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SALA 4. Desamortización: Convento de San Agustín. Miguel Ángel Núñez
CONVENTO CASA GRANDE DE SAN AGUSTÍN
El presente trabajo versa sobre la parte del fondo bibliográfico antiguo de la Biblioteca de la
Universidad de Sevilla que procede de la biblioteca del Convento Casa Grande de San Agustín
de Sevilla. Antes, empero, de afrontar dicho estudio, consideramos oportuna una introducción
sobre la presencia de la Orden en Sevilla y la historia del Convento de San Agustín.
1. El Convento de San Agustín Casa Grande de Sevilla.
La Orden de San Agustín adquiere un relevante papel en la historia de Sevilla. Por eso, en este
apartado expondremos de manera concisa la historia de dicha orden para centrarnos en el
convento de San Agustín1.
1. 1. La presencia de los agustinos en Sevilla.
La presencia de los agustinos en Sevilla se constata poco después de la Reconquista de la ciudad
por el rey Fernando III el 23 de noviembre de 1248. Las crónicas afirman que el primer
convento masculino de la regla de San Agustín que se estableció en Sevilla fue el Convento de
San Agustín o Casa Grande en 1249, aunque estudios recientes posponen esta fecha.
Posteriormente se llevan a cabo otras fundaciones vinculadas a la religión agustiniana como el
Convento de San Acacio a finales del siglo XVI, levantado fuera de la ciudad junto a la Cruz del
Campo, con la finalidad de dedicarlo a centro de estudios, después trasladado al centro de
Sevilla, a la calle de la Sierpe. Poco después, en 1624, se establece el tercer convento masculino
de la regla de San Agustín, el de los Agustinos Recoletos de Nuestra Señora del Pópulo, erigido
en el Arenal, junto a la Puerta de Triana y trasladado una década después al arrabal de la
Cestería.
En cuanto a los conventos femeninos fundados bajo la regla de San Agustín, como los
masculinos, desde el tiempo de la Reconquista, fue el primero el Convento de Agustinas de San
Leandro, que se establece en torno a 1260; originariamente ubicado extramuros de la ciudad,
cerca de la Puerta de Córdoba, en la actualidad en la plaza de San Ildefonso; en 1540 se erige el
del Dulce Nombre para recoger “mujeres arrepentidas”, situado en la calle Baños de la Reina
Mora; en 1571, el de Nuestra Señora de la Paz en la calle Bustos Tavera; y en 1591, el
Convento de la Encarnación, emplazado antaño en la plaza de la Encarnación y actualmente en
la plaza del Triunfo, frente a la Catedral. Sólo el primero y el último de los mencionados, el de
San Leandro y el de la Encarnación, han persistido hasta hoy.
La ley de desamortización y exclaustración dictada por Mendizábal en 1835 en tiempo del
reinado de Isabel II hizo que se suprimieran los tres conventos masculinos. Se abre desde
entonces un paréntesis en la historia de los agustinos en Sevilla hasta que en 1971 la Orden
decidió su restauración, primero en el Parque de las Naciones para trasladarse en 1976 al
colegio de la barriada de Santa Clara.
1
Uno de los estudios más actualizados sobre la orden de San Agustín en Sevilla es el siguiente: PASTOR TORRES,
Á, “Los agustinos en Sevilla”. En Órdenes y Congregaciones Religiosas en Sevilla. Sevilla, Ateneo y Cajasol, 2010,
pp. 186-241 (Con anterioridad, este mismo estudio se publicó en: PASTOR TORRES, Á, La muchacha de bronce de
Sevilla. Artículos y escritos hispalenses. Sevilla, Turris fortissima, 2006, pp. 125-193). En este estudio puede
consultarse una completa e interesante bibliografía.
Fondos y procedencias: bibliotecas en la Biblioteca de la Universidad de Sevilla
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SALA 4. Desamortización: Convento de San Agustín. Miguel Ángel Núñez
2. El Convento de San Agustín de Sevilla.
La Reconquista llevaba implícita la instauración de la vida y las instituciones anteriores a la
invasión musulmana en la Península Ibérica. De ahí que el rey Fernando III determinase, junto a
la conquista de las nuevas tierras, la implantación de la vida religiosa cristiana. De inmediato,
tras la reconquista de Sevilla, se posibilita la fundación de conventos y monasterios de las
principales órdenes religiosas, entre ellas las de la obediencia agustiniana. Diego Ortiz de
Zúñiga2 y otros cronistas señalan el año 1249 como la fecha fundacional de este convento. Sin
embargo, como se afirmó anteriormente, estudios posteriores apuntan que esto no sucedería
hasta final de siglo XIII, hacia 12923.
