Revista de Estudios Extremeños Año 2010

Revista de Estudios Extremeños, 2010, Tomo LXVI, Número I, pp. 535-550
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Pedro Pirfano:
La pasión por la música
JESÚS LOZANO MATEOS
Profesor, investigador y poeta
…la emoción fue inmensa desde el momento que pisé tierra extremeña y a medida que
me aproximaba a mi pueblo, Fuente del
Maestre,… cuando se toma contacto con esa
tierra que le vio a un hombre nacer, ese agradecimiento tiene que surgir, con naturalidad,
de lo más hondo del corazón con las palabras
que un hijo del pueblo puede dirigir a sus
queridísimos y entrañables paisanos…”
Con estas palabras iniciaba Pedro Pirfano su
discurso un día 12 de Septiembre de 1976,
cuando se le hacía entrega en la Plaza de
España del pergamino que le acreditaba como
Hijo Predilecto de su pueblo.
De poco tiempo a esta parte la mayoría de los pueblos intentan buscar
unas señas de identidad que los distingan de los de su entorno. Unas veces las
encuentran, y otras se las inventan De esta manera, y en muchas ocasiones, se
crean ferias de los más dispares productos, se traen a la memoria batallas,
acontecimientos y efemérides, se apodan pueblos, villas y ciudades con los
sobrenombres más rimbombantes o se da carta de naturaleza a personajes que
por su fama en cualquier ámbito de la vida puedan dar un cierto lustre a la
colectividad que los prohíja. Con todo esto, los mentores de tales ideas sólo
buscan un laudable objetivo, que su pueblo “suene” en los mentideros provinciales, regionales o nacionales y, por supuesto, en algunas de las cadenas de
televisión, aunque sean de ámbito local. ¡Algo es algo! Aunque la mayoría de
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los alcaldes suspiran por tener un concursante en OT, o tener cerca a alguno de
los personajillos que pululan en las huecas tertulias de nuestras cadenas de
TV u otras “figuras” de similar calibre, a veces, recurren al paisano que a base
de infinito esfuerzo, tesón y sacrificio, ha logrado situarse en el Olimpo de los
elegidos por su categoría intelectual y por el respeto de sus coetáneos.
La historia de Fuente del Maestre está repleta de personajes de los que
teníamos que sentirnos sobradamente orgullosos pero que, sorprendentemente,
ya que nada nos cuesta traerlos a la memoria, los tenemos relegados a un absoluto olvido.
Hoy, a través de estas páginas queremos rendir, ya que no lo hacen las
instituciones a quienes corresponde, un sencillo y sincero homenaje de reconocimiento a uno de los músicos más grandes que ha dado esta tierra y que recientemente se nos ha ido: Pedro Pirfano Zambrano
Hemos intentado seguir el rastro del apellido Pirfano y alguien nos aseguró que la primera persona con este apellido que llegó por estas tierras era
italiano de Regio de Calabria y que ejercía el oficio de zahorí, ni lo desmentimos ni lo aseguramos pero, por el momento, no hemos encontrado datos que
corroboren la afirmación pero ahí queda el dato.
Documentalmente si podemos asegurar que el primer Pirfano se llamaba
José y llegó a la vecina población de Villafranca de los Barros a en los primeros años del siglo XIX; en unos documentos le señalan como oriundo del reino
de Nápoles y en otros como natural de Zapra en Italia. Posiblemente ejerció el
oficio de calderero como después lo serían muchos de sus descendientes, entre
otros, su hijo Antonio, su nieto Pedro y su bisnieto Isidro, según hemos podido
comprobar testimonialmente. Aparece en algún texto como Pilfano y casa con
la villafranquesa Antonia de la Cruz. Al matrimonio le conocemos tres hijos,
José, Diego y Antonio. Los tres son nacidos en Villafranca pero Diego, que
nace en 1835, es el primero que aparece como avecindado en Fuente del Maestre,
donde se casa en 1862 con la fontanesa Mª de las Candelas García López.
