Kireet Joshi Transcripción de la serie de seis conferencias dictadas por el filósofo indio Kireet Joshi a los niños de la Super School [con la presencia no participativa de adultos] Auroville, India 1999 Traducido al español a partir del PDF en inglés: The Discoveries of the Vedic Rishis, lecture by Kireet Joshi, 2001 Traducción y PDF en español: Martha Segura, Bogotá (Colombia), 2012 2 Los descubrimientos de los rishis1 védicos Conferencia 1 .......................................................................................................................... 4 Conferencia 2 ......................................................................................................................... 23 Conferencia 3 ......................................................................................................................... 46 Conferencia 4 ......................................................................................................................... 62 Conferencia 5 ......................................................................................................................... 83 Conferencia 6 ......................................................................................................................... 98 1 N.d.T.: «La palabra “ṛṣi” también significa “sabio, etc.”, pero el término “vidente” es mucho más adecuado, porque los Ṛṣi-­‐s no son realmente los autores de los himnos védicos, sino las personas a quienes les fueron revelados. Vieron los himnos, y por esta razón se les llama “videntes”. Por supuesto, también es correcto traducir el término como “sabio, etc.”, pero “vidente” es más exacto. Esta afirmación también tiene algún sostén etimológico, porque el término “ṛṣi” deriva posiblemente de la raíz “ṛṣ”, la cual sería una forma obsoleta de la actual raíz “dṛś” (ver)». Gabriel Pradīpaka, http://www.sanskrit-­‐sanscrito.com.ar. 3 Conferencia 1 La vez pasada les hablé del dharma. Tal vez recuerden algunas de las cosas que les dije y como una manera de proseguir pensé en hablarles de la literatura védica. La vez pasada dije que el dharma, el concepto de dharma, tenía sus raíces en los Vedas. Así que pensé: “Vamos a explorar los Vedas hasta cierto punto”. Aparte de esa, hay muchas razones por las que he elegido este tema. Una razón importante es que todos los estudiantes de Auroville se conviertan en ciudadanos del mundo. Tienen que vibrar con la conciencia del mundo. Por lo tanto, necesitan saber lo que es este mundo, y el mundo entero. Y para responder a esta pregunta hay muchos enfoques. Uno de ellos es encontrar el origen del mundo, el origen de las especies que están a nuestro alrededor en el mundo, el origen de la humanidad, el pensamiento original de la humanidad, la aspiración original de la humanidad. Esa es una de las maneras en que podemos entrar en la conciencia del mundo. También hay muchos otros métodos. Si nos preguntan cómo pensaba la humanidad al comienzo de la historia, ¿sabemos lo suficiente sobre cómo los seres humanos pensaban, aspiraban, trabajaban? ¿Qué motivaba a los seres humanos? Hoy en día tenemos una idea bastante completa de lo que la humanidad actual está pensando, de cuáles son sus preocupaciones. Hay mucha literatura disponible para averiguar lo que estamos pensando, lo que somos. Pero si nos formulan la pregunta, ¿sabemos cuál fue el primer pensamiento de la humanidad? Si abrimos algunos libros de historia, nos mencionan al hombre prehistórico, respecto del cual no tenemos ningún registro. El hombre paleolítico y el hombre neolítico. Nos podemos cruzar con estas dos palabras; el hombre de Neanderthal. Hay especulaciones sobre lo que este hombre paleolítico o neolítico, este hombre de Neanderthal estaba pensando; hay especulaciones. Pero si nos preguntan, ¿tenemos alguna certeza en cuanto a lo que estaba pensando? No especulaciones, no imaginaciones, no lo que suponemos que estaba pensando. ¿Tenemos registros que nos permitan estar seguros de lo que ellos estaban pensando? Ahora sabemos que hubo muchas civilizaciones que florecieron en épocas antiguas, cuando se cree que se inició la civilización. De manera que esta pregunta hay que formularla a gran escala, en 4 cuyo contexto lo que voy a decir tendrá algún significado. No quiero presentar la literatura védica como literatura india, que es como se la suele presentar. En épocas tempranas tuvimos algunas civilizaciones, como la de Egipto, la de Mesopotamia, la de China, la de India, y luego oímos también de la civilización en Persia y en Grecia. Desafortunadamente, aunque esas grandes civilizaciones florecieron, no tenemos ninguna evidencia histórica definitiva de cuáles fueron sus pensamientos y sus aspiraciones entre todos esos registros antiguos que están de una u otra forma disponibles. En Egipto tuvimos las pirámides, y disponemos de pinturas en las pirámides. Esas pinturas están siendo interpretadas de muchas maneras, e imaginamos lo que las personas de Egipto podrían haber pensado. Pero entre todas esas antiguas civilizaciones, sólo hay una literatura disponible que puede darnos una idea definitiva, cierta, de lo que esas antiguas gentes pensaban, a qué aspiraban. Y esa es la literatura védica. Si uno pregunta cuáles son los registros antiguos, los más antiguos que puede abrir y encontrar allí con total definición, con exactitud, los pensamientos y las aspiraciones de las gentes antiguas —esa es la literatura de la que disponemos. De manera que quiero presentar la literatura védica como una literatura mundial. Es una herencia común del mundo entero, relevante para todos en el mundo. Cualquiera, ya sea europeo o americano o africano o indio o asiático o australiano, sea lo que sea, si cualquiera quiere saber de forma definitiva lo que los antiguos pensaban y a lo que aspiraban, tiene que referirse a esta literatura, porque está al alcance. Ahora está al alcance por escrito. Durante mucho tiempo sólo estuvo disponible de forma oral. Vamos a explorar los pensamientos de los antiguos, las aspiraciones de los antiguos, tal como se evidencian en la literatura védica. Ese es un aspecto de lo que voy a decir. Hay otro aspecto. ¿A fin de cuentas por qué deberíamos investigar lo que pensaban los antiguos? ¿Por qué? ¿Qué utilidad tiene? ¿Qué importancia tiene? Hay dos respuestas para esta pregunta. Lo que somos hoy puede con frecuencia conocerse si sabemos cada vez mejor lo que fuimos ayer. Es lo que se llama una cuestión de identidad. Cuando nos preguntamos qué somos hoy, lo que estamos preguntando básicamente es acerca de nuestra identidad. ¿Qué somos? Esa es nuestra primera pregunta. Y si lo que somos hoy depende de 5 lo que fuimos ayer, e incluso anteayer, entonces vale la pena explorar la época antigua, y lo que pensaban y aspiraban los antiguos. Quizás lo que estamos haciendo hoy tiene sus raíces allí. Quizás, quizás no. Pero si sabemos qué era, entonces podremos descubrir si tenemos nuestras raíces allí o no, y podremos conocer mejor nuestra identidad. Esa es la primera respuesta a la pregunta. La segunda respuesta es que hoy estamos en busca de una solución. ¿Por qué? Porque hoy estamos enfrentando lo que se podrían denominar problemas críticos, no sólo problemas, sino problemas críticos. Hay una diferencia entre un problema y un problema crítico. Un problema es un asunto con relación al cual esperamos hallar una buena solución, con una mayor o menor dificultad, con una cierta facilidad. Pero un problema crítico es un problema para el cual es obligatorio hallar la respuesta, y aun así la respuesta es extremadamente difícil de hallar. Hay muchos problemas para los cuales quizás no se hallen respuestas, y sin embargo no importa, pero un problema crítico es un problema para el cual se debe hallar la respuesta. Si no se halla la respuesta, no podemos avanzar. Ese es el significado de un problema crítico. Hoy en día estamos enfrentando una serie de problemas críticos, y no somos capaces de hallar respuestas fácilmente; y no obstante se deben hallar las respuestas. Esa es una de las razones por las cuales en la actualidad muchas personas están volviendo su mirada hacia atrás, escarbando en la historia. Con frecuencia se formula la pregunta: ¿A fin de cuentas por qué deberíamos estudiar historia? Una de las razones básicas por las que deberíamos estudiar historia hoy en día, es que estamos confrontados con problemas críticos y debemos encontrar las respuestas. Por lo tanto nos devolvemos en la historia para ver si en tiempos pasados algo se pensó, si algo se descubrió que más tarde se perdió pero que ahora pueda recuperarse y sirva en estos momentos para encontrar las respuestas. Esta es una de las razones especiales por las cuales estudiar historia se vuelve muy importante hoy en día. Y es por eso que muchas personas serias alrededor del mundo se están volcando hacia los tiempos antiguos, hacia los tiempos medievales, hacia el pasado. No necesariamente para pertenecer al pasado, sino porque el conocimiento del pasado nos puede ser útil ahora, para abrir las puertas del futuro. Es un estudio del pasado para contribuir al futuro. Esa es la razón por la que deberíamos estudiar historia. No para 6 pertenecer al pasado, sino para crear un portal de salida hacia el futuro. Es en ese contexto que el estudio que vamos a emprender ahora, hasta cierto punto, podría llegar a ser muy útil. Y hay una tercera respuesta a esta pregunta: ¿por qué deberíamos estudiar estos tiempos antiguos? La tercera respuesta es: cada vez que nos erguimos en el umbral del futuro, en el portal de salida hacia el futuro, nos encontramos automáticamente resumiéndonos a nosotros mismos. Ese es el proceso psicológico. Cada vez que queremos avanzar, psicológicamente siempre tendemos a resumir nuestro pasado. Es como si fuera la ley del desarrollo psicológico de la humanidad. No podemos avanzar hacia el futuro a menos que de una manera sinóptica, de una manera resumida, de una manera muy breve podamos dar un vistazo, un muy rápido vistazo. Dado que ahora nos encontramos muy conscientemente de cara hacia el futuro —todos estamos hablando del milenio, ¿no es así?, del próximo milenio, y todos lo estamos visualizando—, y cuando uno se encuentra en un momento tan crítico, en un momento muy importante del futuro, es bueno resumir el pasado de una manera muy rápida. No me gusta el estudio de la historia como un mero registro de una cantidad de batallas, una cantidad de conquistas, una cantidad de dinastías, y querellas de distintas clases, intrigas de distintas clases. Lo que es muy interesante de la historia es lo que se puede destacar en una sinopsis. En última instancia, cuál es la experiencia esencial que ganamos del pasado, la que nos dará una idea de dónde estamos hoy y de cómo podemos avanzar. Así que a partir de esos tres puntos de vista seleccioné este tema en particular: “Vislumbres de la literatura védica”. Porque los Vedas contienen evidencia definitiva, no especulación, sino evidencia definitiva sobre lo que pensaban y aspiraban los antiguos. Y quienes han estudiado los Vedas sienten que hay algo en los Vedas que es muy útil para el futuro, de manera que podemos estudiar ese aspecto mientras damos un salto al futuro. Ustedes saben que Sri Aurobindo habló de la mutación de la especie humana. Sri Aurobindo dijo: “El hombre es un ser en transición”. En la Tierra habrá una nueva raza, nuevos tipos de seres, seres suprahumanos. Él habló de la suprahumanidad; 7 no de la humanidad, sino de la suprahumanidad. Y especialmente porque Auroville está diseñada para ser la cuna de esa suprahumanidad, siento que es muy necesario que sepamos de una manera resumida lo que somos, qué clase de monos somos, cuánto podemos saltar ahora o, si queremos dar un salto, cómo debemos saltar hacia el futuro. Porque necesitamos saber esto, entonces, sugiero que lo compartamos juntos, que abramos unas cuantas páginas de los Vedas y aprendamos un poco de eso; no mucho, porque hay tanto en ellos que no puedo proponer que estudiemos en este momento todo eso, pero sí algo. Ustedes todavía tienen por delante muchos, muchos años de estudio, y si en esta etapa adquieren algunas de estas semillas, les será de gran ayuda en el futuro. Esa es la razón por la que escogí este tema, y los invito a todos a compartir algunas de las cosas que quiero presentarles. Entonces, para empezar, permítanme decir que la palabra veda es muy significativa, que tiene un significado. Etimológicamente, la palabra veda proviene del sánscrito. Yo sé que algunos de ustedes empezaron a aprender sánscrito recientemente. Hay una raíz sánscrita, —wid, conocer. De manera que el libro que se conoce como “Veda” se denomina así porque se afirma que es el libro del conocimiento. Veda significa conocimiento. Ahora bien, muchos de ustedes quizás no han visto ni siquiera el libro. Uno de estos días quizás haya aquí una exposición en la que podamos mostrar la literatura védica y ustedes puedan tener la percepción de primera mano, al menos una percepción visual. Y lo primero que verán serán cuatro libros. Los Veda, como se les conoce, consisten en cuatro libros, y cada uno de estos cuatro libros tiene un nombre por separado. El más importante y el más antiguo de los cuatro se llama Rig Veda2, el segundo libro se llama Yajur Veda3, el tercer libro se llama Sāma Veda4, y el cuarto libro se llama Atharva Veda5. Esos son los cuatro libros. No intenten memorizar los nombres, porque los repetiré con tal frecuencia que incluso sin ningún esfuerzo ustedes serán capaces de recordar estos cuatro nombres: Rig Veda, Yajur Veda, Sāma Veda, Atharva Veda. Ahora bien, a cada 2 N.d.T.: “El conocimiento de los himnos o de las alabanzas”. N.d.T.: “El conocimiento de los sacrificios”. 4 N.d.T.: “El conocimiento de los cantos”. 5 N.d.T.: “El conocimiento del sabio Atharvā”. 3 8 Veda se le denomina saṁhitā. Esta es otra palabra sánscrita. Saṁhitā quiere decir colección, recopilación, antología. No sé si ustedes han visto antologías de poetas, antologías de varios autores, de escritores de ficción y de prosa. Pues bien, cuando se hace una selección a partir de un gran corpus, y se junta, se reúne en una colección, eso se denomina saṁhitā, es una antología. De manera que cada libro es una antología. En otras palabras, ninguno de los cuatro libros es un libro completo, es sólo una antología. Se dice que hubo una época, una época muy antigua —qué tan antigua, no se sabe, digamos que hace cinco mil, seis mil, diez mil años, no se sabe, se especula mucho sobre eso y nosotros no vamos a ponernos a especular—, podemos decir que en tiempos muy antiguos sucedió que hubo muchos poetas. Es un evento histórico grandioso que haya habido tantos poetas que vivieron en la India y compusieron algunas de las más maravillosas poesías. Y hubo montones de poesías, montones. Parece que fue como una gran inundación de poesía. Y se compuso una cantidad de poesía. Luego vino un tiempo en que se sintió que este torrente, que esta inundación poética se estaba desvaneciendo. Cada vez menos personas estaban componiendo poesías, y pareció como si —porque en ese entonces no había escritura o las cosas no se ponían por escrito—, se sintió que era necesario hacer una antología. Un gran hombre llamado Vyāsa —ese nombre deberían recordarlo, Vyāsa—, que era él mismo un gran poeta, sintió que antes de que toda esta poesía se perdiera (debido a que la mayoría de las comunicaciones eran sólo orales, no mediante palabras escritas sino por tradición oral), Vyāsa sintió que debía haber al menos una selección de esa inmensa cantidad de literatura de la que se disponía oralmente y que algunas de las cosas más importantes debían reunirse. Fue él quien hizo estas cuatro colecciones. Es por ello que a Vyāsa también se le llama “Vedavyāsa”, Vyāsa, el que le dio su forma actual a todos los Veda. De manera que estos cuatro libros son sólo libros incompletos, en el sentido en que no contienen toda la literatura que estuvo disponible en aquellos tiempos. En realidad se afirma: Vedah anantah, expresión sánscrita que quiere decir “los Vedas son ilimitados”. Los Veda que están disponibles ahora en libros son solamente una selección. Pero esta selección fue hecha por un poeta muy sabio, así que se puede esperar que esta colección 9 contendrá las ideas más esenciales, y que nos dará una visión de lo que los antiguos pensaron, de lo que descubrieron. El Rig Veda es la colección más larga. El Sāma Veda es la colección más corta. El Rig Veda consiste en diez mil versos. Yo tengo una edición del Rig Veda en doce volúmenes, diez mil versos impresos en doce volúmenes, esa ya es en sí misma una gran cantidad. Incluso ojear doce volúmenes ya es una gran tarea, no muchos han sido capaces ni siquiera de ojear estos doce volúmenes. El Atharva Veda tiene seis mil versos, y el Yajur Veda y el Sāma Veda tienen un número menor. Volveré después sobre este aspecto de la cantidad, por ahora sólo estoy tocando los bordes, las márgenes de algunas de las ideas importantes en relación con estos Veda. Volvamos al propio Rig Veda, que es el libro más extenso, y que se supone que es el Veda en verdad. Si uno no conoce el Rig Veda, es difícil conocer los otros Vedas porque el Yajur Veda repite dos tercios del Rig Veda. El Sāma Veda repite la mayor parte del Rig Veda, exceptuando sólo 75 versos, sólo 75 versos son únicos en el Sāma Veda, todos los demás son repeticiones de los versos del Rig Veda. El Atharva Veda consiste en la mitad del Rig Veda, con sólo la otra mitad única. Entonces esto significa que si uno no conoce el Rig Veda, tampoco puede conocer los otros Veda muy bien. Es por eso que la mayoría de las personas se vuelcan sobre el Rig Veda, y eso es muy significativo. Así pues, debo decir un poco más sobre el Rig Veda. Tiene diez capítulos. Por lo general, cuando uno abre cualquier libro, uno encuentra capítulos. En los Vedas a un capítulo se le denomina mandala, que es una palabra sánscrita. En sánscrito existen muchos términos para capítulo: mandala, kanda, adhyaya. En el Rig Veda a un capítulo se le denomina mandala, así que hay diez mandalas en el Rig Veda. Ahora bien, esos mandalas han sido organizados de una manera particular, no es una selección hecha en desorden de manera fortuita; hay un sistema, hay una organización. Los primeros versos son de un tipo, la segunda tanda de versos es de otro tipo, la tercera tanda de versos es de otro tipo. Hay un sistema. El primer capítulo y el décimo capítulo reúnen la poesía de un determinado número de 10 poetas. Del capítulo dos hasta el capítulo ocho contienen la poesía de sólo un poeta, un poeta o su progenie, poetas que nacieron en la misma familia. Y el capítulo nueve es un capítulo muy especial del cual les hablaré después. No es una colección de poesías de muchos poetas, ni de un poeta, es un capítulo especializado en un solo tema, el tema de la inmortalidad. Cuando hablábamos del dharma, les mencioné la inmortalidad como una de las aspiraciones fundamentales, junto con la permanencia y la certeza. Pues bien, el tema de la inmortalidad es tratado especialmente en el capítulo nueve, en el noveno mandala. Y entonces, si quieren conocer a algunos de los poetas especiales, de los que son muy famosos, la mayoría de los indios conocen a dos de estos poetas, uno de ellos es Vasishtha y el otro es Vishwamitra. Ambos nombres son muy conocidos en India, incluso la gente común conoce a Vasishtha y Vishwamitra. El tercer capítulo consiste en la poesía de Vishwamitra, y el séptimo capítulo contiene la poesía de Vasishtha. Luego hay otro poeta muy famoso, se llama Vamadeva. El cuarto capítulo por completo está dedicado a la poesía de Vamadeva. Los poemas de Atri están en el quinto capítulo. El sexto capítulo corresponde a Bharadwaja. Estos son algunos de los nombres de poetas importantes. En otras palabras, estos poetas fueron los líderes de la humanidad en tiempos antiguos. Tenemos certeza absoluta de esto, no se trata de una especulación. Se sabe definitivamente que Vamadeva fue un gran líder y un gran poeta, que Vasishtha fue un gran poeta, que Vishwamitra fue un gran poeta, que Atri fue un gran poeta, que Bharadwaja fue un gran poeta, y muchos otros nombres, como Madhucchandās, y muchos más. Incluso hoy en día, los niños de la India conocen las historias de Vasishtha y Vishwamitra. Hubo una gran batalla entre Vasishtha y Vishwamitra, según recuentos históricos que han descendido. Vishwamitra en especial se oponía a Vasishtha. Hay una historia escrita por Sri Aurobindo en bengalí y que también se consigue traducida al inglés. (Ustedes le pueden preguntar a Deepti, ella les contará la historia). Es una historia sobre el perdón, sobre cómo Vishwamitra estaba enojado, terriblemente enojado con Vasishtha y cómo su rabia fue barrida mediante el gran acto de perdón por parte de Vasishtha. (No les voy a decir más porque entonces ustedes pierden el interés y no le preguntan a Deepti, y me 11 gustaría que le pidan a ella que se las cuente porque es una historia muy interesante). Pero cuando uno lee las poesías de estos grandes poetas, uno entra en un cierto tipo de conocimiento que es como un Sol brillante. Normalmente pensamos que esas gentes antiguas eran más o menos bárbaras, primitivas, incivilizadas, burdas, sin modales. Pero, sorprendentemente, nos topamos con que la más antigua literatura del mundo al alcance de la humanidad es muy civilizada. ¡Es una sorpresa! En verdad, los historiadores quizás no sean capaces de explicar cómo ocurrió esto: ¿cómo es posible que las gentes más antiguas del mundo, como Vasishtha y Vishwamitra y Bharadwaja y Atri y Vamadeva, Madhucchandās y Dirghathamas, cómo es posible que hayan sido tan civilizados, tan cultos? ¿Cómo podemos decir que fueron muy cultos? ¿Cuál es la prueba de que fueron muy cultivados? La primera prueba es su lenguaje. Uno de los distintivos de una persona civilizada o culta es su capacidad de expresión lingüística. Quien no puede hablar bien, en un lenguaje casto, claro, decorado con belleza, no es una persona culta. La marca de la cultura es la capacidad de lenguaje y su expresión. Ahora bien, si ustedes leen lo que escribió Vasishtha, lo que escribió Vishwamitra, es tan hermoso, es como si esta gente hubiera tenido un vocabulario inmenso. Para expresar una idea, eran capaces de hacerlo de diferentes maneras, variadamente. Sólo para tomar un ejemplo: al describir la mente, la mente humana, Vishwamitra (en el tercer capítulo, que es el que le fue asignado al él) compara la mente con las mujeres que no están ni desnudas ni vestidas. Si ustedes consideran la mente, es un ejemplo acertado de algo que no está ni desnudo ni vestido. La mente es un instrumento, y es transparente. Cuando la mente se vuelve absolutamente clara, hay transparencia. Eso fue lo que dijo Descartes: “Cuando llega la certeza, la mente es absolutamente clara, la transparencia es la cualidad de la mente”. Cuando uno tiene un vaso que es absolutamente transparente, es un vaso, por lo tanto es algo, es un vehículo, es un instrumento, es un medio. Por consiguiente no se puede decir que está completamente desnudo, está vestido, y no obstante está desnudo porque es transparente. Ahora bien, este tipo de comprensión de la mente, Vishwamitra la pone así, de una manera muy casual, como una especie de analogía o de símil de la mente en el tercer capítulo. Les estoy dando sólo un 12 pequeño ejemplo. Entonces, son tantas las ideas profundas. Tomemos sólo un pequeño ejemplo de una de esas ideas profundísimas. En uno de los versos el poeta dice: “La realidad es extraña y maravillosa”. La realidad es extraña y maravillosa... ¿Por qué es extraña y maravillosa? La razón que se nos da es esta: porque es una y a la vez distinta. Es una y sin embargo es otra. Es una especie de acertijo puesto por el poeta. Una comprensión simple es que una es una y dos es dos. Si es dos, entonces por supuesto hay una y también otra. Pero siendo una, sin embargo es otra, tal es la naturaleza de la realidad, y por lo tanto es maravillosa. Esa es una de las ideas más profundas que encontramos en los Vedas: cómo la realidad es una y sin embargo distinta de sí misma. Es ella misma y no obstante es distinta de sí misma. Es un acertijo. Un día discutiremos esto en detalle. Cómo es posible que la realidad sea una y, sin embargo, sea distinta de sí misma. Este es un ejemplo de algunas de las profundidades. La tercera característica de los Vedas es que son bellos, no sólo en su expresión lingüística, sino bellos en su expresión poética. El Rig Veda es pura poesía. Ahora bien, ¿qué es poesía? Uno debe ser capaz de comprender que esto es magnífica poesía. Yo puedo escribir poemas, Jivatma puede escribir poemas, Fanny puede escribir poemas, Vishwamitra puede escribir poemas. ¿Existe alguna diferencia? Hay una diferencia. Primero que todo, la buena poesía debe tener palabras rítmicas. Ya les hablé de esto alguna vez, pero podemos repetirlo porque es muy importante. La poesía sólo es poesía cuando consiste en palabras rítmicas. Si las palabras no son rítmicas, no es poesía. La escritura en prosa puede no contener palabras rítmicas, pero en la poesía, si las palabras no son rítmicas, no es poesía. Ese es uno de los distintivos de la poesía. La expresión debe ser rítmica. Debe haber ritmo. El segundo es que debe tener estilo. En prosa también hay estilo, pero no es un elemento necesario en la prosa. En poesía debe haber estilo. ¿Y qué es estilo? Lo que se expresa y la manera de expresarlo deben coincidir. La sustancia de lo que uno quiere decir y la manera de decirlo debe amoldarse. A eso se le llama estilo. Lo que eres y la manera de serlo deben ser consistentes una con otra, entonces hay estilo. Para dar un muy pequeño ejemplo: si eres muy alto y tu traje es corto, no hay estilo. Para tener estilo, lo que eres y el modo de tu 13 expresión deben tener algún tipo de armonía. Lo mismo ocurre en el caso de la poesía, lo que quieres decir y el modo de decirlo deben ser armoniosos. Y la tercera característica de la poesía es que debe tener imágenes. Esto es muy importante. En prosa, puedes no usar imágenes. Pero la poesía sin imágenes es imposible. La imagen es fundamental en poesía. Sea lo que sea que quieras decir, debe tener una imagen muy concreta. Uno quiere expresar risa, por ejemplo, entonces puede dar una imagen del Ganges cayendo desde los Himalayas. Es como una risa. En la risa hay una especie de ritmo de catarata, y una imagen sería algo como la caída del Ganges desde los Himalayas. De manera que uno podría decir: “Los Himalayas están riendo. El Ganges no es otra cosa que la risa de los Himalayas”. Esa es una imagen. La poesía debe tener imágenes de lo que sea que vaya a expresar. ¿Pero qué imagen? Eso es muy importante, y ese es el quid de la cuestión. La imagen debe plasmar una realidad cada vez más profunda. Si es la imagen de una cosa ordinaria, la poesía es ordinaria. Si lo que plasma es algo más profundo, entonces es una poesía más profunda. Si se trata de la imagen de la realidad más profunda, entonces es la más profunda poesía. Es así como se puede juzgar la poesía. ¿Es una poesía ordinaria, o es una poesía más profunda, o es la más profunda poesía? Todo depende de cuál es la sustancia que está plasmada en ella. Ahora bien, cuando todos los tres: ritmo, estilo, imagen y la sustancia que está plasmada son del orden más alto, entonces se trata de la mejor poesía. Hay muchos poetas que son rítmicos, pero no tienen estilo. Hay poetas que tienen un gran estilo, pero ningún sentido del ritmo o muy poco. Hay poetas que son profundos, sus imágenes son buenas, pero su estilo y su ritmo son pobres. Es así como se puede entender a los poetas. Cuando ustedes lean cualquier poesía, formulen estas tres preguntas y obtendrán el valor o la evaluación de un buen poeta. Poetas como Shakespeare, o Shelley o Keats o Milton, por ejemplo, son grandes poetas y tienen grandes méritos. Y luego, si ustedes leen la poesía de Sri Aurobindo, si ustedes leen Savitri, ese poema tiene la expresión rítmica más intensa. El ritmo más fantástico que ustedes puedan hallar en la literatura inglesa se encuentra en Savitri. El estilo en Savitri es el más maravilloso. Lo que se expresa y el modo de expresión armonizan completamente. Y las imágenes, ¡una abundancia de imágenes! Una de las mejores imágenes de Savitri se encuentra empezando el libro, cuando ella es una jovencita y cómo está creciendo. (Un día 14 vamos a leer juntos estas líneas en particular de Savitri y ustedes van a ver la abundancia de imágenes, y la imagen es tan profunda, la realidad más profunda de Savitri sale a relucir). Es por eso que Savitri es vista como la más alta poesía que tenemos en el mundo de la literatura. Ahora bien, si uno juzga la poesía védica desde este punto de vista, el propio Sri Aurobindo escribió sobre esto y él mismo dijo que cuando estas tres cosas son del más alto orden, la poesía se vuelve mántrica, la poesía se llena de mantra. Y la poesía védica es poesía mántrica. La palabra “mantra” es muy importante. ¿Qué es mantra? Mantra es la expresión poética que tiene el más alto valor rítmico, cuyo estilo es el más apropiado y cuyas imágenes reflejan la realidad más alta, la más elevada experiencia de la realidad. Cuando estas tres se combinan juntas y las tres se expresan, entonces la expresión se llama mantra, y el mantra tiene poder. En verdad cada sonido tiene un poder, cada palabra tiene poder. Pero hay distintos tipos de poder. Ustedes mismos deben haber visto cómo un diálogo poderoso, por corto que sea, por sucinto, ejerce el efecto de un rayo sobre ustedes. Incluso 20 líneas no pueden producir el efecto que esa sola línea puede producir, porque su poder es así de grande. De manera que distintos tipos de palabras y sonidos poseen distintos poderes. Pero el mantra tiene el máximo poder. Cuando se lo pronuncia, su sustancia se realiza, ese es el significado del mantra. Basta con recitar un mantra y lo que se recita se experimenta en el acto, ese es el poder del mantra. Y Sri Aurobindo ha dicho que la poesía védica es poesía mántrica. Los propios rishis que compusieron poesía, le llamaban mantra a esa poesía. Ya he tomado mucho de su tiempo, y si están cansados podemos detenernos aquí. Si no están cansados, puedo demorarme un poco más, depende de su libre voluntad. ¿Seguimos un rato más? Está bien. Entre todos los mantras de los Vedas, el que es más famoso y más común es el que les voy a dar. Es ampliamente conocido en India, está escrito por Vishwamitra, está en el tercer capítulo. Primero lo diré en sánscrito, que tiene el poder mántrico, y luego se los traduciré: 15 Om̐ bhur bhuvah swah. Tat savitur varenyam bhargo devasya dhimahi dhiyo yo nah prachodayat. Este es el mantra. Empieza con OM. Pues bien, OM es un descubrimiento de los rishis védicos, esta palabra, este sonido, OM, fueron los poetas védicos quienes lo descubrieron. De hecho, cada poeta tiene que ser un descubridor. Los poetas modernos con frecuencia no lo son, pero un poeta real es aquel que descubre. Un poeta es poeta cuando quiere describir su descubrimiento de una manera rítmica, con un estilo y una imagen lo suficientemente poderosos como para describir exactamente el descubrimiento. Se dice que sólo los científicos describen con exactitud, pero eso no es cierto. Los poetas también tienen que ser precisos. Sólo cuando su descripción es precisa, cuando la imagen describe con exactitud, sólo entonces es un gran poeta. Ese es el distintivo de un gran poeta. Pues bien, OM es un descubrimiento de los poetas védicos. Los poetas védicos fueron a las profundidades en busca del poder que está en la raíz de la creación del mundo, y cuando llegaron a lo más hondo, a las profundidades interiores, a las mayores honduras interiores del poder creador, fue allí que escucharon el sonido OM. Está compuesto de los sonidos: A, U, M. Se combinan estos tres sonidos: A, U, M, y eso da el sonido total, OM. Y ellos encontraron que ese OM es un sonido que prevalece en todo el mundo. El mundo no es otra cosa que este sonido, OM. El mundo entero está vibrando con esta palabra, el sonido OM. Y si ustedes mismos repiten esta palabra, este sonido, serán capaces de ir más y más hondo hasta que alcanzan el poder original de la creación, y entonces ustedes mismos se tornan creadores, esa es la promesa de los rishis védicos. Ese es el descubrimiento. Si ustedes repiten el sonido OM, digamos que un millón de veces —y hay muchas personas en la India que lo practican; a mí me enseñaron la palabra OM cuando apenas tenía tres años y pueden estar seguros de que la he repetido no sé cuántas veces, pero desde los tres años he estado repitiendo este sonido, cada vez que tengo tiempo este es el sonido que he estado repitiendo—y la promesa de los rishis védicos es que si ustedes la repiten con lo más profundo de su corazón, con completa concentración, entonces ustedes cincelarán su propia personalidad, su coraje, su fuerza, su voluntad-­‐poder, o su creatividad; serán creativos. De manera que este es el sonido con el que empieza el mantra: OM. Madre misma ha dicho: 16 “OM representa al propio Divino”. Si uno repite esta palabra OM, en últimas se percata del Divino. Es el camino del sonido. Es el camino del sonido mediante el cual se puede llegar al Divino. Cada vez que ustedes quieran dirigirse al Divino, si quieren dirigirse a Él en forma sonora, entonces OM basta para invocar al Divino. Madre dijo que la primera vez que escuchó el sonido OM, recitado por alguien en Francia en un determinado teatro, ella vio vibraciones. Fue pronunciado de manera tan magnífica, que todo el hall se volvió luminoso para Madre. Esa fue su primera experiencia de OM. En esa época ella no sabía nada sobre India, pero su propia sensibilidad era tan grande que de inmediato percibió la vibración de ese sonido y vio el poder de ese sonido6. Ustedes deberían encontrar a alguien que pueda recitar OM. Uno de estos días deberíamos hacer el ensayo de traer a alguien que pueda recitar OM muy bien; felizmente podremos tener una sesión para escuchar el sonido OM, será una experiencia maravillosa. Algunos han recitado esta palabra, el sonido OM tan profundamente y tan constantemente, algunos lo han hecho incesantemente, durante años, no han hecho más que recitar el sonido OM, y el poder de su recitación es tan grande que pueden ofrecernos el mismo tipo de experiencia que Madre tuvo. Las siguientes palabras son: bhur bhuvah swaha. Ahora voy a ir rápidamente. Bhur significa la Tierra, bhuvah significa el espacio abierto, y swaha significa eso que es más alto que la mente y eso que es celestial. Cuando uno recita este mantra, le están diciendo que de un solo golpe uno debe hacerse consciente de todo. Ahora bien, ¿cómo hacerse consciente de todo? Esta es la pequeña fórmula dada por los rishis védicos: Bhur bhuvah swaha. Con estas tres palabras, uno recuerda la Tierra, el espacio exterior que la circunda, y eso que va más allá de ese espacio. Si uno recuerda los tres juntos, automáticamente uno se está volviendo más amplio. Y una de las condiciones para entrar en la realidad es volverse tan amplio como sea posible. Y ese fue el distintivo de los rishis védicos, ser tan amplios como el Divino mismo. Ni siquiera el cielo es suficiente para describir esa amplitud, va más allá del cielo. Swaha es más allá del cielo, más amplio que el cielo. De manera que esta es la primera condición de su recitación: 6 N.d.T.: Al final de esta conferencia se reproduce la anécdota referida tal como aparece en La agenda de Madre. 