La fundación se levantó cerca de la Puerta de Carmona, extramuros de la ciudad. Poco después
cambia de lugar, pero en la misma zona, al nuevo solar donado por la familia Arias Yáñez. Más
tarde, en 1347, los Ponce de León, duques de Arcos, sucedieron a los Yáñez de Carranza en el
patronato y su cabeza, don Pedro Ponce de León erige su sepulcro familiar dentro de la iglesia,
en una parte del altar mayor. Se convirtieron, desde entonces, los Ponce de León en los patronos
de la comunidad Agustina, edificando incluso junto a la huerta del convento una mansión, la
“casa del duque”, residencia en Sevilla de los duques de Arcos, con comunicación directa al
convento.
El Convento Casa Grande era el principal convento agustino de los treinta y seis que poseía la
orden en la provincia hispalense, que se expandía por la zona occidental de Andalucía hasta bien
entrada Extremadura.
A mediados del siglo XIV se introdujo en la comunidad la claustra, un estilo de vida relajada,
que perduró hasta final del siglo XV en que regresó a la observancia regular. La relevancia del
Convento de Agustín Casa Grande se aprecia en la numerosa nómina de frailes ilustres por su
santidad, sabiduría, ciencia y arte.4
Del edificio conventual únicamente se conserva, aunque deteriorado, el refectorio5, pieza
excelente de estilo gótico. Los testimonios que nos han dejado hacen suponer que el edificio que
albergaba el Convento de San Agustín era de estilo gótico complementado posteriormente con
dependencias del Renacimiento y del Barroco. Teniendo en cuenta las noticias que nos han
llegado hasta la actualidad, nos podemos formar una descripción bastante acertada del Convento
Casa Grande. Se accedía, a través de un compás con una portada renacentista de Hernán Ruiz II,
a unas capillas externas que precedían el claustro principal en el que se levantaban dos pisos
mediante columnas con un jardín en el claro; este claustro estaba decorado con pinturas del
siglo XVIII. En torno a él se distribuían tres capillas: la del Cristo atado a la columna, la capilla
de los Vargas y la de la Correa. Además había otros dos claustros: el principal, el claustro de los
hermanos en el sector de los religiosos legos y el claustro chico. En la planta baja se ubicaba el
referido refectorio, algunas celdas muy amplias y la librería. A través de una escalera adosada al
refectorio se accedía a la planta superior destinada a las celdas de los frailes.
2
“Los conventos de San Benito, Santo Domingo, San Francisco, nuestra Señora de la Merced, la Santísima Trinidad,
San Agustín tuvieron sin duda desde luego principio en las casas que a sus religiosos se señalaron para alojamiento,
habiendo hallado en la conquista en sus sagrados ministerios; con que es igual su antigüedad, cuyo asiento tuvo
algunas mudanzas, que se referirán en sus lugares: justamente todos tienen por autor a San Fernando” (ORTIZ DE
ZÚÑIGA, Diego, Annales eclesiásticos y seculares de la muy noble y muy leal ciudad de Sevilla. Tomo I. Sevilla,
Ediciones Guadlaquivir, S. L., 1988, p. 59.
3
Véase: PASTOR TORRES, Á, o. c., pp. 190-191.
4
Ibidem, pp. 196-202. El autor menciona una pléyade frailes famosos procedentes de este convento.
5
El refectorio de este convento ha sido objeto de numerosos estudios. Baste citar el de MARTÍNEZ AGUIRRE, J.,
“El Refectorio de San Agustín y la asimilación del gótico en Sevilla”. Archivo Hispalense 75 (1992), pp. 109-129.
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La iglesia ocupaba uno de los lados del claustro. Dotada de gran riqueza y amplitud, se accedía
mediante un atrio con dos torres, la del reloj y la de las campanas. Es preciso destacar el altar
mayor con un retablo de 1664 de Bernardo Simón de Pineda. Entre sus capillas has que
mencionar la capilla del Santo Cristo de San Agustín, del lado del Evangelio, y en el de la
Epístola la capilla de San Nicolás de Tolentino. A los pies de la iglesia se encontraba un coro
alto y un sotocoro con decoración de yesería.
Además el Convento Casa grande estaba dotado de una huerta de amplia extensión.
En la actualidad pervive del convento el susodicho refectorio, la escalera principal en mal
estado y parte de la iglesia entre edificaciones de viviendas, con entrada por la calle Luis
Montoto.
En su conjunto, el convento de San Agustín poseía un gran patrimonio artístico, pues al valor
arquitectónico del edificio y de la iglesia se añaden excelentes piezas pictóricas y escultóricas 6,
obras de grandes artistas del Gótico, Renacimiento y Barroco. Cabe destacar el Santo Cristo de
San Agustín por la devoción entre el pueblo sevillano. Se trataba de una imagen gótica, de
cabellera natural. Tras la desamortización pasó a la iglesia de San Roque pero se perdió,
quemada, en 1936.
