Abril, Volumen 38, Número 1, 2009. PediátricadePanamá Publicación Oficial de la Sociedad Panameña de Pediatría ISSN 2071-3215 Índice 1. Editorial Dr. Paul Gallardo 3. De Otras Revistas / From Other Journals Dra. Dora Estripeaut Dra. Elizabeth Castaño 6. Artículos de Investigación / Original Articles. Manejo Nutricional de la Glucogenosis. Experiencia en el Hospital del Niño. 1990-2008 Nutritional management of glycogen storage disease. Experience in Hospital del Niño of Panamá Francisco Lagrutta MD et al 14. Publicación cuatrimestral de la Sociedad Panameña de Pediatría. Fundada en 1967 de Pediatría, Apartado 0816-02695, Efectividad de las medidas de prevención relacionadas a la transmisión vertical del VIH: ¿Cuánto hemos avanzado? Effectiveness of prevention strategies related to perinatal HIV transmission: where we are? Dra. Dora Estripeaut MD et al. 25. Casos Clínicos/Clinical Cases Síndrome Neurléptico Maligno Desafío diagnóstico en pediatría A propósito de un caso. Malignant neuroleptic syndrome Diagnostic Challenge in Pediatrics A case report Edgardo Alarcón K MD et al como Boletín de la 20. Incidencia de la deficiencia Glucosa 6 Fosfato Deshidrogenasa en Neonatos tamizados en el Hospital del Niño Abril 2007 - Mayo 2008. Incidence of G6PD deficiency in neonates screened at Hospital del Niño Gladys Cossio de Gurrola MD et al Sociedad Panameña Panamá, República de Panamá. 32. 38. Actualización Médica/ Review articles and Medical Progress Vacunación contra agentes infecciosos del niño luego del transplante de células precursoras hematopoyéticas. Vaccination against infectious agents in children subjected to hematopoietic stemcell transplantation. Miguela Caniza MD Infecciones por Staphylococcus aureus meticilino resistente adquirido de la Comunidad: Una actualización Community –Acquired Methicillin-resistant Staphylococcus aureus infection: An update Kathia Luciani MD 44. Página Web/ Web Page 45. Desafío Diagnóstico / Diagnostic Challenge 48. Publicaciones de la Sociedad Panameña de Pediatría / Publications of the Panamanian Society of Pediatrics X. Membresía de la Sociedad Panameña de Pediatría / Membership List of the Panamanian Society of Pediatrics XIII. Directrices para los Autores / Guidelines for Authors II Abril, Volumen 38, Número 1, 2009. Pediátrica de Panamá Fundada en 1967 como Boletín de la Sociedad Panameña de Pediatría Editora Jefe / Chief Editor Dra. Elizabeth Castaño (Hospital del Niño, Panamá) Editor Asociado / Associate Editor Dr. Pedro E. Vargas (Consultorios Médicos Paitilla, Panamá) Consejo Editorial / Editorial Board Dra. Dora Estripeaut (Hospital del Niño, Panamá) Dr. Edgar Sagel (Hospital de Especialidades Pediátricas, Panamá) Dra. Honorina de Espinosa (Hospital del Niño, Panamá) Dr. Johny Parra (Hospital José Domingo de Obaldía, Chiriquí) Dr. José Cristóbal Almario (Policlínica de la CSS) Dr. Xavier Sáez-Llorens (Hospital del Niño, Panamá) Editores Internacionales / International Editors Dr. Alfonso Delgado Rubio (Bilbao, España) Dra. Irene Rodríguez (Uruguay) Dr. José Tomas Ramos Amador (Getafe, España) Dra. Luigina Siciliano (Venezuela) Dra. Marizel Repeto (Uruguay) Dr. Pablo Rojo Conejo (Madrid, España) Editoras Honorarias / Honorary Editors Dra. Doris E. Chorres Dra. Criseida Owens Dra. Rosinda T. de Espino ISSN: 2071-3215 Publicación cuatrimestral de la Sociedad Panameña de Pediatría Oficina Editorial: Sociedad Panameña de Pediatría. Dirección: Plaza Comercial San Fernando, Local No 22, Planta Alta Dirección Postal: Apdo. 0816-02695, Panamá, República de Panamá Emails: informació[email protected], [email protected] Teléfono: (507)229-7880 Fax: (507)229-6987 Corrección de Textos y Estilo: Cila Barría Diseño, Diagramación y Armada Digital: Editora Sibauste S.A., Panamá, República de Panamá. Teléfono: (507) 229-4577 E-mail: [email protected] Reservados todos los derechos. Ninguna parte de la publicación puede ser reproducida, almacenada en ningún sistema de datos, transmitida de ninguna forma sin el permiso previo de la Sociedad Panameña de Pediatría. Las opiniones o afirmaciones aquí vertidas, en artículos como en comunicaciones o en publicidad, son responsabilidad de los autores y no necesariamente del Comité Editorial de la Sociedad Panameña de Pediatría, ni de la Impresora. Ni el Comité Editorial, ni la Sociedad de Pediatría, ni la Impresora serán responsables por ninguna acción legal iniciada por razón del material aquí publicado, como tampoco endosan ningún producto o servicio que aquí se pauta, ni garantiza nada de lo que los fabricantes de esos productos o quienes proveen esos servicios promueven o afirman. II Abril, Volumen 38, Número 1, 2009. PediátricadePanamá Fundada en 1967 como Boletín de la Sociedad Panameña de Pediatría Contenido 1. Editorial Dr. Paul Gallardo 3. De Otras Revistas / From Other Journals Dra. Dora Estripeaut Dra. Elizabeth Castaño 6. Artículos de Investigación / Original Articles. Manejo Nutricional de la Glucogenosis. Experiencia en el Hospital del Niño. 1990-2008 Nutritional management of glycogen storage disease. Experience in Hospital del Niño of Panamá Francisco Lagrutta MD et al 32. 38. 14. 20. Incidencia de la deficiencia Glucosa 6 Fosfato Deshidrogenasa en Neonatos tamizados en el Hospital del Niño Abril 2007 - Mayo 2008. Incidence of G6PD deficiency in neonates screened at Hospital del Niño Gladys Cossio de Gurrola MD et al Efectividad de las medidas de prevención relacionadas a la transmisión vertical del VIH: ¿Cuánto hemos avanzado? Effectiveness of prevention strategies related to perinatal HIV transmission: where we are? Dra. Dora Estripeaut MD et al. 25. Casos Clínicos/Clinical Cases Síndrome Neurléptico Maligno Desafío diagnóstico en pediatría A propósito de un caso. Malignant neuroleptic syndrome Diagnostic Challenge in Pediatrics A case report Edgardo Alarcón K MD et al Actualización Médica/ Review articles and Medical Progress Vacunación contra agentes infecciosos del niño luego del transplante de células precursoras hematopoyéticas. Vaccination against infectious agents in children subjected to hematopoietic stem-cell transplantation. Miguela Caniza MD Infecciones por Staphylococcus aureus meticilino resistente adquirido de la Comunidad: Una actualización Community –Acquired Methicillin-resistant Staphylococcus aureus infection: An update Kathia Luciani MD 44. Página Web/ Web Page 45. Desafío Diagnóstico / Diagnostic Challenge 48. Publicaciones de la Sociedad Panameña de Pediatría / Publications of the Panamanian Society of Pediatrics X. Membresía de la Sociedad Panameña de Pediatría / Membership List of the Panamanian Society of Pediatrics XIII. Directrices para los Autores / Guidelines for Authors III Sociedad Panameña de Pediatría Juntas Directivas Fundada el 18 de enero de 1954 2008-2010 Dirección Nacional: Panamá Presidencia: Vicepresidencia: Tesorería: Secretaría de Asuntos Internos: Secretaría de Asuntos Externos: Vocal: Azuero Presidencia: Vicepresidencia: Secretaría: Tesorería: Vocales: Dr. Adolfo Osorio Dr. Pablo Franco Dra. Dora Pérez Dr. Joaquín Chen P. Dra. Marina Alexander Dr. Jano Jaramillo Chiriquí Presidencia: Vicepresidencia: Secretario: Tesorero: Vocales: Veraguas Presidencia: Secretaría: Tesorería: Vocales: IV Dr. Paúl Gallardo Dr. Jorge Rodríguez L. Dr. Iván Wilson Dr. Javier Nieto G. Dr. Pedro Verbel Dra. Mayra Wong Dr. Johny Parra Dra. Marta Patricia Chan Dr. Leonidas Benavidez Dr. Geovaldo Guerra Dra. Josefina Farrugia de Castrellón Dr. William Kelso Dra. Sonia Gordón Dr. José A. Luque Dra. Zeiki Batista Dr. Ceferino González Dr. Stanford Hill Dr. Máximo Tejedor PediátricadePanamá Forma para acompañar trabajos para publicación Incluya fotocopia de esta FORMA cuando envíe su trabajo para publicar. Tipo de trabajo (señale uno solamente): __ Investigación ___ Caso Clínico ___ Revisión Título: Primer Autor: Teléfono: Fax: e-mail: Requisitos cumplidos: señale los necesarios. ___ ___ ___ ___ ___ ___ ___ ___ ___ ___ ___ ___ ___ ___ ___ ___ ___ Una copia y original incluyendo cuadros, gráficas y fotografías en forma correcta. Cada página está numerada en el margen superior derecho y escrita a doble espacio. El apellido y la primera inicial de los nombres del primer autor aparecen en el margen superior izquierdo de cada página. En CD escrito en Microsoft Word. Todos los autores han revisado y aprobado la versión final. El manuscrito no ha sido publicado antes. Los estudios en humanos o animales han sido aprobados institucionalmente. El título no contiene más de 100 letras. El resumen no excede de 250 palabras, se presenta en los idiomas español e inglés en páginas distintas y respeta el formato exigido. Incluye no más de 5 palabras clave al final de la página del resumen. Casa sección inicia su presentación escrita en una nueva página. Las citas bibliográficas siguen el formato exigido por el Comité Editorial. Citas de trabajos no publicados o enviados para publicación no aparecen en la bibliografía aunque se mencione en el texto. Las unidades se dan en sistema métrico o en unidades SI. Fotografías de pacientes tienen su autorización para publicarse. En nungún lugar del trabajo se identifica con sus nombres a los pacientes. Resumen en Español e Inglés. Sugiera hasta tres revisores de su trabajo: (no pueden ser co-autores recientes) Nombre: Instituto donde labora: Teléfono/Fax: Mencione revisor (es) que prefiera excluir: Fecha: Sociedad Panameña de Pediatría Fundada el 18 de enero de 1954 Comité Editorial Constitución y Principios Generales El Comité Editorial es un comité permanente que, siguiendo fielmente los principios sobre los cuales se ha fundado la Sociedad Panameña de Pediatría, se constituye en el ente regulador de las publicaciones científicas, académicas y didácticas de la Sociedad, en su órgano informativo y científico oficial, con los fines específicos de educar, informar y promover la investigación médica. La membresía del Comité (su tamaño y composición) debe ser determinada por la Junta Directiva de la Sociedad Panameña de Pediatría, que es su organismo ejecutor, y en consonancia con las consideraciones que hagan quienes presiden los otros comités consultivos de la Sociedad o el mismo Comité Editorial. La duración de la membresía debe ser por término de 5 años con un número ilimitado de reelecciones. El Comité Editorial tiene: (1) un Editor; (2) un máximo de dos Editores Asociados; y (3) un Consejo Editorial, de número variable. Aquellos especialistas que colaboran en la revisión de artículos o trabajos no son miembros del Comité Editorial, pero se les reconoce anualmente como Revisores. Solamente pueden constituir el Comité Editorial los miembros, es decir, aquellos que se activan regularmente en la Sociedad Panameña de Pediatría y que mantienen al día sus obligaciones financieras. DEBERES Y OBLIGACIONES Generales 1. Asegurar la publicación periódica y puntual de Pediátrica de Panamá, órgano informativo y científico oficial de la Sociedad Panameña de Pediatría. 2. Establecer los requisitos mínimos esenciales para la aceptación de trabajos para su publicación en Pediátrica de Panamá. 3. Honrar los objetivos y fines específicos de la SPP. 4. Vigilar atentamente la producción de Pediátrica de Panamá. 5. Colaborar en la consecución de patrocinadores permanentes para Pediátrica de Panamá. Específicos 1. Escoger y determinar el contenido y la autoría de la Nota Editorial que debe aparecer en todos y cada uno de los números de Pediátrica de Panamá, vigilando celosamente que no se lesionen personas ni instituciones, ni la verdad y la objetividad de hechos y presentaciones, y que se VI observen los fines y objetivos de la Sociedad Panameña de Pediatría. 2. Revisar y criticar con metodología científica, ánimo constructivo y miras a su publicación todos y cada uno de los trabajos presentados al Comité con tal efecto. 3. Reunirse con la periodicidad necesaria para la discusión pronta de todos los aspectos que tienen que ver con la exitosa publicación de Pediátrica de Panamá. 4. Consultar con expertos científicos, especialistas médicos o quirúrgicos sobre aspectos que así lo requieran, tanto para la crítica de los trabajos presentados para publicación como para la enunciación de opiniones, revisiones de tópicos u otros aspectos que le den estatura y seriedad científicas a Pediátrica de Panamá. 5. Coordinar funciones y fines con otros Comités de la SPP con el objeto de perfeccionar y facilitar la publicación de la producción científica nacional. 6. Buscar divulgación y reconocimiento internacional de la revista, y una vez logrado, mantener la tónica y están­ dares mínimos para asegurar que ese reconocimiento no se perderá. Esto incluye asegurar su periodicidad y su puntualidad. 7. Establecer claramente y así consignarlo en la revista que, tanto las versiones científicas allí vertidas, como las enunciadas por las empresas patrocinadoras o publi­ citadas, son responsabilidad de sus autores y no los endosa la Sociedad Panameña de Pediatría ni el Comité Editorial de la Sociedad. De los Cargos y las Funciones 1. El Editor es el responsable de la recepción y manejo de manuscritos, la disposición y diagramación de los diferentes aspectos de la edición de la revista, su edición y distribución. Además, es quien distribuye el trabajo de revisión y escoge los revisores. 2. El Editor Asociado reemplaza al Editor en su ausencia y ayuda de cerca con el trabajo del Editor, tanto en los trámites administrativos como en los financieros. 3. El Consejo Editorial revisa y juzga manuscritos, opina y da consejos sobre ellos. Además, es agente estimulador para la producción y publicación de trabajos y artículos. Editorial E n el año 1967 se publicó la primera edición de nuestra revista, la cual en forma ininterrumpida ha cumplido con el objetivo primordial de resaltar ante la comunidad pediátrica nuestro compromiso con la cultura médica. La Sociedad Panameña de Pediatría se siente orgullosa de contar con esta publicación que ha demostrado en sus 42 años una vitalidad a toda prueba, por lo que es necesario expresar nuestra convicción sobre el relevante papel que le ha correspondido en la escena pediátrica nacional como vehículo de expresión. Esta revista fue constituida como el órgano oficial de nuestra sociedad para expresar los logros obtenidos en nuestros trabajos y las actualizaciones en la Pediatría y sus diferentes ramas. Es por esa razón que la revista siempre ha sido una preocupación importante para la sociedad y constantemente sentimos la necesidad de renovarla en medio de las profundas tradiciones que debemos respetar en el mundo de la Pediatría y de nuestra propia sociedad. Cuando se analiza el éxito de algún evento es importante realizar siempre una doble mirada: una hacia el pasado y la otra, hacia el presente y el futuro de la revista. La mirada hacia el pasado de nuestra revista tiene por objetivo rendir un justo y merecido homenaje a todos aquellos pediatras que fundaron esta revista con el nombre inicial de “Boletín de la Sociedad Panameña de Pediatría”. Quisiera brevemente, mencionarlos, para traer a nuestra memoria el papel que les correspondió a todos ellos. Sin perjuicio que, por una larga enumeración, siempre exista el riesgo de incurrir en omisiones. En primer lugar, un homenaje al fundador y primer director de la revista, el Dr. Rodolfo Poveda (q.e.p.d.), quien en el año de 1967 concibió la idea de esta publicación. Su interés fue crear una revista que reuniese toda la información pediátrica posible para ser leída en Panamá. Desde esta primera etapa la revista fue definida como semestral y parte del comité editorial lo formaron los doctores Hermelinda Cambra, Pedro Nuñez, Edgardo Matos, José Guillermo Ros-Zanet y César Bernal. Luego, en 1971 el Dr. José Guillermo Ros-Zanet asume la dirección y en este período se publicaron los temas presentados en la Primera Jornada Panameña de Pediatría celebrada en el año de 1970, como también los primeros premios Nestlé. Su consejo editorial estaba formado por los doctores Hermelinda Cambra, Ricaurte Crespo y Félix Ruiz. Desde el año 1974 hasta 1994 el boletín fue dirigido por la Dra. Doris Chorres con la colaboración inmediata de sus subdirectores, los doctores Félix Ruiz, Criseida de Owens y del Consejo editorial integrado por los doctores José Guillermo RosZanet, Ricaurte Crespo, Pedro Nuñez, Leonor Olivares, Elías Abadi, Denis Cardoze y Pedro Vargas. En este período se consolida la revista como un medio de comunicación, de una calidad y continuidad ampliamente reconocida en el ámbito nacional, tanto en la esfera pediátrica como no pediátrica. Pediátr Panamá vol 38, nº1, 2009 En el año 1994 el Dr. Pedro Vargas asume la dirección y se realizan cambios en el formato, se establecen pautas de la membresía del comité editorial (tamaño y composición), las cuales deben ser determinadas por la Junta Directiva de la Sociedad Panameña de Pediatría, que es su organismo ejecutor. Además, se adopta el nuevo nombre de nuestra revista: “Pediátrica de Panamá”. El consejo editorial de ese momento lo forman los doctores: Denis Cardoze, Gherson Cuckier, Tirza De León, Pablo Franco, María Johnson, José Luque, Xavier Sáez-Llorens, Carlos Velarde y Eduardo Vieto Para el 2003, la Dra. Rosinda de Espino asume la dirección de la revista con el Dr. Pedro Vargas como editor asociado. Su consejo editorial lo formaron los doctores: Honorina de Espinosa, Xavier Sáez-Llorens y Eduardo Vieto. Además se designa a la Dra. Doris Chorres como editora honoraria y se establece de manera formal los corresponsales de los capítulos de nuestra sociedad: el Dr. Johny Parra por la provincia de Chiriquí, el Dr. José Luque por Veraguas y el Dr. Adolfo Osorio por Herrera. Este es el pasado de la revista: honorable pasado que hoy miramos con agradecimiento y orgullo. Además, con el respeto que impone una tradición ya asentada de editar una revista que para nosotros es un trabajo, y para otros motivo de admiración. Ahora, al dirigir la mirada hacia el presente y el futuro de la revista lo hacemos desde esa perspectiva: con la responsabilidad de profundizar el camino recorrido, y a través de nuevos responsables, por la necesidad de ir renovando constantemente ese pasado respetuoso de la revista. A partir del 2007, dirige la revista la Dra. Elizabeth Castaño y la editora honoraria Dra. Doris Chorres y un nuevo comité editorial formado por los doctores: Dora Estripeaut, Xavier Sáez-Llorens, Honorina de Espinosa, Edgardo Sagel, José Almario y Johny Parra. Además, se agrega el grupo de los editores extranjeros. Ellos están iniciando una nueva etapa de la revista, lo cual es notorio desde el punto de vista formal de contenido, adoptando una periodicidad cuatrimestral a partir de este año La revista sigue manteniendo el mismo vigor de siempre y se incorporan nuevas secciones y contenidos como Tesis de grado, que son los trabajos de investigación de residentes de Pediatría en Panamá que realizan al final de su carrera. El año pasado se logra obtener el número internacional normalizado de publicaciones seriadas (ISSN) requisito fundamental para la indexación de nuestra revista Nuestra revista tiene los factores que permitirían que esa indexación se produzca: 1. Política de difusión de la revista dentro y fuera del país. 2. El respaldo académico otorgado por la Sociedad Panameña de Pediatría 3. Estabilidad y excelencia del Director y del Comité Editorial. El hecho de estar indexada es una invitación a autores nacionales y de habla hispana a publicar en nuestra revista y a la vez a continuar y aumentar su calidad. Al pactar este año con las direcciones de los diferentes hospitales pediátricos de carácter público y de seguridad social, se logra que la revista “Pediátrica de Panamá” se convierta en la publicación oficial y única de todos los pediatras del territorio nacional. Dr. Paul Gallardo Sosa Presidente Sociedad Panameña de Pediatría Pediátr Panamá vol 38, nº1, 2009 De otras revistas y comunicaciones en Pediátrica de Panamá Investigación de los padres sobre uso y abuso de alcohol en la consulta pediátrica El objetivo de este estudio fue determinar durante la consulta pediátrica si los padres de los pacientes presentaban historia de uso de alcohol. Método: Estudio multicéntrico en 3 clínicas de atención primaria (rural, urbana y suburbana) que se realizó entre junio 2004 y diciembre 2006. Los sujetos de estudio de los padres de los pacientes que acudieron de forma consecutiva para buscar atención para sus hijos. Se aplicó una encuesta de tipo anónima, que incluía información demográfica, 2 test de screening de uso de alcohol (TWEAK y Test de identificación de desordenes en el uso de alcohol) y preguntas sobre preferencia de quien debe realizar el cuestionario, aceptación del cuestionario y cuales intervenciones preferían en caso de dar positiva la prueba. Resultados: Un total de 929 de 1028 de padres aceptaron participar y 879 de 929 completaron el cuestionario, la mayor participación fue de madres. Un total de 101 Dra. Elizabeth Castaño G. Dra. Dora Estripeaut de 879 dieron positiva una o ambas pruebas. No hubo diferencia estadística entre los grupos que dieron positiva o negativa la prueba en la preferencia de quien debía colocar la prueba. En el grupo de positivos preferían que el pediatra iniciará la discusión sobre los efectos en sus hijos, diera el material educativo y lo refiriera para el tratamiento. Conclusiones: La mayoría de los padres aceptan que se les realice el cuestionario en la oficina del pediatra. Los pacientes que dieron el test positivo prefieren que sea el pediatra quien discuta con ellos el problema y las opciones para su referencia. Wilson CR, Harris SK, She­ rritt L, Lawrence N, Glotzer D, Shaw JS, Knight JR. Parental Alcohol Screening in Pediatric practices. Pediatrics 2008;122: e1022–e1029 Manejo expectante del neumotórax en neonatos ventilados. Objetivo: El propósito del estudio fue de establecer la incidencia y evolución del manejo del neumotórax sin toracostomía y determinar que características clínicas y de laboratorio puede ayudar a distinguir que neonato con neumotórax puede ser tratado sin la colocación de tubo pleural. Métodos: Fue realizado un estudio retrospectivo en la unidad de cuidados intensivos neonatales de la Universidad de Alabama en Birmingham de 1992 al 2005 y que desarrollaron neumotórax durante la ventilación mecánica. Se evaluaron las características del neonato, los diagnósticos respiratorios y radiológicos, y el manejo respiratorio (parámetros de ventilación y gasometrías) y fueron comparados los neonatos que inicialmente fueron tratados con un tubo pleural versus los que fueron tratados sin tubo. Resultados: Un total de 136 neonatos ventilados con neumotórax fueron incluidos en el análisis final, 101 (74%) fueron tratados inicialmente con un tubo pleural y 35 (26%) sin tubo. En este grupo, 14 fueron tratados con aspiración mediante aguja y 21 de forma expectante. Entre los hallazgos en pacientes que no se colocó tubo inicialmente presentaban menores parámetros Pediátr Panamá vol 38, nº1, 2009 de otras revistas Dra. Elizabeth Castaño G. Dra. Dora Estripeaut ventilatorios y mejores resultados de gasometría, comparados con los tratados con tubo. A quienes se les realizó aspiración por aguja versus lo de manejo expectante, requirieron la colocación posterior de un tubo pleural (43% vs10%) Conclusiones: Es posible manejar inicialmente de forma expectante a un selecto grupo de neonatos con neumotórax en ventilación asistida. Litmanovitz I, Carlo WA. Expectant management of Pneumotorax in ventilated neonates. Pediatrics 2008;122: e975–e979 Caspofungina para el tratamiento de infecciones fúngicas pediátricas. Esta revisión nos describe en forma breve y clara la farmacodinamia y farmaco- en Pediátrica de Panamá cinética, los datos de eficacia y seguridad y las indicaciones de uso en niños de esta nueva equinocandina. Es la primera equinocandina aprobada para su uso en niños hasta 3 meses, aunque ha sido utilizada en neonatos en estudios multicéntricos como el de Odio et al (Pediatr Infect Dis J. 2004 Dec;23 (12):1093-7) y más recientemente el de SáezLlorens et al (Antimicrob Agents Chemother. 