Dia 2 “Vosotros, pues, orad de esta manera: "Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. "Venga tu reino. Hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo. "Danos hoy el pan nuestro de cada día. "Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros hemos perdonado a nuestros deudores. "Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal. Porque tuyo es el reino y el poder y la gloria para siempre jamás. Amén." Mateo 6:9–13 “Nuestra Oración” Un día uno de los discípulos de Jesús vino a El y le dijo, “Maestro, enséñanos a orar” (Lucas 11:1). Jesús respondió haciendo la oración que hoy conocemos como el “Padre Nuestro”, la que aparece dos veces en las escrituras (Lucas 11:2–4 y Mateo 6:9–13), esta increíblemente famosa oración es memorizada y recitada a través del todo el mundo. Ha aparecido en incontables programas de televisión, películas, libros y canciones. El Padre Nuestro es tan famoso y citado que para algunos es solamente una oración del pasado; de hecho la hemos recitado tantas veces que la sabemos de memoria. Y porque la conocemos tan bien, no siempre pensamos en lo que verdaderamente significa. Tal vez el título ha sido el problema. Sí, las palabras son las palabras de Jesús, pero El las dio como un modelo para sus discípulos; quizá “La Oración del Discípulo” sería un título más apropiado y yendo más allá podríamos llamarle “Nuestra Oración”, porque la forma en la que Jesús instruyó a sus discípulos para orar, nos aplica hoy tanto como en aquel día. Esto es lo que el Señor quiere que le digamos, es la forma en la que quiere que oremos así que es “Nuestra Oración”. Esta oración es más que un dicho famoso del pasado… es una verdad poderosa que debe definir como vivimos en el presente. Cuando llamamos a Dios “Padre” y proclamamos que su nombre es “santo” (santificado), nos estamos colocando bajo su autoridad, estamos diciendo que El está primero en todo. Cuando oramos “venga a nosotros tu reino” y “hágase tu voluntad”, estamos invitando a nuestro Padre Celestial a trabajar en nuestras vidas con toda su autoridad. Como Jesús, estamos diciendo que deseamos estar ocupados en sus negocios (Lucas 2:49). Cuando le pedimos “el pan nuestro de cada día”, estamos diciendo que confiamos en que El va a proveer todas nuestras necesidades y no tenemos que preocuparnos por el mañana porque El cuida de nosotros hoy y va a continuar cuidándonos y guiándonos, porque El sabe exactamente lo que necesitamos. Oramos “perdona nuestras ofensas, como nosotros perdonamos a los que nos ofenden” porque habiendo recibido el amor y perdón incondicional de nuestro Padre, estamos llamados a amar, perdonar y vivir en una correcta relación con los demás. Por estar sujetos a su autoridad, le podemos pedir que nos “libre” de tentación y del demonio. No queremos ser parte de nada que vaya en contra de su voluntad. Esta oración nos da los principios básicos de cómo debemos relacionarnos con Dios y con los demás. Mientras nos sometemos a la autoridad de nuestro Padre amoroso y confiamos en El completamente, podremos vivir Su plan para nuestra vida, amar y perdonar a otros. Lo que es verdaderamente fascinante de esta oración es su longitud; en unas pocas frases, Jesús proveyó a sus discípulos y a nosotros, con los elementos más importantes que necesitamos saber y creer. Así que la próxima vez que escuches o digas el “Padre Nuestro”, recuerda que es TU oración, ora con este modelo recordando que así fue como El nos indicó que lo hiciéramos. Cuando Jesús les enseñó el “Padre Nuestro” a sus discípulos hace 2 mil años, estableció un modelo de oración completamente diferente; las peticiones contenidas en esta corta oración transcienden el tiempo y son apropiadas para el discípulo de hoy. Oración: Brad H . Young ¡Gracias por mostrarme cómo debo orar! Ayúdame a utilizar el modelo del Padre Nuestro en mi propia oración y mientras oro de la forma que me enseñaste, revélate a mi y enséñame tu verdad. En el nombre de Jesús, Amén. Acción: ! Lee el Padre Nuestro y medita en El. ! Durante los siguientes días repítelo en voz alta mientras meditas en su significado. Para estudiar más: Mateo 6:7–13 Mateo 6:25–34 Lucas 2:49 Lucas 11:2–4 Juan 13:34–35