Artículo: BASES FUNDAMENTALES DE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL (Salamandra) BASES FUNDAMENTALES DE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL Jaime Andrés Roa Silva,M.D Subdirector Académico, VITAE-Unidad de Prevención y Salud Integral Fundación Salamandra La inteligencia emocional es la integración de 5 habilidades: 1. Auto-conciencia/auto-conocimiento (introspección) 2. Auto-control (capacidad de controlar y modular las emociones) 3. Auto-motivación (capacidad de superar los conflictos, las frustraciones y las dificultades que se presentan en la vida; incluye auto-estima) 4. Empatía (capacidad de percibir y comprender los sentimientos de los demás) 5. Manejo de relaciones interpersonales (habilidades sociales; incluye técnicas de comunicación). Las tres primeras en conjunto hacen parte de la Inteligencia Intrapersonal (relación del individuo con sí mismo), mientras que las últimas dos forman parte de la Inteligencia Interpersonal (relación del individuo con los demás). Contrario a lo que se podría pensar, estas 5 habilidades entran en juego en todo momento y en cada aspecto de la vida cotidiana (salud, familia, amigos, educación, trabajo, relaciones de pareja, deporte, entre muchas otras). Por este motivo, el estar adecuadamente entrenado en los componentes de la Inteligencia Emocional (es una cualidad entrenable), puede cambiar la vida de las personas y hacer que la consecución del éxito y la felicidad sea mucho más probable. AUTO-CONCIENCIA/AUTO-CONOCIMIENTO (INTROSPECCIÓN) El primer elemento de la inteligencia emocional (IE) es la auto-conciencia o auto-conocimiento (introspección). Es la base fundamental de los otro cuatro elementos descritos de la IE, puesto que el conocerse a sí mismo permitirá identificar una emoción que debe auto-controlarse (segundo componente); permitirá saber si se tienen las herramientas para auto-motivarse frente alguna dificultad o frustración (tercer componente); permitirá identificar lo que se siente frente a una emoción para comprender e interpretar esta emoción en los demás (cuarto componente); y finalmente, todo lo anterior ayuda a tener habilidades sociales (quinto componente). El autoconocimiento implica identificar los sentimientos y las emociones personales, sus causas, razones y motivos. También implica conocer y aceptar nuestras fortalezas y debilidades y permite reconocer los propios estados de ánimo, los recursos personales y las intuiciones. AUTO-CONTROL Una gran proporción de los conflictos que se tienen en la vida cotidiana se originan por la incapacidad de controlar o modular las emociones. Esto conlleva a actos de violencia, maltrato, y ruptura de relaciones personales, entre muchas otras situaciones. La falta de auto-control generalmente se genera a raíz de impulsos de una estructura del cerebro, la amígdala, que hacen reaccionar de manera instintiva. Estos impulsos no alcanzan a llegar a la corteza cerebral para ser analizados de manera racional, ya que ésta última es una vía más lenta. En este tipo de situaciones es donde cobra gran importancia el dar un tiempo para pensar antes de actuar. Comunicaciones y Mercadeo Institucional | [email protected] | www.salamandra.edu.co Artículo: BASES FUNDAMENTALES DE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL (Salamandra) El tener auto-control no implica esconder o negar las emociones. Si fuera así, no se estaría teniendo en cuenta el primer componente de la inteligencia emocional (auto-conciencia e introspección). Todos los actos humanos conllevan algún grado de emocionalidad. De hecho, eso diferencia a las personas de otras especies animales. Por esta razón, no es sano negar o esconder las emociones. Lo adecuado es modularlas y expresarlas de manera sana y racional. AUTO-MOTIVACIÓN Las personas más exitosas en el mundo (empresarios, deportistas, ejecutivos, profesionales, entre otros) se caracterizan por tener una gran capacidad de perseveración y auto-motivación pese a las frustraciones y dificultades que se presentan. Este es el tercer componente de la inteligencia emocional y uno de los más importantes. Para ello entra en juego un elemento trascendental en la vida social como es la auto-valoración. Con una adecuada valoración de sí mismo es más probable tener la capacidad de motivarse frente a los problemas cotidianos. Esta incluye: Autoimagen: Autoestima asociada a la apariencia personal. Auto-eficacia: Percepción de ser capaz y tener herramientas y estrategias para superar los problemas y alcanzar