Un nuevo procedimiento para el fraccionamiento de Uranio Eduardo Costas Costas1, Beatriz Baselga Cervera1, Francisco Tarín García2 1. Genética. Facultad de Veterinaria. Universidad Complutense. 28040. Madrid. Spain. 2. ENUSA S.A. Resumen Los procedimientos para el enriquecimiento de uranio implementados hoy en día se basan en procesos físico-químicos. Por otra parte, se sabe que algunos microorganimos son capaces de inducir fraccionamiento isotópico, gracias a la captación preferencial del átomo más ligero, normalmente. Teniendo en cuenta esta idea, planteamos la hipótesis del fraccionamiento isotópico de uranio a través de microalgas. Para comprobarlo, aislamos una Clorophyta (Chlamydomonas sp.) de una charca de evaporación correspondiente a una explotación minera en Saelices (Salamanca). Dicha cepa resultó ser altamente resistente a la toxicidad y radiactividad del uranio. Posteriomente, sometimos la cepa a un procedimiento de mejora genética y obtuvimos una microalga capaz de bioacumular uranio, en concreto hasta un 1,2% de su peso. Las medidas de recuperación de uranio y de fraccionamiento isotópico realizadas en el CIEMAT mostraron que la microalga mejorada genéticamente es capaz de captar uranio, y bioacumular dentro de la célula hasta 12 mg U/gramo de peso seco de alga cada 48 horas. Simultáneamente se consigue un enriquecimiento en el isótopo fisible 235U (d 235U = + 3.983%) dentro del interior celular. Este resultado indica que es posible plantear una alternativa biotecnológica a los procesos convencionales de enriquecimiento de uranio basada en la actividad microalgal. Palabras clave: Uranio, microalgas, fraccionamiento INTRODUCCIÓN Energía Nuclear: una fuente de controversia A pesar de que la energía nuclear es de todas las fuentes no renovables de energía la que menos contribuye negativamente a problemas ambientales globales como son el calentamiento planetario o la lluvia ácida, sin embargo, las actividades nucleares todavía encuentran hoy en día muchos detractores. Los accidentes nucleares imprevistos, la generación de residuos radiactivos y sobre todo, la incertidumbre en relación a la estabilidad de un legado que la humanidad deja a generaciones futuras, son razones que llevan a la opinión pública en general a una postura de rechazo en relación a cualquier proceso relacionado con el uranio. 1 Sin embargo, a pesar de las opiniones desfavorables, es una realidad que la energía nuclear todavía representa hoy día una de las principales fuentes de generación de energía a nivel mundial. Por aportar unos datos: en Estados Unidos representa el 20% de energía eléctrica; países como Francia, Japón, el Reino Unido o Rusia cuentan con 57, 5, 33 y 30 reactores nucleares, por nombrar solo a los más importantes (Czerwinski et al., 2008)). Sin lugar a dudas, la tecnología nuclear mejoraría su imagen pública y se beneficiaría también desde el punto de vista de la eficiencia, si alguna de las etapas del ciclo de vida del uranio (extracción, procesamiento o enriquecimiento) pudiera disminuir su impacto ambiental. Procesos más conservativos desde un punto de vista energético y procedimientos que generasen menos residuos, serían objetivos deseables. Las plantas nucleares para el enriquecimiento de uranio son blanco de particular rechazo, incluso más que la propia minería extractiva. El proceso de fraccionamiento en las centrales nucleares tiene un componente adicional de controversia por la percepción social de riesgo de accidente nuclear y por la cantidad de toneladas de residuos radiactivos de alta, media y baja actividad que deben ser confinados en un planeta de por sí ya muy deteriorado. El punto de partida para cambiar la actual visión del fraccionamiento isotópico como una actividad nociva es empezar a comprender que los procesos de fraccionamiento isotópico no están tan lejos de los procesos naturales. De hecho, el fraccionamiento isotópico es un proceso físico-químico que se