Barcelona 30 de Octubre de 1878. Año II. Núm. 24. M u iiiiM mwím. PERIÓDICO QUINCENAL. PYRETOLOGIA HOMEOPÁTICA D E UA PERIODICIDAD [véase el número 23). II. Después de esta concesión hecha á los buenos trabajos de la escuela alopática moderna, sé nos permitido reproducir, según el método homeopático, nuestro estudio de los remedios antiperiódicos; seguramente le encontraremos mas rico y fértil que nunca. Pero ésta misma abundancia viene á ser una nueva dificultad, porque el espíritu se pierde en esta sintomatologia tan múltiple, y no sabe como fijar su elección; por tanto lo terminaremos por algunos cuadros sinópticos, destinados á dividir este asunto en grupos naturales propios á facilitar las indicaciones terapéuticas. A c ó n i t u m . — Fiebre intermitente de los sitios montañosos y elevados; enfermos de temperamento sanguíneo; alivio por el movimiento; la fiebre es simple; la exacerbación nocturna. El/rio es poca cosa. El calor seco, fuerte, mezclado de escalofríos al menor movimiento, con grande angustia y viva spd. Sudor abundante. Fiebres pseudo-contínuas, en las que se indica el acceso inmediato por un colapsus repentino en general. A g r i U S c a s t u s . — F i e b r e cuartana, rebelde, con edema de las piernas; extrema fatiga; incapacidad de pensar. A l u m i n a . — F i e b r e terciana, que vuelve á hora fija, desde las cuatro á las siete de la tarde, en sugetos debilitados. Escalofrios. Frió general, que aumenta por el movimiento y las bebidas calientes y también por el calor del fuego. Calor con cefalalgia intensa, náuseas, vértigos, rotación y esperezos. Sudor poco marcado. Dosis: 3.% 200." A m m o n i u m acétiQvaoa.—Fiebres cuartanas rebel'. es. Este medicamento ha sido muy eficaz en manos del Dr. GoUin, á las dosis fuertes de 15 á 20 gramos por dia. A - l X t i m o n i u m c r u d u m . — Fiebre terciana, con afección gástrica ó biliosa, disgusto, náuseas, vó- mitos, amargor de la boca, sed moderada, lengua con capa amarilla ó blancuzca, diarrea. Sudor caliente cada dos dias, por la mañana; pulso irregular; grande melancolía y á menudo constipación. Dosis: 6." dilución. A p i o l . — ( E s t r a d o de peregil.) Remedio inventado y esperimentado por Homolle, Jorez y Duelos. Cura la mitad de las fiebres tercianas ó cotidianas, pero no es suficiente para las cuartanas. Conviene principalmente contra las fiebres intermitentes anómalas neurálgicas, caracterizadas por la otalgia y la neuralgia facial. Fiebre perniciosa, coleriforme, con vómitos y diar • rea. Dosis: tres cápsulas, algunas horas antes del acceso. Pocas veces evita las recaídas. A p i s . — F i e b r e intermitente inveterada; accesos á las cuatro de la tarde, el frió domina. Escalofrios, con calor de la cara y de las manos; durante el/rto grande opresión y ardor en el pecho, como si se ahogase el enfermo; cólicos. Calor vivo y general. Sudor. Nulo ó muy abundante con alternativas de sequedad en la piel; sueño profundo. IDurante la apirexia, dolor en las costillas falsas. Fiebre intermitente anómala, en forma de urticaria, con pies hinchados, orinas escasas, agitación, escitabilidad nerviosa. Conviene principalmente contra las intermitentes de los países no del todo cenagosos. (Nichol, Americ. Obser.) Para completar la curación, cuando apis ha aliviado sin ser bastante, hay que recurrir á natrum muriáticum. Dosis: 5.° decimal, 3.* centesimal y sobre todas la 100/ Todavía hay que usar separadamente apis y apium virus, para determinar al que pertenece la preferencia. A p i u m p a l u s t r e . — E l apio ó perejil de los mares es soberano contra las cuartanas, tercianas y dobles tercianas, con infarto splénico y edema generalizado. Dosis: solo se han usado las dosis masivas. Á r n i c a . — F i e b r e s tercianas y cuartanas de otoño aun de países palúdicos, por esto se llama la quinina de los pobres. Característico: curbatura y quebrantamiento general de los miembros y de los huesos, antes de la fiebre con sed. Escalofrios con frió mas sensible en la boca del estómago. 186 ARCHIVOS DE LA MEDICINA HOMEOPÁTICA. Calor. Bocanadas de calor á la cara. Sudor nocturno ácido. Despertar con espanto. Síntomas adinámicos. Fiebres recidivanies con obstrucción del bazo, edema de los miembros pero sin complicaciones inflamatorias. Apirexia. Dispepsia, repugnancia por la carne, gastrodínia. Dosis: desde la tintura hasta la 30." Este es uno de los mas importantes remedios de las fiebres palúdicas. Nota 1.' del traductor.—Este importantísimo remedio y grande policresto de la homeopatía, restablecido en su antigua reputación por ella, tiene un síntoma tan gráfico y característico, que en muchas ocasiones me ha decidido á preferirlo, siempre con éxito notable y seguro; este es: dolores en las piernas, que no permiten al enfermo caminar y ni aun tenerse en pió á veces. Ya lo marca el autor en suaracterístico: curbatura y quebrantamiento general de los miembros y de los huesos, etc., pero á pesar de ello he creído convenien llamar sobre él la atención de mis lectores. No es impertinente agregar que los padecimientos sobre que ejerce este poderoso agente su mas eficaz acción se agravan por lo regular por la tarde hasta la media noche, con el cansancio, el movimiento, el ruido y en los niños por sus agitaciones y llantos; le parece al enfermo muy dura la almoada donde descansa su cabeza y sus dolores cambian frecuentemente de sitio y son muy violentos.;—R. A . r s é n Í C U i n á l b u m . — F i e b r e s intermitentes de todos los tipos, esceptuados los de doble cotidiana'^ doble terciana. Fiebres de accesos poco regulares, mal definidos, en los que no es