3. La desamortización del Convento de San Agustín.
El 30 de septiembre de 1835 se produce la exclaustración de los frailes del convento y unos
meses más tarde, el 8 de marzo de 1836, la desamortización mediante la cual el patrimonio del
convento es expropiado. Todo en cumplimiento de la mencionada ley de Mendizábal. A partir
de este momento el edificio pasó por ocupaciones diversas: utilización del ejército, presidio
carcelario, también se ubicaron algunas oficinas de Hacienda; el claustro quedó relegado a
mercado público; en una sección se construyeron viviendas,… Al final, empero, exceptuando la
zona de las viviendas, todo terminó en el abandono y acabó en un edificio en ruina. En los años
80 fue adquirido por la gerencia de urbanismo y, desde entonces, han surgido diversas ideas en
cuanto a su utilización (en 1994 hubo un intento baldío de reconstruir el claustro para dedicarlo
a centro cultural).
Tras la desamortización, la colección pictórica que poseía se almacenó
‹‹en la Catedral, en el Hospital, en los conventos de San Buenaventura y San Pablo o
en las casas particulares de los comisionados de la desamortización. Se hizo una
selección para llevar al Museo de Bellas Artes, los demás se pusieron a subasta
pública (…) Hoy se pueden contemplar muchas de estas obras de arte en museos
españoles y extranjeros. Podemos ver en el citado artículo de Antonio Iturbe, las
obras que se conservan y tener noticia de muchas de las perdidas o en paradero
desconocido. Por su parte, Emiliano Sánchez ofrece 34 fotografías de bellas obras de
pintura, la mayoría procedentes de San Agustín y algunas del Pópulo››7.
6
Pueden consultarse las fichas de la iconografía de este convento en ITURBE SÁIZ, A., “El convento de San
Agustín de Sevilla y su patrimonio artístico”. Revista agustiniana, XXXV (1994), pp. 861-909; SÁNCHEZ PÉREZ,
E.: “La orden de San Agustín en Sevilla y patrimonio pictórico de los conventos del Pópulo y San Agustín”. En
AA.VV, Iconografía agustiniana. Congreso Internacional de Historia de la Orden de San Agustín. Roma, 2001, pp.
369-395. En su conjunto formaba una extraordinaria colección con pinturas de Herrera el Viejo, Murillo, Rubens,
Ruiz Soriano, Sánchez Cotán, Valdés Leal, Vargas o Zurbarán; y esculturas de Juan de Mesa, Martínez Montañés,
Juan de Astorga o Pedro Delgado, entre otros.
7
CARMONA MORENO, Félix, “Conventos agustinianos de Sevilla y su desamortización”. En CAMPOS Y
FERNÁNDEZ DE SEVILLA, F. J., La desamortización: el expolio del patrimonio artístico y cultural de la Iglesia
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SALA 4. Desamortización: Convento de San Agustín. Miguel Ángel Núñez
La biblioteca, enriquecida con legados a lo largo de los siglos de existencia del convento, en su
mayor parte pasó con la desamortización a la entonces llamada Biblioteca Provincial y de la
Universidad de Sevilla. Aunque hubo numerosas e importantes pérdidas, muchos de sus
volúmenes forman parte en la actualidad del fondo histórico de la misma.
2. El fondo histórico de la Biblioteca de la Universidad de Sevilla.
El fondo antiguo de la Biblioteca de la Universidad de Sevilla procedente del Convento de San
Agustín se compone de 1878 libros. En este apartado realizaremos un estudio general sobre los
mismos, desde su estado de conservación hasta la temática de los mismos pasando por su
procedencia, publicación y el análisis de algunas de las obras.
1.
Estado de conservación y encuadernación.
La mayoría de estos libros se encuentran en un estado aceptable y sólo una pequeña parte están
en un grado de deterioro considerable, aunque, como es obvio, en todos se aprecian los vaivenes
del paso del tiempo.
En relación a la encuadernación, prevalecen aquellos cuya cubierta es de pergamino (116 libros,
lo que equivale al 62,03%). Éstos se presentan sólo en pergamino o bien pergamino sobre
cartón; en algunos casos aparecen restos de correas de cierre. En cuanto al número de
ejemplares, le sigue la cubierta en piel (41 libros que representan el 21,95%), en un caso la
encuadernación es de pasta española (piel de cordero decorada en jaspe). Como los anteriores,
aparecen simplemente en piel o bien en piel sobre madera o sobre cartón; algunos de ellos
presentan motivos decorativos: encuadernación plateresca, dorados, etc. Con encuadernación en
pasta han llegado un total de 23 libros (12,92%). También se muestran en pasta sobre madera y
con motivos decorativos; uno a la holandesa. Un libro está encuadernado en ante sobre madera.
Únicamente seis libros se muestran sin cubierta debido, sin duda, al deterioro sufrido por el
descuido y el paso del tiempo.
2.
Las anotaciones de los libros.
En más de la mitad de los volúmenes aparecen anotaciones e inscripciones manuscritas, algunas
de ellas interesantes y determinantes para conocer la procedencia o la historia del libro hasta
llegar a la Biblioteca de la Universidad de Sevilla. Dichas anotaciones se presentan sobre todo
en la portada, aunque también en el interior, en las hojas de guarda o en las cubiertas.
