Zoonosis profesionales en la actividad clínica veterinaria Ignacio Ramón García Gómez Asesor Veterinario Técnico Superior en Prevención de Riesgos Laborales Director ALBEITARES CONSULTORES S.L. D esde el punto de vista legal, la “enfermedad profesional” es “la contraída a consecuencia del trabajo ejecutado por cuenta ajena, en las actividades que se especifiquen en el cuadro que se apruebe por las disposiciones de aplicación y desarrollo de esta Ley (Texto Refundido de la Ley General de la Seguridad Social), y que esté provocada por la acción de los elementos o sustancias que en dicho cuadro se indiquen para cada enfermedad profesional” (Art. 85, TRLSS). El cuadro de enfermedades profesionales vigente en la actualidad es el del Real Decreto 1995/78, de 12 de mayo, que agrupa dichas enfermedades, atendiendo a un criterio causal o etiológico, en seis grandes grupos: Licenciado en Veterinaria 1992. Diploma de Estudios Avanzados (D.E.A.) Universidad Complutense de Madrid Doctorando “Siniestralidad Laboral en la Actividad Clínica Veterinaria” Universidad Complutense de Madrid. Técnico Superior en Prevención de Riesgos Laborales: Especialidades en: Higiene Industrial. Ergonomía y Psicosociologia. Secretario General de la SOCIEDAD ESPAÑOLA DE PERITACIÓN VETERINARIA. Director ALBEITARES CONSULTORES S.L. (1) Enfermedades producidas por agentes químicos. (2) Enfermedades profesionales infecciosas y parasitarias. (3) Enfermedades producidas por agentes físicos. (4) Enfermedades sistémicas. (5) Enfermedades profesionales de la piel causadas por sustancias y agentes no comprendidos en otros apartados. (6) Enfermedades profesionales provocadas por la inhalación de sustancias y agentes no comprendidos en otros apartados. Las enfermedades contraídas como consecuencia del trabajo y que no estén en la lista de enfermedades profesionales, no se consideran legalmente como enfermedades profesionales y su tratamiento se realiza como enfermedad común o, en su caso, como accidente de trabajo siempre que se determine que dicha enfermedad ha sido contraída como consecuencia del trabajo. El concepto de agente biológico incluye, aunque no está limitado, a bacterias, hongos, virus, rickettsias, clamidias, endoparásitos humanos, productos de recombinación, cultivos celulares humanos o de animales, y los agentes biológicos potencialmente infecciosos que estas células puedan contener, priones y otros agentes infecciosos. La legislación vigente clasifica estos agentes biológicos según el riesgo de propagarse y dar lugar a una enfermedad, así como por la profilaxis o tratamiento efectivo que pueda llevarse a cabo para proteger al trabajador. Prevención de riesgos CLASIFICACIÓN DE LOS AGENTES BIOLÓGICOS POR GRUPOS DE RIESGO RIESGO INFECCIOSO RIESGO DE PROPAGACIÓN A LA COLECTIVIDAD PROFILAXIS O TRATAMIENTO EFICAZ 1 Poco probable que cause enfermedad No Innecesario 2 Pueden causar una enfermedad y constituir un peligro para los trabajadores Poco Probable Posible generalmente 3 Puede provocar una enfermedad grave y constituir un serio peligro para los trabajadores Probable Posible generalmente 4 Provocan una enfermedad grave y constituyen un serio peligro para los trabajadores Elevado No conocido en la actualidad GRUPO DE RIESGO Se entiende por “exposición a agentes biológicos” la presencia de éstos agentes en el entorno laboral. En el caso de la asistencia veterinaria, es claro que la exposición a ciertos agentes biológicos surge como consecuencia de su actividad laboral, ya sea por la atención sanitaria a animales enfermos (atención clínica, cirugía, biopsia y otras tomas de muestras, su manipulación y transporte), la aplicación de vacunas vivas, etc. El ganado bovino, constituye el grupo más numeroso y comprenden infecciones como las enterotoxemias, la brucelosis, la fiebre Q, leptospirosis, tuberculosis etc. Entre el grupo de trabajadores con mayor riesgo de exposición, figuran los veterinarios. Actividad Laboral Posibles indicadores estudiados según lo regulado por el Real Decreto 664/1997 (mod. Orden de 25 de marzo de 1998) Veterinarios Antrax; Brucelosis; Criptosporidosis; Ectima contagiosa; Erisipeloide; Hidatosis, Leptospirosis, Psitacosis; Rabia; Salmonelosis; Tinea capitis; Triquinosis; Tuberculosis; Tularemia. Fuente: