Música Siglo XX

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Pontificia Universidad Católica de Valparaíso
Trabajo de Investigación Historia de Chile
Integrantes: Rubén Barros
Víctor González
Cristóbal González
Esteban Suarez
Introducción
Desde los cimientos de la historia cívica de nuestro país, la música ha jugado un rol
fundamental como método de expresión de la sociedad de la época, reflejando en sus
letras y melodías denuncias sociales, problemas del país o evidenciando muchas veces
actitudes del chileno en el día a día.
Las raíces de la música chilena se remontan a las creaciones artísticas de los
pueblos originarios, quienes ofrecían cantos a las divinidades, a la tierra, imitaban el
sonido de animales, y en menor grado canciones de la pertenencia a sus tierra y amor. Sin
duda el pueblo mapuche fue aquel que desarrollo de manera más acabada la expresión
musical, estos utilizaban instrumentos como la trutuca , el cultrún, las cascahuillas y el
trompe para acompañar sus melodías principalmente dedicadas a honrar a sus
antepasados y deidades.
Luego con la llegada del huinca la música indígena fue perdiendo terreno en la
cultura nacional, siendo desplazada por la influencia hispana en los siglos venideros, esta
principalmente se basaba en composiciones de estilo secular y religioso que tenían como
fin la evangelización de los naturales, además de difundir el mensaje de dominación
ideológica español.
Hacia fines de la Conquista española y inicios del período de Independencia,
comienza a aparecer principalmente en las chinganas y proveniente de la zamacueca,
nuestro baile nacional la cueca. Junto con ella irrumpe en Chile la figura del huaso,
personaje de campo característico de nuestro país, similar al gaucho en Argentina.
Principalmente durante el Siglo XIX se consolida y masifica la cueca en el país, haciéndose
presente en la identidad nacional.
La música en el país se desarrolló principalmente por zonas, por ejemplo en la zona
norte su desarrollo esta ligada fuertemente a la música andina, a festividades como la
Fiesta de la Tirana. En la zona central la tonada y la cueca fueron los principales atractivos
por años. En la zona sur famoso es el vals chilote y bailes como el chocolate o la pericona,
hacia la zona insular destaca la música y cultura rapa nui, que tiene su base en la herencia
y convivencia con las demás islas polinésicas.
Con la llegada del siglo XX distintos ritmos se ponen de moda en el mundo como el
charles ton, jazz, cha cha cha, tango y otros más , estilos musicales que como era de
imaginar llegarían al país. Con el paso de los años diferentes estilos comenzarían a
irrumpir y convivir como fue la irrupción de la música folclórica en la década de los 30´ con
agrupaciones como los Cuatro Huasos en sus inicios, y los Huasos Quincheros años
después.
De la mano de la irrupción de la música folclórica, aparecieron los llamados
investigadores folclóricos, artistas que se dedicaron a recopilar sonidos a lo largo del país,
mezclando elementos de la música nacional a lo largo del país. Sin duda la figura más
destaca es la folclorista Violeta Parra, quien posteriormente daría inicio a La Nueva
Canción Chilena. Destacan también en el ámbito de la investigación popular Margot
Loyola, Luis Aguirre Pinto y Gabriela Pizarro, entre otros.
En la década de los sesenta se desarrollan dos fenómenos musicales notables en el
país. En primer lugar surge la llamada “Nueva Ola Chilena”, movimiento musical que
surge de la influencia del twist y el rock and roll. Los principales exponentes de este
genero son Peter Rock, The Ramblers, José Alfredo Fuentes ,Cecilia y Luis Dimas. Junto a
este movimiento, surge principalmente gracias a Violeta Parra, y sus hijos Ángel e Isabel
“La Nueva Canción Chilena”, los artistas de este movimiento hicieron sus primeras armas
en “La Peña de Los Parra”, y el nombre de esta tendencia surge en 1969 con la creación
del Primer Festival de La Nueva Canción Chilena, organizado por la Universidad Católica de
Chile.
Los más destacados artistas de esta vanguardia fueron Víctor Jara, Ángel e Isabel
Parra, Patricio Manss, Rolando Alarcón, Quilapayún . Este último grupo musicalizó la
canción más significativa de este fenómeno del canto social, con la Cantata de la Escuela
Santa María de Iquique, creada por Luis Advis.
Paralelo a estos dos movimientos, aparecieron Los Jaivas, quizás el grupo más
importante de la historia de la música nacional. Esta banda fundada hace 50 años mezcla
elementos del rock, con la música latinoamericana y su folclore. Canciones como Mira
Niñita, Todos Juntos o Sube a nacer conmigo hermano.