seguro el momento de la apirexia (compárese con helianthus), con grande irritación de las mucosas. Este agente corresponde mejor en las fiebres tercianas que en las cotidianas ó cuartanas- Flébiles crónicas, rebeldes á la quinina: remitentes, que vuelven todos los meses. Menos pronto en su acción que la quinina no se le debe usar nunca para cortar las perniciosas. Pero conviene cuando hay caquexia con edema, albuminuria, anemia, endocarditis, irritación de las mucosas, grande enflaquecimiento, dolor en el hígado y el bazo, estado tifoideo. Accesos á toda hora, pero sobre todo por la mañana, la tarde Y la noche. Antes del acceso: desfallecimiento é insomnio. Durante el acceso: grande agitación; después, mucha debilidad, sudor fácil. Escalofríos con sensación de quemazón interior; algunas veces con sudor frió, vizcoso; curbatura general y opresión. Calor universal, con grande agitación, delirio, sed ardiente ó adipsia, rubicundez de la piel. Sudor con zumbido de oidos y temblor de los miembros; sudor colicuativo, frió, vizcoso. Dosis: á todas las dosis. Los trabajos del Dr. Bondin han puesto én auge las dosis grandes, 25 á 50 miligramos de óxido blanco de arsénico por dia, disueltos en agua destilada, con la adición de un poco de vino blanco. La dosis mas fuerte se debe administrar primero para irlas disminuyendo paulatinamente; deben fraccionarse durante el dia. En los casos rebeldes se administra además en lavati- vas; 10 miligramos para cada una. También se puede asociar á diferentes medicamentos complementarios; así es que se ha recomendado el arseniato de cafeína, de quinina, con que cortaba todas las fiebres el Doctor Vulpes en el grande hospital de Ñápeles (1 centigramo por dia, en 10 pildoras, una cada dos horas.) A dosis infinitesimal el arsénico ha correspondido casi todas las diluciones; pero sobre todo á las mas altas: 18.", 24.°, 30.', 100.", 200.°, 1000,"; el Doctor Hoyne de Chicago [Med. Investigator, 1869) y el Dr. Millet [líahnem. Monthly, 1872) le han consagrado importantes trabajos en sus revistas. Acido tannoarsenioso: remedio de las enfermedades raquíticas y de consumcion, ó cuando hay complicación de albuminuria ó de hemorragia. Nota 2.'—Sería supérfluo cuanto pudiera yo agregar á la luminosa esplicacion que produce el autor sobre este poderoso agente, denominado por nuestro ilustre Harlmann: el héroe de nuestra materia médica; pero séame permitido recordar á mis lectores el alto aprecio en que le tiene y 3on que lo usa la medicina tradicional, usándolo muy frecuentemente en estas fiebres bajo la preparación de licor mineral de Fowler como succedáneo de las preparaciones quinicas. Su eficacia la tengo comprobada en muchos, y especialmente en aquellos casos crónicos, caquécticos, con edemas y abotagamiento del rostro.—R. A r s e n i c . I c a l i . — E l arseniato de potasa es preferido por Heim, Lord y Harless. Lord le llama un remedio incomparable. La solución acuosa de Fowler al 1/370, es administrada á la dosis de 5 á 10 gotas cada dos horas. Lord no dá sino la primera dilución del licor de Fo«ler, 2 á 10 gotas. Conviene sobre todo en las fiebres de tipo retardado. (Febris post ponens.) A t r o p i n a . — V é a s e Belladona. La atropina ha sido preconizada en 1851 por M. Lusanna, á la dosis de medio grano; ella no produce ni la irritación del tejido, ni la oscitación vascular propias de la belladona. B a p t i s i a . — E s t u d i a d a por Birch, conviene para los fiebres de las localidades mal sanas y cenagosas. Fiebres de tipo remitente anticipado ó retardado. Fiebres perniciosas pseudo-continuas de carácter tifoideo, con lengua oscura, negra, seca, vómitos biliosos, subdelirio. Dosis: la dilución primera decimal es la mas activa; la he esperimentado muchas veces. B e l l a d o n a . — F i e b r e intermitente, cotidiana, doble cotidiana, terciana, con hipertrofia hepática y esplénica; durante la fiebre irritabilidad y estrema sensibilidad nerviosa; adipsia ó sed viva; accesos nocturnos, síntomas cerebrales congestivos. Escalofríos con calor en la cara; escalofríos por la tarde con náuseas y quebrantamiento. Calor alternando con escalofríos; calor seco, quemante, con pulsación de las carótidas, hinchazón de las venas; agitación, delirio, rechinamiento de dientes durante el sueño. Sudor, comienza con el calor; sudores parciales, solo en las partes cubiertas. ARCHIVOS DE LA MEDICINA HOMEOPÁTICA. Nota 3.'—He usado mucho la Belladona en las remitentes é intermitentes nocturnas, y ha constituido con la chamomilla, mercurius, carho-vegetabüis ypulsatilla mi habitual repertorio para estos casos. Son bien conocidos sus característicos preferentes para anteponerla á los demás.—R. B e r t o e r i s v u l g a r i s y Berberina.—Accesos de fiebre, que duran tres dias. Escalofríos por la mañana, piós helados, boca seca y pastosa, pleurodinia. Calor quemante con cefalalgia. Sudor de olor urinoso. En estos últimos años ha preconizado el Dr. Piorry el berberís, administrado á dosis fuertes, como uno de los mejores succedáneos del sulfato de quinina. B i s m u t u n i . — F i e b r e intermitente rebelde á la quinina, con ingurgitación del bazo, edema de las piernas, estremada debilidad, diarrea, vómitos, enflaquecimiento. B o l e t u s L a r i c i s . — E s t u d i a d o por Birch, pero todavía poco conocido. B r y o n i a alTba —Conviene en las intermitentes nocturnas ó matinales, agudas ó crónicas, tercianas, cuartanas, subinti^antes; con hipertrofia del bazo ó del hígado é ictericia; dolores lancinantes en el vientre ó ^n el pecho agravados por el movimiento, sed viva en los tres estadios. Escalofríos con curbaturas, temblor con frió y sud.or frió en la frente; escalofrios con calor en la cabeza, rubicundez de la cara, repugnancia á comer y beber, ante's de los escalofrios, vértigos y cefaleas. Calor alternando con los escalofrios, calor quemante con sed, calor interno y externo con vértigos y cefaleas. Sudor abundante, frió en la frente y la cabeza, aceitoso ó de olor ácido. Dosis: 6.