purifiquemos nuestro espiritu

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Conferencia General Octubre 1980
PURIFIQUEMOS NUESTRO ESPIRITU
Obispo H. Burke Peterson
Primer Consejero en el Obispado Presidente
Mis hermanos del sacerdocio, por el derecho y la
responsabilidad que me pueda brindar la asignación de hablaros hoy,
deseo elevar mi voz de advertencia junto con la de los demás para
exhortaros a que os preparéis para la batalla. El llamado es para
todos los poseedores del sacerdocio en el mundo. Este mensaje es
tanto para el diácono de doce años como para su padre o abuelo,
élder o sumo sacerdote.
Las fuerzas destructivas de Satanás están aumentando su eficacia al perseguir
implacablemente el corazón y la mente de los hombres y niños en todas partes.
Algunos, mas bien inocentemente han sido conducidos a hábitos que están logrando
el dominio completo en algunos hermanos que son la flor y nata del ejercito del
sacerdocio. Temo que haya algunos esta noche aquí, que no son tan eficaces como
podrían ser o serian si no estuvieran así afligidos.
Me gustaría comenzar describiendo un panorama de la zona central del Estado de
Arizona. Allí existen montañas altas que a menudo están colmadas de nieve y son
llamadas las Montañas Blancas. En ese lugar nacen la mayoría de los ríos que abastecen
las necesidades domésticas y agrícolas de la zona oriental de Arizona. Desde estas
montañas desciende el agua que abastece las necesidades de los hogares de la ciudad
de Phoenix. Durante el invierno las montañas están cubiertas de nieve que a menudo
llega a varios metros de profundidad. Las aguas de los ríos, en su nacimiento allí, corren
límpidas y frescas, con un sabor delicioso, vivificante. A medida que bajan de las
montañas, corren por muchos kilómetros a través de los valles y por fin desembocan
en las grandes represas construidas para almacenar el vital elemento durante los
periodos de sequía.
Existe también en la parte oriental de Arizona depósitos minerales de alta calidad
que son y fueron extraídos durante muchos años; entre los metales principales se
encuentra el cobre. Algunos de los ríos que nacen en esas montañas corren a través
de los pueblos mineros, y los fundidores utilizan el agua en la elaboración de los
metales. Los desechos que producen estos trabajos del tratamiento a veces van a los
ríos causando decoloraciones y agregando elementos dañinos que hacen que el agua
sea inapropiada para el consumo humano. Estos ríos también desembocan en las
grandes represas.
Existen estaciones del año en que hay grandes aguaceros en las montañas mas
arriba de la represa. Literalmente los cielos se abren y descargan todo su contenido;
cuando la lluvia cae en tales cantidades, como lo hace en esas ocasiones, causa grandes
deslizamientos de tierra, y los arbustos, y a veces hasta los arboles, son arrastrados por
los ríos hasta las represas; estas tienen la particularidad de retener todo lo que
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desemboca en ellas: la clara, pura y refrescante agua que proviene de la brillante nieve,
así como también el agua contaminada de las industrias y las obscuras aguas llenas de
lodo que son el resultado de las tormentas de verano. Todo esto se acumula detrás de
las inmensas represas de hormigón y rocas. Como se ha dicho, parte del agua que se
retiene en estas represas se usa para abastecer de agua potable a mas de un millón de
habitantes.
Por supuesto que no se puede beber esa agua en las condiciones en que se
encuentra a causa de las impurezas que contiene; por lo tanto, debe haber un sistema
de filtración que la prepare para su consumo.
Primero, hay grandes rejas y redes formando pantallas gruesas que filtran las hojas,
las ramas y los animales muertos. El sistema se hace cada vez mas refinado a medida
que va removiendo otras impurezas dañinas; finalmente, después de mucha atención
y cuidadosa limpieza, el agua se vierte en la red de agua potable de la ciudad en su
estado purificado, lista para el uso de los habitantes del valle.
A1 nacer en esta tierra, nuestra mente y pensamientos son limpios, dulces y puros,
libres de contaminación, o de impurezas dañinas que nos rodean y que forman parte
de las experiencias de esta vida. En nuestra infancia la mente esta libre de
pensamientos incorrectos y malsanos; somos inocentes, y muchos de los efectos
perniciosos e influencias de Satanás no nos afectan.
