Ver - Ruidera - Universidad de Castilla

Anuncio
DEPARTAMENTO DE INGENIERÍA QUÍMICA
FACULTAD DE CIENCIAS Y TECNOLOGÍAS QUÍMICAS
UNIVERSIDAD DE CASTILLA LA MANCHA
Biorremediación acelerada de
suelos contaminados con
hidrocarburos tipo diésel
MEMORIA
que para optar al grado de Doctor por la Universidad de CastillaLa Mancha presenta:
Elena Moliterni Merlo
Directores:
Dra. Dña. Lourdes Rodríguez Mayor
Dr. D. José Villaseñor Camacho
Ciudad Real, 2015
La Dra. Dña. Lourdes Rodríguez Mayor, Directora del Centro Nacional del
Hidrógeno, y el Dr. D. José Villaseñor Camacho, Profesor Titular de Ingeniería
Química de la Universidad de Castilla-La Mancha, en su calidad de Profesores
del Programa de Doctorado de la UCLM “Ingeniería Química, Ambiental y de
los Materiales”, regulado por el Real Decreto 778/1998,
CERTIFICAN:
Que
el
presente
trabajo
“BIORREMEDIACIÓN
de
investigación
ACELERADA
DE
titulado
SUELOS
CONTAMINADOS CON HIDROCARBUROS TIPO DIÉSEL”,
constituye la memoria que presenta Dña. Elena Moliterni Merlo
para aspirar al grado de Doctor por la Universidad de CastillaLa Mancha en el citado Programa de Doctorado y que ha sido
realizado en los laboratorios del Departamento de Ingeniería
Química de la Universidad de Castilla-La Mancha y la empresa
Alquimia Soluciones Ambientales bajo su dirección.
Y para que conste a los efectos oportunos, firman el presente certificado en
Ciudad Real a 27 de Noviembre de 2015.
Dra. Dña. Lourdes Rodríguez Mayor
Dr. D. José Villaseñor Camacho
FINANCIACIÓN
La presente tesis doctoral ha sido financiada por la Junta de Comunidades de CastillaLa Mancha mediante la concesión de una beca pre-doctoral para la formación de
Personal Investigador para la realización de tesis doctorales en empresas privadas.
Asimismo, se ha obtenido financiación a través del Proyecto CTM2006-02214
(Biorremediación acelerada de suelos contaminados con hidrocarburos tipo Diésel), el
Proyecto PBI08-0206-7303 (Biorremediación de suelos contaminados con hidrocarburos
mediante consorcios microbianos mixtos) de la Junta de Comunidades de Castilla-La
Mancha, y el Proyecto UCTR080150, con el mismo título del anterior y financiado por
Alquimia Soluciones Ambientales.
Índice
INDICE
RESUMEN .............................................................................................................1
CAPÍTULO 1. INTRODUCCIÓN ..............................................................................9
1.1. CONTAMINACIÓN DEL SUELO POR HIDROCARBUROS ............................. 11
1.1.1. Marco legal ............................................................................................ 11
1.1.2. Fuentes de contaminación ..................................................................... 14
1.1.3. Efectos de la contaminación con hidrocarburos tipo diésel ................... 16
1.2. TECNOLOGÍAS PARA LA RECUPERACIÓN DE SUELOS CONTAMINADOS 18
1.2.1. Clasificación de las técnicas de descontaminación ............................... 18
1.2.2. Fundamentos para la elección de la tecnología de descontaminación .. 20
1.3. FUNDAMENTOS DE LA TECNOLOGÍA DE BIORREMEDIACIÓN .................. 23
1.3.1. Principios básicos de la tecnología de biorremediación ......................... 23
1.3.2. Factores condicionantes en los procesos de biorremediación ............... 24
1.3.3. Ventajas y desventajas de la tecnología de biorremediación................. 26
1.3.4. Contexto actual del uso de las técnicas de biorremediación ................. 28
1.4. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS .................................................................. 30
CAPÍTULO 2. ANTECEDENTES, OBJETIVO Y ALCANCE ................................... 37
CAPÍTULO 3. MATERIALES Y PROCEDIMIENTOS COMUNES ............................ 43
3.1.
3.2.
3.3.
3.4.
3.5.
3.6.
3.7.
3.8.
REACTIVOS Y DISOLVENTES ......................................................................... 45
CARACTERIZACIÓN DE LOS SUELOS OBJETO DE ESTUDIO ..................... 45
CARACTERIZACIÓN DEL GASÓLEO DIÉSEL ................................................. 49
ANÁLISIS DE HIDROCARBUROS POR CROMATOGRAFÍA GASEOSA ........ 50
MATERIALES Y MEDIOS PARA EL CULTIVO DE MICROORGANISMOS ..... 51
AISLAMIENTO DE LAS POBLACIONES PRESENTES EN LOS SUELOS ...... 52
ENUMERACIÓN DE LA POBLACIÓN MICROBIANA POR LA TÉCNICA NMP 52
CULTIVO Y MANTENIMIENTO DE LOS CONSORCIOS MICROBIANOS ...... 53
3.9. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS................................................................... 55
CAPÍTULO 4. BIOTRATABILIDAD DE HIDROCARBUROS DIÉSEL CON
CONSORCIOS MICROBIANOS OBTENIDOS DE SUELOS CONTAMINADOS ...... 57
4.1. INTRODUCCIÓN .............................................................................................. 59
4.2. OBJETIVO ........................................................................................................ 61
4.3. PROCEDIMIENTOS ......................................................................................... 61
4.3.1. Preparación de los consorcios para el estudio de biodegradación ......... 61
4.3.2. Caracterización de los consorcios microbianos hidrocarburolíticos XA,
XB, XC ............................................................................................................... 62
4.3.3. Diseño de experimentos de biodegradación de diésel ........................... 65
4.3.3.1. Medida de la concentración de biomasa .................................. 68
4.3.3.2. Medida de la tensión superficial ............................................... 69
4.3.3.3. Medida de la concentración de TPH ......................................... 71
Biorremediación acelerada de suelos contaminados con hidrocarburos tipo diésel
4.3.4. Modelo cinético de biodegradación de diésel en suspensión acuosa ..... 71
4.3.5. Experimentos de producción de biosurfactantes .................................... 74
4.4. RESULTADOS Y DISCUSIÓN .......................................................................... 75
4.4.1. Verificación del proceso de adaptación y enriquecimiento ..................... 75
4.4.2. Composición de la comunidad microbiana ............................................. 77
4.4.3. Biodegradación de diésel mediante los consorcios X A, XB y XC .............. 80
4.4.4. Estimación de parámetros cinéticos ....................................................... 86
4.4.4.1. Influencia de la concentración de sustrato ................................ 87
4.4.4.2. Influencia de la temperatura de reacción .................................. 91
4.4.4.3. Influencia del tipo de consorcio utilizado .................................. 93
4.4.5. Producción de biosurfactantes por los consorcios XA, XB y XC ............... 94
4.5. CONCLUSIONES.............................................................................................. 96
4.6. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS .................................................................. 98
CAPÍTULO 5. BIORREMEDIACIÓN DE SUELOS CONTAMINADOS CON DIÉSEL
EN LABORATORIO: ESTUDIO DE VARIABLES Y MODELIZACIÓN ................... 103
5.1. INTRODUCCIÓN ............................................................................................ 105
5.2. OBJETIVO ...................................................................................................... 108
5.3. PROCEDIMIENTOS........................................................................................ 108
5.3.1. Estudio de la estrategia de biorremediación ......................................... 108
5.3.1.1. Diseño de experimentos ......................................................... 108
5.3.1.2. Procedimiento experimental y muestreo................................. 110
5.3.1.3. Medida de la concentración de biomasa ................................ 111
5.3.1.4. Medida de la concentración de TPH ....................................... 113
5.3.2. Estudio de la influencia del grado de humedad ................................... 114
5.3.2.1. Diseño de experimentos ......................................................... 114
5.3.2.2. Procedimiento experimental y muestreo................................. 114
5.3.3. Estudio de la influencia de la concentración de inóculo a utilizar en un
proceso de bioaumento .................................................................................. 115
5.3.3.1. Diseño de experimentos ......................................................... 115
5.3.3.2. Procedimiento experimental y muestreo................................. 116
5.3.4. Modelo cinético de biorremediación de suelos contaminados con
hidrocarburos en suspensión acuosa ............................................................. 116
5.4. RESULTADOS Y DISCUSIÓN ........................................................................ 123
5.4.1. Distribución de diésel en los experimentos abióticos ........................... 123
5.4.2. Resultados de los experimentos de biorremediación de suelos en
suspensión acuosa ......................................................................................... 125
5.4.2.1. Validación del modelo y estimación de parámetros................ 132
5.4.2.2. Influencia del tipo de suelo ..................................................... 133
5.4.2.3. Elección de la estrategia de biorremediación ......................... 136
5.4.3. Optimización del grado de humedad .................................................... 138
5.4.4. Optimización de la concentración de inóculo ........................................ 140
5.5. CONCLUSIONES............................................................................................ 143
5.6. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ................................................................ 145
Índice
CAPÍTULO 6. VIABILIDAD DE LAS DIFERENTES ESTRATEGIAS DE
BIORREMEDIACIÓN A ESCALA PILOTO ........................................................... 149
6.1. INTRODUCCIÓN ............................................................................................ 151
6.2. OBJETIVO ...................................................................................................... 152
6.3. PROCEDIMIENTOS ....................................................................................... 153
6.3.1. Preparación del suelo ........................................................................... 153
6.3.2. Instalaciones experimentales ............................................................... 153
6.3.3. Descripción de las estrategias utilizadas .............................................. 155
6.3.4. Diseño de experimentos a escala planta piloto..................................... 157
6.3.5. Procedimiento experimental y muestreo ............................................... 158
6.3.6. Análisis de muestras............................................................................. 159
6.3.6.1. Medida de la concentración de biomasa ................................ 159
6.3.6.2. Medida de la concentración de TPH ....................................... 159
6.3.7. Preparación de los ensayos de fitotoxicidad ......................................... 159
6.4. RESULTADOS Y DISCUSIÓN ........................................................................ 161
6.4.1. Evaluación de la degradación alcanzada en los distintos tratamientos
de biorremediación en planta piloto ................................................................ 161
6.4.1.1. Influencia de la estrategia de biorremediación utilizada ......... 161
6.4.1.2. Influencia del grado de humedad del suelo ............................ 171
6.4.1.3. Influencia del modo de operación ........................................... 174
6.4.1.4. Influencia del cambio de escala ............................................. 176
6.4.2. Evaluación del estado del suelo después del proceso de
biorremediación: resultados del test de fitotoxicidad ...................................... 179
6.5. CONCLUSIONES ........................................................................................... 184
6.6. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ................................................................ 185
CAPÍTULO 7. SOSTENIBILIDAD INTEGRAL DE LA ESTRATEGIA DE
BIORREMEDIACIÓN DESARROLLADA ............................................................. 189
7.1. INTRODUCCIÓN ............................................................................................ 191
7.2. OBJETIVO ...................................................................................................... 193
7.3. VIABILIDAD TÉCNICA .................................................................................... 193
7.3.1. Implementación de la estrategia de bioaumento semanal (Estrategia A)
....................................................................................................................... 196
7.3.2. Implementación de la estrategia de bioestimulación con compost
maduro (Estrategia B)..................................................................................... 197
7.4. VIABILIDAD AMBIENTAL ............................................................................... 199
7.5. VIABILIDAD ECONÓMICA ............................................................................. 200
7.5.1. Estimación del importe total de la inversión .......................................... 201
7.5.2. Costes de operación ............................................................................. 203
7.5.3. Análisis de rentabilidad ......................................................................... 204
7.6. CONCLUSIONES ............................................................................................ 209
7.7. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ................................................................. 211
Biorremediación acelerada de suelos contaminados con hidrocarburos tipo diésel
CAPÍTULO 8. CONCLUSIONES GENERALES ................................................... 213
ANEXOS ............................................................................................................ 219
Resumen
1
Biorremediación acelerada de suelos contaminados con hidrocarburos tipo diésel
2
Resumen
La biorremediación es una tecnología biológica para la descontaminación de suelos
basada en la conversión o metabolización de los contaminantes por microorganismos;
es decir, requiere una cepa o consorcio microbiano eficiente que degrade la mayor
cantidad de contaminante hasta un nivel mínimo. Los procesos de biorremediación de
suelos contaminados con hidrocarburos (HC) pueden desarrollarse mediante un gran
abanico de estrategias. Este hecho permite acoplarse a distintos episodios de
contaminación según las características del entorno. La práctica más común es excavar
la tierra contaminada y colocarla en un sitio específico para llevar a cabo una atenuación
natural simple o una bioestimulación sencilla. Otra opción es llevar a cabo un
tratamiento mediante el bioaumento, que consiste en introducir microorganismos en el
suelo para acelerar la metabolización del contaminante. A pesar de tratarse de una
tecnología con años de experiencia, de la literatura se deducen resultados ambiguos en
cuanto a las diferentes estrategias. Estudios más recientes se han centrado en la
combinación de las técnicas de bioestimulación y bioaumento, obteniéndose resultados
más alentadores.
Como resultado del análisis realizado, se considera que las empresas dedicadas a la
recuperación de suelos aplicando la tecnología de biorremediación pueden tener un
futuro viable. Sin embargo, es necesario hacer un énfasis especial en el desarrollo de
innovaciones biotecnológicas para mejorar y optimizar la técnica de la biorremediación.
Con estos antecedentes, y en base a lo interesante que resulta afrontar esta
problemática, el Departamento de Ingeniería Química de la UCLM y la empresa Alquimia
Soluciones Ambientales, aprovechando su experiencia previa en el campo de la
Ingeniería
Ambiental,
acordaron
acometer
una
investigación
centrada
en
la
biorremediación acelerada de suelos contaminados con HC. En ese contexto se sitúa la
presente tesis doctoral que ha sido realizada en ambas entidades, es decir, en la citada
empresa y en la Universidad de Castilla-La Mancha.
El objetivo de este trabajo de investigación es desarrollar un proceso de
biorremediación para eliminar HC tipo diésel de suelos contaminados, de forma eficaz y
más rápida que los tradicionales sistemas de atenuación natural, y aplicable a escala
real.
Para alcanzar el objetivo global planteado, el presente trabajo se ha dividido en una
serie de objetivos parciales que se describen a continuación:
-
Obtener y caracterizar consorcios microbianos mixtos estables, a partir de
los existentes originalmente en diversos emplazamientos (ya sea
3
Biorremediación acelerada de suelos contaminados con hidrocarburos tipo diésel
contaminados o sin contaminar), que tengan capacidad de biodegradar HC
diésel y que sirvan de inóculo en los procesos de biorremediación
acelerada.
-
Estudiar la biodegradación de diésel en laboratorio utilizando los anteriores
consorcios, caracterizando la estequiometría y cinética del proceso,
estudiando el efecto de las variables y modelizándolo, llegando a
seleccionar los consorcios con la máxima capacidad biodegradadora.
-
Estudiar el proceso de biorremediación de suelos contaminados con diésel
en laboratorio, experimentando el efecto de variables como tipo de suelo,
inóculo o estrategia de biorremediación, y modelizando el proceso.
-
Estudiar la extrapolación, desde laboratorio a escala de planta piloto, de
varias estrategias de biorremediación, como la bioestimulación y el
bioaumento.
-
Evaluar la viabilidad de implementar el proceso de biorremediación a escala
industrial a través de las estrategias seleccionadas en el paso anterior,
diseñándolo y calculando sus costes.
Para conseguir estos objetivos se planteó un programa de investigación que
implicaba: (1) un estudio bibliográfico amplio; (2) la puesta a punto de dispositivos
experimentales y técnicas de análisis; (3) la experimentación en laboratorio para realizar
el estudio de la biodegradación de HC diésel, y posteriormente la biorremediación de
suelos contaminados con dichos HC; (4) la experimentación en planta piloto para
realizar la extrapolación del estudio de biorremediación; y (5) el diseño y estudio de la
viabilidad técnica y económica de un prototipo a escala industrial optimizado según los
resultados de las etapas anteriores.
En esta investigación se ha trabajado con cinco suelos de distinta procedencia y
características (denominados SA, SB, SC, SD y SE). SA presentaba indicios de
contaminación, SB fue contaminado artificialmente con diésel al llegar al laboratorio, SC
presentaba contaminación crónica, y los otros dos eran suelos sin contaminar. De ellos
se aislaron cinco consorcios microbianos mixtos, denominados respectivamente XA, XB,
XC, XD y XE.
Todos los consorcios aislados fueron adaptados al consumo de HC mediante
resiembras semanales, en las que la única fuente de carbono era diésel. Una vez
desarrollados los consorcios microbianos hidrocarburolíticos, se estudiaron sus curvas
de crecimiento y se realizó la caracterización microbiológica de los consorcios de los
4
Resumen
suelos que presentaban contaminación previa (X A, XB y XC). En los tres consorcios se
encontraron especies con capacidad demostrada para la biodegradación de HC, según
la literatura previa. Así, se procedió al estudio de los fundamentos de la biodegradación
de diésel, mediante experimentos discontinuos en fase líquida a escala de laboratorio:
se estudió la influencia del consorcio utilizado (XA, XB y XC), de la temperatura de
reacción (25, 30 y 35 °C) y de la concentración inicial de sustrato contaminante (0,5, 1 y
3% en volumen) en el desarrollo de la reacción bioquímica. Por otro lado, se realizó un
seguimiento de la generación de biosurfactantes durante dichos experimentos.
Los consorcios microbianos estudiados (XA, XB y XC) mostraron una excelente
viabilidad durante el proceso de biodegradación de diésel en agua. Se obtuvieron
porcentajes de eliminación superiores al 80% en la mayoría de los experimentos y en un
tiempo de tratamiento aproximadamente de 40 h. En general, el aumento de la
temperatura entre 25 y 30 °C aceleró ligeramente el crecimiento celular y, por tanto, la
biodegradación de diésel. A la temperatura de 35 °C se observó que la reacción de
biodegradación se inhibía. Por otro lado, se detectó un crecimiento desacoplado al
aumentar la concentración inicial de diésel.
Mediante el seguimiento de la tensión superficial en los experimentos de
biodegradación, se determinó que los consorcios microbianos fueron capaces de
producir biosurfactantes. Una mayor producción de biosurfactantes generó un mayor
porcentaje de eliminación de diésel y una mayor velocidad de consumo.
Se aprovecharon los datos obtenidos en los experimentos de biodegradación de
diésel en fase líquida para el desarrollo de un modelo matemático. Dicho modelo,
basado en la ecuación de Monod, tenía que reproducir el proceso y proporcionar datos
estequiométricos y cinéticos del mismo, con diferentes consorcios microbianos y
diferentes condiciones. El modelo ajustó los datos experimentales con unos coeficientes
de correlación altos exceptuando los casos en los que se observó inhibición por
temperatura. El modelo tampoco tuvo en cuenta el fenómeno de crecimiento
desacoplado.
Los tres consorcios estudiados mostraron eficacias muy similares en la
biodegradación de diésel, y además existía coincidencia en varias especies microbianas
presentes en ellos. Este hecho podría deberse a que el proceso de adaptación y
aclimatación de los tres consorcios llevó a la obtención de cultivos microbianos con
capacidades muy similares. Solo se observaron diferencias significativas entre el
consorcio XC y los otros dos consorcios (XB y XA), siendo XC algo mejor. Por este motivo,
se seleccionó el consorcio XC para continuar la investigación.
5
Biorremediación acelerada de suelos contaminados con hidrocarburos tipo diésel
Una vez estudiados los fundamentos de la biodegradación en fase líquida, se realizó
el estudio del proceso de biorremediación del suelo contaminado con diésel en
experimentos discontinuos de laboratorio, probando diferentes estrategias como la
bioestimulación y el bioaumento, y estudiando la influencia de factores relevantes en el
proceso como el tipo de suelo, la humedad o la concentración de inóculo. Para ello, se
llevaron a cabo experimentos en recipientes agitados cerrados, en los que se usaba
suelo contaminado y se ponía en suspensión en un medio acuoso con nutrientes
inorgánicos, considerando un modelo de flujo de mezcla perfecta. Este estudio se
realizó con dos suelos de características texturales distintas (denominados SD y SE, de
tipo arcilloso y limoso, respectivamente), que fueron contaminados con diésel antes del
comienzo del mismo. Se realizaron cuatro tipos de experimentos en los que la variable
en estudio fue la estrategia de biorremediación utilizada: (1) bioestimulación, (2)
bioaumento exógeno, (3) una estrategia combinada de bioestimulación y bioaumento
exógeno; y, finalmente, (4) una estrategia combinada de bioestimulación y bioaumento
con microorganismos endógenos.
Los resultados de los experimentos de biorremediación de los dos suelos
contaminados con diésel permitieron observar altos porcentajes de eficacia; más del
90% de la concentración inicial fue eliminada en la mayoría de los experimentos en tan
sólo 11 días de tratamiento. El factor más importante que determinó la estrategia a
seguir, fue la biodisponibilidad del contaminante, pudiendo concluirse que, cuando el
contaminante era de fácil acceso (suelo arcilloso), una combinación de la técnica de
bioestimulación y bioaumento exógeno (X0+XC) conducía a mejores resultados, mientras
que cuando la disponibilidad era limitada, como en el caso del suelo limoso, una
estrategia de bioestimulación de consorcios autóctonos era más eficiente.
Respecto a las otras variables estudiadas (humedad y concentración de inóculo), se
detectó un rango intermedio de humedades en el que se producía la compactación del
suelo y el tratamiento de biorremediación no era efectivo. Por otro lado, el uso de un
consorcio exógeno (XC) en el suelo arcilloso (SD) conducía a una mayor eficiencia
cuanto menor concentración de inóculo era utilizada. Este hecho podría estar
relacionado con la competencia que surge entre el propio consorcio presente en el suelo
y el enriquecido exógeno. Sin embargo, la experiencia con el consorcio X D, consorcio
endógeno enriquecido del suelo arcilloso (SD), reveló lo contrario, una mayor
concentración de inóculo podía producir un mayor beneficio en la biorremediación,
obteniéndose mayores rendimientos y de forma más rápida.
Se desarrolló un modelo matemático que permitiera reproducir los resultados de los
experimentos de biorremediación en laboratorio. Dicho modelo consideraba los
fenómenos de transporte de diésel entre las cuatro fases existentes (sólida, líquida
6
Resumen
acuosa, líquida orgánica y gaseosa) y el equilibrio que se alcanzaba entre ellas. Se
consideró una cinética microbiana tipo Monod. El modelo matemático propuesto, así
como las hipótesis planteadas para su desarrollo, fueron verificados con los altos
coeficientes de correlación hallados entre los datos experimentales y los propuestos por
el modelo. Además, los parámetros cinéticos calculados por el modelo, contrastados en
bibliografía, resultaron coherentes.
Una vez estudiados los fundamentos de la biorremediación de suelos contaminados
con HC en laboratorio, se realizó el estudio de extrapolación a planta piloto. Se evaluó el
efecto de diferentes variables sobre la eficacia y velocidad del proceso: influencia de la
estrategia de biorremediación (bioestimulación, bioaumento o simple atenuación
natural), influencia de la humedad a escala piloto e influencia del modo de operación. El
objetivo era llevar a cabo el escalado de la tecnología de biorremediación acelerada de
suelos contaminados con diésel de la manera más satisfactoria. En todos los
experimentos realizados a esta escala se utilizó el suelo arcillo (S D), contaminado con
diésel antes de empezar cada uno de los experimentos. Se llevaron a cabo dos tipos de
experimentos, según las condiciones óptimas de humedad seleccionadas: en fase
saturada y en fase sólida o insaturada. En este segundo caso, los experimentos se
realizaron tanto en modo estático como en biorreactor giratorio.
De manera general, los rendimientos de descontaminación observados se
mantuvieron en el mismo orden de magnitud al cambiar de escala de laboratorio a
planta piloto. Todas las estrategias de biorremediación acelerada llevadas a cabo en
planta piloto aumentaron el rendimiento más del 70% respecto al simple proceso
tradicional de atenuación natural. Por un lado, un bioaumento inicial único (es decir, una
única inoculación al comienzo del tratamiento) no mejoró el proceso de biorremediación
con respecto a las estrategias de bioestimulación convencional. Sin embargo, el
continuo aporte semanal de inóculo fresco (bioaumento semanal continuado) si aumentó
el rendimiento respecto a un tratamiento de bioestimulación convencional. Por otro lado,
la opción que considera el uso de compost maduro como método novedoso de
bioestimulación condujo a un aumento de un 20% aproximadamente en los rendimientos
de descontaminación con respecto al resto de estrategias. Por todo ello, tanto el
bioaumento
semanal
como
la
bioestimulación
con compost
maduro
pueden
considerarse como las mejores estrategias para llevar a cabo un hipotético proceso
industrial.
Los experimentos de biorremediación realizados a escala piloto en estado saturado
no mejoraron el proceso de descontaminación respecto a su realización en fase
insaturada. Por otro lado, la utilización de biorreactores giratorios sólo resultó
beneficiosa en la estrategia de bioaumento semanal continuado respecto al uso de
7
Biorremediación acelerada de suelos contaminados con hidrocarburos tipo diésel
reactores estáticos aireados, y tampoco estaría completamente justificada en un
proceso industrial debido a la alta relación coste/eficiencia.
Por último, se plantean dos posibilidades hipotéticas de tratamiento industrial. Por un
lado, se evalúa la posibilidad de realizar la descontaminación del suelo mediante la
estrategia de bioestimulación utilizando compost maduro como agente estimulante y,
por otro, utilizar una estrategia de bioaumento semanal continuado. Se pretende
demostrar la conveniencia de realizar una inversión para llevar a cabo la recuperación
sostenible de un emplazamiento contaminado mediante su descontaminación en un
Centro de Tratamiento Especializado, a través de la evaluación de la sostenibilidad
integral de las dos estrategias propuestas.
Desde el punto de vista comercial, legal y organizacional, no se han observado
impedimentos relevantes en la implementación de cualquiera de las estrategias de
biorremediación planteadas a escala industrial. Se han considerado los aspectos
técnicos, ambientales y económicos, como los determinantes para la evaluación
integral, concluyéndose que una inversión de este tipo tendría sentido siempre y cuando
el precio de servicio establecido fuera superior a 145 € por tonelada de suelo
contaminado.
8
Capítulo
1
•••••••••
•••••••••
Introducción
9
Capítulo 1
10
Introducción
1.1. CONTAMINACIÓN DEL SUELO POR HIDROCARBUROS
1.1.1. Marco legal
El grave problema que representa la contaminación de los suelos es un aspecto que
lleva abordándose no más de 40 años. Antes de la década de los 70 se hablaba de la
contaminación del aire y del agua, pero al suelo se le consideraba con una capacidad de
autodepuración casi infinita. La sensibilidad mundial comenzó a cambiar a partir de la
declaración de la Carta Europea del Suelo (Consejo de Europa, 1972) desarrollada por
el Comité de Ministros del Consejo Europeo para la ONU, donde se estableció que el
suelo es uno de los más preciados activos de la humanidad. Se calificó como un recurso
fácilmente destruible y se manifestó que debe de ser protegido contra la erosión, la
contaminación y el daño que puede causar el desarrollo urbano; a la vez que su calidad
debe ser conservada.
Para que la protección del suelo empezara a ser efectiva fue necesario que se
considerara dentro de un marco de protección ambiental multisectorial. Con este fin, en
el Tercer Programa de Acción (1982-1986) (COM, 1983) en materia de Medio Ambiente
de la Comunidad Europea (CE), se trató el suelo como un sistema natural con entidad
propia, clasificando las agresiones a las que está sometido en tres grupos:
contaminación por sustancias nocivas de origen diverso; deterioro de la estructura física
o composición química, erosión, riesgos naturales o compactación por uso de
maquinaria pesada; y uso inapropiado y consecuencias derivadas de actividades
consumidoras de espacio.
En el Cuarto Programa de Acción Ambiental de la CE (1987-1992) (COM, 1987) se
reconoció de manera oficial la necesidad de una reglamentación referente a la
protección del suelo y se instó a los gobiernos de los países miembros a elaborar una
normativa de protección bajo las directrices recogidas en las "Bases Científicas para la
Protección del Suelo en la Comunidad Europea" (Barth y L´Hermite, 1987). Así, la
política ambiental de la CE se enmarcaba dentro de un contexto integracionista,
pudiendo sintetizarse los principios fundamentales que la sustentan en: prevención,
corrección y conservación. Por ello, en 1990, se creó la Agencia Europea del Medio
Ambiente (AEMA), cuyo objetivo principal es proporcionar a la CE y a sus Estados
miembros información objetiva, fiable y comparable de la evolución del medio ambiente
a escala europea, para que les permitiera adoptar las medidas necesarias para
protegerlo y evaluar los resultados de tales medidas.
11
Capítulo 1
Del mismo modo, en 1996 AEMA puso en marcha el Centro Temático Europeo del
Suelo (CTE/S), con el objetivo de garantizar y desarrollar información sobre diversos
aspectos del suelo de todos los países miembros, de cara a aumentar la comprensión
del suelo como recurso natural, documentar los procesos de degradación, y mejorar el
nivel de fiabilidad e información comparable acerca de los suelos contaminados. El
objetivo del trabajo sobre los sitios contaminados era mejorar el nivel de fiabilidad de la
información, permitiendo que la recogida de la misma fuera comparable a nivel europeo
y establecer una base para una evaluación de la extensión de la tierra contaminada, el
nivel de contaminación y la extensión de la necesidad de reparación en Europa.
En España, la primera vez que se abordó la regulación y ordenación de los suelos
contaminados fue en la Ley 20/1986, de residuos tóxicos y peligrosos, en la que la
Administración General del Estado, de acuerdo con las Comunidades Autónomas,
formuló un Plan Nacional de validez en todo el territorio nacional. En base a lo
establecido surgió el Plan Nacional de Residuos Industriales 1989-1993 (PNRI, 1989), y
desde 1991 hasta 1995 el antiguo Ministerio de Obras Públicas, Transporte y Medio
Ambiente estableció el Inventario Nacional de Suelos Contaminados (ISC) en el que
alrededor
de
18.000
instalaciones
industriales
fueron
declaradas
actividades
potencialmente contaminantes. Por este motivo, surgió el segundo plan, Plan Nacional
de Recuperación de Suelos Contaminados (PNSC I, 1995), que se extendió desde 1995
a 2005.
En la Ley 10/1998, de 21 de Abril, de Residuos (Art. 3. Apartado p), se recogía por
primera vez en la legislación Española la definición de suelo contaminado: “todo aquel
cuyas características físicas, químicas o biológicas han sido alteradas negativamente
por la presencia de componentes de carácter peligroso de origen humano, en
concentración tal que comporte un riesgo para la salud humana o para el medio
ambiente, de acuerdo con los criterios y estándares que se determinen por el Gobierno” .
En esta Ley se atribuían a las Comunidades Autónomas las competencias para declarar,
delimitar y hacer un inventario de los suelos contaminados y elaborar una lista de
prioridades de actuación, en atención al riesgo que supusiera la contaminación del suelo
para la salud humana y el medio ambiente. También, en aplicación del principio “ quien
contamina paga”, se establecía (Art. 27.2) que los causantes de la contaminación
estarían obligados a realizar las actuaciones necesarias para proceder a la limpieza y
recuperación, en la forma y plazos que se determinaran por las respectivas
Comunidades Autónomas.
Posteriormente, la Ley 16/2002, de Prevención y Control Integrado de la
Contaminación, indicaba que las actividades potencialmente contaminantes tienen que
12
Introducción
tener un plan de control de sus emisiones al aire, suelo y agua, así como adoptar las
mejores técnicas disponibles para su tratamiento.
En el Real Decreto (RD) 9/2005, de 14 de enero, se establece la relación de
actividades potencialmente contaminantes del suelo y los criterios y estándares para la
declaración de suelos contaminados. También se hace referencia a la presencia de
sustancias químicas de carácter peligroso y de origen humano que pueden alterar las
características químicas, físicas y/o biológicas del suelo, lo que comportaría un riesgo
que ha de ser cuantificado para estimar el posible daño que se puede derivar para la
salud humana y el medio ambiente. En este mismo RD aparecen fijados, por primera
vez, los límites por compuesto contaminante para considerar un suelo como
contaminado. En referencia a la contaminación por hidrocarburos (HC), aparece el
término Hidrocarburos Totales del Petróleo (en adelante TPH, de sus siglas en inglés
“Total Petroleum Hydrocarbon”), que se utiliza para describir una familia de varios
cientos de compuestos procedentes del petróleo; asimismo se refleja que una
-1
concentración superior a 50 mg kg de TPH en el suelo es consecuencia de la actividad
humana y que, por ese motivo, habría indicios de contaminación.
El Plan Nacional Integrado de Residuos 2008-2015, aprobado posteriormente por el
Consejo de Ministros en diciembre de 2008 (PNIR, 2007), contemplaba una serie de
medidas en materia de suelos contaminados, entre las que se encontraba la revisión y
una puesta al día periódica del RD 9/2005, a medida que se fuera disponiendo de más y
mejor información.
La última Ley, que deroga la anterior y aplica en esta materia, es la Ley 22/2011, de
28 de julio, de residuos y suelos contaminados. En ella se matizan algunas cuestiones
como la determinación de los sujetos responsables de la contaminación de los suelos.
Asimismo, y con la finalidad de adquirir un mejor conocimiento de la situación de los
suelos contaminados, se regulan las obligaciones de información a las que quedan
sujetos tanto los titulares de las actividades potencialmente contaminantes del suelo
como los titulares de los suelos contaminados. Además, se refleja que la declaración de
un suelo como contaminado obligará a realizar las actuaciones necesarias para
proceder a su limpieza y recuperación, en la forma y plazos en que determinen las
respectivas Comunidades Autónomas, y será objeto de nota marginal en el Registro de
la Propiedad, a iniciativa de la respectiva Comunidad Autónoma.
En Castilla-La Mancha se establece el Plan de Gestión de Residuos Industriales con
alcance 2014–2020 (Decreto 112/2014), en el que se recogen las pautas para actuar en
materia de suelos contaminados dentro de la Comunidad Autónoma. En este decreto se
definen las medidas para la rehabilitación del suelo en el que se especifica que “a partir
13
Capítulo 1
del grado de contaminación, evaluado en función del alcance, persistencia y gravedad,
se optará por la medida para su rehabilitación más óptima”. Además, queda reflejado
que la actividad de descontaminación se llevará a cabo por empresas que garanticen,
en todo momento, las capacidades técnicas y dispongan de medios suficientes para
llevar a cabo la actividad. Por otro lado, el plan establece unos objetivos para la
prevención, recuperación, reutilización y valorización de los suelos contaminados.
1.1.2. Fuentes de contaminación
En las dos últimas décadas, como consecuencia del desarrollo urbanístico de las
ciudades y de las obras asociadas, se han descubierto nuevos suelos contaminados en
antiguas instalaciones y en centros asociados a diversas actividades industriales. Los
problemas generados en estos emplazamientos contaminados están estrechamente
relacionados con el desarrollo de una sociedad industrial y orientada al consumo. Se ha
descubierto también que muchos incidentes de contaminación se deben a la inadecuada
disposición de los desechos industriales y urbanos. Además, no sólo la cantidad de
residuos ha aumentado drásticamente en estos periodos, sino también el número de
sustancias peligrosas contenidas en los productos consumidos.
Otra fuente importante de contaminación de los suelos surge durante el manejo de
las sustancias derivadas de diversos procesos industriales. En vista de la amplia
utilización de sustancias químicas, prácticamente no existe en la actualidad ningún
sector industrial cuya actividad quede excluida de la posibilidad de contaminar el suelo.
A raíz del Plan Nacional de Recuperación de Suelos Contaminados (PNSC I, 1995),
ya en 1997 se publicó un listado con 4.900 sitios potencialmente contaminados en
España, de los cuales finalmente fueron declarados 370 como tal. Las comunidades
más afectadas fueron Andalucía, Cataluña, País Vasco y la comunidad Valenciana
(Tabla 1.1).
Más recientemente, la Comisión Europea, en su Estrategia Temática para la
Protección del Suelo en el año 2006 (COM, 2006), consideró que en la UE-25 existían
3,5 millones de emplazamientos potencialmente contaminados.
Los HC presentes en el suelo pueden ser de origen biológico o antrópico; los
primeros son sintetizados por plantas y microorganismos, y los segundos son de origen
industrial como los del refino de petróleo. Generalmente, los causantes de la
contaminación son de origen antrópico, siendo los más peligrosos y recalcitrantes los
hidrocarburos aromáticos policíclicos (PAHs, de sus siglas en inglés “Polycyclic Aromatic
14
Introducción
Hydrocarbons”), los sustituidos con sulfuro o nitrógeno y sus homólogos alquílicos
(Gagni y Camm, 2007).
Tabla 1.1. Financiación prevista para descontaminar sitios prioritarios en España en el periodo 1995-2005
(PNSC I, 1995).
Región
Actividades Ind.
Potencialmente
Contaminantes
Sitios
potencialmente
contaminados
Sitios
declarados
contaminados
Financiación
M€
Andalucía
Aragón
1.396
717
683
356
43
7
418,90
43,52
Asturias
394
160
17
33,09
Baleares
Canarias
303
396
13
245
4
12
13,80
32,97
Cantabria
C. La Mancha
238
287
81
415
8
15
71,28
41,37
Castilla y León
Cataluña
811
4.913
438
611
29
60
33,90
398,85
Ceuta-Melilla
22
5
1
-
Extremadura
Galicia
183
860
44
543
6
26
3,42
34,54
La Rioja
Madrid
153
2.277
40
248
5
25
7,16
57,86
Murcia
469
84
14
145,66
Navarra
País Vasco
334
2.059
40
556
9
45
29,71
400,65
Valencia
2.330
340
44
82,65
Total
18.142
4.902
370
1.849,33
El origen de la contaminación del suelo por HC se encuentra muy ligado a derrames,
accidentales o intencionados, de combustibles del petróleo en instalaciones de
almacenamiento, estaciones de servicio, operaciones de transporte y distribución de los
mismos, a roturas de depósitos y conducciones subterráneas (Fingas, 2013), y a la
combustión incompleta de estos combustibles fósiles. Sin embargo, sólo los casos más
escandalosos son recogidos por los medios de comunicación y son atendidos
directamente por los gobiernos. Por desgracia, se trata de un hecho cotidiano y forma
parte de la realidad de la sociedad moderna.
El trasiego del petróleo desde los campos petrolíferos hasta las instalaciones de
refino implica muchas transferencias entre diferentes modos de transporte, incluidos los
buques petroleros, oleoductos, vagones y camiones cisterna. Por otro lado, una vez
procesados los combustibles, se almacenan en puntos de transferencia y en terminales
a lo largo de la ruta hasta llegar al consumidor final. Los accidentes pueden ocurrir en
15
Capítulo 1
cualquiera de estas etapas de producción o de transporte o durante los tiempos de
almacenamiento. De tal forma que es muy frecuente encontrar en los suelos aledaños a
las instalaciones donde se realizan estas actividades, diversos compuestos presentes
en estos combustibles y que son los principales agentes contaminantes del suelo según
el RD 9/2005. Por este motivo, las actividades dedicadas a la explotación, distribución y
suministro de HC se encuentran consideradas como “actividades potencialmente
contaminantes del suelo” en el mismo.
Según la memoria de datos estadísticos de la Asociación Española de Operadores
de Productos Petrolíferos (AOP, 2013), en el año 2013 existían en España 10 refinerías
con capacidad de proceso de 77.000.000 t de crudo de petróleo al año, una capacidad
3
de almacenamiento de productos petrolíferos de 13.000.000 m repartidas entre 47
instalaciones, 4.000 km de oleoductos construidos y alrededor de 10.700 estaciones de
servicio. La producción de diésel en España en el año 2014 fue de 27.400.000 t y existió
un consumo de 28.400.000 t (CORES, 2014).
Un dato interesante es que la tasa de derrames ha disminuido en los últimos 10
años; especialmente los debidos a los accidentes de petroleros. Este hecho es debido a
la puesta en marcha de varios programas de formación intensivos, por parte de los
gobiernos y empresas implicadas, que han sido desarrollados para reducir el potencial
de error humano (ITOPF, 2012). A pesar de esto, los expertos estiman que entre el 30 y
el 50% de los derrames de petróleo son causados, directa o indirectamente, por un error
humano y entre el 20 y el 40% son causados por fallos en los equipos o mal
funcionamiento de las instalaciones (Fingas, 2012).
1.1.3. Efectos de la contaminación con hidrocarburos tipo diésel
Los HC son compuestos orgánicos formados por átomos de carbono e hidrógeno. La
estructura molecular consiste en una cadena de átomos de carbono que pueden ser
lineales o ramificadas, y abiertas o cerradas. Los HC se pueden clasificar en dos tipos,
alifáticos y aromáticos. Los alifáticos, a su vez, se pueden clasificar en saturados
(alcanos) o insaturados (alquenos y alquinos), según los tipos de enlace que unen entre
sí los átomos de carbono.
El diésel o gasóleo derivado del petróleo está compuesto aproximadamente de un
75%
de
HC
saturados
(principalmente
parafinas
incluyendo
isoparafinas
y
cicloparafinas) y un 25% de HC aromáticos (incluyendo naftalenos y alcalobencenos)
(ATDSR, 1995). La fórmula química general del diésel común es C 12H23, incluyendo
cantidades pequeñas de otros HC cuyas fórmulas van desde C10H20 a C15H28. Tiene una
16
Introducción
baja solubilidad en agua, un coeficiente de adsorción elevado y un anillo aromático de
alta estabilidad (van Hamme y col., 2003).
Son los HC de alto peso molecular, los que mayor problemática presentan en el
medio ambiente, pues son relativamente inmóviles, de baja volatilidad y baja solubilidad
en agua (Dorn y Salanitro, 2000). Muchos de ellos son carcinógenos y mutagénicos. La
Organización Mundial de la Salud y la Unión Europea definen dieciséis HC como
contaminantes prioritarios y más dañinos para la salud por sus efectos: naftaleno,
acenaftileno,
acenafteno,
benzo(a)antraceno,
fluoreno,
criseno,
fenantreno,
benzo(b)fluoreno,
antraceno,
fluoranteno,
benzo(k)fluoreno,
pireno,
benzo(a)pireno,
indeno(1,2,3-cd)pireno, dibenzo(ah)antraceno y benzo(ghi)perileno (Nadal y col., 2004).
Las propiedades físicas y químicas del suelo más afectadas por la contaminación
con HC se recogen en la Tabla 1.2. Los HC disminuyen el crecimiento e interfieren en el
desarrollo normal de la flora y fauna de numerosas formas (Dorn y Salanitro, 2000; van
Gestel y col., 2000).
Tabla 1.2. Propiedades físicas y químicas del suelo afectadas por la contaminación con
HC (SEMARNAT, 1996).
Propiedades Físicas
Cambio en la estructura del suelo debido a la ruptura de
los agregados
Aumento de la retención del agua en la capa superficial
Cambio del potencial hídrico
Aumento del carbono orgánico
Propiedades Químicas
Disminución del pH, debido a la generación de ácidos
orgánicos
Aumento en la concentración de manganeso, hierro
intercambiable y fósforo disponible
Por otro lado, la presencia de HC en el suelo representa un contacto directo con el
ecosistema a través de diferentes mecanismos: evaporación al aire, lixiviación, arrastre
por aguas superficiales, etc. (Weber y Miller, 1989), extendiéndose por largas distancias
y aumentando así la superficie contaminada y puede hacer, eventualmente también, que
el foco contaminante alcance una fuente de abastecimiento de agua y perjudique a una
población específica de seres vivos.
En el caso de que la contaminación alcance una fuente de agua, sus efectos directos
son: disminución del contenido de oxígeno, aporte de sólidos y de sustancias orgánicas
e inorgánicas, aumento de la salinidad, etc. (Lesser, 1995). Además, los compuestos
17
Capítulo 1
orgánicos ligeros tienden a formar una capa en forma de nata en el nivel freático y se
mueven horizontalmente en la dirección del flujo del agua subterránea. Sin embargo, los
compuestos orgánicos densos, migran hacia la base del acuífero creando una columna
a partir de la cual pueden moverse en la dirección del flujo de agua, contaminando así el
acuífero en toda su profundidad (Hernández-Espriú y col., 2011).
Algunos HC y compuestos que acompañan a los gasóleos, aun en concentraciones
pequeñas, pueden ser sometidos a un proceso de bioacumulación en la cadena
alimentaria e incluso biomagnificación, es decir, que su concentración se incrementa al
pasar a través de la misma (Davies y col., 2006; Kelly y col., 2007; Takeuchi y col., 2009;
Fatemi y Baher, 2009; Sharma y col., 2009).
En resumen, los efectos tóxicos de los HC en el medio ambiente dependerán de:
-
La cantidad, composición y estructura.
-
La frecuencia y tiempo de exposición.
-
El estado físico de la contaminación.
-
Las características del sitio contaminado.
-
Variables ambientales como temperatura, humedad y oxígeno.
-
La sensibilidad de la biota específica del ecosistema contaminado.
1.2. TECNOLOGÍAS PARA LA RECUPERACIÓN DE SUELOS CONTAMINADOS
1.2.1. Clasificación de las técnicas de descontaminación
Existen varias formas de clasificar las técnicas utilizadas para la recuperación de
suelos contaminados. Estas clasificaciones se pueden realizar en función de su
fundamento físico-químico, biológico o térmico; y del lugar donde se procede a su
descontaminación, que puede ser in situ o ex situ (Tabla 1.3). El término in situ designa
el desarrollo de la técnica exactamente en el lugar y condiciones donde se ha producido
la contaminación (sin desplazamiento a un medio o lugar especial, y sin modificación de
las condiciones naturales). Contrariamente, el término ex situ designa el desarrollo de la
técnica en un lugar distinto de aquel donde se ha producido la contaminación, aunque
éste sea contiguo al que se contaminó. En el último caso son necesarias operaciones de
excavado y transporte.
Cada uno de los grupos de técnicas clasificadas tiene un rango de aplicabilidad y
una serie de limitaciones (Ortiz y col., 2007). La experiencia de las últimas décadas
revela que, debido a la gran diversidad de fuentes causantes de contaminación y las
diversas limitaciones ambientales, cada proyecto de recuperación de suelo contaminado
18
Introducción
debe ser considerado como un caso especial y atender tanto a las características del
suelo como a las de las especies contaminantes (nivel de degradabilidad y persistencia,
sobre todo) (López-Vizcaíno, 2013). Este es el motivo por el que el estudio de los
tratamientos de recuperación de suelos ha sido un tema de gran interés en los últimos
años, y ello ha derivado en el desarrollo y adaptación de nuevas tecnologías (Wang y
Chen, 2007; Weber, 2007; Busca y col., 2008; Kulkarni y col., 2008) e incluso en la
combinación de varias de ellas para aumentar la eficiencia de los proyectos de
descontaminación (Yergeau y col., 2009; Goel y col., 2010; Mena, 2015).
Tabla 1.3. Principales técnicas de descontaminación de suelos.
Atendiendo al lugar donde se procede a
su descontaminación
Atendiendo
al
fundamento
Características
Biológico
Se utiliza la diversidad metabólica de
microorganismos o plantas para
transformar los compuestos tóxicos
en sustancias inocuas o menos
agresivas.
Biorremediación
Fitorremediación
Rizorremediación
Micorremediación
Bioventing
Físicoquímico
Se realiza la degradación o transporte
de los contaminantes hacia otro
medio físico o forma química menos
agresiva.
Oxidación Química
Electrorremediación
Extracción de
vapores
Enjuague de suelos
Térmico
Se realiza el calentamiento del suelo
con el fin de aumentar la velocidad de Vitrificación
volatilización de los compuestos semi- Pirolisis
volátiles y mejorar su extracción.
In situ
Ex situ
Biorreactores
Biopila
Compostaje
Landfarming
Extracción química
Oxi-reducción Qca
Deshalogenación
Lavado de suelos
Gases calientes
Incineración
Pirolisis
Desorción térmica
Históricamente, la descontaminación de suelos ha sido realizada mediante técnicas
ex situ, a través de la extracción del suelo, seguida por una descarga en lugar habilitado
y posterior tratamiento de la tierra contaminada. Por un lado, tiene la ventaja de aislar la
contaminación del resto del ecosistema y controlar de manera más efectiva los factores
implicados (Talley y Sleeper, 2006), pero presenta serios inconvenientes que limitan su
aplicabilidad y eficiencia. Estos incluyen un alto coste y necesidades de mantenimiento y
traspaso de la contaminación de un medio a otro (Ortiz y col., 2007).
Actualmente, las técnicas de recuperación in situ tienen un coste considerablemente
menor que en sus inicios, así como más bajos requerimientos de energía y
mantenimiento (Ortiz y col., 2007). Además, eliminan o inmovilizan los contaminantes
sin la necesidad de transportar el material contaminado, eliminando así el riesgo de
liberación de los contaminantes más volátiles. Sin embargo, los fenómenos de
19
Capítulo 1
transporte de materia y energía se encuentran muy limitados y suelen ser necesarios
mayores tiempos para su descontaminación, un instrumental de monitoreo mayor y la
homogeneidad en su descontaminación puede ser dudosa (Ortiz y col., 2007). Por otro
lado, no en todos los casos es posible continuar con la actividad industrial del sitio
afectado mientras se está ejecutando el proceso de descontaminación.
1.2.2. Fundamentos para la elección de la tecnología de descontaminación
Como se observa en la Tabla 1.3, existe un amplio abanico de tecnologías de
recuperación de suelos, pero no todas son aptas para tratar cualquier suelo
contaminado. La elección de la tecnología de descontaminación debe estar basada en
un estudio previo del emplazamiento, del tipo de contaminación, del tiempo y grado de
actuación y, en general, de todos aquellos factores que alteren o participen de manera
directa o indirecta en el proceso (Reddy y col., 1999). Se trata de un trabajo arduo pues
de ello depende el éxito de la recuperación del emplazamiento.
En general, todas las técnicas necesitan cierta programación y previsión de plazos.
Por lo tanto, uno de los principales retos a afrontar en la elección es la planificación de
los proyectos y la gestión del riesgo ambiental, de tal forma que se puedan adecuar sus
plazos de ejecución.
Por otro lado, es necesario evaluar si se requiere el desplazamiento e instalación de
unidades móviles voluminosas, que impliquen la necesidad de grandes superficies
donde instalarlas, así como los costes de movilización. En el caso de adición de agentes
de inmovilización, reacción o estimulación, es necesario evaluar el incremento del
volumen total o la pérdida de propiedades del suelo, que pueden hacer impracticable su
reutilización en muchos casos.
Asociados a todos los factores anteriores, se encuentran los problemas de
aceptación social que pueden llegar a ser determinantes en la elección de la técnica. A
los propios de cualquier obra (ruido, polvo, tránsito de vehículos y maquinaria,
ocupación temporal de espacios, etc.) se suma la percepción de que se trata de una
actividad insalubre, que representa un peligro para la salud pública (olores, generación
de polvo contaminado, etc.) (Talley y Sleeper, 2006).
De manera práctica, Wang y Bartha (1994) describen que la tecnología ideal de
descontaminación del suelo debe tender a:
-
Reducir al mínimo el riesgo para la salud pública y el medio ambiente, con
un bajo coste y en un período de tiempo razonable.
20
Introducción
-
Eliminar la potencial generación de residuos secundarios y evitar transferir
de manera no controlada los contaminantes de unas fases a otras.
-
Proporcionar una solución eficaz a largo plazo.
-
Minimizar los impactos sobre el suelo y los ecosistemas.
-
Facilitar el uso apropiado y más beneficioso del suelo.
-
Reducir al mínimo, o eliminar, el consumo de energía. Si es posible,
fomentar el uso de fuentes de energía renovables (energía solar, eólica,
etc.).
-
Minimizar las emisiones de contaminantes atmosféricos.
-
Evitar el uso de agua dulce de recursos hídricos directos, fomentando el uso
de agua reciclada, recuperada y pluvial.
-
Minimizar la necesidad de acciones correctivas de impacto ambiental.
-
Evitar afectar las aguas naturales superficiales y subterráneas.
-
Reducir al mínimo el uso de materiales, facilitando el reciclaje y/o el uso de
materiales reciclados.
Algunos procedimientos de trabajo más modernos basan la gestión de los suelos
contaminados en la evaluación/análisis de riesgos (NICOLE, 2002). Este concepto tiene
en cuenta aspectos como el riesgo que presentan para la salud humana y el medio
ambiente la suma total de riesgos individuales que presentan los agentes químicos
presentes en el sitio contaminado. Una primera evaluación del riesgo se basa en la
comparación, de forma individual, de los valores de concentración de los contaminantes
hallados en el suelo con los valores de referencia. En estos estudios se evalúan además
aspectos ecológicos, económicos y de planificación de los espacios disponibles.
Sin embargo, todos estos factores son tan genéricos y subjetivos que son
susceptibles de manipulación o interpretación errónea. Por todo ello, se han
desarrollado herramientas y conceptos o corrientes de actuación a nivel europeo que
permiten, por un lado, definir la sostenibilidad de las diferentes técnicas y, por otro,
ayudar a elegir la mejor técnica de recuperación para cada emplazamiento contaminado
(Tabla 1.4).
Estos estudios de viabilidad son esenciales pero pueden tener un enorme impacto
en el coste de la descontaminación a gran escala. La recuperación de emplazamientos
contaminados requiere de una integración de las actividades de científicos y tecnólogos,
para que pueda convertirse en una realidad. Para el desarrollo de tecnologías
económicamente viables, científicos y tecnólogos tienen que ofrecer soluciones
21
Capítulo 1
creativas, ya sea para la introducción de nuevas capacidades o para mejorar la
eficiencia de las actuales (Gothalwal, 2013).
Tabla 1.4. Herramientas para la evaluación de la sostenibilidad de las técnicas de recuperación de
suelos contaminados (CONAMA, 2010).
Modelo holandés ROSAREC
Se evalúan todas las fases implicadas de la tecnología más
sostenible y se realiza una guía para la toma de decisiones. Implica
el acuerdo de todas las partes relacionadas con el proceso,
identifica desarrollos futuros e incertidumbres, busca soluciones
realistas, y evita la sobreestimación de la eficacia de las
potenciales tecnologías a emplear. Los diferentes escenarios se
evalúan determinando sus riesgos, beneficios ambientales y costes
económicos.
Modelos de cálculo de
“huella de carbono” o
impacto ecológico
Se cuantifica la producción de CO2 a lo largo de un determinado
proyecto de recuperación. Existe un gran número de actividades
durante el proceso de descontaminación que gravan el medio
ambiente y que se pueden expresar en términos de producción de
CO2: uso de electricidad o combustibles, reacciones de oxidación o
reducción, producción de aquellos materiales necesarios para la
recuperación (requerimientos energéticos de procesos), etc. Se
establece un criterio STOP para la recuperación basado en la
eficiencia (balance entre la eliminación de contaminante y las
emisiones de CO2 aceptables).
“Green remediation”
Se consideran todos los efectos medioambientales en los
proyectos y se incorporan aquellas opciones que maximicen el
beneficio neto ambiental de las actuaciones de recuperación.
Esencialmente, es la incorporación de las mejores prácticas de
ingeniería disponibles en el proceso de planificación y ejecución del
proyecto.
Evaluación del “ciclo de
vida” (LCA)
Se cuantifican los impactos ambientales asociados a un producto o
servicio, que pueden ser primarios (impactos locales asociados a la
contaminación on-site) o secundarios (asociados a mayor nivel y
generados por las actividades de recuperación).
C2C (cradle to cradle),
Se evalúan los materiales utilizados en los procesos de
descontaminación, englobándose en la categoría de “técnicos”, que
deberían diseñarse a partir de compuestos inocuos, y poder
utilizarse en ciclos continuos sin perder integridad o calidad, para
no acabar siendo residuos, y “biológicos”, materiales orgánicos que
una vez utilizados puedan ser depositados en cualquier medio
natural y descomponerse.
En este sentido, hay que tener en cuenta que existen diversas tecnologías
innovadoras, propuestas más recientemente, que pueden encontrarse en diferentes
etapas de desarrollo (investigación, escala piloto o gran escala). Sin embargo, su
limitado número de aplicaciones genera la falta de datos acerca de sus costes y
eficiencias.
22
Introducción
1.3. FUNDAMENTOS DE LA TECNOLOGÍA DE BIORREMEDIACIÓN
1.3.1. Principios básicos de la tecnología de biorremediación
Existe una gran variedad de microorganismos que casi siempre están presentes en
los suelos (bacterias, actinomicetos, hongos, algas y protozoos) (Eweis y col., 1999),
aunque las densidades de población varían ampliamente. Dichos microorganismos
cumplen una función doble en el hábitat donde se encuentran: suministrar los
compuestos inorgánicos con una valencia adecuada para que las plantas exteriores
puedan utilizarlos y, además, contribuir a la continua descomposición y mineralización
de la materia orgánica. Dichos microorganismos edáficos se distribuyen de manera no
homogénea ocupando micro-hábitats entre las partículas del suelo (Harms y Bosma,
1996).
6
9
En términos generales, se encuentran del orden de 10 -10 bacterias cultivables y en
4
7
torno a 10 -10 hongos cultivables por gramo de suelo (Atlas y Bartha, 2002), aunque se
estima que tan solo un 0,1-1% de los microorganismos totales en el suelo son
cultivables (Amann y col., 1995). Que un microorganismo sea cultivable quiere decir que
mediante el empleo de cualquiera de las técnicas de microbiología clásicas (siembra en
placa, método del número más probable, tinciones, etc.) puede ser aislado e
identificado.
Generalmente, las poblaciones microbianas presentes en los suelos utilizan
cualquier fuente de carbono fácilmente asimilable para su supervivencia y desarrollo
(Drenovsky y col., 2004), pudiendo llegar a adaptar su metabolismo en función de las
condiciones ambientales en las que se encuentren (Grüter y col., 2006) y los parámetros
físico-químicos que presente el suelo (Thomassin-Lacroix y col., 2002). La respuesta de
la micro-flora edáfica ante disturbios externos que pueden modificar las condiciones
ambientales del suelo suele estar representada por cambios en las tasas metabólicas,
en la biomasa o en la estructura de las comunidades. Así, en suelos contaminados, las
comunidades microbianas presentes suelen estar dominadas por bacterias capaces de
sobrevivir a la toxicidad del ambiente, utilizando estos contaminantes para su desarrollo
(Rahman y col., 2001; Juwarkar y col., 2010).
Se definen los microorganismos hidrocarburolíticos (HiC) como aquellos capaces de
degradar HC, obteniendo de ellos la fuente de carbono y energía necesarios. Estos
microorganismos facilitan su difusión hacia la célula produciendo sustancias como
carbohidratos, ácidos grasos, enzimas y biosurfactantes, que actúan como un biofilm
alrededor de la molécula de HC, para posteriormente romperla en compuestos más
sencillos de carbono e hidrógeno. En suelos contaminados con HC los microorganismos
23
Capítulo 1
HiC pueden llegar a representar el 100% de la comunidad microbiana, mientras que si
no existen indicios de contaminación sólo llegan al 0,1% del total (Davis, 1967).
La fracción del total de microorganismos que metabolizan HC es altamente variable,
de 6 a 82% para hongos terrestres y de 0,1 a 50% para bacterias de tierra (Davis, 1967).
Entre los principales géneros de microorganismos HiC se encuentran: Acinetobacter,
Bacillus, Corynebacterium, Pseudomonas, Nocardia, Vibrio, Stenotrophomonas y
Rhodococcus (Evans y Fuchs, 1988; Prince y col., 1999; Eweis y col., 1999).
La tecnología de la biorremediación fue iniciada por George M. Robinson en 1960, y
definida como “la eliminación de contaminantes presentes en el suelo mediante
procesos biológicos llevados a cabo por microorganismos”. Para comprender mejor esta
tecnología es necesario conocer las interacciones bioquímicas y microbiológicas que
ocurren en el suelo (Musarrat y Zaidi, 2006) y que pueden resumirse en (Gothalwal,
2013):
-
Los procesos bioquímicos afectan por igual a microorganismos exógenos y
endógenos del suelo.
-
Los requisitos de crecimiento microbiano son los mismos para los cultivos
desarrollados en laboratorio o en campo.
-
Un microorganismo añadido a un suelo contaminado no sólo debe pasar la
información genética necesaria al reproducirse y ser capaz de expresar esa
capacidad in situ, sino que debe también tener la capacidad de convertirse
en parte de la comunidad microbiana del suelo.
-
Entre las limitaciones que resultan de las interacciones con el ecosistema
contaminado se incluye la necesidad de aceptar la presencia de otros
microorganismos, así como la adaptación a las propiedades físicas y
químicas del micro-hábitat en el que se van a desarrollar.
1.3.2. Factores condicionantes en los procesos de biorremediación
Desde el punto de vista de la biodegradación, los factores condicionantes principales
son las condiciones ambientales, microbiológicas y del sustrato. Sin embargo, en la
biorremediación de un suelo existen otros factores adicionales que pueden tener
importancia (Tabla 1.5.) (Gothalwal, 2013).
24
Introducción
Tabla 1.5. Factores que afectan al proceso de biorremediación.
Microbiológicos
Crecimiento crítico de la biomasa
Mutación y transferencia horizontal de genes
Enriquecimiento de las poblaciones microbianas
Producción de metabolitos tóxicos
Interacciones microbianas (competencia, depredación, etc.)
Medioambientales
Agotamiento de los sustratos preferenciales
Falta de nutrientes
Condiciones ambientales inhibitorias (pH, Tª, concentración de O2, etc.)
Presencia de una fuente de carbono alternativa
Del contaminante
Concentración de contaminante/sustrato
Estructura química del contaminante - Biodegradabilidad
Toxicidad del contaminante
Solubilidad del contaminante
Co-metabolismo
Interacción del
proceso biológico
aerobio/anaerobio
Potencial de oxidación/reducción
Disponibilidad de aceptores de electrones
Población microbiana presente
Limitaciones en la
transferencia de
materia en la
matriz
Biodisponibilidad (equilibrio de adsorción/desorción)
Incorporación en materia húmica
Difusión y solubilidad del oxígeno en la matriz
Difusión de los nutrientes en la matriz
Dentro de las limitaciones físicas o químicas que afectan al rendimiento de un
proceso de biorremediación, destacan dos:
i.
Biodegradabilidad del contaminante.
Es condición indispensable que para aplicar esta tecnología el contaminante pueda
ser metabolizado por los microorganismos. Este factor está relacionado con la
solubilidad, ramificación, grado de saturación y naturaleza y efecto de los sustituyentes
en el contaminante.
La solubilidad se define como la disponibilidad potencial del contaminante en la fase
acuosa. Cuanto mayor sea la solubilidad del contaminante, más se promueve su
movilidad, y aumenta, por tanto, la posibilidad de ser biodegradado y metabolizado por
los microorganismos, ya que este proceso tiene lugar preferencialmente en fase acuosa.
En cuanto a los HC, éstos se biodegradan con mayor facilidad cuanto menor sea la
complejidad de la molécula. Los HC más biodegradables son aquellos con cadenas
comprendidas entre 10 y 25 átomos de carbono. Los microorganismos degradan con
dificultad anillos saturados, o alcanos muy ramificados (Evans y Fuchs, 1988).
25
Capítulo 1
ii. Estado físico y disponibilidad del contaminante en el suelo.
Un contaminante, en función de su estado físico en el medio, presenta una toxicidad
de fase y unas características estructurales diferentes:
-
Fase gas: En esta fase se concentra la mayor fracción volátil de HC,
permaneciendo principalmente atrapada en los poros del suelo, en fase
vapor. Este hecho ocasiona una disminución de la concentración de
oxígeno y una baja disponibilidad del contaminante en fase acuosa,
reduciendo las posibilidades de los microorganismos para metabolizarlo
(Hanson y col., 1997).
-
Fase adsorbida: El contaminante se encuentra adsorbido por las partículas
del suelo y queda difícilmente disponible para los microorganismos.
-
Fase disuelta: El contaminante está disuelto en la fase acuosa, donde es
totalmente accesible para los microorganismos.
-
Fase líquida no acuosa: El contaminante líquido en fase no acuosa se
encuentra en forma de gotas o película sobre las partículas del suelo. Esta
fase es característica de los HC (Stelmack y col., 1998). En este caso el
contaminante no está totalmente accesible para el microorganismo y es
necesario mejorar su biodisponibilidad.
1.3.3. Ventajas y desventajas de la tecnología de biorremediación
Ante la necesidad de desarrollar procesos respetuosos con el medio ambiente, los
procesos de biorremediación se presentan como una alternativa sostenible que no
genera residuos nocivos (Gothalwal, 2013). Sus características de no toxicidad, en
comparación con otros métodos que tienden a formar subproductos de mayor toxicidad
que la de los contaminantes originales (Shannon y Unterman, 1993), hacen que su
popularidad sea grande al percibirse como más respetuosos con el medio ambiente que
el resto de tecnologías. Sin embargo, el desconocimiento de sus posibilidades de
aplicación,
en
términos
de
biodegradabilidad,
por
parte
de
consultoras
y
administraciones encargadas de las autorizaciones, es un problema añadido y
contribuye a atribuirle dudas en cuanto a su eficacia.
Los procesos de biorremediación pueden desarrollarse mediante un gran abanico de
técnicas (Tabla 1.6.), todas ellas conocidas a nivel internacional aunque en continuo
proceso de estudio y mejora. Este hecho permite acoplarse a distintos episodios de
contaminación según las características del entorno.
26
Introducción
Tabla 1.6. Tecnologías de biorremediación.
Bioestimulación
Estimulación de la comunidad microbiana endógena del suelo a través de
soluciones acuosas enriquecidas con micronutrientes; usado en procesos in
situ o ex situ (Alexander, 1994).
Bioaumento
Adición de cultivos microbiológicos a un medio contaminado; usado
frecuentemente en biorreactores y sistemas ex situ.
Atenuación
Natural
Monitorizada
Consiste en la monitorización de un sitio contaminado para asegurar que la
atenuación natural mediante los microorganismos originalmente presentes
en el suelo está ocurriendo; es decir, que el proceso natural para limpiar o
atenuar la contaminación se lleva a cabo (USEPA, 2001).
Bioventeo o
Bioventing
Estimulación de la biodegradación natural en condiciones aerobias a través
del suministro de aire (van Deuren y col., 1997).
Biorreactores
La biodegradación se lleva a cabo en un biorreactor. Suele usarse para
tratar suelos heterogéneos y poco permeables, o cuando es necesario
disminuir el tiempo de tratamiento, permite controlar procesos químicos,
físicos y biológicos, que mejoran y aceleran la biodegradación. Es la
tecnología más adecuada cuando existen peligros potenciales de descargas
y emisiones (Riser-Roberts, 1998).
Biopilas
El suelo se dispone en hileras. Se adiciona agua y nutrientes y un sistema
de aireación continuado. Generalmente se cubren con plástico para
controlar los lixiviados, la evaporación y la volatilización de contaminantes,
además de favorecer su calentamiento (Eweis y col., 1999).
Compostaje
Tratamiento del suelo con compuestos orgánicos biodegradables (paja,
serrín, estiércol, desechos agrícolas, etc.) que ayudan a mejorar el balance
de nutrientes, asegurar una mejor aireación y generación de calor, para
obtener subproductos inocuos estables (Semple y col., 2001).
Landfarming
La superficie del suelo contaminado es tratada en el mismo sitio por medio
del arado. El suelo contaminado se mezcla con tierra nueva y se remueve
periódicamente para favorecer su aireación (Riser-Roberts, 1998).
La mayoría de las técnicas de biorremediación mencionadas en la Tabla 1.6
favorecen la conservación del recurso suelo y aprovechan el potencial natural de
regeneración del mismo. Sin embargo, se identifican diversos problemas que
obstaculizan su aplicación. En algunas, como landfarming o biopilas, se requieren
grandes superficies. Además, de forma general, la biorremediación puede ser un
proceso muy lento para algunos casos de contaminación; en las condiciones más
óptimas pueden pasar semanas para que el 50% de un combustible diésel se
biodegrade, y hasta años para el 10% de un crudo de petróleo en condiciones menos
óptimas (Fingas, 2013), con los consecuentes impactos al ecosistema durante todo ese
periodo.
A pesar de ser un tratamiento más lento que otras técnicas de tipo físico-químico, y
estar sujeto a la capacidad de los microorganismos para utilizar los contaminantes como
sustrato, la biorremediación emerge como una opción atractiva debido, principalmente, a
sus bajos costes económicos (Sutherland y col., 2004; Chen y col., 2006; Juwarkar y
col., 2010), especialmente cuando los contaminantes pertenecen al rango medio de
destilación del petróleo, como es el caso del diésel (Wang y Bartha, 1994).
27
Capítulo 1
En la Tabla 1.7 se recogen datos sobre costes de operación para distintas
tecnologías de descontaminación de suelos, estimados por diversos autores y en
distintos ámbitos. Se aprecia que los procesos biológicos pueden llegar a ser la opción
más atractiva económicamente en cada una de las comparativas.
Tabla 1.7. Comparación de costes de operación de distintas técnicas de descontaminación de
suelos, según diversos autores.
Costes de Operación
USEPA
(2002)(2)
Eweis y
col., (1999)
Juwarkar y
col., (2010).
($/t)
($/t)
(₤/t)
30-75
110
100-200
5-170
Tratamientos de
descontaminación
PNIR 20072015(1) (€/t)
Tratamientos biológicos
Tratamientos térmicos
60-90
350-600
250-1.000
30-750
Solidificación/Estabilización
-
210
-
17-171
Tratamientos físico-químicos
70-100
90
-
12-600
Notas:
(1) Plan Nacional Integrado de Residuos. Anexo 13. II Plan nacional de recuperación de suelos contaminados.
(2) Los valores presentados son un promedio de 231 proyectos aplicados para una gran variedad de contaminantes
biodegradables (gasolinas, lubricantes y HAP).
1.3.4. Contexto actual del uso de las técnicas de biorremediación
Tal y como se ha comentado anteriormente, para la implementación de cualquier
tecnología de biorremediación de suelos contaminados con HC se requiere un estudio
previo de viabilidad que proporcione la información suficiente para determinar la
selección y optimización del tratamiento específico (DOE / PERF, 2002).
La práctica más común para la biorremediación de suelos con HC es excavar la
tierra contaminada y colocarla en un sitio específico para llevar a cabo la atenuación
natural (Kauppi y col., 2011) o la bioestimulación.
Los biotratamientos de biopilas son los más comúnmente aplicados a escala real
(Riser-Roberts, 1998; Jørgensen y col., 2000; Gallego y col., 2011). Por un lado, lo más
habitual es que esta tecnología realice la estimulación de la actividad microbiana
aeróbica a través de la aireación y/o adición de nutrientes (N y P, sobre todo) (Peltola y
col., 2006), surfactantes para aumentar la disponibilidad del HC (Thomassin-Lacroix y
col., 2002; Sarkar y col., 2005; Lin y col., 2010; Xu y Lu, 2010), control de la humedad y
otras enmiendas (astillas de madera, paja, serrín, etc.) (Jørgensen y col., 2000; Mohn y
col., 2001; Mihial y col., 2006).
28
Introducción
Por otro lado, se han aumentado los conocimientos generales sobre el diseño y la
eficiencia de las biopilas mediante estudios detallados de los procesos químicos y
microbianos que se producen (Chaîneau y col., 2003; Yerushalmi y col., 2003), y
específicamente acerca de la evolución de las diferentes familias de HC durante el
proceso de biorremediación (Pollard y col., 1999; Gallego y col., 2007).
Respecto a la adición de surfactantes, los ramnolípidos han sido unos de los
tensioactivos más estudiados en la bioestimulación de la degradación de HC. En una
revisión, Mulligan y col., (2001) indicaron que los ramnolípidos pueden solubilizar
eficazmente HC y mejorar la biodegradación. Sin embargo, la adición de éstos también
puede inhibir la degradación (Chen y col., 2000).
En cuanto a los tratamientos de bioaumento, a menos que las condiciones de
crecimiento sean óptimas, la adaptación bacteriana puede ser relativamente lenta y
llevar a unos malos resultados de biodegradación (Romantschuk y col., 2000; Sinkkonen
y col., 2010). Sin embargo, en la literatura se pueden encontrar estudios con diversos
grados de éxito en los procesos de bioaumento (Volkering y col., 1998; El Fantroussi y
Agathos, 2005; Lin y col., 2010; Xu y Lu, 2010). Thouand y col. (1999) observaron que
los inóculos comerciales no eran tan eficaces como los inóculos naturales enriquecidos
del emplazamiento contaminado. La eficacia de este enfoque se ve afectado por la
capacidad sobre el uso de los HC disponibles que desarrollen los consorcios
microbianos autóctonos inoculados y que éstos sean capaces de permanecer activos en
el sitio de tratamiento (Lin y col., 2011).
En este sentido, de la literatura se deducen resultados ambiguos en cuanto a la
estrategia de bioaumento. Sin embargo, en estudios más recientes se han desarrollado
proyectos
de
biorremediación
mediante
la
combinación
de
las
técnicas
de
bioestimulación y bioaumento (Lin y col., 2011; Adams y col., 2015) que parecen ser
más alentadores, con resultados de hasta el 90% de eliminación de HC. Estos estudios
ayudan a mejorar y asegurar la eficacia de la biodegradación de HC, siendo importante
estudiar los factores bióticos y abióticos para una mejor selección de la estrategia de
biorremediación.
29
Capítulo 1
1.4. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Adams, G. O., Fufeyin, P. T., Okoro, S. E., Ehinomen, I. (2015). Bioremediation,
Biostimulation and Bioaugmention: A Review. International Journal of Environmental
Bioremediation & Biodegradation. 3:28-39.

