AÑO DE61M0. VIERNES á l DE JULIO DE 1884. NÜM. 2,990. Precios de suscricioa. En MADRID , por un me-.. . . . . ií rs Sn PROVINCIAS, por jili-;;!, ;r;-:!u'i'; • dn porte iO ¡niifiru fiO Su el e'.tranjo Este periódico se publici todas las tardo,., ssceptü ¡US domingos. Toda reciainacion á la administración debe venir franca de porte, sin suyo requisi'o no será admitida v-~¿íSc: Puntos de snscriciou LA ESPERA PERIÓDICO Kn i'Aimii), «n las oficinas ds «ífte poriA^iieo calle de Valv^rde. cúm. 6. Ea las PROV.SCJAS, en los pu :> )s que s« i:!!!!;--;..;! h^s íil'.im-s ci<':- de cada n.flR. BATIWAJM. Le Maílla. nuROKOü, D. José de Belzteí?ui, Fosíésds i'lntendencf, núm. 43. Librería Española, ruc da Provence, número i 2. MONÍRQUICO. ai'íX-rSn^S^ S!.5C3SBKS3in5»"¿!53ÍÍSL3Bs« ».rsrí?^ír«íTs'^s*i z-'u^^i^i^'- Vamos á dar cuenta á nuestros lectores de las Doticias oficiales y de las que encontramos hoy en los diarios mejor informados. La junta provisional ha publicado ayer la siguiente manifeslacion: MADRILEÑOS. «La junta, en quien habéis dcponlado vuestra confianza, cree corresponder á ella poniendo toda la suya en el valor, ¡);itriolisino y entusiasmo do que acabáis de dar lau ilorioí^a prueba en la jornada memorable de ayer. «Habéis defendido vuestros derechos. Suis dignos de la libertad, couio sois acreedores á la gratitud nacional. »No tardareis en ver al duque de la Victoria entre vosotros. La Reina le ha encargado la formación de nn nuevo ininislprio. El noiiibrwde Espartero es una cari'.iiiía de iialrinlismo y de libertad. »La junta, haciéndose iutcrprele de los deseos del pueblo de .Madrid, y :»cudieudo á la necesidad deque no se altere el ór:ion adinirahlc que la población ha (.'u.irJado comedio do la ¡u.-.ha, ha dispuesto la orgauizacioi) de la Milicia nacional, cumpliendo a«í con los deseos que el peneral O'Donnell manifestó en su procl'ina del 7 de julio en Manzanares, y ron lus que, iüia.lahreinente animan al general Espartero, Ihiuiüdo lioy á formar el ministerio. »La junta se ocupará inmediatamente en preparar los medios de que se cumpla conveniootemenle esta disposición ; en los momentos actuales lo que importa ante todo es conservar los puestoi^que el pueblo.ocupa ; que nadie se H'pare de ellos ;1a organización se realizará sin distraer las fuerzas que estén ícbre las armüs; la junta je enraiza de ello. ))Madrileiics: conservad \uesira atlilud imponente. Sed tal Lual lo hfbeis sido siempre, tan generosos ccnno valientes. Vuestra junta , que ha admirado vuestro heroísmo, se lisonjea de que admirarán ¡.i molido entero ludas las virtudes <pic honran al (ii'fliH<,!i)ii, todis las prendas que caracterizan á !' liberales CípañoU"*. )iMaUnd 20 de jolm do 1834. '•lívarisld Sfin Miguel , ¡.residente.—Juan SeviUaiio. — Alfonso Etcalatite. — Manuel Crespo.— Francisco Valdés.—.^iariin José IrJHrte.—Gregorio Mollinedo.—Marqu);, de Tabí crniaa.—.\ngel Fernandez de los Rioí.—Marques d« la Vega de Armijo.--~Joaquin Aguirre.—Antonio Coiido González. —José Ordax Avecilla.» Ayer noebe se ha repartido la siguiente Gaceta estrdbrdinaria: piu;fiDi;Nr,iA i>i;i. (:Í}.\>I;.IO DE MINISTROS. Excmo. Sr.: S. M. ÍC lia servid'i too osla fecha espedir el real dorrclu siguienlo : «Atendiendo á los méritos, serví' los y acreditada lealtad del teniente general ü . Evaristo San Miguel, vengo en uoiobrarle capitán general de Castilla la Nueva y miniam interino de la Guerra basta la llegada de D. Baldomero Espartero, duque de la Victoria y de .M'ireiia, ¡i quien tengo nombrado presidente del Consejo de ministros. »AI propio tiempo vengo en admitir la dimisión que han hecho de los cargos que desempeñaban interinamente D. Luis Mayans, ministro de Estado; D. Pedro Gómez do la .Serna, ii,i¡)isiro de Gracia y Justicia; ü . Fernando Feriiandiz de Córdova , ministro de la Guerra; D. Manuel Cantero, ministro de Hacienda; ü. Antonio de los Ríos y Rosas , ministro de ia Gobernación , y D. Miguel de Roda, ministro de Fomento.» Lo que do real orden traslado á V. E. para su coDocimienlo y satisfacción. Dios guarde á V. E. muchos años.