militar, y que naturalmente los hace muy abnegados para soportar las fatigas y
75
Ver en anexos mapa 1
Carmen Blázquez, Estado de Veracruz: Informes de sus gobernadores 1826-1986, p. 4661.
76
76
cumplir las órdenes que se les dan, sino porque podrán hacer dichos trabajos por un
precio más módico que cualesquiera otros.”77
A decir del informante, al Estado le convenía que los militares se encargaran del
deslinde pues eran garantes de paz y tranquilidad en una de las zonas más conflictivas
del estado y se ahorrarían grandes sumas de dinero pues estos cobrarían mucho
menos que cualquier grupo de ingenieros particulares.
De las primeras acciones que el ingeniero Huerta realizó en el cantón de
Papantla fue deslindar los terrenos que de las tierras comunales que se habían dotado
de 1875-1876 a los campesinos, y pronto Victoriano junto con su comisión habían sido
contratados para medir seis grandes lotes, sin embargo, a la par que la comisión iba
avanzando también lo hacia el alcalde que recogía los títulos para después con la
ayuda del notario público local y Simón Tiburcio aquel héroe de grandes batallas por
amor a su patria, los desaparecían o cambiaban ciertos datos para verse beneficiados
con la nueva repartición, sin embargo eso no fue con todos los problemas que la
comisión militar se encontró, en algunos lugares hubo resistencia por parte de los
locales, y de igual manera los hijos o nietos de los accionistas originales no contaban
con documento alguno para retener los lotes a la hora que se dividieron en parcelas.
En algunos casos los ingenieros enviados por el gobierno celebraban contratos
de deslinde, división y adjudicación con particulares “…cobrando por el trabajo de
deslinde, según datos de la época, alrededor 75 centavos por hectárea; es decir. 0.75%
del precio por hectárea reportada en 100 pesos para 1878…” 78
En muchos casos no había certeza en cuanto a las divisiones sobre todo cuando
se encontraban en producción o se encontraban en zonas de difícil acceso
principalmente entre la costa y la sierra totonaca, en muchos de los reportes dados a
conocer por la comisión se omiten los en cuanto a las dimensiones y los números de
lotes y predios divididos individualmente.
77
78
Ídem., p. 4662.
José Velasco Toro y Luis J. García Ruiz, “Perfiles de la desamortización civil en Veracruz, p. 66.
77
José Velasco menciona que “se observa que por lo menos se fragmentaron 82,
712 hectáreas en 4, 208 predios.” 79
Y a decir del gobernador Teodoro Dehesa en su informe presentado a la
legislatura local en 1898 en el cantón de Papantla había “…pasado a ser propietarios
tres mil novecientos diez y nueve comuneros habiéndose repartido terreno en una
superficie de noventa y un mil doscientos cincuenta y nueve hectáreas.” 80
Para el año de 1884 y con el fin de no agobiar más a los indígenas papantecos
se expidió en la legislatura local un decreto por el cual se exentaban de los derechos
del registro público los títulos respectivos, es decir, no debían de pagar ni un solo peso
para obtener sus documentos aun cuando el valor de los terrenos pasara de los
doscientos pesos. Así mismo los terrenos ejidales que correspondían al ayuntamiento
municipal fueron divididos y sus acciones puestas a la venta para obtener más ingresos
en la tesorería municipal ya que dichos terrenos estaban lejos de la zona centro y no se
necesitarían jamás para albergar alguna institución pública.
Ese mismo año el gobierno del estado informó que por acuerdo con el señor
presidente de la republica Don Porfirio Díaz, la comisión de ingenieros militares que
estaba a cargo de Victoriano Huerta debía de concluir para después abandonar su labor
al frente del reparto agrario en Papantla y su región, para dar paso al ingeniero y
diputado Ignacio Muñoz en la tareas de seguir con la división de los condueñazgos
existentes.
Al ingeniero Muñoz le toco dividir los lotes 2 en Coatzintla, 3 de igual manera en
Coatzintla, el 4 en Coatzintla, el 19, 20, 21 y 22 en diferentes puntos de Papantla81
En junto estos terrenos tenían una extensión de 35,423 hectáreas y 31 áreas y
se han dividido en 1,093 parcelas82
79
80
81
82
Ídem., p. 67.
Carmen Blázquez, Estado de Veracruz: Informes de sus gobernadores 1826-1986, p. 4660-4665.
Ver mapa en la página 78
Ídem., p. 4664
78
De igual manera para tranquilidad de los propietarios de las tierras comunales, el
gobierno federal y el gobierno del estado a través del municipio implementó un
programa para que se informara con tiempo y forma los terrenos que se encontraran
baldíos para que de nueva cuenta se hicieran las mediciones y deslindes
correspondientes, esto para evitar posteriormente conflictos como los que ya habían
marcado fuertemente el cantón de Papantla años atrás.
A la salida de Victoriano Huerta las divisiones seguían y conforme fueron
pasando los gobiernos los términos fueron cambiando, podemos decir que debido a
esto los condueñazgos llegaron a su fin, posteriormente pasaron a ser lo que hoy en día
en algunas partes del país se conocen como ejidos, y en otras solo queda el recuerdo
del auge de la tierra comunal.
3.5.- 1896 una sublevación alentada
A pesar de los últimos años agitados que Papantla había vivido, la cuestión
económica se podría decir que estaba estable y la cabecera de cantón crecía como
muchos otros cantonés del estado, se había incrementado la producción y venta de
productos locales como era el caso de los ladrillos, las tejas, las vigas y la cal, de igual
manera el cultivo de tabaco, vainilla y hule seguían dejando grandes ganancias en la
zona.