Alexander, M. (1994). Biodegradation and Bioremediation. Academic Press. San
Diego, USA.

Amann, R. I., Ludwig, W., Schleifer, K. H. (1995). Phylogenetic identification and in
situ detection of individual microbial cells without cultivation. American Society for
Microbiology. 59:1.

AOP. (2013). Memoria de datos estadísticos del sector. Asociación Española de
Operadores de Productos Petrolíferos. Madrid, España.

Atlas, R. M., Bartha, R. (2002). Ecología microbiana y microbiología ambiental. 1ª Ed.
Pearson Education. Madrid, España.

ATSDR. (1995). Toxicological profile for fuel oils. Agency for Toxic Substances and
Disease Registry. Department of Health and Human Services, Public Health Service
Atlanta, G.A., USA.

Barth, H., L´Hermite, P. (1987). Scientific Basis for Soil Protection in the European
Community. Commission of the European Community. Elsevier Applied Science.
London.

Busca, G., Berardinelli, S., Resini, C., Arrighi, L. (2008). Technologies for the removal
of phenol from fluid streams: a short review of recent developments. J. Hazard
Mater.160:265–288.

Chaîneau, C. H., Yepremian, C., Vidalie, J. F., Ducreux, J., Ballerini, D. (2003).
Bioremediation of a crude oil-polluted soil: Biodegradation, leaching and toxicity
assessments. Water, Air and Soil Pollution. 144:419–440.

Chen, P., Pickard, M. A., Gray, M. R. (2000). Surfactant inhibition of bacterial growth
on solid anthracene. Biodegradation.11:341–347.

Chen, K. F., Kao, C. M., Chen, T. Y., Weng, C. H., Tsai, C. T., (2006). Intrinsic
bioremediation of MTBE-contaminated groundwater at a petroleum-hydrocarbon spill
site. Environmental Geology. 50: 439–445.

COM 1983, de 14 de Febrero de 1983, relativa a la prosecución y ejecución de una
Política y de un Programa de Acción de las Comunidades Europeas en materia de
Medio Ambiente (1982-1986). DOC C 46/1. Comisión de las comunidades europeas.
Bruselas, Bélgica.

COM 1987, de 7 de Diciembre de 1987, para la continuación e implementación de
una Política de la Comunidad Europea y Programa de Acción en materia de Medio
Ambiente (1987-1992). DOC C 328/01. Comisión de las comunidades europeas.
Bruselas, Bélgica.

COM 2006, de 22 de Septiembre de 2006, por la que se establece la Estrategia
temática para la protección del suelo. 231 final (No publicada en diario oficial).
Comisión de las comunidades europeas. Bruselas, Bélgica.

CONAMA, (2010). Memoria grupo de trabajo de suelos contaminados: Estado de la
gestión de los suelos contaminados en España y necesidad de mejoras . X Congreso
Nacional de medio ambiente. 15 de Noviembre de 2010. Madrid, España.
www.conama10.es
30
Introducción

Consejo de Europa. (1972). Carta Europea del Suelo. Estrasburgo, Francia.

CORES. (2014). Balance de producción y consumo de productos petrolíferos en
España. Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos. Madrid,
España.

Davies, O. A., Allison, M. E., Uyi, H. S. (2006). Bioaccumulation of heavy metals in
water, sediment and periwinkle (Tympanotonusfus catus varradula) from the Elechi
Creek, Niger Delta. Afr. J. Biotechnol. 5:968–973.

Davis, J.B. (1967). Petroleum Microbiology. Ed. Elsevier. Amsterdam, Holland.

Decreto 112/2014, de 13 de noviembre, por el que se aprueba el Plan de Gestión de
Residuos Industriales de Castilla-La Mancha 2014-2020. DOCM nº 224 de 19 de
noviembre de 2014, Pág. 35450. Consejería de Agricultura. Toledo, España.

DOE/PERF. (2002). Bioremediation Workshop. A Summary of the Department of
Energy and the Petroleum Environmental Research Forum. U.S.A.
www.netl.doe.gov/technologies/oilgas/publications/brochures/BioWorkshop_McMille
n.pdf. Acceso 1 de Octubre 2015.

Dorn, P. B., Salanitro, J. P. (2000).Temporal ecological assessment of oil
contaminated soils before and after bioremediation. Chemosphere 40:419-426.

Drenovsky, R., Vo, D., Graham, K., Scow, K. (2004). Soil Water Content and Organic
Carbon Availability Are Major Determinants of Soil Microbial Community
Composition. Microb. Ecol. 48:424-430.

Evans, W. C., Fuchs, G. (1988). Anaerobic degradation of aromatic compounds .
Annual Review of microbiology, Ed. Ornston, L.A., Balows, A. Baumann, P. Annual
Reviews, Palo Alto, C.A., USA.

Eweis, J. B., Ergas, S. J., Chang, D. P. Y., Schroeder, E. D. (1999). Principios de
Biorrecuperación: Tratamientos para la descontaminación y regeneración de suelos
y aguas subterráneas mediante procesos biológicos y físico-químicos. McGrawHill.
Madrid, España.

Fatemi, M.H., Baher, E. (2009).A novel quantitative structure-activity relationship
model for prediction of biomagnification factor of some organochlorine pollutants.
Mol. Divers13:343–352.

El Fantroussi, S., Agathos, S. N. (2005). Is bioaugmentation a feasible strategy for
pollutant removal and site remediation?. Curr. Opin. Microbiol. 8:268–275.

Fingas, M.F. (2012). The Basics of Oil Spill Cleanup. Taylor and Francis Group.
NewYork, USA.

Fingas, M.F. (2013). Oil Spills and their Clean-up: Introduction. In Encyclopedia of
Environmental Management. Taylor and Francis Group. New York, USA. pp.1-17.

Gagni, S., Camm, D. (2007). Stigmastane and hopanes as conserved biomarkers for
estimating oil biodegradation in a former refinery plant-contaminated soil.
Chemosphere. 67:1975–1981.

Gallego, J. R., García-Martínez, M. J., Llamas, J. F., Belloch, C., Peláez, A. I.,
Sánchez, J. (2007). Biodegradation of oil tank bottom sludge using microbial
consortia. Biodegradation.18:269–281.

Gallego, J. L., Sierra, C., Permanyer, A., Peláez, A. I., Menéndez-Vega, D.,
Sánchez, J. (2011). Full-Scale Remediation of a Jet Fuel-Contaminated Soil:
Assessment of Biodegradation, Volatilization, and Bioavailability. Water, Air and Soil
Pollut. 217:197–211.
31
Capítulo 1

Goel, M., Chovelon, J. M., Ferronato, C., Bayard, R., Sreekrishnan, T. R. (2010). The
remediation of wastewater containing 4-chlorophenol using integrated photocatalytic
and biological treatment. J. Photochem. Photobiol. B. Biol. 98:1–6.

Gothalwal, R. (2013). Bioremediation. In Encyclopedia
Management. Taylor and Francis: New York, USA. pp. 387-400.

Grüter, D., Schmid, B., Brandl, H. (2006). Influence of plant diversity and elevated
atmospheric carbon dioxide levels on belowground bacterial diversity. BMC
Microbiol. 6:1-8.

Hanson, K. G., Nigam, A., Kapadia, M., Desai, A. J. (1997). Bioremediation of crude
oil contaminated with Acinetobacter sp. A3. Curr. Microbiol. 35: 191 – 193.

Harms, H., Bosma, T. M. P. (1996). Mass transfer limitation of microbial growth and
pollutant degradation. J. Ind. Microbiool. Biotechnol. 1: 62-70.

Hernández-Espriú, A. Martínez-Santos, P., Sánchez-León, E., Marín, L. E. (2011).
Free-product plume distribution and recovery modeling prediction in a dieselcontaminated volcanic aquifer. Physics and Chemistry of the earth.
doi:10.1016/j.pce.2010.12.007.

ITOPF. (2012). Response to Marine Oil Spills. International Tanker Owners Pollution
Federation. Witherby Publishing Co. Edinburgh, UK.

Jørgensen, K. S., Puustinen, J., Suortti, A. M. (2000). Bioremediation of petroleum
hydrocarbon-contaminated soil by composting in biopiles. Environmental Pollution.
107:245:254.

Juwarkar, A. A., Singh, S. K., Mudhoo, A. (2010). A comprehensive overview of
elements in bioremediation. Rev. Environ. Sci. Biotechnol. 9:215–288.

Kauppi, S., Sinkkonen, A., Romantschuk, M. (2011). Enhancing bioremediation of
diesel-fuel-contaminated soil in a boreal climate: Comparison of biostimulation and
bioaugmentation. International Biodeterioration y Biodegradation. 65:359-368.

Kelly, B. C., Ikonomou, M. G., Blair, J. D., Morin, A. E., Gobas, F. A. P. C. (2007)
Food web-specific biomagnification of persistent organic pollutants. Science.
317:236–239.

Kulkarni, P. S., Crespo, J. G., Afonso, C. A. M. (2008). Dioxins sources and current
remediation technologies: a review. Environ. Int. 34:139–153.

Lesser, I. J. M. (1995). Prospección de Contaminación de Acuíferos por
Hidrocarburos. Geólogos. 1(6):5-8P.

Ley 20/1986, de 14 de mayo, básica de residuos tóxicos y peligrosos. BOE nº 120,
de 20 de mayo de 1986, Sec. I, Pág. 17864. Jefatura del Estado. Madrid, España.

Ley 10/1998, de 21 de abril, de residuos. BOE nº 96, de 22 de abril de 1998, Sec. I,
Pág. 13372. Jefatura del Estado. Madrid, España.

Ley 16/2002, de 1 de julio de 2002, de prevención y control integrados de la
contaminación. BOE nº 157, de 2 de julio de 2002, Sec. I, Pág. 23910. Jefatura del
Estado. Madrid, España.

Ley 22/2011, de 28 de julio, de residuos y suelos contaminados. BOE nº 181 de 29
de julio de 2011, Sec. I, Pág. 85650. Jefatura del Estado. Madrid, España.

Lin, T. C., Pan, P. T., Cheng, S. S. (2010). Ex situ bioremediation of oil- contaminated
soil. J. Hazard Mater. 176:27–34.
32
of
Environmental
Introducción

Lin, T. C., Pan, P. T., Young, C. C. Chang, J. S., Chang, T. C., Cheng, S. S. (2011).
Evaluation of the optimal strategy for ex situ bioremediation of diesel oilcontaminated soil. Environ. Sci. Pollut. Res. DOI10.1007/s11356-011-0485-5.

López-Vizcaíno, R. (2013). Remediación electrocinética de suelos de baja
permeabilidad contaminados con compuestos orgánicos hidrófobos . Memoria Tesis
Doctoral. Departamento de Ingeniería Química. Universidad de Castilla-La Mancha.
Ciudad Real, España.

Mena, E. (2015). Electro-bioremediation of Diesel Polluted Soils. Memoria Tesis
Doctoral. Departamento de Ingeniería Química. Universidad de Castilla-La Mancha.
Ciudad Real, España.

Mihial, D. J., Viraraghavan, T., Jin, Y. C. (2006). Bioremediation of petroleum–
contaminated soil using composting. Pract. Period Hazard Toxicol. Radioactive
Waste Manag.10:108–115.

Mohn, W. W., Radziminski, C. Z., Fortin, M. C., Reimer, K. J. (2001). On site
bioremediation of hydrocarbon- contaminated Arctic tundra soils in inoculated
biopiles. Applied and Environmental Microbiology. 57:242–247.

Mulligan, C. N., Yong, R. N., Gibbs, B. F. (2001). Surfactant-enhanced remediation of
contaminated soil. Rev. Eng. Geol. 60:371–380.

Musarrat, J., Zaidi, S. (2006). Bioremediation of agrochemicals and heavy metals in
soil. In Biotechnological Applications of Microorganisms. A Techno-Commercial
Approach. Maheshwari, D.K., Dubey, R.C., Eds.; I.K. International Publishing House,
Pvt. Ltd.: New Delhi, India, pp. 311–331.

Nadal, M., Schuhmacher, M., Domingo, J. L. (2004). Levels of PAHs in soil and
vegetation samples from Tarragona Country, Spain. Environmental Pollution. 132:111.

NICOLE. (2002). Necesidad de una gestión sostenible del suelo: Aproximación al
problema basada en la evaluación del riesgo. Apeldoorn, Holanda. Acceso el 1 de
Octubre de 2015. www.nicole.org

Ortiz, I., Sanz, J., Dorado, M., Villar, S. (2007). Informe de Vigilancia Tecnológica:
técnicas de recuperación de suelos contaminados . Ed. Elecé Industria Gráfica.
Madrid, España.

Peltola, R., Salkinoja-Salonen, M., Pulkkinen, J., Koivunen, M., Turpeinen, A. R.,
Aarnio, T., Romanschuk, M. (2006). Nitrification in polluted soil fertilized with fastand slow-releasing nitrogen: a case study at a refinery landfarming site.
Environmental Pollution.143:247-253.

PNIR 2007. Plan Nacional Integrado de Residuos. BOE nº 49, de 26 de febrero de
2009, Sec. I, Pág. 19893. Ministerio de medio ambiente, y medio rural y marino.
Madrid, España.

PNRI 1989. Plan Nacional de Residuos Industriales. BOE nº 179, de 28 de julio de
1989, Pág. 24216. Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo. Madrid, España.

PNSC I 1995. Plan Nacional de recuperación de suelos contaminados. BOE nº 114,
de 13 de mayo de 1995, Sec. I, Pág. 13926. Ministerio de obras públicas, transportes
y medio ambiente. Madrid, España.

Pollard, S. J., Whittaker, M., Risden, G. C. (1999). The fate of heavy oil wastes in soil
microcosms I: a performance assessment of biotransformation indices. The Science
of theTotal Environment. 226:1–22.
33
Capítulo 1

Prince, R., Varadaraj, R., Fiocco, R., Lessard, R. (1999). Bioremediation as an oil
spill response tool. Environmental Technology. 20:891-896.

Rahman, K., Banat, I., Thahira, J., Thayumanavan, T., Lalshmanaperumalsamy, P.
(2001). Bioremediation of gasoline contaminated soil by a bacterial consortium
amended with poultry litter, coir pith and rhamnolipid biosurfactant. Bioresource
Technology. 81:25-32.

RD 9/2005, de 14 de enero, por el que se establece la relación de actividades
potencialmente contaminantes del suelo y los criterios y estándares para la
declaración de suelos contaminados. BOE nº 15 de 18 de enero de 2005, Sec. I,
Pág. 1833. Ministerio de la presidencia. Madrid, España.

Reddy, K. R., Admas, J. F., Richardson, C. (1999). Potential technologies for
remediation of Brownfield. Practice of Environmental Engineering, 122 (1):48-50.

Riser-Roberts, E. (1998). Remediation of petroleum contaminated soils. Lewis
Publishers. Boca Ratón, FL., U.S.A. 542 pp.

Romantschuk, M., Sarand, I., Petäinen, T., Peltola, R., Jonsson-Vihanne, M.,
Koivula, T., Yrjälä, K., Haahtela, K. (2000). Means to improve the effect of in situ
bioremediation of contaminated soil: an overview of novel approaches.
Environmental Pollution. 107:179-185.

Sarkar, D., Ferguson, M., Datta, R., Birnbaum, S. (2005). Bioremediation of
petroleum hydrocarbons in contaminated soils: comparison of biosolids addition,
carbon supplementation and monitored natural attenuation. Environ. Pollut. 136:187–
195.

SEMARNAT. (1996). Los Suelos de Tabasco Restauración, Conservación y Uso .
Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales. Gobierno Constitucional del
Estado de Tabasco. México D.F., México.

Semple, K. T., Reid, B. J., Fermor, T. R. (2001). Impact of composting strategies on
the treatment of soils contaminated with organic pollutants. Environ. Pollution 112:
269-283.

Shannon, M. J., Unterman, R. (1993) Evaluating bioremediation: distinguishing fact
from fiction.Annual Review of Microbiology v47. pp715.

Sharma, C. M., Rosseland, B. O., Almvik, M., Eklo, O. M. (2009). Bioaccumulation of
organochlorine pollutants in the fish community in Lake Arungen, Norway. Environ.
Pollut. 157:2452–2458.

Sinkkonen, A., Simpanen, S., Romantschuk, R. (2010). An evolutionary perspective
to the stimulation of bacterial activity in contaminated soil. In: Plaza, G. (Ed.), Trends
in bioremediation and phytoremediation. Research Signpost. Kerala, India. ISBN97881-308-0424-8.

Stelmack, P. L., Gray, M. R., Pickard, M. A. (1998). Bacterial Adhesion to Soil
Contaminants in the Presence of Surfactants. Applied and Environmental
Microbiology. 65:163-168.

Sutherland, J., Adams, C., Kekobad, J. (2004). Treatment of MTBE by air stripping,
carbon adsorption, and advanced oxidation:Technical and economic comparison for
five groundwaters.Water Research. 38:193–205.

Takeuchi, I., Miyoshi, N., Mizukawa, K., Takada, H., Ikemoto, T., Omori, K., Tsuchiya,
K. (2009). Biomagnification profiles of polycyclic aromatic hydrocarbons, alkylphenols
and polychlorinated biphenyls inTokyo Bay elucidated by d13 C and d15 N isotope
ratios as guides to trophic web structure. Mar. Pollut. Bull. 58:663–671.
34
Introducción

Talley, W. F., Sleeper, P. M. (2006). Roadblocks to the implementation of
biotreatment strategies. Ann NY Acad. Sci. 16–29.

Thomassin-Lacroix, E., Eriksson, M., Reimer, K., Mohn, W. (2002). Biostimulation for
on-site treatment of weathered diesel fuel in Arctic soil. Applied Microbiology
Biotechnology. 59:551-556.

Thouand, G., Bauda, P., Oudot, J., Kirsch, G., Sutton, C., Vidalie, J. F. (1999).
Laboratory evaluation of crude oil biodegradation with commercial or natural
microbial inocula. Canadian Journal of Microbiology. 45:106-115.

USEPA. (2001). A Citizen’s Guide to Monitored Natural Attenuation. United States
Environmental Protection Agency. Office of Solid Waste Emergency Response. NW.
Washington, D.C., USA.

USEPA. (2002). Application, Performance, and Costs of Biotreatment Technologies
for Contaminated Soils. United States Environmental Protection Agency. National
Risk Management Research Laboratory. Cincinati, Ohio, USA.

van Deuren, J., Wang, Z., Ledbetter, J. (1997). Remediation Technologies Screening
Matrix and Reference Guide. 3ª Ed. United States Environmental Protection Agency.
Technology Innovation Office. Pennsylvania Ave., NW. Washington, D.C., U.S.A.
http://www.epa.gov/tio/remed.htm.

van Gestel, C. A. M., van der Waarde, J., Derksen, J. G. M., Hoek, E., Veul, M.,
Bouwnes, S., Rusch, B., Kronenburg, R. (2000). The use of acute and chronic
bioassays to determine the ecological risk and bioremediation efficiency of oil
polluted soils. Environmental Toxicology and Chemistry 20:1438-1449.

van Hamme, J. D., Singh, A., Ward, O. P. (2003). Recent advances in petroleum
microbiology. Microbiol Mol Biol Rev. 67:503–549.

Volkering, F., Breure, A. M., Rulkens, W. H. (1998). Microbiological aspects of
surfactant use for biological soil remediation. Biodegradation. 8:401–417.

Wang, X., Bartha, R. (1994). Effects of bioremediation on toxicity, mutagenesis, and
microbiota in hydrocarbon-polluted soils. In: Wise, D.L., Trantolo, D.J. (Eds).
Remediation of hazardous waste contaminated soils. Marcel Dekker, New York,
USA.

Wang, G. D., Chen, X. Y. (2007). Detoxification of soil phenolic pollutants by plant
secretory enzyme, phytoremedation. Humana Press, Totowa, pp 49–57.

Weber, R. (2007). Relevance of PCDD/PCDF formation for the evaluation of POPs
destruction technologies: review on current status and assessment gaps.
Chemosphere. 67:109–117.

Weber, J. B., Miller, C. T. (1989). Movement of organic chemicals over and through
soil. In Reactions and Movement of Organic Chemicals in Soils, ed. B.L. Sawhney,
Madison, WI: Soil Science Society of America, Inc. USA.

Xu, Y., Lu, M. (2010). Bioremediation of crude oil-contaminated soil: comparison of
different biostimulation and bioaugmentation treatment. J. Hazard Mater.183:395–
401.

Yerushalmi, L., Rochleau, S., Cimpoi, R., Sarrazin, M., Sunarah, G., Peisajovich, A.
(2003). Enhanced biodegradation of petroleum hydrocarbons in contaminated soil.
Bioremediation Journal. 7:37–51.

Yergeau, E., Arbour, M., Brousseau, R., Juck, D., Lawrence, J. R., Masson, L.,
Whyte, L. G., Greer, C. W. (2009). Microarray and real-time PCR analyses of the
35
Capítulo 1
responses of high-arctic soil bacteria to hydrocarbon pollution and bioremediation
treatments. Appl. Environ. Microbiol. 75:6258–6267.
36
Capítulo
2
•••••••••
•••••••••
Antecedentes, objetivo y alcance
37
Capítulo 2
38
Antecedentes, objetivo y alcance
A medida que la experiencia sobre la gestión de los suelos contaminados ha crecido,
la percepción del problema ha ido cambiando. Hoy, el problema del suelo contaminado
ya no se percibe asociado a algunos incidentes importantes ocurridos, sino como un
problema general de infraestructuras, de intensidad e importancia variable. La
experiencia muestra que la recuperación de todos los suelos por medios técnicos
rápidos y poderosos, sin considerar los efectos colaterales sobre el lugar, no es una
solución viable. No es prudente utilizar solo los resultados de las últimas investigaciones
y aplicar sólo soluciones innovadoras. La mayoría de los conocimientos están ya
disponibles y, en la práctica, a menudo, no son suficientemente utilizados. Por tanto, es
necesario dar a conocer el estado del arte e incitar al uso general de las herramientas de
análisis más sencillas.
Las tecnologías de biorremediación, o los tratamientos biológicos en general, son un
pilar clave de la tecnología para el desarrollo sostenible en la eliminación de una amplia
gama de contaminantes del suelo. Los tratamientos biológicos suponen una contribución
significativa en los esfuerzos de recuperación y descontaminación donde otros métodos
de tratamiento físico-químico pueden no ser suficientes ni factibles. Para que la
biorremediación sea exitosa se requieren esfuerzos sistemáticos en investigación,
centrados en diferentes aspectos, para hacer el proceso más seguro, económico y
respetuoso con el medio ambiente.
Desde el año 2006, el Departamento de Ingeniería Química de la UCLM,
aprovechando su experiencia previa en el campo de la Ingeniería Ambiental, y teniendo
en cuenta la importancia de la problemática ya expuesta sobre la contaminación del
suelo, realiza investigaciones relacionadas con el tratamiento de suelos contaminados
mediante diferentes tecnologías, contando para ello con la ayuda conseguida en varios
proyectos del Plan Nacional (CTM2006-02214, CTM2007-60472, CTM2010-18833,
CTM2013-45612) y otros a nivel regional o con financiación privada.
En este contexto se sitúa la investigación que aborda la presente tesis doctoral, que
pertenece al Programa de Doctorado Ingeniería Química, Ambiental y de los Materiales
(interuniversitario entre UCLM y URJC) y que se ha realizado en dos instituciones: la
empresa Alquimia Soluciones Ambientales y la Universidad de Castilla-La Mancha.
Por un lado, la citada empresa consiguió para la autora de la presente tesis doctoral
una ayuda pre-doctoral para la formación de personal investigador (Beca FPI) para la
realización de tesis doctorales en empresas privadas, ayuda concedida por la Junta de
Comunidades de Castilla-La Mancha.
39
Capítulo 2
Por otro lado, la UCLM ha contado con la ayuda del Proyecto CTM2006-02214
(Biorremediación acelerada de suelos contaminados con hidrocarburos tipo Diésel), el
Proyecto PBI08-0206-7303 (Biorremediación de suelos contaminados con hidrocarburos
mediante consorcios microbianos mixtos) de la Junta de Comunidades de Castilla-La
Mancha, y el Proyecto UCTR080150, con el mismo título del anterior, y financiado por la
citada empresa.
El objetivo de esta investigación es estudiar el tratamiento de suelos contaminados
con hidrocarburos tipo diésel mediante la mejora del proceso de biorremediación. Se
persigue conocer los fundamentos de dicha tecnología, estudiar la influencia de
determinadas
variables
a
escala
de
laboratorio,
realizar posteriormente
una
extrapolación a mayor escala y finalizar con un estudio de viabilidad técnica y
económica.
Se selecciona el diésel como modelo de contaminante, por contener una amplia
mezcla de HC y considerando la gran probabilidad de casos de contaminación que
puedan surgir en el territorio de Castilla-La Mancha y el riesgo potencial que representa
para los ecosistemas.
Para alcanzar el objetivo global planteado, el presente trabajo se ha desglosado en
una serie de objetivos parciales que se describen a continuación:
-
Obtener y caracterizar consorcios microbianos mixtos con capacidad
biodegradadora de HC, aislados de suelos contaminados o sin contaminar,
para ser utilizados en los experimentos de biorremediación.
-
Estudiar la biodegradación de los hidrocarburos diésel a escala de
laboratorio, identificando la influencia de las variables de operación más
habituales y realizando una modelización matemática del proceso.
-
Estudiar el proceso de biorremediación de suelos contaminados con
hidrocarburos diésel a escala de laboratorio, bajo condiciones de operación
controladas. Identificar y analizar los factores más influyentes (tipo de
inóculo, suelo, estrategia de bioaumento, etc.), y realizar una modelización
matemática del proceso.
-
Estudiar la viabilidad de las diferentes estrategias de biorremediación
propuestas a escala de planta piloto.
40
Antecedentes, objetivo y alcance
-
Evaluar la viabilidad de la implementación a escala industrial del proceso de
biorremediación a través de las estrategias seleccionadas. Diseñar el
proceso y calcular sus costes.
Para conseguir estos objetivos se planteó un programa de investigación con las
siguientes etapas:
1. Estudio bibliográfico previo.
2. Puesta a punto de dispositivos experimentales y técnicas de análisis.
3. Experimentación en laboratorio: estudio de la biodegradación de los
hidrocarburos diésel y, posteriormente, estudio de la biorremediación de
suelos contaminados con diésel.
4. Extrapolación del estudio de biorremediación a escala de planta piloto.
5. Diseño de un prototipo a escala industrial y estudio de viabilidad técnica y
económica con el proceso optimizado según los resultados de las etapas
anteriores.
La experimentación en la etapa 3 se realizó íntegramente en los laboratorios del
Departamento de Ingeniería Química de la UCLM, y la experimentación en la etapa 4 se
realizó íntegramente en las instalaciones de la empresa Alquimia Soluciones
Ambientales.
41
42
Capítulo
3
•••••••••
 Reactivos y disolventes
 Caracterización de los suelos
objeto de estudio
 Caracterización del diésel
 Análisis de hidrocarburos por
cromatografía gaseosa
 Materiales y medios para el
cultivo de microorganismos
 Aislamiento de las poblaciones
presentes en los suelos
 Enumeración de la población
microbiana por la técnica NMP
 Cultivo y mantenimiento de los
consorcios microbianos
•••••••••
Materiales y procedimientos comunes
43
Capítulo 3
44
Materiales y procedimientos comunes
3.1. REACTIVOS Y DISOLVENTES
Todos los reactivos y disolventes utilizados en este trabajo fueron de la mayor
pureza disponible comercialmente. El agua utilizada en los medios de cultivo fue
bisdesionizada, calidad Milli-Q.
El n-hexano y la acetona utilizados para cromatografía fueron de calidad analítica,
suministrados por la casa Merck, y los patrones de hidrocarburos (HC) empleados en
cromatografía para la identificación de los compuestos se obtuvieron de la casa Supelco.
La fuente de carbono adicionada a los medios de cultivo para el crecimiento y
1
mantenimiento de los microorganismos hidrocarburolíticos (HiC), así como la fuente de
contaminación de los suelos objeto de estudio, fue un gasóleo diésel comercial de tipo A
para automoción adquirido en una estación de servicio de Ciudad Real.
3.2. CARACTERIZACIÓN DE LOS SUELOS OBJETO DE ESTUDIO
Las muestras de suelos utilizadas en el presente trabajo fueron tomadas de distintas
zonas de la provincia de Ciudad Real. La muestra de suelo A (S A) fue tomada cerca de
una carretera secundaria entre Ciudad Real y Puertollano con indicios de contaminación
por el alto tránsito de vehículos; las muestras B y C (SB y SC) son ambas el mismo suelo,
tomadas cerca de un tanque de almacenamiento industrial de HC, pero SB se contaminó
artificialmente en el laboratorio con gasóleo diésel (C12-C28) después del muestreo. El
suelo D (SD) se tomó de la finca experimental “Dehesa de Galiana”, explotada por la
Universidad de Castilla-La Mancha, siendo la geomorfología de la zona de textura
arcillosa. Finalmente, el suelo E (SE) se tomó de una zona pantanosa cercana al río
Záncara
a
su
paso
por
Socuéllamos
(Ciudad
Real),
un
terreno
formado
mayoritariamente por limos.
La profundidad de muestreo fue entre la superficie y 40 cm por debajo. Las muestras
fueron guardadas en bolsas estériles y etiquetadas. Una vez realizada la toma de
muestras, éstas se llevaron al laboratorio para acondicionarlas de cara a su posterior
caracterización. Dicho acondicionamiento consistió en:
-
Secado. Antes de ninguna manipulación, la muestra de suelo fue secada al
aire a temperatura ambiente durante 24 h.
1
Los microorganismos hidrocarburolíticos son aquellos capaces de degradar hidrocarburos, obteniendo
de ellos la fuente de carbono y la energía necesarias para su crecimiento.
45
Capítulo 3
-
Tamizado. Desde el punto de vista analítico, sólo tienen interés las
partículas de suelo con un tamaño inferior a 2 mm de diámetro, en cuya
superficie se verifican la casi totalidad de las reacciones del suelo. Por ello,
las muestras se pasaron por un tamiz entre 2.000 μm y 160 μm de luz de
malla, no siendo en este trabajo una variable de estudio el tamaño de
partícula.
-
Almacenaje. Las muestras se guardaron en condiciones aróbicas a 4 °C en
oscuridad hasta posterior análisis y experimentación.
A continuación, se detallan los principales análisis físico-químicos realizados a las
muestras de suelos y cuyos resultados se presentan al final de este apartado en forma
de tabla (Tabla 3.1).
Medida de pH
La determinación de pH en el suelo se realizó según el método de la pasta saturada
ISO 10390 (1994), que consiste en la preparación de una suspensión de suelo en agua
en proporción 1:2,5 (v/v). Para ello, se suspendieron 10 g de suelo en 25 mL de agua
destilada a pH 7 agitándose mecánicamente durante 30 min. Seguidamente se filtró la
suspensión y se procedió a la lectura de pH en un pHmetro Crisol modelo Basic 20.
Determinación de la humedad
La humedad de un suelo se define como la cantidad de agua que existe en él,
referida en porcentaje en peso sobre el total húmedo (% p/p). Para ello se secó una
cantidad conocida de suelo a 105 °C durante 16 h en un crisol cerámico previamente
tarado. El contenido en agua se calculó por diferencia gravimétrica según el método ISO
11465 (1996).
Determinación de la capacidad de campo
Se define capacidad de campo como la cantidad máxima de agua (expresada en
valores de humedad) que es capaz de retener el suelo sometido a drenaje libre
(Israelsen y West, 1922).
Para su determinación se empleó un vial de plástico de 50 mL de capacidad nominal.
En él se introdujo una base de lecho poroso como soporte del suelo, concretamente
arena de obra, y 30 g de suelo seco. Seguidamente se colmató el suelo con agua y se
dejó que el exceso de la misma se eliminara por gravedad, mediante una pequeña
46
Materiales y procedimientos comunes
perforación en el fondo del vial. Finalmente, cuando cesó la pérdida de agua, por
diferencia gravimétrica se obtuvo la capacidad de campo de la muestra de suelo.
Análisis de Carbono Total (CT)
La concentración de CT resultó de la suma de carbono orgánico más carbono
inorgánico, determinados por combustión del suelo en una cámara de reacción a 680 °C
empleando un catalizador oxidante. Previamente, se eliminó el agua presente en la
muestra mediante su secado en mufla a 110 °C durante 24 h. De esta forma, el carbono
existente tanto orgánico como inorgánico se oxidó a CO 2, el cual se detectó en un
analizador TOC-5050 de Shimadzu mediante lectura infrarroja.
Determinación de la conductividad eléctrica
La conductividad eléctrica es una expresión numérica de la capacidad de una
disolución para transportar una corriente eléctrica. Esta capacidad depende de la
presencia de iones y de su concentración total, de su movilidad, valencia y
concentraciones relativas, así como, de la temperatura de medición.
Su determinación según el método del extracto saturado ISO 11265 (1996) consistió
en disponer una suspensión suelo:agua en proporción 1:5 (v/v) agitándose
mecánicamente durante 40 min. Posteriormente, se dejó reposar la mezcla durante
15 min, se filtró y se procedió a la medida en un conductímetro Crisol modelo Basic 30.
Determinación de metales pesados y oligometales
La identificación de los metales presentes en el suelo se llevó a cabo mediante un
análisis con digestión previa. Para realizar la digestión, la muestra de suelo se puso en
contacto con 8 mL de HNO3 y 2 mL de HCl en un microondas del tipo Ethos Plus
Microwave Labstation a una temperatura final de 180 °C. El residuo resultante se analizó
mediante espectrometría atómica por acoplamiento de plasma inducido (ICP-AES). Este
procedimiento está basado en el método APHA 3120b (1998).
Determinación de la textura del suelo.
Para determinar la textura de las muestras de suelo se recurrió al método del
densímetro de Bouyoucos (ASTM 152H, 1993). Este método se basa en que la densidad
de una suspensión depende de la cantidad de materia suspendida y, asimismo, se sabe
que la velocidad de sedimentación depende del tamaño de las partículas (ley de
Stokes). Por tanto, a distintos tiempos, sedimentarán partículas de distinto tamaño.
Para ello, se preparó una suspensión de 50 g de muestra de suelo en 400 mL de
agua destilada y 10 mL de solución dispersante (preparada con 35,7 g de
47
Capítulo 3
hexametafosfato sódico y 7,94 g de carbonato sódico en 1 L de agua destilada). A
continuación, la suspensión se agitó mecánicamente durante 30 min. Transcurrido ese
tiempo, la mezcla se transfirió a una probeta de 1 L, enrasándose con agua destilada.
Se agitó vigorosamente durante 2 min y una vez finalizada, se tomó el tiempo y se dejó
la mezcla en reposo.
A los 40 segundos se realizó la primera lectura con el densímetro, tomando también
el valor de la temperatura. La segunda lectura se llevó a cabo a las 2 h desde que
finalizó la agitación, midiéndose nuevamente la temperatura y la densidad. A través de
la ecuación [2.1], que relaciona las dos variables medidas, fue posible determinar las
fracciones de los distintos componentes del suelo (en función de su textura) expresados
en porcentaje en peso (%).
X
d
(T
20) 0,36
100
P
[2.1]
-1
siendo X, % de Arcilla o % Limo + Arcilla; d, lectura del densímetro (g L ); T,
temperatura de la suspensión (°C); P, peso total de la muestra de suelo (g); 20,
temperatura de calibración del densímetro (°C); 0,36, factor de corrección de la
temperatura.
Se sustituyeron los valores obtenidos en las respectivas lecturas, determinándose
así el % de limo + arcilla, % de arcilla y % de arena por diferencia de los anteriores. Una
vez que se obtuvieron las fracciones de suelo, se empleó el diagrama triangular para la
clasificación textural del suelo desarrollado por el United States Department of
Agriculture (USDA, 1971) para determinar la textura de las muestras de suelo.
Determinación de la concentración de Hidrocarburos Totales del Petróleo en el suelo
La determinación del contenido de HC presentes en las muestras de suelo se llevó a
cabo según la norma UNE-EN 14039 (2005) para la caracterización de residuos y suelos
utilizando n-hexano como agente extractor y analizando el extracto orgánico mediante
cromatografía gaseosa con detector de ionización de llama (GC-FID), tal y como se
detalla en el apartado 3.4 de este capítulo.
Como se ha indicado anteriormente, en la Tabla 3.1 se recogen los valores de los
parámetros indicados para los cinco tipos de suelo utilizados en la presente
investigación.
48
Materiales y procedimientos comunes
Tabla 3.1. Resultados de la caracterización de los suelos utilizados en la presente investigación.
Propiedad
SA
SB
SC
SD
SE
40,0%
15,0%
45,0%
22,7%
26,9%
50,4%
Francoarcilloarenoso
22,7%
26,9%
50,4%
Francoarcilloarenoso
50,4%
9,6%
40,0%
4,9%
58,4%
36,7%
Arcilloarenoso
Francolimoso
7,4
37,0
8,2
39,4
6,6
39,4
5,6
55,2
12,5
62,0
1,3·106
0,4·106
2,3·108
2,3·108
28·108
24·106
50·108
1,4·106
11·106
22·104
pH en agua (1/25 p/v)
Cond. eléctrica (μS cm-1)
8,01
242
8,46
366
8,26
497
8,32
253
7,72
2.650
Carbono Total (% p/p)
TPH (mg Kg-1)
Metales pesados (mg Kg-1)
Ag
Al
Ni
As
Sn
Pb
Ti
Mn
Si (mg Kg-1)
Oligoelementos
0,55
16,6
0,56
770,4
0,34
25,0
1,83
0,0
3,98
0,0
178,7
43.482
n.d
n.d
12,3
122,4
-
28,9
28.495
n.d
n.d
12,3
122,4
-
83,07
26.840
n.d
n.d
680,2
7,5
-
202,9
20.736
64,2
4,6
876,2
8,1
1.888
103,7
2168
2,9
2.922
n.d.
n.d.
340,1
4,9
91,6
n.d.
1508
B
31,6
Cr
53,2
Co
n.d
Ba
221,2
Na
392,2
Zn
76,0
Cu
n.d.
-1
Seimportantes (mg Kg
575,0
Otros nutrientes
)
Ca
4.919
Fe
34.531
Mg
3.216
K
2.769
26,1
22,2
n.d.
217,7
392,1
27,8
n.d.
539,2
37,2
21,5
n.d.
242
323,0
22,2
n.d.
472,7
n.d.
70,0
n.d.
250,9
148,5
36,0
5,7
490,8
n.d.
n.d.
n.d.
25,5
83,1
n.d.
n.d.
n.d.
26.612
29.481
6.489
6.401
36.712
27.518
9.258
9.442
34.075
26.950
518,0
19.071
93.415
9.002
162
6.234
Textura
Arcilla
Limo
Arena
Definición
Humedad (% p/p)
Capacidad de campo (%)
HeT NMP g suelo -1
HiC NMP g suelo -1
Arcilloarenoso
Nota: n.d, elemento no detectado en la muestra. Todas las concentraciones se expresan en peso de
suelo seco.
3.3. CARACTERIZACIÓN DEL GASÓLEO DIÉSEL
Se llevó a cabo la caracterización física y química del gasóleo diésel (en adelante,
diésel) empleado como contaminante en este trabajo para determinar su composición y
propiedades más relevantes. Para ello, se determinó primero la densidad del diésel de
-1
acuerdo a la norma ISO 3675 (1998) resultando un valor de 832 g L . A continuación, se
realizó la destilación de una fracción volumétrica del mismo según la norma ASTM-D86
49
Capítulo 3
(2004), y mediante el simulador Hysys® se estimó que su composición (Ver Anexo I) era
de: 75% de HC saturados (principalmente parafinas incluyendo, n, iso y cicloparafinas) y
25% de HC aromáticos.
Por otro lado, mediante cromatografía gaseosa, tal y como se describe en el
apartado 3.4 de este capítulo, se obtuvo el perfil cromatográfico de los distintos HC que
componen el diésel. Mediante la superposición con un multi-patrón comercial (Absolute
Standard, Inc. Hamden, CT), se identificaron los distintos compuestos según
coincidencia en tiempo de retención (Figura 3.1); identificándose compuestos entre 10 y
26 átomos de carbono.
Figura 3.1. Perfil cromatográfico del diésel utilizado con superposición
de patrón.
Se detectaron también compuestos más ligeros y más pesados que podrían ser C9 y
C27, pero no llegaron a identificarse, así como, el resto de compuestos intermedios.
Entre los compuestos C14-C15 y C16-C17 se detectaron dos compuestos intermedios con
concentración importante y no reconocidos que podrían ser el Pristano y el Fitano,
componentes clásicos de un diésel convencional.
3.4. ANÁLISIS DE HIDROCARBUROS POR CROMATOGRAFÍA GASEOSA
La concentración de hidrocarburos totales del petróleo (en adelante TPH, de sus
siglas en inglés Total Petroleum Hydrocarbon) se utilizó como parámetro analítico para
estudiar la biodegradabilidad de diésel en los experimentos de esta investigación.
50
Materiales y procedimientos comunes
El análisis de TPH se llevó a cabo mediante cromatografía gaseosa en un
cromatógrafo de gases Trace GC Ultra (ThermoFisher Scientific). Los HC presentes en
las muestras fueron extraídos con n-hexano y separados en una micro-columna ULTRA
FAST capilar con una longitud de 5 m, 0,1 mm de diámetro interno y 0,4 µm de espesor
de fase con un detector de ionización de llama. El inyector y el detector se programaron
a una temperatura de 250 °C y 280 °C, respectivamente y la rampa térmica empleada
fue la siguiente: Tinicial de 50 °C durante 0,1 min seguida de un gradiente de 40 °C min
-1
hasta una Tfinal de 280 °C durante 2,68 min. El gas portador utilizado fue helio de
-1
máxima pureza y se trabajó a flujo constante de 50 mL min . Los gases de llama
utilizados fueron aire, nitrógeno e hidrógeno. El volumen de muestra utilizado por
análisis fue de 1,5 µL y la inyección de la misma se realizó en modo split. El equipo
utilizado permitía trabajar en modo automático gracias a un muestreador programable.
3.5. MATERIALES Y MEDIOS PARA EL CULTIVO DE MICROORGANISMOS
Todos los medios nutritivos, soluciones y materiales utilizados para el cultivo de
microorganismos en este trabajo (excepto el diésel) se esterilizaron en un autoclave; los
medios y soluciones a 121 °C durante 15 min a 1 atm de presión, y los sólidos a 121 °C
durante 30 min a 1 atm de presión, seguidos de un proceso de secado durante 35 min.
El procedimiento de esterilización del diésel consistió en un filtrado a través de una
membrana de politetrafluoroetileno de 0,2 μm de diámetro de poro. De este modo, se
evitan las posibles pérdidas de compuestos volátiles, que podrían tener lugar durante la
esterilización en autoclave, y se garantizan igualmente las condiciones de asepsia.
El aislamiento y crecimiento de los microorganismos HiC se realizó en caldo
Bushnell-Haas (BHB) de la marca Difco (ver composición en Cuadro 3.1), medio
especialmente recomendado para el examen microbiológico de combustibles por la
Sociedad Industrial Microbiológica (SIM, Society for Industrial Microbiology) (Allred y
col., 1963), suplementado con diésel como única fuente de carbono.
Cuadro 3.1. Composición del caldo BHB.
MgSO4 ____________________________ 0,20 g
CaCl2 ______________________________ 0,02 g
KH2PO 4 _____________________________ 1,00 g
(NH4)2HPO4__________________________ 1,00 g
KNO3 ______________________________ 1,00 g
FeCl3 ______________________________ 0,05 g
Composición por litro de agua
51
Capítulo 3
En cuanto a los materiales utilizados, cabe destacar los frascos utilizados para el
aislamiento y cultivo de los microorganismos. Estos frascos de cultivo, proporcionados
3
por la casa Sarstedt, son estériles y tienen una capacidad nominal de 75 cm , fabricados
de poliestireno con el fondo plano, cuello inclinado y con tapón de ventilación provisto de
membrana hidrófoba de 0,2 µm que facilita el intercambio gaseoso, característica
imprescindible ya que es necesario garantizar condiciones aerobias manteniendo la
esterilidad del medio.
El equipo incubador utilizado fue de tipo Ecotrón, que permitió la agitación orbital y el
mantenimiento de una temperatura adecuada garantizada en todo momento por un
sistema de control automático.
3.6. AISLAMIENTO DE LAS POBLACIONES PRESENTES EN LOS SUELOS
Tras realizar el tamizado y con los suelos frescos, se procedió al aislamiento de los
microorganismos presentes. Para ello, se depositaron 5 g de suelo en un frasco de
cultivo y se añadieron 50 mL de BHB. La suspensión se mantuvo durante 12 h en un
equipo Ecotrón bajo unas condiciones controladas de agitación (50 rpm) y temperatura
(26 °C), con el fin de facilitar el desprendimiento de los microorganismos de las
partículas de suelo. Transcurrido este tiempo, la suspensión se trasladó a un tubo
Falcon y se centrifugó a 500 xg durante 20 min en una centrífuga Mixtasel de Selecta. El
sobrenadante con los microorganismos aislados fue recogido y denominado suspensión
inicial (SI).
3.7. ENUMERACIÓN DE LA POBLACIÓN MICROBIANA POR LA TÉCNICA NMP
Una vez que los microorganismos se habían aislado en la SI, se procedió a la
cuantificación de la población microbiana presente, tanto de los microorganismos
heterótrofos totales (HeT), como de los microorganismos HiC. Para tal fin, se utilizó la
técnica del Número Más Probable (NMP), empleando la tabla diseñada para series de 5
tubos por dilución (APHA, 2001).
La técnica NMP es un método eficiente de estimación de densidades poblacionales,
especialmente cuando una evaluación cuantitativa de células individuales no es factible
(Oblinger y Koburger, 1975). La técnica se basa en la determinación de presencia o
ausencia en réplicas de diluciones consecutivas de atributos particulares de
microorganismos presentes en muestras de suelo u otros ambientes. Por lo tanto, un
requisito importante de este método es la necesidad de poder reconocer un atributo
52
Materiales y procedimientos comunes
particular de la población(es) en el medio de crecimiento a utilizar. El número estimado
de densidad poblacional se obtiene del patrón de ocurrencia de ese atributo en
diluciones seriadas y el uso de una tabla probabilística, no siendo el resultado un
número preciso (entre el 95 y 99% de intervalo de confianza).
Algunas de las ventajas del NMP son: (i) la capacidad de estimar tamaños
poblacionales basados en atributos relacionados a un proceso (selectividad), (ii) provee
una recuperación uniforme de las poblaciones microbianas de suelos diversificados,
(iii) determina sólo organismos vivos y activos metabólicamente, y (iv) suele ser más
rápido e igual de fiable que los métodos tradicionales de esparcimiento en placas de
cultivo, entre otros.
Brevemente, el procedimiento seguido consistió en, a partir de la SI de los
-9
microorganismos, realizar diluciones seriadas en base 10 hasta 10 , utilizando suero
fisiológico estéril como diluyente. Seguidamente, se inoculó 1 mL de cada una de las
diluciones, por quintuplicado, en tubos que contenían 5 mL de medio Luria Bertani (LB)
suplementado con 0,2% de glucosa o 5 mL de medio BHB suplementado con 1% de
diésel, según se pretendiera determinar los microorganismos HeT o la cantidad presente
de microorganismos HiC, respectivamente. En ambos casos, se añadió a los medios el
-1
indicador redox resazurina, a una concentración de 1 mg L , para favorecer la
identificación de los tubos positivos al producirse crecimiento microbiano y la reducción,
por tanto, del medio.
Los tubos se incubaron durante 3 días en una estufa de incubación a una
temperatura de 26 °C, transcurridos los cuales se procedió a la lectura de los resultados.
En el caso de los microorganismos HeT, los tubos se consideraron positivos cuando se
produjo un viraje de rosa a amarillo, mientras que para los HiC los tubos positivos
viraron de azul a rosa. Estos cambios eran el resultado de la reducción de la resazurina
como consecuencia del consumo de oxígeno por parte de los microorganismos.
3.8. CULTIVO Y MANTENIMIENTO DE LOS CONSORCIOS MICROBIANOS
El inóculo original, a partir del cual se desarrolló el consorcio microbiano, fue la
suspensión inicial (SI) obtenida en el proceso de aislamiento de los microorganismos
presentes en cada una de las muestras de suelo. A partir de la SI se llevó a cabo el
crecimiento de microorganismos HiC. Para ello, se inocularon 500 μL de SI en frascos
de cultivo conteniendo 50 mL de medio BHB suplementado con 1% (v/v) de diésel. Cada
cultivo se incubó en un equipo Ecotrón a 50 rpm y 26 °C y se resembró cada semana
para mantenerlo en continuo crecimiento y adaptación hasta que se realizaron los
53
Capítulo 3
distintos experimentos de biodegradación. La resiembra consistió en una dilución del
cultivo, envejecido a los 7 días, en medio fresco a una proporción 1:200. En bibliografía
se pueden encontrar casos similares de adaptación al consumo de HC con cultivos de
microorganismos procedentes de suelos contaminados (Viñas, 2005).
En total se aislaron y enriquecieron cinco consorcios distintos de microorganismos,
correspondientes a los cinco suelos utilizados, tal como se recoge en la Tabla 3.2.
Tabla 3.2. Definición de los consorcios aislados.
Procedencia
del suelo
54
Denominación
del suelo
Denominación
del consorcio
Orilla carretera
SA
XA
Cubeto Industrial
SB
XB
Cubeto Industrial
SC
XC
Finca Galiana
SD
XD
Orilla río Záncara
SE
XE
Materiales y procedimientos comunes
3.9. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Allred, R. C., DeGray, R. J., Edwards, R. W., Hedrick, H. G., Klemme, D. E., Rogers,
M., Wulf, M., Hodge, H. (1963). Proposed procedures for microbiological examination
of fuels. SIM Special Publications, Number 1. Merck, Sharp & Dohme Research
Laboratories, Rahway, NJ. USA.

