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SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 1204/2012
Sucre, 6 de septiembre de 2012
SALA TERCERA
Magistrada Relatora: Dra. Ligia Mónica Velásquez Castaños
Acción de libertad
Expediente: 01170-2012-03-AL
Departamento: Santa Cruz
En revisión la Resolución 07 de 13 de junio de 2012, cursante de fs. 254 a 257, pronunciada dentro
de la acción de libertad, interpuesta por Enrique Fernández García en representación sin mandato
de Carlos Federico Valverde Bravo contra Mario Mercado Justiniano, Fiscal de Materia adscrito a la
Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) de Santa Cruz.
I.
ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA
I.1. Contenido de la demanda
Mediante memorial presentado el 12 de junio de 2012, cursante de fs. 44 a 48, el accionante
expresa los siguientes fundamentos de hecho y de derecho:
I.1.1.Hechos que motivan la acción
El 16 de diciembre de 2011, Angélica Sosa de Perovic interpuso una denuncia penal contra su
representado por la presunta comisión del delito de “desacato y otros”, porque a su decir, el
“sindicato” difundió públicamente que ella estaría estafando a la ciudad porque “…no existirían
algunas obras públicas…”(sic), y que se pretendía denigrarla; sin especificar en el formulario,
ningún elemento que permita conocer cuáles son los ilícitos cometidos por su persona y menos
advertir los mismos de su declaración informativa policial, prestada al siguiente día.
Agrega que el 17 de mayo de 2012, su representado presentó una excepción de incompetencia
ante el Juzgado Tercero de Instrucción en lo Penal del departamento de Santa Cruz, por considerar
que la denuncia debe ser conocida por un tribunal de imprenta, memorial en el que se solicitó se
ordene la suspensión de todo actuado procesal, incluyendo cualquier acto que pretenda llevar a
cabo el Fiscal de Materia, hasta que se resuelva la excepción y se emita un fallo definitivo al
respecto. Petición que se atendió favorablemente, disponiéndose mediante Auto de 18 de los
citados mes y año, la suspensión de todo acto de investigación por parte del Ministerio Público
entretanto se resuelva lo planteado por la parte demandada.
Arguye que mediante escrito de 31 de mayo del indicado año, a fin de hacer efectiva la decisión
adoptada por el Juez cautelar, el sindicado pidió al fiscal asignado al caso, que se abstenga de
realizar, requerir y ordenar actos de investigación, hasta que exista una decisión firme sobre la
excepción de incompetencia. No obstante lo cual, el 12 de junio de 2012, el Fiscal ahora
demandado, emitió una orden de citación para que Carlos Federico Valverde Bravo, se presente al
siguiente día a horas 17:30, en las oficinas de la Fiscalía a prestar su declaración dentro del
proceso incoado por el delito de desacato y otros, procediendo con dicha actitud de manera
irrespetuosa al órgano jurisdiccional y vulnerando el debido proceso, poniendo en riesgo, la
libertad de su representado, porque, posterior a dicha declaración, el Fiscal puede disponer su
aprehensión, habiéndosele privado de la posibilidad de conocer de todos los delitos que se le
endilgan, provocándole indefensión.
I.1.2. Derechos supuestamente vulnerados
El accionante considera lesionados los derechos de su representado al debido proceso, a la
defensa y a la libertad de locomoción, citando al efecto los arts. 115.II y 119.II de la Constitución
Política del Estado (CPE); y, 7.4 y 8.2 inc. 2) de la Convención Americana Sobre Derechos Humanos.
I.1.3. Petitorio
Solicita que se conceda la acción, disponiéndose que se deje sin efecto la orden de citación de 12
de junio de 2012; se notifique a su representado cuando el órgano jurisdiccional autorice la
continuación de los actos de investigación y se lo haga otorgándole toda la información requerida
para conocer los ilícitos denunciados a fin de asegurar su derecho a la defensa.
I.2. Audiencia y Resolucion del Juez de garantías
En audiencia pública celebrada a horas 16:00 del 13 de junio de 2012, en presencia del accionante
asistido de su abogado y de la autoridad fiscal demandada; y en ausencia del actor, conforme
consta en el acta cursante de fs. 248 a 253, se produjeron los siguientes actuados:
I.2.1. Ratificación y ampliación de la acción
El abogado del accionante, en audiencia, ratificó los fundamentos de la denuncia y los amplió
mencionando lo siguiente: a) Se inició un proceso absolutamente irregular, arbitrario y atentatorio
de las garantías constitucionales del representado del accionante, pues pese a que se pidió
ampliación de investigaciones por noventa días, no se hizo ningún aporte de ninguna naturaleza
durante ese periodo; b) Se realizaron una serie de irregularidades, no se informó al Juez dentro del
término legal; c) Ni la denunciante ni el denunciado tienen domicilio en el “Plan 3000”, lugar que
en su módulo policial se sentó la denuncia; razón por la cual la Jueza Segunda de Instrucción en lo
Penal declinó competencia ante un juez de la capital, recayendo en el Juzgado Tercero; d) El Fiscal
Departamental dispuso que el coordinador de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen
(FELCC), designe un fiscal para que se encargue de la dirección funcional del caso, por lo que se
hizo cargo la autoridad ahora demandada; e) Se emitió una citación para que el denunciado se
presente en la Fiscalía a prestar su declaración informativa, dándole un plazo mínimo de
veinticuatro a treinta y dos horas para que se presente a la declaración a horas 17:30, con el
propósito de que no pueda presentar reclamo alguno ante el Juez de Instrucción, porque los
términos legales impedirán su tutela inmediata; f) La celeridad de las actuaciones fiscales levantan
sospechas que los actos irregulares tengan otra motivación; y, g) Sólo se lo citó para que declare
por el delito de desacato, sin brindarle mayor información sobre la denuncia planteada en su
contra, lo que le produce indefensión.
I.2.2. Informe de la autoridad demandada
Mario Mercado Justiniano, Fiscal de Materia adscrito a la FELCC de Santa Cruz, en audiencia,
informó lo que sigue: 1) No puede justificarse el no haber acudido a la autoridad jurisdiccional por
un supuesto peligro de la locomoción del denunciado; 2) Se le citó con la acción alrededor de las
10:00 del presente día, donde se señala audiencia para las 16:00; y con el proveído del Juez
cautelar que suspende todo acto investigativo, se lo notificó el mismo día a horas 10:50, lo que
quiere decir, que primero se le hizo conocer la acción tutelar y luego recién la excepción de
incompetencia y por ende, la decisión del Juez Fernando Orellana; 3) En el proveído de la Fiscal de
Materia, que resolvió una diligencia propuesta por la denunciante, ya se hizo constar los delitos de
desacato, racismo, discriminación, falsedad material e ideológica y uso de instrumento falsificado,
en forma expresa; 4) Existe una orden de citación contra el representado del accionante de 10 de
mayo de 2012, para que se presente a declarar, diligenciada al interesado en la misma fecha, lo
que quiere decir, que si se pensaba que se estaba vulnerando algún derecho, pudo haber
recurrido al Juez a cargo del control jurisdiccional que en ese momento conocía la investigación; 5)
Angélica Sosa de Perovic denunció a Carlos Federico Valverde Bravo por la supuesta comisión de
los delitos de racismo y discriminación, proceso dentro del cual, su autoridad solicitó ampliación
de la querella por los citados delitos; entonces el denunciado conocía exactamente la denuncia en
su contra y había solicitado fotocopias simples de todo el cuaderno de investigación, por tanto, no
puede aducir que desconocía los tipos penales; y, 6) El denunciado pretende anular la citación
para su declaración informativa para ese día a horas 17:30, situación que pudieron interponerla al
Juez contralor de garantías. Por lo relacionado solicitó la improcedencia de la acción porque no se
acudió previamente a la autoridad jurisdiccional.
