Los Reyes presidirán el acto de entrega del Premio Vocento a

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Cultura
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EL NORTE DE CASTILLA
DOMINGO, 15 DE OCTUBRE DEL 2006
VALORES HUMANOS
Los Reyes presidirán el acto de entrega
del Premio Vocento a Miguel Delibes
Tendrá lugar el martes, día en que El Norte de Castilla celebra su
150 aniversario con un concierto al que asistirán los Monarcas
MARÍA AURORA VILORIA
VALLADOLID
Miguel Delibes cumplirá el martes 86 años, ya que nació en Valladolid el 17 de octubre de 1920, el
mismo día en que, 64 años antes,
en 1856, comenzaba a salir a la
calle diariamente EL NORTE DE
CASTILLA, el periódico al que ha
estado vinculado desde su juventud. Pero esta vez el aniversario
será muy especial, ya que el escritor recibirá en esa jornada el
Premio Vocento a los Valores
Humanos de manos de los Reyes.
Concedido el pasado 14 de junio,
el Consejo de Administración de
Vocento, el grupo de comunicación que edita EL NORTE DE
CASTILLA, ha querido reconocer
con el galardón «la prolífica trayectoria literaria» del novelista
vallisoletano, «íntimamente ligada a su personalidad e impregnada de un profundo carácter ético».
El premio, que ha llegado este
año a la décima edición, quiere
distinguir también la defensa de
la libertad que Miguel Delibes ha
ejercido siempre a través del
periodismo, así como su sensibilidad personal hacia los más desfavorecidos y su amor a la naturaleza, tantas veces puestos de
manifiesto a lo largo de su extraordinaria obra literaria.
Una extensa creación que incluye veinte novelas, cinco relatos
calificados por sus estudiosos
como novelas cortas y otros 25
libros, de viajes, de artículos, diarios de caza y pesca o pequeños
ensayos. Una obra que empezó a
gestarse cuando el escritor era
redactor de EL NORTE DE CAS-
Fidelidad
El galardón fue el impulso que
necesitaba el joven Delibes para
ir construyendo su obra literaria,
tarea que compartió con el periodismo siempre ejercido desde EL
NORTE, porque una de las cualidades de Delibes, como él mismo
ha destacado muchas veces, es la
fidelidad, a una mujer, a un periódico, a un editor y a una ciudad,
ya que Valladolid no solo ha sido
el lugar en que nació sino en el
que ha vivido siempre. Además,
sus calles, plazas y edificios, los
sitios en los que ha transcurrido
su día a día, se han inmortalizado en las páginas de sus libros, de
forma más o menos explícita.
También muchos de sus personajes, desde niños y ancianos jubilados a un hereje, sin olvidar a
una mujer de clase media que dialoga con un marido muerto, han
nacido y vivido en la ciudad castellana.
Así que el Premio Vocento a los
Valores Humanos que los Reyes
le entregarán el día 17 une también simbólicamente al escritor
con su periódico y su ciudad, ya
que, por primera vez en estos diez
años, el solemne acto de entrega
tendrá lugar en Valladolid en
lugar de en Madrid.
Ese mismo día, 17 de octubre,
EL NORTE, un periódico que conserva entre sus páginas la firma
de Delibes, que fue nombrado
subdirector en 1952 y ocupó el cargo de director de 1958 a 1963, celebra su 150 aniversario. Y lo hará
con un concierto extraordinario
de la Orquesta de Castilla y León
que también presidirán los Reyes.
El escritor Miguel Delibes, en su casa de Valladolid. / HENAR SASTRE
El Valladolid de Miguel Delibes
C
UANDO yo tomé la decisión de escribir, la literatura y el sentimiento
de mi tierra se imbricaron. Valladolid y Castilla serían
el fondo y el motivo de mis libros».
Así se expresaba Miguel Delibes,
en setiembre de 1986, con motivo
de ser nombrado Hijo Predilecto
de su ciudad.
Valladolid y Castilla son, en
efecto, los escenarios constantes,
por no decir únicos, de la obra literaria del novelista. Si él mismo ha
definido la novela como la conjunción de «un hombre, un paisaje y una pasión», no cabe duda de
que el paisaje de su narrativa es
el paisaje que a él le ha rodeado
siempre, y que el hombre protagonista de sus historias es el hom-
TILLA, periódico en el que ingresó en 1941 como caricaturista y
crítico de cine y en el que, en 1948,
conoció a través del teletipo que
había ganado el Premio Nadal por
su primera novela, ‘La sombra del
ciprés es alargada’.
bre de esta tierra. De Castilla y de
Valladolid.
«A Valladolid, mi ciudad» reza
la dedicatoria de ‘El hereje’, la última novela que ha salido de la pluma de Delibes. Y de Valladolid trata y habla el libro por entero. De
la primera a la última página.
Pero también no pocas de sus
otras narraciones, cuentos o novelas, tienen a Valladolid como escenario. Muchos de sus personajes
se mueven por las calles y plazas
vallisoletanas. Hasta alguno de
ellos lleva el sobrenombre de
‘Valladolid’, como es el caso de
Miguel Páez, protagonista del relato ‘La partida’, publicado en 1954.
Por lo demás, el lector delibeano adivina que Valladolid es, así
mismo, la ciudad de Lorenzo el
cazador, del viejo Eloy y su criada Desi; de Mario y Menchu; de
Sebastián, el contrahecho protagonista de ‘Aún es de día’; de Gregorio García de la Lastra en
‘Madera de héroe’; de Eugenio
Sanz Vecilla en ‘Cartas de amor
de un sexagenario voluptuoso’; de
Pepe y Áurea en ‘La fe’; de don
Hernando en ‘El patio de vecindad’; de Nicolás y Ana en ‘Señora
de rojo sobre fondo gris’; del
pequeño Quico y su familia en ‘El
príncipe destronado’; de nuevo de
Lorenzo en ‘Diario de un jubilado’; del adolescente protagonista
de ‘El refugio’; de Tomás, el simpático jardinero del Campo Grande, en ‘El manguero’.
Frente al Campo Grande nació
precisamente Miguel Delibes. Así
lo expresaba él mismo muchos
años después, al agradecer la
Medalla de Oro de la provincia en
1993: «Quisieron los hados que yo
naciera frente al Campo Grande
–el parque de mi ciudad–, seguramente porque desde que abrí los
ojos necesité amplios espacios
para respirar».
En un banco del Campo Grande se declararía el novelista, a punto de terminar la guerra, a su
novia Ángeles de Castro, y al igual
que cualquiera de los vetustos castaños o tejos que pueblan el parque, también él echó raíces profundas en su Valladolid natal y en
Valladolid ha transcurrido su vida
entera. «Soy como un árbol, que
crece allí donde lo plantan», así
ha gustado de repetir. «Arraigué
aquí tan profundamente –son también palabras suyas– que, ya de
niño, trasladarme a otro lugar
hubiera comportado un desgarramiento, el dolor y los riesgos
que lleva consigo todo transplante».
Valladolid ha sido, pues, su escenario vital, el escenario de gran
parte de su narrativa urbana y,
por descontado, de su intensa
labor periodística a lo largo de casi
toda su vida. Ingresa en EL NORTE DE CASTILLA, como caricaturista, en l941, llega a redactor
en 1943, y ocupa luego los puestos
de subdirector y director, hasta
que se ve obligado a dimitir, en
l963, a causa de diferentes enfrentamientos con la censura reinante y con las autoridades del entonces llamado Ministerio de Información y Turismo.
Su paso por el periódico significó, sin embargo, un constante
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