A.P.H.A. (1998). Inductively coupled plasma (ICP) method - method 3120b, Standard
Methods for the Examination of Water and Wastewater. 20th edition. Washington,
D.C. USA. pp. 3–38.

A.P.H.A. (2001). Total Aerobic Count. Standard Methods for the Examination of
Water and Wastewater. 4th Edition, Chap. 7. Washington, D.C. USA.

ASTM D86. (2004). Standard Test Method for Distillation of Petroleum Products at
Atmospheric Pressure. Book of Standards, American Society for Testing and
Materials, West Conshohocken, Pennsylvania, USA.

ASTM-152-H. (1993). Soil Hydrometer Bouyoucos. Book of Standards, American
Society for Testing and Materials, West Conshohocken, Pennsylvania, USA.

ISO 3675. (1998). Crude petroleum and liquid petroleum products-Laboratory
determination of density - Hydrometer method. International Organization for
Standardization. Geneva, Switzerland.

ISO 10390. (1994). Soil quality - Determination of pH. International Organization for
Standardization. Geneva, Switzerland.

ISO 11265. (1996). Soil quality - Determination of the specific electrical conductivity .
International Organization for Standardization. Geneva, Switzerland.

ISO 11465. (1996). Soil quality - determination of dry matter and water content on a
mass basis - gravimetric method. International Organization for Standardization.
Geneva, Switzerland.

Israelsen, O. W., West, F. (1922). Water Holding Capacity of irrigated soils. UAES
Bulletins, No 183. Logan, Utah, USA.

Oblinger, J. L., Koburger, J. A. (1975). Understanding and teaching the Most
Probable Number Technique. J. Milk Food Technol. 38:540-545.

UNE-EN 14039. (2005). Characterization of waste. Determination of hydrocarbon
content in the range of C10 to C40 by gas chromatography. European Committee for
Standardization, Bruxelles. Belgium.

USDA. (1971). Soil survey laboratory methods and procedures for collecting soil
samples. Soil Conservation Service. United States Department of Agriculture.
Government Printing office. Washington, D.C. USA.

Viñas, M. (2005). Biorremediación de suelos contaminados por hidrocarburos:
caracterización microbiológica, química y ecotoxicológica . Memoria de Tesis
Doctoral. Universidad autónoma de Barcelona. Barcelona, España.
55
56
Capítulo
4
•••••••••
 Verificación del proceso de
enriquecimiento
 Composición de la comunidad
microbiana
 Biodegradación del diésel mediante
los consorcios XA, XB y XC
 Estimación de parámetros cinéticos:
- Influencia de la concentración de
sustrato
- Influencia de la temperatura de
reacción
- Influencia del tipo de consorcio
 Producción de biosurfactantes por los
consorcios XA, XB y XC
•••••••••
Biotratabilidad de hidrocarburos diésel
con consorcios microbianos obtenidos
de suelos contaminados
Capítulo adaptado de:
- Moliterni, E., Gómez, R., Villar, M., Fernández, F.J., Rodríguez, L., Villaseñor, J. (2012).
Kinetics of biodegradation of diesel fuel by enriched microbial consortia from polluted
soils.
International Journal of Environmental Science and Technology ,
DOI:10.1007/s13762-012-0071-5.
-
Moliterni, E., Gómez, R., Fernández, F.J., Rodríguez, L., Villaseñor, J. (2011).
Biosurfactants production during diesel biodegradation by mixed microbial consortia
selected from polluted soils. International Journal of Environmental Research, 6 (3):751760.
57
Capítulo 4
Dado que cinco consorcios microbianos fueron aislados
de diversos suelos con diferentes características, es de
esperar
que
presenten
diferentes
respuestas
a
la
biodegradación. Con el objetivo de empezar la investigación
por los conocimientos básicos de los fundamentos de la
biodegradación, se realiza la caracterización de las cinéticas
de crecimiento y un pequeño estudio de las capacidades
para generar biosurfactantes de tres de los consorcios,
identificándose además las especies microbianas que
intervienen en el proceso.
58
Biotratabilidad de hidrocarburos diésel con consorcios microbianos
4.1. INTRODUCCIÓN
Antes de la implementación de un proceso de biorremediación de suelos
contaminados con hidrocarburos (HC) es necesario estudiar los fundamentos de la
biodegradación de dichos HC. De este modo se podrán estimar los factores más
relevantes que influyen en el proceso de biodegradación sin la interferencia que provoca
la presencia del suelo.
En investigaciones anteriores se han identificado varios factores importantes que
afectan a la eficiencia y la velocidad de biodegradación de HC en el suelo, incluyéndose
la temperatura, la concentración del contaminante, el pH, el tipo de microorganismo, la
biodisponibilidad del sustrato orgánico, la concentración de oxígeno y la concentración
de nutrientes en el medio entre otros (Boopathy, 2000; Sabaté y col., 2004; Torres y col.,
2005; Iqbal y col., 2007; Kwapisz y col., 2008), siendo el más importante de ellos, el
grado de biodegradabilidad de los contaminantes.
En general, los cultivos microbianos de una única especie pueden metabolizar un
rango limitado de HC. Sin embargo, un consorcio mixto formado por varias especies y
con extensas capacidades para producir enzimas y/o tensioactivos, puede ser más
eficiente en la degradación (Rahman y col., 2002). Respecto a este punto, las
comunidades microbianas presentes en suelos con contaminación crónica suelen estar
dominadas por bacterias capaces de sobrevivir a ambientes tóxicos, capaces de utilizar
una gran variedad de contaminantes como sustrato para su crecimiento (Macnaughton y
col., 1999). Según esta hipótesis, los suelos contaminados podrían ser una de las
principales fuentes para obtener colecciones de consorcios degradadores de HC
(Margesin y Schinner, 2001). Además, estos microorganismos tendrían la ventaja
añadida de haber sido seleccionados de manera natural por diversos factores
ambientales (Al-Saleh y col., 2009) y, por tanto, podrían resistir mejor las diversas
formas de estrés ambiental.
Vieira y col. (2007) seleccionaron varios consorcios microbianos mixtos aislados de
diferentes sitios contaminados y evaluaron sus eficiencias en la biodegradación de
diésel. Nikakhtari y col. (2009) también aislaron de manera similar otros consorcios y
compararon su capacidad de biodegradación con varios consorcios comerciales,
concluyendo que estos últimos tenían una menor capacidad de asimilación de HC que
los primeros. Por lo tanto, una técnica útil para el tratamiento de suelos contaminados
con HC podría ser un tratamiento con estos consorcios (Ueno y col., 2007; Hosokawa y
col., 2009), es decir, aplicar cultivos enriquecidos en microorganismos obtenidos
previamente de zonas industriales contaminadas. Sin embargo, antes de realizar este
tipo de tratamientos, debe probarse la capacidad real, la eficiencia y la velocidad de
59
Capítulo 4
estos consorcios en la degradación de HC en suspensiones acuosas con el fin de evitar
las limitaciones de transferencia de materia que aparecen durante el tratamiento del
suelo.
De esta manera, en la bibliografía se pueden encontrar varios trabajos en los que se
han aislado consorcios microbianos de sitios contaminados, se han enriquecido en
varios compuestos, especialmente HC, y se ha discutido su potencial metabólico (Zhang
y col., 2010; Oliveira y col., 2011). Además, otros trabajos de investigación (Al-Saleh y
col., 2009) han estudiado la capacidad de degradación de consorcios aislados de suelos
no contaminados, concluyendo que son igualmente capaces de asimilarlos.
El éxito de una tecnología de biorremediación dependerá también de la capacidad
microbiana para acceder al HC (Margesin y Schinner, 2001), es decir, la
biodisponibilidad del contaminante. En este sentido, el uso de surfactantes es una de las
líneas de trabajo más importantes en este campo, pues éstos contribuyen positivamente
a la disponibilidad de compuestos hidrófobos, favoreciendo el transporte de los HC,
permitiendo su solubilización y mejorando, en definitiva, el acceso por parte de los
microorganismos (Franzetti y col., 2008). Estos compuestos son moléculas de carácter
anfipático que favorecen la formación de emulsiones al estabilizar la dispersión de los
HC. Su uso es bastante común en experiencias de biorremediación de suelos
contaminados con HC (Christofi y Ivshina, 2002). En algunas investigaciones, se ha
visto que algunos surfactantes favorecen la biorremediación pero también se ha visto
que otros pueden actuar como tóxicos para los microorganismos o que éstos degradan
el surfactante en lugar del contaminante (Banat, 1995). Además, el empleo de estos
compuestos químicos en un tratamiento industrial supone un añadido económico
importante (Muthusamy y col., 2008; de Gusmão y col., 2010).
En las investigaciones actuales, a la hora de hablar de biorremediación, se tienen en
cuenta también las vías degradativas o rutas metabólicas de los microorganismos, y se
sabe que los consorcios mixtos de bacterias tienen una amplia gama de mecanismos
metabólicos para hacer frente a la degradación de los componentes del petróleo,
incluyendo la producción de biosurfactantes y emulsionantes (Willumsen y Karlson,
1997). Los biosurfactantes son moléculas emulsionantes secretadas por algunos
microorganismos que tienen la misma función que los surfactantes sintéticos. Además,
presentan dos ventajas fundamentales frente a los surfactantes químicos: son
sustancias más selectivas y más fácilmente biodegradables (Sadouk y col., 2008;
Mulligan y col., 2001).
Desde hace más de 20 años se llevan a cabo estudios sobre la caracterización y
purificación de estos tensioactivos de origen microbiano, ya que son de considerable
importancia para su aplicación en diferentes industrias (Cooper y Paddock, 1984;
60
Biotratabilidad de hidrocarburos diésel con consorcios microbianos
Kosaric y col., 1987). Sin embargo, debido a sus bajos rendimientos de purificación, no
han podido competir comercialmente hasta la fecha con los tensioactivos sintéticos.
Actualmente se están llevando a cabo estudios de aislamiento y caracterización de
biosurfactantes y se está probando su aplicación en procesos de biorremediación
(Bordoloi y Konwar, 2009; Nayak y col., 2009; Vasileva-Tonkova y col., 2011; TrejoCastillo y col., 2013), intentando demostrar que estas sustancias pueden ser aisladas y
utilizadas en la mejora de las tecnologías de biorremediación.
4.2. OBJETIVO
El objetivo de este capítulo es estudiar los fundamentos de la biodegradación de
diésel mediante varios consorcios microbianos obtenidos de suelos contaminados. El
alcance del trabajo realizado es el siguiente:
1. Obtener consorcios microbianos adaptados a la degradación de diésel.
2. Caracterizar la comunidad microbiana de los consorcios obtenidos.
3. Estudiar la biodegradación de diésel mediante experimentos discontinuos
en laboratorio y la influencia de varios factores: temperatura, concentración
de diésel y tipo de consorcio utilizado.
4. Estudiar la generación de biosurfactantes, su relación con la tensión
superficial y su influencia en la biodegradación.
5. Modelizar el proceso de biodegradación y obtener los parámetros cinéticos
y estequiométricos característicos.
4.3. PROCEDIMIENTOS
4.3.1. Preparación de los consorcios para el estudio de biodegradación
Los consorcios microbianos HiC utilizados en este capítulo fueron aislados de los
suelos SA, SB y SC, cuyas características se recogen en la Tabla 3.1 del capítulo de
Materiales y procedimientos comunes, y adaptados al consumo de diésel, tal y como se
detalló en los apartados 3.6 y 3.8 de ese mismo capítulo.
Una vez comenzó el proceso de adaptación al consumo de diésel, se estudiaron las
curvas de crecimiento de cada uno de los consorcios para establecer el mejor momento
de inoculación en los experimentos de biodegradación posteriores. Para ello, se
adicionaba 1 mL de inóculo de un consorcio adaptado en frascos de cultivo con 100 mL
61
Capítulo 4
de BHB al 1% (v/v) en diésel. Esto se realizó para cada uno de los tres consorcios
seleccionados (XA, XB y XC). Los frascos se incubaron en un equipo tipo Ecotrón a 26 °C
y 50 rpm durante una semana y periódicamente se tomaron muestras de 1 mL para
medir la densidad óptica a 600 nm en un espectrofotómetro UV-Visible modelo UV-1700
PharmaSpec (Shimadzu) hasta alcanzar la fase estacionaria del crecimiento microbiano.
Por otro lado, con el fin de conocer si los consorcios se estaban enriqueciendo en
bacterias HiC por pura selección natural, se extrajo el ADN de un consorcio ya
enriquecido y aislado de uno de los suelos, y se comparó con el ADN extraído del
consorcio original de ese mismo suelo antes del proceso de adaptación. En concreto se
utilizó el consorcio XA y la muestra de suelo SA. Seguidamente se realizó una
electroforesis en gel de gradiente desnaturalizante (DGGE) y se compararon las tiras de
ADN de ambas muestras. El procedimiento seguido en la extracción de ADN y el
procedimiento de la técnica de DGGE se detallan en el Anexo II.
4.3.2. Caracterización de los consorcios microbianos hidrocarburolíticos XA, XB y XC
Una vez adaptados y enriquecidos los cultivos XA, XB y XC, se estimó conveniente
realizar una caracterización sencilla mediante la cual fuera posible conocer, de forma
aproximada, las especies que formaban parte de la comunidad microbiana obtenida. Se
optó por una caracterización mediante las técnicas clásicas, basadas en la información
morfológica y fisiológica que aportan las pruebas de aislamiento y los ensayos
bioquímicos, no siendo objeto de este trabajo realizar una caracterización por técnicas
más complejas, como son las técnicas moleculares.
a) Caracterización morfológica en placa de Petri
El primer paso en la caracterización consistió en realizar la siembra en placa de Petri
de los consorcios microbianos obtenidos en el proceso de aclimatación. De esta forma,
se estudiaron morfológicamente las colonias desarrolladas y se aislaron en nuevas
placas de Petri para obtener cultivos puros (Richard y Vogel, 1999).
Las placas de Petri se prepararon a partir de medio de cultivo Luria Bertani
-1
suplementado con glucosa al que se le adicionó 15 g L de agar bacteriológico europeo,
todo de la casa Cultimed. Tras su esterilización, el medio se repartió en placas de 90
mm de diámetro y, al enfriarse, se gelificaron obteniéndose el medio sólido deseado.
Una vez formadas las placas, se realizó una siembra en superficie. Ésta consistió en
inocular 100 µL de una dilución en base 10 de los cultivos microbianos HiC. El inóculo
se extendió mediante un asa de Digralsky y las placas permanecieron durante una
semana en una estufa de incubación a 26 °C. Pasado ese tiempo, se procedió a la
62
Biotratabilidad de hidrocarburos diésel con consorcios microbianos
identificación de las distintas colonias crecidas mediante un análisis morfológico (para
más información ver Cuadro 4.1).
Cuadro 4.1. Caracterización morfológica.
Dependiendo del número y tipo de colonias obtenidas en las placas de Petri, se pueden
caracterizar morfológicamente las especies presentes a partir de una simple colonia. En
cambio, si hay diversidad de colonias, se hace necesario obtener el cepario a partir del cual
se realizará la caracterización morfológica y bioquímica. Por ello, se realizan nuevas siembras
en placa mediante la técnica de siembra por estría múltiple de cada una de las colonias
distintas obtenidas en la primera siembra.
El examen de las placas de Petri consiste en aportar la mayor cantidad de información
morfológica acerca de las colonias para proceder a la caracterización de la manera más
exhaustiva posible. Dicha información consiste en registrar datos sobre el tamaño, color,
forma, borde, espesor y superficie e, incluso, algún aspecto relevante de la misma (Brock y
Madigan, 2001).
b) Caracterización citológica
La segunda etapa en el proceso de identificación consistió en observar al
microscopio las diferentes especies aisladas por el método del examen fresco y la
tinción de Gram, y así conocer la morfología celular (coco, bacilo, espiroqueta, etc.), el
tipo de agrupación que presentaba el microorganismo, su respuesta frente a colorantes,
estimar su tamaño relativo y, eventualmente, también obtener información adicional
acerca de otras características citológicas del organismo en estudio (Bergey y col.,
1994).
El procedimiento consistió en tomar una pequeña muestra del cultivo puro y
depositarla sobre un portaobjetos para observarla en el microscopio de campo claro.
Seguidamente se pasó al análisis por el método de tinción, concretamente se optó por
una tinción de Gram y de nuevo se procedió a la observación de las bacterias con el
microscopio; las bacterias teñidas de color rosa se identificaron como Gram negativas, y
las azules, como Gram positivas.
c) Caracterización bioquímica
Una vez conocidos los tipos de cultivos puros a través de las pruebas morfológicas y
citológicas ya comentadas, se realizaron las siguientes pruebas bioquímicas (Balows y
col., 1992):
-
Prueba de la oxidasa. Permitió determinar la presencia de la enzima
citocromo oxidasa. Se realizó con un kit comercial de la casa Merck y
63
Capítulo 4
consistió, básicamente, en observar si el cultivo sufría reacción con una
solución acuosa al 1% de diclorhidrato de tetrametil-p-fenilendiamina. Si la
colonia teñía el reactivo de color lavanda y viraba gradualmente a púrpuranegruzco intenso, la reacción era positiva.
-
Prueba de la catalasa. Permitió comprobar la presencia de la enzima
catalasa. Se llevó a cabo a temperatura ambiente mediante el método del
portaobjetos. Con un asa de siembra se recogió el centro de la colonia pura
a las 18-24 h de crecimiento y con una pipeta Pasteur se agregó una gota
de H2O2 al 30%; el resultado se identificó como positivo al observarse la
formación inmediata de burbujas.
A continuación, se seleccionó el test comercial más apropiado para cada cultivo
según las pruebas ya realizadas (Figura 4.1).
Aislar
microorganismos
en placa
Coco
Bacilo
Gram positivo
Gram negativo
Gram positivo
Gram negativo
Prueba de catalasa
Prueba de oxidasa
Otras pruebas
bioquímicas
Prueba de oxidasa
Catalasa positiva
Catalasa negativa
Oxidasa positiva
Oxidasa positiva
Oxidasa negativa
API 20
Estafilococo
API 20
Estreptococo
Neisseria
API 20 NE
API 20 E
Figura 4.1. Esquema de las pruebas bioquímicas realizadas según morfologia y citologia celular.
Todos los test elegidos para la caracterización eran una galería API (bioMérieux,
Lyon, Francia) que consistían en un sistema miniaturizado de micro-tubos rellenos de
sustratos deshidratados en los que se recogían las pruebas bioquímicas convencionales
más importantes. Se prepararon suspensiones de los cultivos puros, tal y como estaba
especificado en los test, se adicionaron a los micro-tubos y se incubaron durante un
tiempo específico en una estufa. Pasado el tiempo de incubación, se reveló la galería
64
Biotratabilidad de hidrocarburos diésel con consorcios microbianos
API y se registró el bionúmero obtenido en un programa informático (Apilab® Plus, de
bioMérieux). Por comparación con una biblioteca de datos y en base a que los
resultados de las reacciones bioquímicas son específicos de cada bacteria, el programa
facilitó el género y la especie de la bacteria estudiada.
4.3.3. Diseño de experimentos de biodegradación de diésel
Una vez desarrollados los consorcios microbianos HiC, se procedió al estudio de los
fundamentos de la biodegradación de diésel. Se estudió la influencia del consorcio
utilizado, de la temperatura y de la concentración de sustrato en el desarrollo de la
reacción bioquímica. Para ello se llevaron a cabo distintos experimentos discontinuos de
biodegradación en fase líquida con tres tipos de consorcios (XA, XB y XC), previamente
aislados de los suelos SA, SB y SC, respectivamente, y adaptados al consumo de diésel
(Ver Tabla 3.2 del capítulo de Materiales y procedimientos comunes).
En los experimentos que se detallan a continuación (Tabla 4.1), se estudiaron tres
temperaturas de reacción, 25, 30 y 35 °C, todas dentro del rango para microorganismos
mesófilos, para analizar la dependencia del crecimiento de los consorcios microbianos
HiC con ésta. A su vez, se estudió la dependencia de la concentración inicial (C0) de
diésel con tres concentraciones distintas, 0,5, 1 y 3% en volumen.
En cada grupo de experimentos se realizó además un experimento de control, es
decir, en ausencia de microorganismos para evaluar las posibles pérdidas abióticas por
volatilización y otras causas.
Tabla 4.1. Diseño de experimentos para el estudio de biodegradación de diésel.
C0 (% v/v)
0,5
1
3
Consorcio
Abiótico
XA
XB
XC
Abiótico
XA
XB
XC
Abiótico
XA
XB
XC
25
-
√
√
√
√
√
√
√
-
√
√
√
T (°C)
30
√
√
√
√
√
√
√
√
√
√
√
√
35
-
√
√
√
√
-
Nota: C0, concentración inicial de diésel; √, experimento realizado; -, experimento no realizado.
65
Capítulo 4
Procedimiento experimental y muestreo
Para llevar a cabo los experimentos de biodegradación en fase líquida se emplearon
matraces Erlenmeyer de 1 L de capacidad con suspensiones de 400 mL de medio BHB
y las diversas concentraciones de diésel a estudio; además se inocularon 4 mL del
consorcio de microorganismos HiC correspondiente en cada caso.
A cada matraz se le sobrepuso un tapón comercial de celulosa que impidiera la
entrada de agentes externos que pudiesen intervenir en el desarrollo microbiano,
asegurando condiciones asépticas en el medio de cultivo.
Una vez inoculados los matraces, se introdujeron en un baño termostatizado de la
casa GFL con agitación orbital bajo las condiciones correspondientes de temperatura y
de disponibilidad de sustrato según el experimento realizado, y a 130 rpm, es decir, a
una agitación vigorosa para garantizar condiciones aerobias en todo el matraz. Durante
la experimentación se tomaron muestras cada cierto tiempo y se realizaron análisis de
concentración de biomasa, tensión superficial (TS) y concentración de HC para estudiar
la evolución de la biodegradación de diésel. En el caso de la concentración de biomasa,
se muestrearon 2 mL de cultivo, y para el seguimiento de las otras dos variables, se
tomaron 20 mL que sirvieron para medir la TS en primer lugar y, posteriormente, y
puesto que la muestra no había sido alterada, realizar el análisis de HC.
Experimentos previos para garantizar condiciones aerobias
Con el fin de garantizar condiciones aerobias dentro de los matraces durante el
desarrollo del estudio de biodegradación, se realizaron unos experimentos previos en
los que la concentración de oxigeno disuelto (COD) fue medida bajo las condiciones de
operación seleccionadas. Así, para observar la dependencia de la COD con la
temperatura de reacción, se realizaron las curvas de crecimiento de uno de los
consorcios de microorganismos HiC al 1% (v/v) en diésel, bajo las tres temperaturas de
experimentación y a 130 rpm. Se tomaron medidas de la COD con una sonda YSI
Modelo 5000 al principio, [COD]i, y al final del crecimiento microbiano, [COD]f,
(Tabla 4.2). A medida que aumentó la temperatura, la COD disminuyó ligeramente en el
medio; sin embargo, se mantuvo en valores muy próximos y en todo momento se
garantizó una COD adecuada para el crecimiento microbiano (Environmental Response
Division, 1998).
66
Biotratabilidad de hidrocarburos diésel con consorcios microbianos
Tabla 4.2. Valores medios de COD al inicio y al final de los experimentos
previos.
Experimento
T (°C)
[COD]i (mg L-1)
[COD]f (mg L-1)
1
2
25
30
7,33
7,58
7,53
6,42
3
35
6,22
6,17
Por otro lado, la presencia de algunos minerales en una solución reduce la
solubilidad de los gases disueltos en ella. Así, las sales disueltas en agua reducen los
espacios intermoleculares disponibles para la disolución del oxigeno (APHA, 1992). En
la Tabla 4.3 se ilustra el efecto combinado de la temperatura y la salinidad sobre la
COD. Por este motivo, en uno de los experimentos previos se comprobó también el
efecto de la salinidad, con el fin de observar si las sales del medio BHB podían influir en
la COD.
Tabla 4.3. Concentraciones de oxígeno disuelto en función de la temperatura y la
salinidad.
Temperatura
(°C)
0,0
5,0
10,0
15,0
20,0
25,0
30,0
35,0
40,0
45,0
50,0
0,030
14,621
12,770
11,288
10,084
9,092
8,263
7,559
6,950
6,412
5,927
5,477
9,055
13,728
12,024
10,656
9,541
8,621
7,850
7,194
6,624
3,121
5,665
5,242
Salinidad (%o)
18,080
Salinidad27,105
(%)
12,888 12,097
11,320 10,656
10,058
9,493
9,027
8,540
8,174
7,749
7,457
7,083
6,845
6,516
6,314
6,017
5,842
5,576
5,414
5,174
5,016
4,799
36,130
11,355
10,031
8,959
8,079
7,346
6,728
6,100
5,734
5,321
4,944
4,591
45,155
10,657
9,441
8,454
7,642
6,964
6,390
5,806
5,464
5,078
4,724
4,392
Nota: los datos han sido tomados de Standard Tests Methods for the Examination of
Water and Wastewater (APHA, 1992).
En la Tabla 4.4 se presentan los valores de conductividad medidos en el
experimento previo a lo largo del tiempo con un conductímetro Crisol modelo Basic 30.
De este experimento se puede concluir que la conductividad se mantuvo prácticamente
constante durante toda la reacción biológica, por lo que la salinidad no se vio alterada y
no provocó cambios importantes sobre la COD.
67
Capítulo 4
Tabla 4.4. Evolución de la conductividad
en el experimento previo.
Tiempo (h)
0
4
8,5
10,5
24
27,5
72
Media
Conductividad (S cm-1)
3,51
3,59
3,54
3,59
3,26
3,25
2,97
3,38
4.3.3.1. Medida de la concentración de biomasa
La evolución de la concentración de biomasa respecto del tiempo se determinó
midiendo la densidad óptica (DO) del cultivo mediante espectrofotometría a 600 nm,
eliminando la turbidez correspondiente al medio de cultivo sin inóculo con la realización
de blancos. Estas medidas se llevaron a cabo durante los experimentos en un
espectrofotómetro marca Pharma Spec 1700 de la casa Shimadzu.
La DO no ofrece una medida real de la concentración de microorganismos en las
muestras de los experimentos, pero se trata de una medida fácil y rápida. Para
-1
relacionar la DO con la concentración real de microorganismos (g L ) se realizó un
calibrado entre ambas medidas (Sadouk y col., 2008). La concentración real de
microorganismos se asumió que puede determinarse como la concentración de sólidos
volátiles (SV).
Brevemente, se procedió de la siguiente manera:
-
En un matraz Erlenmeyer de 1 L de capacidad se adicionaron 400 mL de
medio BHB al 1% (v/v) en diésel y 4 mL de un inóculo de microorganismos
HiC. Se introdujo en un baño de agitación a una temperatura de 25 °C y
velocidad de agitación de 130 rpm.
-
A lo largo del periodo de incubación se tomaron muestras que se
trasvasaron a tubos Falcon para determinar la DO y después se determinó
la concentración de SV según la norma ASTM E 1755-01 (1991).
En la Tabla 4.5 se recogen los datos obtenidos a lo largo del experimento previo de
calibración, mostrándose, para cada valor de DO, el valor de la cantidad de SV que fue
determinado.
68
Biotratabilidad de hidrocarburos diésel con consorcios microbianos
Tabla 4.5. Relación entre DO y SV.
SV
(gcélulas L-1)
0
896
1438
1626
1971
2459
3354
DO
0
1,73
2,56
3,07
3,40
4,07
4,99
Mediante el ajuste de los datos fue posible cuantificar el crecimiento microbiano, ya
que, por interpolación, se puede conocer la concentración de biomasa presente en el
-1
medio (gCélulas L ) conociendo únicamente el valor de DO. En la Figura 4.2 se presenta
el ajuste de dichos datos, así como la ecuación que los relaciona.
4000
Conc. biomasa (g L -1)
3500
3000
2500
2000
1500
1000
y = 656.24x - 180.55
R² = 0.977
500
0
0
1
2
3
4
5
6
Densidad Óptica (Abs)
Figura 4.2. Recta de calibrado que relaciona la DO con la
concentración de biomasa presente en el cultivo.
4.3.3.2. Medida de la tensión superficial
A través de las medidas de la tensión superficial (TS) se estudió la evolución de la
posible generación de biosurfactantes, ya que este tipo de sustancias, al estar presentes
en un medio, dan lugar a un descenso significativo de la TS (Das y Mukherjee, 2005).
A nivel microscópico, la TS se debe a que las fuerzas que afectan a cada molécula
son diferentes en el interior del líquido y en la superficie. Así, en el seno de un líquido
cada molécula está sometida a fuerzas de atracción que en promedio se anulan. Este
69
Capítulo 4
hecho permite que la molécula tenga una energía bastante baja. Sin embargo, en la
superficie hay una fuerza neta hacia el interior del líquido que recibe el nombre de
tensión superficial.
El método del anillo de Du Nouy permite medir la TS de los medios. En dicho método
se mide la fuerza adicional (ΔF) que hay que ejercer sobre un anillo de aluminio cuando
se ha introducido en un medio líquido y se quiere sacar de él, es decir, la fuerza que se
ejerce justo en el momento en el que la lámina de líquido que queda sobre el anillo se va
a romper. Para un sistema dado, la fuerza necesaria para romper dicha película líquida
es igual a 4R, donde R, es el radio medio del anillo y , la tensión superficial del
líquido. La duplicación del perímetro 2R se debe a que hay dos líneas de separación
entre el líquido y el alambre, una en el exterior y otra en el interior del anillo. Este
tratamiento se cumple para los líquidos de ángulo de contacto cero y para una situación
ideal en donde el anillo sostiene una capa cilíndrica de líquido antes de desprenderse.
Como la forma del líquido retenido influye en la fuerza necesaria para la ruptura, se
debe utilizar un factor de corrección. Éste se encuentra tabulado en función de las
3
relaciones R /V y R/r, donde V, es el volumen de líquido retenido y r, es el radio del
alambre. Por tanto, la TS vendrá dada por la ecuación [4.1].

PF
4R
[4.1]
siendo P, peso del anillo y F, un factor de corrección que aplica el equipo.
El volumen mínimo de líquido necesario para llevar a cabo las medidas de TS fue de
20 mL de medio de cultivo, los cuales fueron vertidos en un vaso de medición de vidrio
que se introdujo en la bandeja de apoyo de un tensiómetro TD 2 de LAUDA, el cual
realiza las medidas de manera automática. El anillo utilizado tenía las características
que se especifican a continuación:
Radio medio del anillo (R) = 9,55 mm
Radio del alambre (r) = 0,20 mm
Antes de cada medida, el tensiómetro fue calibrado con aire y agua hasta una lectura
-1
de 71±1 mN m siguiendo la norma ASTM D971-99a (2004). Por defecto, los valores de
TS medidos representaban la media de tres replicados con una desviación estándar
menor del 0,5% de error.
70
Biotratabilidad de hidrocarburos diésel con consorcios microbianos
4.3.3.3. Medida de la concentración de TPH
La evolución de la biodegradación de diésel se determinó mediante medidas de la
concentración de los TPH presentes en el medio de cultivo en distintos momentos del
experimento.
En primer lugar, y previo a la realización de los experimentos, se hicieron distintas
optimizaciones en cuanto a la reproducibilidad del método de muestreo, cantidad de
disolvente utilizado para la extracción y reproducibilidad del método de extracción. Así,
se concluyó que la toma de muestras era completamente representativa con un error de
± 3% con respecto al valor teórico, si se realizaba después de una agitación vigorosa y
se muestreaban 20 mL de medio de cultivo. Se optó también por la realización de la
extracción de diésel en un único paso utilizando n-hexano como disolvente en una
proporción del 10% (v/v) con respecto a la muestra extraída y el método de extracción
utilizado fue el método descrito en la norma UNE-EN ISO 9377-2 (2000), para la
determinación del índice de HC en agua. Brevemente, este método consistió en poner
en contacto el n-hexano con el medio líquido en un Falcon de 50 mL y agitar durante 5
min en vortex. Seguidamente, se procedió a la centrifugación del líquido a 4.000 rpm
para separar bien la fase orgánica y líquida. La reproducibilidad del método de
extracción con la cantidad de disolvente mencionada fue mayor del 96% en todos los
experimentos de optimización previos.
Una vez realizado el muestreo y la extracción tal y como se ha explicado, el extracto
orgánico se depositó en viales con cierre hermético y se conservó a 4 °C hasta su
posterior análisis por cromatografía gaseosa mediante GC-FID tal y como se describió
en el apartado 3.5 del capítulo de Materiales y procedimientos comunes.
Para cuantificar los TPH presentes en las muestras se realizó una recta de calibrado
a distintas concentraciones de diésel en n-hexano, de tal manera que por interpolación
de las áreas cromatográficas fue posible conocer la concentración real de las muestras
analizadas.
4.3.4. Modelo cinético de biodegradación de diésel en suspensión acuosa
El sistema estudiado en este trabajo se puede identificar con un fermentador
discontinuo de tanque agitado de mezcla perfecta, el cual se carga inicialmente con
medio de cultivo específico y una concentración determinada de sustrato limitante (C0),
dando comienzo la reacción al adicionar un consorcio microbiano como inóculo. Este
inóculo se distribuye homogéneamente en el medio, alcanzando una concentración
inicial X0. Una vez iniciada la reacción, las concentraciones de biomasa y de sustrato
71
Capítulo 4
cambian con el tiempo hasta la situación final. Las variaciones en las concentraciones
de sustrato, C(t), y de biomasa, X(t), son consecuencia de los diferentes procesos
microbiológicos que ocurren simultáneamente en cualquier transformación bioquímica:
crecimiento y muerte celular, consumo de sustrato para diferentes fines (crecimiento
celular, mantenimiento celular y formación de productos) y metabolismo endógeno
(Gòdia y López, 1998).
Las ecuaciones de diseño, en las que se basa su comportamiento, fueron descritas
por Lawrence y McCarty (1970), como modificación del modelo propuesto por Monod
(Monod, 1949):
Balance de biomasa (BX):
Balance de sustrato (BS):
dX
 X  K d X
dt
[4.2]
1
1
 dC 

 qp X
 mS X
  X
YX / S
YP / S
 dt 
[4.3]
-1
-1
siendo X, concentración de biomasa (gcélulas L ); C, concentración de diésel (gTPH L );
-1
Kd, constante cinética de muerte celular (h ); qp, constante cinética de formación de
-1
-1
-1
producto (h ); mS, constante cinética de mantenimiento celular (gTPH gcélulas h ); YX/S,
rendimiento en masa celular de sustrato (gcélulas g
un sustrato (gproducto g
-1
TPH);
donde:
-1
TPH);
YP/S, rendimiento en producto de
-1
, constante cinética de crecimiento (h ).
   max
C
KS  C
[4.4]
-1
siendo max, velocidad máxima de crecimiento específico (h ) y KS, constante de
-1
semisaturación (gTPH L ).
La expresión de la constante cinética de crecimiento () corrobora que una mayor
cantidad de sustrato en el medio conlleva un crecimiento microbiano más veloz y, por
consiguiente, un consumo más rápido del sustrato principal hasta llegar al límite
marcado por max. Por otro lado, se considera como hipótesis de cálculo, que
prácticamente toda la reacción transcurre durante la fase de crecimiento exponencial, de
manera que en la ecuación [4.2] el término de muerte celular se considera existente
pero insignificante frente al de crecimiento. A su vez, en la ecuación [4.3] se pueden
72
Biotratabilidad de hidrocarburos diésel con consorcios microbianos
despreciar los dos últimos términos, asumiendo que el consumo de sustrato se debe
principalmente al crecimiento microbiano.
Por consiguiente, las ecuaciones [4.2] y [4.3] quedarían de la siguiente manera:
dX
 X
dt
Balance de biomasa simplificado (BXS):
[4.5]
1
 dC 

  X
dt
Y


X /S
Balance de sustrato simplificado (BSS):
[4.6]
Introduciendo la ecuación de la constante cinética de crecimiento [4.4] en las
expresiones [4.5] y [4.6], y sustituyendo las diferenciales por incrementos finitos se
pueden despejar las concentraciones de biomasa y sustrato teóricas en cada instante
(ti):
  max C t i 1  I 0 

X t i  X t i 1  
X t i 1  K d  X t i 1 t i  t i 1 
K

C

I
t i 1
0
 S

  C  I 
1
C t i  C t i 1    max t i 1 0 X t i 1
YX / S
 K S  C t i 1  I 0 

t i  t i 1 


[4.7]
[4.8]
-1
siendo I0, sustrato inerte residual (gTPH L ).
Por lo general, la tasa de disminución de la concentración celular por procesos
endógenos (Kd· X) se modela como de primer orden con respecto a la concentración
celular (Bailey y Ollis, 1986). Sin embargo, una vez que el modelo se completó, se
observó un valor muy pequeño para la constante cinética de muerte celular en todos los
experimentos, por lo que no se consideró dicho parámetro en el apartado de discusión.
Este modelo matemático se ha utilizado para estimar los parámetros µmax, Ks, Yx/s e I0
en los experimentos de biodegradación de diésel. Para ello, por un lado, fue necesario
disponer de los datos experimentales de las concentraciones de biomasa y sustrato a
distintos tiempos y, por otro lado, resolver las ecuaciones [4.7] y [4.8] de manera
simultánea utilizando el algoritmo de Gauss-Newton. Inicialmente, se asignaron valores
a los parámetros μmax, Ks, I0 y Yx/s y, después de varias iteraciones, los valores de esos
parámetros que condujeron al mínimo de la función objetivo Ψ(p) (Ecuación [4.9]) fueron
elegidos como las mejores estimaciones.
73
Capítulo 4