Para estos años (1895) ya Papantla contaba con un lugar para hospedarse, tenía
cantinas y cafés y dos establecimientos de baños para toda clase social, un registro de
profesionales daba a cuenta que existían 445 industriales, artistas y artesanos, 420
comerciantes, 60 personas con profesión alguna y 33 empleados públicos, los últimos
censos realizados sostenían un incremento poblacional sostenido y de alrededor de 30
mil habitantes en 1882 se llegó a la cifra de casi 45 mil habitantes para 1895 es decir la
población aumentó en 15 mil personas, de las cuales poco más del noventa por ciento
se dedicaban a las labores del campo, el incremento de extranjeros en esta década
seguía en tan solo diez años (1885-1895) la población de españoles pasó de 27
79
personas a 66, los estadunidenses pasaron de 24 personas a 38, en la villa se
registraba la presencia de personas de diversas nacionalidades, existían turcos,
suecos, polacos, griegos y hasta chinos, José Sierra dice que en la villa poco más de
42 mil habitantes, de los 45 mil que existían en el cantón eran analfabetas.
El reparto agrario continuaba claramente con diversos problemas debido a la
resistencia social indígena, para 1896 los tambores de guerra sonaban de nuevo en la
incipiente Papantla que tanto había sufrido.
La historia local narra a través de la prodiga hija de Papantla, la poeta y escritora
María de la Luz Lafarja Urrutia como es que se dio el levantamiento de 1896, nos narra
que un buen día llegaron a tierras totonacas un grupo de ingenieros que a decir de
estos últimos venían a deslindar y repartir tierras, recordemos que la villa estaba en
pleno proceso de divisiones de los condueñazgos, y al escuchar la noticia cientos de
indígenas bajaron de todas las rancherías del cantón trayendo consigo sus morrales
llenos de oro y plata, así como documentos que los hacían acreedores de las
propiedades que en sus tiempos ocupaban, al pasar de un mes con exactitud la
comisión dejó las tierras papantecas llevándose consigo los planos, algunos títulos
parcelarios y como es obvio todo el dinero que pudieron.
Este nuevo agravio en contra de los indígenas se sumaba a la crisis por la falta
de semillas debido a que la producción no había sido la planeada por una larga sequía
en 1895, la ambición con la que los acaparadores buscaban ampliar sus ganancias fue
otro de los factores que los totonacos no pasaron por alto.
Una mañana, aquel totonaca vejado, decidió hacerse justicia y en
unas cuantas horas encendió la insurrección levantando todas las
fuerzas disponibles. Materialmente Papantla estaba cerrada por
una enorme red humana que le pusieron los indios, cuyos trajes
blancos destacaban en las cimas de los cerros. ¡La ciudad está en
sitio! Hay por ahí una frase popular que reza: “En el cantón de
Papantla donde quiera es camposanto”. Esta frase tiene su origen
en aquellos días trágicos en que había que sepultar a los muertos
en los patios de las casas, por que los “pronunciados” (así se
80
llamaban a los indios) tenían precisamente en el cementerio su
cuartel general. 83
Emilio Kouri en su libro un pueblo dividido, dice que el día de San Juan
descendieron sobre la villa de Papantla, a decir de algunos informes, cerca de 900
hombres de las comunidades de Polutla, Arroyo Grande, Boca de Lima, Cedro, Palmar
y Cerro del Carbón cuyas tierras aún permanecían intactas a las divisiones que el
gobierno del estado por ordenes de la federación había estado haciendo en el cantón,
los disidentes a su paso cortaron la línea del telégrafo, derribaron cuanto poste
encontraron a su paso y bloquearon toda vía de entrada a la villa, esto sin llegar a la
plaza principal que estaba custodiada por militares locales como Antonio Jiménez y
Pablo Hernández, aquellos que habían peleado por respetar la propiedad comunal junto
con Simón Tiburcio, ahora eran férreos defensores del reparto en el cual se
encontraban los lotes de Papantla.
Ante estos terribles sucesos el señor Lucido Cambas tomó el mando del
ayuntamiento pues el alcalde Muñoz se encontraba en Xalapa haciendo algunas
diligencias para seguir con el reparto comunal, Cambas se organizó con las fuerzas
federales que se encontraban en Papantla y junto a seguidores leales a la causa se
unieron para defender a la villa del asalto que intentaban hacer los indígenas, el día 25
de junio Ignacio Muñoz comunicaba de la situación al presidente Porfirio Díaz
manifestando que los rebeldes estaban molestos porque el ministerio de fomento no
había dado cause a sus denuncias y argumentaban que el gobierno les quería quitar las
tierras para regalárselas a los amigos del gobierno.
Las huestes indígenas lograrían amedrentar varias zonas cercanas a la villa, y el
alcalde Cambas logró enviar un telegrama al gobernador Teodoro Dehesa informándole
de la terrible situación que aquejaba la villa y este se dio a la tarea de avisar al gobierno
federal, no tardaron dos días y en el puerto de Tecolutla ya encallaban los buques de
guerra Independencia y Libertad, enviados desde el puerto de Veracruz al mando del
General Rosalindo Martínez, viejo conocido en Papantla por sus batallas ganadas con
anterioridad, Martínez al mando de 500 hombres y artillería pesada se adentró con
83
Luis Salas García, Juu Papantlan, p. 203
81
dirección al cantón, dos días después el ejercito ya estaba en la zona y había
empezado la limpia, capturando a cuanto sospechoso encontraran, la mayoría de las
fuerzas indígenas tuvieron que replegarse al monte de donde habían salido, en poco
tiempo ya sumaban 400 presos que por órdenes presidenciales tenían que ser
apartados de la región para recibir un castigo severo y ejemplar, la mayoría de ellos
fueron embarcados con rumbo a Coatzacoalcos para de ahí ser llevados a
Tehuantepec.
…Cosa común y corriente en aquellos días era la traición y
el espionaje, elementos de que se valía en gobierno para llenar las
cárceles de presos o “mandar cuerdas” a Quintana Roo y a Valle
Nacional de donde seguramente jamás volvían los deportados
infelices.84
La búsqueda implacable de Martínez no paró y el día 17 de julio lograron
capturar al jefe de la insurrección Francisco Ramírez y sin juicio alguno fue colgado en
el camino que va de Papantla a Agua Dulce.
