1 EL SERVICIO DE PABLO Y EL NUESTRO (Efesios 3:1

Anuncio
EL SERVICIO DE PABLO Y EL NUESTRO
(Efesios 3:1-13)
INTRODUCCIÓN.Estaba dudando al poner título a esta predicación si llamarla ‘El llamado de Dios’, ‘El ministerio’ o ‘El
servicio de Pablo y el nuestro’, que es el que le he puesto al final.
Porque todos los que somos de Cristo somos llamados a un ministerio o servicio determinado. John
Stott cuenta como un creyente le dijo un día: ‘ah, entonces usted se dedica al ministerio’. A lo que
Stott le contestó que sí, que se dedicaba al ministerio pastoral, de enseñanza y a través de escribir,
etc. A continuación, Stott, le preguntó a aquel cristiano qué ministerio hacía él. Sorprendido le
contestó: ‘ah, no yo no me dedico al ministerio’. Stott, entonces, explicaba el error que suponía esta
manera de entender lo que es ministerio. Porque no sólo los que se dedican al servicio de pastor,
misionero, etc. son quienes tienen un ministerio. Todos tenemos y realizamos un ministerio, un
servicio, bien en la iglesia o en el mundo; el asunto es, ¿cuál es el de cada uno de nosotros? Y sobre
esto trataremos hoy.
Para mí la mayor riqueza de este pasaje de Efesios 3:1-13, que hemos leído, es que Pablo hace un
paréntesis en su razonamiento a los efesios para hablar de él mismo y de su ministerio. El texto
empieza diciendo, “Por esta razón (o causa) yo, Pablo, prisionero de Cristo Jesús por el bien de
vosotros los gentiles…” (v. 1) Con este inicio relaciona lo que va a decir a continuación con lo que les
ha estado escribiendo hasta ahora. Hasta ese momento les ha estado explicando su comprensión del
Evangelio de la gracia de Dios.
Resumiendo los dos primeros capítulos, en el uno, les ha hablado de las bendiciones que supone
haber sido escogidos en Cristo antes de la fundación del mundo, para que ahora entiendan lo que
Dios ha hecho para ellos (Efe. 1:3-14). Les habló también de su oración para que ellos fuesen
iluminados por el Espíritu y entendieran todas las inescrutables riquezas que tienen en Él (Efe. 1:1523).
En el capítulo 2, les habló de la condición perdida en la que estaban encerrados antes de conocer a
Cristo. Así como de la acción y plan de Dios, enviando a su Hijo para que realizara la salvación en el
lugar de ellos. Acción que era motivada por su gran misericordia y amor, no por mérito alguno de
ellos. Era una salvación por su sola gracia y se obtenía por medio de la fe (Efe. 2:1-10)
Les sigue diciendo, que el hecho de que sólo se pueden acercar a Dios gracias a la obra de redención
de Cristo, hace que se derribe el muro de enemistad que se había levantado entre judíos y gentiles;
ya que confiar en otras cosas que no sean la redención de Cristo, siempre levanta esos muros de
enemistad. También les dice que así se había creado una nueva humanidad, donde Dios ahora viviría
mediante su Espíritu (Efe. 2:11-22).
Es por causa de todo esto que Pablo va a empezar a orar, aunque lo aplazará hasta 3:14. Y ello es
porque, al hablar de que está preso por ellos los gentiles, piensa que eso puede causarles desánimo a
sus lectores. Así que, empieza un extenso paréntesis (vs. 2-12), para explicarles en qué consiste su
ministerio y cuán privilegiado es él por llevarlo a cabo. Concluyendo en el v. 13: “Así que os pido que
no os desaniméis a causa de lo que sufro por vosotros…”
1
Desde el punto de vista del estilo literario, es horrible hacer un paréntesis tan extenso. Si a un
periodista hoy en día se le ocurriera hacer algo así lo echarían de la redacción de inmediato. Pero,
para quienes tampoco tenemos un estilo demasiado pulido, es consolador ver como el Espíritu Santo
ha usado y usa los escritos de Pablo a lo largo de la historia, para iluminar tantas vidas. Porque este
paréntesis de los vs. 2-12 nos permite conocer mejor a Pablo; a qué servicio o ministerio ha sido
llamado; así como cuál ha sido el proceso como él ha ido entendiendo su ministerio, tomando
conciencia del servicio que le toca realizar. Además, todo eso nos alumbra a nosotros en cuanto
nuestro servicio también.
