• Los viajes de Savater • Jean Genet, el más irreverente del siglo XX • Rayo, un hombre dispuesto a todo Campaña de Lectura 81 EUGENIO ESPEJO Campaña de Lectura EUGENIO ESPEJO Julio 2015 - ISSN 1390-4515 Alejandro Moreano, en carne y hueso Rebelión contra las élites Libro del mes: Vanguardia y realismo en Ecuador En España tunean al Quijote PREMIO LA LINARES DE NOVELA BREVE 2015 Con motivo de cumplirse 40 años del Premio Aurelio Espinosa Pólit a la novela La Linares, del escritor ecuatoriano Iván Égüez, la Casa de la Cultura Ecuatoriana y la Campaña de Lectura Eugenio Espejo convocan al Premio “La Linares” de novela breve, 2015, de conformidad a las siguientes bases: I. Podrán participar narradores ecuatorianos o extranjeros con cinco años de residencia en Ecuador. II. Quienes concursen deberán enviar por triplicado una novela breve inédita, escrita en español, con tema y formas libres, que no esté concursando simultáneamente en ningún otro certamen. No podrán participar obras que hayan sido premiadas en algún otro concurso literario, que tengan comprometidos sus derechos de autor o estén en proceso de publicación. III. Los trabajos deberán presentarse en letra Garamond 12, por una sola cara, a doble espacio, tamaño carta; con un mínimo de 70 cuartillas y un máximo de 120 cuartillas encuadernadas. Se deberá adjuntar una copia en formato CD. IV. Quienes concursen deberán firmar su trabajo con seudónimo. Adjunto se enviará una tarjeta de identificación consistente en un sobre cerrado que contenga los datos personales: nombre completo, domicilio, número telefónico, cuenta de correo y copia a color de cédula de identidad. En caso de extranjeros, deberán incluir documentación que avale el tiempo de residencia en Ecuador. PREMIO LA LINARES 2015 V. Para preservar el anonimato, los trabajos deberán estar exentos de dedicatorias y epígrafes que sugieran la identidad del autor. VI. Habrá un premio indivisible de US$ 6000.00 (SEIS MIL DÓLARES), y la circulación masiva de la obra en la red de suscriptores de la Campaña de Lectura Eugenio Espejo. El jurado podrá adjudicar hasta tres menciones a fin de que puedan ser publicadas por la Campaña de Lectura Eugenio Espejo o por la Casa de la Cultura. VII. Las obras concursantes serán recibidas, en sobre cerrado y bajo seudónimo, en la Campaña de Lectura (El Heraldo 244 y Juan de Alcántara) o en la Presidencia de la Casa de la Cultura (Av. 6 de diciembre y Patria). VIII. El plazo de entrega de las tres copias vence el 30 de septiembre de 2015. IX. En caso de trabajos remitidos por correo, se aceptarán aquellos cuya fecha de matasellos postal sea anterior a la fecha del cierre de la convocatoria. X. El jurado calificador estará integrado por tres escritores de reconocido prestigio nacional y su fallo será inapelable. Es facultad del Jurado resolver cualquier caso no considerado en las bases de la presente convocatoria. XI. El fallo del Premio se dará a conocer en el acto de premiación a realizarse en el aula Benjamín Carrión el 4 de noviembre de 2015; también se dará a conocer las menciones, si las hubiere. XII. Quienes participen aceptan de hecho estas bases y, en caso de obtener el premio y la publicación, o una de las menciones y la publicación respectiva, se someten a estas bases y ceden por una sola vez los derechos de autor para la primera edición. XIII. No se devolverán las copias de los trabajos participantes. Quito, febrero de 2015 6 • Alejandro Moreano La carne y el hueso de un intelectual 32 • La rebelión contra las élites 39 • El pánico a Piketty Contenido 48 • Traversari La música ya tiene su propia voz Rocinante No. 81 Julio 2015 52 • Jean Genet El irreverente del siglo XX 58 • Padura, Piglia y Montoya Los premios se quedaron en América Latina •ROCINANTE es una publicación de la Campaña Nacional Eugenio Espejo por el Libro y la Lectura, que es una iniciativa ciudadana que busca mejorar el comportamiento lector de los ecuatorianos. No recibe fondos públicos y se maneja mediante la autogestión y a través de la asociación con diversas entidades. Sus líneas básicas de acción son la edición y distribución masiva de libros, la capacitación a mediadores de lectura, la difusión de la literatura nacional en el extranjero y la reflexión teórica sobre el tema de la lectura. •DIRECCIÓN GENERAL: Iván Égüez. •EDICIÓN: Diego Cazar Baquero. •DISEÑO: Agustín Montúfar Égüez. © CORPORACIÓN EUGENIO ESPEJO POR EL LIBRO Y LA CULTURA. El Heraldo 244 y Juan de Alcántara. Teléfono: 243 2980. •DERECHOS RESERVADOS. 4 Rocinante E La palabra perdurable El ensayo moderno tiene dos vertientes principales: aquel de corte académico que utiliza citas, datos y bibliografía, y el ensayo literario que es un explorar en aguas profundas para sacar a flote la verdad o, al menos, la verdad del autor. El primero se volvió críptico por incorporar una jerga válida solo para los Iván Égüez iniciados, en especial el ensayo desde [email protected] las ciencias sociales, muchas veces Diego Cazar Baquero [email protected] riguroso, pero casi siempre anodino, Agustín Montúfar Égüez impersonal. El ensayo literario – [email protected] sobre cualquier tema o materia Isis [email protected] que aborde– es un juego libre de la inteligencia, sugerente, conjetural pero sin axiomas y, sobre todo, con una voluntad de estilo. En tiempos de confusión, donde todo es incierto o expuesto a ir por donde sopla el viento, el ensayo, la palabra perdurable del pensador se hace no solo revistarocinante.com necesaria, sino imprescindible. El [email protected] ensayo pone una pica en el caos, ha dicho alguien. El mayor ensayista Textos de: Byron Rodríguez Vásconez, Paúl Krugman, ecuatoriano por la convicción de Carlos Ferrer Himerlind, Bruno Sáenz, Sergio sus ideas y por la voluntad de estilo Ramírez, Iván Ulchur Collazos, Juan F. ha sido Juan Montalvo. En el siglo Jaramillo, Arístides vargas, Beatriz J. Risk, Bernardita Maldonado. XX, Agustín Cueva, por la solidez de su pensamiento y por su impecable escritura. Otros ensayistas importantes de mi generación son Bolívar Echeverría, Fernando Tinajero, Juan Valdano, Vladimiro Rivas. Entre los más jóvenes empieza a destacarse Leonardo Valencia, con su libro El síndrome de Falcón. Deliberadamente no hemos nombrado a quien dedicamos el Perfil inacabado de esta revista: Alejandro Moreano, no solo uno de los mejores, sino el pensador con más raigambre en la constitución de los movimientos sociales. Rocinante 5 PERFIL INACABADO Alejandro Moreano n Diego Cazar Baquero La carne y el hueso de un intelectual Alejandro Moreano es considerado uno de los tres pensadores contemporáneos más importantes del Ecuador, junto con Agustín Cueva y Bolívar Echeverría. Su permanente devenir entre la literatura y la política tiene un trasfondo emotivo, sensible, que nos devuelve la mirada a sus años de niñez y adolescencia, a su juventud y a sus más profundos afectos. 6 Rocinante Alejandro Moreano Casa de la infancia de Alejandro en la av. América y Rio de Janeiro. Alejandro era alumno de la Escuela Espejo y en mañanas de invierno se levantaba con el chirrido del timbre de la escuela situada a media cuadra de su casa L La madre de Alejandro, doña Gertrudis Eugenia Mora, lojana afincada en Quito, guardaba un parentesco no frecuentado con los Carrión Mora, no así con Benjamín, con quien compartió muchas de las andanzas y tertulias que llevaron a transformar el Instituto Cultural Ecuatoriano –creado en 1943– en la Casa de la Cultura Ecuatoriana, institución forjada como una matriz del arte y del pensamiento para levantar la autoestima de una nación desmembrada: “Si no podemos ser una potencia militar y económica, podemos ser, en cambio, una potencia cultural nutrida de nuestras más ricas tradiciones”, había dicho Carrión. De ahí que el nombre que más escuchó Alejandro en su infancia fue el de aquel a quien, décadas más tarde, destinaría uno de sus ensayos: “Benjamín Carrión, desarrollo y crisis del pensamiento democrático nacional”. La impronta escolar P Pero imaginemos que desde entonces han transcurrido unos diez u once años y el Alejo es ahora alumno de la Escuela Espejo. Muchas mañanas de invierno se levantaba con el chirrido del timbre de la escuela situada a media cuadra de su casa. Así, recién despierto y un tanto desastrado, salía corriendo, para alcanzar a colarse en la formación. Cada lunes, uno de los maestros exigía que los estudiantes presentaran una pequeña exposición sobre algún pensador famoso, y el Alejo creía sabérselas todas, pues había conseguido y devorado un libro llamado Historia del pensamiento social, con biografías y sinopsis de los postulados de personalidades clásicas como Sócrates, Séneca, Aristóteles… “Leía despacio, a veces repitiendo el párrafo o la página, a ratos sin entender mucho…”, confiesa Rocinante 7 PERFIL INACABADO ahora, ya escondido detrás de su barba blanca y sus 71 años, un par de anteojos de más de diez libros escritos, decenas de ensayos publicados y unos cuantos proyectos en proceso. “En una sabatina de la escuela, preguntaron nombres de pensadores, y yo me paré, con todo el pujo de sorprender, y dije: ¡Platón! La profesora me pidió pasar al pizarrón para escribir ese nombre y lo escribí… ¡pero con p minúscula! Esas experiencias me encanta recordar porque son los golpes que he recibido contra mi vanidad, que son bastante buenos, especialmente en la política.” Por esos años, en la Escuela Espejo experimentaban con el llamado IQ (intelligence quotient), que pretendía medir destrezas y habilidades cerebrales de los niños. Alejo sacó el puntaje más alto, mientras que su hermano Marco, aunque no entendía lo que leía, logró ser el que más palabras articuló por minuto. El hecho le hizo acreedor del mote de ‘El 24 mil palabras’. Dos hermanos diferentes, dos encarnaciones de lo que constituyen la lectura profunda y la lectura rápida. El Alejo recuerda que tenía dos tipos de lectura: ciertas novelas “de esas entretenidas” como Los tres mosqueteros, y textos como aquella compilación de biografías, que jamás va a olvidar. A los once años, y como ya era costumbre, Alejo fue premiado en la escuela. Entonces, “mi santa madrecita me sacó en el periódico, y tiempo después, en plena época de radicalismo de la escuela de Sociología, alguien se había conseguido esa foto y me sacó en la cartelera…”, emocionado. Tal parece que cualquier cosa que su madre haya hecho o dicho en vida podía ser para el Alejo un motivo de celebración. Foto: César Morejón 8 Rocinante Alejandro Moreano Poesía en bicicleta I Imaginemos ya a un escolar que aguaitaba a una muchacha del barrio. La chica era el mito romántico de todos los compañeros de esquina y por eso, los chicos salían juntos a montar bicicleta por ahí para ver si la encontraban. Imaginemos a ese muchacho y pongamos que había leído a Baudelaire y que había memorizado Las letanías de Satán: Tú que pusiste en los ojos y el corazón de las muchachas, el culto de la llaga y el amor de los andrajos, ¡Oh, Satán, ten piedad de mi larga miseria! Enamorado –o creyéndose enamorado–, el joven soñaba con ganar algún día el premio Nobel de Literatura y lograr el cometido de conquistar a la bella vecina del barrio, quien, además, era hermana de uno de sus compañeros de escuela. Mientras se ocupaba en dar los acabados a su sueño, se hallaba escribiendo un soneto. Un soneto dedicado al opio. Pero, ¡¿qué carajo era el opio?! La familia del Alejo se llevó un gran susto con este escrito, aunque, rápidamente, se evidenció que el muchacho tan solo quería imitar la línea del poeta maldito a quien, en su adolescencia, admiraba. Rocinante 9 PERFIL INACABADO La madre que contaba películas de amor H Había mucha imaginación rondando los pasillos y habitaciones de esa casa quiteña. Muchas historias. Como aquellas que llevaba Gertrudis por las noches, luego de salir del brazo de Marco, para ir al cine. Alejo y su hermano esperaban a sus padres, solos en casa, pero sabían que al volver de la función, mamá les contaría lo que la pantalla había mostrado. “Si tengo algo de narrador es porque ella me enseñó a contar –dice el Alejo, mirando a un punto que juega a escabullirse–, ella era teatral, vivía el mundo de la revista chilena Ecran, estaba enamorada de Gary Grant…”. Cuando Alejo había cumplido ya los 17 años, murió su padre. Entonces, “se creó una fetichización de los dos hermanos: mi hermano era mi padre y yo era mi madre”, recuerda el hombre que ya para este instante ha dejado de hablar desde el discurso del púlpito académico y se enfrasca en recuerdos y anécdotas. Pero, enseguida prefiere matizar la triste evocación con humor. 10 Rocinante Entonces piensa en su madre de otra manera y recuerda, escarbando un poco, que ella había tenido un romance juvenil con un escritor lojano, un tal Pablo Palacio. “En un viaje que hice a Loja –ya muerta mi madre–, paseaba yo junto a un riachuelo, y al cruzar el puente, me imaginé el romance ¡y sentí unos celos! Celos tardíos...”, acepta, riéndose por la complicidad que ha ensayado consigo mismo. “Un Edipo tardío”, prefiere llamarlo él. Entre la madre de carne y hueso y la Dolorosa del Colegio A Aunque el tío-primo Benjamín estaba convencido de que los jesuitas eran poco menos que la maldición descrita en García Moreno, el santo del patíbulo, Alejandro Moreano entró al Colegio San Gabriel, una emblemática institución jesuita en el Ecuador. “Yo pienso –dice Alejandro– que la visión de Carrión se remontaba a la época garciana, porque los jesuitas de mi época eran los más progresistas y estudiosos Alejandro Moreano de la iglesia. Aunque por entonces no participaban de la Teología de la Liberación, estuvieron junto a los sectores populares en Centroamérica y varios fueron perseguidos y victimados por los dictadores de entonces, como en El Salvador, por ejemplo”. La gran batalla que se daba en el Vaticano era entre jesuitas y Opus Dei, estos, poco a poco, fueron tomándose la Compañía de Jesús. Pero la aventura jesuítica de Moreano se truncó en cuarto año. Era presidente del curso y organizó un campeonato de damas y de ajedrez, con toda la buena voluntad y la iniciativa de un muchacho inquieto. El problema fue que lo planificó para que se llevara a cabo a la misma hora de la misa. ¡Un sacrilegio! Claro, toda la visión progresista que tenía de la comunidad jesuítica se derramó sobre el suelo cuando las auto- ridades del colegio desconocieron su condición de presidente. Citaron a su madre para darle las quejas, pero, mientras Alejandro pensaba que ella lo retaría, regresó emocionada a casa, a ponderarle lo guapo que le había parecido “ese curita español”, semejante al del poema El seminarista de los ojos negros, de Miguel Ramos Carrión. La mirada y la voz de Alejandro se llenan de ternura: “¡Era una linda, una coqueta!”. El Alejo agarró sus cosas y se cambió al colegio Benalcázar. “¡La Dolorosa del Colegio lloró en 1906, no por los alumnos, sino por la fundación del Banco Pichincha y del diario El Comercio!”, diría, en solidaridad, un impenitente. Un día su madre le dijo que se había hecho partidaria de Febres Cordero, lo que desencadenó intensos choques con su hijo, marxista, revolu- Las tardes acudía a leer en la Biblioteca Nacional (Plaza de San Blas) Rocinante 11 PERFIL INACABADO cionario, ligado a la lucha de los movimientos sociales en el Ecuador. Alejo esgrimía los argumentos más contundentes y ella se le reía. Ninguno iba a lograr cambiar al otro. Pero madre es madre. Durante una de esas discusiones, cuando ya tenía 85 años, le respondió lapidaria a su hijo testarudo: “si ahora me tratas así, cómo me tratarás cuando sea vieja!”. Tres años después, a los 88, doña “Gechu” falleció. 12 Rocinante El infaltable carcelazo E Es que, aparte de esa herencia memorable que es el haberle entregado la facultad de contar historias, Alejandro heredó de ella también la biblioteca. Le debe mucho. Un día de 1972, el Alejo cayó preso. Estuvo durante diez días con las manos atadas a la espalda, encapuchado y tendido sobre el pavimento de lo que luego supo era el Ministerio de Defensa. Al salir del encierro, Alejandro recuerda haber vivido “una de las experiencias más bellas”, pues minutos después de que fuera abandonado al borde de la vía Oriental, en Quito, una camioneta se detuvo a su lado para darle un aventón. El viento de la sierra golpeando su rostro, estirando su cabello, cerrándole a medias los ojos, enfriándole la sensación de cautiverio, hilvanó “una sensación de libertad que nunca olvido”. Al llegar a casa, todos los vecinos del barrio aplaudían a doña “Gecha” por la llegada de su hijo. “Algo hizo, pero al llegar a casa mi madre era la heroína”. Alejandro Moreano El salto a la escritura E El cambio de ambiente, sin embargo, le proporcionó parámetros para comparar: “Mucho más humano y rico en experiencias era el San Gabriel, porque esa era la época del padre Marco Vinicio Rueda, uno de los grandes gurús del cristianismo para los pobres, un cura que creaba una atmósfera muy favorable a la reflexión, al punto que muchos de nosotros terminamos en la izquierda, mientras que el Benalcázar era un colegio agringado”, de una clase media arribista, diríamos ahora. Pero, la mayor relevancia que tuvo el recinto jesuita en la formación de Alejandro Moreano radica en que esos años significaron su salto a la escritura. Justamente, durante ese cuarto año, tuvieron como maestro a Hernán Rodríguez Castelo, “un estimulador que descubrió talentos como el de Vladimiro Rivas, Diego Araujo, Bruno Sáenz”, y que catapultó a Francisco Proaño Arandi y a Alejandro Moreano hacia el mundo de la producción literaria. Todavía como estudiantes del colegio, publicaron la primera revista Z, que tendría sus repercusiones ya en la vida universitaria. Rocinante 13 PERFIL INACABADO Los tzántzicos y la universidad E El Alejo llegó a la Universidad Central en busca de la licenciatura en Ciencias Sociales, pero también llegó con las ganas de irrumpir en la vida cultural de la ciudad. Ya el camino se había iniciado durante el colegio. Corrían los sesenta y en Quito se habían formado tres grupos culturales: los tzántzicos reductores de cabeza (¿algo tendría que ver esta propensión a reducir las cabezas de sus “compañeros de ruta” apodados ‘cabezones’, que mi- 14 Rocinante litaban en el Partido Comunista pro Moscú?); los del grupo Ágora, de producción más bien mariana, ligados al Hogar Javier y al ex jesuita Rodríguez Castelo, y los del grupo Caminos, ni de izquierda ni de derecha, sonetistas, abogados en ciernes, que le recitaban a la primera dama de entonces, doña Corina Parral de Velasco. En el primer año de universidad, el Alejo editó junto con Francisco Proaño una revista que ellos mismos repartían. Lo que era más visible en las páginas de la prensa de entonces, con respecto a la vida cultural del país era, entre otras cosas, lo que hacía el grupo Caminos, “los tzántzicos eran unos chicos malcriados, tirapiedras Alejandro Moreano y punto”, recuerda el Alejo. Y como estaban ávidos por insertarse en un espacio activo, “intentamos vincularnos con los Caminos; hasta un par de borracheras tuvimos… ¡y al final nos sorprendió su escasa formación literaria! Eso sí, se peleaban a sonetazos”. Con 19 años encima, decidieron armar cita con Ulises Estrella, en el célebre Café 77, donde habían dejado ejemplares de la revista. “El compañero Ulises les está esperando” –dijo el dueño cuando les vio llegar. “¡Fue un deslumbramiento, tenía un imaginario, una formación literaria, sabía de todas las corrientes últimas de la literatura mundial y latinoamericana!”