I.2.3. Resolución
Mediante Resolución 07 de 13 de junio de 2012, cursante de fs. 254 a 257, el Juez Tercero de
Sentencia Penal del departamento de Santa Cruz, denegó la acción de libertad, bajo el argumento
que el proceso penal instaurado a denuncia y posterior querella de Angélica Sosa de Perovic
contra Carlos Federico Valverde Bravo se encuentra en etapa preparatoria, bajo el control
jurisdiccional del Juez Tercero de Instrucción en lo Penal del departamento de Santa Cruz, ante
quien debió acudirse a través de los medios y recursos que prevé la ley y solo agotados éstos,
recién se podía activar la jurisdicción constitucional.
II.
CONCLUSIONES
Del análisis y compulsa de los antecedentes que cursan en obrados, se establecen las siguientes
conclusiones:
II.1.Dentro del proceso penal seguido por el Ministerio Público a denuncia de Angélica Sosa de
Perovic (fs. 52), por la presunta comisión de los delitos de Desacato y otros y posterior querella
por los delitos de desacato, racismo y discriminación (fs. 95 a 97), se evidencia que mediante
memorial de 17 de diciembre de 2011, la Fiscal de Materia, Clara Céspedes Rubio, puso a
conocimiento del Juez de turno de Instrucción Mixto del Plan 3000, el inicio de la investigación (fs.
94).
II.2.Mediante Auto de 15 de mayo de 2012, la Jueza Segunda de Instrucción Mixta del Centro
Integrado de Justicia del Plan Tres Mil, declinó competencia dentro de la investigación,
disponiendo la remisión de actuados ante el Juez de Instrucción de turno en lo Penal de la Capital
(fs. 106), proceso radicado ante el Juez Tercero de Instrucción en lo Penal del citado asiento
Judicial y ante quien, el Fiscal ahora demandado, el 25 de mayo de 2012 informó sobre la
ampliación del plazo de investigación preliminar del 21 de mayo al 21 de agosto de 2012 (fs. 131).
II.3.Por memorial presentado el 17 de mayo de 2012 ante el Juez Tercero de Instrucción en lo
Penal del departamento de Santa Cruz, Carlos Federico Valverde Bravo, interpuso excepción de
incompetencia, argumentando que los delitos de imprenta deben ser conocidos por el Tribunal de
Imprenta y que por lo tanto, la causa debe ser remitida ante dicha instancia; solicitando en el
Otrosí Tercero que “…se ordene la suspensión de todo acto procesal, incluyendo cualquiera que
pretenda llevar a cabo el representante del Ministerio Público, en tanto no sea resuelta la
excepción planteada y la resolución que se pronuncie al respecto…” (sic) (fs. 36 a 39 vta.).
Mereciendo decreto de 18 de mayo de 2012, por el cual, el citado Juez, entre otras cosas, dispuso
la suspensión de todo acto de investigación por parte del Ministerio Público entretanto se resuelva
lo planteado por la parte demandada (fs. 40).
II.4.A través de memorial presentado el 31 de mayo de 2012 a horas 11:19 ante el Fiscal de
Materia del Ministerio Público adscrito a la FELCC Mario Mercado Justiniano, Carlos Federico
Valverde Bravo pidió a dicha autoridad abstenerse de realizar, requerir y ordenar actos de
investigación, haciendo conocer el proveído emitido el 18 de mayo de 2012, por el Juez Tercero de
Instrucción en lo Penal (fs. 42 y vta.).
II.5.El 12 de junio de 2012, el Fiscal de Materia demandado, citó a Carlos Federico Valverde Bravo
para que se presente al día siguiente a horas 17:30 en las oficinas de la Fiscalía, por ser necesaria
su presencia dentro de la denuncia formulada en su contra por el delito de desacato y otros (fs.
43).
III.
FUNDAMENTOS JURIDÍCOS DEL FALLO
El accionante alega que la autoridad fiscal demandada lesionó los derechos de su representado, a
la libertad de locomoción, al debido proceso y a la defensa, habida cuenta que dentro del proceso
penal seguido en su contra por la presunta comisión de los delitos de desacato, racismo y
discriminación, el Juez Tercero de Instrucción en lo Penal a cargo del control jurisdiccional, emitió
un proveído disponiendo la suspensión de todo acto procesal entretanto se resuelva la excepción
de incompetencia interpuesto por su parte; y no obstante ello, el ahora demandado, lo citó para
que se presente a declarar en las oficinas de la Fiscalía, incumpliendo la orden de la autoridad
jurisdiccional. En consecuencia, en revisión de la Resolución dictada por el Juez de garantías,
corresponde dilucidar si tales extremos son evidentes y si constituyen persecución, aprehensión,
procesamiento o apresamiento indebidos o ilegales, a fin de conceder o denegar la tutela
solicitada.
III.1.Naturaleza jurídica de la acción de libertad y presupuestos de activación
Previo a ingresar al análisis del caso concreto, es necesario referirnos a la naturaleza jurídica de la
acción de libertad. En ese sentido y conforme al nuevo orden constitucional, la SCP 0037/2012 de
26 de marzo, señaló que: “Se trata de un mecanismo de defensa constitucional extraordinario de
carácter preventivo, correctivo y reparador, instituido para la protección inmediata y efectiva de
los derechos fundamentales a la libertad física como de locomoción en casos de detenciones,
persecuciones, apresamientos o procesamientos ilegales o indebidos por parte de servidores
públicos o de personas particulares; así como a la vida, cuando esté en peligro.
Esta garantía de carácter procesal constitucional se encuentra consagrada en el art. 125 de la CPE,
donde dispone que: 'Toda persona que considere que su vida está en peligro, que es ilegalmente
perseguida, o que es indebidamente procesada o privada de libertad personal, podrá interponer
Acción de Libertad y acudir, de manera oral o escrita, por sí o por cualquiera a su nombre y sin
ninguna formalidad procesal ante cualquier juez o tribunal competente en materia penal, y,
solicitará que se guarde tutela a su vida, cese la persecución indebida, se restablezcan las
formalidades legales o se restituya su derecho a la libertad'. Norma constitucional concordante
con el art. 65 de la Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional (LTCP), la cual establece que su
objeto es la garantía, protección o tutela de los derechos a la vida, a la libertad física y a la libertad
de locomoción, para el restablecimiento inmediato y efectivo de esos derechos, en los casos en
que sean restringidos, suprimidos o amenazados de restricción o supresión.
En tal sentido, debe señalarse que la ingeniería dogmática de la acción de libertad está diseñada
sobre la base de dos pilares esenciales, el primero referente a su naturaleza procesal y el segundo,
compuesto por los presupuestos de activación. En cuanto al primer aspecto que configura el
contenido esencial de esta garantía, es decir, su naturaleza procesal, se establece que se
encuentra revestida o estructurada con una tramitación especial y sumarísima, reforzada por sus
características de inmediatez en la protección, informalismo, generalidad e inmediación; procede
contra cualquier servidor público o persona particular, es decir, no reconoce fueros ni privilegios.
