142 Bogotá, 27 de agosto de 2013 PROCESOS DE PAZ: UN REFERENTE, GUATEMALA1 (COMPILACIÓN INFORMATIVA No. 2) 2 Palabras Clave: Guatemala, Grupo de Contadora, Acuerdos de Esquipulas, Comisión de Reconciliación Nacional. 1 Este documento forma parte de la serie “Informativo” del Instituto de Estudios Geoestratégicos y Asuntos Políticos de la Universidad Militar Nueva Granada, su compilación final estuvo a cargo del politólogo Andrés Cotrina Acosta, miembro de este Centro Académico. El informativo forma parte de una serie relacionada con procesos de paz que incluye, en próximas entregas: Sudáfrica y El Salvador. 2 Monumento a la Firma de la Paz, en el palacio nacional de la cultura. Las manos simbolizan la unión de las personas que se hizo para parar este conflicto armado. En: http://kurobiri.blogspot.com/2011/03/palacio-nacional-de-guatemala.html 1 1. CONTEXTUALIZACIÓN3 Al igual que otros procesos, el de Guatemala necesitó más de una década para transformar los primeros acercamientos en el acuerdo firmado en 1996. Los orígenes se remontan a 1983, cuando Colombia, México, Panamá y Venezuela formaron el Grupo de Contadora4 con el propósito de estimular cambios democráticos en la región centroamericana y generando, presión regional a favor de la paz en Centroamérica. (…)Dicha presión coincidió, con los primeros pasos dados en el interior del país a favor de la civilidad. Guatemala arrastraba largos año de conflicto y de militarización, y no fue hasta 1984 que los militares guatemaltecos dieron las primeras muestras de acceder al traspaso de poderes hacia manos civiles, que se concretarían en las elecciones presidenciales de 1985, ganadas por Vinicio Cerezo, presidente que daría origen a la transición democrática esperada tras años de dictadura militar. Cerezo fue quien inició los primeros acercamientos con la guerrilla, concretamente en España y en la sede de la embajada guatemalteca, en una primera exploración sobre la predisposición de la guerrilla URNG para iniciar un proceso de negociación (…). En 1986 y 1987 se produjo de nuevo un empuje regional con los Acuerdos de Esquipulas I y II, con el lema de “paz por democracia”. Fruto de estos encuentros fue la creación en Guatemala de la Comisión de Reconciliación Nacional5, que en los años siguientes jugaría un papel destacado en el logro de la paz. En paralelo fructificaron los grupos sociales y religiosos a favor de la paz, en lo que sería el sello de marca de la experiencia guatemalteca: el aporte decisivo de su sociedad civil, en una implicación que pocos procesos de paz han tenido. En aquella época fue decisiva igualmente la aportación de una persona, el pastor luterano estadounidense Paul Wee, ex secretario general de la Federación Mundial Luterana, cuyos buenos oficios permitieron los primeros acercamientos entre la URNG y los militares. Si en Sudáfrica se habla del factor humano refiriéndose a la decisiva aportación de Nelson Mandela, la historia de Guatemala ha de rendir tributo a la figura crucial de Paul Wee, dado que el proceso hubiera seguido otro ritmo y otros derroteros sin su aportación, que permitió crear un ambiente que propició que en 1989 se convocara a un Gran Diálogo Nacional. 3 La descripción del conflicto fue tomado del Cuaderno de Construcción de paz No. 14. Vicenç Fisas. Procesos de paz comparados 2010. En: http://escolapau.uab.es/img/qcp/procesos_paz_comparados.pdf 4 Contadora es un ejemplo de cómo un factor externo puede convertirse en un detonante favorable al logro de un ambiente propicio para el diálogo y la negociación, hasta el punto de que la paz en Guatemala, pero también en El Salvador y Nicaragua, no hubiera existido sin el concurso de esta iniciativa. 5 Acuerdo de creación de la Comisión Nacional de Reconciliación. Texto completo en: http://www.guatemalaun.org/bin/documents/Comisi%C3%B3n%20Nacional%20de%20Reconciliaci%C3%B 3n.pdf 2 2. SOBRE EL PROCESO En 1990 se inició un proceso sumamente trascendente que recibió el nombre de “Consultas de Oslo”, al celebrarse en aquella ciudad una primera reunión de la URNG con la Comisión Nacional de Reconciliación (CNR). Este encuentro inauguró una serie de reuniones entre delegados de la CNR y la URNG (Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca) en diferentes países. Se celebró un encuentro en El Escorial (España) con presencia de los partidos políticos, otro en Ottawa (Canadá) con