Otros estilos musicales que surgen también en el país entre la década de los 50´ y
60´ son las baladas, las tonadas y la música tropical. En el primer grupo destaca la figura
de hombres como Lucho Gatica, Buddy Richard o la banda Los Ángeles Negros, grupos
que influyeron a cantautores postrimeros como Fernando Ubiergo, Alberto Plaza o Pablo
Herrera.
En el ámbito de la música tropical son varias las agrupaciones que hacen bailar a
los chilenos, se dice que en fiesta familiar que hay suena la cumbia. Los conjuntos más
populares son La Sonora Palacios, La Sonora de Tommy Rey, Giolito y su Combo, y los
Vikings 5.
En el período de la Dictadura militar, surgen nuevos grupos en el país que cantan
en contra del Régimen encabezado por Augusto Pinochet. Destacan agrupaciones como
Santiago del Nuevo Extremo, Illapu, Sol y Lluvia, Schwenke y Nilo. Ya hacia los años 80´
irrumpen Los Prisioneros, banda ícono del país que influiría a nuevos grupos de rock en los
años siguientes.
En la década de los 90´ el rock chileno impulsado por Los Prisioneros, evolucionó y
aparecieron nuevas tendencias como el hip hop, reggae, funk y pop. En el último decenio
del siglo XX surgieron y se consolidaron bandas como Los Tres, Los Tetas, Tiro de Gracia,
La Ley, Gondwana, Chancho en Piedra, Nicole, etc.
Con la vuelta a la democracia en 1990, comenzó el fenómeno de los mega
conciertos en Estadios, Parques, y grandes escenarios. Junto con las bandas chilenas
vinieron artistas extranjeros también al país, cuando antes solo lo hacían en el Festival de
Viña del Mar. Cada vez son más los magnos eventos musicales, pero sólo una banda
chilena ha logrado repletar en dos ocasiones el principal coloso del país, el Estadio
Nacional, estos fueron Los Prisioneros en el año 2001, quienes congregaron a más de 100
mil personas durante dos días de presentación.
Actualmente los principales grupos nacionales, se vieron influenciados por los
conjuntos que dejaron huella en el país en décadas anteriores. Hoy en día los principales
artistas nacionales por mencionar algunos son: Gepe, Manuel García, Los Bunkers,
Francisca Valenzuela, Camila Moreno, Anita Tijoux, Nano Stern, Astro, Javiera Mena,
Chico Trujillo, entre otros. Aunque muchos de ellos son personas de un canto más
comercial, existen también un grupo de artistas que mantienen el uso de la música como
plataforma para demandar socialmente las injusticias del día a día, un ejemplo claro es el
rapero Portavoz, quien a través de su trabajo musical nos expone una realidad paradójica.
De esta formas, comenzaremos a involucrarnos en la realidad musical chilena y
tratar de entender como la producción artística de este campo acompaño los
movimientos sociales que vivió el país durante este el siglo XX.
Desarrollo
La música chilena en la primera guerra
En la década de los ’30, el panorama mundial se encontraba sensible y tensionado luego
de vivir la primera guerra. En ese ambiente se desarrolló un género musical –en Estados
Unidos- que pretendía devolverle la alegría a la gente, un género que buscaba romper con
años de opresión y lucha, un género que devolvería a las personas lo que habían perdido:
el Swing.
Este particular estilo musical, surge en el país norteamericano en 1924 cuando un joven
cornetista de New Orleáns, llamado Louis Armstrong, se incorpora a la banda de Fletcher
Henderson. En aquella banda había un arreglista llamado Don Redman que fue quien
escribió los arreglos para el sonido sinuoso y rítmico de aquella corneta. Sin embargo fue
el clarinetista Benny Goodman quien se llevó los laureles cuando en 1938, tras su histórico
y memorable concierto en el Carnegie Hall de New York fue aclamado por público y
medios de comunicación como “El rey del Swing”.
Paralelamente, a partir de 1920 la influencia norteamericana fue cada vez más creciente
en una América Latina más receptiva a influencias extranjeras, demostrando con ello que,
pese a todo, Estados Unidos fue, sin lugar a dudas, un referente cultural, económico y
artístico después de la Primera Guerra Mundial.
De esta manera se incorporan a Chile, desde principios del siglo XX, el cakewalk, el onestep, el two-step, el shimmy, el charleston y el foxtrot, en una primera etapa, las bandas
en el territorio nacional, era bastante común la importación, interpretación
comercialización de música anglo-americana, por lo que el ritmo del Swing fue
incorporado de manera casi automática al repertorio musical de la época, siendo la
primera de ellas la del violinista y compositor chileno Pablo Garrido, quien en 1924 forma
The Royal Orchestra, la cual se presenta en salones de baile, quintas de recreo y cabarets,
tanto en Santiago, Valparaíso y Concepción.
