En esta foto vemos dos elementos bastante diferentes entre sí: nos aparece, a la izquierda, un circuito integrado (aunque a primera vista no lo parezca, al no estar conectado a la corriente y no tener ningún elemento destacado; sino sólo una “maraña” de cables y conexiones) y un polímetro (que mide la corriente que pasa por el circuito, esto es, ninguna). Podría parecer extraño presentar una foto con dos elementos que no funcionan, pero no lo es tanto. Como diría una de nuestras profesoras, la salud y la prevención priman sobre todo lo demás; y, francamente, ver una bombilla encendida es algo tan corriente estos días que no sería original ni diferente presentar un circuito con esa función. Nosotros, buscando ser, precisamente, originales y diferentes; vamos a analizar lo que “podrían” hacer esos elementos y por qué. Aquí entran en juego dos ciencias, o, más bien, una ciencia propiamente dicha (la Física) y su aplicación en la sociedad moderna (la Tecnología). Empezaremos con esta última, diciendo “qué” hace y “para qué” sirve, para después, explicar el “porqué” La figura de un circuito integrado es, como vemos, algo aparentemente sencillo y claro pero esconde tras de sí un cúmulo de pequeños elementos, cables y aparatos que lo convierten en algo complicado e, incluso, enrevesado para las personas (amateurs o aficionados, es decir, gente no experta) que demuestran interés por su funcionamiento. Un circuito integrado, chip o microchip (variaciones de éste), es una pastilla pequeña de material semiconductor sobre la que se fabrican circuitos electrónicos, por lo tanto, al tener un tamaño tan reducido, resulta muy útil para el campo de la informática, pues se pueden construir circuitos bastante complejos (desde luego, mucho más que el de la imagen) en un volumen muy pequeño. Para hacernos una idea de su tamaño, hay que decir que los circuitos integrados más sofisticados, apenas ocupan unos pocos milímetros, por lo que en un ordenador “medio” (sí, incluido en el que usted está leyendo esto) hay un centenar de estos circuitos. Seguramente no podrá volver a mirar igual su ordenador sabiendo todo lo que tiene detrás. Es natural, estas revelaciones le cambian a uno la vida. Sólo ha trascurrido medio siglo desde que se inició su desarrollo y los circuitos integrados se han vuelto omnipresentes: computadoras, teléfonos móviles, la informática, las comunicaciones, las infraestructuras, los sistemas de transporte u otras muchas aplicaciones dependen de la existencia de circuitos integrados. Existen tres tipos de circuitos integrados: -Circuitos monolíticos: Están fabricados en un solo monocristal. Los elementos empleados son bastante comunes (bombillas, resistencias). Son los más simples de todos. -Circuitos híbridos de capa fina: Son muy similares a los monolíticos pero además contienen componentes difíciles de fabricar. Los componentes son más complejos que en el caso anterior, por ejemplo, relés, condensadores, etc. -Circuitos híbridos de capa gruesa: Suelen contener circuitos monolíticos. Son, pues, una agrupación de éstos y los que realmente se utilizan en la industria y en los ejemplos ya explicados. La razón de que tengamos uno de estos en nuestro colegio es simplemente para explicar mediante prácticas, en clase de Tecnología, cuando; bajo la supervisión de un profesor, SÍ los ponemos en funcionamiento. Sin embargo, y a modo de anécdota, en una de estas prácticas le explotó una bombilla a un alumno, motivo por el cual no nos hemos atrevido a ponerlo en marcha. El polímetro es un instrumento que se utiliza para medir las tres magnitudes implicadas en la Ley de Ohm (Diferencia de potencial, Intensidad de Corriente y resistencia). En nuestra foto, mide la corriente que pasa por el circuito, obviamente, cero. Tiene, también muchísima importancia en la industria eléctrica, utilizada tanto a gran escala (en las centrales eléctricas, para medir la electricidad disponible), como a pequeña (en la construcción de nanotecnología, donde un microamperio de más puede significar la destrucción de un componente muy valioso). Cambiemos, ahora, de tema. Analicemos, por qué una bombilla, si la conectáramos al circuito de la foto, se encendería y brillaría. La electricidad es, por definición, provocada por cargas en movimiento. ¿Qué cargas son estas que se mueven? Como diría nuestro profesor de Física, “éste es el quid de la cuestión”. Las cargas son, en general, electrones. Estas pequeñas partículas, de carga negativa; permanecen estables hasta que se establece una diferencia de potencial (es decir, y a grandes rasgos, se crea un campo eléctrico) entre dos puntos del circuito (por ejemplo, conectando una pila o una batería al circuito), que se conocen como los bornes. Los electrones se desplazan del polo negativo al positivo, siguiendo potenciales crecientes. Cuando estos electrones pasan por nuestra bombilla, le “dejan” su energía; que es lo que hace que esta brille. Este flujo de electrones es lo que se conoce como corriente continua. Esto es lo que nos explicaban cuando éramos pequeños. Ahora, que ya somos mayorcitos, nos han causado un trauma diciendo que lo que nos contaban no era del todo cierto; sino que, el hecho de que los electrones se mueven no ocurre solamente por qué halla una diferencia de potencial entre dos puntos, sino que, al haber una partícula cargada eléctricamente, ésta produce una “perturbación” en el espacio, y a través de esta perturbación actúa sobre todas las demás (en este caso, éstas últimas serían los electrones), por tanto, a distancia (nunca puede actuar directamente). La carga que genera el campo eléctrico ejerce sobre el resto una fuerza de atracción, por lo que los electrones se desplazan hacia el polo positivo. Con esta foto, nuestra intención era demostrar que la ciencia, si uno la busca, puede estar en todas partes, y no sólo una, sino; como en este caso, varias. Queremos terminar agradeciendo a todos los profesores que nos han ayudado en este proyecto, aportando sus conocimientos y su ánimo. Muchas gracias