. El encuentro fue decisivo. Desde entonces, se inició el vínculo con el movimiento Tzántzico. Los tzántzicos decidieron reflejar su momento histórico a su manera. Abdón Ubidia recuerda: “El acto tzántzico tenía otra connotación: era espectáculo, happening, acción política movilizadora. Los narradores escribíamos textos incipientes, nos insertábamos como actores –en el sentido cabal del término– en los espectáculos deliberadamente escandalosos de los recitales tzántzicos. Típicas manifestaciones de una guerrilla cultural. Alejandro quería más: que el acto tzántzico copara coli- seos y fuera un espectáculo de masas”. Aunque luzca contradictorio, Alejandro ahora suena más equilibrado: “Los tzántzicos son buenos poetas pero a veces, por hacer la agitación, perdían, aunque otras veces lo hacían muy bien”. Recuerda cuando Rafael Larrea se subió a la mesa a recitar y al final improvisó: “¡porque hay que ponerle criptonita a Superman y patearle en los huevos a Tarzán!”. Otro acto irreverente fue aquel en el que los tzántzicos quemaron sus títulos –o simularon quemarlos– en público. Un recital tzántzico tenía al poema como elemento vertebrador, “era como el jazz, muy improvisado”, explica el Alejo. Los jóvenes del mundo incomodan al poder L Los aparatos represivos latinoamericanos perseguían a los comunistas, a los rojos; los izquierdistas de América Latina se habían apropiado de cantos de militancia, como el Bella ciao –una tonada popular que el movimiento partisano italiano había creado para acompañar las luchas contra Rocinante 15 PERFIL INACABADO las tropas fascistas y nazis– o de la figura del Che Guevara, a partir de su muerte en Bolivia, en 1967, hecho que impulsó la publicación de El diario del Che, y El Diario de Tania, la guerrillera, así como la aparición en Quito de escritos del Che con prólogos de Alejandro Moreano, en los que advertía la pretensión imperialista de vaciar de contenido a la figura del revolucionario argentino-cubano, “volverlo inocuo como el DDT que inmuniza a las moscas”. La juventud en el mundo se volvió protagonista de la historia, la ética de El Hombre Nuevo, proclamada por el Che, sintonizó con las posiciones contestatarias de los hippies y de los movimientos emancipadores de las mujeres, los negros, los beatnicks. Era la imparable búsqueda de libertad, The Beatles encarnaban con música y poesía a todos los jóvenes del mundo. Hubo estallidos en Tokio, en París (mayo del 68) y en México (la matanza de Tlatelolco, donde fueron masacrados cientos de estudiantes). En Chile triunfó la Unidad Popular y a los tres años del gobierno de Allende, la CIA propició el golpe de Pinochet; en el Ecuador se realizó la primera huelga nacional y la unidad entre las centrales 16 Rocinante obreras, en cuya andadura siempre estuvo presente Alejandro con sus análisis políticos y sus tesis de unidad. Se instaló la época del petróleo y con ella la del desarrollo urbano y de alguna infraestructura como la de las carreteras y puertos. Quito dejó de ser la ciudad bucólica, creció en extensión y en número de habitantes, la universidad cuadruplicó la matrícula, la ciudad dejó los horarios de parroquia, se impuso la jornada única, se abrieron los primeros moteles, peñas y discotecas. Las parejas se hacían y deshacían al ritmo de la cumbia, proliferaron los divorcios y a la par la unión libre. Esta serie de acontecimientos puso a Alejandro entre la literatura de sus años de estudiante y la política de su juventud. Había que hallar un mecanismo de confluencia. Por entonces, el Alejo “vivía escribiendo mi eterna novela”. Se refiere a la que más tarde se publicaría con el título de El devastado jardín del paraíso. Se vivía una suerte de esplendor de la literatura nacional luego del boom que significó el grupo de Guayaquil y la Generación de los 30. Pero también se experimentaba un ascenso de las ciencias sociales al debate nacional. La publicación del libro Ecuador, pasado y pre- Alejandro Moreano sente (coescrito por Leonardo Mejía, Fernando Velasco, José Moncada, René Báez, Agustín Cueva y Alejandro Moreano) fue una muestra de ello. La escuela de Sociología y Agustín Cueva E Esta escuelita tiene un cierto gusto…”, junta las yemas de los dedos y las frota entre sí mientras lo dice, ya tumbado –cuan grande es– detrás de su escritorio. Desde esa silla escucha y enseguida sonríe. ¡Siempre sonríe! “Aquí los alumnos son ambiciosos, locos, apasionados… ¡hay más vitalidad!”. Acaso evoca la vitalidad que tuvo en sus propios años colegiales, cuando era miembro del equipo de pimpón del Colegio San Gabriel y amaba jugar básquet… Su cariño por “la escuelita” de Sociología no significa que no muestre también sus hondos afectos por la Universidad Andina Simón Bolívar, donde ahora dicta talleres. Es solo que con las nuevas leyes en materia educativa, ha tenido que dedicar el tiempo solo a la Andina. “De ahí ha salido mucha gente insurgente”, aclara, como amparándose en la historia que caracteriza a ese recinto universitario. Esa misma historia que a Moreano le impide hablar de otra cosa que no sea política… o literatura, sus dos pasiones vitales. La escuela que se concibió como de sociología y ciencias políticas, en determinado momento de auge de la derecha, intentó convertirse en una escuela de sociología funcional, olvidando el aporte de varios maestros, entre ellos Agustín Cueva, Fernando ‘el Conejo’ Velasco y Alejandro Moreano. En palabras de él, Agustín Cueva detentó esa lucha: “Hubo pocos intelectuales como Agustín que, aislado y aún cercado por la euforia de las nuevas corrientes sociológicas, a contracorriente del mercado de prestigio y de las finanzas de la investigación social, desarrolló el pensamiento crítico en las nuevas condiciones. Antes que someterse y asumir las tesis contrarias o ensayar un perfil discreto como hicieron tantos otros, Agustín extremó su capacidad de batalla y enfrentó con extrema radicalidad las tesis del neoliberalismo y de cierto gramcsismo latinoamericano”. Rocinante 17 PERFIL INACABADO Un abuelo radical que predica la revolución permanente S Sofía, una de sus exalumnas de la Andina, dice que en sus clases casi nunca se levanta de la silla, “y entonces, toma esa pose de abuelo sabio que empieza a contar historias, pero está siempre interesado en lo que los otros quieren preguntar…”. Sin embargo, a él le incomoda que lo vean así. Él dice haberse educado con la figura del abuelito con sabiduría de anciano y, a pesar de su barba cana y de sus setenta y un años, no está viejo, no se siente viejo en lo absoluto. “¡En ningún aspecto asumo esa visión”, responde, categórico pero sin olvidar sonreír. “Ni siquiera los hijos de mis hijos son mis nietos –explica–, la palabra abuelo sitúa una relación paternal en el sentido un poco cursi del término; ¡yo no enseño valores cívicos ni valores éticos de nada, soy más bien promotor de la Alejandro Moreano con Nélida Piñón, Oscar Collazos y otros intelectuales en Casa de las Américas, Cuba. 18 Rocinante insurrección, de la subversión, del cuestionamiento!”. Con esto dicho, la cosa queda clara. El profesor Moreano es padre de cuatro hijos: dos varones y dos mujeres. Nicolás, un ingeniero mecánico de 42 años, es el mayor y es a la vez padre de dos adolescentes de 17 y 14, respectivamente. Gerónimo, de 38, es comunicador. Luego está Melissa, una bióloga de 37 años, y Matilde, otra bióloga de 34. Una de las imágenes con que su hijos crecieron es esa en la que él, corpulento y risueño, luce rodeado de gente, de alumnos y admiradores, de amigos de lides políticas y escritores. El humor fino y provocador es la característica más visible de su personalidad, pero también hay mucha exigencia intelectual. “Para conversar con él hay que saber cosas, si no, te reclama”, cuenta Melissa, “La guagua del Alejo”, como la llamaban todos los adultos durante su niñez. Todos lo llaman Alejo menos ella y Matilde, al menos dentro de la familia. Ellas le dicen papi. Cuando Alejandro Moreano el profesor Moreano lo escucha, la risa vuelve, convertida en carcajadas de ternura. Pero no hay lugar para conmoverse, así que enseguida el Alejo recuerda una de las imágenes del revolucionario que considera más atractivas: se es más radical conforme más viejo uno se hace… “Yo me había hecho la imagen de ser siempre de la extrema izquierda, nunca volverme moderado. Había asumido esa línea de la radicalidad extrema porque considero que la dinámica del mundo está en la lucha social, en la lucha política, en la renovación artística, literaria, siempre cuestionando todos los órdenes… Entiendo que con la posmodernidad se planteó la negación de esa visión moderna de revolución continua pero yo sigo pensando en la revolución permanente. ¡En eso soy un poco trotskista, si usted quiere!”. Para Melissa, su padre es un intelectual a tiempo completo y ha sido la fuente para que conociera el teatro, el cine arte, sobre todo latinoamericano y francés. De su niñez, en la década de los ochenta, la guagua del Alejo recuerda que si de algo estaba segura era de que el entonces presidente León Febres Cordero, representante de la derecha más dura de la época democrática, era del bando de los malos. También lleva en su memoria los paseos por la ciudad, cuando iban al Teatro Universitario, que era muy conocido por proyectar películas no comerciales. Ella tenía entre ocho y diez años y hasta hoy tiene muy claro que eso de contar es una cuestión hereditaria, pues su abuela, doña “Gechu”, acostumbraba a narrar para ella las películas que acababa de ver. Alejo hace lo mismo con las películas o con los libros. “Mi papi hablaba con nosotros con muchas referencias históricas, cinematográficas –recuerda ella-; ¡lo que me encanta es eso, que no es solo sociólogo!” Pero de cariñitos y mimos, nada. Un abuelo que no mima, que no es acariciador, que prefiere los juegos intelectuales, como aquel de rimar palabras con los hijos de su hijo Nicolás; eso sí, insiste en que hagan sus deberes a tiempo y en que no descuiden sus estudios. Pero él si se permite algunas licencias, como la de tomar Coca-Cola, dice América, su perseverante compañera. Ella cuenta que en un encuentro de intelectuales, casi todos pidieron ron o tequila, pero él y la brasileña Nélida Piñón pidieron solo Coca-Cola, ante las burlas del resto. Entonces, el Alejo replicó: “lo que sucede es que nosotros somos amazónicos y nos gusta beber la sangre de nuestros enemigos”. Rocinante 19 PERFIL INACABADO Opinión sobre el momento político S Sobre la base a su experiencia como historiador y analista político, no queremos terminar este perfil sin consultarle su opinión acerca del momento crítico que está viviendo el país en vísperas de la visita del Papa, y le preguntamos hacia dónde nos pueden llevar estos vientos de verano ardiente. Vuelve al gesto del pensador y nos dice: A partir del Impuesto sobre las herencias y la plusvalía, propuestos por el Gobierno y las reacciones producidas, entramos en una situación marcada por relaciones de confrontación y negociación que pueden gestar un nuevo orden político. De hecho, el Gobierno ha llamado a un diálogo nacional para definir el “tipo de país que queremos”. Encargar el diálogo a un funcionario sin poder político revela que el gobierno se ha decantado por un nivel tecnocrático. Las medidas destaparon una reacción de la derecha con mucha fuerza, que empezó a utilizar el libreto de la oposición venezolana a Maduro. La acusación central fue y es la de 20 Rocinante que el Gobierno quiere desatar la lucha de clases y convertir al Ecuador en una ‘cubazuela’ El Gobierno, por su parte, luego de la serie de medidas cuestionables como el retiro de los fondos de los jubilados del IESS y la confiscación de los fondos del magisterio, la campaña por el Yasuní, las leyes de tierras y de aguas favorables a la agroindustria y a trasnacionales como Monsanto y la persecución a dirigentes populares, intentó con el proyecto de impuesto a las herencias y a la plusvalía darse un maquillaje izquierdista, para atraer a sectores populares que se reconocen en los movimientos sociales, el FUT y la Conaie. Los movimientos sociales y la izquierda, que habían logrado capitanear la oposición al Gobierno con las marchas de septiembre y noviembre del año pasado y las de Primero de Mayo de este año, debió emplearse a fondo para deslindar campos con la derecha que pretendía infiltrarse en sus filas. La última marcha de los trabajadores del miércoles 24 de junio se hizo bajo la consigna “Contra la derecha fascista y el correísmo burocrático”, afirmando su condición de oposición de izquierda y tercera fuerza. El FUT y la Conaie han condicionado su participación Alejandro Moreano en el diálogo propuesto por el Gobierno al levantamiento de las medidas represivas y que se traten problemas tales como el retiro de las medidas contra los fondos del magisterio y de los jubilados del IESS, la discusión de las leyes de tierras y de aguas y, en especial, la apertura de un proceso de reforma agraria que afecte a las grandes propiedades y a la agroindustria. ¿Cual va a ser el nuevo rumbo político del Ecuador? El Gobierno tiene tres perspectivas distintas: podría facilitar la negociación con los movimientos sociales para contener a la derecha levantando algunas medidas y abriendo la discusión sobre la reforma agraria. Sería una medida inteligente, tal como ocurrió con Evo Morales, en Bolivia. Sin embargo, la primera muestra de “flexibilización” del Gobierno, fiel a su embeleco por la eficiencia empresarial, ha sido la propuesta de retirar la nueva tabla de impuestos para los empresarios productivos que se regirían por la tabla actual. La otra salida del Gobierno es, pues, aproximarse aún más a la derecha, con la cual ha venido negociando desde tiempo atrás. Tal sería no solo la medida más reaccionaria sino más torpe, pues envalento- naría aún más a la derecha y propiciaría el libreto de guerra económica que anunció Nebot. Y la tercera vía sería dejar todo como está, a lo que parece apuntar la medida de entregar a Semplades la responsabilidad del diálogo, restándole toda importancia y que, en el mejor de los casos, servirá solo para tomar nota de asuntos a considerarse en una incierta planificación. Los movimientos sociales han exigido la presencia del Presidente. Se abre, pues, una nueva y muy interesante coyuntura en la que la expresión de fuerzas va a ser decisiva para definir por dónde van a soplar los vientos. Rocinante 21 LIBRO DEL MES 22 Rocinante A Alejandro Moreano es uno de los mayores intelectuales con que cuenta el Ecuador contemporáneo. Fernando Tinajero asegura que se encuentra entre las tres figuras más altas del pensamiento en el país, junto con Agustín Cueva y Bolívar Echeverría. En Vanguardia y realismo en el Ecuador, Moreano ha recogido sus ideas más actuales acerca de los principales referentes de estos dos movimientos literarios que determinaron las dinámicas de la producción intelectual de la primera mitad del siglo XX. Pablo Palacio, uno de los objetivos recurrentes de estudio de Alejandro Moreano, es en el presente libro el eje argumental para reflexionar sobre las vanguardias locales. Mientras que la Generación de los 30 se presenta como la línea medular para explorar el realismo social en las letras ecuatorianas, así como su relación, tanto con el contexto sociopolítico doméstico como con los referentes estéticos y políticos provenientes de la Europa de entreguerras. El pensamiento de Alejandro Moreano siempre ha transitado entre la política y la literatura. En este ensayo, ese permanente vaivén es evidente, pues, a través del análisis de la producción literaria de Palacio y de los autores representantes del realismo, como Jorge Icaza o José de la Cuadra, Moreano se halla indagando también en las formas de representar los conflictos étnicos y de clase que caracterizaron los años en los que el Ecuador intentaba forjar un proyecto de nación. Las letras ecuatorianas, herederas de la modernidad europea, son un reflejo histórico de las encarnizadas luchas simbólicas y discursivas que pugnaban por delinear la nacionalidad de un pueblo diverso, dividido, golpeado por