Política Exterior de Estados Unidos (Segunda Sección) EQUIPO OCHO Reportes de Lectura: El Lobby Chino: Influencias en la Política Exterior de EEUU hacia China en el periodo de la post guerra y El Lobby de Israel Integrantes Francisco Isai Pala Nájera Elizabeth Aguirre Luna Luis Gabriel Vázquez Andrés Arturo Cantor Tepal LECTURA 1: El Lobby de China: Influencias en la Política Exterior de EEUU hacia China en el periodo de la post guerra. Jeff Blackwell (el autor del artículo) refiere que el principal objetivo de la lectura es comprender como el Lobby Chino intento influir en la política exterior de EEUU hacia una agenta pro-nacionalista china en la década de 1950. Nos intenta explicar que es el lobby Chino, quienes fueron sus miembros y de qué manera, bajo qué circusntancias y con qué finalidad se formó. El autor comienza definiendo que un lobby es un grupo privado que trata de influir en la política. Denomina al “Lobby Chino” a una amplia red de personas, conformada tanto de extranjeros como ciudadanos estadunidenses, cuyos intereses convergieron alrededor de la meta del derrocamiento del comunismo en China. Entre sus miembros se encontraban a chinos nacionalistas que en colaboración con la derecha política de EE.UU. trabajaron en conjunto con el objetivo común de recuperar la China continental, que había caído bajo el régimen comunista de Mao Zedong, para Chiang Kai-shek. Este lobby en particular, opero de una manera poco convencional y existió sin ninguna autoridad u organización central en particular. Sin embargo, si obtuvo una gran influencia en la política exterior estadunidense, en gran medida gracias al uso de diversas tácticas, incluyendo el uso de grupos de presión política, los medios de comunicación, y los ataques a los críticos de la política pronacionalista china. Por su parte, el lobby chino también logro distorsionar las percepciones públicas y políticas con respecto a la política estadounidense hacia China y convirtió al público estadounidense, mediante el dominio de la opinión pública, en cada vez más anticomunista. Dentro de su estructura y composición, Blackwell explica que parte del éxito del Lobby Chino era debido a la falta de una organización estructural centralizada, pero que indudablemente estaba conformado por una gran diversidad de personajes importantes que iban desde líderes religiosos y hombres de negocios hasta políticos y periodistas, con dos propósitos en común: la lucha contra el comunismo y la causa nacionalista china. Entre sus miembros más destacados se encontraban Alfred Kohlberg, un acaudalado hombre de negocios de Nueva York quien publicó más de una docena de artículos atacando la política de no intervención de los Estados Unidos hacia China; y Henry R. Luce, editor de las revistas Time y Life, quien tenía la firme convicción de que China era un objetivo prioritario para los Estados Unidos al creer que tenían una obligación categórica a cumplir en el destino nacional de China. En 1949, cuando el Partido Comunista de China gano la Guerra Civil China, los partidarios del Lobby confirmaron sus peores temores acerca de la propagación del comunismo en Asia. La victoria comunista de Mao perturbo a muchos estadunidenses debido a que se relacionó la victoria comunista en China como una victoria más para la Unión Soviética en su proceso de expansión por el mundo. Debido a esta percepción, una gran parte del público, la prensa, y miembros del Congreso llegaron a creer que Chiang había sido "vendido" por el gobierno de los EE.UU. Este hecho marco la oportunidad para los republicanos de ridiculizar a la Administración de Truman y de la misma manera ayudo a consolidar el éxito del Lobby Chino. Una importante característica del Lobby Chino fue la forma en la que logro propagar sus argumentos al público. Una de las formas para influir y presionar fue la formación de comités. El más activo de estos comités fue la ACPA que publicó una tremenda cantidad de literatura en forma de cartas, panfletos, folletos, comunicados de prensa y reseñas de libros. Otros comités influyentes fueron el China Emergency Committee, el Committee to Defend America by Aiding Anti-Communist, y el más memorable fue el Committe of One Million que inicio una petición mediante la recolección de firmas para impedir el ingreso de la República Popular de China a las Naciones Unidas. Otro medio por el cual el Lobby Chino trató de influir fue a través los medios de comunicación, que sin duda, era una de las formas más eficaces para difundir propaganda. Y a medida que el sentimiento anticomunista creció en los EE.UU., la tendencia de la prensa para aceptar el punto de vista del lobby chino también se expandió. Podría decirse, que a mediados de la década de 1950 la prevalencia del Lobby en la prensa era casi universal. Bajo