Señalamos, a continuación, algunas de las más significativas.
En dos libros9 se indica el lugar en el que fueron depositados tras la desamortización, la
Biblioteca Pública de Sevilla. En el primero además se expresa en la portada el nombre de otras
bibliotecas conventuales en las que tal vez estuvo consignado antes de llegar a la Biblioteca del
Convento de San Agustín, tales como “Biblioteca de San Acacio, Carmelitas Descalzos
en España. Actas del Simposium 6/9-IX-2007. San Lorenzo de El Escorial, Ediciones escurialenses: Real Centro
Universitario Escorial-María Cristina, 2007, p. 179.
8
Debe tratarse esta cifra con cautela, pues el número seguramente es mayor, por no haber registrado los
catalogadores la procedencia de algunos ejemplares, o no constar en éstos marca de procedencia que permita afirmar
con certeza que formaron parte un día del Convento de San Agustín.
9
CLEMENTIS ALEXANDRINI, T. Flauii, Opera Omnia. Commentariis illustrata a Gentiano Herueto Aureliano,
Parisiis, apud Sebastianum Niuellium, 1590; PAGNINI, Sancte, Thesaurus linguae sanctae siue Lexicon hebraicum,
Lugduni, apud Bartholomaeum Vicentium, 1575.
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SALA 4. Desamortización: Convento de San Agustín. Miguel Ángel Núñez
(Colegio del Ángel), Convento de San Agustín (Sevilla)” “Del Conv[ento] del Ángel de la
guarda. De la Librería del Convento de San Acacio Mártir”. En el segundo, únicamente se
refiere la Biblioteca Pública de Sevilla.
En una gran parte de ellos se señala en la cubierta anterior o en tejuelo una signatura,
posiblemente de su colocación en la biblioteca de origen, tales como e.1.c.2.10, E 12. C 111,
e.2c.212, e32. c113.
En algunos (21 libros) hallamos notas de procedencia o “ex libris” manuscritos, sello e incluso
firma, fundamentalmente en portada. En el “ex libris” se indica la pertenencia, la mayoría a la
“librería del convento de San Agustín Casa Grande de Sevilla”.
En 19 casos se expresa el título del libro, a veces acompañado del nombre del autor, completo o
abreviado, en el corte.
Más interesantes resultan aquellas notas en las que se plasma de manera clara la compra, la
procedencia, la pertenencia o el usuario. Como casos más representativos se señañan los
siguientes:
- “El Padre José de Reina compró este libro” (Nota en la cubierta anterior)14.
- “Del Conv[ento] del Ángel de la guarda. De la Librería del Convento de San Acacio
Mártir”15 (Nota en portada).
- “Dela lib[rerí]a del Conv[en]to de N. P. S[an] Agustín de Sevilla”16 (Nota en portada)
- “Esta obra está apuntada en el Índice dela Librería del Conv[ent]o de N. P. S.
Ag[ustí]n de Sevilla en la letra C”17 (Nota manuscrita en la hoja de guarda).
- “Pertinet ad conventum hispalensem descaldeatorum Sancti Patris n. Agustini”18 (Nota
manuscrita en portada).
- “Soi de M Joseph Jordans”19 (Nota manuscrita en guarda).
- “Soi del P. Fr. Josef de Na Sa de los Dolores, y Custodio, y pertenece a la libr[reri]a
del Convento de N. P. San Agustín Casa Grande”20.
10
Biblia. A.T. Pentateuco, Parisiis, ex officina Roberti Stephani, 1541.
LEONIS HEBRAEI, De Amore dialogi tres, Venetiis, apud Franciscum Senensem, 1564.
12
MACARII, Sancti Patris, Homiliae spirituales quinquaginta, Francofurti, apud Ioan. Wecheli, Impensis Nicolai
Bassaei, 1594.
13
VELDIUS, Jacobus, Daniel Propheta Commentariis pro concione explicatus, Antuerpiae, apud Ioannem Bellerum,
Typis Gerardi Smits, 1576.
14
COSTER, Franciscus, Libellus sodalitatis: hoc est, christianarum institutionum libri quinque, in gratiam
sodalitatis B. Virginis Mariae, Lugduni, apud Paulum Frellon et Abrahamum Cloquemin, 1594.
15
CLEMENTIS ALEXANDRINI, T. Flauii, o. c.
16
VERA, Francisco de, Caeremoniale Español. Ceremonial romano en que se trata de las ceremonias que se deben
hazer, asi en el altar como en el coro, segun las costumbres regulares de la santa Provincia de los Angeles de la
regular y reformada observancia del orden de N.S.P. San Francisco, Sevilla, por Juan Francisco de Blas, 1713.
17
REDING, Augustin, Oecumenica cathedrae apostolicae authoritas, ex occasione quatuor cleri Gallicani
propositionum anno M.DC.XXCII, Parisiis, 1689.