puede dar en situaciones donde sea posible una separación en función de la masa. Por ejemplo, las nubes están siempre enriquecidas en el isótopo más ligero (16O). En los procesos fotosintéticos el CO2 que se capta está enriquecido en 12C mientras que el oxígeno que se desprende lo está en 18O. El fraccionamiento isotópico también ocurre en numerosos procesos biológicos, pero normalmente los efectos son débiles, con la excepción de algún caso relacionado con el hidrógeno o el deuterio (Bowen, 1960). Por ejemplo, se ha encontrado que existe relación entre la presencia de un isótopo en los compuestos que forman parte de la dieta de un organismo y la composición molecular del mismo. Y las diferencias en la composición isotópica del azufre, nitrógeno y carbono se utilizan para realizar un trazado de estos elementos en las cadenas alimentarias a lo largo de las generaciones, desde la época prehistórica a la actualidad (Hoefs, 1997). El fraccionamiento natural no ocurre como consecuencia de una “preferencia selectiva” de los microbios por un determinado isótopo. Los procesos microbianos que transcurren a través de mecanismos en los que hay selectividad isotópica se deben a razones relacionadas con lo que podrían denominarse “afinidades microbianas”. Las diferencias en la velocidad de difusión de los distintos isótopos, se relacionan con las diferencias de las constantes de equilibrio, y también al hecho de que los isótopos más ligeros viajan más rápidamente que los pesados a través de las rutas metabólicas (Bowen 1960). La investigación relacionada con los isótopos y los procesos naturales se ha centrado fundamentalmente en el empleo de marcadores para explicar distintas rutas metabólicas; así se han utilizad análisis de las diferentes relaciones C12/C13 para determinar el origen biogénico de rocas antiguas, y la relación S 32/S34 para estudiar la evolución de las bacterias del azufre (Bowen, 1960). Nada se ha hecho, sin embargo, en relación a otras aplicaciones. De hecho, la posibilidad de enriquecer uranio a través de bioprocesos es un terreno absolutamente inexplorado. 2 Enriquecimiento Microbiano de Uranio El proceso a través del cual se consigue incrementar el porcentaje de un determinado isótopo se conoce como “enriquecimiento”, y el material que contiene un porcentaje mayor de un determinado isótopo del que normalmente se encuentra en la naturaleza, se dice que está enriquecido en un isótopo en particular. Los reactores nucleares necesitan como combustible uranio enriquecido en el isótopo 235U, en un porcentaje de entre el 3-4%. Actualmente este enriquecimiento se consigue a través de dos métodos alternativos: la centrifugación y mediante procesos de difusión gaseosa. (Czerwinski et al., 2008). Estas dos alternativas tienen importantes desventajas. Por un lado, el UF6 es un compuesto tóxico que reacciona con el agua dando lugar a otro compuesto altamente corrosivo: el fluoruro de hidrógeno (HF). Además la centrifugación también consume una cantidad significativa de energía (Czerwinski et al., 2008). Un acercamiento diferente a estas opciones para el enriquecimiento isotópico del uranio puede ser el enfoque biotecnológico. Existe un cierto número de especies microbianas que aprovechando las diferencias en las propiedades físicas que hay entre dos isótopos, captan selectivamente aquel que les resulta más ventajoso para sus necesidades metabólicas. Este comportamiento selectivo de los microbios que les permite beneficiarse de un isótopo en particular ha sido ya comprobado para algunos elementos. Hasta el día de hoy, la investigación biotecnológica en el campo del uranio ha estado basada en soluciones “al final de tubería”, es decir, en la implementación de métodos y procesos encaminados a la eliminación de distintos contaminantes de las aguas residuales derivadas de las actividades relacionadas con el uranio. “Wetlands”, bacterias, biomasa microalgal muerta o biomasa viva (con preferencia