Documento 8328094

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Amnistía
Internacional
Sección Española
No más violencia ni discriminación
contra mujeres lesbianas y bisexuales
Actúa para poner fin a la discriminación y violencia
por orientación sexual e identidad de género
Junio 2004
DOCUMENTO PUBLICO
SECRETARIADO ESTATAL. FERNANDO VI, 8, 1º IZDA. 28004 MADRID
Telf.: + 34 91 310 12 77 Fax: + 34 91 319 53 34 E-mail: [email protected] Web: www.a-i.es
No más violencia ni discriminación
contra mujeres lesbianas y bisexuales
Actúa para poner fin a la discriminación y violencia
por orientación sexual e identidad de género
1. Introducción
Millones de personas de todo el mundo corren peligro de persecución, violencia y
discriminación a causa de su orientación sexual o su identidad de género. Gracias a la persistente labor
de activistas por los derechos humanos que trabajan sobre cuestiones de sexualidad y género, algunos
órganos de derechos humanos de la ONU han hecho progresos reales en lo que se refiere a reconocer
este tipo de abusos. Sin embargo, algunos gobiernos continúan empeñados en negar derechos y
libertades fundamentales a gays, lesbianas, bisexuales, transexuales y personas transgénero. En tales
contextos, son innumerables los obstáculos que enfrentan quienes defienden estos casos y denuncian
tales abusos.
En ciertos países, la discriminación significa privar de igual protección de la ley frente a la violencia
expresada en forma de crímenes por odio homófobo. Estas manifestaciones violentas de los prejuicios
suelen verse favorecidas por la inacción oficial. La discriminación refuerza la impunidad de quienes
perpetran tales abusos ya que les transmite el mensaje de que pueden actuar libremente, sobre todo si
dicha violencia es dirigida contra personas que proceden de grupos estigmatizados a los que la sociedad
en general no escucha, cree ni defiende.
Hay Estados que a través de su legislación criminalizan y reprimen la homosexualidad. Con ello
fomentan la despersonalización de lesbianas, gays, bisexuales y personas transgénero (LGBT), dado que
lo que castigan es su identidad misma. Amnistía Internacional considera que la aplicación de leyes para
encarcelar a personas por mantener relaciones sexuales en privado con personas del mismo sexo es una
violación grave de los derechos humanos, como el derecho a la intimidad, a no sufrir discriminación y a
la libertad de expresión y reunión, derechos todos ellos protegidos por la Declaración Universal de
Derechos Humanos, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP) y el Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC).
Amnistía Internacional en 1979 reconoció que la persecución de personas por su orientación sexual es
una violación de sus derechos y libertades fundamentales. La organización ya venía respondiendo ante
casos de tortura y ejecución de lesbianas, gays, bisexuales y personas trangénero o el encarcelamiento
de activistas y defensores de los derechos humanos de este sector. Desde 1991, la organización incluyó
en su definición de presos de conciencia a personas que han sido detenidas o encarceladas únicamente
por motivo de su orientación sexual real o presunta o por mantener relaciones sexuales en circunstancias
que no serían delito si fueran heterosexuales, y se comprometió a trabajar por su liberación. Amnistía
Internacional lleva más de una década documentando y trabajando para poner fin a abusos basados en la
orientación sexual o la identidad de género en países de todo el mundo.
Amnistía Internacional – Sección Española
En el marco de la misión de Amnistía Internacional las labores de investigación y acción se centran en
impedir y poner fin a los abusos graves contra el derecho a la integridad física y mental, a la libertad de
conciencia y de expresión y a no sufrir discriminación, en el contexto de su labor de promoción de todos
los derechos humanos. Bajo tal misión, AI ha asumido un compromiso por los derechos humanos de
gays, lesbianas, bisexuales y personas transgénero.
La Sección española de Amnistía Internacional conduce una acción sostenida en relación a los derechos
humanos de las minorías sexuales desde hace tres años, realizando trabajo informativo, educativo, con
autoridades y movilizando al público para que actúe ante preocupaciones sobre países y casos concretos,
por ejemplo, a través de la Red de Acciones Urgentes por los derechos humanos de las minorías
sexuales. Poner fin a la violencia y discriminación por orientación sexual e identidad de género ha sido
un objetivo que hemos integrado a los diversos ámbitos de nuestro trabajo y dentro de las campañas
principales de la organización. Es precisamente, en el marco de la actual Campaña No más Violencia
contra las Mujeres, que la sección española de Amnistía Internacional ofrece este documento con el
propósito de fomentar la acción respecto de los derechos humanos de las mujeres lesbianas y bisexuales.