2008 Dec 15). Solo esta disponible en la presentación intravenosa y se considera su uso solo en infecciones refractarias de Aspergilosis o en candidiasis diseminada. Fisher BT, Zaoutis T. Casponfungin for the treatment of pediatric fungal infections. Pediatr Infect Dis J 2008;27: 1099-1102 Investigación en reanimación neonatal: últimos avances En este artículo de actualización, se presenta los últimos avances en reanimación neonatal discutidos por expertos en la reunión anual de sociedades académicas pediátricas en mayo 2008 y que incluyeron los temas en las áreas de aplicación de mezcladores de oxígeno y aire y oximetría, cuando aplicar el surfactante, investigación y enseñanza de reanimación neonatal, fisiología y biología celular, utilización de la presión positiva continua (CPAP), presión positiva final espiratoria (PEEP) e inspiración prolongada. Aguar M, et al. Investigación en reanimación neonatal: últimos avances. An Pediatr (Barc). 2009. doi:10.1016/ j.anpedi.2008.10.016 Pediátr Panamá vol 38, nº1, 2009 de otras revistas Dra. Elizabeth Castaño G. Dra. Dora Estripeaut DEL BOLETÍN DE NOTICIAS Noviembre 2008 Vol. 7 nº 11 Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC) (Reproducción autorizada) Estudio multicéntrico sobre bronquiolitis Según datos publicados, la bronquiolitis es la primera causa de hospitalización de los lactantes en el mundo desarrollado. Esta focalidad infecciosa es, por tanto, un motivo frecuente de consulta en los servicios de urgencias, y los criterios que avalan las recomendaciones para efectuar el ingreso hospitalario no están definitivamente establecidos. Los objetivos que se persiguen al mantener al niño hospitalizado son garantizar la función respiratoria y administrar cuidados de soporte. La mayor parte evolucionará favorablemente, aunque algunos necesitarán ingresar en unidades de cuidados críticos e intubación; asimismo, una pequeña proporción puede evolucionar a un desenlace fatal. Con el fin de ayudar a resolver la incertidumbre en los procesos de decisión que acompañan a los niños atendidos por bronquiolitis, Mansbach et al, junto con un prestigioso grupo de trabajo en infecciones pediátricas respiratorias de origen viral con en Pediátrica de Panamá sede en Boston, han liderado un estudio multicéntrico prospectivo que integra a 30 servicios de urgencias de catorce estados norteamericanos. El objetivo fue estudiar cuándo se puede evitar el ingreso del niño en el hospital y enviarle a su domicilio con la “seguridad” de que no van a existir complicaciones. Los estudios de cohortes pediátricas en los que se valora un modelo predictivo no abundan. Los criterios de calidad exigibles a éstos debieran integrar, al menos, cinco aspectos: ser representativos de la población con y sin exposición; efectuar una medición independiente y válida de exposición y efecto; ofertar un seguimiento suficiente y completo; controlar la relación temporal de los acontecimientos y realizar un análisis correcto controlando los factores de confusión y los modificadores del efecto. Para realizar el trabajo, efectuaron el seguimiento de una cohorte de 1469 niños con bronquiolitis, atendidos en el periodo de tiempo comprendido entre 2004 y 2006. En este caso, los autores sortean con elegancia las exigencias y establecen como factores predictores de un alta “segura”: la edad superior a los dos meses, la ausencia de intubación previa, la inexistencia o levedad de tiraje, una saturación inicial de oxígeno superior al 94%, una ingesta oral adecuada y el no precisar adrenalina ni agonistas beta en la primera hora. En el seno de nuestra Sociedad se integran grupos de infectología pediátrica con gran dinamismo en este campo y por ello, debido a que los resultados obtenidos en esta serie no son necesariamente generalizables a otros marcos clínico-asistenciales diferentes, puede resultar pertinente explorar nuestra realidad. En nuestro criterio, una de las limitaciones de este original es que no incluye información acerca del agente etiológico implicado en el cuadro y ello supone una laguna que, en el caso de ser abordado el tema en nuestro entorno, no debiera ser descuidada y ofertaría posibilidades de trabajo conjunto a infectólogos y microbiólogos. Bibliografía recomendada: Mansbach JM, Clark S, Christopher NC, LoVecchio F, Kunz S, Acholonu U et al. Prospective multicenter study of bronchiolitis: predicting safe discharges from the emergency department. Pediatrics 2008;121: 680-8. Comentado por: José Mª Eiros Bouza. Hospital Clínico Universitario de Valladolid. USO PRUDENTE DEL ANTIBIÓTICO. DÍA EUROPEO La SEIMC ha hecho público su apoyo a la iniciativa del Centro Europeo para el Control y la Prevención de las Enfermedades (ECDC) y del Parlamento Europeo de convocar el Día Europeo para el Uso Prudente de los Antibióticos el 18 de noviembre. La celebración de este día es consecuencia de la preocupación, muy extendida entre las instituciones internacionales de salud pública y los profesionales sanitarios, por el aumento de la resistencia de las bacterias a los antibióticos, y la escasa incorporación de nuevas moléculas al arsenal terapéutico. Artículo de Investigación Manejo nutricional de las glucogenosis Pediátr Panamá 2009,38(1)6-13. Lagrutta et al Manejo nutricional de las glucogenosis. Experiencia en el Hospital del Niño. 1990-2008 Recibido para publicación: 28 septiembre 2008 Aceptado para publicación: 11 febrero 2009 *Dr. Lagrutta, Francisco. ** Dr. Dutari, José Ezequiel. **Dr. Heart, Alberto. Resumen Introducción: Las glucogenosis son un conjunto de enfermedades hereditarias que se caracterizan por la ausencia o deficiencia de la actividad de diversas enzimas que participan en el metabolismo del glucógeno y que causan su depósito en diversos órganos. El objetivo de este estudio es evaluar los efectos a largo plazo de la terapia nutricional con almidón de maíz crudo sobre el control metabólico, ocurrencia de hipoglicemia severa, crecimiento pondoestatural y el desarrollo de complicaciones en los pacientes con diagnóstico de glucogenosis en nuestra institución. Materiales y métodos: se trata de un estudio retrospectivo que incluye a los pacientes con diagnóstico de glucogenosis entre 1990-2008 manejados con almidón de maíz crudo a quien se les realizó un seguimiento con medición de peso y talla en cada cita, evaluación de la hepatomegalia y controles metabólicos anuales de glicemia, colesterol, triglicéridos, ácido úrico y pruebas funcionales hepáticas. Los datos fueron procesados en Epi Info versión 6 de abril de 2007. Resultados: Encontramos 7 casos de glucogenosis manejados con almidón de maíz crudo durante el periodo de estudio. La edad promedio fue de 10.4 ± 5.0 meses. El sexo masculino predominó en un 85.7% de los casos. La edad de inicio de la terapia nutricional con almidón de maíz crudo fue de 12.4 ±4.5 meses. Todos los pacientes presentaron hepatomegalia e hipoglicemia al momento del diagnóstico. La desviación estándar promedio de la talla después de 1 año de terapia nutricional con almidón de maíz crudo fue de -2.86 ± 1.19; luego de 3 años fue de -2.13 ± 0.92; después de 6 años fue de -1.60 ± 1.11; y luego de 9 años fue de -1.61 ± 1.31. Sólo 1 caso presentó una complicación de falla hepática aguda luego de 1 año de tratamiento. No se reportaron complicaciones en los expedientes restantes ni fallecimientos. Discusión: La terapia nutricional basada en almidón de maíz crudo ofrece una alternativa simple, efectiva y segura para el manejo de los pacientes con glucogenosis. Palabras claves: glucogenosis, hipoglicemia, crecimiento pondoestatural, almidón de maíz crudo. Abstract Introduction: Glycogen storage diseases are a group of hereditary diseases which are characterized in the deficiency or absence in the activity of several enzymes that are involved in the metabolism of glycogen and therefore cause the deposit of this substance in several organs. The objective of this study is to evaluate the long term effects of the nutritional intervention with raw corn starch over the metabolic screening, occurrence of severe hypoglycemia, growth and development of complications in patients with this diagnosis in our institution. Materials and methods: this represents a retrospective study that includes patients with the diagnosis of glycogen storage disease that received nutritional intervention with raw corn starch in the years 1990-2008 and in whom a follow up that included measurement of weight, height and presence of enlarged liver was done in every appointment. A yearly measurement of serum glucose, cholesterol, triglycerides, uric acid and liver function test were also performed. The data was processed using Epi Info version 6, april 2007. Results: We found 7 cases of glycogen storage disease treated with raw corn starch during the study period. The mean age was 10.4 ± 5.0 months. The male sex was predominant in 85.7% of *Pediatra-Magister en Nutrición. Hospital del Niño **Médico Residente de Pediatria. Hospital del Niño Correspondencia: Dr.Francisco Lagrutta Email: [email protected] Manejo nutricional de las glucogenosis Lagrutta et al Pediátr Panamá 2009,38(1)6-13. the cases studied. The mean age in which the nutritional intervention with raw corn starch was started was 12.4 ± 4.5 months. All patients had enlarged liver and hypoglycemia at the time in which the diagnosis was made. The mean standard deviation in height after a year with nutritional intervention was started with raw corn starch was -2.86 ± 1.19; after 3 years of therapy -2.13 ± 0.92; after 6 years -1.60 ± 1.11 and after 9 years -1.61 ± 1.31. Only 1 case presented hepatic failure as a complication during the first year of treatment. No other complications or deaths were reported. Conclusion: Nutritional intervention based on raw corn starch offers a safe, simple and effective treatment for patients with glycogen storage diseases. Key words: glycogen storage diseases, hypoglycemia, growth, raw corn starch Introducción El glucógeno representa la forma más importante de almacenamiento de carbohidrato en el cuerpo humano y se encuentra principalmente en el hígado y músculo. Se sintetiza a partir de glucosa y otros precursores por la vía de la glucogénesis y es degradado por una vía separada conocida como glucogenólisis. Las glucogenosis son un conjunto de enfermedades hereditarias que se caracterizan por la ausencia o deficiencia de la actividad de diversas enzimas que participan en el metabolismo del glucógeno y que causan su depósito en diversos órganos (1) (Fig.1). La incidencia general de glucogenosis se estima en 1 caso por cada 20000 – 43000 nacidos vivos(2). Existen más de 12 tipos los cuales son clasificados según la deficiencia enzimática y los tejidos afectados (Tabla 1). Los desórdenes de degradación de glucógeno principalmente pueden afectar el hígado, el músculo o ambos. En el Hospital del Niño de Panamá se han reportado 11 casos de glucogenosis a partir de 1990, los cuales no han podido ser clasificados de forma precisa debido a la indisponibilidad de pruebas enzimáticas en nuestro medio; sin embargo, Figura 1. Síntesis del glucógeno hepático Fuente: Lynch,M.J., Rápale, S.S., Mellor, L.D., Spare, P.D., Inwood, M.J.H. “Métodos de Laboratorio” 1991. Tercera edición. Editorial: Interamericana, México,D.F. Página 554 dadas sus características clínicas consideramos corresponden en su mayoría a los tipos I, III o IV. La glucogenosis tipo Ia o enfermedad de von Gierke es la forma más común, ocurriendo en 1 de cada 100000 nacimientos. Involucra el hígado, riñones e intestino y sus manifestaciones clínicas son hepatomegalia, retraso severo de talla, hipoglicemia, hiperlactatemia, hiperuricemia e hiperlipidemia. El tipo Ib involucra, además, a los leucocitos, presentando neutropenia y/o disfunción de neutrófilos (3). La glucogenosis tipo III o enfermedad de Cori compromete el hígado, músculos y algunas células sanguíneas como leucocitos y eritrocitos. Aproximadamente 15% de los casos sólo afectan el hígado. Los síntomas son similares a la glucogenosis tipo I. Los síntomas hepáticos generalmente mejoran con la edad (4). Manejo nutricional de las glucogenosis Lagrutta et al Pediátr Panamá 2009,38(1)5-12. Tabla 1. Clasificación de Glucogenosis TIPO DEFICIENCIA ENZIMÁTICA 0 Glucógeno sintasa hepática Hipoglicemia cetósica, sin hepatomegalia Biopsia hepática, pruebas enzimáticas y análisis de DNA Almidón de maíz crudo Ia Glucosa-6-fosfatasa Hipoglicemia cetósica, hepatomegalia Biopsia hepática, pruebas enzimáticas y análisis de DNA Almidón de maíz crudo, alopurinol, G-CSF II Maltasa ácida lisosomal Hipotonía, miocardiopatía hipertrófica Pruebas enzimáticas en fibroblastos, músculo o hígado y análisis de DNA Reemplazo enzimático III Enzima desramificadora de glucógeno Hipoglicemia cetósica, hepatomegalia Pruebas enzimáticas en fibroblastos o hígado y análisis de DNA Almidón de maíz crudo IV Enzima ramificadora de glucógeno Hepatomegalia Biopsia de fibroblastos, músculo o hígado y análisis de DNA Transplante hepático V Fosforilasa muscular Fatiga, mioglobinuria Pruebas enzimáticas en músculo y análisis de DNA Sucrosa previo al ejercicio VI Fosforilasa hepática Hepatomegalia, hipoglicemia leve Biopsia hepática y pruebas enzimáticas No tratamiento específico VII Fosfofructokinasa muscular Fatiga, mioglobinuria, anemia hemolítica, hiperuricemia Pruebas enzimáticas en músculo y análisis de DNA No tratamiento específico VIII Fosforilasa b kinasa Hepatomegalia, hipoglicemia leve, fatiga Biopsia de hígado y músculo, análisis de DNA No tratamiento específico IX Fosfoglicerato kinasa Fatiga, mioglobinuria Pruebas enzimáticas en músculo y glóbulos rojos No tratamiento específico X Fosfoglicerato mutasa Fatiga, mioglobinuria Biopsia muscular y pruebas enzimáticas No tratamiento específico GLUT2 Retraso en el crecimiento, síndrome renal de Fanconi, galactosemia Hallazgos clínicos, análisis de DNA Comidas fraccionadas, almidón de maíz, electrolitos XI HALLAZGOS CLÍNICOS DIAGNÓSTICO TRATAMIENTO Fuente: Uptodate 2007 La glucogenosis tipo IV o enfermedad de Andersen usualmente se presenta en el primer año de vida con hepatomegalia y retraso del crecimiento. La enfermedad generalmente progresa hacia la cirrosis hepática(5). El diagnóstico usualmente ocurre en la infancia o niñez, aunque algunos tipos leves de glucogenosis pueden pasar inadvertidos hasta la edad adulta. Los 4 signos y síntomas principales que llevan a la sospecha de glucogenosis son hipoglicemia, Manejo nutricional de las glucogenosis Lagrutta et al hepatomegalia, retraso en la talla y perfil bioquímico sanguíneo anormal. El diagnóstico definitivo es realizado mediante biopsia del órgano u órganos afectados. Además, la muestra de biopsia obtenida es utilizada para ensayos de actividad enzimática. Existen técnicas basadas en el análisis de DNA para el diagnóstico de algunos tipos de glucogenosis. Estas técnicas de DNA también pueden ser usadas para el diagnóstico prenatal (6). Algunos tipos de glucogenosis no pueden ser tratados, mientras otros son relativamente fáciles de controlar a través del manejo sintomático. En los tipos de glucogenosis tratables, se han propuesto diversas terapias nutricionales que tienden a mantener la glicemia normal. En la glucogenosis tipo I, III y IV se propone la terapia de glucosa continua con almidón de maíz crudo (7,8) y la alimentación enteral nocturna (9). Se ha demostrado que la dieta a base de almidón de maíz crudo es una terapia simple, efectiva y segura para la glucogenosis tipo I (10). En un estudio se reportó que la terapia con almidón de maíz crudo a largo plazo, iniciada a partir de la infancia, resultó en una talla promedio de 0.7 DE menos que la talla esperada para la edad (11). El control bioquímico óptimo de la glucogenosis tipo I requiere una adecuada adherencia a un régimen dietético individualizado basado en los resultados de las evaluaciones metabólicas periódicas y monitorización glicémica frecuente. La disfunción glomerular y la formación de adenomas hepáticos permanecen siendo complicaciones importantes a largo plazo. En nuestra institución se inició la terapia nutricional Pediátr Panamá 2009,38(1)6-13. con almidón de maíz crudo en los pacientes con diagnóstico de glucogenosis a partir de 1990. En los casos de glucogenosis donde la terapia nutricional resulta inefectiva, el transplante de órgano puede ser la única alternativa viable. El transplante hepático ha sido efectivo en revertir los síntomas en la glucogenosis tipo IV. Como la afección hepática no es la mayor causa de morbilidad en la glucogenosis Ib y IIIa, el transplante hepático sólo debe ser realizado en caso de alto riesgo de hepatocarcinoma o evidencia de cirrosis significativa (12). Los avances en la terapia genética ofrecen esperanzas para el tratamiento efectivo en el futuro. Esta terapia incluye el uso de virus (adenovirus) para entregar una forma correcta del gen a las células afectadas (13). Esta enfermedad aún traduce una calidad y expectativa de vida disminuidas; sin embargo, la implementación de nuevas alternativas terapéuticas nutricionales, genéticas y quirúrgicas prometen mejoras en la calidad de vida y supervivencia de estos pacientes. El objetivo de este estudio es evaluar los efectos a largo plazo de la terapia nutricional con almidón de maíz crudo sobre el control metabólico, ocurrencia de hipoglicemia severa, crecimiento pondoestatural y el desarrollo de complicaciones en los pacientes con diagnóstico de glucogenosis en nuestra institución. Materiales y Métodos Se realizó un estudio retrospectivo que incluyó a todos los niños con diagnóstico de Glucogenosis evaluados durante el período comprendido entre enero de 1990 y mayo 2008. Previo a la recolección de la información se llenó la solicitud de confidencialidad de la información según formulario de las divisiones de Docencia e Investigación del Hospital del Niño. Se realizó un seguimiento, a partir de 1990, de los pacientes con diagnóstico de glucogenosis en la consulta de Nutriología para evaluar los efectos a largo plazo de la terapia nutricional con almidón de maíz crudo sobre el crecimiento pondoestatural, ocurrencia de hipoglicemia, control metabólico y desarrollo de complicaciones por lo que se realizaba en cada cita la medición de peso y talla, la evaluación de la hepatomegalia y se solicitaban controles metabólicos anuales de glicemia, colesterol, triglicéridos, ácido úrico y pruebas funcionales hepáticas. Posteriormente se evaluaron los expedientes en la sección de archivos del Hospital del Niño en búsqueda de la edad de diagnóstico, la edad de inicio de la terapia con almidón de maíz crudo, los datos clínicos y bioquímicos determinados durante el seguimiento por nutriología y el desarrollo de complicaciones que hayan requerido hospitalización durante el periodo de tratamiento. Para valorar los efectos de esta terapia nutricional se establecieron puntos de corte al año, 3 años, 6 años y 9 años de tratamiento, lo que nos permitiera evaluar en diferentes periodos el crecimiento, a través del índice Talla/Edad expresado en desviaciones estándar, y el control o no de la hipoglicemia, hiperlipidemia e hiperuricemia. Se excluyeron los casos donde no se encontraron los expedientes Manejo nutricional de las glucogenosis Lagrutta et al los cuales fueron insignificantes (1 caso). Los datos fueron procesados en Epi Info versión 6 de abril del 2007. Los datos y frecuencias se presentan en tablas y gráficas. Resultados Se reportaron 11 casos de glucogenosis