prefiero ver el box - Tus Libros Digitales

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PREFIERO VER EL BOX
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Edgardo C. K.
Prefiero Ver
el Box
Edgardo C. K.
Contacto: [email protected]
Twitter: @edgardomantra
Facebook: www.facebook.com/edgardo.leone
Youtube: Edgardo Mantra
www.edgardomantra.tumblr.com
Dedico este libraco:
Con cada golpe que ha labrado a este púgil de escritorio a Esperanza Sandoval: mi amor terrenal.
A mi familia, amigos, enemigos, amantes y a todos los que no creen en mí. En especial a mí.
A Jaqueline: mamior; a su postura feminista, a su espiritualidad abnegada y lucha por el reconocimiento de la etnohistoria, a ella
que sufrió tanto por culpa de su incompetencia al confundir a un escritor con un hombre mientras ese incompetente escritor
confundía una ficción con la realidad: ¡aunque nos tardemos toda la vida pero nos va a suceder…!
A Liborio Tinajeros, Jacq León, Edgardo Mantra y el resto de los TROTAINFRAMUNDOS.
A Rodrigo V. Mantra F. por hablar mi idioma y ser negro como yo.
A Karen The, por ser tan pura como la virgen y a Mustik por ser mi virgen pura.
A Alberto Waxemodion, ya que es infinitamente mejor que yo en todos los sentidos.
A Jorge Leroux, por ser la persona que más odio y a quien públicamente declaro mi enemigo.
& por siempre a Kiara: la más delirante y bonita ficción que he tenido. A mi mujer etérea, porque en más de una ocasión me has
salvado la vida al (d)escribirte.
Diseño:
Imagen de portada: Prefiero ver el box de Kitula Hernández.
Imagen de interior: Edgardo Mantra de Diego Barrios.
Exteriores: Ayde Bravo.
Ortografía y correcciones de aspecto gramatical: Carlos Camaleón.
El resto: Edgardo Mantra.
Contraportada: Pájaro de calor, revista Infrarealista.
Esta obra se termino de imprimir
En el mes de noviembre, el día 12 de 2013
En los talleres Mantra & El Under
Esta primera edición cuenta con 100 ejemplares
HISTORIA DE LA POESÍA
Era una ballena enamorada
de un ciclón
que paseaba encima
de un océano
con los ánimos caldeados
antes
y después
y dentro de
fuera
y mientras tanto
y siempre.
Pedro Damian Bautista
“Cuando me dormí la pesadilla todavía estaba allí”
6
PROLOGO
7
7 MINUTOS
10
ANA MARIA KUZDO
15
BIG BANG
18
CUANDO FUI JESUS
22
UN DIA CUALQUIERA
25
TORMENTA DE MIERDA
30
KIKE
35
HIPOTESIS
38
BALLENA
43
LOS BONUES
47 PUT@
51
METAMORFOSIS
53
VENGANZA
59
YOTUEL
64
PROBADITAS
68
SERGIO
71 ELECCIONES 2012
78
CONDOMINIO
81
PREFIERO VER EL BOX
84
PATROCINADORES
PRÓLOGO
Bajo el supuesto de que todos somos iguales, al menos en condición humana
¿qué pasaría si cada persona se atreviera a pensar en su vida como un lienzo? Un tramo
de papel en blanco que acoge la locura al igual que los trazos monótonos y rectos
¿Cómo sería el mundo si borráramos todas las limitantes morales y sociales que nos
vuelven seres civilizados? Seguramente esto, si no fuera terrible, hasta seria gracioso.
Esta colección de cuentos en veces anecdóticos y en veces ficticios, nos dan un paseo
por la vida del autor (la que es o pretende que sea) con un estilo irreverente y hasta
descuidado, creando una atmosfera poética libre de los edificios filosóficos que los
dogmáticos han venido erigiendo hasta la fecha.
Prefiero ver el box está lleno de escenarios comunes para la clase media de un
entorno urbano, lo cual determina la armadura de la composición mas no condiciona
que la obra pueda ser apreciada desde cualquier otra óptica, pues más que situaciones
dibuja sentimientos, muchos de ellos ampliamente contradictorios, lo cual incitará la
catarsis en más de uno, quizá más por la fuerza de las letras y la relación entre los
personajes que por la afinidad del lector, pero dejando siempre una sensación de mirada
interna a lo más profundo de cada uno, un vistazo de lo que somos, de lo que no
queremos ser y más aun de lo que no sabíamos que podíamos llegar a sentir por otra
persona o incluso por una mascota como en el cuento Kike. Es un libro donde el amor,
el odio y la psicosis organizan orgias cada vuelta de hoja para relatar la oscuridad de
una sociedad ya tan desgastada y grotesca en algunos casos.
“Si Alejandro Jodorowsky leyera este libro seguramente diría que es una
mierda mientras arroja un gas y continua con su lectura del tarot, Allen Ginsberg quizá
invitaría al autor a su departamento en San Francisco cerca de City Lights para tener
una frenética noche de sexo y excesos para después olvidar todo a la mañana siguiente,
el papa Ratzinger no habría acabado de leer Ana María Kuzdo cuando ya estaría
abandonando la lectura y pensando qué demonios hacer con la santísima erección que
lo acosa desde que iba a la mitad del cuento, Sun Tzu diría: “Tu meta es tomar intacto
todo lo que hay bajo el cielo”, Thomas More sentiría el fracaso de su Utopía con la
amargura propia de una mordida de Hikuri, y Luis Buñuel probablemente haría una
película basada en cuando fui Jesús. Yo… yo creo que simplemente acabaré con la
existencia del Cabernet Sauvignon que me hizo compañía esta tarde y dejaré mi pluma
con un buen sabor de boca, mismo que ciertamente nunca sabré si se lo debo al vino, al
libro o a la mezcla de ambos, en cualquiera de los casos da igual”.
Enrique Contreras.
Enero 2013.
7 MINUTOS
La comunicación terminó después de 3 horas de estar juntos, a lo que Daphne
dijo tras 7 minutos de despedida ¿cualquier cosa?... Y con un énfasis amoroso Yotuel
respondió -no te habló-. Exacto, aulló la dama.
De vuelta en su patio, Daphne suspiró y evitó groseramente a Roberta, la perra
obesa que Yotuel le había regalado de aniversario, como muestra de unidad y
compromiso. Olvidando la importancia de aquel animal continuó la marcha.
Simplemente bastó con una patada para proseguir el andar sin jugueteos de la canina
molestia, abrió la puerta, miró a ambos lados de la casa y se dispuso a subir a la segunda
planta a ver el televisor, un escalón, dos escalones, tres escalones, pasos cansados de
quien dispone de la calma de un vagabundo. Pum, el descanso en el descanso, frente de
ella encontró una imagen en el espejo y escuchó una voz dentro de sí, que le dijo:
—¿Realmente anhelas no mirarte, verdad?
Ella contestó con naturalidad que lo hacía a diario, pero que no tenía disciplina.
Un ladrido muy fuerte la sacó del trance, Roberta la miraba fijamente, con un
grrr, continuo; instintos caninos ella asumió, acto seguido de un pensamiento casi
mágico, de esos que no le ocurrían a menudo: hay instantes en que sé que soy sublime,
que pienso más allá de lo que piensan la mayoría, es decir, regalo 3 horas y tengo 7
minutos de genialidad, me conformo con eso, hay personas que no tendrán ni un minuto
de eso en su vida…
Otro ladrido, y de nuevo fuera del trance, Daphne pensó en lavar las toallas, y
felizmente descansar, pero fue repentinamente devuelta al mundo por más ladridos.
Percatándose de que Roberta anunciaba una presencia ajena dentro de la casa, ahí, justo
frente a sí estaba ella, cómo era posible, es difícil de explicar, jamás pensó una palabra
de lo que diría, aunque todo fue dicho y asimilado, a lo que hubo una charla a
continuación lentamente duradera.
—Te diré, con afán de salvación... Las utopías se construyen con algo más que
imágenes. Quizá en mi reconquistarte, ahora más que otras veces, valoro los
espacios (sean virtuales o no) como una forma de resistencia a la carencias que
nos avasallan. No hay espacios abiertos y mucho menos los hay plurales o de
información. Así que cualquier espacio por pequeño que sea puede utilizarse
para algo más que pasar el rato. Me pareció falto de provecho el espacio virtual
que tengo en tu mente...
Daphne contestó, sin siquiera abrir la boca, desde ella misma frente a si en un
monologo sardónico pero deprimente.
—Siete minutos me bastaron para llorar...
Lo que un vino en siete minutos podría hacer hoy...
Como siete minutos para despedirme me frustraron...
Como siete minutos mientras escribía una carta me rondaron una vida...
Siete orgasmos en uno...
Siete oraciones, siete escalones, siete miradas, siete alegrías, siete explicaciones,
siete momentos, siete sinmomentos...
Siete formas de decir que este instante tan vacío durará toda la vida...
De nuevo contestó para si desde si:
No hay perpetuidad en las condenas, no somos perpetuos, nuestros dolores
tampoco. Anhelas quedarte sin reflejo, sin algo que te identifique como un humano, sin
el vacío y los pensamientos.
—Volviste— dijo sin decirlo Daphne.
—¿Qué? Oh, ja ja— como antecedente de una respuesta sorpresiva pero final…
—Pensé que ya no te compartirías— dijeron en un pensamiento mutuo, para
después bajar dando una media vuelta y salir a abrazar a Roberta. Por alguna
razón una felicidad la invadió rápidamente, y tras siete minutos de fuerza sobre
el cuello peludo de la perra, Daphne se reincorporó para subir de nuevo las
escaleras, pensó que los anteriores ladridos parecían de una maniática y que
Yotuel jamás comprendería la situación. Un escalón, dos escalones, tranquilidad
en el andar, utopías, serenidad, imágenes, qué más da, todo forma parte de un
dispositivo, de un momento sublime en esta vida, siete minutos entre la agonía y
la felicidad, penetrar, ser penetrado, ¿en qué radica el poder ser? Hoy fue el
mejor día de su vida, pues se reconoció sin tapujos, se entregó al compromiso de
ser ella misma.
En el descanso de las escaleras nuevamente; se miró al espejo con soslayo,
rebasando la superficialidad de la mujer que está vacía por dentro. Se sonrió y cual
papel sanitario tiró el cuerpo ya sin vida de Roberta para ver televisión y olvidar las
toallas que alguna vez quiso lavar, tras un suspiro hondo y encantador, subió dejando
atrás todo (o posiblemente tomando riendas del presente) diciendo: hoy comienzo de
nuevo.
1993
ANA MARIA KUZDO
Sufrí un enojo convulsivo y quería matarle, aquello que me hiciese daño es
digno de muerte, a mí nadie me pilla de ningún modo, cualquiera que me intenta joder
se jode primero. Y ahí, en medio de la nada absoluta, en su jodida casa con todos los
servicios y recién remodelada… lo hice.
Antes bien debo decir algunas cosas, Ana Maria K. es la persona con más vida
que he conocido, es infiel, fraudulenta y manipuladora (por destacar algunos adjetivos),
y si esto no jodiese todo, es bonita (incluso la enfermedad de sus huesos de cristal es
linda).
Jamás demostraba su capacidad de mando, rasgo muy peculiar pero discreto en
ella, era agradable verla enojarse, escuchar un regaño, y siempre regresar a la cama para
dormir después de un comilongo. Es mi puta preferida. La conocí en el funeral de un tal
Don Imbécil, ingeniero, supongo, alguien que murió en un choque. Esa fue la primer
noche que dormimos juntos, ella aceptó fácilmente, ya que fácil son algunas mujeres, ya
que fácil es estar con cualquiera. Me encantó desde el primer momento, raramente, cada
noche que pasábamos juntos dejaba de gustarme, era una enfermedad progresiva, la
causa: sus ronquidos. Aunque de alguna manera nos complementábamos, ella no dormía
por mi calor corporal; en resumen, nos desagradábamos mutuamente si no llegábamos a
dormir el uno por culpa del otro, pero de algún modo lo conseguíamos, parecía una
competencia de la cual nadie ganaba. Demostrar las relaciones de poder mediante la
resistencia al sueño es estúpido, pero romántico. La primer noche ella me dijo que nos
casaríamos, que lo sabía muy bien, que le recordaba a su padre… extrañamente ella me
recordaba a mi madre. Ana argumentó que las personas buscamos como parejas a
aquellos que nos recuerdan a nuestros padres, cosa que me dejó pensando largo tiempo,
incluso hoy día me pregunto si es verdad o no. Entonces le pedí que nos casáramos, ella
lo pensó unos instantes para responderme que no. Siempre he sido pésimo para las
mujeres, pero jamás había pedido que alguien se casara conmigo, así que recibir un no
como repuesta fue confuso, eso me asustó un poco, entonces medite y recordé que
cualquier tío puede perder el culo por una falda así que opté por sólo poseerla.
Ella gozaba de ir a mi casa, ahí había una vieja imprenta, y por la misma razón
siempre estaba lleno de vagos, siempre estaba Bubu, Pavo, Clark, Moe y Castor
(disculpen muchachos si me falta alguno), destacados fumadores de crak, era una casta
de campeones. Siempre existía algún malentendido por las puterías de mi Ana, por la
facilidad de relacionarse con cualquier asno. El primer fracasado que se le acercase,
boom, ligue y cesto de basura, mandaba a toda la gente al infierno después de usarla. Y
luego regresaba conmigo para decirme que yo era la única persona que aguantaba su
carácter. Qué paciente eres, mi amor, me decía mientras me besaba y me enseñaba una
teta juguetona, la más cotorra siempre. Su devaluación personal me emocionaba, un ser
humano que cree que engaña a su pareja es el sujeto más insignificante del planeta, es la
persona con la depresión por dentro, y de alguna manera, es el ser más miserable, pero
con más vida. Es extraño como la sociedad ha hecho gente más o menos aceptable,
alguna feminista diría que es una persona independiente, dueña de si, utilizar todos sus
recursos la hacen más mujer. Pero creo que es cagada conseguir a un don nadie a
cambio de un SPA, una comida, una fiesta, droga, sexo, etc. Es muy absurdo, las cosas
que realmente valen siempre pasan desapercibidas, pero qué podría hacer si la amo.
Solo ser yo mismo y comprenderla. Jamás había conocido a alguien que le importase
tanto el sinsentido.
Ana Maria K. murió, un objeto lacerante hizo que su corazón se partiera como
un fino corte de carne. Fue un destello, el sentido del amor, las verdaderas pasiones
haciendo explosión en la oscuridad.
No podía entender que algo le pasaba, no puse atención en su ridícula voz,
aquella que lanzaba esos comentarios tan estúpidos, esa característica putez en la punta
de sus labios, aquellos labios que se la chuparon a tan malolientes sujetos. Yo siempre
he sido una persona muy sensible y no creo cambiar, pero… de algún modo me
arrepiento, pude hacer algo más por ella, pude haberle puesto atención, pude haber sido
más íntimo ante su última confesión, pude haberla salvado de su muerte. Debí haber
insistido para ser parte de su vida, quizás mi misión no era salvarla; pero lo hice. La
liberé.
La gente siempre me mira y piensa que soy un homosexual, ella lo dijo y repitió
antes de perder la vida, me decía degenerado, cobarde, maricón, puto, puto, puto, puto.
Caminaba en un hilo delgadito, dividido por el autoengaño; producido por la falta de
sinceridad hacia mí y la pureza que solo podemos tener las personas que nos miramos
por dentro.
Ana procuraba engañarme por las noches, justo cuando yo estaba pegándole
duro a la máquina de escribir y a otras mujeres. La noche es mi momento íntimo, es el
justo baile en el que salen todas las calaveras, en que ser promiscuo es una bendición,
donde la mirada se hace de rayos equis y las melodías son constantes y diversas, hay
ratas de todo tipo de patas, miradas de luz neón, y lunas de miel para todos los géneros
y degenerados.
Esa noche tomé un trago con un amigo (¿en realidad es mi amigo?). Pase por su
casa, sabía que algo estaba mal, ella gemía dentro de una camioneta, el modelo parecía
del año. Uno de esos vehículos que compran los inseguros por cuestión de elite. Tuve el
presentimiento de que la atacaban, ella le gritaba a Dios y todos sus santos, pedía a
gritos que parara, que le dolía. La escena era sorprendente, el amanecer destellaba un
rojo sangre tan particular que mis ojos se inundaron de lágrimas, las ventanillas estaban
empañadas, yo fumaba un cigarrillo y ella dentro con alguien que la hacía berrear de
¿dolor?
Dentro de mi auto, un VW 1969 (el último de los mejores modelos), siempre
guardaba una navaja con mango de mármol, finísimo instrumento. La madrugada
perdía su aroma a vida, pensé que un hombre debería asesinar para poder entrar al cielo
¿Qué diría Dios si supiera que eres un cobarde? Miré a mis adentros y supliqué por que
hubiera más inteligencia y claridad, pedí por mayor inteligencia para Ana, que le diera
luz, que permitiera que se salvara de esa diarrea mental para no sufrir por deshidratación
neuronal. Luego me retracté, su deficiencia mental me parecía atractiva. Caminé
relajado y abrí la puerta del auto del año, miré las nalgas y después los ojos del agresor,
me pareció un demonio, era un bastardo con una mirada angelical, con un aroma
perfecto, con una hermosa piel de durazno, y por un momento comprendí que hasta yo
podía enamorarme de él, pero al mismo tiempo me causó una repulsión garrafal, aunque
si hubiese sido mi amigo le perdonaría cualquier cosa. Las relaciones, no importa de qué
índoles, son meramente una cuestión de lealtad. Era fácil, hey, pana, quisiera violar y
matar a una putilla, ¿quién no lo ha hecho? Seguro le hubiera echado una mano. Pero
este no era el caso, frente a mi había una asquerosa rata, incluso podía fumigarla con un
pedo. Cuando miré a Ana, penetró en mí su miedo, ella sabía que yo era demasiado
cuerdo, siempre utilizaba la razón como forma de reacción… Recordé cuando me
depilaba el bigote, yo siempre he sido el tarado que permite ese tipo de cosas, quizás por
amor, ocio, qué se yo. Sólo soy un hombre mayor cobijando a una niña, una niña que
me decía anciano, que creía que pasaba demasiado tiempo en los libros y sin diversión,
un sujeto que está en contra de todo y de todos; siempre criticando, un inconforme
social.
La fama, la fortuna, las cirugías plásticas, los amigos, nada es lo suficientemente
bueno para mí; todos son insectos, todos dan asco, las mujeres, los niños, los ejecutivos,
el ejército, la religión, incluso mis padres podrían irse al infierno antes que pretender
que cualquiera era lo suficientemente cojonudo para mí. Pero qué puedo hacer, si
siempre he sido una de esas personas que no pueden pasar desapercibidas, tengo el
derecho divino de mandar todo al culo, de hecho con un poquito más de inteligencia
todos lo podrían ser. Y con esto afirmo que hay seres superiores a mí, pero hasta ahora
no los he visto.
Después de esta recapitulación, recordé un sueño donde ella era un mueble, algo
así como un buró, su cabeza, su tronco, su culo. Siendo yo niño en aquel sueño,
comenzaba a jugar, hurgando cada parte, abría y sacaba cosas del cajón, daba vueltas a
las perillas y las llaves, metía y sacaba ésta de lado en lado. Reflexionando, me di
cuenta de que los sueños se hacen realidad, y en ese momento aquel milagro ocurrió: el
cuchillo era mi llave, y así salían calzones, calcetines, lencería de todo tipo, alhajeros
esculcados, charolitas con crema; el perfume, derramado, mis manos mojadas con la
acetona. Destrocé cada cerrojo, cada puerta o compartimiento, desgarré el mantelito que
tenía arriba, rompí el cristal y todos los adornos sobre él, aniquilé el hermoso mueble en
su inspección general. El atacante estaba atónito, sólo me miraba mientras su pene se
ponía flácido y pequeño, apuesto que ni en una mega pantalla en 3D hubiera podido
sentirse tan real. Lo miré y le pregunté si tenía frio; con él fue más difícil, tenía una
chapa en su cajón más importante, la cual forcé, apliqué toda mi fuerza y ¡chaz! el
mueble se deshizo, como si hubiera estado apolillado, sólo un leve rechinido y puf,
cajones vacíos, moronas de gente.
En ese momento volaba y nadaba al mismo tiempo, hacía tantas cosas, era un
baile. De la nada recibí una última y delgada forma de expresión verbal en esa danza
pagana, un mirar de ojos me enfocó y dijo: era como una fiesta nuestra relación, los
seres humanos como tú y yo no bailamos, nosotros simplemente nos quedamos sentados
o nos engañamos en otras habitaciones. Y el volumen que acompañaba mi danza se
detuvo, simplemente había cometido un error, ella era una idiota, incluso salvar su
muerte, salvarla de ella misma, como todo lo demás, era una carga ¿Para qué molestarse
en defenderla? ¿Para qué buscar dentro de todos sus cajones un alma? ¿De qué sirve
meterle el cuchillo a alguien si no tiene adentro una esperanza?
La besé, siempre hay un último beso y este duró mucho, lo prolongué lo más que
pude, sentí el sabor de los idiotas, mi mamá me enseño a jamás besar a gente así, pero
Ana era un poquito especial, me corrí de inmediato, mi pantalón manchado de sangre
comenzaba a escurrir ahora un líquido santo, blanco y espumoso, mi pierna se
embarraba más y más, era una mezcla única, era la sangre de Jehová. Cuando la
abandoné en la puerta me sentí solo, inútil, viejo y triste, en realidad estaba enamorado
de ella, llegamos a nuestro clímax juntos.
Y aunque soy un ganador y siempre lo seré, esa noche me declaré en empate,
ella se llevó consigo una parte de mi alma, una mínima parte que le permitirá la
salvación, de la mano de ella va un pueril sujeto, un condenado a los brazos de María, la
Virgen. Y yo, yo me quedé solo con fragmentos de mí por todas partes. Ana María K.
no sabía seleccionar a las personas con quien se engañaba, las putas seleccionan bien
con quién están, y eso permite saber que ella no tenía esa categoría. Ella solo fue nada
para la vida, una representación olvidada como un condón usado, aunque así me excitó.
No hay importancia, pues lo que le pasa a uno, le pasa a todos, no hay por qué
tener tristeza, los pasos se siguen como siempre, con la facultad de sorprenderme, con
una sonrisa en la cara, con la máquina de escribir y carretes de tinta, con una navaja y
con la pregunta que siempre me hacen ¿Por qué no puedes ser una persona normal? —
por miedo, supongo —respondo siempre, en mis adentros.
1998
BIG BANG
Siempre recibía los deberes con la seguridad de que trabajar más lo haría mejor,
por más que el trabajo pareciera complacido. En realidad no hay algo malo en dedicarle
tiempo a su familia, cualquier cosa que favoreciera a ella, seria benéfica para él mismo.
Constantemente repetía el placer de hacer lo correcto, esto incluía su vida
académica y el trabajo sin remuneración que realizaba en la tienda de su padre, él, un
campesino radicalizado en la ciudad, descendiente de una familia oriental, devoto a una
estricta costumbre de disciplina. Nunca fue maltratado, incluso podríamos decir que fue
un niño mimado, en realidad no tenía algo por qué preocuparse. A veces quisiera
entender la tranquilidad de esa persona, parecía no tener miedo y siempre tan dispuesto,
quizás fue la forma como entendió la vida aplicada, como mejor pudo enseñarle su
madre, una distribuidora farmacéutica devota, demasiado comprometida con el empleo
pero lejos de una emancipación con su pareja.
Nunca renegó por la monotonía de su vida, pero jamás esbozó felicidad por esta,
tal vez le reservaba algún tipo de odio contenido y que parecería a ser una característica
típica de su mirada gélida, pero al mismo tiempo con el característico fuego que denotan
las pasiones humanas, pareciera que prefería tener su aspecto taciturno.
Podría calificarlo como fiel a su entorno, atento a sus responsabilidades. No creo
que me considerara su amigo, en definitiva no tenía amigos, no era un sujeto sociable.
Jamás tomó una copa y dudo que estuviese alguna vez con mujeres. Pocas veces decía
algo, pero cuando lo decía era demasiado atinado, me agrada decir que es un genio,
simplemente resguardaba su genialidad en una caja fuerte. Siempre hermético e
indispuesto a la charla y pérdida de tiempo con la gente ajena a su familia, jamás
creando lazos innecesarios con la plebe.
Un sujeto en definitiva admirable. Siempre tuvo problemas por ser distraído a las
palabras y acciones de los demás. Había muchos que le temían a pesar de ser un niño
retraído, un joven inmutable, un adulto que en realidad no tenía ningún tipo de defensa
natural a su disposición más que el mimetismo con la nada. Podría estar dentro de la
jaula de un tigre y aun cuando el felino lo habría notado le habría parecido
insignificante, quizás sólo le hubiera echado una meada, para saber que era parte de su
entorno. Con todo, para algunos era un tipo cojonudo, pero en realidad no pasaba de ser
un sujeto diferente, como todos los demás. Una igualdad característica del ser humano.