Sin embargo, no es sino hasta finales del ’20, en que la banda de jazz bailable –que en
términos estrictos corresponde a la big-band- se consolida en Chile como parte del
espacio cultural destinado al baile y a la diversión, pues era un tipo de música masiva, que
todavía no se profesionalizaba como ocurriría posteriormente durante la década de 1940,
etapa en que se desarrollaría a un tipo de jazz más sofisticado.
Es precisamente en esta época en que –por ejemplo- se crea el Club de Jazz de Santiago,
en octubre de 1943, en donde destacaron jóvenes aficionados como René Eyheralde,
Ernesto Rodríguez, Carlos Morgan,el poeta, bailarín y artista plástico Jorge Cáceres,
miembro del grupo literario La Mandrágora, y también el baterista José Luis Córdova,
quien sería el único de ellos que se dedicaría profesionalmente a la música, ya sea como
intérprete, animador, locutor o como productor musical.
En la diversidad de ritmos que los locos años ’20 trajeron a Chile –entre charleston,
shimmy o one step- hubo uno destinado a trascender más allá de las modas. Es el Foxtrot.
Anterior al charleston, cede preferencias durante esa década al entusiasmo por este
nuevo baile alocado, pero ya en los más conservadores años ’30, época de posguerra y
post depresión, el foxtrot vuelve, se masifica, se diversifica y se practica en Chile hasta
entrados los ’60.
Entre los intérpretes nacionales de este innovador estilo musical se enumera Gamaliel
Guerra, Panchito Cabrera y Armando González Malbrán. Juntamente con el desarrollo de
estilos y géneros extranjeros, alrededor de los años ‘30, se presenta en Chile un
renacimiento en la popularidad y en la búsqueda de la música folclórica chilena, gestada
por la aparición de nuevos grupos musicales. Entre los que se destacó, en sus inicios, el
conjunto de Los Cuatro Huasos, seguidos posteriormente por numerosos otros como Los
de Ramón, Los Huasos Quincheros, El Dúo Rey Silva, Los Perlas y Violeta Parra –quien es
probablemente la más destacada artista chilena en el mundo-. Junto a ellos nacieron
también muchos compositores chilenos e investigadores del folclore del país, entre los
que cabe destacar a Raúl de Ramón, Margot Loyola, Luis Aguirre Pinto, Gabriela Pizarro
entre muchos otros que aportaron canciones, bailes y recuperación de la música
autóctona del país.
El Neofolclor y la Nueva Ola Chilena
El Neofolclor fue conocido como la “nueva ola folclórica” y, aunque a veces se le
tildó de moda, nació como una ruptura y rejuvenecimiento de los códigos de la canción
chilena tradicional, sobre todo aquellos difundidos por la tonada campesina. Hacia
principios de los años ‘60 se fecha la aparición del Neofolclor, como una continuidad
histórica de la era de la música típica. Fue un movimiento musical de vida corta pero de
notable influencia y difusión que popularizó a nombres mayores de nuestra canción y que
fue el antecedente de lo que más tarde, por una ruta latinoamericanista y comprometida,
concluiría la Nueva
El Neofolclor trajo a Chile las formas que se estaban popularizando en Argentina:
Los Chalchaleros y Los Huanca Huá: una relectura de la canción de raíz folclórica
campesina según otras claves armónico vocales y gran estilización de los arreglos, que se
oponía a la interpretación de canciones en su estado puro como lo hacía la proyección
folclórica. Lo hizo así para facilitar la difusión radial, ampliando la temática de los versos a
menudo costumbristas del folclor, y alcanzando su apogeo de popularidad juvenil en
1965La Nueva Ola aparece en Chile en los tempranos ’60 como una pequeña revuelta
musical, directamente vinculada al fenómeno juvenil detonado unos años atrás en Estados
Unidos por Elvis Presley. No es exactamente rock and roll lo que aterriza en nuestro país,
pero se le parece.