en la consulta de Nutriología del Hospital del Niño durante el periodo de estudio de enero de 1990 a mayo de 2008; se revisaron un total de 10 expedientes encontrados en la sección de Archivos Clínicos. De éstos 10 expedientes, se utilizaron 7 casos con diagnóstico de glucogenosis hepática manejados con almidón de maíz crudo para el análisis de los resultados. Los 3 expedientes restantes fueron excluidos del estudio al tratarse de un caso de glucogenosis muscular, un caso finalmente diagnosticado como deficiencia de carnitina y un caso de glucogenosis hepática fallecido a los 7 meses de vida antes de iniciar el tratamiento nutricional por una encefalopatía hepática. La edad promedio fue de 10.4 ± 5.0 meses (rango de 5-18 meses). El sexo masculino predominó con una relación hombre/mujer de 6/1. Al momento del diagnóstico, todos los pacientes presentaron hepatomegalia e hipoglicemia (glicemia menor de 60 mg/dl) con un valor promedio de 43 ± 11 mg/dl ; 2 casos presentaron hipercolesterolemia (colesterol mayor de 240 mg/dl) con un valor promedio de 182 ± 87 mg/dl; 6 casos presentaron hipertrigliceridemia (triglicéridos mayor de 200 mg/dl) con un valor promedio de 273 ± 129 mg/dl y 10 Pediátr Panamá 2009,38(1)6-13. un caso presentó hiperuricemia (ácido úrico mayor de 7 mg/dl) con un valor promedio 4.3 ± 1.2 mg/dl (Tabla 2). La desviación estándar promedio de la talla antes del inicio del tratamiento nutricional fue de -2.35 ± 0.75 (Figura 2). La edad de inicio de la terapia nutricional con almidón de maíz crudo fue de 12.4 ±4.5 meses (rango de 7-18 meses). La desviación estándar promedio de la talla después de 1 año de terapia nutricional con almidón de maíz crudo fue de -2.86 ± 1.19; luego de 3 años de terapia nutricional fue de -2.13 ± 0.92; después de 6 años de tratamiento fue de -1.60 ± 1.11; y luego de 9 años de tratamiento nutricional fue de -1.61 ± 1.31 (Figura 2). La monitorización periódica de la glicemia durante el tratamiento con almidón de maíz crudo reportó persistencia de hipoglicemia en 4 casos al año, 6 años y 9 años de tratamiento; mientras que luego de 3 años de tratamiento sólo 3 casos presentaron hipoglicemia (Figura 3). Tabla 2. Hallazgos clínicos y bioquímicos de glucogenosis al momento del diagnóstico. HdN. 1990-2008 Presente Ausente Hipoglicemia 7 0 Hepatomegalia 7 0 Hipercolesterolemia 3 4 Hipertrigliceridemia 6 1 Hiperuricemia 1 4 Fuente: Archivos de consulta de nutriología Fuente: Archivos de consulta de nutriología. Manejo nutricional de las glucogenosis Lagrutta et al Fuente: Archivos de consulta de nutriología. Fuente: Archivos de consulta de nutriología. Pediátr Panamá 2009,38(1)6-13. El control metabólico de los niveles de colesterol durante el tratamiento nutricional reportó hipercolesterolemia en 2 casos luego de 1 año de tratamiento y posteriormente, la persistencia de hipercolesterolemia en 1 sólo caso después de 3, 6 y 9 años de tratamiento (Figura 4). Con respecto a la evaluación periódica de los niveles de triglicéridos, 6 casos presentaron hipertrigliceridemia después de 1 año de terapia nutricional con almidón de maíz crudo; 4 casos persistieron con hipertrigliceridemia a pesar de 3, 6 y 9 años de tratamiento (figura 5). En cuanto al control metabólico de los niveles de ácido úrico, se reportó persistencia de hiperuricemia en 1 de 6 casos evaluados luego de 1, 3, 6 años de terapia nutricional con almidón de maíz crudo; a los 9 años de tratamiento no hubo casos de hiperuricemia (Figura 6). Durante el periodo de tratamiento nutricional con almidón de maíz crudo sólo 1 caso presentó una complicación de falla hepática aguda luego de 1 año de tratamiento. No se reportaron complicaciones en los expedientes restantes ni fallecimientos. Discusión Fuente: Archivos de consulta de nutriología. Una de las limitantes del estudio fue la indisponibilidad de pruebas enzimáticas para el diagnóstico preciso del tipo de glucogenosis; dadas sus características clínicas consideramos corresponden en su mayoría a los tipos I, III o IV, por lo que dicha limitante no invalida el uso de la terapia nutricional con almidón de maíz crudo. Todos los casos de glucogenosis evaluados ocurrieron en lactantes lo que concuerda con lo descrito 11 Manejo nutricional de las glucogenosis Lagrutta et al Pediátr Panamá 2009,38(1)6-13. las anormalidades metabólicas de la enfermedad pueden disminuirse los riesgos a largo plazo. Al igual a lo reportado por Chen et al (10), con excepción de la diarrea, flatulencia y dolor abdominal no hubo efectos adversos de la terapia con almidón de maíz crudo luego de 9 años de tratamiento. En conclusión, podemos señalar que el esquema dietético basado en almidón de maíz crudo ofrece una alternativa simple, efectiva y segura para el manejo de los pacientes con glucogenosis. Referencias Fuente: Archivos de consulta de nutriología. por Wolfsdorf et al quien reportó similar grupo etario de presentación. Se reportó un marcado predominio del sexo masculino en nuestro estudio, hallazgo similar al encontrado por Wolfsdorf et al(11) quien reportó un 64.7% (11 de 17 casos) pertenecientes a dicho sexo. Esto difiere de lo reportado por Chen et al (10) donde el 76.9% (10 de 13 casos) correspondían al sexo femenino. Al momento del diagnóstico, todos los pacientes presentaron hepatomegalia e hipoglicemia asociado en algunos casos a hiperlipidemia e hiperuricemia lo que concuerda con lo descrito por la literatura (14). La edad de inicio de la terapia nutricional con almidón de maíz crudo concuerda con lo descrito por Wolfsdorf et al (11) reportada en 9.6 ± 4.8 meses. Con respecto al crecimiento, todos los pacientes mantuvieron tasas de crecimiento linear normal para su edad. La desviación estándar promedio de la talla después de 6 años de tratamiento (11) 12 con almidón de maíz crudo fue de -1.6 ± 1.11, hallazgo similar al descrito por Chen et al (10) quienes reportaron una desviación estándar promedio de -1.29 ± 0.59 luego de 6.7 ± 1.6 años de tratamiento similar. La monitorización periódica de la glicemia, colesterol, triglicéridos y ácido úrico demuestra una tendencia a la mejoría de dichos parámetros bioquímicos en algunos casos; sin embargo, al igual que lo reportado por Wolfsdorf (11) se resalta que el control bioquímico óptimo de los pacientes con glucogenosis requiere una adherencia meticulosa al tratamiento, una adquisición oportuna de los componentes dietéticos y un control y seguimiento estrecho, lo cual pueden haberse visto limitados debido a los problemas económicos existentes en dichos pacientes. Sólo un paciente presentó una complicación seria (falla hepática aguda) lo que concuerda con lo descrito por Weinstein et al (9) quienes señalan que al minimizar 1. Taddei T, Mistry P, Schilsky M. Inherited metabolic disease of the liver. Curr Opin Gastroenterol 2008; 24(3):27886. 2. Ozen H. Glycogen storage diseases: new perspectives. World J Gastroenterol 2007; 13(18):2541-53. 3. Chen YT, Chou JY, Matern D. Type I glycogen storage diseases: disorders of the glucose-6-phosphatase complex. Curr Mol Med 2002; 2(2): 121-43. 4. Burchell A. Glycogen storages diseases and the liver. Baillieres Clin Gastroenterol 1998; 12(2): 337-54. 5. Moses SW, Parvari R. The variable presentations of glycogen storage disease type IV: a review of clinical, enzymatic and molecular studies. Curr Mol Med 2002; 2(2): 177-88. 6. Chen YT, Bali D, Sullivan J. Prenatal diagnosis in glycogen storage diseases. Prenat Diagn 2002; 22(5): 357-9. 7. Lee P, Dixon M, Leonard J. Uncooked cornstarch efficacy Manejo nutricional de las glucogenosis Lagrutta et al in type I glycogenosis. Arch Dis Child 1996; 74(6): 546:7. 8. Galiano M, Moreno J, Medina E. Cornstarch in the treatment of pacients with glycogenosis type I and III. Nutr Hosp 1998; 13(5): 228-32. 9. Wolfsdorf J, Weinstein D. Effect of continous glucose therapy with uncooked cornstarch on the long-term clinical course of type Ia glycogen storage disease. Eur J Pediatr 2002; 1:535-39. Pediátr Panamá 2009,38(1)6-13. 10. Chen YT, Bazzarre C, Lee M. Type I glycogen storage disease: nine years of management with cornstarch. Eur J Pediatr 1993; 152(1): 56-59. 11. Wolfsdorf J, Crigler J. Effect of continuos glucose therapy begun in infancy on the longterm clinical course of patients with type I glycogen storage disease. J Pediatr Gastroenterol Nutr 1999; 29(2): 136-43. 12. Davis M, Weinstein D. Liver transplantation in children with glycogen storage disease: controversies and evaluation of the risk/benefit of this procedure. Pediatr Transplant 2008; 12(2): 137-45. 13. Chou JY, Mansfield B. Gene therapy for type I glycogen storage diseases. Curr Gene Ther 2007; 7(2): 79:88. 14. Kannourakis G. Glycogen storage disease. Semin Hematol 2002; 39(2):103-6. PediátricadePanamá Con la información que usted necesita …¡Suscríbase hoy! Pediátrica de Panamá, la publicación oficial de la Sociedad Panameña de Pediatría se complace en presentar este volumen, con excelentes trabajos de investigación y casos clínicos de interés. La sección de Otras Revistas, le permite actualizarse de manera rápida con los resú­menes de interesantes artículos publi­cados en reconocidas revistas a nivel internacional. Su portada es más flexible y con agujeros para conservar los números de la revista den­tro de cartapacios de tres aros. Pediátrica de Panamá se enorgullece de ser la revista que durante 41 años ha mantenido continua circulación como medio informativo, científico y educativo, tanto para pediatras como para estudiantes y otros servidores de salud en nuestro país. A nuestros subscriptores y patrocinadores, s! r apoyarno ¡Gracias po 13 Artículo de Investigación Incidencia de la deficiencia de glucosa-6-fosfato Pediátr Panamá 2009,38(1)14-19. Cossio et al Incidencia de la deficiencia de glucosa-6-fosfato deshidrogenasa en neonatos tamizados en el Hospital del Niño de Panamá. Recibido para publicación: 17 de septiembre 2008 Aceptado para publicación: 6 de marzo 2009 Dra. Gladys Cossio de Gurrola. * Dr. Carlos Ríos ** Dra. Aneth Samudio *** Lic. Elfilda Durán **** Dr. David Ellis. *** Resumen Objetivo: Determinar la incidencia de la deficiencia de Glucosa-6-Fosfato Deshidrogenasa (G-6-P-D) en recién nacidos tamizados en el Hospital del Niño de Panamá. Material y Método: se realizó evaluación retrospectiva de los resultados de la prueba de tamizaje neonatal de 13,302 neonatos de sexo masculino y femenino, que fueron tamizados para detección de la deficiencia de G-6-P-D entre abril de 2007 y mayo de 2008. Resultados: Se revisó en la base de datos del Programa de Tamizaje Neonatal del Hospital del Niño, toda la información demográfica y los resultados de tamizaje para la deficiencia de G-6-P-D, encontrando que de 13,202 recién nacidos 51% (n=6,735) eran de sexo masculino y 49% (n=6,467) de sexo femenino. 325 recién nacidos fueron positivos para la deficiencia de G-6-P-D. De estos 325 neonatos deficientes el 87% (283) correspondieron al sexo masculino y un 13% (42) al sexo femenino. Se calculó la de tasa de incidencia general que resultó en 2.4%. En este trabajo también se calculó la incidencia en neonatos masculinos y femeninos que fue de 4.2 % y 0.6% respectivamente. Conclusión: Los resultados obtenidos son extremadamente importantes, porque están demostrando que la incidencia de la deficiencia de la G-6-P-D está elevada; en los neonatos masculinos hemizigota atendidos en el Programa de Tamizaje Neonatal del Hospital del Niño de Panamá. En relación a la población masculina hemizigota de países latinoamericanos como México, Ecuador y Perú que es menor de 0.5% según el informe del «Groupe de Travail de L OMS» publicado en 1990. Palabras claves: Deficiencia de Glucosa-6-fosfato deshidrogenasa, Incidencia, Tamizaje Neonatal. Abstract Objective: To determine the incidence of deficiency of glucose-6-phosphate dehydrogenase (G-6-P-D) in newborns screened at the Children’s Hospital of Panama. Material and Methods: We retrospectively evaluate the test results of neonatal screening of 13,302 infants of male and female, who were screened for detection of deficiency G-6-P-D between April 2007 and May 2008. Results: We reviewed the database of Neonatal Screening Program of Hospital del Niño, all the demographic information and results of neonatal screening for the deficiency of G-6-P-D, finding that 13,202 newborns. 51% (n=6,735) were male and 49% (n=6,467) female. 325 newborns were positive for the deficiency of G-6-P-D. Of these 325 infants poor, 87% (283) were male and 13% (42) females. We calculated the rate of incidence of 2.4 %. The incidence of this enzyme deficiency in male infants was 4.2 % in male and in the female 0.6%. Conclusion: These results are extremely important, because they are demonstrating that the incidence of G-6-P-D was significantly high * Pediatra – Genetista, Hospital del Niño de Panamá. **Pediatra- Especialista en Salud Pública. Hospital del Niño de Panamá *** Pediatra, Hospital del Niño de Panamá ***Tecnóloga Médica, Hospital del Niño de Panamá. ****Pediatra neonatólogo, Hospital del Niño de Panamá. 14 Incidencia de la deficiencia de glucosa-6-fosfato Cossio et al Pediátr Panamá 2009,38(1)14-19. at newborn screening program of Hospital del Niño, not only in male infants but also in the newly born female, related to male population at another Latin American countries as Mexico, Ecuador and Peru where it is lower than 0.5% as report of “Groupe de Travail de L OMS”, published at 1990. Key words: Deficiency of Glucose-6-phosphate dehydrogenase, Incidence, Neonatal Screening. Introducción El estudio de la e n z i m a Glucosa-6 - f o s f a t o d e s h i d r o g e n a s a ( G- 6 - P - D ) inició en 1931 cuando Warburg y Cristian la identificaron en levadura de cerveza y eritrocitos humanos. Esta deficiencia es el error innato del metabolismo más común en el ser humano, se distribuye mundialmente y se estima que afecta a más de 400 millones de personas (90% hombres), siendo la más común de las deficiencias enzimáticas que existen en el eritrocito1,2 Tiene una frecuencia alta en África, Región Mediterránea, Península Arábiga, Oriente Medio y Sureste de Asia, India e indochina. En E.U.A. afecta aproximadamente al 10% de los hombres de raza negra. La alta frecuencia de esta eritroenzimopatía a nivel mundial determina que pueda considerarse un problema de salud pública, especialmente en regiones con alta incidencia de malaria o en familias con ancestros procedentes de estas regiones3. Es por esto que muchos países han incluido la deficiencia de G-6-P-D en sus Programas de Tamizaje Neonatal, dado que la formación de bilirrubina no conjugada puede producir ictericia nuclear, una de las principales causas de retardo mental y muerte en los neonatos deficientes de la G-6-P-D 4. M Kaplan y colaboradores publicaron en 1994 un estudio de Tamizaje Neonatal en 806 neonatos de sexo femenino y masculino en riesgo de tener deficiencia de G-6-P-D, encontrando que 30.2% de los niños y 10.4% de las niñas tenían deficiencia severa de esta enzima eritrocitaria5. Por otro lado, en Latinoamérica se han realizado estudios en México donde luego del análisis de 1938 personas observaron sólo tres variantes polimórficas A -202A/376G, A-376G/968C, en Cuba se ha encontrado presencia de la variante Africana en el 7% de la población y en Suramérica, específicamente en Brasil, encontraron una mayor frecuencia de las variantes Africana y Mediterránea5,6,7. De todas las variantes de G-6-P-D con actividad deficiente, las que muestran mayor importancia por su frecuencia son: la variante Africana A- que ocurre comúnmente en descendientes de este continente, así como del sur de Italia, España, Portugal y la península arábiga; la variante Mediterránea que se encuentra usualmente en italianos de Sardinia y Sicilia y en griegos, judíos orientales, árabes y persas; la variante Cantón frecuente en el sur de China, la variante Seattle que tiene frecuencias polimórficas en Sardinia, Grecia, el sur de Italia y Estados Unidos y finalmente la variante descrita en chinos y en el sur de Italia 8. Estudios pilotos realizados desde la última década del siglo pasado, en el Hospital del Niño de Panamá, como la tesis de Yahelis González en 1991 con reporte 16 recién nacidos deficientes de un total de 196 neonatos de sexo masculino. Al igual que dos trabajos de graduación de médicos residentes en pediatría realizados el Dr. Marco Donato quien encontró 6 neonatos deficientes (5 varones y 1 niña) en una población aleatorizada de 134 recién nacidos de ambos sexos y la Dra. Raquel Chávez en el año 2001 quien también reportó en su trabajo de graduación 4 deficientes (3 varones y 1 niña) en una muestra de 121 neonatos de ambos sexos (comunicación personal) han aportado evidencias acerca de la presencia recién nacidos con esta deficiencia enzimática. La G-6-P-D es una enzima muy antigua en la evolución, ya que se encuentra en todos los organismos vivientes, desde levaduras y protozoos a plantas y animales. En los mamíferos es citoplasmática y en todas las células del cuerpo, sin embargo su deficiencia se manifiesta más en los glóbulos rojos posiblemente por tener éstos una larga vida sin núcleo y porque contienen proteasas que degradan la enzima mutante más que las proteasas de otros tejidos.9 La deficiencia de la enzima provoca un daño oxidativo irreversible en el eritrocito causando su muerte. La vida media de esta enzima es de 60 días y refleja paso a paso la edad del glóbulo rojo, ya que éste es incapaz de formar nuevas moléculas proteicas y es por esto que el reticulocito tiene cinco veces más actividad enzimática que los glóbulos senescentes 10. 15 Incidencia de la deficiencia de glucosa-6-fosfato Cossio et al Las manifestaciones clínicas de la deficiencia de G-6-P-D, pueden ser agudas o crónicas. Sin embargo, la mayoría de los deficientes son asintomáticas y sólo se manifiestan la enfermedad cuando ingieren drogas o químicos que desencadenan hemólisis intravascular. Se han descrito diferentes síndromes clínicos como: 1. Hemólisis con hiprbilirrubinemia. 2. Infección debido a bacterias como las ricketsias o el virus de la hepatitis B, son consideradas probablemente la causa más común de hemólisis estos pacientes. El favismo, se presenta con sìntomatología 24 a 48 horas posterior a la ingesta de habas. ha sido reconocido desde la antigüedad; Históricamente se atribuye el fallecimiento de Pitágoras, a su negativa a ingresar a una plantación de habas, dada su condición de favismo, posiblemente secundario a la deficiencia de (G-6-P-D). Sin embargo, es importante hacer énfasis en que no todos los pacientes con deficiencia de G-6-P-D presentan hemólisis luego de la ingesta de habas 11. El objetivo principal de esta investigación es determinar la incidencia de la deficiencia de G-6-P-D en recién nacidos tamizados en el Hospital del Niño de Panamá. Ya que algunos estudios pilotos realizados han dejado evidencias de la existencia de esta deficiencia en Panamá. Pediátr Panamá 2009,38(1)14-19. semanas de gestación, fecha de toma de la muestra, peso en kilogramos, sexo, nombre del hospital donde nació, dirección de residencia de los padres, teléfono, resultado de tamizaje de G-6-P-D, resultado de la prueba confirmatoria de G-6-PD, antecedente de transfusión sanguínea, antecedente de utilización de antibióticos) que reposa en la base de datos del Programa de Tamizaje Neonatal, del Hospital del Niño de Panamá. Como criterio de inclusión para este estudio se tomó en cuenta toda la población de recién nacidos masculinos y femeninas atendidos, en el periodo comprendido entre abril 2007 y mayo 2008. El Protocolo de Investigación de este estudio descriptivo, retrospectivo y de cohorte fue avalado por el Comité de docencia del Hospital del Niño de Panamá. Para la realización del tamizaje se realizó la extracción de 4 gotas de sangre que se colocaron en una tarjeta de papel de filtro Whatman Nº 903, entre el 4to y 7mo día de vida. (figuras Nº 1 y 2). Las muestras fueron Material y Métodos: Se evaluó en forma retrospectiva toda la información demográfica (nombre de recién nacido, código de registro de la muestra, código de registro de laboratorio, fecha de nacimiento, 16 Toma de muestra de sangre de talón en tarjeta de papel de filtro. procesadas en el Laboratorio de Genética, utilizando el equipo Delfia de Perkin Elmer con el método inmunofluorométrico a tiempo resuelto. Se consideró como tamizaje positivo aquel resultado ≤ 2.4, punto de corte previamente validado con este método para nuestro laboratorio, con 100% de sensibilidad, 99.1% de especificidad, 0% de falsos negativos y 0.86% de falsos positivos. Cada tamizaje positivo para G-6-P-D se confirmó con medición de la concentración de la enzima en sangre periférica colectada en tubos con EDTA y procesada con método cinético enzimático utilizando espectrofotometría a 340 nM. Resultados: De 13, 202 neonatos tamizados; el 51% (n=6,735) eran de sexo masculino y un 49% (n=6,467) de sexo femenino (Gráfica 1) y 325 resultaron positivos para la deficiencia de G-6-P-D (Gráfica 2). De los 325 neonatos deficientes, el 87% (n=283) correspondieron al sexo masculino y un 13% (n=42) al sexo femenino. (Gráficas 3). La tasa de incidencia de la deficiencia de G-6-P-D en los 13,202 tamizados, fue de 2.4 por 100 recién nacidos vivos. La incidencia de la deficiencia de G-6-P-D en neonatos masculinos fue de 4.2 por cada 100 recién nacidos vivos. Y en los femeninos 6 por cada 100 recién nacidas vivas . La proporción de varones deficientes de la G-6-P-D con respecto a las niñas es de 6.7:1. El 92% (12,178) de los 13,202 neonatos tamizados, nacieron en el Hospital Santo Tomás y el 8% restantes en Hospitales públicos y privados. Incidencia de la deficiencia de glucosa-6-fosfato Cossio et al Pediátr Panamá 2009,38(1)14-19. Gráfica 1 NEONATOS TAMIZADOS SEGÚN SEXO n=13,202 49% M 