la violencia colonial y entusiasmado con la posibilidad de insertarse en el mundo moderno. Rocinante 23 LIBRERO Soy un loco novelero de la vida y de los libros Julio Álvarez Montalvo colecciona y vende libros antiguos desde hace 60 años. Su mayor tesoro: la colección de diez libros Historia de la Revolución de la República de Colombia, fechada en 1827, París D Dos quijotes de hojalata y de tamaño natural, el uno cabalgando su eterno Rocinante y el otro de pie, con su lanza en ristre, llaman la atención de los transeúntes de las céntricas calles quiteñas García Moreno y Olmedo. Tiene 100.000 libros y otras tantas estampillas 24 Rocinante n Byron Rodríguez Vásconez, periodista, escritor Los caballeros andantes, acompañados de su fiel escudero, Sancho, están en un gran balcón adornado por geranios empolvados, en una señorial casa verde de dos pisos. Su propietario: don Julio Álvarez Montalvo, “un loco novelero de la vida y de los libros”. Así es como se presenta este coleccionista y vendedor de libros añejos, estampillas y monedas. Don Julio nació en Cuenca por azar, pues su padre, el tumbaqueño Carlos Ángel, era militar y estaba destinado a la capital azuaya. Pero el resto de su vida vivió en Quito, ciudad a la que ama. –¿Qué edad tiene? –le pregunto. –No sé. ¡Ya debo pasar de los cien años! Ríe con ganas, como si hubiese hecho el mejor chiste en mucho tiempo. Quien lo conoce, sin embargo, sabe que aquello de los cien años es un cliché en su discurso, un pretexto para no revelar su verdadera edad. Es mediodía y la gente que camina por las vías repletas de autos se guarece del implacable sol veraniego debajo de los aleros de los tejados. Una puerta grande se abre hacia la calle García Moreno: es la entrada a un amplio almacén de libros usados, pero en buen estado, provenientes de varias geografías. América Latina, Europa, Asia, África… En su mayoría son textos de literatura, historia, sociología, y voluminosas enciclopedias como la célebre serie de Círculo de Lectores (1984). Decenas de libros pueblan una estantería de madera reluciente; es antigua, como si la hubiesen sacado de una perdida galería refundida en alguno de los veintitrés conventos del centro de Quito. En vitrinas bien ordenadas brillan cientos de monedas de varias épocas y de decenas de países. Las estampillas se cuentan por miles. Robert, uno de los cinco hijos de Julio Álvarez, despacha en el mostrador. “Por diez dólares vendemos 100 estampillas desde los años veinte hasta fin de siglo”, dice este abogado de 34 años. El almacén también ofrece objetos de oficina, cuadernos y útiles escolares. Rocinante 25 LIBRERO Sobre una rocola de los años 60, una colección de libros de hace 188 años publicada en París Robert heredó el gusto de coleccionista del padre: atesora 6 000 estampillas con la temática de los campeonatos mundiales de fútbol. “Mi preferida es la del Mundial de Uruguay de 1930”, confiesa, con una media sonrisa que tambalea entre la emoción del adolescente y el orgullo del adulto. Junto al portón del almacén, una puerta de hierro lleva –a través de un taciturno zaguán– a un salón de fantasía. El cielo del lugar es un techo de planchas de cinc. Un proscenio de madera domina el escenario, junto a una estatua de la Virgen de Guadalupe que don Julio trajo recién desde México. “¡Aquí funciona la casa del artista triunfante!”, apunta Aurora de los Ángeles Alarcón, su esposa. Las tardes de los sábados, al 26 Rocinante menos 15 artistas aficionados a la música nacional, a los boleros, a las rancheras y a la tecnocumbia desfilan por aquí. Son aplaudidos por un entusiasta público –caliente por el ron ibarreño Quitapenas, que este librero de antaño vende en un quiosco esquinero, al fondo del salón. Según Aurora, los hermanos Paco y Felipe Campo, de Mira, en la provincia de Carchi, son los maestros de la guitarra y del requinto. Sobre una larga pared de la casona, se distinguen los colores chillones de una pintura que representa a la colonial Calle de las Siete Cruces –cuyo nombre actual es García Moreno–, obra del mismo don Julio. ¿Cuántos cuartos tiene esta casa? “¡Treinta –dice–, de los cuales catorce están llenos de libros y revistas de tantos años que ya perdí la cuenta; quizá mis libros llegan a los 100 mil!”. Álvarez se rasca la cabeza cuando le pido que me cuente cuál es su mayor tesoro. Acaso los 22 tomos de Grandes novelas de la literatura universal, de Editorial Grijalbo (1986), de lujo, de pasta verde y letras doradas. O la colección Biblioteca Ecuatoriana Mínima (Editorial Cajica, Puebla, México, 29 tomos auspiciados por la Secretaría General de la Undécima Conferencia Interamericana de Quito, 1960; hay dos libros de cronistas españoles de Indias como Cieza de León. –¡Venga, venga! –repite como un niño que ha escondido un secreto, una travesura. Estamos en un gran salón, en la parte posterior al almacén, en el cual alberga con orgullo los 10 tomos de formato pequeño de la Historia de la Revolución de la República de Colombia, “editados por pedido del Libertador Simón Bolívar”, explica el sonriente librero. El nombre del editor: José Manuel Restrepo, secretario del poder Ejecutivo de la misma República. Imprenta de David, calle del Arrabal Poissonniere, París, 1827. Hay desorden en las estancias. Pero Álvarez sabe dónde se hallan todos los textos. Abajo, en una especie de gruta, regados sobre mesas de billar, hay cientos de libros de las clásicas colecciones Salvat y Ariel, de los años setenta. En el 2001 compró, en una subasta, un viejo avión por 2 000 dólares, para sacar los acogedores asientos y ponerlos en el Teatro Puerta del Sol Aurora de los Ángeles reconoce que don Julio es un Quijote. Y hay ejemplos que lo prueban: hace 15 años, compró el Teatro Puerta del Sol, por 90 mil dólares. Su plan era rehabilitarlo para que lo aprovecharan los artistas populares. Hasta hoy, continúa el proceso de reconstrucción de pisos, paredes y escenario. Don Julio, incluso, pidió apoyo al Municipio quiteño para lograr su cometido. Hace 35 años adquirió, por 2 millones de sucres, esta casona de 1.200 metros cuadrados. Y en el 2001, compró en una subasta un viejo avión de Ecuatoriana de Aviación, por la irrisoria suma de 2 mil dólares, para sacar los acogedores asientos e instalarlos en el Puerta del Sol. “Por algo tengo los quijotes en el balcón, soy un loco novelero de la vida”, vuelve a decir. Cuando llega el momento, Álvarez se despide con un gesto también recurrente: la mano derecha arriba, en señal de triunfo, mientras se pierde por un salón menos atractivo que los otros, quizás más silencioso y más frío, un salón “donde tengo los libros de muchos autores que han muerto”. Rocinante 27 Santiago Verdugo. Ilustrador DON QUIJOTE RELOADED En España ‘tunean’ al Quijote A Andrés Trapiello lleva el Quijote hasta en la sopa. Desde niño trasegaba con la obra de Cervantes, un autor al que dedicó una biografía en 1993 y cuyas huellas ha seguido de cerca como narrador. En sus novelas Al morir don Quijote (2004) y El final de Sancho Panza y otras 28 Rocinante suertes (2014) ya aparecieron los primeros indicios –y no por eso menores– de su obsesión con lo cervantino. La editorial Destino publica esta versión que ha levantado el polvo de la polémica. Aparte de eso, Trapiello lleva escribiendo la más descomunal obra literaria española. El tomo XVIII lleva por subtítulo Salón de pasos perdidos. Una novela en marcha. Cuando la termine será más larga que la Muralla China, lo cual podría parecer pintoresco si no se tratara de uno de los escritores peninsulares de más talento. De una larga entrevista que Javier Rodríguez Marcos hizo a Trapiello, para diario El País, hemos escogido las siguientes preguntas y respuestas: P. En su prólogo dice que el que pueda leer el original, que lo haga. ¿A quién se dirige un libro así? ¿El Quijote ya no se entiende? R. Ha dejado de entenderlo la inmensa mayoría. El que quiera entender el original tiene que leerlo con notas, que distraen. He tratado de devolver el Quijote al habla, de donde salió. Es una novela hablada que había pasado a ser solo estudiada. P. ¿No está parte de la gracia del Quijote en lo lejos que nos queda? R. El problema es si entendemos o no. Si no entendemos, hay que traducirlo. La pátina tiene la gracia de lo arcaico, pero si nos suena bien y no lo entendemos, se queda en prosa sonaje- ro. Hay muchos fragmentos que crees que entiendes. Un ejemplo [saca el móvil y lee]: “Si no os picáredes más de saber más menear las negras que lleváis que la lengua —dijo el otro estudiante—, vos lleváredes el primero en licencias, como llevaste cola”. Las palabras las conoces o las intuyes, pero no sabes lo que te están contando. Tienes dos soluciones: notas o traducción. La mía es esta: “Si os hubierais jactado utilizar de la lengua tanto como os jactáis de manejar esas espadas que lleváis, habríais sido el primero en la licenciatura, y no el último de la cola”. Frases como estas, a cientos. Yo soy el primero en añorar expresiones como “No milagro, milagro sino industria, industria”. Pero se lo dices a la gente y hoy nadie sabe lo que quiere decir ahí industria. Yo traduzco: “Qué milagro, milagro; maña y astucia”. No es lo mismo, pero ¿es desdoro? P. ¿Mejora las caídas de estilo de Cervantes? Rocinante 29 DON QUIJOTE RELOADED El escritor Andrés Trapiello, autor de dos libros paródicos sobre Cervantes, publica ahora una versión del Quijote que moderniza las palabras arcaicas, adapta algunos tiempos verbales y sustituye los refranes en desuso R. No. Sabemos que es muy descuidado, pero dejo con gusto esos “entró dentro” y “salió fuera” para demostrar a los que nos lo afean a los demás que de menos nos hizo Dios. Cervantes escribe mal muy bien y muy bien mal. P. El arranque no lo ha tocado. R. La gente sabe ya que lugar es pueblo, pero no que “de cuyo nombre no quiero acordarme” significa que no puede acordarse. Yo lo dejo porque las 12 palabras primeras del Quijote son como el Partenón, no puedes restaurarlo. Por broma estuve a punto de poner “con la Iglesia hemos topado” cuando Sancho y don Quijote llegan al Toboso. Mucha gente cree que dice eso, pero lo que dice don Quijote es “con la Iglesia hemos dado” al chocar con el edificio. 30 Rocinante P. ¿Debemos adaptar los lectores al Quijote o el Quijote a los lectores? R. Es un viaje doble. Lo ideal es que el lector, después de leer este Quijote, acuda al original porque va a ganar mucho. Mi versión son unas buenas muletas para caminar con soltura, que es como se deben leer las novelas. Si queremos seguir hablando la lengua de Cervantes, don Quijote tiene que hablar nuestra lengua. Si no, el Quijote será un libro para especialistas. Mucha gente cree que lo ha leído porque sabe de qué va. Don Quijote de la Mancha. Miguel de Cervantes. Puesto en castellano actual íntegra y fielmente por Andrés Trapiello. Prólogo de Mario Vargas Llosa. Destino. Barcelona, 2015. EL QUIJOTE INFINITO Otro Quijote de 2 312 págs. con anexos, anotaciones, estudios, mapas y grabados A Atolladeros, tuertos, escollos, embustes y malentendidos son salvados y esclarecidos en la nueva edición de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes Saavedra, como nunca se ha visto. Más de medio centenar de especialistas, eruditos y escritores amantes de este clásico universal han caído bajo su hechizo, dirigidos por el filólogo y académico Francisco Rico. Han creado una obra que ilumina y analiza cada frase de Cervantes con el objetivo de fijar la obra, “aunque nunca podrá existir una versión definitiva”. Es una puesta al día con las técnicas más modernas cuyo resultado es la revisión de casi un centenar de pasajes más próximos al original o a lo que quería decir Cervantes y el cambio de docenas de palabras que dan un nuevo sentido o visión de esos episodios. Es el homenaje que la RAE, junto con el Instituto Cervantes, rinden a esta obra maestra en los 400 años de la publicación de la segunda parte en otoño de 1615 (editada por Espasa y Círculo de Lectores). Se trata de una aventura fascinante en dos tomos: a la lectura de la historia del caballero y su escudero ininterrumpida la acompañan las notas a pie de página, cuyo territorio se ensancha, completa y complementa con la mirada que expertos y escritores ofrecen de los 129 capítulos y prólogos. Lo que dijo el censor en 1604: “Poco más o menos, dice que le perdonan la vida y se puede imprimir”, cuenta Francisco Rico. El dictamen es: “Porque será del gusto y entretenimiento al pueblo, a lo cual en regla de buen gobierno se debe de tener atención. Allende de que no hallo en él cosa contra policía y buenas costumbres”. Decenas y decenas de correcciones y aclaraciones que ofrecen nuevas y reales lecturas. Cambios pequeños y grandes que hacen realidad el dicho de que Dios y el diablo se escondén en los detalles. Desde la frase conocida que dice: “Suelen hacer el amor con ímpetu”, cuando lo correcto es: “Suele nacer el amor con ímpetu”. O “La tempestad de palos que sobre él vía”, cuando lo correcto es: “La tempestad de palos que sobre él llovía”. Rocinante 31 ECONOMÍA La rebelión contra las élites Una nueva cosecha de libros de economía sitúa el debate en la fractura entre los de arriba y los de abajo.Ya no se trata de izquierda y derecha, sino de desigualdad. El principal enemigo del capitalismo son los capitalistas, por su codicia, abusos e irregularidades E El eje central de todo proyecto político es ahora su programa económico. Las nuevas estrellas del rock son economistas como Thomas Piketty o Yaris Varoufakis. Se citan muy a menudo las reflexiones de Keynes acerca de la permanente influencia de los econo- En la última generación de libros sobre la crisis abundan, sobre todo, cinco grandes asuntos: la fractura que divide a la sociedad entre los de arriba y los de abajo, más allá de la tradicional distinción ideológica entre izquierda y derecha; el papel de las institucio- mistas, aunque sean difuntos, en la práctica de los políticos. Mucho menos las de su gran competidor, el liberal Von Hayek y su obra Keynes versus Hayek. El choque que definió la economía moderna. La política y la economía se hallan más ligadas que nunca, en sus dos modalidades, la política económica y la economía política. nes en el buen funcionamiento económico; la desigualdad como factor determinante —e irresistible— de una época; los desequilibrios crecientes en el binomio entre capitalismo y democracia y una nueva estructura social en la que las clases medias crecen en una parte del planeta, se proletarizan en otra, todavía son desconocidas 32 Rocinante en distintas zonas, y emerge un nuevo grupo muy numeroso: el precariado. La confrontación entre élites y pueblo, casta y resto de los ciudadanos, ha superado el concepto de élites extractivas que hace apenas dos años pusieron en circulación los economistas Daron Acemoglu y James Robinson. Para los teóricos de aquella, toda élite es extractiva. Desde hace aproximadamente cuatro décadas, desde que la revolución conservadora se hizo hegemónica en el mundo, se ha ido desarrollando una rebelión de las élites, debido a una correlación de fuerzas muy favorable a las mismas. Ha habido una secesión de los poderosos, que ya no están interesados en cumplir el contrato social que fue el pegamento social desde el final de la II Guerra Mundial. A saber: vosotros, los ciudadanos corrientes (l’uomo qualunque), tendréis empleo, protección, bienestar y una escala social ascendente; a cambio, noso- tros nos llevamos la tajada más grande de la riqueza. Desde la caída del muro de Berlín y en ausencia de un sistema político alternativo, esas élites han perdido el miedo y ya no necesitan hacer concesiones. El temor se ha trasladado al otro bando. La crisis lo muestra: ni trabajo, ni protección social, ni bienestar, y el único ascensor es el del cadalso. Frente a ello ha emergido “la rebelión contra las élites”, con la aparición de partidos (de izquierdas o de derechas) que tratan de sustituir el viejo bipartidismo de la posguerra y, sobre todo, de una nueva teoría que dice que existe una confluencia entre las élites políticas y económicas, con intereses comunes, que da lugar al establishment, ante la que el resto, sea de derechas o de izquierdas, se ha de confrontar. Los representantes de este pensamiento arriba-abajo hacen una crítica frontal al sistema político por no inclusivo, a los partidos tradicionales por cómplices, a las políticas de austeridad que llegan impuestas desde Europa por empo- Rocinante 33 ECONOMÍA brecedoras y desiguales, a la falta de democracia del proyecto europeo por las cesiones de soberanía a entes y personas no representativas, y a la convivencia espuria entre las élites políticas y las económicas por no trabajar para el interés general, sino para su interés particular. Como consecuencia, esta dinámica ha vuelto a propiciar fuertes tensiones entre la democracia y el capitalismo, que parecían resueltas. Uno puede interrogarse hoy sobre esta compatibilidad, sin ser considerado subversivo, dados los extraordinarios abusos que se han cometido durante la primera parte del siglo XXI. En lugar de discutir medidas para superar la depresión los gobiernos, de cualquier signo ideológico, han competido en el recorte de gastos y servicios públicos, y en la devaluación de salarios. Han logrado culpabilizar a los que viven “por encima de sus posibilidades”, cuando entre los capítulos del balance de lo sucedido se pueden mencionar un poder financiero que tiene más influencia que el poder político, un modelo social herido de gravedad, 34 Rocinante y Estados sin poder tributario, que es el nervio desde el que actúan los representantes políticos. Entonces, el capitalismo (el sistema económico) y la democracia (el sistema político) sufren un enorme descrédito por parte de la ciudadanía. Si hubiera que encontrar un hilo conductor de todos estos libros, mucho más heterodoxos en general que los que se publicaron hace más o menos un lustro con los primeros síntomas de lo que estaba ocurriendo, este sería el siguiente: el principal enemigo del capitalismo, los principales proveedores de hechos e ideas para desequilibrar su coexistencia con la democracia, son los propios capitalistas. Por sus abusos e irregularidades. No los partidos de izquierdas, las nuevas formaciones emergentes arriba-abajo, los sindicatos o los herederos de Mayo del 68. En el extremo, la ira y la indignación de la población es monocausal: una forma de progreso económico que, orientada a la creación de riqueza privada, es indiferente a la idea de bienestar colectivo, justicia social y protección ambiental. Este es un fragmento del artículo publicado el pasado 3 de junio, en Babelia, de diario El País. Lecturas sobre el tema: El Establishment. La casta al desnudo. Owen Jones. Traducción de Javier Calvo. Six Barral. Barcelona, 2015. 