Entre las décadas de 1960 y de 1970, tomó fuerza la Nueva ola chilena, un
movimiento musical de alto impacto en nuestra sociedad, que se inició a partir de la
poderosa influencia de Elvis Presley y el twist en Latinoamérica, y particularmente en
Chile. Obtuvo un dominante éxito, quizás por el acercamiento del movimiento rock & roll
que acontecía mundialmente a exponentes nacionales, que cumplían el rol de doblar las
letras de éxitos extranjeros y de esa forma representar una fantasía del ídolo americano o
El gran precursor de la corriente fue Peter Rock, quien en 1958, a la edad de 14
años, se presentó en Radio Minería, Radio del Pacífico y Radio Agricultura para
promocionarse con este estilo musical. En 1959, grabó Nena, no me importa, un cover de
Presley, que es considerado el punto de partida de este movimiento en Chile. Junto con el
joven artista, la banda The Ramblers, con El rock del mundial –canción difundida durante
el Mundial de fútbol de 1962 realizado en Chile- fue la consagración de este movimiento
Desde allí en adelante el movimiento artístico que surgía se tornaba cada vez más
en un producto masivo y de conveniente comercialización. En esta epoca se destaca la
figura de productores y programadores de discos, quien mantuvieron un rol fundamental,
a través de audiciones radiales y de sus influencias en los sellos grabadores, vislumbrando
en el rock cantado por chilenos un producto con reales. Sus intérpretes, todos jóvenes y
de buena presencia, inundaron la música popular masiva con sus canciones. Los Carr
Twins, Buddy Richard, Los Red Junior, Luis Dimas, José Alfredo Fuentes, Fresia Soto,
Cecilia, quien en 1965 ganó el Festival de Viña del Mar, Gloria Aguirre y Pat Henry, por
mencionar algunos, constituyeron uno de los movimientos de mayor productividad en la
historia de la música popular chilena,
La importancia de la Nueva Ola no recae únicamente en lo artístico, sino también
en el fenómeno social y económico que trajo consigo. La música no sólo marca desde
entonces una multitudinaria brecha generacional: también desarrolla una industria en la
que proliferan intérpretes, productores, sellos disqueros y medios de difusión
comprometidos en un mismo propósito. De esta manera a la Nueva Ola se convirtió en la
primera experiencia moderna de música pop en Chile.
La nueva canción chilena.
En la década de los 60´, una época marcada por el auge del movimiento hippie, las
protestas contra la guerra de Vietnam, la irrupción de movimientos estudiantiles, surge en
Chile una nueva forma de música, herencia absoluta de lo que fue el neo folclore con
bandas como Las cuatro brujas o los Huasos Quincheros.
Es así como en los locos años 60´ irrumpe fuertemente el fenómeno del canto
popular o de protesta, a la prostre conocida como nueva canción chilena. El comienzo de
este movimiento se remonta al inicio de la peña de Los Parra, aquí Ángel e Isabel junto a
su madre Violeta y otros destacados músicos como Patricio Manss, Rolando Alarcón y
Víctor Jara interpretan melodías incorporando elementos nuevos como la música nortina,
instrumentos indígenas o letras sin decoro que hablan de la vida del chileno del día a día.
Es así como mientras en Argentina, Cuba y España irrumpen músicos como
Atahualpa Yupanqui, Mercedes Sosa, Silvio Rodríguez, Pablo Milanés y Joan Manuel
Serrat. En el país músicos y agrupaciones como Quilapayun e Inti Illimani recogen la
influencia de Los Parra y Jara principalmente y popularizan su música a lo largo del país,
eran los tiempos de “La revolución en libertad “del Presidente Eduardo Frei Montalva. Con
la llegada del gobierno de la Unidad Popular, el fenómeno de la Nueva Canción Chilena
tomo las banderas en cuanto a la pauta musical del país, y se organizaron festivales y
espectáculos artísticos a lo largo de todo Chile. Artistas como Víctor Jara, Quilapayun e
IntiIllimani pudieron expandir su música fuera del país y difundir el mensaje político del
gobierno de Allende a otros lugares. Letras como “Venceremos”, “El derecho de vivir en
paz”, y La cantata Santa María de Iquique fueron verdaderos himnos de lucha popular.
El teatro y el baile popular no se quedaron ajenos a este movimiento, y es así como
agrupaciones artísticas como Cuncumén mezclan la música, el baile y el teatro y hacen
giras alrededor del país y también fuera de él. Figuras como Margot Loyola, Rolando
Alarcón, Silvia Urbina y Víctor Jara formaron parte de esta importante agrupación.
¿Pero de que tratan las letras de este canto popular, de este canto nuevo como
dice Jara? Las melodías tratan de amor, injusticia y compromiso social, se puede mezclar
un emotivo momento con un mensaje de lucha, por ejemplo en Luchín se aborda la
pobreza y la miseria, centrada en la figura de un niño pequeño: Frágil como un volantín en
los techos de Barrancas, jugaba el niño Luchín con sus manitos moradas, con la pelota de
trapo, con el gato y con el perro, el caballo lo miraba.
Actualmente los más importantes músicos nacionales se han criado escuchando las
melodías de estos artistas, incluso varios grupos han hecho nuevas versiones de estas
tonadas. Solo por mencionar destacan los covers de Los Bunkers (Run Run se fue Pal
Norte, y La Exiliada del Sur); Los Tres (Arriba Quemando el sol);Lucybell (Arauco tiene una
pena) y Manuel García (Homenaje a Víctor Jara).