51% F Fuente: Base de Datos del Programa de Tamizaje Neonatal del Hospital del Niño. Gráfica 2 DEFICIENTES DE G-6-P-D SEGÚN SEXO n=325 13% M 87% F Fuente: Base de Datos del Programa de Tamizaje Neonatal del Hospital del Niño. Discusión: Esta investigación de la Deficiencia de glucosa-6-fosfato deshidrogenasa presenta los resultados de los primeros 14 meses del Programa de Tamizaje Neonatal del Hospital del Niño de Panamá en el período comprendido entre abril 2007 y mayo 2008. En el cual de un total de 13,202 neonatos tamizados, la incidencia fue de 2,4/100 nacidos vivos. La cual es baja si la comparamos con el 20% de los Bantúes africanos 12% de la población negra norteamericana, 8% de los brasileños, 14% en Camboya y un 12% en la india 18, sin embargo, este 2.4% de deficientes en nuestros neonatos tamizados tampoco es de subestimar, porque resulta ser más elevado que lo encontrado en países latinoamericanos como México, Ecuador y Perú 12. lo que debe llevarnos a reflexionar y trabajar en pro de medidas de prevención; a fin de crear conciencia en cuanto a la no utilización de ciertos oxidantes, como el naftaleno, que pueden provocar crisis de anemia hemolítica e hiperbilirrubinemia en los neonatos deficientes de G-6-P-D. Por otro lado, la deficiencia de G-6-P-D, ha sido demostrada en varias poblaciones humanas 13, 14 como un marcador genético sobre el cual las evidencias acumuladas (prevalencia de esta deficiencia mediante investigaciones genéticas y ambientales) en poblaciones de algunos países indican que procesos infecciosos, tales como la malaria, han condicionando la prevalencia de esta deficiencia. Por ejemplo, en países como Nigeria y Angola donde la malaria ha sido endémica por siglos, existe una tasa de incidencia de G-6-P-D de 27% o más; mientras que en países en los que la malaria no ha existido o ha sido muy rara como en Australia y Yugoslavia, los porcentajes de personas deficientes para esta enzima son muy bajos o no existen 15, 16, 17. Panamá no escapa a esta realidad por ser área endémica de malaria, por lo tanto, el 2.4% de incidencia general de deficiencia de G-6-P-D parece guardar relación con este marcador genético. En Panamá, se han realizado algunos estudios de la deficiencia de G-6-P-D como la tesis de licenciatura en tecnología médica realizada por Yahelis González en la Universidad de Panamá en 1991, encontrando 16 deficientes en una muestra de 196 recién nacidos varones. En 1996 Cossio reporta 5% de la deficiencia de G-6-P-D en 60 neonatos varones (30 ictéricos y 30 no ictéricos) en el Congreso 17 Incidencia de la deficiencia de glucosa-6-fosfato Cossio et al Nacional de la Sociedad Panameña de Pediatría en 1996. Marco Donato en 1998, reporta en su trabajo de graduación en Pediatría 5% de neonatos deficientes de G-6-P-D en una muestra aleatorizada de 134 recién nacidos de ambos sexos y la La Dra. Raquel Chávez en el 2001, también reporta en su trabajo de graduación 4% de deficientes de G-6-P-D en una muestra de 121 neonatos de ambos sexos (comunicación personal). En este trabajo la tasa de incidencia por sexo para los neonatos masculinos fue de 4.2/100 nacidos vivos, en relación a 6/100 para el sexo femenino. Si esto lo comparamos con el informe del “Groupe de Travail de L’OMS” 12 publicado en 1990, en relación a los porcentajes de deficiencia de la G-6-P-D asignados a la población masculina hemizigota de México, Ecuador y Perú que era menor de 0.5%; En nuestra población de neonatos hemizigota masculina la incidencia de 4.2% resulta extremadamente alta en relación a los países latinoamericanos citados, pues la incidencia que ellos presentan en sexo masculino es similar a la incidencia que reportamos en recién nacidas del sexo femenino en Panamá. El patrón de herencia recesiva ligada al cromosoma X de esta enfermedad, en la cual los varones son los más afectados. Se corresponde con los resultados de los neonatos deficientes de G-6-P-D tamizados en el Hospital del Niño, ya que 87% fueron de sexo masculino y solo un 13% de sexo femenino. Con una proporción de varones deficientes vs niñas de 6.7:1. Esta Investigación retrospectiva es la primera que se realiza en el país con una data de más de 18 Pediátr Panamá 2009,38(1)14-19. 10,000 neonatos, que nos ha permitido un cálculo de incidencia probablemente muy cercano a la realidad de la población panameña en materia de la deficiencia de G-6-P-D. Con este estudio concluimos que los resultados obtenidos son extremadamente importantes, porque están demostrando que la incidencia de la deficiencia de la G-6-P-D es elevada; en los neonatos masculinos hemizigota atendidos en el Programa de Tamizaje Neonatal del Hospital del Niño de Panamá. En relación a la población masculina hemizigota de países latinoamericanos como México, Ecuador y Perú que es menor del 0.5% según el informe del “Groupe de Travail de L OMS” publicado en 1990. Por lo tanto, recomendamos realizar otro estudio de incidencia con una mayor población de neonatos, que incluya recién nacidos de todas las provincias del país a fin de conocer con certeza la incidencia de esta eritroenzimopatía en Panamá. Referencias 1. Beutler E. G6PD deficiency. Blood 1994; 84(11):3613-36. 2. Beutler E, Yoshida A. Genetic variation of glucose-6phosphate dehydrogenase: a catalog and future prospects. Medicine(Baltimore) 1988; 67:3. 3. Ruwende C, Hill A. Glucose6-phosphate dehydrogenase deficiency and malaria. J Mol Med. 1998; 76(8):581-8 4. Metha A. Glucose-6-phosphatedehydrogenase deficiency. Best Pract Res Clin Haematol. 2000; 13: 21-38. 5. M Kaplan, C Hammerman, R Kvit, B Rudensky, and A Abramov. Neonatal screening for glucose-6-phosphate dehydrogenase deficiency: sex distribution. Arch Dis child Fetal Neonatal Ed. 1994 July; 71(1); 76: 581-588. 6. Estrada M, Gutierrez A, Palacios B, Perez G, Rovira A, Vives JL. 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Resumen Las medidas para evitar la transmisión materno-infantil del VIH, han logrado disminuir el riesgo de infección por debajo del 2%, en países desarrollados, sin embargo, la aplicación de estas medidas y su efecto, no han podido ser evaluadas en países con recursos limitados. Objetivo: Se evaluó la efectividad de las medidas de prevención tendientes a reducir la transmisión vertical en pacientes de la clínica de VIH del Hospital del Niño. Método: Se realizó un estudio observacional, a través de la revisión de expedientes de los pacientes en la clínica de VIH del Hospital del Niño desde enero 1996 hasta diciembre de 2007. Se incluyeron a todos los niños expuestos y pacientes infectados. Se evaluaron la fecha de captación del paciente, datos sobre administración de TARGA a la madre durante el embarazo, forma de terminación del parto (cesárea vs vaginal), control prenatal, administración de AZT y lactancia materna al recién nacido, estatus actual del sujeto y número de defunciones. Resultados: Un total de 656 niños ingresaron a la clínica como expuestos a VIH por vía perinatal, de los cuales, 159(24%) resultaron infectados. Se evidenció una reducción de la transmisión perinatal y letalidad en 53% IC95% (31-65%) y 39% IC 95%(34-112%) respectivamente, luego de la introducción de las medidas preventivas e inicio de la administración de Terapia anti-retroviral en madres y niños. Se asociaron como factores protectores para la transmisión vertical de VIH, la profilaxis materna y del recién nacido con AZT, la terminación del embarazo vía cesárea y un adecuado control prenatal, mientras la lactancia materna y el parto vaginal resultaron factores de riesgo. Conclusión: Se demostró que las medidas de prevención para la reducción de la transmisión vertical, son una de las estrategias en salud pública más efectivas para reducir la prevalencia de infección por VIH. Palabras Claves: VIH, transmisión vertical, prevención Abstract Strategies to prevent maternal-fetal HIV transmission have diminished the risk of infection below 2% in developed countries. The whole effectiveness of these measures has not been extensively evaluated in countries with limited resources. Objectives: The effectiveness of measures to prevent perinatal HIV transmission was evaluated in patients referred to the HIV clinic at the Hospital del Niño. Methods: An observation study was performed. A review of patients files from our HIV clinic at the Hospital del Niño, from January 1996 to December of 2007, was undertaken. All exposed and infected patients were recorded. First date visit, highly active antiretroviral therapy (HAART) of mothers during pregnancy, way of pregnancy completion (cesarean or vaginal delivery), administration of AZT prophylaxis to newborns, prenatal control, infant feeding technique, final infant HIV status and number of deaths were analyzed. Results: A total of 656 children entered the HIV clinic as perinatal exposed, of whom 159 (24%) were infected. A reduction of perinatal transmission and lethality in 53% and 39% after the introduction of preventive *Pediatra Infectólogo .Servicio de Infectología. Hospital del Niño. Panamá ** Enfermera Encargada del Dpto. de Epidemiología. Hospital del Niño. Panamá *** Residente de Pediatría. Hospital 12 de Octubre. Madrid, España ****Residente de Pediatría. Hospital Universitario de Salamanca. Salamanca, España 20 Efectividad de las medidas de prevención Estripeaut et al Pediátr Panamá 2009,38(1)20-24. measures and beginning of antiretroviral therapy in mother and children was demonstrated, respectively. Maternal and newborn prophylaxis with AZT, cesarean delivery and an adequate prenatal control were associated with protective effects. Breastfeeding and vaginal delivery were risk factors. Conclusion: As shown in this study, measures to prevent perinatal HIV transmission are one of the most effective public health strategies to reduce HIV infection prevalence in our country. Keywords: HIV, vertical transmission, prevention Introducción: Las medidas de prevención para disminuir la transmisión madre-hijo del Virus de la Inmunodeficiencia Humana en los Estados Unidos y Europa han resultado un éxito, con tasas de transmisión por debajo del 2%. Algunas de estas, han sido demostradas en países con recursos limitados. No obstante, la extrapolación de estas intervenciones como políticas en salud pública ha sido lenta por una gran variedad de factores como lo son el financiamiento limitado y barreras institucionales, sociales y culturales. Algunos países latinoamericanos, han logrado demostrar avances relacionados a la reducción de la transmisión vertical, al aumentar las coberturas de profilaxis con antirretrovirales, realización de cesárea y prescripción de fórmulas adaptadas para lactantes. Coetzee y colaboradores, demostraron que la administración de zidovudina (AZT) desde las semanas 14 a 34 de gestación y durante la labor, al igual que el ofrecimiento de fórmula para evitar la lactancia materna, logró reducir la transmisión vertical de un 30 a un 8.8% IC95% (6.210.9%). Dos estudios publicados en 1999, demostraron que el parto por cesárea antes del inicio de la labor y ruptura de membranas (cesárea electiva) reduce el riesgo de transmisión vertical por VIH. Con base en estos resultados , el Colegio Americano de Ginecología y Obstetricia y el Servicio Americano de Salud Pública, han recomendado la realización de cesárea en aquellas pacientes con carga viral >1000 copias/ml. La lactancia materna de hijos nacidos de madre con VIH es sujeto de continuo debate en poblaciones desarrolladas y no desarrolladas en el mundo. La mayoría de las mujeres provenientes de países desarrollados no dan lactancia materna al asociarse a un riesgo de transmisión de aproximadamente 15%, por exposición a una fracción de calostro rico en células. La contraindicación de proveer leche materna es una recomendación avalada por expertos, sin embargo, en países en vías de desarrollo donde la lactancia materna es una necesidad, existe preocupación sobre el impacto en salud pública que esta estrategia podría acarrear, lo que sigue generando un continuo debate. Desde el estudio pionero con la administración de AZT como monoterapia a la madre y al recién nacido, en el cual se observó una reducción de la transmisión de 67% (25 a 8%), numerosos estudios han avalado el uso de esta estrategia para disminuir la prevalencia de VIH. En Panamá, según cifras del Departamento de Epidemiología del Ministerio de Salud, para el año 2007, la prevalencia de infección por VIH en mujeres gestantes es de aproximadamente 0.2%. Desde el año 2002 se instauró como norma la administración de AZT a todas las embarazadas a partir de las 14 semanas de embarazo, y la TARGA se inició desde el 2005, también a partir del 2002, se reforzaron las medidas de realización de cesárea y administración de AZT profiláctico al recién nacido. El Hospital del Niño a través del Departamento de Epidemiología, se encarga del seguimiento a los hijos de madre VIH positivas, a través de pruebas de biología molecular que permiten definir el status virológico del sujeto. El propósito de este estudio fue establecer que factores pudieron condicionar la infección de un niño por el Virus de Inmunodeficiencia a través de una revisión retrospectiva de 11 años de los expedientes clínicos de la Clínica de Atención Integral del Niño con VIH del Hospital del Niño. Objetivo: Determinar la efectividad de las medidas de prevención tendientes a reducir la transmisión vertical en pacientes de la clínica de atención integral de los niños con VIH del Hospital del Niño. Metodología: Se realizó un estudio observacional, retrospectivo a través de la revisión de los expedientes 21 Efectividad de las medidas de prevención Estripeaut et al 22 sobre administración de TARGA a la madre durante el embarazo, forma de terminación del parto (cesárea vs vaginal), control prenatal, administración de AZT y lactancia materna al recién nacido, estatus actual del sujeto y número de defunciones. Los datos fueron analizados a través de análisis univariado con el programa Epi Info 3.4.3 (CDCAtlanta) y se consideró una razón de disparidad (OR) mayor de 1 para factores de riesgo y menor de 1 para factores protectores, con un intervalo de confianza del 95% y p menor 0.05 como estadísticamente significativa. La efectividad de la estrategia en salud pública, fue evaluada con base en la reducción de la desigualdad relativa (1-OR). Resultados: Se revisaron 798 expedientes de niños incluidos en la clínica de VIH del Hospital del Niño desde enero 1996 hasta diciembre del 2007, de los cuales 656 cumplieron con los criterios de inclusión. Del total de expuestos, 159 (24%) adquirieron la infección por VIH. La tabla 1, muestra la distribución de los pacientes según estatus virológico. El porcentaje de transmisión perinatal fue de 39% en el periodo comprendido entre 1996 y el 2001, y de 18% partir del 2002 hasta el 2007, con una reducción de la transmisión vertical del 53% IC95% (31-65%) (Ver gráfica 1). Gráfica 1. Comportamiento de transmisión perinatal y letalidad por VIH en los niños captados en la clínica de VIH del Hospital del Niño: enero 1996 - diciembre 2007 45 39% 40 IC95% (31-65%) 35 % de todos los niños captados en la Clínica de Atención Integral de Niños con VIH del Hospital del Niño, uno de los principales centros de referencia para el tratamiento de VIH en niños en la ciudad de Panamá, desde enero 1996 hasta diciembre de 2007. El Hospital del Niño es un Centro Pediátrico de Referencia Nacional, el cual cuenta con 350 camas, y al cual se refieren aproximadamente entre 60 y 90 niños expuestos a VIH secundarios a un aproximado de 17,000 nacimientos por año en la ciudad capital. Fueron reclutados todos los niñ@s captados en la clínica como expuestos a la infección por VIH a través de la vía perinatal y evaluados hasta definir su estatus virológico. Se definió como niñ@s con diagnóstico de infección por el VIH, aquellos con al menos, dos pruebas de PCR ADN (Reacción en Cadena de la Polimerasa, Acido Desoxiribonucleico para VIH) positivas y a los niñ@s negativos, los sujetos con dos pruebas de PCR ADN para VIH negativas. La PCR-DNA fue realizada a las 6 semanas de vida. De ser negativa se repetía su realización a los 4 meses. . De ser positiva, la segunda prueba se realizó inmediatamente después de obtener el resultado. A los niños con dos pruebas virológicas negativas, se les realizó una prueba confirmatoria por ELISA a los 18 meses de edad. Fueron excluidos los pacientes con infección por VIH a través de la vía perinatal no captados en el momento del parto y sujetos en cuyos expedientes faltaba más del 50% de la información requerida para esta investigación. Se revisaron las características generales de la población, fecha de captación del paciente, datos Pediátr Panamá 2009,38(1)20-24. Letalidad 30 25 20 Transmisión 53% IC95% (34-112%) 15 1996-2001 Años 2002-2007 Fuente: Registros epidemiológicos de la Clínica de VIH. Hospital del Niño. En el periodo comprendido entre 1996 y 2001 se registraron 32 defunciones, sobre un total de 78 infectados, es decir una letalidad de 41%, y entre el 2002 y el 2007 el número de defunciones fue de 32 sujetos, sobre un total de 127 infectados, con una letalidad de 25%, observando una disminución de 39% IC 95% (34-112%) al comparar los dos períodos. En el análisis univariable de las medidas de prevención, encontramos como factores protectores para disminuir la transmisión perinatal: Uso de profilaxis materna con AZT, profilaxis con AZT en el recién nacido, realización de cesárea y mayor o igual a siete (7) controles prenatales. Los factores que se asociaron a mayor de riesgo de transmisión perinatal fueron: la lactancia materna y el parto vaginal (Ver tablas 2 y 3). Tabla 1. Distribución según estatus virológico de los pacientes de la Clínica de VIH del Hospital del Niño: enero 1996-diciembre 2007 Estatus del Paciente Frecuencia (N = 656) % Positivos 159 24% Negativos418 64% Desconocidos 79 12% Total 656 100% Fuente: Registro epidemiológicos de la Clínica de VIH. Hospital del Niño. Efectividad de las medidas de prevención Estripeaut et al Pediátr Panamá 2009,38(1)20-24. Tabla 2. Relación entre las medidas de prevención y la transmisión perinatal de VIH de los pacientes de la clínica VIH del Hospital del Niño: enero 1996-diciembre 2007. Medidas de Prevención Infección perinatal por VIH OR (IC) Efectividad (1-OR) p Si No Profilaxis Materna con AZT (N=385) 22 216 0.10 (0.06-0.18) 90% <0.01 Tratamiento Materno con TARGA (N=390) 11 98 0.27 (0.13-0.56) 73% <0.01 Profilaxis Recién Nacido (N=387) 12 253 0.02 (0.01-0.04) 98% <0.01 Cesáreas (N=338) 11 210 0.09 (0.04-0.20) 91% <0.01 Control prenatal (N=361)48 256 0.26 (0.13-0.5) 74% <0.01 Nº Controles prenatales >7 (N=218) 64 0.43 (0.19-0.94) 57% <0.05 11 Fuente: Registro epidemiológicos de la Clínica de VIH. Hospital del Niño. N: Número de pacientes que contaban con la información necesaria. Tabla 3. Relación entre factores de riesgo y la transmisión perinatal de VIH en los pacientes de la clínica VIH del Hospital del Niño: enero 1996-diciembre 2007 Factor de Riesgo Infección perinatal por VIH OR (IC) p<0.05 Si No 18 26 10.53(4.37-25.62) <0.01 Parto vaginal (N=338)42 75 10.69(5-2.33) <0.01 Lactancia Materna (N=271) Fuente: Registro epidemiológicos de la Clínica de VIH. Hospital del Niño. N: Número de pacientes que contaban con la información necesaria. Discusión: Los resultados obtenidos en esta investigación, demuestran el impacto logrado en la reducción de la transmisión vertical a través de cada una de las estrategias instauradas, con una disminución de 39 a 18% (reducción de 53%), en la era posterior al uso de Terapia anti-retroviral. Dicha cifra está aún por arriba de las publicadas en países como Estados Unidos, que han demostrado una reducción de la tasa de transmisión vertical en más del 95%. En nuestro estudio, la profilaxis materna y del recién nacido con AZT, lograron una efectividad del 90% y 98% respectivamente, en la reducción del riesgo de transmisión vertical en aquellos sujetos expuestos al Virus de la Inmunodeficiencia Humana. Connor y colaboradores, demostraron una reducción del riesgo de transmisión perinatal de un 67% al utilizar AZT desde las 14 a las 34 semanas en la mujer embarazada y por 6 semanas en el recién nacido. Aunque el porcentaje de reducción encontrado en nuestra investigación es menor al demostrado por Connor y colaboradores, el hallazgo demuestra como una intervención farmacológica, en este caso la administración de AZT, pudo reducir el riesgo de transmisión perinatal. La cesárea electiva en países europeos y en estudios prospectivos, ha sido asociada a una disminución hasta del 80% de la transmisión vertical en mujeres en las que se habían realizado la misma, lo que corrobora nuestro hallazgo de relacionarse este procedimiento quirúrgico como un factor protector del riesgo de transmisión vertical y una efectividad de esta estrategia de un 91%. El parto vaginal se asoció a un riesgo elevado de transmisión perinatal por VIH, no obstante, es importante considerar que no se obtuvo la carga viral materna lo que en última instancia podría haber definido el estatus virológico de los sujetos, no así la vía del parto. De hecho, la Academia Americana de Ginecología y Obstetricia recomienda la cesárea electiva en aquellas mujeres con carga viral de más de 1000 copias/ml, sin embargo, no se recomienda una vía específica de terminación (vaginal o cesárea) para aquellas con menos de esta cifra. Esta afirmación es debatida a través de un estudio europeo que no demostró que el uso de TARGA redujera la transmisión perinatal en aquellas mujeres cuyo embarazo terminó vía vaginal. La atención prenatal, a través de la realización oportuna de pruebas de laboratorio tendientes a captar de forma temprana aquella embarazada infectada, logró ser un factor protector con una efectividad del 57%, al considerarse más de 7 controles. Sin embargo, se debe tomar en cuenta que esta es una evaluación cuantitativa y no cualitativa, relacionada al número de controles prenatales y no a una evaluación completa que incluyera la prueba de VIH. En septiembre de 2006 el CDC recomendó la inclusión de la prueba de VIH dentro del control prenatal, sin necesidad de asesoría previa y la realización de la misma, en el tercer trimestre de gestación, luego de haberse hecho una prueba por VIH de forma 23 Efectividad de las medidas de prevención Estripeaut et al muy temprana, aumentaría la oportunidad de captación de la embarazada infectada. Este estudio de investigación tiene limitaciones propias de su diseño metodológico como lo son, la falta de información en algunos de los expedientes, lo que condicionaría la estimación de la efectividad de las estrategias; la falta de seguimiento de algunos sujetos, al igual que la falta de información relacionada a la madre de estos niños como por ejemplo no se pudo obtener información detallada del número de mujeres gestantes que recibieron AZT o TARGA en los dos periódos de estudio, resultados de la carga viral materna, pudieron haber condicionado su participación dentro de los análisis estadísticos. No obstante, creemos que los resultados son valiosos en términos de permitirnos conocer y evaluar el resultado de las estrategias aplicadas localmente para la prevención de la transmisión vertical, tendientes a reducir la tasa de infección por VIH. Referencias 1. McKenna M, Hu X. 