No entiendo por qué me dijo eso. Creo que estaba harto, quizás se dio cuenta de que
tenía que cambiar algo, que su monotonía sólo era una forma de decir que estaba
inconforme.
Tenía 33 años cuando nos encontramos de nuevo fuera del fraccionamiento
donde siempre vivió, a un costado del rio Okko, más allá de los límites de la ciudad, ese
día me pareció extraño que me llamase y me invitara a charlar, decidimos ir a un bar
cercano, el no parecía preocuparse por el sitio. Yo pedí un sake, él se decidió por un
jugo de arándano, el sitio era demasiado agradable, estaba repleto de máscaras que
parecían antiguas, no quise poner atención extrema, sólo noté los diferentes materiales
de estas. Saqué un cigarrillo y le acerqué la caja, sabiendo que se negaría;
efectivamente, no prestó atención a mi movimiento, pegué unas caladas y nos
enrolamos en un silencio desagradable, más que nunca su mirada parecía llenarse de
odio, odio real. Su tono de voz no cambio, ni su respiración, en toda la charla solo llego
a pegarle dos o tres tragos a su bebida. Lo hacía elegantemente, sin ruido, con una
mínima muestra de humedad en sus labios, era fascinante verle ese brillo en sus labios
alternando con sus ojos, parecía como recién besado, esas tres luces en su rostro
apetecían a la admiración de alguna constelación acompañado de una chica en un valle
remoto. Había un destello de luz en su cara, incluso hacia insignificante y opaca a la
mujer que estaba a punto de entregarse para emanar amor en una mesa contigua… de
repente comenzó a hablar.
—Tienen que explotar más cosas, he vivido esperando el momento pero no
llega, quizás me he apresurado, hey, ¿sabías que el ser humano está compuesto por
todos los elementos químicos? Contesté que sí con un movimiento de cabeza. La gente
no se ha dado cuenta de la generalidad del todo. Muchísimos están preocupados por
tantas trivialidades, por tantas cosas que son una en realidad, se matan por algo que es al
mismo tiempo todo, solo una extensión de ellos mismos.
Su comentario me impresionó, y él continuó: se ha comprobado que el hombre
está químicamente estructurado igual que el polvo de estrellas, ¿sabes? Eso significa
que somos estrellas, o restos de ellas, somos tan libres y tan incondicionalmente sujetas
a estas, somos parte de un vaivén estelar, no tenemos más remedio que esperar que cada
constelación y galaxias a las que formamos, hagan coalición para generar, a través de
una gran explosión, nuevos universos que permitan que por medio de gravitación
generemos sistemas planetarios capaces de acceder a la expansión de conocimiento para
crear nuevas coaliciones, explosiones y viajes interestelares en busca del mismo todo al
que estamos sujetos.
Ahora, justo ahora esperamos una coalición, yo más que tú porque antes
ignorabas esta situación. Encuentro agradable que las cosas tengan que ser así, aunque
me duele que no todos entiendan esta situación, ¿comprendes? ¿comprendes? Solo
somos residuos estelares, solo eso, y esperamos una gran explosión. Algo que dé
sentido a la consciencia de otros para que nos comparen con un dios injusto.
Poco a poco comencé a sentirme más incómodo, había un ambiente raro
generado por su mirada y su boca húmeda, no comprendía de qué carajos hablaba. No te
asustes, dijo. Justo en ese momento besó mi mejilla salió del bar, en mí oído sonó un
susurro que decía: somos estrellas, somos un todo.
Desapareció tras la puerta del bar, mi cigarro había terminado consumiéndose en
mis dedos, parecía que cada máscara buscara algo en mí. Estaba a punto de pagar la
cuenta cuando un estrepitoso sonido me aturdió.
Una continuidad de explosiones, acompañadas de suplicas a Dios, una corredera
de personas, sirenas a todo volumen. Salí del bar sin problemas, el problema estaba
justo donde tenía que estar un fraccionamiento, ahora sustituido por ruinas, fuego y
trozos de gente. Era una verdadera escena hollywoodense, no sabía qué hacer. Fui
atendido por paramédicos y llevado a un hospital cercano que estaba atiborrado de
gente, recién llegada del epicentro del desastre Él estaba junto a mi cama, esperándome,
me recibió muy sereno. Él lo había hecho, él lo tenía planeado, sólo esperó el momento.
Caí desmayado. Desperté unos días después, al parecer estuve sedado a causa de una
crisis nerviosa. No recuerdo ese episodio, solo recuerdo su cara. Después supe que sí
hubo un culpable, había fotografías, había un testimonio, una declaración, un juicio y al
final un culpable. Todo lo que hay cuando la culpabilidad es asumida.
Sé que no le aqueja, en realidad dudo que le importe su situación, siempre supo
quién era y jamás le importo la adversidad, tenía su identidad en todo, así que cualquier
lugar es perfecto, cualquier momento es suyo, cualquier entorno es su sitio, en
definitiva, creemos lo que vemos y vemos lo que creemos, no hay más. A menos que
tengamos una crisis de identidad, todo depende de que nuestras creencias y valores no
entren en duda, de otro modo estamos perdidos, tenemos que sabernos directos a una
galaxia o a un hoyo negro, parte del todo, felices y resignados como asteroides, como
un absoluto cíclico, en un big bang.
2006-2007
CUANDO FUI JESUS
Hoy es jueves, y como todos los jueves en la tarde salí rumbo al bazar de unas
monjas, ahí suelo comprar ropa y alguna que otra cháchara; como todos los jueves
saludé a la madre superiora y ella, con su mirada astuta (como todo buen comerciante),
me regresó el saludo, sonriente. Antes de dar el segundo paso dentro del convento ella
me miró y dijo hijo mío, qué bonita voz tienes, antes de que te vayas me gustaría hablar
contigo.
Yo, como todo un buen samaritano, asentí, entré a comprar y a hacer mis
menesteres.
Esa tarde me compré un saco algo gastado pero adecuado para mí y con una
facha soberbia, pensando en que se me miraba bien y que seguro me daría elegancia
dentro del aula escolar a la cual acudo de cuando en vez para dar mis clases de
sociología, proseguí el paso.
También me compré un disco de acetato, de esos que la gente llama de
chapopote, un excelente material de Alton Ellis, con la pista: You've Made Me so Very Happy,
lado A y I'm Still in Love, lado B.
Pagué, no sin antes exigir una rebaja ya que soy un cliente frecuente
(argumenté). Salía lentamente, despreocupado, cuando una voz nada celestial, he de
confesarlo, sonó como un estruendo en mis oídos: hijo mío, acompáñame, ordenó
aquella voz, que antes que celestial, parecía venir de los recónditos fondos del averno.
Viré y asentí, obedeciendo sin ningún tipo de oposición.
Dígame madre, en que puedo ayudarle, ella contestó -quiero que me hagas un
favor, sabes, la hermana Karen vendrá mañana a comenzar su preparación en el
noviciado, y al escuchar tú voz me di cuenta de que era hermosa, y que así suena la del
Santo Padre-.
Impresionado y halagado (cómo no, si me estaba diciendo Dios, o al menos a mi
voz) le dije que sería un placer, caminamos, pasamos una linda fuente y observé a una
cantidad considerable de mujeres atentas a su trabajo dentro del convento (sin
mencionar que había unas muy bonitas, incluso consideré ejemplificar a Casanova),
caminé, vi jardines, animalitos, e infinidad de arcaicas cosas.
Entré a un cuarto demasiado amueblado, lleno de armatostes que parecían más
que otra cosa unas computadoras como las que te dicen quién es el amor de tu vida, o
aquellas que salen en las películas del Santo, el enmascarado de plata.
Después de que se acercó y prendió las maquinas, me dio un texto de
aproximadamente 20 cuartillas, en ellas le decían a Karen (según la madre superiora),
un sinfín de palabras para retenerla, agradeciendo el amor al Santo Padre.
Muy sorprendido comencé a leer, una falla, dos fallas, tres fallas, y por más que
me esforzaba no salían las palabras adecuadamente de mi boca. La madre superiora
parecía impacientarse, así que dijo que me hacía falta inspiración. Se acercó a una
pequeña cúpula y marcó desde un teléfono hecho de quien sabe qué material, el cual
estaba muy lustrado, viejo, pero con categoría.
Bueno, decía, sí señor, yo sé que siempre está usted muy ocupado, pero no
podemos hacer la grabación. Encontré la voz perfecta, es casi como la de usted, pero
claro, comprenderá que ninguna se le compara ji ji ji, señor, no me diga esas cosas,
usted es único, es mi pastor y yo soy su rebaño, mi amor le pertenece únicamente a
usted. Si, si, es para la hermana Karen, pero este palurdo no logra hacer las cosas bien,
no sé qué le pasa y quería su opinión, incluso una manita. Mmm aja, aja, ya comprendo,
sí, lo haré de inmediato. Y colgó.
Echándome una mirada como de inspección se acercó y dijo -ya lo tengo-,
entonces sacó una toga y me pidió me la pusiera, pero aún salían mal mis palabras,
mmmm, musitó, ya sé qué falta, entonces trajo una botellita con agua y me la untó, paso
siguiente mi barba comenzó a crecer junto con mi cabello, correcto, observó, pero aún
falta, entonces sacó del armario a dos romanos, los cuales comenzaron a golpearme
fuertemente, y por alguna razón yo siempre ponía la otra mejilla, luego sacó una playera
(marca MANTRA) y me limpió el rostro, a lo que consecutivamente logramos verlo en
ella impreso. Nuevamente comencé a grabar, pero nada quedaba bien, entonces dijo que
la inspiración no llegaba, y que faltaba más de mí, no había entrega en lo que hacía, mi
toga era un trapo roto, mi tabique nasal tenia múltiples fracturas, y como de la nada caí
una, dos, tres veces antes de proseguir. A uno de los romanos se le ocurrió la magnífica
idea de tomar una corona de espinas y ponerla en mi cabeza, el otro lo ayudó trayendo
tres enormes clavos y un martillote, no sin antes sacar del armario una cruz de madera
tamaño unisex. Me golpearon otro ratito y luego me acostaron en la cruz, me clavaron
de manos y pies y pusieron un letrerito muy coqueto que decía: Rey de los Mejicanos.
Mi impaciencia no aparecía, en circunstancias similares ya hubiera hecho algo al
respecto, pero en este caso me sentí obligado, además de todo me habían hecho una
rebaja en mi compra, y por la hermana Karen y su integración me sentía responsable.
Pedí agua, eso aclararía mi voz, y me dieron vinagre, con el afán de que tuviera
más profesionalismo mi grabación, después me acercaron con una lanza un micrófono y
me pidieron que leyera de nuevo el texto. No funcionaba, no podía leer bien… Para mi
sorpresa, y después de pensar fatigádamente en el asunto, les sugerí amablemente que
me dieran un texto traducido, porque a mí el hebreo antiguo, por más que lo intentara
leer, simplemente no era mi fuerte. Lo pensaron, lo hablaron, organizaron una junta y
les pareció una buena idea, y de ahí, con un texto en vulgar castellano, comencé a leer a
la perfección. Incluso dos mujeres muy hermosas, la hermana María y la hermana
Magdalena, se conmovieron tanto que se pusieron a llorar ahí, justo debajo de mi cruz,
yo sospechaba que magdalena era algo cusca, pues no dejaba de verme el sexo, me
guiñó un ojo y yo respondí con un movimiento de cabeza, afirmando una negación.
Después de redactar a la perfección las 20 cuartillas un pinchazo accidental de
lanza en mi costado me hizo dar un ¡ay! de dolor, el cual se me escapó como último
suspiro de cansancio, no había problema porque eso se modificaría en su computador
tamaño auditorio. Me bajaron, me limpiaron y me dieron las gracias, me entregaron mi
compra, me preguntaron mi nombre, me llamo Edgardo, dije mientras me limpiaba con
un papel la sangre de la nariz. Qué hermoso nombre, hijo, alabó la madre superiora,
seguro que Karen se sentirá tan maravillada como nosotras. Yo asentí con un leve
movimiento y estaba a punto de escapar cuando ella me invitó a su capilla, me mostró a
un identificable y particular sujeto que, dicho con las palabras de la madre superiora, es
nuestro salvador. Puedes venir a rezar cuando gustes a este sitio, es tranquilo y apacible,
un lugar perfecto para que reflexiones sobre lo que haces. Las puertas de esta capilla
siempre están abiertas para ti. Él nunca te abandona, acto seguido, escupí un coagulo de
sangre en la roja alfombra, no te preocupes, dijo ella, alguien lo limpiará después.
Mi cabeza comenzó a girar y casi caigo desmayado. Los dejo juntos, hablen,
sugirió la madre superiora y salió de la habitación.
Yo noté todos sus rasgos y comencé a mirar los míos, eran parecidos pero
diferentes, por un momento me espanté y pensé que a lo mejor me había contagiado de
estigmatitis, a algunas personas les pasa, es como con el VIH o la lepra, a lo mejor ahí
había gente con estas enfermedades, luego me acerqué a la imagen y ya pegadito a él
me dijo hey, perdónalas, saben lo que hacen. Salí de esa capilla muy espantado ¡Ahora
hasta paranoiqueaba!
Me acerqué a una pileta y me eché agua en la cabeza, creo que acepté la locura
dentro de mí, y tras un convulsivo mareo, confirmé que aceptaba esta condición, una
operación casi sacramental. Paso a paso fui saliendo de ahí, hasta que antes de terminar
el pasillo oscuro, cerca de la luz que se encontraba al final, miré otra imagen, era la de
una mujer morena, su color era perfecto, el azul y el verde le quedaba bien, parecía una
imagen etnológica, histórica, mi Tara Verde; supe que pasaría el resto de mi vida con
una mujer así.
Entre cánticos celestiales por fin llegue a la luz que tanto seguía, miré a las
novicias, me aferré de mis pertenencias y di las gracias (aun no sé por qué pero lo hice),
la madre superiora sonrió con la seguridad de quien se sabe superiora. Dijo que nunca
olvidaría mi nombre, me hizo una seña de despedida con la mano y cerró la puerta tras
de mí con un azotón, parecía inmensa.
Subí a mi auto, fui al doctor y pasé 3 semanas hospitalizado según lo escrito en
mi historia clínica. Múltiples fracturas, con el aspecto de una momia, ultra suturado y
tomando sólo líquidos.
Hoy, como todos los jueves, regresé al bazar, y como todos los jueves salude a la
madre superiora. Al entrar, ella me ignoró, hice mis compras y no recibí rebajas por más
regateo que hice.
Después de eso ni me despido, sólo dijo -el que sigue- con la mirada de si te vi
ni me acuerdo, le di la espalda y como un buen creyente (de la economía), me largué.
Logré escuchar a otra monja decir: la hermana Karen se ve tan feliz aquí. Y
seguí mi camino andando sobre el agua… de un charco.
1996
UN DIA CUALQUIERA
A Jossefina V. U.
Busque las posibilidades de encontrar sentido a la vida, ya que mi impresión fue
excelente, contigo comparto la voluntad de la sorpresa, hago comparaciones y me
rumoras, eres mi linda amante Josefina.
Me diste la oportunidad de nombrarte como mi conciencia exigiera, podías ser
Catalina o Carolina, podías ser María o Mar y Sol, Luna, Estrella o mis noches de tinto
en botella verde, podías tener apellidos diversos, incluso podrías ser un ser superior, un
goblin, un elfo o la basura que la imaginación me exigiera, eres mi puta y mi sacrosanta
divinidad.
Después de estos años, me encuentro hastiado de los eufemismos que tu lengua
parla, de tu doble vida y nacionalidad, aquellos temas de terrorismo, de la mierda que
España te impone, del lenguaje que supuestamente te identifica. Tengo ganas de atentar
contra tu persona, hoy es un día perfecto para matarte, lo deseo, hacer una bomba con
productos caseros, hacerte estallar en pedacitos, utilizar el C-4 que he acumulado
gracias a la mafia.
Quiero borrar términos como ekintza, kale borroka y la consecutiva porquería
que tu ―idioma‖ exige. A pesar de que podría decir que tus palabras me hicieron un
loco, dado mi carácter de supuesta atención, de oído que te consuela, esa mentira en el
silencio que finjo regalarte, sabiendo el temor que me paraliza y a diario me reiteras,
diciéndome que el miedo solo atrasa el ánimo, contemplando mi bloqueo, sintiendo esta
contradicción absurda.
La sed es infinita, en este juego donde vivir y morir es indispensable cuantas
veces sea necesario, donde el valor recae sobre uno mismo, donde necesario suena
eterno, pero eterno no suena necesario, porque el corazón no es longevo , pero funciona
para el juego, que es indispensable.
Esperando el silencio que interrumpe la verdad esencial, que no tiene
convergencia con la realidad. Ese maldito silencio que no se equivoca de tiempo, y que
me da la razón a partir de los suspiros sin correspondencia y que circulan en mis brazos
maniáticos ante la demencia de mi imaginario virtual.
El punto es que hoy pienso que te quiero.
Muchas veces veo cómo te conviertes en una mujer, mucha gente te denomina
como una felina puta involuntaria que aceptas voluntariamente. Muriendo en tu
personalidad directa que jamás desistirá ante el extra, y así como supones no mentir,
aunque te es tan natural, vives acomplejada con todo lo que te relaciona a un ser
humano.
Tomándote fotos con tu asquerosa mascota llamada Carmina, en tu infinita
repugnancia con aspecto de asco, en el que odias estar sobre cualquier sujeto en las
relaciones sexuales, a menos de estar a espaldas, pues argumentas te encuentras sobre el
acto. Comiendo azúcar, estando hiperactiva como un roedor.
Esperando que mi esperma ensucie tu cabello, pues te recuerda a la crema con la
que embadurnas todos tus alimentos. Prefieres embarrarte con la misma consistencia,
antes de sentir una goma de mascar bajo la planta de tu pie, o la carroña que una cazuela
cochambrosa podría darte.
Hoy por la mañana vi como el algodón de un cotonete quitaba esa porquería de
tus orejas, miré como hacías pompas de jabón y jugabas con ellas, dejaste una nota
absurda y saliste por la ventana del séptimo piso.
Te fugaste, sabias que te tocaría… Solo un roce de mí basta para desatar poco a
poco la euforia y el placer frio que lentamente aplicas, la silueta de tu cuerpo sigue en
cama, encarnada en el colchón que incluye el molde con el que estamos hechos, una
misma pócima, un mismo elemento. Profanaciones en los químicos físicos, instantes
que nos tienen definidos, volatilidad que poco a poco nos limita desde la respiración.
Extrañamente estos gritos dados no ensordecen nuestro mundo, simplemente se
tragan nuestros sonidos y los enclaustran en la circulación de las arterias, ríos y
bocanadas expulsadas de las venas abiertas, charcos putrefactos de ti y de mí; buitres y
gusanos son nuestros huéspedes, la estrella fugaz se lleva nuestros deseos con nosotros
mismos, como aquel que se tira, después de preguntarte la hora, a las fauces del tren.
Sigo sintiendo cómo entre nuestras piernas la moralidad se fuga, que te cueste,
que te cueste el acto, me repites, lo gritas, lo entierras con tus uñas en mi espalda, el
aguijón se sume en mí y al ser uno mismo corre entre ambos el veneno, todo se lo lleva
en morbo social y comienza a destacar la realidad sin brújula del yo esencial.
Ahora sé que te desagrado, debido a que no nos reconocemos más allá de
nuestros nombres, es como dirigirte a un perro, es como decir Renato y esperar que una
lamida te diga que necesitan de ti… Te repudio por esperar a que esté ocupado, muy
ocupado, acoplándome a tus instantes, que son los únicos para mí. Espero 2 ó 3 veces
por semana tus nombres y apellidos, mi ingenio es infinito, eres única recurrencia,
escoria, paseos por los pasillos de museos, teatros, filmotecas, tus vagares por las
bibliotecas o la cineteca nacional. Un bar en el Centro Histórico, un vago amigo tuyo
(José Francisco Zapata [Poeta]), desconocidos, y caminar y caminar, sintiéndote hablar
en tus pensamientos, adentrándote más en mí. Comes una fritura, comes todas sus
variantes: picante, condimentos, churritos, churritos. Ranchos mágicos, librerías,
tratamientos para las estrías, tomos sueltos… Arte abstracto, infrarealismo, líneas tras
líneas, continuidad de puntitos (y somos como puntitos, chiquitos como la arena cantas-), fotografías. Escribir, corregir, aprender, una máquina de escribir a la basura, no
hay más refacciones, pisas la cascara de pistache que truena en mi espina dorsal, y
crack.
Te preparas un té y miras tus manos, dedos chatos, mal elemento para tocar la
trompeta, un augurio de fracaso musical (quizá no para un güiro), 5 dedos de un lado, 5
dedos del otro y ahí va la imaginación, un nombre por cada cual, aun no los memorizo,
Coyuri, Louyutsi, Jasyen, Nahaey, Miyase, Fariyani, Yzik, y los últimos nombres
productos de mutaciones del corazón, ¿Por qué la Y? ¿Hay significado de trasfondo?
Puedo sentirte ya aquí, con tantos símbolos y posibles falsas respuestas, un laberinto en
tus palabras, promesas que cumples, pues tu palabra pesa, cambio de ánimo, cambio
diario, cambio por semana, cambio en año viejo, confesiones, destrucción de amistades,
relaciones, paz interior, eres una maldita despistada, visitas repetidas al mercado,
mandados incompletos, vueltas al mismo local, llamada telefónica para informarme que
tienes el libro que quiero de Mario Levrero, manos sucias en los platos limpios, cocinas
y fregaderos, cuatro cuartos, constelaciones en los residuos de comida, suerte y
astrología. Dietas, tratamientos para estrías, acné, celulitis, empeños, visitas al club de
jazz, inspiración, despertar de tus sentidos, amapolas, belleza, fealdad, mamá, papá,
abandono, falta de carreras, zapatillas para correr, ganas sin cosas que hacer.
P.D. No sé porque escribí esto, te quiero pero no te soporto, hoy en un día como
todos los demás... (nos vimos tres, o cuatro veces, por toda laa ciudaaad: sputnik).
1994
TORMENTA DE MIERDA
Escribiendo en el trabajo, secuencias de palabras de secuencias de un código
binario, dejé atrás al Compi Trujillo, Alberto Waxemodion y Tan-Ya, hay miedo cada
vez que escribo algo, siento que me acerco más al final. Estoy en el trabajo, en la clínica
dental, en dental CAP, tengo 2 años aquí, me faltan 8 más para lograr el límite de los 10
años. He aprendido a vivir con amor en un mundo donde impera el odio, he descubierto
la fórmula de la felicidad, simplemente me he comportado como alguien feliz en un
mundo triste, y ahora me he acostumbrado. Soy feliz, si, lo soy, por fin he logrado
gestionar mi editorial y tenemos éxito, ya publicamos varias cosas, buenas obras de
gente mala, todo es gratis en cuanto al dinero, lo único que ponen los escritores es
difundir su obra. Obras de autor, 100 o 200 ejemplares, libros únicos. Soy feliz, soy una
persona que ha logrado sus sueños, todos.
Hoy escribo sobre un padre, su hijo y alguien que no estoy seguro de quién es,
pero está ahí, siempre hay alguien ahí ¿Lo sabes, verdad?, tú también puedes sentirlo,
parece una tormenta. Siempre está vigilándote, desea que lo veas o sientas. Puedes
escucharlo, está offline, fuera de tu alcance, pero está ahí, ACÉPTALO.
Sígueme, ven conmigo, es momento de
entrar y ver por dentro la casa, mira,
mete la cabeza, olfatea, ahora mete la
pata hijo, << ¿Por qué vemos por la
ventana padre?>>, es fácil de
contestar, brinca, deja que tu cola sea
lo último en entrar a la casa. Vamos, no
tengas miedo. Ahora, dile a Vendaval
que nos siga a la pata de la letra. <<No
comprendo por qué lo trajiste, él
siempre me sigue, pensé que sería un
viaje de padre e hijo, pero él, siempre
me acompaña, siempre hace las cosas
tan bien que no me deja sentirme
cómodo con conmigo>>, Justo por eso
viene con nosotros, es claro que ante su
perfección tu presientes y entiendes que
eres deficiente y torpe, careces del
sentido de la obediencia, por ejemplo él
ha entrado ya, míralo, antes que
nosotros por la puerta de la calle.
Ahora tiene manos y sabes utilizarlas de
una forma en que en unos minutos tú
comprenderás.
Comienzo a anotar la salida de los doctores, la doctora Cochabamba y el doctor
Arnulfo se fueron a las 5:00 pm. Se despiden con un apretón de manos y les entrego la
paga. El horario es cumplido a la perfección, y ahora sigo en mi trabajo, las cuentas son
cuadradas, pero pueden ser cúbicas, inversiones, declaraciones, acciones.
