V Congreso Internacional del CLAD sobre la Reforma del Estado y de la Administración Pública, Santo Domingo, Rep. Dominicana, 24 - 27 Oct. 2000 V Congreso Internacional del CLAD sobre la Reforma del Estado y de la Administración Pública Santo Domingo, República Dominicana, 24 al 27 de Octubre de 2000 Los efectos de la descentralización desde una perspectiva regional Socº Dimitri Briceño Reyes I El presente trabajo tiene como objetivo acercarse a una revisión del proceso de Descentralización en Venezuela. En una primera parte haremos un bosquejo de los antecedentes históricos de la reforma descentralizadora y posteriormente nos referiremos a su evolución en la región, objeto de estudio. Si algo ha movido a los pueblos ha sido la búsqueda o el acercamiento de lo que se ha llamado modernidad. Este ha sido un constante ejercicio que ha suscitado enfrentamientos, a veces lamentables, por los diferentes caminos que la dirigencia política, en los diferentes pueblos han tomado para activar “mecanismos modernizadores” que impulse el progreso de las regiones. Según Arturo Sosa (sj). (1999) por modernidad se entiende: Ese esfuerzo sistemático de superar el atraso de las sociedades rurales mediante el desarrollo de las fuerzas productivas hacia la industrialización, concebida como un modo de producción más eficaz para proveer las bases materiales de la sociedad. Significa, también, el uso de nuevas formas de tecnología en todos los ámbitos de la vida social, el desarrollo de las comunicaciones, la expansión de los servicios públicos, cambios radicales en las formas de ocupación y trabajo. Está asociada a la introducción de la razón y el comportamiento racional como máxima instancia del auténtico comportamiento humano y, evidentemente, a la ampliación y expansión de la educación en todos los niveles y a todas las capas de la población. La modernidad exige, también, el surgimiento de múltiples y pluralistas formas de asociación social con participación masiva (p.440). El contenido de la cita anterior nos indica lo complejo del proceso social en busca de la modernización, numerosos escollos deben superar los miembros de una sociedad para unificar criterios en torno a la evolución de los planteamientos modernizadores, que en Venezuela uno de ellos ha sido la reforma del Estado que contiene privilegiadamente el proceso de descentralización para aumentar la participación de las diferentes regiones. Entre las molestias que dificultan los procesos sociales modernizadores que contienen la descentralización, está la resistencia al cambio. Es el reto de enfrentar nuevas realidades que en esencia resultan más complejas. Es un problema cultural; la percepción que se tiene de que cambiar no es fácil es parte de la idiosincracia del venezolano y se hace necesario que los cambios estratégicos -entre elloslos descentralizadores deben estar sustentados por los valores, actitudes y conductas de sus gentes. El proceso tuvo fuerte resistencia en sectores de la dirigencia del país porque tocaba sus intereses y en otros porque no entendían la necesidad de estos cambios que eran obligados. Para ello no existen guías universales, cada país debe encontrar su propio camino. El esquema centralista de desarrollo se había agotado. Un gran trazo de la historia venezolana está marcada por el caudillismo, régimen político 1 V Congreso Internacional del CLAD sobre la Reforma del Estado y de la Administración Pública, Santo Domingo, Rep. Dominicana, 24 - 27 Oct. 2000 idóneo para gobernar a Venezuela. Es a finales del siglo pasado con el triunfo de la Revolución Liberal Restauradora (1899) y la Revolución Libertadora de principios de siglo (1902) cuando se da al traste con los caudillos que habían copado el escenario político venezolano desde el final de la guerra de independencia. De allí se construye una nueva estructura de poder, el nuevo orden que responde por un lado a la lealtad incondicional de los jefes regionales al gran jefe nacional y por el otro la posesión