1.6 El agua como elemento narrativo

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UNIVERSIDAD DE MAGALLANES
Facultad de Humanidades, Ciencias Sociales y de la Salud
Departamento de Educación y Humanidades
“EL AGUA COMO ELEMENTO NARRATIVO EN LAS
CORRIENTES IMAGINARIAS DE OSVALDO WEGMANN EN SU
NOVELA LA ÚLTIMA CANOA”
Tesis de grado para optar al título de Pedagogía en castellano y
comunicación para enseñanza media
Estudiante:
Evelyn Aguilar Cárcamo
Director de Tesis
Oscar Barrientos Bradasic
Punta Arenas, Diciembre de 2012
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UNIVERSIDAD DE MAGALLANES
Facultad de Humanidades, Ciencias Sociales y de la Salud
Departamento de Educación y Humanidades
“EL AGUA COMO ELEMENTO NARRATIVO EN LAS
CORRIENTES IMAGINARIAS DE OSVALDO WEGMANN EN SU
NOVELA LA ÚLTIMA CANOA”
Tesis de grado para optar al título de Pedagogía en castellano y
comunicación para enseñanza media
Estudiante:
Evelyn Aguilar Cárcamo
Director de Tesis
Oscar Barrientos Bradasic
Punta Arenas, Diciembre de 2012
3
INDICE
Contenidos
RESUMEN ……………………………………………………………………………………..3
INTRODUCCIÓN……………………………………………………………………………… 4
CAPÍTULO I: MARCO TEÓRICO
1.1 Breve panorámica de la composición narrativa en Magallanes ……………………..8
1.2 El paisaje en la composición narrativa ………………………………………………….11
1.3 Análisis estructural del relato según Roland Barthes ………………………………...13
1.4 Imaginación y Materia …………………………………………………………………….16
1.5 Escritor narrativo del Agua...........………………………………………………………17
1.6 El agua como elemento narrativo ……………………………………………………….20
CAPÍTULO II: DE LA OBRA Y DEL AUTOR
2.1 Osvaldo Wegmann Hansen Novelista por excelencia ………………………………..23
2.2 Reseña de la “Última Canoa” ……………………………………………………………25
CAPÍTULO III: ANÁLISIS DE LA OBRA “LA ´´ÚLTIMA CANOA” DE OSVALDO
WEGMANN HANSEN
3.1 El agua como elemento narrativo en la construcción del relato ……………………. 29
3.1.1Las aguas compuestas en los personajes del relato ………………………….. 31
3.1.2Las aguas violentas en Petáyem ……………………………………………….. 34
3.1.3Las aguas profundas en la vida del kawéscar …………………………………. 39
3.2Los estados del agua reflejados en la novela y su lugar en la vida del
Magallánico. ……………………………………………………………………………….43
CAPÍTULO IV: CONCLUSIONES …………………………………………………………. 46
BIBLIOGRAFÍA REFERENCIAL …………………………………………………………… 47
BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA …………………………………………………….. 48
WEBGRAFÍA ………………………………………………………………………………….49
4
RESUMEN
El siguiente estudio está orientado a investigar la presencia del Agua como
materia formal en la narrativa de Osvaldo Wegmann Hansen, específicamente en su
obra, “La última Canoa”.
Comienza con el primer capítulo orientado a establecer los parámetros teóricos
que fundarán la estrategia de análisis de la obra antes mencionada.
De forma preliminar se expone una breve descripción del panorama literario en la
región de Magallanes, que contempla la observación de las distintas posturas narrativas
y de parte de quién se encuentran mayormente orientadas.
El Paisaje en la composición narrativa es una situación que se entrecruza con la
producción de relatos narrativos,
y ha sido influencia en muchos escritores. Estos
conceptos se ven fuertemente arraigado en los temas tratados en las obras compuestas
en la Patagonia pasando a ser un recurso literario albergado en la imagen.
A partir de la noción de Imagen y Materia se busca establecer las condiciones
que permiten a los escritores construir imágenes con importante significado. Es por eso
que se usará el Ensayo de Gastón Bachelard titulado: “El agua y los sueños”.
De esta obra se consiguió extraer tres categorías para interpretar las Aguas
posiblemente localizables en la obra “La última Canoa” de Osvaldo Wegmann Hansen.
La primera lleva por nombre: Las aguas compuestas, en donde todo aquello que
posea liquidez será posible de interpretar como Agua, ya sean lágrimas, sangre, vino
etc. La segunda, Las aguas violentas, están orientadas al orgullo y a la adversidad que
a las personas nos toca vivir y de cómo somos atraídos para luchar en contra de esas
dificultades. Y la última, Aguas profundas, es un tipo de agua que está ligada a la
información que arrastra un destino y que termina llevando todo a una muerte
Este estudio llevará consigo la interpretación de esta obra orientada hacia la
exposición de las imágenes del Agua demostrando la posible manifestación de un
narrador del Agua.
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INTRODUCCIÓN
A partir de los años 50 la literatura Magallánica ha estado marcada por un
reconocible aumento de escritores, y una gran variedad de obras que giran en torno a
todos los géneros, y que se enmarcan en temáticas regionales como los son Las
desigualdades sociales,
los movimientos obreros que lucharon por mejores
condiciones laborales, el exterminio indígena y la población aborigen propia de la zona.
Pero indudablemente uno de los temas más recurrentes y que no es visualizado
directamente sobre estos textos es la presencia del Clima, la naturaleza, el paisaje
austero que abarca a toda la zona de la Patagonia. Siendo el género Narrativo uno de
los focos atrayentes para orientar el siguiente estudio.
El Clima torrentoso, húmedo y gélido, marca la vida de toda persona que recorre
estas tierras, formando de esta manera un subconsciente que intentará hacerse ver de
manera indirecta a través de las composiciones narrativas.
Uno de los temas que interesa abordar en este análisis es la presencia del Agua
en la narrativa de Osvaldo Wegmman, escritor nacionalizado. Específicamente en su
obra “La última Canoa”. Y cómo este elemento influye y adquiere un papel
imprescindible en la construcción del relato.
Esta temática está respaldada por la obra del pensador francés Gastón
Bachelard, que puso en relación la imaginación poética con lo que solemos llamar el
mundo exterior. Modificó la concepción de la crítica literaria y con ello nutrió los
movimientos más avanzados en el análisis del lenguaje literario.
A partir de la obra “El agua y los sueños. Ensayo sobre la imaginación de la
materia”, de Gastón Bachelard, se buscará una base temática para abordar la novela
“La última canoa”, y centrar las imágenes que de ésta se pueden extraer, no solo para
localizarlas sino también para darles una interpretación a manera personal y justificada
con la teoría de Bachelard y que tienen relación con el elemento Agua.
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En su obra Gastón Bachelard, proporciona distintas imágenes del agua, su
significación y relación con la ensoñación del poeta, concepto que será modificado para
ser aplicado en un novelista que en este caso es Osvaldo Wegmann.
El principal objetivo de esta Tesis es: Analizar la obra “La última canoa” de
Osvaldo Wegmann Hansen, a partir de la imagen del Agua, como elemento narrativo
presente en el relato de la obra.
En el ámbito del relato se sostendrá el análisis estructural del relato de Roland
Barthes, quien s encarga de esto en su texto: “Introducción al análisis estructural de los
relatos”. Su análisis se concentra principalmente en seleccionar unidades funcionales
en el relato, que se encargan de proporcionar realidad a la obra literaria, estas
funciones están formadas por acciones y colaboran con la creación del relato.
La primera unidad es la información que nos entrega el escritor por medio de la
narración y se encuentra presente en las acciones, que entrelazadas dan origen a una
segunda unidad funcional, La Catálisis un conjunto de acciones que incorporan
información conocida por el lector y que hace creíble o cercano lo relatado. La tercera
Unidad funcional existente es El Indicio, aquello que nos hace saber cosas
indirectamente y que le da mayor realce al relato.
A partir de las Aguas que se extraerán de la obra, y que se encuentran dirigidas
a las acciones dentro del relato se establecerá que la acción del Agua en el relato dará
sentido de realidad a la novela.
Uno de los motivos que impulsan esta Tesis es demostrar la existencia de un
Escritor del agua, tomando como base la construcción narrativa que ha hecho en una
de sus obras y que por medio de su lenguaje es capaz de materializar la imagen del
agua contenida en su inconsciente, para mostrar los estados de este elemento que
pueden ser descritos y orientados hacia una caracterización. Esto ocurrido en el relato,
es capaz de dar señales de las distintas intenciones significativas que tiene el agua.
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Con esta Tesis no sólo se busca demostrar que Wegmann es un Escritor del
agua, señalando una serie de Aguas expresadas en sus relatos, sino también la posible
evidencia de que pueden existir más Escritores del Agua, esto a consecuencia de que
el motivo por el cual el Agua es observada en los escritos es que todos enfrentarían las
mismas características naturales. La lluvia, el mar, la nieve y por lo mismo es inevitable
utilizar este elemento en las composiciones tanto poéticas como narrativas.
Una de las razones que llevan al escritor a manifestar el Agua es poder crear un
sentido de realidad, en donde sólo lo real es aceptado ante los ojos.
Y se busca
plasmar los momentos que colectivamente se han afrontado.
Se espera que la Tesis sea llamativa y entendible para quién ha gozado de la
lectura de esta novela y así también motivar a muchos a escribir y materializar aquello
que es tan propio de quienes viven en la Patagonia y que se encuentra albergado en
nuestro inconsciente.
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CAPÍTULO I:
“MARCO TEÓRICO”
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1.1 Breve panorámica de la composición narrativa en
Magallanes
“Tan solo la escritura tiene la posibilidad de
eliminar la mala fe que conlleva todo
lenguaje que se ignora así mismo”
Lo primero a realizar para comenzar este capítulo, es definir qué entendemos por
literatura, o bien cuál es el sentido que se le puede dar a partir de la generalidad a la
cual representa. Para ello se debe especificar que una definición establecida no se
encuentra, sino más bien una serie de acercamientos o explicaciones sobre su
composición o características. En primer lugar La palabra literatura proviene del término
latino litterae, que hace referencia a la acumulación de saberes para escribir y leer de
modo correcto. Hasta aquí el concepto se orienta hacia el saber, la escritura y lectura.