Ya que estamos dentro utilicemos las
manos para guiarnos siempre a la
izquierda, a la próxima ventana,
<<padre, dime ¿por qué es por la
ventana y no por la puerta?>>, simple
hijo, Vendaval te explicará ahora que
ha dejado de gruñir y comienza a
hablar, <<sencillo, Roten, las puertas
son un acceso a la entrada, mientras
que las ventanas son un acceso a la
salida. Hay un dicho que no conozco
muy bien pero dice algo así: Cuando
Dios cierra una puerta, nunca deja de
abrir una ventana. Supongo que lo que
intentan decir, es que cuando la vida
parece estar a la contra, como un
atolladero sin salida, siempre existe una
ventana para lanzarse al exterior. La
salida fácil Roten>>. Puede que tengas
razón Vendaval, pero no estés seguro
de tu pensamiento tan lógico. Hemos
llegado, crucemos la ventana y bajemos
entre esas agujas, permitamos que se
deslicen y sean parte de nosotros.
<<Duele padre, duele mucho>>, esto
no es dolor Roten, se llama ardor, esto
arde y se siente distinto, la molestia no
es completa, está incubada y se queda
para siempre, ponte atento todos los
sentidos y no solo al que das
preferencia, ahora eres una piel en
llamas, sin siquiera vivir el fuego como
tal. Escucha, escucha tranquilo, pues de
hoy en adelante, siempre que percibas
ese sonido sabrás que es inigualable
esta tatuado, lo reconocerás siempre.
De hoy en adelante será indeleble, será
para
toda
la
continuidad
de
metamorfosis de ti, <<si padre>>.
Vendaval ha cruzado a la siguiente
parte, no se conforma con este lado de
las cosas, pero no se opone,
simplemente está dejándose llevar por
la lógica. Sabe que ha de pasar al
siguiente nivel y comenzar a
responsabilizarse de las decisiones que
toma. Hijo, ya no te quejes,
acompáñanos a la siguiente ventana.
Utiliza tus alas.
Comenzamos a darnos cuenta que
nuestros sueños se cumplen al pie de la
letra, la información de nuestros
antepasados se transfiere a nosotros, y
con el roció de la tormenta –si tenemos
suerte-, complementaremos toda la
historia que nos constituye. Deja de
temer hijo, es momento de ser libre, y
comprende que si en algo te limito, es
justo porque no te amo, dado a que no
eres como quiero, pero estas en el
derecho de amarme como soy y aceptar
la verdad. Después de eso, te sugiero
sigas adelante y te hagas dueño de ti.
<<No te preocupes, padre, sé
exactamente lo que dices y alegremente
sabré decidir cuando mi camino se esté
fundiendo con el tuyo y tenga que
abandonarte>> ¿Tú qué opinas,
Vendaval? <<yo te seguiré los pasos
hasta el final, he de aprender todo de
ti>>.
Emprendamos el camino hacia adelante, porque el tiempo se nos marcha y los
doctores no regresan. Estoy solo en la clínica, el Compi Trujillo acaba de pasar y me
dejó un poco de mezcal y se llevó el último libro que he leído. Hoy entrego una reseña.
Ya tengo toda la información. Hablaré del autor, sobre el budismo, los viajes, la
hermosa descripción y al final daré una opinión. Algo que sea mi verdad, aunque puede
que lo que describa sea otra cosa menos la verdad.
La verdad, hijo, es que estamos
recorriendo todos los tiempos, pero el
momento actual, el presente, es
peligroso, compartiremos ahora por
esta ventana todas las comodidades, y
estas comodidades nos limitaran.
Viajaremos en un auto que nos
mantiene detenidos y miraremos
Windows, esperando señales de
inteligencia desde puntos diversos sin
respuesta alguna.
Salgamos rápido, entremos por esa
ventana.
Está comenzando una tormenta, saldré a pasear, saldré a mojarme, saldré a
enfrentarme contra todo lo correcto, seré un revolucionario como dicen los farsantes.
Les demostraré a todos de lo que soy capaz. ¡Puedo ir en contra de todo sistema! No
hay doctores, sólo hay un Metrobús y la tormenta.
Vendaval va a prisa, es la última
ventana. Ven hijo, no importa el
movimiento. Asómate y mira, mira a
aquel ser vivo disfrutando la lluvia.
Espera hijo, espera no saltes. Adiós.
Seguiré a mi hijo Vendaval, seguiré sus
brincos, iré a la tormenta. <<Yo te
sigo, yo si soy obediente>>. Bien.
Espera, Roten, brinca alto y fuerte para
no ser aplastado, brinca, hijo, no
escapes a la muerte, simplemente sigue
tus instintos, vive, disfruta toda la
maravilla del peligro de vivir. Mira y
siente al agua sobre tu piel. Brinca o
quédate quieto, yo te quiero ver existir.
Te quiero seguir las ancas sin intención
a retroceder a las mías. Moriremos a
los ojos de quien no se sabe parte de
todo, a quien no comprende que
cambiamos, que nos degradamos en
una parte para unirnos a la otra.
Vendaval, seguiré a mi hijo,
acompáñame o quédate, en ambos
casos sé cauteloso. <<Sí, miraré y
aprenderé todo de ti, te enorgulleceré
con mis pensamientos, palabra y
acción. Mantendré firme la idea de mi
protector, de aquel que ha tenido el
valor de aceptar al miedo, de saberse
parte única con los aciertos y errores si
es que estos en realidad existen, que
sabe que el fracaso es un forma en la
que se disfraza el éxito…>>. No puedo
escucharte más, Vendaval, hay que
apresurarnos a hacer lo nuestro.
Utilizaremos esta velocidad para seguir
las huellas de la incertidumbre.
Mojarme, sentir que el computador se queda prendido, mirar los autos pasar y
sorprenderse de verme aquí, bajo el agua, con los pies plantados en las lagunas de los
reptiles. El sapo, el sapo que canta debajo del agua mientras… La he olvidado, no sé
cómo va esa canción. Qué dirían mis compañeros y compañeras al respecto. Un ser
humano como yo divirtiéndose bajo la lluvia. Cantando bajo la lluvia, mojado,
empapado. Alguien que dejó su trabajo a medias. Sigo impaciente, la cafeína y la
sertralina me está moliendo los nervios. Tengo miedo, sí, tengo miedo de amar, tengo
miedo a fallar. Pienso en ti, Rufina, pienso en que me recuerdas escribir, pienso en que
me recuerdas que recuerdo a Julio, no lo comprendo. No sé cómo no se puede dejar de
amar. He malgastado mi tiempo amando a alguien que me dio por el culo. Y luego,
como en los libros, viene al verme feliz.
Mira, entró Alejandra a la clínica, me saluda de lejos. Entra, entra y ahí espera.
Seguro ya viene Porfirio, Arturo o Carlos, si entra, no me mojo (¿como no me voy a
mojar? Estoy empapado), pasa, siéntate, ahorita llego, a la vuelta.
Hoy lo tengo decidido, utilizaré mis poderes del mejor modo. Ya lo comprobé.
Sí se cumple todo, se cumple todo a al pie de la letra, he deseado a mi pareja actual, he
deseado mi trabajo actual, he dispuesto del poder que tengo para seguir siendo un
contrario aun poniéndome en contra de los que están en contra.
Puedo vivir, morir, dar vida y matar. Por ejemplo, aplastaré a este sapo que está
junto a su papá, ¡plas!, está hecho mierda; bueno, pongamos otro ejemplo, quiero que
me llame Julio y que me diga que me ama. Ring… Ring… ¿Bueno? ¿Bueno? Julio, sí te
escucho, estoy feliz de tu llamada. Sabía que marcarías, mira que lo he deseado, mira
que te he estado esperando durante 4 años, todo en secreto.
También te amo, también te deseo y te extraño, <<no lo comprendo,
simplemente sentí la necesidad de marcarte, quería escucharte, estoy cansado, me siento
fatigado de buscar tantas cosas que siempre he tenido contigo, ya basta. Estoy dispuesto
a abandonar a mis padres, a negarme a su cariño, si mi papá no acepta que soy gay
significa que no me ama. Ahora lo comprendo, y acepto que no me ame, yo soy un
adulto, yo me puedo dar todas las cosas que necesito, si mi padre no me da el apoyo, me
lo daré yo. Que al fin y al cabo soy yo quien se cuida, soy mi padre y mi hijo, soy mi
madre. Soy mi mejor amigo y mi pareja. Pero entiende que si te marco es porque esta
revelación ya me la venías diciendo tú con tus publicaciones. Las dedicatorias, las
atenciones que tienes conmigo. El dolor es inmenso cuando uno tiene tantos miedos, los
rencores rascan por detrás de la oreja para no dejar que pase el aire fresco de las buenas
nuevas. Perdóname, amor mío, por dejar que mi padre se interpusiera>>. Está bien, no
te preocupes, yo sé que todo esto es parte de algo que está escrito, es parte de las manos
que teclean una intención, una realidad a medias. Un jueguito que pisa entre la frontera
de lo fantástico y lo que tu miras desde tus ojos. Hey, ¿por qué no pasar por alto estas
cosas y confesar que estamos escribiendo algo para ti? Sí, escribo para decirte que todo
está bien, que las cosas que deseas pasan en este momento, y tienes la posibilidad de
comprenderlo, puedes dejar de sentirte triste, ven, te invito a que seas feliz. Es muy
simple, te confesaré que yo estuve deprimido, muy triste por una persona. No, no es
Julio, tampoco es Marco ni Daniel, no, María no significó tanto. Momento, momento,
no busques nombres. Lo importante es que sepas que también me siento mal a veces. Sé
lo que sientes, mi vida se derrumbó, odié a mucha gente, me negué a mí mismo la
posibilidad de ser feliz, comprende. No eres especial sintiéndote mal, todos nos
sentimos patéticos continuamente. Definitivamente creemos que es mejor morir. Esto es
por decir cualquier cosa, hablando de celos, infidelidad, relaciones de pareja. Mucha
gente sufre de eso, a mí me pasó mucho tiempo, sufrir por alguien, creí en el amor que
duele. Pero no, eso es mentira, se puede amar sin límites ni condiciones. Pero hay que
ser fuerte, hay que saber que no complaceremos a otro u otra más que a nosotros, es
verdad que tampoco en el campo profesional se mantiene el equilibro. Yo sigo aquí, en
una clínica cuando en realidad soy boxeador. No tengo plata, manifiesto una
homosexualidad reprimida, soy discriminado, en cada tiempo grite: Oi Oi Oi, peace and
love, punk not die, SK8 or die, voto por voto, casilla por casilla, etc.
Una editorial, una galería, una imprenta, sí, una editorial en esta época en que
todos son artistas, eso es un pretexto, saber que se puede hacer todo simplemente
deseándolo. Es curioso, esta charla es igual a una que escuché de un amigo, del Compi
Trujillo, él fue una caja de comida a la mitad de la nada, fue un náufrago cruzando con
otro náufrago para decirle que por ahí era la ruta correcta, pero que lo disculpara pues
viajaba solo.
No comprendes, no entiendes, tengo en la línea a la persona que siempre he
deseado y querido, la cual mantuve lejos pues me preparé durante algún tiempo para ser
perfecto, lo importante aquí no es el fin, sino los medios para llegar a ese objetivo que
nos mantiene en movimiento. Sigamos trabajando unidos, somos fuertes, somos fuertes,
no podemos seguir en la quietud. Al igual que el sapo que aplasté, dime qué es lo que
esperas. ¿A que decidan por ti?, mira a esos bichos, tan lentos, de a brinquitos. Tú tienes
la fuerza, la capacidad, el don.
Roten, Roten ya te alcanzo Roten;
brinca, Vendaval, no te muevas, haz
algo, ¡es peligroso! <<Sí, señor, aquí
me quedaré>>, ¡Vendaval, cuidado!,
pobre chico. Viaja feliz, Vendaval, estás
en la nueva ventana, has llegado más
lejos que nosotros por el momento.
Croac, croac, Roten, hijo mío, dime que
pensabas. <<Padre, he decidido seguir
el camino que quiero, no me
interrumpas más, mira a este ser vivo
tan feliz, dándole explicaciones a la
nada y sabiendo cada vez que se
contesta, que está nada tan inmensa es
completamente todo lo que le
constituye, míralo, tranquilo, feliz de
rebelar a nadie la verdad que sabe.
Hablando tanto como el silencio, ¿o
podría ser padre, que esta tan callado
que todos lo escuchan? Dime padre,
que es lo que tu opinas, que es lo que en
realidad
me
respecto>>.
puedes
decir
al
Hijo mío, hemos llegado a la cumbre
del camino, pero este no es el final,
debes entender que una vez que estas en
la cúspide, ya no te puedes caer, no te
puedes lastimar en la bajada, ahora
sólo nos queda esperar, hijo, esperar a
que nos salpique la tormenta y que nos
iluminemos para recorrer las próximas
puertas, que siempre están abiertas.
Date tiempo hijo, comprende que en
adelante todos tus deseos se harán
realidad, siéntete alegre, pues ahora el
silencio te habla, escúchalo, dale una
oportunidad. No pidas más, no desees
más, pues todo se te ha rebelado y
concedido. Mira, ya se siente venir el
bautizo.
No miento, créeme, mira, escucha, y si lo lees ahora mismo debes saber que es
cierto pues alguno de nosotros lo está escribiendo, alguien lo hace justo porque es el
mejor en contarlo, es alguien que no se ha distraído. Míralo, está ahí, justo enfrente de
ti, está justo pasando las letras. Hazle caso, salúdalo, asiente con la cabeza para saber
que si lo puedes ver, él te observa, te responde, cierra el libro, mueve una mano, ponle
atención, te dice la verdad, te lo juro, y si no, que me caiga un rayo.
<<Papá, los juegos artificiales
comienzan, le ha caído un rayo al pobre
diablo que pisó a Vendaval>>. Guarda
silencio hijo, empápate con la sabiduría
del creador. Felicidades, haz recibido
la fuerza, la fuerza de esta tormenta de
mierda.
2001
KIKE
No podía creer lo que mis ojos miraban, era simplemente increíble, era, era,
mmmm...Peludo.
Dentro de mi cabeza giraron demasiadas ideas, pero la resaca era superior, no
comparada con la sorpresa de mi nuevo perro.
Su mirada mustia, su tono pardusco (café, blanco y negro), era juguetón. En
alguna otra circunstancia pudo ser el mejor regalo, un compañero fiel, alguien a quien
contar mis secretos: la primera vez que le viera las bragas a una niña, las primeras
pláticas serias en el baño de los niños, la incómoda sensación de saber que le gustas a la
niña más fea, los castigos, las tundas, los pecados.
Seguro que mi perro se iría al infierno conmigo.
Pero este no era el caso, la realidad es que me encontraba muerto en muchos
sentidos, recostado junto a un perro y una mujer, ambos de dudosa procedencia, la
mujer me importaba un pito, el problema era el perro, qué carajo hacia ese bastardo en
mi cama, de entre los tres, no se podría armar uno que pudiera contestar, los perros no
hablan y la mujer debe de ser una estúpida; solo puedo esperar, algo bueno puede
ocurrir.
Como la mayoría de las veces, los argumentos que me dan las mujeres son poco
congruentes y solo se basan en alguna estúpida promesa que horas antes les pude hacer,
pero jamás recuerdo, y si no me acuerdo no lo hice, no entiendo cómo puede haber seres
tan imbéciles.
Bueno, le dije a Ketrin (o algo parecido), tienes que largarte, ya que no me
puedo hacer cargo de ti. Recibí una mirada de indignación, pero igual le di la espalda y
escuché un fuerte azoton de la puerta, que de por si jamás ha cerrado bien a falta de
chapa.
Después de rascarme los huevos y pensar un poco, dije bueno, ahora es tu turno,
bastardo (esto sería menos complicado, era solo un perro); tienes que largarte, ya que no
me puedo hacer cargo de ti.
Extrañamente, él tenía algo singular: una mirada sincera, un carácter juguetón,
una forma activa de ser; la cual no se comparaba con otra cosa viva que conociera.
Tenía magia. Así que fue asumida la decisión de que se quedara por esa noche en casa.
En última instancia podría ser un buen chico. Esa noche tenía una cita con una chica
amarilla llamada Jenny, le había conocido en una ocasión cuando, accidentalmente,
había entrado a un establecimiento cristiano. Ella era música del coro, y se compadeció
de mi condición, o quizás de mi alma. Ella hablaba de Dios, de la fe, de la salvación de
la humanidad, en especial la de ella y de la mía, del reino prometido. Escuche con
atención cada una de sus palabras, que si dejar de tomar era importante, que si había una
condena, que si su familia supiera, y luego dijo algo curioso, mencionó el alma de los
animales, y en ese momento parecía lógico, quizás Bastardo tendría alma, al menos no
era tan descabellada la idea ya que si existían hombres desalmados, seguro había alguna
excepción con algún animal, una de esas diosadas del señor de señores, una broma a la
espiritualidad. Sonaba razonable.
En ese instante le comenté que había un perro en mi casa, ella se emocionó
mucho, me platicó de su perro, un animalejo que tenía un rabo chistoso y orejas
pequeñas. Una dinámica muy aburrida, y ahí, en medio de la charla ella me pareció
igual a su dinámica: aburrida. Era una tonta, y en ese momento comenzó mi turno de
compadecerle.
Jenny quería conocer al perro, le explique que se había quedado en casa, una
buena razón para estar a solas con ella, tenía un culo pequeño y hermosos senos, que de
vez en cuando se asomaban para saludarme, como queriendo decirme que no soportaban
el encierro del brasier.
Caminamos a casa, por lo regular siempre salgo a lugares cercanos, así no gasto
en transporte, y siempre puedo argumentar que me siento enfermo y debo largarme, así
pueden decidir quedarse conmigo o tomar el autobús a su hogar a la media noche.
Llegamos, todo parecía en orden, cuando algo saltó hacia mí, algo que parecía
feliz de verme, me agradó más la idea de que estuviera ahí. Prendí la luz y vi algunos
papeles del baño tirados, no había problema, casi siempre era así: papel con mierda por
todos lados. Ella se emocionó y preguntó el nombre, pensé y dije Bastardo. ¡Ahhhh!,
me impresionó el grito, qué carajos pasaba, por el miembro de Jesús ¿Cuál era su
problema? Ella mencionó que el nombre era fatal, bueno, propón uno, le dije, así que
recibí una cantidad increíble de nombres ridículos: Chimino, Bolita, Cosito, Brunito,
Feliz, Renato, y la lista parecía infinita, me dolía un poco el cráneo, en parte por la
noche anterior, así acordamos el nombre, el perro se llamaría Kike, parecía tierno y
simple.
Después de eso Kike pasó de ser un vago, a ser el centro de atención en mi casa,
al menos gracias a él nunca se encontraba vacía, siempre alguna nena iba a dejarle
croquetas, un huesito, algún platillo de desperdicio, incluso los vecinos sabían su
nombre y no el mío. A él lo saludaban, lo acariciaban, lo querían. Poco a poco la
relación entre Kike y yo fue decayendo, de manera inversamente proporcional a mi
relación con Jenny, aunque él siempre tenía demasiado crédito en nuestra historia de
inicio de relación, la cual Jenny siempre contaba gustosa.
Un día llegó un paquete, para Kike, era una correa con placa, incluso el recibía
correspondencia y yo no. No tenía problema, creo que todos merecemos una
oportunidad.
Todo parecía perfecto, un compañero que me ignora y que yo ignoro, él se
encargaba de su comida y yo de la mía, me proporcionaba acceso con las chicas y por
fin me saludaban con respeto al pensar en mí como un hombre que cuida a los animales
callejeros.
Todo era ideal, sí que lo era, pero Kike comenzó a comportarse raro, ya no tenía
la mirada feliz, ni su tono pardusco espumoso, era más serio, incluso los lunares que
tenía en el hocico cerca de la nariz parecían débiles, su papada se aguadó más. Ahora
tenía la facha de un malandro, se había convertido en un delincuente muy pronto. Luego
comenzó lo peor, la intolerancia de ambos que era muy notoria, nos éramos mutuamente
detestables. Le molestaba mi presencia, comía del retrete comunal, sacaba los papeles
del cesto, tiraba la basura del vecino. La gente lo toleraba por su historia de juventud,
pero después adquirió la manía de rayar los autos, era astuto, hacia marcas perfectas, y
poco a poco comenzó a ser detestado por todos; que si hay suciedades, es Kike; que si
muchos ladridos, Kike; que si una mordida, Kike; comida perdida, Kike; asaltos, Kike;
violaciones, Kike. Comenzó a ser una carga (aunque no sé definir esto último, si yo para
él, o él para mí). La gota que derramó el vaso fue cuando mordió a la nieta de la señora
Bertha, una histérica que siempre quería cobrar el uso de cualquier bien público,
argumentando que le pertenecía por derecho de antigüedad. El que Kike viviera en casa
me hacía responsable de la acción, y me convertía en el dueño del monstruo que
atormenta y lastima a los niñitos. Pasé de ser un simpático personaje a un maldito
canalla.
Tenía que tomar medidas, pero estos días no, pues estaban próximas mis
vacaciones. Así que permití a Kike disfrutar del vecindario con tranquilidad, así seguro
se suavizarían las cosas. Al subir al avión imaginé una fiesta de perros, cocteles, orgias,
peleas, seguro le vendría bien estar solo en casa.
Todo fue un error, al regresar, Kike había ponchado 5 balones, mordido a 2
personas (un niño y un anciano), había jugado al gato en un auto nuevo, y ahora era un
multihomicida declarado, lo habían encontrado infraganti, sangre y baba por todos
lados, el maldito había matado a 3 gallinas del señor Salvador. Y como era de esperarse,
el verdadero criminal fue exonerado, para que su amo recibiera la carga de la culpa,
ahora tenía que hacer algo al respecto. Compré una cadena, pero Kike logró escapar; lo
encerré, pero rompió la puerta de madera; lo subí a la azotea, pero dominó las azoteas
de los demás edificios. Hice cuanto puede, hasta que el señor Salvador mencionó que en
sus épocas esos perros llevaban consigo el símbolo de la muerte, y el hecho de matar
aves lo hacía acreedor del más brutal de los sufrimientos. Muchas noches di vueltas en
mi cama pensando en la idea, la impaciencia vecinal me orillaba más a tomar una
decisión: matar a mi perro. En realidad no podía hacerlo, no era un mal chico, se había
hecho intolerante y gruñón como cualquier adulto, solo estaba descarrilado.
Luego recibí otra idea, como caída del cielo ¿Por qué no llevarlo a la perrera?
Así no lo mataría directamente yo, y si Dios me juzgara, argumentaría que alguien más
lo hizo, yo sólo sería cómplice.
Me decidí: Kike moriría la mañana siguiente. Temprano le di comida en
abundancia, pues sería la última. Extrañamente comió poco, casi antes de irnos llegaron
a casa Julio, Guillermo, Itzá, Miguel, Ulises y Clark, me preguntaron a donde llevaba a
Kike, tuve que mentir al decir que saldríamos a correr, yo jamás lo hacía. Ni Kike, al
menos no conmigo, ellos también lo sabían. Sabían que mataría a Kike… de alguna
manera él también lo sabía. Lo subí al auto junto con mi ropa deportiva y emprendí
camino, al salir por el callejón los niños y perros amigos suyos lo miraron con
resignación, algo fatídico estaba en la encrucijada de la vida. El camino hacia la perrera
municipal concordaba con el trayecto a la pista olímpica de la ciudad, la cual se
encontraba a un costado. Bajé del auto y entré un tanto desconcertado al
establecimiento, ya que no tenía conciencia del protocolo a seguir. Me armé de valor y
llegué directo con la recepcionista, una viejecita, le miré fijamente y esperé. Ella
reaccionó y se dirigió hacia a mi diciendo ¿Qué quieres, chico? Mmmm, bueno, tengo
un problema. Ella respondió que todos teníamos problemas. Le susurré que tenía un
problema con un perro ¿Qué le pasa a tu perro? Mmmm, no es mi perro, ¿sabe?, un día
apareció en casa y ha comenzado a molestar a los vecinos, pero como no tiene chapa la
puerta de mi casa el perro se mete y la gente cree que es mío.
Anciana: Ok, ¿Qué quieres que hagamos?
Yo: Quiero dejarlo aquí.
Anciana: Dejarlo aquí ¿para qué?
Yo: Para que lo duerma.
Anciana: Oh, está bien.
Wow, parecía que mis problemas se habían solucionado, era simple, podía tener
miles de mascotas y después desecharlas en ese matadero, era un mundo ideal, pero
todo se vino abajo cuando me pidió 15 dólares. Mi visión de esa utopía se había
derrumbado, no sabía qué hacer, algo andaba mal, así que argumente que no tenía y que
no podía conservarlo. La anciana notó mi desesperación. Entonces me pidió traer al
animal y que haría una excepción para mí (me guiñó el ojo), entonces, esbozando una
sonrisa, salí por Kike.
Debe haber algo que se pierde al asesinar animales, no sé si en el corazón, en el
cerebro o en el alma, pero algo tenía que extinguirse.