475 páginas. No tenemos sueños baratos. Martín Alonso. Anthropos Editorial. Barcelona, 2015. 159 páginas. Cómo hablar de dinero. John Manchester. Traducción de Daniel Najmías. Anagrama. Barcelona, 2015. 345 páginas. Economía sin corbata. Yanis Varoufakis. Traducción de María Andriá. Destino. Barcelona, 2015. 194 páginas. La economía de las desigualdades. Thomas Piketty. Traducción de María de la Paz Georgiadis. Anagrama. Barcelona, 2015, 182 páginas. La desigualdad mata. Göran Therborn. Traducción de Francisco Muñoz de Bustillo. Alianza Editorial. Madrid, 2015. 216 páginas. La extensión de la desigualdad. Carles Manera. Editorial Catarata. Madrid, 2015. 205 páginas Capitalismo y economía mundial. Xabier Arrizabalo Montoro. Instituto Marxista de Economía. Madrid, 2014. 720 págs. Economía para el 99% de la población. HaJoon Chang. Traducción de Teresa Arijón. Editorial Debate. Barcelona, 2015. 438 páginas. Bancocracia. Eric Toussaint. Icaria. Barcelona, 2014. 333 páginas. La lucha de clases existe… ¡y la han ganado los ricos! Marco Revelli. Traducción de Alejandro Pradera. Alianza Editorial. Madrid, 2015. 129 páginas. Los ricos vamos ganando. Antón Losada. Deusto. Barcelona, 2015. 239 páginas. Los usurpadores. Susan George. Traducción de Ángello Ponciano. Icaria. Barcelona, 2015. 205 páginas. La brecha. Matt Taibbi. Traducción de Emilio Ayllón. Capitán Swing. Madrid, 2015. 440 páginas. Carta abierta a los gurús de la economía que nos toman por imbéciles. Bernard Maris. Ariel. Barcelona, 2015. 173 páginas. Peligro de derrumbe. Pedro Simón. La Esfera de los Libros. Madrid, 2015. 309 páginas. Keynes versus Hayek. Nicholas Wapshott. Traducción de Ana García Beltrán. Deusto. Barcelona, 2013, 397 páginas. Rocinante 35 ECONOMÍA Si queremos que las democracias sean sanas tenemos que combatir los intereses egoístas de unos pocos Owen Jones es uno de los ensayistas más agudos de Gran Bretaña. Su último libro El establishment (Seix Barral) analiza profundamente el auge de los grupos de poder que dominan el Reino Unido desde la Segunda Guerra Mundial y los avances de un neoliberalismo cada vez más interesado en perpetuar sus propios intereses. ¿ ¿Por qué cree que El establishment ha tenido tanto éxito en el Reino Unido convirtiéndose en un best seller? ¿Cree que la población está cada vez más interesada en cómo operan las clases poderosas y de qué forma se perpetúan? Es una cuestión de dobles estándares, de una sociedad injusta, donde la democracia está amenazada, donde los intereses privados no regulados son tan dominantes. Esto creo que es fuerte y, definitivamente, más fuerte que en el pasado. 36 Rocinante Algunos consideran que con más personas negras o mujeres en el poder cambiarán las cosas, pero eso no será suficiente. Mi posición es que aquellos en el poder deben representar mejor a la sociedad, pero también tienen que rendir cuentas. Considero que las democracias modernas están amenazadas por grupos de poder que logran no rendir cuentas ni ser controlados. Si queremos que las democracias sean sanas tenemos que combatir los intereses egoístas de unos pocos, especialmente de aquellos que quieren perpetuar sus intereses a costa de la sociedad. ¿Cuál cree que es la responsabilidad de la prensa libre en una democracia representativa para mantener a raya a los poderes del establishment? Primero que nada no creo que tengamos actualmente una prensa libre. No contamos con medios que estén a cargo del gobierno. No somos Corea del Norte, pero nuestros medios de prensa están controlados por pequeños grupos de millonarios, cuyos intereses son mantener el status quo para seguir logrando ganancias y rédito. Así que no creo que a esto podamos llamar prensa libre. No es prensa libre si los dueños son magnates de los medios políticamente motivados, que utilizan la dominación de la prensa para conseguir sus propios intereses políticos, que demonizan a todo aquel que esté fuera de ese consenso político muy acotado. Esos magnates solo quieren políticas que representen los intereses de los poderosos. Al mismo tiempo el periodismo se ha convertido en algo nada representativo de la sociedad. Por ejemplo, no pagándoles a los periodistas pasantías, obligándolos a que trabajen gratis por semanas y hasta meses sin prometerles ningún trabajo fijo al final de ese esfuerzo. Si se analiza lo que ocurre en el mundo del periodismo en Inglaterra, uno puede darse cuenta de que muchos provienen de familias acomodadas y con dinero. Eso significa que las prioridades y subjetividad de los periodistas terminan siendo prioridades de las clases privilegiadas de la sociedad. Nuestros medios de prensa son un asunto muy problemático. Están controlados por personas con dinero y poder, con objetivos políticos muy claros. Ellos no representan para nada al conjunto de la sociedad, sin embargo son los que están a cargo de lo que leemos a diario. La pregunta es si contamos con una prensa libre. Personalmente, creo que no. ¿Cuál es el rol de la izquierda para lograr una democracia representativa y controlar el dominio del establishment? La izquierda tiene un papel clave en esto. Un ejemplo claro es el que hemos visto recientemente en España, donde Podemos logró crecer como partido Rocinante 37 ECONOMÍA representativo, radical, que le habla de una forma diferente a la de los partidos tradicionales de izquierda. Ellos reconocieron que mucha gente no piensa políticamente en términos de ‘izquierda o derecha’, piensan en temas y problemas que deben ser solucionados. Podemos ha logrado llevar ese mensaje de cambio de una forma convincente y coherente. Todo esto hablado a partir de un lenguaje que la gente entiende. Esto es crucial. Si la izquierda quiere llegar a la gente tiene que hablar de una forma diferente y contar con un nuevo lenguaje... ¿Cuál es su próximo proyecto? ¿En qué está trabajando después de El establishment? Estoy comenzando a escribir un libro llamado The Politics of Hope (Las políticas de la esperanza), que surgió porque el último libro que escribí era bastante deprimente. Es importante hablar sobre la injusticia y los problemas que enfrentamos, pero también es importante luchar por la esperanza, darle a la gente esperanzas acerca de que las cosas pueden cambiar. Quiero que la gente se organice y luche contra la injusticia. Eso es lo que me interesa. Para mí las políticas de la esperanza serán alternativas al sta38 Rocinante tus quo y nuevas formas para poder modificar las cosas. Quiero que la gente se inspire y piense que el sistema no tiene que ser como es actualmente. La idea del libro surgió de una frase del fallecido político izquierdista Tony Benn, un héroe político para mí, quien dijo: “Para que las cosas cambien hay que sentir una pasión abrasadora contra la injusticia, y una pasión abrasadora para lograr un mundo mejor”. Toda esperanza significa que la injusticia es temporal, es pasajera y que puede ser combatida con determinación, resistencia y coraje. Mi próximo libro tratará sobre formas alternativas de política y activismo, un libro muy diferente al libro anterior, que escribí en respuesta al mundo tan injusto que tenemos hoy. Thomas Piketty El pánico a Piketty E El nuevo libro del economista francés Thomas Piketty, El capital en el siglo XXI, es un prodigio de honestidad. Otros libros de economía han sido éxitos de ventas, pero, a diferencia de la mayoría de ellos, la contribución de Piketty contiene una erudición auténtica que puede hacer cambiar la retórica. Y los conservadores están aterrorizados. Por eso, James Pethokoukis, del Instituto Estadounidense de la Empresa, advierte en National Reviewde que el trabajo de Piketty debe ser rebatido, porque, de lo contrario, “se propagará entre la intelectualidad y remodelará el paisaje político-económico en el que se librarán todas las futuras batallas de las ideas políticas”. Pues bueno, les deseo buena suerte. Por ahora, lo realmen- n Paúl Krugman, Premio Nobel de Economía te sorprendente del debate es que la derecha parece incapaz de organizar ninguna clase de contraataque significativo a las tesis de Piketty. En vez de eso, la reacción ha consistido exclusivamente en descalificar; concretamente, en alegar que Piketty es un marxista, y, por tanto, alguien que considera que la desigualdad de ingresos y de riqueza es un asunto importante. En breve volveré sobre la cuestión de la descalificación. Antes veamos por qué El capital está teniendo tanta repercusión. Piketty no es ni mucho menos el primer economista en señalar que estamos sufriendo un pronunciado aumento de la desigualdad, y ni siquiera en recalcar el contraste entre el lento crecimiento de los ingresos de la mayoría de la pobla- Rocinante 39 ECONOMÍA ción y el espectacular ascenso de las rentas de las clases altas. Es cierto que Piketty y sus compañeros han añadido una buena dosis de profundidad histórica a nuestros conocimientos, y demostrado que, efectivamente, vivimos una nueva edad dorada. Pero eso hace ya tiempo que lo sabíamos. No, la auténtica novedad de El capital es la manera en que echa por tierra el más preciado de los mitos conservadores: el empeño en que vivimos en una meritocracia en la que las grandes fortunas se ganan y son merecidas. Durante el último par de décadas, la respuesta conservadora a los intentos por hacer del espectacular aumento de las rentas de las clases altas una cuestión política ha comprendido dos líneas defensivas: en primer lugar, negar que a los ricos realmente les vaya tan bien y al resto tan mal como les va, y si esta negación falla, afirmar que el incremento de las rentas de las clases altas es la justa recompensa por los servicios prestados. No les llamen el 1% o los ricos; llámenles “creadores de empleo”. Pero ¿cómo se puede defender esto si los ricos obtienen gran parte de sus rentas no de su trabajo, sino de los activos que poseen? ¿Y qué pasa si las 40 Rocinante grandes riquezas proceden cada vez más de la herencia, y no de la iniciativa empresarial? Piketty muestra que estas preguntas no son improductivas. Las sociedades occidentales anteriores a la Primera Guerra Mundial efectivamente estaban dominadas por una oligarquía cuya riqueza era heredada, y su libro argumenta de forma convincente que estamos en plena vuelta hacia ese estado de cosas. Por tanto, ¿qué tiene que hacer un conservador ante el temor a que este diagnóstico pueda ser utilizado para justificar una mayor presión fiscal sobre los ricos? Podría intentar rebatir a Piketty con argumentos reales; pero hasta ahora no he visto ningún indicio de ello. Antes bien, como decía, todo ha consistido en descalificar. Supongo que esto no debería resultar sorprendente. He participado en debates sobre la desigualdad durante más de dos décadas y todavía no he visto que los “expertos” conservadores se las arreglen para cuestionar los números sin tropezar con los cordones de sus propios zapatos intelectuales. Porque se diría que, básicamente, los hechos no están de su parte. Al mismo tiempo, acusar de ser un extremista de izquierdas a cualquiera que ponga en duda cualquier as- pecto del dogma del libre mercado ha sido un procedimiento habitual de la derecha ya desde que William F. Buckley y otros como él intentaran impedir que se enseñase la teoría económica keynesiana, no demostrando que fuera errónea, sino acusándola de “colectivista”. Con todo, ha sido impresionante ver a los conservadores, uno tras otro, acusar a Piketty de marxista. Incluso Pethokoukis, que es más refinado que los demás, dice de El capital que es una obra de “marxismo blando”, lo cual solo tiene sentido si la simple mención de la desigualdad de riqueza te convierte en un marxista. (Y a lo mejor así es como lo ven ellos. Hace poco, el exsenador Rick Santorum calificó el término “clase media” de “jerga marxista”, porque, ya saben, en Estados Unidos no tenemos clases sociales). Y la reseña de The Wall Street Journal, como era de esperar, da el gran salto y de alguna manera se las arregla para enlazar la demanda de Piketty de que se aplique una fiscalidad progresiva como medio de limitar la concentración de la riqueza —una solución tan estadounidense como el pastel de manzana, defendida en su momento no solo por los economistas de vanguardia, sino también por los políticos convencionales, hasta, e incluido, Teddy Roosevelt— con los males del estalinismo. ¿De verdad que esto es lo mejor que puede hacer The Journal? La respuesta, aparentemente, es sí. Ahora bien, el hecho de que sea evidente que los apologistas de los oligarcas estadounidenses carecen de argumentos coherentes no significa que estén desaparecidos políticamente. El dinero sigue teniendo voz; de hecho, gracias en parte al Tribunal Supremo presidido por John G. Roberts, su voz suena más fuerte que nunca. Aun así, las ideas también son importantes, ya que dan forma a la manera en que nos referimos a la sociedad y, en último término, a nuestros actos. Y el pánico a Piketty muestra que a la derecha se le han acabado las ideas. Rocinante 41 VOCACIÓN Y EMPLEO Se amplía mercado laboral para quien estudia Lengua y Literatura Es una de las carreras más atractivas en la educación a distancia. La condición indispensable: ser buen lector L La literatura te posibilita conocer más el mundo, tu vida y la de los demás. Pero, como dijo Sartre en su ensayo ¿Qué es la literatura?, “esta no es una beca que te pagan para suspirar”. Es un oficio que te socializa y te abre muchas puertas de trabajo. Su herramienta es la palabra al servicio de todos. Si te gusta leer y tienes tiempo, podrás disfrutar de una labor grata que te cultiva como ser humano y a la vez, te permite vivir dignamente cumpliendo tareas que cada vez son más necesarias en una sociedad intercomunicada. Galo Guerrero, Director del Departamento de Lenguas Modernas y Literatura de la Universidad Técnica Particular de Loja, afirma que los espacios donde sus egresados pueden poner en práctica sus conocimientos están no solo en las instituciones educativas donde podrán ejercer como maestros, 42 Rocinante sino en otros ámbitos como los medios de comunicación, donde podrán hacer desde corrección de estilo, reseñas de libros, entrevistas, hasta redactar noticias, artículos, reportajes, crónicas. En el campo editorial también hay plazas de trabajo como ser editores, prologuistas, lectores de originales, programadores de colecciones, etc). También puede desempeñarse como promotor cultural y organizar eventos, seminarios, talleres, recitales, presentaciones de libros, etc. De igual manera, en el campo digital es cada vez más necesaria la presencia de profesionales de la lengua que puedan alimentar páginas web, blogs o analizar contenidos, formular mensajes institucionales, publicitarios, discursos, etc. Otro campo profesional es el de la pedagogía de la literatura que permite escribir textos para colegios y universidades, para el sector editorial y cultural. Cabe mencionar que dentro de esta profesión hay un área de investigación que no está suficientemente atendida, la investigación lingüística; a pesar de ser un país multilingüe carecemos de investigaciones significativas, a sabiendas de que las bases científicas de la lingüística sirven no solo para profundizar el conocimiento de nuestro idioma materno, sino también el sistema de otras lenguas; por lo tanto, hay muchas cosas por hacer y descubrir en este ámbito. Ser docente de Lengua y Literatura P Para quienes tengan la vocación de enseñar, esta es la mejor área en la que pueden realizarse, ser docente de Lengua y Literatura, tal como lo explica David Olivier Denis Choin, de origen francés, profesor de Fonética y Fonología de la UTPL, requiere de una gran cultura general que involucra conocimientos de historia, arte, economía, sociología, etc., un dominio de la historia de la literatura española/hispanoamericana desde la Edad Media hasta el s. XXI, el conocimiento de las principales corrientes de la Rocinante 43 VOCACIÓN Y EMPLEO teoría de la literatura, una gran capacidad reflexiva y analítica y, sobre todo, supone haber leído muchísimas obras literarias y de teoría de la lengua”. Paralelamente a las funciones docentes, los profesores suelen realizar funciones de (especialmente investigación en el ámbito universitario), de formación permanente y tareas organizativas o directivas en los centros docentes. Una de esas funciones es la denominada función tutorial, que consiste en la dirección de las actividades de investigación a cargo de los estudiantes, como en las monografías y tesis. Lengua y Literatura a distancia F Fátima Alfonso Pinto, docente de Literatura española, dice que esta modalidad difiere en varios aspectos de la presencial; sin embargo, la autodisciplina es la que define el éxito, “ya que tú puedes estudiar a cualquier hora del día o de la noche y en el lugar que desees; si bien cuentas con la asesoría de profesores que estarán pendientes de tus avances en el aprendizaje, quien construye y monitorea tu proceso académico eres tú mismo; siempre tendrás muchas lecturas por realizar, te irás familiarizando con la escritura, por ende, con una buena ortografía, facilidad y claridad para formular ideas, tanto en lo que se escribe como en lo que se habla. Tal vez parezca estricto y muy demandante, sin embargo, no hay mejor forma de estudio que la que tú mismo organizas, en tu espacio, acompañado de una buena taza de café, al aire libre, en la biblioteca, quizá con la música de tu preferencia, así incluso se hace mucho más fácil asimilar e interiorizar los conocimientos”. Como lo asevera Ángel Darío Gaona, profesor de Literatura ecuatoriana: “El estudiante debe entender el rol que juega en su propia educación, y saber que no se puede conformar únicamente con lo que el profesor le brinda, siempre es necesario ir más allá, dar toda la magnitud al concepto del que nace la educación presencial o a distancia: tu profesión debe de ser no solo una actividad, sino, el marco de tu vida”. Carlos Carrión y Galo Guerrero 44 Rocinante 26 de julio 62 años del asalto al Cuartel Moncada “En cuanto a mí, sé que la cárcel será más dura de lo que ha sido para quienquiera, cargada de amenazas, de viles y cobardes provocaciones, pero no la temo, de igual manera que no temo la rabia del tirano que quitó la vida a 70 de mis hermanos. Condénenme, poco importa; la historia me absolverá”. Fidel Castro Rocinante 45 TEATRO Una antología de guerreras teatrales 1 11 autoras. 