05. Inigo Losada Rodri´guez - CICCP

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El mar como fuente de energía
Íñigo Losada Rodríguez
DESCRIPTORES
ENERGÍA MARINA
OLEAJE
RENOVABLES
CONVERTIDORES
Introducción
El medio marino alberga una gran biodiversidad, y es el hábitat del 80% de especies presentes en nuestro planeta; representa el soporte de relevantes actividades económicas de
larga tradición; reúne entorno a sus costas a más de la mitad
de la población mundial, y ofrece una inmensa fuente de recursos. La energía está presente como valioso recurso en los
océanos, representando una de las mayores fuentes renovables disponibles en el planeta, con un extraordinario potencial de desarrollo para satisfacer las demandas de electricidad
compatibles con los principios de protección del medio ambiente por su contribución a un mercado energético sostenible y a la lucha contra el cambio climático.
Las fuentes principales de la energía marina son la energía
solar y la rotación de la Tierra. Aunque los flujos geotermales y la tectónica pueden ser puntualmente importantes, son
prácticamente despreciables frente a las anteriores.
Energía oceánica o energía marina son conceptos que designan la generación aprovechable procedente de las diversas
fuerzas subyacentes en los océanos; algunos autores incluyen
también la energía de los vientos oceánicos. Se consideran cinco tipologías diferentes de energía, procedente de las mareas,
de las corrientes, de las olas, del gradiente salino o del gradiente térmico, cuyo origen común reside en dos fuentes primarias: la energía del Sol y aquella procedente de la rotación
gravitatoria de la Tierra.
La energía de las mareas, o mareomotriz, resulta de aprovechar la energía potencial debida a las fuerzas periódicas resultantes de las interacciones del sistema Tierra-Luna-Sol. La
energía de las olas, o undimotriz, la más prometedora fuente
de energía renovable en zonas costeras, resulta de la captación de la energía potencial y cinética asociada al oleaje, que
generado por la acción del viento se propaga sobre la superficie marina a gran velocidad. La energía térmica oceánica, o
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gradiente térmico, se define como la conversión en potencia
útil de la diferencia de temperatura entre el agua de la superficie y aquella ubicada a 100 m de profundidad, aprovechable mediante procesos OTEC (ocean thermal energy conversion) principalmente en zonas tropicales, en las que dicha diferencia varía entre 20 y 24 ºC. La energía de gradiente salino,
u osmótica, aprovecha la diferencia de salinidad que se encuentra en la confluencia de agua de los océanos y el agua
dulce de los ríos, en zonas muy localizadas y específicas, fundamentalmente la desembocadura de ríos, donde existen
apropiadas diferencias de presión osmótica explotables con
procesos de control de presión y ósmosis inversa con retardo.
Finalmente, la energía de las corrientes marinas consiste en el
aprovechamiento de la energía cinética mediante tecnologías
modulares o turbinas bipala, siempre que el recurso ofrezca
velocidad superior a 5 nudos.
Situación actual: potencial
y grado de madurez
Potencial
La energía oceánica se considera aún una industria emergente, en un estado incipiente de desarrollo tecnológico precomercial marcado por grandes oportunidades pero también
numerosas barreras por superar, hasta lograr un horizonte de
explotación comercial en competitividad con otras fuentes.
El camino hacia la competitividad se ve marcado por la
disparidad de tecnologías y los elevados costes que elevan el
riesgo de los proyectos. En la actualidad tan solo existen
ejemplos testimoniales de instalaciones que operen conectadas a red. La primera de estas instalaciones fue la central mareomotriz situada en La Rance (Francia) con 240 MW de potencia nominal y que produce 600 GWh anuales sin emisiones o impactos relevantes.
Comparado con el consumo mundial de electricidad, que
asciende a 17.000 TWh anuales, la contribución del recurso
teórico estimado para cada energía marina oscila entre los órdenes de magnitud que muestra la tabla 1.
