EL ACUERDO DEL GOBIERNO Y LAS FARC SOBRE EL TEMA

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EL ACUERDO DEL GOBIERNO Y LAS FARC SOBRE EL TEMA AGRARIO
En cincuenta años de conflicto, el acuerdo sobre el tema agrario, es
el primero que se logra entre el Gobierno y las Farc, en el marco de
las negociaciones que se vienen adelantando en la Habana Cuba y
después de seis meses de su iniciación, lo cual es un paso
trascendental y le aporta una dosis de esperanza al proceso.
El tema de la tierra en Colombia es uno de los asuntos que
históricamente ha motivado a la guerrilla de las Farc y, haberse
logrado este acuerdo, permite avanzar sobre los demás temas que
están pendientes en la negociación, que, siguiendo el orden de la
agenda corresponde a la participación en política de los miembros
del grupo armado.
Desde luego que este primer acuerdo, con algunas salvedades que
deberán tratarse posteriormente según se ha informado, y dentro de
los principios que enmarcan la negociación, de que “nada está
acordado hasta que todo esté acordado”, es una noticia muy
importante ya que por primera vez en 50 años de conflicto armado,
el domingo 26 de mayo, por fin se dio un acuerdo concreto entre el
Gobierno y las Farc encaminado a ponerle punto final a la
confrontación. Las dos partes –al término del noveno ciclo de
diálogos en La Habana– lograron firmar un documento titulado
‘Hacia un nuevo campo colombiano: reforma rural integral’.
No obstante, este es un paso histórico en la búsqueda de la paz en el
país, porque en por lo menos cinco intentos anteriores de buscar
coincidencias con las Farc para lograr el fin del conflicto nunca se
llegó a un acuerdo concreto.
LOS PRINCIPALES ASPECTOS DEL ACUERDO
El texto completo del acuerdo no se ha dado a conocer, sin
embargo según el comunicado de prensa del Gobierno y las Farc,
los siguientes son los aspectos fundamentales del acuerdo:
“Lo que hemos convenido en este acuerdo será el inicio de
trasformaciones radicales de la realidad rural y agraria, con equidad
y democracia”, aseguraron las partes en el pronunciamiento.
Hemos construido acuerdos sobre los siguientes temas:
Acceso y uso de la tierra. Tierras improductivas. Formalización de la
propiedad. Frontera agrícola y protección de zonas de reserva.
Programas de desarrollo con enfoque territorial. Infraestructura y
adecuación de tierras. Desarrollo social: salud, educación, vivienda,
erradicación de la pobreza. Estímulo a la producción agropecuaria y
a la economía solidaria y cooperativa. Asistencia técnica. Subsidios.
Créditos. Generación de ingresos. Mercadeo. Formalización laboral.
Políticas alimentarias y nutricionales.
Lo que hemos convenido en este acuerdo será el inicio de
trasformaciones radicales de la realidad rural y agraria de Colombia
con equidad y democracia. Está centrado en la gente, el pequeño
productor, el acceso y distribución de tierras, la lucha contra la
pobreza, el estímulo a la producción agropecuaria y la reactivación
de la economía del campo.
Busca que el mayor número de habitantes del campo sin tierra o con
tierra insuficiente, puedan acceder a ella, mediante la creación de un
Fondo de Tierras para la Paz.
El Gobierno Nacional formalizará progresivamente, con sujeción al
ordenamiento constitucional y legal, todos los predios que ocupan o
poseen los campesinos en Colombia.
Se crean mecanismos para solucionar conflictos de uso y una
jurisdicción agraria para la protección de los derechos de propiedad
con prevalencia del bien común.
Está acompañado de planes en vivienda, agua potable, asistencia
técnica, capacitación, educación, adecuación de tierras,
infraestructura y recuperación de suelos.
El acuerdo busca que se reviertan los efectos del conflicto y que se
restituyan las víctimas del despojo y del desplazamiento forzado.
Incluye la formación y actualización de la información rural para la
actualización del respectivo catastro, buscando seguridad jurídica y
mejor y más eficiente información.