Postulados que pueden ser inferidos de la norma constitucional antes referida.
Ahora bien, el segundo pilar que estructura el contenido esencial de esta garantía, se encuentra
configurado por sus presupuestos de activación, que al amparo del art. 125 de la CPE, se resumen
en cuatro: a) Atentados contra el derecho a la vida; b) Afectación de los derechos a la libertad
física como a la libertad de locomoción; c) Acto y omisión que constituya procesamiento indebido;
y, d) Acto u omisión que implique persecución indebida”.
III.2. Persecución ilegal o indebida
La libertad es un derecho fundamental de carácter primario, protegida y consagrada por “…el art.
23.I de la Ley Fundamental del ordenamiento jurídico refiere que establece que 'Toda persona
tiene derecho a la libertad y seguridad personal' y que esta 'sólo podrá ser restringida en los
límites señalados por la ley para asegurar el descubrimiento de la verdad histórica en la actuación
de las instancias jurisdiccionales…'” (SCP 0703/2012 de 13 de agosto); por su parte, el parágrafo III
del mismo precepto constitucional, dispone que nadie será detenido, aprehendido o privado de su
libertad, salvo en los casos y según las formas establecidas por ley. En virtud a lo cual, la ejecución
de una orden de privación de libertad requerirá que ésta cumpla con ciertas condiciones de
validez, como son, que hubiere emanado previamente de autoridad competente y que sea emitida
por escrito.
Concordante con lo señalado, el art. 9.1 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos,
determina lo siguiente: “Todo individuo tiene derecho a la libertad y a la seguridad personales.
Nadie podrá ser sometido a detención o prisión arbitrarias. Nadie podrá ser privado de su libertad,
salvo por las causas fijadas por ley y con arreglo al procedimiento establecido en ésta”; y, el art. 7
inc. 2) de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, establece que: “Nadie puede ser
privado de su libertad física, salvo por las causas y en las condiciones fijadas de antemano por las
Constituciones Políticas de los Estados Partes o por las leyes dictadas conforme a ellas”.
De las normas glosadas, así como de la naturaleza jurídica de la acción de libertad, se desprende
que para la presentación de este mecanismo de defensa, se requieren presupuestos de activación,
siendo los señalados en la última parte de la jurisprudencia glosada en el Fundamento Jurídico III.1
de la presente Sentencia Constitucional Plurinacional, entre los que se encuentran, los actos u
omisiones que constituyan persecución ilegal o indebida, configuración que por ser atinente a la
problemática planteada y para fines pedagógicos, pasaremos a analizar a continuación. En ese
cometido, de la revisión jurisprudencial constitucional encontramos que, entre otras, en las SSCC
0419/2000-R, 0266/2001-R, 0379/2001-R, 0384/2001-R y 1287/2001-R, se afirmó que, la
persecución ilegal o indebida: “…debe ser entendida como la acción de un funcionario público o
autoridad judicial que busca, persigue u hostiga a una persona sin que exista motivo legal alguno
ni una orden expresa de captura emitida por autoridad competente en los casos establecidos por
la ley, o cuando se emite una orden de detención, captura o aprehensión al margen de los casos
previstos por ley e incumpliendo las formalidades y requisitos de ella"; requisitos que
imprescindiblemente deben concurrir para que sean objeto de análisis a través de la acción de
libertad, así como, “…los hechos denunciados como persecución indebida deben incidir
directamente con el derecho a la libertad de los recurrentes, caso contrario, la alegada
persecución, no puede ser dilucidada a través del hábeas corpus, conforme se ha establecido en
las SSCC 0200/2002-R, 0486/2004-R; esta circunstancia, impide conocer el fondo del recurso y
determina su improcedencia” (SC 1738/2004-R de 29 de octubre).
En un caso similar, en el que se demandó acción de libertad alegando persecución indebida,
resuelto mediante la SC 1616/2005-R de 12 de diciembre, se estableció lo siguiente:
“…consiguientemente, no se advierte que el actor hubiera estado indebida e ilegalmente
perseguido, por cuanto, (…), no se libró mandamiento de aprehensión en su contra y menos se
ejecutó el mismo y por ende, en los hechos no fue objeto de persecución u hostigamiento…”.
Bajo este entendimiento, y a la luz del nuevo diseño constitucional, en la SC 0044/2010-R de 20 de
abril, asumiendo el entendimiento adoptado por la SC 0036/2007-R de 31 de enero, indicó que la
persecución ilegal o indebida, implica la existencia de dos supuestos: “a) Órdenes de detención al
margen de los casos previstos por la ley e incumpliendo los requisitos y formalidades de ley y; b)
Hostigamiento sin que exista motivo legal, ni orden de captura emitida por autoridad competente.
En el primer supuesto, nos encontramos, propiamente, ante al hábeas corpus preventivo,
explicado precedentemente; en tanto que el segundo, hábeas corpus restringido, que de acuerdo
a la doctrina procede cuando el derecho a la libertad física es objeto de molestias, obstáculos,
perturbaciones que sin ningún fundamento legal, configuran una restricción para su cabal
ejercicio. No existe, en concreto una amenaza inminente de privación de libertad; sin embargo,
existe limitación en su ejercicio (citaciones ilegales policiales, vigilancia domiciliaria, etc.). Este tipo
de hábeas corpus, entonces, también estaría cobijado dentro de la persecución ilegal prevista en
el art. 125 de la CPE y 89 de la LTC”.
Ahora bien, bajo ese mismo contexto, en la SC 0641/2011-R de 3 de mayo, se definió la
persecución ilegal a partir de sus dos causes configurativos, los que darían lugar a la activación de
la acción de libertad restringida y preventiva. “En efecto, bajo el primer cauce configurativo de
este presupuesto de activación de la acción de libertad, se establece que la persecución ilegal o
indebida, debe ser entendida como toda acción ilegal cometida por un funcionario público o un
particular, conducta que implica una manifiesta y evidente persecución, acoso, búsqueda u
hostigamiento, sin que exista una justa causa fundada en derecho, destinada a suprimir, restringir,
perturbar o limitar el derecho a la libertad física, la vida o algún otro derecho estrictamente
vinculado a éstos dos últimos; afectaciones que por su naturaleza, inequívocamente deben ser
tuteladas a través de la acción de libertad, aspecto que a la luz de la tipología de la acción de
libertad ya desarrollada por la SC 0044/2010-R de 20 de abril, se enmarca dentro de lo que en
doctrina se conoce como 'Habeas Corpus' restringido. Asimismo, debe precisarse que el segundo
cauce configurativo de la persecución ilegal tutelable a través de la acción de libertad, está
constituido por todo acto que merced a una orden de detención, captura o aprehensión, que no
cumpla con los presupuestos procesales establecidos para su legal emisión, esté destinada a
suprimir, restringir o limitar el derecho a la libertad física o incluso a la vida, supuestos fácticos que
deben ser protegidos a través de la acción de libertad bajo la figura conocida en doctrina como
'Habeas Corpus preventivo' y desarrollada por la SC 0044/2010-R de 20 de abril entre otras”.
Finalmente, y siguiendo la doctrina penal, la SC 0021/2011-R de 7 de febrero, estableció que: “…se
entiende que la persecución indebida debe verse materializada en actos o acciones que permitan
concluir la existencia de una amenaza a este derecho, en consecuencia, si no se advierte la orden o
emisión de ningún mandamiento que disponga la privación de libertad personal o de locomoción
del actor, no es posible admitir que éste estuviera indebida o ilegalmente perseguido, por cuanto,
es irracional suponer que podría ejecutarse una disposición que no existe ni existió jamás, y en los
hechos, el accionante nunca pudo ni podrá ser objeto de persecución ni hostigamiento”.