Entre los numerosos países que han aceptado el reto del
desarrollo de las energías marinas destaca el Reino Unido como líder del escenario mundial, seguido de Estados Unidos y
Canadá. La situación de desarrollo de las diversas fuentes de
energía oceánica en España, exceptuando la eólica off-shore,
viene condicionada porque tan solo la energía undimotriz
dispone de recurso de gran calidad y prometedor potencial de
desarrollo en las costas atlántica, cantábrica y canaria. Respecto al potencial vinculado a las corrientes marinas, tan solo el sur de la Península en al área del estrecho de Gibraltar
presenta un potencial importante, pero con fuertes restricciones a su viabilidad por el intenso tráfico marítimo de la zona y su valioso entorno ambiental.
Grado de madurez
Entre los diversos modos de aprovechamiento de la energía
marina enunciados, los correspondientes a olas y mareas son
los que han alcanzado mayor grado de madurez, siendo la
energía undimotriz la que mayor potencial de recurso ofrece
a nivel mundial.
Las corrientes de marea constituyen un recurso significativo, pero que se concentra en localizaciones muy concretas.
Se estima una energía disipada de 2,5 TWh anuales, de los
cuales aproximadamente un 1 % o 2 % son susceptibles de su
aprovechamiento final. La tecnología es incipiente, con más
de 1.000 patentes registradas y menos de 1 MW de potencia
total instalada. Existe un fuerte programa de apoyo institucional en la Unión Europea, como muestra el proyecto Seaflow, en el que se instaló la primera turbina del mundo. En
las costas de Estados Unidos existe también un extraordinario potencial, pero, de momento, esta fuente de energía carece de incentivos para la I+D+i.
En cuanto a la energía de las olas se refiere, desde el primer convertidor patentado en Francia en 1799, la tecnología
ha estado marcada por una evidente divergencia tecnológica,
y existen diversidad de captadores con más de 1.000 patentes
mundiales. Si bien su potencial es extraordinario, las expectativas para su comercialización se alejan a plazos de 5-10 años,
hasta lograr equipos plenamente funcionales en su conexión a
red eléctrica, al tiempo que se requiere optimizar la evaluación del recurso y emplazamientos, los impactos ambientales,
las fuentes de información y las metodologías que faciliten la
sostenibilidad real de las instalaciones. Dado que esta es la tecnología que ofrece el mayor potencial, dedicaremos a ella el
resto de este artículo.
El oleaje como recurso
La energía radiante, procedente del Sol, calienta la superficie
de la Tierra de forma irregular debido a diferencias espaciales
en la energía incidente. Esta irregularidad se transfiere a irregularidades en el modo en el que se produce el calentamiento de las capas bajas de la atmósfera y a la variabilidad de la
Tabla 1
Cuantificación del recurso. EOE Association 2009
Fuente
Potencial (TWh/año) Etapa de madurez
Energía de las olas (wave energy)
8.000-80.000
Energía de las mareas (tidal range)
800
Precomercial
Energía de las corrientes (marine current, tidal stream)
300
Demostración
Gradiente salino (salinity gradient, osmotic power)
2.000
Conceptual
Gradiente térmico (OTEC - thermal gradient)
10.000
Prototipo
Potencial teórico total de energía marina
Demostración
21.100-93.100
presión atmosférica, motor de los vientos. Parte de la energía
del viento es transferida a la superficie del mar en forma de
un movimiento oscilatorio al que llamamos oleaje. Una vez
generadas, las olas se propagan autónomamente y modifican
sus características, debido a efectos de la dispersión y pérdida
de energía, hasta que finalmente se disipan en costas remotas
que pueden llegar a encontrarse a miles de kilómetros de la
zona de generación.
Para describir el oleaje a partir de registros medidos se
parte de definir estadísticamente la variable desplazamiento
vertical de la superficie libre, asumiendo que esta representa
un proceso estocástico estacionario. Dado que el clima marítimo no es un proceso estacionario, esta condición obliga a
dividir los registros temporales en periodos cortos, de aproximadamente una hora, llamados estados de mar. Este periodo
de tiempo se toma suficientemente largo para que se cumpla
la condición de estacionariedad y para garantizar una fiabilidad estadística suficiente. Este tipo de análisis del oleaje, conocido como de corto plazo, se suele hacer en el dominio de
la frecuencia, considerando que el desplazamiento de la superficie libre se puede descomponer en un número infinito
de componentes sinusoidales con diferente periodo, dirección
y fase. La forma más compacta de representar un estado de
mar es, por tanto, mediante el espectro direccional S(ω,θ) del
desplazamiento vertical de la superficie libre. Esta función direccional representa la distribución de la energía media de las
olas para cada frecuencia y en cada intervalo direccional.
