Dilema en Harvard: ¿Es viable la Argentina como país

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SOBRE EL CRECIMIENTO ECONÓMICO DE LOS PAÍSES EN LA ERA DE LA
INFORMACIÓN.
Dilema en Harvard: ¿Es viable la Argentina como país? 5/7/03
POR JUAN ENRIQUEZ CABOT
La Argentina ya es un país objeto de estudio en los centros académicos más
importantes del mundo: ¿cómo puede ser que una Nación tan formidable a
comienzos del siglo 20 haya retrocedido tanto a comienzos del siglo 21 pese a
contar con enormes recursos naturales? La exposición que se publica llega a la
conclusión, implícitamente, de que la Argentina no es un país viable, si no produce
una Revolución del Conocimiento. Una nota para reflexionar.
En 1900, la Argentina era uno de los países más ricos. Para 1960, pese a una
serie de gobernantes de cuestionable habilidad, seguía siéndolo. ¿Por qué?
Porque en ese momento, 1/3 parte de la economía mundial era agricultura, la 3ra.
parte era industria y el resto, eran servicios. Y por servicios, entiendan
conocimientos: no son mozos, ni gente que hace hamburguesas. Son personas
que sacan patentes, los consultores, los que hacen seguros, los que hacen leyes,
investigación tecnológica, los que hacen CD's y programas de computación.
Avancemos desde 1960 a 1998. El 4% de la economía mundial es agricultura, y
no porque la agricultura en términos de volumen o en términos numéricos sea
menor; sino porque la economía mundial creció a tal nivel en los otros aspectos
que la agricultura parece, comparativamente, mucho menor. La industria sigue en
el mismo nivel, una tercera parte de la economía mundial, y los servicios ahora
son dos terceras partes del crecimiento mundial.
Los servicios se manejan en un idioma, el digital. Esto quiere decir que un joven
que no se graduó en la Universidad de Harvard, que sale un año antes de lograr
su diploma de licenciatura, puede acumular una cuenta bancaria que es el
equivalente a todo lo que producen los habitantes de Israel en un año, o Malasia,
o Singapur o Venezuela. Y que si ese señor se levanta de mal humor un día y
cambia sus cuentas de bancos y de seguros, mueve la economía de un país. Eso
significa que su compañía, el día que decida moverse de lugar, mueve una
economía del tamaño de Canadá.
Ésa es la diferencia, lo muy distintivo entre la vieja y la nueva economía. En una
Economía del Conocimiento -donde se puede generar mucha riqueza a corto
plazo y esa riqueza depende del conocimiento digital- la economía de un país
puede desaparecer en una semana. Esto tiene serias implicancias para los países
que no entienden por qué tienen que darle educación a sus ciudadanos, por qué
hay que darles seguridad y por qué hay que respetar los derechos humanos.
Es por esas razones por las que, del 100% de jóvenes que China manda a
estudiar a USA, sólo regresa el 15%.
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Mientras tanto, aquellos que siguen produciendo oro, petróleo, uranio, trigo o
ganado, se vuelven cada día más pobres. Porque en términos de índices
económicos, un commodity, un bien básico, una materia prima, vale hoy el 20% de
lo que valía en 1845. Y aquellos pueblos que siguen tratando de competir
vendiendo materias primas sin conocimientos, son cada día más pobres.
Por eso, los pueblos más ricos del mundo no son los petroleros, a menos que uno
considere como grandes potencias a la ex URSS, Nigeria, Sudáfrica, Arabia
Saudita, Irak, Irán, o México.
¿Qué es lo que está pasando en América Latina?
En 1985, México, Brasil, la Argentina y Corea del Sur generaban más o menos el
mismo número de patentes anuales que USA. ¿Por qué nos deben importar el
número de patentes que se generan en USA por año? Porque si ésta es una
Economía del Conocimiento y uno no genera conocimientos, ni los protege ni los
vende, uno no tiene de qué vivir. La buena noticia es que de 1985 a 1998, el
número de patentes generado en México, Brasil y la Argentina se duplicó. Ya
estamos generando cerca de 100 patentes en cada uno de nuestros países.
La mala noticia, es que en el mismo período, Surcorea aumentó de 50 patentes
anuales a 3.400. Que sólo la compañía coreana Samsung es el cuarto productor
de patentes totales en USA. En Surcorea ahora se necesitan 13.000 surcoreanos
para lograr una patente en USA; pero se necesitan 760.000 argentinos, 1.200.000
mexicanos y 1.800.000 brasileños. Si ustedes me creen que este mundo está
transitando de una economía de bienes básicos a una Economía del Conocimiento
-y esta es la tendencia y estos son los recursos necesarios para patentar algoadivinen qué país va a ser más rico a corto plazo y qué países van a ser cada día
más pobres.