Pensando en las futuras generaciones de colombianos, el acuerdo
delimita la frontera agrícola, protegiendo las áreas de especial
interés ambiental.
Buscando un campo con protección social, erradicar el hambre a
través de un sistema de alimentación y nutrición.
Lo convenido hasta ahora forma parte de un acuerdo más amplio
que esperamos lograr en los próximos meses el cual contiene seis
puntos. A partir del siguiente ciclo de conversaciones que se inicia el
11 de junio, comenzaremos la discusión del segundo punto de la
Agenda incluido en el "Acuerdo General" de La Habana,
denominado Participación Política.
Uno de los principios que guían estas conversaciones es que "nada
está acordado hasta que todo esté acordado". Esto quiere decir que
los acuerdos que hemos ido construyendo, están condicionados a
que lleguemos a un acuerdo sobre la totalidad de la Agenda y,
también, que en la medida en que se avance en la discusión se
puedan ajustar y complementar los acuerdos sobre cada uno de los
sub puntos.
Queremos destacar que en estos 6 meses de conversaciones no
solamente hemos discutido el tema agrario. En este lapso se dio vida
al proceso de conversaciones, se convino la manera de trabajar en
plenaria, comisiones o por separado y se pusieron en marcha
distintos mecanismos de participación y consulta ciudadana para
recibir propuestas y opiniones de ciudadanos y organizaciones
sociales. Estos mecanismos y procedimientos de trabajo y
participación ya están en marcha, por lo que esperamos que hacia
adelante avancemos con mayor celeridad en la búsqueda de
acuerdos.
Resaltamos el aporte de la Oficina de Naciones Unidas en Colombia
y el Centro de Pensamiento Para la paz de la Universidad Nacional
en la organización de los foros que se han realizado en Bogotá sobre
los temas Agrario y de Participación Política. También
incorporamos los aportes de las mesas regionales organizadas por
las Comisiones de Paz del Senado y la Cámara de Representantes de
Colombia.
Agradecemos a los miles de colombianos y colombianas, y
organizaciones sociales que nos han hecho llegar sus propuestas y
opiniones sobre los puntos de la Agenda a través de los foros, la
Página Web o los formularios que están disponibles en alcaldías y
gobernaciones. Todas y cada una de estas propuestas han sido
recibidas por las delegaciones en La Habana. En la Mesa de
Conversaciones se acordó y puso en marcha un procedimiento para
recibirlas ordenadamente, clasificarlas y tenerlas disponibles en
medio electrónico.
Queremos agradecer de manera especial a Cuba y Noruega, países
garantes de este proceso, por su permanente apoyo y por el ambiente
de confianza que propician. La presencia de sus representantes en La
Mesa de conversaciones es factor fundamental para el desarrollo de
las mismas. Igualmente agradecemos a Chile y Venezuela, países
acompañantes, a quienes las delegaciones informan periódicamente
sobre la marcha de los diálogos.
Estos cuatro países conforman un grupo de naciones amigas del
proceso que valoramos de manera especial, al igual que
agradecemos las expresiones de apoyo de otras naciones,
organismos y líderes internacionales que fortalecen la confianza en
el camino que estamos transitando. Hasta aquí el comunicado.
LAS SALVEDADES
Si bien el acuerdo logrado por el Gobierno y las Farc tiene trabajo
en el total de los subpuntos del tema sobre tierras y desarrollo rural,
las Farc se encargaron de hacer claridad en que tiene “salvedades”.
Concretamente, el jefe de la delegación de la guerrilla en Cuba,
‘Iván Márquez’, dijo: “Hemos avanzado en la construcción de un
acuerdo, con salvedades puntuales, que necesariamente tendrán que
ser retomadas antes de la concreción de un acuerdo final”.
Humberto de la Calle, jefe de la delegación del Gobierno, no habló
sobre las salvedades pero sí afirmó que si no todos los aspectos de
un punto se resuelven, estos pueden ser retomados más adelante en
la negociación.
El tratamiento de los grandes latifundios, la cantidad de zonas de
reserva campesina y los controles de la explotación minera y la
inversión extranjera han sido temas de duro debate entre el Gobierno
y las Farc.