Para el diccionario de la Real Academia Española (RAE), la literatura es una
actividad de raíz artística que aprovecha como vía de expresión al lenguaje. También
se utiliza el término para definir a un grupo de producciones literarias surgidas en el
seno de un mismo país, periodo de tiempo o de un mismo género (como la literatura
persa, por ejemplo) y al conjunto de materiales que giran sobre un determinado arte o
una ciencia (literatura deportiva, literatura jurídica, etc.) Ante esta descripción se
podrían aclarar una serie de conceptos, como lo son el lenguaje, la ciencia, la obra, el
texto. Antes, debe decirse, para mayor entendimiento, que la literatura al reunir un
conjunto de materias, se divide de acuerdo a la composición escrita, siendo estas de
carácter Lírico, como los poemas, dramático, para las obras teatrales, y narrativo, para
el conjunto de novelas, cuentos, fábulas, mitos o leyendas escritas y transcritas.
El lenguaje literario, es señalado por la revista semanal literaria, publicada por
New International, en Londres, Times Litterary supplement, como “el ser de la literatura
entera, está contenida en el acto de escribir, no ya en el pensar, pintar, contar, sentir”.
Donde la acción de escribir sustenta al lenguaje mismo. Esta misma revista expondrá
un dilema acerca de la relación entre la literatura y las ciencias. En donde las separa y
las une al mismo tiempo. En donde la “La ciencia se dice, la literatura se escribe, la una
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va guiada por la voz, la otra sigue a la mano”. La literatura en su caso sería la única
que soporta la responsabilidad total y por esencia del lenguaje.
Esta misma revista señala que el lenguaje en la literatura, desde un punto de
vista ético, “pretende el desmoronamiento de los conceptos esenciales de nuestra
cultura a la cabeza de los cuales está el de lo <<real>>.” Desde lo político, el lenguaje
estaría dado por medio de la “profesión y la ilustración de que ningún lenguaje es
inocente y de la práctica de lo que podríamos llamar el “el lenguaje integral”, se vuelve
Revolucionaria.”
Acerca de los conceptos Obra y Texto, es necesario expresarlos a partir de la
mirada de Rolando Barthes, quien en su documento: “De la obra al texto” publicado en
1967, establece que la Obra en sí es un fragmento de sustancia que ocupa un espacio
de los libros, mientras que el Texto, es un campo metodológico, o como lo expresaría
Lacan, de quien hace mención en su artículo; “La realidad se muestra, lo real se
demuestra”, esto dirigido hacia una noción acerca de que la Obra se ve, es decir en
librerías, estanterías, etc. Y el Texto se demuestra, se habla según ciertas reglas o en
contra de ellas. La obra se sostiene en la mano y el Texto se sostiene en el lenguaje:
solo existe tomado en un discurso, que en la situación de la composición narrativa es el
relato en sí mismo.
Si se unen estos conceptos y su interpretación es mucho más fácil entender que
por literatura se abordará un conjunto de obras, compuestas de discursos elaborados
gracias al lenguaje que intentarán dar a conocer una ciencia o arte particular
descifrable sólo para un grupo social determinado por un modo cultural que los
distingue y que se acerca a su realidad, diferenciados según su composición escrita,
estando así los poemas, los dramas dramáticos y las novelas que son de interés social
y que exigen siempre una lectura intensa y dinámica.
Así como se ha hablado de literatura y de su descomposición característica y
funcionalidad en la sociedad, se montará una pequeña descripción del acontecer
literario en la Patagonia, en Magallanes.
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Está Alejandro Lavquén, que realiza un artículo acerca de la poesía Magallánica,
donde se refiere a la “Antología Insurgente”, obra a cargo de los escritores regionales
Pavel Oyarzún y Juan Magal, publicada en enero de 1998 por la editorial Atelí. Su
propósito es recopilar los antecedentes literarios que han surgido en estas tierras
indómitas en el período que se señalará a continuación, dice: “La literatura magallánica
evolucionó, en una primera etapa, de la mano del paisajismo y costumbrismo, influida
por el dominio social de estancieros y la burguesía de la región. Recién en los años
ochenta, durante el siglo XX, los escritores magallánicos comenzaron a desarrollar su
oficio de manera distinta, provocando un cambio sustancial en el estilo, pero sobre todo
en la temática con respecto de lo que se había escrito hasta aquella década.”
Acerca de esta recopilación Lavquén dice que: “es un significativo aporte al
conocimiento de la poesía de una región que resulta lejana y ajena a la inmensa
mayoría de los chilenos, a pesar del valor histórico, cultural, patrimonial y de reservas
naturales que posee. El libro que motiva esta nota incluye poetas nacidos entre 1945 y
1978, y con la excepción de Aristóteles España, que nació en Castro en 1955 y falleció
en Valparaíso en julio del 2011, los demás escritores son nacidos en las ciudades de
Punta Arenas y Puerto Natales: Juan Pablo Riveros, Astrid Fugellie, Hugo Vera
Miranda, Pedro Paredes, Luis Alberto Barría, José Luis Vergara, Ramón Díaz Eterovic,
Alberto Coyopae, Ricardo Cárcamo, Óscar Pacheco, Juan Magal, Pavel Oyarzún,
Maribel Valle, Santiago Fernández, Niki Kuscevic, Óscar González, Maritza Kusanovic,
Soledad Vásquez, Marcela Muñoz, Christian Formoso, Patricia Ojeda, Óscar Barrientos
Bradasic, Reiner Canales, Miguel Velásquez, Rodrigo Gómez, Claudia Aguilar y Claudio
Oyarzo. Podríamos decir que la característica principal, de los autores del período
incluido en el volumen, es la preocupación por rescatar la memoria histórica, por escribir
desde la temática social descarnadamente.”
Dentro de las temáticas más recurrentes están el testimonio acerca del
exterminio de las etnias originarias y la denuncia de la represión contra los sindicalistas
obreros que iban en busca de mejores condiciones laborales.
De la Literatura Magallánica se puede observar una gran cantidad de autores
que parten desde los años 50 dejando un legado importante de obras. Dentro de ellos
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está indudablemente quien será objeto de estudio en este trabajo, Osvaldo Wegmann
Hansen, de quien se hablará con mayor profundidad en el siguiente capítulo.
Autores sumamente importante a nivel nacional como lo son de antaño, Gabriela
Mistral, quién se inspiró de sobremanera al momento de componer su obra
“Desolación”, cuando habitó esta zona, al ser nombrada directora del Liceo de niñas
Sara Braum, en la ciudad de Punta Arenas. Otro autor es Francisco Coloane, que a
pesar de no ser de esta zona, obtuvo inspiración para una parte de sus composiciones
literarias.
1.2 El paisaje en la composición narrativa
Pensando que el paisaje literario tiene sus orígenes, en la oratoria del discurso
retórico, donde se buscaba el embellecimiento y la amplificación de las cosas,
demuestra que el interés del hombre por dar a conocer lo que miraba nos es de ahora
sino desde siempre. Y los escritores de esta zona no se alejan de tal situación.
La relación entre el paisaje y la literatura es sumamente estrecha cuando la
orientamos hacia la producción literaria de Magallanes. A nivel nacional, está claro que
la zona está compuesta por un abundante paisaje indómito, que ha atraído a personas
por medio de la inspiración artística que entrega esta zona. La literatura magallánica en
sí es vista a partir del paisaje, como una de las más retratadas en páginas, a
comparación con otras zonas del país. Así lo estima la página web del DIBAM, cuando
se refiere a la literatura magallánica:
“Posiblemente ningún paisaje de nuestro país ha sido protagonista, en el mejor
sentido de la palabra, de tantas páginas y aventuras literarias. Porque así como
han sido muchos los escritores extranjeros que se ha dejado seducir por la lejanía
y los ecos de esta tierra, muchos más han sido los escritores chilenos que han
homenajeado la Patagonia chilena en sus escritos.”
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Para dar un acercamiento más profundo a la relevancia del paisaje se escoge la
siguiente afirmación dada por Claudio Guillén en su estudio “Paisaje y Literatura en los
fantasmas de la otredad”, de la Universidad de Harvard. Dice lo siguiente: “lo más
alterable y disputable del paisaje es su grado de especificidad, es decir, lo que lo
diferencia de otras obras descriptivas y hace que tenga personalidad propia.” Sobre
esto se puede decir que lo más específico de nuestro paisaje, no es sólo el viento o la
nieve, sino más bien el Agua, porque a partir de ella se conforma un todo de nuestro
paisaje.
Guillén, vincula inmediatamente el tema del paisaje con la naturaleza, como
aquello que el hombre mira, y que intenta reflejar como una realidad. El hombre, al ser
poeta buscará siempre retratar aquello que lo hace humano, que lo identifica y por
medio de la mirada traspasará aquello que nos da historia o significación, al papel,
como expresa Guillén en su trabajo:
“es precisamente la mirada humana lo que convierte cierto espacio en paisaje,
consiguiendo que una porción de tierra adquiera por medio del arte calidad de
signo de cultura, no aceptando lo natural en su estado bruto sino convirtiéndolo
también en cultural; y ello hasta tal punto que se nos hace difícil no considerar
muchos paisajes como entornos nuestros, reales o inminentes, o bien
simbólicamente como vías de reconocimiento de nuestra situación en el mundo.
Así, el paisaje es a la vez omisión y conquista del hombre”
Bachelard expresa lo siguiente, acerca del paisaje y su relación con la
imaginación y la ensoñación, en este caso la imaginación del Agua:
“Se sueña antes de contemplar. Antes de ser un espectáculo consciente todo
paisaje es una experiencia onírica… Los poetas y los soñadores a menudo se
entretienen más de lo que son seducidos, por los juegos artificiales de las aguas.