I.- EL SERVICIO O MINISTERIO DE PABLO.Pablo denomina su propio ministerio como “el plan (o administración) de la gracia de Dios que Él me
encomendó para vosotros (los gentiles)” (v. 2). Y este plan se le ha ido dando a conocer de una
manera progresiva. Es evidente que tiene una conciencia clara en cuanto al servicio al que ha sido
llamado por Dios. Aunque esta evidencia se repite en muchos lugares de sus escritos baste citar la
siguiente: “De este evangelio he sido yo designado heraldo (o proclamador), apóstol y maestro” (2
Tim. 1:11) Seguidamente iremos viendo los pasos como Pablo ha llegado a una clara conciencia en
cuanto al ministerio o servicio que Dios le ha encomendado.
1.- El misterio se le dio a conocer.En primer lugar a Pablo se le dio entender, comprender algo que había estado antes oculto. Un
misterio, en términos de Pablo, no es más que algo que antes no se sabía, estaba por así decirlo
tapado, cubierto por un velo y ahora se revela, se destapa ese velo y se le da a conocer, a entender a
alguien. “Es decir, el misterio que me dio a conocer por revelación, como ya os escribí brevemente. Al
leer esto, podréis daros cuenta de que comprendo el misterio de Cristo”. (v. 3,4)
Pero ¿Qué es lo que a Pablo se le ha dado entender y comprender? Pues se trata de la comprensión
de la obra de Cristo, todo lo que hemos resumido antes y que él les detalla en los capítulos 1 y 2 de
esta carta. Y que podríamos concretar como la comprensión de que el amor, la misericordia y la
gracia de Dios no tenían por objeto exclusivamente a los judíos, sino que eran para toda la
humanidad. Lo cual Pablo vuelve a resumir al final del texto que estamos considerando: “… su eterno
propósito realizado en Cristo Jesús nuestro Señor (su redención). En Él, mediante la fe, disfrutamos de
libertad y confianza (tanto judíos como gentiles) para acercarnos a Dios”. (V. 11,12) Así que el
servicio al que es llamado Pablo empieza impactando en su mente, entendiendo, el Evangelio en
profundidad y todo lo que implica la redención en Cristo.
2.- La comprensión lleva al servicio.Pablo asume la actitud consecuente que menciona en 2ª Cor. 5:14,15 “El amor de Cristo nos
constriñe… si uno murió por todos luego todos murieron… para que los que viven, ya no vivan para sí,
sino para Aquel que murió y resucitó por ellos”. Ha recibido ese don y lo utiliza; se le ha dado
comprender el evangelio y lo transmite.
El v. 7 lo expresa así: “De este evangelio llegué a ser servidor como regalo que Dios, por su gracia, me
dio conforme a su poder eficaz”. Pablo es muy consciente de que es algo que ha recibido de Dios, un
don. Cuando los hombres de ciencia hacen un gran descubrimiento, muchas veces han estado mucho
tiempo pensando y experimentando; y, cuando parece que han llegado a un callejón sin salida, de
pronto se les enciende la luz y ven claramente la solución. Es algo que les es dado por Dios. Pues algo
así pasó con Pablo.
2
Además el Espíritu Santo va confirmando. Por un lado, a través de los hermanos (Hech. 13:2)
“Mientras ayunaban y participaban en el culto al Señor, el Espíritu Santo dijo: Apartadme ahora a
Bernabé y a Saulo para el trabajo al que los he llamado”. Y por otro, con la eficacia de su propio
ministerio. Como Pablo mismo dijera a los corintios: “Porque vosotros mismos sois el sello de mi
apostolado en el Señor” (1 Cor. 9:2b).
3.- Su servicio consiste en proclamar y enseñar.Alguien que comprende un mensaje se siente, como le pasaba a Pablo, deudor. Sabe que lo ha
recibido no sólo para sí, sino para transmitirlo a los demás.