INSHT, 2004. Dado que no es posible evitar la exposición, deberán establecerse procedimientos de trabajo adecuados y se aplicarán unas buenas prácticas de trabajo, que implican mantener una actitud constante de autoprotección, con hábitos de trabajo seguro y uso de equipos de protección individual. Las denominadas “precauciones universales” constituyen la estrategia fundamental para la prevención del riesgo laboral para todos los microorganismos vehiculizados por la sangre. Su principio básico es que la sangre y otros fluidos corporales deben considerarse potencialmente infecciosos, y debe aceptarse que no existen pacientes de riesgo sino maniobras o procedimientos de riesgo. Esto implica que han de adoptarse precauciones utilizando las barreras protectoras adecuadas en todas las maniobras o procedimientos en los que exista la posibilidad de contacto con la sangre y/o fluidos corporales a través de la piel o las mucosas. Es de especial importancia estar informado de sobre estas formas de trabajo y que todos aquellos que trabajen con nosotros y para nosotros, las conozcan. nº 7 García I. Se pueden distinguir las siguientes PRECAUCIONES UNIVERSALES: a) Vacunación (inmunización activa): Los veterinarios están sometidos a numerosos riesgos biológicos, producidos por bacterias, hongos, virus, etc., frente a los cuales en algunas ocasiones se dispone de vacunas que hacen posible su prevención y, a veces, su tratamiento. La inmunización activa frente a enfermedades infecciosas ha demostrado ser, junto con las medidas generales de prevención, una de las principales formas de protección frente a ciertas enfermedades como el tétanos o la hepatitis. b) Normas de higiene personal: Un conjunto sencillo de normas de higiene es el siguiente: cubrir heridas y lesiones de las manos con apósito impermeable, al iniciar la actividad; el lavado de manos al comenzar y terminar la actividad y después de realizar cualquier técnica que puede implicar el contacto con material infeccioso (el lavado se realiza con agua y jabón líquido y, en situaciones especiales, se emplearán sustancias antimicrobianas), el secado se hará con toallas de papel desechables o corriente de aire; no comer, beber ni fumar en el área de trabajo. c) Elementos de protección de barrera: Todos los veterinarios deben acostumbrarse a utilizar rutinariamente los elementos de protección de barrera apropiados, EPIs, sobre todo cuando vayan a realizar actividades que los pongan en contacto directo con la sangre o los fluidos corporales de los animales. Hay que tener en cuenta que el contacto con agentes biológicos puede producirse tanto de forma directa como indirecta, caso de la manipulación de instrumental o de materiales extraídos para fines diagnósticos. Dentro de los EPIs a emplear como barrera frente a agentes biológicos, podemos señalar: guantes, mascarillas, y batas. Siempre deben utilizarse guantes cuando el veterinario tiene alguna herida no cicatrizadas o lesiones dérmicas exudativas o rezumantes, cortes, lesiones cutáneas, etc.; y con independencia de que no exista lesión, deberán usarse cuando la actividad a desarrollar suponga contacto con mucosas y sangre, piel no intacta o para manejar objetos, materiales o superficies contaminados con sangre u otros fluidos o sustancias. Hay que tener cuidado de no tocarse los ojos, la nariz, las mucosas o la piel con los guantes puestos. La mascarilla y la protección ocular han de emplearse en aquellos casos en los que sea posible la producción de salpicaduras, de sangre u otros fluidos del animal, que puedan afectar las mucosas de ojos, boca o nariz del veterinario. Siempre debe llevarse batas o ropa adecuada a las tareas a realizar y, esto se convierte en medida preventiva obligada en aquellas situaciones en las que pueda darse un contacto con la sangre u otros fluidos orgánicos de los animales. Prevención de riesgos d) Cuidado con los objetos cortantes y punzantes: Se deben tomar todas las precauciones necesarias para reducir al mínimo las lesiones producidas por pinchazos y cortes. Hay que tomar las debidas precauciones en la utilización del material cortante, de las agujas y de las jeringas durante y después de su utilización, así como en los procedimientos de