métodos alternat16`os de manejo de conflicic6

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MÉTODOS ALTERNAT16'OS DE MANEJO DE CONFLICIC6
Colección
Cuadernos de divulgación
MÉTODOS ALTERNATIVOS
DE MANEJO DE CONFLICTOS
Aplicaciones en materia ambiental
1' edición
ALFONSO GONZÁLEZ MARTÍNEZ
SEMARNAP
Semarnap/Cecadesu-rN uo
MÉxaco 1997
3 G,3.
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PRC 11 E4tS
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Primera edición 1997
pe ® Alfonsol$onzâ ez Martnuz del Grupo de
Estudios Ambientales, AC, por el texto
na e Secretaría de Medio Ambiente, Recursos Naturales y pesca
Periféríat Ñu 4209, fraccionamiento Jardines en la Montaña
14210, México, DF, pur la edición.
'In eProyecto
Fortalecimiento de la Sociedad Civil/ Programa
de las Naciones Unidas para el L)csannllo «timo)
Presidente Masarik 29, 8° piso, colonia Polanco
'1'1570, México, DF, por la edición.
Centro de Educación y Capacitación para el Desarrollo Sustentable.
Av. San Jerónimo 458, colonia Jardines del Pedregal
01900, México, 1)N,
Cuidado de la edición : Miguel Angel Domínguez Pérez Tejada
y Gabriel H. García Ayala
ion- 96S-817-393-2
Impreso y hecho en México en papeles reciclados
CONTENIDO
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El conflirin
Función 5acial de loa conflictos
Los conflictos árnbiluiales
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Criterios básicos para impulsar procesas t[C conatrii[caórt de
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69
RECONOCIMIENTOS
E
1 autor de este texto reconoce que las ideas, prin-
cipios, experiencias y ejemplos que se han vertido en él, son, por una parte, material generado
en las experiencias de trabajo con el Grupo de Estudios
Ambientales,
Ac,
del que es asociado fundador; pero
tarnbieii, en buena parle, son un legado de la colaboradibn con diversas personalidades expertas en estos te-
mas, a las cuales debe un profundo agradecimiento . En
particular, reconoce lo aprendido con Amén azuela., del
World Resóurces Instituto, y su equipo de colaboradores
en el Programa para América latina y el Caribe; en particular con Esa Cbang, julio Quang y María Elena Molina,
ad corno con la asesora Alisa Stern, del Natianal Institule
tor I}ispu he&esaiution conquienes colaboró de 1993a1995.
También aparecerán, .a lo largo del texto, las evidencias de la colaboración habida con : el grupo de exper-
la
MITOIfli Ar :ft NATims DF HA .`]~.J0 PCCONrUCm 6
los reunidos en el Taller sobre rregoc adém yy mediación en
materia ambiental auspiciado por la Academia Internadona ] d e [ Ambien te, en Ginebra, en 1995 ; y con el equipo de la Fundación Futuro Latinoamericano (Yolanda
kakabadse y Ricardo Meléndez), con quienes el autor
participé en abril del 996 para Impartir un taller sobre
el tema en Ecuador . De ambos equipos de trabajo ha
recogido valiosas experiencias,
Asimismo, aquí se agradecert, .entérminos más amplios, las sugerencias, comentarios críticos y aportad unes que Ios participantes de los talleres sobre exposición vio aplicación de este enfoque metodológico han
expuesto al autor, tanto en México como en diversos
paises latinoamericanos, en las últimas tres anos.
Un agradecimiento especial, sobre asta edición, corresponde al esfuerzo del Proyecto rrNUU-Cecadesuf
Semarnap, cuyos participantes han favorecido que las
experiencias del autor pudieran tornar la forma de un
texto que tenga más amplitud de difusión que los esfuerzos, siempre limitados, de la exposición personal.
A todo. ese equipo, gradas.
No obstante las grandes aportaciones que se aecconncea el autor asume plenamente su responsabilidad
sobre las afirmaciones, limi bidones y debilidades de Io
que aquí se expone., y agradecerá los comentarios y
sugerencias de quien lea este texto, para peder mejorar
su acercamiento al tenia_
Alfonso González Martínez
IN1'ROWCCIÓIv
a reciente aparición y rápida difusión de diversas varruites metodológicas del manejo alterna.j tiva de conflictos ambientales es un tema de a terción creciente, tanto para las instituciones pabl cas encargadas de la gestión ambiental, como para los organismos de la sociedad civil que buscan incidir en el meforan- ien Lo de su ambiente, debido a varios factores que
han coincidido para su desalme [lo.
El enfoque de un manejo alternativa de cunflidos
surai0 como parte de una reflexión critica acerca de las
limitaciones de los caninos convencionales para
enfrentarlas y de la revaloraciim de opciones no violentas de transformación sociamediante el ejercicio
de formas participa Uvas más responsables, efectivas y
agradables, que permitieran fortalecer las capacidades
de acción de la gente, consideraran más adecuadamente
12
É xitCm Atina Krrwrs
i aF
MANEO Gis CONF1J
It
sus necesidades profundas de identidad y dignidad e
hicieran más efectivos _jr de rostro más humano—,
los mecanismos democráticos de inclusión de la am
gliaarción dudadanaenla gestión pública (Freire,1970,
1993; Auvine ct a1 .,1978 Kindervatter,1979, Calombres,
1982, Bingam,1986; Meore,1986 y Spencer,1989).
Aunque dicho enfoque no es patrimonio de una ese uplasociológica nide alguna institución política, si ha
tenido gran influencia en diversos organismos locales,
nacionales e internacionales de carácter educativo, de
promoción del desarrollo y los derechos humanos y de
gestión pública . Y esa influencia crece die con día.
Por otro lado, el ambiente, entendido como el conjunto de condiciones y elementos con que interaCtÚen
los seres vivos y qué afectan su existencia y bienestar
(Vidart;1986) está cada vez más presionado por el crecimiento de la humanidad; esto ha hecho proliferar
—entré otras cosas—los conflictos ambientales.
Tal vez lo más etir idente para explicar el auge del
enfoque metodolágicu de Manejo alterno de los conflictos derivados del deterioro ambiental o de disputas territoriales (con evidentes efectos sobre el acceso
a los recursos naturales v servicios de infraestructura), es que ésto aumentan día con día conforme se
incrementan, acumulativamente, las consecuencias
ambientales generadas por las formas de desarrollo
predominantes, impactando a diversos sectores de una
población, cuyo crecimiento, más acelerado en las zonas pobres y explotadas del planeta, hace que estas
disputas adopten de manera recurrente la orientación
de "competencia por recursos escasos," y lleguen a
iuruenuzaoir
asumir la forma de "guerras verdes" (Redclift,1989 y
Bcnnett,1991).
Ante ese incremento de los . conflietos ambientales,
cada vez es más insuficiente el tipo de respuestas convencionales que ofrecen los sistemas jurídicos heredados de otras épocas, corno llevar un caso al tribunal
cuando Io ambiental está condicionado al uso de diversos instrumentos legales sectoriales insuficientemente articulados. Por Io generas, esto ofrece opciones de
baja eficacia para resolver el conflicto . Ocurre también
que los problemas nuevos no están suficientemente tealados en este o aquel instrumento legal, cuya formulación Fue anterior a su aparición.
De Igual modo, es común que Ios actores sociales
involucrados en eI nuevo problema ambiental tengan
puntos de vista diferentes (e intereses no armonizables)
sobre el mismo problema.
Frente a este tipo de problemas u otros muy sirrilares, es que en los -últimos 30 años se ha desarrollada, a
lo largo. de diversas partes del planeta, un nuevo enfoque –alternativo a los métodos legales convencionales— para enfrentar los problemas ambientales, particularmente cuando devienen en conflictos sociales.
.Este nuevo enfoque no surge en oposición aI sistema legal vigente, sino que lo complementa y amplia la
capacidad social para una participación plural y diversa, en la dinámica de acercarse a resolver los proble mas en el complejo campo de lo ambiental . Para que
encuentre un clima propicio de desenvolvimiento, este
enfoque metadolúgico . requiere que haya suficiente
conciencia pública sobre la importancia de los proble-
13
14
aiielixx~,ui=-to:Ánvos
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mas. ambientales y sus consecuencias, y mimo de participación social a través de vías responsables y pacificas de diálogo, para aplicar un enfoque alternativo de .
manejo de conflictos, Tambi&n es tecesário contar con
la volwitad política de algunas instituciones vigentes,
que ayude a crear estas alternativas, en vez de mantenerse en la confrontación, la salida autoritaria y/o el
sometimiento de los casos a los . tribuilafe:,.
En el presente texto se expondrán los instrumentos
básicos del método de manejo de conflictos, 1211 ycomo se
conoce en el mundo, en versiones diversas, pero que denErimucho elementos en comrm . 5e ha buscado una presentación adecuada a [as condiciones culturales mexicanas y latinoamericanas, así como una orientación metodológica compatible con e] uso de diVersós actores ; es
dedix, que pueda emplearse como uri instrumento dé la
gestión ambiental institucional, c bien, con el enfoque y
estilo de acción de asociaciones ciudadanas, para incidir
en procesos demm.0 de conflictos ambientales, a partir
de su propio interés y de sri derecho a la participación_
Asimismo, se subraya la articulación de este enfoque con los principies y conceptos generales de! desarrollo sustentable, sdmetides a urna intensa discusión y
progresiva construcción que permite adecuarlos paulatinarinente alas condiciones locales de acción y de
participación social platal (CNu ao, 1987; Aguilar y
Meza (Coords 1992-1996).