16 textos dramáticos. Una antología de dramaturgas españolas del siglo XXI. Si alguien quiere pasar desapercibido en el mundo literario, nada mejor que ser dramaturga, puesto que el teatro es el género más orillado y la condición de mujer siempre ha estado menospreciada en dicho ámbito. El libro Dramaturgas del siglo XXI (Cátedra) reconoce la labor de estas “guerreras” teatrales y difunde sus últimos textos creativos inéditos. Las autoras seleccionadas son las consagradas Antonia Bueno, Itziar Pascual, Carmen 46 Rocinante n Carlos Ferrer Himerlind, crítico, dramaturgo Resino, Beth Escudé, Gracia Morales, Juana Escabias y Aizpea Goenaga. También las jóvenes Diana I. Luque, Lola Blasco, Vanesa Sotelo y Diana de Paco. Sus obras quieren convertirse en discursos cívicos y en amplificadores culturales y pretenden, de igual modo, afirmar su propia identidad. Para ellas, el teatro tiene la responsabilidad de contribuir a fomentar la igualdad entre mujeres y hombres y la eliminación de comportamientos y contenidos sexistas, que supongan discriminación entre mujeres y hombres. Una de las preocupaciones habituales de las dramaturgas españolas actuales es el lenguaje y la adopción de una clara actitud de compromiso, es decir, una experimentación con el lenguaje dramático por medio de una búsqueda formal exigente y arriesgada y unos contenidos vinculados al tema de la violencia mediante una actitud crítica y una airada reacción ante las lacras y las injusticias de la sociedad. La respuesta que dan tiene forma de obra teatral. La selección E En la antología, Vanesa Sotelo critica las manipulaciones a las que ha sido sometido el cuerpo de la mujer en Kamouraska, en donde confirma que el hilo común de sus piezas es la violencia. A su vez, el texto de Lola Blasco Ni mar ni tierra firme es una recreación de La tempestad de Shakespeare, mientras que Todo por un euro, de Antonia Bueno, es una incursión por los siete pecados capitales y UTA3736, de la misma autora, un grito de justicia por un accidente de metro sin responsables políticos enjuiciados. Si Diana de Paco lleva a cabo, en El asegurado, una indagación en la realidad de los seguros médicos, Juana Escabias reflexiona en La fiesta acerca del precio que puede pagarse por las erróneas acciones cometidas, en lo que es una caricatura dialogada para descubrir a un impostor. En La imagen de los sometidos, de Diana I. Luque, la verdad virtual se impone a la realidad, y en Una luz encendida, de Gracia Morales, predomina el miedo al otro y la incomunicación. Si Beth Escudé denuncia la marginación de la mujer inmigrante en El impronunciable jardín de Chiswick, Aizpea Goenaga alerta de las mutilaciones provocadas por el maltrato y la humillación en Lola Blasco su pieza Invisible. Finalmente, Princesas de Itziar Pascual, tiene como eje central el tema de los sueños, siendo un homenaje velado a la amistad entre mujeres. Las autoras seleccionadas responden a un cuestionario sobre la situación del teatro actual, la contribución de las dramaturgas en la redefinición de conceptos como identidad o corporeidad, la labor de las creadoras como productoras de sus propias obras, los premios literarios o la presencia en el teatro actual de la violencia de género o la emigración, entre otras cuestiones. Este es uno de los valores añadidos del libro, puesto que conocemos de primera mano algo no habitual en las antologías, la opinión fundamentada de las autoras acerca de temas literarios. Para el editor Francisco Gutiérrez Carbajo, la escena española “está viviendo una de las etapas de mayor excelencia de la historia”. Ahora es el turno del lector de ratificar este juicio. Rocinante 47 MÚSICA La revista Traversari toma la voz cantante de la música hecha en Ecuador E El primer número de la revista Traversari de investigación sonora y musicológica es un homenaje al músico Pedro Pablo Traversari y al museo de instrumentos musicales que lleva su nombre. Pero, además, quiere llenar un vacío en la vida editorial del país: el análisis y la difusión de la música y de los estudios e investigaciones musicales, ya interiores al arte de los sonidos, ya de carácter histórico. Como lo reconoce alguna de sus páginas, desde la desaparición de Opus, patrocinada por el Banco Central del Ecuador y dirigida (cuando no orientada a fondo) por Arturo Rodas, no contaba el país con una publicación periódica dedicada a este aspecto de la cultura. De entrada, conviene señalar el mérito de la iniciativa y los riesgos de la misma. Si Rodas fue el alma de Opus, se pregunta uno si no se ha de asignar el mismo papel, para Traversari, a Juan Mullo. Es 48 Rocinante n Bruno Sáenz A, escritor, académico evidente que, sin la presencia de un promotor decidido, tareas como la actual no tendrían lugar. Pero no lo es menos que tales proyectos se colocan a medio camino entre las obras personales y la conciencia institucional. De allí que, si llega a faltar el mencionado promotor, se da un cambio de autoridades o determinada limitación presupuestaria, el ente patrocinador simplemente abandona la publicación o la cierra con las debidas formalidades (aparte del gesto que demuestra educación, el resultado es idéntico…). Habría que pedir a la Casa de la Cultura, y no solo en el momento actual, que no se conforme con el rol de amable posada para Traversari, sino que la adopte como a su hija, propia, natural. Este primer número de la revista se mueve, si se quiere, alrededor de tres ejes: los archivos y museos de instrumentos musicales, entre otros, el Pedro Traversari, confiado a la Casa de la Cultura, no sin visos importantes de análisis organológico; una semblanza del propio Pedro Traversari, que en conjunto bien puede calificarse como un homenaje a su memoria, y un artículo enfocado hacia la creación musical, el descubrimiento de una de las Suites Ecuatorianas de Segundo Luis Moreno. Al lado de tales ejes temáticos, se ha de encontrar una referencia más o menos amplia a la memoria musical del país, y de paso a la Radiodifusora de la Casa, y otras a la música popular urbana y rural, no alejadas de las intenciones analíticas y de reflexión de la revista. Un poco al azar, reviso los artículos que se refieren al “santo patrono” de la publicación (La sonoridad del instrumento musical del pasado en la heterogeneidad del oído actual, de Juan Mullo, Colección de instrumentos Pedro Pablo Traversari, de Norberto Novik, Pedro Pablo Traversari, ícono de la música del Ecuador, de Carlos Freire Soria), que quieren constituirse en mucho más que un homenaje al compositor, para abarcar análisis de organología y musicología. El último de los tres persigue a grandes rasgos la biografía y las tareas cumplidas por Traversari, poco conocidas, sea como compositor, sea como investigador de tendencia nacionalista, a la vez americanista, sin contradicciones (muchos de sus escritos siguen inéditos), sea como maestro o como coleccionista de instrumentos. Estimo que vale la pena destacar, entre los diversos estudios que integran la revista, pese a la injusticia evidente de dejar de lado a muchos de ellos, el trabajo titulado Una partitura olvidada, escrito por Gustavo Lovato, que se ocupa de la Suite ecuatoriana número 3 de Segundo Luis Moreno, conservada en manuscrito. El breve ensayo informa sobre la autoría de la obra, su estructura general, el proceso de su composición, la relación de la obra académica (si se quiere) con las danzas autóctonas y criollas a las que alude. El tono de esta colaboración concuerda con el del corpus de Traversari, preocupado por llevar los temas al alcance del profesional y del profano, sin traicionar la seriedad de las consideraciones musicales y de los planteamientos efectivos. Rocinante 49 COSMOS En busca de un mismo vacío n Bernardita Maldonado, poeta, docente E Escritores y científicos registran el mundo con fórmulas, con simbologías, con palabras. Ciencia y literatura se encaminan a responder las interrogantes humanas planteadas desde el principio de los tiempos y las posibles respuestas están plasmadas en los libros, científicos o literarios, aunque esta difusa línea divisoria se ha ido desvaneciendo. Toda disciplina científica es tratada en la literatura y, a su vez, la literatura de ficción está nutrida por la ciencia, por lo tanto, literatura y ciencia se imbrican, generan vasos comunicantes, se traban. Muchos científicos se han transformado en involuntarios hombres de letras, debido a que han tenido que adaptar la aridez del discurso científico a numerosos lectores con la finalidad de divulgar los avances de la ciencia. Literatura y ciencia generan un parale- 50 Rocinante lismo, ambas parten de la realidad como un problema, las dos anhelan desentrañar los misterios del universo y del hombre, comparten la misma inventiva y la misma preocupación. La literatura de ciencia ficción parte de los descubrimientos de la ciencia. No obstante, hunde sus raíces en tiempos lejanos. Cyrano de Bergerac, Francis Godwin o Luciano de Samosata –quien en su Historia Verdadera hace referencia a un viaje a la luna– son evidencias de esta retroalimentación. Uno de los libros científicos más vendidos es la obra de Charles Darwin La evolución de las especies, para citar tan solo uno de los más famosos. Independientemente del periodo y del campo abordado por cada una de ellas, arte y ciencia hacen posible la comprensión de la realidad, pues las dos tienen como objeto de su búsqueda Literatura y ciencia anhelan desentrañar los misterios del universo y del hombre, comparten la misma inventiva y la misma preocupación y se dan la mano para ampliar sus públicos. lo intangible: el vacío. ¿Cómo se originó el universo? ¿Estamos solos en él? ¿Cuál es el sentido de la vida? ¿En un futuro será posible transportarnos a otras galaxias? Estas son interrogantes planteadas en los libros, científicos o literarios. No hay un solo contenido de la ciencia que no se haya intentado responder desde la literatura. En las letras, casi ningún saber ha sido ignorado. Galileo, Descartes o Einstein plantearon las mismas dudas que persisten en la literatura. Isaac Asimov construyó obras con toda la rigurosidad de la ciencia, pero también Yuli Kagarlitski relacionó la literatura fantástica con el mito y estableció un acertado paralelismo entre ambos. La novela ha reflejado una inquietud por lo que la ciencia pueda crear, como en el caso de Frankenstein o el moderno Prometeo (1818), de Mary W. Shelley (excelentemente traducido al castellano por Francisco Torres Oliver); La máquina del tiempo (1895), de Herbert George Wells, o De la tierra a la luna (1865), del celebérrimo Julio Verne. Así mismo, la ciencia es capaz de hallar mecanismos para trasladar sus avances a un numeroso grupo de lectores. Richard Feynman (19181988), Carl Sagan (1934-1996) o Stephen Hawking (1942), por citar unos pocos, son científicos que representan una clara confluencia entre la ciencia y la preocupación humanista por difundirla a través de un lenguaje que la acerque a la obra literaria. Definitivamente, leamos lo que leamos de unos o de otros no nos iremos con las manos vacías, tendremos más respuestas, pero también nuevas inquietudes para ser resueltas, de nuevo, en los libros Rocinante 51 LITERATURA FRANCESA Subastan manuscritos del más irreverente del siglo XX Cinco manuscritos del novelista, poeta y dramaturgo francés Jean Genet (1910-1986) –tres de ellos inéditos– fueron puestos en subasta en París. Los originales proceden de la familia de una librera, quien los había recibido a cambio de entregar libros a un Genet con pocos recursos económicos. E El autor de una docena de libros, entre los que se destacan la novela Santa María de las flores y la obra autobiográfica Journal du voleur (Diario de ladrón) y que en vida mereciera un libro de Jean Paul Sartre, San Genet: comediante y mártir, llevó un trajín de vagabundeo y llegó a estar encarcelado en prisiones de varios países europeos acusado de robo y prostitución. “Algunos de los originales que salieron a subasta no se habían publicado y tampoco eran conocidos entre los especialistas”, ha explicado el experto en manuscritos de la casa de subastas Drouot, Thierry Bodin, quien señaló que los textos permitirán profundizar en la obra de Genet. 52 Rocinante Uno de los manuscritos inéditos es Le Prétexte, formado por 62 páginas que combinan reflexiones y poemas sobre la homosexualidad, el amor y la muerte tratados con brutalidad. Algunos fragmentos del texto, escrito entre 1953 y 1954, se publicaron en la revista fundada por Jean Paul Sartre, Les temps modernes, pero la mayor parte de esta obra inacabada no salió a la luz. Según ha explicado Bodin, Genet no llegó a terminar el libro porque se enfrascó en su redacción en un momento en el que se encontraba “paralizado, aterrorizado por la responsabilidad”, ya que la editorial Gallimard acababa de publicar tres volúmenes de sus obras completas. Finalmente, el escritor francés “salió de este callejón sin salida gracias al teatro”, ya que logró terminar en 1956 la obra Le balcon, una comedia ambientada en el burdel de una colonia. Otro de los manuscritos inéditos que se presentan en la puja es una primera versión escrita entre 1956 y 1957 de la pieza Les Paravents (1961), que provocó un gran escándalo cuando se representó por primera vez en el teatro Odéon, de París. Hubo, incluso, manifestaciones delante de la sala como protesta por las críticas de la obra hacia la acción del ejército francés en la guerra de Argelia. “Esta primera versión, que incluye dibujos de la escenografía, fue completamente transformada”, ya que Genet eliminó algunas escenas y añadió otras, según señaló el experto de la casa de subastas. También hay fragmentos nunca publicados en el texto autógrafo Le Funambule (1957), un ejercicio poético que combina verso y prosa y que está dedicado a su amante, el acróbata Abdallah Bentaga. Asimismo, salen a la venta dos borradores de L’Atelier d’Alberto Giacometti (1955-1957), que permiten ver la génesis de esta obra mayor de la crítica de arte. De hecho, el pintor Pablo Picasso aseguraba que se trataba del mejor ensayo sobre arte contemporáneo y el propio Giacometti consideraba el texto como su comentario preferido sobre sus esculturas y pinturas. “Los borradores permiten ver cómo Genet reescribía los textos hasta la perfección, suprimiendo algunos pasajes”, explicó Bodin, quien destacó la obsesión del escritor por buscar la belleza de estilo. El autor francés, uno de los grandes literatos del siglo XX, se sirvió de sus duras experiencias vitales para iniciar una controvertida carrera en el mundo de las letras que le valió el título de poeta maldito. Abandonado por su madre cuando tenía siete meses, Genet fue confiado a unos campesinos de la región francesa de Morvan, situada al este del país. Cuando todavía era un niño, a los diez años de edad, fue acusado de robo e internado en un reformatorio del que se fugó poco después, iniciando así una vida de trotamundos que le llevó por toda Europa. En 1948, estuvo a punto de ser condenado a cadena perpetua en la Guyana francesa, pero fue perdonado gracias a la intervención de intelectuales franceses como Jean Paul Sartre y Jean Cocteau, quien pronosticó que Genet sería “uno de los más grandes escritores de la lengua francesa”. Rocinante 53 ENSAYO Una de las catástrofes de la ’experiencia’ del mundo moderno C Cada vez somos más indefensos de nosotros mismos porque se ha dado un encajonamiento, una domesticación de la voz inicial (la de la necesidad y el presagio) hasta convertirla en velo que no deja mirar el deseo, sino la apariencia, la mimetización y finalmente la farsa. El punto de vista de Benjamin en su libro El narrador se fundamenta en que precisamente esta matriz es la que permite tener una noción rigurosa de lo que, en esencia, se juega en el ejercicio narrativo. Y quizá también, de cierto modo, en la experiencia. La novela, sin ir más lejos, es un producto técnico que nace con la imprenta y, como señala Walter Benjamin, tiene una “dependencia esencial del libro”. Es una escritura tecnológicamente mediada para la circulación de discursividades debilitadas en su comunicabilidad. Su consecuencia más palmaria: queda desplazada 54 Rocinante la comunidad y se instala en el centro de cualquier relato el individuo en solitario. Con