limpieza y desinfección. Los guantes sólo van a servir para reducir el riesgo de contaminación de las manos con sangre o fluidos, pero no evitan los pinchazos o los cortes causados por agujas (u otros instrumentos cortantes), por lo que es necesario seguir teniendo una buena técnica de trabajo y unas prácticas apropiadas de control de infecciones, en particular el lavado correcto de las manos (antes y después de quitarse los guantes). Nunca encapsular agujas ni objetos cortantes o punzantes. Estos objetos punzantes y cortantes (agujas, jeringas y otros instrumentos afilados) deberán ser depositados en contenedores apropiados con tapa de seguridad, para impedir su pérdida durante el transporte, estando estos contenedores cerca del lugar donde se desarrolla el trabajo y evitando su llenado excesivo. e) Desinfección y esterilización correcta de instrumentales y superficies: En el empleo de productos químicos para llevar a cabo una desinfección, es necesario tener en cuenta las características del producto: agentes activos, concentración, tiempo de contacto, etc. Los productos desinfectantes que se utilizan en veterinaria suelen ser de amplio espectro de actividad, buscando además que no deterioren los objetos que se han de desinfectar ni tener un umbral olfativo alto ni especialmente molesto. Además, el desinfectante se debe poder aplicar de tal manera que no presente toxicidad aguda o crónica para los animales, ni para la persona que lo aplica o pueda entrar en contacto con él. Muchos desinfectantes tienen características de toxicidad importantes para las personas, por lo que se deberán adoptar las medidas de protección y prevención adecuadas y seguir siempre las instrucciones para su aplicación, contenidas en la etiqueta y en las fichas de seguridad. Esta ficha de seguridad es de obligada entrega por parte del fabricante y tanto ella como el etiquetado del producto han de suministrar información sobre los riesgos y medidas preventivas a tomar, conforme a lo dispuesto por la normativa vigente (RD 1078/1993, RD 363/1995 y RD 1893/1996). Indicar que la práctica extendida del empleo de los guantes de palpación rectal facilita estas medidas de protección pero siempre que suponga un medio permanente de protección para el germen posiblemente causante de la lesión y no un medio de protección ante la suciedad inherente a la praxis de la palpación rectal. Especial atención debemos prestar a nuestra autoprotección ante dos situaciones de elevado riesgo: • PARTOS O TECNICAS OBSTETRICAS. Por la alta incidencia de patologías zoonósicas de elevada intensidad y frecuencia, como es el caso de la BRUCELOSIS. • NECROPSIAS. Esta técnica precisa de la observancia estricta de correctas medidas de protección, especialmente de zonas de fácilmente vulnerables (manos, ojos y piel), asi como la de mantener más estrictamente si cabe la condición de un solo uso de nuestro equipo de protección individual. El transporte de muestras biológicas debe hacerse con sumo cuidado ya que supone un riesgo potencial de contaminación para el veterinario que lleva la muestra, el público en general (que pueda entrar en contacto) y el receptor de la misma. Hay una serie de medidas básicas aceptadas internacionalmente y unas normas de sentido común que se deben respetar cuando es necesario transportar una muestra biológica hasta el laboratorio de análisis. Un sistema de transporte interno debe valorar desde el momento en que la muestra es extraída hasta que llega al laboratorio. Los tubos proceden de la extracción deben depo- nº 7 García I. sitarse en gradillas preferiblemente de seguridad y no sueltos en una batea. En el cuarto de control se colocarán en una gradilla de seguridad que sea suficiente para todos ellos, situando dicha gradilla dentro de un contenedor de transporte que pueda retener fugas o derrames y asegure una protección adicional. El contenedor debe tener un asa que permita el transporte de las muestras biológicas a poca distancia del suelo. Preferiblemente se debe seleccionar la ruta de transporte que evite el contacto con el público, utilizando los ascensores y pasillos para uso interno. En el caso de transporte por carretera desde los puntos de extracción periféricos al de tratamiento y análisis, se debe