Orientar hacia la sustentabifidadlos procesos locales concretas requiere del entusiasmo Social y de la participación responsable de los .diversas áctores, cuyos intereses interactfzan en cada localidad ; asi como
wixq rroccIC v
de las herramientas apropiadas (principios, métodos,
instrumentos, critcnos, el c.), para que ese enfoque, estrecharnente vinculada con el de maneje alternativo de
conflictos, que aquí se presenta, p uedart ser de utilidad
en el acercamiento,
15
1.
ONCEI-r1'05 BÁSICOS
El conflicto
s común definir un conflicto como aquella situación en que las partes están en desacuerdo o tienen posiciones encontradas con respecto a la distribución de los recursos materiales y f o simbólicos dettcnrrtinados y actúan movidas por su percepción de que los intereses de cada una unan contrapuestos (Ross, :1 .995; Pruitt y
Rulrin,1986, y Kriesberg,1975) . Esta definición, aparentemente escueta, encierra gran complejidad en la que aparecen cuatro elen termos relean trs que conviene Beta [lar.
E
Primero : posiciones en desacuerdo
Una posición frente a otra ; cada argumentación fijada,
cristalizada, en contraposición a otra posición también
1K
w ETL'iICe. .ALrERNAj[W's Dr
ti{?.Nr fn nf. C
» ei .ic'i
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fijada y diferente sobre el rnismo asunto . Parece claro;
la rala inicial de un ron Flicto está en una forma cultural
de argumentar la defensa de lo propio de manera unilaleral; si el otro tiene otra posición, allá él : "en es Le asunto hay que hacer lo que yo cli u "
Segundt] : distribución de los recursos
materiales e simbólicos
Los cunflictos nunca están nulos de con Lenido simbólico o material y corresponden, corno situación,
a la tensión sobre la distribución de dichos recursosr inclependienternenle de la forma cultural que
presenten.
La velada competencia per el acceso a parcelas,o loles urbanos o rurales con mejor "vista," por ejemplo,
genera tensiones y/o conflictos frentes bienes aparentemente similares_
Tercero : percepción de la situación
(y de los recursos)
La percepción de una situación determinada (y de
los recursos) es la que define las posiciones iniciales que tiene cada parte . Es común, por ejemplo, que
una parte piense que el conflicto es sobre unas tierras "en el mercado," con valor en moneda corriente; y la otra, considera que ese santuario es el lugar
de residencia de sus antepasados y de las deidades
que los protegen y que, por lo tanto, no puede ponerse a la venta .
~cax~antx~
19
Cuarto_ intereses reales de las partes
Los intereses reales de las partes también están en juego . TI conflicto no es sólo una cuestión de percepción
ni de posiciones, sirio que en el fondo cada parte tiene
intereses objetivos (i nverslones, compromisos, ambiciones, derechos legales, etc .) que impulsan su acción . Enlazando los cuatro elementos, un conflicto aparece cuando una situación específica pasa de una condición armónica a olra problemática y se precipita como conflicto explícito, cuando el problema que genera el cambio de condición no puede resolverse por el diálogo
doméstica ni por los medios convencionales.
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Natal ; Diferentes tipos de r.pmportaniiente humano y la negociació]] allernativa dc . conlliccn5 en el campo ilc la planeaci5n
partid pa liva (Stern, 1994, modificado por Changr Gonza tez y
7a miela, riel wat, 1995) .
20
MCOEC, .tirtk\1
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ice: MAFQFJO uE C N ,ICj.
Función social de los coghctns
En términos generales, los con Flictos no son únicamente positivos o solamente negativos para la convivencia
social. Conviene indicar algunos aspectos de ese doble
carácter.
Un conflicto cualquiera, en una situación concreta,
puede obstaculizar el funcionamiento del colectivo,
como cuando los intermes vitales para la sobrevivertcia
de la comunidad son bloqueados por otros intereses
externos, e cuando un fuerte conflicto obstaculiza la
imparcialidad de las instituciones; o bien, puede afectar coaliciones o alianzas existentes y aun frenar cambios necesarios para una colectividad . También puede
aislar a personas, instituciones especificas o sectores
sociales concretas del resto y desgastar inútilmente
voluntades, energía y recursos humanos, al grado de
errrpuj•ar la modificación de prioridades en el desarrollo de una localidad.
Por el otro lado, a menudo los conflictos promueven
la identidad de las partes, reforzando sus valores, fomentando la unidad de personas y grupos, ayudando
a la concientizaeión del colectivo, y liberando tensiones sociales y personales . Ayudan a restablecer prioridades y estimulan mecanismos preventivos y de control de subsiguientes conflictos.
Es importante subrayar que no todo conflicto es violentamente resuelto, aunque sí es recurrente el uso de
la violencia para resolver algunas . En ocasiones, si un
conflicto se acrecienta, puede llegar a ser expansivo,
es decir, que de un origen localizado, puede generali-
co. ccrr:_a wisico5
xarse, como situación polarizadora, a toda una sociedad local, regional, nacional o macrorregirmal, Las
causas de Los conflictos, como lo ha analizado
sistemáticamente Marc El. Ross (Ross, 1995) pueden
tener componentes socioes tructura les con base en diferencias económicas, jurídicas, de acceso ala tierra, u
bien, componentes psicoculturales de una inmensa
complejidad, segrjn las diferencias intercu [tara Les que
aparecen entre Tas partes que se traban en un conflicto, o como los heredados de La estructura colonial, en
donde lo indígena, o más ampliamente, lo rural, es
percibido como subordinado a la vida urbana (véase
la Figura 2) . Pero en cada situación concreta esas componentes se acomodan en una ecuación que da cuento de la complejidad de los conflictos.
Por supuesto, en cada sociedad existen mecanismos
de controT social (gobierno ejecutivo, policía y ejército,
tribunales y cárceles, etc .) para ejercer la justicia y/o
mantener el orden del desenvolvimiento general dentro de la sociedad, pero es común que haya infinidad
cTe conflictos que no llegan a ser oblar) de la atención
institucional, u dada su abundancia yfo su complejidad, no pueden ser atendidos bajos los procedimientos normales de control social, o es tan costoso y lento
el proceso judicial para resolverlos, que la gente busca
otras lomas para resolver los conflictos.
La perspectiva de buscar un "manejo racional" de.
los conflictos por vías alternativas alas judiciales, corno
forma complementaria y coadyuvante al ejercicio de la
justicia y a la promoción del desarrollo social más armónico, es entonces un medio complementaria —al-
21
II
L'Lvie L7tKK\.YL IVO Lk M .v; [fO Di 'X NTL1C1CÓ .
Leniativo—para disminuir elencauzainierito de los conflictos a. la violencia y para delimitar sus alcances v su
expansión . El manejo racional de los conflictos es una
actividad humanística, sustentada en el supuesto de que
es posible mantener u devolver a cauces racionales las
situaciones que ponen en tensión la curwivi,encia .social, siempre y cuando las partes eslén interesadas en
explorar esa vía.
El ejercicio de este manejo alternativu de conflictos
requiere de cierta legitimidad para poder ejercerse en
toa sociedad . Esto quiere decir que las instituciuneS
vigentes deben promover, Facilitar y apoyar la existencia de espacios de negociación v Conciliación, adicionales a los que operan bajo responsabilidad legal_ En algunos casos, cierto tipo de conflictos han sido alendides por los Tribunales de Conciliación y Arbitraje, como
los que en México regulan las relaciones ehrere-patrnnales . También se han instalado recientemente, con autorización oficial, los Tribunales de Arbitraje a la práctica médica, dada una cierta recurrencia de conflictos
difíciles de atender en tribunales normales . En algunos
otros países, tanto europeos como americanos, se ha
desarrollado una cierta "cultura del manejo del cnnHicto ." El caso clásico es de Estado Unidos, donde se
da gran atención, en tribunales normales y en otros,
creados red Ñoc, a la conciliación y negociación mediada
de conflictos, al menos desde principios de los $0
(Madigan, McMahun, ef al„ 1994 y Weeks, 1992), Otros
paises, Come Argentina y Ecuador ; han legislada recientemente sobre esta materia, legitimando los metodoe alternativos de mediación y conciliación, en tétrnii-
f' .IY. .'I-7n .5 RP51CC
23
.nos generales (Wrav, et aL,19 r94; Nueva Ley de Mediación,1995).
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Figura a. Algunas variable culturales que influyen en la nuguciaci[Fn
L Li L.A .
v resolución de conflictos .Aggcciattvs,1995 . Adaptación de
1996.
Las conflictos ambientales
Las situaciones problemáticas de contraposición de intereses sobre la distribución de ciertos recurres naturales, que se han convertido en conflictos ambientales,
tal corno los YeCOrU Gemas hoy, son rt.lativarnente re.
cientos como fenOirenos específicos . En otras épocas,
el deterioro ambiental era más lento n las consecuen-
24
rdÉ-sou S .l L'l tiN :: L:V!O L) MANJIJC L€ WNCLJC
ras se veían como mal necesario . Es muy reciente la
aparición de las conflictos ambientales como asunto de
atención pública mayor, debido a la agudización del
deterioro ambiental . Esto es explicable por la presencia
de una mayor sensibilización social sobre sus impactos, irritación social específica y la exigencia social de
respuestas, con amplias presiones_ Puede decirse que
la expresión de conflicto ambiental apareció a mediados de este siglo, distinguiéndola de las consecuencias
de deterioro ambiental asociado a las guerras mundiaIes o locales, que incluyeron la contaminación ra dioactiva en las áreas de Hiroshima y Nagasaki en 1945.