El agua es en ese caso un adorno de sus paisajes; no es realmente la “sustancia
de sus ensoñaciones”
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A partir del paisaje que nos puede entregar la imagen del agua en la obra de
Wegmann, podremos no solo descifrar un aspecto de la incidencia de este elemento en
el relato sino también cómo condiciona a los personajes.
1.3 Análisis estructural del relato según Roland Barthes
Roland Barthes publica en 1966 su artículo “Introducción al Análisis estructural
de los relatos”, en él incorpora un nuevo análisis de tipo literario que tiene que ver con
las funciones que posee el texto y como se desarrollan en la constitución del relato.
Para Barthes la Obra literaria asume valores artísticos y especificidad literaria y se
diferencia de las demás obras literarias en su originalidad o individualidad.
Acerca de los relatos Barthes dice que ellos existen en cualquier tipo de
comunidad cultural y la forma en que se manifiestan no es solo literaria:
“el relato puede ser soportado por el lenguaje articulado, oral o escrito, por la
imagen, fija o móvil, por el gesto y por la combinación ordenada de todas estas
sustancias; está presente en el mito, la leyenda, la fábula, el cuento, la novela, la
epopeya, la historia, la tragedia, el drama, la comedia, la pantomima, el cuadro
pintado (piénsese en la Santa Úrsula de Carpaccio), el vitral, el cine, las tiras
cómicas, las noticias policiales, la conversación. Además, en estas formas casi
infinitas, el relato está presente en todos los tiempos, en todos los lugares, en
todas las sociedades; el relato comienza con la historia misma de la humanidad;
no hay ni ha habido jamás en parte alguna un pueblo sin relatos; todas las clases,
todos los grupos humanos, tienen sus relatos y muy a menudo estos relatos son
saboreados en común por hombres de cultura diversa e incluso opuesta1: el
relato se burla de la buena y de la mala literatura: internacional, transhistórico,
transcultural, el relato está allí, como la vida.”
(p. 3, Doc. “Int. Al análisis estructural de los relatos)
15
Barthes decide entonces, relacionar el tema del análisis estructural con sentidos
pragmáticos, respecto al origen de la lengua y del ambiente al cual pertenece quien
compone las novelas. Desde una mirada estructuralista, definirá las distintas Unidades
funcionales del relato y de las cuales es posible ejercer un análisis.
Este análisis estructural tiene por base la presencia de la Función, que según la
definición de Propp bien acogida por este escritor, es: “La acción de un personaje
considerada desde el punto de vista de su participación en el desarrollo de la intriga”.
Estas acciones podrían ser principales y asumidas por el personaje.
La función para Barthes pasa a ser un concepto aislado del valor antropológico,
porque en el relato, todas las unidades que lo componen son funcionales y todas tienen
un sentido, se correlacionan con otras unidades o con el conjunto de la obra.
Las unidades funcionales descritas por Barthes y que se han escogido para
relacionarlas con la obra escogida para estudiar, son tres y en ellas se encierran las
riquezas de los significados del texto.
Entre ellas están, la unidad funcional de la información que en esencia es lo que
rescatamos del relato en cuanto a lectura y que tiene incidencia con nuestros
pensamientos. La catálisis es otra unidad funcional, y son las acciones que se unen y
entran en correlación con los núcleos pero no se hallan sometidos a la intriga. Poseen
lo que Tomacheviski llama “motivación realista”,
esto quiere decir, la función de
producir el efecto de realidad, de crear la ilusión de un mundo real y abrir las vías de la
imaginación.
La catálisis, como todas las informaciones aparentemente insignificantes del
texto recupera una magnitud significante, imposible de imaginar cuando suponen al
mismo tiempo un nuevo tipo de Unidad, la tercera unidad funcional, el Indicio.
El Indicio, si le mira a partir de la lingüística los indicios son signos asistemáticos,
que no se integran en un código convencional y estable y no forman parte de la lengua.
Para Barthes, es algo mucho más simple, y son aquellos elementos que dan a conocer
de manera indirecta y como sin quererlo algo oculto y desconocido.
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Rafael Núñez, realiza un acercamiento acerca de este tema y respecto a los
indicios expone que son más que núcleos, son verdaderos riesgos del relato. Porque
uno como lector nunca estará seguro de que tal frase tiene un significado inicial. Como
dice Núñez, “Leemos y no caemos en la cuenta del doble significado de las lexías”.
Para Barthes el indicio es un elemento migrador, capaz de prestarse a un
compromiso con los elementos del mismo género para formar caracteres, atmósferas,
figuras o símbolos. El valor del Indicio está sujeto a la malicia del relato, lo enigmático
que puede ser, su ironía e incluso la información implícita que proporciona. Las pistas
que nos entrega el texto son en sí la unidad del indicio y como tal es algo que igual
puede llegar a despistarnos.
Barthes, da a conocer un sistema de códigos que tendrían relación con la
inestabilidad del Indicio. El código es una perspectiva de citas, como explica Núñez, es:
“un espejismo de estructuras, solo conocemos de él las marchas y los regreso; las
unidades que provienen de él son siempre salidas del texto… son otros tantos de
fragmentos de ese algo que siempre ya ha sido leído, visto, hecho, vivido: el código es
el surco de ese ya”. Se remite entonces con este código a lo que ya ha sido escrito, lo
que ya hemos leído, acerca de la cultura, la vida, la vida como cultura.
17
1.4 Imaginación y Materia
Bachelard, propone una nueva estética artística, orientada hacia la inconsciencia
del poeta creador, y del origen de su obra conforme a las imágenes que ha utilizado
para elaborar sus escritos. Nos orienta para poder analizar de manera consciente el
interior de las imágenes que nos ofrece el poeta.
Él corrompe la usual forma de análisis de la psicología del hombre, interrogando
aquello que no se ha podido explicar, la incidencia de la imaginación en la etapa de
niñez y por qué ésta se va deteriorando hasta desaparecer en los adultos. Investigó la
forma en cómo se desarrollan las imágenes uniéndola directamente con su actividad, la
imaginación.
En este ámbito la imagen obtiene valor, siendo “un nuevo modo de ser del
lenguaje en la conquista positiva de la palabra, que <<no se limita a expresar ideas o
sensaciones>>, sino que abre un porvenir al lenguaje mismo”, como dice Aldo Trione
en su análisis de “Ensoñación e imaginario”.
La ensoñación en este caso no es vista como en la psicología, que estudia el
sueño y que únicamente considera las ensoñaciones de los sueños confusos, sin
historia ni estructura. Bachelard en cambio descubre la ensoñación diurna, la que no
deriva del sueño ni puede ser clasificada en la serie de los eventos oníricos.
En su ensayo “El agua y los sueños”, nos afirmará que soñamos las imágenes de
la materia. “sustancialmente, íntimamente, apartando las formas, las
formas
perecederas, las vanas imágenes, el devenir de las superficies. Tienen un peso y un
corazón.” Bachelard, apunta a una necesidad, debido a que identifica escasez de la
causa material en la filosofía de la estética, pues solo se uniría la noción de individuo a
la noción de forma. Entendamos así, que estamos acostumbrados a pensar en la forma
de la materia pero no en la materia misma. Pensamos en una manzana, pero no
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necesariamente en la textura, en su esférica y olorosa consistencia, su solidez y su
debilidad interna. Porque solo vemos agua transparente, y no su transitoriedad al correr
por un canal o deslizarse por la mano, por el cuerpo, no vemos agua en las lágrimas, o
no nos damos cuenta si es dulce o es salada. Porque solo vemos la forma, no su
materia, no su fondo.
Suele parecer extraño entender que el escritor posea esta característica, ser
capaz de trasladar inconscientemente las imágenes albergadas en su mente, que no
tienen nada que ver con la actividad de los sueños oníricos, sino de algo irreal que se
hace real por medio de la escritura de estas personas.
La materia siempre ha sido vista desde los ojos como una materia tangible, pero
sólo desde el concepto científico, a través de la propuesta de Bachelard se puede ver la
materia descrita por los escritores.
1.5 Escritor narrativo de Agua
Cuando nos remontamos al concepto general de poeta podemos encontrar
definiciones tales como: Persona que compone obras poéticas, y las obras poéticas,
son por esencia el conjunto de obras que ha escrito una persona de carácter lírica. Un
ejemplo puede ser cuando nos referimos a la obra poética de Cesar Vallejo en Perú, o
Mario Benedetti.
Bachelard apunta a la obra poética de la siguiente manera;
“Toda obra poética que desciende del germen del ser lo bastante profundamente
como para encontrar la sólida constancia y la hermosa monotonía de la materia,
toda obra poética que extrae su fuerza de la acción vigilante de una causa
sustancial debe florecer, adornarse. Tiene que acoger, para la seducción primera
del lector, las exuberancias de la belleza formal.”
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Por lo tanto la obra poética está cargada de belleza, pero, ¿Será posible que
se manifieste esta misma belleza, no sólo en la lírica, sino también en la
composición narrativa? Se puede analizar el concepto de la poética que a
continuación se intentará disolver.
La poética es en este caso la ciencia nomotética cuyo objeto de estudio son
las artes, y la literatura. Como señala Andrés Morales Milohnic en su blog de taller de
poesía. Menciona a Tzvetan Todorov, para quien la poética es una ciencia que estudia
el discurso literario y que apunta a una reflexión científica sobre la literatura, ubicándose
no en el conjunto de hechos empíricos que determinan las obras literarias, sino en el
discurso literario. Todorov, asume entonces que la obra literaria es una estructura
abstracta posible, en la cual existen constantes discursivas que pueden ser estudiadas
por un estudio científico.
A partir de este ámbito, es posible ubicar a la obra narrativa como un objeto
poético porque
en el texto narrativo es posible encontrar un discurso literario,
compuesto de imágenes poéticas que entregan belleza al relato, y se puede evidenciar
por medio del Agua.
El sentido de la narrativa, entonces, gira en torno a un objeto propio, el relato.