De lo anotado se concluye que la persecución ilegal o indebida como presupuesto de activación de
la acción de libertad, comprende a su vez, dos supuestos, el primero referido al hostigamiento sin
motivo legal ni orden de privación de libertad física y/o de locomoción emitida por autoridad
competente; y el segundo relativo a las órdenes de restricción de libertad al margen de los casos
previstos por ley y sin cumplir con los requisitos y formalidades legales exigidas. En el primer caso,
como señaló la jurisprudencia, estamos frente a lo que la doctrina señala como, hábeas corpus
restringido; y tanto que la segunda forma está relacionada con el hábeas corpus preventivo.
En resumen, el hábeas corpus restringido está destinado a la protección de la libertad física y/o
libertad de locomoción, cuando éstas sufren molestias, obstáculos, incomodidades, interrupciones
o perturbaciones sin que medie fundamento legal. El hábeas corpus preventivo procura impedir
una lesión al derecho a la libertad y puede ser utilizado en aquellos casos en los que pese a que no
se concretó la privación a dicho derecho, empero, existe la amenaza que ello ocurra incumpliendo
las condiciones de validez establecidas al efecto; es decir, mediante una orden librada al margen
de los casos previstos por la Constitución Política del Estado y la ley, sin la presencia de los
requisitos materiales y formales establecidos al efecto. Ambas formas encuentran su cimiento en
los arts. 125 de la CPE y 66 inc.2) de la Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional (LTCP); por
tanto, vía acción de libertad, se protegerán los derechos citados supra, aún cuando no se evidencie
una amenaza inminente de privación de libertad, pero su ejercicio se vea afectado de alguna
manera, en virtud a que la teleología de este medio de defensa tiende a la protección de bienes
jurídicos de carácter primario, como son la vida y la libertad; no obstante ello, a tiempo de su
activación deberá demostrarse que la amenaza es cierta y evidente, y no conjetural o presuntiva,
lo que significa que es un requisito para la procedencia de la acción, la demostración de la
existencia positiva y material de la amenaza o restricción de la libertad.
III.3.Competencia de los fiscales para emitir mandamientos de aprehensión
El Código de Procedimiento Penal, regula las situaciones excepcionales en las que, el Estado a
través de sus órganos represivos, está autorizado a perseguir legítima y legalmente a una persona,
siempre y cuando ésta se encuentre sindicada de la comisión de un delito o hubiere sido
descubierto en flagrancia; fin para el cual, previamente debe cumplir las condiciones de validez
exigidas por la Constitución y las leyes para el efecto; permisibilidad que no puede ser admitida
desde ningún punto de vista para el resto de los individuos que no guardan relación alguna como
la presunta comisión de un ilícito; y por lo mismo, gozan del ejercicio del derecho a la libertad
física y de locomoción de manera irrestricta; en virtud a lo cual, ningún servidor público ni
particular esta posibilitado de restringirla.
En ese orden, se establecen los casos en los cuales, los fiscales a cargo de una investigación,
pueden ordenar aprehensiones; limitándolos únicamente a dos posibilidades. La primera
establecida por el art. 224 del CPP, el cual dispone que, si el imputado citado no se presentara en
el término que se le fije, ni justificara un impedimento legítimo, la autoridad competente librará
mandamiento de aprehensión.
En definitiva, la finalidad de la citación es poner en conocimiento del interesado, sobre el inicio de
una investigación ya sea de oficio, por denuncia o querella; no constituye una medida cautelar,
sino que es simplemente una forma de comunicación procesal que asegura la comparecencia del
procesado ante el órgano encargado de la investigación a efectos que preste su declaración
informativa; el incumplimiento injustificado a dicha citación, da lugar a la aprehensión, la cual,
puede o no, derivar en la aplicación de una medida cautelar.
Respecto a esta forma de aprehensión, la SC 1480/2004-R de 1 de septiembre, reiterada por la SC
0027/2005-R de 7 de enero, señaló lo que el sistema procesal penal vigente, concretamente: “El
art. 97 del CPP, exige que en la etapa preparatoria el denunciado prestará declaración ante el
Fiscal, previa citación formal, disposición legal que es de inexcusable cumplimiento, en cuya virtud,
el Fiscal, como director de la investigación, debe disponer la citación personal del imputado a
objeto de asegurar que éste tome conocimiento de la denuncia que pesa en su contra, a fin de
garantizar su derecho a la defensa y sólo en caso de que el citado no se presentare en el término
que se le fije, ni justificara un impedimento legítimo, el Fiscal podrá librar mandamiento de
aprehensión, de acuerdo a los dispuesto por el art. 224 del CPP, caso contrario, la aprehensión
ordenada resulta ilegal”.
En cuanto a la procedencia de una orden de aprehensión por falta de concurrencia a la citación de
comparendo, por medio de la SC 0112/2003-R de 27 de enero, el Tribunal Constitucional
estableció que: "...la Ley Orgánica del Ministerio Público en su art. 62, prevé las formas en que se
deben realizar las notificaciones o citaciones dentro de la etapa preparatoria.
“…la citada disposición guarda plena concordancia con la norma prevista por el art. 224 CPP, pues
ésta prevé que si el imputado no se presentare luego de ser citado legalmente, la autoridad
competente podrá expedir mandamiento de aprehensión en su contra, esto implica, que la
citación debe practicarse dentro del marco de las previsiones legales, esto es, que se deben
realizar guardando todas las formas y asegurando la efectividad de la misma, pues para expedir el
mandamiento no basta la simple representación de una citación, sino que aquel debe ser
ordenado cuando existe certeza de que la citación surtió sus efectos de comunicación, así ya se ha
entendido por la jurisprudencia constitucional sentada a partir de la SC 0739/2001-R de 19 de
julio...".
En el mismo sentido se han pronunciado las SSCC 0884/2004-R, 0993/2004-R, 1043/2004-R y
1332/2004, entre otras.
Y la segunda posibilidad, es la contemplada por el art. 226 del CPP, referida a que el fiscal podrá
ordenar la aprehensión del imputado cuando sea necesaria su presencia y existan suficientes
indicios de que es autor o partícipe de un delito de acción pública sancionado con pena privativa
de libertad, cuyo mínimo legal sea igual o superior a dos años y de que pueda ocultarse, fugarse o
ausentarse del lugar y obstaculizar la averiguación de la verdad, norma que ha sido modificada por
la Ley 007 de 18 de mayo de 2010, en la que se agregó: “...excepto en los delitos previstos y
sancionados por los Arts. 132 bis, 185, 254, 271 primer párrafo y 331 del Código Penal”.
