Till Schilling

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Revista Economundo
Edición 75
Sección: Capital Humano II
Por: Till Schilling, Profesor de la Escuela de Empresas USFQ, experto en técnicas de
liberación emocional.
Cómo la AFECTIVIDAD influye en nuestra EFECTIVIDAD
Parto de la premisa que hemos llegado a un punto en el cual ya es de conocimiento
generalizado que las emociones están en la raíz de todo lo que hacemos como
seres humanos, tal es el caso, que hasta Walt Disney Studios1 dedica toda una
película respaldada por grandes mentores de todo el mundo en el ámbito de la
gestión emocional.
Uno de los más grandes pensadores latinoamericanos, Humberto Maturana2,
postula que las emociones lo son todo. Es por eso que es vital que nos hagamos la
pregunta: ¿estoy gestionando mis emociones adecuadamente? Un indicador
recomendado de medición es prestar atención al alcance de nuestras metas y el
camino que estamos eligiendo para llegar a ellas, ¿estoy logrando mis aspiraciones
y planes? ¿Lo estoy haciendo consistentemente o no? Si la respuesta es negativa,
¿qué es lo que nos impide alcanzar la meta?
Últimamente han surgido muchas técnicas nuevas para realizar y gestionar
nuestras emociones, tenemos desde el yoga, pasando por ejercicios de respiración
hasta prácticas que se nos ofrecen en talleres y muchas otras modalidades. Todos
estos con la finalidad de ir calmando nuestro espíritu para gestionar nuestras
emociones debidamente.
La verdad es que muy pocas veces nos preguntamos si es que realmente vivimos
nuestra gestión emocional conscientemente, por ejemplo, muchas personas viven
en un permanente estado de angustia, iras, resentimiento, frustración, impotencia
ante la situación que les rodea, sin siquiera darse cuenta de lo que están
experimentando o del motivo que provoca su sensación o malestar.
Para los que ya están más encaminados en la gestión de las emociones, tenemos a
profesionales y pensadores como Juan Pedro Sánchez 3 quien describe que la
flexibilidad emocional es la clave para el éxito profesional. Sánchez va más allá de
sólo comentar acerca de qué es lo que sentimos, propone que debemos además
conocer cuál es el “tono emocional” que debería regir en nuestro comportamiento
en toda actividad en la cual participemos.
Recientemente en Finlandia4 participaron 700 personas en un experimento en el
cual el departamento de ingeniería biomédica hizo un mapeo de qué es lo que le
ocurre al cuerpo físico al sentir emociones (las cuales ya se conoce que tienen un
alto grado mental). Los resultados fueron sorprendentemente consistentes, tanto
así que cuando replicaron el estudio en otros países europeos y de Asia, las
respuestas fueron muy similares, evidenciando el impacto de las emociones en
cambios fisiológicos. (Proceedings of the National Academy of Sciences)
1
2
Walt Disney Studios . (2015). INTENSAMENTE. 2015, de Disney Sitio web: http://peliculas.disneylatino.com/intensa-mente
César Pincheira . (2014). Las emociones son el fundamento de todo hacer. 2015, de Centro de Integracion Cognitivo Corporal Sitio web:
http://www.cognitivocorporal.cl/noticias/maturana-las-emociones-son-el-fundamento-de-todo-hacer/
3
Juan Pedro Sanchez. (2014). FLEXIBILIDAD EMOCIONAL: CLAVE PARA EL ÉXITO PROFESIONAL. 2015, de Exito Sitio web:
http://lapalancadelexito.com/organizaciones-saludables-2/flexibilidad-emocional-clave-para-el-exito-profesional/
4
Lauri Nummenmaa. (2012). Bodily maps of emotions . 2015, de pnas.org Sitio web: http://www.pnas.org/content/111/2/646/F1.expansion.html
Analicemos
dos
esenarios:
enojo y tristeza ¿Qué pasa con
tu cuerpo y tu actitud cuando
experimentas estas emociones?
El enojo se refleja en el cuerpo
con tensión muscular, sube la
temperatura,
puede
haber
sudoración, palpitaciones, se
prepara para la pelea, en
ocasiones
golpeamos
el
escritorio (o a veces otras
cosas) para soltar la energía
atrapada.
Por
otra
parte,
cuando sentimos tristeza hay
una sesanción como si el cuerpo
casi se apagara, sólo queda “prendido” en nuestro pecho suficiente energía como
para suspirar.
¿Es posible aprender a gestionar nuestras emociones?
La mejor forma de tomar conciencia y actuar sobre todos estos puntos, es iniciando
un proceso de autoconocimiento, asumiéndonos como seres únicos, que
reaccionamos de determinada forma ante las circunstancias de la vida.