El flujo medio de energía o potencia media es la magnitud que se emplea en el cálculo de la potencia disponible en
un estado de mar. Si este viene representado por su espectro
direccional, el flujo medio de energía que atraviesa un cilindro vertical de diámetro unidad extendido desde la superficie
hasta el fondo viene dado por la suma de todos los flujos de
energía asignados a cada componente:
2π ∞
Pw=ρg ∫0 ∫0 cg (ω,h)S(ωθ)dωdθ,
donde cg es la celeridad de grupo para una frecuencia ω a la
profundidad h, ρ es la densidad del agua y g la aceleración de
la gravedad.
La potencia media se expresa en términos de potencia/unidad de longitud de frente. Puede obtenerse a cualquier
profundidad, pero teniendo en cuenta que, a medida que nos
acercamos a la costa, el oleaje se transforma modificando su
altura y dirección.
Las fuentes básicas de las que se puede conseguir información para la obtención del recurso son las boyas, los datos
de satélite o los resultados de modelos numéricos. Estos últimos permiten obtener series temporales largas con una alta
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Fig. 1. Potencia media anual (kW/m) en la fachada gallega
obtenida a partir de un reanálisis numérico. Fuente: IH Cantabria.
resolución espacial muy homogénea, pero requieren ser calibrados y validados con datos instrumentales. En España, el último
análisis del recurso oleaje lo ha realizado el Instituto de Hidráulica Ambiental IH Cantabria para el IDAE a partir de un reanálisis numérico de sesenta años de oleaje denominado GOW
(global ocean waves). El reanálisis ha sido calibrado y validado
haciendo uso de los datos de las boyas de Puertos del Estado y
otras redes de boyas, y también datos de satélite.
Clasificación de convertidores de olas (WEC)
Los sistemas captan la energía mecánica de las olas para convertirla en otra forma de energía útil, generalmente eléctrica.
Los convertidores de olas se clasifican principalmente por su ubicación, principio de captación e impacto. En cuanto a su ubicación, los captadores pueden colocarse directamente en la costa (principalmente en estructuras fijas ya existentes), cercanos
a la costa (entre 10 y 50 m de profundidad) o en aguas profundas (> 50 m de profundidad). En cuanto al tipo de impacto que generan en el oleaje incidente se dividen en: atenuador, absorbedor puntual y terminador. El atenuador es un
artefacto, generalmente flotante, que se sitúa en la dirección
del oleaje y “navega” con las olas. Sus movimientos en la dirección del oleaje se pueden restringir de forma selectiva para
producir energía. Su dimensión en la dirección perpendicular
al oleaje es mucho menor que su dimensión en la dirección
del oleaje, por lo que se ve sometido a menores esfuerzos. El
absorbedor puntual es una estructura flotante que absorbe la
energía del oleaje en todas las direcciones gracias a su movimiento en, o cercano a, la superficie del mar. El sistema utilizado para extraer la energía puede variar. Son estructuras pequeñas comparadas con la longitud de onda del oleaje. El
terminador es análogo al atenuador, pero tiene su mayor dimensión en la dirección perpendicular al oleaje incidente, por
lo que la extracción se realiza con la llegada del frente.
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Finalmente, se puede realizar una clasificación considerando el principio de captación: por flotación, por oscilación,
por diferencia de presión o por rebase. Los convertidores que
funcionan por flotación pueden hacerlo mediante una boya
anclada al fondo que al oscilar por el movimiento del oleaje
acciona un sistema de generación (absorbedor puntual).
También pueden funcionar gracias al movimiento relativo
entre sus partes, accionando, por ejemplo, una bomba hidráulica situada en las articulaciones (atenuadores).
Los sistemas oscilantes extraen la energía generada por el
flujo oscilatorio de las olas y de las partículas de fluido. Generalmente, consisten en un brazo que oscila como un péndulo montado sobre una articulación que se mueve gracias a
las fuerzas generadas por el flujo de las partículas del fluido
en el movimiento oscilatorio.
