SEMANARIO FARMAcéUTICO 289 SONIDO Y L U Z El sonido y la luz se originan por v i r t u d de una causa cualquiera de movimiento, capaz de poner en determinadas condiciones de v i b r a c i ó n las p e q u e ñ í s i m a s partes constituyentes de los cuerpos ó de los medios en que puede realizarse el f e n ó m e n o . Así, para obtener el sonido, basta, por ejemplo, hacer que choque el martillo sobre un timbre, frotar con un arco las cuerdas de un violín, pellizcar con los dedos las de una guitarra ó arpa, golpear de modo conveniente las teclas de un piano, hacer pasar con la fuerza necesaria por la estrecha hendidura de la embocadura de un tubo sonoro una corriente de aire ó de otro fluido, etc., etc.; y basta t a m b i é n para producir la luz, que choquen un pedazo de cuarzo con otro, ó que se pongan en conflicto los á t o m o s de oxigeno con los de carbono, h i d r ó g e n o , e t c é t e r a , que pase la corriente e l é c t r i c a por un estrechamiento del conductor que la vuelve á la pila En todos estos casos el hecho es el mismo: un movimiento anterior determina otro; ó m á s bien pud i é r a m o s decir que se transforma en otro vibratorio, por v i r t u d del cual los citados cuerpos adquieren la cualidad de sonoros ó de l u minosos, cualidad que s o s t e n d r á n mientras subsista el movimiento. Y aun esto no es suficiente: se necesitan a d e m á s , si los f e n ó m e nos han de pasar del t é r m i n o de origen, mejor a ú n , del de potencia, otras dos condiciones, á saber: que estos cuerpos se encuentren i n mediatamente rodeados de medios para propagar su movimiento oscilatorio—por cuanto el sonido no se transmite por el v a c í o , ni la luz á t r a v é s de los cuerpos opacos—y que tengan la e n e r g í a suficiente para comunicarlo de modo que resulte ostensible en el medio. Cuando esto sucede, las p e q u e ñ a s partes de los cuerpos en v i b r a c i ó n chocan en cada avance de sus oscilaciones con las partecillas m á s p r ó x i m a s del medio, que, empujadas de este medio hacia fuera, van á golpear á las de la capa inmediata, las cuales, á su vez, avanzan y chocan con las de m á s allá, éstas con las que le son vecinas, y así sucesivamente... Pero como todas las partes elementales del medio que han sido desituadas, vuelven d e s p u é s del choque con las de la capa inmedia ta, en virtud de su elasticidad, á sus anteriores posiciones de e q u i l i b r i o , y aun las sobrepasan, resulta que, al fin de sus excursiones de retroceso, se encuentran empujadas de nuevo hacia fuera: las de la primera capa, por los choques de las del cuerpo en v i b r a c i ó n ; las de la segunda, por las de la primera que ya avanzan, y las de cada una de las d e m á s por las de las inmediatas posteriores. Como consecuencia de estos hechos repetidos sin cesar, en tanto dura el f e n ó meno, el medio queda dispuesto en ondas esféricas y c o n c é n t r i c a s al foco de donde parte el movimiento, ondas cuya superficie y masa van aumentando de la primera á la ú l t i m a , en r a z ó n del cuadrado de sus distancias al centro, al paso que la amplitud de las oscilaciones de las p e q u e ñ a s partes que las forman disminuye en la misma MAYO 25 DE 1890.—AÑO X V I I I . — N Ú M . 34. 37 ^90 SEMANARIO FARMACÉUTICO r a z ó n , por el hecho de que la fuerza que obra sobre cada una de las ondas es la misma y su masa aumenta, según queda dicho. Si al sistema de ondas que acabamos de describir, se le considera por un momento dividido, mediante un plano horizontal, en dos partes iguales, cada una de las superficies de sección se nos presenta bajo la misma forma y con un movimiento semejante al que se observa en las aguas de un lago tranquilo, cuando un cuerpo las conmueve en un punto de su superficie.. T o d o el mundo sabe que desde el punto afectado parte inmediatamente una semionda circular, especie de rodete líquido que sobresale del nivel del agua, y cuya sección vertical es, en la d i r e c c i ó n del radio, un arco de c í r c u l o : á esta semionda convexa (positiva), sigue al instante otra c ó n c a v a (negativa), más baja que el nivel