¿Qué es lo que está pasando en México? México tiene un Tratado de Libre
Comercio, ya que abrió sus fronteras con USA, y aumentó sus exportaciones.
Además, hizo una serie de cosas como los mismos ajustes que están discutiendo
en la Argentina. Llevamos 24 años de hacer ajustes, pero tenemos un
pequeñísimo problema: a la hora de sentamos a ver quiénes ocupan los primeros
15 lugares de patentes en México, nos damos cuenta de que son Procter &
Gamble, 3M, Basf, Kimberley Clarke, Bayer, Pfizer, Novartis, Hoesch, Johnson &
Johnson, AT&T, Samsung, Ely Lilly, Loreal, Motorola y Good Year. Todas
mexicanas, ¿verdad? Si ésos son los que generan patentes y venden
conocimiento, adivinen qué les pasa a los ingresos de los mexicanos, aunque
tengan baja inflación...
Y eso ocurre aunque se hagan ajustes financieros y aunque sigan los programas
del FMI. La 2da. consecuencia que tiene una economía es que no solamente se
puede mover la riqueza física, las cuentas bancarias, sino que también se puede
mover la riqueza intelectual.
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Para una persona que habla el lenguaje genético o el lenguaje intelectual, la
opción de quedarse en un laboratorio en un país que no apoya la creación de
nueva riqueza, que no apoya laboratorios, que no es competitiva, que no tiene
compañeros con quiénes hablar, no es la mejor.
Muchas veces, Microsoft llega a las mejores universidades y dice: "Quiero
llevarme a los 10 mejores alumnos a trabajar conmigo". Para darles un ejemplo,
en el Instituto Tecnológico de Monterrey -que es una de las más grandes escuelas
de México- a los 30 mejores alumnos se los lleva Microsoft una semana, con
boleto y todo pago, al estado de Washington (la capital es Seattle); los entrevista
durante cuatro días y les da tres días de vacaciones, con las mejores comidas,
barcos, etc, etc. y acaba contratando a los mejores muchachos. Lo mismo pasa en
India, en China: contratan a los mejores y los concentran.
Esta economía es portátil. El país que encuentra a los mejores ciudadanos de otro
país, se los lleva. Son más valiosas esas mentes que llevarse una mina. Más
valiosas que quedarse con el petróleo de un país. Esto es lo que cuenta, y los
países que no le pongan atención a sus recursos humanos, a su educación, a su
gente que puede generar patentes, ideas, empresas .... acabarán quebrando.
Veámoslo en términos prácticos: En 1999 IBM generó 2.685 patentes en USA y
167 países del mundo juntos generaron menos; apenas 2.500 patentes. Eso
quiere decir que una sola compañía puede generar más conocimiento y vender
más patentes que 167 países del mundo.
Ahora, vamos por un nuevo idioma.
A partir de 1950, dos científicos -Watson y Creek- descifran el modo como se
codifica y transmite el código de la vida. Ése, creo yo, fue el descubrimiento más
importante del siglo, junto con lo que encontró Albert Einstein. ¿Qué es lo que
pasó? Que el costo de codificar un gen bajó de US$ 150 millones por gen a US$
50 por gen. Cuando uno ve una curva de costos que opera de esta manera, se
genera una cantidad de información absolutamente brutal. Hay países,
compañías, lugares, que entienden este idioma, que están acumulando patentes
en estos idiomas; y también hay países que todavía no entienden que ya se
descubrió América. Los países que sí lo entendieron y que lograron mejor
tecnología acabaron dominando a los que pensaron que se había descubierto algo
que no se llamaba América. Por eso es tan importante entender y hablar estos
idiomas.
La persona que descifró el genoma humano -mitad científico loco, mitad
empresario- se sentó hace tres años y medio y dijo que se le hacía muy lenta esta
investigación genética (la que ya estaba en curso), y se planteó hacer la secuencia
completa del genoma humano, gesto equivalente a que, en 1960, alguien hubiera
entrado en la NASA y dicho que iba a lanzar un cohete a la Luna sin
financiamiento del Gobierno, que lo iba a hacer solito. Cuando lo dijo, hace tres
años y medio, todo el mundo se rió y retrucaron que "Nosotros, los Gobiernos del
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mundo de 16 países, 89 laboratorios, estamos gastando US$ 3.000 millones, y
vamos a acabar esto antes del 2005". Y este señor dijo "Yo voy a gastar la décima
parte y lo voy a hacer en dos años". Y cumplió. El 12 de febrero de 2001 lo hizo.