( p)   X exp, i  X i ( p)   C exp, i  Ci ( p) 
n
i 1
2
2

[4.9]
siendo n, el número de datos experimentales; Xexp,i y Cexp,i, los valores experimentales
de concentración de biomasa y sustrato medidas a tiempo ti; Xi(p) y Ci(p), los valores de
concentración calculados por el modelo, correspondientes a la medición i.
Finalmente, cabe destacar que el modelo cinético empleado es del tipo noestructurado y no-segregado, es decir, las células se consideran todas iguales en
promedio y, desde el punto de vista cinético, se tratan como si fueran un componente
más del medio, sin definir ninguna estructura interna. Aunque estas simplificaciones son
muy importantes, la aplicación de dicho modelo permite obtener buenas predicciones
del comportamiento de sistemas como el estudiado (Gòdia y López, 1998).
4.3.5. Experimentos de producción de biosurfactantes
Tras comprobar que los consorcios HiC utilizados en los experimentos de
biodegradación de diésel eran capaces de disminuir la TS, se realizaron unos
experimentos adicionales, en los que se relacionó la cantidad de biosurfactantes
producidos con la evolución de la TS. Para ello, se llevaron a cabo experimentos
similares a los anteriores (apartado 4.3.3 de este capítulo) con los tres consorcios
microbianos HiC (XA, XB y XC) y bajo las condiciones de operación seleccionadas según
los resultados obtenidos en el estudio de biodegradación de diésel.
En total se realizaron tres nuevos experimentos, uno por cada consorcio microbiano
HiC. El tiempo de experimentación fue de 8 días y, durante ese tiempo, se tomaron
muestras para medir la evolución de la TS y, simultáneamente, se determinó la
concentración de biosurfactantes generados. Para ello, se emplearon matraces
Erlenmeyer de 1 L de capacidad que se mantuvieron en un baño termostatizado a una
temperatura de 25 °C y una velocidad de agitación de 130 rpm. Cada matraz contenía
400 mL de medio BHB al 1% (v/v) en diésel y un inóculo del 1% (v/v) de consorcio de
microorganismos HiC.
La TS fue medida tal y como se describió en el apartado 4.3.3.2 de este capítulo, y la
concentración de biosurfactantes se determinó por precipitación ácida, tal y como se
describe en Porsunthorntawee y col. (2008). A continuación se explica, brevemente, el
proceso utilizado: las células bacterianas se eliminaron del medio mediante
centrifugación a 11.000 rpm en una centrífuga Jouan C3i de Thermo Electron
Corporation durante 20 min a 4 °C. El sobrenadante resultante se trató por acidificación
74
Biotratabilidad de hidrocarburos diésel con consorcios microbianos
con HCl hasta un pH de 2,0, dejándolo durante 24 h a 4 °C hasta su completa
precipitación. Posteriormente, las muestras se centrifugaron de nuevo y el pH se ajustó
a 6,0 utilizando NaOH (1 M), seguido de una extracción con Solución de Folch
(cloroformo-metanol 65:15). La fase orgánica resultante se transfirió a un rotavapor
modelo R-114, equipado con un baño modelo B-480 de la casa BUCHI, a una
temperatura de 40 °C durante 1 h hasta eliminar el disolvente y obtener un producto
residual viscoso de biosurfactantes. Todas las muestras, se llevaron a cabo por
triplicado, siendo el resultado final la media de los tres valores.
4.4. RESULTADOS Y DISCUSIÓN
4.4.1. Verificación del proceso de adaptación y enriquecimiento
Los cultivos adaptados en las suspensiones con diésel como única fuente de
carbono y energía crecieron rápido y, en tan solo 24 h desde la inoculación, empezó a
observarse turbidez en el medio de cultivo (Figura 4.4).
Figura 4.4. Vista de los consorcios microbianos dentro
del incubador Ecotrón. Comparación del medio fresco y
medio con cultivo desarrollado.
Las curvas de crecimiento establecidas inicialmente permitieron determinar el
momento apropiado para inocular los posteriores experimentos de biodegradación. El
tiempo medio, estimado como el mejor momento para llevar a cabo la inoculación, fue
de, aproximadamente, dos días para todos los consorcios (Figura 4.5), es decir, el punto
que correspondió con el momento más alto de la etapa exponencial de crecimiento de
los microorganismos.
75
Capítulo 4
16
SA
SB
SC
D e nsidad Óptica (Abs)
14
12
10
8
Inoculación
6
4
2
0
0
25
50
75
100
125
150
175
Ti e mpo (h)
Figura 4.5. Optimización del tiempo de inoculación
mediante el estudio de las curvas de crecimiento de los
consorcios XA, XB y XC.
Después de varios meses de sucesivas resiembras según el procedimiento indicado
en el apartado 3.8 del capítulo de Materiales y procedimientos comunes, se utilizó la
técnica de DGGE (Anexo II) para verificar el enriquecimiento de los consorcios en
microorganismos HiC. Para ello se tomaron como muestras el consorcio adaptado XA y
el consorcio original aislado del propio suelo SA; y se compararon mediante esta técnica
(Figura 4.6).
Foto
XA
SA
Esquema
XA
SA
Figura 4.6. Foto y esquema del gel obtenido tras la técnica de DGGE:
comparación del ADN extraído de la muestra del consorcio XA,
adaptado tras el proceso de aclimatación, y del consorcio original
existente en el suelo SA.
Del análisis de los geles, obtenidos en la técnica DGGE, con el ADN de ambas
muestras se dedujo que la continua asimilación del sustrato diésel potenció la capacidad
76
Biotratabilidad de hidrocarburos diésel con consorcios microbianos
de biodegradación de las comunidades microbianas de forma selectiva. Muestra de ello
fue que se detectó la presencia de una gran variedad de especies en la muestra original
de suelo SA (señalado en el esquema con un círculo rojo), que tras el proceso de
adaptación (consorcio XA), disminuyó en variedad a causa de esa selección natural.
Además, se detectó una intensidad muy grande en cinco especies concretas (flechas
rojas) del consorcio enriquecido XA, lo que sugirió un aumento de la población de esas
especies microbianas capaces de degradar el diésel, en detrimento del resto.
4.4.2. Composición de la comunidad microbiana
En total 8 especies puras de cada consorcio HiC fueron aisladas mediante la
siembra en placa de Petri y analizadas de acuerdo al proceso descrito en el apartado
4.3.2 de este mismo capítulo. En la Figura 4.7 se recoge un resumen fotográfico de las
técnicas morfológicas y citológicas más importantes llevadas a cabo durante el proceso
de caracterización.
Figura 4.7. Resultados gráficos
caracterización microbiológica.
de
los
métodos
de
77
Capítulo 4
Una de las especies identificadas (Staphylococcus lentus) apareció en todos los
consorcios HiC analizados (Tabla 4.6), y dos especies se repitieron para los consorcios
XB y XC (Stenotrophomonas maltophilia y Pseudomonas fluorescens). Encontrar estas
especies en los consorcios no resultó extraño debido a su frecuente presencia en los
suelos y, sobre todo, en aquellos que presentan algún tipo de contaminación (Barathi y
Vasudevan, 2001; Ueno y col., 2007). Es de destacar que el 75% de las bacterias
identificadas son Gram Negativas, que parecen encontrarse más adaptadas a los HC
como fuente de carbono (Venosa y col., 1999).
Por otro lado, el género Pseudomonas ha sido muy estudiado por la comunidad
científica y es conocido por su facilidad en la degradación de HC (Alexander, 1977;
Rosenberg, 1992). El resto de bacterias identificadas en los consorcios también han sido
estudiadas previamente en otras investigaciones sobre degradación de HC (Chaîneau y
col., 1999; Rahman y col., 2002; Medina-Moreno y col., 2005; Lafortune y col., 2009;
Owsianiak y col., 2009), y entre las más comunes cabe destacar Burkholderia cepacia y
Sphingomonas paucimobilis.
78
Blanco
Naranja
Crema
Blanco
Crema
Blanco
Amarilla
Blanco
Amarilla
Crema
Naranja
Crema
Blanco
Blanco
Amarilla
Crema
Amarillenta -
Amarilla
Naranja
Blanco
Blanco
Blanco
XA4
XA5
XA6
XA7
XA9
XB1
XB2
XB4
XB5
XB6
XB7
XB8
XB9
XC1
XC2
XC3
XC4
XC5
XC6
XC7
XC8
+
+
+
+/-
-
-
-
-
+
+
+
+/-
+
-
+/-
-
+
+
-
+
+/-
-
+
E
I
E
E
E
E
E
E
E
E
I
E
E
E
E
E
E
I
I
I
E
E
E
B
C
C
C
C
B
B
B
C
B
B
C
B
B
B
B
B
B
C
B
C
B
B
-
+
-
+
+
-
-
-
-
-
-
+
-
-
-
-
-
-
-
+
+
-
-
+
-
-
-
-
+
+
-
-
+
+
-
+
-
+
d
+
+
-
-
-
+
+
d
+
+
+
+
d
d
d
+
+
d
+
+
+
+
+
+
+
+
-
+
+
+
+
d
20 NE
Staph
20 NE
Staph
Staph
20 NE
20 NE
20 E
20 NE
20 NE
20 NE
Staph
20 NE
20 E
20 NE
20 NE
20 NE
20 NE
20 NE
20 NE
Staph
20 NE
20 NE
20 NE
sobria
lentus
Staphylococcus
xylosoxidans
cepacia
fluorescens
Achromobacter
Burkholderia
Pseudomonas
lentus
anthropi
paucimobilis
Staphylococcus
Ochrobactrum
Sphingomonas
spp.
sciuri
lentus
Sphingobacterium
Staphylococcus
Staphylococcus
spp.
fluorescens
Micrococcus
Pseudomonas
NI
multivorum
Sphingobacterium
Stenotrophomonas maltophilia
NI
denitrificans
Achromobacter
Stenotrophomonas maltophilia
anthropi
Ochrobactrum
NI
NI
radiobacter
Aeromonas
Espercie
Rhizobium
NI
Identificación
Oxidasa Catalasa API
Género
Símbolos: +, positivo; -, negativo; +/-, variable; d, débil; NI, No identificado.
+
-
-
+/-
-
+
+
-
+
+
+/-
+
+
+
-
-
+
+
+
+/-
+/-
-
Grisáceo
XA3
-
XA2
B
Amarillo
XA1
I
+
Nº
Aislado Color
-
Morfología
Margen
celular
(E=Entero; (B=Bacilo;
Convexo Opaco I=Irregular) C=Coco)
Gram
Biotratabilidad de hidrocarburos diésel con consorcios microbianos
Tabla 4.6. Características bioquímicas y de crecimiento de las bacterias aisladas.
79
Capítulo 4
4.4.3. Biodegradación de diésel mediante los consorcios XA, XB y XC
Con el fin de estudiar los fundamentos de la biodegradación de diésel, a
continuación se muestran los resultados de los experimentos discontinuos en fase
líquida realizados con los consorcios microbianos XA, XB y XC bajo las diferentes
condiciones de reacción propuestas.
Todos los consorcios de bacterias utilizaron diésel como única fuente de carbono
para su crecimiento y, a medida que la concentración de biomasa aumentó, la
concentración de diésel se redujo al mismo tiempo, observándose que la mayor
reducción correspondió con la fase exponencial del crecimiento bacteriano (Figuras 4.84.10). Excepto en los ensayos realizados a 35 °C, más del 80% de la concentración
inicial de diésel fue degradada en todos los experimentos después de 40 h de
tratamiento, alcanzando eficacias superiores al 98% en algunos casos. Del mismo
modo, Márquez-Rocha y col. (2001) alcanzaron casi el 90% de consumo de diésel
después de 13 días.
El rápido consumo inicial de diésel de los consorcios utilizados en este trabajo podría
estar relacionado con la corta fase de aclimatación observada y la posible generación de
biosurfactantes.
Así,
Ron
y
Rosenberg
(2001),
describen
la
diversidad
de
biosurfactantes que pueden existir, los microorganismos que los generan y sus
diferentes funciones naturales, mientras que Ta-Chen y col. (2008) caracterizan
exopolisacáridos producidos por la especie Gordonia alkanivorans CC-JG39 para
estimular el crecimiento y aumentar la biodegradación de diésel. Teniendo en cuenta
estos trabajos, una posible hipótesis podría ser que los microorganismos en los
consorcios mixtos fueron capaces de producir estas sustancias tan rápidamente que la
disponibilidad del sustrato se incrementó en un corto período de tiempo y, en
consecuencia, se produjo un rápido consumo del sustrato. En cualquier caso, en
cualquiera de las Figuras 4.8-4.10 puede observarse que, después de 80 h de
tratamiento, no se produjo más disminución de la concentración de diésel. Dicho tiempo
de experimentación se correspondió con la fase estacionaria, etapa en la que el sustrato
es consumido solo para el mantenimiento celular, dejando una parte del sustrato
residual (I0) en el medio.
Aunque los experimentos se llevaron a cabo en sistemas cerrados, el sustrato podría
haber desaparecido por volatilización externa durante los periodos de muestreo. Para
controlar estas pérdidas, las concentraciones de TPH se midieron en los experimentos
de control y las pérdidas abióticas de diésel se estimaron en 5,7, 8,67 y 11,33% a 25, 30
y 35 °C, respectivamente.
80
Biotratabilidad de hidrocarburos diésel con consorcios microbianos
4
5
2
0
0
0
40
80
3 % Diesel
20
15
10
4
5
0
120 160 200 240
0
0 20 40 60 80 100120140160180200
T ie m p o (h)
T ie m p o (h)
4
2
2
0
0
1 % Diesel
8
6
6
4
4
2
2
0
0
0
20 40 60 80 100 120 140 160
4
2
2
0
0
0
20 40 60 80 100 120 140
T ie m p o (h)
8
T P H (g L -1 )
4
0.5 % Diesel
6
4
80
70
60
50
40
30
20
6
4
2
2
0
0
0
B io m a s a (g L -1 )
T P H (g L -1 )
6
10
T S (m N m -1 )
8
90
80
70
60
50
40
30
20
6
T S (m N m -1 ) B io m a s a (g L -1 )
0.5 % Diesel
20 40 60 80 100 120 140 160
T ie m p o (h)
T ie m p o (h)
10
70
60
50
40
30
20
B io m a s (g L -1 )
4
10
T P H (g L -1 )
6
B io m a s a (g L -1 )
T P H (g L -1 )
8
80
70
60
50
40
30
20
6
T S (m N m -1 )
1% Diesel
T S (m N m -1 )
10
0
80
70
60
50
40
30
20
B io m a s a (g L -1 )
10
25
T P H (g L -1 )
15
B io m a s a (g L -1 )
T P H (g L -1 )
20
90
80
70
60
50
40
30
20
6
T S (m N m -1 )
3 % Diesel
T S (m N m -1 )
25
20 40 60 80 100 120 140 160
T ie m p o (h)
Figura 4.8. Crecimiento de biomasa del consorcio XA, concentración de TPH y evolución de la TS a la
temperatura de 25 °C (1ª columna) y 30 °C (2ª columna) bajo las distintas concentraciones iniciales de
diésel (3, 1 y 0,5%). (Simbología: puntos experimentales
,TS;
,TPH; ,Biomasa; línea verde,
concentración de TPH predicho por el modelo; línea azul, concentración de biomasa predicha por el
modelo).
81
Capítulo 4
4
5
2
0
0
0
3 % Diesel
20
-1
15
10
4
5
0
0
0 20 40 60 80 100120140160180
30 60 90 120 150 180 210 240
T ie m p o (h)
T ie m p o (h)
4
4
2
2
0
0
10
6
4
4
2
2
0
0
0
10
0.5 % Diesel
8
T P H (g L -1 )
90
80
70
60
50
40
30
20
6
6
4
80
70
60
50
40
30
20
6
4
2
2
0
0
20 40 60 80 100 120 140
0 20 40 60 80 100 120 140 160
T ie m p o (h)
T ie m p o (h)
B io m a s a (g L -1 )
T P H (g L -1 )
T ie m p o (h)
B io m a s a (g L -1 )
4
20 40 60 80 100 120 140
T S (m N m -1 )
6
0
0
T S (m N m -1 )
8
2
0
T ie m p o (h)
70
60
50
40
30
20
6
4
2
0 20 40 60 80 100120140160
0.5 % Diesel
1 % Diesel
8
T P H (g L -1 )
6
B io m a s a (g L -1 )
T P H g L -1
8
70
60
50
40
30
20
6
T S (m N m -1 ) B io m a s a (g L -1 )
1 % Diesel
T S (m N m -1 )
10
10
80
70
60
50
40
30
20
B io m a s a (g L -1 )
10
25
T PH ( g L )
15
B io m a s a (g L -1 )
T P H g L -1
20
80
70
60
50
40
30
20
6
T S (m N m -1 )
3 % Diesel
T S (m N m -1 )
25
Figura 4.9. Crecimiento de biomasa del consorcio XB, concentración de TPH y evolución de la TS a la
temperatura de 25 °C (1ª columna) y 30 °C (2ª columna) bajo las distintas concentraciones iniciales de
diésel (3, 1 y 0,5%). (Simbología: puntos experimentales
, TS;
, TPH; , Biomasa; línea verde,
concentración de TPH predicho por el modelo; línea azul, concentración de biomasa predicha por el
modelo).
82
Biotratabilidad de hidrocarburos diésel con consorcios microbianos
5
2
0
0
0
30
60
90
20
T P H (g L -1 )
4
3 % Diesel
15
10
4
5
0
120 150 180
0
0 20 40 60 80 100120140160180
T ie m p o (h)
T ie m p o (h)
4
2
2
0
0
8
6
4
4
2
2
0
20 40 60 80 100 120 140 160
0
0
T ie m p o (h)
4
2
2
0
0
20 40 60 80 100 120 140
T ie m p o (h)
8
6
4
80
70
60
50
40
30
20
6
4
2
2
0
0
0
B io m a s a (g L -1 )
4
0.5 % Diesel
T P H (g L -1 )
6
B io m a s a (g L -1 )
T P H (g L -1 )
8
10
T S (m N m -1 )
0.5 % Diesel
0
20 40 60 80 100 120 140 160
T ie m p o (h)
90
80
70
60
50
40
30
20
6
T S (m N m -1 )
10
70
60
50
40
30
20
6
B io m a s a (g L -1 )
4
1 % Diesel
T P H (g L -1 )
6
B io m a s a (g L -1 )
T P H (g L -1 )
8
10
T S (m N m -1 )
1 % Diesel
70
60
50
40
30
20
6
T S (m N m -1 )
10
0
80
70
60
50
40
30
20
B io m a s a (g L -1 )
10
B io m a s a (g L -1 )
T P H (g L -1 )
15
25
T S (m N m -1 )
3 % Diesel
20
T S (m N m -1 )
80
70
60
50
40
30
20
6
25
20 40 60 80 100 120 140 160
T ie m p o (h)
Figura 4.10. Crecimiento de biomasa del consorcio XC, concentración de TPH y evolución de la TS a la
temperatura de 25 °C (1ª columna) y 30 °C (2ª columna) bajo las distintas concentraciones iniciales de
diésel (3, 1 y 0,5%). (Simbología: puntos experimentales
, TS;
, TPH; , Biomasa; línea verde,
concentración de TPH predicho por el modelo; línea azul, concentración de biomasa predicha por el
modelo).
Las Figuras 4.8-4.10 muestran también la vinculación entre la degradación de diésel
y la evolución de la TS en todos los experimentos. Se aprecia una reducción rápida de la
-1
TS al principio (hasta 40 mN m ), hecho que podría estar relacionado con lo comentado
83
Capítulo 4
anteriormente: la producción de biosurfactantes para mejorar la accesibilidad y
biodegradabilidad de diésel (Desai y Banat, 1997; Franzeti y col., 2010). Después de
aproximadamente 30 h de tratamiento, durante la fase exponencial del crecimiento
-1
bacteriano, la TS aumentó considerablemente, hasta valores cercanos a 60-70 mN m ,
manteniéndose constante en ese valor durante la fase estacionaria. Lu y col. (2003)
informaron que la evolución de la TS de medios de fermentación estaba relacionada con
el crecimiento de bacterias, observando una rápida reducción de la TS durante el
período exponencial, indicando que la producción de biosurfactantes posiblemente
estuviera activa. A partir de entonces, la TS se mantenía constante, sugiriendo que las
bacterias podrían haber metabolizado los biosurfactantes (Ławniczak y col., 2013),
hecho que podría estar ocurriendo en estos experimentos. Sin embargo, esta tendencia
no fue tan claramente observada en los experimentos realizados a 35 °C (Figura 4.11),
en los que se observó una clara inhibición térmica y, como consecuencia, no se produjo
una biodegradación importante de diésel (< 35% en cualquier caso).
6
4
1.5
1.0
2
0.5
0
0.0
0 20 40 60 80 100120140160
T P H (g L -1 )
-1
T PH (g L )
8
70
60
50
40
30
20
2.0
50
15
XB
12
40
9
30
2.0
6
1.5
1.0
3
0.5
0
0.0
0 20 40 60 80 100120140160
T ie m p o (h)
T ie m p o (h)
XC
12
70
60
50
10
40
8
30
4
6
3
4
2
2
1
0
0
0 20 40 60 80 100120140160
TS (mN m -1 ) Bio masa (g L -1 )
14
T P H (g L -1 )
TS (mN m -1 ) Bio masa (g L-1 )
XA
TS (mN m - 1 ) Bio masa (g L - 1 )
10
T ie m p o (h)
Figura 4.11. Crecimiento de biomasa del consorcio XA, XB y XC, concentración de TPH y evolución de la
TS a la temperatura de 35 °C bajo una concentración inicial de diésel del 1%.(Simbología: puntos
experimentales , TS; , TPH; , Biomasa).
84
Biotratabilidad de hidrocarburos diésel con consorcios microbianos
Para resumir los resultados del proceso de biodegradación, la Tabla 4.7 recoge los
porcentajes en la eficiencia de la biodegradación de diésel y el tiempo necesario para
degradar el 90% de
la
concentración
inicial.
Los tres consorcios
tuvieron
comportamientos similares, degradando altos porcentajes (superior al 90%, a excepción
de uno de los experimentos). A pesar de que las eficiencias en la eliminación de diésel
fueron muy similares, cabe señalar una ligera tendencia en relación a los efectos de la
concentración de diésel y de la temperatura: un aumento de valor en ambos factores
originó un ligero aumento en la tasa de eliminación de diésel, exceptuando los
experimentos a 35 °C con inhibición térmica.
Tabla 4.7. Resumen de los resultados de biodegradación en fase líquida.
Consorcio
T
(°C)
25
XA
30
35
25
XB
30
35
25
XC
30
35
C0
(% v/v)
0,5
1
3
0,5
1
3
1
0,5
1
3
0,5
1
3
1
0,5
1
3
0,5
1
3
1
Tiempo en
degradar 90%
diésel (h)
52,1
57,6
35,1
51,7
50,8
54,8
-55,2
48,8
47,3
52,9
43,6
38
-50,9
48,8
41,5
55,3
51,2
40,2
--
Porcentaje
eliminación
diésel (%)
98
98
91
95
95
95
27
98
92
81
97
98
98
23
93
95
94
97
95
94
30
Velocidad
reducción TS
(mN m-1 h-1)
0,826
1,026
3,756
1,334
1,193
3,080
0,519
0,826
0,279
0,743
0,874
0,578
0,774
0,822
0,591
0,556
1,176
0,973
1,195
1,031
0,139
Porcentaje
reducción
TS (%)
34
38
35
48
45
37
15
34
11
30
29
23
33
27
15
21
15
31
45
39
4
Los porcentajes y las velocidades de reducción de la TS se analizan también en la
Tabla 4.7, observándose una ligera variación en la velocidad de reducción de la TS a
medida que aumenta la temperatura (con excepción de 35 °C), probablemente
relacionada con la mejora en el crecimiento microbiano. Sin embargo, parece que la
concentración de diésel inicial no causó una dependencia clara sobre esta variable.
En términos generales, el consorcio XA (aislado de un suelo poco contaminado) tuvo
mejores resultados en la reducción de la TS (mayor velocidad y mayor porcentaje de
reducción) que los otros dos consorcios con independencia de las variables estudiadas.
85
Capítulo 4
4.4.4. Estimación de parámetros cinéticos
A fin de evaluar la cinética de crecimiento, los datos de concentración de biomasa y
TPH obtenidos en los experimentos de biodegradación, se ajustaron a las ecuaciones
[4.7] y [4.8]. En general, los resultados del modelo se ajustaron bastante bien con los
datos experimentales, lo que indica que el modelo cinético planteado puede predecir la
biodegradación del HC con el tiempo. Las Figuras 4.8-4.10 incluyen las curvas teóricas
de X(t) y C(t) obtenidas tras el ajuste y los valores de los parámetros obtenidos (I 0, μmax,
YX/S) se muestran en la Tabla 4.8. Para los experimentos en los que se observó
inhibición térmica no se realizó la modelización y, por tanto, no se obtuvieron sus
parámetros cinéticos.
Tabla 4.8. Parámetros estimados del modelo de Monod y error asociado a la estimación.
Consorcio
T
(°C)
25
XA
30
25
XB
30
25
XC
30
C0
(% v/v)
0,5
1
3
0,5
1
3
0,5
1
3
0,5
1
3
0,5
I0
(g TPH·L-1)
0
0
0,7
0
0,2
1
0
1
4
0
0,2
5
0
μmax
(h-1)
0,33
0,26
0,26
0,30
0,21
0,17
0,30
0,21
0,20
0,34
0,27
0,25
0,30
Yx/s
(gcélulas g-1TPH)
0,40
0,25
0,16
0,40
0,27
0,15
0,50
0,08
0,15
0,41
0,15
0,15
0,28
0,9789
0,9599
0,9476
0,9694
0,9560
0,9583
0,9974
0,9652
0,8846
0,9791
0,9870
0,8710
0,9528
1
3
0,5
1
3
1
1
0
0,05
0,5
0,24
0,23
0,30
0,22
0,23
0,22
0,19
0,45
0,30
0,16
0,9531
0,9551
0,8545
0,9491
0,9424
r2
-1
Los valores de μmax oscilaron entre 0,17 y 0,34 h , valores ligeramente superiores a
los obtenidos en otros estudios previos (Young y col., 2005; Whang y col., 2008). El
-1
consorcio XB mostró el mayor valor de μmax (0,34 h ) para una temperatura de 30 °C y
una concentración de diésel inicial de 0,5% (v/v). Sin embargo, si se calcula la media de
los valores de μmax observados para cada uno de los consorcios, el mayor valor
-1
(0,241 h ) fue obtenido para el consorcio XC. Estos datos podrían indicar que los
consorcios aislados de suelos contaminados (XB y XC) proporcionan una velocidad de
biodegradación superior de diésel que aquellos cuya procedencia es un suelo no
86
Biotratabilidad de hidrocarburos diésel con consorcios microbianos
contaminado (XA). A pesar de esta apreciación, esta hipótesis no podría ser
completamente verificada debido a que todos los consorcios mostraron valores muy
similares dentro de un intervalo muy pequeño y las diferencias podrían no ser
significativas.
La Tabla 4.8 también muestra los coeficientes de correlación del modelo y, por tanto,
la significancia de las correlaciones. El modelo de biodegradación propuesto ajustó los
datos experimentales de manera satisfactoria con un coeficiente de correlación de
Pearson (r2) entre 0,8545 y 0,9974.
El valor de la constante de semi-saturación (Ks) puede estar altamente
correlacionado con μmax (Schirmer y col., 2000). En este trabajo se obtuvo un valor
-1
medio de Ks entre 3 y 5 gTPH L en todos los casos, que permitía ajustar correctamente
-1
los resultados del modelo. Valores similares de Ks (3,2 gTPH L ) fueron obtenidos
previamente en estudios similares (Young y col., 2005).
En otros casos de estudio, se han utilizado diferentes parámetros adicionales para
describir el sistema. Por ejemplo, Ghoshal y Luthy (1998) y Mukherji y col. (1998)
consideraron la transferencia de masa del HC desde la fase orgánica no acuosa (NAPL,
de sus siglas en inglés, non aqueous phase liquid) a la fase acuosa. Dicho modelo se
basa en la premisa de que los microorganismos sólo pueden metabolizar el HC cuando
éste está en estado disuelto, por lo que estos modelos pueden ser utilizados para
determinar si la biodegradación es controlada por la velocidad de disolución o por la
velocidad intrínseca de biodegradación por parte de los microorganismos. A pesar de
que el modelo propuesto en este estudio no tuvo en cuenta esta transferencia de masa,
el modelo cumple el propósito inicial de la investigación. Así, el modelo propuesto ofrece
una representación sencilla del comportamiento real de las células. Y, por otra parte, los
parámetros físicos del proceso obtenidos pueden ser utilizados como una herramienta
valiosa para el diseño básico de fermentadores a gran escala.
4.4.4.1. Influencia de la concentración de sustrato
En la Tabla 4.8 se observa que para concentraciones iniciales de diésel bajas, no se
detectó sustrato inerte (I0) residual en el medio. Sin embargo, al incrementar la
concentración inicial de diésel, se produjo un aumento de las concentraciones de I 0
residual. Este hecho podría explicarse debido al aumento de concentración de la
fracción no biodegradable al aumentar la concentración total inicial de diésel.
Se han propuesto varias formas de tener en cuenta el valor residual. Algunos autores
han propuesto modificaciones del modelo de Monod en donde el valor residual se le
87
Capítulo 4
resta al valor de la concentración de sustrato (Giraldo-Gómez y col., 1992) de acuerdo
con:
  max
C  Io
K S  C  Io
[4.10]
Este modelo implica que el crecimiento es nulo cuando C equivale a I0 y máximo
cuando C es elevada. Para valores intermedios de concentración este modelo permite
respetar el de Monod. En el caso de estudio que aquí se ha presentado, se ha
observado la aparición de una concentración residual de diésel degradado, por lo que en
las ecuaciones del modelo planteado se ha tenido en cuenta este parámetro.
Por otro lado, en la Tabla 4.8 se observa que el valor de μmax disminuyó a medida
que la concentración inicial de diésel aumentó y, en consecuencia, el mayor valor se
observó a una concentración inicial del 0,5% (v/v) en diésel. En general, esta tendencia
se muestra en la Figura 4.12 para todos los consorcios, observándose además un
descenso más pronunciado entre 0,5 y 1% (v/v) de diésel inicial y un descenso menos
acusado entre el 1 y 3% (v/v). Estas observaciones sugieren inicialmente que, en el
rango de concentraciones estudiadas, el diésel pudo convertirse en un producto tóxico
para el sistema provocando la inhibición del crecimiento; sin embargo, más adelante se
descartará esta hipótesis.
0,4
XA 25ºC
 max (h-1)
0,3
XA 30ºC
XB 25ºC
0,2
XB 30ºC
0,1
XC 25ºC
XC 30ºC
0
0
1
2
3
4
% Diésel (v/v)
Figura 4.12. Dependencia de μmax con la concentración de
diésel inicial. Los símbolos representan los datos
experimentales a 25 y 30 °C, mientras que las líneas
representan la tendencia general.
En la Figura 4.13 se observa que el coeficiente de crecimiento de biomasa (Y x/s) en
general evolucionó de manera similar para los tres consorcios, es decir, disminuyendo a
88
Biotratabilidad de hidrocarburos diésel con consorcios microbianos
medida que la concentración inicial de diésel aumentó. Estudios similares de
biodegradación han sido publicados con la misma tendencia en la producción de
biomasa. Por ejemplo, para el ácido carboxílico trans-4-metil-1-ciclohexano y una
-1
mezcla de tolueno con p-xileno, la producción de biomasa disminuyó de 0,34 (50 mg L )
-1
-1
-1
a 0,21 (500 mg L ) (Paslawski y col., 2009) y de 0,68 (0,2 g L ) a 0,3 (0,7 g L ) (Lee y
col., 1993), respectivamente. La razón de que la producción de biomasa sea variable no
está muy clara, y sugiere diferentes tipos de asimilación del sustrato.
0,5
XA 25 °C
XA 30 °C
0,5
XB 25 °C
Yx/s (gcélulas g TPH-1)
Yx/s (g células g TPH-1)
0,6
0,4
0,3
0,2
0,4
XB 30 °C
0,3
0,2
0,1
0,1
0
0
0
0,5
1
1,5
2
2,5
3
3,5
0
0,5
1
% D iésel
1,5
2
2,5
3
3,5
% D iésel
(a)
(b)
0,5
Yx/s (gcélulas g TPH-1)
XC 25 °C
0,4
XC 30 °C
0,3
0,2
0,1
0
0
0,5
1
1,5 2 2,5
% D iésel
3
3,5
(c)
Figura 4.13. Efecto de la concentración inicial de diésel en el valor de Yx/s. (a) XA.
(b) XB. (c) XC.
Los resultados obtenidos en este trabajo sugieren que la biodegradación de mayores
concentraciones de diésel podría provocar un aumento significativo de la fracción de
sustrato que ha de utilizarse para mantenimiento celular y no para crecimiento celular,
es decir, podría estar ocurriendo un crecimiento desacoplado. Senez (1962) fue el
primero que introdujo este concepto para describir el hecho de que los rendimientos de
biomasa, bajo ciertas condiciones, son mucho más bajos de lo esperado, lo cual está
89
Capítulo 4
relacionado con una limitada capacidad de asimilación. En otras palabras, todo el
sustrato no es consumido para crecimiento celular, sino que puede ser utilizado para
otros fines como mantenimiento celular. Los resultados obtenidos muestran que la
producción de biomasa se mantuvo en el mismo orden de magnitud a la misma
concentración inicial entre 25 y 30 °C. Esto indica que la producción de biomasa fue
afectada por el posible crecimiento desacoplado, pero no sufrió tanto con el cambio de
temperatura (exceptuando 35 °C).
Para comprobar porqué se observó la inhibición de la velocidad de crecimiento, es
decir, el descenso del valor de μmax con respecto al aumento de la concentración de
sustrato, es necesario introducir una nueva ecuación (van Uden, 1969):
  Yx / s  q s
-1
[4.11]
-1
siendo qs (gTPH gcélulas h ), la velocidad específica de consumo de sustrato.
La ecuación [4.11] indica que la velocidad de crecimiento depende de dos
parámetros: la velocidad de consumo de sustrato (qs) y la eficiencia con la que el
sustrato consumido se utiliza para producir biomasa (Yx/s). En la Figura 4.14 se
representa la relación entre μmax y el coeficiente de producción de biomasa Yx/s para
cada consorcio, usando los datos obtenidos a 25 y 30 °C.
El resultado de la representación de μmax frente a Yx/s es una recta cuya pendiente
representa qmax (con un valor de 0,42 gTPH gcélulas
-1
-1
h
-1
para el consorcio XA y
-1
0,25 gTPH gcélulas h para XB y XC). De este hecho se concluye que la tasa de consumo
de sustrato no cambia, al menos con estos consorcios, en el rango de las
concentraciones de diésel utilizadas, y que la disminución de la tasa de crecimiento
podría ser completamente explicada por la disminución en el rendimiento de biomasa,
no viéndose afectada la tasa metabólica de consumo de diésel. Este es un resultado
muy relevante desde la perspectiva del proceso de biodegradación, ya que muestra que
las células no son envenenadas por el sustrato en el rango de concentraciones
estudiado, y conservan toda su capacidad biodegradadora.
El hecho de asumir la existencia de un crecimiento desacoplado indica que el
término correspondiente al consumo de sustrato para mantenimiento celular
(Ecuación [4.3]), no es tan poco importante como en un principio se consideró y, de
hecho, el coeficiente de Pearson (Tabla 4.8) indica que el ajuste del modelo empeoró
ligeramente al aumentar la concentración inicial de diésel. Aún así, el comportamiento
general del modelo es bueno y suficientemente válido para los objetivos ya indicados en
este trabajo.
90
0,5
0,5
0,4
0,4
μ m ax (h -1 )
μ m ax (h -1 )
Biotratabilidad de hidrocarburos diésel con consorcios microbianos
0,3
0,2
XA 25 °C
0,1
0,4
XB 25 °C
XB 30 °C
0
0
0,1
0,2
0,3
Yx/s (gcélulas gTPH-1)
0,2
0,1
XA 30 °C
0
0,3
0
0,5
0,1
0,2
0,3
0,4
Yx/s (gcélulas gTPH-1)
(a)
0,5
(b)
0,5
y = 0,2541x + 0,1842
μ m ax (h-1 )
0,4
0,3
0,2
XC 25 °C
0,1
XC 30 °C
0
0
0,1
0,2
0,3
0,4
0,5
Yx/s (gcélulas gTPH-1)
(c)
Figura 4.14. Relación entre μmax y Yx/s. (a) XA. (b) XB. (c) XC.
4.4.4.2. Influencia de la temperatura de reacción
Se sabe que la temperatura es uno de los factores más importantes en la eficiencia
de un proceso de biodegradación (Iqbal y col., 2007). En el presente trabajo, a 35 °C
casi no hubo crecimiento microbiano y, como consecuencia, tan sólo se produjo una
degradación en torno al 30% de la concentración inicial de TPH para los tres consorcios.
Por lo tanto, la reacción biológica fue claramente inhibida. En estas condiciones, se
observaron agregados de color amarillento de biomasa adherida a las paredes del
matraz, lo que indicó la desintegración y lisis de la biomasa, y también se produjo
formación de espuma, especialmente en el segundo día de incubación. El porcentaje de
eliminación de diésel decayó más del 65% para todos los consorcios. Estos resultados,
en principio, presuponen que pudo haber ocurrido inhibición térmica, ya que las
bacterias mesófilas suelen tener un comportamiento negativo de la tasa de crecimiento
por encima de su temperatura óptima (Ingraham, 1962). Las causas que podrían haber
producido esta inhibición podrían estar relacionadas con la existencia de alguna
limitación en el proceso de crecimiento debido a la destrucción térmica de las proteínas,
91
Capítulo 4
o porque las bacterias requieren otros factores de crecimiento a altas temperaturas que
no son requeridos a bajas temperaturas. Por último, otra posibilidad podría ser el efecto
de la temperatura sobre la concentración de oxígeno en el agua, ya que lo cierto es que
-1
-1
cae más de 1 mg L respecto al valor a 25 °C (7,7 mg L ). Sin embargo, a pesar del
descenso, este valor es suficiente para el crecimiento bacteriano (APHA, 1992), por lo
que se podría descartar esta causa.
Con respecto a los experimentos realizados a 25 y 30 °C, la tendencia no está muy
clara. Por un lado, no se observó una variación considerable en la concentración de
biomasa para los experimentos a 25 y 30 °C realizados para el consorcio XA; sin
embargo, se observó una ligera dependencia de crecimiento con la temperatura para los
consorcios XB y XC, siendo la concentración celular ligeramente superior al aumentar la
temperatura. Wang y col. (2008) concluyeron en su estudio que en el estrecho rango de
24-28 °C, la temperatura desempeña un papel muy importante y afecta el crecimiento de
ciertas bacterias.
Por otro lado, Dieter y Marvin (1972) informaron que, ocasionalmente, puede ocurrir
que los rendimientos celulares obtenidos a temperaturas más bajas sean superiores a
los de temperaturas más altas, independientemente de la temperatura a la que el cultivo
estuviera adaptado. Esta tendencia se observó en los experimentos con el consorcio XA,
en el que el rendimiento de la biomasa y la máxima velocidad específica de crecimiento
disminuyeron a temperaturas más altas. Sin embargo, en los experimentos realizados
con los consorcios XB y XC, la biodegradación se vio ligeramente favorecida con un
aumento de la temperatura. No obstante, no llegó a ser significativa la respuesta en
ningún caso (p>0,05) tal y como se deduce del test ANOVA realizado para cada uno de
los consorcios y las distintas concentraciones de diésel estudiadas entre las
temperaturas de 25 y 30 °C (Tabla 4.9).
Tabla 4.9. Resultados del test ANOVA para el estudio de la influencia de la
variación de la temperatura entre 25 y 30 °C.
Temperaturas (°C)
25-30
92
Concentración (%)
3
1
XA
0,068
0,413
0,5
0,394
Consorcio
XB
XC
0,408 0,057
0,481 0,142
0,055
0,364
Biotratabilidad de hidrocarburos diésel con consorcios microbianos
4.4.4.3. Influencia del tipo de consorcio utilizado
En general, la biodegradación de diésel producida por los consorcios (XA, XB y XC)
fue más rápida que otros ejemplos encontrados en literatura (Young y col., 2005; Vieira
y col., 2007) y, según Ta-Chen y col. (2008), esto podría ser debido, al menos en parte,
a que los microorganismos de los consorcios mixtos produjeron biosurfactantes, que
mejoraron y aumentaron la capacidad de biodegradación del HC.
Respecto
al
crecimiento
celular
observado
durante
los
experimentos
de
biodegradación, en la fase de latencia los tres consorcios mostraron comportamientos
similares con un periodo de adaptación previo de alrededor de 20 h y, en la fase de
crecimiento celular, también se comportaron de manera similar, variando en ellos sólo el
valor final de concentración de biomasa.
Además, analizando los parámetros cinéticos estimados, se puede decir que el
comportamiento de todos los consorcios es muy similar, no encontrándose demasiadas
diferencias en la biodegradación realizada por unos y otros consorcios. Este hecho
podría deberse a que el proceso de adaptación y aclimatación de los tres consorcios
llevó a la obtención de cultivos microbianos con capacidades muy similares. De hecho,
la Tabla 4.6 muestra que varias especies son comunes en los consorcios XA, XB y XC.
Sin embargo, el test ANOVA realizado para el estudio de la significancia en la
influencia del consorcio utilizado (Tabla 4.10) reveló que el uso del consorcio XC
mostraba resultados significativamente diferentes y algo mejores que los consorcios XB
y XA. Esto podría ser debido a que mostró unos valores de μmax de media ligeramente
superiores a los otros dos consorcios, dando a entender que este consorcio aislado de
un suelo contaminado de manera crónica podría tener una respuesta ligeramente
superior. Por este motivo se escogió al consorcio XC para llevar a cabo los experimentos
de bioaumento en los siguientes capítulos.
Tabla 4.10. Resultados del test ANOVA para el estudio de la influencia del
tipo de consorcio utilizado.
Temperatura
(°C)
Comparación
de consorcios
25
XA-XB
XA-XC
XB-XC
Concentración de diésel inicial (%)
3
1
0,5
0,035*
0,347
0,349
0,252
0,055
0,410
0,031*
0,001***
0,006**
30
XA-XB
XA-XC
XB-XC
0,321
0,028*
0,001***
0,412
0,090
0,307
0,033*
0,223
0,495
Nota: *, significación estadística al nivel de 0,05; **, nivel de 0,01; ***, nivel de 0,001.
93
Capítulo 4
4.4.5. Producción de biosurfactantes por los consorcios XA, XB y XC
Una vez analizados los resultados de la biodegradación de diésel, se llevaron a cabo
nuevos experimentos en los que obtener la relación entre la TS y la producción de
biosurfactantes para cada consorcio. Dicha relación puede observarse en la Figura 4.15,
en la que se han dibujado también dos líneas para indicar la tendencia y obtener el valor
de CMC (Concentración Micelar Crítica) como su intersección.
55
XA
XC
XB
50
TS (mN m -1)
45
40
35
30
25
20
0
1
2
3
4
5
Conc. Biosurfactante (g L -1 )
6
7
Figura 4.15. Relación entre TS y concentración de biosurfactante.
Estimación del valor de CMC. Las barras de error representan la
desviación estándar de la media.
En general, se observó una reducción rápida de la TS a medida que aumentó la
concentración de biosurfactantes hasta un punto, después del cual, el valor de TS se
mantuvo constante. Por definición, la CMC es la concentración de surfactante en la que
se observa un cambio brusco en la tasa de reducción de la TS con el aumento de la
concentración de tensioactivo, es decir, un punto de inflexión en la curva.
Independientemente de la concentración de biosurfactante, no se observó una nueva
reducción de la TS con la generación de biosurfactante una vez que el valor de CMC se
había alcanzado, sin embargo es de suponer que la formación de micelas sí aumenta
(Fox y Bala, 2000). De esta manera, se determinaron los valores de CMC y las
productividades específicas de biosurfactante, expresado como el cociente entre la
-1
-1
producción de biosurfactante (g L ) y la concentración inicial de diésel (10 g L ). Los
-1
-1
-1
valores de CMC estimados fueron 2,72 g L , 0,42 g L y 0,45 g L para el consorcio XA,
-1
-1
XB y XC, respectivamente, y los valores de rendimiento fueron 0,69 g g , 0,13 g g y
0,18 g g
- 1
para XA, XB y XC, respectivamente. Valores similares fueron publicados por
Pornsunthorntawee y col. (2008). La Figura 4.15 muestra que, si bien el consorcio XA no
94
Biotratabilidad de hidrocarburos diésel con consorcios microbianos
mostró la mayor reducción de TS, sí mostró la mayor productividad de biosurfactante y
un valor de CMC elevado. Para los otros dos consorcios estudiados, los valores de CMC
y el rendimiento de producción de los biosurfactantes fueron similares e inferiores a los
valores del consorcio XA.
Por último, algunas diferencias se pueden encontrar mediante un análisis
comparativo global al vincular la eficacia en la biodegradación (%), la velocidad máxima
-1
-1
de biodegradación de diésel (mg L h ) en la fase exponencial y la velocidad media de
-1
-1
-1
biodegradación (mg L h ) con la concentración de biosurfactante (g L ) para cada uno
de los consorcios a 25 ° C y 1% (v/v) de concentración inicial de diésel. La Figura 4.16
muestra directamente que un aumento en la producción de biosurfactantes conduce a
una mayor tasa de eliminación, un mayor valor medio en la velocidad de consumo y una
mayor velocidad máxima de consumo de diésel.
100
Velocidad media
Velocidad máxima
Eficiencia
350
300
97,5
95
250
200
92,5
150
90
100
87,5
50
0
85
0
1
2
3
4
5
6
7
Eficiencia biodegradación (%)
Velocidad de biodegradación
(mg L-1h- 1)
400
8
Conc. Biosurfactante (g L -1)
Figura 4.16. Vinculación de la producción de biosurfactante con
la velocidad y porcentaje de eliminación de diésel.
95
Capítulo 4
4.5. CONCLUSIONES
De este capítulo se pueden concluir diversos puntos importantes:
1. El proceso de enriquecimiento llevado a cabo con los microorganismos aislados
de los suelos contaminados, resulta en una disminución en el número de
especies microbianas, limitándose por selección natural tan sólo a aquellas
capaces de metabolizar diésel como única fuente de carbono.
2. Los consorcios microbianos estudiados muestran una excelente viabilidad
durante el proceso de biodegradación de diésel en agua, obteniéndose
porcentajes de eliminación superiores al 80% en la mayoría de los experimentos
y en un tiempo de tratamiento aproximadamente de 40 h.
3. En general, el aumento de la temperatura entre 25 y 30 °C acelera ligeramente el
crecimiento celular y, por tanto, la biodegradación de diésel presente en el
sistema, aunque el test ANOVA revela que las diferencias no son significativas. A
la temperatura de 35 °C se observa que la reacción de biodegradación se inhibe,
disminuyendo bruscamente la eficacia en el proceso.
4. El aumento de la concentración inicial de diésel origina un descenso del
coeficiente Yx/s debido a un fenómeno de crecimiento desacoplado, es decir, un
mayor uso de sustrato para mantenimiento celular. Esto además origina un
descenso de la velocidad máxima de crecimiento (μmax).
5. Los
tres
consorcios
obtenidos
tienen
eficacias
muy
similares
en
la
biodegradación de diésel, y además existe coincidencia en varias especies
microbianas en ellos. Este hecho podría deberse a que el proceso de adaptación
y aclimatación de los tres consorcios lleva a la obtención de cultivos microbianos
con capacidades muy similares. Sin embargo, el test ANOVA indica diferencias
significativas entre el consorcio XC y los otros dos consorcios, XB y XA,
obteniéndose con éste resultados algo mejores y dando a entender que este
consorcio, aislado de un suelo con contaminación crónica, podría tener una
respuesta ligeramente superior. Por este motivo, se selecciona el consorcio XC
para continuar la investigación en capítulos posteriores.
6. Mediante el seguimiento de la tensión superficial, se determina que los
consorcios microbianos son capaces de producir biosurfactantes y que, además,
éstos son generados durante la etapa exponencial del crecimiento microbiano.
Una mayor producción de biosurfactantes genera un mayor porcentaje de
eliminación de diésel y una mayor velocidad de consumo.
96
Biotratabilidad de hidrocarburos diésel con consorcios microbianos
7. El modelo matemático propuesto, basado en la ecuación de Monod, ajusta los
datos experimentales con unos coeficientes de correlación de Pearson
superiores a 0,85 en todos los casos. Sin embargo, el modelo no se ajusta bien
en los casos en los que se observa inhibición por temperatura y tampoco tiene en
cuenta el crecimiento desacoplado. Aún así, se trata de un modelo sencillo que
podría aplicarse en el diseño de biorreactores para degradación de diésel.
97
Capítulo 4
4.6. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Alexander, M. (1977). Introduction to soil microbiology. Wiley, New York, USA.

Al-Saleh, E., Drobiova, H., Obuekwe, C. (2009). Predominant culturable crude oildegrading bacteria in the coast of Kuwait. Int. Biodet. Biodeg. 63:400-406.

APHA. (1992). Standard methods for the examination of water and wastewater. 18
ed. American Public Health Association, Washington, DC., USA

ASTM D971 – 99a. (2004). Standard Test Method for Interfacial Tension of Oil
Against Water by the Ring Method. ASTM International, West Conshohocken,
Pennsylvania, USA.

ASTM E 1755-01. (1991). Standard Test Method for Ash in Biomass. ASTM
International, West Conshohocken, Pennsylvania, USA.

Bailey, J. E., Ollis, D. F. (1986). Biochemical Engineering Fundamentals. 2
McGraw-Hill Co. New York, USA.

Balows, A., Truper, H. G., Dworkin, M., Harder, W., Schleifer, K. H. (1992). The
prokaryotes: A handbook on the biology of bacteria. Springer Verlag, Heidelberg,
Germany.

Banat, I. M. (1995). Biosurfactants production and possible uses in microbial
enhanced oil recovery and oil pollution remediation: a review. Bioresour. Technol.
51:1-12.

Barathi, S., Vasudevan, N. (2001). Utilisation of petroleum hydrocarbons by
Pseudomonas fluorescens isolated from a petroleum-contaminated soil. Environ. Int.
26:413-416.

Bergey, D. H., Holt, J. G., Krieg, N. R., Sneath, P. H. A. (1994). Bergey´s Manual of
determinative bacteriology. 9th ed. Lippincott Williams & Wilkins. MA, USA.

Boopathy, R. (2000). Factors limiting bioremediation technologies. Biores. Techn.
74:63-67.

Bordoloi, N. K., Konwar, B. K. (2009). Bacterial biosurfactant in enhancing solubility
and metabolism of petroleum hydrocarbons. J. Hazard. Mater. 170:495-505.

Brock, T. D., Madigan, M. T. (2001). Biología de los microorganismos. 8ª ed. Prentice
Hall International Editions, Englewood Cliffs, NJ, USA.

Chaîneau, C. H., Morel, J., Dupont, J., Bury, E., Oudot, J. (1999). Comparison of the
fuel oil biodegradation potential of hydrocarbon-assimilating microorganism isolated
from a temperate agricultural soil. Sci. Total Environ. 227:237-247.

Christofi, N., Ivshina, I. B. (2002). Microbial surfactants and their use in field studies
of soil remediation: a review. J. Appl. Microbiol. 93:915-929.

Cooper, D. G., Paddock, D. A. (1984). Production of biosurfactant from Torulopsis
bombicola. Appl. Environ. Microb. 47:173-176.

Das, K., Mukherjee, S. K. (2005). Characterization of biochemical properties and
biological activities of biosurfactants produced by Pseudomonas aeruginosa mucoid
and non-mucoid strains isolated from hydrocarbon-contaminated soil samples. Appl.
Microbiol. Biot. 69:192-199.

de Gusmão, C. A. B., Rufino, R. D., Sarubbo, L. A. (2010). Laboratory production and
characterization of a new biosurfactant from Candida glabrata UCP1002 cultivated in
vegetable fat waste applied to the removal of hydrophobic contaminant. World
Journal of Microbiology and Biotechnology. 26:1683-1692.
98
nd
th
Ed
Biotratabilidad de hidrocarburos diésel con consorcios microbianos

Desai, J.D., Banat, I. M. (1997). Microbial production of surfactants and their
commercial potencial. Microbiol. Mol. Biol. 61:47-64.

Dieter, A. S., Marvin, J. J. (1972). Bacterial cell production from hexadecane at high
temperatures. Appl. Microbiol. 23:543-546.

Environmental Response Division. (1998). Fundamental principles of bioremediation:
An aid to the development of bioremediation proposals. Utah, USA.

Fox, S. L., Bala, G. A. (2000). Production of biosurfactant from Bacillus subtilis ATC
21332 using potato substrate. Bioresour. Technol. 75:235-240.

Franzetti, A., Bestetti, G., Caredda, P., La Colla, P., Tamburini, E. (2008). Surfaceactive compounds and their role in bacteria access to hydrocarbons in Gordonia
strains. FEMS Microbiol Ecol. 63:238-248.

Franzetti, A., Tamburini, E, Banat, I. M. (2010). Applications of biological surface
active compounds in remediation technologies. Biosurfactants. 672:121-134.

Gòdia Casablancas, F., López Santín, J. (1998). Ingeniería Bioquímica. Ed. Síntesis.
Madrid, España.

Ghoshal, S., Luthy, R.G. (1998). Biodegradation kinetics of naphthalene in
nonaqueous phase liquid-water mixed batch systems: comparison of model
predictions and experimental results. Biotechnol Bioeng. 57:356-366.

Giraldo-Gomez, E., Goodwin, S., Switzenbaum, M. S. (1992). Influence of mass
transfer limitations on determination of the half saturation constant for hydrogen
uptake in a mixed-culture CH4-producing enrichment. Biotech. Bioeng. 40:768-776.

Hosokawa, R., Nagai, M., Morikawa, M., Okuyama, H. (2009). Autochthonous
bioaugmentation and its possible application to oil spills. W. J. Microbiol. Biotechnol.
25:1519-1528.

Ingraham, J. L. (1962). Temperature relationships. In: The Bacteria, vol. 4 (Ed. C.
Gunsalus and R.Y. Stanier) pp. 265–296. New York, USA. Academic Press.

Iqbal, J., Metosh-Dickey, C., Portier, R. J. (2007). Temperature Effects on
Bioremediation of PAHs and PCP Contaminated South Louisiana Soils: A Laboratory
Mesocosm Study. J. Soils Sediments. 7:153–158.

Kosaric, N., Gray, N. C., Cairns, W. I. (1987). Introduction: Biotechnology and the
surfactant industry. In: Kosaric, N., Gray, N.C. and Cairns, W.I., Eds., Biosurfactant
and Biotechnology. New York: Mercel Dekker Inc, USA.

Kwapisz, E., Wszelaka, J., Marchut, O., Bielecki, S. (2008). The effect of nitrate and
ammonium ions on kinetics of diesel oil degradation by Gordonia alkanivorans S7.
Int. Biodet. Biodeg., 61:214-222.

Lafortune, I., Juteau, P., Déziel, E., Pépine, F., Beaudet, R., Villemur, R. (2009).
Bacterial diversity of a consortium degrading high-molecular-weight polycyclic
aromatic hydrocarbons in a two liquid phase biosystem. Microbiol. Ecol. 57:455-468.

Ławniczak, Ł., Marecik, R., Chrzanowski, Ł. (2013). Contributions of biosurfactants to
natural or induced bioremediation. Applied Microbiology and Biotechnology. 97:1-13.

Lawrence, A., McCarty, P. L. (1970). Unified basis for biological treatment design and
operation. J. Sanit. Eng. Div. ASCE. 96, 757 – 778.

Lee, J. Y., Choi, Y. B., Kim, H. S. (1993). Simultaneous biodegradation of Toluene
and p-Xylene in a novel bioreactor: Experimental results and mathematical analysis.
Biotchnol. Prog. 9:46-53.
99
Capítulo 4

Lu, X., Zhang, X., Li, G., Zhang, W. (2003). Production of biosurfactant and its role in
the biodegradation of oil hydrocarbons. J. Environ. Sci. Healt A. 38:483-492.

Macnaughton, S. J., Stephen, J. R., Venosa, A. D., Davis, G. A., Chang, Y., White, D.
C. (1999). Microbial population changes during bioremediation of an experimental oil
spill. Appl. and Environ. Microbiol. 65:3566-3574.

Margesin, R., Schinner, F. (2001). Biodegradation and bioremeditaion of
hydrocarbons in extreme environments. Appl. Microbiol. Biotechnol. 56:650-663.

Márquez-Rocha, F. J., Hernández-Rodriguez, V., Lamela, M. T. (2001).
Biodegradation of diesel oil in soil by a microbial consortium. Water, Air and Soil
Pollution. 128:313-320.

Medina-Moreno, S. A., Huerta-Ochoa, S., Gutiérrez-Rojas, M. (2005). Hydrocarbon
biodegradation in oxygen-limited sequential batch reactors by consortium from
weathered, oil-contaminated soil. Can. J. Microbiol. 51:231-239.

Monod, J. (1949). The growth of bacterial cultures. Annu Rev Microbiol. 3:371–394.

Mukherji, S., Walter, J., Weber. Jr. (1998). Mass transfer effects on microbial uptake
of naphthalene from complex NAPLs. Biotechnol Bioeng. 60:750-760.

Mulligan, C. N., Yong, R. N., Gibbs, B. F. (2001). Heavy metal removal from
sediments by biosurfactants. Journal of Hazardous Materials. 85:111-125.

Muthusamy, K., Gopalakrishnan, S. Kochupappy R. T., Sivachidambaram, P. (2008).
Biosurfactants: properties, commercial production and application. Current Science.
94:736-747.

Nayak, A. S., Vijaykumar, M. H., Karegoudar, T. B. (2009). Characterization of
biosurfactant produced by Pseudoxanthomonas sp. PNK-04 and its application in
bioremediation. Int. Biodet. Biodeg. 63:73-79.

Nikakhtari, H., Kumar, P., Nemati, M., Hill, G. A. (2009). Biodegradation of diesel oil
in a baffled roller bioreactor. J. Chem. Technol. Biotechnol. 84:525-532.

Oliveira, N. M., Bento, F. M., Camargo, F. A. O., Knorst, A. J., Santos, A. L. D.,
Pizzolato, T. M., Peralba, M. D. C. R. (2011). Biodegradation of commercial gasoline
(24% ethanol added) in liquid medium by microorganisms isolated from a landfarming
site. J. Env. Sci. Health A. 46:86-96.

Owsianiak, M., Szulc, A., Chrzanowski, L., Cyplik, P., Bogacki, M., Olejnik-Schmidt,
A. K., Heipieper, H. J. (2009). Biodegradation and surfactant-mediated
biodegradation of diesel fuel by 218 microbial consortia are not correlated to cell
surface hydrophobicity. Appl. Microbiol. Biotechnol. 84:545-553.

Paslawski, J. C., Headley, J. V., Hill, G. A., Nemati, M. (2009). Biodegradation
kinetics of trans-4methyl-1-cyclohexane carboxylic acid. Biodegradation. 20:125-133.

Pornsunthorntawee, O., Arttaweeporn, N., Paisanjit, S., Somboonthanate, P., Abe,
M., Rujiravanit, R., Chavadej, S. (2008). Isolation and comparison of biosurfactants
produced by Bacillus subtilis PT2 and Pseudomonas aeruginosa SP4 for microbial
surfactant-enhanced oil recovery. Biochem. Eng. J. 42:172-179.

Rahman, K. S. M., Banat, I. M., Thahira, J., Thayumanavan, T.,
Lakshmanaperumalsamy, P. (2002). Bioremediation of gasoline contaminated soil
by a bacterial consortium amended with poultry litter, coir pith and rhamnolipid
biosurfactant. Bioresour. Technol. 81:25-32.

Richard, J. Y., Vogel, T. M. (1999). Characterization of a soil bacterial consortium
capable of degrading diesel fuel. Int. Biodet. Biodeg. 44:93-100.
100
Biotratabilidad de hidrocarburos diésel con consorcios microbianos

Ron, E. Z., Rosemberg, E. (2001) Biosurfactants and oil bioremediation. Environ.
Biotechnol. 13:249-252.

Rosenberg, E. (1992). The hydrocarbon oxydizing bacteria. In: Procaryotes. 2 . Ed.
Springer-Verlag. Berlin, Germany.

Sabaté, J., Viñas, M., Solanas, A. M. (2004). Laboratory-scale bioremediation
experiments on hydrocarbon-contaminated soils. Int. Biodet. Biodeg. 54:19-25.

Sadouk, Z., Hacene, H., Tazerouti, A. (2008). Biosurfactants production from low cost
substrate and degradation of Diesel oil by a Rhodococcus strain. Oil Gas Sci.
Technol. 63:747-753.

Schirmer, M., Molson, J. W., Frind, E. O., Barker J. F. (2000). Biodegradation
modelling of a dissolved gasoline plume applying independed laboratory and field
parameters. J. Contam. Hydrol. 46:339–374.

Senez, J. C. (1962). Some considerations on the energetics of bacterial growth.
Bacteriol. Rev. 26:95–107.

Ta-Chen, L., Chang, J., Young, C. (2008). Exopolysaccharides produced by
Gordonia alkanivorans enhance bacterial degradation activity for diesel . Biotechnol.
Lett. 30:1201-1206.

Torres, L. G., Rojas, N., Bautista, G., Iturbe, R. (2005). Effect of temperature, and
surfactant´s HLB and dose over the TPH-diesel biodegradation process in aged soils.
Process Biochemistry. 40:3296-3302.

Trejo-Castillo, R., Martínez-Trujillo, M. A., García-Rivero, M. (2013). Effectiveness of
Crude Biosurfactant Mixture for Enhanced Biodegradation of Hydrocarbon
Contaminated Soil in Slurry Reactor. Int. J. Environ. Res. 8:727-732.

Ueno, A., Ito, Y., Yumoto, I., Okuyama, H. (2007). Isolation and characterization of
bacteria from soil contaminated with diesel oil and the possible use of these in
autochthonous bioagmentation. World J. Microbiol. Biotechnol. 23:1739-1745.

UNE-EN ISO 9377-2. (2000). Water quality. Determination of hydrocarbon oil index.
Part 2: Method using solvent extraction and gas chromatography . International
Organization of Standardization, Geneve. Italy.

van Uden, N. (1969). Kinetics of nutrient-limited growth. Annual Review of
Microbiology. 23:473-485.

Vasileva-Tonkova, E., Sotirova, A., Galabova, D. (2011). The effect of Rhamnolipid
biosurfactant produced by Pseudomonas fluorescens on model bacterial strains and
isolates from industrial wastewater. Curr. Microbiol. 62:427-433.

Venosa, A., Stephen, J., Mcnaughton, S., Chang, Y., White, D. (1999). Microbial
populations changes during bioremediation of an experimental oil spill. Microbial
Biosystems: New Frontiers. Atlantic Canada Society for Microbial Ecology. Halifax.
Canadá.

Vieira, P. A., Vieira, R. B., de França, F. P., Cardoso, V. L. (2007). Biodegradation of
effluent contaminated with diesel fuel and gasoline. J. of Hazardous Materials.
140:52-59.

Wang, Z. Y., Gao, D. M., Li, F. M., Zhao, J., Xin, Y. Z., Simkins, S., Xing, B. S.
(2008). Petroleum hydrocarbon degradation potential of soil bacteria native to the
Yellow River Delta. Pedosphere. 18:707-716.

Whang, L-M., Liu, P-W. G., Ma, C-C., Cheng, S-S. (2008). Application of
biosurfactants, rhamnolopid, and surfactin, for enhanced biodegradation of dieselcontaminated water and soil. J. Hazard. Mater. 151:155-163.
nd
101
Capítulo 4

Willumsen, P. A., Karlson, U. (1997). Screening of bacteria, isolated from PAHcontaminated soil, for production of biosurfactants and bioemulsifiers.
Biodegradation. 7:415-423.

Young, C-C., Lin, T-C., Yeh, M-S., Shen, F-T., Chang, J-S. (2005). Identification and
kinetic characteristics of an indigenous diesel-degrading Gordonia alkanivorans
strain. World J. Microbiol.& Biotechnol. 21:1409-1414.