Sintetizando ambos casos, las SSCC 1285/2004-R, 0871/2004-R; 0191/2004-R y 0588/2004-R entre
otras, señalaron: “…para que el fiscal en el inicio de una investigación y durante la misma pueda
disponer una aprehensión deben existir una de estas dos situaciones a saber: a) cuando no
obstante haberse cumplido con la diligencia de citación en forma legal (personal o por cédula),
observando las formalidades que dispone la norma prevista en el art. 163 del CPP -pues caso
contrario sería nula, por no cumplir con los requisitos de validez conforme lo dispone la norma
prevista por el art. 166 del CPP-, el citado no concurre ante su autoridad, en cuyo caso, se dan por
cumplidas estrictamente las normas previstas por el art. 62 de la LOMP en concordancia con la
norma prevista por el art. 224 del CPP y, b) cuando concurren todas las circunstancias especiales
previstas por el art. 226 CPP, procede la aprehensión directa sin previa citación personal de
comparendo y aún cuando el recurrente se hubiese presentado cumpliendo con la citación. En
este caso, inobjetablemente deberá dictar una Resolución debidamente fundamentada, como lo
exige la norma prevista por el art. 73 del CPP, explicando los hechos que se ajustan a los alcances
de dicho precepto, si no cumple con esa exigencia la aprehensión se tendrá por indebida aún
cuando luego remita al detenido dentro del plazo legal ante la autoridad jurisdiccional
competente”.
De lo expuesto, es posible concluir que la facultad conferida por el Código de Procedimiento Penal
a los fiscales para ordenar la emisión de mandamientos de aprehensión se limita a dos
posibilidades, la primera para los casos de incomparecencia injustificada a una citación practicada
para prestar su declaración informativa; y la segunda, cuando se presenten los requisitos previstos
por el art. 226 del CPP. Sin embargo, es pertinente aclarar que dicha regla, admite una excepción
para los casos de flagrancia, en los que cualquier persona puede aprehender aún sin previa
emisión de mandamiento; con el único objetivo de conducirlo ante autoridad judicial competente.
III.4.Citación para prestar declaración informativa
Sobre la declaración informativa que debe prestar el imputado, considerado como toda persona a
quien se le atribuya la comisión de un delito ante los órganos encargados de la persecución penal,
el art. 97 del Código de Procedimiento Penal (CPP), dispone: “(Oportunidad y autoridad
competente). Durante la etapa preparatoria, el imputado prestará declaración ante el fiscal, previa
citación formal.
El funcionario policial podrá participar en el acto, previa citación formal, pudiendo interrogar al
imputado bajo la dirección del fiscal.
La autoridad preventora informará al fiscal, dentro de las ocho horas siguientes, si el imputado ha
sido detenido, para que reciba su declaración en el plazo máximo de doce horas por computarse
desde el momento de la recepción del informe. El incumplimiento de estas obligaciones se
sancionará como delito de incumplimiento de deberes.
(…)
El imputado podrá solicitar que se le reciba una nueva declaración, solicitud que será atendida
siempre que la autoridad correspondiente no la considere como un procedimiento dilatorio”.
Con relación a ese extremo, en la SCP 0317/2012 de 18 de junio, se señaló que: “…la declaración
del imputado y su propio interrogatorio, ha dejado de ser un instrumento 'privilegiado' de
obtención de elementos de prueba, en todo caso, se constituye en un verdadero medio de
defensa; criterio que debe ser aplicado en armonía y concordancia con lo previsto por el art. 121.I
de la CPE que dispone, 'en materia penal, ninguna persona podrá ser obligada a declarar contra sí
misma, ni contra sus parientes consanguíneos hasta el cuarto grado o sus afines hasta el segundo
grado. El derecho a guardar silencio no será considerado como indicio de culpabilidad'.
(…) …consiguientemente, constituyéndose un derecho y garantía la declaración del imputado, el
hecho de que se le niegue o se le señale día y hora para el efecto, no se encuentra vinculado
directamente con la libertad, pues dicho actuado procesal como se dijo, no amenaza ningún
derecho del imputado, más aún si se encuentra gozando de ese derecho primario y fundamental
previsto por el art. 23.I de la CPE; en todo caso, el director funcional de la investigación,
garantizando el derecho a la defensa del imputado, tiene el deber de citarle para tomarle su
declaración, sin que ello importe restringirle alguno de sus derechos, claro está, el Fiscal tiene el
deber de responder dicha petición dentro del plazo legal y en su caso programar ésta, según las
circunstancias de la investigación, sin que eso signifique de la misma forma, alguna vulneración a
sus derechos…”.
En síntesis, englobando la doctrina y jurisprudencia citadas anteriormente, se tiene que la acción
de libertad queda reservada para la protección inmediata y efectiva de los derechos
fundamentales a la libertad física como de locomoción en casos de detenciones, persecuciones,
apresamientos o procesamientos ilegales o indebidos por parte de servidores púbicos o de
personas particulares, así como a la vida, cuando esté en peligro. Mecanismo de defensa que
podrá activarse frente a cuatro presupuestos establecidos en la SCP 0037/2012, glosada en el
Fundamento Jurídico III.1 de la presente Sentencia, como son, los atentados al derecho a la vida,
afectación directa a los derechos a la libertad física y a la libertad de locomoción, actos y
omisiones que constituyan procesamiento indebido; y los actos y omisiones que impliquen
persecución indebida.
Por tratarse el tema en concreto de una denuncia sobre una presunta persecución ilegal por parte
del fiscal, es necesario precisar las características de esta deformación del sistema procesal, que
constituye un presupuesto para la activación del presente instrumento constitucional.
En ese contexto, es importante destacar que el Estado en uso de la atribución conferida tanto por
la Constitución como por las leyes de la República, puede eventualmente disponer medidas de
coerción personal, incluida la más gravosa como es la privación de libertad, sujeta por supuesto, a
inexcusables exigencias legales; ello en uso de su facultad del jius puniendi, en defensa de la
sociedad. En virtud a lo cual, es posible concluir que las persecuciones legales, no merecen tutela
mediante la presente acción, porque, como se señaló, se trata de una atribución ejercitada por el
Estado a través de sus instituciones, en uso de su facultad del jius puniendi.
En cambio, en aquellas situaciones ilegales de persecución, traducidas en un evidente acoso,
búsqueda u hostigamiento sin causa justa fundada en derecho, destinadas a suprimir, restringir,
perturbar o limitar el derecho a la libertad física, a la vida o algún otro derecho estrictamente
vinculado a éstos dos últimos; debidamente demostradas, materializadas en actos o acciones, que
permitan concluir la existencia de una amenaza cierta a los citados derechos, lo que excluye de su
ámbito de protección el aspecto presuntivo, es deber de la jurisdicción constitucional, otorgar la
tutela inmediata que requiere esta irregular situación procesal penal. En ese contexto, vía
jurisprudencial se han establecido dos situaciones que pueden dar lugar a la activación de la
acción de libertad cuando se denuncia persecución ilegal, las que se reducen a las siguientes: de
un lado, contra órdenes de detención al margen de los casos previstos por la ley e incumpliendo
los requisitos y formalidades legales; y de otro, contra hostigamientos sin que exista motivo legal,
ni orden de captura emitida por autoridad competente.
Con la finalidad de evitar la consumación de cualquier ilegalidad en la persecución, la normativa
legal vigente, establece expresamente los casos y las condiciones que inexorablemente deben
cumplirse previo a coartar los derechos mencionados supra; entre las que se encuentran, las
conferidas a los representantes del Ministerio Público. Así, el antes glosado art. 224 del CPP,
otorga a dichos servidores la atribución de citar al sindicado de la comisión de un delito; de un
lado, para poner en su conocimiento el inicio de una investigación en su contra, ya sea de oficio, o
vía denuncia o querella; y de otro, para disponer su presencia a efectos que preste su declaración
informativa; a cuyo incumplimiento sin justificativo legal, la citada norma lo inviste de la
posibilidad de librar mandamiento de aprehensión contra el incompareciente, con la única
finalidad de dar cumplimiento al actuado para el cual se lo citó, pudiendo posteriormente y como
resultado de su deposición, establecerse o no medidas cautelares en su contra.