17 Om̐ bhur bhuvah swaha. Ahora sigue la sustancia principal del mantra: Tat savitur varenyam bhargo devasya dhimahi... Dhimahi significa “estamos meditando”. Así que toda la ciencia de la meditación se resume en una palabra: estamos meditando. ¿Sobre qué? Tat savitur varenyam bhargah. Estamos meditando sobre la luz, la Suprema luz. ¿La Suprema luz de qué? Del Sol, que es la fuente de luz más alta. Estamos contemplando la Suprema luz de la Suprema fuente de luz. ¿Con qué propósito? Dhiyo yo nah prachodayat. Para que nuestro intelecto (dhiyah significa intelecto) sea guiado. Prachodayat significa guiado. Para que nuestro intelecto sea guiado por esa luz. En cierto sentido, esta es una frase muy simple. Estamos contemplando la Suprema luz de la Suprema fuente de luz, para que nuestro intelecto sea guiado por esa luz. Ahora vean la profundidad de esta frase. Primero que todo, este mantra, lo dije antes, contiene la ciencia de la meditación: dhimahi. ¿Qué es la meditación? ¿Y qué objeto tiene meditar? Meditar puede tener muchos objetos. Descartes escribió un libro llamado Meditaciones y contempló muchos temas importantes. Pero Vishwamitra dice: “Contemplamos la Suprema luz”. No un objeto ordinario; puede haber contemplación sobre muchos objetos, pero aquí el objeto de la meditación es ser la luz Suprema de la Suprema fuente de luz. Esa es la primera cosa. La segunda cosa que es muy peculiar sobre este mantra es que señala que si uno quiere ser perfecto, hay un instrumento en su totalidad que uno debería identificar y que debería estar conectado con esa luz. Pues bien, Vishwamitra descubrió que entre todas las facultades de la conciencia humana, el intelecto es la facultad más importante. Así que lo identifica y dice: “para que el intelecto sea guiado por esa luz”. De hecho, en la ciencia moderna llegamos a esta conclusión ahora, que cuando la conciencia, en particular la conciencia intelectual, es disminuida, toda la personalidad del individuo se disminuye. Por lo tanto, lo más importante que deberíamos hacer en educación es agudizar el intelecto. Otras facultades también deberían ser agudizadas. Pero todas las demás facultades 18 pueden ser agudizadas mucho más perfectamente si se agudiza el intelecto. De manera que Vishwamitra identifica este intelecto como el elemento más importante. Lo que hoy resulta más moderno está en el libro más antiguo de conocimiento, escrito por Vishwamitra. En esa época él había identificado entre todos los órganos, entre todas las facultades humanas, al intelecto como la facultad a la que se debía atender también. No sólo atender, no sólo agudizar, sino unirla con esa Suprema luz. El intelecto debía estar guiado por la Suprema luz. Uno agudiza su intelecto de tal forma que este se desarrolla paso a paso hasta que se conecta con la Suprema luz. Uno de estos días vamos a ahondar más en este particular mantra, porque este mantra es tan importante, sobre todo si ustedes saben que Sri Aurobindo mismo escribió un nuevo mantra, un nuevo mantra Gāyatrī7 —a este se le llama mantra Gāyatrī— para nuestros tiempos. El mantra de Vishwamitra y el mantra Gāyatrī de Sri Aurobindo son muy similares y aun así muy diferentes. De manera que concluiré con la frase del mantra Gāyatrī de Sri Aurobindo. Su mantra Gāyatrī es: Om̐ Tat savitur varam rupam jyoti parasya dhimahi yannah satyena dipayet. Ligeramente distinto del otro: Om̐ Tat savitur varam rupam jyoti parasya dhimahi Estamos meditando sobre la Suprema luz —esta parte es como la de Vishwamitra—, estamos contemplando la Suprema luz de parasya —aquí hay una diferencia: en el primero estaba savitur, la luz del Sol; Sri Aurobindo va un paso más allá, parasya—, la luz de la Suprema realidad transcendental, que está incluso mucho más allá de la luz del Sol. Y luego dice: yannah satyena dipayet, de manera que no sólo seamos dirigidos por la luz Suprema, tal como en el mantra Gāyatrī de Vishwamitra, sino dipayet, que seamos iluminados, no sólo dirigidos, sino iluminados. Y no sólo nuestro intelecto es dirigido. En el caso de Vishwamitra, él identificó sólo el intelecto como un instrumento fundamental, lo cual estuvo bien, pero Sri Aurobindo va más lejos y dice yannah: nuestro ser entero es iluminado, 7 N.d.T.: En su aspecto lingüístico, “gāyatrī” es una métrica que consiste en 24 sílabas dispuestas “generalmente” en una terna de 8 sílabas cada una. Pero Gāyatrī también es, entre otros muchos aspectos, la encarnación del principio materno, la personificación de todas las deidades (dioses y diosas) y de todos los mantras, y la madre de los Vedas. 19 no sólo el intelecto es dirigido, sino que cada parte del ser, la totalidad, cada célula del cuerpo, cada función de nuestra conciencia, cada órgano de nuestro ser, nuestra totalidad de ser, todo es iluminado por esa luz. Este es el mantra de nuestra época. Ese fue para esa época. Este es el mantra Gāyatrī que Sri Aurobindo le ha dado a nuestra época. Me gustaría que recuerden este mantra en particular: Tat savitur varam rupam jyoti parasya dhimahi yannah satyena dipayet8. Un día Deepti lo escribirá para ustedes y lo tendrán en la lengua que cada uno entiende. Me gustaría que recordaran este singular mantra. Ustedes mismos se volverán védicos, pero estarán viviendo este presente. Gracias. 8 N.d.T.: «Let us meditate on the most auspicious form of Savitri, on the Light of the Supreme which shall illumine us with the Truth»; «Meditemos en el aspecto más propicio de Savitri, en la Luz del Supremo para que nos ilumine con la Verdad». 20 Inserto 1 Tomado de La agenda de Madre, de Satprem «11 de mayo de 1963 Nadie te puede dar el verdadero mantra. No es algo que se da; es algo que brota del interior. Debe salir de adentro de golpe, espontáneamente, como una necesidad profunda, intensa de tu ser –entonces tiene poder, porque no es algo que viene de afuera, es tu propio grito. En mi caso, vi que mi mantra tiene el poder de la inmortalidad; pase lo que pase, si se pronuncia, es el Supremo quien tiene el control, ya no es la ley inferior. Y las palabras son irrelevantes, pueden no tener ningún significado –para alguien más, mi mantra no tiene sentido, pero para mí está lleno, cargado de sentido. Y efectivo, porque es mi grito, la intensa aspiración de todo mi ser. Un mantra dado por un gurú es sólo un poder para experimentar al descubridor del mantra. El poder está automáticamente ahí, porque el sonido contiene la experiencia. Eso lo vi en alguna ocasión en París, en una época en la que yo no sabía nada de la India, absolutamente nada, sólo las tonterías usuales. Yo ni siquiera sabía qué era un mantra. Yo había ido a una conferencia dictada por un tipo cualquiera que se suponía que había practicado “yoga” durante un año en los Himalayas y que contó su experiencia (nada muy interesante, tampoco). De repente, en el transcurso de su charla, el hombre emitió el sonido OM. Y yo vi toda la sala repentinamente llena de luz, de una luz dorada, vibrante... Yo fui quizás la única en notarlo. Me dije a mí misma: “¡Vaya!”. Luego no le di más importancia, me olvidé del asunto. Pero tal como había sucedido, la experiencia fue recurrente en dos o tres países distintos, con gente distinta, y en cada ocasión estaba el sonido OM, y yo de golpe veía el lugar llenarse de la misma luz. Entonces comprendí. Ese sonido contiene la vibración de miles y miles de años de aspiración espiritual –hay en él toda la aspiración de los hombres hacia el Supremo. Y el poder está automáticamente ahí, porque la experiencia está ahí. Lo mismo sucede con mi mantra. Cuando quise traducir el final de mi mantra, “Gloria a Ti, Oh Supremo”, al sánscrito, le pedí ayuda a Nolini. Él me trajo su versión en sánscrito, y cuando me lo leyó, de inmediato vi que el poder estaba ahí –no porque Nolini le hubiera puesto su poder, ¡Dios sabe que él no tenía la menor intención de “darme” un mantra! Pero el poder estaba ahí porque mi experiencia estaba ahí. Le hicimos unos cuantos ajustes y modificaciones, y esa es la japa que hago ahora –la hago todo el tiempo, mientras duermo, mientras camino, mientras 21 como, mientras trabajo, todo el tiempo9. Y es así como un mantra tiene vida: cuando brota todo el tiempo, espontáneamente, como el grito de tu ser –no hace falta que te esfuerces ni que te concentres: es tu grito natural. Entonces tiene pleno poder, está vivo. Debe brotar desde adentro... Ningún gurú te puede dar eso». 9 Madre aclaró más tarde: «“Gloria a Ti, Oh Supremo” no es MI mantra, es algo que le AÑADÍ —mi mantra es otra cosa completamente distinta, no es eso. Cuando digo que mi mantra tiene el poder de la inmortalidad, me refiero al resto, a lo demás, ¡y eso ni lo menciono! Nunca le he dicho a nadie esas palabras... Lo que pasa es que al final de mis caminatas surge una especie de entusiasmo y con ese entusiasmo, el “Gloria a Ti” me llegó, pero eso hace parte de una plegaria que escribí y que está en Plegarias y meditaciones: “Gloria a Ti, Oh Supremo triunfador”, etcétera (es una plegaria larga). Regresó de golpe, y como regresó de golpe lo conservé. Es más, cuando Sri Aurobindo la leyó en Plegarias y meditaciones, me dijo que era muy fuerte. Así que le añadí esta frase a manera de cola a mi japa. Pero “Gloria a Ti, Oh Supremo” no es mi mantra espontáneo —llegó espontáneamente, pero era algo escrito hace mucho tiempo. Son dos cosas distintas». 22 Conferencia 2 Como ustedes saben, ayer concluí con dos versos: uno de Vishwamitra y otro de Sri Aurobindo. Ahora voy a repetirlos ambos porque son muy importantes, y les diré por qué. Nos mostrará cuál fue la experiencia védica y qué tan lejos debemos ir para avanzar, y cómo Sri Aurobindo avanzó, y de qué manera avanzó, y por lo tanto qué de todo eso nos resulta directamente relevante. Cuando estudiamos historia, la pregunta importante que debemos formular es: ¿qué buscaban las gentes de una determinada época? ¿Qué estaban tratando de hallar? ¿Cuál fue su tentativa? ¿Cuál fue su pesquisa? ¿En pos de qué andaban y en últimas qué fue lo que descubrieron? Toda la historia del mundo es una especie de recuento de una exploración. Y si uno no formula esta pregunta, no aprende historia. Así que cuando estudiamos literatura védica debemos preguntar: ¿Cuál fue su búsqueda? ¿Qué estaban indagando y por qué lo estaban indagando? Tal parece que los rishis védicos hicieron al menos cinco descubrimientos importantes. Y voy a llegar a esos cinco descubrimientos, pero primero debo decir que estaban todos centrados en una pregunta relevante: ¿Qué es lo más alto que un ser humano puede lograr? Esa era su exploración. ¿Qué es lo más elevado? Uno intenta lo máximo, uno hace lo máximo y, como resultado, ¿qué queda a disposición de la humanidad? Esa era su pregunta básica. En última instancia, se dieron cuenta de que lo máximo que podemos hacer es alcanzar la inmortalidad. Yo ya les hablé acerca de esto previamente, en mi charla sobre el dharma: la búsqueda de la inmortalidad. A ellos no les gustaba la dislocación, la desintegración, la ruptura, el desmoronamiento, la división; ellos querían hallar una manera de prevenir esta dislocación. Se dieron cuenta de que lo máximo que puede hacer un ser humano es alcanzar el estado de inmortalidad, alcanzar la completitud, la totalidad que no se quiebra. Esa fue su pesquisa. Y descubriendo la inmortalidad, se hicieron muchos descubrimientos. Hablo de cinco descubrimientos que son importantes en la experiencia védica. Volvamos a nuestros tiempos —y cuando estudiamos historia siempre debemos mantener esta perspectiva: nuestros tiempos y esos tiempos, ahora y entonces, entonces y ahora, es así como debemos estudiar historia todo el tiempo—, ¿cuál 23 es nuestra necesidad de estudiar los Vedas? Porque ahora nos pueden ayudar y abrir las puertas al futuro. Así que debemos formular la pregunta: ¿Qué necesitamos ahora? ¿Cuál es nuestra necesidad? ¿Por qué deberíamos estudiar los Vedas? Es para responder esto que Sri Aurobindo hizo un estudio tremendo de nuestra necesidad actual. ¿Cuál es nuestra actualidad? ¿Qué necesitamos? ¿Es suficiente regresar a los Vedas y a otras experiencias pasadas, a pasados descubrimientos, y repetirlos, revivirlos, restablecerlos? ¿Es eso suficiente? ¿O necesitamos hacer algo más o algo distinto, algo que no fue concebido antes en absoluto? Y luego de hacer un gran estudio, un estudio intensivo, Sri Aurobindo llegó a la conclusión de que necesitamos hacer algo muy distinto. Podemos apoyarnos en todos los descubrimientos anteriores, y entre esos los descubrimientos védicos son muy importantes. Pero con sólo traerlos de vuelta no basta; por supuesto que debemos aprender de ellos, adquirirlos, redescubrirlos, pero eso no es suficiente. Algo muy distinto tiene que lograrse, porque nuestros tiempos son distintos. Ahora bien, ¿cuál es la diferencia? Sri Aurobindo llamó a nuestros tiempos “un momento crítico de la evolución”. Cada palabra es importante: “un momento crítico de la evolución”. Sri Aurobindo hizo un descubrimiento sobre la evolución en un sentido muy fundamental. La idea de evolución no es nueva, y sin embargo en cierto aspecto lo es. Si ustedes leen el libro de Sri Aurobindo llamado La vida divina (que un día ustedes estudiarán, de hecho deberían tener como un programa de vida la idea de que un día leerán La vida divina, de cabo a rabo, y muy bien, muy intensamente, porque es muy importante), si ustedes estudian La vida divina, encontrarán que el libro entero es en realidad sobre el tema de la evolución. ¿Qué es evolución? Hay muchas perspectivas de evolución hoy. De una manera muy sorprendente, esta idea de evolución fue llevada adelante por un científico llamado Charles Darwin. Ustedes deben haber escuchado su nombre. Darwin escribió un libro titulado El origen de las especies. Cómo se habían originado las distintas especies. Y habló de un movimiento evolutivo mediante el cual las especies han crecido y se han desarrollado. En sus estudios, cada criatura sobre la Tierra es una criatura que lucha, cada cual aquí debe luchar, ya sea que le guste o no, cada criatura, ya sea un pequeño insecto o un pájaro, o 24 un reptil, o un bípedo, o un cuadrúpedo, sea lo que sea, hay una lucha. Es como si hubiera una ley de la lucha. Y sin una lucha, según Darwin, ninguna criatura puede sobrevivir, y hay una tremenda urgencia por sobrevivir, es como si esta fuese una ley básica. Cada criatura sobre esta Tierra quiere sobrevivir, y por lo tanto hay una lucha por la supervivencia, y desafortunadamente o afortunadamente el mundo es tal que una criatura confronta un vasto sistema que quiere devorarla. Quien quiera que nazca está a punto de ser devorado. Esta fue una nueva idea que Darwin expuso en la historia reciente, a mediados del siglo XIX. Ahora, por supuesto vamos a entrar al siglo XXI, pero fue a mitad del siglo XIX que Darwin expuso esta idea. Se sintió como si fuera una idea nueva, pero no era enteramente nueva porque en India hay una frase muy sutil: “El que come, al comer, está siendo comido”. Mientras estoy devorando algo, no sé que yo mismo estoy siendo comido por alguien o que alguien hace el intento de engullirme. Esta es la pequeña frase que hallamos en las Upanishad, y las Upanishad son un desarrollo de los Vedas, y debemos hablar de eso. Esta es una gran frase: el comedor está comiendo y ese comedor también está siendo comido. De manera que se puede ver que en este mundo hay una tremenda lucha, cada uno está tratando de devorar, es como que sin devorar uno no puede sobrevivir y, sin embargo, hay una especie de movimiento desde atrás de uno que está tratando de tragárselo a uno. Por lo tanto uno tiene que luchar contra eso que está tratando de engullirlo a uno. Esta es la idea que ya se conocía en la India y que Darwin expuso de una manera muy llamativa diciendo: “Hay una ley básica en este mundo, y esa ley es la ley de la lucha por la supervivencia, la lucha por la existencia”. Cada uno está luchando. Luchando por comer, y luchando para no ser comido. Esto es lo que está sucediendo todo el tiempo en este mundo. Y además, dijo, hay una segunda ley, y esa segunda ley es que sólo sobrevive la criatura que desarrolla mucha fuerza y poder y facultades, es decir, sólo cuando uno se adapta, uno puede sobrevivir. En esta lucha uno tiene que desarrollar facultades, uno tiene que desarrollar poderes, capacidades. Él sostuvo que estas facultades y poderes son ineludiblemente de carácter físico. Entre mejor es el órgano, mejor es la facultad que uno desarrolla, mejor es su capacidad para adaptarse, y entre más adaptado 25 está uno, más posibilidades tiene de sobrevivir. Quizás uno tenga que desarrollar nuevos tipos de órganos. Criaturas que no tienen manos y pies como nosotros no pudieron sobrevivir tanto como los seres humanos somos capaces de hacerlo. Ciertos animales desarrollaron alas como los pájaros, y pudieron sobrevivir, porque desarrollaron alas: sus alas físicas se desarrollaron. En una determinada etapa de evolución se desarrolló un cerebro. Y se dice que el ser humano, el cuerpo humano, cuenta con una gran especialidad porque el cerebro se desarrolló. Es este poder del cerebro, por así decir, el que es responsable de dirigir el cuerpo, de dirigir el pensamiento, y el pensamiento tiene muchas capacidades, como resultado de lo cual, según Darwin, se ha creado el más adaptado instrumento, y en consecuencia el hombre es capaz de sobrevivir. El hombre ha desarrollado el instrumento más adaptado, y sobrevivirá debido a este instrumento: el poder del cerebro. Esta teoría que Darwin expuso se ha difundido mucho en el mundo. Si uno va por ahí por el mundo, se da cuenta de que las gentes adhieren a esta teoría. Hay quienes se oponen, sin duda, pero en general esta teoría se ha extendido por todo el mundo con una gran acogida. En este libro, Darwin mostró cómo hubo un desarrollo físico gradual, una organización del cuerpo cada vez mejor, hasta el desarrollo del cerebro. Es una gran historia del desarrollo gradual. La evolución es —si uno pregunta cuál es el significado de evolución, el significado exacto de evolución es: desarrollo gradual. Evolución es desarrollo, pero un desarrollo gradual; hay un desarrollo paso a paso. No es que todo se desarrolle de golpe. Aunque él admitió que en cierto momento del desarrollo hay lo que se llama “mutación”. He aquí otra palabra que ustedes deben entender: mutación. Mutación significa: un desarrollo muy radical, un cambio súbito —como el desarrollo de la mariposa— es una mutación. Ustedes saben cómo se produce una mariposa: es el proceso de un notable desarrollo repentino que ni siquiera se puede prever. Si uno ve el evento precedente, y luego el evento siguiente, hay un cambio tan notable que uno no puede siquiera imaginar que algo semejante pueda ocurrir. Es como si alguien a tu alrededor llega con muletas, incapaz de caminar incluso con las muletas, y a los tres días encuentras a esa persona tirando lejos las muletas, y correteando y luchando cuerpo a cuerpo contigo y ganándote el combate; eso sería una mutación. Desarrollar esas capacidades repentinamente, en poco tiempo, eso es mutación. 26 Ahora bien, Darwin aceptó que en ciertos periodos del desarrollo progresivo tiene lugar la mutación, pero esa mutación puede rastrearse incluso hasta el pasado remoto. En el desarrollo de las flores también verán un capullo que de repente se abre en determinado momento con total gloria, por así decir. También podemos ver en un niño pequeño cómo una repentina mutación tiene lugar durante su desarrollo. El niño sólo ha aprendido dos o tres palabras que hoy apenas puede pronunciar, y en cinco días cuando volvemos a verlo está hablando seis o siete frases, en un lapso de unos pocos días. Esto lo vemos con mucha frecuencia, muy fácilmente. Así que Darwin dijo que hay evolución, desarrollo escalonado, hay una especie de guerra, hay una lucha por la supervivencia, y de repente, luego de un tiempo, tiene lugar una mutación. Uno podría decir que son milagros del desarrollo físico. De manera que la teoría de Darwin es una teoría de la evolución física. Ahora bien, Sri Aurobindo realizó un estudio y señaló que el desarrollo físico depende del desarrollo psicológico. Esa es la novedad que Sri Aurobindo ha expuesto. Lentamente, hay un desarrollo de conciencia. Detrás del desarrollo físico hay un empuje, hay una fuerza de conciencia. Él dio un bello ejemplo de una máquina de vapor. Ustedes conocen la locomotora de un tren. Hay un pistón y hay un movimiento que sale en forma de vapor. Si ustedes se ubican en el lugar del observador y miran a la máquina, ven que cuando hay un pistón que se mueve, en la parte superior sale vapor. De manera que ven que el vapor que sale depende del movimiento del pistón. Pero si ustedes están dentro de la máquina, les parece que a ustedes les toca producir primero vapor para que el pistón se mueva. El pistón no se moverá si no hay nada de vapor. Entonces ustedes descubren que el movimiento del pistón es en sí mismo dependiente del movimiento del vapor, de la creación de vapor, que primero debe haber vapor. De igual manera, si ustedes miran desde afuera, ustedes sienten que la conciencia es producida por órganos físicos, pero cuando ustedes van hacia su interior, descubren que los órganos físicos se desarrollan, trabajan, funcionan porque la conciencia los está moviendo. Así que Sri Aurobindo hizo un tremendo estudio de los procesos evolutivos y llegó a esta conclusión. Ahora bien, en cierto sentido esta idea ya estaba presente en los Vedas y en las Upanishad. Así de antigua. Había una idea de evolución. Pero lo 27 que Sri Aurobindo ha expuesto es una perspectiva completamente abarcadora de esta evolución y mucho de La vida divina está escrita para explicar esta evolución psicológica, como contraria a la evolución física. Ahora, habiendo dicho esto (lo estoy diciendo muy rápidamente porque para hacerle plena justicia a lo que Sri Aurobindo dijo, uno tiene que dar muchas conferencias sobre este tema, pero eso lo haremos después, en cinco o seis años, no de inmediato), por lo pronto ustedes pueden ver que Sri Aurobindo hizo un estudio de esto y llegó a la conclusión de que la especie humana... ¿Ustedes conocen el significado de “especie”? Una especie es un grupo de criaturas u organismos y lo que distingue a ese grupo es el hecho de que su progenie es similar a sus padres. Ese es el distintivo de una especie. La cría de la vaca es una vaca. La cría del ser humano es un ser humano. Así que la vaca es una especie, los seres humanos son una especie. Una especie es un grupo de criaturas cuya progenie es similar a los padres. Ustedes saben que hay muchas clases de especies en este mundo. Incluso las flores tienen especies, las plantas son especies, los árboles son especies. Cualquier organismo vivo produce su propio semejante. Pero en un determinado momento, hay un cambio abrupto y ese grupo cambiado o ese organismo cambiado produce algo bien distinto de sus padres. Y luego, otra vez continúa produciendo semejantes, de manera que se crea una nueva especie. Pues bien, Sri Aurobindo señaló que la humanidad es una especie y que ha estado luchando y desarrollándose (no cabe duda, hay una ley de la lucha), pero esa lucha no consiste meramente en el desarrollo de los órganos físicos. Esta especie ha demostrado que hay muchísimo estrés psicológico. Los seres humanos se diferencian de otras especies en que los seres humanos se dan cuenta del estrés psicológico, de la lucha psicológica. Incluso un niño pequeño tiene que sostener una lucha psicológica. Incluso en el salón de clases se supone que el niño debe recordar y si no recita la poesía de memoria, falla. Es como si la lucha por la existencia implicara una lucha psicológica. Así que los seres humanos están en la condición psicológica de una lucha. Ahora bien, esta lucha ha transcurrido durante miles de años. Y es por eso que necesitamos estudiar historia. Para entender cuál es la lucha de la humanidad, cuál es la lucha psicológica. 