Salí y vi a Kike, movía la cola, sabía que todo cambiaria, algo anda mal cuando
te reciben con una gran sonrisa, me miró como nunca, sentía la muerte, podía olfatearla.
Abrí la puerta de mi VW 69 y pasó lo inesperado, un milagro recorrió el ambiente,
como si un ángel celestial me tocara, incluso podría ser la mano del supremo creador,
ahí tuve una revelación: ya no quería matarlo, quería que se quedara conmigo ¿Quién
era yo para decidir su vida o su muerte? Lo quería, en verdad lo quería, quería que lo
conocieran mis hijos, que fuera mi compañero de años, un personaje de conversación,
un amigo a quien contarle mis secretos, con quien platicar, reír. Sí, quería que fuera eso
que no tuve cuando niño. Y al abrir en su totalidad la puerta para decírselo. Kike, qué
pardusco, Kike querido, Kike mi amigo, con su papada, tan peludo, mi perro… ¡Kike,
Kike! Maldito, maldito ¡aaaaah! El muy imbécil me había mordido y luego echó a
correr, lo seguí, quería alcanzarlo, deseaba con todo mi odio llevarlo a la perrera y
matarlo yo mismo, pero fue más rápido que yo. Subí al carro, envolví mi mano y me
largué aullando de dolor al doctor, quien me suturó y dio 4 puntadas, para luego
mandarme a la perrera, a que me vacunaran contra la rabia. Ahora sé que la ancianita se
llama Raquel, pero lo más importante que sé: es que odio a las mascotas.
2003
HIPÓTESIS
Un libro por año es la cantidad de libros, estadísticamente hablando, que lee un
mexicano. Tomando en cuenta que el promedio de vida es de 72 años se asumiría que la
vida de un mexicano es de 72 libros, suponiendo que aprendió a leer desde el vientre
materno.
Tengo J años y he leído una cantidad considerable de libros, no podría hacer una
nota cuantificable, sin contar todas las letras que he consumido, incluyendo la sopa de
letras que acostumbro comer. De esto parte mi hipótesis.
Tengo la vida de al menos toda mi zona, he vivido más que cualquiera, soy una
Matusalén encerrada en el centro de Dublín, tengo 6 meses encerrada en un
departamento y sobrevivo con la pensión otorgada por mis servicios a la última guerra.
Una vida simple, adquiriendo cargos desde chica, para no padecer una vida de trabajo
obligatorio durante el resto de mi existencia. Dedicada a la lectura e interpretando el
recuerdo de un rostro, una mirada, una voz. Podría nombrarme la enamorada más
dedicada, como la enferma más devota, quien le da todos los simbolismos a una
persona, a una cosa.
Te extraño, y mi malestar incrementa y es constante, cada segundo como letra,
cada vida y años como libros, con un pasado contrarevolucionario, enfocado en mi
nostalgia de ausencia de ti.
Creyendo que de algún modo mi teléfono recibirá un jueves 12 tu llamada para
invitarme a tomar café.
A diario salgo a dar una vuelta en bicicleta, esperanzado en que el deporte me
embrutezca, que algo mágico pase, quizás un meteorito, una noticia amarilla que se
reproduzca en serie sobre mi deceso, para que esta llegue a mis padres en Madrid. O
para que la pensión sea suprimida, ya que el Estado jamás podría otorgar mis recursos a
alguien más que a la poca familia que me queda. Es mejor cualquier tipo de
desaparición prematura ante la gente, así no hay espacio para que la tristeza atraviese
mientras me encuentro en estado inconveniente y ¿por qué pensar en ti? ¿Por qué seguir
enviando correos a una dirección que dudo ya sea la tuya? Esperando que el tiempo se
pierda o que encuentres las notas que a diario escribo para ti, sobre nuestros días juntos,
nuestro amor de supermercado, cuando rompimos los esquemas al ser parte total de una
tradición y desvariando con la naturaleza, tú profesor y yo tu alumna, alegre de aprender
el arte de la música, dedicando mi tiempo a tu amistad y, al no poder sustituir contigo lo
que en mi corazón anidaba, continúo generando en penitencia vida, procurando pagar de
algún modo una imagen de mi… en ti, procurando que la muerte me alcance en cada
bocanada de cigarro y trago de café, con mi problema de insomnio que en casa de tu
madre hacia que te preocuparas. Recuerdo la huelga de 2008, donde ambos éramos
activistas, aquella que ocurrió en el instituto Bonampak, cuando ambos nos
descubrimos. Justo cuando se habían divorciado mis padres y yo deseaba dedicarme por
completo a cambiar el mundo. He procurado olvidar todos los detalles para no convertir
todo en una historia de ciencia ficción, para que dure la verdad y no se afane la
versatilidad en las anotaciones que repito a cada semana, para regalar vida a quien está
en un largo estado terminal. Para que no existan más frustraciones. Para que la gente no
tenga que ir con un terapeuta para pedir un consejo y encontrarse que lo que más le
favorecía era una copa, un trago, un despeje. Continué con la monotonía de la vida
como la concibe un empleado común en Latinoamérica, y ahora, después de perder tu
pista continuo aquí, con más ilusiones tomadas de letras, de sueños y de insomnios,
deseando que un día voltees y te des cuenta que jamás me fui, que te he esperado tanto
tiempo, tantos promedios, éxitos, derrotas, escritores, letras, la vida misma circulando.
Teniendo celos. La muerte alguna vez se tuvo que enamorar de mí en este lapso, y en el
transcurso obligatorio del tiempo, seguramente Dios supo que yo no era especial, pero
que mi misión aún no se cumplía. Más prórroga a la palurda.
Después de ignorar una promesa de vida eterna por el Señor, decidí
concentrarme en mí, y así fui olvidando los recursos de los que se complementa la vida,
en una existencia amorfa, que de algún modo tiene sentido. Ya no comparto la mirada
con la que adoraba la tuya, ya no disfruto las noches con eclipse, olvidé la forma que le
dimos a las estrellas, cada vez que unía las constelaciones en tu brazo y espalda, su luz,
su encanto. Olvidé como devorar a alguien excepto a ti, en mi boca continua la
comisura de la tuya, el sabor de tu sexo. El aroma está en lo más profundo de mi nariz,
extraño el cómo detestaba que durmieras en el transporte público, y eso me frustra, me
mata el lejano sabor de las cerezas, cuando me preparabas el café en el rojo sentimiento,
odio amorosamente el concentrar todo lo que tuvimos en común. ¿Y ahora que soy?
toco el instrumento de vez en cuando, escribo y recuerdo que eso solía decir que seria,
aunque era broma. Ya no salgo en la noche como tanto lo acostumbraba, y sólo para
dedicarme a leer escuchando al roedor que come el cereal que se cae detrás de la
alacena. Vivo, y vivo muriendo en cada libro, en cada página, en cada anotación que
hago para simplificar lo que sigo creyendo de ti, imaginando cómo cada personaje
somos nosotros, cómo en cada estadística revisada tú te encuentras, imaginando tu
presencia como activista, mirándote haciendo algún evento cultural, en tus
complicaciones como profesor, como burócrata, como deportista, como una infinidad de
categorías que te has ganado a lo largo de las experiencias que robo en cada cita textual.
Pertenecí a amantes, mascotas, a familia, amigos, sin poder pertenecerme a mí misma.
Jamás hice las ceremonias religiosas que se acostumbran hacer, como cuando murió
Leo, no pude asistir. Desistí de velar a mis muertos ¿Recuerdas cuando se murió tu
mejor amiga en ese extraño asesinato? Y decidiste bajarme del auto, a causa de mi gran
indiferencia. Aún creo que lo mejor es que muriera, y que tu debiste dejarla ir a tiempo,
dejar escapar las burradas, de tenerlo presente, pero es una total burla cuando veo que
yo no me he dejado a mí misma, tengo la esperanza del muerto, todo aferrándome al
recuerdo de ti. No sé de qué manera dedicarme a algo mejor, o si esto lo es, ahora sigo
esperando que algo muera para saber si ahí desahogaré mi propia muerte, a la que no
respondo a pesar de sentirme invitada.
Acostumbro platicar con los personajes, con los detalles que manifiesta el
escritor, y aun me disperso un poquito en las costas, preferentemente las del pacifico,
que son las que más disfruto por la historia que me une a ellas. Intento acostumbrarme
al frio por la lejanía de aquel tiempo y me retuerzo en las plazas centrales de las
ciudades que nos pertenecieron. Tomo algo cálido a tu memoria y consumo algún
carbohidrato pensando que mitigará mis penas. Recuerdo la cocina para dos, en donde
te esperaba a tu regreso de las clases, con tu cabello sobre el mío simulando una maraña
única y bicolor, en una fusión de identidades, de sensaciones y con media luz
proporcionada por tu lámpara de lava, con la ventana abierta, siempre sintiendo que
alguien miraba mi cuerpo desnudo, y el perro afuera, ladrando. Vacilante ante las
miradas de los marcos de papel maché que tenías colgados, ojos astutos y atentos de tus
muñequitos de la guerra de las galaxias, que ponías en las repisas para que el hijo de la
criada no los agarrara.
¿Pero que me queda de todo eso? ¿Recuerdos? ¿De qué se trata esta forma de
vivir? En qué momento me perdí, ¿cuándo me hice tan completamente dependiente a tu
vida?, a esa que reconfiguro en más y más letras. Cómo es que te puedo repetir tan
variadas veces, traerte a este sitio que en algún momento será la estación de algún
difunto, que será la escena de crimen lista a demolerse y olvidarse, aquella que será
leída por los más.
Quiero ser libre de mí, para poder dejarte libre, quiero que alguien termine con
mi imagen de ti. Al menos una señal, para encontrarme, terminar este episodio, este
relato corto, y este libro. Quiero darle la vuelta a la página y mover el separador para
redescubrir el mundo lleno de enseñanza y de vida. Ahora que no queda más que la
pensión, una taza de café y el roedor que no deja de moler con su mal educada forma de
comer, y este rostro de ti. La esperanza de que esto sea tan propio para no generar
existencia, ni más prolongación para el promedio de 72 años de vida que tiene una
mexicana.
Creo que podría refutar mi hipótesis.
1995-1997
BALLENA
Tras la muerte de Alejandra en el quirófano de la clínica CAP, cerca de las 0300
horas según las notas de la enfermera, comencé a creer en esta disparatada historia,
jamás pasó por mi mente cosa semejante, ya que el escepticismo ha reinado hasta hoy
en mi vida, mirando aquel cuerpo inerte supe que había algo fuera de lo común, así, la
desesperación fue recorriéndome hasta la última convulsión vista a través de su vientre,
el cual todavía estaba abultado, qué pasa ahí, me preguntaba desesperadamente, no
puede pasarme lo mismo continuamente, incluso pensé en la posibilidad de estar
enfermo, una cita con el psiquiatra podría marcar la diferencia entre la adaptación
social, la vida y la muerte.
Alejandra era la quinta mujer que moría en un quirófano gracias a una
intervención quirúrgica, en busca de mi primer vástago, después del segundo hospital en
el que había perdido tanto a mi hijo como a mi mujer la policía estaba tras de mí,
después de la tercera mujer me pareció ya una condena, pero no desistí a pesar de los
interrogatorios hechos por el sargento Nabor. Una serie de preguntas y las respuestas
sorprendentes que de mi emanaban. Entre la tristeza y la sorpresa pude notar que
alguien respondía por mí. A menudo me pasaba, cada idea que engendraba, al igual que
el esperma que depositaba para fecundar a una mujer, era de algún modo sustituida por
un alma mala, la cual suprimía mi yo con una figura ajena pero capaz de exterminar
todo lo que en mí perteneciera.
Era maravilloso poder estar con cualquier mujer, saber que podía poseerla hasta
acabarla, era como si un libro me fuese dado y devorarlo, lo mismo con mis amigos, los
cuales tenían una fecha de caducidad tatuada en el alma. La gente venía y se largaba tan
fácil que comencé a acostumbrarme, la diferencia radicaba en que para mí la mujer era
un ser más interesante y siempre decidía quedarme a su lado a pesar de las fatídicas
consecuencias, quizás, pensaba esta sería la buena.
Y ahí, en medio de la serenidad junto al cuerpo de Alejandra, me decidí a hacer
lo inesperado, boté la sabana, alcé la bata y miré su sexo sin vida. Miré los contornos, su
pubis rasurado, miré cada detalle y me acerqué, miré de fondo hacia adentro, podía
observar de reojo el movimiento en su piel, ahí estaba mi hijo, pese a que los doctores
siempre suponían que debía de ser un embarazo psicológico o quizás un asqueroso
tumor.
Metí un dedo en su vagina, metí el otro y comencé a jalar, sentí algo de
movimiento, sentía que algo me llamaba, delicadamente comencé a meter la mano, el
brazo, encontré la manera de introducir el otro para ayudarme, pude con dificultad
adentrar mi cabeza y mis hombros. Como por gracia divina, y ante unas contracciones
entré por completo, solo faltó mi zapato, que se cayó. Heme ahí adentro, el sitio era
cálido, tenía a Charlie Parker como música de fondo, encontré cuadros finos de hombres
y mujeres desnudos, había un mapa y una bocina que decía a cada momento: Gracias
por su visita, esperamos poder satisfacer todas sus necesidades, créanos que daremos el
mejor servicio. Caminé un poco más y pasé a la sala temporal, en ella había fotografías
de muchos hombres, algunos que yo conocía. Estaba la foto de una hermosa mujer
encerrada en un marco de oro, o al menos eso parecía, la mujer era hermosa y en la
plaquita cerca de ella decía Mariam, técnica: Material vivo, indeleble sobre la piel,
tamaño 5 por 10 kilómetros. Me acerqué, tenía un olor excelente, divino. Era un aroma
parecido al de un bebé. Al caminar pude notar más personajes, cuadros grandes, cuadros
chicos, en última instancia todos se irían dentro de 28 días, el tiempo límite que duraba
la exposición. Esta tenía 7 meses sin ser modificada, al parecer había una falla en el
sistema y decidía no mover nada hasta después de la semana 40 en términos
ginecopstétricos.
Vi el sitio de objetos perdidos, y al parecer también había cuadros, algunos sin
enmarcar, otros cuantos borrosos y destruidos, sombreros, zapatos, guantes, uno que
otro uniforme de secundaria, credenciales sin nombre, nombres sin a quién identificar.
Más pasos, más sorpresas, más y más cosas qué descubrir, el paseo me parecía
adecuado. Me senté en una banca para descansar. Miré a mí alrededor, este era un buen
lugar y estaba abierto a todas horas, me pregunté por qué no había entrado
completamente y por qué lo había hecho antes solo de manera superficial. Caray, de
saber que se puede entrar a estos espacios más allá de una erección y una metida me
impresionó.
Retomé de nuevo la marcha, recogí unos papeles y los deposité en un cesto,
caminé, caminé, caminé. Al entrar en un cuarto más amplio, junto al sanitario había un
letrero que decía ―prohibido el paso‖, ya que no había ser vivo ahí decidí echar un
vistazo antes de retirarme. Abrí sin dificultad una puerta cercana y en el centro de la
habitación pude ver una imagen chiquitita mía, la etiqueta adjunta decía: Imagen
incierta, posibilidades de permanencia, técnica indefinida, entre la duda, compasión y
agradecimiento. Amor: quizás, efecto: indiferencia. Mejor definición: __________.
Me quedé perplejo, ¿qué significado tenia eso? ¿Qué mierda pasaba ahí? Detrás
de mí cuadro había una pecera con una ballena dentro, pensé que estaba muerta ya que
no se movía, le pegué al cristal y al fin respondió, aquel hermoso ser estaba dormido,
dio unas coleadas y escupió agua por la parte superior de su cuerpo. Luego se asomó
como para invitarme y me dijo hey.
Qué diablos pasaba, aun no lo comprendía, y luego comenzó una hermosa
charla.
—Edd, ¿qué tal el día? ¿Buena escena la de hoy no te parece? Carajo, no sé con
qué cara veras a Nabor, y qué explicación daremos.
—¿Daremos?- contesté.
—Sí, ya sabes, ese maldito protocolo policial, porque es la sexta mujer que
matamos y por si fuera poco sabes que nunca me encuentran.
—¿La sexta? Solo han sido cinco.
—Perdiste la cuenta, o seguro aquella putilla no te lo dijo, sí, esas cosas pasan je
je.
—No comprendo.
—Pues sí, en realidad nunca engendras a un crio, siempre salgo yo por todas las
partes de tu cuerpo, incluso por esta, y siempre regreso para ver de qué manera seguir
viviendo. Tú fuiste elegido, no sé si hay alguien haya arriba que te tiene estima o
simplemente fue producto de la casualidad, pero tú fuiste seleccionado.
—¿Qué?— Contesté con la ceja levantada y con una lagrima traicionera en mi
ojo izquierdo.
—No te hagas, amigo, tu deseabas esto, tener mujeres, ser feliz con ellas, dejar
de preocuparte por una vida cargada de otra vida, incluso de dos. Tú lo pediste, querías
mujeres y ahora las tienes, el único problema es que jamás tendrás hijos. Pero no es
contrariedad, aun te faltan por matar a unas cuantas y si eres dedicado, te acostumbrarás
al desinterés y la indiferencia, que son cosas que siempre han sido tu cruz. Pero dime,
qué haces aquí, pensé que no nos veríamos hasta que tuviera que llevarte a tu destino.
—Exploro —dije — es insoportable ver morir a cada ser que amo, pensando en
un futuro, quizás despertar malhumorado por la mañana con llantos de una o dos
personas, felicidad, tú sabes.
—Sí, lo comprendo, así pasa con mis hijos, pero me entretengo mucho contigo,
tienes estilo amigo. Hey, ¿quieres darte un chapuzón?
—No, gracias, explícame ¿qué es lo que pasa?
—Pues, si no mal recuerdo, fue en la ENAH, justo después de que se fue…
mmm....
—Alicia.
—Sí, después de que se fue con tu único crio, por cierto, decidiste hacer una
coraza de cristal dentro de ti, le diste una guía a tu vida, un por qué seguir feliz, si a eso
se le puede llamar felicidad, y tu deseo se cumplió: tener mujeres para lastimarlas, para
hacerlas entender la genialidad que posees, algo que tendrían siempre con ellas, hasta la
eternidad, jamás serias efímero, y podrías enseñar cuantas veces quisieras a más
personas que la belleza está en el interior. Sábete un tipo feo, y como decía tu padre, lo
que cuenta es la actitud, y tú tienes mucho de ello contigo, sabes que si se enamoran es
por lo que eres, no por tu lindo aspecto, y así, querido amigo.
Su sugerencia de ser mi amigo me hastiaba, y sin más ni más, le di un sopapo en
su grisácea piel. Él retrocedió y continuó, supongo que lo merezco, dijo, no es muy
común saber que el verdugo es parte de ti, que la maldad engendrada emana de un ser
acuático, jo jo, debe de ser impactante. Por suerte no hay dentro de ti un dragón, sabes,
los dragones, siempre tienen la idea de una vida continua, fertilidad y todo ese tipo de
cosas, pero no, los seres como nosotros decidimos a partir de nuestra individualidad, y
no me mal entiendas, no es que seamos malos tipos, simplemente comprendemos lo que
alguien más no. Qué tal cuando te dijeron que Jacquee tenía seguramente un cáncer, que
buena invención ¿no te parece?, por poco me pillan, aun no salía de ella y, dime, ¿qué
hora es? Ya va siendo momento de que nos larguemos, alguien podría encontraros y
eso sería algo indeseable ¿no lo crees? ¿Por qué vienes descalzo? Te falta un zapato.
Que mal gusto para los calcetines tienes, Edd. O rotos o desconvinados, bueno, eso no
le importa a nadie, solo tú te apenas, solo tú te haces, solo tú eres tu dios y tu ángel
caído. Eres tu padre, tu madre, tu hermano, tu agua, tu sequía, te tienes a ti y dentro a
mí, el ser que te permite castigar por cada culpa a tan insignificantes creaturas, aquel
que te facilita dar la espalda a quien sea gracias a tu propio amor. Dime, ¿ya hay victima
nueva? Pude notar cómo mirabas a aquella enfermera, y se interesó por ti, eso se nota,
tú me entiendes. Deja de llorar, amigo, estamos juntos en esto y sin ti no hay vida,
vaquero. Tu alegría se encuentra en destruir las ilusiones de todas las mujeres banales
del mundo, tienes que exterminar sus creencias, sus valores, las tienes que educar,
deben saber que el mundo de los más es superfluo, ajeno, no necesitan de ropa fina, un
departamento en la parte alta de la ciudad, qué tan indispensable es un auto, no hay que
pagar por cada cosa que tengamos que aprender, al menos no con dinero, eres un héroe,
puedes hacer que la gente entienda que lo único que prevalece es lo maravilloso que
son, siempre y cuando compartan lo que tienen, estas mujeres no compartieron algo
hasta conocerte, dieron el todo por el todo, aun con la duda de que no fueras de
permanencia voluntaria. Optaron por una vida para ti. Dime quién hoy día fluye a tu
alrededor sin pedir algo a cambio, tú cediste, fuiste bueno, les enseñaste, eres una
ballena jorobada hermoso amigo. Si tan sólo pudieran día a día ver la felicidad que les
rodea, si tan sólo pudieran engendrar una simpatía por los demás, un desinterés, unas
ganas de enamorarse de aquello que los rodea, sin la caótica línea del espejo, si rieran
más como cuando están contigo, eso sí que les permitiría seguir con vida, sin un
verdugo como tú ¿Seguro que no quieres darte un chapuzón?, el líquido es tibio, bueno
eso tú ya lo sabes, muchas veces lo probaste. Entra, tengo un bañador por aquí, después
nos iremos a seguir con esta misión.
Tras un momento de respiración, sequé mis lágrimas, evité los sollozos y le
miré.
—Querido amigo, no sé cuándo paso esto, pero no lo quiero, no es justo hacerles
esto a las mujeres.
—¡Pero si esto se lo haces a todos en general, amigo! Estás solo, si no fuera por
tu naturaleza animal ¿dime que tendrías? ¿Libros? ¿Jazz? Vive, tienes que vivir.
No lo podía creer, ¿estaba tan lleno de egoísmo mi yo interior? ¿Era tan fuerte la
coraza de cristal que recubría mi pecera corazón? ¿Podía seguir anidando a esta
ballena?...
Qué más da, me desnudé, encontré el bañador ofrecido y me metí a nadar, dentro
pude ver imágenes de colores, escuché más música, vi más animales marinos como yo.
Pude sentir el infinito deslizar de la vida, me colgué de una aleta y me sumergí en lo
hondó de aquella mujer, justo en la frontera del me olvido, o el no me acuerdo, flotando
como nube en los líquidos del placer, entrando en mí mismo mediante el puente de otro
cuerpo, sentí una instantánea sensación orgásmica, pude recorrer los recuerdos, los
placeres y la finura de aquella Alejandra de ojos verdes que tanto bien me hacía, puedes
ser libre escapando con el cuerpo de alguien más, pude ser yo, gritando a todo pulmón.
Y así, sin más me fugué, como cualquier hombre lo desearía, en el interior de una
mujer.
Reporte del sargento Nabor: 0310 hrs clínica CAP. En el lugar de los hechos,
sólo se encontró un zapato gastado del número 6, color café, marca Ben Sherman, no
hay rastros del sospechoso, nadie lo vio salir del hospital, pudo haberse disfrazado de
doctor. La víctima, Alejandra Viguerias, en la inspección y después de muerta dio a luz
un sano bebé, varón, los doctores aun no pueden explicar el milagro… de la vida.
1988-2010
LOS BONUES
La mierda que tengo en mi zapato no me deja estudiar, es penetrante y no
desaparece, Salí a lavarme el calzado y perdura, la he embarrado en la tina, en el pasto,
en la tierra, en mi alfombra, esta mierda continúa en mí ser y no desaparece.
He decidido dejar todo, aparentemente cada paso que doy es embarrado de
mierda, mi auto, mi mascota al darle un puntapié recibe nuevo olor. Mi ropa se
impregno de mí, de mi aroma, no hay más en el camino, abrazo a una mujer y huele a
mierda, practico felaciones y contagio de mierda, ahora soy un ser que transporta la
mierda, incluso si te llamo por teléfono puedo hacer que te enfermes.
Hoy vi el noticiario y el presidente apestaba a mierda, podía percibirlo a través
del monitor, mis películas huelen a lo mismo, el cine, los restaurantes, mi mejor amigo.