EL TRATAMIENTO DEL LATIFUNDIO
El Gobierno ha sido claro –y ayer lo reiteró– en que la propiedad
privada legal no se tocará para la reforma agraria,
independientemente del tamaño que tenga.
Las Farc han insistido en que los cambios que se hagan a partir del
proceso de paz también deben afectar al gran propietario.
El fondo de tierras, al que irán las hectáreas para la distribución y
redistribución, tiene muchas fuentes, pero no se ha considerado el
latifundio legalmente adquirido.
El Gobierno y las Farc aún mantienen diferencias en el número de
personas que no tienen tierra y que deben adquirirla a partir de los
acuerdos de paz.
La guerrilla, por ejemplo, considera que 250.000 campesinos es un
número bajo frente al tamaño del despojo y el desplazamiento que
ha habido por el conflicto armado.
Las Farc citan una cifra de entre 6 y 8 millones de campesinos a los
que les han arrebatado la tierra o la han tenido que abandonar por la
violencia de los distintos grupos armados de Colombia.
El TAMAÑO DE LAS ZONAS DE RESERVA CAMPESINA
Las Farc han hablado de que los campesinos organizados en zonas
de reserva campesina, reconocidas y no reconocidas, ocupan 9,5
millones de hectáreas.
El Gobierno dijo ayer que estas zonas serán “vigorizadas”. Sin
embargo, parte de la base de que solo deben crearse las que son
necesarias por circunstancias especiales de violencia contra los
campesinos y para proteger su propiedad sobre la tierra.
La diferencia en este punto ha estado en el número de zonas que
deben constituirse.
Actualmente, según cifras oficiales, ocupan 811.000 hectáreas.
CONTROLES A LA EXPLOTACIÓN MINERA Y LA
INVERSIÓN EXTRANJERA
Las Farc, como bien se lo dijeron a EL TIEMPO la semana pasada,
no se oponen a la explotación minera y la inversión extranjera, pero
consideran que el Estado no cumple con los controles que debe
hacerles y que, incluso, han sido ordenados por la Corte
Constitucional.
Uno de los puntos de la guerrilla sobre la minería es que esta le está
robando a la producción de alimentos, mientras que Colombia los
importa.
También dicen las Farc que las reservas forestales se están agotando
por la explotación minera.
EL FUTURO DE LA NEGOCIACIÓN
Concluido este primer tema de la agenda de negociación, con las
salvedades anotadas, las partes se volverán a reunir el próximo 11 de
junio para abordar el siguiente tema que es el de la Participación en
Política de los miembros de las Farc, uno de cuyos aspectos es el
tema de la justicia, frente a los delitos de lesa humanidad en que han
incurrido muchos dirigentes de ese grupo guerrillero
No sobra anotar que todos los temas de la agenda, son complejos
producto de un conflicto que hemos mantenido por 50 años y que
exigen una alta dosis de compromiso por alcanzar una paz negociada
con esta agrupación. Como se recordará los restantes temas de la
Agenda son: narcotráfico y cultivos ilícitos; dejación de armas y
reintegración a la sociedad civil y reparación a las víctimas.
Muchos son los interrogantes ante el futuro de la negociación, entre
ellos y sin la pretensión de agotarlos, tenemos: ¿Cuánto tiempo
durara este proceso de negociación? ¿Sí en este primer tema se
llevaron seis meses para llegar a un acuerdo con salvedades? ¿El
presidente Santos habló en un principio que esperaba que esta
negociación estuviera concluida en noviembre, será ello posible? De
no ser posible ¿Es conveniente seguir con esta negociación en
medio del debate electoral que ocupará el primer semestre del
próximo año, con elecciones de Congreso en marzo y en mayo y
junio de Presidente? ¿Cuál va ser el mecanismo para refrendar los
acuerdos?
Que Dios nos tenga de la mano e ilumine a los negociadores y haga
posible un acuerdo que nos permita disfrutar en un escenario
diferente, de los recursos que hoy se invierten en la guerra, en el
desarrollo económico y social de todos los colombiano!!!!!
Barranquilla, 28 de mayo de 2013.
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