¿qué prefieres?

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¿QUÉ
PREFIERES?
Quieren que de nuevo hable desde este simpático programa de fiestas.
Bien, lo haré. Y lo haré, encauzando mis letras por el camino que entre risas y bromas se me señaló.
• Habla., de algo. Si quieres, una poesía; o que te parezca. Si, eso, de
poesía...».
Las poesías van a endulzar estas páginas. ¡Qué ocurrencia! De poesía...
Si, de eso voy a hablar. Voy a hablar de tí, porqué tu y tus cosas son mi
obsesión. De tí y a tí, mujer, joven,,que eres poesía. Y no lo digo yo; fíjate:
¿Que es poesía? dices mientras clavas
en mi pupila tu pupila azul,
¿Que es poesía? y tu me lo preguntas...
Poesia... eres tu...
Asi canta Becquer. Asi creen todos los poetas. Asi creemos la mayoría
de los mortales y por ello vamos a buscar junto a ti que eres poesia, los
ideales que levantan, los que redimen, los que alegran, los que consuelan,
los qué dan vida.
Eso... si eres poesía.
Porque a veces dejas de sedo y te conviertes en... Atiende y-lee:
• El alma de la joven —de la mujer— es exactamente la gotita de rocío
transparente que se cimbrea en una mañana de-Primavera en la punta, de
un árbol, mecida por el aura fresca y delicada de la mañana, besada por el
sol, que la transparenta en cambiantes de oro y arco iris. De pronto, un
pajarito pasó rozando con el ala el ramo del que la gota pendía; onduló esta
suavemente y fué a caer en el polvo del camino... y se convirtió en motlta
de sucio barro» (Azplazu).
Es que también tú, cuando dejas de ser lo que eres: mujer-poesía, te
transformas en eso tan feo que llaman barro. Barro de sensualidad, de amor
fingido, de coquetería peligrosa, de mentira, de odio: barro al fin. Y es tan
sensible que pudiendo ser algo ideal te transformes en tierra.
Alguien que os conocía mucho, dijo de vosotras: «Hay muchas mujeres buenas; hay repoquísimas de malas, pero hay muchísimas —un sin fin,
añadiría— que siendo de las primeras se parecen a las segundas» ¿Será
verdad? ¿Será cierto que os empeñáis en demostrar —y eso que las apariencias os condenan— ser peores de lo que en realidad sois?
Mujer, cuya existencia ha sido comparada a una flor, a un lago tranquilo, a un rayo de sol, al aura de primavera, a eso, a eso que te dije al comenzar; a la poesia, y es verdad. ¿Permitirás, querrás ser ñor sin perfume,
lago con sus aguas revueltas enseñando el limo de sus profundidades, rayo
de sol cubierto por densa nube que apaga su brillo, aura de primavera destrozada por el vendaval de pasiones malsanas? No, no puedes ni debes
serlo, porque...
Si la vida te hizo bella
y el Señor te dio bondades,
los demás de tí exigimos
que estos bienes los derrames.
Tu belleza, que hacia el cielo
j.
nuestra mirada levante
Tu bondad, que nuestra vida
endulce, redima y calme.
Flor, aura, lago, rayo de sol: poesía. Eso eres tu, mujer, no quieras ser
lo otro: barro donda los demás se ensucien. ¿Qué prefieres?
F. FORCANA
Agosto 1.950.
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