Puede fecharse en 1950 un primer gran conflicto
ambiental de consecuencias mayores v alertantes de la
opinión pública mundial: la contaminación per mercurio de la bahía de Minamata, en lapón, donde la empresa t ltisso Corp.
.ChemicaL productora de cloruro
de vinilo y acetaldehido contaminó a grados escandaloses las aguas estuarinas y marinas durante varias años
(Rothina .n,1980) . U respuesta de la sociedad local, los
científicos universitarios y el gobierno, así como las
consecuencias internacionales de ese incidente llevaron a respuestas pmgresivas de mejoramiento de los
procesos industriales, por lo que en 1958 se log ó el establecimiento de una planta de tratamiento de los desechos tóxicos . l-lassta 196S la empresa Chisso reconoció su responsabilidad en cl incidente_
La sensibilización social hacia incidentes de deterioro ambiental cada vez mayores, o de efecto ,n`M agudo
sobre la saltad humana, han motivado cl incremento
de conflictos ambientales derivados de esas situado-
C l CÉC7L3 oMICi>5
nes, al grado que la capacidad de enfrentarlos adecuadamente se ha vuelto un asunto de creciente interés
público (Ball, 1988; Panas, 1994; Getlieb,1996 ; Maser,
1996), igual que la sistematización de los inecarriSrn05
para racionalizar su manejo partiripativo (Cf. la bibliografía de Gupta y Nandini,1994 ; Dozier, Low y Mayo,
1995, y Hamaclier,1996).
Aun cuando en .Móxico hemos vivido diversos proh[era as de causa ambiental (forestal, epidémico, de intoxicación industrial, etc.), desde hace mucho tiempo
puede sostenerse que la aparición del conflicto ambiental como tal apareció con toda claridad en 1978, cuando se obligó a la empresa Cromatos de México, tiA a
cerrar sus puertas y reublcarse fuera de la ciudad de
México, porque una coalición de estudiantes, médicos
y
. organizaciones comunitarias del norte del área meque la irresponsabilidad en el
manejo de los desechos tóxicos de la citada fábrica habla dañado la salud de mas de 150 mil personas (Ortiz,
1987) . Por esos años surgieron fuertes críticas al deterioro ambiental (González, 1979 ; López, González y
Moreno (eds_), 1987), pero no fue sino después de algunas acciones ejemplares —como la lucha contra
Cromaras a contra las sementeras de TuIa, Hgo . que
se sensibilizó la opinión pública más efectivamente . Así,.
en 1979, cuando se produjo un gran derrame de petróleo del pozo Ixtoc-I, en el golfo de México, se precipitó
una corriente critica ciudadana que generó situaciones
con Malvas, por demandas ambientales, que serán cada
vez más recurrentes y nutridas (para un recuento sintético véase González, 1994),
25
26
,
•ii:IC:I X1 i
1'Mti L€ M11 . ;A'IiIO L1! ecceu '!C
En esta década, la ntxión de conflicto social se ha
profundizado en buena parte por la validación de nuevos cri Lerios para v erla situación ambiental, derivados
del conjunto de formulaciones elaboradas por la Confererrcia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrolle (CNIJMAD), en Ría de Janeiro en 1992, La
Der1arnciór1 d R]b, documento de máximo consenso en
esa cumbre y firmada por 256 gobiernos nacionales,
incluye propuestas básicas sobre la revaluación de la
itnporlancia de las personas y la calidad de su vida sobre los procesos de desan•alla .ecanámico.'1'arnbién incluye la prevención yresponsabilidad de los gnhi cirios
sobre estos temas, al grado de que su difusión está
perneando las estructuras jurídicas, político-institucionales y de comportamientos sociales amplios,
sensibilizándolos sobre los problemas ambientales
(Apilar y Meza (eds .), 1992-1996).
Los nuevos conflictos ambientales en los 90
comprenden actores más exigentes, uno mayor
base de información que fundamenta las discusiones y una conciencia social creciente sobre los
males derivados del deterioro ambiental, así como
su posible reversión . La acción social emergente
de diversos grupos de la sociedad que planitan
nuevas demandas "ecologistas," es ya un fenómeno del que deben hacerse cargo los gobiernos, les
medies de difusión y la misma sociedad global
(DeI ir a], et a2 ., 1.979; Martínez Alier, 1992 ; The
-Eco?ogts€, 1995) . En este ámbito han prosperado
las nuevas formas de manejo de los conflictos ambientales, que parecen interesar por igual a los
27
u:fierTleSPASs xs
diversos actores de esos procesos : organizaciones
sociales de base, asociaciones ciudadanas y estructuras institucionales.
Algunus elementos del marco jurídico-político
mexicano para el manejo
de los conflcitos ambientales
En México se tiene un amplio conjunte de ordenamientos legales, juridictrpolitieos, para regular la relación de la sociedad con la naturaleza y las condiciones
ambientales, aunque en . esa infraestructura jurídica se
ofrecen pocos instrumentos específicos para diriutir
conflictos amhimita les . Esto tiene que ver con el carácter definitorio dele "ambiental" en el marco jurídico
nacional, que se detallara aquí . Se ha definido come
ámbito del derecho ambiental;
al e-0*otu ds murenas jurídicas que regulan las conduelas lu .manasclue puedetl influir de una manero relevante en los prutxsos de
iutemeei4n que tienen lugar entre los sistemas de orgtlism .os vivos y sus sistemas de dmih. lenle, mediante la generad-0n tlu ulecá73
de las que se espera una modificación significativa de 1a5 cond idoEles de e1cisiencia de dichos organismos_ Este eunj lllta deltetmlas
jurídicas e5 un '5ecLcW' del sistema ll]TidiCD mera i to ev, un
ulbsislema " que se ha identificado con base ta el conixptu de
Nublen le, que es el frien jurídicamente entenado (Brañus,1
j_
Ese ámbito del derecho ambiental comprende en
primer lugar, un marco . general de referencia en les
principios consituciona les de "conservación de los re-
h
recey AI;IneArrvc G Dr
A1 :YN ft 7 I)F 4
jt7LIl~r:
cursos naturales" de patrimonio nacional (Arlieulo27);
de "prevencióny control de Ta contaminación" (Artículo
73) ; y de"cuidado del medio ambiente" con motivo de
1 . regulación de los usos productivos de los recursos
(Articulo 25j, Ese marro generalconstituy-e la base para
la gestión ambiental pública, que , se ha regulado por la
actual Lev General de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente, apoyada en leyes anteriores, yFrecienterriente revisada.
L .a gestión ambiental institucional puede definirse
cm-no la acción responsable institucional, de cuidado
del bien ambiental I :utelado por el Estado . Sin embargo, dados los impactos interacti •os en materia ambiental, la gestión ambiental institucional y su responsabilidad especifica—tiene que coordinarse, desde el punto de vista de la jurisdicción legal, con otros instrumentos jurídicos que regulan:
« . Las usos productivos de recursos naturales como
flora, fauna, suelo, subsuelo y agua (corno en la agricultura, la minería, la foresteria y los aprovechamientos asociados a las aguas mannas,cstuarinas y dulces) ;;
* los usos de consumo de agua, para fintes habitadoHales e industriales,
+ la protección de recurSOs naturales, y el ordenamiento territorial de los usos diferenciados de esos recursos (incluyendo áreas protegidas, zonas silvestres,
reservas territoriales para usos urbanos, etcétera);
la transformación industrial (regulaciones de la
industria, de fiscalización, de criterios de emisión
y manejo de desechos, etcétera) ;
a-uNaWiln 11.S
xn
+ la operación de la infraestructura para eI desarrolla (eléctrica, hidráulica, del transporte, etc .), en Ios
ámbitos federal, municipal y comunitarios
la regulación de la posesión de las tierras lasper,5
tos de propiedad privada y agraria, y
* las infraestructuras educativas, de salud y de recreación, en general.
Dicho en pocas palabras, la gestión ambiental tiene
que ver con casi todo el resto de la estructura jurídica,
si bien su campo específico sigue existiendo con toda
pertinencia. Y en él, sin embargo, aparece otro nivel de
relación con la conflictiva ambiental, es el que más
cercanamente se relaciona cnn el manejo de conflictos
ambientales . Se trata de los instrumentos jurídicos de
acceso a la participación de diversos actores en la negociación de opciones de desarrollo o de modificación
de situaciones problemáticas
Esta área de lo jurídico está particularmente limitada.
En términos muy generales, hay dos instrumentos para
que un actor social, inco=Fnrme con una situación problemática en To ambiental, busque incidir etc el proceso
de cuidado ambiental; su actuación corno denunciante,
frente a la autoridad institucional (la denuncia popular,
en la tc ), o la de ciudadano que solicite a los órganos asesoras (consejos consultivas diversos, coma [os
creados por los gobiernos locales, o los impulsados por
la Semarnap, etc .) de las instituciones públicas, para que
se hagan cargo de la situación . En ambos casos no tiene
incidencia directa como partícipe con ci ert-a presencia y
responsabilidad en lo procesos de toma de decisiories.