28 Tras haber estudiado toda la historia de la humanidad, Sri Aurobindo arrojó una luz sobre la actual lucha. ¿Cuál es la naturaleza de esta lucha de los seres humanos hoy en día? Y su conclusión es: el cerebro no es suficiente. Según Darwin, el cerebro es el órgano más importante, no hay duda sobre ello. Sri Aurobindo reconoce que el cerebro es muy importante, sin duda, pero que el cerebro no es la cúspide. Todo lo que los seres humanos podemos hacer con los poderes del cerebro, lo hemos hecho. Es una tremenda aseveración decir esto con tanta confianza, que todo lo que el cerebro puede hacer, la humanidad lo ha hecho. Y la humanidad puede seguir haciendo esto, más y más, una y otra vez, si sigue siendo solamente eso. Pero cada vez que este movimiento dé una vuelta, habrá un estrés psicológico mayor. De manera que hoy hay un estrés psicológico en la humanidad que no tiene precedentes, porque todo lo que se podía hacer con el poder del cerebro se ha hecho, y sólo se está repitiendo ese estrés una y otra vez, y otra vez más. Es una etapa de sofocación. Ustedes son capaces de ver hoy, muy rápidamente, lo que la humanidad ha hecho y esa es su ventaja aquí, porque pueden estudiar esta historia muy rápidamente dado que Sri Aurobindo realizó este estudio y nosotros somos los beneficiarios de dicho estudio. Un día les hablaré sobre esto de una forma más extensa, pero por ahora sólo toquemos este punto: ¿Qué ha hecho la humanidad? ¿Por qué decimos que todo lo que puede hacer el poder del cerebro se ha hecho? Y habiéndolo hecho, ustedes ven que la humanidad no está satisfecha. Si esto fuera lo más elevado que uno pudiera hacer, uno estaría satisfecho, porque uno habría hecho lo máximo, lo mejor. Pero habiendo hecho su máximo, la humanidad aún no está satisfecha. Y ese es el problema de hoy. Sin importar el poder de cerebro que tengas, haces tu máximo, y sin embargo encuentras un problema que no puedes resolver, ¿y entonces qué haces? Ese es el momento crítico. Ayer les dije lo que era un momento crítico. Uno debe hallar una solución: se presenta un problema, y ese problema tiene que ser resuelto, y debe resolverse —no sólo tiene que ser resuelto, sino que debe resolverse, y no obstante uno se topa con que es muy difícil de resolver, esa es una crisis. Y Sri Aurobindo dijo: hoy hemos llegado al punto de un momento crítico en la evolución. Hemos ido evolucionando, hemos hecho el máximo, y habiendo hecho el máximo, el problema aún nos confronta, y no somos capaces de resolverlo. Y damos vueltas en redondo y descubrimos que no podemos resolver 29 el problema. Así que descubrimos un momento de criticidad. Ese es el estudio de Sri Aurobindo sobre el actual estado de la humanidad. Todos hemos nacido en esta era, que es un momento crítico de la evolución, y por lo tanto Sri Aurobindo dijo: tenemos que hallar una solución para este problema. Esa solución no se encuentra en los Vedas, no se encuentra en ninguna parte en el mundo. Ese es un punto muy importante. En toda la historia de la humanidad no se haya una solución para este problema. De manera que no basta solamente con estudiar historia. Ustedes deben estudiar historia, deben saber lo que se ha hecho, eso también lo tienen que adquirir, no pueden ignorarlo, no todo lo que se ha hecho ha sido equivocado, pero debemos saber con precisión lo que se ha hecho y lo nuevo que aún queda por hacer. Y Sri Aurobindo es lo nuevo. Es por eso que Madre dijo: “Sri Aurobindo no pertenece a la historia”. ¿Qué significa pertenecer a la historia? Uno toma un eslabón de la historia y lo avanza, eso significa pertenecer a la historia. Pero si uno mira la historia de la humanidad en su integridad y allí no halla el paso siguiente y uno da ese nuevo paso, entonces uno se sale de la historia, uno no pertenece a la historia. Eso fue lo que hizo Sri Aurobindo. En 1964-­‐65 yo diseñé un plan de estudios para los alumnos del ashram: “La historia espiritual de la India”. Ese fue el tópico que escogí y preparé algo que iba desde los Vedas hasta Sri Aurobindo, y se lo envié a Madre para su aprobación, y entonces, la primerísima palabra que Madre dijo luego de leer todo eso —era un texto muy largo que Madre se tomó el trabajo de leer—, después de leer toda esa cosa ella dijo: “No, esto no funciona”. Esa fue su respuesta: “No, esto no funciona. Estás tratando de mostrar que Sri Aurobindo pertenece a la historia, que Sri Aurobindo es una culminación, y eso no es cierto, no es cierto en absoluto”. Fue así de enfática la frase de Madre. Yo quedé abatido cuando leí la respuesta de Madre. Pero fue una nueva luz en mi conciencia, y es por eso que siempre estoy dispuesto a compartir esta experiencia con todos, en especial con niños como ustedes. Lo que quiero contarles es que quedé abatido por esta frase de Madre: “No, esto no funciona. Para nada”. Eso dijo, y luego añadió: “Debes ser directo, absolutamente claro. Lo que Sri Aurobindo ha propuesto es nuevo”. Y entonces yo mismo empecé a investigar después de recibir esta respuesta, que es una 30 respuesta larga en realidad. Si ustedes leen La agenda de Madre encontrarán la respuesta completa que Madre me dio. Allí está el texto completo. Un día Deepti se los va a leer en voz alta. Es una poderosa declaración de Madre. Desde entonces hasta ahora, por así decir, ya saben, me la he pasado estudiando a Sri Aurobindo bajo una nueva luz. He estado tratando de entender a Sri Aurobindo de una nueva manera. Entonces entendí a Sri Aurobindo, o quizás puedo decir que he empezado a entender a Sri Aurobindo y por qué él habló del propósito de la vida. Ustedes saben que en La vida divina hay un capítulo muy largo llamado «El propósito de la vida» y que él habla allí de cuatro teorías de la existencia. ¿Cuáles son las cuatro teorías de la existencia? La primera teoría (usaré algunas palabras rimbombantes, pero son necesarias), el primer propósito es el supracósmico—es una palabra mayúscula, una palabra muy pesada—, el propósito supracósmico de la vida. El segundo es el propósito supraterrestre de la vida. El tercero es el propósito terrestre de la vida, y el cuarto es el propósito integral de la vida. Esas son las cuatro teorías. Ahora bien, tendré que repetirles de nuevo estas palabras puesto que las voy a explicar: supracósmico, supraterrestre, terrestre e integral. En una época Alain, Deepti, yo y algunos otros nos reunimos y empezamos a investigar sobre la historia de la humanidad y produjimos un pequeño libro, quizás lo hayan visto, llamado El propósito de la vida. Y todo el libro está escrito únicamente para explicar estos cuatro términos —supracósmico, supraterrestre, terrestre e integral—, todo el libro, sólo dimos ejemplos. ¿Cuál es el propósito supracósmico de la vida? ¿Cuál es el propósito supraterrestre de la vida? ¿Cuál es el propósito terrestre de la vida? ¿Y cuál es el propósito integral de la vida? Supracósmico quiere decir más allá del cosmos, muy fácil. Cosmos significa el mundo entero. Ir por encima del mundo, abandonar completamente el mundo, la capacidad de salir del mundo es supracósmica. De ir a donde no hay mundo en absoluto. ¿Qué es el mundo? El mundo es un sistema de relaciones. Es una definición muy corta del mundo. El mundo es un sistema de relaciones. Así que allí donde hay un sistema de relaciones, hay un mundo. Ir más allá de todos los sistemas de relaciones es supracósmico. Así que hay quienes han dicho que el propósito de la vida es ir más allá de todos los sistemas de relaciones, que el 31 propósito es supracósmico. Esa es la enseñanza del Buda, por ejemplo, la enseñanza de Shankaracharya. Supraterrestre, ¿qué es eso? Eso no va más allá de todos los mundos. Eso no dice que hay que ir más allá de todos los mundos. Eso dice: este mundo en el que estás viviendo no es satisfactorio. Pero hay otro sistema de relaciones que está por encima de este mundo. Así que abandona este mundo y ve a ese mundo, eso se llama supraterrestre. Terrestre significa esta existencia terrenal en la que estamos viviendo. Así que ve por encima de este mundo, de este mundo físico, y entra en otro mundo, en el que no hay principio terrenal, en el que no hay fisicalidad. Según ellos, hay un mundo supraterrestre y uno puede entrar en él. Ese es otro propósito de la vida. Así que hay algunas personas que han dicho que por supuesto este mundo es inútil, que hay que abandonar este mundo, que es un mundo de maldad, de sufrimientos, pero que hay otro mundo que es un paraíso, donde todo es bello, tan musical, tan dichoso. Esta es la enseñanza de muchas religiones. Cuando ustedes estudian religión, se encuentran con que cada religión les dice que este mundo hay que desecharlo, cada una de las religiones. Ese es el distintivo de la religión. Si ustedes estudian todas las religiones, hallarán un punto en común: cada una de las religiones dice que este mundo hay que evitarlo, que hay que hacerlo a un lado. Cada religión promete que hay otro mundo al que uno se puede acercar y en el que uno puede vivir para siempre si cumple ciertas condiciones. De manera que cada religión ha puesto esas condiciones y les dice a sus adeptos que sigan esas condiciones y les promete que, cuando abandonen este mundo, disfrutarán de ese mundo superior. Ese se llama el propósito supraterrestre de la vida. ¿Cuál es el propósito terrestre de la vida? El propósito terrestre de la vida es que este mundo, sean cuales sean sus defectos y sus deficiencias, es el único mundo que existe; no hay tal cosa de ir más allá del mundo. De acuerdo con estas personas, ¿quién sabe acaso lo que hay más allá del mundo? Este mundo que vemos es el mundo que conocemos. Sabemos que este mundo está lleno de dificultades, ¿y qué? Podemos mejorarlo, podemos hacer mejor las cosas, hacemos una vida mejor, una vida más feliz. Debemos hacerlo; vamos a trabajar. Ese es el propósito terrestre de la vida. 32 Ahora bien, Sri Aurobindo hizo un estudio concienzudo de todos los propósitos de la vida. Él descubrió que todas las teorías son correctas y que todas las teorías están equivocadas. Todas son acertadas; todas son desacertadas. Todas tienen razón en lo que dicen, pero todas se equivocan en lo que niegan. Aciertan en lo que afirman, fallan en lo que niegan. Esta es la respuesta que da Sri Aurobindo. Él dice que la teoría supracósmica tiene razón al decir que hay una existencia que no es un sistema de relaciones, que eso no es imaginación; hay una realidad que no es un sistema de relaciones y uno puede entrar en contacto con ella, uno puede adentrarse en ella. Tienen razón quienes sostienen esto, pero se equivocan al decir que en consecuencia hay que rechazar este mundo. Ellos están negando este mundo, entonces Sri Aurobindo dice que en esa negación se equivocan. El propósito supraterrestre dice que hay un sistema distinto de relaciones, otro mundo mucho más feliz, eternamente hermoso. Tienen toda la razón, hay un mundo así, es supraterrestre, hay un mundo semejante cósmico y supraterrestre [...]. Luego llega al propósito terrestre, que sostiene que uno puede hacer de este mundo un mundo mejor, que incluso se puede hacer un mundo perfecto. Y finalmente está el propósito integral, que combina todas las teorías. De manera que Sri Aurobindo avanza en la teoría terrestre: sí, esta Tierra es nuestro territorio, no debemos renunciar a este mundo, no estamos siendo llamados a abandonar este mundo. Este es un descubrimiento tremendo, tremendo, decir que este mundo no está para ser rechazado. Pero llegó a la conclusión de que este mundo se puede perfeccionar sólo si uno se abre a lo supracósmico y a lo supraterrestre y trae los poderes que están allí y luego se relaciona con este mundo de la manera correcta. ¿Cuál es la manera correcta de relacionarse con este mundo? Esa también es una cosa muy difícil. En la historia del mundo no hubo nadie que nos dijera cómo lograr un desarrollo óptimo de este mundo de tal manera que este mundo pudiera perfeccionarse, aunque es verdad que fueron muchas las personas que dijeron que este mundo debía perfeccionarse. Se puede afirmar que hacer este descubrimiento en el corto curso de una vida es absolutamente milagroso. Normalmente, si se permite que algo así se desarrolle, puede llegar a tomar millones de años. Descubrir esta verdad —que es lo que Sri Aurobindo ha hecho— normalmente tomaría millones de años. Y Sri 33 Aurobindo lo hizo con semejante rapidez tan tremenda. Y este es el conocimiento que Sri Aurobindo nos ha entregado en su grandioso libro La vida divina. Es por eso que les dije que deben incluir dentro de sus planes el estudio de La vida divina, porque ustedes tienen que descubrir de qué se trata ese nuevo conocimiento. Y todos nosotros somos estudiantes de ese conocimiento. Dominar ese conocimiento tomará millones de años, quizás. Pero podemos empezar por estudiarlo. Y este es el sentido de nuestro estudio de la literatura védica. ¿Por qué estudiamos la literatura védica? Porque la literatura védica nos dice qué es supracósmico, qué es supraterrestre y también qué es terrestre. Pero no había encontrado la clave de traer el supracósmico y el supraterrestre al terrestre. De manera que uno puede decir que hay una gran similitud entre el conocimiento védico y el conocimiento de Sri Aurobindo, y sin embargo que hay un abismo de millones de años entre los dos. Lo que Sri Aurobindo descubrió es algo que no se podía haber deducido a partir de lo que estaba en los Vedas. No es como si hubiera allí una premisa de la que uno deduce una conclusión y Sri Aurobindo extrajo la conclusión. No, ese era el error que yo estaba cometiendo al presentarle a Madre esa propuesta, cuya idea era que ahí estaba la historia de la India, lo que se había hecho, y que ahora Sri Aurobindo extraía la conclusión. No es así. Es por ello que Madre dijo: “No, no, esto no servirá, esto no funcionará”. Sri Aurobindo trajo un conocimiento nuevo sobre cómo hacer de esta Tierra una Tierra divina, sobre el hecho de que eso se puede hacer. Ese fue el programa de Sri Aurobindo y Madre: que no hace falta deshacerse de este mundo físico para alcanzar el espíritu. El espíritu se puede manifestar en el físico plenamente, perfectamente. El físico puede ser el instrumento del espíritu. Un día ustedes van a leer lo que Madre escribió el 14 de marzo de 1970, en La agenda, recuerden esta fecha: 14 de marzo de 1970. Allí Madre declaró: “Lo que Sri Aurobindo me había pedido que hiciera, está hecho. No será más como en el pasado” 10. Es como si un nuevo mundo se hubiera abierto, el espíritu se puede manifestar en el mundo, en el físico. Es esto lo que se ha hecho, este es el trabajo, este es el nuevo 10 N.d.T.: Al final de esta conferencia se reproduce íntegramente el texto del día referido tal como aparece en La agenda de Madre. 34 conocimiento. Y Sri Aurobindo había dicho que a menos que esto se hiciera, el mundo seguiría dando vueltas y vueltas en la crisis. Al lograr esto se dio un nuevo paso, ya no estamos más atados al cerebro; algo más, algo nuevo se ha desarrollado. Ahora que les he contado esto de forma muy resumida y que he puesto esta idea en sus conciencias, dejen que se desarrolle un poco más y entonces comprenderán la diferencia entre el mantra Gāyatrī de Vishwamitra y el mantra Gāyatrī de Sri Aurobindo. Vishwamitra dijo que había que conectar nuestro intelecto con la luz del Sol. Ahora bien, esa luz del Sol es una manera simbólica de decir la luz supramental; una luz que está por encima de la mente, supramental. De manera que Vishwamitra había descubierto que el intelecto es la gran facultad, la facultad indispensable que tiene que conectarse con el plano Supramental. Y le dijo a la gente que tenía que esforzarse en pos de esa meta. Sri Aurobindo dice que hay que conectarse no sólo con la luz, sino con parasya, que hay que ir más allá, al Supracósmico. Conectarse con el Supramental y el Supracósmico y conectar no sólo el intelecto —él usa la palabra naha. Naha es una palabra en sánscrito que significa “nosotros”. Es muy parecida al término francés “nous”. De manera que Sri Aurobindo habla de conectar nuestra totalidad, no sólo el intelecto, sino la totalidad. Vishwamitra dice que nuestro intelecto debería unirse al Supramental, para que el intelecto pueda ser dirigido por el Supramental. Sri Aurobindo dice naha, que nosotros deberíamos enteramente, no sólo ser dirigidos, sino dipayet, que nosotros deberíamos ser completamente iluminados. No sólo dirigidos, sino que deberíamos ser completamente iluminados por la luz supramental y supracósmica. De manera que pueden ver la diferencia entre los dos mantras Gāyatrī y pueden ver la diferencia entre el conocimiento védico y el conocimiento de Sri Aurobindo, y aún así la conexión que existe entre ambos. La conexión es tan grande que es muy importante que aprendamos en la historia lo que han hecho los grandes pioneros, de manera que sepamos lo que se ha hecho, y sin embargo estemos listos a aprender lo que es nuevo y trabajemos por lo nuevo. Pensé que hoy debía explicarles el mantra Gāyatrī de Vishwamitra y el de Sri Aurobindo y no ir más lejos porque ya es una exposición lo bastante importante para un día. Y hay que dejar que se digiera hasta la próxima ocasión en que nos encontremos, 35 cuando quieran que nos volvamos a encontrar, estoy disponible en cualquier momento. Está bien, entonces mañana seguiremos adelante. Por hoy sólo dos frases: el mantra Gāyatrī de Sri Aurobindo y el mantra Gāyatrī de Vishwamitra. El mantra Gāyatrī de Vishwamitra es: Om̐ bhur bhuvah swah tat savitur varenyam bhargo devasya dhimahi dhiyo yo nah prachodayat11. El mantra Gāyatrī de Sri Aurobindo es: Om̐ tat savitur varam rupam jyoti parasya dhimahi yannah satyena dipayet. Muy bien. Gracias. *** Si tienen preguntas, pueden hacerlas. Aún estoy disponible media hora más, si lo desean. La vez pasada tenían tantas preguntas que no respondí, ya lo sé. La vez pasada hubo muchas preguntas. Pregunta: En Bharat Nivas usted nos dijo cómo los estudiantes podían memorizar el Veda. Me gustaría que lo explicara de nuevo. Kireet Joshi: Permítanme responder esta pregunta muy brevemente. Una vez hablé en Bharat Nivas, quizás muchos de ustedes no estuvieron presentes en esa ocasión, pero la pregunta que se me formuló fue —creo poder rehacerla de un modo fresco—: ¿cómo estamos seguros de que cuanto está ahora escrito en los Vedas impresos, los que están a nuestro alcance, es exactamente lo que se recitó hace miles de años? ¿Cómo estamos seguros? Les dije al principio, la vez pasada, ayer, que hay un registro de la historia, y ese registro son los Vedas; un registro del que estamos seguros que es auténtico, que establece con precisión lo que se pensó en otros tiempos y ahora nos permite conocerlo de la manera más precisa. ¿Cómo estamos seguros? ¿Cómo estamos seguros de que nuestros antepasados no cambiaron esas cosas y nos las presentaron diciendo que eso era lo que se 11 N.d.T.: Una de muchas traducciones es: «Estamos meditando en el esplendor espiritual de Aquella Realidad Suprema y Divina, fuente de las esferas físicas, vitales y celestes de la existencia. Que aquel divino Ser Supremo ilumine nuestro intelecto, para que podamos hacer realidad la suprema Verdad». 36 hacía en tiempos antiguos? Esta es la pregunta básica que deberíamos formular. Porque, al igual que los científicos, queremos una evidencia sólida. La respuesta es que se organizó un sistema de manera que cualquier cosa que se pronunciara en ese momento no pudiera ser alterada después por nadie. Se halló un sistema tal que cuando se pronunciaba, se pronunciaba de tal manera que luego no se pudiera cambiar. Déjenme darles un ejemplo: hace apenas un momento les hablé del mantra Gāyatrī de Vishwamitra —tat savitur varenyam bhargo devasya dhimahi. Tomemos sólo una frase. ¿Cómo podemos estar seguros de que Vishwamitra dijo exactamente estas palabras, y que en miles de años no han sido cambiadas? ¿Cómo podemos estar seguros? La seguridad viene del siguiente modo: se estableció que cuando uno recita esto, uno debe recitarlo de muy distintas maneras. Una manera es: primero que todo sólo se dice tat, luego se dice tat savitur, luego se dice tat savitur varenyam, luego se dice tat savitur varenyam bhargo, luego tat savitur varenyam bhargo devasya, luego tat savitur varenyam bhargo devasya dhimahi —si uno lo repite varias veces de esta forma, entonces uno puede estar bastante seguro de que no se puede cambiar, si a uno se le pide que lo recite de este modo. Pero ellos se aseguraron doblemente de que uno lo repitiera de adelante hacia atrás y de atrás hacia adelante. Tat savitur, savitur tat, tat savitur varenyam, varenyam savitur tat. Uno va hacia adelante y luego avanza, y así hasta el final. Puede que sea una manera de recitar muy larga, pero uno puede estar seguro de que lee en ambas direcciones, hacia adelante y hacia atrás, de la misma forma. Así nadie puede alterarlo, nadie puede cambiarlo. Le pedí a uno de mis institutos llamado Rashtriya Veda Vidya Pratisthan que nos enviara un verso recitado en este estilo, yendo hacia adelante y hacia atrás. Les dije qué mantra quería que tomaran; uno del Yajur Veda, ellos van a tomar ese mantra y lo van a recitar en la grabadora y nos lo van a enviar. Cuando llegue, lo traeré y ustedes podrán escucharlo para que vean cómo, incluso hoy, hay por lo menos dos mil personas en India que recitan todo el Rig Veda de esta manera. Pueden recitar el Rig Veda completo en este estilo. Incluso en la actualidad son dos mil personas en la India. Una vez hice una encuesta en toda India e invité a esas personas a un lugar en Vijaywada, y todos ellos vinieron y fue un banquete escuchar este tipo de recitación; no todo el Rig Veda, porque tomaría años, pero una buena cantidad de versos se recitaron de este modo. Quiero darles a probar 37 un poco de eso, de manera que pedí que les recitaran ese verso específico a ustedes y se los grabaran. Y cuando llegue se los traeré. Pregunta: ¿No se necesita el ego? Cuando estamos opinando, ¿no es eso el ego de cierta forma? Kireet Joshi: Sri Aurobindo escribió: “El ego es una ayuda, el ego es un obstáculo”. Hay algo parecido al desarrollo del ego. Si fuera absolutamente inútil, jamás se habría desarrollado, pero se hace mucho uso de él. En tanto uno permanezca ignorante, en tanto uno quiera permanecer ignorante, no puede evitar el ego. De manera que cuando decimos, o cuando Sri Aurobindo y Madre dicen: “Ahora debemos renunciar al ego”, se dirigen a esas personas que han decidido que no quieren seguir en la ignorancia. Si uno lo ha decidido, incluso en principio, aunque no sea plenamente, pero si uno ha decidido que ya basta de ignorancia, que uno quiere salir de la ignorancia, que uno quiere entrar en el conocimiento, entonces uno debe parar el ego. Pero para quienes lo necesitan, para ellos es una ayuda. Así que el ego es una ayuda en la medida en que uno quiera permanecer en la ignorancia, pero tan pronto como uno quiere salir de la ignorancia, entonces uno puede decir que el ego es un obstáculo, que es un impedimento. De manera que en tanto uno sigue siendo egoísta, uno no se puede librar de él. ¿Ok? Uno no puede entrar en el conocimiento. ¿Comprendido? Pregunta: ¿Basta con leer El secreto del Veda, de Sri Aurobindo, o se debería leer más? Kireet Joshi: El propio Sri Aurobindo dijo que ese libro es incompleto. Lo que Sri Aurobindo escribió en El secreto del Veda es una declaración muy breve. Era sólo para empezar a establecer la hipótesis. El secreto del Veda se suponía que iba a ser un comentario sobre un cierto número de versos, sólo a modo de ilustración. Y el propio Sri Aurobindo dijo que si el tiempo se lo permitía le gustaría traducir e incluso explicar todos y cada uno de los versos del Rig Veda. Pues bien, eso no quedó hecho en El secreto del Veda, todos y cada uno de los versos del Rig Veda no fue comentado, ese es un trabajo que nos corresponde a nosotros, si estamos interesados en llevar a cabo ese trabajo, es un trabajo muy grande. Una de las actividades en las que estoy comprometido actualmente es en crear interés entre 38 la gente para que lean el Rig Veda, entre aquellos que son capaces de hacerlo, que lean El secreto del Veda de Sri Aurobindo y luego trabajen en un plan mucho mayor en el que, siguiendo la dirección de Sri Aurobindo, puedan traducir y explicar cada uno de los versos del Rig Veda. Alguien tiene que hacerlo. Pero si uno en verdad quiere comprender solamente las bases del Rig Veda y si uno quiere estar convencido de la dirección que Sri Aurobindo tomó, entonces con eso basta, es completo. ¿Está bien? Está bien. 39 Inserto 2 Tomado de La agenda de Madre, de Satprem «14 de marzo de 1970 [Madre dirigiéndose a Satprem] Hoy recibí la noticia de que L. D.12 había partido. Ella se sometió a una operación muy grave (había un cáncer), fue dada de alta, regresó a la casa, me escribió una carta en la que me decía: “Estoy cada vez mejor...”, y luego, se fue. Recibí la noticia hoy mismo. Así. Es como R., la misma cosa: una recaída. Y eso tiene el aire de... Es este esfuerzo contra, sí, eso que Sri Aurobindo llama la barbarie [Madre hace un gesto que cubre toda la atmósfera terrestre]. Eso parece ser... yo no sé si es un rechazo o una incapacidad de salir de la construcción mental. Y la acción de esta Conciencia... ¿cómo decirlo?, es casi despiadada para mostrar hasta qué punto toda construcción mental es falsa —todas, incluso las reacciones que tienen aire de espontáneas, todo eso es el resultado de una construcción mental extremadamente compleja. Pero esta Conciencia es despiadada. Nacimos en eso y nos parece tan natural sentir de acuerdo con eso, reaccionar de acuerdo con eso, organizarlo todo de acuerdo con eso, tanto así que... eso no nos deja ver la Verdad. Eso está en la organización misma del cuerpo. Y entonces la Acción parece imponerse con una potencia extraordinaria y lo que parece (lo que nos parece) sin misericordia [Madre golpea con su puño la materia], para que aprendamos la lección. [largo silencio] Me acordé del tiempo en que Sri Aurobindo estaba aquí... La parte interior del ser entraba en una conciencia que sentía, que veía las cosas de acuerdo con la conciencia superior: completamente distintas; y luego, justamente cuando Sri Aurobindo se enfermó y cuando tuvo todas estas cosas, primero ese accidente13..., entonces el cuerpo, el CUERPO decía todo el tiempo: “Esos son sueños, son sueños, eso no tiene que ver con nosotros; para nosotros, el cuerpo es así...” [gesto bajo tierra]. Era espantoso. Y todo eso se había ido. Se había ido completamente después de tantos años, de todos estos años de esfuerzo, se había ido, y el propio cuerpo sentía la Presencia divina y tenía la impresión de que... todo debía necesariamente cambiar. Y entonces, estos últimos días, esa 12 Una fiel discípula norteamericana. Sri Aurobindo se quebró la pierna el 24 de noviembre de 1938. 13 40 formación que se había ido —que es una formación terrestre, de toda la humanidad, es decir, que quienes tienen la visión, la percepción o incluso sólo la aspiración a esta Verdad superior, cuando vuelven sobre el Hecho [material], se encuentran ante esa cosa atrozmente dolorosa que es la perpetua negación de todas las circunstancias—, eso de lo cual el cuerpo se había liberado completamente, eso regresó. Regresó, pero... cuando regresó, cuando [el cuerpo] la vio, la vio como uno ve una mentira. Y comprendí hasta qué punto [el cuerpo] había cambiado, porque cuando la vio, tuvo la impresión... la observó con una sonrisa y la impresión de: “¡Ah!”, que era una vieja formación que ya no tenía nada de verdad. Y esa fue una experiencia extraordinaria: que eso, que el tiempo de eso, ya llegó a su fin. El tiempo de eso ya terminó. Y esta presión de la Conciencia es una presión para que las cosas, tal como eran —tan miserables y tan pequeñas y tan oscuras y tan... ineluctables al mismo tiempo, en apariencia—, todo eso, quedó... [Madre hace un gesto por sobre el hombro] atrás, como un pasado que ya se superó. Entonces, verdaderamente vi —vi, comprendí— que el trabajo de esta Conciencia (que no tiene misericordia, a ella no le preocupa que sea difícil o no, incluso a ella no le preocupan probablemente muchos daños aparentes), es para que el estado normal no siga siendo esta cosa tan pesada, tan oscura y tan fea, tan baja, y que sea la aurora... ¿no?, algo que apunte al horizonte: una Conciencia nueva. Este algo más verdadero y más luminoso. Lo que Sri Aurobindo dice ahí14 de las enfermedades, es justamente eso: el poder de la costumbre y de todas las construcciones y eso que parece “inevitable” e ”irrevocable” en las enfermedades; todo eso, es como si las experiencias se multiplicaran para mostrar... para que uno aprenda que es simplemente una cuestión de actitud —de actitud—, de sobrepasar... de sobrepasar esta prisión mental en la que se encerró la humanidad y de... respirar allá arriba. Y es la experiencia del cuerpo. Antes, quienes tenían experiencias interiores decían: “Sí, allá arriba es así, pero aquí...”. Ahora ese “pero aquí...”, muy pronto ya no será más. Estamos conquistando eso, ese cambio formidable: que la vida física debe ser regida por la conciencia superior y no por el mundo mental. Es el cambio de autoridad... Es difícil. Es trabajoso. Es doloroso... Hay estropicio, por supuesto, 14 N.d.T.: Se refiere a los aforismos 387 y 388. El aforismo 387 dice: «La ciencia médica ha sido más una maldición que una bendición para la humanidad. Es cierto que venció la fuerza de las epidemias y develó una maravillosa cirugía, pero también debilitó la salud natural del hombre y multiplicó las enfermedades individuales; implantó el miedo y la dependencia en la mente y el cuerpo; le enseñó a nuestra salud a apoyarse no en la solidez natural, sino en una vacilante y repugnante muleta de comprimidos de los reinos mineral y vegetal». El aforismo 388 dice: «El doctor le dispara a la enfermedad con una droga; a veces atina, a veces falla. Los desaciertos no se cuentan, los aciertos se atesoran, se contabilizan, se sistematizan y constituyen una ciencia». 41 pero... pero verdaderamente, se puede ver, uno puede ver. Y ese es el verdadero cambio, es eso lo que permitirá que la nueva Conciencia se exprese. Y el cuerpo aprende, él aprende su lección —todos los cuerpos, todos los cuerpos. [silencio] Esa era la vieja división que hacía el mental: “Arriba, está muy bien, ustedes pueden tener todas las experiencias y todo es luminoso y maravilloso; aquí, nada qué hacer”. Y esa impresión de que cuando uno nace, uno nace todavía en “el mundo en el que nada qué hacer”. Eso explica además por qué todos los que no preveían la posibilidad de que eso fuera de otra manera habían dicho: “Más vale irse, y luego...”. ¡Todo eso se ha vuelto tan claro! Pero este cambio, el hecho de que eso ya no es inevitable, esa es la gran Victoria: ya no es inevitable. Se siente — uno siente, uno ve, y el cuerpo mismo tuvo la experiencia— que, muy pronto, también aquí, eso podrá ser verdad. Hay... hay realmente algo que ha cambiado en el mundo. [silencio] Por supuesto, va a tomar tiempo que eso se establezca verdaderamente. Ahí está la batalla. Desde todos los costados, en todos los planos, hay una avalancha de cosas que vienen a decir exteriormente: “Nada ha cambiado”. Pero no es cierto, no es cierto, el cuerpo sabe que no es cierto. Y ahora él sabe, él sabe en qué sentido. Y lo que Sri Aurobindo escribió, justamente en estos aforismos que veo en este momento, ¡es tan profético! Es tal cual la visión de la Verdadera Cosa. ¡Tan profético! [silencio] Y ahora veo, veo cómo su partida y su trabajo tan... tan inmenso, ¿no?, y constante en este físico sutil, cuánto, ¡cuánto ha contribuido! ¡Cuánto él ha [Madre hace el gesto de triturar la materia], cuánto él ha ayudado a preparar las cosas, a cambiar la estructura del físico! Todas las experiencias que otros tuvieron, y que consistían en entrar en contacto con los mundos superiores, eso dejaba aquí al físico tal como es. ¿Cómo decirlo...? Desde el comienzo de la existencia hasta la partida de Sri Aurobindo, yo estuve en la conciencia de que uno se puede elevar, uno puede saber, uno puede tener todas las experiencias (de hecho, uno las tenía), pero cuando uno volvía al cuerpo... eran estas viejas leyes mentales for-­‐mi-­‐ da-­‐bles las que regían todo. Y entonces, todos estos años fueron años para preparar, preparar —liberarse y preparar—, y en estos días fue... ¡ah! la constatación física, hecha por el cuerpo, de que eso había cambiado. 42 Hay que “procesarlo”, como se dice, hay que elaborarlo en todos sus detalles, pero el cambio SE HIZO —el cambio se hizo. Es decir que las condiciones materiales que fueron elaboradas por el mental, FIJADAS por él [Madre cierra sus puños sólidamente], y que parecían tan inevitables, al punto que quienes tenían una experiencia viva de los mundos superiores pensaban que había que huir de este mundo, abandonar este mundo material si uno quería realmente vivir en la Verdad (esa es la causa de todas esas teorías y de todas esas creencias), pero ahora, ya no es así. Ahora, ya no es así. El físico es CAPAZ de recibir la Luz superior, la Verdad, la Conciencia verdadera, y de ma-­‐ni-­‐fes-­‐tar-­‐la. No es fácil, eso requiere aguante y voluntad, pero llegará el día en que será del todo natural. Sólo se acaba de abrir la puerta, eso es todo, ahora hay que seguir adelante. [silencio] Por supuesto, lo que estaba establecido se aferra y se defiende desesperadamente. Eso es lo que ocasiona toda esta perturbación [gesto de algo que pulula en la atmósfera terrestre]. Perdió la partida. Se acabó. Se acabó. [silencio] Le tomó... un poco más de un año a esta Conciencia obtener esta Victoria15. Y todavía, por supuesto, ella no es visible sino para quienes tienen la visión interior, pero... pero está hecho. [largo silencio] Ese era el trabajo que Sri Aurobindo me había puesto. Ahora comprendo. Pero es como si de todos los costados, de todos los costados, estas fuerzas mentales, estos poderes mentales, se levantaran en una protesta —violentos en la protesta—, para imponer sus viejas leyes: “¡Pero si siempre fue así!...”. Pero se acabó. Ahí me tiene que no siempre iba a ser así. [largo silencio] Algo de esta batalla transcurría por este cuerpo en estos últimos días... En realidad es muy interesante... Había desde afuera, proveniente de afuera, un esfuerzo por darle al cuerpo experiencias para que se viera obligado a constatar: “No, lo que siempre fue, siempre será; tú puedes ensayar, pero es una ilusión”, y luego venía 15 Se refiere a la «conciencia del suprahombre», que descendió el 1º de enero de 1969. 43 alguna cosa, una pequeña desorganización en el cuerpo, y entonces el cuerpo respondía mediante su actitud: una paz así [gesto inmutable] y su actitud [gesto de manos abiertas]: “Es como Tú quieras, Supremo, es como Tú quieras...”. Como un relámpago, ¡todo desaparecía! Y eso pasó varias veces (al menos una decena de veces en un día). Entonces, entonces el cuerpo comienza a sentir: “¡Mira!...”. Le da esta dicha, esta alegría de... de la maravilla vivida. “Ya no es como era, ya no es como era, ya no es como era”. Todavía hay que luchar, hay que tener paciencia, coraje, voluntad, confianza —pero ya no es “así”. Es la vieja cosa la que intenta agarrarse, repugnante. ¡Repugnante! Pero, ya no es así. Ya no es así. Voilà. [silencio] Y eso también: ¿hasta dónde, hasta dónde podrá llegar el cuerpo? Sobre eso también él está... perfectamente apacible y dichoso: “Será lo que Tú quieras”. [largo silencio] Todo lo demás parece tan viejo, tan viejo, como algo... que pertenece a un pasado muerto —que intenta resucitar, pero ya no puede. Y todas, todas, todas las circunstancias son tan catastróficas como pueden serlo: los inconvenientes, las complicaciones, las dificultades, todo, todo se encarniza de esa manera, como bestias feroces, pero... todo se acabó. El cuerpo sabe que se acabó. Quizás tome siglos, pero se acabó. Para desaparecer, quizás tome siglos, pero ya se acabó. Esta realización del todo concreta y absoluta que uno podía tener sólo cuando salía de la materia [Madre baja un dedo]: es seguro, es del todo seguro y cierto que la tendremos aquí mismo. [Madre mira largamente al discípulo, luego le toma las manos] Es el decimocuarto mes desde que la Conciencia llegó —decimocuarto mes: dos veces siete. [silencio] ¿Estamos a 14? Satprem: Sí, 14. Madre: Entonces es interesante. ¡Cómo ha trabajado desde que él se fue! ¡Oh!... Todo el tiempo, todo el tiempo... [silencio] Parece... parece un milagro en el cuerpo. La desaparición de esta formación parece verdaderamente milagrosa. 