La extracción por rebase se basa en dispositivos que capturan un importante volumen de agua proveniente del rebase del oleaje en un depósito sobre el nivel del mar para posteriormente retornarlo después de haber turbinado el flujo.
Las columnas de agua oscilante (OWC) consisten en una
columna hueca, parcialmente sumergida, abierta al mar por
debajo del nivel medio del mar y encerrando un volumen de
aire en la parte superior de la columna. El oleaje, al incidir sobre la columna, hace que el agua en el interior de la columna
suba y baje, y comprima y descomprima el aire atrapado en la
parte superior. El aire atrapado está conectado con la atmósfera por medio de una turbina preparada para rotar independientemente del sentido del flujo de aire. Esta rotación de la
turbina es la que se utiliza para generar energía eléctrica. Finalmente, también se suelen utilizar artefactos sumergidos a
poca profundidad que oscilan verticalmente con el paso del
oleaje e inducen una diferencia de presión que se utiliza para
bombear fluido a través de un sistema que genera electricidad.
Tecnologías existentes
Dentro de los sistemas anteriormente descritos existen múltiples
tecnologías que se encuentran en diferentes fases de desarrollo.
A continuación, se recogen algunas de las más desarrolladas.
• PowerBuoy (Ocean Power Technologies, OPT). Boya que aprovecha el movimiento vertical producido por el oleaje mediante la compresión de aceite a través del movimiento pendular y vertical producido por las olas, que acciona un motor
hidráulico que mueve un generador eléctrico. Este dispositivo fue el primero colocado en mar abierto en España en el
marco del proyecto SWEP (Santoña Wave Energy Project).
• Serpentines flotantes (Pelamis Wave Power). Se trata de cilindros articulados parcialmente sumergidos, unidos por
juntas bisagra, cuyo balanceo por las olas provoca un movimiento relativo entre secciones, activa un sistema hidráulico que bombea aceite a alta presión a través de unos
motores hidráulicos acoplados a un generador, y produce,
así, la electricidad.
• Columna de agua oscilante (Wavegen). Se trata de una chimenea ubicada en el lecho marino. Las olas entran por una
abertura y, cuando el nivel del agua sube y baja, el aire ubicado en el interior de la chimenea es forzado a pasar por
Fig. 2. Boya principal, boyas auxiliares, líneas de amarre, anclajes y subestación submarina. Fuente: Ocean Power Technologies.
•
•
•
•
•
una turbina Wells e impulsa un generador eléctrico. Este
principio se ha empleado en el proyecto guipuzcoano de
Motrico, como también en el proyecto escocés LIMPET y
en la planta experimental de la Isla de Pico (Azores).
Aquabuoy (Finavera Renewables). Aprovecha el movimiento ascendente y descendente de una boya para bombear
agua hacia una turbina Pelton situada en cabeza.
Wave Swing (AWS). Boya de forma cilíndrica anclada al lecho marino. El movimiento relativo entre el flotador y la
parte inferior del silo se transforma en electricidad mediante un sistema hidráulico y un conjunto motor-generador.
Wave Dragon. Dispositivo flotante a nivel del mar. Las olas
llenan un depósito que en su desagüe dispone de una o varias turbinas de baja presión al que se acopla un generador
de imanes permanentes.
Wave Plane. Cuando las olas superan la estructura, el agua
entra en un depósito que al desaguar hace girar una turbina eléctrica.
Oyster. Captador nearshore mediante bomba de pistones
activados por agua que envía a la costa agua a alta presión
a través de una tubería submarina. En tierra, se convierte
en electricidad mediante generadores hidroeléctricos convencionales.
• CETO. Consta de boyas sumergidas que aprovechan el movimiento vertical ocasionado por las olas para mover un pistón que bombea agua de mar a la costa, con la que se produce energía por medio de una turbina Pelton y generador,
o bien para desalinizarla mediante una planta desalinizadora.
También existen importantes tecnologías españolas que se
encuentran en diferentes fases de desarrollo. A continuación,
citamos algunas de ellas.