añadir que el contenedor obligatoriamente debe ser hermético de forma que impida toda fuga o derrame. Además, una vez cerrado y sellado el recipiente, debe limpiarse con desinfectante y secarse. El conductor del vehículo deberá ser consciente del material que transporta y será instruido sobre lo que ha de hacer en caso de accidente o derrame del contenido de los recipientes. El contenedor irá identificado con la señal de peligro biológico o una etiqueta similar: Peligro de infección o muestra biológica. Las enfermedades profesionales relacionadas con la práctica veterinaria Enfermedades profesionales provocadas por la inhalación de sustancias y agentes. Asma provocado en el medio profesional por las sustancias no incluidas en otros apartados. Médicos y veterinarios, así como el personal para médicos biólogos y personal de laboratorio. Enfermedades causadas por irritación de las vías aéreas superiores por inhalación o ingestión de polvos, líquidos, gases o vapores. Trabajos en los que existan exposición a polvos, líquidos, gases o vapores irritantes de las vías aéreas superiores. Enfermedades profesionales infecciosas y parasitarias. Paludismo, amebiasis, tripanosomiasis, dengue, fiebre papataci, fiebre recurrente, fiebre amarilla, peste, leishmaniosis, pian, tifus exantemático y otras ricketsiosis: Trabajos en zonas donde estas afecciones son endémicas. Enfermedades infecciosas o parasitarias transmitidas al hombre por los animales o por sus productos y cadáveres (para el tétanos se incluirán también los trabajos con excretas humanas o animales). Trabajos susceptibles de poner en contacto directo con animales, vectores o reservorios de la infección o sus cadáveres. Personal al servicio de laboratorios de investigación biológica o biología clínica (humana o veterinaria) y especialmente los que comporten utilización o cría de animales con fines científicos. Enfermedades profesionales producidas por agentes físicos. Enfermedades provocadas por radiaciones ionizantes. Trabajos en las consultas de radiodiagnósticos, de radio y radiumterapia y de aplicación de isótopos radiactivos, en consultas, clínicas, sanatorios, residencias y hospitales. Fuente: R. D. 1995/1978, de 12 de mayo, por el que se aprueba el cuadro de enfermedades profesionales en el sistema de la seguridad social. Prevención de riesgos BRUCELOSIS La brucelosis ocupa el segundo lugar en cuanto a nivel de registro de enfermedades profesionales, detrás de las dermopatías profesionales. Brucela abortus, responsable de brucelosis bovina, en nuestro país no se demostró como agente de enfermedad humana hasta 1978. Es responsable de la mayor parte de cuadros asintomáticos en personas con exposición profesional. Medidas preventivas: control de la enfermedad animal y eliminar adecuadamente los animales infectados mediante aislamiento o sacrificándolos; desinfección de las áreas contaminadas; y formación e información adecuada al personal expuesto. Contagio vía dérmica, ya que la brucela atraviesa la barrera cútaneo-mucosa aún en ausencia de pérdida de solución de continuidad de la misma; la manipulación de productos fetales, contacto con polvo contaminado o el cuidado habitual del ganado pueden producir el contagio en el hombre. También por inoculación accidental, accidentes durante las vacunaciones. En el terreno laboral cobran especial interés las lesiones dermatológicas de carácter exantemático, púrpuras o ampollosas con vesículas conteniendo brucelas. Las muestras del aborto se enviarán al laboratorio, teniendo la precaución de utilizar guantes y evitar que los recipientes se contaminen por fuera y con una indicación nº 7 García I. clara del contenido. El resto del material abortivo se destruirá con cal viva y los instrumentos y superficies se desinfectarán. Las jeringas utilizadas para la extracción de sangre, serán desechables. Los veterinarios, como profesionales especialmente expuestos, deben evitar el riesgo que existe por el contacto con los animales infectados, usando las adecuadas prendas de protección como: guantes que cubran todo el antebrazo, botas altas de goma, monos, mandiles y mascarillas. Estas prendas deberán de ser de materiales que permitan una fácil limpieza y desinfección después de su uso o bien ser