29
. mkit
I
LO5 k7ERXAt]St3 CC Pn c7x cn n .ic rcxa
3o
Una dimensión adicional de participación pública cn
los pnxaaus de formulación de políticas de desarrolln
ha sido el que enmarca la Ley de Planeación Democrática de 1983, que ha . sido la base de regulación de los
procesos de consulta pública, por ejemplo, de planes
de desarrollo urbano veden les, desde 1986. Sin embargo, ha sido tan Iimitado su ejercicio que ha generado
más críticas e insatisfacción social, al verse como instrumento de apariencia dernocratixadorm, y no como
nuevo procedimiento efectivo de inclusión de los intereses de los actores relevantes en tos procesos de toma
de decisiones en materia ambiental u otras correlacionadas, Ha sido particularmente notoria la carencia
de mecanismos adecuados de manejo de conflictos
ambientales en situaciones recurrentes generadas en los
Unimos cuatro u cinco años . Algunos ejemplos recientes pueden ilustrar esta afirmación ..
La disputa pública sobre el establecimiento de un
tiradero de desechos tóxicos en Cuadalcázar, San
Luis Poi mi;
+ la discusión y oposición social multiseetorial al
proyecto de desarrollo de un muelle turístico en
Cozumelr .Qiuinian3 Roo;
lacoLdrontación profunda en Tcpoztlán, Morelos,
respecta de [a pretendida instalación de un campo
de golf en tierras de ese municipio
• la discusión nacional e internacional sobre los
efectos ambientales de la posible ampliación de
los salitrales de San Ignacio, en la península de
Baja California;
4
CtN: :170Y RÁSIC.L'F
• la discusión, en diversos espacios urbanos, respecto
a la pcxsible construcción cíe una superrarretera de cuota
en el surponiente de la ciudad de México (el proyecto
La Venta-Colegio Militar) a la que se opone un frente
de organzi aciones vecinales de manera explícita;
• la discusión, en diversos escenarios, sobre la orientación de la nueva Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente, o
+ la discusión, más dispersa pero vigente, de los
impactos previsibles de la nueva planeación urbana
en la ciudad de México que propone el non•.
En cada uno de estos ejemplos, tomados entre varios
más, se podrían analizar e identificar las dificultades que
se presentaron en cada caso, no sólo para dialogar entre
los actores involucrados, sino para buscar soluciones a
los problemas -- ya los conflictos mismos—satisfactorias para las partes. En cada uno de ellos hay componentes ambientales, pero Cambien de otra índole específica . Por ello, los retos en un manejo apropiado de los
conflictos ambientales son : contribuir a solventar limitaciones de la legislación específica sobre la gestión ambiental y ayudar a realizar una adecuada articulación
del diálogo entre diversos ámbitos institucionales (por
ejemplo, de lo urbano y lo ambiental) a partir de promover escenarios de diálogo responsable entre las partes,
que también ayude a la eficiente articulación interinstitucional. Esto se puede considerar una contribución
efectiva para ejercer y hacer más expedita la planeación
democrática, como procedimiento que, dicho sea de
paso, hace mucha falta al país .
37
R.
LA RESOLUCIÓN DE LOS CONFLICTOS
AMBIENTALES:
FORMAS CONVENCIONALES Y AL1tIlNATlVAS
E! procedimiento insh'hccional de respuesta
os conflictos ambientales, o aquellos que presentan implicaciones ambientales, tienen un tratamiento institucional muchas veces insuficiente,
esto provoca que el conflicto escale a situaciones problemáticas mayores. En múltiples ocasiones el detonante
del conflicto puede ser una insuficiente o inadecuada
atención inicial a la queja o demanda de los actores insatisfechos por la situación o la decisión en la que se encuentran involucrados. Otras veces, el escalamiento del
conflicto también corresponde a una inadecuada apreciación de las situaciones, propiciada por la información
pública. En el caso, por ejemplo, de la oposición de un
Consejo de Pueblos Nahuas del Alto Balsas, en el estado
de Guerrero, que se inconformaron contra un proyecto
L
:};
.i :inuxs ACTCK .\nrIv s ve MA .NER ; i : : crNrt n_w
de represamiento de las aguas del río Balsas, a la altura
del poblado de San Juan Tetelcingo. Al respecto, la Comisión Federal de Electricidad argumentaba que los
damnificados serían muy pocos, l0 mil cuando mucho,
y que estaban asentados en rancherías pequeñas, fácilmente reuhicables en caso de que se llevara a cabo el
proyecto . Cuando se demostró, con amplias movilizaciones y bloqueos a la carretera México-Acapulco, que
los poienciales damnificados serian más de 51) mil, la institución tuvo que reconsiderar su argtunentación : Los
financiadores del proyecto también, En conclusión, se
canceló éste con la firma del Presidente de la República
Mexicana (Negrete, el (21 ./1993).
Otro factor recurrente de conflictos dentro del proceso de atención institucional a los casos de inconformidades en materia ambiental, es la insuficiencia en
los procedimientos regulatorios específicos . Por ejemplo, en varios casos recientes es insistente la demanda de muchos afectados locales de que se abran espacios para participar en el proceso de definición de
una obra pública que se planea realizar sobre sus tierras, pero a cuyo proceso de planeación sólo pueden
incoporarse en fases tardías de la elaboración del
proyecto: cuando ya se autorizó la propuesta, se licitó el contrato, y hasta se hizo una manifestación de
impacto ambiental que no incluyó sus intereses adecuadamente . Al apresurar el procedimiento de realización de la obra, en el marco de la legislación vigente, sin considerar esas insuficiencias con sensibilidad, se están generando las condiciones para que
el problema escale a la condición de conflicto, y de
I_7 :< cLuctCN 6F 1f CUNFLLCIRi AFR.IFNF .\I3s
conflicto muy local a conflicto más y más amplio
(Garnica, 1995 ; González, 1995 a y b).
Por otro lado, llevar litigios de tipo ambiental a los
tribunales no ha mostrado ser muy efectivo . Ocurre con
frecuencia que, o no hay legislación específica suficiente, o bien las razones por las que llega un caso al tribunal son diferentes de las ambientales, trátese de asuntos de manejo de agua, tierras, bosques u otros recursos naturales. Por ejemplo, el loable propósito de impulsar un gran proyecto de regeneración ecológica de
Xochimilco, en el valle de México, en 1989-1990, por
parte del gobierno de la ciudad (rinF), condujo a un conflicto complejo . pa proyecto oficial inicial se elaboró sin
incluir adecuadamente ni los puntos de vista ni los intereses de los propietarios de esas tierras sobre las que
se planeaba una expropiación, los ejidatarios-chinamperos de tres poblados de Xochimilco y Tláhuac . Eso
condujo a que algunos núcleos de esos ejidos se ampararan contra esa obra pública que se habla planeado
sin cumplir la adecuada tramitación. Sin embargo, nunca se resolvió la disputa agraria en términos legales . T ..o
que pudo desanudar el conflicto fue la reformulación
del proyecto original, que incluyó —mediante un ~uduo proceso de discusión entre un gran grupo de actores interesados— llegar a un acuerdo de concertación,
en 1990, que fue lo más aceptable para todos (González,
1991; Vera, 1991).
Por esas razones recurrentes (corno las mencionadas en los párrafos anteriores) es que en algunas partes
del mundo se ha formulado propuestas de sistematización de procedimientos de manejo de conflictos am-
35
36
minuo:zí
Rr,1ttt Arivos nr ~Ele es cx :csn.imc.e
bientales; alternativas a los caminos jurídicos formales, buscando procedimientos de concertación, mediación y/o formas más estructuradas de negociación de
posible aplicación en lo ambiental . Actualmente, esto
forma una corriente de experiencia en el ámbito mtutdial, a la cual está acudiendo un creciente número de
instituciones públicas y organizaciones ambienalistas
para buscar medíos adecuados que contribuyan a resolver los problemas en los que están involucrados
(Flisfisch, 1 987; Arredondo,1993 ; Wray, et al ., 1994).
Procedimientos alternativos de manejo
de conflictos ambientales
El enfoque de manejo alternativo de conflictos (en materia
ambiental) parte del supuesto de que los conflictos, recurrentes en la sociedad, pueden ser reconocidos en su
parte más constructiva y enfrentados de manera que
las partes accedan a buscar salidas racionales, responsables y con un cierto ahorro de energía social, en lugar
de la que se dedicarla, y en grandes proporciones, a
vías jurídicas para su resolución . Además, es necesario
añadir que:
aunque históricamente algunas de las principales mejoras sociales hayan tenido su origen en cnnllictus mediante fuerzas destructivas, la subsistencia de la sociedad o, con mayor precisión, la
subsistencia de un orden deterutirurdo en la sociedad . requieren
que los conflictos, o al menos determinado tipo de ellos . se controlen, es decir, se superen mediante la aplicación de cierto tipo
de procYdimientns racionales (tVray, el ar .,1994) .
ALac .uc3GÑ u6
i.CecOtanícn amaa?JAIE
Este argumento vale con todo su peso para lo
ambiental, dada la complejidad intersectorial,
interinstitucional y multidimensional de sus causas y sus efectos . Un elemento adicional, que fundamenta la metodología de manejo alternativo de
conflictos, es la amplia experiencia en el campo de
la "negociación" desarrollado con aplicaciones a
todos los ámbitos de la sociedad (Fisher, Ury y
Patton, 1985 ; Leritz, 1993 y Ury, 1993) . Esta experiencia ha permitido identificar comparativamente los diferentes procedimientos que existen hoy
en día para resolver los conflictos laborales, profesionales, familiares y ambientales . Este conjunto de
procedimientos puede esquematizarse de la siguiente manera:
1 . La conciliación
Procedimiento en el cual la parte conciliadora, a
la que recurren las partes en conflicto (y que puede ser un profesional como un abogado o juez de
paz, u otro similar en poblados pequeños) ayuda
escuchando a cada parte, aun si éstas no dialogan
entre sí, y realiza un "puenteo" entre ambas, explorando procedimientos para acercarlas a una solución aceptable para su conflicto . Este tipo de autoridad requiere credibilidad y legitimidad moral para ambas partes, y de hecho, es una institución heredada de sociedades tradicionales muy
antiguas .