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El Síndrome neuroléptico maligno en la población pediátrica es extremadamente raro. Se han descrito casos por uso de haloperidol, risperidona y metilfenidato; sin embargo su rareza aumenta cuando no se asocia a fármacos antipsicóticos, e involucra medicamentos de uso frecuente en Pediatría, como la metoclopramida. Utilizando la base de datos del buscador médico Pubmed con las palabras claves: ”Neuroleptic Malignant Syndrome” + “Children” + “metoclopramide” , hasta el 29 de junio de 2008, se obtuvieron sólo 2 resultados. Por la escasa literatura sobre el SNM, su asociación a medicamentos como la metoclopramida y el alto índice de sospecha que requiere el pediatra para su diagnóstico temprano; describimos un caso clínico pediátrico. Se trata de una paciente de 3 años y 4 meses, mestiza, previamente sana, con el antecedente de haber ingerido metoclopramida cuatro días previos al inicio de los síntomas. Consulta al Cuarto de Urgencias por: trastorno conductual, fiebre no cuantificada, tremor, convulsión y afasia expresiva. Se solicitaron estudios de laboratorio y gabinete complementarios para definir la etiología del cuadro neuropsiquiátrico. Se descartaron las entidades más frecuentes en Pediatría, como lo son: Encefalitis viral, Encefalomielitis aguda diseminada (ADEM), Estado epiléptico no convulsivo, Encefalopatía tóxico-metabólica y PANDAS. Los hallazgos clínicos de la paciente al ingreso sumados a los encontrados durante la hospitalización (disautonomía, catatonía, movimientos coreiformes, leucocitosis, CPK elevada y prolactina elevada), llevan a considerar al SNM como posibilidad diagnóstica. El amplio espectro de presentación clínica y rareza del SNM, dificulta su sospecha temprana sobre todo en niños, condicionando un retraso del diagnóstico y tratamiento de esta entidad potencialmente fatal. Palabras claves: Síndrome neuroléptico maligno, niños, metoclopramida. Summary The Neuroleptic Malignant Syndrome (NMS) is one of the known more severe medicinal reactions. Characterized by rigidity, hyperthermia, changes in the level of it brings back to consciousness and manifestations of autonomic dysfunction. Its prevalence in adults varies between 0,02% and 3,23% in patients dealt with antipsychotics, despite do not exist clear data on its prevalence in pediatrics patients. The Neuroleptic Malignant Syndrome in the pediatric population is extremely rare. Cases by use of haloperidol, risperidone and methylphenidate have been described; nevertheless its peculiarity increases when it is not associated to drugs antipsychotics, and involves medications of frequent use in children, like the metoclopramide one. Using the data base of the medical finder Pubmed with the key words: ” * Médico Residente de Pediatría ** Pediatra Neuróloga ***Pediatra Intensivista. Hospital José Domingo de Obaldía. David, Chiriquí 25 Síndrome Neuroléptico Maligno Alarcón et al Pediátr Panamá 2009,38(1)25-31. Neuroleptic Malignant Syndrome” + “Children” + “metoclopramide”, until the 29 of June of 2008, obtained only 2 results. By little literature on the NMS, their association to medications as metoclopramide and the high index of suspicion that requires the pediatrician for its diagnosis early; we describe a pediatric clinical case. It is about a patient of 3 years and 4 months, person of mixed race, previously healthy, with the antecedent of to have ingested metoclopramide four days previous at the beginning of the symptoms. Her parents consults to emergency room by: behavior problems, fever, tremor, convulsion and expressive aphasia. Studies of complementary laboratory and medical examination were order to define the aetiology of the neuropsychiatric picture. The most frequent causes in pediatric patient are discarted, as they are it: Viral Encephalitis, Acute Disseminated Encephalomyelitis (ADEM), No Convulsive Epileptic Status, Toxic metabolic Encephalopathy and PANDAS. The clinical findings of the patient to the entrance added to the found ones during the hospitalization (choreiforms movements, dysautonomia, catatonia, leukocytosis, high prolactin and CPK), take to consider to the NMS like diagnostic possibility. The ample phantom of clinical presentation and peculiarity of the NMS, makes difficult to its early suspicion mainly in children, conditioning a delay of the diagnosis and treatment of this potentially fatal syndrome. Key words: Neuroleptic Malignant Syndrome, children, metoclopramide Introducción El síndrome neuroléptico maligno (SNM) es una reacción adversa medicamentosa rara y potencialmente fatal, asociado al uso de antipsicóticos y otros medicamentos con efecto sobre la neurotransmisión dopaminérgica. Fue descrito por primera vez por Delay y colaboradores en 1960 como un síndrome hipertónico acinético relacionado al uso de haloperidol; sin embargo no fue sino hasta la década de los ochenta que un mayor número de publicaciones hizo posible el mejor entendimiento de esta entidad. La mayor parte de la literatura disponible se basa en estudios y revisiones realizados en la población adulta (prevalencia 0.02-3.23% de pacientes tratados con antipsicóticos), por lo cual su prevalencia en niños no está bien definida. Tampoco existen datos claros sobre la incidencia del SNM y otros medicamentos no antipsicóticos, tales como la metoclopramida. El SNM tiene como características clínicas principales la rigidez muscular y la 26 hipertermia, no obstante el amplio espectro clínico involucra otras manifestaciones sin un orden cronológico clásico de presentación. Incluso hay casos descritos sin la típica rigidez muscular. La mortalidad del SNM antes de la década de los setenta correspondía a un 70%, sin embargo en la actualidad se encuentra alrededor del 15%. Esta disminución de la mortalidad en adultos se debe a un mejor conocimiento de la entidad y un mejor criterio clínico de sospecha. Consideramos que la descripción del síndrome en niños, amerita una revisión clínica minuciosa ante las complicaciones que pueden presentarse antes de que se defina el diagnóstico. Por su rareza epidemiológica, su asociación a medicamentos de uso pediátrico (metoclopramida) y sus repercusiones clínicas hemos decidido presentación. Caso Clínico Paciente femenina, previamente sana, de 3 años y 4 meses procedente de David, Chiriquí. Quien consulta al cuarto de urgencias por episodio en vigilia caracterizado por pérdida del contacto visual y tono muscular de 15 minutos de duración, salivación y vómitos posteriores. Veinticuatro horas previas al evento, cursó con fiebre no cuantificada. Los padres refieren que 3 días antes, la niña presentó alteración de la conducta, descrita como: episodios de rabietas, gritos y agresividad física. Antecedentes Se niegan antecedentes epilépticos familiares, trauma craneal reciente, ingesta de medicamentos y exposición a tóxicos. Examen físico Paciente eutrófica, afebril, consciente, orientada y con adecuada respuesta a las órdenes verbales. Normocefálica, con pupilas simétricas y reactivas a la luz, movimientos extraoculares conservados, asimetría del surco nasogeniano derecho, sin signos meníngeos, movilización espontánea de las 4 extremidades, reflejos miotáticos simétricos 2/4 y marcha táxica. Síndrome Neuroléptico Maligno Alarcón et al Se admite a sala a cargo de neurología infantil con diagnóstico de convulsión en estudio. Hallazgos de Laboratorio Los resultados de los laboratorios solicitados al ingreso (Hemograma, PCR, ASTO, electrolitos, glicemia y urianálisis) fueron normales. Evolución Un día posterior al ingreso, presentó episodios de agitación psicomotora descritos por diferentes médicos como terrores nocturnos, excitabilidad, desorientación y agresividad. Uno de estos episodios fue caracterizado como un periodo de hiperexcitabilidad, desorientación y agresividad de aproximadamente 25 minutos de duración asociado a hipertermia y sudoración. Al tercer día de hospitalización, los padres se llevan a la paciente sin consentimiento médico formal y sin completar estudios de gabinete, solicitados a su ingreso (EEG y TAC cerebral). A las 48 horas, en consulta privada neurológica acuden por deterioro del cuadro, referido como tendencia al sueño, inapetencia y llanto inexplicable. Al interrogatorio informan que la niña fue llevada al curandero, donde se le indicó tratamiento a base de jugos de frutas e infusiones de plantas medicinales (paico, zarzaparrilla, linaza, hojas de sen y boldo). A la exploración física destaca, la alteración del estado de conciencia y movimientos coreiformes bucolinguales y manuales, aunado a EEG ambulatorio que mostraba enlentecimien t o d e l t a-t h e t a difuso. Se decide su reingreso en unidad de cuidados críticos Pediátr Panamá 2009,38(1)25-31. del Hospital José Domingo De Obaldía con diagnóstico de Estado Epiléptico no convulsivo (EENC), donde persistió con los hallazgos neurológicos descritos, sin repercusiones respiratorias ni hemodinámicas. Ante la sospecha diagnóstica de EENC se indica impregnación y mantenimiento con fenobarbital y se solicita EEG con trazado prolongado a falta de video-EEG en la institución. Estudios Complementarios Se solicitó estudios en busca de etiología subyacente a EENC: Encefalitis viral (Influenza, Enterovirus, Herpes Virus, HIV), Encefalopatía infecciosas (Neurosífilis, micoplasma), Encefalopatía autoinmune (LES) y Encefalopatía tóxico-metabólica. Se indica tratamiento para encefalitis herpética con aciclovir. Se realizó a las 24 horas de ingreso EEG (60min) que mostró patrón de sueño normal y sin evidencia de actividad epileptiforme. El análisis de LCR informó: Eritrocitos 99/mm3, leucocitos 8/mm3 (PMN 3/mm3, MN 5/ mm3), lactato, proteinorraquia y glucorraquia normales. La Tomografía cerebral simple y contrastada fue normal. En los días siguientes presentó variaciones en el estado de conciencia, asociado a otras manifestaciones como bradipsiquia, bradilalia y coprolalia. Durante su estancia en la unidad de cuidados críticos presentó signos de inestabilidad autonómica tales como hipertensión, taquicardia, e hipertermias que oscilaron entre 37.6º y 38.5° C. Ante la poca respuesta clínica a la terapia instaurada, EEG normal y LCR sospechoso; se solicitó Resonancia magnética cerebral en secuencias T1, T2, FLAIR y difusión; para descartar otras entidades tipo desmielinizantes (ADEM) o inflamatorias, la cual no mostró imágenes patológicas. Entre los estudios de laboratorios solicitados destacan: Hemograma con leucocitosis (14,500/mm3) y neutrofilia (92.5%), CPK elevada (1570 U/l), prolactina elevada (34.2ng/ml), LDH elevada (1188U/l), ALT elevada (82U/ l), ASTO normal (<200U/ml), aglutinaciones febriles negativas, VDRL en sangre y LCR negativas, PCR normal (0.2mg/dl), cultivo faríngeo con flora mixta, cultivo de LCR negativo, C3( 966 mg/l) y C4(290 mg/l) normales, IgG(6349 mg/l), IgA (392mg/l) Ig M (979mg/l) normales, plomo sérico normal (1.3ug/dl), T3(1.98 nmol/ l), T4(74.34 nmol/l) normales, lactato sérico normal (1.2mmol/l) y amonio sérico normal ( 22umol/ l). Los estudios virológicos por PCR en LCR fueron negativos. Descartadas las posibilidades diagnósticas anteriormente mencionadas basada en el tiempo de evolución, neuroimágenes normales y nuevo análisis de LCR; se replantean entidades toxicológicas. Un interrogatorio dirigido refiere la ingesta de mebendazol, vitamina C y metoclopramida previo al desarrollo del cuadro clínico, además de las plantas medicinales antes mencionadas. Como dato interesante se obtiene antecedente de hermano de 8 años que dos años previos, presentó reacción adversa extrapiramidal por metoclopramida i.v., referido por médico tratante en expediente clínico como “paciente rígido”. La importancia de este antecedente, nos plantea la 27 Síndrome Neuroléptico Maligno Alarcón et al posibilidad de una reacción idiosincrásica medicamentosa por metoclopramida. La revisión de los efectos adversos, la evolución y exclusión de otras entidades nos orienta a incluir el SNM como diagnóstico definitivo. Tratamiento Se decide suspensión de aciclovir y fenobarbital. Se indicó difenhidramina a 2mg/kg/dosis c/6h y diazepam 0.1mg/kg/dosis c/8h. Luego de la primera dosis de difenhidramina desaparecen los movimientos coreiformes; persistiendo los episodios de agitación psicomotora. A partir del sexto día evoluciona con disminución de los períodos de agitación, mejoría en el estado de conciencia y caída de la curva térmica; CPK control en 572 U/l y prolactina en 11.96 ng/ml. Se traslada a sala de neurología infantil, donde se manejó con difenhidramina y clonazepam. Se egresó a los 36 días de hospitalización sin déficit neurológico motor, con mutismo selectivo, trastorno conductual y del sueño. Se espera una evaluación neuropsicológica complementaria para definir el grado de compromiso neurocognitivo. Discusión El SNM es una reacción medicamentosa adversa poco común y potencialmente fatal; su incidencia varía desde un 0.02% y no supera el 4%. Se señala que esta variación se puede deber a la diferencia de criterios clínicos al momento de establecer el diagnóstico. No se encontraron datos epidemiológicos publicados sobre SNM en niños a nivel nacional. 28 Pediátr Panamá 2009,38(1)25-31. Aún cuando existen características principales del SNM, los criterios diagnósticos varían según los autores y estudios realizados en adultos. Así tenemos criterios como los de Levenson, de Pope, de Nierenberg y los criterios del DSM-IV. La paciente cumple con las características principales del SNM; no obstante la rigidez muscular severa y la asociación con medicamentos neurolépticas no es cumplida en función de los criterios del DSM-IV.(Tabla 1)3,4,5,6.. Consideramos que la presentación pediátrica del síndrome no esta formalmente definida, ya que los criterios existentes están validados en adultos e incluso estos son variables. Hemos encontrado casos descritos en adultos de SNM sin rigidez muscular entre el 2 y 9% 7,9,10 , por lo cual su ausencia no descarta el diagnóstico. El SNM es asociado clásicamente al uso de medicamentos antipsicóticos; pero también a otros fármacos que afectan la neurotransmisión dopaminérgica. Existen pocas referencias con respecto a la asociación entre el SNM y la metoclopramida. 1,13 Hasta 1988 no se encontraron publicaciones de casos en niños. Aunque la patogenia del SNM no esta aún bien definida, existen dos teorías no excluyentes entre sí, que intentan explicar esta alteración: nBloqueo central de receptores de dopamina. nR e a c c i ó n a n o r m a l d e l tejido musculoesquelético predispuesto. En cuanto a la primera, el bloqueo de los receptores D2 postsinápticos es el mecanismo que se ha visto que comparten los medicamentos asociados a SNM, lo cual se traduce en un estado hipodopaminérgico central. Considerando que la dopamina es un importante termoregulador en los mamíferos, su bloqueo a nivel de los receptores hipotalámicos disminuye la disipación de calor, lo cual explica la característica hipertermia del síndrome. También el bloqueo de los receptores dopaminérgicos a nivel del cuerpo estriado causa rigidez muscular y a su vez dicha rigidez genera hipertermia. Es importante destacar que se pueden afectar Tabla 1. Criterios diagnósticos para SNM según el DSM IV-TR A. Desarrollo de severa rigidez muscular y temperaturas elevarlas asociadas al uso de medicaciones neurolépicas. B. Presencia de dos o más de los síntomas siguientes: 1. Diaforesis 2. Disfagia 3. Temblor 4. Incontinencia 5. Cambios en el nivel de conciencia (desde confusión hasta coma) 6. Mutismo 7. Taquicardia 8. Presión arterial elevada o lábil 9. Leucocitosis 10.Evidencia por laboratorio de daño muscular (CPK elevada entre otros) C. Los síntomas de los criterios A y B no se deben a otras sustancias (fenciclidina entre otras) o a una condición nerurológica o médica general (encefalitis virales entre otras) D. Los síntomas de los criterios A y B, no corresponden a un trastorno mental (Alteración del humor con características catatónicas, entre otras). Síndrome Neuroléptico Maligno Alarcón et al Pediátr Panamá 2009,38(1)25-31. Fig. 1 Efecto del bloqueo del recepto D2 las tres vías dopaminérgicas principales en el encéfalo: vías dopaminérgicas mesocorticales, las cuales afectan el pensamiento y la motivación; las vías dopaminérgicas nigroestriatales, las cuales afectan la fluidez motora; y la vía tuberoinfundibular, la cual afecta la secreción hipofisiaria de sustancias. Es esta última, explica la hiperprolactinemia de la paciente en cuestión, ya que al disminuir la retroalimentación negativa dopaminérgica sobre la hipófisis anterior, se produce una hipersecreción de prolactina.11,12 La base molecular del SNM tampoco es clara; pero algunos estudios sugieren que los factores genéticos están involucrados en la patogenésis2,8., como se puede inferir del caso presentado, con un antecedente de un hermano de la paciente con reacción extrapiramidal a la metoclopramida, que refleja de forma probable una mayor vulnerabilidad o predisposición idiosincrática genética. En relación a este caso se hace referencia a la posibilidad de un déficit enzimático de la NADH-citocromo B5 reductasa; sin embargo no contamos con laboratorios especializados a nivel nacional para su medición. Debemos estar alertas los Pediatras, Neurólogos infantiles y Paidopsiquiatras del uso de medicamentos como (metoclopramida, piperazina, risperidona, metilfenidato, etc) cuyo mecanismo de acción es a nivel dopaminérgico y que en un paciente con predisposición puede desarrollar un síndrome neuroléptico maligno. En este caso, la metoclopramida es el fármaco sospechoso, es un antiemético de uso muy común en la práctica pediátrica que actúa como antagonista de los receptores de dopamina, este mecanismo explica las manifestaciones clínicas encontradas en la paciente: hipertermia, síntomas extrapiramidales como movimientos bucolinguales, movimientos coreiformes y posturas de extensión, sialorrea 29 Síndrome Neuroléptico Maligno Alarcón et al y disfunción autonómica (hipertensión, diaforesis, bradicardia y taquicardia). Recordar que la disfunción autonómica es el resultado del bloqueo de receptores de dopamina a nivel de la médula espinal. En todo paciente con fiebre y alteración del estado de conciencia debemos incluir al SNM como parte del diagnóstico diferencial, por que su diagnóstico tardío tiene complicaciones fatales como muerte súbita, falla renal por mioglobinuria, paro cardiorrespiratorio secundario a disautonomía, tromboembolismo pulmonar, coagulación intravascular diseminada, etc. Excluida la posibilidad de ingesta de medicamentos antipsicóticos por historia clínica y visita domiciliaria, podemos enmarcar Pediátr Panamá 2009,38(1)25-31. como diagnósticos diferenciales de la paciente otras entidades clínicas de importancia pediátrica. (Tabla N°2). Desde el punto de vista epidemiológico, cabe resaltar que el ingreso de la paciente coincidió con la época del año (abril-junio) en que se produce una endemia de meningitis viral en la provincia de Chiriquí, por lo cual dentro de este contexto epidemiológico y la alteración de la conciencia de la paciente, fue obligatorio descartar la posibilidad de una meningoencefalitis viral. Otro aspecto curioso e importante a considerar es la concepción mágico-religiosa de la enfermedad y aún más en las enfermedades neuro-psiquiátricas. Lo mágico, todavía forma parte de la idiosincrasia de nuestra Tabla 2 Diagnósticos diferenciales del SNM en niños Infecciosos Meningitis/Encefalitis ADEM Absceso cerebral Sepsis Neuropsiquiátricos PANDAS Estado epiléptico no convulsivo Tóxico-Metabólicos Envenenamiento por salicilatos Hipertermia maligna Síndrome serotoninérgico Abuso de sustancias (anfetaminas, alucinógenos) Deprivación de fármacos (agonistas dopaminérgicos, baclofeno, hipnóticos, sedantes) Endocrinos Tirotoxicosis Feocromocitoma Ambientales Golpe de calor 30 población; lo que supone un recuerdo de la importancia de fortalecer la relación médicopaciente en regiones donde la actividad curanderil es prevalente, como lo es el interior de nuestro país. En este caso, la intervención del curandero con la infusión de hierbas medicinales, aún cuando su ingestión fue escasa y posterior al inicio del cuadro, obligó a investigar los efectos tóxicos de las mismas en la sección toxicológica del CIIMET. El reporte indicó que de las plantas medicinales ingeridas, sólo el paico (Chenopodium ambrosioides) produce efectos sobre el sistema nervioso central. Sin embargo, el cuadro clínico neurológico no corresponde al de la paciente. El tratamiento específico del SNM en este caso incluyó: hidratación intravenosa con balance hídrico, difenhidramina (2mg/Kg cada 6 horas) y la sedación con benzodiacepinas (clonazepam 0.06mg/Kg/ día, diazepam 0.1 mg/ Kg / dosis c/6h) para disminuir el componente extrapiramidal. También se ha descrito la utilidad del dantroleno, ante la presencia de rigidez muscular, sin embargo en nuestro caso no fue necesario su uso. La respuesta a la difenhidramina a las 24 horas, fue significativa en la reducción de los síntomas motores extrapiramidales. La literatura describe la utilidad de levo-dopa, para estas reacciones motoras sin embargo se valoró el riesgobeneficio de su aplicación, dado sus efectos adversos cardiovasculares, arritmia e hipertensión, ya que la niña presentaba estabilidad progresiva. Su uso solo se describe en adultos y hay poca experiencia en pediatría. Síndrome Neuroléptico Maligno Alarcón et al Pediátr Panamá 2009,38(1)25-31. Conclusiones El SNM como reacción medicamentosa potencialmente fatal en niños debe ser del conocimiento de todo médico pediatra. Sobre todo en el contexto actual de uso de fármacos con acción dopaminérgica, como la metoclopramida, haloperidol, risperidona, metilfenidato, entre otros. El SNM requiere un diagnóstico temprano y exclusión de otras condiciones médicas que cursen con alteración del estado de conciencia y fiebre.La descripción, seguimiento y reporte de un mayor número de casos pediátricos, ayudará a definir el comportamiento agudo y a largo plazo del SNM. 3. 