Pronto Ignacio Muñoz se reuniría con el General Díaz para darle a conocer lo
que pasaría en Papantla después del nuevo levantamiento, se le informo a Muñoz que
el general Rosalindo Martínez regresaría al puerto de Veracruz dejando solo una
compañía de infantería en la villa, y que este (Muñoz) debía de regresar al cantón a
continuar con los deseos del gobierno federal, la división de las tierras comunales, de
igual manera se decidió que Lucido Cambas debía de seguir en el poder por un tiempo
más, para después a petición de la población alejarlo de la villa dotándole de un escaño
en el congreso nacional.
De igual manera se logró detener a Severiano Galicia a quien se le acusaba de
ser el autor intelectual de los hechos pues este había corrido el rumor de que el General
Díaz regalaría las tierras de los indígenas, sin embargo, la detención no generó los
frutos necesarios y Severiano fue puesto en libertad después de “un juicio justo”.
84
Ídem, p. 203.
82
A decir de José Velasco Toro, el gobierno del estado prácticamente alentó la
sublevación indígena esto, claro está, para utilizarla a su conveniencia por sus pugnas
con políticos de oposición radicados en Papantla, mientras el gobierno del Estado
afirmaba que el movimiento indígena se había desatado debido a un mal entendido y no
tenía nada que ver con asuntos políticos, pues solo se buscaba seguir con lo que se
venía haciendo tiempo atrás.
Así pues, terminaría otro lamentable suceso, uno de los últimos levantamientos
en los que se vio envuelto el cantón de Papantla y también uno de los últimos que
afrontó con severidad Porfirio Díaz antes de la revolución mexicana.
Hasta 1891 podemos apreciar que Papantla seguía siendo importante para la
nación mexicana debido a sus riquezas naturales, ahora el petróleo proyectaría al
cantón que alguna vez perfumo al mundo.
Sin embargo, los problemas en cuanto a las divisiones territoriales estaban a la
orden del día, claro ejemplo el fin de los condueñazgos en Papantla a cargo de la
comisión de medición de tierras al mando del ingeniero Victoriano Huerta.
Las prohibiciones de las fiestas religiosas, detonante clave para el surgimiento de
nuevos movimientos como el de Antonio Díaz Manfort el médico santo, que buscó con
los indígenas levantar prohibiciones de carácter social, económico, político y sobre todo
territorial.
Con esto vemos que los ideales de los líderes totonacos de antaño no habían
muerto, por el contrario se encontraban más vigentes que nunca a través de los
indígenas que seguían en la lucha por recuperar lo que les pertenecía por derecho.
83
CONCLUSIONES
Durante el desarrollo de este trabajo se trató de dar a conocer la situación en
varías líneas de la ciudad de Papantla, en los tres capítulos que contiene esta
monografía se detalló en cada uno diferentes sucesos desde históricos hasta sociales
y políticos, respaldados por fuentes bibliográficas y electrónicas.
En el presente trabajo se trata de dar una visión más específica de algunos
hechos de los cuales se conoce muy poco, de igual manera buscamos ubicar en un
solo texto los puntos importantes abordados por los clásicos de Luis Salas García,
Victoria Chenaut, Ramón Ramírez Melgarejo, Adriana Naveda, José Velasco, José
Sierra entre otros importantes investigadores que se dieron a la tarea de trabajar
diferentes temas que envuelven a Papantla.
Héroes que permanecen en el anonimato por la mayoría de los libros de Historia
están presentes en este texto, Serafín Olarte, Mariano Olarte y Simón Tiburcio, los tres
militares destacados que lucharon por los indígenas pero más que nada por el amor
que le tenían a su patria.
Se puede apreciar con claridad el papel importante que jugó Papantla desde
1810 en su lucha por la independencia de México con Serafín Olarte, así mismo, las
batallas que se dieron por defender la república federal sobre el centralismo con
Mariano Olarte, el papel que jugó la población quedó demostrado en este trabajo, la
lucha que emprendieron los indígenas por sus derechos naturales al mando de Simón
Tiburcio, el papel que desempeño la religión y la población de origen extranjero de igual
manera están plasmados en esta monografía.
La defensa de la tierra por los indígenas totonacos de Papantla es sin duda una
de las tantas luchas por las que esta población pasó, en México las clases sociales más
altas siempre han despojado de los objetos valiosos principalmente a la población
vulnerable y en este trabajo narramos como es que los papantecos sufrieron.
84
A pesar de que el presente trabajo está enfocado en épocas distintas, siempre se
resaltó la importancia que Papantla ha jugado a lo largo de la historia, económicamente,
políticamente y socialmente hablando.
La importancia de este estudio se debe a la poca información que se encuentra
sobre la parte norte del estado de Veracruz en específico la región del Totonacapan,
dado a que la mayoría de la información que se tiene sobre el Estado se centra en la
zona centro, los movimientos sociales característicos de este pueblo son dignos de un
extenso estudio, el aporte historiográfico que hemos dado a conocer es sin dunda uno
de los más extensos en cuestión, al final la meta que tiene este trabajo quedó
satisfactoriamente cumplida.
85
ANEXOS
PETICIONES DEL PUEBLO DE PAPANTLA AL GOBIERNO DE LA
NACIÓN (6 DE DICIEMBRE DE 1836).
En el pueblo de Papantla cabecera del cantón de su nombre en el Departamento de
Veracruz a los seis días del mes de diciembre de 1836, se celebró junta de guerra para
acordar las proposiciones que por conducto del cura párroco de este pueblo se han de
hacer al Supremo Gobierno a consecuencia de la comisión que les envió a conferir del
mismo Supremo Gobierno a D. Francisco Avila jue de la 1ª. instancia del pueblo de
Teziutlán, cuyas proposiciones son las siguientes:
1ª.---Que el Supremo gobierno se digne a conceder un indulto general para todos los
individuos comprendidos en los pronunciamientos hechos en favor del sistema federal
reponiéndolos en sus empleos.
2ª.---Que al teniente coronel D. Mariano Olarte actual comandante de la fuera
pronunciada en ese Cantón se le conceda su retiro con goce de fuero, paga y uniforme,
abonándole los sueldos que ha dejado de percibir desde el mes de noviembre del año
próximo pasado permitiéndole su residencia en este pueblo como Padre de los
indígenas, para impedir que estos sean tratados como lo ha ido siendo de tres años a
esta parte.