de organismos fotosintéticos) se han implementado en bioreactores (Dunlop et al., 2007) o cultivos (Fortin et al., 2004). En cualquier caso, el objetivo final ha estado siempre centrado en la depuración de agua contaminada con elementos radiactivos. Sin embargo, aún no se ha abordado bajo ningún punto de vista la posibilidad de sustituir o complementar los procesos de enriquecimiento de uranio convencionales con nuevos procedimientos basados en la actividad directa de microorganismos. Las pocas líneas de investigación en enriquecimiento de uranio basadas en procesos biotecnológicos se han centrado en promover la precipitación de un isótopo específico de algún elemento. Por ejemplo, se ha probado la eficacia de los organismos reductores de actínidos para separar el isótopo más pesado por precipitación (Radamacher, 2006; Czerwinski et a., 2008; Basu et al., 2013). El fraccionamiento isotópico del uranio sólo ha sido descrito en bacterias. Un grupo muy especializado de bacterias reductoras de distintas especies, tanto metales como aniones (sulfatos), son capaces de inducir fraccionamiento a través de un mecanismo de reducción desasimilativa. Este hecho se ha comprobado en el caso del uranio, aunque en realidad el fraccionamiento del uranio tiene lugar a través de una vía indirecta que conduce a la precipitación de un sólo isótopo. Otros ejemplos son: el fraccionamiento de azufre durante la reducción desasimilativa de sulfatos (Johnson, 2008); el fraccionamiento isotópico del Fe al tiempo de la reducción desasimilativa de Fe(III) (Crosby et al., 2007) y la reducción desasimilativa del selenio (Johnson, 2004). Los géneros bacterianos implicados son Clostridium, Schewanella y Geobacter en relación a la reducción de Fe(III), Mn(IV) and Cr(VI); Desulfovibrio o Desulfatomaculum acoplados a la reducción de sulfatos a azufre. 3 ¿Microalgas que fraccionan uranio?: Las microalgas son un grupo de organismos muy antiguos y muy diverso, que se caracterizan por realizar la fotosíntesis, captando el CO2 atmósferico produciendo materia orgánica y oxigeno. Estos organismos juegan un papel crucial como productores primarios, iniciando las cadenas tróficas en los ecosistemas acuáticos. Así mismo son responsables de la mayoria de los ciclos biogeoquímicos, y de la mitad del oxigeno de la atmósfera. Además las microalgas son también fuente de pigmentos, vitaminas; alternativa energética por la riqueza en aceites. Y desde un punto de vista de la contaminación suponen un excelente material para captar contaminantes (metales, compuestos orgánicos –pesticidas, antibióticos. En la actualidad hay un intenso trabajo para utilizar las microalgas con fines de bioremediación. El bio-proceso de enriquecimiento de uranio que planteamos se basa en la actividad metabólica de una cepa de Chlamydomonas, aislada de un ambiente acuoso altamente contaminado con uranio (hasta 25 mg.L -1) y mejorada genéticamente para incrementar su capacidad de captación de uranio. La cepa capta selectivamente U 235 y en consecuencia el U238 se concentra en el medio circundante. La separación de la biomasa de la fase líquida se puede conseguir fácilmente a través de dos etapas sucesivas de floculación y filtración. El U235 residual queda confinado en la biomasa y se puede concentrar a través de una etapa de secado –a temperatura ambiente-, resultando que el uranio residual ocupará mucho menos espacio. El proceso se puede repetir tantas veces como se considere hasta alcanzar un porcentaje de uranio 235 necesario para la reacción nuclear. Este proceso que planteamos tiene otras posibles aplicaciones: la posibilidad de recuperar el isótopo fisionable de las piscinas de apagamiento; y la posibilidad de fraccionamiento de otros actínidos. METODOLOGÍA La capacidad para la captación y el fraccionamiento de uranio se midió en cultivos de una cepa de Chlamydomonas (ChlSPGI), aislada de una muestra de agua natural en Saelices (Salamanca) y mejorada