completa del territorio nacional por el gobierno central. Los protagonistas de estos cambios los encarnan los generales Cipriano Castro y Juan Vicente Gómez, éste último asume el poder el 19 de Diciembre de 1908, para concentrar el mayor poder político que hasta ese momento se conocía. Es el fundador del ejército nacional, inicia las reformas de la Hacienda Pública y unifica el tesoro nacional, profundiza el proceso de construcción de una red de comunicaciones en todo el territorio nacional a través del telégrafo y la vialidad que permite una presencia activa del poder central en todo el país. La aparición del petróleo y su posterior explotación, produjo la entrada grandes sumas de dólares que sirvieron para agigantar la Hacienda Pública centralizada, que permitió el fortalecimiento de las instituciones como el ejército y al Estado como el principal personaje del escenario social de Venezuela. En 1925 el petróleo se consolida con el principal producto de exportación de Venezuela y así se inicia el proceso que nos lleva hasta la actualidad de dependencia de la renta petrolera. Aparecen dos planteamientos que buscan alcanzar la vía más idónea para el desarrollo de Venezuela. Una de ellas plantea que un país con un pueblo atrasado no es capaz de desarroallarse careciendo de guía, la guía es la élite modernizadora que tiene la madurez política para llevar a cabo el proceso. Las elites venezolanas, a través del Dr. Arturo Uslar Pietri (1936) plantearon: “Si hubiéramos de proponer una divisa para nuestra política económica, lanzaríamos la siguiente, que nos parece resumir dramáticamente esa necesidad de invertir la riqueza producida por el sistema destructivo de las minas, en crear riqueza agrícola productiva y progresiva: Sembrar el Petróleo” (p.4). Paralelamente se debían invertir los recursos, en acelerar el sector moderno, que consistía en la creación de la banca, incrementar el comercio, emprender obras de infraestructura para las ciudades y llevar a cabo un programa de sustitución de importaciones. Todo esto acompañado de una capacitación rápida de la sociedad para incrementar su participación y sentar las bases de un régimen democrático representativo. Para Uslar la riqueza "transitoria" que por la venta de petróleo se iba a obtener, no podía ser destinada al consumo. Consideraba que todo ingreso adicional que recibiera alguna persona o país que no se hubiese obtenido del esfuerzo o trabajo llevaría al despilfarro y la corrupción social. Este es el fondo de su mensaje. "Si la renta petrolera venezolana se destinara a aumentar la capacidad de consumo de la población, lo que se estaría haciendo es sustituir la capacidad de sacrificio del pueblo venezolano por prácticas parasitarias e ilícitas" (Baptista y Mommer,1960,p.60). Es necesario recordar, que para ésta época, cuando el Doctor Uslar Pietri, plantea el proyecto modernizador, a nivel mundial, el modelo de desarrollo "liberal", está en crisis debido a la depresión que fue una catástrofe sin precedentes para los Estados Unidos. La renta monetaria se redujo considerablemente, antes de que la economía alcanzara su punto más bajo de la crisis en 1933. La producción en Estados Unidos disminuyó en un tercio, y el desempleo aumentaba, al extremo de un 25%. Para el resto del mundo la depresión norteamericana se reflejó en altos índices de desempleo y el hambre y la miseria campearon a lo largo del planeta. 