Esto se debe a que el lenguaje de la literatura se diferencia de los otros lenguajes
porque está constituido por un código poético. También se le designa poética al estudio
de un autor que hace sobre sus obras.
En este estudio, se planteará una serie de características aplicadas en un poeta
y que serán aplicadas en un escritor esencialmente narrativo.
De esta manera, de acuerdo la función del poeta, expresada por Bachelard en su
ensayo, se guiará para ser replanteada en el quehacer narrativo.
Bachelard, propone al poeta como un creador de materia, alojada en el
subconsciente, y que es capaz de plasmar en sus obras. Da a conocer que el poeta,
termina retornando a la infancia para hacer florecer toda su imaginación;
20
“Hay horas en que el sueño del poeta creador es tan profundo, tal natural, que sin
darse cuenta recupera las imágenes de su carne infantil”
Al analizarse esta afirmación, se puede destacar que el concepto del poeta del
agua es posible aplicarlo al quehacer narrativo, porque al igual que un poeta, el escritor
de novelas, igual va a poner aspectos de su experiencia o de su infancia en sus obras.
Una de las razones por las cuáles Bachelard acude al tema de la imaginación de
la materia es que evidenció una carencia respecto a la Causa de la materia en la
filosofía estética. Y al referirse a la noción de la belleza de la materia, es indispensable
no pensar en cómo surgen las imágenes de lo material.
Cuestionará la necesidad de estudiar las relaciones de la causalidad material con
la causalidad formal, para poder generar una doctrina filosófica de la imaginación.
Entendiendo por causalidad formal, aquella en donde nos detenemos sólo al
pensamiento básico de un objeto y no necesariamente de aquel que se crea
individualmente en la psicología del poeta. Este cuestionamiento se plantearía tanto el
poeta como el escultor, debido a que “Las imágenes poéticas tienen, también ellas, una
materia”.
Los poetas del agua en este caso, son aquellos donde el elemento del agua es
presenciado en sus obras. Tal es el caso de Edgard Allan Poe, analizado por
Bachelard. Respecto a esto Bachelard dice lo siguiente:
“Los documentos poéticos son mucho menos numerosos y más pobres. Los
poetas y los soñadores a menudo se entretienen más de lo que son seducidos por
los juegos superficiales de las aguas. El agua es en ese caso un adorno de sus
paisajes; no es realmente la “sustancia” de sus ensoñaciones. Para hablar como
filósofo, los poetas del agua “participan” menos de la realidad acuática de la
naturaleza que los poetas que atienden al llamado del fuego o de la tierra.”
Lo planteado por Bachelard a la noción del Poeta del Agua, es posible aplicarlo a
un Escritor del Agua, porque el narrador, visto como la voz del escritor, expondrá
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características cognitivas del escritor, que orientadas al elemento Agua es efectivo
admitir que el narrador puede utilizar el agua para demostrar el paisaje del contexto en
la obra narrativa o elementos relacionados con el Agua.
1.6 El agua como elemento narrativo
Bachelard, elabora un ensayo teórico respecto a los sueños y los elementos que
surgen del imaginario. Por elementos, se vincula a la ley de los cuatro elementos,
incorporando en sus estudios, análisis del fuego, el aire, la tierra y el agua, este último
es el objeto a analizar en este estudio. En donde determina que las personas soñamos
las imágenes que después transformamos en materia.
“Soñamos esas imágenes de la materia, sustancialmente, íntimamente, apartando
las formas, las formas perecederas, las vanas imágenes, el devenir de las
superficies. Tienen un peso y tienen un corazón”
(P 25, Bachelard, 2011)
Respecto a esto se puede constatar la capacidad del creador literario para plasmar las
imágenes del ensueño, por medio de la palabra, al elaborar sus relatos.
La vida del poeta del agua está en marcado por una serie de experiencias que dan
forma al descubrimiento del agua y de cómo será utilizada.
El escritor narrativo igual tendrá la capacidad de abordar en el papel las imágenes
del Agua, lo que lo diferenciaría de otros
escritores. En este punto el agua es
predominante en su mayoría al momento de exponer un paisaje, una imagen acerca del
contexto que se presenta para dar originalidad al relato. A partir de esto Bachelard
expone lo siguiente:
22
“Los poetas tocados de la gracia de viven como una agua anual, como un agua
que va de la primavera al invierno y que refleja, fácilmente, pasivamente, con
ligereza, todas las estaciones. Pero el poeta más profundo descubre el agua
vivaz, el agua que renace de sí, el agua que no cambia, el agua que marca con su
signo imborrable sus imágenes, el agua es un órgano del mundo, un aliento de los
fenómenos corrientes, el elemento vegetante, el elemento que lustra, el cuerpo de
las lágrimas…”
Según esto, el poeta obtendrá del Agua, el factor general de su obra. Y como tal,
verá en el Agua un elemento con intención narrativa, debido a la constante presencia
de este elemento en las imágenes que incorporará en su relato, con el afán de
demostrar originalidad y realidad en su mundo narrado.
23
CAPÍTULO II:
DE LA OBRA Y DEL AUTOR
24
2.1 Osvaldo Wegmann Hansen, novelista por excelencia
Osvaldo Wegmann Hansen nace en 1918 en San Julían Argentina, de padre
suizo y madre chilena, transcurrió sus años de niñez y juventud en Puerto Natales,
trasladándose más tarde a Punta Arenas, nacionalizándose chileno de acuerdo con las
leyes vigentes. Sus dotes literarias afloraron a temprana edad, transformándose en uno
de los más destacados periodistas de la Patagonia y en uno de sus más prolíficos
escritores. Como periodista, fue director del diario `La Prensa Austral` por más de veinte
años.
Como uno de los autores magallánicos que se ha concentrado en confeccionar
relatos en cuento y novela ha incursionado además en la historia. Dentro de sus obras
destacan los relatos del mar y del campo, que conoció ampliamente. Al igual que
autores como Jack London, James Oliver Curwood y Zane Grey. Ha relatado sus
propias experiencias, aventuras que ha vivido y de las que fue testigo.
Se inició en 1938, publicando sus propios cuentos, basados en temas de los
canales magallánicos. Los reunió en un volumen editado en 1953, con el título, “Tierra
de Alacalufes”. Le siguió la novela “Las tierras de las discordias”, en 1955, inspirada en
sus andanzas de colonizador y navegante. El éxito de estos libros lo estimuló para
seguir escribiendo y de su pluma brotaron, “El sueño del Ballenero”, cuentos 1968; “El
camino del Hambre”, 1968, novela acerca del primer intento colonizador del Estrecho
de Magallanes; “Primavera en Natales”, 1974, tierno relato con recuerdos de la infancia.
Y en 1976, la obra que se tiene en esta Tesis como objeto de estudio, “La última
Canoa.”
Fue declarado Hijo Ilustre de Puerto Natales (1974), nombrado Miembro
Correspondiente de la Academia Chilena de la Lengua (1979), recibió la Medalla
Municipal de Punta Arenas (1981), y fue galardonado como Ciudadano Distinguido de
Magallanes (1982). Participó en varias campañas arqueológicas en la Patagonia.
25
Fundador del diario `El Austral` de Puerto Natales e incluido en varias antologías
y textos escolares.
Acerca de él se puede encontrar el prólogo hecho por José Grimaldi en la
publicación de “Primavera en Natales” en su cuarta edición. En este prólogo, Grimaldi,
destaca la labor creadora y cultural de este autor, y se busca entregar parte de ese
prólogo a continuación, para conocer mejor la visión de alguien de la época que no se
encuentra vivo actualmente:
“No soy yo , por cierto, quien pretenda presentar a los lectores -sobre todo a los
lectores magallánicos- a Osvaldo Wegmann Hansen. Hace ya muchos años que
su nombre es familiar y conocido a través de su larga jornada de la pluma en bien
de la literatura regional. Su nombre ha traspuesto con dignidad y altura de escritor
concienzudo y profundamente conocedor de la tierra y los seres que describe en
sus obras, las fronteras de la patria chica y ocupa, desde hace largo tiempo, el
puesto que se ha ganado en la literatura nacional. La crítica lo ha galardonado y
el público, supremo juez al fin, lo ha aplaudido, sin reserva. Mucho le debe, y en el
futuro, más aún que hoy, así se comprobará a través de la supervivencia del
interés por su obra literaria, nuestra tierra austral chilena. Estas líneas que hacen
hoy el pórtico de entrada de esta nueva creación de Osvaldo Wegmann, son tan
sólo las palabras del amigo de tantos años que pretenden trasuntar la emoción
producida por la lectura de estas páginas tiernas y limpias en que el autor recto y
viril de todas sus obras anteriores vuelca la nostalgia de su espíritu por los años
de la infancia y el paisaje contemplado a través del prisma puro de los años
inocentes. Es quizás por primera vez a través de su producción que Osvaldo
Wegmann nos entrega la sensación de la dulce poesía que todo hombre lleva
escondida dentro de sí.” (José Grimaldi)
Si bien en la obra que se ha tomado como estudio no se evidencia la
recapitulación de la infancia por parte de este autor si lo podemos ver en su obra antes
mencionada. En donde también hace alusión al mar, en el episodio en que él y sus
amigos deciden embarcarse e ir a visitar una isla, ellos solos en un pequeño bote.
26
2.2 Reseña de la “Última Canoa”
La última Canoa es una obra de carácter histórico, debido al gran contenido
informativo que posee. En ella la historia transcurre en Puerto Edén, ubicado en la Isla
Wellington. Lugares existentes en la Patagonia Chilena.
El relato se construye a partir de la llegada del Padre Torres a la base de aviación
del Ejército, Ubicada en dicho lugar. Los aviadores de la Base son el Sargento
Sandoval y el Cabo Aguilar. Ellos están encargados de la base meteorológica, que
entrega información de las condiciones climáticas a los barcos que hacen trayecto
desde el norte del país en dirección a Punta Arenas. Y a la estación de Santiago
principalmente.
