Honor a quien honor merece

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NUESTRO MUNDO
Antonio Álvarez
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Honor a quien honor merece
La arquitectura tiene como máximo galardón el
Premio Pritzker, dotado con 100 mil dólares, y el primer
latinoamericano en ganarlo, incluso ocho años antes que
el genial brasileño Oscar Niemeyer, fue Luis Barragán
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os Premios Nobel son los galardones de mayor prestigio en el mundo y México lleva tres ganadores del
mismo. En 1982 se concedió el Premio Nobel de la Paz al
diplomático Alfonso García Robles como reconocimiento
a su trabajo en varias negociaciones de desarme de las
Naciones Unidas; en 1990 Octavio Paz obtuvo el Premio Nobel de Literatura por su espléndida obra poética
y ensayística; y en 1995, el doctor Mario Molina ganó el
Premio Nobel de Química por sus investigaciones sobre
la química atmosférica, que demostraron que la capa de
ozono estaba siendo destruida por los clorofluorocarbonos
usados en aerosoles y en la industria de la refrigeración.
El Premio Nobel, además de rendir honores a quienes lo
reciben les brinda una generosa recompensa económica
de aproximadamente un millón y medio de dólares.
El Premio Cervantes, que se concede a los mejores escritores que se expresan en lengua española, está dotado
de 125 mil euros y lo han ganado cinco mexicanos: Octavio Paz, en 1981; Carlos Fuentes, en 1987; Sergio Pitol, en
2005; José Emilio Pacheco, en 2009; Elena Poniatowska,
en 2013 y, recientemente, Fernando del Paso, en 2015.
El Premio Princesa de Asturias (antes denominado
Príncipe de Asturias) consta de 50 mil euros y ha sido
ganado, en diferentes categorías, por varios mexicanos.
En Literatura, lo obtuvieron Juan Rulfo y Carlos Fuentes, en 1983 y 1994, respectivamente. En Comunicación y
Humanidades, se premió al Fondo de Cultura Económica
en 1989, a la Revista Vuelta en 1993 y a la UNAM en 2009.
En Ciencias Sociales, fue premiado el historiador Silvio
Zavala en 1993 y El Colegio de México en 2001. En Investigación Científica y Técnica, cinco eminencias mexicanas
fueron premiadas: en 1985, Emilio Rosenblueth, experto
a nivel mundial en ingeniería antisísmica; en 1988, Marcos Moshinsky, físico especialista en reacciones nucleares;
en 1991, Francisco Gonzalo Bolívar Zapata, que ha destacado en la biotecnología modificando microorganismos
mediante ingeniería genética; en 1999, Ricardo Miledi,
neurocientífico que determinó la importancia del calcio
en la liberación de neurotransmisores que participan en
las sinapsis; en 2011, Arturo Álvarez-Buylla que explicó
cómo las células gliales generan nuevas neuronas, y que
además ha dado cuenta de la migración neuronal en cadena a diferentes zonas del cerebro, aportando pistas sobre
el origen de los tumores cerebrales. En la categoría Cooperación Internacional el premio lo ganó en 1981 José López Portillo, por contribuir a la reconciliación hispana al
restablecer las relaciones con España; en 1984, lo obtuvo
el grupo Contadora (del que formaba parte México) por
promover la paz en Centroamérica.
Hay actividades muy valiosas de mexicanos que no
están consideradas por ninguna modalidad del Premio
Nobel o del Premio Princesa de Asturias. La arquitectura tiene como máximo galardón el Premio Pritzker, dotado con 100 mil dólares, y el primer latinoamericano en
ganarlo, incluso ocho años antes que el genial brasileño
Oscar Niemeyer, fue Luis Barragán, en 1980. Los miembros del jurado declararon que Barragán fue premiado
por su compromiso con la arquitectura como un sublime
acto de imaginación poética y por haber creado jardines,
plazas y fuentes de hechizante belleza -paisajes metafísicos para la meditación y la comunión.
El Premio Goldman reconoce a las personas que
destacan por su lucha a favor de la Naturaleza y el Medio Ambiente y otorga 150 mil dólares. Tres mexicanos
lo han ganado: en 1996, Edwin Bustillos, por buscar la
preservación de los ecosistemas de las comunidades tepehuana y tarahumara; en 2000, Rodolfo Montiel Flores,
por oponerse a la tala inmoderada en Guerrero; En 2005,
Isidro Baldenegro López, por combatir la deforestación en la Sierra Madre Occidental. Los tres sufrieron
múltiples agresiones y amenazas de muerte. De hecho,
a Rodolfo e Isidro se les encarceló indebidamente tras
inculparlos bajo tortura y solo recuperaron su libertad,
al sentirse el gobierno presionado por la atención internacional que recibieron al anunciarse el premio. No cabe
duda que de todo hay en la viña del señor.
SIGLO NUE V O
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