44 Y todo se vuelve claro. Ya veremos. [largo silencio] Ha sido relativamente rápido. [silencio] Bien... Satprem: ¿Es decir que todas las conciencias humanas que tienen un poco de fe, tienen ahora la posibilidad de salir de este hipnotismo mental? Madre: Sí, sí, es eso. Es eso. Es eso». 45 Conferencia 3 La vez pasada dije que los rishis habían hecho cinco descubrimientos. Así que ahora iremos directo a este tema, y luego compararemos cada uno de los descubrimientos de los rishis védicos con lo que Sri Aurobindo dijo sobre estos descubrimientos, y veremos qué hay de nuevo en Sri Aurobindo con relación a estos cinco descubrimientos. Tendremos una perspectiva comparada del viejo y el nuevo conocimiento. El tema principal del descubrimiento atañe a la cuestión de qué es la vida y cuál es el propósito de la vida. Este puede decirse que es el interrogante básico con relación al cual hacen referencia todos los descubrimientos de los rishis védicos. Y la respuesta simple a esta pregunta, en aras de la brevedad y de la claridad, se las voy a decir en pocas palabras. ¿Qué es la vida? La respuesta de los rishis védicos fue que la vida humana era una batalla, ese fue su descubrimiento. Quizás ustedes digan que este no es un gran descubrimiento, pero es un gran descubrimiento cuando ustedes formulan la pregunta sobre la totalidad de la vida, no sobre porciones de la vida. Ustedes deberían ser capaces de responder la pregunta que atañe a la totalidad de la vida. Así como Darwin dijo que la vida humana o que toda evolución es una evolución mediante el proceso de la lucha por la existencia. Aquí también ustedes quizás digan que no se trata de un gran descubrimiento, pero es un muy gran descubrimiento. Al menos todos los científicos concuerdan en decir que el mundo es una evolución que está teniendo lugar mediante un proceso de lucha por la existencia. Ese es un gran descubrimiento. Ahora bien, los rishis védicos declararon que la vida humana, que toda vida sobre la Tierra, es una batalla. Y el propósito de la vida humana, lo concretaron en muy pocas palabras hacia el final del Rig Veda. Son palabras muy importantes, así que las repetiré primero en sánscrito y luego en inglés. El propósito de la vida humana es manur bhava janaya daivyam janam. Primero, ser un ser mental, manur bhava. Manas es la mente. Manu es el poseedor de la mente. Entonces, primero ser el ser mental. Este es el primer paso, pero no el último. El propósito de la vida humana consiste, primero, en ser un ser 46 mental. Y luego sigue: janaya daivyam janam. Generar, producir, crear, daivyam janam, al ser divino. Primero ser el ser humano, el ser mental, y luego convertirse en el ser divino. Esta es la respuesta de los rishis védicos. Hacia el final del Rig Veda uno obtiene esta respuesta. Es un descubrimiento muy significativo. Esto es en lo que concierne al individuo. Luego habla de la colectividad. El colectivo de la gente, ¿cuál debería ser su propósito? Sam gachchadhwam, sam vadatwam. Caminar juntos, hablar juntos. Es una frase larga, no la voy a decir toda, pero su punto principal es que lleguemos a una armonía, a una armonía colectiva, de tal modo que todos podamos caminar juntos, movernos juntos, compartir unos con otros, conllevar la misma convicción, la misma urgencia de realizarnos. Este es el propósito. Esta es la respuesta básica de los Vedas. Primero ser un ser humano con una mente entrenada apropiadamente, y luego avanzar para convertirse en el ser divino. Y colectivamente, caminar juntos, movernos juntos, pensar juntos, tener la misma aspiración y realizarla juntos. Esa es la respuesta. Pero para llegar a esta respuesta, existen muchos detalles en los descubrimientos. Y estos son los cinco descubrimientos. El primer descubrimiento fue que la batalla de la vida humana no es una batalla aislada que tiene lugar entre los seres humanos o entre las criaturas de la Tierra. Ese es un enunciado muy importante. En la teoría de Darwin, toda lucha es una lucha de las criaturas y del medioambiente de la Tierra, del mundo físico. Pero desde la óptica védica —este es su descubrimiento, no es una especulación, este es el cuerpo del conocimiento—, la batalla que se está llevando a cabo en la vida humana es un campo de batalla mucho más grande en el que hay fuerzas invisibles; existen fuerzas visibles del mundo físico, que son fáciles de detectar, pero hay fuerzas invisibles que no son físicamente perceptibles. Estas fuerzas invisibles son básicamente de dos clases. Hay fuerzas benignas de un lado, y del otro lado hay fuerzas malévolas, fuerzas malvadas, fuerzas adversas, fuerzas hostiles. Este fue un gran descubrimiento, que ellos denominaron el descubrimiento de los dioses, por un lado, y el descubrimiento de un número de fuerzas adversas, y entre ellas también hicieron distinciones. Fue un análisis muy detallado el que hicieron. Existe la fuerza de Vritra, esa es una fuerza adversa que obstruye, cuya función fundamental es la obstrucción. Vritra es una palabra 47 sánscrita y no la quiero traducir al inglés porque no hay una traducción fácil para este término. Así que primero está Vritra, que obstruye. Cada vez que quieres hacer un progreso en este mundo, una de las fuerzas, Vritra, viene a obstruir. Sencillamente quiere obstruirte. Esta es una de las fuerzas de la batalla. ¿Quieres avanzar? Hay una obstrucción. Luego, existen fuerzas llamadas panis. Ellas quieren negociar contigo, ellas no simplemente obstruyen. Son como mercaderes. Ellas quieren negociar: “Tú nos das esto, entonces te permitimos aquello”. Y te darán grandes recompensas si decides no progresar, grandes recompensas, porque ellas poseen una cantidad de riquezas. Si les dices que no quieres hacer un progreso, te darán grandes recompensas. Son panis, quieren atraerte, tentarte para que permanezcas en el mundo inferior de manera que no progreses. Son las panis. Luego existen las asuras, son fuerzas de la mente que pueden calcular muy fácilmente y muy poderosamente y darte montones de razones por las que no deberías progresar. Son muy poderosas. Ellas quieren mantenerte sometido, y son capaces de darte montañas de razones por las que no deberías hacer un esfuerzo. Son fuerzas mentales, son capaces de pensar. Luego están las rakshasas. Esas son distintas de las asuras. Las rakshasas son muy poderosas y ellas sencillamente quieren destruirte o disfrutarte, seas lo que seas. Simplemente quieren disfrutarte tal como eres. Tienen grandes ambiciones, quieren tragarse el mundo entero si es posible, engullirse a toda la humanidad, aplastarla, no sólo obstruirla, sino que están listas para destruirte, quieren comerte, disfrutarte y engordar y engordar consumiéndote. Esas son las rakshasas. Y luego están las pishachas, esas son de otro tipo. Las pishachas no tienen grandes ambiciones, ellas tienen pequeños deseos, pero montones de deseos, montones de pequeños deseos, pequeñas ambiciones, pequeñas pretensiones, pero toneladas de ellas. Así que son innumerables, uno sólo entra en su mundo y se encuentra con las pequeñas ganancias que se pueden obtener y las pishachas lo pueden mantener a uno durante años y años en su terreno debido a la pequeñez y la cantidad incontable de pretensiones. Esas son las pishachas. Y luego están las fuerzas oscuras, las fuerzas de la Inconsciencia, la resistencia —no sólo la obstrucción—, la resistencia, el letargo. Ellas quieren mantenerte absolutamente dormido, quieren jalarte hacia abajo, hacia el sueño, para que no puedas hacer ningún progreso, para que no haya siquiera una propuesta de progreso. Esas son las fuerzas de la Inconsciencia. 48 Esta clasificación que hicieron los rishis, y tan definida, requiere una tremenda cantidad de conocimiento y experiencia de la vida. No es fácil hacer tantas distinciones entre las fuerzas hostiles, las fuerzas adversas. Los rishis védicos sabían qué fuerza adversa estaba operando: ¿es una rakshasa, es una asura, es una pishacha, es la Inconsciencia, es Vritra, es una panis? Y uno tiene remedios para lidiar con ellas, y estos rishis descubrieron los remedios para poder lidiar con ellas. Ese es un gran descubrimiento. ¿Cómo tratar con Vritra? Suponiendo que Vritra lo obstruye a uno, ¿cuál es el remedio? Y llegaron a la conclusión que el mero poder humano no basta en contra de ninguna de ellas. Si tú las quieres conquistar mediante tus poderes humanos, olvídalo. Esa fue la conclusión de estos grandes rishis. Sencillamente mediante la fuerza humana uno no las puede controlar. De manera que si cualquier ser humano dice: “Con mis propios poderes yo seré capaz de vencer a las fuerzas adversas”, los rishis védicos le responden, después de una exhaustiva investigación, que con las solas fuerzas humanas eso no es posible. ¿Entonces cómo las venceremos? ¿Cómo progresaremos? Si queremos ser verdaderos seres humanos, verdaderos seres mentales, y si queremos generar al ser divino, si ese es nuestro propósito, y si queremos trabajar juntos, movernos juntos, armonizarnos juntos, esas fuerzas están obligadas a venir a darnos la batalla. Y para esto se encontró que habían distintos tipos de fuerzas, fuerzas benignas. Ese fue un gran descubrimiento de los rishis védicos: el descubrimiento de los dioses. Hay fuerzas cósmicas, fuerzas universales. Hay un montón de estas fuerzas cósmicas. Así que, primero que todo, uno descubre que hay fuerzas cósmicas que son fuerzas benignas, que pueden ayudarlo y pueden ganar por uno la batalla contra las fuerzas adversas. ¿Quiénes son estos dioses? Supongamos que tú tienes que ir en una misión de trabajo, digamos que al Ministerio de Educación en Delhi, de manera que simplemente vas al Ministerio. Para empezar, ni siquiera te dejan entrar. Debes saber cómo entrar a la zona. Hay reglas y normas para entrar. De igual manera, hay reglas y normas para entrar al mundo de los dioses. Si quieres ir al mundo de los dioses, hay reglas de entrada. ¿Cómo entrarás? ¿Por qué medios entrarás? Entonces tienes un determinado propósito por cumplir. Tú no sabes quién es el secretario, quién es el subsecretario, quién es el secretario adjunto, 49 quien es el asistente del secretario, no sabes, pero necesitas saber. En otra palabras, hay una jerarquía. ¿Quién toma la decisión final? ¿Hay alguien que tome una decisión definitiva? ¿O tienes una reunión con todos estos secretarios juntos para poder tomar una decisión definitiva? Esas son las preguntas que formulas cuando vas a un ministerio. Igualmente, hay un Ministerio de los Dioses. Este es el descubrimiento de los rishis védicos. Que existe una especie de Ministerio de los Dioses, y si tú quieres progresar en el mundo, y estás obligado a enfrentar a esos obstructores, a esas fuerzas adversas, y quieres la ayuda de los dioses, entonces tienes que saber qué Dios maneja qué cartera. ¿Cuál es el trabajo de cada Dios, cuál es su ámbito, cuál es su dominio, cuál es su capacidad, cuál es su función? Los rishis védicos lo descubrieron minuciosamente; es imposible describir cuánta experimentación fue necesaria no sólo para pensar en ellos, sino realmente para encontrarlos, para identificarlos. Ellos descubrieron una cantidad de dioses, y hallaron sus funciones, la función de cada uno. Esa es una tarea tremenda. Hoy podemos hablar muy libremente del tema porque ellos registraron los dioses, sus nombres. La única dificultad reside en que, en un cierto sentido, ellos mantuvieron esos nombres en secreto. Incluso si uno lee los Vedas, y los lee minuciosamente muchas veces, es probable que uno no sea capaz de hallar estos secretos. Ellos escribieron la fórmula de estos dioses, en lo que podríamos llamar un lenguaje algebraico. ¿Ustedes saben álgebra? ¿Están aprendiendo álgebra quizás? El álgebra es una aritmética escrita en forma simbólica: X + Y = 12. ¿A qué es igual X, y a qué es igual Y? Si es igual a 12, entonces quizás X sea 5 y quizás Y sea 7, de manera que 7 equivale a Y y 5 equivale a X. Entonces X + Y es igual a 12. Pero si no conoces el valor, y si sólo te dicen que hay una X y hay una Y, entonces no sabrás a qué equivalen. Y como no te dan las ecuaciones, ni siquiera puedes tratar de descubrir a qué equivalen. Eso es en álgebra. El álgebra es difícil porque, a menos que te den algunas pistas, no puedes resolver los acertijos del álgebra. Igualmente, estos rishis védicos anotaron los secretos de todos esos dioses que habían descubierto y sus funciones, pero los anotaron en un lenguaje algebraico. Aquí es donde surge el problema de los Vedas. El lenguaje de los Vedas es un lenguaje simbólico, como el álgebra. Pero lo sorprendente es que, a pesar de que 50 son muchos los compositores de los mantras védicos, hay un lenguaje común entre todos ellos. Es como si un grupo de matemáticos se hubiera puesto de acuerdo sobre su simbolismo. Aquí nos topamos con que hay un grupo de rishis que se pusieron de acuerdo en que para expresar un determinado secreto usarían una determinada expresión, y en general así lo hicieron. Si uno lee de una manera muy bizarra, de la manera obvia, no logra hallarle ningún significado: “La vaca se yergue ante el caballo”, por ejemplo, es una frase del Veda. “La vaca se yergue ante el caballo”. Entonces uno puede pensar que los rishis védicos debieron haber visto una especie de campo, quizás un pastizal de pastoreo, y que allí había un caballo y también había una vaca, y que describieron que la vaca estaba antes que el caballo. Pero si uno adivina el lenguaje algebraico, y eso es lo que hizo Sri Aurobindo —lo verán si leen el libro El secreto del Veda—, Sri Aurobindo descubrió lo que significaban estos términos algebraicos. “Vaca” es un término algebraico de los Vedas, y en donde quiera que aparezca la palabra “vaca” quiere decir “luz”, no significa vaca, la vaca física, significa luz. “Caballo” no alude al caballo que conocemos, significa fuerza de voluntad. “La luz se yergue ante la fuerza de voluntad”. No se trata de una vaca parada delante de un caballo, se trata de la luz que precede a la fuerza de voluntad. Significa que siempre hay una doble fuerza en el mundo, dondequiera que haya una luz, siempre hay una fuerza de voluntad. Ese es el lenguaje secreto de los Vedas. Hay una bifurcación entre el conocimiento y la voluntad. Entonces aquí surge una tremenda cantidad de psicología. ¿Cuál es la relación entre el conocimiento y la voluntad? Ustedes saben que en nuestra vida corriente, en nuestra conciencia humana, hay una parte que es la parte del conocimiento, y hay una parte que es la parte de la fuerza de voluntad. Ahora bien, ustedes notarán muy fácilmente la diferencia si formulan una pregunta, una pregunta intencional: “¿Qué debo hacer en tal y tal situación?”. Cada vez que uno pregunta “¿qué debo hacer?”, uno inmediatamente descubre que dentro de uno hay una fuerza de voluntad que está respaldada por algún tipo de conocimiento, quizás un conocimiento pleno, quizás un conocimiento parcial, quizás un conocimiento pequeño, pero siempre hay algún conocimiento, y hay un forcejeo entre ambos. Algunas veces uno sabe lo que hay que hacer. Un paciente de diabetes sabe que no debe comer azúcar. Él lo 51 sabe, hay un conocimiento que le es dado, él no debería tomar azúcar. Pero el deseo, la gana de tomar azúcar, a veces es muy grande. La tentación de tomar azúcar es muy grande. De manera que la fuerza de voluntad es de tomar azúcar. El conocimiento dice: “No tomes azúcar”; la fuerza de voluntad dice: “Oh, no importa, de vez en cuando puedes tomarla y disfrutarla”. Y entonces ese “de vez en cuando” se torna más frecuente porque la fuerza de voluntad se debilita. Entre más complaces el deseo, más lo quieres. Siempre hay una especie de ecuación o falta de ecuación entre el conocimiento y la fuerza de voluntad. Entonces, ahí lo tienen, pueden decir que, en términos védicos, hay una gran ecuación o una total falta de ecuación entre la vaca y el caballo. De manera que si ustedes leen de la forma más común, dirán que estos rishis se la pasaban viendo sólo caballos y vacas, y mirando cuántos caballos y cuántas vacas había, y discutiendo sobre batallas entre caballos y vacas. Es por ello que muchos que han leído los Vedas dicen que fueron escritos por bárbaros, por gentes primitivas a las que sólo les interesaban las vacas y los caballos. Pero cuando uno lee en profundidad, se encuentra con que hay un tremendo conocimiento psicológico. Ellos sabían qué era la luz y qué era la fuerza de voluntad y qué relación hay entre ambas. No sólo eso, ellos descubrieron que si uno quiere incrementar la fuerza de la luz —si uno quiere más vacas, los caballos se vuelven más potentes, porque descubrieron que entre mayor es el número de vacas que tienes contigo, mayor es el poder de los caballos; en otras palabras, entre mayor es el conocimiento, más grande es el poder de la fuerza de voluntad. Si tu conocimiento aumenta en verdad, entonces tu fuerza de voluntad también se vuelve poderosa. ¿Cómo se logra eso? ¿Hay algún poder, algún dios que controla el poder de las vacas? Vaca en sánscrito se dice go. Entonces la pregunta era: ¿Hay alguien a quien se le pueda llamar gomat? Mat significa tener, wala, gowala, gopal, ¿existe alguien que sea el verdadero gopal, el que preserva, el que controla las vacas? Ellos investigaron mucho sobre esto y encontraron que hay un dios, al que denominaron Indra; este es otro término algebraico. Indra es otro de los términos de los Vedas. Uno suele darse cuenta de que, cuando Vritra se le cruza en el camino (Vritra, ya les dije, es la fuerza que obstruye), ellos se dieron cuenta de que en particular cuando Vritra se atraviesa en el camino, entonces la fuerza que puede destruir a Vritra es una 52 buena ecuación entre go y ashwa, entre vaca y caballo. Y el que comanda esto es Indra. De manera que a Indra se le denomina Gomat. Él es quien ejerce el poder sobre las vacas, sobre la luz. Este es el conocimiento secreto de los Vedas. Si en realidad quieres pelear contra Vritra, entonces acude a la ayuda de Indra. ¿Y cómo acudir a la ayuda de Indra? En los Vedas hay versos escritos, si uno recita esos mantras, Indra se manifestará. Este también es un gran descubrimiento. ¿Cuál es el método para acercarse a Indra? Tal como cuando quieres ir a la oficina del secretario adjunto, y si sabes cómo se llama, entonces te resulta todavía más fácil llegar a su oficina. Si sencillamente dices que quieres verte con el secretario adjunto, y no das el nombre, ¡pues hay tantos secretarios adjuntos en el Ministerio...! Pero si sabes su nombre, te resulta mucho más fácil entrar. Y entre más sabes de él, entonces es mucho más sencillo ir donde él, es más fácil identificarse. Asimismo, los Vedas descubrieron que si uno sabe que Indra es el nombre de quien comanda las vacas y los caballos, entonces es más fácil para uno aproximarse a él. De manera que hay mantras, hay versos en los Vedas que, si se recitan, le dan a uno acceso a Indra. Ustedes deberían leer alguna vez algunos de esos versos que Sri Aurobindo tradujo en El secreto del Veda. Hay unos versos muy poderosos y Sri Aurobindo los explicó muy bien. Y Sri Aurobindo dijo que Indra representa —es un nombre algebraico—, que Indra significa “inteligencia iluminada”. Ese es el significado. Cada vez que llegue la palabra Indra, debe entenderse como equivalente de inteligencia iluminada. Ahora bien, para descubrir esto Sri Aurobindo tuvo que hacer un gran esfuerzo, no es sencillo descubrir significados algebraicos. Sólo cuando uno lee escrupulosamente y cuando uno mismo ha experimentado... Hay una frase muy fina en el propio Veda, según la cual todas las palabras que son importantes en los Vedas son palabras secretas. Ninya vachamsi es la expresión sánscrita: palabras secretas. Vachamsi significa palabras; ninya significa secreto. Hay palabras secretas, pero kavaye nivachane, pero ellas se revelan ante un rishi. Porque él ha experimentado, él mismo tiene la llave, él tiene el conocimiento de Indra. Por lo tanto, en el momento en que aparezca la palabra Indra, el rishi comprenderá: Indra equivale a la inteligencia iluminada. Es así como Sri Aurobindo descubrió, no sólo acerca de Indra, sino acerca de todos los dioses que se mencionan en los Vedas. Todos los 53 nombres de dioses que aparecen en los Vedas son términos algebraicos, así que normalmente no se entienden. Es sólo cuando entiendes desde tu experiencia interior que puedes descubrir su significado. Si leen El secreto del Veda completo, hallarán que Sri Aurobindo dio la clave para muchos de los dioses. Por ejemplo, hay una palabra, Brihaspati. Sri Aurobindo dijo que Brihaspati significa “poder del alma”. Así que cuando aparece la palabra Brihaspati, se trata del poder del alma. Soma es otra palabra. Con frecuencia lees en los Vedas: “Indra bebe Soma”. De manera que muchos piensan: “¡Bárbaros, Indra debe ser un borrachín que está bebiendo vino”. Sri Aurobindo dice: “Soma es el Señor del Deleite. No es vino, es el Señor del Deleite”16. Y entonces todo el capítulo nueve del Rig Veda está dedicado al secreto de Soma. ¿Qué es este Soma? Y el Veda dice que a menos que y hasta que hayas dominado tus sentidos, no tendrás acceso, ni siquiera un mínimo acceso a Soma. No puedes entrar al Ministerio de Soma a menos que hayas amaestrado tus sentidos. Allí se da una muy bella analogía: si quieres una vasija, ¿cómo haces una vasija de barro? Calientas, coces un jarro. Ahora bien, si ya cociste un jarro, y a partir de él hiciste una vasija, entonces le viertes dentro lo que sea que quieras verter —si es agua común, por ejemplo— y allí se retendrá. Pero si la que viertes dentro es una bebida de una clase muy poderosa, la vasija se quebrará a menos que esté totalmente cocida. Depende de la cocción, de cuánto la hayas cocido. De manera que en el capítulo nueve se dice que nuestro cuerpo humano, por entero, es como un jarro. Ahora bien, este jarro puede contener, puede recibir todo el deleite, es capaz de recibir deleite con la condición de que el cuerpo esté completamente horneado. Si no horneas el cuerpo, cuando llegue el deleite, el cuerpo se quebrará. No serás capaz en absoluto de sostener el deleite. De manera que Indra es capaz de beberse el Soma: quiere decir que Indra es tan poderoso, él es un maestro de todos los sentidos... De hecho, todos los sentidos no son más que manifestaciones de Indra. Es por eso que en sánscrito tenemos esta palabra para los sentidos: indriya. La palabra indriya viene de Indra. Todos los sentidos no son más que manifestaciones de Indra. Donde quiera que hay sentidos, esa es la morada de Indra. Pero este Indra es sólo la forma ordinaria. A medida que uno 16 N.d.T.: El Señor del Deleite y la Inmortalidad. 54 asciende más y más alto, Indra se vuelve más y más grandioso, hasta que uno se encuentra con el Indra más horneado, por así decir, plenamente poderoso. Y es tan poderoso que puede beberse el deleite más alto, puede absorberlo. Él puede ser la vasija. Y tú mismo invitas a Indra a tu cuerpo —ese es un secreto, cómo puedes invitar a Indra a tu cuerpo, mediante la tapasyā, mediante una especie de movimiento de austeridad. Y lo mínimo es el control de los sentidos. Si no puedes controlar tus sentidos, entonces olvídate de Indra; Indra no está disponible para ti. El señor Ministro está cerrado para ti. Tienes que controlar tus sentidos. Tienes que hacer mucha tapasyā con todos los deseos de los sentidos —los sentidos son como caballos, quieren correr de una manera salvaje, los sentidos se quieren satisfacer. Sin embargo, si tú quieres que Indra se siente en tus indriyas —en tus sentidos—, entonces tienes que ejercer mucho control. En consecuencia, los Vedas también te dan los medios para controlar tus sentidos. Te dicen cuáles son los medios por los cuales puedes controlar tus sentidos, cuál es el tipo de vida que debes llevar para controlar tus sentidos. De manera que si quieres pelear contra Vritra, no creas que es algo fácil de enfrentar. Es por eso que la mayoría de las personas están obstruidas y permanecen así. No saben cómo hacer ningún esfuerzo en absoluto. Si uno quiere pelear contra Vritra, la primera condición, la condición mínima es controlar sus sentidos. Luego, después de que los sentidos estén bajo control, hay que desarrollar el buddhi. Después de desarrollar su buddhi (esto significa intelecto, poder de discernimiento), uno se adentra en experiencias más elevadas, expande sus poderes de la mente hasta un nivel muy alto, Manur bhava, hasta convertirse en un ser mental humano puro. Cuando uno alcanza ese punto, va más allá de él, hasta la inteligencia iluminada, que no es inteligencia mental. Los Vedas descubrieron que hay una inteligencia superior a la inteligencia mental, y esa es la inteligencia de Indra, la inteligencia iluminada. ¿Cuál es la diferencia entre la inteligencia humana y la inteligencia iluminada? Nos dan una hermosa analogía: cuando ves una cosa con un ojo, ¿cómo la ves? Cuando la ves con ambos ojos, ¿cómo la ves? Esa es nuestra experiencia normal. Podemos estar ciegos o podemos ver con un ojo o podemos ver con ambos ojos, esa es nuestra máxima capacidad. Pero si has invitado a Indra dentro de ti, entonces Indra se supone que 55 es sahasraksha, él tiene mil ojos, esa es la imagen. Entonces, ¿cuál es la diferencia entre ver con dos ojos y tener mil ojos para ver? Esa es la inteligencia iluminada. Así que si uno trasciende su inteligencia humana, empieza a ver con muchos, muchos más ojos, hasta que tiene mil ojos. Ayer les dije que la actual crisis de la humanidad es que hemos alcanzado el máximo de la inteligencia humana. Todo cuanto podemos hacer con la mente, lo hemos hecho. Y sin embargo los problemas persisten. ¿Cómo debemos resolver estos problemas? La respuesta es que tenemos que ir más allá de la mente, más allá de la inteligencia, tenemos que cruzar el umbral de los dos ojos, tenemos que entrar en el ámbito de los mil ojos, de la inteligencia iluminada. Pero incluso eso no es lo más elevado; la inteligencia iluminada no es lo más alto. Por encima de la inteligencia iluminada, por encima de Indra, está Vishnu. Ese es otro término algebraico: Vishnu. ¿Qué es Vishnu? Y la imagen que se nos da de Vishnu es que él es como un único ojo que abarca todo el cielo. Un único ojo que abarca todo el cielo. Ya no son los mil ojos. Los ojos son cuencas, pequeñas cuencas. Pero el ojo de Vishnu es tan vasto que abarca todo el cielo. Imaginen el cielo entero teniendo un ojo, cuánto puede abarcar, todo lo que incluye. La inteligencia iluminada nos dará conocimiento, pero aún así la multiplicidad estará ahí, montón de multiplicidad. Pero cuando llegamos a Vishnu, tenemos un conocimiento abarcador, incluyente, un conocimiento reunido, unidad. De manera que cada vez que los Vedas hablan de Vishnu, están hablando de una inteligencia que es unificadora, una visión unificada de todo, que comprende todas las cosas. Hay muchos otros dioses. Los rishis védicos descubrieron tanto, por ejemplo, la jerarquía de los dioses. Es decir, Vishnu está por encima de Indra. Hay una jerarquía. Uno no se detiene en Indra, uno también va más allá de Indra. Y la verdadera victoria llega cuando uno tiene consigo a Vishnu. También está Rudra; Rudra es una contraparte de Vishnu. Vishnu es la luz, la suprema luz, la luz que todo lo abarca, y Rudra es la fuerza de voluntad de esa luz y es tan poderosa que con un solo vistazo queda hecho lo que se debe hacer. “Vine, vi, vencí”, es la famosa fórmula de Julio César. “Vine, vi, vencí”. Realmente hablando, él sólo venció un poquito. Pero si ustedes quieren realmente vencer, vencer en verdad, y 56 de un solo vistazo, es con Rudra. “Vine, vi, vencí”, ese es el poder de Rudra. Hay tanto conocimiento, que ni siquiera brevemente puedo mencionarlo. Todo el Veda es “veda” porque abunda en conocimiento. Cada palabra del Veda transmite un sentido significativo, un conocimiento significativo. Nos entrega un conocimiento secreto, nos entrega los medios para obtener ese conocimiento, nos cuenta cómo aplicar ese conocimiento, cómo cultivarnos a nosotros mismos para adquirir ese conocimiento, cómo alcanzar la perfección de ese conocimiento. Permítanme tomar el primer verso del Rig Veda, sólo para saborear. Como cuando uno ha estado cocinando mucho y quiere saber cómo está quedando, entonces prueba un poquito. Asimismo, el Veda es una gran cocción, por así decir, grandísima, y uno quiere probar un bocado. Entonces tomemos el primer verso del Rig Veda. En sánscrito sólo dice: ̍ pu̱ rohı̍taṁ ya̱ jñasya̍ de̱vamritvija̍m hotā̍raṁ ratna̱ dhāta̍mam Om̐ a̱gnimīḻe Es un verso muy famoso, muy conocido, porque es el primer verso del Rig Veda. Y si ustedes quieren entrar poco a poco en el Veda, por supuesto empiezan con el primer verso. De manera que les estoy dando el primer verso del Veda. Empieza con Agni: Agnim īḻe [Yo adoro a Agni] De manera que, según dice, se empieza por Agni. Este es el mensaje del Rig Veda. Si uno quiere entrar en el conocimiento védico, entonces la primera clave de ese conocimiento es Agni. ¿Qué es Agni? Este también es un término algebraico, un término simbólico. Agni normalmente significa fuego. Yo adoro al fuego. Ese es todo el significado. Por lo tanto, algunas personas que no entiendan el Veda, que no conozcan el álgebra del Veda, dicen: “¡Oh, estas gentes primitivas, es probable que acabaran de descubrir el fuego! El fuego común y corriente, con el que podían cocinar los alimentos, con el que podían atemorizar a las bestias, etcétera. Es por eso que adoraban al fuego, porque el fuego era muy útil para ellos”. Pero si uno va más lejos: “Yo adoro al fuego”, ¿quién es el fuego? “Yo adoro al fuego que es pu̱ rohı̍ta”: 57 pu̱ rohı̍taṁ ya̱ jñasya̍ de̱vamritvija̍m Él es un dios que “siempre se pone delante”. Pues bien, esto es enigmático. Si se trata sólo del fuego común, ¿qué significa? Siempre se pone delante. ¿Eso qué quiere decir? Pu̱ rohı̍taṁ significa “eso que se pone delante”. Es un lenguaje muy simbólico. “Yo adoro al fuego que siempre se pone delante”. Hay un sentido en eso. Si uno quiere alcanzar el conocimiento supremo, quien lo conduce hacia ese conocimiento supremo es Agni. Es fuego. No es un fuego ordinario. Hay fuego y la primera indicación es que siempre se pone delante. Es ese tipo de fuego que siempre se pone delante. ¿Pero delante de qué? Ya̱ jñasya̍. Esta es una palabra muy importante: ya̱ jña significa sacrificio. Cuando quieres hacer un sacrificio, Agni se pone delante. Ahora bien, ¿qué es un sacrificio? Sacrificio también es un término algebraico. Ya pueden ver cómo todo el Veda está escrito en lenguaje algebraico, y es por eso que resulta tan difícil de entender. A menos que uno sepa el significado de purohita, a menos que uno sepa el significado de fuego, a menos que uno sepa el significado de ya̱ jña, de sacrificio, eso no tiene ni pies ni cabeza. Es por eso que Sri Aurobindo dijo que había un secreto en el Veda y que uno tenía que descubrir ese secreto. ¿Qué es ya̱ jña, qué es sacrificio? Vamos a adentrarnos un poco en eso. ¿Qué es sacrificio? Para entender el significado de sacrificio tenemos que devolvernos al proceso de las austeridades que practicaron los rishis védicos durante su búsqueda, en su investigación. Hay una leyenda muy importante, una historia que está escrita en el Veda. Se trata de nueve rishis que estaban en busca del conocimiento supremo y descubrieron que el conocimiento no podía adquirirse sólo andando por ahí, meramente escarbando aquí o allá. Ellos se dieron cuenta de que alguien que busque, puede adquirir conocimiento sólo con la condición de que haga una ofrenda, de que queme todo lo que es importante en él. Si tienes poder cerebral, quema todo tu poder cerebral; sólo entonces puedes descubrir lo máximo que puede hacer el poder del cerebro. Esta quema... quemar es el único medio por el cual uno puede encontrar las respuestas. Ya saben, cuando ustedes tienen que resolver problemas matemáticos toman su cuaderno, anotan sus cálculos, los repiten una y otra vez, ejercitan su mente, y si 58 el problema es muy difícil, ¿qué hacen?, se queman los sesos17, se queman el cerebro haciéndolo. Y cuando han estudiado así, cuando están totalmente saturados con los datos de sus cálculos, cuando su cerebro está muy, muy ejercitado, es probable que incluso sientan algo de fiebre en su cerebro, sientan que está caliente, que arde, y de repente hallan la respuesta. Si alguna vez han hecho matemáticas, es probable que hayan tenido esta experiencia con alguna frecuencia. Ustedes han visto matemáticas, ¿no? Todo estudiante de matemáticas ha tenido esa experiencia. Así que los rishis védicos descubrieron que uno no encuentra el conocimiento a menos que uno queme las facultades que tenga, aquello que uno sea, aquello que uno tenga, hay que quemarlo todo. Entonces, lo primero que uno tiene que traer al frente es a Agni. Por lo tanto Agni es purohitam. El fuego siempre se pone delante. Ese es el primer punto: tienes que encender el fuego en ti, porque a menos que despiertes el fuego en ti, no podrás alcanzar el resultado que buscas. Este es el secreto mensaje del Veda. Para hacer cualquier cosa, nadie puede lograr nada en el mundo si el fuego no está encendido. Es por eso que el Veda comienza con el fuego. El principio de todos los Vedas, el principio de todo el conocimiento védico es la ignición del fuego. El fuego que está dentro tuyo, y que tiene que ponerse adelante. Ahora bien, el verso dice que este fuego no es un fuego corriente, no sólo es algo que se pone por delante. Es ritvija̍m. Este fuego tiene un conocimiento de rita. Yo les dije a ustedes en mi conferencia sobre el dharma que uno de los descubrimientos de los rishis védicos había sido rita. Rita es el conocimiento de lo que es verdadero, de lo que es correcto. Y él sabe todo lo que es correcto. ¿Quién lo sabe? El fuego. De manera que cuando hablamos de fuego, no se trata de fuego ordinario, el fuego al que se refiere el Veda es el fuego que tiene el conocimiento de rita, de lo correcto. Ritvija̍m, es sobre ese fuego que está escrito en el primerísimo verso. Es el conocimiento de lo que es correcto, incluso del momento correcto. ¿Cuándo es el momento correcto para hacer algo? Ciertas cosas no se pueden hacer en el momento incorrecto. Ciertas cosas sólo se pueden hacer en el momento correcto. Hay toda una ciencia del tiempo en el Veda que es muy importante. Ellos descubrieron qué es el tiempo, cuál es el tiempo correcto y 17 N.d.T.: “You burn the midnight oil”, que traducido literalmente dice: “Tú quemas el aceite de la medianoche”. 