18
BELLARMINO, Roberto Francesco Romolo, Conciones, Cameraci, ex typographia Ioannis Riuerii, 1617.
19
PASTOR, Francisco, Catecismo sacerdotal segun las rubricas del novissimo missal carmelitano, y reglas del
ceremonial de la misma orden, Valencia, por Juan Gonzalez, 1728.
20
Recopilación de diferentes resoluciones, y ordenes de su magestad, consultas, informes, y dictamenes de
tribunales, ministros, y generales, representaciones de Sevilla, y Cadiz, sondeos…, Impresso en Madrid y por su
original en Sevilla, por Juan Francisco de Blas y Quesada, 1717.
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- “Este libro es de la Librería del Convento…, este año de 1742,… este libro lo tiene en
uso la Mª Juana de la… se lo dio el R. P. M. S. Thomas guerrero”. “Este libro es del
Padre Superior de la Casa Grande de Sevilla que es el Padre Castilla”21 (Nota en guarda
anterior).
- “A uso de D. Tomas Garcia Agustino Calzado de Sevilla”22.
Es interesante realizar alguna observación sobre esta última nota. Aparecen diversos libros en
los que se apunta que son del “uso” o propiedad de algunas personas, generalmente frailes
agustinos. Es llamativo el caso del agustino fray Tomás García, cuyo nombre se refiere en
cuatro libros como quien tiene el “uso”. Hemos tenido ocasión de hojear los libros de las
bibliotecas dominicas de San Pablo y del Colegio de Santo Tomás y en ambas se refiere en
numerosas ocasiones “a uso” de este mismo fraile.
Estas anotaciones pueden servir para conocer la historia del libro, su lectura e intercambios que
pudieran realizarse entre bibliotecas, conventos o particulares.
3. Lugar y fecha de impresión.
Uno de los datos que aparecen en cada uno de los libros es el lugar y fecha de impresión (sólo
hay tres excepciones en cuanto al lugar) e impresor, como sucede en la actualidad. A España
llegan libros de las más importantes imprentas europeas y, como es obvio, de ellas se surte
también la biblioteca del Convento de San Agustín. Las ciudades donde se sitúan estas
imprentas son las siguientes, por orden de mayor a menor en cuanto al número de ejemplares:
París
Venecia
Lyon
Madrid
Amberes
Alcalá de Henares
Colonia
Basilea
Roma
Toledo
Bononiae
Conimbricae
Lisboa
Salamanca
Valencia
Zaragoza
29 ciudades
… 26 libros
… 23 libros
… 20 libros
… 16 libros
… 15 libros
… 11 libros
… 11 libros
… 9 libros
… 8 libros
… 4 libros
… 2 libros
… 2 libros
… 2 libros
… 2 libros
… 2 libros
… 2 libros
… 1 libro23
21
PINAMONTI, Giovanni Pietro, La Religiosa en Soledad: obra en que se expone a las Religiosas el modo de
emplearse con fruto, en los Exercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola, Valencia, en la Imprenta de Francisco
Mestre, impressor del S. Oficio, 1700.
22
BARCIA Y ZAMBRANA, José de, Compendio de los sinco tomos del Despertador christiano, Lisboa, na oficina
de Miguel Deslandes, 1684.
23
Hay 29 libros publicados en otras tantas imprentas, tanto en ciudades españolas como extranjeras. Nueve son
españolas (Barcelona, Burgos, Córdoba, Cuenca, Málaga, Murcia, Sevilla, Utrera, Vich) y el resto europeas
(Cracovia, Ferrara, Francfurt, Lovaina, Parma, Genenuae, Cameraci, Segunti, Argentorati, Ingols, Tadii, Dilingae,
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Puede apreciarse la baja aportación de las imprentas españolas, a excepción de Madrid, capital y
corte, y Alcalá de Henares por su afamada universidad. Sin embargo, son numerosas las
imprentas de ciudades españolas de las que procede algún volumen. Los 31 libros escritos o
traducidos a lengua castellana se imprimen en ciudades españolas, a excepción de uno de José
de Barcia y Zambrana, que se publica en Lisboa.
Todas las publicaciones se expanden entre 1486 y 177924, cuya distribución queda reflejada en
la siguiente tabla:
Siglo XV
1450-99
225
1,06%
Siglo XVI
1500-49
30
16,04%
1550-99
81
43,31%
Siglo XVII
1600-49
35
18,71%
1650-99
21
11,22%
Siglo XVIII
1700-49
1750-99
9
9
4,81%
4,81%
Existen dos libros incunables publicados en 148626 y 149827, ambos impresos en Venecia. La
mayor parte de los libros se publicaron en el siglo XVI (cerca del 60%), sobre todo en su
segunda mitad. Desciende en número de publicaciones conforme avanza el siglo, lo mismo que
sucede en los siglos posteriores.