Encontramos a Diego Pirfano de la Cruz formando parte, en 1897, de una
denominada Comisión de Ornato perteneciente al Ayuntamiento de Fuente del
Maestre que emite un informe sobre el estado de la Plaza de Toros. En su firma
se lee, con toda nitidez, “Pirfano” Curiosamente también Antonio, que vive y
se casa en Villafranca, aparece en algún documento con el apellido Pilfano,
como su padre, pero en su firma se puede también leer con claridad, “Pirfano”,
por lo que podemos deducir que al no ser usual ni exigida una acreditación
personal, el Registro Civil se inicia a partir de 1871, pudo existir un error por
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parte del funcionario que redacta el documento al transcribir el apellido tomado verbalmente.
El otro hijo, José, (Pirfano de la Cruz), se casa con Francisca Milara
Rodríguez, natural de Mérida, y, que sepamos, tienen un hijo llamado Pedro
(Pirfano Milara), nacido en 1863.
Este último fue el abuelo de nuestro protagonista se llamaba, como ya se
ha dicho, Pedro Pirfano Milara, e iba, de pueblo en pueblo, ejerciendo el oficio
de calderero, era natural de Villafranca de los Barros, aunque vecino de Fuente
del Maestre donde se casa con Cesárea Valencia Delgado, natural de Mérida.
Con ella tuvo tres hijos, José, Isidro y Candelaria. Isidro continuó la tradición
familiar como calderero y fue, en sus ratos libres, un genial trovador creando
copillas en el carnaval fontanés y formando parte de los coros de artesanos que
tanta tradición han tenido en esta tierra, Candelaria vivió y murió en Sevilla y
José, que era conocido como Pepe Pirfano, era hombre locuaz, amable y dinámico que hizo la primera casa de campo moderna a la que se nombraba como
“el chalet de Pirfano” en la carretera a Zafra , en cuyo muro de cerramiento
instaló una de las primeras muestras de publicidad estática anunciando, dada
su condición de representante comercial, los “motores de explosión MOEXSA”
El apellido materno de nuestro protagonista, Zambrano, aparece en La
Fuente en la reconquista de este territorio allá por el siglo XIII. Hay autores
que aseguran que procede de la villa de Zambrana en Álava, otros que del valle
de Zambraos en Guipúzcoa y otros afirman que son oriundos de la ciudad de
Zamora. Son muchos los Zambrano, oriundos de Fuente del Maestre, que aparecen en los archivos: Pedro de Zambrana en 1525 o Juan Zambrano Hidalgo
en 1570 probando su nobleza en la Real Chancillería de Granada, Pedro
Zambrano en 1519, Pedro Zambrano López Sayago en 1638, también prueban
nobleza para ejercer cargos en el Santo Oficio y muchos más que harían interminable esta relación.
Con fecha de 29 de octubre de 1674 el capitán Don Matheo Rodríguez
de Bolaños Zambrano elabora y publica un memorial que él titula “EL ORIGEN Y ASCENDENCIA DE los Zambranos, y Bolaños desta Villa de la Fuente del Maestre, y decendencia de ellos por todas partes del Capitan Don Mateo
Rodriguez de Bolaños Zambrano, Familiar del Santo Oficio de la Inquisicion,
y Patrono del Convento de Frayles del Señor San Francisco de dicha Villa, es
como se sigue.”