2 V Congreso Internacional del CLAD sobre la Reforma del Estado y de la Administración Pública, Santo Domingo, Rep. Dominicana, 24 - 27 Oct. 2000 En Alemania, la depresión ayudó a Adolfo Hitler a alcanzar el poder, allanando el camino a la segunda guerra mundial. En Japón reforzó sustancialmente a la camarilla militar que se esforzaba en la creación de una zona de prosperidad en toda el Asia Oriental. En China, los cambios monetarios aceleraron la inflación a altos niveles, lo que produjo la caída del régimen de Chiang Kai-Shek, que condujo a los comunistas al poder. Pues bien, ese capitalismo que había florecido con tanta fuerza en el siglo XVI, se encontraba en su peor momento. El hombre de la calle se convenció de que era un sistema inestable y que estaba destinado a sufrir crisis cada vez más graves. Por lo que se aceptaron los puntos de vista de muchos intelectuales de ese tiempo; el Estado debía intervenir para compensar la inestabilidad que la empresa privada había provocado. El Estado debía asegurar el bienestar del pueblo. La depresión logró que los economistas se convencieran de que no era necesaria una política monetaria para alcanzar la estabilidad económica. Por el contrario pensaron el dinero no importa. John Maynard Keynes uno de los economistas más importantes del siglo XX, ofreció una teoría alternativa que propugnaba una amplia intervención pública, así se inicia lo que se llamó la "revolución keynesiana". A partir de la "Gran Depresión" no era posible exigirle al Estado, pasividad frente a la marcha de la economía. El keynesianismo es la elaboración teórica que impulsa y legitima inicialmente la actividad económica del Estado. El populismo se convirtió en el pariente latinoamericano del "Welfare State" sajón. Ahora el Estado regía, en su totalidad, la economía de las naciones. El "nuevo trato", la "nueva frontera" o la "Gran sociedad", expresiones del Estado benefactor, marcaban la pauta de esos tiempos. Von Hayeck, Von Mises, Milton Friedman no cesaban de advertir acerca de los riesgos del intervencionismo estatal, clamando por el retorno a una nueva era liberal. Al respecto, Milton Friedman (1976), economista norteamericano y representante de la "Escuela de Chicago", escribe: El cambio de opinión tanto del hombre de la calle como de la profesión económica, se debió a una incompresión de lo que en realidad había sucedido. Sabemos ahora, como un grupo reducido de personas conocía entonces, que la depresión no se debió a un fallo de la empresa privada, sino más bien a un fracaso de la administración en una zona de actuación en la que ésta, desde el principio, se había asignado responsabilidad: acuñar moneda, regular su valor y el de las monedas extranjeras (p.106). Este proyecto modernizador no era el más adecuado porque su planteamiento de fondo excluía al pueblo; su aplicación sería "a posteriori", luego que hubiese madurado el sector de la burguesía que iba a dirigir el proyecto. El pueblo sólo era tomado en cuenta para la educación y el desarrollo de una infraestructura física que integraría al país y sanearía su ambiente lo que se podía lograr con una expansión social del gasto del Estado. “La participación política era de orden secundario. Se abrirían los derechos políticos una vez que esta burguesía concluyera el proceso civilizatorio” (España,1989,p. 89). Cincuenta y seis años después, en defensa del proyecto modernizador, planteado por las elites venezolanas y en momentos del colapso del modelo populista, Carlos Ball (1992) escribe: 3 V Congreso Internacional del CLAD sobre la Reforma del Estado y de la Administración Pública, Santo Domingo, Rep. Dominicana, 24 - 27 Oct. 2000 El 18 de Marzo 1.938, el general Lázaro Cárdenas le hizo el inmenso favor a Venezuela de expropiar a la industria petrolera de México, lo cual rápidamente transfirió a nuestro país gran parte de las inversiones y personal técnico de las grandes empresas petroleras internacionales que habían sido despojadas, aumentándose drásticamente los niveles de inversión en el ramo petrolero (p.284). Los partidos políticos propusieron otro proyecto, que podemos llamar de modernización populista y que consistía en aceptar la siembra del petróleo pero la distribución de la renta petrolera tenía que tomar en cuenta a ese pueblo pobre y olvidado que no podía esperar la cosecha para recoger sus frutos. Por esto era necesario, al estilo europeo, entregar el control del Estado en manos de un partido político que agruparía todos los sectores sociales que aspiraran a beneficiarse de la renta petrolera y de los frutos del Estado