37
38
\iÉDk1Ce• ACf8KN .1 iivC DE MANFK1 UF: i;{ NFucIt
2. El. arbitraje
Es el procedimiento en el cual una parte, investidá de
autoridad institucionalizada (con regulación jurídica de
su función) cuida el análisis del caso y cumple la tarea
de dictaminar resoluciones a las que se someten las
partes en conflicto .
L
a. RtzruAXaúN
I1SLC5CON}tI
TLt
AM5IENTx7 .19
3 . La consulta
Es el procedimiento mediante el cual una parte, con
autoridad suficiente, convoca a las (otras) partes en un
conflicto, a escucharse mutuamente e incorporar sus
argumentos en un proceso íntegrativo de esas opiniones . La consulta se completa óptimamente si la autoridad explica cómo tomó en cuenta las diferentes posiciones de las otras partes, al formular una decisión nueva, con la cual busca resolver el conflicto.
4_ La negociación (mediada)
Es aquel procedimiento en el cual las partes aceptan
"sentarse a la mesa" a negociar cómo resolver un conflicto, sin someterse a la regulación jurídica directa . El
proceso puede ser más o menos elaborado, y a la "mesa"
es común que también se siente una persona muediadora facililadora, que cuente con el reconocimiento de
ambas partes para desempeñar ese papel.
39
40
1.1C;TC'tc3 ALJEXNAfT.'l DE P¡Lt\E10 IY rNFIXTtti:
S . El proceso de construcción de consensos
Es aquel procedimiento mediante el cual, en una ronda progresiva, en que las partes van aportando y
reformulando visiones, compartiéndolas críticamente
con los otros actores, arriban a enunciados aceptables
para lodos ellos. Esta toma de posición conjunta puede
ayudar a resolver conflictos cuya complejidad de aspectos, y la diversidad de partes involucradas, dificultan negociaciones puntuales.
Ld Pf,sOLU' C,C 178 C:SCDNPU~:ICD AKHIF.NI_AI .
'rs
1 . La conciliación
2. El arbitraje
•
3. La consulta
4. La negociación
(mediada)
5. El proceso de construcción de consensos
47
42
t•1GrOlx :s •AL-GRNX•irvti ue MANE)u ¡1E CCNI IJ
rrn
Al contrastar los diferentes procedimientos de rnanejo de conflictos presentados, resaltan algunas características que los distinguen entre sí . El primero de los
procedimientos, la conciliación, es un mecanismo más
bien informal que sirve principalmente para conflictos
familiares y del orden doméstico, dada la base de legitimidad que lo sustenta.
El arbitraje es utilizable en situaciones en las que existe
una legislación ad hm, en casos especiales en que se instala para finas específicos o bien en los que se tiene una
gran atención institucional sobre el caso.
La consulta tiene uso común en diversas decisiones de
reorientación de políticas públicas, es sumamente limitada, aunque sí genera cierta sensación de participación
y de "ser tomados en cuenta" por las partes . No obstanle, en situaciones conflictivas puede ser útil sise Iogra
emplear con sensibilidad, oportunidad y respeto.
El cuarto mecanismo descrito, la negociación (mediada) de conflictos vía la negociación, es el más eficaz en
conflictos ambientales, porque provee de la precisión
y el rigor —en el orden metodológico, así como en el
político— para enfrentar conflictos ambientales . Es el
método que se describirá en detalle más adelante . Respecto a la negociación mediada, cabe subrayar que ha
mostr ado tal eficacia (NinR,1991) que no es extraño que
sea el método más empleado para dirimir conflictos
políticos mayores, o de carácter violento, a diversas
escalas (Trolldalen, 1992; Ruiz, 1995 ; Restrepo, 1995;
Zazueta, 1995).
El quinto mecanismo mencionado, la construcción de
consensos, es un procedimiento de nobleza, heredada
LA RESOLUCIÓN rik UD-3 Uf7NFU IOS AMI&'-ENI . ALGS
de una amplia experiencia de su uso en diferentes contextos y condiciones culturales, así como utilizado a
diferentes escalas de complejidad social (11'Bow,1979;
Butler,1987; Estes, 1990, y Serrano,1996) . Ha mostrado particular versatilidad al ser empleado para dirimir delicados problemas ambientales, a escala nacional (MRc,1993) ; más adelante se esquematizan sus principios esenciales.
43
111 . LA NEGOCIACIÓN MEDIADA PARA a
MANEJO DE CONFLICTOS
El pract'so de negociación
os conflictos ambientales pueden resolverse a trav és de procedimientos participativos, como el
omún de los conflictos . Pero en lo ambiental hay
factores adicionales que hacen importante enfrentarlos
más pronto que tarde . A diferencia de otros conflictos, si
en los ambientales se prolonga la situación conflictiva, es
posible que varíe la condición ambiental, se acumule cl
deterioro, se agrave el mal, ose eche a perder una reserva
de recursos . Es decir, hay en lo ambiental la variable reladonada con la condición viviente., y/o fluyente —como
el ciclo del agua— de los recursos naturales, que puede
deteriorarse progresivamente en un conflicto.
También es sumamente importante considerar la
multidimensionalidad e intersectorialidad de lo am-
46
b!É I )PCS Al .r[RNAIWCG I)14 MANEID OE CONTIICA :S
'mental como factor de complejidad . Convierte aplicar
a Ios conflictos ambientales un tratamiento de manejo
alternativo para la negociación, dado que otros enfoques aparentemente más simples, no son tan eficaces
para resolver problemas complejos.
Por tales razones, conviene acercarse a negociar las
alternativas de solución de un conflicto, sin que el uso
de esa palabra sea sinónimo de transar políticamente, o
cooptar la solución de un conflicto a una condición preexistente. No se trata de poner en tuca."mesa de negociación" los intereses, las visiones y las oportunidades
que pueden hacer que cada parte involucrada explore
la mejor salida posible a un conflicto, considerando a
la otra u otras partes.
Negociar significará concertar acuerdos objetivos, de
beneficio para las partes, a partir de explorar opciones
de acción que convengan a los diferentes tipos de intereses en juego sobre una situación ambiental dada.
La colaboración necesaria para concertar acuerdos
-sin ceder en lo propio, pero sin competir destructivamente con la otra parte— puede alcanza rse directamente por las pautes, aunque eso es poco común . Más
bien, lo común es solicitar la ayuda de una tercera parte, neutral al conflicto, en quien las partes contendientes puedan confiar, para que sirva de vinculo intermedio, y como facilitación rigurosa del delicado proceso
de acercar al diálogo a quienes ya lo habían roto.
Dada esa definición, a continuación se describirán
las condiciones básicas que requiere un proceso de negociación, independientemente de si las partes en conflicto las pueden establecer sin ef auxilio de un media-
'
s
LA NF.(iLV_I:\Ctc*I TRfAAnA Y.V,A R j.(ANF;o DE ixMEL.1 .7i
dor, Se subrayará la utilidad que puede tener el ser vicio de una persona para ilustrar ambas posibilidades:
de negociar con o sin ella . El esquema del proceso será
el mismo para ambas situaciones.
Condiciones básicas para establecer
una " mesa de negociación "
1. La "mesa" de negociación o el espacio para que las
partes en conflicto se acerquen a buscar soluciones,
puede establecerse directamente entre ellas, o bien,
las partes pueden ser invitadas a sentarse en torno a
ella mediante la iniciativa de una entidad convocante
(que puede ser una autoridad moral, civil o religiosa, con capacidad local de convocatoria, o la misma
autoridad institucional que busca salidas alternativas a las convencionales), Pero aún si hay o no un
sujeto que convoque, lo esencial es que las parles en
conflicto se sienten a esa "mesa" . Cuando es dificil o
riesgoso acercar a las partes a la "mesa," conviene
solicitar los servicios de uno o varios mediadores
para facilitar el acercamiento, función muy diferente a la del sujeto convocante inicial . Evidentemente,
esa "tercera parte " que medie y facilite la interacción,
deberá ser alguien (persona o equipo de personas)
de reconocida neutralidad y efectividad para su función. Las partes y el sujeto que convoque . deben estar convencidos de esto.
2. Como tarea inicial la persona o el equipo de mediación preparará las condiciones para que las partes se
47
50
MRTO f$ ;LTEUN :I'IS'JR DE M\\]0
mNrucrce
ridad, pueden iniciarse los preparativos propiamente
dichos de la negociación . Detallaremos a continuación
los más relevantes, presentándolos en una secuencia
progresiva temporal, aclarando que, en cada caso, seguramente surgirán aspectos de detalle, que deberán
corresponder con el principio general que aquí se sugiere para que marchen bien las negociaciones.
1 . Acciones entre ambas partes
a) Lograr acuerdos iniciales . Este punto, aparentemen-
te prematuro, no se refiere a llegar a acuerdos de
fondo desde un principio, sino a ir practicando
procedimientos para acordar algo, aunque sea.mtnúmo, o de forma y procedimiento, para ensayar y
ajustar condiciones que hagan sentir confortables
a las partes.
b) Crear alianzas y hacer consultas, Cada una de las partes
puede avanzar en este momento a dialogar y consultar su estrategia con posibles aliados (que pueden ser,
efectivamente, algunas de las partes menos prominentes, pero activas que intervienen en el conflicto) para
precisar la magnitud de sus fuerzas, su plataforma de
posiciones, la cuantía de sus intereses, los márgenes
de acción que prevé, y los riesgos a que se expone si
hay virajes. Al redondear sus propias posiciones, cada
parte (o grupo de " partes") podrá encontrar oportunidades iniciales de acercamiento, o prepararse para
tomar.riesgos, escuchando alas otras partes, que también estaría haciendo lo mismo .