4. Los libros y sus autores.
Hemos agrupado a los autores de los libros en diversos apartados, teniendo en cuenta autoría y
época. El primero reúne a la Biblia; el segundo, a autores antiguos (clásicos grecorromanos y
latinos, fundamentalmente); el tercero, a los autores cristianos antiguos (patrística); el cuarto, a
la literatura medieval (hasta el siglo XV); el quinto, a los autores modernos (siglos XVI-XVIII);
en un último apartado incluimos a los libros cuya autoría se desconoce (anónimos).
Biblia Antiguos
9
Autores
6
Patrística
Libros
6
Autores
13
Libros
13
Medievales
Modernos
Autores
13
Autores
136
Libros
14
Libros
140
Anóni
mos
5
Se aprecia la utilidad de esta biblioteca conventual, como quedará reflejado en el apartado
siguiente sobre la temática de los libros. Aparte de los libros bíblicos, que en razón de la entidad
propietaria de la biblioteca y del mismo tiempo histórico, ocupan un lugar relevante en la
formación cristiano-eclesial de los frailes, es significativo el porcentaje de ejemplares de los
Santos Padres, como segunda fuente del saber cristiano tras la Biblia. Sin embargo, quedan
relegada la antigüedad clásica de la que perduran únicamente seis volúmenes; se constatará
Brugis, Brixiae, In Monte Regali, Vici Aequensis, Amstelodami, Augustae Taurnorum), excepto la ciudad mejicana
de La Puebla. .
24
RODRÍGUEZ MOHEDANO, Rafael, Historia literaria de España. Tomo V, Madrid, por D. Joachin Ibarra, 1779.
25
RAINERIUS DE PISIS, Pantheologia, sive Summa universae theologiae, Venetiis, Hermannus Liechtenstein, 12
septiembre, 1486; VENETO, Paolo, Expositio in libros de generatione et corruptione, una cum textu AristotelisDe
compositione mundi, Venetiis, Bonetus Locatellus, impens. Octaviani Scoti, 21 mayo, 1498.
26
Rainerius de Pisis, Pantheologia, sive Summa universae theologiae. Venetiis, Hermannus Liechtenstein, 12
septiembre, 1486.
27
Paolo Veneto, Expositio in libros de generatione et corruptione, una cum textu Aristotelis. De compositione mundi.
Venetiis, Bonetus Locatellus, impens. Octaviani Scoti, 21 mayo, 1498.
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posteriormente como “autore damnato et opere permiso”, lo que ofrece una pista del rechazo de
la cultura ajena al catolicismo ortodoxo durante la Contrarreforma. Sin embargo, resultan
llamativos dos libros de autores judíos, Jonatham ben Uziel y León Hebreo, uno sobre paráfrasis
bíblica (Targum) y otro de tema filosófico. Tampoco es notorio el número de obras medievales.
El grueso de la biblioteca lo conforman libros escritos por autores modernos. No parece que
pueda causar extrañeza ya que se tratará de autores conocidos, de probada ortodoxia, que
servirán para la formación y espiritualidad de los frailes.
Del conjunto de autores, únicamente 51 son de origen español, lo equivale a poco más de la
cuarta parte, algo que quizás esté vinculado de manera directa con la pequeña parte de los libros
escritos en castellano.
Es significativo asimismo señalar, en cuanto a los autores, que la mayoría son libros escritos por
autores relacionados con la iglesia (114 libros), que se distribuyen entre las distintas familias
religiosas como sigue:
Clero secular
Jesuitas
Agustinos calzados
Dominicos
Franciscanos
Obispos
Agustinos descalzos
Benedictinos
Cardenales
Carmelitas
Clérigos regulares
Mercedarios
Agustinos eremitas
Capuchinos
Cartujos
Jerónimos
41
21
10
8
8
5
4
3
3
3
2
2
1
1
1
1
Parece que a la hora de adquirir los libros el objetivo era dotar una buena biblioteca de estudios
sin tener en cuenta la orden del autor. Por eso, aparecen los importantes de época moderna, sin
tener en cuenta nacionalidad ni familia religiosa, sino simplemente el valor de su obra.
También mencionar que la mayoría de los libros están escritos en latín (154 libros), únicamente
31 en castellano y dos en griego28, éstos de santos padres orientales.
5. Temática de los libros.
La siguiente tabla refleja la temática de los libros de la biblioteca:
28
DIONISIO AREOPAGITA, Tou makariou Dionysiou tou areopagitou ta heuriskomena. Maximou scholia, eis tà
autá. Georgiou tod pachymere paraphrasis. Michael tou sungelou enkomion. Dionysii Areopagitae opera quae
extant. In eadem Maximi Scholia. Georgij Pachymerae paraphrasis. Michaelis Syngeli encomium. Latine omnia mox
edenda. Parisiis, apud Guil. Morelium, 1562.