moderno. Este es el proyecto populista de modernización para Venezuela (Sosa, 1990, p.504). En el mes de Noviembre de 1.939, a bordo del vapor Orazio, en aguas del Pacífico, Rómulo Betancourt, (1940) fija posición: Abordar y resolver los inaplazables problemas planteados por la realidad venezolana es tarea que no podría realizar un hombre solo, sea cual fuere la fuerza de que disponga y aún cuando estuviere particularmente provisto de geniales dotes de estadista. La transformación de Venezuela, en un sentido de progreso que irradie hacia los estratos más profundos de la nacionalidad, requiere del esfuerzo unánime del pueblo, comandando para la heroíca empresa por una organización partidista de vanguardia. Organización en la cual se conjuguen y complementen la vocación revolucionaria y el rigorismo realista. Organización que agrupe y sujete a una disciplina partidaria, alrededor de un programa concreto e insuflándole una mística creadora, a todas las clases populares de la Nación. Un Partido Liberal o un Partido Comunista, no podrían cumplir en Venezuela ese rol histórico, sólo asumible por una organización de plataforma doctrinaria y de estructura interna democráticas y antiimperialistas. (p.4) A la luz de la cita anterior podemos apreciar que Betancourt, se define como populista, en la primera parte de la referencia, es toda una apología sobre el pueblo, quien es depositario de "valores positivos, específicos y permanentes". Luego el planteamiento va directamente a la creación de una organización política que va a ser la encargada de canalizar todos esos "valores positivos del pueblo". Posteriormente, arremete contra los modelos de partidos liberales y comunistas, que existían para la época en la URSS y Europa. Además se promociona como el líder en el que las masas deben depositar su fe y su esperanza. Indiscutiblemente que éste planteamiento resume la matriz ideológica del Partido Acción Democrática. En honor a la objetividad, Betancourt planteaba una fórmula de desarrollo venezolano, libre de ataduras ideológicas extrañas a la realidad venezolana. Su objetivo era crear una organización política diferente, de vocación revolucionaria y de estructura interna democrática y antiimperialista. Es por ello que descartaba cualquier parecido con los Partidos Liberales o Comunistas de la época. Y en lo que atañe al modelo de desarrollo para Venezuela, Betancourt (1956), basa su posición 4 V Congreso Internacional del CLAD sobre la Reforma del Estado y de la Administración Pública, Santo Domingo, Rep. Dominicana, 24 - 27 Oct. 2000 en una suerte de comparación de la realidad venezolana con la de los otros Países Iberoamericanos, señalando, de acuerdo con Keynes, la imperiosa necesidad de la intervención total del Estado para cualquier proyecto de desarrollo que tuviera como objetivo, estimular y orientar la producción a través de los ingresos petroleros, y al respecto escribe: No puede cruzarse de brazos el Estado venezolano a esperar que la iniciativa privada desarrolle y diversifique la producción porque la tendencia a seguir, la vía de menor resistencia en un sector apreciable de los capitalistas criollos, los impulsa a ser comerciantes y caseros antes que agricultores o industriales. Tiene que actuar, en consecuencia, como Estado estimulador, que financie actividades económicas que tienden a hacer más abundante y variada la producción doméstica; y como Estado-empresario, para desarrollar algunas actividades directamente vinculadas al interés público (la siderúrgica, electrificación, comunicaciones radiotelegráficas y telefónicas, transporte) (p.315). El planteamiento del fundador de Acción Democrática resume la idea que tenía "para la siembra del petróleo". Es la entronización del Estado en el alma del país. Para Betancourt, el Estado, por ser el primer receptor de la renta petrolera, debía dirigir el proceso de modernización, ante la ausencia de una clase empresarial con experiencia y preparación adecuada. Y ésta es la posición de