% 12.', 200.* Smith alterna ventajosamente hryonia 12." por el dia, con arsénicum 12.° por la noche. Buxina.—Alcaloide del huxus semperoirens; se ha recomendado mucho en Italia, donde Pavía, Tibaldi, Buzzoni, Vitali, la han usado con éxito; han tratado 304 casos de fiebre intermitente y han obtenido 231 curaciones y 73 insucesos, ó sea un 75 por 100 de curaciones; muchos casos rebeldes á la buxina lo han sido igualmente á la quinina, y otros refractarios 4 esta han cedido á la buxina. Dosis: un gramo de sulfato de buxina en poción durante la apirexia. Este remedio puede producir también vértigos y zumbido de oídos, y una escitacion análoga á la del té y café. G a c t u s g-rariáiHora,.—Remitente ó intermitermítente, cotidiana de carácter bilioso. Calor con respiración penosa, dolor pulsativo en la región uterina en la muger; sufrimientos del corazón. Sueño durante la fiebre. Sudores profusos con sed. En la apirexia buena disposición. Paroxismos regulares á las once de la mañana ó de la noche. 187 C a l c á r e a sepiae.—(Huesos de sepia.)—Según el Dr. Brault 15 á 20 gramos de polvo de los huesos de la sepia, tomados en una ó dos veces, curan las fiebres de accesos tan bien como el sulfato de quinina. Bajo esta misma inspiración se ha esperimentado la creta disuelta en el vinagre, viniéndose á dar el acetato de cal en lugar del carbonato. O a n c l i i l a g u a . — ( G e n c i a n a de Chile).—Combate preferentemente las intermitentes de primavera y los accesos perniciosos de carácter colérico. Escalofrios intensos con castañeteo de dientes, estrema palidez de la cara, de los labios y de las manos, náuseas, vómitos biliosos. Caracteristíco: la piel de las manos remeda á la de las fregonas con legia al salir del agua. En la apírexta renace el apetito. Von Tagen ha dedicadp á este remedio un acabado estudio en Americ. Journ. of Materia homeop. 1875. C a p s i c u m annum..—Escalofríos. Frió que se acrece gradualmente hasta ser estremo y decrece del mismo modo, diarrea mucosa, flemas en la boca, garganta y estómago, cara roja y pálida alternativamente. Calor vivo, interno y externo, sensación de quemazón en la cabeza y cuello. Ausencia de este estado. Sudor viene á las doce ó quince horas después da los escalofrios, sin sed. Dosis: Millet le debe brillantes curas á las dosis de cinco gotas de la tintura madre al dia. C a r b ó l i c u m á c i d u i o a . — E l ácido carbólico ó fónico ha sido estudiado por Halsey, en una monografía especial y por Haeiler en el Hahneman. Monthly, 1870, vol. V. p. 166. Fué usado primero con gran éxito en la isla de la Reunión, desolada á la sazón por una epidemia de perniciosas (Hay dudas sobre si fué el ácido fénico el que se usó en la Reunión; señoree mas bien que fué el ácido carbazotico ó tri-nitro-fénico.) Barrault, inspector general de sanidad y el doctor Tessier, médico del hospital Naymien, le dieron diluido en aguardiente tres veces al dia; pero á la vuelta de un cierto tiempo no se obtuvieron ya mas que descalabros (150 insucesos); este ácido parece dotado por tanto de una bastante grande eficacia, sobre todo cuando se le administra en inyecciones kypodérmicas, según el método del Dr. Déclat. Dosis: Acido carbólico, 0'02 á O'Oi, agua 5 gramos, primer dia, 4 inyecciones; 2.° dia, tres; 3." dia, 2 inyecciones sub-cutáneas, con esta cantidad cada una. Característico del ácido fénico: el acceso es precedído, como signos precursores, de vómitos frecuentes y violentos. Cedrón.—(fruto del Cail cedra). Remedio.^ sobre •Xoáo preservativo d^ la fiebre intermitente (Casanova); se usa también como curativo en las fiebres de P a namá. Tipo: fiebres regulares en sus paroxismos pero que se reproduce cada cuatro horas todos los dias de corlo ó largo reríodo, no volviendo sino cada tres semanas, pero siempre eseacíamenle á la misma hora. ARCHIVOS DE LA MEDICINA HOMOEPATICA. 188 Fiebres lanadas neurálgicas, ó neuralgias periódicas apiréticas todos los dias. Prosopalgias á las nueve de la mañana y á las tres de la tarde. Neuralgia ileo-scrotal á las cuatro de la tarde. Tos periódica en una embarazada. Cavacterístico: En todos los casos es fija la hora del acceso, el dia no lo es; accesos de fiebre cada medio dia con necesidad constante de orinar. Dosis: Casanova usa la cuarta trituración como preservativo, también me ha correspondido esta misma preparación. Heller usa la primera como carativo. Nota 4.'—Este dichoso febrífugo, que me fué facilitado con grandes encomios por un comprofesor, r e cien llegado de América y de paso en Badajoz, refiriéndose al mismo Casanova, allá por los años 1850, lo usé repetidamente en el hospital civil de aquella capital, donde tanto abunda-n las intermitentes de todos les tipos, y jamás obtuve el mas mínimo resultado.