3ª.---Que a los individuos del año anterior remitió amarrados a Jalapa el ex jefe del
Cantón C. José Danini imputándoles delitos de Estado, y todo por haber denunciado un
contrabando que se introdujo por la barra de Tecolutla y en el que estaban complicados
el administrador de la aduana... se les indemnice por dicho acusador de los
mencionados perjuicios.
86
4ª.--- Que el ganado vacuno que (contra la orden de la naturaleza) pastea en las
inmediaciones de este pueblo donde tienen pastos y la necesidad les hace forzar los
cercados y destruyen las labores, el que pastea desde el paraje llamado Cabezas por el
Norte hasta el pueblo de El Estero, y el paraje llamado Santa Águeda, lo saquen sus
dueños en el término que el gobierno les fije, sin que por ningún pretexto quede en
dichos terrenos. Esta petición hecha varias veces al gobierno del departamento ha sido
desoída, prefiriendo el bien de algunos individuos al de más de mil habitantes, sin otro
motivo que el ser los más de estos últimos indígenas.
5ª.--- Que las elecciones primarias se hagan en todas las partes arregladas a la ley de
la materia, para no dar lugar a los abusos cometidos en los años de 1834 y de 1835.
6ª.--- Los individuos que han dado lugar a tantas desgracias ocurridas en este pueblo
que no se han ocupado en más que en perseguir a los que no se han prestado a sus
maldades como son dar tiros al abrigo de la obscuridad de la noche y que algunos de
ellos años atrás han sido expulsados lo sean también hoy del cantón no permitiéndoles
por ningún pretexto volver a él... Los individuos más mareados como perturbadores del
orden son los siguientes: José González (español), José Danino, Manuel Danino,
Pascual García, Pedro Muñoz, Martín Muñoz, José Cornejo, Pedro Bandala, Diego
Fosati y José María Lozano.
7ª.--- Que el supremo gobierno interponga sus respetos para que el Ilmo. Sr. obispo de
la Puebla, conceda sus antiguas procesiones a los hijos de este pueblo, que por un
edicto de dicho Sr. obispo se han suspendido.
8ª.--- Que habiéndose incorporado a las fuerzas del teniente coronel don Mariano Olarte
varios individuos obligados por las persecuciones de algunas autoridades que ya por
miras personales, ya por de interés los han acusado de infidencia, se vuelvan a sus
87
hogares y se les oiga en justicia por jueces imparciales resarciéndoles de sus
respectivos pueblos los daños y perjuicios que se les han causado.
9ª.--- Que a los desertores que se incorporan a la revolución, se les conceda licencia
absoluta.
10ª.--- Que los españoles residentes en este pueblo se abstengan en lo sucesivo de
tomar parte en las desavenencias de los vecinos como lo han hecho hasta aquí, y cuyo
manejo dio principio en la acusación que hicieron contra el finado cura de este pueblo
D. Mariano Castañeda, sin más motivo que ser desafecto a ellos.
11ª.---Que se haga cargo el supremo gobierno de satisfacer las mezquinas cantidades
que se han tomado para subvenir a los gastos de la fuerza que cubre este punto.
12ª.---Para dar pruebas al supremo gobierno de nuestro amor y patriotismo nos
comprometemos a sostener a toda costa sus disposiciones; y si fuese necesaria alguna
guarnición en este pueblo para sostener al supremo gobierno, gustosos nos prestamos
a ello, con tal de que los individuos que han servido en el piquete llamado de seguridad
queden excluidos de este servicio, en el que han dado pruebas de servir más que para
azotar el erario e introducir el desorden.
13ª. ---Que las armas que pertenezcan a los individuos que las tienen propias, no se les
exijan, poniendo sólo a disposición del gobierno las que entregó el jefe del cantón el
comandante militar el día que ocupamos este pueblo.
Josefina Zoraida Vázquez, “Planes en la Nación Mexicana”, México: Senado de la
República/ COLMEX, 1987. P. 93.
88
PLAN DE PAPANTLA.
Artículo 1°. Se restituirá y sostendrá el régimen representativo, popular, federal. Los
estados continuarán gozando de la soberanía en su gobierno interior.
Artículo 2°. Un congreso de diputados electos según electos según el modo y forma que
prevenía las leyes de elecciones, se encargará de hacer las reformas necesarias y
convenientes a la constitución de 1824. Los individuos que compongan dicho congreso,
vendrán facultados por el pueblo para ese objeto.
Artículo 3°. Ínterin se verifica su instalación, se depositará el gobierno nacional en tres
individuos.
Artículo 4°. El jefe o ciudadano que acaudille el pronunciamiento de la capital de la
Federación, queda autorizado para convocar una junta de ciudadanos conocidos por su
honradez, virtudes cívicas y amor por la libertad. Esta junta tendrá por único objeto
elegir tres personas de que habla el artículo anterior; pero no podrá ser nombrado
entre ellos el que haya acaudillado el pronunciamiento.
Artículo 5°. El congreso se ocupará únicamente en las reformas de la constitución y en
elegir tres personas que sigan encargadas del ejecutivo de la Unión, hasta que tome
posición de él el magistrado electo según el nuevo orden constitucional. La duración del
congreso será de seis meses, prorrogable hasta ocho a juicio del mismo, y en ningún
caso y bajo ningún pretexto transpasará este término.
Artículo 6°. El consejo de los dos gobiernos provisionales de que hablan los artículos 3°
y 5° será el que debió haber funcionado desde 1833 hasta 1836.
Artículo 7°. En las reformas de la constitución se afianzarán de la manera más sólida
las garantías individuales: se establecerá la división de los supremos poderes, fijando
inequívocamente su organización, sus deberes y sus atribuciones; y por último se
expresarán con toda claridad las circunstancias, modo y requisitos con que deben de
elegirse.
89
Artículo 8°. Se hará nueva división de territorio.
Artículo 9°. Las leyes civiles serán las mismas para todos los habitantes de la
República, y todos quedarán sujetos a ellas.