2. Campaña No más Violencia contra la Mujer
En marzo de este año Amnistía Internacional lanzó a nivel mundial la Campaña No más Violencia
contra las Mujeres. A través de esta campaña, Amnistía Internacional quiere apoyar los esfuerzos de las
organizaciones de mujeres en todo el mundo en el objetivo común de poner fin a la violencia dirigida
contra mujeres y niñas, en tiempos de guerra como de paz, cualquiera que sea su autor y el lugar en el
que tales abusos ocurran. Amnistía Internacional se propone poner de relieve la gravedad y la dimensión
universal de esta violencia y conseguir que los Estados asuman su responsabilidad ante estas violaciones
a los derechos humanos que no tienen excusa.
Amnistía Internacional durante la campaña No más Violencia contra las Mujeres se ha impuesto una
acción intensa teniendo en cuenta que se trata de la violación de derechos humanso más extendida,
oculta e impune. Está presente en todas las sociedades del mundo, pero tiene una raíz única: la
discriminación que sufren las mujeres por el mero hecho de ser tales.
Entre los aspectos que Amnistía Internacional busca destacar durante esta campaña se encuentran, por
un lado, las diversas modalidades que cobra el control de la conducta de las mujeres, en particular, el
control de su sexualidad como dimensión fundamental para mantener su subordinación, y de otro lado,
la intersección de la discriminación contra las mujeres con otras discriminaciones que incrementan la
exposición a daños, riesgos y desventajas. En este contexto Amnistía Internacional considera que el
predominio del sexismo y la homofobia en la sociedad crea un clima en el que las mujeres lesbianas y
bisexuales corren un grave riesgo de sufrir abusos en la comunidad y en el hogar.
3. No más violencia contra las mujeres lesbianas y bisexuales
"La violencia basada en el género se asocia también con la concepción social de lo que significa ser hombre o
mujer. Cuando una persona se desvía de lo que se considera un comportamiento 'normal', se convierte en
objetivo de violencia. Esta realidad se agudiza especialmente si se combina con actitudes discriminatorias por
razón de la orientación sexual o cambios en la identidad de género. La violencia contra las minorías sexuales se
está acrecentando y es de vital importancia que asumamos el reto de lo que podríamos denominar la última
frontera de los derechos humanos."
Declaración de Radhika Coomaraswamy, ex Relatora Especial sobre la
violencia contra la mujer, con inclusión de sus causas y consecuencias, dirigida
a la Comisión de Derechos Humanos en su 58 periodo de sesiones, 10 de abril
de 2002.
En numerosas sociedades, la sexualidad de las mujeres, incluidas las lesbianas y bisexuales, que eligen
ejercer autonomía sobre sus cuerpos, está controlada y reprimida por medio de la violencia en lo que se
llama esfera “privada” del hogar y de la comunidad. Esto a veces adopta la forma de abusos como la
violación o palizas brutales. Sea que tales actos de violencia sean cometidos por agentes del Estado o
particulares, el Estado tiene responsabilidad en virtud de las normas internacionales de derechos
humanos cuando tales abusos son tolerados o persisten debido a la complicidad, la aquiescencia o la
falta de la debida diligencia de las autoridades de prevenir e investigar tales abusos, sancionar a los
responsables y asegurar el derecho de las víctimas a una reparación, lo que incluye la indemnización.
La violencia y la discriminación padecida por mujeres lesbianas y bisexuales en razón de su orientación
sexual cobran diversas modalidades y patrones. Las jóvenes que revelan su orientación sexual a veces
son obligadas por sus familias a casarse o a tener otras relaciones sexuales con hombres. Obligar a
mujeres y jóvenes a casarse o a mantener otras relaciones que conllevan actos sexuales reiterados y no
consentidos no sólo es discriminatorio, sino que puede equivaler a tortura y esclavitud sexual. Además,
las lesbianas pueden ser víctimas de otros malos tratos que no afectan a los gays o los varones
bisexuales, como las pruebas de virginidad o los embarazos forzados. Dado que la familia y la
comunidad pueden controlar con más facilidad la experiencia sexual de las mujeres, las lesbianas se
enfrentan a veces a obstáculos diferentes cuando se resisten a los malos tratos o buscan una reparación.