metas superando los obstáculos. Autoestima: Sentimiento de valía e importancia que la persona se atribuye y le permite darse un lugar o asumir un estatus emocional. Autoconcepto: Imagen mental con la que se describen y evalúan los rasgos y habilidades que se reconocen como propios. El nivel de valoración de sí mismo debe ser equilibrado y acorde a la realidad. La sobrevaloración es una característica de aquellas personas que se juzgan con excesiva benevolencia, no son capaces de reconocer sus errores y reafirman constantemente sus logros y fortalezas. De ello resulta una imagen muy positiva (pero irreal) de sí mismos que los lleva a considerarse casi perfectos. El gran problema de las personas sobrevaloradas radica en la incapacidad de reconocer sus errores y su tendencia a atribuirlos a los demás. Esta postura es nociva porque al no reconocer sus propios errores, tampoco estarán en capacidad de buscar soluciones y superar los mismos. Adicionalmente, cuando se da una situación de fracaso o no se logra la expectativa planteada, suelen responder con altos niveles de frustración y enojo (baja tolerancia a la frustración), lo cual es hace sentirse incómodos y responder con enojo dirigido hacia el entorno, lo que conflictualiza y dificulta sus relaciones con los demás. La hipovaloración, por otro lado, consiste en que la persona hace énfasis en sus errores, dificultades y limitaciones, obviando y desconociendo sus logros y fortalezas. El enfoque refuerza constantemente la idea de no ser importante, de tener muy poco valor. Como resultado, la persona se muestra insegura y temerosa, incapaz de emprender proyectos, de afrontar las tareas o hacerla con la idea preconcebida de que va a fracasar. Estas personas anticipan sus fallas y por ello tienden al pesimismo. La hipovaloración también afecta las relaciones con los demás, ya que en la medida en que se consideran poco aptas, estas personas suelen asumir las ideas de los otros y se convierten en miembros pasivos de los grupos, personas que prefieren esperar las decisiones externas antes que tener que asumir por sí mismos la iniciativa. Una forma adecuada de autovaloración implica: Comunicaciones y Mercadeo Institucional | [email protected] | www.salamandra.edu.co Artículo: BASES FUNDAMENTALES DE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL (Salamandra) Ser capaz de reconocer los errores al mismo tiempo que los aciertos, reconocer las fortalezas que se poseen sin desconocer que es posible mejorar algunos aspectos. Asumir las posibilidades y capacidades personales, entendiendo que las limitaciones de hoy permiten crecer hacia el futuro. Aceptar las cualidades y elementos que hacen ser único e irrepetible, razón por la cual el valor de cada uno es insustituible. Entender que en algunas ocasiones se es responsable de las fallas y en otras las responsabilidades pueden ser externas. En el primer caso es posible superarlas y en el segundo es posible preveerlas. Reconocer los alcances personales a fin de plantearse metas realistas y posibles de lograr, no tan simples que no requieran esfuerzo y no tan altas que no se logren conseguir. EMPATÍA La empatía es la capacidad de percibir y comprender los sentimientos de las demás personas. Hace parte de la inteligencia interpersonal y es un elemento fundamental para poder tener adecuadas relaciones con otros individuos. Implica conocer a la persona con la cual se interactúa, y este conocimiento puede diferir en intensidad y calidad de acuerdo con el tipo de relación establecida. En la vida cotidiana, es indispensable tener al menos algunos conocimientos del otro que permitan acercarse a él con estrategias adecuadas para que el intercambio se dé dentro de un ambiente armónico y constructivo. La empatía permite tener consciencia de los sentimientos, pensamientos, necesidades y preocupaciones de los otros. Se desarrolla principalmente entre los 7 y 13 años de edad y establece las bases para las habilidades sociales como la comunicación asertiva. HABILIDADES SOCIALES (MANEJO DE LAS RELACIONES INTERPERSONALES) Los 4 componentes anteriormente descritos de la inteligencia emocional complementan la capacidad de manejar las relaciones interpersonales. Las relaciones entre las personas dependen de las habilidades sociales de cada individuo y de la forma de comunicarse con los demás. Menos del 10% de la comunicación humana se produce por medio de las palabras y más del 90% se produce por la forma o el tono de voz y el lenguaje corporal (gestos, expresión corporal). En 