• PISYS. Se trata de un cuerpo flotante que aprovecha efectos de la flotabilidad de una boya de superficie y de la variación de la columna de agua de una contraboya sumergida de volumen variable. Único sistema capaz de aprovechar
los tres principios de captación de la energía de las olas: diferencias de presión, flotabilidad y rebase.
• Oceantec. Atenuador flotante off-shore basado en el movimiento relativo inercial de un volante de inercia. La estructura flotante se somete a un movimiento de cabeceo periódico, y dispone de un giróscopo que transforma dicho movimiento en un balanceo. El sistema de fondeo permite la
orientación en la dirección del oleaje.
• Hidroflot. Estructura flotante formada por un conjunto de
16 boyas. Aprovecha el movimiento vertical producido por
las olas.
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• Wavecat. Catamarán de olas con cascos no paralelos, regulables en función de las olas. Hacen crecer la altura de la
ola, que rebasa por encima de la parte interior de esos cascos. El agua es almacenada en depósitos a un nivel superior
al del mar, que desaguan por gravedad el fluido acumulado sobre unas turbinas y producen energía.
Componentes de una instalación
de energía undimotriz
Las instalaciones de aprovechamiento de energía marina
comprenden diversos componentes que requieren una integración óptima: el convertidor, el equipamiento auxiliar, el
equipamiento marino y la instalación en tierra y control.
Igual que en cualquier otra infraestructura, el diseño de una
instalación de energía undimotriz requiere del estudio de sus
diferentes fases de diseño, proyecto, construcción, implantación, explotación/operación y desmantelamiento. El convertidor es el elemento esencial y, aunque en el apartado anterior
hemos revisado diferentes principios de aprovechamiento, casi todos cuentan con los siguientes elementos: una estructura
naval, en la que se alojan los elementos de generación fundamentales y que debe garantizar la supervivencia del sistema;
el captador, que convierte la energía de las olas en energía
mecánica; un sistema de transmisión desde el captador al rotor de la turbina; y un sistema de generación eléctrica convencional. Asimismo, el convertidor debe contar con una
unidad de control de los sistemas de generación y acoplamiento que debe estar vinculado a los sistemas de monitorización y gestión. Este elemento es esencial dado que la optimización de los rendimientos dependerá de las condiciones
de mar. El convertidor cuenta también con protecciones eléctricas y con un conector a un cable umbilical que permite
evacuar la electricidad generada.
El equipamiento auxiliar es esencial y consta de elementos de balizamiento, boyas oceanográficas, para la monitorización de las condiciones marinas, y un sistema de fondeo
que debe garantizar que el sistema de generación permanezca en su ubicación. El equipamiento marino incluye la caja
de conexiones submarina, a la que pueden ir conectados varios convertidores por medio de cables dinámicos. Estas cajas
de conexiones se conectan a tierra mediante un cable estático que generalmente se soterra para superar la zona de rompientes. Finalmente, el cable estático entra en tierra a través
de una arqueta en la que se produce la conexión con un cable terrestre que acaba en una subestación. El conjunto de
instalaciones en tierra se completa con un centro de monitorización y control desde donde se gestiona la instalación.
Evaluación, ensayo y normalización
de captadores de energía de las olas
y corrientes
El actual desarrollo de dispositivos que aprovechen la energía
del mar –fundamentalmente olas y corrientes para generación de electricidad– requiere de métodos estandarizados para su evaluación y de instalaciones donde se puedan llevar a
cabo pruebas acordes con estos métodos.
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En primer lugar, es necesario comenzar por un diseño conceptual en el que se parte de la definición de requisitos y especificaciones técnicas; se realiza la selección de la solución técnica; se modela numéricamente el rendimiento; y se termina
realizando un diseño conceptual tridimensional del convertidor. A partir de este momento es necesario comenzar una segunda fase: la de validación experimental. Este proceso requiere verificar las características funcionales y requisitos técnicos
para evaluar la dinámica del captador, sus prestaciones, su arquitectura y su supervivencia. Asimismo, esta fase es esencial
para verificar la respuesta y rendimiento del convertidor y
también el control del sistema. Evidentemente, en esta fase experimental es necesario realizar una detallada verificación, validación y calibración de los modelos numéricos. Esta fase se
realiza en bancos de pruebas mecánicas y en canales de experiencias hidrodinámicas, evidentemente a escalas reducidas.