Los Jaivas: un grupo insigne
En la década de 1960, Gabriel, Eduardo y Claudio Parra, Eduardo Alquinta y Mario
Mutis forjaron su aparición en la escena musical nacional. Bajo el nombre High Bass y con
un repertorio inicialmente popular, que pronto evolucionó hacia el rock progresivo junto
con la incorporación de instrumentos y ritmos latinoamericanos, se presentaron en
distintos locales y fiestas de Viña del Mar. Esa evolución musical y personal, que llevó todo
un sentido de búsqueda de la identidad continental, no se condecía con el nombre inglés
que tenían desde hace un lustro. Fue así como castellanizaron su nombre a Los Jaivas,
nombre con el que se presentaron por primera vez en mayo de 1970, en la sala de La
Reforma de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile. Como grupo progresivo fueron
uno de los conjuntos de rock chileno con propuestas más originales, junto con Los Blops y
Congregación.
En 1971 grabaron su primer disco de larga duración, El Volantín, marcado por un
sonido sicodélico y de abundantes improvisaciones, sin embargo la consagración masiva
se produjo al año siguiente con la grabación del single que incluía los temas "Ayer caché" y
"Todos juntos". Esta última se transformaría en la primera canción de rock con identidad
nacional en ocupar el primer lugar en los ranking de popularidad en las radios, y fue
editada el año siguiente en un LP conocido vulgarmente como "La ventana", aunque su
nombre real era simplemente, Los Jaivas.
Debido al golpe de Estado y la instauración de la dictadura del General Augusto
Pinochet, Los Jaivas partieron al extranjero, instalándose inicialmente en Argentina. En
dicho país, con la participación de Julio Anderson, primero, y Pájaro Canzani, después, en
vez de Mario Mutis, produjeron tres discos: uno conocido como El Indio (1976), otro con
la cooperación del músico brasileño Manduka, llamado Los sueños de América (editado
recién en 1979), y un tercero titulado La canción de Sur-co (1977). Toda esta producción
se tradujo en una verdadera revitalización para la escena rockera nacional, que vivía un
momento de nula producción musical y donde solamente sonaban conjuntos como Los
Trapos o Congreso. Paralelamente constituyeron un real aporte para el desarrollo y
evolución del rock argentino.
En 1977 luego de sufrir los rigores del régimen militar del país trasandino, el
conjunto partió a Europa, recorriendo todo el continente y llevando una vida en
comunidad, hecho que los distinguió como exponentes del hippismo chileno. Instalados
en Francia, concibieron, compusieron y grabaron Alturas de Macchu Picchu, una de las
obras mayores del rock y la música popular chilena.
De vuelta en Chile, luego de las ediciones de los discos Aconcagua (1982) y Obras
de Violeta Parra (1984), entre otros, el conjunto sufrió una notable pérdida. El año 1988
murió en un accidente automovilístico en Perú, Gabriel Parra. El hecho determinó una
profunda reestructuración del grupo en todos los aspectos, hasta que finalmente se
recompuso con la presencia de su hija, Juanita, en los tambores. Grabaron así el disco
homenaje Si tú no estás, cuyo sonido marcó una diferencia con respecto a las obras
anteriores.
La
producción
de
Los
Jaivas
continuó
con obras
como Hijos
de
la
Tierra, Mamalluca (sinfónica) y Arrebol; pero cinco años después la tragedia se repetía con
la muerte de Eduardo Alquinta. Pocas veces en la historia de Chile el funeral de algún
músico congregaba a tanta gente, como lo fue ese año 2003. Ello habla de la ascendencia
que tiene este grupo en el alma popular chilena, y la importancia que ha tenido en la
historia de la música este país. En definitiva, cuando hablamos de los jaivas hablamos del
grupo insigne de la música chilena.
La producción musical de Los Jaivas los trasformó en parte de la identidad nacional
y el cariño del público ha permanecido intacta en el tiempo.
Otros estilos musicales que surgen también en el país entre la década de los 50´ y
60´ son las baladas, las tonadas y la música tropical. En el primer grupo destaca la figura
de hombres como Lucho Gatica, Buddy Richard o la banda Los Ángeles Negros, grupos
que influyeron a cantautores postrimeros como Fernando Ubiergo, Alberto Plaza o Pablo
Herrera.
En el ámbito de la música tropical son varias las agrupaciones que hacen bailar a
los chilenos, se dice que en fiesta familiar que hay suena la cumbia. Los conjuntos más
populares son La Sonora Palacios, La Sonora de Tommy Rey, Giolito y su Combo, y los
Vikings 5.