4. 5. 6. 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Caniza Vacunación contra agentes infecciosos del niño luego del transplante de células precursoras hematopoyéticas Recibido para publicación: 17 de septiembre 2008 Aceptado para publicación: 6 de marzo 2009 * Dra. Miguela A. Caniza Resumen El transplante de células progenitoras hematopoyéticas es un recurso terapéutico para cáncer, enfermedades inmunes, y otras patologías hematológicas y del metabolismo. El paciente trasplantado tiene un periodo prolongado de deficiencias de la inmunidad con un aumento del riesgo a las infecciones durante la reconstitución del sistema inmune. Luego del trasplante existen deficiencias de la inmunidad humoral y celular. La eficacia de la vacunación luego del trasplante de células progenitoras hematopoyéticas esta influenciada por el tiempo transcurrido luego del transplante, el tipo del transplante, y la presencia de complicaciones con la enfermedad del injerto contra el hospedero. A pesar de que las vacunas inactivadas no poseen riesgo al transplantado como las vacunas vivas atenuadas, la eficacia puede disminuir en etapas tempranas del transplante. Por lo tanto, la selección adecuada de las vacunas teniendo en cuenta la recuperación de la inmunidad y la ausencia de complicaciones del transplante redundara en beneficios para el paciente trasplantado. Palabras Claves: pediátrico, control de infecciones, vacunas, inmunización, transplante, medula ósea, células precursoras hematopoyéticas, prevención. Abstract Hematopoietic stem cell transplantation is an important resource for the treatment of cancer, immune disease, and other hematologic and metabolic diseases. The transplanted patient has a prolonged period of immune deficiency with an increase risk to infections during the immune reconstitution. After trans­ plantation there are deficiencies of the humoral y cellular immunity. The efficacy of vaccination after the transplant of hematopoietic stem cell is influenced by the timing of administration after transplantation, the type of transplant and the presence of complications such as graft-versus-host disease. Despite that inactivated vaccines has minimal risk for the transplanted individual compared to live attenuated vaccines, the efficacy can be decreased during early post-transplantation period. Therefore, the appropriate selec­ tion of vaccines considering the immune reconstitution and the absence of complications after transplant can benefit the patient. Key words: pediatric, infection control, vaccines, immunization, transplant, bone marrow, stem cell, prevention Introducción En los últimos 50 años ha habido progresos médicos agigantados que han permitido la sobrevivencia de pacientes con enfermedades serias incluyendo aquellos con cáncer e inmunodeficiencia.1 El uso de transplante de células progenitoras hematopoyéticas (TCPH) ha ofrecido un recurso importante para el tratamiento de leucemias, enfermedades genéticas, anemias aplásicas, y ciertos tumores sólidos.2 La recuperación del sistema inmune ocurre gradualmente, sobre todo si no existen complicaciones de rechazo o enfermedad del injerto contra el hospedero. Esta recuperación completa puede tardar varios meses a años; mientras tanto, los pacientes transplantados corren el riesgo de infecciones bacterianas, *Pediatra Infectóloga.Departmento de Infectologia. Directora del Programa de Infectología del Programa de Alcance Internacional (International Outreach), St. Jude Children’s Research Hospital, Memphis Tennessee Correspondencia y pedido de copias: Miguela A. Caniza, M.D., Infectious Diseases Department, MS 721, St. Jude Children’s Research Hospital, 262 Danny Thomas Place, Memphis TN 38105-3678. Tel. 901 595-4194. FAX: 901 595-2099. E-mail: [email protected]. 32 Vacunación contra agentes infecciosos del niño Caniza virales, y micóticas debido a las deficiencias de la inmunidad tanto la innata como la adquirida (ya sea humoral como celular). Así, el recipiente del transplante queda vulnerable a un sinnúmero de patógenos incluyendo aquellos protegidos normalmente por vacunas.3 Una manera de limitar las infecciones en pacientes con TCPH es el uso de vacunas para patógenos bacterianos y virales comunes. Aquí repasaremos brevemente la reconstitución inmune post transplante, el tipo de las infecciones luego del transplante, la respuesta inmune a los diversos antígenos vacunales, y algunas consideraciones practicas a tener en mente en la vacunación del transplantado. Estado inmunológico luego del TCPH El TCPH consiste en la infusión de células precursoras hematopoyéticas, de la sangre o de la medula ósea, del donante al recipiente quien recibió quimioterapia y/o radioterapia previa para la ablación de la medula ósea. El TCPH elimina la enfermedad en el recipiente usando terapia citotóxica y las células precursoras hematopoyéticas (CPH) normales del donante. Las CPH son obtenidas ya sea de la medula ósea, de la sangre periférica o del cordón umbilical y transplantadas al paciente que la mayoría de las veces esta muy inmunodeprimido. Cuando el donante es el mismo paciente, el trasplante se llama autólogo; cuando el donante es otra persona, este se llama alogénico. El éxito del trasplante alogénico depende de la concordancia del antígeno leucocitario humano (en inglés: human leukocyte antigen o HLA) Pediátr Panamá 2009,38(1)32-37. entre el donante y el recipiente. Esta concordancia es óptima entre gemelos idénticos; también es buena entre hermanos comparables antigénicamente. Personas quienes reciben trasplante alogénicos de donantes no concordantes tienen riesgos de enfermedad del injerto contra el hospedero (en inglés: graft-versus-host-disease o GvHD), función no óptima del injerto, y retraso en la recuperación del sistema inmune.4 La remoción de los linfocitos T reduce la incidencia de GvHD, pero los recipientes tienen mas riesgos de rechazo del injerto e infecciones virales.5 Luego de un tiempo del transplante, de 30 a 80 días, las CPH prenden en el hospedero y se produce la reconstitución inmune por las células del donante en el paciente transplantado. A pesar de este éxito inicial, la función inmune no alcanza una maduración funcional por varios meses a años, y a veces nunca. El proceso de reconstitución inmunológica por las CPH esta directamente ligada a varios factores incluyendo la edad del paciente, la enfermedad de base, el estadio de la enfermedad, el tipo del transplante (autólogo o alogénico), el régimen de preparación para el transplante (mieloablativo o no), la fuente de las CPH, el grado de concordancia del donante con el recipiente, la enfermedad del injerto contra el hospedero y las infecciones. Juntos, estos factores pueden atrasar la función inmune y aumentar la susceptibilidad a las infecciones. La recuperación inmunológica del paciente luego del transplante es crítico para una respuesta inmunológica óptima a una vacuna. Luego de la administración de TCPH, la restauración de la función de linfocitos B y T, responsables de la respuesta inmune, puede tardar 12 meses o más. 6 La recuperación de la inmunidad es más lenta en pacientes quienes han recibido células precursoras hematopoyéticas de la médula y en aquellos quienes han recibido injertos pobres en linfocitos T.7 Lo contrario ocurre en pacientes quienes han recibido injerto con células precursoras hematopoyéticas de la sangre periférica.8 Esta respuesta inmune a las vacunas también puede afectarse por la enfermedad del injerto contra el hospedero (GvHD) agudo o crónico asociada a una respuesta inmune ineficaz a las vacunas.9 Patrones de infecciones en el periodo post-transplante Infección por patógenos oportunistas es la mayor causa de morbilidad y mortalidad en recipientes de TCPH. El estadio temprano post-transplante, fase de pre-toma de injerto o los primeros 30 días, se caracteriza por neutropenia y defectos importantes de la inmunidad humoral, presencia de catéteres vasculares y daños de la mucosa oral y gastrointestinal facilitando la penetración de los microorganismos en el torrente sanguíneo, especialmente aquellas bacterias y levaduras que colonizan la piel y mucosas. Así, en esta fase el paciente transplantado puede sufrir de infecciones a bacilos gram negativos, estafilococo coagulasa negativa, estreptococo del tracto gastrointestinal, levaduras y reactivación de la infección por herpes. La segunda fase, del día 30 al 100, es la fase temprana de toma del injerto. Durante este tiempo, el paciente ha recuperado la función de los fagocitos pero aún persisten defectos de la inmunidad 33 Vacunación contra agentes infecciosos del niño Caniza humoral y celular. A pesar de que la vulnerabilidad del paciente a las infecciones bacterianas y micóticas, estas infecciones tienden a disminuir, pero la presencia de catéteres todavía provee una fuente importante de patógenos bacterianos. Además, el desarrollo de la GvHD y el uso de medicamentos para controlarlos proveen un riesgo adicional importante para infecciones oportunistas virales y fúngicas. En la tercera fase, del día 100 en adelante, en la mayoría de los casos, el sistema fagocítico esta reconstituido y restaurado, pero pacientes con transplante alogénico y con GvHD crónico tienen una deficiente inmunidad celular (función de los linfocitos T) con un riesgo aumentado para las infecciones, especialmente las virales y fúngicas, ya sea debida a la enfermedad en si y/o al uso de medicamentos que controla la GvHD. Defectos de la inmunidad humoral facilita la infección por bacterianas encapsuladas como Streptococcus pneumoniae, Haemophilus influenzae, y Neisseria meningitidis. Respuesta inmunológica a vacunas luego del transplante La eficacia de la vacunación en pacientes transplantados depende de la respuesta a antígenos vacunales del sistema inmune reconstituido luego del transplante. La deficiencia inmunológica luego del transplante es fundamentalmente debida anormalidades cuantitativas y cualitativas de los linfocitos B y T. En la ausencia de GvHD estas deficiencias se resuelven en 6 a 12 meses. La recuperación es mas rápida en los pacientes que han 34 Pediátr Panamá 2009,38(1)32-37. recibido CPH de la sangre periférica y más lenta en quienes han recibido transplantes pobres en células T. El número de los linfocitos T CD3 + se recupera rápidamente luego del transplante, sin embargo la inversión de la proporción de CD4/CD8 es mantenida por largo tiempo debida a la ausencia relativa de linfocitos T CD4+ y al aumento de linfocitos T CD8+.10 La pérdida de la diversidad de los receptores de las células T puede persistir por mas de un año y la recuperación completa de los subgrupos de los linfocitos T puede tardar hasta por 2 años.11 En contraste, la reconstitución de las células asesinas naturales ocurre rápidamente luego del transplante. En cuanto a los linfocitos B, concentraciones normales de IgM puede ser visto de 3 a 6 meses luego del transplante, pero concentraciones normales de IgA no ocurre hasta por lo menos 2 años.12 Datos sugieren que buena respuesta inmunológica a Haemophilus. influenza tipo b se ha conseguido con uso de vacunas de H. influenza tipo b a base de polisacáridos conjugados con proteínas con respuesta aumentada cuando la vacunación se hace a los 12 y 24 meses.13 En cuanto a la respuesta a vacunas de Streptococcus pneumoniae, ciertos investigadores14 han conseguido niveles de anticuerpos protectores, 50% y 100%, cuando la vacuna fue administrado entre 1 a 2 años y luego de los 2 años. Otros investigadores15 demostraron que pacientes quienes recibieron dos dosis de toxoide tetánico a los 12 y 24 meses han tenido niveles más elevado de anticuerpos, comparados con aquellos quienes recibieron solo una dosis a los 2 años. La respuesta inmune a la vacuna de polio fue vista en aquellos quienes fueron inmunizados a los 6 y 18 meses; y el porcentaje de respondedores aumentaron con la inmunización seriada.16 Luego del transplante, se pierde la inmunidad al sarampión, rubeola y parotiditis; sin embargo quienes reciben esta vacuna 1 a 2 años después del transplante tiene una buena respuesta.17 La respuesta de la inmunidad humoral fue menor, cuando la vacuna de la influenza fue administrada tempranamente luego del transplante.18 En cuanto a la vacuna de la varicela zoster, esta vacuna ha permitido la seroconversión cuando es administrado entre 12 y 23 meses.19 Estrategias de vacunación en el paciente post-transplante A pesar de que las vacunas vivas atenuadas son más potentes para despertar la respuesta inmunológica que las vacunas inactivadas, las vacunas vivas atenuadas virales o bacterianas están contraindicadas durante el periodo de inmunosupresión, por el riesgo de infección diseminada por las cepas vacunales. 20 Por otro lado, aunque las vacunas inactivadas no aumentan el riesgo a los pacientes de TCPH, la respuesta a los antígenos vacunales, virales y bacterianos, es ineficaz en pacientes quienes reciben inmunomoduladores (ciclosporina), y aquellos con deficiencias del sistema inmune a linfocitos B. Por lo tanto, el grado de inmunosupresión del paciente debe ser considerado cuando se decide administrar una vacuna por que la eficacia a la vacunación durante la inmunosupresión podría ser nula o disminuída.9;21 Vacunación contra agentes infecciosos del niño Caniza Niños quienes han recibido transplante de células precursoras hematopoyéticas pueden empezar a vacunarse con vacunas muertas o inactivadas luego de un año del transplante; sin embargo, estos niños pueden recibir las vacunas vivas solamente cuando se restaure la inmunidad, no este recibiendo medicamentos inmunosupresores y no tiene GvHD. La restauración de la inmunidad emerge por lo menos después de los 6 meses y puede permanecer deficiente hasta por mas de dos años después del trasplante.9;22 Niños con supresión de la inmunidad debido a esteroides sistémicos u otras drogas inmunosupresoras no deben recibir vacunas vivas. Inmunización de contactos familiares sanos provee una protección adicional al niño trasplantado. La vacuna del sarampión, rubeola, parotiditis y la de varicela pueden ser administradas con seguridad a los contactos familiares susceptibles. Las dosis deben ser completadas por lo menos 4 semanas antes de empezar régimen de acondicionamiento medular o 6 semanas antes del contacto con el recipiente del transplante. El paciente inmunodeprimido debe ser apartado de los contactos familiares quienes han recibido vacunas de varicela y desarrollan salpullido por la duración de la erupción cutánea y por la duración de la eliminación de las cepas de vacunas de aquellos contactos familiares quienes han recibido accidentalmente vacuna oral polio, rotavirus y la vacuna viva de influenza (FluMist). Estas son vacunas vivas y existe un riesgo potencial de trasmitir al trasplantado dichas cepas vacunales.23 Pediátr Panamá 2009,38(1)32-37. El Centro de Control de Infecciones de Atlanta (CDC) en Estados Unidos, define como inmunocompetente post transplante, a un individuo luego de 24 meses luego del trasplante, sin ninguna terapia de inmunosupresión, y sin la GvHD.24 En las gráficas 1 y 2 se provee el sumario de las recomendaciones de vacunación en el trasplantado y los contactos familiares y trabajadores sanitarios, con los grados de recomendación según la calidad de la evidencia siguiendo pautas establecidas.25 TABLAS23 Tabla 1. Esquema de vacunación en recipientes de trasplante de células precursoras hematopoyéticas (Adaptado del MMWR 200026) Tiempo pos Trasplante Vacunas 12 meses 14 meses 24 meses Grado de Evidencia DTP DTaP/Td DTaP/Td DTaP/Td BII Hib conjugada Hib conj. Hib conj. Hib conj. BII Hepatitis B HepB HepB HepB BIII Neumococo (Sp23) Sp23 _ Sp23 BIII Polio inactivada (IPV) IPV IPV IPV BII Influenza Estacional, inicio > 6 meses pos transplante Hepatitis A Investigacional, en riesgos aumentados: pacientes > 24 meses de edad y 12 meses pos transplante Datos limitados Meningococo Administración de rutina no indicado Datos limitados Sarampión Rubeola Parotiditis (SRP) _ Varicela Contraindicados en pacientes con trasplante _ SRP BII BIII EIII Tabla 2. Recomendación de vacunas para personal de atención sanitaria y contactos familiares a recipientes de trasplante de células precursoras hematopoyéticas Recomendación de uso Grados de evidencia Hepatitis A Personas con riesgo; niños > 24 meses en áreas endémicas BII Influenza A contactos familiares: durante cada estación empezando antes del transplante y continuando por >24 meses después trasplante. Al personal de atención sanitaria: durante cada estación AI Polio Seguir las recomendaciones rutinarias, evitar polio oral AI SRP Personas > 12 meses de edad, inmunocompetente, no embarazada AI Rotavirus Contraindicado EII Varicela Para susceptibles no inmunodeprimidos o embarazadas. Si es más de 13 años dar dos dosis separados por 4 – 8 semanas. AIII Vacunas 35 Vacunación contra agentes infecciosos del niño Caniza Pediátr Panamá 2009,38(1)32-37. Conclusión El transplante de CPH es un recurso terapéutico para cáncer, enfermedades autoinmunes, y otras patologías hematológicas y del metabolismo. Las infecciones durante la recuperación de la inmunidad es un riesgo importante del transplante. La disponibilidad de vacunas y el uso adecuado de las mismas puede montar una respuesta inmune apropiada para prevenir infecciones específicas. A pesar de que las vacunas inactivadas no poseen riesgo al transplantado como las vacunas vivas atenuadas, la eficacia puede disminuir en etapas tempranas del transplante. Por lo tanto, la selección adecuada de las vacunas teniendo en cuenta la recuperación de la inmunidad y la ausencia de complicaciones del transplante redundara en beneficios para el paciente trasplantado. 4. 5. 6. 7. Referencias 1. 2. 3. 36 Winer E, Gralow J, Diller L, Karlan B, Loehrer P, Pierce L et al. Clinical cancer advances 2008: major research advances in cancer treatment, prevention, and screening--a report from the American Society of Clinical Oncology. J Clin Oncol 2009; 27(5):812-826. Copelan EA. Hematopoietic stem-cell transplantation. N Engl J Med 2006; 354(17):18131826. Mikulska M, Del B, V, Raiola AM, Bruno B, Gualandi F, Occhini D et al. Blood stream infections in allogeneic hematopoietic stem cell transplant recipients: reemergence of Gram- 8. 9. negative rods and increasing antibiotic resistance. 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Clin Infect Dis 1994; 18(3):421. 26. Guidelines for preventing opportunistic infections among hematopoietic stem cell transplant recipients. MMWR Recomm Rep 2000; 49(RR-10):1-7. 37 Actualización Médica Infección por Staphylococcus aureus meticilino Pediátr Panamá 2009,38(1)38-43. Luciani Infecciones por Staphylococcus aureus meticilino resistente adquirido en la comunidad: Una actualización * Dra. Kathia Luciani Resumen En los últimos años se ha descrito un incremento en las infecciones por Staphylococcus aureus meticilino resistente adquirido en la comunidad en pacientes sin aparentes factores de riesgo. Las infecciones en piel y tejidos blandos son las más frecuentes sin embargo, pueden presentarse infecciones invasoras. Las cepas circulantes son sensibles a varios antibióticos no betalactámicos, pero los patrones de resistencia son variables. La incisión y drenaje de lesiones purulentas es esencial en el manejo estas infecciones. Palabras claves: Staphylococcus aureus meticilino resistente, adquirido en la comunidad, tratamiento Abstract Community-Acquired Staphylococcus aureus infections are increasing in frecuency in the last years. Skin and soft tissue infections are the most common but invasive infection have been described. Most strains are susceptible to non beta-lactamic antibiotics but resistance patterns may vary among regions. Incision and drainage are essential for the treatment of these infections. Key Words: community-acquired, methicillinresistant Staphylococcus aureus, treatment Introducción El Staphylococcus aureus es uno de los patógenos bacterianos más comunes y agente causal de infecciones adquiridas en la comunidad y en el ámbito hospitalario. En 1960, se describen las primeras cepas de Staphylococcus aureus meticilino resistente (SAMR), desde entonces es el patógeno más frecuente en infecciones hospitalarias. 