genéticamente. Las células de ChlSP GI se cultivaron en agua de Saelices con una concentración de uranio de 25 mg.L -1. Cuando el cultivo alcanzó su fase exponencial, se tomaron dos muestras de 100 mL cada una, con una densidad celular de 694.000 cells.mL-1. Ambas muestras se centrifugaron (3.500 rpm) durante 10 minutos y se recogieron los pellets de ambas. Uno de los pellets se acidificó con HNO3 2% (vol/vol) y se preservó en estas condiciones hasta su posterior análisis (medida de la cantidad total de uranio contenida en la célula y relación isotópica del mismo). Esta medida proporciona información tanto de la fracción de uranio adsorbida a la superficie celular como del porcentaje acumulado dentro de la célula. El otro pellet se re-disolvió en 4 mL de medio de cultivo BG-11 y se trató con 1 mL de EDTA al 0.05% durante 15 minutos. El pellet resultante de una nueva centrifugación se lavó dos veces con agua bi-destilada para eliminar la fracción de uranio retenida en la superficie celular. Nuevamente el pellet obtenido se acidificó (HNO 3 2% vol/vol) y se preservó para su posterior análisis de uranio. Los resultados de los análisis 4 realizados a este segundo pellet permiten estimar la fracción de uranio que eventualmente podrían haber acumulado las células. El uranio total se analizó a través de un equipo de Espectrometría de Masas- Plasma con Acoplamiento Inducido (ICP-MS VARIAN RedTop). Para la medida de las relaciones isotópicas se utilizó un espectrómetro de masas con fuente de plasma THERMO ELEMENT XR con sistema analizador compuesto por un sector magnético y un sector electrostático (HRICP-MS). Las disoluciones obtenidas en el proceso anterior se llevaron por dilución en HNO3 2% (v/v) a una concentración similar a la del patrón utilizado para medir el factor de discriminación instrumental. Como patrón isotópico de uranio se utilizó un material de composición isotópica certificada IRMM-053 (Institute for Reference Materials and Measurements. RESULTADOS Y DISCUSIÓN Medida de las Relaciones Isotópicas Las relaciones isotópicas 235U/238U medidas en el agua natural de referencia, y en los pellets obtenidos tras la centrifugación, lavados con agua y con EDTA respectivamente se muestran en la figura 1. La actividad microalgal alteró de forma significativa las relaciones isotópicas, como puede observarse en los valores de δ obtenidos (Tabla 1), que fueron calculados aplicando la ecuación 1 y tomando como referencia la relación isotópica del agua de Saelices. Las microalgas, por tanto, inducen un fraccionamiento isotópico positivo (δ > 0), lo que conduce a un enriquecimiento del isótopo 235U en el interior de las células. δ235U = ec. 1 Tabla 1 235 U/238U sd Saelices Pellets -H2O Pellets -EDTA 0,0072645 0,007287 0,007293 0,0000073 0,000019 0,000019 3,086 3,983 δ235U 5 Figura 1: Relaciones isotópicas de uranio en muestra natural y en pellets El uranio que capta la microalga se distribuye en la célula de ChlSP GI tanto dentro como unido a la pared externa. El fraccionamiento del uranio debe está por tanto necesariamente acoplado a un proceso enzimático de transporte que da como resultado una internalización preferencial de 235U dentro de la célula, quedando el medio circundante más empobrecido en 238U. El fraccionamiento isotópico en Saelices y en ChlSPGI Las relaciones isotópicas U238/U235 que se midieron tanto en el agua natural tomada en Saelices como en el interior de la célula de Chlamydomonas fonticola (135.58±0.24) tienen un valor muy alejado del que se encuentra normalmente en el uranio natural, donde alcanza un valor del orden de 137.8 ± 0.28. Por tanto, tanto el agua de Saelices como las células de ChlSPGI se encuentran enriquecidas en 235U. Asimismo, se observaron diferencias evidentes (figura 1) en las reaciones isotópicas medidas en las microalgas y el agua de Saelices (utilizada para el crecimiento de las mismas). Estos resultados podrían estar relacionados con los