Acción Democrática, postura que coincidía con sus planteamientos iniciales de nacionalismo y antiimperialismo. Todas estas proposiciones tenían lógica y expresaban una verdadera salida para el desarrollo socio económico de Venezuela, si se llevan a cabo con la probidad que el país reclamaba, pero para desgracia del pueblo venezolano, todo lo anteriormente expresado no se cumplió. El modelo populista en Venezuela, se aplicó de una manera bastante similar a experiencias de éste tipo en otros países del continente americano. Se planteó el pacto, que pretendía hacer coincidir los intereses de la burguesía, con los de la clase media, obrera y de otros sectores de la sociedad. Esta es una de las características de "inconsistencia ideológica" del populismo latinoamericano, cuyo modelo de desarrollo está limitado por la situación de subdesarrollo y dependencia, que viven la mayoría de las naciones que conforman a la América Latina. Rómulo Betancourt y el Partido Acción Democrática, son los actores principales en la implantación del modelo. Para el historiador Oscar Battaglini (1993), la conformación del modelo populista venezolano, se cumple en dos fases, a saber: La primera corresponde a la elaboración político-ideológica, expresada en el Plan de Barranquilla (1931), en el programa y la tesis política del Partido Democrático Nacionalista (PDN) de 1939, la creación de Acción Democrática (AD) en 1941 y en la oposición a ultranza que hacen al gobierno reformista del General Isaías Medina Angarita, que presentaban como la continuidad lineal del poder personalista, ejercida por el dictador Juan Vicente Gómez. La segunda se refiere a la puesta en práctica del proyecto, que se inicia en el período 1945 1948, luego del golpe de Estado que derrocó al General Medina Angarita. Este proyecto se presentaba como "policlasista", que para Battaglini tenía como objetivo, "asumir la potencialidad de cambio que sectores populares emergentes, comienzan a manifestar" (p. 5 V Congreso Internacional del CLAD sobre la Reforma del Estado y de la Administración Pública, Santo Domingo, Rep. Dominicana, 24 - 27 Oct. 2000 24), lo evidencia el contenido del programa pedenista, que ofrecía: Seguridad, estabilidad y posibilidades de desarrollo a todas las fuerzas productoras de la Nación. El autor citado reflexiona acerca del programa señalado y considera que el mismo es engañoso e inconsistente desde el punto de vista ideológico; su único objetivo era el de captar seguidores. Este pacto, desde el principio está sometido al riesgo de la ruptura, tal como aconteció el 24 de Noviembre de 1948, con el derrocamiento del Presidente Rómulo Gallegos. Este pacto lo suscribe Acción Democrática y su fundador, no con la fracción productora del país que gobierna con Medina Angarita, sino con la fracción improductiva, que integraban los comerciantes importadores, banqueros y miembros de la cámaras de comercio y Fedecámaras. En la segunda presidencia de Rómulo Betancourt (1959 - 1964) se afianza la combinación populista: Estado, Partido, Sindicato que ha regido el sistema político venezolano hasta el presente. Impidiendo el desarrollo político independiente de los trabajadores, incorporando en su mayoría, incondicionalmente al orden establecido, mediante las políticas clientelares, financiadas por la Renta Petrolera. El Partido Acción Democrática que tuvo su inicio como el representante de los intereses populares, pasó a ser, con el transcurrir del tiempo, el representante de los intereses de la oligarquía venezolana. Las desviaciones ideológicas de sus principales dirigentes, incluido Betancourt, descarrilaron la posibilidad de cumplir con los objetivos, que se habían propuesto, de desarrollo y fortalecimiento del pueblo venezolano. Por el contrario, el Partido Acción Democrática, (el que ha ganado seis procesos electorales, en los últimos 48 años, para un total de 30, aproximadamente, dirigiendo los destinos de Venezuela) a quien el pueblo si le cumplió , entregarle su fe y su