1 La prevalencia es más alta en Estados Unidos de América y Japón, donde más del 40% de las infecciones son causadas por SAMR en comparación con menos del 2% en Suecia y Holanda. Están asociadas a mayor morbilidad, mortalidad, días de hospitalización y costo.2 Inicialmente las infecciones por SAMR eran de exclusiva adquisición hospitalaria, no obstante, en la década de los noventa, se describen casos en pacientes sanos y sin factores de riesgo, por lo que fueron consideradas infecciones adquiridas en la comunidad (AC)3. Desde entonces se reporta un incremento en la incidencia de infecciones por SAMR – AC. Microbiología y Mecanismos de Resistencia El Staphylococcus aureus es un microorganismo grampositivo caracterizado por cocos que aparecen en forma individual, en pares o en forma de racimos o en cadenas cortas que no excede de cuatro a cinco cocos. Se caracterizan por un crecimiento rápido en agar sangre y otros medios *Residente de Infectología Pediátrica. Hospital del Niño / Correo electrónico: [email protected] 38 sólidos selectivos. Las colonias individuales están bien definidas, lisas, opacas, convexas y presentan betahemolísis. La identificación se realiza con múltiples pruebas bioquímicas para diferenciarlo de los estreptococos y del S. epidermidis y del S.saprophyticus. El Staphylococcus adquiere resistencia a todos los betalactámicos, incluidas las cefalosporinas, y carbapenémicos, mediante la adquisición del gen mecA, que codifica la producción de PBP2a (proteína de unión a penicilina) que tiene baja afinidad por los betalactámicos. Esta proteína continúa formando los puentes cruzados en el peptidoglicano de la pared celular bacteriana cuando las otras PBP han sido inactivadas. El gen mecA se localiza en un elemento genético conocido Infección por Staphylococcus aureus meticilino Luciani como el staphylococcal cassette chromosone SSSmec, del cual existen 5 tipos.1 El tipo IV es el más asociado a infecciones adquiridas en la comunidad y estas cepas son típicamente susceptibles a otros antibióticos no betaláctamicos semejante a las cepas meticilino susceptibles.1 Definición de SAMR-AC Existe dificultad en diferenciar SAMR adquirido en el hospital (SAMR-AH) y el adquirido en la comunidad. La mayoría de los estudios en pacientes hospitalizados consideran como SAMR-AC aquellas infecciones presentes a la admisión o diagnosticadas en las primeras 48 a 72 horas del ingreso, y como SAMR-AH, a las diagnosticadas después de las 72 horas.4, 5 Sin embargo, un metaanálisis de estudios de prevalencia de SAMR-AC demostró que el 85% de los pacientes con criterio de SAMR-AC, tenían al menos un factor de riesgo de adquisición hospitalaria, por lo que se podría sobrestimar la frecuencia de SAMR-AC utilizando como único criterio el tiempo.6 Algunos autores definen un SAMR-AC aquellos casos en los que no existe ningún factor de riesgo para SAMR-AH.7, 8 Utilizar la susceptibilidad a antibióticos podría ser otra método de discriminación, sin embargo, a pesar de que la mayoría de las cepas de SAMR-AC son exclusivamente resistentes a meticilina, se han reportado casos de resistencia múltiple.1, 9 En estos momentos se considera que la definición molecular podría ser la más confiable, como la presencia del gen para la toxina Panton-Valentine leukocidin (PVL), la presencia de SCCmec (staphylococcal cassette Pediátr Panamá 2009,38(1)38-43. chromosome) tipo IV, y en los Estados Unidos, PFGE (pulse field gel electrophoresis) tipo USA300 y USA400, a pesar de que existen reportes de transmisión hospitalaria de cepas descritas inicialmente como adquiridas en la comunidad.4, 10 Factores de riesgo Las infecciones por SAMR-AC son más frecuentes en menores de 2 años, de bajo nivel socioeconómico, y en algunos estudios se describe mayor riesgo en personas de raza negra. 6, 11, 12 Se ha descrito infecciones por SAMR-AC USA 300 entre neonatos a término previamente sanos, en 20% de los mismos había antecedente materno de infección por S.aureus o de infección de tejidos blandos.13 Factores que facilitan la transmisión de SAMR-AC incluyen hacinamiento, erosiones o lesiones cutáneas, compartir equipos o materiales potencialmente contaminados, contacto cutáneo frecuente (atletas), falta de higiene personal y de cuidado de heridas, así como, acceso limitado a servicios de salud. Se han analizado otros factores como uso de antibióticos previos, asistencia a guarderías, hospitalizaciones previas, enfermedades crónicas, citas médicas ambulatorias frecuentes, con diferentes resultados en diversos estudios.11, 14, 15 Características de la enfermedad El espectro clínico incluye colonización asintomática, infecciones de piel y tejidos blandos, así como enfermedades invasoras. El S.aureus puede colonizar la nariz, piel, vagina así como otros sitios anatómicos, y constituye un importante factor de riesgo para infección. La colonización por SAMR, especialmente el PFGE tipo USA 300 , se asocia a mayor riesgo de infección comparado con la colonización por cepas meticilino susceptibles. En el estudio de Poveda et al , de la Universidad de Panamá, se analizaron 200 muestras de hisopado nasal en adultos, con una prevalencia de S.aureus del 22.5%.Gorwitz et al, reportaron en EEUU una disminución en la prevalencia de la colonización por S.aureus de 32.3 a 28.7 en los años 2000-2001 y 2003-2004, pero con un aumento en la colonización por SAMR de 0.9 a 1.5 en los años de estudio.4 Alfaro et al evaluaron muestras de cultivo nasal en las primeras 48 horas de hospitalización, demostrando colonización en 36% de los pacientes, de estos 61% eran meticilino resistente16. En una unidad de cuidados intensivos neonatales, el 26% de los neonatos colonizados con SAMR desarrollaron infección17. El SAMR-AC USA 300 se ha encontrado en cultivos vaginales y rectales de mujeres embarazadas, se están realizando estudios para evaluar el significado clínico de esta colonización en estas mujeres y en sus productos.4 La infección de tejidos blandos es la forma más común de presentación del SAMR-AC. La severidad de estas infecciones puede ser leve y superficial hasta infecciones profundas con formación de abscesos. La forunculosis es la manifestación clínica más frecuente y es usual la evolución a necrosis y formación de abscesos. 18, 19 Es importante 39 Infección por Staphylococcus aureus meticilino Luciani anotar que aunque sólo el 2% de los S.aureus poseen el gen PVL y que casi todas las cepas SAMRAC que causan forunculosis epidémica lo poseen.20 El estudio de Lina et al, demostró asociación entre la presencia del gen PVL y forunculosis ( 93% de los casos).21 Las características clínicas, epidemiológicas son similares en las infecciones por SAMR-AC y el SAMS, así como el pronóstico22. El contagio a los contactos cercanos es más frecuente en las infecciones por SAMR-AC. Las infecciones invasoras, menos frecuentes, son complicaciones de infecciones de tejidos blandos o de infecciones respiratorias virales o pueden presentarse en pacientes sin factores de riesgo. Puede presentarse neumonía necrotizante, empiema, sepsis, e infecciones musculoesqueléticas, así como osteomielitis, piomiositis, fasceitis necrotizante. En casos de osteomielitis por SAMR-AC, se han descrito complicaciones como trombosis venosa profunda e infección diseminada. El SAMRAC USA 300 se asocia a neumonía severa adquirida en la comunidad. De acuerdo a datos del CDC, en el período de octubre 2006 a septiembre 2008 el 44% de las muertes por influenza en niños se asociaron a neumonías bacterianas, y el 73% de las mismas, se debieron a SAMR, por lo que se recomienda que en pacientes con influenza con neumonía se tomen cultivos para bacterias y se inicie terapia empírica contra SAMR. Susceptibilidad a antibióticos Tradicionalmente se ha considerado que el SAMR-AC es sensible a múltiples antibióticos, 40 Pediátr Panamá 2009,38(1)38-43. como Clindamicina, TrimetropinSulfametoxazole, Vancomicina macrólidos y tetraciclinas, sin embargo existen reportes de resistencia a fluoroquinolonas, tetraciclinas y clindamicina. Aislamientos de S.aureus resistentes a eritromicina y sensibles a clindamincina, pueden expresar resistencia inducible a la clindamicina mediante la prueba conocida como D-test, se describe falla terapeútica a la clindamicina en estos casos.23 El estudio de Campbell et al, no demostró diferencia entre la susceptibilidad a antibióticos entre los SAMR-AH y los SAMR-AC, por ejemplo, para la clindamicina se encontró una resistencia de 44% vs 33% (p = 0.42) respectivamente.12 En otro estudio se encontró que los aislamientos de SAMR adquiridos en la comunidad, fueron sensibles en un 100% a gentamicina, rifampicina y linezolid, 95% a clindamicina, 98% a trimetropin-sulfa, y 90% a eritromicina.11 En el estudio de vigilancia realizado por Kaplan y col., la tasa de resistencia a clindamicina encontrada fue entre el 2-6% en los aislamientos de SAMR adquirido en la comunidad, . La resistencia a eritromicina fue del orden de 95% entre los SAMR comparado con el 44 50% de SAMS. En el estudio de Johnson, se comparó la susceptibilidad a antibióticos entre cepas de SAMS-AC y SAMRAC, encontrando diferencia estadísticamente significativa sólo con la ciprofloxacina(100% vs 75%, p<0.012) y levofloxacina ( 100% vs 78%, p<0.03).5 Se ha descrito un incremento de resistencia a clindamicina asociadas a cepas USA 300 en pacientes pediátricos con factores de riesgo así como en adultos que reciben atención ambulatoria. Por lo que estos autores consideran que para su institución la clindaminicina no es una opción terapeútica en pacientes con sospecha de infección adquirida en la comunidad y presencia de factores de riesgo. De acuerdo a datos de la Sección de Bacteriología del Hospital del Niño, en el año 2005, la resistencia a oxacilina era del 15%, comparado con 20% en el primer semestre del año 2008. Tratamiento Dado que existe un incremento en las infecciones por SAMRAC y las características clínicas y epidemiológicas tienen pobre valor predictivo para discriminar entre enfermedades por SAMR-AC y SAMS, el clínico debe sospechar resistencia en toda infección donde el germen más probable sea el S.aureus (ej. Infecciones de tejidos blandos). Debe ser rutina la toma de muestras apropiadas para cultivos (hemocultivos, cultivos de secreciones) antes del inicio de agentes antimicrobianos. El estudio de Llera y Levy, aleatorizado y doble ciego, evaluó adultos con abscesos a quienes se les practicó incisión y drenaje, un grupo recibió antibióticos y el otro placebo, demostrando que el uso de antibiótico no modifica la evolución de las infecciones de piel y tejidos blandos después de una incisión y drenaje.24 Lee et al, evaluó pacientes pediátricos inmunocompetentes , demostrando que la incisión y drenaje sin terapia antimicrobiana era efectiva en el manejo de abscesos con un diámetro menor de 5 cm . En el estudio de Johnson et al , 50% de los pacientes con infección Infección por Staphylococcus aureus meticilino Luciani de tejidos blando por SAMR recibieron manejo antimicrobiano inapropiado, atribuyendo la buena evolución clínica a que a este grupo de pacientes se les había realizado incisión y drenaje. Un estudio reciente demostró falla clínica si no se realiza incisión y drenaje en pacientes con infecciones por S.aureus, por lo que la recomendación actual es realizar incisión y drenaje, dar seguimiento cercano a los pacientes con infecciones no complicadas de tejidos blandos sin signos clínicos de compromiso sistémicos. Se debe considerar uso de antibióticos de acuerdo a la extensión de la lesión, presencia de signos y síntomas de enfermedad sistémica, pacientes con co-morbilidades, inmunosupresión o edades extremas. La clindamicina, tetraciclinas, trimetropim- sulfa , y el linezolid se han utilizado en el tratamiento de infecciones de tejidos blandos por SAMR. En pacientes severamente enfermos, hospitalizados con sospecha de infección por S. aureus debería sospecharse infección por cepas resistentes, siendo la vancomicina el antimicrobiano empírico de elección, aunque es Pediátr Panamá 2009,38(1)38-43. menos efectivo que las penicilinas antiestafilococcicas y su uso indiscriminado puede llevar a resistencia. Prevención de la transmisión y de infecciones recurrentes Las formas de transmisión del S. aureus son: contacto directo con las superficies corporales, es la más común, y, la vía aérea, en casos de neumonías, o portadores con infecciones virales de las vías respiratorias altas. La transmisión por contacto con objetos inanimados ocurre raramente. Debido al riesgo de transmisión a los contactos cercanos, es necesario instruir a los familiares del paciente en el cuidado de las heridas y lavado de manos. Las heridas deben permanecer cubiertas, lavado de mano antes y después de las curaciones o del cambio de apósitos, evitar contacto con material contaminado (apósitos, gasas, ropas, barras de jabón, toallas, rasuradoras, equipo deportivo). Se han evaluado diferentes protocolos para erradicar el estado de portador, buscando disminuir el riesgo de autoinfección y control de transmisión. Estos han incluido agentes tópicos y orales por lo que resulta difícil evaluar la efectividad de estas medidas de forma individual. La mupirocina intranasal ha demostrado ser eficaz a corto plazo pero la recolonización es frecuente. Otros estudios han evaluado el uso de 5 días de mupirocina intranasal y clindamicina por tres meses a dosis baja, en la prevención de recolonización e infección, con buenos resultados, siendo la principal preocupación el desarrollo de resistencia,25por lo que estos tratamientos deben limitarse a pacientes con infecciones recurrentes por SAMR y al personal de salud colonizado. A nivel hospitalario, las estrategias para prevenir la transmisión incluyen lavado de manos, descontaminación ambiental, aislamiento de portadores o infectados con SAMR, asignación de empleados con dermatitis y cultivos positivos a tareas no asistenciales, anotar claramente en la historia clínica médica y de enfermería el estado de portador o infección por Cuadro 1. Antimicrobianos de elección para el tratamiento de infecciones por Staphyloccus aureus meticilino resistente Agente antimicrobiano SAMR-AH SAMR-AC Primera elección Vancomicina ± gentamicina o rifampicina Clindamicina (D-test negativo) Segunda elección Linezolid Fluoroquinolonas Trimetoprin-Sulfametoxazol Trimetoprin-Sulfametoxazol Linezolid Observaciones No utilizar fluoroquinolonas en monoterapia en menores de 18 años Dosis total de vancomicina 60-80 mg/kg /día c/8hr o en infusión continua (se recomienda monitorizar niveles) Si el D-test es positivo y la infección severa tratar como SAMR-HA. Si la infección es leve o moderada el TMP-SMX y Linezolid son opciones adecuadas En infecciones purulentas la incisión y drenaje son necesarios Adaptado del Red Book 2006 41 Infección por Staphylococcus aureus meticilino Luciani SAMR en caso de hospitalización posterior.26 Prevenir la transmisión a nivel hospitalario es importante pues aquellos pacientes que se colonicen tendrán mayor riesgo de infección y actuaran como reservorios al portar SAMR a sus comunidades. Algunas agencias sanitarias en Estados Unidos de América, recomiendan el tamiz sistemático de los niños admitidos a hospitales, sin embargo, se desconoce si está medida tendrá un impacto en la reducción de la transmisión hospitalaria y de la tasa de infección nosocomial por SAMR.17, 26 Conclusiones El SAMR-AC emerge como un patógeno de importancia causante de infecciones de tejidos blandos e invasoras. Inicialmente las diferencias con las cepas hospitalarias eran claras, así como la sensibilidad antibióticos. Preocupa el hecho de que esté en aumento el número casos de SAMR-AC y que se reporte un aumento en la resistencia a antimicrobianos no betalactámicos. Se requiere más estudios para determinar los métodos más adecuados de manejo y prevención de las infecciones por SAMR-AC. Sin embargo, la incisión y drenaje de las lesiones purulentas, toma de cultivos, y la educación a médicos y pacientes es primordial. Referencias 1. Diederen BM, Kluytmans JA. The emergence of infections with communityassociated methicillin resistant Staphylococcus aureus. The Journal of infection 2006;52(3):157-68. 42 Pediátr Panamá 2009,38(1)38-43. 2. Melzer M, Eykyn SJ, Gransden WR, Chinn S. Is methicillinresistant Staphylococcus aureus more virulent than methicillin-susceptible S. aureus? A comparative cohort study of British patients with nosocomial infection and bacteremia. Clin Infect Dis 2003;37(11):1453-60. 3. Zaoutis TE, Toltzis P, Chu J, et al. 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Dos días después inicia con enrojecimiento peri-orbicular y oral y descamación en capas de predominio perioral. ¿Cuál es su diagnóstico? a) Síndrome de Steven-Johnson b) Enfermedad de Kawasaki c) Fiebre escarlatina por Estreptococo d) Síndrome de la Piel Escaldada por Staphylococcus aureus 45 Desafío Diagnóstico Pediátr Panamá 2009,38(1)36-39. Dr. Javier Nieto Respuesta El diagnóstico es D. El Síndrome de la Piel Escaldada por Staphylococcus aureus (SPESA) o Enfermedad de Ritter es el resultado de la elaboración de una toxina exfoliativa (epidermolítica). Estudios epidemiológicos, han encontrado que entre el 4 y 6.2% de los aislamientos por Staphylococcus producen toxina epidermolítica.1, 2 La infección localizada de las vías respiratorias superiores, oído interno y conjuntiva es el paso inicial del desarrollo del Síndrome de la Piel Escaldada por Staphylococcus aureus. La formación de bulas es el resultado de la elaboración de la toxina epidermolítica. Estas toxinas son secretadas extracelularmente por el Staphylococcus y son absorbidas de forma subsecuente a la circulación sistémica, donde alcanza la epidermis sin unión significativa a otros órganos. El espectro clínico de la enfermedad estafilocócica producida por la toxina epidermolitica varía de algunas vesículas localizadas a una exfoliación difusa que podría cubrir más del 90% del área de superficie corporal. El diagnóstico del SPESA es realizado de forma primaria sobre la base de la presentación clínica. El tratamiento por lo general involucra antibióticos de distribución sistémica con manejo local apropiado de las lesiones de piel. Los antibióticos orales pueden ser apropiados, pero los tópicos no son efectivos con absorción errática a través de la piel dañada. 46 * Dr. Javier Nieto El síndrome de StevensJohnson se caracteriza por un desarrollo súbito y progresivo de un exantema polimórfico con vesículas y vejigas en piel y membranas mucosas. Afecta usualmente escolares y adultos jóvenes. Suele ir acompañado de estomatitis. En la piel y las mucosas afectadas se produce una sensación de ardor o quemazón, sin prurito. Suele manifestarse fiebre de 39 a 40ºC, cefalea, malestar general, rinitis, conjuntivitis. Por lo general, es asociado a enfermedades virales, bacterianas (Mycoplasma, Yersinia, Mycobacterium), al uso de me di ca me n t o s co mo l o s antibióticos3, 4, anticonvulsivantes (carbamazepina, acido valpróico y lamotrigina5, 6) o vacunas (difteria, BCG, Vacuna del Polio Oral). Su diagnóstico es eminentemente clínico. La Enfermedad de Kawasaki7 es multisistémica, idiopática, caracterizada por vasculitis que afecta a vasos de pequeño y mediano calibre, con alta frecuencia a las coronarias y se suele asociar a algún síndrome mucocutáneo. Afecta por lo general lactantes entre los 6 meses y 2 años de edad8. Requiere de la presencia de fiebre alta de 5 días o más de duración, junto a por lo menos 4 de 5 criterios clínicos: Inyecci ón conjuntival bulbar bilateral, no exudativa, alteraciones de labio o mucosa orofaríngea, enrojecimiento intenso y fisuras labiales (“boca de payaso”), ena ntema orofaríngeo de intensidad v a r i a b l e , l e n g u a d e a s p e c t o de fresa, exantema polimorfo (morbiliforme, o semejante al de rubéola o escarlatina), que compromete principalmente tronco y extremidades, edema duro de manos y pies, acompañado o no de enrojecimiento de palmas y plantas y linfadenopatía cervical, generalmente única, de más de 1,5 cm de diámetro. La fiebre escarlatina 9, 10 es una enfermedad trasmitida por contagio, generalmente por vía respiratoria, que se presenta con mayor frecuencia en niños en edad escolar de 2 a 10 años de edad (incluso hasta 12), pero raramente en adulto. Se caracteriza por fiebre alta, inflamación d e amígdalas, adenopatías cer vicales y eritema de color rojo intenso, primero localizado en el cuello y tórax, pero luego generalizado a todo el cuerpo, de aspecto puntiforme y algo sobre elevado; también la mucosa bucal aparece enrojecida (enantema) con lengua aframbuesada. En la cara hay un marcado enrojecimiento de frente y mejillas. En el cuerpo, el eritema es marcado en pliegues cutáneos inguinal, axilar, ante cubital, y regiones abdominales y sobre sitios de presión (nalgas y sacro). Referencias: 1. Adesiyun AA, Lenz W, Schaal KP. Exfoliative toxin production by Staphylococcus aureus strains isolated from animals and human beings in Nigeria. Microbiologica 1991;14(4):357-62. Desafío Diagnóstico Pediátr Panamá 2009,38(1)36-39. Nieto 2. Piemont Y, Rasoamananjara D, Fouace JM, Bruce T. Epidemiological investigation of exfoliative toxinproducing Staphylococcus aureus strains in hospitalized patients. 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The Pediatric infectious disease journal 1994;13(6):561-6. 