Entrevista: “La música está en nuestro ADN”
Para interiorizarnos más sobre el tema de la influencia de la música nacional en la
historia política del país, es que acudimos al destacado profesor de música Raúl Gardella
Figueroa.
El profesor Gardella se ha encargado por años de enseñar y transmitir la
importancia dela música nacional no solo a sus alumnos, también a sus auditores, ya que
hace 26 años conduce un programa en la radio Libra FM 104.7 llamado “América Canta”,
en donde se repasan los grandes éxitos de Chile y sus países hermanos.
• Profesor, dentro de los grandes procesos históricos que tuvo el país ¿Que
influencia considera usted que tuvo la música en estos grandes momentos?
La música siempre ha estado presente en los diferentes momentos históricos del
país, imagínate tú como debe haber sido la celebración el día de la batalla de Maipú, o las
canciones que sonaban y se entonaban en la Escuela Santa María de Iquique en 1907
cuando miles de trabajadores mineros paralizaron la actividad salitrera, como todos
sabemos teniendo un fatal desenlace. La música está en nuestro ADN , tanto por parte de
la herencia indígena, mapuche principalmente y sus cantos y plegarias a las divinidades,
como el desarrollo de la música de los españoles que llegaron al país que en un comienzo
era sacramental, y luego fue tomando otro ribetes, además de la influencia ciertamente
de nuestros países vecinosEn lo personal, la época en que sentí más la música como un mecanismo de
influencia política fue en el gobierno de Salvador Allende, anteriormente con Frei había
surgido el fenómeno del nuevo canto, pero en el gobierno de la UP fue cuando más se
utilizó la música como herramienta de cambio y esperanza social, así por lo menos lo vivía
yo que comencé justamente en la época de la Unidad Popular a impartir clases.
Luego el cambio fue demasiado brusco, para quienes estamos ligados fuertemente
a las artes musicales fue un golpe duro este retroceso y prácticamente desaparición de
todo lo construido. Durante años tener un cancionero de Víctor Jara, un álbum de Silvio
Rodríguez o material de la Nueva Canción Chilena era prácticamente
un delito. Además los principales exponentes ya no estaban, Jara fue asesinado,
Ángel y Tita Parra se fueron al exilio, Alarcón había fallecido antes del golpe, los
Quilapayún e Inti Illimani no pudieron volver.
Así que tuvieron que aparecer grupos nuevos y se hicieron famosas las peñas
clandestinas. Ahí aparecieron Illapu, aunque después igual los echaron, después Sol y
Lluvia, trovadores como Eduardo Peralta, Pedro Yáñez y grupos como Santiago del Nuevo
Extremo y Schwenke & Nilo. Fue un período complejo porque se tuvo que luchar por la
cultura, y las manifestaciones musicales más ligadas al pueblo estaban prohibidas.
• En la actualidad, cómo ve el mensaje musical respecto al momento en que vive el
país, ¿Cree que se ha mantenido este rol de denunciar las injusticias sociales y de
promover libertades y derechos tanto personales como colectivos en las melodías?
Claro que se ha mantenido en cierta parte, pero no tanto como antes, o por lo
menos en la época de Allende. Hoy en día los artistas más ligados al lenguaje callejero y
nacidos justamente de poblaciones o sectores humildes se han encargado de fomentar
este mensaje. Por mi trabajo he seguido la evolución de diferentes ritmos y sin agradarme
mucho el hip hop, este último con exponentes como Anita Tijoux o Portavoz han
desnudado los problemas del chileno medio y han ilustrado esta realidad de demandas
ciudadanas y necesidades urgentes . Otros artistas igual han expresado su descontento
con el sistema actual y han promovido los grandes cambios en sus espectáculos. Por
ejemplo Manuel García y Los Bunkers, seguramente dos de los artistas más reconocidos
de los últimos años en el país, no desaprovecharon la oportunidad de protestar en sus
últimas actuaciones en el Festival de Viña, principal escenario para un artista nacional.
Pero me gustaría como profesor e idealista que los artistas contemporáneos cumplan un
rol aún más social, por ejemplo que en sus letras reclamen por el derecho a una educación
gratuita, a recuperar .nuestros recursos mineros, que denuncien las malas practicas en la
política chilena, etc.
Última etapa del Siglo XX: Desde la Dictadura hasta el fin del milenio
Como se explicó en las entradas anteriores, con la irrupción de la dictadura militar
desaparecieron o fueron destinados al exilio las principales figuras de la música en el
último tiempo. Es así como en el gobierno de facto emergieron nuevas agrupaciones de la
corriente de la Nueva Canción Chilena como Santiago del Nuevo Extremo, Schwenke &
Nilo y otros trovadores. Pero también irrumpieron nuevas bandas y artistas que llevaron la
batuta.