estos mecanismos el Lobby Chino tenía una extraordinaria capacidad para desacreditar a funcionarios públicos y a otros ciudadanos por "abandono" y "traición". Por ejemplo, las Audiencias del Senado efectuadas en Abril de 1950 para investigar una posible conspiración pro-comunista que influyo en la policía exterior de Truman o mediante las acusaciones para desacreditar a académicos o especialistas en China que no estaban a favor de Chiang, mediante su involucramiento hacia la simpatía comunista. El autor menciona que el Lobby Chino tuvo tanto éxito en la obtención y aceptación de su posición sobre el papel de Estados Unidos en el Lejano Oriente, porque su propaganda exploto la ausencia de una comprensión informada del público estadunidense de los acontecimientos en China. Finalmente, Blackwell concluye que aunque los efectos que abarcan al Lobby Chino son difíciles de calibrar. Hasta cierto punto, el Lobby logro que sus ideas fueran ampliamente aceptadas principalmente al clima anticomunista en los EE.UU de esa época y la eficacia de sus esfuerzos de propaganda. Sin embargo, su propaganda indiscutiblemente daño la reputación de estudiosos, periodistas y políticos por igual. Por otra parte, cuando los miembros del Lobby se dieron cuenta que habían perdido frente a la República Popular China, logro la permanencia del régimen nacionalista en Taiwan al conseguir el apoyo militar y económico necesario para prevenir una invasión comunista a la lista. De la misma manera, continuo su campaña para evitar el ingreso de la República Popular China a Naciones Unidas, objetivo que cumplió por casi veinte años. LECTURA 2: El Lobby de Israel Desde hace varias décadas, y especialmente desde la Guerra de los Seis Días de 1967, la pieza central de la política exterior estadounidense en Medio Oriente ha sido su relación con Israel. Uno podría suponer que el vínculo entre los dos países se basa en los intereses estratégicos compartidos o imperativos morales de peso. Sin embargo, el impulso de la política estadounidense en la región deriva casi en su totalidad de la política interna, y especialmente, las actividades del Lobby Judío. Israel recibe cerca de 3 millones de dólares en asistencia directa cada año, aproximadamente una quinta parte del presupuesto de ayuda exterior, es decir, un valor de 500 dólares año por cada israelita. Esta extraordinaria generosidad podría ser comprensible si Israel fuera un activo estratégico vital o si hubiera un caso moral convincente para el apoyo de EE.UU. Sin embargo, a consideración de los autores (John Mearsheimer y Stephen Walt) Israel no cumple con ninguna de las siguientes consideraciones: 1. Responsabilidad Estratégica: Se argumenta una responsabilidad estratégica debido a que es un aliado estratégico. Sin embargo, los autores cuestionan el valor estratégico de Israel con dos argumentos. En primer lugar se le da a la lucha contra terrorismo un papel preponderante en el discurso. Sin embargo, el problema de terrorismo de los EE.UU. es en buena parte debido a que está tan estrechamente aliado con Israel. En segundo lugar, Israel no se comporta como un aliado leal. Se ejemplifica con que los funcionarios israelíes con frecuencia ignoran las peticiones de Estados Unidos e incumple sus promesas como aliado. Israel ha proporcionado tecnología militar sensible a posibles rivales como China y de la misma manera espía a los EE.UU. 2. Apoyo a la víctima y ayudar a una “democracia”: Por otra parte, el discurso también entra en el terreno de la moral. Sus partidarios argumentan que merece apoyo incondicional porque es débil y rodeado de enemigos. Por otra parte que es una democracia; y que la conducta de Israel ha sido moralmente superior a la de sus adversarios. Sin embargo, actualmente, Israel es la mayor potencia militar en el Medio Oriente. Sus fuerzas convencionales son muy superiores a los de sus vecinos y es el único estado de la región con armas nucleares y algunos aspectos de la democracia israelí, están en contradicción con los valores básicos de Estados Unidos. Israel fue fundado explícitamente como un estado judío y la ciudadanía se basa en el principio de parentesco de sangre. 3. Compensación por crímenes pasados: Una tercera justificación es la historia del sufrimiento judío en el Occidente cristiano, especialmente durante el Holocausto. Debido a que los judíos fueron perseguidos durante siglos y podría sentirse seguros sólo en una patria judía. La creación del país fue, sin duda, una respuesta adecuada a la larga historia de crímenes contra judíos. 