En él hace un pormenorizado recorrido por una serie de personajes que
detentan el apellido Zambrano, así como algunos de los hechos en que particiRevista de Estudios Extremeños, 2010, Tomo LXVI, N.º I
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pan. Citamos a Esteban Martín Zambrano, “ natural de Zamora, el cual y los
de tal apellido tenían su casa cerca del postigo que dijo Bellido Dolfos mostraría al rey Don Sancho el Noble…,” El primer Zambrano que en dicho
memorial aparece como localizado en Fuente del Maestre lo sitúa en la primera mitad del siglo XV y lo hace coprotagonista de un hecho curioso y a la vez
significativo de las luchas nobiliarias de una época convulsa , “Juan Zambrano
de Bolaños, a quien llamaron Cabeza de Bando,…este resistió a Miguel Sanchez
Guerrero, que fue el origen de los Guerrero de esta Villa, y a quien Don Álvaro
de Luna, Maestre de Santiago, había enviado a ella por Alcalde de la Torre y
Puerta de Mérida, y siendo dicho Juan Zambrano de opinión contraria, se
tapiaron las calles, y tiraban con ballestas unos a otros…,”
Escudo de armas de los Zambrano
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Sea como fuere lo cierto es que este apellido es muy antiguo y el más
abundante en Fuente del Maestre. Hemos constatado que de los casi siete mil
habitantes con que actualmente cuenta nuestra ciudad más de ochocientos llevan el apellido Zambrano en primero o segundo lugar. Es un porcentaje que no
debe ser nada común en ninguna ciudad de nuestro país.
Según su inscripción en el Registro Civil, Pedro Pirfano Zambrano nace
en Fuente del Maestre a las dos de la tarde del día 19 de Abril de 1926 en la
calle Martianes, número 6. hijo de Isidro Pirfano Valencia, de profesión calderero, y de Rosalía Zambrano Cuéllar. Seis días después es bautizado en la Iglesia Parroquial de la Candelaria por Don Pedro Casimiro Sayago con licencia
del entonces párroco Don José Pedroso. Curiosamente uno de los testigos fue
Don Juan Tena Bielsa, que dos años después formaría y dirigiría la primera
Banda Municipal que tuvo La Fuente.
Pedro Pirfano Zambrano, nuestro personaje, fue el tercero de los siete
hijos que tuvieron Isidro y Rosalía que fueron: Francisca, José María, Pedro,
Antonia, que murió a los dieciocho meses, Alberto, Manuel y Manuela. Inicia
sus “primeras letras” con Don Serafín Andrada Daza, maestro que ejerce en el
Colegio Público de la Silera. Jugaría por Barceloneta en la carretera de Villalba,
donde tenía su domicilio, y seguramente a marro, a piola, a los bolindres y a los
mil juegos, que por aquellos entonces conocían los niños de la época, por el
descampado donde se situaba la fuente del Pilar.
Pedro Pirfano, niño, en Badajoz
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Pero no todo era felicidad, cuando Pedro contaba ocho años, en 1934,
muere su padre dejando a su madre, Rosalía, embarazada y con cinco hijos. La
situación es realmente dramática y su madre toma una heroica decisión: después de dar a luz a una niña, a la que todos conocen como Manolita, la deja al
cuidado de su hermana Lola Zambrano Cuellar, mujer entrañable y de reconocida bondad que vivió en una casita aledaña al convento de los frailes de San
Francisco, y marcha con sus otros cinco hijos a Badajoz donde trabaja para
sacar adelante a su abundante prole. Ingresan los niños en El Hogar “Hernán
Cortés” de la Diputación Provincial y a poco de su ingreso muere, con cinco
años, Manuel aquejado de meningitis.
Debió ser atroz el sufrimiento de la madre ante las dramáticas circunstancias en las que se desarrollaba la vida familiar. Tuve la satisfacción de conocerla muchos años después, allá por la década de los sesenta, y me sorprendió
gratísimamente su vitalidad y el fino humor que destilaba su entrañable conversación así como el cariño que sentía por su familia, por su pueblo y por sus
gentes.
Pedro Pirfano con su madre
y su hermano
En el hogar “Hernán Cortés” ejerce desde Febrero de 1934 como Profesor de Música, Don Manuel Núñez Martínez, un hombre bondadoso dotado de
unas excepcionales cualidades pedagógicas y de una gran cultura musical y
humanística, que va a iniciar a Pedro y a sus hermanos en los secretos del arte
musical.