Artículo 10°. Los Estados, conforme se libren de la opresión, organizarán su gobierno
particular sujetándose a las leyes federales y a sus constituciones respectivas, hasta
que se promulgue la constitución federal reformada.
Artículo 11°. Para dicho fin, la persona que en cada estado dirija el movimiento en favor
de este plan y de la liberad, queda autorizada para nombrar, ocupada la capital del
Estado, una junta de sujetos notoriamente liberales y patriotas, quienes elegirán un
ciudadano que en calidad de jefe político, conserve el orden público y convoque a
nuevas elecciones, conforme a las leyes particulares del mismo Estado; dicho
funcionario cesará luego que se reúna la Legislatura y disponga lo conveniente.
Artículo 12°. Los militares, empleados civiles y ciudadanos que protejan eficazmente
este plan, obtendrán los premios que decretará el primer congreso constitucional a
propuesta del gobierno; sin prejuicio de los ascensos de escalafón que toquen a los
primeros y segundos; pero estos ascensos no podrán ser conferidos por General, Jefe,
ni persona alguna, sino por las autoridades a quienes corresponda según las leyes. Los
que perciben asignaciones de la Hacienda pública conservarán los derechos que las
leyes les tienen dados en esta materia, siempre que guarden una estricta neutralidad
respecto de este plan.
Artículo 13°. Los que sin pertenecer al ejército se comprometieron a sostener con las
armas en la mano el presente plan, disfrutarán durante el tiempo que sus servicios
fueren necesarios el haber correspondiente a la clase en que se les destine, como si
fueran veteranos; y si se inutilizaren o murieran en campaña, ellos, sus mujeres e hijos
tendrán el derecho a las asignaciones pecuniarias que corresponden en tales casos a
los individuos del ejército con arreglo a las leyes y reglamentos vigentes.
Artículo 14°. Se sostendrá la integridad del territorio de la república contra cualquiera
clase de pretensiones tentativas para menoscabarla.
90
Artículo 15°. Se garantía la existencia del ejército bajo el pie y fuerza que demanden los
objetos de su instituto.
Artículo 16°. A nadie se perseguirá por opiniones políticas, ni se desterrará del territorio
de la república, y sólo podrá hacerse esto con los que contraríen este plan.
Artículo 17°. Cesan para siempre las aduanas interiores de la república
y quedan
solamente las de los puertos habilitados hasta el año de 1824, cesando de igual modo
todos los derechos de alcabala a los efectos que circulan en la república, inclusive los
extranjeros que solo pagarán al tiempo de su introducción bajo las medidas que el
gobierno dicte.
Artículo 18°. Queda prohibido para siempre la introducción en la república de los
efectos y frutos que hay en ella, así como de los efectos que sean fabricados y en lo
sucesivo se fabricaren en la misma, quedado al efecto facultados cualesquiera vecino
de la república para decomisar y hacer uso libre de la mitad del comiso, sin más
requisito que de presentar los efectos decomisados al juez más inmediato para que
certifique la aprehensión; la mitad de ello será para el aprehensor y la otra mitad para la
Nación, de la que dará recibo el Juez que dé el certificado aplicándole a más una multa
de la mitad del valor del comiso al introductor. Y si nó una prisión que compense.
Artículo 19°. Se le aumentará un tanto más el valor a la moneda por medio de una
reseña qe el gobierno dispondrá en el interdispone el gobierno q. a la moneda que
nuevamente se acuñe se exprese en ella el duplo de su valor y presentando cada
vecino de la república el capital que tenga en reales efectivos a las comisiones q. el
gobierno señale. A cada uno se le devolverá la mitad que valdrá por el total de lo que
presente, y la otra mitad con igual reseña entrará a las cajas nacionales. Sujeto a las
penas que el gobierno imponga a los que así no lo verifiquen, el gobierno dictará las
medidas necesarias para evitar los fraudes.
Artículo 20°. Se prohíbe en lo absoluta la extracción de plata y oro pa. fuera de la
república q. no sea sellado
y
tenga el requisito que exprese el artículo anterior,
quedando sujeto a decomiso según el artículo 18.
91
Artículo 21°. Quedan abolidas las obvenciones parroquiales como son bautizos,
entierros, casamientos y misas de precepto todo lo que se le dará sin estipendio alguno;
y sólo se pagarán las misas de cofradías que haya fondos destinados al efecto, así
como las que quieran mandar decir por
devoción, o los bautizos entierros y
casamientos que quieran hacerse pomposamente, pero los párrocos estando en el
pueblo donde ocurra el mismo deberá ocurrir a él y sólo por una enfermedad o cosa
semejante será disimulado.
Artículo 22°. Se pagarán muy escrupulosamente los diezmos y primicias, siendo
recaudados por los señores Curas con intervención de los Jueces de los pueblos. Se
presentarán listas al público manifestando en ellas lo que cada uno pagó pa
satisfacción de los interesados: las cantidades que resulten serán remitidas a los
Obispos y los recibos serán firmados por los señores Obispos y Gobernadores de los
Estados. De cada masa se pagarán los sueldos de los Señores Curas: habrá curatos de
tres clases, la 1 ª. disfrutará doscientos ps., la segunda ciento cincuenta y la tercera cien
ps. mensuales. Tendrán vicarios dotados proporción de los Sres. Curas. Procurarán los
sres. Obispos dotará el Supremo Gobierno a proporción de su dignidad, así como a los
demás empleados qe. fueren en sus palacios episcopales, y todos estos sueldo saldrán
de los diezmos.
Artículo 23°. Cesarán las funciones de los señores canónigos y en su lugar pa. q. las
catedrales no carezcan del culto necesario, los conventos religiosos cada mes se
turnarán asistiendo a todas las ceremonias de los canónigos, y a cada sacerdote de los
q. asistieren se pagará un peso diario. La cantidad que resulte será entregada a sus
prelados pa. q. distribuya según las instrucciones de cada religión.