IGNACIO DE ANTIOQUÍA; JUAN CRISÓSTOMO, Toi en agiois ieromartiros Ignatioi archiepiskopoi
Antiocheias, Epistolai Sancti martyris Ignatii Antiochiae archiepiscopi, Epistolae. D. Ignatii archiepiscopi
Antiochiae, et martyris Epistolae, prorsus apostolicae. Hieronymo Vairlenio Syluio interprete, cum breuiss. in
easdem scholijs. -- D. Ioannis Chrisostomi missa graecolatina. D. Erasmo Rotrodamo interprete. Antverpiae, ex
officina Christophori Plantini, 1566; Parisiis, in officina Christiani Wecheli, 1537.
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SALA 4. Desamortización: Convento de San Agustín. Miguel Ángel Núñez
Temática religioso-teológica
Biblia y Comentarios bíblicos
Teología
Espiritualidad
Predicación
Vida de Santos
Legislación eclesiástica
Liturgia
Regla de San Agustín
Otros temas
Historia
Filosofía
Lengua y literatura
Física-Ciencias Naturales
Medicina
Arquitectura
Astronomía
Asuntos militares
Legislación civil
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En cuanto a las obras de temática religiosa, la principal de los libros, puede establecerse un
doble núcleo. Formación religioso-teológica y espiritualidad. La primera incluiría la Biblia y los
comentarios de la misma, los tratados de teología, de predicación, liturgia y legislación
eclesiástica. Abarcan todos ellos la temática relacionada con una esmerada preparación
teológico-clerical mediante el estudio de la revelación cristiana y la fe. Las diferentes disciplinas
de estudio de los clérigos están presentes en la biblioteca: los diversos libros bíblicos, las
distintas ramas de la teología (dogmática, cristología, moral, mariología, etc.) y la historia de la
Iglesia. Además, están presentes aquellas materias dirigidas a la transmisión del mensaje
cristiano y orientación de la vida del pueblo (manual de confesores –moral- y predicación) así
como su adoctrinamiento (legislación eclesiástica) y vida litúrgica. No obstante, la íntegra
preparación de los frailes obliga a no olvidar saberes profanos como son filosofía, física,
ciencias naturales e historia (eclesiástica y civil), algunos de estos temas como complemento a
la formación académica.
El segundo grupo incluye libros vinculados a la vida espiritual. Son 24 libros (espiritualidad y
vidas de santos) escritos muchos en castellano, signo de que tenían una doble finalidad: la
preparación espiritual de los frailes destinada al fomento de la vida espiritual de los fieles e
incluso para la lectura de los devotos del convento.
Finalmente, un tercer apartado incluiría libros ajenos a la formación “académica” de los
religiosos y que estarían relacionados bien con la formación específica de algunos de ellos, bien
con la vida práctica, bien como complemento de la preparación científico-humanística. En este
grupo aparecerían los libros de lengua y literatura, medicina, arquitectura, astronomía y
legislación civil.
5. Libros que sufrieron expurgo por la inquisición.
Importa también reseñar que en nueve libros aparece una nota de expurgo. La inquisición
moderna, atenta a la custodia de la heterodoxia, vigilaría continuamente el contenido de las
distintas bibliotecas, revisando y fijándose sobre todo en los libros de autores de “dudosa
ortodoxia” a sus ojos. En las notas de expurgo es habitual que el calificador del Santo Oficio
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Se incluyen en este apartado las obras de ls Santos Padres.
Se incluyen en este apartado dos léxicos: uno griego y otro hebreo/latino.
Fondos y procedencias: bibliotecas en la Biblioteca de la Universidad de Sevilla
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SALA 4. Desamortización: Convento de San Agustín. Miguel Ángel Núñez
deje constancia de haber realizado el expurgo y de la fecha del índice expurgatorio en que ha
fundado dicho expurgo. Vemos mencionados los de 1585, 1617, 1617, 1620, 1632 y 1640.
Indicamos a continuación los autores y los libros de que se trata.
ARIAS MONTANO, Benito, Commentaria in duodecim prophetas. Antuuerpiae, ex
officina Christophori Plantini, 157131.
ERASMUS, Desiderius, In Nouum Testamentum annotationes / ab ipso autore iam
postremum sic recognitae ac locupletatae, ut propemodum nouum opus videri possit.
Basileae, in officina frobeniana, per Hieronymum Frobenium et Nicolaum Episcopium,
154032.
FERUS, Johann, Commentariorum Ioannis Feri in sacrosanctum Iesu
Christieuangelium secundum Matthaeum libri quatuor. Compluti, excudebat Andreas
ab Angulo, 156233.
FERUS, Joham, In sacrosanctum Iesu Christi secundum Ioannem Euangelium
commentaria / nunc denuo post multas animaduersiones... per F. Michalem Medinam...
repurgata... accesit eiusdem authoris Paulinae Epistolae ad romanos interpretatio per
eundem quoque ex eadem censura expolita et reformata. Compluti, apud Andream de
Angulo, 156934.