Este hombre, que hace tres años no tenía ninguna compañía, ahora tiene la
computadora privada más grande del mundo, tiene el equivalente a seis
bibliotecas del Congreso de USA en información genética en su sótano, acaba de
terminar el mapa genético completo de un ratón.
De las 12 enfermedades principales que primero se publicaron, él fue responsable
por la publicación de ocho. Es un hombre que en tres años generó una industria
que se llama la genómica y que ha dado lugar a una serie de compañías que
ahora tienen un valor de mercado similar a lo que produce la Argentina en un año.
En su laboratorio para estudiar, generar y hacer el mapa genético humano,
trabajaban 47 personas.
Todo esto ocurre a una velocidad inmensa, al 50% más rápido de lo que sucedió
la Revolución Digital, y es una revolución que va a cambiar la manera de cómo
vemos y entendemos la vida en este planeta. Está cambiando no sólo en términos
de la genética, sino en los términos de casi cualquier industria que ustedes
quieran ver y, sólo como ejemplo les digo que el principal programa que tiene hoy
en día IBM para nuevas computadoras no es para Internet sino para la genética y
se llama "Blue Jean".
El principal programa que tiene Hewlett-Packard (está la publicidad en las calles)
tiene la doble hélice del ADN. Si hablan con una farmacéutica les dirá que es la
genética lo que está empujando la medicina; si lo hacen con una química como
Dupont, les dirá que es la genética lo que está empujando toda su industria. Por
eso Pioneer se vuelve parte de Dupont, y por eso las grandes compañías de
semillas del mundo fueron compradas por farmacéuticas o por químicas, porque
una semilla se vuelve un disco digital; y entonces uno puede reprogramar la vida
dentro de una manzana o de una naranja, y eso es lo que será la economía
mundial.
El año pasado, por primera vez en USA, el número de patentes biológicas y de
biotecnología excedió el número de patentes de computadoras y
telecomunicaciones.
Mientras tanto nosotros, en América Latina, en México por ejemplo, seguimos
exportando cada vez más y tenemos un salario mínimo que es el 27% de lo que
ganábamos en 1976. Esto sucede país tras país, tras país: entra un ministro de
Economía o de Finanzas, sale un ministro de Economía o de Finanzas; entra un
Presidente, sale otro Presidente y el país es cada vez más pobre. No porque el
que entra sea más tonto, sino porque la agenda de desarrollo económico es
equivocada, porque seguimos discutiendo si vamos a hacer una fábrica, una
represa o un puerto.
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Nada de eso importa hoy: Lo que importa hoy son las mentes, la educación, la
ciencia. Importa que esas mentes puedan proteger y vender conocimientos al
resto del mundo. Los países que entendieron esto, como Singapur, son los países
que van a dominar el planeta; y les recuerdo que en 1965 el 1er. Ministro de ese
país -que era bastante mas pobre que la Argentina- se reunió con el 1er. Ministro
de su vecino, Malasia y le pidió que absorbiera su país, su bandera y su
Constitución, porque no era viable como nación. Malasia no estaba convencido.
Les recuerdo que hoy Singapur tiene un ingreso per capita similar al de USA. En el
interín, produjo una reconversión fenomenal. Malasia se debe haber arrepentido
muchísimo.
También en México privatizamos: de 1.155 empresas que teníamos, nos
quedamos con 206 y por la venta de unas 900 obtuvimos US$ 24.000 millones.
Pero se nos olvidó que una vez que se privatiza también hay que regular y hay
que cuidar que la gente se porte bien, aún en el sector privado. No regulamos los
bancos y tuvimos una pequeña crisis bancaria que nos costó US$ 105.000
millones, el 18% del PBI. Otra razón por la que México no tiene ahora un ingreso
per cápita similar al de Corea, otra razón por la que México -después de 24 años
de reestructuraciones y 4 ministros de Economía o de Finanzas que han sido
luego presidentes- tiene una deuda externa que cada vez crece más con relación
a su producto nacional bruto; otro motivo por el cual en la Argentina, Uruguay,
Brasil y México el PBI per cápita no aumentó entre 1980 y 1994, mientras que sí lo
hizo en Mozambique y Pakistán.
Cierro mi exposición, diciéndoles lo que afirmaba Einstein en los años 40: "Todos
los imperios del futuro van a ser imperios del conocimiento, y solamente serán
exitosos los pueblos que entiendan cómo generar conocimientos y cómo
protegerlos; cómo buscar a los jóvenes que tengan la capacidad para hacerlo y
asegurarse que se queden en el país. Los otros países se quedarán con litorales
hermosos, con iglesias, minas, con una historia fantástica; pero probablemente no
se queden ni con las mismas banderas, ni con las mismas fronteras, ni mucho
menos con un éxito económico".
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