esperanza, ha sido defraudado. AD, vive una de las crisis morales más dramáticas de su quehacer histórico: por un lado la falta de credibilidad en sus dirigentes por parte de la gente y por el otro, la corrupción política y administrativa de algunos de los hombres que han ocupado, con su aquiescencia, cargos de relevancia en las distintas oportunidades que le ha tocado gobernar al país. En sus inicios y durante varios años, AD, "condensó" los valores éticos de la ciudadanía. Representó para Venezuela, la participación popular, el rescate de los valores ciudadanos y sobre todo la austeridad y la lucha contra la corrupción .Pero la AD de los tiempos actuales, está muy lejos de parecerse a lo que fue en sus primeros tiempos. Una buena porción de las nuevas generaciones de acciondemocratistas, además de haber sufrido la debacle ideológica y la inversión de valores, que se han sucedido en la organización, en vez de continuar con los principios fundacionales del partido, han optado por conectarse con el pragmatismo y la corrupción. En resumen: Acción Democrática de partido anticorrupción pasó a ser partido de la corrupción; de partido "principista" pasó a ser partido sin doctrina. A continuación haremos algunas reflexiones que servirán como conclusiones a ésta parte del trabajo: 6 V Congreso Internacional del CLAD sobre la Reforma del Estado y de la Administración Pública, Santo Domingo, Rep. Dominicana, 24 - 27 Oct. 2000 Paradójicamente al alcanzar el máximo nivel de estabilidad del sistema democrático, paralelamente empieza su derrumbe: a. Los partidos políticos, pilares fundamentales del sistema y vasos comunicantes entre la ciudadanía y los gobiernos, se convierten en organizaciones carentes de ideas y proyectos a futuro. Se convierten en administradores de una inmensa red clientelar, alimentada por la renta petrolera. b. El agotamiento de la renta petrolera asesta un golpe mortal a la práctica clientelar, eje fundamental del modelo populista rentista venezolano. c. La espectacular caída de los precios del crudo a nivel mundial (1983) trajo como consecuencia el agotamiento del modelo de modernización populista rentista, profundizó la brecha social entre los diferentes grupos sociales, el empobrecimiento colectivo de una gran parte de la sociedad venezolana, al extremo de percibirse la desaparición de la clase media. d. La aparición y desbordamiento de la delincuencia generalizada, producto de la exclusión social, ha sido factor fundamental en el brusco deterioro de la calidad de vida del venezolano. II Pasaron dos décadas de historia venezolana donde los objetivos de la política que son los de lograr el bien común estuvieron congelados. Las crisis antes señalada, más otros factores contribuían a deteriorar cada día la autoestima del venezolano. Los gobiernos de turno, descaradamente, utilizaban el poder para garantizar privilegios individuales y grupales; la impunidad para los que delinquían con los dineros públicos era una de las conductas gubernamentales más humillantes para la colectividad que sufría las consecuencias de tales hechos. Es así como emerge la explosión social del 27 y 28 de febrero de 1998, a pocos días de la toma de posesión de Carlos Andrés Pérez, para su segundo mandato. El apoyo de gran parte de la población al fallido golpe de febrero de 1992. El rechazo absoluto a la corrupción generalizada en el poder judicial, las políticas de protección al sector financiero en 1994, mientras por otro lado gran parte de la población venezolana sufría las inclemencias del deterioro de la vida. Así se plantea seriamente la Reforma del Estado y entre ellas se inicia el proceso de descentralización, que consistía en la redistribución territorial del poder y “remite a la necesidad de un doble mecanismo que cree instancias de participación democrática más extendidas y gobernables y al mismo tiempo constituya un poderoso impulso para descongestionar al Estado y permitir su eficiencia”. (Copre, 1989, p.13). A éste proceso llegamos