Nuestra mente, a semejanza de una gran represa, es capaz de absorber cualquier
cosa con lo cual se pueda alimentar; bien y mal, basura, así como pensamientos y
experiencias edificantes. A medida que pasamos por esta vida, podemos estar
expuestos a revistas fotografías, libros, chistes y lenguaje sucios y vulgares, o
programas de televisión y películas que no son buenas para ver o escuchar. Nuestra
mente lo retendrá todo, pues tiene una tremenda capacidad para almacenar cualquier
cosa que le demos. Desafortunadamente, lo que asimila lo retiene muchas veces para
siempre. Es un procedimiento bastante largo el de limpiar una mente que ha sido
contaminada por pensamientos sucios.
A veces puede estar tan llena de suciedad y contaminación que no es capaz de
brindarnos fuerza espiritual, ni a nosotros, ni a nuestras familias, y menos aun al resto
de la humanidad. Cuando nos encontramos en esta situación, nos damos cuenta de
que el mecanismo mental no es claro, ni correcto, y los problemas cotidianos son mas
difíciles de resolver; decimos y hacemos cosas que de otra manera nunca haríamos o
diríamos.
Entonces hay dos cosas que debemos hacer: Primero, debemos parar el torrente
de pensamientos y experiencias dañinos y sucios. Los malos pensamientos preceden
los actos inicuos y nacen de cuentos vulgares, chistes, fotografías, conversaciones y un
sinnúmero de otros productos satánicos.
La vulgaridad se presenta en diferentes maneras. Vivimos en una sociedad donde
lo vulgar y lo profano son aceptados como medios de conducta y expresión, incluso
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para algunos son una forma de vida. Recuerdo haber estado en una reunión de
negocios años atrás con un grupo de hombres bien educados, competentes en sus
profesiones, y amigables, pero su lenguaje era un dialogo profano.
E1 hermano Boyd K. Packer ha dicho: "E1 hecho de que exista lo profane, no
significa que debamos tolerarlo". Somos víctimas de un habito abominable. Me
atrevería a decir que algunos se engañan al pensar que la vulgaridad se presenta solo
en forma esporádica cuando una persona profiere palabras que son obviamente
soeces u ofensivas. La vulgaridad no se manifiesta tan esporádicamente como
pensamos, sino que se alimenta con una práctica constante de experiencias vulgares y
obscenas. Se puede considerar la vulgaridad desde dos puntos de vista: Primero, como
'una expresión de debilidad personal, y segundo, como una contribución a la debilidad
personal.
Algunos demuestran o expresan debilidad personal cuando cuentan chistes o
hacen bromas acerca del cuerpo y sus funciones; esto es muy evidente cuando el tema
se refiere a mujeres o jovencitas; también cuando se tratan las cosas sagradas con
demasiada ligereza. La vulgaridad esta presente cuando alguien habla con crudeza de
las partes del cuerpo o de asuntos sexuales. Muy a menudo los hermanos del
sacerdocio hablan un lenguaje un tanto vulgar, incluso usan términos de los bajos
fondos excusándose detrás de la ira. Esto es incorrecto, nadie tiene necesidad de decir
palabrotas ni de ser vulgar en ningún momento.
Algunos contribuyen a esta debilidad personal cuando leen revistas pornográficas,
ven películas o programas de televisión que son vulgares o permanecen en un grupo
en el cual la conversación gira alrededor de cosas indecentes. Cualquiera de estas cosas
debilitan el espíritu, y lo hacen menos capaz de soportar los fieros dardos del
adversario (véase Efesios 6:16).
Hermanos del sacerdocio, no debemos absolutamente ver ni hablar de ninguna
película pornográfica. No debemos tener nada que ver con revistas, fotografías o
cuentos pornográficos, tampoco debemos repetir chistes indecentes y obscenos o
experiencias crudas. De vez en cuando deberíamos preguntarnos, "¿En que ejército
estoy luchando? ¿Cuales son los puntos que estoy defendiendo?" ¿Tenemos el valor
de levantarnos de la butaca y salir de un cine cuando nos damos cuenta de que el tema
es un tanto obsceno, o permanecemos sentados viendo y escuchando, y nos
convencemos diciendo que tal escena "pronto pasará" o que "si todos lo hacen debe
ser una clase de entretenimiento aceptable"? ¿Tenéis el valor de eliminar de vuestro
televisor los que están llenos de conversaciones e incluso escenas sexuales? ¿Habéis
pensado últimamente en cuan eficaces son estos que pueden penetrar incluso hasta
en los espíritus mas fuertes? Hermanos, ¡no debemos alimentarnos con basura!