Independientemente de la cultura, familia o contexto en el que fuimos educados,
cada persona se va formando a través de su propia perspectiva. Son justamente
esos los recuerdos que alimentan nuestro presente y hacen que desde nuestras
emociones interpretemos eventos del día a día, ya sea positiva o negativamente.
Hay estudios que demuestran que gemelos5 criados en el mismo hogar, al ser
entrevistados, reportan vivencias muy distintas del mismo evento. Es decir que en
este proceso hay un factor muy grande de interpretación. Lo complejo es que desde
esta interpretación cada individuo va creando su propia realidad y así vamos
construyendo la biblioteca referencial de nuestras experiencias, más conocido como
el bagaje de creencias que instalamos en nuestra mente. Es justamente aquí que
Maturana nos dice que todos reaccionamos desde nuestras emociones primero, y
posteriormente damos lugar a la lógica y la razón. Nuestro subconsciente no hace
mayor distinción entre la percepción de un evento y la realidad del mismo, esto
está profundamente grabado en nuestra psique por una sola razón: la
supervivencia.
¿Cuántas veces nos damos cuenta que la realidad es muy distinta que
nuestra percepción?
La angustia6 es una emoción conocida como la autora de escenarios futuros
inciertos. Como pocas veces podemos realmente predecir el futuro y lo que es más
complejo, crearlo tal y como quisiéramos que sea, el miedo y la angustia se
apoderan de nosotros y creamos “escenarios variopintos”, la mayoría de ellos con
un tinte dramático. Frecuentemente nos han advertido que hay que prepararse
para lo peor… ¿Acaso no ha sucedido que casi el 90% de las veces, la historia de un
evento que tanta ansiedad nos ha creado se resuelve de forma muy distinta a lo
proyectado?
5
ISABEL F. LANTIGUA. (2005). El envejecimiento y el ambiente diferencian a los gemelos. 2015, de El Mundo.es Sitio web:
http://www.elmundo.es/elmundosalud/2005/07/05/biociencia/1120576089.html
6
Alfonso Fernández Tresguerres. (2008). de la Angustia. 2015, de El Catoblepas • número 77 Sitio web:
http://www.nodulo.org/ec/2008/n077p03.htm
Otra emoción que pocas veces es tomada en serio, es la depresión, la cual también
tiene que ver con nuestra forma de percibir la vida y los eventos que nos rodean. Si
la angustia es la emoción de un futuro incierto, la depresión es la enfermedad de un
pasado que quisiéramos que sea distinto. “Si solo hubiese…”, frase que se vuelve
como un martillo y nos martiriza incesantemente.
Ambos casos se reducen a formas de reaccionar ante un evento desde nuestra
percepción. En el estudio de gemelos que se realizó, se pudo observar importantes
diferencias entre el gemelo que conservaba una postura optimista vs. el gemelo
que tenía una perspectiva más bien negativa. Al primero, no solamente le iba mejor
en la vida, su cuadro de salud también se proyectaba de manera más próspera. Se
observó que el pesimista se enfermaba mucho más y demostraba signos claros de
envejecimiento prematuro.
Ahora bien, ¿cómo podemos aprender a reaccionar distinto ante las cosas cuando lo
que estamos viviendo se siente tan real y nuestro sistema emocional comienza a
gatillarse ante todo esto? Es curioso que milenios atrás la medicina china ya tenía
una respuesta acertada frente a esta incógnita7. Ellos tenían muy claro qué partes
del cuerpo se enfermaban al mantener por mucho tiempo una cierta emoción. La
ira, por ejemplo, generalmente afecta al hígado y es por eso que el médico de
cabecera de formación “oriental”, más que acudir a los fármacos de rigor como
única opción de cura, sugería en primera instancia trabajar el enojo y la ira.
Hoy en día se habla mucho de la “inteligencia emocional” de Goleman, sin
embargo, no basta con estar informado, lo más importante es gestionar, practicar y
mantener un continuo entrenamiento de nuestras emociones, reconociéndolas,
escuchándolas, permitiéndo que salgan y sobretodo asumiéndolas como parte
crucial en nuestras decisiones y conducta. Como mencioné anteriormente,
reaccionamos ante los eventos de la vida desde nuestra experiencia personal,
desde nuestras vivencias, y es por eso que siempre deberíamos cuestionarnos
cuando algo nos empuja a actuar de una forma determinada, ¿cuál fue la razón de
esta reacción? ¿qué hay detrás de mi decisión?... Si bien el cuerpo es un medidor
de mis emociones, mis reacciones también lo son.