Por lo tanto, la citación al procesado por ser necesaria su presencia dentro de una denuncia
formulada en su contra por la presunta comisión de un delito, bajo advertencia de que en caso de
no presentarse el día y hora indicados ni justificarse un impedimento legítimo, se librará orden de
aprehensión; por sí sola, no constituye una persecución ilegal ni aún cuando se hubiera ejecutado;
al contrario, responde a la observancia de un precepto legal que otorga a los fiscales,
legítimamente la posibilidad de hacerlo; por tanto, en esos casos, no puede alegarse persecución
indebida; y por ende, tampoco se abre la tutela brindada por la acción de libertad.
En suma, de la exposición panorámica previa, se puede establecer que una orden de citación con
el correspondiente advertido de librarse mandamiento de aprehensión en caso de
incumplimiento, no encuentra amparo en la acción de libertad, por las razones antes explicadas, a
no ser que se demuestre fehacientemente que dicha autoridad emitió la misma, al margen de los
presupuestos exigidos por ley; requisitos entre los que, como se explicó, se encuentran la emisión
de mandamiento de aprehensión sin haber cumplido con la diligencia de citación previa, o que la
autoridad no esté investida de la competencia correspondiente para el efecto, o la misma esté
suspendida o la hubiere perdido por cualquier circunstancia.
III.5.El juez cautelar como contralor de la investigación
El juez cautelar constituye la autoridad jurisdiccional bajo quien se encuentra el control del
desenvolvimiento de los actos de investigación que realizan tanto fiscales como funcionarios
policiales, desde el primer acto del proceso hasta la conclusión de la etapa preparatoria; conforme
a las previsiones contenidas en el art. 54 inc. 1) concordante con el 279, ambas del CPP, normas
que le otorgan la facultad para disponer lo que fuere de ley a efectos de restituir derechos
transgredidos en caso de constatarse vulneraciones.
En ese sentido, la SC 0865/2003-R de 25 de junio, reiterada entre otras por las SSCC 0507/2010-R y
0856/2010-R, señaló lo siguiente: “Conforme a los arts. 54 inc. 1) y 279 CPP, el Juez de Instrucción
tiene la atribución de ejercer control jurisdiccional durante el desarrollo de la investigación
respecto a la Fiscalía y a la Policía Nacional, por tal razón, la misma norma legal en sus arts. 289 y
298 in fine obliga al fiscal a dar aviso al juez cautelar sobre el inicio de la investigación dentro de
las veinticuatro horas de iniciada la misma; pues es la autoridad judicial encargada de precautelar
que la fase de la investigación se desarrolle en correspondencia con el sistema de garantías
reconocido por la Constitución Política del Estado, las Convenciones y Tratados Internacionales
vigentes y las normas del Código de Procedimiento Penal; por ello, toda persona involucrada en
una investigación que considere la existencia de una acción u omisión que vulnera sus derechos y
garantías, entre las cuales el derecho a la libertad debe acudir ante esa autoridad”.
En el mismo sentido se estableció en la SC 0181/2005-R de 3 de marzo, donde se afirmó que:
“…todo imputado que considere que en el curso del proceso investigativo ha sufrido una lesión de
un derecho fundamental, entre ellos, el derecho a la libertad en cualquiera de las formas en que
pueda sufrir menoscabo, debe impugnar tal conducta ante el juez instructor, que es el órgano
jurisdiccional que tiene a su cargo el control de la investigación, desde los actos iníciales hasta la
conclusión de la etapa preparatoria. Así, el Código de procedimiento penal al prever la existencia
de un órgano jurisdiccional competente para conocer y resolver de manera directa y expedita, las
supuestas vulneraciones a los derechos y garantías que pudieran tener origen en los órganos
encargados de la persecución penal; no resulta compatible con el sistema de garantías previsto en
el ordenamiento aludido, acudir directamente o de manera simultánea a la justicia constitucional,
intentando activar la garantía establecida por el art. 18 constitucional, ignorando los canales
normales establecidos. Consiguientemente, el hábeas corpus sólo se activa en los casos en que la
supuesta lesión no sea reparada por los órganos competentes de la jurisdicción ordinaria
aludidos”.
Recogiendo el mismo entendimiento, a partir del nuevo diseño constitucional, la SC 0008/2010-R
de 6 de abril, concluyó lo siguiente: “I. El recurso de hábeas corpus, ahora acción de libertad, es el
medio idóneo y eficaz para conocer y restituir cualquier tipo de lesión o vulneración que pueda
atentar al derecho a la vida, la libertad o constituir una persecución o procesamiento indebido que
atente o ponga en peligro el derecho a la libertad, cuando de acuerdo a las circunstancias
concretas, a pesar de existir mecanismos de protección específicos y establecidos por la ley
procesal vigente, éstos resulten ser evidentemente inoportunos o inconducentes, de manera tal
que esta acción de defensa, por la urgencia de la situación, se configura como el medio más eficaz
para restituir los derechos afectados; empero, en caso de existir mecanismos procesales
específicos de defensa que sean idóneos, eficientes y oportunos para restituir el derecho a la
libertad y a la persecución o procesamiento indebido, deben ser utilizados previamente por el o
los afectados; en estos casos por tanto, la acción de libertad operará solamente en caso de no
haberse restituido los derechos afectados a pesar de haberse agotado estas vías específicas.
II. Asimismo, cuando exista privación efectiva de libertad, por ser esta una causal grave, se
entenderá que la vía procesal existente no es idónea, cuando se pruebe que una vez activados
estos mecanismos procesales, su resolución y efectiva protección serán dilatadas, por ejemplo,
por ser irrazonables los plazos de resolución; por existir excesiva carga procesal para una rápida
decisión o ejecución de la decisión o por no cumplirse con los plazos para emisión de resoluciones
establecidos por la ley.
III. En el caso de vulneración al derecho a la vida, protegido por la acción de libertad, procederá
esta acción de forma directa y sin necesidad de agotar otra vía”.
De donde se infiere que, las actuaciones policiales o fiscales que se consideren irregulares, deben
ser denunciadas ante el juez cautelar, y sólo cuando la lesión al derecho a la libertad no hubiera
sido reparada por dicha autoridad, recién será posible acudir a la jurisdicción constitucional a
través de la acción de libertad. Así, complementando los criterios jurisprudenciales glosados, la SC
0080/2010-R de 3 de mayo, se refirió a las situaciones excepcionales en las que a través de la
acción de libertad, no es posible ingresar al análisis de fondo de la problemática denunciada,
estableciendo tres supuestos de improcedencia:
“Primer supuesto:
Si antes de existir imputación formal, tanto la Policía como la Fiscalía cometieron arbitrariedades
relacionadas al derecho a la libertad física o de locomoción, y todavía no existe aviso del inicio de
la investigación, corresponde ser denunciadas ante el Juez Cautelar de turno. En los casos en los
que ya se cumplió con dicha formalidad procesal, es decir, con el aviso del inicio de la
investigación, al estar identificada la autoridad jurisdiccional, es ante ella donde se debe acudir en
procura de la reparación y/o protección a sus derechos. De no ser así, se estaría desconociendo el
rol, las atribuciones y la finalidad que el soberano a través del legislador le ha dado al juez
ordinario que se desempeña como juez constitucional en el control de la investigación.