—Palacio 20 de julio de 1834.—El duque de Rivas.—Sr. ü . Evaristo San .Migue!. El Clamor trae la siguiente relación: «Mientras reunimos mayor niimero de noticias, vamos hoy á trasmitir á nuestros lectores las que hemos podido adquirir acerca de los sucesos de los tres últimos dias en las especiales circunstancias de hallarse todo el personal de esta redacción c imprenta consagra io al servicio de las Jjarricadas y a la^efensa do la libertad. hemos dicho anteriormente la impresión que causó en el pueblo de Madrid la noticia de la caida del ministerio Sartorius. La de hallar.^e encargado elgeneral Córdova de organizar el nuevo gabinete produjo un sentimieiUo general de sorpresa y disgusto, porque, triunfante el glorioso movimiento del 28 de junio , parecía violento y absurdo que fuese llamado á los consejos de la Corona, como alma y espresion del gobierno, el hombre que lo habla combatido y que recordaba dias de luto y vejamen para el pueblo. »No calmó tampoco la efervescencia piiblica la constitución del gabinete bajo la presidencia del duque de Rivas. Cuáiido uebia procurarse sobre todo inspirar confianza y desvanecer los recelos, se asociaba en el gobierno á hombres de diversas opiniones, algunos de los cuales hablan figurado próximamente en épocas desastrosas. Esta desconfianza se auinontó primero en vista de la apatia con que proeeJie.-a en momentos que requerían disposiciones úo.;isivas, y luego se convirtió en vivísima exasperación al observar que usaba de la fuerza armada para hostilizar y rendir á este heroico vecindario, cargo terrible de que nunca podrá sincerarse. Estamos seguros de que sí se hubiesen dado ordenes pacíficas á las tropas, no hubieran ocurrido las lamentables aunque heroicas catástrofes que hemos presenciiido, ni sostenídose por espacio de cuarenta y ocho horas ese fuego mortífero que ha diezmado las Blas délos patriotas, anonadando al propio tiempo al ministerio. Semejaute conducta y la circunstancia ie haber restablecido como medida liberal el decreto ominoso de 6 de julio de 1845, d:ido en odio y por vengarse do la imprenta, acabaron de perder al ministerio en la opinión. «Tanto mas reparable fue su ceguedad, cuanto que, para evitar funestas colisiones entre el pueblo y la tropa, se emplearon en la noche del 17 los esfuerzos de que yu hemos hablado, y en la maíiaaa misma del 19, cuando se hacían aprestos tan formidables, y ce había ya roto el fuego en algunos puntos, los Sre?. Corradi y Galvez Cañero, entre mil peligros, y venciendo dificultades sinnúmero, se personaron en casa del duque de Bivaí, presidente del Consejo de ministros, para manifestarle la necesidad imperiosa y urgentísima de tomar medidas pacificas y conciliatorias, y, no habiéndole encontrado, le dirigieron una carta, que en sustancia decía asi: «Señor duque de Rivas. nMuy sefior nuestro: Ea vista del terrible aspeeuto de la población , y con el deseo de evitar nue»vas catástrofes, hemos venido á la casa de V. para «manifestarle que todavía es tiempo de impedir Bmayorss desgracias y el derramamiento desangre, «adoptando medidüs pacificas y conciliadoras. E n »tre ellas seria conveniente que se retirasen las Titropas á sus cuarteles. »Sín encargo de nadie, y por un movimiento esnpontáneo, hacemos á V. esta indicación. ¡Ojalá se «hubiera hecho caso de las que dirigió al general «Córdova, con objeto de que no llegara á empeñar»se una lucha fratricida, uno de los que suscriben* «esta carta! «Somos de V. afectísimos y S. S. S. Q. S. M. B. «Madrid 19 de julio de 1854.