4. Judíos virtuosos vs Árabes Malvados: Los partidarios de Israel también lo retratan como un país que ha buscado la paz y muestra gran moderación, incluso cuando se le provoca. Los árabes, por el contrario, se dice que han actuado con gran maldad. Sin embargo, sobre el terreno, el historial de los conflictos bélicos de Israel no se distingue a la de sus oponentes. ¿Qué es el Lobby de Israel? Se utiliza el término 'lobby' como forma abreviada de la coalición de individuos y organizaciones que trabajan activamente para dirigir la política exterior estadounidense en una dirección pro-Israel. No todos los judíos estadounidenses son parte del Lobby, porque Israel no es un tema relevante para muchos de ellos. Ellos también difieren sobre algunas políticas israelíes específicas. Algunas de las organizaciones clave del Lobby, como el American-Israel Public Affairs Committee (AIPAC) y el Conference of Presidents of Major Jewish Organisations, están a cargo de la línea dura que generalmente apoyan las políticas expansionistas del Partido Likud. Es un hecho que los judíos estadounidenses han creado una impresionante variedad de organizaciones para influir en la política exterior de Estados Unidos, de los cuales el AIPAC es el más poderoso y más conocido. Dentro del Lobby Judio también incluye prominentes cristianos evangélicos como Gary Bauer, Jerry Falwell, Ralph Reed y Pat Robertson, así como Dick Armey y Tom DeLay, ex líderes de la mayoría en la Cámara de Representantes. De esta manera, estos individuos disfrutan de una cantidad desproporcionada de influencia ya que se han comprometido a un tema al que la mayor parte de la población es indiferente. Estrategias para el Éxito El Lobby persigue dos grandes estrategias. 1) Ejerce su influencia en Washington, presionando tanto el Congreso como el Poder Ejecutivo 2) Se esfuerza por asegurar que el discurso público retrata a Israel con una luz positiva, mediante la repetición de los mitos sobre su fundación y por la promoción de su punto de vista en los debates políticos. Fuentes de Poder Un pilar clave de la eficacia del lobby es su influencia en el Congreso, donde Israel es prácticamente inmune a las críticas. Otra fuente de poder del lobby es el uso del personal del Congreso a favor de Israel. Sí bien AIPAC forma el núcleo de influencia del lobby en el Congreso. Su éxito se debe a su capacidad para recompensar a los legisladores y candidatos en el Congreso que apoyan su agenda. AIPAC se asegura de que sus aliados con fuertes apoyos financieros procedentes de los numerosos comités pro-Israel. Según Douglas Bloomfield, un ex miembro del personal de AIPAC, "es común que los miembros del Congreso y su personal primero vayan a AIPAC cuando necesitan información, antes de llamar a la Biblioteca del Congreso, el Servicio de Investigación del Congreso, el personal del Comité o expertos en administración. Gracias en parte a la influencia votantes judíos tienen en las elecciones presidenciales, el lobby también tiene influencia significativa sobre la rama ejecutiva. A pesar de que son menos del 3 por ciento de la población, hacen grandes donaciones a las campañas de los candidatos de ambos partidos. The Washington Post estimó una vez que los candidatos presidenciales demócratas dependen de sus patrocinadores judíos hasta en un 60 por ciento del dinero' Por otra parte, el Lobby no quiere un debate abierto, por supuesto, porque eso podría llevar a los estadounidenses a cuestionar el nivel de apoyo que proporcionan. En consecuencia, las organizaciones pro-israelíes trabajan duro para influir en las instituciones que hacen más para dar forma a la opinión popular. La perspectiva del Lobby prevalece en los medios de comunicación: el debate entre los expertos en Oriente Medio, el periodista Eric Alterman escribe, es "dominado por las personas que no pueden imaginar criticar a Israel ' Wall Street Journal, Chicago Sun-Times y el Washington Times, corre regularmente editoriales que apoyan firmemente a Israel. Revistas como Commentary, la Nueva República y el Weekly Standard defienden Israel a cada paso. La parte israelí también domina los think tanks que desempeñan un papel importante en la conformación de un debate público, así como la política real. El Lobby creó su propio grupo de expertos en 1985, cuando Martin Indyk ayudó a Winep encontrado. Aunque Winep resta importancia a sus vínculos con Israel. La influencia del Lobby se extiende mucho más allá de WINEP, sin embargo. En los últimos 25 años, las fuerzas pro-israelíes han establecido una presencia imponente en el American Enterprise Institute, la Institución Brookings, el Centro para la Política de Seguridad, el Instituto de Investigación de Política Exterior, la Fundación Heritage, el Instituto Hudson, el Instituto para la Política Exterior Análisis y el Instituto Judío para Asuntos de Seguridad Nacional (JINSA). Estos grupos de expertos emplean pocos, en su caso, los críticos del apoyo estadounidense a Israel. El Lobby también monitorea lo que los profesores