Ahora, suponiendo que hayamos cortado este torrente completamente, digo
cortado por completo y no tan solo disminuido el segundo paso que debemos dar es
desarrollar un sistema de filtros que limpiara la gran represa de nuestra mente, de
modo que los pensamientos vivificantes que surjan de ella puedan ser nuevamente
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puros, aptos para el uso. La eficacia de nuestro sistema de filtración dependerá de la
forma en que vivamos. El porcentaje de éxito que tengamos en ayudarnos, a nosotros
mismos y a nuestros semejantes, estará en proporción directa con la pureza de nuestra
mente. Es cierto que sistemáticamente podemos llevar a cabo muchas de las labores
que nos asignen, tales como enseñar una lección en la Escuela Dominical o el
sacerdocio, preparar informes, dirigir una reunión, etc.; pero a menos que nuestro
espíritu este en armonía con lo que hablemos, enseñemos y hagamos bajo la dirección
del Espíritu Santo, estaremos logrando muy poco de valor eterno.
El secreto para limpiar nuestro espíritu de cualquier impureza no es muy
complicado. Comienza con una oración cada mañana y termina con una oración de
rodillas cada noche; este es el paso mas importante que yo conozco en el sistema
purificador. Puede ser tan solo una oración para pedir fortaleza a fin de superar
nuestros malos hábitos, teniendo presente que las oraciones no se contestan al día
siguiente. Con este paso, he visto ocurrir cientos de milagros; sin el, hay frustración,
infelicidad, ineficacia y desaliento.
Segundo, un refinamiento adicional debe acompañar al sistema de filtración; una
medida de pureza espiritual se puede encontrar en el estudio diario de las Escrituras;
este no tiene que ser largo, pero si diario. Si yo fuera un jovencito del Sacerdocio
Aarónico, comenzaría a leer las Escrituras esta noche, y nunca dejaría pasar un día sin
leer algo en ellas. Esta fue la decisión que el presidente Kimball tomo hace ya unos
setenta años, cuando tenia vuestra edad.
Tercero, alimentad vuestro espíritu haciendo cosas agradables por otras personas,
que seguramente no esperan. Pueden ser sencillas, pero hacedlas a diario. Puede ser
un simple, pero alegre saludo, una corta visita a una persona enferma, una llamada
telefónica, o una nota. Incluso haciendo algo como el recoger o poner para lavar la
ropa que uno se cambia sorprenderá a la madre o la esposa. De acuerdo con las
Escrituras, un discípulo del Salvador es ante todo un siervo de los demás (Mat. 20:27).
Finalmente, escoged un mandamiento con el cual aun están luchando y dadle una
sincera oportunidad de bendecir vuestra vida.
Este, pues, es el secreto para lograr una vida feliz y productiva y las recompensas
eternas de un Padre Celestial amoroso:
Primero, detener el torrente de pensamientos contaminados y tener mas cuidado
al seleccionar las experiencias con las cuales alimentaremos la gran represa de nuestra
mente.
Segundo: Desarrollar un eficaz sistema de filtración, el cual removerá toda
impureza y limpiara el espíritu.
De modo que el pregón, hermanos, es: Ceñíos para la batalla, despojaos de la
apariencia del mundo y vestíos con la armadura de justicia. Dejad que la autoridad del
sacerdocio que ahora poseéis se convierta en una poderosa influencia para el bien en
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vuestros hogares, en los quórumes, en vuestros vecindarios y en vuestros países. E1
poder del sacerdocio es un fruto de la rectitud y no un don gratuito.
Poco tiempo atrás, en una reunión en el templo, el presidente Romney termino su
testimonio con una oración en la cual pedía que siempre pudiera encontrársele fiel al
defender su parte en el frente de la batalla. A1 testificar esta noche que el Salvador
esta a la cabeza de este ejército del sacerdocio y de la obra de la cual somos
responsables, yo también añado mi ruego de que cada uno de nosotros pueda
demostrar que ha sido fiel en las cosas que se nos han confiado. E1 Señor dijo:
"Oh vosotros que os embarcáis en el servicio de Dios, mirad que le sirváis con todo
vuestro corazón, alma, mente y fuerza, para que aparezcáis sin culpa ante Dios en el
ultimo día." (D. y C. 4:2.) Mis hermanos, como vuestro amigo y hermano, ruego que os
preparéis mejor que nunca. En el nombre de Jesucristo. Amen.
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