—Fernando Corra»di.—José de Galvez Cañero.» «Nuestros consejos se despreciaron, y al poco rato se había empeñado el combate mas sangriento entre la tropa y el pueblo. «Los patriotas del barrio de San Juan, con el entusiasmo que les distingue, levantaron parapetos é hi -¡.-ron cortadoras en todas las avenidas del Prado, las calles de las Huertas, San Juan , Jesús, San José, Costanilla, laucar y Atocha, defendiéndose bizarramente, y esperando, cerca de la platería de Martínez, el fuego de fusilería que el regimiento de zapadores mantuvo desde las diez de la mañana del día 18 basta las seis y media de la tarde, en que fueron recogidos treinta fusiles que aquel abandonó. No contentos con esta victoria los paisanos, hicieron en el día 20 una salida, sorprendiendo á ocho soldados del cuerpo de ingenieros, á quienei desarmaron, y, después do haberlos tenido prisioneros cortos momentos , les devolvieron generosamente la libertad. «Con igual denuedo se defendieron desde el 17 en la plaza del Progreso los ciudadanos de aquel barrio, capitaneados por los Sres. D. Joaquín Siman, D. José Cepeda y D. Josa Baldó. Después de haber apagado los fuegos del enemigo, los cargaron á la bayoéela, convirtiendo en una fortaleza la misma plaza y calles inmediatas. Con el objeto d« evitar la efusión de aaogre, disposo la junta de armamento y defensa de aquel distrito que una comisión, compuesta de los Sres. D. Juan Ranero, D. José de Luna y otras personas, so acercase al gobierno , como lo verificó, y, no obstante de habérsele dado las mayores seguridades, continuaron las tropas haciendo fuego , con el cual causaron muchas desgracias. »E118, á las cuatro y media del día, una columna de tropa con dos cañones hizo desde la plazuela de Matute algunos disparos de metralla sobre la tien da tocinería de Ángel Rodríguez, calle de Atocha, núm. 38, causando un destrozo que se calcula en mil duros, é hiriendo al escarolero que estaba en ella y al dueño del almacén. Un jefe que, vestido de paisano, acaudillaba la tropa, profería al estampido de las descargas este grito: «Hijos, á ellos, que «luego entraremos á degüello.» ' — ^ • « i — El general Espartero ha dirigido á los riojanos la siguiente proclama al salir de Logroño para Zaragoza: RIOJANOS. «Me separo de Logroño , mi pueblo adoptivo, porque la patria y su libertad reclaman mi presencia en la invicta Zaragoza. Me llevo el grato r e cuerdo de los siete años en que he sido vuestro conciudadano. Un solo encargo os dejo. Obedeced á la patriótica junta que ha sido instalada en este día; respetad sus disposiciones y conservad el orden, garantía segura del triunfo. «Cuento siempre con vuestra honradez, nunca desmentida, con vuestro proverbial patriotismo y esa grandeza de corazón que os ha hecho tan apreciables para vuestro convecino «18 de julio de 1854.» «ESPARTERO. La junta de Logroño, por su parte, ha dirigido á sus conciudadanos la alocución que trascribimos: RIOJANOS. bravos soldados de la guarnición de la plaza, al lado de todas las autoridades, defendiendo el orden y las leyes que son las dos égidas de nuestra causa; y entonces estaría asociado (brigo la seguridad de ello) todo el pueblo honrado y verdaderamente liberal de la provincia, cuyo mando civil acabo do tener la honra de merecer. «Barcelona 15 de julio de 1854.