escriben y enseñan. Grupos dentro del Lobby presionan a los académicos y universidades particulares. Columbia ha sido un blanco frecuente, Tal vez el aspecto más preocupante de todo esto es el esfuerzo grupos judíos han hecho para presionar al Congreso a establecer mecanismos para controlar lo que dicen los profesores. Si logran conseguir esto pasa, las universidades se considera que tienen un sesgo anti-Israel se negaría fondos federales. Manipulación de los Medios de Comunicación El Lobby no quiere un debate abierto, por supuesto, porque eso podría llevar a los estadounidenses a cuestionar el nivel de apoyo que proporcionan. En consecuencia, las organizaciones pro-israelíes trabajan para influir en las instituciones que para moldear la opinión popular. La perspectiva del Lobby prevalece en los medios de comunicación: el debate entre los expertos en Oriente Medio, es dominado por las personas que no pueden imaginar criticar a Israel. Periódicos como The Wall Street Journal, Chicago Sun-Times y el Washington Times, cuentan con editoriales que apoyan firmemente a Israel. Revistas como Commentary, The New Republic y el Weekly Standard también defienden a Israel. Papel de los Thinks Tanks El Lobby también domina los think tanks que desempeñan un papel importante en la conformación de un debate público, así como en la política real. El Lobby creó su propio grupo de expertos en 1985, WINEP. En los últimos 25 años, las fuerzas pro-israelíes han establecido una presencia importante en The American Enterprise Institute, The Brookings Institute, the Center for Security Policy, the Foreign Policy Research Institute, the Heritage Foundation, the Hudson Institute, y the Jewish Institute for National Security Affairs (JINSA). Estos grupos de expertos emplean pocos críticos del apoyo estadounidense a Israel. El Lobby también monitorea las actividades de los profesores. Se ejerce presión a los académicos y universidades particulares. Columbia ha sido un blanco frecuente, Tal vez el aspecto más preocupante de todo esto es el esfuerzo que los grupos judíos han hecho para presionar al Congreso a establecer mecanismos para controlar lo que dicen los profesores. Finalmente, el análisis del Lobby de Israel se dirige a una reflexión de una de sus armas más poderosas: la acusación de antisemitismo. Cualquiera que critica las acciones de Israel o argumenta que tiene una influencia significativa sobre la política exterior estadunidense hacia Medio Oriente corre con la enorme posibilidad de sea etiquetado como un antisemita. De hecho, cualquier persona que se limita a afirmar que existe un lobby de Israel corre el riesgo de ser acusado de antisemitismo. Es una táctica muy eficaz de disuasión ya que nadie quiere ser acusado de antisemitismo. Conclusiones de los Autores Tanto Mearsheimer como Walt llegan a la siguiente conclusión: La influencia del Lobby causa problemas en varios frentes. 1. Aumenta el peligro terrorista que todos tanto EE.UU como sus aliados se enfrentan Se ha hecho imposible para poner fin al conflicto palestino-israelí, situación que otorga a los extremistas una herramienta de reclutamiento de gran alcance, incrementa el número de terroristas y simpatizantes potenciales, y ha contribuido al radicalismo islámico en Europa y Asia. De igual manera, la constante presión del Lobby para el cambio de la política exterior para Irán y Siria podría conducir a EE.UU a entrar en conflicto con esos países. 2. Se reconoce la existencia de una dimensión moral. Gracias al Lobby, los Estados Unidos se ha convertido en el responsable de facto de la expansión israelí en los territorios ocupados, por lo que es cómplice de los crímenes perpetrados contra los palestinos. 3. La campaña del Lobby para censurar cualquier debate sobre Israel es contraproducente para la democracia. La utilización de métodos como la organización de listas negras y boicots para silenciar a escépticos o acusando a los críticos de antisemitismo, viola el principio de un debate abierto. La incapacidad del Congreso para llevar a cabo un verdadero debate sobre estas importantes cuestiones paraliza todo el proceso de deliberación democrática. 4. Por último, la influencia del Lobby también ha sido perjudicial para Israel. Su capacidad para persuadir a Washington para apoyar una agenda expansionista ha desalentado a Israel de aprovechar las oportunidades como la elaboración de un tratado de paz con Siria así como la plena aplicación de los Acuerdos de Oslo, que hubiera salvado vidas israelíes y reducido a las filas de los extremistas palestinos. Negar a los palestinos sus derechos políticos legítimos no ha hecho a Israel más seguro, y la larga campaña para destruir o marginar a una generación de líderes palestinos ha dado poder a los grupos extremistas como Hamas.