general del liquido, pero t a m b i é n circular y de sección arqueada, como la precedente; á ésta sucede otra alta, d e s p u é s una baja, y así sucesivamente hasta que el m o v i miento se extingue á lo lejos. El f e n ó m e n o , pues, se repite una^ otra y otra vez, pero de manera que allí donde en el caso anterior hubo una semionda positiva, hay en el que le sigue una negativa, avanzando el movimiento una semionda cada vez que se reproduce el acto. La sección vertical del sistema en la dirección de su radio, forma una l í n e a ondeada cuyos arcos convexos podemos considerarlos separados de los c ó n c a v o s por la c o n t i n u a c i ó n de la recta de nivel de las aguas. La flecha ó altura que separa esta recta por la parte media de los arcos, va decreciendo gradualmente (según dicha ley, del cuadrado de las distancias) á contar de la primera hasta la última, que se confunde con ella. Sea la que quiera la elevación de la semionda positiva y la d e p r e s i ó n de la negativa, la longitud de las ondas no se altera, es decir, que es la misma para todas, siempre que no varíe el n ú m e r o de los que se producen por segundo. En el agua, lo mismo que en los d e m á s medios, el movimiento ondulatorio marcha, se propaga; pero e n t i é n d a s e que las p e q u e ñ a s partes que lo representan no hacen otra cosa que oscilar alrededor de su posición de equilibrio, recorriendo en sus vaivenes la longitud de una onda. Cuando el centro de equilibrio se halle en la parte media de una semionda negativa, r e c o r r e r á por cada lado la mitad de ésta y otra mitad de las dos semiondas positivas con otra negativa, r e c o r r e r á por cada lado la mitad de ésta y otra mitad de las dos semiondas positivas inmediatas; si e s t á en el punto de unión de una semionda positiva con otra negativa, r e c o r r e r á la una por un lado, y la otra por el opuesto, é igual s u c e d e r á esté donde quiera su centro de oscilación: siempre r e c o r r e r á la longitud de una onda. No importa, según se v e , que el sonido necesite para propagarse la materia ponderable, sea ésta gaseosa, líquida ó sólida, y que la luz lo e f e c t ú e solamente por la imponderable ó e t é r e a : el mecanismo mediante el cual se verifica el f e n ó m e n o es semejante é i d é n t i c a s sus leyes. La distancia á que se extienden las ondas, la amplitud del movimiento de las p e q u e ñ a s partes que las forman, y, como consecuencia, la intensidad del sonido y la luz, dependen, en igualdad de condiciones, de la e n e r g í a con que obra la causa que las provo- SEMANARIO F A R M A C E U T I C O 29 I ca: el n ú m e r o de ondas que se suceden por segundo es igual al de las vibraciones del cuerpo sonoro ó luminoso; la longitud de las mismas está en r a z ó n directa de la velocidad de p r o p a g a c i ó n del medio é inversa del n ú m e r o de vibraciones ( 1 ) ; y la velocidad, que es independiente de la e n e r g í a con que o b r ó la causa determi d i ñ a n t e del f e n ó m e n o y del n ú m e r o de vibraciones, se halla en r a z ó n recta de la elasticidad del medio é inversa de su densidad. De modo que si una causa cualquiera modifica estas condiciones, ó el movimiento pasa á otro medio que las posea en distinto grado, la longitud de las ondas crece ó disminuye en p r o p o r c i ó n de la v e l o c i dad, sin que el n ú m e r o de a q u é l l a s que se sucede por segundo deje de ser igual al de las vibraciones. Las ondas del sonido y de la luz que hallan en su camino c u e r pos que no las dan paso, se doblan y vuelven sobre el medio reflejándose; y el f e n ó m e n o se verifica de tal suerte, que si los rayos sonoros ó luminosos llegan al plano de- r e ñ e x i ó n en la d i r e c c i ó n de la normal, retroceden por la misma línea; y si al llegar forman con ella un á n g u l o cualquiera (ángulo de incidencia) salen por el lado opuesto, s i m é t r i c a m e n t e y formando otro á n g u l o (ángulo de reflexión) de* igual abertura. Los dos á n g u l o s se encuentran en el mismo plano, y éste es perpendicular al de reflexión. En virtud del conocimiento de estas