1968, el psicólogo Albert Mehrabian postuló que la comunicación se da de la siguiente manera: Por medio de las palabras: 7% Por la forma o el tono: 38% Por el lenguaje corporal: 55% Estos datos implican que para tener habilidades sociales es necesario comprender que la interacción con otros requiere de mirar, escuchar y sentir (MES). Estos elementos son necesarios para entablar una comunicación asertiva. La comunicación asertiva es aquella posee las siguientes características: Información veraz, comprensible, clara y precisa. Comunicaciones y Mercadeo Institucional | [email protected] | www.salamandra.edu.co Artículo: BASES FUNDAMENTALES DE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL (Salamandra) El mensaje está estructurado de tal forma que comunica lo que realmente se desea comunicar. Los mensajes verbales están acompañados de elementos no-verbales (postura, entonación, énfasis) que permiten orientar al otro acerca de la intencionalidad de lo que se dijo. El mensaje es recibido de manera objetiva, sin actitudes de prevención o prejuicio que puedan sesgar la interpretación. Una vez recibido el mensaje, se extrae la idea y se desentraña el contenido mediante un correcto proceso de decodificación. Las personas involucradas están alertas y preparadas para atender a los contenidos no verbales del lenguaje a fin de comprender en su totalidad el mensaje recibido. Existen también otras dos formas de comunicación que no son asertivas: Comunicación Agresiva: Esta es una forma de comunicación en la cual prima la imposición de las posturas personales invalidando las posturas del otro, actitudes dominantes, señalamientos orientados a resaltar las debilidades o defectos de los demás, desconociendo el valor de lo que los demás comunican y del otro como interlocutor. Este estilo implica una actitud de irrespeto que niega los derechos de los otros, ya que la persona está centrada en sus propias necesidades y prioridades, lo que no le permite considerar las necesidades y prioridades del otro. Desemboca en dificultades relacionales, en la imposibilidad de llegar a consensos, de negociar posiciones, y por ende tiende a generar conflictos entre las personas involucradas. Comunicación Pasiva: Este tipo de comunicación es característico de personas que prefieren asumir la postura del otro, ya sea porque perciben no tener las fortalezas necesarias para defender su propio punto de vista (problemas de autoestima y valoración personal), o por carecer de las habilidades necesarias para rebatir y argumentar sus propias opiniones. La persona asume las posiciones de los demás convirtiéndose en un seguidor del otro, validador de las opiniones externas, no asume la responsabilidad de defender sus propias posturas, no expresa sus necesidades y evita tomar opciones personales diferentes a las propuestas por la mayoría. La comunicación pasiva es propia de las personas que prefieren pasar desapercibidas y tratan de evitar las confrontaciones. El punto de equilibrio entre la comunicación agresiva y la pasiva es la comunicación asertiva. Esta es una forma específica de comunicación en la cual los involucrados son capaces de respetar las necesidades, derechos y posturas del otro, al mismo tiempo que solicitan respeto a sus propias necesidades, derechos y posturas. Implica ajustar la información y los medios para expresarla de forma tal que se evite el conflicto al mismo tiempo que se superan las actitudes de sumisión y agresión. Un ejercicio de la vida cotidiana para siempre ejercer la comunicación asertiva es tener en cuenta los siguientes parámetros a la hora de hablar con una persona sobre algún conflicto: 1. 2. 3. 4. Describir los HECHOS del conflicto y no emitir juicios. Describir los sentimientos personales que generan dicho conflicto. Describir las necesidades personales para solucionar el conflicto. Realizar una petición formal en positivo para solucionar el conflicto. Comunicaciones y Mercadeo Institucional | [email protected] | www.salamandra.edu.co Artículo: BASES FUNDAMENTALES DE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL (Salamandra) REFERENCIAS 1. Cooper, R., Sawaf, A. La Inteligencia Emocional Aplicada al Liderazgo y a las Organizaciones. Editorial Norma S.A, 1999. 2. Elliot, J. The Steve Jobs Way: iLeadership for a New Generation. Vanguard Press, 2011. 3. Goleman, Daniel. La Inteligencia Emocional. Javier Vergara Editor, 1996. 4. Goleman, Daniel. La Inteligencia Emocional en la Empresa. 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