Las mujeres que se sienten atraídas por otras mujeres, con independencia de que se definan o no como
lesbianas, corren el riesgo de ser maltratadas en sociedades donde se considera que llevan la
``vergüenza'' a sus familias o sus comunidades. En algunos países, los medios de comunicación
comparten la responsabilidad de fomentar un clima de intolerancia que puede desembocar fácilmente
en violencia.
Los siguientes casos nos muestran la gravedad de estos abusos:
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Tailandia (2001): Una joven myanmara que trabajaba en una fábrica fue violada por ser
lesbiana. El hecho no fue denunciado ni investigado, por ser lesbiana e inmigrante.
En febrero de 2001, una joven lesbiana de Birmania que vivía y trabajaba en una fábrica de Mae
Sod, Tailandia, salió de compras con un amigo. Al regresar a casa por la noche, un grupo de
hombres que trabajaban en la misma fábrica se les acercaron. Uno de ellos cerró el paso a la
joven y le dijo que era muy bonita y que era una pena que fuera lesbiana. A continuación, animó
a sus amigos a que se la llevaran a un arrozal e hicieran de ella una persona con una sexualidad
'normal'. Ese mismo hombre la agarró y les dijo a sus amigos: "Curen a esta lesbiana anormal
para que se haga mujer". La violaron los seis hombres. Al día siguiente, toda la fábrica sabía lo
de la violación, pero nadie salió en defensa de la joven, que se preguntaba llorando por qué la
comunidad permitía a los violadores quedar sin castigo y sólo la culpaba a ella.
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Caribe (2000): Una joven lesbiana tuvo que huir de su país como consecuencia de los actos
deviolencia e intimidación de los que fue víctima por causa de su orientación sexual. Cuando la
comunidad donde vivía se apercibió de su sexualidad en el año 2000, grupos de personas
armadas con cuchillos atacaron su casa y le lanzaron botellas y piedras, y tanto su familia como
su comunidad le hicieron el vacío. La víctima estaba demasiado atemorizada para denunciar el
incidente a la policía por miedo a posibles represalias por parte de la pandilla de asaltantes o a
recibir un trato injusto. Poco tiempo después, una pandilla local secuestró a la joven y la
amenazó con violarla, y más tarde le ordenó que hiciera de portadora de droga. La pandilla tuvo
recluida a la joven dos semanas y le dijeron que quemarían la casa de su madre si se negaba a
llevar la droga. Durante este tiempo, fue víctima de agresiones físicas y sexuales.
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Sri Lanka (1999): En el diario The Island se publicó una carta en la que el autor pedía que la
policía soltara a violadores convictos contra una conferencia de lesbianas en Colombo. El
lesbianismo es un delito tipificado en el código penal del país. Compañeros de Viaje,
organización de lesbianas y gays de Sri Lanka, denunció la carta ante el Consejo de la Prensa,
que se negó a condenar al diario y resolvió que el autor tenía derecho a exponer su opinión, y
que ésta estaba justificada porque el lesbianismo era un``acto de sadismo'' y un delito tipificado
en el código penal del país.
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Uganda (1999): Una defensora lesbiana fue torturada y violada en un centro de detención.
Christine fue torturada en un centro de detención secreta de Uganda. La dejaron sola en una
habitación junto con tres detenidos varones que la violaron. Fue detenida por ser lesbiana. En
Uganda la homosexualidad no es sólo un tabú social, sino un delito, que puede ser castigado con
una pena de cadena perpetua.
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Rusia, Moscú (1997): Katya Ivanova fue violada por un agente de policía tras denunciar a unos
vecinos que la habían agredido y amenazado.
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Rumanía (1996): Mariana Cetiner fue condenada a 3 años de prisión por mantener relaciones
homosexuales.
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Estados Unidos, California (1995): Robin Lucas fue violada en prisión por reclusos varones.
Muchas reclusas sufren acoso y agresiones sexuales sistemáticos. Las lesbianas y otras mujeres
que presuntamente transgreden las fronteras del género suelen correr un riesgo más elevado de
padecer torturas y malos tratos. La orientación sexual, real o supuesta, es uno de los factores que
hacen que una reclusa tenga más probabilidades de sufrir abusos sexuales.