Zhang, Z., Gai, L., Hou, Z., Yang, C., Ma, C., Wang, Z., Sun, B., He, X., Tang, H., Xu,
P. (2010). Characterization and biotechnological potential of petroleum degrading
bacteria isolated from oil contaminated soils. Bioresour. Technol. 101:8452-8456.
102
Capítulo
5
•••••••••
 Distribución de diésel en microcosmos
abióticos
 Biorremediación del suelo en
microcosmos:
- Validación del modelo y estimación de
parámetros
- Influencia del tipo de suelo
- Elección de la estrategia de
biorremediación
- Optimización del grado de humedad
- Optimización de la cantidad de
inóculo
•••••••••
Biorremediación de suelos
contaminados con diésel en laboratorio:
estudio de variables y modelización
Capítulo adaptado de:
- Moliterni, E., Fernández, F.J., Rodríguez, L., Villaseñor, J. (2011). Feasibility of different
bioremediation strategies for treatment of clayey and silty recently polluted soils with diesel
hydrocarbons. Water, Air & Soil Pollution. DOI: 10.1007/s11270-011-1040-1.
-
Lacasa, E., Moliterni, E., Rodríguez, L., Villaseñor, J. (2015). Kinetic modelling of a dieselpolluted clayey soil bioremediation process. Science of the Total Environment. (Pendiente
de revisión).
103
Capítulo 5
El desafío en los tratamientos de biorremediación es
asegurar que determinados microorganismos sean capaces
de degradar los contaminantes presentes en los suelos. Por
este motivo, y una vez estudiados los fundamentos de la
biodegradación en fase líquida por parte de los consorcios
degradadores de HC, se realiza ahora el estudio del proceso
de biorremediación del suelo en laboratorio, probando
diferentes estrategias como bioestimulación y bioaumento, y
estudiando la influencia de factores relevantes en el proceso:
el tipo de suelo, la humedad o la concentración de inóculo.
104
Biorremediación de suelos contaminados con diésel en laboratorio
5.1. INTRODUCCIÓN
Para aumentar la eficiencia del proceso de biorremediación de suelos contaminados
con HC se pueden aplicar diversas metodologías: (1) bioestimulación, que consiste en la
mejora de las condiciones del proceso, es decir, mejorar la disponibilidad de nutrientes,
corregir el pH y controlar la humedad entre otros factores, y fomentar así el potencial de
biodegradación de los microorganismos autóctonos, y (2) bioaumento, que se basa en la
inoculación de una microbiota especial (Gentry y col., 2004). Para esta última opción
existen diversas posibilidades de actuación: por un lado existe la posibilidad de utilizar
una única cepa o bien un consorcio microbiano mixto y, en este caso, a su vez, elegir
entre un consorcio microbiano autóctono, previamente aislado del suelo contaminado
que se quiere tratar y enriquecido en el HC como única fuente de carbono, o un
consorcio exógeno previamente extraído de otro lugar (Ueno y col., 2007).
El bioaumento es una tecnología menos estudiada que la bioestimulación. Vogel y
Walter (2001) señalaron algunos factores que afectan al correcto desempeño de este
proceso. Estos incluyen entre otros, la estructura química, la concentración y la
biodisponibilidad del contaminante, y el tamaño y naturaleza de la población microbiana
inoculada. Además, algunos ejemplos han demostrado que esta metodología aún no es
de aplicación general. Moller y col. (1995) estudiaron la eficacia de un consorcio
microbiano comercial, diseñado específicamente para realizar bioaumento, en un suelo
contaminado con diésel y encontraron no solo que la degradación del diésel no se
producía, sino que, además, el consorcio añadido reprimía la capacidad de degradación
de los microorganismos autóctonos. Por otro lado, Ghazali y col. (2004) utilizaron varios
consorcios de microorganismos exógenos para mejorar la biodegradación de diésel en
el suelo y, sin embargo, observaron una eficiencia muy baja; los HC solo fueron
degradados por un único consorcio, que consistía en seis cepas aisladas de diversos
sitios contaminados. Estos investigadores llegaron a la conclusión de que el tipo de
tierra y los consorcios microbianos pueden determinar la velocidad y el grado de
recuperación del suelo, y sugirieron que se llevaran a cabo otros estudios para evaluar
la influencia del tipo de suelo, del tamaño de las partículas que lo forman y las formas en
que éstas interaccionan con los HC.
Años más tarde, Ueno y col. (2006) observaron que sólo durante las primeras dos
semanas, la tasa de degradación de diésel fue mayor con un proceso de bioaumento
que con uno de bioestimulación, pero después de este tiempo, no se observaron
diferencias en las tasas de degradación en los dos tratamientos. McKew y col. (2007)
observaron resultados similares cuando estudiaron la estrategia de bioaumento usando
una especie única en la degradación de diésel. En este caso, la degradación de
105
Capítulo 5
n-alcanos sólo se observó durante los primeros cinco días, y el grado de degradación
fue menor que el alcanzado por el tratamiento de bioestimulación. Sin embargo, en la
literatura reciente se pueden encontrar algunos casos de éxito en los que, por un lado,
se han obtenido eficiencias en la eliminación de HC de entre el 70 y el 96% utilizando
exclusivamente la estrategia de biaumento (Nasseri y col., 2010; Gargouri y col., 2014;
Ma y col., 2015) y, por otro, varios autores que han estudiado la eliminación de HC
usando una combinación de las estrategias de bioestimulación y bioaumento con muy
buenos resultados (Fan y col., 2014; Suja y col., 2014; Agarry y Latinwo, 2015). En este
sentido, se pueden encontrar en la literatura varias revisiones bibliográficas relacionadas
con la metodología de bioaumento (Hosokawa y col., 2009; Mrozik y Piotrowska-Seget,
2010; Kuráň y col., 2014).
No sólo el tipo de estrategia de biorremediación es lo que va a definir el proceso,
sino que, tal y como se comentó en la introducción general, entre los parámetros más
importantes que afectan al proceso de biorremediación, está el grado de humedad del
suelo. Este factor está directamente relacionado con el grado de biodegradación de los
contaminantes ya que influirá en su disponibilidad, en la textura del suelo y en el
proceso microbiano en sí. Por este motivo, varios autores basan sus investigaciones en
estudiar cual es el grado de humedad óptimo para llevar a cabo el proceso de
biorremediación (Shelton y Parkin, 1991; Providenti y col., 1993; Young-Gyun y col.,
2000). Muchas de las investigaciones que se llevan a cabo a escala de laboratorio
utilizan contenidos de humedad superiores al 40% (p/p) e, incluso, han superado en
muchos casos las condiciones de saturación, consistiendo en experimentos que se
realizan con suspensiones de suelo en agua, denominándose tal situación fase de lodos
o slurry. Los resultados de esas investigaciones sólo son extrapolables a escala real
mediante el uso de biorreactores slurry, en los que el gasto de agua es un factor
importante a controlar tal y como se verá en el próximo capítulo. Sin embargo, en el
resto de tratamientos de biorremediación en fase sólida insaturada (10-40% de
humedad) también se hace necesaria esta optimización, ya que, aunque no juega un
papel tan importante en la transferencia de materia, sí lo hace en la oxigenación, en el
mantenimiento de la estructura celular y en los procesos metabólicos que suceden
(Vidali, 2001).
Además de los aspectos microbiológicos y los relacionados con los fundamentos
químicos y bioquímicos de la biodegradación de HC, también las características físicas y
químicas de los suelos influyen en el potencial de biodegradación y, por tanto, alteran la
eficiencia del proceso (Atlas y Bartha, 1998). Los aspectos más importantes son los
relacionados con el transporte de los contaminantes entre las distintas fases que
intervienen en el proceso (Figura 5.1): la matriz suelo como fase sólida (S), el agua (A) y
106
Biorremediación de suelos contaminados con diésel en laboratorio
la fase orgánica (NAPL, fase líquida no acuosa, de sus siglas en inglés), como fases
líquidas, y el aire en contacto con ellas (V), como fase gas. Por ello, una gran parte de
los trabajos que se publican actualmente sobre biorremediación de suelos contaminados
incluyen estudios de desorción de HC (Juhasz y col., 2014; Spasojevic y col., 2015), y
estudios de variables que afectan a la transferencia de materia entre las fases, así como
la obtención de coeficientes de reparto (Wang y Vipulanandan, 2001; Woo y col., 2001).
Suelo Limpio
Suelo contaminado
SUELO
NAPL
AGUA
HC ADSORBIDO EN EL
SUELO
AIRE
HC VAPORIZADO
HC DISUELTO EN
AGUA
Figura 5.1. Disposición de un contaminante HC en el suelo.
La biodisponibilidad de los contaminantes juega por tanto un rol importante en la
biorremediación de HC. Tal y como se explicó en el capítulo anterior, para un sistema de
dos fases (agua-HC), numerosos estudios han indicado que la velocidad de disolución
desde la fase orgánica no soluble, NAPL, determina la velocidad de biodegradación
(Ghoshal y Luthy, 1998; Alshafie y Ghoshal, 2003) ya que los microorganismos no son
capaces de consumir el HC directamente de esta fase (Mukherji y col., 1998). Pero
también existen otros estudios que han demostrado que los microorganismos son
capaces de acceder al HC en estado libre como NAPL directamente desde la interfase
HC-agua (Nakahara y col., 1977; Rosenberg y col., 1989), pudiéndose entender así la
alta velocidad de biodegradación de muchos HC en estado libre. Sin embargo, en
sistemas de tres fases donde el HC se encuentra parcial o fuertemente adsorbido en las
partículas de suelo, su accesibilidad se presume limitada. Por este motivo, también
numerosos modelos matemáticos han sido desarrollados para describir el proceso de
biorremediación de HC en este tipo de sistemas. Algunos están basados en la premisa
de que los microorganismos sólo pueden utilizar los HC en fase disuelta (Ramaswami y
Luthy, 1997; Wang y Vipulanandan, 2001; Mulder y col., 2001; Ostendorf y col., 2007),
pero algunos otros sugieren que los compuestos adsorbidos también están disponibles
directamente para los microorganismos sin necesidad de que se produzca su desorción
(Mukherji y col., 1998; Woo y col., 2001; Park y col., 2001). La alta controversia que
107
Capítulo 5
existe en la actual literatura sobre este tema hace necesario el estudio en profundidad
de este tipo de sistema.
5.2. OBJETIVO
El objetivo general de este capítulo se centra en estudiar la viabilidad de la técnica
de biorremediación de suelos contaminados con diésel a escala de laboratorio bajo
distintas condiciones de operación, de tal forma que se puedan seleccionar aquellas
más beneficiosas para el proceso a mayor escala. Como sub-objetivos se plantean los
siguientes:
1. Estudiar la influencia del tipo de inóculo y discutir la viabilidad de las
diferentes estrategias de biorremediación (bioestimulación y bioaumento
autóctono o bioaumento exógeno) a escala de laboratorio.
2. Estudiar la influencia del tipo de suelo (arcilloso o limoso) en el proceso de
biorremediación.
3. Analizar la biodisponibilidad del contaminante en cada una de las fases que
intervienen en el proceso de biorremediación y la transferencia de materia
que ocurre entre ellas.
4. Optimizar el grado de humedad ideal y la cantidad de inóculo a añadir en un
proceso de biorremediación de este tipo.
5. Modelizar el proceso de biorremediación llevado a cabo en los
experimentos
de
laboratorio
y
analizar
los
parámetros
cinéticos
característicos.
5.3.
PROCEDIMIENTOS
5.3.1. Estudio de la estrategia de biorremediación
5.3.1.1. Diseño de experimentos
Los experimentos se realizaron en modo discontinuo y a escala de laboratorio en
recipientes agitados cerrados, considerando un modelo de flujo de mezcla perfecta. En
ellos se dispuso una pequeña cantidad de suelo contaminado en suspensión en agua
que contenía todos los nutrientes adicionales para el cultivo microbiano (medio BHB).
Los recipientes se colocaron en un equipo de agitación orbital termostatizado para
mantener la temperatura constante y la agitación necesaria (Figura 5.2).
108
Biorremediación de suelos contaminados con diésel en laboratorio
CO2
O2
Aire
Medio acuoso
con nutrientes
Napl
Partículas de
suelo
(a)
(b)
Figura 5.2. Experimentos de biorremediación en laboratorio. (a) Esquema de sistema en microcosmos.
(b) Vista de experimentos en instalación.
Este estudio se realizó con dos tipos de suelo de características texturales distintas;
se eligió un suelo de tipo arcilloso, nombrado como S D, y otro de textura limosa, SE,
cuyas características pueden observarse en la Tabla 3.1 del capítulo de Materiales y
procedimientos comunes. Para cada tipo de suelo se realizaron cuatro experimentos en
los que la variable en estudio fue la estrategia de biorremediación aplicada, existiendo
las siguientes opciones:
-
Bioestimulación (experimento X0), es decir, no se realizó la inoculación de
ningún consorcio, estudiándose el proceso con los microorganismos
presentes en el propio suelo contaminado.
-
Bioaumento exógeno (experimento XC), es decir, utilizando únicamente un
consorcio exógeno previamente enriquecido y adaptado al consumo de HC
diésel. Para la realización de este experimento fue necesario esterilizar
previamente el suelo. El consorcio exógeno utilizado fue el consorcio XC,
obtenido del suelo contaminado SC y estudiado en el capítulo anterior.
-
Estrategia
combinada
de
bioestimulación
y
bioaumento
exógeno
(experimento X0+XC), es decir, adición de microorganismos exógenos X C en
un suelo que además contenía microorganismos autóctonos X 0.
109
Capítulo 5
-
Estrategia
combinada
de
bioestimulación
y
bioaumento
con
microorganismos autóctonos (experimento X0+X0e), es decir, adición de
microorganismos autóctonos previamente aislados y adaptados al consumo
de HC diésel (X0e) al suelo que además contenía los microorganismos
autóctonos X0. El consorcio X0e se corresponde con el consorcio XD, en
caso del suelo arcilloso, y con XE, en el caso del suelo limoso.
Además, se realizó un experimento de control o “no inoculado” (NI) con cada suelo
esterilizado (SE) para contabilizar las pérdidas de HC diésel ajenas a la biodegradación.
En total se realizaron diez experimentos que se muestran en la Tabla 5.1. Todos los
experimentos fueron realizados por duplicado con el fin de comprobar la reproducibilidad
de los resultados.
Tabla 5.1. Diseño de experimentos en microcosmos.
Estrategia
Abiótico
Bioestimulación
Bioaumento
exógeno
Bioestimulación
+ Bioaumento
exógeno
Bioestimulación
+ Bioaumento
autóctono
Arcilloso
NI/SE
X0
XC
X0+XC
X0+X0e
Limoso
NI/SE
X0
XC
X0+XC
X0+X0e
Suelo
Nota: siendo Xo, consorcio de microorganismos endógenos presente en el suelo a estudio; XC, consorcio
de microorganismos exógenos obtenidos de SC, especializados en la biodegradación de diésel; X0e,
consorcio de microorganismos endógenos inicialmente presente en el suelo objeto a estudio, aislado y
enriquecido en la metabolización de diésel, y que se corresponde con XD o XE, según el suelo estudiado;
NI, no inóculo; SE, suelo estéril.
5.3.1.2. Procedimiento experimental y muestreo
El suelo se contaminó artificialmente 3 días antes del comienzo de los experimentos
con 17.000 mg kg
-1
de diésel. Para ello se dispusieron 15 g de suelo en un matraz
Erlenmeyer de vidrio de 250 mL de capacidad y se le adicionaron 300 μL de diésel. En
el caso de utilizar suelos estériles para los experimentos abióticos, éstos se introdujeron
previamente (500 g) en un bote y se esterilizaron en un autoclave a 121 °C durante
15 min.
Cada experimento consistió en disponer 14 matraces Erlenmeyer con 15 g de suelo
contaminado a los que se adicionaron 30 mL de medio BHB e inóculo en una proporción
1:1,5 (v/v, con respecto al contaminante) del consorcio específico de microorganismos
en el caso que correspondió. Los matraces fueron tapados con un tapón comercial de
celulosa, de la casa Selecta, y depositados en un equipo de agitación orbital (Tipo
110
Biorremediación de suelos contaminados con diésel en laboratorio
MaXQ4000 de Thermo Fisher Scientific) a 25 °C y 130 rpm durante 11 días hasta
análisis (Figura 5.2). La relación final de C/N/P, ajustada con el medio BHB, fue de
100/7,7/3,9.
En un sistema de experimentación de este tipo, la medida de cualquier variable
resulta compleja por la heterogeneidad del sistema. Por ese motivo para cada
experimento (Tabla 5.1) el muestreo consistió en un seguimiento exhaustivo durante los
días 0, 1, 2, 3, 4, 7 y 11, en el que se tomaba el contenido completo de dos matraces. En
ambos matraces se analizó el crecimiento microbiano a través de la concentración de
biomasa y la concentración residual de diésel en el sistema mediante el análisis de TPH.
Para ello, se vertió cada suspensión a un tubo Falcon de 50 mL de capacidad y se dejó
reposar durante 10 min. A continuación, se tomaron 2 mL del sobrenadante líquido, que
se utilizaron para conocer la concentración de biomasa. Seguidamente, el Falcon se
centrifugó a 10.000 rpm durante 10 min para separar la fase suelo de la líquida y, una
vez separadas, se tomaron 5 mL de la fase acuosa intermedia (sin tomar líquido de la
zona superior donde reposa la NAPL). A continuación, el resto de fase líquida (agua y
fase NAPL) se trasvasó a un nuevo tubo Falcon. Así, una vez separadas las fases, se
procedió al análisis de la concentración de TPH en cada una de ellas.
5.3.1.3. Medida de la concentración de biomasa
La
concentración
de
biomasa
analizada
fue
la
correspondiente
a
los
microorganismos HiC, es decir, se evaluó exclusivamente la biomasa especializada en
la degradación de HC, pues es la que tiene especial interés. Para ello, se analizaron los
2 mL tomados del sobrenadante de la suspensión del Falcon mediante la técnica del
NMP descrita en el apartado 3.7 del capítulo de Materiales y procedimientos comunes
de la presente memoria, utilizando diésel como única fuente de carbono.
Para interpretar los valores de NMP obtenidos en términos de concentración, se
realizó una recta de calibrado, previa a la realización de los experimentos, que
-1
relacionaba la magnitud medida con la masa de células por unidad de volumen (g L ).
El procedimiento consistió en obtener el valor de NMP a lo largo de la incubación de un
consorcio cualquiera a la vez que se obtenía el valor de los sólidos volátiles (SV)
presentes en ese momento en el medio de cultivo, asumiendo que el peso de las células
no varía de unos consorcios a otros.
El procedimiento seguido consistió en lo siguiente:
-
Se dispusieron 11 matraces Erlenmeyer de 250 mL de capacidad, a los que
se les adicionaron 150 mL de medio BHB, 1,5 mL de diésel y 1,5 mL de
111
Capítulo 5
inóculo de un consorcio de microorganismos HiC y se incubaron a 26 °C y
130 rpm.
-
A un tiempo dado se realizaba el análisis de cada uno de los matraces;
muestreándose 5 mL de suspensión para realizar la medida NMP y el resto
se utilizó para determinar la concentración de SV según la norma ASTM E
1755-01 (1991).
En la Tabla 5.2 se recogen los datos obtenidos a lo largo de dicha calibración;
observándose para cada valor de NMP, el valor de la concentración de SV que fue
medido.
Tabla 5.2. Relación entre NMP y SV.
Log NMP
SV (gcélulas L-1)
2,477
4,322
8,491
22
77
475
9,845
10,114
645
682
10,698
758
10,845
11,146
647
735
11,322
12,146
13,380
737
706
716
A través del ajuste de los datos de la Tabla 5.2 fue posible cuantificar el crecimiento
microbiano, ya que por interpolación se pudo conocer el valor de la cantidad de células
-1
presentes en el medio (g L ) conociendo únicamente el valor del NMP del mismo. En la
Figura 5.3 se observa el ajuste de dichos datos, así como la ecuación que los relaciona.
112
Biorremediación de suelos contaminados con diésel en laboratorio
1000
900
800
SV (mg L -1 )
700
600
500
400
300
200
y = 77,31x - 172,94
R² = 0,922
100
0
0
2
4
6
8
10
12
14
l o g NMP
Figura 5.3. Recta de calibrado SV–log NMP.
5.3.1.4. Medida de la concentración de TPH
A lo largo de los 11 días de experimentación se determinó la concentración de TPH
presentes en cada una de las fases del sistema experimental mediante la extracción de
diésel residual. Las medidas se realizaron de diferente forma según la fase muestreada:
-
La fase suelo fue analizada según la norma UNE-EN 14039 (2005) para la
caracterización de residuos, utilizando 10 g de NaHSO 4 como agente
desecante y 5 mL de n-hexano como agente extractor.
-
La fase líquida (NAPL y acuosa en conjunto) fue analizada según la norma
UNE-EN ISO 9377-2 (2001), para la determinación del índice de HC en
agua con 2 mL de n-hexano.
-
La fase acuosa (los 5 mL muestreados) fue analizada según la norma UNEEN ISO 9377-2 (2001) con 1 mL de n-hexano.
Una vez llevadas a cabo las extracciones, los extractos orgánicos resultantes se
depositaron en viales de cromatografía y se conservaron a 4 °C hasta posterior análisis
por cromatografía gaseosa con GC-FID según el apartado 3.5 del capítulo de Materiales
y procedimientos comunes de la presente memoria. La concentración de HC en la fase
gas se determinó en los experimentos abióticos restando del total de la concentración
inicial, la medida en cada una de las fases restantes.
Para cuantificar la concentración de TPH presente en las muestras se realizó una
recta de calibrado a distintas concentraciones de diésel en n-hexano, de tal manera que,
113
Capítulo 5
por interpolación de las áreas cromatográficas, fue posible conocer la concentración real
de las muestras analizadas.
5.3.2. Estudio de la influencia del grado de humedad
5.3.2.1. Diseño de experimentos
De manera similar a los anteriores, se prepararon nuevos experimentos en los que
se estudió el efecto del grado de humedad en la biorremediación del suelo. En este
caso, y una vez analizados los resultados de los experimentos anteriores, este estudio
sólo se realizó con el suelo arcilloso, nombrado como S D.
Se realizaron siete experimentos (por triplicado) bajo las mismas condiciones de
operación, y variando únicamente entre ellos la cantidad de medio acuoso añadido
(Tabla 5.3), de forma que la humedad del suelo variase entre un 6 y un 53%,
aproximadamente. De este modo, se pasó de un suelo húmedo insaturado hasta un
suelo en suspensión, pasando por situaciones intermedias de humedad creciente.
Tabla 5.3. Diseño de experimentos para el estudio de la
influencia del grado de humedad.
Fase
Sólida
Barro
Suspensión
Medio acuoso
adicionado (mL)
0
0,5
2
4
6
Humedad (%)
6,34
11,03
18,71
26,80
33,47
8
40,26
15
Saturado (53,31)
5.3.2.2. Procedimiento experimental y muestreo
El suelo se contaminó artificialmente 3 días antes del comienzo de los experimentos
-1
con una concentración de 17.000 mg kg de diésel. Los experimentos se realizaron en
matraces Erlenmeyer de vidrio de 250 mL. Cada experimento consistió en 7 matraces
con 15 g de suelo contaminado, a los que se adicionó inóculo X D en una proporción
1:1 (v/v) con respecto al contaminante y la cantidad de medio acuoso correspondiente.
Los matraces fueron tapados con un tapón comercial de celulosa, de la casa Selecta, y
depositados en un equipo con agitación orbital a 25 °C y 130 rpm durante 20 días hasta
posterior análisis.
114
Biorremediación de suelos contaminados con diésel en laboratorio
Cada 2-3 días se realizó el análisis de concentración de TPH en toda la masa de
reacción sin distinción entre fases, analizándose el contenido total del matraz en una
sola extracción con n-hexano según la norma UNE-EN 14039 (2005). Posteriormente se
analizaron los extractos por cromatografía gaseosa con GC-FID de igual modo que se
ha comentado anteriormente (apartado 5.3.1.4).
De manera paralela se dispusieron 4 matraces adicionales a los 7 ya mencionados,
para cada valor de humedad estudiado, que sirvieron como experimento de control para
determinar la pérdida semanal de humedad (Figura 5.4).
70
6,34%
18,70%
33,47%
Saturado
Humedad (%)
60
11,00%
26,80%
40,26%
50
40
30
20
10
0
0
60 120 180 240 300 360 420 480
Ti e mpo (h)
Figura 5.4. Comprobación de la variación de
humedad en los experimentos de biorremediación.
5.3.3. Estudio de la influencia de la concentración de inóculo a utilizar en un proceso de
bioaumento
5.3.3.1. Diseño de experimentos
Estos experimentos se realizaron únicamente con el suelo arcilloso con el fin de
evaluar la eficacia de dos consorcios aislados para bioaumento y conocer además la
concentración óptima de inóculo necesaria en los experimentos que se realizarían a
posteriori a mayor escala.
Se realizaron en total seis nuevos experimentos en microcosmos por duplicado
(Tabla 5.4), variando la concentración de inóculo añadido y el tipo de consorcio utilizado.
Los tres primeros experimentos se inocularon con el consorcio XC y los tres restantes
115
Capítulo 5
fueron inoculados con el consorcio XD (es decir, un consorcio obtenido del propio suelo
arcilloso por enriquecimiento y adaptación al consumo de diésel, X 0e).
Tabla 5.4. Diseño de experimentos para el estudio de la
concentración de inóculo a adicionar en un proceso de bioaumento.
Consorcio
Relación HC:Cantidad de inóculo (v/v)
1:0,68
1:1,35
1:0,33
XC
√
√
√
XD
√
√
√
5.3.3.2. Procedimiento experimental y muestreo
El suelo se contaminó artificialmente 3 días antes del comienzo de los experimentos
-1
con una concentración de diésel de 65.000 mg kg .
Los experimentos se realizaron en matraces Erlenmeyer de 250 mL de capacidad.
Cada experimento consistió en 9 matraces con 20 mL de medio BHB y 10 g de suelo
contaminado en suspensión, a los que se adicionó la concentración del inóculo
correspondiente. Los matraces fueron tapados con un tapón comercial de celulosa, de la
casa Selecta, y depositados en un equipo de agitación orbital a 25 °C y 130 rpm durante
20 días hasta análisis.
Cada 2-3 días se realizó el análisis de la concentración de TPH analizándose el
contenido total del matraz sin diferenciar entre las fases que lo componen. Se realizó la
extracción con n-hexano según la norma UNE-EN 14039 (2005), tal y como se indicó
anteriormente. Después, los extractos se analizaron por cromatografía gaseosa con GCFID según el apartado 5.3.1.4.
5.3.4. Modelo cinético de biorremediación de suelos contaminados con hidrocarburos
en suspensión acuosa
a. Descripción del sistema
El sistema estudiado puede asemejarse a un reactor discontinuo de mezcla perfecta,
el cual ha sido cargado inicialmente con una matriz suelo, un medio de cultivo específico
(agua con nutrientes inorgánicos) y una cierta cantidad de diésel como concentración
determinada de sustrato (contaminante inicial, Co). La reacción comienza al adicionar y
activarse un inóculo de un consorcio microbiano, que es distribuido homogéneamente
116
Biorremediación de suelos contaminados con diésel en laboratorio
en el medio, alcanzando una concentración inicial X0. Una vez iniciada la reacción, la
actividad microbiana consume HC, y la concentración de sustrato cambia con el tiempo
debido a fenómenos de trasporte entre las fases y a la biodegradación, provocando este
último el crecimiento de biomasa.
Para la formulación del modelo se asumen las siguientes hipótesis de partida:
 Se trata de un sistema cerrado, adiabático y de masa total constante.
 Se considera que los HC diésel pueden encontrarse presentes en el sistema
en cuatro fases: disueltos en la fase acuosa, adsorbidos en el suelo, en
forma libre como fase líquida orgánica (NAPL) o volatilizados en la fase gas.
 Desde el momento inicial, momento en el que el suelo contaminado entra en
contacto con el medio acuoso y con los microorganismos, existe un reparto
de HC diésel entre todas las fases presentes y además existe una
biodegradación del mismo. El sistema evoluciona hasta alcanzar un
equilibrio final, momento en el que los microorganismos han dejado de
consumir el HC.
 Tras
la
inoculación,
las
bacterias
se
encuentran
distribuidas
homogéneamente por todo el sistema, teniendo acceso al HC en cualquiera
de estas tres fases: acuosa (A), adsorbida (S) o NAPL. Se considera que la
biodegradación se puede llevar a cabo en cualquiera de ellas a través de
las interfases (Guo y col., 1999; Park y col., 2001; Woo y col., 2001) y
debido a la generación de biosurfactantes.
 Las bacterias encargadas de realizar la biodegradación del HC siguen una
cinética de crecimiento según la ecuación de Monod. Por tanto, el sistema
impone que la tasa de crecimiento es cero sólo si la concentración de diésel
es cero. Se considera la existencia de una concentración de sustrato
residual en todas las fases a partir de la cual no se produce crecimiento,
incluso prolongando el tiempo de incubación (Nocentini y col., 2000). Dicha
concentración residual puede ser una fracción no biodegradable o una
fracción inaccesible para los microorganismos, de tal manera que cuando se
alcanza dicha concentración la reacción biológica se paraliza.
 Durante los experimentos existen fenómenos de transporte del HC entre las
distintas fases. Desde el punto de vista práctico, debido a las características
del sistema y a la diferencia de densidades del agua y NAPL, se considera
que el transporte de materia se lleva a cabo únicamente entre algunas de
117
Capítulo 5
las fases (Figura 5.5). Los equilibrios existentes entre las fases S-V y A-V,
se consideran despreciables respecto al de NAPL-V y no han sido incluidos
en el planteamiento del modelo. Por otro lado, no se considera la interacción
entre la fase S-NAPL como un equilibrio, sino como un proceso de
migración irreversible que por diferencia de densidades se separa.
O2
CO2
Gas
V
Napl
Agua
K NAPL-V
A
NAPL
Napl
K NAPL-A
Jn
Suelo
S
K S-A
(a)
(b)
Figura 5.5. (a) Fenómenos de transporte posibles entre las fases. (b) Esquema de los
fenómenos de transporte establecidos en el sistema. (Simbología: flecha roja, transportes
modelizados; flecha gris discontinua, transportes despreciados).
b. Transferencia del HC entre las distintas fases del sistema
Aplicando un balance de materia de HC global se obtiene que la concentración de
HC total en el sistema, en un instante dado, será la suma de HC en cada una de las
fases que lo componen:
dCT
dt
dCS
dt
fA
dC A
dt
dC Napl
dt
dCV
dt
[5.1]
siendo CT, concentración de diésel total en el sistema referido a masa de suelo seco
-1
-1
(mgTPH kgsuelo ); Cs, concentración de diésel en el suelo (mgTPH kgsuelo ); fA, es la
relación entre la cantidad de agua y suelo seco existente en el sistema, que es
-1
-1
constante (L kgsuelo ); CA, concentración de diésel disuelto en la fase acuosa (mgTPH L );
CNapl, concentración de diésel libre como fase orgánica por masa de suelo seco
-1
(mgTPH kgsuelo ); CV, concentración de diésel volatilizado en la fase gas por masa de
-1
suelo seco (mgTPH kgsuelo ); t, tiempo (h).
118
Biorremediación de suelos contaminados con diésel en laboratorio
La modelización de los datos experimentales obtenidos en las pruebas realizadas en
condiciones abióticas, experimentos NI, son útiles para obtener información sobre la
velocidad de transporte de HC entre las fases y los equilibrios alcanzados en el sistema.
De este modo, los parámetros cinéticos relacionados con estos procesos y, que no
dependen del proceso de biodegradación en sí, fueron obtenidos mediante el
seguimiento de los balances de HC parciales de cada una de las fases en dichos
experimentos de control.
dC S
dt
- Fase suelo:
Jn
f A KS
A
[5.2]
*
(C Ae
CA )
donde:
Jn
(C Sd
- Fase acuosa:
dC A
dt
KS
- Fase gas:
dCV
dt
K Napl
- Fase NAPL:
dC Napl
dt
J n K Napl
*
(C A e
A
[5.3]
CS )
C A ) K NAPL
*
(CV e
V
A
[5.4]
CA )
[5.5]
CV )
*
V
(C Ae
(CV e CV ) f A K Napl
*
A
[5.6]
(C Ae C A )
siendo Jn, flujo de migración irreversible del HC presente en el suelo que no se
encuentra adsorbido sobre las partículas del suelo y tampoco está en equilibrio con
ninguna de las fases (mgTPH kgsuelo
-1
-1
h ); α, coeficiente de velocidad de migración
-1
irreversible del HC no adsorbido y no en equilibrio (h ); CSd, concentración de saturación
-1
de diésel adsorbido en la fase suelo (mgTPH kgsuelo ); KS-A, coeficiente global de
-1
transferencia de materia entre la fase suelo y la fase acuosa (h ); KNapl-A, coeficiente
-1
global de transferencia de materia entre la fase NAPL y la fase acuosa (h ); KNapl-V,
-1
coeficiente global de transferencia de materia entre la fase NAPL y la fase gas (h );
*
CVe , concentración de equilibro de diésel volatilizado en la fase gas referido a masa de
-1
*
suelo seco (mgTPH kgsuelo ); CAe , concentración de equilibrio de diésel disuelto en la fase
-1
acuosa (mgTPH kgsuelo ).
El resultado es un sistema de cuatro ecuaciones, [5.2], [5.4], [5.5], [5.6] y cuatro
incógnitas, α, KS-A, KNapl-A y KNapl-V, que puede resolverse a través del ajuste de los datos
experimentales obtenidos en los experimentos abióticos con la ayuda del algoritmo de
Gauss-Newton. Para ello, un conjunto inicial de valores fue asignado a estos
parámetros, α, KS-A, KNapl-A y KNapl-V, y después de varias iteraciones, fueron elegidos los
119
Capítulo 5
valores de los parámetros que condujeron al mínimo de la función objetivo φ (p)
(Ecuación [5.7]).
[5.7]
siendo n, el número de datos experimentales; CAexp,i, CSexp,i, CNaplexp,i, CVexp,i, los valores
experimentales de HC en fase acuosa, suelo, NAPL y gas medidos a tiempo igual a i;
CAi(p), CSi(p), CNapli(p), CVi(p), los valores calculados por el modelo, correspondientes a
la medición i.
c. Modelo de biodegradación
Una vez obtenidos los valores de los coeficientes de transferencia de materia, se
plantean nuevamente cada uno los balances de HC parciales que tendrán lugar en las
distintas fases del sistema pero considerando ahora que ya existe reacción biológica.
Ésta comienza al añadir y activarse el inóculo de microorganismos. Para el tiempo inicial
(t = 0), ya existe un reparto de HC previo entre las distintas fases, las cuales estarán a
mitad de camino entre las condiciones iniciales (CA = 0, CV = 0, CNapl = 0) y las de
equilibrio o finales.
Para un tiempo t, la variación de concentración de diésel contenido en una
determinada fase será consecuencia de los fenómenos de transporte con las demás
(fenómenos ya comentados), además del consumo biológico de diésel en dicha fase. En
el caso de la fase suelo, el balance parcial de sustrato es el siguiente:
dC S
dt
*
Jn
f A K S A ·(C A e C A )
·(C S C SI )
1
·X ·
K S C S C SI
Yx s
[5.8]
max
es decir, una ecuación similar a la ecuación [5.2] en la que, además, aparece un término
de consumo de sustrato por reacción biológica, siendo μmax, velocidad específica de
-1
-1
crecimiento máximo (h ); KS, constante de semi-saturación (mgTPH kgsuelo ); X,
concentración
de
biomasa
total
capaz
de
degradar
diésel
en
el
-1
sistema
-1
(mgCélulas kgsuelo ); Yx/s, rendimiento en masa celular del sustrato (mgCélulas mgTPH ); CSI,
-1
concentración residual de HC diésel contenido en la fase suelo (mgTPH kgsuelo ).
Para la fase acuosa, se establece el balance de HC diésel de forma análoga al caso
anterior:
120
Biorremediación de suelos contaminados con diésel en laboratorio
dC A
dt
*
K 2 (C Ae
CA )
·(C A C AI )
1
·X ·
K S C A C AI
Yx / s
[5.9]
max
es decir, una ecuación similar a la ecuación [5.4] en la que además aparece un término
de consumo de sustrato por reacción biológica, siendo CAI, concentración residual de
-1
diésel en la fase acuosa (mgTPH kgsuelo ).
En la fase NAPL el balance de diésel se expresa con una ecuación similar a la
ecuación [5.6], en la que además aparece un término por consumo de sustrato por
reacción biológica:
dCNapl
JN
dt
K Napl
gas
*
·(CVe
CV )
*
f A K Napl A ·(C Ae
CA )
max
·(CNapl CNaplI )
K S CNapl CNaplI
1
·X ·
Yx s
[5.10]
-1
siendo CNaplI, concentración residual de diésel en la fase NAPL (mgTPH kgsuelo ).
Finalmente, se presenta el balance global de biomasa generada en el sistema, que
vendrá dado por la suma de la biomasa generada a raíz del consumo de HC en cada
una de las fases del sistema (acuosa, suelo y NAPL), y teniendo en cuenta además el
posible descenso de concentración por el proceso de muerte celular:
dX
dt
fA
·(C A C AI )
·X
k S C A C AI
·(C S C SI )
·X
k S C S C SI
max
max
max
·(C Napl C NaplI )
k S C Napl C NaplI
·X K d X
[5.11]
-1
siendo Kd, constante cinética de muerte celular (h ).
Una
vez
planteadas
las
ecuaciones
parciales,
el
modelo
se
resolvió
simultáneamente usando el algoritmo de Gauss-Newton con las ecuaciones [5.8], [5.9],
[5.10] y [5.11]. Un conjunto inicial de valores fue asignado a estos parámetros, µmax, KS,
YX/S, Kd, y después de varias iteraciones, fueron elegidos los valores de los parámetros
que condujeron al mínimo de la función objetivo θ (p) (Ecuación [5.12]).
[5.12]
siendo n, el número de datos experimentales; Xexp,i y Cexp,i, los valores experimentales
de biomasa y sustrato en cada una de las fases medidas a tiempo igual a i; Xi(p) y Ci(p),
los valores calculados por el modelo, correspondientes a la medición i.
121
Capítulo 5
El modelo planteado hasta el momento parte de la hipótesis de la existencia de una
única biomasa total en el sistema (X) capaz de degradar diésel indistintamente en
cualquiera de sus formas: disuelto (A), adsorbido (S) o en forma libre (NAPL). Además,
tiene en cuenta también, que esa biomasa metabolizará a la misma velocidad (μmax) el
sustrato en cualquiera de sus formas, con el mismo rendimiento (YX/S) e incluso tendrá la
misma afinidad (KS) por el sustrato, independientemente de la forma en la que se
encuentre. Actualmente, éstas son las hipótesis más aceptadas que se plantean en la
mayoría de las investigaciones que se encuentran en bibliografía. Sin embargo, otros
autores han introducido algunas variantes (Guo y col., 1999; Woo y col., 2001). Por este
motivo, y con el objetivo de saber si otras hipótesis pueden ser válidas, se plantean
varios cambios en el modelo basados en las siguientes premisas o hipótesis:
HIPÓTESIS A. Parte de la biomasa está especializada en metabolizar diésel en cada una
de las fases del sistema. Es decir, se reconoce la existencia de una
biomasa encargada de metabolizar exclusivamente el diésel adsorbido en
la matriz suelo (XS), otra biomasa exclusiva para metabolizar el diésel
disuelto en la fase acuosa (XA) y, por último, una biomasa capaz de
metabolizar el diésel en fase libre (XNAPL).
HIPÓTESIS B. La velocidad de degradación, impuesta por el coeficiente μ max, es distinta
dependiendo de la fase en la que se encuentre el HC (Guo y col., 1999).
Es decir, se reconoce la existencia de distintas velocidades de
degradación del HC según la forma en la que sea metabolizado:
directamente adsorbido del suelo, μmax,S; disuelto en la fase acuosa,
μmax,A; o en forma libre, μmax,NAPL.
HIPÓTESIS C. La afinidad por el HC, medida con el coeficiente K S, depende del estado
en el que se encuentre el HC en el sistema (Woo y col., 2001). Por este
motivo, se plantean distintos coeficientes dependiendo de la fase: disuelto
en el agua, KS,A; en forma libre, KS,NAPL; o adsorbido en la matriz suelo,
KS,S.
HIPÓTESIS D. El rendimiento con el que se realizará la conversión del HC en biomasa
(YX/S) dependerá también de la disposición del mismo en el sistema, así
como, de la cantidad de biomasa que lo degrada; definiéndose distintos
rendimientos para el proceso de biorremediación según el estado del HC:
disuelto en la fase acuosa, YX/S,A; adsorbido en el suelo, YX/S,S; o en forma
libre, YX/S,NAPL.
122
Biorremediación de suelos contaminados con diésel en laboratorio
Una vez descritas estas nuevas hipótesis, el modelo puede plantearse con hasta
seis opciones distintas, dependiendo de qué hipótesis sean o no consideradas (Tabla
5.5). Así, mediante el análisis de los ajustes y sus correlaciones se puede observar qué
hipótesis son ciertas, cuáles tienen un efecto despreciable, cuáles podrían ser
descartadas o cuáles no pueden analizarse.
Tabla 5.5. Hipótesis analizadas en el planteamiento del modelo.
1
2
OPCIÓN
3
4
5
6
A
B
x
x
√
x
x
√
√
√
x
√
√
√
C
D
x
x
x
x
√
x
√
x
√
√
√
√
HIPÓTESIS
Nota: x, hipótesis que no se ha tenido en cuenta; √, hipótesis tenida en cuenta.
5.4.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
5.4.1. Distribución de diésel en los experimentos abióticos
Los análisis de TPH en los experimentos de control abiótico mostraron que la
distribución de diésel en el sistema fue diferente dependiendo del tipo de suelo
estudiado (Figura 5.6).
Cs exp
Ca exp
Cnapl exp
Cv exp
TPH (mg kg-1 )
16000
14000
Cs mod
Ca mod
Cnapl mod
Cv mod
12000
10000
8000
18000
14000
10000
8000
6000
4000
4000
2000
2000
0
30
60
90
Tiempo (h)
(a)
120
Cs mod
Ca mod
Cnapl mod
Cv mod
12000
6000
0
Cs exp
Ca exp
Cnapl exp
Cv exp
16000
TPH (mg kg-1 )
18000
0
0
50
100
150
200
250
Tiempo (h)
(b)
Figura 5.6. Distribución de diésel en los experimentos abióticos de suelos en suspensión acuosa.
(a) Suelo arcilloso. (b) Suelo limoso.
123
Capítulo 5
En general, en las primeras 23 h se produjo la migración de diésel de ambos suelos,
a una velocidad decreciente hasta alcanzarse un estado de equilibrio. Dicha
concentración de diésel iría acumulándose en la fase NAPL hasta mantenerse
constante. En el suelo arcilloso esta migración fue más elevada, y alrededor de las 48
horas de experimentación cerca del 55% del HC inicial se detectó en la fase líquida
(suma de la concentración medida en la fase acuosa y NAPL), mientras que en la fase
líquida en el caso del suelo limoso sólo se detectó el 19% de diésel después del mismo
tiempo de experimentación. Al final de la experimentación, el suelo limoso retuvo 11.447
-1
-1
mg kg frente a 6.954 mg kg que retuvo el suelo arcilloso bajo las mismas condiciones.
Tras realizar el balance global de HC en los experimentos abióticos se calcularon las
pérdidas de HC de bajo peso molecular por volatilización, resultando 8,11 y 7,60% para
el suelo arcilloso y limoso, respectivamente, después de 11 días de tratamiento (Figura
5.7).
18000
800
18000
400
8000
6000
200
4000
600
12000
10000
400
8000
6000
200
4000
Biomasa (mg Kg-1)
10000
14000
Biomasa (mg Kg-1)
600
12000
TPH (mg Kg-1)
14000
TPH (mg Kg-1)
800
16000
16000
2000
2000
0
0
0
50
100
150
200
Tiempo (h)
(a)
250
0
0
0
50
100
150
200
250
Tiempo (h)
(b)
Figura 5.7. Concentración de TPH y de biomasa en los experimentos abióticos. (a) Suelo arcilloso. (b)
Suelo limoso. (Simbología: ● concentración de HC;
concentración de biomasa). Las barras de error
representan la desviación estándar de la media.
Los resultados de estos experimentos abióticos fueron ajustados a través del modelo
planteado, despreciando las pequeñas concentraciones de biomasa detectadas. De esta
forma, se obtuvieron los parámetros propios de los fenómenos de transporte: proceso de
migración, solubilización y volatilización (Tabla 5.6), siendo todas las constantes de
transferencia de materia del mismo orden de magnitud en los dos suelos, a excepción
de α, que fue alrededor de 10 veces más rápido para el suelo arcilloso.
124
Biorremediación de suelos contaminados con diésel en laboratorio
Tabla 5.6. Parámetros estimados en los experimentos abióticos.
Suelo
KS-A (h-1)
KNapl-A (h-1)
KNapl-V (h-1)
α (h-1)
Arcilloso
Limoso
0,03
0,02
0,02
0,02
0,14
0,09
0,98
0,10
5.4.2. Resultados de los experimentos de biorremediación de suelos en suspensión
acuosa
Las Figuras 5.8 y 5.9 muestran los resultados de todos los experimentos de
biorremediación del suelo arcilloso y limoso, respectivamente indicados en la Tabla 5.1.
Se presentan cuatro partes en cada figura (a, b, c y d) correspondientes a cada una de
las estrategias de biorremediación utilizadas: bioestimulación (X 0), bioaumento exógeno
(XC), combinación de bioestimulación con bioaumento exógeno (X0+XC) y combinación
de bioestimulación con bioaumento autóctono enriquecido (X 0+X0e). A su vez, se
presentan dos figuras para cada experimento. En la figura de la izquierda, se representa
el descenso temporal de la concentración de TPH en el sistema y la curva de
crecimiento de biomasa. Por otro lado, en la figura de la derecha, se muestra la
concentración del contaminante en las distintas fases presentes en el sistema y su
evolución a lo largo del tiempo. Además, superpuestos a los datos experimentales, se
presentan las curvas de modelización obtenidas con el modelo matemático planteado
bajo la opción 1, es decir, aquella opción que no tenía en cuenta ninguna de las
hipótesis (A, B, C o D) inicialmente planteadas.
TPH exp
Bio exp
16000
TPH mod
Bio mod
250
8000
200
6000
150
4000
100
2000
50
0
0
0
50
100
150
200
8000
3000
2500
2000
6000
1500
4000
1000
2000
500
0
0
0
250
3500
C A ( mg L -1)
300
10000
10000
Biomasa (mg kg-1)
350
12000
Cs exp
Cs mod
Cnapl exp
Cnapl mod
Ca exp
Ca mod
12000
450
400
14000
C T (mg kg-1)
4000
500
C S , C NAPL (mg kg-1)
18000
50
100
150
200
250
Tiempo (h)
Tiempo (h)
(a)
(Continuación Figura 5.8)
125
Capítulo 5
18000
TPH exp
Bio exp
16000
TPH mod
Bio mod
4000
1400
Cs mod
1200
8000
600
6000
400
4000
200
2000
0
C S , C NAPL (mg kg-1)
800
50
100
150
200
Ca exp
8000
Ca mod
1500
1000
2000
500
0
250
0
0
50
16000
TPH mod
Bio mod
150
1400
1200
10000
8000
600
6000
400
4000
200
2000
0
C S , C NAPL (mg kg-1)
800
8000
50
100
150
200
4000
3500
3000
2500
2000
6000
1500
4000
1000
2000
500
0
0
0
250
C A (mg L -1)
10000
Biomasa (mg kg-1)
1000
12000
200
Cs exp
Cs mod
Cnapl exp
Cnapl mod
Ca exp
Ca mod
12000
14000
C T (mg kg-1)
100
Tiempo (h)
(b)
TPH exp
Bio exp
2500
4000
Tiempo (h)
18000
3000
2000
6000
0
0
Cnapl mod
3500
C A (mg L -1)
10000
Cnapl exp
10000
1000
Biomasa (mg kg-1)
C T (mg kg-1)
14000
12000
Cs exp
12000
0
0
250
50
100
150
200
250
Tiempo (h)
Tiempo (h)
(c)
18000
TPH exp
Bio exp
16000
TPH mod
Bio mod
1100
700
8000
6000
500
4000
2000
0
0
50
100
150
200
8000
3000
2500
2000
6000
1500
4000
1000
300
2000
100
0
250
3500
500
0
0
50
100
150
200
250
T iempo (h)
Tiempo (h)
(d)
Figura 5.8. Concentración de TPH y de biomasa en los experimentos con suelo arcilloso. (a)
Bioestimulación, X0. (b) Bioaumento, XC. (c) Bioestimulación + Bioaumento exógeno, X0+XC. (d)
Bioestimulación + Bioaumento autóctono, X0+X0e. Las barras de error representan la desviación
estándar de la media.
126
C A (mg L- 1)
900
10000
10000
C S , C NAPL (mg kg-1)
12000
Cs exp
Cs mod
Cnapl exp
Cnapl mod
Ca exp
Ca mod
12000
Biomasa (mg kg-1)
C T (mg kg-1)
14000
4000
1300
Biorremediación de suelos contaminados con diésel en laboratorio
18000
TPH exp
Bio exp
16000
1400
TPH mod
Bio mod
16000
3500
Cnapl mod
14000
12000
800
8000
600
6000
400
4000
200
2000
0
50
100
150
200
Ca exp
10000
0
0
3000
Cnapl exp
2500
Ca mod
8000
2000
6000
1500
4000
1000
2000
500
0
250
C A (mg L -1)
10000
C S ,CNAPL (mg kg-1)
1000
12000
Biomasa (mg kg-1)
C T (mg kg-1)
Cs mod
14000
1200
4000
Cs exp
0
0
50
100
150
200
250
Tiempo (h)
Tiempo (h)
(a)
18000
TPH exp
Bio exp
16000
1400
TPH mod
Bio mod
16000
14000
1200
3500
Cs mod
Cnapl mod
14000
12000
800
8000
600
6000
400
4000
200
2000
0
0
0
50
100
150
200
Cnapl exp
Ca exp
10000
3000
2500
C A (mg L -1)
10000
C S ,CNAPL (mg kg-1 )
1000
12000
Biomasa (mg kg-1)
C T (mg kg-1)
4000
Cs exp
Ca mod
8000
2000
6000
1500
4000
1000
2000
500
0
250
0
0
50
100
150
200
250
Tiempo (h)
Tiempo (h)
(b)
18000
TPH exp
Bio exp
16000
TPH mod
Bio mod
1400
16000
14000
1200
12000
800
8000
600
6000
400
4000
200
2000
0
0
0
50
100
150
Tiempo (h)
200
10000
3500
3000
2500
8000
2000
6000
1500
4000
1000
2000
500
0
0
0
250
4000
C A (mg L -1)
10000
C S ,CNAPL (mg kg-1)
1000
Biomasa (mg kg-1)
C T (mg kg-1)
14000
12000
Cs exp
Cs mod
Cnapl mod
Cnapl exp
Ca exp
Ca mod
50
100
150
200
250
Tiempo (h)
(c)
(Continuación Figura 5.9)
127
Capítulo 5
20000
TPH exp
Bio exp
18000
TPH mod
Bio mod
16000
1400
14000
1200
12000
800
10000
600
8000
6000
400
4000
200
2000
0
50
100
150
200
3000
2500
8000
2000
6000
1500
4000
1000
2000
500
0
0
0
10000
3500
0
0
250
Tiempo (h)
50
100
150
200
250
Tiempo (h)
(d)
Figura 5.9. Concentración de TPH y de biomasa en los experimentos con suelo limoso. (a)
Bioestimulación, X0. (b) Bioaumento, XC. (c) Bioestimulación + Bioaumento exógeno, X0+XC. (d)
Bioestimulación + Bioaumento autóctono, X0+X0e. Las barras de error representan la desviación
estándar de la media.
-1
La alta concentración inicial de HC (17.000 mg kg ) no pareció producir un efecto
inhibitorio, ni en la microbiota endógena ni en los tratamientos de bioaumento, y
después de 11 días más del 90% del HC inicial fue biodegradado en la mayoría de los
experimentos para los dos suelos estudiados. Además, en todos los casos se
observaron dos etapas de biodegradación: una antes de las 100 h (aprox.) de
tratamiento (1), en la que se produjo un rápido consumo del HC, correspondiente con la
etapa de crecimiento exponencial y otra después de este tiempo (2), en la que se
observó un consumo más lento en todos los experimentos, correspondiente a la fase
estacionaria de crecimiento. Estos hechos sugieren la presencia de dos tipos de
sustancias biodegradables, posiblemente relacionadas con bajos y altos pesos
moleculares, y también la presencia de algunas sustancias recalcitrantes en el diésel,
tales como alcanos ramificados y cíclicos (Penet y col., 2004). También se plantea la
hipótesis de que se deba a la presencia de una fracción de contaminante no disponible,
debida a la falta de accesibilidad por la interacción física con la matriz suelo (Hyun y col.,
2008).
En cuanto a la evolución de la concentración de biomasa, se observaron resultados
diferentes dependiendo de la estrategia de biorremediación utilizada (Figura 5.10): por
un lado, la concentración de biomasa final en los tratamientos de bioestimulación (X0)
fue menor (alrededor del 66 y el 57%, para el suelo arcilloso y limoso, respectivamente)
que los tratamientos con bioaumento en ambos suelos, hecho lógico puesto que la
concentración inicial también era menor. Sin embargo, el crecimiento de la biomasa fue
128
C A (mg L -1)
12000
C S , C NAPL (mg kg-1)
1000
Biomasa (mg kg -1)
C T (mg kg-1)
16000
14000
4000
Cs exp
Cs mod
Cnapl mod
Cnapl exp
Ca exp
Ca mod
Biorremediación de suelos contaminados con diésel en laboratorio
muy similar en todas las estrategias de bioaumento, alrededor de 900 mg por kg de
suelo fue detectado en todos los experimentos, siendo el tiempo de adaptación a los
1050
1050
900
900
750
X0
XC
X0+XC
X0+X0e
Control
600
Bi omasa (mg kg -1 )
Bi omasa (mg kg -1 )
microcosmos contaminados diferente en cada caso.
450
300
150
X0
XC
X0+XC
X0+X0e
Control
750
600
450
300
150
0
0
50
100
150
Ti e mpo (h)
(a)
200
250
300
0
0
50
100
150
200
250
300
Ti e mpo (h)
(b)
Figura 5.10. Evolución de la concentración de biomasa durante los experimentos de biorremediación
de suelos contaminados en suspensión acuosa. (a) Suelo Arcilloso. (b) Suelo Limoso. Las barras de
error representan la desviación estándar de la media y las líneas indican tendencia.
El bioaumento exógeno con el consorcio XC (aclimatado a la metabolización de
diésel) necesitó un tiempo de adaptación mayor (Figura 5.10), posiblemente debido a
que el consorcio no estaba adaptado a los suelos de estudio. Sin embargo, la
combinación de las dos estrategias, bioestimulación y bioaumento (es decir,
experimentos X0+XC y X0+X0e) resultó en una adaptación más rápida en ambos suelos,
observándose una respuesta un poco más rápida de la opción X0+X0e, ya que además
de ser microorganismos autóctonos del suelo en estudio, se aclimataron al consumo de
diésel. A pesar de que el consorcio exógeno (opción XC) mostró una etapa de latencia
mayor en comparación con el consorcio autóctono, éste alcanzó concentraciones
similares que las combinaciones de estrategias al final de los experimentos, no
mostrándose inhibición del crecimiento en ninguno de los dos suelos. El suelo arcilloso
mostró una peor adaptación del consorcio autóctono que el suelo limoso, mostrando que
posiblemente existieron algunas limitaciones o inhibiciones durante el curso del
experimento del suelo arcilloso, a pesar de que estas hipótesis no pudieron
demostrarse.
129
Capítulo 5
En la Figura 5.11 se muestran los datos de concentración de HC en cada una de las
fases, por agrupación en estrategia simple o combinada. En general, se observa que la
concentración de diésel en la fase suelo (sin hacer distinción del tipo de suelo)
descendió en todo momento, sobre todo en las primeras horas de experimentación.
Dicho descenso fue mucho más acusado cuando se utilizó una estrategia combinada de
bioestimulación/bioaumento que con una estrategia simple (X0 o XC).
16000
14000
TPH (mg kg-1)
12000
10000
8000
6000
4000
2000
0h
0
30 h
S imple
Combinada
S UE LO
S imple
Combinada
NA P L
70 h
S imple
Combinada
A CUOSA
Figura 5.11. Evolución de la concentración de TPH en las distintas fases de los
experimentos de biorremediación de suelos en suspensión acuosa. Los datos son media
de las estrategias de ambos suelos.
En general, se observa en todos los casos que, en las primeras horas, se produjo la
migración de diésel desde la matriz suelo y se observó un aumento de la concentración
en la fase NAPL (Figura 5.11). Posteriormente, se observó un descenso de
concentración en dicha fase entre las 30 y 70 h a consecuencia de la biodegradación del
HC. Este aumento y descenso de la concentración en la fase NAPL, fue más o menos
acusado según la estrategia llevada a cabo, pero en cualquier caso verifica una de las
hipótesis inicialmente planteadas, es decir, que los microorganismos pueden acceder
directamente a la fase líquida no acuosa. Este mismo comportamiento se observó
también en la fase acuosa, existiendo una mayor concentración de HC al inicio de la
experimentación, que fue disminuyendo a medida que la biodegradación iba
sucediéndose en el tiempo, sobre todo en la opción combinada, es decir, usando
conjuntamente la estrategia de bioestimulación y bioaumento.
130
Biorremediación de suelos contaminados con diésel en laboratorio
En la Tabla 5.7 se recoge el porcentaje final de biodegradación alcanzado en cada
una de las estrategias y también algunos datos relativos a la velocidad de consumo del
HC. A excepción del experimento de bioestimulación del suelo arcilloso (X0) y el de
bioaumento simple (XC) del suelo limoso, todas las estrategias alcanzaron valores de
eliminación superiores al 95%. En cuanto a las velocidades de consumo máximas, éstas
fueron ligeramente superiores en los experimentos con estrategias combinadas.
Tabla 5.7. Resumen de datos relevantes de los experimentos de biorremediación de
suelos en suspensión acuosa.
Suelo
Arcilloso
Limoso
Porcentaje de
eliminación de
diésel (%)
Velocidad de
consumo máxima
(mgTPH kgsuelo-1 h-1)
Velocidad de
consumo media
(mgTPH kg suelo-1 h-1)
X0
73,54 ± 5,15
398,80 ± 25,36
140,69 ± 9,77
Estrategia
XC
96,08 ± 0,72
233,27 ± 14,77
140,58 ± 12,68
X0+XC
95,88 ± 1,43
614,38 ± 28,68
241,14 ± 9,67
X0+X0e
96,42 ± 2,03
306,98 ± 19,10
144,99 ± 6,24
X0
95,75 ± 0,73
279,61 ± 13,04
143,70 ± 5,39
XC
90,59 ± 2,03
X0+XC
98,12 ± 0,73
153,02 ± 32,09
264,79 ± 42,22
111,11 ± 11,41
171,47 ± 12,82
X0+X0e
95,97 ± 0,33
306,98 ± 24,41
145,76 ± 6,99
Como estudio de la significancia de los resultados obtenidos en este capítulo, se
realizó un test ANOVA. Los resultados (Tabla 5.8) revelaron que con un nivel de
significancia de p<0,05, se podía afirmar que para el suelo arcilloso, cualquiera de las
estrategias combinadas resultaban beneficiosas con respecto a la bioestimulación. Sin
embargo, para el suelo limoso no resultaron significativos y, por tanto, no estarían
justificadas frente a un proceso de bioestimulación (X 0), aunque sí frente a un
bioaumento exógeno simple.
Tabla 5.8. Resultados del test ANOVA para el estudio de la
significancia de estrategias en los experimentos de
biorremediación de suelos en suspensión acuosa.
Suelo
Arcilloso
Limoso
Estrategia
X0
XC
X0+XC
XC
0,191
-
-
X0+XC
X0+X0e
0,001***
0,002**
0,084
0,052
0,200
XC
X0+XC
0,021*
0,158
0,037*
-
X0+X0e
0,069
0,024*
0,071
Nota: *, significación estadística al nivel de 0,05; **, nivel de 0,01;
***, nivel de 0,001.
131
Capítulo 5
5.4.2.1. Validación del modelo y estimación de parámetros
A fin de predecir el proceso de biorremediación ocurrido en los experimentos de
suelos en suspensión acuosa, los datos obtenidos en los ocho experimentos de
bioestimulación y bioaumento (Tabla 5.1) y mostrados en las Figuras 5.8 y 5.9, se
ajustaron a las ecuaciones [5.8]-[5.11], teniendo en cuenta las distintas hipótesis
planteadas inicialmente (A, B, C y D) en el apartado 5.3.4 de este capítulo. En la Tabla
5.9 se recoge un resumen del coeficiente de correlación de Pearson utilizado para medir
el ajuste entre todos los datos experimentales y los obtenidos por el modelo teniendo en
cuenta todas las fases del sistema. Para todos los experimentos, el mejor ajuste se
observó con la opción 6, es decir, la opción que consideraba ciertas todas las posibles
hipótesis planteadas en este capítulo, que se recuerdan a continuación: existen varios
grupos de microorganismos especializados en metabolizar diésel en cada una de las
fases del sistema; la velocidad de degradación y la afinidad por el HC, impuestas por los
coeficientes μmax y Ks, son distintas dependiendo de la fase en la que se encuentre el
HC; y el rendimiento con el que se realizará la conversión del HC en biomasa (Y X/S)
depende también de la disposición del mismo en el sistema, así como, del tipo de
biomasa que lo degrada.
Tabla 5.9. Coeficiente de correlación de Pearson para las distintas hipótesis planteadas.
Suelo
ARCILLOSO
LIMOSO
Estrategia
Opción
1
2
3
4
5
6
X0
XC
0,9234
0,9589
0,9793
0,9566
0,9787
0,9596
0,9797
0,9603
0,9787
0,9601
0,9799
0,9617
X0+XC
0,9688
0,9705
0,9753
0,9757
0,9757
0,9785
X0+X0e
0,9665
0,9697
0,9816
0,9848
0,9831
0,9856
X0
0,9569
0,9702
0,9629
0,9715
0,9669
0,9719
XC
0,9544
0,9565
0,9545
0,9592
0,9546
0,9603
X0+XC
X0+X0e
0,9802
0,9923
0,9850
0,9882
0,9827
0,9954
0,9858
0,9971
0,9843
0,9967
0,9866
0,9973
Existe un alto grado de error si sólo se analiza el valor más alto del coeficiente de
correlación de Pearson puesto que el modelo ajustado con la opción 6 (hipótesis A, B, C
y D) presenta nueve parámetros por fijar, hecho que aumenta los grados de libertad del
modelo planteado. Por este motivo, y viendo que el modelo no es altamente sensible
con las hipótesis planteadas, se concluye que el modelo planteado bajo la opción 1 es
más robusto puesto que se disminuyen los grados de libertad. Además, se ajustó con
unos coeficientes de correlación de Pearson superiores a 0,95 en la mayoría de los
casos, lo que indica que el modelo planteado podría predecir de manera apropiada la
132
Biorremediación de suelos contaminados con diésel en laboratorio
biorremediación del suelo bajo estas condiciones de operación sin necesidad de
aumentar el número de parámetros a calcular, y además los parámetros obtenidos son
coherentes.
La Tabla 5.10 muestra los parámetros estimados en la modelización de los datos
experimentales mediante el modelo bajo la opción 1. Por un lado, para el suelo arcilloso,
los mayores valores de µmax se obtuvieron para las estrategias combinadas de
bioestimulación y bioaumento (X0+XC y X0+X0e); sin embargo, para el suelo limoso, el
mayor valor se obtuvo para el experimento de bioestimulación (X0). La peor estrategia
desde este punto de vista fue el bioaumento exógeno simple (XC) para los dos suelos.
Por otro lado, se obtuvieron valores muy similares en ambos suelos para la constante de
-1
semi-saturación, que osciló entre 4.162-9.300 mg kgsuelo para el suelo arcilloso y 3.758-1
9.070 mg kgsuelo en el caso del suelo limoso. Con respecto a los rendimientos (YX/S)
estimados, todos estuvieron dentro del mismo orden de magnitud, siendo relativamente
superiores para el caso del suelo limoso.
Tabla 5.10. Parámetros estimados del modelo de biorremediación.
µmax
KS
YX/S
Suelo
Estrategia
(h-1)
(mg kgsuelo-1) (mgCélulas mgTPH-1)
0,0096
X0
4.162,4
0,011
0.0
XC
0,0031
5.898,5
0,010
Arcilloso
X0+XC
0,0114
5.678,0
0,013
0,0146
X0+X0e
9.300,0
0,031
0
X
0,0183
8.541,4
0,018
0
Limoso
XC
X0+XC
X0+X0e
0,0084
0,0111
0,0110
9.070,5
0,032
3.758,4
6.950,6
0,031
0,020
5.4.2.2. Influencia del tipo de suelo
Aunque el tamaño de partícula de una arcilla, por definición (Nemes y Rawls, 2004),
es menor que el de un limo y, en consecuencia, la capacidad de retención de los
contaminantes se espera que sea superior, se ha observado por el contrario que la
capacidad de retención en el suelo limoso fue un 34% superior al de la arcilla. Hay que
tener en cuenta que la movilidad de los contaminantes en el suelo también se ve
afectada por la adsorción de las sustancias contaminantes en la materia orgánica
presente en el suelo (Pignatello, 1998). En la Tabla 3.1 de caracterización del suelo
(capítulo de Materiales y procedimientos comunes) se observó que el suelo limoso, SE,
tenía el doble de contenido en materia orgánica que el suelo arcilloso, SD, por lo que era
de esperar que tuviera una capacidad de retención más alta. Por otro lado, la mayoría de
133
Capítulo 5
los minerales de arcilla son hidrofílicos (Tschapek, 1984), tienen grandes áreas de
superficie específica y una gran carga negativa, siendo capaces de formar enlaces con
iones de carga positiva. Así, algunos tipos de arcilla tienen una capacidad de
intercambio catiónico muy alta y, además, pueden ser fácilmente hidratadas bajo ciertas
condiciones debido a que las moléculas de agua tienen un diámetro superior a los
cationes que forman parte de la partícula (Boulding y Ginn, 2003). Por este motivo, a
causa de la hidratación de las moléculas de arcilla, el diésel podría ser desplazado y
quedar más disponible en el suelo SD.
Por otra parte, en Warr y col. (2009) se menciona que una propiedad adicional de
algunos minerales de la arcilla es su capacidad para aumentar la tasa de crecimiento de
las bacterias y aumentar la degradación de compuestos de HC (Stotzky y Rem, 1966;
van Loosdrecht y col., 1990; Chaerun y Tazaki, 2005). Se ha sugerido que la capacidad
de amortiguación de las esmectitas y su capacidad para adsorber protones liberados
durante la descomposición de HC juegan un papel importante en el mantenimiento de
unas condiciones óptimas de pH y, por tanto, sostienen el crecimiento bacteriano
(Stotzky y Rem, 1966). También se ha demostrado que algunas caolinitas aumentan la
tasa de degradación del aceite por la digestión bacteriana (Chaerun y Tazaki, 2005). En
este caso, la formación de enlaces complejos de C-O-Na-Si en las superficies de las
paredes celulares bacterianas, asociadas con la disolución de partículas, sugiere una
ayuda para la adsorción de nutrientes por la célula y, por lo tanto, estimulan la actividad
bacteriana. Aunque hay acuerdo general en que las superficies minerales proporcionan
condiciones favorables para la actividad de las bacterias, en muchos casos, los
mecanismos precisos por los cuales esto se logra siguen siendo un enigma y las
observaciones experimentales no siempre se consideran consistentes (van Loosdrecht y
col., 1990).
En el presente trabajo, aunque no se ha estudiado qué tipo de arcillas son las que
forman parte del suelo, se ha observado (Tabla 3.1) una composición de naturaleza más
mineral en el suelo SD y que, por tanto, estas interacciones podrían estar ocurriendo
igualmente. Así, se ha comprobado por las tasas de desorción de los suelos en los
controles abióticos (Figura 5.6) que sólo el 19% de diésel había sido desorbido del suelo
limoso en las primeras 48 h comparado con el 55% del arcilloso. En consecuencia con
estas razones, y tal y como se observó en la Figura 5.6, a las 48 h de tratamiento la
disponibilidad de diésel en los experimentos del suelo limoso fue limitada en
comparación con los del arcilloso, y también la eliminación de diésel fue menor a este
mismo tiempo (alrededor del 28% menos en promedio en todos los experimentos, Figura
5.12a). Sin embargo, la disponibilidad de diésel aumentaría con el tiempo por la
presencia de bacterias (Park y col., 2001) y la eficiencia en la eliminación se igualaría al
134
Biorremediación de suelos contaminados con diésel en laboratorio
final de los experimentos (Figura 5.12b), observándose una eliminación final alrededor
100
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
100
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
TPH biodegradado (%)
TPH biodegradado (%)
del 90% de diésel en la mayoría de las estrategias.
X0
XC
X0+XC
Suelo Arcilloso
X0+X0e
Suelo Limoso
(a)
Control
X0
XC
X0+XC
Suelo Arcilloso
X0+X0e
Control
Suelo Limoso
(b)
Figura 5.12. Porcentaje de eliminación de diésel en los experimentos de biorremediación de suelos en
suspensión acuosa. (a) Después de 48 h de tratamiento. (b) Después de 11 días de tratamiento. Las
barras de error representan la desviación estándar de la media.
Atendiendo al análisis físico-químico de los suelos, el pH medido en ambos casos
mostró niveles ligeramente alcalinos; se detectaron concentraciones normales de
metales, no superando los valores normales de concentración en que una determinada
sustancia se encuentra de forma natural en el suelo y, además, en los dos suelos se
determinó una población adecuada de microorganismos heterótrofos (más de 10
6
microorganismos cultivables por gramo de suelo), por lo que no se observó evidencia de
que la biomasa endógena de ambos suelos sufriera algún tipo de inhibición inicial.
Aunque los suelos no presentaban contaminación inicial por HC, la caracterización
reveló la presencia de microorganismos endógenos HiC: cerca del 2% de la
concentración total de las bacterias aisladas del suelo limoso fueron capaces de
metabolizar diésel y 0,03% en el caso del suelo arcilloso. El porcentaje de
microorganismos HiC en el suelo limoso podría ser un índice sensible de exposición
ambiental a contaminación por HC según Youssef y col. (2010), aunque éste no era el
caso pues el análisis de TPH fue negativo (Tabla 3.1 de Materiales y procedimientos
comunes). En el suelo arcilloso el porcentaje de microorganismos HiC fue relativamente
bajo, demostrándose que éste no había estado expuesto a este tipo de contaminantes.
Boochan y col. (2000) indicaron que una concentración de biomasa de
6
aproximadamente 10 células por g de suelo sería suficiente inóculo para asegurar el
éxito de un tratamiento de biorremediación de suelos contaminados con HC mediante
135
Capítulo 5
bioestimulación, niveles que existían en ambos suelos en este trabajo. Por ello, existían
buenas perspectivas, a pesar de no haber estado expuestos a contaminación
inicialmente. El único requisito sería adoptar una estrategia de trabajo adecuada, tal y
como indicaron El Fantroussi y Agathos (2005).
5.4.2.3. Elección de la estrategia de biorremediación
La Figura 5.10 muestra que la concentración de biomasa en todos los experimentos
aumentó con el tiempo, por lo que, a priori, se podría afirmar que los consorcios
utilizados en este trabajo se adaptaron bien a los microcosmos. Por el contrario, Bento y
col. (2005) observaron que, después de la primera semana, el número de
microorganismos degradadores de HC disminuía con el tiempo.
En términos generales, en los experimentos que aquí se presentan, una mayor
concentración de biomasa produjo un aumento en la eliminación de diésel y, en
principio, la adición de un consorcio exógeno no inhibió o impidió la capacidad de
degradación de los microorganismos autóctonos, como fue señalado por Moller y col.
(1995) en su estudio. Además, en contradicción con Ueno y col. (2007), estos resultados
sugieren que, en principio, las bacterias exógenas no entraron en competencia con las
bacterias autóctonas presentes en los suelos.
En las primeras 48 h, más del 60% de diésel fue eliminado en todos los
experimentos del suelo arcilloso, y además el proceso de biorremediación fue más
rápido que en el suelo limoso, en el que aproximadamente un 28% menos de diésel fue
eliminado (Figura 5.12a), probablemente debido a las limitaciones de disponibilidad del
contaminante ya discutidas. En este mismo tiempo de experimentación, los consorcios
autóctonos (citados como X0), cuya concentración de biomasa era claramente inferior
que en el resto de experimentos (XC, XC+X0 y X0+X0e), fueron más eficientes en ambos
suelos, es decir, existía una concentración de biomasa menor, pero parecía ser más
eficiente en cuanto a velocidad específica de consumo de diésel (Figura 5.13).
En un trabajo anterior, Ueno y col. (2006) observaron, durante los primeros días de
tratamiento, una velocidad más alta de degradación de diésel con una cepa exógena. En
el presente estudio, el uso individual del consorcio exógeno (sólo XC) fue la peor opción
en las primeras horas, posiblemente porque fue necesario un tiempo de aclimatación
más prolongado.
136
1,5
1,4
1,3
1,2
1,1
1
0,9
0,8
0,7
0,6
0,5
0,4
0,3
0,2
0,1
0
X0
X0+XC
0
50
100
150
XC
X0+X0e
200
1,3
Ve locidad específica de consumo de
d i ésel (gdiesel gBiomasa-1 h-1 )
Ve locidad específica de sonsumo de
d i ésel (gdiésel gbiomasa-1 h-1 )
Biorremediación de suelos contaminados con diésel en laboratorio
X0
X0+XC
1,2
1,1
XC
X0+X0e
1
0,9
0,8
0,7
0,6
0,5
0,4
0,3
0,2
0,1
0
250
0
50
T i empo (h)
100
150
200
250
T i empo (h)
(a)
(b)
Figura 5.13. Velocidad específica de consumo de diésel. (a) Suelo arcilloso. (b) Suelo limoso.
Al final de 11 días de tratamiento se observaron porcentajes altos de eliminación de
diésel en todos los experimentos. Por un lado, las mayores eficiencias de eliminación y
velocidades máximas se observaron con una combinación de estrategias de
bioestimulación y bioaumento en ambos suelos (Tabla 5.7). En el suelo limoso, la mayor
eficiencia se observó con el bioaumento autóctono (X0+X0e), como Ueno y col. (2007)
propusieron; mientras que en el suelo arcilloso fue mayor la opción exógena (X0+XC).
Además, en este último caso, la estrategia X0+XC del suelo arcilloso obtuvo la mayor
-1
-1
velocidad de consumo máxima (614,4 mg kg h ) de todos los experimentos. Por otro
lado, los microorganismos autóctonos (experimento X0) de la tierra arcillosa no
resultaron tan eficientes como los del suelo limoso (73% de degradación de diésel en
comparación con 96%); este hecho podría explicarse probablemente debido a la menor
concentración de microorganismos HiC.
Resumiendo y atendiendo a la velocidad máxima de consumo de diésel, a la
concentración residual de TPH en los microcosmos y al estudio de significancia llevado
a cabo, se puede concluir que la opción más eficiente para biorremediar el suelo
arcilloso sería la estrategia combinada de bioaumento exógeno (X0+XC); a pesar del
hecho de que los microorganismos autóctonos en el suelo arcilloso fueron muy eficaces
en las primeras horas, al final no se alcanzó más del 73% en la eliminación de diésel.
Por otro lado, un tratamiento de bioestimulación, que promueva el crecimiento de
microorganismos autóctonos degradadores de HC, sería suficiente para biorremediar el
suelo limoso y también sería la opción más barata; el tratamiento de bioaumento
(X0+X0e) no estaría justificado puesto que no aumentó significativamente el porcentaje
final de la biorremediación en este suelo y además, la velocidad máxima de consumo de
137
Capítulo 5
diésel a través de la estrategia de bioestimulación fue muy similar a los obtenidos a
través del bioaumento (Tabla 5.7).
Estas conclusiones se derivan del análisis de las características del suelo, la
eficacia de los consorcios en la eliminación de diésel y la capacidad de los consorcios
para adaptarse a los microcosmos contaminados. Sin embargo, en la actualidad existe
demasiada controversia en la literatura acerca de los beneficios de las estrategias de
bioaumento, tanto autóctono como exógeno (Hosokawa y col., 2009; Silva y col., 2009;
Mrozik y Piotrowska-Seget, 2010) e incluso algunos resultados indican que el
bioaumento no siempre es la mejor opción para la descontaminación de suelos. Sin
embargo, este estudio muestra que el éxito del bioaumento podría ser posible, aunque
continua siendo un proceso poco conocido que depende claramente de la
biodisponibilidad del contaminante: cuando el contaminante es de fácil acceso, el
bioaumento podría ser exitoso, mientras que cuando la disponibilidad es limitada, como
en el caso del suelo limoso, una estrategia de bioestimulación a través de la promoción
de consorcios autóctonos podría ser más eficiente.
5.4.3. Optimización del grado de humedad
En este apartado se estudia la influencia de la humedad en la biorremediación del
suelo arcilloso, concluyéndose que el nivel de saturación de agua del medio
contaminado, como variable de estudio, afectó considerablemente la tasa de
biodegradación del contaminante (Figura 5.14).
18000
6,34%
18,71%
33,47%
Saturado
16000
T PH (mg kg- 1)
14000
11,03%
26,80%
40,26%
12000
10000
8000
6000
4000
2000
0
0
100
200
300
400
500
Tiempo (h)
Figura 5.14. Evolución de la concentración de TPH en los
experimentos de biorremediación del suelo arcilloso con
distintas humedades.
138
Biorremediación de suelos contaminados con diésel en laboratorio
Tras un tiempo de 3 semanas, el mayor descenso de HC se observó para el mayor
contenido de agua, confirmándose las ventajas de llevar a cabo este proceso en su
estado de saturación, es decir, en las condiciones más ideales posibles. El descenso
más pequeño de diésel fue observado para una humedad del 6,34%, la menor de las
experimentadas.
Se deduce, por tanto, que el grado de humedad en el sistema fue un factor decisivo
en el rendimiento del proceso. Si bien es cierto que la presencia de más agua en el
medio contaminado mejoró la biodegradación del HC, existe un rango de humedades
que no cumplió estrictamente esta tendencia. El incremento de humedad del 11 al 18%
mejoró con cierta relevancia la biodegradación desde el 65 al 75%, apareciendo un valor
óptimo parcial (Figura 5.15) pero, posteriormente, no se observó una tendencia
ascendente de biodegradación a mayor presencia de agua. Así, para el rango
comprendido entre el 26 y el 40% de humedad se observó un ligero descenso en la
biodegradación. Esta disminución podría explicarse porque, a partir de un determinado
contenido de humedad intermedio, el suelo se encuentra muy compactado, ocurriendo
aglomeración de las partículas de arcilla. En esta situación, el contaminante queda
retenido en los poros y se dificulta su biodisponibilidad. A esto hay que añadir la
complicada difusión de oxígeno a través de esa masa compactada (Leeson y Hinchee,
1997), lo que limita su biodisponibilidad y reduce, de forma muy significativa, la actividad
biodegradativa (Young-Gyun y col., 2000).
100
Óptimo 1
90
Óptimo 2
Degradación (%)
80
70
60
50
40
30
20
10
0
6,34
11,03
18,71
26,80
33,47
40,26 Saturado
Humedad (%)
Figura 5.15. Elección de óptimos de humedad para llevar a cabo un
proceso de biorremediación.
139
Capítulo 5
En la Figura 5.15 se aprecian dos óptimos de humedad; el mejor de ellos
corresponde al estado de saturación (óptimo 1) con un porcentaje de eliminación de
diésel del 87% con respecto a la concentración inicial, y un óptimo parcial 2
correspondiente a una humedad aproximada del 20% (aproximadamente tres veces
menor que la capacidad de campo) con una eliminación del 75% del HC inicial. La
diferencia entre ambos valores de humedad es importante (un 34,6%) para un
incremento de degradación obtenido tan sólo del 12%, por lo que cabría preguntarse si
merecería la pena ese mayor gasto de agua para una mejoría relativamente pequeña en
la eliminación del contaminante.
En conclusión, el ajuste del contenido de humedad es necesario para una exitosa y
rentable descontaminación del suelo, ya que, para cierto intervalo intermedio de
humedad, la adición de más cantidad de agua es contraproducente para la eliminación
del HC y este hecho es muy importante a tener en cuenta en la operación de procesos
de biorremediación a gran escala. Por tanto, estos resultados sirven para rechazar un
intervalo de humedad del suelo en el que los experimentos a gran escala no se deberían
llevar a cabo con este tipo de suelo.
5.4.4. Optimización de la concentración de inóculo
En este apartado se estudia la influencia de la concentración de inóculo en el
proceso de biorremediación del suelo arcilloso contaminado con diésel en suspensión
acuosa. Nuevamente, se observaron algunas diferencias al utilizar el consorcio XC y el
XD como inóculos para bioaumento.
Cuanto menor fue la concentración de inóculo utilizada con el consorcio XC,
consorcio exógeno para el suelo arcilloso, mayor fue el rendimiento observado en la
biodegradación de diésel (Figura 5.16a). Este hecho podría estar relacionado con la
competencia que surge entre el propio consorcio presente en el suelo, el endógeno, y el
enriquecido exógeno (Philp y Atlas, 2005), y, por ese motivo, al aumentar la
concentración de exógenos en el medio contaminado, el rendimiento resultó peor. Al
observar la experiencia con el consorcio XD (X0e del propio suelo después de haber sido
enriquecido), se observó que para una concentración de inóculo mayor, se producía un
beneficio también mayor en la biorremediación (Figura 5.16b), obteniéndose mayores
rendimientos y de forma más rápida. Sin embargo, la diferencia observada en la
descontaminación del suelo con este consorcio (X D) en una concentración 1:1,35 (v/v) y
-1
1:0,68 (v/v) de inóculo, fue menor de 600 mgTPH kgsuelo . Este intervalo se considera
muy pequeño, por lo que no se vería justificado el incremento de la concentración de
inóculo a partir de un cierto valor.
140
Biorremediación de suelos contaminados con diésel en laboratorio
70000
60000
50000
40000
30000
20000
1:1,35 (v/v)
1:0,68 (v/v)
1:0,33 (v/v)
60000
TP H (mg kg -1)
TP H (mg kg -1)
70000
1:1,35 (v/v)
1:0,68 (v/v)
1:0,33 (v/v)
50000
40000
30000
20000
10000
10000
0
0
0
100
200
300
400
500
0
100
200
(a)
300
400
500
Tiempo (h)
Tiempo (h)
(b)
Figura 5.16. Evolución de la concentración de TPH en los experimentos de biorremediación con
distintas concentraciones de inóculo. (a) Consorcio XC. (b) Consorcio XD. Las barras de error
representan la desviación estándar de la media y las líneas indican tendencia.
Se puede concluir que, con una relación 1:0,68 (v/v) de inóculo, sería suficiente para
obtener unos buenos resultados finales con el consorcio endógeno enriquecido X D y,
una relación más pequeña de 1:0,33, sería más ventajosa cuando se utilice el consorcio
exógeno enriquecido, XC en este caso.
En la Tabla 5.11 se recoge un resumen del porcentaje final de biodegradación
alcanzado para cada una de las concentraciones de inóculo experimentadas y también
algunos datos relativos a la velocidad de consumo de diésel. Un hecho relevante en
estos experimentos es la elevada concentración de HC adicionada inicialmente, la cual
es casi cuatro veces superior a la concentración utilizada en los experimentos en
apartados anteriores. Respecto a este hecho, se ha observado que el diésel ha sido
igualmente metabolizado por los microorganismos, alcanzándose rendimientos de más
del 70% en la mayoría de los casos, con la excepción del experimento en el que se
utilizó el consorcio exógeno XC en su mayor proporción. Por ello, se deduce que los
consorcios utilizados no sufren inhibición aparente por la alta concentración de sustrato
en el suelo; sin embargo, es de especial atención, la elevada concentración residual en
el medio contaminado.
En cuanto a las velocidades de consumo, los mejores resultados se obtienen para la
menor concentración en el caso del consorcio XC y la intermedia para el XD (aunque en
este último caso, la velocidad es prácticamente la misma para las tres concentraciones).
Por media, las mayores velocidades máximas de consumo de HC diésel (alrededor de
2.040 mgTPH kgsuelo
-1
-1
h ) se obtienen para el caso en el que se utiliza el consorcio
endógeno enriquecido, XD. Por otro lado, cabe destacar unas velocidades máximas muy
141
Capítulo 5
elevadas en todos los experimentos, siendo incluso de distinto orden de magnitud que
los hallados en los experimentos de microcosmos discutidos anteriormente en este
capítulo. En bibliografía tampoco no se han encontrado velocidades tan elevadas (Yang
y col., 2000; Davis y col., 2003), pudiéndose concluir que quizá, en este caso al existir
mayor cantidad de diésel disponible, las velocidades podrían verse alteradas debido a la
volatilización de ciertos HC. Sin embargo, este efecto no ha sido comprobado.
Tabla 5.11. Resumen de datos relevantes para la optimización de la concentración de inóculo.
Consorcio
XC
XD
Concentración de
inóculo (%)
Porcentaje de
eliminación de
diésel (%)
Velocidad de
consumo máxima
(mgTPH kgsuelo-1 h-1)
Velocidad de
consumo media
(mgTPH kg suelo-1 h-1)
1,35
53,07 ± 3,64
1722,60 ± 119,81
548,52 ± 62,11
0,68
75,06 ± 2,41
1319,48 ± 271,79
470,76 ± 66,27
0,33
88,64 ± 3,03
2025,12 ± 120,00
580,95 ± 64,19
1,35
89,23 ± 2,72
2021,41 ± 120,09
676,65 ± 65,23
0,68
88,22 ± 5,01
2044,96 ± 266,46
742,34 ± 66,13
0,33
72,08 ± 4,33
2042,62 ± 247,82
644,85 ± 64,12
Como conclusión de este apartado se puede decir que los mejores resultados cabe
esperarlos con el consorcio endógeno del propio suelo (XD) utilizándolo para
bioaumento. Por este motivo, se escoge la estrategia de bioaumento endógeno para
realizar los siguientes experimentos a una escala mayor.
142
Biorremediación de suelos contaminados con diésel en laboratorio
5.5. CONCLUSIONES
Las principales conclusiones que se derivan del estudio de biorremediación de
suelos en microcosmos son las siguientes:
1. Los sistemas en microcosmos diseñados para la biorremediación de los dos
suelos contaminados con 17.000 mg kg
-1
de diésel permiten obtener altos
porcentajes de biorremediación. Más del 90% de la concentración inicial de TPH
es eliminado en la mayoría de los experimentos en tan sólo 11 días de
tratamiento.
2. Los experimentos abióticos realizados con ambos suelos revelan las dificultades
de biodisponibilidad existentes en el suelo de tipo limoso debido, principalmente,
al contenido en materia orgánica y su capacidad de retención del contaminante.
3. La estrategia más eficiente para biorremediar el suelo arcilloso es una
combinación de la técnica de bioestimulación y bioaumento exógeno (X 0+XC), la
cual obtiene un porcentaje de eliminación superior al 95% y la mayor velocidad
de consumo de HC. Por otro lado, el estudio de significancia revela que un
tratamiento de bioestimulación es la opción más óptima para biorremediar el
suelo limoso.
4. El proceso más importante que determina la estrategia a seguir, es la
biodisponibilidad, pudiendo concluirse que, cuando el contaminante es de fácil
acceso, el bioaumento podría resultar exitoso, mientras que cuando la
disponibilidad es limitada, como en el caso del suelo limoso, una estrategia de
bioestimulación a través de la promoción de consorcios autóctonos podría ser
más eficiente.
5. El modelo matemático propuesto, así como las hipótesis planteadas para su
desarrollo, son verificadas con los altos coeficientes de correlación de Pearson
hallados entre los datos experimentales y los propuestos por el modelo; además,
los parámetros cinéticos calculados por el modelo, contrastados en bibliografía,
resultan coherentes y de gran interés.
6. La cantidad de agua presente en el suelo influye de manera importante en el
rendimiento de la biodegradación de diésel. Se detecta un rango intermedio de
humedades para el que se sucede la compactación del suelo, limitándose la
biodisponibilidad del contaminante, y se disminuye, por tanto, la efectividad del
tratamiento.
7. La obtención de un intervalo de humedad óptimo es necesario para una exitosa y
rentable descontaminación del suelo a gran escala.
143
Capítulo 5
8. El uso de un consorcio exógeno enriquecido (XC) presenta mayor eficiencia en el
suelo arcilloso (SD) cuanto menor concentración de inóculo es experimentado en
la estrategia de bioaumento. Este hecho podría estar relacionado con la
competencia que surge entre el propio consorcio presente en el suelo y el
enriquecido exógeno. Sin embargo, la experiencia sobre el mismo suelo con el
consorcio XD, consorcio endógeno enriquecido, revela lo contrario, una mayor
concentración
de
inóculo
podría
producir
un
mayor
beneficio
en
biorremediación, obteniéndose mayores rendimientos y de forma más rápida.
144
la
Biorremediación de suelos contaminados con diésel en laboratorio
5.6. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Agarry, S., Latinwo, G. K. (2015). Biodegradation of diesel oil in soil and its
enhancement by application of bioventing and amendment with brewery waste
effluents as biostimulation-bioaugmentation agents. Ecol. Eng. 16: 82–91.