Ie
eeeecedeee WLr epA
PkRri FI . fr
H:Ie Le eilhTL -lR3
2, Al interior de cada parte
a)Precisar su percepción de los problemas- Cada parte debe
tr bajar--_y los mediadores pueden ayudar a elloprccisando el problema y su visióss del mismo; cuales son los hechos y cuáles las posiciones sobre Gstocs
o su estimación.
b) Definir los intereses . Para que una parte se prepare,
debe practicar el ejercicio de ir al fondo de sus posiciones, y revisar cuáles son sus intereses, definidos
coas más precisión, para explorar de qué numera p ueden ponerse a discusión y cómo se contraponen con
otros intereses (o bien, de qué manera son complementarios, o no excluventes con ellos).
e) Generar velones. Una vez redefinidos los problemas
e identificados los intereses, seo posible explorar
nuevas opciones que tal vez ya no sean las posiciones iniciales, pero si nuevas posibilidades (defendiendo [a propio) de buscar correspondencias de
posible acción y que respondan también a les intereses de la o las otras partes . Mientras mas opciones se
aporten, mayores la oportunidad de lograr una ecuación que conjunte a éstas con las de Ea otra parte, en
un siguiente momento.
d) Airn ar la cvrnunicacián. . En eI conflicto, ¿cuál será la
estrategia que adopte un grupo para co nunicarse
con la otra parte?, ¿cómo evitar el lenguaje evasivo,
las imprecisiones, la descoordinación?, ¿de qué ma-
g
il
52
MÜ,[ODCS ~i.TLFN .tilrvW DF. uxr,E}f
r.ECÚNrutiu
nora presentar los argumentes y las propuestas?,
¿quién los presentará?, ¿cómo responderá la otra
parte?, ¿con qué dalos? Toda una tarea pira llegar a
las sesiones de diálogo, ..
La negociación
Cuando [as partes tal vez con algunas reuniones iniciales y dialogando con la ayuda de la mediación—,
cunsid eran que ya puede explorarse la negociación misma, se prepararán sus condiciones, para lo cual habrá
que tomar en cuenta lo siguiente:
R)
Estabiecim ienIn Ele criterios. Uno de los tenias básicos
liara explorar propuestas de negociación concreta es
el establecimiento de criterios para determinar lo que
se discu€rá en la mesa, la manera n el procedimiento a seguir para las presentaciones de argumentos y
la mods[idad de su discusión, aclaración y profundización . Con esas "reglas de juego" podrá av anaarse más serenamente;
b) Compartir percepciones . Parle esencial del inicia dei
diálogo será e] intercambio de visiones_ ¿Por qué es
importante este o aquel aspecto para iota de las partes?, ¿cómo ve ese mismo aspecto la otra parte, y pió
es importante para ella? Esta etapa, de delicados
avances para la comprensión de la visión de la otra
parte acerca del problema, puede ser fundamental
para acercarse a humanizar el problema y no sólo verIo coito atos o cantidades ;
[ .t NFraTIACI .N :dEtfAr7A
PARA El iiiNCFO DE ItNLuLixri
e) Jdenty1cacipt. e intercambio de irifcrmrrrión acerca de íos
tnlei ses. En una negociación responsable, es pertinente hacer explícito los intereses que cada parte
defiende. ¿Son negociables?, ¿la solución buscada,
debe considerarlos en su totalidad?, ¿son incompatibles urea y otros intereses?
d) Compartir pidones y formular menas. Al examinar cada
parte conjuntamente las opciones propias y las ajenas, y
habiéndose acvn-cado a la comprensión de los intereses,
las visieneey las alianzas que están en juego, el proceso
llega al punto en que es posible destrabar la discusión
posición-pusicirfn y explorar lafom-iulación de terceras
opciones ("ni la de la parte A ni la de la parte B"), que
enriquezcan cunstrueUvwrente la discusión . F.slo es lo
que puede ayudara las partes a formular nuevas opciooras, cada vez más aceptable% para todos.
El acuerdo
Un buen prospecto de acuerdo deberá estar acorde con
los criterios Fijados de antemano para la negociación:
pero también debe satisfacer varias precisiones complementarias : ¿están bien definidas en él las bases del
compromiso de las partas?, ¿qué se hará, quién lo hará
y cuándo?, ¿qué pasará si una de las partes no cumple
[o acordado? El documento de acuerdo deberá ser suficientementeclaro, sin propiciar ambigüedades, lagunas de responsabilidad o tiempos indefinidos . Y deberá incluir los mecanismos de obligatoriedad, para que
las partes no evadan su responsabilidad fácilmente.
53
54
MM<jDC7i : ¿L7i zNATD ti DB MAYÍJe
r€ crNFf .H :In€
Seguimiento de los acuerdos
Un ocasiones se negocia y se llega a un documento de .
acuerdos, concertado a satisfacción de las partes, pero
si no se complementa con un esquema de seguimiento
que garantice, con los criterios adecuados, compromisos mutuas y f o penalizaciones, y en donde se explique que esos acuerdos podrán irse verificando, el texto
puede convertirse en letra muerta . La iri7portancia del
seguimiento, acompañamiento o Verific6ción prógresiva de los acuerchis requiere tomar en cuenta algunos
elementos esenciales: .
1. Definición de mecanismos ejectirxvs de seguimiento . Aun
antes de firmar un acuerdo con propuestas de cómo
resolver un conflicto, debe bosquejarxc cuál será la
meta para ir verificando, a .salisfacción de metas las
partes, que lo acordado secumpla_ Esos nneea„ismos
deben incluir responsables, especificar lo que se ve
ri Ficará, índices consensados para observar la dirección prevista, y los recursos requeridos para garantizar el cumplimiento de esta función_
2. Adopción de tareas efe monUorco . Parle objetida y
muy importante del Seguimiento es el monitoreo
o verificación sistemática de ciertos aspectos del
proceso de avances hacia la solución del conflicto . t?ué se monitoreará?, ¿cada cuándo?,
¿cómo?, ¿quién (es)? Luego será necesario organizar esa información para conocer y- sisternatizar las tendencias . .'
LA NDXCieel(e] MEDIA nA ?ARA ILh{,ANlae DL e n .icrc
3. Es€ biecirnienfn dr procedimientos porra casos de ineumpiimiento . Cate es un aspecto que generalmente resulta
difícil abordar, pero es indispensable considerar para
evitar la ingenuidad de las cuentas alegres . Este procedimiento es la Fijación -1conserts da—de las medidas
y sanciones para casos de incumplimiento de lo acord ad n_ Estas medidas pueden ser el condado de. seguridad
para garantizar que, aun si se dijo algo con ánimo de
no cumplirlo, salga más caro no hacerlo, Esto, en el fondo, tiene qu r ver con la naturaleza humana y el doble
carácter que se da a los " acuerdos" —en diversas for.niaciores culturales— en donde se dice a]go, pero se
hace otra cosa . Acordar mecanismos efectivos y sanciones seguras de aplicar, si ro se cumple, son siempre
un acicate para cumplir lo pactado.
4. Convocatoria para rruc ws negociaciones . Convocar sobro. la marcha a nuevas negociaciones o para ajustar
el esquema acordado, forma parte de un proceso de
negociación/resolución de conflictos . Esta acción
permite que haya comprensión, comunicación y
transparencia en todo lo relativo a los avances, 10
nuevo y lo que falta . Puede ser muy. pertinente para
destrabar fases de aplicación de acuerdos que no funcioiien• Es, además, el mecanismo retrnalimentador
que permite adecuar los places, para actualizarlos
periódicamente bajo el mismo principio y para que
las partes puedan ponerse de acuerdo para hacerlo.
También ayuda a mantener en alto el espíritu de
acuerdo en los participantes . Ayuda a crear uiu cultura de responsabtih ad frente a lo que se negocia .
55
56
p. t,TCCC AI .7FRN
.
uwu. Ú~ N X1 C DE
ccNH .r :nE
El proceso de negociación
‘a * Definir mecanismos de seguimiento
• Implantar monitoreo
eg • Establecer procedimientos/incumplimientos
* Convocar negociaciones
El acuerdo
* Compartir percepcioneE
$o
• Intercambiare identificar
intereses
* Compartir y federar opciones
* Establecer criterios
Dentro de rada parte
• Identificar percepciones
5
+ Definir ingreses
Acordar comunicación
Entre las partes
Crear alianza y hacer consultas
+ Lograr acuerdes iniciales
Figura 3. ¡Esquema del proceso de negodaciá!l para la resolución de
conflictos (Clang. Quax , 2azuela y González, aPa,1995) .
is Nralú7; h1FJI+l17M1 Y+lHh a }7 .RNliJO l IliNFWC'liL=
V
Límifer y riesgos de la negociación
Evidentemente, el mejor indicador de la resolución de
un conflicto aparece al logrotse y cumplirse un acuerdo conjunto, satisfactorio para todos . Pero en el proceso mismo de resolución van apareciendo algunos otros
indicadores que marcan el rumbo . Entre elfos se encuentran:
• Sentar a las partes en la masa de negociación inicial, es. un logro;
• construir la disposición al diálogo, a través de un
lenguaje común;
• evitar las accrsaciorLas deliberadas, como clima de
trabajo conjunto;
• reducir la tensión de todos los aspectos subjetivos,
latentes y emocionales;
* establecer y llevar acabouna buena (efectiva, puntual) agenda de trabajo;
receptividad de unos con otros y un reconocimiento claro de los intereses de todas las partas, y
+ resolver gradualmente los problemas menores_
En una negociación, cada uno de estos indicadores,
por si soto, nos puede ayudar a verificar si vamos por
buen camino. E] proceso de manejo de conflictos no es
una secuencia lineal y fácil para resolver problemas.