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Pedro Pirfano forma parte, con sólo diez años, de la Banda del Frente de
Juventudes; con trece años, en 1939, participa con la banda juvenil en el Desfile de la Victoria en Madrid. Mientras estudia Bachillerato va consolidando su
formación musical, primero con Don Manuel Núñez y después en el Conservatorio de Badajoz, pasando a formar parte, durante cuatro años, de la banda
Municipal de Badajoz, cuando fue su Director Don Modesto Lerma. Recorre
también muchos pueblos en ferias y fiestas como cantante, que por aquel entonces se llamaban “vocalistas”, acompañando a Don Manuel Núñez en Orquestas, como la de Los Cerezo o La Atlántida
Como “ vocalista” cantante, con la Orquesta Atlántida
En 1946 ingresa por oposición en la Banda del Regimiento de Infantería
Castilla 16 tocando el requinto. Pasó después a Zamora como músico militar.
Estudió canto, armonía, contrapunto y fuga en el Real Conservatorio de
Música de Madrid y los cursos de dirección con el maestro Ricardo Dorado,
unos de los músicos más acreditados en el Madrid de los años 50. Continúa
Pedro Pirfano perfeccionando sus conocimientos musicales con las especialidades de composición y canto que realiza en el Conservatorio Superior del
Liceo de Barcelona.
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Su afán por el estudio y el perfeccionamiento profesional le llevan a
realizar los cursos de dirección de orquesta en la Academia Chigiana de Siena
en Italia y en una de las cunas de la música clásica, la ciudad de Salzburgo, la
patria de Mozart, con los músicos más prestigiosos del momento: el berlinés
Hermann Scherchen, el rumano Sergiu Celbidache y el director de la Filarmónica
de Berlín, Herbet von Karajan.
Pedro Pirfano con el pianista José Iturbi
En el Diario Oficial del Ejército del 5 de Junio de 1956 se publican los
resultados de las oposiciones a directores de Bandas de Música Militar en las
que aparece Pedro con el número tres de la promoción. Es destinado a Pamplona
como director de la Banda de Música Militar de la División de Montaña nº 62
haciéndose también cargo del Orfeón Gayarre de la capital navarra.
Pedro contrae matrimonio con una guapa navarra, Mª Luz Laguna Peña
en, Javier, un lugar histórico y emblemático para los navarros, y en Otoño, 3 de
Octubre de 1959, cuando el paisaje, entre lo abrupto de las estribaciones pirenaicas y las fértiles riberas del Ebro, adquiere tonalidades especialmente mági-
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cas. De aquella unión nacen ocho hijos: Mary Luz, Pedro, José Manuel, Fco.
Javier, Isidro, Cristina, Íñigo y Rosalía.
En el año 1960 lo vemos dirigiendo una de las masas más asentadas del
panorama coral español, el Orfeón Pamplonés, fundado en 1892 y, que desde
su nacimiento fue apoyado por figuras como el violinista Pablo Sarasate y el
tenor Julián Gayarre.
Con este coro realizó diversas giras por España, Portugal y el resto de
Europa.
Dirigiendo la Orquesta Nacional de España
En 1967 abandona la dirección del Orfeón Pamplonés para hacerse cargo de la Orquesta Sinfónica de Valencia. En el concierto de presentación en la
ciudad del Turia, el 1 de Noviembre de dicho año, llevó, como grupo invitado,
al orfeón que acababa de dejar. Dirigió la primera y la novena sinfonía de
Beethoven.
Por estas fechas se presenta al Concurso Internacional de Roma quedando finalista entre ciento cincuenta directores de todo el mundo.
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Mayo de 1965 El Ministerio de Información y Turismo convoca concurso-oposición para el nombramiento de dos directores titulares de la recién creada
Orquesta de RTVE. Se presentaron una treintena de profesionales con meritorios currículos. Después de meses sometidos a durísimas pruebas lograron superarlas sólo cuatro entre los
que se encontraba Pedro
Pirfano.