leyes, podemos imprimir á los rayos sonoros y luminosos una dirección cualquiera, enfocarlos, dispersarlos, etc., etc. (Se continuará.) E. N . Y B. (La Veterinaria Española.) ASUNTOS CIENTÍFICOS MEDICAMENTOS NUEVOS CARACTERES DE LA ANTIFEBRINA D I S T I N T I V O S EXALGINA, FENACETINA Y METACETINA por Ritsert y E . Hirschsohn A n í i / e 6 r m a = = A c e t a l i n i d a = C 1 6 H* NO,, ó C4 Ha 0 2 , (Cls¡ H7 N) en átomos C H j — C O — N H — C , . H 5 . Exalgina = Orthometilacetanilida = C18 NO^ en á t o m o s C H N<r^^^3 (4) E l número de vibraciones de un sonido ó de un color, multiplicado por la longitud de las ondas, da la velocidad de propagación del medio; ó, de otro modo, la velocidad de propagación del medio, dividida por el número de vibraciones, da la longitud de las ondas. 292 SEMANARIO o a -S „ Oh » O ^ FARMACÉUTICO - I c3 oí o o m X¡ O ^ <J3 •TÍ o o -a o <D ti u o "o • a B ^ o. 05 O <D Tí tí 3 c=> i—^ © pO ra , ^ S c; ^ S o <5 I 1 H~< "» <r> .r-, ©3 íf^ el _ :g S o 60 O ^ o <d t», -o -3 ^ 1 ^ cS S-H . o O Oí Oí &J3 C O ffi o1 cS © o3 ü 03 ta SEMANARIO 293 FARMACÉUTICO Fenacetina == Acetaparafenitidina = Paraoxetilacetanilida = Eter etílico acetilado del paramidofenol ó paraoxifenolamina = C2o H13 N04, en átomos H4 < ^ NH, C2 H3 O Metacetina — Acetaparanisidina = Paraoximetilacetanilida=Eter metílico acetilado del paramidofenol ó de la paraoxifenolamina — C,g N 0 4 , en átomos H 4 < ^ NH, C2 H3 O Estos cuatro medicamentos nuevos que se presentan con el mismo aspecto, se expenden con frecuencia unos por otros ó mezclados. Así que ha sido objeto en estos últimos tiempos de i n v e s t i g a c i ó n , el hallar reacciones que puedan distinguirlos. Ritsert acaba de estudiar en particular la a c c i ó n del ácido c l o r h í drico, n í t r i c o , c r ó m i c o y lejía de potasa sobre cada uno de estos cuerpos, y resume el resultado de sus investigaciones en la tabla que insertamos m á s arriba. El autor recomienda a d e m á s la r e a c c i ó n siguiente, que puede servir para diferenciar una mezcla de exalgina y antifebrina: Se hierve una solución de exalgina adicionada de lejía de potasa, y deja enfriar, y si á la solución diluida se la a ñ a d e un poco de agua de cloro (preparada recientemente), el líquido se enturbia pasajeramente, permanece dos ó tres minutos incoloro y toma de seguida coloración azul obscura. Tratada de igual modo la antifebrina, da inmediatamente después de la adición del agua de cloro una c o l o r a c i ó n de película de cebolla, que con el tiempo aumenta de intensidad, pero sin pasar nunca al azul. Por su parte, M . Hirschsohn se ha ocupado sobre todo de la solubilidad de la antifebrina, exalgina y fenacetina en diferentes líquidos. En la siguiente tabla se consigna el volumen necesario de cada disolvente para igr. de substancia: Cloroformo D = 1,497. ANTIFEBRINA EXALGINA FENACETINA 6co goc 20cc Incompletamente Éter absoluto. 52 13,5 insoluble, aun en 300oc. Alcohol á 95° .x Sulfuro de carbono Éter del petróleo D = Benzol 0,65 10 4,6 Insoluble aun en 10 300cc. 140 lOOcc 4,6 25oo Insoluble aun en 300cc. 294 SEMANARIO FARMACÉUTICO Vese que la exalgina se distingue inmediatamente de los otros medicamentos. Hirschsohn ha utilizado la solubilidad relativa en étep del p e t r ó • leo para investigar la antifebrina y la fenacetina que podrian encontrarse mezcladas. Si se adiciona, en efecto, á una solución de exalgina en el c l o roformo, diez veces su volumen de é t e r del p e t r ó l e o , la solución permanece clara, mientras que las soluciones clorofórmicas de la an tifebrina y fenacetina dan un precipitado cristalino. Si existen en mezcla, el precipitado es tanto m á s abundante cuanto que los dos últimos cuerpos se encuentran en p r o p o r c i ó n mayor. A ñ a d a m o s que el procedimiento no da indicaciones más que cuando la fenacetina y antifebrina alcanzan cierta p r o p o r c i ó n ; é s t a debe ser á lo menos de un 10 por 100 para la primera y de un 20 por. 100 para la segunda. (Pharm. Zeetch. f . Russland, X X I X , p. 136, 1890, y X X I X , p. 17; 1890.) PIRODIN A Se dió desde luego este nombre en