59 cuál es el tiempo incorrecto. Ustedes saben, en la India hay una gran ciencia llamada astrología. Ustedes deben haber visto los horóscopos de muchas personas. Y todo este horóscopo no está basado en otra cosa que la ciencia del tiempo. Nadie puede hacerte el horóscopo a menos que le digas a qué hora naciste, el momento exacto de tu nacimiento. Eso es muy necesario antes de que cualquiera pueda hacer tu horóscopo, porque se piensa que la hora en que naciste provee un montón de información sobre qué eres, y cuál es tu destino, y lo que vas a tener en tu vida. Esa hora contiene una cantidad de conocimiento. La gente sabe todo esto mediante el horóscopo, pero si tú has despertado el fuego, si Agni está despierto en ti, entonces incluso sin un horóscopo tú puedes saber. Ya no necesitas tener horóscopos. Ese es el poder de este fuego. Este fuego puede decirte lo que va a pasar en el futuro, en este tiempo o en ese o en aquel. Es ritvija̍m, es el conocimiento del tiempo correcto, para cualquier cosa y para todo. Es él quien oficia el sacrificio. Él sabe cómo sacrificar. Puedes “quemarte los sesos” incluso mientras estás durmiendo, puedes “quemarte los sesos” mientras haces el esfuerzo correcto, o puedes seguir haciendo algo equivocadamente. Uno de mis amigos solía quemarse los sesos para decirle a sus padres que estaba trabajando muy duro, de manera que solía sostener el libro entre sus manos mientras se recostaba donde fuera muy fácil quedarse dormido. Pero ese era el estilo que tenía de leer, y se despertaba de repente y comenzaba a repetir y a repetir algo, sin entenderlo. Eso es quemarse los sesos haciendo el tipo de esfuerzo equivocado. Uno puede mantenerse despierto, pero seguir leyendo y leyendo sin tratar de comprender. A eso no se le llama quemar. Uno debe aprender a quemar apropiadamente. Así que este fuego es el que sabe cómo quemar adecuadamente, correctamente. Y luego dice que es ratna̱ dhāta̍mam, que este fuego contiene todo lo deleitable, lo más dichoso —ratna es en realidad joyas y diamantes y todo eso, todo lo que es exquisito—, que todos los grandes frutos que uno quiere ya están allí contenidos. De manera que miren cuántos términos algebraicos nos dicen desde el primer verso del Rig Veda. Ratna no alude aquí a joyas y diamantes. Cada vez que aparece la palabra ratna, se trata del más alto deleite que uno pueda tener, del supremo logro, de los frutos más elevados que uno quiera. Hotā es el que sabe 60 cómo quemar apropiadamente. Ritvija es el que conoce el tiempo oportuno para todo, la temporada correcta, el momento adecuado para cada cosa. Purohita es el que siempre es capaz de ir adelante. Este es el fuego. Y cuando uno hace un estudio más profundo, descubre que este fuego está en uno. Esto es lo que dice el Rig Veda en última instancia. Más adelante, en el quinto capítulo, se nos ofrece una gran cantidad de conocimiento sobre Agni, en el quinto capítulo en especial. En cada capítulo hay algo, pero en el quinto capítulo en particular nos dan mucho conocimiento sobre Agni, sobre el fuego. Y dice que en cada ser humano hay fuego, en cada ser humano. Pero es como una chispa que está cubierta de cenizas. Y por lo tanto tú tienes que encenderla, prenderla. La filosofía que vino después de los Vedas normalmente denomina a esa chispa “el alma”. Tú tienes un alma dentro tuyo. Esa alma, si la puedes despertar... Todo el Veda no es más que el secreto de cómo despertar el alma, y de cómo empezar a viajar. Avanzas, descubres la Verdad, conoces el momento oportuno para todo, sabes cómo quemarlo todo, y en última instancia obtienes la suprema recompensa, Ananda, la dicha, tu completa realización18. De manera que hoy sólo les conté sobre uno de los descubrimientos de los Vedas, de los rishis védicos. Les hablé del primer descubrimiento: que hay una batalla en este mundo y que esta batalla se libra entre muchas fuerzas, no sólo fuerzas visibles, sino también fuerzas invisibles. Y que las fuerzas invisibles son de dos clases: las adversas y las benignas. Y que uno puede recibir ayuda de las fuerzas benignas para luchar contra las fuerzas adversas. Ese es el gran descubrimiento de los rishis védicos. Después veremos otros descubrimientos, cuando nos volvamos a encontrar, ¿está bien? 18 N.d.T. La traducción al inglés que ofrece Sri Aurobindo al primer “Rik” del Rig Veda sobre el que trata esta conferencia es: “Agni I adore, who stands before the Lord, the god who seeth Truth, the warrior, strong disposer of delight.” En español equivale a: “A Agni adoro, que se yergue ante el Señor, el dios que ve la Verdad, el guerrero, fuerte dispensador del deleite”. 61 Conferencia 4 Quiero hablarles del primer descubrimiento de los rishis védicos. ¿Entienden la palabra rishi? ¿No? Un rishi es un sabio y poeta capaz de ver la verdad y de expresarla de la manera más sublime. El rishi es el guía, el maestro, el maestro erudito, el maestro iluminado. Ese es el rishi. De manera que el primer descubrimiento de los rishis védicos fue muy simple: que la vida es una batalla, pero esta batalla no es sencillamente entre las criaturas que están físicamente vivas, tal como las conocemos, sino también una batalla entre las fuerzas invisibles. Estas fuerzas invisibles se dividen en dos categorías: una, las fuerzas benignas, fuerzas muy amables, las fuerzas que están a favor de la divinidad; las fuerzas opuestas son las fuerzas del mal, asuras, rakshasas, pishachas, panis, Vritra. Ya les mencioné todos estos nombres, cada uno con la función específica o con el papel que juegan en la batalla. Les estaba hablando sobre el segundo descubrimiento y para ello empecé a narrarles una leyenda. Un determinado número de rishis, digamos que nueve, salieron en busca de la verdad. ¿Pero cómo buscar la verdad? Ya les había dicho que ellos descubrieron el medio para encontrar la verdad. ¿Cuál era ese medio? En una palabra, es el sacrificio. En sánscrito se dice ya̱ jña. En inglés le decimos sacrificio, y ya les dije lo que significa un sacrificio. Un sacrificio implica fuego. Todo sacrificio implica fuego. Sin fuego no hay sacrificio. Por eso, la vez pasada les hablé de Agni. Agni significa fuego. Les dije que este fuego no es un fuego físico. Hay un fuego interior, y entonces les di el primer verso del Rig Veda, cuando se invita al fuego. Así que ese solo verso les da un buen indicio de lo que significa un sacrificio. Primero que todo, ustedes deben invocar al fuego, el alma interior que es el fuego dentro de nosotros, y despertar, encender el fuego. Entonces, el primer verso dice: “Yo adoro al fuego”, Agnim īḻe. Iḻe quiere decir “yo estoy adorando”. Uno invoca al fuego diciendo que uno adora al fuego. Así que el primer paso es la invocación, invocar al fuego, ese es el primer paso del sacrificio. Luego lo ponemos delante, purohitam, eso es lo que siempre se pone delante. De manera que ponemos el fuego por delante. Entonces, una vez que el fuego viene al frente y asume el papel principal, las cosas se vuelven más fáciles. Porque él 62 conoce rita, el fuego conoce lo que es correcto. Así que una vez que se vuelve tu líder, estás en manos del que puede guiarte hacia lo correcto. Y él no sólo sabe qué es correcto, sino cuándo es el momento correcto para la acción correcta. En sánscrito tenemos la palabra ritu. Ritu es la estación, se deriva de la palabra rita. Ritu y rita se combinan. La estación correcta para la acción correcta. De manera que sabes cuál es la acción correcta y en qué momento debe ejecutarse la acción correcta. Yo les conté a ustedes que en India se desarrolló la ciencia del tiempo. También les mencioné la astrología. La astrología entera está basada en la ciencia del tiempo. Y les dije que quienes conocen a Agni, quienes conocen el Fuego, no necesitan acudir a la astrología. En su interior saben cuál es el tiempo apropiado para la acción apropiada. Y el que sabe cómo oficiar el sacrificio, la manera de sacrificar... la manera es muy importante, en la literatura védica se le da mucha importancia a la manera, a cómo se hace. La cuestión no es sólo hacer algo, sino cómo se hace. Esa es una vidhi. Vidhi significa regla. Qué se debe hacer primero, qué se debe hacer luego y qué se debe hacer al finalizar. De manera que Agni, el Fuego, sabe. Una vez que lo conviertes en tu líder, el sacrificio se puede llevar a cabo. Ahora bien, el sacrificio implica un viaje. Esta es otra verdad que ellos descubrieron con relación al sacrificio. A medida que uno sacrifica, es decir, que uno se quema, quema lo que es y lo que tiene mediante la invocación de la verdad que uno quiere descubrir. Uno simplemente dice la verdad, invoca la verdad, aspira a la verdad, y a medida que va aspirando, uno va ardiendo. Cualquier cosa que uno sea y cualquier cosa que uno tenga es imperfecta. Así que esas cosas imperfectas deben ser ofrendadas. Seamos lo que seamos, somos imperfectos. Hay que lanzar esta imperfección al fuego para que se consuma. Es esta quema la que resulta esencial, y a medida que uno arde, uno empieza a ser empujado. Hay algo que se mueve. Uno se mueve de la mentira a la verdad. Hay un viaje. Es por ello que el sacrificio ha sido descrito en el Veda como un camino de ascensión, como un camino de subida. A medida que te vas quemando, descubres que te mueven. Tiene lugar un progreso. Sobre este movimiento progresivo de la mentira a la verdad hay una famosa frase en la literatura védica: asato ma sad gamaya, desde la falsedad condúceme a la 63 verdad. Así que este es el camino del sacrificio y uno hace el sacrificio y, a medida que lo hace, uno descubre más y más verdad. Uno se vuelve verdadero, no sólo descubre su verdad, sino que uno se convierte en sí mismo, uno se vuelve su verdadero Yo. Uno se despoja de la falsedad, por así decir, la falsedad es consumida y uno emerge de esa hoguera. Algo que es dorado en ti emerge, algo que no se puede quemar, algo que es inextinguible. Ahora bien, la historia es que los nueve rishis empezaron a ofrendar sacrificio en busca de la verdad y continuaron haciéndolo durante un determinado tiempo. Y siempre llegaban casi al punto correcto para alcanzar la verdad, pero no lo lograban. Esta es la leyenda. En sánscrito a las personas sabias se les dice navagwas. Estos nueve eruditos estaban en busca de la verdad, y seguían haciendo sacrificio, quemándose para encontrar la verdad. Y llegaban a ese punto en el que casi lo lograban, pero no podían alcanzarla, así que volvían a comenzar. De nuevo quemaban, quemaban y quemaban, de nuevo hasta ese punto y nada que podían entrar en la verdad. Una vez más recomenzaban. Numerosas veces lo hicieron y fracasaron. Entonces llegó una gran ayuda. Un décimo erudito vino a acompañarlos. Ellos eran nueve, pero el décimo vino en su auxilio. Su nombre era Ayasya. Ayasya es un nombre muy famoso en el Veda, porque él fue en verdad un gran sabio. Los navagwas se convirtieron así en dashagwas. Esta es una famosa leyenda del Veda. Los nueve sabios se volvieron diez sabios. Y entonces aumentaron el periodo de su sacrificio. Hasta entonces ellos sólo estaban haciendo el sacrificio durante un determinado periodo, pero con la llegada de Ayasya recibieron un nuevo consejo, se les dijo que ese periodo durante el cual ellos ofrecían sacrificio no era suficiente. Al aumentar el periodo se produjo un descubrimiento. Vamos llegando entonces al tercer descubrimiento. El segundo descubrimiento había sido solamente el secreto del sacrificio, de quemarse uno mismo, avanzar, progresar y, luego, aceptar la ayuda de otro, eso también hace parte del descubrimiento. Y luego, con Ayasya, cuando aumentaron el periodo del sacrificio, ¿qué pasó? Ayasya se volvió universal, este fue el descubrimiento: que uno no puede descubrir la verdad a menos que se vuelva universal. Este fue el descubrimiento que hicieron. Ellos habían fallado todo el tiempo porque este punto de volverse universales les estaba faltando. De manera que Ayasya se volvió 64 universal y, habiéndolo hecho, hubo una elevación en la universalidad. Existen muchos planos de universalidad. Y luego ellos descubrieron turiyam swid. Esta es la palabra en sánscrito. Es una expresión muy importante en sánscrito la de este descubrimiento védico: turiyam swid. Swid significa aquel que es turiyam, el cuarto. Ellos descubrieron a aquel que es el cuarto. Como les dije, el lenguaje del Veda es algebraico. Así que “ese cuarto” es una expresión algebraica. ¿Cuál es “ese cuarto” que ellos descubrieron? El cuarto es algo que está por encima de los tres, los tres principios: materia, vida y mente. Estos tres ya se conocían, pero en ellos no hay verdad, hay una mezcla de verdad y falsedad. En la materia, la vida y la mente hay una mezcla de verdad y falsedad. Eso lo mantiene a uno dividido, constreñido. A menos que uno se vuelva universal, uno no se puede elevar por encima de esos tres elementos: el físico, el vital y el mental. En sánscrito hay nombres para cada uno de los tres: el físico es prithiwi... A quienes les parezca que las palabras en sánscrito son muy difíciles, no se preocupen, sólo las menciono para que las disfruten quienes saben algo de sánscrito. El físico se dice prithiwi, el vital es antariksha y el mental es dyau. El físico es el suelo que vemos, ese es prithiwi; antariksha es el ancho espacio que hay a nuestro alrededor y dyau es el cielo. Estas tres palabras se usan con frecuencia en el Veda. Sólo escalar de prithiwi a dyau ya es una gran escalada. No es fácil escalar, por eso el Veda habla con frecuencia incluso del viaje de prithiwi a dyau. Desde la Tierra hasta el cielo. Pero el cielo en realidad representa la mente. Subir del físico al mental es una escalada habitual, y aún así ya es toda una escalada. No obstante, es una subida común, y mientras uno siga escalando sólo hasta ese punto, uno fracasa, uno no llega a la verdad. Se necesita ayuda, otra ayuda, Ayasya debe venir y entonces uno incrementa el periodo de su sacrificio, luego se vuelve universal y así es como descubre “ese cuarto". Uno trasciende prithwi, antariksha y dyau, uno trasciende el físico, el vital y el mental. Y este fue el gran descubrimiento que el Veda celebra. Este cuarto es el más grandioso de los descubrimientos del Veda, se podría decir, uno de los más grandes —aún hay otros muy grandes, a los que ya llegaremos—, es por decirlo así un descubrimiento supremo, porque ellos hallaron que en “ese cuarto” no hay mezcla de falsedad en absoluto. En el cuerpo, la vida y la mente hay una mezcla de 65 verdad y falsedad, pero cuando uno va al cuarto, en “ese cuarto” no hay mezcla, sólo hay verdad y verdad y verdad no más, satyameva, nada más que la verdad. La más vasta, la más universal, sin la menor estrechez, sin la más mínima desviación. En el físico, el vital y el mental inferior hay todo tipo de torceduras. Cuando criticamos a otro y decimos: “Oh, esa persona es torcida”, no nos excluyamos. En tanto vivamos en el físico, el vital y el mental, todos estamos inmersos en un mundo torcido, y nuestra conciencia está torcida y vivimos de una manera torcida, pensamos de una manera torcida, siempre hay una especie de estrategia, queremos escapar de esto, escapar de aquello, obtener un beneficio aquí, tapar esto de aquí, permitir aquello, somos generosos, somos mezquinos, todas las mezclas todo el tiempo, y en esto todos somos iguales, no hay qué escoger. Pero allí uno llega a la verdadera cosa que hay para escoger, donde no hay nada más que la verdad. Este fue el gran descubrimiento. Mahaspanthah, la gran senda por fin se abrió cuando ellos descubrieron ese cuarto. Y en nuestra enumeración ese es el tercer descubrimiento del Veda. Sri Aurobindo le llamó a este tercer descubrimiento, a este descubrimiento de “ese cuarto”, el descubrimiento del plano Supramental. Es el descubrimiento de que por encima del plano Mental está el Supramental, y de que uno puede ascender hasta él, y puede entrar en él, y puede vivir en él. Allí, donde uno puede ser absolutamente franco. Rijuta, franqueza. También está relacionada con rita. Rijuta y rita están conectadas. Allí no existe nada más que lo correcto. Todo, todos los rayos de luz son rectos. Nada se desvía, ni se tuerce. ¿Ustedes han visto la flor a la que Madre denominó la flor de la acción supramental ? ¿Han visto esa flor? La flor de la acción supramental. Una especie de globo en el que hay muchas... Sí, hay muchas... todas rectas. Se puede decir que esa es una presentación simbólica del Supramental. Todo es recto, franco. Uno puede ir allí, uno puede vivir allí. Todo conocimiento se manifiesta allí. Uno no tiene que hacer ningún esfuerzo para conocer. Cualquier cosa que deba conocerse, se conoce inmediatamente, espontáneamente. Es casi 66 mágico. Si uno quiere saber esto, inmediatamente lo sabe. Nada está oculto, nada está escondido. Todo es luz resplandeciente. Esto que les estoy describiendo es el tercer descubrimiento. No es que en el Veda aparezca escrito: primer descubrimiento, segundo descubrimiento... Yo les estoy describiendo los descubrimientos que hicieron los rishis védicos y les estoy contando que fueron cinco descubrimientos básicos. Hicieron muchos descubrimientos, pero yo estoy tratando de contarles de forma resumida los cinco principales, y entre esos cinco descubrimientos, este es el tercero. El primero es el descubrimiento de la batalla, la batalla entre el bien y el mal, entre Dioses y Asuras. El segundo es el descubrimiento del sacrificio, el medio a través del cual uno puede ascender desde los niveles inferiores hasta los niveles superiores. El tercero es el descubrimiento del Supramental. Ese es un gran descubrimiento de los Vedas. De hecho, en los Vedas lo que suele celebrarse constantemente con gran alegría es el descubrimiento del Supramental. Toda oscuridad es destruida, tamah neshat. Toda oscuridad termina. Se puede decir definitivamente que toda oscuridad se acaba. El eterno Sol ha salido, y nunca se pondrá. Al principio sólo hay ushas. Usha quiere decir amanecer. Cuando uno está a punto de entrar en el Supramental, los primeros pasos son como cuando se está entrando a un amanecer. Es por ello que en el Veda se encuentran a veces descripciones tan bellas del amanecer —usha. Se ha ido nisha, se ha ido la noche, y usha ha llegado, la aurora ha llegado, y luego, gradualmente, uno se eleva y entra en el Supramental, donde el Sol nunca se pone, donde el Sol es imperecedero, donde todo conocimiento está disponible. Como resultado llegamos al cuarto descubrimiento. Ellos descubrieron que “ese cuarto” —lo que ahora, a la luz de Sri Aurobindo, llamamos el Supramental—, descubrieron que este Supramental es la acción universal de la realidad. La realidad última. Este mundo que nosotros vemos no es la realidad última. No es la primordial, no es la original. No es la causa de sí misma, es causada por otra, por algo más. Cualquier cosa que es causada por otra, no es última, no es causal. Es el resultado de una causa, y si esa causa es a su vez el resultado de otra causa, entonces hay que ir aún más atrás. Ustedes deben haber visto en muchas conversaciones entre una madre y su hijo cuando el niño sigue haciendo la 67 pregunta “¿por qué?”. La madre le da una respuesta y él pregunta: ¿Por qué? La madre le da una razón, y el niño pregunta por qué, entonces la madre vuelve y dice: “Está bien, esta es la respuesta”, entonces el niño pregunta otra vez por qué, y suele suceder que la madre se cansa y dice : “Ya no te voy a responder más”. Esto pasa con frecuencia porque nosotros mismos no hemos ido hasta la última instancia. De manera que no podemos responder “por qué”. Entonces decimos: “Porque así es”. Y allí termina la conversación. Pero si uno es un verdadero buscador de la verdad, uno en efecto busca por qué, el por qué último, el por qué final, después del cual ya no hay más preguntas. ¿Por qué? Porque es la causa de sí mismo. Lo que uno termina por encontrar es lo causal, aquello que es causa de sí mismo. En latín se le denomina “sui géneris”. Géneris significa el resultado, la causa que produce un resultado, y sui significa “sí mismo”. Si el resultado es producido por sí mismo, entonces ese es el final de la pesquisa. Es definitivo. De manera que habiendo alcanzado ese punto, habiendo visto el Supramental, descubrieron que detrás de él todavía hay algo más. Esa todavía no es la última instancia. Detrás del Supramental sigue habiendo otro “por qué”, porque el propio Supramental está precedido por una realidad última. Entonces, ese descubrimiento de la realidad última es lo que puede denominarse la máxima victoria de los rishis védicos. Sri Aurobindo dijo que los rishis védicos habían llegado a la más encumbrada realización, esas son las propias palabras de Sri Aurobindo, la realización más encumbrada, esa que no se puede sobrepasar. Porque si uno en verdad ha alcanzado la última instancia, ¿cómo puede sobrepasarla? Y ellos alcanzaron lo primordial, la realidad última en todo su esplendor. Ese es el más elevado descubrimiento que hicieron. En ese descubrimiento uno encuentra la explicación de todo lo demás, allí se encuentra la explicación de la Supramente, de la Mente, de la Vida, de la Materia, y de lo que se halla por debajo de la materia: la Inconsciencia. Uno encuentra todas las explicaciones cuando se percata de esa realidad última, de la más encumbrada realización. Ahora bien, ¿cómo describen esa realidad los Vedas? La llaman Ekam, Uno, Ekam sat, Uno que existe, que no puede desaparecer. Existe. Muchas de las cosas que vemos, existen durante algún tiempo y luego se desvanecen. La mayoría de las 68 cosas que vemos en el mundo son de este tipo. Vemos esta flor aquí, dentro de un tiempo se marchitará, y en su debido momento se convertirá en polvo, ya no seguirá siendo la flor. La mayoría de las cosas que vemos en el mundo, incluso si permanecen años y años, cien años, doscientos años, quinientos años, mil años, como las grandes montañas, incluso esas pueden ser borradas. Pero Esa Realidad Última no puede nunca, nunca, nunca ser borrada. En consecuencia ellos la describieron como shashwatam, eterna. Ekam sat shashwatam, la realidad una que es eterna. La vez pasada les conté una historia de Indra y Agastya. Hay una historia que ocurre entre Agastya e Indra. Agastya se llamaba un gran rishi, un gran sabio que estaba en busca de la verdad. Él quería conocer la realidad última, él quería convertirse en esa realidad, entonces estaba haciendo sacrificios, pero se dio cuenta de que estaba siendo obstruido. Ahora bien, normalmente es Vritra quien obstruye. Pero he ahí que descubrió que no era Vritra quien lo estaba obstruyendo, sino Indra, el Dios era quien lo estaba obstruyendo, el Dios benévolo era quien lo obstruía. Ya les dije la vez pasada qué significa Indra, les conté que Indra quiere decir inteligencia iluminada, aquel que tiene los mil ojos. Así que el de los mil ojos era quien estaba obstruyendo el camino de Agastya. De manera que Agastya se lamentó y dijo: “Oh Indra, yo soy tu hermano, yo soy tu amigo, ¿por qué me obstruyes?”. Entonces Indra le respondió —este es el diálogo entre Indra y Agastya; Sri Aurobindo describió este diálogo, que es muy corto, son sólo cinco versos, y luego hizo un comentario muy esclarecido sobre él, deberían leerlo algún día— así pues Indra, primero que todo, para mostrar que él no está obstruyendo, discute de inmediato sobre la realidad última. Indra dice: “Mira, tú te estás quejando, pero eso que tú buscas, yo lo conozco. Tú quieres la realidad última, y yo te estoy diciendo en este instante qué es la realidad última”. Desde el principio mismo, desde el primer verso, es una descripción de la realidad última: “Te estoy revelando qué es la realidad última”. Y dice: “No es ahora, ni es mañana”. Esta es la primera descripción de esa realidad. Tampoco será mañana; ni ayer, ni hoy, ni mañana. Esa es la primera expresión de la realidad última. Queriendo significar con ello que no es algo que fue ayer y no será hoy. Es algo que es na nunamasti na shwah, no es ahora, ni es mañana. Es eterna. Esta es la 69 primera descripción. Es eterna. Y luego dice: “¿Quién conoce eso que es Maravilloso?”, kastadveda yadadbhutam, “¿Quién conoce eso que es Maravilloso?”19. Y justo con la siguiente frase describe por qué es maravilloso. ¿Cómo describir una realidad maravillosa? Es una y sin embargo se mueve en otra. Es una —junto a ella no hay otra— y no obstante es tal esta realidad que tiene movimiento en otra. Es una frase muy difícil de entender. Una realidad que tiene movimiento en otra. Anyasya chittamabhi samcharenyam. Es una que tiene movimiento, abhisamcharenyam, que tiene movimiento, eso que tiene samchar, que se mueve. ¿En qué? Anyasya chittam, esa otra es conciencia. Ella es existencia en sí misma. Pero esa otra es conciencia. Hay una diferencia entre existencia y conciencia; ambas son una sola, y no obstante se puede distinguir entre existencia y conciencia. Es por ello que es adbhutam, es maravilloso, algo que uno no puede captar. Eso que es uno y aún así distinto de sí mismo, tal es esa realidad. La realidad es realmente esa. Es ella misma y no obstante difiere de sí misma. Existe, es existencia, también es conciencia, y hay una diferencia entre existencia y conciencia. Y es en la conciencia que tiene movimiento. En la existencia no se mueve. Se mueve, no se mueve, por lo tanto es adbhutam, es extraño. Eso que no se mueve y sin embargo se mueve. Por ende es muy extraño. Ustedes preguntan con frecuencia: “¿Qué dice aquí?”. De hecho, algunas personas que no entienden las profundidades de la realidad descartarán esto, diciendo que fue escrito por alguien que no entendía, por hombres primitivos, por bárbaros. Solamente ahora, en la física reciente... ustedes saben que ahora los físicos han descubierto que cuando uno va, no a la realidad última, sino cuando uno desciende hasta la materia, que es mucho más visible, uno descubre que este visible se vuelve invisible. Si uno desciende hasta la materia, si uno baja y baja y baja, llega al átomo. El átomo no es físicamente visible, pero el átomo existe. No sólo eso, ellos siguieron penetrando la materia, y hallaron en el átomo que esta materia... que hay una estructura gigante, hay un núcleo, hay un protón, hay un electrón. En ese pequeño átomo. Y luego, hay una especie de movimiento sistemático. Los electrones se están moviendo constantemente alrededor. Y luego 19 N.d.T.: Sri Aurobindo lo traduce al inglés como: «It is not now, nor is It tomorrow; who knoweth that which is Supreme and Wonderful? It has motion and action in the consciousness of another, but when It is approached by the thought, It vanishes», Rig Veda I.170. 70 descubrieron que allí hay otros 250 y pico de elementos. Entonces llegaron a la conclusión (esta es la más reciente), ¿cuál es la naturaleza de eso, es una partícula o es una onda? ¿Conocen ustedes la diferencia entre partícula y onda? ¿Qué es partícula? Partícula es... si ustedes cogen arena, un grano, una pizca, ustedes aún sienten algo sólido, algo de solidez se le siente en alguna parte. Ahora bien, vean la onda —ustedes han visto las ondas del océano—, las ondas son algo que uno no puede apresar, ese es su distintivo. Una partícula puede asirse, es algo sólido. La onda es algo no sólido. Se mueve. Uno trata de agarrar el agua con la mano, y no se puede agarrar, se desliza, es una onda. Entonces la pregunta es: esta partícula que es la partícula más diminuta del átomo, ¿es una partícula o es una onda? Esta pregunta surgió hace algunas décadas. Y ahora la respuesta que dan los científicos es que se trata de ambas, que es una partícula y una onda. Es algo que se parece a sí mismo y no obstante es algo que difiere de sí mismo. De manera que en lo que se refiere a la realidad de la materia, los físicos modernos están actualmente hablando el lenguaje de los rishis védicos. Los rishis védicos dijeron: es sí misma, y no obstante tiene un movimiento en la otra. La partícula permanece inmóvil. La onda se mueve. Tiene un movimiento en la otra. Pero se dice que es esta mismísima partícula la que es una onda. No es que haya dos cosas, que haya una onda y una partícula, no, aquello que en sí mismo es una partícula es también una onda. Tal es el descubrimiento de los físicos modernos. A la luz de todo esto, ahora podemos pensar y entender que los rishis védicos eran muy, muy, muy sabios, tan iluminados que tuvieron el coraje de decirlo —sabían que las personas no entenderían fácilmente, que ni siquiera aceptarían eso que ellos estaban diciendo. Pues bien, Indra dice: “Es adbhutam, es extraña. Es muy maravillosa. Lo que te voy a decir, ni siquiera lo vas a entender con facilidad. Es esa que siendo una misma se mueve en otra, no habiendo otra. Solamente hay una. La realidad sólo es una. Es ESO que se mueve en lo otro”. Y finalmente dice: utadhitam vinashyati, si tratas de concebirlo, se desvanece. No se puede concebir. No se puede captar mediante el pensamiento. De manera que Indra le dijo a Agastya: “Mira, estás tratando de descubrir la Realidad por medio de tu mente. Estás haciendo un gran esfuerzo, pensando y pensando, pero esa Realidad no se puede concebir. No la puedes captar a través del pensamiento, 71 porque es adbhutam, es extraña, es maravillosa. Es algo que es y que no es, es eso que se diferencia de sí mismo. Es ella, y sin embargo es distinta. Es estática, y aún así tiene movimiento en la conciencia. Tal es la Realidad. Si piensas —dice Indra— ahora sólo estás tratando de tener poder mental, mediante el cual intentas entender. Yo soy mente iluminada. Con mis mil ojos, he visto, porque yo he ido más allá de la mente. Por lo tanto debes llegar a mí. Tú estás intentando sobrepasarme, pasar por encima mío, yo no te intereso. En consecuencia yo obstaculizo. No es que yo quiera obstaculizarte. Yo me yergo delante de ti. Estoy obstruyendo, ¿por qué? Porque estás tratando de alcanzar esa Realidad a través de tu mente. Pero tú debes venir a mí. Yo no soy la mente. Yo estoy más allá de la mente. No es que yo sea la supramente. Yo no soy turiyam swid, ese cuarto. Tampoco soy esa Realidad. Pero tengo mil ojos. Y por lo tanto conozco esa Realidad muy bien. De manera que quiero que vengas a mí”. (Quizás parezca egoísta). E Indra dice: “Adórame”. Y eso significa: “Ofrécete a mí, ven a mí, soy como un guía para ti, soy tu ayuda, nunca alcanzarás esa Realidad si no vienes a mí, porque yo soy la puerta de entrada. Tienes que pasar por mí. Sin mí, ¿cómo puedes llegar hasta allá?”