No hay más aromas. Y no hay malestar, parece que todos se acostumbraron a esta
sensación. Uno de los más importantes sentidos ha desaparecido. Mi esposa hoy fue al
cirujano plástico y se operó la nariz, se operó los ojos, la piel, la boca, los oídos. Es un
ser perfecto, no siente un carajo, incluso su sexo es de plástico. La moda invade de
nuevo, la mierda es menos imperceptible que antes, veo caras sin figura, veo manos con
cubiertas de terciopelo para no sentir, los niños se sacan los ojos, se taponean las orejas,
de ellas salen pequeños tallos, una semilla de frijol para el más pobre. La boca es rellena
de estopa y suturada con hilo catgut para que no tengan que despuntarlos. Hoy ya nadie
tiene nariz, existen valientes que poco a poco perciben el aroma, pero mejor toman
medidas. Sí, la mayoría de la población no huele, no ve, no degusta, no escucha y no
siente, los sentidos se agudizan y la peste es más canija.
Más y más moda, más anuncios en la nueva comunicación, ahora se camina por
la calle y se choca con todos, el impacto no se siente, pero extrañamente puede permitir
la comunicación, hay un sentido interno que no puede ser destruido con ninguna
fórmula, ese sentido es la esencia misma de todos los demás, es una sumatoria a partir
de la onda psíquica, una onda que me explicó mi terapeuta. Ellos no lo saben, no lo
piensan. Sólo permiten que el golpe de un idiota les diga qué es lo correcto, es un gran
teléfono descompuesto, cada quien va pasando una mescolanza de información de unos
con otros, no importa si eres ruso o argentino, australiano o mexicano, la información
pasa sin lenguaje. Sin ejemplos, sólo sabes que debes irte quitando más cosas de ti para
ser libre, a veces amarro del pie a las personas para que sigan una línea recta y no se
pierdan, pero se aferran y la rompen al desgastarla, es una fiesta de locos, y yo con esta
mugre sensación en la nariz. Pero no desisto, aunque todo lo que toco se convierte en
mierda, vivo sin miedo, oliendo mi atmosfera fecal. Debo resistir a esta truculenta
armonía, debe haber una razón que por la cual somos lo que somos, todos estos
elementos permiten que nos completemos.
Hoy, mientras me dirigía al trabajo subí a un autobús, esos nuevos aparatos con
riel y sin chofer, ya no hay que pagar pasaje, ya no es necesario el sacerdote o el
médico, la tecnología avanzó a tal grado que todo lo que deseamos se hace a través de
máquinas, adiós todos los sentidos y bienvenido sea a mí un ser sin rostro como amigo,
la vida ya no depende del cortejo seducción ó de la instrucción, la comida se introduce
por el culo. Ahora hay dientes en él, y mastica hasta nutrirse con un chupón, come
cualquier cosa, es la nueva trituradora humana. Los seres pasan de estados inanimados
a masas grandes y bofas. Hay maquinas que se encargan de todo, ya no hay críos por las
calles, eso ya no es viable, el patrón del mundo capitalista desapareció, su antiguo
modelo está extinto, ya no se necesita a nadie ni algo, no hay esperanza ni voluntad,
pero sigue este olor a mierda. Esta sociedad de mierda, lo único vivo es su culo, que no
se cansa de comer, no se aburre, no habla, no respira, solo come, come y come, la gente
muere de empacharse de tanta basura y desperdicio, las piernas ya no responden, ahora
hay carritos automáticos, incluso su sentido más preciado ha desparecido, ya ni siquiera
chocan entre ellos, ya no hay alguna comunicación, yo esquivo ágilmente todos los
artefactos cargados de mangueras y subo a mi transporte, no importa si trabajo o no,
siempre hay algo en mi jardín para comer, liberé a los animales del zoo, hice una
pequeña granja, no importa si el león camina por las calles, después del primer ―bonue‖
que intentó comerse ha desistido, he tenido que criar cebras, antílopes, perros, todos
deben ser parte de una cadena, aunque a mí eso me cale hasta los huesos. Me chocan las
cadenas, es insoportable ver quien se come a quien, y los bonues en sus carritos, sin
caras, inmunes a la vida. Hay algunos que se reniegan, como yo, pero la campaña de
vacunación y la soledad los perturba, ya no hay banquetas, solo hay caminos y lagos,
los árboles se encargan de crecer solos. La vegetación pertenece a un sólo dueño, es
antidemocrático y decide por sí solo. Este dueño se pertenece a si, las órdenes son que
todo fluya, que todo crezca, no hay oposición de las maquinas o de los bonues, ya no
hay taladores, no importan las inundaciones, los terremotos, los tsunamis. Ya no hay
censo poblacional. Solo figuras avanzando sin rumbo, sin elección, oseznos jugando de
maquina en máquina, en las neopraderas, y yo criando animales, dándoles libertad, una
libertad destinada a la supervivencia, a veces me cuelgo de algún carrito y circulo
plácidamente, le doy enchufe a algún ser de estos, poco a poco la vegetación va
quitando el aroma a mierda, pero esta nunca desaparece, siempre hay algo que la
conecta a mis fosas nasales.
Caminaba hoy andrajosamente por una avenida, ahora un lago donde pesco y vi
a una mujer avanzando en el otro extremo, ella no era un bonue, de verdad era una
mujer, la salude sin hacer algún sonido, pero parecía vacunada, quizás ya no tenía
futuro. Ella podría ser lo más parecido a mi última posibilidad de amistad además de mí
mismo. No desistí y ella me miró, tenía ojos, tenía nariz (aunque muy pequeña), tenía
manos, piernas, parecía escuchar (o quizás esperaba que me escuchara), y luego de la
nada sacó una pera y cranch, tremendo mordidón. ¡Ella tenía sentido del gusto! Poco a
poco se acercó a mí y me miró un poco desinteresada. Hey, vago, dijo al mirarme
detenidamente, qué carajo haces aquí, aun no te vacunas, ¿verdad? No, dije intimidado,
yo no pienso vacunarme, no me interesa ser un bonue ¿Bonue? mmm, ya veo, les
inventaste un nombre a las personas (o lo que queda de ellas), dijo aún con la pera en la
mano y sin dejar de masticar y ¿por qué estás tan solo?, ¿acaso crees que eres único? Sí,
contesté, no había visto a alguien en años. Curioso, ¿sabías que hay una colonia a 200
metros de aquí? Eso es imposible, le dije, aquí no hay más que tú y yo, he recorrido este
camino durante años y nunca he visto a alguien más en estas tierras. Qué estúpido eres,
¿tienes alguna identificación? Sí, es un recuerdo y está desgastada, pero aquí la tengo.
En ese momento se la mostré, ella miró y dijo: Ya lo entiendo, estás un poco chifladito,
amigo, y no te culpo. Esta tierra es caca, y lo digo sin ofender, hay miles de habitantes y
aun así te quedaste con ellos, con tus congéneres, te sentías único, eras un elemento
importante, pero sabes, a 200 metros de aquí hay una colonia, con cadáveres más vivos
que tú. No hay diferencia, eres igual a los que llamas bonues.
Me exalté y le dije que no era cierto, que podía sentir, que podía verla, oírla,
incluso le dije que si quería podía golpearla para que el dolor de mi mano fuera real,
chupé un resto de su pera y le dije ¡mira, mira! ¿Qué miro? fue su respuesta.
Me quedé impresionado, esa pera sabia a mierda, olía a lo mismo, el cachito de
esta se deshizo en mis manos, era putrefacta, no había algo ahí. Me tendí en el piso y me
puse a llorar.
Querido loquito, ser único era lo que te mantenía vivo, pero ya ves que no lo
eres, eres igual que todo lo que hay a tu alrededor, no eres Dios, de hecho, no eres algo.
Te cimentaste en la nada. Ni siquiera nos pudiste ver durante tanto tiempo, tú eres la
mascota de nuestra colonia, pasamos junto a ti, te miramos de lejos y de cerca, eres los
restos de lo que pretendes, eres el objeto de observación de mi pueblo, la comparación y
ejemplo para los niños de primaria. Tú no sientes, no tienes corazón, no tienes cerebro.
No pudiste ver lo más esencial en las personas, en las de verdad. Solo había
bonues en tu camino, solo había crítica o desprecio, incluso a tu peor enemigo le
ayudabas a alimentarse, sabias que eso los haría explotar algún día y lo mataría (claro, si
tuvieran vida).
No te importaban, solo eras tú y tu estúpida biblia, tus memorias, tus recuerdos,
anhelando un pasado, resignado a esta vida sin futuro. Solo eres apariencia, y tu
apariencia era solo un ser prestado, no eras tú. Vamos pequeño ya no te engañes, te he
reconocido, jamás te había visto pero tú eres el egoísmo disfrazado de compasión, de
sabiduría, de optimismo. Ven pequeño egoísmo, deja te meto esto por el culo. Y sin
oponerme me metió una manguera, mis dientes de leche salieron por fin y se aferraron a
la teta artificial. Succión a succión me fui empachando, me hice una pelota, mis manos
dejaron de sentir de afuera hacia adentro, mi piel se estiró, se botaron mis ojos, mi nariz,
mis oídos, y dejé de escuchar esa dulce voz característica de la verdad. No había sabor
ni telepatía. Sólo perduraba ese maldito olor tan característico de mí y de mis
congéneres, aun sin nariz permanecía dentro de mi esa característica, fue lo último que
sentí. Y de repente una pequeña explosión. Pum.
Lo vez, sólo eras uno más. La mujer corrió y echo un clavado en el agua, y se
puso a nadar.
1996
PUT@
"Más vale ser cobarde un minuto, que muerto el resto de tu vida".
Liborio Tinajeros
Los seres humanos no han comprendido todavía que la época
de los entusiasmos superficiales está superada, y que
un grito de desesperación es mucho más revelador
que la argucia más sutil, que una lagrima tiene
un origen más profundo que una sonrisa.
E. M. Cioran
Hola, mi nombre es Itzae Internet y significa: Regalo de Dios Omnipresente y he
venido a platicar mi historia. Vengo en defensa de los pueblos originarios, vengo a
hacer una protesta con mis palabras, siendo la suma de los marginados, de los
desprotegidos, de los pobrecitos indios.
Desde niño he aprendido a tratar con el hombre y con la mujer, porque también
ellas valen, son bien importantes, sin ellas el universo no podría existir, ya que de la
santa madrecita surgimos nosotros. De la santa madrecita tierra, allá, los extranjeros
hablan de ella como la Pachamama, y la veneran, la tocan, la sienten palpitar, algunos
hasta la oyen. Tocan sus tambores, beben, fuman, se ponen borrachitos con los
honguitos o hikuri y cantan:
El silencio es mi palabra, la tierra es mi madre
los arboles mis hermanos las estrellas mi destino.
Yo soy el hijo de inti sol, de la pacha mama, de (la mara)
soy hermano del pueblo Yaqui, del inca hermano, de (la mara)
(del ai mara del ai mara) un indio me guía a la libertad
José Gabriel José Gabriel, de mis hermanos que liberamos.
Yo soy un indio salvaje inocente limpio y silvestre tengo todas las edades
mis abuelos viven en mi
mi corazón es una estrella, soy hijo de la tierra
vuelo con las alas del espíritu
camino a la libertad
destino a la eternidad.
Tierra es mi cuerpo
agua es mi sangre
aire mi aliento
fuego mi espíritu.
Todos somos hijos de la tierra, madre tierra
para siempre somos uno con el universo
somos como una gota de agua, cayendo hacia el mar.
Volamos como águilas
(Volamos como águilas)
Volamos muy alto
(Volamos muy alto)
Alrededor del Cielo
(Alrededor del Cielo)
Con alas de luz
(Con alas de luz).
Con el tiempo nos hemos acostumbrado e incluso adaptado a vivir de ellos, los
escuchamos, construimos nuestras casas con su dinero, comerciamos, aprendemos, y
descubrimos tantas cosas que nosotros no conocemos pues somos tontos. Hablamos días
o noches, en los tiempos que les sobran después de sus ceremonias, después de subir al
monte a hacer hijos, y nosotros lo sabemos todo, lo miramos todo, aprendemos de ellos.
Les vendemos un poco de lo nuestro, un litro de caña, nuestros ritos y costumbres, les
damos la confianza. Y recibimos todas sus sobras, sus juguetes, sus ropas, sus celulares,
información.
Yo entiendo muy bien que soy de aquí, que soy de todos lados, pues el mundo es
de todos, todos los lugares me pertenecen, pero allá, donde yo nací, en donde me dormí
al compás del sonido de la nada, siempre estamos bien acompañados, siempre van
nuestros amigos de la UAM, de la UNAM, de la ENAH, de la UACM, del IPN y
siempre alguien que al igual que ellos dice que va a hacer grandes cambios, que viene a
protegernos, que nos ayudará, y entonces, nosotros nos ensanchamos, nos ponemos
contentos, les damos de cenar, les quitamos su dinero, los vemos dormir, hablamos de la
forma en que nosotros nos entendemos, no burlamos de ellos, los vigilamos, y nadie
entiende nada, ni ellos ni nosotros, pero es un rato alegre, es un instante feliz, es un
tiempo que es nuestro y que por unos momentos nos hace iguales, pero nosotros
sabemos muy bien que no somos así. No somos iguales, no pensamos igual, les tenemos
lástima, pues se asombran de cosas simples, mientras nosotros nos asombramos de lo
complejos que son, y de sus celulares con internet, de la extraña belleza de sus mujeres
que deseamos, que les miramos el cuerpo cuando se cambian y nosotros nos
escondemos. Nos asombramos de sus promesas, de sus ganas de conocer algo que
termina siendo muy diferente a lo que en verdad es. Los miramos desprotegidos,
débiles, apáticos, sin sentido.
¿Acaso hay algo peor que ver como seres inferiores a las personas?
Pero esa es la verdad, quisiéramos construirles programas de ayuda, rescatarlos y
traerlos a esta vida que se arregla por sí sola, si queremos algo lo tomamos. A mi prima
Guadalupe se la trajo un hombre con harto dinero por dos cajas de refresco, una de
cerveza y una buena comida, ella está bien, siempre manda su dinerito con sus papás. Al
tío Evaristo lo mataron a machetazos por andar haciendo cosas malas con la mujer de su
compadre Jacinto. Los Mantra y los Méndez se mataron a pistolazos hasta que no quedo
ni uno, y las tierras nos las repartimos para la siembra. Y nuestros ciclos vitales
funcionan sin la necesidad de que alguien nos estudie e intente recordarnos. Pues todo
está destinado al olvido, nosotros lo sabemos muy bien, pero parece que también lo
estamos olvidando. Pero les juro que es así. Los pueblos que preceden a mi pueblo
barrían con todo, florecían y luego volvían a barrer con todo. La historia sirve para
mirar de cara al futuro, no para preservar el pasado. Nosotros hacemos anotaciones para
el futuro, jamás referencias impropias del pasado.
Sé que esta declaración de los ciberpueblos indígenas resultará indignante para
las mentes susceptibles de la comunidad revolucionaria, pero no hay más qué decir, su
comunión y solidaridad no son más que el pretexto para inventarse un sentido de vida y
de paso hacer su conquista con nosotros, preservarnos es la manera más cruel de
hacernos iguales. Si la naturaleza nos ha brindado el don del dominio hay que ejercerlo,
sin la aspiración de recibir como premio el castigo de Dios. El periodicazo en la nariz, el
agua atomizada por el efecto del aspersor, para domesticarnos. También sé que a
muchos les quitamos la chamba, les quitamos trabajo con estas nuevas formas de
sublevarnos a los ritos y costumbres de los científicos, con las que procuran hacer
eternos nuestros ―ritos y costumbres‖. El conquistado haciendo mella con su burocracia.
Haciendo boteos por el E.Z.L.N., ¿a nombre de quién? a nombre de qué sociedad
secreta que nos obliga a guardar silencio. A callar. A decirnos a nuestros adentros:
¿VIVA LA RESISTENCIA?
No, malditos y malditas intrusos e intrusas, porque los hombres y las mujeres
somos diferentes, no somos iguales, no somos ni tantito parecidos gracias a sus absurdas
teorías, somos exactamente diferentes por su estúpida búsqueda del conocimiento, por
su afanosa introspección que hacen para afuera, para con los demás, con su fuerte
egoísmo, con sus ganas de conocerlo todo. Hacen secretos para revelar la misma imagen
pública que suelen repudiar.
Odian a los hombres u odian a las mujeres por los mismos motivos que los
constituyen, en eso sí somos iguales, en eso sí nos parecemos, y luego nos vienen con el
cuento de hacernos crecer diciendo que de grandes queremos ser libres. Pues yo me
opongo, me opongo a la lucha de los pueblos originarios, porque para empezar, yo ya lo
dije, todos somos de todos lados, y si el capitalismo, y si el socialismo, y si la izquierda,
y si la derecha, y si los derechos humanos, y si yo les digo que todo ese protocolo que
codifica al ser humano no es más que una simple trampa para mantenerlos en protesta,
¿qué pensarían? ¿Seguirían elucubrando conspiraciones? ¿Seguiríamos forjándonos
metas de cambio? La maldad existe justo por la necesidad de que el bien este ahí, la
oscuridad es parte del día, complementa el día. Somos sombras en la mitad de nuestra
vida, somos igual de malos como buenos, somos simples entes insignificantes que no
dependen de un sentido especifico.
Soledad, abandono, desesperación, locura, estrés, provocación.
Eso es lo que hace falta, provocarnos los unos a los otros, no para defendernos
como pueblos hermanos y bonitos y linditos y mascotitas que cuidan de los que se
desintegran y pierden sus tan arraigadas formas de vida. Lo más natural del mundo es
que las culturas desaparezcan, lo más natural no es crear planes ecoturísticos o de
trabajo para gestar una vida miserable con imposiciones sistemáticas de reestructuración
cultural.
Me comienzas a limitar desde el momento en que es coercitiva tu visita, en el
momento en que soy objeto de estudio.
Y sin más que decir, yo Itzae Internet, me despido diciéndote:
¿Quién sobra aquí?:
¿Los pueblos? ¿La gente? ¿El sistema? ¿Los políticos?¿La vida?¿La muerte?
¿La ENAH, UNAM, UAM, UACM, IPN? ¿Los prototipos de Frida Kahlo? ¿Las
feministas? ¿Los budistas? ¿Las feministas-budistas? ¿Los misóginos? ¿Los
misántropos? ¿[email protected]? ¿Los violadores? ¿Las madres solteras? ¿La
reforma al artículo 27? ¿La triste historia de los vencidos? ¿La triste historia de los
revolucionarios? ¿El proletariado? ¿La depresión? ¿E.E.U.U.? ¿La pérdida de la
espiritualidad ancestral? ¿La ambición? ¿Los sociólogos? ¿Las etnohistoriadoras?
¿Dios? ¿Tu nueva religión? ¿El odio? ¿Las ganas de cambiar? ¿El olvido? ¿El recuerdo
de algún olvido? ¿Los idealistas? ¿Los emprendedores? ¿Los suicidas? ¿La reflexión?
¿La ciencia? ¿Mi piel morena? ¿Mis venas de fibra óptica? ¿Mis interrogaciones? ¿Mis
mayúsculas y minúsculas? ¿La forma en que borramos a la gente de facebook? ¿La
familia? ¿Las drogas? ¿Tus drogas? ¿Los malos entendidos? ¿Las diferentes lenguas?
¿La forma en la que tu estudias y descubres que yo sé mucho y no soy valorado? ¿Tus
inconmensurables ganas de decir que yo si valgo? ¿Tu miedo a no tener motivos para
vivir más que salvar al mundo? ¿Tu tristeza al ser un fracasado? ¿Mis respuestas en
forma de pregunta? ¿Mis palabras que para ti son la respuesta? ¿La emoción que tienes
cuando te subes a una ruina arqueológica y sientes que tienes una razón de vivir? ¿La
forma en que tus amigos te dicen que tienes que hacer? ¿Tu manifestación patrocinada
por las mismas empresas contra las que protestas? ¿Las empresas que hacen las
donaciones con las que repites: algo es algo, de todo lo que se roban que les den
cualquier cosa, de mi escuela salen todos los recursos, yo si estoy preocupado, etcétera?
¿Del etcétera que no se limita con un simple etc.? ¿Sobras tú? ¿Sobro yo?
Repite conmigo: quien sobra aquí soy yo, ahora en voz bajita di: quien sobra
aquí soy yo, ahora dilo con la mente: quien sobra aquí soy yo.
Y después de entenderlo, da vuelta a la siguiente página y resígnate a quedarte
en soledad si es que aprendimos la lección.
2010
METAMORFOSIS
En la profundidad de mi habitación comencé a despertarme, y todo fue culpa de
una pesadilla, ahí estabas tú, en un funeral junto a mí, el caso es que era tú mismo
funeral, así que no lograba verte, ¿lo comprendes? No estabas ahí, aunque sabía que
estabas a mi lado, después fuimos a la fiesta que se hacía en tu honor, podía escuchar tu
voz, te estabas escondiendo, estabas dentro de un cuarto, estabas detrás de un muro y en
un cuarto, como aquel que tenía la ofrenda de todas las personas que van al desierto en
San Luis potosí. Podía ver cómo la gente salía de ese cuarto, pero tu jamás apareciste,
después de tanto esperar salió un esbozo de ti, tenía tu cara, tenía tu mirada, tenía los
mismos anteojos, pero también tenía el cabello corto, pero eso no fue trabajo de unas
tijeras, eso no lo hizo una navaja, estaba corto por ser arrancado, tu melena de león,
había sido arrancada, además de eso, tu nariz era defectuosa, era horrible, tenía una
forma deforme, era como si un niño de 3 años hubiera jugado a la plastilina. Sentí asco,
sentí una tristeza, te habían enterrado hacia unos instantes, y luego había aparecido un
mounstruo que tenía tu nombre, que tenía tu voz. Era el peor de los ascos, eras otra pero
la misma, era el monstruo que tenías dentro y que siempre se había escondido, aquel
que después de tu muerte simbólica y ante tu presentación se había descubierto, te había
perdido por completo, tenías más elementos, ya que exponías tu yo interior, resaltaba
todo lo que un retrato de Dorian Grey explicaría, aun así, me miraste con desdén y te
fugaste poco a poco sin quedarte tan lejos de mí. El salón donde era tu evento se hallaba
justo frente a una herrería, cerca de unas calles del centro de París, aquel lugar poseía
una fosa donde tu cuerpo antiguo, ya inerte, se refugiara para no ser encontrado por mí.
Llamen al enterrador gritó tu papa, buen hombre que se dedica al trabajo pasivo el cual
hace tan feliz a toda tu familia. El enterrador llegó; él era el empleado del herrero, él era
distinto, no tenía miedo, era un ser puro, de esos que pocas veces te dirían mentiras, de
aquellos que hacen lo que en su corazón anida, una linda felicidad lo acompañaba, tenía
la facha de cualquier cuasimodo, tenía una seguridad envidiable, quería matarle, él
podía enterrarte y yo no, él tenía la tranquilidad para liquidar tu esencia, aquella que te
proporcionaba la falsedad con la que miraste a todos los perdedores que te amaron y a
todos aquellos que te habían perdido. Mi rabia explotó, mi corazón expresaba odio.
Sabía que enterrada por él, jamás podría hacerlo yo, miré tu mano, con el anillo de
compromiso que había conseguido de otra muerta para ti, aquel que había sido de tantas
muertas, toda esa pila de tierra caería sobre de ti, y yo no estaba participando, era otro
pasivo, era un papá que no diría basta con fuerza militar. Lo miré a los ojos, lo miré de
pies a cabeza, miré sus manos curtidas, miré su delantal de cuero café y decidí atacar
dejando a tu yo nueva a espaldas mía, a la deriva. Chillé jalando la pala, sabía que yo
era el parteaguas de tu vida, el que definía tu belleza dentro y fuera, como la vez que te
sentías fea y sólo yo podía percibir tu luz interior, aquella que ninguna persona podía
mirar ya que solo deseaban tu cuerpo. ¿Pero de que sirvió si tu jamás pudiste ver tu luz?
si aquella luz fue extinta ante el peso del barro que estaba dispuesto a dejar caer sobre
de ti. El enterrador era fuerte, pero nunca supo cómo lo ataque, una caída, un desliz,
éxito en todas mis peleas, tomé la pala y tiré la primera parte encima de ti, tu habías
desaparecido ante una manada de aplausos, yo palee de nuevo, pero no gratuitamente,
dentro de todo este trabajo recibiría mi paga, la cual era ser enterrado junto a ti… una
luz blanca, el enterrador me había pegado un sopapo en la nuca, y de repente caí, fue tan
lento, fue tan largo el camino hacia tu lado, pero no, no podía terminar ahí, Salí del
hoyo, de tu nueva vivienda, quise escapar, quería escapar de ahí, y comencé a esquivar
golpes, quizás darle un golpe para fugarme, de repente… ya no quería escapar de aquel
esperpento, aquel tierno hombre cada vez se parecía más a mí, aquel buen sujeto se
convertía en un esbozo de mí, en una copia bizarra de lo que solía ser, y así, entre la
confusión, descubrí que era yo el enterrador, igual de aterrador que tu yo nueva, y así
entendí que mi yo actual era la metamorfosis de aquel que te había sido destinado para
hacerte parte de la tierra, yo también había cambiado, yo también era nuevo y feliz,
tranquilamente cometí suicidio, me di un palazo con la fuerza de mis manos curtidas,
caí de nuevo, poco a poco la luz se apagó, dos muertos bajo el barro.