Artículo 24°. El tesorero de la masa de diezmos será el cuidado de los Sres. Obispos y
estos serán los q. correrán con la pagas de los Sres. Curas y demás empleados, dando
cuenta al Gobierno de la existencia siempre y cuando el Gobierno lo exija, necesitando
autorización de acuerdo con el gobierno pa. la inversión de los dineros que se destinen
al culto divino, así en las iglesias de las ciudades, como en las de los pueblos de los
obispados que tengan alguna necesidad.
92
Artículo 25°. Todos los vecinos de la república en atención a quedar libres de toda clase
de pensiones, así parroquiales como de alcabalas, se les impondrá una iguala general,
pero por clases, es decir, según sus proporciones; la cual será pagada según disponga
el gobierno, y recogerán los Sres. Alcaldes de los pueblos, presentando éstos una lista
en cada cobro al Tesorero del Estado, quien con su recibo y visto bueno del Sor.
Gobernador la pasará a la imprenta para que impresa que sea, la firmen y la devuelvan
a los pueblos, para que fijándola al público, se satisfaga: debiendo ser éstas por
duplicado: una para el púbico y otra para el archivo de dichos alcaldes. Estas igualas
se renovarán cada año para el aumento o disminución del tanto de los igualados:
pudiendo además cualquier vecino ocurrir al Juez para que le rebaje el tanto, probando
el quebranto que hayan tenido en sus intereses.
Artículo 26°. Los ayuntamientos según sus presupuestos de gastos que hayan obtenido
la aprobación del gobierno, tomarán lo necesario pa. cubrirlos de la recaudación de las
igualas, procurando que los preceptores sean aptos. Y si la dotación no fuere bastante,
se ocurrirá al gobierno pa. su aumento, para qe. de este modo se logren adelantos en la
juventud.
Papantla, Diciembre 20 de 1836.-Sor Coronel Dn. Mariano Olarte.
Josefina Zoraida Vázquez, op. cit., pp. 96-98.
93
PROCLAMA DE ANTONIO DÍAZ MANFORT, 1886
“Proclamo el que se acrediten las palabras de nuestra madre Santísima en unión de
Espíritu Santo, el que proclama que la fé no ha de ser comprada y que los casamientos
eclesiásticos no han de tener cuota ninguna más que dará una gratificación al según su
proporción si dos pesos tiene el cura los terrenos se proclaman libres que no ha de
meterse ningún hombre por más rico que sea ni el gobierno intervenir en ello mas
solamente Dios es el que tiene facultad de meterse en la tierra, que se reconoce por
amo y estableciendo este gobierno establecerá la procesión como antes y por lo mismo
tanto debemos hacer todo empeño para desconocer el gobierno de Porfirio Díaz
acreditando la fé de Cristo para así mismo hacer ver la libertad. Que comprendo es lo
que se debe proclamar en el país mexicano desconociendo a toda clase de extranjeros
que son los que deben pagar renta en el país mexicano a si es que debemos acreditar
la honra de nuestro país en cuanto les dice su Querido servidor quien les desea las
felicidades a todo mi próximo. Antonio Díaz Manfort.”
Periódico Oficial del Estado de Veracruz, Jalapa, 16 de enero de 1886, citado en en
Victoria Chenaut, “Aquellos que vuelan: Los totonacas en el siglo XIX”, México: Ciesas,
1995, p. 262.
94
PROCLAMA DE ANTONIO DÍAZ MANFORT: “LIBERTAD, FUEROS Y
RELIGIÓN”, 1886
“Acreditando la ley cristiana si [queremos] ver la felicidad de nuestro país [h]aciéndoles
ver a los curas de que la fé no debe ser comprada ni los casamientos eclesiásticos han
de tener [cuota] ninguna mas de que todo individuo que quiera abrazar la santa iglesia
dará una gratificación voluntaria porque es el casamiento que se debe de acreditar en
nuestro país mexicano, desconociendo los casamientos civiles porque es un
amancebamiento público y deshonra de nuestra patria y así se desconoce la palabra
del extranjero porque el extranjero no [h]a de ser superior a nosotros los mexicanos,
[h]a de ser subalterno de nosotros, y se desconocen las contribuciones y todos los
impuestos del gobierno de Porfirio Díaz; no acreditando el reparto de los terrenos
comunales, encargando de que los terrenos han de quedar enteramente libres como
anteriormente; se establecerán las procesiones como antes; se reconocerán las cosas
católica como los antecesores. Que es lo que se procura ver la felicidad de nuestro país
porque este gobierno humano procura la honra del cristianismo. Y de los entierros y
nacimientos no se pagarán derechos ningunos porque de la tierra no se reconoce más
amo que es Jesucristo y los comerciantes no pagarán derechos [de] ninguna clase, sólo
pagará aquel gran comerciante que tenga más de cien pesos de ganancia, dará una
gratificación a la aduana, y los matanceros no pagarán derechos de ninguna especie,
sólo pagará aquel nacatero [matancero] que tenga un gran expendio como en las
ciudades, pagarán seis reales por cabeza.
Y de que logremos de que el ferrocarril quede por [para] nosotros los mexicanos y si por
casualidad en los compañeros [h]hubiere algún masón o protestante y si quisiera
abrazar el partido católico acreditando las leyes de Dios y si entre estos [h]ubiera
alguno quien se opusiera en contra del gobierno humano; todo masón o protestante o
gachupín se recaidrá [sic] sus capitales y si abrazara el partido algún masón o
protestante se le perdonará y tendrá las mismas consideraciones que los demás porque
no se acredita más religión que es la católica, que es la que debemos de nosotros los
mexicanos, que es un bien público para todo género humano y toda persona que
comprenda el derecho [cristiano] y que tenga una mediana ilustración y quiera la honra
95
de su patria deberá ser digno de favorecer al gobierno humano que se trata de
establecer en nuestro país mexicano, favoreciéndolo con las armas en la mano; que
este es el derecho libertino y mérito de nuestra república y [de esta] manera siempre el
indio [racional] es el que tiene el derecho porque demasiado en nuestro país hay
hombres capaces para poder desempeñar, no acreditando las estampillas del expendio
que tienen los comerciantes y [así] es que creo que todo individuo se prestará para
honrar su patria, y [así] se desconocen las injusticias de las leyes de Porfirio Díaz.