Alshafie, M., Ghoshal, S. (2003). Naphthalene biodegradation from non-aqueousphase liquids in batch and column systems: comparison of biokinetic rate coefficient.
Biotechnol. Prog. 19:844-852.

ASTM E 1755-01. (1991). Standard Test Method for Ash in Biomass. ASTM
International, West Conshohocken, Pennsylvania, USA.

Atlas, R., Bartha, R. (1998). Microbial Ecology: Fundamentals and Applications . 4th
ed. Benjamin/Cummings, Redwood City, CA.

Bento, F. M., Camargo, F. A. O., Okeke, B. C., Frankenberger, W. T. (2005).
Comparative bioremediation of soils contaminated with diesel oil by natural
attenuation, biostimulation and bioaugmentation. Bioresour. Technol. 96:1049-1055.

Boonchan, S., Britz, M. L., Stanley, G. A. (2000). Degradation and mineralization of
high-molecular-weight polycyclic aromatic hydrocarbons by defined fungal-bacterial
cocultures. Appl. Environ. Microbiol. 66:1007-1019.

Boulding, J. R., Ginn, J. S. (2003). Practical Handbook of Soil, Vadose zone, and
Ground-water contamination: Assessment, prevention and remediation. 2nd Ed. Lewis
Publishers. Florida, USA.

Chaerun, S. K., Tazaki, K. (2005). How kaolinite plays an essential role in
remediating oil polluted seawater. Clay Miner. 40:481–491.

Davis, C., Cort, T., Dai, D., Illangasekare, T. H., Munakata-Marr, J. (2003). Effects of
heterogeneity and experimental scale on the biodegradation of diesel.
Biodegradation, 14:373-384.

El Fantroussi, S., Agathos, S. N. (2005). Is bioaugmentation a feasible strategy for
pollutant removal and site remediation? Curr. Opin. Microbiol. 8:268-275.

Fan, M. Y., Xie, R. J., Qin, G. (2014). Bioremediation of petroleum-contaminated soil
by a combined system of biostimulation–bioaugmentation with yeast. Environ.
Technol. 35:391–399.

Gargouri, B., Karray, F., Mhiri, N., Aloui, F., Sayadi, S. (2014). Bioremediation of
petroleum 8 hydrocarbons-contaminated soil by bacterial consortium isolated from
an industrial 9 wastewater treatment plant. J. Chem. Technol. Biotechnol. 89:978987.

Ghazali, F. M., Rahman, R. N. Z. A., Salleh, A. B., Basri, M. (2004). Biodegradation
of hydrocarbons in soil by microbial consortium. Int. Biodeterior. Biodegrad. 54:61-67.

Gentry, T. J., Rensing, C., Pepper, I. L. (2004). New approaches for bioiaugmentation
as a remediation technology. Crit. Rev. Environ. Sci. Technol. 34:447-494.

Ghoshal, S., Luthy, R. G. (1998). Biodegradation Kinetics of Naphtalene in
Nonaqueous Phase Liquid-Water Mixed Batch Systems: Comparison of Model
Predictions and Experimental Results. Inc. Biotechnol Bioeng. 57:356-366.

Guo, L., Wagenet, R. J., Jury, W. A. (1999). Adsorption effects on kinetics of aldicarb
degradation: equilibrium model and application to incubation and transport
experiments. Soil Sci. Soc. Am. J. 63:1637-1644.
145
Capítulo 5

Hosokawa, R., Nagai, M., Morikawa, M., Okuyama, H. (2009). Autochthonous
bioaugmentation and its possible application to oil spills. World J. Microbiol.
Biotechnol. Doi 10.1007/s11274-009-0044-0.

Hyun, S., Ahn, M-Y., Zimmerman, A. R., Kim, M., Kim, J-G. (2008). Implication of
hydraulic properties of bioremediated diesel-contaminated soil. Chemosphere.
71:1646-1653.

Juhasz, A. L., Aleer, S., Adetutu, E. M. (2014). Predicting PAH bioremediation
efficacy using bioaccessibility assessment tools: Validation of PAH biodegradationbioaccessibility correlations. Int. Biodeter. Biodegr. 95:320-329.

Kuráň, P., Trögl, J., Nováková, J., Pilařová, V., Dáňová, P., Paulorková, J., Kozler, J.,
Novák, F., Popelka, J. (2014). Biodegradation of Spilled Diesel Fuel in Agricultural
Soil: Effect of Humates, Zeolite and Bioaugmentation. The Scientific World Journal.
1-8.

Leeson, A., Hinchee, R. E. (1997). Soil Bioventing: Principles and practice. Lewis
Publishers, Boca Raton, FL, USA.

Ma, X. K., Ding, N., Peterson, E. C. (2015). Bioaugmentation of soil contaminated
with high-level crude oil through inoculation with mixed cultures including
Acremonium sp. Biodegradation 26:259–269.

Mckew, B. A., Coulon, F., Yakimov, M. M., Denaro, R., Genovese, M., Smith, C. J.,
Osbom, A. M., Timmis, K. N., McGenity, T. J. (2007). Efficacy of intervention
strategies for bioremediation of crude oil in marine systems and effects on indigenous
hydrocarbonoclastic bacteria. Environ. Microbiol. 9:1562-1571.

Moller, J., Gaarn, H., Seckel, T., Wedebye, B., Westermann, P. (1995). Inhibitory
effects on degradation of diesel oil in soil-microcosms by a commercial
bioaugmentation product. Bull Environ. Contam. Toxicol. 54:913-918.

Mrozik, A., Piotrowska-Seget, Z. (2010). Bioaugmentation as a strategy for clearing
up of soils contaminated with aromatic compounds. Microbiological Research.
165:363-375.

Mukherji, S., Walter, J., Weber.Jr. (1998). Mass transfer effects on microbial uptake
of naphthalene from complex NAPLs. Biotechnol Bioeng. 60:750-760.

Mulder, H., Breure, A. M., Rulkens, W. H. (2001). Application of a mechanistic
desorption-biodegradation model to describe the behavior of polycyclic aromatic
hydrocarbons in peat soil aggregates. Chemosphere. 42:285-299.

Nakahara, T., Erickson, L. E., Gutierrez, J. R. (1977). Characteristics of hydrocarbon
uptake in cultures with to liquid phases. Biotechnol. Bioeng. 19:9-25.

Nasseri, S., Rezaei Kalantary, R., Nourieh, N., Naddafi, K., Mahvi, A. H., Baradaran,
N. (2010). Influence of bioaugmentation in biodegradation of PAHs-contaminated soil
in bio-slurry phase reactor. Iran J. Environ. Health Sci. Eng. 7:199-208.

Nemes, A., Rawls, W. J. (2004). Soil texture and particle-size distribution as input to
estimate soil hydraulic properties. Developments in soil science. 30:47-70.

Nocentini, M., Pinelli, D., Fava, F. (2000). Bioremediation of a soil contaminated by
hydrocarbon mixtures: the residual concentration problem. Chemosphere. 41:11151123.

Ostendorf, D. W., Schoendberg, T. H., Hinlein, E. S., Long, S. C. (2007). Monod
kinetics for aerobic biodegradation of petroleum hydrocarbons in unsaturated soil
microcosm. Environ. Sci. Technol. 41:2343-2349.
146
Biorremediación de suelos contaminados con diésel en laboratorio

Park, J-H., Zhao, X., Voice, T. C. (2001). Biodegradation of non-desorbable
naphthalene in soils. Environ. Sci. Technol. 35:2734-2740.

Penet, S., Marchal, R., Sghir, A., Monot, F. (2004). Biodegradation of hydrocarbon
cuts used for diesel oil formulation. Appl. Microbiol. Biotechnol. 66:40-47.

Philp, J. M., Atlas, R. M. (2005). Bioremediation of contaminated soils and aquifers.
In: Bioremediation: Applied microbial solutions for real-world environmental cleanup.
(Atlas, R.M. and Philp, J. Eds). ASM press. Washington, USA. 138-220.

Pignatello, J. J. (1998). Soil organic matter as a nanoporous sorbent of organic
pollutants. Advances in Colloid and Interface Sci. 76:445-467.

Providenti, M. A., Lee, H., Trevors, J. T. (1993). Selected factors limiting the microbial
degradation of recalcitrant compounds. J. Ind. Microbiol. 12:379-395.

Ramaswami, A., Luthy, R. G. (1997). Mass transfer and bioavailability of PAH
compounds in coal tar NAPL-slurry systems. 1. Model development. Environ. Sci.
Technol. 31:2260-2267.

Rosenberg, E., Rosenberg, M., Shoham, Y., Kaplan, N., Sar, N. (1989). Adhesion
and desorption during the growth of Acinetobacter calcoaceticus on hydrocarbons. Y.
Cohen and E. Rosenberg (eds.), Microbial mats: Physiological ecology of benthic
microbial communities. ASM, Washington, DC. USA.

Shelton, D. R., Parkin, T. B. (1991). Effect of moisture on sorption and biodegradation
of carbofuran in soil. J. Agric. Food Chem. 39:2063-2068.

Silva, I. S., dos Santos, E. C., de Menezes, C. R., de Faria, A. F., Franciscon, E.,
Grossman, M., Durrant, L. R. (2009). Bioremediation of a polyaromatic hydrocarbon
contaminated soil by native soil microbiota and bioaugmentation with isolated
microbial consortia. Bioresour. Technol. 100:4669-4675.

Spasojevic, J. M., Maletic, S. P., Roncevic, S. D., Radnovic, D. V., Cucak, D. I.,
Trickovic, J. S., Dalmacija, B. D. (2015). Using chemical desorption of PAHs from
sediment to model biodegradation during bioavailability assessment. J. Hazard.
Mater. 283:60–69.

Stotzky, G., Rem, L. T. (1966). Influence of clay minerals on microorganisms I.
Montmorillonite and kaolinite on bacteria. Can. J. Microbiol. 12:547–563.

Suja, F., Rahim, F., Taha, M. R., Hambali, N., Razali, M. R., Khalid, A., Hamzah, A.
(2014). Effects of local microbial bioaugmentation and biostimulation on the
bioremediation of total petroleum hydrocarbons (TPH) in crude oil contaminated soil
based on laboratory and field observations. Int. Biodeter. Biodegr. 90:115-122.

Tschapek, M. (1984). Criteria for determining the hydrophilicity-hydrophobicity of
soils, Z. Pflanzernähr Bodenk. 147:137-149.

Ueno, A., Hasanuzzaman, M., Yumoto, I., Okuyama, H. (2006). Verification of
degradation of diesel oil by Pseudomonas aeruginosa strain WatG in soil
microcosms. Curr. Microbiol. 52:182-185.

Ueno, A., Ito, Y., Yumoto, I., Okuyama, H. (2007). Isolation and characterization of
bacteria from soil contaminated with diesel oil and the possible use of these in
autochthonous bioagmentation. World J. Microbiol. Biotechnol. 23:1739-1745.

UNE-EN ISO 9377-2. (2001). Water quality. Determination of hydrocarbon oil index.
Part 2: Method using solvent extraction and gas chromatography. International
Organization of Standardization, Geneve. Switherland.
147
Capítulo 5

UNE-EN 14039. (2005). Characterization of waste. Determination of hydrocarbon
content in the range of C10 to C40 by gas chromatography. European Committee for
Standardization, Bruxelles. Belgium.

van Loosdrecht, M. C. M., Lyklema, J., Norde, W., Zehnder, J. B. (1990). Influence of
interfaces on microbial activity. Microbiol. Rev. 54:75–87.

Vidali, M. (2001). Bioremediation: An overview. Pure Appl. Chem. 73:1163-1172.

Vogel, T. M., Walter, M. V. (2001). Bioaugmentation. In: Hurst C.J., Crawford, T.L.,
Garland, J.L., Lipson, D.A., Mills, A.L. (eds) Manual of environmental microbiology.
American Society for Microbiology Press. Washington DC, 952-959.

Wang, S., Vipulanandan, C. (2001). Biodegradation of Naphthalene-contaminated
soils slurry bioreactors. J. Environ. Eng. 127:748-754.

Warr, L. N., Perdrial, J. N., Lett, M-C., Heinrich-Salmeron, A., Khodja, M. (2009). Clay
mineral-enhanced bioremediation of marine oil pollution. Applied Clay Science,
46:337-345

Woo S. H., Park J. M., Rittmann, B. E. (2001). Evaluation of the interaction between
biodegradation and sorption of phenanthrene in soil slurry systems, Biotech. Bioeng.
73:12-24.

Yang, L., Ching-Tinglai, M.,Shieh, W. (2000). Biodegradation of dispersed diesel fuel
under high salinity conditions. Wat. Res. 34:3303-3314.

Young-Gyun, C., Sung-Keun, R., Sung-Taik, L. (2000). Effect of soil moisture on
bioremediation of chorophenol-contaminated soil. Biotechnology letters, 22:915-919.

Youssef, M., El-Taweel, G. E., El-Naggar, A. Y., El-Hawary, Sh. E., El-Meleigy, M. A.,
Ahmed, S. A. (2010). Hydrocarbon degrading bacteria as indicator of petroleum
pollution in Ismailia Canal, Egypt. W. Appl. Sci. J. 8:1226-1233.
148
Capítulo
6
•••••••••
 Evaluación de la eficiencia de
biorremediación en planta piloto:
- Influencia del estado de saturación
- Influencia de la estrategia utilizada
- Influencia del modo de operación
 Evaluación del estado del suelo tras
la biorremediación: estudio fitotóxico
•••••••••
Viabilidad de las diferentes estrategias
de biorremediación a escala piloto
149
Capítulo 6
El cambio de escala en este tipo de tratamientos supone
un reto importante para la aplicación a escala industrial de
los resultados científicos. Es aquí donde se debe transferir el
conocimiento adquirido en los pasos previos y afianzarlo. Por
este motivo, y una vez estudiados los fundamentos de la
biorremediación de HC en laboratorio, se realiza el estudio
del proceso en planta piloto. Se evalúa el efecto de las
diferentes variables con el objetivo de llevar a cabo el
escalado de la tecnología de biorremediación de la manera
más satisfactoria.
150
Viabilidad de las diferentes estrategias de biorremediación a escala piloto
6.1. INTRODUCCIÓN
Las técnicas de biorremediación más desarrolladas a gran escala son aquellas que
se realizan ex situ, es decir, en las que previamente el suelo ha sido excavado y luego
tratado. Entre estas técnicas, las más destacadas para utilizar la estrategia de
bioaumento son (Jørgensen y col., 2000): tratamiento en biorreactores slurry, donde se
añade una importante cantidad de agua para disponer el suelo en una suspensión
acuosa y así favorecer el mezclado físico; formación de biopilas, es decir, acumulación
del suelo a tratar en montones o hileras; tratamiento en tambor giratorio cerrado;
landfarming, que incluye los procesos de labranza del suelo a partir de prácticas
agrícolas comunes; tratamiento en camas o lechos, que consiste en añadir nutrientes a
un lecho de suelo contaminado (menor de 1 m de altura) y aplicar una agitación con un
dispositivo de mezcla de forma continua o a intervalos.
El tratamiento mediante la formación de biopilas ha sido el más estudiado tanto a
escala planta piloto como a escala real (Samson y col., 1994; Puustinen y col., 1995;
Filauro y col., 1998; Koning y col., 1998; Sanscartier y col., 2009; Baldan y col., 2015).
Entre las prácticas que más comúnmente se realizan están la adición de nutrientes, que
sirven de bioestimulación a la microbiota del suelo a tratar, y la aireación, para aumentar
la concentración de oxígeno en su interior. Por lo general, las biopilas suelen tener una
altura de entre 2 y 4 m y pueden ser estáticas, normalmente con una tubería de
aireación instalada en su interior, o pueden ser agitadas a intervalos de tiempo con
dispositivos mecánicos especiales para este propósito. Además, el suelo tratado
mediante las biopilas suele ser mezclado con distintos residuos orgánicos, fácilmente
biodegradables o ya compostados, aumentando su porosidad y sirviendo de
bioestimulación del proceso de biorremediación. Esta última opción presenta algunas
ventajas respecto del resto de estrategias (USEPA 540-S-96-502, 1996; Anastasi y col.,
2009; Sayara y col., 2010; Lin y col., 2012).
Otra opción muy utilizada en el tratamiento de suelos contaminados, como se ha
dicho, y que responde a un mayor grado tecnológico, es el tratamiento en biorreactores
slurry. En estas instalaciones, el suelo contaminado se encuentra suspendido en agua y
en continua agitación, lo que permite un mayor control de las variables de operación. El
uso de equipamiento industrial es más complejo pero por lo general los tratamientos son
más eficaces. Por este motivo, son muy utilizados para eliminar contaminantes
problemáticos y recalcitrantes o residuos muy concentrados (Bhandari y col., 1996;
Robles-González y col., 2008).
151
Capítulo 6
Uno de los factores más importantes, y que es necesario considerar al elegir el
método de biorremediación más apropiado en un proceso de descontaminación real, es
el coste económico. Forsyth y col. (1995) afirmaron que la estrategia de bioaumento se
debe aplicar sólo en aquellos casos en los que se observen concentraciones muy bajas
de
microorganismos
autóctonos
degradadores
del
contaminante,
y
para
los
emplazamientos pequeños en los que los costes de las técnicas no biológicas sean
superiores a los costes de un proceso de bioaumento. A priori, el método de
bioestimulación parece ser más simple y más económico, pero el elevado tiempo
necesario de tratamiento puede ser en este caso el factor decisivo, ya que si una
comunidad microbiana especializada no está presente, éste se prolongará mucho (de
Jesús y col., 2015). El bioaumento puede acortar el tiempo de tratamiento, pero también
aumentar de forma importante los costes finales de operación. Encontrar el óptimo en la
relación eficiencia-coste es la tarea más importante a la que se enfrentan los técnicos.
Para corregir verdaderamente el daño medioambiental que se ha causado al suelo,
también es necesario tener en cuenta las condiciones finales en las que éste queda tras
el proceso de biorremediación. En algunos casos, el proceso de biodegradación de los
HC podría causar un incremento de toxicidad en el suelo en lugar de disminuirlo, lo cual
tiene que ser considerado (Philips y col., 2000). Por este motivo, para completar el
estudio de las diferentes estrategias utilizadas en la biorremediación del suelo, se debe
valorar la calidad final del mismo tras su tratamiento. Entre los métodos más comunes
se incluyen varios test de toxicidad: germinación de semillas, crecimiento de plantas,
lombrices, microorganismos, elongación de raíz, Toxscreen, nematodos y moluscos
terrestres (van Straalen y van Gestel, 1993; Kapustka y Reporter, 1993; Jennings y col.,
1996; Salanitro y col., 1997; Marwood y col., 1998). La elección de cualquiera de ellos
vendrá dada, principalmente, por el análisis de riesgo que se quiera realizar.
6.2. OBJETIVO
El objetivo que se persigue en este capítulo es estudiar el cambio de escala del
proceso de biorremediación, desde laboratorio a planta piloto, atendiendo al efecto de
tres variables:
1. Efecto de la estrategia de biorremediación utilizada (Bioaumento o
bioestimulación en sus diferentes modalidades).
2. Efecto de humedad del suelo.
152
Viabilidad de las diferentes estrategias de biorremediación a escala piloto
3. Efecto del procedimiento de agitación/aireación utilizado durante el proceso
de descontaminación.
Finalmente, se pretende evaluar las propiedades del suelo tras los diferentes
tratamientos de biorremediación a través de un ensayo fitotóxico sencillo.
6.3. PROCEDIMIENTOS
6.3.1. Preparación del suelo
En todos los experimentos realizados a escala planta piloto se utilizó el suelo S D,
previamente secado a temperatura ambiente y tamizado a través de un tamiz de 2 mm
de diámetro de luz de paso. El suelo fue contaminado con diésel un día antes de
empezar cada uno de los experimentos y éste se adicionó de la manera más
-1
homogénea posible hasta alcanzar una concentración de 13.867 mg kg .
Los tratamientos se realizaron por duplicado y se partió como hipótesis de que el
suelo en todos los casos tenía las mismas condiciones iniciales.
6.3.2. Instalaciones experimentales
a.
Tratamiento estático
La instalación experimental utilizada para realizar los experimentos con el suelo en
modo estático estaba formada, principalmente, por cuatro cubetos de plástico de 40 L de
capacidad cada uno y un sistema de aireación continuo, dotado con 4 compresores de
diafragma pequeños tipo acuario (Clearseal Air Pump AC-9903 de 6 W de consumo y un
-1
caudal de aire de 4,5 L min ), un humidificador, cuatro rotámetros, cuatro válvulas y
cuatro mangueras de goma perforadas que serían enterradas en los suelos (Figura 6.1).
El sistema de aireación continuo fue instalado con la finalidad de aportar una
correcta concentración de oxígeno al sistema y favorecer así la degradación del HC.
Además, el aire suministrado era humedecido en un frasco lavador antes de ponerse en
contacto con la tierra, evitando así una disminución de la humedad debido a un
fenómeno de secado.
153
Capítulo 6
Válvula
Rotámetro
Humidificador
Suelo
Aire
Cubeto
Compresor
(a)
(b)
Figura 6.1. Instalación experimental para tratamiento estático en cubetos. (a) Esquema de la instalación.
(b) Vista de la instalación.
b.
Tratamiento dinámico
El tratamiento en modo dinámico se realizó a través de unas hormigoneras giratorias
abiertas, en adelante biorreactores, en los que el suelo estaba continuamente
mezclándose. Esta instalación consistió en dos hormigoneras (Guy Noel de 690 W de
consumo) convencionales de obra civil para la mezcla de cemento, provistas de unas
palas mezcladoras que permitían una mejor homogeneización del sistema. La agitación
que se conseguía con ellas era del tipo rotacional, con una velocidad de giro de 28 rpm.
Palas mezcladoras
(a)
(b)
Figura 6.2. Instalación experimental para tratamiento dinámico en biorreactores. (a) Esquema de
la instalación. (b) Vista de la instalación.
154
Viabilidad de las diferentes estrategias de biorremediación a escala piloto
6.3.3. Descripción de las estrategias utilizadas
a. Atenuación Natural
Los experimentos realizados bajo la estrategia de atenuación natural consistieron en
disponer 15 kg de suelo contaminado para tratamiento en modo estático en cubetos. En
estos experimentos no se realizó ningún tipo de adición de nutrientes o de agua, y
tampoco estuvieron expuestos a agitación o aireación, de tal forma que se pretendía
reproducir las mismas condiciones experimentales en las que se encontraba
inicialmente el suelo, sin favorecer la biodegradación del HC. Por este motivo, esta
estrategia no fue llevada a cabo en los biorreactores giratorios, ya que simplemente la
agitación que en ellos se realizaba podría ser considerada como tratamiento de
bioestimulación.
b. Bioestimulación
Estos experimentos se realizaron tanto en cubeto como en biorreactor giratorio. La
bioestimulación consistió en favorecer la biodegradación del HC mediante cuatro
acciones:
-
Aporte de oxígeno.
-
Homogeneización del medio de reacción.
-
Aporte de una humedad óptima.
-
Aporte de nutrientes inorgánicos.
La forma de llevar a cabo las tres primeras acciones dependía de la instalación que
en cada caso se usaba: para el caso de los experimentos en biorreactor, la
bioestimulación se llevó a cabo mediante la agitación-aireación que proporcionaba la
propia hormigonera, así como, mediante la adición de la cantidad de agua
correspondiente, bien hasta saturación, o hasta llegar al 18% de humedad optimizado.
Para el caso de los experimentos en cubetos, la bioestimulación se llevó a cabo
mediante la oxigenación que proporcionaba el sistema de aireación, una agitación
manual de todo el suelo del cubeto una vez por semana y adición de agua para
mantener el grado de humedad óptimo.
Finalmente, en lo que respecta a la adición de nutrientes, ésta se realizó mediante
una de las siguientes opciones:
155
Capítulo 6
-
Adición de medio de cultivo BHB. Los nutrientes adicionados para realizar
este tipo de bioestimulación fueron los presentes en el medio nutritivo
Bushell-Hass, cuya composición se recoge en el capítulo de Materiales y
procedimientos comunes de la presente memoria. Su dosificación fue
calculada en una relación de 1,09 g de BHB por kilogramo de suelo, de tal
manera que la relación final C/N/P fuera 100/6,84/1,29. La dosificación de
estos nutrientes se llevó a cabo en estado líquido, al inicio del experimento,
mediante un dispensador de spray. Para ello, se abrieron surcos en la tierra
y se mezcló hasta alcanzar un aspecto homogéneo de humedad.
-
Adición de compost maduro. En este caso se quería evitar el aporte de
nutrientes obtenidos comercialmente y se pensó en el compost como
compuesto barato y rico en micronutrientes, como sustituto del medio de
cultivo nutritivo. Se utilizaron dos tipos de compost en su fase de
maduración, el primero de ellos denominado compost A, producido a partir
de estiércol de gallina y el segundo, compost B, desarrollado a partir de
estiércol de cordero. Las características químicas de ambos se recogen en
el Anexo III. La adición consistió en realizar la mezcla compost/suelo en una
proporción 16,7/83,3, de tal manera que la proporción final C/N/P fuera
100/0,18/0,7 para el caso en el que se utilizó el compost A y 100/0,35/0,66
cuando se usó el compost B.
c. Bioaumento
Para llevar a cabo el bioaumento era necesario preparar una cantidad suficiente de
inóculo para dispensarlo en las diferentes instalaciones. El consorcio microbiano
utilizado como bioaumento fue el consorcio XD (igualmente denominado X0e del propio
suelo arcilloso en el capítulo 5), que fue cultivado en botellas de 3 L de capacidad con
800 mL de medio nutritivo BHB al 1% (v/v) de inóculo inicial y suplementado con diésel
como única fuente de carbono bajo una concentración del 1% (v/v). Las botellas se
taparon con un tapón comercial de celulosa, de la marca Selecta, y se dispusieron en un
baño agitador (GFL Modelo 1083) a 30 °C y una velocidad de agitación de 140 rpm. De
acuerdo con las condiciones óptimas obtenidas en el capítulo 4 de la presente memoria,
tras 2 días de incubación los microorganismos estaban listos para realizar la inoculación
en el suelo. Dicha inoculación se realizó mediante una de las siguientes opciones:
-
Adición de inóculo al inicio del experimento. Al día siguiente de realizar la
contaminación del suelo se añadió el inóculo en una relación 1:1,35 (v/v)
156
Viabilidad de las diferentes estrategias de biorremediación a escala piloto
con respecto a la cantidad de diésel adicionado (la mayor concentración de
las optimizadas en el capítulo 5). El inóculo se adicionó por todo el suelo
con un dispensador de spray ayudado de una pala, asegurando una
distribución homogénea por todo él.
-
Adición de inóculo semanalmente. La inoculación se realizó de manera
similar al apartado anterior, con la salvedad de que el proceso se realizó de
manera repetida cada semana hasta la finalización del experimento. El
objetivo de esta variante era mantener inóculo activo en el suelo de manera
continua.
6.3.4. Diseño de experimentos a escala planta piloto
En todos los experimentos realizados a escala planta piloto se utilizó el suelo
arcilloso, nombrado en este trabajo como SD, que fue seleccionado a partir de los
resultados obtenidos en el capítulo 5 para llevar a cabo los experimentos con la
estrategia de bioaumento.
Principalmente, se llevaron a cabo dos tipos de experimentos según las condiciones
óptimas de humedad seleccionadas en el capítulo 5. Por un lado, se realizaron
experimentos en fase suspendida o saturada en agua (es decir, fase slurry) con 30 kg de
suelo, en los biorreactores de 134 L de capacidad (condiciones correspondientes al
óptimo 1 en el estudio del grado de humedad del apartado 5.4.3) y, por otro lado,
experimentos en fase sólida o insaturada de agua, con un 18% de humedad
(condiciones correspondientes al óptimo 2). En este segundo caso, los experimentos se
realizaron tanto en modo estático, en los cubetos de plástico de 40 L de capacidad con
15 kg de suelo, como en los biorreactores de 134 L, en los que se trataron 30 kg de
suelo contaminado. En total se llevaron a cabo 10 experimentos distintos por duplicado
en planta piloto. Sus características se recogen en la Tabla 6.1.
Tabla 6.1. Diseño de experimentos para el estudio de viabilidad a escala planta piloto.
Fase
Saturada
(slurry)
Insaturada
Instalación
Dinámica
(Biorreactor)
Dinámica
(Biorreactor)
Estática
(Cubeto)
Estrategia
Bioestimulación con medio BHB
Bioaumento al inicio
Bioestimulación con medio BHB
Bioaumento semanal
Atenuación Natural
Bioestimulación con medio BHB
Bioestimulación con compost A
Bioestimulación con compost B
Bioaumento al inicio
Bioaumento semanal
Experimento
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
157
Capítulo 6
El objetivo con estos experimentos era estudiar la influencia de determinadas
variables, concretamente:
a. Influencia de la estrategia de biorremediación en planta piloto comparando
los resultados de los experimentos 1 y 2, 3 y 4, 5 al10.
b. Influencia de la humedad en planta piloto comparando los resultados de los
experimentos 1 y 3.
c. Influencia del modo de operación comparando los resultados de los
experimentos 3 y 6, 4 y 10.
6.3.5. Procedimiento experimental y muestreo
En el caso de los experimentos realizados en cubeto, se fijó un flujo de aire de
3
-1
0,27 m h por cubeto. Para los biorreactores se establecieron ciclos intermitentes de
mezclado que consistieron en volteos continuos durante 15 min cada dos horas. En el
caso de las estrategias de bioestimulación y bioaumento se adicionaron las cantidades
pertinentes de nutrientes, agua o inóculo, con el fin de conseguir las condiciones de
operación ya indicadas.
Una vez iniciados los tratamientos, se llevó a cabo un control de humedad cada 2-3
días, estableciéndose riegos semanales para mantener el grado de humedad deseado.
Este riego se realizó mediante un dispensador de spray ayudado de una pala para
asegurar así mayor homogeneidad en la humectación del suelo. Al mismo tiempo se
volteó y mezcló el suelo presente en todas las zonas de la instalación, garantizando el
mismo proceso de biorremediación en todo él. El pH del suelo, inicialmente de 8,32, se
mantuvo en condiciones neutras durante los tratamientos debido a los reguladores
tampón del medio BHB y el compost. La temperatura media a la que los experimentos
se llevaron a cabo fue de 22 ± 3°C.
Todas las muestras de suelo se tomaron por duplicado para cada uno de los
experimentos con el fin de obtener resultados representativos y, además, los
experimentos fueron llevados a cabo por duplicado. Los resultados mostrados en este
capítulo corresponden a la media aritmética de estas cuatro mediciones.
158
Viabilidad de las diferentes estrategias de biorremediación a escala piloto
6.3.6. Análisis de muestras
6.3.6.1. Medida de la concentración de biomasa
Al igual que en el capítulo anterior, se prestó atención, exclusivamente, a la
concentración de biomasa HiC. Para ello se tomaron semanalmente muestras de 15 g
de suelo de cada uno de los experimentos realizados y se depositaron en matraces
Erlenmeyer de 150 mL de capacidad con 50 mL de agua destilada grado Milli-Q. A
continuación, los matraces fueron mantenidos en una agitación de 150 rpm durante 3 h.
De este modo, los microorganismos existentes en la muestra quedaban suspendidos en
el agua. Finalmente, se tomaron los sobrenadantes de estas suspensiones para la
cuantificación de la biomasa HiC a través de la técnica NMP descrita en el apartado 3.7
del capítulo de Materiales y procedimientos comunes, utilizando diésel como única
fuente de carbono.
Para expresar la concentración de biomasa en unidades de masa se utilizó la recta
de calibrado obtenida en el apartado 5.3.1.3 del capítulo 5, mostrada en la Figura 5.3.
6.3.6.2. Medida de la concentración de TPH
El estudio de la biodegradación del contaminante se realizó mediante medidas de la
concentración de los TPH presentes en el suelo cada 3 días a lo largo de todo el tiempo
de experimentación. Cada muestra consistía en tomar 15 g de suelo en un tubo Falcon.
A continuación se añadían 2 g de sulfato de sodio, dejándolo en contacto con el suelo
durante 12 h a una temperatura de 4 °C. Pasado este tiempo, se añadieron 15 mL de
n-hexano como agente extractor, agitando la muestra en vortex por un periodo de 10
min. Posteriormente, las muestras fueron introducidas en un baño de ultrasonidos
durante 15 min y finalmente se separó el suelo de la fase orgánica por centrifugación a
4.000 rpm durante 15 min. Una vez realizada la extracción tal y como se ha explicado, el
extracto se depositó en viales con cierre hermético y se conservó a 4 °C hasta su
posterior análisis por cromatografía gaseosa con GC-FID, tal y como se recoge en el
apartado 3.4 del capítulo de Materiales y procedimientos comunes de la presente
memoria.
6.3.7. Preparación de los ensayos de fitotoxicidad
Se realizó un bioensayo de toxicidad con semillas de cebada (Hordeum vulgare) y
trigo (Triticum aestivum) como prueba de toxicidad aguda en la que evaluar los efectos
fitotóxicos de los compuestos residuales de la biodegradación de diésel en el suelo. Se
159
Capítulo 6
sabe que estos compuestos pueden afectar seriamente al proceso de germinación de
las semillas y al desarrollo de las plántulas durante los primeros días de crecimiento
(Wang y Freemark, 1994). De este modo, como puntos finales para la evaluación de
estos efectos fitotóxicos, se determinó la inhibición en la germinación y la inhibición en la
elongación del tallo para los suelos descontaminados con las estrategias de
bioestimulación con compost (Experimentos 7 y 8) y bioaumento semanal (Experimento
10), es decir, se seleccionaron los experimentos en los que se obtuvieron los mejores
resultados de biorremediación en cubeto. Además, se hizo lo mismo con el suelo
arcilloso inicial sin contaminar y contaminado con diésel, como experimentos de control.
La primera parte experimental consistió en una prueba previa de germinación de
semillas de cebada en placa de Petri de acuerdo con Wan y col. (2003). Esta prueba se
realizó directamente sobre el suelo (suelo inicial limpio, suelo contaminado con diésel y
suelo descontaminado en los distintos experimentos mencionados anteriormente), o
bien interponiendo papel de filtro entre la semilla y cada uno de estos cinco suelos. Esto
último se realizó con la finalidad de comprobar si los vapores emitidos por los suelos
podrían afectar al desarrollo de las semillas. Una vez que las semillas se pusieron en las
placas (Figura 6.3), éstas se mantuvieron en oscuridad dentro de un equipo Ecotrón a
27 °C y a una humedad inicial del 18% durante 5 días.
Figura 6.3. Vista del desarrollo de semillas en placa de Petri para los
ensayos de fitotoxicidad.
Una vez confirmada la viabilidad de germinación de las semillas bajo las condiciones
finales de los suelos descontaminados, se procedió a la siembra de nuevas semillas en
semilleros comerciales de vivero siguiendo las siguientes pautas:

Se utilizaron cinco semilleros independientes para el estudio de los cinco
casos que se quería evaluar: el suelo descontaminado después del proceso
de biorremediación a través de las estrategias de bioestimulación con
160
Viabilidad de las diferentes estrategias de biorremediación a escala piloto
compost A y B (Experimentos 7 y 8) y bioaumento semanal (Experimento
10), y los dos experimentos de control, es decir, el suelo inicial limpio y el
suelo contaminado con diésel sin tratar.

Se realizaron siete réplicas por cada una de las cinco pruebas anteriores y
en cada una de ellas se sembraron tres semillas por semillero, para
asegurar el crecimiento de, al menos, una de ellas.