LEON HEBREO, De Amore dialogi tres. Nuper a Ioanne Carolo Saraceno latinitate
donati. Venetiis, apud Franciscum Senensem, 156435.
Libri Moysi quinque: Genesis, Exodus, Leuiticus, Numeri, Deuteronomium, Cum
annotationibus, &obseruationibus Hebraicis haudquaquam poenitendis, quae prolixi
commentarii vice esse possunt. Parisiis, ex officina Roberti Stephani, 154136.
MACARIO, Santo, Homiliae spiritualesquinquaginta: e graeco in latinum sermonem
conversa. Francofurti, apud Ioan. Wecheli viduam, 1594.
ZORZI, Francesco Giorgio, De harmonia Mundi totius cantica Tria. Parisiis, apud
Andream Berthelim, 154537.
VEGECIO RENATO, Flavio, De Re Militari Libri. Ex Officina Plantiniana
Raphelengij, 1607.
En todos los casos se coloca la censura en la portada, indicando además el año de la censura la
mayoría de las veces así como el eclesiástico que lleva a cabo la revisión del libro y, por ende,
la censura en nombre de la inquisición.
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Aparece la siguiente leyenda en la portada: “esta corregido segun el espurgatorio del año de 1632 Reuisto Por el
expurgatorio de este año de 620”.
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La censura está en la portada: “Expurgue este libro por mandado de los Sres. Inquisidores conforme al exp. de
1640. Fr. Sebastián de Uega”.
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“fue expurgado con comissio de la inquisicion en julio de 617, fraidiego cera”. (Nota de la portada).
34
“Esta corregido y emendado conforme al expurgatorio del año 1585 en Seuilla , firmadofr. Alonso de Villa nueua”.
(Nota de la portada).
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“corregido conforme al nuevo expurgatorio del año de 1632”. (Nota de la portada).
36
“Corregido conforme a la censura de 24 de mayo de 1585”. (Nota de la portada).
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“Correjido por el expurgatorio de 1640, fr. Pedro de Porras”. (Nota de la portada).
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El Pentateuco que se censura se corresponde a una traducción latina distinta de la Vulgata. Cabe
comentar que algunos autores son de sobra conocidos por su vinculación al humanismo
cristiano (Arias Montano, Erasmo o los franciscanos Juan Ferus y Francisco Zorzi). San
Macario, el egipcio, es un Santo Padre del siglo IV. León Hebreo (Judá Abramanel), es un judío
del siglo XV. Finalmente, es llamativo el caso de Flavio Vegecio Renato, un escritor romano
del siglo IV, cuya obra no se indica que esté censurada sino una llamada de atención: “auctore
damnato et opere permiso”.
3.
Conclusión.
La gran relevancia que tuvo el Convento Casa Grande de San Agustín de Sevilla, tanto en la
ciudad como en la provincia Agustina hispalense, quizás no se corresponda con el número de
ejemplares que han llegado de su biblioteca al fondo histórico de la Biblioteca de la Universidad
de Sevilla. A los 187 libros que lo componen habría posiblemente que añadir bastantes más. Es
significativo, tal vez vinculado a lo anterior, que solamente 31 de los 187 libros estén escritos en
castellano, de lo que no es difícil deducir que fueran estos libros los que con más facilidad
fueran quedando en manos privadas. Lo mismo cabe afirmar respecto a los de temática ajena a
asuntos religiosos. Si bien parece cierto que no lo es menos que siempre ha habido miembros
preocupados por las ciencias profanas, lo que se refleja mínimamente en los libros que se
conservan.
El grueso de los libros es de autores y está editado en los siglos XVI y XVII. Es llamativa la
poca presencia de ediciones y autores del siglo XVIII e incluso que no haya ninguno del XIX.
¿No irá esto en la misma dirección de lo indicado anteriormente? Es decir, que estos autores,
más conocidos, tal vez con libros escritos fundamentalmente en lengua castellana, fueran más
apetecibles para quienes entraron en contacto con ellos bien por porque fuesen los agentes de
llevar a cabo la desamortización, bien de su custodia.
En definitiva, el expolio sufrido mediante la desamortización afectó tanto a los edificios como a
los demás bienes (arte, biblioteca y otros enseres). En cuanto a lo que ahora concierne, creemos
que la biblioteca conventual de San Agustín de Sevilla, ha supuesto la pérdida de parte de su
contenido, lo que se traduce en una pérdida de un patrimonio que quiso convertirse en público.
Finalmente, deseamos apuntar que resultaría interesante realizar un estudio en el que se
mostrasen los vínculos existentes entre las diferentes bibliotecas conventuales desamortizadas
que componen el fondo antiguo de la Biblioteca de la Universidad de Sevilla. En este trabajo se
han mencionado alguna de estas relaciones.
Miguel Ángel Núñez Beltrán
Fondos y procedencias: bibliotecas en la Biblioteca de la Universidad de Sevilla
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