—El gobernador civil, José Mar^a Marchesi.» han esplotado, como patrimonio suyo, este infortunado pais. Los duques de Riánsares son ya incompatibles con todo régimen de legalidad y de libertad, y deben ser estrañados de estos reinos, si, comprendiéndolo asi, no se espatrian voluntariamente y al instante. —«Ayer noche la capital estaba iluminada con millares de luces colocadas espontáneamente en los balcones por el pueblo. En la calle de Jardines hemos visto el retrato de Espartero, y en la do la Concepción Garónima el de Espartero y O'Donnell bajo pabellones alumbrados por faroles pintados. —«Todo el pueblo de Madrid aguarda con una ansiedad suprema á su querido general Espartero. El Sr. D. Alfonso Escalante ha salido ayer tardo en posta bacía Zaragoza para acompañarle en su Tenida. La entrada del duque en esta heroica villa hará época seguramente en los fastos do nucstr.i libertad. —»Se han pronunciado Asturias, Lfíon, Torde«íUas y Ciudad-Rodrigo. En Valladolid se optaba disponiendo una columna con dos piezas de artillería para venir sobre Madrid.« Huertas, que, durante lo mas crudo del combate, los Sres. Belza y Arana, jetes do las mismas, establecieron un hospital de sangre y una fábrica de cariuchos en la próxima casa de San Ignacio. »D. Francisco Segundo Moronati, jefe de las barricadas de los Angeles y calle de los Caños, sostuvo el fuego durante cuatro horas con solos trece hambres, contra todas las fuerzas militares situadas en el teatro de Oriente y sus inmediaciones. El mismo condujo ayer tarde hasta el Principal, del brazo, enmedio del mayor entusiasmo público, al coronel Garrigó, que se presentó de parte de la Reí na á llamar al general D. Evaristo San Miguel. »En la Plaza Mayor se batieron esforzadamente los paisanos, perdiendo y ganando por dos veces el campo, hasta que lograron rendir y desarmaron unas dos cumpañias de la Guardia civil. Con igual denuedo sostuvieron el puesto los de la calle de San Agustín, quienes, corriéadoso por la plazuela de Jesús y la calle de las Huertas á la platería de Martínez, sorprendieron y desarmaron á una compañía de ingenieros. «La defensa en la plazuela de la Cebada, calle de Toledo y barrios contiguos se halla organizada de un modo tan formidalile, que un ejército entero no podría penetrar en muchos dias. »EI .polvorín está ocupado por los paisanos, quienes ademas apresaron un carro de municiuDes que iba con destino al cuerpo de a'tilleria. «A las tres de la tarde del 19, poco mas ó menos, después de una larga conferencia con el ministerio, salieron de palacio los Sres. D. Gregorio Mollinedo y D.|]José Ramírez de Arellano, con el coronel D. Nicolás Enrile, llevando un corneta con la orden de suspender el fuego, y la noticia oficial del nombramiento del duque do la Victoria para presidente del Consejo. Cumplieron su encargo corriendo mil riesgos. «Continuaremos reseñando los acontecimientos, según las noticias que se nos comuniquen ó podamos adquirir.» De nuestro corresponsal do San Sebastian hemos recibido hoy la siguiente carta, fecha del 18: «Ayer á la madrugada so pronunció el único r e gimiento de infantería de Borboo que guarnece esta plaza, la artillería idem , y secundó el movimiento el ayuntamiento del pueblo , pero todo eon calma, músicas é himnos patrióticos. Para conseguir el objeto fue preciso arrestar, y continúan aun en el castillo, el coronel del cuerpo y otros jefes, y el comandante general: en su reemplazo fue llamado por un estraordinario á Bayona el general Zabala, que es ya el encargado del mando de la plaza. Hoy se fijó un bando del ayuntamiento, de acuerdo con el comandante general militar, para que todos los Leemos en el Diario de Barcelona del 15 del ac- c;ibezas de familia se presenten á fin de formar una tuerza (Míli.da nacional) que vele por los intereses tual: «A las diez de la noche de ayer la plaza de IH del pueblo : los vivas ano'be eran á Isabel 