esto interrumpe el carácter artesanal de toda narración y, además, provoca “la ruptura de la tradición oral” de la que esta dependía. La prensa, en este contexto, sería el punto más alto de la serialidad y la universalidad. La inagotable “información periodística homogeniza todo contenido de experiencia” y modifica su temporalidad al basarse en un “presente perentorio y fugaz” que comúnmente denominamos actualidad. Asimismo, Benjamin acentúa que esta “reclama una pronta verificabilidad” y “es indispensable que suene plausible”. La información está dirigida a “in-formar a los sujetos receptores, determinando su interés” que, ya sabemos, no es el propio. Todo lo que narra es tan débil como lo narrado. MEMORIA De venta en los puestos de películas. Rocinante 55 LECTURA La fábrica de los portentos n Sergio Ramírez El sultán tiene ya tres años de ejecutar cada noche a las doncellas que le son dadas por esposas cuando Scherezada entra por primera vez a su lecho C Cuando hablo delante de un auditorio acerca de la pasión, o el vicio de la lectura, y alguien me pregunta por mi libro preferido, respondo que Las mil y una noches. En árabe, mil y una noches significa infinidad de noches. Por eso el temor de Borges a la locura ante la prueba de leerlas o escucharlas todas. Lo infinito no es sino la locura misma. Las caravanas llevaban las historias hasta los hakawati, los cuenteros, que en las plazas y mercados se ganaban la vida relatando a viva voz aventuras prodigiosas a un auditorio que los escuchaba embelesado; y allí, otra vez, las historias volvían a ser transformadas, tanto en la cabeza y en la lengua de quienes las contaban, como en las de quienes escuchaban; y estos a su vez repetían sus propias versiones en los establos, los mesones, las barbe- 56 Rocinante rías, los harenes, las cárceles y las cocinas. De boca del cuentero a la boca de sus oyentes, entre los que se hallaban las esclavas y eunucos que repitieron esas historias sabias y a la vez descabelladas al oído de la princesa Scherezada, quien habría de contárselas a su vez, para salvar la vida, al sultán homicida que no se saciaba en su venganza contra las mujeres porque su esposa lo había engañado con un esclavo. Y esos cuentos cambiarán otra vez en boca de ella. Las variaciones de la imaginación también son infinitas. Para un niño ávido y curioso este libro tiene una ventaja inigualable, y es que puede empezar a leerlo por cualquier parte, eligiendo cualquiera de los cuentos. Lo mismo ocurre con un adulto, que no precisa seguir el orden estricto en que los cuentos están presentados, salvo que, en la secuencia que les da la propia Scherezada, quien debe mantener interesado al sultán para no perder la cabeza bajo el alfanje del verdugo, la historia se prolongue más de una noche antes de alcanzar su desenlace. Pero yo recomendaría comenzar siempre leyendo el relato inicial, aunque después variemos el orden de la lectura a nuestro gusto, pues así vamos a enterarnos del porqué de la venganza del sultán, que es el porqué de aquella numerosa sucesión de relatos. Ese primer cuento, a manera de una columna vertebral, ofrece no solo una estructura, sino también una tensión a todo el conjunto. A Scherezada, la que cuenta cada noche, le debemos el sentido unitario del libro, que de otra manera quedaría desperdigado. El sultán tiene ya tres años de ejecutar cada noche a las doncellas que le son dadas por esposas cuando Scherezada entra por primera vez a su lecho. Su venganza es contra la mujer que lo traicionó, que quiere decir contra todas las mujeres. Y el plan de Scherezada es mantener despierto al sultán con las historias que cada noche va a contarle. Mientras leemos, no sabemos si el sultán va a aburrirse una noche de tantas y al amanecer ordenará la ejecución de la narradora. Si eso ocurriera, este libro de vida tan precaria, porque depende del capricho de un déspota, acabaría en el mismo momento como si nos lo quitaran de las manos. Pero Scherezada no solo se salva de la muerte, sino que salva también a las mujeres del reino, a todas esas niñas que al crecer serían desfloradas y luego decapitadas. Y nos ha salvado también a nosotros los lectores, que podemos terminar de leer el libro que ha durado esos largos tres años en ser narrado. Las historias han pasado de boca del cuentero callejero a la de ella, Scherezada; o, viceversa, es él quien alimenta su repertorio de lo que ella cuenta cada noche en la alcoba. Y así los dos ganan su vida. Uno se salva del hambre, la otra, de la muerte. Rocinante 57 PREMIOS Tres premios literarios, en manos latinoamericanas Leonardo Padura El cubano Leonardo Padura, el argentino Ricardo Piglia y el colombiano Pablo Montoya fueron distinguidos con sendos premios por su obra literaria el mes pasado. Cada uno representa una voz particular, pero entre ellas, varias líneas se entretejen. L La novela policial, la literatura sobre literatura y la novela histórica fueron premiadas el mes pasado. En efecto, el narrador habanero Leonardo Padura, creador de uno de los personajes más célebres de la literatura hispanoamericana contemporánea –el detective Mario Conde–, obtuvo el Premio Princesa de Asturias. El argentino Ricardo Piglia, experto en desdoblarse, maestro en el arte de desprenderse del autor para escuchar a sus personajes, pero también extraordinariamente hábil para hacer de la reflexión ensayística una obra literaria novelada, obtuvo el premio Formentor de las 58 Rocinante Letras. Y el colombiano Pablo Montoya Campuzano, un autor silencioso, discreto, huidizo y “desconocido”, que prefiere anclar su ejercicio literario en la recreación del pasado, fue el ganador del Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos. De Padura no podemos esperar menos que su despliegue de talento y su empeño en sorprendernos. Es característica su destreza para ir de aquí hacia allá entre el tiempo histórico y la apertura al riesgo del futuro. Quizás por eso, el director de la Real Academia Española, Darío Villanueva, lo describió como un autor “arraigado en su tradición y decididamente contemporáneo; un indagador de lo culto y lo popular; un intelectual independiente, de firme temperamento ético”. Piglia, en cambio, es beneficiario de una casualidad casi mística: el premio con el que se lo ha distinguido ya lo obtuvo en su momento Jorge Luis Borges, un personaje que ha ocupado gran parte de las páginas de sus libros, como en El último lector, en donde Borges, esmerado hasta parecer un poseído dentro de una fotografía, trata de descifrar las líneas de un libro y –sin saberlo– provoca una profunda indagación acerca de la relación entre el lector-escritor y el texto, y viceversa. El jurado del Formentor de las Letras dijo de Piglia que es “autor de una obra narrativa que se desenvuelve armónicamente entre la originalidad, la cultura popular y la tradición más exigente”. Pero si algo resaltó este jurado, liderado por Basilio Baltasar, es el rasgo más notoriamente pigliano: hacer literatura sobre la literatura. Y es que el mayor mérito que tiene la obra de Piglia es brindar nuevos horizontes en el uso de mecanismos narrativos, y lograr originalidad. Montoya, en cambio, es un caso peculiar: en un país cuya literatura se ha concentrado, durante los últimos años, en la narconovela y demás expresiones ligadas a la violencia provocada por el conflicto interno colombiano, Tríptico de la infamia es una novela histórica. Se ubica en el siglo XVI pero explora el tema del exilio, el desarraigo, el destierro. La intención de Montoya ya se vislumbró en su obra Lejos de Roma, publicada en el 2008, y dedicada al destierro de Ovidio. Y esta vez, su Tríptico no es más que un reflejo de su admiración por Flaubert, a quien calificó como “un maestro de la novela histórica”. Pero también están entre sus referentes el cubano Alejo Carpentier, el argentino Mujica Láinez o la belga-estadounidense Marguerite Yourcenar. Ricardo Piglia Rocinante 59 PREMIOS La personalidad artística tan versátil de Padura motivó que el jurado destacara su acercamiento a las tradiciones populares sin descuidar el vínculo con los círculos del poder político y con quienes deciden cómo debe escribirse la historia. “Desde la ficción, Padura muestra los desafíos y los límites en la búsqueda de la verdad. Una impecable exploración de la historia y sus modos de contarla”, se lee en el veredicto del jurado. Con Piglia, un autor que domina a sus públicos por su histrionismo y su visibilidad – en televisión, con el ciclo en el que hablaba sobre Borges, en el cine, como guionista, y en la música como compositor de una ópera basada en su novela La ciudad ausente–, se salda una deuda a tiempo. A pesar de sus setenta y cuatro años y de la esclerosis que lo aqueja, su vigencia –reflejada en la producción de los últimos dos años: una antología personal, la novela El camino de Ida, las clases y conversaciones La forma inicial y sus diarios de Emilio Renzi, que serán publicados en septiembre– se consagra con este premio. Pero, más temprano reconocimiento aún es el que merece Pablo Montoya. Preocupado siempre por explicar sus mayores inquietudes a través de 60 Rocinante la indagación en los contextos, Montoya fue antologado ya por su compatriota Juan Gabriel Vásquez –ganador del Premio Alfaguara de Novela 2011, con su obra El ruido de las cosas al caer–, gracias a un mérito: el uso eficaz del mito griego como metáfora de la realidad de Medellín, donde Montoya volvió después de vivir un tiempo en París. Tres premiados que portan distintas voces de una misma región. Tres premiados que, además, reflejan contextos socioeconómicos y motivaciones estéticas diferentes, pero pertenecientes a un mismo universo geográfico. La historia de un proceso político polémico, bajo el lente de la ficción, el humor y la ironía, en Padura. El oficio del orfebre de las palabras, del que disecciona los sentidos e inventa textos paralelos a los textos, en Piglia, y el cuasi anónimo que se rebela como explorador de su pasado para explicarse los acontecimientos de su generación y de las que le suceden, en Montoya. •El Premio Princesa de Asturias entrega una escultura diseñada por Joan Miró, 50.000 euros, diploma y una insignia. • El premio Rómulo Gallegos, que se otorga en Venezuela, entrega 100.000 dólares. •El premio Formentor 50.000 euros. Pablo Montoya CANCIÓN La clase media La clase media, la clase media esa que arriba y resortea esa que alaba y ningunea la clase media es un horror. La clase media, la clase media esa que abaja y sobajea esa que sube y se marea la clase media es un doctor. La clase media, la clase media la que se acusa y se culpamea la que se aplaude y felicitea la clase media es un ascensor. La clase media, la clase media la perniabierta que se hamaquea la que se ofrece y se contonea la clase media es un timador. La clase media, la clase media la que convive y se codea la que en sí misma se columpea la clase media es un bailador. La clase media, la clase media la que en ayunas se vitrinea la que se endeuda y turistea la clase media es un comprador. La clase media, la clase media esa que cede y se menea esa que huye y se manosea la clase media es un colador. La clase media, la clase media que se disfraza y que se pajea la que se ahoga y no patalea la clase media es un error. La clase media, la clase media la que se sube por la polea o la que cae sin dar pelea la clase media es lo peor. Tomado de la novela Pájara la Memoria, de Iván Égüez, 1985 Rocinante 61 La Casa de las Américas convoca para el año 2016 a la LVII edición de su Premio Literario. En esta ocasión podrán concursar obras inéditas en los siguientes géneros y categorías: a) cuento, b) teatro, c) ensayo de tema artístico-literario y d) Premio de estudios sobre las culturas originarias de América. Además, se convoca a la literatura brasileña (con libros de no ficción escritos en portugués y publicados en esa lengua durante el bienio 2014-2015), y a la literatura caribeña en francés o creol (con libros publicados durante el período 2012- 2015). Los autores concursantes en cuento, teatro, ensayo de tema artístico-literario, así como en el Premio de estudios sobre las culturas originarias de América deberán regirse por las siguientes Bases 1. Podrán enviarse obras inéditas en español. Se considerarán inéditas aun aquellas que hayan sido impresas en no más de la mitad. 2. En cuento y teatro solo podrán participar autores latinoamericanos, naturales o naturalizados. 3. Por el premio de ensayo de tema artístico-literario y el Premio de estudios sobre las culturas originarias de América podrán concursar también autores de cualquier otra procedencia, con un libro sobre la América Latina o el Caribe, escrito en español. En el segundo caso, el libro debe ajustarse al tema convocado. 4. Los autores deberán enviar dos (2) ejemplares impresos en un tipo y tamaño de letras perfectamente legibles, a espacio y medio y foliados. Las obras no excederán en ningún caso de las quinientas (500) páginas. 5. Ningún autor podrá enviar más de un libro por género, ni participar con una obra en proceso de impresión, aunque esté inédita, o que haya obtenido algún premio nacional o internacional u opte por él mientras no se haya dado el fallo del Premio Casa de las Américas. Tampoco podrá participar en un género en el que hubiera obtenido ya este Premio, en alguno de los cuatro años anteriores. 62 Rocinante 6. Se otorgará un premio único e indivisible por cada género o categoría, que consistirá en 3000 dólares o su equivalente en la moneda nacional que corresponda, y la publicación de la obra por la Casa de las Américas. Se otorgarán menciones si el jurado las estima necesarias, sin que ello implique retribución ni compromiso editorial por parte de la Casa de las Américas. 7. Las obras serán firmadas por sus autores, quienes especificarán en qué género o categoría desean participar. Es admisible el seudónimo literario, pero en este caso será indispensable que lo acompañe de su identificación. Los autores enviarán sus respectivas fichas biobibliográficas. 8. La Casa de las Américas se reserva el derecho de publicación de la que será considerada primera edición de las obras premiadas, hasta un máximo de 10 000 ejemplares, aunque se trate de una coedición o de reimpresiones coeditadas en un plazo de cinco años. Tal derecho incluye no sólo evidentes aspectos económicos sino todas las características gráficas y otras de la mencionada primera edición. 9. Las obras deberán ser remitidas a la Casa de las Américas (3ra y G, El Vedado, La Habana 10400, Cuba), o a cualquiera de las embajadas de Cuba, antes del 31 de octubre del año 2015. 10. Los jurados se reunirán en La Habana en enero del año 2016. 11. La Casa de las Américas no devolverá los originales concursantes. 12. El incumplimiento de alguna de estas bases conduciría a la invalidación del Premio otorgado. La Casa de las Américas anuncia que una vez más entregará tres premios de carácter honorífico. Dichos premios (José Lezama Lima, de poesía; José María Arguedas, de narrativa, y Ezequiel Martínez Estrada, de ensayo) se otorgarán a obras relevantes escritas por un autor de nuestra América, cuya primera edición en español sea de los años 2013 o 2014. En el caso de los libros de ensayo se tendrán en cuenta también aquellos sobre tema latinoamericano y caribeño, publicados asimismo en español, sea cual fuere la nacionalidad de sus autores. Las obras concursantes podrán ser enviadas por sus autores, editores, o por un Comité creado al efecto. Rocinante 63 CENSURA He leído una novela pornográfica U n Iván Ulchur Collazos ¡Uyuyuy! ¡Atatatay! ¡Qué asquerosidad! Acabo de leerla en Quito. Recuerdo que, como tragón estudiante de literatura, colombiano y vecino de la vaina caleña, en una conventual Popayán, leí novelas de Hernán Hoyos. Eran libros cuya desafiante sexualidad de piernas abiertas comentábamos con el 64 Rocinante crítico irreverente Bruno Mazzoldi en los patios de la Universidad del Cauca. Hernán Hoyos se vendía como pandebono caliente, pues a nadie se le había ocurrido escandalizar ( “epater la bourgeoisie,,” nos explicaba el profe Bruno) a la “godarria” o conservatismo colombiano. A Hernán se lo leía del mismo modo cómo él distribuía sus “opúsculos”: a escondidas y con la pose de izquierdistas; es decir, si eras de izquierdas, línea progre, podías pornoliberarte de mojigaterías pequeñoburguesas. Si pertenecías a una línea más puritana y sectaria, leer a Hoyos era poco menos que una profanación de la moral que hacía honor a esa intolerancia estalinista impuesta por el camarada zdhanov. Por esos días se hablaba de Hernán Hoyos como de un descarriado y talentoso narrrador; también merodeaba ‘Octavio Paz’ , un doble caleño que repartía su poesía semejante a la de Octavio Paz, el poeta Nobel mexicano. Se decía que la estrategia literaria de Hernán Hoyos era meramente comercial y no descarto tan “protervos” propósitos que exhibían todo el arsenal pornográfico entreverado en narraciones muy bien logradas que leíamos en olor de lectores delincuentes o depravados. Ahora, la recién bautizada editorial El Fakir, de Álvaro y Gabriela Alemán, se ha propuesto publicar a autores anticanónicos y cuasiolvidados. En el margen también se juega bien, se gana poco y se divierte muchísimo. He regresado al tiempo de estudiante temeroso y me he leído la novela paródica 008 contra Sancocho. En ella Hernán Hoyos, octogenario que abandonó la literatura y trabaja de mecánico, deja ver a un consumado conocedor de la novela policíaca y a un excelente narrador paródico, hilarante por todos los costados. A estas alturas de la vida, su contenido pornográfico no tiene el efecto de literatura para ‘viejo verde’, sino una muestra marginal de novela caliente bien facturada en la que Sancocho, un gigante asesino, aparece al final de la