el sector empresarial, otro en Quito (Ecuador) con grupos religiosos, otro en Metepec (México) con sectores populares y sindicales, y un último en Atlixco (México) con organizaciones docentes, pequeños empresarios y colegios universitarios. Estas reuniones crearían las bases para que, en 1991, se iniciara la negociación directa entre la URNG y el Gobierno, que duraría cinco años. El presidente Serrano, que había sustituido a Cerezo, lanzó una iniciativa para la Paz Total que permitió la firma, en el mes de abril, de un acuerdo en México con una agenda negociadora de once puntos, en el que los principales capítulos eran el fortalecimiento de la sociedad civil y la función del ejército, los pueblos indígenas, la reforma constitucional y el régimen electoral, el reasentamiento de la población desplazada, las condiciones socioeconómicas, y la reforma agraria. En julio se celebró una segunda ronda de negociación, en Querétaro (México) en la que se trataron los principios para la democratización del país. Como se observará, el proceso guatemalteco tuvo un importante desarrollo desde el exterior del país. En 1993, bajo la presidencia de Ramiro de León, se iniciaron las reformas institucionales de Guatemala, y la Comisión Nacional de Reconciliación dejo de funcionar. Se creó, no obstante un Fondo Permanente de la Paz, en el que se daba voz a la sociedad civil, y al finalizar el año se iniciaron las negociaciones más formales con la URNG, después de varios “encuentros ecuménicos” organizados por el pastor Paul Wee. Al año siguiente se realizaron rondas de negociación en México y se inició la mediación de la ONU, con el Acuerdo Marco para la Reanudación de las Negociaciones, con una serie de rondas que durarían hasta el acuerdo final de 1996. Se puso en marcha la figura de “países amigos”, conformada por Colombia, México, Noruega, España, Estados Unidos y Venezuela, que darían apoyo diplomático y económico al proceso. Naciones Unidas creó la MINUGUA (Misión de Naciones Unidas en Guatemala), cuya misión verificadora duraría hasta el 2004, y en marzo se firmó el importante Acuerdo sobre Derechos Humanos entre el Gobierno y la URNG, siendo de destacar que este acuerdo se firmó sin un alto el fuego, es decir, en medio de las hostilidades, pero con el propósito de “humanizar” la guerra. Se acordó solicitar la creación de una Asamblea Permanente de la Sociedad Civil (ASC), que se creó en abril y que duró hasta 1996, con el mandato de debatir las materias de fondo abordadas en las negociaciones bilaterales. El proceso de Guatemala aportó, con la ASC, un modelo de participación ciudadana sumamente enriquecedor, siendo de los procesos donde la sociedad civil ha tenido más posibilidades de incidir en el mes de negociación, concretamente bajo un esquema de funcionamiento por el que se nombraron diez delegados por cada sector social representado, que adoptaban propuestas de “mínimo denominador común” para ser trasladadas a la mesa negociadora. 3 En 1996, finalmente, se firmó el acuerdo final de paz que puso fin a 36 años de conflicto armado. Constó de 13 acuerdos y 300 compromisos, que no se llegaron a cumplir en su totalidad, en parte porque eran demasiado ambiciosos y en parte porque se perdió un referéndum de 1999 que tenía que ratificar algunos. Guatemala es, pues, un proceso criticado por considerarse con excesivas aspiraciones, poniendo sobre la mesa el dilema de si es mejor un acuerdo menos ambicioso pero realista, o lo contrario. En cualquier caso, el acuerdo puso fin a la violencia armada y permitió que años más tarde, ya en el 2007, se creara una Comisión Internacional contra la Impunidad. El proceso de paz duró once años. 3. LOS ACUERDOS6 Si bien se presentaron diversos Acuerdos como lo fue ESQUIPULAS II, ratificados posteriormente con el Acuerdo de Querétaro7, que en términos generales, se desarrolló para definir el objetivo final del proceso de las negociaciones de paz, es decir, la búsqueda de la paz por medios políticos, el fortalecimiento de la democracia funcional y participativa, así como acordar las bases sobre las cuales se consolidaría la convivencia democrática y participativa (“Acuerdo de Querétaro”, 1997, pp. 111-112). El Gobierno y la URNG consideraron, a través del Acuerdo de Querétaro, la necesidad de asegurar el desenvolvimiento de la democratización en lo político, económico, social y cultural. Por lo