Lo particular de esta base es que se encuentra habitada no solo por aviadores
sino también por kawéscar, nómades canoeros que han sido tocados por la civilización
y la toma de posesión de muchos de los lugares que solían transitar. Estos aborígenes,
se encuentran en el lugar porque se les da alimento o vestuario a cambio de que
permitan que se les evangelicen. Por eso la llegada del Padre Torres.
Petáyem es un niño de este pueblo que se encuentra muy allegado a las
inmediaciones de la base y comparte mucho con los aviadores. Al ser bautizado, uno
de los aviadores, el Cabo Aguilar se ofrece para ser su padrino, siendo este el
comienzo para que Petáyem empiece a civilizarse.
Petáyem es hijo de Noshtué, el Capitán papa, un kawéscar como de unos 50
años, y que sirve de mediador entre los de la base y los demás aborígenes.
Este pueblo se caracteriza por ser Canoeros, construyen canoas a partir de
troncos de árbol, con las cuáles se transportan a través de los canales. Esta costumbre
se va perdiendo con la llegada del blanco que le empieza a transmitir además de
enfermedades, costumbres como el uso de balsas o chalupas, más sólidas y capaces
27
de llevar a más gente dentro y que ayudarán a que este pueblo desaparezca casi por
completo. Los aborígenes aprendieron a comercializar las pieles que conseguían en
cacerías, de ellas también construían sus Chozas.
Una vez instruido en materia de educación y modales. Es impulsado a ir a
estudiar a Punta Arenas con el Padre Torres. Petáyem es encantado con todas las
ideas que le plantean acerca de cómo es la ciudad de cómo es estudiar y la posibilidad
que él tenía de viajar en barco e incluso de aprender a volar aviones, que era lo que
más le llamaba la atención.
En el transcurso del relato se van viendo todas estas cosas, a través de los
mismos personajes. El tema central que alberga esta novela es el cambio que
experimenta el aborigen al ser trasladado a la civilización y de cómo uno de ellos tubo
la posibilidad de estudiar, de obtener una carrera e incluso de contraer matrimonio.
La novela tiene dos partes, la primera en donde se manifiestan las características
de los personajes que habitan Puerto Edén y la relación que existe entre ellos. Las
costumbres de los aborígenes, el trabajo de los aviadores y el quehacer evangelizador
del Padre. Esto siempre en constante descripción de los hechos naturales y
comportamientos de este pueblo. La segunda parte consiste en la partida de Petáyem a
Punta Arenas, de su llegada al colegio Salesiano y de la mirada que tienen los
civilizados acerca de su pueblo, algo que lo marca profundamente. Pues no eran vistos
como un pueblo bueno sino como algo para ser exhibido de ejemplo de lo salvaje. Una
vez instalado, empieza a destacarse en el área académica, al nivel de ser becado para
asistir a la escuela de especialidades de la aviación. Esto siempre en un duro proceso
de entender que él ya era diferente a los de su pueblo, que en su caso eran marginados
y tratados en menos por el resto de las personas. Ya en Santiago, culminan sus
estudios y logra conocer a quien será su esposa. Durante mucho tiempo vive sin
recordar su pasado, hasta que recibe una carta del Padre Torres contándole que está
muy enfermo y pidiéndole que no olvide a su pueblo que él había prometido volver para
seguir con la evangelización y la civilización de su pueblo, todo esto junto con el hecho
de que su padre estaba por fallecer. Petáyem retoma sus recuerdos y una fuerza lo
28
impulsa a marcharse y junto con eso tener que contarle a su esposa que él no era lo
que ella creía, que era un indio igual a los que ella alguna vez despreció y que debía
sumarse a su pueblo que no estaba bien.
Una vez que pidió su traslado a la base de Puerto Edén se da cuenta de que su
pueblo está sumido en la miseria, que sus padres están en una situación precaria y
quién está a cargo de la base no hace más que abusar y malgastar las provisiones que
posee. Engañando y maltratando a quienes vio de pequeño.
Decide sumarse a su pueblo, se empareja con Kotsau, su amiga de infancia y a
quien prestó atención de pequeño. Y decidió buscar la manera de hacer salir adelante a
su familia, mandó a construir una chalupa, para poder ir de caza y conseguir algo para
comercializar y comer. Su emprendimiento anduvo bien, hasta que desafortunadamente
en su primera salida, quedan varados en una isla sin la posibilidad de conseguir ayuda.
De allí el momento casi más importante. Deciden construir una canoa para poder
salir de allí. Y Petáyem junto al recuerdo que tenía de haber visto al padre de Kotsau
construir una, demoraron alrededor de dos meses en crearla.
Una vez terminada, decidieron embarcarse y marcharse, sin saber que las olas le
arrebatarían el control de la nave y sin poder luchar contra ellas conseguirían la muerte.
Con un triste final esta novela, no solo deja el rastro histórico de este pueblo sino que
además nos cuenta la historia de un niño, que a pesar de haber gozado de las
comodidades de la civilización retoma su vida pasada y va en busca de sus raíces.
29
CAPÍTULO III:
ANÁLISIS DE LA OBRA“LA ÚLTIMA CANOA”
DE OSVALDO WEGMANN HANSEN
30
3.1 El agua como elemento narrativo en la construcción del
relato
La novela, La última Canoa, es un texto que tiene presentes los elementos
estructurales que elabora Barthes, y se demostraran a continuación.
En primer lugar, cuando nos dice que la obra literaria se diferencia de otras por
su originalidad e individualidad, es afirmativo que esta novela es original, porque atrae
con un nombre que marca a un pueblo que forma parte de la historicidad de la región.
Es cierto y demostrado que el pueblo kawescar existe y que aún hay descendientes.
Barthes anuncia tres tipos de Unidades funcionales, y que le dan sentido al
relato. La información que se entrega, por ejemplo, cuando nos presentan a Noshtué al
inicio de la novela:
“Gregorio Mansilla, el alacalufe Noshtué, era el dueño de una de las rucas, en la
que vivía en compañía de su mujer, Iaax, a quien llamaban María Angostura, y de
sus hijos Petáyem, Tchakwal y Ketkoyo. Estos dos últimos eran muy pequeños y
apenas gateaban.” (p.14.,Wegmann, 1976)
La Catálisis, es esta misma información pero que se une con otras
proporcionando motivación realista. Dentro de la novela se puede clasificar como
catálisis la información de carácter histórica, como por ejemplo cuando el sargento
Sandoval le explica al cabo Pacheco la denominación de los nativos de la zona, cuando
éste llega por primera vez a Puerto Edén:
“La denominación general de estos nativos es la de alacalufes, pero se dividen en
grupos bien diferenciados: los kawéscar, que poblaban las islas y canales desde
San Pedro a Isla Wellington y Madre de Dios.” (p.71.Wegmann, 1976)
Los Indicios, son notorios, debido a la gran presencia de ellos, pero que el lector no
evidencia sino hasta culminada la novela. Ejemplo evidente de ello son la presencia de
31
Kotsau en la infancia de Petáyem y la forma en que Wegmann describe sus encuentros
además de aquel en que ella afectuosamente le regala la valva. Otro ejemplo es la
introducción de Petáyem al mundo dentro de la base, y cómo a través de los aviadores,
se da a conocer la importancia de este niño en la historia:
“-Pero, ¿acaso se porta mal, a veces?- Preguntó el misionero con fingida
severidad.
El indiecito sonreía, mientras jugaba con la cuchara, haciéndola sonar contra los
dientes.
-No, es muy bueno, muy vivo y muy inteligente. Habla castellano con bastante
corrección.” (p. 23. Wegmann, 1976)
El comportamiento de las aguas de acuerdo al inconsciente y la ensoñación
producida en el Escritor del agua, lleva a Bachelard a descomponer las distintas
imágenes sustanciales del agua que se pueden evidenciar en las composiciones
literarias de este tipo de escritor describiéndolas y ejemplificándolas en la medida que
se pueden observar.
Dentro de su clasificación se pueden hallar hasta quince tipos de aguas, de las
cuales se pueden mencionar: Las aguas claras, primaverales, corrientes, enamoradas,
durmientes, muertas, El agua pesada en la ensoñación de Edgard Allan Poe, en donde
hablará de cómo la figura de la pérdida, el duelo y la muerte marcaran su fina pluma al
momento de elaborar sus escritos.
Es tan amplia la variedad de aguas a las que apunta que mencionará algunas en
torno a lo maternal y el agua femenina. Habla de la moral del agua. Y un capítulo lo
orientará al tema de la supremacía del agua dulce. Pero de todas estas aguas, serán
sólo Las aguas profundas, Las aguas compuestas y las Aguas Violentas, las escogidas
para localizar las evidencias que logran demostrar que Wegmann es un Escritor del
Agua, en esencia.
32
3.1.1Las aguas compuestas en los personajes del relato
Para definir el concepto de este tipo de agua, es necesario acudir a los términos
como “composición” o “combinación”. Aquello que se imagina posee composición de
elementos, mientras que la materialización de esa imaginación está dada por la
Combinación de elementos. Para este efecto el agua es un elemento favorable para
ilustrar los temas de la combinación.
Dentro de la química material, el agua posee la característica de la disolución de
los sólidos y esta faceta es una de las más comprendidas en los Escritores del agua.
“Para la ensoñación materializante, todos los líquidos son aguas todo lo que
corre es agua, el agua es el elemento del agua. La liquidez es precisamente el
carácter elemental del agua”
(El agua y los sueños, Bachelard. G. 2011, página 145)
A partir de esta cita se entiende que el agua en su forma tiene la capacidad de
combinarse con otros elementos, siendo esto evidencia de que los sueños se asocian
con los conocimientos y el trabajo combinatorio de la imaginación material se realiza
entre los cuatro elementos fundamentales.
Las imágenes de la ensoñación son las verdaderas imágenes. Son unitarias o
binarias, siendo posible soñarlas en la monotonía de una sustancia y al desear una
combinación es que surge una combinación de dos elementos.