novela, fulminado por la Beretta “olorosa a pólvora” del héroe de lengua lujuriosa, agente Jaime Abondano. Para curarme en salud, alegaré lo que alegábamos en ese tiempo feliz cuando nos pillaban leyendo La colegiala: lo del porno es por no dejar; lo interesante son los actantes y los oponentes. Rocinante 65 VIAJES LITERARIOS Savater, un viajero del tiempo Las ciudades y los escritores es un libro que funciona como guía de turismo literario. El filósofo y escritor español Fernando Savater se transforma en un explorador, casi en un arqueólogo y hasta funge de historiador para mostrarnos a varios escritores fundamentales de la literatura universal a través de los espacios que frecuentaron en las ciudades donde vivieron. C Como si se hubiera embarcado en la tan soñada máquina del tiempo, Fernando Savater pasó de la Buenos Aires de Borges, durante el siglo XX, a la Florencia medieval que vio pasear por sus senderos a Dante. En la Praga de un Kafka insomne; en la Lisboa donde convivieron Pessoa y su barbero; en la Londres de Virginia Woolf o en la bullente París que entremezclaba las letras, los libros y los cuerpos 66 Rocinante de Sartre, Camus y Simone de Beauvoir, Savater cumple con el rol de un explorador inmortal capaz de contar su propia vida a través de la vida de sus escritores predilectos. Se trata del libro Las ciudades y los escritores, que Random House Mondadori, con su colección Debate, puso en circulación en el 2013. Muchos escritores han indagado en la obra de sus principales referentes. Algunos, incluso, se han concentrado en muy pocos, y sobre esa exploración han construido sus propios edificios literarios. Sin embargo, hay muchas rutas para aproximarse a los escritores de cabecera. Una es la aventura de conocer a los que uno prefiere a través de sus obras –esta es la más común, la más obvia–, practicar el ejercicio cómplice entre un lector curioso y un imaginero que queda temporalmente relegado al nombre que consta en la portada, al menos mientras dura la lectura. El lector concede que se le mienta, que con su mente alguien invisible haga malabares y hasta intente trastornarla. Pero, otra es la aventura en la que se internó Savater: viajar en el tiempo y en la distancia para comprender el hábitat de los escritores a quienes él sitúa entre los más importantes de la literatura universal. ¿Qué prefería tomar Pablo Neruda con sus amigos? ¿Cuál era el plato preferido de Octavio Paz y qué restaurantes frecuentó? ¿Cuáles son los castillos dantescos que el escritor perennizó en La divina comedia? Savater se sumerge en un viaje de experiencias literarias en el que, al mismo tiempo que nos retrata a Stevenson, a William Butler Yeats, a Chateaubriand, a Cervantes, a Lope de Vega, a Quevedo y a Pío Baroja, se representa a sí mismo. Savater está construyendo una autobiografía literaria en su afán por mostrarnos a los famosos escritores de a pie. Savater está demostrando en este libro su propia condición de filósofo e investigador, y nos confiesa también esa pasión absolutamente obsesiva por explicarse el sentido de su vida en el mundo, mediante las experiencias cotidianas de sus escritores más admirados. Sin embargo, es necesario decir, también, que el estilo casi novelesco que imprime Savater en buena parte de su texto se interrumpe con las entrevistas que intercala con sus observaciones. Cada capítulo que el español dedica a uno o más autores, pero a una sola ciudad, se compone de un relato inicial que atrapa porque parece un cuento. Transporta. Cautiva. El lector no puede evitar sentirse caminando codo a codo con el autor de turno en la ciudad de turno. Savater cumple así la función de guía turístico y nos muestra los edificios emblemáticos, los rincones bohemios, los puertos, los mercados, los edificios, de ciudades que han cambiado muchísimo. “Una gran ironía de la rivalidad de estos autores –cuenta, un suspicaz Savater que funge a ratos de historiador– es que Cervantes vivió en Rocinante 67 VIAJES LITERARIOS la que hoy se conoce como la calle Lope de Vega. Lope de Vega, en tanto, en la que hoy se llama calle Cervantes. Lope era un dramaturgo de éxito, adinerado, amado por el pueblo y por las mujeres, mientras que Cervantes era un novelista poco reconocido y sin dinero. Tan paralela discurrió su vida que, además de vivir separados solo por unos metros, se dice que compartieron amante, como también la devoción por el convento de las Trinitarias”. Pero, enseguida, aparece una entrevista que el lector podría tomar como una zancadilla, si no fuera porque en cada uno de estos diálogos hay alguna revelación curiosa que devuelve el relato a su tono primordial. El capítulo dedicado a Octavio Paz contiene la que podría ser la cota más alta de todo el libro: una magistral conversación con el escritor Juan Villoro, quien, entre otras cosas, sueña con la posibilidad de crear “una maravillosa antología poética de la desaparición del cielo en México”, por culpa de la contaminación. Con Paz, en su tierra, el autor cuestiona el problema tan extendido de que no nos sea posible, como lectores, dividir la obra de un autor de sus posturas políticas, muchas veces contradictorias o hasta inconsecuentes, si las vemos a simple vista. ¿Se pue68 Rocinante de desmerecer el valor de la obra literaria de Pessoa o de Borges utilizando como argumento sus declaraciones políticas o ideológicas? ¿Acaso podemos atribuir una etiqueta ideológica a toda la obra poética de Neruda? Lo que hace Savater en Las ciudades y los escritores, es literatura pura, pues nos posibilita el viajar como él, con él. Nos lleva de la mano de los célebres personajes que han escrito parte de la gran literatura de todos los tiempos. Nos conmina a mirar del otro lado de la ventana hacia el pasado histórico y desenterrar anécdotas. No sería posible entender El proceso, de Kafka, sin contemplar los edificios de juzgados en Praga. Tampoco podríamos atrevernos a dimensionar la bibilioteca eterna de Borges si no estuviéramos –al menos con la imaginación que nos despierta Savater– en la Biblioteca Nacional de Buenos Aires, de la que él fue director. No sería imaginable comprender la imaginación de Stevenson sin entender su compleja relación con Edimburgo y su débil estado de salud. La de Savater es una apuesta por conocer a nuestros escritores más allá del fantasma en el que los convierten –muchas veces– sus libros. MAL HUMOR Todas y todos a una n Por Fuenteborreguna –Ve, dicen que le han nombrado Ministro de Cultura a Guillaume Long. –Paz en su tumba. W –En serio, dicen que va a fortalecer la identidad nacional firmando la hoja de asistencia al ministerio como Guillermo Longo. W SECOM Y si nuevas cadenas preparas… te jalo la cadena. W Corrupción: La Contraloría ha pedido a la Asamblea que archive la Ley de la oferta y la demanda. W Preguntan por un sexólogo en el Palacio y el guardia le dice que vaya a la oficina del segundo piso y pregunte por el doctor Alexis Mera, especialista en aconsejar a las mujeres para que se mantengan vírgenes a los 40. W La Ley de Herencias fue presentada con caracter urgente y retirada con caracter urgentísimo. el Jefe las tablas de la ley de herencias todos tienen la boca abierta, pero nadie entiende porqué duele tanto si era con anestesia y golpe blando. W Por las encuestas de popularidad no hay que confundir al Pepe Pancho con el Papa Pancho. W El Papa no le dijo al Presi Hijo mío, sé tolerante como era Santa Mónica con el roñoso de su marido, sino: Che, dejáte de boludeces, no tengás bronca con esos maulas atorrantes. W Lasso y Rodas se confiesan con el Papa arrepentidos de haber dicho malas palabras. Si el Jefe no dice la última palabra, la ministra no sabe si construir el puente a lo largo o ancho del río. W Platos típicos: fanesca de opositores, chanfaina de borregos, locro de Papa, mote pillo, jugo de plusvalía. Impuestos. W Aspirante a primera dama: Corbata de Lasso. W El gabinete parece gabinete dental porque cuando explica Rocinante 69 SOPA DE LETRAS Show gástrico P Pero de lo que quería hablarles era de mi show gástrico. El drama empieza minutos antes de sentarme a la mesa a compartir el ágape distendidamente, relajadamente. Pues no. Viene la sopa y la obligación mecánica de recoger el líquido, subir serenamente el líquido a la boca y tragarlo gustosamente. Pues no. Ese acto que cualquier comensal da por subentendido o subascendido, se vuelve una tortura sico-fisio-cardio-equilibrante. Uno deja de ser un viejo vigoroso, cazador de pulso y tino, para volver a la infancia chorreando la mesa, dirigiendo y digeriendo las gotas del locro hacia la nariz. Mientras la espalda encorvada arrima caninamente la cabeza al fondo de la taza, el despelote se estabiliza con el segundo plato, sólido, concreto y el sudor avanza a la taquicardia y el desánimo porque los alimentos no son bien digeridos e ingresan a la glotis enteritos. El tembloroso está tan concentrado en su lucha marina que no acierta a ponerse al día en temas de conversación y su silencio es la respuesta filosófica al pacífico, amoroso, sensual almuerzo. Todos se levantan y el héroe cómico se queda en la 70 Rocinante retaguardia clavándole inmisericordemente su lanza a un indefenso guerrero llamado frijol. La cuchara es el gran coequipero porque es ancha, no cortante y autosuficiente. En esta segunda batalla, la cuchara entra como el instrumento más útil. Yo la prefiero al trinche o tenedor: levanta al pedacito de carne fácilmente y se la puede llevar a la boca sin tanto correveidile. Hummm, ¡qué delicia! ¡Qué suculento almuerzo!: un frijol cayó en desgracia y el vencedor hace respiración budista y la baba le chorrea como un río lento por las comisuras. Por segundo ocasión aludo a la savia saliva. En consecuencia, bien pueden llamarme Alí Baba pues mi temblor parkinsónico afecta a la zona cerebral productora de saliva y me he vuelto un viejo baboso, pues boto abundante baba cual tierno guagua con oso baboso. Deduzco entonces que lo único necesario para mi sobrevivencia socializadora son un sorbete para atinarle certeramente al líquido y un babero que retenga los inesperados restos de comida mal dirigida por el vetusto niño. (Tomado de Memorias, dolencias y violencias de Iván Ulchur Collazos, 2015) La morcilla es mi Heloisa P Pues repito que don García la erró, y lo he de repetir ante Dios y los hombres, y de ello me tengo que lamentar todos los días y noches de esta miserable existencia terrena. ¡Dar el hombre en la flor de amontonar para que se comiesen la polilla y ratones millares de libros en los cuales a lo más las arañas habían de deletrear la futileza y vanidad de las ciencias! ¿No acertara más si nos diera en vez de libros libras de queso de Roquefort y salchicha de Italia, seguro de que le daríamos de ella exacta cuenta?... traernos aquí sus astrónomos, y químicos, y geólogos, y físicos, y botánicos, y qué se yo qué otros fósiles de las escuelas europeas, para que nos dijesen: las estrellas son estrellas, y los ácidos, ácidos, y piedras las piedras, y las palancas, palancas, y yerbas y flores las flores y las yerbas! ¿No acertara más en traernos buenos cocineros que enseñasen a mechar cabritos, y escabechar conejos, y componer suculentos rellenos para pollos y patos?... Y no diga usted, señor, que voy mezclando berzas con carpachos en este escrito; a falta de pan, buenas son tortas; y sea de cocina propia o cuya, digo de nacional o extranjera, todo es comer: y ajustadas mis cuentas, eso me daría que me presentasen una lonja de vaca estofada en Berlín, o que aquí mismo me la Rocinante 71 SOPA DE LETRAS estofase un cocinero alemán, o algún ecuatoriano discípulo suyo. Venidas por telegástrofo [la red telegastrófica nos pondría en correspondencia con todas las fondas, cocinas y bodegas del mundo] o aderezadas en Quito, la sopa es sopa y la menestra, menestra, y a la postre todo pasa por el gaznate. Con que si el bueno de don Gabriel no nos dio telegástrofo con las muy reverendas sumas desperdiciadas en obras públicas, y en ver modo de aclimatar en nuestro suelo las ciencias, y en fundar casas de educación y caridad que no se comen ni beben, ¡diéranos a lo menos queso de Roquefort y salchicha italiana, y cocineros que nos pusiesen la mesa a pedir de boca! Pero la erró el hombre, la erró; y se andaba muy pegado al observatorio astronómico, ¡como si de sus torres nos hubiesen de bajar rebanadas de sol y luna, con salsa preparada en las cocinas de Júpiter o Mercurio! (…) Los poetas y literatos dizque pueden pasarse de claro en claro y de turbio en turbio 72 Rocinante sin acordarse del fin para que naturaleza nos dio los dientes, muelas y tragadero; y oigo que hasta les parece deshonestidad hablar del estómago y digestión.: por manera que el telegástrofo ha de ser en concepto de ellos prosaico invento, bueno para gente grosera y rústica; que ellos almuerzan octavas reales dedicadas a sus soñadas Beatrices, comen elegías y sonetos a sus Lauras imaginarias y cenan amorosisímas cartas a sus Heloisas intangibles y etéreas que les corresponden desde sus áureos alcázares de la fantasía. Con perdón de ustedes, ¡badulaques! Nunca supieron qué es bueno. Pues para mí la morcilla es mi Heloisa, y mi Laura y mi Beatriz. Y ¡qué ojillos matadores con los que me mira la picaronaza cuando la tengo humeante en el plato! Aquello es para perder los estribos de la circunspección y la prudencia. Y cuando la pincho con el tenedor, ¡qué dengues y aspavientos tan zalameros! (Tomado de José Modesto Espinosa, Artículos de costumbres) CONCURSOS BASES 1. Podrán participar los escritores ecuatorianos de hasta 30 años de edad, a la fecha del cierre de esta convocatoria, en la categoría de poesía. 2. Deberá enviarse un libro de poesía inédito, o de poemas inéditos, con libertad de tema y forma, en castellano, con la extensión mínima de 40 cuar- tillas y la máxima de 120 cuartillas (páginas), en un archivo adjunto en pdf., con un tipo de letra Times New Roman (12 puntos) o Arial (12 puntos). Las páginas estarán numeradas. 3. Las obras se enviarán por e-mail a la siguiente dirección: [email protected], siempre que en la dirección del remitente no figure el nombre del autor ni ninguna señal que permita identificarlo. La orga- nización se pondrá en contacto con el autor, de resultar ganador, por e-mail, para que nos proporcione su identidad y los datos necesarios. 4. El libro concursante deberá ser inédito, no haber sido premiado con anterioridad o estar participando paralelamente en otro concurso, ni encontrar- se sometido a proceso de dictamen editorial. 5. El plazo de admisión de los libros finalizará el 10 de septiembre de 2015. 6. El ganador verá publicado su libro por Rastro de la Iguana ediciones, con un tiraje de 1000 ejemplares del que recibirá 200 ejemplares. El autor premiado será invitado a presentar el libro ganador dentro de la progra- mación del Festival Desembarco Poético en Guayaquil, durante el mes de octubre de 2015. 7. Un jurado internacional compuesto por poetas o escritores y editores de reconocido prestigio, cuyos nombres se harán públicos en el momento del fallo, resolverá cuantas incidencias pudieran surgir en el curso de sus delibe- raciones sobre los libros seleccionados, y su fallo, que será inapelable, tendrá lugar la primera semana del mes de octubre de 2015. De así considerarlo el jurado otorgará una o dos menciones de honor. 