. Y continúa diciéndole a Agastya: “Tú pretendes ser mi amigo y mi hermano, pero no me miras. Así que mírame. Ofréndame sacrificio, es decir, quémate, consume tu mente y todo lo demás. Quémalo, asciende, viaja. No puedes alcanzar esa Realidad a menos que hagas un sacrificio. Y hacer un sacrificio significa distribuirte. No puedes hacer un sacrificio sin distribuirte. Tú quieres ir directo, sin distribuirte, sin verterte. Tú no sabes cómo hacer un sacrificio”. (A medida que les hablo, yo me estoy distribuyendo, es como si me estuviera difundiendo, me estoy vertiendo, les estoy contando todo lo que he leído, todo lo que he estudiado. Distribuirme es un sacrificio. Es una quema. Un esfuerzo que se hace, un viaje de subida). Entonces Indra le dice a Agastya: “Tú sólo quieres ir a la Realidad sin distribuirte. Distribúyete, expándete, entrégate, haz un sacrificio. Yo estoy allí, así que luego vienes a mí, y yo te llevaré a esa Realidad”. Este es el camino que el Veda le entrega a cualquiera que desee conocer esa Realidad última. Ahora volvamos sobre esa Realidad última. Esa sólo era una historia que les conté. Pero ahora veamos esa Realidad última. Así que repasemos: el primer 72 descubrimiento fue el de la batalla, la batalla no sólo entre las criaturas visibles, sino también entre las invisible. El segundo descubrimiento fue el del sacrificio. El tercer descubrimiento fue el de “ese cuarto”, turiyam swid, el de la supramente. El cuarto descubrimiento fue el de la Realidad última, por encima del más allá , esa que está más allá del más allá. La última. La final. Esa Realidad final que es una sin segunda. Ekam sat. Y aún así no es simple. Es simple-­‐compleja. Esas son palabras de Sri Aurobindo. Esa realidad no es simple, es simple-­‐compleja. Es simultáneamente ella misma y otra distinta de ella. En el Veda tenemos para eso dos nombres, el nombre de “esa” y el nombre de “la otra” que es distinta de esa. “Esa” se denomina en lenguaje algebraico “el toro”. Si leen el Veda, se toparán con frecuencia con el toro. Pero siempre significa “esa”. La otra, que también es la misma, es dhenu, la vaca. Esta es una de las descripciones. La otra descripción es Él, el Supremo. En el Veda se le dan muchos nombres. Él es el hiranyagarbha, el huevo de oro, del que todo proviene, del que se origina el mundo entero, todo cuanto vemos. Él es Prajapati, el padre de todas las criaturas. Pero aparte de Prajapati, hay otro que se conoce como Aditi. Aditi es el nombre que me gustaría que recordaran. Aditi es la madre primera y original. Es decir, la realidad original es el padre, y la madre no es distinta del padre, padre y madre son uno, y sin embargo la madre es distinta del padre. Esa Aditi es la madre suprema, la madre original, y aunque la realidad original es la misma Aditi, hay una relación entre ambas. Es por ello que es simple-­‐ compleja. Simple quiere decir aquello que no tiene relación en sí. Ese es el significado de simple, quiere decir que no hay relación en él. Cuando decimos que es complejo, significa que hay relaciones internas. Ese es el significado de complejo. Es simple-­‐complejo. No tiene relación, y sin embargo tiene relaciones. Es simple-­‐ complejo. Aditi es aquella de la que todo se origina. Eso quiere decir que el Supremo puede existir sin que halla creación. Y no obstante hay creación, esa creación puede surgir sólo de Él como Aditi. Él mismo es Aditi. Él, sin creación, es Él. Él, con creación, es Él que es Aditi. Es así como uno puede entender esta relación. Si uno no conoce a Aditi, no puede entender cómo se manifestó el mundo entero. Este es el cuarto descubrimiento y ya no cargaré más sus mentes con muchos más detalles, pero esto es simple. Lo que acabo de decirles es muy simple y es algo que no resulta tan difícil de comprender. 73 Y llegamos al quinto descubrimiento, pero de ese nos ocuparemos la próxima vez. ¿Está bien? Porque, debo decirles, el quinto descubrimiento es un descubrimiento muy extenso. Nos tomará mucho tiempo. Pero si hasta aquí tienen alguna pregunta, están en libertad de formularla. No los adultos, sólo los niños. A los adultos no se les permite hacer preguntas. Es porque yo sólo soy... Las preguntas sólo deben ser formuladas por los niños. Pregunta: Aquí hay una pregunta. Ellos están haciendo una obra tomada de las historias del Purana. Vishwamitra es un gran sabio y uno de los autores del Veda. ¿Por qué juega un papel igual al de los humanos? Esa es una historia entre Vishwamitra y Vasishtha. Kireet Joshi: ¿En verdad? Aquí hay una pregunta. Vishwamitra es un gran sabio. Y todo el tercer capítulo del Rig Veda se atribuye a Vishwamitra. Parece que hay una historia a partir de la cual se está ensayando una obra entre ustedes, y en la que hay un conflicto entre Vasishtha y Vishwamitra. ¿Correcto? Entonces la pregunta es que, si Vishwmitra es tan grandioso, por qué tiene una pelea con Vasishtha. Esa es la pregunta. La historia con que ustedes se están confrontando ahora, la historia que ustedes están ensayando, es una historia de Vishwamitra antes de que se volviera un sabio tan grande. Él se volvió un gran sabio, pero antes de volverse un gran sabio, él no era un gran sabio. Así que ese es el por qué. Y Vasishtha ya era un gran sabio. De manera que él se estaba peleando con alguien que en efecto era un gran sabio. Él era un gran sabio, pero no era un muy gran sabio. Ustedes saben, en India hay muchos niveles de desarrollo. El más alto nivel de desarrollo se denomina Brahmarishi. Es un rishi que es Brahma, que está en posesión del conocimiento más elevado. Hay un grado inferior que es el grado de rajarishi. ¿Qué es un rajarishi? También es un rishi, también es un aspirante, también es una especie de sabio, pero no es Brahmarishi, es rajarishi. ¿Qué es rajarishi? Rajarishi es un rey que quiere convertirse en sabio. Y en la India, un rey es inferior a un hombre de conocimiento. Aquel que conoce es el más elevado. Quien sólo es rey puede gobernar, puede exigir orden, puede pelear, puede proteger a la gente, pero conocer la Realidad última, conocer la creación, conocer a Brahman y Aditi, todo 74 ese conocimiento, él no lo posee. Y con frecuencia un rajarishi está marcado por un temperamento de rabia, lo que se denomina una gran impetuosidad. Está sujeto a los impulsos. Uno actúa basado en impulsos, no en el pensamiento, no en el conocimiento. Un hombre sabio es aquel que se sienta quedamente y, a pesar de la gran tormenta, permanece estable. El rajarishi no es como aquel que se mueve y que no se mueve. Ese es el distintivo de un verdadero Brahmarishi. Él puede actuar, actuar maravillosamente, poderosamente, y aún así siempre está tranquilo. La quietud y el poder, ambos se combinan en un Brahmarishi. Pero en un rajarishi, aún no se han conjugado. Cuando él está tranquilo, no hay fuerza. Cuando hay fuerza, no hay tranquilidad. Hay una división entre ambos. De manera que Vishwamitra, antes de convertirse en un eminente sabio, era así. Y es por eso que se opuso a Vasishtha, porque quiso que Vasishtha lo nombrara Brahmarishi cuando no lo era. Quiso que lo elevaran de grado cuando en realidad aún era un rajarishi, no un Brahmarishi. Vasishtha era un hombre de verdadera sabiduría. Él le dijo: “No te llamaré con un nombre equivocado. No siendo un Brahmarishi, no te llamaré Brahmarishi. Te llamaré rajarishi”. Y Vishwamitra se fue enfureciendo. “¿Por qué no me llamas Brahmarishi?”, era su pregunta central. Y se puso muy furioso. Así que esa fue la razón del conflicto y de la pelea entre Vishwamitra y Vasishtha. Ahora bien, Vasishtha sabía que aunque Vishwamitra era rajarishi en ese momento, tenía un gran potencial. Que él podía convertirse en un Brahmarishi cualquier día, siempre y cuando se volviera humilde. En ese momento era orgulloso, egoísta, vano, quería que la falsedad se enunciara como verdad. Siendo un rajarishi, quería ser llamado Brahmarishi. Pero Vasishta sabía que un día podría convertirse Brahmarishi. Si ustedes han escuchado la historia completa, sabrán que un día llegó Vishwamitra... —yo quería que Deepti les contara esta historia, pero ahora están escatimando esa oportunidad, ¿qué puedo hacer?—, un día Vishwamitra llegó a la casa de Vasishtha decidido a destruirlo. Esa era su intención, que ahora lo mataría. Porque Vasishtha no respondía a sus exigencias. Él quería ser Brahmarishi y Vasishtha no aceptaba llamarlo así. De manera que se paró en la puerta y estaba a punto de entrar, cuando escuchó una conversación entre Vasishtha y su esposa. Y Vasishtha estaba alabando a Vishwamitra y diciéndole a su esposa: “Él es muy 75 grande en verdad. Yo soy muy amable con él en realidad”. Y la mujer estaba sorprendida. Ella le respondió: “Aunque ha destruido a tantos de tu progenie, todo, ¿aún así lo alabas?”. Y él le respondió: “No, él está completamente en el umbral. Él está a punto de volverse Brahmarishi. Y yo no quiero que él sea lastimado. Tan pronto como se libre del orgullo y del egoísmo, será Brahmarishi”. De manera que, cuando Vishwamitra escuchó esto —él estaba afuera, él oyó a Vasishtha— toda su rabia se desvaneció. Se percató de que en realidad Vasishtha no tenía ningún prejuicio en contra suya. De manera que entró de inmediato. Y en lugar de matar a Vasishtha, fue directo hacia él y cayó a sus pies. Entonces Vasishtha dijo: “O Brahmarishi, ¡levántate!”. ¡El orgullo de Vishwamitra se había ido! Y en ese instante se convirtió en Brahmarishi. Abandonó su orgullo y egoísmo, toda su rabia cesó, y fue así como se volvió Brahmarishi. Desde entonces, se transformó en un gran sabio. Y el tercer capítulo del cual es autor es lo que él escribió después de eso. ¿Está bien? ¿Tienen alguna otra pregunta? ¿Ustedes recuerdan ahora esas cuatro verdades que fueron descubiertas? La batalla, el sacrificio, la supramente y la Realidad última. ¿Sí? Cuatro descubrimientos. Al final les preguntaré por los cinco descubrimientos. Y ustedes me dirán todos los cinco descubrimientos. Entonces recuérdenlos. Los vuelvo a repetir, de nuevo, otra vez: batalla, sacrificio, supramente, Realidad última. El quinto, ese no se los he dicho aún. ¿De acuerdo? Pregunta: Esta es acerca del año 2000. Ellos quieren saber si hay algo significativo. El mundo entero parece estar enfocado en el año 2000. ¿Hay algo en esa idea? Kireet Joshi: Ustedes saben que hay una ciencia del tiempo, y desde el punto de vista védico uno no puede decir que no sea significativo. Hay una relevancia. No sólo el 2000, sino cada año tiene un significado. Pero cuando toda la humanidad está aferrada a un momento, eso tiene un sentido muy amplio. Hay sentidos que son locales, que son personales, que son regionales. Pero cuando el mundo entero está pendiente de un determinado momento, eso tiene un sentido muy amplio. Un sentido universal. Marca algo muy definitivo. ¿Qué es eso definitivo? El mundo entero hoy en día se ha vuelto muy consciente. Ha empezado a visualizar el 76 futuro. Hay tantos artículos, ustedes deben haberlos visto, sobre el tercer milenio. ¿Qué va a suceder en el tercer milenio? También nos preguntamos: ¿Qué hicimos durante el segundo milenio? Si uno hace un recuento del segundo milenio en su totalidad, eso también es muy significativo. Si uno compara lo que la humanidad consiguió en los primeros mil años con lo que ha conseguido en estos segundos mil años, entonces uno puede ver que ha habido un cambio tremendo. En 1972, en el mes de noviembre, Madre me dio un mensaje. Ella lo había escrito y cuando fui a verla me dio el pedazo de papel y me dijo: “Léelo”20. En La agenda de Madre, en el año 1972, encontrarán que hay una nota a pie de página con este mensaje, los términos exactos no creo ser capaz de repetirlos, pero si ustedes quieren conocer palabra por palabra pueden consultar allí la conversación que tuvo lugar entre Madre y yo cuando el Dalai Lama vino a ver a Madre. Él vino el 18 de enero de 1973. De manera que si ustedes buscan esta conversación21, hay un apéndice a esta conversación del 18 de enero de 1973, un apéndice con el recuento de las preguntas que el Dalai Lama le formuló a Madre; yo anoté las preguntas del Dalai Lama a Madre y Madre me dictó las respuestas que ella le dio. Y una de las preguntas del Dalai Lama fue así: hoy en día hay una cierta cantidad de buena voluntad y de sinceridad en el mundo, pero no es suficiente. ¿Hay alguna esperanza en este mundo? Porque hay buena voluntad y sinceridad, pero no son suficientes. Entonces, con esa poca buena voluntad y sinceridad, ¿podemos en realidad tener una esperanza efectiva para el futuro? Ese fue el sentido de la pregunta. Les repito que no estoy citando las preguntas ni las respuestas exactas. Para eso tendrían que leer el texto. Entonces Madre dijo: “Habrá”. Es decir, la Victoria sin duda va a suceder. Esta es la garantía absoluta que Madre dio, pero si más y más personas son sinceras, si más y más personas tienen buena voluntad, va a llegar más rápido. Pero de que será, no hay duda. Sucederá. Y Madre dijo: “Si la supramente empieza a trabajar más y más poderosamente, entonces sucederá más pronto”. Entonces yo le pregunté a Madre: “Pero Madre, la supramente ya está trabajando poderosamente, ¿no es así?”. Esa fue la pregunta que le hice a 20 N.d.T.: Mensaje de Madre del 26 de noviembre de 1972: «Antes de morir, la falsedad se alza en toda su potencia. Pero las gentes sólo comprenden la lección de la catástrofe. ¿Hará falta que esta llegue para que abran sus ojos a la Verdad? Les pido un esfuerzo a todos para que eso no sea necesario. Sólo la Verdad puede salvarnos: la verdad en las palabras, la verdad en la acción, la verdad en la voluntad, la verdad en los sentimientos». 21 N.d.T.: Al final de esta conferencia se reproduce íntegramente el texto del día referido tal como aparece en La agenda de Madre. 77 Madre. Y ella dijo: “Sí, así es, pero yo ya te había dado el mensaje”. Ella me había dado el mensaje en el mes de noviembre, hacia finales de noviembre, y el texto de ese mensaje se reproduce en ese momento en La agenda. Si leen La agenda de esa fecha, las preguntas del Dalai Lama a Madre, encontrarán ese mensaje en la nota a pie de página. El mensaje decía: “Antes de morir, la falsedad se alza en toda su potencia”. Es decir, ella dio la etapa exacta a la que habíamos llegado en el movimiento del mundo, en la progresión del mundo. Esa falsedad estaba a punto de morir, esa era la etapa, pero antes de morir estaba en su máximo apogeo. “Así que en este momento... —dijo Madre— no ha habido una etapa en la historia del mundo en que la falsedad haya sido tan intensa como en este momento”. Era enero de 1973. Y añadió: “Las personas están diciendo mentiras automáticamente. Como por costumbre, ni siquiera intencionalmente. Decir una mentira es algo que le está sucediendo automáticamente a las personas. Tal es la situación hoy en día”. De manera que eso era en 1973. Ahora bien, ustedes formulan la pregunta sobre el año 2000. Mi propia perspectiva es que entre 1973 y 2000, la falsedad se ha alzado en toda su potencia, ha hecho lo máximo que ha podido por destruir todo lo que es verdadero y bueno en el mundo. Y esa batalla ha dado un giro hacia una etapa en la que la verdad es arrolladora. De manera que a mi parecer, el 2000 representa ese momento en que la falsedad está en declive, por así decir. En la lucha, hasta ahora la Verdad estaba en el piso y la falsedad encima suyo, haciendo todo lo posible por estrangularla. Ahora se ha alcanzado una etapa (este es mi personal parecer), y creo que el 2000 marca un punto en el que la Verdad está arrollando a la falsedad. De manera que es muy significativo. Podemos esperar que, ahora, quien quiera aferrarse a la verdad tendrá muchas más opciones de victoria y de supervivencia. Es así como veo el 2000. A mi parecer esta es la relevancia del 2000. ¿Está bien? Gracias. 78 Inserto 3 Tomado de La agenda de Madre, de Satprem «20 de enero de 1973 (El 18 de enero, Madre recibió al Dalai Lama. Tengamos en cuenta que desde hacía mucho tiempo Madre había acogido a un cierto número de refugiados tibetanos en el ashram y en Auroville). Madre: ¿No tienes nada qué decir? Satprem: Tendría curiosidad de saber lo que sentiste con el Dalai Lama. Madre: Un hombre verdaderamente bondadoso. Tú sabes, la bondad búdica, él la practica maravillosamente. Parece no tener ningún... ningún selfishness22 (no hay un término en francés). Es decir, una preocupación constante por hacer lo verdadero. (silencio) Muy activo [mentalmente] —no hubo mucho contacto profundo. Voilà. Pero según lo que me han dicho, estaba contento con su visita. ¿Escuchaste eso? Satprem: Sí, dijeron que estaba contento. Madre: ¿Tú no lo viste? Satprem: No, dulce Madre, no23. Madre: Es un hombre joven... Pero yo lo había visto en “sueño”, hace unos meses. ¡Ajá! ¿Nos habíamos encontrado? —¿por qué? No sé. Muy bondadoso, muy bondadoso. Me dijeron algo (no sé si es cierto), que el había dicho: “Sri Aurobindo y Madre son las personalidades más importantes del mundo actualmente”. No sé si es cierto. Parece que estuvo contento con su visita. Estaba muy contento con la Escuela y los alumnos. Pero del plano en el que yo vivo... él parece no estar muy consciente ALLÍ... Pero no sé. No sé, en todo caso su personalidad no es molesta en absoluto, en absoluto: él no se impone. 22 Nada de egoísmo. No nos gustan las multitudes, y todo el ashram estaba al asalto. De hecho, el Dalai Lama había expresado el deseo de ver a Madre a solas, pero literalmente se le pegaron los dignatarios del ashram, que se quedaron en la habitación durante toda la entrevista. En esas condiciones, difícilmente podía haber “contacto profundo”. 23 79 Tuve la impresión de un hombre muy fuerte, muy fuerte. Y armoniosamente fuerte; ¿no?, su brazo derecho estaba desnudo, y él daba la impresión de una gran fuerza tranquila. Pero... no tuve mucho contacto profundo... No sé. Voilà. Satprem: Y en cuanto al Tíbet, ¿viste alguna cosa, viste algo en relación con este país? Madre: Le dije que el Tíbet sería de nuevo independiente. Él me preguntó cuándo. Le dije: “No sé”24. La idea de Sri Aurobindo era un Tíbet independiente y una especie de gran federación con la India. ¿Pero para cuándo? No sé. El Tíbet estaba encerrado en un tantrismo inferior, y probablemente los chinos vinieron para librarlos de ese encierro... Satprem: Sí... en su tantrismo inferior. Y cuando hayan (desgraciadamente con muchos estragos) limpiado, ¿quizás podrán volverse libres? [Madre aprueba con la cabeza] Madre: Él me dio esto [Madre extiende un Buda tibetano en cuero]. Es un Buda. ¿Hay cosas escritas ahí (bajo la estatua)? Satprem: Sí, dulce Madre, hay dibujos. Creo que es tibetano. Madre: Está bien. Sí, él tiene buena cara. (silencio) ¿Tú no lo viste? Satprem: No, dulce Madre. Sólo he visto fotos. Él me da la impresión de algo semejante a Pavitra. Madre: ¡Ajá! Sí: de la misma “línea”, si tú quieres25. *** APÉNDICE (Reseña de la visita del Dalai Lama. Las preguntas del Dalai Lama se le formularon indirectamente a Madre a través de Kireet, secretario del Centro Universitario, quien le transmitió al Dalai Lama las respuesta de Madre) 24 Madre respondió: «Todo dependerá de la receptividad del mundo a la conciencia supramental». Publicamos en un “Apéndice” la reseña de las preguntas del Dalai Lama y las respuestas de Madre. 25 Existe una grabación de esta conversación. 80 (Dalai Lama:) Mi sueño es ver el desarrollo económico perfecto del Tíbet, su organización perfecta y la eficacia que uno observa en el comunismo, pero fundados y establecidos sobre las cualidades búdicas de la Compasión y del Amor; así los hombres en el poder no caerán en la corrupción. ¿Qué piensa Madre de este sueño? ¿Es que una cosa semejante se realizará en el Tíbet? Madre: No es un sueño. Así será, por supuesto. Pero el tiempo que tomará, no sé. Es un poco como lo que ha dicho Sri Aurobindo a propósito del Supramental. La Verdad, el Amor, la Compasión formarán la base de la nueva creación. No es el nacimiento, sino el valor de los hombres, el que debe otorgar el derecho a ejercer el poder. Si la enseñanza de Sri Aurobindo puede expandirse por el mundo y si el Supramental se manifiesta plenamente, entonces el Supramental será el poder liberador del Tíbet. Es inevitable que eso ocurra, ocurrirá; porque si sigue como ahora, le tomará cientos de años. Pero si el Supramental se manifiesta, puede ocurrir pronto. “Pronto” no quiere decir diez o veinte años –eso sería casi milagroso. Kireet: Pero ahora el Supramental trabaja muy poderosamente. Madre: Seguro que trabaja. Se manifestará con una potencia suficiente cuando sean las verdaderas personas quienes tengan el poder. Por el momento, parece que la oposición y la mentira atacan con todas sus fuerzas antes de morir. ¡Nunca, nunca los hombres han mentido tanto como ahora! Se diría que la vieja costumbre les llega espontáneamente. Pero eso hay que romperlo. Se podría decir que estamos en un momento muy desagradable de la historia de la Tierra. Es interesante, porque la Acción es muy potente, pero no se puede decir que sea agradable. Pero yo ya les dije eso —lo escribí26. Kireet: Sí, Madre, usted entregó un mensaje. (Dalai Lama:) En cuanto a mí, no tengo ningún deseo de quedarme en el poder en un gobierno. Siento que el gobierno implica toda suerte de conflictos de partidos y uno está obligado a tomar partido a favor de uno y en contra de otro... Madre: Se puede gobernar sin tomar partido. Es el error de todos los gobiernos: reducen enormemente su capacidad. Pero más allá del Mental hay una conciencia más elevada y más profunda —allí encontrarían una conciencia que sería capaz de utilizar todas las capacidades. La cuestión es tener una conciencia lo 26 Mensaje del 26 de noviembre de 1972: «Antes de morir, la falsedad se alza en toda su potencia. Pero las gentes sólo comprenden la lección de la catástrofe. ¿Hará falta que esta llegue para que abran sus ojos a la Verdad? Les pido un esfuerzo a todos para que eso no sea necesario. Sólo la Verdad puede salvarnos: la verdad en las palabras, la verdad en la acción, la verdad en la voluntad, la verdad en los sentimientos». 81 suficientemente amplia para que la capacidad de cada quien sea puesta en su lugar con el fin de hacer una armonía general. (Dalai Lama:) Hay buena voluntad, hay sinceridad en todos los pueblos del mundo, pero esa voluntad y esa sinceridad no son muy grandes. ¿Tendrán la suficiente influencia como para cambiar las condiciones del mundo? Madre: Es obligatorio que cambie, es obligatorio. Sólo que, si las personas son sinceras, tomará menos tiempo. Sucederá más pronto si las personas son sinceras. El primer paso indispensable es detener toda esta mentira. La mentira, eso es todo lo que contradice en nosotros la Presencia del Divino». 82 Conferencia 5 Ya tratamos sobre los cuatro descubrimientos de los Vedas. El primero fue que la vida y el mundo eran una batalla, en la que participan no sólo criaturas vivas, nuestros compañeros, sino también fuerzas invisibles, compuestas de fuerzas benignas y adversas. El segundo fue que el sacrificio es la forma mediante la cual uno puede progresar en la batalla hacia la victoria. El tercero descubrimiento fue turiyam svid, el descubrimiento del Supramental. Y el cuarto fue el descubrimiento de eso “Uno que es extraño y maravilloso”, de esa Realidad que es Una y a la vez distinta de sí misma, que es un movimiento de sí misma en otra conciencia. Así que llegamos ahora al quinto descubrimiento. El quinto es mucho más complejo que todos los anteriores; consiste en muchas partes. El cuarto descubrimiento es el descubrimiento del Uno que es simple y complejo, “eso que es maravilloso” es quizás la realización más encumbrada y nunca ha sido sobrepasada en la historia del mundo. Pero como resultado de esta realización, los rishis védicos adquirieron un conocimiento muy vasto del origen de las cosas, del origen y del propósito del mundo, del origen del individuo, y de los medios a través de los cuales un individuo puede adquirir el mismo conocimiento que ellos mismos habían obtenido. No se trata de un conocimiento destinado sólo a unos cuantos individuos, sino de un conocimiento que se le puede entregar a todos de acuerdo con sus necesidades, su desarrollo y su capacidad para recibirlo. Es un conocimiento que se puede transmitir, siempre y cuando se cumplan ciertos requisitos. Ahora revisemos esto punto por punto. Ellos consideraron el origen de las cosas, del mundo, de los individuos, ¿y que respuesta le dieron a estos interrogantes? Descubrieron que el origen del mundo fue una manifestación de Gozo. En la raíz del mundo está el Gozo, está el Deleite. Es un descubrimiento muy importante, porque muchas personas en el mundo creen que el origen del mundo fue el deseo, no el gozo. Pero los rishis védicos descubrieron que el deseo no está en la raíz del mundo, sino el gozo, una plenitud. Ustedes saben, hay una diferencia entre un trabajo impelido por el deseo y el trabajo que es resultado de la plenitud. 83 Cuando estás totalmente satisfecho, hay un gozo; el gozo y la satisfacción están interconectados. Para usar un ejemplo mundano: no sé si ustedes han visto una película llamada “My Fair Lady”. Es una bella película que narra la historia de una chica que vende flores, y que llama la atención de un profesor de idiomas, el profesor Higgins. Tras escuchar a la chica hablando un inglés matador, él hace una apuesta con un amigo; le dice: “Esta chica puede dominar el inglés en seis meses”. Entonces ella viene a casa del profesor Higgins, quien la acepta como alumna y empieza a enseñarle. Ruedan muchas lágrimas durante el proceso de aprendizaje, al menos del aprendizaje de la pronunciación, y en últimas, un buen día, después de mucho trabajo, de repente ella es capaz de pronunciar hermosamente una línea en inglés. Se puede decir que ese es el día en que ella queda satisfecha, y entonces canta y la canción dice que podría bailar y bailar durante toda la noche. Es una danza de gozo, no de deseo; hay una plenitud en ella. Ella acaba de dominar una frase que antes le resultaba tan difícil de pronunciar, y debido a esa maestría hay una llenura en su ser, ella está absolutamente embargada por la alegría, por el éxtasis. En ese éxtasis ella baila. Es un baile de gozo, no de deseo. Ahora bien, este mundo también es una danza, una danza de la Realidad. En un periodo posterior, en la India se le dio a esta danza un gran significado, y por lo tanto surgió el concepto del mundo como una danza de Shiva (ustedes deben haber visto estatuas de Nataraj en pose de danza), pero en la raíz de esa danza está el descubrimiento hecho por los rishis védicos según el cual este mundo es una manifestación de la plenitud del ser. No es que la Realidad necesite manifestarse. No hay el deseo de manifestarse, porque el deseo es una condición en la que intentas agarrar eso que no tienes; el deseo no parte de la llenura sino de la carencia, de la gana, de alguna deficiencia. La actividad de la Realidad no es de este tipo. La Realidad es plena, perfecta, no hay deficiencia en ella, pero en esa satisfacción hay una actividad espontánea. Porque está plena puede entregarse plenamente, no para echar mano de algo que no posee, no es un movimiento hacia afuera para agarrar lo externo y atraerlo hacía sí, sino para verter su completitud de adentro hacia afuera lo más perfectamente posible. Ahora bien, la palabra manifestación es muy importante. El mundo es una manifestación. Uno sólo puede manifestar lo que tiene, lo que está dentro, así que 84 los rishis védicos conciben el mundo como una manifestación. Incluso la palabra creación no lo expresa suficientemente. Creación podría significar que algo no está allí y que ahora tú lo estás creando, y ese no es el concepto. La idea es que lo que ya está dentro de la Realidad se manifiesta. Junto con este, hay otro concepto, llamado tapas. Es una palabra sánscrita que significa “fuerza de concentración”. Esta fuerza de concentración puede ser interior, pero también puede volcarse hacia el exterior. De manera que esta manifestación es mediante la fuerza de tapas; el mundo entero es una manifestación de tapas, la fuerza de concentración. Hay un verso muy importante en el Rig Veda, del que se dice que si uno puede recitarlo y entenderlo apropiadamente, uno puede librarse de todas las dificultades. Si uno conoce el origen del mundo verdaderamente, entonces a uno sólo le queda gozo, toda pena se desvanece. Así que empieza por decir cuál es el origen de las cosas: tapasah adhyajayata, “el mundo entero surgió de tapas”. Ajayata significa nacido, manifiesto; tapasah de tapas. Y la primera cosa que surgió de tapas, el origen de las cosas, fue ritam cha satyam, “la Verdad y lo Correcto”. En otras palabras, la primera cosa que se manifestó fue la supramente. Satyam, ritam, brihat estas tres palabras son la fórmula de la supramente en los Vedas. Donde quiera que ustedes se crucen con estas tres palabras en los Vedas, hacen referencia a la supramente. De manera que la primera cosa que surgió de la acción de la fuerza de concentración fue ritam cha satyam, la supramente. Este fue el origen de las cosas, de manera que en el origen de las cosas está la supramente. Pero entonces ocurrió una cosa sorprendente, la aseveración del verso es rápida, no declara todo completamente: tato ratryajayata, “de allí brotó la noche”. Y de allí samudro anarvah, “de allí brotó un océano de inconsciencia”. De manera que en una frase está toda la descripción. Primero vino la supramente, luego vino la noche y luego vino la inconsciencia. Son sólo dos líneas, pero este proceso completo se describe en los Vedas en muchos lugares, bajo muchas circunstancias. De hecho, este es un tema del cual Madre misma le habló a los niños del ashram. Ella les dijo: “Les contaré el antiguo conocimiento del origen de 85 las cosas que estaba en los Vedas, e incluso en tiempos pre-­‐védicos, en los tiempos caldeos”. Ella dijo que se podía contar de una manera muy filosófica o de una manera muy simple, y que lo iba a narrar como un cuento para niños. Dijo que en el principio de todas las cosas, la Realidad manifestó o emanó cuatro seres: el Ser de la Vida, el Ser de la Luz, el Ser del Deleite y el Ser de la Verdad. Vida, Luz, Deleite y Verdad fueron los cuatro seres, y cuando surgieron había tanta vastedad, tanta delicia. Y luego ocurrió lo que Madre denominó “un accidente”. Ocurrió un accidente. Estos cuatro seres se cortaron del Origen, y al separarse de la relación que tenían con el Origen, se volvieron limitados. Ellos eran vastos, pero al apartarse, al desconectarse del Origen, se volvieron limitados, tan limitados que la Vida se volvió Muerte, la Luz se volvió Oscuridad, el Deleite se volvió Dolor y la Verdad se volvió Falsedad. Y una vez que esto ocurrió, de la oscuridad salió más y más oscuridad, hasta que sobrevino la Inconsciencia. Ahora bien, si ustedes leen los Vedas cuidadosamente encontrarán esto descrito de una u otra manera. Y Madre añade que cuando esto sucedió, la Divina Madre, a la que se conoce como Aditi en los Vedas, acudió al Supremo, al Origen de los Orígenes, y dijo: “Ha ocurrido un accidente. Ha sobrevenido tanta oscuridad, ¡hay que reparar eso! ¿Qué debe hacerse?”