Tomemos una anécdota puntual donde la frustración acumulada casi llega a
costarle el trabajo a un profesional de categoría. Hace aproximadamente un año
atrás, contactó un alto ejecutivo de una prestigiosa empresa en el Ecuador
solicitando ayuda en la gestión de sus emociones. Como antecedente, este señor
fue criado por un padre muy severo y exigente, lo cual le llevó a desarrollar una
afinidad por la perfección. Esto como tal no es un problema a no ser que se
convierta en una obseción y su actitud haga que muy pocos de sus proyectos
logren despegar y avanzar. No importaba cuánto se pulía el proyecto o cuánto
detalle adicional se le ponía, ante sus ojos siempre faltaba algo. Presionado por
conseguir los resultados esperados, este hombre fue acumulando una severa
frustración. Aquel hombre se volvió un gerente con muy poca paciencia y esto
estuvo cerca de costarle el puesto de trabajo. Luego de trabajar la frustración en
algunas sesiones, con varias técnicas de liberación emocional como el Tapping y
ejercicios de respiración, concluyó que la imposición de variables inalcanzables y
poco reales complicaba en gran medida la ejecución del proyecto y que la vara de
perfección se la estaba imponiendo él mismo…
7
TMC Clinic. (2007). LAS EMOCIONES VISTAS DESDE LA MTC. 2015, de TMC.C Sitio web:
http://www.tcmclinic.es/escuela-medicina-china/las-emociones-en-la-mtc/#.VcDyWfl_Okp
Como este caso hay muchos, mas el mensaje central es siempre el mismo; “darme
cuenta paulatinamente, con paciencia y confianza en mí mismo, cómo mis
emociones me tienen prisionero y acorralado si es que no las gestiono
debidamente”.
Para poder lograr este propósito es vital encontrar la forma de impulsar a una
gestión emocional mucho más sobria, más consciente y a partir de ello, procurar
que mis reacciones sean fruto de la realidad y no de mis percepciones. Al
reaccionar ante la realidad, puedo enfocarme de manera mucho más eficiente en la
creación de soluciones reales y viables.
Desde mi experiencia, he sido testigo de que las personas que logran tomar
conciencia de sus emociones y se comprometen en un trabajo permanente con las
mismas, han visto mejoras marcadas en su vida. Como dice Goleman “reaccionar
de forma correcta, con la persona correcta, en el momento correcto es la definición
de éxito en la vida”.8 En todo caso, todavía predominan en las sociedades de todo
el mundo, las personas que descargan su frustración, confusión e impotencia ante
los eventos de la vida con sus seres más queridos, lastimándolos e hiriéndolos ya
sea con palabras fuertes o con actitudes desproporcionadas en los momentos más
inoportunos.
Prestemos mucha atención a nuestra gestión emocional y al “por qué sentimos lo
que sentimos”. Es vital que tomemos conciencia de que casi el 99% de los eventos
que gatillan emociones negativas en nuestro interior, no son reales. Ya lo dijo Anais
Nin, “No vemos las cosas como son, las vemos como somos”.
Tomando en consideración todo lo expuesto, es inevitable connotar la importancia
de ser conscientes de cómo funcionan nuestras emociones para mejorar la
efectividad de nuestras gestiones y relaciones como seres humanos, tanto a nivel
profesional como personal. Me atrevo a proponer e invitar a todos los lectores a que
presten atención a los sentimientos que afloran detrás de cada escenario o
vivencia, y paulatinamente despierten una “alerta interna”, sin juicio o valoración,
que les permita observarse sin crítica, darse cuenta de su sentir y actuar desde la
comprensión.
Me atrevo también a poner un nombre a este proceso de gestionar las emociones:
AFECTIVIDAD. Es justamente ésta la raíz de cómo nos relacionamos e
interpretamos eventos, la que hace que surja en nosotros una respuesta instintiva,
muchas veces sin filtros. Asumir lo que sentimos con conciencia es lo que nos va a
llevar a ser personas verdaderamente auténticas y exitosas, ya que aquel que logra
trasladar la afectividad a un nivel consciente, no sólo concluye proyectos, pues los
alcanza con efectividad, obteniendo además del resultado deseado, una grata
sensación de satisfacción… Podríamos decir que al desarrollar la Afectividad, la
Efectividad viene por “default”… o en otras palabras, la efectividad siempre irá de la
mano de la afectividad.
¿Quieres ser más efectivo? ¡Empieza por trabajar tus emociones!
8
Cooper & Sawaf . (1998). 4 PILARES DE INTELIGENCIA EMOCIONAL. 2015, de Victor Serrano Sitio web:
http://ml42114383.blogspot.com/2008/04/4-pilares-de-inteligencia-emocional.html
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