desechables. Una vez finalizadas las labores propias de su trabajo, todos estos profesionales, deberán realizar de forma habitual prácticas higiénicas cuidadosas. ANTRAX O CARBUNCO Se trata de una zoonosis que desde hace algunas fechas ha venido a significarse de actualidad dado que el germen que lo produce (Bacillus anthracis) se ha empleado como arma biológica. Se trata de una enfermedad infecciosa que se localiza en los animales domésticos y en especial en los rumiantes y especialmente por su nivel de incidencia en el ganado vacuno. La infección humana viene a desarrollarse por contacto directo con los animales afectados o sus productos y las vías de contagio son la cutánea (piel), inhalación y gastrointestinal. Las esporas de B. anthracis pueden vivir en la tierra muchos años y los seres humanos pueden resultar infectados por manipular los productos de animales infectados o por inhalar las esporas que liberan los productos de dichos animales. Los síntomas de esta zoonosis van a depender directamente de la vía de contagio por la cual ha accedido el elemento patógeno y en la inmensa mayoría de los casos la sintomatologia se desencadena en el periodo aproximado de una semana. Prevención de riesgos La sintomatologia cutánea, derivada del contagio por la piel, es el tipo de signos que aparecen en la inmensa mayoría de los casos por ser esta vía la de mayor incidencia y viene a desarrollarse cuando el germen accede a una lesión o abrasión de la piel. La infección comienza con la aparición de un punto inflamatorio similar al que aparece tras el ataque de algún insecto, para en un período de uno a dos días originarse una vesícula con liquido que evoluciona a la aparición de una úlcera sin dolor. Esta ulcera presenta en el centro un área necrotica. Los ganglios linfáticos adyacentes suelen presentar inflamación y, en un porcentaje cercano al 20 %, desencadena un cuadro séptico generalizado que finaliza con la muerte del sujeto, cuando se ha evolucionado sin recibir tratamiento antibiótico apropiado. La vía inhalatoria de contagio del ántrax da lugar a un inicio de cuadro sintomatologico muy similar al de un catarro común para ir evolucionando en el tiempo a un cuadro mas severo que desencadena en graves problemas respiratorios para finalizar en la muerte del paciente en un numerosísimo porcentaje de casos. La forma intestinal del ántrax se deriva del consumo de carne contaminada y el cuadro sintomático incluye nauseas, vómitos, perdida de apetito y fiebre para ir avanzando a dolor abdominal, vómito de sangre y diarrea grave. La mortalidad del ántrax en su forma intestinal se estima entre un 30 y un 70 % de los casos. En la actualidad y derivado de la sensibilización social tras los ataques terroristas del 11 de septiembre y la guerra del golfo se han establecido pautas de vacunación para colectivos potencialmente sensibles a este germen en su empleo como arma biológica. Pero el Comité de Consultoria sobre prácticas de Inmunización de los EE. UU. viene a incluir a los profesionales veterinarios como grupo de especial riesgo y de recomendación para su vacunación. En España no se conoce plan de inmunización sobre nuestro colectivo si bien deben implementarse las medidas de seguridad en el manejo y trabajo con elementos infectados o con sospecha de afectación de la enfermedad. Especial reseña debe realizarse ante las prácticas de necropsia que habitualmente se realizan en prácticas periciales y de tasación así como para confirmación de infecciones. El empleo de EPI`s en cantidad y calidad y de la observación rigurosa de las medidas higiénicas más estrictas son de obligado e imprescindible cumplimiento para salvaguardarnos de esta zoonosis de tan elevada incidencia y porcentajes significativos de mortalidad. LEPTOSPIROSIS Se trata de una de las zoonosis de mayor incidencia en el mundo. Su incidencia es especialmente significativa en países tropicales y especialmente en zonas donde la existencia de roedores no se encuentra tratada. Se produce por el contacto entre el hombre y áreas de medio ambiente contaminadas por la orina de animales infectados. Es especialmente importante la presencia de soluciones de continuidad en la piel que favorecen la inoculación del germen ubicado en tierras, aguas