No, Es un camino en que la orientación de la ruta tiene
que darse considerando a la vez múltiples factores y
realizarse a tiempo para continuar sin descarrilar el canvoy. Es decir, eI riesgo de que una ¡negociación ¡Ta-
57
58
N:FIC71XIi Al .l'FHNÁIIN. Í)PJ;
Kr.m
.
7i
Decnigrucros
case asta todo el tiempo a la vuelta de la esquina, y lo
que puede animar a los participantes ano dejar el recorrida a medias es el costo actunutativo que un conflicto
sin resolver tiene para la vida de todas.
Por si eso fuera poco, hay que identificar en el camino
a aquellos compafleros de ruta que no quieren llegar al
fina]. Es decir, que se sientan a la mesa no para buscarla
resolución del conflicto, sino para " ganar tiempo° 'dejando que se acreciente más y 1.11 .11S el prohle m del que
tal vez c tfén medrando . Ese tipo de riesgos no pádrán
erradicarse nunca. Pero aun esos casos pueden ser Confrontados alanalir..arse los intereses reales de tales participantes, Es decir, el mecanismo propuesto ayuda a clarificar si en realidad queremos ir a donde se dice, otra
limitación procesal es no contar con un buen equipo de
inediacián. Esto puede notarse no al inicio, cuando todo
aspirante al puesto aparece can sus ineiores condecoraciones, sima medio recorrido, cuando, aun sin decirlo,
se notan debilidades recurrentes o sesgos de parcialidad,
que provocan qu e el barco haga agua . Frente a estos riesgos, hay que saber cambiar de auxiliares a tiempo, ron
objetividad, serenidad y rapidez . Lo importante es el
proceso, no la personalidad de unta de las partes, que en
realidad solamente es auxiliar de íos actoras céntrales.
Lrr persona mediadora : perfil y coudidorres ideales
Para ilustrarla complejidad de las funciones de la mediación, se ha dicho, con cierto lunnor, que fina buena
personalidad para quien Medie len los corifiiotos, debe
incluir los siguientes rasgos!
5
L~ :a: eea,dE7N
9
ME JIAII .t M,\F:A kL M.t kJO Le ll'JNLluc raí
+ La inagütablepaciencia de Job;
+ la seriedad Y iraqucdad de un inglés;
*el humor de un irlandés;
+ la resistencia física de un maratonista;
+ la capacidad de esquivar de un hal bnck de fútbol
americano;
* la astucia de un Maquiavelo;
+ el conocimiento sistemática sobre el ser humano
de un psiquiatra;
+la piel resistente de un rinoceronte, y
+la sabiduría de Salnmbn (Hamachcr,1996, citando
a Sien kin en Fietkau .1991).
La anterior lista de habilidades casi sobrehumanas es representativa, independientemente de su
enunciado ambicioso . Si bien la mediación es una
disciplina novedosa y bastante informal, si requiere de una persona que aspira a ayudar como mediadora en un conflicto, que su perfil muestre rasgos, por ejemplo, de capacidad de actuar con imparcialidad e integridad ; que cuente aun experien tia en. trabajo con grupos y en situaciones dificilas
tales que le hayan permitido construir y compartir
confianza en la capacidad voluntaria . de llegar a
acuerdos entré sujetos muy diversos, y grie tenga
habilidad perceptiva v realista para diferenciar lo
deseable de lo realizable_
También es importante que la persona mediadora
esté suficientemente motivada para cumplir su papel,
así como ser flexible y humilde a la crítica y autocrítica
y tenga experiencia adicional en maneju de negocia-
I V,ro1riR AI .TI4RNMW.TF IWF MANEJO r7F WXFLIC.I
dones y habilidad para animar la busqueda de opciones nuevas de solución a problemas complejos.
Al indicar los rasgos anteriores, ne se busca a una
personalidad inexistente ; más bien se ha bl a de un perfil
iderd que puede ayudar a identificar las habilidades de
las personas que quieran y puedan desempeñar ese
papel en procesos sociales significativos.
Las baabilidades sistemáticas
que comprende la mediación
Además de un tipo de personalidad habilidosa que
pueda ayudar bastante a quien se dedique a ello de
manera sistemática, puede subrayarse que entre las
técnicas básicas, cuyo manejo debe ejercitar quien actúe come mediador, están la moderacióli. la comunicación y la facilitación, y dominio de las metodoloOas sistemáticas de planeación básica y estratégica_
Tambi€n deberá contar conunconocimiento suficiente
del contexto jurídico y *1 científico-técnico, en el que
se inscribe el tipo de problemas que ira a mediar_ Todo
ello se puede ir agregando en la formación profesional de mediadores de oficio . Aún es poco coman encontrar esta profesión, pero está demostrando que tiene un potencial para consolidarse como tal.
IV . PRINCIPIOS Y CRITERIOS
PARA LA CONSTRUCCIÓN DE CONSENSOS
a proceso de
COnstrUCCión
de consensos
1 consenso es una salida óptima para resolver un
conflicto ; es un caso especial de acuerdo en el que
se maximiza el aval de hadas las partes a todos los
elementos que comprende el acuerdo . No en todos los
casos es posible llegar a consensos_ Muchas veas las negociaciones son más difíciles y realistas, y lo acordado es
limitado, perca es lo mejor posible. Sin embargo, es pertinente subrayar fa importancia del procedimiento general
de arribo acunsensos, ya desarrollado en varias formas y
a partir de rmiilipfes experiencias (f41'brrw,1979; 8atler,
1987; Esles, 1990, y rvnR 1993x) . Esto con cl objeto de ayudar a visualizar lo que se puede construir en una negadacián óptima, aunque no siempre se bagre aplicar un procedimiento de este tipo para enfren lar un conflicto .
E
rzz
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)Ifl
Al .UNAiretS DE MANE 7ECCII. LEC
CTLS
En la construcción colectiv a de un consenso, l ns pa rEic.ipantes o involucrados intentan ponerse de acuerdo
sobre las medidas necesarias que deben tomarse, n los
resultados que se desean obtener respecto de la solución de un problema, una medida, un avance eñ algo
por construir o un reg]amento'a establecer ; en suma,
sobre algo de interés común . E] conjunta de participantes maximiza vu capacidad para resolver diferencias
elaborando conjunta, y por aproximaciones sucesivas,
propuestas de máxima aceptabilidad que permiten ir
limando asperezas y resolviendo diferencias_
Aun cuando no aprueben todos los detalles o aspectos de un acuerdo, los participantes logran el consenso
si están dispuestas a aceptar "el conjunto de lo formulado," No se trata de evitar tomar decisiones ni desconocer liderazgos o bloques de opinión, sino de desarrollar soluciones viables, de máxima aceptabilidad, sin
imposiciones por alguna de ]as partes_ l. .as caracteristiias básicas del proceso, que garantizan la aceptabilidad
del proceso para todas las partes son:
* La seguridad de que todos los intereses estén
representados adecuadamente y sean respetados;
• que los participantes traten directamente unas
con otros;
• que cada participante tenga voz efectiva;
• que'el diseño del procese se llaga con los propios
participantes, para garantizar que corresponda a lo
que esperan, y
* se disponga de un espacio para promover nuevas
alianzas y resolución cooperativa de problemas con
1
7R:Nro'rr35 ;'CRI?r•Ci[t r.'RA ~ .!. tni r rtec::I(.n nf 07:r.i ur
-& 6
miras a alcanzar soluciones innovadoras, que
maximicen los intereses cle todos.
Aun cuando en un proceso de construcción de
consensos no se llegaran a resolver todas los problemas planteados al inicio de la ronda, "sí puede
ayudar a localizar las discusiones, precisar los problemas subyacentes e identificar las opciones para
enfrentar desacuerdos profundos y ayudar a qUe los
participantes se respeten y comprendan mutuamente" (Mkc, i 993).
Los principias rF'e:1ores del procesa, d rorisensa
Tal como lo ha definido y perfeccionado en su práctica
cíe carácter nacional el grupo de trabajo de las mesas
redondas canadienses a inicios de los 90, aquí sintetizamos un conjunto de principios para ilustrar uní esquema que ya ha probado su eficacia práctica enlaconstrlicción de políticas ambientales (r.mce 1993):
Principio) , La gente necesita una razón, un motivo claro para participar.
Principio 2 . No se debe excluir a nadie_ Todos los principales interesados deben tornar parte en el proceso de
construcción de un consenso.
• Priru9pioo 3 . Los interesados participanvaluntarieunenlc en el procesa .
63
r.ffirlX:c3 ar
rJ .am•f ar.!l4N-a q
IW :x ;r,f~ L,c
Principio 4 . La concepción y diserto del proceso as asumido responsablemente por Ios propios participantes.
Principio 5 . Fl proceso debe mantenerse flexible y
adecuarse a las variaciones que pidan los participantes.