Segundo Supuesto:
Cuando existe imputación y/o acusación formal, y se impugna una resolución judicial de medida
cautelar que; por ende, afecta al derecho a la libertad física o de locomoción, con carácter previo a
interponer la acción de libertad , se debe apelar la misma, para que el superior en grado tenga la
posibilidad de corregir la arbitrariedad denunciada. Puesto que el orden legal penal ha previsto
ese medio impugnativo, precisamente para que a través de un recurso rápido, idóneo, efectivo y
con la mayor celeridad se repare en el mismo órgano judicial, las arbitrariedades y/o errores que
se hubiesen cometido en dicha fase o etapa procesal. Lo propio si está referido a cuestiones
lesivas a derechos fundamentales relacionados a actividad procesal defectuosa, o relacionado al
debido proceso, casos en los cuales se debe acudir ante la autoridad judicial que conoce la causa
en ese momento procesal, puesto que el debido proceso es impugnable a través de la acción de
libertad, sólo en los casos de indefensión absoluta y manifiesta, o que dicho acto sea la causa
directa de la privación, o restricción a la libertad física.
Tercer supuesto:
Si impugnada la resolución la misma es confirmada en apelación; empero, en lugar de activar
inmediatamente la acción libertad, decide voluntariamente, realizar una nueva petición ante la
autoridad ordinaria, tendiente a un nuevo análisis y reconsideración de su situación jurídica, sea
mediante una solicitud de modificación, sustitución, cesación de detención preventiva, etc., y la
misma está en trámite, en esos casos, ya no es posible acudir a la jurisdicción constitucional
impugnando la primera o anterior resolución judicial, donde se emitió el auto de vista, inclusive;
por cuanto las partes de un proceso están impelidas de actuar con lealtad procesal, de no ser así,
se provocaría una duplicidad de resoluciones en ambas jurisdicciones, e incidiría negativamente en
el proceso penal de donde emerge la acción tutelar”.
Solamente para fines pedagógicos, cabe señalar que el primer supuesto consignado
precedentemente, ha sido modulado por la SCP 0185/2012 de 18 de mayo, en el siguiente sentido:
“En este orden, en cuanto a la presunta indebida privación de libertad, deberá tenerse en cuenta
que la misma puede producirse, ya por hechos y circunstancias eventualmente no vinculadas a la
presunta comisión de un delito y otras veces, sí vinculadas a la presunta comisión de un delito. En
consecuencia, si no existe inicio de investigación y tampoco presunta comisión de delito alguno,
corresponderá a la justicia constitucional conocer directamente y resolver la acción de libertad
que acuse una presunta indebida privación de libertad”.
III.6. Análisis del caso concreto
En la problemática planteada, de los antecedentes adjuntos se evidencia que, el 16 de diciembre
de 2011, Angélica Sosa de Perovic, formalizó denuncia contra Carlos Federico Valverde Bravo, por
la presunta comisión de los delitos de desacato y otros, ante la FELCC del Plan “Tres Mil”, la que
una vez recibida, al día siguiente (17 de diciembre de 2011), fue puesta a conocimiento del Juez de
turno de Instrucción en lo Penal del citado lugar, a efectos del control jurisdiccional, en
cumplimiento de lo dispuesto por el art. 289 del CPP, por parte de la Fiscal de Materia, Clara
Céspedes Rubio; autoridad que a la par inició en la citada fecha, las diligencias de investigación
preliminares, requiriendo a continuación la ampliación del plazo por noventa días. Extremo que
hizo conocer oportunamente al Juez cautelar a cargo del control de la etapa preparatoria,
mediante memorial presentado el 20 de enero de 2012.
Con posterioridad a las diligencias precitadas y otras que cursan en el cuaderno de investigaciones,
se tiene que el 15 de mayo siguiente, la citada Jueza Segunda de Instrucción Mixta del Centro
Integrado de Justicia del Plan “Tres Mil”, declinó competencia por razón de territorio ante el juez
del domicilio del denunciado, siendo el mismo donde supuestamente se cometieron los delitos
imputados; recayendo en consecuencia, la causa, ante el Juez Tercero de Instrucción en lo Penal
del Tribunal de Justicia de Santa Cruz, y reasignándose la investigación al Fiscal ahora demandado,
Mario Mercado Justiniano, representante del Ministerio Público que el 25 de mayo de 2012,
informó al precitado Juez, una nueva ampliación del plazo para los actos preliminares.
Ahora bien, posteriormente, a través del memorial presentado el 6 de junio del mismo año ante el
último Juez que viene conociendo la causa, el sindicado Carlos Federico Valverde Bravo, opuso
excepción de incompetencia, por considerar que el proceso debería ser tramitado ante un Tribunal
de imprenta, solicitando a su vez, en el Otrosí tercero, la suspensión de todo acto procesal,
incluyendo cualquiera que pretenda llevar a cabo el representante del Ministerio Público, en tanto
no sea resuelta la excepción planteada. Petición que dicha autoridad atendió favorablemente
mediante decreto de 18 de mayo de 2012, por el que dispuso la suspensión de todo acto de
investigación por parte del Ministerio Público entretanto se resuelva lo planteado por la parte
demandada. No obstante lo cual, el precitado Fiscal, el 12 de junio siguiente, emitió una orden de
citación contra Carlos Federico Valverde Bravo, a efectos de que se presente al día siguiente a
horas 17:30 en las oficinas de la Fiscalía, por ser necesaria su presencia dentro de la denuncia
formulada en su contra; bajo conminatoria de que, en caso de no hacerlo, se librará orden de
aprehensión.
En ese sentido y una vez determinado que las denuncias sobre persecución pueden ser analizadas
mediante la presente acción, solamente cuando se demuestre que son producto de ilegalidades
cometidas por autoridades jurisdiccionales, y/o fiscales, pero que además de ello, independiente
de dicho presupuesto, se debe verificar si la parte superó la subsidiariedad excepcional establecida
para este tipo de mecanismos de defensa, en cumplimiento de lo dispuesto por la línea
jurisprudencial glosada en el Fundamento Jurídico III.5, es decir, si previo a activar la jurisdicción
constitucional, acudió con su reclamo ante el Juez cautelar como contralor de la etapa
preparatoria a denunciar los derechos fundamentales y garantías constitucionales que considera
vulnerados, requisito inexcusable en su cumplimiento.
No obstante lo señalado, la jurisprudencia constitucional debe ser aplicada a cada caso ante
supuestos fácticos idénticos, y no mediante un proceso mecánico sin considerar las características
especiales inmersas en concreto. En ese cometido, en la especie, es posible verificar que el
afectado Carlos Federico Valverde Bravo, mediante memoriales presentados; el primero, el 17 de
mayo de 2012, ante el Juez Tercero de Instrucción en lo Penal en el que opuso a excepción de
incompetencia y en el otrosí solicitó la suspensión de todo acto de investigación por parte del
Ministerio Público, petición esta última que fue deferida a su favor, mediante decreto expreso de
18 de mayo de 2012; y el segundo, el 31 del mismo mes y año, al Fiscal de Materia adscrito a la
FELCC, División Corrupción Pública y Económico Financiero, Mario Mercado Justiniano, por el que
pidió al remitente que se abstenga de realizar, requerir y ordenar actos de investigación, en
cumplimiento de la instrucción del Juez cautelar, cuyo tenor adjuntó en fotocopia legalizada.