Bum, es hora de salir a por ti. Recordé que solo era un sueño, donde la
variabilidad era crucial, y donde no es un mundo como este, donde la única diferencia
está dentro de nosotros. Donde lo único que vale es que somos tan iguales como todos
los demás. Este lugar, donde es válido cambiar.
2004
VENGANZA
Cuando comencé a hacer todo esto, estaba recién separada de mi esposo, me
encontraba en una profunda depresión, ya que le había entregado todo de mí, incluso yo
había sido quien lo había dejado, pues el amor se había terminado, fue en los primeros
semestres de mi universidad cuando tome esta decisión. El acto fue consumado en un
VW 1969, de eso autos que hoy día ya no se ven con facilidad.
Posiblemente lo que más le puede afectar a una persona son tres aspectos en una
ruptura.
1) El sentido de pertenencia de un objeto (la pareja).
2) La dependencia narcótica (tomando al sujeto como una droga).
3) El sexo (qué sensaciones te provocaba la persona).
Claro, esto a grandes rasgos, sin tomar en cuenta y como un grado de profundidad,
la economía y el amor.
En este tiempo disfrute de infinidad de coktails de drogas, fiestas, experiencias y
demás, mientras mi marido yaciese en un cuarto, solo, encerrado en libros, proyectos,
mujeres y una indiferencia comparada con la de un lama en meditación. Me enervaba
saber que se encontraba tan bien sin mí, cómo era posible que superara y fluyera con
tanta naturalidad ese bastardo, que se acostara con tantas mujeres, que me dijera
siempre con un aire tranquilo: ÁNIMO. Después de mi fatídico accidente, comprendí
todo lo que el trataba de decirme, lo busqué de inmediato, dentro de toda aquella locura
se encontraba un ser desgraciado pero maravilloso. Lo busqué, lo intenté, pero no
aparecía. Él se había ido a Francia.
Mi desesperación, mi corazón, mi terapeuta, mi esposo, mi amigo, todo se había
perdido por culpa de los estereotipos modernos de la mujer. Entendí forzadamente, por
qué siempre él se preocupó por fomentar un trabajo mutuo, metas afines y esperanzas de
crecimiento (espiritual, económico e intelectual). Era una víctima de mi propio
comportamiento. Todo tiene una finalidad.
Tuve mi tiempo de luto, mi momento de hundimiento, de búsqueda, incluso con mis
enemigos, quería un brazo, quería unos oídos, algo tenía que hacer para mitigar esta
sensación de olvido. Y ahí, en medio de la podridez, recordé sus palabras y a sus
autores. La venganza es lo único que puede mantener a una mujer de pie, puede
enloquecer al otro, pero también te puede enloquecer a ti. Si quieres hacer daño a
alguien, vulnerabilizarlo y paralízalo, véngate, pero no con chorradas como engaños, la
venganza tiene que ser fina, es un arma que sólo poseen las personas creativas y capaces
de cualquier cosa, existe la posibilidad de perder todo sentimiento, de ir a la cárcel, de
hacer estupideces. Pero con la perseverancia, con la paciencia y disciplina. Uno puede
conseguir lo que desea…
Lo primero que hice fue recopilar todos los datos de él en un oficio. Nombre,
dirección, teléfonos, padres, hermanos, abuelos, escuelas, amigos, lugares que
frecuentaba, ideales, metas, trabajos, libros, gustos, géneros, tendencias, color de piel,
tipo de vestimenta, religión, todo, absolutamente todo, esto me permitió hacer una
figura de él, un esbozo, gracias a mis estudios, logré ver todo el perfil de mi ex pareja,
recordé cada mínimo detalle, incluso números telefónicos de amigos suyos, correos
electrónicos, redes sociales, todo, no me faltó una sola cosa. Cuando las personas
elaboramos cualquier proyecto con dedicación, obtenemos una agudeza de sentidos que
pocas veces se encuentra en los seres humanos, esta es la parte más animal de nosotros
mismos, óptima para estudiarse en algunas carreras, digna de la tesis de algún
sociólogo, etnohistoriador, o esa mierda de carreras.
Esperé un tiempo, fui muy paciente, me dediqué a leer, a trabajar y ahorrar, hacer
contacto con algunos amigos aquí y en Francia, escucharlos, invitarlos a salir, regalarles
un trago, y siempre seguir fijando mi meta: VENGANZA.
Uno debe ser tan fino en estas cosas, jamás suponer, estar enteramente relacionado
con la verdad, inundar cada instante, cada lugar con la increíble presencia de sí mismo.
Teniendo la plata suficiente elaboré símbolos, muy parecidos a los códices
prehispánicos, relacioné todo lo que podía visualmente traerle a mí, tomé mis
pertenencias, me largué a Francia y comencé todo este asunto. Indagué cada
movimiento, qué rutas tomaba para ir a sus fiestas, a sus reuniones de grupo con la
nueva pareja, con su mejor amigo. Cada movimiento estaba medido, cada dirección.
Comencé pegando los símbolos en cada lugar en el que se movía: fuera de su casa, el
baño en el bar, su escuela, cada sitio fue poco a poco siendo un campo de batalla,
ampliándose para mí y cerrándolo a cada paso que daba. No había piedad en lo que
hacía, y al mismo tiempo era la persona más masoquista de todo el mundo. Al principio
él no lo noto, después obtuve afortunadamente un auto igual al que teníamos juntos, lo
mandé a pintar y conseguí una réplica exacta que estacionaba en cada lugar en el que se
encontraba presente, un día incluso esperó toda la noche para saber quién era el dueño,
por mi parte me la pasé de risotadas con un pedagogo recién egresado, buen tipo, un
latino cualquiera, de esos que tienen la piel del color de la tierra.
Después de inundar con publicidad su cráneo, me acerqué a sus amigos, gracias a
sus palabras, descubrí las debilidades de cada uno, reconocía en su cara el vicio, podía
ver esa adicción al sexo y las drogas sintéticas en cada uno de estos personajes, así que
conseguí gente para ellos, jamás se me ha dificultado conocer perdedores en la vida, y
aunque los repudio, puedo decir que es fácil manipular su corta mente. Así que
relacioné a mi gente con su gente, jamás con planes aclarados, pero siempre con plata
para podrirlos más, para hacer que se enamoraran, para destruirlos, y así, uno a uno fui
viendo caer en la perdición a todos sus amigos, a cada uno de ellos. Este fue el paso más
simple, el más rápido. Logré hacerme amiga de sus amigos, siempre pasando
desapercibida, enfocada en lo mío. Destruyendo cada cosa que tocara mi imaginación.
Como paso siguiente acudí a su familia, residentes de hacía rato de esta vulgar
nación. Recordé todas las preocupaciones del padre, devoto odontólogo. Y conseguí
informantes que me dijeran sus preocupaciones, y claro, recordé todos los traumas del
señor y los hermanos (la madre había muerto), todo lo platicado tiene una forma de ser
utilizable, busqué la manera de destruirle la existencia a todos, y listo, el secreto lado
homosexual del él, su relación con las drogas, mails, fotografías, testimonios, y los más
íntimos y bochornosos detalles salieron a flote, tuve que buscar las maneras para que
tuvieran discusiones, para que terminara el patrocinio económico y comenzaran las
restricciones, todo aquello que se le puede hacer a una persona ligada íntimamente con
su familia, odio, riña, rencores, inundar el espirito con la confusión y miedo.
Cada día de este tiempo fue intensamente dedicado a él, intensificando mis
sentimientos, algo digno de una historia, de una obra de teatro, todo enfocado en lo que
queremos. No hay límites cuando algo nos motiva, absolutamente todo es posible, solo
hay que tener una meta fija, y no desistir, cuando alguien te diga que lo que haces es
imposible, toma una segunda opinión. Tus deseos se harán realidad, confía en mí.
Habiendo destruido a sus amigos, su familia, su reputación, y generando un
simbolismo visual de retroceso en él, brinqué al nuevo paso: su pareja. En un evento
organizado por él, una noche escuché que daba un número y lo memoricé de inmediato,
él jamás se dio cuenta, tampoco sabía que yo tenía un registro de sus llamadas y correos
electrónicos. Después de años de estar tras el computador cualquier cosa es fácil, miré
cada día de este tiempo, todo lo que hacía en las redes sociales, lugares, fotos, contactos.
Al principio me dolía y me daba miedo saber más, pero poco a poco noté que era un
guarro, un tipo sencillo y carente de sentido gracias a sus dependencias narcóticas. Aun
así él era mi tipo ideal. Bingo, su pareja no era mi objetivo, sino la familia de su pareja,
supe que tenía dos pequeños sobrinos y que la hermana era una tipa algo loca, internada
en un psiquiátrico durante años con diferentes diagnósticos, y por si fuera poco casi casi
ya había sido directora autonombrada, al parecer estuvo relacionada con altos doctores
del medio.
Ahora la venganza: matar a la familia y en especial a la hija recién nacida ¿Cómo?
Muy fácil, crear rumores, hay que hacer que la gente suponga y crea lo que no es, hay
que traumatizar cada neurona de su cabeza, eliminar cada neurotransmisor, hacer añicos
cualquier enfoque con lo real, en pocas palabras, enloquecerlos. Llevarlos al punto
clímax del sinsentido. Así, poco a poco pude ir enloqueciendo a su hermana con
mentiras, contaminando su alma, su mente, su matrimonio y a sus hijos.
La serenidad se respira en mis ojos, los llantos fueron sustituidos por mi sonrisa,
miro de frente la vida y sé que cada momento que vivo esta hecho de él, cada emoción,
cada acto, cada acción.
Con una madre destrozada, con el ánimo decaído, ¿qué puede esperar una familia?
Una muerte espiritual y física en diversos puntos familiares. Era tan podrida la leche
materna, que la niña comenzó a enfermarse, y si por si fuera poco, Francia es un país
asqueroso, poco higiénico y de un clima capaz de matar al mismo VIH.
Al funeral no asistió él, pues siempre ha temido a los muertos, traumas de infancia
solía decir, no veas cosas feas, me comentaba.
La muerte de un hijo, de un hermano, o de un sobrino, afectan a las familias más
que la de un padre o madre, es más doloroso no ver fluir la vida de aquellos inexpertos,
y por si fuera poco es traumatizante, ahora la mamá regresó a su sitio, del que jamás
debió haber salido, un cuarto acolchonado.
Depresiones personales, solía decir su pareja, y como me es bien conocido, él
escapó para refugiarse en lo que sea, ya que la gente deprimida no va con su persona,
habiendo rodeado casi todos los aspectos él se descubrió arrinconado, no tenía amigos,
no tenía familia, no tenía pareja, no tenía dinero, no tenía a nadie (incluso a su perro
había muerto una tarde en que él había salido a un retiro espiritual).
Ahora sólo le quedaba la escuela, aunque podría decir que es un tipo demasiado
listo, él siempre tuvo que dedicarle mucho tiempo a la escuela, y esto no porque fuera
un matado, sino por la razón contraria, él tenía dificultades para aprender, pero una vez
entendido no había quien lo detuviera. Este fue un refugio que durante años utilizó para
no padecer alguna depresión. Hay tanta sabiduría en el conocimiento que incluso te
puede matar, gracias a las drogas, los traumas, mi aportación durante estos años y sus
libros, fue como pude asestar un certero pero no final golpe. En el tiempo de mi
venganza había arreglado mi documentación, y al ser egresada, y tener un promedio
adecuado y relación con las ciencias sociales, pude revalidar materias en su escuela,
teniendo a mi favor el compartir forzosamente nuestro tiempo, ahora yo inundaba su
espacio, sin sospechas, sigilosa y tranquila. Aun con mi presa en la mira, cual
francotirador experto, más poderoso que todo un pelotón gracias a mi especialización.
Él no me reconoció al momento, ya que en cierto tiempo la gente cambia y debe
modificar incluso su aspecto. Mi carácter era frio, intelectual y de completa satisfacción.
Él no tenía otra opción más que adorarme, no tenía nada a su alrededor, y ahora
aparecía yo como una daga, invadiendo su espacio y siendo su ultimo oasis. El mismo
salón, el mismo grado, la misma ciudad… La venganza estaba casi consumada, conocí
de nuevo a su familia, destrozada y tensa por los acontecimientos en los que se
encontraba orillado él, estudios de sangre, planes para un centro de recuperación,
llamadas a buzón, correos perdidos, un infierno consumiéndose en mis manos y dentro,
él, con toda la ingenuidad de quien suele confiar en los demás.
Le pedí amablemente al padre una cita para arreglarme mis dientes, aunque puedo
afirmar que nunca he necesitado ayuda dental, ya que poseo una estructura ósea en
extremo buena. Pero esto sería sólo un pretexto.
La tarde en que me metió al hospital yo le pedí un tiempo para ir al baño, en mis
prácticas de mensajera, mientras hacia mi servicio social, tuve que ir a todos los
hospitales de una ciudad entregando carteles para conferencias, ahí pude darme cuenta
de la facilidad con la que uno puede acceder a cualquier área de un sanatorio. Tras un
año de estudios en enfermedades descubrí el modo de hacer la vida de una persona
añicos poco a poco. Entré al laboratorio, buscando en congelación un tipo de virus, no
directamente contagioso, a menos que se tenga contacto directo de forma sanguínea,
ahora sí, todo estaba programado.
Decidiendo consolarlo un día, lo llevé a casa, para relajar sus malestares.
Me miró con esos ojos tan pequeñitos de él, y me dijo: sólo contigo me puedo sentir
a gusto, eres la única persona con la que puedo estar, no hay más, no queda nada. Una
vez me dijeron que siempre tenemos un eterno... Cof, cof. Me besó ¿Un eterno?, dije
sorprendida. Si, un eterno, toda la gente se enamora de alguien tan intensamente que,
pase lo que pase siempre estará ahí, no se puede evitar, no se puede quitar, es como un
marcador indeleble. Estas frases me hicieron pensar que esa podría ser la razón por la
que tanto tiempo quise recuperarlo y me dediqué tanto a mis planes, hice tantos
estudios, generé tanto dinero. Ahora entendía que esta era mi misión de la vida, hacer
las cosas por él, que estaba tatuado en mí. Tantos libros, tantos artículos, tanto de mí
reflejado en los ojos de este insignificante bicho. Dulcemente le dije duerme por favor.
Le dio una última calada al porro de hierba y se durmió. Yo me quedé pensando en esas
palabras, en ―el eterno‖, cómo es posible que un oligofrénico me pudiera decir algo tan
guarro y tan sabio.
Una hora después lo desnudé, toqué su sexo hasta ponerlo duro, le hice el amor
como nunca lo había experimentado, él no despertó, o fingió no hacerlo. Terminamos,
me fui a lavar y luego regresé felizmente con una jeringa y le inyecté aquel virus. Este
parásito tiene la característica de hacer simbióticamente células cancerígenas,
modificadas imperceptiblemente, creando al mismo tiempo una psicosis y paranoia. En
un tiempo de 6 a 8 meses, sumando la depresión, la soledad, el abuso de drogas
sintéticas, una irresponsable vida sexual, relaciones homosexuales, fatiga, abandonos…
Qué podría inculparme, no existe nada, cree un mundo simbólico, fue como fumigar
una plaga, arrinconar, arrinconar y luego destruir, no existe nada más fácil que aniquilar
a una persona. Más sabiendo de qué pie cojea, habiendo estudiado cada movimiento
hecho, sus palabras y debilidades, su familia y toda su cosmovisión. Todo para
devastarla. Hoy estoy junto a él, en su camita, cuido de mi eterno canceroso, lo veo
morir día a día, agradecido de tenerme cerca, doy una mordida a su comida fría, una
sensación had oc en mi paladar. Ahora estoy alegre de no estar enamorada de alguien
más, si no, estaría dispuesta a vengarme, porque yo si tengo un corazón, ¿y tú… lo
tienes?
2000-2004
YOTUEL
Mientras me encontraba bajo los influjos de los hongos mágicos en San José del
Pacifico, sierra de Oaxaca comenzó una lluvia continua y mojadora, al voltear a mi
alrededor todo era color verde, las montañas, las plantas y las gotas de lluvia, podía
sentir cómo cada gota que me rociaba me transformaba en un ser de color verde. Ahí
tuve una sensación de paz absoluta, de felicidad infinita, al cerrar los ojos pude ver los
de María y reaccioné al mirarlos verdes como yo. Desde ahí supe que solo podría
concebir la sumatoria de todas las satisfacciones de color verde, ―el amor solo puede ser
de este color‖.
CAPITULO I INICIO
María me miró por primera vez a sus 10 años, yo tenía 15, y fue al visitar a su
hermana mayor. Nos vimos al mismo tiempo y desde ahí supimos que algún día, quizás
seriamos felices.
CAPITULO II YO
Mientras la vida transcurría, opté por hacer de mi vida y mi entorno un espacio
de continua resignificación, y eso ha sido lo único estático en mi vida, asistir a la
escuela, al trabajo, a cursos, diplomados, talleres, encontrar la plata en cualquier sitio, si
es necesario hacer sangrar a una piedra, yo soy el ser más indicado, pelar cable, cargar
pacas de cartón, ser malabarista en el semáforo, estar en una oficina, cuidar niños,
escribir columnas o cuentos, dibujar, hacer artesanías, viajar por el país y fuera de él, ser
músico, payaso, vender drogas, drogarme para engañar, ser terrorista, ladrón o cómplice
del ladrón, chantajear a hombres y mujeres, niños o ancianos, da igual de donde
provenga el medio, al fin y al cabo todo sería por una buena causa, la vida misma
fluyendo a mi alrededor.
Mamá murió cuando era pequeño, tenía cáncer y no pudo sobrevivir eso,
simplemente nos abandonó; papá se dedicó a su hospital, siempre gozó de la
tranquilidad que poseen los egoístas y las relaciones terminaron después de que entré
por segunda vez al reformatorio, mi hermana es el único ser que amo, pero tiene sus
soluciones (jamás problemas), vive asiendo de si una buena persona, es una sacamuelas.
Mi vida se tornó blanca después de terminar y decidir mi carrera como escritor.
CAPITULO III TU
Caminas tranquila, con la única solución de ser bella, buena visión, nariz
perfecta, cuerpo agradable, abdomen plano, una belleza europea, pero, ¿de dónde viene
todo este modelo? Comprendiste lo absurdo de ser esta patraña tan completa, así que
comienza el proceso.
Decides operarte la nariz y hacerte una joroba, usar lentes con graduación para
lastimar tus ojos, operación en las nalgas y las tetas para ser plana, y el continuo crecer
de tu panza, un buen día en bicicleta te dejas caer y pierdes tus dientes superiores
frontales, una marca en la ceja derecha y listo, la belleza de la imperfección, una
vergüenza para tu hermana, madre, y el papá ni en cuenta, sigue en Argentina orgulloso
de engañar a tu madre. Para qué seguir con farsas si los traumas se corren en la sangre
de quienes vienen, y se extinguen en los que se van.
Dejar la escuela para tomar las riendas de la vida, preguntas con la respuesta:
para qué estar en ese criadero de mutantes, para qué estar en la universidad, la verdadera
escuela está en la calle.
Burlas a los Estarbuks, a la Cineteca, los teatros y toda la mierda que dicen que
es cultura, ese arte que dicen complica la vida, por qué hacer confusas las cosas, por qué
no simplemente destruir lo que nos dicen que es hermoso, caminar, subir las escaleras,
avanzar sin una limitación sobre los trenes de la ciudad, piratería en las manos, ingenio,
una completa “free lander” dormir hasta tarde, y si alguien molesta, haces un examen y
demuestras que puedes ingresar a cualquier institución. Esos compromisos se pasan por
alto, ay, dios mío, ¿por qué no me regalas una verruga en la nariz? Por qué no me haces
hermosa como aquellas que piensan, que hablan y que hacen ja ja ja. Palabras al aire, yo
soy lo que quiero ser, mi padre o mi madre, hermano, hijo, dios, demonio, mi creación y
apocalipsis. Una mujer sin duda ejemplar.
La plata de cualquier lado es buena; el día, cualquiera; el lugar es justo en el que
esté, y la hora… jamás tarde ni temprano, siempre a la hora indicada.
CAPITULO IV EL
Camino por los parques y senderos haciéndose tras de mí, te veo, rodeada de
mujeres en el sitio donde he de encontrarte, te persigo con la mirada, te veo jugar, una
fotografía y la sonrisa chimuela, tu cabello de león flotando por el aire, un golpe a unas
cuantas putas y listo, me miras para abrazarme. Dime, Yotuel ¿por qué tardaste tanto en
llegar junto a mí? Te he esperado muchos años y pensé que me habías olvidado. Yo
jamás te olvidé, teníamos que crecer juntos, con la distancia requerida para conocernos,
con los años de experiencia para retroalimentarnos, sin preguntas, sin intereses ajenos a
nuestra naturaleza.
Pisadas sobre las hojas secas, planes a futuro sin filosofías ni letras, entregas por
hacer, una lluvia que nos seca las lágrimas que alguna vez decidimos regalar, y nuestro
resguardo, una cornisa sobre Calzada del Hueso, qué gran chiste, somos un cachorro
chupando el tuétano de la vida, escupiendo y rascando las llagas que alguna vez nos
recordaron lo que nos hacía vivir. Dime, María, ¿hace cuánto no vas a un funeral?
Mmmm... desde que morimos cuando niños, cuando te miraba por el balcón y supe que
jamás podríamos compartir lo elaboradamente simple que es la vida, pero, dime ¿hoy
qué entregaremos?
Mi querida y joven mujer, hoy hay que recorrer las huellas de los próximos
difuntos, pasaremos una lista de hospitales, que te parece, comenzar por la clínica 32,
después por el hospital 20 de noviembre, la clínica dental CAP, el hospital de Xoco,
hospital general, y el Rubén Leñero.
Maravilloso, traes las invitaciones, ¿verdad?, no queremos fallarles a todas esas
personas. Caminos y pasillos de ineptos policías, firmas, sellos paquetes entregados, y
tiempo con mecha recubierta de papel arroz.
Así es, todo está listo para la seguridad de lo incierto, así que en marcha.
Uno a uno hospitales y demás. Buenos días, señor, vengo de parte del INAH a
dejar un paquete dirigido a los doctores, ¿sabe dónde queda el área de enseñanza?
Mmm... no, señores, pues pregúntenle a la de trabajo social, nomás se registran y listo,
el INAH, ¿de qué es esa empresa disculpen?
Bla bla bla bla, mierda y más mierda, dejar paquetes y seguir con el trabajo.
Es maravilloso poder cambiar a toda esa gente, lo único malo es que si las
queremos cambiar es porque no nos gustan de verdad. Pero, como dices, muchos tienen
que irse al carajo, los médicos, odontólogos, sociólogos, y en especial los ingenieros.
Patada en el culo a todos los seres humanos, por qué animalizarse y ser civilizados, es
probable que nos metan a la cárcel, pero qué más da, caminemos por el zoológico,
quisiera ver cómo los animales nos miran. Démosle una función. Correas, correas y más
correas, los cachorros humanos van de la correa de sus dueños ―mamior”, ¿Por qué la
gente no deja libres a sus críos? ¿Por qué insisten en domesticarlos? ¿No sería mejor
que les quitaran las correas a los bebés y mejor los cuidaran? María, ¿Por qué tenemos
que ver esto? Cállate, Yotuel, vinimos a divertir a los animales. Piensa lento para poder
actuar de prisa.
El proyecto va bien, por fin sabotearemos los hospitales y destruiremos las
máquinas para curar la homosexualidad 1… 2… 3… BOOM, cada hospital ha
explotado, que fácil es meter bombas a donde sea.
Ahora hay más muertos, caos y mutilados, dime, querido mío, ¿no gustas un
sopapo en la carota? Te hace falta ser más natural, un toque de perfecta imperfección
nos agudizaría más a la horrorosidad. Esa belleza que se encuentra en ser diferente, en
olvidar lo perfecto que debe ser la vida. HU HU HU HU HU, sirenas de ambulancias,
sirenas de patrullas, sirenas de verdad, cánticos en la colonia del mar, tirémonos por la
borda, seamos unos locos, hagamos un país mejor. Dime, María, ¿por qué no todos
enloquecen? Es fácil de contestar, Yotuel, hay gente a la que les gusta vivir de forma
horrenda.
CAPITULO V FINALES
I. Jamás se conocieron Yotuel y María, son exitosos, maestros, doctores, artistas,
etc.
II. Se conocieron y tienen dos lindos hijos, Raquel y Jonás.
III. Las bombas estallaron, los animales son libres, la felicidad esta en no pretender
buscar ser el modelo de las revistas del corazón, cuando tú, mestizo, ¿cuándo
podrás llegar a ser como lo que te exige una bola de mierda? Sólo lo que no
es como tú, solo serás infeliz.
IV. Es el que mejor te acomoda a ti, María, Yo, Tu o Él, deciden que cada quien
tiene su cuento, sus capítulos, su reflexión o su vida, partir de lo inesperado,
fluir como en un estaque, tu vida, tu decisión, tu libro.