Inglaterra á un producto preconizado como antipirético por el D r . Dreschfeld, compuesto de tres partes de una substancia inerte y otra de acetilfenilhidra^ina; en el día se designa con el de pirodina, ó t a m b i é n con el de hidracetina á la monoacetilfenilhidrazina pura. L a pirodina Ct6 HI0 N2 Oa, ó en fórmula a t ó m i c a C6 H j , NH-NH, Cj H3 O, se presenta bajo la forma de un polvo constituido por peq u e ñ o s cristales blancos, brillantes, inodoros y casi sin sabor. Es fácilmente soluble en alcohol, con dificultad en agua callente y muy poco en la misma fría. Punto de fusión: 128o C. Este cuerpo posee propiedades reductoras e n é r g i c a s , reduce ya en frío el licor c u p r o p o t á s i c o . Adicionado á una solución acuosa de ferricianuro de potasio y de percloruro de hierro, determina inmediatamente la formación de un precipitado de azul de Prusia. Descolora las soluciones de permanganato potásico y precipita el platino de los solutos del cloruro de dicho metal. Se caracteriza t a m b i é n la pirodina por la propiedad que posee de producir una c o l o r a c i ó n rojo c a r m í n cuando se disuelve en ácido sulfúrico concentrado, adicionado con nítrico (98 + 2). S e g ú n Guttmann, la pirodina es un medicamento a n t i p i r é t i c o y a n a l g é s i c o recomendable en el reumatismo articular agudo; se la puede emplear al exterior. Asimismo en la psoriasis, en pomada al 10 por 100. E l mismo autor indica debe tenerse c i r c u n s p e c c i ó n en su uso ál interior, siendo necesario no pasar de la dosis de 5 á i d centigramos por día, ni administrarla m á s que durante tres días consecutivos; de otro modo produce en el enfermo la cianosis y el colapso. (Pharmaceustiche Post, X X I I I , p. 203, 1890.) SÉMAPÍARÍO F A R M A C E U T I C O 295 NOTICIAS VARIAS V A C A N T E . — L o está la plaza de Ayudante de las c á t e d r a s de M a teria f a r m a c é u t i c a vegetal, Q u í m i c a o r g á n i c a y Ejercicios p r á c t i c o s de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Granada, dotada con el sueldo anual de 1.000 pesetas. Se p r o v e e r á por oposición entre los licenciados ó doctores en la Facultad que lo soliciten. Los ejercicios s e r á n tres: contestar á diez preguntas, preparar una l e c ción y en manejar y aplicar p r á c t i c a m e n t e dos aparatos ó i n s t r u mentos. Las solicitudes se a d m i t i r á n en la S e c r e t a r í a general de la U n i versidad de Granada hasta las tres de la tarde del d í a 25 del corriente. ARTÍCULO EN PROYECTO.—Como a n u n c i ó el digno ex Ministro y diputado D . José Muro al ocuparse en el Congreso d e l asunto de las farmacias militares, p r o p ó n e s e , según nuestros informes, presentar una adición al articulado de la ley de presupuestos para el a ñ o e c o n ó m i c o p r ó x i m o , autorizando al Ministro de la Guerra para que por las boticas de los hospitales militares se faciliten medicamentos gratuitamente á los jefes y oficiales del e j é r c i t o . Y á este fin, tanto el referido s e ñ o r diputado como nuestro dignísimo c o m p a ñ e r o D o n Gabriel de la Puerta, han estudiado minuciosamente las cuentas e n viadas á la C á m a r a popular por el Gobierno, y de su trabajo parece deducirse que, sin quebranto alguno, puede llevarse á cabo la i n sinuada reforma, que r e c i b i r á n con aplauso seguramente los m i l i tares. Los defensores de nuestros derechos en el Congreso e s t á n d e c i didos, de todas suertes, á demostrar los abusos que se cometen y á hacer ver la necesidad de corregirlos vigorosamente; y al efecto p r e s e n t a r á n datos tan elocuentes que ño puede dudarse siquiera de que el Ministro de la Guerra a c c e d e r á sin reservas á nuestras j u s tas peticiones favoreciendo al propio tiempo á los jefes y oficiales del e j é r c i t o y dando en tierra con los abusos escandalosos que han promovido e n é r g i c a s protestas y que han dado ocasión seguramente á la p e r t u r b a c i ó n e c o n ó m i c a á que se refería el Sr. Gamazo en uno de sus últimos discursos. ADHESIÓN.