Érase una vez una niña llamada Lara, tenía 9 años, el pelo pelirrojo y rizado, la cara llena de pecas, llevaba puesto un vestido azul y unas sandalias blancas. Aunque le gusta ir descalza, su madre Marina la obligaba ir con zapatos. Una mañana después de ir al colegio, se pasó por la biblioteca de su pueblo a coger un libro. Entró en la biblioteca miró al suelo y vió un símbolo extraño que tenía forma de estrella. Decidió pisarlo y al hacerlo en el suelo se abrió una puerta frente a ella, sin pensárselo dos veces se acercó a la puerta y vió que había unas escaleras de caracol que bajaban. Bajó por las escaleras y cuando estaba abajo vió una mesa con un libro muy antiguo encima, se acercó y lo abrió. El libro contenía un papiro y una llave. El papiro tenía escrita la siguiente frase: ´´ Con esta llave podrás abrir lo que nosotros nunca pudimos descubrir´´ Después de leer la frase se dio cuenta de que al final de esta se encontraba el mismo símbolo que había visto en el suelo de la biblioteca. Cuando lo vió, se quedó asombrada. Cerró el libro y lo dejó en la mesa. Cogió la llave, que estaba llena de polvo, la sopló y descubrió la mitad de un mapa en la punta ¡Seguro que era de un tesoro! Empezó a buscar el tesoro, y cuando iba caminando vió otro símbolo en forma de estrella en el suelo. Lo pisó y del suelo salió un atril muy antiguo con otro libro encima. Al mirarlo se dio cuenta de que en el lomo del libro estaba la otra mitad del mapa, sacó la llave de su bolsillo y la juntó con la otra mitad que había en el lomo del libro, entonces en el centro del mapa se encendió una luz y en la pared del pasillo se abrió una puerta. Pasó a través de la puerta y vió que en el suelo había una botella que tenía dentro un mensaje que decía: ´´Al final del pasillo encontrarás un anillo´´ Se dirigió al final del pasillo y encima de una mesita encontró un anillo con otro símbolo de estrella. Se puso el anillo, y vió que en la pared estaba grabado el mismo símbolo. Presionó la pared con el anillo y se abrió una cápsula llena de libros. Después de mirar todos los libros, decidió coger el que tenía grabados en su lomo la escalera de caracol y la estrella. Lo agarró fuertemente y salió corriendo, porque al coger el libro de la estantería las paredes comenzaron a juntarse. Subió corriendo las escaleras hasta el segundo piso, cogió el libro que estaba encima de la mesa y, después subió hasta la biblioteca principal, pisó el símbolo y la puerta se cerró. Se lo contó a Carolina la encargada de la biblioteca. Y esta se quedó asombrada de todo lo que le había contado Lara. Se fue a casa con los libros antiguos, y cuando llegó se los enseñó a su madre y le contó lo que le había pasado en la biblioteca. Su madre también se quedó asombrada de lo que le había contado su hija.