V. Mientras se miraban el uno al otro en un prado de Copilco, María comenzó a
convulsionarse, para tomar la mano de Yotuel y acercarla a su pecho, era un
retumbar de tambores, era la señal para hacer un cantico, ambos hicieron una
hermosa melodía, y en un instante fusionaron al ser antes expandido y
separado, se fueron convirtiendo en una sola sustancia, recordaron sus
aromas y sus vivencias, se tornaron un aura verde cada vez más diminuta al
ojo normal y poco a poco se fusionaban con el universo, un papá le dijo a su
hija recién nacida que logró percibir al andrógino: ¿por qué te ríes? y la niña
abrió sus ojos. Mira, Chona, comentó feliz el padre, sus ojos son verdes,
como los de mi madre… y los tuyos.
APÉNDICE
A lo largo de la vida he podido conocer grandes desdichas y satisfacciones, y
quería finalizar con este lindo comienzo. Si tu vida se terminara el día de hoy, ¿qué
tanto podrías hacer? A diario mentimos, el dolor más grande es hacia nosotros mismos,
cometemos atrocidades porque no estamos satisfechos, y por esa razón hoy deberías
dispararte en la cabeza, y si eso no te basta, dispárale con la cabeza a un revolver, y
encuentra la certeza de lo que es destruir para construirte. Viviendo del color preferente
a tu felicidad. El mío ya lo conoces, pero la importancia está en que conozcas el tuyo.
¿Sabes cuál es?
2009
PROBADITAS
Cada mujer tiene una característica y diferencia específica, jamás me declararía
un experto en esto, pero de alguna manera probar a unas cuantas te permite
experimentar sus diferencias.
Muy variado es cómo cada cual siente la satisfacción en su cuerpo, y cómo este
es ligado a la percepción de satisfacción.
Hay que explorar desde afuera, poco a poco, para percibir aquello que tienen
dentro, quizás, y por el tipo de educación que tenemos, procuramos creer que la belleza
es externa y que aquello que vale la pena se encuentra en el interior, pero puedo
asegurar que eso es falso, tiene razón quien cree que los buenos sentimientos son
indispensables, pero en realidad la parte física es la que nos deslumbra. Con esto no me
declaro en la postura de una belleza física idiota. Sino que me declaro en la belleza
misma del ser físico, aquel que nos atrae.
Hay mujeres que tienen la piel blanca, y que los vellos de su cuerpo les brillan
de manera deslumbrante, que cuando las besas se eriza su piel y toman un color rojo que
te recuerda a un camarón.
Hay mujeres que tienen la piel blanca, pero cada vez que las miras descubres una
negra profundidad, la cual me recuerda a la gente vodka, que es güera, pero con el oso
negro.
Hay mujeres de piel morena, y algunos de sus contornos internos se marcan con
un color rosado intenso, estas siempre me hacen pensar que son sucias y que no se
bañan, por eso puedes encontrar esos tonos dentro de lo percudido.
También mujeres con ojos de colores, algunos son cafés, de tonalidades desde el
oscuro al claro, hay ojos azules que a veces sorprenden, y existen ojos verdes que jamás
se apartan de tu alma. Hay ojos con lunares, hay ojos que no tienen par, y miradas que
no necesitan ojos. Hay ojos que no ven nada y que se hacen cirujas para volver a no ver
nada o al revés.
Existen cuellos y no cuellos, narices que no les queda una prótesis de payaso,
narices que deberían ser mutiladas y narices que jamás captarán un aroma real, también
hay cabellos sorprendentes, algunos largos, cortos, enmarañados y que comparados con
la vellosidad púbica pueden generar a las personas bicolor.
Hay mujeres con grandes brazos o pequeños, algunos débiles o fuertes, con
manos encantadoras, algunas de broma y te aprietan las bolas, algunas serias y te
acompañan, algunas otras simplemente buscan tu polla.
Hay mujeres con grandes tetas, claro, también las hay con pequeñitas, algunas
tienen los pezones negros, otros cafés y grandes, o diminutos y rositas, hay inversiones
y variedad de sensaciones y sabores, algunas no tienen senos, y son planas pero felices,
algunas parecen higos y están apachurradas, hay otras firmes y emocionantes, hay
tetillas que ni siquiera se distinguen, son tan diminutas que debes soplarles para que un
puntito se levante por el efecto. Existen chichis con pezones grandes, como si tuvieran
corona, algunos son rugosos y algunos otros pueden pasar desapercibidos, en unas
situaciones traspasan la tela de la ropa y se pueden admirar sumamente gigantes o
pequeños, pero siempre son igual de excitantes, hay senos y pezones de los que podría
depender tu vida si estas en peligro, como en una inundación, o si estas escalando, o si
tu única posibilidad de vida se encuentra mordiendo uno de ellos.
Hay mujeres con espaldas anchas, con costillas chicas, con y sin panza, a
algunas te puedes aferrar como si estuvieras en un pasamanos, y otras a las que podrías
cargar a cuestas, existen mujeres que sin panza son simples, o que su flacura delata sus
enfermedades. Hay mujeres que explotan sus carnes, que las comparten y no se apenan,
hay otras que las esconden jalando el aire, o existe un mínimo de ellas que simplemente
no se preocupan pues no padecen del exceso abdominal de grasa. También hay
ombligos impactantes, algunos sucios, algunos limpios, hay unos que están botados para
afuera, o que son sumamente internos, algunos miran para arriba y algunos otros se ven
tristes, hay ombligos orientales, nacionales y en raros casos puedes encontrar unos que
ni parecen ombligos.
Hay mujeres, que tienen unos huesos muy graciosos y sensuales, algunas los
esconden, y otras los exhiben, hay quienes no saben que los tienen hasta que alguien los
estimula.
Hay mujeres con un culo gordo, con varices, o almorranas, existen algunos
firmes, grandes y pequeños, algunos con pelos, con lunares, o granos. Hay a quienes se
les marca una línea que viene de la espalda y se esconde en su ano. También hay
mujeres de culo falso y lo descubres cuando aparecen varias prendas debajo de la
primera, hay nalgas de colores y en algunos casos apestan a mierda o huelen a limpio.
Hay mujeres que tienen los pelos del coño chinos, algunas lo tienen lacio, en
otras el color no cuadra con lo que está visible con ropa, algunas son rugosas en su
vagina, otras son lisas, algunas apretadas y otras cuantas más demasiado abiertas,
algunas se mojan y otras no, algunas apestan y otras cuantas tienen un aroma particular,
algunas saben bien, algunas saben mal, a ciertas vaginas las estimulas prontamente y a
otras no. También puedes encontrar clítoris proporcionales a cada mujer, o
definitivamente muy diferentes a lo que la mujer parece tener, hay algunos demasiado
afuera, otros normalmente acomodados y otros que están muy adentro, hay clítoris
rosaditos, algunos muy percudidos y algunos mal utilizados.
Hay mujeres que son vírgenes y otras que sin serlo tienen mucha experiencia y
hacen milagros.
Hay mujeres con piernas largas, algunas con lunares, algunas con bello, algunas
que no las pueden mover y otras cuantas que hasta costras de mugre traen en los
tobillos. También hay pies gigantes, no exentos de la pestilencia y los hongos, hay
algunos pequeños y se esconden, o se enredan en tus piernas, hay uñas grandes y de
madera, o simplemente enterradas, hay pies que no caben en las zapatillas y las tiran al
bailar, hay pies que no cansan de buscarnos, de encontrarse y de quedarse fijos.
Hay una infinidad de mujeres y sensaciones, de sabores, tamaños y colores,
existen exitosas y fracasadas, algunas más listas otras más bobas, algunas santurronas y
muchas más son unas putas, no importa que pensemos, si son necesarias o no, si
satisfacen o si las satisfacemos, nada de eso importa, lo importante es la diferencia de
cada una de ellas, eso que las marca tanto, no importa si una se viene con una metida,
una tocada o una mirada, no importa si esta se folla con mi mejor amigo o está
influenciada, que importa si es fiel o si es de culo alegre, qué más da si coge bien o coge
mal, si no se deja penetrar, si miente o dice la verdad.
Hay infinidad de cosas que se puede decir de la mujer, hay tantos berrinches,
tonterías, historias, flujos, fluidos, miedos, rencores, sustituciones, palabras, artefactos,
dispositivos, excesos, luchas, pasiones… Incluso hay algunas que no existen y nos
inspiran, o que te dejan pintar en ellas, hay quienes parecen un juego de unir puntos, con
tanto lunar, peca o cicatriz, pero eso que más da.
Hay mujeres que antes eran hombres, y también las hay que se prefieren a sí
mismas; no importa el color, el tamaño de cabeza, su cabello, su cuello, su espalda,
brazos o abdomen.
No importan sus huesos, su cadera, su culo, ano o vagina.
Sus piernas sus pies o sus uñas.
Lo que importa es que sean ellas mismas, con su diferencia, con su aroma, con
su personalidad. Auténticas libres y autónomas, y que no se dejen llevar.
No sé mucho de mujeres, y sé que mucho me falta en esta anotación, por el
momento solo me gusta experimentar, pero cuando las pruebes… Hay que saber
diferenciar.
1984-2013
SERGIO
A Sergio, pensando en mí, por un recuerdo de tí.
Perdón si a alguien falto el respeto,
esto no trata de su vida, incluso ni siquiera era mi amigo,
sólo es un cuento y al menos lleva su nombre.
Sergio se accidentó en su moto hace 2 minutos, en una avenida donde muchos
han muerto y seguirán muriendo, no hay relevancia en ello, los curiosos se acercan, uno
toma una fotografía con su portátil. Sergio ya no usará el suyo, 8 minutos más tarde una
ambulancia llega, el tipo que lo ve primero se llama Earl, quien conduce sólo fuma, su
nombre es irrelevante.
Lo importante es que engaña a su mujer, y por alguna razón la engaña con su
mejor amiga de infancia, la cual reencontró en una reunión del highschool. Sergio sigue
con vida, sólo tiene la mitad de su masa encefálica de fuera, y las vértebras se asoman;
una o dos saludan alegremente mientras lo suben a la camilla, él está consiente pero
inmóvil. Sólo quiere que lo dejen en paz. ―Sólo piensa en él‖. Alguien dirá que es un
egoísta, ¿Qué hay de su familia? ¿De sus amigos? ¿De la hija que tiene? ¿De todos
aquellos clientes que no podrá atender? ¿Qué hay de la las pláticas y risas falsas que
proporcionaba? ¿De cuánto será la propina? ¿Y cuándo comprará de nuevo heroína?
¿Por qué no regreso a pagar la motocicleta?
Sí, fue un egoísta, no le importó alguien, sólo el mismo, yo, yo, yo, su pellejo y
su interior que fluía sobre la alfombra roja de la ambulancia y sobre la camilla y el
colchón sintético que hacía 6 horas ocupaba un policía herido de bala, nada de
gravedad; se accidentó jugando y argumentó un asalto, el delincuente seguiría suelto
vagando en la imaginación del uniformado. Vaga sería la respuesta de las autoridades
ante la esposa de Sergio, que lloraría, gritaría y gemiría a los pies de la cama de hospital
recién sacada del quirófano, utilizada por una mujer que dio a luz una niña; la primer
fémina en ocupar un cargo público en su país. Sergio había perdido la vida, y era lo
mejor, pues era un egoísta. Hay quienes duermen calientitos y tranquilos, olvidando que
gente muere cada segundo. Hay quienes no duermen ya que Sergio fue el primero en
adentrarlos en las drogas, ¿y donde están todos ellos? Alguien debería quitarle el suero
y sustituirlo por opiáceos. Quizás alguien debería hacer una fiesta en su honor, lleno de
drogas fuertes, llena de sexo en el baño, llena de los olvidos que creaba en casa, gracias
a su irresponsabilidad y adicción.
Pero no, Sergio es trasladado por un exconvicto a la plancha donde le harán la
autopsia, donde un médico en servicio lo atenderá de mala gana, donde será víctima de
un proceso de taxidermia, donde obtendrá una sutura desagradable de parte de los
aspirantes a médico. Sergio salvó 3 vidas, su mujer jamás lo supo. El riñón que recibió
su padre, había sido de su marido, tampoco lo supo el arquitecto exitoso que se
benefició con su cornea, ni el locutor de radio que por fin amó con otro corazón; su
familia jamás supo que lo enterraron incompleto. Esas partes, ¿hacen que Sergio siga
vivo? ¿Algún día regresaran a él? Es como pensar en los mensajes a celular que jamás
llegan, ¿dónde (si es que existe ese sitio) se encuentra?
Tenía el corazón lleno de vida, tanto así que el comentarista daba gracias al aire
al donante, y por si fuera poco hablaba de las drogas y de los jonkies, de lo asquerosos
que son, olvidando que gracias a la corrupción, el tráfico, la impunidad y a un
drogadicto él seguía con vida.
Sergio murió hace un segundo y yo hago el amor con su hermana, olvidando que
la vi crecer, que soy mayor que ella, olvidando que desde que la vi me amaba,
olvidando que Sergio me amó como a nadie… Olvidando que lo engañé con cada uno
de sus amigos.
Jamás diría que Sergio es un egoísta, él fue un padre para mí, el me enseñó a
vivir y ahora lo transmito, él me enseñó lo que es ser una puta, me dijo lo que se tiene
que hacer para vivir cómodamente y con un trabajo inexistente. Sergio me dio luz y
vida, y su recuerdo es de armonía.
Hoy lo vi llegar a su casa, en una caja de mala calidad, su mujer siempre gozó de
malos gustos. La carroza fúnebre alojó a su abuelo, a su tío y a su primer hijo. Eso sólo
lo sabía el dueño, pues el chofer era nuevo. La madre lo había olvidado, pese a que ella
hacía todas las llamadas en casa. Su padre jamás apareció, lamentablemente él se había
largado hacía ya varios años, papá lo había declarado muerto antes de tiempo. Una
mujer extraña lo besó y causó indignación, otros cuantos bebieron y se drogaron por él
toda la noche. Una pareja pasó la noche junta y se enamoraron gracias a esa muerte
(Dios lo bendiga). Sergio sólo reía, reía desde el fondo de su cajón, pensando en cómo
podría hacer una nueva familia desde su nueva dimensión. Yo pensaba en que él ya no
existía, y lo mejor era que ya no tendría que pagarle los 300 dólares que me había
prestado.
Eso me quitaba un amigo y una deuda de encima. Decidimos ir a un bar, siempre
es un buen pretexto, cualquier cosa para tomar. Fuimos al bar donde Sergio había estado
30 minutos después de salir del bar donde trabajaba y 30 minutos antes de que la
ambulancia fuese por él, el tiempo estaba medido.
Un fulano me ligó con la mirada, aunque me interesaba mas Dayan, la mujer que
bailaba con él, la misma mujer que le dijo a Sergio –papito- antes de salir de ahí, -ya
deja a esa bruja, conmigo tendrás vida y pasta, toma un trago más-. A lo cual sólo
recibió un azotón de puerta en el W.C. mientras ella se quedaba hincada e inmóvil.
Quisiera pensar que las cosas no son así, pero qué le vamos a hacer, yo pedí un
vodka, siempre acelera mi carácter. Besé a Alberto, él fue el primer y único hombre que
realmente amó Sergio, al cual olvido después del contacto sexual orillado por la euforia
y el consumo mutuo de LSD.
Decidimos ir a mi casa. Dayan era una perra, por eso Sergio la dejó.
Sergio vivió poco tiempo, y lo que haga ahora es su problema, las cosas seguirán
con o sin él, su hija morirá 20 años después en un asalto, y su mujer se acostará
conmigo por menos de nada.
Sergio pudo ser lo que quiso, pero ahora es abono. Sobre él nació un hongo,
sobre él hay un supermercado, sobre él alguien compra comida de microondas para
comer en soledad. Hoy recuerdo aquel polvo, hoy barro el polvo con cepillo de pelo
fino, lo tiro en el cesto de basura donde el olvido me acompaña, para acumularlo con la
historia y con la histeria, para decir que estoy viva.
Hoy prefiero caminar y recordar que la gente muere, que la gente vive (o
sobrevive), la gente dice que es; pero en realidad no hay más, sólo hay un hoy, vivimos
por nosotros mismos y cumplimos rituales absurdos para quien pudo ser un egoísta en
sus 10 minutos de vida restantes, es fatal saber nuestra fecha de caducidad justo cuando
necesitamos la medicina, es pésimo tener ganas de vivir y descubrir que no tenemos
esas cualidades.
Pensar en la próxima parrillada en su tumba me excita, por el hecho de que
siempre va gente nueva al panteón, porque en ese lugar ocurren cosas maravillosas. El
camposanto es un recinto que los solteros anhelan, que las putas (como yo) frecuentuan,
en donde la hipocresía se respira. Hoy pienso en Sergio y me digo a mi misma: Dime
como mueres y te diré quién eres.
Ahora veo que tú, él o yo moriremos, y que no somos mejores ni peores, sólo
somos una bacteria que circula por un organismo más, que también se morirá, y aunque
ahora no nos saludan sus órganos o sistema óseo, definitivamente podemos sentirlo
convulsionar. Y así las cosas, no hay únicos ni invaluables. Solo hay… solo hay
eternidad, una eternidad tan efímera como Sergio.
2011
ELECCIONES 2012
Sé que no cambiaré al mundo, si creyera eso sería un imbécil,
todo lo que puedo hacer es escribir y hacer que la gente disfrute mientras me lee.
No soy un mesías, no soy un político, no soy un revolucionario, todo lo que sé es que yo soy yo.
Edgar León Mantra
Somos skinheads, y en la barra nadie resiste a nuestro lao.
Non Servium
Los verdaderos extranjeros nunca son turistas.
Rodrigo Fresán
Oi, Oi, Oi.
Un skinhead Mexicano
Tenía una leve idea de cómo comenzar, sé que debe incluir ese sueño donde me
cortan el dedo, tipo manía cardiaca de no sé qué grupo, el mismo que dice mi pareja que
interpreta nuestra canción: impacto. Impacto: CRASH.
Sí, debates, debates, que tantos debates, un ganador o un perdedor o una
perdedora o no sé cuántos perdidos, perdiéndonos, extra, extra, extraviado, extra-vihado o extra-bi-hado, fin-hado: Finado.
Vi hado (Hado: Divinidad o fuerza desconocida que se creía que gobernaba el
destino de los hombres. Ejemplo: los hados forzaron su caída ó destino. También es un
encadenamiento fatal de los sucesos, sean favorables o desfavorables. Ejemplo: el hado
quiso que se desconocieran), o bi-hado, en su defecto podrían ser un hado y una hada.
Recursos fatales, recursos buenos y malos al mismo tiempo, un viento caliente y
un viento frio, terremotos al revés, terremotos en el aire. Como, como dices que se
llaman Bubu, ha sí, tornados, tornados, y si son niñas ¿también son tornados o tornadas?
Jaqueline decía hoy por mañana algo así como: hoy vi a una mujer... que en
realidad no era mujer, era como un ser de otro lado... el chiste es que me hizo
escribir... y después lo de siempre, lo leí de nuevo, me olió a mierda y se fue
respectivamente a la mierda (el texto).
―Era como un ser de otro lado… (¿Un extranjero?)‖ Algo así decía por la
mañana, ¿o fue por la tarde Bubu? ¿A qué hora fue que lo dijo? ¿Qué hora teníamos en
nuestro reloj biológico ese día? ¿Esa noche?
¿Te acuerdas Bubu? Fue el día que fuimos al teatro a Santa Úrsula, sí, ese
mismo día que vimos al Muerto, sí el Muerto que te tomó de la manita y te dijo algo al
oído, dime, ¿hoy si revelarás lo que te dijo el Muerto cuando se acercó al oído y te dio
esa chamarrita? Cuéntame Bubu, cuéntame qué te dijo, ¿fue una amenaza? Ese tipo de
seres siempre dicen algo que terminará por hacerte daño, siempre te dicen cosas que
parecen ser simples enigmas, pero no, siempre son enigmas simples. Que no te rompan
la cabeza Bubu. ¿Qué dices? ¿Qué tiene pelos de elote? Ja ja ja ja ja, eres un travieso, sí,
se llaman rastas, pero no, dime lo que te dijo. ¿Cómo? ¿Los pelos de elote los tiene
Jaqueline? Ja ja ja ja ja, si tiene su pelo reseco y café, pero cuando se lo pinta se ve muy
bonita, casi tan bonita como, mmmm, como, pues no no sé cómo quien, en realidad ni
siquiera sé cómo se ve con el pelo pintado, siempre está muy mugrosa, pero sé que
alguna vez la vi así. Puede que en uno de los últimos trances con el colombiano,
¿recuerdas al colombiano? Si Bubu, el señor que lo sabía todo, el que luego nos
acompañó a la calle, si, el día que jugamos a: ahí viene el policía.
Ja, ¿es tu juego favorito?, sí, el mío también, pero lo que más me gusta es
cuando prendo el popotito metálico, ese funciona para conectarme en otros sitios, sí,
cuando seas grande también lo comprenderás, Bubu, mientras toma otras gotitas de tu
medicina ayurvédica y dime qué te dijo el Muerto.
No, momento, yo te contaba lo que había dicho por la mañana esta, mmmmm,
como se llama, bien ya me cansé de ese nombre, digamos que se llama Isaura, sí, ese
nombre me gusta, además es como la calle del costado donde vimos al Muero y a Los
Tlachiqueros Arte Danza y Tradición. San Isauro decía la calle, en Santa Úrsula claro,
qué, ¿qué prefieres el otro lugar adonde jugábamos ahí viene el policía?, se llamaba
mmmm, como se llamaba, mmmm Xochimilco, ja ja ja ja, no, no es Chochimico, es
Xochimilco, claro, neto que sí, o puede que hables de Viaducto, en los condóminos, sí,
donde había un gatito, uy, pero qué asco nos dan los gatos.
Guácala.
No, no, Bubu, nosotros somos tolerantes, y por eso dame la máquina de
austeridad, deja me la pongo para funcionar bien, sí, esa es mi elección: la austeridad.
Eso, no me hace falta otra cosa más que ser austero.
Bubu, ¿qué dices? ¿Me confesarás el secreto? Bien, parece fantástico que estés
explicando quién ganará las elecciones de 2334 y 2666, eso ya todos lo sabemos, bien
será el partido que ganó las de 2012, qué polémica, Bubu, qué polémica, entre tanto
grupo, entre tanto joven que se siente revolucionario entre tanto 132, 133, 134, al
infinito. Sí, al final ganó la austeridad. Pero dime, no has guardado ese secreto hasta
ahora para decírmelo así de simple, ¿verdad? No, no te creo, dime qué te dijo, pero
antes, o después, pues ya platicamos demasiado, te seguiré diciendo lo que decía Isaura
al respecto, ella me contó sobre escribir algo como un poema y acabar con una idea
paupérrima de cuento.
Pero había más, mucho más, ¿sabías que el Muerto se dedicó a escribir de
tiempo completo? Sí, me lo contó esta mmmm cómo se llama, ya no recuerdo cómo se
llama, es esta memoria la que me tiene tan distraído, esta memoria que se olvida de
acordarse de esta mmmm, bueno le pondremos Maritza, como mi psiquiatra, porque ese
nombre es muy extraño, por alguna razón me recuerda a las pizzerolas, mejor
pongámosle así, la Pizzerola, bueno, Pizzerola me decía algo así como que la ola de
presencia acabó por arrastrarla y dejarla a la orilla de su playa (la de un ser de otro
lado), en esta playa solo hay letras (esa es la flora y la fauna), es una isla desierta y la
única forma de salir es con una balsa hecha de palabras, el asunto acá es que hay que
ponerlas bien en orden para hacer una fuerte balsa, que aguante y no la pudra la sal de
su mar, total que nunca se puede hacer la balsa, es decir, no hay palabra, ¡no hay
palabra! Al menos no conocida; se intenta hacer una barca con varias letras (palabra),
pero todo fracasa…
¿Cómo dices Bubu? ¿Que te gustaría saber qué tengo después de mis puntos
suspensivos? Siempre los utilizo, en mis mantras siempre se queda todo en puntos
suspensivos, es mejor que una mugre coma o un punto y aparte. Pero déjame seguir,
Bubu, el caso es que Pizzerola no podía terminar, se estaba quedando atorada, en esa
época yo comencé a espiar sus caras y actitudes, se portaba muy misteriosa, tiene esa
extraña cualidad de comportarse diferente bajo la presencia de los fantasmas, pero creo
que más que un fantasma o varios fantasmas… Bueno, no creo, ahora sé que no era una
actitud rara con respecto a los fantasmas. Todo está relacionado con el Muerto, sí, el
Muerto, ¿te acuerdas que el Muerto te compró una chamarrita bomber de skinhead? Qué
bonito te veías en esa época, también fue cuando el Muerto te subió a su moto VESPA
1997 y te dio vueltas por toda la calle. ¿Cómo se llama esa calle Bubu? Ya recordé:
Zapote, sí, así se llama. El Muerto siempre supo cómo esconderse. Cuando eran las
tocadas de esa escuela que no me acuerdo cómo se llama pero está en la misma calle, él
no quería ser visto por esta, mmmm, ¿cómo se llama?, bueno, le pondremos un nombre,
un nombre que ambos recordemos, un nombre simple y vulgar, un nombre que se quede
grabado en nuestra memoria, ella se llamara: OM TARE TUTTARE TURE SOHA ,
bien, pues si no mal recuerdo ella mencionaba algo parecido a un final, pero no puedo
recordar de qué se trata, no lo recuerdo, dime, Bubu, ¿tú lo recuerdas? A ti te lo contó
OM TARE TUTTARE TURE SOHA, o el Muerto te dijo algo al respecto, dímelo por
favor Bubu.