Tales uniones pueden ser: la unión del agua con el fuego, el agua y la noche, el
agua y la tierra, las lágrimas. Uno de las aguas compuestas más enigmáticas y más
requeridas en las obras literarias es la del alcohol. La imagen del vino.
“Cuando el alcohol flamea, en una noche de fiesta, parece que la materia
estuviera loca, parece que el agua femenina ha perdido todo pudor
entregándose delirante a su dueño el fuego. No hay que asombrarse de que
33
algunas almas acumulen en torno de esta imagen excepcional múltiples
impresiones y sentimientos contradictorios, y que bajo ese símbolo se
constituya un verdadero complejo” (P. 148.Bachelar.2011.)
Y en la misma obra, no deja de existir esta imagen. Presente en la voz de los
aviadores de la base, cuando buscaban celebrar algo especial o despedir a alguien:
“En la noche, mientras Aguilar preparaba la mesa para la cena, se ausentó un
momento a su dormitorio y regresó con tres botellas de vino. Consciente de que
en Puerto Edén existía en la práctica la ley seca, había llevado ese obsequio,
para entregarlo al personal a la hora de la despedida, con el ánimo de testimoniar,
de alguna manera sus agradecimientos a esos hombres, de cuya voluntad
esperaba la mayor comprensión y cooperación.” (p. 46. Wegmann, 1976)
“Los aviadores y el misionero tomaron asiento. Pronto saborearon un buen vaso
de vino, que les supo a gloria. Y mientras tomaban otro, conversaron acerca de la
próxima partida.” (p. 161. Wegmann, 1976)
El agua y la noche; respecto a esto último Bachelard dice lo siguiente, que es un
fenómeno universal, un ser inmenso y que se impone a la naturaleza entera, pero que
no toca las cosas materiales. Pero la ensoñación de la materia es:
“una ensoñación tan natural e invencible que la imaginación acepta por lo
común el sueño de una noche activa, de una noche penetrante, de una
noche insinuante, de una noche que penetra la materia de las cosas. En
ese caso la Noche deja de ser una diosa enlutada, ya no es un velo que se
extiende sobre la Tierra y los Mares: la Noche es noche, la noche es una
sustancia, la noche es la materia nocturna. La noche es invadida por la
imaginación material. Y como el agua es la sustancia que mejor se presta a
las mezclas, la noche va a penetrar las aguas, va a opacar el lago en sus
profundidades, va a impregnar el estanque.”(p. 156. Bachelard. 2011)
34
A partir de esto, en el transcurso de casi toda la obra, el autor hará uso de
imágenes de la noche, de su condición, de su calma y la combinación que de ella
y la lluvia surge.
“Llovió toda la noche, con fuerza. Los goterones picoteaban el techo de la casona.
Los aviadores dormían profundamente.” (p. 47. Wegmann, 1976)
“Esa noche se recogieron temprano… Antes de quedar dormido, sintió el
tamborileo de la lluvia en las calaminas del techo. Había comenzado a llover.” (p.
149, Wegmann, 1976)
Otro de los elementos combinatorios y que no pueden dejarse de lado es la
presencia de las lágrimas, lágrimas notorias y confirmadoras de un sentimiento de la
infancia, inocente y verdadero, las lágrimas de Kotsau, la niña amiga de la infancia de
Petáyem, y que en tan evidente acto, nos demuestra el sentimiento de afecto que tenía
por el personaje.
“Petáyem la recibió extrañado. La miró con interés, pensando que podría tener
algún atractivo; pero al advertir que era una valva vulgar y vacía, la arrojó lejos.
Kotsau rompió a llorar. Su madre se volvió y la reprendió severamente. El niño
comprendió el motivo del llanto y, arrepentido, recogió la valva, guardándola en
el
bolsillo
de
su
pantalón
raído.
Kotsau
sonrió
alegremente.”
(p. 53, Wegmann, 1976)
La segunda parte del texto, muestra nuevamente la pena de la pequeña tras la
partida de Petáyem a Punta Arenas. Hechos plenamente narrados por el autor porque
entrega indicios de la importancia que tendrá ella más adelante, cuando Petáyem
regrese de Santiago para quedarse y hacerla su mujer.
“El hijo de Noshtué subió a bordo de la escampavía, afectado por la pena, a pesar
de que volvía con interés a Punta Arenas. Había visto al despedirse, los ojos
almendrados de Kotsau, cubiertos de lágrimas” (P.7. Wegmann, 1976)
35
Dentro de las combinaciones posibles se destacan estas y otras como lo son las del
bosque y el rocío, incluso las del Agua con la canoa, elemento fundamental en la vida
de este pueblo nómade. Sin embargo, se invita a reconocer las distintas combinaciones
que se pueden desprender de esta novela al momento de leerla.
3.1.2 Las aguas violentas en Petáyem
Los kawéscar es un pueblo aborigen perteneciente a la Patagonia Chilena. Se
encuentra actualmente ubicado en Puerto Edén, en la isla Wellington. De ellos quedan
pocos descendientes de los kawéscar, casi indistinguibles del resto de asentados en la
zona, como lo son los Chilotes o extranjeros.
Las causantes de la perdida de este pueblo, serían el efecto desintegrador del
contacto con el mundo occidental, el cambio en sus creencias tradicionales, tras la
insistente labor evangelizadora, provocaron casi el fin definitivo de este pueblo, esto
solo por unos cuantos que existen aun en el lugar mencionado anteriormente.
Los aborígenes de la zona austral de Chiles se sometieron a un medio
geográfico que dificultaba la vida, con abundantes lluvias quebrantadoras, muy bajas
temperaturas y canales traicioneros, en donde la situación de vida precaria, hacían de
sus vidas algo simple, en donde poseían creencias que les ayudaban a explicar el por
qué de tantas malas experiencias.
Tras el contacto con tripulaciones de barcos que cruzaban el estrecho y los
canales, junto a los chilotes que llegaban a la zona en busca de un destino diferente,
no pudieron detener la pérdida de su más importante recurso alimenticio: Lobos
marinos. Cazados en abundancia para luego ser exportados. En el caso particular de
los Kaweskar, tuvieron por escases, que establecerse en la Isla Wellignton en la base
36
aérea de Puerto Edén. Para recibir alimento y abrigo, esto a cambio de ser
evangelizados y a su vez civilizados. Sin embargo, tras este intercambio, solo fue
posible la desintegración social de estas personas debido a las enfermedades que
debieron enfrentar y su progresiva aculturación.
A partir de esta contextualización, se puede entender el carácter existencial del
aborigen y la realidad a la cual se enfrentaban. Es por esto que se ha escogido el Agua
violenta para mostrar el escenario que habitan en las líneas creadas por Wegmann en
su obra “La última Canoa”.
Para que pueda existir la realidad, esta no puede quedar completamente
constituida para los ojos del hombre hasta que la actividad de este sea totalmente
ofensiva. “inteligentemente ofensiva”. Para ello los objetos debiesen recibir un justo
coeficiente de Adversidad, y esta adversidad es la que han enfrentado los aborígenes
protagonistas de esta novela junto a los que han estado fuera de ella.
Bachelard plantea lo siguiente desde una mirada personal, aclarando en gran
medida el comportamiento del ser humano frente al mundo:
“Comprendo al mundo porque lo sorprendo con mis fuerzas incisivas, con
mis fuerzas dirigidas, en la justa jerarquía de mis ofensas, como
realizaciones de alegre cólera, de mi cólera siempre victoriosa, siempre
conquistadora.” (P. 239, Bachelard, 2011)
Esto aplicado a la noción de que la fuerza se liga con el poder y este, es el
constructor por esencia de los sueños, ¿Será que los aborígenes sentían una fuerza
que los ataba a estas zonas de tan difícil y sacrificada vida? Puede que no a ellos, pero
sí al autor, al ser éste sostenedor de la vida de los personajes.
Una vez que Petáyem ya es parte de la civilización que le ofrecieron y recupera
el recuerdo de su pueblo, nace en él una fuerza habitada a partir de sus recuerdos de
infancia y nace también una fuerza que lo impulsa a regresar a su vida de nómade, en
37
donde las aguas, la tierra, el bosque le hacían ser uno sólo con ellos. Así lo expresa en
una conversación con Washington, compañero de estudios que tenía en Santiago:
“Hoy día ajusto tuercas con la misma suficiencia y tranquilidad con la que un
alacalufe despega cholgas en las rocas de Puerto Edén, como una cosa de rutina,
sin importancia. Pero mientras tanto, recuerdo los canales y los fiordos
silenciosos; las canoas de los nativos, navegando por las costas aledañas; las
rucas de pieles, humeando bajo las lluvias; los viejos alacalufes junto al fuego,
hablando del tiempo, de la marea, del viento y de los pájaros.” (p.55. Parte II,
Wegmann, 1976)
A través de este pueblo, Wegmann reflejó su orgullo por los oríegnes y no tuvo
remordimiento en enfrentar la realidad y exponerla en su novela.
“Algunos alacalufes prepararon sus canoas y salieron de expedición. Dijeron que
iban a cazar nutrias. Sandoval pensó que el objeto era otro, estaban demasiado
tiempo en la estación y el espíritu nómade los inducía al viaje” (p. 51, Wegamnn,
1976)
El orgullo es otro elemento que se refleja en las aguas violentas al ser uno de
los provocadores de la ofensiva que representa a la persona ante la adversidad.
“El orgullo es el que da la unidad dinámica al ser, el que crea y alarga la fibra
nerviosa. El orgullo es el que da al impulso vital sus trayectos rectilíneos, es decir,
su éxito absoluto. El sentimiento de la victoria segura es el que da al reflejo su
flecha, la alegría soberana, la alegría viril de perforar la realidad. El reflejo
victorioso y vivo supera de modo sistemático su alcance antecedente” (P. 240,
Wegmann, 1976)
Wegmann refleja este estado al presentar a Noshtué como el Capitán Papa.