—R. [Se continuara.) LA TRANSFUSIÓN ÜE LA SANGRE. POR EL D R . F . SKINNER. Siempre ha sido nuestro norte buscar la verdad donde quiera que la se encuentre. Este es el deber de todo hombre honrado, y además la mayor satisfacción que puede experimentarse al descubrir la luz benéfica apartando las tinieblas y sombras de la ignorancia. Pero la luz y la verdad deben ir acompañadas de la bondad, porque cuando el deseo de saber es solo un ardiente deseo de adquirir poder, riqueza y fama, carece de las virtudes que deben adornarle, y en lugar de prestar verdaderas utilidades, puede ser origen de una serie de infortunios. Por desgracia, hasta ahora, el estudio de la medicina ha sido en gran parte el estudio de la sola materia. El materialismo ha dominado en nuestros consultorios, y una instrucción fria, sin sentimiento, ha tomado el lugar de la sabiduría. El curso de nuestros estudios y la dirección de nuestros pensamientos han sido solo materiales, terrenales;—calculamos las ganancias que ha de reportarnos el laboratorio químico, la sala de anatomía,—cosas muy buenas en sí para su debido obgeto; pero la ciencia no es la verdadera sabiduría si no está asociada con la fé y con el amor. Esto es lo segundo y debe ser lo primero» Después de haber leido la revista sobre la «Transfusión de la sangre» en el número del Adoance, perteneciente á Mayo, acudiéronme diversos pensamientos de diferente índole, y no pude menos de admirar á los ingeniosos y filantrópicos sabios que por tanto tiempo han estado estudiando la transfusión de la san__ gre, y la falta de esperanza é insensatez del objeto á que se han dedicado. La historia de la transfusión de la sangre, tal como fué escrita por el Dr. Morton en su monografía de la Serie de lecciones clínicas Americanas, es muy interesante en cuanto demuestra la antigüedad de la operación, pero no nos enseña nada mas. Al contrario, nos da á conocer que las opiniones están muy divididas y subdivididas, y que la cuestión está todavía del todo subjudice. La operación adquirió favor y cayó repentinamente; lo mismo que ha sucedido á la pena capital y á la de la flagellacion. Estudiando la historia de la transfusión hallamos que casi todos sus partidarios son cirujanos, ó materialistas; hombres acostumbrados á considerar la sangre como un fluido vital y nada mas, creyendo que todas las especies de sangre de aspecto sano son idénticas química y fisiológicamente, mas allá de aqui ellos no ven nada. Entre los mas recientes y distinguidos transfusionistas, el Dr. Morton concede el debido honor y fama á mi compatricio el Dr. James Blundell, de Londres, el cual combatió «La asistencia de las parturientas en los quehaceres de las comadronas > en todas las páginas de su obra de obstetricia, y con todo esto, según se desprende de sus escritos, nadie se ha mezclado tanto, ni la mitad como él, en estas manipulaciones. Si tenemos que dar nuestro parecer relativamente á la utilidad ó justificación dé la transfusión verificada por cirujanos ó comadronas, los cuales han conseguido de la operaciim mas ó menos resultados, y si tuviésemos que tomar en consideración todo cuanto tienen que decirnos, sin discurrir con cuidado todos ius hechos, siempre nos seria difícil distinguir entre el post hoc y el propter lioc. «Cuatro onzas de sangre fueron injectadas por medio de una jeringa, y la muger curó sin ningún síntoma molesto , » y este era un caso desesperado de hemorragia post partum.» Audi alteram partem. En esta ciudad de Liverpool, precisamente hace muy pocos dias, han tenido que comparecer ante el tribunal dos médicos acusados de haber injectado cuatro onzas de sangre á un joven, con motivo de una hemorragia secundaria, después de una amputación. No fueron citados á juicio por la muerte de su enfermo, el cual se fué al otro mundo apesarde la transfusión de cuatro onzas del fluido vital, sino por la muerte del donador de las «cuatro onzas, el cual murió también cosa de una semana después con todos los síntomas de una fiebre maligna ó tifoidea con erisipela general. Y es esta una operación que nada menos que un hombre como el Sr. James Paget ha asegurado hace poco que «es tan sencilla y tan poco peligrosa como la flebotomía.» (El instrumento empleado fué el del Dr. Aveling de Londres). En el tribunal de los Assises se aseguró que si se hubiese hecho uso del aparato de Híggonson, el donador (de las cuatro onzas) que vendió su vida por veinte chelines (unos 100 rs) podía todavía vivir. ¿Qué son cuatro onzas de sangre, aunque sea de la mejor, en un caso desesperado? ¡Nada! Y yo añadiré que si el enfermo hubiese mejorado, tanto hubiera podido atribuirse á la acción estimulante de la lanceta y á la excitación inherente á la operación, como á la añadidura de cuatro onzas en la circulación. Verdad es que puedo equivocarme. La justificación ó condena de la operación de la transfusión de la sangre humana no puede ser resuelta en el campo intelectual, sino que debe elevarse á mas alta esfera. Esta operación lleva en si una gran ARCHIVOS DE LA MEDICINA HOMEOPÁTICA. responsabilidad moral, y siento mncho que los médicos hasta ahora no lo hayan conocido así. La sangre es la vida, y según sea la vida del hombre tal es también la constitución de su sangre. Cada gota de la sangre arterial de un hombre, es él mismo en miniatura. Sabemos que la sangre contiene todo lo que es esencial á la vida y al desenvolvimiento de nuestra alma y de nuestro cuerpo, y por mas que la sangre de una persona parezca la misma á la vista que la de otra persona, jamás es la misma cosa, antes bien se diferencia mucho. Al químico y al fisiólogo, que no saben ver mas allá de su ciencia, podrá parecerles esto un contrasentido, pero á la vista del concienzudo médico psicológico que une á la religión con la ciencia, y que no separa jamás á la verdad de la bondad, es claro que la sangre de los individuos es diferente en cada uno de ellos, y puede serlo en tal manera cual sucede en los polos contrarios. La sangre viviente no contiene solamente los elementos necesarios para nutrir nuestros tejidos, sino que contiene también los