o vegetación que previamente se ha visto contaminada por la orina de animales enfermos. A nivel profesional veterinario se ha destacar el punto critico que supone la manipulación o tratamiento de procesos abortivos que pueden derivarse de la incidencia de esta patología en el ganado vacuno. Cuando estos tratamientos o practicas no se realizan con el empleo de medios de protección adecuados (Epi`s) suponen una puerta de elevada incidencia en la aparición de procesos patológicos. Los síntomas más frecuentes son; fiebre, lagrimeo, conjuntivitis, decaimiento generaliza- nº 7 García I. do, dolores musculares, meningitis, nauseas, vómitos ictericia, problemas renales e incluso en ocasiones aparece hepatitis. La graduación de la sintomatologia es muy variable y la mortalidad se destaca como escasa e infrecuente. El tratamiento medico es eficaz y se ve favorecido por la prontitud en su diagnostico, pero sin duda alguna la mejor prevención es la observancia de las practicas higiénicas correctas y el empleo de medios de protección individualizados, desechables y adecuados en la practica clínica con especial incidencia ante cuadros reproductivos asimilables a los que aparecen en la patología bovina. TUBERCULOSIS Uno de los gérmenes causantes de la tuberculosis en los humanos, es el mismo que origina esta patología en el ganado vacuno. Micobacterium bovis. Desde hace mucho tiempo se conoce la influencia directa del ganado vacuno en la transmisión de la tuberculosis a la especie humana y muy especialmente a través de la leche como vehículo de transmisión, aunque también ha de resaltarse la incidencia de la carne como vehículo de contagio. La afección de la tuberculosis zoonosica tiene en el aparato digestivo su principal órgano diana, derivado del la vía digestiva como puerta de entrada de esta infección. La afectación de las glándulas amígdalas también es lesión reseñable en esta patología. En la actualidad, las campañas de saneamiento ganadero y las medidas de higienización de la leche han eliminado por completo la incidencia de transmisión zoonosica de la tuberculosis, si bien es importante reseñar que la practica diaria clínica veterinaria se enfrenta animales infectados, con diagnostico o no y que requieren tratamiento de otras afecciones o manejos clínicos que pueden suponer cierto riesgo de contagio al exponerse ante la diseminación de gérmenes `por el animal afectado. Por tanro el establecimiento de mediadas de protección y de correctas medidas higiénicas se convierten en la barrera imprescindible para la salvaguarda de la salud del profesional clínico. Estas medidas de protección y prácticas higiénicas se vuelven a convertir en la principal arma defensiva y de prevención ante patologías que sin tener en la actualidad estudios de incidencia, son fuentes potenciales de incidencia zoonosica en la población profesional veterinaria. CRIPTOSPORIDIOSIS La criptosporidiosis es una enfermedad causada por Cryptosporidium parvum. En la mayoría de los casos, la criptosporidiosis se manifiesta como diarrea líquida, malestar estomacal o fiebre leve. En algunas personas, la diarrea puede ser tan grave, que se pierde peso. En otras, la criptosporidiosis no produce síntoma alguno. Su principal vehiculo de transmisión son las heces de los animales afectados por la enfermedad. De esta forma es el mecanismo de contagio entre los profesionales veterinarios, fundamentalmente se estable la palpación rectal como punto crítico del padecimiento de esta patología que cuando cursa con cuadro clínico lo hace de manera leve e inespecífica, no siendo diagnosticada en la inmensa mayoría de los casos. Especial incidencia aparece cuando los enfermos de esta patología , aparecen con patologías paralelas o anteriores que generen cuadros de inmunodepresión, es entonces cuando la criptosporidiosis cursa con un padecimiento de mayor grado al anteriormente descrito. El padecimiento asintomático y con un cuadro leve, no implica el cese de la enfermedad desde un punto de vista epidemiológico sino que el enfermo se transforma en trasmisor asintomático del parasito a su entorno más cercano. Una vez más la vigilancia de las medidas higiénicas, el manejo y mantenimiento de la ropa y el material de trabajo y especialmente