fenómenos conocidos como “reactores nucleares naturales”, de los cuales el caso de Oklo es el más conocido y el mejor descrito. Un proceso de fisión natural espontánea que aconteció en 1972 Oklo (Gabón) en una situación muy particular en la que se dieron una confluencia de factores. Se ha discutido mucho acerca de las condiciones que permitieron que se diera el fenómeno de Oklo. La existencia de un moderador eficaz como el agua; un espesor suficiente en la mena capaz de mantener la reacción en cadena y la ausencia de moléculas secuestrantes (compuestos venenosos que absorben neutrones y atenúan la reacción en cadena), son factores probados y analizados en profundidad. Sin embargo, queda sin explicar por qué se encontró una proporción del isótopo fisionable superior al que se encuentra en otras zonas de la tierra. 6 En la investigación que hemos realizado hemos encontrado un fenómeno que podría explicar el por qué pudo darse en lugares muy concretos una relación isotópica anormal desde el punto de vista de los valores que se encuentran en la Naturaleza. La posibilidad de que existan poblaciones de microalgas que por sus características de ubicuidad, resistencia y tolerancia a ambientes extremos hayan desarrollado la capacidad de fraccionar uranio puede ser una posibilidad plausible, máxime teniendo en cuenta que las algas llevan en el planeta Tierra desde hace mas de dos mil millones de años. La alternativa al fraccionamiento isotópico de uranio por métodos convencionales que presentamos tiene como principal factor diferencial que el fraccionamiento se consigue a través de la actividad enzimática directa de un cultivo microalgal. Todas las ventajas relacionadas con el empleo de microalgas: poco exigentes en el consumo de recursos; utilizan una fuente inagotable de energía como es la luz solar; extremadamente resistentes y tolerantes a ambientes extremos (pH, temperatura, presencia de toxinas), podrán aprovecharse a la hora de implementar un desarrollo a escala. El prometedor resultado obtenido abre la posibilidad de enriquecer uranio a través de la actividad microalgal, de tal manera que resulta factible plantearse una “bio-planta de enriquecimiento de uranio. Una visión especulativa podría ser la siguiente: si se considera que la masa crítica para iniciar una reacción nuclear es de 1.5 Kg de 235U, se necesitarían 7,5 x 104 gramos (peso seco). Esta cantidad se podría obtener en piscinas o lagunas abiertas en las que podrían cultivarse las microalgas sin gran consumo de recursos y en las que los residuos ya quedan simultáneamente confinados. Conclusiones La cepa del género Chlamydomonas, ChlSPGI que fue aislada de un agua altamente contaminada por U (al menos 25 mg.l-1) y mejorada genéticamente para incrementar su capacidad para captar uranio, es capaz además de fraccionar el uranio e incorporar con preferencia el isótopo más ligero 235U en el interior celular. Este resultado abre la posibilidad a una nueva alternativa a los métodos físico-químicos actuales para enriquecimiento de uranio. Ahora que este resultado ya ha sido ampliamente confirmado, con las técnicas más exactas de análisis isotópico queda profundizar a nivel molecular en los mecanismos que utilizan las microalgas para llevar a cabo este fraccionamiento. Ello permitirá controlar la reacción y optimizar los parámetros cinéticos y terrmodinámicos para llevarla a escala industrial. Sin lugar a dudas, la aplicación de las técnicas de mejora genética a ésta y otras especies microalgales permitirá mejorar los resultados. Referencias Basu A., 2013. Isotopic fractionation of chromium and uranium during abiotic and microbial Cr(VI) reduction and microbial U(VI) reduction. Tesis Doctoral, 2103 Bowen HJM, 1960. Biological fractionation of isotopes. International Journal of Applied Radiation and Isotopes, vol. 7, pp. 261-272. 7 Crosby HA., Roden EE., Johnson CE., Beard BL., 2007. 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