gérmenes de toda enfermedad hereditaria y adquirida, y contiene también los elementos espirituales del bueno (1) y del malo en las varías proporciones necesarias para el desenvolvimiento en nuestra alma de la perversidad ó de la virtud, conforme con nuestro amor ó nuestra concupiscencia, y ¿cómo puede el hombre justificarse de alterar las leyes de Dios juntando lo que El en su Divina Sabiduría ha creido conveniente tener separado é inviolable? ¿Qué es lo que queremos decir con la «transmisión hereditaria de tas cualidades» sino que los niños adquieren, no solo la semejanza, las cualidades y los caracteres de sus padres, si que también la propia tendencia á la locura, al delito, al crimen, á la embriaguez, así mismo que las mejores inclinaciones que se alimentan ó transmiten con ó de la sangre, la cual es la vida? El espacio de vuestro periódico no me permite por ahora una mas larga disertación del argumento, pero añadiré únicamente que todo lo que he visto ú oido acerca la transfusión de la sangre humana, como un derniev resort en casos graves de pérdida de sangro, ó en casos de toxemia ó tisis, está contra de ella. Mucho de lo que he leido lo tomo cum grano salís, y en verdad con un grano demasiado grande. Si la operación debiese ser admisible, debería sustituirse la sangre de un animal no humano, como la oveja, el cordero, el cabrito, etc. Pero el verdadero discípulo de Ilahnemann se subleva en gran manera contra todos estos residuos de materialismo barbárico. El sabe que posee una Materia Médica rica en- medicamentos, oun específico para cada herida» y para cada forma de h e morragia. Si duda de ello, que piense emel poder milagroso de China, y estudie y compare en su mente y ponga en práctica todos los dias las notas maestras del (1) Este modo de expresarse nos parece inexacto. En el cuerpo humano no solo la sangre, sino también lodo el conjmito de los órganos esté avivado por el alma,que os su forma inmediata: y aquellos que nuestro autor llama «elementos» debieran mejor decirse «disposiciones.» Pero para explicar nuestras razones deberiamos traspasar los limites do una nota. La Dirección de La uRivista Omiopatica» de Boma. 189 Profesor H. N. Guernsey en su gran obra de Obstetricia y en su raonogí affa suplementaria en el Hahnemannian Monthly, Enero de 1876. — De la uRivista omiopáiica de Roma. S. A. trad. —<«^" Observaciones clínicas POR EL P R O F E S O R F U R E S T , D E G E R O N A . 12. Conmoción cerebral en una niña. Accidentalmente hallada en la fonda de España, de esta ciudad, la familia Valls, fabricantes de Barcelona, con una niña de cria, edad 26 meses, gracias á un descuido, cayó de una escalera, cuya altura no bajaría de 15 palmos, dando en el suelo su principal golpe en la frente y parietal izquierdo. Presurosamente llamados todos los médicos que al paso hallaron, tres de los acudidos, desconfiaron de la infeliz, después de una evacuación sanguínea y de aplicaciones de sinapismos. Llamado á las (i horas del accidente, presentaba la enfermita el cuadro sintomatológico siguiente: Cara pálida y desencajada, párpados caídos, insensibilidad á la luz en las pupilas, espuma bucal, respiración lentísima, frialdad en sus tegumentos, puños cerrados, y el pulso imperceptible. Prescribí el árnica 3." dilución, una cucharadita pequeña cada hora. A las dos, empezó á dar algún pequeño qu jido, acentuar la respiración y desplegar el pulso. A las ocho, eran mas vivos los quejidos, entreabia los párpados, y presen'.ó calentura. Prescripción igual, con do^is cada tres horas. Al siguiente dia fuera de peligro estaba, y á los 4, pudo libre regresar á Barcelona. lü. Delirio furioso, durante la menstruación. D." Dolores Soler, c. Carmen, fábrica de tapones, sufre cólicos uterinos desde casada, d uranlelos menstruos, y en el caso presente llegó á presentarse como sigue: Principiada el 6 su regla, en medio de perfecta salud, el 7 por la mañana tuvo algún vértigo, que la obligó después de haber ido al mercado, á meterse en cama. Al poco rato empieza por dar gritos descompasados, gritando fuertemente que quería morderlo todo. En este estado su vista centelleaba, mesaba su cabellera, su cara encendida, fuerte calentura, y con a n sia de levantarse de la cama, inconsciente del todo. Prescribí la Belladona 3.' dilución cada hora, alargando las tomas en mejorando, lo que se consiguió en breve. Al cabo de unas pocas horas que tranquila estaba, repitió el delirio, y ante la calentura desplegada, asocié con la medicación dicha, el acónitum, dando por resultado que hoy dia de la fecha, la enferma está completamente libre, saliendo ya á la calle. 11. Eczema agudo. D.° N. N. atacada como cosa de dos meses de un eczema muy agudo en el dorso, los brazos, manos y dedos, en vano alopáticamente tratada, curó en tres semanas perfectamente con el Rhus, administrado en 4 dosis diarias. Constantemente observo buenos resultados de dicha sustancia, en el tratamiento de las afecciones eczematosas, cuando la sífilis no las complica. AECHIVOS DE LA MEDICINA HOMEOPÁTICA. Las aplicaciones de una compresa de hilo mojada y esprimida, renovada con frecuencia aceleran la curación. Gerona 16 Setiembre 1818.—Modesto Furesí. 190 flojos y delgados, frecuencia, pequenez y debilidad de pulso, latidos del corazón tumultuosos é irregulares, palpitaciones violentas al menor ejercicio, conjestiones cerebrales y pulmonales, resentimientos al tubo dijestivo, etc.; otra, caracterizada por pequeña talla, gordura, nutrición excesiva del tejido adiposo, color COBRESPONDENCU DE PARÍS. animado, pulso lleno y lento, latidos y opresión al -e- i'-<-ír>».