Se realizó un seguimiento diario durante 3 semanas de la cantidad de
semillas germinadas, y se observó el desarrollo de la plántula a través de la
medición de la longitud del tallo y su grosor con la ayuda de un calibre.
6.4. RESULTADOS Y DISCUSIÓN
6.4.1. Evaluación de la degradación alcanzada en los distintos tratamientos de
biorremediación en planta piloto
A continuación se evalúan los resultados obtenidos en los diez experimentos de
biorremediación realizados en planta piloto, los cuales han sido especificados en la
Tabla 6.1. La finalidad de los mismos es estudiar, a escala planta piloto, la influencia de
la humedad, las distintas estrategias en la biorremediación del suelo y, además,
comparar los resultados con aquellos obtenidos en laboratorio (capítulo 5).
6.4.1.1. Influencia de la estrategia de biorremediación utilizada
Una de las principales discusiones que se encuentran en bibliografía a la hora de
realizar un proceso de biorremediación real es elegir el tipo de estrategia a aplicar. Para
ayudar a tal fin, a continuación se comparan los resultados de los distintos experimentos
llevados a cabo bajo las mismas condiciones de operación y variando en ellos,
únicamente, el tipo de estrategia de biorremediación.
En los siguientes apartados se presentan siempre dos figuras para mostrar los
resultados de cada experimento: la figura de la izquierda, en la que se representa la
concentración media de TPH residual y de biomasa a lo largo del tiempo, y la figura de
la derecha, en la que se muestra la evolución de la humedad media.
a) Comparación de los experimentos 1 y 2
En la Figura 6.4 se presentan los resultados de los experimentos de bioestimulación
con medio BHB (Experimento 1) y de bioaumento inicial (Experimento 2), llevados a
161
Capítulo 6
cabo en fase saturada en biorreactor. El proceso de biorremediación tuvo lugar de
manera satisfactoria en ambos casos, sin quedar claras las ventajas que supone la
utilización de la estrategia de bioaumento con respecto a la bioestimulación bajo estas
condiciones, puesto que la tendencia observada en las dos estrategias fue muy
parecida.
16000
14000
12
70
10
60
12000
6
6000
4
4000
50
Humedad %
T PH (mg kg- 1)
8000
Biomasa (mg kg-1)
8
10000
2
2000
0
0
400
800
1200
40
30
20
10
0
1600
0
0
500
1000
1500
Tiempo (h)
T iempo (h)
(a)
14000
12
60
10
50
TPH (mg kg - 1)
8
10000
8000
6
6000
4
4000
2000
0
0
400
800
1200
1600
Bioamasa (mg kg -1)
12000
Humedad %
16000
40
30
20
2
10
0
0
2000
0
Tiempo (h)
400
800
1200
1600
2000
Tiempo (h)
(b)
Figura 6.4. Experimentos en fase saturada en biorreactor. (a) Bioestimulación con medio BHB
(Experimento 1). (b) Bioaumento inicial (Experimento 2). Simbología: , concentración de
TPH; ○, concentración de biomasa. Las barras de error representan la desviación estándar de
la media y las líneas indican tendencias.
La concentración de biomasa en ambos experimentos aumentó durante el
tratamiento hasta las primeras 400 h, aproximadamente. A partir de ese momento, la
concentración de biomasa se estabilizó en un valor constante a pesar de que continuó
eliminándose TPH. Se considera que pudo existir una elevada tasa de mortalidad
162
Viabilidad de las diferentes estrategias de biorremediación a escala piloto
microbiana que se hizo notar cuando se habían eliminado las fracciones más
biodegradables de diésel.
La Tabla 6.2 muestra los porcentajes de eliminación y las velocidades de consumo
calculados a partir de los resultados de los experimentos 1 y 2. Se observa que las
eficacias de eliminación de TPH al final de los experimentos fueron similares, siendo
ligeramente superior para la estrategia de bioestimulación con medio BHB. Además, la
velocidad de consumo calculada para el tratamiento de bioestimulación fue alrededor
del 55% superior con respecto al bioaumento inicial. Publicaciones recientes han
demostrado claramente que si la disponibilidad del HC es alta, se requiere una gran
cantidad de nutrientes esenciales, como Nitrógeno y Fósforo, para aumentar la
eficiencia del proceso de biorremediación (Ławniczak y col., 2013). Por todo ello, bajo
estas condiciones de operación, la estrategia de bioaumento inicial, tal y como se
realizó, no supondría una gran ventaja para el proceso de descontaminación.
Tabla 6.2. Resumen de datos relevantes para el estudio de la influencia de la estrategia de
biorremediación a escala piloto en experimentos en fase saturada en biorreactor.
Estrategia
Experimento
Bioestimulación
1
con medio BHB
Bioaumento
2
inicial
Eliminación
final de
diésel (%)
Eliminación de
Vmax de
Vmed de
diésel a 2
consumo
consumo
meses (%) (mgTPH kgsuelo-1 h-1) (mgTPH kgsuelo-1 h-1)
93,40 ± 0,51
90,82 ± 1,98
42,37 ± 3,82
15,26 ± 2,27
86,63 ± 0,72
85,10 ± 7,21
23,59 ± 1,89
10,21 ± 1,22
b) Comparación de los experimentos 3 y 4
En la Figura 6.5 se muestran los resultados de los experimentos llevados a cabo en
biorreactor en fase insaturada (18% de humedad) bajo las estrategias de
bioestimulación con medio BHB (Experimento 3) y bioaumento semanal (Experimento
4). Al igual que ocurriera en los experimentos realizados en fase de saturación (apartado
6.4.1.1. a), el proceso de biorremediación se llevó a cabo sin ningún problema bajo las
condiciones de operación de estos experimentos.
La concentración de biomasa siguió una tendencia similar a la comentada
anteriormente, es decir, un aumento inicial de concentración hasta alcanzar un máximo.
En esta ocasión, en el experimento 3 (Figura 6.5.a) se produce un descenso de
concentración de biomasa a tiempos elevados indicando que la mortalidad microbiana
en este experimento fue mayor.
163
Capítulo 6
16000
12
22
14000
10
8000
6
6000
4
4000
2
2000
16
Humedad %
10000
18
14
12
10
8
6
4
2
0
0
300
600
900
1200
0
1500
Tiempo (h)
0
0
300
16000
600
900
1200
1500
1200
1500
Tiempo (h)
( a)
24
12
22
14000
20
10
8
10000
8000
6
6000
4
4000
Biomasa (mg kg -1)
12000
Humedad %
TPH (mg kg -1)
8
20
Biomasa (mg kg -1)
12000
TPH (mg kg -1)
24
16
14
12
10
8
6
4
2
2000
18
2
0
0
300
600
900
Tiempo (h)
1200
0
0
1500
0
( b)
300
600
900
Tiempo (h)
Figura 6.5. Experimentos en fase insaturada en biorreactor. (a) Bioestimulación con medio BHB
(Experimento 3). (b) Bioaumento semanal (Experimento 4). Simbología: , concentración de TPH; ○,
concentración de biomasa. Las barras de error representan la desviación estándar de la media y las
líneas indican tendencias.
Se observó un descenso brusco de la concentración de TPH en la etapa inicial en
ambos casos. Este hecho podría deberse a la evaporación de las cadenas cortas de HC
lineales (Lin y col., 2011) o a la rápida biodegradación de compuestos ligeros más
fácilmente biodegradables. Dado que el diésel se mezclaba con el suelo durante la
preparación de los experimentos, se considera que la posible evaporación de HC
volátiles ya tuvo lugar en ese momento. Por ello, el descenso brusco de concentración
de TPH se considera que es debido a la biodegradación de compuestos ligeros y no a
fenómenos de volatilización.
Después de esta primera etapa de biodegradación más rápida, a partir de
aproximadamente las 100-200 h de tratamiento, se observó progresivamente un
164
Viabilidad de las diferentes estrategias de biorremediación a escala piloto
descenso más lento hasta las situaciones finales. Es en esta etapa final en la que se
observaron importantes diferencias entre utilizar una estrategia de bioestimulación y una
de bioaumento (en este caso semanal). Tal y como indica la Tabla 6.3, se alcanzó una
mayor eliminación de HC diésel en el tratamiento de bioaumento, y la velocidad de
consumo fue en torno al 41% superior con respecto al de bioestimulación.
Tabla 6.3. Resumen de datos relevantes para el estudio de la influencia de la estrategia de
biorremediación a escala piloto en experimentos en fase insaturada en biorreactor.
Experimento
Eliminación de
diésel a
2 meses (%)
Bioestimulación con
medio BHB
3
89,15 ± 0,49
90,23 ± 5,16
21,62 ± 0,61
Bioaumento semanal
4
97,14 ± 0,30
150,83 ± 9,5
25,66 ± 1,06
Estrategia
Vmax
Vmed
de consumo
de consumo
(mgTPH kgsuelo-1 h-1) (mgTPH kgsuelo-1 h-1)
c) Comparación de los experimentos 5 a 10
En la Figura 6.6 se muestra los resultados de los experimentos realizados en cubeto
y fase insaturada al 18% de humedad, es decir, los experimentos del 5 al 10. En estos
experimentos la única variable que se ha ido modificando es el tipo de estrategia
utilizada en la biorremediación.
En el experimento 5 (Figura 6.6.a) se presenta el tratamiento de atenuación natural
que se llevó a cabo a escala planta piloto, es decir, el experimento control a gran escala
al cual no se le realizó ningún tipo de bioestimulación (aireación, adición de agua,
adición de nutrientes, etc.) ni bioaumento. En estas circunstancias se alcanzó una
disminución de la concentración de TPH en el suelo del 38%. Este descenso se debe,
únicamente, al proceso de biodegradación por parte de los microorganismos endógenos
(Figura 6.6.a), ya que, aunque éstos no fueron estimulados y se observó una
concentración de biomasa muy pequeña, podrían haber intervenido en el proceso de
biorremediación.
165
Capítulo 6
14
14000
12
9
8
10
10000
Biomasa (mg kg -1)
8
8000
6
6000
4
4000
2000
2
0
0
0
300
600
900
1200
4
10
5
0
0
16
14000
14
12000
12
10000
10
8
6000
6
4000
4
2000
2
0
400
800 1200 1600 2000 2400
Tiempo (h)
25
20
Biomasa (mg kg-1)
16000
0
400
(b )
8000
1500
15
0
1200 1600 2000 2400
Tiempo (h)
1200
Tiempo (h)
2
800
900
Humedad %
TP H (mg kg -1)
6
400
600
20
B iomasa (mg kg-1)
8
8000
0
300
25
10
0
T PH (mg kg- 1)
2
(a )
12
2000
3
0
14000
4000
4
0
14
6000
5
1500
16000
10000
6
1
T iempo (h)
12000
7
15
Humedad %
T PH (mg kg- 1)
12000
10
Humedad %
16000
0
800 1200 1600 2000 2400
10
5
0
0
T iempo (h)
400
800
1200 1600 2000 2400
T iempo (h)
(c)
Figura 6.6. Experimentos en fase insaturada en cubeto. (a) Atenuación natural (Experimento 5). (b)
Bioestimulación con medio BHB (Experimento 6). (c) Bioestimulación con compost A (Experimento 7).
Simbología: , concentración de TPH; ○, concentración de biomasa. Las barras de error representan
la desviación estándar de la media y las líneas indican tendencias.
166
16
14000
14
12000
12
10000
10
8000
8
6000
6
4000
4
2000
2
0
400
800
5
12
10000
8
8000
6
6000
4
4000
800
T iempo (h)
20
2
2000
15
10
5
0
0
1200 1600 2000 2400
0
Tiempo (h)
14
30
14000
12
25
10
8000
6
6000
4
4000
2
2000
0
400
800
1200
Humedad %
8
Biomasa (mg kg-1)
10000
0
1600
800
1200 1600 2000 2400
Tiempo (h)
16000
0
400
(e )
12000
800 1200 1600 2000 2400
25
B iomasa (mg kg-1)
10
400
400
(d )
14000
0
10
0
14
0
15
0
16000
12000
TPH (mg kg -1)
20
0
1200 1600 2000 2400
T iempo (h)
TPH (mg kg- 1)
25
Humedad %
0
30
Humedad %
16000
Biomasa (mg kg-1)
T PH (mg kg- 1)
Viabilidad de las diferentes estrategias de biorremediación a escala piloto
20
15
10
5
0
0
T iempo (h)
(f)
300
600
900
1200 1500
Tiempo (h)
Figura 6.6 (Continuación). Experimentos en fase insaturada en cubeto. (d) Bioestimulación con
compost B (Experimento 8). (e) Bioaumento inicial (Experimento 9). (f) Bioaumento semanal
(Experimento 10). Simbología: , concentración de TPH; ○, concentración de biomasa. Las barras de
error representan la desviación estándar de la media y las líneas indican tendencias.
167
Capítulo 6
En el resto de tratamientos se observaron varios hechos importantes. En primer
lugar, la concentración de biomasa evolucionó de forma similar a lo observado en los
apartados a) y b) anteriores. Tras una primera etapa de crecimiento se alcanzó una
etapa estacionaria en la que se mantuvo una concentración aproximada en torno a
12 mgBiomasa kgSuelo
-1
en todos los casos, a excepción de los experimentos 7 y 8, de
bioestimulación con compost, en los que se alcanzaron valores de 14 mg Biomasa kgSuelo
-1
(Figuras 6.6.c y 6.6.d). En este caso cabría pensar que la microbiota del suelo se vio
favorecida por estas estrategias de bioestimulación, o bien que estos compost aportaron
una mayor concentración de microorganismos capaces de biodegradar diésel.
Por otro lado, la evolución en la degradación de TPH fue diferente según el
tratamiento realizado. Se observó un descenso más pronunciado en las estrategias de
bioestimulación con compost A y B y bioaumento semanal que en las estrategias de
bioestimulación con medio BHB o bioaumento inicial. Con estos resultados cabría
pensar que para hacer un proceso de biorremediación más efectivo sería necesario
aportar continuamente nuevos nutrientes o inóculo fresco. Toda esta evolución se puede
apreciar mejor en la Figura 6.7, en la que, a modo resumen, se ha representado la
variación de la concentración de TPH para cada una de las estrategias realizadas en
cubeto en fase insaturada con el fin de poder compararlas mejor.
Atenuación Natural
Bioestimulación medio BHB
Bioestimulación compost A
Bioestimulación compost B
Bioaumento inicial
Bioaumento semanal
16000
14000
TPH (m g kg-1 )
12000
10000
8000
6000
4000
2000
0
0
300
600
900
1200
1500
Tiempo (h)
Figura 6.7. Comparación de la biodegradación alcanzada
en los experimentos realizados en cubeto en fase
insaturada para el estudio de la influencia de la estrategia
de biorremediación.
168
Viabilidad de las diferentes estrategias de biorremediación a escala piloto
Si se observa la concentración final de TPH alcanzada en estos experimentos
(Tabla 6.4), se puede concluir que resultó más beneficioso el uso de una estrategia de
bioestimulación por cualquiera de los tratamientos con compost (92% de eliminación),
ya que éstos, en menos de 2 meses, aumentaron la eficiencia del proceso en un 20%
con respecto al resto de estrategias. Teniendo en cuenta este hecho se podría pensar
que la materia orgánica que aporta el compost puede estimular la actividad microbiana
y, consecuentemente, acelerar la degradación del diésel (Barker y Bryson, 2002).
Respecto a la velocidad máxima de consumo de diésel (Tabla 6.4), las estrategias
más
rápidas
fueron
las
(42,76 ± 8,82 mgTPH kgsuelo
-1
h
-1
de
bioestimulación
con
compost
A
) y compost B (48,33 ± 18,41 mgTPH kgsuelo h ). El
-1
-1
tratamiento de bioaumento semanal, con un valor de velocidad máxima de consumo de
-1
-1
24,04 ± 0,08 mgTPH kgsuelo h , ocupó el tercer lugar.
Tabla 6.4. Resumen de datos relevantes para el estudio de la influencia de la estrategia de
biorremediación a escala piloto en experimentos en cubeto y fase insaturada.
Estrategia
Experimento
Eliminación
final de
diésel (%)
Eliminación de
diésel a
2 meses (%)
Vmax
de consumo
(mgTPH kgsuelo-1 h-1)
Vmed
de consumo
(mgTPH kgsuelo-1 h-1)
Atenuación
Natural
Bioestimulación
con medio BHB
5
38,21 ± 0,27
38,21 ± 0,27
21,27 ± 0,01
7,04 ± 0,03
6
87,99 ± 4,47
69,63 ± 3,94
12,24 ± 0,91
8,53 ± 0,51
Bioestimulación
con compost A
7
95,97 ± 0,41
92,37 ± 2,89
42,76 ± 8,82
16,58 ± 1,27
Bioestimulación
con compost B
8
96,00 ± 0,23
92,76 ± 0,40
48,33 ± 18,41
18,50 ± 1,73
Bioaumento
inicial
9
(90,82 ± 1,53)*
75,35 ± 0,52
14,97 ± 5,15
9,54 ± 3,00
Bioaumento
semanal
10
81,39 ± 1,38
81,39 ± 1,38
24,04 ± 0,08
13,65 ± 2,66
Nota: * Dato fuera de tendencia.
En la Tabla 6.5 se presenta el resultado del test ANOVA realizado para analizar
estadísticamente los resultados de los experimentos de biorremediación en cubeto. Para
ello, se muestra el valor p que marca el valor por debajo del cual la hipótesis nula es
rechazada, es decir, valor por debajo del cual la diferencia entre las estrategias
comparadas no es debida al azar. Generalmente, se toma como valor de referencia
p<0,05 para determinar la significancia estadística, sin embargo, existen referencias más
restrictivas que se han fijado en valores p<0,01 y p<0,001. Como era de esperar, todas
las estrategias resultaron significativamente más beneficiosas que el proceso de
atenuación natural (Experimento 5). De este hecho se concluye que cualquier alteración
169
Capítulo 6
(de bioestimulación o bioaumento) realizada sobre el suelo contaminado conduce a una
mejora en su descontaminación.
Respecto a la estrategia de bioaumento semanal, ésta fue significativamente
(p<0,05) más beneficiosa que el tratamiento de bioestimulación con medio BHB y el
bioaumento simple. Es importante indicar que de los apartados a) y b) anteriores se
podía extraer la misma conclusión, es decir, el bioaumento simple no mejora a la
bioestimulación con medio BHB, pero el semanal sí lo hace. Además, en principio,
parece que este comportamiento es independiente de las demás variables (humedad o
tipo de instalación).
Tabla 6.5. Resultado del test ANOVA en el análisis estadístico de los experimentos en cubeto para el
estudio de la influencia de la estrategia de biorremediación.
Fase
Insaturada
Instalación
Cubeto
Bioest.
BHB
(Exp. 6)
Estrategia
Atenuación
0,017*
Natural (Exp. 5)
Bioest. BHB
(Exp. 6)
Bioest. Compost
A (Exp. 7)
Bioest. Compost
B (Exp. 8)
Bioaum. inicial
(Exp. 9)
Bioest.
compost A
(Exp. 7)
Bioest.
compost B
(Exp. 8)
Bioaum.
inicial
(Exp. 9)
Bioaum.
semanal
(Exp. 10)
5,3E-07*** 4,7E-08***
0,007**
2,86E-06***
0,010**
0,002**
0,885
0,019*
0,605
0,012*
0,865
0,003**
0,502
0,022*
Nota: *, significación estadística al nivel de 0,05; **, nivel de 0,01; ***, nivel de 0,001.
Por este motivo, en caso de optar por una estrategia de bioaumento, la
recomendación final sería la de utilizar el inóculo propio del suelo, que tras un paso
previo de aislamiento y enriquecimiento bajo las condiciones optimizadas en el capítulo
4, se introduzca de nuevo en el medio contaminado de manera periódica, manteniendo,
de este modo, activa la población microbiana específica y acelerando el proceso de
biorremediación.
Al contrario de lo obtenido por Cunningham y Philp (2000), se ha visto que las
estrategias de bioestimulación con compost pueden ser significativamente más
beneficiosas para el proceso de biorremediación que otras estrategias (Tabla 6.5). Los
beneficios del uso de compost en la biorremediación de suelos han sido demostrados
con anterioridad tanto a escala de laboratorio como a mayor escala, especialmente para
la biodegradación de HC (Jørgensen y col., 2000; van Gestel y col., 2003; Hesnawl y
McCartney, 2006; Gandolfi y col., 2010). En general, la adición de compost lleva consigo
la adición de agentes estructurantes (astillas de corteza arbórea, salvado de trigo y
170
Viabilidad de las diferentes estrategias de biorremediación a escala piloto
serrín, entre otros) que aumentan la porosidad de los suelos (Cookson, 1995) y
enmiendas orgánicas, como ejemplos de residuos orgánicos municipales. Estos
compuestos, además de aportar nutrientes, favorecen la aireación y la actividad
microbiana y, en consecuencia, aumentan la tasa de biodegradación de los
contaminantes. Por este motivo, los resultados obtenidos en este trabajo para los
tratamientos de bioestimulación son alentadores, pues es posible y viable la sustitución
de nutrientes inorgánicos comerciales (Medio BHB o fertilizantes industriales)
(Cunningham y Philp, 2000), cuyo uso supone un coste adicional importante.
La posible aplicación de estas estrategias estará condicionada por el tipo de proceso
de biorremediación. La estrategia de bioestimulación con compost se podrá realizar en
los tratamientos ex situ sin problema y también en los tratamientos in situ en los que el
vertido sea muy superficial, de forma que tras una simple roturación de la superficie, se
pudiera mezclar el suelo contaminado con el compost. Sin embargo, en aquellos casos
en los que se precise un tratamiento in situ a cierta profundidad, la estrategia de
bioaumento periódico sería la más apropiada.
En cuanto al tipo de compost utilizado, no se observaron grandes diferencias entre
los dos empleados. Aparentemente se obtuvo una respuesta ligeramente mejor cuando
se empleó compost formado a partir de estiércol de cordero, pero sin llegar a ser
estadísticamente significativa la diferencia entre ambos. Se podría proponer la utilización
indistinta de ambos dependiendo de la disponibilidad de estos residuos a nivel industrial.
6.4.1.2. Influencia del grado de humedad del suelo
La mayoría de los procesos de biorremediación que se llevan a cabo en la actualidad
se realizan con suelos en estado insaturado; bien en procesos ex situ mediante
tratamientos landfarming, biopilas, etc. (Cunningham y Philp, 2000; Lin y col., 2011), o
en procesos in situ mediante la realización de perforaciones utilizadas para inyectar
nutrientes líquidos, microorganismos especializados o simplemente aire para oxigenar el
suelo. Sin embargo, cuando existen sustancias muy recalcitrantes, los procesos de
descontaminación se suelen llevar a cabo ex situ en biorreactores industriales en fase
saturada (Robles-González y col., 2008).
Para estudiar la influencia de la humedad en el proceso de biorremediación del suelo
contaminado con diésel a escala planta piloto, en este apartado se comparan los
experimentos 1 y 3, experimentos en los que la única variable que se ha modificado es
la humedad.
171
Capítulo 6
En la Figura 6.8 se comparan los resultados obtenidos en los experimentos 1 y 3. Se
observa que la concentración de biomasa (Figura 6.8.b) siguió inicialmente la misma
tendencia en los dos experimentos: un rápido ascenso desde el tiempo 0 hasta las 200 h
-1
de tratamiento, alcanzando un valor de 9 mgBiomasa kgSuelo
en ambas estrategias. A
partir de ese momento, la concentración de microorganismos en el experimento en fase
saturada siguió aumentando hasta alcanzar una concentración máxima en torno a 10
-1
mgBiosama kgSuelo , la cual se mantuvo constante en esos valores durante el resto del
tiempo. Sin embargo, en el experimento en fase insaturada, se observó un progresivo
descenso de la población microbiana durante el resto del tratamiento. Cabe pensar que
este descenso de biomasa podría deberse a la menor concentración de humedad, de tal
manera que aumentaría la mortalidad microbiana al no estar lo suficientemente
estimulada.
18000
12
TPH Fase insaturada
TPH Fase saturada
16000
11
10
9
12000
Biomasa (mg kg-1)
T PH (mg kg- 1)
14000
10000
8000
6000
4000
8
7
6
5
4
3
2
2000
Biomasa Fase saturada
1
Biomasa Fase insaturada
0
0
0
200
400
600
800 1000 1200 1400
0
200
400
600
T iempo (h)
(a)
800 1000 1200 1400
T iempo (h)
(b)
Figura 6.8. Estudio de la influencia del grado de humedad en la biorremediación a escala planta piloto
(Experimentos de bioestimulación con medio BHB realizados en biorreactor). (a) Comparación de la
concentración de TPH, (b) Comparación de la concentración de biomasa. Los puntos son datos
experimentales. Las líneas indican tendencias.
Con respecto a la concentración de TPH (Figura 6.8.a), se observa una respuesta
ligeramente mejor del tratamiento realizado en condiciones de insaturación al 18% de
humedad que en condiciones saturadas. Esta tendencia puede observarse durante todo
el tiempo de experimentación, si bien, al final se alcanzan concentraciones muy
172
Viabilidad de las diferentes estrategias de biorremediación a escala piloto
parecidas. La velocidad media de consumo de diésel en el tratamiento insaturado fue
superior que en condiciones saturadas (Tabla 6.6).
Tabla 6.6. Resumen de datos relevantes para el estudio de la influencia del grado de humedad en
la biorremediación a escala planta piloto (Experimentos de bioestimulación con medio BHB
realizados en biorreactor).
Experimento
Eliminación de
Vmax
diésel a 2
de consumo
meses (%)
(mgTPH kgsuelo-1 h-1)
Vmed
de consumo
(mgTPH kgsuelo-1 h-1)
Bioestimulación con
medio BHB en fase
saturada
1
90,82 ± 1,98
42,37 ± 3,82
15,26 ± 2,27
Bioestimulación con
medio BHB en fase
insaturada
3
89,15 ± 0,49
90,23 ± 5,16
21,62 ± 0,61
Atendiendo al análisis de la varianza realizado a través del test ANOVA para el
estudio de la significancia (Tabla 6.7), se observa que el experimento de bioestimulación
con medio BHB realizado en fase saturada no resultó significativo respecto al llevado a
cabo bajo las mismas condiciones en fase insaturada.
Tabla 6.7. Resultado del test ANOVA en el análisis estadístico de la
influencia del grado de humedad en los experimentos de bioestimulación
con medio BHB en biorreactor.
Insaturada
Instalación
Fase
Estrategia
Biorreactor
Saturada
Bioest. medio BHB (Exp.1)
Bioest.
medio BHB
(Exp. 3)
0,284
Nota: el mínimo nivel de significación estadística es 0,05
En las condiciones en las que se han realizado estos experimentos, el tipo de suelo
que se ha utilizado y el HC elegido, un tratamiento en fase saturada no mejora el
proceso de biorremediación con respecto a ese mismo experimento realizado en fase
insaturada, es decir, no se obtienen mejores eficiencias finales y tampoco se consigue
aumentar la velocidad de consumo de diésel. Por ello se rechaza el estado saturado
como óptimo de humedad en el que llevar a cabo el tratamiento de biorremediación del
suelo contaminado con diésel a escala industrial. Los beneficios que supondría utilizar
este tipo de tecnología en estado insaturado a escala industrial son muy importantes a la
hora de plantear un proceso de biorremediación viable. Por un lado, se reduce el gasto
173
Capítulo 6
de agua a utilizar y, por otro, se conservan las propiedades fundamentales del suelo, no
destruyéndose su estructura física y quedando disponible para un uso posterior.
6.4.1.3. Influencia del modo de operación
Tal y como se ha comentado anteriormente, una práctica muy común para tratar los
suelos contaminados con sustancias muy recalcitrantes suele ser el uso de
biorreactores industriales (Piskonen y col., 2005; Filonov y col., 2006). Estos equipos
favorecen, generalmente, la aceleración de la degradación de los contaminantes,
permitiendo además un mayor control de ciertas variables de operación. Los
experimentos que en esta investigación se han realizado en las hormigoneras
convencionales (Experimentos 1 a 4) pretenden equipararse a aquéllos que se realizan
en biorreactores inventados para tal fin.
Por otro lado, los experimentos 5 a 10 realizados en cubeto pueden asimilarse a
aquellos tratamientos que se realizan en biopilas o hileras a escala industrial. Además,
la instalación que aquí se ha propuesto tiene situados en su interior unos aireadores que
aumentan la concentración de oxígeno por todo el suelo, metodología empleada también
habitualmente para aumentar el rendimiento en estas instalaciones a escala industrial.
Para comprobar la influencia del modo de operación y el uso de una instalación u
otra, se comparan en fase insaturada (18% de humedad) los resultados de los
experimentos 3 y 6 (Figura 6.9.a), y los experimentos 4 y 10 (Figura 6.9.b), llevados a
cabo bajo las mismas estrategias de biorremediación pero en un modo de operación
distinto.
En ambas figuras se observa siempre que la concentración de TPH es inferior en
todo momento en los experimentos realizados en biorreactor, a pesar de que la
concentración de biomasa es inferior. Este hecho podría deberse a que en la instalación
dinámica de los biorreactores la biomasa se encuentra más activa y con un rendimiento
mayor, o bien, que existen otros factores ajenos a la biodegradación que se ven
favorecidos en este tipo de instalaciones.
174
Viabilidad de las diferentes estrategias de biorremediación a escala piloto
18000
16
TPH Biorreactor
16000
14
TPH cubeto
12
Biomasa (mg kg-1)
TPH (mg kg-1 )
14000
12000
10000
8000
6000
4000
10
8
6
4
2000
2
0
0
0
200 400 600 800 1000 1200 1400
Biomasa Biorreactor
Biomasa cubeto
0
200 400 600 800 1000 1200 1400
T iempo (h)
T iempo (h)
(a)
16000
16
TPH biorreactor
14000
14
TPH cubeto
12
Biomasa (mg kg-1)
TPH (mg kg-1)
12000
10000
8000
6000
4000
10
8
6
4
2000
2
0
0
0
Biomasa cubeto
0
200 400 600 800 1000 1200 1400
Tiempo (h)
Biomasa biorreactor
200 400 600 800 1000 1200 1400
T iempo (h)
(b)
Figura 6.9. Comparación de los experimentos realizados en biorreactor y cubeto para el estudio de
la influencia del modo de operación en la biorremediación a escala planta piloto. (a) Comparación
de los experimentos 3 y 6, Bioestimulación con medio BHB. (b) Comparación de los experimentos 4
y 10, Bioaumento semanal. Los puntos son datos experimentales. Las líneas indican tendencias.
La Tabla 6.8 muestra el resumen de las eficacias y velocidades alcanzadas en los
experimentos 3 y 6, y 4 y 10. Respecto a la velocidad de consumo de diésel, se
observaron unas velocidades inferiores en las estrategias en modo estático frente a los
tratamientos en dinámico llevados a cabo en biorreactor.
175
Capítulo 6
Tabla 6.8. Resumen de datos relevantes para el estudio de la influencia del modo de operación en la
biorremediación a escala planta piloto (Experimentos 3 y 6, 4 y 10).
Estrategia
Experimento
Eliminación de
diésel a 2
meses (%)
Vmax
de consumo
(mgTPH kgsuelo-1 h-1)
Vmed
de consumo
(mgTPH kgsuelo-1 h-1)
Bioestimulación con medio
BHB en biorreactor
3
89,15 ± 0,49
90,23 ± 5,16
21,62 ± 0,61
Bioestimulación con medio
BHB en cubeto
6
69,63 ± 3,94
12,24 ± 0,91
8,53 ± 0,51
Bioaumento semanal en
biorreactor
4
97,14 ± 0,30
150,83 ± 9,5
25,66 ± 1,06
Bioaumento semanal en
cubeto
10
81,39 ± 1,38
24,04 ± 0,08
13,65 ± 2,66
En principio, de acuerdo con los resultados obtenidos, se puede considerar que el
tratamiento con biorreactores giratorios es más adecuado, ya que supondría una
aceleración del proceso frente al uso de reactores estáticos aireados. Sin embargo, el
test de significancia ANOVA (Tabla 6.9) indica que únicamente existen diferencias
significativas (p<0,01) al comparar los resultados de los experimentos 3 y 6. De esta
forma, el uso de biorreactores no estaría completamente justificado debido a la alta
relación coste/eficiencia. Sin embargo, el factor tiempo podría justificar su uso
(Cunningham y Philp, 2000).
Tabla 6.9. Resultado del test ANOVA en el análisis estadístico de la influencia del modo de
operación de los experimentos en fase insaturada y misma estrategia de biorremediación.
Biorreactor
Instalación
Cubeto
Estrategia
Bioest. medio BHB (Exp. 6)
Bioaum. semanal (Exp. 10)
Bioest.
Bioaum. semanal
medio BHB (Exp.
(Exp. 4)
3)
0,002**
0,342
Nota: *, significación estadística al nivel de 0,05; **, nivel de 0,01.
6.4.1.4. Influencia del cambio de escala
En la bibliografía se encuentran numerosos casos en los que los tratamientos
realizados en laboratorio pretenden asemejarse a aquellos a mayor escala (MachinRamirez y col., 2008; Nikakhtari y col., 2009), por lo que este paso intermedio en planta
piloto es esencial para el buen entendimiento del escalado de estos procesos.
A partir de los experimentos realizados en suspensión acuosa en laboratorio se llegó
a la conclusión de que el tipo de estrategia está condicionado por la biodisponibilidad del
176
Viabilidad de las diferentes estrategias de biorremediación a escala piloto
contaminante, de ahí que para distintos tipos de suelo la estrategia recomendable no
fuera la misma. Sin embargo, una vez realizado el proceso a una escala mayor con uno
de esos suelos, suelo arcilloso SD, se han observado otros efectos.
En primer lugar, es necesario remarcar el éxito de todas las estrategias de
biorremediación utilizadas en este trabajo al cambiar a escala planta piloto. Se
consiguieron rendimientos de eliminación del mismo orden que los experimentos en
suspensión acuosa en laboratorio (realizados bajo unas condiciones de tratamiento más
controladas), aunque en planta piloto se ha observado una velocidad de consumo
menor.
En la Figura 6.10 se puede observar tal efecto al comparar los experimentos de
bioestimulación con medio BHB y bioaumento inicial realizados en fase saturada en
laboratorio y en planta piloto. En la figura de la izquierda se representa la concentración
de TPH a lo largo del tiempo y en la derecha la concentración de biomasa.
Atendiendo a las curvas de concentración de TPH de los experimentos de
biorremediación realizados en laboratorio, se observa un descenso más pronunciado del
HC. Sin embargo, en los experimentos realizados en planta piloto se aprecia la
ralentización del proceso al cambiar de escala. Este efecto se puede observar
claramente en la Figura 6.10.b para el tratamiento mediante bioaumento inicial.
Por otro lado, y atendiendo a la concentración de biomasa, ésta es muy superior en
los tratamientos realizados en laboratorio, mostrándose verdaderamente los efectos del
escalado como consecuencia del menor control de ciertas variables de operación, como
por ejemplo, la temperatura y la homogeneización.
Los experimentos realizados en planta piloto mostraron unas velocidades de
consumo de diésel en torno a un 94% menores que aquellas obtenidas en los
experimentos en laboratorio; sin embargo, se consiguieron mayores eficiencias en un
tiempo menor que los reportados en la bibliografía para otros experimentos a gran
escala (Lin y col., 2011).
177
Capítulo 6
400
18000
16000
Laboratorio
350
Laboratorio
14000
Planta Piloto
300
250
Laboratorio
Biomasa (mg kg-1)
12000
10000
8000
6000
4000
40
30
200
20
150
100
10
Planta Piloto
Biomasa (mg kg -1)
T PH (mg kg- 1)
50
Planta piloto
50
2000
0
0
200
400
600
0
800 1000 1200 1400
0
0
200 400 600 800 1000 1200 1400
T iempo (h)
Tiempo (h)
(a)
18000
50
Planta Piloto
16000
Laboratorio
Planta piloto
14000
750
Laboratorio
Biomasa (mg kg-1)
12000
10000
8000
6000
4000
600
30
450
20
300
10
150
2000
0
0
0
400
800
1200
1600
40
0
0
2000
Planta Piloto
Biomasa (mg kg-1)
T PH (mg kg- 1)
Laboratorio
900
200 400 600 800 1000 1200 1400
T iempo (h)
T iempo (h)
(b)
Figura 6.10. Comparación de los experimentos de biorremediación realizados en laboratorio y planta piloto
para el estudio del cambio de escala. (a) Comparación del tratamiento de bioestimulación con medio BHB,
(b) Comparación del tratamiento de bioaumento inicial. Los puntos son datos experimentales. Las líneas
indican tendencias.
A continuación, como resumen de esta etapa de estudio en planta piloto, se
presentan los datos más interesantes obtenidos en los experimentos en esta fase (del 1
al 10). Tal y como se ha comentado, y puede observarse en la Tabla 6.10, el
experimento en biorreactor en fase insaturada mediante la estrategia de bioaumento
semanal alcanza la mayor tasa de eliminación de HC y una velocidad media de
consumo más elevada. Se trata, por tanto, de la estrategia de biorremediación más
adecuada para la descontaminación de suelos con HC diésel, de las planteadas en esta
memoria. Sin embargo, los buenos resultados obtenidos por estrategias más sencillas
como la bioestimulación con compost o el bioaumento semanal realizados en fase
insaturada en cubeto, de menor coste económico, inclinan la balanza hacia este tipo de
178
Viabilidad de las diferentes estrategias de biorremediación a escala piloto
estrategias en un proyecto de descontaminación de suelos con HC tipo diésel a escala
real.
Tabla 6.10. Resumen de datos obtenidos de los experimentos realizados en planta piloto.
Instalación
Fase
Tratamiento
Experimento
Eliminación de
diésel a 2
meses (%)
Vmed de consumo
(mgTPH kgsuelo-1 h-1)
Saturada
Bioestimulación
medio BHB
1
90,82 ± 1,98
15,26 ± 2,27
Bioaumento
inicial
2
85,10 ± 7,21
10,21 ± 1,22
Bioestimulación
medio BHB
3
89,15 ± 0,49
21,62 ± 0,61
Bioaumento
semanal
4
97,14 ± 0,30
25,66 ± 1,06
Atenuación
Natural
5
38,21 ± 0,27
7,04 ± 0,03
Bioestimulación
medio BHB
6
69,63 ± 3,94
8,53 ± 0,51
Bioestimulación
con Compost A
7
92,37 ± 2,89
16,58 ± 1,27
Bioestimulación
con Compost B
8
92,76 ± 0,40
18,50 ± 1,73
Bioaumento
inicial
9
75,35 ± 0,52
9,54 ± 3,00
Bioaumento
semanal
10
81,39 ± 1,38
13,65 ± 2,66
Biorreactor
Insaturada
Cubeto
Insaturada
6.4.2. Evaluación del estado del suelo después del proceso de biorremediación:
resultados del test de fitotoxicidad
La evaluación de la toxicidad en procesos de biorremediación es de gran importancia
debido a que en algunos procesos metabólicos asociados a la biodegradación se
pueden generar productos de oxidación parcial, que pueden presentar una mayor
toxicidad que los productos parentales (Philips y col., 2000). Es importante conocer la
evolución de la toxicidad tanto para estudios de riesgo como para la mejora del
conocimiento de los procesos de biodegradación y, en consecuencia, certificar que el
proceso de biorremediación ha sido beneficioso más allá de la disminución en la
concentración de contaminantes (Rahman y col., 2002).
Los resultados del test previo en placa de Petri (Tabla 6.10) revelaron que la
germinación de las semillas de cebada en el suelo limpio fue cercana al 90%, tanto si
éstas eran depositadas sobre el propio suelo, como si se hacía interponiendo papel de
filtro entre ellas. Cuando se aplicó el test a los suelos descontaminados mediante
179
Capítulo 6
biorremediación, o al suelo sin descontaminar, se comprobó que la cantidad de semillas
germinadas fue menor. Además, se corroboró que los vapores de diésel afectaron a la
germinación de las semillas cuando éstas no estaban en contacto directo con el suelo.
Tabla 6.10. Test de germinación previo de semillas de Cebada (Hordeum
vulgare) en placa de Petri.
% semillas germinadas
Estrategia
Suelo limpio (S.L.)
Suelo contaminado (S.C.)
Suelo tratado (Bioest. Comp. A)
Suelo tratado (Bioest. Comp. B)
Suelo tratado (Bioaum. Semanal)
Sin papel
de filtro
Con papel
de filtro
93,3
23,1
73,3
88,2
67,6
89,5
15,8
58,8
85,7
59,3
Es importante destacar que durante el periodo de germinación y los primeros días de
desarrollo de la plántula ocurren numerosos procesos fisiológicos en los que la
presencia de una sustancia tóxica, en este caso derivada del diésel, puede interferir
alterando la supervivencia y el desarrollo normal de la planta, siendo por lo tanto una
etapa de gran sensibilidad frente a factores externos adversos (Rahman y col., 2002).
Entre otras cosas, el HC puede afectar a la raíz de la plántula y alterar su capacidad de
absorción de agua y nutrientes (Kuhn y col., 1998). Además, ciertas moléculas de HC
pueden penetrar en la planta y dañar las membranas de las células produciendo la
ruptura y el bloqueo de los espacios intersticiales y reduciendo la capacidad de
transporte de metabolitos y la tasa de respiración (Xu y Johnson, 1995). Este efecto
negativo sobre el crecimiento podría ser la causa de que para el suelo contaminado
(S.C.), el número de semillas germinadas, y la altura y grosor del tallo, tanto para la
cebada como para el trigo, fueran menores que para el resto de pruebas.
Muchas de las reacciones y procesos involucrados en la germinación son generales
para la gran mayoría de las semillas, por lo que la respuesta de las especies y los datos
obtenidos a partir de la aplicación de estas pruebas pueden representar los efectos de la
presencia del HC en el suelo (Kuhn y col., 1998). Se observó una respuesta bastante
buena en el número de semillas germinadas para los suelos que habían sido tratados
mediante cualquiera de los procesos de biorremediación (Figura 6.11), obteniéndose
además porcentajes mayores de germinación que en algunos ejemplos encontrados en
bibliografía (Molina-Barahona y col., 2005).
180
n º semillas germinadas
Viabilidad de las diferentes estrategias de biorremediación a escala piloto
100
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
S. L.
S. C.
Bioaum.
Semanal
1ª semana
2ª semana
Bioest.
Comp. A
Bioest.
Comp. B
3ª semana
n º semillas germinadas
(a)
100
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
S. L.
S. C.
1ª semana
Bioaum.
Semanal
2ª semana
Bioest.
Comp. A
Bioest.
Comp. B
3ª semana
(b)
Figura 6.11. Resultado del test de germinación en el ensayo de fitotoxicidad. (a)
Cebada. (b) Trigo.
La evaluación del desarrollo del tallo en su longitud y grosor también constituyen
indicadores representativos para determinar la capacidad de establecimiento y
desarrollo de la plántula, lo que puede proporcionar una idea del éxito en la
descontaminación del suelo (Molina-Barahona y col., 2005). Este hecho se observó en
los datos obtenidos durante la experimentación (Figuras 6.12 y 6.13). Los valores de
mayor grosor y longitud del tallo, para los dos cereales, se obtuvieron en los
experimentos realizados con el compost A y B, siendo incluso mayores que en los casos
en los que se utilizó suelo limpio. Por este motivo, y de acuerdo con Cole y col. (1995),
se puede decir que la biorremediación mediante la utilización de compost como agente
181
Capítulo 6
bioestimulante, no sólo ayudó a la descontaminación del suelo, sino que lo enriqueció y
le proporcionó unas propiedades finales mejores.
18
Longitud del tallo (cm)
15
12
9
6
3
0
S . L.
S . C.
1ª semana
B ioaum.
S emanal
2ª semana
B ioest.
Comp. A
B ioest.
Comp. B
3ª semana
(a)
18
Longitud del tallo (cm)
15
12
9
6
3
0
S. L.
S. C.
1ª semana
Bioaum.
Semanal
2ª semana
Bioest.
Comp. A
Bioest.
Comp. B
3ª semana
(b)
Figura 6.12. Resultados de la longitud del tallo en el ensayo de fitotoxicidad.
(a) Cebada. (b) Trigo.
182
Viabilidad de las diferentes estrategias de biorremediación a escala piloto
0,4
Esp esor d el tallo (mm)
0,35
0,3
0,25
0,2
0,15
0,1
0,05
0
S. L.
S. C.
Bioaum.
Semanal
1ª semana
2ª semana
Bioest.
Comp. A
Bioest.
Comp. B
3ª semana
(a)
0,4
Esp esor d el tallo (mm)
0,35
0,3
0,25
0,2
0,15
0,1
0,05
0
S. L.
S. C.
Bioaum.
Semanal
1ª semana
2ª semana
Bioest.
Comp. A
Bioest.
Comp. B
3ª semana
(b)
Figura 5.13. Resultados del espesor del tallo en el ensayo de fitotoxicidad. (a)
Cebada. (b) Trigo.
El hecho de que se produjera una mejora en las condiciones del suelo al final de los
tratamientos de biorremediación mediante bioestimulación con compost no resulta
extraño, pues son de sobra conocidas las mejoras que el uso de compost supone para
el suelo (Haderlein y col., 2006; Gandolfi y col., 2010). Por este motivo, y como
conclusión de estas pruebas fitotóxicas, se propone este tipo de bioestimulación para
acelerar el proceso de biorremediación del suelo contaminado. Además, la aplicación de
este proceso será posible tanto en los casos de tratamiento ex situ como en los casos in
situ cuando el vertido sea muy superficial (tratamiento de landfarming); dando salida a
ciertos residuos ganaderos industriales que, tras un sencillo tratamiento de compostaje,
pueden transformarse en un producto valioso para el proceso de biorremediación de
suelos contaminados con HC.
183
Capítulo 6
6.5. CONCLUSIONES
Las conclusiones que se derivan de los experimentos de biorremediación realizados
en planta piloto se resumen en los siguientes puntos:
1. De manera general los rendimientos de descontaminación observados al cambiar
de escala de laboratorio a planta piloto se mantienen en valores similares en
porcentaje. Este hecho indica que las condiciones fijadas en los pasos previos
son importantes para garantizar el éxito a mayor escala.
2. Todas las estrategias de biorremediación acelerada llevadas a cabo en planta
piloto aumentan el rendimiento más del 70% respecto a un simple proceso de
atenuación natural tradicional.
3. La estrategia de bioaumento inicial único no mejora el proceso de
biorremediación con respecto a las estrategias de bioestimulación convencional.
Sin embargo, el continuo aporte de inóculo fresco (bioaumento semanal)
aumenta el rendimiento respecto a un tratamiento de bioestimulación con BHB.
4. El uso de compost maduro, como método de bioestimulación, aumenta un 20%
los rendimientos de descontaminación con respecto al resto de estrategias.
5. Los experimentos de biorremediación realizados en estado saturado no mejoran
significativamente el proceso de descontaminación respecto a los realizados en
fase insaturada al 18%. Por ello, se rechaza el estado saturado como óptimo de
humedad en el que llevar a cabo los procesos de descontaminación a escala
industrial.
6. La utilización de biorreactores giratorios sólo resulta significativamente
beneficiosa en la estrategia de bioestimulación respecto al uso de reactores
estáticos aireados. De esta forma, la operación en biorreactores giratorios no
estaría completamente justificada en un proceso industrial debido a la alta
relación coste/eficiencia.
7. El uso de compost maduro, como agente bioestimulante para la biorremediación,
ayuda a reducir la toxicidad del suelo tras su tratamiento. Las plántulas de
cebada (Hordeum vulgare) y trigo (Triticum aestivum) desarrolladas en el suelo
descontaminado con compost presentan un grosor y longitud de tallo mayor que
el resto de casos estudiados. Este hecho podría indicar que la descontaminación
del suelo con compost es exitosa.
184
Viabilidad de las diferentes estrategias de biorremediación a escala piloto
6.6. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Anastasi, A., Coppola, T., Prigione, V., Varese, G. G. (2009). Pyrene degradation
and detoxification in soil by a consortium of basisiomycetes isolates from compost:
role of laccases and peroxidases. J. Hazard Mater. 165:1229-1233.

Baldan, E., Basaglia, M., Fontana, F., Shapleigh, J. P., Casella, S. (2015).
Development, assessment and evaluation of a biopile for hydrocarbons soil
remediation. International Biodeterioration & Biodegradation, 98:66-72.

Barker, A. V., Bryson, G. M. (2002). Bioremediation of heavy metals and organic
toxicants by composting. The Sci. W. J. 2:407-420.

Bhandari, A., Novak, J. T., Berry, D. F. (1996). Binding of 4-monochlorophenol to soil.
Environ. Sci. Technol. 30:2305–23.

Cole, M. A., Liu, X., Zhang, L. (1995). Effect of compost addition on pesticide
degradation in planted soils. In: Bioremediation of recalcitrant organics. Edited by
R.E. Hinchee, D.B. Anderson and R.E. Hoeppel. Columbus: Batelle Press.

Cookson, J. T. (1995). Bioremediation Engineering: Design and application. McGrawHill Co. New York, USA.

Cunningham, C. J., Philp, J. C. (2000). Comparison of bioaugmentation and
biostimulation in ex situ treatment of diesel contaminated soil. Land Contamination &
Reclamation. 8:261-269.

de Jesús, H. E., Peixoto, R. S., Cury, J. C., van Elsas, J. D., Rosado, A. S. (2015).
Evaluation of soil bioremediation techniques in an aged diesel spill at the Antarctic
Peninsula. Environmental Biotechnology. DOI:10.1007/s00253-015-6919-0.

Filauro, G., Andreotti, G., Arlotti, D., Reisinger, H. J. (1998) Blow out of Trecate 24
crude oil well: how bioremediation techniques are solving a major environmental
emergency in a valuable agricultural area. In: Contaminated Soil 98. Thomas Telford.
London, UK.

Filonov, A. E., Puntus, I. F., Karpov, A. V., Kosheleva, I. A., Akhmetov, L. I., Yonge,
D. R., Petersen, J. N., Boronin, A. M. (2006). Assessment of naphthalene
biodegradation efficiency of Pseudomonas and Burkholderia strains tested in soil
model systems. J. Chem. Technol. Biotechnol. 81: 216–224.

Forsyth, J. V., Tsao, Y. M., Bleam, R. D. (1995). Bioremediation: when is
augmentation needed? In: Hinchee, R.E., Fredickso, J., Alleman, B.C., editors.
Bioaugmentation for site remediation. Columbus, OH: Battelle Press.

Gandolfi, I., Sicolo, M., Franzetti, A., Fontanarosa, E., Santagostino, A., Bestetti, G.
(2010). Influence of compost amendment on microbial community and ecotoxicity of
hydrocarbon-contaminated soils. Bioresour. Technol. 101:568–575.

Haderlein, A., Legros, R. Ramsay, B. A. (2006). Pyrene mineralization capacity
increases with compost maturity. Biodegradation. 17:293-302.

Hesnawl, R. M., McCartney, D. M. (2006). Impact of compost amendments and
operating temperature on diesel fuel bioremediation. J. Environ. Eng. Sci. 5:37-45.

Jennings, E., Duncan, K., Buck, P., Lawlor, K., Sublette, K., Todd, T., Fisher, J.
(1996). The long term effects of crude oil contamination and bioremediation, a study
of soil toxicity, plant diversity and nematode communities. Petroleum. 38:579-589.
185
Capítulo 6

Jørgensen, K. S., Puustinen, J., Suortti, A. M. (2000). Bioremediation of petroleum
hydrocarbon-contaminated soil by composting in biopiles. Environ.Pollut. 107:245–
254.

Kaputska, L., Reporter, M. (1993). Terrestrial primary producers. In: Handbook of
Ecotoxicology. Ed. Peter Calow. Blackweel Scientific Publications. Oxford, UK.

Koning, M., Hupe, K., Lüth, J. C. Cohrs, I., Quandt, C., Stegmann, R. (1998).

Kuhn, W., Gambino, R., Al-Awadhi, N., Ballba, M. T., Dragun, J. (1998). Growth of
tomato plants in soil contaminated with Kuwait crude oil. J. Soil Contam. 7:801-806.

Ławniczak, Ł., Marecik, R., Chrzanowski, Ł. (2013). Contributions of biosurfactants to
natural or induced bioremediation. Applied Microbiology and Biotechnology. 97:1-13.

Lin, T-C., Pan, P-T., Young, C-C., Chang, J-S., Chang, T-C., Cheng, S-S. (2011).
Evaluation of the optimal strategy for ex situ bioremediation of diesel oilcontaminated soil. Environ. Sci. Pollut. Res. DOI: 10.1007/s11356-011-0485-5.

Lin, C., Sheu, D-S., Lin, T-C., Kao, C-M., Grasso, D. (2012). Thermophilic
Biodegradation of Diesel Oil in Food Waste Composting Processes Without
Bioaugmentation. Environmental Engineering Science, 29:117-123.

Machin-Ramirez, C., Okoh, A. I., Morales, D., Mayolo-Deloisa, K., Quintero, R.,
Trejo-Hernández, M. R. (2008). Slurry-phase biodegradation of weathered oily sludge
waste. Chemosphere. 10:737-744.

Marwood, T., Knoke, K., Yau, K., Lee, H., Trevors, J., Suchorski-Tremblay, A.,
Flemming, C., Hodge, V., Liu, D., Seech, A. (1998). Comparison of toxicity detected
by five bioassays during bioremediation of diesel-fuel spiked soils. Env. Toxicol.
Water Qual. 13:117-126.

Molina-Barahona, L., Vega-Loyo, L., Guerrero, M., Ramírez S., Romero, I., VegaJarquín, C., Albores, A. (2005). Ecotoxicological evaluation of diesel-contaminated
soil before and after a bioremediation process. Wiley interscience, DOI:
10.1002/tox.20083.

Nikakhtari, H., Kumar, P., Nemati, M., Hill, G. A. (2009). Biodegradation of diesel oil
in a baffled roller bioreactor. J. Chem. Technol. Biotechnol. 84:525-532.

Philips, T. M., Liu, D., Seech, A. G., Lee, H., Trevors, I. (2000). Monitoring
bioremediation in creosote-contaminated soil usingchemical analysis and toxicity
tests. Journal of Industrial Microbiology and Biotechnology. 24: 132-13.

Piskonen, R., Nyyssonen, M., Rajamaki, T., Itavaara, M. (2005). Monitoring of
accelerated naphthalene-biodegradation in a bioaugmented soil slurry.
Biodegradation. 16: 127–134.

Puustinen, J., Jørgensen, K. S., Strandberg, T., Suortti, A. M. (1995). Bioremediation
of oil-contaminated soil from service stations: evaluation of biological treatment. In:
van den Brink, W.J., Bosman, R., Arendt, F. (Eds), Contaminated Soil 95. Kluwer
Academic Publishers, Netherlands.

Rahman, K. S. M., Banat, I. M., Thahira, J., Thayumanavan, T.,
Lakshmanaperumalsamy, P. (2002). Bioremediation of gasoline contaminated soil
by a bacterial consortium amended with poultry litter, coir pith and rhamnolipid
biosurfactant. Bioresour. Technol. 81:25-32.
186
Comparative investigations into the biological degradation of contaminants in fixedbed and slurry reactors. In: Contaminated Soil 98. Thomas Telford. London, UK.
Viabilidad de las diferentes estrategias de biorremediación a escala piloto

Robles-González, I. V., Fava, F., Poggi-Varaldo, H. M. (2008). A review on slurry
bioreactors for bioremediation of soils and sediments. Microbial Cell Factories 7:5.,
DOI:10.1186/1475-2859-7-5.

Salanitro, J., Huessmann, M., Moore, K., Rhodes, I., Rice, Jackson, L., Vipond, T.,
Western, M., Wisnlewski, H. (1997). Crude oil hydrocarbon bioremediation and soil
ecotoxicity assessment. Environ. Sci. Technol. 31:1769-1776.

Samson, R., Greer, C. W., Hawkes, T., Desrochers, R., Nelson, C. H., St-Cyr, M.
(1994). Monitoring an aboveground bioreactor at a petroleum refinery site using
radiorespirometry and gene probes: effects of winter conditions and clayey soil . In:
Hinchee, R.E., Alleman, B.C., Hoeppel, R.E:, Miller, R.N. (Eds). Hydrocarbon
Bioremediation. Lewis Publishers, Baco Raton, FL, USA.

Sanscartier, D., Zeeb, B., Koch, I., Reimer, K. (2009). Bioremediation of dieselcontaminated soil by heated and humidified biopile system in cold climates. Cold
Regions Science and Technology. 55:167-173.

Sayara, T., Sarrà, M., Sánchez, A. (2010). Optimization and enhancement of soil
bioremediation by composting using the experimental design technique.
Biodegradation 21:345-356.

USEPA 540-S-96-502. (1996). Engineering bulletin: Composting EPA. United States
Environmental Protection Agency. Washington D.C., USA.

van Gestel, K., Mergaert, J., Swings, J., Coosemans, J., Ryckeboer, J. (2003).
Bioremediation of diesel oil-contaminated soil by composting with biowaste. Environ.
Pollut. 125:361–368.

van Straalen, N., van Gestel, C. (1993). Soil invertebrates and microorganisms. In:
Handbook of Ecotoxicology. Ed. Peter Calow. Blackweel Scientific Publications.
Oxford, UK.

Wan, C. K., Wong, J. W. C., Fang, M., Tong, K. (2003). Effect of organic waste
amendments on degradation of PAHS in soil using thermophilic composting. Environ.
Technol. 24:23-30.

Wang, W., Freemark, K. (1994). The use of plants for environmental monitoring and
assessment. Env. Toxicol. Saf. 36:289-301.

Xu, J. G., Johnson, R. L. (1995). Root growth, microbial activity and phosphatase
activity in oil-contaminated, remediated and uncontaminated soils planted to barley
and field pea. Plant Soil. 173:3-10.
187
188
Capítulo
7
•••••••••

Viabilidad técnica

Viabilidad ambiental

Viabilidad económica
•••••••••
Sostenibilidad integral de la estrategia
de biorremediación desarrollada
189
Capítulo 7
Dado el reciente interés en reducir el uso de vertederos como
destino final de los suelos contaminados o sus residuos de
tratamiento, se evalúa en este capítulo la viabilidad ambiental,
técnica y económica de la implementación, a escala
industrial, de los procesos de biorremediación propuestos en
un Centro de Tratamiento Especializado.
190
Sostenibilidad integral de la tecnología de biorremediación desarrollada
7.1. INTRODUCCIÓN
Los experimentos realizados en planta piloto confirmaron la posibilidad de
recuperación del suelo contaminado con diésel hasta valores superiores al 95%, bajo las
estrategias de bioestimulación con compost y bioaumento semanal, en periodos de
tiempo relativamente pequeños y, en los casos más desfavorables, hasta el 80%. Por
este motivo, se plantean en el presente capítulo dos posibilidades de extrapolación del
tratamiento de biorremediación a escala industrial. Por un lado, se evalúa la posibilidad
de realizar la descontaminación del suelo mediante la estrategia de bioestimulación
utilizando compost maduro como agente estimulante y, por otro, utilizar una estrategia
de bioaumento semanal endógeno.
Con este análisis se pretende demostrar la conveniencia de realizar una inversión
para llevar a cabo la recuperación sostenible de un emplazamiento contaminado
mediante su descontaminación en un Centro de Tratamiento Especializado (CTE). Todo
ello a través de la evaluación de la sostenibilidad integral de las dos estrategias
propuestas. Se entiende por recuperación sostenible aquélla cuyos beneficios netos
para la salud humana y el medioambiente son maximizados a través del uso juicioso de
los limitados recursos existentes (Conama, 2010).
Según distintos grupos de expertos en el ámbito de la gestión y recuperación de
suelos contaminados (Conama, 2010), las diferentes aproximaciones a la sostenibilidad
en la recuperación de suelos contaminados deben:
1. Minimizar o eliminar el consumo energético, o el de otros recursos naturales.
2. Reducir o eliminar las emisiones al medioambiente, especialmente a la atmósfera.
3. Aprovechar o imitar un proceso natural.
4. Promover la reutilización o reciclaje de los suelos o materiales afectados.
5. Fomentar el uso de técnicas de recuperación que destruyan permanentemente los
contaminantes.
Sin embargo, la conveniencia de realizar una inversión para el desarrollo de esta
actividad sólo será posible si se dispone de los elementos de juicio necesarios para
tomar la decisión. En términos generales, son cinco los estudios de viabilidad que deben
realizarse para evaluar un proyecto de este tipo (de Lucas y col., 2011): viabilidad
191
Capítulo 7
comercial, técnica, legal, organizacional y financiera. Cualquiera de estos estudios que
llegue a una conclusión negativa determinará que el proyecto no se lleve a cabo.
La viabilidad comercial de la técnica que se propone viene fijada, principalmente, por
la alta demanda de tecnologías sostenibles para la descontaminación de suelos. Las
propuestas de biorremediación que se recogen en esta memoria tienen un amplio
campo de aplicación, ya que el porcentaje de terreno contaminado por HC es elevado en
todos los países industrializados (COM/2006/0231). Tal y como se comentó en el
capítulo de Introducción, sólo en España existen más de 4.000 emplazamientos
potencialmente contaminados. Actualmente existen algunas empresas que a nivel
industrial se dedican a la descontaminación de suelos en España, pero aún pocas tienen
implementado
el
proceso
de
biorremediación
entre
sus
tecnologías
de
descontaminación. Esto es debido, principalmente, a que existen limitaciones con
respecto a la biodegradación de ciertos compuestos contaminantes y, además, el tiempo
de actuación puede ser muy prolongado si no se realiza una optimización previa. Por
tanto, se puede decir que la implantación de esta tecnología para la descontaminación
de suelos con HC, a escala industrial, puede cubrir un mercado potencial aún por
desarrollar.
En cuanto a los aspectos legales a tener en cuenta en la implantación de esta
tecnología, se destaca un punto importante: la caracterización administrativa del CTE y
los permisos necesarios para la instalación y explotación de estas infraestructuras.
Actualmente toda la caracterización administrativa está regulada por las comunidades
autónomas, así como, los permisos para el transporte de los suelos contaminados. Una
vez pasados estos trámites, existe otro aspecto relevante a tener en cuenta: la
incorporación al suelo de compuestos perjudiciales para la salud humana o el
medioambiente. En este sentido, ninguna de las dos estrategias que aquí se plantean
para el tratamiento industrial añade sustancias nocivas al suelo. La estrategia de
bioaumento desarrollada no utiliza microorganismos genéticamente modificados y, con
respecto a la estrategia de bioestimulación con compost, el único requisito que se debe
cumplir es la higienización y el contenido en metales del propio compost (recogido en el
RD 865/2010), que fijará su posibilidad de aplicación.
Respecto a la viabilidad organizacional se destacan varios puntos: la implementación
de ambas estrategias precisa de un conocimiento previo y profundo de diversos ámbitos
medioambientales y técnicos, por lo que se necesitarán recursos humanos cualificados
que formen parte de un equipo multidisciplinar. También se deben tener en cuenta los
recursos materiales: las instalaciones donde se llevarán a cabo los procesos de
192
Sostenibilidad integral de la tecnología de biorremediación desarrollada
descontaminación, la maquinaria, etc., no destacándose ningún otro punto relevante en
este aspecto.
Una vez analizada la tecnología de biorremediación desde el punto de vista
comercial, legal y organizacional, se concluye que la selección de la mejor tecnología de
biorremediación, que permita una recuperación óptima del suelo, debe surgir como
consecuencia de los estudios ambientales y técnicos, y de una valoración de los costes
del proyecto. Sólo así, se podrá conocer la sostenibilidad real de las estrategias a
implantar.
7.2. OBJETIVO
El principal objetivo de este capítulo es evaluar la viabilidad de la implementación, a
escala industrial, del proceso de biorremediación a través de las estrategias de
bioaumento semanal y bioestimulación con compost maduro propuestas. Las etapas
planteadas son:
1. Diseñar un proceso de biorremediación a escala industrial mediante las dos
estrategias de biorremediación propuestas y estudiar su viabilidad técnica.
2. Evaluar los daños más importantes que el desarrollo del proyecto puede
causar al medio ambiente y cómo, a su vez, éste puede influir sobre el
(1)
proyecto .
3. Evaluar la viabilidad económica de la implantación industrial de la técnica
de biorremediación a través de cualquiera de las dos estrategias.
7.3. VIABILIDAD TÉCNICA
Antes de decidir si se ha de proceder a la descontaminación de un suelo mediante la
tecnología de biorremediación, se debe demostrar primero la efectividad de esta técnica
sobre el terreno. Para ello, siendo rigurosos, deberían llevarse a cabo las siguientes
fases (Sánchez y Gallego, 2005):
1
No es objeto de este estudio evaluar todos los daños y sus consecuencias, siendo eso objeto de la Evaluación
de Impacto Ambiental a la que este tipo de proyectos estaría sujeta. Sólo se pretende realizar una breve
descripción de los puntos más sensibles.
193
Capítulo 7

Fase 1: Realizar una revisión bibliográfica para obtener datos sobre la
biodegradabilidad potencial de los contaminantes del emplazamiento y
conocer la existencia de casos similares.

Fase 2: Tomar muestras y analizar la presencia de microorganismos con
capacidad degradadora de la contaminación del emplazamiento, analizar el
tipo de suelo, realizar un estudio geotécnico e hidrogeológico y un análisis
de riesgos.

Fase 3: Desarrollar ensayos de trazabilidad a escala de laboratorio que
permitan predecir las posibilidades de biorremediación, diseñar las
condiciones experimentales óptimas y evaluar la tecnología a aplicar más
recomendable. Posteriormente, realizar ensayos a escala planta piloto para
comprobar la validez del escalado de la estrategia propuesta.

Fase 4: Realizar un estudio previo de campo para controlar al máximo las
condiciones ambientales, que siempre diferirán de las del laboratorio.
Diseñar e implementar métodos de muestreo adecuados para poder realizar
evaluaciones estadísticas fiables y evaluar los riesgos de la metodología a
implantar para el medio aceptor.