Nos contaba su madre,
Rosalía, que en votaciones realizadas por los músicos de la
propia orquesta Pedro aparecía como el favorito. Según
nuestras propias consultas todos reconocían la preparación.
Algún día sabremos lo que
ocurrió después para que nuestro paisano, que tenía todos los
parabienes de las partes implicadas, no fuera uno de los directores titulares de la Orquesta de RTVE.
Marzo de 1968, Pedro
Pirfano es nombrado Director
Titular de la Orquesta
Sinfónica de Bilbao. En esta ciudad desarrolla también una importante labor
docente como Director del Conservatorio Vizcaíno de Música y Catedrático
de Dirección de Orquesta y Coros durante doce años. Esta institución musical
vasca contaba en aquel tiempo con más de siete mil alumnos, entre oficiales y
libres .
En 1980 fue nombrado Director Titular del Coro de la RTVE ocupando
el pódium de la agrupación durante dos años.
Habiendo estado desde el final de su estancia en Pamplona como músico militar en excedencia, solicita de nuevo su ingreso como director de bandas
de música militar y se hace cargo de la Banda del Regimiento Motorizado
Brunete. En el año 1987 le vemos dirigiendo la Banda Sinfónica del Cuerpo
Nacional de Policía y habiéndole llegado su edad de jubilación como músico
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militar, se le prorroga, su pertenencia activo como circunstancia especial. Fue
también Director del Coro “Gaudeamus” de la Universidad Complutense.
El día 12 de Septiembre del año 1976, Fuente del Maestre, su pueblo, le
rinde un emotivo homenaje. En la plaza de España el entonces Alcalde Diego
Cordero, cumpliendo el acuerdo del Pleno de la Corporación Municipal de 19
de Agosto de 1976, le hace entrega del pergamino que le acredita como Hijo
Predilecto. Estuvo acompañado por su esposa, Mª Luz Laguna y por tres de sus
Pedro Pirfano y el Coro de R.T.V.E.
hijos: Mª Luz, Pedro y José Manuel. Emotivos discursos, el cariño su familia,
de los fontaneses y de los compañeros que llegaron desde Badajoz con Doña
Julia García, Directora del Conservatorio de Badajoz a la cabeza, los cantos de
las recias voces de la Coral Fontanesa, la música de la Banda del Regimiento
Castilla 16, a la que él perteneció y que en este acto dirigía y los entrañables
momentos, más íntimos, que después se sucedieron con familiares y amigos.
Pedro se deshacía en halagos a todos. Cantó “Maitechu” y cuantas melodías le
pedíamos, con su potente y bien timbrada voz sintiéndose, como él mismo
proclamaba, el hombre más feliz de la tierra.
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El alcalde Diego Cordero
entrega a Pedro Pirfano el
pergamino de Hijo Predilecto
de Fuente del Maestre
Pedro Pirfano se dirige a sus
paisanos el 12 de septiembre
de 1976
Aparte de su estancia a La Fuente con motivo de la entrega del Título de
Hijo Predilecto, alguna que otra vez estuvo en su pueblo de forma muy esporádica, fundamentalmente a visitar a su tía Lola, por la que sentía especial veneración, Tenemos recogida una visita que hizo a principio de Septiembre de
1959. Al coincidir la fecha con la Novena que se dedicaba a la Virgen de
Guadalupe en la Iglesia del Convento de los Franciscanos quiso participar cantando la célebre salve, Plegaria de los tres amores del músico zaragozano
Fermín María Álvarez, que provocó el entusiasmo y la admiración de los asistentes.
Profesionalmente estuvo en Badajoz en Abril de 1977 dirigiendo la Orquesta de Cámara del Conservatorio Superior de Sevilla, con el genial pianista
extremeño Esteban Sánchez. En el Teatro López de Ayala con el Coro de RTVE
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y los días 25, 26 y 27 de Noviembre de 1987 en Badajoz, Cáceres y Mérida,
respectivamente, con la Banda Sinfónica del Cuerpo Nacional de Policía.