=l^^ corazón, males de cabeza, etc. Los individuos de este Sesión del Congreso internacional homeopático temperamento comen poco y propenden á la gota ú correspondiente al 13 de Agosto de 1878. obesidad. Tanto los primeros como los segundos, pue(Continuación.) den llegar á sufrir de una hipertrofia del corazón, MEMORIA DEL DR. MIÍYHOFFER. temporal, idiopática, y sin gravedad, resultado del desarrollo repentino del sistema capilar, ocasionado Empieza con una entusiasta salutación á la homeopor la neurose. patía, y deplora que nuestros contrarios rechacen sin 2.° Lesiones orgánicas del corazón. Dejo á un lado estudiarla una doctrina que se ha extendido por el las hipertrofias procedentes de lesiones valvulares que mundo, y que cuenta con cátedras y hospitales. han tenido su punto de partida en el reumatismo y la »La certidumbre de la terapéutica homeopática es endocarditis aguda, y paso á analizar las insuficienuna veidad demostrada. Podemos predecir lo que en cias mitrales y sigmoideas con sus estrecheces respecuna enfermedad determinada sobrevendrá bajo la intivas, y la dejeneracion grasicnta del corazón. fluencia de nuestros remedios. Sirva de ejemplo la Concluida una endocarditis, queda debilitado el corapulmonía. zón, y necesita, en el cumplimiento de los ejercicios Para obtener una contracción vascular suficiente á violentos, redoblar su acción para acomodarse á la producir una disminución de temperatura, no tenemos rapidez de la circulación. Entonces es cuando por parnecesidad de emplear á la manera de la escuela oficial te del corazón derecho se observan ciertos síntomas grandes cantidades de dijital, veratrum viride, ácido que indican la insuficiencia mitral. Después viene la salícico y otras sustancias. Nuestras dosis estimulan atresia del orificio auriculo-ventricular por la reabsorlos tejidos pero no los deprimen en su vitalidad, como ción del tejido conjuntivo, depositado durante la inflasucede con las dosis alopáticas, las cuales, siendo vermación reumática, y de cuyo estrechamiento es signo daderamente patogenéticas, atacan la circulación, el indudable un ruido de soplo percibido en el diástole. aparato dijestivoYel sistema nervioso Al obrar de Si no se siente este ruido en el reposo, puede provocareste modo los alópatas olvidan una de las leyes prose haciendo que el enfermo se mueva. Nuevos ateques clamadas por Claudio Bernard, según la cual, las de endocarditis van agravando la lesión y caracterisustancias, que á dosis fuertes atacan la vitalidad la zando cada vez mas los síntomas. Para que el ruido se estimulan á pequeñas. Las observaciones recojidas pi'oduzca en los estrechamientos del corazón es indisen la clínica de Niemeyer prueban que la neumonía pensable la existencia de rugosidades en las paredes caseosa se presenta como consecutiva á las afecciones estrechadas. Llega en fin, un momento, en que fatigaagudas de la respiración; lo cual se esplica fácilmente do el corazón derecho de los continuos esfuerzos á qué por la administración de grandes dosis de dijital y vele obliga su función, cede á la presión hidrostática, y ratrum viride, que producen la disminución é insufiviene el éxtasis venoso general. Como consecuencia ciencia de la presión vascular necesaria á la reabsorde esto, el ventrículo izquierdo se atrofia porque recibe ción del exudado. Lo mismo podría demostrarse en poca sangre; de aquí, pulso pequeño, con intermitenotros casos. cias sistólicas, que son caractarísticas, porque indican Dicen los alópatas: que los resultados que obtenela contracción del órgano sobre una pequeña cantidad mos son debidos á la viz medicatriz naturoe. En pruede sangre para que pueda llegar á la arteria. Con la ba de que esto no es exacto voy á demostrar con hefalta de equilibrio viene la asistolia, escasean las orichos prácticos, ref.rentes á anomalías funcionales y nas, aumenta la presión intravenosa, sobreviene el orgánicas del corazón, el poder de nuestras dosis. Emedema, etc. pecemos por la exajeracion ó impotencia funcionales. Insuficiencias sigmoideas. No son resultado de la en La primera ofrece dos tipos bien distintos: docarditis, sino de los procesos ateromatosos engen1.° Neurose del corazón comprensiva de aberraciodrados por la edad ó por la gota. En estos casos se obnes funcionales objetivas y sujetivas, que se traducen servan latidos violentos, elevación de la pared torácipor palpitaciones violentas, tumultuosas, á ritmo irreca en el sístole, la punta del corazón late fuera de la gular y sin otras manifestaciones morbosas. Este estalínea papilar entre la 8.' y 9.' costilla; hay hipertrofia do, propio de niños y adolescentes, ha sido consideraexcéntrica del ventrículo izquierdo, de 135 á 162 milído por algunos como la corea del músculo cardiaco. metros. Nosotros lo creemos, resultado del crecimiento rápido, La insuficiencia aórtica en un sugeto joven se maniy del Tránsito de la infancia á la edad nubil. fiesta por gran impulso en todas las arterias y en, 1^ Los individuos que la presentan pueden dividirse fosa yugular, percibiéndose en ellas un estremecien dos clases: Una, que comprende los que son flacos, miento que resulta de la pérdida de la elasticidad de de alta talla, con la piel y mucosas pálidas, músculos ARCHIVOS DE LA MEDICINA HOMEOPÁTICA. las paredes vasculares por la dejeneracion ateromatosa; el pulso es lleno y fuerte como por sacudidas, las arterias parecen dilatadas. La auscultación revela en la insuficiencia aórtica un soplo diastólico á la basedtil corazón, en el segundo espacio intercostal y borde derecho del esternón. Esta turgencia y dilatación de las arterias subsiste mientras se sostiene la