47 inicio | artículos médicos | publicaciones | nosotros | contáctenos Sociedad Panameña de Pediatría 53 años trabajando por la salud de nuestros niños l Artículos de Interés Campaña del Hospital del Niño de Panamá Revista El Pediátra “TE QUEREMOS VER CRECER” l Esquemas de Vacunación Para brindar tu apoyo puedes hacer tus donaciones a la cuenta 059001256 del Banco Nacional de Panamá a nombre Descargue esta Edición l Manual de Puericultura del Hospital del Niño - Fondo de Donación. l Revista El Pediatra Edición de Septiembre 2008: l Revista Pediátrica l La leche humana, algo más que leche l Próximas Actividades l Lo que toda madre debe saber l Consejos para aumentar el l Ley 48 que regula el proceso rendimiento escolar de Vacunación en Panamá l Cómo se forman los dientes de los bebés l Actividad física en el niño l El hipo en los lactantes Noticias Pediatrícas vía RSS Sabía usted que ... l El uso de ambas manos posibilita el desarrollo en el niño/a l Los ninos del pediatra Tema del mes: Síndrome de Muerte Subita Infantil Artículo por: Sociedad Panameña de Pediatría Se define como la muerte que ocurre en forma súbita de un infante menor de un (1) año de edad, la cual permanece sin explicación después de una investigación del caso que incluye: una autopsia completa, examen de la escena donde ocurrió la muerte y revisión de la historia clínica. (AAP 2005). Pediatr Pathol. 1991; 11: 677-684 Epidemiología La mayoría de los casos se presentan entre las edades de 2 a 3 meses. Es más común en la raza negra y en estratos socio-económicos bajos. Tasa de mortalidad calculada 1.5 x 1000 nacidos vivos a nivel mundial. Es más frecuente que ocurra de noche 83% vs. 17% de día. El tiempo que transcurre entre el inicio del sueño y el descubrimiento de la muerte puede ser muy corto 9% en los primeros 10 min. y 38% en los próximos 20-30 min. La realidad en Panamá. Continuar... Consulta a Nuestros Pediátras en el Blog Sociedad Panameña de Pediatría Tel.: (507)-229-7880 Fax: (507)-229-6987 inicio | artículos médicos | publicaciones | nosotros | contáctenos © Sociedad Panameña de Pediatría. Todos los derechos Reservados Sitio Diseñado y mantenido por Línea Publicidad 48 XXXIX CONGRESO NACIONAL DE PEDIATRÍA Dr. Ludwing Dillman El Pediatra en la atención primaria de salud Martes 14 de julio 8:00 p.m. Inauguración Homenaje al Dr. Ludwig Dillman Miércoles 15 de julio Moderador Dr. José Almario 8:00 a.m. – 8:30 a.m. El adolescente aquí y ahora Dr.Carlos Wahren 8:30 a.m. – 9:00 a.m. Sexualidad: cuidados y riesgos Dra. Cristina Catsicaris 9:00 a.m. – 9:30 a.m. Autismo y espectro autista Dra. Susana De León 9:30 a.m. – 10:00 a.m. 10:00 a.m. – 10:30 a.m. Preguntas y respuestas Refrigerio Moderadora Dra. Diva Almillategui 10.30 a.m. – 11:00 a.m. La televisión y la internet en las familias Dra. Edna Serrano 11:00 a.m. – 11:30 m. El adolescente varón Dr. Carlos Wahren Trabajos de investigación Simposio satélite (Merck) 11:30 a.m. 12:30 p.m. 12:30 p.m. – 1:30 p.m. Moderadora 1:30 p.m. – 2:00 p.m. Almuerzo incluido Dra. Geraldine Norte Crisis en la adolescencia. ¿Dónde están los límites? Dra. Cristina Catsicaris vii 2:00 p.m. - 2:30 p.m. Violencia escolar Dr. Marco Antonio Garavito Preguntas y respuestas 2:30 p.m. – 2:45 p.m. Jueves 16 de julio viii Moderador 8:00 a.m. – 8:30 a.m. Dr. Eric Díaz El desarrollo emocional: lo esperable y los signos de alarmas Dr. Carlos Wahren 8:30 a.m. – 9:00 a.m. Uso de alcohol, marihuana y cocaína Dra. Edna Serrano 9:00 a.m. – 9:30 a.m. Psicofarmacoterapia en niños: ¿El Pediatra o el Psiquiatra? Dra. Susana De León 9:30 a.m. – 10:00 a.m. Preguntas y respuestas 10:00 a.m. – 10:30 a.m. Moderador Refrigerio Dr. Javier Nieto 10.30 a.m. – 11:00 a.m. Trastornos desafiantes y oposicionistas Licda. Natasha Sierra 11:00 a.m. – 11:30 m. Trastornos de atención Licda. Lilia Urrutia 11:30 a.m. - 12:30 p.m. Trabajos de investigación 12:30 p.m. – 1:30 p.m. Simposio satélite (Laboratorios Abbott) Almuerzo incluido Dra. Betzabé Cárdenas Moderadora 1:30 p.m. – 2:00 p.m. Nutrición en el adolescente normal. ¿Cuándo preocuparse? Dra. Cristina Catsicaris 2:00 p.m. - 2:30 p.m. Encuentro con el adolescente y su familia Dr. Carlos Wahren 2:00 p.m. – 3:00 p.m. Depresión, bi-polaridad y suicidio Dr. Marco Antonio Garavito Preguntas y respuestas 3:00 p.m. – 3:15 p.m. Viernes 17 de julio Moderador 8:00 a.m. – 8:30 a.m. Dr. Xavier Sáez-Llorens Impacto de la vacunación en América Latina Dr. David Prado 8:30 a.m. – 9:00 a.m. Profesionalismo médico Dr. Pedro Vargas 9:00 a.m. – 9:30 a.m. Obesidad morbosa Dr. Carlos Barba 9:30 a.m. – 10:00 a.m. Preguntas y respuestas 10:00 a.m. – 10:30 a.m. Moderadora 10.30 a.m. – 11:00 a.m. Refrigerio Dra. Dora Estripeaut Lo que el Pediatra debiera saber sobre la vacunación contra el virus del Papiloma humano Dr. David Prado 11:00 a.m. – 11:30 m. Los derechos de los niños y los adolescentes Dr. Justo Solórzano 11:30 a.m. - 12:30 p.m. Trabajos de investigación 12:30 p.m. – 1:30 p.m. Simposio satélite (Wyeth) Almuerzo incluido Dr. Jorge Rodríguez Moderador 1:30 p.m. – 2:00 p.m. Cirugía bariática Dr. Carlos Barba 2:00 p.m, - 2:30 p.m. Reflexiones de la vida cotidiana Dr. David Prado 2:30 p.m. – 2:45 p.m. Preguntas y respuestas 2:24p.m. – 3:00 p.m. Clausura 15, 16 y 17 de julio de 2009 Centro de Conferencias Torres de las Américas Información: Teléfono: 229-7880 • Fax: 229-6987 • www.spponline.net ix Pediátr Panamá 2009,38(1)X-XII. Membresía Sociedad Panameña de Pediatría Miembros Fundadores Dr. Burgos, Edgardo + Dr. Crespo, Ricaurte Dr. Esquivel, José Renán Dr. Moscoso, Pedro Dr. Núñez, Pedro Vasco Dr. Sousa Lennox, Carlos + Dr. Vallarino, Joaquín + Dra. Varela, Hermelinda Cambra Miembros Eméritos Dr. Abadi, Elías Dra. Chorres, Doris E. Dr. De Obaldía, Gustavo Dr. De León, Siviardo Dr. Dillman, Ludwig Dr. García A., Ramiro Dr. Goytía, Abdiel Dr. Luzcando, Manuel Dr. Naar, Humberto Dra. Olivares, Leonor Dra. Owens, Criseida Dr. Poveda, Rodolfo+ Dr. Ros-Zanet, José G. Dr. Ruiz Riso, Félix Emilio Dr. Salamín, Gustavo Dr. Stanziola, Egberto Dr. Urrutia, Rolando Dr. Vásquez M., Manuel Octavio Dr. Villalaz, René Dra. Wilson, Dorothy Capítulo de Panamá MIEMBROS ACTIVOS Abadi, Elias Abarca, Alvaro Abood, Manuel Ah Chu, María S. Aleman, Arinda Almario, José Almillategui, Diva Altuna, Marco Alvarado, Manuel Anderson P., Dalia de Anguizola, Edgar Aparicio, Lidia Araúz, Isaac Arcia, Alina Ardines, Julian Bambú, Miguel Barrera, Marsella Bejarano, Roderick Bermudez, Briseida Bernett, Luis Felipe Bethancourt Lourdes Biendicho, Cecilia Bissot, Alberto Boyd, Jaime Bradshaw, Rene Bravo, Francisco Brawerman, Cristina de Broce, Didio Caballero, Glaver Caballero, Natividad Caicedo, Mirna Cajiao, Marvis C. de Camargo, Eligia Cantón, Celia Cárdenas, Betzabe Cardoze, Dennis Carr, Sandra Casal, Luis Castaño, Elizabeth Castrejón, Maria M. Ceballos, Ileana Cedeño, Diana Cedeño, Rubén Centella, Yila Cerrud, Leonel Céspedes, Moises Chanis, Luis Chen, Elsa Chen, Luis Cheng, Erick Chepote, Alberto Ching, Omar Chung, Adriana Concepcion, Erika Cordoba, Gilberto Coronado, Luis Corrales, Valentin Correoso, Nitzia Corro, Mary Cossio, Gladys Cuevas, Noris De Gracia, Manuel Dejuane, Maria De León, Humberto Delgado, Justino Díaz, Analinda de Díaz, Eric Díaz, Lesbia Díaz, Virginia Díaz, Zarina Donato Marco Ducruet, Stella Ellis, David Escala, Manuel Escala, Melida Espino, Rosinda Espinosa, Honorina Espinosa, Manuel Esquivel, Raul Estripeaut, Dora Ferguson, Kathia Fernández, Luis Feuillebois, Judith Figueroa, Gissel Forero, Ilenia Franco, Elia Gallardo, Paul Gaona, Dilia García A., Ramiro García B., Ramiro García, Ricaurte González, Aida González, Delia González, Juan Carlos Pediátr Panamá 2009,38(1)X-XII. Gordon, Elieth Guerra, Fulvia Hawkins, Jorge Henriquez, Alfredo Herrera, Hiram Hidalgo, Freddy Hill, Mara Iovane, Maria Teresa Iturralde, Rodolfo Johnson, Maria Joly, Rafael Jones, Antonio Kant, Rudick Lagrutta, Francisco Lasso, Fulvia Lasso, Martín Leandro, Ana Leandro, Icaro León, Abdiel Lew, Sheyla Lombardo, Marisol Lombardo, Vera López, Ana Cecilia López, Aníbal López, Claude V. de López, Mariana Lozano, Daniel Luciani, Kathia Lum, Henry Luzcando, Manuel Maestre, Yirabel Manzanares, Ariadne de Marañon, Elizabeth Martínez, Sebastian Mccalla, Ricardo Mccarthy, Florencio Mcclean, Marlene Medina, Francisco Medina, Frank Medina, Lucia Medrano, Jorge Méndez, David Mizrachi, Alberto Morales, Ana Julia Morales, Edilberto Morales, Iris A. de Morant, César Moreno, Alfonso Moreno, María T. Moreno, Mireya Moreno, Yarisol Muñoz, Orestes Naar, Humberto Navarro, Genaro Neil, Liliana Nelson, Eduardo Nieto, Javier Norte, Geraldine Nuñez, Lilibeth Ochoa, Jorge Ochoa, Luis Olaya, Haina Ortega, Eduardo Ortega, Jessica Owens, Criseida de Palacios, Eduardo Palma, Matilde Patiño, Maryury Peñaloza, Giania Pérez, Zoraida Pinilla, Nilsa Policart, Ramón Pon, Roberto Poveda, Rodolfo Quetglas, Pedro Quintero, Bernardo Ramírez, Max Regalado, Ivonne de Ríos, Carlos Riquelme, Edilma Rivera, Gerardo 1Rodríguez, Carlos Rodríguez L., Jorge Rodríguez, Hilze Rodríguez, José L Rodríguez, Mariana Rodríguez, Mario Rueda, Katia Ruidiaz, Enrique Ruíz, Felix Ruíz, Nestor Saaverdra, José Saez-Llorens, Xavier Sagel, Edgar Salamin, Gustavo Salas, Albino Salazar, Marco Samaniego, Manuel Samudio, Aneth Sanchez, José Ramón Sanchez, Nora Sanjur, Ana Raquel Sentmat, Mara Shakalli, Miriam Sierra, Iván Smith, Alan Solano, Hortensia Soto, Oldemar Sousa L, Francisco Stanziola, Egberto Stephen, Fernando Tapia, Alex Tejeira, Orlando Tello, Montserrat Thomas, Anthony Thorne, Juan Toala, Esther Toala, Nora Toala, Yuri Torres, Militza Troitiño, Marisol Ureña, Lilibeth Urutia, Rolando Varela, Hermelinda Vargas, Pedro Vargas, Sonia Vargas, Thelma I Vásquez, Carlos Vásquez, Manuel Velarde, Carlos Velásquez, Rosangel Verbel, Pedro Vieto, Eduardo Villafañe, Gentil Villalaz, René Villalaz, Ruben Williams, Kenneth Wilson, Dorothy Wilson, Ivan Wittgreen, Jenniffer Wong, Mayra Del C. Zamorano, Samalia xi Pediátr Panamá 2009,38(1)X-XII. CapÍtulo De Chiriqui Abad, Isabel Álvarez , Moisés Arenas, Ariel Batista, Alcibiades Batista, Rosario Beitía, Dayanara Benavides, Leónidas Brandford, Vicente Candanedo , Hilda A. de Castrellón, Josefina de Cedeño, Eric Coronado, Gregorio Cubilla, Giselle Chan Pino, Luis Chan, Marta Della Sera, Edgardo De León, Ruby De León, Tirza Dixon, Otilio Ducasa, Plutarco Fergusón, Erika Gallegos, José Guerra, Geovaldo Guerra, Rosario Hernández, Gidalthy Jones, Antonio Kelso, William Montero, Kattia Montes, Karina Muñoz, Erika Novoa, Olmedo Parra, Johny Sánchez Massa, Enrique Sanjur, Glarissa Silvera, Luz Tejedor, Graciela Zárate, Raúl Baule, José Chen, Joaquín Crespo, Dagoberto Delgado, Saturnino Escalona, Aurelio Franco, Pablo Jaén, Jorge Jaramillo, Jano Moreno, Alvaro Osorio, Adolfo Pérez, Dora Sequeira, Edith Thomas, Cornelia Capítulo De Azuero In Memoriam Abdulnabi, Arturo Aguilar, Oscar Araujo, Herónides Barrera, Edgardo Batista, Carlos Benedetti, Leopoldo Burgos, Edgardo Castillo Mejia, César Carrizo, Humberto Cellis, Blas Garnes, Clemente González B., Guillermo González Revilla, Antonio Martíz, Hernando Morales, Iris Paredes, José A. Paz Medina, Oscar Ramos, Gregorio Sánchez, Ligia Schaw, Antonio Sosa García, Gonzalo Sousa Lennox, Carlos Siu, Rosa Thompson, Enmanuel Vallarino, Joaquín Vega, Luis Alexander, Marina Barrios, Amósteles Batista, Alvaro Miembros Honorarios Aballi, Arturo Albornoz, Carlos xii Almendarez, Salvador Rev. Bárcenas, Francisco Javier Bissot De Gracia, Alberto+ Licda. Boyd de Pérez-Balladares, Dora Club Activo 20-30 Cofiño Ubico, Ernesto Sra. Cortés, Margarita Cravioto, Joaquín Dorantes, Samuel Monseñor Emiliani, Rómulo Folger, Gordon M Sr. Ford, Thomas Garofalo, Ofelia + Giguens, Washington + Hugues, James Jurado García, Eduardo Lorenzo Y. De Ibarreta, Julio + Lugo, Gustavo Menenghello, Julio Morgan, Mary Mosca, Lidio G Mugía, Ramos Nelsón, Waldo + Peiroten, Fortunato Potts, Willis Santos, David Sr. Schuman, Jerome L Shirjey, Harris Soto, Rafael Temesio, Nelly Miembros Asociados Arias, María I. de Figueroa, Alfredo León, Abdiel Martínez,alejandro Roy, Elba Margarita Tapia, Arturo Velásquez, Osvaldo Miembros Correspondientes Rubyl, Victor Zapateiro, Jorge Pediátr Panamá 2009,38(1)XIII-XIV. Directrices para los Autores ENVIO DE MANUSCRITO 1. Los trabajos deben ser enviados para su publicación al Editor de Pediátrica de Panamá a las oficinas de la Sociedad Panameña de Pediatría localizada en Plaza Comercial San Fernando, Local Nº 22, Planta Alta o a la dirección postal, Apartado 0816-02695, Panamá, República de Panamá. Los trabajos se pueden remitir por correo electrónico a informació[email protected] o en soporte digital (CD) junto con una copia impresa procesada en Word. 2. Todos los trabajos sometidos deben estar acompañados de la forma para trabajos para publicación debidamente firmada por todos los autores. 3. Los autores deben hacer un descargo por escrito de que no tienen o tienen áreas de conflictos de intereses. 4. Los trabajos serán evaluados para su publicación siempre en el supuesto de no haber sido ya publicados, aceptados para publicación o simultáneamente sometidos a otra revista. 5. Los trabajos deben ajustarse a las normas éticas de toda investigación realizada con sujetos humanos o animales. Los autores deben mencionar en la sección de métodos que los procedimientos utilizados en los pacientes y controles, fueron realizados previa obtención del consentimiento informado de los padres y asentimiento del paciente si es aplicable. 6. Todo trabajo será revisado por dos pares revisores, de los cuales por lo menos uno será un revisor externo no miembro del Comité Editorial escogido por el Editor. 7. Una vez revisados y si los revisores o el Consejo Editorial proponen modificaciones, el autor o autores serán notificados, debiendo el autor remitir el original corregido en un plazo de 15 días a partir de la recepción de la notificación enviada por el Editor. 8. Los originales aceptados para su publicación quedarán en propiedad de la Sociedad Panameña de Pediatría y no podrán ser reimpresos sin permiso de Pediátrica de Panamá. SECCIONES DE LA REVISTA Trabajos Originales Son los trabajos de tipo analítico, estudio de casos y controles, estudios de cohorte y ensayos controlados de investigación clínica, farmacológica ó microbiológica. Se admitirán hasta 8 tablas y/o figuras. Las referencias bibliográficas no serán superiores a 30. Casos Clínicos Son los trabajos que describen uno o más casos clínicos originales de particular interés y que aportan conocimiento de la enfermedad. Se admitirán hasta 5 tablas y/o figuras. Trabajos de Revisión o Educación continuada Son trabajos amplios sobre un tema de actualidad, donde se investiga el tema y se revisa la bibliografía escrita hasta la fecha. Estos trabajos serán solicitados por el Editor o el Consejo Editorial previamente, se pueden desarrollar en un solo número o en varios números de la revista. Editorial Es la opinión vertida por el editor o un miembro del comité editorial o de un autor de prestigio invitado sobre un tema de interés en pediatría o de actualidad. Cartas al Editor Brinda la oportunidad a los autores de responder a comentarios, críticas o preguntas relativas a los artículos recientes de la revista enviadas por los lectores, así como observaciones o experiencias basadas en evidencia , se podrán presentar de forma resumida, se admitirán 1 tabla y/o una figura y un máximo de 10 citas bibliográficas. De Otras Revistas y Comunicaciones Se realizan resúmenes de artículos de interés pediátrico, publicados en revistas científicas o en sitios web de de prestigio. PRESENTACIÓN Y ESTRUCTURA DE LOS TRABAJOS 1. Los manuscritos deben presentarse a doble espacio, en páginas 8 ½ x 11 pulgadas (21.8 x 28.3 cm) con márgenes de 1 pulgada a cada lado y un máximo de 25 líneas por página. Todas las páginas deben estar enumeradas en forma secuencial, en el margen inferior derecho. En el margen superior izquierdo deben llevar el apellido y la primera letra del nombre del autor responsable. Se recomienda la redacción del texto en impersonal. 2. Cada sección del manuscrito debe comenzar en una página nueva siguiendo el orden que se sugiere a continuación: a. Página inicial lleva el título en español e inglés, el nombre de los autores comenzando por el autor responsable, con su título profesional, el cargo que ocupan y el lugar de trabajo o donde se llevó a cabo el trabajo. Dirección de correo electrónico de contacto del autor para dirigir la correspondencia. Sin son más de 6 autores solamente se enuncian los 3 primeros y se agrega la abreviatura et al. b. Segunda página debe incluir el resumen y palabras claves en español, no debe exceder las 250 palabras y debe presentarse en la modalidad estructurada ó estratificada que consiste en llevar los siguientes subtítulos: Introducción, Material y métodos, resultados y conclusiones. Los subtítulos van en xiii Pediátr Panamá 2009,38(1)XIII-XIV. c. d. e. f. g. h. i. molde itálico. Los casos clínicos deben presentar el resumen y las palabras claves Tercera página debe incluir el resumen (abstract) y palabras claves (keywords) en inglés y siguiendo las mismas instrucciones que para el resumen en español, la modalidad estructurada o estratificada, con subtítulos en itálica: Introduction, Material and Methods, Results y Conclusions. Al final del abstract se anotan no más de 5 keywords. El texto del artículo se inicia en la cuarta página y se organiza en secciones. Cada sección se inicia en una página nueva y en el siguiente orden: Introducción, Material y Métodos, Resultados, Discusión, Conclusiones, Reconocimientos o Agradecimientos, Referencias, Leyendas de las gráficas, figuras o dibujos y fotografías y tablas. En Materiales y Métodos se describirá la selección de pacientes, la información técnica relativa a los procedimientos empleados y los métodos estadísticos utilizados y el software utilizado. Evite el uso de abreviaciones y, cuando lo haga, asegúrese de que antes de su uso lo ha señalado en el texto, por ejemplo: Síndrome de Aspiración de Meconio (SAM). Los resultados ser presentarán en el texto o en las tablas o gráficas, figuras o dibujos. No repita o reitere resultados ya tabulados en el texto ni abuse de las ilustraciones. Todas las referencias deben citarse en la secuencia de aparición en el texto y deben ir en una página diferente identificada como Referencias. En el texto se identificarán con números arábigos consecutivos en la parte superior de la línea y separadas por comas cuando hay más de una cita para la misma referencia. Estos números corresponden a los enunciados en la sección de Referencias. Cada referencia debe mantener la numeración de cuando fue citada por primera vez. Se usará el estilo de Vancouver para la presentación de las citas de Referencias disponibles en http://www.icmje.org Los títulos de las revistas deben abreviarse conforme al estilo del Index Medicus disponible en http:// ncbi.nlm.nih.gov/entrez/jrbrowser.cgi. A continuación ofrecemos algunos ejemplos: Artículos de Revista Autor(es): apellido, inicial(es) del nombre(es) sin puntos y separados de los otros por comas. Nombre del artículo en lengua original. Nombre de la revista (en itálica) seguido por el año; volumen: páginas inicial y final. Sin son más de 6 autores solamente se enuncian los 3 primeros y se agrega la abreviatura et al. Ejemplo: Wong JC, Quintero O, Andrade PO. El manejo de las heridas traumáticas del colon. Rev Med Panamá 1989;14:26-32 xiv Libros Autor(es); apellido, inicial (es), del (os) nombre(s). Título del libro(en su lengua original). Edición. Ciudad donde se publicó. Empresa editora, año y páginas de referencias. Ejemplo: Stevenson R. The Fetus and newly born infant.2nd ed. St. Louis. Mosby Co. 1977; 199-209. Capítulo de un libro Autor(es): apellido, inicial(es) del (os) nombre(s). Título del capítulo (en su lengua original). En (en Itálica): autor o editor y título del libro. Edición. Ciudad donde se publicó. Empresa editora, año y páginas de referencias. Ejemplo: Hanshaw JB. Cytomegalovirus. En: Remington &Klein editors. Infectious diseases of the fetus and newborn infant. 2a ed. Philadelphia. W.B. Saunders Ed.1983:104-42. Citaciones de la Web (electrónicas) Título del artículo. Punto .Sitio dela web. Punto. Disponible en: http://www. (forma usual de deletrearlo). Fecha en que se consultó. Punto. Ejemplo: Transmisible Spongiform Encephalopathies.Advisory Committee. US Food and Drug Administration Web site. Disponible en: http://www.fda.gov/ohrms/dockets/ac/ 97/trams{t3345t2/pdf/ consultado el 1 de junio de 2000. Tablas Las tablas deben presentarse a doble espacio y en páginas separadas con el título y la leyenda en la parte superior izquierda. Deben numerarse en orden de aparición y usando números arábigos y en el texto se mencionaran en forma secuencial o consecutiva. Si se utilizan abreviaturas en la tabla deben explicarse a pie de tabla por ejemplo: PAM: presión arterial media. Tendrá un título en la parte superior que describa concisamente su contenido. Para los pies de nota se utilizarán letras del alfabeto consecutivas, italizadas, en minúsculas y sobre-escritas (en la parte superior de la línea), por ejemplo: a,a. Figuras Se podrán publicar en blanco y negro; si se utilizan fotografías de personas identificables, es necesario tener la autorización para su publicación. Las microfotografías deben incluir escala de medidas. No envié fotocopias. Las figuras, sean fotografías, dibujos o gráficas deben numerarse de acuerdo a la aparición en el texto, y en el reverso debe aparecer el número de la figura, nombre del autor responsable y con una flecha la orientación de las mismas. Figuras digitales Si se pueden enviar las figuras en formato digital, es recomendable usar los formatos bmp, jpg a 300 dpi (puntos por pulgadas). Si las figuras no son originales se deben obtener permiso de reproducción. Título:“La Pollera en Carnaval, Santo Domingo de Las Tablas” Autor: Dr. Javier Nieto G.
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