. Entonces el Supremo dijo: “Ahora emanarás otros seres que no cortarán su relación con el Origen”. A estos seres se les llama dioses, y este es el origen de los dioses. Pero incluso eso no fue suficiente. Y entonces la Divina Madre vertió su amor y su deleite, y todos los cristales de su amor y su deleite cayeron en la Inconsciencia. Con ayuda de estos cristales de Amor divino, con ayuda de los dioses, en batalla contra la oscuridad, el mundo entero empezó a avanzar, y vino la Materia, y vino la Vida, y vino la Mente, y es ahí donde estamos ahora. Ahora bien, de esta historia, que ustedes pueden hallar en el Veda, se derivan muchas consecuencias sobre el mundo entero. La primera: que los dioses no estuvieron presentes en el origen del mundo. Esta es una declaración muy importante. Los dioses no lo conocen todo. En el Veda hay un verso muy hermoso, 86 se titula el “Verso de la Creación”, Nasadiya Sukta27. Es un Himno de la Creación. Se llama así porque las primerísimas palabras son na asat, que en el principio no había Ser ni No-­‐Ser, solamente había Uno, y que luego el mundo surgió de Él, ¿pero quién conoce en verdad la historia de toda la creación? Incluso los dioses no saben, eso es lo que dice, incluso los dioses no conocen el secreto de la creación, porque ellos no estaban allí en ese momento. Esta es una frase muy importante porque, si leen la primera línea de Savitri, en “El libro de los principios”, está escrito: “Era la hora anterior al despertar de los dioses”. ¿Qué significa esto? Que hubo un tiempo en que los dioses todavía no estaban allí. Así que para cuando lean Savitri esta será una indicación muy útil. Sri Aurobindo describe el mundo tal como era antes de que los dioses fueran creados. Ellos aún no habían llegado, y Sri Aurobindo describe la oscuridad que estaba envuelta en oscuridad, toda esa Inconsciencia. Todo el principio de Savitri se inicia así. Esto lo descubrieron los rishis védicos, que en el principio hubo esta Inconsciencia, tato ratryajayata tatah samudro arnavah, “de allí surgió la Noche, y de allí surgió una completa Inconsciencia”. Es esa Inconsciencia la que Sri Aurobindo describe en “El libro de los principios”, empezando Savitri. En el Veda hay una historia muy interesante, donde se dice que los dioses “no fueron los primeros en nacer”, que fueron creados más tarde. Y cuando los dioses fueron creados, el Supremo les dijo: “Ahora bajen a la Inconsciencia y reparen eso. Lleven hasta allá la Luz”. Y los dioses dijeron: “¡Es demasiado oscuro! ¡No seremos capaces de hacer nada allí!”. Entonces, ellos descubrieron que en Aditi, en la Divina Madre, había algo que ellos llamaron Agni, fuego. Ellos encontraron en ella un elemento divino de Agni, de fuego, y dijeron: “Si esto se pone allá, esto será capaz de reparar la oscuridad”. Entonces Agni fue extraído y puesto en la Inconsciencia. Esto está en el Veda, hay todo un sukta sobre este tema. Hay otra historia en la que todos los dioses convocan a Agni, llaman al fuego, y 27 N.d.T.: «Nasadiya Sukta ¿Quién sabe realmente? ¿Quién aquí lo proclamará? ¿De dónde se produjo? ¿De dónde es esta creación? Los dioses vinieron luego, con la creación de este universo. ¿Quién, entonces, sabe de dónde surgió?», Rig Veda, 10:129-­‐6. 87 dicen: “Oh, por favor, haz este otro trabajo que hay que hacer”. Y Agni responde: “Hubo una vez en que ustedes me invocaron, y yo los obedecí y fui hasta la Inconsciencia, y ese trabajo es tan difícil que no volveré a hacer ningún otro trabajo para ustedes”. El fuego es algo nacido del Divino. Este es el fuego que en nosotros se convierte en eso que llamamos nuestra alma. Es por eso que Sri Aurobindo dice que el alma es una chispa que proviene directamente del Divino. Es a partir de esa chispa que crece el Ser Psíquico en nosotros, él es quien guía nuestros movimientos, es el líder del sacrificio, es purohita, es un oficiante, es el precursor de nuestra jornada. Este es el descubrimiento que hicieron los rishis védicos, y es por eso que ellos le dieron tanta importancia a Agni, al fuego. ¿Por qué deberíamos orientarnos hacia el fuego, tender hacia el fuego? Porque es el elemento que ha sido puesto en la Inconsciencia para repararla. Su función es conducir la marcha humana, y traer directamente del Divino todo lo que se necesita para reparar la Inconsciencia. El propósito de nuestro ser en la Tierra es sólo este: la Inconsciencia debe ser reparada. Estamos aquí para reparar la Inconsciencia, y podemos hacerlo con ayuda de Agni. Lo que somos es esta aspiración de fuego. Es por eso que se nos pide que demos la pelea. Es por eso que este mundo es una batalla, es por eso que nuestra vida es una batalla. Fácilmente podríamos habernos marchado de este mundo, pero debido a que nuestra tarea es curar esta Inconsciencia, no se nos permite marcharnos. Permanecemos en el mundo, peleamos en el mundo; e incluso si nos elevamos por sobre el mundo, es sólo para regresar a él. Incluso si uno va hasta lo más alto, hasta la realización más encumbrada, uno regresa con ella y la pone en la Inconsciencia para despertarla. Conectado con este se halla el último punto. Como resultado de todo este conocimiento, ¿cuál es la cosa más alta que los rishis védicos lograron? Ellos descubrieron la Inconsciencia, ¿pero la curaron? Esta es la respuesta que hallamos en el Veda: ellos descubrieron que la Inconsciencia no se puede curar a menos que se entre en el Supramental. Esta es una condición muy importante. De manera que el proceso entero era entrar en el Supramental, pero penetrar en él no era suficiente, la Inconsciencia sigue aquí 88 abajo. De manera que también estaba el proceso del descenso. Para llegar al Supramental hay un proceso de ascenso, uno sube. Pero incluso ese movimiento no es un ascenso directo. Hay ascensos y descensos de varias clases. Se sube, se baja, se vuelve a subir y se vuelve a bajar. Uno se eleva y distribuye lo que ha adquirido, uno comparte con todos; luego uno vuelve a subir y de nuevo distribuye. Sri Aurobindo le llama la ley del ascenso y la integración: uno asciende, luego baja, le entrega el beneficio de su ascenso a los niveles inferiores, y de nuevo los eleva a un nivel más alto. Por lo tanto, la historia entera del mundo no es una línea recta en ascenso, es cíclica, pero como una espiral. Hay una leyenda en el Veda sobre los Angiras, un grupo de siete rishis que fueron en busca de las vacas perdidas. Ahora bien, la vez pasada les dije que “vaca” es un término algebraico en el Veda, y que equivale a Luz. Ellos fueron en busca de la luz perdida. Los rishis Angiras equivalen a todos nosotros, todos nosotros somos rishis Angiras porque todos nosotros somos buscadores. Se podría decir que todos estamos buscando las vacas perdidas. Nosotros estamos buscando todo el tiempo, y si se preguntan qué es lo que estamos buscando, estamos buscando algo que alguna vez tuvimos pero que perdimos. Esta idea fue retomada por Platón en Occidente. Él dijo que toda búsqueda es una búsqueda del conocimiento, y que todo conocimiento es remembranza. Uno recuerda lo que sabía pero que ha olvidado. Cuando uno adquiere conocimiento, no se trata de algo nuevo, uno ya lo sabía de alguna forma. Originalmente uno estaba lleno de conocimiento, pero de alguna manera uno lo ha perdido. Así que uno sale a buscar lo que ha perdido y es entonces cuando recuerda. “¡Oh, sí, ya sabía!”. De hecho, todo proceso de verdadero conocimiento es de este tipo. Cuando el verdadero conocimiento despunta, uno recuerda que ya lo sabía. Uno lo había olvidado, y ahora lo adquiere de nuevo. Tal fue el movimiento de los rishis Angiras descrito en el Veda. Ellos habían perdido las vacas. Alguna vez las tuvieron, en alguna ocasión las habían poseído, ellos habían tenido Luz en ellos, pero ahora esa Luz se había ido. ¿A dónde se fue? ¿A dónde fueron las vacas? ¿Dónde se esconden? ¿Están ocultas? ¿Se extinguieron? No se sabe. Pero es muy importante averiguarlo. 89 ¿Mediante qué proceso se pusieron a la tarea? Primero que todo, subieron. De hecho, lo que llamamos yoga —ustedes han oído la palabra “yoga”—, suele ser un movimiento de unión de nosotros mismos con la Luz que alguna vez poseímos, pero que hemos perdido. Es una re-­‐unión, de hecho. Yoga proviene de la palabra sánscrita yug, “juntar”. En inglés existe la palabra “yugo”; cuando uno tiene un buey, uno lo unce al carro con el yugo, es la misma palabra. De manera que la yoga es una yunta, una juntura. Ahora bien, los rishis Angiras habían perdido las vacas y querían juntarse con ellas. Este es un proceso de yoga, y es por eso que al Veda se le considera como el origen de la yoga. Todo el proceso yóguico que últimamente se ve alrededor del mundo puede rastrearse hasta este gran descubrimiento hecho por los rishis védicos. Ellos elaboraron el primer diseño de la yoga que encontramos en todas partes. ¿Y qué es el proceso yóguico? Primero hay que subir, uno tiene que remontarse. Ese se denomina el proceso de ascenso. A medida que uno hace un esfuerzo por subir, hay una respuesta. Esta es la ley de este mundo. Esto también lo descubrieron los rishis védicos: si uno trata de subir, siempre llegará una ayuda desde lo alto para alzarlo. Esta es la ley que Sri Aurobindo transcribió en un librito titulado La Madre. Es un libro muy corto. En el primer párrafo se lee: “La aspiración desde abajo y la Gracia desde arriba, cuando ambas se unen, se produce el logro”. Dondequiera que haya aspiración, la Gracia vendrá desde arriba. La confluencia de ambas da un logro, se consigue lo que se está buscando. La yoga no es otra cosa que el movimiento de aspiración, uno sólo aspira. Esta ley de la aspiración fue dada por los rishis védicos. Este fue el descubrimiento: que si uno quiere subir, uno sólo aspira. Todos los mantras del Veda son mantras de aspiración. Es un llamado desde abajo. Como resultado, la Luz Superior desciende. En cuanto a esta Luz Superior, ya les dije los términos algebraicos: Surya —el Sol— es la Supramente. Debajo del Supramental hay otra región, queda por encima de nuestra mente y por debajo del Supramental, esa región es el dominio de Indra —la Inteligencia Iluminada. De manera que cuando los rishis védicos empezaron a aspirar, 90 empezaron a ofrendar sacrificio —porque el sacrificio no es más que una expresión de aspiración— y lo primero que sucedió fue que Indra bajó. Se dice en una leyenda que Indra vino a caballo con su relampagueante, tremenda fuerza. Se supone que Indra es tremendamente poderoso. Él desciende desde lo alto con la fuerza del relámpago, el trueno y la lluvia. Y tan pronto como bajó a ayudar a estos rishis, se supo que Sarama venía adelante precediéndolo. Ahora bien, Sarama es un término muy interesante en el Veda; también es un término algebraico. Si leen la descripción de Sarama, desde el punto de vista externo así como “vaca” significa Luz, la palabra sarama significa “perra”. Pero el significado interior de esta “perra” es que se trata del poder de la Intuición. La Inteligencia Iluminada desciende, pero lo que lidera a esta Inteligencia Iluminada es la Intuición, el poder intuitivo de la conciencia. Esta Intuición tiene una tremenda fuerza de penetración, el poder especial que tiene la intuición es que siempre penetra. La Iluminación revela, no penetra, pero la Intuición penetra y extrae desde abajo. Es la especialidad de la Intuición. Puede ir a los rincones más oscuros, penetrar la oscuridad, y extraer la Luz. Por eso el Veda dice: “Indra estaba precedido por Sarama, y a medida que ella bajó...”. El poder de la Intuición bajó, ahora se trataba de un proceso de descenso. Subir hasta Indra fue un proceso de ascenso, la bajada de Indra un proceso de descenso, y ahora Sarama desciende hasta niveles más y más inferiores para penetrar, para averiguar dónde están las vacas. Así que bajan. Y entonces Sarama se encuentra con las panis. Ya les hablé de las panis; les conté que hay asuras, rakshasas, pishachas, panis, Vritra. Las panis son mercaderes, traficantes o regateadoras que operan a nombre de las fuerzas adversas. Ellas vieron que Sarama era una poderosa Luz Intuitiva, y que si se le permitía entrar en la cueva, en el movimiento descendente, entonces hallaría las vacas perdidas. Así que las panis se adelantaron y le dijeron a Sarama: “¡Detente, detente! Tenemos que conversar contigo sobre algo”. Entonces Sarama tuvo un diálogo con las panis. Estas le dijeron: “Únete a nosotras, conviértete en nuestro embajador. Somos muy poderosas, sabemos de ti. Vuélvete nuestro embajador y no sigas adelante; quédate con nosotras”. Pero Sarama pertenecía a la Fuerza Divina, a Indra, así que ella desdeñó la oferta. Las panis le ofrecieron mucho más, diciendo: “Te daremos 91 esto, te daremos aquello. ¡Tenemos una riqueza tremenda!”. Las panis tienen muchas riquezas, son comerciantes de riquezas. Pero Sarama rechazó todo eso y siguió adelante, se adentró en la oscuridad de una montaña. Tomó un atajo por entre las cuevas, y en la caverna más profunda, allí encontró a las Resplandecientes Vacas. Y entonces Indra descendió con su poder de trueno y relámpago, rompió todo, abrió la caverna, la destrozó, y descubrió a las vacas perdidas. Ese fue el logro. Si leen el Veda encontrarán con frecuencia alusiones a esta historia. No la historia completa que acabo de contarles, a veces es una parte y a veces otra, pero si uno lo junta, si uno conecta las partes, obtiene esta historia: cómo se hallaron las vacas perdidas con la ayuda de Sarama, quien desechó la oferta de las panis y despejó el camino para que Indra bajara y rompiera la montaña y libertara a las vacas. Eso que se había perdido, fue recuperado. Se supone que esta es la gran victoria de los Vedas, de los rishis védicos. Esto no fue filosofía, ni especulación, sino una consecución; algo que se llevó a cabo concretamente. Los rishis védicos volvieron a poseer en verdad la Luz que se había perdido. De hecho, es la historia de todos nosotros. Todos nosotros hemos perdido las vacas y ahora todos estamos buscando, todos estamos averiguando por las vacas. Es por eso que la yoga que hicieron los rishis Angiras es la misma que nos prescribieron a nosotros. La yoga es muy simple, conocemos todo el proceso: uno aspira, ofrece un sacrificio, alcanza la Inteligencia Iluminada, desarrolla el poder de Intuición, asciende hasta el Supramental; y a medida que uno asciende, cada vez es más y más capaz de descender. Posean la Supramente, desciendan con Indra, y la Intuición siempre les ayudará, ella avanzará, ella irá delante de ustedes, así que desarrollen el poder intuitivo. No abandonen la Tierra: desciendan, si ustedes han alcanzado las alturas, también tiene que bajar, desciendan y, entonces, mediante un esfuerzo persistente, mediante un esfuerzo muy difícil... Aquí tiene lugar una gran batalla. En La agenda de Madre, ella habla de esta batalla con la Inconsciencia. A medida que uno desciende a la cueva de oscuridad de la Inconsciencia (el Inconsciente no es más que la propia Luz perdida, de manera que efectivamente hablando la 92 Inconsciencia es el reverso de la Luz), mediante el poder de la Intuición uno baja y la ilumina. Es allí donde se encuentran las vacas perdidas, la Luz perdida, y entonces uno la saca. Entonces uno la posee plenamente en su propia conciencia. Esta es la sencilla fórmula de la yoga de los Vedas. Todos los procesos yóguicos que se han desarrollado en el mundo (hay muchos de estos procesos) tienen en última instancia, detrás suyo, esta experiencia básica. Todos son formulaciones diversas, formulaciones parciales, formulaciones inadecuadas, formulaciones excluyentes, pero esta es la formulación básica. Todos los demás procesos no siguen al pie de la letra y por completo lo que se dice aquí, sino sólo parcialmente, y es por eso que algunas yogas son excluyentes, algunas son parciales, algunas son estrechas y producen estrechos resultados, no todos los resultados. No arrojan todos los resultados que los rishis védicos obtuvieron al seguir este proceso íntegro. Este proceso consistió en tres partes: aspirar, ofrecer un sacrificio; luego habrá un descenso de lo alto, el poder intuitivo vendrá a uno, bajará con uno y peleará en la Inconsciencia, y así hará brotar la Luz. Esta es la fórmula general. Ahora les voy a dar una fórmula más precisa, porque esto es muy importante. Fueron los rishis védicos los que descubrieron que todo esto no se puede lograr a menos que uno perfeccione sus capacidades, todas sus capacidades. Es un sacrificio completo, total, de todas sus capacidades, el que uno debe hacer. ¿Cuáles son esas capacidades? Básicamente, hay tres clases. 1) Primero hay una capacidad de conocimiento, y hay facultades del conocimiento, como buddhi, medha, dhi, mati. Son muchos los términos que se encuentran en el Veda destinados a describir los varios grados de este poder de conocimiento. Uno debe desarrollar todos estos poderes. Es por ello que en el Veda ustedes encontrarán muchos versos dedicados a la comprensión de los varios poderes de conocimiento y cómo se pueden desarrollar. Medhavinam kuru, “hazme lleno de medha”, ese es uno de los estupendos versos del Veda. Hace dos días hablé del mantra Gāyatrī en el que se pretende que dhi se una a la luz del Sol para que nuestro intelecto sea dirigido por la Suprema Luz. Así que primero hay 93 poderes de conocimiento, se describen realidades de los poderes de conocimiento. Cuando uno lee el Veda, se siente asombrado por la cantidad de conocimiento psicológico que contiene. Hoy estamos muy orgullosos de nuestra psicología moderna, pero comparada con los Vedas, es el abecedario. Los Vedas entregan psicología profunda, describen multiplicidad de capacidades y cómo se pueden desarrollar. El gran descubrimiento no se trata sólo de las facultades, sino de cómo se pueden desarrollar. 2) La segunda es la capacidad de acción, de voluntad de acción. Todos tenemos una especie de voluntad rudimentaria, que normalmente se expresa en forma de deseo; todos estamos activos de una u otra manera. —El movimiento más normal de la acción es la agitación, todos nosotros tenemos una cierta clase de agitación. Ustedes deben haber notado que, cuando no tienen nada que hacer, empiezan a merodear, van a algún lugar y sencillamente no hacen nada, ¡pero muchas cosas suceden a partir de no hacer nada! Sencillamente están mirando a alguien desde su balcón y, de repente, eso provoca una acción. Esa no era su intención, pero sin pensarlo una actividad se inició. Eso es agitación. —Después está el instinto, la agitación no es instinto. El instinto es un deliberado movimiento de acción que se encamina hacia un objeto, que tiene un propósito. Todo movimiento instintivo tiene un propósito, mientras que la agitación no tiene ninguno. Cuando tengo hambre, automáticamente busco alimento, nadie necesita enseñarme eso; desdeño todo lo demás y busco alimento; esa es una actividad resuelta, decidida, dirigida, se encamina directo hacia su fin: la adquisición de alimento. Me esfuerzo en pos del alimento, lo descubro, lo devoro, eso es instinto. Esa es una segunda forma en la que estamos activos. —En tercer lugar está el deseo, que es diferente del instinto. El instinto es espontáneo, sucede automáticamente; el deseo puede surgir a partir del instinto, pero en sí mismo es algo aprendido: yo empiezo a desear a raíz de ciertas experiencias. Quizás empiezo a desear sacar las mejores notas en los exámenes, porque me di cuenta de que todos alaban al que ocupó el primer lugar. El deseo es resultado de una experiencia con cuyos frutos uno empieza a complacerse. A uno no le hace falta necesariamente, pero a uno le gusta. Los instintos son 94 necesarios, se imponen, son imperativos, pero los objetos del deseo no se necesitan en absoluto. Uno se los encuentra, los desarrolla, y ellos se vuelven tan poderosos que uno tiene que tenerlos. Así que el deseo también es un motivador de la acción. —Luego está el egoísmo. En sánscrito se denomina ahambhava. Uno hace una acción no porque desea, sino porque puede afirmarse, imponerse. En un debate uno expresa su opinión y luego establece: “Esa es mi opinión”. Uno ha dicho algo, y se vuelve adicto a eso porque es uno quien lo ha dicho, uno se aferra a su opinión, y después de eso uno será capaz de hacer lo que sea por reivindicarla, uno peleará por ella. El egoísmo es entonces otro medio de acción. —Y finalmente está la voluntad, que es la quinta fuerza de acción. En el deseo hay un movimiento para agarrar del mundo exterior lo que no se posee; en la voluntad, uno expresa lo que ya posee. La voluntad es un poder y surge del poder, de la capacidad, mientras que el deseo surge de la incapacidad. Ahora bien, todo eso fue estudiado por los rishis védicos, y ellos descubrieron que hay que desarrollarse de tal manera que la agitación se detenga, el instinto se transforme, el deseo sea abolido y el egoísmo sea anulado, hasta que uno llegue a la Voluntad Suprema, hasta que la Voluntad Suprema, que es irresistible, que es la más victoriosa, se manifieste a través de uno. 3) La tercera capacidad es la del sentimiento. El Veda describe varios tipos de emociones. Se podría decir que todo el Veda es una ciencia del conocimiento, una ciencia de la acción y una ciencia de las emociones. Y la emoción más elevada que descubrieron fue la que produce un gozo irrestricto, una irrestricta entrega de sí: la rendición. Este fue su descubrimiento. La más alta es la rendición. Nama uktim vedema. Esta palabra, namah, significa rendirse. Reverenciar, inclinarse, ofrecerse, eso es namah. Alcanzar la condición de namah fue el más alto logro que ellos descubrieron. Si uno tiene esta condición de namah en su conciencia, si uno siempre puede decir espontáneamente “namah, namah, namah”, entonces no hay nada que uno no pueda lograr. Nada. Todo está contenido en namah. En el momento en que uno dice namah verdaderamente, todo estará a su disposición. 95 El Veda es por lo tanto una síntesis de la Jñāna Yoga (la Yoga del Conocimiento), de la Karma Yoga (la Yoga de la Acción) y de la Bhakti Yoga (la Yoga de la Devoción). La primera síntesis se encuentra en el Veda. Después se repitió con varias clases de enriquecimientos, modificaciones, distintos tipos de usos, etcétera. Pero la síntesis original se halla en el Veda. Es por ello que se le denomina conocimiento integral, conocimiento sintético. Esto es lo que los rishis védicos le han entregado, no sólo a India, sino al mundo entero, porque como dije, este es el primer registro disponible de la humanidad. Es una especie de herencia o patrimonio que se le ha entregado al mundo entero, al alcance de todos aquellos que quieren ser ciudadanos del mundo. Ahora llegamos a la última palabra de mi actual exposición: cuando uno combina la Yoga del Conocimiento, la Yoga de la Acción y la Yoga de la Devoción; cuando se ha hecho todo lo que está prescrito —uno se eleva hasta el Supramental, obtiene la ayuda de Indra y Sarama, baja hasta el Inconsciente, perfora hasta llegar a la Luz, extrae las vacas—, cuando uno ha hecho todo eso, ¿entonces qué sucede? La respuesta que da el Veda es que uno alcanza la inmortalidad, amritam. Esta es la meta que ellos fijaron. Cuando uno hace todo eso, uno llega al estado de inmortalidad. Hasta ese momento uno es martya, mortal. Todos somos mortales hasta que hayamos hecho esto. Hay un verso en el Rig Veda que da una cierta idea de esta inmortalidad. Está escrito por Parashara, un gran rishi. Dice que “ellos”, los Angiras, nuestros antepasados, “hicieron el camino a la inmortalidad madurándolo todo”. Esa es la primera condición, que uno madure su fuerza de voluntad, sus emociones y su conocimiento. Entonces uno baja el poder que proviene de los dioses, que son los hijos de Aditi, Aditaih putrah. Aditi es la Divina Madre, los dioses son Sus hijos, y los poderes de los dioses se derivan de ella. Uno debe madurarse porque este poder es muy grande. Una jarra sin hornear se rompe si uno le echa un líquido muy caliente, y este poder no sólo es caliente, sino súper caliente. Si este poder ha de bajar, uno debe madurarse, y madurar también el cuerpo, hasta tal punto que cuando el poder descienda, el cuerpo permanezca estable. Cuando el poder desciende en ti y el cuerpo puede sostenerlo, entonces te percatas de que eres 96 indestructible. Esta es la condición de la inmortalidad descrita en el Veda. Esto es lo que se conoce como “la victoria de los antepasados”. En cierto sentido se puede decir que el Veda no es más que una epopeya. Ustedes saben, hay una diferencia entre una poesía lírica y una poesía épica: una poesía lírica es la expresión de una intensa emoción, pero una epopeya es la descripción, la narración de una gran aventura que incluye gran heroísmo y grandes consecuciones. No hay epopeya sin una gran aventura. El Veda es una epopeya porque en el Veda se describe una gran aventura, se manifiesta un gran heroísmo, y se obtiene, se asegura una gran victoria. Uno puede decir que el Veda es la épica celebración de la inmortalidad. 97 Conferencia 6 Los cinco descubrimientos de los que les he hablado durante estos últimos días son extremadamente importantes. En cierto sentido, son descubrimientos prodigiosos. Debido a que son prodigiosos, existe la tendencia a quedar tan atónito que pareciera que todo lo que hay por conocer ya se conoce en los Vedas. Esto a veces le pone un freno a nuevos desarrollos y nuevos descubrimientos. Tenemos que subrayar, sin embargo, que los rishis védicos nunca proclamaron que todo lo que haya por conocer ya se conoce. Ellos proclamaron que el conocimiento es infinito, que es interminable. Desde el primer capítulo del Rig Veda se afirma que a medida que nos alzamos más y más alto, nuevos paisajes de conocimiento se abren ante nosotros. En el capítulo sexto hay un verso muy especial de Bharadwaja, en el que hay una especial plegaria a Agni: “¡O Agni, protege a quienes son los descubridores de nuevo conocimiento!”. Así que el espíritu mismo de los Vedas es un espíritu de constante hallazgo de nuevo conocimiento. Tal vez por eso en la India no ha habido el tipo de dogmatismo que se encuentra en muchas tradiciones. Hay dogmatismo, pero no del tipo ni en el grado en que se encuentra en otras partes. Se podría decir que en India abunda el espíritu científico. El espíritu científico consiste en unos cuantos elementos que se distinguen de muchas otras actitudes. Está por ejemplo el espíritu escéptico, que sólo permanece en un constante estado de duda. Ese no es el espíritu científico. El escepticismo puede hacer parte de la ciencia y de la filosofía, pero no el espíritu escéptico. El propósito de la filosofía o de la ciencia no es llegar a la duda —aunque la duda pueda ser un instrumento, un trampolín para el descubrimiento de nuevo conocimiento—, sino llegar a la Verdad. Ese es el espíritu científico y filosófico. Hay lo que se denomina el espíritu crítico, que siempre quiere criticar lo que sea que se le presente. Una vez más, este espíritu está bien, tiene su valor, su lugar. Pero si ustedes lo fueran a tomar como un espíritu permanente, entonces significaría que la Verdad nunca podría ser descubierta, y que uno nunca podría 98 llegar a un punto en el que no hubiera crítica. De manera que esto tampoco hace parte del espíritu científico. En el otro extremo está el espíritu religioso, que es un defensor de la revelación. Según este espíritu, la Verdad se conoce mediante revelación, y nunca puede ser cuestionada ni criticada. Nunca puede ser renovada, nunca puede ser modificada, nunca puede ser enriquecida —se conoce de una vez y para siempre. Este es el espíritu dogmático. Tras haber mencionado estos distintos espíritus, podemos decir qué es el espíritu científico y por qué es una característica especial de los Vedas. El espíritu científico consiste en unos cuantos elementos. Lo primero es que en todo movimiento científico hay libertad para observar —y observar tanto como se pueda, tan a lo ancho a lo alto y a lo hondo como es posible. Lo segundo es hacer experimentos. Se observa un hecho, luego se observa el hecho bajo determinadas condiciones especiales para ver cómo en esas condiciones surgen los mismos hechos o aparecen hechos distintos —esa es la experimentación. Luego se desarrolla el proceso de inducción, en el que uno trata de ver si hay una conexión causal entre un conjunto de hechos y otro. Y si se ve una conexión causal, entonces se llega a una ley, al conocimiento de una ley. Hay una conexión causal entre la mezcla de oxígeno e hidrógeno —la fórmula H2O produce agua, esa es una conexión causal, y se establece la ley de que cada vez que esta mezcla ocurra, esa será la consecuencia. Ese es un conocimiento; cada vez que se establece una conexión causal, uno llega al conocimiento. Pero habiendo llegado a ese conocimiento la puerta no se cierra; uno no dice que eso no se puede volver a cuestionar o modificar nunca, o que nunca se puede ir más lejos. De acuerdo con la ciencia, uno puede formular la pregunta: ¿Cómo así que cada vez que H2 y O, es decir, cada vez que el hidrógeno y el oxígeno se combinan en determinada proporción se produce agua? Esta pregunta es legítima. Uno también puede ser capaz de encontrar la respuesta a esta pregunta, y si lo hace será un conocimiento agregado. De manera que los distintivos de la ciencia son: un movimiento hacia el 99 conocimiento, una búsqueda de la verdad, y el establecimiento de la verdad —pero con la previsión de que uno es libre de investigar mucho más allá y de descubrir nuevo conocimiento, o de confirmar, repetir, modificar o enriquecer el viejo conocimiento, o de verificarlo una y otra vez. Ayer hablé de la yoga del Veda, que tiene precisamente esta actitud. El conocimiento que se ha obtenido puede ser verificado por la experiencia personal, de tal manera que uno quede personalmente satisfecho sobre lo que contiene la aseveración de este conocimiento. Por lo tanto uno puede modificarlo o enriquecerlo, o uno puede obtener conocimiento nuevo. Es por eso que Sri Aurobindo habla de la “ciencia de la yoga” —la yoga es una ciencia, es un conocimiento científico, y cuando tratamos con los Vedas deberíamos hacerlo en un espíritu científico. Afortunadamente, en India la yoga ha sido reconocida como una ciencia y muchos campos del conocimiento se han desarrollado cantidades mediante la yoga. Si revisamos la historia de la yoga en India, empezando por los Vedas, podemos trazar una especie de carta y descubrir, primero que todo, cómo se ha confirmado el conocimiento adquirido a través de la yoga. Este es un distintivo de la ciencia: se puede confirmar una y otra vez a lo largo de la historia. De manera que podemos ver cómo el conocimiento yóguico de los Vedas ha sido confirmado posteriormente, pero también cómo ese conocimiento se ha ido especializando. Algunas veces, reduciendo el campo de conocimiento se puede descubrir un conocimiento especial que pertenece a ese dominio. Esto también ha sucedido, como en las Upanishad. (Las Upanishad fueron muy cercanas a los Vedas, más adelante les contaré cómo las Upanishads se desarrollaron a partir de los Vedas). En las Upanishad hubo una especie de constricción, una especialización, pero como resultado también hubo un enriquecimiento, incluso una culminación del movimiento de saber que se encuentra en los Vedas. Es por eso que a las Upanishad se las llama “Vedanta”. Anta quiere decir culminación —la culminación de los Vedas. Hubo un conocimiento que se construyó en los Vedas y que alcanzó, no su plena culminación, pero un tipo de culminación en las Upanishad. Y si seguimos avanzando podemos ver un gran hito en el desarrollo de la yoga cuando llegamos al estudio del Bhágavad-­‐guitá. 100 Para hacer un resumen muy breve de la historia de la yoga india, yo normalmente establezco cinco hitos: la yoga de los Vedas, la yoga de las Upanishad, la yoga del Bhágavad-­‐guitá, la yoga del Tantra y la yoga de Sri Aurobindo. Estos son los cinco grandes hitos, pero hay otros. Tomemos, por ejemplo, el hito que marcó Sri Chaitanya. Tomaré tan pocos nombres como me sea posible para no saturar sus cabezas con ellos, pero Sri Chaitanya es uno de los nombres notables en la historia de la yoga india. Él abogó por una Yoga de la Devoción, y el tipo de Amor en el que insistió y que se manifestó en él es un desarrollo muy especial que no está en los Vedas ni en las Upanishad ni en el Guitá. Fue un nuevo desarrollo. El tipo de síntesis de las yogas del Conocimiento, la Acción y la Devoción que se encuentra en el Bhágavad-­‐guitá también es muy especial; es una especie de nueva síntesis, cuyos elementos sólo se hallan en los Vedas y en las Upanishad en forma de semillas. Se podría decir que los Vedas son una semilla. Y en tanto semilla es muy potente —¡contiene tanto!