obligados, era un esfuerzo por colocar al sistema democrático a escala humana. “Indudablemente, las reformas políticas planteadas a finales de los 80 y principios de los 90, generaron un conjunto de expectativas que brindaron un panorama esperanzador para Venezuela”. (Arenas y Mascareño, 1997, p.36). Así nace la ley de descentralización el 28 de Diciembre de 1989, según Gaceta Oficial nº 4153. “La descentralización emerge integrada al proceso de superación de una crisis esencialmente política, que enfatiza la democratización y la participación, considerándolas muchas veces como sinónimos” (Prates,1998, p.92) La descentralización se presenta aquí como estimuladora de la participación, más no garantiza 7 V Congreso Internacional del CLAD sobre la Reforma del Estado y de la Administración Pública, Santo Domingo, Rep. Dominicana, 24 - 27 Oct. 2000 la misma. Es una respuesta a la centralización, en tanto proceso de transferencia de poder, en tanto distribución de poder. No obstante en Venezuela se ha llevado a cabo el proceso descentralizador, a pesar de algunos actores políticos (partidos `políticos, ejecutivo nacional etc) no han mostrado una sincera voluntad política para impulsar el proceso. Esta afirmación se hace al observar que la descentralización, hasta ahora, contiene mucho de superficialidad. El fantasma de la resistencia al cambio campea en la élite política criolla. “Lo que tenemos es un proceso a medias, un doble discurso en el tema de la descentralización. Todo el mundo está de acuerdo con ella, pero a la hora de ceder poder nadie a floja y por lo tanto no avanza” (Brewer, 1997, p. 160). No obstante en los últimos tiempos hemos observado las variaciones en el mapa político del país. Los nuevos liderazgos que han surgido de las regiones hacia la periferia. Gobernadores que se han destacado en sus regiones y muestran sus gestiones al país total. A pesar de las críticas de los centralizadores cuando señalan que reaparece en Venezuela la figura del caudillo regional, etc. Es indudable que la aparición de nuevos actores políticos es un logro del proceso descentralizador. El compromiso político con la comunidad ha variado en las regiones, los gobernadores al ser electos buscan ansiosamente el éxito, lo que ha hecho que muchos de los gobernadores hayan repetido sus gestiones con altos índices de votación. Para el caso que nos ocupa que es el estado Trujillo, podemos decir sin temor a equivocarnos que éste Estado, no ha tenido la mejor de las suertes en cuanto a la calidad de gobernantes que lo han dirigido, si comparamos con las gestiones que se han llevado a cabo en otras regiones como Carabobo, Aragua, Miranda etc., donde sus gobernadores han exhibido sus realizaciones hasta el punto de ser fuertes aspirantes a la Presidencia de la República, promoción que va desde la región hacia la periferia. Esto no ha sucedido en Trujillo, aquí ha prevalecido el clientelismo y la corrupción como estandartes de los gobernantes. Pero empiezan a vislumbrarse nuevos horizontes. En las elecciones del pasado 30 de Julio del presente año, el pueblo dio al traste con cuarenta y un años de gobierno hegemónico del partido Acción Democrática en la región. Nuevos actores florecen en el panorama político trujillano. Nuevas expectativas se crean. En Trujillo, el proceso descentralizador se tiene su inicio con la creación de la Comisión para la Reforma del Estado Trujillo (COPRET) por el gobernador del Estado el 8 de Agosto de 1990. “Con el fin de promover y asesorar a los entes públicos estadales y locales y a las organizaciones civiles en la tarea de transformar las estructuras gubernamentales para adaptarse a las nuevas realidades y a las tendencias recientes, que exigen eficacia, eficiencia y competitividad en la gerencia pública” (González, 1996, p.1). Esta reformas han sido lentas, no obstante a pesar de los escasos recursos financieros y humanos y la resistencia al cambio que en Trujillo es crónica se ha logrado, entre las prioridades fijadas por la COPRET: 1. Iniciar un proceso de modernización en las estructuras gubernamentales del Estado Trujillo. 