Dada su función de mediador, este personaje al igual que su hijo Petáyem serán el
reflejo del orgullo enmarcado en esta novela y que terminará dando sentido a los
núcleos que se entre hilan.
38
“Noshtué se despojó de su saco raído y se probó la chaqueta azul. Levantó los
brazos y se miró las mangas, con los galones de capitán de corbeta. Estaba
maravillado. No cabía en sí de orgullo.” (P.12, Wegmann, 1976)
El orgullo es observado en Petáyem cuando decide no enfrentar la partida que
realizaría su padre y elegir quedarse con los de la base.
“la iniciación esos caracteres verdaderamente primeros, verdaderamente
dramáticos. Cuando abandonamos los brazos paternos para ser lanzados "como
la piedra de una honda" en el elemento desconocido sólo cabe en primera
instancia una amarga impresión de hostilidad. (P. 249, Bachelard, 2011)
Como lo relata la siguiente cita, cuando Petáyem se da cuenta de que su padre
está desarmando la ruca y él trajinaba de un lugar a otro pues no tenía deseos de
marcharse junto a su padre:
“–Capitán papa se va- dijo.
-¿Para dónde?
- No sé. Está desarmando la ruca.
Sandoval se asomó a la ventana.
-Es el buen tiempo-comentó- apenas mejora, ustedes se van, como los pájaros.
-Yo no- contestó Petáyem- No quiero irme.
-Entonces, vamos a ver al Capitán.” (p. 38. Wegmann, 1976)
Cuando hablamos del Agua, si esta es violenta podremos encontrar, que en ella
la victoria, será rara y peligrosa, porque el nadador conquistará un elemento más
extraño a su naturaleza, ello visto plenamente en el final de la obra, cuando Petáyem
decide crear una canoa y cruzar de nuevo las aguas, pero que desprovistamente lo
llevará a él y a su familia a sucumbir.
“La impresión lo estremeció como un golpe de corriente. La chalupa se había
soltado y azotado por efectos del oleaje, atravesándose en una piedra, que le
39
hundió las tablas del fondo y le quebró las cuadernas, tenía serios daños, difíciles
de reparar.”
Una vez decidido retomar el viaje, con incertidumbre, pero con fuerza, para
Petáyem y su grupo será una nueva proeza, y ante ella su pensamiento será una
convocación de imágenes.
“Ya en su ensoñación le dice al mar: "Una vez más, voy a nadar en contra de ti,
voy a luchar, orgulloso de mis nuevas fuerzas, con plena conciencia de mis
fuerzas sobreabundantes contra tus olas innumerables." Esta hazaña soñada por
la voluntad es la experiencia que cantan los poetas del agua violenta. Está hecha
menos de recuerdos que de anticipaciones. El agua violenta es un esquema de
coraje.”
Este poeta del agua violenta, nos mostrará a un personaje con coraje y dispuesto
a hacer aquello que su pueblo había dejado de hacer, aquello que se propuso de
pequeño elaborar.
“-¿Por qué no hacemos una afkala (canoa)?
-¡Eso es!- aprobó Petáyem- Me parece bien, una canoa es lo mejor, pero, eso sí,
nos llevará largo tiempo.” (p.255. Wegmann, 1976)
El autor se encargará relatar la condición de este pueblo y de sus personajes, de
manera real, una vez que la civilización los empezó a consumir.
“Los kawéscar fabricaban canoas a menudo, pero últimamente han dejado de
hacerlo. Ahora usan chalupas como esa. Vielakiejlá, me parece, fue el último que
hizo una canoa, y hace ya bastantes años.”
“-sí, me acuerdo-Respondió-, y una vez dijiste que cuando fueras grande
construirías también una canoa. Yo pensé siempre que lo harías. La harás ahora.”
40
3.1.3 Las aguas profundas en la vida del kawéscar
Históricamente la ubicación de este pueblo se extendía por territorios amplios,
según la opinión común y no necesariamente el escrutinio de arqueólogos,
documentos históricos o relatos de caza. Su área de población se mantenía en los
archipiélagos de la Patagonia occidental, es decir desde el golfo de penas hasta el
estrecho.
Eran nómades marinos que navegaban en sus “hallef” (canoa), recorriendo las
aguas en busca de mariscos o lobos marinos, de los cuáles también sacaban el abrigo
y construcción de sus chozas, armadas de ramas conjuntas, siempre con una fogata
en su interior.
Tras este pasar precario, desafortunado y poco sólido, queda una obra literaria
que hace una distinción y colabora con el recuerdo que se puede rescatar de lo que fue
este pueblo, que da a conocer su devenir y más aún su sentido de vida, tan lejano de
las necesidades sociales que nos rodean y que por supuesto se encuentra ligado a un
elemento: El agua, Las aguas profundas.
Este tipo de agua está directamente relacionada con el tema de la imagen
contenida en ella y que se asemeja a la muerte, que la llama, la anuncia o bien la
refleja. De esto Bachelard explica que toda agua va a tener un destino, del cual la hará
lenta y pesada. “Toda agua viviente es un agua a punto de morir”.
Tanto la novela como el personaje tienen un destino, en el sentido de la obra
misma como instrumento, sabemos que posee un final, aquel cuando damos por
ojeada la última página. El texto en cambio nos llevará a concluir una historia que para
muchos podría haber sido mucho más generosa en alegrías, pero que al ser opuesta
no nos habría dado algo verdaderamente real.
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“Las rucas estaban a cierta distancia de la playa, en un calvero natural del
bosque, cuyo terreno desbrozaron a hachazos. Por este motivo, antes de dormir,
Petáyem fue a ver la chalupa, asegurarse de que estaba en seco. Volvió
preocupado. La marea subía y había cambiado el viento; ahora soplaba del norte,
con anuncios de lluvia.”(p. 253. Wegmann, 1976)
La cita anterior corresponde a los que se puede designar como un núcleo dentro
del relato y que permite reconocer un Indicio, la frase: Volvió preocupado. La marea
subía y había cambiado el viento; ahora soplaba del norte, con anuncios de lluvia. Nos
pone en alerta una situación pero que no reconocemos hasta que el relato avanza.
No sólo culmina la vida del personaje principal y sus secundarios, también fallece
la vida y la historia de un pueblo que habría sido bellísimo en nuestros tiempos, donde
lo originario se vuelve más valorado y apreciado, esto debido a la búsqueda constante
de identidad, y que no significaba lo mismo en aquellos años por ser una época en que
lo social recién se estaba formado. El relato nos puede demostrar este detalle:
“Los alacalufes han olvidado los tiempos en que usaron la canoa. Ahora se les ve
navegar en poderosas balleneras, con motores fuera de borda. Y hay quienes
bucean con escafandras para extraer los mariscos de las rocas submarinas” (p.
279, Wegmann, 1976)
Así como Petáyem y su familia sucumbieron en las aguas es como también
muchos de los que vivieron en Puerto Edén y en los canales Magallánicos, perdieron la
vida para ser recordados, sólo a través de las letras.
“Allí duermen su sueño eterno muchos personajes de esta historia, bajo modestas
cruces de madera, lavadas por la lluvia y patinadas por el tiempo” (p. 280,
Wegmann, 1976)
El agua, en este estado llega a ser lo que alberga nuestra ensoñación, lo que
alberga nuestro inconsciente y que termina en ilusiones. La contemplación que se
pueda realizar del agua encaminará al poeta a derramarse, disolverse, morir. Se puede
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observar de esta manera que la Lluvia y las aguas de los canales serán la imagen del
kaweskar, y que este poeta del agua encaminará sus vidas no solo como un hecho
imaginario sino real, de lo vivido por este pueblo.
“-¿Cómo te salvaste?
- Nadé hasta llegar a tierra. Creí que los demás nadaban también, pero por el
temporal no los veía. Llegué a la playa solo. A ellos se los llevaron las olas.”(p.
278, Wegmann, 1976)
Será por medio del agua en que estos personajes conseguirán la muerte, el fin
de sus vidas tras las aguas profundas del destino.
Dentro de esta categoría, se deben tomar en cuenta dos tipos de agua; la de la
alegría y la de la pena, en esta última, es donde Bachelard afirma que en este estado el
agua nunca se volverá ligera “nunca se aclara una agua sombría”. Debido a que
siempre el comienzo se dará de manera limpia, un agua transparente, pero que
culminará con un agua triste y sombría que “transmitirá extraños y fúnebres murmullos”.
“El agua es una invitación a morir, es una invitación a una muerte especial que
nos permite alcanzar uno de los refugios materiales elementales.” (P. 90.
Bachelard.2011.)
La cita anterior, nos muestra una caracterización de lo que se debe entender por
Aguas profundas.
Esto nos llevará a entender que la obra de Wegmann estará
marcada por la tristeza, en donde esta es el camino hacia la muerte, como expresa
Bachelard. “La tristeza es la sombra que cae en la corriente.” Pero esta tristeza,
observada por medio del agua, comenzará con un agua de alegría, aquella en que el
personaje recorrerá su ser y conseguirá aquello que de pequeño le interesó.
El agua de alegría es el agua que recorrerá el kaweskar cuando una ballena vara
y les da alimento.
“-¿Varó una ballena?
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- Sí, varó. Indianos jueron ya.
- No lo sujete-recomendó Sandoval al misionero- van en busca de carne de
ballena. Es algo que no dejarían por nada del mundo. La prefieren a otros
alimentos.”(p. 39. Wegmann, 1976)
El camino a la tristeza, será enmarcada por lo que recibirán de los civilizados,
enfermedades, y vicios, como el cigarrillo y el alcohol.
“-Los mata la tuberculosis. ¿Por qué será?