11, la Constitución fue ocupada por dos batallones de in- Constitución, la Princesa, y mueran los favorilo-.» fantería y numerosas fuerzas de paisanos, profiriendo entusiastas vivas á la Reina y á la ley fundaEl Diario Espaílol dice lo siguiente: mental del Eitado. «El digno general marques del Duero y nuestros «En lo avanzido de la hora en qua e-cr.bimos compañeros de redacción los Sres. Rnucós y Roestas líneas solo podemos decir que la« biriiieras berto, d.'portados a Can-irias poriuPi dn I-H» medide los brillantes regimientos de Navircí y Gi.ida- das tiránicas del o|irnl)io<o ministerio S.irtorius, han lajara se colocaron en el balcón pr¡u< jp^sl de las logrado fugarse del ponto de .«u forzada residencia, casas consistoriales, y que á las once en punto el y es muy probable que á la mayor brevedad pueExcmo. señor capitán general D. ILunon do La- dan va tomar una parto activa y provechosa en el Rocha, estendiendo su mano sobre Í.H-Í di: ellas, des;,rrollo de la situación que acaban de crear los manifestó que, en semejante ocasian, como <MI lodxs mcmorfibles sucesos de estos dias. las de su vida , sus sentimientos eran los do la —«No sin funuimentoconsiderábaoios ayer t e r nación, del valiente ejército y del |)uoblo ca- nunado el conflicto entre la tropa y el poehlo a r talán. mado. La guardia del Principal Iraernizo ayer «Espontáneas aclamaciones salud.iron al señor con los paisanos, siguiendo su ejemplo la fuerza de La-Rocba, que volvió á dirigir so voz al gran que ocupaba el cuartel del Soldado, y haciendo concurso que poblaba la plaza, escitándolo á con- otro tanto los guardias civiles que ocupaban el servar el orden y -la tranquilidad. — La música suyo.» saludó á la pritnera autoridad con la marcha rea!. «Al entrar en prensa nuestro diario reinaba el En las redacciones de los periódicos se ha abierorden mas completo en la ciudad.» to una suscricion para el socorro do los lloridos á consecuencia délos últimos sucesos. CATALANES. «La unánime epinien del Principado, pronunciada de una manera solemne en esta capital y en la nacbe de este día, y á la que han simpatizado coH una rapidez eléctrica los cuerpos que la guarnecen, me han obligado, después de un delirado examen, á ponerme al frente de tan gr.inde y «sponláneo movimiento, por considetarlo do fe y di> conciencia, mayormente cuando reconoce por único norte y móvil la Constitución, la Reina y la Libertad. «Estos caros y sagrados objetos, comprados á costa de tanta sangre y sacrificios, son los quo lian movido á los señores generales O'Donnell y Dulce á enarbolar el estandarte del honor nacional, bajo cuyo amparo convocan á todos los que profesan principios de rectitud y honradez. »Pero si bien he creído ceder ante la fuerza de la opinión unánime de los hembras virtuosos de todos los matices, y que tan espontáneamente ha apoyado el ejército para evitar las catástrofes que pudieran deplorarse, sabré contener los desmaaes y la licencia que se empeñe en mancillar con su impuro aliento la mas santa y noble de las causas. «Así. mo pondré de acuerdo con la posible rapidez con los señores generales O'Donnell y Dulce, para presentar ante el trono los fervientes votos del país, que no dudo serán acogidos por la mas mag iiánima do las reinas; prometiéndome en el entretanto de la sensatez de los catalanes que con su conducta tranquila, morigerada y virtuosa, den fuerza y vigor á la pureza de mis intenciones, que solo reconoce el ínteres y felicidad de nuestra querida patria. «¡Viva Id Reina! «¡Viva la Constitución! «¡Viva la libertad! «¡Viva la moralidad! «Barcelona 14 de julio de 1854.