8. No podrá declararse desierto el premio. Y el fallo oficial se publicará en las páginas del Festival Desembarco Poético en Guayaquil (www.festivaldesem- barcopoetico.com) y de la Universidad de las Artes (http://www.uartes.edu.ec). Rocinante 73 PALABRAS DE CINE Aloft Un viaje al reencuentro L FICHA TÉCNICA ALOFT Directora: Claudia Llosa Elenco: Cillian Murphy, Jennifer Connelly, Mélanie Laurent, Zeth McGrath Duración: 122 min. n Juan F. Jaramillo La maternidad yace en la médula de Aloft, una cinta llena de misterio y belleza natural, dirigida por la peruana Claudia Llosa. No es una maternidad que deba entenderse en el sentido clásico. Jennifer Connelly interpreta a Nana Kunning, una madre que abandona a su hijo Ivan (Zen McGrath), luego de un desafortunado accidente, y se convierte en una sanadora, capaz de curar a personas de enfermedades terminales. Antes, al principio del filme, es ella quien recurre a un sanador conocido como El Arquitecto, quien construye extrañas estructuras con ramas, para que cure a su otro hijo, Gully (Winta McGrath). Algo sucede dentro de la edificación, y es ella quien, al parecer, adquiere el don de sanar, luego de abrazar a otro niño. 74 Rocinante La cinta transcurre entre los momentos que llevan al fatal accidente y 20 años después, cuando la periodista Jannia Ressmore (Mélanie Laurent) busca a Kunning para un reportaje y da primero con Ivan, ya adulto, interpretado por Cillian Murphy. Ivan, que vive con su hijo y su esposa, parece haber encapsulado sus sentimientos. Lo único que calma su ira reprimida es su pasión por los halcones. Un ave siempre lo acompaña. Acaso la manera de aferrarse a la inocencia. De cierta manera, Ivan se parece al personaje de Fausta en La teta asustada (La cinta del 2009 con la que Llosa ganó el Festival de Berlín y fue nominada a un Oscar a mejor filme extranjero), una mujer que se cierra al mundo tras ‘heredar’ los traumas de la violencia en Perú, a través de la leche materna. Aloft, en cambio, transcurre en el frío del norte canadiense y del Ártico, con un hielo que surge como una nada sobrecogedora que revela los miedos y ecos del pasado. El personaje de Laurent tiene sus propias motivaciones para buscar a la sanadora, pero sin duda, es la excusa para el posible reencuentro de la madre con su hijo, el McGuffin, en términos de Hitchcock. A la larga, lo que hace Nana tiene un interés menor en el desenlace. Quien sostiene la cinta es Murphy, capaz de mostrar ira, compasión y miedo en fracciones de segundo. El actor irlandés es el medio perfecto para hilvanar la fragmentada historia. Conelly, al parecer más fría, nunca abandona ese hálito maternal del principio de la cinta, aunque es una persona trans- formada, acaso por su don y su propio sentido de culpa. El título de esta cinta (Aloft, que significa En alto) es una referencia a los halcones adiestrados, que permanecen como la única conexión entre madre e hijo. Llosa bien pudo haber concebido esta cinta en el frío andino, con curanderos indígenas y cóndores. Trasladarla al norte canadiense es un riesgo narrativo. No es fácil plasmar esa visión tan personal a otro ámbito. Pero la directora peruana es fiel a su narrativa y maneja bien los temas: el aire, el hielo, el abandono. Aloft no es una cinta que pretenda dar claridad, opta más bien por una mirada reflexiva en donde no caben las respuestas sencillas. Esto puede resultar frustrante para una audiencia acostumbrada a principios con final. Eso explica, en parte, por qué la crítica estadounidense no ha recibido bien este filme, que fuera selección oficial en el último Festival de Berlín. Queda claro que Llosa gusta de explorar la catarsis humana alrededor de lo mítico y lo natural. Pero su narrativa es todo menos convencional. Rocinante 75 NOVELA Rayo, un hombre dispuesto a todo Los celos son uno de los elementos desencadenantes en la novela de Luis Zúñiga, pero la escritura los desplaza hacia la experiencia del desarraigo, la desolación y la pena C n Arístides Vargas, dramaturgo, actor Como vengo del mundo del teatro, a veces me cuesta mucho disociar lo que leo, de las proyecciones teatrales imaginarias. Teniendo en cuenta que mi dominio de estructura y estilo novelístico es muy pobre, he podido acercarme a esta novela desde la perspectiva de un lector que, como yo, solo puede leer e impresionarse con aquello que percibimos como carencia en nosotros y como presencia en el discurso imaginario. Siempre me llamaron la atención los niveles que componen una novela y, en ella, los elementos que constituyen un héroe; es decir, las decisiones que un personaje común 76 Rocinante debe de tomar para que su vida adquiera una dimensión ejemplar, aunque él no se lo haya propuesto. No creo que Héctor, por ejemplo, haya pensado ser un héroe clásico en el momento en que Aquiles sitiaba su ciudad. No. Creo que sus preguntas eran tan hondamente humanas que cualquier ciudadano se las hubiese hecho; eran comunitarias en el sentido que Héctor buscaba el bien para sí, y, por ende, el bien de sus conciudadanos. Él no eligió ser sitiado, pero sí podía elegir las respuestas que debía dar. De esa decisión dependía la grandeza o pequeñez de sus actos. Estos ejemplos de vida y muerte han forjado cierta moral entre los hombres, aunque en otros tiempos vemos a menudo una falta de heroicidad, quizá porque los actos de grandeza están indefectiblemente ligados a una dimensión ética que le da sentido frente a una comunidad. Por otro lado, Faustino Rayo no es un individuo tal como podemos ser nosotros. Lo obvio sería decir que es un personaje de una novela y nosotros no. Pero hay una razón más profunda que nos distancia: Rayo es una energía, una fuerza inmersa en una trama que no eligió. Los motivos que le llevan a hacer lo que hace no solo que responden a un ser, sino a una acción. Por ello dudo que los celos lo hayan llevado a un asesinato, aunque la novela no lo niegue. Esta es una de las virtudes de este libro, que no pretende que los celos estén ausentes de la historia; al contrario, es uno de los elementos desencadenantes de la misma. Pero el énfasis en la escritura se desplaza desde el tópico del hombre celoso hasta hacernos vivir la experiencia del desarraigo, la desolación y la pena. Estos sentimientos se relacionan con los celos, pero en sí no se identifican con ellos. Rayo se siente engañado porque la criatura que él creía pura es en realidad impura e indigna, pierde la noble imagen de la persona. Me refiero a aquella que guarda en su memoria, porque todo parece indicar que este personaje no ama a una mujer sino a un cúmulo de virtudes supuestas, donde conviven un pasado feliz, un afecto generoso, una tierra que era su tierra y le contenía. No necesita una justificación para morir, puesto que los héroes trágicos están dispuestos a todo. Necesita una justificación para matar, porque allí se encuentra la inocencia que el victimario niega concederse. Solo así los lectores podemos sentir compasión porque también está muy justificado en el deseo tan común de matar todo aquello que nos degrada como seres humanos. Fragmento del Prólogo a Rayo, Casa de la Cultura Ecuatoriana, 2015 Rocinante 77 TEATRO El arte y oficio del Pato Vallejo El libro Relámpago sobre el lago, coeditado con la Casa de la Cultura, recoge ensayos, reflexiones, artículos y entrevistas sobre dramaturgia, y ya se encuentra en librerías y salas de teatro. E n Beatriz J. Risk, crítica mexicana de teatro El libro Un relámpago sobre el lago, de Patricio “Pato” Vallejo, gestor teatral y fundador del grupo Contraelviento, como él mismo nos lo contó un 2 de enero de 1991, es un tejido de ensayos, reflexiones y lúcidas entrevistas de lo que sin duda será un aporte esencial a una historiografía que está por hacerse, la del teatro experimental independiente de su tierra natal, Ecuador. Construido alrededor de una temática que sondea las coyunturas de la creación teatral, sobre todo en el aspecto directoral, Vallejo Aristizábal nos brinda una radiografía de su paso y preparación por y para las tablas. En gran 78 Rocinante medida autodidacto, en su constante búsqueda de una metodología apropiada que lo aproximara a su quehacer teatral, asume a los maestros consagrados a quienes menciona, comenzando con Stanislavski, el de las acciones físicas; Meyerhold, el creador de la biomecánica; Grotowski, “el hacedor de puentes entre lo que se encuentra oculto y lo que está visible” en un arte dirigido escuetamente al cuerpo del actor; los impulsadores de la “creación colectiva” en América Latina: Buenaventura y Santiago García, para quienes el quehacer teatral y el compromiso político y social con su medio eran parte del mismo proceso; y sobre todo su dilecta maestra, para quien todo el libro es un homenaje latente, María Escudero, del famoso Libre Teatro Libre, de Córdoba, Argentina, quien, a finales de los años sesenta salió al exilio y echó fuertes raíces en Quito, la ciudad que lo vio crecer. Para Vallejo, el hombre de teatro debe estar siempre en una posición de rebelión y cuestionamiento para que su arte tenga la posibilidad de trascender. Eugenio Barba también halla su lugar aquí, no solo por su conocido concepto del teatro antropológico, al que Vallejo se suma, entendiéndose como el estudio del comportamiento biológico y sociocultural del individuo en una situación de representación, sino también el de la expresividad, que ha tenido gran repercusión en una buena parte de los teatristas latinoamericanos. En este sentido, sin duda, nuestro director lo señala mejor que muchos cuando habla de su propio quehacer teatral: “El cuerpo del actor es un cuerpo puro, primitivo, atávico, carente de los esquemas y los límites que le impone la cultura, un cuerpo en contacto con el instinto, con la necesidad de la vida de reproducirse y defenderse, el cuerpo de la expresión”. Si la imagen de la descarga de un relámpago sobre un lago quieto, como metáfora de la irrupción de un escenario de la creatividad artística, funciona también como marco y fondo de sus reflexiones de este arte que todos amamos, el eco de su fulgor repercute largo rato en nosotros, al discurrir sobre el alcance de su visión en un campo que ha llegado a dominar como pocos hombres cabales en América Latina. Invitamos a todos los iniciados y no iniciados de este arte multifacético que es el teatro, a que se sumerjan en este lago en el que, estoy segura, encontrarán más de una sorpresa que los hará sopesar su propia posición en este mundo que compartimos todos. Rocinante 79 GENTE DE MENTE 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. ¿Cuánto sabes sobre Alejandro Moreano? Alejandro Moreano estudió la primaria en la escuela: a) Pablo Palacio b) Eugenio Espejo c) Agustín Cueva El pensamiento de Alejandro Moreano es de tendencia: a) Neoliberal b) Conservadora c) Marxista La revista que creó Alejandro Moreano junto con Francisco Proaño fue: a) Motocicleta b) Revista Z c) Pedrada zurda ¿En qué año Alejandro Moreano fue detenido y apresado? a) 1986 b) 1966 c) 1972 El título de la novela que publicó Alejandro Moreano en 1990 es: a) El devastado jardín del paraíso b) Ecuador: señas particulares c) El Apocalipsis perpetuo Dos ensayistas considerados los mejores del país, junto con Moreano son: a) Agustín Cueva y Abdón Ubidia b) Bolívar Echeverría y Benjamín Carrión c) Bolívar Echeverría y Agustín Cueva ¿En qué año se publicó El Apocalipsis perpetuo? a) 1999 b) 2006 c) 2001 El lugar donde Alejandro Moreano conoció a Ulises Estrella es: a) Café Amazonas b) La caverna c) Café 77 Los dos colegios donde Alejandro Moreano estudió la secundaria fueron: a) Colegios Nacional Mejía y Montúfar b) Colegios Benalcázar y Spellman c) Colegios San Gabriel y Benalcázar ¿A qué grupo literario se adhirió Moreano entre los años sesenta y setenta? a) Los tzántzicos b) Grupo de Guayaquil c) La generación de los decapitados Envía tus respuestas al mail: [email protected] 80 Rocinante SOLAPAS LITERARIAS ensayo Narrativa en la primera mitad del siglo XX E En Vanguardia y realismo en el Ecuador, Moreano ha recogido sus ideas más actuales acerca de los principales referentes de estos dos movimientos literarios que determinaron las dinámicas de la producción intelectual de la primera mitad del siglo XX. Pablo Palacio es el eje argumental para reflexionar sobre las vanguardias locales. La Generación de los 30 es la línea medular para explorar el realismo social. CAMPAÑA Últimos títulos N Nuevos títulos de la Colección Luna de Bolsillo al alcance de los lectores ecuatorianos. Colección Luna de Bolsillo Rocinante 81 SOLAPAS LITERARIAS CINE MÚSICA Cómo disfrutar de la ópera / Charles Osborne / Gedisa. De Aristóteles a Woody Allen Todo aquel que se sienta atraído por el género dramático y la música es un amante potencial de la ópera. Este libro está dedicado a él, pues se trata de una excelente introducción al tema. La ópera está considerada por muchos como el género más completo por sus posibilidades expresivas, ya que combina elementos tomados de las demás artes: teatro, música, canto, danza y escenografía. / Pedro Cano / Gedisa Se comienza por detectar en manuales de guión, como los de Blacker, Field o Comparato, que las ideas de la Poética de Aristóteles se encuentran en buena parte de las normativas técnicas que usan hoy los escritores para cine y televisión. Por eso resulta de gran ayuda poder recurrir a una orientación clara y bien fundada sobre las normas dramáticas clásicas y su vigencia en el presente. Se definen los géneros clásicos, como la epopeya, la tragedia y la comedia, y se muestra su pervivencia como prototipos. INFANTIL La alternativa para los más pequeños Revista Elé / Zonacuario La revista Elé es un ejemplo de originalidad y una iniciativa que atiende a un sector del público lector que siempre ha sido descuidado por la dinámica editorial. Este es el número 65 de esta publicación que está celebrando su décimo aniversario. Su lema ‘Leer, jugar y soñar’ resume la propuesta de contenidos que el personal de Zonacuario, creador y realizador, pone en circulación cada mes, y que cubre las necesidades formativas de los más pequeños, pues reúne aspectos lúdicos e informativos con un lenguaje claro y rigurosamente elaborado para motivar a los niños a la práctica entretenida de la lectura. 82 Rocinante SICOLOGÍA PEDAGOGÍA Educación interactiva / Marco Silva / Gedisa. En esta obra se construye un puente entre la pedagogía y la era digital, la sociedad de la información y la cibercultura, teniendo presente desafíos como la “infoexclusión” y el analfabetismo digital. Diario de una secreta simetría / Aldo Carotenuto / Gedisa. El autor del presente libro descubrió una larga correspondencia entre Sabina Spielrein, miembro de la primera Asociación Psicoanalítica, y las dos figuras de aquella época: Freud y Jung. Las cartas que durante muchos años ambos teóricos y fundadores escribieron a S. Spielrein ponen de relieve las sospechas y los rencores que se tenían entre sí, animadversión no siempre considerada con la delicada posición que debía sostener la joven correspondiente, debatiéndose entre el afecto y el odio, a la vez que luchando por mantener su autonomía intelectual y personal. POESÍA Poesía como pregunta irresoluble q|p / Jota Kintana En este conjunto poético experimental, la forma es la que predomina sobre el contenido, al menos en una primera instancia interpretativa. Después, esa instancia deja su paso a la asociación de ideas que complementen una sustancia semántica cruda, contundente, reveladora. Detrás de la apariencia entrópica que exhibe este conjunto de versos, pervive un reflejo de la inserción del espíritu humano en un entorno alienante y absolutamente vaciado. El puntal que fundamenta el texto es el lenguaje y su adecuada distribución en relación con los espacios, con los silencios, con lo no dicho. Rocinante 83 SOLAPAS LITERARIAS ECONOMÍA Y POLÍTICA SICOPEDAGOGÍA De cuerpo presente / Francisco Valera / Gedisa. Para las ciencias cognitivas, la experiencia humana es hasta ahora un hecho importante pero difícil de incluir como teme de investigación, Los autores se proponen ir más allá de esta limitación formulando una teoría de la circularidad transformacional entre mente y experiencia. De la riqueza al poder / Fareed Zakaria / Gedisa. ¿A través de qué mecanismos las naciones ricas se convierten en poderes mundiales? Fareed Zakaria analiza en el presente libro el caso más curioso de un poder en emergencia: el de Estados Unidos, la nación más rica del mundo ya en las últimas décadas del siglo xix y que, sin embargo, permaneció durante mucho tiempo en un lugar insignificante en el juego político internacional. DERECHO INTERNACIONAL Un recuento sobre arbitrajes Revista Afese / Varios autores Promover al Ecuador como el principal promotor en procesos de resoulción de controversias es el objetivo de la revista Afese, en su edición No. 60. La publicación del Servicio Exterior Ecuatoriano, miembro de la Federación Iberoamericana de Asociaciones de Servicio Exterior, trae reflexiones acerca del arbitraje papal que ayudó a superar la crisis de décadas que tanto Ecuador como Perú afrontaron. 84 Rocinante FILOSOFÍA ECONOMÍA ¿Y después de la crisis qué? / Jacques Attali / Gedisa. ¿Cómo hemos llegado a esta crisis económica mundial, la más compleja de la era moderna? El mundo parecía marchar de maravilla, el crecimiento económico era el más rápido y sostenido de la Historia... Todos los indicadores anunciaban que esa ola de prosperidad recorrería el planeta entero, gracias al alto nivel de ahorro y a unos extraordinarios progresos técnicos. Crítica de la moral afirmativa / Julio Cabrera / Gedisa. Al preguntar filosóficamente por el valor de la vida humana, se debe preguntar por el valor del ser mismo en cuanto tal, en su surgir, en su venir-a-ser, y no por el valor de este o aquel ente en particular. Lo afirmativo criticado en este libro se manifiesta en la convicción de que la teoría ética no debería preguntar directamente por el cómo-ser (como vivir bien, como ser feliz, etc.), dando así por ya respondida la pregunta más fundamental acerca del valor del ser mismo. NOVELA Jonas Jonasson y la fórmula de la nueva literatura La analfabeta que era un genio de los números / Jonas Jonasson Es la segunda obra de este escritor sueco que ya rompió las expectativas del mercado editorial con su primera novela, El abuelo que saltó por la ventana y se escapó. Esta es su segunda novela y, con un impacto similar al de su antecesora, apunta a convertirse en uno de los más brillantes registros literarios de los tiempos modernos. Un poco de humor, un talento indiscutible para el manejo del lenguaje y mucha investigación son los recursos que el ex periodista Jonasson pone sobre la mesa del laboratorio creativo para ofrecernos una obra maestra. Rocinante 85 Rocinante GALERIA Un acto de gratitud para la tierra Enrique Males (1942, Quinchuqui, Ibarra). Es músico autodidacta. Ejecuta instrumentos precolombinos e instrumentos de cuerda, viento y percusión. Ha grabado 18 LP, 12 CD y un documental. Ha ganado el Primer Premio Canción de los Andes por su trayectoria y aporte musical; el Premio Cubadisco 2011, de Cuba; Mención especial Premio Alba 2012, entre otros. 86 Rocinante P Patsak shimikuna-patsak yuyaykuna (Cien voces–cien pensamientos) es el último proyecto artístico del maestro Enrique Males. Esta es una apuesta por el rescate de los vínculos entre el ser humano y su entorno natural. Males ha trabajado una vez más en el universo sonoro, con una intención de expresar gratitud a la tierra y a los ancestros. Y lo ha hecho con su compañera, la artista Patricia Gutiérrez, quien cree que Patsak es la posibilidad de ver con claridad hacia los orígenes, hacia las raíces de la especie humana. Para ella, este proyecto “es un árbol genealógico, con raíces profundas”. El canto, para Males, siempre ha sido la herramienta más eficaz. A través de su voz, ha buscado interpretar el vínculo vital que la especie humana guarda con la naturaleza, pero que ha olvidado en su afán por separarse de ella mediante la intensiva avanzada de la modernidad. Este esfuerzo dio como resultado 23 canciones recogidas en dos cedés, que conjugan sonoridades ancestrales-andinas con otras que surgieron en épocas posteriores, de tintes más bien latinoamericanos. Enrique Males