tanto, acordaron que el fortalecimiento de la democracia funcional y participativa requiere de (“Acuerdo de Querétaro”, 1997, pp. 112-113): 6 7 La preeminencia de la sociedad civil. El desarrollo de la vida institucional democrática. El fortalecimiento efectivo de un estado de derecho. La eliminación de la represión política, de la presión militar, del fraude y de la imposición electoral. El respeto de los derechos humanos. El reconocimiento y respeto de la identidad de los pueblos indígenas. El acceso y goce a los beneficios de la producción nacional y de los recursos de la naturaleza, con base en principios de justicia social. El reasentamiento de las poblaciones desarraigadas por el Enfrentamiento Armado Interno. El Gobierno y la URNG también acordaron que la democratización del país requeriría de la garantía, promoción y participación de la sociedad civil en la formulación, ejecución y evaluación de las políticas del Gobierno, reconociendo el derecho de todos los grupos constitutivos de la nación a desarrollarse en relaciones En: http://www.guatemalaun.org/bin/documents/Acuerdo%20de%20Quer%C3%A9taro.pdf Denominado como Acuerdo marco sobre democratización para la búsqueda de la paz por medios políticos 4 de trabajo justas y equitativas, en sus formas propias culturales y de organización (“Acuerdo de Querétaro”, 1997, pp. 113). 4. EVALUACIÓN AL PROCESO DE PAZ Trascurrida más de una década de la firma de los Acuerdos de Guatemala, es pertinente presentar algunas conclusiones (…) de los representantes de las organizaciones sociales y nogubernamentales europeas y guatemaltecas participantes en la Conferencia Internacional “A diez años de los Acuerdos de Paz en Guatemala: Balance y perspectivas de la Cooperación Internacional”, celebrada en el Parlamento Europeo (…)8. (…) Los Acuerdos de Paz sientan las bases para un país distinto, encaminado hacia una sociedad más democrática, justa, incluyente, y respetuosa de los derechos humanos. Expresan la voluntad política de definir un nuevo modelo de desarrollo que permita una mejor distribución de las riquezas en beneficio de la población (…). (…) los avances en el cumplimiento de los Acuerdos han sido mínimos. Persisten grandes obstáculos para la realización de los derechos de los pueblos indígenas, la protección de los derechos humanos y la mejora de la situación socioeconómica. La falta de voluntad política de los sucesivos gobiernos y de las élites que dirigen el país, es uno de los obstáculos principales (...)9. II. Conclusiones generales “Acuerdos de Paz como centro de la agenda política”. El cumplimiento de los Acuerdos de Paz debe ser el marco orientador de la política guatemalteca, del diálogo político, de la cooperación y de la política comercial de la comunidad internacional, en particular la europea. “Respeto, promoción y realización de los Derechos Humanos” Considerando el valor jurídicamente vinculante de la cláusula democrática, elemento esencial de las relaciones bilaterales, se insta a promover y proteger los derechos humanos en su integralidad, en todos y cada uno de los compromisos en materia de diálogo político, cooperación y comercio. En este marco se consideran como temas prioritarios: la necesidad de la CICIG (Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala la protección y habilitación de las/los defensoras/es de derechos humanos, y la promoción y realización del derecho a la alimentación. 8 9 En: http://www.gruposur.eu.org/A-diez-anos-de-los-acuerdos-de-paz,43.html Ibíd. 5 “Fortalecimiento y participación y de la sociedad civil” La cooperación debe brindar apoyo al fortalecimiento de la sociedad civil, de sus comunidades, pueblos y organizaciones. Sólo una sociedad civil fuerte y preparada puede contribuir en el diseño de estrategias que permitan superar los problemas estructurales, liderar procesos de transformación de la sociedad y del Estado y velar porque este último cumpla a cabalidad con sus funciones en el marco de un Estado de Derecho. Acuerdo sobre Identidad y Derechos de los Pueblos Indígenas La situación de pobreza, exclusión social y discriminación que enfrentan los pueblos indígenas no ha cambiado sustancialmente. En este orden de ideas, el Acuerdo tiene un grado muy bajo de cumplimiento. Si bien es cierto que ha habido avances en el campo de los derechos culturales, el acceso a la tierra, la seguridad jurídica y los derechos de los