—El cipitan general, Ramón de La-Rocha.» «La libertad por que tanto hemos combatido , y que tanta y tan preciosa sangre ha costada á la Patria, no existia ya entre nosotros. A reconqni-starla nos llaman hoy sus hijos. Logroño no había de ser el último. «Pueblo y guarnición se han alzado en este día como un solo hombre. Ningún consejo, ninguna advertencia cree la junta necesario hacer á tan sensatos patriotas. El orden y el imperio de las leyes son los que deben servir de base para llevar á cabo nuestra preciosa obra; contamos con que nos secundareis , obedeciendo las disposiciones que ema«Entre los varios rasgos de desinterés y p a - nen de nuestra autoridad popular , y esperamos triotisnao, no podemos menos de citar el de los se- confiaddmenle ver afianzada, de una manera 'estañores Borrells hermanos, farmacéuticos, calle Ma- ble, la libertad de nuestra cara patria. »El ilustre duque de la Victoria, el primer camyor, núm, 17, quienes han ofrecido gratis cuantos peón de la libertad esfviiñola , es llamado hoy por medicamentos sean necesarios para la curación de ios hijos do la invicta Zaragoza: en breve lo veréis los heridos. al frente de aquella población, de las tropas que la «En la calle del Baño cayó un patriota herido guarnecen, del reino de Valencia y del principado de Cataluña, que todos lo aclaman, y demandan su en an muslo, y á sus ayes acudió desde la de Ce- presencia, como al depositario de su confianza. daceros una valerosa mujer, que, despreciando el «Sus órdenes, que serán sagradas para nosutros, fuego que hacían las tropas, le vendó la pierna, y nos conducirán indudablemente á la cousoiidacion lo llevó casi arrastrando hasta su morada. ! de los salvadores principios, que tan digna y h e roicamente ha profesado siempre. MÜna ocurrencia, propia del carácter español, «Casas consistoriales de Logroño á 18 de julio de tuvieron los que defendían la barricada de la calle 1854.—El presidente, Joíj Santa Cryz.—Ildefonso de Sevilla, esquina á la de Carretas, cual fue el San Millan.— Antonio Tovar.—Eugenio Gaminhaber formado un maniquí que asomaban por en- i dez.—Liao Murga.—Diego Fernandez.—Ecequiel Lorza.» cima de los parapetos para engañar ai enemigo. Las tropas situadas en el Principal disparaban s o La Nación dice lo siguiente: bre el maniquí apenas lo apercibían, hasta que le «Según las últimas noticias recibidas en esta destrozaron una pierna y conocieron la broma, corte, la división de operaciones que, á las órdenes siendo entonces saludados con una terrible silba. del s-éñor ministro Bláser, salió en persecución de »Han sido innumerables también, como los de los ilustres generales O'Donnell, Dulce y demás heroísmo, los hechos de generosidad. En mil pun • jefes del ejército libertador, que, al decir de los potos, después de la mas reñida contienda, los paisa- lacos, raarcha'.iao fugitivos á relugiarse á Portugal, se les ha unido por completo, fraternizando con sus nos proveían de víveres á los soldados, y cuando se compañeros de armas. rendían los abrazaban comoá hermanos, escoltán«Uícese que el denodado Blaser es el que se ha dolos hasta ponerlos en seguridad en sus cuarteles. refugiado en Portugal. »E1 insigne general O'Donnell y su valiente ejérAntes de someterse la fuerza que ocupaba la casa de Correos, Puerta del Sel, habiendo manifestado cito es esperado con ansia en esta capital, adonde debe llegar dentro de algunos dias.» que carecía de agua, varios paisanos que lo oiao subieron á la fuente de la red de San Luis, y les De La Nación de hoy tomamos las siguientes nollevaron una porción de cubas llenas. ticias: «En prueba de las desgracias que han ocurrido «Las maléficas iofluencias que han traído á este diremos que, solo en el hospital de sangre establepaís á la deidorable situación que estamos atravecido