2. Modificar el marco jurídico para adecuarlo a las nuevas realidades. 3. Promover la asunción de las competencias exclusivas que la Constitución Nacional y la Ley de descentralización otorga al Estado Trujillo. 4. Asumir con eficacia los servicios transferidos desde el poder nacional, en aquellas áreas prioritarias tales como: salud, deporte, vivienda, desarrollo agrícola, ciencia y tecnología, promoción del desarrollo, atención al menor, atención al anciano y otras. 8 V Congreso Internacional del CLAD sobre la Reforma del Estado y de la Administración Pública, Santo Domingo, Rep. Dominicana, 24 - 27 Oct. 2000 5. Divulgar y promover el tema de la descentralización y la reforma del Estado. 6. Promover las políticas de desburocratización, despartidización, profesionalización y descentralización del gobierno regional. Esta metas se han logrado a medias, en algunos casos no se han podido tocar por los obstáculos que se han presentado. Sobre todo los temas más álgidos lo constiuyen la despartidización y desburocratización debido a las políticas clientelares que se han practicado en los últimos cuarenta años en el Estado Trujillo. Francisco González Cruz (1996) enumera un conjunto de iniciativas que se desarrollaron para cubrir las prioridades fijadas por la COPRET y que reproducimos en el anexo. Conclusiones de la 2ª parte: 1. Uno de los logros que reviste mayor importancia en todo este proceso ha sido el reconocimiento obligado que se han dado a los liderazgos regionales por parte de las dirigencias nacionales de los partidos políticos. 2. El proceso de descentralización es un rasgo de la intención de Venezuela por insertarse en la modernidad. 3. El proceso de descentralización ha reactivado la participación política en la ciudadanía. 4. Aunque han sido muchos los obstáculos, en el Estado se ha iniciado un proceso para romper con las estructuras atrasadas, costosas e ineficientes que existen en la administración regional. Referencias bibliográficas 1. Uslar Pietri, Arturo: “Sembrar el petróleo” en/ Ahora, Caracas, Junio 14, 1936. 2. Baptista Asdrúbal y Bernard Mommer: El petróleo en el pensamiento económico venezolano: Un ensayo. Ccaracas, IESA, 1987. 3. Friedman Milton: La libertad de elegir, Madrid, Grijalbo, 1976. 4. España, Luis: Democracia & Renta Petrolera, Caracas, UCAB, 1989. 5. Ball, Carlos: El desafío neoliberal, Bogota, Edit. Norma, 1992. 6. Sosa, Arturo: “De esta a otra democracia”en/ SIC, número extraordinario, 1990. 7. Betancourt, Rómulo: Problemas venezolanos. Santiago de Chile, Editorial Futuro, 1940. 8. _________________: Venezuela Política y petróleo, México, FCE, 1956. 9. Battaglini, Oscar: “Rómulo, AD y el populismo” en/ El Globo, Caracas, mayo 4, 1993. 10. COPRE: La reforma en síntesis, Caracas,publicaciones de la COPRE. 1989. 11. Arenas Nelly y Carlos Mascareño: “Descentralización y partidos políticos” en/ Cuadernos del CENDES Nº35, Caracas, UCV,.mayo-agosto 1997. 12. Prates Junqueira, Luciano: “Descentralización, intersectorialidad, y red en gestión de la ciudad” en/ Reforma y Democracia Nº12 , Caracas, CLAD, Octubre 1988, pp. 91 -108. 13. Brewer, Carías Allan: “La descentralización es una exigencia de la democracia”en/ La descentralización en Venezuela, Caracas, CEDIEC, 1987, pp. 159 -166. 14. González Cruz, Francisco: La descentralización en el Estado Trujillo, Valera, 1966 (mimeo). 9 V Congreso Internacional del CLAD sobre la Reforma del Estado y de la Administración Pública, Santo Domingo, Rep. Dominicana, 24 - 27 Oct. 2000 Dimitri Briceño Reyes Lugar de nacimiento: Mérida Venezuela Profesión: Sociólogo Candidato a Doctor en estudios del desarrollo. CENDES UCV. Profesor de la Universidad de Los Andes. Núcleo Rafael Rangel, Trujillo, Venezuela. Publicaciones: Colaborador en diferentes revistas de Ciencias Sociales y coautor en diferentes publicaciones en el ámbito nacional e internacional. 10