El título de esta proclamación es Libertad, Fueros y Religión, que fue lo que se gritó a
orillas de Papantla el día miércoles, con siete mil hombres, el día 30 de diciembre de
1885. Lo que se tienes es que se espera revolución y movimiento de la costa para que
sea un golpe de Estado para auxiliarse unos a los otros, [así es] de que les encargo que
sea lo más pronto y posible que traten de este movimiento y para quitarnos esta venda
de los ojos que nos está quitando la luz del conocimiento.
Éstos que acompañen
empuñar las armas serán socorridos a cuatro reales diarios los soldados rasos.
Libertad, Fueros y Religión. Enero 25 de 1886. Antonio Díaz Manfort.”
Periódico Oficial del Estado de Veracruz, Jalapa, 15 de mayo de 1886, citado en
Victoria Chenaut, op. cit., pp. 263-264 (la ortografía y acentuación se han modificado).
96
CARTA DE INDIGENAS PAPANTECOS EXPONIENDO LAS CAUSAS
DE LA REBELION DE 1891
“Coyuxquiui, junio 6 [de] 1891. Sr. Ingeniero D. muy señor de nuestro respeto: pues
señor, mandamos a San Juan de los Llanos a 5 compañeros para que con 9 caballos
los esperan; más el jefe político de Papantla los exhortó diciendo que eran unos
ladrones, lo cual no es cierto, pues Ud los conoce, y sólo iban a esperar a Ud.; fueron
traídos en medio de maltratos hasta aquí, temiéndose que hayan sido fusilados.
Los pueblos al saber esto, creyeron que también Ud. y nuestro apoderado venían
presos o ya los habían matado, por lo que se juntaros el jueves de Corpus para ver lo
que hacíamos, y esto hizo creer al jefe político que éramos pronunciados, y destacó
fuerzas y pidió auxilio a Veracruz de donde vinieron 400 hombres del 22 que
desembocaran en Tecolutla, entrando luego a los pueblos en donde han fusilado a
muchos, por lo que hemos huido todos al monte, y sólo esperamos el resultado de la
comisión que fue a México; han venido a cortar los alambres del telégrafo para que
nosotros no podamos dar noticias. Por último, ya van 15 días que andan las familias en
los montes huyendo, pues el jefe político no perdona a nadie. Van nuestros
comisionados y le dirán la verdad. El jefe político no quiere que midamos nuestras
tierras que dice son baldías, y quiere hacernos aparecer pronunciados para que se nos
quite la concesión de deslindar nosotros mismos nuestros terrenos, que nos dio en 23
de enero el Ministro de Fomento.
Todo esto le dirá de palabra o por escrito la comisión al Sr. Presidente, y más quejas
como las fuertes contribuciones y multas que nos imponen sin darnos recibos. Por los
maltratos
que
sufrimos
ya
parece
que
somos
esclavos
del
jefe
político.
Haga todo lo que esté de su parte por defendernos de la calumnia de que nos hemos
pronunciado, lo que pasa es que hemos huido a los montes por miedo a la venganza, y
no otra cosa.
Reciba el cariño de sus amigos que pronto desean verlos por acá […]
Abraham Santos.”
97
El Monitor Republicano, núm. 151, ciudad de México, Jueves 25 de junio de 1891,
citado en Victoria Chenaut, op. cit., pp. 264-265 (se trata de una Carta enviada a un
ingeniero residente en la ciudad de México, quien a su vez la envió al periódico).
CARTA ENVIADA POR LOS VECINOS DE LOS PUEBLOS DE
PAPANTLA
AL
DIRECTOR
DE
EL
MONITOR
REPUBLICANO
DENUNCIANDO ABUSOS, 1891
“México, Julio 7 de 1891.
Sr.
D.
Vicente
García
Torres,
Director
del
Monitor
Republicano.
Presente.
Muy apreciable señor:
Hemos reconocido que el periódico que Ud. dirige, es el defensor de los pueblos, de la
parte débil de la Nación, por lo cual no vacilamos en suplicarle que se sirva dar cabida
en
las
columnas
de
su
apreciable
diario
a
las
siguientes
líneas:
El periódico oficial del Estado de Veracruz, contestando a los artículos de queja
consignados en una carta que con motivo de los sucesos de Papantla, vio la luz
pública en el Monitor Republicano, asienta hechos inexactos, como pasamos a
demostrarlo.
Asegura que el comienzo de la actitud hostil de algunos indios (de muchos pueblos) fue
debido a que el Jefe Político de Papantla, supo que trataban de apoyar con mano
armada las pretensiones de hacer el deslinde de sus terrenos por sí mismos; conforme
a la concesión que se les ha otorgado por el Ministerio de Fomento en 23 de Enero
próximo pasado, y que sabiendo que se reunían en cierto lugar con carácter sedicioso,
mandó un piquete de seguridad a hacer un reconocimiento siendo recibido a balazos
esta fuerza.
Esto no es exacto: lo que dio márgen al levantamiento, fue el haber exhortado el Jefe
Político, a los CC. Gregorio Santiago, Pedro Salazar, Esteban Pérez, Francisco Pérez e
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Hilario Jiménez, que esperaban en la estación de San Juan de los Llanos al ingeniero
que iba a medir sus terrenos; habiendo tenido conocimiento los pueblos de este abuso
punible cuya responsabilidad se va a exigir ante los tribunales, se reunieron para tratar
el asunto y mandar un comisionado a México y estando en actitud pacífica, fueron
atacados sin más preámbulo, muriendo uno de los vecinos y cayendo gravemente
heridos seis, 2 hombres, 3 niños (el mayor de ocho años) y una mujer.
Ya se comprenderá por esto, que no había carácter agresivo, cuando formaban parte
de la reunión mujeres y niños inermes.