hipertrofia compensadora; pero, cuando ésta disminuye, viene el adelgazamiento de las paredes ventriculares y un estado pasivo que trastorna toda la circulación; las arterias se vacian, el pulso se hace pequeño, las venas se dilatan, y el éxtasis se establece. A ocasiones la insuficiencia se complica con el retraimiento de la aorta, el cual depende también de la estealose de las paredes del vaso, y es susceptible de terminar con los mismos síntomas que hemos descrito como propios de la primera. La embolia y el síncope son un peligro común á la insuficiencia y al estrechamiento aórtico. Dejeneracion grasienta. Es mas común de lo que indican las obras de patología, y frecuentemente se la desconoce durante la vida. Los síntomas que la indican, según Parrot, son: disnea en los esfuerzos musculares, ortopnea nocturna, semi-parálisis de los movimientos del corazón y de las arterias; el pulso des- . ciende algunas veces á 26; vértigos, ataques sincópales; asma con dos series de respiraciones, una", creciente en número y amplitud, y otra decreciente hasta desaparecer visiblemente, para volver á comenzar en el mismo orden. Pero Parrot no ha visto esto por sí mismo. Siguen tres observaciones^del autor Gheyne y Stokes han creído encontrar un signo patonogmónico de la dejeneracion grasienta del corazón en este tipo especial de la respiración; pero esto es un error, porque lo mismo se encuentra en la uremia, la meningitis basilar, la anemia perniciosa, la hemorragia basilar, y en todas las afecciones que vienen acompañadas de ischemia del bulbo espinal. Así es que, en las tres observaciones citadas, he sido conducido al diagnóstico, corazón adiposo, •por exclusión. El soplo sistólico que indica todavía una cierta energía del corazón no es permanente, pues desaparece cuando este se ha debilitado considerablemente. TRAT AMIENTO, Dos son las indicaciones que se derivan del estudio patológico que llevamos hecho: modificar el estado del corazón, y aumentar su fuerza. A la primera corresponden acónito y cactus grandiflora, á la segunda arsénico, digital Y fósforo. No siempre son las indicaciones tan marcadas, y por eso nos vemos obligados frecuentemente á emplear otras sustancias que respondan á variados y diferentes propósitos: Café, cafeína y preparados decaí. Los experimentos han probado que el acónito paraliza los nervios vaso-motores, excita el corazón é irrita sus fibras. La dilatación de las arterias y capilares, la elevación de la temperatura, la fuerza y amplitud del pulso, el choque enérgico del corazón, las palpita- 191 ciones violentas y la angustia precordial, son sus efectos conocidos; todos estos síntoinas desaparecen prontamente bajo el influjo de el acónito, cuando los encontramos reunidos, constituyendo una enfermedad. Por esta razón las palpitaciones de los adolescentes y sugetos pletóricos, y el pulso fuerte y brusco de las insuficiencias valvulares, se corrigen á las cuatro tomas de acónito. Entendemos por dosis una ó dos gotas de la primera ó de la segunda decimal cada tres horas. Todas las agravaciones producidas por la endocarditis, son del resorte de acónitu en tanto que la tm'jencia arterial predomina; pero cuando el mismo corazón es el afectado, y los desórdenes vasculares producto de su acción exagerada, restableceremos el equilibrio con el uso del cactus grandiflora. Rubini fué el primero que nos dio á conocer esta planta, ignorada de los alópatas, presentándola como de acción igual ó superior á la del acónito sobre el mismo corazón y sus nervios. A mi juicio, su poder no se extiende á los nervios, solo alcanza al tejido cardíaco; y es por esto de seguro resultado en las hipertrofias simples y en las consecutivas á las insuficiencias valvulares, mitrales y aórticas. Cactus no aumenta la acción del corazón, no hace mas que moderarla, i-egularizarla y economizarla; asi es que la tormenta vascular levantada por su influjo no es tan violenta como la del acónito. No está indicado en corazón débil, dilalaciones secundarias, caquexias cardíacas; pero sí, de una manera predilecta, en la costriccion precordial, círculo presivo al rededor del cuerpo, y pulsaciones en el epigastrio. En nuestras manos reemplaza al yoduro de potasio y la digital que losalópa'as emplean para los mismos estados cardíacos con detrimento de la vitalidad. Sus dosis deben variar según los casos. Yo doy cada dos horas dos gotas de la segunda dilución. Café.—Las diluciones ordinarias' de esta sustancia y las de cafeína son para los nervios del corazón lo que el cactus pai^a su músculo. Su acción se ejerce sobre los nervios y ganglios propios del corazón, independientemente de los vagos y simpáticos. Las experiencias fisiológicas han demostrado que las contracciones aceleradas y aumento de presión intravascular, producidos por esta sustancia, no tienen otro origen. Una gota de la 3." ó de la 6." basta para aplacar las palpitaciones con abundancia de orinas. La cafeína, obrando como estimulante indirecto del corazón por intermedio de sus nervios, es un ausiliar de la dijilal en el ti'atamiento de la asistolia, desde la debilidad simple hasta la dilatación pasiva y dejeneracion grasienta, este alcaloide produce servicios eminentes dado á pequeñas dosis. Dos centigramos tres ó cuatro veces por día bastan para obtener contracciones regulares del corazón y abundancia de orinas. Con él obtuve el sueño y la desaparición del edema en, el enfermo de mi tercera observación, y la aparición del pulso en los síncopes de las enfermas que hacen el objeto de¿mis dos primeras observaciones. Para conseguir este resultado bastóme con un centigramo cada 192 ARCHIVOS DE LA MEDICINA HOMEOPÁTICA. 