Entre los más destacados podemos mencionar al grupo Sol y Lluvia, agrupación
fundada en 1978 que creo verdaderos himnos contra el gobierno militar como “Adiós
General”, tema que fue portada de los diarios al confirmarse el triunfo del NO, o “ Por un
largo tour”. Sol y Lluvia destaco como uno de los grupos más exitosos nacidos en tiempos
de Dictadura
Otros artistas nacionales que alcanzaron notoriedad durante este período fueron
Alberto Plaza, Eduardo Gatti y Fernando Ubiergo y otros cantautores. Ubiergo se hizó
popular por su triunfo en el Festival de Viña de 1978 con su éxito “El tiempo en las
bastillas”. Otros temas reconocidos de este cantautor son “Un café para Platón” y
“Cuando Agosto era 21”
Pero si hubo un grupo ícono en el país en los años 80´ fue sin lugar a dudas Los
Prisioneros. Este trio nacido en San Miguel y conformado por Miguel Tapia, Claudio Narea
y Jorge González, alcanzó un nivel de popularidad gigante en la década de los 80´ y en sus
letras expresaba ácidas críticas al sistema imperante y a la realidad del país.
Canciones como “La voz de los 80”,” Quieren dinero”, “El baile de los que sobran”
o “Porque no se van” se constituyeron como himnos contra la represión de la época, la
desigualdad y la codicia de algunos. Los Prisioneros expresaron el sentir de una juventud
cansada ya de la represión del país y de esa prohibición por expresarnos más allá de
nuestro metro cuadrado. Frases como “Mira nuestra juventud, que alegría más triste y
falsa”, o Únete al baile de los que sobran, nadie nos va a echar de más nadie nos quiso
ayudar de verdad
El estilo polémico y confrontacional del trío de San Miguel le hicieron tener una
especial conexión con el público, el difícil carácter del vocalista del grupo Jorge González
es conocido por todos en el país, y a lo largo del tiempo ha dicho acidas críticas en sus
letras y entrevistas como “Cargo con el estigma de ser polémico, pero sólo digo lo que
pienso y en este país eso es peligro”, o declaraciones respecto a la política como “No
apoyaré a ningún candidato porque gane quien gane, ya sabemos lo que va a pasar. La
política y que la gente vote para elegir a sus representantes es un circo”.
En los años posteriores a los Prisioneros, aparecieron nuevas bandas y estilos
musicales en la década de los 90´ destacando Los Tres, Los Tetas, Lucybell, La Ley, Tiro de
Gracia, Gondwana, Makiza y Chancho en Piedra entre otros.
Los Tres se consolidó como la banda más exitosa de la década de los 90´ tras el
fenómeno de Los Prisioneros, la banda liderada por Alvaro Henríquez ha jugado con
distintos ritmos a lo largo de su carrera y ha hecho versiones de canciones de grupos
nacionales de antaño. Los grandes éxitos de esta banda son “Un amor violento”, “Quien es
la que viene allí”, “Déjate caer”, etc.
El Hip Hop como herramienta de revolución.
Con la vuelta a la democracia en 1990, comenzó el fenómeno de los megaconciertos en Estadios, Parques, y grandes escenarios. Junto con las bandas chilenas
vinieron artistas extranjeros también al país, cuando antes solo lo hacían en el Festival de
Viña del Mar. Cada vez son más los magnos eventos musicales, pero sólo una banda
chilena ha logrado repletar en dos ocasiones el principal coloso del país, el Estadio
Nacional, estos fueron Los Prisioneros en el año 2001, quienes congregaron a más de 100
mil personas durante dos días de presentación. Actualmente los principales grupos
nacionales, se vieron influenciados por los conjuntos que dejaron huella en el país en
décadas anteriores. Hoy en día los principales artistas nacionales por mencionar algunos
son: Gepe, Manuel García, Los Bunkers, Francisca Valenzuela, Camila Moreno, Anita
Tijoux, Nano Stern, Astro, Javiera Mena, Chico Trujillo, entre otros.
Aunque muchos de ellos son personas de un canto más comercial, existen también
un grupo de aritstas que mantienen el uso de la música como plataforma para demandar
socialmente las injusticias del día a día, un ejemplo claro es el rapero Portavoz, quien a
travez de su trabajo musical nos expone una realidad paradógica. Y es que el hip hop en
Chile nace como un canto de chile, el ritmo de la protesta, nace con la llegada al país de
hijos de exiliados que traían consigo códigos de hip-hop que acá no se conocían. Entre
estos retornados se puede destacar a Jimmy Fernández, que después conformaría el
grupo La Pozze Latina, como uno de los pilares de este nuevo movimiento cultural.