Pedro Pirfano fue un hombre profundamente religioso. Lo pone de manifiesto en muchas de las entrevistas que le hicieron. Lo proclama con sus
propias palabras en el discurso de aceptación del título de Hijo Predilecto: “
… en el alma y el corazón de cada persona en el trabajo, en una fe recia,
firme y continua en Dios, eso que se lleva dentro del alma…” En 1961 envía
a su tía Lola el programa de las actuaciones realizadas con el Orfeón Pamplonés
en el año anterior, la dedicatoria dice así: “ Para mi tía Lola este historial de
trabajo del año 60, con el que, a través de la música he servido a Dios.”
Sorprende, también, que pregone y alardee continuamente de su naturaleza fontanesa. Hemos oído y leído en multitud de ocasiones que en cualquier
parte del mundo donde dirigía, obligaba a que en los programas del concierto
apareciera aquello de “nacido en Fuente del Maestre”. Es un tanto extraño
que un niño que sale de su pueblo con ocho años y en unas circunstancias tan
dramáticas, recuerde, con semejante nostalgia, al lugar que le vio nacer. Pero
pensamos que la razón de semejante actitud fue la poderosa influencia de su
madre que a lo largo de su vida le hablaba de los lugares, las personas y los
recuerdos de la niñez, y el cariño a su tía Lola Zambrano, a la que con anterioridad hemos hecho referencia como una mujer bondadosa y afable. Siente profunda admiración por su madre. En su discurso al que ya hemos hecho referencia dice: “con mi inolvidable y queridísima madre, muerta hace unos meses,
luchando como una fontanesa que ella sí que se merecía ser Hija Predilecta
del pueblo,… Por tanto me vais a permitir, queridísimos paisanos de La
Fuente, que este homenaje se lo ofrezca a mi padre, por supuesto, pero a mi
madre, recientemente muerta que tuvo que luchar, como he dicho antes.
Mujer honesta a carta cabal, mujer sacrificada, mujer abnegada. A ella quiero
ofrecérselo porque sé que está en el cielo.”
En Pedro se complementaban dos personalidades. Cuando dirigía parecía total y aparentemente ajeno a todo cuanto ocurría a su alrededor, podía
pensarse que parecía un ser engreído, que despreciaba a su entorno, que se
convertía en un semidiós que estaba por encima de todos los mortales, su espíritu vibraba con la música que salía de sus manos, de la expresión de su cara,
de las convulsiones de su cuerpo. Se agigantaba su gigantesca figura cuando
recibía, como descargas, los aplausos del público. Miraba al infinito envuelto
en un halo de gloria y uno se sentía mínimo ante su expresión de triunfo. Después…, cuando hablabas con él, finalizado el concierto, era otro. Era la senci-
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llez, la amabilidad, minimizaba su labor y sus densos conocimientos y hacía
protagonistas del éxito a sus músicos. Vertía alabanzas en aquéllos que le permitían realizar la obra “bien hecha”. Todavía se mantiene viva en mi memoria
su actuación al frente del Coro de RTVE en el Teatro López de Ayala de
Badajoz cuando le presentamos, al terminar el concierto, a nuestro buen amigo y extraordinario músico Manuel Domínguez Merino. Ante las muestras de
asombro de éste alabando la perfección en la ejecución de las piezas interpretadas, Pedro decía que con aquellos profesionales era muy fácil dirigir, que
ellos constituían la esencia de la perfección.