Fase 5: Finalmente, hay que llevar a cabo el seguimiento y análisis
cuantitativo del proceso de biorremediación durante todo su desarrollo para
evaluar la efectividad de la técnica escogida.
Es necesario remarcar que, el nivel de descontaminación que el proceso debe
alcanzar, vendrá fijado por el resultado del análisis de riesgos que se haya llevado a
cabo previamente. Las técnicas más recientes de evaluación de suelos contaminados se
fundamentan en la metodología de análisis de riesgo ASTM E1739/95, basada en el
riesgo que presentan para la salud humana y el medio ambiente la sumatoria de riesgos
individuales que exhiben los agentes químicos presentes en el sitio contaminado. El
resultado de este análisis es la cantidad de contaminante por debajo del cual no existe
daño, que vendrá estipulado, principalmente, por los valores de referencia y la
legislación ambiental correspondiente.
Una vez conocida realmente la posibilidad técnica de aplicación de la tecnología, el
modelo de explotación que se propone considera la opción de una empresa que
empieza a desarrollar esta actividad a escala industrial y, para tal fin, construye un CTE
de suelos contaminados con una capacidad para descontaminar de 2.250 t de suelo al
año. Es necesario apuntar que, en el caso de la estrategia de bioestimulación con
194
Sostenibilidad integral de la tecnología de biorremediación desarrollada
compost, la capacidad de tratamiento se ve reducida a 1.875 t de suelo, considerando el
volumen y peso del propio compost y también que ambas estrategias muestran
rendimientos muy similares para un periodo de 4 meses de tratamiento.
Respecto a la construcción del CTE, éste deberá estar situado en un polígono
2
industrial y consistirá en un recinto cerrado con una zona de 1.000 m , impermeabilizada
acorde a legislación, evitando una posible propagación de los contaminantes por
lixiviación al terreno.
Entre los pasos previos a seguir en el tratamiento de descontaminación, y que
también es común para las dos estrategias propuestas, se recogen los siguientes:
1. Excavar el suelo a tratar sin perjuicio de las zonas aledañas e invirtiendo los
mejores medios disponibles. Para ello es recomendable delimitar bien la
zona afectada y señalar aquellos puntos de mayor sensibilidad (especies de
fauna y flora protegidas, puntos de accesos a otras instalaciones, pozos
para extracción de agua subterránea, etc.).
2. Transportar el suelo excavado al CTE mitigando, en la medida de lo posible,
los impactos ambientales que pudieran surgir de esta actividad.
3. Formar biopilas con el suelo excavado en el CTE según el esquema de la
Figura 7.1. Las dimensiones recomendadas de las biopilas, según
bibliografía (Toffoletto y col., 2005), son: 10-20 m de largo, 4-6 m de ancho y
3-4 m de alto.
Agua
Sistema dispensador de líquidos
Suelo contaminado
Aire
Sistema de aireación
10-20 m
Membrana impermeable
(asfalto, grava, arcilla)
Figura 7.1. Esquema de formación de una biopila para tratamiento por
biorremediación. Modificado de Toffoletto y col. (2005).
195
Capítulo 7
A continuación, se presentan los puntos más importantes y los equipos necesarios
en la implementación de las dos estrategias elegidas para llevar a cabo el tratamiento
mediante biorremediación. En el Anexo IV se recoge el dimensionamiento realizado para
el CTE, así como, la estimación de los consumos auxiliares.
7.3.1. Implementación de la estrategia de bioaumento semanal (Estrategia A)
El bioaumento que se propone en esta memoria es un bioaumento semanal, de tal
manera que el cultivo inoculado se mantiene activo en el suelo al ir repoblándolo
periódicamente. Tal y como se seleccionó en el capítulo 5 de esta memoria, el cultivo
utilizado como bioaumento debe ser el endógeno del propio suelo contaminado, es
decir, se debe realizar un paso previo de aislamiento del cultivo microbiano presente
para enriquecerlo, posteriormente, en el sustrato contaminante. Por este motivo, la
implementación de esta estrategia conlleva tres pasos importantes:
1. Aislar y extraer el cultivo microbiano del propio suelo contaminado.
Siguiendo con la metodología llevada a cabo en esta investigación, el
aislamiento se realizaría a partir de una muestra de 30 kg del suelo
3
contaminado en un tanque de mezcla de 0,4 m de capacidad, al que se le
3
añaden 0,3 m de agua a temperatura ambiente (20-25 °C). Tras un tiempo
de mezcla de 24 h, se dejará reposar la suspensión, y el agua sobrenadante
3
(aproximadamente 0,03 m ) se utilizará como inóculo inicial para el proceso
de enriquecimiento.
2. Enriquecer el inóculo inicial en el sustrato contaminante. Esta fase se
corresponde con la de aclimatación y adaptación al consumo del
contaminante, con la finalidad de potenciar la capacidad biodegradadora del
cultivo. Para ello, en un biorreactor tipo fermentador de mezcla continua con
burbujeo de aire y aislado del exterior (temperatura interior mínima de 20
3
°C), se adicionarán los 0,3 m de inóculo inicial. Además, es necesario
3
añadir agua (4 m ) enriquecida en N y P (se propone añadir KNO3 y
(NH4)2HPO4 o un agua residual rica en estos compuestos). Por último, es
necesario adicionar el sustrato contaminante.
3. Re-inocular el cultivo enriquecido en el suelo contaminado. Una vez crecido
y aclimatado el cultivo durante una semana, se detienen el burbujeo y la
agitación y se deja reposar el cultivo, de tal manera que, por diferencia de
densidades, el HC residual quedará en la parte superior del líquido, y servirá
de inóculo para la siguiente tanda de inoculación. A continuación, se vaciará
196
Sostenibilidad integral de la tecnología de biorremediación desarrollada
el biorreactor por la parte de abajo y se procederá al regado de la superficie
de la pila mediante un sistema de riego como el que se propone en la Figura
7.2.
Las instalaciones necesarias para llevar a cabo todo el proceso de aislamiento y
enriquecimiento consisten principalmente en: un tanque de mezcla suelo-agua (C-02)
con agitación rotacional y palas mezcladoras para realizar el aislamiento, un
sedimentador (S-01) donde realizar la separación de las partículas de suelo del
sobrenadante con el inóculo, y uno o varios biorreactores (R-01, R-02, R-03) de mezcla
continua para cultivo microbiano.
Aire
Soplante
K-02
Agua de red
S-01
Sedimentador
Aire
Batería de
Biorreactores
Soplante
K-01
Bomba
inoculación
P-02
Suelo
contaminado
Rechazo
R-01
R-02
R-03
P-03
Bomba trasiego
C-02
Tanque de mezcla
Bomba alimento
P-01
Membrana impermeable
(asfalto, grava, arcilla)
P-04 Bomba
recogida lixiviados
Figura 7.2. Diagrama simplificado de la planta industrial para tratamiento de suelos contaminados por
biorremediación bajo la estrategia de bioaumento semanal (Estrategia A).
7.3.2. Implementación de la estrategia de bioestimulación con compost maduro
(Estrategia B)
La implementación de esta estrategia conlleva una fase previa de adquisición del
compost que se va a utilizar en el proceso de descontaminación. Actualmente, existe un
197
Capítulo 7
mercado bastante amplio en torno a este producto de procedencia ecológica como el
utilizado en el capítulo 6 de la presente memoria. Un compost con las características
deseadas, producido a partir de restos vegetales y residuos agroindustriales tiene un
precio alrededor de 30 € t
-1(2)
.
La cantidad de compost necesaria para llevar a cabo el proceso de biorremediación,
fijada en el capítulo 6, es de, aproximadamente, 1 t de compost por cada 5 t de suelo a
tratar. A todo ello hay que sumar el transporte de este producto hasta el CTE, para lo
cual se debe hacer un estudio de mercado de los puntos de producción más cercanos.
Al no existir inoculación directa de un cultivo, la planta de tratamiento quedaría más
simplificada que la anterior (Figura 7.3).
Aire
Soplante
K-01
Agua de red
Bomba alimento
P-01
C-01 Tanque
pulmón
Membrana impermeable
(asfalto, grava, arcilla)
P-04 Bomba
recogida lixiviados
Figura 7.3. Diagrama simplificado de la planta industrial para tratamiento de suelos
contaminados por biorremediación bajo la estrategia de bioestimulación con compost
(Estrategia B).
Puede decirse que, aparte de las especificaciones técnicas comentadas, no existen
otras especificaciones finales para el proceso de biorremediación por cualquiera de las
dos estrategias planteadas. La única exigencia consistiría en prestar especial atención a
la distribución y mezcla de los productos (inóculo o compost) por todo el suelo a tratar, la
2
www.cogersa.es. Accedido el 15 de Octubre de 2015.
198
Sostenibilidad integral de la tecnología de biorremediación desarrollada
cual debe realizarse de una manera homogénea. En base a esto último, se hace
necesario disponer de una máquina tractora que voltee semanalmente las biopilas
formadas.
Con el fin de determinar la evolución en la descontaminación del suelo, se plantea el
envío semanal de doce muestras de suelo, tres de cada biopila, a un laboratorio
acreditado para la determinación de la concentración de TPH.
7.4. VIABILIDAD AMBIENTAL
Los rigurosos análisis ambientales actuales y las Evaluaciones de Impacto Ambiental
a la que están sometidos estos proyectos, permiten identificar medidas de control para
eliminar, mitigar o compensar los impactos negativos de la actividad que se plantea
desarrollar. Con ellos, se busca una armonía o equilibrio aceptable desde el punto de
vista de carga ambiental, entre el desarrollo y ejecución del proyecto, la salud pública y
el medio físico, biótico y socio-cultural del espacio geográfico donde se desea
implementar el proceso.
Cada proyecto de descontaminación que se plantea requiere de una Evaluación de
Impacto Ambiental (EIA) propia, que abarque y estudie todas las peculiaridades de su
entorno. No es objeto de este estudio realizar o sustituir a una EIA, sino que, de manera
general, se pretende plantear unos aspectos comunes y sensibles de este tipo de
proyectos. Así, en este apartado se identifican, de forma muy simplificada, tres puntos
sensibles atribuidos a un proyecto de biorremediación de suelos que pueden producir
impactos potenciales en el entorno.
a. Requisitos ambientales específicos para el Centro de Tratamiento Especializado
Entre los diversos requisitos merecen una atención especial:
-
Ubicación del CTE.
-
Riesgos de afección y dispersión de la contaminación en el subsuelo.
Atendiendo a una geología e hidrogeología adecuada, definiendo las
barreras de contención secundaria, canalizando los lixiviados, etc. Deben
garantizarse oficialmente las medidas tomadas para su impermeabilización.
199
Capítulo 7
b. Regulación del transporte
Inicialmente el suelo contaminado está calificado como residuo peligroso y, como tal,
el transporte debe realizarse bajo una serie de precauciones (lixiviados, derrames,
impactos sobre zonas sensibles, etc.) desde el lugar de origen hasta el propio CTE.
Éste, además, debe estar próximo o bien comunicado con los lugares de origen, tanto
del emplazamiento contaminado como del productor del compost, minimizando, en la
medida de lo posible, la huella ecológica del proceso.
c. Ubicación de los suelos tratados
Una vez conseguidos los objetivos para su desclasificación como suelo
contaminado, es necesario buscar una ubicación a esas tierras. Será indispensable
identificar, regular y fomentar nuevos usos para dar salida a estas tierras
descontaminadas, contemplando, asimismo, la posible devolución al lugar de origen o
su reutilización en lugares distintos (cementeras, material de relleno en canteras, etc.),
para, en la medida de lo posible, minimizar su disposición en vertedero.
7.5. VIABILIDAD ECONÓMICA
Una vez diseñadas las estrategias desde el punto de vista técnico y ambiental, el
aspecto económico adquiere un papel fundamental. En su análisis es necesario prestar
atención tanto a la inversión (todos aquellos gastos anteriores a la puesta en marcha de
la actividad) como a los costes de operación y mantenimiento (derivados del
funcionamiento de la misma), pues de todos ellos dependerá la economía global del
proceso.
El procedimiento que seguidamente se presenta tiene en cuenta las dos alternativas
de tratamiento propuestas, bioaumento semanal (Estrategia A) y bioestimulación con
compost (Estrategia B). Sin embargo, previo a la aplicación del método de estimación,
es necesario evaluar el coste de los equipos del proceso, tanto de las partes comunes
como los específicos de cada estrategia.
A continuación, se citan (Tabla 7.1) los equipos implicados en el proceso de
tratamiento, para las estrategias A y B, y su coste. En el Anexo IV se detallan las
características de cada uno de ellos, considerando un dimensionamiento para una
planta de tratamiento de 2.250 y 1.875 t de suelo contaminado al año para la Estrategia
A y B, respectivamente.
200
Sostenibilidad integral de la tecnología de biorremediación desarrollada
Tabla 7.1. Listado de equipos utilizados en la planta de tratamiento de suelos contaminados.
Estrategia
Identificación equipo
Descripción de equipo
Coste (€2015)
B
C-01
Tanque pulmón
1.000 €
A
C-02
Tanque de mezcla suelo-agua
1.250 €
A/B
K-01
Compresor
1.320 €
A
K-02
Compresor
550 €
A/B
P-01
Bomba alimento
500 €
A
P-02
Bomba de inoculación
500 €
540 €
A
P-03
Bomba de trasiego
A/B
P-04
Bomba de lixiviados
160 €
A
R-01/02/03
Batería de Biorreactores
1.800 €
A
S-01
Sedimentador
500 €
7.5.1. Estimación del importe total de la inversión
El importe de la inversión engloba todos los gastos derivados de la inversión inicial,
pudiendo establecer una división entre el activo fijo o inmovilizado y el capital circulante.
La suma de ambos proporciona el capital total de inversión. El capital inmovilizado está
constituido por las inversiones necesarias para disponer de los bienes de producción.
Se distingue entre el inmovilizado tangible, el material y las inversiones financieras a
largo plazo, encontrando partidas como las destinadas a la instalación de equipos de
proceso y de los elementos necesarios para la operación, es decir, tuberías,
instrumentación y soportes, servicios auxiliares, precio del suelo, gastos de ingeniería,
licencias y permisos, y gastos de construcción, entre otras. Por su parte, el circulante es
el capital destinado a poner en movimiento y asegurar el rendimiento del capital
inmovilizado, más la provisión del dinero necesaria para hacer frente a cualquier
eventualidad (Vian, 1975).
En la presente memoria, la inversión se estima mediante el método de los
porcentajes, que se basa en una estimación de la partida de los equipos a instalar y, a
partir de ésta, calcular cada una de las partidas del inmovilizado como un tanto por
ciento de la de equipos. Es necesario recalcar que, la fiabilidad de este método se
encuentra en torno al ± 20-30% (Peters y Timmerhaus, 1991). En la Tabla 7.2 se
recogen las diferentes partidas analizadas, así como, el porcentaje respecto al coste de
los equipos que debe aplicarse a cada una de ellas.
En este caso de estudio, se decide hacer dos apartados de obra civil, edificios e
impermeabilización, fuera de la partida de materiales, y se reflejan en base a
presupuesto. Esto es debido a que significan un coste elevado respecto al de equipos.
201
Capítulo 7
Tabla 7.2. Método de los porcentajes basado en el coste de los equipos de proceso.
Partida
Porcentaje establecido
Coste de equipos (E)
Materiales (M)
Estrategia A
Inversión (€)
Estrategia B
Inversión (€)
100
7.120 €
2.980 €
70% E
4.984 €
2.086 €
Tuberías y estructuras
55%
2.741 €
1.147 €
Instrumentación
20%
997 €
417 €
Electricidad
20%
997 €
417 €
Aislamiento
15%
748 €
313 €
598 €
250 €
Obra civil: edificios
Otros
(150 € m-2)
12%
225.000 €
225.000 €
Obra civil: impermeabilización
(100 € m-2)
100.000 €
100.000 €
Suelo
(20 € m-2)
34.000 €
34.000 €
Ingeniería de detalle
45% (E+M)
5.447 €
2.280 €
Construcción
Supervisión de la construcción
60% (E+M)
10% (E+M)
7.262 €
1.210 €
3.040 €
507 €
TOTAL ÁREA DE PROCESO
ISBL (Inside
Battery Limits)
391.104 €
372.437 €
Servicios auxiliares
4% ISBL
15.644 €
14.897 €
Off sites
8% ISBL
31.288 €
29.795 €
Gastos de puesta en marcha
3,5% ISBL
13.689 €
13.035 €
Contingencias e imprevistos
5% Total
19.555 €
18.622 €
471.280 €
448.786 €
CAPITAL INMOVILIZADO
A continuación se recoge una tabla resumen (Tabla 7.3) con el cálculo del capital
total de inversión, detallando el coste de los equipos, el capital inmovilizado y el
circulante para las dos alternativas de tratamiento: bioaumento semanal (Estrategia A) y
bioestimulación con compost (Estrategia B). El capital circulante, necesario para iniciar
la actividad industrial, suele oscilar entre el 10 y el 30% del inmovilizado (de Lucas y col.,
2011).
Tabla 7.3. Evaluación de la inversión de acuerdo al método de
los porcentajes.
Partidas
-
Estrategia A
-
Estrategia B
2.980 €
-
Estrategia A
471.280 €
-
Estrategia B
448.786 €
Capital Circulante
(15 % Cap. Inmov.)
-
Estrategia A
70.692 €
-
Estrategia B
67.318 €
CAPITAL TOTAL DE
INVERSIÓN
-
Estrategia A
541.972 €
-
Estrategia B
516.104 €
Costes de equipo
Capital inmovilizado
202
(€2015)
7.120 €
Sostenibilidad integral de la tecnología de biorremediación desarrollada
7.5.2. Costes de operación
Los costes de operación pueden dividirse en costes directos e indirectos. Dentro de
los primeros se encuentra el precio de las materias primas y de la mano de obra directa,
mientras que los segundos pueden resumirse en los que se detallan a continuación:
-
Electricidad para los equipos: compresores, bombas y biorreactores.
-
Alquiler de máquina tractora para volteo. Se estima su utilización durante 10
h semanales.
-
Mantenimiento, reparaciones y suministros. Calculado como un 3% del
capital inmovilizado.
-
Transporte del suelo contaminado y el compost al CTE. Se estima un radio
de trabajo de 200 km.
En la Tabla 7.4 se resumen los costes de operación para las estrategias propuestas
haciendo referencia a las toneladas de suelo contaminado alimentado a planta y
también al coste operativo durante el segundo y tercer año y resto de años sucesivos.
Tabla 7.4. Resumen de los costes de operación.
(€ t-1)
Partidas
2016-2017
(€ año-1)
2018-2022
(€ año-1)
2023-2030
(€ año-1)
Materias auxiliares
-
Estrategia A
Estrategia B
1,74 €
7,60 €
2.937 €
10.254 €
3.917 €
13.671 €
3.917 €
13.671 €
Mano de obra directa
-
Estrategia A
Estrategia B
25,34 €
30,41 €
57.024 €
57.024 €
57.024 €
57.024 €
57.024 €
57.024 €
Transporte (200 km)
-
Estrategia A
Estrategia B
8,00 €
9,60 €
13.500 €
13.505 €
18.000 €
18.007 €
18.000 €
18.007 €
Alquiler máquina de volteo
-
Estrategia A
Estrategia B
3,47 €
5,20 €
7.800 €
9.750 €
7.800 €
9.750 €
7.800 €
9.750 €
Análisis en laboratorio
externo
-
Estrategia A
Estrategia B
13,87 €
16,64 €
23.400 €
23.400 €
31.200 €
31.200 €
31.200 €
31.200 €
Electricidad
-
Estrategia A
Estrategia B
6,98 €
3,94 €
11.785 €
5.538 €
15.713 €
7.384 €
15.713 €
7.384 €
Mantenimiento (3 % Inmov.)
-
Estrategia A
Estrategia B
6,28 €
7,18 €
10.604 €
10.098 €
14.138 €
13.464 €
14.138 €
13.464 €
Impuestos
-
Estrategia A
Estrategia B
1,05 €
1,20 €
2.356 €
2.244 €
2.356 €
2.244 €
2.356 €
2.244 €
TOTAL
-
Estrategia A
Estrategia B
66.73 €
81,46 €
129.407 €
131.813 €
150.149 €
152.744 €
150.149 €
152.744 €
203
Capítulo 7
Se entiende que el primer año la planta se encontrará en construcción y no existirán
costes de operación, y que durante el segundo y tercer año la planta trabajará al 75% de
su capacidad, aumentando al 100% los años sucesivos. Además, se ha incluido una
nueva partida correspondiente a los impuestos, como son la contribución urbana y los
arbitrios sobre la riqueza provincial, que se estima como el 0,5% del inmovilizado. En el
Anexo IV se recoge el cálculo detallado de cada una de las partidas referentes a los
costes de operación.
7.5.3. Análisis de Rentabilidad.
Calculado el capital total de inversión y el coste operativo de la planta, es necesario
determinar el precio mínimo del tratamiento de descontaminación en el que el proceso
sea rentable. Para su determinación se consideran los siguientes criterios económicos:
-
La cantidad total a financiar, suma del capital inmovilizado y el circulante, se
soporta por un socio o socios capitalistas, que contribuyen con una
inversión del 25% del total, siendo necesario el apalancamiento con una
entidad financiera del 75% restante. La financiación del crédito se realizará
durante 7 años con un interés del Euribor (6 meses) + 2,35%, con dos años
de carencia para la construcción y puesta en marcha del proyecto.
-
Amortización de 15 años para maquinaria e instalaciones.
-
IVA soportado por gastos de explotación y por inversiones posteriores a las
de partida del 21%.
-
Porcentaje de tratamiento del suelo de un 75% de las posibilidades totales
de la instalación durante el segundo y tercer año, que aumenta al 100% el
cuarto.
-
i.
Tipo impositivo medio del 35% para la Hacienda Pública.
Cuenta de resultados
Atendiendo a las dos estrategias propuestas y de acuerdo a los criterios económicos
anteriormente expuestos, la cuenta de resultados de los procesos de descontaminación
de suelos descritos en esta memoria se detallan en la Tabla 7.5. De sus resultados
puede identificarse la situación económica de la empresa para ambas estrategias y su
evolución a lo largo de 15 ejercicios económicos. Se observa que a partir del cuarto año
se empieza a recuperar la inversión para ambas estrategias de biorremediación.
204
Es tr ategi a A
Es tr ategi a B
2015
€
-
€
-
Fondos generados
-
€
€
44.193 €
12.774 €
€
-
-
RESULT ADO NET O
Fondos generados
€
€
€
-
-
-
-
61.145 €
42.175 €
29.919 €
72.094 €
131.813 €
203.906 €
44.193 €
44.193 €
12.774 €
6.878 €
19.652 €
64.210 €
83.862 €
31.419 €
115.281 €
129.407 €
244.688 €
2018
6.640 € -
6.640 €
€
17.588 €
17.588 €
17.588 €
€ - 12.331 € - 12.331 €
€ -
€ - 18.970 € - 18.970 €
- 89.757 € - 179.515 € - 229.244 €
-
Movimiento de fondos
-
Impuestos
61.145 €
Gastos financieros
EBT
42.175 €
29.919 €
Amortización
EBIT
72.094 €
EBITDA
€
131.813 €
-
203.906 €
€
Costes
-
Ventas
67.318 €
179.515 €
179.515 €
246.833 €
89.757 €
179.515 €
Fondos invertidos
89.757 €
- 94.256 € - 188.512 € - 215.012 €
€
€
Capital circulante
Capital inmovilizado
Movimiento de fondos
-
6.878 €
RESULT ADO NET O
€
-
Impuestos
-
19.652 €
EBT
€
64.210 €
-
Gastos financieros
83.862 €
EBIT
115.281 €
EBITDA
31.419 €
129.407 €
Costes
Amortización
244.688 €
Ventas
70.692 €
188.512 €
2017
188.512 €
259.204 €
94.256 €
2016
188.512 €
Fondos invertidos
94.256 €
Capital circulante
Capital inmovilizado
Ejerc ic io ec onómic o
48.162 €
48.162 €
18.243 €
9.823 €
28.067 €
61.145 €
89.212 €
29.919 €
119.131 €
152.744 €
271.875 €
83.726 €
83.726 €
52.307 €
28.165 €
80.472 €
64.210 €
144.682 €
31.419 €
176.101 €
150.149 €
326.250 €
2019
48.162 €
48.162 €
18.243 €
9.823 €
28.067 €
61.145 €
89.212 €
29.919 €
119.131 €
152.744 €
271.875 €
83.726 €
83.726 €
52.307 €
28.165 €
80.472 €
64.210 €
144.682 €
31.419 €
176.101 €
150.149 €
326.250 €
2020
2022
31.419 €
83.726 €
83.726 €
52.307 €
28.165 €
80.472 €
64.210 €
48.162 €
48.162 €
18.243 €
9.823 €
28.067 €
61.145 €
89.212 €
29.919 €
48.162 €
48.162 €
18.243 €
9.823 €
28.067 €
61.145 €
89.212 €
29.919 €
119.131 € 119.131 €
152.744 € 152.744 €
271.875 € 271.875 €
83.726 €
83.726 €
52.307 €
28.165 €
80.472 €
64.210 €
144.682 € 144.682 €
31.419 €
176.101 € 176.101 €
150.149 € 150.149 €
326.250 € 326.250 €
2021
48.162 €
48.162 €
18.243 €
9.823 €
28.067 €
61.145 €
89.212 €
29.919 €
119.131 €
152.744 €
271.875 €
83.726 €
83.726 €
52.307 €
28.165 €
80.472 €
64.210 €
144.682 €
31.419 €
176.101 €
150.149 €
326.250 €
2023
87.907 €
87.907 €
57.988 €
31.224 €
89.212 €
89.212 €
29.919 €
119.131 €
152.744 €
271.875 €
125.462 €
125.462 €
94.044 €
50.639 €
144.682 €
144.682 €
31.419 €
176.101 €
150.149 €
326.250 €
2024
87.907 €
87.907 €
57.988 €
31.224 €
89.212 €
89.212 €
29.919 €
119.131 €
152.744 €
271.875 €
125.462 €
125.462 €
94.044 €
50.639 €
144.682 €
144.682 €
31.419 €
176.101 €
150.149 €
326.250 €
2025
…
87.907 €
87.907 €
57.988 €
31.224 €
89.212 €
89.212 €
29.919 €
119.131 €
152.744 €
271.875 €
125.462 €
125.462 €
94.044 €
50.639 €
144.682 €
144.682 €
31.419 €
176.101 €
150.149 €
326.250 €
2030
Sostenibilidad integral de la tecnología de biorremediación desarrollada
Tabla 7.5. Cuenta de resultados en el análisis económico de las estrategias de bioaumento semanal
(Estrategia A) y bioestimulación con compost (Estrategia B).
205
Capítulo 7
Los resultados mostrados en la Tabla 7.5 hacen referencia a un precio de servicio de
145 € por tonelada de suelo contaminado. Se propone el mismo precio de servicio para
ambas estrategias con el fin de comparar su rentabilidad.
En la Figura 7.1 se representan los flujos de fondos para las Estrategias A y B,
mostrando su evolución durante 15 años de ejercicio económico. En ambos casos se
observa la misma tendencia de flujos; todo ello debido a las condiciones financieras
establecidas. El análisis del flujo de fondos muestra una mayor recuperación de la
150.000 €
100.000 €
100.000 €
50.000 €
50.000 €
-50.000 €
Año
-100.000 €
-150.000 €
0€
-50.000 €
Año
-100.000 €
-150.000 €
-200.000 €
-200.000 €
Estrategia B
Estrategia A
-250.000 €
2015
2016
2017
2018
2019
2020
2021
2022
2023
2024
2025
2026
2027
2028
2029
2030
0€
Flujo de fondos (€)
150.000 €
2015
2016
2017
2018
2019
2020
2021
2022
2023
2024
2025
2026
2027
2028
2029
2030
Flujo de fondos (€)
inversión en el desarrollo de la Estrategia A.
-250.000 €
Figura 7.1. Flujo de fondos actualizados para las Estrategias A y B.
Conocidas las cuentas de pérdidas y ganancias de ambas estrategias, se recurre al
análisis de los métodos actualizados en el tiempo. Los más comúnmente empleados
para la evaluación de la rentabilidad de las inversiones son: el Valor Actual Neto (VAN) y
la Tasa Interna de Retorno (TIR).
ii. VAN
El Valor Actual Neto (VAN) de una inversión es el valor actualizado de todos los
flujos esperados (Ecuación 7.1.).
[Ecuación 7.1]
Donde Ft son los flujos de fondo (diferencias entre cobros y pagos) existentes en
cada uno de los n años de duración del proyecto y k es el tipo de interés de referencia.
206
Sostenibilidad integral de la tecnología de biorremediación desarrollada
Para el cálculo del VAN es importante definir bien el tipo de interés de referencia “ k”
utilizado. Su valor debe estar relacionado con el uso alternativo o el coste de utilización
del dinero por parte del inversor (de Lucas y col., 2011):
-
Si el proyecto se financia con fondos propios: mínimo retorno esperado por
los accionistas.
-
Si el proyecto se financia con fondos externos: tipo de interés medio de las
fuentes de financiación de la empresa.
Conocidos estos criterios, el tipo de interés “k” seleccionado es del 5,5%. En base a
esto, el valor del VAN para cada una de las estrategias, calculado según la ecuación
[7.1], se recoge en la Tabla 7.6.
Tabla 7.6. Valor Actual Neto para cada una de las
estrategias propuestas.
Estrategia
VAN
A: Bioaumento semanal
340.585
B: Bioestimulación con compost
49.768
Por debajo de un precio de servicio de 145 € por tonelada de suelo contaminado, el
VAN es negativo para la Estrategia B y, por tanto, la inversión no tendría sentido.
iii. TIR
La Tasa Interna de Retorno (TIR) mide la bondad económica de un proyecto en
términos relativos; es decir, plantea el cálculo del excedente monetario que produce un
proyecto como porcentaje. Equivale al tipo de interés anual con que los fondos
generados retribuyen a los fondos invertidos (Ecuación 7.2).
n
Σt=0
0
[Ecuación 7.2]
Donde Ft son los flujos de fondo (diferencias entre cobros y pagos) existentes en
cada uno de los n años de duración del proyecto e “i” es la TIR.
La viabilidad de ambos proyectos queda demostrada al obtener un valor de la Tasa
Interna de Retorno del 13,51 y 6,81% respectivamente, para las Estrategias A y B. En
207
Capítulo 7
caso de elegir una estrategia para realizar la inversión, la más recomendable, por su
mayor rentabilidad, es la Estrategia A, aquella que realizaba el bioaumento semanal.
iv. Análisis de sensibilidad
Existen numerosos factores que pueden modificar la rentabilidad de los procesos
planteados. Por tanto es recomendable estudiar cómo afectan éstos a la economía del
proyecto, en lo que se denomina análisis de sensibilidad. Dicho análisis aporta
información sobre lo que ocurriría en el caso de que determinadas partidas sufran
variaciones sobre las estimaciones inicialmente realizadas.
En este estudio económico se analiza el efecto de la variación de ± 10% del coste
del capital inmovilizado, ± 10% del coste operativo y ± 5% del tipo de interés de
devolución del préstamo. En la Figura 7.2 se muestra la evolución del TIR respecto a la
variación porcentual de los factores antes mencionados. Se observa que la variación del
tipo de interés no ejerce un peso importante en la estimación del proyecto; sin embargo,
los costes operativos del proyecto pueden alterar de manera sensible la rentabilidad del
mismo, así como, algún cambio en el capital inmovilizado.
20
Estrategia B
15,4
14,5
13,8
10
14,713,6
13,913,6 13,6 13,5
13,5 13,5
13,5
13,5
13,1
13,2
12,4
12,6
11,6
12,1
15
13,4
TIR (%)
15,2
15
TIR (%)
20
Estrategia A
9,1
10
8,1
8,2
7,6
5
7,1
5
6,9
7,3
6,8
Coste Operativo
-10%
-6%
-2%
Tipo de Interés
0%
Desviación
2%
6%
6,8
6,8
6,8
6,4
5,7
0
Capital Inmovilizado
4,5
Coste Operativo
-10%
-6%
-2%
Tipo de Interés
0%
2%
6%
10%
Figura 7.2. Evolución del TIR calculado a partir del análisis de sensibilidad para las Estrategias A y B.
208
6,8
5,4
6,1
Desviación
10%
6,8
6,8
6,6
Capital Inmovilizado
0
6,9
Sostenibilidad integral de la tecnología de biorremediación desarrollada
7.6. CONCLUSIONES
Previo a la implantación de un proceso industrial, es necesario evaluar todos los
aspectos que influyen en su desarrollo. En este capítulo se han analizado aquellos
aspectos considerados como los más relevantes en la sostenibilidad integral de la
técnica de biorremediación, bajo dos estrategias propuestas, bioaumento semanal y
bioestimulación con compost maduro.
Desde el punto de vista comercial, legal y organizacional, no se han observado
impedimentos relevantes en la implantación de cualquiera de las dos estrategias de
biorremediación planteadas. Se han considerado los aspectos técnicos, ambientales y
económicos, como los determinantes para la evaluación integral.
Respecto a los aspectos técnicos se concluye:
1.
Es necesario demostrar la efectividad de la técnica previo a la implantación para
asegurar el éxito del proceso de biorremediación.
2.
La realización del análisis de riesgos determinará el grado de descontaminación.
3.
La implantación de cada estrategia de biorremediación debe plantearse
individualmente para valorar sus posibilidades técnicas y evaluar los recursos
necesarios. Es en este sentido en el que, la estrategia de bioaumento semanal
requiere mayores medios y recursos.
Respecto a los aspectos ambientales especificados, sin ser objeto de sustituir la EIA,
se concluye:
4.
Los impactos ambientales derivados de la actividad deben estudiarse y
evaluarse con minuciosidad para ser reducidos al máximo, así como, todos los
riesgos de afección y dispersión de la contaminación posibles.
5.
La construcción de un CTE debe realizarse con garantías oficiales y probadas
de impermeabilización, atendiendo a una geología e hidrogeología adecuada,
definiendo las barreras de contención secundaria, canalizando los lixiviados, etc.
6.
El riesgo que supone el transporte del suelo inicialmente contaminado, obliga a
tomar una serie de precauciones. El CTE debe estar próximo y bien comunicado
con los lugares de origen, para minimizar, en la medida de lo posible, la huella
ecológica del proceso.
209
Capítulo 7
Respecto a los aspectos económicos se concluye:
7.
El precio de servicio establecido debe ser de 145 € por tonelada de suelo
contaminado. Por debajo de esta cifra, el VAN es negativo para la Estrategia B y
por tanto, la inversión no tendría sentido.
8.
La viabilidad económica de ambos proyectos se verifica al obtener un valor de la
Tasa Interna de Retorno del 13,51 y 6,81% respectivamente, para las
Estrategias A y B. En caso de elegir una estrategia para realizar la inversión, la
más recomendable, por su mayor rentabilidad, es la Estrategia A, aquella que
realiza un bioaumento semanal.
9.
Del análisis de sensibilidad financiera se concluye que la variación del tipo de
interés no ejerce un peso importante en la estimación económica del proyecto;
sin embargo, el capital inmovilizado y los costes operativos de las técnicas
planteadas pueden alterar de manera sensible la rentabilidad del proyecto.
210
Sostenibilidad integral de la tecnología de biorremediación desarrollada
7.7. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

ASTM E1739/95. (2010). Standard Guide for Risk-Based Corrective Action
Applied at Petroleum Release Sites. West Conshohocken, Pennsylvania, USA.

Conama. (2010). Memoria grupo de trabajo de suelos contaminados: Estado de
la gestión de los suelos contaminados en España y necesidad de mejoras . X
Congreso Nacional de medio ambiente. Madrid, España. 15 de Noviembre de
2010. www.conama10.es

COM/2006/0231. (2006). Estrategia temática para la protección del suelo .
Comisión de las comunidades europeas. Bruselas, Bélgica.

de Lucas, A., Gracia, I., Fernández, F. J., Sánchez de Pablo, J. D. (2011).
Economía para la función directiva del ingeniero en la industria química. Primera
edición. SIGNE S.A. España.

Peters, M. S., Timmerhaus, K. D. (1991). Plant design and economics for
chemical engineers. MCGraw Hill, Singapur, China. pp. 160.

RD 865/2010, de 2 de Julio, sobre sustratos de cultivo. BOE nº 180 de 28 de julio
de 2010, Sec. I, Pág. 58344. Ministerio de la presidencia. Madrid, España.

Sánchez, J., Gallego, J. L. (2005). Biorremediación: Conceptos esenciales y
ámbitos de aplicación. Marín I, Sanz JL y Amils R, (Eds). Biotecnología y
Medioambiente. Ephemera. Madrid, España.

Toffoletto, L., Deschênes, L., Samson, R. (2005). LCA of Ex-Situ Bioremediation
of Diesel-Contaminated Soil. International journal of Life Cycle Assessment.
10:406–416.

Vian, A. (1975). El pronóstico económico en química industrial. Alhambra. Madrid,
España.
211
212
Capítulo
8
•••••••••
•••••••••
Conclusiones generales
213
Capítulo 8
214
Conclusiones generales
De los resultados obtenidos en esta investigación, se pueden extraer las siguientes
conclusiones generales:
1.
Los consorcios microbianos aislados de suelos, ya sea contaminados o sin
contaminar, muestran eficacias altas y muy similares en los experimentos de
biodegradación de diésel en fase líquida, dando a entender que el proceso de
adaptación y aclimatación utilizando medios de cultivo con diésel, como única
fuente de carbono, permite desarrollar consorcios parecidos y con alta
capacidad hidrocarburolítica. En la mayoría de estos experimentos se alcanzan
porcentajes de eliminación superiores al 80% en un tiempo de tratamiento
aproximadamente de 40 h. El modelo matemático desarrollado reproduce
aceptablemente los resultados obtenidos.
2.
Los consorcios microbianos desarrollados a partir de medios de cultivo con
diésel, como única fuente de carbono, son capaces de producir biosurfactantes
durante la etapa exponencial del crecimiento microbiano para favorecer la
biodisponibilidad. Se observa que una mayor producción de biosurfactantes da
lugar a un mayor porcentaje de eliminación de diésel y una mayor velocidad de
consumo.
3.
El estudio del proceso de biorremediación en laboratorio revela que la
disponibilidad del contaminante es un factor determinante en la elección de la
estrategia a seguir. La estrategia de bioaumento resulta exitosa cuando el
contaminante es de fácil acceso (lo que ocurría en el caso del suelo arcilloso)
mientras que, cuando la disponibilidad es limitada (caso del suelo limoso), una
estrategia de bioestimulación a través de la promoción de consorcios
endógenos puede ser más eficiente. Por otro lado, la obtención de un intervalo
de humedad óptimo es necesario para garantizar la descontaminación a una
mayor escala para cada tipo de suelo. En el caso del suelo arcilloso existe un
rango intermedio de humedades en el que se limita la disponibilidad del
contaminante y disminuye la efectividad de la biorremediación.
4.
La experiencia con la estrategia de bioaumento no siempre sigue el mismo
patrón en los experimentos de laboratorio. La concentración de inóculo que
conviene utilizar para realizar el bioaumento depende del tipo de consorcio que
se vaya a aplicar. El uso de un consorcio endógeno da lugar a una mayor
215
Capítulo 8
eficiencia cuanto mayor concentración de inóculo inicial es depositada. Sin
embargo, cuando se aplica un consorcio exógeno, a mayor concentración de
inóculo inicial, se obtienen menores rendimientos y de forma más lenta. Este
hecho puede estar relacionado con la competencia que surge entre el propio
consorcio presente en el suelo y el exógeno inoculado.
5.
El modelo matemático, desarrollado para reproducir los resultados de los
experimentos de biorremediación en laboratorio, considera los fenómenos de
transporte de diésel entre las cuatro fases existentes (sólida, líquida acuosa,
líquida orgánica y gaseosa) y el equilibrio que se alcanza entre ellas. La validez
del modelo se ve confirmada por los altos coeficientes de correlación y la
obtención de unos parámetros cinéticos coherentes.
6.
Los rendimientos de descontaminación se mantienen en el mismo orden de
magnitud al cambiar de escala de laboratorio a planta piloto. Este hecho indica
que, manteniendo las condiciones óptimas seleccionadas en laboratorio, se
puede esperar éxito a mayor escala. Todas las estrategias de biorremediación
acelerada llevadas a cabo en planta piloto aumentan el rendimiento más del
70% respecto a un simple proceso de atenuación natural tradicional.
7.
La experiencia en planta piloto revela que la estrategia de bioaumento debe
desarrollarse en condiciones especiales para tener efectividad: un bioaumento
inicial único no mejora el proceso de biorremediación con respecto a una
estrategia de bioestimulación convencional; sin embargo, el continuo aporte
semanal de inóculo fresco (bioaumento semanal continuado) aumenta el
rendimiento
un
15%
respecto
a
un
tratamiento
de
bioestimulación
convencional. Por otro lado, la opción que considera el uso de compost
maduro, como método novedoso de bioestimulación, aumenta los rendimientos
de descontaminación con respecto al resto de estrategias. Por todo ello, tanto
el bioaumento semanal continuado como la bioestimulación con compost
maduro pueden considerarse como las mejores estrategias, aptas para
desarrollarse en un hipotético caso a escala industrial.
8.
Los experimentos de biorremediación realizados en estado saturado de
humedad en planta piloto no mejoran el proceso de descontaminación respecto
a su realización en estado insaturado. Por ello, se rechaza el estado saturado
como óptimo de humedad en el que llevar a cabo los procesos de
descontaminación a escala industrial. Por otro lado, la utilización de
216
Conclusiones generales
biorreactores giratorios tampoco estaría completamente justificada debido a la
alta relación coste/eficiencia en un hipotético proceso industrial.
9.
La implementación de un proceso industrial de biorremediación bajo las
estrategias planteadas de bioestimulación con compost y bioaumento semanal,
cobra sentido técnica, ambiental y económicamente bajo un análisis de
viabilidad integral previo. En este análisis se deben definir y considerar los
aspectos más sensibles e importantes que determinan la viabilidad industrial.
La construcción de un Centro de Tratamiento Especializado resultaría de
interés siempre y cuando el precio de servicio fuera superior a 145 € por
tonelada de suelo contaminado.
217
218
Anexos
219
220
Anexo I
ESTIMACIÓN DE LAS FRACCIONES DEL DIÉSEL UTILIZADO
i
Anexo I
ii
Estimación de las fracciones del diésel utilizado
A continuación, se desarrolla el procedimiento para la obtención de la curva de
destilación para la determinación de la composición del HC diésel utilizado en este
trabajo. Para la realización de este ensayo se empleó un equipo de destilación a presión
1
atmosférica (ASTM-D86, 2004) . Brevemente, se introdujeron 100 mL de diésel en un
matraz de destilación, obteniéndose los datos de volumen de destilado recogido frente a
la temperatura de destilación (Tabla A.I.1). Las condiciones ambientales en que se
realizó el ensayo fueron de 15 °C y 701,71 mmHg de presión.
Tabla A.I.1. Datos de destilación del diésel utilizado.
Volumen recogido (mL)
5
10
15
20
30
40
50
60
70
80
85
90
100
Tiempo
(min)
4,24
9,20
12,59
17,36
29,09
42,00
51,00
65,20
74,00
81,00
84,10
87,00
craqueo
T(°C)
191
211
219
226
242
258
273
289
282
316
326
311
craqueo
2
El gasóleo cumple con la normativa UNE EN-590 en cuanto a destilación y que
establece los límites que se muestran en la Tabla A.I.2.
Tabla A.I.2. Límites de temperatura exigidos para un diésel.
Pr
(% v/v)
65
85
95
Especificación(°C)
Tc ensayo(°C)
Mínimo 250
Máximo 350
Máximo 360
298,60
333,82
353,95
1
ASTM D86. (2004). Standard Test Method for Distillation of Petroleum Products at Atmospheric Pressure.
Book of Standards, American Society for Testing and Materials, West Conshohocken, Pennsylvania, USA.
2
UNE-EN 590. (2009). Combustibles para automoción. Combustibles para motor diésel (gasóleo). Requisitos
y métodos de ensayo. International Organization of Standardization, Geneve. Italy.
iii
Anexo I
Las fracciones que componen el gasóleo obtenidas mediante el programa de
simulación Hysys® se recogen en la Tabla A.I.3. Asimismo, en la Figura A.I.1 se
muestra gráficamente dicha distribución.
Tabla A.I.3. Distribución de las fracciones del diésel utilizado.
Nombre
Naphtha
Kerosene
Light Diesel
Heavy Diesel
Atm Gas Oil
Residuo
Tinicial (°C)
96
180
240
290
340
370
Tfinal (°C)
180
240
290
340
370
451
Fracción molar
0,075
0,232
0,238
0,291
0,096
0,067
Figura A.I.1. Distribución gráfica de las fracciones del diésel utilizado.
Los datos obtenidos de la distribución se emplearon para dividir el gasóleo diésel
en pseudocomponentes mediante la herramienta Oil manager del programa Hysys®. En
la Tabla A.I.4 se muestran los pseudocomponentes establecidos y sus propiedades.
Mediante esta simulación se pueden destacar aspectos importantes sobre el diésel
empleado:
-
Todos los pseudocomponentes tienen un valor del factor de caracterización
de Watson, k, muy cercano a 12, lo que indica que este carburante está
compuesto mayoritariamente por hidrocarburos mixtos con ciclo y cadena
equivalente (poca presencia de compuestos aromáticos y parafinas
iv
Estimación de las fracciones del diésel utilizado
normales o isoparafinas). Esta composición rica en nafténicos es típica de
un gasóleo.
-
Observando las fracciones molares de cada componente se puede deducir
que no existen apenas compuestos (2,06 %) con cadenas de longitud
superior a un C24, que podrían ser los más problemáticos en cuanto a la
biodegradación.
Tabla A.I.4. Propiedades de los pseudocomponentes del diésel utilizado.
NBP_104
NBP_118
Teb normal
(°C)
103,8
118,3
99,74
104,1
ρ
(k m-3)
733,4
738,7
Tc
(°C)
282,0
296,9
Pc
(Kpa)
3.010,12
2.828,03
Watson
K
11,982
12,045
NBP_133
NBP_148
NBP_161
132,8
113,4
749,4
311,0
2.706,30
12,019
0,017
147,8
160,8
123,6
132,6
760,4
769,4
327,9
341,4
2.591,09
2.249,60
11,989
11,971
0,025
0,032
NBP_176
NBP_192
175,9
191,6
142,4
153,7
778,3
787,9
356,6
372,2
2.373,43
2.261,41
11,968
11,959
0,033
0,055
NBP_204
NBP_218
204,0
218,3
162,4
172,9
794,7
802,4
384,2
398,0
2.173,61
2.075,77
11,961
11,964
0,089
0,075
NBP_233
233,0
184,6
810,3
412,0
1.982,74
11,964
0,069
NBP_247
NBP_262
247,4
261,8
196,8
209,8
818,0
825,7
425,6
439,1
1.897,62
1.816,45
11,962
11,960
0,070
0,072
NBP_276
NBP_291
275,8
290,7
222,8
237,1
832,8
840,3
452,1
465,7
1.740,64
1.663,87
11,959
11,960
0,067
0,063
NBP_305
305,1
252,5
847,7
478,9
1.595,36
11,954
0,078
NBP_319
NBP_334
318,9
333,9
266,9
282,3
854,4
861,3
491,3
504,7
1.530,90
1.461,87
11,954
11,959
0,073
0,056
NBP_347
NBP_363
347,0
362,8
297,2
313,4
867,8
874,7
516,4
530,2
1.408,27
1.341,74
11,954
11,960
0,037
0,026
NBP_375
NBP_391
375,4
390,5
325,4
337,9
879,8
885,4
540,9
553,5
1.289,98
1.228,17
11,968
11,984
0,015
0,009
NBP_405
404,7
351,1
890,5
565,4
1.172,63
12,000
0,006
NBP_421
420,6
365,8
895,2
578,2 1.109,56
NBP_439
439,3
387,9
902,4
593,8 1.046,21
Nota: NBP, normal boiling point (Punto de Ebullición Normal).
12,029
12,040
0,004
0,006
Componente
PM
Comp. Molar
0,012
0,014
v
Anexo II
PROCEDIMIENTO PARA LA EXTRACCIÓN DE ADN Y TÉCNICA DE
DGGE
i
Anexo II
ii
Procedimiento para la extracción de ADN y técnica de DGGE
A.II.1. EXTRACCIÓN DE ADN
Se llevaron a cabo dos extracciones de ADN, por un lado la extracción del ADN
directamente del suelo A (SA), es decir, de todos los microorganismos presentes en el
suelo contaminado, y por otro el ADN del consorcio XA crecido y enriquecido en diésel
en el laboratorio a partir del aislamiento del propio suelo.
Para ambas extracciones se utilizó el Kit comercial de extracción Fast DNA Spin Kit
for Soil, diseñado especialmente para realizar extracciones de ADN a muestras de
suelo, siguiendo los pasos que en el kit se especificaron. La extracción de ADN del
consorcio XA cultivado fue prácticamente igual salvo que previamente fue necesario
concentrar las muestras mediante la centrifugación de 10 mL de cultivo hasta observar
formación de pellet (10.500 xg, 10 min), y una vez formado se resuspendió en 1 mL de
Agua Milli-Q.
Verificación del ADN mediante electroforesis
Antes de empezar a trabajar con las muestras de ADN extraídas fue necesario
verificar la calidad de dicho ADN, es decir, si la extracción había sido correcta y existía
una cantidad de ADN suficiente para trabajar y amplificar posteriormente. Para ello se
realizó una electroforesis en gel de agarosa al 1,2 %. La preparación del gel consistió en
disolver 0,6 g de agarosa en 50 mL de TAE 1x, aplicando calor para la disolución y
homogeneización completa de esta mezcla.
Después de lavar el molde y los peines que se iban a utilizar en la electroforesis, se
montó el sistema tal y como se observa en la Figura A. II.1 con una mini-sub® cell GT de
BIO-RAD. Una vez montado, el siguiente paso fue verter el gel en caliente y esperar 30
min hasta su solidificación.
Figura A.II.1. Esquema para la preparación del gel de
agarosa para comprobación del ADN extraído.
iii
Anexo II
Una vez que el gel se había formado, se retiraron los marcos y los peines y se colocó
dicho gel en una cubeta horizontal de electroforesis con TAE 1x hasta cubrirlo (Figura
A.II.2). A continuación se rellenaron los pocillos formados con las muestras de ADN
preparadas. Dichas muestras comprendieron: 4 µL de la muestra inicial de ADN
1
extraído, 3 µL de TAE 1x y 2 µL de solución de carga de gel Loading dye (LD) . El
primero de los pocillos se rellenó con un marcador de pesos moleculares para asegurar
que la electroforesis fuera correcta por comparación del tamaño de los pares de bases.
Dicho marcador fue Hyperladder II de Bioline. Una vez cargadas todas las muestras se
acoplaron los electrodos a la fuente de alimentación Power Pac Basic de BIO-RAD y se
corrió el gel a 77 V durante 40 min, así el ADN, cargado negativamente, migra hacia el
polo positivo del campo eléctrico generado por la fuente de alimentación, con una
velocidad que depende de varios parámetros: el tamaño y la conformación de la
molécula, la concentración de agarosa en el gel y el voltaje aplicado.
Figura A.II.2. Esquema de cubeta horizontal
para electroforesis en gel de agarosa.
Una vez corridas las muestras, se trasladó el gel a una bandeja y se tiñó con una
disolución de bromuro de etidio durante 30 min en un balancín. Pasado este tiempo se
depositó sobre la superficie de un transiluminador de UV G El Logic 100 Imagen System
de Kodak para observar el gel. El bromuro de etidio es un agente intercalante que emite
fluorescencia cuando es expuesto a la luz ultravioleta, lo que posibilita la visualización
de las moléculas de ADN en el gel (Figura A.II.3).
1
LD: Solución de carga de gel al 0,25% en bromofenol, 0,25% en xilencianol y 20% en Ficoll.
iv
Procedimiento para la extracción de ADN y técnica de DGGE
Figura A.II.3. Vista del gel de agarosa
para verificación de ADN extraído.
A.II.2. AMPLIFICACIÓN DEL ADN POR LA TÉCNICA DE REACCIÓN EN CADENA DE
LA POLIMERASA (PCR)
La PCR puede amplificar moléculas de ADN de forma rápida y sencilla. Para ello se
realizan una serie de ciclos o repeticiones en los que se duplica el contenido original del
ADN diana. Así, cada ciclo de PCR implica las siguientes etapas:
-
Desnaturalización por calor del ADN bicatenario diana.
-
Enfriamiento para acoplar los iniciadores específicos con el ADN diana.
-
Extensión de los iniciadores por acción de la ADN polimerasa .
2
a. Preparación de las muestras para PCR
En tubos Eppendorf de 100 µL de capacidad se mezcló 1 µL de los primers
específicos que se querían usar, en este caso el 1401R y el 0968F, que son generales
del dominio bacteria. Se adicionaron 10 µL de la Taq polimerasa y 35 µL de agua Milli-Q.
Se mezcló suavemente con la ayuda de una pipeta y se adicionaron 3 µL de la muestra
de ADN. A continuación, se metieron los tubos en un termociclador de PCR i cycler de la
casa Bio-Rad.
b. Programa de PCR
El programa utilizado para la amplificación del ADN consistió en 35 ciclos y se
detalla a continuación:
2
La enzima ADN polimerasa que se utilizó es una enzima termoestable, aislada de la bacteria termófila Thermus
aquaticus, conocida como Taq polimerasa (estable hasta 95 °C).
v
Anexo II
-
Desnaturalización inicial 95 °C, 3 min.
-
Desnaturalización
95 °C, 1 min.
-
Annealing temperatura
48 °C, 1 min.
-
Extensión temperatura
72 °C, 1 min.
-
Extensión Final
72 °C, 5 min.
c. Verificación de la amplificación de ADN
Se realizó de nuevo la electroforesis en un gel de agarosa al 1,8 % para comprobar
si la amplificación de ADN había sido correcta. Para ello se preparó el gel y se montó la
instalación de la misma forma que la vez anterior. En este caso se rellenaron los pocillos
con una mezcla de 4 µL de la muestra de PCR, 4 µL de TAE 1x y 2 µL de LD, y el gel se
corrió a 75 V durante 50 min (Figura A.II.3).
Figura A.II.4. Vista del gel de agarosa
para verificación de ADN amplificado
por PCR.
A.II.3. TÉCNICA DE DGGE
La técnica de DGGE se utilizó para discernir la complejidad de secuencia en las
amplificaciones con PCR, pudiendo de esta forma comparar varias muestras en un
mismo gel. Por tal motivo la técnica de DGGE es una forma indirecta de separar los
fragmentos de ADN con secuencias iguales o muy similares en la mezcla de
fragmentos, como grupos (o bandas electroforéticas) que se detienen en el mismo punto
de desnaturalización.
a. Reactivos utilizados
Tampón de electroforesis TAE 20x
vi
Procedimiento para la extracción de ADN y técnica de DGGE
-
Tris base 0,8 M.............................................96,91 g
-
Acetato sódico 0,4 M ....................................54,43 g
-
EDTA, pH 8, 0,02 M .......................................7,44 g
El Tris base con EDTA se disolvió y el acetato sódico en agua Milli-Q hasta un
volumen final de 1 L. Se ajustó el pH con ácido acético glacial.
Solución stock de acrilamida al 40%
-
Acrilamida:bis-acrilamida 37,5:1
Se disolvieron 100 g de acrilamida y 2,7 g de bisacrilamida en agua Milli-Q hasta un
volumen final de 250 mL.
Solución stock de acrilamida al 6%
Solución stock 6% desnaturalizante en tampón TAE. Se mezclaron 75 mL de
acrilamida al 40% y 25 mL de TAE 20x en 400 mL de agua Milli-Q.
Solución stock desnaturalizante al 80%
-
Acrilamida 6%
-
Formamida 32%
-
Urea 5,6 M
-
Tampón TAE 1x
Se mezclaron 75 mL de acrilamida 40%, 160 mL de formamida desionizada (stock
100%), 170 g de urea de grado de electroforesis, 25 mL de TAE 20x y se añadió agua
Milli-Q hasta 500 mL.
Solución Stock de persulfato amónico (APS) al 10%
Se disolvieron 10 g de persulfato amónico en un volumen final de 100 mL de agua
Milli-Q. Esta solución normalmente se prepara en el momento, pero también puede
almacenarse a –20 °C.
TEMED
(N,N,N’,N’-tetrametiletilendiamina).
Solución de carga de gel 5x
-
0,25% bromofenol
-
0,25% xilencianol
vii
Anexo II
-
20% Ficoll
Se disolvieron 10 g de Ficoll, 90 mg de azul de bromofenol y 90 mg de xilencianol en
un volumen final de 100 mL de agua Milli-Q.
Solución de teñir
Se disolvió 1 g de bromuro de etidio en 100 mL de agua Milli-Q.
b. Procedimiento
La técnica DGGE es una electroforesis en gel de poliacrilamida convencional donde
las moléculas de ADN migran a través de un incremento lineal de concentración de
agente desnaturalizante (formamida y urea), que son vertidas con marcadores estándar
de gradientes. Con objeto de permitir una reproducibilidad, la carrera de la electroforesis
se produjo a la temperatura constante de 60 °C. Esta temperatura fue elegida
empíricamente para exceder la Temperatura de desnaturalización de un fragmento de
ADN rico en A-T en ausencia de agentes desnaturalizantes. Para asegurar el
mantenimiento uniforme de la temperatura elegida durante la electroforesis del gel, se
situó en un tanque de agua y se sumergió en tampón de electroforesis, el cual se
mantuvo a la temperatura deseada.
c. Preparación del gel
Los geles paralelos contienen un gradiente de concentración de formamida y urea
que se incrementa linealmente desde la parte alta a la parte baja gel, por tanto la
preparación de dichos geles resulta un tanto compleja (ver Cuadro A.II.1).
d. Electroforesis del ADN
Una vez formado el gel, se procedió a realizar la electroforesis en una cubeta vertical
(Figura A.II.4). Para ello:
1. Se situó el marco con el gel en el contenedor del baño TAE 1x calentado a
60 °C. Se ajustó el tampón para que subiera justo sobre el nivel de los
pocillos y evitar el contacto del tampón con la cámara de electroforesis
superior. Se conectó el termostato combinado para que el tampón circulara
desde la cámara superior de tampón.
2. Se pre-corrió el gel durante unos 10 min a 200 V.
viii
Procedimiento para la extracción de ADN y técnica de DGGE
3. Se prepararon las muestras con solución de carga y se rellenaron los
pocillos con un volumen de 30 µL.
4. Las carreras de DGGE se corrieron durante 16 h a 85 V.
Figura A.II.4. Vista de cubeta de
electroforesis vertical.
Cuadro A.II.1. Preparación del gel para DGGE.
A continuación, se describen las etapas a seguir durante la preparación del gel para DGGE:
1. Alinear los espaciadores a lo largo de los bordes del cristal más largo. Colocar el cristal
pequeño en posición, sujetarlos juntos con pinzas de encuadernación y sellar los bordes y la
parte baja.
2. Poner el peine en posición y colocar las placas de cristal en el marco formando la cámara
de electroforesis superior. Cerrar las tuercas.
3. Situar el aparato de fabricación de gradientes encima de un agitador magnético, conectar el
tubo de salida en lo alto del cristal cerca del peine y cerrar este tubo de forma que conecte los
dos compartimentos del aparato para fabricar gradientes. Preparar dos soluciones de igual
volumen (15 mL aproximadamente, el cual dará el rango de concentración deseado). Añadir
16 mL de TEMED y 160 mL de APS a cada solución y mezclar bien.
4. Verter 15 mL de solución con mayor concentración de desnaturalizante en la cámara del
aparato para fabricar gradientes que está conectada a la cavidad de los cristales. Abrir y
cerrar brevemente la llave entre los dos compartimentos para permitir que la solución llene el
tubo de conexión.
5. Verter 15 mL de solución con menor porcentaje de desnaturalizante en el otro
compartimento.
6. Mientras se agita la solución en el compartimento con mayor concentración de
desnaturalizante, abrir la llave entre los dos compartimentos y la salida de los cristales.
7. A continuación, el líquido pasa por gravedad a través del tubo a la cavidad entre las dos
placas de cristal.
8. Una vez vertido todo el gel, dejar polimerizar entre 30-60 min.
9. Retirar el peine del gel y la tapa de la parte inferior de las placas de cristal.
ix
Anexo II
e. Tinción del gel
El último paso en la técnica de la DGGE consistió en realizar la tinción del gel para
observar las distintas moléculas de ADN. Los pasos a seguir para teñir el gel son:
1. Parar la electroforesis y sacar el marco del baño. Retirar las placas de
cristal, levantar suavemente el cristal mayor y usar la otra placa para apoyar
el gel durante el transporte.
2. Teñir el gel durante 20-30 min en 250 mL de TAE 1x, conteniendo 0,5 mg
-1
mL de bromuro de etidio.
3. Examinar el gel bajo luz ultravioleta (254 nm) en un transiluminador y
fotografiar para documentar.
x
Anexo III
CARACTERÍSTICAS DEL COMPOST UTILIZADO
i
Anexo III
ii
Características del compost utilizado
Para la realización de los experimentos de biorremediación mediante la estrategia de
bioestimulación con compost, se utilizaron dos tipos de compost en su etapa final de
maduración. La elaboración de ellos fue diferente utilizando distintos tipos de residuos
orgánicos animales:

Compost A: Se elaboró a partir de gallinaza de una granja en la localidad de
Daimiel (Ciudad Real) utilizando, como agente estructurante, carrizo procedente
del Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel (Figura III.1.a).

Compost B: Se elaboró a partir de estiércol de cordero, residuo animal
procedente de una granja de engorde en la provincia de Ciudad Real, mezclado
con carrizo procedente del Parque Nacional Las Tablas de Daimiel (Figura
III.1.b).
(a)
(b)
Figura III.1.Vista del compost utilizado. (a) Compost A. (b) Compost B.
La elaboración de ambos compost se llevó a cabo utilizando carrizo del Parque
Natural de las Tablas de Daimiel, como agente estructurante, y así mejorar la capacidad
de aireación y mantenimiento de la humedad de la mezcla resultante, variables también
imprescindibles para llevar a cabo una adecuada biorremediación.
Los pasos más relevantes en la elaboración del compost son el cálculo de las
proporciones de mezclado del residuo y el carrizo, y el seguimiento adecuado de las
etapas mesófila, termófila, y madurez, la cual se alcanzó a los 45 días. En la Tabla III.1
se muestran las características más relevantes del compost A y B. Los dos tipos de
compost utilizados presentan las propiedades idóneas para la biorremediación, entre las
que cabe destacar el contenido de materia orgánica (> 50% en ambos casos).
iii
Anexo III
Tabla III.1. Características físico-químicas del compost A y B.
Parámetro
Compost gallinaza
(A)
Compost estiércol de
cordero
(B)
pH
8,4
8,1
Conductividad (µS/cm)
5,16
6,40
Humedad (%)
47
49
Materia orgánica (%)
55
68
Relación C/N
N Amoniacal (%)
Fósforo total (% P2O5 )
Potasio total (% K2O)
Metales
34
27
0,33
5,08
0,60
0,02
4,72
0,80
Clase B(*)
Clase B(*)
Nota: Clase B*, sustratos de cultivo cuyo contenido en metales pesados no
superan ninguno de los valores de la columna B del RD 865/2010, de 2 de julio1.
1
RD 865/2010, de 2 de Julio, sobre sustratos de cultivo. BOE nº 180 de 28 de julio de 2010, Sec. I, Pág. 58344.
Ministerio de la presidencia. Madrid, España.
iv
Anexo IV
DISEÑO DEL CENTRO DE TRATAMIENTO ESPECIALIZADO, EQUIPOS Y
AUXILIARES
i
Anexo IV
ii
Diseño del Centro de Tratamiento Especializado, Equipos y Auxiliares
A.IV.1. DIMENSIONAMIENTO DEL CENTRO DE TRATAMIENTO ESPECIALIZADO.
El Centro de Tratamiento Especializado (CTE) se diseña para su emplazamiento en
2
una parcela de 1.700 m en un polígono industrial en la localidad de Daimiel. Se estima
que podría existir un mercado potencial para el tratamiento de suelos contaminados con
-1
HC de 2.250 t año . Se fija una contaminación máxima de HC en el suelo de 10.000 mg
-1
kg . En la Tabla IV.1 se recogen los principales datos para el dimensionamiento de la
instalación.
Tabla IV.1. Dimensionamiento del CTE.
Capacidad de tratamiento anual (t)
Nº tandas año
2.250*
3
Capacidad de tratamiento por tanda (t)
750
Nº de biopilas formadas
4
Capacidad de biopila (t)
187,5
-3
Densidad suelo (kg m )
1.500
Volumen ocupado por biopila (m3)
125
Dimensionamiento de biopila (LxAxH) (m)
15x3x2,8
Nota: * La capacidad de tratamiento para la Estrategia de
bioestimulación con compost se ve reducida a 1.875 t.
Otros parámetros a tener en cuenta en el dimensionamiento y estudio económico
son los consumos en materias auxiliares, como son: el agua de planta, productos de
enriquecimiento, etc. En la Tabla IV.2 se presentan estos consumos optimizados en los
capítulos 4, 5 y 6 de esta memoria.
Tabla IV.2. Consumos de productos auxiliares.
ESTRATEGIA A
Inóculo inicial (m3)
3
0,012
-1
Inóculo (m semana )
12
Agua semanal (m3 semana -1)
12
3
0,090
-1
6,6
HC (sustrato en cultivo inicial) (m )
Fuente de Nitrógeno (kg semana )
-1
Fuente de Fósforo (kg semana )
0,7
ESTRATEGIA B
Compost (t tandas-1)
151
iii
Anexo IV
A.IV.2. ESTIMACIÓN DEL COSTE DE LOS EQUIPOS
En la Tabla IV.3.a, IV.3.b y IV.3.c se detallan las principales características y el coste
de los diferentes equipos considerando el dimensionamiento anterior.
Tabla IV.3.a. Características y costes de equipos.
TANQUE PULMÓN
Identificación de equipo
C-01
Servicio
Almacén de agua de regadío.
Capacidad requerida
5 m3
Dimensionamiento
2,55 m H x 1,70 m Ø
Material de construcción
Poliéster reforzado con fibra de vidrio
Coste
1.000 €
Proveedor propuesto
Delf Grupo España S.L.
TANQUE DE MEZCLA
Identificación de equipo
C-02
Servicio
Realizar aislamiento del cultivo microbiano: mezcla de 30 kg de suelo y
300 L de agua.
Capacidad requerida
0,4 m3
Tiempo de funcionamiento
24 h/tanda (Promedio anual 0,2 h/día)
Dimensionamiento
1mHx1mØ
Material de construcción
Poliéster reforzado con fibra de vidrio
Otras especificaciones
Agitador de turbina. Velocidad de agitación: 130 rpm.
Consumo eléctrico de agitador: 0,5 kW
Coste
1250 €.
Proveedor propuesto
Delf Grupo España S.L.
SEDIMENTADOR/DECANTADOR
Identificación de equipo
S-01
Servicio
Obtención de inóculo sobrenadante libre de sólidos.
Capacidad requerida
0,4 m3
Dimensionamiento
2,5 m H x 0,5 m Ø
Material de construcción
Poliéster reforzado con fibra de vidrio
Coste
500 €
Proveedor propuesto
Delf Grupo España S.L.
iv
Diseño del Centro de Tratamiento Especializado, Equipos y Auxiliares
Tabla IV.3.b. Características y costes de equipos.
BATERÍA DE BIORREACTORES
Identificación de equipos
R-01, R-02, R-03
Servicio
Enriquecimiento del cultivo en el sustrato contaminante
Capacidad requerida
1 m3 /unidad
Dimensionamiento
2,5 m H x 1,5 m Ø
Tiempo de funcionamiento
24 h/día (Promedio anual 17,75 h/día)
Material de construcción
Poliéster
Otras especificaciones
Agitador de doble pala. Velocidad de agitación: 130 rpm.
Consumo eléctrico de agitador: 0,75 kW
Coste
600 €/unidad
Proveedor propuesto
Roblepol
COMPRESOR
Identificación de equipos
K-01
Servicio
Suministro de aire a las biopilas
Necesidades del servicio
0,81 m3 min-1(1)
Dimensionamiento
Pimpulsión: 10 bar
Tiempo de funcionamiento
24 h/día (Promedio anual 17,75 h/día)
Material de construcción
Acero Inoxidable Calidad AISI 316L
Otras especificaciones
Tipo: centrífugo. Consumo eléctrico: 7.5 kW
Coste
1.320 €
Equipo propuesto
Marca: Kaeser. Modelo: SX-12
COMPRESOR
Identificación de equipos
K-02
Servicio
Suministro de aire a los biorreactores
Necesidades del servicio
0,68 m3 min-1(2)
Dimensionamiento
Pimpulsión: 7,5 bar
Tiempo de funcionamiento
24 h/día (Promedio anual 17,75 h/día)
Material de construcción
Acero Inoxidable Calidad AISI 316L
Otras especificaciones
Tipo: centrífugo. Consumo eléctrico: 5,5 kW
Coste
550 €
Proveedor propuesto
Marca: Kaeser. Modelo: SX-8
1
Caudal calculado en base a la cantidad de oxígeno necesaria para biodegradar 10.000 mg de HC presentes en
1 kg de suelo.
2
Caudal calculado en base a la concentración de saturación de oxígeno en el agua a la temperatura de 20 °C.
v
Anexo IV
Tabla IV.3.c. Características y costes de equipos.
BOMBA DE ALIMENTO
Identificación de equipos
P-01
Servicio
Distribuir el cultivo o agua de regadío en las biopilas
Capacidad
1 m3/h
Dimensionamiento
Pimpulsión< 6,5 bar
Tiempo de funcionamiento
11 h/día (Promedio anual 0,85 h/día)
Material de construcción
Acero Inoxidable Calidad AISI 316L
Otras especificaciones
Tipo: Centrífuga vertical multietapa. Consumo eléctrico: 0,37 kW
Coste
500 €
Equipo propuesto
Marca: ITT Modelo: SV2 4 POLOS
BOMBA DE INOCULACIÓN
Identificación de equipos
P-02
Servicio
Trasegar el inóculo desde el sedimentador a los biorreactores
Capacidad
0,6 m3/h
Dimensionamiento
Pimpulsión< 6,5 bar
Tiempo de funcionamiento
1 h/día (Promedio anual 0,86 h/día)
Material de construcción
Acero Inoxidable Calidad AISI 316L
Otras especificaciones
Tipo: Centrífuga vertical multietapa. Consumo eléctrico: 0,25 kW
Coste
500 €
Equipo propuesto
Marca: ITT Modelo: SV2 4 POLOS
BOMBA DE TRASIEGO
Identificación de equipos
P-03
Servicio
Trasegar el inóculo desde el tanque de mezcla al sedimentador
Capacidad
0,6 m3/h
Dimensionamiento
Pimpulsión< 3,5 bar
Tiempo de funcionamiento
1 h/tanda (Promedio anual 0,01 h/día)
Material de construcción
Acero Inoxidable Calidad AISI 316L
Otras especificaciones
Tipo: Centrífuga de impulsión abierta. Consumo eléctrico: 0,75 kW
Coste
540 €
Equipo propuesto
Marca: Elias. Modelo: Centix-SXM-MAT
BOMBA DE TRASIEGO
Identificación de equipos
P-04
Servicio
Trasiego de lixiviados a biorreactores
Capacidad
0,6 m3/h
Dimensionamiento
Pimpulsión< 4,5 bar
Tiempo de funcionamiento
1 h/día (Promedio anual 0,83 h/día)
Material de construcción
Acero Inoxidable Calidad AISI 316L
Otras especificaciones
Tipo: Autoaspirante. Consumo eléctrico: 0,44 kW
Coste
160 €
Equipo propuesto
Marca: Salvador Escoda. Serie: JET
vi
Diseño del Centro de Tratamiento Especializado, Equipos y Auxiliares
A.IV.3. ESTIMACIÓN DEL COSTE DE AUXILIARES
A continuación, se detallan los consumos de auxiliares necesarios para desarrollar el
proceso de biorremediación de manera satisfactoria en cada una de las estrategias.
i.) Consumos de agua de red.
-
Estrategia A. Para abastecer la necesidad de realizar semanalmente un
3
bioaumento de 12 m de cultivo fresco a las biopilas, se requiere un
3
consumo semanal de 12 m de agua de red.
-
Estrategia B. Semanalmente se produce la humectación del suelo con 12
3
m de agua de red.
ii.) Consumos de nutrientes.
Los nutrientes necesarios en cualquier proceso de biodegradación son el nitrógeno y
el fósforo principalmente; atendiendo a esta necesidad se propone:
-
Estrategia A. En ausencia de un agua residual rica en N y P, se propone
añadir KNO3 y NH4HPO4, ambos a razón de 1 g por litro de agua de
regadío.
-
Estrategia B. Se utiliza el compost como fuente rica en N y P. Se mantiene
la relación utilizada en el capítulo 6 de la presente memoria de 83:17 (kg
Suelo: Kg Compost).
iii.) Combustible para la máquina tractora de volteo
En ambas estrategias se estima un consumo de 70 L de gasoil semanal. Debido a la
continua oscilación del precio del crudo de petróleo, los combustibles derivados, como el
gasóleo A, tienen un precio que varía diariamente. En el momento de realizar esta
estimación económica (fecha 15 de octubre de 2015), el litro de gasóleo A tiene un
precio de 1 €.
En la Tabla IV.4 se recoge el consumo estimado de cada una de las materias
auxiliares, se calcula su coste anual y su coste por tonelada de suelo contaminado.
vii
Anexo IV
Tabla IV.4. Consumos y precios de auxiliares.
Consumo
semanal
Precio
(€ t-1)
Consumo
(t año-1)
Coste
(€ año-1)
Coste
(€ t-1 suelo)
Agua de red
12,00 m3
2,00
432
864,00
0,38
KNO3
12,00 kg
700,00
0,432
302,40
0,13
(NH4)2HPO4
12,00 kg
533,00
0,432
230,26
0,10
3
1.176,00
2,520
2.520,00
1,10
30,00
451,100
13.532,41
6,01
Gasoil
0,07 m
Compost
A.IV.4. ESTIMACIÓN DEL COSTE DE LA ELECTRICIDAD
En la Tabla IV.5 se detalla el consumo eléctrico, las horas de funcionamiento y el
coste de la electricidad por equipo instalado. Se utiliza un precio del kWh de 0,1509 € (a
fecha de 15 de octubre de 2015).
Tabla IV.5. Consumo de electricidad por equipos.
Uso
equipo
(h/día)
Potencia
consumida
(kW)
(kW h)
Consumo
eléctrico (€)
Identificación
Descripción de equipo
C-02
Agitador en tanque
0,20
0,50
0,100
5,4
K-01
Soplante
17,75
7,50
133,151
7.333,7
K-02
Soplante
17,75
5,50
97,644
5.378,1
P-01
Bomba de alimento
1,45
0,37
0,535
29,5
P-02
Bomba de inoculación
0,86
0,25
0,216
11,9
P-03
Bomba de trasiego
0,01
0,75
0,006
0,3
P-04
Bomba de lixiviados
0,86
0,44
0,379
20,9
R-01/R-02/R-03
Agitador en biorreactor
17,75
3,00
53,260
2.933,5
A.IV.5. ESTIMACIÓN DEL COSTE DEL TRANSPORTE DEL SUELO CONTAMINADO Y
EL COMPOST
Se escoge el transporte por carretera para el traslado de la tierra contaminada y el
compost al CTE. La tarifa de transporte por carretera para mercancías a granel se cotiza
en 1 €/ km + tasas. Tomando como referencia una distancia media de transporte de 200
km, se estima un gasto de 18.000 € año
-1
-1
y 3.624 € año para el traslado de la tierra
contaminada y el compost, respectivamente, al CTE. Estos costes suponen 8 y 1,60 €
por tonelada de tierra contaminada tratada en el CTE.
viii
Descargar