2 ó 3 horas. ¡Compárense estas dosis con las de 20 ó 50 centigramos que usa Parrot, capaces de agotar la vida de los nervios cardíacos! Dijital. Tiene sobre las fibras cardíacas la misma acción que la cafeina sobre los nervios; es decir que las paraliza. ¿Cómo, pues, explicar el empleo que los alópatas hacen de ella como tónico del corazón, satisfaciendo las mismas indicaciones que nosotros? Algunos fisiólogos afirman que la dijital modera la acción del corazón por intermedio del neumogástrico; pero las experiencias son contradictorias y no justifican esta manera de ver. La dijital, á pequeñas dosis, aumenta la potencia cardíaca, y á grandes, la destruye. Los alópatas conocen esto hasta el punto de ^ e no se atreven á pasar de uno á dos miligramos de dijitalina por dia en la asistoüa, y si emplean mayores dosis las separan por largos intervalos. Nosotros usamos 13 2." ó 3 . ' decimal á la dosis de cinco centigramos tres veces por dia, ó la decocci m de la planta á razón de cincuenta centigramos á dos gramos en ciento veinte de agua. Con esto basta para regiilarizai las contracciones , aumentar la presión intravascular, y volver á la vida enfermos casi perdidos. Arsénico. Es útil en el principio de la caquexia cardíaca; corazón débil, pulso irregular, noches turbadas, opresión, angustia, edema de los pies que aparece y desaparece, iniciación de cora/.on grasicnto. El arsénico tiene influencia profunda sobre la nutrición, r e tarda las dilataciones pasivas, y contribuye á mantener el equilibrio circulatorio. Cuatro ó seis gotas de la primera hasta la sexta dilución. Tan importante como el arsénico es el fósforo, si bien corresponde á un grado mas avanzado de la enfermedad. La asistolia es mas pronunciada, el catarro bronquial permanente, aparecen las hemorragias y y conjestiones pulmonales, y la disnea obliga al enfermo á pasar las noches sentado. Este medicamento se dirije principalmente á el éxtasis pulmonal y á la esteatose del corazón. ¿A qué hemos de citar en apoyo de esta especificidad la prontitud con que los envenenamientos por el fósforo hacen dejenerar las fibras del corazón? Está indicado también en la insuficiencia de las válvulas sigmoideas, y en el angostamiento aórtico por dejeneracion grasienta de la arteria; lesiones que se revelan por pulso pequeño, intermitente é imperceptible en la radial, vértigos y síncopes indicadores de la anemia cerebral. Acostumbro dar una gota de la tercera 3 ó 4 veces por dia para restablecer la regularidad de la circulación; pero cuando el síncope amenaza, doy una gota de primera cada dos horas. Preparaciones de Cal. No ejercen influencia directa sobre el corazón, pero por la que tienen en la n u trición el fosfato é hidroclorato calman las palpitaciones de los jóvenes que crecen rápidamente. Por mas hierro que se dé á estos individuos, y por mas que se varié la forma del medicamento nada se consigue, por que no existiendo verdadera anemia ni empobrecimiento de elementos reparadores, no está indicado. Es á una asimilación que peca por defecto ó por exce- so á la que tenemos que dirijir nuestros medios de acción en estos casos. La manera de obrar de los preparados á base de Cal no es entonces química, si no vital, sobre la nutrición celular; y lo prueban las dosis con que obtenemos sus resultados, pues bastan una á 6 gotas por dia desde la primera hasta la trigésima dilución de! fosfato ó de hidroclorato, cuando hay tendencia al catarro gastro-intestinal. Como este es un trabajo incompleto, dirijido á los alópatas que de buena fé quieren emprender experiencias, hemos reducido la lista de las sustancias indicadas porque de haberlas enumerado todas, deberíamos citar Agárico, belladona, carb. vej.. China, Lachesis, Ferrum, Kalmia latifoHa, Naja, Spijelia, veratrurn álbum el oircde; lo cual hubiera quitado precisión y claridad á nuestro trabajo.» Hasta aquí la memoria del Dr. Meyhoffer. Los lectores de los Archivos podrán ah ra apreciar con conocimiento de causa la exactitud del juicio que sobre ella emitimos anteriormente. Es un estudio en el que tanto las enfermedades cardíacas, como los efectos patogenéticos de las sustancias conque pueden combatirse, están presentados bajo un punto de vista nuevo y enteramente conforme con los modernos adelantos de la anatomía y fisiología patológicas. Dr. Ariza. VARIEDADES. E l H a l m e m a n n i a n o . — C o n este título viene publicándose en la Habana, desde el dia 10 de Agosto último, una Revista mensual de ciencias médicas, á cuyos directores los SS. Doctores Mendoza y Terry, damos el mas cordial parabién. Tenemos á la vista sus dos primeros números correspondientes al 10 de agosto, y 10 de setiembre próximo, y no podemos menos de alogíar el espíritu y la tendencia, que campean en su introducción y en todo su contenido. Aceptamos sinceramente su visita y se la devolvemos afectuosamente deseándole largos y prósperos años de existencia. Hospitales homeopáticos del Estad o d e .TNTe-w-Yorls:.—Albany city homasopathic hospital and dispensary (Albany). Brooklyn homeccopathic hospital (Brooklyn). Hahnemann hospital (New-York). New-York ophtalmic and homceopathic hospital (New-York). Saint Lukes home and hospital (Utica), Women's hospital (New-York). Ilomojpathic Charity hospital (Ward Island, cerca de New-York). E l A s i l o d e c o n v a l e c i e n t e s de Bournemouth, al que recordarán nuestros lectores puso h a ce poco la primera piedra el Lord Chanciller de I n glateri-a, acaba de percibir 1597 libras esterlinas, producto de una suscricion pública. Itnp. (le Llop y Santpere, calle Carabasa, 17.—Barc<ílona.