—Los f a r m a c é u t i c o s de Cartagena han enviado la s i guiente c o m u n i c a c i ó n : « C o n g r e g a d o s en el d í a de ayer los farmacéuticos de esta ciudad, se a c o r d ó significar á V. S. para, que se sirva transmitirla á la Junta directiva del Colegio de F a r m a c é u t i c o s de esa corte, cuya s e c r e t a r í a le está encomendada, su completa conformidad y a d h e s i ó n á las resoluciones adoptadas con motivo de las farmacias militares, y se le manifieste al propio tiempo que para todo cuanto á la clase se refiera existe a s p i r a c i ó n u n á n i m e para prestar decidida c o o p e r a c i ó n y concurso á los acuerdos de la expresada Junta, deseando se s e ñ a l e la l í n e a de conducta que nos compete para coadyuvar al nobilísimo p r o p ó s i t o que á a q u é l l a g u í a . Lo que tengo el honor de transmitirle en nombre de los f a r m a c é u t i c o s de 296 SEMANARIO FARMACÉUTICO esta localidad para los efectos que procedan.—Dios, etc.—Cartagena 10 de Mayo de 1890.—José Y i d a l . » L o JUSTO.—Los drogueros de San Feliú del Llobregat despachraban al público toda clase de medicamentos, específicos, aguas minerales y d e m á s artículos de uso m é d i c o ; y habiendo denunciado estos abusos al Subdelegado del distrito D . J o a q u í n Domingo, se formó expediente, y resolvió el Gobernador de la provincia imponer á los drogueros 75 pesetas de multa á cada uno, c o n m i n á n d o l e s en caso de reincidencia con entregarles á los tribunales de justicia. En esta conducta debieran inspirarse todos los gobernadores; pero ocurre por desgracia que de esos casos se dan muy pocos, y aun sucede con m á s frecuencia que los mismos que muestran tales bríos en p e r s e c u c i ó n del intrusismo se cansan pronto y hasta se arrepienten. TRABAJO ÚTIL.—La acreditada Revista Journ. de Pharm et Chem. ha publicado un breve resumen de las tesis relativas á F a r m a c o l o g í a que durante el curso de 1888 1889 han sido presentadas á la Facultad de Medicina de París. Por entender es verdaderamente útil este trabajo llevado á cabo por el D r . Beurmann, vamos á publicar sumariamente ló más importante d e l mismo. Los a n a l g é s i c o s han sido objeto de estudios numerosos, habiendo consagrado tres tesis á la c o c a í n a ; la de Delbosc: De la cocaína y de sus accidentes; estudio experimental clínico. Es favorable al empleo de este medicamento. La de M . Roger Spillman: Contribución a l estudio de algunos procedimientos de anestesia por la cocaína en el tratamiento del hidrocele por las inyecciones de iodo. La de M . Bouchet: De la cocaína en c i r u g í a ; antisepsia uterina con el insujiador uterino. Recomienda su uso para las operaciones que se practiquen en el ú t e r o . M . Dauthuille ha publicado un Estudio sobre el sulfonal, cuyo medicamento coloca al lado del d o r a l y analiza sus efectos fisiológicos y t e r a p é u t i c o s , y le considera recomendable, sobre todo en el insomnio por causas nerviosas, en los n e u r o s t é n i c o s y enfermos afectados de lesiones cerebrales. Entiende es ineficaz cuando existe dolor vivo; en el reumatismo ciático, en los c a r d í a c o s y en l o s b r í g ticos. Su acción es menos constante que la del cloral, pero o f r é c e l a ventaja de ser insípido y no p r o d u c i r efecto sobre la c i r c u l a c i ó n . La tesis de M . Gaudineau, intitulada: Contribución a l estudio de la acción fisiológica y terapéutica d é l a metilacetanilida; exalgina, es un trabajo muy completo sobre las propiedades de este agente. Es un tóxico muy e n é r g i c o , mata á la dosis de 0,45 gramos por k i l o g r a mo de peso del animal; á dosis t e r a p é u t i c a (0,25 gramos, 0,40 gramos y 0,80 gramos) es un buen a n e s t é s i c o que no irrita el e s t ó m a g o y su a c c i ó n es, sobre todo, notable en las neuralgias. M. M é n a r d , en su Contribución a l estudio de la ciática y p a r t i c u larmente de su tratamiento por la analgesina, preconiza la antipirina (analgesina) como el mejor medicamento a n t i á l g i c o y curativo de esta afección, debiendo ser administrada á altas dosis. (Se continuará.)