— y todo el desarrollo indio puede verse como un árbol de banyán28 que ha crecido a partir de dicha semilla. No obstante, la semilla no es el árbol mismo, hay una diferencia entre ambos. El árbol es un desarrollo, y en tanto desarrollo el árbol manifiesta muchas cosas que no son visibles en la semilla. El punto es que en India, la yoga no es un libro cerrado —esa es la diferencia entre religión y yoga. El espíritu religioso considera las revelaciones del pasado como algo insuperable, algo que no se puede volver a cuestionar —es un libro cerrado. En yoga el libro no está cerrado, hay un constante desarrollo del conocimiento. Es por eso que en India, a quienes han superado el pasado no se los condena fácilmente. En muchas otras tradiciones, en el momento en que tú empiezas a superar el pasado empiezas a ser condenado, pero en India está permitido hacerlo. Se ha aceptado el hecho de que uno puede avanzar, de que uno puede 28 N.d.T.: Es el árbol nacional de la India, su nombre botánico es “higuera de Bengala” o “baniano”. 101 proponer algo nuevo. Lo único es que cuando uno propone algo nuevo, debe tener carácter científico; debe estar basado en la observación, el experimento y la verificación —y en el caso de la yoga, verificación mediante experiencia perdurable. “Perdurable” quiere decir una experiencia que vive constantemente en ti, que no se pierde. Dado que los quiero llevar directo desde los Vedas hasta Sri Aurobindo, no los cargaré con los muchos desarrollos que tuvieron lugar en relación con el conocimiento védico durante el periodo intermedio. Simplemente tomaré los descubrimientos que hicieron los Vedas y los compararé con los descubrimientos de Sri Aurobindo, tanto en relación con esos mismos descubrimientos como con aquellos que no estaban siquiera contemplados en los Vedas. Para empezar, los voy a enumerar uno a uno muy brevemente. El primer descubrimiento del que les hablé fue que la vida era una batalla. Les mencioné la frase “Comiendo, el comedor es comido” —esa es la fórmula de la lucha que hay en esta batalla— y les conté que esta batalla no se libra sólo entre criaturas visibles. Detrás de ella hay una batalla de fuerzas invisibles, que son incluso más grandes. Primero que todo, Sri Aurobindo confirma esta postura. Él declara que este mundo es un mundo de batalla, y que esta batalla no es sólo entre criaturas vivientes, sino que también se libra entre fuerzas invisibles, compuestas por los dioses y las fuerzas adversas, tales como asuras, rakshasas, pishachas, Vritra, dasus y panis. Sri Aurobindo incluso confirma esta clasificación de las fuerzas adversas. Él escribió sobre este asunto de la batalla de la vida de una manera tan extensa que no encontramos algo similar ni siquiera en los Vedas. Aprovechando lo que ofrece el Bhágavad-­‐guitá, donde se halla el gran escenario de Kurukshetra, Sri Aurobindo habla del mundo entero como una batalla de Kurukshetra, habla de la batalla de la vida. Sri Aurobindo confirma la percepción védica de que esta batalla no es el fin de la vida humana. El fin último es la armonía. Estamos atravesando por una batalla para llegar a la armonía, y en última instancia el mensaje de los Vedas es establecer la armonía. Sri Aurobindo confirma que estamos avanzando hacia una armonía cada vez mayor, y trata sobre este asunto de la armonía de una manera 102 mucho más grande de lo que se ha hecho en toda la historia del mundo. Este es un nuevo elemento, el concepto de armonía. En el pasado ha existido el concepto de que la armonía es casi como una promesa, como un sueño. Pero con mucha frecuencia en la historia, la arrasadora tendencia ha sido a considerar la armonía como algo que no se puede alcanzar en la vida física. Aunque en los Vedas se habla de una armonía aquí, la cuestión de si se puede establecer en la Tierra sobre una base permanente queda sin responder. Si uno revisa las páginas de los Vedas, hay un enunciado incompleto. Mientras que en Sri Aurobindo hay un nuevo elemento: que en el mundo físico, la armonía puede ser y debe ser y será establecida. Este es un enunciado muy positivo que hace Sri Aurobindo. Regresaremos sobre esto de nuevo, esta es sólo una breve enunciación de lo que es nuevo en Sri Aurobindo, y este es un elemento muy importante, pero vayamos al segundo descubrimiento de los Vedas… Les quiero advertir algo: no se trata de que los rishis védicos hayan dicho: “Hicimos cinco descubrimientos”. Esta afirmación es mía. Para mi exposición sobre los Vedas, en aras de la brevedad, en aras de traerles a ustedes el mensaje de los Vedas de una manera resumida y comprensible, he sido yo quien ha decidido hablar de cinco descubrimientos —pero hay muchos, muchos descubrimientos. Es en este contexto que les hablé del segundo descubrimiento de los Vedas: el descubrimiento del poder del sacrificio, la necesidad de ofrecerse uno mismo para poder progresar, para alcanzar la Verdad, para alcanzar la inmortalidad. Este concepto de sacrificio fue confirmado por Sri Aurobindo. Él escribió extensamente sobre este tema. En su libro El secreto del Veda, en su libro Ensayos sobre el Guitá, en su libro sobre las Upanishad, en su grandioso libro La síntesis de las yogas, en La vida divina, y en todas partes, él habló de este principio del sacrificio, él explicó qué era el sacrificio. Pero con demasiada frecuencia la palabra “sacrificio” genera en India la imagen de encender un fuego físico y ofrendar arroz e incienso y mantequilla clarificada y recitar mantras, etcétera; esta es la idea de “sacrificio” que prevalece en India. Los propios Vedas trascienden este concepto. Los Vedas no hablan sólo del sacrificio del fuego físico. Les dije que la palabra 103 “fuego” es un término algebraico en los Vedas: Agni es un poder de la voluntad iluminada, y cuando se dice que uno enciende el fuego significa que uno ilumina su propia voluntad interior. Uno se entrega a esa Voluntad, hace de esa Voluntad su líder. En los escritos de Sri Aurobindo encontrarán que el significado interior de sacrificio, ya presente en los Vedas, en el Guitá, etcétera, es el que se pone plenamente de manifiesto. Cada vez que Sri Aurobindo habla de sacrificio se refiere al sacrificio interior, y él lo explica muy clara y muy ampliamente. En toda la literatura de la India, en toda la literatura de la yoga india, no encontramos el tipo de formulación sobre la idea de sacrificio que se encuentra en Sri Aurobindo. Ese es un elemento nuevo. Sri Aurobindo habló de un sacrificio triple: el sacrificio mediante el poder del Conocimiento, el sacrificio mediante el poder del Amor, el sacrificio mediante el poder de las Obras. El sacrificio, por consiguiente, es propio de las tres vías de la yoga. En el pasado la idea de sacrificio solía confinarse casi por completo a la vía de las Obras; en Sri Aurobindo hallamos una completa formulación de la vía del sacrificio como una vía triple en sí misma, como una síntesis de Conocimiento, Obras y Devoción. El tercer descubrimiento de los Vedas fue el plano Supramental. Hablamos de turiyam swid, el descubrimiento de “ese cuarto”. Más allá del cuerpo, la vida y la mente, ellos descubrieron la Supramente. Hay una descripción muy curiosa en los Vedas de la Realidad que tiene cuatro cuernos y tres pies: chatuhshringa trayopadasya, “tiene tres pies y cuatro cuernos”. Los cuatro cuernos son: primero, la Realidad29 que existe, el principio de existencia; el segundo cuerno es el de la Conciencia30; el tercero es el Deleite31; el cuarto es el cuerno de la Supramente. Esos son los cuatro cuernos en los Vedas, tal como el propio Sri Aurobindo lo explicó. Los tres pies son el cuerpo, la vida y la mente. De manera que si uno ve la Realidad completa se topa con siete principios. Y para confirmar el descubrimiento completo de los Vedas, por así decir, Sri Aurobindo habló de “la séptuple cuerda del Ser”. La Realidad es séptuple, él confirmó este 29 N.d.T.: Sat. N.d.T.: Chit. 31 N.d.T.: Ananda. Los tres juntos son Sachchidananda. 30 104 descubrimiento de los Vedas. Donde sea que uno se mueva, ya sea en lo manifiesto o en los no-­‐manifiesto, hay una Realidad séptuple. Así como el rayo de luz tiene un espectro de siete colores, y aunque se manifiesten o no siempre están presentes, igualmente hay siete principios del Ser ya sea que se manifiesten o no. Sri Aurobindo describió estos siete principios del Ser de la manera más elaborada. Eso no es sólo una confirmación de lo que hay en los Vedas. Lo que hay de nuevo en esto es la detallada explicación de todo el Universo tal como nunca se había hecho en la historia del mundo. La explicación del Universo que encontramos en Sri Aurobindo, en su totalidad, en toda su amplitud, con su prodigalidad de datos, es completamente nueva. Y Sri Aurobindo describe el Supramental de la manera más amplia, como no se encuentra en ninguna otra parte en toda la historia del mundo. La pregunta es: ¿Conocieron los rishis védicos el Supramental tan plenamente, con tanta amplitud como lo encontramos en Sri Aurobindo? Yo mismo no me atrevo a hacer una afirmación semejante, pero voy a tomar una frase de Madre. Esto que les voy a leer es sacado de La agenda de Madre. El discípulo empieza por hacer una pregunta; empieza por decir: «Discípulo: No tienes tiempo ahora para que yo te plantee una cuestión. Eso puede esperar hasta otra ocasión. Madre: ¿Cuál cuestión? Discípulo: Sobre el descubrimiento del Supramental hecho por los Vedas y por Sri Aurobindo. Hay algo que no capto del todo. Madre: Porque en los Vedas está incompleto». Esa es la frase de Madre. “Porque está incompleto”. Luego ella prosigue: «No. Ellos tuvieron un indicio, como una visión del asunto, pero no hay prueba de que lo hayan consumado. Es más, si lo hubieran consumado, me parece que sin duda habríamos hallado algunas huellas, pero no quedaron huellas». Esa es una afirmación muy importante. Se dice que cada vez que alguien procede a hacer yoga, y la hace rigurosa y sinceramente, a profundidad, la yoga le entrega 105 todo lo que se ha consumado en el pasado, de manera que la persona encuentra las huellas. Si previamente alguien ha trasegado un sendero, entonces para quien viene después es más fácil recorrer ese sendero. No tiene que hacer un gran esfuerzo para abrirlo de nuevo. Aquí voy a omitir algo del texto para hacerles más corta esta lectura: «Según lo que vio Sri Aurobindo, y lo que también yo vi, los rishis tuvieron el contacto, la experiencia… ¿Cómo decirlo? Una especie de conocimiento vívido del asunto, lo vieron venir como una promesa, diciendo: “ESO es lo que será”. Pero no fue permanente. Hay una gran diferencia entre la experiencia de ellos y el descenso —lo que Sri Aurobindo llama “el descenso del Supramental”: algo que llega y se establece»32. Y Madre continúa hablando del tema. Ustedes pueden leerlo por su cuenta. Pero esta es una declaración importante, que Sri Aurobindo hizo un tipo de descubrimiento que no se encuentra en los Vedas. Es un nuevo descubrimiento. Si ustedes leen lo que Sri Aurobindo y Madre escribieron sobre esta cuestión, es un trabajo de investigación muy difícil. ¿Cuál es la especialidad que uno encuentra en Sri Aurobindo? Surge de la cuestión del Supramental. Los rishis védicos tuvieron alguna experiencia del Supramental, pero fue incompleta. ¿En qué sentido Sri Aurobindo la considera incompleta? ¿Por qué Madre la considera incompleta? Esto se puede ver sólo cuando uno estudia e investiga acerca de las preguntas que Sri Aurobindo planteó y las respuestas que halló. Las preguntas que formularon los rishis védicos fueron de un tipo, las preguntas que Sri Aurobindo formuló fueron de un tipo diferente. Tiene mucho que ver con el asunto de la armonía, del que les hablé al principio. ¿Puede establecerse la armonía en el mundo físico, en la vida física? En nuestros tiempos esta pregunta se ha vuelto extremadamente imperiosa. Es como si la humanidad no pudiera dar su siguiente paso adelante a menos que responda esta pregunta. Hay como nunca antes una globalidad, las cosas han empezado a volverse globales, universales. Incluso una pequeña disputa puede 32 Satprem, La agenda de Madre, 7 de noviembre de 1961. 106 convertirse gradualmente en una guerra mundial, y las armas bélicas hoy en día son tan desastrosas que si se usan pueden llegar a destruir toda la humanidad. Por consiguiente, la búsqueda de la armonía, la búsqueda de la paz, es imperativa, es muy urgente. Cuando Sri Aurobindo acudió a la yoga, lo hizo para hallar una respuesta a la pregunta: ¿puede utilizarse la yoga para lograr la liberación de la India? Esta fue su primera pregunta. Y halló una respuesta, pero cuando la halló se dio cuenta que él mismo había sido conducido hacia una pregunta todavía más honda; se dio cuenta de que la mera liberación de la India no era suficiente. El mundo entero debía ser liberado del miedo, del hambre, de la pobreza, de la guerra, de todo tipo de envidias y celos y rivalidades de toda clase. Él empezó a formular esa pregunta más profunda. Él mismo fue conducido a interrogarse sobre esto y empezó a investigar. Y por su propia cuenta descubrió el Supramental. No es que hubiera leído los Vedas y hubiera encontrado allí el Supramental y entonces se hubiera puesto a practicar yoga hasta toparse con el Supramental. No, eso no fue lo que sucedió en la vida de Sri Aurobindo. Buscando por cuenta propia él descubrió el Supramental, y luego, cuando leyó los Vedas, encontró allí la verificación. Y entonces empezó a desarrollar este conocimiento del Supramental, y superó lo que se sabía en los Vedas. Porque su pregunta fue: ¿Se puede utilizar esta supramente? ¿Hay algún medio por el cual el Supramental pueda ser empleado para resolver los problemas de la crisis que la humanidad está afrontando hoy? Esa es la pregunta que él formuló. Y sorprendentemente, resulta que Madre, que no había conocido a Sri Aurobindo sino hasta 1914, pero que estaba practicando yoga por su cuenta, también había encontrado el Supramental. Madre dijo que cuando conoció a Sri Aurobindo el 9 de marzo de 1914, la primera vez, ella le hizo una pregunta. Ella le contó que ella ya había descubierto el Supramental por su cuenta (y de nuevo, tampoco fue leyendo los Vedas, ella lo hizo mediante su propia experiencia yóguica), y le planteó esta pregunta: “¿Puede descender el Supramental a la Tierra? ¿Se puede traer hasta aquí abajo?”. ¿Y por qué planteó ella esta pregunta? Porque ella había encontrado que en el Supramental hay una armonía automática. El Supramental es un sistema de 107 relaciones que son automáticamente armoniosas. No se necesita hacer un esfuerzo para armonizar, es espontáneamente armonioso. De manera que si esa Supramente puede venir a la Tierra, entonces la armonía se puede volver automática. Madre había visto que si el Supramental podía ser traído a la Tierra, entonces la armonía podía llevarse a cabo en la Tierra, en la vida terrestre, en la vida física. La pregunta era: ¿Es posible? Esa fue la pregunta que Madre le hizo a Sri Aurobindo en 1914. Ustedes pueden ver el espíritu de investigación que está involucrado. Cuando Madre dice que Auroville está destinada a la investigación, es este tipo de ardiente investigación la que debemos tener en nuestros corazones, ese tipo de búsqueda que Madre tuvo. Ella estaba buscando responder esta pregunta: ¿Puede descender a la Tierra el Supramental? Y la propia Madre dice en su relato de esta experiencia con Sri Aurobindo, que él le respondió muy brevemente diciendo: “Sí”. ¡Es una respuesta tremenda! Que el Supramental sí podía descender a la Tierra, no había duda en su mente, porque él ya había indagado lo necesario al respecto y había llegado a la conclusión de que el Supramental podía descender a la Tierra. Ahora bien, la mayoría de quienes habían tenido alguna visión del Supramental no habían llegado a esta conclusión de que el Supramental podía realmente descender sobre esta Tierra. De hecho, como dice Madre en uno de sus relatos posteriores, todas las experiencias anteriores habían insistido repetidamente en que el Altísimo no se podía manifestar en el físico. Sea lo que sea el Altísimo (ya sea Sachchidananda, el Supramental, el Amor Supremo, lo que sea), se podía tener un poquito de eso en la Tierra, pero no se podía quedar permanentemente aquí, ni siquiera ese poquito. Nunca podría bajar totalmente aquí, al mundo físico. Por vez primera, Sri Aurobindo hizo la afirmación: “Sí” —sí puede descender. Y lo que es todavía más importante es esta observación de Madre: cuando Sri Aurobindo dijo “Sí”, ella vio que el Supramental empezó a descender ahí mismo, de inmediato. No era un mero “Sí”. Y Madre hizo esta observación: “Por primera vez vi un Conocimiento tan poderoso que podía hacerse efectivo”. En el momento en que Sri Aurobindo dijo “Sí”, entonces empezó a descender. 108 Ahora bien, ustedes pueden decir (y es verdad) que incluso en los Vedas hay un descenso del Supramental. Pero hay una diferencia entre el tipo de descenso que encontramos en los Vedas y el que encontramos en Sri Aurobindo. La vez pasada les mencioné “la victoria de los antepasados” y les cité una frase de Parashara, el gran rishi, que describe la condición en que se obtiene la más alta y gran victoria. Esa descripción consiste en que los poderes de los dioses, que son hijos de Aditi, descienden y el físico los puede sostener sin dislocarse. El cuerpo permanece estable como una vasija bien horneada, no como una vasija cruda. Y ese es el estado que ellos describieron como Inmortalidad: cuando el cuerpo puede soportar el Supramental sin romperse. “Ese es un estado de Inmortalidad”, ¿quiere decir que se trata de un estado físico, una inmortalidad física? Esa es una pregunta que debemos plantear: ¿Los rishis se estaban refiriendo a inmortalidad física? La respuesta es: podría ser. En una de las conversaciones en La agenda, Madre dice que es bastante posible que algunos de los rishis estén aún vivos. Es bastante posible. Si el físico se sostiene cuando el Supramental desciende, ese físico puede continuar viviendo sin parar. Pero incluso entonces Madre hace una distinción entre la inmortalidad del cuerpo y el estado de no-­‐muerte. La no-­‐muerte es un estado en el que no es obligatorio morir. Es una conquista sobre la muerte. Continuar meramente viviendo sin parar no es una conquista sobre la muerte. Se conquista la muerte cuando la muerte deja de ser obligatoria. Uno puede morir, pero no es obligatorio, uno puede no morir, uno no está obligado a hacerlo. Esta es una proposición distinta. Discutiremos este asunto en alguna otra ocasión, si hay un gran sentido de la investigación en nosotros. De hecho, alguna vez en 1965 ó 66, Madre anunció que estaba investigando qué era la muerte, y dijo que ayudaría a todos los que quisieran emprender esta investigación. ¿Qué es la muerte? ¿Es obligatoria la muerte? ¿Acaso debería existir la muerte? Madre dijo que su vida entera se podría resumir en esta única indagación. Afirmó algo como: “Estoy aquí en la Tierra para hallar la respuesta a esta pregunta: ¿Qué es la muerte? Y para conquistar la muerte”. Porque en la muerte está contenida la semilla de todo lo que llamamos división, discordia, desarmonía, todo. Hay un capítulo muy interesante en La vida divina en el que Sri Aurobindo expone el tema 109 de la Inmortalidad en toda su plenitud, en todos sus aspectos, aunque brevemente. El solo sobrevivir a la muerte, es decir, sobrevivir después de la muerte, también puede ser visto como inmortalidad. Esa inmortalidad ya existe en nuestras almas, en todos y cada uno. El alma sobrevive a la muerte, el ser psíquico es inmortal. Pasa de un cuerpo a otro, pero en sí mismo sigue siendo el mismo. Crece, se enriquece con la experiencia, se vuelve más vasto, pero persiste. Esa inmortalidad por supuesto que es del conocimiento de todos. Percatarse de la inmortalidad del alma también es un gran paso. Es probable que hayamos oído hablar de “la inmortalidad del alma”, pero no que la hayamos experimentado. De manera que experimentarla es experimentar un tipo de inmortalidad; cuando se la ha experimentado se puede decir: “Me he vuelto inmortal”, pero ese no es el contenido pleno de la idea de inmortalidad. Hay un concepto de inmortalidad más profundo y es cuando uno experimenta la Realidad Suprema, cuya naturaleza es indestructible. El alma es sólo una chispa de esa Realidad, pero cuando uno se percata de esa Realidad en sí misma, esa es una experiencia distinta de inmortalidad. La inmortalidad que se describe en la Katha Upanishad es esa experiencia de la Realidad última. Vivir todo el tiempo en la experiencia de la Realidad Suprema es alcanzar la inmortalidad. El físico puede morir, pero cuando uno experimenta su unidad con esa Realidad —que es indestructible y vasta, que es Suprema—, esa experiencia es la experiencia de la inmortalidad. ¿Pero se puede experimentar esa Inmortalidad estando aún en el cuerpo? —esa fue la pregunta. En India y en otros lugares hay una gran controversia sobre esto. Según una creencia, uno puede experimentar esta inmortalidad estando aún en el cuerpo; según otras creencias, es sólo cuando uno deja el cuerpo que puede experimentarla, de lo contrario no puede. La inmortalidad tal como la entienden los Vedas es mucho más vasta. Uno puede experimentar en el cuerpo la inmortalidad del Supremo, uno puede experimentar Su Realidad en su carácter supramental. Los poderes de los dioses, que son los hijos de Aditi, la Suprema Madre, descienden y habitan en tu cuerpo, y tu cuerpo permanece. Prithivi vitasthe, en palabras de Parashara. Prithivi significa “el físico”, vitasthe “se mantuvo incólume” —esa es la inmortalidad védica. 110 Y sin embargo, eso no quiere decir que se haya eliminado el principio de la muerte en este mundo evolutivo. Se puede subsistir, incluso físicamente. Sri Aurobindo habla de la triple inmortalidad, aparte de todas esas experiencias que ya he mencionado: la inmortalidad del alma, la inmortalidad de la experiencia del Supremo, la inmortalidad del Supremo con el Supramental en el cuerpo. Aparte de estas tres connotaciones de la palabra inmortalidad, Sri Aurobindo habla de una triple inmortalidad: la inmortalidad de la mente, la inmortalidad del vital y la inmortalidad del cuerpo. La triple inmortalidad es una clase especial de inmortalidad, en la que hay una progresión constante, y que no necesita la disolución en ninguna de sus etapas. Uno puede tener la mente desarrollándose de tal manera que continúa desarrollándose, pero en ninguna etapa se requiere que se disuelva de ninguna forma. Es progresión constante. Igualmente con el vital y con el físico. Y Sri Aurobindo estipuló bajo qué condición se logra esta clase de inmortalidad: cuando la mente es capaz de ser constantemente guiada por el alma interior, por el ser psíquico, no sólo interiormente sino hasta en la superficie —en otras palabras, cuando todos los movimientos de la mente se vuelven psiquizados—, es entonces cuando la mente no necesita disolverse para seguir progresando. De lo contrario, la ley de la progresión dicta que, cuando uno ha hecho un determinado progreso, en un cierto punto crítico, con el fin de continuar progresando, algo de lo viejo tiene que disolverse. Y luego, de nuevo, cuando se hace otro progreso, algo de lo anterior tiene que disolverse. Debe disolverse, obligatoriamente —si no se disuelve, no se puede seguir progresando. Ese es el proceso normal, pero cuando la mente está totalmente psiquizada, y puesto que el ser psíquico es inmortal, esta capacidad de la inmortalidad del alma se refleja en la mente y se comparte con ella. Pero esto se vería aún más reforzado si la mente fuera supramentalizada —no sólo psiquizada, sino supramentalizada. Y asimismo se psiquiza y se supramentaliza el vital, y se psiquiza y se supramentaliza el cuerpo. Este asunto de la supramentalización es muy importante. Se puede eliminar el principio de la muerte: este es el nuevo descubrimiento que hicieron Sri Aurobindo y Madre. Incluso mientras se está en el cuerpo, sin necesidad de disolución, en tanto el cuerpo pueda responder a la Voluntad del Supramental 111 constantemente, ininterrumpidamente. Esa era la pregunta que ellos habían formulado. Y a menos que esto se haga, la armonía sobre la Tierra no es posible. Porque, en última instancia, la armonía en la Tierra tiene que ser una armonía física, en el plano físico. Que el cuerpo permanezca estable incluso cuando el Supramental desciende sobre él es un concepto diferente del nuevo concepto que desarrollaron Madre y Sri Aurobindo: que el físico sea permeado por el Supramental. El Supramental bajando al cuerpo y viviendo en el cuerpo, pero sin impregnar el cuerpo, ese es un estadio. Pero otro estadio es el Supramental entrando en un cuerpo que permanece estable y luego yendo más allá, infiltrando el físico —este asunto de la infiltración nunca se había expuesto en toda la historia de la humanidad. ¿Es posible que el Supramental permee el físico, que lo impregne, que lo infiltre? ¿Y cuál es la condición para que esto se cumpla? ¿Qué fuerzas se requieren? ¿Cómo se puede hacer? Este es un descubrimiento muy grande: Sri Aurobindo y Madre dijeron que eso se podía hacer. Que el Supramental puede permear el físico, de manera tal que elimine la necesidad de la muerte. La necesidad de la muerte —uno puede morir, pero la necesidad de morir, la obligación de morir, quedaría eliminada. Uno puede continuar viviendo durante miles de años, y aún así estar obligado a morir, que esa obligación no se haya abolido. En este otro caso, por el contrario, uno podría morirse, pero no existiría la obligación de morir. Existiría lo que se denomina “muerte a voluntad”, sobre la cual India sabe muchísimo —se le llama ichchha-­‐ mrityu, “uno muere a voluntad”. Pero la muerte a voluntad es sólo una especie de ajuste temporal, no es una conquista de la obligación de morir, sino meramente la capacidad de determinar el momento en que uno se puede morir. Uno lo puede posponer durante algún tiempo, como Bhishma —se dice que tenía la capacidad de morir a voluntad, y pudo posponer su muerte durante algunos meses. Esta no es una conquista sobre la obligación de morir. Uno sabe que se tiene que morir, pero uno puede posponerlo. De eso no es de lo que hablan Madre y Sri Aurobindo. Conquistar la muerte es conquistar la obligación de morir, y Sri Aurobindo y Made dicen que esa conquista se puede lograr. Ya una vez les mencioné la declaración que Madre hizo el 14 de marzo de 1970, cuando ella dijo: 112 “Está hecho”. Ella afirmó en términos categóricos: “Está hecho”. Y dijo que ya el Supramental podía establecerse permanentemente en el físico. Esa es la diferencia entre el descubrimiento védico del Supramental y el descubrimiento de Madre y Sri Aurobindo. Como señala Madre, en los Vedas no hay indicios de que ellos hayan establecido el Supramental permanentemente. Madre y Sri Aurobindo querían fijar el Supramental en la Tierra de forma permanente. ¿Y por qué esta fijación permanente? Porque a menos que eso se haga, no puede haber una paz durable. Ustedes deben haber oído en el mundo moderno este término “paz durable”, la paz que perdura, la paz que nunca se destruye, la que permanecerá. No es que se posponga una guerra mundial ahora, para luego vivir temiendo que llegue. Es como si existiera la obligación de la guerra. Estamos obligados a pelear. Podemos posponer la pelea, pero estamos obligados a pelear. En ese estadio nos encontramos actualmente. Seguimos estando obligados a pelear, a menos que liberemos a la Tierra de la obligación de pelear. Les dije que Sri Aurobindo confirmó la experiencia védica de que la vida humana es una batalla. Él confirmó la aspiración védica de que debemos llegar a la armonía y la paz. Pero lo que Sri Aurobindo hizo, y que no se había hecho en ninguna parte en absoluto en la historia del mundo, que es completamente nuevo, es que el mundo no necesita seguir obligado a estar en un campo de batalla. En la actualidad es un campo de batalla, pero todo este principio del conflicto puede ser eliminado de la experiencia del mundo. Y Madre dijo que estaba hecho. Procesarlo puede tomar siglos, puede tomar mil años —eso no importa—, pero está hecho. Esto da una perspectiva completamente nueva. Les hablé de la carta que le escribí a Madre donde le describía mi plan de estudios sobre la historia espiritual de la India. Me gustaría aprovechar esta oportunidad para leerles la respuesta de Madre. Es una respuesta corta, pero me gustaría contarles a ustedes lo que Madre me dijo porque es muy relevante para el tema en el que estamos: «Tú estabas tratando de mostrar la continuidad de la historia con Sri Aurobindo como el resultado, la culminación. Es enteramente falso. Sri Aurobindo no pertenece a la historia. Él está por fuera y más allá de la 113 historia. Hasta el nacimiento de Sri Aurobindo, las religiones y las espiritualidades se centraron siempre en figuras pasadas, y señalaron como meta la negación de la vida sobre la Tierra. De manera que uno tenía que escoger entre dos alternativas: o vivir en este mundo con su ronda de mezquinos placeres y dolores, alegrías y sufrimientos, amenazado con el Infierno si no se comportaba apropiadamente; o escapar a otro mundo —Cielo, Nirvana, moksha, liberación. Entre ambas no hay mucho que escoger: son igualmente malas. Sri Aurobindo nos dijo que este fue el error fundamental responsable de la debilitación y degradación de India. El budismo, el jainismo, el ilusionismo bastaron para minar toda la energía del país. Es verdad, la India es el único lugar en el mundo que aún está consciente de que existe algo más además de la Materia, los demás países lo olvidaron, Europa, América y en todas partes. Es por eso que India aún tiene un mensaje por preservar y por entregarle al mundo. Pero en este momento está hecha un enredo. Sri Aurobindo mostró que la Verdad no consiste en salir huyendo de la vida terrestre, sino en permanecer en ella para transformarla, para divinizarla, de manera que el Divino pueda manifestarse aquí en el mundo físico». Luego ella se dirige a mí diciendo: «Deberías decir todo esto de entrada. Deberías ser franco y directo. Cuando esto se haya dicho firmemente, llanamente, y no quede duda al respecto, entonces, y sólo entonces, puedes seguir adelante y entretenerlos con la historia de las religiones y de los líderes religiosos y espirituales. Entonces, y sólo entonces, serás capaz de mostrar la semilla de debilidad y de falsedad que han abrigado y proclamado. Entonces, y sólo entonces, serás capaz de discernir de época en época, de lugar en lugar, una intuición de que otra cosa es posible. En los Vedas, por ejemplo, la orden de descender hasta lo más profundo de la cueva de las panis. En los Tantras también, una pequeña Luz ardiendo. Puedo añadir que podrías adoptar como lema para tu primer proyecto esta cita de Sri Aurobindo: “No pertenecemos a los amaneceres del pasado, sino a los mediodías del futuro”». 114 Este fue el tercer descubrimiento de los Vedas, la Supramente, y les conté cómo Sri Aurobindo fue más allá —no fue más allá, sino que descubrió algo nuevo que los Vedas ni siquiera concibieron. En cierto sentido, al contarles todo esto también les conté lo que Sri Aurobindo hizo con respecto a los otros dos descubrimientos: el descubrimiento de la Suprema Realidad, y el descubrimiento de la completitud del conocimiento, de la integridad del conocimiento que encontramos en los Vedas y en la yoga de los Vedas. De manera que, en lo que respecta a cada uno de estos cinco descubrimientos, como dice Madre, en Sri Aurobindo están presentes “los mediodías del futuro”. 115