Principio 6. Todos deben tener el mismo acxes q a [a información y participar de igual a igual en el proceso.
Principio 7. En el proceso es fundamental aceptar y respetar los valores, conocimientos, e intereses diversos
de todos los participantes.
Principio S. Las partes son responsables, frente a los
que representan y frente al proceso que han acordado
establecer.
Principio 9. A lo largo del procesa es necesario tener
plazos realistas para cada etapa.
Pnnúpiú 1.D. Las compromisos de ejecución y monitoreo
eficaz forman parte esencial de todo el procese y en.
cada una de las partes de los acuerdos.
I'R I'k IPILY Y CHIL'EHICS F'7.IGl I . . LI:NSIHucC:IL'N D12CUISYEJl.S
Criterios básicos para impulsar
proceses de censtruccirin de consensos
La posibilidad de avanzar desde situaciones conflictivas hacia la construcción de un consenso EIl torno a un
terna rabien' ó tico, puede ser más viable en ciertas circunstancias, que el intento de establecer una mesa de
negociación de las partes. Si se da una si tu ad 4n en que
un problema abarca muy diversos adores, o muchas
dimensiones de diversos cantees de la gestión pública
puede ser un caso para eI cual se podría considerar la
dinámica de construcción de consensos como el camino mas adecuado.
La parte convocante
Para ello, in primer criterio es que, igual que en la mediación para la negociación directa, se requiere tener
una parte que convoque, con suficiente capacidad de
cumv ocatoria, para impulsar el inicio del proceso. Un
servicio de facilitación-mediación puede anudar a
dinamizar las acciones complejas del proceso, con la
condición que se le reconozca suficiente im parcialidad
y efectividad para poder cumplir ese papel.
Construrciún transparente de la representación
Un segundo criterio es la construcción trarrsparenie de Ira
represmtac..ión . Esto es algo muy sensible, como problema sociopolttzco implícito en la dinámica de instalar
un proceso de consenso_ Si el sujeto convocanle llama
65
Gú
xxif:mAhF¡nnxnrrIcj
unilalora lmenLea quienes "considera" los representanles "adecuados" de cada seiE-tor, o si por las "prisas"
típicas del ambiente institucional o de los organismos
civiles se quieren hacer llamados tan rápidos que no
siguen el tiempo que cada srclnrrequiere para identificar y seleccionar su representación en un proceso,
puede generar erectos adversos y desestimulantes en
esa Iniciativa.
La escala adecuada
Un tercer criterio es el de la escala adecuada . Es decir; la
iniciativa debe lanzarse a una escala .visible para todo
el conjunto de sujetos que se considera pueden y deben participar . La idea misma del proceso —desde su
inicio— debe ser clara para el conjunto de sujetos_ Esto
significa que es necesario suponer que la escala a la
que se lance la iniciativa está en relación directa con
una capacidad de comunicación adecuada de la idea
y con cura infraestructura de comunicaciones y relaciones rpie faciliten que la iniciativa interese a todos
los involucrados.
La pertinencia
El último criterio que proponemos para acotar una inidativa de construcción de consenso es la pertirreencia_
C'nnvtene lanzar cota iniciativa de este tipo cuando hay
ma social o, dicho de otra manera, cuando las condiciones coyunturales fav crezcan una adecuada acogida
de esa irliciativ a . Las condiciones coyuntura les pucd en
Fg rk'ClplCLi Y c :KII}HIi Y .iYA I ... ti L I-SIHULCIÚN ULC:JHSIIrb
S
ser politieas o derivadas—en materia ambiental—de
una catástrofe natural ocurrida, o de cierta discusión
pública que atraerá la atención del país en un futuro
inmediato. Pero la oportunidad de la coy untura deberá corresponder de manera realista a Ios tiempos del
proceso, para llegar con lo producido a tiempo de su cita
con su ventana de incidencia . Tal vez esa sea la mejor
manera de animar a la gente a canalizar energía para
participaren un proceso de este tipo considerando que,
de cualquier modo, se requiere cierta infraestructura
social disponible . La importante es convencernos' convencer de que vale la pena ahora, y para este problema, lanzarse ala construcción de cierto consenso posible . f:n el fondo, es un cálculo social de eficacia .
V. PERSPECTIVAS ACTUALES DE MANEJO
DE CONFLICTOS AMBIENTALES
EN UN MARCO
D1 DESARROLLO SUSTENTABLE
espués de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo, celebrada en Río de Janeiro en 1992, los gobiernos
del sistema de la ONU —junto con un significativo grupo de organizaciones ciudadanas—asumieron un compromiso para avanzar hacia la sustentabilidad.
Asi, el concepto desustcntabilidad se formalizó como
un criterio general para reorientar los procesos de desarrollo. En esa conferencia, el desarrollo sustentable se
definió como "el derecho al desarrollo (que) debe ejercerse en forma tal que responda equitativamente a las
necesidades de desarrollo y ambientales de las generaciones presente y futuras" (Declaración de Río . Principio 3, en Aguilar y Meza, 1992).
El énfasis en cl largo plazo, la solidaridad intrageneracional y la inclusión del concepto de equidad en la
D
70
ftIT'l.11`. ALTEK\ .sTIvc'J DE AiANFIf rii (C\N}tICift+
satisfacción de las necesidades, son respuestas enfáticas a los problemas recurrentes de tipo socioambiental
de la época.
En efecto, desde 1987 se advertía ya la importancia
de estos temas, cuando la Comisión Mundial de Ambiente y Desarrollo, promovida por la orn: (y mejor conocida como la Comisión Brundtland), reconoció que
cuando un sistema se acerca a los limites ecológicos y
se agudizan las desigualdades sociales, se produce una
situación conflictiva generalizada y cada vez más externa y compleja, llegando a los alcances globales, como
a Iris que se aluden en las discusiones sobre el proceso
de cambio climático en el ámbito planetario_
Esto ha sido analizado v con gran detalle (C ;otlieb,
1996), por lo que hoy se sabe con suficiente claridad
que, de mantenerse el actual modelo de desarrollo, se
incrementará progresivamente una disfuncionalidad
global en el ámbito planetario, con la que no sólo aumentará la inestabilidad económica, sino que se
incrementará también la explotación desmedida de recursos, la ruptura de equilibrios ambientales regionales y, por supuesto, los conflictos socioamhientales que
comprenden —en combinación con la problemática
ambiental— aspectos sociopoilticos recurrentes como:
la insatisfacción creciente de grupos étnicos ; la agudización de patrones de género inequitativos ; los fanatismos religiosos; un sentido creciente de frustración
muy extendida; el eclipsamiento de las culturas locales
en el seno de una globalización cultural; la expulsión
de la población rural y el crecimiento descontrolado de
poblamíentos urbanos irregulares .
pERWEX- 1VASS ACTUALES UC
MA\EJ4 Ik: C1)NFUC[C S AMBIENTALES
Todo esto no podrá revertirse ni en lo ambiental ni
en lo sociocultural, más que a través de la reorientación
progresiva hacia un tipo de desarrollo sustentable . Este
tipo de desarrollo requerirá al menos de:
• Un sistema político democrático que asegure a
sus ciudadanos una participación efectiva en la toma
de decisiones y
• un sistema social que evite las tensiones provocadas por el desarrollo desequilibrado.
Para ejecutar la misión de facilitar la participación
efectiva de los ciudadanos en la toma de decisiones, el
Programa de las Naciones Unidas para cl Desarrollo
(rNL.D) ha impulsado un gran proyecto de Fortaleci miento de las Capacidades xxi (para poner en marcha
el Programa xxi en cada país), que asume el principio
de la sustentabilidad y coadyuva a dinamizarlo
nacionalmente . Esto comprende el desarrollo y fortalecimiento de procesos participativos, como el activado
por la Semamap, como la formación de consejos consultivos regionales de composición plural, que favorezcan de manera amplia el involucramiento de actores
relevantes en acciones multisectoriales, hacia una gestión ambiental sustentable.
Instrumento participativo por excelencia, el manejo mediado de conflictos ambientales forma parte de
la familia de procesos participativos que se está intentando impulsar en todo el mundo, apoyando con
ello una mejor gestión ambiental participativa y hacia
la sustentabilidad.
71
72
M TCW.C5 AL'I WN .ATC' Uh 1ZAVTJO L£ u ;NFI . 1cT
Su adopción no sólo ayuda a los actores directos o
" partes" en los conflictos socioambientales ; también
puede contribuir a ampliar los espacios de incidencia
ciudadana legítima y mejorar la gestión ambiental
institucional.
Cada conflicto que pueda resolverse de manera
parlicipativa e incluyente, será un paso más en el proceso de fortalecimiento de la capacidad ciudadana responsable en el mejoramiento de las condiciones
(socioamhientales) de vida, y de una política pública
sustentada en el consenso y el reconocimiento social,
desde diferentes ámbi tos . Eso puede contribuir, al mismo tiempo, a hacer más efectiva la política pública
ambiental v a fortalecer un desenvolvimiento social más
equilibrado, en el que cada persona, cada asociación
ciudadana y cada organización social desempeñen un
papel de protagonistas más y más activos, al lado de
los representantes (institucionales) en turno, en la
reorientación de esfuerzos hacia la sustenLabilidad y la
equidad social .
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Este libro se terminó de imprimir en
junio de 1997 en los talleres de Editorial Cambio x)u . SA de a:. La formacióntiográficaestovoacargodeMiguel Angel Domínguez. La edición
consta de 2000 ejemplares .
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