Una vez superada esta fase se puede pasar a la fase de ensayos
de mar, en la que el objetivo será analizar y validar un prototipo a escala en condiciones reales. Esta fase requiere del diseño,
fabricación e instalación del prototipo en condiciones de mar,
lo que servirá también para considerar cuestiones relativas al
proceso constructivo y a la logística necesaria para su ubicación en el mar. En esta fase se realiza un diseño detallado de
todos los subsistemas navales, mecánicos y eléctricos, se ajustan los modelos numéricos y se analizan los sistemas reales en
el convertidor. Asimismo, se analizan problemas tales como la
supervivencia a temporales, la corrosión o el biofouling. La selección de la escala dependerá de la tecnología del dispositivo
y, muy especialmente, de su coste. Superada esta fase se procede al ensayo del prototipo en el mar a escala real (1:1). Ello supone una repetición de la fase anterior, pero con un mayor
grado de afinamiento y con la introducción de otros tipos de
análisis, como el impacto en el medio y el análisis detallado
de los fondeos. Finalmente, se llega a la fase de demostración
(precomercial), con la construcción de una primera unidad de
producción y la elaboración de un plan de industrialización, y
a la construcción de una planta piloto, formada por varias unidades. Para la fase de demostración ya es necesario contar con
conexión a red y un detallado sistema de monitorización.
No considerar alguna de las fases anteriores puede dar al
traste con el desarrollo. Para ello, es necesario disponer de instalaciones específicas donde se pueda llegar desde el diseño
conceptual hasta la fase de demostración con conexión a red.
Existen en la actualidad varias infraestructuras de pruebas de tecnologías cuya viabilidad pasa por su explotación
con fines lucrativos. Entre ellas se puede mencionar el Centro Europeo de Energía Marina (EMEC). Este centro está
emplazado en las escocesas Islas Orkney y es la primera infraestructura experimental a escala real que ha sido testigo de
los primeros ensayos de dispositivos captadores de olas y corrientes desde su fase de prototipo hasta escala industrial.
En España existen importantes iniciativas al respecto. Cantabria está haciendo una apuesta importante para cubrir la fase de diseño conceptual: la validación experimental a diferentes escalas gracias a sus diferentes infraestructuras experimentales y muy especialmente gracias al CCOB (Cantabria Coastal
and Offshore Basin), una instalación científico-tecnológica singular que permite realizar el análisis experimental de dispositivos desde aguas poco profundas a muy profundas, frente a la
acción simultánea de oleaje, corrientes y viento, y considerando grandes escalas. Para la fase de pruebas de mar se cuenta
con el Centro de Investigación y Pruebas de Santoña, en el que
se incluye una zona de fondeo a 50 m de profundidad, una
subestación submarina, cable e infraestructuras terrestres. Asimismo, se está trabajando en la creación de un centro para
plantas experimentales a más profundidad en Ubiarco.
Perspectivas, barreras y retos
Un análisis de los mercados muestra que los más avanzados
son los europeos, siendo Escocia país pionero. En desarrollo
se encuentran Australia e Inglaterra. España y Portugal se hallan en una posición favorable por la robustez de sus redes de
distribución, aunque aún divergen en aspectos de competencia industrial. Como mercados potenciales permanecen otros
países como Noruega, Canadá, Estados Unidos, Irlanda, Sudáfrica, Chile o Nueva Zelanda, en los que ya se han puesto varias iniciativas en marcha.
Las fortalezas de la energía marina son su carácter renovable, limpio y autóctono; su leve impacto ambiental y visual; la
extensión del recurso en multiplicidad de ubicaciones accesibles; la buena capacidad de predicción en comparación con
otras renovables; la excelente correlación recurso-demanda; la
experiencia acumulada en otros sectores con los que establece
valiosas sinergias; y la existencia de plataformas y fuertes programas de apoyo a la I+D+i. Sin embargo, se enfrenta también
a debilidades y limitaciones asociadas principalmente a unos
altos costes y elevados riesgos, que la convierten en una fuente muy dependiente de un marco retributivo primado. Precisa procedimientos de tramitación simplificados e incentivadores desde las autorizaciones ambientales hasta las infraestructuras de conexión a red. Al ser una actividad multidisciplinar
conlleva un complejo entramado de sectores y agentes procedentes del sector energético, marítimo y de la construcción
que precisa mejorar su cooperación, pues en la actualidad se
caracteriza por una fuerte confidencialidad. El medio marino
somete a severas condiciones de supervivencia a los dispositivos, lo que eleva aún más los riesgos y costes de operación. La
falta de economía de escala impide su despliegue comercial.