pueblos indígenas siguen pendientes. Promover la erradicación de la pobreza y la superación de la exclusión de los pueblos indígenas en el ámbito económico, cultural y social, en consulta con los pueblos indígenas. Lo anterior conlleva apoyar política y financieramente mecanismos de consulta regular de los pueblos indígenas e igualmente reconocer y respetar los procesos impulsados a iniciativa propia. Fortalecer las economías indígenas y campesinas sobre la base de la justicia social. A su vez, promover una visión recíproca entre los productores del norte y del sur, en la que prevalezca la justicia y la igualdad de condiciones en sus relaciones comerciales. Fortalecer las instituciones y organizaciones que estén impulsando acciones alrededor de los derechos de los pueblos indígenas e igualmente apoyar los procesos políticos a nivel local y nacional de los pueblos indígenas. Apoyar la realización de una nueva consulta popular sobre los cambios a la constitución prevista en los Acuerdos de Paz. Contribuir en materia educativa en la promoción de los idiomas indígenas y la incorporación de la cosmovisión maya en los contenidos escolares. Acuerdo sobre Aspectos Socioeconómicos y Situación Agraria La situación agraria, la falta de acceso a recursos productivos y un creciente nivel de conflictividad agraria son los principales obstáculos para el cumplimiento del Acuerdo. La estructura de la tenencia de la tierra es el núcleo central de la conflictividad agraria y está claramente relacionada con la pobreza y la desnutrición. El acceso a la propiedad de la tierra cultivable muestra por un lado una elevada concentración y, por otro lado, una 6 creciente minifundización. Además su acceso y tenencia es específicamente discriminatoria para las mujeres. No existe una política nacional coherente de desarrollo rural. Debido, en parte a ello, la cooperación europea se ha retirado en los últimos años de aspectos centrales del desarrollo rural, como lo son el desarrollo agrícola, productivo y comercial y ligado a ellos el acceso a los recursos naturales, sobre todo tierra y agua. Para lograr avances en la dirección correcta se ha propuesto: Promover un diálogo político con el Gobierno de Guatemala sobre el diseño y aprobación de una política de desarrollo rural concertada con la sociedad civil, que contemple reformas estructurales de la tenencia de tierra, facilitando el acceso y la seguridad jurídica sobre ella para la gran mayoría de campesinos pobres y especialmente mujeres rurales; acceso a otros recursos naturales, al agua, acceso a créditos y otros insumos de producción. Apoyar la iniciativa de una ley de código agrario, que entre otras permita la creación de tribunales agrarios como contribución a la superación de la conflictividad agraria. Implementar los diferentes instrumentos adoptados por la UE en sus políticas y programas destinados al desarrollo rural y seguridad alimentaria, particularmente las Directrices de la UE sobre Políticas de Tierras y las Directrices Voluntarias en Apoyo de la Realización Progresiva del Derecho a una Alimentación Adecuada en el contexto de la Seguridad Alimentaria Nacional aprobadas en el seno de la FAO. Incorporar el enfoque de soberanía alimentaria en la estrategia de cooperación de la UE y Estados miembro, así como en la agenda del diálogo político para fortalecer las capacidades de los pueblos indígenas y superar la inseguridad alimentaria. Concretamente se debe apoyar un proceso de diálogo nacional sobre la promoción y realización del derecho a la alimentación, en el cual participen el Gobierno de Guatemala, la sociedad civil y la cooperación internacional. Reconocer la multifuncionalidad de la agricultura y en particular las dimensiones sociales, culturales y ambientales que esta actividad representa para los agricultores y el papel que ellos juegan en el manejo de la biodiversidad de ecosistemas frágiles10. Finalmente, es preciso afirmar que si bien se ha zanjado un camino de paz y desarrollo para este país, aún hace falta voluntad política efectiva para alcanzar los objetivos propuestos, por ejemplo, una política pública que vaya de la mano con el sector rural. Ligado al acceso de los recursos naturales, sobre todo tierra y agua. Es de vital importancia pasar del discurso retórico a la acción política con el acompañamiento y vigilancia de la comunidad internacional. IEGAP 10 Ibíd. 7