en el teatro del Príncipe, bajo la dirección de sando y que ven con diabólica complacencia las los facultativos Gómez, Méndez y otros, que se hi- desgracias de U patria, trabajan afanosamente por cieron merecedores de la gratitud pública por su producir la desunión éntrelos buenes liberales, coesmerado servicio, fueron socorridos en la noche mo lo han hecho con éxito para producir colibiones entre lus ciudadanos y alguna parte del del 18 veinte y un heridos. En la última descarga sangrientas ejército. ¡Alerta, pues, liberales de los antiguos parde la Guardia civil, apostada en casa del sastre Fer- tidos! Todos caben en el nuevo que hoy se levanta nandez, Carrera de San Gerónimo, murieron dos con fuerza de absorción bastantt^ para constituir paisanos y fueron heridos siete, mas ó menos gra- uno grande, poderoso, verdaderamente nacional. «Ksinuóvanso los poderosos obstáculos que vievemente. nen oimniéndoá'í hace mucho tiempo á esta gran «Fue tal el orden y concierto que reinaron CQ las regcner.ítion , y vayanse al extranjero ú ejercer sus barricadas de las caiics del Priacijie, Prado y las poruiciosas habilidades los infaustos personaje» que HABITANTES DE LA PROVINCIA DE BARCELONA. La Época de ayer trajo las siguientes noticias: «Los diarios de Lisboa aseguran haber llegado el día 12 á Git)raUar el general D. José de la Concha. A estus homs estará en Málaga. Al saber la primera noticia de! hl/araiento inmortal del 29 de junio, Concha voló á la frontera del Pirineo para contribuir á su triunfo. Arrestado allí por las autoridades del vecino reino, no perdonó esfuerzo alguno hasta lograr embarcarse on Burdeos para Ing'alcrra y España. Le acompaña el ilustre general Zibala, defensor como él de las libertades patrias. Estos eran los generales de quienes las indignas publicaciones polacas decían reprobar el movimiento salvador de O'Donnell y de Dulce, y de sus demás queridos y leales compañeros. —«Parece que en los postreros días de la inicua dominación que hemos sacudido, la escelsa infanta doña María Luisa Fernanda, así conjo la hermana del rey, la infanta doña Josefa, vivamente alarmadas en su afecto hacía la reina por el aspecto del pais , escribieron á S. M. manifestándola cuáles eran los verdaderos deseos del pueblo, y la necesidad imperiosa de variar de ministerio y de política, que sentían cuantos deseaban el sostenimiento del trono. Estas cartas, que no se dejarían llegar sino muy tarde á manos déla reina, coníribuyoron á precipitar la caida del funesto gat>iiiote do s e tiembre. «Los periódicos estranjeros nos han traído también un estrado de las respetuosas, pero enérgicas y leales cartas que antes y después d« la lamentable acción de Vicálvaro, y con objeto de ovitar la efusión de sangre preciosa, porque es española, d i rigió á la Reina el general O'Donnell. En ella le suplicaba cambiase un ministerio que el pais aborrecía, y le rogaba que pusiese en paralelo los servicios y los títulos de los que U rodeaban con los que tenían los ilustres Espartero, Serrano, Dnlce y todos los demás generales, que estaban dispuestos á desenvainar su espada por la CHUSS que ellos hicieron triunfar en los campos de Navarra y Cataluña. «Estas cartas, y los consejos de personas que, como el duque de Alba, testigo presencial en Aranjuez del estado en que se hallaba el ejército constitucional, duque de .Vhuinada, general Mcndinueta, Castrolerreño y otros, hictarou que Ui Reina pensase en destituir al ministerio; pero la ciega obstinación de este en hacer su dimisión, y la acción maléfica de ciertas influencias quo todos conocemos, impidieron este desenlace satisfactorio, que tanta sangre y tantas desgracias habrían ahorrado á la nación. ¡Que