La madurez de la industria energética marina puede contribuir también a un significativo incremento de la riqueza y
empleo en regiones costeras. Además, las sinergias con otras
energías renovables pueden aprovecharse para vencer conjuntamente las barreras que comparten y permitir también el
desarrollo de nuevas aplicaciones multidisciplinares en el binomio agua-energía: desalación de agua, climatización por
gradiente térmico, cultivo de algas para producción de biocombustibles, u obtención de hidrógeno.
El know-how en componentes y materiales es aún limitado, por lo que tienden a aplicarse soluciones adaptadas de
otros sectores: oil-gas, naval, eólico. La compleja cadena de valor conlleva una gran necesidad de actuación en proyectos de
I+D, infraestructuras y cooperación entre agentes.
Políticas y mecanismos de incentivación
En todo camino en la creación de una nueva industria es preciso crear condiciones que empujen a los potenciales inversores e incentiven los primeros intentos, entre ellas: políticas de
I+D destinadas al desarrollo y mejora de tecnologías emergentes; políticas de introducción en el mercado con incentivos a la
inversión, beneficios fiscales y préstamos a bajo interés, y otras
basadas en mercado, tales como primas, cupos de potencia y
certificados comercializables, con objeto de proporcionar un
marco competitivo mejorando eficiencia y seguridad energética. Existen numerosas asociaciones, proyectos de promoción
que buscan establecer lazos entre investigadores, promotores y
tecnólogos para crear un camino conjunto que permita vencer
riesgos, compartir conocimiento y progresar en el despliegue
real de las tecnologías. Como acciones estratégicas destacan los
proyectos Cores, para el desarrollo de componentes; WaveTrain, como programa de formación; y EquiMar, para promocionar estándares y evaluación.
Marco español
España, apuesta fuerte en sus programas de financiación pública de apoyo a grandes infraestructuras y proyectos consorciados
público-privados como son las ICTS, PSE-MAR o el Cenit
Ocean Lider. País Vasco, Galicia, Asturias y Cantabria prevén
en sus políticas el potencial marino; muy especialmente Cantabria, que ha situado las energías renovables marinas en el centro
de su nuevo modelo económico. En el marco general nacional
se prevé su inclusión en el nuevo Plan de Energías Renovables
(PER), con un horizonte aún por determinar. En lo referente al
marco retributivo, la energía marina está incluida en el RD
661/2007 de Régimen Especial con categoría de grupo b.3.
Es necesario tomar medidas urgentes para afrontar los retos que plantea el despliegue de la energía marina. Procedimientos simplificados, definidos y coordinados; incentivación
del mercado, con apoyo a la innovación para la reducción del
riesgo inversor; regulación de tarifas para una atractiva financiación de proyectos; planificación inmediata de la infraestructura de red eléctrica; impactos en su contribución positiva
para frenar el cambio climático; alianzas más equitativas entre
proyectos de investigación y demostradores industriales; sinergias y posibilidades de desarrollo de sistemas híbridos, etc.
Finalmente, la Unión Europea juega y debe jugar un rol
esencial priorizando la energía marina dentro del marco del
SET Plan, con una hoja de ruta que impulse la coordinación
y racionalización de los esfuerzos en I+D+i para garantizar
una óptima eficacia y aprovechamiento de los resultados, pues
el liderazgo de la tecnología en este campo que en estos momentos ostenta Europa resulta relevante para la competitivi■
dad a largo plazo.
Íñigo Losada Rodríguez
Doctor Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos
Catedrático de la Universidad de Cantabria
Instituto de Hidráulica Ambiental
Bibliografía
– Losada, I.J., y Del Río, G., Estado del arte de las energías marinas, Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, Madrid, 2010.
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