La Calle Bombero Ossa, a pasos del paseo Ahumada, fue el primer centro de
reunión de aquellos que se identificaron con el hip-hop. Una radio y una tabla de cholguan
bastaron para que naciera en Chile lo que se conoce como “Vieja Escuela”, tal como se
conoce a los primeros cultores de hip-hop en el país. Allí también se reunían grupos como
Los Marginales, La Pozze Latina, Los Panteras Negras, Gravedad Zero y uno que otro
graffitero. Ellos comenzaban a generar una incipiente comunidad. Las razones para que el
hip-hop se propagara como una plaga son variadas: un discurso de alto contenido político
hecho y dirigido a jóvenes que también se sienten excluidos, un mensaje antisistémico,
una homogeneidad entre los componentes de la escena, entre otras cosas.
Los años fructíferos y de expansión del hip-hop en Chile tuvieron un corte más o
menos súbito. Después de la gran popularidad que alcanzó Bombero Ossa el movimiento
comenzó a disminuir y a eso se agrega la caída de la dictadura terminando, en parte, con
una imagen de enemigo que tenían estos jóvenes.
Recambio generacional
Esta especie de decaimiento dio paso a la “Nueva Escuela”, ya que a mitad de los
años 90´ explota otra fiebre por este movimiento cultural. Surgen nuevos grupos que con
su juventud terminan de construir el edificio que cimentó la “Vieja Escuela”. De ese
periodo las bandas más destacadas son Demosapiens, NCS, Los Araya, etcétera. Con eso,
Bombero Ossa se hace pequeña y obliga a cambiar el centro neurálgico del hip-hop en
Santiago. La nueva casa era Estación Mapocho.
Comienza a masificarse el movimiento. Fue clave en esta expansión el primer
álbum del grupo Tiro de Gracia, “Ser Humano”. Nuevamente todos los ojos del país se
centraban en el hip-hop. No obstante, tal como pasó en Estados Unidos, el mercado
estrujó a más no poder las ramas del movimiento. Si bien se editarondiscos notables como
“Aerolíneas Makiza”, también se lanzaron bodrios que dejaban mucho que desear.
De igual forma, aún siguen vivos colectivos que ven en el hip-hop una salida de
escape, la principal arma para manifestar su descontento y una importante herramienta
educativa. Organizados en torno a talleres dirigidos a jóvenes y niñoscontinúan con la
esencia de antes. Uno de los más importantes es la Red de Hip-Hop Activista.
En la actualidad los grupos que han mantenido vivo el movimiento son los que
transitan en la escena subterránea. Muchos pretenden catalogar a esta tercera generación
como la “Novísima Escuela”. Veamos si se sienten cómodos con tal calificación. De lo que
no hay duda es que la caja y el bombo seguirán sonando, que siempre habrán muros por
pintar y que una tabla de cholguan acogerá a quien quiera bailar sobre ella.
Cabe destacar que ha tenido gran impacto el rap político con artistas como Legua
York, Panteras Negras, LB1, Subverso, Guerrillerokulto y Salvaje Decibel(Portavoz).
Además del Festival Agosto Negro.Así mismo, en otras ciudades de Chile, los
grupos de rap, los cuales venían trabajando desde hace muchos años, se consagran y se
comienza a terminar la descentralización del hip-hop en Chile.
Grupos como Mutante Style de Puerto Montt, De La Nueve de Temuco, Tormento
y Rambo de Valdivia, Enlace 041 de Concepción, Eskina Familia Skuad de Iquique, Legado
Clan de Antofagasta, Mandingas de Copiapo-La Serena, entre muchos otros como
Vatolocosmart nueva escuela.
Hiphoplogía
Hiphoplogia fue un colectivo que nació a partir de los talleres de Hiphop en
Santiago. Se propuso crear un colectivo que reuniera a diferentes MCs, siguiendo una
filosofía “Entret-Educación” que se basa en una forma de enseñar horizontal, discutir y
solucionar sus propios problemas con sus propias manos. De ese modo es también una
expreiencia de Educación popular. Ninguno de los pertenecientes de este colectivo se
dedica un 100% a la música, solo son diferentes personas que con el flow proponen algo
diferente que el regueton o el Hiphop (pop).
La característica principal de esta agrupación es su conciencia política, es rap
consciente. Sus temáticas van desde las carencias y necesidades de los pobladores y
pobladoras, como así también propuestas para darles solución, enmarcadas en ideologías
que apelan a la lucha y organización de los sectores populares.
De este colectivo nace una gran cantidad de agrupaciones y/o solistas que
posteriormente llegan a consolidar su trabajo musical. Entre ellos podemos destacar:
• Con$pirazion (Skapo + Subverso)
• Guerrilero Okulto
• AK-47
• Legua York
• Sub-verso
Conclusión
Bibliografía
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