1968. Junto a la cartelera de uno de
sus conciertos en Valencia
Se haría interminable en esta pequeña aportación biográfica a la memoria de un gran hombre si tuviéramos que reseñar el impresionante número de
orquestas y grupos corales que dirigió a lo largo y ancho del mundo. Profunda
admiración hemos sentido siempre por la persona y por su obra pero, después
de analizar muchos textos, documentos, programas, se acrecienta nuestra particular admiración y no deja de sorprendernos que en unos tiempos, años cincuenta y sesenta, en los que pocos artistas españoles salían al extranjero, vemos a Pedro Pirfano recorriendo Europa, EEUU y la América hispana llevando la batuta de las más acreditadas orquestas sinfónicas y codeándose con los
directores de mayor renombre.
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Ha dirigido, en numerosas ocasiones la Orquesta Nacional de España,
la de RTVE, la Sinfónica de Barcelona y a las más significadas de España, Ha
impartido cursos de dirección y muchos de los músicos que hoy se encuentran
al frente de las bandas y orquestas sinfónicas de nuestro país mantienen la
impronta del Maestro Pirfano.
Pero le llegó la hora de la última e inexorable llamada, el Viernes 27 de
Marzo del presente año fallecía en Madrid el fontanés Pedro Pirfano Zambrano.
Aparte de la esquela mortuoria que su familia publicaba en el periódico ABC,
algunos medios se hicieron eco de la noticia de su fallecimiento, sólo en el
periódico regional HOY en su edición del 31 de Marzo de 2009 Emilio González
Barroso expresaba sus condolencia ante la muerte del maestro en una pequeña
reseña y en la sección de Cartas al Director del día 17 de Mayo de este mismo
año otro popular músico de Badajoz, Gabriel García García, el Maestro Gabi,
tenía un emocionado recuerdo para el compañero desaparecido a la vez que
solicitaba de las autoridades un reconocimiento para su memoria. ¡Poco fruto
para tanta siembra!
El Diario de Navarra, al dar la noticia en su edición del 31 de Marzo,
hacía una pequeña semblanza biográfica de nuestro músico y el pasado 12 de
Junio del año actual la Orquesta Sinfónica de Valencia y el Orfeón Pamplonés
realizan un concierto en el Palau de la Música de Valencia. El periodista que
comenta la noticia recuerda al Maestro Pirfano, recientemente fallecido, cuando en los años sesenta dirigió a las dos formaciones en un concierto que la
prensa de la época calificó de “éxito pavoroso”.
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“Aquí yace muerto el hombre/ que vivo queda su nombre…” Estos
versos con los que Jorge Manrique quiere mantener vivo el recuerdo y la
gloria de su padre, nos sirven para remarcar nuestro principal objetivo a la
hora de escribir estas líneas. Mantener viva la memoria de uno músicos más
importantes del siglo XX, uno de los hombres que, a pesar de la distancia y sus
circunstancias, siempre llevó el recuerdo de su pueblo en lo más profundo de
su corazón de extremeño.
Queremos hacer nuestra la expresión del anónimo comentarista que en el
Diario de Navarra el 8 de Abril de 2009 escribe sobre el concierto que la Orquesta Sinfónica de Galicia y el Coro de Cámara del Palau de la Música Catalana ofrecían en el auditorio Baluarte de Pamplona el 31 de Marzo de este
mismo año:
Dirigiendo la obra “Juana de Arco en la hoguera” en el Teatro Real de Madrid
“A LA MEMORIA DE PEDRO PIRFANO Algunos de los oyentes del concierto -orfeonistas y ex orfeonistas- recordamos con especial cariño a
Pedro Pirfano, que acababa de morir. En el recuerdo de muchos esta la
versión magistral de otro oratorio -La Juana de Arco en la hoguera de
Honegger que el ex director del Orfeón Pamplonés dio en el Teatro Real
de Madrid ya hace unos lustros, al frente de la Orquesta Nacional y del
propio Orfeón. Si el insigne músico tuviera alguna pega en el Juicio Final, seguro que la santa francesa saldrá en su auxilio. La versión fue de
lo mejor que se recuerda. Maestro: sit tibi terra levis . Descanse en paz”
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