el propio vehiculo, son los puntos de actuación para la barrera de esta patología y su transmisión. SALMONELOSIS El género Salmonella (familia Enterobacteriaceae) incluye una larga lista de bacterias Gram negativas anaerobias facultativas no formadoras de esporas. Existe una intensa controversia entre los microbiólogos respecto a la nomenclatura y clasificación de las salmonelas, de modo que el número de especies y subespecies, así como sus nombres y posición dentro del árbol taxonómico, varía dependiendo de los investigadores. La forma de contagio es la vía oral y su cuadro clinico es dependiente del estado inmunitario del profesional afectado. En la mayoria de los casos cursa con un cuadro variable de gastroenteritis. Existen grandes diferencias entre el poder patógeno de unos y otros serotipos, con lo cual el riesgo de enfermedad clínica surge como resultado de la interacción “serotipo + dosis ingerida + especie hospedadora + resistencia de cada individuo”. Una vez la observancia de las medidas descritas de higiene y manejo de ropa, utensilios y vehículos es la principal arma de defensa ante la mayoria de las zoonosis que el profesional veterinario se encuentra en su actividad laboral diaria. García I. Prevención de riesgos DERMATOFITOSIS ó TIÑAS La dermatofitosis es una micosis superficial de gran importancia y puede afectar a piel, cabellos y uñas. Estos hongos son patógenos primarios que poseen queratinasas lo que les permite utilizar la queratina de esas estructuras como fuente de nitrógeno. Las infecciones por dermatofitos fueron las primeras enfermedades infecciosas reconocidas (Mitchell,1983). Las denominaciones que las identifican entre otras son: Tricofitosis, Dermatofitosis, Herpes, Tiñas, Flavus y otras, nombres que pueden tener relación con una determinada especie susceptible u otros aspectos (Bofill y col. 1996). Dermatofitos zoofílicos.- Según González y Bárcenas (1996) representan un grupo ecólógico con un alto grado de especialización debido sin duda a un largo proceso de adaptación. Se caracterizan por ser parásitos obligados, la mayoría de ellos, variando en cuanto al número de especies hospedadoras. Se encuadran en este grupo a aquellos dermatofitos que tienen como hospedador a alguna especie animal aunque en ocasiones pueden afectar al hombre. Las especies de dermatofitos zoofilicos son por consiguiente preferentemente patógenas de los animales, con una inexplicable especificidad de hospedadores. Se ha señalado que las especies de este grupo no han sido aisladas como formas saprofíticas del suelo. Los dermatofitos zoofilicos, que parasitan de forma primaria a los animales, viven concomitantemente con otras especies fúngicas, que son comunes en el pelaje y piel de gran cantidad de especies animales, y que no suelen infectarlos. Esta alta competencia por el sustrato, limita en cierta medida la colonización exclusiva por ciertos dermatofitos, salvo si existe un deterioro de los mecanismos de defensa del hospedador. Algunas especies de dermatofitos zoofilicos son incapaces de metabolizar activamente la queratina del hospedador, lo cual es atribuido en parte, a la acción fungistática de los ácidos grasos presentes en la piel, pelo y plumas de los animales. Este hecho, juntamente con la temperatura corporal del hospedador y la ausencia de un grado permanente de humedad, por la acción hidrofóbica del estrato lipídico, pueden crear condiciones que inhiban el desarrollo fúngico. La transmisión se efectúa fundamentalmente por contacto directo, falta un espacio aquí Richard y col.(1994) señalan que en las áreas rurales más del 80% de las afecciones fúngicas de los humanos pueden ser de origen animal, en tanto que en el ambiente urbano un 20% tiene relación con los animales domésticos. Sin duda, la práctica totalidad de afecciones en los profesionales veterinarios provienen de los animales con los que tratan. Es difícil su impedimento más allá de la observancia, de nuevo, de las practicas higiénicas ya descritas. Señalar para finalizar que esta ultima zoonosis descrita es, sin embargo, la primera por incidencia en los profesionales veterinarios de nuestro país según la encuesta realizada en el congreso internacional de ANEMBE en San Sebastián, en mayo del año 2005.v