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Rusia (1995): Irina, tras ser descubierta su orientación sexual, fue víctima de torturas, malos
tratos y violaciones para que cediera la custodia de su hijo y se sometiera a tratamiento
psiquiátrico. Los padres de Irina contrataron a dos detectives para que investigaran su estilo de
vida. Los detectives afirmaron que tenían una cinta de vídeo en la que se veía a Irina
manteniendo relaciones sexuales con su pareja y la amenazaron con denunciarla a la policía si
no pagaba una elevada cantidad de dinero. Irina y su amante fueron a la policía a denunciar este
intento de chantaje; el agente les respondió con agresiones verbales. Un día, los detectives
secuestraron a Irina a punta de cuchillo y se la llevaron a un apartamento, donde, junto con otro
hombre, la violaron para "darle una lección" y "reorientar" su identidad sexual. Irina decidió no
denunciar la violación a la policía dada su experiencia anterior con este cuerpo. Aunque la
homosexualidad ya no es delito en Rusia, hasta hace poco la ley penalizaba la homosexualidad
masculina. El lesbianismo, por el contrario, suele considerarse como un trastorno mental
acreedor de tratamiento psiquiátrico. Según los informes, la policía ha internado a lesbianas en
hospitales siquiátricos contra su voluntad, sólo a causa de su orientación sexual, a veces a
petición de familiares o amigos.
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Ecuador (2001): Narda del Rocío Torres Arboleda y su pareja, Adriana Chávez, fueron
víctimas de varias agresiones por parte de hombres, cuya identidad se desconoce, por razón de
su orientación sexual. A primeras horas de la tarde del día 12 de junio de 2001, Narda Torres
regresaba a su casa de Quito, Ecuador, cuando dos hombres la interceptaron frente a su
domicilio, le agarraron del pelo, la tiraron al suelo y la golpearon mientras le gritaban: "hija de
puta, te vamos a violar [...] te vamos a dar verga para que te guste [...] lesbiana asquerosa, si no
te gusta cómo te culeamos, te vamos a matar para librarnos de ti [...] ¿no te da asco ser así?".
Los agentes de policía hicieron caso omiso de la denuncia de Narda y más aún cuando ésta y su
pareja les informaron de que el motivo del acoso había sido la orientación sexual de Narda
Torres.
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India (2003): A mujeres que son “diagnosticadas” lesbianas les son administradas potentes
medicamentos o son sometidas a terapia aversiva.
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Bolivia (2002): Una unidad de vídeo que trabajaba en una serie de televisión sobre sexualidad
patrocinada por la organización de lesbiana “Mujeres Creando”, fue agredida por la policía.
Durante los conflictos armados, la exacerbación de estereotipos de género lleva a una intensificación de
la violencia contra las mujeres y la violencia homófoba. La violencia sexual, incluida la persecución,
tortura y ejecuciones de personas en razón de su orientación sexual, son cuestiones a las que Amnistía
Internacional viene prestando creciente atención bajo tales contextos.
Activistas y personas defensoras de derechos sexuales
Las personas que defienden los derechos sexuales se encuentran particularmente en peligro de sufrir
represión y marginación, tal y como observa la Representante Especial del Secretario General sobre la
situación de los defensores de los derechos humanos, la Sra. Hina Jilani: "De especial importancia son
los grupos que defienden los derechos humanos de la mujer, y los que se ocupan de cuestiones
relacionadas con la sexualidad, especialmente los derechos relativos a la orientación sexual y la
reproducción. Con frecuencia, esos grupos están muy expuestos a prejuicios, a la marginación y al
repudio público, no sólo por las fuerzas del Estado sino también por otros agentes sociales".1
!
En el mes de septiembre de 1999, tras las solicitudes presentadas por una nueva organización de
gays y lesbianas para que se le diera formalmente de alta en el registro, el vicepresidente de
Zambia, teniente general Christon Tembo, manifestó ante el Parlamento que se detendría a las
personas homosexuales y a los activistas que luchan por defender los derechos de estas
personas. Asimismo, prohibió la publicación de información sobre "actividades de gays y
lesbianas".
Derecho al asilo y refugio
Muchas de las personas que solicitan asilo porque temen sufrir abusos por razón de su orientación
sexual se enfrentan a serios problemas en los países a los que solicitan protección.
En algunos países de asilo, las personas corren el riesgo de enfrentarse al mismo tipo de persecución o
similar a la que sufrían en su país de origen si se descubre su orientación sexual. En otros países de
asilo, muchas veces se les niega injustamente la solicitud. En los casos en los que la persona que solicita
asilo no ha expresado abiertamente su orientación sexual en el pasado, los funcionarios encargados de la
toma de decisiones apuntan que tales personas deben guardar discreción sobre su orientación sexual
frente a las autoridades pertinentes e individuos privados, ya que de otro modo podrían verse en peligro.