No, no podemos jugar a que tú eras el policía, no puedo confiar en un policía,
dime, ¿quieres que nos pase lo mismo que a Alberto Waxemodion, Victoria Martínez,
Jacq León, Kitula Hernández, Rodrigo Mena, Mariana Pantoja, Erik Rodríguez, el Lic.
Jiménez, Armando Sánchez, Adampol Cabrera, Bisherú Bernal, Estrella Morales, Luis
Rivera, Omar Trujillo, Jorge Lerouux, Karen The, David Sánchez, Oscar García,
Edgardo C. K., Carlos Camaleón, Mario Santiago Papasquiaro, Liborio Tinajeros,
Mow Sendejas, Diego Barrios, Ilian Salgado, Julio A. de la Rosa G., Norberto Mantra,
Xavier Colorado, Fernanda Palacios, Rodrigo, Daniel Hernandez, Nurivan Martínez,
Edgar Artaud Jarry, Leonardo Avalos, Joseline V. Ugalde y tantos y tantos de los
creativos que fueron asesinados en esa época en la que el Muerto se dispuso a trabajar
para recopilarlos a todos y luego eliminarlos?
No, yo no quiero eso, no quiero que venga un policía y nos extermine, y menos
si jugamos a que tú eres ese policía. No, no puedo confiar en ello, no puedo confiar en
ti, pero sí puedo confiar en OM TARE TUTTARE TURE SOHA, ella siempre está con
nosotros, ¿recuerdas la última visita que nos hizo?, nos la hizo aquí, quería que
fuéramos al teatro, ¿recuerdas que fuimos a ver al teatro a Los Talachiqueros Arte
Danza y Tradición?
Sí, Bubu, sí fuimos y nos sentimos muy cómodos, pero antes tu saludaste de
mano al Muerto y él te dijo unas cosas, unas cosas que sigues escondiendo y que no
quieres repetir, las mismas cosas que le escribió en tantas cartas a OM TARE
TUTTARE TURE SOHA, todas esas palabras que yo no entiendo porque yo estoy vivo,
si comprendes, Bubu, así que en este momento me dices lo que te dijo el Muerto esa vez
que él tranquilamente se sentó en la primer fila mientras tú y yo nos quedábamos en la
última fila con OM TARE TUTTARE TURE SOHA, sin poder mirar lo que en la
primera fila sí se puede ver. Pero espera, espera, ya recordé que OM TARE TUTTARE
TURE SOHA quería terminar la historia, ella decía algo extraño, algo que tenía que ver
con las letras pues, sabes, el Muerto era un trabajador de las letras, era su esclavo, el
Muerto sólo tenía un Dios. Él no podía dejar de trabajar cuando se disponía a escribir un
relato, ¿recuerdas la vez que queríamos escribir su definición sobre no sé qué cosa en el
video de no sé qué amiga en youtube? Ese trabajo de mala calidad se llamaba, mmmm,
¿cómo se llamaba? Sí, así se llamaba, CMK a su mejor amiga, sí, el muerto se lo
compuso a la mejor amiga de OM TARE TUTTARE TURE SOHA en su canal:
edgardomantra, pero OM TARE TUTTARE TURE SOHA siempre se sentía apenada
de no poder responder a la creatividad del Muerto. Pero no, no es eso de lo que
hablamos, sí, ya conozco a tu novia, sí, cómo se llama, mmmm, no recuerdo, ah, sí
Paola S., Paola S. la skingirl, sí, ya la recordé, qué bonito libro ese del espíritu del 69,
sí, una bonita reseña de lo que es un skinhead, qué mal informados estamos sí, qué
bobos somos. Pero no, sigamos hablando de OM TARE TUTTARE TURE SOHA, ella
terminaría la historia con algo que tiene que ver con letras, porque sabes ella jamás se
separó del Muerto, tanto insistía en que no la dejara a medias, que no la dejara a medias
y que no la dejara a medias, que al final se quedó con él.
Las letras y las palabras, ¿ya te había dicho que el Muerto estudió lingüística en
su escuela y que ella jamás se dio cuenta? (el muy zombie jugaba a la sombra). Sí, él iba
a estudiar pero ella se la pasaba con Naye, cómo se llama, sí, Naye… mmmm, de esa no
me acuerdo bien, pero mira qué bonitos levis 501, sí, sí, ya sé que esa se llaman
Harrington, y las de las otras semanas Ben Sherman y Fred Perry, ¡oh! Y cómo
olvidarme de tus Monkey Boots, cuánta presunción; sí, se te ve un cráneo muy bonito,
dime ¿ya le rompiste la nariz a alguien Bubu? No, pero déjame terminar, ella decía algo
así como… que todo termina en que uno se muere intentando e intentando, y uno no se
pudre sino que llega el punto en el que se vuelve arena; y así es como la playa se
formó, cada grano es un pobre diablo que intentó hacer la balsa perfecta para salir de
su playa pero en realidad no hay palabra.
Cómo quedamos que se llamaba todo esto, Bubu, ¿lo recuerdas? No, no sé cómo
se llama, pero estoy seguro de que tú sí sabes, esta OM TARE TUTTARE TURE
SOHA siempre platicaba contigo, ella siempre sabía las palabras correctas, ¿recuerdas?,
ella siempre nos contaba sobre su dolor de viuda, o ¿cómo lo decía ella? Ah sí, el dolor
de ser una mujer rebelde, ¿recuerdas ese tema de las drogas, ese donde decíamos que
―Por qué no abstenerse del consumo hasta que existan leyes para su legalización‖? Pero
sí, si es como lo dices Bubu, los drogadictos no tenemos limitación, no podemos
detenernos, ahora dame de ese libro Bubu, por favor, a ver ¿qué dice en su lomo? Ya,
ya lo veo, el nombre de ese libro es Mantra, ¿de quién es? ¿Por qué no me lo puedes
decir, Bubu?, el Muerto, el Muerto te lo recomendó ese día, ya veo, el autor es su
amigo, tanto le gustaba leerlo que lo fue a buscar a España, lo buscó tanto que el autor
comenzó a escribir sobre él. Entonces eso te dijo, Bubu, eso es lo que te dijo, Bubu, el
muy cabrón se hizo muerto para ser el Muerto y para que de tal modo el tal Rodrigo
contara su historia, esa historia que lo hizo vivo. El Muerto recurrió a OM TARE
TUTTARE TURE SOHA para existir y luego fue destruyendo a todos los grandes
creadores hasta llegar a ser parte del autor que te contó.
La gran crisis en la que enfermaron los grandes creadores fue culpa de la
existencia del Muerto, ese personaje que vino a llevarse a OM TARE TUTTARE
TURE SOHA, él, que con unas palabras simples desapareció en las últimas vacaciones
que estaría solo para después hacer su vida con OM TARE TUTTARE TURE SOHA.
Ahora lo entiendo, el Muerto se estaba entrenando, se la pasó como el mexicano o como
el axolotl, en una adolescencia continua, no se desarrollaba porque al madurar llegaría
para saltar con facilidad en las otras vidas y otras muertes subsecuentes.
Elecciones, elecciones, el decidió qué quería, tomó la boleta por la vía de la
democracia y le dio cruz a lo que en realidad quería, el muy vaguito se fue de
TROTAINFRAMUNDOS para regresar y ser recibido como maldito; qué equivocados
estábamos todos, él si era un ser bendito, o posiblemente venia por su vendetta,
¿recuerdas ese cuento de Liborio Tinajeros, recuerdas que casi es condenado a muerte
por hacer al pie de la letra ese cuento en la vida real? Dime, Bubu, ¿ya sabes qué es la
vida real? Los grandes creadores eran reales, Bubu.
Elecciones, elecciones, OM TARE TUTTARE TURE SOHA lo eligió a él
sabiendo que era otro pero el mismo, la misma hoja y la misma palabra pero con
corrector entre cada tinta, el Muerto era una putrefacción más completa que la carroña
de humanos y humanas que rondamos este atolladero, esta caseta para cruzar los 9
círculos de Dante o para las vidas y retornos del Mictlán; donde él es el perro que te
acompaña en otras dimensiones; con razón se ponía de ese modo OM TARE
TUTTARE TURE SOHA. Ella, cuando me la cogía, no me tenía dentro a mí; en
realidad tenia dentro al Muerto, no era su elección, no había elecciones, mejor dicho,
ese Muerto se mantenía en erecciones, erecciones constantes, de muerto, de sangre en el
alma y no en el cuerpo. La katana que se mantiene erecta como extensión del atacante,
pero, cómo decías que se llamaba ella, ya no la recuerdo, ya no la recuerdo bien, pero
aún decía algunas cosas, ella decía unas ultimas cosas, era como si yo dejara de estar
ahí. Cómo me decía, ah, ya recuerdo ella decía que la balsa está hecha de letras, es
decir una sola palabra. Ella, OM TARE TUTTARE TURE SOHA decía: sé que me
entiendes, sé que eres el único que entiende la dislexia de mi expresión. Te amo Muerto.
Bubu, Bubu, dime qué te dijo esa vez el Muerto, dime qué es lo que te dijo para
que estés tan tranquilo y yo tan exasperado en saber el gran secreto, la gran palabra. Ya
sé que no es la relación mente-cuerpo-espíritu; antes creía en monstruos y fantasmas,
después empecé a creer en la amistad, después en el amor y ya después dejé de creer en
pendejadas. Pero dime, Bubu, dime sus palabras finales…
Bubu deja de escuchar la voz de su cabeza y comienza a escuchar otra voz desde
sus ojos, está mirando a una pareja en el segundo piso de una casa de cultura. Bubu ve a
una hermosa mujer acompañada de un hombre seguro y firme en convicciones. El
hombre lo mira fijo, lo mira como si supiera que no sabe nada, y eso le hace ser el
sujeto más sabio y atractivo del mundo, no se deja fluir como dice la tendencia,
simplemente sabe que las cosas pasan y que siempre estará bien si hace lo que su
corazón dice. El hombre se acerca y saluda a una mujer sin importancia, luego saluda a
un hombre con menos importancia que la mujer, al final mira a Bubu y lo toma de la
mano, luego se acerca al oído de Bubu y su boca, que no es morena sino morada,
comienza finamente a articular <<―yo te elijo a ti para estar en mi próxima aventura, yo
soy el Muerto y he venido a darte no solo la palabra, sino las palabras, deja en paz la
balsa, toma el barco completo, ten presente esta respuesta: “the die will be an awfully
big adventure?”>> y mientras todos corren pues la función está por comenzar, Bubu
toma una chamarra de manos de un desconocido y sonríe con su nueva piel de skinhead.
2012
CONDOMINO
Mi condominio se ha derrumbado, ahí vivió Olivares, García, Atzin, Viguerías,
Larrondo, Aguilar, Hernández, Sandoval y muchas familias más, la maquina
demoledora color morena lo destruyó, una compañía llamada Méndez Corp. cumplió la
misión.
Mi condominio era hermoso, perteneció a una independencia y muchas
revoluciones, aun hoy día, sigue una protesta y es estudiado por arqueólogos, etnólogos,
antropólogos, sociólogos e historiadores (algunos estudiantes, pero todos charlatanes).
Mi condómino tenía un jardín con pavorreales, tenía los colores del arcoíris,
miraba de frente y se alzaba altivo ante las adversidades, pertenecía a un tiempo lejano,
siempre nómada, absorbiendo las características de la vida presente. Jamás dormía,
siempre había las mejores cualidades, era leal, fiel y limpio. Caminar ahí siempre fue un
deleite, siempre dejaba que te acostaras y escucharas a los pájaros de color verde.
Mi condominio tenía una flama eterna, la cual era sustentada por la verdad, tenía
una pureza inexplicable, tenía animal de todo tipo como combustible. En mi
condominio no había LSD ni drogas sintéticas, en esta propiedad nada hacía el mal.
Un día decidí que una malandra entrara en él, yo lo acepté, esta acción podía
hacer que mi vida cambiara y la asimilé, sabía que podía haber una posibilidad fatídica
en mis decisiones, en mis inversiones. Las cuentas numéricas te permiten experimentar,
pero hagas lo que hagas siempre pierdes algo, ya que el coste te da una bifurcación, esta
es dejar algo, por conseguir lo otro. Esa inversión me costó el inmueble (por imbécil).
Yo tenía un condominio hermoso, con perritos llamados Renato adentro, yo
tenía familias que pertenecían a la vida más placentera.
Yo tenía un condominio que perdí por un fraude gracias a un mal paso, invertí
todo mi dinero para rescatarlo, pero nada funcionó; este condominio era de la vida un
compromiso y siempre había café para degustar. Mi condominio tenía un
estacionamiento amplio y una alberca para disfrutar. Siempre invitaba a nadar a la gente
más disparatada, no había límites para él.
Mi condómino tenía un rojo sangre siempre dispuesto a compartir y ser
chorreado, conjuntaba los sentimientos de todos los tiempos, y de todos los pueblos
originarios. Mi condómino alberga a un huichol y a sus venados, a unos pajaritos de la
sierra de Oaxaca y no temía a los derrumbes que en familia crecían desde sus recónditas
barrancas. Mi condominio tenía una voz propia, una respiración única, que no podría
pertenecer a las voces de la discordia. Caminar por sus pasillos te hacía reír y llorar de
vez en cuando, hacía que te subieras a sus altos árboles.
Mi condominio recibió una cita para obtener las llaves de la ciudad, pues las
visitas hacían que fuera gente ejemplar la que distinguiera el lugar, este sitio permitía
las miradas de los extranjeros, permitía penetrar en el punto g de tu alma. Hacía que
todo valiera la pena.
Pero esa entrada característica, hizo que el fraude creciera; si estabas ahí y lo
decías a la autoridad por salvación, te destruiría. Pero, aunque mi condominio parecía
intocable, sí pudo ser destruido. Méndez Corp. lo deshizo, lo demolió… yo antes había
lastimado a esa empresa, pero me esforcé por, no solo remediar el problema, sino
corregirlo, curarlo. Esta empresa no pudo esforzarse más, y no es su culpa, yo la había
casi llevado a la bancarrota, la culpa no era totalmente mía. Su socia principal, me había
ayudado.
Mi condominio pertenecía al cuerpo más puro, a la mirada más fresca y franca,
era autogestivo y había discusiones con solución. Mi condominio era daltónico, y no
veía color en el amor. O por lo menos lo distorsionaba.
La orden de demolición no le importó a gente alguna, pues siempre fue de paso,
no había recuerdos en él, sólo era una temporada hermosa y efímera.
La gente disfrutaba sin saber qué hacía ahí, sólo existió una persona que la
disfrutó. Fue la última inquilina, fue la que no sentía miedo. Esta persona parecía ser la
portera, parecía no tener temor. Su tanatólogo le dijo que podía mandarse todo al
infierno, seguir con la vida y mitigar las sensaciones dándose por vencida. Pero en ella
había más que eso, había un autorespeto único, jamás se dio por vencida, no dejó que
todo se hiciera ruinas. Había cadenas en su corazón feminista y budista, unidas con las
de mi condominio. Sabía que era su casa, era exclusiva, porque ella había construido el
condominio. Ella era la arquitecta de lo ahí presente, era su Diosa. Sin ella jamás habría
colores de todos los sabores.
Ella no sabía qué había hecho, pero no lo quería abandonar, porque es fácil dejar
de sentir y cambiarse de condominio. Pero las cosas fáciles nunca duran. Ella entendió
que el esfuerzo a lo difícil podía significar una vida de plenitud. Esa anciana mujer no
podía permitir que el condominio se derrumbara. Y repetía inconsolable ¡Yo creo! ¡Yo
creo! ¡Yo creo! Como un mantra a algún ser superior que concebía desde su iniciación
de espíritu en algún lugar de Yautepec.
Mi condominio tenía una razón más allá de sus cualidades para poder vivir (no
sobrevivir), mi condominio miraba en los ojos cafés de su dueña las lágrimas de la
desesperación.
Yo creo en las cualidades del condominio y su inquilina. No se puede abandonar
por lo que se lucha, no hay dolor más enorme que dejar lo que se construyó. No hay
sufrimiento más grande que no luchar por lo que se quiere, lo que nos hizo personas. Lo
que nos hizo aprender el perdón, aquél que es cáustico cuando nos domestican, pero que
crea “jaque-ca” eterna si se le da la espalda.
Mi condominio se va a destruir hoy por esa tal Méndez Corp. Ella tiene toda la
legalidad de lo que hace, es impecable, no se equivoca y aniquila a los que cometen
errores, no se puede pelear con quien es perfecta, no te puede perdonar. Todo la ampara,
pero aunque las ruinas matarán a mi única inquilina ella no sale de ahí. Porque el
verdadero amor es para siempre.
Hoy lloraré hasta morir, porque mi condominio es mi corazón y está siendo
demolido, no hay maquinaria que lo restaure, no hay arquitecto que ayude a mi ahora
lote baldío.
Ya no hay más.
Mi lote baldío no tiene color, ni blanco ni negro, ni espacio ni tiempo. Mi lote
baldío está siendo incinerado, se colgó de una cuerda, se disparó por la noche. Mi lote
baldío ni siquiera es eso, ya no es algo. No recibió su última oportunidad. Mi lote baldío
no la merecía y realmente ha muerto, y eso me mató a mí… y a mi inquilina.
2010
PREFIERO VER EL BOX
Anteriromente este cuento se llamaría coincidencias
o señales, dado a la cantidad hechos que me
ocurrieron durante mis viajes y vivencias
verídicas a travez del mundo,
pero he preferído usar este
titulo por razones de
anonimato.
Esta es la misma razón por la que los nombres han
sido modificados, y con esta explicación, debo
decir que es el único texto real del libro.
Dedicado con amor a J.M.E.
como un embrujo eterno.
& a Floyd Mayweather.
.
El próximo sábado 4 de diciembre es la pelea del ―Canelo‖, en lo particular debo
decir que soy un admirador de este personaje, y me encuentro más que listo para
deleitarme.
Aunque la cantidad de señales me turban la cabeza, no me encuentro en la
seguridad de asistir a un buen bar o buscar rápidamente a Justine, misteriosamente he
desaparecido de su vida, por la menester situación de un autoreconocimiento. Así que
no recomiendo leer a Edgar Artau Jarry a una edad de esas que llaman en crisis, pues
uno puede ser susceptible.
Caminando por el centro de los Ángeles, empobrecido sentimental, económica, y
mentalmente me encontré con una situación curiosa, dado a que soy un fanático de la
nuez y la comida aquí parece exclusiva a la burguesía, encontrábame sorprendido al ver
en una pastelería el anuncio de galletas de nuez por 5 centavos (nueces para el amor
[pensé]). Así que me apresuré a entrar en el local. Para mi sorpresa, descubrí que dentro
había una mujer algo lerda, la cual no terminaba de hablar de su fucking pastel de
cumpleaños de su hija, tras unos minutos finalizó la frase (mientras mi desesperación se
diluía), el nombre de quien cumple años es: Justine.
Mi memoria recorrió como por un disparo bajo tenciones y leves convulsiones
eléctroclaendaricas, que el natalicio de la susodicha seria el mismo día de aquella que
herméticamente tenía bajo un toperwer en mi corazón.
Compré mis galletas, salí disparado e impactado, busque a mis pocas amistades,
llegando a su departamento cerca de las 2:00 a.m. Para mi sorpresa, ese mismo día
siendo las vísperas del día 12 del mes del periodo Tara Verde, descubrime en una fiesta
sin estar en la de aquella mujer, pero al fin y al cabo celebrando su cumpleaños.
Lo comenté y fui exigido a marcarle, quizás ella me necesitase, pero en pocas
palabras quién necesita de algo cuando los excesos están a la orden del día, y cuando
puede sustituirse cualquier sentimiento con otro tipo de modificación de conciencia. En
resumen, no se necesita a los más, en especial como lo digo, si ahora son de los más.
Los tiempos transcurren y uno decide dejar todo para no enredarse en
trivialidades, o simplemente para relajarse de las adversidades que a veces ponen en
juego nuestra razón. Por esto mismo procuro dormir todo el día, drogarme por la noche
y las mañanas y beber para que se mitigue toda sensación o acto de suicidio en mí. Mi
trabajo está abandonado, mis ilusiones por los suelos y simplemente no deseo escribir, o
leer más, en definitiva, deseo morirme y esperar que la agonía se diluya por el caño.
Aunque aún me queda como un último objetivo, el ver la esperada pelea.
No soy un fanático del color de pelo de este boxeador, pero sí me declaro
familiarizado con el box y las tundas, quizás por mi cobardía y por las palizas
simbólicas que mis sentimientos sienten cada vez que una mujer me da un nockout
certero. Dejándome en la lona y si de paso puede, escupiendo y cegándose en lo que
pueda uno saborear.
Íntimamente me siento ligado también por mi maestro Eleazar, que aunque es mi
entrenador, también es un alcahuete fantástico, así que hoy, antes de la pelea y justo
llegando con él, decido preguntarle sobre mi anterior anécdota, a la que él me
respondió: joven muchacho, siéntate en este lugar mágico, en esta silla mágica y bajo
esta buganvilia mágica. De paso cállate y prepárate para ver el box. Ya relajado, con
una cerveza en la mano y con la instrucción de mi entrenador, asentí afirmativamente.
Su local es grande, y tiene varias plantas, justamente ahí imprime algunos carteles y,
tras una breve y buena charla en este lugar mágico, salió su mascota, una pastor alemán
llamada Just. Minutos después llegó una clienta vestida de enfermermerita, buscando
ayuda para un cartel, se llamaba Aline. Eleazar la atendió, pero había desesperación por
la pelea y también porque la muchacha no encontraba la manera de pasar el archivo a mi
amigo y entrenador, al ver que era imposible, salió buscando una alternativa. 20
minutos después ella regresó, yo había pensado en la coincidencia de Just y la perra,
pero al hacer la nota del trabajo Aline mencionó apellidarse Mendieta, con lo que yo me
quedé consternado, pues hay varias cosas que se unen y tienen que aportar para generar
un verdadero cambio. Estando más tranquilo quise pararme, lastimándome con una lima
espinosa que se encontraba junto a mí, pensé: todo lo que amamos se relaciona para
poder estar con nosotros, las cosas nos buscan, los lugares son mágicos y hay llamadas
dentro de nosotros que no permiten que nos separemos, por esta razón me está
llamando. Todo concuerda, Just(Al)ine Méndieta-Espinoza.
Tome mi portátil, busqué su número, recordé lo mágico del lugar, las señales y
todos aquellos lindos momentos que me constituían como un ser unido al amor de mi
vida, cuando… la pelea comenzó, y sin perder el tiempo me fui frente al televisor a ver
el primer round, tomé más cerveza y vi como había una excelencia y finura en los
golpes de aquel pelirrojo, su movimiento, su rapidez, aquel cambio de juego en las
piernas, Dios mío este tipo sí que es duro. Sí que pega bien este púgil. Y brindé
alegremente porque, la verdad: prefiero ver el box.
2010
El contenido de este libro no expresa las ideas o posturas ideológicas de los
patrocinadores, al contribuir económicamente en el presente trabajo, sólo se
comprometen con su buena intención de promover la cultura mexicana así como las
artes en general.
Todas las ideas, y conceptos manejados en Prefiero ver el Box, son responsabilidad del
autor y mantienen el carácter de obras de ficción.
Cualquier parentesco con personas vivas o muertas al igual que con la realidad es mera
coincidencia.
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El libro que tienes en las manos está escrito de sin pretensiones, puede llegar a permear al lector de vivencias inverosímiles pero
veraces, de mentiras de vida como verdades rutinarias. Recomendable si ante tanto equilibrio espiritual prefieres ver el box… Carlos Camaleón
Edgardo Theodoro C. K., (San Jerónimo de Juárez Guerrero, México, 12 de noviembre de 1977- ), es un escritor, fotógrafo y
vagabundo errante mexicano, característico por el uso de diferentes personajes y personalidades, es fundador del movimiento
artístico denominado como Trotanfimundos, junto a Liborio Tinajeros y Jacq León.
* Edgardo C. K. es la mayor tragedia que me ha pasado y este libro es igual de malo que su autor o peor.
-Jacq León.
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