Por lo relatado, es posible concluir que, el representado del accionante, a tiempo de plantear la
excepción de incompetencia contra el Juez Tercero de Instrucción en lo Penal, acudió igualmente
ante dicha autoridad para solicitarle que en ejercicio de su función de contralor de garantías
constitucionales de la etapa preparatoria, ordene al representante del Ministerio Público, que
suspenda todo acto investigativo; petición contenida en el otrosí del mismo memorial; por ende,
no es admisible exigirle que, no obstante haber acudido ante el Juez cautelar oportunamente
luego del incumplimiento por parte del Ministerio Público, vuelva a presentar su reclamo ante la
instancia judicial, puesto que en ese caso, convertiríamos la presente acción en un mecanismo
recurrente de constante impugnación, sujeta a formalismos o ritualismos contrarios a su
naturaleza jurídica, castigando a los accionantes y afectados, a activar reiteradamente sus
acciones de reclamo, pues en el caso, se denota que Carlos Federico Valverde Bravo, actuó de
manera diligente, porque acudió ante la instancia pertinente, como es el Juez a cargo del control
jurisdiccional para solicitarle en virtud a dicha característica, ordene al Ministerio Público a
abstenerse de cualquier acto investigativo, cumpliendo de esa manera con el prerrequisito de
subsidiariedad excepcional que rige a esta acción; por eso mismo, no puede pedírsele que acuda
nuevamente ante la citada instancia, y de manera reiterada exija el resguardo de sus derechos y
garantías, porque ingresaríamos dentro de un dialelismo o paralogismo de nunca concluir. A más
de ello, se tiene que inclusive se apersonó ante la instancia fiscal a pedir el cumplimiento de lo
dispuesto mediante decreto de 18 de mayo de 2012. Aspectos que en definitiva demuestran que
la subsidiariedad excepcional de la acción de libertad a la que están obligados los sujetos
procesales, fue cumplida a cabalidad por el representado del accionante.
Una vez establecido como está, que en la especie, se agotaron los mecanismos de reclamación
intraprocesales, corresponde a continuación ingresar al fondo de lo demandado, estableciendo si
las acciones asumidas por el Fiscal demandado, se enmarcaron dentro del ámbito de la legalidad o
al contrario son susceptibles de ser subsumidas dentro de alguno de los presupuestos establecidos
por la jurisprudencia constitucional para la persecución ilegal.
En ese orden, se tiene que por solicitud escrita del sindicado, el Juez Tercero de Instrucción en lo
Penal del departamento de Santa Cruz, a cargo del control jurisdiccional del proceso penal iniciado
en su contra, mediante decreto de 18 de mayo de 2012, dispuso la suspensión de todo acto de
investigación por parte del Ministerio Público, entretanto se resuelva la excepción de
incompetencia planteada por el demandado; decreto que fue puesto a conocimiento del
destinatario de manera oportuna, pues aunque no se cuenta en antecedentes con la notificación
expresa diligenciada con el mismo, al Fiscal de Materia, sin embargo, es indudable que mediante
memorial presentado por el mismo actor, a esta última autoridad el 31 de mayo de 2012, al que se
adjuntó una copia legalizada del proveído, se le hizo conocer la decisión del cautelar; escrito que
mereció decreto de 1 de junio de 2012, por el cual, Mario Mercado Justiniano, dispuso que se
ponga a conocimiento de las partes procesales a objeto que tengan legal conocimiento y se
acumule a sus antecedentes. Lo que denota que el Fiscal tuvo conocimiento real y material de la
instrucción impartida por el Juez cautelar.
Corresponde finalmente analizar si la orden de citación emitida por el Fiscal de Materia para que
Carlos Federico Valverde Bravo se presente el miércoles 13 de junio de 2012 a horas 17:30 en las
oficinas de la Fiscalía, ubicada en el tercer anillo, calle Litoral, por ser necesaria su presencia
dentro de la denuncia formulada en su contra por el delito de desacato y otros; ante cuyo
incumplimiento, se librará mandamiento de aprehensión, constituye una afectación a su derecho a
la libertad; instrumento diligenciado al afectado el 12 del mismo mes y año; esto es, el día anterior
al fijado para la deposición de la correspondiente declaración.
En términos normales, se señaló que el actuado procesal en sí no representa una ilegalidad,
puesto que el Fiscal de Materia, obró dentro de los alcances establecidos por el art. 224 del CPP;
sin embargo de lo descrito, existe un elemento de vital importancia que no fue considerado por la
autoridad fiscal a tiempo de emitir la citación, como es la disposición pronunciada anteriormente
por el Juez cautelar, autoridad que conforme a lo preceptuado por el art. 54 inc. 1) del CPP
concordante por el art. 279, y por la misma jurisprudencia constitucional es competente para
ejercer el control del desenvolvimiento de los actos de investigación que realizan tanto fiscales
como funcionarios policiales, desde el primer acto del proceso hasta la conclusión de la etapa
preparatoria; lo que implica que los citados servidores están en la obligación de acatar las
instrucciones que en el ejercicio de función, imparta el Juez cautelar a cargo del proceso, porque
es quien precautela que en fase de investigación se desarrolle en correspondencia con el sistema
de garantías reconocido por la Constitución y las leyes vigentes nacionales e internacionales.
En ese orden, se tiene claramente establecido que el Fiscal de Materia, por disposición expresa de
la autoridad competente, estaba impedido de continuar con los actos de investigación dentro del
proceso penal seguido contra el representado del accionante; por tanto, su competencia se
encontraba suspendida para asumir determinaciones e indagar; requisito esencial para disponer la
citación para la declaración informativa del demandado. Lo que conlleva a establecer que a tiempo
de desoír la prohibición establecida por el contralor de derechos y garantías, el Fiscal ahora
demandado, incurrió en una lesión a los derechos invocados por Enrique Fernández García a favor
de Carlos Federico Valverde Bravo, encuadrando su actuación dentro del primer presupuesto de
persecución ilegal, establecido por la jurisprudencia, como es la existencia de una orden de
detención al margen de los casos previstos por la ley e incumpliendo los requisitos y formalidades
de ley. Por lo que, merece la protección otorgada por esta acción tutelar, dentro de la forma del
hábeas corpus preventivo.
En consecuencia, el Juez de garantías, al denegar la acción de libertad, no ha evaluado en forma
correcta los datos del proceso y las normas aplicables a la misma.
POR TANTO
El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Tercera; en virtud de la autoridad que le
confiere la Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia, y el art. 12.7 de la Ley del
Tribunal Constitucional Plurinacional, en revisión resuelve:
1º REVOCAR la Resolución 07 de 13 de junio de 2012, pronunciada por el Juez Tercero de
Sentencia Penal del departamento de Santa Cruz; y en consecuencia,
2º CONCEDER la tutela solicitada; ordenando a la autoridad fiscal demandada, abstenerse de
continuar cualquier acto investigativo relativo al caso en cuestión, en cumplimiento a lo dispuesto
por el Juez Tercero de Instrucción en lo Penal del departamento de Santa Cruz, hasta que su
competencia sea restituida por la misma instancia que la suspendió.
Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional Plurinacional.
Fdo. Dra. Ligia Mónica Velásquez Castaños
MAGISTRADA
Fdo. Dra. Neldy Virginia Andrade Martínez
MAGISTRADA
http://www.tribunalconstitucional.gob.bo/gpwtc.php?id=125313&name=consultas&file=look&pal
abra=9619%207706%206034%203535%203181%202952%202699
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