Como el
periódico oficial nada dice respecto del paradero de los exhortados por el Jefe Político,
ni en el vecindario se tiene noticia de ellos, se cree con fundamento que han sido
vilmente fusilados en la sierra y suplicamos a la prensa que una su voz a la de los
huérfanos para pedir justicia. Fueron aprehendidos por el Jefe Político de San Juan de
los Llanos y conducidos a pie, no obstante de disponer cada uno de su cabalgadura y
cuatro más de mano, cuyo paradero se ignora también, así como el de las armas y
dinero (cerca de 300 pesos) que los aprehendidos poseían para los gastos. En otra
ocasión fue fusilado en San José Caté, Antonio Vázquez, que venía de México a
gestionar el mismo asunto, desapareciendo con él 800 pesos de su propiedad. Fue
Rosalindo Soto el que acompañó a los rurales para aprehender a Vázquez en Dos
Caminos. Es cierto que hemos sido víctimas del timo y estafados por algunos tinterillos,
y entre otros fue X: nos prometían recabar el testimonio de nuestros títulos del Archivo
General de la Nación, después de haberle entregado grandes cantidades sin provecho
alguno; pero en la actualidad estamos dirigidos por personas cuya honorabilidad
reconocemos, puesto que a la fecha no han pedido nada por su trabajo, y gracias a esa
dirección hemos obtenido la licencia para deslindar por cuenta propia las excedencias y
demasías de los terrenos, a fin de obtener los títulos que legitimen para siempre
nuestra propiedad. El señor Presidente de la República nos ha asegurado que nuestras
justas pretensiones se verificarán, por lo cual esperamos mucho del Ministerio de
Fomento, no obstante la opinión del periódico oficial, que dice que nada tenemos que
pedir ni esperar de esa secretaría. Agrega el periódico citado que los terrenos son de
nuestra propiedad y que nos los disputa: los primero es cierto, lo segundo inexacto. Si
es disputable nuestra propiedad ¿por qué nos exigen, por cada árbol que en nuestros
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montes derribamos para hacer combustible y madera para nuestras casas, cuatro, cinco
o seis pesos que ingresan a la Jefatura Política, diciéndonos que esa cuota debe
pagarse porque los montes no nos pertenecen? Sabemos que el Congreso del Estado
podrá legislar sobre los fundos legales y los ejidos pero no sobre las excedencias de
estos, que pertenecen únicamente a la Nación, que es la que, por conducto del Ministro
de Fomento, nos hemos dirigido para obtenerlas y ensanchar la propiedad que nos
corresponde como vecinos de los pueblos.
Los lotes (que hemos comprado), debiendo habérsenos repartido gratuitamente, por
pertenecer a los ejidos, abarcan una extensión de 25 varas cuadradas cada uno y
cuando más valdrán $20. El poseedor de un lote paga $5 de contribución predial, es
decir, el 25% anual, que es un subsidio superior al arrendamiento. Así pues, el
verdadero dueño de los terrenos es el fisco, a quien pagamos una renta excesiva. En el
Estado de México, por ejemplo, la contribución es del diez al millar, y en Papantla el
¡doscientos cincuenta al millar! Pagamos, además: 50 centavos cada mes; por la
cosecha de tabaco, caña de azúcar y café, se nos exige esta licencia que cuesta $5,
aunque la siembra abarque únicamente 10 matas; y al verificar la venta de estos
artículos o sus derivados, se nos cobra una alcabala muy subida.
En el registro civil pagamos: por el nacimiento de un varón, $3; por el de una niña,
$1.50; por casamiento $7; por informar la muerte de alguna persona, 1.50; por derecho
de sepultura, $3. Las multas son igualmente subidas. Se nos impuso la obligación de
usar pantalones y a las mujeres enaguas y sacos de percal; la persona que por pobreza
no usaba esas prendas de vestir, por la primera vez se le imponía una multa de 3
pesos, por la segunda de 5 y por la tercera de 10. Aquí no es raro ver que por un simple
capricho se impongan multas de 300 pesos.
Anteriormente, el precio de la vainilla era de 15 a 20 pesos el ciento, después bajó a 5,
y últimamente el jefe político dio orden que se nos pagara a $2.50 o a $3, a fin de no
enriquecernos (esas fueron sus palabras).
D. Emilio Arenales compró, no obstante esa orden, algunas existencias de la vainilla a
razón de 5 pesos el ciento, y por no haberla infringido se le impuso una multa de 300
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pesos. Parecerán exagerados y hasta inverosímiles los hechos que dejamos referidos y
otros que omitimos; pero no es así, y ojalá que el Gobierno mandara levantar una
información judicial a este respecto, para comprobar la verdad de nuestro dicho. En los
recibos que se nos expiden jamás se asienta la cantidad, y únicamente se consigna el
hecho que motiva la expedición del documento, y la mayor parte de las veces ni
siquiera se nos entrega éste.
Señor Director, en nombre de todos los pueblos de Papantla damos a Ud. las gracias
más expresiva por la publicación de la presente y quedamos como sus reconocidos y
atentos servidores. […] Mateo Xochichua. Arcadio Malpica.”
El Monitor Republicano, ciudad de México, 11 de julio de 1891, p.2; citado en Victoria
Chenaut, op. Cit., pp. 266-269 (la ortografía y acentuación se han modernizado).
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MAPAS
Mapa numero 3
Croquis aproximado del fraccionamiento de las tierras comunales de Papantla en los lotes o
condueñazgos, 1875-1876
Fuente: Luis María Gatti y Victoria Chenaut, La costa totonaca: cuestiones regionales II, México,
CIESAS, 1987, p. 96
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Mapa numero 4
Fraccionamientos de las tierras comunales en lotes o condueñazgos, 1874-1878.
Municipios de Papantla y Coatzintla
Fuente: Ramón Ramírez Melgarejo, La política del Estado mexicano en los procesos agrícolas y
agrarios de los totonacos, México, Universidad Veracruzana, p. 106
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Mapa numero 5
Parcelamiento de lotes o condueñazgos, 1892-1898. Municipios de Papantla y Coatzintla
Fuente: Ramón Ramírez Melgarejo, La política del Estado mexicano en los procesos agrícolas y
agrarios de los totonacos, México, Universidad Veracruzana, p. 115
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