todo ello caiga sobre sus cabezas! «El Excmo. señor capitán general de este distrito acaba de conferirme el gobierno civil de la provincia. «Idenliücado yo en sentimientos y aspiracioons con el acto de salvación de nuestras libertades que tuvo lugar en la noche de ayer; unido yo de los primeros, al lado del Excmo. señor capitán general, con los bizarros cuerpos de la guarnición de esta plaza, que repitieron el grito lanzado por los generales O'Donnell y Dulce, he aceptado el mando civil de esta provincia, como una délas posiciones en que mejor puedo contribuir al buen éxito de nuestro glorioso alzamiento. «Conocida es nuestra enseña, y mi vida queda consagrada á su triunfo. Salvara! país, cuyas libertades han sido pisoteadas; salvar el trono, cuya dig nidad ha sido comprouieiida; salvar la honra del pueblo español, ultrajada pur un puñado de hombres inmorales que han erigido la corrupción en sistema; salvar á las clases que , con su capacidad, sus capitales ó sus brazos, contribuyen á la riqueza de la nación, de que caigan en brazos de la miseriü, mientras unos pocos hombres, salidos ayer de la nada, les insultan hoy con el fausto de su opulencia: hé aquí cuál es el pensamiento de los generales O'Donnell y Dulce, y de cuantos á él se han adherido y se asociarán muy en breve. Y este es el pensamiento de vuestro capitán general y del ejército de su mando; este es el de todas las autoridades populares; este el de vuestro gobernador civil, y á su realizaeion, á que sea una verdad, consagrarán todas sus fuerzas, siempre de acuerdo con aquellos nobles caudillos, á quienes la patria tiene fiadas sus esperanzas y su suerte en el porvenir. «Solo, pues, dos cosas nos restan: consolidar en esta provincia el levantamiento; propagarlo en el resto de la nación. Y para ello es necesario tanta confianza en las autoridades, como decisión en t o dos para sostener nuestra santa bandera ; tanta firmeza en su defensa como amor al orden y á la pública tranquilidad. Los disturbios, los escesos de cualquier clase, solo podrían comprometer nuestra causa á instigación de personas malévolas; solo podrían servir para prepararse por nuestros enemigos como en venganza de su derrota, una reacción que quisieran justificar con nuestra (tita do moderación y prudencia. Antes que esto sucediese, yo moriria en mi puesto; pero moriría al lado de los —«Es completamente falsa, y uuj de las infinitas y malévolas iuveociones de los amigos da la situación caida, que el duque de Valencia haya reprobado, de la manera mas indirecta, el alzamiento nacional que tenia sus simpatías. -—«Proponemos á la junta de salvación pública, al gobierno, y nos atrevemos á elevar al trono, la espresion de nuestro deseo por que sean nombrados desde luego: «El general O'Donnell, general en jefe del ejército constitucional. «El general Dulce, comandante general de la Milicia nacional de España, »E1 general San Miguel, capitán general de Madrid. —«Una de las primeras necesidades es que salgan desde luego los correos detenidos, para que lleven la calma á tantas familias y la alegría á la nación entera. —«Los generales O'Donnell, Dulce y Serrano estarán en Madrid en esta semana. Los valientes Ros de Olano, Messina y Echagüe vendrán mas tarda con el ejército y los valientes voluntarios da Madrid, mandados por el coronel Buceta. La entrada de lodos estos patriotas será un triunfo de que 00 habrá habido ejemplo. —«El domingo d^irá uu J)anquete nacional la prensa liberal é índepcudlenle, en celebridad del triunfo de las instituciones cuustituciouales.» . Editor rcsponsable7TO'ct)LÁs GARCÍA SIEUIU. MADIUI).—1854. IMPHEIVTA DE LA ESPERANZA, i CARÜO DE DO.N ANTONIO i'EllK/. DI BUtJLL. ValvnUo, tí, bajo.