-No sé. En su vida sana al aire libre, sus organismos tal vez carezcan de defensas
naturales, contra los gérmenes de las enfermedades. Todos tenemos la
tuberculosis latente. Basta un descuido para que se desarrolle. En ellos con
mayor facilidad.”(p. 31, Wegmann, 1976)
El agua profunda está enmarcada con la concepción de que el agua es en fin un
agua muerta, en donde el agua es el la forma material de la muerte. Bachelar dice lo
siguiente:
“Entonces comprenderemos que el agua es el verdadero soporte material de la muerte
y , aun más, por una inversión muy natural en la psicología del inconsciente,
comprenderemos en qué profundo sentido, para la imaginación material marcada por el
agua, la muerte es la hidra universal” (P. 103. Bachelard.2011)
Este detalle pone en evidencia que Wegmann es un poeta del agua, podría
haber orientado a los personajes a un fin distinto, en la misma isla Stuven. Pero no,
inconscientemente o tal vez por conservar una historia verídica, decidió incluir el final tal
cual. Una muerte conseguida en las Aguas profundas.
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3.2 Los estados del agua reflejados en la novela y su lugar en
la vida del Magallánico.
Como es sabido y entendido por cualquiera que ha vivido y es parte de esta parte
de Chile, sabe y no puede negar que el agua es un tema relevante en todas las
personas que están aquí, empezando por el hecho de que nos rodea el Estrecho de
Magallanes y que por él se mezclan las aguas tanto del océano pacífico como el del
océano Atlántico.
En nuestras costas se desarrolla ampliamente el tema de la pesca y somos puerto
de muchas embarcaciones marítimas, debido a la conexión que ofrece nuestro cruce
natural, con las dos mitades del planeta.
Si hablamos de Magallanes, florecen temas como el frío, el viento, la pampa, pero
sin lugar a dudas el Agua es reflejo en las constantes lluvias, la nieve y el mar que nos
rodea.
En la obra que ha sido objeto de estudio se ha analizado los tipos de agua que el
autor ha podido exponer al lector, pero queda mucho más si nos detenemos y
mencionamos las frases que dirige al tiempo y la prevalencia de lo real a través de las
imágenes que nos da del elemento líquido. A continuación se dará lugar a la extracción
de distintos ejemplos encontrados en el relato y que tienen relación con el Agua.
Dentro de la obra se pueden encontrar mencionados distintos tipos de canales
que rodean las islas y fiordos de la Patagonia. Como por ejemplo cuando le explican a
Petáyem el lugar en donde están, para mostrarle el recorrido que hace el Barco para
llegar a Punta Arenas:
“-¿Está muy lejos Punta Arenas?
-Si quieres saberlo ven conmigo.
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El sargento lo llevó a su oficina de transmisión de radio, donde había un
mapa, clavado con chinches en la pared.
-Esto representa la isla donde estamos-le explicó-. Este es el paso del indio,
frente a Puerto Edén, con sus islotes. Aquí arriba está la angostura inglesa y
sigue el Canal Messier…”
En geografía Canal es un estrecho marítimo, natural o artificial. Ejemplo de este
último es el Canal de Panamá, inaugurado en 1914, para acortar el trayecto
comunicativo entre los dos lados del mundo.
Del canal Messier, es de donde obtiene el padre Torres, el nombre con el cual
será bautizado Petáyem: Pedro Lientur Messier.
“-Esta es la costa de enfrente y el canal. Aquí está marcado el cerro Cuarzo, que
se divisa al este. ¿Ves? El buque va a navegar entre las costas del continente y
estas islas: Madre de Dios, Hannover, Esperanza, Vancouver y Piazzi, por varios
canales, como el Wide, Concepción, Sarmiento, y este más corto, que se llama
Smith, para entrar al estrecho de Magallanes.
-¿Y cuando llega a Punta Arenas?
- Al entrar al estrecho hay un paso malo, que se llama Tamar. Se levanta fuerte el
oleaje, que viene del pacífico. ¿Ves aquí? Luego- Señalando con el dedo-, el
buque sigue así, así, hasta llegar a Punta Arenas.” (p. 51, Wegmann, 1976)
Será el kawéscar y en este caso el personaje de Petáyem quien mostrará el
recorrido de estos canales. Con sus travesías de pesca y cacería de lobos y nutrias.
La lluvia es un elemento que aparecerá al principio de esta novela y tendrá
relación con el principio o el fin del día en Puerto Edén. Será parte del inicio de casi
todos los capítulos.
“Una lluvia fina y persistente invadía aquella mañana toda la región de los
canales. Puerto Edén estaba sumido en cendales de agua” (p. 21, Wegmann,
1976)
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“Poco duró el buen tiempo en Puerto Edén. Al atardecer el cielo estaba totalmente
cubierto y antes de caer la noche, había comenzado a llover, lentamente.”
La nieve no quedará ausente de esta novela, porque el autor reflejará cada
estado del agua, porque buscará recalcar la realidad tal cual es.
“Un día se notó la ausencia del sol. El cielo tenía un color gris extraño. Había frío
en el ambiente y soplaba lentamente del sur.
- Es mala señal-dijo el sargento-, va a nevar y muy pronto.
En la tarde cayeron los primeros copos. Petáyem los recibió con entusiasmo, con
aire de fiesta. Salió a fuera a ver nevar, porque le gustaba. Y advirtió como todo,
lentamente, se iba poniendo blanco.” (P. 107, Wegmann, 1976)
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CAPÍTULO IV:
CONCLUSIONES
Para finalizar este estudio, es necesario recordar que la intención primordial era
analizar la obra “La última Canoa” de Osvaldo Wegmann Hansen, a través de una
categorización extraída del Ensayo de Gastón Bachelard, “El Agua y los Sueños”.
A manera de conclusión general, es que evidentemente es posible catalogar a Osvaldo
Wegmann como un Escritor narrativo del Agua, debido a la gran presencia del Agua
como elemento narrativo dentro de su obra.
También se puede decir que, el paisaje resulta ser un factor importante dentro de
este autor, porque recurre a la imagen de éste recurrentemente, no como mera
exposición de un hecho sino para dar a conocer el contexto en el cual están situados
los personajes.
Una de las cosas que toma en cuenta Barthes a la hora de analizar un relato es
que este contenga la estructura de un relato, y por ello, las Unidades funcionales
extraídas, son concernientes a la estructura observada de la obra estudiada y la
importancia del origen y la realidad a la que pertenece son verídicas.
El Agua como elemento narrativo existe. Porque la necesidad de incluirlas en el
relato es predominante, no es uno el ejemplo acerca de las veces en que se ve la
ilustración de la imagen del Agua, y más aún cuando son analizadas a partir de las
categorías elegidas, como lo son el Agua compuesta, El agua violenta y las Aguas
profundas.
El contacto del escritor Osvaldo Wegmann y el mar, o las condiciones climáticas
de Magallanes son una fiel característica dentro de su obra.
Uno de los desafíos mayores que plantea este estudio es la posibilidad de
examinar la presencia del Agua como elemento narrativo no solo en esta obra sino
también en otras del mismo autor o de los autores que hay en Magallanes porque si
con este autor fue posible reconocer este elemento, extraño sería n hallarlo en otros.
Queda la puerta abierta a otras investigaciones como por ejemplo en el área de Lirica
que indudablemente sostendrían aún más los índices investigativos escogidos en este
estudio literario.
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BIBLIOGRAFÍA REFERENCIAL




Wegmann H. Osvaldo; “La última Canoa”; Editorial Hersaprint : Punta Arenas,
Chile. 1976.
Bachelard, Gastón; “EL AGUA Y LOS SUEÑOS: Ensayo sobre la imaginación de
la materia”. Editorial Fondo de Cultura Económica. México. 2011.
Trione, Aldo; “Ensoñación e Imaginario: La Estética de Gastón Bachelard”;
Editorial TECNOS. Madrid, España. 1989.
Barthes, Roland. “Introducción al análisis de la estructura de los Relatos”. Centro
de Editor de América Latina. Buenos Aires, Argentina. 1977
Documento electrónico:
http://www.google.cl/#hl=es&tbo=d&sclient=psy-ab&q=DialnetRBarthesElAnalisisDelRelatoLiterario-144053&oq=Dialnet
RBarthesElAnalisisDelRelatoLiterario144053&gs_l=serp.3...84662.85379.1.86459.1.1.0.0.0.0.411.411.41.1.0.crnk_timediscountc..0.0...1c.1.6jyKrRykKk&psj=1&bav=on.2,or.r_gc.r_pw.r_qf.&fp=e428383628449347&bpcl=39314
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BIBLIOGRÁFICA COMPLEMENTARIA
Gastón Bachelard El agua y lo sueños:
http://www.google.cl/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=1&cad=rja&ved=0CC
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Introducción al análisis de la estructura del relato:
http://doctoradoensemiotica.groupsite.com/uploads/files/x/000/026/a78/BARTHES_ROL
AND_-_Introduccion_Al_Analisis_Estructural_De_Los_Relatos.pdf
De la obra al texto de Barthes:
http://teorialiteraria2009.files.wordpress.com/2009/06/barthes-de-la-obra-al-texto.pdf
De la ciencia a la Literatura:
http://estudiosliterariosunrn.files.wordpress.com/2010/09/barthes-roland-de-la-ciencia-ala-literatura.pdf
Paisaje y literatura o fantasmas de la otredad:
http://cvc.cervantes.es/literatura/aih/pdf/10/aih_10_1_010.pdf
50
WEBGRAFÍA
http://tallerdepoesiacodices.blogspot.com/2010/11/poetica-definicion-y-ejemplos.html
Andrés Morales Milohnic el día domingo, noviembre 21, 2010
http://www.laprensaaustral.cl/cultura/reeditan-la-ultima-canoa-una-novela-sorprendentede-osvaldo-wegm-2711
http://www.vocesdelatierra.com/index.php?option=com_content&view=article&id=19&Ite
mid=61
http://www.memoriachilena.cl/temas/dest.asp?id=etniaskawescar
http://www.memoriachilena.cl/temas/dest.asp?id=litmagallescena
http://www.memoriachilena.cl/temas/dest.asp?id=litmagallescritores
http://www.plumaypincel.cl/index.php?option=com_content&view=article&id=756:poesiamagallanica-alejandro-lavquen&catid=39:debate
http://www.librosgratisweb.com/libros/primavera-en-natales.html
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