Esta interpretación basada en si alguien tiene o no razones fundadas para temer ser víctima de
1
Informe de la Representante Especial del Secretario General sobre la cuestión de los defensores de los derechos
humanos, E/CN.4/2001/94, apartado 89.g.
persecución se contradice con un principio de interpretación de la Convención de 1951 sobre el Estatuto
de los Refugiados firmemente establecido: si alguien afirma tener razones fundadas para temer ser
víctima de persecución por causa de sus opiniones políticas o creencias religiosas, esa persona no
tendría por qué verse obligada a renunciar a expresar sus opiniones o creencias en el futuro. Este mismo
principio es el que debe aplicarse para proteger los derechos de las personas cuando expresan su
orientación sexual.
La Directiva del Consejo de la Unión Europea por la que se establecen normas mínimas sobre los
requisitos y el estatuto al que pueden optar ciudadanos de terceros países y personas apátridas para ser
refugiados o beneficiarios de otros tipos de proteción internacional deja a los Estados miembros la
posibilidad de reconocer como razón de persecución la orientación sexual, Amnistía Internacional
abogará para que esta causa sea expresamente reconocida como motivo de persecución, dentro de las
legislaciones nacionales de asilo. En España, aunque algún caso individual ha obtenido protección por
motivos de orientación sexual, la legislación de asilo no reconoce de manera clara y expresa el motivo
de persecución por orientación sexual. Algunos Estados de la Unión Europea como Holanda y Bélgica,
ya recogen expresamente en sus normativas "persecución por motivos de orientación sexual" como
causa para la concesión de asilo.
Datos
La situación legal y social de las mujeres lesbianas y bisexuales varía a lo largo de las regiones del
mundo. En algunos países disfrutan de niveles de protección legal frente a la discriminación por
orientación sexual. En otros son tratadas como criminales y las relaciones homosexuales pueden
castigarse hasta con la pena de muerte. En muchos países estas mujeres están expuestas a la homofobia.
En algunos países, el concepto de familia está cambiando para incluir las parejas del mismo sexo. Las
estadísticas sobre la violencia contra las mujeres en las relaciones lésbicas son escasas. Las lesbianas
sufren discriminación en el trabajo. A menudo son violadas como castigo o como ``tratamiento'' para su
sexualidad. Las mujeres lesbianas de color sufren discriminación compuesta de racismo, sexismo y
homofobia.
" Setenta países entraron en el siglo XXI con leyes que prohiben las relaciones homosexuales.
" Al menos en nueve países los actos homosexuales pueden castigarse con la pena de muerte. En
Arabia Saudí, por ejemplo, durante el 2002 se condenaron al menos a 44 personas y 4 de ellas
fueron ejecutadas.
" La Organización Mundial de la Salud eliminó la homosexualidad de su lista de enfermedades
en 1991.
4. Actúa con Amnistía Internacional para poner fin a la discriminación y violencia por
orientación sexual o identidad de género
Mariana Cetiner.
Condenada (Rumanía,
1996) a prisión por
«intentar seducir a
otra mujer». En la
cárcel fue torturada
por los guardias
penitenciarios.
Fue liberada antes de
que llegara a cumplir
la condena gracias a la
presión internacional.
Al salir de prisión, la
sección alemana de
Amnistía Internacional
ayudó a Mariana a
establecerse en
Alemania.
Cuando Amnistía Internacional tiene noticia de que una o más personas se encuentran en situación de
riesgo, ponemos en marcha acciones para que la gente participe utilizando su capacidad de presión y se
una a decenas de miles de personas en todo el mundo enviando cartas, faxes y mensajes de correo-e lo
más rápidamente posible al país de que se trate.
Si te unes a la Red de Acciones Urgentes, te enviaremos casos individuales o colectivos en los que
corran riesgo los derechos humanos de gays, lesbianas, bisexuales o transexuales de cualquier región del
mundo...
... para que TÚ escribas mensajes de llamamiento a las autoridades del país correspondiente. Se trata de
una labor muy sencilla, a la vez que importante, que puedes realizar desde tu casa.
Puedes unirte completando el formulario en http://es.amnesty.org/temas/minorias/unete.shtm
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