Esto es lo que se nos dice en los v. 8 y 9: “Aunque soy el más insignificante de todos los santos, recibí
esta gracia de predicar a las naciones las incalculables riquezas de Cristo, y de hacer entender a
todos la realización del plan de Dios, el misterio que desde los tiempos eternos se mantuvo oculto en
Dios, creador de todas las cosas”. (v. 8,9) Esto lo hace Pablo mediante la predicación a los gentiles de
las incalculables riquezas de Cristo (se trata de la proclamación, función de un heraldo que transmite
un anuncio, una buena noticia, procedente del Rey). Y también mediante la esclarecedora, e
iluminadora enseñanza: hacer entender a todos.
4.- La oración es parte del ministerio.
“Yo sembré, Apolos regó, pero Dios ha dado el crecimiento” (1 Cor. 3:6). Los dones y el servicio son
como el que planta o el que riega una planta. Colaboran con su desarrollo. Pero Pablo es muy
consciente que plantar o regar no es hacerla crecer. Por eso incorpora la oración a su ministerio o
servicio, porque sabe que sólo Dios da el crecimiento; dependemos para eso de Él. Sobre esto
hablaremos el próximo día en los vs. 14 a 21.
Una vez vistos los detalles del ministerio de Pablo, creo que es momento de que podamos nosotros
aprender de aquí cómo se desarrolla también el servicio o ministerio que cada uno recibimos.
II.- NUESTRO SERVICIO O MINISTERIO A DIOS.Lo primero que tenemos que decir es que Pablo es alguien muy singular y muy especial y que
ninguno de nosotros haremos lo que él. También que, aunque hay buenos test y pruebas que nos
ayudan mucho a ubicar nuestro servicio (tanto en la iglesia como en el mundo), sin embargo, lo que
vemos en Pablo puede alumbrarnos a nosotros, para entender el nuestro. Así que reflexionar en la
manera como Pablo tomó conciencia del suyo, nos ayudará. Veamos.
1.- ¿En qué se fija tu mente cuando lees el evangelio, ves una película o participas de cualquier
conversación? El otro día Paqui y yo vimos una interesante película sueca sobre el tema de la
violencia humana: ‘En un mundo mejor’. Después de verla conversábamos y ella se había fijado en la
escasa relación, atención, cuidado y comunicación de los padres con sus hijos. Y veía en ello buena
parte del problema de violencia. Yo estaba dándole vueltas a la imposibilidad de acabar totalmente
con la violencia mientras vivimos en este mundo caído; y, aunque el amor y entrega a los demás
ayuda y transforma, aún así, no podemos esperar que la violencia sea eliminada del todo.
Estos dos enfoques, que no son excluyentes, de cómo entender un asunto van a alumbrarnos y
orientarnos acerca del servicio a que somos llamados cada uno.
2.- Lo que comprendo orienta mi llamamiento.- Lo que me pesa, porque lo comprendo y lo siento,
orienta mi servicio. ¿Para qué se me ha dado tener una determinada comprensión y claridad de algo
3
acerca de Dios o de las cosas de esta vida? Desde luego es un regalo para mi propio bien, pero
también es para que lo trasmita o comparta con los demás. Como diría Pablo “Estoy en deuda con
todos…” (Rom. 1:14)
3.- Se ha de ir confirmando por Dios y por los demás.- Eso no quiere decir que todo el mundo
aceptará tu servicio, por el contrario algunos lo rechazarán frontalmente. Pero muchos te afirmarán
reconociendo lo que haces, y Dios, por el poder del Espíritu, te hará eficaz y útil en tu servicio. Todo
ello te irá ayudando y guiando a ver las maneras como puedes ir sirviendo a los demás. En qué
contexto, con qué personas, etc.
4.- Nuestros dones nos encaminan pero sólo Dios da el crecimiento.- Si pensamos que porque
sepamos el servicio a que somos llamados eso ya por sí hará que todo funcione, nos equivocamos.
Sólo Dios es quien transforma y hace eficaz nuestro servicio. Por ello dependemos del Dios vivo que
actúa, transforma y hace crecer a los receptores de nuestro ministerio. Eso nos hará entender la
importancia de la oración de gratitud y súplica al Señor.
¡Que el Señor nos ayude a tomar conciencia de a lo que somos llamados cada uno! Amén.
4
Descargar